Grupo de Patología Infecciosa

Sobre el grupo de trabajo

Queremos que este espacio sea un lugar de referencia donde encontrar reunida documentación útil sobre patología infecciosa, en todos los aspectos de nuestra actividad profesional: en la práctica de cada día, para mantener actualizados nuestros conocimientos y conocer las publicaciones más recientes, presentación de sesiones y casos clínicos, para la docencia con residentes y alumnos y material para informar a las familias. En Temas (de la A a la Z) se puede encontrar todo esto reunido buscando cada patología en orden alfabético.

La patología infecciosa ocupa una gran parte de la actividad, tanto asistencial como preventiva,  que realizamos los pediatras desde las consultas de Atención Primaria. Cada día valoramos, diagnosticamos y tratamos a niños cuyos síntomas pueden corresponder a procesos infecciosos.  En ocasiones se trata de situaciones difíciles por presentar una clínica no habitual o compleja como ocurre en los casos de patología importada, o aquellos de manejo inicialmente hospitalario. Hemos de realizar el seguimiento de estos niños, la supervisión de sus tratamientos y atenderles en sus procesos intercurrentes.

En nuestras consultas se realiza la implementación de los programas de inmunización y es en ellas donde se resuelven situaciones concretas tales como corrección de calendarios,  se programan actuaciones especiales para las situaciones de riesgo identificadas y donde debemos disipar dudas sobre su seguridad  e incluso afrontar la resistencia  de determinados colectivos.

El uso racional y adecuado de antibióticos como medio para contribuir a la disminución de las resistencias bacterianas constituye un reto en nuestra práctica profesional a veces difícil de alcanzar. El acceso limitado o demorado en el tiempo a pruebas diagnósticas hace que buena parte de nuestras decisiones se adopten de forma empírica.

Somos también responsables de sensibilizar y contribuir a la formación  en estos temas  de los futuros médicos y pediatras.

Por otra parte, y  a diferencia de otros colectivos, somos profesionales que con frecuencia trabajamos solos sin  poder compartir espacio, tiempo ni  conocimientos con otros compañeros, y este aislamiento y dispersión  dificulta el desarrollo de actividades de formación continuada y  supone una dificultad añadida a  la hora de diseñar y poner  en marcha proyectos de investigación.

Por todos estos motivos parece lógico pensar que desde una Asociación de Pediatría de Atención Primaria se proponga la creación de un grupo de trabajo sobre Patología Infecciosa.

Los miembros del  grupo creemos que nuestra labor debe dirigirse a ayudar a los pediatras de atención primaria y facilitar su labor en lo que respecta al manejo de la patología infecciosa en todos estos aspectos para lo que  nuestras  actividades  deben dirigirse a:

  • Recopilar,  organizar,  clasificar, difundir y poner a disposición del pediatra de AP la información y documentación que por su actualización y calidad científica se considere relevante para  el  mismo. 
  • Mantener  una actividad de revisión  continua de los documentos, recomendaciones y la bibliografía publicada a tiempo real.
  • Diseñar y elaborar un cuerpo teórico mínimo sobre patología infecciosa de primer nivel para incorporar al programa formativo de los residentes de Pediatría.
  • Impulsar  y fomentar  proyectos de investigación que permitan conocer y mejorar la práctica profesional, aprovechando los cauces de comunicación de AEPap.
  • Facilitar información sobre patología infecciosa para padres.

Dado que   la patología infecciosa es una materia  muy amplia tratada también desde otras especialidades:  pediatría hospitalaria, microbiología, vacunología, epidemiología, etc…en  los casos en que se detecte la necesidad de generar algún documento nuevo  creemos que se debe elaborar con el máximo consenso  y colaboración con otros grupos de trabajo implicados con el  fin de no duplicar ni dispersar la  información

Y deben abordarse distintos apartados: 

  • Resistencias bacterianas
  • Uso racional de antibióticos
  • Patologías infecciosas más frecuentes  en AP
  • Alertas epidemiológicas
  • Pruebas diagnósticas
  • Inmunizaciones
  • Profilaxis
  • Viajes internacionales
  • Patología importada
  • Seguimiento en AP de patologías y situaciones complejas

Creemos que sería de interés y muy atractivo para los profesionales incluir un apartado de casos clínicos incorporando uno o dos al mes.

Este programa, que entendemos es muy ambicioso, irá  poniéndose en marcha de forma progresiva  e intentaremos comunicar a los socios de AEPap a través de las asociaciones federadas las incorporaciones realizadas según vayan teniendo lugar.

Para todos los miembros del grupo formar parte de él y ponernos a la tarea de sacar adelante este proyecto supone un trabajo ilusionante y un verdadero reto teniendo en cuenta el nivel de las actividades y los excelentes resultados conseguidos por otros grupos de trabajo.  Intentaremos estar a la altura y cumplir con las expectativas que pueda generar este grupo de trabajo, aportando  conocimientos y herramientas, acordes en tiempo, forma y contenidos para resultar útiles en el día a día de  nuestras consultas.

Por supuesto estamos abiertos a  cualquier sugerencia que pueda  resultar de interés   por lo que ponemos  a vuestra disposición nuestros nombres, direcciones de correo y centros de trabajo.

Un saludo

Grupo de Patología Infecciosa de AEPap

Coordinadora: Cristina Rodríguez Arranzcrodriguez@riojasalud.es

C.S. La Guindalera, Logroño

Coordinador: Rafael Jiménez Alésalesmismo@gmail.com

UGC Puente Genil. Córdoba.

María Rosa Albañil Ballesteros

mralba100@hotmail.com

CS Cuzco. Fuenlabrada. Madrid

Josefa Ares Alvarez

josefa.ares.alvarez@sergas.es

CS Virgen Peregrina. Pontevedra

Alicia Berghezan Suárez

abergsua@gmail.com

Hospital  de Denia, Alicante

Ana Cubero Santos 

ana.cubero@salud-juntaex.es

CS El Progreso. Badajoz

Cesar Garcia Vera

cgarciavera@gmail.com

CS José Ramón Muñoz Fernández. Zaragoza

Merche Garrido Redondomerchegarrido2@gmail.com

CS Tórtola (Pajarillos-San Isidro) de Valladolid

María Belén Hernández Rupérez

bethlem.bh@gmail.comCS Mirasierra, Madrid 
María López Marcosmarlopmar17@gmail.com

 CS la Candelaria. Sevilla

Pilar Lupiani Castellanos

pililupi@hotmail.com

lupiani.pilar@gmail.com

UGC Joaquín Pece, San Fernando. Cádiz

Yolanda Martín Peinador

yolanda.martinpei@salud.madrid.org

CS Goya. Madrid

María José Martínez Chamorro

mariajose.martinez@scsalud.es

C S de Polanco, Cantabria.

Beatriz Morillo Gutierrezbmorillog@gmail.com

Hospital  de Riotinto, Huelva

Mª Eulalia Muñoz Hiraldo

eulalia.munoz@salud.madrid.org

CS Dr. Castroviejo. Madrid

Alberto  Muñoz Ramos

alberto_utrerano@hotmail.com

CS Rosa  Luxemburgo. San Sebastián de Los Reyes. Madrid
Mamiko Onoda

mamiko.onoda@gmail.com

CS Valdelasfuentes, Alcobendas, Madrid

Josefa Plaza Almeida    

plazaalmeida@hotmail.com

CS zona 8. Albacete  

Silvia Rodríguez del Rosariosilviarodriguezdelrosario@gmail.com

C.S. Los Realejos. Santa Cruz de Tenerife

Ana Romero García

anaromerogar@gmail.com

CS Camas, Sevilla

Beatriz Tesoro Martínezbeatriztesoro3a@gmail.com

CS Rosa  Luxemburgo. San Sebastián de Los Reyes. Madrid.

Marcelo Francisco Vivas

marcevivas@gmail.com

CS Zizur II. Zizur Mayor. Navarra

 
Antiguos miembros:

Santiago Alfayate Miguelez, hasta noviembre 2023

Ana Grande Tejada, hasta noviembre 2023

María Jesús López Nieves, hasta noviembre 2023

Pablo Obando Pacheco, hasta noviembre 2023

Olga Ramírez Balza, hasta noviembre 2023

Irene Rivero Calle, hasta noviembre 2023

María del Carmen Suárez Arrabal, hasta noviembre 2023

Mª Ángeles Suárez Rodríguez, hasta noviembre 2023

Marisa García Gestoso, hasta diciembre 2022

Paloma Gutiérrez Medina, hasta septiembre de 2020

Antonio García Suárez hasta noviembre 2019

Pilar Cocho Gómez hasta marzo de 2019

Marta Dapena Archilés y Rafael Martínez de la Ossa Sáenz-López hasta octubre 2018

Desirée Morales Senosiaín hasta marzo de 2018.

Héctor Rodríguez Vega hasta 12 de 2016.

Arrate Bengoa Gorosabel, pediatra en Bergara (Guipúzcoa) fue miembro del GPI desde su formación en octubre de 2013 hasta su fallecimiento el 20 de agosto de 2015. Desde aquí queremos mostrar nuestro cariño y reconocimiento a una excelente profesional y compañera: trabajadora, rigurosa, siempre dispuesta a colaborar, con una actitud positiva, animosa y llena de sentido común. Nuestra satisfacción por haberla conocido, nuestro agradecimiento porque nos ha representado dignamente y ha hecho que nos sintamos orgullosos de pertenecer a nuestra asociación. Nuestra tristeza por su pérdida.

Día Mundial de la Higiene de Manos

EL Grupo de Patología infecciosa de la AEPap se suma a conmemoración del Día Mundial de la Higiene de Manos que se celebra cada año el 5 de mayo.

La campaña “Salve Vidas: Límpiese las Manos” es una iniciativa de carácter permanente creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2009, para apoyar la higiene de manos a nivel mundial como estrategia para disminuir las infecciones transmisibles y enfermedades contagiosas; fomenta el compromiso y las acciones necesarias para mantener este movimiento global.

El lavado de manos es el método principal de prevención de las infecciones nosocomiales y en el ámbito comunitario.

Las infecciones asociadas a la atención de la salud (IAAS) se encuentran entre los eventos adversos más frecuentes que ocurren en la prestación de servicios de salud. Estas infecciones, muchas de las cuales son causadas por organismos multirresistentes, dañan a los pacientes, visitantes y trabajadores de la salud y representan una carga importante para los sistemas de salud. Solo en Europa, cada año se producen unos 9 millones de IAAS en centros de cuidados intensivos y de larga duración; conducen a 25 millones de días adicionales de hospital y con un costo entre 13 y 24 mil millones de euros.

Desde el GPI queremos colaborar en concienciar, por un lado, a los profesionales sanitarios de la importancia del lavado de manos durante la práctica asistencial, y, por otro, a la población. Es necesario que familias, cuidadores y profesionales del sector educativo sean conscientes de la importancia de enseñar a los niños a realizar una correcta higiene de manos desde edades tempranas y mantener este hábito durante toda la vida.

Desde el GPI os presentamos una recopilación de material que esperamos sea de vuestro interés a nivel profesional y fundamentalmente dirigido para trabajar en consulta y compartir con familias y educadores.

Y si crees que aún tienes razones para no lavarte las manos, te aconsejamos ver esta presentación

  • Fernández-Moreno I, García-Díez R, Vázquez-Calatayud M; Comité Asesor del Programa de Seguridad de los Proyectos Zero. Higiene de manos y pandemia. Controversias [Hand hygiene and pandemic. Controversies]. Enferm Intensiva. 2022 Sep;33:S40-S44. Spanish. doi: 10.1016/j.enfi.2022.06.003. Epub 2022 Jul 23. PMID: 35911625; PMCID: PMC9308018.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35911625/

  • [Evolution of adherence to hand hygiene in health care professionals in a third level hospital in relation to the SARS-CoV-2 pandemic]. Rev Esp Quimioter. 2021 Jun;34(3):214-219. Spanish. doi: 10.37201/req/150.2020. Epub 2021 Apr 7. PMID: 33829723; PMCID: PMC8179943. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33829723/

  • Arredondo-Provecho AB, Horcajo-Díaz E, Cerrillo-González I, Morato-Cerro VM, Pérez-Ortiz M, Rodríguez-Caravaca G. Evolución de la adherencia a la higiene de manos en un hospital de la Comunidad de Madrid [Evolution of hand hygiene adherence of health professionals of specialized care.]. Rev Esp Salud Publica. 2020 Jul 22;94:e202007075. Spanish. PMID: 32694500.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32694500/

Novedades

Documentos y Especiales del GPI

Fármacos biológicos

Inmunización e inmunodepresión

Información a padres

Temas de la A a la Z

A continuación y en orden alfabético se puede encontrar documentación sobre cada patología. Y en cada una: Guías, revisiones, actualizaciones, bibliografía, documentos elaborados por el Grupo de Patología Infecciosa, casos clínicos e información a familias.

Casos Clínicos

Actualidad bibliográfica

Bibliografía septiembre 2024

TOP TEN

FACME y 4 de sus SSCC actualizan la guía diagnóstica del mpox con la nueva variante clado I.

Consideraciones previas: El diagnóstico diferencial del mpox (previamente conocida como viruela del mono o monkeypox) es distinto según el contexto. En los pacientes con sospecha y procedentes de zonas de riesgo, el diagnóstico diferencial es más amplio, pues incluye otra patología importada. Hoy en día diferenciar entre personas que han viajado a zonas de riesgo o no es necesario principalmente para saber si el paciente ha podido estar expuesto o no a un clado I, ya que el clado II circula actualmente en los países Europeos. El diagnóstico diferencial de estas lesiones puede ser complejo, incluyendo enfermedades infecciosas y no infecciosas, por lo que en caso de duda se recomienda solicitar la colaboración de Dermatología y conjuntamente, en caso de viajeros/migrantes de Unidades de Patología Importada, por los cauces establecidos en cada área sanitaria (incluyendo teledermatología). La inmunodepresión también modifica el diagnóstico diferencial. Existen pruebas especialmente útiles para el diagnóstico rápido de alguna de las enfermedades infecciosas que entran en el diagnóstico diferencial. Recomendamos consultar la documentación existente sobre diagnóstico de mpox y contactar con los servicios de Microbiología y Salud Pública. A medida que se adquiera más información sobre el cuadro clínico del mpox, este documento puede requerir modificaciones.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) plantea un importante desafío para la salud mundial en el siglo XXI. En un estudio anterior se cuantificó la carga mundial y regional de la RAM en 2019, al que siguieron otras publicaciones que proporcionaron estimaciones más detalladas para varias regiones de la OMS por país. Hasta la fecha, no se han realizado estudios que produzcan estimaciones integrales de la carga de la RAM en diferentes lugares que abarquen tendencias históricas y pronósticos futuros.

Métodos

Estimamos las muertes por edad y por edad y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) atribuibles y asociados a la RAM bacteriana para 22 patógenos, 84 combinaciones de patógenos y fármacos y 11 síndromes infecciosos en 204 países y territorios entre 1990 y 2021. Recopilamos y utilizamos datos de múltiples causas de muerte, datos de altas hospitalarias, datos microbiológicos, estudios bibliográficos, perfiles de resistencia a un solo fármaco, ventas farmacéuticas, encuestas sobre el uso de antibióticos, vigilancia de la mortalidad, datos de vinculación, datos de reclamaciones de seguros de pacientes ambulatorios y hospitalizados y datos publicados anteriormente, que abarcan 520 millones de registros o aislamientos individuales y 19 513 años-ubicación del estudio. Utilizamos modelos estadísticos para producir estimaciones de la carga de RAM para todas las ubicaciones, incluidas aquellas sin datos. Nuestro enfoque aprovecha la estimación de cinco grandes cantidades de componentes: el número de muertes que involucran sepsis; la proporción de muertes infecciosas atribuibles a un síndrome infeccioso determinado; la proporción de muertes por síndrome infeccioso atribuibles a un patógeno determinado; el porcentaje de un patógeno determinado resistente a un antibiótico de interés; y el exceso de riesgo de muerte o duración de una infección asociada con esta resistencia. Utilizando estos componentes, estimamos la carga de enfermedad atribuible a y asociada con la RAM, que definimos en base a dos contrafácticos; respectivamente, un escenario alternativo en el que todas las infecciones resistentes a los medicamentos son reemplazadas por infecciones sensibles a los medicamentos, y un escenario alternativo en el que todas las infecciones resistentes a los medicamentos fueron reemplazadas por ninguna infección. Además, elaboramos pronósticos globales y regionales de la carga de RAM hasta 2050 para tres escenarios: un escenario de referencia que es un pronóstico probabilístico del futuro más probable; un escenario de medicamentos Gram-negativos que supone el desarrollo futuro de medicamentos dirigidos a patógenos Gram-negativos; y un escenario de mejor atención que supone futuras mejoras en la calidad de la atención médica y el acceso a antimicrobianos apropiados. Presentamos estimaciones finales agregadas a nivel global, superregional y regional.

Recomendaciones

En 2021, estimamos que 4,71 millones (95 % UI 4,23–5,19) de muertes estuvieron asociadas con la RAM bacteriana, incluidas 1,14 millones (1,00–1,28) de muertes atribuibles a la RAM bacteriana. Las tendencias en la mortalidad por RAM durante los últimos 31 años variaron sustancialmente según la edad y la ubicación. De 1990 a 2021, las muertes por RAM disminuyeron en más del 50 % entre los niños menores de 5 años, pero aumentaron en más del 80 % entre los adultos de 70 años o más. La mortalidad por RAM disminuyó para los niños menores de 5 años en todas las superregiones, mientras que la mortalidad por RAM en personas de 5 años o más aumentó en todas las superregiones. En cuanto a las muertes asociadas y atribuibles a la RAM, el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina fue el que más aumentó a nivel mundial (de 261 000 muertes asociadas [95% UI 150 000–372 000] y 57 200 muertes atribuibles [34 100–80 300] en 1990, a 550 000 muertes asociadas [500 000–600 000] y 130 000 muertes atribuibles [113 000–146 000] en 2021). Entre las bacterias gramnegativas, la resistencia a los carbapenémicos aumentó más que cualquier otra clase de antibióticos, pasando de 619 000 muertes asociadas (405 000–834 000) en 1990, a 1,03 millones de muertes asociadas (909 000–1,16 millones) en 2021, y de 127 000 muertes atribuibles (82 100–171 000) en 1990, a 216 000 (168 000–264 000) muertes atribuibles en 2021. Hubo una notable disminución de las enfermedades infecciosas no relacionadas con la COVID en 2020 y 2021. Nuestras previsiones muestran que se estima que habrá 1,91 millones (1,56–2,26) de muertes atribuibles a la RAM y 8,22 millones (6,85–9,65) de muertes asociadas a la RAM. Podría producirse una crisis de este tipo a escala mundial en 2050. Se prevé que las superregiones con la tasa de mortalidad por resistencia a los antimicrobianos más alta para todas las edades en 2050 serán el sur de Asia y América Latina y el Caribe. Los mayores aumentos de las muertes atribuibles a la resistencia a los antimicrobianos se darán entre las personas de 70 años o más (65,9% [61,2–69,8] de las muertes atribuibles a la resistencia a los antimicrobianos para todas las edades en 2050). En marcado contraste con el fuerte aumento en el número de muertes por RAM de 69,6% (51,5–89,2) de 2022 a 2050, el número de AVAD mostró un aumento mucho menor de 9,4% (–6,9 a 29,0) a 46,5 millones (37,7 a 57,3) en 2050. En el escenario de mejor atención, en todos los grupos de edad, 92,0 millones de muertes (82,8–102,0) podrían evitarse acumulativamente entre 2025 y 2050, a través de una mejor atención de infecciones graves y un mejor acceso a antibióticos, y en el escenario de medicamentos Gram-negativos, 11,1 millones de muertes por RAM (9,08–13,2) podrían evitarse mediante el desarrollo de una línea de medicamentos Gram-negativos para prevenir las muertes por RAM.

Interpretación

Este estudio presenta la primera evaluación integral de la carga mundial de RAM desde 1990 hasta 2021, con resultados previstos hasta 2050. Evaluar las tendencias cambiantes en la mortalidad por RAM a lo largo del tiempo y la ubicación es necesario para comprender cómo se está desarrollando esta importante amenaza para la salud mundial y nos prepara para tomar decisiones informadas con respecto a las intervenciones. Nuestros hallazgos muestran la importancia de la prevención de infecciones, como lo demuestra la reducción de las muertes por RAM en los menores de 5 años. Al mismo tiempo, nuestros resultados subrayan la tendencia preocupante de la carga de RAM entre los mayores de 70 años, junto con una comunidad mundial que envejece rápidamente. Las tendencias opuestas en la carga de muertes por RAM entre los individuos más jóvenes y los mayores explican el aumento futuro moderado en el número global de AVAD frente al número de muertes. Dada la alta variabilidad de la carga de RAM según la ubicación y la edad, es importante que las intervenciones combinen la prevención de infecciones, la vacunación, la minimización del uso inadecuado de antibióticos en la agricultura y los seres humanos, y la investigación de nuevos antibióticos para mitigar el número de muertes por RAM que se pronostican para 2050.

El virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de enfermedad respiratoria grave y hospitalización en lactantes sanos sin factores de riesgo previos. Aunque desde hace más de 20 años existe una profilaxis con anticuerpos monoclonales, estos debido a su elevado precio y corta vida media, solo han podido emplearse en poblaciones de neonatos y lactantes de riesgo. Recientemente se dispone de anticuerpos monoclonales de mayor potencia, vida media más larga y menor coste, lo que ha permitido su uso universal, no solo en la población de alto riesgo sino también en neonatos y lactantes sanos. Nirsevimab, un nuevo anticuerpo monoclonal de acción prolongada ha demostrado elevada eficacia y seguridad en ensayos clínicos1–3, y su uso fue aprobado en la Unión Europea el 3 de noviembre de 2022. El 9 de mayo de 2023, la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad español aprobó las recomendaciones para uso de nirsevimab durante la temporada 2023-24 en la población infantil con alto riesgo de enfermedad grave por el VRS, y el 12 de julio de 2023 aprobó su utilización sistemática en los menores de 6 meses al inicio o durante la temporada del VRS (nacidos entre el 1 de abril de 2023 y el 31 marzo de 2024). En septiembre de 2023 la Sociedad Española de Neonatología (SENEO) publicó sus recomendaciones4.

Los excelentes resultados observados tras esta evaluación, con coberturas de inmunización con una media superior al 90% en los nacidos durante la estación, y del 87% en los nacidos antes de comenzar la misma, con una efectividad frente a hospitalizaciones por el VRS en torno al 80%, y un excelente perfil de seguridad, han dado lugar a unas nuevas recomendaciones para la profilaxis frente a las infecciones por el VRS en la temporada 2024-2025 en España, emitidas por el Consejo Interterritorial del Ministerio de Sanidad, aprobadas por la Comisión de Salud Pública el 14 de marzo de 2024. Ante estos excelentes resultados la SENEO recomienda mantener el mismo esquema de profilaxis universal con anticuerpos monoclonales para la temporada 2024-2025, incluyendo una modificación en la dosificación de nirsevimab para los pacientes que precisan la administración durante la segunda estación6, según se refleja a continuación en las tablas 1 y 2.

Las leishmaniasis son un grupo de enfermedades tropicales desatendidas transmitidas por vectores y causadas por más de 20 especies del parásito protozoario Leishmania. Se presenta en 3 formas principales: leishmaniasis cutánea (LC), leishmaniasis mucocutánea (LMC) y la forma sistémica leishmaniasis visceral (LV). La enfermedad se transmite por la picadura de flebótomos hembra infectados de las especies Phlebotomus en el Viejo Mundo y Lutzomyia en el Nuevo Mundo…

El tratamiento adecuado de la brucelosis es crucial para erradicar la infección y prevenir complicaciones, pero existe una notable laguna en la evidencia sobre el tratamiento pediátrico. Este estudio pretende abordar esta laguna mediante la revisión de la literatura actual, el análisis de la eficacia y seguridad del tratamiento de la brucelosis en niños y la identificación de las áreas que requieren una mayor investigación.

Trimetoprim-sulfametoxazol + rifampicina fueron los antibióticos más prescritos para la brucelosis en pediatría. El estudio subraya la necesidad de más investigaciones con diseños robustos, y enfatiza la incertidumbre con respecto a la eficacia de los regímenes antimicrobianos, enfatizando la importancia de más investigaciones para guiar protocolos de tratamiento específicos para esta población.

La tosferina, sigue siendo un problema de salud pública en todo el mundo. Especialmente desde los años 1990 es notable su reemergencia, a pesar de las políticas vacunales implementadas y de las buenas coberturas de vacunación alcanzadas. Pero ni la enfermedad ni la vacunación proporcionan inmunidad duradera. En España, tras la disminución del número de casos debido a la pandemia de COVID-19, se está observando un incremento extraordinario de la incidencia de tosferina en los últimos meses de 2023 y en 20243, sobre todo en forma de brotes escolares y familiares en niños de 10 a 14 años, al igual que ha sucedido en el resto de Europa2. En abril de 2024, la cifra de casos declarados ascendió a 9.785.

Entre las vacunas en desarrollo, la BPZE18, que se administra por vía intranasal y contiene una cepa viva atenuada de B.pertussis, ha mostrado resultados prometedores en los ensayos clínicos. La lucha contra la tosferina requiere un enfoque multidisciplinario que incluya la mejora de las vacunas actuales y la implementación de estrategias de vacunación a lo largo de toda la vida. Mientras tanto, los pediatras desempeñamos un papel fundamental en la educación de los padres sobre la importancia de la primovacunación y las dosis de refuerzo.

INTRODUCCIÓN

Las infecciones osteoarticulares (IOA) se tratan con antibióticos intravenosos, que presentan inconvenientes. Ningún estudio controlado aleatorio ha comparado si los antibióticos orales iniciales son tan eficaces como el tratamiento intravenoso. El objetivo fue investigar la eficacia y la seguridad de los antibióticos orales iniciales en comparación con los antibióticos intravenosos iniciales seguidos de antibióticos orales en niños y adolescentes con ICJ no complicadas.

MÉTODOS

Desde el 15 de septiembre de 2020 hasta el 30 de junio de 2023, este ensayo nacional, aleatorizado y de no inferioridad incluyó a pacientes de entre 3 meses y 17 años de edad con IOA que acudieron a uno de los 18 departamentos hospitalarios pediátricos de Dinamarca. Los criterios de exclusión fueron infección grave (es decir, shock séptico, necesidad de cirugía aguda o afectación sustancial de los tejidos blandos), material protésico, comorbilidad, IOA previas o tratamiento antibiótico durante más de 24 horas antes de la inclusión. Los pacientes fueron asignados aleatoriamente (1:1), estratificados según la concentración de proteína C reactiva (<35 mg/L frente a ≥35 mg/L), a recibir inicialmente antibióticos orales a dosis altas o ceftriaxona intravenosa (100 mg/kg al día en una dosis). Los antibióticos orales a dosis altas fueron amoxicilina (100 mg/kg al día) y ácido clavulánico (12,5 mg/kg al día) en tres dosis para pacientes menores de 5 años o dicloxacilina (200 mg/kg al día) en cuatro dosis para pacientes de 5 años o más. Después de un mínimo de 3 días, y tras la mejoría clínica y la disminución de la proteína C reactiva, los pacientes de ambos grupos recibieron antibióticos orales en dosis estándar. El resultado primario fueron las secuelas a los 6 meses en pacientes con IOA, definidas como cualquier movilidad o función atípica del hueso o la articulación afectados, evaluadas a ciegas, en todos los pacientes aleatorizados que no fueron dados de baja antes de tiempo debido a un diagnóstico alternativo (es decir, no IOA) y que asistieron a la evaluación del resultado primario. Una diferencia de riesgo en las secuelas después de 6 meses inferior al 5% implicaba la no inferioridad del tratamiento oral. Los resultados de seguridad fueron las complicaciones graves, la necesidad de cirugía tras el inicio de los antibióticos y los acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento en la población asignada al azar.

RESULTADOS

248 niños y adolescentes con sospecha de IOA fueron asignados aleatoriamente a antibióticos orales iniciales (n=123) o a antibióticos intravenosos iniciales (n=125). Tras excluir a los pacientes sin BJI (n=54) o la retirada del consentimiento (n=2), se incluyeron 101 pacientes aleatorizados a tratamiento oral y 91 pacientes aleatorizados a tratamiento intravenoso. Diez pacientes no asistieron a la evaluación primaria de resultados. No se produjeron secuelas después de 6 meses en ninguno de los 98 pacientes con BJI en el grupo oral y en ninguno de los 84 pacientes con BJI en el grupo intravenoso (diferencia de riesgo 0, IC unilateral 97,5% 0,0 a 3,8, p-no inferioridad=0,012). Tras la aleatorización, se practicó cirugía en 12 (9,8%) de 123 pacientes del grupo oral, frente a 7 (5,6%) de 125 pacientes del grupo intravenoso (diferencia de riesgo 4,2%, IC 95% -2,7 a 11,5). No se observaron complicaciones graves. Las tasas de acontecimientos adversos fueron similares en ambos grupos de tratamiento.

INTERPRETACIÓN

En niños y adolescentes con IOA no complicadas, el tratamiento antibiótico oral inicial no fue inferior al tratamiento antibiótico intravenoso inicial seguido de terapia oral. Los resultados son prometedores para el tratamiento oral de las IOA no complicadas, ya que evitan la necesidad de catéteres intravenosos y se ajustan a los principios de la adecuación antimicrobiana.

Casos clínicos

INTRODUCCIÓN

Mycoplasma pneumoniae (M. pneumoniae) es un patógeno común de la neumonía adquirida en la comunidad y también está implicado en una amplia gama de manifestaciones extrapulmonares. La infección por M. pneumoniae rara vez se asocia a una afectación simultánea del sistema nervioso central (SNC) y del sistema nervioso periférico (SNP) en niños.

MÉTODOS

Se reportan 2 pacientes que presentaron encefalitis aguda y polirradiculitis debido a infección por M. pneumoniae y revisamos la literatura para discutir la patogénesis y el tratamiento de la afectación concomitante del SNC y SNP asociada a infección por M. pneumoniae.

RESULTADOS

Se informa de dos niños de 6 años con infección antecedente por M. pneumoniae que se presentaron inicialmente con alteración de la conciencia seguida de debilidad en las extremidades, dolor en las extremidades y retención urinaria, y respondieron bien a la inmunoterapia.

CONCLUSIONES

Se describen 2 pacientes que presentaron afectación sintomática combinada del SNC y el SNP con retención urinaria persistente asociada a infección por M. pneumoniae. Encontramos que la autoinmunidad juega un papel importante y recomendamos que se administren antibióticos e inmunomoduladores con afectación concurrente del SNC y SNP asociada a M. pneumoniae.

Una niña de 2 años de edad, previamente sana, fue llevada a su médico de atención primaria el día 1 del inicio de los síntomas con fiebre que alcanzaba los 40 °C y diarrea leve. El día 4 se le prescribió cefcapeno pivoxil. Fue remitida a nuestro hospital el día 8 con fiebre persistente. No había antecedentes médicos reseñables, y su historial de vacunación estaba al día. No había animales domésticos en la casa y no tenía antecedentes de alergias. Al ingreso, la frecuencia cardiaca era de 152 latidos/min, la frecuencia respiratoria era de 28 respiraciones/min, la presión arterial era de 115/98 mm Hg, la temperatura corporal era de 38,0 °C y la saturación de oxígeno era del 99% con aire ambiente. El tiempo de relleno capilar era normal. En la exploración física, su estado general era bastante deficiente. No había tos ni secreción nasal. No había hiperemia conjuntival, lengua de fresa ni enrojecimiento labial. La faringe estaba ligeramente enrojecida, pero no se apreciaban linfadenopatías cervicales. En la auscultación torácica, los ruidos respiratorios eran normales, sin estertores pulmonares. No se oía ningún soplo cardíaco. El abdomen estaba blando a la palpación y el peristaltismo intestinal era normal. No había enrojecimiento en el lugar de vacunación con bacilo de Calmette-Guerin. Se observaron tres pápulas de 3 mm en las extremidades inferiores y el tronco.

Las pruebas de laboratorio iniciales revelaron un recuento de glóbulos blancos de 12,7 × 109/L (normal 4,0-11,9), con 71% de granulocitos y 25% de linfocitos, hemoglobina de 9,5 g/dL (normal 10,9-14,2), recuento de plaquetas de 313 × 109/L (normal 180-460), nivel de proteína C reactiva de 73. 0 mg/L (normal ≤3), velocidad de sedimentación globular de 107 mm/60 min (normal), nivel sérico de aspartato aminotransferasa de 29 U/L (normal 24-50), alanina aminotransferasa de 11 U/L (normal 9-34), nivel de lactato deshidrogenasa de 353 U/L (normal 195-400) y nivel sérico de creatinina de 0,25 mg/dL (normal 0,17-0,45). Las pruebas de antígenos del virus respiratorio sincitial, adenovirus y estreptococos del grupo A fueron negativas.

La radiografía de tórax, obtenida el día 11 de la enfermedad, mostró múltiples opacidades nodulares en ambos pulmones…

 

Paciente varón de 8 años de edad se presentó con 10 días de fatiga, falta de apetito, fiebre, tos productiva y dificultad respiratoria. En la radiografía de tórax se observó un típico infiltrado pulmonar lobar sin evidencia de derrame pulmonar. Los altos niveles de reactantes de fase aguda apoyaron el diagnóstico de neumonía bacteriana (leucocitos: 22,02 × 103/μL, recuento de neutrófilos: 18,6 × 103/μL, proteína C reactiva: 159 mg/L, procalcitonina: 4,1 μg/L). Se inició tratamiento con vancomicina y cefotaxima. En el seguimiento, la paciente mostró una mejoría clínica y analítica. Sin embargo, no se detectó ningún patógeno en el hemocultivo. En el seguimiento, la exploración física reveló una esotropía intermitente en el ojo derecho sin evidencia de otros hallazgos neurológicos. Para mayor investigación, se le realizó al paciente una resonancia magnética craneal que demostró un absceso de aproximadamente 10 × 9 mm, con edema vasogénico periférico en la región temporal izquierda . Se diagnosticó un absceso temporal y se continuó el tratamiento con vancomicina y cefotaxima, añadiendo metronidazol. El caso fue intervenido por neurocirugía para el drenaje del absceso. El cultivo de tejidos que se envió de las muestras de la operación fue negativo para cualquier organismo. Sin embargo, el hemocultivo que se envió durante la operación fue positivo y el aislado se identificó como Streptococcus pneumoniae. El paciente era un inmigrante que no había sido vacunado contra la enfermedad neumocócica debido a la negativa de sus padres y, por desgracia, el organismo detectado en el hemocultivo era un serotipo prevenible mediante vacunación (serotipo 14).

Tras un examen dental que reveló hipoplasia en sus molares, un paciente varón de 12 años de edad fue remitido a consulta. Su historial médico era normal, sin síntomas sistémicos adicionales. En la exploración física, su estructura dental parecía más pequeña de lo normal, con una hendidura profunda en el centro de las superficies de corte y los lados afilados hacia los bordes de mordida. Se observó un desarrollo deficiente en los primeros molares . La exploración neurológica era normal. No había hallazgos cutáneos. Las pruebas de laboratorio revelaron un nivel de hemoglobina de 13,9 g/dL, un recuento de plaquetas de 296.000/mm3 y un recuento de leucocitos de 6.500/mm3. Las pruebas de función renal y hepática eran normales. La prueba del laboratorio de investigación de enfermedades venéreas (VDRL) no fue reactiva. La prueba de aglutinación de partículas de Treponema pallidum (TPHA) fue negativa, mientras que la absorción de anticuerpos treponémicos fluorescentes (FTA-ABS) IgG fue positiva. La exploración ocular y la prueba de audición fueron normales. La exploración ósea reveló una integridad normal de la estructura ósea. En la diáfisis proximal del húmero derecho se observó una lesión ósea esclerótica limitada y lobulada compatible con un fibroma benigno no osificante. Se diagnosticó al paciente sífilis congénita tardía y se inició tratamiento con penicilina G (50.000 unidades/kg/dosis una vez por semana durante 3 semanas).

 

Se presenta un caso pediátrico que desarrolló una encefalopatía hipoglucémica durante la fase aguda de una infección por el virus Coxsackie (CV)-A4. Una parte de la secuencia del virus detectado en el paciente era completamente idéntica a la de otra cepa de CV-A4 descrita como cepa recombinante con CV-A2 letal, lo que sugiere que las propiedades del CV-A4 podrían estar asociadas a la encefalopatía hipoglucémica grave.

Un niño de 1 año y 11 meses se presentó en nuestro hospital con un empeoramiento de la fiebre durante una semana, herpes oral durante 5 días y debilidad de las extremidades durante 2 días. El 16 de junio de 2023, el paciente ingresó en un hospital ortopédico local y se le diagnosticó faringitis herpética, y se le administró ceftriaxona intravenosa 1,0 g y feverfew (en el artículo original, sin traducir) 7 mL una vez al día; aciclovir 0,1 g y metronidazol cloruro sódico 40 mL cada 12 h durante 5 días consecutivos. Durante la hospitalización, los padres encontraron una erupción roja en ambos pies, y el 19 de junio, el estado del paciente empeoró, con incapacidad para sostener la cabeza, debilidad en las 4 extremidades, incapacidad para caminar y mal estado mental. La resonancia magnética craneal mostró una distribución desigual de la corteza cerebelosa bilateral con márgenes irregulares, y se observaron múltiples piezas punteadas de señal T1 larga y T2 larga en la corteza y la subcorteza. El paciente no presentaba ninguna anormalidad significativa en la prueba epigenética completa ni en el informe del gen DMD, ni tampoco en la electromiografía ni en la prueba del gen relacionado con el músculo. La secuenciación dirigida de múltiples patógenos en el tracto respiratorio indicó infección del subtipo Coxsackievirus A6 D3a.

Se presenta el caso de un varón español de 9 años de edad, con antecedente de malformación venosa congénita resecada en flanco derecho, correctamente vacunado y sin antecedentes de viajes al extranjero. Presentó dolor abdominal intermitente de 48 horas de evolución, localizado a nivel hipogástrico. En las últimas 6 horas asoció molestias intraabdominales con la micción. Además, la paciente había presentado 4 episodios eméticos y una temperatura axilar de 37,4 °C. La exploración reveló un abdomen difusamente doloroso con defensa abdominal generalizada e irritación peritoneal. El estudio analítico mostró una leucocitosis de 17.800/μL con un 89% de neutrófilos y una proteína C reactiva (PCR) de 189 mg/L. El sodio era de 130 mEq/L.

Se realizó una ecografía urgente, que mostró un apéndice cecal desestructurado, con marcados cambios inflamatorios en la grasa adyacente y abundante líquido libre. También se identificó un apendicolito intraluminal. Se indicó exploración quirúrgica urgente. Se identificó un apéndice gangrenoso en la fosa ilíaca derecha con perforación macroscópica en la punta, con abundantes cambios inflamatorios lo corregionales y abundante líquido libre en toda la cavidad abdominal. Se realizó una apendicectomía estándar, se tomó una muestra del líquido para cultivo microbiológico y, dados los hallazgos, se decidió un régimen postoperatorio de 7 días de meropenem.

La evolución de la paciente fue favorable. En el cultivo del líquido peritoneal se aislaron Escherichia coli, Streptococcus anginosus, Fusobacterium necrophorum, Bacteroides fragilis y Bacteroides distasonis, todos sensibles al meropenem. El 5º día postoperatorio se solicitó una analítica de control, que documentó la aparición de eosinofilia relativa. La PCR seguía elevada (154 mg/L). Se solicitó un estudio parasitológico de heces, que mostró abundantes quistes morfológicamente compatibles con Blastocystis hominis. Se inició tratamiento con metronidazol a 30 mg/kg/día con mejoría sustancial de la PCR a las 48 horas de iniciado el tratamiento (54 mg/L). La paciente fue dada de alta al 7º día postoperatorio, completando un ciclo adicional de 8 días de metronidazol oral (10 días de tratamiento con metronidazol en total). Se realizó un estudio parasitológico de heces de control al final del tratamiento, que mostró la resolución de la parasitosis.

 

Varón de 11 años que acudió a urgencias en estado de shock séptico. Se Aquejaba fiebre alta, púrpura, alteración del sensorio y convulsiones durante los últimos 5 días. Se le estabilizó inmediatamente, se le intubó y se iniciaron otras medidas de soporte. Los antimicrobianos empíricos incluyeron ceftriaxona y vancomicina.

Presentaba leucocitosis (20 × 103/L; neutrófilos 80%, linfocitos 18%), trombocitopenia (60 × 103/L) y proteína C reactiva elevada (21,9 mg/dL). La malaria, el tifus de los matorrales y los hemocultivos fueron negativos. La biopsia en sacabocados de las lesiones cutáneas y los estudios de aglutinación del látex en líquido cefalorraquídeo descartaron la meningococcemia. El paciente desarrolló una insuficiencia renal aguda (IRA) no oligúrica. El examen de orina reveló proteinuria (3+), pero no hematuria. El cociente entre proteínas y creatinina en orina estaba muy elevado (6,35). También desarrolló hiertransaminasemia, sin ictericia. Los anticuerpos IgM séricos para la leptospirosis fueron positivos. Se le administró doxiciclina intravenosa. La IRA se trató de forma conservadora. Posteriormente mejoró, fue extubado con éxito el séptimo día de ingreso en la unidad de cuidados intensivos y fue trasladado a planta.

Resumen

Presentamos el caso de un niño con miositis aguda benigna (MAB) asociada a virus influenzae, que se repite en tres ocasiones durante dos temporadas consecutivas de gripe. En el primer episodio se plantearon diferentes diagnósticos diferenciales que motivaron su derivación al centro hospitalario de referencia. Los siguientes episodios fueron reconocidos con mayor facilidad, solicitándose solo las pruebas necesarias para su diagnóstico, como la elevación típica de la creatinfosfoquinasa (CPK) y los estudios microbiológicos para confirmar la etiología. La evolución fue benigna, autolimitada con tratamiento únicamente sintomático. El pediatra de Atención Primaria tiene un papel relevante en el reconocimiento de esta entidad, durante la época estacional de la gripe, ya que el virus influenzae, es la causa más frecuentemente relacionada con la MAB, evitando la realización de pruebas innecesarias. Proponemos valorar la vacunación frente a la gripe en los pacientes que sufren un episodio de MAB con el fin de evitar su repetición, dada la posible susceptibilidad de estos niños.

Resumen

Desde que comenzó la pandemia por virus SARS-CoV-2 en 2020, en la población infantil la mayoría de los casos han sido leves, aunque ha sido descrita una entidad emergente, el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, capaz de producir cuadros graves con afectación cardiovascular, gastrointestinal y exantema. Se describe un caso clínico relacionado con esta patología, donde se realiza un diagnóstico diferencial con la enfermedad de Kawasaki y se describe una nueva clasificación de esta entidad como espectro clínico.

Resumen

La anemia hemolítica autoinmune es rara en la infancia con una incidencia aproximada de 0,8-1,25 casos por 100 000 niños y es la causa más frecuente de anemia hemolítica extracorpuscular teniendo una mayor incidencia entre los 3-4 años de edad.

La mayor parte de ellas son idiopáticas, aunque también pueden ser secundarias a enfermedades autoinmunes, síndromes linfoproliferativos, tumores o infecciones (destacando las infecciones por Mycoplasma y virus de Epstein-Barr).

Suelen presentarse como un cuadro autolimitado asociado a una infección viral. Los menores de 2 años y los adolescentes pueden presentar formas crónicas asociadas o no a enfermedades sistémicas, sobre todo inmunodeficiencias o trastornos autoinmunes.

Se expone el caso de un paciente, varón, de 11 años de edad, diagnosticado de neumonía con serologías positivas para Mycoplasma pneumoniae y citomegalovirus, que desarrolló una anemia hemolítica autoinmune con autoanticuerpos fríos, llegando a precisar transfusión sanguínea

Resumen

La tortícolis paroxística benigna es un trastorno paroxístico no epiléptico que se inicia en el primer año de vida. Se caracteriza por episodios recurrentes de inclinación cefálica de horas a días de duración. Puede acompañarse de irritabilidad, palidez, náuseas, vómitos y ataxia, permaneciendo asintomático entre episodios.

Se presenta el caso de un lactante de 5 meses con varios episodios de desviación lateral del cuello de escasos días de duración sin otros síntomas acompañantes y asintomático entre episodios. Se realizó una resonancia magnética, con la que se descartó un proceso ocupante de espacio, pero se visualizó un conglomerado adenopático cervical bilateral. Por esto último, se amplió el estudio, detectándose IgG e IgM de citomegalovirus positivas. Se diagnosticó infección por citomegalovirus y tortícolis paroxística benigna, ambos procesos actualmente en resolución y sin relación aparente entre ambos.

En este artículo, informamos de los casos de 2 niños con infección por Mycoplasma pneumoniae detectada por reacción en cadena de la en cadena de la polimerasa en frotis nasofaríngeo que ingresaron en nuestro servicio de urgencias urgencias por fiebre persistente y que presentaban signos radiológicos de hipoventilación parenquimatosa y linfadenitis mediastínica grave sospechosa de tuberculosis pulmonar activa. Además, realizamos una revisión bibliográfica para investigar mejor la asociación entre Mycoplasma pneumoniae y la linfadenitis mediastínica.

Para ampliar

Antecedentes: En Cataluña, los lactantes menores de 6 meses eran elegibles para recibir nirsevimab, un nuevo anticuerpo monoclonal contra el virus respiratorio sincitial (VRS). Nuestro objetivo era analizar la eficacia de nirsevimab en los resultados de atención primaria y hospitalaria.

Métodos: Estudio de cohorte retrospectivo del 1 de octubre de 2023 al 31 de enero de 2024, que incluyó a todos los lactantes nacidos entre abril y septiembre de 2023. Establecimos dos cohortes en función de la administración de nirsevimab (inmunizados y no inmunizados). Se hizo un seguimiento de los individuos hasta el momento más temprano de un resultado (infección por VRS, bronquiolitis y neumonía atendidas en atención primaria, visitas a urgencias hospitalarias debido a bronquiolitis, ingreso hospitalario o ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI) debido a bronquiolitis por VRS), muerte o final del estudio. Utilizamos el estimador de Kaplan-Meier y ajustamos modelos de regresión de Cox utilizando una escala de tiempo calendario para estimar los HR y sus IC del 95%.

Resultados: Entre 26 525 lactantes, una dosis de nirsevimab condujo a un HR ajustado para el ingreso hospitalario debido a bronquiolitis por VRS de 0,124 (IC del 95%: 0,086 a 0,179) y un HR ajustado para el ingreso en la UCI de 0,099 (IC del 95%: 0,041 a 0,237). Además, los HR ajustados observados para las visitas de urgencia fueron 0,446 (IC del 95%: 0,385 a 0,516) y 0,393 (IC del 95%: 0,203 a 0,758) para la neumonía viral, 0,519 (IC del 95%: 0,467 a 0,576) para la bronquiolitis atendida en atención primaria y 0,311 (IC del 95%: 0,200 a 0,483) para la infección por VRS.

Conclusión: Demostramos la eficacia del nirsevimab con reducciones del 87,6% y el 90,1% en las admisiones hospitalarias y en la UCI, respectivamente. Estos hallazgos ofrecen una guía crucial para las autoridades de salud pública en la implementación de campañas de inmunización contra el VRS.

La meningitis meningocócica (MM) y la enfermedad meningocócica invasiva siguen siendo un importante problema de salud pública que genera una enorme alarma social. Está causada por Neisseria meningitidis, un diplococo Gram negativo con una enorme capacidad para producir una enfermedad aguda y de rápida evolución, tanto de carácter episódico como epidémico, en cuya evolución influyen enormemente el diagnóstico y el tratamiento precoces. Se presenta a cualquier edad, pero es más frecuente en niños menores de 5 años seguido de los adolescentes. Aunque el mayor número de casos se da en personas sanas, la incidencia es superior en determinados grupos de riesgo. A pesar de los avances en la reducción de la incidencia, se estima que en 2017 se produjeron alrededor de 5 millones de nuevos casos de MM en todo el mundo causando aproximadamente 290.000 muertes y una pérdida de unos 20.000.000 de años de vida sana acumulada. En España, en la temporada 2021/22, se notificaron 108 casos de MM con confirmación microbiológica, lo que corresponde a una tasa de incidencia de 0,23 casos por 100.000 habitantes. Se trata de una enfermedad curable y, sobre todo, prevenible con vacunas, para la que la Organización Mundial de la Salud ha elaborado una hoja de ruta con el objetivo de reducir su mortalidad y secuelas en 2030. Por todo ello, el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) y los Colegios de Médicos de otras 8 provincias de España, han elaborado este documento de opinión sobre la situación del MM en España y los recursos y preparación para la lucha contra el mismo en nuestro país. El Comité de COVID-19 y Patógenos Emergentes del ICOMEM ha invitado a expertos en la materia a participar en la elaboración de este documento.

Introducción. La infección por citomegalovirus (CMV) es la infección congénita más frecuente en nuestro medio. El objetivo de nuestro estudio fue describir las características de los niños con infección congénita por CMV de un centro terciario en los últimos 6 años.
Material y métodos. Estudio descriptivo retrospectivo en el que se incluyeron todos los niños consecutivos identificados con diagnóstico de infección congénita por CMV atendidos en un hospital terciario de la Comunidad de Madrid entre los años 2017-2023.
Resultados. Se incluyeron 22 niños diagnosticados de CMV congénito. Un 54.5% presentaban diagnóstico prenatal de los cuales un 50% fue en el tercer trimestre, un 25% en el primero y 25% en el segundo. Un 22.7% fueron recién nacidos pretérminos (RNPT). En todos se aisló CMV en orina con carga viral (CV) elevada (mayor de 1000 copias/ml). Cuando se realizó CV en sangre, 11/22 (50%) presentaban CV elevada. Solo un paciente (de 21) presentó CV elevada en LCR. El 45% tenía afectación en la ecografía transfontanelar entre lo que destacaban vasculopatía lenticuloestriada (62%), hemorragia intraventricular (30%) o calcificaciones periventriculares (20%). Un 68% permanecieron asintomáticos. Al nacimiento fueron clasificados recién nacidos con crecimiento intrauterino retardado (CIR) un 20% o se objetivaron alteraciones clínicas o analíticas (neutropenia, plaquetopenia, colestasis). El 32% recibió tratamiento con valganciclovir. El 36% presentó secuelas, siendo las más frecuente hipoacusia (33%) y en un caso fallecimiento.
Conclusiones. La infección congénita por CMV sigue constituyendo un grave problema de salud pública presente en nuestro medio. Aunque, en la mayoría de casos, sean leves o asintomáticos, debemos tener alta sospecha clínica ante sintomatología o historia materna compatible y realizar un diagnóstico y tratamiento precoces, para evitar o disminuir las secuelas a largo plazo.

La historia natural y el tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en la población pediátrica siguen siendo objeto de debate. Hemos evaluado retrospectivamente los resultados de una población pediátrica infectada por el VHC tratada en la Unidad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Luigi Sacco (Milán, Italia) desde enero de 1997 hasta enero de 2022 (seguimiento medio de 10 años) y nos hemos centrado en el papel de los nuevos fármacos y la elastografía transitoria. Se incluyeron 57 pacientes: 8 (14%) tuvieron un aclaramiento espontáneo, 33 fueron tratados (58%), 7 (12%) no fueron tratados porque tenían menos de 12 años y 9 se perdieron durante el seguimiento. El ARN del VHC fue indetectable en todos los pacientes tratados al final del tratamiento, al cabo de 12 semanas y durante el resto de su seguimiento. Todos los pacientes tratados se sometieron a una elastografía antes y 1 año después de la terapia. La mediana de la rigidez antes del tratamiento fue de 5,6 kPa, y 9 pacientes (16%) presentaron una elastografía transitoria anormal (>7 kPa, mediana 8,7 kPa). La mediana de rigidez tras el tratamiento en el grupo anormal fue de 6,8 kPa. Los antivirales de acción directa son un tratamiento seguro y eficaz para la infección crónica por VHC en la población pediátrica. La elastografía hepática es normal en muchos niños infectados verticalmente antes de los 12 años, pero, cuando es anormal, muestra una mejora significativa tras el tratamiento con agentes antivirales de acción directa. Se necesitan más estudios para evaluar el papel de la elastografía en el diagnóstico y el seguimiento en niños.

La vacuna meningocócica del grupo B, 4CMenB, es una vacuna proteica recombinante de amplio espectro autorizada para la protección contra la enfermedad meningocócica del grupo B en niños y adultos. En la última década, varios estudios observacionales apoyados por estudios de laboratorio han informado de la protección por 4CMenB contra la gonorrea, una infección de transmisión sexual causada por Neisseria gonorrhoeae. La gonorrea es un importante problema de salud pública mundial, con un número creciente de diagnósticos y una resistencia cada vez mayor a múltiples antibióticos. En Inglaterra, en 2022 se diagnosticaron más de 82 000 casos de gonorrea, casi la mitad de ellos entre homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Actualmente no existen vacunas autorizadas contra la gonorrea, pero se estima que la 4CMenB proporciona una protección del 33-47% contra la gonorrea. El 10 de noviembre de 2023, el Comité Científico Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido acordó que debía iniciarse un programa específico con 4CMenB para prevenir la gonorrea entre las personas con mayor riesgo de infección que acuden a los servicios de salud sexual del Reino Unido. Esta decisión se tomó tras revisar las pruebas de estudios observacionales retrospectivos y prospectivos, datos clínicos y de laboratorio, informes nacionales de vigilancia y análisis económicos sanitarios. En esta revisión, se resumen la epidemiología de la enfermedad meningocócica invasiva y la gonorrea en Inglaterra, las pruebas que apoyan el uso de 4CMenB para la protección contra la gonorrea, y los datos necesarios para informar la planificación del programa a largo plazo y la extensión a la población en general.

La sepsis es una respuesta desregulada del huésped a una infección que conduce a una disfunción orgánica potencialmente mortal. La mitad de los 50 millones de personas afectadas por sepsis en todo el mundo cada año son neonatos y niños menores de 19 años. Esta carga sobre la población pediátrica se traduce en un impacto desproporcionado en la salud infantil mundial en términos de años de vida perdidos, morbilidad y oportunidades perdidas para que los niños alcancen su potencial de desarrollo. Esta serie sobre sepsis pediátrica presenta el estado actual del diagnóstico y el tratamiento de la sepsis en niños y traza un mapa de los desafíos para aliviar la carga sobre los niños, sus familias y la sociedad. Basándonos en diversas experiencias y conocimientos multidisciplinarios, ofrecemos una hoja de ruta para mejorar los resultados para los niños con sepsis. Este primer artículo de la serie es una revisión narrativa de la carga de la sepsis pediátrica desde entornos de bajos ingresos hasta entornos de altos ingresos. Los avances en la mejora de la operacionalización de la sepsis pediátrica en todos los grupos de edad han facilitado una evaluación más estandarizada de las estimaciones de la Carga Mundial de Morbilidad sobre el impacto de la sepsis en la salud infantil, y se espera que estas estimaciones ganen mayor precisión con la implementación de los nuevos criterios Phoenix para la sepsis. La sepsis sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad infantil, con inmensos costos sociales directos e indirectos. Aunque persisten diferencias regionales sustanciales en relación con la incidencia, la epidemiología microbiológica y los resultados, estas no pueden explicarse solo por las diferencias en el nivel de ingresos. Los conocimientos recientes sobre las secuelas posteriores al alta después de la sepsis pediátrica, que van desde la mortalidad tardía y el deterioro persistente del desarrollo neurológico hasta la reducción de la calidad de vida relacionada con la salud, muestran cuán común es el síndrome posterior a la sepsis en los niños. Por lo tanto, abordar la sepsis como un contribuyente clave a los malos resultados de salud en los niños es un componente esencial de los esfuerzos para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Este es el primero de una serie de cuatro artículos sobre sepsis pediátrica (el artículo 4 aparece en The Lancet Digital Health ). Todos los artículos de la serie están disponibles en thelancet.com/series/paediatric-sepsis

Introducción

La sepsis afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo cada año, la mitad de las cuales son niños menores de 19 años. 1 Esta enorme carga se traduce en un impacto desproporcionado en la salud infantil mundial, en términos de años de vida perdidos, morbilidad (incluida la discapacidad de por vida) y oportunidades perdidas para que los niños alcancen su potencial de desarrollo. El costo extraordinario para los niños, las familias y la sociedad contrasta marcadamente con la cantidad comparativamente pequeña de esfuerzo dedicado a mejorar la prevención, el reconocimiento y el tratamiento de la sepsis pediátrica y garantizar el apoyo de seguimiento para los niños con sepsis. Las disparidades en la equidad en materia de salud mundial perjudican particularmente a los niños, exacerbando su susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. Además, muchos aspectos del manejo de la sepsis pediátrica no están respaldados por suficiente evidencia específica para la pediatría, lo que potencialmente expone a miles de niños a un diagnóstico y una terapia subóptimos.

Esta serie sobre sepsis pediátrica presenta el estado actual de la atención de la sepsis pediátrica. Como grupo diverso, internacional y multidisciplinario de pediatras, enfrentamos desafíos complejos de atención clínica en nuestro trabajo diario en una variedad de entornos y tenemos, colectivamente, una visión única de las barreras para aliviar la carga de la sepsis pediátrica. Con esta serie, enfatizamos la necesidad de una atención holística y ofrecemos una hoja de ruta para mejorar la atención de la sepsis en los niños en todas partes. La sepsis neonatal, dada la diferente epidemiología, susceptibilidad del huésped e implicaciones terapéuticas, está más allá del alcance de esta serie y ha sido analizada en otros lugares. 2

En este primer artículo de la serie, comenzamos con una perspectiva global sobre la carga de sepsis pediátrica y presentamos la epidemiología contemporánea a la luz de la evolución de los criterios de diagnóstico. Nuestra comprensión de los resultados a corto y largo plazo de la sepsis está mejorando y revisamos la evidencia emergente. Analizamos la intersección entre la mejora de los resultados de la sepsis pediátrica y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La sepsis afecta desproporcionadamente a los niños en todos los entornos de atención de la salud y es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en los grupos de edad neonatal y pediátrica. Como se muestra en el primer artículo de esta serie, la incidencia específica por edad de la sepsis es más alta durante los primeros años de vida, antes de acercarse a las tasas de incidencia de los adultos durante la adolescencia. En el segundo artículo de esta serie, nos centramos en la susceptibilidad única de los pacientes pediátricos a la sepsis y en cómo la respuesta desregulada subyacente del huésped se relaciona con aspectos del desarrollo del sistema inmunológico de los niños, factores genéticos, perinatales y ambientales, y comorbilidades y determinantes socioeconómicos de la salud, que a menudo difieren entre niños y adultos. El manejo clínico de vanguardia de la sepsis pediátrica se organiza en torno a tres pilares de tratamiento (diagnóstico, reanimación temprana y titulación de la atención avanzada) y examinamos las pautas de tratamiento disponibles y las limitaciones de la evidencia que las respalda. Siguen existiendo importantes lagunas en la evidencia en áreas clave de la atención de la sepsis pediátrica, especialmente en lo que respecta al reconocimiento, las intervenciones comunes y el apoyo a los supervivientes, y con este fin ofrecemos una hoja de ruta de investigación para la próxima década que podría acelerar el diagnóstico dirigido y el uso personalizado de la inmunomodulación. Sin embargo, la mejora de los resultados para los niños con sepsis depende fundamentalmente de la mejora sistemática de la calidad tanto en el reconocimiento como en el tratamiento, que es el tema del tercer artículo de esta serie. La salud digital, como se muestra en el cuarto y último artículo de esta serie, tiene un potencial prometedor para derribar las barreras que impiden el progreso en la atención de la sepsis pediátrica y, en última instancia, la salud infantil mundial.

Este es el segundo de una serie de cuatro artículos sobre sepsis pediátrica (el artículo 4 aparece en The Lancet Digital Health ). Todos los artículos de la serie están disponibles en thelancet.com/series/paediatric-sepsis

La sepsis es una respuesta desregulada del huésped a la infección que conduce a una disfunción orgánica potencialmente mortal. La mitad de los 50 millones de personas afectadas cada año por la sepsis en el mundo son neonatos y niños menores de 19 años. Esta carga sobre la población pediátrica se traduce en un impacto desproporcionado sobre la salud infantil mundial en términos de años de vida perdidos, morbilidad y pérdida de oportunidades para que los niños alcancen su potencial de desarrollo. Estas series sobre sepsis pediátrica presentan el estado actual del diagnóstico y el tratamiento de la sepsis en niños, y trazan un mapa de los retos para aliviar la carga que soportan los niños, sus familias y la sociedad. Basándose en diversas experiencias y conocimientos multidisciplinarios, ofrecemos una hoja de ruta para mejorar los resultados de los niños con sepsis.

(Evolution of serotypes and antibiotic susceptibility of Salmonella spp in the Castellón Health District (Spain)). Rev Esp Quimioter 2024; 37(4): 362-364

Salmonella spp. se clasifica en serotipos en base a la caracterización de sus antígenos somáticos y flagelares. Es conocido que la incidencia de las infecciones causadas por los diferentes serotipos varía mucho de unas regiones a otras debido a las diferencias culturales, a las prácticas de producción de alimentos, la ubicación geográfica y el nivel de desarrollo económico [1,2]. Con el objetivo de conocer la epidemiología de las gastroenteritis causadas por Salmonella spp. en nuestro Departamento de Salud y su sensibilidad antibiótica, estudiamos la evolución de sus serotipos durante un periodo de 30 meses incluyendo el año posterior a la fecha en la que se decretó el estado de alarma para hacer frente a la COVID-19.

Comentario GPI: No es un estudio exclusivamente pediátrico. Se incluye porque el grupo de menores de 5 años fue el más prevalente (32%)”.

INTRODUCCIÓN

Salmonella spp. es un microorganismo infrecuente en las infecciones del torrente sanguíneo entre los pacientes pediátricos de nuestro entorno, aunque en los países en desarrollo es el organismo causal más frecuente en los hemocultivos.

MÉTODOS

Se describieron los niños que acudieron a los servicios de urgencias pediátricas y fueron diagnosticados de bacteriemia por Salmonella (BS) y se identificaron los predictores clínicos y de laboratorio de un mal pronóstico (es decir, complicaciones, secuelas y muerte) mediante un análisis bivariante. Se realizó un estudio observacional y un subanálisis de un registro prospectivo multicéntrico, incluyendo pacientes <18 años de edad con hemocultivo positivo obtenido en cualquiera de los 22 servicios de urgencias pediátricas españoles participantes entre 2011 y 2016. Se consideraron factores de riesgo de SB la edad temprana, las enfermedades crónicas, el tratamiento inmunosupresor y la alteración de la flora intestinal.

RESULTADOS

De los 55 pacientes con BS (3,2% de las bacteriemias registradas), 32 (58,2%) no presentaban factores de riesgo de SB, 42 (76,3%) tenían un triángulo de valoración pediátrica normal y 45 (81,8%) una infección gastrointestinal asociada (gastroenteritis aguda o fiebre entérica). Nueve (16,4%) tuvieron una mala evolución, incluida una muerte (1,8%). La evolución desfavorable fue más frecuente en los pacientes con un triángulo de valoración pediátrica anormal [odds ratio (OR): 51,6; intervalo de confianza (IC) del 95%: 9,2-289,5], una exploración física alterada (OR: 15,2; IC del 95%: 4,4-58,8) y una proteína C reactiva elevada (OR: 1,01; IC del 95%: 1,005-1,03).

CONCLUSIONES

La mayoría de los BS estaban relacionados con una infección gastrointestinal. Uno de cada 6 niños tuvo una mala evolución; un triángulo de valoración pediátrica anormal a la llegada (25% de los pacientes) fue el principal factor de riesgo identificado.

INTRODUCCIÓN

En junio de 2022, las autoridades sanitarias francesas emitieron una recomendación universal para la administración sistemática y el reembolso de las vacunas contra el rotavirus en lactantes. Dada esta reciente recomendación de las autoridades sanitarias francesas, se buscó comprender el impacto en la salud pública de una estrategia de vacunación universal contra el rotavirus en comparación con la no vacunación.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se desarrolló un modelo de transmisión dinámico, no lineal, determinista y estructurado por edades, que tiene en cuenta la inmunidad de rebaño. Se consideraron 3 escenarios de cobertura vacunal: alta (95%), media (75%) y baja (55%). Los valores de los parámetros del modelo se basaron en modelos publicados y en la literatura epidemiológica. Los resultados del modelo incluyeron los casos de gastroenteritis por rotavirus (GRV) y la utilización de recursos sanitarios debida a la GRV (hospitalizaciones, visitas al médico de cabecera o al servicio de urgencias), así como el número necesario de vacunaciones para prevenir 1 caso de GRV (leve o grave) y 1 hospitalización relacionada con la GVR. La calibración del modelo y los análisis se realizaron con Mathematica 11.3.

RESULTADOS

Se estima que en los 5 años siguientes a la implementación, los casos de GRV en niños menores de 5 años se reducirán en un 84% en un escenario de cobertura de vacunación alta, en un 72% en un escenario de cobertura de vacunación media y en un 47% en un escenario de cobertura de vacunación baja. En todos los escenarios, el número necesario de vacunaciones para evitar un caso de GRV y una hospitalización varió entre 1,86-2,04 y 24,15-27,44, respectivamente.

CONCLUSIONES

Se espera que la vacunación contra el rotavirus con una cobertura de vacunación alta en Francia reduzca sustancialmente el número de casos de GRV y la utilización de recursos sanitarios asociados.

INTRODUCCIÓN

Durante el otoño/invierno de 2022, los pediatras del Reino Unido informaron de un aumento no estacional de las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A; una proporción llamativa se presentó con neumonía con derrame paraneumónico.

MÉTODOS

Se solicitó a los clínicos de todo el Reino Unido que enviaran datos clínicos seudonimizados utilizando un formulario de informe estandarizado para niños (<16 años) ingresados entre el 30 de septiembre de 2022 y el 17 de febrero de 2023, con neumonía estreptocócica del grupo A microbiológicamente confirmada con derrame paraneumónico.

RESULTADOS

De los 185 casos presentados, la mediana de edad de los pacientes fue de 4,4 años, y 163 (88,1%) estaban previamente sanos. Se detectó coinfección viral respiratoria al ingreso en 101/153 (66,0%) niños mediante un panel de reacción en cadena de la polimerasa de patógenos respiratorios ampliado. Las pruebas moleculares fueron el método principal para detectar estreptococos del grupo A en el líquido pleural (86/171; 50,3% muestras). Se realizó tratamiento quirúrgico primario en 171 (92,4%) niños; a 153/171 (89,4%) se les insertó un drenaje pleural (96 con agente fibrinolítico), a 14/171 (8,2%) se les practicó cirugía toracoscópica asistida por vídeo. La duración de la fiebre tras el ingreso fue prolongada (mediana, 12 días; intervalo intercuartílico, 9-16). La duración de los antibióticos intravenosos fue variable (mediana, 14 días; intervalo intercuartílico, 12-21), y muchos niños recibieron múltiples antibióticos de amplio espectro, aunque las pruebas de infección bacteriana adicional fueron limitadas.

CONCLUSIONES

La mayoría de los casos se produjeron con coinfección viral, un riesgo previamente bien reconocido con la gripe y la varicela zóster, lo que pone de relieve la necesidad de garantizar la cobertura de vacunación sistemática y el progreso de las vacunas para otros virus comunes (p. ej., virus sincitial respiratorio, metapneumovirus humano) y para el estreptococo del grupo A. Las pruebas moleculares son valiosas para detectar la coinfección vírica y confirmar el diagnóstico de estreptococo invasor del grupo A, agilizando la incorporación de los casos a los sistemas nacionales de notificación. El alcance y la duración de los antibióticos administrados por vía intravenosa demostraron la necesidad de investigar sobre la duración óptima de los antimicrobianos y mejorar la administración.

Aunque lo más frecuente es que los niños sufran formas más leves de infección por Clostridium difficile adquirida en la comunidad, se han registrado casos graves y desenlaces mortales. En este estudio identificamos a los niños mayores (>12 años) y a los pacientes que se sometieron a una intervención quirúrgica hasta 6 meses antes del inicio de la infección por Clostridium difficile como un subgrupo con un riesgo algo mayor de sufrir una infección grave por Clostridium difficile adquirida en la comunidad.

El riesgo y la gravedad de la Enfermedad Pneumocócica Invasiva (ENI) son mayores en niños con inmunodeficiencia subyacente. En niños totalmente vacunados frente a S. pneumoniae, la ENI podría ser un indicio de inmunodeficiencia primaria, especialmente en ausencia de otros factores de riesgo aparentes. Según el Libro Rojo de la Academia Americana de Pediatría de 2021, debe considerarse la evaluación del estado y la función inmunitaria de un niño si manifiesta una ENI causada por un serotipo cubierto por la Vacuna Neumococo-Conjugada 13-valente (VNC13). Si han recibido al menos 2 dosis de VNC13 al menos 2 semanas antes del inicio de la enfermedad. En la actualidad, no existen directrices que respalden la evaluación rutinaria del sistema inmunitario tras el episodio inicial de enfermedad estreptocócica invasiva o infecciones por Streptococo del Grupo A. Por lo tanto, existe una variabilidad significativa en las prácticas clínicas en torno a las evaluaciones inmunológicas tras una enfermedad estreptocócica invasiva. La presente revisión pretende dilucidar las pruebas de la necesidad de una evaluación inmunológica en niños con ENI.

Identificar los factores asociados con el sobretratamiento de la presunta infección del tracto urinario (ITU) entre niños con espina bífida utilizando dichos criterios.

Diseño del estudio

Se realizó una revisión retrospectiva de niños con espina bífida (edad <21 años) evaluados en el Departamento de Emergencias (ED) en una sola institución. Se incluyeron pacientes con un análisis de orina (AU) realizado que dependían del vaciado asistido de la vejiga. El resultado primario fue el sobretratamiento, definido como recibir antibióticos para una presunta ITU pero finalmente no cumplir con los criterios de ITU por espina bífida (≥2 síntomas urológicos más piuria y cultivo de orina que crece >100k UFC/mL). La exposición primaria fue si los componentes de los criterios disponibles en el momento de la visita al DE (≥2 síntomas urológicos más piuria) se cumplieron cuando se iniciaron los antibióticos.

Resultados

Entre 236 consultas en urgencias, el tratamiento excesivo se produjo en el 80 % de los casos en los que se iniciaron antibióticos (47 % de toda la cohorte). La piuria con <2 síntomas urológicos fue el factor más importante asociado con el tratamiento excesivo (OR 9,6). La raza blanca no hispana se asoció con una menor probabilidad de tratamiento excesivo (OR 0,3).

Conclusiones

El tratamiento excesivo de una presunta infección urinaria entre los pacientes con espina bífida fue común. La piuria, que no es específica de la infección urinaria en esta población, fue el principal factor desencadenante del tratamiento excesivo. Los síntomas son una piedra angular del diagnóstico de la infección urinaria entre los niños con espina bífida, deben recopilarse de manera estandarizada y considerarse en la decisión de tratar.

Introducción

Hay datos limitados sobre la dinámica viral del coronavirus 2 (SARS-CoV-2) del síndrome respiratorio severo en niños. Comprender los cambios en la carga viral a lo largo de la enfermedad y la duración de la diseminación viral puede proporcionar información sobre la dinámica de transmisión para informar las decisiones de salud pública y control de infecciones.

Métodos

Realizamos un estudio de cohorte prospectivo de niños de 18 años o menos con SARS-CoV-2 confirmado por reacción en cadena de la polimerasa entre el 1 de febrero de 2022 y el 14 de marzo de 2022. Las pruebas de SARS-CoV-2 se realizaron en muestras diarias durante 10 días; un subconjunto de participantes completó pruebas rápidas de antígenos (RAT) diarias. Las trayectorias del ARN viral se describieron en relación con el inicio y la resolución de los síntomas. Las asociaciones entre el tiempo desde el inicio/resolución de los síntomas y la carga viral no infecciosa se evaluaron mediante un modelo de riesgos proporcionales de Cox.

Resultados

Entre 101 niños de 2 a 17 años, la mediana del tiempo hasta la carga viral no infecciosa definida por el estudio fue de 5 días después de la aparición de los síntomas; el 75 % alcanzó este umbral a los 7 días y el 90 % a los 10 días. El día de la resolución de los síntomas y el día después, 43 (49%) y 52 (60%) de 87 habían alcanzado los umbrales no infecciosos, respectivamente. De los 50 participantes que completaron una RAT, la positividad al inicio de los síntomas y al día siguiente del inicio de los síntomas fue del 67 % (16/24) y del 75 % (14/20). El primer día en el que se alcanzó el umbral no infeccioso, el 61 % (n = 27/44) de los resultados de la RAT de los participantes fueron positivos.

Conclusiones

Los niños suelen alcanzar el umbral de no infecciosidad definido por el estudio el día después de la resolución de los síntomas. Las RAT a menudo fueron negativas en las primeras etapas de la enfermedad y no se debe confiar en ellas para excluir la infección.

Introducción

La infección asintomática por SARS-CoV-2 en niños tiene una alta prevalencia, pero sus implicaciones agudas y crónicas se han descrito mínimamente.

Métodos

En este estudio controlado de transmisión doméstica de casos determinados, reclutamos a niños asintomáticos <18 años con pruebas de ácido nucleico de SARS-CoV-2 realizadas en 12 instituciones pediátricas de atención terciaria en Canadá y Estados Unidos. Intentamos reclutar a todos los niños con pruebas positivas y de 1 a 3 controles emparejados en el sitio con pruebas negativas. Después de 14 días de seguimiento, evaluamos las tasas de ataque secundario (SAR) clínicas (es decir, sintomáticas) y combinadas (es decir, con pruebas positivas o sintomáticas) entre los contactos del hogar. Además, se evaluó la condición post-COVID-19 (PCC) en los niños participantes positivos para SARS-CoV-2 después de 90 días de seguimiento.

Resultados

Entre enero de 2021 y abril de 2022 se analizaron un total de 111 niños asintomáticos con pruebas positivas y 256 niños asintomáticos con pruebas negativas para el SARS-CoV-2. Después de 14 días, excluyendo los cuidadores con casos coprimarios, el SAR clínico entre los contactos domésticos del SARS-CoV-2 de los niños con índice positivo y negativo fueron 10,6% (19/179; IC 95%: 6,5%-16,1%) y 2,0% (13/663; IC 95%: 1,0%-3,3%), respectivamente (riesgo relativo = 5,4; IC 95%: 2,7-10,7). En hogares con un índice positivo de SARS-CoV-2, la edad <5 años de edad, ser presintomático (es decir, desarrollar síntomas después de la prueba) o dar positivo durante los períodos de circulación de Omicron y Delta (en comparación con antes) se asociaron con un aumento clínico y SAR combinados entre contactos del hogar. Entre 77 niños asintomáticos infectados por SARS-CoV-2 con un seguimiento de 90 días, 6 (7,8 %; IC 95 %: 2,9 %–16,2 %) informaron PCC.

Conclusiones

Los niños asintomáticos infectados por SARS-CoV-2, especialmente los menores de 5 años, contribuyen de manera importante a la transmisión doméstica: 1 de cada 10 contactos domésticos expuestos desarrolla una enfermedad sintomática en un plazo de 14 días. Los niños asintomáticos infectados por SARS-CoV-2 pueden desarrollar PCC.

Introducción

La circulación del virus respiratorio sincitial (VRS) disminuyó notablemente al comienzo de la pandemia de COVID-19, seguida de un resurgimiento con un mayor número de casos. La hipótesis de la “deuda de inmunidad” propone que la población pediátrica sin VRS aumentó durante el período de baja transmisión. Sin embargo, la evidencia que respalda esta hipótesis es limitada y el papel de cambiar las prácticas de prueba en el aumento percibido no se ha evaluado de manera integral.

Métodos

Realizamos un análisis retrospectivo multicéntrico de 342 530 muestras de VRS y 980 546 pruebas de diagnóstico de VRS realizadas en 32 hospitales pediátricos de EE. UU. entre 2013 y 2023. Utilizamos análisis de series de tiempo interrumpido para estimar los cambios asociados a la pandemia en el volumen de pruebas y pacientes con VRS y para cuantificar los cambios en las proporciones de pacientes que requirieron hospitalización, cuidados intensivos o ventilación mecánica. Cuantificamos la fracción de los cambios en el recuento de casos y en la edad de los pacientes diagnosticados atribuibles a cambios en las pruebas.

Resultados

El volumen de pacientes con VRS aumentó 2,4 veces (intervalo de confianza [IC] del 95 %: 1,7, 3,5) en 2021-2023 en relación con la fase prepandémica y estuvo acompañado de un aumento de 18,9 veces (IC del 95 %: 15,0, 23,9) en volumen de prueba de VRS. Los cambios en el volumen y la edad de los pacientes se atribuyeron en gran medida al aumento de las pruebas. Las proporciones de pacientes con VSR que requirieron hospitalización, cuidados intensivos o ventilación mecánica disminuyeron significativamente en todos los grupos de edad de pacientes.

Conclusiones

Un aumento en las pruebas del VSR, más que en la circulación viral, probablemente sea debido al aumento del recuento de casos observado en 2021-2023. Estos hallazgos justifican una evaluación crítica de la hipótesis de ¨deuda de inmunidad¨ y resaltan la importancia de considerar el denominador de prueba cuando las estrategias de vigilancia son dinámicas.

Los niños con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH, CWH) tienen un alto riesgo de contraer tuberculosis (TB) y enfrentan malos resultados, a pesar de la terapia antirretroviral (TAR). Evaluamos los resultados en niños con y sin VIH tratados por tuberculosis no grave en el ensayo SHINE.

Métodos

SHINE fue un ensayo aleatorizado que inscribió a niños menores de 16 años con tuberculosis no grave y baciloscopia negativa, que fueron asignados al azar para recibir 4 versus 6 meses de tratamiento contra la tuberculosis y se les dio seguimiento durante 72 semanas. Evaluamos la recaída/recurrencia de la tuberculosis, la mortalidad, las hospitalizaciones, los eventos adversos de grado ≥3 según el estado del VIH y la supresión virológica del VIH en CWH.

Resultados

De 1204 niños inscritos, 127 (11%) eran CWH, de edad similar (mediana, 3,6 años; rango intercuartil, 1,2, 10,3 versus 3,5 años; 1,5, 6,9; P = 0,07) pero con menor peso (peso para la edad). puntuación z, −2,3; < 0,01) en comparación con niños sin VIH. Un total de 68 (54%) CWH no habían recibido tratamiento previo; la mediana del recuento de CD4 inicial fue de 719 células/mm3 (241-1134), y la del porcentaje de CD4 fue de 16. % (10–26) . Los CWH tenían más probabilidades de ser hospitalizados (odds ratio ajustado, 2,4; 1,3–4,6) y de morir (hazard ratio ajustado [aHR], 2,6; intervalo de confianza [IC] del 95 %, 1,2 a 5,8). El estadio de VIH , edad < 3 años (aHR, 6,3; 1,5, 27,3), la desnutrición (aHR, 6,2; 2,4, 15,9) y la hemoglobina <7 g/dL (aHR, 3,8; 1,3,11,5) predijeron de forma independiente la mortalidad entre los niños con carga viral disponible. VL), el 45% y el 61% de las CWH tuvieron VL <1000 copias/mL en las semanas 24 y 48, respectivamente. No hubo diferencias en el efecto de la duración del tratamiento aleatorio (4 versus 6 meses) sobre los resultados del tratamiento de la tuberculosis según el estado del VIH (P). . para interacción = 0,42).

Conclusiones

No se encontró evidencia de una diferencia en los resultados de la tuberculosis entre cuatro y seis meses de tratamiento para CWH tratados por tuberculosis no grave. Independientemente de la duración del tratamiento contra la tuberculosis, las CWH tuvieron tasas más altas de mortalidad y hospitalización que sus contrapartes sin VIH.

Introducción

En entornos de altos recursos, la supervivencia de los niños con inmunodepresión (CI) ha aumentado y se utilizan cada vez más terapias inmunosupresoras. Este estudio tuvo como objetivo determinar las características clínicas, el rendimiento de las herramientas de diagnóstico y el resultado de los niños con tuberculosis (TB) en Europa.

Métodos

Estudio multicéntrico y emparejado de casos y controles dentro del Grupo Europeo de Ensayos de la Red de Tuberculosis Pediátrica, que evalúa casos de tuberculosis <18 años diagnosticados entre 2000 y 2020.

Resultados

Se incluyeron un total de 417 casos de tuberculosis, incluidos 139 niños con CI (virus de inmunodeficiencia humana, errores congénitos de la inmunidad, inmunosupresión inducida por fármacos y otras afecciones inmunocomprometidas) y 278 niños sin CI como controles. La tuberculosis no respiratoria fue más frecuente entre los casos que entre los controles (32,4% frente a 21,2%; P = 0,013). Los pacientes con CI tuvieron una mayor probabilidad de presentar una enfermedad grave (57,6 % frente a 38,5 %; P < 0,001; odds ratio [intervalo de confianza del 95 %], 2,073 [1,37–3,13]). Los niños con CI tuvieron tasas más altas de resultados falsos negativos en la prueba cutánea de tuberculina (31,9 % frente a 6,0 %; P < 0,001) y en la prueba QuantiFERON-TB Gold (30,0 % frente a 7,3 %; P < 0,001) en el momento del diagnóstico. En general, la tasa de confirmación microbiológica fue similar en los casos con y sin CI (58,3% frente a 49,3%; P = 0,083). Aunque la mortalidad en niños con CI fue <1%, la tasa de secuelas a largo plazo fue significativamente mayor que en los casos sin CI (14,8% frente a 6,1%; P = 0,004).

Conclusiones

Los niños con inmunodeficiencias y tuberculosis en Europa tienen mayores tasas de tuberculosis no respiratoria, enfermedades graves y secuelas a largo plazo. Las pruebas de tuberculosis basadas en el sistema inmunológico tienen poca sensibilidad en esos niños. Las investigaciones futuras deberían centrarse en desarrollar pruebas inmunológicas de tuberculosis mejoradas que funcionen mejor en pacientes con CI y determinar las razones del mayor riesgo de secuelas a largo plazo, con el objetivo de diseñar estrategias de manejo preventivo.

La implementación de programas de administración de antimicrobianos (ASP, por sus siglas en inglés) pediátricos dedicados en 2 hospitales combinados pediátricos y adultos con ASP existentes se asoció con disminuciones sostenidas en el uso de antibióticos pediátricos desproporcionadas con las disminuciones observadas en las unidades de pacientes hospitalizados para adultos. Es posible que los ASP en hospitales combinados no detecten el uso excesivo de antibióticos pediátricos sin incorporar expertos en pediatría

  • Forecasting Hepatitis C Virus Status for Children in the United States: A Modeling Study. Clinical Infectious Diseases, Volume 79, Issue 2, 15 August 2024, Pages 443–450, https://doi.org/10.1093/cid/ciae157

Introducción.

Prácticamente todos los casos de infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en niños en los Estados Unidos se producen por transmisión vertical, pero se desconoce cuántos niños están infectados. Los casos de infección materna por VHC han aumentado en los Estados Unidos, lo que puede aumentar el número de niños infectados verticalmente por VHC. La infección tiene consecuencias a largo plazo para la salud del niño, pero ahora hay opciones de tratamiento disponibles para niños ≥3 años. Reducir las infecciones por VHC en adultos podría disminuir las infecciones por VHC en niños.

Métodos

Utilizando un modelo compartimental estocástico, pronosticamos la incidencia de infecciones por VHC en niños en los Estados Unidos desde 2022 hasta 2027. El modelo consideró la transmisión vertical a niños <13 años y la transmisión horizontal entre personas de 13 a 49 años. Obtuvimos los parámetros del modelo y las condiciones iniciales de la literatura y del Informe de Vigilancia de Hepatitis Viral 2021 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Resultados

Las simulaciones de modelos que suponen un tratamiento antiviral de acción directa para niños predijeron que el número de niños con infección aguda disminuiría ligeramente y el número de niños con infección crónica disminuiría aún más. Por sí solos, el tratamiento y la detección temprana en personas de 13 a 49 años redujeron el número de casos previstos en niños y, en conjunto, estas intervenciones políticas fueron aún más efectivas.

Conclusiones

Según nuestras simulaciones, los casos agudos y crónicos de infección por VHC se mantienen constantes o disminuyen ligeramente en los Estados Unidos. Mejorar la detección temprana y aumentar el acceso al tratamiento en adultos puede ser una estrategia eficaz para reducir la cantidad de niños infectados por el VHC en los Estados Unidos.

Desde enero de 2024, Italia experimenta un brote de tos ferina que afecta principalmente a recién nacidos y lactantes no vacunados con alto riesgo de complicaciones graves y mortalidad; 11 grandes centros pediátricos registraron 108 hospitalizaciones y tres muertes hasta el 10 de mayo. El brote refleja una mayor circulación de Bordetella pertussis y el incumplimiento de las recomendaciones de vacunación durante el embarazo. Las intervenciones de salud pública, incluidas la inmunización materna, la vacunación de los lactantes lo antes posible y la profilaxis posterior a la exposición, son fundamentales para reducir la carga de la tos ferina y prevenir una mayor mortalidad.

Describimos un brote de tos ferina en la región del Vallès de Cataluña, desde septiembre de 2023 hasta abril de 2024. La incidencia fue alta en niños de 10 a 14 años en comparación con brotes anteriores. El limitado impacto en los recién nacidos podría explicarse por la alta cobertura de vacunación durante el embarazo y a los 11 meses de edad en 2022, del 85% y 94,1%, respectivamente. Se debe considerar una tercera dosis de refuerzo durante la preadolescencia y mejorar la cobertura de vacunación en mujeres embarazadas para controlar futuros brotes.

Introducción

El síndrome urémico hemolítico (SUH) es una complicación grave de la infección por Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC). Aunque se conocen los reservorios de STEC, a menudo se desconoce la fuente de infección de los casos esporádicos. En 2023 observamos varios casos de diarrea con sangre con infección por STEC en niños y adolescentes que regresaban de vacaciones.

Objetivo

Nuestro objetivo era explorar la asociación entre los viajes y la diarrea con sangre con la infección por STEC en niños y adolescentes.

Métodos

Incluimos a todos los niños y adolescentes con diarrea con sangre con infección por STEC identificada en 2023 por el sistema de vigilancia de la Red ItalKid-HUS en el norte de Italia. Entrevistamos a las familias de los niños y les enviamos un cuestionario sobre viajes recientes al extranjero. El tiempo de exposición fue de entre 3 días después de su llegada al extranjero y 5 días después de regresar a casa. En el análisis se utilizó un diseño de serie de casos autocontrolados (SCCS).

Resultados

De los 43 casos, 11 desarrollaron SUH. Veintitrés casos no viajaron al extranjero, mientras que 20 habían viajado a varios destinos. La tasa de incidencia (TIR) ​​asociada con los viajes a Egipto fue de 88,6 (intervalo de confianza (IC) del 95%: 17,0–462). El análisis de serotipo excluyó la posibilidad de que una sola cepa causara las infecciones. No encontramos la fuente de las infecciones.

Conclusiones

Existe un riesgo elevado de contraer infección por STEC con diarrea con sangre y SUH asociado con viajes a Egipto. Se necesitan investigaciones específicas para identificar la fuente para implementar medidas preventivas efectivas.

Desde noviembre de 2023, el número absoluto de asistencias a los departamentos de emergencia por neumonía entre niños de 5 a 14 años en Inglaterra ha estado por encima de los niveles esperados para la época del año. Este aumento fue máximo durante marzo de 2024, pero luego persistió hasta principios del verano de 2024 a pesar de la disminución en la prevalencia de patógenos respiratorios estacionales. El vínculo de registros entre las bases de datos del departamento de emergencias y del laboratorio apunta a que esta actividad inusual está impulsada en gran medida por Mycoplasma pneumoniae.

Durante al menos medio siglo, hemos hecho algunas observaciones generales sobre las infecciones intrauterinas: 1. Independientemente del momento de máximo riesgo de transmisión de la madre al feto (que varía según el patógeno), el impacto adverso máximo de la infección (cualquiera que sea el patógeno) sobre el feto es mayor cuando la infección ocurre en el primer trimestre. 2. La infección materna primaria para algunos patógenos, como el citomegalovirus (CMV), probablemente aumenta el riesgo de transmisión y ciertamente aumenta las consecuencias de la infección fetal. 3. Para algunos patógenos (por ejemplo, la rubéola), las infecciones fetales en las primeras semanas de gestación pueden no provocar ninguna respuesta inmune fetal en absoluto (lo que hemos pensado como posiblemente un mecanismo protector de tolerancia mientras el feto aprende por sí mismo). 4. Para todas las infecciones intrauterinas, el cambio de la formación de anticuerpos IgM específicos a IgG se retrasa. 5. La infección intrauterina se asocia con la incapacidad del lactante, incluso después del nacimiento, de detener la replicación de patógenos que suelen ser erradicables (p. ej., rubéola) o de hacer que los patógenos que suelen ser persistentes (p. ej., CMV) entren en estado de latencia; por lo tanto, un sello distintivo de la infección intrauterina es la excreción fácilmente detectable de virus (p. ej., rubéola y CMV) después del nacimiento durante años. No se ha logrado comprender cómo y por qué ocurren estos mecanismos patológicos y qué papel podrían desempeñar las respuestas inmunológicas maternas y fetales.

Resumen

Introducción: la incidencia de la tosferina ha sufrido un aumento durante los años 2023 y 2024, superando en cifras al brote acontecido en 2015. El objetivo principal de este estudio es analizar la situación epidemiológica de la tosferina y la cobertura vacunal frente a la misma en niños y niñas en la provincia de Granada (España) durante los años 2023 y 2024.

Material y métodos: se realizó un estudio descriptivo retrospectivo de la situación epidemiológica de la tosferina en la provincia de Granada a partir de las declaraciones realizadas en el Sistema de Vigilancia Epidemiológico Andaluz (SVEA) durante el año 2023 y las primeras 15 semanas epidemiológicas de 2024.

Resultados: se han notificado un total de 809 casos de tosferina en la provincia de Granada en el período de estudio. El grupo de edad con mayor número de casos fue el de niños y niñas de 11 a 15 años, con 253 casos declarados, seguido por el de los de 1 a 5 años. La tasa de cobertura vacunal en niños y niñas de 11 a 15 años fue del 91%.

Conclusiones: la mayoría de los casos ocurrieron en niños en edad escolar con pauta de vacunación correcta, sin llegar a producirse ningún fallecimiento. La evolución clínica de los niños menores de 1 año que requirieron ingreso hospitalario (29,6%) fue favorable en todos los casos.

Introducción

La tasa de transmisión materno-infantil (TMI) del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha disminuido a menos del 2% en países desarrollados, a pesar de lo cual siguen produciéndose infecciones. Se presentan los datos de la Cohorte Nacional Española de mujeres embarazadas que viven con VIH y sus hijos. Los objetivos fueron describir sus características, evaluar la TMI de VIH, la seguridad del tratamiento antirretroviral (TAR) y la prevalencia de coinfecciones.

Pacientes y métodos

Estudio descriptivo, observacional, prospectivo y multicéntrico con participación de 62 hospitales. Se incluyeron las embarazadas cuyos hijos nacieron entre enero de 2020-diciembre de 2022. Se recogieron prospectivamente características de las madres y niños en REDCap.

Resultados

Hubo 414 pares madre-niño. Las madres fueron migrantes 227/349 (65,1%). La principal vía de adquisición del VIH fue la heterosexual (160/402; 39,8%), seguido de la TMI (44/402; 10,9%). En 313/389 (80,4%) el diagnóstico fue previo al embarazo, 394/402 (98%) recibieron TAR durante la gestación y 356/402 (89,3%) presentaba carga viral indetectable al parto. Hubo 230/388 (59,3%) neonatos nacidos por parto vaginal. La tasa de prematuridad fue 11,1%. La profilaxis neonatal más empleada (358/414; 86,5%) fue monoterapia con zidovudina (AZT). Hubo tres casos de TMI del VIH (0,72% intervalo de confianza [IC] 95%; 0-1,54%), todos ellos con infección intraútero. Todos menos uno recibieron lactancia artificial.

Conclusiones

Actualmente, las mujeres que viven con VIH en nuestro medio son migrantes, diagnosticadas mayoritariamente antes de la gestación y logran una adecuada situación inmunovirológica. Aunque la tasa de TMI es muy baja en nuestro país continúan ocurriendo infecciones prevenibles con diagnóstico y tratamiento más precoces.

Introducción: En California, el brote de viruela símica de 2022 acumuló 5572 casos, el 20% de los casos en EE. UU., hasta el 28 de noviembre de 2022. El 0,3% de los casos correspondieron a niños < 16 años. Se desconoce la tasa de ataque secundario (SAR, por sus siglas en inglés) para los niños que comparten hogares con adultos infectados. El presente trabajo estudia la probabilidad de contagio secundario pediátrico en los hogares con casos confirmados. Además, trata de averiguar la tasa de vacunados posexposición entre los menores en riesgo de contagio intrafamiliar.

Métodos: Se creó una lista de contactos domésticos pediátricos de < 16 años de edad informados hasta el 31 de agosto de 2022. Incluía información demográfica y clínica de los contactos. Las listas de contactos pediátricos se compararon con la base de datos de vacunación del estado para identificar a aquellos que recibieron profilaxis posterior a la exposición (PEP) con la vacuna JYNNEOS.

Resultados: Se identificaron 129 contactos pediátricos domiciliarios expuestos intrafamiliarmente a 79 casos índice, con una mediana de edad de 7 años (rango, 0-15 años). De los 129 contactos, dieciocho (14%) desarrollaron síntomas sospechosos durante los 21 días del periodo de incubación. Todos manifestaron algún tipo de rash cutáneo y algunos añadieron otros síntomas como fiebre, adenopatía, cansancio o mialgias. Entre los 18 contactos sintomáticos, 12 (66,7%) se sometieron a pruebas de viruela símica; 5 (41,2%) fueron casos confirmados, 6 (50%) negativos y 1 (0,8%) tuvieron resultado indeterminado. Seis niños sintomáticos no se sometieron a la prueba de viruela símica (33,3%). En general, se identificaron 6 contactos infectados, lo que resultó en un SAR del 4,7% (6 de 129). La mayoría de los contactos pediátricos en el hogar y 4 de cada 6 niños infectados se identificaron como hispanos/latinos. Solo 18 niños (14%) de los contactos pediátricos informaron haber recibido PEP.

Conclusiones: El SAR fue en general bajo (4,7%) entre los contactos pediátricos en el hogar. Ninguno tenía una enfermedad grave. Esto puede estar subestimado dadas las bajas tasas de pruebas.

INTRODUCCIÓN

Las vacunas antineumocócicas conjugadas (VNC) han demostrado en ensayos controlados aleatorizados y estudios epidemiológicos que previenen la otitis media aguda causada por neumococos del serotipo vacunal, aunque su papel en la prevención de las complicaciones de la otitis media aguda está menos claro. Se planteó la hipótesis de que la VNC 11-valente reduciría las secuelas a largo plazo de la otitis media aguda, incluida la enfermedad del oído de moderada a grave y la pérdida de audición.

MÉTODOS

Este estudio prospectivo de cohortes, denominado estudio 11PCV, incluyó el seguimiento después de 16-20 años de niños previamente inscritos en 2000-04, a la edad de 6 semanas a 6 meses, en el ensayo aleatorizado, controlado con placebo, ARIVAC de PCV 11-valente para la prevención de la neumonía radiográfica. El ensayo ARIVAC y este estudio 11PCV se realizaron en seis centros de estudio de Bohol (Filipinas). La enfermedad del oído se clasificó mediante revisión por video-otoscopia y observaciones derivadas del examen del oído. La clasificación final de la peor enfermedad del oído fue leve (es decir, otitis media aguda, otitis media con derrame, perforación cicatrizada o timpanoesclerosis), moderada (es decir, perforación seca u otitis media adhesiva) o grave (otitis media supurativa crónica). La pérdida de audición se evaluó siguiendo un esquema estándar y se clasificó según el peor oído como leve (>15 a 30 dB de promedio de tonos puros) o de moderada a profunda (>30 dB de promedio de tonos puros). Se calculó la reducción del riesgo relativo y absoluto en el resultado primario de enfermedad del oído de moderada a grave y los resultados secundarios de pérdida de audición leve o de moderada a profunda en adolescentes que recibieron previamente la VNC 11-valente en comparación con los que recibieron placebo durante la infancia en ARIVAC.

RESULTADOS

De los 15 593 niños evaluados para la elegibilidad en ARIVAC, 12 194 fueron asignados al azar y 8926 estaban vivos y podían ser localizados para su inscripción en este estudio 11PCV entre el 19 de septiembre de 2016 y el 13 de diciembre de 2019. 8321 (4188 en el grupo de la vacuna y 4133 en el grupo del placebo) completaron el seguimiento del estudio 11PCV antes del 30 de marzo de 2020 y tenían datos suficientes para clasificar la enfermedad del oído y ser incluidos en el análisis del resultado primario. El resultado primario de la reducción del riesgo absoluto de enfermedad del oído de moderada a grave en el grupo de la vacuna (310 [7,4%] de 4188) frente a los del grupo placebo (356 [8,6%] de 4133) fue del 1,2% (IC del 95%: 0,0-2,4; p=0,046) y la reducción del riesgo relativo fue del 14,1% (0,0 a 26,0). No hubo diferencias en los resultados secundarios de pérdida de audición leve o moderada a profunda entre los grupos de vacuna y placebo.

CONCLUSIÓN

La reducción del riesgo absoluto de otitis de moderada a grave en la adolescencia del 1,2% (12 por 1000 niños) fue casi tres veces superior a la reducción del 0,45% (4,5 por 1000 niños) de neumonía radiográfica en los 2 primeros años de vida mostrada en ARIVAC. La administración de PCV 11-valente en la infancia se asoció a reducciones absolutas y relativas del riesgo de secuelas de otitis media aguda entre 16 y 20 años después del ensayo ARIVAC original.

Bibliografía julio-agosto 2024

Top Ten

En la Región de Murcia (España) se desarrolló un programa multifacético, participativo y abierto basado en un enfoque cualitativo y cuantitativo con el objetivo de reducir el uso de antibióticos en niños menores de 3 años con diagnóstico de infecciones del tracto respiratorio superior (otitis media aguda, faringitis y resfriado común). El consumo de antibióticos se midió utilizando la dosis diaria definida por 1000 habitantes por día (DHD). Los datos previos a la intervención mostraron una prevalencia de prescripciones de antibióticos en el ámbito de atención primaria del 45,7% y una DHD de 19,05. En 2019, después del primer año de implementación del programa, el consumo de antibióticos fue de 10,25 DHD con una disminución general del 48% en comparación con 2015. Aunque el consumo de antibióticos disminuyó en todas las áreas de salud, hubo una gran variabilidad en la magnitud de las disminuciones en las áreas de salud (p. ej., 12,97 frente a 4,77 DHD). El programa de intervención fue eficaz para reducir el uso de antibióticos en niños menores de 3 años con enfermedades respiratorias superiores comunes, pero las reducciones en el consumo de antibióticos no fueron consistentes entre todas las áreas de salud involucradas.

En las últimas décadas, se han producido profundos cambios en el manejo de la infección urinaria en pediatría, a partir de estudios que cuestionaban la eficacia de las estrategias para prevenir el daño renal y la evolución posterior a enfermedad renal crónica, muy poco probable en la mayoría de los casos. No obstante, todavía existe una gran variabilidad clínica en el manejo e incertidumbre en cuestiones relativas al diagnóstico, la indicación de una exploración radiológica, el tratamiento o el seguimiento de estos niños. La actualización de la guía de práctica clínica española ha examinado en la literatura publicada desde el año 2009 y de modo riguroso aspectos de la práctica actual, considerando la evidencia de los beneficios de cada intervención, junto con los riesgos asociados y desventajas, para intentar delimitar las pautas de actuación más precisas

La terapia antibiótica intravenosa (IV) es un pilar del tratamiento para numerosas infecciones bacterianas, pero se asocia con una mayor duración de la hospitalización, mayores costes sanitarios, oportunidades de infección de la vía y otras complicaciones, y una calidad de vida del paciente potencialmente reducida, en comparación con la terapia antibiótica oral. En los niños, establecer y mantener el acceso IV puede ser particularmente difícil y potencialmente traumático. Por lo tanto, la transición a la terapia antibiótica oral es importante, pero con frecuencia se producen retrasos injustificados. Las duraciones prescritas del tratamiento antibiótico, tanto para adultos como para niños, se basan a menudo en dogmas históricos más que en pruebas de alta calidad. Sin embargo, un conjunto importante de ensayos clínicos ha demostrado que la terapia oral es al menos tan eficaz como la terapia intravenosa en adultos con diversos tipos de infecciones, y también se han realizado investigaciones limitadas para el tratamiento de enfermedades neonatales y pediátricas comunes, junto con duraciones más cortas de la terapia total. El grupo de Enfermedades Infecciosas Pediátricas de Australia y Nueva Zelanda publicó una revisión sistemática y directrices sobre este tema en 2016, mientras que se están llevando a cabo esfuerzos similares en la medicina de adultos. En esta revisión consideramos los desarrollos recientes en esta área, con estudios que desafían las prácticas tradicionales con respecto al cambio de antibióticos IV a orales y la duración de la terapia en niños inmunocompetentes y neonatos.

INTRODUCCIÓN

El diagnóstico de la infección del tracto urinario (ITU) en el ámbito pediátrico sigue siendo un tema de debate. En 2011, la Academia Americana de Pediatría (AAP) introdujo nuevas directrices para el diagnóstico de la ITU en pacientes de 2 a 24 meses de edad. Sin embargo, surgieron preocupaciones con respecto a estas directrices.

MÉTODOS

Se trata de un estudio retrospectivo de extracción de datos que incluyó a pacientes de 0 a 6 meses de edad que fueron examinados en el servicio de urgencias pediátricas entre 2016 y 2021 y a los que se les realizó un urocultivo. Para cada paciente, se registraron el diagnóstico documentado en las historias clínicas, el diagnóstico basado en las directrices de la AAP e Israel, y el diagnóstico según nuestros 2 protocolos propuestos. Luego se comparó el porcentaje de diagnósticos de ITU según cada pauta diagnóstica.

RESULTADOS

Un total de 1432 pacientes menores de 6 meses fueron sometidos a urocultivo durante el periodo de estudio. Un total de 83 (5,81%) de estos pacientes fueron diagnosticados de ITU según las directrices de la AAP, 184 de los pacientes (12,8%) fueron diagnosticados de ITU según las directrices israelíes, 102 (7,1%) y 109 (7,6%) de los pacientes fueron diagnosticados de ITU según nuestra primera y segunda directrices propuestas, respectivamente.

CONCLUSIONES

Se propone un nuevo método diagnóstico (directrices II) adecuado para pacientes mayores de 2 meses, con criterios obligatorios de análisis de orina anormal y un umbral más bajo para el recuento de colonias necesario para el diagnóstico en comparación con las directrices de la AAP. Se requiere más investigación para examinar la sensibilidad y especificidad de nuestras directrices propuestas, de modo que pueda sustituir a las diversas directrices actuales.

INTRODUCCIÓN

La tos ferina es una enfermedad respiratoria muy contagiosa que puede ser especialmente peligrosa para los niños pequeños. La transmisión de la tos ferina se produce a menudo en entornos domésticos y se ve afectada por el momento del tratamiento y la quimioprofilaxis postexposición. Este estudio analiza el riesgo de transmisión secundaria en el hogar y si los retrasos en el diagnóstico de la tos ferina aumentan el riesgo de transmisión en el hogar.

MÉTODOS

Se realizaron 2 estudios poblacionales utilizando una gran base de datos de reclamaciones administrativas representativa a nivel nacional. El primer estudio utilizó un modelo estratificado de incidencia mensual para comparar la incidencia de tos ferina entre los reclutados expuestos a un familiar con tos ferina frente a los no expuestos. El segundo estudio se realizó a nivel de hogar tras el caso índice de tos ferina en cada hogar. Se identificaron retrasos en el diagnóstico del caso inicial en el hogar y se utilizó un modelo de regresión logística para evaluar si dichos retrasos se asociaban a un mayor riesgo de transmisión.

RESULTADOS

La razón de tasas de incidencia de tos ferina fue de 938,99 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 880,19-1001,73] entre los inscritos expuestos a un familiar con tos ferina en relación con los no expuestos. Las probabilidades de transmisión secundaria en los hogares en los que el caso índice sufrió un retraso diagnóstico fueron 5,10 (IC: 4,44-5,85) veces superiores a las probabilidades de transmisión cuando el caso índice no sufrió retraso. Se observó que los retrasos más prolongados se asociaban a un mayor riesgo de transmisión secundaria en el hogar (p < 0,0001).

CONCLUSIONES

Existe una alta tasa de transmisión secundaria de tos ferina en entornos domésticos. Los retrasos en el diagnóstico aumentan la probabilidad de que la tos ferina se transmita en el hogar.

VER MÉTODOS DIAGNÓSTICOS

Protocolos SEUP 2024

Posicionamiento de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica sobre el diagnóstico y tratamiento de la infección por Mycoplasma pneumoniae  An Pediatr (Barc). 2024;101:46-57.

doi: 10.1097/INF.0000000000004461. 

Desde finales de 2023, se ha observado una elevada incidencia y gravedad de las infecciones por Mycoplasma pneumoniae entre los niños de Asia. Posteriormente, esta tendencia se observó en varios países europeos, aunque actualmente se dispone de datos limitados. Realizamos un estudio nacional para delimitar el brote actual de M. pneumoniae en nuestro país.

Métodos: 

Se realizó un estudio observacional retrospectivo multicéntrico en 32 hospitales de España, que incluyó a pacientes menores de 18 años hospitalizados por infección por M. pneumoniae desde enero de 2023 a marzo de 2024. La infección se confirmó mediante reacción en cadena de la polimerasa positiva y/o mediante 2 pruebas serológicas.

Resultados: 

Se incluyeron un total de 623 niños, con un 79% de casos diagnosticados en los últimos 3 meses del período de estudio. La neumonía fue el diagnóstico más común (87%). Los síntomas respiratorios estuvieron presentes en el 97% de los casos, con un 62% requiriendo suplementos de oxígeno y un 14% requiriendo ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP). Los factores de riesgo para el ingreso en la UCIP incluyeron la presencia de síntomas neurológicos, hipoxemia y antecedentes de prematuridad. Los niños ingresados ​​en la UCIP mostraron recuentos de neutrófilos significativamente más altos al momento del ingreso.

Conclusiones: 

Hemos observado un aumento notable de los ingresos hospitalarios, incluido el soporte en la UCI Pediátrica de hasta un 14%, debido a la infección por M. pneumoniae en nuestro país desde noviembre de 2023, lo que indica un curso clínico más grave asociado a este patógeno.

Las infecciones del tracto respiratorio inferior, causadas habitualmente por el virus respiratorio sincitial (VRS) o el Streptococcus pneumoniae (neumococo), suponen una importante carga sanitaria mundial, especialmente en niños menores de 5 años. Un conocimiento más profundo de la relación entre el VSR y el neumococo ayudaría al desarrollo de enfoques sanitarios para la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Se realizó una revisión sistemática para identificar y evaluar las pruebas relativas a la relación entre el VSR y el neumococo en la patogénesis de las infecciones respiratorias infantiles. Encontramos pruebas mecanicistas de interacciones directas entre patógenos y de interacciones indirectas que implican la modulación del huésped. Encontramos una fuerte asociación epidemiológica estacional entre estos dos patógenos, que fue confirmada recientemente por una disminución paralela y un posterior resurgimiento de la enfermedad asociada tanto al VRS como al neumococo durante la pandemia COVID-19. Cabe destacar que la vacunación antineumocócica se asoció a una reducción de las hospitalizaciones por VRS en lactantes, lo que refuerza la importancia de su interacción en la modulación de la enfermedad grave. La evidencia global apoya una amplia interacción biológica y clínica entre el neumococo y el VRS en la patogénesis de las infecciones respiratorias infantiles. Nuestra hipótesis es que la aplicación de vacunas de nueva generación contra el neumococo y el VSR y de anticuerpos monoclonales contra el VSR actuará de forma sinérgica para reducir la morbilidad y mortalidad mundiales relacionadas con las infecciones respiratorias infantiles.

En los niños pequeños, las tasas de infecciones de las vías respiratorias inferiores (IRI) y de enfermedad neumocócica invasiva (ENI) se han asociado con el virus respiratorio sincitial (VSR), el metaneumovirus humano (hMPV), la gripe y la parainfluenza (PIV) (denominados colectivamente aquí como virus asociados a la neumonía y a la enfermedad neumocócica [virus PDA]). Sin embargo, su contribución a la patogenia de estas enfermedades aún no se ha dilucidado. La pandemia de COVID-19 brindó una oportunidad única para examinar la cuestión.

Métodos

Este estudio prospectivo comprendió a todos los niños <5 años, que vivían en el sur de Israel, durante 2016 a 2021. Los datos se recopilaron previamente en múltiples programas de vigilancia prospectiva en curso e incluyen: visitas al hospital por neumonía alveolar adquirida en la comunidad (CAAP), LRI no CAAP; portación neumocócica nasofaríngea (<3 años de edad); actividad del virus respiratorio; y episodios de COVID-19 y ENI en todas las edades a nivel nacional en niños <5 años. Se desarrolló un modelo estadístico jerárquico para estimar la proporción de los diferentes puntos finales clínicos atribuibles a cada virus a partir de datos de series temporales mensuales, estratificados por edad y etnia. Se ajustó un modelo separado para cada punto final, con covariables que incluían una tendencia temporal lineal, variables armónicas de 12 meses para capturar variaciones estacionales inexplicables y la proporción de pruebas positivas para cada virus en ese mes.

Resultados

Durante el período 2016-2021, se notificaron 3204, 26 695, 257 y 619 episodios de CAAP, LRI no CAAP, neumonía bacteriémica neumocócica y ENI no neumonía, respectivamente. En comparación con el período 2016-2019, se observaron amplios descensos en los criterios de valoración de la enfermedad poco después del aumento repentino de la pandemia, coincidiendo con una desaparición completa de todos los virus PDA y la circulación continua de rinovirus (RhV) y adenovirus (AdV). A partir de abril de 2021, se produjeron aumentos repentinos y fuera de temporada de todos los criterios de valoración de la enfermedad, asociados con una dinámica similar entre los virus PDA, que reaparecieron secuencialmente. Utilizando nuestro modelo ajustado a todo el período 2016-2021, el 82% (IC del 95%, 75-88%) de los episodios de CAAP en 2021 fueron atribuibles a los virus respiratorios comunes, al igual que el 22%-31% de los otros criterios de valoración de la enfermedad. Las contribuciones específicas de los virus a la CAAP fueron: VSR, 49% (IC del 95%, 43-55%); hMPV, 13% (10-17%); PIV, 11% (7-15%); gripe, 7% (1-13%). RhV y AdV no contribuyeron. El VSR fue el principal contribuyente en todos los criterios de valoración, especialmente en los lactantes. La prevalencia de portación neumocócica se mantuvo en gran medida estable durante todo el estudio.

Interpretación

El VSR y el hMPV desempeñan un papel fundamental en la carga de CAAP y enfermedad neumocócica en niños. Las intervenciones dirigidas a estos virus podrían tener un efecto secundario en la carga de enfermedad que normalmente se atribuye a las bacterias.

INTRODUCCIÓN

A pesar de la transición epidemiológica mundial hacia una mayor carga de enfermedades no transmisibles, las enfermedades transmisibles siguen causando una morbilidad y mortalidad considerables en todo el mundo. Comprender la carga de una amplia gama de enfermedades infecciosas, y su variación según la geografía y la edad, es fundamental para establecer prioridades de investigación y movilizar recursos en todo el mundo. 

MÉTODOS

Se estimaron los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) asociados a 85 patógenos en 2019, a nivel mundial, regional y para 204 países y territorios. El término patógeno incluyó agentes causales, grupos de patógenos, afecciones infecciosas y categorías agregadas. Aplicamos un enfoque metodológico novedoso para tener en cuenta las causas de muerte subyacentes, inmediatas e intermedias, que contabilizó cada muerte en la que un patógeno tuvo un papel en la vía hacia la muerte. Nos referimos a esta medida como la carga asociada a la infección, que se estimó combinando diferentes fuentes de información. Para comparar la carga entre todos los patógenos, utilizamos ratios específicos de patógenos para incorporar la carga de causas de muerte inmediatas e intermedias para patógenos modelizados previamente por la GBD. Creamos los ratios utilizando datos de múltiples causas de muerte, datos de altas hospitalarias, datos de vinculación y datos de muestreo de tejidos mínimamente invasivos para estimar la fracción de muertes procedentes de la cadena de la vía de la muerte. Multiplicamos los cocientes específicos de patógenos por los años de vida perdidos (AVP) específicos por edad, calculados con los métodos de GBD 2019, y luego añadimos los AVP ajustados a los años vividos con discapacidad (AVAD) específicos por edad de GBD 2019 para producir AVAD ajustados para tener en cuenta las muertes en la cadena. Se utilizaron métodos estándar de GBD para calcular los intervalos de incertidumbre (“II”) del 95% para las estimaciones finales de AVAD tomando los percentiles 2-5 y 97-5 a través de 1.000 extracciones posteriores para cada cantidad de interés. Se proporcionaron estimaciones de la carga correspondientes a todas las edades y específicamente al grupo de edad de menores de 5 años.

RESULTADOS

A nivel mundial en 2019, se estimaron 704 millones (95% II 610-820) de AVAD asociados con 85 patógenos diferentes, incluidos 309 millones (250-377; 43-9% de la carga) en niños menores de 5 años. Esta carga representó el 27-7% (y el 65-5% en los menores de 5 años) de los AVAD totales por todas las causas notificados anteriormente en 2019. Al comparar las subregiones, se observaron diferencias considerables en las cargas estimadas asociadas a patógenos en relación con los AVAD por todas las causas, observándose la carga más alta en el África subsahariana (314 millones [270-368] de AVAD; 61-5% de la carga regional total) y la más baja en la subregión de ingresos altos (31-8 millones [25-4-40-1] de AVAD; 9-8%). Tres patógenos principales fueron responsables de más de 50 millones de AVAD cada uno en 2019: tuberculosis (65-1 millones [59-0-71-2]), paludismo (53-6 millones [27-0-91-3]) y VIH o sida (52-1 millones [46-6-60-9]). El paludismo fue el principal patógeno causante de AVAD en niños menores de 5 años (37-2 millones [17-8-64-2]). También se observó una carga sustancial asociada a patógenos anteriormente menos reconocidos, como Staphylococcus aureus y especies bacterianas Gram negativas específicas (es decir, Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y Helicobacter pylori). Por el contrario, la carga de algunos patógenos fue menor de lo previsto.

INTERPRETACIÓN

Este desglose detallado de los AVAD asociados a una lista exhaustiva de patógenos a nivel mundial, regional y nacional ha revelado la magnitud del problema y ayuda a indicar dónde podría existir un desajuste en la financiación de la investigación. Dado el impacto desproporcionado de la infección en los países de ingresos bajos y medios, un próximo paso esencial es que los países y las partes interesadas pertinentes aborden estas lagunas realizando inversiones específicas.

GBD= Peso Global de la Enfermedad. 

El virus varicela-zóster (VVZ) causa la varicela y el herpes zóster. La varicela, la infección primaria, es muy contagiosa, y en poblaciones sin una elevada cobertura de vacunación contra la varicela, alrededor del 80% de los niños están infectados a la edad de 10 años. Algunos países, como Estados Unidos, Letonia, Italia y Hungría, han introducido programas nacionales de vacunación sistemática contra la varicela. Tras la introducción de la vacunación contra la varicela en Estados Unidos, se ha observado una reducción de la incidencia de la varicela del 76-87%. El herpes zóster (HZ), también conocido como culebrilla, es una reactivación de una infección latente por VVZ. En los países con baja cobertura de vacunación contra la varicela, la varicela en la primera infancia y la inmunosupresión son los principales factores de riesgo de HZ en los niños. Sin embargo, la inmunización generalizada puede cambiar la dinámica en la prevalencia del HZ. El virus de la cepa vacunal, introducido durante la inmunización, también es capaz de provocar una infección latente. Además, se ha debatido si, sin el efecto de refuerzo de la varicela ampliamente extendida, el HZ podría aumentar su prevalencia y aparecer en grupos de edad más jóvenes. El objetivo de esta revisión es describir la epidemiología actual y los factores de riesgo del herpes zóster en niños. Además, se analizan el curso clínico y el tratamiento del HZ.

La conjuntivitis infecciosa (conocida en términos comunes como “ojo rosado” u “ojo rojo”) es una de las enfermedades más comunes de la niñez y afecta a 1 de cada 8 niños anualmente en los Estados Unidos (EE. UU.).

Lo ideal es que el abordaje de la conjuntivitis pediátrica incluya un diagnóstico preciso, la determinación del tratamiento óptimo y una orientación adecuada sobre el regreso a la guardería o la escuela. Se deben excluir otras causas de conjuntivitis (incluidos los traumatismos, las alergias, el uso excesivo de lentes de contacto y la toxicidad química), ya que pueden presentarse de manera similar. Por lo tanto, es importante obtener una historia clínica y realizar un examen porque el tratamiento debe basarse en la etiología. Sin embargo, muchos médicos prescriben un antibiótico oftálmico para la conjuntivitis independientemente de la etiología, y los padres a menudo esperan que se les recete un antibiótico.

La ausencia de un enfoque estandarizado para el cuidado de la conjuntivitis infecciosa pediátrica da como resultado un alto uso de antibióticos y exclusión de las guarderías y de la escuela.

A diferencia de la mayoría de las demás infecciones comunes de la infancia, en los EE. UU. no existen directrices nacionales integrales o estandarizadas sobre el cuidado de los pacientes pediátricos con conjuntivitis infecciosa. Actualmente, la Academia Estadounidense de Oftalmología proporciona directrices para el diagnóstico y el tratamiento de la conjuntivitis en niños y adultos (la asociación de médicos y cirujanos oftalmólogos más grande del mundo), mientras que las recomendaciones sobre el regreso a la escuela y a la guardería las brindan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y en el Libro Rojo publicado por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), que está disponible solo mediante acceso de pago. Ninguna directriz proporciona toda la información necesaria para que los médicos brinden atención basada en evidencia para la conjuntivitis. Además, las directrices de la Academia Estadounidense de Oftalmología y los CDC no distinguen entre recomendaciones para niños y adultos, aunque las etiologías de la conjuntivitis en estas poblaciones son diferentes. Además, informamos anteriormente que ningún médico que entrevistamos en medicina familiar o pediatría en Colorado pudo describir correctamente las pautas recomendadas o dónde encontrar orientación.

En consecuencia, la conjuntivitis representa una carga enorme para los niños, las familias y el sistema de salud, lo que se traduce en gastos asociados a la conjuntivitis de entre 570 y 1.000 millones de dólares anuales en 2024, una parte importante de los cuales se atribuye al uso de la atención médica y al ausentismo laboral independientemente de los costos indirectos como los asociados con el posible mal uso de antibióticos oftálmicos.

Uso de antibióticos para la conjuntivitis

En los niños de 6 meses de edad y mayores, la conjuntivitis infecciosa generalmente se autolimita, los antibióticos ofrecen un beneficio modesto o nulo y no se ha demostrado que reduzcan la transmisión.

Las bacterias son la causa más común de conjuntivitis infecciosa en niños, mientras que la etiología viral es la más común en adultos y, en general, se cree que los virus causan hasta el 80% de todos los casos de conjuntivitis aguda.

En una reciente revisión Cochrane de 8.805 participantes que incluyó algunos niños en 21 ensayos controlados aleatorios calificados, los antibióticos aumentaron la recuperación clínica y la curación microbiológica de los pacientes con conjuntivitis bacteriana con una certeza moderada de evidencia.

Sin embargo, las implicaciones para la práctica incluyen sopesar estos beneficios frente a factores que no están bien establecidos o cuantificados, incluida la morbilidad relativamente baja y la historia natural autolimitada de la mayoría de los casos de conjuntivitis aguda. Una revisión sistemática anterior de estudios pediátricos encontró que la mayoría de los niños con conjuntivitis (>74%) se resuelve sin antibióticos dentro de los 2 a 7 días posteriores al inicio de los síntomas, en comparación con el 80% que recibe un antibiótico y que sería necesario tratar a 13 niños para obtener un beneficio sintomático para un niño.

Estos hallazgos llevaron a los autores de una revisión sistemática Cochrane anterior a concluir que el tratamiento con antibióticos “ofrece sólo beneficios marginales en la mejora de los resultados clínicos” en particular, no se ha demostrado que los antibióticos reduzcan los riesgos de complicaciones graves de la conjuntivitis, que son poco frecuentes en los EE. UU. Además, ni la investigación microbiológica para la etiología ni la “cura microbiológica” (realizada en varios ensayos farmacéuticos incluidos en la revisión Cochrane) se llevan a cabo habitualmente en la práctica clínica. Existe un inmunoensayo de diagnóstico rápido en el punto de atención (POC) para el adenovirus, pero no se ha validado para su uso en niños. Además, la sensibilidad y especificidad han mostrado una alta variabilidad que puede deberse a la variación en los serotipos de adenovirus o a la técnica de hisopado. Por lo tanto, una prueba negativa no descarta la presencia de adenovirus, ni una prueba positiva indica que no existe una infección bacteriana. Por lo tanto, no se puede utilizar de manera confiable para determinar si un niño tiene una infección bacteriana o viral.

Dada la naturaleza autolimitada de la mayoría de los casos de conjuntivitis, otros países, incluido el Reino Unido, recomiendan no prescribir sistemáticamente antibióticos oftálmicos para la conjuntivitis no grave.

Estas recomendaciones han dado como resultado una disminución en las tasas de prescripción de antibióticos. En cambio, a la mayoría de los niños (73%) con conjuntivitis en los Estados Unidos se les sigue prescribiendo un antibiótico oftálmico.

Esta práctica es problemática por varias razones. En primer lugar, el uso de antibióticos oftálmicos cuando no están indicados contribuye a la resistencia antimicrobiana oftálmica y nasofaríngea.

El uso excesivo de fluoroquinolonas oftálmicas es particularmente preocupante porque es un tratamiento fundamental para la queratitis bacteriana grave, que puede causar ceguera, mientras que la conjuntivitis no lo hace. En segundo lugar, el uso de antibióticos oftálmicos altera la microbiota protectora normal del ojo, en cuanto a composición, diversidad y proporción de microbios en la superficie ocular.

El microbioma de la superficie ocular tarda en recuperarse, durante el cual se presume que contiene muchas bacterias resistentes a los antimicrobianos y, en algunos casos, puede que no se recupere.

Estos cambios pueden colocar a los niños en mayor riesgo de sufrir infecciones futuras porque el microbioma juega un papel fundamental en la inmunidad oftálmica.

En tercer lugar, los eventos adversos relacionados con medicamentos ocurren hasta en el 14% de los pacientes que reciben un antibiótico oftálmico.

El efecto adverso más frecuente es la toxicidad de la superficie ocular, que provoca un empeoramiento de los signos y síntomas de la conjuntivitis, incluido un aumento del enrojecimiento y la inflamación del ojo. En estos casos, a los niños se les pueden recetar ciclos repetidos de diferentes antibióticos oftálmicos con el pretexto de que el tratamiento ha fracasado, pero la situación se resuelve cuando se interrumpen los antibióticos.

Los factores clave del uso innecesario de antibióticos para la conjuntivitis incluyen (1) políticas de guarderías y escuelas que requieren el uso de antibióticos antes del regreso, (2) expectativas de los padres de una prescripción de antibióticos y (3) protocolos de los sistemas de salud que exigen la prescripción rutinaria de antibióticos por parte de enfermeras y líneas de triaje de enfermeras.

Algunos departamentos de salud estatales y muchos distritos escolares locales y guarderías requieren que los niños hayan usado un antibiótico oftálmico durante 24 horas antes de poder regresar a la escuela.

Esta práctica es tan común que la página web “Pregúntele al pediatra” de la AAP recomienda a las familias que consulten a su pediatra porque “…muchas escuelas tienen una política según la cual un niño puede regresar a la escuela 24 horas después de comenzar a usar gotas antibióticas para la conjuntivitis”.

De hecho, 12 de los 50 estados requieren que los estudiantes en edad escolar consulten a un profesional médico y/o comiencen a tomar antibióticos durante 24 horas antes de regresar a la escuela.

Además de los riesgos que conlleva el uso innecesario de antibióticos, esta práctica es potencialmente perjudicial porque da lugar a un alto uso de los servicios de atención sanitaria, en particular en los servicios de urgencias y salas de emergencia retira a los niños de la escuela y a los padres del trabajo, y tiene costos asociados, que incluyen tiempo fuera del trabajo, el costo de ver o hablar con un profesional médico y el costo del antibiótico que a menudo se receta.

También establece una expectativa para los padres respecto de que su hijo reciba un antibiótico cuando, en la mayoría de los casos, no está indicado.

Otro factor que impulsa las prescripciones de antibióticos es el desarrollo de protocolos estandarizados para enfermeras y líneas de triaje de enfermeras para tratar la conjuntivitis por teléfono.

En apariencia, la razón es aliviar la carga de los padres y del sistema de salud para que los pacientes y los padres tengan una disposición rápida que incluya una receta de antibióticos y una nota de regreso a la escuela. Sin embargo, muchos de estos protocolos, incluidos los publicados por algunas sociedades profesionales, incluyen información inexacta sobre cómo diferenciar entre conjuntivitis viral y bacteriana y protocolizan la prescripción rutinaria de antibióticos oftálmicos para niños en quienes se sospecha conjuntivitis. De hecho, una revisión sistemática reciente que examinó qué hallazgos clínicos distinguen entre etiologías virales y bacterianas de conjuntivitis en pacientes encontró que ningún síntoma o signo único diferenciaba las 2 etiologías con alta certeza.

Exclusión de guarderías y escuelas

Existe una gran variabilidad en las recomendaciones para el regreso a la escuela y a la guardería que se brindan a nivel clínico, escolar o de guardería y de salud pública local, estatal y nacional. Los CDC, la AAP y 10 estados recomiendan no excluir a la mayoría de los niños de la guardería y la escuela, excepto a los niños con síntomas sistémicos como fiebre (alrededor del 17 % de los niños con conjuntivitis).

Sugieren considerar medidas de exclusión similares a las que se utilizan para las infecciones respiratorias. En cambio, 15 estados no ofrecen recomendaciones para la conjuntivitis, 15 exigen que el niño use un antibiótico oftálmico o consulte a un proveedor de atención médica antes de regresar y 3 estados exigen la exclusión hasta que se resuelvan todos los síntomas.

Es importante destacar que el absentismo escolar y laboral y el requisito de usar antibióticos antes de regresar a la escuela probablemente afecten desproporcionadamente a las comunidades de color y de nivel socioeconómico más bajo, empeorando así las desigualdades.

Es probable que estas políticas se hayan creado para reducir las tasas de transmisión. Lamentablemente, con frecuencia se basan en generalizaciones, como “la conjuntivitis bacteriana y vírica es muy contagiosa”, que carecen de respaldo empírico.

Los materiales de referencia de los médicos y los materiales educativos para padres a menudo contienen información inexacta, referencias incompletas o referencias que no son aplicables a los niños. Por ejemplo, ninguna política de salud pública estatal sobre conjuntivitis hace referencia a las pautas de la Academia Estadounidense de Oftalmología.

El tratamiento basado en “evidencia” anecdótica es particularmente preocupante porque un amplio espectro de personas en diversos entornos con distintos niveles de experiencia oftálmica proporciona orientación sobre el cuidado y la exclusión escolar de la conjuntivitis. Dichos profesionales incluyen personal de guarderías y escuelas, enfermeras de atención de urgencias y escuelas, proveedores de práctica avanzada, optometristas y médicos de medicina familiar, pediatría, medicina de emergencia y oftalmología.

Si bien es cierto que la conjuntivitis viral, concretamente la adenoviral, es muy contagiosa, no es la causa más frecuente de conjuntivitis no asociada a brotes entre los niños en los EE. UU. En cambio, la mayoría de los casos de conjuntivitis infecciosa en niños en los EE. UU. son bacterianos, en lugar de virales.

Los datos publicados sobre las tasas de transmisión de la conjuntivitis bacteriana provienen en gran medida de brotes de Streptococcus pneumoniae en campamentos militares y en los campus universitarios. Sin embargo, la mayoría de los casos de conjuntivitis pediátrica no están asociados a brotes, y Haemophilus influenzae, no S. pneumoniae, es de lejos el organismo más asociado. Además, ningún estudio ha demostrado que la evaluación por parte de un proveedor de atención médica o el uso de antibióticos reduzcan la transmisión.

Oportunidades para investigadores

Existe una considerable base de evidencia para muchos aspectos del cuidado de la conjuntivitis, incluida la importancia del diagnóstico adecuado y los riesgos y beneficios del tratamiento con antibióticos.

Sin embargo, también hay lagunas importantes en la evidencia que requieren atención, incluida la escasez de datos sobre las tasas de transmisión de la conjuntivitis en niños y sobre si los antibióticos oftálmicos reducen la transmisión. La eficacia de las opciones de tratamiento de soporte, como las lágrimas artificiales, no se ha investigado a fondo. Además, la búsqueda de un tratamiento antibacteriano que no conlleve el potencial de resistencia a los antibióticos se ha estancado, tal vez porque la mayoría de los casos de conjuntivitis infecciosa tienen una historia natural autolimitada y se asocian con una morbilidad relativamente baja.

Por ejemplo, aún no se ha realizado una comparación de antibióticos frente a agentes antisépticos (por ejemplo, povidona yodada) a mayor escala, a pesar de los primeros hallazgos prometedores de un ensayo clínico prospectivo, controlado y de doble ciego realizado en India y Filipinas.

Una ventaja significativa de la povidona yodada es su bajo coste. Otra ventaja en comparación con los antibióticos oftálmicos es que no se conoce la existencia de resistencia a antimicrobianos.

Por último, faltan estudios a gran escala para evaluar la eficacia de las intervenciones destinadas a mejorar la atención de la conjuntivitis pediátrica. Un estudio previo en un solo centro demostró que una intervención de gestión de los antibióticos redujo el uso de antibióticos oftálmicos, mejoró la equidad en las prácticas de prescripción y no dio lugar a un aumento del fracaso del tratamiento ni del uso de la atención sanitaria.

Oportunidades para sociedades profesionales y responsables de políticas

En el caso de una enfermedad que afecta a casi todos los niños en su vida y supone una carga enorme para las familias y el sistema de atención sanitaria, una directriz pediátrica unificada para la conjuntivitis infecciosa o la conjuntivitis en general beneficiaría a los niños, reduciría los costos para las familias y el sistema de atención sanitaria y disminuiría el uso injustificado de antibióticos. Teniendo en cuenta los puntos elaborados anteriormente, parece que se necesita un nuevo enfoque para la conjuntivitis, uno que siga los cambios en el tratamiento de la sinusitis, la otitis media y el dolor de garganta (faringitis/amigdalitis), donde los ensayos controlados aleatorizados y las revisiones sistemáticas ponen en duda la eficacia clínica y de costo-efectividad de la terapia antibiótica reflexiva.

Además, nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de las medidas básicas de salud pública, como la higiene de las manos y la atención a las superficies de alto contacto, para prevenir los brotes de conjuntivitis, ya que son rentables y no plantean ningún riesgo de resistencia. La Academia Estadounidense de Oftalmología informa que algunos diagnósticos oculares, incluida la conjuntivitis, disminuyeron durante las etapas de reapertura de la pandemia de COVID-19 en comparación con los datos previos a la pandemia, posiblemente debido tanto a estas medidas como a la renuencia de los pacientes a buscar atención no crítica. Sin embargo, no hay literatura que analice el uso de la atención médica para la conjuntivitis después de la relajación de las restricciones por COVID-19.

La colaboración entre la AAP y la Academia Estadounidense de Oftalmología podría ayudar a crear una guía integral que abarque el diagnóstico, el tratamiento y las recomendaciones de prevención de infecciones para la conjuntivitis en niños ( Tabla ). Lo óptimo sería que el comité incluyera especialistas médicos como los de oftalmología, enfermedades infecciosas y medicina de emergencia pediátrica, así como generalistas, incluidos médicos y proveedores de práctica avanzada en pediatría, medicina de emergencia y medicina familiar. Además, es probable que el aporte de colegas en salud pública, farmacia y enfermería (por ejemplo, la Academia Nacional de Enfermería Escolar) sea fundamental para crear una guía y difundir las recomendaciones en la práctica. En última instancia, las políticas estatales y locales en torno a la exclusión de la guardería o la escuela requerirán una revisión para reducir la variabilidad en la atención, el uso innecesario de antibióticos y la exclusión innecesaria de la escuela y la guardería.

Las preguntas que deberían responderse…
Casos clínicos

Un niño de 2 años de edad presentó un historial de 4 semanas de pérdida de cabello indolora y puntos negros en el cuero cabelludo. En el examen físico, se observaron numerosos puntos negros dentro de parches de alopecia en el cuero cabelludo occipital.

Se observó hepatomegalia en el primer día de vida de un bebé prematuro. Las radiografías de las piernas del bebé mostraron periostitis y bandas densas y radiolúcidas alternas en el fémur distal.

Una niña de 8 años previamente sana fue transferida a un hospital de Boston desde Nantucket (una isla frente a la costa de Massachusetts) con un historial de 12 días de fiebre, dolor de garganta y linfadenopatía cervical.

Una niña de 18 meses se presentó con antecedentes de 4 días de fiebre, rinorrea, tos y dificultad respiratoria. Los antecedentes médicos del bebé eran significativos para una gestación gemelar y parto a las 35 semanas con dificultad respiratoria neonatal que requirió soporte continuo de presión positiva en las vías respiratorias durante 3 días. Estuvo bien hasta los 12 meses de edad, cuando tuvo su primera hospitalización por bronquiolitis. En los 6 meses anteriores a la presentación, requirió 5 hospitalizaciones entre enero y julio por episodios de dificultad respiratoria grave, diagnosticados como bronquiolitis viral recurrente con paneles virales respiratorios positivos en 4 ocasiones. También se observó que tenía retraso en el crecimiento. La evaluación inicial incluyó una prueba de cloruro en sudor normal y un cribado de inmunodeficiencia normal. Fue vista por el servicio de otorrinolaringología a los 16 meses de edad y se sometió a una nasofaringoscopia flexible en la cama del paciente que no tuvo nada destacable.

Los hallazgos del examen físico …

Una niña de poco más de un año de edad presentó antecedentes de tuberculosis multifocal. La paciente nació a término en Madagascar. No fue vacunada con BCG. A los 8 meses de edad, tuvo sarampión complicado con neumonía, con tos persistente tratada con corticosteroides orales prolongados en dosis altas. A los 12 meses de edad, se le diagnosticó tuberculosis pulmonar, cutánea y otítica en Madagascar. Las pruebas dieron positivo para Mycobacterium tuberculosis no resistente a los medicamentos en el esputo (PCR) y la otorrea (PCR, cultivo). Se inició antibioterapia antituberculosa cuádruple, pero la adherencia al tratamiento fue deficiente.

En la evaluación en nuestro centro dos meses después de iniciar el tratamiento, notamos progresión de la tuberculosis multifocal…

Una niña de 2 meses presentó una erupción vesiculopustulosa generalizada persistente que afectaba a las palmas de las manos y las plantas de los pies y que era compatible con una infestación clásica por sarna. No se encontraron indicios de sobreinfección bacteriana y no estaba séptica. Probablemente fue infectada por su madre, que tuvo síntomas alrededor del momento del parto. La lactante y los otros cinco miembros de la misma familia tuvieron sarna clásica sintomática durante más de un mes a pesar de las repetidas aplicaciones simultáneas de crema de permetrina al 5%. Presentaba una hipereosinofilia de 24 × 109 por L y una IgE elevada de 478 UI/mL. Las pruebas de anticuerpos del VIH y los análisis de heces para parásitos fueron negativos. La microscopia de raspados cutáneos mostró ácaros Sarcoptes scabiei. Fue tratada en el hospital con ivermectina oral (triturada y mezclada con leche) a 200 μg/kg el día 0, el día 2, el día 7 y posteriormente el día 16 como paciente ambulatoria. Aunque su erupción había mejorado, fue necesario repetir el tratamiento debido a la aparición de nuevas lesiones, probablemente secundarias a la elevada carga inicial de sarna. No se observaron efectos adversos. Como la erupción se resolvió por completo y la hipereosinofilia y la IgE elevada se normalizaron a las 4 semanas del inicio de la ivermectina, no se indicaron investigaciones adicionales. Todos los contactos familiares también respondieron satisfactoriamente a la ivermectina oral.

COMENTARIO PERSONAL: La ivermectina oral está contraindicada por debajo de los 15 kg de peso, por lo cual en este caso sería una indicación Off-Label. Si bien las opciones de tratamiento a esta edad son más reducidas, la permetrina tópica se puede emplear a partir de los 2 meses de edad. Es importante siempre en escabiosis realizar la pauta de tratamiento y desinfección de manera adecuada (Taberner Ferrer R, Sarna (v.1.1/2021). Guía-ABE. Infecciones en Pediatría. Guía rápida para la selección del tratamiento antimicrobiano empírico [en línea] [actualizado el 18-sep-202

Un lactante de 11 meses ingresó con fiebre y enrojecimiento del abdomen derecho y la pantorrilla izquierda. No tenía antecedentes médicos de infecciones repetidas; sin embargo, su hermana mayor tenía antecedentes de neutropenia.  Los resultados de laboratorio iniciales fueron los siguientes: un hemograma completo con un recuento normal de leucocitos de 5500/mm3 con un 40% de linfocitos y un 20% de segmentados y neutropenia leve con un recuento absoluto de neutrófilos de 1100/mm3. El recuento de plaquetas era de 290.000/mm3, y el nivel de hemoglobina era de 9,7 g/dL. La proteína C reactiva de la paciente era de 12,36 mg/dL y los resultados del panel metabólico eran normales. Los hemocultivos fueron negativos. La ecografía de la erupción reveló …

Una niña de 9 años, previamente sana, acudió al servicio de urgencias con 12 días de fiebre y dolores corporales generalizados. Su panel de patógenos respiratorios basado en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) multiplex dio positivo para adenovirus humano (VHA) y se le detectó una otitis media aguda, por la que fue tratada con 10 días de amoxicilina-clavulánico; durante el tratamiento antibiótico, desarrolló una erupción cutánea generalizada no pruriginosa. En el servicio de urgencias, su exploración física fue normal y no presentaba ninguna erupción cutánea perceptible. La evaluación de laboratorio inicial mostró un aumento del recuento de leucocitos y neutrófilos y una hemoglobina baja, así como una elevación de la proteína C reactiva, la ferritina y los leucocitos en orina. Se le administró una infusión de inmunoglobulina intravenosa de 2 g/kg para la enfermedad de Kawasaki incompleta; sin embargo, no mostró ninguna respuesta clínica. Continuó con fiebre alta y dolores corporales generalizados durante una semana más. Desarrolló dolor abdominal intenso en el cuadrante inferior derecho y diarrea. Se inició tratamiento empírico con ceftriaxona y metronidazol. La tomografía computarizada abdominal con contraste intravenoso reveló un leve engrosamiento de la pared del íleon terminal, el colon transverso y el colon descendente, compatible con ileítis terminal y colitis. Se inició anakinra para un estado hiperinflamatorio. Desarrolló un shock sin respuesta a fluidos y fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos. Finalmente cumplió criterios de HLH con 5 de 9 anomalías clínicas y de laboratorio: fiebre, esplenomegalia, función de células NK baja o ausente, ferritina alta y receptor de interleucina 2 alfa soluble elevado. Se inició tratamiento con dexametasona y etopósido para el HLH. Se realizó colonoscopia que fue normal, en biopsia ileal resultó positiva para VHA con 977 copias/mg (nivel inferior de cuantificación: 13 copias/mg) y negativa para virus de Epstein-Barr, citomegalovirus y bacilos acidorresistentes en frotis y cultivo.

Las enfermedades pulmonares difusas (EPD) en niños, también denominadas neumonitis intersticial pediátrica (NIP), se caracterizan por un deterioro de la oxigenación e infiltrados difusos radiológicos; se asocian a una morbilidad y mortalidad considerables. Las EPD se clasifican en 2 grupos. Un grupo se asocia a diversos factores, como infecciones, exposiciones ambientales y enfermedades vasculares o metabólicas del colágeno. Otro es la NIP idiopática de causa desconocida. Se ha implicado a las infecciones víricas como causas de aparición o exacerbación de la EPD.

Se presenta el caso de una niña de 3 años de edad, previamente sana, con neumonitis intersticial que se desarrolló inicialmente debido a una infección por adenovirus humano tipo 2 y se exacerbó por una infección primaria por herpesvirus humano 7. Un análisis exhaustivo de biomarcadores séricos mostró patrones que diferían según la infección vírica, lo que sugiere que las infecciones víricas respiratorias y linfotrópicas podrían tener una fisiopatología diferente en la neumonitis intersticial.

Paciente de 16 semanas de vida que presentaba de 2 días de empeoramiento vómitos biliosos, con deposiciones normales y ausencia de fiebre. Por evaluación fluoroscópica se demostró una obstrucción subtotal del yeyuno. Se realizó laparotomía exploradora que reveló una masa mesentérica lobular 70 cm distal al ligamento de Treitz. La biopsia intraoperatoria no pudo excluir un linfoma y observó un infiltrado linfocítico atípico fibrótico. Los marcadores tumorales de gonadotropina coriónica humana, lactato deshidrogenasa y alfa-fetoproteína estaban en el rango normal. Los cultivos peritoneales QuantiFERON TB Gold Plus y Acid-Fast Bacillus fueron negativos, al igual que los cultivos de esputo de Mycobacterium tuberculosis. En los cultivos de tejido lesional se aislaron bacilos Gram positivos, y la reacción en cadena de la polimerasa identificó el complejo M. avium-intracellulare…

Un niño de 2,5 años con enfermedad granulomatosa crónica (EGC) ingresó en el Hospital Universitario Sultán Qaboos con una historia de 4 días de fiebres altas asociadas a tos leve intermitente en marzo de 2021. No presentaba coriza, dificultad respiratoria ni otros síntomas asociados. El paciente no tenía antecedentes de ingresos previos, viajes, contactos con enfermos o exposición a animales. Dado que su hermano mayor tenía EGC conocida, se le realizó un cribado poco después de nacer, se le diagnosticó la misma enfermedad y se inició la quimioprofilaxis con itraconazol y cotrimoxazol. Antes de su enfermedad, el cumplimiento de la quimioprofilaxis no era óptimo. Sus vacunas estaban al día, excepto la del bacilo de Calmette-Guerin, que se evitó debido a su función anormal de neutrófilos.

La exploración inicial reveló una temperatura elevada de 40 °C, asociada a taquicardia de 148 latidos/minuto y taquipnea de 30 respiraciones/minuto. Era normotenso y su saturación de oxígeno era del 98% en aire ambiente. No presentaba signos de aumento del trabajo respiratorio, pero tenía reducida la entrada de aire en la zona posterior del pulmón inferior izquierdo en la auscultación. Por lo demás, la exploración sistémica sólo presentaba una pequeña lesión cutánea pustulosa de base roja en la zona paraespinal derecha (Fig. 1). Las exploraciones abdominal y cardiovascular fueron normales. Las pruebas de laboratorio iniciales revelaron un hemograma completo con una hemoglobina de 10,8 g/dl, un recuento de leucocitos de 24,8 × 109/l, con un diferencial de 73% de neutrófilos, 13,2% de linfocitos, 3,4% de monocitos y 0% de eosinófilos, y un recuento de plaquetas de 370 × 109/l. La proteína C reactiva era de 285 mg/dl. Las pruebas de función hepática y renal eran normales. Su radiografía de tórax mostró una consolidación inferior izquierda con posible derrame pleural, y la ecografía torácica reveló un pequeño derrame pleural sin septaciones ni loculaciones. Se inició tratamiento con vancomicina intravenosa y meropenem poco después del ingreso, pero continuó con fiebre alta durante más de 1 semana. La tomografía computarizada torácica con contraste mostró un área de consolidación pulmonar en el lóbulo inferior izquierdo con una zona central de baja atenuación, que probablemente representaba necrosis, junto con múltiples nódulos pulmonares bilaterales, linfadenopatía necrótica mediastínica e hiliar izquierda y un mínimo derrame pleural izquierdo loculado. El patógeno causante (Nocardia cyriacigeorgica) fue aislado de una muestra por hisopo de una lesión cutánea pustulosa de la espalda.

Un niño de 13 años ingresó con meningitis meningocócica grave. Los análisis inmunológicos revelaron una deficiencia de properdina, y la secuenciación genética de la PPC identificó una variante nueva, interpretada como patogénica en el exón 8. El paciente recibió amplias inmunizaciones y profilaxis con penicilina. Los niños con enfermedad meningocócica invasiva deben someterse a pruebas de deficiencia de complemento.

Una paciente de 6 meses de edad presentó edema eritematoso de los párpados superior e inferior con secreción purulenta en el ojo derecho durante 1 día sin antecedentes de traumatismo, infección del tracto respiratorio superior o sinusitis. No había rasgos distintivos en su historial médico. Sus antecedentes de vacunación eran compatibles con su edad. La exploración sistémica fue normal; no había signos de irritación meníngea. En las pruebas de laboratorio, el recuento de glóbulos blancos era de 13.200/mm3 (39,9% de neutrófilos), la hemoglobina era de 13 g/dL, el recuento de plaquetas era de 415.000/mm3 y la proteína C reactiva era de 1,8 mg/L.  Se realizó un cultivo conjuntival. La paciente fue hospitalizada y se inició ampicilina-sulbactam con el diagnóstico de celulitis preseptal. N. meningitidis serogrupo B creció en el cultivo conjuntival (tinción de Gram: diplococos gramnegativos, 4-5 neutrófilos). La prueba de sensibilidad mostró que el microorganismo era sensible a la ceftriaxona. El hemocultivo periférico fue negativo. Los síntomas del paciente mejoraron rápidamente tras la revisión del tratamiento a ceftriaxona, y fue dado de alta tras 7 días de tratamiento.

Recién nacida de 36 horas de vida, parecía séptica y la exploración física reveló una erupción vasculítica. Se observaron manchas eritematosas anulares bien definidas de diferentes tamaños (5-15 mm) con forma targetoide y oscurecimiento central hiperpigmentado de color púrpura y borde rojo a rosado extendidas por pies, rodillas, abdomen, cuello y barbilla. Los resultados de laboratorio mostraron leucopenia con un recuento de leucocitos de 2,2 × 109/L y neutropenia leve con un recuento absoluto de neutrófilos (ANC) de 1386 células/µL, la proteína C reactiva era de 35,5 mg/L, el tiempo de protrombina era de 0,42 segundos y el tiempo de tromboplastina parcial activada era de 36,2 segundos. Se instauró tratamiento antibiótico empírico con ampicilina intravenosa y cefotaxima. Debido a la alteración de los parámetros de coagulación y a las lesiones cutáneas parecidas a la púrpura fulminans, se administró plasma fresco congelado. Debido al desarrollo de insuficiencia respiratoria, la recién nacida fue asistida mediante ventilación nasal con presión positiva continua en las vías respiratorias. Tras la estabilización inicial, se realizó una punción lumbar. El recuento de leucocitos en el líquido cefalorraquídeo fue de 584 × 109/L (492 neutrófilos). Las concentraciones de glucosa y proteínas eran de 2,1 mmol/L y 0,95 g/L. En el hemocultivo se detectó una bacteria Gram negativa de morfología coliforme, mientras que el LCR permaneció estéril. La bacteria se identificó como Plesiomonas shigelloides por MALDI-TOF MS, análisis Bruker.

Un paciente varón de 13 meses de edad, previamente sano, ingresó en urgencias quejándose de vómitos tras caerse mientras se subía a un taburete de 30 cm de altura. En el momento del ingreso presentaba fiebre y confusión. Debido a la alteración del nivel de consciencia y a los antecedentes de caída, se realizó una tomografía computarizada cerebral que no reveló ninguna patología. Se realizó una punción lumbar. Se inició tratamiento empírico con ceftriaxona, vancomicina y dexametasona. Al tercer día de seguimiento de la paciente, se detectó un crecimiento de E. coli beta-lactamasa de espectro extendido positivo en el cultivo de líquido cefalorraquídeo. Se cambió el tratamiento a meropenem debido al antibiograma del cultivo. La paciente presentaba un hoyuelo sacro, por lo que se realizó una resonancia magnética espinal para evaluar un trastorno anatómico por predisposición a la meningitis. Se observó un quiste del canal espinal entre L4 y S1 y se pensó que se trataba principalmente de un quiste epidermoide (Fig. 1). No se detectó ningún déficit neurológico en el paciente, cuyo tratamiento antibiótico se completó durante 21 días. Fue remitido a la clínica de neurocirugía para continuar el tratamiento.

La erupción mucocutánea infecciosa reactiva (RIME, por sus siglas en inglés) es un término surgido recientemente que describe los casos de mucositis posinfecciosa asociados a diferentes agentes etiológicos (víricos y bacterianos). Forma parte del espectro del síndrome de Stevens-Johnson (SSJ)/necrólisis epidérmica tóxica (NET), aunque cursa con clínica más leve, con afectación predominantemente de mucosa. El tratamiento consiste en medidas de soporte, pudiéndose asociar antibioterapia dirigida y corticoterapia sistémica en casos con afectación extensa.

Para ampliar

OBJETIVO

Evaluar la carga de bronquiolitis relacionada con el virus respiratorio sincitial (VRS) en atención primaria y a los 15 días y 6 meses después de una visita de atención primaria.

MÉTODOS

En este estudio de prueba negativa, los niños <2 años de edad con un primer episodio de bronquiolitis fueron inscritos prospectivamente por 45 pediatras ambulatorios en Francia desde febrero de 2021 hasta abril de 2023. El VRS se evaluó con una prueba rápida de detección de antígenos. La carga de la enfermedad se evaluó con un cuestionario, incluida la calidad de vida (PedsQL 1.0 Infant Scales), a los 15 días y a los 6 meses de seguimiento. Los niños con un resultado positivo en la prueba del VRS (VRS+) se compararon con los que obtuvieron un resultado negativo (VRS-).

RESULTADOS

De los 1591 niños inscritos, 750 (47,1%) eran VRS+. A los 15 días de seguimiento (disponibilidad de datos: 69%), en comparación con los niños VRS-, los niños VRS+ presentaron con mayor frecuencia fiebre (20,5% frente a 13,7%, p = 0,004) y disminución de la ingesta de alimentos (27,0% frente a 17,4%, p < 0,001) durante los últimos 3 días. Presentaron tasas más elevadas de hospitalización (11,8% frente a 5,8%, p < 0,001), absentismo en el cuidado de los niños (83,5% frente a 66,1%, p < 0,001) y padres que tuvieron que dejar de trabajar para atenderlos (59,1% frente a 41,0%, p < 0,001), así como una menor calidad de vida (mediana de la puntuación PedsQL 76,2 frente a 78,4, p = 0,03). A los 6 meses (disponibilidad de datos: 48,5%), los 2 grupos no difirieron en la proporción de asistencia médica, hospitalización, tratamiento antibiótico o calidad de vida.

CONCLUSIONES

Los niños VRS+ experimentaron una enfermedad y una carga familiar y social de seguimiento mucho más graves que los niños VRS-. Estos datos pueden utilizarse como datos de referencia cuando esté a punto de aplicarse la profilaxis del VRS.

OBJETIVOS Las infecciones del tracto urinario (ITU) son comunes pero sobrediagnosticadas en niños con espina bífida. Este estudio busca evaluar las características diagnósticas del análisis de orina (AU) para ITU sintomáticas en estos niños.

MÉTODOS Se realizó un estudio transversal retrospectivo con datos de dos centros, abarcando del 1 de enero de 2016 al 31 de diciembre de 2021. Se incluyeron niños con mielomeningocele menores de 19 años que tenían análisis de orina emparejado (y microscopía cuando estaba disponible) y cultivo de orina. El objetivo principal fue identificar ITU sintomáticas. Se usaron ecuaciones de estimación generalizadas para controlar múltiples encuentros por niño y se calcularon la sensibilidad y especificidad de nitritos positivos, piuria (≥10 glóbulos blancos/campo de gran aumento) y esterasa leucocitaria (más de trazas) para una ITU sintomática.

RESULTADOS Se incluyeron 974 encuentros de 319 niños, de los cuales 120 (12,3%) cumplieron con los criterios para ITU. La piuria tuvo la mayor sensibilidad, mientras que los nitritos fueron los más específicos. En niños con síntomas de ITU, la piuria siguió siendo más sensible y los nitritos más específicos. La precisión diagnóstica general fue menor en niños que usaban cateterismos intermitentes limpios.

CONCLUSIONES Los hallazgos individuales del AU tienen una sensibilidad moderada (esterasa leucocitaria o piuria) o especificidad (nitritos), pero en general, una precisión diagnóstica deficiente para ITU sintomáticas en niños con espina bífida

Los sucedáneos veganos del queso se han sugerido como alternativa a los quesos lácteos de leche cruda para las personas con riesgo de listeriosis, incluidas las embarazadas. Elaborados con leche cruda de almendras, anacardos o coco, estos sustitutos alternativos del queso semiblando imitan a los quesos lácteos (por ejemplo, Camembert, queso de cabra y queso azul). Se ha notificado un brote de listeriosis en Francia entre abril y diciembre de 2022 que afectó a 4 mujeres embarazadas que dieron a luz prematuramente (mediana de gestación, 32 semanas) y un caso de meningoencefalitis en una persona de 38 años con función inmunitaria comprometida.

El citomegalovirus congénito (cCMV) representa la causa infecciosa más importante de discapacidad permanente, en particular pérdida auditiva neurosensorial (SNHL), en niños.

Existen formas de prevenir la adquisición del citomegalovirus (CMV) durante el embarazo y hay opciones de tratamiento disponibles para los bebés que están infectados de forma congénita, pero lamentablemente el nivel de conocimiento y concienciación sobre los riesgos del CMV para las personas embarazadas y los bebés está muy por detrás de otras infecciones congénitas y perinatales.

Afortunadamente, esa situación está cambiando rápidamente. Recientemente, una mayor concienciación ha puesto al cCMV en el centro de atención. Un avance importante ha sido el surgimiento de iniciativas de detección del cCMV en recién nacidos. Utah fue el primer estado, en 2012, en legislar la detección del cCMV orientada a la audición.

—lo que significa que el bebé es “elegible” para la prueba de cCMV después de un examen de audición para recién nacidos fallido (NHS). La legislatura de Minnesota dio un paso más en 2021 al aprobar un proyecto de ley (la “Ley Vivian”) que ordenó al departamento de salud del estado considerar la realización de pruebas universales de detección de cCMV a todos los recién nacidos.

…En resumen, estos importantes estudios publicados en el número actual de The Journal sugieren que, en el caso de un lactante con CMVc y pérdida auditiva neurosensorial aislada que por lo demás es asintomático, se justifica un tratamiento de seis semanas con valganciclovir oral. En el caso de un lactante con enfermedad sintomática moderada o grave, probablemente mejor definida según los criterios de Rawlinson et al., el tratamiento con valganciclovir puede extenderse a un tratamiento de seis meses.

INTRODUCCIÓN

Hasta la fecha, no se ha publicado ninguna evaluación formal de todos los factores de riesgo maternos de infección de las vías respiratorias bajas por el virus respiratorio sincitial (IVRB-VRS) en lactantes. Se realizó una revisión sistemática de la literatura y un metanálisis para determinar: ¿Qué factores de riesgo maternos se asocian a un mayor riesgo de IVRB-VRS en lactantes?

MÉTODOS

La revisión sistemática de la literatura utilizó métodos explícitos para identificar, seleccionar y analizar datos relevantes. Se realizaron búsquedas en PubMed, Embase y la Biblioteca Cochrane (Cochrane Library) (noviembre de 2022) utilizando términos relativos a: (1) IVRB-VRS(2) factores de riesgo; (3) población embarazada/postparto. El metaanálisis bayesiano comparó el riesgo de hospitalización por VRS (HVRS) en lactantes nacidos de madres con o sin determinados factores de riesgo.

RESULTADOS

Se evaluaron 2353 citas y se incluyeron 20 en la revisión final (10 estudios individuales; 10 análisis agrupados). En 10 estudios que examinaron lactantes (<1 año) sin comorbilidades (resultado primario), 10 factores de riesgo maternos se asociaron con las IVRB-VRS en análisis multivariantes. El metanálisis reveló que fumar durante el embarazo aumentaba el riesgo de infección por VRS en 2,01 veces (intervalo de credibilidad del 95%: 1,52-2,64), mientras que la lactancia materna era protectora (0,73; intervalo de credibilidad del 95%: 0,58-0,90). Las herramientas de puntuación del riesgo han informado de que los factores de riesgo maternos contribuyen entre el 9% y el 21% de la puntuación total del riesgo de HVRS del lactante.

CONCLUSIONES

Una mayor comprensión de los factores de riesgo maternos y su contribución relativa a la IVRB-VRS infantil permitirá evaluaciones más precisas del impacto de las estrategias preventivas.

INTRODUCCIÓN

La prueba de esfuerzo cardiopulmonar (PEC) es una herramienta diagnóstica no invasiva y barata que proporciona una evaluación completa de las reacciones integradas de los sistemas pulmonar, cardiovascular y músculo esquelético al ejercicio. La PEC se ha utilizado ampliamente en adultos con COVID largo (LC), mientras que la evidencia sobre su papel en niños con esta afección es escasa.

MÉTODOS

Estudio observacional prospectivo, controlado por casos. Los niños con LC y un grupo de control de niños sanos se sometieron a PEC. Se compararon los hallazgos de la PEC dentro de los 2 grupos, y dentro de los grupos con LC según los principales grupos de síntomas persistentes.

RESULTADOS

Se incluyeron 61 niños con LC y 29 controles sanos. En conjunto, el 90,2% de los pacientes con LC (55 de 61) tenían una prueba patológica frente al 10,3% (3/29) del control sano. Los niños con LC presentaron una mayor probabilidad estadísticamente significativa de tener valores anormales de VO2 pico (P = 0,001), AT% pred (P <0,001), VO2/HR % (P = 0,03), pendiente de trabajo VO2 (P = 0,002), pendiente VE/VCO2 (P = 0,01). La media del VO2 máximo fue de 30,17 (±6,85) en la LC y de 34,37 (±6,55) en los pacientes sanos (P = 0,007).

CONCLUSIONES

En comparación con los controles sanos, los niños con LC tienen una capacidad funcional objetivamente menor (expresada por un pico de VO2 bajo), signos de desacondicionamiento e ineficacia cardiogénica cuando se evalúan con PEC. Por ello, la PEC debería utilizarse de forma rutinaria en la práctica clínica para objetivar y fenotipar las limitaciones funcionales de los niños con LC, así como para su seguimiento.

INTRODUCCIÓN

Galicia (España) fue una de las primeras regiones del mundo en incorporar nirsevimab para la profilaxis universal del virus respiratorio sincitial (VRS) en lactantes a su programa de inmunización. El estudio longitudinal de base epidemiológica NIRSE-GAL tenía como objetivo evaluar la eficacia de nirsevimab en la prevención de hospitalizaciones.

MÉTODOS

La campaña de vacunación 2023-24 con nirsevimab en Galicia comenzó el 25 de septiembre de 2023 y finalizó el 31 de marzo de 2024. La campaña se dirigió a tres grupos: lactantes nacidos durante la campaña (grupo estacional), lactantes menores de 6 meses al inicio de la campaña (grupo de recuperación) y lactantes de 6-24 meses con factores de alto riesgo al inicio de la campaña (grupo de alto riesgo). A los lactantes del grupo estacional se les ofreció la vacunación en su primer día de vida antes del alta hospitalaria. Los lactantes de los grupos de recuperación y alto riesgo recibieron citas electrónicas para acudir a un hospital público o centro de salud para la administración de nirsevimab. Para este análisis provisional, se utilizaron datos recopilados entre el 25 de septiembre y el 31 de diciembre de 2023, de niños nacidos hasta el 15 de diciembre de 2023. Los datos se obtuvieron de registros de salud pública. La eficacia de nirsevimab en la prevención de las hospitalizaciones por infección de las vías respiratorias inferiores (IRVB) asociada al VRS; las IRVB graves relacionadas con el VRS que requirieron ingreso en la unidad de cuidados intensivos, ventilación mecánica u oxígeno; las hospitalizaciones por ITRB por todas las causas; y las hospitalizaciones por todas las causas se estimó mediante modelos de regresión de Poisson ajustados. Se utilizaron los datos de cinco temporadas pasadas de VSR (2016-17, 2017-18, 2018-19, 2019-20 y 2022-23), excluyendo el período pandémico de COVID-19, para estimar el número de hospitalizaciones por IRVB relacionadas con el VRS evitadas junto con su RIC. El número necesario de inmunizaciones para evitar un caso en la temporada 2023-24 se estimó a partir de los casos evitados. La seguridad del nirsevimab se controló de forma rutinaria.

RESULTADOS

9408 (91-7%) de 10 259 lactantes elegibles en los grupos estacional y de recuperación recibieron nirsevimab, incluidos 6220 (89-9%) de 6919 en el grupo de recuperación y 3188 (95-4%) de 3340 en el grupo estacional. A 360 del grupo de alto riesgo se les ofreció nirsevimab, 348 (97%) de los cuales lo recibieron. Sólo los lactantes de los grupos estacional y de recuperación se incluyeron en los análisis para estimar la eficacia y el impacto del nirsevimab porque hubo muy pocos eventos en el grupo de alto riesgo. En los grupos estacional y de recuperación combinados, 30 (0-3%) de los 9408 lactantes que recibieron nirsevimab y 16 (1-9%) de los 851 que no lo recibieron fueron hospitalizados por IVRB relacionada con el VRS, lo que corresponde a una efectividad del 82-0% (IC del 95%: 65-6-90-2). La eficacia fue del 86-9% (69-1-94-2) frente a las IVRI graves relacionadas con el VRS que requirieron soporte de oxígeno, del 69-2% (55-9-78-0) frente a las hospitalizaciones por IRVB por todas las causas y del 66-2% (56-0-73-7) frente a las hospitalizaciones por todas las causas. No se pudo estimar la eficacia de nirsevimab frente a otros criterios de valoración de las IRVB graves relacionadas con el VRS debido al escaso número de eventos. Las hospitalizaciones por IVRI relacionadas con el VRS se redujeron en un 89-8% (RIC 87-5-90-3), y el número necesario de inmunizaciones para evitar una hospitalización por IVRI relacionada con el VRS fue de 25 (RIC 24-32). No se registraron acontecimientos adversos graves relacionados con nirsevimab.

INTERPRETACIÓN

El nirsevimab redujo sustancialmente las hospitalizaciones de lactantes por IRVB asociada al VRS, IRVB asociada al VRS grave que requirió oxígeno e IRVB por todas las causas cuando se administró en condiciones reales. Estos resultados ofrecen a los responsables políticos y a las autoridades sanitarias pruebas sólidas, basadas en el mundo real y en la población, para orientar el desarrollo de estrategias de prevención del VRS.

El virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de infección aguda de las vías respiratorias bajas entre los lactantes. En 2023, nirsevimab fue finalmente aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, pero la campaña de inmunización universal sólo se puso en marcha en unos pocos países europeos, entre los que no se encontraba Italia. En marzo de 2023, Galicia introdujo la profilaxis universal con nirsevimab en el programa nacional de inmunización.

Además de las implicaciones éticas que la profilaxis universal tiene para los niños, hay que tener en cuenta el ahorro de costes, que es muy difícil de calcular pero que sin duda representa una gran carga económica. El VRS sigue siendo un reto para la salud pública mundial, y la introducción de nirsevimab en Italia no puede posponerse por más tiempo. La protección de los lactantes en los primeros meses de vida es una medida de salud pública necesaria, pero teniendo en cuenta los conocimientos más recientes, se ha convertido en una cuestión ética imperativa

Nuestro objetivo fue identificar los factores predictivos de infección bacteriana invasiva (es decir, bacteriemia y meningitis bacteriana) en lactantes febriles de 2 a 6 meses de edad. En nuestra cohorte retrospectiva multicéntrica, la edad avanzada y la temperatura más baja identificaron a los lactantes con bajo riesgo de infección bacteriana invasiva que podrían evitar de forma segura las pruebas de rutina.

Evaluar el riesgo de infección del tracto urinario (ITU) en lactantes con hidronefrosis aislada (HI).

Diseño del estudio

Estudio retrospectivo de base poblacional que incluyó a todos los lactantes asegurados por Clalit Health Services y a los que se hizo un seguimiento desde el nacimiento hasta los 2 años de edad en 3 regiones del centro de Israel. Los lactantes se dividieron en 3 grupos según los diagnósticos de la historia clínica electrónica a los 6 meses de edad: (1) control: sin diagnóstico urológico; (2) IH; y (3) diagnóstico urológico complicado (CUD): cualquier diagnóstico nefrológico/urológico adicional con o sin HN. El resultado primario fue un diagnóstico de ITU en los primeros 2 años de vida.

Resultados

La cohorte incluyó 340 619 lactantes (52% varones): 333 920 controles, 4369 con IH y 2331 con CUD. Los lactantes con IH se asociaron con un mayor riesgo de ITU que los pacientes de control (17% frente a 4%, P < .001). El riesgo de ITU para un lactante varón con IH fue mayor que para una lactante mujer en el grupo de control (12.6% frente a 6.5%, P < .001). En un análisis de regresión logística multivariable, tanto la IH (OR 7.04; IC del 95% 6.46-7.66) como el CUD (OR 14.9; IC del 95% 13.6-16.4) se asociaron de forma independiente con ITU.

Conclusión

Los bebés con HI tienen un mayor riesgo de sufrir ITU durante los primeros 2 años de vida, lo que respalda la recomendación de un alto índice de sospecha de ITU en esta población.

  • Neonatal varicella Arch Dis Child. 2024 Jul 18;109(8):610-615. doi: 10.1136/archdischild-2022-324820. PMID: 37907245.

La infección primaria por el virus de la varicela zóster (VVZ) en las últimas 3 semanas de embarazo puede causar infección transplacentaria y varicela neonatal. Los lactantes tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave si nacen entre 5 días antes y 2 días después de la aparición de la erupción de varicela materna. Se recomienda la administración de profilaxis posterior a la exposición con inmunoglobulina contra la varicela zóster y el tratamiento de la varicela con aciclovir para aquellos que tienen mayor riesgo de progresión a una enfermedad grave. La vacunación universal contra el VVZ reduce significativamente la incidencia de la varicela neonatal.

Antecedentes La sepsis pediátrica es la principal causa de muerte en niños menores de 5 años. Ningún estudio ha evaluado la aplicación de las directrices de la Campaña de supervivencia a la sepsis 2020 (SSC-2020) en los servicios de urgencias pediátricas.

Objetivo Evaluar la adherencia de los médicos a las pautas de reanimación con líquidos SSC-2020 en niños con sospecha de choque séptico en PED.

Métodos Se realizó un estudio observacional multicéntrico prospectivo en 21 hospitales franceses durante 5 semanas consecutivas, entre noviembre de 2021 y marzo de 2022. Se incluyeron niños con sospecha de shock séptico que recibieron terapia antimicrobiana dentro de las 72 horas. El resultado primario fue la adherencia a las pautas de reanimación con líquidos SSC-2020 (baja 0-24%; moderada 25-74%; alta 75-100%) según: volumen de bolo de 10-20 mL/kg cada uno, administración exclusiva de cristaloides balanceados a las 1 y 24 horas del manejo e inicio de la reanimación con líquidos dentro de la hora posterior al reconocimiento del shock séptico.

Resultados Se incluyeron 63 niños. 10 (16%) niños tenían sepsis grave y 2 (3%) cumplieron la definición de choque séptico. En comparación con las pautas SSC-2020, 43 (68%) pacientes recibieron bolos de 10-20 mL/kg; la reanimación con líquidos se inició dentro de la hora posterior al reconocimiento del choque séptico en 42 (76%) casos; los cristaloides balanceados fueron los únicos líquidos administrados en 35 (56%) y 34 (55%) niños a las 1 y 24 horas del manejo, respectivamente. Las principales barreras reportadas por los médicos fueron el acceso intravenoso difícil (43%), la falta de capacitación del equipo (29%), las limitaciones de la carga de trabajo (28%) y la ausencia o desactualización de protocolos (24%).

Conclusiones Este estudio encontró una alta adherencia para el inicio de la reanimación con líquidos, pero una adherencia moderada para el volumen del bolo y la elección de líquidos.

Un neonato a término presentó taquipnea a las dos horas de vida. Su madre tuvo una rotura de membranas antes del parto durante 28 horas. Se le realizó una prueba de detección de infecciones al lactante y se le inició tratamiento intravenoso con bencilpenicilina y gentamicina. Fue ingresado en cuidados especiales de neonatos en un hospital general de distrito en el Reino Unido. La proteína C reactiva (PCR) inicial fue de 56 mg/L. Se realizó una punción lumbar. A las 48 horas, parecía estar bien y se alimentaba normalmente, su hemocultivo fue negativo y la PCR bajó a 19 mg/L. El cultivo de líquido cefalorraquídeo (LCR) fue negativo y el análisis del LCR no fue sugestivo de meningitis.

Pregunta clínica estructurada

En el contexto de los países de ingresos altos (PIA), ¿es seguro cambiar los antibióticos intravenosos a la vía oral en neonatos a término con infección de inicio temprano (IET) con cultivo negativo que están mejorando clínicamente y toleran la alimentación oral?

  • Paciente: neonatos con probable infección bacteriana (PBI) de aparición temprana (<72 horas de edad) (definida como factores de riesgo maternos positivos y/o presentación clínica no grave, marcadores inflamatorios elevados y cultivos negativos) que están mejorando clínicamente y tolerando la alimentación oral.

  • Intervención: antibióticos orales.

  • Comparación: antibióticos intravenosos.

  • Resultado: mortalidad, deterioro clínico con antibióticos orales, reinfección, readmisión, duración de la estancia hospitalaria, procedimientos dolorosos/invasivos, tasas de lactancia materna, calidad del sueño, efectos adversos de los medicamentos, por ejemplo, síntomas gastrointestinales, aumento del uso de antibióticos, coste-efectividad.

Buscar

Se realizaron búsquedas en Cochrane, EMBASE y Medline con los siguientes términos: (newborn OR neonat*) AND (“intravenous to oral” OR “IV to oral” OR switch) AND antibiotic* AND ((“probable” OR “culture negative”) AND (infection OR sepsis)). La búsqueda se limitó a artículos de HIC y aquellos en idioma inglés. Se excluyeron los estudios farmacocinéticos. La búsqueda en bases de datos identificó tres artículos que cumplieron con los criterios de inclusión. La biblioteca Cochrane no contenía ninguna fuente secundaria relacionada con la práctica clínica en HIC. Se revisaron las listas de referencias y se realizaron búsquedas manuales de artículos relevantes. Esto identificó un artículo más que cumplió con los criterios de inclusión. Tabla 1 …

Objetivos Analizar el desempeño de las pruebas de PCR de enterovirus y parechovirus en sangre (ev-PCR) para la infección bacteriana invasiva (IBI) (aislamiento de un solo patógeno bacteriano en un cultivo de sangre o líquido cefalorraquídeo) al evaluar a lactantes con buen aspecto de ≤90 días de edad con fiebre sin foco (FWS).

Métodos Describimos a los lactantes de ≤90 días de edad con buen aspecto que presentaban síndrome de fatiga crónica y tira reactiva de orina normal. Realizamos un estudio multicéntrico, observacional y prospectivo en cinco servicios de urgencias pediátricas entre octubre de 2020 y septiembre de 2023.

Resultados Se incluyeron 656 lactantes, de los cuales 22 (3,4%) fueron diagnosticados de una IBI (bacteriemia en todos ellos y asociada a meningitis en cuatro). La prueba ev-PCR sanguínea fue positiva en 145 (22,1%) lactantes. Un paciente con ev-PCR sanguínea positiva fue diagnosticado de una IBI, lo que representa el 0,7% (IC del 95%: 0,02 a 3,8) en comparación con el 4,1% (IC del 95%: 2,6 a 6,2) en aquellos con una prueba negativa (p = 0,04). Los cuatro pacientes con meningitis bacteriana tuvieron un resultado de ev-PCR sanguínea negativo. Los bebés con una ev-PCR sanguínea positiva tuvieron una estancia hospitalaria más corta (mediana de 3 días, RIQ 2-4) en comparación con 4 días (RIQ 2-6) para aquellos con ev-PCR sanguínea negativa (p = 0,02), así como una duración más corta del tratamiento con antibióticos (mediana de 2 días, RIQ 0-4 frente a 2,5 días, RIQ 0-7, p = 0,01).

Conclusiones Los lactantes febriles con una prueba de PCR en sangre positiva tienen un riesgo bajo de presentar una IBI. La incorporación de la prueba de PCR en sangre en la toma de decisiones clínicas puede ayudar a reducir la duración de los tratamientos con antibióticos y la duración de la hospitalización.

Objetivo Se informa de alergias a los antibióticos betalactámicos en el 5%–10% de los niños; sin embargo, hasta el 90% no presenta ninguna reacción en la prueba de provocación oral (OCT). Este estudio tuvo como objetivo determinar la frecuencia e identificar los predictores de OCT betalactámicos clasificados positivos en el hospital en niños con una etiqueta de alergia a antibióticos betalactámicos (AAL).

Diseño Se trata de un estudio retrospectivo realizado durante 7 años, en el que se incluyeron niños de 0 a 19 años que se sometieron a una OCT con beta-lactámicos. La OCT comprendió una provocación graduada intrahospitalaria seguida de un tratamiento antibiótico ambulatorio de 5 días. Se realizaron análisis de regresión logística univariada y multivariada para identificar los predictores de una OCT graduada positiva intrahospitalaria.

Resultados En total, se incluyeron 1259 OCT de beta- lactámicos: la edad media en el momento de la OCT fue de 6,3 años (rango de 8,8 meses a 19,2 años). De estos, 18 (1,4%) OCT calificados en el hospital fueron positivos y 10 (0,8%) fueron equívocos, y solo 4 niños (0,3%) tuvieron una reacción grave inmediata a su OCT calificado en el hospital. Los factores asociados con un OCT hospitalario calificado positivo en el análisis univariado fueron: antecedentes de alergia a otros medicamentos (OR 2,7; IC del 95 %: 1,0 a 7,2; p 0,05), una reacción índice que fue grave (OR 2,9; IC del 95 %: 1,1 a 7,6; p 0,035), inmediata y grave (OR 5,85; IC del 95 %: 1,7 a 20,0; p 0,005) o que requirió epinefrina (OR 9,65; IC del 95 %: 1,7 a 53,6; p 0,01).

Conclusión De los niños derivados con un AAL betalactámico, solo el 1,4 % tuvo un resultado positivo en la prueba de OCT intrahospitalaria clasificada como positiva. Los factores de riesgo para un resultado positivo en la prueba de OCT intrahospitalaria clasificada como positiva fueron antecedentes de alergia a otros medicamentos, una reacción índice que fue grave, inmediata y grave o requirió epinefrina.

Las infecciones agudas de las vías respiratorias (IRA) son la causa de la mayoría de las prescripciones de antibióticos en pediatría. Aunque las directrices estadounidenses siguen recomendando antibióticos durante ≥10 días para las IRA más comunes, la evidencia sugiere que los tratamientos de 5 días pueden ser seguros y eficaces. La impronta académica parece desempeñar un papel importante en el uso continuo de duraciones prolongadas de antibióticos. En este informe, analizamos la evidencia que respalda los tratamientos cortos con antibióticos para la faringitis por estreptococo del grupo A, la otitis media aguda y la rinosinusitis bacteriana aguda. Analizamos la base de las recomendaciones de tratamientos prolongados con antibióticos y la literatura reciente que investiga tratamientos más cortos. Los prescriptores en los Estados Unidos deben superar la impronta académica y seguir las tendencias internacionales para reducir las duraciones de los antibióticos para las IRA más comunes, donde 5 días es un tratamiento seguro y eficaz cuando se prescriben antibióticos.

El objetivo de este estudio ha sido analizar el uso de antibioterapia tópica en OMA supurada por parte de pediatras, y si el mismo se ajusta a las actuales recomendaciones de las sociedades científicas. Para ello se elaboró una encuesta online de 9 preguntas, en la que participaron durante los meses de noviembre y diciembre de 2023, médicos internos residentes de pediatría, facultativos especialistas en pediatría de atención primaria y hospitalaria de 6 hospitales, 2 de ellos terciarios y 3 centros de salud.

Un análisis revela un aumento global de enfermedades infecciosas tras la COVID-19. Junio 2024. Un nuevo análisis de datos de 60 organizaciones y agencias de salud pública ha identificado un gran aumento mundial de enfermedades transmisibles comunes, como la gripe, el sarampión, la tuberculosis y la tos ferina, después de la pandemia. 

¿Son eficaces los antibióticos tópicos para el tratamiento de la conjuntivitis infecciosa aguda en niños?

Recomendaciones

En este ensayo clínico aleatorizado con 88 participantes, el uso de antibióticos tópicos redujo el tiempo hasta la curación clínica y en el metanálisis con 584 participantes, el uso de antibióticos tópicos se asoció con una reducción significativa en la proporción de niños que tuvieron síntomas de conjuntivitis en los días 3 a 6 en comparación con los que recibieron un placebo.

Significado

Estos hallazgos sugieren que se debe considerar la terapia antibiótica tópica para la conjuntivitis infecciosa aguda en niños porque los antibióticos se asociaron con tiempos de recuperación significativamente más cortos.

Este estudio evalúa la eficacia de la terapia antibiótica tópica para la conjuntivitis infecciosa aguda en niños.

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Abstracto

Importancia

Aunque a menudo se prescriben antibióticos tópicos para tratar la conjuntivitis infecciosa aguda en niños, su eficacia es incierta.

Objetivo

Evaluar la eficacia de la terapia antibiótica tópica para la conjuntivitis infecciosa aguda.

Diseño, entorno y participantes

Se realizó un ensayo clínico aleatorizado en atención primaria de salud en Oulu, Finlandia, del 15 de octubre de 2014 al 7 de febrero de 2020. Se incluyeron niños de 6 meses a 7 años con conjuntivitis infecciosa aguda. Se realizó un seguimiento de los participantes durante 14 días. Un metanálisis posterior incluyó el presente ensayo y 3 ensayos clínicos aleatorizados previos que incluyeron a pacientes pediátricos de 1 mes a 18 años con conjuntivitis infecciosa aguda.

Intervenciones

Los participantes en el presente ensayo clínico aleatorizado fueron asignados aleatoriamente a recibir gotas oftálmicas de moxifloxacino, gotas oftálmicas de placebo o ninguna intervención.

Principales resultados y medidas

El resultado primario en el presente ensayo clínico aleatorizado fue el tiempo hasta la curación clínica (en días); en el metanálisis, el resultado primario fue la proporción de participantes con síntomas conjuntivales en los días 3 a 6.

Resultados

El ensayo clínico aleatorizado incluyó 88 participantes (46 [52%] niñas), de las cuales 30 fueron asignadas aleatoriamente a gotas oftálmicas de moxifloxacino (edad media [DE], 2,8 [1,6] años), 27 a gotas oftálmicas placebo (edad media [DE], 3,0 [1,3] años), y 31 a ninguna intervención (edad media [DE], 3,2 [1,8] años). El tiempo hasta la curación clínica fue significativamente más corto en el grupo de gotas oftálmicas de moxifloxacino que en el grupo sin intervención (3,8 frente a 5,7 días; diferencia, −1,9 días; IC del 95%, −3,7 a −0,1 días; P  = 0,04), mientras que en el análisis de supervivencia tanto las gotas oftálmicas de moxifloxacino como las de placebo acortaron significativamente el tiempo hasta la curación clínica en relación con ninguna intervención. En el metanálisis, se asignaron al azar un total de 584 niños (300 a antibióticos tópicos y 284 a placebo), y el uso de antibióticos tópicos se asoció con una reducción significativa en la proporción de niños que tuvieron síntomas de conjuntivitis en los días 3 a 6 en comparación con las gotas oftálmicas placebo (odds ratio, 0,59; IC del 95 %, 0,39 a 0,91).

Conclusiones y relevancia

En este ensayo clínico aleatorizado y revisión sistemática y metanálisis, los antibióticos tópicos se asociaron con duraciones significativamente más cortas de los síntomas conjuntivales en niños con conjuntivitis infecciosa aguda.

[En base a la información que aporta la empresa comercializadora (ver) ITAI autovacuna bacteriana sublingual es una “Suspensión para administración por vía sublingual en spray. Es un medicamento individualizado fabricado a partir de células de 1 o 2 especies bacterianas (agentes inmunizantes) aisladas a partir del cultivo de la/s muestra/s tomada/s al paciente del lugar/foco de la infección, inactivadas y estandarizadas.”

La búsqueda realizada en los recursos habitualmente empleados por este servicio no ha localizado ninguna guía de práctica clínica, sumario de evidencia o protocolo de actuación en el que se haga mención a la indicación de autovacunas en pacientes (adultos o niños) con infecciones recurrentes del área otorrinolaringológica (ORL)Tampoco se encuentra evidencia que permita establecer que se trata de una estrategia eficaz para la prevención de nuevos episodios en población pediátrica.

Un documento de evaluación de tecnologías sanitarias(1), publicado en 2008, sobre autovacunas y lisados bacterianos en las infecciones respiratorias de repetición afirmaba que “La evidencia científica sobre la efectividad de las autovacunas en la prevención de infecciones respiratorias de repetición es deficiente debido a la pobre calidad de los estudios disponibles, principalmente por el tipo de diseño empleado, en su mayoría series de casos” y concluía que “No existen pruebas científicas de calidad sobre los beneficios y efectos adversos de las autovacunas bacterianas en la prevención de las infecciones respiratorias de repetición en pacientes con enfermedades otorrinolaringológicas y/o respiratorias”.

Entre los estudios que evalúan la eficacia de las autovacunas específicamente en niños con infecciones del área ORL de repetición, el informe incluye:

  • El estudio de Kaiser C et al(2) del que informa que es un ensayo clínico que compara la eficacia de las autovacunas vía oral (5 gotas/día durante 15 días, 4 tandas de tratamiento con 7 días de descanso entre ellas) con placebo en 208 niños de hasta 5 años adenoidectomizados, tomando como medida de resultado la frecuentación a los servicios sanitarios. En resultados indican que hubo una disminución de la frecuentación al médico entre antes y después de la intervención, pero que esto ocurría tanto en el grupo de autovacunas como en el de placebo. La diferencia de frecuentación post-intervención entre los grupos fue de 1,09 visitas anuales por niño menos en el grupo de autovacunas (tras la intervención el número medio de visitas anuales al médico fue de 3,42 por niño en el grupo tratado con autovacuna frente a 4,51 en los niños a los que no se les administró).

  • Y la serie de casos de Chylak J(3). En este estudio se tomaron frotis de garganta para examen bacteriológico de 49 niños durante tres sucesivos episodios de faringitis y amigdalitis (durante los tres episodios y después del tratamiento de los primeros episodios). El objetivo del examen bacteriológico era reconocer la presencia de patógenos potenciales en la garganta y luego preparar vacunas a partir de estas especies bacterianas. 47 de los 49 niños examinados eran portadores a largo plazo de posibles patógenos en la garganta. Los patógenos más frecuentemente aislados fueron S. aureus, H. influenzae y H. parainfluenzae. Sólo 4 niños fueron portadores de S. β-haemolyticus. Para cada uno de estos 47 niños se prepararon autovacunas y, después del tratamiento con ellas, los niños fueron observados durante un período de 12 a 26 meses. La eficacia del tratamiento se evaluó teniendo en cuenta la frecuencia de recurrencias durante el período de observación. Se notifica que el 80,8% de los niños tratados con autovacunas mostraron tras el tratamiento excelentes resultados (ningún síntoma clínico de faringitis o amigdalitis durante el período de observación; n= 23) o buenos resultados (sólo un episodio durante el período de observación; n= 15).  Se informa además que los exámenes de sangre realizados antes y después del tratamiento en niños con resultados excelentes o buenos revelaron una disminución de la velocidad de sedimentación globular, un menor número de glóbulos blancos y una mayor cantidad de hemoglobina (estadísticamente significativa).

Al buscar en las bases de datos de estudios (Pubmed y Embase, y también en Google Scholar) no se identifican nuevos ensayos clínicos que permitan determinar la efectividad de la autovacuna bacteriana en niños con patología ORL recurrente.  Se localiza otra serie de casos(4) (realizada con financiación de la industria farmacéutica) en la cual 29 niños (mediana de edad 59,0 meses;  37,9% varones) con episodios recurrentes de otitis media aguda o faringo-tonsilitis fueron tratados con autovacunas durante 3 meses. La tasa de incidencia media ajustada (error estándar) cayó de 0,6 (0,04) episodios por mes-niño al inicio del estudio a 0,2 (0,04) episodios por mes-niño en el seguimiento a los 6 meses (P< 0,001). También disminuyó la gravedad de los síntomas y el absentismo escolar. Se referie además que las autovacunas fueron bien toleradas.

Evaluar la etiología de los episodios de faringitis aguda y determinar la duración de los síntomas graves y moderados según la etiología.

Métodos

Estudio observacional prospectivo.

Emplazamiento

Un centro de salud urbano.

Participantes

Se incluyeron pacientes de 15 años o más con faringitis aguda.

Intervenciones

Se realizó identificación bacteriana en el laboratorio de microbiología utilizando MALDI-TOF en 2 muestras faríngeas. Los pacientes recibieron un diario de síntomas que devolvieron a la semana.

Medidas prinicpales

Número de días con síntomas graves, aquellas puntuaciones de 5 o más en cualquiera de los síntomas del diario de síntomas, y síntomas moderados con puntuaciones de 3 o más.

Resultados

Entre los 149 pacientes incluidos, el estreptococo beta-hemolítico del grupo A (EBHGA) fue la etiología más común. Tanto los síntomas y signos como la puntuación media de la escala de Centor no permiten distinguir la infección de EBHGA de las otras causas bacterianas en pacientes con faringitis aguda. Sin embargo, se observó una tendencia en que las infecciones por S. dysgalactiae y agalactiae presentaban síntomas más graves, mientras que S. grupo anginosusFusobacterium spp. y aquellos con microbiota orofaringea solían presentar síntomas más leves. Las infecciones por S. dysgalactiae mostraron una tendencia hacia una mayor duración de síntomas graves y moderados.

Conclusión

El EBHGA es el más prevalente, pero el estreptococo del grupo C causa síntomas más graves y prolongados.

El virus respiratorio sincitial (VRS) humano es el virus más frecuentemente identificado en niños con infección respiratoria de vías bajas. A partir de octubre de 2023 comenzó en nuestro país la campaña de inmunización con el anticuerpo monoclonal nirsevimab.

Material y métodos

Estudio realizado en el servicio de urgencias pediátricas de un hospital de tercer nivel de la Comunidad de Madrid (España). Comparamos los pacientes pediátricos en edad susceptible de recibir inmunización con nirsevimab atendidos entre las semanas 40 y 52 de los años 2022 y 2023 con un diagnóstico de infección confirmada por VRS.

Resultados

Durante el periodo de estudio atendimos 765 pacientes con infección confirmada por VRS. Del total, 264 eran susceptibles de haber recibido inmunización con nirsevimab y, por tanto, fueron seleccionados para nuestro análisis. El 80,3% (212/264) se atendieron en 2022 y el 19,7% (52/264), en 2023. El número de casos VRS positivos se incrementó a partir de la semana 42 en ambos periodos analizados, observando un pico de máxima incidencia entre la semana 46 y la 48. En el año 2022 la morfología de la curva de casos del grupo de niños susceptibles de ser inmunizados fue muy similar a la curva global. Por el contrario, en 2023 no registramos dicho ascenso de casos en los pacientes susceptibles de ser inmunizados.

Conclusión

La inmunización con nirsevimab en la temporada epidémica del VRS de 2023 ha tenido un impacto beneficioso, registrándose una reducción del número de visitas a urgencias por infección debida a VRS.

La Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional (SEMTSI), la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) han elaborado un documento de consenso sobre el diagnóstico y manejo de pacientes con enfermedades febriles importadas.

Veinte autores que representaban diferentes perspectivas de la atención médica (atención primaria ambulatoria, especialistas en medicina tropical y del viajero, urgencias, atención hospitalaria, microbiología y parasitología y salud pública), identificaron 39 preguntas clínicamente relevantes, que se organizaron en 7 bloques temáticos. Tras una revisión sistemática de la literatura, los autores elaboraron 125 recomendaciones, así como varias tablas e imágenes para ser utilizadas como herramientas de consulta. Este resumen ejecutivo muestra una selección de las preguntas y recomendaciones más relevantes incluidas en las presentes guías.

INTRODUCCIÓN

El disbalance de la microbiota intestinal por el uso de antibióticos puede ser un factor etiológico de la enfermedad de Kawasaki (EK). El objetivo fue identificar la asociación entre el uso de antibióticos y el desarrollo de la EK, teniendo en cuenta varios perfiles de antibióticos.

MÉTODOS

Se realizó un estudio poblacional de casos y controles utilizando datos de la base de datos del Servicio de Revisión y Evaluación del Seguro Médico. Se identificaron niños <5 años de edad, que fueron diagnosticados con EK entre 2016 y 2019. Se seleccionaron controles emparejados por puntuación de propensión de la población general en una proporción de 1:5. Se crearon cuatro cohortes de estudio separadas según diferentes períodos de uso de antibióticos: (1) dentro de los 28 días y (2) 12 meses después del nacimiento y (3) dentro de los 6 meses y (4) 12 meses a partir de la fecha índice. Se compararon los perfiles de uso de antibióticos entre los pacientes con EK y los controles emparejados.

RESULTADOS

Se incluyeron 17.818 pacientes con EK y 89.090 controles emparejados. El uso de antibióticos en los 6 meses [odds ratio (OR): 1,18; intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,12-1,26] y 12 meses (OR: 1,23; IC del 95%: 1,14-1,32) desde la fecha índice se asoció con el desarrollo de EK. La asociación entre el uso de antibióticos y la EK fue más prominente en los pacientes que habían recibido 3 o más tipos de antibióticos en los 12 meses siguientes a la fecha índice (OR: 1,26; IC del 95%: 1,17-1,37).

CONCLUSIONES

El uso de antibióticos en los 6 o 12 meses anteriores se asoció con la EK. La alteración de la microbiota intestinal debida al uso de antibióticos podría desempeñar un papel en el desarrollo de la EK.

Evaluar los costos médicos de las hospitalizaciones y la atención en el departamento de emergencias (DE) asociadas con la enfermedad por el virus respiratorio sincitial (VSR) en niños inscritos en la Red de Vigilancia de Nuevas Vacunas.

Diseño del estudio

Utilizamos datos de contabilidad y vigilancia prospectiva de 6 sistemas de salud pediátricos para evaluar los costos médicos directos de las hospitalizaciones asociadas con VSR confirmadas por laboratorio (n = 2007) y las visitas al departamento de emergencias (n = 1267) desde 2016 hasta 2019 entre niños menores de 5 años. Agrupamos los costos en categorías relevantes para la atención clínica y las prácticas de facturación administrativa. Examinamos los costos médicos asociados con VSR por entorno de atención mediante análisis descriptivos y bivariados. Evaluamos las asociaciones entre los factores de riesgo conocidos de VSR y los costos de hospitalización y la duración de la estadía mediante pruebas de asociación de χ2 .

Resultados

El costo medio fue de $7100 (RIC $4006-$13 355) por niño hospitalizado y $503 (RIC $387-$930) por visita al DE. El ochenta por ciento (n = 2628) de nuestra muestra final fueron niños menores de 2 años. Menos semanas de edad gestacional se asoció con mayores costos medios en niños hospitalizados ( P  < .001, ≥37 semanas de edad gestacional: $6840 [$3905-$12 450]; 29-36 semanas de edad gestacional: $7721 [$4362-$15 274]; <29 semanas de edad gestacional: $9131 [$4518-$19 924]). Los bebés nacidos a término representaron el 70% de los gastos totales en nuestra muestra. Casi tres cuartas partes del dinero gastado en atención médica se originó en niños menores de 12 meses de edad, el principal grupo de edad al que se dirigen las profilaxis recomendadas contra el VSR.

Conclusiones

Para reducir la carga de costos de la atención médica asociada al VRS en niños pequeños será necesario prevenir la infección en todos los niños pequeños, no sólo en los lactantes de alto riesgo. Las vacunas maternas y los productos de inmunoprofilaxis recientemente disponibles podrían reducir sustancialmente los costos médicos asociados al VRS.

Se incluyeron 51 estudios con más de 27 millones de participantes de las seis regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dieciséis estudios poblacionales grandes se realizaron en China, Singapur, Corea del Sur y Estados Unidos, y 25 estudios se centraron en personas con VIH, que se llevaron a cabo principalmente en la región africana. La mayoría de los estudios se realizaron en adultos, cuatro en niños y tres en niños y adultos combinados. De media, los estudios mantuvieron un seguimiento de las personas durante 3,5 años.

Conclusiones de los autores:  

La desnutrición probablemente duplica el riesgo de tuberculosis a corto plazo (< 10 años) y también podría aumentar el riesgo a largo plazo (> 10 años). Las políticas dirigidas a reducir la carga de la desnutrición no solo son necesarias para aliviar el sufrimiento humano debido a la desnutrición y sus muchas consecuencias  dversas, sino que también son una parte importante de las medidas esenciales para acabar con la epidemia de tuberculosis para 2030. Se necesitan grandes cohortes poblacionales, incluidas las derivadas de registros nacionales de alta calidad de exposiciones (desnutrición) y desenlaces (enfermedad por TB), para proporcionar  estimaciones de alta certeza de este riesgo en diferentes entornos y poblaciones, incluidos los países de ingresos bajos y medios de diferentes regiones de la OMS. Además, los estudios que incluyan a niños y adolescentes y métodos más avanzados para diagnosticar la tuberculosis proporcionarían información más actualizada y relevante para la política y la práctica. 

Desde agosto de 2023 y tras un largo proceso de validación regulatoria e importación con la colaboración de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), se dispone en España de los comprimidos dispersables de combinaciones de dosis fija de isoniazida (50mg)-rifampicina (75mg)-pirazinamida (150mg, HRZ), e isoniazida (50mg)-rifampicina (75mg; HR)3. También se dispone de comprimidos dispersables de isoniazida (100mg) y etambutol (100mg), en monoterapia. Dichas formulaciones se disuelven fácilmente en agua, tienen características organolépticas agradables y se dosifican según rangos de peso (tabla 1). Además, tienen una caducidad de 2 años y un precio razonable.  En España, cualquier pediatra los puede solicitar a través de la farmacia hospitalaria como medicamento extranjero, previo informe clínico individualizado, y mediante el procedimiento «Medicamentos en Situaciones Especiales» de la AEMPS4. En esta carta, es nuestro propósito hacer difusión de la disponibilidad de las nuevas formulaciones a todos los pediatras de España, así como de su capacidad de facilitar el tratamiento de la tuberculosis pediátrica, de tal forma que se puedan beneficiar de ellas el máximo número de niños y niñas.

Objetivo

La espondilodiscitis pediátrica (EDP) es una afección poco común, para la cual no existen guías clínicas internacionales específicas. No se han establecido factores relacionados con las complicaciones.

Nuestro objetivo fue describir las características clínicas y epidemiológicas de la EDP, analizar los factores asociados al desarrollo de complicaciones y evaluar el cumplimiento de las recomendaciones del Documento de consenso nacional (DCN) español para el abordaje diagnóstico y terapéutico de las infecciones osteoarticulares agudas.

Material y métodos

Estudio ambispectivo, multicéntrico, nacional de dos cohortes de EDP: histórica (2008-2012) y prospectiva (2015-2020, después de la publicación del DCN).

Se incluyeron pacientes con diagnóstico de EDP. Se registraron datos demográficos, clínicos, microbiológicos y radiológicos. Los factores relacionados con el desarrollo de complicaciones se analizaron mediante regresión logística. Se realizaron comparaciones entre ambas cohortes.

Resultados

Se incluyeron 98 EDP. En el 84,7% el diagnóstico se confirmó mediante resonancia magnética. Se obtuvo aislamiento microbiológico en el 6,1%, siendo S. aureus sensible a meticilina el principal agente etiológico. Las complicaciones ocurrieron en el 18,9%, siendo la más frecuente el absceso de tejidos blandos. Del 8,6% de los pacientes con secuelas, el dolor persistente fue el más frecuente. Al comparar las cohortes, hubo una mejor adherencia a las recomendaciones de tratamiento del DCN en la cohorte prospectiva (57,6% frente a 12,9%, p<0,01), incluida una reducción en la duración de la terapia con antibióticos intravenosos (10 frente a 14 días, p<0,01).

Conclusiones

La evolución de la EDP en nuestra serie fue favorable, con baja frecuencia de complicaciones y secuelas. La adherencia a las recomendaciones del DCN fue alta. Se necesitan estudios con mayor tamaño muestral que establezcan nuevas recomendaciones para optimizar el abordaje de estas infecciones.

Bibliografía junio 2024

La infección del tracto urinario (ITU) es una de las infecciones bacterianas más comunes en la edad pediátrica, donde el tratamiento antibiótico suele ser eficaz, lo que ha mejorado considerablemente su pronóstico en las últimas décadas. Sin embargo, su relación fisiopatológica con la presencia de malformaciones congénitas del tracto urinario, especialmente con el reflujo vesicoureteral (RVU), y el posible desarrollo de daño renal permanente, ha hecho que el abordaje de esta patología siga siendo controvertido. Aunque la gran mayoría de los niños que tienen una infección de orina se recuperan rápidamente y no tienen complicaciones a largo plazo, existe un pequeño subgrupo con riesgo de morbilidad significativa. Este grupo de niños se divide en términos generales en dos categorías. En la primera categoría, las infecciones de orina pueden ser señal de una anomalía congénita subyacente grave, como una obstrucción, que, si no se corrige, provocará no sólo una enfermedad más grave sino también un daño renal. En la otra, las infecciones pueden estar asociadas con una pérdida progresiva de la función renal, ya sea en asociación con displasia renal o con episodios recurrentes de pielonefritis. Por lo tanto, es necesario desarrollar pautas clínicas para identificar este pequeño, pero importante subgrupo, de los muchos niños que presentan infecciones de orina y que se recuperarán sin problemas de salud residuales.

La gripe es una amenaza constante que en ocasiones puede producir cuadros clínicos graves. Las mayores tasas de incidencia por grupos de edad ocurren en los menores de 15años, especialmente en los menores de 5años, en los que además las tasas de hospitalización son similares a las de las personas de 65años en adelante. Además, los niños son los principales vectores de transmisión de la enfermedad. En España están autorizadas cinco vacunas antigripales en la edad pediátrica: tres inactivadas tetravalentes procedentes de cultivos en huevos embrionados, una inactivada tetravalente procedente de cultivos celulares, y una atenuada tetravalente de administración intranasal, que para la temporada 2024-2025 pasará a ser trivalente, al no incluir el linaje BYamagata, como recomienda la OMS. El CAV-AEP recomienda la vacunación sistemática en: niños de 6 a 59meses, niños y adolescentes pertenecientes a grupos de riesgo, personas que puedan transmitir la gripe a los grupos que tienen riesgo de gripe complicada, y convivientes o entorno familiar de menores de 6meses. A partir de los 2años de edad se recomienda preferentemente la vacuna atenuada intranasal por su mayor aceptabilidad y por facilitar la mejora de las coberturas. El CAV-AEP considera también que la vacunación antigripal de niños y adolescentes de 5-18años sanos es una medida recomendable, por cuanto les proporciona protección individual y favorece la protección familiar y comunitaria. Es especialmente importante la vacunación antigripal de todos los profesionales sanitarios y la vacunación de las gestantes en cualquier momento del embarazo.

Se calcula que cada año se producen 7 millones de muertes por infecciones bacterianas, de las cuales 4,95 millones están asociadas a patógenos farmacorresistentes y entre 1 y 27 millones a patógenos resistentes a los antibióticos disponibles. El acceso a antibióticos eficaces cuando están indicados prolonga la vida, reduce la discapacidad, disminuye los gastos sanitarios y permite el acceso a otras innovaciones médicas que salvan vidas. La resistencia a los antimicrobianos anula estos beneficios y es un importante obstáculo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidas las metas de supervivencia de los recién nacidos, el progreso en materia de envejecimiento saludable y la mitigación de la pobreza. Las consecuencias adversas de la resistencia a los antimicrobianos se observan a lo largo de toda la vida humana, tanto en las infecciones asociadas a la atención sanitaria como en las asociadas a la comunidad, así como en los animales y en la cadena alimentaria. El conjunto de antibióticos eficaces se ha visto reducido a la mitad en los últimos decenios. Las personas muy jóvenes, muy mayores y las gravemente enfermas son especialmente susceptibles a contraer infecciones resistentes. Este documento, el primero de una serie sobre el reto de la resistencia a los antimicrobianos, examina el alcance mundial del problema y cómo debe medirse. Se necesitan datos sólidos y procesables para impulsar cambios y fundamentar intervenciones eficaces para contener la resistencia. La vigilancia debe abarcar todas las regiones geográficas, minimizar los sesgos hacia datos de origen hospitalario e incluir nichos no humanos.

Los niños y los neonatos son muy vulnerables a las consecuencias de la resistencia a los antimicrobianos. Se enfrentan obstáculos sustanciales en relación con la investigación y el desarrollo de agentes antibacterianos para su uso en neonatos, niños y adolescentes menores de 19 años, por lo que es urgente concentrar los recursos limitados en los agentes más apropiados para su desarrollo y optimización pediátrica. En noviembre y diciembre de 2022, tras el éxito de ejercicios similares centrados en enfermedades, la OMS convocó el primer ejercicio de Optimización de Medicamentos Pediátricos (PADO) para antibióticos, con el objetivo de elaborar una lista de antibióticos prioritarios para la investigación y el desarrollo pediátricos, especialmente para su uso en regiones con la mayor carga de morbilidad atribuible a infecciones bacterianas graves. Se consideró una serie de antibióticos con licencia para niños o en fase de desarrollo clínico en adultos, pero con pocos datos pediátricos, y se formularon las listas de prioridades y de vigilancia de la PADO. Esta revisión proporciona los antecedentes y una visión general de los procesos del ejercicio y sus resultados, así como una revisión concisa de la bibliografía que respalda la toma de decisiones. También se resumen las acciones de seguimiento para implementar los resultados del proceso de PADO para antibióticos. La presente revisión pone de relieve la gran influencia beneficiosa que puede tener el proceso colaborativo PADO, tanto para la clase de fármaco terapéutico como para temas específicos de enfermedades, a la hora de aunar esfuerzos para garantizar que los niños tengan acceso a medicamentos esenciales en todo el mundo.

El estudio PERFORM tuvo como objetivo comprender las causas de las enfermedades febriles infantiles comparando la detección de patógenos moleculares con la práctica clínica actual.

Métodos

Se reclutó a niños febriles y controles al momento de su presentación en el hospital en 9 países europeos entre 2016 y 2020. A cada niño se le asignó una categoría de diagnóstico estandarizada basada en una revisión retrospectiva de datos clínicos y microbiológicos locales. Posteriormente, se realizaron pruebas moleculares centralizadas (CMT) para 19 patógenos respiratorios y 27 sanguíneos.

Recomendaciones

De 4.611 niños febriles, 643 (14%) fueron clasificados como infección bacteriana (DB) definitiva, 491 (11%) como infección viral (DV) definitiva y 3.477 (75%) tenían etiología incierta. Se reclutaron 1061 controles sin infección. Los CMT detectaron bacterias sanguíneas con más frecuencia en casos de DB que en casos de DV para N. meningitidis (OR: 3,37, IC 95 %: 1,92–5,99), S. pneumoniae (OR: 3,89, IC 95 %: 2,07–7,59), estreptococos del grupo A ( OR 2,73; IC del 95 %: 1,13 a 6,09) y E. coli (OR 2,7; IC del 95 %: 1,02 a 6,71). Los virus respiratorios fueron más comunes en niños febriles que en los controles, pero solo la influenza A (OR 0,24, IC 95 % 0,11–0,46), la influenza B (OR 0,12, IC 95 % 0,02–0,37) y el VRS (OR 0,16, IC 95 %: 0,06–0,36) fueron menos comunes en los casos de DB que en los de VD. De 16 virus sanguíneos, enterovirus (OR 0,43, IC 95 % 0,23–0,72) y EBV (OR 0,71, IC 95 % 0,56–0,90) se detectaron con menos frecuencia en los casos de DB que en los casos de DV. Los diagnósticos locales combinados y los CMT detectaron respectivamente virus sanguíneos y virus respiratorios en 360 (56%) y 161 (25%) de los casos de DB, y la detección de virus descartó mal la infección bacteriana, con valores predictivos de 0,64 y 0,68 respectivamente.

Interpretación

No se puede definir de manera concluyente que la mayoría de los niños febriles tengan una infección bacteriana o viral cuando las pruebas moleculares complementan los métodos convencionales. Los virus se detectan en la mayoría de los pacientes con infecciones bacterianas y el valor clínico de la detección de patógenos individuales para determinar el tratamiento es bajo. Se necesitan nuevos enfoques para ayudar a determinar qué niños febriles requieren antibióticos.

El aumento del conocimiento virológico y el mayor potencial de su diagnóstico ha planteado una serie de preguntas relevantes sobre el papel de un diagnóstico viral precoz y así la posibilidad de un tratamiento precoz dirigido para el manejo de las infecciones del tracto respiratorio (ITR). Con el fin de comprender mejor el papel de las pruebas diagnósticas virales en el manejo de la ITR, se convocó a un panel de expertos para discutir sobre el posible uso de dicho diagnóstico vírico, más allá de lo establecido en documentos previos acordados para la gripe. El objetivo del panel fue comprender la plausibilidad del diagnóstico viral etiológico precoz en el manejo clínico; formular algunas recomendaciones sobre la posible ampliación del uso de dichas pruebas en el futuro y definir algunas lagunas en la gestión sanitaria de la ITR.
Las pruebas de diagnóstico viral de infección molecular (mIVD) deben utilizarse en todos los pacientes adultos ingresados en el hospital con ITR, y en determinados pacientes pediátricos que requieran ingreso o que sean derivados a otro hospital para recibir atención más especializada. El aumento del uso de mIVD no solo reducirá el uso inadecuado de antibióticos, reduciendo así la resistencia microbiana a los antibióticos, sino que también mejorará el resultado del paciente si se inicia una terapia viral etiológica, reduciendo consumo de recursos y mejorando los flujos de pacientes. Asimismo, existen beneficios organizativos en la implementación de pruebas de diagnóstico in vitro en la ITR que requerirán una estimación del impacto presupuestario y un enfoque de rentabilidad para una mayor penetración en su uso clínico

La bronquiolitis es una infección respiratoria grave en lactantes causada principalmente por el virus respiratorio sincitial (VRS). El objetivo de este estudio es evaluar si la codetección de VRS y otros virus respiratorios puede desencadenar un cuadro de mayor o menor gravedad que la presencia de VRS exclusivamente.

Métodos

Se realizó un estudio prospectivo en menores de 2 años que acudieron a urgencias del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida con diagnóstico de bronquiolitis aguda desde 2016 a 2019. A todos ellos se les realizó PCR de VRS y gripe en muestra nasofaríngea (GeneXpert®) y a los pacientes con detección de VRS se les realizó PCR múltiple de virus respiratorios. Se recogieron datos clínicos de los pacientes (tiempo de hospitalización, índice de BROSJOD, ingreso en UCI, necesidad de soporte respiratorio, traslado a un centro de tercer nivel) y se realizaron análisis bivariantes para comparar el grupo de bronquiolitis con detección exclusiva de VRS con el de codetección con otros virus respiratorios.

Resultados

Durante el período de estudio se diagnosticaron 437 bronquiolitis por VRS. En 199 de ellas (199/437; 45,5%) se detectó concomitantemente otro virus respiratorio. El análisis bivariante de los datos no mostró diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las variables estudiadas.

Conclusiones

La codetección viral en lactantes con bronquiolitis por VRS se da con elevada frecuencia, aunque no parece afectar a la gravedad del cuadro clínico.

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) son una causa común de prescripción inadecuada de antibióticos (ATB) en pediatría. FebriDx® es una prueba de diagnóstico rápido que diferencia las infecciones virales de las bacterianas. El objetivo es analizar su impacto en el manejo de niños con IRA febril.

Métodos

Estudio prospectivo realizado en pacientes de 1-<18 años con IRA febril en urgencias. Se realizó FebriDx® y se evaluó su impacto en el manejo en relación con la prescripción de ATB.

Resultados

Se incluyeron 216 pacientes. La orientación médica y el resultado de FebriDx® coincidieron en 174 (80,5%) casos. Se realizó modificación del plan terapéutico inicial en 22 (52,4%) de los 42 discordantes (10,2% del global de los pacientes). En neumonías el impacto fue del 34,5%; en todos los casos implicó el no prescribir ATB.

Conclusión

FebriDx® podría ser una herramienta útil en el manejo de pacientes pediátricos con IRA febril para optimizar la prescripción de ATB.

Pregunta

Entre los niños con síntomas de infección del tracto urinario (ITU) sometidos a cateterismo vesical de diagnóstico, ¿cuál es la precisión diagnóstica de varios recuentos de colonias, en comparación con la secuenciación del amplicón del gen 16S rRNA, para diagnosticar la ITU?

Diseño

Estudio de pruebas diagnósticas.

Configuración

Departamento de Emergencias, Hospital Infantil de Pittsburgh.

Participantes

Niños febriles, de 1 mes a 3 años de edad, sometidos a cateterismo vesical por sospecha de ITU.

Intervención

Empleando la secuenciación del amplicón del gen 16S rRNA como estándar de referencia, la ITU se definió en niños con una abundancia relativa ≥80 % de cualquier organismo con marcadores urinarios elevados de inflamación.

Resultados

Precisión diagnóstica del urocultivo en varios puntos de corte de colonias.

Resultados principales

A 10 000 unidades formadoras de colonias por ml (UFC/mL), la sensibilidad y especificidad de los resultados del urocultivo fueron del 98 % (IC del 95 %: 93 %–100 %) y del 99 % (IC del 95 %: 97 %–100 %), respectivamente. A 50 000 UFC/ml, la sensibilidad disminuyó al 80 % (IC del 95 %: 68 %–93 %) sin cambiar la especificidad. A 100 000 UFC/ml, la sensibilidad disminuyó aún más hasta el 70 % (IC del 95 %: 55 %–84 %).

Conclusiones

Entre los niños sometidos a cateterismo vesical, 10 000 UFC/ml, acompañado de marcadores urinarios elevados de inflamación, demuestra la mayor sensibilidad para las ITU.

Comentario

La definición de urocultivo positivo para el diagnóstico de ITU ha sido controvertida

y los urocultivos a menudo resultan negativos en bebés con sospecha de ITU. Este estudio revela que utilizando la secuenciación 16S como estándar de referencia para el diagnóstico de ITU, un límite de colonias de 10 000 UFC/mL conduce a menos casos de ITU omitidos que el de 50 000 UFC/mL (omitido el 20% de los casos) o 100 000 UFC/mL (omitido en el 30% de los casos) en niños febriles <3 años sometidos a cateterismo vesical. Los autores también sugieren que el análisis de secuenciación 16S junto con marcadores inflamatorios es un estándar de referencia adecuado para el diagnóstico de ITU. Si bien el punto de corte elegido para el análisis de secuenciación 16S en este estudio debe validarse en investigaciones futuras, este estudio proporciona evidencia de que los recuentos bajos de colonias en el urocultivo podrían ser clínicamente importantes en niños pequeños con fiebre. De manera similar a estos hallazgos, se ha informado que un umbral de 10 000 UFC/mL con biomarcadores inflamatorios elevados es adecuado para diagnosticar ITU en pacientes adultos sintomáticos.

Sin embargo, se deben hacer esfuerzos sustanciales para evitar el diagnóstico y tratamiento inadecuados de las ITU en una era de resistencia a los antimicrobianos.

Pregunta

Entre los niños con neumonía adquirida en la comunidad (NAC), ¿cuál es la asociación entre la consolidación pulmonar radiológica y la infección bacteriana típica?

Diseño

Estudio de asociación.

Configuración

3 hospitales infantiles: Memphis y Nashville, Tennessee, y Salt Lake City, Utah, de enero de 2010 a junio de 2012.

Participantes

Niños menores de 18 años hospitalizados con hallazgos radiológicos de NAC.

Intervención

Pruebas de infección bacteriana o viral típica y atípica.

Resultados

Identificación de infección entre aquellos con consolidación.

Resultados principales

Entre 1795 niños, se detectó al menos un patógeno: el 74% en la NAC bacteriana típica, el 58% en la NAC bacteriana atípica y el 54% en la NAC viral. Los valores predictivos positivos y negativos de consolidación para la NAC bacteriana típica fueron del 12 % (IC del 95 %: 10 %-15 %) y del 96 % (IC del 95 %: 95 %-97 %), respectivamente.

Conclusiones

La presencia de consolidación predijo mal la PAC bacteriana típica; la ausencia de consolidación predijo la ausencia de CAP bacteriana.

Comentario

Este estudio proporciona evidencia de la capacidad limitada de las radiografías de tórax para ayudar a identificar el patógeno etiológico en niños con NAC, excepto con enfermedad pleural. El estudio confirma las dificultades en la práctica clínica para identificar el patógeno etiológico incluso cuando se realizan pruebas moleculares. Numerosos estudios demuestran el papel de los patógenos virales en la etiología de la neumonía y los desafíos para identificar patógenos bacterianos a menos que se detecten en hemocultivos o líquido pleural.

La mayoría de los esfuerzos de investigación se han dirigido a discriminar pacientes con etiología viral versus bacteriana, con el fin de optimizar la terapia con antibióticos. La evidencia emergente sugiere que este enfoque podría no ser tan sencillo como se esperaba, ya que se han identificado virus y bacterias como copatógenos en niños con neumonía. La detección de ciertas bacterias en el tracto respiratorio superior de niños con infecciones virales bien definidas se ha asociado con respuestas inmunes alteradas y una mayor gravedad de la enfermedad.

Recientemente, la pandemia de COVID-19 demostró una marcada disminución de la neumonía alveolar y la enfermedad neumocócica invasiva a pesar de que no hubo cambios en la colonización nasofaríngea neumocócica. La falta de circulación de los virus respiratorios, especialmente el virus sincitial respiratorio y el metaneumovirus humano, fue el factor más importante asociado con la reducción de la neumonía y la enfermedad neumocócica invasiva.

Quizás sea hora de reconsiderar nuestras estrategias de investigación y manejo de la NAC pediátrica.

El artículo aborda el uso de la vacuna RSVpreF administrada a mujeres embarazadas para proteger a sus recién nacidos contra el virus respiratorio sincitial (VRS).

Objetivo de la Vacuna RSVpreF: La vacuna RSVpreF se administra a mujeres embarazadas con el propósito de generar anticuerpos contra la proteína F del VRS. El objetivo principal es reducir los casos graves de enfermedad por VRS y las hospitalizaciones durante los primeros seis meses de vida del recién nacido.

Método: Se llevó a cabo un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en 7392 embarazadas.

Resultados: La vacuna RSVpreF mostró una reducción del 82% en los casos graves de VRS durante los primeros tres meses de vida y del 69% durante los primeros seis meses. También redujo las hospitalizaciones relacionadas con VRS durante los primeros seis meses, aunque no se observó una reducción significativa en el riesgo de hospitalización durante el primer año completo de vida. La vacuna puede causar efectos adversos comunes a todas las vacunas, tales como reacciones en el lugar de la inyección, fiebre, fatiga y cefalea. Además, se observó un aumento en la incidencia de partos prematuros. El balance riesgo-beneficio es favorable cuando la vacuna se administra entre las semanas 32 y 36 de gestación, minimizando las consecuencias del parto prematuro, y especialmente cuando el nacimiento ocurre poco antes del inicio de la temporada de VRS.

Conclusión: La vacuna RSVpreF ofrece una opción adicional para reducir el riesgo de enfermedad grave por VRS en recién nacidos, con un perfil de seguridad y eficacia razonable cuando se administra en el momento adecuado del embarazo. No obstante, se necesitan más estudios para determinar la estrategia preventiva óptima entre la vacunación materna y la administración de anticuerpos monoclonales al recién nacido.

Streptococcus pneumoniae causa una importante morbilidad y mortalidad en niños debido a enfermedades neumocócicas invasivas como sepsis, bacteriemia osteomielitis y meningitis, así como infecciones menos graves, como la otitis media (OM), una de las principales causas de prescripción de antibióticos en la población pediátrica mundial. La inmunización contra los serotipos patógenos de Streptococcus pneumoniae es el principal medio de prevención de todas las formas de enfermedad neumocócica. En el año 2000, se introdujo por primera vez una vacuna antineumocócica conjugada 7-valente ( VNC7) para su uso en niños <2 años de edad en los Estados Unidos (EE.UU.) y fue totalmente sustituida en 2010 por una VNC 13-valente (VNC13) que posteriormente se introdujo en muchos programas de inmunización en todo el mundo. La PhiD-CV10 (VNC10, VNC7 + serotipos 1, 5, 7F) es otra vacuna que actualmente se utiliza sobre todo en Europa y Sudamérica. En los años siguientes a la implantación de cada PCV, la carga de neumococo y de todas las causas de la OM disminuyó, así como las tasas de complicaciones relacionadas con la OM (es decir, mastoiditis), pero con diferencias regionales sustanciales, dependiendo de la epidemiología local, la cobertura vacunal y los serotipos circulantes.

Resumen

Antecedentes

En los niños pequeños, las tasas de infecciones respiratorias bajas (IRB) y enfermedad neumocócica invasiva (ENI) se han asociado con el virus respiratorio sincitial (VRS), el metapneumovirus humano (VPH), la gripe (influenza) y la parainfluenza (PIV) (denominados colectivamente aquí virus asociados a la neumonía y la enfermedad neumocócica [virus PDA]). Sin embargo, aún no se ha dilucidado su contribución a la patogénesis de estas enfermedades. La pandemia COVID-19 brindó una oportunidad única para examinar esta cuestión.

Métodos

Este estudio prospectivo incluyó a todos los niños <5 años, que vivían en el sur de Israel, durante 2016 a 2021. Los datos se recopilaron previamente en múltiples programas de vigilancia prospectiva en curso e incluyen: visitas hospitalarias por neumonía alveolar adquirida en la comunidad (CAAP), LRI no CAAP; portación neumocócica nasofaríngea (<3 años de edad); actividad del virus respiratorio; y episodios de COVID-19 en todo el país, para todas las edades, e IPD en niños <5 años. Se desarrolló un modelo estadístico jerárquico para estimar la proporción de los diferentes criterios de valoración clínicos atribuibles a cada virus a partir de datos de series temporales mensuales, estratificados por edad y etnia. Se ajustó un modelo independiente para cada criterio de valoración, con covariables que incluían una tendencia temporal lineal, variables armónicas de 12 meses para captar las variaciones estacionales inexplicables y la proporción de pruebas positivas para cada virus en ese mes.

Hallazgos

Entre 2016 y 2021, se notificaron 3.204, 26.695, 257 y 619 episodios de CAAP, LRI no CAAP, neumonía bacteriémica neumocócica e IPD no neumonía, respectivamente. En comparación con 2016-2019, se observaron amplias disminuciones en los criterios de valoración de la enfermedad poco después de la oleada pandémica, coincidiendo con una desaparición completa de todos los virus PDA y la circulación continua de rinovirus (RhV) y adenovirus (AdV). A partir de abril de 2021, se produjeron aumentos bruscos y fuera de temporada de todos los criterios de valoración de la enfermedad, asociados a una dinámica similar entre los virus PDA, que reaparecieron secuencialmente. Utilizando nuestro modelo ajustado a todo el período 2016-2021, el 82% (IC del 95%, 75-88%) de los episodios de CAAP en 2021 fueron atribuibles a los virus respiratorios comunes, al igual que el 22%-31% de los otros criterios de valoración de la enfermedad. Las contribuciones específicas de los virus al CAAP fueron: RSV, 49% (IC 95%, 43-55%); hMPV, 13% (10-17%); PIV, 11% (7-15%); gripe, 7% (1-13%). RhV y AdV no contribuyeron. El VSR fue el principal contribuyente en todos los criterios de valoración, especialmente en los lactantes. La prevalencia de portadores de neumococo se mantuvo estable a lo largo del estudio.

Interpretación

RSV y hMPV juegan un papel crítico en la carga de CAAP y enfermedad neumocócica en niños. Las intervenciones dirigidas a estos virus podrían tener un efecto secundario sobre la carga de morbilidad que habitualmente se atribuye a las bacterias.

En los últimos meses diversas entidades internacionales (OMS, UNICEF, ECDC, CDC y UKHSA) han venido advirtiendo del aumento de la incidencia de sarampión en numerosos países y regiones.

En España también se ha comprobado un incremento de la incidencia del sarampión. Sin embargo, hasta ahora no se había hecho ningún movimiento ni declaración a propósito de esta cuestión; a lo más, se recurre a recordar que las coberturas vacunales en España, de forma genérica, son excelentes. Hasta ahora, porque hace pocos días el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES, Ministerio de Sanidad) ha publicado una “evaluación rápida de riesgos” a propósito del sarampión.

La realidad es que, en relación al sarampión en nuestro país, como era previsible observando lo documentado en países de nuestro entorno, los nuevos casos se han multiplicado y, según los datos del Ministerio de Sanidad, las coberturas vacunales se mueven a la baja. Se presentan, a continuación, los datos relativos a ambas cuestiones, así como algún comentario sobre el documento del CCAES, con el objetivo de llamar la atención de los profesionales, autoridades sanitarias y entidades implicadas y dejar atrás la inacción.

Casos clínicos

Una adolescente de 17 años acudió al servicio de urgencias con una historia de 3 días de dolor cervical progresivo con movilidad limitada asociado a hinchazón facial izquierda. No había antecedentes de traumatismo, fiebre, dolor de garganta, dolor de oído, secreción nasal, tos, dolor abdominal, náuseas ni vómitos. La paciente no tenía dificultad para tragar pero refería disminución del apetito. No había estado enferma, no tenía contactos enfermos conocidos y sus vacunas estaban al día. En la exploración física, estaba incómoda, con tortícolis izquierda, sensibilidad difusa a la palpación de los músculos trapecios bilateralmente, asociada a contracción muscular y limitación significativa de la amplitud de movimiento (especialmente rotación cervical). No se observó dolor en las apófisis espinosas cervicales. No se observaron déficits neurológicos. El examen de la orofaringe y el oído no reveló anomalías ni problemas dentales. No se palpaban ganglios linfáticos agrandados ni edemas periféricos. El resto de la exploración física fue normal. Los análisis de laboratorio revelaron un recuento de glóbulos blancos de 6,9 × 103/μL con un 52% de neutrófilos, un 42% de linfocitos, un 3% de monocitos y un 0,5% de eosinófilos, una hemoglobina de 14,7 g/dL, un recuento de plaquetas de 323 × 103/μL, una proteína C reactiva de 5,0 mg/L y una velocidad de sedimentación globular de 8 mm/hora. Los hemocultivos fueron negativos y la bioquímica sanguínea normal. La prueba rápida de Streptococcus pyogenes en frotis faríngeo fue negativa. Inicialmente fue tratada con ibuprofeno, diazepam y ketorolaco, pero la paciente no mostró mejoría clínica. Una tomografía computarizada (TC) cervical y de partes blandas reveló el diagnóstico.

Varios problemas hematológicos modestos y autolimitados están relacionados con la infección por VEB (virus de Epstein-Barr). La anemia hemolítica, que afecta sólo al 1%-3% de los individuos hospitalizados con mononucleosis infecciosa, es infrecuente entre ellos. En esta carta, discutimos nuestra experiencia con la anemia hemolítica inducida por VEB.

CASO

Una paciente de 13 años ingresó con fiebre, ictericia y vómitos durante 10 días. La paciente tenía fiebre de 38,3°C al ingresar en el hospital. En la exploración física se observaron amigdalitis exudativa, linfadenopatía cervical e ictericia escleral sin bazo ni hígado palpables. Las pruebas de laboratorio revelaron que el recuento de leucocitos era de 23.300/L (diferencial manual: neutrófilos, 12,7%; linfocitos, 80,1%; monocitos, 5,9%; eosinófilos, 0,2%), el nivel de hemoglobina era de 7,7 g/dL, el nivel de hematocrito era de 24,6%, el recuento de plaquetas era de 287.000/L y el de reticulocitos era de 2%. El análisis bioquímico arrojó los siguientes resultados: aspartato transaminasa sérica de 86 U/L (normal, <35); alanina transaminasa de 136 U/L (normal, <35); γ-glutamil transferasa de 490 U/L (rango de referencia, 7-32); lactato deshidrogenasa de 615 U/L (rango de referencia, 120-247); bilirrubina total de 5,15 mg/dL; bilirrubina conjugada de 3,58 mg/dL. El análisis de orina reveló bilirrubina 2+, urobilinógeno 3+, gravedad específica de la orina 1020 y ni hemoglobinuria ni hematuria. En la ecografía abdominal no se observaron lesiones hepatoesplénicas localizadas ni cálculos biliares. El diagnóstico serológico de infección aguda por VEB se realizó con la positividad tanto del nivel de inmunoglobulina (Ig)M del antígeno de la cápside viral del VEB (27,5 U/mL) como del nivel de IgG del antígeno de la cápside viral del VEB (3,53 U/mL). La reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real del ADN del VEB en sangre total fue positiva (26,735 copias/mL). Los resultados de la prueba de antiglobulina directa para C3d (3+) fueron positivos tras una evaluación inmunohematológica.

La incidencia de la enfermedad inflamatoria intestinal pediátrica está aumentando. Los medicamentos inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa mejoraron el pronóstico de los sujetos afectados. No obstante, una proporción de pacientes no responde o pierde respuesta al tratamiento. Biológicos más recientes, como ustekinumab, han sido aprobados para adultos. El uso pediátrico off-label de estos fármacos está aumentando, a pesar de las limitadas pruebas de seguridad.

CASO

Niña de 12 años con enfermedad de Crohn ingresada por poliartritis migratoria aguda de grandes y pequeñas articulaciones y dolor resistente a opiáceos. Recientemente había recibido adalimumab y metotrexato y actualmente estaba en tratamiento con ustekinumab. Fue vacunada con Bacillus Calmette-Guérin y sometida a pruebas de detección de la tuberculosis antes de iniciar los inmunosupresores. La prueba de liberación de interferón-gamma, la prueba de Mantoux y la tomografía computarizada de tórax fueron negativas. Se diagnosticó IM diseminada con EP tras cultivos positivos para complejo Mycobacterium tuberculosis en sangre y biopsias intestinales (con resultados negativos en líquido sinovial y aspirado gástrico). La secuenciación del exoma completo no identificó ninguna susceptibilidad genética a la IM. El tratamiento antituberculoso erradicó la IM.

CONCLUSIONES

Los niños con enfermedad inflamatoria intestinal que reciben tratamientos inmunosupresores combinados que incluyen inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa y agentes anti-IL-12/23 tienen un mayor riesgo de IM. La IM diseminada debe considerarse y descartarse en estos pacientes cuando presentan manifestaciones clínicas pulmonares, extrapulmonares o inusuales, como la EP. Se recomienda la recogida de múltiples muestras (incluidas biopsias intestinales) para cultivo cuando se sospeche enfermedad por micobacterias.

Las personas inmunodeprimidas corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades graves y complicaciones derivadas de infecciones víricas, lo que pone de relieve la importancia de la vacunación. Sin embargo, en situaciones extremadamente raras, las infecciones víricas asociadas a vacunas pueden asociarse a enfermedad diseminada y complicaciones en huéspedes inmunodeprimidos.

CASO

Se presenta el caso de una niña de 1 año diagnosticada de leucemia mieloide aguda menos de 2 semanas después de recibir vacunas víricas vivas que desarrolló una enfermedad aguda por virus del sarampión de cepa vacunal, complicada posteriormente con afectación del sistema nervioso central tras un trasplante de células madre hematopoyéticas. Una muestra de biopsia cerebral fue positiva para el virus del sarampión de cepa vacunal detectado por reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa.

La paciente fue tratada con ribavirina intravenosa, inosina pranobex, interferón alfa intratecal e infusión de linfocitos de donante tras un refuerzo de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola. A pesar de estas medidas, el paciente sufrió deterioro neurológico y disautonomía, falleciendo tras una extubación compasiva. En el contexto de la literatura existente sobre esta rara complicación, se discuten el tratamiento y las estrategias ideales para mitigar el riesgo.

Nocardia otitidiscaviarum representó entre el 0,3% y el 2,9% de todas las infecciones por Nocardia notificadas. Los quistes de la hendidura branquial suelen diagnosticarse entre la 2ª y la 3ª década de vida, por término medio, debido a la infección causada por estreptococos y cepas anaerobias.

CASO

Neonata de 2600 g nacida por cesárea a las 36 semanas de gestación. Presentó deposiciones sanguinolentas intermitentes a los 24 días de vida. La paciente, cuyo examen físico era normal, fue hospitalizada para realizar más investigaciones con un diagnóstico preliminar de alergia a la leche de vaca. Pocos días después de la hospitalización, se produjo una inflamación de rápido crecimiento en la mandíbula derecha e hiperemia con el paso del tiempo (Fig. 1). La paciente nunca tuvo fiebre y la exploración del resto del organismo fue normal. Los valores de laboratorio demostraron un recuento de glóbulos blancos de 6,40 × 109 células/L, neutrófilos de 2,20 × 109 células/L, plaquetas de 310 × 109 células/L, y proteína C reactiva de 30 mg/L. No hubo crecimiento en el hemocultivo. La ecografía demostró una loculación densa (¿absceso?) en la región submandibular derecha. La tomografía computarizada de cuello reveló una lesión quística densa, bien circunscrita, de paredes finas, con realce de contraste, de 16 × 14 × 17 mm (¿quiste infectado de la segunda hendidura branquial?) en la región submandibular derecha.

Se inició tratamiento empírico intravenoso con ceftriaxona y teicoplanina. El absceso fluctuante se desarrolló 24 horas después de iniciarse el antibiótico y se drenó el absceso (2 mL de líquido purulento). En una visión microscópica directa, el aspirado inicial mostró abundantes neutrófilos y bacilos filamentosos Gram positivos. En el cultivo del aspirado se cultivó N. otitidiscaviarum.

Un varón de 16 años fue remitido a los hematólogos para investigar su acropaquia digital y policitemia (hemoglobina 171 g/l). No tenía síntomas respiratorios significativos. En el examen, evidentemente estaba golpeado y tenía congestión conjuntival (figura 1). Las saturaciones de oxígeno fueron del 90%. Un ecocardiograma fue normal. Fue remitido al equipo respiratorio para una mayor investigación. Su radiografía de tórax mostró un aumento sutil de opacidad en el…

La infección por adenovirus en niños es una causa frecuente de procesos febriles y/o respiratorios leves o moderados con curso autolimitado, pero en ocasiones puede provocar cuadros graves con secuelas crónicas posteriores. Se presentan 3 casos de infección grave por adenovirus que ejemplifican el amplio espectro clínico de este patógeno y de sus consecuencias a corto y largo plazo.

Neonata de 10 días de vida, nacida a término, con serologías maternas negativas para VIH, VHB, rubeola y lúes, que consultó por rechazo de la alimentación, precisando sonda nasogástrica, y distrés respiratorio que no necesitó oxigenoterapia suplementaria. Se objetivaron lesiones vesiculosas con base eritematosa en dorso de mano izquierda y tronco, con lesiones similares en epiglotis, y ambos repliegues, aritenoides y cuerdas vocales (fig. 1). Se obtuvo, mediante punción lumbar, un líquido claro, no purulento, que presentó PCR positiva para VHS tipo 2 y negativa para el resto de virus

Para ampliar

A principios de la década de 1950, el poliovirus salvaje se había convertido en la enfermedad más temida del mundo, matando o paralizando a más de medio millón de personas cada año e impulsando el apoyo público para financiar el desarrollo exitoso de vacunas como una necesidad médica urgente. Aunque la incidencia mundial de las infecciones por poliovirus ha disminuido en un 99,9%,3 principalmente debido a un esfuerzo concertado de erradicación mundial que ha vacunado a más de 2.500 millones de niños en las últimas tres décadas y media, siguen existiendo complejidades en el tramo final para lograr la erradicación. Con el riesgo de propagación internacional, la persistencia de la transmisión del virus en unas pocas zonas geográficas y la evolución de los desafíos en torno a la transmisión de poliovirus derivados de vacunas, la poliomielitis sigue siendo la única enfermedad designada actualmente como emergencia de salud pública de importancia internacional, lo que pone de relieve su importancia continua desde una perspectiva de salud mundial.

Antes de la pandemia de COVID-19, el papel de las infecciones asintomáticas por el virus de la gripe en la transmisión de la gripe era incierto. Sin embargo, la importancia de la infección asintomática por SARS-CoV-2 para la transmisión ulterior de COVID-19 ha llevado a los expertos a preguntarse si se había subestimado el papel de las infecciones asintomáticas por virus de la gripe en la transmisión. Se analizan las pruebas existentes sobre la frecuencia de las infecciones asintomáticas por el virus de la gripe, la medida en que contribuyen a la transmisión de la infección y las lagunas de conocimiento que aún persisten. Se proponen áreas prioritarias para futuras evaluaciones, diseños de estudios y definiciones de casos para abordar las lagunas de conocimiento existentes.

Evaluar la inmunogenicidad del calendario actual de vacunación antipoliomielítica primaria en China y compararlo con los calendarios alternativos que utilizan IPV de cepa Sabin o Salk (sIPV, wIPV).

Métodos

Se llevó a cabo una investigación transversal en cuatro centros de Chongqing (China). Se reclutó convenientemente a lactantes sanos de entre 60 y 89 días de edad y se les dividió en cuatro grupos en función de los calendarios de vacunación antipoliomielítica primaria que habían recibido (2sIPV + bOPV, 2wIPV + bOPV, 3sIPV y 3wIPV). Se compararon la seroprotección y los títulos de anticuerpos neutralizantes contra los serotipos de poliovirus (tipo 1, 2 y 3) tras la última dosis.

Resultados

Completaron el protocolo 408 lactantes. La seropositividad observada fue superior al 96% frente a los tipos 1, 2 y 3 de poliovirus en todos los grupos. Los grupos de sólo IPV indujeron títulos de anticuerpos (GMT) más elevados frente al poliovirus de tipo 2 (Mediana:192, QR: 96-384, P<0,05) que el grupo “2IPV + bOPV”. Mientras que el grupo “2IPV + bOPV” indujo títulos de anticuerpos significativamente más elevados contra el poliovirus de tipo 1 (mediana:2048, QR: 768-2048, P<0,05) y de tipo 3 (mediana:2048, QR: 512-2048, P<0,05) que el grupo de sólo IPV.

Conclusiones

Nuestros resultados han demostrado que las dos dosis de IPV con una dosis de bOPV es actualmente el mejor calendario de inmunización sistemática contra la poliomielitis en China.

INTRODUCCIÓN

Se desarrolló una vacuna antineumocócica conjugada 20-valente (VNC20), que contiene componentes VNC 13-valente (VNC13) y 7 polisacáridos conjugados adicionales, para ampliar la protección frente a la enfermedad neumocócica. Este estudio de fase 3 evaluó la seguridad e inmunogenicidad de VNC20 en niños.

MÉTODOS

En este estudio de un solo brazo, los niños (≥15 meses-<18 años de edad) recibieron 1 dosis de VNC20. Los niños <5 años de edad tenían ≥3 dosis previas de VNC13; los niños ≥5 años fueron reclutados independientemente de la recepción previa de VNC. Se midieron las concentraciones de IgG específicas del serotipo y los títulos de actividad opsonofagocítica (OPA) antes y 1 mes después de la VNC20. Se recogieron las reacciones locales y los acontecimientos sistémicos, los acontecimientos adversos (AA), los AA graves y las enfermedades crónicas recién diagnosticadas.

RESULTADOS

De los 839 participantes inscritos, 831 (>99%) fueron vacunados y 819 (>97%) completaron todas las visitas del estudio. Las reacciones locales y los acontecimientos sistémicos fueron en su mayoría de gravedad leve a moderada. No se consideraron AA graves relacionados con la VNC20. Los aumentos del pliegue medio geométrico de IgG (GMFR) desde antes hasta 1 mes después de la VNC20 oscilaron entre 27,9-1847,7 (7 serotipos adicionales) y 2,9-44,9 (serotipos VNC13) en niños <5 años de edad, y 10,5-187,7 (7 serotipos adicionales) y 4,3-127,9 (serotipos VNC13) en niños ≥5 años de edad. Los GMFR de OPA desde antes hasta 1 mes después de la VNC20 oscilaron entre 12,4-983,6 y 2,8-52,9 en niños <5 años de edad y entre 11,5-499,0 y 5,3-147,9 en niños ≥5 años de edad.

CONCLUSIONES

Entre los niños ≥15 meses hasta <18 años de edad, VNC20 fue bien tolerada e indujo respuestas robustas a los 20 serotipos, apoyando el uso de VNC20 en niños.

INTRODUCCIÓN

Los programas mundiales de inmunización pediátrica con vacunas antineumocócicas conjugadas (VNC) han reducido la enfermedad neumocócica de tipo vacunal, pero sigue existiendo una importante carga de enfermedad por serotipos no VNC.

MÉTODOS

Este estudio de fase 3, aleatorizado (1:1), doble ciego evaluó la seguridad e inmunogenicidad de la PCV 20-valente (PCV20) en relación con la PCV 13-valente (PCV13) en lactantes sanos. Los participantes recibieron 2 dosis para lactantes y una dosis para niños pequeños de PCV20 o PCV13, con la vacuna combinada difteria-tétanos-tos ferina acelular en todas las dosis y las vacunas contra el sarampión, las paperas, la rubéola y la varicela en la dosis para niños pequeños. Los objetivos primarios de inmunogenicidad neumocócica eran demostrar la no inferioridad (NI) de la PCV20 frente a la PCV13 en cuanto a las concentraciones medias geométricas de inmunoglobulina G tras las dosis para lactantes y niños pequeños y los porcentajes de participantes con concentraciones de inmunoglobulina G específicas del serotipo predefinidas tras las dosis para lactantes. Los criterios de valoración de seguridad incluyeron reacciones locales, eventos sistémicos y eventos adversos.

RESULTADOS

En total, se vacunó a 1204 participantes (VNC20, n = 601; VNC13, n = 603). Un mes después de la primera dosis, 19/20 serotipos cumplieron la IN para las concentraciones medias geométricas de inmunoglobulina G; el serotipo 6B no cumplió la IN por poco [relación media geométrica PCV20/PCV13: 0,57 (intervalo de confianza del 95% de 2 lados: 0,48-0,67); criterio de IN: intervalo de confianza del 95% de 2 lados inferior >0,5]. Dieciséis/veinte serotipos cumplieron la IN para ≥1 objetivo primario tras 2 dosis infantiles. VNC20 indujo una actividad opsonofagocítica robusta, y se observaron respuestas de refuerzo para todos los serotipos de la vacuna, incluidos los que carecían de IN estadística. El perfil de seguridad/tolerabilidad de la VNC20 fue similar al de la VNC13.

CONCLUSIONES

La serie de 3 dosis de VNC20 en lactantes fue segura y provocó respuestas inmunitarias sólidas. Basándose en estos resultados y en la experiencia con la VNC13, se espera que la serie de 3 dosis de VNC20 sea protectora para los 20 serotipos de la vacuna.

Las enfermedades posestreptocócicas incluyen algunas de las presentaciones clínicas más clásicas de la medicina. Desde el soplo diastólico temprano en un adulto joven con cardiopatía reumática hasta los movimientos incontrolados de un niño con corea de Sydenham, estos signos y síntomas desencadenaron algunos de los primeros intentos de la medicina moderna de clasificar enfermedades indiferenciadas.

Impulsadas por una respuesta inmune anormal al Streptococcus pyogenes , ampliamente conocido entre los médicos como estreptococo del grupo A (GAS), estas enfermedades ahora se observan predominantemente en entornos de bajos ingresos. 1 En consecuencia, en la mayoría de los entornos de altos ingresos, muchos médicos pueden ahora pasar toda su carrera sin ver un solo caso de enfermedad posestreptocócica.

Sin embargo, aunque son inusuales, las enfermedades post-estreptocócicas persisten en entornos de altos ingresos y no deben olvidarse. 2 Tras el aumento de las infecciones por EGA entre niños en el invierno de 2022-2023, ejemplificado por tasas muy altas de escarlatina y enfermedad invasiva por EGA en el Reino Unido, una vez más hay motivos de preocupación por la enfermedad posestreptocócica, 3 especialmente en forma de Fiebre reumática aguda y glomerulonefritis posestreptocócica. Y, sin embargo, si bien este cuadro epidemiológico puede generar sospechas, existen varios desafíos para los médicos y especialistas en salud pública a la hora de diagnosticar y cuantificar la carga de la enfermedad post-estreptocócica en el Reino Unido.

La primera barrera es clínica: diagnosticar un caso de fiebre reumática y otras secuelas post-estreptocócicas puede resultar difícil. La naturaleza inespecífica de los síntomas hace que los pacientes puedan acudir a distintos servicios: atención primaria, urgencias, pediatría general, cardiología, enfermedades infecciosas, reumatología, nefrología y psiquiatría. Los pacientes pueden experimentar estudios de diagnóstico significativamente diferentes, dependiendo de qué vía…

Ha habido muchas definiciones de sepsis a lo largo de los años, la más reciente se centra en una infección que causa una respuesta desregulada del huésped, lo que lleva a una disfunción orgánica potencialmente mortal. La identificación temprana de niños con sepsis, particularmente aquellos que se deteriorarán y requerirán cuidados intensivos, ha sido uno de los principales desafíos para la pediatría aguda. La búsqueda de biomarcadores capaces de identificar a estos niños en sus primeras etapas de sepsis, para poder prevenir el deterioro, tendría un impacto importante en el manejo de estos casos. Una prueba a pie de cama sería milagrosa

La emergencia de mucormicosis se ha observado en personas con COVID-19. Sin embargo, la información sobre los factores epidemiológicos, la presentación, la certeza diagnóstica y el resultado de esta infección en niños es limitada. Se realizaron búsquedas sistemáticas en Pubmed, MEDLINE, Scopus, Embase, Web of Science, LitCovid y referencias bibliográficas de los manuscritos identificados desde diciembre de 2019 hasta marzo de 2023. Se identificaron 14 casos de mucormicosis pediátrica en pacientes con COVID-19. La edad mediana de los pacientes fue de 10,7 años. De estos casos, 10 estaban asociados con COVID-19 activo. En 7 casos, los pacientes tenían diabetes mellitus preexistente y cetoacidosis diabética concomitante. Se administraron corticosteroides para tratar el COVID-19 en 7 de los casos. La presentación clínica más común de la enfermedad fue la mucormicosis rino-órbito-cerebral. Siete pacientes fallecieron (50%). Dada la alta tasa de mortalidad, es necesario mantener un alto nivel de sospecha clínica de mucormicosis en los pacientes pediátricos con COVID-19.

OBJETIVO

Evaluar el impacto de la sepsis de aparición tardía (ST) en el neurodesarrollo de los recién nacidos prematuros de muy bajo peso al nacer (MBPN).

MÉTODOS

Se trata de un estudio de cohortes retrospectivo de recién nacidos prematuros con muy bajo peso al nacer. Se determinó el Índice de Desarrollo Mental (IDM) de una población de 546 lactantes con muy bajo peso al nacer, a los 14 y 25 meses de edad, y se evaluó mediante el test de Bayley. Los antecedentes de meningitis o sepsis neonatal precoz se consideraron criterios de exclusión. Los parámetros de estudio analizados incluyeron variables perinatales, el desarrollo de comorbilidades neonatales y antecedentes de ST. Se realizaron análisis de regresión lineal multivariante y de regresión logística multinomial.

RESULTADOS

Se observó ST en 115 recién nacidos, entre los cuales las pruebas microbiológicas mostraron que el 65,0% presentaban bacterias Gram-positivas, siendo Staphylococcus epidermidis responsable del 55,4%. Se observó una asociación significativa entre el IDM a los 25 meses y el antecedente de LOS. Esto representa una disminución de 7,9 puntos en la evaluación del IDM de los recién nacidos con antecedentes de LOS. Este último antecedente también se asocia con las siguientes alteraciones del neurodesarrollo: trastornos motores leves [odds ratio (OR): 2,75; intervalos de confianza (IC) del 95%: 1,07-7,05], retraso cognitivo moderado (OR: 3,07; IC del 95%: 1,17-8,00) y parálisis cerebral (OR: 2,41; IC del 95%: 1,09-5,35).

CONCLUSIONES

La ST se asoció con alteraciones en el neurodesarrollo, incluida la reducción del IDM, junto con trastornos motores y cognitivos y parálisis cerebral. Para mejorar los resultados del neurodesarrollo en este grupo de recién nacidos, el personal de las unidades de cuidados intensivos neonatales debería centrar su atención en la prevención de las infecciones hospitalarias.

Objetivo: examinar la asociación entre los diagnósticos administrativos del citomegalovirus congénito (cCMV) y el trastorno del espectro autista (TEA) en niños estadounidenses.

Métodos: Estudio de cohorte que utiliza datos de reclamaciones de Medicaid de 2014 a 2020. Utilizamos códigos de diagnóstico para identificar CMVc (exposición), TEA (resultado) y covariables entre los niños inscritos desde el nacimiento hasta ≥4 a <7 años. Las covariables incluyen códigos de diagnóstico de lesiones o anomalías del sistema nervioso central (SNC), incluidas anomalías cerebrales, microcefalia dentro de los 45 días posteriores al nacimiento, parálisis cerebral, epilepsia o coriorretinitis. Utilizamos modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox para estimar los índices de riesgo y los intervalos de confianza del 95%, en general y estratificados por sexo, peso al nacer y resultado de edad gestacional (bajo peso al nacer o parto prematuro) y presencia de anomalía o lesión del SNC.

Resultados: Entre 2.989.659 niños, identificamos 1.044 (3,5 por 10.000) niños con CMVc y 74.872 (25,0 por 1.000) niños con TEA. De aquellos con CMVc, el 49% también tenía códigos de diagnóstico de lesión o anomalía del SNC. Los niños con CMVc tenían más probabilidades de tener diagnósticos de TEA (cociente de riesgo: 2,5; intervalo de confianza del 95 %: 2,0 a 3,2, ajustando por año de nacimiento, sexo y región). Esta asociación difirió según el sexo y la ausencia de anomalías o lesiones del SNC, pero no según el resultado del nacimiento.

Conclusiones: Los niños con (versus sin) diagnósticos de CMVc en los datos de reclamaciones de Medicaid, la mayoría de los cuales probablemente tenían CMVc sintomático, tenían más probabilidades de tener diagnósticos de TEA. Las investigaciones futuras que investiguen el riesgo de TEA entre cohortes identificadas mediante la detección universal de CMVc pueden ayudar a dilucidar estas asociaciones observadas.

Se examinó el comportamiento (Child Behavior Checklist) y el funcionamiento familiar (Family Impact Questionnaire) en 65 niños con citomegalovirus congénito. El 30,8% presentaba problemas de conducta. Los padres de los niños con resultados moderados/graves informaron de tensión en todas las áreas del funcionamiento familiar. Los problemas de conducta se asociaron con un impacto negativo en los sentimientos de los padres y en la relación marital/de pareja. Los hallazgos informan sobre la planificación de los servicios de apoyo. (estudio llevado a cabo en España)

Se pretende averiguar si el zinc era mejor que el placebo para reducir el riesgo de resfriarse y acortar la duración de los resfriados existentes. También se quiso averiguar si el zinc se asociaba con algún efectos adverso. Se encontraron 34 estudios sobre la prevención o el tratamiento del catarro. Los estudios se llevaron a cabo en 13 países, la mayoría se realizaron en Estados Unidos. En 12 estudios los participantes fueron niños (menores de 18 años) y en 22 estudios, adultos. La mayoría de los tratamientos finalizaron con una resolución de los síntomas comunicada por el participante, y el período mínimo de tratamiento fue de 5 días y el máximo de 540 días. La mayoría de los estudios fueron financiados por una entidad vinculada al comercio o la industria o no declararon su financiación. El resto fueron financiados por clínicas privadas, fundaciones no gubernamentales, universidades o entidades gubernamentales

Zinc para la prevención

En comparación con el placebo, tomar zinc podría suponer poca o ninguna diferencia en prevenir que las personas se resfríen (nueve estudios; 1449 personas). Asimismo, es probable que el zinc preventivo apenas influya en la duración del catarro si uno está resfriado (tres estudios, 740 participantes) y que apenas influya en la intensidad de los síntomas (dos estudios, 101 personas). Tanto personas que tomaron placebo como las que tomaron zinc comunicaron efectos secundarios negativos; los más frecuentes fueron irregularidades en el sentido del gusto y malestar digestivo.

Zinc para el tratamiento

El zinc como tratamiento de un catarro podría reducir la duración de los síntomas en unos dos días, al compararlo con placebo (ocho estudios, 972 personas). Sin embargo, se tiene muy poca confianza en la evidencia en la que se basa esta conclusión. No está claro si el zinc influye en la intensidad de los síntomas del catarro (dos estudios, 261 personas). Las personas que tomaron zinc como tratamiento del catarro comunicaron efectos secundarios negativos con más frecuencia que quienes tomaron el placebo; los efectos más frecuentes fueron irregularidades en el sentido del gusto y malestar digestivo. Los estudios que administraron zinc intranasal no informaron de casos de anosmia (pérdida del olfato), pero la información sobre efectos secundarios específicos es poco clara.

Este estudio pone de relieve la importancia de la leche humana para proporcionar inmunidad contra el síndrome respiratorio agudo grave por Sars-Cov-2 a los recién nacidos. La mayor actividad protectora de la leche humana contra el COVID-19 se encontró en el calostro de madres infectadas. La actividad neutralizante se asoció a niveles elevados de IgA específica. La disminución de IgA, pero no de IgG, de las muestras de leche abolió por completo la capacidad de la leche humana para neutralizar el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave.

INTRODUCCIÓN

La enfermedad trombótica es una complicación rara pero grave de la neumonía por Mycoplasma pneumoniae en niños, siendo la trombosis pulmonar (TP) el tipo más frecuente. El objetivo de este estudio es describir las características clínicas de los pacientes pediátricos con neumonía grave por Mycoplasma pneumoniae (NMPP) que presentan TP, e identificar los factores de riesgo que predicen el desarrollo de TP en esta población.

MÉTODOS

Se inscribieron retrospectivamente 60 niños con SMPP complicada con TP que ingresaron en el Hospital Infantil Afiliado a la Universidad de Zhengzhou desde enero de 2019 hasta octubre de 2023. Se revisaron sus datos demográficos, pruebas de laboratorio y exámenes de imagen para describir sus características clínicas. Se utilizó un análisis de regresión logística multivariable para identificar factores de riesgo significativos para PT en NMPP.

RESULTADOS

El grupo con TP presentó mayor incidencia de dolor torácico, hemoptisis, inflamación y niveles elevados de dímero D, así como daño pulmonar más grave y complicación por transaminitis, en comparación con el grupo sin TP. La arteria pulmonar izquierda fue la localización predominante de la TP en los niños con NMPP. Un análisis multivariante reveló que la proteína C reactiva (PCR) y el dímero D eran predictores significativos de TP en los pacientes con SMPP, con odds ratios de 1,10 y 3,37, respectivamente. Los valores de corte óptimos de la PCR y el dímero D para predecir la TP en el SMPP fueron 76,73 mg/L y 3,98 µg/mL, respectivamente.

CONCLUSIONES

En la NMPP, la PCR >76,73 mg/L y el dímero D >3,98 µg/mL son predictores independientes de TP. Estos hallazgos sugieren que la inflamación excesiva inducida por la SMPP puede contribuir a la patogénesis de la TP. El tratamiento anticoagulante, antiinflamatorio y antimicoplasmático precoz e intensivo puede mejorar la evolución y el pronóstico de la enfermedad.

Desde el 28 de agosto hasta el 13 de noviembre de 2023, la institución del estudio presentó 6 niños con MIS-C. El rango de edad era de 5-11 años, el 67% eran negros no hispanos y el 67% eran varones. Todos los casos cumplían la definición más reciente de MIS-C, con fiebre, proteína C reactiva elevada, evidencia de infección reciente o previa por SARS-CoV-2, afectación de al menos 2 sistemas orgánicos y ausencia de un diagnóstico alternativo (en particular, ningún paciente cumplía los criterios de la enfermedad de Kawasaki). Dos pacientes precisaron ingreso y tratamiento en cuidados intensivos, pero todos fueron dados de alta a su domicilio. No se produjo ningún fallecimiento. Al menos 2 pacientes tenían un caso conocido de COVID-19 desde hacía más de un año. Sólo 1 paciente había recibido la vacuna COVID-19, siendo ésta la serie primaria 16 meses antes del caso de MIS-C.

Trabajos anteriores han sugerido que la vacunación con COVID-19 es protectora frente al MIS-C, pero nuestros hallazgos sugieren que esta protección puede no ser duradera o sólo ser apropiada para las variantes de la vacuna respectiva.5 Un paciente tenía una serie primaria de inmunización con COVID-19, pero no había recibido ninguna vacuna con COVID-19 en 16 meses. Además, al menos 2 pacientes tuvieron MIS-C después de un episodio reciente de COVID-19, pero no desarrollaron MIS-C después de un episodio conocido de COVID-19 en años anteriores con variantes anteriores y, por lo tanto, claramente no tenían protección contra MIS-C. La vacunación periódica de refuerzo contra COVID-19 que incluya las variantes más actuales puede ser una estrategia continua para ayudar a proteger contra MIS-C.

La Sociedad Europea de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas recomienda cefalosporinas de 3ª generación y metronidazol para el tratamiento empírico de los abscesos cerebrales adquiridos en la comunidad. En 53 pacientes pediátricos analizados retrospectivamente con abscesos cerebrales adquiridos en la comunidad en un hospital universitario alemán se identificó Staphylococcus aureus como patógeno relevante (21%). Por lo tanto, puede ser razonable incluir S. aureus al seleccionar el tratamiento empírico.

Rev Esp Quimioter 2024; 37(3): 209-220.

Las características de las principales proteínas de superficie y el ciclo vírico del virus respiratorio sincitial (VRS) lo convierten en un patógeno atractivo desde el punto de vista de la microbiología. El virus debe su nombre a la forma en que infecta las células, lo que le permite producir sincicios, que permiten que el material genético del virus se desplace a través de las células sin tener que liberar descendientes virales al exterior celular, lo que reduce la identificación por parte del sistema inmunitario. Esto provoca una enfermedad con un alto impacto tanto en niños como en adultos mayores de 60 años, lo que ha motivado el desarrollo de diversas intervenciones preventivas basadas en vacunas y anticuerpos monoclonales para ambos grupos de edad. Las características epidemiológicas de este virus, que circula en epidemias durante los meses más fríos del año y presenta una marcada deriva genética y antigénica debido a su alta capacidad de mutación, deben ser tenidas en cuenta a la hora de utilizar y diseñar estos métodos preventivos. En esta revisión se abordan los elementos microbiológicos y epidemiológicos más importantes del VRS, así como la forma en que han afectado a la creación de medicamentos preventivos y a su uso en el futuro

Objetivos:

El metapneumovirus humano (hMPV) y el virus de la parainfluenza tipo 3 (PIV3) son enfermedades respiratorias comunes en los niños. Se evaluó la seguridad e inmunogenicidad de una vacuna basada en ARNm en fase de investigación, ARNm-1653, que codifica proteínas de fusión ancladas a la membrana de hMPV y PIV3, en niños seropositivos a hMPV/PIV3.

Métodos:

En este estudio de fase 1b, aleatorizado, ciego al observador, controlado con placebo y de rango de dosis, se inscribió a niños seropositivos para hMPV/PIV3 de forma secuencial en 2 niveles de dosis de ARNm-1653 administrados con 2 meses de diferencia; los niños de 12 a 36 meses fueron asignados al azar (1:1) para recibir 10 μg de ARNm-1653 o placebo y los niños de 12 a 59 meses fueron asignados al azar (3:1) para recibir 30 μg de ARNm-1653 o placebo.

Resultados:

Se incluyeron 27 participantes, de los cuales 15 recibieron 10 μg de ARNm-1653 o placebo y 12 recibieron 30 μg de ARNm-1653 o placebo. La vacuna fue bien tolerada, con la reacción adversa local más común siendo el dolor al tacto en el lugar de la inyección y reacciones sistémicas como escalofríos, irritabilidad, pérdida de apetito y somnolencia. La vacuna aumentó los títulos de anticuerpos neutralizantes y las concentraciones de anticuerpos de unión para hMPV y PIV3. Una segunda inyección no incrementó significativamente los niveles de anticuerpos en estos niños seropositivos. Las respuestas de anticuerpos de unión fueron generalmente más fuertes para las proteínas preF.

Conclusiones:

El ARNm-1653 fue bien tolerado y aumentó los niveles de anticuerpos contra hMPV y PIV3 en niños seropositivos de 12 a 59 meses, lo que respalda el desarrollo continuo de mRNA-1653 o sus componentes para la prevención de hMPV y PIV3.

El artículo analiza el impacto del metapneumovirus humano (hMPV) y el virus de la parainfluenza tipo 3 (hPIV3) en infecciones respiratorias agudas, las cuales pueden causar enfermedades graves del tracto respiratorio inferior, incluida la neumonía. A medida que se desarrollan estrategias para prevenir enfermedades como el virus respiratorio sincitial (VSR), la influenza y las infecciones por SARS-CoV-2, también se busca prevenir enfermedades asociadas con hMPV y hPIV3.

El objetivo del estudio se centra en evaluar la seguridad e inmunogenicidad de una vacuna bivalente de nanopartículas lipídicas basada en ARNm dirigida a las proteínas de fusión (F) de hMPV y hPIV3 en niños seropositivos de 12 a 59 meses.

En relación a los resultados, 16 niños recibieron al menos una dosis de la vacuna sin problemas de seguridad significativos. La vacuna indujo anticuerpos neutralizantes contra las cepas de hMPV subtipo A y hPIV3, así como contra hMPV-B. Una segunda dosis no mejoró las respuestas de anticuerpos, y tanto las dosis de 10 mcg como de 30 mcg indujeron respuestas similares.

A su vez, se determina la necesidad de determinar la durabilidad de la respuesta serológica y si más de una dosis es necesaria en niños seronegativos. Es crucial evaluar si la vacuna puede proteger contra enfermedades del tracto respiratorio inferior y otros resultados clínicos importantes.

Los ensayos clínicos aleatorizados (ECA) son claves en el avance de la medicina y la microbiología, pero no son la única opción posible. Los estudios observacionales proporcionan información sobre la eficacia y la seguridad a largo plazo, son menos costosos, permiten estudiar eventos poco frecuentes y obtener información más rápido que los ECA. En su contra, son más vulnerables a factores de confusión.
Los estudios prospectivos piloto exploratorios, comparten con los ECA muchos aspectos, pero no están sujetos a la supervisión por parte de comisiones externas ni a la obligatoriedad de su registro. El multitesting, puede pervertir el balance de publicaciones a favor del efecto buscado. El razonamiento de Bonferroni muestra que, si se realizan 10 estudios con un antibiótico no efectivo, la probabilidad de que al menos uno arroje P <0,05 pude ser del 40%. Escenarios en los que hay mucha presión para investigar, como la reciente pandemia, son propicios para que muchos equipos traten de estudiar el efecto de un antimicrobiano. Aunque el fármaco no tenga ninguna eficacia, si 100 equipos de investigación realizan un estudio para valorar su utilidad, puede ser prácticamente seguro que aparecerá al menos uno con P <0,05. Si los demás estudios (con P >0,05) no se publican, la comunidad científica consideraría que hay fuerte evidencia a favor su la utilidad.
En conclusión, los ECA son una muy buena fuente de in formación clínica, pero no la única. El registro sistemático de todas las investigaciones iniciadas puede y debe aplicarse a todo tipo de estudios clínicos.

Bibliografía mayo 2024

Top Ten

Se realizó una revisión sistemática para determinar si los antibióticos son más efectivos que el placebo en el tratamiento de la sinusitis aguda en niños.

Se analizaron seis estudios aleatorios controlados con placebo que cumplieron con los criterios de inclusión. Se encontró que el tratamiento con antibióticos redujo la tasa de fracaso del tratamiento en un 41%, en comparación con el placebo. Sin embargo, hubo heterogeneidad entre los estudios, aunque disminuyó al excluir un estudio con alto riesgo de sesgo. Además, se observó que los niños tratados con antibióticos tenían más probabilidades de experimentar diarrea.

Aunque los antibióticos demostraron ser efectivos, dada la historia natural favorable de la sinusitis, estos resultados también respaldan la posibilidad de una observación cuidadosa sin tratamiento antibiótico inmediato.

El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y el Staphylococcus aureus sensible a la meticilina se han establecido como los principales responsables de las infecciones de la piel y los tejidos blandos (SSTI, por sus siglas en inglés).1 Los niños en edad escolar (sobre todo los que tienen entre 6 y 11 años) presentan la mayor incidencia de colonización por S. aureus y SSTI.2 La SSTI por S. aureus tiene una alta propensión a la recurrencia, con tasas de recurrencia que oscilan entre el 14% y el 70%.3-5 La mayoría de las recurrencias (hasta el 90% en algunas series) están presumiblemente causadas por la misma cepa de S. aureus, con el mismo perfil antimicrobiano, lo que subraya el importante papel que desempeña la colonización individual y ambiental en la reinfección.

Este estudio se propuso examinar cómo la realización de análisis de sangre comúnmente utilizados en lactantes febriles de ≤90 días de edad puede ayudar a identificar aquellos pacientes con bajo riesgo de sufrir una infección bacteriana invasiva.

Se llevó a cabo un análisis prospectivo donde se incluyeron lactantes ≤90 días de edad que presentaban fiebre sin foco desde 2008 hasta 2021.

El estudio dividió a los pacientes en tres grupos según las horas de fiebre informadas por el cuidador: menos de 2 horas, entre 2 y 12 horas, y más de 12 horas. De los 2,411 lactantes incluidos en el estudio, 76 (3.0%) fueron diagnosticados con una infección bacteriana invasiva. La mediana de duración de la fiebre en la muestra fue de 4 horas. Los resultados mostraron que el rendimiento de los biomarcadores sanguíneos, como el recuento absoluto de neutrófilos y la proteína C reactiva, fue significativamente menor en pacientes con menos de 2 horas de fiebre en comparación con los otros dos grupos de duración de fiebre. Sin embargo, la procalcitonina mostró un rendimiento más estable y no se vio afectada por la duración de la fiebre.

En conclusión, este estudio sugiere que el rendimiento de los biomarcadores sanguíneos en lactantes febriles puede verse afectado por la duración de la fiebre, lo que puede disminuir la precisión de las reglas de decisión clínica utilizadas para determinar el riesgo de infección bacteriana invasiva en esta población de pacientes. Sin embargo, la procalcitonina puede ser un biomarcador más confiable en este contexto clínico.

Los lactantes de madres tuberculosas corren un mayor riesgo de desarrollar tuberculosis. Se revisaron los estudios publicados y las directrices sobre el tratamiento de estos lactantes para fundamentar la elaboración de una directriz práctica de consenso. Se realizaron búsquedas en MEDLINE, CINAHL y Cochrane Library desde el inicio de la base de datos hasta el 1 de diciembre de 2022, en busca de estudios originales que informaran sobre el tratamiento y el resultado de los lactantes nacidos de madres con tuberculosis. De los 521 documentos publicados identificados, solo tres cumplieron los criterios de inclusión y no se pudieron extraer conclusiones basadas en la evidencia de estos estudios, dado su alcance limitado, objetivos variables, naturaleza descriptiva, recopilación de datos inconsistente y altas tasas de deserción. También se evaluó una colección de directrices nacionales e internacionales para fundamentar una directriz práctica de consenso elaborada por un panel internacional de expertos de diferentes contextos epidemiológicos. Las 16 directrices revisadas tenían características consistentes para informar el proceso de consulta de expertos. Se elaboraron dos algoritmos de tratamiento -uno para los lactantes nacidos de madres consideradas potencialmente infecciosas en el momento del parto y otro para las madres no consideradas infecciosas en el momento del parto- con orientaciones diferentes para los contextos de alta y baja incidencia de tuberculosis. Esta revisión sistemática y guía de práctica consensuada debería facilitar una gestión clínica más coherente, apoyar la recopilación de mejores datos y fomentar el desarrollo de más estudios para mejorar la atención basada en la evidencia.

Vol. 32 Núm. 1 (2024): Semanas 1-18. Publicado: 07-05-2024.

La tuberculosis (TB) ha sido una de las principales causas de muerte a lo largo de la historia de la humanidad. Aún hoy en día se encuentra entre las 10 primeras causas de mortalidad en el mundo, siendo la principal causa de mortalidad provocada por un agente infeccioso, sólo superada por la COVID-19, y por encima del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Probablemente sea también la enfermedad infecciosa más prevalente en el mundo, dada la historia natural de esta enfermedad y su forma latente; según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la TB afecta al 33 % de la población mundial.

La TB está presente en todos los países del mundo y grupos de edad. Según el último informe de la OMS, en 2022 hubo 10,6 millones de personas que enfermaron de TB, incluidos 5,8 millones de hombres, 3,5 millones de mujeres y 1,3 millones de niños/as. A pesar de ser una enfermedad curable y prevenible, la TB causó un total de 1,3 millones de muertes en 2022.

Actualmente sigue siendo un problema de salud prioritario independientemente de su largo recorrido en la historia de la humanidad; es una de las enfermedades infecciosas más antiguas, lo que a menudo genera la falsa creencia de constituir un problema de salud controlado y resuelto en los países de altos ingresos. La existencia de bolsas de TB entre los más vulnerables (como las personas sin hogar, los consumidores de drogas, inmunodeprimidos, personas institucionalizadas o algunas poblaciones migrantes que pueden tener un mayor riesgo de exposición, vivir en peores condiciones o no tener acceso a los servicios sanitarios) sigue constituyendo el principal reto para el control de esta enfermedad.

Este mes, concretamente el 24 de marzo, celebramos en todo el mundo el día mundial de la tuberculosis. Fue precisamente un 24 de marzo de 1882 cuando el Dr. Robert Koch anunció el descubrimiento del agente causal de la enfermedad: Mycobacterium tuberculosis. En esa época, la TB provocaba la muerte de una de cada siete personas en los Estados Unidos y Europa. A pesar del tiempo transcurrido, el descubrimiento del Dr. Koch sigue siendo el paso más importante en control y la eliminación de la tuberculosis, pero aún no se ha avanzado lo suficiente. Hoy en día tenemos el conocimiento y las herramientas necesarias para acabar con ella. A pesar de ello, crisis recientes como la pandemia de COVID-19 o la emergencia de conflictos armados han puesto en jaque a las autoridades sanitarias y los sistemas de salud de todo el mundo. En este contexto, los mecanismos de prevención y control de la TB han resultado especialmente damnificados por esta crisis sanitaria, por múltiples factores biológicos y sociales. El reflejo de esta situación es el incremento en el número de casos en tiempo pos-pandémicos de una enfermedad que, hasta ahora, seguía una tendencia decreciente gracias a los esfuerzos aunados de organismos nacionales e internacionales. 

Por todo ello, en este 24 de marzo queremos insistir en la necesidad de seguir invirtiendo en la mejora y ampliación de acceso a los servicios y herramientas más innovadores a fin de prevenir, detectar y tratar la TB y, de ese modo, salvar la vida a millones de personas, reducir las desigualdades y evitar enormes pérdidas económicas. El sistema sanitario no es el único agente para avanzar en la lucha contra esta enfermedad y sus causas. Para poder abordarla, se necesitan compromisos firmes al más alto nivel político, una colaboración multisectorial estrecha y un sistema eficaz de rendición de cuentas. Estos compromisos no son alcanzables si, en paralelo, no potenciamos la concienciación de nuestra sociedad sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y para la salud que acarrea esta enfermedad, sin olvidar que estamos amparados por los compromisos asumidos a través de la Estrategia Fin de la TB o los objetivos de desarrollo del milenio de las Naciones Unidas.

Casos clínicos

Las infecciones por estreptococos betahemolíticos del grupo A (EBHGA), incluida la faringitis y las infecciones invasivas más complejas, pueden ser difíciles de diagnosticar clínicamente.

El artículo describe al caso clínico de una niña de 5 años que es trasladada de urgencias al hospital con un diagnóstico de probable sepsis por SBHGA y posible fascitis necrosante: Una niña de 5 años acude a su médico de cabecera con antecedentes de tres días de fiebre de hasta 39°C, dolor de garganta, mialgia, dolor de cabeza, falta de apetito y letargo. Cuando está afebril, sus observaciones están dentro de los límites normales. Al examen ambas amígdalas están enrojecidas, inflamadas y con exudado. Los padres de la niña trabajan en el sector sanitario y tienen antecedentes recientes de dolores de garganta que no fueron tratados médicamente. Se realiza un diagnóstico clínico de sospecha de faringitis estreptocócica y se prescribe un tratamiento de 10 días con penicilina V. 48 horas después, la niña presenta fiebre persistente, vómitos y diarrea de nueva aparición. Ha logrado tomar sólo la mitad de las dosis prescritas de penicilina V. En el examen, está taquicárdica y tiene frialdad acra. Ha desarrollado una erupción cutánea en el tronco y sus amígdalas permanecen inflamadas, con exudado. Su antebrazo está moderadamente hinchado y grita cuando se lo palpa ligeramente.

¿Cómo se puede diferenciar clínicamente la faringitis viral de la bacteriana?

Se describen las características clínicas de las infecciones no invasivas por EBHGA y aquellas que permiten reconocer de forma precoz la enfermedad invasiva al evaluar a un niño con posible infección por SBHGA.

Se hace una revisión del manejo de la faringitis y que criterios permiten sospechar una infección por EBHGA, cual es el valor de los escores clínicos (de Centor o FeverPAIN) y de las pruebas microbiológicas.

Un metaanálisis y dos revisiones sistemáticas concluyen que los sistemas de puntuación son insuficientes para justificar la prescripción empírica sin confirmación microbiológica, lo cual es consistente con la mayoría de las directrices internacionales.

¿Qué pruebas microbiológicas están disponibles?

Las pruebas de detección rápida de antígenos (RADT) permiten el diagnóstico de faringitis por EBHGA utilizando recursos mínimos en cuestión de minutos, pero no proporcionan sensibilidades a los antimicrobianos. Tienen entre un 70% y un 90% de sensibilidad y un 95% de especificidad en comparación con el cultivo de hisopo de garganta. Los métodos moleculares, como las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real, tardan unos 15 minutos en hacer un diagnóstico, pero requieren acceso a reactivos y equipos de laboratorio más complejos y, debido a que son ultrasensibles, también pueden detectar la portación faríngea incidental. que afecta aproximadamente al 8% de los niños. Tienen una sensibilidad >82% y una especificidad >91% para el diagnóstico de infección por EBHGA.

¿Qué tratamiento debo elegir?

Los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son más eficaces que los antibióticos para aliviar el dolor y la fiebre relacionados con la faringitis, pero no está claro en qué medida los AINE retrasan la presentación y promueven potencialmente el desarrollo de enfermedades invasivas al inhibir la destrucción de neutrófilos de los estreptococos ingeridos. No hay evidencia que respalde la evitación de los AINE sistémicos en la faringitis por EGA de rutina, pero los niños con varicela zoster y síntomas de faringitis por EBHGA deben evitarlos debido a la preocupación sobre una posible predisposición a una infección necrosante de los tejidos blandos.

Los antibióticos acortan la duración de la enfermedad en un día y limitan el período de transmisibilidad del EBHGA en niños con faringitis aguda comprobada, de dos semanas (si no se tratan) a 24 horas en el 80-90% de los casos. El tratamiento reduce el riesgo de complicaciones supurativas. Una revisión Cochrane de ensayos aleatorios que incluyeron niños encontró un riesgo reducido de absceso periamigdalino (índice de riesgo 0,15) y otitis media (índice de riesgo 0,30).

NICE recomienda fenoximetilpenicilina durante 5 a 10 días (o cinco días de claritromicina para niños con alergia leve/grave a la penicilina), mientras que en EE. UU se recomienda 10 días de administración oral. Las cefalosporinas de primera generación, la clindamicina o los macrólidos son opciones alternativas. Considere las tasas de resistencia local a los macrólidos al realizar el tratamiento empírico. La claritromicina no está autorizada para niños menores de 12 meses. Para los niños pequeños que rechazan la desagradable fenoximetilpenicilina líquida, la amoxicilina es más apetecible y tiene buena biodisponibilidad oral. Cinco días de penicilina oral pueden ser suficientes para la curación sintomática, mientras que un tratamiento de 10 días puede aumentar las posibilidades de curación microbiológica, pero 10 días pueden resultar en una mayor curación microbiológica y menos recurrencia de la infección. Se recomienda un tratamiento de diez días para la escarlatina y también la profilaxis de la fiebre reumática en los países donde el riesgo es mayor.

¿Cuándo debo derivar a atención secundaria?

Si se sospecha fuertemente de sepsis, derivar al niño a atención secundaria con urgencia.

Signos y síntomas que sugieren sepsis en caso de sospecha de infección por GAS:

Resultado del caso

Con un diagnóstico clínico de probable sepsis por GAS y posible fascitis necrosante, el paciente es trasladado en ambulancia al hospital de inmediato. Allí la reaniman, la tratan con ceftriaxona y clindamicina intravenosas y la ingresan en cuidados intensivos. El equipo de cirugía plástica confirma la fascitis necrotizante y, después del desbridamiento, se cultiva GAS del tejido del antebrazo y se realiza un hemocultivo. Ella mejora rápidamente y es dada de alta a casa después de una semana con amoxicilina oral para completar el tratamiento de 14 días. Siguiendo las directrices nacionales del Reino Unido, 9 su madre, que tiene 36 semanas de embarazo, recibe penicilina V profiláctica durante 10 días.

La tuberculosis miliar (TB) es una forma letal de diseminación hematógena de Mycobacterium tuberculosis con una tasa de mortalidad de aproximadamente 15 a 20% en niños. El presente informe destaca las manifestaciones clínicas de una presentación inusual de tuberculosis miliar en una niña de 12 años.

Presentación del caso

En este caso se presentó afectación pulmonar extensa a pesar de la ausencia de síntomas respiratorios. Además, se detectaron algunos nódulos hipodensos en el centro e hiperdensos en el borde en la protuberancia del cerebro, pedúnculos cerebrales derechos y núcleo lenticular.

Conclusión

Los resultados de este estudio mostraron que la tuberculosis miliar grave puede ocurrir incluso en una persona que recibió la vacuna Bacille Calmette-Guérin (BCG).

Entre diciembre de 2023 y enero de 2024 se produjo un brote grave de infección por influenza A (H1N1pdm09) en siete niños (mediana de edad: 52 meses) en Toscana, Italia. La presentación clínica varió desde encefalopatía más leve hasta encefalopatía necrotizante aguda (ENA) con coma e insuficiencia multiorgánica; un niño murió. Este informe crea conciencia entre los médicos para identificar y tratar la encefalopatía aguda temprana causada por la influenza H1N1 y sirve como recordatorio de las presentaciones graves de la influenza en niños pequeños y la importancia de la vacunación.

Se presenta el primer caso de afectación miocárdica fetal significativa asociada a infección materna por SARS-CoV-2, en el que se observó restablecimiento de la función cardiaca al nacer. La demostración de infección previa se vio respaldada por la cuantificación de la respuesta humoral en el niño y la madre, en particular la presencia de anticuerpos anti-N y mediante la detección de anticuerpos específicos contra la variante BA.4/5.

El virus del molusco contagioso afecta con frecuencia a los niños, causando enfermedades cutáneas localizadas. Se presenta el caso de un paciente inmunocompetente de 8 meses de edad con múltiples lesiones gigantes de molusco contagioso. Las lesiones tenían forma de copa y se caracterizaban por cuerpos de inclusión eosinofílicos en los queratinocitos, así como lobulillos invertidos de epitelio escamoso hiperplásico. Es crucial identificar esta variación clínica para evitar tratamientos graves innecesarios.

El tratamiento de la hidrocefalia puede incluir terapia médica con agentes deshidratantes y esteroides para pacientes con buenos grados del sistema de clasificación de Vellore y aquellos con hidrocefalia comunicante. La cirugía en forma de derivación ventriculoperitoneal (DVP) o la tercera ventriculostomía endoscópica es necesaria para los pacientes con hidrocefalia obstructiva o de bajo grado de Vellore. Presentamos a un paciente con peritonitis tuberculosa multirresistente debida a la siembra de bacilos tuberculosos a través de la DVP de una meningitis tuberculosa multirresistente.

Un paciente de 12 años presentó una laceración profunda de la rodilla izquierda tras una caída sobre una vasija de cerámica. La herida fue desbridada y lavada en quirófano, seguida de un segundo lavado y reparación del tendón rotuliano 48 horas después. Se administró antibiótico profiláctico con cefazolina durante 10 días. No se identificaron indicios microbianos de infección durante las dos intervenciones quirúrgicas.

A pesar de la buena recuperación inicial, el paciente empezó a notar hinchazón indolora de la rodilla con reducción de la amplitud de movimiento al cabo de 6 semanas. Se aspiraron 80 ml de líquido sanguinolento de la rodilla sin crecimiento bacteriano, por lo que no había signos microbiológicos de infección, tras lo cual se realizó un lavado artroscópico de la articulación de la rodilla. Se realizó una resonancia magnética que demostró signos de artritis y osteomielitis de la rodilla izquierda. Se realizó un segundo lavado artroscópico para eliminar más material séptico. El cultivo reveló la proliferación de Scedosporium prolificans, un hongo patógeno multirresistente de crecimiento rápido que suele encontrarse en las plantas de maceta, el suelo, las aguas residuales y las aguas contaminadas.

Osteomielitis detectada por 18F-FDG PET-TC An Pediatr (Barc). 2024;100:390-1

Presentamos el caso de un recién nacido varón de 16 días, madre sin antecedentes obstétricos de interés, parto a las 38 semanas+6 días. Ingresa con 2 picos febriles de 38°C y dolor en el hombro derecho en movilización. Tras hallazgo ecográfico de artritis en el hombro derecho, se realizan cultivos de muestras quirúrgicas que confirman la presencia de Staphylococcus aureus. Ante la mala evolución de los síntomas y para detectar la posible coexistencia de otros focos infecciosos, se realiza PET-TC (Biograph™ mCT 20, Siemens Medical Systems, Knoxville, TN, EE. UU.) de cuerpo entero, incluidos miembros (fig. 1), administrándose actividad de 36,8MBq/0,99mCi de 18F-FDG (dosificación pediátrica según la EANM)1 y corrección de atenuación basada en TC de dosis ultrabaja (80kVp, 5mAs).

Para ampliar

El virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de enfermedad respiratoria grave y muerte entre los niños de todo el mundo, sobre todo en niños menores de 6 meses y en países de ingresos bajos y medios. Todavía no se dispone de intervenciones viables y rentables para prevenir la enfermedad por VRS, aunque hay dos nuevos productos destinados a prevenir la enfermedad por VRS (anticuerpos monoclonales de acción prolongada y vacunas maternas) surgidos en los últimos dos años. El objetivo principal de estos productos es reducir la importante carga de infecciones agudas de las vías respiratorias inferiores (IRVI) asociadas al VRS en lactantes menores de un año. Sin embargo, la prevención estas infecciones también podría reportar otros beneficios importantes para la salud pública. Cada vez hay más pruebas de que la prevención de la IVRI asociada al VRS en lactantes menores de 1 año podría prevenir la neumonía secundaria causada por otros patógenos, reducir las infecciones recurrentes por el VRS, reducir la mortalidad infantil por todas las causas, aliviar la carga que suponen las enfermedades respiratorias para los sistemas sanitarios, reducir el uso inadecuado de antibióticos y, posiblemente y, posiblemente, mejorar la salud pulmonar más allá de la infancia. A continuación, se revisan las pruebas actuales para evaluar la magnitud de estos posibles efectos de la prevención del VRS, que, si se demuestran sustanciales, es probable que sean relevantes para los responsables políticos de muchos países a la hora de considerar el uso de estos nuevos productos.

Se quiso saber si la vacunación contra el VRS durante el embarazo era mejor que ningún tratamiento o un placebo (tratamiento falso) para prevenir las hospitalizaciones asociadas con la enfermedad por VRS en lactantes. También se quiso averiguar si la vacunación contra el VRS durante el embarazo era segura para la madre y el bebé, observando si tenía efectos sobre la restricción del crecimiento fetal, los bebés nacidos muertos, la muerte de la madre, el parto prematuro, los defectos congénitos y la muerte del bebé.

Se buscaron estudios que compararan la vacunación contra el VRS con ningún tratamiento o con placebo durante el embarazo. Se compararon y resumieron sus resultados y la confianza en la evidencia se calificó sobre la base de factores como los métodos de estudio.

Se encontraron seis estudios que compararon la vacunación contra el VRS con un placebo en un total de 17 991 embarazadas. Los estudios duraron entre 90 días y 365 días y se realizaron en varios países de todo el mundo (Estados Unidos fue el país más frecuente). Todos los estudios fueron financiados por compañías farmacéuticas. Las embarazadas tenían hasta 49 años de edad. El momento de la vacunación varió de 24 a 36 semanas de embarazo.

La evidencia de cuatro estudios muestra que la vacunación contra el VRS durante el embarazo reduce el número de bebés hospitalizados por la enfermedad por VRS. De cada 1000 embarazadas que recibieron la vacuna, 11 bebés ingresaron en el hospital por enfermedad del VRS, en comparación con 22 bebés de cada 1000 mujeres que recibieron placebo.

La evidencia de cuatro estudios muestra que la vacunación contra el VRS apenas tiene efecto sobre el riesgo de defectos congénitos y probablemente tenga poco o ningún efecto en el riesgo de restricción del crecimiento fetal. No hubo cuestiones de seguridad en relación con el riesgo de bebés nacidos muertos, muerte materna y muerte infantil, pero estos resultados son menos seguros. La vacunación contra el VRS durante el embarazo podría aumentar el riesgo de parto prematuro, pero los resultados fueron muy poco claros. Se necesitan más estudios de investigación para obtener resultados más claros e investigar las posibles causas.

Se tiene seguridad en que la vacunación contra el VRS durante el embarazo reduce las hospitalizaciones de los bebés sin aumentar los defectos congénitos. Se tiene menos confianza en los otros resultados porque algunos estudios se realizaron de forma deficiente y la evidencia se basa en tan solo unos pocos episodios.

La evidencia está actualizada hasta el 27 de julio de 2023.

INTRODUCCIÓN

La infección respiratoria aguda baja (IRAB) causada por virus respiratorios es una de las causas más frecuentes de hospitalización y mortalidad en niños. Nuestro objetivo fue identificar los factores de riesgo de mala evolución en niños menores de 5 años hospitalizados por una IRAB causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), la gripe y el síndrome respiratorio agudo grave coronavirus 2 (SARS-CoV-2).

MÉTODOS

Se realizaron búsquedas en las bases de datos Embase, Medline y Global Health y se incluyeron estudios observacionales que informaban sobre factores de riesgo de malos resultados (definidos como uso de oxígeno suplementario, ventilación mecánica, ingreso en la unidad de cuidados intensivos, estancia hospitalaria prolongada y mortalidad) publicados entre enero de 2011 y enero de 2023. Dos autores extrajeron de forma independiente los datos sobre las características de los estudios, los resultados y los factores de riesgo. Debido a la limitación de los datos, solo se realizaron metanálisis para los factores de riesgo de resultados deficientes de RSV-IRAB mediante un modelo de efectos aleatorios cuando había al menos 3 estudios.

RESULTADOS

Se incluyeron 30 estudios. Para la IRAB relacionada con el VRS, los factores de riesgo significativos basados en el metanálisis fueron: enfermedad neurológica [odds ratio (OR): 6,14; intervalos de confianza (IC) del 95%: 2,39-15,77], síndrome de Down (5,43; 3,02-9,76), enfermedad pulmonar crónica (3,64; 1,31-10,09), estado inmunodeprimido (3,41; 1,85-6,29), prematuridad (2,98; 1,93-4,59), enfermedad cardiaca congénita (2,80; 1,84-4,24), enfermedad subyacente (2,45; 1,94-3,09), edad <2 meses (2,29; 1,78-2. 94), edad <6 meses (2,08; 1,81-2,39), coinfección vírica (2,01; 1,27-3,19), bajo peso al nacer (1,88; 1,19-2,95) y bajo peso (1,80; 1,38-2,35).En el caso de la IRAB relacionada con la gripe, las enfermedades crónicas y la edad de 6-24 meses se identificaron como factores de riesgo de malos resultados. Las enfermedades cardiovasculares, la inmunosupresión, la enfermedad renal crónica, la diabetes y la hipertensión arterial se señalaron como factores de riesgo de mortalidad por ALRI asociada a SARS-CoV-2.

CONCLUSIONES

Estos hallazgos podrían contribuir al desarrollo de directrices para la profilaxis y el manejo de la IRAB causada por RSV, influenza y SARS-CoV-2.

INTRODUCCIÓN

Los lactantes febriles menores de 90 días de vida tienen un mayor riesgo de sufrir infecciones bacterianas invasivas y graves que los niños mayores. Las guías de práctica clínica modernas, que utilizan principalmente la procalcitonina como biomarcador diagnóstico, pueden identificar a los lactantes de bajo riesgo y, por tanto, adecuados para un tratamiento personalizado. La proteína C reactiva, en comparación, está ampliamente disponible, pero no está claro si la proteína C reactiva y la procalcitonina tienen una precisión diagnóstica similar. El objetivo era comparar la precisión de las pruebas de procalcitonina y proteína C reactiva en la predicción de infecciones bacterianas invasivas o graves en lactantes febriles.

MÉTODOS

Para esta revisión sistemática y metanálisis, se realizaron búsquedas en MEDLINE, EMBASE, Web of Science y The Cochrane Library de estudios de precisión de pruebas diagnósticas hasta el 19 de junio de 2023, utilizando los términos MeSH «procalcitonin» y «bacterial infection» o «fever» y las palabras clave «invasive bacterial infection*» y «serious bacterial infection*», sin restricciones de idioma o fecha. Los estudios fueron seleccionados por autores independientes según los criterios de elegibilidad. Los estudios elegibles incluyeron participantes de 90 días o menos que acudieran al hospital con fiebre (≥38°C) o antecedentes de fiebre en las 48 h anteriores. La prueba índice primaria fue la procalcitonina, y la prueba índice secundaria fue la proteína C reactiva. Los kits de prueba debían estar disponibles en el mercado y las muestras debían recogerse al ingresar en el hospital. La infección bacteriana invasiva se definió como la presencia de un patógeno bacteriano en sangre o líquido cefalorraquídeo, detectado mediante cultivo o PCR cuantitativa; se utilizaron las definiciones de infección bacteriana grave de los autores. Se extrajeron los datos de los estudios seleccionados y se analizó la detección de infecciones bacterianas invasivas o graves con dos modelos para cada biomarcador. La precisión diagnóstica se determinó en función de valores de corte reconocidos internacionalmente (0,5 ng/mL para la procalcitonina, 20 mg/L para la proteína C reactiva) y se agruparon para calcular los valores del área parcial bajo la curva (pAUC) para cada biomarcador. Se identificaron valores de corte óptimos para cada biomarcador.

RESULTADOS

De los 734 estudios derivados de la búsqueda bibliográfica, se incluyeron 14 estudios (n=7755) en el metanálisis. Para la detección de infecciones bacterianas invasivas, los valores de pAUC fueron mayores para la procalcitonina (0,72, IC del 95%: 0,56-0,79) que para la proteína C reactiva (0,28, 0,17-0,61; p=0,016). Los valores de corte óptimos para detectar infecciones bacterianas invasivas fueron 0,49 ng/mL para la procalcitonina y 13,12 mg/L para la proteína C reactiva. Para la detección de infecciones bacterianas graves, la procalcitonina y la proteína C reactiva presentaron valores pAUC similares (0,55, 0,44-0,69 frente a 0,54, 0,40-0,61; p=0,92). Para las infecciones bacterianas graves, los valores de corte óptimos para la procalcitonina y la proteína C reactiva fueron de 0,17 ng/mL y 16,18 mg/L, respectivamente. La heterogeneidad fue baja para los estudios que investigaron la precisión de la prueba de la procalcitonina en la detección de la infección bacteriana invasiva (I2=23,5%), alta para los estudios que investigaron la procalcitonina para la infección bacteriana grave (I2=75,5%) y moderada para los estudios que investigaron la proteína C reactiva para la infección bacteriana invasiva (I2=49,5%) y la infección bacteriana grave (I2=28,3%). La ausencia de una definición única de infección bacteriana grave en todos los estudios fue la mayor fuente de variabilidad entre estudios y de sesgo potencial.

INTERPRETACIÓN

Dentro de una cohorte grande de lactantes febriles, un valor de corte de procalcitonina de 0,5 ng/mL tuvo un valor pAUC superior a un valor de corte de proteína C reactiva de 20 mg/L para identificar infecciones bacterianas invasivas. Por lo tanto, en entornos sin acceso a la procalcitonina, la proteína C reactiva debe utilizarse con precaución para la identificación de infecciones bacterianas invasivas, y debe considerarse un valor de corte inferior a 20 mg/L. La proteína C reactiva y la procalcitonina mostraron una exactitud similar en las pruebas para la identificación de infecciones bacterianas graves con valores de corte reconocidos internacionalmente. Esto podría reflejar las dificultades que entraña la confirmación de una infección bacteriana grave y la ausencia de una definición universalmente aceptada de infección bacteriana grave.

INTRODUCCIÓN

Recientemente se ha notificado un gran brote transfronterizo de salmonelosis no tifoidea relacionada con el consumo de productos de chocolate. Este suceso nos motivó a realizar una revisión exhaustiva de la literatura existente sobre brotes de salmonelosis no tifoidea asociados al consumo de chocolate.

MÉTODOS

Se realizó una revisión sistemática siguiendo las directrices de los Elementos de Información Preferidos para Revisiones Sistemáticas y Metaanálisis (PRISMA) (PROSPERO CRD42022369023) en 3 bases de datos: U.S. National Library of Medicine, Web of Science y Excerpta Medica. También se examinaron Google Scholar y la bibliografía de cada informe identificado. Fueron elegibles los artículos publicados después de 1970, que describían brotes de más de 10 pacientes con una salmonelosis no tifoidea asociada al consumo de chocolate.

RESULTADOS

Se incluyeron 23 artículos, que describían 12 brotes con un total de 3266 pacientes. Todos los brotes se produjeron en países de renta alta: 1 se limitó a 1 ciudad, 6 implicaron a 1 país y los 5 restantes implicaron a 2 o más países. Seis brotes alcanzaron su punto álgido en invierno, 3 en otoño, 2 en primavera y 1 en verano. Los niños fueron los más afectados. No se identificó ningún serotipo predominante.

CONCLUSIONES

Los datos documentan que el chocolate es un medio óptimo para la transmisión de la salmonelosis no tifoidea. Para detectar los brotes de enfermedades infecciosas en una fase temprana y evitar su propagación es crucial contar con un sistema de notificación mundial conectado que incluya a los países de ingresos altos, medios y bajos.

Se evaluó la seguridad y eficacia de la transición de antibióticos parenterales a orales en pacientes menores de 60 días con infecciones urinarias. Los pacientes que pasaron al tratamiento oral tuvieron una estancia media inferior sin diferencias significativas en los síntomas de infección urinaria atendidos médicamente en los 30 días siguientes al tratamiento.

Este estudio sugiere que se puede considerar la transición a la terapia antibiótica oral para el tratamiento de las infecciones urinarias en pacientes menores de 60 días de edad. Aunque este estudio tiene un tamaño de muestra pequeño, los resultados muestran que esta transición podría ser segura y efectiva en esta población de pacientes. Se justifican estudios adicionales, estudios prospectivos óptimos con tamaños de muestra más grandes, para ampliar estos hallazgos.

En octubre de 2023, tras un período de cuatro años sin casos notificados, se notificó al distrito de Tel Aviv (TA) diez casos diagnosticados de sarampión.

El brote se inició en un centro preescolar con alta cobertura de vacunación con una dosis de vacuna MMR. Se dispuso de pruebas serológicas para ocho pacientes (seis niños y dos adultos).

La aparición de sarampión en personas previamente vacunadas se clasificó como fracaso vacunal primario o secundario. El fracaso primario de la vacuna se definió como uno de los siguientes casos: anticuerpos IgM e IgG negativos contra el sarampión en suero (junto con un resultado de PCR positivo); o la presencia de IgM positiva y anticuerpos IgG de baja avidez negativos o positivos. El fracaso secundario de la vacuna se definió como la presencia de anticuerpos IgG contra el sarampión de alta avidez junto con una prueba de PCR positiva.

Entre los siete niños con infección confirmada por laboratorio, todos habían sido vacunados con una dosis de la vacuna MMR. A seis niños se les realizaron pruebas serológicas para confirmar el diagnóstico, lo que demostró el fracaso de la vacuna primaria.

En este brote, dos adultos previamente vacunados con dos dosis de la vacuna MMR obtuvieron resultados de pruebas serológicas que sugerían que habían tenido una falla secundaria de la vacuna, debido a una inmunidad decreciente

El caso primario sospechoso, no vacunado según lo recomendado, no había recibido la dosis oportuna de MMR al año y había viajado a Rusia antes de que comenzara la enfermedad.

El caso principal había buscado atención médica al experimentar síntomas típicos del sarampión, pero probablemente fue diagnosticado erróneamente, dada la ausencia de sarampión circulante en Israel. Esto subraya la necesidad crítica de un mayor índice de sospecha de sarampión, no sólo para los niños no vacunados, sino también para los que sí han sido vacunados, cuando presentan síntomas clínicos relevantes.

En enero de 2024, a un niño le diagnosticaron sarampión en un hospital pediátrico de Lisboa. De 123 contactos, 39 (32%) no estaban completamente inmunizados, lo que presenta un riesgo de un posible brote. La unidad de salud pública inició medidas de control e identificó desafíos durante la respuesta, como la falta de interoperabilidad entre los sistemas de información y el acceso a los registros de vacunación. Las lecciones aprendidas impulsaron cambios en los procedimientos nacionales de rastreo de contactos para el sarampión, fortaleciendo aún más la preparación de Portugal.

Informamos de una epidemia de tos ferina récord en Dinamarca desde agosto de 2023. La incidencia más alta se registró en adolescentes, mientras que la incidencia máxima en bebés fue menor en comparación con epidemias anteriores en 2019 y 2016. Entre los bebés de 0 a 2 meses, más de la mitad (29/48) fueron hospitalizado y un bebé murió, lo que subraya la gravedad de la enfermedad en los más jóvenes. Para proteger a los lactantes, en enero de 2024 se introdujo en el programa nacional de vacunación con la vacunación contra la tos ferina en mujeres embarazadas. Se está implementando una mejor vigilancia de la vacunación en mujeres embarazadas

INTRODUCCIÓN

La transición del Reino Unido de un esquema de inmunización infantil 2 + 1 a 1 + 1 con la vacuna neumocócica conjugada 13-valente (PCV13) el 1 de enero de 2020, coincidió con el inicio de la pandemia de COVID-19. Describimos la epidemiología de la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) en Inglaterra durante 6 años fiscales (del 1 de abril al 31 de marzo) entre 2017-18 y 2022-23.

MÉTODOS

Se utilizaron datos prospectivos de vigilancia nacional, incluidos el serotipado y la secuenciación del genoma completo de aislados invasivos, para analizar las tendencias de ENI en Inglaterra por edad y año fiscal. Se compararon las infecciones irruptivas y las tasas de fracaso de la vacuna en 2022-23 entre los niños elegibles para el esquema 1 + 1 con las tasas en cohortes de niños elegibles para el esquema 2 + 1 entre 2017-18 y 2019-20. Se evaluaron los cambios genómicos a lo largo del tiempo mediante la comparación de los clústeres de secuenciación neumocócica global y los tipos de secuencias multilocus entre los serotipos PCV13 que causan ENI.

RESULTADOS

Hubo Hubieron 4598 casos de IPD confirmados por laboratorio en 2022-23, 3025 en 2021-22, 1240 en 2020-21 y 5316 en 2019-20. La incidencia de ENI en 2022-23 fue un 14% menor que en 2019-20 (razón de tasas de incidencia [IRR] 0-86, IC 95% 0-81-0-91; p<0-001). La incidencia de ENI en 2022-23 en comparación con 2019-20 fue un 34% mayor en niños (de <15 años) (378 casos frente a 292 casos; TIR 1-34, IC 95% 1-08-1-68; p=0-009) y un 17% menor en adultos (de 15 años o más; 4220 frente a 5024; 0-83, 0-78-0-88; p<0-001). La proporción de IPD de tipo PCV13 aumentó del 19,4% (IC 95% 18,2-20,4; 957 de 4947) en 2019-20 al 29,7% (28,3-31,0; 1283 de 4326) en 2022-23, principalmente debido al serotipo 3, pero también a los serotipos 19F, 19A y 4, junto con una disminución de los serotipos no PCV13 8, 12F y 9N. El aumento de la incidencia de ENI debida a los serotipos 3, 19A y 19F se debió a la expansión clonal de cepas que circulaban previamente, mientras que la expansión del serotipo 4 se debió a cepas más nuevas (es decir, los tipos de secuencia 801 y 15603). Las infecciones irruptivas y las tasas de fracaso vacunal fueron similares en los niños elegibles para los esquemas 1 + 1 (1,08 por 100 000 personas-año) y 2 + 1 (0,76 por 100 000 personas-año; TIR 1,42, IC 95% 0,78-2,49; p=0-20) de PCV13.

INTERPRETACIÓN

En general, la incidencia de ENI en Inglaterra fue menor en 2022-23, 2 años después de la eliminación de las restricciones pandémicas, que en 2019-20. Las tasas de irrupción y fracaso de la vacuna no fueron significativamente diferentes entre los niños que recibieron el esquema de inmunización 1 + 1 en comparación con el esquema de inmunización 2 + 1 PCV13. El aumento pospandémico de la incidencia de la ENI infantil, y especialmente de la ENI de tipo PCV13, requerirá una estrecha vigilancia.

Se realizó estudio de cohorte retrospectivo en el Hospital Infantil de Filadelfia a población comprendida entre 1 a 16 años, sometiéndolos a pruebas de PCR para detectar el virus SARS-CoV-2 entre marzo de 2020 y febrero de 2021.

El objetivo era determinar si la infección por SARS-CoV-2 afectaba el riesgo de desarrollar asma en niños.

Los resultados mostraron que la positividad de la PCR para SARS-CoV-2 no tuvo un efecto significativo en el riesgo de desarrollar un nuevo diagnóstico de asma durante un período de observación de 18 meses. Sin embargo, se identificaron otros factores de riesgo conocidos para el asma pediátrica, como la raza negra, alergias alimentarias, rinitis alérgica, nacimiento prematuro y el índice de masa corporal (IMC) elevado en niños menores de 5 años.

En resumen, este estudio concluye que la infección por SARS-CoV-2 no parece estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar asma en niños, pero confirma la importancia de otros factores de riesgo ya establecidos para esta enfermedad respiratoria en la infancia.

Los enterovirus son virus ARN con más de 100 genotipos diferentes. Las infecciones que producen pueden ser asintomáticas y, si producen síntomas, estos varían de leves a graves. Algunos pacientes pueden desarrollar afectación neurológica, como meningitis aséptica, encefalitis o incluso fallo cardiorrespiratorio por lesión del tronco encefálico. Sin embargo, en niños, los factores de riesgo para desarrollar clínica neurológica grave no son bien conocidos. El objetivo de este estudio es analizar las características asociadas a la afectación neurológica grave en niños hospitalizados con infección por enterovirus.

Métodos

Estudio retrospectivo observacional que analiza datos clínicos, radiológicos y microbiológicos de 174 niños ingresados desde 2009 a 2019 en nuestro hospital. Los pacientes fueron clasificados según la definición de caso de la OMS para las complicaciones neurológicas de la enfermedad boca-mano-pie.

Resultados

Nuestros resultados muestran que, en niños de 6 meses a 2 años de edad, la aparición de síntomas neurológicos en las primeras 12 horas del inicio de la infección, y especialmente si asocian exantema cutáneo, se asoció a un riesgo estadísticamente significativo para desarrollar formas neurológicas graves. La detección de enterovirus mediante PCR en líquido cefalorraquídeo fue más probable en los niños con meningitis. En cambio, se precisaron estudios en otras muestras biológicas (heces, moco nasofaríngeo) para detectar enterovirus en pacientes con encefalitis. El genotipo que se asoció más frecuentemente con las formas clínicas más graves fue EV-A71. E-30 es el que más frecuentemente se asoció a meningitis.

Conclusiones

El conocimiento de los factores de riesgo asociados con las formas más graves podría ayudar al manejo de estos niños, así como evitar pruebas o ingresos innecesarios.

La bacteria Campylobacter spp. es la principal causa de enteritis bacteriana en los países industrializados, pero la literatura sobre su recurrencia es escasa. El objetivo de este estudio es analizar una serie de casos de campilobacteriosis recurrente en pacientes adultos y pediátricos.

Métodos

Durante un período de dos años se recogieron datos demográficos, clínicos y microbiológicos de forma retrospectiva de pacientes que cumplían los criterios clínicos de gastroenteritis por Campylobacter spp. recurrente. Los enteropatógenos se identificaron mediante un panel de patógenos gastrointestinales por PCR múltiple. Cuando se detectaba Campylobacter spp., la muestra de heces se cultivaba en un medio específico y se sometía a pruebas de susceptibilidad a antibióticos.

Resultados

Veinticuatro (2,03%) de 1.180 pacientes con PCR positiva para Campylobacter spp. cumplieron los criterios de inclusión. Trece pacientes padecían enfermedades subyacentes y 11 no tenían factores de riesgo conocidos, pero en todos los casos eran pacientes pediátricos. De estos 24 pacientes se documentaron 70 episodios. Un paciente presentó dos episodios de bacteriemia. Se observó coinfección/codetección de otros enteropatógenos en 10 pacientes, y el más frecuente fue Giardia intestinalis. Doce (22,6%) de los 53 aislados eran resistentes a los macrólidos. Un paciente presentó dos aislados con Campylobacter coli multirresistente, que solo era susceptible a gentamicina.

Conclusión

Los resultados sugieren la presencia de enfermedades subyacentes en la mayor parte de los pacientes adultos con infecciones por Campylobacter spp. recurrentes, en particular inmunodeficiencia primaria. La mayoría de los pacientes pediátricos con campilobacteriosis recurrente no presentaban factores de riesgo conocidos. Se observó con frecuencia la detección concomitante de otros enteropatógenos. La resistencia a los macrólidos fue muy superior en comparación con las tasas notificadas anteriormente.

Analizar los casos de mastoiditis agudas, características, manejo y complicaciones en niños atendidos en urgencias.

Métodos

Estudio retrospectivo en un hospital terciario en España durante 6 años (2018-2023).

Resultados

Se analizaron 102 episodios de mastoiditis aguda (54% varones, mediana de edad de 1,8 años). Se aislaron microorganismos en un tercio, principalmente Streptococcus pyogenes (64% de cultivos óticos). Hubo complicaciones en el 27,5%, mayoritariamente abscesos subperiósticos. No observamos más complicaciones en niños <2 años, aquellos con calendario vacunal incorrecto, antecedentes de otitis, portadores de implante coclear o aquellos con alteraciones analíticas (leucocitosis, elevación de proteína C reactiva). Los casos complicados tuvieron hospitalizaciones más prolongadas. El tratamiento incluyó antibioterapia, corticoterapia y cirugía en el 50% de los casos.

Conclusiones

Comunicamos un aumento de casos de mastoiditis aguda en 2023, con relevancia de S. pyogenes. Factores como la edad, estado vacunal, antecedentes de otitis o implante coclear y parámetros sanguíneos no se relacionaron con complicaciones.

Este estudio multicéntrico en hospitales italianos destaca las alteraciones epidemiológicas en la circulación de los cinco principales virus respiratorios de 2019 a 2023. Nuestros datos revelan un resurgimiento del virus respiratorio sincitial y la influenza durante la temporada de invierno 2022-2023, con un pico más temprano en los casos de ambos virus, enfatizando la importancia del seguimiento oportuno.

La tuberculosis (TB) ocupa el segundo lugar entre todas las enfermedades infecciosas a nivel mundial como la segunda causa de muerte. Es probable que este problema se deba a la falta de biomarcadores para diferenciar el espectro heterogéneo de infección. Por lo tanto, el primer paso para resolver este problema es identificar biomarcadores para distinguir los diferentes estados patológicos de un individuo y tratarlos en consecuencia. Los biomarcadores de microARN circulantes (miARN) son candidatos prometedores para diversas enfermedades. 

Por lo tanto, esta revisión sistemática y metanálisis tuvieron como objetivo evaluar la eficacia diagnóstica de los miARN circulantes en la tuberculosis latente (LTB) y la tuberculosis pulmonar activa (PTB).

Luego del proceso de selección, se seleccionaron siete artículos para el análisis cualitativo. Los grupos de estudio, que consistieron en Control Saludable (HC) versus TB y LTB versus TB, exhibieron una sensibilidad general del 81,9% (IC del 95%: 74,2, 87,7) y una especificidad del 68,3% (IC del 95%: 57,8, 77,2). ), respectivamente. Sin embargo, los resultados de nuestro metanálisis destacaron dos candidatos de miARN potencialmente valiosos, miR-197 y miR-144, para discriminar la tuberculosis de la HC. También se ha demostrado que el modelo de firma de miARN (miR197-3p, miR-let-7e-5p y miR-223-3p) diagnostica la TB-DR con una sensibilidad del 100 %, pero con una especificidad comprometida de solo el 75 %.

Conclusión

Los biomarcadores de miARN muestran un futuro prometedor para el diagnóstico de tuberculosis. Se necesitan más estudios multicéntricos sin sesgos para identificar biomarcadores clínicamente válidos para diferentes estados del espectro de la enfermedad de tuberculosis.

El hongo criptococo es la causa más común de meningitis en adultos en partes del mundo con altas tasas de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y persiste en muchas áreas donde la terapia antirretroviral (TAR) está ampliamente disponible. 1,2 El hongo es responsable de hasta 180.000 muertes cada año en todo el mundo y representa hasta el 68% de los casos de meningitis relacionados con el VIH. 2 En las regiones ricas en recursos, el uso creciente de terapia inmunomoduladora y la susceptibilidad natural subyacente han llevado a un cambio en los factores epidemiológicos, de modo que las muertes en pacientes no infectados por el VIH representan aproximadamente un tercio de las muertes relacionadas con meningitis criptocócica o meningoencefalitis. 3 Con la llegada de las vacunas para prevenir meningitis bacterianas como las de Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae , la meningitis criptocócica se ha convertido en una de las causas más comunes de meningitis en los Estados Unidos. 4 Un estudio ha demostrado que a pesar de la terapia, entre el 10 y el 25% de los pacientes en la mayoría de los grupos con meningitis criptocócica mueren debido a retrasos en el diagnóstico y desafíos del tratamiento. 5 Este hallazgo llevó recientemente a la Organización Mundial de la Salud a asignar el criptococo al grupo “crítico” de patógenos fúngicos, con la máxima prioridad para la investigación de mejores enfoques de diagnóstico y regímenes de tratamiento. 6 Sin embargo, una revolución en las nuevas estrategias diagnósticas, preventivas y terapéuticas y el reconocimiento de los síndromes inflamatorios destructivos, que cambia el paradigma, son prometedores en los esfuerzos por reducir y tratar esta devastadora infección.

Introducción: En nuestro país, el dengue es una enfermedad principalmente importada desde zonas endémicas. El lugar de infección de los casos ha variado entre 2016-2018, en que de los 598 casos, fueron importados de países de Asia el 50,2% de los casos, y el trienio 2019-2021, en que la mayoría de los 623 casos (53, 83 y 77%, respectivamente para los años 2019, 2020 y 2021) fueron importados de América Latina.

El objetivo del estudio fue conocer posibles cambios en la frecuencia de casos de dengue importados desde Cuba a España durante el año 2022 respecto a años previos (2016 a 2021), y describir los casos de Cuba de 2022.

Método: Análisis gráfico de los casos de dengue importados desde 2016 a 2022, según su lugar de infección (Cuba vs. otros) y descriptivo de los casos de Cuba de 2022.

Resultados: Desde 2016 se han notificado 1.717 casos importados de dengue, de los que se dispuso de información del país de contagio en 1632 (95,1%). La proporción de casos importados de Cuba respecto a otros lugares, fue superior en 2022 (66,5%) en relación a los años previos (mínimo 1,6% en 2016 y máximo 26,0% en 2021).

De estos casos, 177 (53,5%) fueron mujeres y la edad mediana 37 años. El 52,0% viajaron por turismo y el 43,4% por visita familiar. Comparando los casos importados de Cuba con los de otros lugares, se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos en cuanto a la edad (mediana 37 vs 33 años en los casos de Cuba y otros, respectivamente; p=0,001) y al motivo de viaje (43,4% vs. 24,3% visita a familiares en los casos de Cuba y otros, respectivamente; p=0,005). No hubo diferencias en cuanto a la distribución por sexo y hospitalizaciones.

Discusión: La elevada proporción de casos procedentes de Cuba en España en 2022 se correspondió con una alerta por dengue en Cuba y un mayor número de casos importados en otros territorios. Para la prevención de los casos importados de dengue, es fundamental que los viajeros cuyo destino sean países endémicos o con epidemias en curso, como parece haber sido el caso de Cuba en 2022, conozcan la existencia y las zonas de mayor riesgo de enfermedad y apliquen las medidas de protección individual frente a las picaduras de mosquito (uso de mosquiteras y de ropa adecuada para disminuir el riesgo de picaduras de mosquito, información sobre los repelentes recomendados y su modo correcto de aplicación). También se debe informar a los viajeros procedentes de zonas de riesgo sobre cómo actuar a su llegada a zona no endémica en caso de iniciar síntomas y para evitar picaduras de mosquitos. Además, se debe incidir en la detección de casos importados en período virémico para poder establecer las medidas de control de la enfermedad y evitar la aparición de ciclos.

La Wolbachia es una bacteria que puede infectar a los mosquitos y alterar su capacidad para sobrevivir y aparearse. Los mosquitos son portadores de virus como el dengue e infectan a las personas con este virus a través de las picaduras. Algunas especies de mosquitos, conocidos como Aedes , tienen más dificultades para portar y transmitir el virus del dengue cuando han sido infectados con Wolbachia . Los investigadores han microinyectado extractos de Wolbachia en mosquitos y han liberado mosquitos portadores de Wolbachia en la población salvaje, donde se han reproducido con otros mosquitos y han transmitido la infección por Wolbachia . Una vez que una gran proporción de mosquitos de una zona se infectan con Wolbachia , existe la posibilidad de reducir la capacidad de los mosquitos para propagar el virus del dengue y prevenir la frecuencia de infecciones por dengue en la población humana local. La Wolbachia solo puede infectar a organismos invertebrados (es decir, animales sin columna vertebral), por lo que no hay riesgo de que los humanos se infecten con la bacteria, y se cree que los riesgos para los humanos y el medio ambiente asociados con la liberación de mosquitos portadores de Wolbachia son escasos.

Se identificó un ensayo completado que cumplía los criterios de inclusión y otros dos en curso. El ensayo completado se realizó en Yogyakarta (Indonesia) e incluyó a personas de entre 3 y 45 años. El ensayo consistió en liberar huevos de mosquito infectados con Wolbachia en la mitad de la zona de estudio hasta que más del 60% de los mosquitos de esa zona fueran portadores de Wolbachia . No hubo liberaciones en la otra mitad de la zona de estudio.

El ensayo analizó a todas las personas que acudieron a su centro de salud local con fiebre para determinar cuántas habían contraído el dengue. Compararon los resultados entre las personas que vivían en las zonas donde se liberaron mosquitos portadores de Wolbachia y las que vivían en las zonas donde no se liberaron nuevos mosquitos durante un periodo de 27 meses. Alrededor del 95,8% de los mosquitos de la población de las zonas donde se liberaron mosquitos portadores de Wolbachia se infectaron con la bacteria

La probabilidad de que las personas que vivían en la zona donde se liberaron mosquitos portadores de Wolbachia contrajeran el dengue se redujo probablemente en un 77% en comparación con las personas que vivían en una zona con una población salvaje de mosquitos.

El ensayo incluido demuestra el posible impacto significativo de los mosquitos Ae aegypti portadores de w Mel- Wolbachia en la prevención de la infección por dengue en un contexto endémico, y respalda la evidencia proporcionada en estudios no aleatorizados y no controlados. Se requieren ensayos adicionales en una mayor diversidad de contextos para confirmar si estos resultados se aplican a otros lugares y contextos nacionales, y es importante una mayor información sobre la aceptabilidad y el coste.

La detección activa de casos (DAC) implica que los trabajadores sanitarios se desplacen a las comunidades para identificar a aquellas personas con tuberculosis que de otro modo podrían no haber acudido a un centro sanitario (p. ej., porque viven demasiado lejos de estos centros o porque no pueden permitirse desplazarse hasta ellos). El objetivo de la DAC es encontrar a personas con tuberculosis y proporcionarles tratamiento, para poder reducir la propagación de la enfermedad y mejorar la salud de las personas infectadas.

Se quiso comprender las experiencias y perspectivas de personas implicadas en programas de DAC, incluidas personas con tuberculosis, ciudadanos y profesionales sanitarios.

Se incluyeron 45 estudios y se tomaron muestras de 20 de un amplio abanico de regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (África, Sudeste Asiático, Mediterráneo Oriental y las Américas).

Conclusiones de los autores:

La detección activa de casos (DAC) de tuberculosis y el rastreo de contactos proporciona un servicio diagnóstico a personas que de otro modo no lo recibirían, como personas que están bien o sin síntomas y aquellas que están enfermas pero tienen menos recursos y viven más lejos de los centros sanitarios. Sin embargo, la captación de estos «casos perdidos» podría ser en sí misma insuficiente sin un refuerzo adecuado del sistema de salud para mantener a las personas en asistencia. Las personas diagnosticadas de tuberculosis deben enfrentarse a una cascada asistencial compleja e insostenible y esto afecta a su percepción de la DAC y a su decisión acerca de participar en ella.

Ma et al estimaron la eficacia de RotaTeq™ (vacuna pentavalente contra rotavirus, RV5), que contiene recombinantes bovinos humanos G1, G2, G3, G4 y P[8], contra la gastroenteritis por rotavirus en un 97 % (IC del 95 %, 83 %-100 %) en una cohorte de niños (de 14 semanas a 2 años de edad) predominantemente infectados (79%) con G8P[8], en Shanghai, China.1Se ha demostrado que RV5 es eficaz y eficaz en entornos geográficos, períodos de tiempo y cepas, pero la protección de RV5 contra una cepa G8 se había demostrado anteriormente solo en África.2, 3, 4, 5, 6

Se observan efectos de protección cruzada con las vacunas contra rotavirus.7,8Los amplios efectos de protección cruzada de RV5 son consistentes con estudios inmunológicos que muestran que su formulación pentavalente de tres dosis provoca una mayor magnitud y mayor duración de la respuesta inmunológica que otras vacunas contra rotavirus.9, 10, 11Dos metanálisis anteriores han demostrado que la protección de RV5 contra cepas homotípicas (coincidentes con los tipos G y P de la vacuna) y parcialmente heterotípicas (coincidentes solo con uno de los tipos G o P) era similar.12,13Es de destacar que los estudios clínicos y posteriores a la aprobación muestran que Rotarix (formulación monovalente) puede ser marginalmente menos eficaz contra el genotipo G2P[4] completamente heterotípico.14, 15, 16, 17, 18En particular, las cepas completamente heterotípicas de RV5 son raras a nivel mundial, debido a su formulación pentavalente recombinada entre humano y bovino.19, 20, 21En Europa, donde la vigilancia de cepas a gran escala comenzó en 2007, se detectaron cepas totalmente heterotípicas para RV5 en sólo el 1% de las muestras tipificadas (considerando todas las cepas que circulan con una prevalencia ≥1%).22La evaluación de la protección en ensayos clínicos y estudios observacionales frente a cepas específicas sólo puede realizarse frente a las cepas que circulan durante el período de estudio. Como esto es impredecible, lograr poder estadístico para demostrar el nivel cuantitativo de protección contra cepas más raras es un desafío en estudios clínicos y observacionales. A pesar de esto, se ha demostrado una alta protección de RV5 contra la cepa G8P[6] totalmente heterotípica.2,3

Ma et al proporcionan evidencia de una protección alta y similar de RV5 contra G8P[8], una cepa parcialmente heterotípica, fuera de África y, por lo tanto, avanzaron nuevas estimaciones que están alineadas con el conocimiento previo de los amplios efectos de protección cruzada de RotaTeq™.1113952

Nos gustaría agradecer al Dr. Carias et al por sus comentarios informados sobre nuestro estudio y la información complementaria sobre la protección cruzada de RotaTeq contra cepas heterotípicas de rotavirus.

En la temporada de rotavirus 2021-2022, observamos un cambio de serotipo de rotavirus en Shanghai.

G8P[8] y G9P[8] fueron las cepas circulantes más comunes en Shanghai, y G8P[8] contribuyó con una mayor proporción de diarrea asociada a rotavirus en niños pequeños, predominando sobre G9P[8]. Un estudio de fase III realizado en Guangxi, China, ha demostrado la alta eficacia protectora de RV5 contra la diarrea asociada a rotavirus cuando predominaba G9P[8].

Nuestro estudio demostró que la vacuna pentavalente contra rotavirus (RotaTeq, RV5) puede proporcionar una alta protección heterotípica contra el G8 emergente, que no está contenido en los serotipos G de RV5. Nuestro hallazgo es similar al observado en África, donde RV5 mostró una eficacia de la vacuna del 87,5% contra el RVGE grave causado por G8P[6].

Los serotipos G prevalentes cambian con el tiempo, de predominio G1 a predominio G3, luego a predominio G9, y posiblemente predomine G8 en el siguiente período. Sin embargo, P[8] sigue siendo el genotipo P predominante.

Por lo tanto, tenemos confianza en la eficacia y el impacto de RV5 en la salud pública. Mientras tanto, necesitamos fortalecer la red de vigilancia de la enfermedad por rotavirus y las cepas circulantes, especialmente los genotipos G/P no cubiertos por las vacunas contra rotavirus actualmente implementadas, para poder evaluar mejor el valor protector de las vacunas contra rotavirus ante la cambiante epidemiología de las cepas prevalentes en el futuro.

En 23 países se han notificado infecciones humanas esporádicas por el virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAI) A(H5N1), con un amplio espectro de gravedad clínica y una letalidad acumulada de más del 50%, en 23 países durante más de 20 años. 1 Los virus HPAI A(H5N1) clado 2.3.4.4b se han propagado ampliamente entre las aves silvestres en todo el mundo desde 2020-2021, 2,3 lo que ha provocado brotes en aves de corral y otros animales. 2 Recientemente, se identificaron virus HPAI A(H5N1) clado 2.3.4.4b en vacas lecheras y en muestras de leche no pasteurizada en varios estados de EE. UU. 4,5 Informamos un caso de infección por el virus HPAI A(H5N1) en un trabajador de una granja lechera en Texas.

A finales de marzo de 2024, un trabajador adulto de una granja lechera comenzó a sentir enrojecimiento y malestar en el ojo derecho.

Introducción: Es esencial conocer la carga de enfermedad de la infección respiratoria aguda por Virus Respiratorio Sincitial (VRS) antes de la implementación de cualquier medida preventiva. El objetivo de este estudio es describir la epidemiología de la infección por VRS y estimar su carga de enfermedad en España a partir del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA).

Método: Con datos de SiVIRA se estimaron casos en Atención Primaria y hospitalizaciones por VRS, por grupo de edad, en las temporadas de 2021-22 a 2022-23. Las hospitalizaciones estimadas con SiVIRA se compararon con datos de altas hospitalarias por VRS en el periodo 2016-2020, obtenidas del Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD).

Resultados: SiVIRA estimó un promedio por temporada de 907.194 casos en Atención Primaria y 29.081 hospitalizaciones por VRS en España. Los <5 años concentraron 259.013 casos (28,6%) y 15.375 hospitalizaciones (52,9%), y requirieron con mayor frecuencia ventilación mecánica invasiva (6,9%) y admisión en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) (14,4%). En ≥65 años se estimaron 128.590 casos (14,2%) y 10.360 hospitalizaciones (35,6%). En el análisis ampliado del CMBD, se observaron 21.258 hospitalizaciones en <5años (42,4%), y 22.758 en los ≥65 años (45,4%).

Conclusiones: El mayor impacto de la infección por VRS se produce en los niños <5 años, especialmente en <1 año. La considerable carga hospitalaria en adultos mayores aconseja valorar medidas preventivas de salud pública. Las estimaciones de carga hospitalaria a partir de la vigilancia SiVIRA fueron comparables a las obtenidas con el análisis ampliado del CMBD.

Introducción: La tuberculosis (TB) presenta una elevada carga de morbimortalidad, siendo la principal causa de mortalidad por agente infeccioso en el mundo, sólo superada recientemente por la COVID-19. El objetivo de este estudio fue analizar la evolución espacio temporal de la mortalidad por TB en España entre 2008-2021.

Método: Análisis epidemiológico descriptivo de los casos de defunción por TB registrados en el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante 2008-2021. Las variables analizadas fueron sexo, edad, provincia y año de defunción. Se realizó análisis descriptivo de las variables principales y un análisis espacio temporal de las tasas de mortalidad (TM) y las razones de mortalidad estandarizadas (RME). 

Resultados: Del 2008 al 2021, se notificaron 3.876 decesos por TB, con una TM media de 0,6 por 100.000 habitantes. Más del 60% de las defunciones fueron en mayores de 75 años. Se observó una tendencia decreciente en las TM con un porcentaje de cambio medio anual (PCMA) de -5,2%. Se observó un mayor número de muertes en hombres (64,1%), así como una mayor disminución en sus TM (PACMA -5,5% vs -4,5% en mujeres). Todas las provincias descendieron sus TM excepto Palencia, Cantabria y Huesca. Las RME se distribuyeron de forma diferente según las provincias y según el sexo, con mayores RME en hombres. 

Conclusiones: La TM por TB en España ha seguido una tendencia descendente desde 2008, aunque con un patrón y evolución desigual por sexo y provincia. Es necesario realizar más estudios que permitan explicar las diferencias observadas.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) es una afección hiperinflamatoria posinfecciosa, grave y poco común que ocurre después de la infección por COVID-19. En este estudio, nuestro objetivo fue demostrar la reducción del riesgo de MIS-C y MIS-C grave después de la vacunación con ARNm COVID-19 de Pfizer-BioNTech BNT162b2. Este estudio de cohorte a nivel nacional incluyó 526.685 casos de COVID-19 confirmados por PCR (edad < 19 años), de los cuales 14.118 estaban completamente vacunados antes de la infección por COVID-19. Los casos de MIS-C se recolectaron de todos los hospitales de Israel desde abril de 2020 hasta noviembre de 2021. Las tasas de MIS-C se calcularon entre dos poblaciones de COVID-19: casos positivos confirmados por PCR y casos estimados de COVID-19 (confirmados y presuntos por PCR). El estado de vacunación se determinó a partir de los registros del Ministerio de Salud (MoH). Se presentan la diferencia de riesgo (RD) de MIS-C y los intervalos de confianza del 95% (IC del 95%) entre pacientes vacunados y no vacunados. En total, 233 casos de MIS-C menores de 19 años fueron diagnosticados y hospitalizados en Israel durante el período del estudio. Entre los casos estimados de COVID-19, MIS-C RD osciló de manera realista entre 2,1 [IC 95% 0,7–3,4] y 1,0 [IC 95% 0,4–1,7] por 10.000 casos de COVID-19. Para MIS-C grave, la RD osciló de manera realista entre 1,6 [IC 95% 1,3–1,9] y 0,8 [IC 95% 0,7–1,0], por 10.000 casos de COVID-19. Se realizó un análisis de sensibilidad en una amplia gama de tasas presuntas de COVID-19, lo que demuestra una RD significativa para cada una de estas tasas.

Conclusión : Esta investigación demuestra que vacunar a niños y adolescentes contra COVID-19 ha reducido el riesgo de MIS-C durante el período de estudio.

Lo que se sabe:

• La mayor parte de la literatura publicada sobre la eficacia de las vacunas se basa en estudios de casos y controles, que son limitados debido al pequeño tamaño de las muestras y la incapacidad de estimar completamente el riesgo de MIS-C entre niños y adolescentes vacunados y no vacunados.

• La conocida subestimación del diagnóstico de COVID-19 entre niños y adolescentes es un desafío, ya que a menudo presentan pocos o ningún síntoma.

Qué es nuevo:

• Se encontró una diferencia de riesgo significativa a favor del grupo vacunado, incluso después de incluir suposiciones extremas sobre la tasa de COVID-19 subdiagnosticada.

• Durante este período de estudio a nivel nacional, se encontró que vacunar a niños y adolescentes reducía el riesgo de MIS-C y sus complicaciones.

Como estudiante de medicina, Archivist aprendió que la vacuna contra la polio Sal’K’ [la vacuna inactivada contra la polio (IPV)] era la preparación inyectable ‘K’illed y la vacuna contra la polio Sabin, viva atenuada, era la preparación oral, que a menudo se administraba a los graduados de las unidades neonatales al ser dados de alta de neonatología. unidades en alta! Las vacunas orales contra la polio tienen muchas ventajas: inducen anticuerpos sistémicos e inmunidad de las mucosas y previenen la excreción prolongada del virus y la transmisión comunitaria. La principal preocupación es que algunos poliovirus derivados de vacunas (cVDPV) circulantes pierdan mutaciones atenuantes y luego causen enfermedad paralizante. Ochoge M et al ( The Lancet 2024;403:1164–1175. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(23)02844-1) han examinado una nueva vacuna oral contra el poliovirus…

Nosotros, en la comunidad mundial de la malaria, nos encontramos en un momento crítico en nuestro camino hacia la erradicación de la malaria. Décadas de experiencia en el despliegue de nuestras intervenciones actuales han dejado claro que no existe una única “solución milagrosa”. Más bien, reducir la morbilidad y la mortalidad requiere que utilicemos combinaciones de intervenciones en una variedad de clases de productos y también que estas combinaciones se adapten de manera única a los contextos epidemiológicos, demográficos, ambientales y socioeconómicos locales. Aunque nuestras herramientas existentes siguen siendo eficaces por ahora, sabemos que la amenaza de la resistencia a los medicamentos y a los insecticidas requiere una sólida línea de investigación y desarrollo capaz de ofrecer no sólo versiones mejoradas de las clases de productos existentes, sino también herramientas transformadoras que representen paradigmas completamente nuevos para la tratamiento y prevención de la malaria. Además, los desafíos inherentes al acceso a las poblaciones en riesgo implican que estas nuevas herramientas (y los sistemas que las respaldan) deben poder ampliarse y ampliarse en algunos de los rincones más desafiantes y difíciles de alcanzar del mundo.

La innovación en las áreas de anticuerpos monoclonales, medicamentos inyectables de molécula pequeña de acción prolongada y vacunas de próxima generación brindaría al mundo esas herramientas potenciales. Los anticuerpos monoclonales, la clase de producto más nueva para la prevención de la malaria y en la que está invirtiendo la Fundación Bill y Melinda Gates, son moléculas que se identifican y clonan a partir de personas que han estado expuestas a la malaria mediante infección natural o vacunación. Cada uno de los tres anticuerpos monoclonales en desarrollo clínico se dirige a la región repetida altamente conservada en la proteína circumsporozoíto que se expresa durante la etapa preeritrocítica del parásito. Estos anticuerpos monoclonales impiden que los esporozoitos de Plasmodium establezcan una infección temprana en el hígado, previniendo eficazmente la infección en etapa sanguínea, la enfermedad clínica y la transmisión posterior. La proteína circumsporozoíto es el antígeno de superficie dominante en la forma de esporozoíto transmitida del parásito, y aunque se ha observado una cierta diversidad a nivel de aminoácidos en las secuencias de la proteína circumsporozoíto en todo el mundo, existen múltiples motivos de secuencia ampliamente conservados en la región repetida, y la estructura terciaria es consistente en todas las cepas de parásitos, perfeccionada por fuerzas evolutivas durante milenios.

Las estrategias actuales de prevención basadas en medicamentos, como la quimioprevención de la malaria estacional en niños con el uso de sulfadoxina-pirimetamina y amodiaquina, son operativamente difíciles de administrar, dado que requieren múltiples interacciones con el sistema de atención médica y la adherencia del paciente a un medicamento oral multidosis. régimen. Además, estas estrategias tienen una duración limitada de protección. Cada una de las vacunas para la prevención de la malaria (RTS,S/AS01 y R21/Matrix-M) recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) requiere múltiples dosis inyectadas y puntos de contacto de atención médica para la protección estacional durante los primeros 2 años de vida, y ninguna de las vacunas está incluida en el Programa Esencial de Inmunización de la OMS.

Un anticuerpo monoclonal o un fármaco inyectable de acción prolongada que pueda ofrecer una eficacia preventiva segura y rentable a partir de una sola dosis con una protección de larga duración, como se describe en las Características Preferidas del Producto de la OMS 1 , abordaría estas limitaciones. Estas nuevas clases de productos no sólo representan herramientas potencialmente altamente efectivas, escalables, fáciles de implementar y duraderas para la prevención de la malaria, sino que también podrían ser medidas profilácticas más factibles y efectivas que la quimioprevención estacional de la malaria o las vacunas contra la malaria actualmente recomendadas, ambas en entornos de transmisión de malaria estacional y perenne, dependiendo de la duración de la protección.

Kayentao et al. previamente encontraron que la administración intravenosa de un anticuerpo monoclonal de vida media extendida (CIS43LS) dirigido a los esporozoitos de Plasmodium falciparum en adultos de Malí los protegió de la infección por P. falciparum durante la temporada de transmisión de malaria de 6 meses. 2 En su ensayo actual, ahora publicado en el Journal 3, estos investigadores evaluaron la administración subcutánea de un segundo anticuerpo monoclonal de vida media extendida (L9LS) en niños de 6 a 10 años de edad en el mismo entorno maliense altamente estacional: un ensayo diseño que esté mejor alineado con – un diseño de ensayo que se ajusta a las Características Preferidas del Producto de la OMS para los anticuerpos monoclonales.

Este ensayo de fase 2 demostró que una dosis subcutánea única de L9LS en la dosis más alta probada (300 mg) proporcionó una eficacia protectora del 69,9 % contra la infección por P. falciparum y del 77,4 % contra la malaria clínica (ambas estimaciones puntuales) entre niños de 6 a 10 años de edad durante una temporada de malaria de 6 meses. Estas cifras se acercan mucho a los objetivos de Características Preferidas del Producto de la OMS de al menos un 80% de eficacia preventiva contra enfermedades clínicas a los 3 o 4 meses de seguimiento. Será importante comprender las diferencias aparentes en los resultados entre este ensayo y el anterior en relación con el modo de administración (intravenoso versus subcutáneo) y las características del diseño del ensayo (p. ej., población objetivo y momento en relación con la temporada de malaria) con miras a la realización de futuros juicios ensayos.

Los resultados del ensayo actual son alentadores, pero aún queda mucho por aprender sobre los anticuerpos monoclonales de vida media extendida en términos de propiedades farmacocinéticas y farmacodinámicas, especialmente en niños, en quienes la relación entre la dosis y la vida media sérica está poco estudiada. Actualmente se están explorando las variaciones geográficas y dependientes de la edad en la eficacia de los anticuerpos monoclonales contra la malaria en ensayos en curso (números de ClinicalTrials.gov, NCT05400655 , NCT05816330 y NCT05304611 ). Además de la heterogeneidad espacial, también se debe considerar la heterogeneidad de la población (por ejemplo, el estado nutricional o la presencia de coinfección) cuando se evalúa la posible eficacia de estos productos en el mundo real.

Aunque los resultados de este ensayo son prometedores, es probable que se necesiten mejoras adicionales tanto en la potencia como en la farmacocinética para que los anticuerpos monoclonales tengan un efecto amplio en la reducción de la carga de malaria. El éxito de los anticuerpos monoclonales también dependerá en gran medida de la innovación que nos lleve más allá del status quo de los costes de fabricación de bienes los productos, los requisitos de la cadena de frío y las necesidades de entrega de los sistemas de atención médica. Los ensayos que no sólo proporcionen información clínica sino que también muestren viabilidad operativa y el potencial de una escala rentable proporcionarían un argumento convincente para acelerar el desarrollo y la precalificación de esta nueva clase de producto.

El objetivo de este estudio fue determinar si el valganciclovir iniciado después del mes de edad mejora la pérdida auditiva neurosensorial congénita asociada al citomegalovirus.

Diseño del estudio

Realizamos un ensayo de fase 2 aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de 6 semanas de valganciclovir oral en sitios de EE. UU. (n = 12) y Reino Unido (n = 9). Se inscribieron pacientes de 1 mes a 3 años de edad con pérdida auditiva neurosensorial inicial. El resultado primario fue el cambio en la audición total del oído entre el inicio y el mes 6 del estudio. Las medidas de resultado secundarias incluyeron el cambio en la mejor audición del oído y la reducción de la carga viral del citomegalovirus en sangre, saliva y orina.

Resultados

De los 54 participantes inscritos, se documentó que 35 tenían infección congénita por citomegalovirus y fueron aleatorizados (grupo activo: 17; grupo placebo: 18). La edad media de inscripción fue de 17,8 ± 15,8 meses (valganciclovir) frente a 19,5 ± 13,1 meses (placebo). Veinte (76,9%) de los 26 oídos de los sujetos del grupo de tratamiento activo no experimentaron un empeoramiento de la audición, en comparación con 27 (96,4%) de los 28 oídos de los sujetos del grupo de placebo ( P = 0,09). Todas las demás comparaciones de los resultados de audición del oído total o del mejor oído tampoco fueron estadísticamente significativas. Las cargas virales en saliva y orina disminuyeron significativamente en el grupo de valganciclovir, pero no se correlacionaron con el cambio en el resultado auditivo.

Conclusiones

En este ensayo controlado aleatorio, el inicio de la terapia antiviral después del primer mes de edad no mejoró los resultados auditivos en niños con pérdida auditiva neurosensorial congénita asociada a citomegalovirus.

Evaluar la eficacia del valganciclovir en lactantes con pérdida auditiva e infección congénita por citomegalovirus (cCMV) clínicamente inaparente, ya que no existe consenso sobre el tratamiento de este grupo.

Diseño del estudio

Un ensayo controlado no aleatorizado a nivel nacional, que comparó 6 semanas de valganciclovir oral con ningún tratamiento en bebés con CMVc, reclutados después de que el examen de audición de recién nacidos resultó en la derivación a un audiólogo. La elección de tratar o no se dejó en manos de los padres de los sujetos. Los sujetos elegibles eran bebés a término de <13 semanas de edad con pérdida auditiva neurosensorial y diagnosticados con CMVc mediante pruebas de manchas de sangre seca. El resultado primario, medido mediante regresión logística lineal y ordinal, fue el cambio en la audición del mejor oído desde el inicio hasta el seguimiento entre los 18 y 22 meses de edad.

Resultados

En el análisis final se incluyeron treinta y siete participantes, de los cuales 25 estaban en el grupo de tratamiento y 12 en el grupo de control. La mayoría de los sujetos de ambos grupos tenían anomalías en las imágenes de neuroimagen, que en su mayoría eran leves. El deterioro de la audición fue más probable en el grupo de control en comparación con el grupo de tratamiento (OR común 0,10; IC del 95 %: 0,02 a 0,45; P = 0,003). La audición media en el mejor oído se deterioró en 13,7 dB en el grupo de control, en comparación con una mejora de 3,3 dB en el grupo de tratamiento (diferencia de 17 dB, IC del 95 %: 2,6 – 31,4, P = 0,02).

Conclusiones

Investigamos el tratamiento en niños con pérdida auditiva y CMVc clínicamente inaparente. Aunque nuestro estudio no fue aleatorizado, es el primer ensayo prospectivo y controlado en esta población. Los niños tratados con valganciclovir con pérdida auditiva y CMV inaparente tuvieron menos deterioro auditivo entre los 18 y 22 meses de edad que los sujetos de control.

J Pediatr. 2024 May;268:113954. doi: 10.1016/j.jpeds.2024.113954.

Comprender la carga de la fiebre reumática aguda (IRA) entre los niños que viven en países de bajos ingresos que acuden al hospital con enfermedad febril y determinar el papel de la ecocardiografía portátil (EHH) para descubrir la carditis subclínica como una manifestación importante de la IRA.

Diseño del estudio

Este fue un estudio transversal realizado en el Hospital Pediátrico de Al Obeid, Kordofán del Norte, Sudán, de septiembre de 2022 a enero de 2023, e incluyó a niños febriles de 3 a 18 años de edad con o sin características clínicas de IRA y sin otra causa para su Fiebre (sin excluir malaria). Se realizaron antecedentes, exámenes, análisis de sangre y HHE. El diagnóstico de IRA se realizó según los criterios de Jones. Se diagnosticó IRA clínica si existía un criterio clínico mayor de Jones y IRA silenciosa si el único criterio mayor de Jones era carditis subclínica.

Resultados

La cohorte del estudio incluyó a 400 niños con una edad media de 9 años. Se diagnosticó IRA clínica en 95 pacientes (95/400, 24%), la mayoría de los cuales presentó una manifestación articular mayor (88/95, 93%). Entre los 281 niños que no presentaron ninguna manifestación clínica de IRA, el HHE reveló cardiopatía reumática (EHC) en 44 pacientes (44/281, 16 %); 31 de ellos cumplieron los criterios de IRA silenciosa (31/281, 11%). HHE aumentó la detección de IRA en un 24%. HHE reveló RHD leve en 41 de 66 (62%) y RHD moderada o grave en 25 de 66 (38%) pacientes. Tanto la sensibilidad como la especificidad del HHE en comparación con la ecocardiografía estándar fueron del 88%.

Conclusiones

Existe una carga significativa de IRA entre los niños febriles en Sudán. HHE aumentó la sensibilidad del diagnóstico, y el 11% de los niños tuvieron carditis subclínica como única manifestación importante (es decir, IRA silenciosa). Las políticas de prevención de la ECR deben priorizar la descentralización de la ecocardiografía para mejorar la detección de IRA.

  • Reconstitución de suspensiones de antibióticos orales para uso pediátrico en los hogares: un estudio transversal entre cuidadores de niños de 3 a 5 años de un distrito seleccionado, Sri Lanka. BMC Pediatrics. 2024;24.

Introducción

La reconstitución de la suspensión de antibióticos pediátricos orales por parte de los cuidadores primarios juega un papel esencial en la determinación del resultado de salud general del niño. Las técnicas de reconstitución incorrectas podrían provocar una dosis insuficiente, una sobredosis o la introducción de una infección. Una dosis insuficiente podría provocar infecciones que no se resuelven y resistencia a los antimicrobianos.

Objetivos

Evaluar la práctica y los factores asociados en la reconstitución de suspensiones orales de antibióticos pediátricos (OPAS) entre los cuidadores primarios de niños de 3 a 5 años en un distrito seleccionado de Sri Lanka.

Métodos

Se llevó a cabo un estudio transversal entre 835 cuidadores primarios seleccionados mediante muestreo por conglomerados en dos etapas en clínicas de campo para evaluar las prácticas para la reconstitución de OPAS. Una demostración en vivo de la reconstitución de la OPAS fue evaluada mediante una lista de verificación. Los factores asociados con las prácticas del cuidador en la reconstitución se evaluaron mediante Chi-cuadrado con un nivel de significación estadística establecido en 0,05.

Resultados

Se reclutó y completó el estudio a un total de 820 encuestados (tasa de respuesta = 98,2%). En general, el 56,0% mostró un buen desempeño en la demostración de reconstitución de la suspensión antibiótica oral pediátrica. Los peores resultados se observaron al agitar la botella para aflojar el polvo (Correcto: 53,7%), rellenar la botella con agua hasta la línea marcada (Correcto: 58,0%) y llenar el agua por debajo de la línea marcada en la botella (Correcto : 59,0%). Los cuidadores de áreas urbanas en comparación con las regiones rurales y estatales (45,6% frente a 22,7% y 26,5% respectivamente) y los cuidadores de 35 años o más en comparación con el grupo de menos de 35 años (31,5% frente a 22,5%) realizaron la reconstitución de OPAS mal. Los factores de los padres, edad, sexo, nivel de educación y región geográfica (urbana/rural/urbana) se asociaron significativamente con el rendimiento en la reconstitución de la suspensión antibiótica pediátrica oral ( p  = 0,002, p  < 0,001, p  < 0,001 y p  < 0,001 respectivamente). Se encontró que los factores relacionados con el niño, específicamente si asiste a preescolar y si tiene un hermano mayor, tienen una asociación significativa con la correcta ejecución de la reconstitución de OPAS ( p  = 0,017 y p  = 0,030 respectivamente).

Conclusiones y Recomendaciones

Un número importante de cuidadores primarios mostraron malas prácticas en pasos clave durante la reconstitución de OPAS, lo que podría tener un impacto negativo en la salud del niño. Los programas de salud específicos para el cambio de comportamiento basados ​​en lugares con el uso de folletos o carteles infográficos pueden corregir las prácticas de los cuidadores.

La ecografía clínica, ecografía point-of-care (POCUS) o ecografía a pie de cama, es la realización de dicha exploración en el momento de la valoración clínica del paciente y en el lugar de su atención. Tiene una utilidad incuestionable en la consulta de atención primaria al complementar en tiempo real la valoración de este, ayudando a contestar preguntas concretas que nos puedan surgir durante la exploración. Esto va a proporcionar una mejor y mayor aproximación diagnóstica, y va a permitir una toma de decisiones más rápida y precisa.

Para el pediatra de atención primaria, lejos de lo que a priori pueda parecer, la utilización de la ecografía agiliza la consulta, al mejorar la seguridad diagnóstica y evitar otras pruebas complementarias, con un beneficio directo para el paciente. Además, en un pediatra entrenado no supone un aumento llamativo del tiempo de atención.

La aplicación de POCUS en entornos de urgencia y cuidados críticos representa uno de los mayores ejemplos de cómo esta técnica ha revolucionado la atención médica al proporcionar información diagnóstica en situaciones que requieren decisiones inmediatas. Esta herramienta, inocua, portátil y coste/eficaz, permite en tiempo real observar la patología in situ sin necesidad de trasladar a los pacientes.

En definitiva, ante una herramienta con tanta rentabilidad, fácil de utilizar y cada vez más accesible, tenemos que trabajar para conseguir que se incorpore a nuestra práctica diaria y esto necesita formación para los pediatras, tanto en el ámbito hospitalario como en atención primaria, y por supuesto incluirlo en los programas de formación de residentes. Esto, junto con el aumento de la disponibilidad de ecógrafos y con el desarrollo del conocimiento en la técnica, hará que podamos sacar mucho partido a la ecografía en pocos años.

Introducción y objetivo

Varios estudios han sugerido que la tasa de hospitalización por COVID-19 en niños y adolescentes puede reflejar la prevalencia de la infección más que la gravedad de la enfermedad. El objetivo de este estudio fue describir las características clínicas de pacientes pediátricos hospitalizados con infección por SARS-CoV-2, con el fin de comprender si este fue el principal motivo de ingreso.

Métodos

Estudio de cohortes retrospectivo que incluyó a pacientes de cero a 18 años con infección por SARS-CoV-2 o síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2 (SIM-PedS), ingresados en un hospital infantil de tercer nivel en España entre el primero de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021.

Resultados

Se incluyeron 228 pacientes, de los cuales 150 fueron ingresos causados por COVID (infección por SARS-CoV-2 como principal causa de hospitalización) y 78 fueron ingresos no causados por COVID (infección por SARS-CoV-2 no relacionada con la hospitalización). Entre los ingresos causados por COVID, 58 pacientes tenían comorbilidades; 49 cursaron con enfermedad respiratoria aguda (neumonía, broncoespasmo o bronquiolitis); y 27 fueron diagnosticados de SIM-PedS; este diagnóstico se observó con más frecuencia durante el primer año de la pandemia (variante wild type). El 80% de los pacientes con enfermedad respiratoria aguda necesitaron algún tipo de soporte respiratorio, principalmente oxígeno de bajo flujo (OBF). La gravedad de la enfermedad fue similar con todas las variantes del virus. Dos pacientes (ambos con comorbilidades graves) fallecieron por afecciones relacionadas con la COVID-19.

Conclusiones

En nuestro estudio, un tercio de los pacientes fueron hospitalizados con infección por SARS-CoV-2 pero no a causa de ella. La enfermedad respiratoria aguda tuvo menos incidencia y mejor pronóstico que en la población adulta, mientras que el SIM-PedS fue una causa importante de morbilidad y hospitalización. La mortalidad fue extremadamente baja.

Bibliografía abril 2024

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La Lista de Patógenos Bacterianos Prioritarios de la OMS (OMS BPPL) de 2024 es una herramienta importante en la lucha mundial contra la resistencia a los antimicrobianos. A partir de la edición de 2017, la BPPL de la OMS de 2024 actualiza y perfecciona la priorización de patógenos bacterianos resistentes a los antibióticos para abordar los desafíos cambiantes de la resistencia a los antibióticos. La lista clasifica estos patógenos en grupos de prioridad crítica, alta y media para informar la investigación y el desarrollo (I+D) y las intervenciones de salud pública.

Este documento surge ante la situación epidemiológica actual en nuestro medio con un incremento percibido de los casos de infección por Mycoplasma pneumoniae en la población pediátrica. El objetivo es formular un documento de consulta basado en la mejor evidencia disponible para hacer un uso racional de los procedimientos diagnósticos y antimicrobianos en el manejo de esta entidad.

La naturaleza crítica del laboratorio de microbiología en el diagnóstico de enfermedades infecciosas exige una relación de trabajo cercana y positiva entre el médico y los microbiólogos que aportan un enorme valor al equipo de atención médica. Este documento, desarrollado por expertos en laboratorio y medicina clínica de adultos y pediátricos, proporciona información sobre qué pruebas son valiosas y en qué contextos, y sobre pruebas que agregan poco o ningún valor a las decisiones de diagnóstico. Las secciones se dividen en sistemas anatómicos, que incluyen infecciones del torrente sanguíneo e infecciones del sistema cardiovascular, infecciones del sistema nervioso central, infecciones oculares, infecciones de los tejidos blandos de la cabeza y el cuello, infecciones de las vías respiratorias superiores, infecciones del tracto respiratorio inferior, infecciones del tracto gastrointestinal, infecciones intraabdominales. Infecciones, Infecciones de Huesos y Articulaciones, Infecciones del Tracto Urinario, Infecciones Genitales e Infecciones de la Piel y Tejidos Blandos; o en grupos de agentes etiológicos, incluidas infecciones por arbovirus, síndromes virales e infecciones por parásitos de la sangre y los tejidos. Cada sección contiene conceptos introductorios, un resumen de puntos clave y tablas detalladas que enumeran los agentes sospechosos; las pruebas más fiables bajo pedido; las muestras (y volúmenes) a recolectar en orden de preferencia; dispositivos, procedimientos, tiempos y temperaturas de transporte de muestras; y notas detalladas sobre cuestiones específicas relacionadas con los métodos de prueba, como cuando es probable que las pruebas requieran un laboratorio especializado o tengan tiempos de respuesta prolongados. Además, también se abordan las necesidades pediátricas del manejo de muestras. Hay redundancia entre las tablas y secciones, ya que muchos agentes y opciones de análisis se superponen. El documento pretende servir como referencia para guiar a los médicos en la elección de pruebas que les ayudarán a diagnosticar enfermedades infecciosas en sus pacientes.

Introducción

El programa de vacunación universal con la vacuna antineumocócica conjugada 13-valente (VNC13) se implantó en Andalucía en diciembre de 2016.

Métodos

Estudio transversal de colonización nasofaríngea por Streptococcus pneumoniae. Se seleccionó a 397 niños sanos en centros de atención primaria de Sevilla durante los periodos 1/4/2018-28/2/2020 y 1/11/2021-28/2/2022 (periodo VNC13). Se utilizó una colección histórica de un estudio de colonización desarrollado en niños sanos y con infección respiratoria superior entre el 1/01/2006 y el 30/06/2008 (periodo VNC7) para comparar las distribuciones de serotipos/genotipos y las tasas de resistencias antibióticas.

Resultados

Un total de 76 (19%) niños estaban colonizados con S. pneumoniae en el periodo VNC13 y se dispuso de 154 aislamientos del periodo VNC7. La colonización por serotipos incluidos en VNC13 disminuyó significativamente entre los periodos VNC13 y VNC7 (11 vs. 38%; p=0,0001); los serotipos 19F (8%), 3 (1%) y 6B (1%) fueron los únicos serotipos vacunales circulantes. Los serotipos 15B/C y 11A fueron los serotipos no VNC13 más prevalentes durante el periodo VNC13 (14% y 11%, respectivamente); este último se incrementó de forma significativa entre periodos de tiempo (p=0,04). El serotipo 11A solo se asoció en el periodo VNC13 con variantes resistentes a la ampicilina del clon Spain9V-ST156 (ST6521 y genéticamente relacionado ST14698), no detectados en el periodo anterior.

Conclusiones

Hubo una circulación muy residual de los serotipos vacunales durante el periodo VNC13, con excepción del serotipo19F. El serotipo 11A se incrementó de forma significativa entre los periodos VNC13 y VNC7 por expansión clonal del genotipo resistente a la ampicilina ST6521.

Introducción

Streptococcus pneumoniae causa enfermedades graves en la población susceptible. La vacuna neumocócica conjugada (PCV) 13-valente (PCV13) se incluyó en el calendario infantil en 2011. Este estudio analiza la evolución de los serotipos de neumococo y de sus resistencias tras la PCV13.

Métodos

Se incluyeron los neumococos serotipados en Galicia en 2011-2021. Se estudió la sensibilidad antibiótica siguiendo criterios EUCAST. Se analizaron los datos en 3 subperíodos: inicial (2011-2013), medio (2014-2017) y final (2018-2021). Se calcularon las prevalencias de los serotipos y el porcentaje de resistencia a los antibióticos más representativos.

Resultados

Se incluyeron 2.869 aislados. Inicialmente el 42,7% presentaba tipos capsulares incluidos en la PCV13, frente al 15,4% al final. Los incluidos en la PCV20 y no en la PCV13 y PCV15 fueron el 12,5% inicialmente y el 41,3% al final. El 26,4% de los serotipos a lo largo del estudio no estaban incluidos en ninguna vacuna. La prevalencia del serotipo 8 se multiplicó casi por 8 y la del 12F se triplicó. El serotipo 19A fue el más resistente inicialmente. La resistencia de los serotipos 11A y 15A aumentó a lo largo del estudio.

Conclusiones

La introducción de la PCV13 en la población infantil determinó un cambio en los serotipos de neumococo hacia los incluidos en la PCV20 y los no incluidos en ninguna vacuna. El serotipo 19A inicialmente fue el más resistente, y el 15A, no incluido en ninguna vacuna, merece un especial seguimiento. El serotipo 8, que fue el que más se incrementó, no mostró resistencia destacable.

Artículo de revisión sobre la hepatitis C pediátrica que aborda de manera actualizada los siguientes aspectos de la enfermedad: epidemiología, transmisión, virología, historia natural, diagnóstico, screening, tratamiento, prevención de la transmisión vertical e involucración del paciente.

La infección de una articulación nativa, generalmente denominada artritis séptica, constituye una urgencia médica por el riesgo de destrucción articular y las consecuentes secuelas. Su diagnóstico requiere un alto nivel de sospecha. Esta guía de diagnóstico y tratamiento de la artritis séptica en niños y adultos está destinada a cualquier médico que atienda pacientes con sospecha de artritis séptica o artritis séptica confirmada. La guía ha sido elaborada por un panel multidisciplinar en el que están representados el Grupo de Estudio de Infecciones Osteoarticulares (GEIO) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT); además han participado dos reumatólogos. Las recomendaciones se basan en la evidencia proporcionada por una revisión sistemática de la literatura y, en su defecto, en la opinión de los expertos que han elaborado la presente guía. En el texto completo online se hace una descripción detallada de los antecedentes, métodos, resumen de la evidencia, fundamentos que apoyan cada recomendación y las lagunas de conocimiento existentes.

Esta guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de la artritis bacteriana aguda (ABA) en niños fue desarrollada por un panel multidisciplinario que representa a la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (PIDS) y la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA). Esta guía está destinada a profesionales de la salud que atienden a niños con ABA, incluidos especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas y ortopedia. Las recomendaciones del panel para el diagnóstico y tratamiento de ABA se basan en evidencia derivada de revisiones sistemáticas de literatura sobre temas específicos.

A continuación se resumen las recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento del ABA en niños. El panel siguió un proceso sistemático utilizado en el desarrollo de otras guías de práctica clínica IDSA y PIDS, que incluía una metodología estandarizada para calificar la certeza de la evidencia y la fuerza de la recomendación utilizando el enfoque GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Assessment) ( ver Figura 1). Puede encontrar en línea una descripción detallada de los antecedentes, los métodos, el resumen de la evidencia y los fundamentos que respaldan cada recomendación, así como las lagunas de conocimiento.en el texto completo.

Desde el año 1996 el subtipo de gripe aviar de alta patogenicidad A(H5N1) ha estado casi de forma ininterrumpida causando brotes en aves salvajes y domésticas, además de casos en seres humanos con una mortalidad cercana al 50%. Sin embargo, los años de mayor circulación han sido precisamente los años posteriores a la pandemia de COVID-19, en los que se han registrado diversos casos en humanos en lugares donde nunca antes habían aparecido, además de múltiples casos en mamíferos salvajes, domésticos y peri domésticos, que entrañan cierta preocupación por el riesgo que puede suponer para el salto del virus al ser humano través de cadenas de transmisión de mayor o menor extensión. El brote actual de A(H5N1) nos muestra que el concepto One-Health debe estar más vivo que nunca para aunar esfuerzos entre profesionales de diferentes sectores de la sanidad humana, animal y medio ambiental para evitar o minimizar estos riesgos, de tal forma que los laboratorios de referencia como los Centros Nacionales de Gripe dispongan de los medios humanos y materiales para ofrecer información rápida y relevante en el menor tiempo posible antes emergencias de este tipo. Las herramientas de diagnóstico y seguimiento que se deben utilizar en estos casos deben estar disponibles para cualquier eventualidad, y llegar más allá de los datos básicos debe ser una premisa indispensable para poder hacer un seguimiento pormenorizado que sirva para acotar brotes, limitar la difusión de la enfermedad, y ayudar al diseño de futuras vacunas pandémicas frente a virus aviares.

OBJETIVO

Evaluar si el tratamiento antibiótico de la infección urinaria (IU) febril se retrasa en los lactantes febriles con síntomas respiratorios en comparación con los que no los presentan.

MÉTODOS

Se recopilaron datos de lactantes de 2 a 24 meses de edad diagnosticados de IU entre el 1 de marzo de 2012 y el 31 de mayo de 2023 a partir de las historias clínicas y los registros de triaje de nuestro hospital. Se excluyeron los pacientes con anomalías congénitas conocidas del riñón y las vías urinarias o con antecedentes de ITU febril. Se clasificó a los pacientes con síntomas respiratorios si presentaban alguno de los siguientes síntomas o signos clínicos: tos, rinorrea, hiperemia faríngea y otitis media. Se comparó el tiempo transcurrido hasta el primer tratamiento antibiótico desde el inicio de la fiebre entre los pacientes con y sin síntomas respiratorios. Se construyó un modelo de regresión de Cox para ajustar los posibles factores de confusión.

RESULTADOS

Un total de 214 pacientes fueron elegibles para el análisis. La mediana de edad de los pacientes elegibles fue de 5,0 meses (rango intercuartílico: 3,0-8,8) y 118 (55%) eran varones. Había 104 y 110 pacientes en los grupos con síntomas respiratorios y sin síntomas respiratorios, respectivamente. El tiempo transcurrido hasta el primer tratamiento antibiótico fue significativamente mayor en el grupo con síntomas respiratorios (51 horas frente a 21 horas). Los síntomas respiratorios se asociaron significativamente con un mayor tiempo hasta el primer tratamiento tras el ajuste por edad y sexo en el modelo de regresión de Cox (cociente de riesgos = 0,63; intervalo de confianza del 95%: 0,47-0,84).

CONCLUSIÓN

El tratamiento de los lactantes con ITU febril y síntomas respiratorios tiende a retrasarse. Los pediatras no deben excluir la ITU febril incluso en presencia de síntomas respiratorios.

El Virus Respiratorio Sincitial (VRS), es un problema de salud pública de primera magnitud que en años recientes ha experimentado cambios muy importantes. En primer lugar, se ha producido una mayor facilidad diagnóstica con pruebas confirmatorias altamente fiables y rápidamente disponibles. Esto ha permitido conocer mejor su epidemiología y VRS ha pasado de ser una enfermedad de la edad pediátrica, grave sólo en lactantes y niños inmunodeprimidos, a ser una enfermedad común en personas de toda edad, particularmente importante en pacientes de edades avanzadas o con enfermedades que inmunodeprimen. Los avances terapéuticos y profilácticos, recientes, tanto con anticuerpos monoclonales de larga duración como con vacunas, constituyen otro motivo de satisfacción. Por estos motivos, el Comité de COVID y de patógenos emergentes del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha considerado pertinente revisar este tema, a la luz de los nuevos conocimientos y de los nuevos recursos para afrontar esta infección. Hemos formulado una serie de preguntas que creemos de interés no sólo para los colegiados si no para cualquier persona no experta en este tema, con una vista particular en la situación de la infección por VRS en España.

El anticuerpo monoclonal nirsevimab tuvo al menos un 70% de eficacia en la prevención de hospitalizaciones en lactantes con infecciones del tracto respiratorio inferior (IVRI) positivas para el virus respiratorio sincitial (VRS) en España (octubre de 2023-enero de 2024), donde a finales de septiembre comenzó un programa de inmunización universal (rango de cobertura: 79–99%). La alta protección fue confirmada mediante dos diseños metodológicos (detección y prueba negativa) en una vigilancia activa multicéntrica en nueve hospitales de tres regiones. No se demostró protección contra las hospitalizaciones por infecciones del tracto respiratorio inferior negativos para VRS. Estos resultados provisionales podrían guiar la toma de decisiones de salud pública.

Introducción. Los objetivos de este trabajo fueron conocer la prevalencia de infecciones por Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM) en la población pediátrica de nuestro departamento de salud, describir los factores de riesgo para infección por SARM frente a las producidas por S. aureus sensible a meticilina (SASM) y conocer el perfil de sensibilidad antibiótica de los aislados de SARM y SASM.
Pacientes y métodos. Se realizó un estudio retrospectivo descriptivo y analítico de las infecciones producidas por SARM frente a las producidas por SASM durante los años 2014 al 2018. Se estudiaron las variables predictoras de SARM mediante un modelo de regresión logística binaria.
Resultados. Se identificaron 162 pacientes con infecciones por S. aureus, 15,4% resistentes a meticilina. Los porcentajes mayores de infección por SARM se dieron entre los niños que precisaron ingreso hospitalario (23,4%). En el análisis univariante alcanzaron significación estadística la necesidad de ingreso hospitalario, el antecedente de haber recibido tratamiento antibiótico en los 3 meses previos, el tipo de infección y el antecedente de infección o colonización previa por SARM. En el modelo de regresión logística la necesidad de ingreso hospitalario y el tratamiento antibiótico reciente mantuvieron significación estadística. Solo recibieron tratamiento antibiótico correcto el 26,7% de los niños que ingresaron con infección por SARM.
Conclusiones. Nuestros resultados sugieren la necesidad de revisar las pautas de tratamiento empírico usando fármacos activos frente a SARM en las infecciones de probable origen estafilocócico que ingresen en el hospital en niños sobre todo si han recibido tratamiento antibiótico reciente.

Durante el embarazo, los cambios fisiológicos en la respuesta inmunitaria favorecen que las gestantes sean más susceptibles a infecciones graves, tanto para ellas como para el feto, el recién nacido y el lactante. Todas las mujeres deberían entrar en el período reproductivo con su calendario vacunal correctamente cumplimentado, sobre todo en lo que respecta a enfermedades como tétanos, hepatitisB, sarampión, rubeola y varicela. Además de las vacunas recomendadas, en situaciones de riesgo las vacunas inactivadas podrían ser administradas en aquellas mujeres que no estuvieran correctamente inmunizadas con anterioridad, mientras que las atenuadas están contraindicadas.

A pesar de que la vacunación durante el embarazo es una medida preventiva muy importante, y de las recomendaciones de autoridades sanitarias, sociedades científicas y profesionales sanitarios, las coberturas vacunales son claramente mejorables, especialmente en lo que respecta a gripe y COVID-19, por lo que todo profesional sanitario que atienda a la embarazada debe ser proactivo en aconsejarlas.

La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité Asesor de Vacunas (CAV), y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomiendan las siguientes vacunaciones durante la gestación: frente a gripe y COVID-19, en cualquier trimestre del embarazo, y durante el puerperio (hasta los 6meses) en aquellas que no hubieran sido vacunadas durante la gestación; frente a tosferina con Tdpa, entre las 27 y 36 semanas de gestación (el CAV-AEP da preferencia entre las 27 y 28 semanas); y frente al VRS con RSVPreF, entre las 24 y 36 semanas de gestación, de preferencia entre las 32 y 36 semanas.

Objetivo Estimar la prevalencia global de colonización asintomática y determinar los factores de riesgo asociados, la resistencia a los antibióticos y los genotipos de Staphylococcus aureus resistente a meticilina (SARM) en el tracto respiratorio superior de niños pequeños.

Diseño Se buscaron publicaciones en cuatro bases de datos bibliométricas entre 2010 y 2022 según el protocolo registrado en PROSPERO. Se incluyeron estudios transversales o de cohortes que describen la prevalencia de colonización asintomática de S. aureus y MRSA en niños pequeños. La extracción y el análisis de los datos fueron realizados por dos revisores de forma independiente de acuerdo con la declaración de elementos de informes preferidos para revisiones sistemáticas y metaanálisis de 2020. La prevalencia agrupada se estimó mediante un modelo de efectos aleatorios.

Ámbito y estudios Se incluyeron estudios en los que se reclutaron niños sin infección del tracto respiratorio o infección estafilocócica de la comunidad, instituciones infantiles (es decir, guarderías, jardines de infantes, guarderías y centros preescolares) y visitas a centros de atención médica y se evaluaron para detectar colonización asintomática con S. aureus y MRSA. .

Principales medidas de resultado La prevalencia agrupada de colonización asintomática de S. aureus y MRSA en niños pequeños a nivel mundial.

Resultados En esta revisión sistemática y metanálisis de 21.416 niños pequeños, la prevalencia global combinada de colonización asintomática por S. aureus fue del 25,1 % (IC del 95 %: 21,4 a 28,8) y la colonización por MRSA fue del 3,4 % (IC del 95 %: 2,8 a 4,1). Los clones de cepas de MRSA incluían MRSA asociado a la atención sanitaria, MRSA asociado a la comunidad y MRSA asociado al ganado.

Conclusión Este estudio proporciona evidencia de una mayor colonización de MRSA a nivel mundial entre niños pequeños, lo que subraya el papel crítico de los portadores asintomáticos en la transmisión de MRSA y la necesidad de medidas de control.

QUÉ ES LO QUE YA SE SABE SOBRE ESTE TEMA

  • La prevalencia de colonización e infección por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) fue del 2,8 % (IC del 95 %: 1,6 a 4,0) entre los niños (0 a 5 años) entre 2000 y 2010, informada en un metanálisis y una revisión sistemática. La prevalencia de MRSA entre los niños pequeños fue mayor que entre los adultos sanos (0,8%; IC del 95%: 0,0 a 17,5), lo que puede deberse a su sistema inmunológico inmaduro y a la interacción con portadores asintomáticos de MRSA.

LO QUE AGREGA ESTE ESTUDIO

  • La colonización asintomática por MRSA entre niños pequeños puede haber aumentado en la última década. Los estudios disponibles eran en su mayoría regionales y se necesitan más datos a escala global. Hasta donde sabemos, este estudio es la primera revisión sistemática y metanálisis sobre la prevalencia global y la epidemiología de la colonización asintomática por MRSA en niños pequeños.

CÓMO ESTE ESTUDIO PODRÍA AFECTAR LA INVESTIGACIÓN, LA PRÁCTICA O LA POLÍTICA

Los responsables de las políticas de salud pública deben tener en cuenta la transmisión asintomática de MRSA para implementar medidas de control de infecciones y regulación de antibióticos que limiten la propagación y protejan a los niños.

Casos clínicos

Una niña sana de 5 meses, nacida con 40 semanas de gestación y sin complicaciones, acudió a la consulta de dermatología pediátrica por un hemangioma en el párpado superior derecho. Durante la visita, su padre notó que un mes antes le habían aparecido puntos claros dispersos en la frente después de un viaje a la playa. Las lesiones no parecieron molestar a la bebé y no tenía otros síntomas ni antecedentes de enfermedad reciente. El examen físico reveló múltiples máculas escamosas, hipopigmentadas, redondas y ovaladas, esparcidas en la frente ( Figura 1 ). El cuero cabelludo, el tronco y la espalda no estuvieron afectados. Una preparación de hidróxido de potasio a partir de raspados de piel de las lesiones ( Figura 2 ) reveló pseudohifas y levaduras esféricas. Se realizó el diagnóstico de tiña versicolor. Se recetó clotrimazol en crema al 1% dos veces al día durante 1 a 2 semanas y el seguimiento una semana después reveló una mejoría de la descamación. Se aseguró que las manchas más claras tardarían algún tiempo en volver al color normal de la piel.

Un niño de 11 años, sin antecedentes médicos previos, acudió al servicio de urgencias por tener el ojo derecho enrojecido. El paciente negaba fotofobia, cambios en la visión, dolor con los movimientos extraoculares, secreción o cefaleas.

Una niña de 20 meses diagnosticada de leucemia linfoblástica aguda pre-B desarrolló un episodio prolongado de fiebre y neutropenia durante su régimen de inducción con vincristina, daunorrubicina, L-asparaginasa y dexametasona oral. No tiene un foco claro de infección, pero en su hemocultivo creció Candida tropicalis sensible a las equinocandinas. Se le retiró la vía central y se le e mpezó a administrar caspofungina (70 mg/m2 de dosis de carga seguida de 50 mg/m2 diarios). Todos los hemocultivos iniciales y repetidos fueron negativos. Las pruebas de detección de infección fúngica diseminada, como la exploración física y funduscópica, la tomografía computarizada (TC) de tórax y la ecografía abdominal, fueron normales. A pesar de la cobertura antifúngica, continuó presentando fiebre alta, con marcadores inflamatorios elevados (proteína C reactiva, 150-300 mg/L). En vista de su riesgo, optamos por reanudar la quimioterapia mientras recibía caspofungina. Cuatro semanas después, la fiebre se hizo más persistente y la proteína C reactiva aumentó a 350 mg/l. Los hemocultivos repetidos fueron negativos. Los hemocultivos repetidos fueron negativos. Además, desarrolló una erupción maculopapular generalizada que comenzó inicialmente en el cuero cabelludo. La TC abdominal mostró múltiples lesiones hipodensas nuevas en el hígado y el bazo, así como dos abscesos periesplénicos subfrénicos de 9 × 17,5 mm y 28 × 15 mm.

COMENTARIO PERSONAL: En este caso la paciente tiene una inmunodeficiencia secundaria conocida, pero no hay que olvidar que ante abscesos múltiples o de repetición se debe descartar una inmunodeficiencia subyacente, así como el estado de portador de un patógeno resistente.

Una adolescente de 15 años, previamente sana, acudió al hospital el 20 de febrero de 2023, con disnea, dolor torácico anterior y fiebre diecinueve días antes. Negó cualquier artralgia, lesión cutánea o síntomas genitales. Al ingresar en el hospital, tenía una temperatura de 37,8 °C y la exploración cardiaca y pulmonar reveló un soplo diastólico de grado III/IV en la zona aórtica con disnea. Las exploraciones neurológica, abdominal, dental, cutánea y osteoarticular fueron normales. La analítica mostró anemia microcítica (Hb 90 g/L), un recuento de leucocitos de 17 × 109/L y una proteína C reactiva de 164 mg/L. La tomografía computarizada toracoabdominal y la resonancia magnética cerebral no mostraron hallazgos adicionales. El ecocardiograma transtorácico mostró una gran vegetación valvular aórtica (22 × 26 mm), un absceso paravalvular y una regurgitación aórtica grave.

Tras los resultados de la ecocardiografía, se recogieron hemocultivos antes de iniciar la combinación de ceftriaxona, doxiciclina y daptomicina para cubrir la endocarditis infecciosa (EI). La válvula aórtica nativa se extirpó completamente y se insertó una bioprótesis aórtica. El postoperatorio inmediato transcurrió sin incidentes. La reacción en cadena de la polimerasa del ARN 16 S fue positiva para N. gonorrhoeae en el tejido de vegetación, aunque los cultivos de la válvula aórtica y del absceso no revelaron microorganismos. La paciente refirió varias relaciones sexuales sin protección desde los 12 años. Las muestras de hisopo recogidas en tres puntos no revelaron N. gonorrhoeae, pero sí Trichomonas vaginalis (reacción en cadena de la polimerasa del ARN). Las serologías para VIH y sífilis fueron negativas. Recibió tratamiento antibiótico con ceftriaxona 2 g al día durante 4 semanas.

COMENTARIO PERSONAL: En el caso de que se presente clínica infectológica en un paciente adolescente se debe de incidir siempre en la inclusión de la actividad sexual en la anamnesis.

La hemoglobinuria fría paroxística (HFC) es una anemia hemolítica autoinmune poco frecuente causada por el anticuerpo Donath-Landsteiner (DL). En los años cincuenta, la mayoría de los casos se asociaban a la sífilis. Recientemente, se ha descrito que la PCH se produce en la infancia con menor frecuencia y mayor gravedad que en los adultos. Sin embargo, se sabe poco sobre la asociación con los patógenos causantes, los desencadenantes y las manifestaciones clínicas de la PCH. En el presente trabajo se describen 3 casos pediátricos de PCH precipitados por una infección por adenovirus humano (VAdH) y se caracteriza la enfermedad como “crisis hemolítica del mes frío”, junto con otros 2 casos revisados.

Un niño japonés de 4 años presentó fiebre y tos en noviembre. Una prueba rápida confirmó la infección por virus de la hepatitis Harvey VHA. Presentó ictericia y orina oscura al sexto día de la enfermedad. Los análisis de sangre mostraron anemia hemolítica intravascular…

El síndrome del área postrema (APS) es una causa poco común pero significativa de náuseas y vómitos intratables descrita dentro del espectro de neuromielitis óptica. A menudo se pasa por alto inicialmente debido a su rareza. Se caracteriza por lesiones en la médula caudal dorsal. El caso presentado destaca la importancia de considerar el NMOSD-APS en pacientes con náuseas y vómitos intratables cuando los análisis gastrointestinales son negativos y no hay respuesta a los tratamientos antieméticos convencionales.

Describimos un caso de tuberculosis congénita en un bebé extremadamente prematuro, con una rápida detección molecular de un patrón de resistencia a los medicamentos extensamente resistente (XDR). El bebé fue tratado con éxito con un régimen que incluía bedaquilina y delamanida, fármacos no descritos anteriormente en el tratamiento de la tuberculosis (TB) congénita.

Presentamos el caso de un niño de 3años que acude por fiebre, dificultad respiratoria y dolor abdominal de tres días de evolución, con estreñimiento habitual. Presenta aceptable estado general, polipnea (50rpm), saturación de oxígeno 98% y crepitantes en base pulmonar derecha. Abdomen blando, depresible y no doloroso a la palpación.

Ante la sospecha de neumonía, se realiza ecografía pulmonar (Vídeo 1), visualizando elevación diafragmática en hemitórax derecho con asas intestinales subcostales en localización hepática y pequeña condensación en lóbulo medio 

Para ampliar

INTRODUCCIÓN

La pandemia de COVID-19 afectó a la epidemiología del virus respiratorio sincitial (VRS), lo que podría tener importantes implicaciones para las estrategias de prevención y control del VRS. Nuestro objetivo fue evaluar la carga de hospitalización por infección respiratoria aguda baja (IRAB) asociada al VRS en niños menores de 5 años durante el periodo pandémico y los posibles cambios en la epidemiología del VRS desde una perspectiva global.

MÉTODOS

Se realizó una búsqueda bibliográfica sistemática de estudios publicados entre el 1 de enero de 2020 y el 30 de junio de 2022 en MEDLINE, Embase, Global Health, Web of Science, la base de datos de investigación COVID-19 de la OMS, CINAHL, LILACS, OpenGrey, CNKI, WanFang y CqVip. Se incluyeron datos no publicados sobre epidemiología del VRS compartidos por colaboradores internacionales. Los estudios elegibles informaron datos sobre al menos una de las siguientes medidas para niños (de <5 años) hospitalizados con IRA asociada al VRS: tasas de ingreso hospitalario, tasa de letalidad intrahospitalaria y proporción de niños hospitalizados que requirieron oxígeno suplementario o ventilación mecánica o ingreso en cuidados intensivos. Se utilizó un modelo lineal generalizado de efectos mixtos para la síntesis de datos con el fin de medir los cambios en la incidencia, la distribución por edad y la gravedad de la enfermedad de los niños hospitalizados con IRA asociada al VRS durante la pandemia, en comparación con el año 2019.

RESULTADOS

Se incluyeron 61 estudios de 19 países, de los cuales 14 (23%) procedían de la literatura publicada (4052 registros identificados) y 47 (77%) de conjuntos de datos no publicados. La mayoría (51 [84%]) de los estudios procedían de países de renta alta; nueve (15%) eran de países de renta media-alta, uno (2%) era de un país de renta media-baja (Kenia) y ninguno procedía de un país de renta baja. 15 estudios contribuyeron a las estimaciones de la tasa de hospitalización y 57 estudios contribuyeron a los análisis de gravedad. En comparación con 2019, las tasas de hospitalización por IRAS asociada al VRS en todos los niños (de 0 a 60 meses) en 2020 disminuyeron en un 79,7% (325 000 casos frente a 66 000 casos) en los países de ingresos altos, en un 13,8% (581 000 casos frente a 501 000 casos) en los países de ingresos medios-altos, y en un 42,3% (1 378 000 casos frente a 795 000 casos) en Kenia. En los países de ingresos altos, las tasas anualizadas empezaron a aumentar en 2021, y en marzo de 2022 habían vuelto a un nivel similar al de 2019 (6,0 casos por 1000 niños [intervalo de incertidumbre del 95%: 5,4-6,8] en abril de 2021 a marzo de 2022, frente a 5,0 casos por 1000 niños [3,6-6,8] en 2019). Por el contrario, en los países de ingresos medios, las tasas se mantuvieron más bajas en el último periodo con datos disponibles que en 2019 (para los países de ingresos medios-altos, 2,1 casos [0,7-6,1] en abril de 2021 a marzo de 2022, frente a 3,4 [1,2-9,7] en 2019; para Kenia, 2,2 casos [1,8-2,7] en 2021 frente a 4,1 [3,5-4,7] en 2019). En todos los períodos de tiempo y regiones de ingresos, las tasas de hospitalización alcanzaron su punto máximo en los lactantes más pequeños (de 0 a <3 meses) y disminuyeron a medida que aumentaba la edad. Una proporción significativamente mayor de niños de 12 a 24 meses fueron hospitalizados con ALRI asociada al VSR en países de ingresos altos y medios-altos durante los años de pandemia que en 2019, con odds ratios que oscilaron entre 1-30 (intervalo de incertidumbre del 95%: 1,07-1,59) y 2,05 (1,66-2,54). No se observaron cambios consistentes en la gravedad de la enfermedad.

INTERPRETACIÓN

La carga de hospitalización por IRA asociada al VRS en niños menores de 5 años se redujo significativamente durante el primer año de la pandemia COVID-19. La recuperación de las tasas de hospitalización a las tasas previas a la pandemia observadas en la región de ingresos altos, pero no en la región de ingresos medios en marzo de 2022, sugiere un impacto negativo persistente de la pandemia en los sistemas de atención sanitaria y el acceso a la atención sanitaria en la región de ingresos medios. Es necesario establecer (o restablecer) la vigilancia del VSR para supervisar los cambios en la epidemiología del VSR, en particular en los países de ingresos bajos y medianos bajos.

Antecedentes La radiografía de tórax (CXR) suele ser la investigación principal en niños con sospecha de patología respiratoria. Los avances recientes en la ecografía pulmonar en el punto de atención (POCUS) han demostrado que tiene el potencial de ser comparativa, si no mejor, que la radiografía de tórax. El objetivo de este estudio fue comparar la radiografía de tórax con la POCUS pulmonar en niños con enfermedades respiratorias en un entorno de sala de un hospital universitario pediátrico.

Métodos A cualquier niño <18 años de edad que se presentara en el Southampton Children’s Hospital y que requiriera una radiografía de tórax por razones clínicas también se le realizó una POCUS pulmonar. La CXR fue informada por un radiólogo pediátrico consultor y el POCUS pulmonar fue revisado retrospectivamente por un médico clínico ciego de POCUS, proporcionando solo la información clínica en la solicitud de CXR. Se realizaron comparaciones entre los hallazgos de CXR y POCUS de pulmón.

Resultados Se incluyeron en el estudio 100 POCUS y CXR de pulmón emparejados. El 30% de los POCUS pulmonares fueron normales y el 97% de ellos tuvieron una CXR normal. El 70% de los casos tenían anomalías POCUS y el 96% de los casos POCUS identificaban patología pulmonar comparativa. Por lo tanto, Lung POCUS tuvo una sensibilidad del 98,51% y una especificidad del 87,9% con una precisión diagnóstica del 95% en comparación con el informe CXR.

Conclusiones Lung POCUS tiene una excelente precisión diagnóstica. El diagnóstico de pulmón normal en POCUS, cuando lo realiza un médico capacitado, puede reducir de manera confiable la necesidad de una radiografía de tórax, reduciendo así el uso de la radiografía de tórax y la exposición a la radiación en los niños. Un POCUS pulmonar anormal podría dar el diagnóstico o conducir a una radiografía de tórax con la expectativa de hallazgos clínicamente relevantes.

Se muestra en el artículo una evaluación detallada del nirsevimab, anticuerpo monoclonal empleado para la prevención de la infección por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) en lactantes y recién nacidos, comparando su eficacia y seguridad con el palivizumab.

Se describen los resultados de varios ensayos clínicos que evaluaron el nirsevimab en diferentes poblaciones de lactantes:

  1. Lactantes prematuros y con enfermedades crónicas: Se analizaron datos de ensayos clínicos controlados con placebo y ensayos que compararon nirsevimab con palivizumab en lactantes prematuros menores de seis meses y en niños con enfermedades pulmonares crónicas o cardiopatías congénitas. Estos estudios sugieren que el nirsevimab es comparable al palivizumab en términos de eficacia y seguridad en esta población de alto riesgo.

  2. Lactantes a término sanos: Se discuten los resultados de un ensayo clínico que evaluó la eficacia del nirsevimab en lactantes a término sanos. Aunque estos lactantes tienen un riesgo menor de enfermedad grave por VRS, el estudio mostró una reducción en la incidencia de infección sintomática grave y hospitalización en comparación con el placebo.

Se destaca que el nirsevimab se administra en una sola dosis antes del inicio de la temporada de VRS, lo que lo hace más conveniente que el palivizumab, que requiere dosis mensuales. Además, se señala que los efectos adversos del nirsevimab son similares a los del palivizumab, incluyendo reacciones de hipersensibilidad, reacciones en el lugar de la inyección y trombocitopenia.

En 2023, a través de un sistema continuo de vigilancia de patógenos respiratorios, observamos desde mediados de septiembre en adelante, un aumento de enfermedades respiratorias entre niños de ≤ 15 años que acuden a clínicas ambulatorias de hospitales en Beijing, China. Los datos indicaron que la enfermedad fue causada por múltiples patógenos, predominantemente Mycoplasma pneumoniae. La estacionalidad, la periodicidad y la alta prevalencia de resistencia a los macrólidos (30 de 30 cepas secuenciadas con la mutación A2063G) fueron características importantes de la epidemia de M. pneumoniae, que resultó en un aumento de las consultas en hospitales pediátricos especializados.

Debido a la rápida evolución de las condiciones, la cuestión de cómo operar de forma segura en las escuelas y guarderías siguió siendo una prioridad máxima durante la pandemia de COVID-19. En respuesta a la creciente y cambiante evidencia, el Centro Nacional de Colaboración para Métodos y Herramientas en Canadá mantuvo una revisión rápida viva sobre el papel de las escuelas y guarderías en la transmisión de COVID-19 para guiar la toma de decisiones informada por la evidencia. Esta revisión presenta la iteración final de esta revisión rápida viva. Se buscaron 31 fuentes hasta el 17 de octubre de 2022. En la versión final, los estudios elegibles informaron datos a partir del 1 de enero de 2021 sobre la transmisión de COVID-19 en entornos escolares o de guardería, el efecto de las medidas de prevención y control de infecciones en la transmisión, o el efecto del funcionamiento de escuelas o guarderías en las tasas de COVID-19 a nivel comunitario. Como revisión rápida, los títulos y resúmenes fueron examinados por un único revisor con inteligencia artificial integrada en versiones posteriores. La selección del texto completo, la extracción de datos y la evaluación crítica fueron completadas por un revisor y comprobadas por un segundo revisor. Para la valoración crítica se utilizaron las herramientas del Johanna Briggs Institute. La certeza de la evidencia se evaluó mediante el enfoque de Grading of Recommendations Assessment, Development, and Evaluation, y los resultados se sintetizaron narrativamente. Tres colaboradores ciudadanos realizaron aportaciones para la interpretación final. Esta actualización final incluye 73 estudios primarios. Las tasas de ataques secundarios fueron bajas en los entornos escolares cuando se aplicaron medidas de prevención y control de la infección (certeza moderada). Es posible que las mascarillas reduzcan la transmisión, que las políticas de prueba de estancia no aumenten el riesgo de transmisión en comparación con la cuarentena obligatoria, que la formación de cohortes y el aprendizaje híbrido supongan una diferencia mínima o nula en la transmisión (certeza baja) y que el efecto de las pruebas de vigilancia en las escuelas no sea concluyente (certeza muy baja). Los resultados indican que los entornos escolares no contribuyen sustancialmente a la incidencia, las hospitalizaciones o la mortalidad en la comunidad (certeza baja). Esta revisión viviente proporciona una síntesis de la evidencia global sobre el papel de las escuelas y guarderías durante COVID-19, que podría ser útil en futuras pandemias.

En este análisis secundario, transversal y multicéntrico de 4042 lactantes febriles de bajo riesgo, a casi el 10% se le obtuvo un cultivo contaminado durante su evaluación (4,9% de los hemocultivos, 5,0% de los urocultivos y 1,8% de los cultivos de líquido cefalorraquídeo). Nuestros hallazgos tienen implicaciones importantes para mejorar la técnica estéril y reducir los cultivos innecesarios.

Las fluoroquinolonas son una de las clases de antibióticos más prescritas. Aunque inicialmente fueron bien toleradas en ensayos clínicos aleatorizados, estudios epidemiológicos posteriores han informado de un mayor riesgo de efectos adversos efectos adversos amenazantes, graves, duraderos, incapacitantes e irreversibles, relacionados con la neurotoxicidad y la degradación del colágeno, como tendinitis, rotura del tendón de Aquiles, aneurisma aórtico y desprendimiento de retina. Este artículo repasa los principales efectos adversos potencialmente amenazadores, las alarmas emitidas por las agencias reguladoras y las alternativas terapéuticas.

Las vacunas combinadas contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR) son algunas de las vacunas más utilizadas en Estados Unidos y otros países. El sarampión está bajo control, salvo en las poblaciones locales que se niegan a vacunarse, y la rubéola se ha erradicado del hemisferio occidental y de la mayor parte de Europa. Sin embargo, la situación de las paperas es bastante diferente, ya que a pesar de los años de vacunación contra el virus de las paperas utilizando la cepa atenuada Jeryl Lynn, las paperas siguen provocando brotes en poblaciones vacunadas, normalmente en adultos en edad universitaria. Este fenómeno ha sido especialmente evidente en Estados Unidos y Canadá.

Se compararon la epidemiología, la gravedad y el tratamiento de la bronquiolitis hospitalizada por virus respiratorio sincitial (n = 305) y metapneumovirus humano (n = 39) en un entorno con un elevado número de pruebas de detección de virus respiratorios (95% de los ingresos sometidos a prueba). Los lactantes seropositivos al virus respiratorio sincitial eran más jóvenes y tendían a requerir más apoyo de hidratación y estancias hospitalarias más prolongadas en comparación con los lactantes seropositivos al metapneumovirus humano. Los requisitos de asistencia respiratoria fueron similares entre los grupos a pesar de las diferencias significativas de edad.

Se evaluaron las infecciones por metapneumovirus humano en niños hospitalizados entre 2011 y 2023 y se compararon las temporadas pre y postpandémicas más fuertes. Después de la pandemia de COVID-19, se observaron casos fuera de temporada y pérdida del patrón alternante de la magnitud de la temporada de metapneumovirus humano. La razón de tasas de incidencia de niños de 0 a 11 meses frente a niños de 12 a 23 meses fue de 2,1 (IC 95%: 1,0-4,8) antes y 1,3 (IC 95%: 0,6-2,9) después de la pandemia.

Trabajo realizado en Japón que analiza la rentabilidad de reemplazar la vacuna DT con la vacuna DTPa para adolescentes de 11 años, valorando el efecto indirecto de los adolescentes vacunados sobre los hermanos bebés no vacunados.

En el estudio se realizaron dos análisis diferenciados en momentos de alta y baja morbilidad: el número de casos de tos ferina en 2019 como casos de alta morbilidad y el número promedio de casos en 2020-2021 como casos de baja morbilidad. Se evaluó la relación costo-efectividad incremental (ICER) de la estrategia DTPa con respecto a la DT., estrategia basada en años de vida ajustados por calidad (AVAC).

Los resultados del estudio mostraron que reemplazar la vacuna DT con la vacuna DTPa en adolescentes de 11 años o más sería rentable si el caso de alta morbilidad reapareciera, pero no sería rentable en el caso de baja morbilidad. Para el efecto indirecto de esta vacunación de refuerzo se vio que su impacto en la relación costo-efectividad incremental (ICER) de la estrategia DTPa con respecto a la DT no fue significativo en ningún nivel de probabilidad.

El estudio comparó síntomas y resultados en bebés ≤90 días sometidos a pruebas de detección del SARS-CoV-2 en 55 servicios de urgencia de 10 países diferentes. De los 1,048 lactantes evaluados, el 41.2 % dio positivo (432). Los síntomas más comunes fueron apnea, somnolencia, irritabilidad o letargo. Aunque la fiebre y síntomas respiratorios fueron más comunes en lactantes con SARS-CoV-2, otros síntomas no difirieron. Los lactantes con SARS-CoV-2 tuvieron menos hospitalizaciones, menos ingresos en la UCI y menos resultados graves que los negativos. Concluyeron que, aunque puede ser difícil distinguir la infección por SARS-CoV-2, estas suelen ser más leves, y las pruebas pueden ayudar en el manejo clínico.

Lo que agrega este estudio:

En una muestra global prospectiva de 432 lactantes de 0 a 90 días de edad con infecciones por SARS-CoV-2 y 616 sin ellas, los síntomas en el momento de la presentación fueron similares; sin embargo, los bebés positivos para SARS-CoV-2 tenían menos probabilidades de ser hospitalizados, requerir ingreso en la UCI o experimentar resultados graves.

Este estudio se centró en recién nacidos con citomegalovirus congénito (cCMV), una condición que puede llevar a secuelas a largo plazo en el 20% de los casos. Buscaban identificar marcadores neonatales predictivos de los resultados a largo plazo del cCMV. Se evaluaron 253 recién nacidos en 13 hospitales de Francia entre 2013 y 2017 durante al menos 2 años con evaluaciones clínicas, pruebas de audición e imagen.

Se encontró que la infección primaria materna en el primer trimestre fue el factor pronóstico más importante. Un modelo predictivo basado en audición normal al nacer, ecografía cerebral normal y recuento normal de plaquetas mostró alta especificidad (98%) y sensibilidad (69%), lo que podría ayudar a establecer una vía de atención personalizada para cada recién nacido con cCMV., presentando estos, ausencia de riesgo para secuelas neurológicas y bajo riesgo de pérdida auditiva neurosensorial unilateral tardía.

El objetivo de este estudio fue analizar el pronóstico ocular a largo plazo en una amplia cohorte de pacientes franceses con toxoplasmosis congénita (TC), y cómo ha cambiado a lo largo del tiempo con el cribado prenatal obligatorio y la disminución de la incidencia desde 2008. Se siguieron prospectivamente a 646 niños infectados desde 1987 hasta 2021. Se observaron retinocoroiditis en el 29% de los pacientes, con picos de incidencia a los 7 y 12 años. Factores como la infección materna temprana y signos no oculares al nacer se asociaron con un mayor riesgo de retinocoroiditis, mientras que el diagnóstico tardío de la TC se relacionó con un riesgo menor. A pesar del cribado prenatal y el tratamiento perinatal, la retinocoroiditis sigue siendo común en pacientes con TC, ocurriendo hasta en la edad adulta, aunque rara vez causa daños graves, lo que sugiere la necesidad de seguimiento regular hasta la edad adulta.

Los datos sobre la aceptabilidad de la vacuna COVID-19 entre los padres de niños con síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C) son limitados. En esta cohorte de niños con SMI-C, inscritos en el ensayo Swissped RECOVERY (NCT 04826588), que compara inmunoglobulinas intravenosas o metilprednisolona y a los que, de acuerdo con las directrices suizas, se recomendó la vacunación contra el SARS-CoV-2, el 65% (73/112) de los padres declararon haber sido vacunados contra el SARS-CoV-2 antes del SMI-C, mientras que el 70% lo fueron después del episodio de SMI-C de su hijo. Ninguno de los niños fue vacunado antes de que se produjera el SMI-C, y sólo el 9% (5/56) recibió la vacuna COVID-19 después del SMI-C. Las barreras predominantes para la vacunación con COVID-19 fueron la preocupación por los posibles efectos secundarios y el apoyo insuficiente de sus médicos. Esto subraya el papel crucial de los profesionales sanitarios en la promoción de la vacunación contra la COVID-19 entre los niños.

Comprender la correlación entre la respuesta inmunitaria y la protección frente a COVID-19 será fundamental para predecir la eficacia de las vacunas en los niños. Estudiamos el riesgo de reinfección por SARS-CoV-2 en niños 12 meses después de la COVID-19 leve. Los niños menores de 5 años mostraron un menor riesgo de reinfección que sus hermanos mayores infectados o vacunados durante los 12 meses posteriores a la vacunación.

Estudio realizado en Irlanda que analiza el impacto de la interrupción del programa nacional de vacunación universal con BCG llevado a cabo hasta 2015 en la epidemiología de los casos de tuberculosis pediátrica.

Se recogieron retrospectivamente los casos de tuberculosis de 0 a 6 años notificadas al Sistema Nacional de Vigilancia de Tuberculosis de Irlanda y las tendencias temporales en las tasas de incidencia específica por edad (ASIR) de tuberculosis entre los casos de 0 y 6 años nacidos durante un período de vacunación universal con BCG (2007-2015) y casos de niños de 0 a 6 años nacidos después del cese de la vacunación con BCG (2015-2021).

Aunque no se observó ningún aumento en los CIR ni en los ASIR desde que cesó la vacunación, la tendencia a la baja observada en el ASIR entre los casos que nacieron durante el período de vacunación universal ya no es evidente en los casos nacidos después de que cesó la vacunación, ya sea en los nacidos en Irlanda o casos nacidos en el extranjero. Esta interrupción de la tendencia temporal previamente decreciente en esta cohorte durante la vacunación universal puede ser una advertencia temprana de un aumento futuro por lo que será necesario un mayor seguimiento a largo plazo para verificarlo.

Entre 43 mujeres embarazadas que recibieron tratamiento para la tuberculosis multirresistente/resistente a la rifampicina (MDR/RR-TB) con bedaquilina y /o delamanid, el 98% tuvo resultados favorables del tratamiento. De 31 embarazos continuos, el 81% tuvieron nacidos vivos sin malformaciones reportadas y el 68% de los recién nacidos tuvieron peso normal al nacer. El tratamiento eficaz de la tuberculosis MDR/RR durante el embarazo puede mejorar los resultados maternos sin dañar a los recién nacidos.

Introducción

Durante la temporada de influenza 2022-2023, Estados Unidos experimentó la tasa de hospitalización pediátrica asociada a la influenza más alta desde 2010-2011. Las infecciones por influenza A/H3N2 fueron predominantes.

Métodos

Analizamos las visitas y hospitalizaciones asociadas a enfermedades respiratorias agudas (IRA) en el servicio de urgencias o consultas de urgencia (SU/UC) en 3 sistemas de salud entre niños y adolescentes de 6 meses a 17 años que se sometieron a pruebas moleculares de influenza durante el período de octubre de 2022 a marzo de 2023. Se estimó la eficacia de la vacuna contra la influenza A (EV) utilizando un enfoque de prueba negativa. Las probabilidades de vacunación entre los casos positivos para la influenza A y los controles negativos para la influenza se compararon después de ajustar por factores de confusión y aplicar ponderaciones de propensión inversa a vacunarse. Desarrollamos modelos VE generales y estratificados por edad.

Resultados

En general, 13.547 de 44.787 (30,2%) visitas realizadas al servicio de urgencias/UC y 263 de 1.862 (14,1%) hospitalizaciones fueron casos positivos de influenza A. Entre los pacientes con urgencias o CU, se vacunaron el 15,2% de los pacientes con influenza positiva versus el 27,1% de los pacientes con influenza negativa; La EV fue del 48% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 44–52%) en general, del 53% (IC del 95%, 47–58%) entre los niños de 6 meses a 4 años y del 38% (IC del 95%, 30 –45%) entre los de 9 a 17 años. Entre las hospitalizaciones, se vacunaron el 17,5% de los pacientes con influenza positiva versus el 33,4% de los pacientes con influenza negativa; La EV fue del 40 % (IC del 95 %: 6–61 %) en general, del 56 % (IC del 95 %: 23–75 %) entre los niños de 6 meses a 4 años y del 46 % (IC del 95 %: 2–70 %) entre los de 5 a 17 años.

Conclusiones

Durante la temporada de influenza 2022-2023, la vacunación redujo el riesgo de hospitalizaciones y demandas de atención en servicios de urgencias o CU relacionados con la influenza a casi la mitad (EV general, 40-48%). La vacunación contra la influenza es una herramienta fundamental para prevenir la enfermedad de influenza de moderada a grave en niños y adolescentes.

Introducción

Cada año, entre 25.000 y 32.000 niños desarrollan tuberculosis resistente a la rifampicina o a múltiples fármacos (TB-RR/MDR), y muchos más requieren tratamiento preventivo. La levofloxacina es un componente clave del tratamiento y la prevención de la tuberculosis RR/MDR, pero los datos farmacocinéticos existentes en niños aún no se han evaluado de manera exhaustiva. Nuestro objetivo fue caracterizar la farmacocinética de levofloxacina a través de un metanálisis de datos de pacientes individuales de los estudios disponibles y determinar la dosis óptima en niños.

Métodos

La concentración de levofloxacina y los datos demográficos se combinaron de 5 estudios y se analizaron mediante modelos de efectos mixtos no lineales. Se realizaron simulaciones utilizando utilizando las dosis actuales recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dosis optimizadas basadas en modelos. Se identificaron dosis óptimas de levofloxacina para alcanzar la mediana del área bajo la curva de tiempo-concentración (AUC)24 en adultos, siendo de 101 mg·h/L (tomando como referencia las dosis estándar actuales para adultos).

Resultados

Datos de 242 niños (edad media de 2,8 años [0,2-16,8]). El aclaramiento renal aparente fue de 3,16 L/h para un niño de 13 kg. La edad afectó el aclaramiento renal, alcanzando un 50% de maduración al nacer y un 90% de maduración a los 8 meses. Los comprimidos no dispersables presentaron una biodisponibilidad oral aparentemente un 29 % menor en comparación con los comprimidos dispersables. La mediana de las exposiciones a las dosis actuales recomendadas por la OMS estuvieron por debajo del objetivo de AUC para niños que pesaban <24 kg y menores de <10 años, resultando en aproximadamente la mitad de la exposición en adultos. Se necesitaron dosis basadas en modelos de 16-33 mg/kg para los comprimidos dispersables o de 16-50 mg/kg para los comprimidos no dispersables para alcanzar el objetivo del AUC sin superar significativamente la mediana de la Cmáx en adultos.

Conclusiones

Es necesario revisar las pautas de dosificación por bandas de peso con dosis >20 mg/kg para garantizar una exposición adecuada. Se necesitan más estudios para determinar la seguridad y tolerabilidad de estas dosis más altas.

Eurosurveillance – Volume 29, Issue 13, 28 March 2024

Introducción

Las intervenciones no farmacéuticas (NPI) durante la pandemia de COVID-19 afectaron la circulación del virus respiratorio sincitial (VRS) en todo el mundo.

Objetivo

Describir, para niños de < 5 años, las temporadas de VRS 2021 y 2022/23 en Alemania.

Métodos

A través de datos y 16 754 muestras de vigilancia centinela ambulatoria, investigamos la estacionalidad del VRS, los linajes circulantes y las distribuciones por edades de los niños afectados en 2021 y 2022/23. Se analizó la información disponible sobre la gravedad de la enfermedad a partir de la vigilancia hospitalaria para pacientes con códigos de diagnóstico específicos del VRS (n = 13,104). Las diferencias entre las temporadas de VRS se evaluaron mediante la prueba de chi-cuadrado y las tendencias de las distribuciones de edad mediante la prueba de Mann-Kendall.

Resultados

La estacionalidad del VRS fue irregular en 2021 (semanas 35 a 50) y 2022/23 (semanas 41 a 3) en comparación con las temporadas 2011/12–2019/20 anteriores a COVID-19 (mediana de semanas 51 a 12). Las tasas de positividad del VRS (RSV-PR) fueron mayores en 2021 (40% (522/1.291; p < 0,001) y 2022/23 (30% (299/990; p = 0,005) que en temporadas anteriores (26% ( 1.430/5.511)). Las cepas conocidas de VRS-A (linajes GA2.3.5 y GA2.3.6b) y VRS-B (linaje GB5.0.5a) que circulan a nivel mundial, respectivamente, dominaron en 2021 y 2022/23. En 2021, las VRS-PR fueron similares en 1 – < 2, 2 – < 3, 3 – < 4 y 4 – < 5 años. La incidencia de hospitalizaciones por VRS en 2021 (1.114/100.000, p < 0,001) y en 2022/23 (1.034/100.000, p < 0,001) fue aproximadamente el doble que la media de temporadas anteriores (2014/15–2019/20: 584/100.000). En 2022/23, las proporciones de pacientes con VRS ingresados ​​en unidades de cuidados intensivos aumentaron (8,5% (206/2413)) en relación con las temporadas anteriores a COVID-19 (6,8% (551/8114); p = 0,004), al igual que aquellos que necesitaron soporte ventilatorio (6,1% (146/2.413) frente a 3,8% (310/8.114); p < 0,001).

Conclusiones

El alto riesgo de infección por VRS en niños de 2 a 4 años en 2021 y el aumento de la gravedad de la enfermedad en 2022/23 posiblemente sean el resultado de una menor inmunidad poblacional inicial, después de que las NPI redujeran la exposición al VRS.

Informamos sobre un brote de sarampión en curso en la Federación de Bosnia y Herzegovina con 141 casos notificados entre la semana 52 de 2023 y la semana 6 de 2024. Entre las personas con estado de vacunación conocido, el 97 % no estaban vacunados y el grupo más afectado son los niños menores de 5 años. años (n=87) que no fueron vacunados durante los años de la pandemia. Sesenta y ocho casos fueron hospitalizados; las complicaciones más comunes fueron neumonía y diarrea relacionadas con el sarampión. Los virus del sarampión secuenciados de cuatro casos pertenecían al genotipo D8.

Introducción

La varicela, una enfermedad prevenible mediante vacunación causada por el virus varicela zoster, generalmente se presenta con síntomas leves pero puede causar complicaciones que requieren hospitalización. En Polonia, desde 2009, la vacunación es obligatoria para los niños de hasta 12 años, que son especialmente vulnerables a la infección, y para los niños de su entorno.

Objetivos

Examinar la carga de las complicaciones de la varicela y las tendencias de hospitalización que surgen de estas complicaciones a lo largo del tiempo en la población polaca.

Métodos

Los datos que abarcan el período 2006-21 se obtuvieron del Sistema Polaco de Vigilancia de Enfermedades Infecciosas, el Estudio Nacional de Morbilidad Hospitalaria General y el registro de defunciones de Estadísticas de Polonia. Se calcularon las tasas de incidencia estandarizadas y específicas por edad, las tasas de alta hospitalaria y el número de muertes por varicela. Además, se utilizó el modelo de regresión joinpoint para analizar las tendencias de las tasas anuales de altas hospitalarias.

Resultados

Durante el período analizado, se documentaron 25.804 hospitalizaciones y 52 muertes atribuibles a complicaciones de la varicela, y el 1,0% de los casos de varicela requirieron hospitalización debido a la varicela. Las tasas de hospitalización estandarizadas por edad variaron entre 2,3 y 9,6 por 100.000 habitantes. El análisis no reveló ninguna tendencia estadísticamente significativa en las tasas generales de alta hospitalaria por complicaciones de la varicela. Sin embargo, se observó un aumento notable en las tasas de hospitalización en niños de 0 a 4 años y entre habitantes de zonas rurales, con variaciones porcentuales anuales del 4,9% y 3,4%, respectivamente.

Conclusiones

Nuestros hallazgos sugieren que se debe considerar la implementación de un programa universal de vacunación contra la varicela, respaldado por educación sanitaria, para reducir el número de hospitalizaciones y casi eliminar las muertes por varicela.

Introducción

Actualmente no existe un enfoque estandarizado para estimar el momento (o la estacionalidad) de las epidemias de virus respiratorio sincicial (VSR), una información fundamental para su prevención y control eficaces.

Objetivo

Nuestro objetivo era proporcionar una descripción general de los métodos para definir la estacionalidad del VSR e identificar factores que respaldan la elección del método o la interpretación/comparación de estimaciones estacionales.

Métodos

Buscamos sistemáticamente en PubMed y Embase (2016-2021) estudios que utilicen enfoques cuantitativos para determinar el inicio y el final de las epidemias de VRS. Se extrajeron las características de los estudios (propósito de la recopilación de datos, ubicación, alcance regional/(sub)nacional), los métodos y las características de evaluación (definiciones de casos, edad de la población de la muestra, estado de pacientes hospitalizados o ambulatorios, entorno, diagnóstico). Los métodos se clasificaron según la necesidad de un denominador (es decir, el número de muestras analizadas) y su aplicación retrospectiva versus en tiempo real. Mediante el análisis de estudios se buscaron factores que valieran la pena considerar al elegir métodos y evaluar estimaciones estacionales.

Resultados

Se incluyeron 32 artículos que presentaban 49 estimaciones de estacionalidad (18 de ellos mediante el método del umbral de positividad del 10%). Los métodos se clasificaron en ocho categorías, dos de las cuales requirieron un denominador (1 retrospectivo; 1 en tiempo real) y seis no (3 retrospectivos; 3 en tiempo real). Se observó una amplia gama de características de evaluación. Varios estudios demostraron que las estimaciones de estacionalidad variaban cuando los métodos diferían o se empleaban datos con características de evaluación diferentes. Se identificaron cinco factores (que incluyen el propósito del estudio, el tiempo de aplicación, las características de la evaluación, el sistema y las políticas de atención médica y el contexto) que podrían respaldar la elección del método y la interpretación de los resultados.

Conclusiones

Los métodos y características de evaluación utilizados para definir la estacionalidad del VSR son heterogéneos. Nuestra categorización de métodos y el marco de factores propuesto pueden ayudar a elegir métodos de estacionalidad del RSV e interpretar los resultados.

Después de que Luxemburgo introdujera la inmunización con nirsevimab contra el virus respiratorio sincitial (VRS), la cobertura neonatal estimada fue del 84% (1.277 dosis/1.524 nacimientos) en 2023. Ese año, las hospitalizaciones pediátricas relacionadas con el VRS, especialmente en bebés < 6 meses (n = 72) pareció disminuir en comparación con el mismo período en 2022 (n = 232). En 2023, la edad media de los niños hospitalizados aumentó (14,4 meses vs 7,8 meses en 2022; p < 0,001) y la duración de la estancia hospitalaria disminuyó (3,2 días vs 5,1 días; p < 0,001). En los bebés < 6 meses de edad, las admisiones a la unidad de cuidados intensivos parecieron disminuir (n = 28 vs 9). Esto sugiere que la profilaxis con nirsevimab redujo las infecciones graves por VRS, particularmente en lactantes < 6 meses de edad, aliviando así la carga sanitaria.

INTRODUCCIÓN

Entre 2018 y 2022, Nigeria experimentó una transmisión continua del poliovirus circulante de tipo 2 derivado de la vacuna (cVDPV2), con 526 casos de poliomielitis cVDPV2 detectados en total y aproximadamente 180 millones de dosis de vacuna oral monovalente contra el poliovirus de tipo 2 (mOPV2) y 450 millones de dosis de vacuna oral novedosa contra el poliovirus de tipo 2 (nOPV2) administradas en campañas de respuesta a brotes. La vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI) se introdujo en la inmunización sistemática en 2015, con una segunda dosis añadida en 2021. El objetivo fue estimar la eficacia de la nOPV2 contra la parálisis por cVDPV2 y comparar la eficacia de la nOPV2 con la de la mOPV2 y la VPI.

MÉTODOS

En este estudio retrospectivo de casos y controles, utilizamos datos de vigilancia de parálisis flácida aguda (PFA) en Nigeria desde el 1 de enero de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2022, utilizando casos de AFP negativos para cVDPV2 emparejados por edad, inicio y ubicación como controles negativos para la prueba. También realizamos un estudio prospectivo paralelo a partir de marzo de 2021, utilizando controles de la comunidad emparejados por edad del mismo asentamiento que los casos de AFP negativos a la prueba. controles comunitarios del mismo asentamiento que los casos. Se incluyeron los niños nacidos después de mayo de 2016, menores de 60 meses, para los que se informó del historial de vacunación antipoliomielítica (dosis de OPV de las campañas y VPI). En estimamos la eficacia por dosis de nOPV2 contra la parálisis por cVDPV2 mediante regresión logística condicional y se comparó la eficacia de la nOPV2 con la de la mOPV2 y la VPI.

RESULTADOS

En el estudio retrospectivo de casos y controles, identificamos 509 casos de poliomielitis cVDPV2 en Nigeria con verificación de casos y aparición de parálisis entre el 1 de enero de 2017 y diciembre de 2022. De estos, 82 niños fueron excluidos por no cumplir los criterios de inclusión, y 363 (85%) de los 427 casos elegibles se emparejaron con 1303 controles negativos a las pruebas. Los casos notificaron menos dosis de OPV e IPV que los controles negativos a las pruebas (número medio de dosis de OPV 5-9 [DE 4-2] en los casos frente a 6-7 [4-3] en los controles) 6-7 [4-3] en los controles; una o más dosis de VPI en 95 [26%] de los 363 casos frente a 513 [39%] de los 1303 controles). Encontramos una baja efectividad por dosis de nOPV2 (12%, IC 95% -2 a 25) y mOPV2 (17%, 3 a 29), pero ninguna diferencia significativa entre las dos vacunas (p=0.67). La eficacia estimada de una dosis de VPI fue del 43% (23 a 58). En el estudio prospectivo, 181 (46%) de los 392 casos elegibles se emparejaron con 1557 controles comunitarios. Utilizando controles comunitarios, se encontró una alta efectividad de la VPI (89%, IC95% 83 a 93, para una dosis), una baja efectividad por dosis de la nOPV2 (-23%, -45 a -5) y la mOPV2 (1%, -23 a 20), y ninguna diferencia significativa entre la efectividad por dosis de la nOPV2 y la mOPV2 (p=0-12).

CONCLUSIÓN

No se encontraron diferencias significativas en la eficacia estimada de las dos vacunas orales, lo que apoya la preferencia de la nOPV2, genéticamente más estable, en la respuesta a brotes de cVDPV2. Los resultados ponen de manifiesto el papel de la VPI y la necesidad de reforzar la inmunización sistemática, principal medio de administración de la VPI.

Utilizando las notificaciones espontáneas de casos individuales de problemas de seguridad de EudraVigilance (EV), se realizó un análisis descriptivo de los casos de infección por Clostridioides difficile (ICD) que notificaron de forma espontánea una reacción adversa relacionada con el uso de ceftriaxona, colistimetato, ciprofloxacino, gentamicina, linezolid, meropenem y piperacilina/tazobactam. La mayoría de las notificaciones de RAM registradas en EV relacionadas con la ICD se asociaron a la ceftriaxona (33%), la ciprofloxacina (28%) y la piperacilina/tazobactam (21%). No se puede establecer una relación causal entre un medicamento y la aparición de una reacción adversa, ya que los fenómenos de infranotificación, sobrenotificación y sesgo de notificación pueden influir en los resultados. Basándose en el análisis de los datos recogidos, este estudio subraya la importancia de los programas de vigilancia y seguimiento del consumo de antibióticos.

Resumen

Introducción: desde el inicio de la pandemia por el virus SARS-CoV-2 una de las grandes cuestiones que se ha formulado es qué papel desempeñan los niños en el control y manejo de la pandemia y cómo esta les ha afectado. Hay mucha bibliografía acerca de los síntomas y complicaciones que puede presentar esta población, pero poca de cómo ha sido el curso clínico de la infección en los niños ingresados en hospitales de tercer nivel y su impacto asistencial.

Material y métodos: se han analizado descriptivamente las historias clínicas de los niños ingresados en el Hospital General Doctor Balmis de Alicante (España) desde enero de 2020 hasta julio de 2022. Se han analizado paralelamente los datos microbiológicos del SARS-CoV-2, variantes y linajes, desde agosto de 2021 hasta agosto de 2022.

Resultados: se analizaron un total de 114 niños ingresados con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2, de los cuales la mayoría tenían menos de 12 meses y eran de procedencia española. Los ingresos se distribuyeron de forma cronológica siguiendo un modelo de “olas”, siendo el motivo más frecuente la constatación del virus SARS-CoV-2 en las pruebas realizadas. El tratamiento que más frecuentemente recibieron durante el ingreso fueron los antibióticos orales. La mayor parte de los niños no tenían comorbilidades y no desarrollaron complicaciones. La variante mayoritaria fue ómicron y el linaje el BA.1.

Discusión: los lactantes parecen ser más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2 y las manifestaciones clínicas en este grupo de edad conllevan mayor probabilidad de ingreso. El desarrollo de complicaciones, necesidad de oxigenoterapia, ventilación mecánica e ingreso en UCI es mínimo en población pediátrica. El manejo de la infección difiere sustancialmente con el de los adultos, lo que se corresponde con tratamientos menos agresivos.

Resumen

Fondo

En regiones con transmisión vectorial controlada de T . cruzi , la transmisión congénita es la vía de infección más frecuente. El tratamiento con benznidazol (BZ) o nifurtimox (NF) durante 60 días en niñas y mujeres en edad fértil demostró ser eficaz para prevenir la transmisión maternoinfantil de esta enfermedad. Los informes sobre tratamientos de corta duración (≤30 días) son escasos.

Métodos

Estudio de cohorte retrospectivo. Se evaluó a hijos de mujeres con enfermedad de Chagas que recibieron tratamiento de corta duración (≤30 días) con BZ o NF, atendidos entre 2003 y 2022. Se realizó parasitemia (microhematocrito y/o PCR) a los <8 meses de edad y serología (ELISA e IHA) a los ≥8 meses para descartar infección congénita.

Resultados

En este estudio se incluyeron un total de 27 mujeres que recibieron ≤30 días de tratamiento y sus hijos. Se prescribió NF en 17/27 (63%) mujeres y BZ en 10/27 (37%). La duración media del tratamiento fue de 29,2 días. Ninguna de las mujeres experimentó eventos adversos graves durante el tratamiento y no se observaron anomalías de laboratorio. Se incluyeron cuarenta bebés nacidos de estas 27 mujeres tratadas. Todos los recién nacidos fueron a término, con peso adecuado a su edad gestacional. No se observaron enfermedades infecciosas perinatales ni complicaciones.

Discusión

Varios estudios han demostrado que el tratamiento de niñas y mujeres en edad fértil infectadas durante 60 días es una práctica eficaz para prevenir la transmisión transplacentaria de T. cruzi . Nuestro estudio demostró que el tratamiento de corta duración (≤30 días) es eficaz y beneficioso para prevenir la transmisión transplacentaria de la enfermedad de Chagas.

Resumen del autor

Los informes sobre el tratamiento a corto plazo (≤30 días) con benznidazol o nifurtimox para la enfermedad de Chagas en niñas y mujeres en edad fértil son escasos. Numerosos estudios han demostrado previamente que el tratamiento de niñas y mujeres en edad fértil infectadas durante 60 días es una estrategia eficaz para prevenir la transmisión transplacentaria de T. cruzi . Sin embargo, nuestro estudio proporciona evidencia convincente de que una duración más corta del tratamiento (≤30 días) no solo es efectiva sino también beneficiosa para prevenir la transmisión transplacentaria de la enfermedad de Chagas. Nuestra investigación demostró de manera inequívoca que no hubo infección congénita en la descendencia de las 27 mujeres que recibieron un régimen de tratamiento de 30 días. Esto se confirmó mediante pruebas directas al nacer y confirmación serológica después de 8 meses de vida.

Bibliografía marzo 2024

Top ten

Streptococcus del grupo A (GAS, por sus siglas en inglés) o Streptococcus pyogenes, es el agente causal más frecuente de la faringoamigdalitis bacteriana en niños y adolescentes. Aunque de manera infrecuente, es capaz de causar infecciones invasivas (iGAS), especialmente graves, como sepsis, shock toxico, neumonía, meningitis, infección osteoarticular, abscesos profundos o fascitis necrosante, siendo estos cuadros ocasionalmente fatales1–3.

En diciembre de 2022, se publicó una alerta en el Reino Unido que informaba de un inusual aumento de la incidencia de infecciones por S. pyogenes (amigdalitis y escarlatina fundamentalmente) y, simultáneamente, de infecciones invasivas con un número relevante de fallecimientos4. Varios países en Europa reportaron rápidamente un aumento similar de infecciones estreptocócicas invasivas5,6 y, posiblemente, hayan sido la neumonía el síndrome clínico que más se ha incrementado en este brote epidémico7.

Sin embargo, este aumento de la incidencia ya se venía observando en los años previos a la pandemia, y así había sido descrito también en España

INTRODUCCIÓN

En 2022 se notificó un aumento de las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A, asociado a una intensa circulación de virus respiratorios. Describimos un marcado aumento de las infecciones no invasivas por estreptococos del grupo A. Aunque el aumento coincidió con epidemias de virus respiratorio sincitial y gripe, continuó después de que la detección de estos virus descendiera a niveles bajos, lo que sugiere que otros factores han contribuido a este cambio epidemiológico.

FIGURA 1.

Epidemias de infecciones no invasivas por SGA y virus respiratorios. A: Distribución mensual de los diagnósticos de escarlatina, faringitis por SGA y pruebas rápidas de antígeno positivas, de enero de 2015 a junio de 2023. Los rangos de las cifras de los años prepandémicos se muestran en gris y la media en azul. Las cifras de 2022 se muestran en rojo y las de 2023 en verde. B: Número de casos de VSR (azul oscuro) y virus de la gripe (azul claro) y diagnósticos de escarlatina, faringitis por SGA y pruebas de antígeno rápido positivas para SGA (amarillo), de junio de 2022 a junio de 2023.

Fuente: Postpandemic Rebound in Noninvasive Group a Streptococcal Disease is not Synchronous with Winter RSV and Influenza Epidemics. The Pediatric Infectious Disease Journal43(3):e106-e108, March 2024.

Los factores y patrones asociados al consumo de antibióticos en los lactantes no están claros. Nuestro objetivo fue evaluar la incidencia acumulada de consumo de antibióticos desde el nacimiento hasta los 16 meses e identificar los factores asociados al consumo de antibióticos entre lactantes de 4 a 16meses.

Material y métodos

Se realizó un estudio transversal en 2016 que incluyó una muestra de la población de 18.882 mujeres españolas de Galicia que habían dado a luz a un niño vivo entre el 1 de septiembre de 2015 y el 31 de agosto de 2016. Se calculó la incidencia acumulada de consumo de antibióticos a partir de los resultados de la entrevista a la madre sobre el consumo del lactante desde el nacimiento hasta los 14 meses; no se estimó a los 15 y 16 meses debido al reducido tamaño muestral. Para valorar las características asociadas al consumo de antibióticos se anidó en el estudio transversal un estudio de casos y controles emparejando por mes de nacimiento, un control por caso.

Resultados

La incidencia acumulada de consumo de antibióticos entre los lactantes de 0 a 14 meses de edad aumentó del 7,5% al 66,0%. Para el estudio de casos y controles, se obtuvo información de 1.852 casos y de 1.852 controles. La asistencia a la guardería (OR: 3,8 [IC95%: 3,2-4,6]), tener hermanos/as mayores (OR: 1,8 [IC95%: 1,6-2,1]), las consultas sanitarias en la clínica privada (OR: 1,6 [IC95%:1,4-2,0]) o haber estado expuesto al humo ambiental de tabaco (OR: 1,3 [IC95%: 1,1-1,6]) se asociaron con un mayor riesgo de consumo de antibióticos. Tener madres de entre 30 y 39años o de 40años y más en el momento del parto se asoció con un menor riesgo de consumo de antibióticos (OR: 0,8 [IC95%: 0,7-1,0] y OR: 0,6 [IC95%: 0,5-0,8], respectivamente).

Conclusiones

Algunos de los factores asociados al consumo de antibióticos en los lactantes pueden ser modificables y deben ser considerados en el desarrollo de medidas de salud pública dirigidas a reducir el consumo de antibióticos.

Introducción

Estudios recientes señalan un aumento de la prevalencia de Haemophilus influenzae y una disminución de Streptococcus pneumoniae entre las bacterias causantes de otitis media aguda (OMA). El objetivo del estudio es conocer la distribución de microorganismos patógenos identificados en Urgencias en los menores de 14 años con OMA y su patrón de resistencias.

Pacientes y métodos

Estudio retrospectivo, analítico y unicéntrico incluyendo pacientes menores de 14 años diagnosticados de OMA en los que se recogió un cultivo de secreción ótica en el servicio de urgencias pediátricas de un hospital terciario entre 2013 y 2021.

Resultados

Durante el periodo de estudio se registraron 14.684 episodios con diagnóstico de OMA, recogiéndose en 768 cultivos de secreción ótica. La mediana de edad fue de 2 años, el 57% varones y el 70% habían presentado al menos una OMA previa. Los patógenos más frecuentemente aislados fueron: Haemophilus influenzae, 188 (24,5%; de ellos, 15,5% resistentes a ampicilina); Streptococcus pyogenes, 86 (11,2%); Staphylococcus aureus, 82 (10,7%); Streptococcus pneumoniae, 54 (6,9%; de ellos, 9,4% con resistencia intermedia a penicilina); Pseudomonas aeruginosa, 42 (5,5%) y Moraxella catarrhalis, 11 (1,4%). En el 34,9% no se aislaron patógenos.

Conclusiones

Haemophilus influenzae es la primera causa de OMA en menores de 14 años. Este hecho, junto a la baja tasa de aislamientos y resistencia a penicilina de Streptococcus pneumoniae, cuestiona la idoneidad de la amoxicilina a dosis elevadas como tratamiento antibiótico empírico de la OMA.

Pregunta   ¿Cómo se deben identificar los niños con sospecha de infección con mayor riesgo de mortalidad, indicativo de sepsis?

Hallazgos   Utilizando una encuesta internacional, una revisión sistemática y un análisis de más de 3 millones de consultas de atención médica pediátrica y un proceso de consenso, se desarrollaron nuevos criterios para la sepsis y el shock séptico en niños. La sepsis pediátrica en niños (<18 años) con sospecha de infección se identificó mediante al menos 2 puntos en el nuevo Phoenix Sepsis Score, incluida la disfunción de los sistemas respiratorio, cardiovascular, de coagulación y/o neurológico; y shock séptico como sepsis con al menos 1 punto cardiovascular en el Phoenix Sepsis Score.

Significado   Los nuevos criterios para la sepsis y el shock séptico pediátricos son aplicables a nivel mundial.

Abstracto

Importancia   La sepsis es una de las principales causas de muerte entre niños en todo el mundo. Los criterios pediátricos actuales para la sepsis se publicaron en 2005 basándose en la opinión de expertos. En 2016, el Tercer Consenso Internacional de Definiciones de Sepsis y Choque Séptico (Sepsis-3) definió la sepsis como una disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta desregulada del huésped a la infección, pero excluyó a los niños.

Objetivo   Actualizar y evaluar criterios de sepsis y shock séptico en niños.

Revisión de evidencia   La Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM) convocó a un grupo de trabajo de 35 expertos pediátricos en cuidados críticos, medicina de emergencia, enfermedades infecciosas, pediatría general, enfermería, salud pública y neonatología de 6 continentes. Utilizando evidencia de una encuesta internacional, una revisión sistemática y un metanálisis, y una nueva puntuación de disfunción orgánica desarrollada en base a más de 3 millones de visitas a registros médicos electrónicos de 10 sitios en 4 continentes, se empleó un proceso de consenso Delphi modificado para desarrollar criterios.

Hallazgos   Según los datos de la encuesta, la mayoría de los médicos pediátricos utilizaron sepsis para referirse a una infección con disfunción orgánica potencialmente mortal, lo que difería de los criterios de sepsis pediátrica anteriores que utilizaban criterios del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), que tienen propiedades predictivas deficientes, e incluían los criterios redundantes. término, sepsis grave . El grupo de trabajo SCCM recomienda que la sepsis en niños se identifique mediante una puntuación Phoenix Sepsis de al menos 2 puntos en niños con sospecha de infección, lo que indica una disfunción potencialmente mortal de los sistemas respiratorio, cardiovascular, de coagulación y/o neurológico. Los niños con una puntuación Phoenix Sepsis de al menos 2 puntos tuvieron una mortalidad hospitalaria del 7,1% en entornos de mayores recursos y del 28,5% en entornos de menores recursos, más de 8 veces la de los niños con sospecha de infección que no cumplían estos criterios. La mortalidad fue mayor en los niños que tenían disfunción orgánica en al menos 1 de 4 sistemas de órganos (respiratorio, cardiovascular, de coagulación y/o neurológico) que no era el sitio principal de infección. El shock séptico se definió como niños con sepsis que tenían disfunción cardiovascular, indicada por al menos 1 punto cardiovascular en el Phoenix Sepsis Score, que incluía hipotensión grave para la edad, lactato en sangre superior a 5 mmol/L o necesidad de medicación vasoactiva. Los niños con shock séptico tuvieron una tasa de mortalidad hospitalaria del 10,8% y el 33,5% en entornos de mayores y menores recursos, respectivamente.

Conclusiones y relevancia   Los criterios de sepsis de Phoenix para la sepsis y el shock séptico en niños fueron derivados y validados por el Grupo de Trabajo Internacional de Definición de Sepsis Pediátrica del SCCM utilizando una gran base de datos y una encuesta internacionales, una revisión sistemática y un metanálisis, y un enfoque de consenso Delphi modificado. Una puntuación Phoenix Sepsis de al menos 2 identificó una disfunción orgánica potencialmente mortal en niños menores de 18 años con infección, y su uso tiene el potencial de mejorar la atención clínica, la evaluación epidemiológica y la investigación sobre sepsis pediátrica y shock séptico en todo el mundo.

Introducción

Se estima que en 2017, 25 millones de niños experimentaron sepsis en todo el mundo, lo que provocó más de 3 millones de muertes. 1 Muchos niños sobrevivientes de sepsis tienen secuelas físicas, cognitivas, emocionales y psicológicas continuas, que pueden tener efectos a largo plazo en ellos y sus familias. 2 – 4 El riesgo de desarrollar sepsis durante los primeros años de vida supera el de cualquier otro grupo de edad, con el efecto más desproporcionado entre los niños de entornos de bajos recursos. 5 La resolución de la Organización Mundial de la Salud sobre la sepsis pidió esfuerzos dedicados para mejorar el diagnóstico, la prevención y el tratamiento de la sepsis, todo lo cual requiere el uso de criterios que identifiquen con precisión a aquellos con infección que tienen un alto riesgo de resultados adversos y muerte. 6 , 7 Sin embargo, tales criterios faltan para los niños.

Los criterios más recientes específicos para la sepsis pediátrica fueron publicados en 2005 por la Conferencia Internacional de Consenso sobre Sepsis Pediátrica (IPSCC) y se han incorporado ampliamente en la práctica clínica, la investigación, la mejora de la calidad y los esfuerzos políticos. 8 , 9 Similar a los criterios para la sepsis en adultos en ese momento: la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos de 2001, la Sociedad Europea de Medicina de Cuidados Intensivos, el Colegio Americano de Médicos del Tórax, la Sociedad Torácica Americana y la Sociedad de Infecciones Quirúrgicas, Conferencia Internacional de Consenso sobre Definiciones de Sepsis (Sepsis- 2) 10 —que desarrolló una segunda recomendación, los criterios del IPSCC se basaron en la opinión de expertos y caracterizaron la sepsis como infección sospechada o confirmada en presencia del síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS). La sepsis grave se definió como sepsis con disfunción de órganos cardiovasculares o respiratorios o disfunción de al menos otros dos sistemas orgánicos. El shock séptico se definió como sepsis con hipotensión, necesidad de medicamentos vasoactivos o evidencia de alteración de la perfusión a pesar de la reanimación con 40 ml/kg o más de bolos de líquido intravenoso.

En 2016, la Tercera Conferencia Internacional de Consenso sobre Sepsis y Choque Séptico (Sepsis-3) revisó los criterios para sepsis y shock séptico en adultos utilizando datos de casi 150 000 pacientes con sospecha de infección en EE. UU. y Alemania. 11 La definición de Sepsis-3 diferenció la sepsis de la infección no complicada por la presencia de disfunción orgánica potencialmente mortal causada por una respuesta desregulada del huésped a la infección e identificó la sepsis mediante un aumento en la puntuación de la Evaluación de falla orgánica secuencial (SOFA) en al menos 2 puntos en pacientes con sospecha de infección. 12 Se identificó shock séptico en pacientes con sepsis con uso de vasopresores para mantener una presión arterial media de 65 mm Hg o más y un nivel de lactato sérico superior a 2 mmol/L (18,02 mg/dL) en ausencia de hipovolemia. 13 Estos criterios no fueron desarrollados con datos pediátricos ni validados ni adaptados ampliamente para niños.

La sepsis en niños tiene diferencias importantes con respecto a la de los adultos, incluida la variabilidad de los signos vitales específica de la edad, la función inmune del desarrollo dependiente de la edad y diferencias en las comorbilidades, epidemiología y resultados específicos de la pediatría. 14 – 17 Debido a la alta morbilidad y mortalidad causada por la sepsis en niños en todo el mundo, los criterios de sepsis deben derivarse y validarse específicamente para el diagnóstico en niños.

Limitaciones de los criterios actuales para la sepsis en niños

Los criterios del IPSCC para la sepsis pediátrica incluyen a muchos niños con una enfermedad de gravedad leve, y la literatura reciente respalda que los criterios SIRS no identifican de manera confiable a los niños con infección con riesgo de malos resultados. 18 , 19 Además, los estudios han informado discrepancias en cómo se aplican clínicamente los criterios, lo que limita la caracterización precisa de la carga de enfermedad por sepsis. 20 Por último, no se ha evaluado rigurosamente la aplicabilidad global de los criterios del IPSCC para poblaciones en entornos de menores recursos, donde la carga de enfermedad sigue siendo mayor. 21 – 23

Los conocimientos del proceso de desarrollo y validación de Sepsis-3 en adultos y los estudios de validación posteriores proporcionaron orientación para informar la revisión de los criterios de sepsis pediátrica. 24 , 25 Los criterios de sepsis para niños deben basarse en datos sólidos y fácilmente disponibles de diversos entornos clínicos. Sepsis-3 utilizó la puntuación SOFA preexistente, pero la sensibilidad y el valor predictivo positivo de las puntuaciones de disfunción orgánica pediátrica 26 a 29 para niños con infección no están claros. 30 Además, aunque la investigación sobre la sepsis se ha centrado en pacientes que requieren cuidados intensivos, el 80% de los pacientes pediátricos con sepsis acuden inicialmente al departamento de urgencias o a centros de atención hospitalaria habitual. Por lo tanto, en pacientes pediátricos con sepsis se deben considerar datos que abarquen todo el proceso de atención hospitalaria. 31

El proceso de desarrollo y validación de nuevos criterios para la sepsis en niños

Este artículo sigue las Directrices para modificar la definición de enfermedades. 32 En 2019, la SCCM reunió un grupo de trabajo para actualizar los criterios para la sepsis pediátrica (eTabla 1 en el Suplemento 1 ). Se consideró esencial contar con un panel diverso en términos de disciplina, género y entorno de atención de la salud. Se contactó a expertos pediátricos en cuidados intensivos, medicina de emergencia, enfermedades infecciosas, pediatría general, informática, enfermería, neonatología e investigación en función de su conocimiento y experiencia en sepsis, garantizando que estuvieran representados entornos de atención médica con diferentes recursos y geografía en 6 continentes. El grupo de trabajo incluyó a 35 enfermeros y médicos expertos de Australia, Bangladesh, Brasil, Canadá, Francia, India, Italia, Japón, Suiza, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos.

Se utilizó un enfoque triple (eMethods 1 en el Suplemento 1 ) para desarrollar los nuevos criterios, que incluyen (1) una encuesta global de 2835 médicos, 33 (2) una revisión sistemática y un metanálisis (eMethods 3 en el Suplemento 1 ), 34 , 35 y (3) un estudio de derivación y validación basado en datos, 36 que culminó en un proceso de consenso Delphi modificado por parte de todo el grupo de trabajo. En cada paso, el grupo de trabajo incluyó datos de entornos de menores y mayores recursos y consideró los desafíos relacionados con los recursos limitados (eMethods 2 en el Suplemento 1 ). La encuesta global y la revisión sistemática informaron el diseño del estudio de derivación y validación, cuyos resultados se utilizaron en el proceso de consenso para llegar a los criterios finales para la sepsis pediátrica. Durante el proceso de consenso, los resultados de los análisis se presentaron a los miembros del grupo de trabajo para su revisión, discusión y votación mediante encuestas REDCap. El consenso se definió como más del 80% de acuerdo de más del 80% de los miembros del grupo de trabajo para cualquier pregunta determinada. Si no se alcanzaba este umbral, se producía una discusión adicional (y un análisis de datos cuando era necesario), seguido de rondas adicionales de votación hasta que se alcanzaba un consenso (eMethods 4 en el Suplemento 1 ). Se excluyeron los recién nacidos prematuros (<37 semanas de gestación al nacer) y los recién nacidos que permanecieron hospitalizados después del nacimiento debido a las dificultades para definir la disfunción orgánica en los recién nacidos prematuros y debido al contexto único de infecciones adquiridas perinatalmente. 37 , 38

La encuesta global destacó la preocupación por la disponibilidad inconsistente de pruebas de diagnóstico y herramientas terapéuticas en todos los entornos y la necesidad de nuevos criterios aplicables a la atención clínica, la evaluación comparativa, la mejora de la calidad, la epidemiología y la investigación. 33 La encuesta también confirmó el uso preferido del término sepsis por parte de los médicos pediatras para referirse a niños con disfunción orgánica asociada a infección en lugar de SRIS asociado a infección, lo que indica una adopción generalizada del marco conceptual Sepsis-3.

La revisión sistemática y el metanálisis examinaron la asociación de criterios clínicos y de laboratorio individuales con el desarrollo de sepsis o un mayor riesgo de resultados adversos, incluidas las puntuaciones de disfunción orgánica. 34 Esto confirmó la elección de utilizar medidas validadas de disfunción orgánica para el desarrollo de criterios de sepsis y shock séptico en niños.

Se desarrolló una base de datos de registros médicos electrónicos, multicéntrica e internacional, utilizando datos de sistemas de salud en 6 sitios de mayores recursos (todos en los EE. UU.) y 4 sitios de menores recursos en Bangladesh, China, Colombia y Kenia. Esta base de datos incluyó más de 3 millones de visitas hospitalarias de pacientes menores de 18 años en varias ubicaciones hospitalarias (p. ej., departamento de emergencias, área de atención hospitalaria regular, unidad de cuidados intensivos), excluyendo las hospitalizaciones por nacimiento y los niños cuya edad posconcepcional era menor de 37 semanas. 36 Los datos de cada encuentro estuvieron disponibles desde la presentación hasta el alta o la muerte y se dividieron en conjuntos de datos de derivación y validación, estratificados por entorno de recursos (mayor versus menor). Las definiciones conceptuales de Sepsis-3 de sepsis como disfunción orgánica potencialmente mortal causada por infección y shock séptico como sepsis que conduce a disfunción cardiovascular, 12 ampliamente aceptables en una encuesta global de médicos e investigadores que atienden a niños, 33 fueron utilizadas como puntos de partida por el grupo de trabajo.

Las subpuntuaciones específicas de órganos de 8 puntuaciones de disfunción orgánica pediátrica existentes 26 – 29 se calcularon utilizando datos de las primeras 24 horas de presentación en el hospital y se compararon para determinar aquellas que eran más capaces de discriminar la mortalidad intrahospitalaria (incluida la de urgencias). departamento) entre los niños con sospecha de infección, definidos como aquellos que reciben antimicrobianos sistémicos y se someten a pruebas microbiológicas. Las subpuntuaciones de mejor rendimiento se utilizaron como datos de entrada en modelos de regresión apilados para determinar su asociación con la mortalidad hospitalaria. 36 Cuando las subpuntuaciones obtuvieron resultados similares, el grupo de trabajo votó para determinar cuáles incluir en los modelos finales.

El modelo final, que incorporó niveles de disfunción para cuatro sistemas de órganos (cardiovascular, respiratorio, neurológico y de coagulación), tuvo un rendimiento comparable con una puntuación generada a partir de un modelo de sistema de ocho órganos que también incluía disfunción renal, hepática, endocrina e inmunológica. (Puntuación Phoenix-8 36 ). El modelo final del sistema de 4 órganos fue respaldado por el grupo de trabajo basándose en el rendimiento y la parsimonia y se tradujo a una puntuación basada en números enteros, la puntuación Phoenix Sepsis ( Tabla ), para optimizar la utilidad. Los umbrales en la puntuación de sepsis y shock séptico se establecieron mediante un proceso de consenso que involucró a todo el grupo de trabajo, basándose en la sensibilidad y el valor predictivo positivo. Una vez completadas, las recomendaciones se distribuyeron entre las sociedades que las respaldan.

Resultados

Criterios para identificar niños con sepsis

La sepsis en niños se identificó utilizando los criterios de sepsis de Phoenix, que eran 2 o más puntos en la puntuación de sepsis de Phoenix, lo que indica una disfunción orgánica potencialmente mortal de los sistemas respiratorio, cardiovascular, de coagulación y/o neurológico en niños con infección sospechada o confirmada. ( Tabla , Cuadro 1 y eTables 2 y 3 en el Suplemento 1 ). Los niños con sospecha de infección en las primeras 24 horas de la presentación tuvieron una mortalidad hospitalaria del 0,7% (1.049 de 144.379) en entornos de mayores recursos y del 3,6% (1.016 de 28.605) en entornos de menores recursos. Entre estos niños, se produjo una puntuación de Phoenix Sepsis de al menos 2 en las primeras 24 horas de la presentación en el 7,1 % (10 243 de 144 379) en entornos de mayores recursos y en el 5,4 % (1549 de 28 605) en entornos de menores recursos y identificaron niños con mayor riesgo de muerte (mortalidad hospitalaria del 7,1% [726 de 10 243] en entornos de mayores recursos y del 28,5% [441 de 1549] en entornos de menores recursos; eFigura 2 en el Suplemento 1 ) . El umbral de Phoenix Sepsis Score de al menos 2 puntos tuvo un valor predictivo positivo más alto y una sensibilidad mayor o comparable para la mortalidad hospitalaria en niños con infección confirmada o sospechada en las primeras 24 horas en comparación con la definición de sepsis del IPSCC (es decir, SIRS con infección sospechada o confirmada) y sepsis grave (es decir, sepsis IPSCC con criterios de disfunción orgánica basados ​​en IPSCC) en el análisis principal y en múltiples análisis de sensibilidad. 36

Ensayos clínicos aleatorios recientes han comparado regímenes de antibióticos de intensidad variable para el tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) pediátrica. 1 – 4 Estos ensayos no identificaron ninguna ventaja entre las dosis altas versus las dosis bajas de amoxicilina 3 o una duración más larga versus más corta de la terapia con antibióticos 1 – 4 con respecto a las tasas o el momento de la mejoría clínica. Sin embargo, la mayoría de estos ensayos reclutaron niños basándose únicamente en criterios clínicos o criterio médico. 2 – 4 Dados los desafíos del diagnóstico clínico de neumonía pediátrica, es probable que la mayoría de los niños incluidos en estudios con sospecha clínica de NAC no tuvieran neumonía radiológica y, por lo tanto, habrían mejorado independientemente de la terapia con antibióticos.

Métodos

Realizamos un análisis de un estudio de cohorte prospectivo en curso de niños que acudieron a un departamento de emergencias pediátricas (DE) de atención terciaria y se sometieron a una radiografía de tórax (CXR) por sospecha clínica de NAC. 5 La Junta de Revisión Institucional del Boston Children’s Hospital aprobó este estudio de cohorte. Los participantes dieron su consentimiento informado verbal. Seguimos la pauta de informes STROBE .

Para identificar a los participantes más similares a los de los ensayos recientes de dosis y duración de antibióticos6 niños generalmente sanos de entre 3 meses y 6 años que no fueron tratados previamente con antibióticos. Los niños se clasificaron según si cumplían los criterios de inclusión para la Neumonía adquirida en la comunidad: un ensayo controlado aleatorio (CAP-IT). 3 Específicamente, la inclusión requirió todo lo siguiente: tos dentro de las 96 horas anteriores; fiebre dentro de las 48 horas anteriores; y signos de dificultad para respirar, signos focales en el pecho o neumonía lobar en la radiografía de tórax. Se excluyeron los niños con sibilancias bilaterales y sin signos torácicos focales. 3 Todos los niños de la presente cohorte se sometieron a una radiografía de tórax para evaluación de neumonía, mientras que el ensayo CAP-IT 3 y otros estudios 2 , 4 permitieron la inclusión basándose únicamente en el juicio clínico.

Según las interpretaciones de las radiografías de tórax realizadas por radiólogos pediátricos certificados como parte de la atención clínica de rutina, las radiografías se clasificaron como positivas, equívocas o negativas para la presencia de neumonía. Los resultados clínicos se evaluaron mediante un seguimiento estructurado de 7 a 14 días después de la visita al servicio de urgencias. Calculamos el porcentaje de niños que se recuperaron de su enfermedad sin el uso de antibióticos. El análisis de datos se realizó de mayo a noviembre de 2023 utilizando Stata SE 16 (StataCorp LLC).

Resultados

Entre mayo de 2015 y noviembre de 2022, se inscribieron 1252 pacientes de 3 meses a 6 años (mediana de edad [IQR], 2,1 [1,2-3,7] años; 566 mujeres [45,2 %], 686 hombres [54,8 %]). Quinientos siete pacientes (40,5%) cumplieron los criterios de inclusión del ensayo CAP-IT ( Tabla 1 ). De estos, 154 (30,3%) tenían neumonía radiográfica, 49 (9,7%) tenían radiografías equívocas y 304 (60,0%) no tenían neumonía radiográfica. Entre los niños sin neumonía radiográfica, 252 (82,9%) fueron dados de alta sin antibióticos, de los cuales 5 (2,0%) fueron diagnosticados con neumonía dentro de las 2 semanas posteriores al alta ( Tabla 2 ). Un total de 245 niños (48,3%) que cumplieron los criterios de inclusión se recuperaron sin antibióticos.

Discusión

En este análisis de datos recopilados prospectivamente que reflejan los criterios de inclusión para un ensayo reciente con antibióticos en NAC pediátrica, observamos que solo el 30,3% de los niños que cumplían los criterios tenían radiografías positivas, lo cual es similar a la tasa de neumonía radiográfica lobar en NAC. Ensayo de TI (34%). 3 Además, el 48,3% de los pacientes se recuperaron de su enfermedad sin el uso de antibióticos. Los datos anteriores sugieren que la mayoría de los niños con sospecha de neumonía y radiografías negativas se recuperan sin antibióticos. 5

Una limitación del estudio es la falta de un verdadero estándar de oro para el diagnóstico de neumonía en niños. Nuestra hipótesis es que la mayoría de los ensayos con antibióticos en NAC pediátrica incluyen a muchos pacientes sin neumonía y, por lo tanto, pueden tener poco poder estadístico para identificar diferencias reales en los resultados de los niños con neumonía bacteriana. Estos importantes ensayos pragmáticos apoyan la reducción de la intensidad del uso de antibióticos en niños con enfermedades respiratorias. Sin embargo, el uso generalizado de regímenes antibióticos desintensificados para todos los niños con neumonía, en particular aquellos con consolidaciones lobares, puede ser prematuro dada la escasez de evidencia que respalde su eficacia en estas poblaciones.

INTRODUCCIÓN

La prevención de infecciones en niños vacunados con la vacuna antineumocócica conjugada 13-valente (PCV13) puede ser menos eficaz frente al serotipo 3 que frente al 19A.

OBJETIVO

El objetivo de este estudio fue determinar las diferencias en los anticuerpos IgG y funcionales para el serotipo 3 frente al 19A tras la inmunización con PCV13, en los niveles de anticuerpos IgG inducidos por PCV13 en comparación con la inmunidad inducida de forma natural, y evaluar la eficacia de PCV13 frente a los serotipos 3 y 19A en la prevención de la otitis media aguda (OMA) y la colonización entre niños de 6 a 36 meses.

MÉTODOS

Las muestras procedían de un estudio de cohortes prospectivo, longitudinal y observacional realizado en Rochester, Nueva York. La detección de neumococos se realizó mediante cultivo. Se analizaron 713 sueros para determinar los niveles de anticuerpos mediante un ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas, 68 para detectar anticuerpos funcionales mediante opsonofagocitosis y 47 para determinar la avidez de anticuerpos mediante disrupción del enlace de tiocianato. La eficacia de la PCV13 en la prevención de la OMA y la colonización se determinó comparando la detección de los serotipos 3 y 19A antes y después de la PCV13.

RESULTADOS

La proporción de niños que alcanzaron el umbral de anticuerpos de ≧0,35 µg/mL tras la PCV13 fue mayor para el serotipo 19A que para el serotipo 3. Sólo el serotipo 19A mostró un aumento significativo en los títulos del ensayo de opsonofagocitosis inducida por PCV13 y en la avidez de anticuerpos. Los niños inmunes inducidos naturalmente por el serotipo 3 mostraron una tendencia positiva de aumento del nivel de anticuerpos a medida que los niños crecían, pero no los niños inmunizados con PCV13. No se identificó la eficacia de la PCV13 en la prevención de la OMA o la colonización para el serotipo 3, pero se confirmó la eficacia de la 19A.

CONCLUSIÓN

La PCV13 provoca niveles de anticuerpos más bajos y menor eficacia frente al serotipo 3 frente al serotipo 19A. Es probable que los niveles de anticuerpos inducidos por PCV13 para el serotipo 3 sean insuficientes para prevenir la OMA y la colonización en la mayoría de los niños pequeños.

Los estreptococos se han clasificado como un grupo diverso de más de 100 especies grampositivas reconocidas actualmente en función de sus propiedades α-hemolíticas, β-hemolíticas y no hemolíticas. Históricamente, Streptococcus pyogenes y Streptococcus pneumoniae fueron los primeros en atraer la atención debido a su virulenta acción piógena. Las especies de “estreptococos del grupo viridans”, que permanecen cuando se excluyen los estreptococos β-hemolíticos, los enterococos y los neumococos, han sido comensales humanos de bajo potencial patógeno en individuos inmunocompetentes. Los estreptococos del grupo viridans constan de 6 grupos, a saber, el grupo Streptococcus mutans, el grupo Streptococcus salivarius, el grupo Streptococcus bovis, el grupo Streptococcus mitis, el grupo Streptococcus sanguinis y el grupo Streptococcus anginosus (SAG); este último ha sido motivo de un largo debate. El nombre inicial del grupo fue “milleri”, pero el término SAG propuesto por Kawamura es el más aceptado en la actualidad. El SAG está formado por 3 especies distintas, Streptococcus anginosus, Streptococcus intermedius y Streptococcus constellatus, que comparten similitudes fenotípicas, siendo cocos grampositivos, microaerófilos y catalasa negativos, y que también se han clasificado como β-hemolíticas, α-hemolíticas y no hemolíticas. Estas características heterogéneas, hemolíticas y bioquímicas han conducido habitualmente a una identificación errónea de estas cepas.

La indecisión ante las vacunas (Vaccine Hesitancy) es un problema de salud pública cada vez mayor y la Organización Mundial de la Salud lo ha clasificado como una amenaza importante para la salud mundial. Aunque se ha investigado ampliamente sobre las actitudes de las personas que dudan de las vacunas, se sabe poco sobre los defensores de la provacunación. Nuestros objetivos eran describir las características, actitudes, actividades y motivaciones de los defensores de la provacunación

MÉTODOS

Se realizó una encuesta por internet entre julio y noviembre de 2019. Se invitó a grupos estadounidenses de defensa de las vacunas a colaborar en la distribución de la encuesta. Los participantes fueron reclutados de una muestra de conveniencia de sus miembros. Las actividades de promoción se clasificaron como relacionadas con la política, en persona o en línea.

RESULTADOS

Los encuestados (n = 1239) eran en su mayoría mujeres (82%), blancos (87%) y con estudios superiores (90%). La mayoría declaró una afiliación política demócrata (66%). La ocupación más común era la de profesional sanitario (38%). La mayoría de los encuestados (90%) estaba de acuerdo en que una política que no permitiera a los pacientes rechazar o extender las vacunas les animaría a elegir esa clínica. La actividad más común relacionada con la política fue ponerse en contacto con un funcionario electo sobre las vacunas. La actividad en persona más común fue hablar con un amigo o familiar sobre las vacunas. La actividad en línea más común fue utilizar las redes sociales para defender las vacunas. La motivación más común para la defensa de las vacunas fue un sentido de responsabilidad como miembro de la comunidad.

CONCLUSIÓN

Las personas provacunas participaron en diversas actividades de defensa y estaban motivadas por la responsabilidad hacia su comunidad, además de por otros factores. Seguir trabajando para comprender mejor y motivar a los defensores de las vacunas puede contribuir a los esfuerzos para reforzar la confianza en las vacunas e influir en aquellos que aceptan las vacunas para que se conviertan en defensores.

Casos clínicos

El síndrome hemofagocítico está caracterizado por una excesiva respuesta inflamatoria sistémica. Este síndrome se clasifica en diferentes subgrupos según su etiología. Las infecciones pueden actuar como desencadenantes de la cascada inflamatoria, siendo la infección por virus y, en concreto por el virus de Epstein-Barr, la más frecuente. Sin embargo, otros patógenos que incluyen bacterias, hongos o parásitos también pueden actuar como desencadenantes. No se ha publicado ningún caso de síndrome hemofagocítico secundario a infección por Streptococcus pyogenes, estreptococo del grupo A (SGA), aunque sí existen referencias a otros estreptococos en la literatura1–3. En las últimas décadas se ha visto un aumento de la incidencia de infección estreptocócica y, por consiguiente, también de los cuadros graves asociados a esta4. Existe un creciente interés por conocer los factores de virulencia del SGA que inducen la inflamación, entre los que se encuentran su capacidad de segregar superantígenos5,6 capaces de provocar una estimulación excesiva de la inmunidad celular. Presentamos a continuación un caso de síndrome hemofagocítico-like secundario a infección por SGA.

Se trata de una paciente mujer de 6 años previamente sana que ingresa por cuadro febril prolongado a estudio. Presentaba fiebre de hasta 41°C con ascensos frecuentes desde hacía 7 días, había sido valorada por este motivo en varias ocasiones en urgencias del hospital y desde hacía 4 días recibía tratamiento antibiótico con fenoximetilpenicilina vía oral por faringitis estreptocócica (tras positividad de test rápido de detección de antígeno estreptocócico), sin mejoría clínica. A la exploración las constantes eran normales, salvo Tª de 38,2°C, presentaba un exantema generalizado eritrósico pruriginoso con afectación palmo-plantar, un enantema faríngeo petequial y adenopatías cervicales de características reactivas, sin presentar megalias a la palpación abdominal.

Una niña sana de tres años se presenta a consulta con tres días de fiebre, vómitos y rechazo de la marcha. La exploración muestra hiperemia orofaríngea y dolor a la palpación del codo y pierna derechos. Se realiza prueba estreptocócica, que es positiva, analítica sanguínea y hemocultivo. Tras 12 horas, aparece eritema y tumefacción en pierna y pie derechos (fig. 1), muy dolorosos al tacto.

La fascitis necrotizante es una infección con alta morbimortalidad1, cuyo principal agente causal es el Streptococcus pyogenes (SGA)2, donde el diagnóstico y tratamiento precoz requiere un alto índice de sospecha3.

Caso clínico

Niño de 13 meses, sin antecedentes de interés, que ingresa por shock tóxico refractario a aminas y síndrome de distrés respiratorio por neumonía necrotizante con empiema (fig. 1), secundario a SGA. Presenta datos de fallo multiorgánico, con disfunción ventricular, fallo hepático, renal, acidosis metabólica grave con hiperlactacidemia, precisando soporte en oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) con asistencia venoarterial (VA) durante 10 días.

Un lactante de 16 días de gestación a término acudió al servicio de urgencias con una erupción cutánea que había comenzado varias horas antes en el dorso de las manos y se había extendido al tronco, las piernas y la cara. El bebé tenía buen aspecto, estaba afebril y hemodinámicamente estable. La exploración física inicial de la piel reveló manchas y placas anulares entre eritematosas blanquecinas y oscuras, coalescentes, en la cara, el tronco, las extremidades superiores e inferiores bilaterales y las plantas, pero sin afectar a las palmas de las manos ni a las membranas mucosas(Figura 1). La paciente presentaba edema leve en las piernas bilaterales. Las lesiones individuales permanecieron fijas durante más de 24 horas. El panel viral respiratorio fue positivo para adenovirus; por lo demás, las pruebas de laboratorio rutinarias (hemograma completo, panel metabólico completo) no presentaron observaciones. El paciente no recibió ningún tratamiento, como antihistamínicos para la erupción, y fue dado de alta al día siguiente. 8 días después acudió a la consulta de dermatología, donde la erupción se resolvió por completo sin hiperpigmentación residual(figura 2) y no ha vuelto a aparecer en 3 meses.

Una niña de 10 años desarrolló máculas rojas en el miembro superior izquierdo que se extendieron en cuestión de horas a otras zonas, incluidos el miembro superior derecho, el abdomen y los pies. No presentaba síntomas asociados y no se observaron marcas en la espalda. Un pediatra sospechó una reacción alérgica y le recetó un antihistamínico oral. Las lesiones desaparecieron tras el baño, pero reaparecieron 24 horas después en una nueva exploración (figura). Un dermatólogo pediátrico sospechó dermatitis artefacta (DA) y eliminó las lesiones con alcohol y algodón. Aunque las lesiones desaparecieron por completo tras la visita, la madre seguía dudando del diagnóstico. Más tarde, la niña confesó haber usado un rotulador sobre sí misma, lo que motivó la derivación para una evaluación psicológica. Se obtuvo el consentimiento informado verbal y escrito de los padres de la paciente para este informe de caso.

Un lactante francés de 2 meses sin antecedentes médicos ingresó en un servicio de urgencias de Marruecos por una convulsión parcial febril. Había estado de vacaciones durante 3 semanas y la fiebre con vómitos comenzó el día anterior al ingreso. Se observó hipotonía sin signos neurológicos focales ni erupción cutánea. La proteína C reactiva era de 117 mg/l, y el hemograma y las pruebas renales y hepáticas eran normales. El TAC craneal fue normal y el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) mostró 170 leucocitos por mm3, 0-78 g/dL de proteínas, glucorraquia normal, y PCR multiplex y cultivo bacteriano negativos. Su estado clínico empeoró con coma profundo. En el electroencefalograma se observaron convulsiones multifocales. La resonancia magnética mostró tumefacción bilateral y lesiones en los tálamos y los núcleos lentiformes, junto con lesiones en el tronco encefálico, la sustancia blanca del lóbulo frontal izquierdo y realce leptomeníngeo difuso. No había componentes hemorrágicos (figura). El diagnóstico de la infección por el virus del Nilo Occidental se realizó mediante métodos serológicos en muestras seriadas en LCR…

La encefalopatía necrotizante aguda (ENA) es un trastorno neurológico infantil poco frecuente. El tipo familiar de ENA (ENA1) se asocia a una mutación en el gen RANBP2. Tanto el SARS-CoV-2 como las mutaciones de RANBP2 son responsables de la manifestación de una respuesta hiperinflamatoria que invade el sistema nervioso central y desempeña un papel clave en la rápida progresión de la encefalopatía.

Se trata de una paciente de 2,5 años de edad, nacida a término, Sin antecedentes de interés, bien vacunada para su edad. La enfermedad se manifestó 2 días antes con fiebre y coriza del ingreso. Se trasladó debido a un estado epiléptico. Se trató con la administración de lorazepam intravenoso a una dosis de 0,1 mg/kg. Poco después fue intubada con una puntuación de 6 en la escala de coma de Glasgow (apertura de ojos 1, respuesta verbal 2 y respuesta motora 3) y trasladada a la unidad de cuidados intensivos con una infección confirmada por SARS-CoV-2 mediante reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) de un frotis nasofaríngeo. Sus resultados de laboratorio iniciales fueron: recuento de glóbulos blancos: 10.600 células/mcL (Ne: 54,3%, Ly: 39,7% y EO: 3,5%), Hb: 10,3 g/dL, recuento de plaquetas: 205.000 células/μL, proteína C reactiva: 9 mg/dL, procalcitonina: 0,2 ng/mL, los niveles de aspartato transaminasa y alanina transaminasa estaban ligeramente elevados, en 95 UI/L (rango normal, 5-40) y 46 UI/L (rango normal, 5-41). No se realizó punción lumbar debido a los signos clínicos y radiológicos de herniación. Se realizó una RM cerebral de urgencia, que demostró afectación talámica bilateral simétrica con hiperintensidad irregular en las secuencias T2. Debido al cuadro de encefalitis, se inició tratamiento inmunomodulador (inmunoglobulina intravenosa 2 g/kg, pulsos de metilprednisolona e inhibidor de la interleucina 1) y para controlar su elevada presión intracraneal y el edema cerebral se le administró manitol y cloruro sódico al 3% con una eficacia mínima. Las pruebas inmunológicas y metabólicas para detectar errores congénitos del metabolismo no revelaron hallazgos anormales y se descartó la posibilidad de encefalitis autoinmune o enfermedad metabólica. Un panel de secuenciación de nueva generación reveló una mutación en el gen RANBP2.

Una niña de 7 años y 3 meses ingresó en un Hospital de China Occidental con tos y esputo purulento amarillento, dolor de garganta, ronquera durante 1 mes y disnea durante 1 día. Un mes antes del ingreso, desarrolló tos en 1-2 ocasiones, que se agravó gradualmente hasta convertirse en una tos en cadena grave, de varios minutos de duración cada vez, con gran cantidad de esputo purulento amarillento, y es significativa por la noche y por la mañana, acompañada de sudores nocturnos, pérdida de apetito, vómitos y dolor abdominal. Al mismo tiempo, hay ronquera de voz y dolor de garganta que era más evidente al tragar. Los ganglios linfáticos cervicales bilaterales crecieron gradualmente, sin fiebre, dolor, hemoptisis, etc. Tras los exámenes pertinentes, el hospital local diagnosticó “tuberculosis pulmonar miliar (PTB)” y “tuberculosis de los ganglios linfáticos cervicales” y administró terapia antituberculosa con isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol.

Un día antes de que empeorara su estado, la niña presentó dificultad respiratoria, cianosis perilabial, disnea progresiva, vómitos repetidos, irritabilidad y fiebre con 38 °C, por lo que fue trasladada a nuestro hospital. Había perdido 2 kg en el último mes. La abuela de la niña presentaba tos y pérdida de peso de larga evolución sin diagnóstico definitivo, y la niña tenía estrecho contacto con ella….

El impétigo bacteriano es una de las infecciones cutáneas pediátricas más frecuentes. Sin embargo, la vulva es una localización poco frecuente de esta infección.

Una niña de 5 años sin antecedentes médicos relevantes acudió a Urgencias con una erosión vulvar de 3 días de evolución. La erosión era pruriginosa pero no dolorosa y no se observaban otras lesiones mucocutáneas. No había síntomas asociados como fiebre o irritabilidad. Se tomó una muestra para cultivo, que reveló el crecimiento de Streptococcus pyogenes. La reacción en cadena de la polimerasa para el virus del herpes fue negativa. Las serologías para VIH, sífilis y hepatitis también fueron negativas. La paciente fue diagnosticada de impétigo vulvar no bulloso y tratada con una pomada de mupirocina al 2% durante 5 días, con lo que la lesión se resolvió por completo.

Se presenta el caso de un lactante de corta edad que fue hospitalizado en estado de shock y desarrolló una panvalvulitis a pesar del tratamiento con inmunoglobulina intravenosa y corticosteroides. Finalmente experimentó un resultado favorable cuando se añadió infliximab debido a la preocupación por la recaída clínica, a pesar de estar afebril, y el desarrollo de panvalvulitis. También se resume la bibliografía en relación con la frecuencia y los resultados de la valvulitis en niños con enfermedad de Kawasaki.

Un niño de 9 años de origen nigeriano fue remitido al hospital con fiebre alta y malestar general. Volvía de un viaje a Nigeria 5 días antes, tras una estancia de 30 días. No se realizó profilaxis antipalúdica. Aparte de la polipnea, no se observaron otros síntomas respiratorios. Se decidió derivarlo a cuidados intensivos debido a trombocitopenia grave (recuento de plaquetas 6000/mL) y lesión renal aguda oligúrica (creatinina 1,58 mg/dL, diuresis <0,5 mL/kg/hora). Tanto la proteína C reactiva como la procalcitonina estaban aumentadas. Se inició artemisinina intravenosa. Se obtuvo estabilización hemodinámica y aumento de la diuresis, mientras que la insuficiencia respiratoria empeoraba progresivamente. Fue necesaria la transfusión de eritrocitos empaquetados y albúmina. Mientras tanto, se evidenció hipoxia severa mediante análisis de gases en sangre arterial (relación P/F 102) y se le colocó presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) con casco (FiO2 0,75). La evaluación de laboratorio demostró una complicación hemofagocítica (triglicéridos 500 mg/dL, ferritina 2900, hemofagocitosis en la biopsia de médula ósea) que requirió la administración de dexametasona e inmunoglobulina intravenosa.

Una niña de 12 años presentó otro episodio de pielonefritis. Su historia fue notable por múltiples episodios previos de pielonefritis durante varios meses. Cada episodio estuvo acompañado de dolor en el flanco y fiebre. El urocultivo mostró Escherichia coli en todas las ocasiones. El tratamiento de los primeros episodios fue con cefalosporinas orales durante 10 días. La ecografía renal no mostró ninguna anomalía del tracto urinario y el uroflujo realizado fue normal. Se descartaron factores de riesgo subyacentes para la recurrencia de pielonefritis, como disfunción intestinal-vejiga y estreñimiento. Se discutió con la paciente y sus padres una ingesta suficiente de líquido oral, así como una evacuación completa de la vejiga, y se informó que eran adecuados.

Durante el episodio actual, se realizó una resonancia magnética, que sugirió un diagnóstico de nefritis bacteriana focal aguda (AFBN). Se administró un ciclo de 2 semanas de ceftriaxona intravenosa seguido de un tratamiento profiláctico oral. No obstante, se observaron una recaída clínica y nuevas lesiones renales en la resonancia magnética de seguimiento 6 semanas después, lo que impulsó al equipo a tratar su afección con un ciclo prolongado de ceftriaxona intravenosa durante 4 semanas.

Uno se pregunta si una terapia antibiótica prolongada y anterior para la AFBN podría haber reducido el riesgo de recurrencia.

El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas es un conjunto de trastornos complejos de la percepción visual con múltiples etiologías, siendo las infecciones las más frecuentes en Pediatría. Es un cuadro poco frecuente, pero es importante conocerlo por su carácter generalmente autolimitado. Presentamos el caso de un niño de 11 años que, a las 48 horas de infección por SARS-CoV-2, inició distorsión visual de la forma corporal, micropsias y macropsias. Se descartaron otras causas orgánicas, manteniéndose actitud expectante dada su evolución benigna. Se destaca la aparición de este síndrome en contexto clínico de infección por SARS-CoV-2, no habiendo sido descrita hasta ahora su asociación en la literatura.

La parálisis facial plantea un diagnóstico diferencial amplio en Pediatría, sobre todo cuando se acompaña de sintomatología que orienta en contra de una parálisis de Bell, por lo que resulta imprescindible realizar una correcta anamnesis. La enfermedad de Lyme es una de las posibles causas de parálisis facial, habiendo sido poco descrita en niños en España. Presentamos el caso de un varón de 11 años con diagnóstico de parálisis facial asociada a infección por B. burgdorferi con evolución favorable tras tratamiento con doxiciclina

Presentamos el caso de una niña de 27 días de vida, sin antecedentes de interés, que acude a su pediatra por edema y hematoma en la mama derecha. La paciente acude al día siguiente a las urgencias hospitalarias por evolución del cuadro hacia un absceso mamario, teniendo que ser ingresada e iniciando tratamiento antibiótico intravenoso. Dada la mala evolución, y a pesar del tratamiento antibiótico, se decide intervención quirúrgica mediante drenaje y lavado de la cavidad. Finalmente, se resuelve el cuadro sin secuelas posteriores.

La viruela símica (monkey pox) es una enfermedad infecciosa causada por un virus del género Orthopoxvirus, usualmente acompañada de síntomas sistémicos como: fiebre, cefalea, mialgias, astenia, erupciones cutáneas o lesiones mucosas. Esta enfermedad se transmite por contacto físico con personas infectadas, materiales o animales infectados. Presentamos el caso de un paciente de 6 años que acude a consulta de Atención Primaria por presentar sintomatología compatible con esta sospecha clínica. Se diagnostica viruela símica bajo reacción en cadena de la polimerasa (PCR) positiva y se da de alta con manejo sintomático ambulatorio.

La bronquiolitis obliterante es una rara enfermedad respiratoria obstructiva crónica, secundaria a una agresión de las vías respiratorias inferiores que provoca inflamación y obliteración, parcial o total, de las mismas. Existen diferentes causas que la provocan, siendo la infecciosa la más frecuente en Pediatría, principalmente, por adenovirus.

Se presenta el caso de un lactante varón de 18 meses de edad, con el antecedente de ingreso a los 8 meses en la unidad de cuidados intensivos pediátricos por bronquitis secundaria a virus respiratorio sincitial y adenovirus. Posteriormente a este episodio, presenta de forma persistente dificultad respiratoria y auscultación pulmonar patológica. La tomografía computarizada pulmonar de alta resolución muestra patrón en mosaico con áreas de atrapamiento aéreo y disminución del calibre vascular en las zonas afectas, hallazgos sugestivos de bronquiolitis obliterante.

Un paciente varón de 17 años se presentó con una historia de 2 semanas de dolor de garganta, cuello y cabeza, junto con dificultad para tragar y fiebre que duró 5 días. El paciente refirió un uso irregular de amoxicilina-ácido clavulánico, masaje cervical y tracción cervical para su intenso dolor de cuello durante este periodo. Estaba previamente sano sin ninguna hospitalización y tenía antecedentes de tabaquismo durante 4 años de cajetilla con una higiene oral deficiente. La exploración física reveló amígdalas y orofaringe hiperémicas, sensibilidad a la palpación del cuello y los movimientos del cuello eran dolorosos sin ninguna masa fluctuante. Las pruebas de laboratorio revelaron reactantes de fase aguda normales (proteína C reactiva: 2 mg/L, procalcitonina: <0,06 µg/L y recuento total de leucocitos: 13,5 × 103/μL). La resonancia magnética (RM) reveló un aspecto multiloculado con realce de contraste, que se extendía bilateralmente dentro de los planos musculares prevertebrales desde la línea media superior hasta la base del cráneo y el clivus, con un diámetro craneocaudal de aproximadamente 1,5 cm y un diámetro transversal máximo de 4 cm (Fig. 1). Se inició tratamiento intravenoso con vancomicina (60 mg/kg/día), metronidazol (30 mg/kg/día) y cefotaxima (300 mg/kg/día). El drenaje del absceso se realizó el día 2…

Una niña de 11 años de edad, previamente sano, acudió a nuestro servicio de urgencias con fiebre durante 2 semanas; inflamación preauricular derecha progresiva que no respondía a los antibióticos betalactámicos/inhibidores de betalactamasas; y aparición subaguda de dolor en la cadera izquierda y cojera. La paciente refirió dolor en reposo en la cadera izquierda, que empeoraba al deambular. Los antecedentes adicionales revelaban sudoración nocturna, fatiga y falta de apetito. Los antecedentes de exposición eran significativos por contacto estrecho con varios gatos pequeños y arañazos previos. En la exploración física se observó una linfadenopatía preauricular derecha sensible de 2 cm × 1 cm. Su marcha era antálgica, y la amplitud de movimiento pasivo y activo de la cadera izquierda producía dolor. Las pruebas de laboratorio mostraron un recuento normal de leucocitos de 5,2 × 103/μL, una velocidad de sedimentación globular elevada de 40 mm/h y una proteína C reactiva de 9,5 mg/dL. La función renal y hepática eran normales. Las pruebas de proteína C reactiva para virus respiratorios comunes (incluido el SARS-CoV19), Chlamydophila pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae fueron negativas. La prueba de liberación de interferón-γ de Mycobacterium tuberculosis fue indeterminada. La proteína C reactiva en sangre para Bartonella fue negativa, pero como esta prueba es específica pero no sensible, se obtuvieron serologías confirmatorias para las especies de Bartonella. Las pruebas serológicas para Bartonella henselae IgG fueron positivas en ≥ 1:1024 y confirmaron el diagnóstico clínico de

Para ampliar

En cuanto a este muestreo, los antibióticos de mayor consumo son los que se detectan en EDAR con mayor frecuencia y en mayores concentraciones. Así, ciprofloxacino, azitromicina y amoxicilina aparecen en la práctica totalidad de las EDAR, mientras que claritromicina aparece con escasa frecuencia y a baja concentración. La amoxicilina, pese a ser el antibiótico más consumido de los estudiados aparece en menor concentración que el ciprofloxacino o la azitromicina, probablemente debido a su elevada biodegradabilidad (Informe 1.2 PRAN). Es llamativo el caso de la eritromicina que, pese a su bajo consumo, aparece con elevada frecuencia y en concentraciones significativas en comparación con otros antibióticos de consumo similar. En la mayoría de los casos, la presencia de los antibióticos en MR es menor que en EDAR, aunque, en todos los casos y para todos los años analizados, hay ocasiones en los que las concentraciones en MR superan las concentraciones en EDAR.

Los lodos de depuradora contienen un sistema de microorganismos adecuado y adaptado al material que reciben. La exposición continua a antibióticos puede derivar en la generación de fenotipos de resistencia en depuradoras que se pueden diseminar a través de las masas de agua. No se conoce con detalle qué riesgo para los tratamientos clínicos plantean las bacterias medioambientales con fenotipos de resistencia. La posibilidad de adquirir esas bacterias sólo se podría dar en entornos en que haya una interacción entre ambiente y seres vivos susceptibles de recibir tratamiento con antimicrobianos, pero solo plantearía un riesgo en el caso de que dicho individuo necesitase dicho tratamiento.

Evaluar el riesgo de fracaso terapéutico en el tratamiento con antibióticos debido a la exposición ambiental a bacterias resistentes es un objetivo muy importante para la comunidad científica y reguladora. Aún no hay una metodología armonizada pero la vigilancia del estado de los compartimentos ambientales, en concreto la vigilancia de las concentraciones de antibióticos, es un primer paso para conocer en qué entorno nos movemos, a qué podríamos estar expuestos (humanos y animales) y qué riesgo supone esa exposición.

Ya puedes acceder al nuevo informe de medioambiente del Grupo de Trabajo de Medioambiente del PRAN.  Enmarcado en la línea estratégica de vigilancia del PRAN, el informe revela los resultados de un estudio que ha monitorizado la concentración de 5 antibióticos incluidos en la Lista de Observación de la Directiva Marco de Agua en 16 Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales y sus ríos

Conclusiones de los autores del estudio: la vacuna de proteína F prefusión contra el virus respiratorio sincitial, administrada a embarazadas en el último trimestre de embarazo, previene de infecciones respiratorias graves por dicho virus en sus lactantes, sin efectos adversos de importancia.

Comentario de los revisores: la vacuna parece eficaz y segura, aunque las estimaciones de eficacia son imprecisas. Constituye una opción preventiva alternativa a la administración de nirsevimab en el recién nacido, con expectativas de impacto equiparables.

Este artículo se publica simultáneamente con la revista electrónica Evidencias en Pediatría (www.evidenciasenpediatria.es).

Referencia del artículooriginal: Bivalent prefusion F vaccine in pregnancy to prevent RSV illness in infants. N Engl J Med. 2023;388:1451-64. https://doi.org/10.1056/NEJMoa2216480

La gripe supone una importante carga en términos de morbimortalidad, siendo la vacunación una de las medidas más efectivas para su prevención. Por lo que el objetivo de este estudio es conocer la efectividad de la vacuna antigripal para prevenir casos de gripe grave en los pacientes ingresados en un hospital de tercer nivel durante la temporada 2022/23.

Metodología

Estudio de casos y controles. Se incluyeron todos los pacientes hospitalizados con resultado positivo en una RT-PCR de gripe. Se consideró caso a aquellos que cumplieron criterio de caso grave (neumonía, sepsis, fallo multiorgánico, ingreso en la UCI o exitus). Quienes no los cumplían se consideraron controles. Se calculó la efectividad vacunal (EV) para prevenir los casos graves y su intervalo de confianza al 95%.

Resultados

Un total de 403 pacientes ingresaron con gripe confirmada. Noventa y ocho (24,3%) de ellos desarrollaron gripe grave. Del total, el 50,6% fueron varones y el 47,1% fueron mayores de 65 años. La EV ajustada por tipo de gripe, edad y ciertas comorbilidades fue del 40,6% (−21,9-71,1). En un análisis segmentado, la vacuna de la gripe resultó efectiva para la prevención de los casos graves en todas las categorías. Resultó especialmente relevante en el grupo de 65 años o más (EVa=60,9%; −2,0-85,0) y en los pacientes con gripe A (EVa=56,7%; 1,5-80,9).

Conclusiones

La vacunación antigripal redujo notablemente la aparición de casos graves de gripe en los pacientes hospitalizados, por tanto, sigue siendo la principal estrategia para reducir la morbimortalidad y los costes asociados.

El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), un grupo de expertos médicos y de salud pública que brinda asesoramiento a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, normalmente se reúne tres veces al año para desarrollar recomendaciones de vacunas en EE. UU. El ACIP se reunió del 25 al 26 de octubre de 2023 para discutir las vacunas meningocócicas, las vacunas contra la mpox, las vacunas contra el virus sincitial respiratorio (VSR), las vacunas contra la influenza, las vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y los calendarios combinados de vacunación pediátrica y de adultos para 2024. El ACIP también celebró reuniones especiales los días 12 y 22 de septiembre para discutir las recomendaciones de la vacuna COVID-19 2023-2024 y la inmunización contra el VRS en mujeres embarazadas. Esta actualización resume las actas de estas reuniones que son más relevantes para la población pediátrica. Las principales actualizaciones para los pediatras incluyen recomendaciones para la inmunización monovalente contra el COVID-19 XBB para la temporada respiratoria 2023-2024, la vacuna meningocócica conjugada pentavalente recientemente autorizada y la vacunación mpox en adultos jóvenes de alto riesgo, y un debate sobre las estrategias paralelas de protección contra la enfermedad por VR en lactantes mediante inmunización materna durante el embarazo o profilaxis directa de lactantes con nirsevimab.

Los médicos recetan el antibiótico ciprofloxacino para prevenir la enfermedad meningocócica entre los contactos íntimos de personas con enfermedades confirmadas. Pero los casos de enfermedad meningocócica causada por bacterias resistentes al ciprofloxacino han aumentado en la última década, lo que ha llevado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. a anunciar recientemente nuevas orientaciones.

Los médicos diagnosticaron alrededor de 1 caso de enfermedad meningocócica causada por cepas resistentes a la ciprofloxacina anualmente entre 2011 y 2018. Desde 2019, ha habido aproximadamente 10 personas diagnosticadas con enfermedad meningocócica resistente por año, señalaron los investigadores en el MMWR.

Como resultado, los CDC sugirieron que los departamentos de salud adopten un nuevo enfoque para el tratamiento profiláctico de los contactos cercanos. Para evitar fracasos terapéuticos, los médicos deberían tratarlos con antibióticos alternativos -rifampicina, ceftriaxona o azitromicina- cuando se cumplan dos criterios durante un periodo continuado de 12 meses: cuando se notifiquen localmente dos o más casos de enfermedad meningocócica resistente a la ciprofloxacina y cuando el 20% o más de todos los casos notificados estén causados por cepas resistentes a la ciprofloxacina.

Como conclusión, destacaríamos lo importante que es realizar un correcto cribado de esta patología en aquellos inmigrantes asintomáticos provenientes de estas áreas para evitar un posterior desarrollo de la enfermedad y evitar una posible reintroducción de esta patología en nuestro medio. Además, cabe tener en cuenta que esta patología puede desarrollarse aun varios años después de

haber viajado a una zona endémica, de ahí la importancia añadida de realizar un correcto cribado a la población.

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es uno de los diagnósticos infecciosos más comunes que justifican la hospitalización. A pesar de la vacunación generalizada, el Streptococcus pneumoniae sigue siendo la bacteria implicada con mayor frecuencia en la NAC [ 1 ]. En consecuencia, las directrices recomiendan regímenes antibióticos empíricos y definitivos con actividad in vitro contra S. pneumoniae [ 2 ].

El diagnóstico de NAC se basa en una evaluación clínica con signos y síntomas constantes como tos, producción de esputo, dolor torácico pleurítico, fiebre, disnea e hipoxia. Además, los hallazgos radiológicos, como un infiltrado focal, ayudan a confirmar el diagnóstico. Sin embargo, la confirmación microbiológica a menudo está ausente porque resulta difícil obtener muestras respiratorias óptimas. De hecho, en la mayoría de los casos de NAC no se identifica ningún organismo, lo que requiere que los médicos realicen un tratamiento empírico [ 1 ].

Las pruebas de diagnóstico rápido y en el lugar de atención se utilizan comúnmente para evitar la necesidad de tomar muestras respiratorias y acelerar la identificación de un patógeno causante. Pruebas como la prueba de amplificación del ácido nucleico de la influenza nasal con alta sensibilidad y especificidad son útiles para confirmar un diagnóstico, acelerar la terapia antiviral y evitar antibióticos empíricos. Por lo tanto, se puede fomentar el uso durante períodos de alta prevalencia estacional. Sin embargo, la prueba de antígeno urinario de S. pneumoniae (TAUP) es común en el diagnóstico de la NAC a pesar de su sensibilidad subóptima y el hecho de que un resultado positivo no afecte de manera rutinaria el manejo clínico.

En conclusión, los TAUP son comunes en el estudio diagnóstico de NAC. Sin embargo, las malas características de las pruebas y el impacto limitado en el manejo de antibióticos las hacen de baja utilidad clínica. No se ha demostrado ningún beneficio en los resultados clínicos en ensayos aleatorios, pero se han identificado daños potenciales. Creemos que la interrupción de las solicitudes de TAUP es un medio seguro, eficaz y fácilmente replicable de practicar la gestión diagnóstica, lo que podría llevar a la reasignación de recursos a pruebas o prácticas de gestión antimicrobiana más impactantes.

INTRODUCCIÓN

El síndrome COVID-19 posagudo (PACS) afecta a más de 65 millones de personas en todo el mundo, pero las opciones de tratamiento son escasas. Nos propusimos evaluar un preparado simbiótico (SIM01) para aliviar los síntomas del PACS.

MÉTODOS

En este ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo realizado en un centro de referencia terciario de Hong Kong, se asignó aleatoriamente (1:1) por bloques permutados aleatoriamente a pacientes con PACS según los criterios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. para recibir SIM01 (10.000 millones de unidades formadoras de colonias en sobres dos veces al día) o placebo por vía oral durante 6 meses. El criterio de inclusión fue la presencia de al menos uno de los 14 síntomas PACS durante 4 semanas o más tras la confirmación de la infección por SRAS-CoV-2, incluyendo fatiga, pérdida de memoria, dificultad de concentración, insomnio, alteraciones del estado de ánimo, caída del cabello, dificultad respiratoria, tos, incapacidad para hacer ejercicio, dolor torácico, dolor muscular, dolor articular, molestias gastrointestinales o malestar general. Se excluyó a las personas inmunodeprimidas, embarazadas o en periodo de lactancia, que no podían recibir líquidos por vía oral o que habían sido sometidas a cirugía gastrointestinal en los 30 días anteriores a la aleatorización. Se ocultó la asignación a los grupos a los participantes, los profesionales sanitarios y los investigadores. El resultado primario fue el alivio de los síntomas de PACS a los 6 meses, evaluado mediante un cuestionario de 14 preguntas administrado por un entrevistador en la población con intención de tratar. Se realizó una regresión logística multivariable por pasos para identificar los factores predictivos del alivio de los síntomas.

RESULTADOS

Entre el 25 de junio de 2021 y el 12 de agosto de 2022, 463 pacientes fueron asignados aleatoriamente a recibir SIM01 (n=232) o placebo (n=231). A los 6 meses, proporciones significativamente mayores del grupo SIM01 presentaron alivio de la fatiga (OR 2-273, IC 95% 1-520-3-397, p=0-0001), pérdida de memoria (1-967, 1-271-3-044, p=0-0024) dificultad de concentración (2-644, 1-687-4-143, p<0-0001), molestias gastrointestinales (1-995, 1-304-3-051, p=0-0014) y malestar general (2-360, 1-428-3-900, p=0-0008) en comparación con el grupo placebo. Las tasas de acontecimientos adversos fueron similares entre los grupos durante el tratamiento (SIM01 22 [10%] de 232 frente a placebo 25 [11%] de 231; p=0,63). El tratamiento con SIM01, la infección con variantes omicrón, la vacunación antes de la COVID-19 y la COVID-19 aguda leve, fueron predictores del alivio de los síntomas (p<0,0036).

INTERPRETACIÓN

El tratamiento con SIM01 alivia múltiples síntomas del PACS. Nuestros hallazgos tienen implicaciones en el tratamiento del PACS mediante la modulación del microbioma intestinal. Se justifican más estudios para explorar los efectos beneficiosos de SIM01 en otras afecciones crónicas o postinfecciosas.

Fundamento y objetivo: analizar el grado de adecuación a las guías terapéuticas de consenso de las prescripciones por parte de los pediatras de Atención Primaria (AP) en casos de faringoamigdalitis aguda (FAA) y otitis media aguda (OMA).

Material y métodos: estudio observacional retrospectivo con obtención de datos de los registros electrónicos de las historias clínicas de los pacientes con OMA supurada y FAA estreptocócica en pacientes de 0 a 14 años que residen en Álava (País Vasco, España), en 18 meses de estudio.

Resultados: en el grupo de pacientes con OMA supurada han sido evaluados 238 episodios obteniendo un grado de adecuación terapéutica del 56,7% y siendo la infradosificación la principal causa de inadecuación. En el grupo de pacientes con FAA estreptocócica han sido evaluados 1721 episodios obteniendo un grado de adecuación terapéutica del 57%, siendo las principales causas de inadecuación la sobredosificación y las pautas de corta duración.

Conclusiones: tanto en OMA supurada como en FAA estreptocócica el grado de adecuación terapéutica es algo más bajo comparado con otros estudios analizados. Ambos procesos infecciosos son de frecuentes diagnóstico y tratamiento en AP, razón por la cual es de vital importancia la mejora en su adecuado tratamiento. Otro punto de mejora es el correcto registro en la historia clínica de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico temporalmente asociado al SARS-CoV-2 (PIMS-TS), también conocido como síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) surgió en abril de 2020. Las comparaciones pediátricas dentro del ensayo RECOVERY tenían como objetivo evaluar el efecto de la inmunoglobulina intravenosa o los corticosteroides en comparación con la atención habitual sobre la duración de la estancia hospitalaria para los niños con PIMS-TS y comparar el tocilizumab (anticuerpo monoclonal anti-receptor IL-6) o la anakinra (antagonista del receptor anti-IL-1) con la atención habitual para aquellos con inflamación refractaria al tratamiento inicial.

MÉTODOS

Realizamos este ensayo aleatorizado, controlado, abierto y de plataforma en 51 hospitales del Reino Unido. Los pacientes elegibles eran menores de 18 años y habían ingresado en el hospital por MIS-C. En la primera aleatorización, los pacientes fueron asignados aleatoriamente (1:1:1) a atención habitual (sin tratamientos adicionales), atención habitual más metilprednisolona (10mg/kg al día durante 3 días consecutivos), o atención habitual más inmunoglobulina intravenosa (una dosis única de 2 g/kg). Si se consideraba necesario un tratamiento antiinflamatorio adicional, los niños de al menos 1 año de edad podían ser considerados para una segunda aleatorización, en la que los pacientes eran asignados aleatoriamente (1:2:2) a la atención habitual, tocilizumab intravenoso (12 mg/kg en pacientes <30 kg; 8mg/kg en pacientes ≥30 kg, hasta una dosis máxima de 800 mg), o anakinra subcutánea (2 mg/kg una vez al día en pacientes ≥10 kg). La aleatorización se realizó mediante una aleatorización simple (no estratificada) basada en la web con ocultación de la asignación. El resultado primario fue la duración de la estancia hospitalaria. El análisis se realizó por intención de tratar. Para los tratamientos evaluados en cada aleatorización, se utilizó un marco bayesiano único que asumía priors no informativos para el tratamiento con el fin de evaluar conjuntamente la eficacia de cada intervención en comparación con la atención habitual.

RESULTADOS

Entre el 18 de mayo de 2020 y el 20 de enero de 2022, se inscribieron 237 niños con MIS-C y se incluyeron en el análisis por intención de tratar. De los 214 pacientes que entraron en la primera aleatorización, 73 fueron asignados a recibir inmunoglobulina intravenosa, 61 metilprednisolona y 80 atención habitual. De los 70 niños que entraron en la segunda aleatorización (incluidos 23 que no entraron en la primera aleatorización), 28 fueron asignados a recibir tocilizumab, 14 anakinra y 28 atención habitual. La edad media fue de 9-5 años (DE 3-8) en la aleatorización y de 9-6 años (3-6) en la segunda aleatorización. 118 (55%) de 214 pacientes en la primera aleatorización y 39 (56%) de 70 pacientes en la segunda aleatorización eran varones. 130 (55%) de 237 pacientes eran negros, asiáticos o pertenecientes a minorías étnicas, y 105 (44%) eran blancos. La duración media de la estancia hospitalaria fue de 7-4 días (DE 0-4) en los niños asignados a inmunoglobulina intravenosa y de 7-6 días (0-4) en los niños asignados a atención habitual (diferencia -0-1 días, intervalo de credibilidad [IC] del 95% -1-3 a 1-0; probabilidad posterior 59%). La duración media de la estancia hospitalaria fue de 6-9 días (DE 0-5) en los niños asignados a metilprednisolona (diferencia con la atención habitual -0-7 días, IC del 95% -1-9 a 0-6; probabilidad posterior 87%). La duración media de la estancia hospitalaria fue de 6-6 días (DE 0-7) en los niños asignados a tocilizumab de segunda línea y de 9-9 días (0-9) en los niños asignados a la atención habitual (diferencia -3-3 días, IC del 95% -5-6 a -1-0; probabilidad posterior >99%). La duración media de la estancia hospitalaria fue de 8-5 días (DE 1-2) en los niños asignados a anakinra (diferencia con la atención habitual -1-4 días, IC 95% -4-3 a 1-8; probabilidad posterior 84%). Se notificaron dos aneurismas de arteria coronaria persistentes entre los pacientes asignados a la atención habitual en la primera aleatorización. Hubo pocas arritmias cardiacas, hemorragias o eventos trombóticos en ninguno de los grupos. Fallecieron dos niños; ninguno se consideró relacionado con el tratamiento del estudio.

INTERPRETACIÓN

Con evidencia moderada se indica que, en comparación con la atención habitual, la metilprednisolona intravenosa de primera línea reduce la duración de la estancia hospitalaria para los niños con MIS-C. Pruebas sólidas indican que el tocilizumab de segunda línea reduce la duración de la estancia hospitalaria en niños con inflamación refractaria al tratamiento inicial. Ni la inmunoglobulina intravenosa ni la anakinra tuvieron efectos sobre la duración de la estancia hospitalaria en comparación con la atención habitual.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS.

La vacunación materna podrías prevenir la infección por COVID-19 en el niño. Ha sido valorada la protección generada contra la infección en el niño menor de 6 meses a través de los anticuerpos maternos vacunales

MÉTODOS

Niños nacidos de madres vacunadas con 2 o 3 dosis de vacunas COVID-19 RNA (vacunación de refuerzo o no respectivamente) presentaron títulos persistentes de IgG, pseudovirus D614G y anticuerpos neutralizantes ómicron BA.1 y BA.5 al nacimiento. La determinación de síndrome de distrés respiratorio agudo severo por coronavirus 2 ha sido determinado por cuestionario materno y confirmación analítica posterior en un seguimiento prospectivo hasta los 6 meses de vida entre diciembre del 2021 y julio del 2022. La reducción del riesgo de infección determinada por dosis de vacunación y niveles de anticuerpos ha sido estimada por modelos separados.

RESULTADOS

Hijos de madres que recibieron refuerzo vacunal (n = 204) han presentado un pico mayor de IgG, pseudovirus y títulos NAb al nacimiento con respecto a los hijos de madres con primovacunación (n = 271), y presentaron un 56% menos de posibilidades de presentar infección en los 6 primeros meses de vida (P = .03). Indistintamente de los refuerzos vacunales, los niños presentaron un incremento de 10 veces en el pico de títulos de IgG al nacimiento, con una reducción del riesgo de infección del 47% (intervalo de confianza 8%–70%; P = .02). De manera similar, el incremento de casi 10 veces en el título de pseudovirus frente a cepa Wuham, títulos de nAb virus frente a D614G y ómicron BA.1 y BA.5 han sido asociados con una reducción del riesgo del 30%, 46% y 60% respectivamente.

CONCLUSIONES

Los títulos de anticuerpos transplacentarios y nAB más elevados han reducido sustancialmente el riesgo de infección por SARS-CoV-2 en niños, y las dosis de refuerzo de vacunación amplían la protección durante el período con más predominancia de la variante ómicron. Hasta que los niños sean susceptibles de vacunación por edad, la vacunación materna provee protección pasiva contra la infección sintomática en la primera infancia

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Remdesivir disminuye el riesgo de progresión a enfermedad severa del SARS-CoV-2 en adultos. Este estudio evalúa la seguridad y farmacocinética de remdesivir en niños.

METODOS

Este es un ensayo clínico abierto en fase 2/3 con niños de 28 días de vida hasta 17 años de edad hospitalizados por SARS-CoV-2 confirmada por PCR. Los participantes han recibido remdesivir una dosis diaria intravenosa por 10 días o menos, dosificación definida por modelos fisiológicos basados en farmacocinética ( para >40Kg, 200 mg en el día 1, posteriormente 100 mg/día; para > o = a 28 días de vida y peso entre 3 Kg y 40 Kg, 5 mg/Kg en el día 1y posteriormente 2.5 mg/Kg/día). Escasas muestras de farmacocinética fueron analizadas utilizando el enfoque farmacocinético de la población para remdesivir y los metabolitos GS-704277 y GS-441524.

RESULTADOS

Entre los 53 participantes analizados en el ensayo la mediana (Q1, Q3) del número de días de síntomas de COVID-19 fueron 19 (3, 7) y de hospitalización (1, 3). Los antecedentes personales condicionantes incluidos fueron obesidad en 19 (37%), asma en 11 (21%) y alteraciones cardíacas en 11 (21%). La media de duración de tratamiento con remdesivir fue de 5 días (rango 1-10). Remdesivir no ha tenido nuevos efectos secundarios. 2 pacientes suspendieron el tratamiento debido a efectos adversos como elevación de transaminasas: ambos tenían elevación de transaminasas basales al inicio de la terapia. 3 pacientes fallecieron en el transcurso del tratamiento (y uno tras finalizarlo). Cuando se compara estos datos con los de adultos en fase 3, los parámetros medios estimados (área bajo la curva de concentración-tiempo sobre 1 intervalo de dosis, AUCτ, Cmax, y Cτ) se superpusieron en gran medida pero aumentaron modestamente (remdesivir, 33%–129%; GS-704277, 37%–124%; GS-441524, 0%–60%). La recuperación de produjo en el 62% de los participantes en el día 10 y en el 83% en la última evaluación.

CONCLUSIONS

En bebés y niños con COVID-19, las dosis de remdesivir evaluadas proporcionaron una exposición al fármaco similar a la dosis de los adultos. En este estudio con un tamaño de muestra pequeño, no se observaron nuevos problemas de seguridad.

INTRODUCCIÓN

El virus sincitial respiratorio (VSR) es la principal causa de hospitalización en bebés estadounidenses. Las estimaciones precisas de la enfermedad grave por VRS informan las decisiones políticas para la prevención del VRS.

MÉTODOS

Realizamos vigilancia prospectiva de niños <5 años con enfermedad respiratoria aguda de 2016 a 2020 en 7 hospitales pediátricos. Entrevistamos a los padres, revisamos los registros médicos y analizamos hisopos nasales y faríngeos del cornete medio mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa para detectar el VSR y otros virus respiratorios. Describimos las características de los niños hospitalizados con VRS, los factores de riesgo para el ingreso en la UCI y estimamos las tasas de hospitalización asociadas al VRS.

RESULTADOS

Entre 13.524 pacientes hospitalizados con enfermedades respiratorias agudas menores de 5 años, 4.243 (31,4%) fueron positivos para el VSR; 2.751 (64,8%) de los niños con VSR positivo no tenían ninguna enfermedad subyacente ni antecedentes de prematuridad. La tasa promedio anual de hospitalización asociada al VSR fue de 4,0 (intervalo de confianza [IC] del 95 %: 3,8–4,1) por 1000 niños <5 años, y fue más alta entre los niños de 0 a 2 meses de edad (23,8 [IC del 95 %: 22,5–25,2] por 1000) y disminuye con la edad. Se encontraron tasas de hospitalización asociadas al VRS más altas en niños prematuros que a término (cociente de tasas = 1,95 [IC del 95 %: 1,76 a 2,11]). Los factores de riesgo para el ingreso en la UCI entre pacientes hospitalizados con VSR positivo incluyeron: edad de 0 a 2 y de 3 a 5 meses (odds ratio ajustado [ORa] = 1,97 [IC 95%: 1,54–2,52] y ORa = 1,56 [IC 95%: 1,18– 2,06], respectivamente, en comparación con 24-59 meses), prematuridad (aOR = 1,32 [IC 95%: 1,08-1,60]) y condiciones comórbidas (aOR = 1,35 [IC 95%: 1,10-1,66]).

CONCLUSIONES

Los bebés más pequeños y los niños prematuros experimentaron las tasas más altas de hospitalización asociada al VSR y tuvieron un mayor riesgo de ingreso en la UCI. Se necesitan productos de prevención del VRS para reducir la morbilidad asociada al VRS en los bebés pequeños.

INTRODUCCIÓN

Se estima que un total de 700.000 niños y adolescentes estadounidenses tienen infección latente de tuberculosis (TB). Identificar los facilitadores y las barreras para participar en la atención de la infección por tuberculosis es fundamental para prevenir la enfermedad de tuberculosis pediátrica. Exploramos las perspectivas de las familias y los médicos sobre el diagnóstico y la atención de la infección por tuberculosis pediátrica.

METODOS

Realizamos entrevistas individuales y discusiones en grupos pequeños con médicos de atención primaria y subespecialidades, y entrevistas individuales con cuidadores de niños diagnosticados con infección por tuberculosis. Buscamos obtener facilitadores y barreras para la participación en la atención de la infección por tuberculosis. Utilizamos análisis temáticos aplicados para dilucidar temas relacionados con la participación en la atención y temas organizados utilizando un marco de participación en la atención de la infección por tuberculosis pediátrica basado en cascada.

RESULTADOS

Reclutamos a 19 cuidadores y 24 médicos. Surgieron temas clave relacionados con los facilitadores y las barreras a la atención que afectaron de manera variable la participación en las diferentes etapas de la atención. Los sistemas de salud incluyeron la aplicación de estrategias de identificación de riesgos y comunicación de riesgos; accesibilidad a los ecosistemas de cuidado; programas para reducir las barreras relacionadas con los costos; y apoyo al cumplimiento de la medicación. Las variables del paciente y de la familia analizadas incluyeron conocimientos y creencias sobre la tuberculosis; confianza en los médicos, las pruebas y las instituciones médicas; habilidades de comportamiento; desarrollo infantil y crianza de los hijos; y recursos familiares.

CONCLUSIONES

La identificación de riesgos, las técnicas educativas, la confianza, los recursos familiares, el estigma de la tuberculosis y la accesibilidad al ecosistema de atención permitieron o impidieron la atención. Nuestros resultados delinean un marco integrado de participación en la atención de la infección por tuberculosis pediátrica que puede informar intervenciones multinivel para mejorar la atención de la infección por tuberculosis pediátrica.

La oxigenoterapia de alto flujo podría reducir la necesidad de asistencia respiratoria invasiva (p. ej., intubación) y podría tener una ventaja clínica sobre otros tratamientos al prevenir que se resequen las vías respiratorias altas. Esta revisión evaluó los efectos del tratamiento con cánula nasal de flujo alto, comparada con otra asistencia respiratoria, en el tratamiento de los lactantes con bronquiolitis.

Dieciséis estudios (2813 participantes) cumplieron los criterios de inclusión. Estos estudios compararon la oxigenoterapia de alto flujo con la oxigenoterapia convencional (de flujo bajo) o con la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP). Estos estudios se realizaron en salas de pediatría y unidades de cuidados intensivos de todo el mundo. Se identificaron 11 ensayos que compararon el flujo alto con el flujo bajo, con un total de 2322 lactantes, y cinco estudios con un total de 491 lactantes que compararon el flujo alto con la CPAP. En cada estudio se intentó comparar la duración de la estancia hospitalaria, los cambios en la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y los criterios de puntuación clínica, así como el número de episodios adversos y la necesidad de intensificar el tratamiento. Estos datos se analizaron para determinar si alguna de las intervenciones era superior y si las diferencias eran estadísticamente significativas.

Conclusiones de los autores: El tratamiento con cánula nasal de alto flujo podría tener algunos efectos beneficiosos sobre el oxígeno de flujo bajo en los lactantes con bronquiolitis en términos de una mejoría de las frecuencias respiratoria y cardíaca, así como una modesta reducción de la duración de la estancia hospitalaria y de la duración de la oxigenoterapia, con una menor incidencia de intensificación del tratamiento. No parece haber diferencias en el número de eventos adversos.

Se necesitan más estudios que comparen el tratamiento con cánula nasal de flujo alto y la CPAP para demostrar la eficacia de una modalidad sobre la otra. Una definición clínica estandarizada de la bronquiolitis, así como el uso de una puntuación de gravedad clínica validada, permitiría una comparación mayor y más precisa entre los estudios.

INTRODUCCIÓN

El virus respiratorio sincitial (VRS) representa un reto sanitario mundial, especialmente entre los niños más pequeños. Aunque se ha cuantificado de forma preliminar la carga de la enfermedad en Japón, sigue faltando una comprensión exhaustiva en relación con los patrones de tratamiento y la influencia de los factores de riesgo conocidos a escala nacional.

MATERIAL Y MÉTODOS

Realizamos un estudio de cohortes retrospectivo que consistió en 50 482 niños menores de 5 años hospitalizados con infecciones por VRS durante 2018-2022 utilizando la base de datos Medical Data Vision. Se investigaron las tendencias en las características de los pacientes, el uso de recursos sanitarios, los patrones de tratamiento y los datos de laboratorio. Además, se utilizaron modelos de regresión de Poisson modificados multivariables para investigar los factores de riesgo asociados con afecciones graves.

RESULTADOS

Se observó una tendencia creciente en los costes sanitarios de hospitalización y tendencias decrecientes en el uso de antibióticos, broncodilatadores, corticosteroides sistémicos y otros medicamentos sintomáticos de 2018 a 2022. Los factores de riesgo asociados a las infecciones graves por VRS fueron los niños menores de 1 año (risk ratio 2,90; IC 95%: 2,53-3,32) y el número de enfermedades crónicas complejas (cociente de riesgos para 1 enfermedad, 2,68; IC 95%: 2,34-3,06: risk ratio para 2 o más enfermedades, 6,91; IC 95%: 5,81-8,21). Los costes sanitarios anuales de hospitalización por infecciones por VRS se estimaron entre 11.000 y 14.000 millones de yenes japoneses para los niños más pequeños.

CONCLUSIONES

Nuestro estudio observó los cambios en los patrones de práctica y el uso de recursos sanitarios para los niños hospitalizados con infecciones por VRS e identificó factores de riesgo asociados con afecciones graves. Estos hallazgos aportan ideas a los responsables políticos y a los clínicos que pretenden diseñar estrategias para seguir mejorando las prácticas clínicas, incluidas las vacunas de nuevo desarrollo y los anticuerpos monoclonales de acción prolongada de dosis única.

INTRODUCCIÓN

Las infecciones pediátricas por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave-2 (Sars-CoV-2) suelen ser leves y las tasas de mortalidad son bajas, pero ha surgido la preocupación por los síntomas a largo plazo que pueden parecerse a los de otros síndromes postinfecciosos. Los estudios con grupos de control sólidos y tasas de respuesta elevadas han sido escasos.

MÉTODOS

Obtuvimos los identificadores de los 837 niños islandeses diagnosticados de SRAS-CoV-2 por PCR entre marzo de 2020 y junio de 2021 y contactamos con ellos por teléfono. Preguntamos sobre 10 síntomas físicos y mentales presentes al menos dos veces por semana durante al menos 2 meses. Se volvió a contactar con los participantes que declararon síntomas un año después. Para cada sujeto que completó el cuestionario, se pidió a un comparador de la misma edad y sexo sin infección por SARS-CoV-2 que completara el mismo cuestionario, y se calculó la diferencia de riesgo.

RESULTADOS

Se analizaron las respuestas de 643 casos y 602 comparadores. Los niños que habían sido infectados por el Sars-CoV-2 eran más propensos a declarar uno o más síntomas, excepto ansiedad/depresión y trastornos del sueño. La fatiga y la pérdida de concentración fueron evidentemente más frecuentes en los casos de adolescentes (diferencia de riesgo: 15%; IC 95%: 7-22% y 15%; IC 95%: 7-23%, respectivamente). En el segundo seguimiento, cerca de un tercio de los casos de Long COVID se habían resuelto, pero algunos participantes habían desarrollado nuevos síntomas persistentes.

CONCLUSIONES

Los síntomas de COVID prolongada en niños son frecuentes y repercuten en su calidad de vida. Es vital seguir desentrañando la fisiopatología de los síntomas agudos y a largo plazo tras la infección por SRAS-CoV-2 en niños, así como las posibles medidas preventivas.

Los quistes cerebrales aislados identificados mediante ecografía precoz se consideran afectación del sistema nervioso central en lactantes con citomegalovirus congénito (CMVc). A todos los lactantes se les diagnosticaron quistes caudotalámicos o subependimarios. Cuando se tratan según el protocolo del CMVc, estos pacientes tienen un pronóstico excelente y no presentan secuelas neurológicas. Se necesitan más datos sobre la importancia de los distintos quistes en relación con el CMVc.

La pandemia de SRAS-CoV-2 trajo consigo varias manifestaciones inesperadas. Una de ellas es el denominado síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Aunque la fisiopatología aún se está discerniendo, el MIS-C se entiende como un proceso postinflamatorio tras la infección por SRAS-CoV-2 2-6 semanas antes. Como tal, la mayoría de los casos deberían presentar anticuerpos contra las proteínas de la espiga (S+) y la nucleocápside (N+). Sin embargo, no siempre es así.

HALLAZGOS

Los datos obtenidos muestran una fracción significativa de pacientes con MIS-C que presentan un perfil de anticuerpos único (S+/N-) en lugar de doble (S+/N+). Nuevos datos sugieren que los pacientes con CMI-M pueden tener una mejor respuesta serológica a la proteína S que a la N,3 lo que hace que nuestros hallazgos sean plausibles. Lo que es más significativo, nuestros datos sugieren que aquellos que presentan un perfil de anticuerpos único (S+/N-) pueden representar un fenotipo diferente y más grave.

La prevalencia de la afección post-COVID-19 no está bien definida. Describimos una cohorte de 244 niños diagnosticados de COVID-19 y seguidos durante 6 meses, en la que el 4,9% de los pacientes presentaban síntomas persistentes a las 12 semanas. La anosmia fue el síntoma más frecuente. Ser mujer y tener más de 3 síntomas en la infección aguda se asociaron con un mayor riesgo de COVID posterior.

A pesar de una desinfección adecuada, la contaminación de las muestras durante la cateterización urinaria de entrada y salida no es infrecuente, lo que da lugar a interpretaciones de falsos positivos y “cultivos mixtos”. Implementamos una técnica de cateterización “tipo midstream” y cultivamos tanto la primera como la segunda fracción de orina evacuada. Los cultivos de la segunda fracción mostraron menos contaminantes e interpretaciones de “cultivos mixtos” y se alinearon mejor con la piuria, mejorando así la precisión diagnóstica y minimizando el riesgo de diagnósticos clínicos erróneos y el uso injustificado de antibióticos.

INTRODUCCIÓN

Giardia lamblia puede encontrarse incidentalmente durante la endoscopia gastrointestinal (EG) superior, incluso cuando se toman biopsias para el diagnóstico de la enfermedad celíaca (EC). El objetivo era estudiar la presentación clínica y la histopatología de G. lamblia y determinar su asociación con la enfermedad celíaca.

MÉTODOS

Serie retrospectiva de casos de pacientes pediátricos diagnosticados de G. lamblia a partir de biopsias intestinales entre enero de 1999 y enero de 2023. Datos basales; demográficos, síntomas, serología celíaca, análisis de heces, hallazgos macroscópicos e histopatológicos. Datos de seguimiento; tratamiento y serología celíaca repetida.

RESULTADOS

De 38 pacientes con G. lamblia, 15 (39,5%) eran mujeres, con una edad media de 6,7 (±4,8 DE) años. Síntomas clínicos; gastrointestinales 19/38 (50%), retraso del crecimiento y/o anemia ferropénica 8/38 (21,1%) o una combinación 11/38 (28,9%). La serología celíaca fue positiva en 13/38 (34,2%). Hallazgos endoscópicos duodenales; normal (n = 23, 60,5%), nodularidad (n = 12, 32,4%), erosiones en 2 (5,4%) y festoneado en 1 (2,7%). Histopatología; vellosidades normales 24/38 (63,2%), acortamiento de las vellosidades con aumento de los linfocitos intraepiteliales (LIE) 5/38 (13,2%), LIE aislado 3/38 (7,9%) y duodenitis en 6/38 (15,8%). Los niños con serología de EC positiva eran más jóvenes (4 frente a 8,1 años, p = 0,019), tenían menos síntomas GI (23,1% frente a 64%, p = 0,017) y una mayor tasa de acortamiento de las vellosidades con aumento de IEL (38,5% frente a 0, p < 0,001) frente a los niños con serología negativa. En el seguimiento, se recomendó a todos el tratamiento con metronidazol, pero se documentó su administración en 22/38 (57,9%). Entre los 13 niños con serología de EC positiva, la serología se normalizó en 10 (77%)

CONCLUSIÓN. lamblia es un hallazgo histopatológico poco frecuente en niños. Puede ser un hallazgo incidental en EC o puede causar serología celíaca falsa positiva.

INTRODUCCIÓN

El diagnóstico de las infecciones por micobacterias no tuberculosas (MNT) sigue siendo un reto. En este estudio, describimos la evaluación de un ensayo inmunológico de liberación de NTM-interferón (IFN)-γ (IGRA) que desarrollamos utilizando glicopéptidolípidos (GPL) como antígenos específicos de NTM.

MÉTODOS

Se testó el NTM-IGRA en 99 muestras de pacientes pediátricos. Setenta y cinco eran pacientes con linfadenitis: 25 estaban confirmadas por MNT, 45 eran de etiología desconocida pero compatibles con infección micobacteriana y 5 tenían linfadenitis causada por un agente etiológico distinto de MNT. Las 24 muestras restantes procedían de individuos control sin linfadenitis (con infección latente por M. tuberculosis, controles no infectados y pacientes con tuberculosis activa). Las células mononucleares de sangre periférica se estimularon durante la noche con GPL. La detección de células productoras de IFN-γ se evaluó mediante ensayo inmunospot ligado a enzimas.

RESULTADOS

Las muestras de pacientes con linfadenitis de etiología desconocida pero compatible con infección micobacteriana confirmada por cultivo de MNT presentaron una respuesta significativamente mayor frente a los GPL que los pacientes con linfadenitis de etiología desconocida pero compatible con infección micobacteriana (p < 0,001) y linfadenitis no causada por MNT (p < 0,01). Se analizó la respuesta frente a GPLs en muestras de casos de linfadenitis de etiología desconocida pero compatible con infección micobacteriana según la respuesta a la prueba cutánea de la tuberculina (TST), y aunque no fue estadísticamente significativa, aquellos con una TST ≥5 mm tuvieron una mayor respuesta a GPLs en comparación con el grupo TST <5 mm.

CONCLUSIÓN

La estimulación con GPL arrojó resultados prometedores en la detección de la infección por MNT en pacientes pediátricos con linfadenitis. Nuestros resultados indican que la prueba podría ser útil para orientar el diagnóstico de la linfadenitis pediátrica. Este nuevo NTM-IGRA podría mejorar el manejo clínico de los pacientes infectados por NTM y evitar diagnósticos y tratamientos erróneos innecesarios.

Vale la pena leer juntos estos cuatro fascinantes artículos porque son un gran ejemplo de desarrollo y validación de puntajes predictivos, trabajando con grandes datos (un enfoque basado en datos) y trabajando con una gran cantidad de equipos Grupo de trabajo para la definición de sepsis pediátrica de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM) (Society of Critical Care Medicine (SCCM) Pediatric (Grupo de Trabajo para la definición de sepsispediátrica de la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos (SCCM)) en países de ingresos bajos, medios y altos y brindando capacidad de generalización. Sanchez-Pinto et al ( JAMA 2024. doi:10.1001/jama.2024.0196) han realizado este estudio de cohorte retrospectivo, internacional y multicéntrico en 10 sistemas de salud de EE. UU., Colombia, Bangladesh, China y Kenia, incluidos 3.049.699 niños menores de edad. de 18 años en el departamento de emergencias y en el ámbito hospitalario…

¡Qué magnífico juicio! Había 235 centros de Francia, Alemania y el Reino Unido reclutando a más de 8.000 niños para un estudio de nirsevimab, que es un anticuerpo monoclonal neutralizante del virus respiratorio sincitial (VRS) especialmente diseñado como preparación de acción prolongada. Ha sido aprobado para la prevención de infecciones del tracto respiratorio inferior relacionadas con el VRS. Drysdale et al (N Engl J Med 2023;389:2425–2435 DOI: 10.1056/NEJMoa2309189) han examinado su papel en la prevención de ingresos hospitalarios en recién nacidos, nacidos con al menos 29 semanas de edad o más y menos de 12 meses de edad. . Estos bebés fueron asignados al azar, en una relación 1:1…

Más de 30 millones de personas en los EE. UU. han sido etiquetadas como alérgicas a la penicilina y casi el 75% recibe esta etiqueta a los 3 años de edad, aunque muchas no son verdaderas alergias.

La etiqueta de alergia a la penicilina más común en la infancia es amoxicilina. Sin embargo, los antibióticos tipo penicilina, que incluyen la amoxicilina, suelen ser la mejor opción para tratar infecciones infantiles comunes, como infecciones de oído, neumonía y faringitis estreptocócica. Si un padre informa que es alérgico a la penicilina, a veces el pediatra debe elegir un antibiótico menos específico.

¿Cómo afecta a los niños una etiqueta de alergia a la penicilina?

Etiquetar a un niño como alérgico a la penicilina puede parecer una opción segura, pero en realidad puede conducir a malos resultados de salud a largo plazo. Estos pueden incluir mayor tiempo en el hospital, posibilidades de morir, infecciones después de la cirugía y mayores costos de atención.

Muchos niños con una etiqueta de alergia a la penicilina no son realmente alérgicos. Las erupciones cutáneas, en particular la urticaria, son motivos comunes de etiquetas de alergia a la penicilina en la infancia. Los niños con infecciones comunes suelen tener urticaria, a veces mientras toman antibióticos, lo que dificulta saber si se trata de una alergia o no. Un pediatra o alergólogo puede ayudar a determinar si la etiqueta de alergia a los antibióticos es correcta.

¿Cómo se evalúa la alergia a la penicilina?

Al hacer preguntas, un pediatra puede ayudar a distinguir las verdaderas reacciones alérgicas de los efectos adversos de los antibióticos o las infecciones virales, como diarrea, malestar estomacal o dolor de cabeza. Los pacientes con estos efectos adversos o infecciones virales, o aquellos con familiares alérgicos a la penicilina, no necesitan una evaluación de alergia y, por lo general, pueden tomar estos medicamentos sin un mayor riesgo de reacción alérgica. En este momento, las alergias a la penicilina no tienen una base genética.

Solíamos pensar que descubrir una verdadera alergia requería pruebas cutáneas seguidas de pruebas orales con penicilina para evaluar a los niños con estas etiquetas. Las pautas actualizadas recomiendan pruebas orales solo para niños cuyas reacciones involucran ciertas erupciones cutáneas, como la urticaria.

Si un niño necesita una prueba oral, un pediatra o alergólogo le administra al paciente una dosis del medicamento y lo monitorea en una clínica para detectar una reacción, generalmente durante aproximadamente una hora. El profesional de la salud puede recomendar una provocación oral “graduada” en la que al paciente se le administra una pequeña dosis del medicamento, se lo observa durante un período de tiempo y luego se le administra una dosis mayor con otro período de observación. Para pacientes con síntomas distintos de erupciones específicas o con síntomas como vómitos o sibilancias junto con la erupción, aún se recomiendan pruebas cutáneas antes de la provocación oral.

Los niños deben consultar a su pediatra ante cualquier inquietud sobre una reacción a un antibiótico. Esto permitirá tener un recuento preciso de los síntomas y el momento de aparición en relación con la medicación. Según esa información, es posible que su hijo necesite una derivación a un alergólogo. Los pediatras pueden realizar pruebas orales tan pronto como sea necesario en la infancia. No asuma que una reacción es una alergia.

Demostración de la aplicación Pitt CMU iTM como clasificador automatizado para diagnosticar otitis media aguda (OMA) en niños

Puntos clave

Pregunta   ¿Se puede utilizar una herramienta de apoyo a las decisiones de inteligencia artificial en un entorno de atención primaria para mejorar la precisión en el diagnóstico de otitis media aguda en niños pequeños?

Hallazgos   En este estudio de diagnóstico que utilizó 1.151 vídeos de la membrana timpánica de 635 niños, la herramienta de apoyo a la toma de decisiones tuvo una sensibilidad del 93,8% y una especificidad del 93,5%.

Significado   Estos hallazgos sugieren que, dada su alta precisión, la herramienta de apoyo a la toma de decisiones podría usarse razonablemente en atención primaria o en entornos de atención aguda para ayudar con las decisiones relacionadas con el tratamiento de la otitis media aguda.

Abstracto

Importancia   La otitis media aguda (OMA) es una enfermedad frecuentemente diagnosticada en niños, sin embargo, la precisión del diagnóstico ha sido consistentemente baja. Se han desarrollado múltiples redes neuronales para reconocer la presencia de OMA con aplicación clínica limitada.

Objetivo   Desarrollar y validar internamente una herramienta de apoyo a la toma de decisiones de inteligencia artificial para interpretar videos de la membrana timpánica y mejorar la precisión en el diagnóstico de OMA.

Diseño, entorno y participantes   Este estudio de diagnóstico analizó videos otoscópicos de la membrana timpánica capturados con un teléfono inteligente durante visitas clínicas para pacientes ambulatorios en 2 sitios en Pensilvania entre 2018 y 2023. Los participantes elegibles incluyeron niños que acudieron a visitas por enfermedad o visitas de bienestar.

Exposición   Examen otoscópico.

Principales resultados y medidas   Utilizando los vídeos otoscópicos anotados por otoscopistas validados, se entrenó una red neuronal recurrente residual profunda para predecir ambas características de la membrana timpánica y el diagnóstico de OMA versus ninguna OMA. La precisión de esta red se comparó con la de una segunda red entrenada utilizando un enfoque de árbol de decisión. También se entrenó un filtro de calidad de ruido para advertir a los usuarios que el segmento de vídeo adquirido puede no ser adecuado para fines de diagnóstico.

Resultados   Utilizando 1151 vídeos de 635 niños (la mayoría menores de 3 años), la red neuronal residual-recurrente profunda tuvo una precisión diagnóstica casi idéntica a la red de árbol de decisión. El algoritmo finalizado de red neuronal recurrente residual profunda clasificó los vídeos de la membrana timpánica en categorías de OMA versus ninguna OMA con una sensibilidad del 93,8% (IC del 95%, 92,6%-95,0%) y una especificidad del 93,5% (IC del 95%, 92,8%-94,3). %) y el modelo de árbol de decisión tuvo una sensibilidad del 93,7% (IC 95%, 92,4%-94,9%) y una especificidad del 93,3% (92,5%-94,1%). De las características de la membrana timpánica señaladas, el abultamiento de la TM es el que más se alinea con el diagnóstico previsto; el abultamiento estuvo presente en 230 de 230 casos (100%) en los que se predijo que el diagnóstico era OMA en el conjunto de pruebas.

Conclusiones y relevancia   Estos hallazgos sugieren que, dada su alta precisión, el algoritmo y la aplicación de grado médico que facilita la adquisición de imágenes y el filtrado de calidad podrían usarse razonablemente en atención primaria o en entornos de atención aguda para ayudar con el diagnóstico automatizado de la OMA y las decisiones con respecto al tratamiento.

Bibliografía febrero 2024

Top ten

INTRODUCCIÓN

Los exantemas son un motivo frecuente de visita a los servicios de urgencias pediátricos. Sin embargo, los datos epidemiológicos en la era post-vacuna antisarampionosa son limitados.

OBJETIVO

Determinar las causas recientes de exantemas en niños menores de 6 años en el servicio de urgencias pediátricas.

MÉTODOS

Se realizó un estudio prospectivo unicéntrico en Japón de agosto de 2019 a marzo de 2020. Se inscribieron niños menores de 6 años con exantemas. Los exantemas se clasificaron en 7 patrones morfológicos. La varicela, el herpes zóster, el impétigo, la urticaria y la enfermedad de Kawasaki se diagnosticaron clínicamente. Se recogieron muestras de frotis nasofaríngeo de pacientes con exantemas inespecíficos y se evaluaron mediante ensayos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) capaces de detectar 24 patógenos. El diagnóstico final se realizó por discusión de 3 médicos basándose en el curso clínico y la microbiología.

RESULTADOS

Hubo 9705 visitas pediátricas, de las cuales 296 (3%) tenían exantemas y eran menores de 6 años. El diagnóstico clínico fue posible en 160 (54%), incluida la urticaria en 110 (37%), la enfermedad de Kawasaki en 29 (10%), el impétigo en 10 (3%), la varicela o el herpes zoster en 7 (2%) y el estreptococo del grupo A en 4 (1%). De los 136 (46%) niños restantes, 75 (25%) se sometieron a pruebas mediante PCR. Se detectaron uno o más patógenos en 49 (65%), concretamente enterovirus en 14 (19%), citomegalovirus en 13 (17%), herpesvirus humano de tipo 6 en 12 (16%), adenovirus en 11 (15%) y herpesvirus humano de tipo 7 en 8 (11%). Los diagnósticos finales de enfermedad infecciosa fueron roseola infantum en 11 (15%), enterovirus en 9 (12%), adenovirus en 6 (8%), infección por virus mixtos en 5 (7%), estreptococo del grupo A en 3 (4%), parechovirus-A en 3 (4%) y gripe en 3 (4%).

CONCLUSIONES

Las causas más frecuentes de exantemas pediátricos fueron las enfermedades no infecciosas y los exantemas víricos. El ensayo PCR fue decisivo para el diagnóstico etiológico de los exantemas inespecíficos.

INTRODUCCIÓN

Las complicaciones piógenas intracraneales de la sinusitis en niños pueden dar lugar a secuelas graves. Caracterizamos las características clínicas, epidemiológicas y microbiológicas de los niños con dichas complicaciones durante un periodo de 20 años.

MÉTODOS

Revisión retrospectiva de historias clínicas en un solo centro. Los casos se identificaron a partir de los códigos de diagnóstico de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE)-9 y CIE-10 según el año y mediante la revisión de todas las muestras microbiológicas intracraneales.

RESULTADOS

Se incluyeron 104 casos de sinusitis complicada tras la revisión de 1591 historiales. La mediana de edad fue de 12 años (IQR 9-14); 72 eran varones (69%). Las complicaciones más frecuentes fueron el empiema epidural (n = 50, 48%), el empiema subdural (n = 46, 44%) y el tumor hinchado de Pott (n = 27, 26%). El 52% (n = 54) fueron sometidos a neurocirugía y el 46% (n = 48) a cirugía otorrinolaringológica. El patógeno aislado con más frecuencia de las muestras estériles fue Streptococcus anginosus (n = 40; 63%), el crecimiento polimicrobiano fue frecuente (n = 24; 38%). La duración media del tratamiento antibiótico intravenoso fue de 51 días (IQR 42-80). Se encontraron secuelas neurológicas persistentes (o muerte, n = 1) en el 24% (n = 25) y se asociaron con la presencia de cerebritis y enfermedad extensa en la neuroimagen (p = 0,02 y p = 0,04, respectivamente).

CONCLUSIONES

Las complicaciones intracraneales de la sinusitis siguen causando una morbilidad significativa en los niños. Las infecciones polimicrobianas son frecuentes, lo que refuerza la necesidad de un tratamiento antibiótico empírico de amplio espectro y un ajuste cauteloso de la pauta antibiótica basado principalmente en cultivos de zonas estériles. La asociación de secuelas neurológicas con la presencia de cerebritis y una amplia afectación intracraneal en las pruebas de neuroimagen sugiere que el retraso en el diagnóstico puede contribuir a un resultado adverso.

Durante el embarazo y la lactancia, las personas son más susceptibles a las infecciones. La vacunación materna desempeña un papel crucial en la protección tanto de la madre como del lactante frente a enfermedades prevenibles mediante vacunación. No sólo protege a las embarazadas de las infecciones, sino que también proporciona una defensa inmunitaria al feto durante el embarazo y al lactante durante las primeras etapas de su vida.

INTRODUCCIÓN

La adolescencia es un periodo de riesgo para la enfermedad tuberculosa y sus consecuencias. Este grupo edad desarrolla con frecuencia formas infectivas de tuberculosis y tiene una gama más amplia de contactos sociales fuera del hogar. Existen pocos datos específicos sobre el comportamiento de la enfermedad tuberculosa en esta población.

MÉTODOS

Se analizaron retrospectivamente 292 pacientes de 10 a 19 años con tuberculosis entre enero de 2016 y diciembre de 2021 en el Servicio de Fisiología del Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” de Buenos Aires, Argentina.

RESULTADOS

La mediana de edad de los pacientes era de 14 años (rango intercuartílico: 12-16). La mayoría de los pacientes estaban previamente sanos, y el 55% desconocía el origen de la infección. Sin embargo, el 75% buscó consejo médico debido a la presencia de síntomas, siendo la hemoptisis y la pérdida de peso más frecuentes en los mayores de 15 años. Los hallazgos de imágenes pulmonares compatibles con enfermedad grave se asociaron significativamente con una edad >15 años. Los cultivos respiratorios fueron positivos en el 62% de las muestras obtenidas. La mitad de los pacientes requirieron hospitalización, mientras que el 45% mostraron afectación extrapulmonar. La evolución fue la siguiente: 74% se recuperaron de la enfermedad, 13% se perdieron durante el seguimiento, 11% fueron derivados a un centro de menor complejidad, 1% experimentaron fracaso terapéutico y 3 (1%) pacientes fallecieron. Las cavidades pulmonares y la baciloscopia positiva se asociaron a la presencia de secuelas pulmonares al final del tratamiento.

CONCLUSIONES

La tuberculosis en adolescentes, especialmente en aquellos >15 años, puede presentar características similares a las de los adultos, con una mayor frecuencia de enfermedad pulmonar grave que conduce a secuelas pulmonares.

Streptococcus del grupo A (GAS) causa infecciones leves y ocasionalmente invasivas (iGAS). Tras la alerta publicada en diciembre de 2022 en el Reino Unido respecto al aumento de infecciones por GAS leves e iGAS, analizamos la incidencia de estas infecciones en 2018-2022 en nuestro hospital.

Métodos

Realizamos un estudio retrospectivo de los niños atendidos en urgencias pediátricas (UP) diagnosticados de faringitis estreptocócica y escarlatina y los ingresados por iGAS durante 5 años.

Resultados

La incidencia de infecciones por GAS fue de 6,43 y de 12,38/1.000 visitas a UP en 2018 y 2019, respectivamente. Durante la pandemia fue de 5,33 y de 2,14/1.000 visitas en 2020 y 2021, respectivamente, y aumentó a 10,2/1.000 visitas en 2022. Estas diferencias no fueron estadísticamente significativas (p=0,352).

Conclusiones

En nuestra serie, al igual que en otros países, las infecciones por GAS disminuyeron durante la pandemia de COVID-19, pero en 2022 aumentaron considerablemente los casos leves y graves, sin alcanzar cifras similares a las detectadas en otros países.

En resumen, en nuestra serie, que incluye el primer semestre de 2023, como en otros países las infecciones por SGA disminuyeron notablemente durante la pandemia de COVID-19, pero en el periodo pospandémico ha habido un aumento considerable tanto de casos leves como graves, alcanzando cifras similares a las detectadas en otros países europeos. Este retraso en el aumento de las infecciones estreptocócicas en nuestra región ha tenido un curso paralelo al de las infecciones gripales en España durante el invierno 2022-2023.

Mantener una estrecha vigilancia de las infecciones por S. pyogenes en los próximos meses y años será relevante para conocer la tendencia y factores de riesgo de estas infecciones, especialmente las invasivas

INTRODUCCIÓN

En 2022 se notificó un aumento histórico de las infecciones pediátricas por estreptococos invasivos del grupo A (iGAS) en todo el mundo. Las infecciones por iGAS pueden dar lugar a manifestaciones graves (por ejemplo, empiema pleural, fascitis necrotizante, síndrome de choque tóxico, osteomielitis, artritis séptica y meningitis). Nuestro objetivo fue comparar la incidencia y la gravedad de las infecciones por iGAS en general, para los distintos fenotipos clínicos y para las variantes de GAS emm en Dinamarca en 2022-23 con referencia a las seis temporadas anteriores (es decir, 2016-17, 2017-18, 2018-19, 2019-20, 2020-21 y 2021-22).

MÉTODOS

En este estudio de cohortes poblacional, multicéntrico y de ámbito nacional, se incluyeron todos los niños y adolescentes de Dinamarca de 0 a 17 años con un cultivo positivo de SGA o SGA confirmado mediante métodos basados en PCR de sitios por lo demás estériles en 2022-23 y en las seis temporadas anteriores de 2016-17 a 2021-22. Para las siete temporadas, los datos se obtuvieron de la semana 21 a la semana 20 del año siguiente. Los pacientes de los 18 departamentos de hospitales pediátricos de Dinamarca se identificaron a través de la Base de Datos de Microbiología Danesa, en la que se registran prospectivamente los aislamientos de iGAS de sitios estériles, incluida la tipificación emm. Se obtuvieron los historiales médicos electrónicos de cada paciente ingresado con diagnóstico de iGAS. Calculamos la incidencia de iGAS por 1 000 000 de habitantes de 0 a 17 años en cada temporada desde la semana 21 hasta la semana 20 del año siguiente y las razones de riesgo (RR) para la incidencia de iGAS, las manifestaciones distintivas de la enfermedad y las variantes de emm en 2022-23 frente a las tres temporadas pre-COVID-19 en 2016-17, 2017-18 y 2018-19 utilizando la prueba exacta de Fisher y la prueba χ2 de Pearson

RESULTADOS

Entre la población danesa de 1 152 000 niños y adolescentes de 0 a 17 años, se incluyeron 174 con enfermedad iGAS. Se identificaron 76 niños y adolescentes con iGAS durante 2022-23; 31 (41%) de 76 eran mujeres y 45 (59%) eran hombres. Se identificaron 98 niños y adolescentes con iGAS durante 2016-17 a 2021-22; 41 (42%) de 98 eran mujeres y 57 (58%) eran hombres. Hubo un aumento en la incidencia de iGAS de una media de 22,6 (IC 95% 14,7-33,1) por 1 000 000 de niños y adolescentes durante 2016-17 a 2018-19 a 66,0 (52,0-82,6) por 1 000 000 durante 2023-23 (RR 2,9, IC 95% 1,9-4,6; p<0,0001). Durante la pandemia de COVID-19 en 2019-20, 2020-21 y 2021-22, la incidencia media de iGAS fue de 6,1 (IC del 95%: 2,4-12,5) por 1 000 000 de niños y adolescentes. En 2022-23, hubo un aumento de 9-5 veces en emm-12 (IC 95% 2,2-40,8; p=0,0002) y un aumento de 2,7 veces en emm-1 (1,3-5,5; p=0,0037). Las manifestaciones clínicas más comunes de iGAS en 2022-23 fueron las infecciones de tejidos blandos, que aumentaron 4,5 veces (1,9-10,9; p=0,0003), y la neumonía complicada con derrame paraneumónico, que aumentó 4,0 veces (1,4-11,4; p=0,0059), ambas en comparación con las tres temporadas pre-COVID-19. En general, no hubo una mayor gravedad de iGAS en 2022-23 en comparación con las seis temporadas anteriores, medida por la duración media de la estancia hospitalaria (8 días, IQR 4-14 vs 9 días, 5-15;p=0,39), ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) (17 [22%] de 76 frente a 17 [17%] de 98; p=0,53), duración de la estancia en la UCIP (4 días, IQR 2-10 frente a 4 días, 2-11; p=0-84) o mortalidad (tres [4%] de 76 frente a tres [3%] de 98; p=1,00). En 2022-23, hubo un aumento de 3,6 veces (IC 95% 1,8-7,3; p=0,0001) en niños con una infección precedente del tracto respiratorio superior y un aumento de 4,6 veces (1,5-14,1; p=0,0034) en niños con una infección precedente de varicela-zóster, ambos en comparación con las tres temporadas pre-COVID-19.

INTERPRETACIÓN

En Dinamarca, la incidencia de iGAS pediátrico aumentó en 2022-23 en comparación con las tres temporadas anteriores a COVID-19 de 2016-17, 2017-18 y 2018-19. Sin embargo, el curso de la enfermedad iGAS en niños y adolescentes en 2022-23 no fue más grave que en temporadas anteriores. La alta morbilidad en todas las temporadas destaca el iGAS como una infección bacteriana invasiva importante en niños y adolescentes.

La borreliosis de Lyme (BL) es una entidad poco estudiada en pediatría, pero con ciertas peculiaridades. El objetivo de este estudio es conocer las características de los pacientes pediátricos con sospecha y/o confirmación de BL.

Métodos

Estudio descriptivo y retrospectivo en menores de 14 años con diagnóstico clínico y/o serológico, sospechoso o confirmado, de BL entre 2015 y 2021.

Resultados

Se estudiaron 21 pacientes: 18 con diagnóstico final de BL (50% mujeres; mediana de edad 6,4 años) y 3 falsos positivos. En los casos de BL, las manifestaciones clínicas presentadas fueron: neurológicas (3, meningitis; 6, parálisis facial), dermatológicas (6, eritema migratorio), articulares (uno) e inespecíficas (2). El diagnóstico serológico fue confirmatorio en el 83,3% de los casos. El 94,4% recibió antibioterapia (mediana de duración 21 días) y la evolución fue satisfactoria en todos los casos.

Conclusiones

El diagnóstico de la BL es difícil en la población pediátrica y presenta peculiaridades clínicas y terapéuticas, pero el pronóstico es favorable.

Las infecciones del tracto respiratorio superior son enfermedades comunes y autolimitadas que se resuelven sin intervención en hasta 10 días. Los tratamientos para el resfriado común no acortan la duración de la enfermedad, pero pueden aliviar el malestar del niño al aliviar los efectos de los síntomas más molestos. No se recomienda el uso de antitusivos, antihistamínicos, descongestionantes, expectorantes y aspirina en niños menores de 6 años. Los tratamientos seguros para los síntomas molestos incluyen irrigación nasal con solución salina, miel pasteurizada para la tos y analgésicos, pero la mayoría de los síntomas no requieren intervención.

En él se comentan algunas de las dudas más usuales en relación con la vacunación de los niños y adolescentes, por las que consultan las familias y los propios adolescentes, y también los profesionales que los atienden. Este apartado de “preguntas y respuestas” se irá actualizando a medida que sea necesario. Las fuentes de información principales son el Ministerio de Sanidad, el Manual de vacunas en línea de la AEP y otras fuentes confiables.

El informe expone datos generales sobre estas infecciones y repasa específicamente la incidencia y evolución en España en 2022 de cinco de ellas: sífilis e infección gonocócica entre 1995 y 2022, sífilis congénita desde el año 2000 e infección por Chlamydia trachomatis (clamidiasis) y linfogranuloma venéreo desde 2016.

Gonorrea Varones Mujeres Total

< 15 años 11 (0,1) 31 (0,7) 42 (0,2)

15-19 años 932 (5,0) 795 (17,1) 1.727 (7,4)

Sífilis

<15 años 1 (0,01) 2 (0,2) 3 (0,04)

15-19 años 109 (1,5) 45 (5,1) 154 (1,9)

Chlamydia trachomatis

<15 años 25 (0,2) 5 (0,7) 110 (0,4)

15-19 años 662 (4,8) 2.215 (17,3) 2.877 (10,9)

Este año, los CDC han recomendado varias inmunizaciones nuevas para proteger a los grupos que corren mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del Virus Respiratorio Sincitial (VRS): los bebés, los niños pequeños y los adultos de 60 años de edad o más.

Revisión de todos los apartados y actualización de las referencias bibliográficas y los enlaces recomendados del capítulo 44 sobre la vacunación frente al SARS-CoV-2. Se incluyen las novedades en vacunación infantil contra la COVID para nuestro país. En esta noticia se resumen los aspectos más destacados de dicho capítulo.

(CAV-AEP) Actualización de las preguntas y respuestas sobre vacunación de la Covid en niños y adolescentes.

Casos clínicos

La crisis humanitaria de Ucrania en 2022 provocó una migración masiva de refugiados a Polonia. Los niños inmigrantes, que vivían hacinados en centros humanitarios, estaban expuestos a múltiples factores estresantes que probablemente afectaban a su sistema inmunitario. Este estudio de series de casos tenía como objetivo describir un curso particularmente grave de infecciones víricas comunes en niños refugiados ucranianos. Presentamos 2 series de casos de niños refugiados ucranianos: 5 hospitalizados por adenovirus (AdV) y 8 con infección por rotavirus (RV), ingresados en un plazo de 3 meses en cada serie de casos, reclutados retrospectivamente. La mayoría de los pacientes vivían en centros humanitarios y estaban desatendidos en el momento del ingreso (deshidratados, con mala higiene y ansiosos). Todos los casos de infección por RV presentaban síntomas de gastroenteritis grave que requirieron rehidratación intravenosa. Había acidosis metabólica en 6 niños e hipoglucemia en 4 participantes. Ninguno de ellos estaba vacunado contra el RV. Todos los niños con infección por AdV presentaron fiebre prolongada, disnea que requirió oxigenoterapia e hiperinflamación. En 2 casos de infección por AdV sin mejoría clínica y con aumento de los marcadores inflamatorios, se utilizaron inmunoglobulinas intravenosas y glucocorticosteroides. La combinación de factores estresantes y el hecho de vivir en centros superpoblados durante el periodo de alta prevalencia de infecciones víricas provocó un curso especialmente grave de las infecciones víricas en los niños refugiados ucranianos.

Somos dos jóvenes de 19 y 20 años del Reino Unido que desarrollaron COVID largo persistente hace más de 2 años. Ello nos obligó a estar confinados en casa durante más de un año, esencialmente tomando un año de nuestras vidas con la esperanza de con la esperanza de recuperarnos lo suficiente para ir a la escuela y luego a la universidad. Tuvo un impacto significativo en nuestra educación y en nuestra habilidad para socializar como jóvenes adultos. Experimentamos una amplia variedad de síntomas como fatiga crónica grave, confusión niebla cerebral y malestar post-esfuerzo, y desde entonces hemos tenido que recorrer la adultez llegar a la edad adulta temprana con una enfermedad crónica sobre la que hay poca investigación, información y apoyo….

Se presenta un caso pediátrico de infección diseminada por Bartonella henselae acompañada de múltiples lesiones intracraneales. El paciente desarrolló múltiples lesiones intracraneales a pesar del tratamiento con azitromicina y gentamicina. Tras cambiar a rifampicina, los síntomas clínicos de la paciente mejoraron. Dada su buena penetración en el sistema nervioso central, la rifampicina puede recomendarse para el tratamiento de la infección por B. henselae acompañada de lesiones intracraneales.

Un niño de 2 años previamente sano fue trasladado a nuestro hospital con fiebre prolongada e inflamación de los ganglios linfáticos inguinales. El paciente presentaba un arañazo en la rodilla derecha provocado por un gato doméstico 40 días antes del inicio. La tomografía computarizada abdominal reveló varias lesiones hipodensas en el bazo (Fig. 1A). El examen fundoscópico reveló un edema retiniano localizado alrededor de la arcada vascular superior en el ojo derecho y edema del disco óptico en ambos ojos, lo que sugería neurorretinitis. Tras el ingreso, la paciente fue tratada con gentamicina intravenosa (6 mg/kg/día) y cefotaxima (100 mg/kg/día), pero la fiebre persistió. Al noveno día de su ingreso, desarrolló múltiples masas subcutáneas en la cabeza. La resonancia magnética (RM) de la cabeza realizada para evaluar las masas subcutáneas mostró masas tanto subcutáneas como intracraneales. El examen microscópico de las muestras subcutáneas biopsiadas mostró el granuloma epitelioide con un absceso central (Fig. 1D). Se detectó ADN de B. henselae en la muestra biopsiada mediante reacción en cadena de la polimerasa. Además, el 16º día después del ingreso (40 días después del inicio), se encontraron anticuerpos séricos de inmunoglobulina G contra B. henselae positivos…

Se presenta un caso de miocarditis asociada a sarampión en una niña de 3 años no vacunada que acudió al servicio de urgencias del Hospital Público de Ciawi (Indonesia) con alteración del estado mental, fiebre, erupción maculopapular, tos, coriza y disnea. Las características clínicas y 2 historias de contactos positivas diagnosticaron la sospecha de infección por sarampión. La paciente nunca había sido vacunada. Fue aislada en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y el tratamiento fue sintomático.

Un niño de 13 años sin antecedentes médicos destacables fue remitido a nuestro departamento con fiebre de 7 días y tos exacerbada a pesar de tratamiento con claritromicina. La auscultación normal, el abdomen era blando pero el hígado era palpable 5 cm por debajo del margen costal. Las pruebas de laboratorio mostraron leucocitosis, niveles elevados de GPT, GOT y proteína C reactiva (PCR), 63 U/L, 80 U/L y 21,69 mg/dL, respectivamente. La tomografía computarizada con contraste reveló una masa multilocular solitaria de 10 cm, con realce anular, en la región S7-S8 hepático. Por punción guiada por fluoroscopia se extrajo pus y se inició un drenaje continuo. La tinción de Gram del pus reveló cocos Gram positivos encadenados, se inició tratamiento con ampicilina-sulbactam intravenosa. El cultivo del pus fue positivo para Streptococcus intermedius, mientras que el hemocultivo fue negativo. Se descartó enfermedad granulomatosa crónica en el paciente.

El pseudotumor micobacteriano de células fusiformes es una enfermedad rara no neoplásica resultante de una infección micobacteriana, con una histopatología distintiva de proliferación de histiocitos fusiformes que contienen micobacterias ácido-alcohol resistentes positivas. La incidencia es mayor en pacientes inmunodeprimidos, especialmente en aquellos con SIDA.

Un niño de 4 meses se presentó en el Hospital Infantil con una historia de 2 meses de fiebre intermitente, escaso aumento de peso y una masa axilar izquierda en crecimiento. Había recibido la vacuna BCG al nacer como parte del protocolo de inmunización rutinario del país. En la exploración física, presentaba una masa esférica protuberante (2,5 cm × 2,5 cm) con enrojecimiento y edema en la axila anterior izquierda, múltiples ganglios linfáticos axilares ipsilaterales agrandados (hasta 1,5 cm) y un sitio de BCG ulcerado….

El patógeno más común asociado en la artritis séptica es Staphylococcus aureus; sin embargo, pueden estar implicados otros microorganismos dependiendo de la edad del paciente, el estado de inmunización, las comorbilidades y las posibles vías de transmisión. Dado que la propagación hematógena es la vía de transmisión más común en niños, se debe sospechar que los patógenos respiratorios son la causa del SA en pacientes pediátricos. Se presentan 2 casos de artritis séptica debido a bacterias del tracto respiratorio en niños con antecedentes recientes de infección del tracto respiratorio superior: niño de 9 años con artritis de rodilla por Moraxella catarrhalis y un lactante de 17 meses con una artritis de rodilla por Streptococcus pneumoniae (serotipo 23A).

Leí el artículo reciente de Gouveia et al 1 en el que se analizaron por separado los factores de riesgo de complicaciones agudas y secuelas ortopédicas tardías en 240 niños con infecciones del sistema esquelético. Utilizando un modelo predictivo logístico multivariable, la edad mayor de 4 años, una etiología de Staphylococcus aureus comprobada por cultivo, fiebre al ingreso, nivel de proteína C reactiva >100 mg/L y osteomielitis se asociaron con un mayor riesgo de un curso agudo complicado. 1 La edad ≥ 4 años, un nivel de proteína C reactiva ≥110 mg/L, enfermedad diseminada y formación de abscesos óseos predijeron discapacidad a largo plazo. 1 La otra cara de los resultados del estudio implica que los pacientes afebriles menores de 4 años, sin infección estafilocócica y que presentan bajas concentraciones de reactivos de fase aguda tienen un mejor pronóstico agudo y a largo plazo.

En general, S. aureus fue el patógeno más recuperado y se aisló en 32 (13,3%) pacientes, seguido de Kingella kingae , que se detectó en 29 pacientes (12,1%), mientras que no se identificó ningún patógeno en 150 niños (62,5%) ( !). Debido a la naturaleza retrospectiva del estudio que abarcó 11 años, en la mayoría de los casos, el diagnóstico bacteriológico de la enfermedad se intentó mediante métodos de cultivo tradicionales, mientras que el uso de pruebas moleculares se limitó a las últimas etapas del estudio.

Mientras que los cultivos convencionales recuperan S. aureus sin dificultad, K. kingae es notoriamente fastidioso exigente. 2 Su detección requiere la inoculación de aspirados de líquido sinovial y exudados óseos en viales de hemocultivo 2 y, especialmente, el uso de pruebas sensibles de amplificación de ácidos nucleicos específicas de cada especie. 3

En los últimos años, el uso constante de pruebas de amplificación de ácidos nucleicos ha dado como resultado el reconocimiento de K. kingae como el principal agente de infecciones articulares y óseas en niños de 6 a 48 meses de edad, causando hasta el 87,7% de los episodios de artritis séptica. en este grupo de edad. 3 La presentación clínica y de laboratorio de los niños con enfermedad de K. kingae es sutil y atípica, lo que requiere un alto índice de sospecha. En un informe de Cochard et al 4 que incluyó 247 pacientes pediátricos con infecciones osteoarticulares comprobadas por K. kingae , la edad media ± desviación estándar fue de 18,5 ± 10 meses y sólo 4 (1,6%) niños tenían más de 48 meses de edad, y la concentración de proteína C reactiva media ± desviación estándar fue de 26,6 ± 27,8 mg/l. Además, con raras excepciones, las infecciones pediátricas del sistema esquelético por K. kingae generalmente siguen un curso sin complicaciones, responden rápidamente a la terapia antimicrobiana adecuada y no dejan discapacidades funcionales a largo plazo. 3 , 4 Estas características demográficas, clínicas y biológicas son notablemente similares a las encontradas por Gouveia et al 1 en niños en los que la etiología de la infección permaneció indeterminada.

En resumen, los resultados del estudio de Gouveia et al sugieren que muchas de las infecciones leves y no complicadas reportadas en el artículo fueron causadas por infecciones no detectadas por K. kingae , lo que enfatiza la necesidad de utilizar métodos moleculares específicos de K. kingae en el diagnóstico de enfermedades esqueléticas. Infecciones sistémicas en niños pequeños.

Niña de 6 años con albinismo óculo-cutáneo tipo III que presenta neumonía al nacimiento en el lóbulo superior derecho (LSD) y posteriormente infiltrado persistente en la misma localización (fig. 1). Se realiza tomografía computarizada (TC) pulmonar que demuestra atelectasia parcial del LSD con bronquiectasias quísticas en los segmentos apical y anterior, cayado aórtico derecho y dilatación de la arteria pulmonar (fig. 2). Se realiza broncoscopia flexible en la que se aprecia, próximo a carina, bronquio traqueal derecho al que se intenta acceder sin éxito por colapso de su luz, protrusión de mucosa en la entrada de bronquio principal derecho y disminución de calibre de la entrada de LSD, con identificación de dos luces obliteradas (de bronquio de segmento anterior y posterior)

La ecografía pulmonar (EP) a pie de cuna es una herramienta reconocida para el diagnóstico y el seguimiento de la enfermedad en UCIN1.

Presentamos el caso de un neonato con bronquiolitis VRS, que ingresa a los 15 días por shock séptico. La EP muestra una consolidación extensa tisulizada en el lóbulo inferior izquierdo (LII) (fig. 1material suplementario 1), compatible con neumonía2, que presenta cambios en la ecogenicidad del parénquima pulmonar3. Precisa ventilación mecánica, soporte hemodinámico y antibioterapia. Al tercer día, neumotórax izquierdo (drenaje torácico), observándose cambios en la imagen ecográfica: artefactos hiperecogénicos lineales contenidos dentro de la imagen consolidativa en el LII, sugestivos de neumatoceles (fig. 2material suplementario 2). Estas imágenes se correlacionan con los hallazgos en la radiografía de tórax, y la TAC confirma el diagnóstico de neumonía necrotizante con neumatoceles (fig. 3). Se aísla repetidamente en el hemocultivo S. aureus productor de leucocidina Panton-Valentine (aspirado traqueal negativo).

Salmonella no tifoidea (SNT) es un patógeno transmitido por alimentos que causa diarrea autolimitada. La artritis séptica es una manifestación extraintestinal poco frecuente. En pacientes pediátricos menores de 5 años la frecuencia estimada es menor al 1% de los casos [1]. Se presenta un caso de artritis séptica monoarticular en una niña inmunocompetente causada por Salmonella enterica subesp. enterica (I) serotipo Coeln. Niña de 3 años que ingresa por fiebre de tres días de evolución y dolor en cadera derecha. No se documentó traumatismo previo ni mejoría tras tratamiento antiinflamatorio. La analítica de sangre reveló: leucocitosis (15.300/mL; 8.800 neutrófilos (64,7%)) y PCR elevada (50,6 mg/dL). A la exploración física refirió dolor con limitación al movimiento y la ecografía mostró abundante líquido en la articulación coxofemoral. Ante la sospecha de artritis séptica, se realizó punción articular y se extrajeron hemocultivos. Se prescribió tratamiento empírico con cefuroxima iv 200 mg/Kg/día cada 8 horas. Al día siguiente, se realizó una artrotomía, extrayéndose una segunda muestra de líquido articular.

Para ampliar

Las especies de Moraxella tales como M. osloensis, M. catarrhalis, M. nonliquefaciens y M. lincolnii, forman parte de la microbiota del tracto respiratorio humano. Moraxella catarrhalis es un diplococo gramnegativo productor de betalactamasas que se encuentra como flora habitual en la orofaringe hasta en un 20% de la población. Este germen se asocia frecuentemente con procesos infecciosos respiratorios menores en niños [1], pero también puede ser causante de enfermedades sistémicas graves, como sepsis y endocarditis, particularmente en pacientes con déficit inmunitario [2]. Sin embargo, las infecciones invasivas por M. catarrhalis son poco frecuentes en niños, incluso en inmunodeprimidos, existiendo poca bibliografía al respecto[1]. Presentamos una revisión retrospectiva de los casos pediátricos de bacteriemia por Moraxella spp. detectados en una Unidad de Urgencias Pediátricas de un hospital de tercer nivel en la última década (desde enero de 2014 a enero de 2023).

El despliegue de intervenciones no farmacéuticas como el enmascaramiento facial y el distanciamiento físico durante la pandemia COVID-19 podría haber alterado la dinámica de transmisión y el transporte de organismos respiratorios. Se evaluó la colonización con Streptococcus pneumoniae y otros colonizadores bacterianos del tracto respiratorio superior antes y durante la pandemia COVID-19.

HALLAZGOS

Se observaron efectos variables en la prevalencia de colonización y la densidad de organismos bacterianos durante el periodo COVID-19 en comparación con el periodo pre-COVID-19. La menor prevalencia del serotipo PCV13, junto con la de otros organismos respiratorios como H influenzae no tipificable y M catarrhalis, podría haber contribuido en parte a la disminución de las infecciones del tracto respiratorio inferior por todas las causas observada en Sudáfrica durante la fase inicial de la pandemia COVID-19. El mecanismo fisiopatológico del aumento de la colonización por A. baumannii y S. aureus merece una investigación más profunda, al igual que la relevancia clínica de estos hallazgos.

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades infecciosas, seguidas de las complicaciones del parto prematuro, representaron aproximadamente 5,0 millones de muertes de niños (<5 años) en todo el mundo en 2020. En particular, en los países de ingresos bajos y medios, las enfermedades infecciosas pediátricas siguen siendo un importante problema de salud pública. Durante el desarrollo temprano, los lactantes dependen principalmente de la actividad de las respuestas inmunitarias innatas en la defensa contra los patógenos invasores. Hasta hace poco, el dogma ha sido que el sistema inmunitario innato carece de memoria, independientemente de las exposiciones sucesivas. Este paradigma ha sido cuestionado recientemente por el aumento de datos que indican que las células inmunitarias innatas pueden desarrollar respuestas no específicas (fuera del objetivo) similares a la memoria, un proceso denominado inmunidad entrenada o memoria innata entrenada (TRIM, por sus siglas en inglés). Esta característica de respuesta permite a las células inmunitarias innatas mostrar una acción rápida con una mayor eficacia contra infecciones posteriores. En este artículo se analiza el papel de la TRIM y sus implicaciones para las enfermedades infecciosas en la infancia.

Antecedentes: La resistencia a los antibióticos es una amenaza global creciente, acelerada tanto por el uso indebido como por el uso excesivo de antibióticos. La mayoría de los antibióticos a humanos se recetan en atención primaria, comúnmente para síntomas respiratorios, y es necesario investigar sobre el uso y los resultados después del tratamiento con antibióticos para contrarrestar la resistencia a los antibióticos.

Objetivo: Evaluar la duración de los síntomas, la duración del tratamiento y los eventos adversos del tratamiento con antibióticos en niños.

Diseño y entorno: estudio observacional en cuatro servicios fuera de horario y una clínica de emergencia pediátrica en la atención primaria de emergencia de Noruega.

Sujetos: 266 niños de 0 a 6 años con fiebre o síntomas respiratorios.

Principales medidas de resultado: duración de los síntomas y absentismo en el jardín de infancia /escuela, duración del tratamiento y eventos adversos informados.

Resultados: No hubo diferencias en la duración de los síntomas, fiebre o absentismo al comparar los grupos de antibióticos prescritos (30,8%) y no prescritos (69,2%). Esta falta de diferencia se mantuvo al analizar el subgrupo con otitis media. En el grupo con prescripción de antibióticos, el 84,5% de los padres informó haberlos administrado durante 5 a 7 días y el 50,7% no informó dificultades. Se informaron eventos adversos a los antibióticos en el 42,3% de los casos, siendo la gran mayoría trastornos gastrointestinales.

Conclusión: Los niños con fiebre o síntomas respiratorios experimentan una duración similar de los síntomas y absentismo independientemente del tratamiento con antibióticos. Un número sustancial de padres informaron eventos adversos cuando el niño recibió antibióticos. Varios padres experimentaron dificultades adicionales con el tratamiento y algunos finalizaron el tratamiento dentro del día 4.

Este año, los CDC han recomendado varias inmunizaciones nuevas para proteger a los grupos que corren mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del Virus Respiratorio Sincitial (VRS): los bebés, los niños pequeños y los adultos de 60 años de edad o más.

Introducción. Los niños corren un mayor riesgo de infección por influenza en comparación con la población general. La Organización Mundial la Salud y las recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría contemplan la vacunación anual como la forma más eficaz de prevenir la enfermedad. Por lo tanto, el propósito de esta revisión fue actualizar la información sobre eficacia y seguridad en la vacuna antigripal en niños y adolescentes.
Material y métodos. Una búsqueda en cuatro bases de datos electrónicas (Scopus, Cumulative Index to Nursing and Allied Health Literature, MedLine / PubMed, Google Scholar y Cochrane), así como una búsqueda manual para identificar investigaciones originales publicadas entre 2012 y 2022. Se adoptaron las directrices de análisis (PRISMAcR) como elemento de informe preferido para revisiones sistemáticas.
Resultados. Se incluyeron siete artículos de investigación originales donde se identificaron dos temas de la vacunación antigripal en niños/adolescentes sanos y con patologías. La eficacia (entre un 30% y un 80% aproximadamente) varió en función de la vacuna utilizada y los subtipos circulantes. La mayoría de las reacciones adversas fueron de intensidad leve y el evento adverso local más común informado fue dolor en el sitio de la inyección.
Conclusiones. Destacamos positivamente la seguridad de la vacunación antigripal pediátrica en los estudios analizados, por el contrario, con respecto a la eficacia de la vacunación antigripal, observamos una amplia variabilidad de resultados. Existe una clara necesidad de seguir realizando estudios de eficacia y seguridad en el niño.

Objetivo. La pandemia COVID-19 ha causado una variación en la circulación de otros patógenos respiratorios. Nuestro objetivo fue analizar la epidemiología de las infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) en niños durante 3 años de pandemia COVID-19, en comparación con un período previo de la misma dimensión temporal.
Pacientes y métodos. Estudio observacional, realizado en un hospital terciario de España, que analizó la frecuencia y características de pacientes ingresados por IRAG en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) durante la pandemia COVID-19 (1 marzo-2020 a 28 de febrero-2023), en relación a un período pre-pandemia (1 marzo-2017 a 29 febrero-2020).
Resultados. Se incluyeron 268 pacientes (59,6% varones). La mediana de edad fue 9,6 meses (RIQ 1,7 – 37). En el período pre-pandemia hubo 126 ingresos con una media de 42 admisiones/año. Durante la pandemia se produjeron 142 ingresos, observándose una reducción significativa de admisiones en el primer año (12 ingresos/año), en contraste con 82 ingresos durante el tercer año, que representó un incremento del 95% respecto a la media de admisiones/año en pre-pandemia. Además, en el último año se evidenció un incremento de coinfecciones virales en relación al período prepandemia (54,9% vs 39,7%; p=0,032). No hubo diferencias en días de hospitalización, ni estancia en UCIP.
Conclusiones. Durante el último año, coincidiendo con bajas tasas de hospitalización por COVID en España, observamos un notable incremento de ingresos en la UCIP por IRAG por otras causas. Probablemente, el período prolongado de baja exposición a patógenos por las medidas adoptadas durante la pandemia, ha provocado una disminución de la inmunidad poblacional con un repunte de infecciones respiratorias.

Rev Esp Quimioter 2024; 37(1): 58-68 [Texto completo PDF]

Antecedentes y objetivos Los programas de administración de antimicrobianos (ASP) han dado como resultado una reducción del consumo de antimicrobianos (AMC) y una mejora de la calidad de la prescripción (QOP). Sin embargo, la evidencia del impacto del ASP en pediatría aún es limitada. Este estudio tiene como objetivo evaluar los resultados a largo plazo de una ASP pediátrica.

Métodos Se realizó un estudio de mejora de la calidad evaluado mediante un análisis de series de tiempo interrumpido en un hospital terciario pediátrico. Se compararon la QOP expresada como proporción de prescripciones adecuadas, la AMC medida por la incidencia de dosis diaria definida por cada 1000 días de cama ocupada, la densidad de incidencia de infecciones del torrente sanguíneo (BSI) y su tasa bruta de mortalidad por todas las causas (CDR) relacionada entre antes (de enero de 2013 a diciembre de 2015) y posterior (de enero de 2016 a diciembre de 2019) intensificación de las actividades del ASP, que incluyó un médico especializado en enfermedades infecciosas pediátricas para realizar activamente entrevistas educativas con los prescriptores.

Resultados La prescripción inadecuada mostró un importante cambio a la baja asociado a la intervención con una reducción del −51,4% (−61,2% a −41,8%) respecto a los valores esperados. En general, el AMC no mostró cambios de tendencia después de la intervención. Para neonatología se observó una reducción del 28,8% (-36,8% a -20,9%). El uso general de cefalosporinas antipseudomonas mostró una reducción del -51,2% (-57,0% a -45,4%). Se observaron tendencias decrecientes para el uso de carbapenems, con un cambio porcentual trimestral (QPC) de −2,4 % (−4,3 % a −0,4 %) y una CDR relacionada con BSI (QPC = −3,6 %; −5,4 % a −1,7 %) a través del período de estudio. La BSI multirresistente asociada a la atención sanitaria se mantuvo estable (QPC=2,1; −0,6 a 4,9).

Conclusiones La intensificación de las actividades educativas de asesoramiento dentro de un ASP sugiere mejorar la calidad de vida y reducir parcialmente el AMC en pacientes pediátricos. Las tendencias decrecientes de la mortalidad se mantuvieron sin cambios.

Objetivo Investigar el uso regular de xilitol, en comparación con sorbitol, para prevenir la otitis media aguda (OMA), las infecciones del tracto respiratorio superior (URTI) y la caries dental.

Diseño Ensayo controlado aleatorio ciego con un período de estudio de 6 meses.

Ámbito La inscripción se llevó a cabo en 11 consultorios de atención primaria en Ontario, Canadá.

Pacientes Niños de 1 a 5 años que no usaban xilitol o sorbitol en el momento de la inscripción.

Intervenciones Los niños fueron asignados aleatoriamente para usar un jarabe de placebo con sorbitol o jarabe de xilitol dos veces al día durante 6 meses.

Principales medidas de resultado El resultado primario fue el número de episodios de OMA diagnosticados por un médico durante 6 meses. Los resultados secundarios fueron las infecciones urinarias y la caries dental informadas por los cuidadores.

Resultados Entre los 250 niños asignados al azar, la edad media (DE) fue de 38 ± 14 meses y había 124 niñas (50%). Hubo tres episodios de OMA diagnosticados por un médico en los 125 participantes del grupo de placebo y seis en los 125 participantes del grupo de xilitol (OR 2,04; IC del 95 %: 0,43 a 12,92; p = 0,50). No hubo diferencias en el número de episodios de IVRS informados por los cuidadores (cociente de tasas [RR] 0,88; IC del 95 %: 0,70 a 1,11) entre el placebo (4,2 por participante durante 6 meses; IC del 95 %: 3,6 a 5,0) y el xilitol (3,7; IC del 95% 3,2, 4,4) grupos. Se informaron caries dentales en cuatro participantes del grupo de placebo y dos del grupo de xilitol (OR 0,42; IC del 95%: 0,04; 3,05; p=0,42). En un análisis post hoc de las URTI durante la pandemia de COVID-19, la tasa entre los 59 participantes que recibieron placebo fue de 2,3 por participante durante 6 meses (IC del 95 %: 1,8; 3,0) y para los 55 que recibieron xilitol, 1,3 durante 6 meses ( IC del 95%: 0,92 a 1,82; RR 0,56; IC del 95%: 0,36 a 0,87). El evento adverso más común fue diarrea (28% con placebo; 34% con xilitol).

Conclusiones El uso regular de xilitol no previno la OMA, las infecciones urinarias o la caries dental en un ensayo con poder estadístico limitado. Un análisis post hoc indicó que las URTI eran menos comunes con la exposición al xilitol durante la pandemia de COVID-19, pero este hallazgo podría ser falso.

INTRODUCCIÓN

El rinovirus humano (RVH) fue predominante y persistente durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) a pesar de las intervenciones no farmacéuticas. Los datos sobre si la persistencia del RVH también se produjo en neonatos y lactantes pequeños fueron muy limitados.

MÉTODOS

Este estudio observacional prospectivo se llevó a cabo en Niigata, Japón, entre enero de 2020 y septiembre de 2022. Los participantes fueron neonatos y lactantes hospitalizados menores de 4 meses de edad con fiebre. Se excluyeron los pacientes con evidencia de infección bacteriana o contacto evidente con enfermos de gripe o por virus sincitial respiratorio, según lo confirmado por las pruebas de detección rápida de antígenos. También se excluyeron los COVID-19 diagnosticados mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o pruebas rápidas de detección de antígenos. Los parechovirus y enterovirus se examinaron mediante PCR utilizando suero y/o líquido cefalorraquídeo. Film Array Respiratory Panel v1.7 se realizó en hisopos nasofaríngeos. Si el RVH era positivo, se identificaba el genotipo.

RESULTADOS

Se incluyeron 72 pacientes (mediana de edad, 54 días; intervalo intercuartílico, 28,5-79 días), y se diagnosticó sepsis en 31 (43,1%) pacientes. En total, 27 (37,5%) pacientes habían tenido pruebas PCR multiplex positivas. Estos pacientes eran más propensos a tener rinorrea (P = 0,004), tos (P = 0,01) y contacto con enfermo (P < 0,001) que aquellos con PCR multiplex negativa. El RVH fue el virus más frecuentemente detectado (n = 23, 85,2%), y se genotipificaron las especies A (n = 15, 71,4%) y C (n = 6, 28,6%). No se observó estacionalidad ni predominio mensual de los tipos específicos de RVH.

CONCLUSIONES

El VRH fue una causa importante de fiebre en neonatos y lactantes pequeños durante la pandemia de COVID-19, de 2020 a 2022.

En los lactantes pequeños, las infecciones por parechovirus humano (HPeV) producen desde cuadros leves del tracto respiratorio o gastrointestinal, hasta sepsis clínica, meningitis aséptica o encefalitis1. Los cuadros «sepsis-like», sobre todo en los lactantes menores de tres meses de edad, continúan siendo un reto diagnóstico por la dificultad de distinguirlos de una infección bacteriana grave (IBG)2. El diagnóstico de estas infecciones se basa en la detección del genoma viral por reacción en cadena de polimerasa (PCR) en distintas muestras biológicas (líquido cefalorraquídeo (LCR), exudado faríngeo o nasofaríngeo, suero o sangre, heces o exudado rectal)3.

Actualmente, no existen parámetros analíticos que ayuden a identificar las infecciones por HPeV de mayor gravedad o asociadas a ingresos hospitalarios más prolongados. El objetivo de este trabajo fue describir las características clínicas y analíticas de los pacientes ingresados por infecciones por HPeV, analizando los factores asociados a una peor evolución.

Se realizó un estudio observacional restrospectivo incluyendo a los niños menores de ocho años hospitalizados por infección por HPeV entre enero de 2016 y diciembre de 2022 en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, a los que se les había realizado una analítica sanguínea en el momento del ingreso. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética.

En conclusión, los datos analíticos en el momento del ingreso hospitalario deberían alertar al personal clínico de una mayor gravedad del cuadro, y ser tenidos en cuenta en el manejo de los pacientes.

INTRODUCCIÓN

La infección bacteriana secundaria (IBS) ocurre en una proporción de individuos con dengue y resulta en hospitalizaciones más prolongadas, mayor mortalidad y mayores costos relacionados con la salud. Sin embargo, se conocen parcialmente la frecuencia, los factores de riesgo y los biomarcadores predictivos de esta comorbilidad en el dengue pediátrico.

MÉTODOS

Se realizó un estudio multicéntrico retrospectivo en una región hiperendémica de dengue en Colombia, analizando 1597 niños de dos cohortes pediátricas. Se incluyeron niños con dengue confirmado (enfermedad leve a severa) y se evaluó la tasa de SBI, sus características clínicas, predictores diagnósticos y costos de atención. También se evaluó el rendimiento diagnóstico de la interleucina (IL)-6 plasmática para la detección de SBI en dengue pediátrico.

RESULTADOS

La frecuencia de SBI en niños con dengue con signos de alarma en las cohortes 1 y 2 fue del 2,4% y el 7,3%, respectivamente, y esta tasa alcanzó el 30,7% y el 38,2% en los niños con enfermedad grave. Staphylococcus aureus y Escherichia coli fueron los agentes infecciosos más frecuentes. El aumento de los leucocitos totales y de los niveles de proteína C reactiva, así como de la IL-6 en el momento del ingreso hospitalario, en niños <48 meses de edad fueron indicios precoces de SBI en el dengue. En la SBI se observaron mayores tasas de disfunción orgánica, la necesidad de una hospitalización más prolongada y un aumento de 2,3 veces en los costes de atención.

CONCLUSIONES

Una proporción importante de niños con dengue cursan con SBI y presentan mayor morbilidad. Los leucocitos elevados, la proteína C reactiva y la IL-6 en niños pequeños son marcadores tempranos de SBI. Los médicos deben identificar a los niños con dengue y factores de riesgo de LME, confirmar microbiológicamente la infección bacteriana y administrar terapia antimicrobiana de forma racional y oportuna.

Infografía dirigida a pacientes y ciudadanía elaborada por los Comités de Pacientes y Ciudadanía y de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria sobre el manejo de las infecciones en pediatría. Con la colaboración del Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN).

En este estudio genómico retrospectivo de base poblacional se recogieron aislados de M. tuberculosis en 25 laboratorios clínicos de la Comunidad Valenciana, España. Se incluyeron los casos de tuberculosis con cultivo positivo notificados por autoridades regionales de salud pública entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre de 2016. Los perfiles de farmacorresistencia de estos aislados se predijeron mediante la identificación genómica, a través de la secuenciación del genoma completo (WGS), de las variantes de alta confianza causantes de resistencia incluidas en el catálogo y se compararon con el fenotipo. Se determinó La concentración inhibitoria mínima (CMI) de los aislados con perfiles de resistencia discordantes se determinó mediante el ensayo de microtitulación con resazurina.

RESULTADOS

La WGS se realizó en 785 aislados positivos en cultivos del complejo M tuberculosis, y las sensibilidades de predicción de resistencia de la WGS fueron las siguientes WGS fueron: 85,4% (IC 95% 70-8-94-4) para isoniazida, 73,3% (44-9-92-2) para rifampicina, 50,0% (21-1-78-9) para el etambutol y 57,1% (34-0-78-2) para la pirazinamida; todas las especificidades fueron superiores al 99,6%. Los valores de sensibilidad fueron inferiores a los comunicados anteriormente, pero la precisión global de la pan-susceptibilidad fue del 96,4%. El análisis genotípico reveló que cuatro aislados fenotípicamente susceptibles portaban mutaciones (rpoB Leu430Pro y rpoB Ile491Phe para la rifampicina y fabG1 Leu203Leu para la isoniazida) conocidas por ofrecer una resistencia límite en las pruebas fenotípicas estándar. Además, identificamos tres posibles mutaciones asociadas a la resistencia (inhA Ser94Ala, katG Leu48Pro, y katG Gly273Arg para la isoniazida) en muestras con CMI sustancialmente superiores a las de las cepas susceptibles. Combinando datos genómicos y fenotípicos, de acuerdo con las directrices de diagnóstico de la OMS, pudimos detectar dos nuevos casos multirresistentes. Además, detectamos que 11 (1,6%) de los 706 aislados eran monorresistentes a las fluoroquinolona, que anteriormente no se habían detectado.

INTERPRETACIÓN

Se demostró que el catálogo de la OMS permite detectar casos resistentes no detectados en las pruebas fenotípicas en una región de baja carga, lo que permite un tratamiento mejor adaptado al paciente. También se identificaron mutaciones incluidas en el catálogo, relevantes a nivel local. Los resultados de este estudio, junto con futuras actualizaciones del catálogo, probablemente conduzcan en el futuro a la sustitución parcial de las pruebas de cultivo por pruebas de pruebas de sensibilidad a fármacos basadas en WGS en nuestro entorno.

INTRODUCCIÓN

La tuberculosis infantil sigue siendo una causa importante de morbilidad y mortalidad, en parte debido a la ausencia de diagnóstico. Se necesitan métodos de diagnóstico con mayor sensibilidad que utilicen muestras fácilmente disponibles. El objetivo fue evaluar la precisión diagnóstica del cartucho prototipo Cepheid Mycobacterium tuberculosis Host Response (MTB-HR), una prueba candidata que mide una firma transcriptómica de tres genes a partir de una muestra de sangre obtenida por punción digital, en niños con sospecha de tuberculosis.

MÉTODOS

RaPaed-TB fue un estudio prospectivo de precisión diagnóstica realizado en cuatro centros de países africanos (Malawi, Mozambique, Sudáfrica y Tanzania) y en un centro de la India. Niños menores de 15 años con sospecha de tuberculosis pulmonar o extrapulmonar se inscribieron entre el 21 de enero de 2019 y el 30 de junio de 2021. Se realizó MTB-HR al inicio y al mes en todos los niños y se repitió a los 3 meses y 6 meses en niños en tratamiento antituberculoso. La precisión se comparó con el estado de tuberculosis basado en datos microbiológicos, radiológicos y clínicos estandarizados.

RESULTADOS

Se examinó a 5313 niños potencialmente elegibles, de los cuales 975 lo fueron. 784 niños se sometieron a la prueba MTB-HR de los cuales 639 tenían una clasificación diagnóstica y se incluyeron en el análisis. MTB-HR diferenció los niños con tuberculosis confirmada por cultivo de aquellos con tuberculosis improbable con una sensibilidad del 59,8% (95% IC 50,8-68,4%). Utilizando cualquier confirmación microbiológica (cultivo, Xpert MTB/RIF Ultra, o ambos), la sensibilidad fue del 41,6% (34,7-48,7), y utilizando un estándar de referencia clínico compuesto, la sensibilidad fue del 29,6% (25,4-34,2). La especificidad para los tres estándares de referencia fue del 90,3% (IC del 95%: 85,5-94,0). Los resultados fueron similares en grupos de edad y según el estado de malnutrición. Entre los niños que vivían con el VIH, la precisión con respecto al patrón de referencia estricto (sensibilidad 50,0%, 15,7-84,3) en comparación con los niños sin VIH (61,0%, 51,6-69,9), aunque la diferencia no alcanzó significación estadística. La combinación del resultado basal MTB-HR con un resultado Ultra identificó al 71,2% de los niños con tuberculosis confirmada microbiológicamente.

INTERPRETACIÓN

MTB-HR demostró una precisión diagnóstica prometedora para la tuberculosis confirmada por cultivo en esta amplia cohorte pediátrica geográficamente diversa y en subgrupos difíciles de diagnosticar, cohorte pediátrica geográficamente diversa y subgrupos difíciles de diagnosticar.

Se han producido avances significativos en la prevención y el tratamiento de la enfermedad por el virus del Ébola (EVE) causada por el virus del Ébola del Zaire (ZEBOV), incluido el desarrollo de dos vacunas eficaces, rVSV-ZEBOV y Ad26.ZEBOV/MVA-BN-Filo. Además, los anticuerpos monoclonales contra el ZEBOV se han convertido en la terapia de primera línea para la EVE. Sin embargo, el brote de 2022-23 del virus del Ébola de Sudán (SUDV) en Uganda ha puesto de manifiesto las carencias de las terapias y vacunas actuales, cuya eficacia es incierta contra especies distintas del ZEBOV. El personal sanitario y de laboratorio que trabaja en centros de tratamiento de la EVE o en laboratorios de diagnóstico e investigación del virus del Ébola se enfrenta a riesgos únicos relacionados con la posible exposición profesional a los virus del Ébola. Dada la importante morbilidad y mortalidad asociada a la EVE, los centros deben disponer de estrategias para gestionar las exposiciones ocupacionales, incluyendo la consideración de terapias post-exposición. En esta revisión, se analizan las pruebas actualmente disponibles para la prevención y la profilaxis postexposición de la EVE, incluidas las terapias actualmente en evaluación para el SUDV.

Este estudio analizó los datos de 1098 niños: 575 diagnosticados de COVID-19 entre enero y junio de 2022 (Omicron temprana) y 523 hospitalizados entre julio de 2022 y abril de 2023 (Omicron tardía). Las nuevas subvariantes de Omicron conducen a tasas de recuperación sin muertes ni síndrome de dificultad respiratoria aguda en niños similares a las de BA.1 y BA.2, sin embargo, causan con más frecuencia fiebre y crup. Los niños que padecen comorbilidades, presentan lesiones pulmonares y son mayores, pueden ser propensos a sufrir consecuencias más graves de COVID-19 en términos de comparación con las subvariantes Omicron actualmente dominantes.

Bibliografía enero 2024

Top Ten

El asesoramiento de las mujeres con infección por el VIH que deseen quedarse

embarazadas debe formar parte de la práctica clínica para disminuir la morbilidad y mortalidad materno infantil. La identificación precoz de la infección por el VIH en la mujer previene de manera eficiente la transmisión de la madre al niño, siempre que aseguremos el acceso al tratamiento antirretroviral (TAR), al control obstétrico y a la información adecuada por parte de los profesionales sanitarios.

Estas recomendaciones actualizan las publicadas en 2018 por las mismas entidades y

sociedades científicas y van dirigidas a todos los profesionales que atienden a las mujeres embarazadas o con deseo de embarazo y a sus recién nacidos, teniendo como objetivo principal, que ninguna mujer afronte su embarazo sin conocer su estado serológico frente al VIH y prioritariamente, que llegue al parto sin que se haya determinado su estado serológico frente al VIH. Para ello se revisarán y elaborarán una serie de recomendaciones que sirvan de guía para el manejo terapéutico tanto de la mujer embarazada como del niño expuesto.

Este documento establece la necesidad de una aproximación multidisciplinar a la mujer que debe incluir, al menos especialistas en ginecología, infectología, pediatría y a la matrona y, con relativa frecuencia, se ha de incorporar, además, a profesionales de atención primaria, psicólogos, psiquiatras y recursos sociales. Por otro lado, con el objetivo ideal de alcanzar la transmisión “cero” del VIH a los niños, es fundamental que los cuidadores principales (al menos infectólogos, ginecólogos y pediatras) tengan experiencia demostrada en el manejo de estas situaciones.

ANTECEDENTES
Los cultivos de orina convencionales seleccionan una estrecha gama de organismos que crecen bien en condiciones aeróbicas. En cambio, el examen de las secuencias de genes bacterianos en la orina proporciona una evaluación relativamente imparcial de los organismos presentes. Así pues, utilizando la secuenciación de amplicones del gen del ácido ribonucleico 16S (ARNr) como patrón de referencia, ahora tenemos la posibilidad de evaluar la precisión del urocultivo en el diagnóstico de la infección del tracto urinario (ITU).

MÉTODOS
Se incluyeron niños febriles de 1 mes a 3 años de edad a los que se les practicó un sondaje vesical por sospecha de ITU. Utilizando la secuenciación del amplicón del gen 16S rRNA como estándar de referencia, se calculó la precisión del urocultivo con distintos valores de corte (10 000, 50 000 y 100 000 unidades formadoras de colonias por mililitro). Los niños con una abundancia relativa ≥80% de cualquier organismo en la secuenciación del amplicón del gen ARNr 16S con marcadores urinarios de inflamación elevados se definieron como portadores de una ITU.

RESULTADOS
Cuando se utilizó un punto de corte de 10 000 UFC/mL, la sensibilidad y especificidad del urocultivo fueron del 98% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 93%-100%) y del 99% (IC del 95%: 97%-100%), respectivamente. El uso de un punto de corte de 50 000 unidades formadoras de colonias por mL disminuyó la sensibilidad al 80% (IC 95%: 68%-93%) sin cambiar la especificidad. El uso de un valor de corte de 100 000 disminuyó aún más la sensibilidad hasta el 70% (IC del 95%: 55%-84%).

CONCLUSIONES
El cultivo convencional sigue siendo un método preciso para diagnosticar ITU en niños pequeños; sin embargo, estos datos sugieren que un valor de corte de 10 000 unidades formadoras de colonias por mL proporciona el equilibrio óptimo entre sensibilidad y especificidad para los niños sometidos a sondaje vesical.

Las infecciones oculares son una causa importante de pérdida de visión en todo el mundo. Los pacientes con estas infecciones suelen ser atendidos por proveedores de atención primaria, internistas, especialistas en medicina de emergencia, hospitalistas y oftalmólogos. Cada año solo en los Estados Unidos, la conjuntivitis representa más de 550.000 visitas a los departamentos de emergencia 1 y muchas más visitas a consultorios ambulatorios, la queratitis se diagnostica en más de 1 millón de visitas al consultorio y al departamento de emergencias, 2 la endoftalmitis exógena complica hasta el 0,1% de los casos. En las más de 7 millones de cirugías de cataratas e inyecciones intravítreas realizadas, 3-5 , miles de pacientes son admitidos en hospitales generales para tratar infecciones oculares que amenazan la visión, como la endoftalmitis endógena y la uveítis infecciosa. Esta revisión resume la epidemiología, el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones oculares. La Figura 1 ilustra la anatomía del ojo en relación con las infecciones oculares. La Tabla S1 en el Apéndice complementario , disponible con el texto completo de este artículo en NEJM.org, resume las características microbiológicas, las características clínicas y el tratamiento de estas infecciones.

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) se encuentra entre las causas más frecuentes de tratamiento antibiótico en niños y, a nivel mundial, es una de las causas más elevadas de mortalidad infantil. En los últimos años se han publicado varios estudios de alta calidad sobre la duración del tratamiento antibiótico también en niños. En esta revisión, se pretende resumir las pruebas actuales sobre la duración del tratamiento antibiótico en la NAC pediátrica.

RECOMENDACIONES DE LOS AUTORES

Teniendo en cuenta las nuevas pruebas, parece seguro recomendar una duración del tratamiento antibiótico CAP de 5 días con una aminopenicilina para los niños de todas las edades. Sin embargo, en países con una elevada tasa de resistencia a la penicilina, la elección del tratamiento antibiótico de primera línea puede variar.

La bronquiolitis se convierte en todo un reto durante su pico estacional, desbordando los recursos materiales y humanos para poder atender los pacientes afectados. A consecuencia de ello, se multiplican exponencialmente los traslados interhospitalarios. No se han encontrado estudios que hayan analizado las características de los pacientes con bronquiolitis aguda (BA) en los servicios de urgencias extrahospitalarios (SUEH) y la influencia de la pandemia en su epidemiología.

Objetivo. Conocer las características de los pacientes pediátricos y neonatales con bronquiolitis en los SUEH de la Comunidad de Madrid y analizar la influencia de la pandemia por COVID-19 en su epidemiología.

Material y métodos. Estudio observacional descriptivo, transversal y retrospectivo realizado en los SUEH de la Comunidad de Madrid entre 2016 y 2023. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de BA según CIE-10 en las historias clínicas de las asistencias y traslados interhospitalarios. Se registraron variables sociodemográficas, clínicas y de tratamiento (ventilatorio y farmacológico).

Resultados. Se incluyeron 630 pacientes con BA: 343 atendidos por los SUEH no especializados en neonatología (no-neo) y 287 por el equipo de transporte neonatal (TN). La mediana de edad fue de 3,7meses [2,8-4,7] en SUEH no-neo y de 19días [14,2-23,7] en TN. Hubo un aumento de la edad estadísticamente significativo en la temporada 2020/2021 en el grupo de SUEH no-neo. La escala de gravedad fue estadísticamente mayor en el grupo de TN. Hubo un pico inusual de casos de bronquiolitis en junio de 2021, coincidiendo con el fin de la 4.ª ola de COVID-19. La incidencia de bronquiolitis, tras la 6.ª ola de pandemia, fue la mayor de todas las temporadas (13,5 casos por cada 10.000 niños ≤2años).

Conclusiones. La mediana de edad en los pacientes pediátricos con BA en los SUEH aumentó tras finalizar el confinamiento de la pandemia COVID-19, en probable relación con la ausencia de exposición a los virus causantes de la misma. Esto podría explicar también que la incidencia de bronquiolitis tras la 6.ª ola de pandemia fue la mayor de todas las temporadas. La escala de gravedad fue mayor en los pacientes neonatales. La vigilancia epidemiológica, la implantación de protocolos y la implementación de un programa de formación continuada a los profesionales no especializados encargados de los traslados de este tipo de pacientes podrían mejorar su manejo.

Objetivos

Estudiar la epidemiología genómica de aislados de Streptococcus pyogenes causantes de bacteriemia (GAS-BSI) en un hospital de tercer nivel español durante la alerta por incremento de infecciones invasivas por S. pyogenes en el Reino Unido.

Métodos

Análisis epidemiológico retrospectivo de GAS-BSI durante el periodo enero-mayo 2017-2023. Se realizó una secuenciación de genoma completo con el sistema Ion torrent GeneStudio™ S5 de los aislados obtenidos durante la alerta de brote del Reino Unido 2022-2023 para tipificación emm e identificación de genes de superantígenos.

Resultados

Durante el periodo enero-mayo de 2023 hubo más casos de GAS-BSI que en el mismo periodo de años anteriores con un aumento no significativo en niños. Se secuenciaron 14 aislados. Predominaron los tipos emm1 (6/14, 42,9%) y emm12 (2/14, 14,3%); 5 de 6 (75%) aislados emm1 eran del clon M1UK. Los genes de superantígenos más detectados fueron speG (12/14, 85,7%), speC (10/14, 71,4%), speJ (7/14, 50%) y speA (5/15, 33,3%). Los genes speA y speJ predominaron en el clon M1UK.

Conclusiones

Nuestra epidemiología genómica de Streptococcus pyogenes causantes de bacteriemia en 2023 es similar a los datos comunicados por el Reino Unido durante el mismo periodo y diferente de los informes nacionales previos de vigilancia.

Los brotes de sarampión se extenderán a otros pueblos y ciudades del Reino Unido si no se toman medidas urgentes para aumentar la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR), advirtió la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA).

El 19 de enero, la agencia declaró el brote actual en Birmingham 1 como incidente nacional, lo que le permitió dedicar más recursos a abordar el problema. 2

Hasta el 18 de enero, ha habido 216 casos confirmados y 103 casos probables en West Midlands desde el 1 de octubre de 2023. Alrededor del 80% de esos casos se han producido en Birmingham, y el 10% en Coventry, dijo UKHSA. La mayoría ocurre en niños menores de 10 años.

……

Las cifras del NHS muestran que haber recibido ambas dosis de MMR a la edad de 5 años fue del 83,7% en West Midlands, y la cifra es aún menor en Londres, del 74%. 3 La Organización Mundial de la Salud recomienda una cobertura de vacunación de al menos el 95% porque el sarampión es altamente infeccioso y se propaga fácilmente

Los casos de sarampión han aumentado recientemente en Rumania, con 460 casos confirmados en agosto de 2023. A partir de marzo de 2023, los casos de sarampión aumentaron y se registraron brotes en los condados de Cluj, Bistrita Nasaud, Sibiu y Mures. Se identificaron nuevas variantes del virus D8, diferentes de las variantes detectadas en Rumanía antes de la pandemia de COVID-19. Aquí proporcionamos datos epidemiológicos y moleculares sobre el aumento actual de casos de sarampión en el contexto del proceso de eliminación del sarampión en la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud.

INTRODUCCIÓN

Existe escasa evidencia sobre la efectividad en la práctica clínica de las vacunas antigripales tetravalentes vivas atenuadas (LAIV-4) en niños pequeños. El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia de la LAIV-4 en el mundo real frente a la morbilidad y los contactos hospitalarios relacionados con la gripe.

MÉTODOS

Utilizando registros sanitarios nacionales daneses, se diseñó un estudio de cohortes que, a modo de ensayo objetivo, comparando la LAIV-4 con la no vacunación en niños de 2 a 6 años. Los niños elegibles vacunados entre el 1 de octubre de 2021 y el 15 de enero de 2022 fueron emparejados con controles no vacunados en una proporción de 1:1 según las características demográficas y los grupos de riesgo de gripe, y fueron seguidos hasta el 31 de mayo de 2022. Los resultados primarios del estudio fueron cualquier contacto hospitalario por gripe e ingresos hospitalarios relacionados con la gripe de más de 12 h de duración, mientras que los ingresos hospitalarios por infecciones de las vías respiratorias, o por sibilancias o asma, y las prescripciones de antibióticos se evaluaron como resultados secundarios. Se estimaron las tasas de incidencia (TI) y los intervalos de confianza IC al 95% (IC95%) mediante regresión de Poisson para cada resultado. La efectividad de la vacuna se calculó como 1 – TI.

RESULTADOS

De 308 520 niños daneses de 2 a 6 años, 95 434 niños vacunados se emparejaron con 95 434 niños no vacunados que actuaron como controles. La recepción de LAIV-4 en comparación con la no vacunación se asoció con una TI reducida de 0,36 (IC95%: 0,27 a 0,46) y una eficacia estimada de la vacuna del 64,3% (53,6 a 72,6) frente a los contactos hospitalarios relacionados con la gripe (76 frente a 210 eventos). La TI correspondiente y la eficacia de la vacuna frente a ingresos hospitalarios relacionados con la gripe fueron de 0,63 (0,38 a 1,05) y 36,9% (-5,2 a 62,1; 24 frente a 38 eventos), respectivamente. La LAIV-4 no se asoció con reducciones en las tasas de ingresos por infecciones de las vías respiratorias (TIR 1,14, IC del 95%: 0,94 a 1,38), sibilancias o asma (1,04, 0,83 a 1,31), o prescripciones de antibióticos para infecciones de las vías respiratorias (0,97, 0,93 a 1,00). La eficacia de la vacuna evaluada en todos los grupos de riesgo de gripe mostró una eficacia similar en niños con y sin factores de riesgo coexistentes de gripe grave.

INTERPRETACIÓN

LAIV-4 ofreció una protección moderada en niños más pequeños contra los contactos hospitalarios relacionados con la gripe durante una temporada dominada por la gripe A(H3N2); sin embargo, la vacunación no se asoció con reducciones en los resultados secundarios. Por lo tanto, este estudio en la práctica real respalda una eficacia moderada de la vacuna LAIV-4 contra la gripe cuando se implementan calendarios de vacunación amplios en niños más pequeños.

INTRODUCCIÓN

Los serogrupos A, B, C, W e Y causan casi todas las enfermedades meningocócicas, y una protección completa requeriría la vacunación contra los cinco serogrupos. El objetivo del estudio fue evaluar la inmunogenicidad y seguridad de una vacuna pentavalente MenABCWY compuesta por dos vacunas autorizadas: una vacuna meningocócica del serogrupo B con proteína de unión al factor H (MenB- FHbp) y una vacuna tetravalente conjugada con toxoide tetánico del serogrupo meningocócico ACWY (MenACWY-TT), en comparación con dos dosis de MenB-FHbp y una dosis única de vacuna tetravalente conjugada con CRM197 del serogrupo meningocócico ACWY (MenACWY-CRM) como control activo. Previamente se comunicaron los datos primarios de seguridad e inmunogenicidad relativos a la pauta de dos dosis de MenB-FHbp. A continuación se presentan los resultados secundarios y los análisis ad hoc relativos a la inmunogenicidad y la seguridad de MenABCWY.

MÉTODOS

Se realizó un ensayo ciego a los observadores, con control activo, en 68 centros de EE.UU., República Checa, Finlandia y Polonia. Se asignó aleatoriamente (1:2) a individuos sanos (de 10 a 25 años) que habían recibido o no habían recibido previamente una vacuna MenACWY mediante un sistema de respuesta interactivo de voz o basado en la web, estratificado según la vacunación previa con MenACWY, para recibir 0,5 ml de MenABCWY (meses 0 y 6) y placebo (mes 0) o MenB-FHbp (meses 0 y 6) y MenACWY-CRM (mes 0) mediante inyección intramuscular en el deltoides superior. Todas las personas estaban enmascaradas en cuanto a la asignación a los grupos, excepto el personal implicado en la dispensación, preparación y administración de la vacuna, y el cumplimiento del protocolo. Los criterios de valoración para los serogrupos A, C, W e Y incluyeron la proporción de participantes que alcanzaron un aumento de al menos cuatro veces en los títulos séricos de anticuerpos bactericidas mediante complemento humano (hSBA) entre el inicio y 1 mes después de cada vacunación. Para el serogrupo B, los criterios de valoración secundarios incluyeron la proporción de participantes que lograron un aumento de al menos cuatro veces en los títulos de hSBA desde el inicio para cada una de las cuatro cepas de prueba primarias y la proporción de participantes que lograron títulos de al menos el límite inferior de cuantificación frente a las cuatro cepas de prueba combinadas un mes después de la segunda dosis. Los criterios de valoración para los serogrupos A, C, W e Y se evaluaron en la población modificada por intención de tratar (mITT), que incluyó a todos los participantes asignados aleatoriamente que recibieron al menos una dosis de vacuna y tuvieron al menos un resultado válido y determinado de MenB o de la prueba de los serogrupos A, C, W o Y antes de la vacunación hasta 1 mes después de la segunda dosis, evaluados en participantes con experiencia con ACWY y sin experiencia con ACWY por separado. Los criterios de valoración secundarios para el serogrupo B se analizaron en la población inmunogénica evaluable, que incluyó a todos los participantes de la población mITT que fueron asignados aleatoriamente al grupo de interés, recibieron todos los productos en investigación según lo asignado aleatoriamente, se les extrajo sangre para las pruebas de ensayo dentro de los plazos requeridos, obtuvieron al menos un resultado válido y determinado de la prueba de MenB después de la segunda vacunación y no tuvieron desviaciones importantes del protocolo; los resultados se evaluaron tanto en la población con experiencia en ACWY como en la población sin experiencia en ACWY combinadas. La no inferioridad de MenABCWY frente a MenACWY-CRM y MenB-FHbp se determinó utilizando un margen de no inferioridad del -10% para estos criterios de valoración. La reactogenicidad y los acontecimientos adversos se evaluaron entre todos los participantes que recibieron al menos una dosis de vacuna y que disponían de datos de seguridad.

RESULTADOS

Entre el 24 de abril y el 10 de noviembre de 2017, 1610 participantes (809 MenACWY-no vacunados; 801 MenACWY-vacunados) fueron asignados aleatoriamente: 544 para recibir MenABCWY y placebo (n=272 MenACWY-no vacunados; n=272 MenACWY- vacunados) y 1066 para recibir MenB-FHbp y MenACWY-CRM (n=537 MenACWY-no vacunados; n=529 MenACWY-vacunados). Entre los receptores de MenACWY-no vacunados o MenACWY-vacunados MenABCWY, del 75,5% (IC 95%: 69,8-80,6; 194 de 257; serogrupo C) al 96,9% (94,1-98,7; 254 de 262; serogrupo A) y del 93,0% (88,4-96,2; 174 de 187; serogrupo Y) al 97,4% (94,4-99,0; 224 de 230; serogrupo W) consiguieron aumentos de al menos cuatro veces en los títulos de hSBA frente a los serogrupos ACWY tras la dosis 1 o 2, respectivamente, en los análisis ad hoc. Además, entre el 75,8% (71,5-79,8; 320 de 422) y el 94,7% (92,1-96,7; 396 de 418) de MenABCWY y entre el 67,4% (64,1-70,6; 563 de 835) y el 95,0% (93,3-96,4; el 79,9% (334 de 418; 75,7-83,6) y el 74,3% (71,2-77,3; 605 de 814), respectivamente, lograron respuestas compuestas. MenABCWY fue no inferior a MenACWY-CRM (dosis única) y a MenB-FHbp en los análisis ad hoc basados en la proporción de participantes con un aumento de al menos cuatro veces en los títulos de hSBA desde el inicio y (sólo para MenB-FHbp) respuestas compuestas. Los acontecimientos de reactogenicidad tras la vacunación tuvieron una frecuencia similar en todos los grupos, fueron en su mayoría leves o moderados y no se vieron afectados por la experiencia con MenACWY. Ningún efecto adverso que provocara la retirada de la vacuna estaba relacionado con el producto en investigación. Se notificaron efectos adversos graves en cuatro (1,5%; 0,4-3,7) individuos MenACWY-no vacunados en el grupo MenABCWY frente a seis (2,2%; 0,8-4,8) entre los individuos MenACWY- vacunados en el grupo MenABCWY y 14 (1,3%; 0,7-2,2) en el grupo de control activo (individuos MenACWY-vacunados y MenACWY-no vacunados combinados); ninguno de ellos se consideró relacionado con el medicamento en investigación.

INTERPRETACIÓN

Las respuestas inmunitarias de MenABCWY fueron sólidas y no inferiores a las de MenACWY-CRM y MenB-FHbp administradas por separado, y MenABCWY fue bien tolerada. El perfil beneficio-riesgo favorable respalda la evaluación adicional de MenABCWY como esquema de calendario simplificado en comparación con los actuales programas de vacunación antimeningocócica para adolescentes.

Introducción.

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) tiene entre sus funciones la recogida sistemática de la información epidemiológica, su análisis e interpretación y la difusión de los resultados.

Se presentan los resultados de la vigilancia de las enfermedades transmisibles para el año 2022 realizada por los servicios de vigilancia de las comunidades y ciudades autonómicas (CCAA).

Las tablas de la 1 a la 7 recogen para cada enfermedad, excepto las enfermedades por transmisión vectorial no endémicas, el número de casos autóctonos totales y por sexo y la tasa de incidencia (TI) total y por sexo. En la última columna se incluyen los casos importados. En la tabla 8 se presentan el número de casos notificados totales y su tasa de notificación (TN) total para cada una de las enfermedades de transmisión vectorial no endémicas sujetas a vigilancia. Además, se diferencia el total de los casos notificados por sexo en función de si han sido importados o no. Para el cálculo de las TI se utilizaron la población de las cifras de población residente en España publicadas por Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de las estimaciones intercensales a 1 de julio del año 2022. Se excluyó del denominador en el cálculo de la tasa la población de las CCAA que no declararon casos de aquellas enfermedades que no vigilan (N.D.). Para el cálculo de la tasa de sífilis congénita y toxoplasmosis congénita se utilizó como denominador la cifra de recién nacidos vivos en todo el territorio correspondiente a 2022.

El objetivo de este trabajo es presentar un resumen de los resultados de la vigilancia de las enfermedades transmisibles notificadas en el año 2022.

Resultados.

Las Tablas de la 1 a la 7 muestran el número total casos notificados a la RENAVE, su tasa de incidencia, los casos por sexo y el total de casos importados en los siguientes grupos:

  • Enfermedades transmitidas por alimentos y agua

  • Enfermedades prevenibles por vacunación

  • Enfermedades de transmisión respiratoria

  • Enfermedades transmitidas por vectores

  • Zoonosis

  • Infecciones de transmisión sexual y parenteral

  • Enfermedad Neumocócica Invasiva en España en 2022 (pdf). Boletín Epidemiológico Semanal. 2023;31(4):260-273. doi: 10.4321/s2173-92772023000400006.

Introducción: El objetivo del estudio fue describir la epidemiología de la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) en España durante 2022 y su comparación con años anteriores.

Método: Análisis epidemiológico descriptivo de los casos de ENI notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Las variables analizadas fueron: sexo, edad, fecha de inicio de síntomas, lugar de residencia, defunción y serotipo del Streptococcus pneumoniae.

Resultados: Se notificaron 3.135 casos de ENI, con una tasa de incidencia por 100.000 habitantes (TI) de 6,58. La incidencia fue más elevada en los menores de 1 año (TI de 24,89) y en el grupo de 1 a 4 años (TI de 18,42). Los serotipos 8 y 3 causaron el 42,7% de las ENI en las que se notificó el serotipo. En los grupos de menores de 1 año y de 1 a 4 años un 29,8% y un 34,4% de las ENI, fueron causadas, respectivamente, por serotipos incluidos en PCV13 (un 47,1% y 78,8 %, respectivamente, fueron causados por el serotipo 3). En el grupo de edad de 65 y más años, el 70,2% de las ENI fueron causadas por serotipos incluidos en PPV23. El 36,8% y el 64,8% de las ENI fueron causadas por los serotipos incluidos en PCV15 y PCV20, respectivamente.

Conclusiones: La TI respecto al año 2021 se incrementó en todos los grupos de edad, pero fue inferior a las TI prepandémicas, excepto en los grupos de edad 1 a 4 y de 5 a 14 años, en los que la TI fue superior. Los serotipos 8 y 3 fueron causantes del 42,7% de las ENI con serotipo conocido.

Introducción: El virus de la hepatitis A, que produce una infección aguda del hígado, tiene como vías de transmisión la ingestión de agua o alimentos o el contacto directo persona-persona (especialmente entre contactos estrechos, como convivientes u otros contextos específicos como guarderías u hombres que tienen sexo con hombres – HSH). El objetivo de este estudio fue describir la evolución temporal y las características epidemiológicas de la hepatitis A en los años 2021 y 2022 en España, comparándolos con los datos de años previos (periodo 2015-2020).

Método: Se analizaron los casos de hepatitis A notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) durante el periodo 2015-2022, calculándose las incidencias acumuladas (IA) anuales, global y por sexo y grupos de edad. También se describieron las principales características de los brotes de los años 2021-2022.

Resultados: La IA en los años 2021 y 2022 fue de 0,41 y 0,53 respectivamente, inferiores a las notificadas en años previos. No se observaron grandes diferencias en la distribución entre hombres y mujeres. En el 2021, el grupo de población que presentó mayores IA fueron los adultos > 44 años, mientras que en el año 2022 fue la población de 0-14 años. En los años 2021 y 2022 la IA en población menor de 44 años fue inferior comparando con el 2015, mientras que para la población mayor de esa edad no se observaron grandes diferencias.

Conclusiones: Las IA de hepatitis A durante los años 2021-2022 fueron las mínimas registradas durante el periodo de estudio, con un descenso importante con respecto a años previos especialmente en población infantil y en individuos de 15 a 44 años, posiblemente debido a cambios en la epidemiología de la enfermedad por la pandemia de COVID-19 y la situación excepcional del brote de los años 2016-2017.

La apendicitis es la urgencia quirúrgica pediátrica más frecuente y tradicionalmente se ha tratado con apendicectomía. El tratamiento no quirúrgico de la apendicitis no complicada, o simple, ha demostrado ser seguro y eficaz en varios ensayos controlados aleatorizados en adultos. Este artículo resume la literatura reciente, destacando las controversias y las áreas activas de investigación.

CONCLUSIÓN

Cada vez hay más pruebas de que el tratamiento no quirúrgico es una opción de tratamiento viable para algunos niños con apendicitis simple y es de esperar que las investigaciones en curso cuantifiquen aún más los riesgos y beneficios asociados a esta estrategia de tratamiento en comparación con la cirugía

Casos clínicos

Shigella es un bacilo gramnegativo, no capsulado, inmóvil, perteneciente a la familia Enterobacteriaceae. Es causante de la disentería bacilar, de transmisión feco-oral. La baja dosis infectiva facilita su diseminación1. El género está compuesto por cuatro especies: Shigella dysenteriae, Shigella flexneriShigella boydii y Shigella sonnei. Esta última representa hasta el 80% de las infecciones en Europa y en América del Norte, y se considera un patógeno emergente1. La mayoría de las infecciones pediátricas son asintomáticas o presentan síntomas leves. Sin embargo, pueden llegar a presentar bacteriemia, encefalopatía, perforación intestinal y peritonitis1. Se recomienda el uso de antibióticos en el control de brotes, en pacientes que acuden a guardería o institucionalizados y para disminuir la duración de la diarrea en los casos complicados de disentería2. En países con economías desarrolladas estas infecciones se asocian con la transmisión sexual entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH)1. En 2022, el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) alertó del incremento en varios países europeos de infecciones por S. sonnei extremadamente resistente, predominantemente en HSH3. En España, estudios previos habían comunicado la presencia emergente de infecciones por S. sonnei multirresistente (MDR), asociadas a transmisión entre HSH4.

Presentamos dos casos de infecciones por S. sonnei MDR en niños que son, a nuestro conocimiento, los primeros casos pediátricos con patrón de susceptibilidad antimicrobiana multirresistente reportados en España.

Una niña de 11 años previamente sana presenta 3 días de tos y fiebre, que habían empeorado a pesar de inicio de antibiótico oral y mucolíticos. En el momento de la presentación, la niña se encontraba con buen estado general y hemodinámicamente estable. En la auscultación torácica se observaron crepitantes base izquierda. La radiografía de tórax evidenció una consolidación segmentaria en el lóbulo inferior izquierdo. Se inició tratamiento con ceftriaxona intravenosa (80 mg/kg al día) y azitromicina oral (10 mg/kg al día) con un diagnóstico de neumonía bacteriana adquirida en la comunidad sin respuesta a tratamiento inicial. En el tercer día tras inicio de dicho tratamiento, apareció una erupción macular irregular en las nalgas y zona anogenital. La erupción evolucionó a un exantema maculopapular confluente con vesículas y denudación de la epidermis en placas extensas, más pronunciado en la zona anogenital (figura), por lo que se llevó a cabo una investigación etiológica. Se realizó un análisis de secuenciación metagenómica de nueva generación del líquido de lavado broncoalveolar que identificó el coxsackievirus A6, con un genoma genoma de unas 7-4 kilobases y una carga viral de más de 10 × 10⁶ copias por ml. Se añadió inmunoglobulina intravenosa (1 g/kg al día) y se realizaron cuidados tópicos de las heridas. Después de 2 días de tratamiento, la fiebre se resolvió, y la progresión de las erupciones epidérmicas se detuvo. En 10 días, los síntomas respiratorios remitieron y se produjo la epitelización de las lesiones.

DISCUSIÓN

La neumonía vírica es frecuente en lactantes y niños en edad preescolar, y menos en niños mayores. Los coxsackievirus del grupo A, miembros de la familia Picornaviridae y del género Enterovirus, suelen causar herpangina y la enfermedad de manos, pies y boca. Pocos casos de neumonía por coxsackie A6 son confirmados microbiológicamente. El tratamiento con inmunoglobulina intravenosa en este caso se basó en la experiencia previa de los médicos encargados, además de los cuidados sintomáticos y de apoyo. Dado que ningún tratamiento ni vacuna protege contra el virus Coxsackie, deben aplicarse medidas preventivas como la higiene de las manos y del entorno para el control de la infección.

COMENTARIO DEL CASO: Me parece un caso, por un lado interesante porque demuestra una etiología vírica de un proceso respiratorio asociado a un patógeno tan frecuente hoy en día como es el coxsackie (mano-boca-pie), por el otro un poco controvertido el hecho de que la etiología pueda estar claramente demostrada (contaminación de secreciones?) y que no se justifique la realización de una prueba tan invasiva a este niño para obtener la muestra diagnóstica.

Arcanobacterium haemolyticum es un patógeno generalmente asociado a faringitis exudativa en adolescentes y, con menor frecuencia, a infecciones de tejidos blandos, predominantemente en pacientes con comorbilidad subyacente. Hasta donde se conoce, se describe el primer caso australiano de A. haemolyticum que causa una infección de tejidos blandos en un niño inmunocompetente.

Una niña de 14 años con síndrome de Marfan y prolapso de la válvula mitral medicada con losartán, acudió al servicio de urgencias de pediatría con una historia de 5 días de vómitos, fiebre y cambios en la visión. En la exploración física inicial la niña estaba somnolienta, hipotensa y presentaba un exantema petequial purpúrico palmo-plantar. En los análisis de sangre destacaban trombocitopenia (51.000 × 10 E3/μL), proteína C reactiva elevada (452,7 mg/L), d-dímeros elevados (20.797 ng/mL) e insuficiencia renal aguda (urea 136 mg/dL, creatinina 1,29 mg/dL y FG 50 mL/min/1,73 m2). Fue ingresada inmediatamente en la unidad de cuidados intensivos pediátricos, donde fue estabilizada y tratada con antibióticos de amplio espectro. La ecocardiografía transtorácica (ETT) inicial no fue concluyente…

Una niña de 5 años previamente sana ingresó fiebre prolongada y síntomas parecidos a los de la enfermedad de Kawasaki. No se evidenciaron aneurismas coronarios, y su estado no mejoró tras el tratamiento inicial para la enfermedad de Kawasaki y la infección bacteriana. Los antecedentes de contacto con gatos y las múltiples lesiones granulomatosas en el bazo en la ecografía abdominal llevaron al diagnóstico clínico de bartonelosis atípica, confirmada tras obtener IgG e IgM positivas para Bartonella henselae…

Una niña de 14 años previamente sana fue remitida a nuestro hospital con hiponatremia (Na 125 mmol/L) refractaria a pesar de una infusión de solución salina hipertónica al 3%. Presentaba cefalea, pérdida de apetito y debilidad progresiva desde hacía 2 meses, así como visión doble y dolor ocular desde hacía 5 días. Había perdido 5 kg en los últimos 2 meses. No describió mialgias, fiebre ni sudoración nocturna. Su familia se dedicaba a la cría de animales. En la exploración, presentaba restricción de los movimientos oculares con mirada hacia fuera en el ojo derecho y papiledema en el examen del fondo de ojo. El resto de la exploración física fue esencialmente anodina. Las constantes vitales de la paciente estaban dentro de la normalidad, con una frecuencia cardiaca de 110/min (en ritmo sinusal), una presión arterial de 100/60 mm Hg y una temperatura corporal de 36,3 °C. Los resultados de las pruebas de laboratorio El título de aglutinación en tubo de Brucella fue positivo con un título de 1/5120 y se aisló Brucella spp. en su hemocultivo. La resonancia magnética (RM) craneal, la arteriografía y la venografía fueron normales. En la exploración ocular detallada, el grosor de la capa de fibras nerviosas de la retina de los ojos derecho e izquierdo era de 388 m y 298 m, respectivamente (Fig. 1). Nuestro diagnóstico preliminar fue neurobrucelosis con pérdida cerebral de sal (PCS) secundaria, con sodio sérico bajo, sodio urinario alto, osmolalidad sérica baja y poliuria. No pudimos realizar una punción lumbar debido al papiledema. La paciente fue tratada con doxiciclina (4 mg/kg/día, p.o.), rifampicina (20 mg/kg/día, p.o.), ceftriaxona (100 mg/kg/día, i.v.), gentamicina (5 mg/kg/día, i.v.) e infusión de suero salino isotónico. Aunque administramos infusión de solución salina hipertónica para corregir la hiponatremia, ésta no se corrigió sin el tratamiento de la brucelosis. Con el tratamiento de brucelosis el Na sérico y el nivel de osmolalidad sérica aumentaron a 136 mmol/L y 285 mOsm/L, respectivamente seguimiento en el 5º día de tratamiento. En el 10º día, la restricción de la mirada hacia fuera disminuyó y la diplopía mejoró en el 11º día de tratamiento.

Un niño de 12 años presentó ictericia durante 45 días con orina de color intenso, heces pálidas y prurito durante 3 semanas, precedido de 3 días de fiebre y vómitos. La exploración reveló ictericia y hepatomegalia. Las pruebas mostraron una elevación de la bilirrubina total y directa con elevación de transaminasas leve, lo que sugería ictericia colestática. La ecografía abdominal mostró hepatomegalia con conductos biliares intra y extrahepáticos normales. Los títulos elevados de anticuerpos séricos IgM antihepatitis A confirmaron el diagnóstico de hepatitis A. Al tercer día de hospitalización, presentó dolor abdominal agudo que se irradiaba a la espalda.

La evaluación reveló una elevación de la lipasa sérica (685 U/L) y la amilasa (564 U/L). Se confirmó pancreatitis aguda mediante tomografía computarizada abdominal.

Un niño de 12 años, previamente sano, acudió a nuestro hospital con cefalea y vómitos durante un mes y fiebre, somnolencia y cambios de comportamiento durante una semana. Vivía en una zona rural de Kirguistán, donde su familia se dedicaba a la ganadería. La resonancia magnética craneal reveló una masa herniaria calcificada de aspecto invasivo y bordes mal definidos. Con el diagnóstico preliminar de un tumor cerebral, el paciente fue sometido a cirugía diagnóstica y terapéutica con extirpación de una masa necrótica de 5 cm. El examen histopatológico de la biopsia cerebral reveló la presencia de microorganismos compatibles con trofozoitos amebianos…

Streptococcus constellatus es un coco Gram positivo que reside en el tracto intestinal. En un estudio previo se informó de que aproximadamente el 80% de 37 niños con infecciones por S. constellatus presentaban apendicitis aguda con perforación. Además, la mitad de los pacientes con apendicitis aguda y perforación desarrollaron abscesos intraabdominales. Se describe un caso pediátrico de apendicitis aguda complicada con bacteriemia por S. constellatus.

Paciente de 20 meses, sin antecedentes patológicos, que consulta en Urgencias por lesiones cutáneas de 15 días de evolución. En la exploración (figs. 1-2) se objetivan vesículas y ampollas tensas agrupadas alrededor de máculas o costras, dando un aspecto de roseta. Está afebril, sin afectación mucosa. Niegan ingesta de fármacos o vacunación reciente.

Una niña sana de 3 años presentó un nódulo del color de la piel cerca del ojo izquierdo que creció durante 3 meses, se volvió de color rosado a violáceo y sangró dos veces. Un cirujano plástico sospechó un quiste de inclusión epidérmica versus chalazión y lo trató empíricamente con un ciclo de cefalexina de 10 días sin efecto significativo. La inflamación desapareció lentamente, revelando un foco violáceo más oscuro en la cara superior de la placa ( Figura A y B). El examen de ultrasonido Doppler para evaluar una anomalía vascular reveló una lesión hipoecoica avascular de 1 cm sin evidencia de ganglios linfáticos agrandados o anormales. El seguimiento fotográfico durante el año siguiente demostró una placa que se encogía y se desvanecía y que mejoraba lentamente ( Figura , C).

Un niño de 11 años acudió al servicio de urgencias con una lesión en la parte proximal de la pierna derecha. Dos meses antes, se había caído sobre una rama, lo que le provocó una laceración que requirió reparación con suturas. Esta herida estaba mejorando inicialmente; sin embargo, 6 semanas después, apareció enrojecimiento circundante y costras suprayacentes. El niño acudió a una clínica sin cita previa y se le inició un tratamiento con ungüento de mupirocina tópico y cefalexina oral por presunta celulitis. El eritema circundante empeoró a pesar del tratamiento con antibióticos, por lo que acudió a urgencias. Una radiografía mostró un cordón de grasa inflamatoria subcutánea que recubría la tibia proximal, compatible con su historia de celulitis. Con sospecha clínica de infección por Staphylococcus aureus resistente a meticilina, se inició tratamiento con doxiciclina y se remitió a dermatología pediátrica. Se recogió un cultivo bacteriano y no demostró crecimiento de ningún organismo.

Dos semanas después continuó con doxiciclina y mupirocina y fue atendido en la consulta de dermatología pediátrica. Refirió prurito y dolor continuos. En el examen, tenía una gran placa violácea y escamosa en la parte anterior de la espinilla derecha que rodeaba un área de cicatriz con pápulas erosionadas en la periferia ( Figura 1 ). Se completó una biopsia por punción para microscopía de hematoxilina y eosina y cultivo de tejidos. ( Figura 2 ; disponible en línea en www.jpeds.com ).

Un hombre de 26 años acudió a la clínica de dermatología con antecedentes de una semana de evolución de una erupción asintomática en manos y pies. También refirió haber tenido fiebre, que había desaparecido 6 días antes de la presentación, pero sin dolores articulares ni lesiones orales. El examen físico se destacó por máculas dispersas y parcialmente blanqueables alrededor de las muñecas y los tobillos que se fusionaban en parches eritematosos en las superficies ventral (Paneles A y B) y dorsal (Paneles C y D) de las manos y los pies. No se observaron cambios en la piel en las mejillas ni en otras partes. Una prueba de anticuerpos IgM B19 en suero y un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa fueron positivos para parvovirus. Se realizó el diagnóstico de síndrome papular-purpúrico en “guantes y calcetines” en el contexto de infección por parvovirus B19. La erupción clásica asociada con la infección por parvovirus B19 es un patrón de “mejilla abofeteada” en la cara, pero se pueden observar otras distribuciones de la erupción. La erupción acra que se observa en el síndrome papular-purpúrico de “guantes y calcetines” se manifiesta con mayor frecuencia en adolescentes y adultos. A pesar del nombre del síndrome, las lesiones cutáneas pueden ser petequiales o maculares. Se tranquilizó al paciente sobre la naturaleza autolimitada de la infección viral. Una semana después, la erupción había desaparecido.

Para ampliar

INTRODUCCIÓN

En Francia, se ha implantado la vacunación contra el serotipo Hi b (Hib), el neumococo con vacunas antineumocócicas conjugadas (VNC) y Neisseria meningitidis serogrupo C (MenC). Estas intervenciones, con diferente cobertura y aceptación, han modificado la epidemiología de la meningitis bacteriana aguda (MBA) prevenible mediante vacunación.

MÉTODOS

Se analizaron los datos de una red francesa de vigilancia prospectiva de la MBA en niños ≤15 años inscritos por 259 sectores de pediatría (cobertura nacional estimada: 61%). De 2001 a 2020, se estimó el efecto de la aplicación de la vacuna mediante regresión lineal segmentada.

RESULTADOS

Se analizaron 7.186 casos, principalmente por meningococo (35,0%), neumococo (29,8%) y Hi (3,7%). La incidencia de la MBA por MenC disminuyó (-0,12%/mes, IC del 95%: -0,17 a -0,07; p < 0,001) sin cambios en la MBA por meningococo en general al comparar las tendencias antes y después de la vacunación contra MenC. A pesar de la disminución de la incidencia de MBA por MenB sin programa de vacunación (-0,43%/mes, IC 95%: -0,53 a -0,34, P < 0,001), el 68,3% de las MBA meningocócicas afectaron a MenB. No se observó ningún cambio en la incidencia de MAP neumocócica tras la recomendación de la PCV7. Por el contrario, esta incidencia disminuyó significativamente tras el cambio a PCV13 (-0,9%/mes, IC 95%: -1,6 a -0,2%, P = 0,01). Después de mayo de 2014, se produjo un repunte (0,5%/mes, IC 95%: 0,3-0,8%, P < 0,001), con un 89,5% de serotipos vacunales no PCV13. La incidencia de Hib ABM aumentó después de junio de 2017.

CONCLUSIONES

La introducción de las vacunas PCV7 y MenC en Francia, con una lenta implementación de la vacuna y una baja cobertura, tuvo un impacto nulo o escaso en comparación con el cambio de la PCV7 a la PCV13, que se produjo cuando la cobertura era óptima. Nuestros datos sugieren que la MenB y las PCV de nueva generación podrían prevenir una gran parte de la incidencia de MBA en Francia.

Introducción: El dengue es una enfermedad humana principalmente importada en España, transmitida por la picadura de mosquitos Aedes. Debido a la presencia de Aedes albopictus, existe riesgo de transmisión autóctona en nuestro territorio. El objetivo del estudio fue conocer la situación epidemiológica del dengue en España en 2022.

Método: Análisis descriptivo de los casos de dengue notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica en 2022. Se analizaron variables sociodemográficas (edad, sexo, lugar de nacimiento y de residencia, Comunidad Autónoma –CA– de notificación), clínicas (gravedad, hospitalización, defunción, fecha de síntomas) y de exposición (país, motivo de estancia). Se describió la distribución temporal desde 2016 y se calcularon las tasas de notificación (TN) según CA.

Resultados: Hubo 503 casos notificados, 358 confirmados y ninguno autóctono en residentes en España. Entre 2016 y 2022 los máximos fueron en 2022 y 2019 y mínimos en 2020 y 2021. Las TN más elevadas correspondieron a Cataluña (2,31), Navarra (2,12), País Vasco (1,88) y Madrid (1,51). La mayoría de casos ocurrieron en verano, con máximo en agosto (33,3%). La región más frecuente de contagio fue América latina (82%), especialmente Cuba (66,4%), en viajeros por turismo. El 73% de los casos virémicos estuvieron en CCAA con Ae. albopictus durante su período de actividad. Hospitalizaron el 30% y no se notificaron defunciones.

Conclusiones: el número de notificaciones en 2022 ha alcanzado el máximo del período, con predominio en verano y zonas con presencia de vector, lo que condiciona la probabilidad de casos autóctonos. La mayoría de casos procedían de Cuba, han sido leves y han presentado buena evolución.

Introducción: La tularemia es una zoonosis causada por Francisella tularensis; agente altamente virulento, tanto para personas como para muchas especies animales, superando a cualquier otro microorganismo zoonótico conocido. El objetivo fue describir la epidemiología de esta enfermedad en España durante 2022 en el contexto del último quinquenio (2018-2022).

Método: Análisis descriptivo de los casos autóctonos con diagnóstico tularemia en España entre los años 2018-2022, a partir de la notificación a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE). Las variables analizadas fueron: sexo, edad (decenios), comunidad autónoma (CA) de residencia, CA de exposición y clasificación del caso (probable o confirmado).

Resultados: Durante el período 2018-2022 se notificaron 227 casos de tularemia, (tasa de incidencia por 100.000 hab., TI = 0,09). Destaca el aumento de la TI en 2019 (TI = 0,40) por un brote declarado en Castilla y León. El número de casos y la TI siempre fue mayor en hombres a lo largo de todo el periodo. El grupo de edad con la mayor TI fue el de 50-59 años (TI = 0,18).

Conclusiones: En el periodo estudiado y, específicamente en el año 2022, la mayoría de los casos se detectaron en hombres de 40 a 60 años. El gran aumento de casos del año 2019 se debió al brote de Castilla y León, donde se concentraron más del 90% de los casos declarados. Es esencial mantener los esfuerzos de control de la enfermedad y medidas preventivas para evitar futuros brotes.

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en todos los aspectos de nuestras vidas y ha puesto a prueba a los sistemas de salud en todo el mundo1. Una de las consecuencias con mayor trascendencia ha sido la reducción de las coberturas vacunales en la infancia y adolescencia1,2. La llegada de esta pandemia provocó una interrupción en los servicios de salud en todo el mundo y España no ha sido una excepción. Durante los primeros meses de la pandemia, se observó una disminución drástica en las tasas de vacunación en todo el país3. Las medidas de confinamiento, el cierre de centros de salud y la suspensión de actividades no esenciales dificultaron el acceso a los servicios sanitarios, incluyendo los programas de vacunación, especialmente para los grupos más vulnerables, como los niños menores de dos años4. Además, el miedo al contagio del SARS-CoV-2 y la incertidumbre llevaron a un aumento de la renuencia de algunas personas a acudir a los centros de salud a vacunar a sus hijos.

Introducción: El citomegalovirus (CMV) es la causa más común de infección congénita en los países desarrollados. La avidez de CMV-IgG puede ser útil para el manejo de la gestación. 

Método: Estudio retrospectivo de gestantes con CMV-IgM+ e IgG+ en el primer trimestre del embarazo controladas en el Hospital La Paz (Madrid) entre 2018 y 2022. 

Resultados: Se incluyeron 98 gestantes. La avidez de CMV-IgG fue baja en 63 casos (64%). Se realizó amniocentesis en 62 casos y 12 (19,3%) tuvieron CMV-PCR positiva e infección fetal. Cinco recién nacidos presentaron síntomas al nacer (7,9%). Entre las gestantes con alta avidez (n=35), se realizó amniocentesis en 19 (54%), siendo todas negativas y teniendo todos PCR de CMV en orina negativa al nacimiento. El riesgo de transmisión vertical fue significativamente menor en comparación con las gestantes con baja avidez de IgG (p<0,0001).

Conclusiones: En el área Norte de Madrid, la mayoría de las infecciones por CMV son primoinfecciones. El riesgo de CMV congénito es muy bajo cuando la avidez de IgG es alta (reactivación o enfermedad latente) en el primer trimestre.

Casi un siglo después del inicio de la era de los antibióticos, que se ha asociado a mejoras sin precedentes en la salud humana y a reducciones de la mortalidad asociada a las infecciones, la menguante reserva de nuevas clases de antibióticos, unida a la inevitable propagación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), plantea un importante reto mundial. Históricamente, la vigilancia de las bacterias con RAM se ha basado en el análisis fenotípico de aislados tomados de individuos infectados, lo que sólo proporciona una visión de baja resolución de la epidemiología que subyace a una infección individual o a un brote más amplio. En los últimos años se ha observado una creciente adopción de nuevas y potentes tecnologías genómicas que pueden revolucionar la vigilancia de la RAM al proporcionar una imagen de alta resolución del perfil de RAM de las bacterias causantes de infecciones y aportar información procesable en tiempo real para tratar y prevenir la infección. Sin embargo, aún quedan muchos obstáculos por superar antes de que las tecnologías genómicas puedan adoptarse como parte estándar de la vigilancia rutinaria de la RAM en todo el mundo. En consecuencia, el Consorcio de Vigilancia y Epidemiología de las Infecciones Resistentes a los Medicamentos convocó a un grupo de trabajo de expertos para evaluar las ventajas y los retos de la utilización de la genómica en la vigilancia de la RAM. En la presente Serie, se detallan estos debates y se ofrecen recomendaciones del grupo de trabajo que pueden ayudar a hacer realidad los enormes beneficios potenciales de la genómica en la vigilancia de la RAM.

Estudios recientes publicados en ANALES DE PEDIATRÍA han descrito el impacto de la pandemia COVID-19 en la incidencia de exacerbaciones asmáticas y de bronquiolitis en los servicios de urgencias pediátricos (SUP)1,2. Sin embargo, no se ha estudiado su repercusión sobre la incidencia de episodios de laringitis aguda (LA) y su gravedad.

Se plantea un estudio transversal, retrospectivo, de los episodios de LA atendidos en un SUP entre enero de 2018 y diciembre de 2022. Se analizaron las visitas mensuales por LA, definidas según el código J04.0 del CIE-10, y el número de ingresos hospitalarios. Asimismo, se compararon las características de los episodios de LA durante los periodos epidémicos antes y después de la pandemia: presentación clínica, tratamientos administrados y evolución. Para la comparación se realizó un muestreo aleatorio simple estratificado. El análisis estadístico se hizo con STATA v.17. El protocolo de manejo de los pacientes con LA en el SUP no se modificó durante el periodo estudiado.

En los cinco años analizados se identificaron tres periodos epidémicos (fig. 1). Dos de ellos antes de la pandemia COVID-19 (septiembre-octubre de 2018 y septiembre-octubre de 2019) y uno tras la pandemia (septiembre-octubre de 2022). El número de episodios atendidos fue mayor en la epidemia del año 2022 (2018: 404 episodios [3,8% del total de episodios atendidos]; 2019: 507 episodios [4,8% del total]; 2022: 669 episodios [5,1% del total]). Se incluyeron para el análisis 601 episodios (37,8% del total de episodios de LA atendidos).

Introducción

Las infecciones por enterovirus (EV) constituyen las infecciones más frecuentes en el periodo neonatal y provocan en muchos casos el ingreso hospitalario del recién nacido (RN).

El objetivo del estudio es conocer la incidencia de los EV en la etiología de las meningitis neonatales y definir qué características clínicas presentan los RN con meningitis por EV.

Material y método

Estudio observacional retrospectivo de cohortes. Incluye 91 RN con meningitis y edad gestacional mayor de 34 semanas (SG) atendidos en nuestro centro durante un periodo de 16 años.

Resultados

El porcentaje de RN con meningitis por EV fue superior al de RN con meningitis bacteriana y representó el 78% (n = 71). La mitad de los RN con infección por EV presentó antecedentes de ambiente epidémico entre sus cuidadores. La fiebre apareció en el 96% de los casos como signo clínico y, en general, las alteraciones del sensorio representaron las principales alteraciones neurológicas. Un 71,4% de los pacientes con infección por EV recibió antibióticos.

La detección de EV en muestras de LCR mostró una elevada sensibilidad para el diagnóstico de meningitis por EV. Los tipos de EV más frecuentemente implicados fueron echovirus 11, coxsackievirus B5, echovirus 18, 25 y 7.

Conclusiones

Los resultados de esta serie muestran que la infección por enterovirus es una causa común de meningitis neonatal. Estos datos subrayan la importancia de realizar pruebas de detección rápida de EV en lactantes con sospecha de meningitis. Ello permite obtener un diagnóstico precoz y reducir el tratamiento antibiótico, el tiempo de hospitalización y los costes relacionados.

INTRODUCCIÓN

La listeriosis neonatal de transmisión vertical es una infección rara pero grave. Se desconoce el pronóstico a largo plazo de los lactantes supervivientes con listeriosis de aparición temprana o tardía. El objetivo fue evaluar las implicaciones en el neurodesarrollo en pacientes que habían padecido listeriosis neonatal.

MÉTODOS

En este estudio de cohorte observacional, prospectivo y emparejado, se incluyeron niños nacidos con listeriosis neonatal de transmisión vertical, microbiológicamente confirmada en la cohorte francesa MONALISA. A la edad de 5 años, los niños fueron sometidos a evaluaciones neurológicas y del neurodesarrollo de los déficits sensoriales, la función ejecutiva, el comportamiento adaptativo y la función cognitiva y de coordinación motora. El ámbito cognitivo se evaluó mediante la versión francesa de la Escala de Inteligencia Preescolar y Primaria de Wechsler, cuarta edición, y se puntuó mediante el Cociente de Inteligencia a Escala Completa (FSIQ). El ámbito motor se evaluó mediante una exploración física encaminada a detectar parálisis cerebral y trastornos del desarrollo de la coordinación. El funcionamiento ejecutivo se evaluó mediante las subpruebas de estatus e inhibición de la Evaluación Neuropsicológica, segunda versión. El dominio sensorial se evaluó mediante entrevista con los padres, informe médico y evaluación clínica. El comportamiento adaptativo se midió mediante la escala de comportamiento Vineland-II a partir de evaluaciones informadas por los padres de la comunicación funcional, la socialización, la vida diaria y las habilidades motoras. Los resultados se compararon con los de niños de la misma edad gestacional de dos cohortes prospectivas nacionales: EPIPAGE-2 (niños prematuros) y ELFE (niños a término de una población general de niños >32 semanas de gestación).

RESULTADOS

De 59 niños supervivientes a la enfermedad y elegibles para participar en el estudio, 53 (mediana de edad 5 años, IQR 5-6) fueron inscritos para evaluaciones del neurodesarrollo entre el 26 de octubre de 2016 y el 29 de octubre de 2019. De los 53 niños, 31 (58%) eran prematuros, 22 (42%) tenían infección sistémica de inicio temprano, 18 (34%) tenían infección no sistémica de inicio temprano y seis (11%) tenían infección sistémica de inicio tardío, todos con meningitis. 29 (66%) de los 44 niños, en los que se disponía de puntuaciones de discapacidades del neurodesarrollo, desarrollaron al menos una discapacidad; ocho (18%) niños tuvieron discapacidades graves del neurodesarrollo. De los cuatro niños con infección de aparición tardía y en los que se disponía de puntuaciones de discapacidades del neurodesarrollo, tres desarrollaron al menos una discapacidad del neurodesarrollo. Los resultados neurológicos y del neurodesarrollo de los niños con listeriosis neonatal no difirieron de los de los niños de control emparejados por edad gestacional sin infección (riesgo relativo [RR] de al menos una discapacidad 0-99 [IC del 95%: 0-65-1-51; p=0-97]; RR de FSIQ inferior a -1 DE 0-92 [0-54-1-54; p=0-74]).

INTERPRETACIÓN

Estos resultados evidencian la carga de discapacidad persistente y la asociación con la prematuridad en los resultados a largo plazo en los niños nacidos con listeriosis neonatal. Los resultados apoyan la aplicación de un cribado sistemático a largo plazo y la provisión de educación adaptada y apoyo a las necesidades especiales.

La vacuna contra el sarampión y la rubéola se utiliza en 150 países para proteger a los niños contra el sarampión y la rubéola, con éxito variable.

El aumento de las infecciones por Vibrio spp en Estados Unidos y otros países está relacionado con el aumento de la temperatura del mar y las catástrofes naturales provocadas por el cambio climático.

El Journal of Pediatrics se complace en publicar el comentario de D.R. Liptzin et al titulado “Controversias en el uso de antibióticos para la tos húmeda crónica en niños” y espera que su publicación genere discusión entre los lectores, desde los profesionales de la pediatría general y las subespecialidades. Este Editor Asociado, abogando en nuestra reunión quincenal del Editor en Jefe con los Editores Asociados e Invitados para determinar la aceptación final de los manuscritos, provocó una discusión saludable y vigorosa sobre la “tos húmeda crónica”. Antes de llegar a la consideración del posible beneficio terapéutico de la terapia con antibióticos, ¿es la tos húmeda crónica una entidad distinta? … ¿Se distingue de cualquier otra tos? ¿Es realmente la traqueítis bacteriana la única causa, habitual o poco frecuente? ¿Son necesarias ciertas condiciones ambientales para clasificar las posibles causas? ¿Un paciente que busca atención médica debido a una tos húmeda crónica en el consultorio de un pediatra o un subespecialista en neumología, alergia, otorrinolaringología o enfermedades infecciosas (ID) recibiría el mismo diagnóstico, es decir, traqueítis bacteriana? Este subespecialista en DI se inclinaría más hacia la sinusitis bacteriana, sin haber considerado nunca la traqueítis bacteriana, excepto en un paciente con una vía aérea artificial o después de una manipulación quirúrgica, o la aparición aguda poco frecuente y potencialmente mortal de traqueítis bacteriana estafilocócica o estreptocócica que complica la infección viral de las vías respiratorias superiores o medias.

Estas preguntas pueden ser precisamente el punto de los autores al abogar por la necesidad de medidas objetivas de la calidad y la duración de la tos (y agregaríamos, determinantes del riesgo y confirmación de un diagnóstico etiológico) y ensayos controlados con placebo para el tratamiento.

Permítanos saber de usted sobre su “opinión” sobre la tos húmeda crónica.

La tos es la queja más común entre las visitas de atención primaria en pediatría.

La tos crónica en niños pequeños generalmente se define como una tos que dura 4 semanas.

Las guías publicadas para la evaluación sistemática de niños con tos crónica diferencian la tos seca y húmeda como parte de la evaluación, ya que sugieren entidades clínicas distintas.

La tos húmeda sugiere secreciones en las vías respiratorias.

Las investigaciones varían en cuanto a qué tan buenos son los padres para notar la tos seca frente a la húmeda.

Las pautas recomiendan tratar la tos húmeda crónica de 4 semanas o más con antibióticos.

Una causa común de tos húmeda crónica es la bronquitis bacteriana prolongada (PBB, por sus siglas en inglés), una infección bacteriana de las vías respiratorias inferiores que conduce a una tos húmeda crónica.

El estándar de oro para el diagnóstico de PBB es la broncoscopia flexible con lavado para demostrar inflamación y sobrecrecimiento bacteriano (PBB de laboratorio), pero este procedimiento es invasivo y requiere viajar a centros especializados.

En consecuencia, las pautas respaldadas por ensayos clínicos de centros especializados en Australia recomiendan antibióticos empíricos sin broncoscopia y lavado si no hay evidencia de otras causas de tos para el tratamiento.

Otras causas de tos crónica que varían según la región del mundo incluyen asma, sinusitis, síndrome de tos de las vías respiratorias superiores, enfermedad por reflujo gastroesofágico, infección incluida la tuberculosis, arteria innominada aberrante y eosinofilia pulmonar.

La mejoría clínica después de 2 semanas de antibióticos apoya el diagnóstico de PBB clínica. Los antibióticos empíricos eficaces evitan la necesidad de derivación a un centro de subespecialidades y la broncoscopia flexible con lavado, lo que acelera la atención y disminuye los costos de atención médica. Por el contrario, el sobrediagnóstico de PBB y el uso excesivo de antibióticos tienen impactos negativos concomitantes.

La PBB a menudo no se reconoce, pero se ha encontrado que es más común que el asma en algunas series de casos.

La PBB es más común en el contexto de otras afecciones, en particular la malacia de las vías respiratorias.

La PBB parece ser especialmente común en poblaciones con altas tasas de infecciones respiratorias asociadas con el hacinamiento y la contaminación del aire interior, y en algunas poblaciones indígenas.

La falta de diagnóstico y tratamiento de la PBB se asocia con deterioro a largo plazo de la función pulmonar, enfermedad pulmonar supurativa y bronquiectasias.

La incidencia de bronquiectasias es tan alta como 20 por cada 1000 niños en algunas poblaciones indígenas de países de altos ingresos.

Por el contrario, los niños pequeños, especialmente los que están en guarderías, suelen desarrollar infecciones respiratorias recurrentes.

Cada infección respiratoria tiene el potencial de causar una tos húmeda que dura de 2 a 6 semanas; El niño puede infectarse con un nuevo virus antes de que se resuelvan los síntomas anteriores. Este ciclo puede provocar una tos crónica que dura meses. Las preocupaciones sobre el uso excesivo de antibióticos incluyen el costo, los efectos en el microbioma, el aumento del riesgo de desarrollar obesidad, la infección por Clostridioides difficile y la resistencia a los antibióticos.

Otras preocupaciones sobre los antibióticos incluyen reacciones de hipersensibilidad o efectos secundarios aún más raros, como discrasias sanguíneas. Un estudio señaló que cada día adicional de antibióticos se asocia con un aumento del 7% en las probabilidades de un evento adverso.

Esta evaluación de riesgo-beneficio se ha calculado para el uso de penicilina en casos de faringitis estreptocócica para prevenir la cardiopatía remática.

Los programas de administración de antimicrobianos buscan optimizar la prescripción de antibióticos para las infecciones, incluido el agente antibiótico, la dosis y la duración del tratamiento, disminuyendo así el riesgo de promover la resistencia a los antimicrobianos u otros efectos adversos.

El tratamiento empírico de la tos húmeda crónica según las pautas conduce a una resolución más rápida de la PBB, previene complicaciones a largo plazo y ahorra a las familias cargas financieras y de tiempo, así como los riesgos de viajar a un centro especializado. Sin embargo, seguir las pautas en poblaciones de bajo riesgo puede conducir al uso excesivo de antibióticos y complicaciones graves. Además de la incertidumbre, la investigación que respalda el uso de antibióticos en la tos húmeda crónica no se ha evaluado en entornos de atención primaria en América del Norte. Además, muchos antibióticos inducen potentes respuestas inmunomoduladoras, y no se sabe con certeza hasta qué punto estos efectos pueden afectar el curso clínico de la tos húmeda crónica.

Para identificar el tratamiento óptimo para la tos húmeda crónica, se necesitan ensayos clínicos prospectivos de pacientes en América del Norte. Además de los ensayos controlados que comparan los resultados de los grupos tratados con antibióticos y placebo, se necesitan investigaciones para diferenciar con mayor precisión a los niños con infecciones respiratorias virales recurrentes de los que tienen tos de otras etiologías distintas. Históricamente, la frecuencia, la duración y las características cualitativas de la tos se han basado en el informe del paciente y la familia. Medidas más objetivas de la duración y las características de la tos serían útiles para determinar qué pacientes tratar con antibióticos. Existen informes validados sobre la tos y la calidad de vida, pero hay una falta de sensores de tos ampliamente aceptados que puedan rastrear la tos de los niños.

Actualmente se están evaluando varios sensores para la tos, pero aún se encuentran en las primeras etapas de desarrollo.

El desarrollo de tecnología capaz de diferenciar de manera más confiable la tos húmeda de la seca garantizaría que los médicos apliquen adecuadamente las pautas a los pacientes. Estos sensores podrían proporcionar datos invaluables para diferenciar las ondas sonoras específicas de la tos debido a PBB, reflujo gastroesofágico, infecciones respiratorias virales y asma.

Los estudios futuros que identifiquen biomarcadores no invasivos (esputo o suero) para el diagnóstico de PBB podrían guiar la atención y reducir el uso innecesario de antibióticos.

Originalmente, propusimos un estudio de investigación controlado con placebo dentro de nuestra Red de Ensayos Pediátricos de los Estados IDeA financiados por los Institutos Nacionales de Salud sobre las influencias ambientales en los resultados de salud infantil. Nuestra propuesta fue tratar a niños de 6 meses a 5 años de edad con tos húmeda de más de 4 semanas de duración con antibióticos empíricos versus placebo. Propusimos 2 semanas de amoxicilina-clavulanato frente a placebo seguidas de 2 semanas de antibióticos para cualquier persona que siguiera tosiendo, así como un seguimiento de 6 meses para determinar la tasa de recurrencia entre los grupos. Los revisores dentro de la red tenían opiniones firmes sobre el estudio, de una forma u otra. Algunos sintieron que no era ético tratar con antibióticos posibles enfermedades virales. Algunos sintieron que no era ético no tratar con antibióticos dado el riesgo de bronquiectasias. Dadas estas fuertes opiniones, la propuesta no avanzó hacia un ensayo controlado con placebo. Sin embargo, creemos que esa es exactamente la razón por la que es necesario realizar este ensayo: para responder mejor a estas preguntas. La duración de los antibióticos en PBB es otra cuestión importante. ¿Son necesarias 2 semanas? ¿4 semanas disminuyen la tasa de recurrencia? Una mejor comprensión de cada huésped individual podría guiar estas preguntas y ayudar a determinar qué niño podría beneficiarse de una mayor duración de los antibióticos. En la fibrosis quística, una enfermedad bien estudiada pero con una fisiopatología completamente diferente, no hay ensayos controlados aleatorizados que evalúen la duración de los antibióticos.

En estudios controlados no aleatorizados, la duración más larga de los antibióticos (13-15 días) no es superior a la duración más corta (10-12 días), al menos en términos de biomarcadores séricos de inflamación y función pulmonar.

Recientemente se ha demostrado que los ciclos más cortos de antibióticos para el tratamiento de la neumonía no son inferiores a los ciclos más largos.

Debido a que la tos crónica es común, costosa y se asocia con una disminución de la calidad de vida, múltiples visitas a la atención médica y ausencias a la escuela, se debe dar prioridad a la realización de ensayos que midan la frecuencia y la calidad de la tos de manera objetiva, así como el riesgo-beneficio y la relación costo-efectividad del uso empírico de antibióticos para la tos húmeda crónica.

El profundo impacto que ha tenido la pandemia de COVID-19 junto a otros factores como la globalización o el cambio climático, ha enfatizado la relevancia creciente que tienen las Enfermedades Infecciosas y la Microbiología.

Métodos

Se ha analizado la producción científica española en ambas categorías de la Web of Science a lo largo del periodo 2014-2021.

Resultados

Se han identificado 8.037 documentos en Enfermedades Infecciosas y 12.008 documentos en Microbiología (6° país más productivo a nivel mundial en ambos casos, con tasas de crecimiento de 41% y 46,2%, respectivamente). Ambas áreas presentan una elevada colaboración internacional (45-48% de los documentos) y entre 45-66% de los documentos han sido publicados en revistas de excelencia (primer cuartil) según los ránquines del Journal Citation Reports.

Conclusiones

España se sitúa en una destacada posición a nivel mundial en ambas áreas, con una gran producción científica en revistas de elevada visibilidad e impacto.

INTRODUCCIÓN

La caracterización virológica de los adolescentes recién diagnosticados de VIH podría ayudar a mejorar sus necesidades específicas. El objetivo del estudio fue describir las mutaciones farmacorresistentes transmitidas (MFT) y su transmisión por conglomerados en esta población en España.

MÉTODOS

Se estudiaron los MFT a inhibidores de retrotranscriptasa y proteasa incluidos en la lista de TDR de la OMS 2009 implementada en la herramienta Calibrated Population Resistance v8.0 (Stanford) en secuencias de pol del VIH de todos los adolescentes diagnosticados de VIH (12-19 años) incluidos durante el periodo 2004-2019 en las cohortes española pediátrica y de adultos (CoRISpe-CoRIS). Los MFT encontrados se compararon con los proporcionados por el algoritmo de Stanford v9.0 2021. También se estudiaron las variantes del VIH-1 y los clusters de transmisión.

RESULTADOS

De 410 adolescentes diagnosticados de VIH-1, 141 (34,4%) disponían de secuencias sin TAR. Eran mayoritariamente varones (81,6%), españoles (55,3%) y con conductas de riesgo (92,2%), principalmente contacto sexual entre varones (63,1%). La prevalencia de MFT fue significativamente mayor según la lista de Stanford frente a la de la OMS (18,4% frente a 7,1%; p = 0,004). El MFT más prevalente según la lista de la OMS fue K103N (3,6%) y según Stanford E138A (6,6%), ambos en la retrotranscriptasa. E138A, relacionado con la resistencia a rilpivirina/etravirina, estaba ausente en la lista de la OMS. Uno de cada 4 adolescentes era portador de variantes no B del VIH-1. Se describieron 5 grupos de transmisión, y 2 eran portadores de mutaciones MFT.

CONCLUSIONES

Los resultados sugieren una elevada prevalencia de MFT en adolescentes con un nuevo diagnóstico de VIH en España, similar a la de los adultos, 2 clusters de transmisión de MFT activos y la necesidad de actualizar la lista de MFT de la OMS. Estos hallazgos podrían tener implicaciones en las opciones del recientemente disponible tratamiento de acción prolongada con rilpivirina y en la elección del régimen de primera línea.

La enfermedad de Chagas persiste como un problema de salud pública mundial debido a la elevada carga de morbilidad y mortalidad. A pesar de la posibilidad de curación y de los avances en el control de la transmisión, las transformaciones epidemiológicas, como la urbanización y la globalización, y la importancia emergente de la transmisión oral y vertical hacen que la enfermedad de Chagas deba considerarse una enfermedad emergente, con nuevos casos en todo el mundo. Siguen existiendo importantes barreras para el diagnóstico, el tratamiento y la atención, lo que se traduce en un número reprimido de casos notificados, que a su vez da lugar a políticas públicas inadecuadas. Es necesario validar nuevas herramientas de diagnóstico y opciones de tratamiento, ya que las existentes suponen serias limitaciones para el acceso a la atención sanitaria. Los modelos integrados de vigilancia, con participación comunitaria e interseccional, integrados en el concepto de “Una sola salud”, son esenciales para el control. Además, las estrategias de mitigación de los principales determinantes sociales de la salud, incluidas las dificultades impuestas por la migración, son importantes para mejorar el acceso a una atención sanitaria integral en un escenario globalizado.

INTRODUCCIÓN

Una vacuna que prevenga la infección por citomegalovirus (CMV) en las mujeres podría reducir la incidencia de la infección congénita por CMV, una de las principales causas de alteración en del neurodesarrollo. El objetivo fue evaluar la seguridad y la eficacia de una vacuna contra el CMV con virus de replicación defectuosa, la V160, en mujeres seronegativas frente al CMV.

MÉTODOS

Este ensayo en fase 2b, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo se llevó a cabo en 90 centros de siete países (EE.UU., Finlandia, Canadá, Israel, España, Rusia y Australia). Las participantes elegibles fueron mujeres sanas, seronegativas frente al CMV, no embarazadas, de 16 a 35 años, en edad fértil y expuestas a niños de 5 años o menos. Las participantes fueron asignadas aleatoriamente mediante aleatorización central a través de un sistema tecnológico de respuesta interactiva 1:1:1 a uno de tres grupos: V160 régimen de tres dosis (V160 en el día 1, mes 2 y mes 6), régimen de dos dosis de V160 (V160 el día 1, placebo el mes 2 y V160 el mes 6) o placebo (solución salina el día 1, el mes 2 y el mes 6). Las variables primarias fueron la eficacia de tres dosis de V160 en la reducción de la incidencia de infección primaria por CMV durante el periodo de seguimiento a partir de los 30 días posteriores a la última dosis de la vacuna, utilizando un diseño de tasa de eventos fija, y la seguridad y tolerabilidad de los regímenes de dos y tres dosis de V160. Se planeó probar la eficacia de un régimen de dos dosis de V160 para reducir la incidencia de infección primaria por CMV sólo si se cumplía la hipótesis de eficacia primaria. Los análisis de la variable principal de eficacia se realizaron en el grupo de eficacia por protocolo. Los análisis de seguridad incluyeron a todos los participantes asignados aleatoriamente que recibieron la vacuna. La hipótesis de eficacia primaria se comprobó en análisis intermedios y finales preespecificados. El estudio estaba en curso y los datos de eficacia seguían acumulándose en el momento del test final de la hipótesis de eficacia primaria. La eficacia de la vacuna se volvió a estimar tras dicho test basándose en todos los datos de eficacia disponibles al final del estudio.

RESULTADOS

Entre el 30 de abril de 2018 y el 30 de agosto de 2019, se reclutaron 7458 participantes, de las cuales 2220 fueron aleatoriamente asignadas al grupo de tres dosis de V160 (n=733), al grupo de dos dosis de V160 (n=733) o al grupo placebo (n=734). Un total de 523 participantes en el grupo de tres dosis de V160 y 519 en el grupo placebo se incluyeron en la prueba de hipótesis final. De ellos, hubo 11 casos de infección por CMV en el grupo de tres dosis de V160 y 20 casos en el grupo placebo. La eficacia de la vacuna en el grupo de las tres dosis de V160 fue del 44,6% (IC del 95%: -15,2 a 74,8) en la prueba final de la hipótesis de eficacia primaria, lo que supone una eficacia del 44,6% (IC del 95%: -15,2 a 74,8). hipótesis de eficacia primaria, resultado que corresponde al fracaso en la demostración de la hipótesis de eficacia primaria. Sobre la base de dicho resultado, el estudio se dio por concluido por futilidad. La nueva estimación de la eficacia de la vacuna para el grupo de tres dosis de V160 basada en todos los datos de eficacia disponibles al final del estudio (556 participantes en el grupo de tres dosis de V160 y 543 en el grupo de placebo) fue del 42,4% (IC del 95%: -13,5 a 71,1). Fueron incluidas en el análisis de seguridad un total de 728 participantes del grupo de tres dosis de V160, 729 del grupo de dos dosis de V160 y 732 en el grupo placebo. El efecto adverso local más frecuente fue el dolor en el punto de inyección (680 [93%] en el grupo de tres dosis de V160, 659 [90%] en el grupo de dos dosis de V160, y 232 y 232 [32%] en el grupo placebo). El efecto adverso sistémico más frecuente fue la fatiga (457 [63%] en el grupo de tres dosis de V160, 461 [63%] en el grupo de dos dosis de V160 y 357 [49%] en el grupo placebo). No se notificaron acontecimientos adversos graves relacionados con la vacuna ni fallecimientos.

INTERPRETACIÓN

La vacuna V160 fue en general bien tolerada e inmunógena; sin embargo, tres dosis de la vacuna no redujeron la incidencia de infección primaria por CMV en mujeres seronegativas frente a placebo. Este estudio aporta posibles perspectivas para el diseño de futuros ensayos de eficacia de vacunas contra el CMV, en particular para la identificación de la infección por CMV mediante ensayos moleculares.

Pregunta

Entre los niños que acuden al servicio de urgencias (SU) con fiebre y dolor en las extremidades inferiores, ¿cuál es la utilidad diagnóstica de obtener un hemocultivo (BC)?

Diseño

Serie de casos retrospectiva.

Configuración

Departamento de Emergencias, Hospital Infantil de Boston.

Participantes

Niños de 1 a 18 años que acudieron al servicio de urgencias con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores entre 2010 y 2020.

Intervención

Hemocultivo

Resultados

BC positivo.

Resultados principales

689 pacientes, con una mediana de edad de 5,3 años (rango intercuartil 2,7-8,8), cumplieron los criterios de inclusión. Los BC fueron positivos en 70/510 niños, 13,7% (IC 95%, 10,9% – 17,0%).

Staphylococcus aureus sensible a meticilina (71,6%) y Staphylococcus aureus resistente a meticilina (15,7%) fueron los patógenos más comunes.

Conclusiones

La tasa de BC positiva es alta entre niños con fiebre y dolor en las extremidades inferiores, lo que sugiere la utilidad de la BC para la evaluación inicial entre estos pacientes.

Comentario

En este estudio retrospectivo grande y bien diseñado, >10% de los niños con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores tuvieron hemocultivos positivos. Además, la presencia de PCR > 3 mg/dl y los hallazgos del examen de localización aumentaron la probabilidad de bacteriemia. Estos son hallazgos impactantes, aunque no sorprendentes. La principal consideración en los niños que presentan esta sintomatología es la osteomielitis hematógena aguda (AHO), y >40% de los casos son bacteriémicos. Por lo tanto, la probabilidad de bacteriemia previa a la prueba en este escenario clínico es relativamente alta. Además, las pautas de la AHO de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (PIDS) recomiendan hemocultivos de rutina como parte de la evaluación inicial.

Los hallazgos de los autores están de acuerdo con las directrices PIDS. Si bien existe riesgo de contaminación del cultivo, esto solo ocurrió en el 1,6% de los sujetos, la mayoría de los cuales ya estaban hospitalizados. Además, la utilización de diagnósticos moleculares puede permitir la discriminación temprana de patógenos y contaminantes, reduciendo el impacto de tales eventos.

Aunque es un solo centro, el estudio presentado apoya firmemente la obtención de hemocultivos en niños febriles con dolor agudo en las piernas.

INTRODUCCIÓN

Aunque se sabe que los contactos domésticos de pacientes con tuberculosis son especialmente vulnerables a esta enfermedad, las pruebas publicadas centradas en este grupo de alto riesgo en el contexto de los países de ingresos bajos y medios siguen siendo escasas. Utilizando datos nacionales de Brasil, nos propusimos estimar la incidencia e investigar los determinantes socioeconómicos y clínicos de la tuberculosis en una cohorte de contactos de pacientes tuberculosos.

MÉTODOS

En este estudio de cohortes, vinculamos datos socioeconómicos y demográficos individuales de la Cohorte Brasileña de 100 Millones con datos de mortalidad y registros de tuberculosis, identificamos contactos de pacientes índice de tuberculosis diagnosticados entre el 1 de enero de 2004 y el 31 de diciembre de 2018, y realizamos un seguimiento de los contactos hasta el diagnóstico posterior de tuberculosis del contacto, la muerte del contacto o el 31 de diciembre de 2018. Se investigaron los factores asociados con la tuberculosis activa mediante regresiones de Poisson multinivel, teniendo en cuenta los efectos aleatorios a nivel de municipio y a nivel de hogar.

RESULTADOS

Se estudiaron 420 854 contactos domésticos de 137 131 pacientes índice de tuberculosis. Durante los 15 años de seguimiento (mediana de 4,4 años [IQR 1,9-7,6]), detectamos 8953 contactos con tuberculosis. La incidencia de tuberculosis entre los contactos fue de 427,8 por 100 000 personas-año en riesgo (IC 95%: 419,1-436,8), 16 veces superior a la incidencia en la población general (26,2 [26,1-26,3]) y el riesgo fue prolongado. La incidencia de tuberculosis se asoció a que el paciente índice tuviera edad preescolar (<5 años; cociente de riesgos ajustado 4,15 [IC 95%: 3,26-5,28]) o tuberculosis pulmonar (2,84 [2,55-3,17]).

INTERPRETACIÓN

El riesgo elevado y sostenido de tuberculosis entre los contactos refuerza la necesidad de ampliar y reforzar sistemáticamente las políticas de rastreo de contactos y de tratamiento preventivo en Brasil para alcanzar los objetivos nacionales e internacionales de eliminación de la tuberculosis.

El uso de pruebas en el punto de atención en el contexto de epidemias respiratorias virales

La utilización de pruebas en el punto de atención en el contexto de epidemias respiratorias virales es muy prometedora. Las pruebas rápidas de antígenos diseñadas para detectar diversos virus respiratorios pueden ofrecer una valiosa utilidad en este escenario.

En las unidades de emergencia de muchos países, una proporción sustancial de los niños que presentan síntomas respiratorios, como enfermedades similares a la gripe o bronquiolitis, suelen someterse a pruebas múltiples de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR), lo que garantiza un diagnóstico viral preciso.

Por el contrario, en entornos ambulatorios donde las epidemias respiratorias virales se superponen, los médicos a menudo se enfrentan a incertidumbres diagnósticas que pueden llevar a recetas innecesarias de antibióticos y visitas de emergencia al hospital. Por lo tanto, sostenemos que los pediatras de atención primaria desempeñan un papel fundamental en la reducción de la carga de los servicios de emergencia hospitalarios mediante la optimización de su enfoque diagnóstico mediante el uso de pruebas en el punto de atención. En particular, investigaciones recientes han comparado el rendimiento clínico de una prueba rápida de antígeno combinada de SARS-CoV-2 + Gripe A/B + VRS (utilizando muestras nasofaríngeas e hisopos nasales anteriores autorecolectados) con un método de RT-PCR múltiple.

La sensibilidad de estas pruebas triples varió según el virus específico, lo que podría subestimar la carga viral general. Sin embargo, estas pruebas triples son fáciles de usar, suelen arrojar resultados en aproximadamente 15 minutos, y son más rentables en comparación con los métodos de RT-PCR.

Dado que los pediatras de atención primaria a menudo pueden lograr diagnósticos virales precisos, el uso generalizado de pruebas virales en niños tiene el potencial de mejorar significativamente el manejo de las infecciones respiratorias en entornos ambulatorios, limitando las prescripciones innecesarias de antibióticos y las visitas de emergencia. En consecuencia, este enfoque podría aliviar la presión sobre los servicios de atención médica pediátrica.

Además, estas pruebas podrían servir para el propósito adicional de identificar y examinar a los niños que han recibido nirsevimab, con una prueba positiva para el VRS que ayude a monitorear la variabilidad de la secuencia de cepas y la detección temprana de variantes de escape. Por último, en el contexto de los recientes rebrotes de COVID-19 en muchos países, estas pruebas podrían desempeñar un papel fundamental en la mitigación de la propagación de la enfermedad, evitando potencialmente que una epidemia se convierta en una pandemia.

Conclusiones

Dada la imprevisibilidad inherente y la posibilidad de que las enfermedades infecciosas respiratorias alcancen picos sin precedentes, enfatizamos la importancia crítica de adherirse rigurosamente a los programas de inmunización adoptados en cada nación y el papel fundamental de la vigilancia en tiempo real de estos 3 virus. Sostenemos que los pediatras de atención primaria, aprovechando las pruebas virales en el punto de atención, pueden asumir un papel vital en el fortalecimiento de esta vigilancia y asegurar el cumplimiento meticuloso de los programas de inmunización.

Se ha demostrado que la distribución masiva de azitromicina a niños de 1 a 59 meses de edad reduce la mortalidad infantil por todas las causas en algunas regiones del África subsahariana, observándose la mayor reducción entre los bebés menores de 12 meses. No está claro si la administración de azitromicina en las visitas rutinarias de atención médica a los lactantes sería eficaz para prevenir la muerte.

MÉTODOS

Realizamos un ensayo aleatorizado, controlado con placebo, de una dosis única de azitromicina (20 mg por kilogramo de peso corporal) en comparación con placebo, administrada durante la infancia (5 a 12 semanas de edad). El criterio de valoración principal fue la muerte antes de los 6 meses de edad. Los bebés fueron reclutados mediante vacunación de rutina u otras visitas de control infantil en clínicas y mediante actividades de extensión comunitaria en tres regiones de Burkina Faso. El estado vital se evaluó a los 6 meses de edad.

RESULTADOS

De los 32.877 bebés inscritos desde septiembre de 2019 hasta octubre de 2022, un total de 16.416 bebés fueron asignados al azar a azitromicina y 16.461 a placebo. Ochenta y dos bebés en el grupo de azitromicina y 75 bebés en el grupo de placebo murieron antes de los 6 meses de edad (cociente de riesgos instantáneos, 1,09; intervalo de confianza [IC] del 95 %, 0,80 a 1,49; P = 0,58); la diferencia absoluta en la mortalidad fue de 0,04 puntos porcentuales (IC del 95%: -0,10 a 0,21). No hubo evidencia de un efecto de la azitromicina sobre la mortalidad en ninguno de los subgrupos preespecificados, incluidos los subgrupos definidos según la edad, el sexo y el peso inicial, ni evidencia de una diferencia entre los dos grupos del ensayo en la incidencia de eventos adversos.

CONCLUSIONES

En este ensayo realizado en Burkina Faso, encontramos que la administración de azitromicina a bebés a través del sistema de atención de salud existente no previno la muerte. (Financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates; número de CHAT ClinicalTrials.gov, NCT03676764. se abre en una nueva pestaña.)

La sífilis congénita es una de las principales causas mundiales de pérdida fetal, mortinatalidad, muerte neonatal e infección congénita. En 2020, la tasa mundial de sífilis congénita era de 425 casos por cada 100 000 nacidos vivos, cifra considerablemente superior al objetivo de eliminación de la OMS de 50 casos por cada 100 000 nacidos vivos. Las tasas de casos están aumentando en muchos países de ingresos altos, pero siguen siendo bajas en comparación con las de los países de ingresos bajos y medios. Esta revisión pretende resumir la epidemiología y los conocimientos actuales sobre la transmisión y el tratamiento de la sífilis en el embarazo, y propone medidas para reducir la creciente incidencia observada en todo el mundo. También se describen las nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento para prevenir la transmisión vertical y mejorar el tratamiento de la sífilis congénita. Por último, esbozamos un programa de prioridades de salud pública, que incluye estrategias de investigación, clínicas y preventivas.

La sífilis congénita, descrita por primera vez por Gaspar Torella en 1497, se debe principalmente al paso transplacentario de Treponema pallidum y continúa causando importantes consecuencias negativas en todo el mundo. 1 Después de una disminución constante de los casos de sífilis primaria y secundaria en los Estados Unidos después de 1990, que generó esperanzas de su eliminación, las tasas alcanzaron su punto más bajo en 2001. Desafortunadamente, las tasas han aumentado posteriormente entre hombres y mujeres en edad reproductiva, así como entre los bebés. , y en 2021, la tasa de sífilis congénita en los Estados Unidos fue la más alta en casi 30 años. 2

Objetivo Validar externamente y actualizar el modelo de predicción clínica de la herramienta Feverkids para diferenciar la neumonía bacteriana y otras infecciones bacterianas graves (IBG) de causas de fiebre no relacionadas con IBG en niños inmunocomprometidos.

Diseño Estudio observacional prospectivo, multicéntrico e internacional integrado en una evaluación de riesgos personalizada en enfermedades febriles para optimizar la gestión de la vida real en toda la Unión Europea (PERFORM).

Ámbito Quince hospitales universitarios en nueve países europeos.

Participantes Niños febriles inmunocomprometidos de 0 a 18 años.

Métodos El modelo de predicción clínica Feverkids predijo la probabilidad de neumonía bacteriana, otras IBG o ninguna IBG. Se evaluaron la discriminación del modelo, la calibración y el rendimiento diagnóstico en diferentes umbrales de riesgo. Luego, el modelo fue reacondicionado y actualizado.

Resultados De 558 episodios, 21 tuvieron neumonía bacteriana, 104 otras IBG y 433 ninguna IBG. La discriminación fue de 0,83 (IC del 95%: 0,71 a 0,90) para la neumonía bacteriana, con calibración moderada y de 0,67 (0,61 a 0,72) para otros IBG, con calibración deficiente. Después del reajustamiento del modelo, la discriminación mejoró a 0,88 (0,79 a 0,96) y 0,71 (0,65 a 0,76) y la calibración mejoró. El riesgo previsto <1% descartó neumonía bacteriana con una sensibilidad de 0,95 (0,86 a 1,00) y un índice de probabilidad negativo (LR) de 0,09 (0,00 a 0,32). El riesgo previsto >10% fue predicho en neumonía bacteriana con especificidad de 0,91 (0,88 a 0,94) y LR positivo de 6,51 (3,71 a 10,3). El riesgo previsto <10% descartó otros IBG con una sensibilidad de 0,92 (0,87 a 0,97) y un LR negativo de 0,32 (0,13 a 0,57). El riesgo previsto> 30% prevaleció en otros IBG con especificidad de 0,89 (0,86 a 0,92) y LR positivo de 2,86 (1,91 a 4,25).

Conclusión La discriminación y la calibración fueron buenas para la neumonía bacteriana pero peores para otros IBG. Los umbrales de exclusión tienen el potencial de reducir las investigaciones y los antibióticos innecesarios en este grupo de alto riesgo.

INTRODUCCIÓN

Se ha notificado a nivel mundial un descenso en la incidencia de la enfermedad de Kawasaki durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, los estudios previos realizados en EE.UU. utilizaron poblaciones de pacientes de tamaño y alcance geográfico limitados, lo que deja un vacío de conocimiento respecto a la tendencia nacional. El empleo de una muestra de gran tamaño aumentará la generalizabilidad de los resultados y permitirá realizar análisis más detallados.

MÉTODOS

El estudio observacional que utilizó la Muestra Nacional (a nivel nacional) de Pacientes Hospitalizados 2016-2020 examinó los cambios en la tasa de hospitalización por enfermedad de Kawasaki en pacientes pediátricos durante la pandemia COVID-19. Los análisis de sensibilidad examinaron las hospitalizaciones entre octubre y diciembre de cada año, ya que el código para el síndrome inflamatorio multisistémico en niños se implementó en octubre de 2020.

RESULTADOS

En total, se examinaron 24.505 hospitalizaciones con diagnóstico de enfermedad de Kawasaki. Las tasas de hospitalización fueron de 65,1 y 53,8 por 1.000.000 de población pediátrica durante los periodos prepandémico y pandémico, respectivamente. Los análisis de sensibilidad mostraron un descenso global del 36,1%, con descensos mayores para los pacientes de 1 a 4 años (49,6%), los varones (40,0%), los asiáticos o isleños del Pacífico (57,9%) y los pacientes del Sur (47,5%), en comparación con sus homólogos. Se detectaron asociaciones del periodo pandémico con estancias más prolongadas y costes diarios más elevados (razón de medias ajustadas 1,11; P < 0,01 para la duración de la estancia, y razón de medias ajustadas 1,33; P < 0,01 para los costes).

CONCLUSIÓN

En los Estados Unidos se observó una disminución de la incidencia de la enfermedad de Kawasaki durante la pandemia de COVID-19 en todo el país. Contrariamente a un informe de Japón, no se observó una relación entre la densidad de población y una disminución de la hospitalización por enfermedad de Kawasaki. La realización de análisis más detallados en zonas geográficas específicas podría aportar más información

INTRODUCCIÓN

La vacunación estacional con la vacuna antipalúdica RTS,S/AS01E combinada con la quimioprevención estacional del paludismo (SMC) previno el paludismo en niños pequeños de forma más eficaz que cualquiera de las dos intervenciones administradas por separado durante un periodo de 3 años. El objetivo de este estudio era establecer si la protección añadida proporcionada por la combinación podía mantenerse durante otros 2 años.

MÉTODOS

Se trató de un ensayo de fase 3, doble ciego, aleatorizado individualmente, controlado, de no inferioridad y superioridad, realizado en dos lugares: el distrito de Bougouni y zonas vecinas en Malí y el distrito de Houndé, Burkina Faso. Los niños que se habían inscrito en el ensayo inicial de 3 años cuando tenían entre 5 y 17 meses de edad fueron asignados inicialmente al azar de forma individual a recibir SMR con sulfadoxina-pirimetamina y amodiaquina más vacunas de control, RTS,S/AS01E más SMR placebo, o SMR más RTS,S/AS01E. Continuaron recibiendo las mismas intervenciones hasta los 5 años de edad. El criterio de valoración primario del ensayo fue la incidencia de paludismo clínico durante los 5 años del ensayo, tanto en la población modificada por intención de tratar como en la población por protocolo. Durante el periodo de 5 años, la no inferioridad se definió como un aumento del 20% en el paludismo clínico en el grupo de RTS,S/AS01E solo en comparación con el grupo de SMC solo. La superioridad se definió como una diferencia del 12% en la incidencia de paludismo clínico entre los grupos de intervención combinada y única.

RESULTADOS

En abril de 2020, de los 6861 niños reclutados originalmente, 5098 (94%) de los 5433 niños que completaron el seguimiento inicial de 3 años se volvieron a inscribir en el estudio de extensión. A lo largo de 5 años, la incidencia de paludismo clínico por 1000 personas-año en riesgo fue de 313 en el grupo de SMC solo, 320 en el grupo de RTS,S/AS01E solo y 133 en el grupo combinado. La combinación de RTS,S/AS01E y SMC fue superior al SMC (eficacia protectora del 57,7%, IC del 95%: 53,3 a 61,7) y al RTS,S/AS01E (eficacia protectora del 59,0%, 54,7 a 62,8) en la prevención del paludismo clínico. RTS,S/AS01E no fue inferior a SMC (cociente de riesgos 1-03 [IC del 95%: 0,95 a 1,12]). La eficacia protectora de la combinación frente al SMR durante el periodo de 5 años del estudio fue muy similar a la observada en los 3 primeros años, siendo la eficacia protectora de la combinación frente al SMR del 57,7% (53,3 a 61,7) y frente al RTS/AS01E solo del 59,0% (54,7 a 62,8). Las cifras comparables para los 3 primeros años del estudio fueron 62,8% (58,4 a 66,8) y 59,6% (54,7 a 64,0%), respectivamente. Los ingresos hospitalarios por paludismo grave definido por la OMS se redujeron en un 66,8% (IC 95%: 40,3 a 81,5), por anemia palúdica en un 65,9% (34,1 a 82,4), por transfusión sanguínea en un 68,1% (32,6 a 84,9), para las muertes por todas las causas en un 44,5% (2,8 a 68,3), para las muertes excluyendo causas externas o cirugía en un 41,1% (-9,2 a 68,3), y para las muertes por malaria en un 66,8% (-2,7 a 89,3) en el grupo combinado comparado con el grupo de SMR solo. No se detectaron señales de seguridad.

INTERPRETACIÓN

La combinación de la vacunación estacional contra la malaria con la quimioprevención estacional proporcionó una protección sustancial contra la malaria durante 5 años, lo que ofrece un nuevo enfoque potencial para el control de la malaria en zonas con transmisión estacional de la enfermedad.

Bibliografía diciembre

Top ten

El número de personas con inmunodepresión está aumentando considerablemente debido a su mayor supervivencia y al empleo de nuevas terapias inmunosupresoras en diversas patologías crónicas. Se trata de un grupo heterogéneo de pacientes en los que la vacunación como arma preventiva supone uno de los pilares básicos de su bienestar, por su elevado riesgo a padecer infecciones. Este consenso, elaborado conjuntamente entre la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), aporta unas directrices para programar un calendario adaptado a cada paciente en situaciones especiales que incluye recomendaciones generales, vacunación en pacientes con trasplante de médula y trasplante de órgano sólido, vacunación en niños con errores innatos de la inmunidad, vacunación en el paciente oncológico, vacunación en pacientes con enfermedades crónicas o sistémicas y vacunación en niños viajeros inmunodeprimidos.

La otitis media aguda (OMA) es una de las enfermedades más frecuentes en la infancia para la que se suelen prescribir antibióticos; una revisión sistemática informó de una prevalencia agrupada del 85,6% en los países de ingresos altos. Esta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en la Biblioteca Cochrane en 1997 y actualizada en 1999, 2005, 2009, 2013 y 2015.

Se seleccionan ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararan 1) fármacos antimicrobianos con placebo (13 ensayos :3401 niños y 3938 episodios de OMA) y 2) tratamiento inmediato con antibióticos con conducta expectante (incluida la prescripción diferida de antibióticos) (6 ensayos: 1556 niños)en niños con OMA.

Conclusiones de los autores:

Esta revisión muestra que en los niños con OMA los antibióticos probablemente no tengan un efecto sobre el dolor a las 24 horas, tengan un efecto leve sobre el dolor en los días siguientes y solo un efecto moderado en el número de niños con perforaciones timpánicas, episodios de otitis contralateral y resultados anormales en la timpanometría a las dos o cuatro semanas, en comparación con placebo. En los países de ingresos altos, la mayoría de los casos de OMA remiten espontáneamente sin complicaciones. Los efectos beneficiosos y los posibles efectos perjudiciales de los antibióticos se deben sopesar: por cada 14 niños tratados con antibióticos un niño experimentó un evento adverso (como vómitos, diarrea o sarpullido), que no habría ocurrido si se hubiera diferido la administración de los antibióticos.

En la mayoría de los niños con enfermedades leves en los países de ingresos altos, la estrategia de conducta expectante está justificada. Por lo tanto, en la atención al paciente se debe poner énfasis en los consejos sobre la analgesia suficiente y la función limitada de los antibióticos.

  • Immediate versus delayed versus no antibiotics for respiratory infections. Cochrane Database of Systematic Reviews TBD, Issue TBD. Art. No.: CD004417DOI: 10.1002/14651858.CD004417.pub6

Existen dudas acerca de la prescripción de antibióticos para las infecciones respiratorias debido a las reacciones adversas, los costes y la resistencia bacteriana. Una estrategia para reducir la prescripción de antibióticos consiste en entregar la receta, pero recomendar retrasar su administración a la espera de que se resuelvan los síntomas antes. Esta es una actualización de una revisión Cochrane publicada originalmente en 2007 y actualizada en 2010, 2013 y 2017.

Se incluyen ensayos controlados aleatorizados (ECA) que incluyeran participantes de todas las edades con una infección respiratoria, en los que la prescripción diferida de antibióticos se comparó con la inmediata o con no prescribir antibióticos. La prescripción diferida de antibióticos se definió como recomendar retrasar la dispensación de una prescripción de antibióticos durante al menos 48 horas. Se consideraron todas las IRA independientemente de si se recomendaron o no antibióticos.

En esta actualización de 2022 se agregó un nuevo ensayo que incluyó 448 niños (436 analizados) con infecciones respiratorias agudas (IRA) no complicadas. En general, esta revisión incluyó 12 estudios con un total de 3968 participantes; 3750 de los cuales proporcionan datos disponibles para el análisis. Estos 12 estudios incluyeron IRA que abarcaron la otitis media aguda (tres estudios), la faringitis estreptocócica (tres estudios), la tos (dos estudios), el dolor de garganta (un estudio), el resfriado común (un estudio) y diversas IRA (dos estudios). Seis estudios incluyeron solo a niños, dos solo a adultos y cuatro incluyeron a adultos y niños. Seis estudios se realizaron en atención primaria, cuatro en consultorios pediátricos y dos en servicios de urgencias.

Conclusiones de los autores: En muchos desenlaces clínicos no hubo diferencias entre las estrategias de prescripción. Los síntomas de la otitis media aguda y el dolor de garganta mejoraron de forma moderada con la prescripción inmediata de antibióticos en comparación con la prescripción diferida de antibióticos. No hubo diferencias significativas en las tasas de complicaciones. Diferir la prescripción no dio lugar a niveles significativamente diferentes de satisfacción del paciente en comparación con la prescripción inmediata de los antibióticos (86% versus 91%; evidencia de certeza moderada). Sin embargo, la prescripción diferida de antibióticos fue más favorable en comparación con no prescribir antibióticos (87% versus 82%). La prescripción diferida de antibióticos logró tasas inferiores de uso de los antibióticos en comparación con la prescripción inmediata (30% versus 93%). La estrategia sin antibióticos redujo aún más el uso de antibióticos en comparación con la prescripción diferida de antibióticos (13% versus 27%).

En las personas con infección respiratoria aguda la prescripción diferida de antibióticos redujo el uso de antibióticos en comparación con la prescripción inmediata de antibióticos, pero no mostraron ser diferentes al tratamiento sin antibióticos en cuanto al control de los síntomas ni las complicaciones de la enfermedad. Cuando los médicos consideran que no prescribir antibióticos inmediatamente es seguro en personas con IRA, no prescribir antibióticos aconsejando volver a la consulta si los síntomas no se resuelven podría dar lugar a un menor uso de antibióticos con similares desenlaces clínicos y satisfacción del paciente que con la prescripción diferida de los antibióticos. Cuando los médicos no están seguros de no prescribir antibióticos, la prescripción diferida de antibióticos podría ser una decisión aceptable en lugar de la prescripción inmediata para reducir significativamente el uso innecesario de los antibióticos para las IRA, a la vez que se mantienen la seguridad de los pacientes y los niveles de satisfacción.

La investigación adicional sobre las estrategias de prescripción de antibióticos para las infecciones respiratorias podría centrarse en identificar los grupos de pacientes con riesgo alto de complicaciones de la enfermedad, mejorar la comunicación de los médicos con los pacientes para mantener la satisfacción, formas de aumentar la tranquilidad de los médicos de no prescribir antibióticos para las infecciones respiratorias y las medidas de actuación para reducir la prescripción innecesaria de antibióticos para las infecciones respiratorias.

En este video de Double Take del New England Journal of Medicine, Sam Telford y Robert Smith brindan una descripción clínica de las diversas enfermedades transmitidas por garrapatas que se encuentran comúnmente en los Estados Unidos, incluida la enfermedad de Lyme, la babesiosis y la anaplasmosis, entre otras. Comenzando con las características de las garrapatas y su capacidad para actuar como vectores de enfermedades, el video revisa la presentación clínica de estas infecciones, pistas sobre el examen físico y pruebas de laboratorio a considerar cuando se encuentra con un paciente con una posible infección transmitida por garrapatas.

Los estreptococos del grupo A (GAS) son una causa importante de faringitis en los niños. Recientemente, hubo brotes graves de GAS. Los objetivos de este estudio fueron evaluar la prevalencia de la colonización faríngea en niños sanos, evaluar diferentes definiciones diagnósticas de faringitis por EGA y estimar las tasas de incidencia de estas infecciones.

Métodos: Se realizó un estudio longitudinal de 2 años en niños sanos en los Estados Unidos. Se cultivaron hisopos faríngeos cada 3 meses para colonización por GAS. Los títulos séricos de anticuerpos antiestreptolisina O, antidesoxirribonucleasa B (DNasaB) y antipeptidasa estreptocócica C5a (SCP) se evaluaron al inicio del estudio. Cuando los participantes desarrollaron dolor de garganta, se recogieron hisopos faríngeos para la prueba de detección rápida de antígenos (RADT) y el cultivo, y se determinaron los títulos de anticuerpos en muestras de suero. Se utilizó una variedad de definiciones de casos para la faringitis por EGA.

Resultados: Se inscribieron un total de 422 niños de 3 a 12 años (140, 141 y 141 tenían de 3 a 5, 6 a 9 y 10 a 12 años, respectivamente). La prevalencia general de colonización por GAS durante el estudio fue del 48%. Los títulos basales de anticuerpos antiestreptolisina O, anti-DNasaB y anti-SCP fueron más altos en los niños mayores de 5 años. La incidencia de faringitis por GAS por 100 personas-año fue de 15,9 para la faringitis RADT/probada por cultivo y de 4,6 para la faringitis confirmada serológicamente.

Conclusiones: La colonización de la garganta por GAS y la faringitis fueron frecuentes en niños de 3 a 12 años. La definición de caso empleada afectó la incidencia medida de faringitis por EGA, con tasas más altas detectadas utilizando definiciones basadas en RADT/cultivo. Estos datos sugieren que la definición de caso es importante y que los niños pequeños están expuestos a GAS, lo que puede informar los planes para el desarrollo y la implementación de vacunas.

La viruela del mono es una zoonosis que se transmite principalmente a través del contacto directo con fluidos y lesiones cutáneas de personas infectadas con vesículas aún activas. Aunque el virus fue aislado por primera vez en 1958 y el primer caso humano fue identificado en un niño en 1970, en la República Democrática del Congo, la enfermedad ha aumentado progresivamente su incidencia en África alcanzando en mayo de 2022 una transmisión sostenida fuera de este continente. Al tratarse de un virus de reciente introducción en nuestro sistema sanitario, es necesario conocer el patrón epidemiológico en un entorno diferente al de zonas tradicionalmente endémicas y conocer los tratamientos antivirales disponibles, así como las medidas profilácticas que se podrían considerar, conociendo que como virus emergente en nuestras regiones, la evidencia científica aún es limitada. Existen antivirales que han demostrado, en modelos animales, combatir eficazmente la enfermedad con muy buena tolerancia clínica. Esta enfermedad también nos ha obligado a revisar las características de las vacunas contra la viruela, porque han demostrado un efecto protector contra la viruela símica. Por este motivo, es importante contar con un documento que recopile toda la información científica publicada al respecto.

El presente documento es el resultado de las deliberaciones del Comité sobre Patógenos Emergentes y COVID-19 del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) en relación a la situación actual de la tuberculosis, particularmente en España. Hemos revisado aspectos tales como la evolución de su incidencia, las poblaciones actualmente más expuestas y los circuitos sanitarios para la atención a estos pacientes en España. Se ha discutido también la tuberculosis latente, la realidad de la enfermedad extrapulmonar en el siglo XXI y los medios de que en la práctica diaria se dispone para el diagnóstico tanto de las formas latentes como de las activas. La aportación de la biología molecular que ha cambiado la perspectiva de esta enfermedad ha constituido otro de los temas de debate. El documento trata de poner en perspectiva tanto los fármacos clásicos y sus cifras de resistencia como la disponibilidad e indicaciones de los nuevos. Junto a esto, se ha discutido la realidad de la observación directa en la administración de fármacos antituberculosos. Toda esta revolución está posibilitando el acortamiento del tiempo de tratamiento de la tuberculosis tema que ha sido igualmente revisado. Si todo se hace bien, el riesgo de recaída de la tuberculosis es pequeño pero existente. Por otra parte, muchas situaciones especiales han merecido discusión en este documento como por ejemplo la tuberculosis en edad pediátrica y la tuberculosis como causa de preocupación en cirugía y cuidados intensivos. Se ha discutido tanto la situación de la vacuna BCG y sus indicaciones presentes, como el futuro de nuevas vacunas que permitan alcanzar el viejo sueño de erradicar esta enfermedad. Finalmente, las implicaciones éticas y medicolegales que esta enfermedad plantea no son un tema menor y se ha revisado nuestra situación en este particular.

(Identificación de los datos más importantes para el desarrollo de inteligencia artificial en el campo de las enfermedades infecciosas) Rev Esp Quimioter 2023; 36(6): 592-596

Objetivos. Los datos clínicos sobre los que se entrenan y prueban los algoritmos de inteligencia artificial (IA) proporcionan la base para mejorar el diagnóstico o el tratamiento de las enfermedades infecciosas (EI). Nuestro objetivo es identificar datos importantes para la investigación de las enfermedades infecciosas con el fin de priorizar los esfuerzos realizados en los programas de IA.
Material y métodos. Se buscaron 1.000 artículos de revistas de EI de alto impacto en PubMed, seleccionando 288 de los últimos artículos en 10 revistas de primer nivel. Los clasificamos en datos estructurados o no estructurados. Las variables se homogeneizaron y agruparon en las siguientes categorías: epidemiología, ingreso, demografía, comorbilidades, manifestaciones clínicas, laboratorio, microbiología, otros diagnósticos, tratamiento, desenlace y otras variables no categorizables.
Resultados. Se recogieron 4.488 variables individuales, procedentes de 288 artículos. 3670 (81,8%) variables se clasificaron como datos estructurados, mientras que 818 (18,2%) como datos no estructurados. De los datos estructurados, 2.319 (63,2%) variables se clasificaron como directas -recuperables a partir de historias clínicas electrónicas-, mientras que 1.351 (36,8%) fueron indirectas. Los datos no estructurados más frecuentes estaban relacionados con las manifestaciones clínicas y se repetían en todos los artículos. Los datos sobre demografía, comorbilidades y microbiología constituyeron el grupo más frecuente de variables.
Conclusiones. Este artículo identificó que las variables estructuradas han constituido los datos más importantes en la investigación para generar conocimiento en el campo de la EI. La extracción de estos datos debería ser una prioridad cuando un centro médico pretende iniciar un programa de IA para la EI. También hemos documentado que los datos no estructurados más importantes en este campo son los relacionados con las manifestaciones clínicas. Estos datos podrían estructurarse fácilmente con el uso de historias clínicas semiestructuradas centradas en unos pocos síntomas.

Introducción. El uso de vacunas conjugadas frente a Streptococcus pneumoniae ocasiona cambios en la epidemiología de la Enfermedad Neumocócica Invasiva (ENI). El objetivo de este estudio fue analizar la evolución de los serotipos de S. pneumoniae aislados en el Hospital Universitario de Getafe entre 2008 y 2022.
Material y métodos. Se estudiaron 313 cepas de S. pneumoniae. El serotipado se realizó mediante el test de aglutinación por látex (Pneumotest-latex) y la reacción de Quellung. Además, se determinó la concentración mínima inhibitoria(CMI) frente a penicilina, eritromicina y levofloxacino por el método de gradiente de concentración (E-test) según los criterios de corte EUCAST.
Resultados. Los serotipos más frecuentes en todo el periodo de estudio fueron 8, 3, 19A, 1, 11A y 22F correspondiendo con el 46,6 % de los aislados. Durante los años 2008-2012, los serotipos 3, 1, 19A, 7F, 6C y 11A supusieron en conjunto el 53,6% de los aislamientos. Entre 2013 y 2017 los serotipos 3, 8, 12F, 19A, 22F y 19F representaron el 51% de los aislados. Entre 2018-2022 los serotipos 8, 3, 11A, 15A, 4 y 6C incluyeron al 55,5% de los casos. En total, 5 cepas (1,6%) se mostraron resistentes a penicilina, 64 (20,4%) resistentes a eritromicina y 11 (3,5%) resistentes a levofloxacino. Los niveles de CMI50 y CMI90 frente a los tres antibióticos se mantuvieron estables a lo largo del tiempo.
Conclusiones. El uso de vacunas conjugadas condicionó un descenso de los serotipos cubiertos junto con un aumento de los no vacunales. Los patrones de sensibilidad a eritromicina y levofloxacino se mantuvieron relativamente estables. La resistencia a penicilina fue muy baja, no encontrándose este tipo de cepas resistentes en el último periodo de estudio.

Actualización de 27 temas de infectología Pediátrica

Casos clínicos

Recientemente la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido ha publicado una alerta sobre el inusual aumento de infecciones por Streptococcus pyogenes en la infancia, pasando de 186 casos en años precedentes a 851 casos, con un predominio de infecciones de la vía aérea superior, así como de infecciones invasivas producidas por esta bacteria. Las principales enfermedades potencialmente graves detectadas han sido: neumonía, fascitis necrotizante, sepsis y shock séptico fulminante1. En consecuencia, se ha registrado un incremento de la mortalidad en edad pediátrica, debido a este patógeno.

La epiglotitis aguda es la inflamación de la epiglotis y sus estructuras adyacentes, que provoca la obstrucción brusca de la vía aérea superior, determinando una emergencia respiratoria. Su etiología es infecciosa fundamentalmente, siendo el Haemophilus influenzae tipo B (HIb) su principal agente etiológico. Sin embargo, gracias a la implementación de la vacunación sistemática en la población infantil del HIb, se ha modificado su epidemiología, descendiendo su incidencia. Así, se han descrito casos ocasionados por otros patógenos emergentes, como otros tipos de H. influenzae, Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y pyogenes, así como algunos virus y hongos2-4.

En este trabajo se describe un caso clínico de epiglotitis aguda producida por S. pyogenes y se revisa la bibliografía actual.

Se trata de un neonato de 17 días de edad ingresado con erupción eritematosa difusa y desprendimiento de la piel. El recién nacido había estado bien hasta los 13 días, cuando desarrolló una ampolla preauricular. Había nacido por cesárea a las 35 semanas tras un embarazo sin complicaciones y residía en un entorno higiénico, sin antecedentes familiares de enfermedades cutáneas.

El neonato presentó fiebre, costras faciales amarillentas, conjuntivitis, exudado purulento en el ombligo (fig. 1) y signo de Nikolsky positivo1 (fig. 2) en el examen físico. Mucosa oral intacta. Elevación de proteína C reactiva (56mg/L). Se sospechó síndrome de la piel escaldada estafilocócica, iniciándose tratamiento empírico con flucloxacilina intravenosa. Se identificó Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) en los cultivos de piel y de conjuntiva/ombligo, mientras que el hemocultivo fue negativo. Ambos padres tuvieron resultados negativos para SARM.

Mycobacterium tuberculosis (MTB) que afecta al sistema renal es poco común en los niños. 1 Alexander y Carol informaron sobre un niño de 5 meses con tuberculosis (TB) renal y miliar en 2009. Lattimer et al. 2 en su serie de casos encuentran 2-3 años como la etapa más temprana de presentación de la TB renal. Presentamos el caso de un lactante con tuberculosis diseminada que afecta al sistema genitourinario.

Lactante masculino de 58 días de edad, que acude a consulta por cuadro de fiebre, tos y aumento de la actividad respiratoria de 3 días de evolución. Pesó 2,3 kg al nacer, recibió la vacuna del bacilo de Calmette-Guérin al nacer y desde entonces había sido amamantado exclusivamente. A nuestra presentación el peso era de 1,9 kg y presentaba anasarca, taquicardia, dificultad respiratoria e hipoxemia con disminución de la entrada de aire. La radiografía de tórax mostró una opacificación homogénea de las zonas superior, media e inferior derechas con un desplazamiento mediastínico hacia la izquierda ( Fig. 1 F1 ). El análisis de sangre reveló hemoglobina de 8,2 g/dL, recuento de glóbulos blancos de 19.100/mm³, recuento de plaquetas de 188 × 10³/μL, con alanina transaminasa y aspartato transaminasa elevadas, y los gases en sangre arterial mostraron acidosis metabólica. Se inició tratamiento con amikacina intravenosa, piperacilina-tazobactum para sepsis y requirió ventilación mecánica. Las secreciones del tubo endotraqueal fueron positivas para MTB sensible a rifampicina mediante el ensayo GeneXpert MTB/Rif. Se cambiaron los antimicrobianos a amikacina, etambutol y meropenem-amoxicilina-clavulanato para cubrir MTB ante la elevación de transaminasas y la presencia de sepsis. El día 7, el bebé desarrolló poliuria. La ecografía de abdomen reveló riñones hiperecogénicos bilateralmente con ascitis. Se analizó una muestra de orina utilizando el ensayo Xpert MTB ultra/Rif que dio positivo para MTB sensible a rifampicina. Se realizó el diagnóstico final de TB diseminada con afectación genitourinaria. Se continuó con la misma terapia, sin embargo, sucumbió a la enfermedad el día 16 debido a una insuficiencia respiratoria. Posteriormente, al padre se le diagnosticó tuberculosis miliar y la madre fue hospitalizada con ascitis.

La rabdomiólisis es un síndrome causado por necrosis muscular con liberación de mioglobina, electrolitos y otros elementos sarcoplásmicos (es decir, lactato deshidrogenasa, creatina quinasa, alanina aminotransferasa y aspartato aminotransferasa) en el torrente sanguíneo.1 En la población pediátrica, se asocia a diferentes etiologías, especialmente infecciones, toxinas, fármacos, trastornos metabólicos, trastornos electrolíticos y traumatismos. No obstante, los virus son la causa más común de infección. Clínicamente, los niños con rabdomiólisis pueden presentar dolor muscular, debilidad y orina oscura relacionada con la mioglobinuria. Sin embargo, la tríada clásica se observa solo en una minoría de pacientes, y la mayoría de los niños presentan síntomas y signos inespecíficos. El espectro clínico de la rabdomiólisis va desde un aumento asintomático de la creatina quinasa hasta afecciones graves como lesión renal aguda, arritmias cardíacas, síndrome compartimental y coagulopatía intravascular diseminada.2 Por lo tanto, un diagnóstico oportuno es fundamental para un adecuado manejo clínico.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

Aunque la varicela suele tener un curso benigno, rara vez pueden ocurrir complicaciones.

Presentamos el caso de un niño de 6 años previamente sano que acudió a urgencias por fiebre persistente de 5 días de evolución. Seis días antes del ingreso apareció un sarpullido, primero en pecho y abdomen y posteriormente en piernas, brazos y cara. Su médico de atención primaria le diagnosticó varicela y comenzó a tomar aciclovir oral.

Al ingreso, al examen físico se observó la presencia de pápulas eritematosas, lesiones vesiculares y costrosas diseminadas por abdomen, espalda y miembros superiores. Algunas de estas lesiones presentaban un centro necrótico, rodeado de eritema ( Fig. 1A ). Sus análisis de sangre mostraron un recuento de glóbulos blancos (WBC) de 9,84 × 109/L y una proteína C reactiva (PCR) de 53,7 mg/L. El paciente comenzó con flucloxacilina oral y ácido fusídico tópico durante 8 días antes de ser dado de alta.

A los 3 días regresa a urgencias por empeoramiento de las lesiones cutáneas y fiebre. Al examen se observaron múltiples lesiones costrosas y nódulos eritematosos indurados dolorosos con centros necróticos y secreción purulenta. Su análisis de sangre mostró un aumento de leucocitos a 19,07 × 109/l (72 % neutrófilos) y PCR a 84,3 mg/l, y una disminución de la hemoglobina a 9,7 g/dl. El paciente ingresó y comenzó con flucloxacilina intravenosa (200 mg/kg/d), clindamicina (40 mg/kg/d) y aciclovir (10 mg/kg/d).

Al paciente se le realizó una prueba de inmunodeficiencia que reveló un déficit severo de inmunoglobulina A (< 5 mg/dL), sin otras alteraciones.

La varicela gangrenosa, una de las complicaciones de la varicela, es un tipo de fascitis necrotizante que, aunque rara, puede ser potencialmente mortal. 1–3 Su subtipo más común es la gangrena húmeda, resultante de una infección bacteriana superañadida, causada con mayor frecuencia por estreptococos β-hemolíticos del grupo A o S. aureus . 1

El tratamiento recomendado incluye la administración temprana y prolongada de aciclovir y antibióticos sistémicos con buena cobertura estreptocócica y estafilocócica. Si bien el desbridamiento es frecuentemente sugerido 1 , 2 , la evolución clínica en nuestro caso fue favorable, aunque no se realizó.

Este caso ilustra la importancia crítica del diagnóstico y tratamiento tempranos de las complicaciones de la varicela, ya que sus consecuencias pueden ser graves.

Una paciente de 24 años acudió al servicio de urgencias tras una mordedura de perro en la mano derecha. A la exploración presentaba una herida profunda en el dedo índice de la mano derecha, sin otras complicaciones asociadas. Se prescribió toxoide antitetánico, se limpió y desinfectó la herida sin sutura, y fue dada de alta con 500 mg/8 h de amoxicilina/ácido clavulánico oral completando 7 días de tratamiento. A los 3 días, la paciente acude de nuevo a urgencias por empeoramiento de su estado En la exploración presentaba edema, eritema y aumento de temperatura en el segundo dedo de la mano derecha, con colección asociada. Los análisis de sangre mostraron 15000 leucocitos/µL con 11200 neutrófilos. Se realizó desbridamiento quirúrgico, apertura de la vaina sinovial del tendón y apertura de la “polea A1”, y se obtuvieron dos muestras mediante aspiración con aguja para cultivos. Se inició tratamiento antibiótico con clindamicina y amoxicilina/ácido clavulánico (600 mg/24 h y 1200 mg/8 h).

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

La tuberculosis (TB) es altamente endémica en el suroeste de China. El daño hepático inducido por fármacos (DILI) por fármacos antituberculosos de primera línea en niños es una situación importante que a menudo conduce a la interrupción del tratamiento y la consiguiente pérdida de eficacia terapéutica. 1 La etiología de DILI debe investigarse exhaustivamente para garantizar una terapia antituberculosa eficaz. 2

Un niño de 13 años que presentó tos, fiebre y sudores nocturnos durante 2 meses ingresó en nuestro departamento el 12 de noviembre de 2021. Tuvo contacto cercano con pacientes con tuberculosis 6 meses antes. Al inicio no se notó ictericia. La tomografía computarizada reveló múltiples lesiones en el pulmón derecho y el pulmón superior izquierdo combinadas con derrame pleural y linfadenopatía mediastínica. GeneXpert mycobacterium tuberculosis/rifampicina del esputo fue positivo para el ácido nucleico de la tuberculosis y negativo para el gen de resistencia a la rifampicina. Se certificó tuberculosis pulmonar. Fue tratado con isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol. Diez días después, experimentó ictericia y sus pruebas de función hepática revelaron colestasis (bilirrubina total 88,9 µmol/L y bilirrubina directa 71,8 µmol/L). Se indicó el DILI. Se suspendió el tratamiento antituberculoso y se añadió succinato de adenosilmetionina. La ictericia del paciente persistió con hiperbilirrubinemia conjugada (bilirrubina directa de 71,8 a 50,6 µmol/L). Las pruebas de virus de la hepatitis, virus de Epstein-Barr y citomegalovirus fueron negativas. Los autoanticuerpos, los lípidos sanguíneos y la ceruloplasmina eran normales. Luego se reinició un tratamiento antituberculoso modificado con etambutol, levofloxacino y amikacina después de 1 mes de suspender el tratamiento antituberculoso. Se realizó la secuenciación completa del exoma para buscar más a fondo la causa de la ictericia persistente. Los resultados finalmente revelaron mutaciones heterocigotas compuestas de la proteína 2/ABCC2 de resistencia a múltiples fármacos (c.3928C>T y c.3655-3658delGTCT) que indicaban el síndrome de Dubin-Johnson (DJS). Se reintrodujeron la isoniazida, la rifampicina y la pirazinamida una tras otra cada semana. Se suspendieron la levofloxacina y la amikacina. La bilirrubina conjugada se elevó después de la reintroducción de la rifampicina (de 50,6 a 104,8 µmol/L). Las transaminasas fueron continuamente normales y no se produjeron síntomas gastrointestinales. En este paciente se diagnosticó tuberculosis y DJS. El tratamiento antituberculoso con isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol tuvo una duración de 2 meses y el de isoniazida y rifampicina durante 7 meses. El chico resolvió por completo.

Las enfermedades subyacentes al DILI deben buscarse intensivamente para garantizar un tratamiento antituberculoso adecuado. Las enfermedades hepáticas genéticas o metabólicas representan aproximadamente un tercio de la disfunción hepática en los niños. Es posible que antes se haya subestimado la enfermedad hepática metabólica hereditaria subyacente en pacientes con tuberculosis. Con el método de secuenciación genética, se identificará un número cada vez mayor de enfermedades hepáticas metabólicas hereditarias subyacentes. El DJS es un trastorno autosómico recesivo poco común caracterizado por ictericia intermitente de hiperbilirrubinemia conjugada resultante de mutaciones del gen de la proteína 2/ABCC2 de resistencia a múltiples fármacos. 3 Es un trastorno benigno y no requiere terapia específica. Hasta la fecha, se han notificado 2 pacientes 4 , 5 con TB y DJS combinados y se observó elevación de la bilirrubina conjugada después de la introducción de rifampicina. Puede resultar del aumento de la expresión de MRP3. Añadimos otro caso de DJS combinado con TB con el mismo fenómeno. Sin embargo, la bilirrubina conjugada no volvió a los valores iniciales durante un mes con la interrupción temporal de los fármacos antituberculosos. Consideramos que el cambio de bilirrubina del DJS con tuberculosis necesita mayor explicación ya que el estado infeccioso puede estar involucrado en él.

Paciente de 12 años sin antecedentes médicos de interés que acudió al servicio de Urgencias por dolor en la región inguinal derecha e impotencia funcional con cojera de 72 h de evolución tras una picadura de mosquito en la rodilla derecha. En el examen físico se observó una herida en la rodilla derecha con bordes elevados e hinchados y exudado purulento, así como un área eritematosa y caliente en la ingle derecha asociada a linfadenopatías dolorosas. La ecografía mostró la presencia de 3 ganglios reactivos en la región inguinal derecha (fig. 1). La analítica reveló un nivel de proteína C reactiva de 18mg/l y un recuento leucocitario de 9.479 células/μl (76% neutrófilos). Se obtuvieron muestras de sangre para serología y hemocultivo, y de la herida para la identificación microbiológica, y se ingresó al paciente para iniciar tratamiento por vía intravenosa con amoxicilina/ácido clavulánico (2g/200mg).

La otitis media aguda (OMA) es un diagnóstico muy frecuente en Atención Primaria, a veces se complica con supuración y, en otras ocasiones, menos frecuentemente, con mastoiditis.

Se presenta el caso de una niña de 6 años que, tras ser diagnosticada de OMA supurada e instaurarse tratamiento antibiótico, comienza con vómitos, mareos y cefalea, así como con un mal control del dolor con la analgesia habitual y posterior fotofobia. Tras varias visitas, acaba por diagnosticarse una mastoiditis con trombosis del seno transverso, sigmoideo y yugular.

La importancia del caso radica en una rápida sospecha de las posibles complicaciones de una otitis media para realizar un diagnóstico y tratamiento precoz de las mismas.

Las garrapatas duras se han convertido en los principales vectores de enfermedades infecciosas en el mundo industrializado, pudiendo transmitir a través de su picadura bacterias, virus y protozoos, además de causar procesos alérgicos y tóxicos.

Dentro de las enfermedades transmitidas por garrapatas, las más frecuentes en nuestro medio son: la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme y la enfermedad de Debonel/Tibola.

La fiebre botonosa mediterránea es la rickettsiosis más frecuente en Europa. Se ha observado un aumento de los casos en los últimos años, en probable relación con el aumento de temperatura global.

Para ampliar

  • Topical and oral steroids for otitis media with effusion (OME) in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2023, Issue 12. Art. No.: CD015255. DOI: 10.1002/14651858.CD015255.pub2.

La “otitis media con derrame” [OMD] es una afección frecuente que afecta a los niños pequeños. El líquido se acumula en el oído medio, provocando deficiencias auditivas. Como consecuencia de su mala audición, los niños pueden tener dificultades de comportamiento y retrasos en el desarrollo del habla.

Se pretende averiguar si los corticoides son mejores que el placebo o ningún tratamiento para los niños con OMD. También se quería determinar si había algún efecto no deseado asociado con la administración de corticoides.

Se encontraron 26 estudios , que incluyeron 2770 niños; se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ensayos cuasialeatorizados en niños de seis meses a 12 años de edad con OMD unilateral o bilateral. Se incluyeron los estudios que compararon esteroides tópicos u orales con placebo o conducta expectante (ningún tratamiento).

Conclusiones de los autores:

En general, los esteroides orales podrían tener poco efecto en el tratamiento de la OMD, con escasas mejoras en el número de niños con audición normal y ningún efecto en la calidad de vida. Podría haber una reducción en la proporción de niños con enfermedad persistente después de 12 meses. Sin embargo, este efecto beneficioso podría ser pequeño y se debe sopesar contra la posibilidad de efectos adversos asociados con el uso de esteroides orales.

Toda la evidencia relacionada con los esteroides nasales fue de certeza baja o muy baja. Por lo tanto, no está muy claro si los esteroides nasales tienen algún efecto sobre la audición, la calidad de vida o la persistencia de la OMD. La evidencia sobre los efectos adversos fue muy limitada.

Es probable que la OMD se resuelva espontáneamente en la mayoría de los niños. Por lo tanto, el posible efecto beneficioso del tratamiento podría ser pequeño y se debe sopesar con el riesgo de efectos adversos. Los estudios futuros deberían tratar de determinar qué niños tienen más probabilidades de beneficiarse del tratamiento, en lugar de ofrecer intervenciones a todos los niños.

  • Ventilation tubes (grommets) for otitis media with effusion (OME) in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2023, Issue 11. Art. No.: CD015215. DOI: 10.1002/14651858.CD015215.pub2.

La “otitis media con derrame [OMD]”es una afección relativamente frecuente que afecta a los niños pequeños. El líquido se acumula en el oído medio, lo que puede provocar deficiencias auditivas. Como consecuencia de su mala audición, los niños se pueden retrasar en el habla y tener dificultades en la escuela.

En la mayoría de los casos, la OMD no requiere tratamiento y los síntomas mejoran con el tiempo. En los niños con OMD persistente, se han utilizado diferentes tratamientos, incluidos los medicamentos o la cirugía (inserción de drenajes timpánicos, con o sin adenoidectomía).

Objetivo: Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de los tubos de ventilación (drenajes timpánicos) para la OMD en niños.

Se incluyeron 19 ECA (2888 niños). Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y cuasialeatorizados en niños (6 meses a 12 años) con OMD durante ≥ 3 meses. Se incluyeron estudios que compararon la inserción de tubos de ventilación (TV) con cinco comparadores: ningún tratamiento, conducta expectante (tubos de ventilación insertados más tarde, de ser necesario), miringotomía, audífonos y otros tratamientos no quirúrgicos Se consideró que la mayoría de la evidencia fue muy incierta, debido a los amplios intervalos de confianza de las estimaciones del efecto, el escaso número de participantes y el riesgo de sesgo de realización y detección. En esta revisión se presentan los principales desenlaces del seguimiento más prolongado. La evidencia tuvo algunas limitaciones. Ningún estudio investigó la comparación de tubos de ventilación versus audífonos. No se identificaron datos sobre la calidad de vida específica de la enfermedad; sin embargo, muchos estudios se realizaron antes del desarrollo de herramientas específicas para evaluarla en la otitis media. En la mayoría de los estudios se utilizaron tubos de ventilación de acción corta, por lo que los datos específicos sobre el uso de TV de acción prolongada son limitados. Por último, no se identificaron datos específicos sobre los efectos de los TV en niños con mayor riesgo de OMD (p. ej., con síndromes craneofaciales).

Podría haber pequeñas mejoras a corto y medio plazo en la audición y la persistencia de la OMD con los TV, pero no está claro si persisten tras un seguimiento más prolongado.

Los ECA incluidos no permiten afirmar cuándo (ni cuánto) mejoran los TV la audición en un niño concreto. Sin embargo, la interpretación de la evidencia es difícil: muchos niños de los grupos control se recuperan espontáneamente o reciben TV durante el seguimiento, los TV se podrían bloquear o ser expulsados, y la OMD podría reaparecer. La evidencia limitada en esta revisión también afecta la generalizabilidad/aplicabilidad de los hallazgos a situaciones que incluyen a niños con afecciones subyacentes (p. ej., síndromes craneofaciales) o al uso de tubos de acción prolongada.

En consecuencia, los ECA podrían no ser la mejor manera de determinar si una intervención es probablemente eficaz en cualquier niño. En su lugar, se debe comprender mejor los diferentes fenotipos de OMD para dirigir las intervenciones a los niños que más se beneficiarán y evitar el tratamiento excesivo cuando es probable la resolución espontánea.

Se quería averiguar qué antibiótico era más eficaz para tratar la faringitis causada por el EbhGA. Se buscaron ensayos controlados aleatorizados, doble ciego, que compararan diferentes antibióticos para las personas con faringitis que dieron positivo para el EbhGA, y tenían entre un mes y 80 años de edad.

Se incluyeron 19 ensayos (18 publicaciones) en los que participaron 5839 personas. Nueve ensayos incluyeron solo niños y 10 ensayos incluyeron personas de 12 años o más. La mayoría de los estudios se publicaron hace más de 15 años, y todos excepto uno informó sobre medidas de desenlace relevantes para los pacientes.

Conclusiones de los autores:

No se sabe con certeza si hay diferencias clínicamente relevantes en la resolución de los síntomas cuando las cefalosporinas y los macrólidos se compararon con la penicilina en el tratamiento de la faringoamigdalitis por EbhGA. Evidencia de certeza baja en niños indica que el carbacefem podría ser más efectivo que la penicilina para la resolución de los síntomas. No hay evidencia suficiente para establecer conclusiones sobre las otras comparaciones de esta revisión. Los datos sobre las complicaciones fueron muy escasos para establecer conclusiones. Los antibióticos tienen un efecto limitado en el tratamiento de la faringitis por EbhGA y los resultados no demuestran que otros antibióticos sean más eficaces que la penicilina. En el contexto de la administración antimicrobiana, la penicilina se podría utilizar si está indicado el tratamiento con un antibiótico. Todos los estudios se realizaron en países de ingresos altos con un bajo riesgo de complicaciones estreptocócicas, por lo que es necesario realizar ensayos en países de ingresos bajos y en poblaciones desfavorecidas, donde el riesgo de complicaciones sigue siendo alto.

Objetivos: Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de la adenoidectomía, sola o en combinación con tubos de ventilación (drenajes timpánicos), para la OMD en niños.

Se incluyen ensayos controlados aleatorizados y ensayos cuasialeatorizados en niños de seis meses a 12 años con OMD unilateral o bilateral. Se incluyeron los estudios que compararon la adenoidectomía (sola o en combinación con tubos de ventilación) con ningún tratamiento o tratamiento no quirúrgico.

Se incluyeron 10 estudios en los que participaron 1785 niños. No se identificaron estudios que compararan la adenoidectomía con el tratamiento médico, solo estudios que compararan la adenoidectomía con no intervención. Se consideró que la evidencia encontrada no estuvo clara debido a problemas con la forma en que se realizaron los estudios y al número relativamente escaso de personas incluidas.

Para los niños y sus cuidadores, es probable que la recuperación de la audición normal sea importante, pero pocos estudios midieron este desenlace, por lo que no está claro el efecto de la adenoidectomía sobre la audición.

La adenoidectomía podría reducir el número de niños con OMD persistente tras uno o dos años de seguimiento, pero la diferencia podría ser pequeña.

No se encontró evidencia sobre la calidad de vida, por lo que no se sabe si la adenoidectomía tiene alguna repercusión sobre ésta.

Pocos estudios proporcionaron información sobre los posibles efectos perjudiciales del tratamiento. Se sabe que las hemorragias son un riesgo en cualquier cirugía. Como parte de esta revisión se encontró que dos niños de 416 que recibieron adenoidectomía sufrieron hemorragias significativas, en comparación con ningún niño (de 375) que no se sometió a adenoidectomía.

Se deseaba determinar si los antibióticos son mejores que el placebo o ningún tratamiento, para los niños con OMD (otitis media con derrame).

También se quería saber si hay efectos no deseados asociados con la administración de antibióticos en esta afección.

Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados y ensayos cuasialeatorizados en niños de entre seis meses y 12 años de edad con OMD unilateral o bilateral. Se incluyeron estudios que compararan antibióticos orales con placebo o ningún tratamiento.

Se identificaron 19 estudios completados que cumplían los criterios de inclusión (2581 participantes). En ellos se evaluaron diversos antibióticos orales (penicilinas, cefalosporinas, macrólidos y trimetoprima), y en la mayoría de los estudios se utilizó un ciclo de tratamiento de 10 a 14 días. Hubo algunas dudas sobre el riesgo de sesgo en todos los estudios incluidos en esta revisión. En esta revisión se presentan los desenlaces principales y el desenlace secundario principal, en el tiempo de seguimiento más largo informado.

La evidencia del uso de antibióticos para la OMD es de certeza baja a muy baja. Aunque el uso de antibióticos en comparación con ningún tratamiento podría tener un ligero efecto beneficioso sobre la resolución de la OMD hasta los tres meses, el impacto general sobre la audición no está muy claro. Los efectos a largo plazo de los antibióticos son inciertos y pocos estudios incluidos en esta revisión informaron sobre los posibles efectos perjudiciales. Estos importantes criterios de valoración se deben tener en cuenta a la hora de sopesar los posibles efectos beneficiosos y perjudiciales a corto y largo plazo del tratamiento antibiótico en una afección con una elevada tasa de resolución espontánea.

Objetivo: Identificar la diferencia en las características clínicas entre la neumonía viral y Mycoplasma pneumoniae , proporcionando pistas sobre su diagnóstico diferencial para hospitales primarios con capacidad insuficiente de detección de patógenos.

Métodos: Revisamos retrospectivamente los registros médicos de niños hospitalizados con infecciones agudas del tracto respiratorio y se analizaron los resultados de las pruebas de microbios patógenos. Se compararon las características clínicas, los parámetros sanguíneos de rutina y la duración y los honorarios de la hospitalización entre M. pneumoniae y la neumonía viral. Se utilizó la regresión logística multivariable para predecir la probabilidad de tener niños hijos con M. pneumoniae y se representó gráficamente mediante un nomograma dinámico. La discriminación y la utilidad clínica del modelo fueron confirmadas por las curvas de análisis de las características operativas del receptor y de la curva de decisión.

Resultado: Se incluyeron un total de 375 niños con neumonía adquirida en la comunidad. La infección por mycoplasma representó la mayor proporción (22,13%). La incidencia tanto de hipotermia como de vómitos fue menor en M. pneumoniae en comparación con la neumonía viral (hipotermia: 10,50 % frente a 0,00 %; vómitos: 7,90 % frente a 0,00 %). La prevalencia de hipertermia fue mayor en M. pneumoniae (hipertermia: 89,5 % frente a 100 %). La procalcitonina, el recuento de glóbulos blancos en sangre periférica y los niveles de linfocitos fueron más altos en el grupo de neumonía viral y, por el contrario, los niveles de eosinófilos fueron más bajos. En cuanto a la duración de la enfermedad, la estancia media fue de 5,20 ± 2,12 (neumonía viral) y 6,27 ± 2,48 días ( M. pneumoniae ). Los niños con M. pneumoniae tuvieron costos hospitalarios generales más altos y requirieron más tratamiento médico. Todo lo anterior fue estadísticamente significativo con una P <0,05. El sistema de puntuación se estableció en base a los resultados anteriores. Las curvas de características operativas del receptor mostraron una buena capacidad de discriminación de modelos con 0,844 del área bajo la curva en el conjunto de entrenamiento y 0,778 en el conjunto de prueba. Las curvas de análisis de la curva de decisión demostraron la superioridad discriminativa de este modelo. Se puede acceder a la calculadora de nomogramas dinámicos basada en la web en https://zhxylxy0160128.shinyapps.io/Nomogram/ .

Conclusión: Los nomogramas tienen una discriminación satisfactoria y la utilidad clínica puede ser beneficiosa para predecir la probabilidad de desarrollar M. pneumoniae en niños. Los niños con M. pneumoniae tienen una carga mayor que aquellos con neumonía viral y pueden requerir un seguimiento hospitalario más intensivo.

Los niños no acompañados solicitantes de asilo corren un mayor riesgo de infecciones y enfrentan barreras para acceder a la atención médica. Falta evidencia que respalde las directrices nacionales e internacionales existentes sobre la detección de infecciones asintomáticas en esta población. Describimos los resultados de la detección de infección de rutina de 1104 niños solicitantes de asilo no acompañados que asistieron para realizar pruebas en 3 centros de Londres.

Métodos: Realizamos un análisis retrospectivo de los datos recopilados de forma rutinaria de todos los niños solicitantes de asilo no acompañados atendidos en 3 servicios en Londres, Reino Unido, entre 2016 y 2022.

Resultados: Un total de 1.104 niños solicitantes de asilo no acompañados asistieron a la clínica; todos los exámenes aceptados. La mediana de edad fue de 16 años (rango de 11 a 18 años) y 987 (89%) eran hombres. 407 (37%) tuvieron al menos una infección; 116 (11%) tuvieron infecciones múltiples. La infección por tuberculosis y la esquistosomiasis fueron comunes (se encontraron en 18% y 17%, respectivamente). Se identificó infección por hepatitis B con una prevalencia del 3,9%. También se identificaron comúnmente Giardia 7,7%, tenia 3,3% y Strongyloides 2,8%.

Conclusiones: Presentamos el mayor conjunto de datos conocido hasta la fecha sobre detección de infecciones en niños asintomáticos no acompañados solicitantes de asilo en Europa. Estos datos respaldan las recomendaciones para la detección asintomática de rutina en esta cohorte de alto riesgo, según la prevalencia significativa identificada de infecciones de importancia tanto para la salud personal como para la salud pública.

Las infecciones respiratorias son la enfermedad más común asociada a los adenovirus humanos (AdvH)y causan del 7 al 8% de las enfermedades respiratorias víricas en niños menores de 5 años. La distinción entre las infecciones bacterianas y las víricas constituye un problema clínico frecuente.

Materiales y métodos. El estudio incluyó 100 hisopos orofaríngeos obtenidos entre octubre de 2019 y noviembre de 2020 de pacientes que habían acudido a los servicios de urgencias pediátricas con sospecha de infección de las vías respiratorias superiores y resultados negativos en las pruebas de gripe y VRS. Las muestras de los hisopos orofaríngeos se procesaron rápidamente con Standard™ F Adeno Respi Ag FIA y los resultados se confirmaron mediante RealStar® Adenovirus PCR Kit 1.0 (altona Diagnostics).

Resultados. Standard™ F Adeno Respi Ag FIA tenía unos valores de sensibilidad y especificidad del 71,93% y el 100%, respectivamente. El rendimiento de la prueba fue superior en muestras de niños menores de 24 meses y tomadas menos de 72 horas después del inicio de los síntomas. En este subgrupo, la prueba tuvo una sensibilidad del 88,8% y una especificidad del 100%.

Conclusión Standard™ F Adeno Respi Ag FIA puede mejorar la gestión de las enfermedades respiratorias en niños menores de 24 meses con menos de 72 desde el inicio de los síntomas en servicios de urgencias pediátricas.

La bronquiolitis por virus respiratorio sincitial (VRS) es la principal causa de hospitalizaciones entre bebés en los Estados Unidos. La imprevisibilidad en la estacionalidad del VRS se ha producido tras el inicio de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Las redes de vigilancia locales pueden mejorar la capacidad de programar adecuadamente la profilaxis cuando el riesgo de exposición es mayor.

Métodos: Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo para describir los patrones epidemiológicos de la enfermedad por VSR entre pacientes ambulatorios, en el departamento de emergencias y en pacientes hospitalizados en niños <5 años en el centro de Nueva York antes y después del inicio de la pandemia de COVID-19. Se recopilaron datos locales desde octubre de 2015 hasta enero de 2023 y se compararon con datos a nivel estatal. Se utilizaron modelos de regresión lineal para identificar diferencias clínicas y sociodemográficas antes y después de la pandemia.

Resultados: La variación local en la estacionalidad del VRS se observó antes de la pandemia de COVID-19; sin embargo, aparecieron patrones de circulación muy atípicos en la era posterior a la COVID-19. Desde marzo de 2020, los patrones de las temporadas de RSV definidas a nivel local y estatal se han mantenido atípicos (inicio de la temporada local en 2021: semana 27 y 2022: semana 27; inicio de la temporada estatal en 2021: semana 31 y 2022: semana 38). Después de ajustar por el aumento en las pruebas, los casos de bronquiolitis por VRS no fueron significativamente diferentes durante las épocas anterior y posterior a la pandemia. En comparación con la temporada de bronquiolitis de 2021, la temporada de 2022 tuvo una mayor proporción de casos de VRS a pesar de la disminución de las pruebas.

Conclusiones: Los patrones temporales del VRS han cambiado durante la pandemia de COVID-19. Las redes de vigilancia locales pueden ser ventajosas para determinar las tendencias de la actividad del VRS a nivel comunitario para optimizar la administración de profilaxis. Se produjeron cambios en los patrones de las pruebas del VRS a lo largo del período de estudio y se deben tener en cuenta al describir la enfermedad del VSR en bebés y niños.

Si bien las infecciones causadas por rinovirus y enterovirus son comunes entre los niños, la totalidad de su impacto clínico sigue siendo difícil de alcanzar. Comparamos los resultados clínicos de niños con infecciones por rinovirus/enterovirus con otros virus respiratorios comunes en entornos ambulatorios.

Métodos: Realizamos un análisis retrospectivo de muestras nasofaríngeas positivas individualmente para rinovirus/enterovirus humanos (HRV/ENT), influenza A/B (FLU) o virus respiratorio sincitial (RSV) de pacientes ≤17 años presentados para pruebas clínicas mediante reacción en cadena de la polimerasa multiplex entre 2016 y 2019. Evaluamos los siguientes resultados de pacientes ambulatorios: días de síntomas respiratorios antes de la prueba; visitas por síntomas respiratorios; recepción de un tratamiento respiratorio; recepción de antibióticos e ingreso hospitalario. Se realizaron análisis estadísticos controlando la edad y las condiciones comórbidas.

Resultados: Se incluyeron 1355 muestras positivas en este análisis (HRV/ENT: n = 743, FLU: n = 303 y RSV: n = 309). En comparación con HRV/ENT, los niños con GRIPE tuvieron un 28 % menos de días de síntomas respiratorios (β: −0,32; intervalo de confianza del 95 %: −0,46 a −0,18; P < 0,001), menos visitas por síntomas respiratorios y probabilidades significativamente menores de sufrir síntomas respiratorios, recibir un tratamiento respiratorio o antibióticos, e ingreso al hospital. Los niños con VRS tuvieron un número similar de días de síntomas respiratorios, visitas ambulatorias y probabilidades de ingreso hospitalario, pero aumentaron significativamente las probabilidades de recibir tratamiento respiratorio y antibióticos en comparación con aquellos con VRS/ENT.

Conclusión: Los médicos deben tener un alto nivel de vigilancia al tratar a niños con pruebas virales respiratorias positivas para HRV/ENT dado el potencial de resultados clínicos similares y, en algunos casos, peores que los virus altamente patógenos conocidos.

En Europa, la cobertura de vacunación contra la gripe en la población pediátrica es baja. Este estudio describe la incidencia de la influenza y la utilización de la atención médica asociada en la población pediátrica en Italia.

Métodos: Se evaluaron datos no identificados de registros médicos electrónicos de niños de 0 a 14 años atendidos por más de 150 pediatras de familia en la red Pedianet en Italia durante 10 temporadas de influenza que abarcaron 2010-2020. La incidencia de la gripe (casos por 1.000 personas-mes), las secuelas relacionadas y el uso de recursos sanitarios asociados se determinaron utilizando datos de diagnóstico, prescripción y exámenes médicos.

Resultados: Durante 10 temporadas, se diagnosticó un promedio de 8892 casos de influenza (rango, 4700-12 419; total 88 921) en una cohorte de 1 432 384 niños de 0 a 14 años de edad. La cobertura de vacunación contra la influenza fue del 3,6% entre los niños con diagnóstico de influenza y del 6,8% entre los niños sin diagnóstico. La utilización de recursos de atención médica relacionada con la influenza incluyó 1,58 visitas al pediatra familiar por episodio de influenza y 220 admisiones al servicio de urgencias y 111 hospitalizaciones, con el mayor uso de recursos entre niños de 1 a 4 años y el más bajo entre niños <6 meses. Las complicaciones más comunes de la influenza fueron la otitis media aguda (2,9% de los casos de influenza) y la neumonía (0,5%). Se prescribieron antibióticos en el 38,7% de los casos de gripe; no se recetaron agentes antivirales. Se documentó un ingreso a la unidad de cuidados intensivos y 2 casos que requirieron soporte ventilatorio. No se informaron muertes relacionadas con la influenza.

Conclusión: La vacunación pediátrica contra la influenza fue baja a pesar de la carga y el uso de la atención médica relacionada con la influenza estacional en la población pediátrica durante un período de 10 años en Italia.

Se dispone de datos limitados de estudios de cohortes prospectivos en países de altos ingresos sobre los factores de riesgo perinatales de infecciones comunes en niños. Nuestra hipótesis fue que los factores perinatales pueden ser factores de riesgo de episodios infecciosos durante el primer año de vida.

Métodos: En este estudio prospectivo de cohortes de Salud y Microbiota en los primeros años de vida de bebés a término (n = 1052) nacidos entre 2016 y 2018, el número y la duración de los episodios de infección se recopilaron en línea a intervalos de una semana a un mes. En un modelo de regresión multivariado, las principales exposiciones fueron factores perinatales como el modo de parto y los antibióticos intraparto. Los factores ambientales fueron exposiciones adicionales. Los resultados fueron el número y la duración de los episodios infecciosos en el primer año de vida.

Resultados: La media de episodios de infección fue de 4,2 (DE 2,9). La duración media de los síntomas de infección fue de 44 días (40 DE). Las infecciones de las vías respiratorias superiores representaron el 83% de los episodios (3.674/4.455). Los factores perinatales no se asociaron con el número ni la duración de los episodios de infección, pero la cesárea se asoció con una mayor aparición de infecciones del tracto urinario en la infancia [odds ratio ajustado (aOR): 3,6; Intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,13–11,1]. De las exposiciones adicionales el sexo masculino (aOR: 1,1; IC 95%: ,0-1,2) y la presencia de hermanos (aOR: 1,3; IC 95%: 1,2-1,4) se asociaron con el número de episodios de infección.

Conclusiones: Este estudio de cohorte prospectivo mostró que los factores perinatales, el modo de parto y los antibióticos durante el parto no se asociaron con el riesgo de infecciones comunes en la infancia, pero el parto por cesárea se asoció con un riesgo de infecciones del tracto urinario.

El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA) puede causar infecciones graves y los regímenes de tratamiento empírico en niños frecuentemente incluyen un antibiótico anti-MRSA. Los estudios en adultos han demostrado un alto valor predictivo negativo (VPN) de los hisopos nasales (MNS) de MRSA en una variedad de síndromes infecciosos. Los MNS negativos se han utilizado como herramienta para guiar la reducción de los antibióticos anti-MRSA en adultos, especialmente en aquellos con infecciones del tracto respiratorio inferior, pero los datos en niños son mínimos. El objetivo principal de este estudio fue determinar el VPN y el valor predictivo positivo (VPP) del MNS en niños hospitalizados para el tratamiento de una infección.

Métodos: Este fue un estudio de cohorte retrospectivo en un solo sitio de pacientes pediátricos ingresados ​​con un diagnóstico sospechoso de infección a quienes se les realizó una MNS durante su hospitalización entre el 1 de junio de 2018 y el 25 de noviembre de 2022.

Resultados:  Este estudio identificó 172 pacientes que cumplieron con los criterios de inclusión. Once (6,4%) hisopos nasales fueron positivos para MRSA y 10 (5,8%) cultivos microbiológicos de fuentes sospechosas de infección fueron identificados como positivos para MRSA. Se encontró que el MNS tenía una sensibilidad del 20%, una especificidad del 94%, un VPP del 18% y un VPN del 95% para todos los sitios de infección.

Conclusión: MNS tiene un VPN alto y un PPV bajo en niños. MNS se puede utilizar como herramienta de administración de antimicrobianos para guiar la desescalada de los antibióticos anti-MRSA en niños.

Evaluar las características y resultados de los lactantes de 29 a 90 días febriles que reciben el alta febril del departamento de urgencias pediátricas (SU).

Diseño del estudio Este fue un estudio de cohorte retrospectivo multicéntrico de bebés de 29 a 90 días que visitaron cualquiera de los 7 SU pediátricos de Clalit Health Services en Israel entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de marzo de 2022. Se incluyeron los bebés que fueron dados de alta con fiebre del SU después de haber tomado ido cultivos de sangre y orina tomados. La medida de resultado primaria fue la incidencia de nuevas visitas (RV) a un servicio de urgencias. Las medidas de resultado secundarias fueron la incidencia de infección bacteriana invasiva, infección del tracto urinario, ingresos a la unidad de cuidados intensivos pediátricos y muertes. Se evaluaron variables asociadas con los resultados primarios.

Resultados Se incluyeron un total de 1.647 lactantes. La mediana de edad (RIQ) en la visita al servicio de urgencias fue de 58,5 (47,7; 72,7) días; el 53,1% eran hombres. Un total de 329 pacientes (20%) regresaron al servicio de urgencias en un plazo de 120 horas. En general, el 7,8% de los lactantes dados de alta tuvieron un urocultivo positivo, 4 (0,2%) tuvieron un hemocultivo positivo y ninguno tuvo meningitis. Un paciente ingresó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y no hubo muerte. La proteína C reactiva anormal se asoció con el RV entre los bebés de 61 a 90 días. Conclusiones Los bebés de 29 a 90 días que tenían fiebre y fueron dados de alta siguiendo un protocolo desde el servicio de urgencias pediátrico tuvieron una tasa de VD RV relativamente alta. Sin embargo, la tasa de infección del tracto urinario era relativamente baja y la tasa de infección bacteriana invasiva era extremadamente baja. No hubo muertes ni secuelas graves.

Curelaru et al estudiaron el desempeño de una estrategia de manejo basada en protocolos para bebés febriles entre 29 y 90 días de edad que fueron atendidos en siete departamentos de emergencia (DE) en Israel y que fueron dados de alta a casa después de cumplir con los criterios de bajo riesgo de infección bacteriana grave. Entre otros estudios de cohortes retrospectivos sobre este tema, este estudio israelí en este volumen de The Journal tiene las ventajas de: 1) informes y seguimiento integrales, ya que los centros de atención eran un sistema de seguro de salud público exigido por el estado para aproximadamente la mitad de los la población; 2) gran inscripción de evaluaciones y gestión iniciales clínicas y de laboratorio basadas en protocolos; 3) captura de resultados amplios, incluido el resultado primario del estudio que es una medida validada de la calidad de la atención en el servicio de urgencias, es decir, la tasa de una nueva visita no programada al servicio de urgencias en un plazo de 5 días.

Los bebés inscritos se limitaron a aquellos que cumplían criterios de bajo riesgo de infección bacteriana grave, a los que se les realizaron cultivos de sangre y orina y fueron dados de alta. De los 1.646 lactantes incluidos, el 17,3% tuvo una nueva visita no programada (tiempo medio de 45 horas), de los cuales el 20,7% tenía una infección del tracto urinario y el 1,4% tenía bacteriemia. Ninguno tenía meningitis; El 60% de los bebés que regresaron fueron hospitalizados.

El valor principal de este estudio es que representa un estudio epidemiológico integral de la precisión/desempeño de un protocolo que concluye que ciertos bebés tienen un riesgo bajo de infección bacteriana grave y pueden ser atendidos en casa. La tasa de “falsos negativos”, es decir, aquellos que volvieron a visitar, fue del 17,3%. Una mayor extrapolación o generalización de estos hallazgos está limitada por dos factores: 1) No se capturó el motivo de la nueva visita o de la hospitalización posterior. 2) Los bebés incluidos en el estudio, es decir, aquellos dados de alta a casa después de las pruebas, representaron sólo una cuarta parte de los bebés febriles de 29 a 90 días de edad evaluados en los servicios de urgencias durante el período del estudio (Figura 1), y más de un tercio habían sido hospitalizados en el primer encuentro y otros a los que no se les habían realizado cultivos de sangre y orina antes del alta del servicio de urgencias.

La doxiciclina se considera el tratamiento de primera línea de la enfermedad de Lyme en adolescentes y adultos, pero preocupaciones en gran medida refutadas sobre la tinción permanente de los dientes impidieron su uso y evaluación en niños <8 años. Intentamos describir los efectos adversos a corto plazo y los fracasos del tratamiento entre niños pequeños que reciben doxiciclina oral para la enfermedad de Lyme.

Métodos:  Completamos una evaluación doble de niños con enfermedad de Lyme tratados con doxiciclina. Realizamos una serie de casos retrospectiva de pacientes <8 años a quienes se les diagnosticó enfermedad de Lyme y se les trató con doxiciclina. Luego realizamos un estudio de encuesta de seguimiento telefónico de los padres de los pacientes para recopilar detalles adicionales sobre los resultados clínicos y las reacciones adversas a la doxiciclina. Se calcularon estadísticas descriptivas.

Resultados:  

Se identificó un total de 32 pacientes a través de la serie de casos retrospectiva y 18 participaron en la encuesta de seguimiento. El diagnóstico clínico más común (22/32; 69%) fue eritema migratorio único. Siete (22%) tenían enfermedad de Lyme neurológica. Tres pacientes (9%) interrumpieron prematuramente el tratamiento con doxiciclina debido a efectos adversos. Durante el seguimiento telefónico, se informó que 2 niños tenían manchas dentales. No se identificó ningún paciente con fracaso del tratamiento durante la serie de casos retrospectiva. En el seguimiento telefónico, 3 pacientes tuvieron síntomas residuales después del tratamiento, aunque ninguno fue convincente del fracaso del tratamiento.

Conclusiones:  

Nuestro estudio sugiere que la doxiciclina es generalmente bien tolerada y es un tratamiento eficaz para la enfermedad de Lyme en niños pequeños. Se necesitan estudios observacionales prospectivos con evaluación a largo plazo de las tinciones dentales y los resultados clínicos. Los antibióticos alternativos, principalmente amoxicilina, siguen siendo el tratamiento preferido para las manifestaciones no neurológicas de la enfermedad de Lyme en niños pequeños, pero es probable que la doxiciclina sea una alternativa segura y eficaz cuando sea necesaria.

Objetivo Validar externamente UTICalc, una popular herramienta de apoyo a la toma de decisiones clínicas utilizada para determinar el riesgo de infecciones del tracto urinario (ITU) en niños febriles, y comparar su desempeño con y sin la inclusión de la raza y con diferentes umbrales de riesgo.

Métodos Realizamos un estudio retrospectivo de casos y controles de un solo centro de niños febriles (2-24 meses) en un departamento de emergencias. Los casos con ITU confirmada por cultivo se emparejaron 1:1 con los controles. Comparamos el rendimiento del modelo original que incluía la raza (versión 1.0) con un modelo revisado que no consideraba la raza (versión 3.0). Evaluamos el rendimiento del modelo en umbrales de riesgo entre el 2% y el 5%.

Resultados Incluimos 185 casos y 197 controles (mediana de edad 8,4 meses; IQR, 4,4-13,0 meses; 60,5% niñas). Cuando se utilizó UTICalc versión 1.0, el área del modelo bajo la curva característica del operador receptor (AUROC) fue del 73,4% (IC del 95%: 68,4%-78,5%), que fue similar al modelo de la versión 3.0 (73,8%; IC del 95%: 68,7%- 78,8%). Cuando se utilizó un umbral de riesgo del 2 %, el modelo de la versión 3.0 demostró una sensibilidad del 96,7 % y una especificidad del 25,0 %, con disminuciones en la sensibilidad y ganancias en la especificidad en umbrales de riesgo más altos. La versión 1.0 del UTICalc tuvo 12 falsos negativos, de los cuales 10 eran negros (83%); mientras que la versión 3.0 tuvo 6 falsos negativos, de los cuales 2 eran negros (33%).

Conclusiones Las versiones de UTICalc con y sin raza tuvieron un rendimiento similar entre sí con una ligera disminución con respecto a la muestra de derivación original. La eliminación de la raza no afectó negativamente la precisión de la UTICalc.

Lo viejo vuelve a ser nuevo… más bien, lo viejo se olvida pero no desaparece. De hecho, recientemente ha habido un resurgimiento notable de la sífilis relacionada con la epidemia de opioides y el intercambio de drogas por sexo. Las mujeres embarazadas infectadas escapan al reconocimiento de la infección, ya sea porque no son examinadas y tratadas de manera óptima durante el embarazo, o porque no buscan atención prenatal. El resultado es el resurgimiento simultáneo de sífilis congénita. En este volumen, Wozniak et al informan sobre un estudio de 18 años de pruebas de laboratorio, prospectivo, agresivo y de múltiples frentes realizado en una sola institución en madres e hijos, que confirmó 191 casos de sífilis congénita. Hubo 59 muertes, una sorprendente tasa de letalidad del 31%. De las muertes, el 90% fueron nacidos muertos (la mayoría en el tercer trimestre) y el 10% ocurrieron en el período neonatal. Este estudio fue realizado gracias a la pasión y el trabajo de los investigadores y la cooperación de neonatólogos y laboratoristas. No será replicado. La antigüedad de los datos de 1982 a 2002 es irrelevante porque hay un resurgimiento de la enfermedad de Treponema pallidum , pero nada más ha cambiado: la transmisión es sexual, ocurren infecciones repetidas, la infección del feto aumenta durante el embarazo al igual que la letalidad fetal (inusual en casos intrauterinos). infecciones), la letalidad para el feto es alta, los métodos de diagnóstico actuales son sensibles y específicos, el organismo sigue siendo extremadamente susceptible a la penicilina y el tratamiento apropiado de la madre trata al feto. Se recomiendan múltiples puntos de detección durante el embarazo. El tratamiento recomendado está “establecido” (es decir, no ha cambiado durante décadas) y tiene mucho éxito. La morbilidad y la mortalidad por sífilis congénita se pueden prevenir por completo. Necesitamos hacer llegar atención prenatal a todas las madres y especialmente a las más vulnerables, y los proveedores médicos deben seguir las recomendaciones de detección, tratamiento y seguimiento. Nuestro agradecimiento a Wozniak et al por comprobar la realidad de las terribles consecuencias si se pasa por alto alguna de estas marcas.

Documentar la tasa de letalidad (CFR) de sífilis congénita diagnosticada mediante herramientas moleculares y pruebas de infectividad en conejos (RIT) de muestras clínicas, además de la evaluación estándar, y compararla con la CFR utilizando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Definición de caso de vigilancia.

Diseño del estudio Estudio de cohorte prospectivo, de un solo sitio, de todos los casos de sífilis entre madres y sus bebés desde 1984 hasta 2002. El diagnóstico de sífilis congénita se determinó mediante inmunotransferencia IgM, reacción en cadena de la polimerasa y RIT de muestras fetales o infantiles, además de pruebas clínicas y de laboratorio y criterios radiológicos. Los datos se revisaron retrospectivamente para determinar la mortalidad fetal y neonatal.

Resultados Durante el estudio de 18 años, hubo 191 casos de sífilis congénita confirmada por anomalías en la evaluación clínica, de laboratorio o radiográfica y/o inmunotransferencia de IgM en suero positiva, reacción en cadena de la polimerasa en sangre o RIT en sangre/líquido cefalorraquídeo. De los 191 casos, 59 fallecieron para una tasa de letalidad del 31%. De las 59 defunciones, 53 (90%) nacieron muertos y 6 (10%) fallecieron en el período neonatal. La mayoría (74%, 39/53) de los mortinatos ocurrieron en el tercer trimestre. La definición de casos de vigilancia de los CDC identificó correctamente a todos los bebés con sífilis congénita, pero la tasa de mortalidad infantil de los CDC fue del 10%, lo que subestimó la tasa de mortalidad infantil en más de un 300%.

Conclusiones Nuestros hallazgos corroboran la alta sensibilidad de la definición de vigilancia de los CDC para la sífilis congénita, pero resaltan su mala estimación de la mortalidad asociada. La tasa de letalidad entre la progenie infectada de mujeres embarazadas con sífilis fue del 31%, debido principalmente a la muerte en el tercer trimestre y, como tal, resalta la necesidad de detectar y tratar adecuadamente la sífilis durante el embarazo.

Los datos a nivel de paciente sobre las características clínicas y los resultados de los niños y jóvenes remitidos por una posible enfermedad prolongada por coronavirus (COVID) pueden guiar a los médicos sobre qué esperar al tratar a los pacientes y asesorar a las familias.

Métodos: En octubre de 2020 se estableció una clínica de COVID posagudo para personas <21 años. Se estandarizó el ingreso y se adaptó el manejo a los síntomas que se presentaban. Los datos se extrajeron de las historias clínicas de todos los pacientes evaluados hasta diciembre de 2021, y la cohorte del estudio estuvo compuesta por pacientes que tenían antecedentes de infección confirmada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo, tenían ≥1 síntoma que persistía durante ≥12 semanas y no tenían un diagnóstico preexistente que explicara los síntomas. A principios de 2022 se realizó una entrevista de seguimiento estructurada.

Resultados: Se remitieron un total de 104 pacientes, 81 de los cuales cumplieron los criterios de inclusión. La mediana de edad fue de 14 años (rango intercuartil, 13 a 16) y la mayoría eran mujeres, blancas/caucásicas y tenían seguro médico comercial. Los pacientes informaron previamente de buena salud, pero más de la mitad informaron de una discapacidad de moderada a grave en su primera visita. Se identificaron dos grupos de síntomas de presentación: fatiga con síntomas múltiples y fatiga y dolor de cabeza con síntomas cardiopulmonares. Las pruebas de rutina exhaustivas no confirmaron diagnósticos alternativos. Condiciones incidentales: más comúnmente ansiedad, depresión y/o trastorno de pánico; migrañas; y disfunción autonómica, se diagnosticaron por motivos clínicos. Las entrevistas telefónicas (N = 55) revelaron que el 78% de los pacientes mejoraron en aproximadamente 6 meses.

Conclusiones: Dentro de los límites de una cohorte observacional de un solo centro, basada en derivaciones, este estudio brinda tranquilidad a los pacientes y a los padres en el sentido de que la mayoría de los casos de COVID prolongado fueron autolimitados. Las evaluaciones exhaustivas pueden ser más útiles para descartar diagnósticos alternativos que para confirmar alteraciones fisiológicas específicas.

El citomegalovirus es la causa más común de infecciones congénitas en todo el mundo. El cribado de todos los recién nacidos en las dos primeras semanas de vida es la única manera de detectar todos los casos de infección congénita, permitiendo el seguimiento de los niños con infección asintomática al nacer y la intervención temprana.

Apuntar: En este estudio multicéntrico, nuestro objetivo fue evaluar la viabilidad de utilizar una estrategia de pool de saliva para el cribado masivo en 7 hospitales portugueses y estimar la prevalencia actual de esta infección congénita en estos hospitales.

Métodos: Se examinó a un total de 7033 recién nacidos entre junio de 2020 y junio de 2022, y se analizaron 704 grupos de 10 muestras de saliva mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Resultados: De los 704 pools analizados, 685 fueron negativos y 19 tuvieron resultados de PCR positivos para citomegalovirus. Después de las pruebas de PCR individuales, 26 recién nacidos dieron resultados positivos en saliva, de los cuales 15 fueron confirmados mediante análisis de orina. Por lo tanto, la prevalencia de infección congénita en este estudio fue del 0,21% (intervalo de confianza del 95%: 0,12%-0,35%).

Conclusiones: En este estudio, la estrategia de agrupación demostró ser eficaz para el cribado sistemático de recién nacidos, aunque esta baja prevalencia plantea dudas sobre la rentabilidad de implementar el cribado universal. Sin embargo, esta prevalencia probablemente sea resultado de las medidas de control tomadas durante la pandemia; por lo tanto, se espera que las tasas vuelvan a los valores prepandemia, pero sólo un nuevo estudio después de la pandemia podrá confirmarlo.

La neumonía por Pneumocystis jirovecii (PJP) es una infección fúngica potencialmente mortal que afecta a pacientes inmunocomprometidos, especialmente aquellos con deficiencia o disfunción de células T. La quimioprofilaxis es casi 100% efectiva y es fundamental porque la exposición parece ubicua y el tratamiento es un desafío.

Epidemiología y fisiopatología Pneumocystis jirovecii (anteriormente Pneumocystis carinii) es un hongo con formas quísticas y tróficas. Cada forma tiene un ciclo de replicación distinto y un papel en la infección. La forma quística, caracterizada por una pared celular gruesa que contiene β-1,3-glucano, es la etapa infecciosa, y la forma trófica se adhiere a los neumocitos tipo I, lo que provoca neumonitis grave en huéspedes inmunocomprometidos. 1

El impacto previamente devastador de la PJP en niños con cáncer ha mejorado significativamente después de la profilaxis de rutina. Antes de esto, la PJP era una causa frecuente de muerte en niños con leucemia. 2 La exposición al organismo es muy común; El 85% de los niños sanos de 2 años tienen anticuerpos contra Pneumocystis, por lo que evitar la exposición parece inviable. 1

Los factores de riesgo más importantes para la PJP son la deficiencia o disfunción de las células T, pero a diferencia del VIH, no existe un límite de riesgo para el recuento de linfocitos o CD4 en pacientes con cáncer. La mediana de los recuentos de CD4 y linfocitos fue de 250 y 515/mm 3 , respectivamente, en 1 cohorte de niños con PJP relacionada con una neoplasia maligna. 3 Los corticosteroides (especialmente >2 mg/kg o >20 mg/día durante >14 días) son un factor de riesgo específico. Los agentes que reducen las células B también aumentan el riesgo, posiblemente al inhibir la presentación de antígenos. 1–3 Otros factores de riesgo incluyen irradiación craneoespinal o torácica, acondicionamiento mieloablativo para el trasplante de células hematopoyéticas (HCT), enfermedad de injerto contra huésped (EICH) de alto grado y terapia específica de células T (p. ej., alemtuzumab). 1–4 Sin embargo, todos los pacientes que reciben terapia mielosupresora tienen algún riesgo. 4

La resistencia a los antimicrobianos es una amenaza creciente para la salud pública en todo el mundo para recién nacidos, lactantes y niños. 1 La carga de infecciones resistentes a los antibióticos en recién nacidos y niños es sustancial. 2 Muchos países desarrollados cuentan con sólidos programas de vigilancia antimicrobiana de salud pública basados ​​en hospitales y clínicas, además de datos epidemiológicos informados por investigadores académicos y de la industria que permiten al médico evaluar patrones de resistencia locales para informar la terapia empírica para sospecha de ). Infecciones por bacilos gramnegativos (GNR). Los cultivos son fundamentales para informar la terapia definitiva 48 a 72 horas después del tratamiento inicial, especialmente para patógenos resistentes a múltiples fármacos, como se revisó recientemente. 3 , 4 Los patógenos extremadamente resistentes a los medicamentos pueden requerir antibióticos en investigación para su tratamiento, potencialmente disponibles para los médicos a través de una vía de “paciente designado” de la EMA a través de los fabricantes o mediante programas de uso compasivo específicos para los reguladores gubernamentales de cada país. Es posible que sea necesario consultar a los comités de ética locales, basándose en las directrices locales, y es posible que se requiera el consentimiento de los padres/niños.

La Organización Mundial de la Salud ha publicado una lista prioritaria de los patógenos más resistentes a los antibióticos, incluidos Acinetobacter baumannii , Pseudomonas aeruginosa , Enterobacterales y Staphylococcus aureus . 5 Además, se ha documentado una profunda resistencia en otros GNR no fermentadores, incluidos Stenotrophomonas maltophilia y el complejo Burkholderia cepacia . Es probable que la resistencia a los antibacterianos, particularmente en patógenos gramnegativos, continúe aumentando a medida que aumenta el uso de antibióticos de amplio espectro, tanto más antiguos como más nuevos. Eventualmente se producirá resistencia a cualquier antibiótico, incluso a aquellos que se usan apropiadamente.

La terapia empírica debe reflejar los patrones de susceptibilidad a los patógenos locales. En general, se reconoce que los médicos pueden aceptar una tasa de resistencia de ~10% para el tratamiento empírico de niños hospitalizados con infecciones graves, prestando especial atención a la respuesta clínica y a los resultados de los cultivos para evaluar la necesidad de ampliar el espectro antimicrobiano del tratamiento. Para infecciones menos invasivas, como la cistitis, el médico puede estar dispuesto a aceptar una tasa más alta de resistencia local para poder usar antibióticos más estándar y de menor espectro mientras se puede observar la respuesta del niño al tratamiento. Se puede utilizar un agente más activo para la terapia empírica basada en un mayor riesgo de infección XDR (hospitalizaciones recientes/exposición reciente a antibióticos, colonización por patógenos XDR, infecciones previas por bacterias XDR). El criterio del médico es esencial para cada niño tratado. Para aquellos niños que experimentan infecciones más graves y potencialmente mortales, puede justificarse el uso de un agente de amplio espectro para lograr >95% de actividad contra aislados locales durante las primeras 48 a 72 horas de tratamiento. Luego, el médico puede reevaluar la respuesta al tratamiento y decidir qué antibiótico, si corresponde, debe usarse para completar el ciclo de tratamiento.

En las infecciones documentadas microbiológicamente, a menudo se dispone de información importante sobre el patógeno en un plazo de 24 horas (p. ej., fermentador de glucosa versus no fermentador) para guiar el tratamiento. En un plazo de 48 a 72 horas, tanto los datos de identificación como los de susceptibilidad estarán disponibles, lo que permitirá al médico seleccionar el agente más apropiado para la terapia definitiva. Generalmente se prefieren los antibióticos betalactámicos, dadas las características farmacocinéticas/farmacodinámicas, la eficacia clínica y microbiológica y la seguridad. La Tabla 1 proporciona una lista de nuevos antibióticos betalactámicos/inhibidores de betalactamasas con información sobre la estabilidad de las betalactamasas más comunes, uno de los mecanismos de resistencia más comunes en patógenos gramnegativos.

CONCLUSIONES

El tratamiento de las infecciones bacterianas MDR y XDR requiere un enfoque multidisciplinario que incluya especialistas en enfermedades infecciosas pediátricas, microbiólogos, farmacéuticos y otros subespecialistas médicos y quirúrgicos según el sitio de la infección. Los principios de administración de antibióticos, incluidas las dosis apropiadas de antibióticos y la duración del tratamiento para infecciones bacterianas reales, siempre deben abordarse en las decisiones de tratamiento. Ahora existen muchas opciones nuevas para abordar el desafío del aumento de la resistencia a los antibióticos; La cartera de nuevos agentes es prometedora. Los médicos que atienden a niños con infecciones multirresistentes pueden evaluar la susceptibilidad de los patógenos a los antibióticos en investigación más nuevos y, con las aprobaciones específicas de cada país, pueden adquirir antibióticos en investigación para el tratamiento. Los patrones de resistencia local pueden informar una terapia empírica efectiva, pero los resultados de los cultivos permitirán la selección específica de antibióticos para el niño.

Nuestro objetivo era estimar la tasa de positividad del virus respiratorio sincitial entre los niños ambulatorios con bronquiolitis según el periodo epidémico de bronquiolitis definido por el Instituto Francés de Salud Pública. La tasa de positividad fue del 28,9% durante el periodo no epidémico y del 50,6% durante el periodo epidémico, lo que sugiere una circulación continua del virus entre los picos anuales de bronquiolitis.

La infección por el virus respiratorio sincitial (VRS) es una de las principales causas de muerte en los países de renta baja y de hospitalización en los países de renta alta.1 El VRS también se asocia a una elevada carga ambulatoria.2 Debido a la falta de terapias curativas o preventivas disponibles en la población general, la reducción de esta carga sigue siendo un reto mundial.1

La bronquiolitis es el síndrome clínico más característico, constituye la mejor aproximación a las epidemias de VRS,3 y es la principal causa de hospitalizaciones en niños pequeños.4

Varios países disponen de una red nacional de vigilancia del VRS.5,6 Sin embargo, la mayoría de los casos de VRS se detectan en los hospitales en pacientes con bronquiolitis y/o infección respiratoria aguda. Los datos de vigilancia en atención primaria son escasos,5 a pesar de la importante carga de VRS detectada en el ámbito ambulatorio.2

Antes de la pandemia de COVID-19, las epidemias de bronquiolitis se producían anualmente en la estación invernal, por lo que las redes de vigilancia se centraban en este periodo.5 Este calendario permitía a los sistemas sanitarios prepararse para la epidemia anual de bronquiolitis. En febrero/marzo de 2020, se aplicaron a nivel mundial intervenciones no farmacológicas sin precedentes para reducir la propagación del COVID-19. Estas medidas tuvieron un impacto sorprendente e inmediato en las enfermedades víricas y no víricas, lo que provocó cambios epidemiológicos importantes en las epidemias de bronquiolitis.

En este contexto, en febrero de 2021 iniciamos un estudio sobre las enfermedades por VRS en niños ambulatorios en el que se utilizaron pruebas rápidas de detección de antígenos para el VRS, los virus de la gripe (A y B) y el SARS-CoV-2.7 Debido a la inusual duración y estacionalidad de la epidemia de bronquiolitis y al interés por detectar los otros 3 virus, el estudio continuó incluso después de que finalizara el periodo epidémico anual.

Esta estrategia nos permitió estimar la tasa de positividad del VRS entre los niños ambulatorios con bronquiolitis durante los periodos epidémicos y fuera de ellos, que comunicamos aquí.

La principal medida de prevención frente a la enfermedad meningocócica invasiva es la vacunación. El objetivo de este estudio es evaluar la aceptabilidad y las desigualdades socioeconómicas en el acceso a la vacuna frente a meningococo B (MenB) en la Comunidad de Madrid en el periodo previo a la introducción de la misma en el calendario.

Materiales y métodos Se realizó un estudio observacional descriptivo en la cohorte de niños/as nacidos entre 2016 y 2019, de tipo ecológico, empleando registros poblacionales electrónicos. Se describieron las coberturas de vacunación, se analizaron los factores asociados al estado vacunal, se describieron las distribuciones espaciales de cobertura de vacunación y de índice de privación (IP) y se analizó la asociación entre ambas mediante regresión espacial.

Resultados Se observó una tendencia creciente de las coberturas de primovacunación, pasando de un 44% en la cohorte de nacidos en el año 2016 a un 68% en la cohorte de 2019. Se encontró asociación estadísticamente significativa entre el estado vacunal y el IP (OR de primovacunación en zonas con IP5 respecto a zonas con IP1: 0,38; IC 95%: 0,39-0,50; p<0,001). El análisis espacial mostró correlación inversa entre el IP y la cobertura de vacunación.

Conclusiones El ascenso de las coberturas de esta vacuna muestra aceptación por parte de la población. La relación entre nivel socioeconómico y cobertura de vacunación confirma la existencia de una desigualdad en salud, y subraya la importancia de su inclusión en el calendario.

Métodos: Análisis de cohorte retrospectivo de bebés con infección del sistema nervioso central (SNC) por EV que acudieron a un centro terciario entre enero de 2017 y diciembre de 2022. Registramos los datos demográficos de los pacientes, los síntomas informados por los padres en el momento de la presentación y las pruebas de sangre y líquido cefalorraquídeo (LCR) en el momento de la presentación.

Resultados: En el estudio final se incluyeron setenta y ocho pacientes. El cuarenta y uno por ciento de los bebés con una infección del SNC por EV tenían un recuento normal de glóbulos blancos en el LCR. La presentación clínica fue similar en lactantes con y sin pleocitosis del LCR. La proteína C reactiva mediana fue mayor en los casos de infección del SNC por EV sin pleocitosis.

Conclusión: La infección del SNC por EV comúnmente se presenta sin pleocitosis del LCR. Se debe considerar la realización de pruebas de EV en lactantes febriles sin fuente, independientemente de los parámetros del LCR.

Objetivo Simulamos el impacto de la implementación de diferentes intervenciones sanitarias para mejorar la atención continua de las personas diagnosticadas, en tratamiento y con supresión vírica del VIH en España para el período 2020-2030.

Métodos El modelo se llevó a cabo en 4 fases con la participación de un panel de expertos multidisciplinario: (1) revisión de la literatura médica publicada; (2) selección/definición de las intervenciones y su eficacia; (3) reunión de consenso, y (4) desarrollo de un modelo de toma de decisiones analítico para proyectar el impacto de la implementación/refuerzo de estas intervenciones para mejorar la atención continua de las personas con VIH, correspondiente al período 2017-2019 (87% diagnosticados, 97% en tratamiento y 90% con supresión vírica), a través de la creación de diferentes escenarios para el período 2020-2030. Se seleccionaron un total de 19 intervenciones sobre la base de ampliar la oferta de pruebas rápidas de VIH, y la implementación de programas de formación/entre pares, alertas electrónicas, atención multidisciplinaria y mHealth, entre otras. La efectividad de las intervenciones se definió a partir del porcentaje de incremento en el diagnóstico, tratamiento y supresión vírica tras la implementación, dirigida a toda la población y a grupos específicos de alto riesgo (hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, migrantes, trabajadoras sexuales, personas transgénero y personas que consumen drogas inyectables).

Resultados La implementación de 8 intervenciones para el diagnóstico, 3 para el tratamiento y 8 para la supresión vírica dirigidas a las poblaciones objetivo durante el período 2020-2030 debería mejorar la atención continua recibida en aproximadamente un 100% de personas diagnosticadas (con un remanente de casos residuales indetectables), un 98% de personas tratadas y un 96% de personas con supresión vírica.

Conclusiones La planificación, la priorización e implementación de una selección de intervenciones basadas en la atención continua del VIH actual podría permitir alcanzar los objetivos 95-95-95 de ONUSIDA en España para 2030.

¿Cual es el problema? Los arándanos (en forma de jugo, tabletas o cápsulas) se han utilizado durante muchos años para prevenir infecciones del tracto urinario (ITU). Los arándanos contienen proantocianidinas (PAC), sustancias que pueden evitar que las bacterias se adhieran a las paredes de la vejiga. Esto puede ayudar a prevenir infecciones y reducir la necesidad de que los trabajadores dediquen tiempo a las citas médicas. Sin embargo, actualmente no existe un régimen establecido sobre la dosis de PAC a utilizar ni una regulación formal por parte de las autoridades sanitarias sobre los productos de arándano. En particular, es posible que la dosis sugerida no esté incluida en el paquete.

¿Qué hicimos? Analizamos los resultados de ensayos controlados aleatorios (ECA), que compararon la aparición de infecciones urinarias en personas que tomaban un producto de arándano con aquellas que tomaban un placebo o ningún tratamiento. También analizamos los resultados de ECA que compararon un producto de arándano con otros tratamientos como antibióticos o probióticos.

¿Qué encontramos? Se encontraron 50 ECA con 8857 personas. Cuarenta y cinco ECA compararon el arándano con un placebo o ningún tratamiento. La ingesta de arándanos en forma de jugo, tabletas o cápsulas redujo la cantidad de infecciones urinarias en mujeres con infecciones urinarias recurrentes, en niños con infecciones urinarias y en personas susceptibles a las infecciones urinarias después de una intervención como la radioterapia de la vejiga. Sin embargo, las ITU no parecieron reducirse en hombres y mujeres ancianos institucionalizados, en adultos con disfunción neuromuscular de la vejiga y vaciado incompleto de la vejiga, ni en mujeres embarazadas. Pocas personas informaron efectos secundarios y el más común fue el dolor abdominal de barriga. No encontramos suficiente información para determinar si los productos de arándano son más o menos efectivos en comparación con los antibióticos o probióticos para prevenir más infecciones urinarias.

Conclusiones Los productos de arándano pueden ayudar a prevenir las ITU que causan síntomas en mujeres con ITU frecuentes, en niños con ITU y en personas que se han sometido a una intervención que involucra la vejiga. Sin embargo, se requiere una evaluación adicional en ECA bien diseñados y registrados prospectivamente para aclarar mejor quiénes con infecciones urinarias se beneficiarían de los productos de arándano.

Conclusiones de los autores: 

Tras una búsqueda exhaustiva, no se encontraron ECA que evaluaran la efectividad del jugo de arándano rojo para el tratamiento de las IU. Por lo tanto, en la actualidad no hay evidencia de buena calidad que indique que es efectivo para el tratamiento de las IU. Se necesitan estudios bien diseñados, doble ciego y de grupos paralelos que comparen el jugo de arándano rojo y otros productos de arándano rojo versus placebo para evaluar la efectividad del jugo de este arándano en el tratamiento de las IU. Los resultados deben incluir una reducción de los síntomas, la esterilización de la orina, los efectos secundarios y el cumplimiento con el tratamiento. También se deben evaluar la posología (cantidad y concentración) y la duración del tratamiento. Los consumidores y los médicos acogerán con agrado la evidencia de estos estudios.

Introducción: la principal etiología de la faringoamigdalitis aguda (FAA) es vírica, y entre la bacteriana, Streptococcus pyogenes constituye un colonizador no despreciable de la población pediátrica sana. El objetivo del estudio es conocer el modo de utilización del test de diagnóstico rápido estreptocócico (TDR) en los servicios de urgencias pediátricas para poder optimizar su uso, reducir el sobrediagnóstico de las FAA estreptocócicas (FAAE) y la prescripción de antibióticos.

Material y métodos: se recoge la información retrospectiva del número de TDR realizados a los pacientes atendidos en el servicio de urgencias pediátricas de un hospital terciario, desde enero de 2022 a enero de 2023 (ambos inclusive). También se ha recogido información acerca de a cuántos se les había practicado más de un TDR y el tiempo transcurrido.

Resultados: durante los 13 meses estudiados se realizaron un total de 1610 TDR (43% en <5 años). Se realizó más de un TDR a 89 pacientes (53% en <5 años) y el 40% de estos se llevaron a cabo en los primeros 40 días.

Discusión: las pruebas microbiológicas para detectar Streptococcus pyogenes no son capaces de diferenciar entre infección activa y estado de portador sano. Según los resultados de nuestro estudio parece existir un uso inadecuado de los TDR; la mayoría de las pruebas se realizan en <5 años, donde la etiología estreptocócica es menos frecuente y el estado de portador sano predominante. Esto conlleva un sobrediagnóstico de la FAAE, sobretratamiento antibiótico, aparición de efectos adversos y resistencias bacterianas.

Conclusiones de los autores del estudio: el tratamiento de la conjuntivitis infecciosa aguda en niños con antibióticos tópicos se asoció con una duración significativamente menor de la sintomatología conjuntival.

Comentario de los revisores: el uso de antibiótico tópico, aunque de forma modesta, beneficia al paciente, acortando la curación clínica en las conjuntivitis agudas. No obstante, dado el curso autolimitado de esta patología y la falta de estudios de coste-efectividad en este ámbito, no parece justificada su indicación generalizada desde Atención Primaria. Se necesitarían realizar dichos estudios para evaluar el impacto global en la sociedad del tratamiento en estos pacientes.

Este artículo se publica simultáneamente con la revista electrónica Evidencias en Pediatría (www.evidenciasenpediatria.es).

Referencia bibliográfica original: Effect of topical antibiotics on duration of acute infective conjunctivitis in children: A randomized clinical trial and a systematic review and meta-analysis. JAMA Netw Open. 2022;5:e2234459

 

Bibliografía noviembre 2023.

Top ten

En las últimas dos décadas las ITS constituyen un importante problema de Salud Pública mundial por su alta prevalencia, propagación creciente y su impacto sobre la salud. Los adolescentes y jóvenes son más vulnerables a padecer y transmitir ITS por predisposición a la iniciación sexual precoz, a las relaciones casuales, su estilo de vida e inadecuada percepción de riesgos y falta de prevención en las conductas sexuales.

En nuestro país y en el mundo occidental, la infección por C. Trachomatis es la ITS bacteriana más frecuente en mujeres y continúa en ascenso en ambos sexos. Las infecciones por gonococo y sífilis han aumentado principalmente en varones y las ocasionadas por VPH y VHS en forma considerable en ambos sexos1,2,3.

La educación sexual integral y la prevención son las herramientas fundamentales para evitar su transmisión, modificar prácticas de riesgo, asumir hábitos saludables, utilizar métodos anticonceptivos barrera y recomendar estrategias de prevención y vacunas disponibles4.

En España existe un alto consumo de antibióticos, especialmente en los primeros años de vida. Un uso excesivo de antimicrobianos contribuye a la aparición de resistencias. El objetivo de este estudio es analizar la evolución del consumo de antibióticos en población pediátrica entre 2014 y 2021 en la atención primaria del Principado de Asturias, y estudiar el impacto de la pandemia por COVID-19 sobre el mismo.

Métodos Estudio observacional y retrospectivo que recoge las prescripciones de antibacterianos para uso sistémico dispensadas a partir de recetas oficiales emitidas para pacientes menores de 14 años en atención primaria. Se mide el consumo en dosis diarias definidas (DDD) por 1.000 habitantes y día (DHD).

Resultados La tasa de consumo de antibióticos descendió desde 13,9DHD en 2014 a 4,0 en 2021 (β=−1,42; p=0,002) con un punto de inflexión en el año 2019. Entre 2019 y 2020 el descenso fue del 47,1%. El consumo se mantuvo en niveles muy bajos entre abril de 2020 y septiembre de 2021, con un repunte contenido desde octubre de 2021. La prevalencia de uso de antibióticos cayó desde el 39,9% en 2014 al 17,5% en 2021 (β=−3,64; p=0,006). Disminuyó el consumo relativo de amoxicilina-clavulánico y aumentó el de amoxicilina y cefalosporinas de tercera generación.

Conclusión En Asturias, el consumo pediátrico de antibióticos en atención primaria se desplomó a partir de 2020, coincidiendo con la COVID-19. La monitorización de estos indicadores permitirá comprobar en qué medida se mantienen los cambios en el tiempo.

Comparamos la distribución de organismos en la nasofaringe y el líquido del oído medio en 164 episodios de otitis media aguda en niños de 6 a 35 meses de edad. A diferencia de Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae , Moraxella catarrhalis se aísla del oído medio en sólo el 11% de los episodios con colonización nasofaríngea por este organismo.

Durante una infección viral de las vías respiratorias superiores, la obstrucción de la trompa de Eustaquio provoca una acumulación de presión negativa en el oído medio con la consiguiente succión de bacterias de la nasofaringe. En consecuencia, uno esperaría que los patógenos que colonizan la nasofaringe tuvieran las mismas posibilidades de ingresar al oído medio. Si la distribución de los patógenos que causan la infección del oído medio difiere de la distribución de los patógenos en la nasofaringe, se debe concluir que los organismos difieren en su capacidad para migrar al oído medio o, una vez en el oído medio, difieren en su capacidad para causar infecciones agudas. otitis media (OMA).

En este informe, comparamos la distribución de patógenos que frecuentemente colonizan la nasofaringe, 1 es decir, Moraxella catarrhalis ( Mcat ), Streptococcus pneumoniae ( Spn ) y Haemophilus influenzae no tipificable (NT Hi ), con su distribución en el líquido del oído medio (MEF). en el momento del diagnóstico de OMA en niños sintomáticos que presentan otorrea purulenta.

MÉTODOS Utilizamos datos de un ensayo controlado aleatorio descrito anteriormente realizado entre 2015 y 2020 en el que inscribimos a 250 niños de 6 a 35 meses de edad con OMA recurrente, y los seguimos durante 2 años. 2 Todos los niños incluidos habían sido vacunados con al menos 2 dosis de la vacuna neumocócica de 13-valente. Aquí incluimos todos los episodios en los que los niños presentaron otorrea purulenta y al menos 1 síntoma de OMA (llanto, irritabilidad, dificultad para dormir o fiebre). Se excluyeron los episodios durante los cuales el niño estaba recibiendo antibióticos orales u óticos. Obtuvimos muestras nasofaríngeas (NP) y muestras de otorrea para cultivo bacteriano utilizando hisopos flocados en el momento del diagnóstico de OMA. Cada hisopo se transportó al laboratorio clínico del hospital en medio de transporte Amies y se procesó utilizando 2 técnicas microbiológicas estándar descritas anteriormente utilizando agares de sangre de oveja, chocolate y tripticasa de soja.

Para cada organismo recuperado de la nasofaringe (solo o en combinación con otros organismos), examinamos si también se recuperó del oído medio.

RESULTADOS De los 250 niños inscritos, 79 contribuyeron con un total de 164 episodios con muestras pareadas de NP y MEF ( Tabla 1 ). La edad media de inscripción fue de 13,1 meses. Mcat estuvo presente en nasofaringe en el 59% (97/164) de los episodios, Spn en el 51% (84/164) y NT Hi en el 67% (110/164). Entre los 97 episodios en los que Mcat estuvo presente en la nasofaringe, en 11 (11%) Mcat se recuperó del oído medio. Las cifras correspondientes para la recuperación de Spn y NT Hi fueron del 33% (28/84) y del 41% (45/110), respectivamente. Mcat solo en el MEF se observó en 2 episodios.

Leemos con gran interés el artículo de Hester et al. 1 sobre las complicaciones del sarampión en niños en los Estados Unidos. En ese estudio, los autores observaron que la complicación más común del sarampión entre los niños hospitalizados, además de la mala alimentación, era la otitis media (42%). 1 Ben-Chetrit et al. 2 también reportaron que la otitis media fue la segunda complicación más común después de la neumonía en niños menores de 5 años (15,1% del total de complicaciones). En niños menores de 10 años, según Ilyas et al. 3 la otitis media ocurre en el 3,8% de los casos de sarampión, y un 8,3% adicional presenta otitis media junto con neumonía. En un estudio de Lo Vecchio et. Alabama. 4 (249 niños hospitalizados por sarampión), de ellos ocurrieron complicaciones en 207 (83,1%), siendo la más común la neumonía (23,3%). Atti et al. 5 mostraron que de 454 niños hospitalizados con sarampión, sólo el 46,7% no tuvo complicaciones. Los resultados presentados son un recordatorio de que los profesionales de la salud deben ser conscientes de que el sarampión es una enfermedad siempre presente y sus complicaciones pueden ser muy peligrosas para la salud y la vida de los pacientes no vacunados. En un estudio observacional retrospectivo en nuestra propia institución, incluimos a 84 pacientes que fueron hospitalizados por sarampión en el Departamento de Enfermedades Infecciosas Infantiles (Varsovia, Polonia), desde enero de 2017 hasta diciembre de 2019. La mediana de edad fue de 1 año y 11,5 meses. El 79,76% de los pacientes no tenía antecedentes de vacunación contra el sarampión. Sin datos de vacunación disponibles para el 14,29% de los pacientes. En nuestra cohorte, el sarampión no complicado ocurrió solo en el 32,14% de los pacientes, siendo la neumonía la complicación más común en el 46,43%. La otitis media se observó en el 22,62% de los niños, de los cuales el 8,33% ocurrió simultáneamente con neumonía. La mediana de edad de los niños con otitis media fue significativamente menor que la de los niños sin esta complicación (12 meses frente a 33 meses, P = 0,0039 ). Otras complicaciones frecuentes fueron diarrea (11,90%) y hepatitis (9,52%). El sarampión sigue siendo una importante amenaza para la salud de los niños no vacunados.

Introducción: La toxoplasmosis es una zoonosis de distribución mundial causada por Toxoplasma gondii. El ser humano actúa como huésped intermediario dentro de un ciclo multiespecie en el que los hospedadores definitivos son los félidos. La importancia de la infección humana se centra, principalmente, en personas inmunocomprometidas y en los casos congénitos (mujeres gestantes que han transmitido la enfermedad al feto). El objetivo fue describir la epidemiología de la hospitalización con diagnóstico toxoplasmosis en España durante el período 2000-2021.

Método: Se plantea un análisis descriptivo de las hospitalizaciones en España con diagnóstico de toxoplasmosis entre los años 2000-2021, a partir de datos del Registro de Atención Sanitaria Especializada. Las variables analizadas fueron: sexo, edad y Comunidades y Ciudades Autónomas (CCAA).

Resultados: durante el período 2000-2021 se produjeron 8.102 altas hospitalarias con diagnóstico toxoplasmosis, (tasa de hospitalización acumulada por 100.000 hab. TH=0,81). Esta TH ha ido disminuyendo a lo largo del período, pasando de 1,55 en 2000 hasta 0,48 en 2021. El número de ingresos fue mayor en hombres y en éstos, se ha ido produciendo un descenso más acusado. El grupo de edad con la mayor TH acumulada fue el de 35-39 años (TH=1,96). Las CCAA con mayores TH totales fueron, Ceuta, Melilla, Islas Baleares y Cataluña.

Conclusiones: Las TH por toxoplasmosis han descendido progresivamente a lo largo del período 2000-2021, tanto a nivel nacional como por CCAA, siendo más marcado en Ceuta, Melilla, Aragón y Cataluña.

Este descenso es más acusado en hombres y se debe, sobre todo, a la disminución de la TH en el grupo de edad de 35-39 años, que es el que mayor TH presenta en el período analizado.

La toxoplasmosis es una enfermedad de gran importancia en personas inmunodeprimidas y durante el embarazo. Para evitar la infección, son imprescindibles pautas de seguridad alimentaria, la adopción de medidas profilácticas y el seguimiento de las mujeres durante la gestación. Existen pocos análisis epidemiológicos de esta enfermedad en España. Los registros de altas hospitalarias ofrecen información de interés y se cree que pueden llegar a proporcionar una aproximación a la incidencia real de esta infección en el territorio. A pesar de ello, son necesarios estudios que informen de la situación de la enfermedad desde un punto de vista zoonótico, para así poder implantar políticas de control efectivas a todos los niveles.

Introducción: La tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria en España. El objetivo de este estudio fue analizar su situación epidemiológica en el periodo 2015-2021.

Método: Análisis epidemiológico descriptivo de los casos de TB notificados por las CCAA a la RENAVE durante 2015-2021. Las variables analizadas fueron: sexo, edad, CCAA, año de declaración, país de nacimiento y residencia, localización, fecha del caso, resultado del tratamiento, estado frente al VIH y diagnóstico. Se realizó análisis descriptivo de las variables principales y témporo-espacial de las tasas de notificación.

Resultados: En 2021, se notificaron 3.754 casos de TB en España, con una tasa de notificación de 7,61 por 100.000 habitantes. Hubo una disminución del 2,18% respecto a 2020 y del 28,07% respecto a 2015. Durante todo el periodo de estudio, se observó un mayor número de casos en hombres (razón 1,6-1,7) y una tendencia decreciente en las tasas de notificación en todas las CCAA, excepto Ceuta. Este descenso de tasas fue superior para las formas pulmonares. La tasa de letalidad se mantuvo relativamente estable para ambos sexos. La calidad de la información proporcionada ha mejorado entre 2015 y 2021, pero se mantiene baja o incluso ha disminuido en variables esenciales como “resultado del tratamiento” o “diagnóstico de VIH”.

Conclusiones:

  • Las tasas de incidencia de tuberculosis en España siguieron una tendencia descendente en el periodo 2015-2021, correspondiendo el mayor descenso a las formas pulmonares de la enfermedad. No obstante, los datos de 2020 y 2021 deben ser interpretados con cautela, debido al impacto que la pandemia COVID-19 pudo tener en los datos.

  • Dos de las metas marcadas por la OMS para 2020 (descenso de las tasas totales y de localización pulmonar) fueron alcanzadas, pero no parece alcanzable la marcada para 2035 si continuase el mismo ritmo de descenso. Una de las barreras más importantes para la consecución de estas metas, a pesar del descenso de la incidencia de la enfermedad, es el aumento de las resistencias a los tratamientos.

  • La calidad de la información en 2021 con respecto a 2015, especialmente en lo relativo a la exhaustividad en la cumplimentación y la actualización de la información de variables, mejoró para la mayoría de las variables (a excepción del resultado del tratamiento, agente causal y tratamiento previo) aunque sigue siendo insuficiente en gran parte de las variables, especialmente algunas como la fecha de fin de tratamiento, resultados de pruebas de susceptibilidad antimicrobiana, agente causal, resultado prueba VIH o tratamiento previo.

  • Sería de gran utilidad mejorar la recogida de datos en cuanto a resultados del tratamiento, ya que en prácticamente la mitad de los casos figura como “desconocido”.

  • El descenso observado en las TN en personas nacidas en España fue superior al de los nacidos fuera de España, que se ha ralentizado.

  • Enfermedad invasiva por Haemophilus influenzae. España 2021-2022

Boletín Epidemiológico Semanal. 2023;31(3):201-214. doi: 10.4321/s2173-92772023000300005

Resumen

Introducción: Este informe muestra la información de la enfermedad invasiva por Haemophilus influenzae (EIH) en España relativa a los años 2021-2022.

Método: Análisis epidemiológico descriptivo de los casos de EIH notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE), años 2021 y 2022. Las variables analizadas fueron: sexo, edad, fecha de inicio de síntomas, lugar de residencia, defunción y serotipo del agente patógeno.

Resultados: En 2021 se produjo un descenso acusado de la tasa de incidencia (TI), mientras que en 2022 se observó un aumento de la TI alcanzando la cifra de años prepandémicos. En 2021 se notificaron 179 casos de EIH con una TI de 0,40. En 2022 se notificaron un total de 462 casos (TI de 0,97). La mayor TI en 2021 y en 2022 se observó en menores de 1 año, TI de 5,05 y TI de 8,20, respectivamente. En 2022 los dos grupos de menor edad (menores de 1 año y grupo de 1 a 4 años) presentaron una TI superior a la observada en años prepandémicos. Se desconoce el serotipo de la mayoría de los casos de EIH que ocasionaron este incremento.

Conclusiones: Durante el año 2021 se produjo un descenso de la TI respecto al año anterior (2020). En 2022 se recuperaron las TI prepandémicas y se produjo un incremento de las TI de los grupos de menor edad. Se han notificado un elevado porcentaje de casos con variables básicas desconocidas. Los datos completos de caracterización microbiológica son esenciales para vigilar la enfermedad.

La lucha contra la resistencia a los antimicrobianos es actualmente prioritaria; son necesarios esfuerzos para mejorar la prescripción y reducir la propagación de infecciones en el entorno pediátrico.

Métodos Estudio longitudinal prospectivo sobre el uso de antimicrobianos realizado desde el inicio del programa de optimización del uso de antimicrobianos (PROA) en enero de 2016 hasta diciembre de 2017 (período 2; P2) en el hospital infantil. Los resultados obtenidos se han comparado retrospectivamente con el periodo anterior al inicio del PROA (2014-2015, periodo 1; P1). La población estudiada fueron niños ingresados que recibieron antimicrobianos de amplio espectro, antifúngicos o tratamiento antibiótico intravenoso durante más de 5 días.

Resultados Durante el P2 se incluyeron un total de 160 pacientes. Los antibióticos más comunes para los que se realizó una recomendación fueron: meropenem (41,6%) y cefotaxima (23,4%). En el 45% de los episodios se recomendó «no cambiar» el antimicrobiano prescrito. La tasa de aceptación de las recomendaciones por parte de los facultativos responsables fue del 89%. Se objetivó una disminución promedio del 27,8 y del 22,9% en los días de tratamiento (DOT)/1.000 días de ingreso y el número de tratamientos iniciados/1.000 ingresos, respectivamente. El uso de carbapenémicos, cefalosporinas y glucopéptidos disminuyó del P1 al P2. El coste medio anual del tratamiento antimicrobiano pasó de 150.356€/año durante en el P1 a 98.478€/año en el P2.

Conclusiones Nuestro PROA conllevó una disminución significativa en el uso de antibióticos y antifúngicos de amplio espectro. Los costes asociados con la prescripción de antimicrobianos disminuyeron desde el inicio del PROA y resultó una acción coste-efectiva durante el período de estudio.

Evaluar si una dosis diaria definida pediátrica específica (PeDDD) puede ser reemplazada por la dosis diaria definida (DDD) indicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Métodos El 50 percentil del peso por la edad media de los niños admitidos desde 2016 hasta 2020 al Istituto Giannina Gaslini, Génova, Italia, fue utilizado para calcular el PeDDD con vancomina a 40mg/kg y meropenem a 60mg/kg. Luego los datos obtenidos fueron utilizados para calcular el número de PeDDD basado en la cantidad de medicamentos entregados trimestralmente desde 2012 hasta 2016. Posteriormente, el número de DDD fue calculado con vancomicina a 2g y meropenem a 3g. Con los resultados, se generaron 2 curvas que fueron comparadas con paralelismo y área bajo la curva (AUC).

Resultados. PeDDD resultó ser 2,6 veces DDD por ambos medicamentos, pero ambas curvas obtenidas eran paralelas y las AUC eran idénticas.

Conclusiones. DDD, según la definición de la OMS, podría adoptarse en Pediatría para medir el consumo de antibióticos y, por lo tanto, podría no ser necesario un PeDDD específico.

En 2022-2023 se informó una aparición de neumonía complicada debido a estreptococos invasivos del grupo A (GAS). 1 Nuestro objetivo era explorar la incidencia y la causa de la neumonía adquirida en la comunidad complicada tratada con drenaje con tubo torácico (CTD) en 2022-2023, en comparación con las tres décadas anteriores.

Inscribimos retrospectivamente a todos los pacientes de 0 a 17 años tratados con ETC debido a neumonía adquirida en la comunidad entre 1993-1994 y 2022-2023 en el Hospital Universitario de Copenhague, Rigshospitalet, un centro terciario de referencia para ETC en el este de Dinamarca, las Islas Feroe y Groenlandia. 2,6 millones de habitantes). Los datos de 1993-1994 a 2009-2010 se publicaron parcialmente anteriormente. 2 Los pacientes fueron identificados mediante códigos de diagnóstico de derrame pleural y empiema pleural. La información clínica y los resultados de laboratorio se extrajeron de los registros médicos. Se excluyeron los pacientes con enfermedades crónicas graves, como cáncer y enfermedades cardíacas. Un microorganismo se consideró causante si se identificaba en sangre o líquido pleural mediante cultivo, PCR de ARNr 16S y/o ensayos de PCR múltiple. 3 Las incidencias se calcularon por 100.000 habitantes de 0 a 17 años desde la semana 21 hasta la semana 20 del año siguiente.Se incluyeron un total de 176 niños. En la temporada 2022-2023, 26 niños tuvieron CTD en comparación con una mediana de 5 (rango 1-13) niños por año antes de 2022-2023. Esto correspondió a incidencias anuales de 4,9 frente a 0,9 (rango 0,2-2,5) por 100.000 niños (RR 5,0; IC del 95 %: 3,3 a 7,6; p<0,001; prueba de χ 2 de Pearson) ( figura ) . GAS causó 19 de 26 (73%) casos en 2022-2023, en contraste con 16 de 66 (24%) casos con etiología confirmada en las décadas anteriores (p <0,001; prueba de χ 2 de Pearson) ( figura ) . En 2022-2023, se identificaron coinfecciones virales, incluidas varicela, influenza y metapneumovirus humano, en 14 de 20 (70%) casos de EGA. La mediana de duración del ingreso hospitalario en casos con EGA fue de 12 días (RIC: 8-16) en 2022-2023 frente a 17 días (RIC: 13-21) antes de 2022-2023 (p = 0,144; prueba de suma de rangos de Wilcoxon) .

Los derrames pleurales paraneumónicos (DPP) pediátricos y el empiema pleural (EP) son las principales complicaciones de la neumonía pediátrica adquirida en la comunidad (pCAP) en la infancia. Si bien el EPP se define como un derrame pleural exudativo, en caso de detección bacteriana o marcadores sustitutos como pH bajo o leucocitosis, se establece el término PE. En el pasado, se han propuesto diferentes sistemas para clasificar las etapas del EPI/PE y la categorización sigue siendo un área de debate. 1–3 En la práctica clínica, los EPI/PE se clasifican comúnmente mediante un sistema de clasificación que se refiere a los hallazgos de la ecografía pleural introducido por Jaffe et al. 2 ( Tabla 1 ). Otros sistemas para categorizar el EPI/PE incluyen además hallazgos de la química y la microbiología del líquido pleural para predecir los resultados y facilitar la toma de decisiones sobre la inserción del drenaje. 9

Casos clínicos

La conjuntivitis gonocócica (CG) es rara en poblaciones no neonatales y el período de incubación entre la exposición y las manifestaciones oculares es de 3 a 19 días. 1

En los niños, después del periodo neonatal, la causa más probable de transmisión es el abuso sexual, aunque pueden existir otras vías (fómites o transmisión manual). 2 Para confirmar la sospecha de abuso sexual es de suma importancia buscar infección oral, genital o anal, en las que no es posible la transmisión por otras vías distintas a la agresión sexual. 3

Normalmente, la CG se presenta con un inicio hiperagudo y una progresión muy rápida de conjuntivitis purulenta grave, inyección conjuntival con quemosis, edema palpebral, eritema y queratitis epitelial o estromal y linfadenopatía preauricular. 2 , 3 Debido a la capacidad de Neisseria gonorrhoeae de causar queratitis ulcerosa rápida y grave que puede provocar perforación corneal y pérdida visual, el diagnóstico y el tratamiento oportunos son esenciales. 3

En niños prepúberes, el cultivo sigue siendo el método preferido para muestras uretrales de niños y muestras extragenitales (faringe, recto) de niños y niñas. 4

Las recomendaciones para el tratamiento de la CG prepuberal son escasas. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda una única inyección intramuscular de 1 g de ceftriaxona para adolescentes. 1 , 4

Presentamos el caso de un niño de 10 años, que acude a urgencias por cuadro de 24 horas de evolución con edema doloroso en párpado superior derecho y secreción hiperpurulenta de color amarillo verdoso (fig. 1 ) . Se negaron fiebre, dolor de garganta, disuria, exudado uretral o dolor anal. La faringe era normal y no se observaron exudado uretral ni lesiones anales. El examen ocular reveló hiperemia conjuntival leve sin lesiones corneales y sin oftalmoplejía ni proptosis. El fondo de ojo era normal.

Realizamos un estudio observacional retrospectivo de 42 niños con empiema intracraneal ingresados ​​en un centro neuroquirúrgico pediátrico durante un período de 9 años. El empiema intracraneal es raro, pero causa una morbilidad y mortalidad significativas. Veintiocho casos tuvieron origen neuroquirúrgico, más comúnmente para colecciones subdurales. Las bacterias del grupo Streptococcus anginosus son patógenos importantes en el empiema subdural, cuyo aislamiento predice cursos postoperatorios más complicados.

Un niño de 8 años presentó una fosa cutánea que no cicatrizaba y un drenaje purulento cerca del canto medial del ojo derecho. La lesión se desarrolló tras la extirpación de un quiste que contenía material y pelos sebáceos. También estaba presente un seno con secreción sebácea en la punta nasal ( Figura 1 ). Las imágenes posteriores ( Figura 2 ) y el tratamiento establecieron el diagnóstico de fístula dermoide nasal recurrente.

Una niña nació a las 34 semanas 2/7  de gestación de una mujer primigrávida sana de 26 años. El embarazo fue mal controlado y no se registraron visitas médicas. La madre ingresó en el hospital el día del parto debido a una rotura prematura de membranas. El cribado inicial reveló un anticuerpo anti- Treponema pallidum positivo con reagina plasmática rápida (RPR) reactiva en una dilución 1:32. El resto de serologías fueron anodinas. La madre recibió 1 dosis de dexametasona y terapia antibiótica con ampicilina y azitromicina antes del parto. El parto transcurrió sin complicaciones y el puntaje de Apgar fue de 9 tanto al minuto 1 como al minuto 5. El peso al nacer fue de 2410 g, adecuado para la edad gestacional. Al nacer fueron evidentes una erupción ampollosa palmoplantar ( Figura 1 ), secreción nasal, hepatoesplenomegalia y linfadenopatía inguinal, y el bebé ingresó en la unidad de cuidados intensivos neonatales.

En este documento informamos un caso único de artritis séptica inducida por Staphylococcus lugdunensis (SL) en un niño de 10 años, proporcionando nuevos conocimientos sobre el manejo de la infección por SL y ampliando nuestra comprensión de la presentación clínica de este patógeno.

La queja inicial del paciente fue dolor en la rodilla izquierda de 2 semanas de duración, no acompañado de fiebre ni signos de traumatismo. El examen inicial mostró dolor a la palpación en la rodilla y la cadera izquierdas, con un rango reducido de movimiento de la articulación de la cadera. Los hallazgos de laboratorio incluyeron anemia hipocrómica microcítica, trombocitosis, proteína C reactiva elevada y velocidad de sedimentación globular, todos sugestivos de inflamación. Los demás parámetros eran normales. Al paciente se le diagnosticó artritis séptica basándose en el cultivo de SL del líquido sinovial e hiperemia en la articulación de la cadera izquierda a partir de una gammagrafía ósea. Sin embargo, en discusión con los radiólogos, la osteomielitis concomitante no se pudo negar completamente y, por lo tanto, el tratamiento inicial del paciente consistió en cefazolina intravenosa (IV) y un ciclo de 4 días de dexametasona IV, de acuerdo con nuestro protocolo institucional. 1 Los síntomas mejoraron gradualmente y se cambió el régimen a cefalexina oral, por un total de 3 semanas de tratamiento antibiótico.

Desafortunadamente…,

Una niña de 8 meses presentó una hinchazón dolorosa en el pie izquierdo. Tres días antes de la consulta la niña presentó fiebre de 2 días con exantema efímero, por lo que había recibido paracetamol. Desde entonces dejó de gatear. No se informaron otros síntomas o anomalías. No hubo contactos con enfermos, antecedentes de viajes, contactos con animales o lesiones. El niño estaba completamente vacunado. El parto había sido por cesárea seguida de tratamiento antibiótico debido a infección neonatal. Además, el paciente sufrió una abstinencia de anfetaminas y flufenazina debido a la esquizofrenia de la madre.

Un niño sano de 4 años presentó una historia de 9 meses de una lesión labial que no se resolvió. Los miembros de su familia son refugiados afganos que transitaron por Pakistán antes de su llegada a Canadá ocho meses antes. La lesión comenzó como una pápula eritematosa indolora con apariencia de perforación mientras estaba en Pakistán. La lesión creció lentamente y desarrolló una ulceración central dolorosa y sangrado intermitente ( Figura 1 ). Había visitado a numerosos médicos canadienses y había recibido numerosos antibióticos tópicos y sistémicos sin mejorar. Finalmente fue ingresado para consulta de subespecialidad y biopsia, que resultó positiva en las pruebas moleculares para Leishmania tropica , confirmando un diagnóstico de leishmaniasis cutánea del Viejo Mundo (OWCL). Debido a la ubicación de la lesión en el labio, los desafíos con la ingesta oral y las limitaciones de viaje de su familia, elegimos un ciclo de 7 días de anfotericina B liposomal intravenosa 3 mg/kg/dosis una vez al día como tratamiento.1

Una niña de 13 meses fue remitida a la clínica de dermatología por una erupción con ampollas que apareció 2 semanas después de recibir la vacuna contra la varicela. Los hallazgos del examen clínico revelaron múltiples pápulas y placas rosadas que afectaban el torso y las extremidades con una placa eritematosa edematosa prominente que afectaba el codo derecho ( Figura 1 ). Los resultados de los estudios de laboratorio demostraron recuento sanguíneo completo, triptasa, BP180, IgG, IgM e IgA normales. Se realizó una biopsia por sacabocados de 4 mm en el codo derecho. La histopatología reveló espongiosis epidérmica costrosa y un infiltrado dérmico rico en eosinófilos con desgranulación de eosinófilos que rodean los haces de colágeno (figuras de llama) ( Figuras 2 y 3 ). Las tinciones con triptasa y CD117 demostraron mastocitos raros y dispersos. La inmunofluorescencia directa fue negativa para una dermatosis específica. Estos hallazgos, en combinación con su presentación clínica, confirmaron un diagnóstico de síndrome de Wells, probablemente atribuido a una vacunación reciente. Fue tratada con cetirizina oral y esteroides tópicos, con excelente mejoría clínica.

Un niño de 5 años de Virginia Occidental acudió al servicio de urgencias con dolor abdominal y vómito no bilioso. La historia social inicial fue poco reveladora. Los resultados de laboratorio fueron significativos para leucocitosis con neutrofilia. El tratamiento temprano incluyó reanimación con líquidos y observación hospitalaria por sospecha de deshidratación secundaria a gastroenteritis viral. El primer día de hospitalización, el paciente desarrolló vómitos biliosos. Una serie radiográfica del tubo digestivo superior con seguimiento del intestino delgado demostró un retraso en el paso del contraste a través del duodeno. Los episodios posteriores de vómito bilioso contenían un gusano vivo de 24 cm ( Figura ).

Se determinó que la emesis biliosa era causada por una fuerte carga parasitaria. La investigación por enfermedades infecciosas pediátricas reveló una historia social adicional, incluida la vivienda en granjas con presunta exposición a fertilizantes y posiblemente heces humanas. Los análisis de laboratorio confirmaron la identificación de Ascaris lumbricoides . El paciente recibió aceite mineral y 1 dosis de mebendazol, y finalmente expulsó más lombrices en las heces. Demostró una mejora clínica constante durante el alta y el seguimiento ambulatorio de enfermedades infecciosas.

Para ampliar

El metapneumovirus humano (HMPV) y el virus respiratorio sincitial (RSV) son dos causas comunes de infecciones agudas del tracto respiratorio en bebés y niños pequeños. El objetivo de este estudio es comparar la demografía y los resultados de los niños hospitalizados con infecciones por HMPV y RSV en los Estados Unidos.

Métodos: Realizamos un análisis de cohorte retrospectivo de niños de 1 mes a menos de 3 años dados de alta durante 2016 con infección por HMPV o RSV utilizando la base de datos para pacientes hospitalizados de niños. Se excluyeron los niños con coinfección por HMPV y RSV. Los datos se ponderaron según las estimaciones nacionales.

Resultados: Hubo 6.585 niños con infección por HMPV y 70.824 con infección por RSV dados de alta durante el período de estudio. La edad media de los niños con infección por HMPV fue mayor que la de los niños con infección por RSV (0,73 ± 0,8 frente a 0,42 ± 0,7 años; P <0,05). La tasa de mortalidad fue significativamente mayor en los niños con presencia de alguna condición crónica compleja en comparación con aquellos sin ella, tanto en HMPV [odds ratio (OR): 32,42; IC: 9,931-105,857; P <0,05] así como los grupos RSV (OR: 35,81; IC: 21,12–57,97; P <0,05). La mediana ajustada de la duración de la estancia fue más larga (4,64 días; IC: 4,52–4,76 días vs. 3,33 días; IC: 3,31–3,35 días; P < 0,001) y los cargos totales fueron mayores ($44 358; IC: $42 145–$46 570 vs $22 839 ; IC: $22 512–$23 166; P < 0,001), con infección por HMPV. La tasa de mortalidad fue similar en la infección por HMPV en comparación con la infección por RSV en el análisis multivariable (OR: 1,48; P > 0,05).

Conclusión: En los niños hospitalizados en los Estados Unidos, la infección por HMPV es menos común que la infección por RSV. Las enfermedades crónicas complejas son más prevalentes en niños hospitalizados con infección por HMPV. La hospitalización con HMPV se asocia con una estancia más prolongada y gastos hospitalarios más elevados. La mortalidad ajustada es similar con ambas infecciones.

Las infecciones osteoarticulares (IOA) se asocian con complicaciones y secuelas en niños, cuya predicción es de gran importancia para mejorar los resultados. Nuestro objetivo fue diseñar modelos de predicción de riesgos para identificar complicaciones tempranas y secuelas en niños con OAI.

Métodos: Este estudio observacional incluyó a niños (>3 meses a 17 años) con IOA aguda ingresados ​​en un hospital pediátrico de tercer nivel entre 2008 y 2018. Se registraron el tratamiento clínico, las complicaciones y las secuelas. Desarrollamos un modelo predictivo logístico multivariable para un curso agudo complicado (ACC) y otro para secuelas.

Resultados: Se identificaron 240 niños, 17,5% con ACC y 6,0% y 3,6% con secuelas a los 6 y 12 meses de seguimiento, respectivamente. En el modelo predictivo logístico multivariable para ACC, los predictores fueron fiebre al ingreso [odds ratio ajustado (aOR): 2,98; Intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,10-8,12], proteína C reactiva ≥100 mg/L (aOR: 2,37; IC 95%: 1,05-5,35), osteomielitis (aOR: 4,39; IC 95%: 2,04-9,46) e infección por Staphylococcus aureus (aOR: 3,50; IC 95%: 1,39-8,77), con un área bajo la curva ROC de 0,831 (IC 95%: 0,767-0,895). Para las secuelas a los 6 meses, los predictores fueron edad ≥4 años (ORa: 4,08; IC 95%: 1,00–16,53), proteína C reactiva ≥110 mg/L (ORa: 4,59; IC 95%: 1,25–16,90), diseminación enfermedad (ORa: 9,21; IC 95%: 1,82-46,73) y absceso óseo (OR: 5,46; IC 95%: 1,23-24,21), con un área bajo la curva ROC de 0,887 (IC 95%: 0,815-0,959).

Menos del 1% de las infecciones pediátricas por Salmonella se presentan con osteomielitis, a menudo asociada a hemoglobinopatías, pero extraordinaria en niños inmunocompetentes. 1 , 2 A pesar de la terapia antibiótica relevante, el tratamiento suele ser prolongado y la duración no cuenta con consenso internacional. Presentamos un caso de osteomielitis por Salmonella (MOS) en una niña de 10 meses inmunocompetente.

Una niña de 10 meses, previamente sana, ingresó en la sala de pediatría debido a fiebre persistente y dificultad para gatear. Al examen físico se observó fiebre (38,1°C), eritema, hinchazón, dolor y disfunción de la articulación del hombro izquierdo. Tres semanas antes, la familia había estado de vacaciones en Bali, Indonesia. No informaron ningún evento de trauma. Al ingreso, las muestras de sangre revelaron aumento de leucocitos (17,2 mil millones/L), proteína C reactiva (PCR) (79 mg/L) y velocidad de sedimentación globular (55 mm/h), las ecografías y radiografías de las articulaciones del hombro eran normales y las heces, Las muestras de garganta y orina resultaron negativas para el cultivo. El cultivo de sangre y líquido articular reveló Salmonella enterica serotipo enteritidis tipo ST11 susceptible a ampicilina, piperacilina/tazobactam, ceftriaxona, meropenem, azitromicina, gentamicina, trimetoprima/sulfametoxazol y ciprofloxacina. La resonancia magnética mostró acumulación de líquido en la región anterior del hombro. Tres semanas después del ingreso, la radiografía de la región del hombro mostró una reacción perióstica en todo el húmero. A la niña de 10 meses le diagnosticaron bacteriemia por Salmonella , artritis séptica del hombro y osteomielitis del húmero. Fue tratada con éxito con 4 semanas de ceftriaxona intravenosa (IV) (2 semanas con ciprofloxacina oral debido al aumento de la PCR a pesar de la terapia intravenosa relevante) después de 5 semanas de ciprofloxacina oral. El paciente se recuperó completamente.

No se ha establecido ningún consenso internacional sobre la duración del tratamiento con antibióticos (AB) en la OMS pediátrica. En la literatura, la duración del tratamiento oscila entre 3 semanas y 6 meses. 3 Anteriormente, Pääkkönen y Peltola 4 propusieron un mínimo de 20 días de AB IV y Saavedra-Lozano et al 3 sugirieron un mínimo de 3-4 semanas de terapia AB (duración total). Ambos coinciden en que la duración de la terapia AB debe adaptarse individualmente en casos complejos en presencia de niños menores de 3 meses, destrucción ósea significativa, sepsis, shock, inmunodeficiencia, agentes resistentes o inusuales como especies de Salmonella 3 , 4 En esos casos, Saavedra-Lozano et al recomiendan una duración mínima de AB durante 4 a 6 semanas con al menos 3 semanas de terapia intravenosa para niños <3 meses y 1 a 2 semanas para niños >3 meses de edad antes del cambio. a la terapia oral. 3 De manera similar, Wen et al recomiendan de 4 a 6 semanas de antibióticos con un mínimo de 3 semanas de terapia parenteral cuando se trata la OMS 5 ( Tabla 1 ).

La endocarditis infecciosa (EI) pediátrica es un cuadro grave con mortalidad significativa. La información en España es limitada y procede de series de casos de centros únicos. El objetivo fue describir la epidemiología, la clínica, la microbiología y los resultados de la EI pediátrica en Andalucía.

Pacientes y métodos Estudio descriptivo observacional retrospectivo multicéntrico de pacientes <18años con diagnóstico de EI en 6 hospitales andaluces durante el periodo 2008-2020.

Resultados Se identificaron 44 episodios de EI (41 pacientes) con mediana de edad de 103 meses (RIQ 37-150 meses). Las cardiopatías congénitas (CC) fueron el principal factor predisponente, presente en 34 casos (77%). Un total de 21 (48%) episodios de EI ocurrieron en pacientes con material protésico. Estos tuvieron una mayor tasa de CC (p=0,002) y disfunción orgánica (p=0,04) que aquellos con válvula nativa.

La fiebre fue un síntoma prácticamente universal asociada con insuficiencia cardíaca en el 23% de los episodios. Staphylococcus aureus (25%), estafilococos coagulasa negativos (18%) y Streptococcus viridans (14%) fueron los microorganismos aislados con mayor frecuencia y tres (7%) pacientes portadores de catéter venoso central tuvieron una infección fúngica.

Se observaron complicaciones tromboembólicas en el 30% de los episodios, y tuvieron requerimientos quirúrgicos el 48% de casos. La mortalidad fue del 9%. El material protésico y la PCR >140mg/l fueron predictores independientes de EI complicada.

Conclusiones Los hallazgos del estudio subrayan la elevada morbilidad de la EI pediátrica. La información generada podría favorecer la identificación de los perfiles epidemiológicos y clínicos de los niños con EI y formas complicadas.

Boletín Epidemiológico Semanal. 2023;31(3):190-200. doi: 10.4321/s2173-92772023000300004

Introducción: Legionelosis es una enfermedad de origen ambiental transmitida por aerosoles de agua contaminada con L. pneumophila. El reservorio está en el medio ambiente. La legislación para el control de las instalaciones de riesgo y la vigilancia de casos para identificar brotes de forma temprana son la clave para su control. Se presenta el análisis de la información de la vigilancia epidemiológica de legionelosis en 2022.

Método: Análisis descriptivo de los datos de vigilancia en 2022 en España. Se analiza también la información de la red europea de vigilancia de casos asociados a viajar.

Resultados: Se notificaron 1.992 casos, de los que 1.959 fueron autóctonos y la tasa de notificación por 100.000 habitantes (TN) fue de 4,11. Se produjo un aumento del 43,1% sobre los casos de 2021.

Se notificaron 1.360 casos en hombres (TN=5,83, edad mediana de 65 años) y 592 en mujeres (TN=2,44, edad mediana de 70 años) y siete casos sin esta información. Las tasas más elevadas se dieron en 45-64 y 65-84 años, tanto para hombres como para mujeres.

La letalidad aumentó con la edad. La letalidad global fue del 6,2% (122/1.959), en hombres fue 5,6% (76/1.360) y 7,8% en mujeres (46/592).

Se notificaron 34 brotes (112 casos y 2 defunciones).

Se notificaron 65 casos en viajeros de otros países.

Discusión:

La notificación de esta enfermedad en España se incrementó en 2022 después del descenso en 2020, durante la que se produjo una drástica limitación de movimientos y viajes, además, la dificultad de mantener la vigilancia pudo también contribuir. Este incremento se inscribe en la tendencia ascendente de las tasas que se observaba antes de la pandemia. Es difícil valorar las causas del incremento de los casos esporádicos en el periodo analizado, aunque podría tener relación con un mayor diagnóstico e identificación de la bacteria, tanto en fuentes de infección asociadas al uso de dispositivos que usan agua a presión como en ámbitos donde se está poniendo especial atención en el diagnóstico como en los centros sociosanitarios.

La enfermedad se caracteriza por afectar más a hombres que a mujeres y a personas de edad avanzada o también con factores de riesgo como hábito tabáquico o inmunosupresión. Además, en el caso de los hombres, la incidencia es alta en la etapa activa de la vida, lo que podría explicarse por la relación con el desempeño de algunas profesiones o trabajos.

Hay que destacar la mejora de la cumplimentación de la información sobre la evolución de los casos en estos dos últimos años.

La prevención de esta enfermedad de origen ambiental dependerá, tanto de la identificación de nuevos riesgos y fuentes de infección que proporciona la vigilancia de la enfermedad, como del cumplimiento de la legislación vigente.

España es uno de los países europeos que notifica tasas más elevadas de legionelosis.

Conclusiones: La tendencia de la enfermedad es creciente. La enfermedad afectó más a hombres que a mujeres, a personas de edad avanzada y con factores de riesgo como hábito tabáquico o inmunosupresión. Además, para los hombres, la incidencia fue alta en la etapa activa de la vida, en relación con el desempeño de algunas profesiones o trabajos.

Este estudio evaluó las hospitalizaciones por COVID-19 y la gravedad clínica en bebés (<1 año, n = 2667), de marzo de 2020 a marzo de 2021. Las hospitalizaciones se asociaron con una edad más temprana [OR (IC del 95%): <1 mes, 26,3 (16,1–43,1), 1–2 meses, 4,7 (3,1–7,34), 3–11 meses, 1,0 (referencia, 1,0–1,0)] y enfermedad sintomática, principalmente con fiebre. La enfermedad por COVID-19 moderada a grave se asoció con bebés mayores de 3 meses [OR (IC del 95 %): 4,0 (1,4–11,1)], origen étnico y afecciones subyacentes.

El síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS‑CoV‑2 o COVID-19, enfermedad por coronavirus 2019) a menudo se informa como leve en la infancia; sin embargo, varios factores de riesgo, por ejemplo, comorbilidades subyacentes, podrían empeorar los resultados. 1 Entre los bebés menores de 1 año, varios estudios informaron tasas más altas de hospitalización y admisiones a unidades de cuidados intensivos (UCI), especialmente en recién nacidos. 2 , 3 Otros estudios revelaron hallazgos diferentes. Parcha et al. 4 estudiaron COVID-19 en niños; los bebés menores de 1 año tuvieron las segundas tasas de hospitalización más bajas, superando sólo las tasas de los niños de 6 a 11 años. Kainth et al. 5 informaron tasas más bajas de enfermedad grave en bebés menores de 60 días. Un estudio realizado en Israel (568 niños hospitalizados) mostró que la enfermedad por COVID-19 de moderada a grave se asociaba con la edad del niño mayor (>1 año), el sexo masculino y afecciones médicas subyacentes específicas (prematuridad e inmunodeficiencia). 6 El presente estudio tuvo como objetivo evaluar las hospitalizaciones por COVID-19 y la gravedad clínica entre bebés (<1 año).

Investigamos la asociación entre la infección por SARS-CoV-2 y la diabetes tipo 1 (DT1) de nueva aparición en niños y adolescentes en un estudio de cohorte emparejado a nivel nacional. El índice de riesgo de diabetes tipo 1 de nueva aparición dentro de los 6 meses posteriores a la infección por SARS-CoV-2 fue de 1,22 (0,58–2,58). El riesgo de diabetes tipo 1 de nueva aparición en niños y adolescentes no aumentó significativamente después de la infección por SARS-CoV-2.

La incidencia de diabetes tipo 1 (DT1) en niños y adolescentes ha aumentado durante la pandemia de COVID-19 1 y se ha demostrado una asociación entre la infección por SARS-CoV-2 y la DT1. 2 , 3 Sin embargo, antes de la pandemia también se informaron tasas crecientes de diabetes tipo 1 infantil. 4 Además, la incidencia y gravedad de la cetoacidosis diabética (CAD) aumentaron durante la pandemia. 5 Este estudio tuvo como objetivo determinar la asociación entre la infección por SARS-CoV-2 y la DT1 de nueva aparición y la CAD al inicio de la DT1 en niños y adolescentes daneses.

Introducción Los niños tienen un alto consumo de antimicrobianos que requiere una complicada toma de decisiones por parte de los prescriptores. A pesar de esto, las intervenciones de administración de antimicrobianos (AMS) a menudo no se traducen en medicina pediátrica. Script es una aplicación para teléfonos inteligentes lanzada en Auckland, Nueva Zelanda, para apoyar la toma de decisiones de los prescriptores de antimicrobianos. El objetivo era mejorar el cumplimiento de las directrices clínicas locales existentes para infecciones tanto en adultos como en niños.

Métodos Se recogieron y evaluaron prospectivamente las prescripciones de antimicrobianos de pacientes hospitalizados y de urgencias para determinar el cumplimiento de las directrices. Se recopilaron datos de prescripción de referencia y se compararon con la prescripción a los 4 meses y 1 año después del lanzamiento de la aplicación. Los investigadores calificaron las recetas como “apropiadas” o “inapropiadas”. La calificación se realizó ciega al momento de la prescripción en relación con la intervención.

Resultados Tras el lanzamiento de la aplicación Script, el cumplimiento de las directrices aumentó significativamente de 241 de 348 (69%) prescripciones de antimicrobianos calificadas como apropiadas durante el período inicial a 301 de 359 (83%) después de 4 meses (p<0,0001). Esta mejora desde el inicio se mantuvo al año con 263 de 323 (81%) adherencia (p<0,001). Al año, esta mejora podría demostrarse por separado para las prescripciones médicas, quirúrgicas y del departamento de emergencias.

Conclusión Hubo una mejora significativa y sostenida en el cumplimiento de las directrices antimicrobianas pediátricas tras la introducción de una aplicación de apoyo a la prescripción. La necesidad de buscar orientación para las dosis de antimicrobianos debido a los cálculos basados ​​en la edad y el peso en pediatría puede significar que las intervenciones de AMS, como el apoyo a las decisiones y las herramientas de prescripción, sean particularmente adecuadas para la prescripción pediátrica.

Objetivo Describir las características, diagnóstico diferencial, manejo y resultados de la encefalitis grave en niños.

Diseño Un estudio de cohorte retrospectivo de 10 años en niños ingresados ​​en una unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) terciaria con sospecha de encefalitis. Se compararon los datos de seguimiento de uno a seis meses entre diferentes categorías.

Participantes Pacientes de 0 a 17 años de edad con encefalopatía aguda y uno o más de fiebre, convulsiones, hallazgos neurológicos focales, anomalías del líquido cefalorraquídeo, EEG/neuroimagen compatibles con encefalitis.

Principales medidas de resultados Epidemiología, características clínicas, resultados y análisis de factores de riesgo.

Resultados 175 niños con encefalitis requirieron ingreso en una unidad de cuidados intensivos (UCI) durante 10 años. La mediana de edad fue de 4,5 meses (RIC 1,6-54,8). La causa principal fue el enterovirus (n=49, 28%), seguido del parechovirus, la influenza, el virus del herpes simple (VHS), el herpesvirus humano-6 (VHH-6), el Streptococcus pneumoniae, la encefalomielitis aguda diseminada y el anti-N- metilo . -Encefalitis asociada al receptor de D-aspartato. La encefalitis inmunomediada tuvo mayor prevalencia en mujeres, mayor edad y mayor duración de la encefalopatía. La ventilación mecánica fue requerida por 74 niños (42%); apoyo hemodinámico por 28 niños (16%), 3 recibieron apoyo de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO). Once pacientes murieron (tasa de letalidad del 6,3%): cinco con HHV-6, dos con enterovirus, dos con influenza, uno con HSV y un metapneumovirus humano. En el seguimiento, 34 niños tenían una discapacidad leve o moderada y seis discapacidad grave. En un modelo de regresión logística multivariable, tres factores se asociaron con discapacidad grave o muerte: edad <2 años (OR 8,2, IC 1,0 a 67,2), etiología de Herpesviridae (OR 14,5, IC 1,2 a 177,3) y duración de la intubación (OR 1,005). , IC 1,00 a 1,01).

Conclusiones La encefalitis tiene una etiología variada y provoca muerte o discapacidad grave en 1 de cada 10 niños que requieren cuidados intensivos.

INTRODUCCIÓN

La erradicación definitiva de la poliomielitis requiere la retirada del tipo 2 de Sabin de la vacuna oral contra el poliovirus y la introducción de una o más dosis de vacuna con poliovirus inactivado (VPI) en los calendarios de inmunización rutinarios. Sin embargo, se desconoce la duración de la inmunidad de la VPI de dosis única. El objetivo de este estudio es abordar esta deficiencia.

MÉTODOS

En este ensayo clínico de fase 4, abierto y no aleatorizado, se evaluó la inmunidad a la VPI en dosis única. Se seleccionaron dos grupos de lactantes o niños: el primer grupo había recibido previamente la VPI a las 14 semanas de edad o más (grupo de VPI previa; edad >2 años); el segundo no había recibido previamente la VPI (grupo sin VPI previa; edad 7-12 meses). En el momento de la inscripción, todos los participantes recibieron una dosis de VPI. Los niños del grupo sin VPI previa recibieron una segunda dosis de VPI a los 30 días. Se les extrajo sangre tres veces en cada grupo: los días 0, 7 y 30 en el grupo de VPI previa y los días 0, 30 y 37 en el grupo de IPV no previa. Los anticuerpos contra el poliovirus se midieron mediante microneutralización. La inmunidad se definió como la presencia de un anticuerpo detectable o una respuesta anamnésica rápida (es decir, cebado). Se utilizó la χ2 para comparar proporciones y la prueba U de Mann-Whitney para evaluar variables continuas. Para evaluar la seguridad, se observó a los vacunados durante 30 minutos, los cuidadores de cada niño participante informaron de los acontecimientos adversos después de cada visita de seguimiento y se les preguntó durante cada visita de seguimiento sobre cualquier acontecimiento adverso durante el período intermedio. Los acontecimientos adversos se registraron y clasificaron según la gravedad de los síntomas clínicos. El estudio está registrado en ClinicalTrials.gov, NCT03723837.

RESULTADOS

Desde el 18 de noviembre de 2018 hasta el 31 de julio de 2019, 502 participantes fueron reclutados para el estudio, 458 (255 [65%] niños y 203 [44%] niñas) se incluyeron en el análisis por protocolo: 234 (93%) en el grupo de VPI previa y 224 (90%) en el grupo sin IPV previa. En el grupo de VPI previa, 28 meses después de una dosis de VPI, 233 (>99%) de los 234 niños presentaban persistencia de la inmunidad frente al poliovirus de tipo 2 (100 [43%] de los 234 niños eran seropositivos; 133 [99%] de los 134 eran seronegativos e inmunizados). En el grupo sin VPI previa, 30 días después de una dosis de VPI, los 224 (100%) niños que no habían sido infectados por el poliovirus de tipo 2 se habían seroconvertido (223 [>99%] niños) o estaban primados (uno [<1%]). No se consideraron acontecimientos adversos atribuibles a las intervenciones del estudio.

INTERPRETACION

Una única dosis de VPI administrada a las 14 semanas de edad o más es altamente inmunógena e induce una inmunidad de tipo 2 casi universal, persistiendo la inmunidad durante al menos 28 meses. La iniciativa de erradicación de la poliomielitis debe dar prioridad a la administración de la primera dosis de IPV para mitigar la carga paralítica causada por el poliovirus de tipo 2.

La enfermedad de Kawasaki (EK) y la enferme dad de Kawasaki atípica (AKD) siempre preocuparon al Archivero . Muchos niños con fiebre, ganglios linfáticos y sarpullido no padecen EK y se recuperan completamente de su enfermedad viral. En ocasiones, se pasaba por alto el diagnóstico de EK y el niño terminaba con las conocidas secuelas de las arterias coronarias. Wang H et al ( Lancet Child Adolesc Health 2023;7: 697–707. https://doi.org/10.1016/S2352-4642(23)00166-9). Han examinado 1016 pacientes con EK e identificado cuatro subgrupos. Han utilizado un enfoque basado en datos para examinar la posibilidad de que la EK no sea una entidad patológica única. Analizaron datos clínicos de pacientes con Kawasaki…

Los aneurismas de la arteria coronaria (CAA) son las principales secuelas tras el diagnóstico de enfermedad de Kawasaki (EK). Sabemos que el bebé más pequeño tiene mayor riesgo de sufrir esta complicación y el inicio temprano de inmunoglobulina intravenosa (IGIV) es la clave para la prevención. Por supuesto, existe una influencia genética y ambiental en la respuesta y el resultado. ¿Podemos identificar a los bebés o niños en riesgo en las primeras etapas de su enfermedad? Hay varias herramientas de predicción disponibles para identificar a quienes corren riesgo de sufrir CAA y las iniciales se basaron en poblaciones japonesas. Puede que sea necesario disponer de esas herramientas de predicción derivadas de diferentes poblaciones…

La infección por CMV suele ser una infección latente y el virus se reactiva una vez que se suprime el sistema inmunológico del huésped. La infección por CMV es una de las causas comunes de infección congénita en recién nacidos e incluso de aborto espontáneo y muerte neonatal. 1 El CMV se transmite de la madre al feto a través de la placenta y es más peligroso para el feto cuando se contrae al principio del embarazo. Un estudio encontró que los pacientes de edad avanzada críticamente enfermos con infección por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) del síndrome respiratorio agudo grave tenían más probabilidades de estar coinfectados con CMV. 2 Sin embargo, aún no existen estudios sobre si la infección por CMV también se produce en personas en edad fértil tras la infección por SARS-CoV-2. Desde que el gobierno chino ajustó su estrategia de control de la COVID-19, muchas personas han resultado infectadas en un corto período. Nuestro laboratorio identificó por primera vez una muestra positiva para SARS-CoV-2 el 12 de diciembre de 2022, y las pruebas posteriores revelaron un rápido aumento en la proporción de la población infectada al 66,19 % ( Figura 1 ) . Esta tendencia de infección también es consistente con el estudio realizado en Macao, China, y la tendencia de prevalencia publicada por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades. 3 , 4 La tasa de positividad de CMV-IgM también aumentó drásticamente después del pico de infecciones por SARS-CoV-2.

Bibliografía octubre 2023

Las infecciones por el virus respiratorio sincitial (VRS) son la causa más frecuente de hospitalización pediátrica en España en menores de un año, siendo especialmente frecuentes las formas graves que precisan hospitalización en los recién nacidos y lactantes de menos de 3 meses y las causantes de un elevado número de consultas en medicina de atención primaria y urgencias hospitalarias por infecciones del tracto respiratorio inferior1. Además, están relacionadas con la aparición de episodios de sibilancias de repetición en el lactante que pueden comprometer la función respiratoria a medio plazo, y se han asociado con el desarrollo de asma en poblaciones sin antecedentes de atopia.

Durante más de 20 años se ha realizado de forma muy eficaz profilaxis de estas infecciones con un anticuerpo monoclonal, palivizumab, de coste elevado y vida media corta, en poblaciones definidas como de alto riesgo de presentar un proceso grave o muy grave por VRS, definido claramente por la Sociedad Española de Neonatología.

La aparición de un nuevo anticuerpo monoclonal con vida media más larga y con eficacia y seguridad demostrada, nirsevimab, ha abierto la posibilidad de realizar inmunoprofilaxis pasiva de forma universal a todos los lactantes sanos para prevenir estos cuadros en la época de mayor riesgo de infecciones del tracto respiratorio inferior graves, fundamentalmente en el primer año de vida2–6.

La aprobación para su uso en la Unión Europea el 3 de noviembre de 2022 ha permitido que se pueda emplear de forma amplia en esta primera estación epidémica de 2023-2024 en España. Recientemente también ha sido aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos americana (el 17 de julio de 2023) y se han realizado recomendaciones de uso tanto por el Ministerio de Sanidad español, a través del grupo de expertos de la Dirección General de Salud Pública, como por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos. La ficha técnica del producto prevé su uso en lactantes sanos para prevenir las infecciones graves por VRS en la primera estación, recomendando seguir las indicaciones de uso oficiales.

Es por todo ello que nuestra Sociedad recomienda para la profilaxis en esta próxima estación, de epidemia de infecciones por VRS, 2023-2024, que se emplee nirsevimab en los grupos de pacientes que se detallan en la tabla 1, teniéndose en cuenta las consideraciones adicionales de la tabla 2.

La importancia de las inmunizaciones una vez más ha quedado demostrada con la pandemia por SARS-CoV-2, haciendo que esta haya dejado de ser una emergencia internacional. Afortunadamente, hoy disponemos de nuevas herramientas frente a otro virus, el respiratorio sincitial (VRS): un anticuerpo monoclonal (AcM), nirsevimab, y una vacuna (RSVPreF).

La Asociación Española de Pediatría fue la primera sociedad científica mundial en recomendar la inclusión de nirsevimab como inmunización sistemática para recién nacidos y menores de 6 meses, y anualmente a menores de 2 años con enfermedades subyacentes que aumenten el riesgo de infección grave por VRS, tal y como se recoge en el Calendario de Inmunizaciones publicado el 01/01/20231. Los motivos para su inclusión fueron la eficacia y la seguridad demostradas en los ensayos clínicos, alta carga de enfermedad y su aprobación por la Comisión Europea el 31/10/2022 tras la recomendación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Nirsevimab actúa uniéndose al sitio antigénico Ø prefusión (pre-F) del VRS, bloqueando la fusión del virus con células del árbol respiratorio. Respecto a palivizumab, nirsevimab tiene la ventaja de su capacidad neutralizante 50-100 veces mayor, y una semivida más prolongada, por lo que una única dosis protege durante la temporada VRS.

La escasez de medicamentos con y sin receta no es un fenómeno nuevo. La reciente crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve aún más la escasez crónica de medicamentos y equipos médicos en muchos países occidentales. Este es un problema creciente para los sistemas nacionales de salud de Europa. En los últimos años, la escasez de todo tipo de medicamentos se ha vuelto cada vez más común en pediatría hospitalaria y atención primaria y representa una amenaza para la salud de adultos y niños en Europa y Estados Unidos. Ya en abril de 2020, la Alianza de Hospitales Universitarios Europeos advirtió que la creciente demanda por parte de las unidades de cuidados intensivos de anestésicos, antibióticos, relajantes musculares y medicamentos “no autorizados” para el tratamiento de la COVID-19 podría provocar desabastecimientos. Sin embargo, después de 2020, con una producción en descenso, problemas logísticos y prohibiciones de exportación y almacenamiento debido a la actual crisis sanitaria relacionada con la pandemia, el riesgo de escasez ha aumentado. En septiembre de 2020, el Parlamento de la Unión Europea (UE) votó una resolución que pedía que la UE fuera más autosuficiente en atención sanitaria.5 En el texto, los miembros del Parlamento Europeo pidieron asegurar las existencias, restablecer la producción local de medicamentos y garantizar una mejor coordinación europea de las estrategias nacionales de salud. Lamentablemente, 2 años después, el problema no se ha solucionado, al contrario, ha empeorado. Actualmente, los sistemas de salud pública se enfrentan a una crisis de escasez de medicamentos de magnitud imprevista, es decir, que está socavando gravemente la salud pública de las naciones europeas.

3En particular, la pediatría de atención primaria está en gran apuro, debido a la escasez de medicamentos esenciales para garantizar la salud de la población pediátrica.

Entre 2000 y 2018, la escasez de medicamentos en la UE se multiplicó por 20. Sin embargo, según una nota de la Comisión Europea, la disponibilidad de productos esenciales ampliamente utilizados siguió disminuyendo significativamente después de esa fecha. Como se analiza en el informe de la UE, las causas son complejas e incluyen problemas de producción, cuotas industriales y comercio paralelo legal, es decir, la importación de medicamentos de otros estados miembros donde el precio es más bajo. Otras causas son las epidemias y los desastres naturales, que provocan aumentos imprevistos de la demanda, y del coste de los medicamentos, que se fija a nivel nacional. La UE depende cada vez más de terceros países, en particular India y China, para la producción de ingredientes farmacéuticos activos, materias primas químicas y medicamentos.

Desgraciadamente, las soluciones adoptadas por la UE no parecen haber conseguido mitigar el problema de la escasez de medicamentos, a pesar de que el Parlamento Europeo había pedido reforzar la producción de medicamentos en Europa y establecer normas mínimas de calidad para la asistencia sanitaria, adoptando las mejores prácticas para la gestión de reservas, aumentando la compra conjunta de medicamentos y simplificando la transferencia de medicamentos entre los estados miembros.

En su resolución de 2017, el Parlamento Europeo pidió un mejor seguimiento de los costos de investigación y desarrollo, la financiación pública y los gastos de mercado para hacer que los medicamentos sean más asequibles. En abril de 2020, la Comisión Europea emitió directrices para contrarrestar la escasez de medicamentos debido a la pandemia de coronavirus pidiendo a los estados miembros que suspendan las prohibiciones de exportación, eviten las reservas nacionales y aumenten y reorganicen la producción. Sin embargo, el problema de la escasez de medicamentos parece todavía no resuelto y una amenaza para la salud de los niños.

Este comentario, escrito conjuntamente por la Confederación Europea de Pediatras de Atención Primaria y la Asociación Europea de Pediatría/Unión de Sociedades y Asociaciones Nacionales Europeas de Pediatría, destaca una declaración conjunta emitida por las dos principales sociedades pediátricas europeas que abordan el grave problema de la escasez de medicamentos en la atención primaria. pediatría en Europa ( tabla ).

Tabla Cómo abordar la escasez de medicamentos en pediatría de atención primaria en Europa

  • Declaración conjunta de

  • • PCCP

  • • EPA-UNEPSA

    • La escasez de medicamentos desafía a los sistemas de atención sanitaria de todo el mundo. Las autoridades y agencias públicas de Europa y Estados Unidos ahora informan sobre la escasez de medicamentos comúnmente recetados en entornos pediátricos. Esta situación hace temer que la mayoría de los medicamentos utilizados para tratar diversas afecciones pediátricas escaseen durante la actual temporada de invierno y en los próximos meses.

    • EPCCP y EPA-UNEPSA enfatizan que la escasez de medicamentos puede plantear riesgos para la salud de los pacientes debido a un tratamiento insuficiente, errores de medicación, una mayor duración de la estancia hospitalaria y reacciones adversas debido a los intentos de reemplazar medicamentos no disponibles. Las poblaciones de todo el mundo se encuentran en la fase de transición de una pandemia de COVID a una COVID endémica. El aumento inusualmente temprano de las infecciones respiratorias en Europa durante el invierno de 2022-23 se debe a lagunas inmunológicas inusuales. La ola de gripe invernal temprana en los niños supone una carga inesperada para la atención primaria pediátrica y una mayor demanda de medicamentos antiinfecciosos especializados. Los niños son un grupo de pacientes particularmente vulnerable con opciones de tratamiento farmacéutico muy limitadas. Esto los expuso a resultados adversos causados ​​por la escasez de medicamentos esenciales. Los problemas con la producción y el suministro de los medicamentos existentes reducen la disponibilidad de productos y preparados críticos.

    • EPCCP y EPA-UNEPSA enfatizan que un esfuerzo conjunto para comprender la fuente del problema puede ayudar a resolver la emergencia actual y fortalecer la preparación de los sistemas de salud pública para enfrentar la próxima crisis inevitable.

    • Por último, las dos principales sociedades pediátricas europeas conciencian a las partes interesadas, incluidos los profesionales de la salud, los legisladores y los administradores de salud pública, sobre el problema de la escasez de medicamentos en la pediatría de atención primaria y enfatizan la importancia de su interacción y colaboración estrecha y efectiva para abordar adecuadamente el problema recurrente de la escasez de medicamentos en esta área clave de la salud pública.

    • El apéndice de esta declaración analiza brevemente la cuestión general de la escasez de medicamentos, sus implicaciones para la pediatría de atención primaria y posibles medidas útiles para abordar este problema a nivel internacional, nacional y local.

Evaluar la prevalencia y características de la tuberculosis no grave en niños en España. Recientemente se ha demostrado que estos niños pueden ser tratados con una pauta de 4 meses en lugar de la pauta de tratamiento clásica de 6 meses, con la misma efectividad y resultados, disminuyendo la toxicidad y mejorando la adherencia.

Métodos:

Realizamos un estudio de cohorte retrospectivo en una cohorte de niños ≤16 años con tuberculosis. Los casos de tuberculosis no grave incluyeron niños con baciloscopia negativa y tuberculosis respiratoria confinada a un lóbulo, sin obstrucción significativa de las vías respiratorias, sin derrame pleural complejo, sin caries y sin signos de enfermedad miliar, o con enfermedad de los ganglios linfáticos periféricos. Se consideró que los niños restantes padecían tuberculosis grave. Estimamos la prevalencia de la tuberculosis no grave y comparamos las características clínicas y los resultados entre los niños con tuberculosis grave y no grave.

Resultados:

Se incluyeron un total de 780 pacientes [46,9% hombres, mediana de edad 5,5 años (RIC: 2,6-11,1)], de los cuales 477 (61,1%) tenían tuberculosis no grave. La tuberculosis no grave fue menos frecuente en niños <1 año (33% frente a 67%; <0,001) y >14 años (35% frente a 65%; = 0,002), diagnosticados principalmente en estudios de rastreo de contactos (60,4% frente a 29,2%; < 0,001) y más frecuentemente asintomáticos (38,3% vs 17,7%; < 0,001). La confirmación de la tuberculosis en enfermedades no graves fue menos frecuente mediante cultivo (27,0% frente a 57,1%; <0,001) y mediante pruebas moleculares (18,2% frente a 48,8%; <0,001). Las secuelas fueron menos frecuentes en niños con enfermedad no grave (1,7 frente a 5,4%; <0,001). Ningún niño con enfermedad no grave murió.

Conclusiones: Dos tercios de los niños tenían tuberculosis no grave, en su mayoría con presentación clínica benigna y resultados microbiológicos negativos. En los países con baja carga de tuberculosis, la mayoría de los niños con tuberculosis podrían beneficiarse de regímenes de corta duración.

La resolución espontánea de la conjuntivitis infecciosa aguda es una observación clínica común. Sin embargo, las inconsistencias en la literatura sobre los efectos de la terapia con antibióticos para reducir la gravedad o la duración de los síntomas han mantenido el debate a largo plazo sobre si dicha terapia está indicada y, de ser así, su duración adecuada. El ensayo actual buscó abordar el posible efecto antiséptico del placebo al comparar los efectos del tratamiento de moxifloxacina al 0,5% con carboximetilcelulosa sódica (una lágrima artificial) al incluir un tercer grupo que no recibió tratamiento. Los resultados de las comparaciones por pares revelaron que el placebo que contiene no antisépticos aún puede proporcionar beneficios terapéuticos al reducir presumiblemente las cargas de patógenos locales. Como se identificó en una revisión Cochrane actualizada reciente, Las principales fuentes de heterogeneidad existen en el diseño y la realización del ensayo, lo que contribuye a la evidencia inconsistente observada. Estas heterogeneidades incluyen una variedad de clases de antibióticos (fluoroquinolonas o no fluoroquinolonas); diferentes momentos en los que se evalúan los resultados en relación con la duración del tratamiento (“fin de la terapia” o “prueba de curación”); y diferentes enfoques analíticos (población por intención de tratar (ITT) o ITT modificada). Se necesitan comparaciones directas de calidad para garantizar una evaluación justa de la eficacia clínica, ya sea comparando diferentes clases de antibióticos o diferentes duraciones del mismo tratamiento.

Pregunta

Entre los niños con conjuntivitis infecciosa, ¿cuál es la eficacia terapéutica de los antibióticos tópicos, en comparación con placebo o ningún antibiótico, en la reducción de la duración de los síntomas conjuntivales?

Diseño

Ensayo controlado aleatorio (ECA) y metanálisis (MA).

Configuración

ECA: Atención primaria de salud en Oulu, Finlandia.

Participantes

ECA: 6 meses – 7 años con conjuntivitis infecciosa aguda. MA: 1 mes – 18 años.

Intervención

ECA: gotas para los ojos de moxifloxacina, gotas para los ojos con placebo (carboximetilcelulosa sódica, lágrimas artificiales) o ninguna intervención.

Resultados

ECA: Días hasta la curación clínica. MA: Proporción de participantes con síntomas conjuntivales los días 3 a 6.

Resultados principales

ECA: 30, 27 y 31 participantes fueron asignados al azar a moxifloxacina, placebo y ninguna intervención, respectivamente. La moxifloxacina, en comparación con ninguna intervención, redujo significativamente el tiempo de curación, 3,8 frente a 5,7 días, diferencia: −1,9 días (IC del 95 %, −3,7 a −0,1 días). El análisis de supervivencia demostró que tanto la moxifloxacina como el placebo (lágrimas artificiales) acortaron significativamente el tiempo hasta la curación clínica en comparación con ninguna intervención. MA: Los antibióticos redujeron la proporción de participantes con síntomas conjuntivales en los días 3 a 6, odds ratio 0,59 (IC del 95%, 0,39 – 0,91).

Conclusiones

Los antibióticos tópicos y las lágrimas artificiales redujeron la duración de los síntomas de la conjuntivitis.

Evaluar la asociación entre la consolidación en la radiografía de tórax y la etiología bacteriana típica de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) infantil en el estudio Etiología de la neumonía en la comunidad.

Diseño del estudio

Se incluyeron niños hospitalizados <18 años con NAC inscritos en el estudio Etiología de la neumonía en la comunidad en 3 hospitales infantiles entre enero de 2010 y junio de 2012. Las pruebas de muestras de sangre y respiratorias utilizaron múltiples modalidades para identificar infecciones bacterianas o virales típicas y atípicas. Los radiólogos del estudio clasificaron las radiografías de tórax (consolidación, otros infiltrados [intersticiales y/o alveolares], derrame pleural) utilizando los criterios de neumonía modificados de la Organización Mundial de la Salud. Los patrones de infiltrado se compararon según la etiología de la NAC.

Resultados

Entre 2212 niños, hubo 1302 (59%) con consolidación con o sin otros infiltrados, 910 (41%) con otros infiltrados y 296 (13%) con derrame pleural. En 1795 niños se detectó al menos 1 patógeno. Entre estos pacientes, la consolidación (74%) fue el patrón observado con mayor frecuencia (74% en la NAC bacteriana típica, 58% en la NAC bacteriana atípica y 54% en la NAC viral). Los valores predictivos positivos y negativos de consolidación para la NAC bacteriana típica fueron del 12 % (IC del 95 %: 10 %-15 %) y del 96 % (IC del 95 %: 95 %-97 %), respectivamente. En un modelo multivariable, la NAC bacteriana típica se asoció con derrame pleural (OR 7,3, IC 95 % 4,7-11,2) y glóbulos blancos ≥15 000/mL (OR 3,2, IC 95 % 2,2-4,9) y ausencia de sibilancias ( OR 0,5, IC 95% 0,3-0,8) o detección viral (OR 0,2, IC 95% 0,1-0,4).

Conclusiones

La consolidación predijo mal la PAC bacteriana típica, pero su ausencia hizo que la PAC bacteriana típica fuera improbable. El derrame pleural fue el mejor predictor de infección bacteriana típica, pero demasiado poco común para ayudar a predecir la etiología.

En un análisis secundario de 2212 niños hospitalizados en tres hospitales infantiles con neumonía adquirida en la comunidad (CAP) durante la participación en el estudio prospectivo nacional EPIC, en 1795 niños se detectó al menos un patógeno viral o bacteriano típico o atípico. Un solo radiólogo del estudio en cada institución volvió a leer una muestra aleatoria de las radiografías del estudio previamente interpretadas y clasificó los hallazgos de acuerdo con las definiciones pediátricas de la OMS de 2005. Los investigadores se centraron en el valor predictivo de la consolidación radiográfica para la etiología de la neumonía entre aquellos con patógenos detectados y encontraron solo un 12% de valor predictivo positivo de consolidación para la detección bacteriana. Esta precisión mucho menor de lo esperado debe considerarse con estas advertencias. En primer lugar, el estudio se realizó hace 10 o 12 años. Es probable que los hallazgos sean válidos en 2023 porque no se espera que la etiología de la NAC haya cambiado sustancialmente desde entonces, y los métodos moleculares utilizados en el estudio EPIC estaban adelantados a su tiempo, es decir, similares a los que se utilizan actualmente. En segundo lugar, existe una variabilidad interobservador entre las interpretaciones de los radiólogos. Especialmente relevante es la dificultad que a menudo surge a la hora de diferenciar la atelectasia (limitación del espacio) de la consolidación (ocupación del espacio). Esto es pertinente ya que la fisiopatología de la neumonía viral incluye áreas de hiperaireación alveolar yuxtapuestas a áreas de atelectasia. En tercer lugar, los hallazgos se limitan a los niños hospitalizados. En cuarto lugar, a pesar de utilizar hemocultivos y pruebas de PCR bacterianas en sangre y líquido pleural, es posible que la mayoría de los casos bacterianos aún no se confirmen. Necesitamos pruebas más sensibles para confirmar >85% de las neumonías bacterianas sin bacteriemia, líquido pleural disponible, aspirado traqueal o líquido de lavado broncoalveolar.

RESUMEN

Las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) constituyen un problema de Salud Pública de primera magnitud. Los problemas inherentes a su diagnóstico, tratamiento y prevención tienen que ver no solo con la naturaleza de las mismas, sino también con problemas de organización y de solapamiento de competencias de las distintas autoridades sanitarias.

La situación real de las ITS en España no se conoce bien en el momento actual. Por este motivo, el Comité Científico sobre COVID y Patógenos emergentes del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM) se ha formulado una serie de preguntas sobre este tema que ha distribuido, no sólo entre los miembros del Comité, sino también entre expertos ajenos al mismo. Las autoridades ministeriales aportan cifras muy elevadas y crecientes de infección gonocócica, sífilis, infección por Chlamydia trachomatis y Linfogranuloma venéreo.

Tanto la infección por VIH como Monkeypox son en nuestro medio dos importantes ITS causadas por virus a las que deben añadirse, principalmente, las infecciones por el Virus herpes simplex (VHS) y el Virus del Papiloma Humano (HPV). Emergen patógenos como Mycoplasma genitalium que plantean no sólo retos patogénicos si no también problemas terapéuticos, como ocurre en el caso de N. gonohrroeae.

Los caminos que siguen los pacientes con sospecha de ITS hasta su adecuado diagnóstico y tratamiento no se conocen bien en España. Los expertos entienden que este problema es fundamentalmente manejado en instituciones sanitarias de titularidad pública, y que los servicios de Atención Primaria y de Urgencias Hospitalarias, junto con algunas instituciones monográficamente destinadas a este problema, son los receptores de la mayor parte de estas enfermedades. Una de las dificultades más serias de las ITS estriba en la disponibilidad de las pruebas microbiológicas necesarias para su diagnóstico, particularmente en esta época de externalización de servicios de Microbiología. A ello se suma el aumento de costes de la implantación de técnicas moleculares de última generación y las dificultades del transporte de muestras. Está claro que las ITS no son enfermedades a las que esté igualmente expuesta toda la población, por lo que es necesario conocer mejor los grupos de riesgo donde centrarse las necesarias intervenciones, adaptadas a su idiosincrasia. No hay que olvidar que las ITS son también un problema en la edad pediátrica y que su presencia puede ser un marcador de abuso sexual con lo que supone de actividad asistencial pero también medicolegal. Las ITS son, finalmente, infecciones que se asocian a un elevado gasto de cuyas cifras disponemos de información muy escasa. La posibilidad de la realización automática de pruebas de laboratorio para su detección tropieza con problemas éticos y legales que no siempre tienen una fácil solución. España ha creado un área ministerial de atención específica a las ITS y existen planes para mejorar el diagnóstico, tratamiento y prevención de estos problemas, pero carecemos todavía de la necesaria evidencia sobre el impacto de los mismos. No podemos olvidar que se trata de enfermedades que trascienden al individuo y constituyen un problema de Salud Pública.

Casos clínicos

El tumor hinchado de Pott (PPT) es una complicación poco común de la sinusitis frontal. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, la incidencia es mayor durante la adolescencia.

Métodos:

Presentamos una serie de 10 pacientes pediátricos (de 9 a 17 años de edad) que presentaron PPT en 2 hospitales pediátricos de atención terciaria en el centro de Israel entre enero de 2018 y agosto de 2022 y revisamos la literatura publicada sobre PPT pediátrico.

Resultados:

Las presentaciones clínicas más comunes incluyeron dolor de cabeza (10 casos), hinchazón frontal (6 casos) y fiebre (5 casos). La duración de los síntomas antes del ingreso fue de entre 1 y 28 días (mediana de 10 días). El diagnóstico de TPP se realizó mediante estudios de imagen en una mediana de 1 día después del ingreso. A los 10 pacientes se les realizaron estudios de tomografía computarizada y a 6 pacientes también se les realizó una resonancia magnética. La tasa global de complicaciones intracraneales fue del 70%. Los 10 niños fueron tratados con antibióticos sistémicos e intervenciones quirúrgicas. El grupo Streptococcus constellatus fue la bacteria causal más común. Los 10 pacientes se recuperaron sin incidentes.

Conclusiones:

Nuestros hallazgos muestran que se debe aplicar un alto índice de sospecha de PPT a los adolescentes que presentan dolor de cabeza prolongado e hinchazón frontal. La tomografía computarizada con contraste es una primera herramienta adecuada para la evaluación; sin embargo, se debe realizar una resonancia magnética para determinar la necesidad de tratamientos intervencionistas intracraneales si existe alguna sospecha de afectación intracraneal. Se puede esperar una recuperación completa con un tratamiento antibiótico adecuado y una intervención quirúrgica en la mayoría de los casos.

Las tiroiditis supuradas agudas son infecciones infrecuentes, aunque es necesario su manejo temprano y adecuado para reducir complicaciones y recurrencias. Revisamos la presentación clínica, etiología, evolución clínica y manejo de 9 casos de infecciones tiroideas diagnosticadas en niños, y analizamos la existencia de factores predisponentes a estas infecciones.

Nuestro paciente era un niño de 6 años previamente sano. Presentó con febrícula (38,3 máx.), cefaleas y tortícolis. En un hospital local se realizó una tomografía computarizada de cabeza y cuello y se estableció el diagnóstico de absceso retrofaríngeo. El paciente fue enviado a nuestra clínica para estudios y terapia adicionales. Su recuento sanguíneo fue de 8600 L/cm3 con predominio de neutrófilos del 76%. La proteína C reactiva fue de 81,7 mg/L. El resto de las pruebas bioquímicas de rutina no tuvieron ninguna novedad. Los resultados de la prueba de frotis de garganta fueron negativos. Dos series de hemocultivos tomados antes de la terapia antimicrobiana fueron estériles. Consultamos a un especialista en otorrinolaringología quien al tercer día de internación realizó adenoidectomía con incisión y drenaje del absceso retrofaríngeo. Una muestra de pus enviada para cultivo mostró crecimiento de S. intermedius sensible a penicilina, ampicilina, ceftriaxona y vancomicina. Un hisopo de la herida tomado durante la operación mostró el crecimiento de S. intermedius (misma sensibilidad) y S. aureus , sensible a la penicilina y flucloxacilina pero resistente a la clindamicina.

Leemos con gran interés el artículo de Slotboom et al 1 sobre las complicaciones neurológicas de las infecciones por rotavirus en niños. La vacuna contra rotavirus es segura y eficaz en niños inmunocompetentes, con baja incidencia de eventos adversos. El rotavirus puede causar complicaciones neurológicas como encefalopatía, encefalitis, cerebelitis y convulsiones en los niños. 1–3 Sin embargo, no se comprende completamente si la vacuna contra el rotavirus está asociada con complicaciones neurológicas. Se han informado abultamiento de la fontanela, episodios hipotónicos-hiporeactivos, espasmos infantiles, opistótonos y fenómenos similares a convulsiones, 4 pero no hubo evidencia de un mayor riesgo de encefalitis o encefalopatía asociada con la vacuna contra rotavirus. 4 , 5 En este documento, informamos un caso de encefalitis después de la vacuna contra rotavirus en un bebé.

Un lactante varón de 2 meses ingresó al servicio de urgencias con antecedentes de 1 día de fiebre, vómitos, irritabilidad y diarrea leve. Había recibido su primera dosis de vacuna contra rotavirus (Rotarix) 3 días antes del inicio de los síntomas. El paciente no había recibido ninguna vacuna excepto rotavirus y hepatitis B (al nacer y al mes de edad). En el examen, el bebé estaba letárgico y tenía una temperatura de 37,9 °C. El examen neurológico reveló hipotonía generalizada, reflejo de succión deficiente y capacidad de respuesta disminuida a los estímulos. El paciente fue hospitalizado con sospecha de meningoencefalitis. Los estudios de laboratorio que incluyeron hemograma completo, glucosa en sangre y electrolitos, pruebas de función hepática y renal, niveles de lactato y amoníaco, análisis de sangre y orina para detectar errores congénitos del metabolismo y exámenes toxicológicos fueron todos normales. La prueba de heces para antígeno de rotavirus fue positiva. El rotavirus también se detectó mediante la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) múltiple. El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) reveló pleocitosis con niveles normales de glucosa y proteínas. Una resonancia magnética (MRI) cerebral mostró una intensidad de señal anormal en la sustancia blanca de los lóbulos frontales y una hiperintensidad en el esplenio del cuerpo calloso. Un electroencefalograma reveló enlentecimiento difuso compatible con encefalopatía. Se inició tratamiento empírico con aciclovir y ceftriaxona. Los paneles de PCR multiplex respiratorio y de LCR fueron negativos. Los cultivos de sangre, LCR y heces permanecieron estériles. Se suspendieron los tratamientos antimicrobianos y los síntomas neurológicos del paciente se recuperaron por completo en 5 días.

La gastroenteritis aguda es una enfermedad muy extendida que afecta a personas de todas las edades y que potencialmente puede provocar complicaciones graves, especialmente en niños pequeños y ancianos, que son más vulnerables a la deshidratación. Los virus entéricos identificados a principios de la década de 1970 se consideran una de las principales causas mundiales de gastroenteritis. 1 El rotavirus, un miembro de la familia Reoviridae, fue identificado como agente etiológico de la gastroenteritis grave en niños en 1973. 2 La gastroenteritis por rotavirus se manifiesta repentinamente, generalmente con vómitos y diarrea acuosa acompañados de febrícula y calambres abdominales. 1 La gastroenteritis por rotavirus también puede provocar deshidratación y muerte. Se observa con mayor frecuencia en niños menores de 5 años. El rotavirus se puede detectar en muestras de heces mediante microscopía electrónica y con técnicas serológicas y moleculares. La infección puede ser sintomática o asintomática. 3 El rotavirus es responsable de aproximadamente el 40% de las consultas hospitalarias en los países en desarrollo. El número anual de muertes en todo el mundo causadas por rotavirus es de aproximadamente 200.000. El tratamiento de la infección por rotavirus con gastroenteritis viral se basa únicamente en la reposición de líquidos y electrolitos, en lugar de terapia con antibióticos o antivirales. 1

Un niño con dolor en las piernas o que se niega a caminar es motivo de ansiedad tanto para los padres como para los proveedores de atención médica. La miositis infantil aguda benigna es una causa común y autolimitada de dolor en las piernas en los niños. Leichtenstern lo informó por primera vez en 1905 como dolor sensible en el muslo y la pantorrilla que representaba una complicación de la influenza. La incidencia y prevalencia absolutas son inciertas y no existen directrices de tratamiento específicas. 4 Rara vez se ha informado que la gastroenteritis por rotavirus cause síntomas extraintestinales. 5 Presentamos un caso de miositis aguda benigna asociada con gastroenteritis por rotavirus, una causa rara de afectación extraintestinal.

Un niño de 3 años y 1 mes de edad, previamente sano, acudió a urgencias por presentar vómitos, diarrea y fiebre persistentes de 4 días de evolución. El paciente presentaba una ligera deshidratación y una temperatura corporal de 38 °C. Su historia no era notable y no había consanguinidad parental presente en su historia familiar. En el examen físico, la orofaringe estaba hiperémica, los ruidos cardíacos eran rítmicos y no había ningún sonido o soplo adicional. Los ruidos respiratorios eran normales. El examen abdominal reveló aumento de los ruidos intestinales y dolor a la palpación. En el examen neurológico, el paciente estaba levemente agitado y los reflejos tendinosos profundos eran normoactivos. Las pruebas de laboratorio revelaron un recuento de leucocitos de 7.167/mm 3 (predominantemente linfomonocíticos) y la proteína C reactiva era normal. Sin embargo, en términos de parámetros bioquímicos, la alanina transferasa fue de 65 U/L (5-40 U/L) y la aspartato aminotransferasa de 150 U/L (5-40 U/L).

Aquí, reportamos un caso de osteomielitis múltiple por Salmonella no tifoidea (NTS) con buen pronóstico.

Un niño negro de 2 años con un diagnóstico de anemia falciforme al nacer recibió ácido fólico y penicilina por vía oral a largo plazo y sufrió repetidamente dolor abdominal y neumonía. El niño desarrolló fiebre alta y dolor abdominal con una temperatura corporal de 39 °C. No se observaron tos, expectoración, diarrea, convulsiones ni otros síntomas asociados. Se tomaron hemocultivos, urocultivos, examen de líquido cefalorraquídeo y radiografía de tórax. No se observaron abscesos ni vegetaciones en la TC abdominal con contraste y en la ecografía cardíaca, respectivamente. La ceftriaxona se realizó de forma empírica.

Para ampliar

En entornos con vacunación neumocócica conjugada universal, la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) puede ser un marcador de un error congénito de inmunidad subyacente. El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia y caracterizar los tipos de inmunodeficiencias en niños que presentan ENI.

Métodos:

Estudio prospectiva multicéntrica tras la introducción del cribado inmunológico recomendado de forma rutinaria en niños que presentan ENI. La evaluación inmunológica mínima comprendió examen sanguíneo completo y series, inmunoglobulinas séricas (IgG, IgA e IgM), niveles de complemento y función. Los participantes incluidos fueron niños en quienes se aisló Streptococcus pneumoniae de un sitio normalmente estéril (líquido cefalorraquídeo, pleura, peritoneo y membrana sinovial). Si se aislaba de la sangre, era necesario que estuvieran presentes características de sepsis. Se excluyeron los niños con factores predisponentes a ENI (síndrome nefrótico, defecto anatómico o malignidad).

Resultados:

En general, hubo 379 episodios de ENI de los cuales 313 (83%) fueron elegibles para su inclusión y 143/313 (46%) tuvieron una evaluación inmunológica. De estos, a 17/143 (12%) se les diagnosticó una anomalía clínicamente significativa: hipogammaglobulinemia (n = 4), deficiencia de IgA (n = 3), inmunodeficiencia común variable (n = 2), asplenia (n = 2), inmunodeficiencia específica deficiencia de anticuerpos (n = 2), incontinentia pigmenti con disfunción inmunológica (n = 1), deficiencia de complemento alternativo (n = 1), deficiencia de factor H del complemento (n = 1) y trastorno congénito de la glicosilación (n = 1). El número necesario a investigar para identificar a 1 niño que presentaba ENI con una anomalía inmunológica fue 7 para niños menores de 2 años y 9 para niños de 2 años o más.

Conclusiones:

Este estudio respalda la evaluación inmune de rutina de niños que presentan ENI de cualquier edad, considerando la derivación a un inmunólogo pediátrico.

La infección por SARS-CoV-2 durante la gestación y su repercusión en el recién nacido eran, en los primeros meses de la pandemia, desconocidas. Recientes estudios han aportado información sobre la afectación clínica en el recién nacido y su evolución.

En este trabajo se muestra cómo varía la inmunidad pasiva en el recién nacido con relación al momento de infección SARS-CoV-2 materno.

Población y método

Estudio observacional, prospectivo y longitudinal en un hospital de tercer nivel. Se recogieron datos epidemiológicos y clínicos de las madres y sus recién nacidos desde mayo del 2020 hasta junio del 2021.

Resultados

Se ha incluido a un total de 109 madres y 109 neonatos. El 28,4% de las infecciones maternas fueron en el primer trimestre, el 24,8% en el segundo y el 58,8% en el tercero. El 56% de las infecciones maternas fueron sintomáticas, solo una gestante con infección respiratoria grave ingresó en Cuidados Intensivos. La edad gestacional media de los recién nacidos fue de 39 semanas, con un peso medio de 3.232g y un perímetro craneal de 35cm. Ocho recién nacidos hijos de madre con SARS-CoV-2 requirieron ingreso en la UCI neonatal: 2 por ictericia, 2 por distrés respiratorio, uno por prematuridad moderada y 3 por otras causas no relacionadas con infección atribuible a SARS-CoV-2. Los anticuerpos tipo IgG fueron positivas en el 56,9% de los recién nacidos. De las madres infectadas durante el primer trimestre, las IgG fueron positivas en el 32,2% de los recién nacidos, en el segundo trimestre resultaron positivos el 81,5% y en el tercero, el 58,8%. Ningún neonato presentó IgM positivas.

Conclusiones

La infección por SARS-CoV-2 durante la gestación proporciona anticuerpos IgG a la mitad de los recién nacidos. La presencia de anticuerpos en el recién nacido es más probable cuando la infección se ha producido en el segundo trimestre de gestación.

La esquistosomiasis es una enfermedad de elevada prevalencia, especialmente en población inmigrante, asociada a importante morbilidad y retraso diagnóstico fuera de zona endémica. Por estas razones, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional (SEMTSI) han elaborado un documento conjunto de consenso que sirva de guía para el cribado, diagnóstico y tratamiento de esta patología en zonas no endémicas. Un panel de expertos de ambas sociedades identificó las principales preguntas a responder y elaboró las recomendaciones siguiendo la evidencia científica disponible en el momento. El documento fue revisado por los miembros de ambas sociedades para su aprobación final.

La recolección de muestras en niños para detectar tuberculosis (TB) es una consideración vital para lograr un diagnóstico microbiológico. 1 En niños que tienen dificultad para expectorar el esputo, particularmente aquellos menores de 5 años, la recolección de muestras incluye aspirado/lavado gástrico, que tiene una sensibilidad diagnóstica del 65%, y esputo inducido, donde 3 muestras acumulativas de esputo inducido pueden tener un valor diagnóstico. sensibilidad de alrededor del 85% al ​​90%. 2 Las muestras no invasivas, como los aspirados nasofaríngeos (NPA), las heces y los hisopos orales, son alternativas prometedoras. 3–5 En una comparación de NPA y aspirado gástrico, la sensibilidad diagnóstica de NPA fue del 50 % en pacientes con cultivo positivo y aumentó al 65 % con 2 muestras de NPA. 3 Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó la prueba Xpert Ultra (Cepheid) en heces en casos de sospecha de tuberculosis pulmonar pediátrica. En comparación con un estándar de referencia, la sensibilidad y especificidad de la prueba Xpert Ultra en heces en niños con presunta tuberculosis son del 67% y el 99%, respectivamente. 4 La sensibilidad es mayor (79%) en niños con infección por VIH y esputo con baciloscopia positiva, pero menor en niños más pequeños, lo que potencialmente limita el uso de las heces como muestra de diagnóstico en este grupo de edad. 4 , 6 Se están evaluando hisopos orales tomados de la mucosa bucal o de la lengua para la detección de tuberculosis. 7 Sin embargo, en los niños, es necesaria la optimización de las pruebas comerciales de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT), ya que la sensibilidad de los hisopos orales es solo del 22 % con Xpert Ultra. 8 Otros métodos de muestreo incluyen la prueba pediátrica Entero-string, que recupera líquido gástrico a través de un hilo de nailon enrollado en una cápsula ingerida para realizar pruebas de tuberculosis. 9 Se ha demostrado que el muestreo de bioaerosoles mediante mascarillas tiene una alta sensibilidad para detectar Mycobacterium tuberculosis (Mtb) exhalado y otros patógenos respiratorios en adultos.

La incidencia de enfermedad neumocócica invasiva (ENI) descrita por Makwana et al 1 de 2010 a 2016 en Inglaterra, luego de la introducción de la vacuna neumocócica conjugada 13 valente (PCV13), fue similar a la encontrada en El Salvador, Centroamérica, de 2011 a 2019. La PCV13 se introdujo en El Salvador en 2011.

Entre 2011 y 2019, se notificaron 72 casos de ENI en niños <5 años en El Salvador. Se observó una disminución del 38,7% en la incidencia de ENI, de 2,4 casos/100.000 habitantes en 2011 a 1,5 casos/100.000 habitantes en 2019 ( P < 0,001), con una disminución media anual de 0,77 casos/100.000 habitantes. La mayor disminución (52,5%) se observó en el grupo de edad de 1 a 4 años, donde la incidencia de ENI disminuyó de 1,9 a 0,9 casos/100.000 habitantes ( p < 0,001). Las tasas se calcularon para cada grupo de edad bajo estudio (<1 año, 1 a 4 años, >4 a <5 años) utilizando SPSS 26 (IBM, Armonk, NY).

Como se mencionó anteriormente, la PCV13 se introdujo en El Salvador en 2011. Dos años después, se detectó una disminución sustancial en los serotipos vacunales (VS) 1, 6 B, 7F, 14, 18C, 19A y 23F. Sin embargo, de 2011 a 2013 se siguieron registrando VS 9V, y de 2013 a 2015 se reportaron nuevos VS 4, 6A y 19F. En 2014 y 2015, VS 4 se informó una vez al año. De 2016 a 2018, no se aislaron VS de pacientes <5 años de edad a los que se les diagnosticó ENI. En 2018, la PCV13 fue sustituida por una vacuna neumocócica conjugada 10-valente (PCV10) para la vacunación sistemática en niños <2 años. En 2019 se aisló VS 19 F a partir de muestras clínicas de líquido pleural obtenidas de dos pacientes diagnosticados de neumonía más empiema, de 1 y 3 años de edad, respectivamente. La serotipificación de S. pneumoniae fue interrumpida en El Salvador en 2020 por falta de reactivos. La PCV10 fue reemplazada por la PCV13 en 2020.

Describir la demografía, la distribución/estacionalidad de patógenos y los factores de riesgo en niños que buscaron atención por gastroenteritis aguda (AGE) en un departamento de emergencias del medio oeste de EE. UU. durante 5 años de vacunación posrotavirus (2011-2016) y, además, comparar los mismos datos con niños sanos emparejados. controles (HC).

Diseño del estudio

Se incluyeron participantes de AGE y HC <11 años inscritos en el estudio New Vaccine Surveillance Network entre diciembre de 2011 y junio de 2016. La AGE se definió como ≥3 episodios de diarrea o ≥1 episodio de vómitos. La edad de cada HC era similar a la edad de un participante de AGE. Se analizaron los patógenos para detectar efectos estacionales. Se compararon los factores de riesgo de los participantes para la enfermedad de AGE y las detecciones de patógenos entre HC y un subconjunto equivalente de casos de AGE.

Resultados

Se detectaron uno o más organismos en 1159 de 2503 niños (46,3%) con AGE en comparación con 99 de 537 HC (17,3%). El norovirus se detectó con mayor frecuencia entre los AGE (n = 568 [22,7 %]) y el segundo con mayor frecuencia en HC (n = 39 [6,8 %]). El rotavirus fue el segundo patógeno detectado con mayor frecuencia entre los AGE (n = 196 [7,8%]). Los niños con AGE tenían significativamente más probabilidades de haber informado de un contacto con una enfermedad en comparación con los HC, tanto fuera del hogar (15,6 % frente a 1,4 %; P < 0,001 ) como dentro del hogar (18,6 % frente a 2,1 %; P < 0,001). La asistencia a la guardería fue mayor entre los niños con AGE (41,4%) en comparación con los HC (29,5%; P < 0,001). La tasa de detección de Clostridium difficile fue ligeramente mayor entre los HC (7,0%) que entre los AGE (5,3%).

Conclusiones

El norovirus fue el patógeno más prevalente entre los niños con AGE. Se detectó norovirus en algunos HC, lo que sugiere una posible diseminación asintomática entre los HC. La proporción de participantes de AGE con un contacto enfermo fue aproximadamente 10 veces mayor que la de HC.

Tuckerman J, Harper K, Sullivan TR, Cuthbert AR, Fereday J, Couper J, et al. Short message service (SMS) reminder nudge for parents and influenza vaccination uptake in children and adolescents with special risk medical conditions. JAMA Pediatr 2023;177:337-44.

Pregunta

Entre los niños con condiciones médicas de riesgo especial, ¿cuál es la eficacia de los recordatorios del servicio de mensajes cortos (SMS o mensajes de texto), en comparación con un recordatorio médico únicamente, para mejorar las tasas y la puntualidad de la vacunación contra la influenza?

Diseño

Ensayo controlado aleatorio.

Configuración

Un hospital pediátrico terciario en Adelaide, Australia del Sur.

Participantes

Seiscientos niños y adolescentes de entre 6 meses y 17 años con condiciones de salud que los ponen en mayor riesgo de sufrir complicaciones por influenza.

Intervención

Recordatorio por SMS a los padres indicando la gravedad de la influenza, la necesidad de vacunar a sus hijos y la disponibilidad de vacunas gratuitas en su clínica.

Resultados

Recibo de ≥1 dosis de vacuna antigripal.

Resultados principales

Las tasas de vacunación contra la influenza fueron mayores entre los niños cuyos padres recibieron un recordatorio por SMS además de un recordatorio del médico en comparación con los niños que recibieron solo un recordatorio del médico, 38,6% frente a 26,2%, respectivamente, odds ratio ajustado, aOR, 1,79 (IC del 95%, 1,27-2,55). El tiempo hasta la vacunación contra la influenza también fue más corto para los niños cuyos padres recibieron un recordatorio por SMS, índice de riesgo ajustado, aHR, 1,67 (IC del 95 %, 1,25-2,22). Este efecto fue similar en todos los grupos de edad pediátrica.

Conclusión

Los recordatorios por SMS enviados a los padres durante el período de disponibilidad de la vacuna contra la influenza pueden aumentar las tasas de vacunación entre los niños con riesgo de sufrir complicaciones graves asociadas a la influenza.

Comentario

Aunque los niños con condiciones de salud de riesgo especial tienen más probabilidades de experimentar complicaciones asociadas a la influenza, las bajas tasas de vacunación contra la influenza entre los niños han sido un problema de larga data en países con recomendaciones de vacunación pediátrica contra la influenza. Los mensajes de texto ofrecen un medio relativamente sencillo y de bajo costo para administrar estrategias de recordatorio/recordación para aumentar las tasas de vacunación. El éxito de este enfoque se ha documentado previamente entre niños que buscan atención terciaria por afecciones médicas crónicas. – así como los niños en el ámbito de atención primaria.

Otras formas de recordatorios de vacunación, como correos electrónicos de los padres, 4han mostrado una modesta mejora similar en las tasas de vacunación. En línea con estos estudios previos, Tuckerman et al muestran que, además de una recomendación de un profesional sanitario, un recordatorio por SMS no sólo podría aumentar las tasas de vacunación sino también la puntualidad de la vacunación. Dado que la vacunación oportuna ofrece la mejor oportunidad para protegerse contra la influenza estacional, este es un hallazgo particularmente importante. A pesar de esto, es poco probable que los recordatorios por SMS resuelvan por sí solos las bajas tasas de vacunación. Aunque las tasas de inmunización entre el grupo SMS fueron más altas en comparación con el grupo de control, el 38,6% está lejos de una cobertura de vacunación óptima entre los niños con condiciones de salud especiales. Estos resultados indican que, si bien las intervenciones basadas en SMS son herramientas útiles y eficientes, es probable que complementen otras estrategias dentro de intervenciones de componentes múltiples.

Algunos lectores recordarán los distintos tratamientos para el reflujo gastroesofágico; muchos con eficacia cuestionable. Ya no se recomienda el uso de varios de ellos (p. ej., metoclopramida, cisaprida, cimetidina) o incluso se han retirado debido a efectos secundarios graves como somnolencia, efectos extrapiramidales, anomalías graves del intervalo QT que predisponen a arritmia cardíaca o interacción con otros fármacos. El desarrollo de inhibidores de la bomba de protones (IBP) parecía ser la respuesta o una ayuda parcial para el tratamiento de los síntomas. Ahora parece que este grupo de fármacos se asocia con infecciones graves (infecciones que requieren hospitalización) al interferir con la microbiota intestinal o, incluso, directamente…

Objetivos. La vacunación frente al SARS-CoV-2 es fundamental para mitigar el impacto personal, social y global de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) a medida que pasamos de una fase pandémica a una endémica. Actualmente se requieren vacunas que ofrezcan una protección inmunológica amplia y duradera contra la infección, además de proteger de la enfermedad grave y la hospitalización. En este artículo se presenta una revisión de la evidencia científica para una nueva vacuna COVID-19, PHH-1V (Bimervax®; HIPRA HUMAN HEALTH S.L.U) y los resultados de un consenso de expertos.

Material y métodos. El comité de expertos incluyó expertos españoles en medicina, medicina de familia, pediatría, inmunología, microbiología, enfermería y veterinaria. El consenso se logró mediante un proceso de 4 fases que constó de una reunión presencial durante la cual se revisó la evidencia científica, un cuestionario en remoto para obtener opiniones sobre el valor de PHH-1V, una segunda reunión presencial de actualización y discusión sobre la evolución de la situación epidemiológica, los programas de vacunas y la evidencia científica para PHH-1V y una última reunión presencial en la que se obtuvo el consenso.

Resultados. Los expertos coincidieron en que PHH-1V constituye una vacuna novedosa y valiosa para el desarrollo de programas de vacunación destinados a proteger a la población de la infección y enfermedad por SARS-CoV-2. El consenso se basó en la evidencia del amplio espectro de eficacia contra las variantes establecidas y emergentes del SARS-CoV-2, una respuesta inmunológica potente y un buen perfil de seguridad. Las propiedades fisicoquímicas de la formulación de PHH-1V facilitan la manipulación y el almacenamiento apropiados para la absorción global.

Conclusiones. Las propiedades fisicoquímicas, formulación, inmunogenicidad y bajo perfil reactogénico de PHH-1V confirman la idoneidad de esta nueva vacuna COVID-19.

(¿Aumenta el uso de la mascarilla la tasa de portadores nasales de Staphylococcus aureus?). Rev Esp Quimioter 2023; 36(5): 549-551

Staphylococcus aureus es una bacteria Gram-positiva relevante en la práctica clínica. Este microorganismo puede formar parte de la microbiota de la piel y las mucosas, pero también puede causar infecciones diversas. Cuando coloniza S. aureus presenta su principal reservorio en la mucosa nasal, siendo esta localización una de las mejores para evaluar la portación de S. aureus. También se ha descrito una correlación entre la portación nasal y la posibilidad de sufrir una infección [1]. La prevalencia de colonización en población sana es muy elevada. Estudios longitudinales sugieren que el 20% de la población son portadores persistentes, el 30% de la población son portadores intermitentes y el 50% no están colonizados [2]. En un estudio realizado en la Universidad Complutense de Madrid en estudiantes preclínicos de Podología durante dos cursos académicos, entre 2018-19 y 2019-20, se observó una prevalencia del 22,7% de portadores nasales de S. aureus antes de la pandemia y del uso generalizado de mascarillas faciales [3]. Varios estudios han demostrado la eficacia de las mascarillas faciales en la prevención de la transmisión de enfermedades víricas [4], así como en la prevención de enfermedades bacterianas como la meningitis [5]. Sin embargo, hasta donde sabemos, no se han encontrado estudios en la literatura que analicen el impacto del uso continuado de mascarillas faciales en la pandemia en la portación de S. aureus. El objetivo de este estudio fue comparar la evolución de la portación nasal de S. aureus en una población de estudiantes preclínicos de Podología y Medicina en la pandemia COVID-19, en el curso 2021-22 con mascarilla facial, y en el curso 2022-23 sin mascarilla facial.

Reconocida por primera vez en niños en los Estados Unidos, la borreliosis de Lyme (LB) es la enfermedad transmitida por garrapatas más prevalente en América del Norte y Europa. Sin embargo, la incidencia de LB en niños, incluida la variación geográfica y la diferencia con la de los adultos, no se describe completamente.

Métodos:

Recopilamos datos de vigilancia de sitios web de agencias de salud pública que informan datos de casos de LB estratificados por edad, que se combinaron con datos del censo para derivar estimaciones de incidencia. Se obtuvieron estimaciones de incidencia adicionales a través de una revisión sistemática de la literatura.

Resultados:

Identificamos 18 sistemas de vigilancia y 15 estudios publicados para derivar la incidencia de LB en niños. Se estimó una incidencia nacional de >10 casos en niños por 100.000 por año para los Estados Unidos y partes de Europa oriental, occidental y septentrional. Sin embargo, hubo una variación sustancial en la incidencia entre los países de algunas regiones europeas. Las estimaciones de incidencia nacional de la literatura coincidieron en gran medida con las estimaciones de la vigilancia. La incidencia pediátrica informada por la vigilancia fue menor que la incidencia en adultos en 8 países, similar a la incidencia en adultos en 3 países y mayor que la incidencia en adultos en 1 país. Entre todos los estratos de edad pediátrica, el estrato de 5 a 9 años tuvo la mayor proporción de casos pediátricos en la mayoría de los países.

Conclusiones:

Dado que el LB pediátrico representa una proporción sustancial de la incidencia general de LB en los países de Europa y América del Norte, los esfuerzos de prevención y control del LB deben dirigirse tanto a las poblaciones pediátricas como a las adultas. Sin embargo, se necesitan mejores datos para caracterizar completamente la diferencia en la incidencia entre regiones geográficas.

La gastritis por Helicobacter pylori ( H. pylori ) puede ser un hallazgo incidental durante la endoscopia superior realizada para diagnosticar la enfermedad celíaca (EED), la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y la esofagitis eosinofílica (EoE). Nuestro objetivo fue describir la incidencia de H. pylori en niños sometidos a endoscopia por ECe, EII y EEo y determinar las indicaciones de tratamiento.

Métodos: 

Estudio retrospectivo, unicéntrico, basado en la revisión de informes de endoscopia de pacientes pediátricos, diagnosticados con CeD, EII y EEo, entre enero de 2017 y diciembre de 2021. Los datos recopilados incluyeron; edad, sexo, parámetros hematológicos, resultados endoscópicos, histológicos y de cultivos de H. pylori e información sobre el tratamiento de erradicación.

Resultados: 

La gastritis por H. pylori se diagnosticó en 120 de 558 (21,5%) niños [72 (60%) mujeres, edad media 10,6 años] durante una gastroscopia realizada para el diagnóstico de otras enfermedades gastrointestinales. H. pylori estuvo presente en 87 de 404 (21,5%) pacientes con CeD, 27 de 113 (23,9%) con EII y 6 de 41 (14,6%) pacientes con EOE ( p = 0,46). La principal indicación de tratamiento fue la presencia de úlceras, en 4 de 120 (3,3%), y erosiones en 17 de 120 (14,2%). Se recomendó tratamiento de erradicación en 22 de 120 (18,3%) pacientes, 8 de 87 (9,2%) con ECe, 10 de 27 (37%) con EII y 4 de 6 (66,7%) pacientes con EEo, p < 0,001 . Se identificaron cuatro predictores de tratamiento positivos independientes; edad mayor de 10 años {odds ratio (OR) = 10,57 [intervalo de confianza (IC) del 95% 1,88-59,36], P = 0,007} la presencia de gastritis nodular (OR = 5,03 [IC del 95% 1,09-23,15], P = 0,38 ), erosiones [OR = 49,21 (IC 95% 8,19–295,83), P < 0,000] y úlceras [OR = 22,69 (IC 95% 1,25–410,22), P = 0,035]. La EC fue un fuerte predictor negativo para el tratamiento [OR = 0,23 (IC del 95 %: 0,002–0,241), P = 0,002].

Conclusiones: 

La gastritis por H. pylori es un hallazgo incidental común durante la endoscopia. Las indicaciones de tratamiento no están bien definidas y deberían investigarse más a fondo.

Presentamos un gran estudio de cohorte multicéntrico que tuvo como objetivo evaluar las tasas de infección bacteriana entre bebés febriles de hasta 90 días de edad que acudieron al departamento de urgencias pediátricas con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo durante 2021-2022 a lo largo de sucesivas oleadas de variantes. En total, se incluyeron 417 lactantes febriles. Veintiséis niños (6,2%) tenían infecciones bacterianas. Todas las infecciones bacterianas consistieron en infecciones del tracto urinario y no hubo infecciones bacterianas invasivas. No hubo mortalidad.

La toxocariasis, causada por lombrices intestinales de perros y gatos, es una de las infecciones por helmintos zoonóticos más comunes en los Estados Unidos y puede provocar una morbilidad grave de por vida en los niños. Aunque los estudios históricos de seroprevalencia han identificado una alta frecuencia de toxocariasis a nivel regional en los Estados Unidos, existen pocos estudios que vinculen la epidemiología y la enfermedad clínica en niños. El objetivo del estudio fue examinar la epidemiología contemporánea de la toxocariasis pediátrica en una región endémica de EE. UU.

Métodos:

Realizamos un estudio epidemiológico analizando a niños diagnosticados con toxocariasis que acudieron a un hospital pediátrico terciario en Texas de 2010 a 2021. Examinamos los factores de riesgo y realizamos un análisis geoespacial, incluido un análisis comparativo de casos humanos y ubicaciones de animales callejeros infectados entregados en el mismo región.

Resultados:

Los niños diagnosticados con toxocariasis eran más comúnmente de etnia hispana/latina (30/46; 65%), raza blanca (41/45; 91%) y recibían Medicaid (34/44, 77%). Muchos niños infectados tuvieron contacto con perros o gatos. La toxocariasis ocular se asoció con una falta de eosinofilia periférica ( P <0,001). Ningún otro síndrome de Toxocara se asoció con niveles absolutos definidos de recuento de eosinófilos. La resolución de la eosinofilia postratamiento fue variable, oscilando entre 1 y 172 semanas. Se identificó un punto crítico de Toxocara en el noreste de Houston, que comprende uno de los ingresos familiares medios más bajos de la región.

Conclusiones:

La toxocariasis es una infección zoonótica devastadora en niños que viven en Estados Unidos. Como no es una enfermedad de declaración obligatoria, la verdadera carga sigue siendo desconocida. Es fundamental aumentar la conciencia sobre la toxocariasis para dirigir las intervenciones de salud pública y, en última instancia, reducir la morbilidad inducida por Toxocara en los niños estadounidenses.

La encefalitis transmitida por garrapatas (TBE) es una infección por el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas (TBEV) con síntomas de inflamación del sistema nervioso central. La TBE es endémica en Letonia y otras partes de Europa. En Letonia se recomienda la vacuna TBE para los niños. La efectividad de la vacuna TBE (EV) se estimó en Letonia, un país con alta incidencia de TBE, proporcionando las primeras estimaciones de EV frente a una variedad de resultados de infección por TBEV en niños de 1 a 15 años de edad.

Métodos:

La Universidad Rīga Stradinš llevó a cabo una vigilancia a nivel nacional de los casos sospechosos de TBE. Se analizaron ELISA en suero y líquido cefalorraquídeo para detectar anticuerpos IgG e IgM específicos de TBEV. Un niño completamente vacunado era un individuo que había recibido la serie primaria de 3 dosis y refuerzos en el momento adecuado. La proporción de casos de TBE confirmados por laboratorio con vacunación completa (PCV) se determinó a partir de entrevistas y registros médicos. La proporción de la población general completamente vacunada (PPV) se determinó a partir de encuestas nacionales realizadas en 2019 y 2020. La VE de TBE en niños de 1 a 15 años se estimó mediante el método de detección: VE = 1 − [PCV/(1 − PCV)/PPV/(1 − PPV)].

Resultados:

De 2018 a 2020, la vigilancia identificó 36 casos de TBE en niños de 1 a 15 años; todos fueron hospitalizados, 5 (13,9%) durante >12 días. De los casos de TBE, el 94,4% (34/36) no estaban vacunados en comparación con el 43,8% de los niños de la población general. La EV frente a la hospitalización por TBE en niños de 1 a 15 años fue del 94,9% (intervalo de confianza del 95%: 63,1-99,3). En 2018-2020, la vacunación en niños de 1 a 15 años evitó 39 casos de TBE hospitalizados.

Conclusión:

Las vacunas pediátricas contra la TBE fueron muy eficaces para prevenir la TBE en los niños. Aumentar la absorción de la vacuna TBE en los niños es esencial para maximizar el impacto de la vacunación TBE en la salud pública.

Objetivos: Describir la incidencia de diabetes mellitus pediátrica de nueva aparición, las características clínicas y los patrones de presentación en los departamentos de emergencia (SU) durante la pandemia de COVID-19, y evaluar si este aumento se asoció con la infección por SARS-CoV-2.

Diseño: Revisión retrospectiva de historias clínicas.

Ámbito: Cuarenta y nueve urgencias pediátricas en todo el Reino Unido e Irlanda.

Pacientes: Todos los niños de 6 meses a 16 años que acuden a los servicios de urgencias con (1) diabetes de nueva aparición o (2) diabetes preexistente con cetoacidosis diabética (CAD), durante la pandemia de COVID-19 (del 1 de marzo de 2020 al 28 de febrero de 2021). y el año anterior (1 de marzo de 2019-28 de febrero de 2020).

Resultados: Hubo aumentos en la diabetes de nueva aparición (1015 a 1183, 17%), en comparación con la incidencia inicial del 3% al 5% en el Reino Unido durante los últimos 5 años. Hubo aumentos en los niños que presentaban diabetes de nueva aparición en CAD (395 a 566, 43%), CAD grave (141 a 252, 79%) y admisiones a cuidados intensivos (38 a 72, 89%). El aumento de la gravedad se reflejó en los parámetros bioquímicos y fisiológicos y en la administración de bolos de líquidos. El tiempo hasta la presentación desde el inicio de los síntomas para los niños que presentaban diabetes de nueva aparición y CAD fue similar en ambos años; La demora en la búsqueda de atención médica no pareció ser el único factor que contribuyó a la CAD durante la pandemia. Los patrones de presentación cambiaron en el año de la pandemia y se perdió la variación estacional. Los niños con diabetes preexistente presentaron menos episodios de descompensación.

Conclusiones: Hubo aumentos en la diabetes de nueva aparición en niños y un mayor riesgo de CAD en el primer año de la pandemia de COVID.

La pandemia de COVID-19 se manejó con confinamiento, distanciamiento social, uso de mascarillas y vacunación. Los bebés experimentaron aislamiento social y tuvieron que usar mascarillas. Se especuló sobre si las medidas de mitigación de la COVID-19, incluido el uso de mascarillas, afectarían el desarrollo infantil. 1 Se identificaron déficits en las habilidades de comunicación temprana entre los bebés de hasta 24 meses evaluados durante la pandemia. 2 3

El estudio CORAL es un estudio longitudinal de más de 350 bebés irlandeses nacidos durante la pandemia. 4 Anteriormente hemos demostrado que los bebés CORAL tenían círculos sociales limitados y una reducción en las habilidades sociales/de comunicación en relación con una cohorte histórica a los 12 y 24 meses de edad. 3 4 Utilizamos tecnología de seguimiento ocular para determinar dónde fijaban la mirada los bebés CORAL de 18 meses cuando miraban a adultos enmascarados y desenmascarados.

Introducción El estudio CORAL (Impacto de la pandemia del virus corona en la desregulación alérgica y autoinmune en bebés nacidos durante el bloqueo) informó una reducción en los hitos de la comunicación social en bebés de 12 meses nacidos durante la pandemia de COVID-19.

Objetivos Analizar los resultados de desarrollo y comportamiento de 24 meses en la cohorte CORAL.

Diseño El estudio CORAL es un estudio observacional prospectivo longitudinal de bebés irlandeses nacidos en los primeros 3 meses de la pandemia. A los 24 meses de edad, se completaron el Cuestionario de desarrollo de edades y etapas (ASQ24) y la Lista de verificación de comportamiento infantil (CBCL) y se compararon con la cohorte BASELINE (Bebés después de SCOPE: Evaluación del impacto longitudinal utilizando el impacto neurológico y nutricional) prepandémica.

Resultados Se incluyeron 917 bebés (312 bebés CORAL y 605 bebés BASELINE). A los 24 meses de edad, los bebés de las cohortes CORAL y BASELINE tenían puntuaciones de desarrollo ASQ24 similares en motricidad fina, resolución de problemas y dominios personal y social, pero las puntuaciones de comunicación ASQ24 fueron significativamente más bajas en el grupo CORAL en comparación con la cohorte BASELINE (media (DE) 49,5 (15,1) frente a 53,7 (11,6), p<0,01). Los bebés de la cohorte CORAL tenían más probabilidades de obtener puntuaciones por debajo de los puntos de corte estandarizados para preocupaciones de desarrollo en el dominio de comunicación (11,9% CORAL en comparación con 5,4% BASELINE, p<0,01). Las puntuaciones de motricidad gruesa del ASQ24 no ajustadas fueron más bajas para la cohorte pandémica. Menos bebés CORAL cayeron por debajo del límite de 2 DE en el subdominio personal-social. Para CBCL, no hubo evidencia de diferencias en las puntuaciones entre las cohortes en el análisis multivariable.

Conclusión Los bebés de 24 meses nacidos durante una pandemia tuvieron puntuaciones de desarrollo y comportamiento muy similares en comparación con sus homólogos prepandémicos. Se han planteado preocupaciones en el ámbito del desarrollo de la comunicación.

Con la COVID-19 los países tuvieron que tomar decisiones drásticas e inesperadas para la población. El gobierno español decretó el estado de alarma (14/03/2020-21/06/2020), tomándose medidas estrictas (confinamiento domiciliario, implantación del teletrabajo, cierre de negocios, guarderías, colegios y universidades), teniendo que permanecer adultos y menores en su domicilio un largo periodo de tiempo.

Las familias tuvieron que hacer frente a un estrés adicional por el miedo al contagio1, el padecimiento de la enfermedad, la incertidumbre ante este nuevo virus, muertes cercanas y las pérdidas económicas o laborales2. Las crisis económicas, los desastres naturales, epidemias infecciosas, así como los cambios importantes en las rutinas de la población afectan a su salud mental3 y aumentan los casos de maltrato infantil (MI). La convivencia empeora en viviendas pequeñas o hacinadas, más aún en entornos desestructurados, por lo que el confinamiento de estos niños vulnerables, sin más contacto social que el de su familia, al no tener apoyo externo de profesores, pediatras u otros profesionales, hace que aumenten los casos de MI4, aunque algunos estudios apuntan a que se podrían detectar menos durante las restricciones, especialmente los leves5,6.

El MI es toda acción u omisión que priva a los menores de sus derechos y bienestar, amenaza o interfiere su desarrollo físico, psíquico o social, con independencia de su forma y medio de comisión, incluida la realizada a través de las tecnologías, como la violencia digital. Existen cuatro tipos de maltrato: físico, negligencia, sexual y emocional. Con el fin del estado de alarma y desescalada de las medidas restrictivas, comenzamos a notar en nuestro Servicio de Urgencias pediátricas un aumento de consultas por este motivo. Ante la ausencia de un registro específico de MI y de datos previos con los que poder comparar, nos propusimos estudiar si se estaba produciendo un aumento significativo y si se habían producido cambios en sus características respecto al mismo periodo de tiempo en el año previo como consecuencia del confinamiento. De confirmarse esta percepción, lo consideramos un aspecto del estado de bienestar lo suficientemente importante como para hacer un llamamiento a la comunidad científica y compartir el conocimiento hallado al respecto con el fin de elaborar estrategias de detección precoz y prevención.

Realizamos un estudio retrospectivo descriptivo y analítico revisando historias clínicas de pacientes de 0 a 18 años atendidos en nuestro servicio por MI durante 24 meses. Comparamos sus características preconfinamiento (febrero 2019-14 marzo 2020), y posconfinamiento (15 marzo 2020-febrero 2021), sin detectar ni sospechar casos durante el confinamiento estricto (14/03/2020-05/06/2020). En todos los pacientes el protocolo fue igualmente aplicado sin cambios durante ambos periodos (parte de lesiones, interconsulta a Trabajo Social ± denuncia a la Policía y participación de médico forense en el caso de las agresiones físicas graves y todos los casos de abuso sexual). Las características del total se exponen en la tabla 1 y las características por periodos y tipo de agresión se muestran en la tabla 2. En el posconfinamiento se produjo un cambio en el patrón del agresor, siendo ajeno a la familia en el preconfinamiento y del entorno familiar durante el posconfinamiento, con un aumento de la violencia ejercida por la madre y disminución de la ejercida por el padre, requiriendo en más ocasiones ingreso con diferencias estadísticamente significativas. 

Objetivo: Los niños con enfermedad de Kawasaki (EK) y un ecocardiograma inicial que demuestra aneurismas de las arterias coronarias (CAA, puntuación Z ≥2,5) tienen un alto riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares graves. Intentamos determinar si el tratamiento primario complementario con infliximab en una dosis de 5 o 10 mg/kg, en comparación con la inmunoglobulina intravenosa (IGIV) sola, se asocia con una mayor probabilidad de regresión de CAA en pacientes con EK con CAA en el momento del diagnóstico.

Diseño y ambientación: Estudio observacional unicéntrico.

Pacientes: Niños con KD aguda y puntuación Z ≥2,5 al inicio del estudio.

Intervenciones: infliximab como complemento primario (5 o 10 mg/kg) dentro de las 48 horas posteriores al inicio de la IGIV 2 g/kg.

Principales medidas de resultado: Incidencia de regresión de CAA a Zmax <2 dentro de los 2 meses posteriores al inicio de la enfermedad.

Resultados: De los 168 pacientes con EK, 111 recibieron IGIV sola y 57 recibieron terapia complementaria primaria con infliximab: 39 recibieron 5 mg/kg y 18 recibieron 10 mg/kg. La incidencia de regresión de CAA a Zmax <2 en 2 meses fue estadísticamente significativa en 52 %, 62 % y 83 % en la IGIV sola, IGIV + infliximab 5 mg/kg e IGIV + infliximab 10 mg/kg, respectivamente. El modelo de regresión logística multivariable que ajusta por edad, sexo, Zmax inicial y CAA bilateral al inicio del estudio mostró que IgIV más 10 mg/kg de infliximab se asoció significativamente con una mayor probabilidad de regresión de CAA (OR ajustado: 4,45; IC del 95 %: 1,17 a 16,89; p=0,028) en comparación con IVIG sola. La diferencia entre IGIV + infliximab 5 mg/kg e IGIV sola no fue significativa.

Conclusiones: El tratamiento primario complementario de infliximab en dosis altas de 10 mg/kg se asoció con una mayor probabilidad de regresión de CAA en pacientes con CAA en el momento del diagnóstico.

Aunque es un artículo de opinión me ha parecido muy interesante porque analiza la fiabilidad del test y de los cultivos para discernir entre infección y portación.

Es posible que los médicos estén sobrediagnosticando la enfermedad de estreptococos beta hemolíticos del grupo A (EGAB)/ Streptococcus pyogenes debido a los métodos de prueba actuales.

En resumen, la prescripción excesiva de antibióticos en el caso de dolor de garganta agudo es una cuestión que debe considerarse ampliamente en todo el campo médico. En el futuro, puede ser beneficioso utilizar pruebas rápidas de estreptococo con la mayor sensibilidad diagnóstica para no pasar por alto falsos negativos y desarrollar una nueva prueba de estreptococo que pueda evaluar cuantitativamente la cantidad de bacterias GABHS presentes. El objetivo general es utilizar adecuadamente los antibióticos en los pacientes, garantizando que los métodos de diagnóstico, cuando se combinen con los hallazgos físicos y los antecedentes, identifiquen correctamente a los portadores de estreptococos y no pasen por alto a aquellos con enfermedad estreptocócica. Si hay un alto índice de sospecha clínica, pero con una prueba rápida de estreptococo negativa el proveedor no está seguro, se puede retrasar el tratamiento y dar otras 24 h para que el diagnóstico sea más seguro.

ANTECEDENTES: La otitis media con efusión (OME) es una acumulación de líquido en la cavidad del oído medio, común entre los niños pequeños. El líquido puede causar pérdida de audición.

Cuando es persistente, puede provocar retraso en el desarrollo, dificultades sociales y mala calidad de vida. El tratamiento de la OME incluye conducta expectante, autoinflamación y tratamiento médico y quirúrgico. A veces se utilizan antibióticos para tratar las bacterias presentes en el derrame o las biopelículas asociadas.

CONCLUSIONES: La evidencia sobre el uso de antibióticos para la OME es de certeza baja a muy baja. Aunque el uso de antibióticos en comparación con ningún tratamiento puede tener un ligero efecto beneficioso sobre la resolución de la OME en hasta tres meses, el impacto general sobre la audición es muy incierto. Los efectos a largo plazo de los antibióticos no están claros y pocos de los estudios incluidos en esta revisión informaron sobre posibles daños. Estos importantes criterios de valoración deben

considerarse al sopesar los posibles beneficios y daños a corto y largo plazo del tratamiento con antibióticos en una afección con una alta tasa de resolución espontánea.

Los médicos utilizan cada vez más inhibidores de la bomba de protones (IBP) para tratar a bebés sanos con enfermedad por reflujo gastro esofágico (ERGE) que presentan llanto y regurgitación excesivos. Los médicos también están utilizando IBP en niños con afecciones de salud crónicas y complejas para controlar la sospecha de ERGE.

Si bien el conjunto de estos niños con función oromotora deteriorada tiene más probabilidades de tener ERGE que los niños sanos, no existe evidencia sólida que respalde el uso de IBP en ninguna de las poblaciones. Peor aún: puede haber daño.

Aunque los datos en niños son escasos, en pacientes adultos y ancianos los IBP se han asociado con un mayor riesgo de neumonía adquirida en la comunidad, infección por Clostridium difficile, fracturas relacionadas con la osteoporosis, deficiencia de vitamina B 12, enfermedad renal y demencia.

Dados los resultados del análisis de Lassalle et al. del uso de IBP y de infecciones graves, así como de los mecanismos plausibles, es hora de limitar el uso de IBP en lactantes y niños, especialmente cuando por lo demás están sanos y hasta que más investigaciones distingan quién tiene la relación riesgo-beneficio más favorable. Para abordar esta brecha de conocimiento, sugerimos recopilar datos primarios sobre los efectos del uso de IBP en bebés y niños, incluidos los cambios en la composición y función del microbioma intestinal infantil.

Bibliografía septiembre 2023

Top ten

Toda investigación que se realice en ciencias de la salud debe garantizar tanto la seguridad del paciente como la confidencialidad de sus datos personales. Los 2 textos que marcan a nivel internacional los principios éticos que cualquier estudio debe contemplar son la declaración de Helsinki, promulgada por la World Medical Association1 y la Guía de Buena Práctica Clínica de la International Conference on Harmonitation. Estos 2 documentos sientan las bases sobre las que después, cada país, elabora sus propias normativas y legislaciones internas que regulan la investigación en biomedicina.

A nivel español…

El estreptococo del grupo A es una de las principales causas de otorrea . La realización de pruebas rápidas de antígenos en 256 niños con otorrea mostró una excelente sensibilidad, 97,3% (intervalo de confianza del 95%: 90,7%-99,7%) y especificidad, 100% (intervalo de confianza del 95%: 98,0%-100%). En un período de crecientes infecciones por estreptococos del grupo A, invasivas y no invasivas , un diagnóstico precoz podría ser útil.

La perforación espontánea de la membrana timpánica (SPTM) representa aproximadamente el 7% de los casos de otitis media aguda (OMA). 1 Varios estudios han demostrado que el estreptococo del grupo A (GAS), que representa del 12% al 17% de los casos, se afecta con mayor frecuencia en niños ≥3 años. 2–4 Además, cuando el GAS se aísla del líquido del oído medio (MEF), las coinfecciones y la OMA recurrente son menos frecuentes que en la SPTM debido a una infección por Haemophilus influenzae . 5 , 6

Para describir el espectro bacteriológico de la OMA con SPTM, realizamos un estudio observacional de 2015 a 2018, como se describe en otra parte. 5 Debido a que nuestros resultados mostraron que GAS ocupó el primer lugar en infecciones en niños mayores de 3 años, parecía potencialmente relevante realizar y evaluar una prueba rápida de detección de antígenos (RADT) de GAS en MEF además del cultivo de otorrea. Se han desarrollado RADT para la faringitis por GAS y son la piedra angular del tratamiento del dolor de garganta en muchos países.

Importancia: La gran superposición entre los síntomas de la sinusitis aguda y la infección viral del tracto respiratorio superior sugiere que ciertos subgrupos de niños a los que se les diagnostica sinusitis aguda y posteriormente se tratan con antibióticos obtienen pocos beneficios del uso de antibióticos.

Objetivo: Evaluar si la terapia con antibióticos podría suspenderse adecuadamente en subgrupos preespecificados.

Diseño, ámbito y participantes: ensayo clínico aleatorizado que incluyó a 515 niños de 2 a 11 años diagnosticados con sinusitis aguda según criterios clínicos. El ensayo se realizó entre febrero de 2016 y abril de 2022 en consultorios de atención primaria afiliados a 6 instituciones de EE. UU. y se diseñó para evaluar si la carga de síntomas difería en los subgrupos definidos por Streptococcus pneumoniae nasofaríngeo, Haemophilus influenzae o Moraxella catarrhalis en el cultivo bacteriano y por la presencia de secreción nasal coloreada.

Intervenciones: Amoxicilina oral (90 mg/kg/d) y clavulanato (6,4 mg/kg/d) (n = 254) o placebo (n = 256) durante 10 días.

Principales resultados y medidas: El resultado primario fue la carga de síntomas basada en las puntuaciones diarias de los síntomas en una escala validada (rango, 0-40) durante los 10 días posteriores al diagnóstico. Los resultados secundarios incluyeron fracaso del tratamiento, eventos adversos que incluyeron diarrea clínicamente significativa y uso de recursos por parte de las familias.

Resultados: La mayoría de los 510 niños incluidos tenían entre 2 y 5 años (64%), hombres (54%), blancos (52%) y no hispanos (89%). Las puntuaciones medias de los síntomas fueron significativamente más bajas en los niños del grupo de amoxicilina y clavulanato (9,04 [IC del 95 %: 8,71 a 9,37]) en comparación con los del grupo de placebo (10,60 [IC del 95 %: 10,27 a 10,93]) (entre los grupos diferencia, -1,69 [IC del 95 %, -2,07 a -1,31]). El tiempo transcurrido hasta la resolución de los síntomas fue significativamente menor en los niños del grupo de antibióticos (7,0 días) que en el grupo de placebo (9,0 días) (P = 0,003). Los niños sin patógenos nasofaríngeos detectados no se beneficiaron tanto del tratamiento con antibióticos como aquellos con patógenos detectados; la diferencia entre grupos en las puntuaciones medias de los síntomas fue -0,88 (IC del 95%: -1,63 a -0,12) en aquellos sin patógenos detectados en comparación con -1,95 (IC del 95%: -2,40 a -1. 51) en aquellos con patógenos detectados. La eficacia no difirió significativamente según si había secreción nasal coloreada (la diferencia entre grupos fue -1,62 [IC del 95%: -2,09 a -1,16] para la secreción nasal coloreada frente a -1,70 [IC del 95%, -2,38 a -1,03 ] para secreción nasal clara; P = 0,52 para la interacción entre el grupo de tratamiento y la presencia de secreción nasal coloreada).

Conclusiones: En niños con sinusitis aguda, el tratamiento con antibióticos tuvo un beneficio mínimo para aquellos sin patógenos bacterianos nasofaríngeos en el momento de la presentación, y sus efectos no dependieron del color de la secreción nasal. Las pruebas para detectar bacterias específicas en el momento de la presentación pueden representar una estrategia para reducir el uso de antibióticos en esta afección.

Introducción: la faringoamigdalitis aguda (FAA) es una de las patologías más prevalentes en la población pediátrica y una de las principales causas de prescripción de antibióticos en este grupo de población.

Material y métodos: estudio observacional, descriptivo de utilización de antibióticos en FAA. La muestra del estudio son todos los niños del área que durante los tres años del estudio han recibido la prescripción de un antibiótico como tratamiento de una FAA.

Resultados: durante los tres años del proyecto se atendieron un total de 53 995 procesos de FAA, de los que 33 426 (61,9%) fueron tratados con antibióticos. Considerando los niños menores de 3 años, se atendieron un total de 10 901 procesos de FAA (20,2% del total de las FAA), de los que recibieron antibiótico 6494 (59,6%). En cuanto a la selección del antibiótico se utilizó preferiblemente penicilinas sensibles a betalactamasas (fenoximetilpenicilina, fenixometilpenicilina-benzatina) y amoxicilina: 60,3% el primer año, 60,9% el segundo y 66,8% el tercero; con menor uso de otros grupos antibióticos: amoxicilina-ácido clavulánico en 2475 procesos (18,2%) durante el primer año, 1754 (17,7%) durante el segundo y 1644 (16,6%) durante el tercero. También se observó menor uso de macrólidos: 2825 (20,7%) en el primer año del proyecto, 1933 (19,6%) en el segundo y 1419 (14,3%) en el último.

Conclusión: el uso de amoxicilina-ácido clavulánico y de macrólidos está muy por encima de lo esperado si consideramos la baja prevalencia de estado de portador de Streptococccus pyogenes a nivel faríngeo o la baja prevalencia de alergia a penicilina en la población pediátrica.

Antecedentes La bronquiolitis es la principal infección aguda del tracto respiratorio inferior en los lactantes. Los datos sobre la bronquiolitis relacionada con el SARS-CoV-2 son limitados.

Objetivo Describir las principales características clínicas de los lactantes con bronquiolitis relacionada con el SARS-CoV-2 en comparación con los lactantes con bronquiolitis asociada a otros virus.

Ámbito, pacientes, intervenciones Se realizó un estudio retrospectivo multicéntrico en 22 departamentos de urgencias pediátricas (PED) en Europa e Israel. Se consideraron elegibles para participar los lactantes diagnosticados con bronquiolitis, a los que se les realizó una prueba de SARS-CoV-2 y fueron mantenidos en observación clínica en el servicio de urgencias o ingresados ​​en el hospital desde el 1 de mayo de 2021 hasta el 28 de febrero de 2022. Se recogieron datos demográficos y clínicos, pruebas diagnósticas, tratamientos y resultados.

Principales medidas de resultado El resultado principal fue la necesidad de asistencia respiratoria en los lactantes con resultados positivos para SARS-CoV-2 en comparación con los lactantes con resultados negativos.

Resultados Se inscribieron 2004 lactantes con bronquiolitis. De ellos, 95 (4,7%) dieron positivo para SARS-CoV-2. La mediana de edad, sexo, peso, antecedentes de prematuridad y presencia de comorbilidades no difirieron entre los bebés con SARS-CoV-2 positivo y el SARS-CoV-2 negativo. El metapneumovirus humano y el virus respiratorio sincitial fueron los virus detectados con mayor frecuencia en el grupo de lactantes negativos al SARS-CoV-2.

Los bebés con resultados positivos para SARS-CoV-2 recibieron suplementos de oxígeno con menos frecuencia en comparación con los pacientes negativos para SARS-CoV-2, 37 (39%) frente a 1076 (56,4%), p = 0,001, OR 0,49 (IC del 95%: 0,32 a 0,75). ). Recibieron menos soporte ventilatorio: 12 (12,6%) cánulas nasales de alto flujo vs 468 (24,5%), p=0,01; 1 (1,0%) presión positiva continua en las vías respiratorias versus 125 (6,6%), p=0,03, OR 0,48 (IC del 95%: 0,27 a 0,85).

Conclusiones El SARS-CoV-2 rara vez causa bronquiolitis en lactantes. La bronquiolitis relacionada con el SARS-CoV-2 tiene en su mayoría un curso clínico leve.

Casos clínicos

An 8-day-old boy was evaluated for a sudden-onset pustular rash. Erythematous papules and pustules were seen on the scalp, face, neck, and chest. A potassium hydroxide preparation showed fungal hyphae and spores.

La parotiditis neonatal es una enfermedad rara. Entre 1970 y 2011 solo se han reportado 44 casos en la literatura inglesa.

Métodos:

En este reporte de caso, describimos un caso de parotiditis neonatal causada por estreptococos del grupo B (GBS). Además, realizamos una revisión de la literatura reciente. Encontramos 18 casos nuevos publicados entre 2011 y 2020. Estos casos se analizaron junto con los 44 casos publicados antes de 2011.

Resultados:

Todos los pacientes presentaron hinchazón sobre el área parotídea, con diversos grados de inflamación local y síntomas generales. En el 85% de los pacientes se observó secreción purulenta del conducto de Stensen. La hinchazón fue habitualmente unilateral (84%). En total el 70% de los pacientes eran hombres. La prematuridad se informó en el 29% de los casos. El patógeno aislado más común fue Staphylococcus aureus (68%). Sólo se encontraron 5 casos que describen al SGB como el patógeno causante de la parotiditis neonatal. En la mayoría de los casos el tratamiento con antibióticos intravenosos fue exitoso, el 27% de los pacientes necesitaron drenaje quirúrgico. Los resultados informados fueron buenos.

Conclusiones:

Al comparar los casos de SGB y los casos sin SGB, parece haber una diferencia en los síntomas de presentación y la fisiopatología, ya que los pacientes con SGB se presentan sin secreción purulenta del conducto de Stensen y con síntomas generalizados más graves. Además, todos los pacientes con SGB tuvieron un hemocultivo positivo, en comparación con el 27 % de los pacientes sin SGB, lo que indica que en los casos de SGB la principal vía de infección de la parótida es hematógena, en comparación con un flujo retrógrado desde la cavidad oral hasta la glándula parótida en casos que no sean GBS.

La glomerulonefritis aguda posinfecciosa (GNAPI) es una lesión inflamatoria con afectación principal del glomérulo generada por una infección extrarrenal. Su patogenia es inmune, desencadenada por gran variedad de gérmenes: bacterias, virus y hongos. La causa más frecuente es la glomerulonefritis posestreptocócica (GNAPE). El caso que presentamos fue causado por gripe B y enterovirus, agentes etiológicos de presentación poco frecuente, con manifestación clínica similar a una glomerulonefritis posestreptocócica. Concluimos que, ante una clínica de síndrome nefrítico, se deben tener en cuenta los antecedentes víricos, para hacer un diagnóstico precoz.

Introducción: Campylobacter es el principal patógeno de gastroenteritis transmitida por alimentos, ocurriendo generalmente por la ingesta de pollo mal cocinado, constituyendo otra importante fuente de infección los cachorros de animales domésticos.

Caso clínico: escolar con gastroenteritis aguda con sospecha diagnóstica inicial de giardiasis por ambiente epidémico (gato doméstico). Se recoge coprocultivo en el que se detecta Campylobacter jejuni, prescribiéndose azitromicina, dado lo prolongado de la clínica. A lo largo del control evolutivo en el centro de salud la familia informa de que se ha solicitado nueva muestra de heces en el gato, dado persistencia de los síntomas pese a tratamiento con metronidazol. Finalmente, crece también Campylobacter jejuni en el coprocultivo de la mascota. Tras finalizar ambos el tratamiento antibiótico, permanecen asintomáticos. Como posible alimento sospechoso del origen del cuadro está el corazón de pollo no cocinado con el que alimentaban al gato de forma habitual.

Conclusiones: ante un cuadro de gastroenteritis aguda es fundamental una adecuada anamnesis que incluya ambiente epidémico y alimentos sospechosos. En ocasiones las mascotas también constituyen una fuente de transmisión de la infección a nuestros pacientes. En este caso se sospecha la cadena de contaminación: corazón de pollo no cocinado-heces de gato doméstico-niña.

Presentamos el caso de un niño sano de 5 años sin factores de riesgo aparentes que desarrolló artritis séptica de la cadera por infección por Haemohilus parainfluenzae . Una revisión de la literatura reveló sólo 4 casos pediátricos de infección osteoarticular causada por este patógeno. Hasta donde sabemos, nuestro caso puede ser el primer caso pediátrico de artritis séptica de cadera causada por H. parainfluenzae.

Este informe describe un caso en el que se desarrolló diplopía como un hallazgo de encefalitis posinfecciosa contra el receptor de N -metil -d -aspartato. La encefalitis infecciosa, especialmente el virus del herpes simple, es fundamental ya que es uno de los desencadenantes de la encefalitis autoinmune. Incluso si los casos presentan hallazgos clínicos inesperados, debemos estar atentos a procesos autoinmunes, como la diplopía observada en nuestro caso.

Este informe describe un caso en el que se desarrolló diplopía como un hallazgo de encefalitis posinfecciosa contra el receptor de N -metil -d -aspartato. La encefalitis infecciosa, especialmente el virus del herpes simple, es fundamental ya que es uno de los desencadenantes de la encefalitis autoinmune. Incluso si los casos presentan hallazgos clínicos inesperados, debemos estar atentos a procesos autoinmunes, como la diplopía observada en nuestro caso.

La equinococosis quística es una zoonosis causada por las larvas de Echinococcus granulosus . La enfermedad pulmonar puede ser asintomática hasta que el quiste se rompe o se infecta secundariamente. Presentamos un caso de equinococosis quística pulmonar que se presentó en el Reino Unido, con discusión sobre el manejo: agente antihelmíntico óptimo, duración del tratamiento y tipo de intervención quirúrgica. El tratamiento debe individualizarse según el escenario clínico.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 42(9):e345-e347, September 2023.

Un niño de 3 años originario de Djibouti presentó una masa cervical que evolucionó durante 2 meses. Se sospechó linfadenopatía tuberculosa según los resultados de la biopsia y mejoró rápidamente con la cuadriterapia antituberculosa estándar. Posteriormente, algunas características de la micobacteria que creció en cultivo resultaron inusuales. El aislado finalmente fue identificado como Mycobacterium canettii , una especie peculiar del complejo Mycobacterium tuberculosis .

Un bebé varón a término nació mediante parto vaginal espontáneo de una mujer de 27 años con antecedentes de trombocitopenia leve durante el embarazo. Inmediatamente después del nacimiento, mostró una erupción maculopapular eritematosa difusa y descamación con pocas pústulas ( Figura A y B) y sin evidencia de aftas orales o afectación del área perigenital. Excluimos una infección viral intrauterina mediante análisis de sangre y cultivos virales de las lesiones cutáneas. Unos días más tarde, mostró onicodistrofia de todas las uñas ( Figura, C), caracterizado por elevación proximal de las placas ungueales con bandas hiperqueratósicas de color blanco amarillento asociadas con la resolución completa de la erupción cutánea. La madre refirió antecedentes de candidiasis vaginal durante el embarazo, que no había sido reportada anteriormente. Realizamos un raspado de la placa ungueal para microscopía directa y cultivo. La preparación de hidróxido de potasio al 40% reveló pseudohifas y células de levadura en ciernes. La muestra se inoculó en agar cloranfenicol Sabouraud y medio CHROMagar Candida, donde formó, respectivamente, colonias de color gris cremoso y verde. Identificación de especies mediante desorción láser asistida por matriz/ionización-tiempo de vuelo confirmado Candida albicans. Dado que el bebé tenía buen aspecto y nació a término sin síntomas sistémicos, decidimos realizar un tratamiento menos invasivo, como se informó anteriormente con nistatina tópica 100 000 unidades/g de crema 4 veces al día hasta que se resolvieron todas las lesiones ( Figura , D). Los padres del paciente proporcionaron permiso por escrito para la publicación de este informe de caso y las imágenes asociadas.

Una niña de 3 años presentó un nódulo cutáneo de duración indeterminada. En la historia, su madre mencionó una “tiña” persistente que había estado presente durante un par de años y tendía a aparecer durante los meses de verano. Todas las lesiones fueron asintomáticas. Los tratamientos anteriores habían incluido el uso intermitente de hidrocortisona y cremas antimicóticas tópicas, sin una respuesta constante. El examen reveló un nódulo subcutáneo firme y móvil en la parte anterior de la pierna ( Figura 1 , A) y placas anulares levemente eritematosas y no escamosas en la parte dorsal del tobillo izquierdo ( Figura 1 , B) y en la parte dorsal del pie derecho ( Figura 1) ., C). Se le diagnosticó granuloma anular (GA), incluidos los tipos de GA localizado (LGA) y subcutáneo (SGA), y se recomendó una actitud expectante. Experimentó una resolución gradual con el tiempo hasta que regresó a la clínica 4 años después con una recurrencia de LGA. La familia volvió a tranquilizarse.

Figura 1 A, Un nódulo subcutáneo firme y móvil ( flecha ) en la parte anterior de la pierna. B, Placas anulares eritematosas en la parte dorsal del tobillo izquierdo y en la parte dorsal del pie derecho. C, Primer plano de la placa anular dorsal del pie derecho.

La brucelosis es una zoonosis común y un problema de salud pública, particularmente en regiones donde prevalece el consumo de productos lácteos no pasteurizados. Debido a la amplia gama de manifestaciones clínicas, el diagnóstico de brucelosis es un desafío y requiere un alto índice de sospecha. Infecciones por Brucella spp . puede apuntar a varios órganos; sin embargo, la afectación cardíaca y esplénica es poco común.

Aquí presentamos el caso de un niño mexicano de 7 años previamente sano que presentó fiebre …

Para ampliar

Analizamos la evidencia publicada sobre la eficacia y seguridad de nirsevimab, un anticuerpo monoclonal, empleado para prevenir las infecciones de vías respiratorias bajas (IVRB) por virus respiratorio sincitial (VRS) en el lactante a término. Encontramos un ensayo clínico aleatorizado controlado con placebo doble ciego que incluyó 3012 lactantes, nacidos a término o pretérmino tardío, menores de un año con un seguimiento de al menos 150 días. La calidad de la evidencia se clasificó como baja para IVRB muy grave y moderada para IVRB que precisara asistencia o ingreso. La evidencia se sustenta sobre un escaso número de eventos (para ingresos hospitalarios sólo 29 casos, para IVRB con atención médica 78), por lo que cualquier estimación debe considerarse imprecisa. La eficacia, estimada como reducción relativa del riesgo (RRR) fue del 76,4% (intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 62,3 a 85,2) para IVRB por VRS y del 76,8% (IC 95: 49,4 a 89,4%) para ingreso. No se encontraron diferencias en cuanto a seguridad. Existen dudas sobre la importancia clínica, por los criterios de gravedad empleados, y sobre su impacto, con un número necesario a tratar para evitar una IVRB con ingreso de 63 y que requiera asistencia médica de 24. Por la información disponible parece una intervención segura, de la que no esperamos efectos adversos comunes, pero no podemos descartar efectos de baja frecuencia. Asimismo, esperamos contar pronto con estimaciones más precisas de eficacia y seguridad.

La bronquiolitis sigue siendo un problema de salud de primer orden en nuestro país, pues genera anualmente miles de consultas en Atención Primaria, colapso en las plantas de hospitalización y cuidados intensivos pediátricas y costes millonarios al Sistema Nacional de Salud. Su interés es máximo, además, porque la mayoría de los que requerirán ingreso hospitalario serán lactantes sanos, sin ningún tipo de factor de riesgo conocido. La altísima incidencia de la enfermedad y la ausencia de un tratamiento específico hace que los pediatras asistamos impasibles a esta epidemia anual, sin poder ofrecer una opción ni preventiva ni terapéutica a nuestros pacientes. En noviembre de 2022, la Agencia Europea de Medicamentos autorizó la comercialización de un anticuerpo monoclonal específico contra la proteína F del virus respiratorio sincitial (VRS), tras los resultados de los ensayos iniciales realizados en más de 3000 lactantes en los que se demostró una eficacia en la prevención de hospitalizaciones por VRS superior al 75%. En mayo de 2023 se comunicaron los resultados preliminares del estudio HARMONIE, llevado a cabo en más de 8000 individuos, representando la primera experiencia en vida real con el uso de nirsevimab y obteniéndose una eficacia superior al 80% en la prevención de hospitalización por bronquiolitis. En este texto se exponen los argumentos del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría que sustentan la recomendación que hizo este organismo para su uso sistemático en recién nacidos y lactantes menores de 6 meses en España.

Objetivos: valorar el impacto de la pandemia por SARS-CoV-2 en la atención a los problemas sociales, así como los cambios en la comunicación interprofesional y con las familias, que tuvieron lugar.

Métodos: se usó un cuestionario validado para recopilar los datos y se recibieron respuestas de 407 profesionales. Se usó el contraste binomial para valorar las respuestas a las hipótesis. Se usó el coeficiente de correlación de Pearson para ver si las respuestas estaban influenciadas por la edad y la U de Mann-Whitney para valorar si las respuestas fueron influenciadas por el sexo, el nivel de atención, el entorno del centro, el perfil profesional o el grado de especialización.

Resultados: el confinamiento no mejoró las relaciones familiares, aumentó el número de familias que consultaban por problemas sociales y por problemas relacionados con las nuevas tecnologías. Mejoró la comunicación entre los profesionales. En la muestra global la mejoría de comunicación con las familias no alcanzó significación estadística, aunque sí lo hizo en el subgrupo de profesiones que trabajan en el ámbito rural, en la Atención Primaria y los de mayor edad. También resultó significativo el impacto en los programas de prevención y concienciación sobre la violencia de género.

Conclusiones: la pandemia por SARS-CoV-2 ha supuesto un impacto considerable en la atención de los problemas sociales. Desde el punto de vista de los profesionales, no hemos podido constatar mejoría de las relaciones en el núcleo familiar. Las medidas puestas en marcha para enfrentarla han mejorado la comunicación entre profesionales.

La malaria es un importante problema de salud pública mundial en los países endémicos y la malaria infantil importada está aumentando en los países no endémicos.

Métodos:

Se trata de una revisión retrospectiva de todos los casos de malaria confirmados por laboratorio en niños de 0 a 16 años ingresados ​​entre 2009 y 2019 en 2 grandes hospitales universitarios universitarios de Bruselas.

Resultados:

Se incluyeron un total de 160 niños con una edad media de 6,8 años (rango 5-191 meses). Identificamos a 109 (68%) niños que vivían en Bélgica que habían contraído malaria durante su visita a países endémicos de malaria para visitar a amigos y familiares (VFR), 49 niños (31%) visitantes o inmigrantes recién instalados y 2 turistas belgas. La incidencia estacional máxima se produjo entre agosto y septiembre. Plasmodium falciparum fue responsable del 89% de todos los casos de malaria. Casi el 80% de los niños que viven en Bélgica acudieron a una clínica de viajes en busca de asesoramiento, pero sólo un tercio afirmó haber seguido el programa de profilaxis según las recomendaciones. Según los criterios de la OMS, 31 niños (19,3%) desarrollaron malaria grave; la mayoría de los pacientes con malaria grave eran viajeros VFR y eran significativamente más jóvenes, tenían mayor leucocitosis, más trombocitopenia, mayor PCR y menor natremia en comparación con los pacientes con un curso no complicado. Todos los niños se recuperaron completamente.

Conclusiones:

La malaria es una causa importante de morbilidad entre los viajeros que regresan y los inmigrantes recién llegados a Bélgica. La mayoría de los niños tuvieron un curso de la enfermedad sin complicaciones. Los médicos deben educar a las familias sobre los viajes a áreas endémicas de malaria para corregir las medidas preventivas y profilaxis de la malaria.

Nuestro objetivo fue evaluar la incidencia, los hallazgos clínicos y los factores de riesgo de la diarrea asociada a antibióticos (DAA) en niños hospitalizados sin enfermedades comórbidas conocidas.

Métodos:

En este estudio se incluyeron todos los niños hospitalizados durante el período de 1 año que cumplieron los criterios de inclusión (n = 358). DAA se definió como; ≥2 deposiciones blandas o acuosas por día durante un mínimo de 24 horas durante el tratamiento con antibióticos causado por Clostridioides difficile o pruebas de heces negativas para agentes infecciosos identificables.

Resultados:

Durante la hospitalización, se desarrolló diarrea en 32 (8,93%) de los 358 pacientes. La toxina B de C. difficile fue positiva en 1 caso. No se detectaron agentes infecciosos en 21 pacientes. En general, se observó DAA en 22 pacientes (6,14 %, IC 95 %: 4,09–9,13). Sexo masculino ( = 0,027, OR: 3,36), edad entre 1 mes y <3 años ( = 0,01, OR: 4,23), uso de ibuprofeno ( = 0,044, OR: 2,63) y administración tardía de antibióticos ( = 0,001 , OR: 9,5) se asociaron con el desarrollo de DAA.

Conclusiones:

La incidencia de DAA es baja entre los niños hospitalizados sin enfermedades comórbidas y la mayoría de los episodios diarreicos son leves y autolimitados. El uso de probióticos en este grupo de pacientes puede limitarse a determinadas situaciones específicas.

Fondo:

A medida que la transmisión de patógenos respiratorios endémicos vuelve a los niveles prepandémicos, comprender la epidemiología de las coinfecciones respiratorias en niños con SARS-CoV-2 es cada vez más importante.

Métodos:

Realizamos un análisis retrospectivo de todos los pacientes pediátricos de 0 a 21 años de edad a quienes se les realizó una prueba BioFire Respiratory Panel 2.1 multiplexada en Children’s Healthcare of Atlanta, Georgia, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2021. Determinamos la proporción de pacientes con y sin SARS-CoV-2 que tenían coinfecciones respiratorias y realizaron una regresión de Poisson para determinar la probabilidad de coinfección y su asociación con la edad del paciente.

Resultados:

De 19.199 pruebas de panel respiratorio realizadas, 1.466 (7,64%) resultaron positivas para SARS-CoV-2, de los cuales 348 (23,74%) también presentaron coinfección con otro patógeno. La coinfección más común fue rino/enterovirus (n = 230, 15,69%), seguida de adenovirus (n = 62, 4,23%) y VRS (n = 45, 3,507%). Las coinfecciones con SARS-CoV-2 se observaron con mayor frecuencia en la era de predominio de Delta (B.1.617.2) (190, 54,60%), que coincidió con períodos de máxima transmisión de rino/enterovirus y RSV. Aunque las coinfecciones fueron comunes entre todos los patógenos respiratorios, fueron significativamente menos comunes con el SARS-CoV-2 que con otros patógenos, con excepción de la influenza A y B. Los niños <2 años tuvieron la mayor frecuencia de coinfección y de detección de cualquier patógeno. , incluido el SARS-CoV-2. Entre los niños con SARS-CoV-2, por cada aumento de 1 año en la edad, la tasa de coinfecciones disminuyó un 8% (IC 95%, 6-9).

Conclusiones:

Las coinfecciones respiratorias fueron comunes en niños con SARS-CoV-2. Los factores asociados con el patógeno específico, el huésped y el período de tiempo influyeron en la probabilidad de coinfección.

Las características dermatológicas de las lesiones cutáneas asociadas a la infección por la viruela del mono (VM) son bastante específicas, aunque varían en su proceso evolutivo [1]. Su localización en las palmas y plantas es muy sugerente, pero en la epidemia de 2022 un porcentaje elevado de las lesiones se presentaban además en las zonas genitales. Las lesiones cutáneas junto al comportamiento sexual de las personas afectadas y el contexto epidemiológico, se constituyeron como el principal indicio de sospecha de VM.

A pesar de la alta eficacia de la vacuna contra Haemophilus influenzae tipo b (Hib) para prevenir la enfermedad invasiva (ID) en niños, aún pueden ocurrir casos de falla de la vacuna Hib (FV). Este estudio tuvo como objetivo caracterizar los casos de FV-Hib en Portugal en un período de 12 años e intentar identificar los posibles factores de riesgo asociados.

Métodos:

Estudio descriptivo prospectivo de vigilancia a nivel nacional. Los estudios bacteriológicos y moleculares se realizaron en el mismo Laboratorio de Referencia. Los datos clínicos fueron recogidos por el pediatra remitente.

Resultados:

Hib fue identificado en 41 niños con DI y 26 (63%) fueron considerados FV. Diecinueve (73%) casos ocurrieron en niños menores de 5 años; 12 (46%) ocurrieron antes de la dosis de refuerzo de la vacuna Hib a los 18 meses de edad. Al comparar el primer y el último período de 6 años del estudio, la tasa de incidencia de Hib, FV y ID total de H. influenzae (Hi) aumentó significativamente ( <0,05). Los casos de FV correspondieron, respectivamente, al 13,5% (7/52) y al 22% (19/88) del total de casos de Hi-ID ( = 0,232). Dos niños fallecieron por epiglotitis y 1 adquirió pérdida auditiva neurosensorial. Sólo 1 niño tuvo un error congénito de inmunidad. El estudio inmunológico realizado en 9 niños no reveló anomalías significativas. Las 25 cepas de Hib-VF analizadas pertenecían al mismo complejo clonal 6.

Conclusiones:

En Portugal, más del 95% de los niños están vacunados contra Hib, pero aún se producen casos graves de Hib-ID. No se identificaron claramente factores predisponentes que justifiquen el aumento del número de FV en los últimos años. Junto con la vigilancia continua de Hi-ID, se deben implementar estudios serológicos y de colonización por Hib.

Las derivaciones de líquido cefalorraquídeo (LCR) se utilizan comúnmente para el tratamiento a largo plazo de la hidrocefalia en niños. La infección de la derivación sigue siendo una complicación común y ocurre en alrededor del 5% al ​​15% de las derivaciones de LCR. Esta revisión narrativa resume la evidencia clave de la literatura reciente sobre la epidemiología, patogénesis, presentación clínica, diagnóstico, tratamiento, resultados y prevención de las infecciones de la derivación del LCR en niños. La mayoría de las infecciones de las derivaciones se producen debido a la contaminación en el momento de la cirugía, con estafilococos coagulasa negativos y Staphylococcus aureus.siendo los organismos infectantes más comunes. Las presentaciones clínicas de la infección de la derivación pueden ser variadas y difíciles de reconocer. Los cultivos de LCR son la prueba principal utilizada para el diagnóstico. Otros parámetros del LCR y de la sangre pueden ayudar en el diagnóstico, pero carecen de sensibilidad y especificidad. Los aspectos centrales del tratamiento de las infecciones de la derivación incluyen la terapia antimicrobiana sistémica y la extirpación quirúrgica de la derivación. Sin embargo, muchas recomendaciones de tratamiento específicas están limitadas por la falta de evidencia sólida de estudios grandes o ensayos controlados. Las infecciones de la derivación pueden provocar largas estancias hospitalarias, empeoramiento de la hidrocefalia, secuelas neurológicas y otras complicaciones, así como la muerte. Por lo tanto, reducir la incidencia de infección y optimizar el manejo son altas prioridades. La profilaxis antibiótica en el momento de la colocación de la derivación, protocolos quirúrgicos mejorados y derivaciones impregnadas de antibióticos son estrategias clave para prevenir las infecciones de las derivaciones. Sin embargo, se necesita más trabajo para identificar estrategias adicionales para prevenir complicaciones y mejorar los resultados.

Se ha observado un resurgimiento global de la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) en los niños. Proporcionamos un análisis clínico y epidemiológico detallado de la ENI en niños australianos tras la relajación de las intervenciones no farmacéuticas contra la enfermedad por coronavirus de 2019, que revela una morbilidad y mortalidad significativas, incluso en niños vacunados sin factores de riesgo predisponentes conocidos. Casi la mitad de los casos de ENI fueron causados ​​por serotipos no cubiertos por la vacuna antineumocócica conjugada de 13 valencias.

Se recomienda la vacuna contra la hepatitis B (VHB) al nacer para prevenir la transmisión perinatal de la hepatitis B; sin embargo, muchos recién nacidos todavía no reciben el VHB. Se desconoce hasta qué punto los nacimientos extrahospitalarios planificados, que han aumentado durante la última década, están asociados con la no recepción de la dosis de nacimiento contra el VHB. El propósito de este estudio fue determinar si un lugar de parto planificado fuera del hospital está asociado con la no recepción de la dosis de nacimiento del VHB.

Métodos:

Realizamos un estudio de cohorte retrospectivo de todos los nacimientos de 2007 a 2019 registrados en el registro de nacimientos de Colorado. Se utilizaron análisis de χ para comparar la demografía materna por lugar de nacimiento. Se utilizaron regresión logística univariada y múltiple para evaluar la asociación del lugar del nacimiento con la no recepción de la dosis de VHB al nacer.

Resultados:

En total, el 1,5% de los recién nacidos en centros de maternidad independientes y el 0,1% de los recién nacidos en un parto domiciliario planificado recibieron VHB en comparación con el 76,3% de los recién nacidos en un hospital. Después de ajustar por factores de confusión, esto se tradujo en un gran aumento en las probabilidades de no recibir VHB en comparación con los partos en hospitales [centro de maternidad independiente (odds ratio (aOR): 172,98, intervalo de confianza (IC) del 95 %: 136,98–219,88); parto domiciliario planificado (aOR: 502,05, IC 95%: 363,04–694,29)]. Además, la edad materna avanzada, la raza y etnia blanca/no hispana, los ingresos más altos y el hecho de tener seguro privado o ningún seguro se asociaron con la falta de recepción de la dosis de VHB al nacer.

Conclusiones:

El parto extrahospitalario planificado es un factor de riesgo de no recibir la dosis de nacimiento contra el VHB. A medida que los nacimientos en estos lugares se vuelven más comunes, se justifican políticas y educación específicas.

Objetivo Las infecciones bacterianas invasivas representan aproximadamente el 15% de las muertes infantiles en todo el mundo. Nuestro objetivo fue estimar la incidencia y las tendencias de las infecciones bacterianas invasivas en bebés causadas por patógenos gramnegativos en Inglaterra durante 2011-2019.

Métodos Se identificaron infecciones bacterianas invasivas confirmadas por laboratorio en bebés (<1 año) en los datos de vigilancia de laboratorio nacional de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido desde abril de 2011 hasta marzo de 2019. Las infecciones polimicrobianas se definieron como dos o más especies bacterianas del mismo sitio de muestra normalmente estéril. Las infecciones de aparición temprana se definieron como <7 días desde el nacimiento y las de aparición tardía como ≥7 días (recién nacidos de 7 a 28 días; lactantes ≥29 días). Los análisis de tendencias se realizaron mediante regresión de Poisson (para episodios/incidencia) y beta (para proporciones).

Resultados La incidencia anual de infecciones bacterianas invasivas aumentó un 35,9%, de 189,8 a 258,0 casos por 100.000 nacidos vivos (p<0,001). Las infecciones de aparición tardía tanto en recién nacidos como en lactantes aumentaron sustancialmente durante el período de estudio (p<0,001), mientras que las infecciones de aparición temprana aumentaron ligeramente (p=0,002). Escherichia coli fue el patógeno gramnegativo más común aislado y representó el 27,2% del aumento general de la incidencia de enfermedades infantiles por gramnegativos. Las infecciones polimicrobianas casi se duplicaron, aumentando de 29,2 a 57,7 por 100.000 nacidos vivos (p<0,001), y afectaron principalmente a dos especies (81,3%, 1604/1974 episodios).

Conclusiones La incidencia de infecciones bacterianas invasivas gramnegativas en lactantes aumentó entre 2011/2012 y 2018/2019 en Inglaterra, impulsada principalmente por un aumento de las infecciones de aparición tardía. Es necesario seguir trabajando para dilucidar los factores de riesgo y los impulsores de este aumento de la incidencia, de modo que se puedan identificar oportunidades de prevención.

Objetivo

Delinear las características de la enfermedad de Kikuchi-Fujimoto (EKF) en niños y analizar los factores asociados a su curso severo y recurrente.

Métodos

Se revisaron retrospectivamente los registros médicos electrónicos de niños diagnosticados histopatológicamente con KFD en el Hospital Bundang de la Universidad Nacional de Seúl desde marzo de 2015 hasta abril de 2021.

Resultados

Se identificaron un total de 114 casos (62 varones). La edad media de los pacientes fue de 12,0 ± 3,5 años. La mayoría de los pacientes acudieron a atención médica con adenopatías cervicales (97,4%) y fiebre (85%); El 62% tenía fiebre alta (≥39°C). Se observó fiebre prolongada (≥14 días) en el 44,3 % y se asoció con fiebre alta ( P  = 0,004). Esplenomegalia, úlcera oral o erupción cutánea estuvieron presentes en el 10,5%, 9,6% y 15,8%, respectivamente. Los hallazgos de laboratorio mostraron leucopenia, anemia y trombocitopenia en el 74,1%, 49% y 24%, respectivamente. El sesenta por ciento de los casos tuvo un curso autolimitado. Inicialmente se prescribieron antibióticos al 20%. Se prescribió un corticosteroide en el 40% de los pacientes y se asoció con úlcera oral ( p = 0,045) y anemia (P = 0,025). Doce pacientes (10,5%) tuvieron una recurrencia con un intervalo mediano de 19 meses. No se identificó ningún factor de riesgo de recurrencia en el análisis multivariable. Las características clínicas de KFD fueron similares entre nuestros estudios actuales y anteriores. Sin embargo, el uso de antibióticos disminuyó ( p  < 0,001); El uso de antiinflamatorios no esteroides aumentó ( P  < 0,001) y, aunque no fue estadísticamente significativo, el tratamiento con corticosteroides también aumentó.

Conclusiones

Durante un lapso de 18 años, las características clínicas de KFD no cambiaron. Los pacientes que presentan fiebre alta, úlcera oral o anemia pueden beneficiarse de la intervención con corticosteroides. Todos los pacientes deben ser monitoreados para detectar recurrencias.

Fondo:

La enfermedad de Kawasaki (EK) es una vasculitis de vasos de mediano tamaño de origen desconocido que afecta predominantemente a lactantes y niños pequeños. Como la KD causa complicaciones cardíacas como lesiones de las arterias coronarias, se la conoce como una enfermedad que causa muerte súbita en niños con enfermedad cardíaca adquirida.

Métodos:

Los ensayos clínicos de prednisolona, ​​infliximab y ciclosporina A han llevado a que los seguros cubran de estos fármacos en el tratamiento de la EK, además de la terapia con inmunoglobulinas intravenosas, que ya estaba indicada para el tratamiento de la EK. A pesar de no ser un fármaco, la terapia de recambio plasmático como procedimiento también fue aprobada para su cobertura por el seguro en Japón. Además, la Asociación Estadounidense del Corazón publicó nuevas pautas para el tratamiento de la EK en 2017 y el Centro Único y Punto de Acceso para Reumatología Pediátrica en Europa en 2019. A la luz de estas circunstancias, se revisaron las pautas de la Sociedad Japonesa de Cardiología y Cirugía Cardíaca Pediátrica.

Conclusiones:

Aquí, proporcionamos una descripción general de las pautas revisadas y mencionamos la posición y la práctica real de la terapia de recambio plasmático como una de las modalidades de tratamiento definitivas.

Históricamente, las tendencias de la infección por el virus respiratorio sincitial (VRS) han sido predecibles. La pandemia de COVID-19 y las precauciones asociadas afectaron los patrones de la enfermedad por VRS. Las tendencias de la infección por VSR durante el primer año de la pandemia de COVID-19 pueden haber predicho el aumento de las infecciones pediátricas por VRS en 2022. Un énfasis continuo en el aumento de las pruebas virales permitirá el reconocimiento temprano y la preparación para futuras crisis de salud pública.

La mayoría de los niños experimentan al menos un episodio de otitis media aguda (OMA) y aproximadamente un tercio de ellos sufren episodios recurrentes (OMAr) con o sin perforación espontánea de la membrana timpánica (STMP). 1 Los datos sobre la epidemiología de la OMAr y la STMP durante la pandemia de COVID-19 son escasos. El objetivo de este informe es evaluar el número y las características de los niños que presentan OMAr con y sin STMP antes y durante la pandemia. Este estudio se realizó en la clínica ambulatoria pediátrica de otitis media del Ospedale Maggiore Policlinico, Milán (Italia), de 2019 a 2022. Todos los niños consecutivos remitidos a la clínica ambulatoria para una primera visita por OMAR 2 .fueron elegibles y se extrajo la siguiente información: sexo, edad (≤2 y >2 años), fecha de la primera visita e historial de STMP. Los datos se obtuvieron de los registros médicos en línea del paciente. Para el análisis se consideraron cuatro períodos: el año anterior a la pandemia (2019), los 2 años con las medidas más estrictas para limitar la propagación del COVID-19 (2020 y 2021) y el año en el que estas medidas se relajaron progresivamente (2022).  Para el análisis se utilizó la prueba exacta de Fisher o la prueba de χ 2 , según correspondiera. Se asumió como significativo un valor de P <0,05. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética del Ca’ Granda Ospedale Maggiore, Milán (Comitato Etico Area2).

Se incluyeron un total de 786 niños (53% >2 años y 45% mujeres) ( Tabla 1 ). Se observó una tendencia decreciente en el número de niños con OMAr en los primeros 3 años del estudio. Además, el porcentaje de niños <2 años aumentó en 2021 y 2022. Se observaron datos similares en niños con OMAr sin STMP. No se encontró diferencia de edad ( P = 0,319) para los niños con OMAr y STMP.

Leemos el artículo de Lohuis et al 1sobre el tratamiento conservador del derrame paraneumónico en niños. En su artículo, los autores afirmaron que la mayor parte de los niños con derrame paraneumónico (PPE) podrían tratarse de forma conservadora solo con antibióticos, especialmente en ausencia de desplazamiento mediastínico, tabiques/bolsas pleurales, engrosamiento pleural o derrames extensos. En una cohorte de 136 pacientes, 117 pacientes (86%) fueron tratados de forma conservadora y 19 (14%) se sometieron a drenaje pleural. Descubrieron que los pacientes sometidos a drenaje pleural tenían un desplazamiento mediastínico con mayor frecuencia en comparación con los pacientes tratados de forma conservadora (58 % frente a 3 %, diferencia del 55 %; intervalo de confianza del 95 %: 32 %-77 %). En los pacientes del estudio tratados de forma conservadora, la duración media de la hospitalización fue de 5 días (rango intercuartil: 4-112) en comparación con 19 días (rango intercuartil:P < 0,001), sin diferencias significativas en la tasa de reingreso (11% vs. 4%).

Los niños con neumonía pueden ingresar inicialmente con un derrame que se encuentra en cualquiera de las etapas de evolución. El estadio de evolución del proceso paraneumónico y la terapia ya realizada es el punto clave para el tratamiento. Como en el estudio de Lohuis et al 1no todos los pacientes fueron evaluados con ecografía, no es posible indicar qué tan benignos o complicados fueron los EPP en la fase inicial, ya que la cohorte no es lo suficientemente grande como para generalizarla a toda la población y no es fácil decir que los EPP podrían tratarse de manera conservadora. Solo con antibióticos, esta declaración podría cambiar debido a la ubicación geográfica, los calendarios de vacunación o los datos de vigilancia. Para los pacientes con derrames paraneumónicos, los médicos pueden utilizar la ecografía para cuantificar y caracterizar el líquido pleural para determinar si está indicado el drenaje diagnóstico o terapéutico, así como para guiar si se necesitan fibrinolíticos intrapleurales o tratamiento quirúrgico. 2.

Bibliografía julio – agosto 2023

TOP TEN

·Interventions to Reduce Risk for Pathogen Spillover and Early Disease Spread to Prevent Outbreaks, Epidemics, and Pandemics. The Pediatric Infectious Disease Journal. 42(7):613, July 2023.

La gripe tiene una elevada incidencia en niños y adolescentes sanos, y se asocia a una alta tasa de hospitalización, especialmente en los < 5 años. Desde 2012, la Organización Mundial de la Salud recomienda la vacunación en < 5 años, pero pocos países aplican hoy esta recomendación. El objetivo de este documento es revisar la evidencia disponible sobre la eficacia/efectividad de la vacunación antigripal en niños sanos < 18 años mediante una búsqueda no sistemática de estudios entre 2010-2020. A pesar de la gran variabilidad en los resultados debido a las diferencias de diseño, tipo de vacuna y temporada incluidos en los 41 estudios seleccionados, aquellos con significación estadística muestran valores de eficacia para la vacuna antigripal del 25,6% y al 74,2%, y de efectividad del 26% al 78,8%. Aunque sería necesaria una revisión sistemática para corroborar la evidencia, esta revisión sugiere que la vacunación pediátrica es globalmente una medida eficaz/efectiva para prevenir la gripe en niños sanos, en línea con las recomendaciones de organismos internacionales.

An Pediatr (Barc). 2023;99:122-8.

El documento de consenso Calendario de vacunaciones del adolescente que se presenta tiene la autoría de 3 sociedades científicas: la Asociación Española de Pediatría (AEP) con su Comité Asesor de Vacunas (CAV), la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA) y la Asociación Española de Vacunología (AEV). Las infecciones tienen sus peculiaridades en la adolescencia, como la mayor susceptibilidad a la tosferina, la peor evolución de la varicela, la parotiditis y la hepatitis A, la incidencia frecuente de infecciones de transmisión sexual, o el aumento de la tasa de portadores de meningococo. Se analiza el calendario correspondiente a esta franja de edad sin perder la visión global de las inmunizaciones. Se contemplan las vacunaciones del calendario del adolescente sano: frente a la enfermedad meningocócica invasora (tetravalente MenACWY y MenB), frente al virus del papiloma humano (que debe hacerse con independencia de género), frente a la tosferina, frente a la gripe y frente a la covid (en no vacunados y en grupos de riesgo). Se destaca que la vacuna 4CMenB tiene una cierta efectividad frente a la infección por gonococo, que sería una gran ventaja añadida para el adolescente. Los calendarios del adolescente perteneciente a grupos de riesgo y del viajero deben ser considerados, al igual que en todas las edades de la vida. La vacuna de la hepatitis A que está incluida en el calendario de vacunaciones sistemáticas de Cataluña, Ceuta y Melilla, desde el segundo año de vida, debe considerarse con prioridad en el calendario del adolescente viajero.

Se ha demostrado que la vacunación tiene muchos beneficios, incluida la reducción del riesgo de enfermedades similares a la gripe, la hospitalización e incluso el riesgo de muerte infantil relacionada con la gripe. Por eso, aumentar la cobertura de vacunación en grupos de riesgo es el foco de las autoridades y proyectan nuevos cambios que mejorarán principalmente en la infancia. Por otro lado, se debe vacunar a las personas mayores, las mujeres embarazadas y los jóvenes con enfermedades crónicas. Además, los trabajadores de la salud desempeñan un papel importante en la reducción de la gripe adquirida en el hospital para protegerse a sí mismos y a los pacientes.

La vacunación de la gripe en embarazadas muestra una clara relación beneficio/riesgo. En la actualidad se están desarrollando vacunas contra la gripe utilizando nuevas plataformas. Es imprescindible analizar la seguridad de estas nuevas vacunas en este grupo poblacional, infrarrepresentado en los ensayos clínicos.

En la temporada 2019-2020 se aconsejó una vacuna obtenida en cultivo celular a las embarazadas en 2 comunidades autónomas. Se recogió información de los centros de vacunación y de farmacovigilancia de ambas comunidades.

La tasa de notificación de casos de acontecimientos adversos tras la vacunación en embarazadas fue de 4,02/100.000 dosis administradas y, en mujeres de 18 a 64 años no embarazadas, de 5,9/100.000 dosis administradas. La tasa de acontecimientos adversos notificados fue de 8,04 y 17,74, respectivamente. No se notificaron abortos espontáneos, prematuridad ni malformaciones fetales.

Este análisis señala la seguridad en embarazadas de la vacuna de la gripe obtenida de cultivos celulares.

La infección del tracto urinario (ITU) es la principal causa de infección bacteriana en lactantes menores de 3 meses con fiebre sin foco.

Objetivo: El objetivo del estudio fue analizar las características de las presentaciones en urgencias de los menores de 3 meses febriles con ITU e identificar los factores de riesgo de infección bacteriana invasiva (IBI) secundaria a ITU.

Métodos: Este fue un análisis secundario de un registro observacional prospectivo que incluye lactantes menores de 3 meses con fiebre sin foco atendidos en un servicio de urgencias pediátricas entre 2003 y 2019.

Resultados: De los 2850 pacientes incluidos, 592 (20,8%) fueron diagnosticados de ITU (524, 88,5%, por Escherichia coli ). Los lactantes con ITU mostraron diferencias clínicas significativas al compararlos con los no diagnosticados de infección bacteriana: los pacientes con ITU tenían más antecedentes de problemas renales/urológicos (8,3% vs 3,5%), temperatura ≥39ºC (38,3% vs .29%) y mala alimentación (13% vs 8,7%). Sin embargo, casi la mitad (285 de los 592, 48,1%) de los lactantes con ITU febril no tenían ninguno de estos 3 factores de riesgo. Treinta y seis niños (6,1%) tenían una IBI secundaria. Identificamos los siguientes factores de riesgo independientes para la IBI secundaria: lactantes menores de 1 mes de edad, irritabilidad informada por los padres, procalcitonina >0,5 ng/ml y proteína C reactiva >60 mg/l.

Conclusiones: La anamnesis y la exploración física no nos permiten descartar con seguridad una ITU entre los lactantes pequeños febriles. La edad, la irritabilidad informada por los padres y los biomarcadores son útiles para identificar a los pacientes con mayor riesgo de IBI secundaria.

El Comité Español del Antibiograma (COESANT) presenta en este documento una serie de recomendaciones cuya finalidad es unificar la forma en la que los Servicios y Unidades de Microbiología Clínica españoles realizan los informes de sensibilidad acumulada de las bacterias, aisladas en muestras clínicas, frente a los antimicrobianos. Las recomendaciones se fundamentan en las recogidas en el Procedimiento de Microbiología Clínica n° 51, «Preparación de informes acumulados de sensibilidad a los antimicrobianos» de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), publicado en 2014, y recoge las modificaciones en las definiciones de las interpretaciones de las categorías clínicas publicadas en el año 2019 por el European Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing (EUCAST). Su objetivo final es establecer una forma homogénea de elaborar estos resúmenes para poder comparar resultados de diferentes centros o sumar su información y así realizar una adecuada vigilancia local o incluso nacional de la evolución de la sensibilidad a los antimicrobianos.

Poco después del comienzo de la pandemia de COVID-19, comenzaron a surgir informes de personas previamente sanas que experimentaron síntomas prolongados después de la infección por SARS-CoV-2 . En mayo de 2020, se lanzó el término largo-COVID como hashtag de Twitter entre los grupos de apoyo a pacientes. 1 Por lo tanto, la COVID-19 prolongada es la primera condición clínica detectada por los pacientes antes que los profesionales de la salud. Desde entonces, muchos autores han utilizado diferentes términos para la afección, incluidos long-haulers, COVID-long, postacute sequelae of COVID-19 (PASC), post-COVID , síndrome COVID y long-COVID. 2

El Instituto Nacional de Salud y Excelencia en la Atención del Reino Unido (NICE, por sus siglas en inglés) utilizó la palabra “COVID prolongado” para describir los signos y síntomas que continúan o se desarrollan después de la fase aguda de la COVID-19, incluidos los “COVID-19 sintomáticos continuos” (de 4 a 12 semanas). después del inicio) y “ síndrome post-COVID ” (12 semanas o más después del inicio). 3

La Organización Mundial de la Salud emitió una definición clínica de post-COVID en adultos como una condición que ocurre en personas con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 probable o confirmada con síntomas persistentes o nuevos 3 meses después del inicio, con una duración de al menos 2 meses y que no puede ser explicado por un diagnóstico alternativo. 3 En abril de 2022 se propuso una definición de investigación de post-COVID en jóvenes, enfatizando que ocurre en pacientes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2 con uno o más síntomas físicos persistentes durante al menos 12 semanas después de la infección; los síntomas deben afectar el funcionamiento diario, pueden continuar o desarrollarse después de la COVID-19 y pueden fluctuar o recaer. 3

Durante la pandemia de COVID-19, medidas como la “prevención y el control físicos” del nuevo coronavirus han reducido la exposición de los niños a los patógenos. Además, la pandemia ha alterado significativamente los programas de vacunación rutinarios en muchos países. Los datos oficiales publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia muestran que el número de niños que reciben vacunas está experimentando la disminución más significativa en 30 años ( https://www.who.int/news/item/15 -07-2022-la-pandemia-de-covid-19-impulsa-el-mayor-retroceso-continuo-en-las-vacunas-en-tres-décadas ). En la era pospandémica, existe una brecha significativa en el nivel de inmunidad entre los niños en comparación con la época prepandémica.

La polio es una enfermedad infecciosa aguda causada por el poliovirus salvaje (WPV), que incluye 3 serotipos: tipo 1, tipo 2 y tipo 3. Puede provocar parálisis fláccida permanente de las extremidades, y todos los casos de polio reportados en todo el mundo actualmente son causados por WPV tipo 1. A partir de 2022, Pakistán y Afganistán seguirán siendo los únicos países con epidemias autóctonas de WPV ( https://www.who.int/health-topics/poliomyelitis#tab=tab_1 ). Sin embargo, es importante señalar que la polio es muy contagiosa y hasta que el mundo logre su completa erradicación, los países y regiones que ya han alcanzado el estatus libre de polio seguirán en riesgo de importación y propagación del WPV. Según estimaciones de la OMS, entre 2002 y 2009, 39 países libres de polio informaron sobre importaciones de WPV.

Casos clínicos

El aumento en el número de casos de viruela del simio en áreas no endémicas ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a declarar la viruela del simio como una emergencia sanitaria mundial.

En este reporte, una mujer embarazada de 37 semanas y 3 días presentó lesiones papulares, evolucionando a una pústula. Tenía adenomegalia visible en la región submentoniana. Se recolectaron muestras para la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para el virus de la viruela del simio ( Tabla 1 ) y se detectó solo a partir de raspados de una lesión cutánea.

La tuberculosis de tejidos blandos (TB) es una de las raras manifestaciones de la tuberculosis extrapulmonar (TBEP). Presentamos un paciente de 2 años con TB aislada de partes blandas, rara vez reportada en la literatura.

Una niña de 2 años ha sido admitida en nuestro hospital con hinchazón persistente e indolora en la pierna durante 9 meses. No había antecedentes de fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso o traumatismos. Su historial médico era normal y no tuvo contacto con un paciente con tuberculosis. Fue vacunada con el bacilo Calmette Guérin (BCG) a los 2 meses. El examen físico reveló una masa sin eritema ni dolor en la pantorrilla posteromedial izquierda. Los exámenes pulmonar, cardíaco y abdominal fueron normales. No se detectó linfadenopatía. La prueba cutánea de la tuberculina fue negativa. La resonancia magnética mostró una masa quística de 76 × 31 × 42 mm en la parte medial de la pantorrilla izquierda proximal-posterior con una cápsula gruesa, contenido proteínico levemente elevado, edema e inflamación en los planos musculares y de tejidos blandos circundantes.figura 1 ). Se observaron estructuras óseas de morfología normal.

Durante el segundo y tercer año de la pandemia de COVID, se ha informado un aumento en el número de casos graves debido a diferentes microorganismos. En la segunda mitad de 2022, se informó que hubo un aumento en las infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (iGAS) en muchos países, incluidos Inglaterra, los Países Bajos y otros. 1–3 La iGAS se define como una infección invasiva potencialmente mortal caracterizada por el aislamiento de Streptococcus pyogenes de fluidos corporales normalmente estériles con cultivo o mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) específica del patógeno. Si el GAS ha crecido desde una ubicación probable del portador, como la garganta, y el curso clínico es compatible con la enfermedad del GAS y no se ha encontrado ningún otro organismo causante, estos pacientes deben tratarse como iGAS. 4Antes de la pandemia, GAS era el patógeno más común entre los niños en Europa que tenían que ser hospitalizados por una infección bacteriana adquirida en la comunidad. Los pacientes con infección por GAS tuvieron un deterioro del 12 % al momento del alta y una tasa de mortalidad del 2 %. Los aumentos en el síndrome de choque tóxico, la fascitis necrotizante y el empiema pleural se han relacionado con una mayor mortalidad. 4 En el Reino Unido, durante los últimos meses, la tasa de iGAS por cada 100 000 habitantes es mayor entre los niños. 1

Entre diciembre de 2022 y enero de 2023, en nuestro centro de atención terciaria, seguimos 7 casos consecutivos de infección por iGAS: 3 niños y 4 niñas, de 37 a 96 meses de edad, sin ninguna relación entre sí (Tabla 1 ) . Todos los niños estaban previamente sanos. 

Los quistes odontogénicos aparecen en el maxilar o la mandíbula y se generan por la proliferación de restos epiteliales estimulados habitualmente por una periodontitis. Son infrecuentes en niños. No suelen dar síntomas y el diagnóstico es radiográfico casual. La evolución del quiste odontogénico o periapical suele ser lenta, pero tiende a destruir el hueso adyacente, por lo que requiere tratamiento. Describimos un caso clínico que tuvo una presentación no habitual.

La torta omental describe la presencia de material infiltrativo en la grasa epiploica. El carcinoma de ovario es el proceso maligno clásicamente relacionado con las tortas omentales; sin embargo, las neoplasias malignas que pueden desarrollarlo son múltiples. Igualmente, procesos agudos o crónicos de índole inflamatoria e infecciosa pueden llevar a esta situación. De hecho, si bien la presencia de torta omental siempre implica descartar malignidad, en la edad pediátrica son más frecuentes estas otras etiologías. La clínica de la infiltración epiploica suele ser muy inespecífica, independientemente de la etiología. Los casos descritos suelen debutar con dolor abdominal mal localizado de días o semanas de evolución. La torta omental, en esencia, es un signo radiológico; por tanto, su diagnóstico implica la realización de una o varias pruebas de imagen. El gold standard es la tomografía computarizada (TC). La ecografía es una buena alternativa en niños. Si la causa de la torta omental es incierta, es necesario el examen anatomopatológico de una muestra de tejido peritoneal. Finalmente, el tratamiento en casos de omental cake depende de la etiología. En general, la presencia de este signo radiológico en el seno de una enfermedad neoplásica implica peores resultados. En cambio, en procesos infecciosos es posible un tratamiento dirigido con erradicación del patógeno implicado, consiguiendo una evolución clínica favorable.  Se presenta un caso de torta omental secundario a una infección por Campylobacter jejuni en una adolescente de 15 años.

Para ampliar

En diciembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades publicaron que en algunos países europeos, como Francia, Irlanda y los Países Bajos, hubo un aumento en el número de casos de enfermedad invasiva por estreptococo del grupo A (iGAS) en niños menores de 10 años, que aumentó especialmente después de septiembre. Se ha enfatizado que este aumento puede estar relacionado con el aumento reciente de la incidencia de virus respiratorios, incluidos la influenza y el virus respiratorio sincitial (RSV). 1 , 2 Más recientemente en el Reino Unido, se informó recientemente que la enfermedad iGAS es más alta de lo esperado en esta época del año y se publicó una notificación para los médicos. 3

El objetivo de este estudio es investigar los factores de riesgo y las características clínicas y de laboratorio de los pacientes pediátricos seguidos en nuestro hospital por infecciones de piel y tejidos blandos (SSTI) relacionadas con GAS e infección por iGAS dentro de los 2 años cuando el Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 pandémico las restricciones continuaron y se levantaron, y también para encontrar la distribución de la frecuencia de las infecciones por GAS a lo largo de los meses.

Este estudio cubre un período de 25 meses entre enero de 2021 y enero de 2023 en un hospital pediátrico de 725 camas con 163 549 admisiones de emergencia pediátrica y 28 133 pacientes hospitalizados en 2021, y 199 416 admisiones de emergencia pediátrica y 32 176 pacientes hospitalizados en 2022. Analizamos retrospectivamente 86 pacientes pediátricos 0 –18 años con infección por GAS.

El rotavirus es la principal causa de gastroenteritis complicada en niños menores de 5 años en países donde la vacunación contra el rotavirus no se implementa como vacunación de rutina. Además de los síntomas intestinales asociados con la gastroenteritis común, el rotavirus puede causar complicaciones neurológicas. El objetivo de este estudio es describir las características clínicas de las infecciones complicadas por rotavirus.

Métodos: Desde el 1 de enero de 2016 hasta el 31 de enero de 2022, todos los niños (menores de 18 años) con una prueba positiva de rotavirus en heces que fueron hospitalizados o presentados en la clínica ambulatoria o en el departamento de emergencias de un gran hospital pediátrico en los Países Bajos fueron incluido. El rotavirus solo se probó en caso de un curso de enfermedad grave o anormal. Describimos las características clínicas y los resultados con un enfoque particular en las manifestaciones neurológicas.

Resultados: En total se incluyeron 59 pacientes con rotavirus de los cuales 50 (84,7%) fueron hospitalizados y 18 (30,5%) necesitaron rehidratación intravenosa. Diez pacientes (16,9%) presentaron complicaciones neurológicas, de los cuales 6 pacientes (60,0%) presentaron encefalopatía. Dos pacientes (20,0%) con síntomas neurológicos presentaron anomalías en el diagnóstico por imagen.

Conclusiones: El rotavirus puede causar gastroenteritis con manifestaciones neurológicas graves, pero aparentemente autolimitadas. Por lo tanto, es importante considerar el rotavirus en pacientes pediátricos con síntomas neurológicos como encefalopatía y encefalitis. La detección temprana de la infección por rotavirus puede predecir un curso favorable de la enfermedad y, por lo tanto, puede evitar un tratamiento innecesario y debe investigarse más a fondo.

Los avances en los métodos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) multiplex han permitido la detección simultánea de múltiples virus respiratorios. Nuestro objetivo fue estimar los impactos clínicos y virológicos de la coinfección por influenza y otros virus respiratorios en niños.

Métodos: Inscribimos a 38 y 35 niños diagnosticados con influenza y tratados con baloxavir marboxil (baloxavir) y oseltamivir, respectivamente. Realizamos PCR de transcripción inversa cuantitativa para detectar y medir los niveles de virus distintos de la influenza a partir de 3 muestras de hisopos nasofaríngeos recolectadas antes y los días 3 y 5 después de la dosis antiviral inicial. Evaluamos la información clínica de los pacientes mediante cuestionarios.

Resultados: Se detectaron uno o más virus respiratorios distintos del virus de la influenza en 26 (35,6 %) de 73 niños antes del tratamiento antiviral. La carga del virus de la influenza y las características clínicas el día del inicio de la influenza fueron similares entre los niños con y sin coinfecciones por el virus. De los 26 y 32 niños sin aparición de las variantes sensibles a baloxavir reducido y oseltamivir después del tratamiento, 8 (30,8 %) y 7 (21,9 %) niños estaban doblemente coinfectados solo con rinovirus humano, respectivamente. El nivel de ARN del rinovirus humano en el día 0 en estos niños fue inferior a −3 log 10 del ARN del virus de la influenza, y la coinfección por el rinovirus humano no tuvo impacto en el curso de la enfermedad ni clínica ni virológicamente.

Conclusiones: Cuando se detectan múltiples virus respiratorios en el mismo paciente, es necesario evaluar los síntomas clínicos así como los niveles de virus detectados para determinar qué virus contribuye al desarrollo de la enfermedad.

Nuestro objetivo es estimar la magnitud de la reducción de la mortalidad por neumonía neumocócica y meningitis después de la introducción masiva de la vacuna antineumocócica conjugada (PCV)7 y PCV13 en niños en los Estados Unidos.

Métodos: Evaluamos las tendencias en las tasas de mortalidad por neumonía neumocócica y meningitis en los Estados Unidos entre 1994 y 2017. Ajustamos un modelo de regresión binomial negativa de serie de tiempo interrumpido (ajustado por tendencia, estacionalidad, cobertura vacunal de PCV7/PCV13 y de H. influenzae  b) para estimar las tasas contrafácticas sin vacunación. Informamos una reducción porcentual en las estimaciones de mortalidad en relación con el escenario sin vacunación proyectado, utilizando la fórmula 1 menos la razón de riesgo de incidencia, con intervalos de confianza (IC) del 95 %.

Resultados: Entre 1994 y 1999 (período previo a la vacunación), la tasa de mortalidad por neumonía por todas las causas para los niños de 0 a 1 mes fue de 2,55 por 100 000 hab., mientras que para los niños de 2 a 11 meses, esta tasa fue de 0,82 muertes. por 100.000 hab. Durante el período PCV7 en niños de 0 a 59 meses de edad en los Estados Unidos, la reducción ajustada de neumonía por todas las causas fue del 13 % (IC 95 %: 4 a 21) y del 19 % (IC 95 %: 0 a 33 ) de meningitis por todas las causas. Para PCV13, las reducciones en este grupo de edad fueron del 21 % (IC 95 %: 4–35) para la mortalidad por neumonía por todas las causas y del 22 % (IC 95 %: −19 a 48) para la mortalidad por todas las causas. mortalidad por meningitis. PCV13 tuvo mayores reducciones de neumonía por todas las causas que PCV13 en bebés de 6 a 11 meses de edad.

Conclusiones: La introducción universal de PCV7, y más tarde PCV13, para niños de 0 a 59 meses de edad en los Estados Unidos se asoció con disminuciones en la mortalidad por neumonía por todas las causas.

La incidencia del derrame pleural paraneumónico, incluyendo el empiema, ha sufrido variaciones en las últimas décadas, que se han relacionado con la implantación de distintos tipos de vacuna antineumocócica conjugada.

Métodos Se han revisado retrospectivamente los datos de los 10 hospitales públicos de la provincia de Alicante (España), que abarcan una población de 279.000 niños menores de 15 años, entre 2010 y 2018. Se desglosaron los derrames menores de 10mm (DP−) y los de 10mm o más (DP+).

Resultados Se han analizado 366 episodios de derrame pleural paraneumónico, 178 DP− (48,6%) y 188 DP+ (51,4%), con una mediana de edad de 4 años (rango intercuartílico: 2-7 años) y una evidente estacionalidad con máximo en invierno y mínimo en verano. Se identificó al agente etiológico por cultivo en 34 pacientes (9,3%), destacando Streptococcus pneumoniae (24 pacientes) seguido por Streptococcus pyogenes (7 pacientes). El serotipo de S. pneumoniae más frecuente fue el 19A (6 pacientes) y se han identificado 3 fallos vacunales. La tasa anual media de incidencia fue de 14,3 casos por 100.000 menores de 15 años (7,0 para DP− y 7,3 para DP+), sin cambios significativos a lo largo del tiempo, aunque sí se apreciaron diferencias marcadas de la incidencia entre los distintos departamentos sanitarios.

Conclusiones No hemos encontrado variaciones temporales en la incidencia del derrame paraneumónico pese a la implementación de la vacuna antineumocócica conjugada de 13 serotipos. Es destacable la variabilidad de la incidencia entre departamentos vecinos sin motivo aparente.

El complejo clonal hipervirulento (cc) se ha asociado con una mayor incidencia y tasa de letalidad de la enfermedad meningocócica invasiva (EMI). El objetivo de este estudio fue describir las manifestaciones clínicas del cc hipervirulento de meningococo en niños.

Métodos: Estudio retrospectivo en pacientes hospitalizados por EMI confirmada microbiológicamente en tres centros pediátricos de tercer nivel de salud de Santiago de Chile, entre 2010 y 2018. Se realizó información demográfica, clínica y determinación de los alelos cc y proteína fijadora del factor H (fHbp).

Resultados: En total se evaluaron 93 casos, se dispuso de tipificación de secuencias para 91 casos, y 87 (95,6%) tenían asignado un cc; El 63,7% eran MenW y el 31,8% MenB. La mediana de edad fue de 9 meses, el 67% eran varones y el 18,7% presentaba alguna comorbilidad. El 26,4% presentó déficit neurológico, el 25,3% petequias y el 20% diarrea. El 67 % ingresó en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) y la tasa de letalidad fue del 9,9 %. En cuanto a los alelos cc y fHbp, ST11, ST41/44 y el alelo 22 fueron los más frecuentemente identificados, con 63,7%, 19,8% y 72,5%, respectivamente. Encontramos diferencias estadísticamente significativas entre la cc y presencia de petequias, diagnóstico de meningococemia más meningitis, ingreso y días en UCIP y soporte avanzado. Alelo 22 para fHbp se asoció a ausencia de petequias, baja sospecha de EMI, menor diagnóstico de meningitis+meningococcemia, ingreso en UCIP, soporte avanzado e insuficiencia suprarrenal.

Conclusión: La vigilancia epidemiológica y microbiológica de la EMI debe integrar componentes clínicos y de laboratorio, incluida la caracterización molecular y genética, para enriquecer la comprensión dinámica de la evolución clínica de la EMI.

Este estudio tuvo como objetivo analizar las diferencias en las características epidemiológicas y clínicas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en niños hospitalizados en 2021, cuando el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 variantes B.1.1.7 (alfa) y B.1.617. 2 (delta) dominó, en comparación con 2020.

Métodos: En este estudio multicéntrico basado en la parte pediátrica del registro nacional SARSTer (SARSTer-PED), incluimos 2771 niños (0-18 años) con COVID-19 diagnosticados entre el 1 de marzo de 2020 y el 31 de diciembre de 2021, de 14 centros de hospitalización polacos. Se utilizó un cuestionario electrónico, que abordó datos epidemiológicos y clínicos.

Resultados: Los niños hospitalizados en 2021 eran más jóvenes en comparación con los informados en 2020 (media de 4,1 frente a 6,8 años, P = 0,01 ). Se informaron comorbilidades subyacentes en el 22% de los pacientes. El curso clínico fue generalmente leve (70%). Se encontró una diferencia significativa en la evaluación del curso clínico entre 2020 y 2021, con más pacientes asintomáticos en 2020 y más niños gravemente enfermos en 2021. En total, el 5 % de los pacientes estaban grave o críticamente enfermos, incluido <3 % de los participantes en 2020 y 7% en 2021. La tasa de mortalidad calculada fue de 0,1% en general y 0,2% en 2021.

Conclusión: Las infecciones con las variantes alfa y delta del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo conducen a un curso más severo de COVID-19 con una presentación clínica más pronunciada y tasas de mortalidad más altas que la infección con una cepa original. La mayoría de los niños que requieren hospitalización por COVID-19 no tienen comorbilidades subyacentes.

Objetivo Estimar la prevalencia y los factores de riesgo asociados a los síntomas persistentes posteriores a la COVID-19 entre niños de 5 a 17 años en Inglaterra.

Diseño Estudio transversal seriado.

Configuración: rondas 10 a 19 (marzo de 2021 a marzo de 2022) del estudio Evaluación en tiempo real de la transmisión comunitaria (encuestas transversales mensuales de muestras aleatorias de la población en Inglaterra).

Población de estudio Niños de 5 a 17 años en la comunidad.

Predictores Edad, sexo, etnia, presencia de una afección de salud preexistente, índice de privación múltiple, estado de vacunación contra la COVID-19 y variante dominante del SARS-CoV-2 que circula en el Reino Unido en el momento del inicio de los síntomas.

Principales medidas de resultado Prevalencia de síntomas persistentes, informados como aquellos que duran ≥3 meses después de COVID-19.

Resultados En general, el 4,4 % (IC del 95 %: 3,7 a 5,1) de 3173 niños de 5 a 11 años y el 13,3 % (IC del 95 %: 12,5 a 14,1) de 6886 niños de 12 a 17 años con infección sintomática previa informaron al menos un síntoma que duró ≥3 meses posteriores a la COVID-19, de los cuales el 13,5 % (IC del 95 %: 8,4 a 20,9) y el 10,9 % (IC del 95 %: 9,0 a 13,2), respectivamente, informaron que su capacidad para realizar las actividades cotidianas se redujo. mucho’ debido a sus síntomas. Los síntomas más comunes entre los participantes con síntomas persistentes fueron tos persistente (27,4 %) y dolores de cabeza (25,4 %) en niños de 5 a 11 años y pérdida o cambio del sentido del olfato (52,2 %) y del gusto (40,7 %) en participantes de 12–17 años. Una mayor edad y tener una condición de salud preexistente se asociaron con mayores probabilidades de informar síntomas persistentes.

Conclusiones Uno de cada 23 niños de 5 a 11 años y uno de cada ocho niños de 12 a 17 años post-COVID-19 reportan síntomas persistentes que duran ≥3 meses, de los cuales uno de cada nueve reporta un gran impacto en la realización de actividades diarias.  

Introducción Los niños tienen un alto consumo de antimicrobianos que requieren una complicada toma de decisiones por parte de los prescriptores. A pesar de esto, las intervenciones de administración de antimicrobianos (AMS) a menudo no se traducen en medicina pediátrica. Script es una aplicación (app) para teléfonos inteligentes lanzada en Auckland, Nueva Zelanda, para ayudar a los prescriptores de antimicrobianos a tomar decisiones. El objetivo era mejorar el cumplimiento de las directrices clínicas locales existentes para las infecciones pediátricas y de adultos.

Métodos Las prescripciones antimicrobianas de pacientes hospitalizados y de urgencias se recopilaron prospectivamente y se evaluaron para determinar el cumplimiento de las directrices. Se recopilaron datos de prescripción de referencia y se compararon con prescripciones a los 4 meses y 1 año después del lanzamiento de la aplicación. Los investigadores clasificaron las prescripciones como “apropiadas” o “inapropiadas”. La calificación se realizó con enmascaramiento del momento de la prescripción en relación con la intervención.

Resultados Tras el lanzamiento de la aplicación Script, el cumplimiento de las directrices aumentó significativamente de 241 de 348 (69 %) recetas antimicrobianas calificadas como apropiadas durante el período de referencia a 301 de 359 (83 %) después de 4 meses (p<0,0001). Esta mejora desde el inicio se mantuvo a 1 año con 263 de 323 (81 %) adherencia (p<0,001). Al cabo de 1 año, esta mejora se pudo demostrar por separado para las prescripciones médicas, quirúrgicas y de urgencias.

Conclusión Hubo una mejora significativa y sostenida en el cumplimiento de las pautas antimicrobianas pediátricas luego de la introducción de una aplicación de apoyo a la prescripción. La necesidad de buscar orientación para las dosis antimicrobianas debido a los cálculos basados ​​en la edad y el peso en pediatría puede significar que las intervenciones de AMS, como el apoyo a la decisión y las herramientas de prescripción, son particularmente adecuadas para la prescripción pediátrica.

Distinguir las infecciones bacterianas y virales en función de los síntomas clínicos en niños febriles que asisten al departamento de emergencias (SU) es un desafío. El objetivo de este estudio es determinar una nueva combinación de biomarcadores de proteínas del huésped y evaluar su rendimiento para distinguir entre infecciones bacterianas y virales en niños febriles que asisten a los servicios de urgencias.

Métodos: Se realizó una búsqueda bibliográfica para identificar biomarcadores de proteínas en sangre capaces de distinguir infecciones bacterianas y virales (mayo de 2015 a mayo de 2019). Seleccionamos 7 biomarcadores proteicos: Procalcitonina, ligando inductor de apoptosis relacionado con TNF (TRAIL), interleucina (IL)-4, IL-6, proteína-10 inducida por interferón gamma (CXCL-10), interferón-gamma y lipocalina 2 (LCN2). Estos se midieron en plasma sanguíneo utilizando un inmunoensayo basado en microesferas en niños con una infección bacteriana o viral confirmada que asistían a urgencias en los Países Bajos. Usamos modelos lineales generalizados para clasificar infecciones bacterianas y virales y aplicamos un algoritmo de selección de características desarrollado previamente para seleccionar la combinación óptima de proteínas. Realizamos un análisis de subgrupos de esta firma de proteína en pacientes con proteína C reactiva <60 mg/L,

Resultados: En total se incluyeron 102 niños (N = 67 bacterianos; N = 35 virales). El rendimiento individual de los 7 biomarcadores en la clasificación de infecciones bacterianas frente a virales osciló entre el 60,8 % y el 74,5 % del área bajo la curva receptor-operador (AUC). TRAIL, LCN2 e IL-6 se identificaron como la mejor firma de 3 proteínas con un AUC del 86 % (IC del 95 %: 71,3 %–100 %). En 57 pacientes con niveles de proteína C reactiva <60 mg/L, la firma de 3 proteínas tuvo un AUC de 85,1 % (IC 95 %: 75,3 %–94,9 %).

Conclusión: Demostramos una combinación novedosa prometedora de 3 biomarcadores de proteínas huésped; TRAIL, LCN2 e IL-6, que tiene un buen desempeño en la clasificación de infecciones bacterianas y virales en niños febriles en atención de emergencia.

La enfermedad de Kawasaki (EK), una vasculitis de vasos medianos de etiología desconocida, sigue siendo la principal causa de cardiopatía adquirida en niños de países desarrollados y se reconoce cada vez más en países de ingresos bajos y medios. Aunque se ha demostrado inequívocamente que la introducción de inmunoglobulina intravenosa (IVIG) reduce significativamente el riesgo de aneurismas de las arterias coronarias (CAA) asociados con KD, la literatura sugiere que hasta el 19% de los niños aún desarrollarán secuelas cardíacas incluso con la administración oportuna. 1 Los factores de riesgo establecidos para el desarrollo de AAC incluyen dilatación de la arteria coronaria en el ecocardiograma inicial, edad joven (<12 meses), sexo masculino, persistencia o recrudecimiento de la fiebre 36 horas después de la administración de IVIG y raza asiática. 2Dada la morbilidad aguda y a largo plazo que puede estar asociada con la afectación de la arteria coronaria, se han estudiado varios agentes adyuvantes a la IVIG para la intensificación primaria o el tratamiento posterior. A pesar de la extensa investigación, la heterogeneidad de los sujetos del estudio, la dosificación del fármaco, las medidas de resultado y el seguimiento limitan la solidez de la evidencia hasta la fecha, aunque el tratamiento antiinflamatorio adicional en la presentación para aquellos con CAA establecidos parece mejorar los resultados.

Infliximab, un anticuerpo monoclonal del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), es un agente que se ha estudiado como tratamiento complementario de primera línea o posterior, con la introducción del agente como práctica estándar en los protocolos locales durante una década. 

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es un diagnóstico frecuente en Pediatría. Tras un diagnóstico correcto y con tratamiento adecuado, la evolución es favorable en la gran mayoría de los pacientes. Este artículo se centra en casos en los que ha sido preciso realizar un diagnóstico diferencial con otras patologías que pueden dar lugar a hallazgos radiológicos que pueden ser interpretados y, por ello, tratados como una neumonía adquirida en la comunidad.

Resulta instructiva la lectura de este artículo, a lo largo del cual se describen 13 casos clínicos en los que el diagnóstico inicial de sospecha (erróneo) fue de NAC y se recogen las imágenes radiológicas (radiografía de tórax y, en la mayoría de ellos, tomografía computarizada). Se proponen preguntas útiles tanto para el diagnóstico diferencial de la neumonía (malformaciones, adenopatías), como para detectar posibles desencadenantes o agravantes (recurrencia o persistencia) de la misma (broncoaspiración, fibrosis quística, discinesia ciliar).

Varios compañeros de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) han participado en este interesante estudio europeo sobre el manejo que se hace de la otitis media aguda.

A través de una encuesta han recogido el abordaje que realizan de esta patología 2109 pediatras de hasta 11 países diferentes.

El trabajo da una visión global y establece una fotografía de las diferencias entre los países estudiados. Llama especialmente la atención que la prescripción de antibióticos es significativamente mayor entre los pediatras jóvenes respecto a los más veteranos.

Esto evidencia que aún queda gran recorrido por hacer en cuanto al uso de los antibióticos, especialmente entre los compañeros más jóvenes que acceden a la profesión.

Como concluyen los autores, la elaboración de una guía de práctica clínica europea al respecto podría ser importante en cuanto a la unificación del manejo que se realiza de esta patología tan común.

Estudios como el presente demuestran que el trabajo colaborativo es la herramienta más poderosa para poder hacer investigación de calidad en Atención Primaria. El establecimiento de alianzas y redes de apoyo es fundamental para esta finalidad.

En este caso, con el aval de la European Confederation Primary Care Paediatricians (ECPCP), se ha realizado el presente estudio que valora el manejo global de las otitis en el momento actual y da pie a plantear posibles mejoras.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA DEL ARTÍCULO ORIGINAL: Cochrane Database Syst Rev. 2022;8(8):CD006895.

Los probióticos pueden reducir la cantidad de niños diagnosticados con al menos una infección respiratoria de vías superiores (IVRS) en aproximadamente un 21%; probablemente, pueden reducir el número de niños diagnosticados con al menos tres IVRS en alrededor del 38%; pueden reducir la tasa de incidencia (número de casos nuevos durante un periodo de tiempo específico) de IVRS en alrededor del 18%; probablemente, pueden reducir el número de niños que usaron antibióticos para las IVRS en aproximadamente un 22%; y es posible que no aumenten la cantidad de personas que experimentaron efectos secundarios (cualquier daño). La evidencia que muestra una disminución en el número de niños que faltan a la guardería o a la escuela debido a las IVRS agudas con probióticos es muy incierta.

Bibliografía juni​o 2023

TOP TEN

Objetivo Determinar la incidencia y los predictores clínicos de infección bacteriana invasiva (IBI) en niños con buen aspecto que acuden al servicio de urgencias (SU) con fiebre y petequias.

Diseño Estudio prospectivo, observacional, multicéntrico, realizado en 18 hospitales entre noviembre de 2017 y octubre de 2019.

Pacientes Se reclutó un total de 688 pacientes.

Principales medidas de resultado El resultado primario fue la presencia de IBI. Se describieron las características clínicas y los resultados de las pruebas de laboratorio y se relacionaron con la presencia de IBI.

Resultados Se encontraron diez IBI (1,5%), que comprenden ocho casos de enfermedad meningocócica y dos de bacteriemia neumocócica oculta. La mediana de edad fue de 26,2 meses (RIC 15,3-51,2). Se obtuvieron muestras de sangre de 575 pacientes (83,3%). Los pacientes con IBI tuvieron un tiempo más corto desde la fiebre hasta la visita al servicio de urgencias (13,5 horas frente a 24 horas) y entre la fiebre y el inicio de la erupción (3,5 horas frente a 24 horas). Los valores de recuento absoluto de leucocitos, recuento total de neutrófilos, proteína C reactiva y procalcitonina fueron significativamente más altos en pacientes con IBI. Se encontraron significativamente menos pacientes con un estado clínico favorable mientras estaban en la unidad de observación que tenían una IBI (2/408 pacientes, 0,5%) que cuando el estado clínico era desfavorable (3/18, 16,7%).

Conclusiones La incidencia de IBI entre los niños con fiebre y erupción petequial es menor que la reportada previamente (1,5%). El tiempo desde la fiebre hasta la visita al servicio de urgencias y el inicio de la erupción fue más corto en pacientes con IBI. Los pacientes con un curso clínico favorable durante la observación en el servicio de urgencias tienen menor riesgo de IBI.

  • Probiotics for the management of pediatric gastrointestinal disorders: position paper of the ESPGHAN special interest group on gut microbiota and modificationsJPGN. 2022;76:232-47. Comentario realizado en Revista de Pediatría de Atención Primaria:

Este artículo nos parece de lectura obligada para cualquier pediatra que desempeñe su trabajo en Atención Primaria. Recordemos que los probióticos son productos sanitarios cada vez más prescritos a nivel mundial, pese a las lagunas existentes en cuanto a su correcta utilización, y que todo esfuerzo de actualización es bienvenido. En este sentido, conviene remarcar que las indicaciones de tratamiento de los probióticos descansan en tres parámetros: cepa concreta, dosis y duración. A continuación, se expone un resumen de las conclusiones principales de este artículo:

  • Gastroenteritis aguda. El grupo de expertos reconoce que rhamnosus GG ≥1010 UFC/día durante 5-7 días (con grado de evidencia bajo) ha demostrado reducir ligeramente la duración de la diarrea, el tiempo de ingreso y el tiempo para conseguir la normalización de las heces. De igual modo, S. boulardii 250-750 mg/día durante 5-7 días ha demostrado reducir ligeramente el número de días con diarrea (también con grado de evidencia bajo).

  • Prevención de la diarrea asociada a antibióticos. Solo en determinadas situaciones de riesgo (episodio grave previo, duración prolongada del tratamiento, hospitalización, comorbilidades) se aconseja recibir dosis elevadas de alguno de los siguientes probióticos: boulardii (≥5 billones UFC/día) o L. rhamnosus GG. Grado de evidencia moderada.

  • Prevención de la diarrea nosocomial. El grupo de expertos recomienda rhamnosus GG (≥109 UFC/día), con grado de evidencia moderada.

  • Prevención de la enterocolitis necrotizante. En prematuros, el grupo de expertos se decanta por rhamnosus GG (dosis: 109-6×109 UFC); o la combinación B. infantis BB-02, B. lactis BB-12, y S. thermophilus TH-4 (dosis: 3,0-3,5×108 UFC. Grado de evidencia baja para ambos.

  • Infección por Helicobacter pylori. S. boulardii, coincidiendo temporalmente con el tratamiento erradicador, podría incrementar el porcentaje de éxito de la erradicación y reducir los efectos adversos (grado de evidencia baja).

  • Enfermedad inflamatoria intestinal. Hay pruebas insuficientes que justifiquen el uso de probióticos en este contexto clínico.

  • Cólico del lactante. En niños alimentados al pecho con cólicos se podría recurrir a: reuteri DSM 17938 (108 UFC/día durante al menos 21 días) o a B. lactis BB-12 (108 UFC/día, 21-28 días).

  • Dolor abdominal funcional. El grupo de expertos aconseja dos opciones: reuteri DSM 17938 (108-2×108 UFC/día) y L. rhamnosus GG (109-3×109 UFC dos veces al día). Grado de evidencia moderada.

  • Estreñimiento funcional, enfermedad celiaca, sobrecrecimiento bacteriano en pacientes con intestino corto y pancreatitis aguda. No hay pruebas suficientes para justificar su utilización.

  • Shorter Versus Longer-term Antibiotic Treatments for Community-Acquired Pneumonia in Children: A Meta-analysis . Pediatrics. 2023 May 25:e2022060097. doi: 10.1542/peds.2022-060097

La duración óptima del tratamiento con antibióticos de los niños con neumonía adquirida en la comunidad (NAC) aún no está clara.

OBJETIVOS

Este estudio tuvo como objetivo comparar la eficacia y la seguridad del tratamiento con antibióticos de menor duración versus mayor duración de los niños con NAC.

FUENTES DE DATOS

Se realizaron búsquedas en Medline, Embase, CENTRAL y CINAHL.

SELECCIÓN DE ESTUDIOS

Ensayos clínicos aleatorizados que comparan tratamientos antibióticos más cortos (≤5 días) con tratamientos de mayor duración en niños con NAC.

EXTRACCIÓN DE DATOS

Los revisores emparejados extrajeron los datos de forma independiente y se realizaron metanálisis de efectos aleatorios para resumir la evidencia.

RESULTADOS

Dieciséis ensayos con 12 774 pacientes, tratados como pacientes ambulatorios con antibióticos orales, resultaron elegibles. Probablemente no haya diferencias sustanciales entre los antibióticos de duración más corta y de duración más larga en la curación clínica (odds ratio 1,01, intervalo de confianza [IC] del 95 % 0,87 a 1,17; diferencia de riesgo [DR] 0,1 %; certeza moderada), fracaso del tratamiento (relativa riesgo [RR] 1,06, IC 95 % 0,93 a 1,21; DR 0,3 %; certeza moderada) y recaída (RR 1,12, IC 95 % 0,92 a 1,35; DR 0,5 %; certeza moderada). En comparación con los antibióticos de mayor duración, los antibióticos de menor duración no aumentan de forma apreciable la mortalidad (DR 0,0 %, IC del 95 %: −0,2 a 0,1; certeza alta) y probablemente tienen poco o ningún impacto sobre la necesidad de cambiar los antibióticos (RR 1,03). , IC 95% 0,72 a 1,47; DR 0,2%; certeza moderada), necesidad de hospitalización (DR −0,2%, IC 95% −0,9 a 0,5;

LIMITACIONES

Para algunos resultados, faltaron pruebas.

CONCLUSIONES

Es probable que la duración de la terapia con antibióticos no haga una diferencia importante en los resultados importantes para el paciente. Los trabajadores de la salud deben priorizar el uso de antibióticos de menor duración para los niños con NAC tratados como pacientes ambulatorios con antibióticos orales.

Mycoplasma pneumoniae es una bacteria que carece de pared celular. Produce infecciones en todo el mundo, en brotes epidémicos cada 4-7 años, o en forma endémica. Sus manifestaciones clínicas se producen mayoritariamente en el tracto respiratorio y es una causa común de neumonía atípica. El tratamiento se realiza con macrólidos, tetraciclinas o fluoroquinolonas. Desde el año 2000 se ha detectado un aumento de resistencias a macrólidos a nivel mundial, siendo más frecuentes en Asia. En Europa la frecuencia de resistencias oscila entre el 1% y 25% en diferentes países. La combinación de técnicas moleculares y serológicas aporta una alta sensibilidad en la confirmación diagnóstica, siendo de gran utilidad para la detección y control de brotes de M. pneumoniae. La detección de resistencia a macrólidos requiere una técnica de secuenciación.

Describir las características de la gastroenteritis, la bacteriemia y la meningitis causadas por Salmonella no tifoidea entre los lactantes estadounidenses.

MÉTODOS

Analizamos los datos de vigilancia nacional durante 1968–2015 y los datos de vigilancia centinela activa durante 1996–2015 para las infecciones por Salmonella confirmadas por cultivo por síndrome, año, serotipo, edad y raza.

RESULTADOS

Durante 1968–2015, 190 627 Salmonella confirmada por cultivose informaron infecciones entre los lactantes, incluidos 165 236 (86,7 %) casos de gastroenteritis, 6767 (3,5 %) bacteriemia, 371 (0,2 %) meningitis y 18 253 (9,7 %) con otras fuentes de muestras o desconocidas. La incidencia aumentó a finales de la década de 1970 y 1980, disminuyó durante la década de 1990 y principios de la de 2000 y ha aumentado gradualmente desde mediados de la década de 2000. La mediana de edad de los lactantes fue de 4 meses para gastroenteritis y bacteriemia y de 2 meses para meningitis. Los serotipos notificados con mayor frecuencia fueron Typhimurium (35 468; 22 %) para gastroenteritis y Heidelberg para bacteriemia (1954; 29 %) y meningitis (65; 18 %). Durante 1996–2015 en la vigilancia del sitio centinela, la incidencia anual media de gastroenteritis fue de 120, bacteriemia de 6,2 y meningitis de 0,25 por 100 000 lactantes. Los niños tenían una mayor incidencia de cada síndrome que las niñas en ambos sistemas de vigilancia, pero la mayoría de las diferencias no fueron estadísticamente significativas. En general, las tasas de hospitalización y mortalidad fueron 26% y 0,1% para gastroenteritis, 70% y 1,6% para bacteriemia y 96% y 4% para meningitis. Durante 2004–2015, la incidencia de salmonelosis invasiva fue más alta para los bebés de raza negra (razón de tasas de incidentes, 2,7; intervalo de confianza del 95 %, 2,6–2,8) y asiáticos (razón de tasas de incidentes, 1,8; intervalo de confianza del 95 %, 1,7–1,8) que de raza blanca.

CONCLUSIONES

La salmonelosis provoca una importante morbilidad y mortalidad infantil; el serotipo heidelberg causó la mayoría de las infecciones invasivas. Los lactantes con meningitis eran más jóvenes que aquellos con bacteriemia o gastroenteritis. La investigación sobre los factores de riesgo de infección y enfermedad invasiva podría informar los esfuerzos de prevención.

La neutropenia febril es una de las principales complicaciones infecciosas que sufren los pacientes pediátricos oncohematológicos, y a pesar los avances en diagnóstico y tratamiento, siguen condicionando una mortalidad y morbilidad significativa. Estos pacientes agrupan una serie de factores de riesgo de infección, donde destaca la neutropenia asociada a quimioterapia, la disrupción de barreras cutáneo-mucosas y el uso de dispositivos intravasculares. El abordaje diagnóstico y terapéutico precoz de los episodios de neutropenia febril en los pacientes oncohematológicos, ajustado a las características individuales de cada paciente, es fundamental para mejorar su pronóstico. Por ello, diseñar protocolos de abordaje, que sistematicen su atención, permite optimizar y homogeneizar su abordaje. Además, racionalizar el uso de los antimicrobianos, ajustando la duración y el espectro de los mismos, es crucial para hacer frente al incremento de resistencias a antimicrobianos.

El objetivo de este documento, elaborado entre la Sociedad Española de Infectología Pediátrica y la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica, es dar recomendaciones de consenso sobre el manejo de la neutropenia febril en el paciente oncohematológico, respecto al abordaje inicial, terapia secuencial y de soporte e infección fúngica invasiva, que cada centro debe adaptar a las características de sus pacientes y epidemiología local.

Casos clínicos

Una mujer de 17 años de edad se presentó en el Departamento de Emergencias (ED) con una erupción. Siete días antes, sufrió arañazos de su rata mascota. En el sitio de cada rasguño, aparecieron placas dolorosas, pruriginosas, circulares y eritematosas. El día 3 de la erupción, visitó a su médico de atención primaria, quien sospechó una infección bacteriana y la trató empíricamente con mupirocina y doxiciclina. Estas terapias fueron ineficaces. El día 5 visitó el servicio de urgencias. El examen físico reveló múltiples placas eritematosas, descamativas y circulares a lo largo del cuello, brazos y tórax. Asociado con la erupción había linfadenopatía cervical y axilar dolorosa ( Fig. 1) Sus signos vitales eran normales. Los exámenes de laboratorio que incluyeron hemograma completo, velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva fueron normales. Las placas se frotaron con hisopos para cultivos bacterianos y fúngicos.

 FIGURA 1.:

Seis placas eritematosas y pruriginosas en el lado derecho del cuello de nuestro paciente.

En el cultivo fúngico creció Trichophyton mentagrophytes , que comúnmente coloniza las uñas de las ratas. El cultivo bacteriano fue negativo. Se inició tratamiento empírico con terbinafina oral y clotrimazol tópico. Después de 14 días de terapia, las placas eritematosas comenzaron a desvanecerse. La adenopatía local dolorosa persistió durante 2 semanas más.

Después de que se anulen las restricciones pandémicas de la enfermedad por coronavirus 2019, se informa un aumento de las infecciones bacterianas, como las enfermedades neumocócicas invasivas y las infecciones por Streptococcus pyogenes . 1 , 2 Las infecciones estreptocócicas son frecuentes en niños y suelen tener un curso clínico leve. También puede causar infecciones invasivas potencialmente mortales, como el síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS). En este estudio se presentan tres pacientes con STSS que fueron seguidos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos con crecimiento de S. pyogenes en cultivos de sangre y líquido pleural en las últimas 2 semanas.

Caso 1: Un paciente varón de 9 años ingresó con quejas de pérdida de apetito, debilidad, dolor de cabeza, vómitos dos veces al día durante 10 días, y hemorragia nasal y hematomas debajo del ojo izquierdo durante los últimos 2 días. 

Presentamos un paciente de 13 años con fiebre, disminución de la visión y alteración en la discriminación de los colores unilateral. La analítica y la TC craneal fueron normales. En el fondo de ojo presentaba edema de papila con edema de la retina peripapilar (fig. 1) y en la tomografía de coherencia óptica (OCT) se constató edema macular (fig. 2), compatible con neurorretinitis. El diagnóstico fue serológico (positivo para Bartonella henselae).

Las lesiones por cuerpos extraños son frecuentes en pediatría. Excepcionalmente, un cabello puede ser encontrado bajo la piel, lo cual se conoce como pili migrans cutáneo (PMC)1.

Una niña de 3 años fue derivada por sospecha de larva cutánea migrans. Referían molestias plantares de una semana de evolución, y en la planta del pie derecho una estructura negra y lineal que parecía movilizarse. Presentaba una lesión subcutánea filiforme y de color negro (3,5cm longitud) en el borde medial de la planta (figs. 1 y 2). Tras la exploración se estableció el diagnóstico de PMC. Los padres optaron por seguimiento evolutivo.

Se presenta una cohorte de 6 casos de osteomielitis multifocal recurrente crónica (OMCR) en niños y adolescentes, cuyas características clínicas y demográficas se resumen en la tabla 1, e imágenes radiológicas en la figura 1. Los pacientes presentaron dolor insidioso óseo o articular con hinchazón, calor y sensibilidad focales en el lugar afectado e impotencia funcional.

Para ampliar

Antecedentes Se recomiendan estudios por imágenes para niños seleccionados después de infecciones del tracto urinario (ITU) para buscar anomalías estructurales procesables. No -E. coli se considera de alto riesgo en muchas pautas nacionales, pero la evidencia se extrae principalmente de pequeñas cohortes de centros terciarios.

Objetivo Determinar el rendimiento de las imágenes de lactantes y niños menores de 12 años diagnosticados con su primera ITU confirmada (crecimiento único puro >100 000 ufc por ml) en atención primaria o en un servicio de urgencias sin ingreso estratificado por tipo de bacteria.

Diseño, entorno, pacientes Los datos se recopilaron de una base de datos administrativa de un servicio UTI de acceso directo en toda la ciudad del Reino Unido entre 2000 y 2021. La política de imágenes exigió ecografía del tracto renal y gammagrafías con ácido dimercaptosuccínico con tecnecio-99m en todos los niños, además de cistouretrograma miccional en bebés <12 meses .

Resultados 7730 niños (79 % niñas, 16 % menores de 1 año, 55 % de 1 a 4 años) se sometieron a imágenes después de la primera ITU diagnosticada por atención primaria (81 %) o servicio de urgencias sin ingreso (13 %). E. coli UTI produjo imágenes renales anormales en el 8,9% (566/6384). Enterococcus y KPP ( Klebsiella , Proteus , Pseudomonas ) arrojaron un 5,6 % (42/749) y un 5,0 % (24/483) con riesgos relativos de 0,63 (IC del 95 %: 0,47 a 0,86) y 0,56 (0,38 a 0,83)), respectivamente. No se encontraron diferencias cuando se estratificó por bandas de edad o modalidad de imagen.

Conclusión En este mayor grupo publicado de lactantes y niños diagnosticados en atención primaria y urgencias que no requirieron ingreso, los no -E. coli UTI no se asoció con un mayor rendimiento de las imágenes del tracto renal.

El uso de antibióticos en niños pequeños está muy extendido y puede provocar efectos adversos en la salud dental, como tinción, defectos del desarrollo y caries dental.

OBJETIVO:

Revisar sistemáticamente los efectos de la exposición a antibióticos en la primera infancia sobre la salud dental.

FUENTES DE DATOS:

Bases de datos Medline (Ovid/PubMed), Embase (Ovid) y Cochrane. El sesgo del estudio se evaluó mediante la escala de Newcastle-Ottawa.

SELECCIÓN DE ESTUDIOS:

Se incluyeron artículos en inglés que informaron la exposición a antibióticos antes de los 8 años de edad y uno o más de los resultados relevantes (caries dental, tinción intrínseca de los dientes o defectos del desarrollo del esmalte).

EXTRACCIÓN DE DATOS:

Los datos sobre la población del estudio, el diseño, el tipo de antibiótico, la medición de los resultados y los resultados se extrajeron de los estudios identificados.

RESULTADOS:

La búsqueda inicial arrojó 1003 artículos de los cuales se incluyeron 34 estudios. Cinco de los 18 estudios sobre tetraciclina describieron una relación dosis-respuesta entre la exposición a dosis de tetraciclina > 20 mg/kg por día y la tinción dental. La exposición en la primera infancia a la doxiciclina (en cualquier dosis) no se asoció con tinción dental. No hubo una asociación clara entre la exposición a antibióticos en la primera infancia y la caries dental o los defectos del esmalte.

LIMITACIONES:

En todos los estudios incluidos, las principales limitaciones y fuentes de sesgo fueron la falta de grupos de comparación, las medidas de resultado inconsistentes y la falta de ajuste para los factores de confusión relevantes.

CONCLUSIONES:

No hubo evidencia de que las formulaciones de tetraciclina más nuevas (doxiciclina y minociclina) en las dosis actualmente recomendadas produjeran efectos adversos en la salud dental. Los hallazgos con respecto a la exposición a antibióticos y los defectos de desarrollo del esmalte o la caries dental fueron inconsistentes. Se justifican más estudios prospectivos.

El cociente neutrófilos-linfocitos (NLR), el cociente neutrófilos-monocitos más linfocitos (NMLR) y el cociente monocitos-linfocitos (MLR) pueden tener un potencial diagnóstico para la tuberculosis (TB).

Métodos: 

Se utilizaron datos de dos estudios multicéntricos prospectivos en Suiza, que incluyeron niños <18 años con exposición, infección o enfermedad de TB o con infección febril de las vías respiratorias bajas no tuberculosa (nTB-LRTI).

Resultados: 

De los 389 niños incluidos, 25 (6,4%) tenían enfermedad de TB, 12 (3,1%) infección de TB, 28 (7,2%) estaban sanos expuestos a TB y 324 (83,3%) nTB-LRTI. La mediana (IQR) NLR fue más alta con 2.0 (1.2, 2.2) en niños con enfermedad de TB en comparación con los expuestos a TB [0.8 (0.6, 1.3); P = 0,002] y nTB-LRTI [0,3 (0,1, 1,0); p < 0,001]. La mediana (IQR) NMLR fue más alta con 1.4 (1.2, 1.7) en niños con enfermedad de TB en comparación con sanos expuestos [0.7 (0.6, 1.1); P = 0,003] y niños con nTB-LRTI [0,2 (0,1, 0,6); p < 0,001). Las curvas características operativas del receptor para detectar la enfermedad de TB en comparación con nTB-LRTI para NLR y NMLR tenían un área bajo la curva de 0,82 y 0,86, una sensibilidad del 88 % y el 88 % y una especificidad del 71 % y el 76 %, respectivamente.

Conclusión: 

NLR y NMLR son biomarcadores de diagnóstico prometedores y fáciles de obtener para diferenciar a los niños con enfermedad de TB de otras infecciones del tracto respiratorio inferior. Estos resultados requieren validación en un estudio más amplio y en entornos con alta y baja endemicidad de TB.

Antecedentes y objetivo: 

La asistencia a guarderías es un factor de riesgo común de enfermedad respiratoria aguda ( IRA ) en niños pequeños. Nuestro objetivo era comprender mejor los virus respiratorios específicos que predominan en el cuidado infantil , lo que puede respaldar el desarrollo de estrategias de intervención y prevención de enfermedades personalizadas en entornos de cuidado infantil .

Mét​odos:

Utilizando datos de una cohorte prospectiva de hogares de vigilancia de IRA , evaluamos muestras de 1418 IRA notificadas por 359 niños en edad de cuidado infantil durante 6 temporadas de estudio (2012/2013 a 2017/2018). Los hisopos respiratorios se analizaron mediante la reacción en cadena de la polimerasa para detectar 9 virus respiratorios . Se utilizó un modelo de regresión logística de efectos mixtos para comparar las probabilidades de varios resultados de detección viral. Se utilizó el índice de diversidad de Shannon para comparar la riqueza (es decir, el número de especies) y la diversidad (es decir, la abundancia relativa de especies) asociadas con los virus respiratorios detectados en ambos grupos.

Resultados: 

Se detectó al menos 1 virus en el 75,5% de las IRA asociadas al cuidado infantil y en el 80,1% de las IRA en el hogar. En comparación con las enfermedades entre los niños que reciben atención domiciliaria, las enfermedades en el cuidado infantil se asociaron con probabilidades significativamente más altas de detectar adenovirus (odds ratio = 1,86, intervalo de confianza del 95 % = 1,05–3,28) y metapneumovirus humano (odds ratio = 1,76, intervalo de confianza del 95 % = 1,03–3,0 ). Se encontró que el conjunto de virus asociados con las IRA en el cuidado infantil era significativamente más rico y diverso que el de los virus asociados con las IRA en el hogar ( P < 0,0001).

Conclusiones: 

Los niños que asisten a guarderías experimentan un mayor riesgo de infección por adenovirus y metapneumovirus humanos y están expuestos regularmente a un grupo rico y diverso de virus respiratorios en los entornos de cuidado infantil . Nuestros resultados subrayan la necesidad de estrategias de prevención viral exhaustivas y multifacéticas en entornos de cuidado infantil .

Los virus están asociados con la neumonía adquirida en la comunidad pediátrica (NAC), pero también son comunes en las vías respiratorias superiores de los niños sanos . Hemos determinado la contribución de virus y bacterias respiratorias comparando niños con NAC y controles hospitalarios.

Métodos: 

Se incluyeron niños menores de 16 años con NAC confirmada radiológicamente (n = 715) durante un período de 11 años. Los niños ingresados ​​para cirugía electiva durante el mismo período sirvieron como controles (n = 673). Los aspirados nasofaríngeos se analizaron para detectar 20 patógenos respiratorios mediante pruebas semicuantitativas de reacción en cadena de la polimerasa y se cultivaron para detectar bacterias y virus. Usamos regresión logística para calcular las razones de probabilidad ajustadas [aOR; intervalos de confianza (IC) del 95 %] y fracciones atribuibles a la población estimadas (IC del 95 %).

Resultados: 

Se detectó al menos 1 virus en el 85% de los casos y el 76% de los controles, y mayor o igual a 1 bacteria en el 70% de los casos y controles. La presencia de virus respiratorio sincitial (VSR) (aOR, 16,6; IC 95 %: 9,81–28,2), metapneumovirus humano (HMPV) (13,0; 6,17–27,5) y Mycoplasma pneumoniae (27,7; 8,37–91,6) se asociaron más fuertemente con CAP. Para RSV y HMPV, hubo tendencias significativas entre valores de umbral de ciclo más bajos que indican cargas genómicas virales más altas y aOR más altos para CAP. Estimaciones de la fracción atribuible a la población de RSV, HMPV, virus de la parainfluenza humana , virus de la influenza y M. pneumoniaefueron 33,3% (32,2-34,5), 11,2% (10,5-11,9), 3,7% (1,0-6,3), 2,3% (1,0-3,6) y 4,2% (4,1-4,4), respectivamente.

Conclusiones: 

RSV, HMPV y M. pneumoniae fueron los más fuertemente relacionados con la NAC pediátrica y representaron la mitad de todos los casos. Hubo tendencias positivas entre el aumento de las cargas genómicas virales de RSV y HMPV, y mayores probabilidades de NAC.

La incidencia de Campylobacter coli ha aumentado y con mayor resistencia a los antibióticos que Campylobacter jejuni.

Objetivos. Determinar la distribución epidemiológica de Campylobacter spp. en nuestra área de salud y la sensibilidad a los antibióticos comúnmente probados.

Métodos. Estudio descriptivo retrospectivo de casos de campilobacteriosis (2016-2020) recuperados de coprocultivos con el protocolo de rutina del laboratorio. La sensibilidad se probó siguiendo las recomendaciones de EUCAST.

Resultados. De 1.319 campilobacteriosis (C. jejuni 87,7%, C. coli 12,3%) se encontró una disminución en los casos de C. jejuni en 2019, y un aumento en C. coli. Se observaron diferencias estadísticamente significativas en la distribución de edad y género. Los porcentajes de resistencia han disminuido en general, con porcentajes más altos de resistencia en C. coli que en C. jejuni, siendo significativos para la eritromicina.

Conclusiones. No hay un aumento de C. jejuni ni de su resistencia, pero sí un aumento no alarmante de la incidencia de C. coli y su resistencia en nuestra área de salud.

Antecedentes: la bacteriemia por Pseudomonas se adquiere con mayor frecuencia en el hospital. El objetivo de este estudio fue investigar las características clínicas y la susceptibilidad a los antibióticos, la tasa de mortalidad y los factores de riesgo de mortalidad en niños con bacteriemia por Pseudomonas.

Métodos: Estudio de cohorte retrospectivo que incluyó niños de 18 años o menos ingresados ​​en un hospital terciario con bacteriemia por Pseudomonas entre 2005 y 2020.

Resultados: Se identificaron un total de 196 pacientes con bacteriemia por Pseudomonas. La tasa proporcional de bacteriemia por Pseudomonas fue de 33,9/100.000 días de hospitalización. Se documentó enfermedad de base en el 81,1% de los pacientes, el 61% presentaba enfermedad hemato-oncológica. La bacteriemia por Pseudomonas estuvo relacionada con la asistencia sanitaria en 180 (91,8%) episodios. Las Pseudomonas resistentes a múltiples fármacos (MDR) representaron 16 (8,2 %) y los organismos difíciles de tratar en 3 (1,5 %) de todos los aislamientos. Treinta días de mortalidad se informó en 27 (13,8%) pacientes, todos tenían Pseudomonas aeruginosa. En el análisis de regresión multivariante, el primer modelo mostró que la edad más joven [P = 0,038, razón de probabilidades (OR) = 1,095, intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,005-1,192] y el tratamiento antibiótico empírico inadecuado (P = 0,004, OR = 3,584 , IC 95%: 1.490-8.621) se asociaron significativamente con mayor mortalidad.

Conclusiones: Morbilidad y mortalidad significativas por bacteriemia por Pseudomonas, pero mortalidad relativamente menor que la publicada previamente. Aunque la edad joven, los aislamientos multirresistentes y el tratamiento antibiótico inadecuado se han asociado con una mayor mortalidad, estos factores, especialmente con una baja prevalencia de aislamientos multirresistentes, pueden reflejar la tasa de mortalidad inicial en huéspedes vulnerables con contacto continuo con centros de atención médica que enfrentan una infección tan grave, y más se deben hacer esfuerzos para enfatizar las prácticas de control de infecciones para prevenir una infección tan grave.

La osteomielitis hematógena aguda (OHA) es una infección grave en los niños. Las pautas de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas recomiendan la terapia empírica contra el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina ( MRSA ) en regiones donde el MRSA representa más del 10-20% de todas las osteomielitis estafilocócicas . Intentamos examinar los factores presentes en el momento del ingreso que pueden predecir la etiología y guiar el tratamiento empírico de la AHO pediátrica en una región con MRSA endémico .

Métodos: 

Revisamos las admisiones con los códigos 9/10 de la Clasificación Internacional de Enfermedades para AHO de 2011 a 2020 en niños por lo demás sanos. Se revisaron las historias clínicas para conocer los parámetros clínicos y de laboratorio presentes el día del ingreso. Se utilizó la regresión logística para determinar las variables clínicas asociadas de forma independiente con (1) infección por MRSA y (2) infección por no Staphylococcus aureus .

Resultados: 

Se incluyeron un total de 545 casos. Se identificó un organismo en el 77,1% de los casos y S. aureus fue el más frecuente (66,2%); El 18,9% de todos los casos de AHO fueron MRSA . Se identificaron organismos además de S. aureus en el 10,8% de los casos. PCR >7 mg/dL, absceso subperióstico, antecedentes de cualquier infección previa de piel o tejidos blandos (IPTB) y la necesidad de ingreso en la unidad de cuidados intensivos se asociaron de forma independiente con la infección por MRSA . Se utilizó vancomicina como tratamiento empírico en el 57,6% de los casos. Si se hubiera confiado en los criterios anteriores para predecir MRSA AHO, el uso empírico de vancomicina podría haberse reducido en un 25 %.

Conclusiones: 

Una enfermedad grave, PCR >7 mg/dl en el momento de la presentación, absceso subperióstico y antecedentes de SSTI son sugestivos de MRSA AHO y podrían considerarse al planificar la terapia empírica. Se necesita más trabajo para validar estos hallazgos antes de una implementación más amplia.

Evaluamos la manifestación neurológica de la influenza entre niños hospitalizados con influenza (neuro-gripe), comparando sus características demográficas y clínicas con niños hospitalizados sin manifestación neurológica (gripe clásica).

Métodos: 

Un estudio de cohorte retrospectivo. Se incluyeron todos los niños con influenza confirmada por laboratorio (PCR), ingresados ​​en el Centro Médico de la Universidad de Soroka (SUMC) entre 2016 y 2019.

Resultados: 

En general, se identificaron 951 pacientes: 201 con neurogripe y 750 con gripe clásica. Las convulsiones (n = 125) fueron la manifestación neurológica más común de neuro-gripe ( convulsiones- gripe ): 73 convulsiones febriles simples, 45 convulsiones febriles atípicas y 7 convulsiones afebriles. Las tasas de comorbilidades neurológicas fueron significativamente más altas en la neurogripe que en la gripe clásica (13,0 % frente al 6,0 %), mientras que las comorbilidades respiratorias y cardíacas fueron menos frecuentes en la neurogripe (4,5 % y 0,5 % frente al 8,0 % y el 4,5 %, respectivamente). ). La neurogripe (en comparación con la gripe clásica) se asoció con leucocitosis (21,0 % frente a 13,0 %, P < 0,001) y niveles más bajos de proteína C reactiva (PCR) (2,4 ± 4,1 frente a 3,3 ± 5,4, P= 0,03). En particular, los pacientes con gripe clásica tenían una enfermedad respiratoria más prominente, ya que se les realizaron más radiografías de tórax (CXR) (60,5 % frente a 45,0 %, P < 0,001), tasas más altas de neumonía (27,0 % frente a 12,0 %, P < 0,001) y tratamiento antibiótico (antibacteriano) (60,0 % frente a 42,0 %, P < 0,001).

Conclusiones: 

La influenza puede presentarse como una enfermedad neurológica, manifestándose principalmente con convulsiones febriles. Los niños con neurogripe tienen más comorbilidades neurológicas, lo que sugiere que la neurogripe está impulsada principalmente por factores del huésped, en lugar de factores patógenos. Las tasas relativamente más bajas de neumonía en neuro-gripe sugieren que estos pacientes ingresan en la etapa temprana de la infección por influenza , lo que desencadena la respuesta neurológica.

La pandemia COVID-19ha modificado la propagación de ciertos virus respiratorios causantes de bronquiolitis aguda. Analizamos la epidemiología de los ingresos por bronquiolitis durante la pandemia COVID-19 en comparación con ocho temporadas epidémicas anteriores.

Métodos

Estudio observacional ambispectivo, que incluyó lactantes con bronquiolitis ingresados en un hospital terciario durante dos períodos: pandemia COVID-19 (15 de marzo de 2020 a 31 de agosto de 2021) y pre-pandemia (1 de septiembre de 2012 a 14 de marzo de 2020). Se recogieron características demográficas, clínicas y etiología.

Resultados

Ingresaron 510 pacientes por bronquiolitis: 486 en el período pre-pandemia con una media de 61 ingresos por temporada vs. 24 durante la pandemia, observándose una reducción de ingresos del 60,7%. Durante la pandemia, el brote epidémico se inició con retraso abarcando la primavera-verano de 2021. El virus respiratorio sincitial fue el agente etiológico más frecuente en ambos períodos.

Conclusiones

Observamos un cambio estacional de la bronquiolitis durante la pandemia COVID-19, probablemente influenciado por las medidas de control frente a SARS-CoV-2.

La epidemiología de la infección por virus respiratorio sincitial (VRS) ha cambiado durante la pandemia de COVID-19. Nuestros objetivos fueron describir la epidemia de VRS en 2021 y compararla con las de los años previos a la pandemia.

Métodos

Estudio retrospectivo realizado en Madrid (España), en un hospital pediátrico terciario, que compara los datos epidemiológicos y clínicos de los ingresos por VRS durante 2021 y las 2 temporadas anteriores.

Resultados

Ingresaron 899 niños por infección por VRS en el período de estudio. Durante 2021, el brote alcanzó su punto máximo en junio y los últimos casos se identificaron en julio. En las temporadas anteriores se detectaron en otoño-invierno. El número de hospitalizaciones en 2021 fue significativamente menor que en temporadas anteriores. No hubo diferencias entre temporadas en cuanto a edad, sexo o gravedad de la enfermedad.

Conclusión

Las hospitalizaciones por VRS durante 2021 en España se trasladaron a verano, sin casos en otoño e invierno 2020-2021. A diferencia de otros países, los datos clínicos fueron similares entre epidemias.

La enfermedad de Kawasaki se caracteriza por fiebre alta, erupción cutánea, linfadenopatía cervical, inyección conjuntival, cambios en la membrana mucosa oral e hinchazón de las extremidades, seguida de descamación de la piel. A pesar de más de 50 años de estudio, ningún agente bacteriano, viral u otro agente infeccioso se ha asociado consistentemente con la enfermedad. El confinamiento y el distanciamiento social por la COVID-19 en marzo de 2020 provocaron una marcada disminución de la circulación del virus respiratorio. Esto proporcionó un “experimento de la naturaleza” para determinar si la enfermedad de Kawasaki disminuiría en paralelo.

Métodos: 

Los códigos de diagnóstico de alta ICD-10 se obtuvieron de la base de datos clínicos de Vizient para la enfermedad de Kawasaki y los virus respiratorios, y se analizaron para el grupo de edad < 5 años. Los datos semanales de positividad del virus respiratorio también se obtuvieron de BioFire Diagnostics.

Resultados: 

Los virus respiratorios envueltos comunes disminuyeron precipitadamente desde abril de 2020 hasta marzo de 2021 a niveles iguales o inferiores a los niveles mínimos estacionales históricos. La enfermedad de Kawasaki disminuyó aproximadamente un 40 % en comparación con 2018-2019, lo que es claramente diferente del patrón observado para los virus respiratorios envueltos. Se observó una fuerte estacionalidad para la enfermedad de Kawasaki desde 2010, y se correlacionó más estrechamente con el virus respiratorio sincitial, el metapneumovirus humano y menos con el virus de la influenza, lo que sugiere que hay un nivel de referencia de la actividad de la enfermedad de Kawasaki que aumenta durante la actividad anual del virus respiratorio pero que permanece en un cierto nivel incluso en ausencia casi total de virus respiratorios.

Conclusiones: 

La sorprendente disminución de los virus respiratorios envueltos después del confinamiento y el distanciamiento social no fue acompañada por una disminución comparable en la incidencia de la enfermedad de Kawasaki , lo que sugiere una epidemiología diferente.

Los anticuerpos son una medida de inmunidad después de la infección primaria, lo que puede ayudar a proteger contra más infecciones por SARS-CoV-2 . También pueden proporcionar cierta protección cruzada contra las variantes del SARS-CoV-2 . Hay datos limitados sobre la persistencia de anticuerpos y, especialmente, la reactividad cruzada contra diferentes variantes del SARS-CoV-2 después de la infección primaria en niños.

Métodos: 

Iniciamos una vigilancia mejorada en 18 escuelas secundarias para monitorear la infección y la transmisión del SARS-CoV-2 en septiembre de 2020. Los estudiantes y el personal proporcionaron muestras de sangre longitudinales para detectar anticuerpos contra el SARS-CoV-2 específicos de la variante utilizando ensayos de dominio de unión al receptor internos. Reclutamos a 1189 estudiantes y 1020 miembros del personal; 160 (97 estudiantes, 63 miembros del personal) dieron positivo para anticuerpos contra la nucleocápsida del SARS-CoV-2 al inicio del estudio y tenían suficiente suero para un análisis posterior.

Resultados: 

La mayoría de los participantes desarrollaron anticuerpos sostenidos contra su cepa infectante [de tipo salvaje (WT)], así como anticuerpos de reacción cruzada contra las variantes alfa, beta y delta, pero en títulos más bajos que WT. El personal tenía títulos de anticuerpos significativamente más bajos contra WT como anticuerpos de reacción cruzada contra las variantes Alfa, Beta y Delta que los estudiantes (todos P < 0,01). En los participantes con suficientes sueros, solo el 2,3 % (1/43) de los estudiantes y el 17,2 % (5/29) del personal tenían anticuerpos de reacción cruzada contra la variante Omicron; también tenían títulos de anticuerpos más altos contra WT (3042,5; intervalo de confianza del 95 %: 769,0–12 036,2) que aquellos que no tenían anticuerpos de reacción cruzada contra la variante Omicron (680,7; 534,2–867,4).

Conclusiones: 

Encontramos tasas muy altas de persistencia de anticuerpos después de la infección primaria con WT en estudiantes y personal. Infección con anticuerpos de reacción cruzada inducidos por WT contra las variantes alfa, beta y delta, pero no contra Omicron. La infección primaria con WT puede no tener protección cruzada contra la variante Omicron.

Fondo: 

La literatura que describe la presentación clínica, el curso de la enfermedad y los resultados del SARS-CoV-2 en bebés sigue siendo escasa.

Métodos: 

Realizamos un estudio retrospectivo en 2 centros de referencia pediátricos importantes para evaluar las características demográficas, clínicas y de laboratorio, el manejo y los resultados de COVID-19 entre recién nacidos y bebés en los Emiratos Árabes Unidos (EAU). Los marcadores clínicos y bioquímicos fueron evaluados por su precisión en la predicción de la transferencia y muerte de la unidad de cuidados intensivos (UCI).

Resultados: 

Se evaluaron un total de 576 bebés positivos para COVID-19 con una edad promedio de 164 días. La duración media de los síntomas fue de 1,48 días. La fiebre estuvo presente en el 36,5% de la cohorte, mientras que el 44,3% tenía congestión nasal. Ocho lactantes (de 575; 1,39 %) requirieron traslado a la UCI por insuficiencia respiratoria inminente y 2 requirieron ventilación invasiva. Los lactantes sintomáticos (fiebre, congestión nasal) no tenían más probabilidades de ser trasladados a la UCI (prueba de chi-cuadrado, p = 0,77). El traslado a la UCI se asoció con una mayor probabilidad de recibir antibióticos (70,6 % frente a 35,4 %; prueba de chi-cuadrado, P = 0,003). En el análisis multivariante, ninguno de los parámetros clínicos (edad, síntomas, exámenes de laboratorio) predijeron el traslado a la UCI. No se reportaron muertes durante el período de observación.

Conclusiones: 

Los bebés con infección por SARS-CoV-2 tienen un curso clínico benigno con resultados favorables. Menos del 2% requiere traslado a UCI. Se requiere vigilancia clínica ya que ninguno de los parámetros de ingreso predijo el traslado a la UCI.

En un estudio piloto de casos y controles de 2020 que utilizó registros médicos, informamos que los niños negros no hispanos tenían más probabilidades de desarrollar el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) después del ajuste por factores sociodemográficos y condiciones médicas subyacentes. Mediante entrevistas estructuradas, investigamos los factores del paciente, el hogar y la comunidad que subyacen a la probabilidad de MIS-C.

Métodos: 

Los pacientes con casos de MIS-C hospitalizados en 2021 en 14 hospitales pediátricos de EE. UU. se emparejaron por edad y centro con controles ambulatorios que dieron positivo para el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2 ) dentro de los 3 meses posteriores a la fecha de admisión. Las entrevistas con los cuidadores preguntaron sobre la raza/etnia, el historial médico y las posibles exposiciones en el hogar y la comunidad 1 mes antes de la hospitalización por MIS-C (casos-pacientes) o después de la infección por SARS-CoV-2 (controles). Calculamos los odds ratios ajustados (ORa) mediante regresión logística multivariable de efectos mixtos.

Resultados: 

Entre 275 casos de pacientes y 496 controles, la raza/etnicidad, la vulnerabilidad social y los antecedentes familiares o autoinmunes de enfermedades autoinmunes/reumatológicas no se asociaron con MIS-C. En niños previamente sanos , MIS-C se asoció con antecedentes de hospitalización por una infección [ORa: 4,8; Intervalo de confianza (IC) del 95 %: 2,1–11,0]. Hacinamiento en el hogar (ORa: 1,7; IC 95 %: 1,2–2,6), asistencia a grandes eventos (ORa: 1,7; IC 95 %: 1,3–2,1), asistencia a la escuela con enmascaramiento limitado (ORa: 2,6; IC 95 %: 1,1–6,6 ), el uso del transporte público (ORa: 1,8; IC del 95 %: 1,4–2,4) y las pruebas positivas para SARS-CoV-2 en co-residentes (ORa: 2,2; IC del 95 %: 1,3–3,7) se asociaron con un aumento de MIS-C probabilidad, y el riesgo aumenta con el número de estos factores.

Conclusiones: 

A partir de las entrevistas con los cuidadores, aclaramos las exposiciones del hogar y la comunidad asociadas con MIS-C; sin embargo, no confirmamos asociaciones previas entre factores sociodemográficos y MIS-C.

La epidermólisis ampollosa (EB) se complica con frecuencia por una infección de la piel, que puede conducir a una bacteriemia. Sin embargo, las infecciones del torrente sanguíneo (BSI) en pacientes con EB no han sido bien descritas.

Métodos: 

Estudio retrospectivo de BSI en niños de 0 a 18 años con EB de una unidad de referencia nacional en España, en 2015-2020.

Resultados: 

Entre 126 niños con EB, identificamos 37 episodios de BSI en 15 pacientes (14 EB distrófica recesiva, 1 EB de la unión). Los microorganismos más frecuentes fueron Pseudomonas aeruginosa (n = 12) y Staphylococcus aureus (n = 11). Cinco aislamientos de P. aeruginosa fueron resistentes a ceftazidima (42%), 4 de los cuales también fueron resistentes a meropenem y quinolonas (33%). En cuanto a S. aureus , 4 (36%) fueron resistentes a meticilina y 3 (27%) resistentes a clindamicina. En 25 (68%) episodios de BSI se habían realizado cultivos de piel en los 2 meses anteriores. Los aislamientos más frecuentes también fueron P. aeruginosa (n = 15) y S. aureus(n = 11). En 13 casos (52%), en frotis y hemocultivos creció el mismo microorganismo, con el mismo patrón de resistencia antimicrobiana en 9 aislamientos. Doce pacientes (10%) fallecieron durante el seguimiento (9 EBDR y 3 EBJ). BSI fue la causa de muerte en 1 caso. En pacientes con EBDR grave, un antecedente de BSI se asoció con una mayor mortalidad (OR 6,1, IC 95 %: 1,33–27,83, P = 0,0197).

Conclusiones: 

La BSI es una causa importante de morbilidad en niños con formas graves de EB. Los microorganismos más frecuentes son P. aeruginosa y S. aureus , con altas tasas de resistencia antimicrobiana. Los cultivos de piel pueden ayudar a guiar las decisiones de tratamiento en pacientes con EB y sepsis .

Bibliografía mayo 2023

TOP TEN

Documento muy importante en el que se analizan y muestran de forma esquemática muchos factores relacionados con la inmunización de los niños en todo el mundo. Una de las cosas a destacar es el grado de confianza en la importancia que tienen las vacunas en la infancia en distintos países (entre ellos España) y como ha cambiado después de la pandemia.

RESUMEN

En la actualidad existen múltiples tipos de vacunas frente a la gripe. La irrupción de la tecnología de ácidos nucleicos utilizada en las vacunas frente al SARS-CoV-2 hace pensar en su aplicación futura frente a esta infección. Frente a la gripe se han desarrollado 2 tipos de vacunas basadas en el ARN mensajero (ARNm): las convencionales o no replicativas y las autoamplificables o replicativas (auARNm), ambas incluidas en nanopartículas lipídicas. Los estudios en animales realizados con las primeras han mostrado su intensa capacidad para inducir anticuerpos e inmunidad celular Th-1 frente a la hemaglutinina gripal con escasos efectos secundarios. Los ensayos en humanos han mostrado una seroconversión del 87% y una seroprotección del 100%. Las vacunas auARNm han obtenido resultados en animales semejantes, pero a una concentración 64 veces inferior a la convencional. Las vacunas basadas en las plataformas de ARNm cumplen los requisitos establecidos por la OMS para vacunas de gripe de la generación siguiente.

La hidradenitis supurativa es un trastorno inflamatorio crónico de la piel que afecta principalmente las áreas con glándulas apocrinas, incluidas las axilas, la ingle y las nalgas. Se informa en hasta el 2% de las poblaciones occidentales y con una incidencia creciente en niños y adultos. Casi un tercio de los casos de hidradenitis supurativa ocurren en pacientes pediátricos y casi la mitad de los pacientes presentan síntomas iniciales en la infancia. Hasta la fecha, existen pocos estudios clínicos y guías para la hidradenitis supurativa pediátrica. Aquí, revisamos la epidemiología, la presentación clínica, las comorbilidades y el manejo de la hidradenitis supurativa pediátrica. Discutimos las barreras que contribuyen a los retrasos en el diagnóstico y el impacto físico y emocional significativo de la enfermedad en niños y adolescentes.

Hasta el 10% de los niños son etiquetados como ‘alérgicos a la penicilina’, 1 en la mayoría de los casos incluso antes de comenzar la escuela. 2 Sin embargo, después de una evaluación integral de alergias, se encontró que alrededor del 95 % de las etiquetas de alergia a la penicilina eran incorrectas. 3 ¿ Por qué esta discordancia? En los niños, la etiqueta se puede aplicar después de la aparición de un exantema viral (en aquellos en los que los síntomas fueron desencadenados por un virus) o debido a eventos adversos no alérgicos al antibiótico que pueden depender en parte de las interacciones virales-antibióticos (por ejemplo, infección de Ebstein-Barr y amoxicilina). Además, la sensibilización a las penicilinas se desvanece…

Los diagnósticos incorrectos de alergia a la penicilina dan como resultado el uso inadecuado de antibióticos de amplio espectro. La eliminación del etiquetado de la alergia a la penicilina inexacta promueve la administración de antimicrobianos y optimiza las prácticas de prescripción. Los objetivos fueron evaluar el conocimiento y la comprensión de los médicos pediátricos sobre la alergia a la penicilina e identificar las barreras para abordar los diagnósticos de alergia a la penicilina.

Métodos Se encuestó a médicos pediátricos de West Midlands del Reino Unido mediante un cuestionario anónimo en línea entre el 1 de agosto y el 30 de septiembre de 2021. Los dominios explorados fueron (1) enfoque de viñetas clínicas de alergia a la penicilina, (2) conocimiento del impacto de la alergia a la penicilina etiquetas, (3) frecuencia de preguntas de antecedentes centradas en la alergia y (4) barreras para abordar la alergia incorrecta a la penicilina.

Resultados Se recibieron respuestas de 307 médicos pediátricos de 12 hospitales. El sesenta y uno por ciento no recetaría un antibiótico a base de penicilina si se informara un historial familiar de alergia a la penicilina. Hubo un déficit general en la toma de un historial centrado en la alergia con solo el 36,5% preguntando sobre la confirmación del diagnóstico. La ausencia o la falta de conocimiento de una vía de derivación para la evaluación de la alergia a los antibióticos (58,6 %) y el desconocimiento de las indicaciones para las pruebas de provocación oral (55 %) fueron las barreras más comunes informadas para la eliminación del etiquetado de la alergia a la penicilina. El cincuenta y uno por ciento preferiría ‘ir a lo seguro’ que explorar la confirmación de la alergia a la penicilina, ya que se cree que los tratamientos alternativos estaban fácilmente disponibles.

Conclusiones La deficiencia en la historia centrada en la alergia a los antibióticos entre los médicos pediátricos destaca la necesidad de una mejor educación sobre la alergia en todos los grados clínicos. Los algoritmos pragmáticos y las vías de derivación claras podrían abordar las barreras que enfrentan los no alergólogos para desetiquetar la alergia a la penicilina incorrecta.

Sífilis, la infección causada por la espiroqueta Treponema pallidum subsp. Pallidum , ha sido una enfermedad de interés para la salud pública durante más de 100 años. La sífilis gestacional es la segunda causa infecciosa principal de muerte fetal en todo el mundo después de la malaria. La sífilis primaria no tratada en el embarazo da como resultado un resultado adverso del nacimiento en 50% a 80% de los embarazos afectados. 1 El modelado de los datos de vigilancia centinela en 2016 indicó que la prevalencia mundial de la sífilis gestacional fue del 0,69 % (intervalos de confianza del 95 %: 0,57 %–0,81 %), lo que se tradujo en una tasa estimada de sífilis congénita de 473 (385–561)/100.000 nacidos vivos. En la región africana, estas tasas son 3 veces el promedio mundial de 1,62 % y 1377/100 000 nacidos vivos, respectivamente. 2 Desde que se informaron estas estimaciones, ha habido aumentos significativos en las notificaciones de sífilis en países de ingresos altos (HIC), que han incluido aumentos proporcionales en mujeres en edad fértil. En Australia, hubo un aumento del 90 % en los casos de sífilis notificados entre 2015 y 2020, con un aumento del 40 % entre las mujeres en edad fértil. En los Estados Unidos, un aumento del 21 % en las notificaciones totales entre 2019 y 2020 incluyó un aumento del 21 % en sífilis primaria y secundaria entre mujeres de 20 a 24 años y un aumento del 32 % entre mujeres de 25 a 30 años. 3A pesar de la disponibilidad generalizada de diagnósticos asequibles y tratamientos efectivos, la sífilis en el embarazo amenaza el logro del objetivo de desarrollo sostenible para la reducción de la mortalidad infantil a través del impacto en las tasas mundiales de nacimientos prematuros y mortinatos.

En 2007, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una estrategia para la eliminación de la transmisión maternoinfantil (EMTC) de la sífilis para 2030, que se amplió en 2014 para incluir el VIH.  El objetivo de esta revisión es presentar una perspectiva global sobre varias controversias clave en la prevención de la transmisión de la sífilis de madre a hijo y resaltar las oportunidades para la colaboración global.

CONTROVERSIA 1: OPTIMIZACIÓN DE ALGORITMOS DE DIAGNÓSTICO PARA MADRES Y LACTANTES

CONTROVERSIA 2: REEXAMEN UNIVERSAL A MUJERES EMBARAZADAS DESPUÉS DEL 3ER TRIMESTRE

CONTROVERSIA 3: EL ENFOQUE ÓPTIMO PARA EL MANEJO DE LAS PAREJAS SEXUALES

CONTROVERSIA 4: OPCIONES DE TRATAMIENTO PARA PREVENIR LA SÍFILIS CONGÉNITA

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La sífilis gestacional es responsable de una importante carga prevenible de resultados perinatales adversos a nivel mundial y amenaza el logro de los objetivos de desarrollo sostenible sobre la mortalidad infantil. La sífilis afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables y marginadas de todo el mundo y se ve exacerbada por factores culturales que afectan la autonomía femenina en la búsqueda de atención. Dados los recientes aumentos dramáticos en la incidencia de sífilis gestacional en los HIC, las tasas persistentemente elevadas y subnotificadas en los LMIC y las altas tasas de migración internacional, se justifica un enfoque global para resolver las controversias sobre el diagnóstico, el tratamiento y la implementación en la ETMI de la sífilis. Los esfuerzos globales para innovar frente a estos desafíos para otras enfermedades endémicas de interés para la salud pública, como el VIH, la tuberculosis y la malaria, pueden proporcionar un modelo para el éxito.

Casos clínicos

Los médicos de varios países europeos y de los Estados Unidos informaron un aumento en los casos de infecciones invasivas por estreptococos del grupo A (GAS) en niños <10 años durante el otoño y el invierno de 2022.1 Se cree que este aumento posiblemente esté asociado con una mayor circulación de virus respiratorios como la influenza.1 , 2 En este documento, informamos 2 niños con síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS) después de la infección por influenza A.

CASO 1

Una niña de 9 años previamente sana presentó fiebre, erupción cutánea, vómitos y diarrea el 6 de diciembre de 2022. La paciente tenía una infección por influenza documentada una semana antes de la admisión. 

CASO 2

Un niño de 10 años previamente sano se presentó en nuestro hospital con fiebre, escalofríos, erupción cutánea, mialgia y diarrea el 19 de diciembre de 2022. El paciente tuvo síntomas de las vías respiratorias superiores durante 5 días. 

El absceso cerebral es una enfermedad rara con una incidencia variable entre el 1% y el 8% de todas las lesiones ocupantes de espacio intracraneal de las cuales solo el 25% se reporta en niños. 1 , 2 El cerebelo no es un sitio común para el absceso cerebral. Shachor-Meyouhas et al 2 reportaron 28 niños con absceso cerebral y ninguno de ellos fue descrito con absceso cerebeloso. Conlleva una alta tasa de morbilidad y mortalidad si no se trata adecuadamente. 1Aquí informamos sobre un niño de 2 años de edad, previamente sano, manejado por un absceso cerebeloso. Se presentó con ataxia progresiva aguda e hipotonía axial durante 6 días precedida por una historia de fiebre intermitente durante 4 meses antes de su presentación. La pirexia de origen desconocido no fue reveladora. 

Para ampliar

El compromiso inmunológico en la población pediátrica abarca una amplia gama de causas y fenotipos clínicos. Las inmunodeficiencias primarias son condiciones hereditarias que afectan el funcionamiento del sistema inmunológico. Esto puede incluir deficiencias en la función de las células B o T, la función fagocítica o el sistema del complemento, entre otras. Las inmunodeficiencias secundarias son aquellas adquiridas durante la vida causadas por factores como malignidad, medicamentos inmunosupresores, trasplante de células madre hematopoyéticas (HSCT), VIH, desnutrición y enfermedad sistémica significativa.

Las infecciones virales del tracto respiratorio son comunes en los niños y pueden presentar un cuadro clínico más grave en los inmunodeprimidos en comparación con los niños inmunocompetentes. Los virus causales comunes incluyen el virus respiratorio sincitial (RSV), el virus de la influenza, el rinovirus, el adenovirus, el metapneumovirus humano (HMPV), el bocavirus, los virus de la parainfluenza, los coronavirus, incluido el SARS-CoV-2 y otros coronavirus estacionales. Algunos virus que normalmente no causan enfermedades de las vías respiratorias en niños inmunocompetentes pueden hacerlo en niños inmunocomprometidos, como los miembros de la familia Herpesviridae.

Clínicamente, las infecciones virales respiratorias pueden manifestarse como una infección del tracto respiratorio superior (URTI), una infección del tracto respiratorio inferior (LRTI) o, con menor frecuencia, como una enfermedad diseminada. La morbilidad y mortalidad general causada por infecciones respiratorias virales en este grupo es difícil de cuantificar y difiere según la inmunodeficiencia subyacente y el agente causal.

VIRUS SINCITIAL RESPIRATORIO

El virus sincitial respiratorio (RSV) es un patógeno viral ubicuo que infecta a casi todos los niños cuando tienen 2 años de edad. Puede causar una enfermedad grave e incluso mortal tanto en niños inmunocompetentes como en aquellos con inmunodeficiencia. En 2019, fue responsable de 3,6 millones de ingresos hospitalarios con infección aguda de las vías respiratorias inferiores y de la muerte de más de 100 000 niños de 0 a 5 años en todo el mundo. 1

Una revisión sistemática reciente encontró que los niños inmunocomprometidos tienen un alto riesgo de enfermedad clínica grave por RSV. 2 En los niños que aún no han sido hospitalizados con su afección subyacente, se encontró que la infección por RSV resultó en el ingreso hospitalario en el 28 % al 58 % de los casos, y hasta el 29 % de los hospitalizados requirieron ingreso en una unidad de cuidados intensivos. 2 La mayoría de los estudios que informaron sobre la mortalidad asociada con RSV en personas con inmunodepresión encontraron tasas inferiores al 10 %; sin embargo, se han informado tasas de mortalidad de hasta el 19 % en niños que se someten a un trasplante de células madre hematopoyéticas. 2

El manejo de la infección por RSV es en gran medida de apoyo; sin embargo, hay algunos tratamientos antivirales disponibles. La ribavirina fue el primer medicamento antiviral aprobado para el tratamiento del RSV. Hay estudios que han demostrado que la ribavirina resultó en una reducción en la progresión de URTI a LRTI y una reducción en la mortalidad en niños que se sometieron a HSCT. 3 Sin embargo, también tiene toxicidades significativas. También se ha demostrado que la inmunoglobulina intravenosa (IVIG) en combinación con ribavirina mejora los resultados clínicos en adultos con HSCT cuando se inicia antes de la necesidad de ventilación mecánica. 4 Se están investigando nuevos tratamientos, con algunos medicamentos antivirales administrados por vía oral que muestran resultados prometedores en ensayos clínicos de fase 1 y 2. 5

La prevención de la infección por RSV es un área que ha sido ampliamente investigada en las últimas décadas. Palivizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado recombinante (mAb) que se dirige a la proteína de fusión (F) del RSV. Está autorizado para la prevención de la infección por RSV en ciertos grupos de niños de alto riesgo y se administra mediante inyecciones intramusculares mensuales durante la temporada de RSV. Las recomendaciones de uso varían según el país; sin embargo, los grupos elegibles incluyen bebés con inmunodeficiencia combinada severa (SCID). 6 , 7 Palivizumab no tiene un papel en el tratamiento de la infección por RSV. 7 Otros mAbs anti-RSV están en desarrollo. 8Actualmente no hay vacunas autorizadas para la prevención del RSV. Las 4 vacunas actualmente en ensayos de fase 3 se basan en la proteína RSV F; sin embargo, sus poblaciones objetivo varían e incluyen poblaciones maternas y ancianos.

VIRUS DE LA GRIPE

El virus de la influenza es un virus respiratorio común, que causa epidemias estacionales y puede causar una enfermedad grave incluso en niños inmunocompetentes. Como los virus de influenza A y B causan epidemias estacionales que varían en severidad, la incidencia de la enfermedad y la mortalidad pueden variar ampliamente en cualquier entorno de un año al siguiente. 9 En 2018, se estimó que hubo entre 13 200 y 97 200 muertes en todo el mundo en niños menores de 5 años causadas por influenza LRTI. 9 Se ha identificado que los niños con inmunodeficiencia tienen un mayor riesgo de requerir hospitalización a causa de la influenza. 10 En 2010, en Inglaterra, la mortalidad en niños y adultos sin factores de riesgo fue de 0,4 por 100.000, y en aquellos con inmunosupresión/inmunodeficiencia fue de 20 por 100.000.11

El manejo de la infección por influenza se basa principalmente en la atención de apoyo; sin embargo, existen algunos tratamientos antivirales autorizados. Los inhibidores de la neuraminidasa se dirigen a la proteína de superficie neuraminidasa, que es esencial para la propagación del virus de la influenza entre las células in vivo. El oseltamivir y el zanamivir son los inhibidores de la neuraminidasa más utilizados. Su uso está recomendado tanto por las pautas NICE del Reino Unido como por los CDC de EE. UU. en personas que están “en riesgo”, incluidas aquellas que están inmunodeprimidas. Baloxavir marboxil también está autorizado tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea para el tratamiento de la infección gripal en mayores de 12 años. Actúa inhibiendo la endonucleasa cap-dependiente (CEN), una enzima importante en la síntesis de ARNm viral. Hay una serie de otros medicamentos actualmente bajo investigación.12 El más avanzado de estos es el favipiravir. Este es un análogo de guanosina que interrumpe la capacidad del virus para replicarse de manera efectiva y se ha sometido a varios ensayos clínicos de fase 3. Tiene licencia para tratar la influenza en Japón, pero actualmente permanece sin licencia en el Reino Unido, la UE y los Estados Unidos.

Hay 2 tipos de vacunas ampliamente disponibles para la prevención del virus de la influenza: la vacuna contra la influenza inactivada (IIV) y la vacuna contra la influenza atenuada viva (LAIV). Las vacunas suelen ser trivalentes o tetravalentes y se reformulan anualmente para predecir las cepas que probablemente circulen y causen epidemias estacionales en el próximo año. Muchos países, incluidos el Reino Unido y los Estados Unidos, recomiendan la vacuna contra la influenza para todos los niños mayores de 2 años.

La LAIV está contraindicada en niños con inmunocompromiso severo causado por el riesgo de desarrollar una infección de influenza por la vacuna. Las recomendaciones actuales, por lo tanto, para los niños inmunocomprometidos son ofrecer IIV a todos los niños con inmunocompromiso mayores de 6 meses de edad. A los niños que no cumplen con la definición de inmunocompromiso grave pero que permanecen en un grupo de riesgo clínico se les debe ofrecer LAIV. 11

SARS-CoV-2 Y CORONAVIRUS ESTACIONALES

El SARS-CoV-2 rara vez causa una enfermedad grave en los niños, pero puede provocar una morbilidad y mortalidad significativas. Un metanálisis de la infección por SARS-CoV-2 en niños mostró que la inmunosupresión aumentaba el riesgo de muerte con una razón de probabilidad de 4,93. Esto es similar a la razón de probabilidades de 4,16 para niños con una sola comorbilidad. 13 Otro gran estudio prospectivo que incluyó a más de 1500 niños inmunocomprometidos no demostró un mayor riesgo de enfermedad grave o muerte por infección por SARS-CoV-2. 14 Varios tratamientos han demostrado ser eficaces, en diferentes grados, en el tratamiento de COVID-19 en adultos, incluidos dexametasona, remdesivir, tocilizumab y baricitinib, y ahora también se usan ampliamente en niños. 15Con tanta investigación en curso en esta área, la base de evidencia está evolucionando rápidamente y, junto con ella, el asesoramiento y la orientación brindados a las familias de niños inmunocomprometidos.

Hay una serie de vacunas ahora disponibles para la prevención de COVID-19, incluidas las vacunas de ARNm, vectorizadas con adenovirus, virales inactivadas y de subunidades de proteínas. dieciséis

Otros coronavirus humanos estacionales (p. ej., HCoV-NL63, HCoV-HKU1, HCoV-OC43 y HCoV-229E) también contribuyen a las enfermedades respiratorias en los niños. 17 Sin embargo, la morbilidad y la mortalidad causadas por estos en niños inmunocomprometidos son en gran parte desconocidas y el manejo es de apoyo.

ADENOVIRUS

Hay más de 50 serotipos de adenovirus humanos. Los diferentes serotipos muestran diferentes tropismos tisulares, siendo las manifestaciones respiratorias y gastrointestinales las más comunes. La inmunosupresión es un factor de riesgo de enfermedad grave con adenovirus, particularmente en pacientes con linfopenia de células T y trasplante alogénico de células madre. 18 La mortalidad causada por adenovirus es variable dependiendo de la causa subyacente de la inmunodeficiencia. Sin embargo, las tasas de letalidad notificadas son de hasta 50 a 60% en la infección por adenovirus diseminada en personas inmunocomprometidas.18 , 19 Se ha demostrado que el tratamiento con el antiviral cidofovir reduce la morbilidad y la mortalidad en estos pacientes. 20

OTROS VIRUS

Hay una amplia gama de otros virus que pueden causar enfermedades respiratorias en los niños. Estos incluyen, pero no se limitan a, rinovirus, bocavirus, parainfluenza y metapneumovirus humano. Todos estos virus son agentes causantes comunes de infecciones virales del tracto respiratorio en niños y pueden causar una amplia gama de síndromes clínicos similares a los del RSV y la influenza.

Las infecciones por rinovirus suelen alcanzar su punto máximo durante la primavera y el otoño en climas templados. Ha habido pocos estudios que analicen el impacto de la infección por rinovirus en pacientes inmunocomprometidos. Un estudio de infección por rinovirus en receptores de HSCT mostró una mortalidad a los 90 días por infección de las vías respiratorias superiores e inferiores del 6 % y el 41 %, respectivamente. 21 La mortalidad después de una infección del tracto respiratorio inferior con rinovirus fue similar a la causada por RSV e influenza en un modelo ajustado. 21

El virus de la parainfluenza humana consta de 4 serotipos principales, todos capaces de causar enfermedades respiratorias. El serotipo 3 es el serotipo más comúnmente aislado en la enfermedad sintomática tanto en adultos como en niños. 22 Parainfluenza URTI progresa a LRTI en 40% a 55% de los pacientes inmunocomprometidos y puede resultar en una tasa de mortalidad de hasta 37% a 50%. 22

Al igual que con muchos de los patógenos anteriores, los datos sobre el metapneumovirus humano (HMPV) en pacientes inmunocomprometidos provienen principalmente de estudios pequeños. Sin embargo, una revisión sistemática de la infección por HMPV en pacientes con TCMH y neoplasias malignas hematológicas calculó una mortalidad general por infección del 6 %. 23 Sin embargo, hubo un aumento sustancial en la mortalidad al 27% en aquellos que desarrollaron IVRI. 23

El bocavirus humano (HBoV) 1 se asocia predominantemente con infecciones del tracto respiratorio en niños y el HBoV 2−4 se detecta principalmente en heces con patogenicidad incierta. 24 El compromiso inmunológico es un factor de riesgo de enfermedad grave causada por HBoV 1 con varios estudios de casos que informan enfermedad grave en estos grupos. 24

Ninguno de los virus anteriores tiene opciones específicas de manejo o prevención y el tratamiento es de apoyo por naturaleza. Tanto la ribavirina como la IVIG se han probado para tratar varios de estos virus; sin embargo, actualmente su uso no se recomienda de forma rutinaria. Cabe señalar que en todas estas infecciones, la coinfección con patógenos bacterianos, fúngicos u otros virus es común, y esto contribuye a la mortalidad general.

VIRUS NO RESPIRATORIOS

Hay otros virus que normalmente no causan enfermedades respiratorias en el huésped inmunocompetente, pero que pueden causar una infección respiratoria grave en pacientes inmunocomprometidos. Los ejemplos incluyen el virus de la varicela zóster y el citomegalovirus. Ambos pueden causar neumonitis severa con mortalidad significativa en niños inmunocomprometidos.

CONCLUSIÓN

En resumen, existen múltiples virus que pueden causar infección respiratoria en niños inmunocomprometidos. El riesgo de enfermedad grave e incluso mortal aumenta en esta población. A pesar de su naturaleza casi ubicua entre la población pediátrica, muy pocos de estos virus tienen medidas preventivas o de manejo específicas y se necesita más investigación para reducir la carga que tienen en los niños inmunocomprometidos.

Los niños asmáticos fueron considerados población de riesgo tras la aparición del SARS-CoV-21; tras la alarma inicial, distintos estudios en diferentes países mostraron disminución de las exacerbaciones asmáticas durante la pandemia2–4. En España no existen datos publicados.

El grupo de Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría planteó un estudio retrospectivo multicéntrico. Se analizaron las visitas mensuales por exacerbaciones asmáticas (EA) –definidas según los códigos J45.909 y J45.22 de la CIE-10– a servicios de urgencias pediátricas, el porcentaje de ingreso en planta y UCIP durante los 2 primeros años de pandemia y se relacionaron con la incidencia acumulada de infección por SARS-CoV-2 a 14 días y los diferentes periodos de aislamiento.

Se concluye que el SARS-CoV-2 no parece haber aumentado las crisis en los niños asmáticos, los ingresos ni los ingresos en UCIP. Las medidas de aislamiento introducidas para el control del SARS-CoV-2 han podido disminuir las EA en los niños. Un año después, las cifras vuelven a ser similares a las prepandémicas. Algunas de las medidas aplicadas durante la pandemia podrían considerarse para prevenir las EA en los niños, aunque se necesitan más estudios para encontrar el beneficio específico de cada una, ponderando su repercusión psicosocial.

Los virus respiratorios como el virus respiratorio sincitial (RSV), la influenza, la parainfluenza y el metapneumovirus humano son etiologías bien establecidas de infecciones agudas del tracto respiratorio inferior (ALRI, LRI-virus). Por el contrario, el adenovirus (AdV), el rinovirus/enterovirus (RV/EV) y los coronavirus humanos estacionales (CoV), denominados colectivamente AdV/RV/CoV, se detectan tanto en niños sanos como en niños con IRAB.

Métodos: 

Los métodos incluyen un estudio longitudinal prospectivo de casos y controles, que evalúa la prevalencia de los virus LRI frente a AdV/RV/CoV en ALRI [neumonía alveolar adquirida en la comunidad (CAAP) y bronquiolitis] durante la hospitalización (visita 1), 7–14 días ( visita 2) y 28-35 días (visita 3) en niños de 2-17 meses. Los controles fueron niños de 2 a 27 meses hospitalizados para cirugía electiva durante las mismas estaciones respiratorias.

Resultados: 

Inscribimos a 99 bebés (37 CAAP, 38 bronquiolitis y 24 controles) y obtuvimos 211 hisopos nasofaríngeos. En general, 163 (77%) tenían más o igual a 1 virus detectado; RV/EV (n = 94; 45%) y RSV (n = 71; 34%) fueron los virus detectados con mayor frecuencia. En CAAP, la prevalencia global del virus LRI fue del 78,4%, 32,4% y 5,4% en las visitas 1, 2 y 3, respectivamente; las tasas respectivas en bronquiolitis fueron 73,7%, 34,5% y 8,0%. En los controles, no se detectaron virus LRI. Por el contrario, la prevalencia general de AdV/RV/CoV fue alta entre los controles (70,8 %) y similar entre CAAP (48,6 %, 40,5 % y 40,5 %) y bronquiolitis (47,4 %, 58,6 % y 64,0 %) en todas las visitas .

Conclusiones: 

Entre los casos de ALRI, los virus LRI dominaron durante la enfermedad aguda, con una disminución de la prevalencia dentro de los 28 a 35 días, lo que sugiere su papel causal. Por el contrario, la prevalencia de AdV/RV/CoV fue similar durante las 3 visitas y en los controles, lo que sugiere que el transporte de estos virus es común durante la temporada respiratoria viral. El estudio actual es relativamente pequeño y de corta duración; sin embargo, los hallazgos están respaldados por otros estudios recientes.

La brucelosis es una enfermedad zoonótica sistémica. La afectación del sistema osteoarticular (OA) es una complicación frecuente y la manifestación predominante de la brucelosis en los niños . Nuestro objetivo fue evaluar las características epidemiológicas, demográficas, clínicas y de laboratorio y radiológicas de los niños con brucelosis y cómo se relacionan con la afectación de la OA.

Métodos: 

Este estudio de cohorte retrospectivo consistió en todos los niños y adolescentes consecutivos con diagnóstico de brucelosis que ingresaron en el departamento de enfermedades infecciosas pediátricas del Hospital de Investigación y Capacitación Van de la Universidad de Ciencias de la Salud entre el 1 de agosto de 2017 y el 31 de diciembre de 2018 en Turquía.

Resultados: 

Se evaluaron un total de 185 pacientes con diagnóstico de brucelosis, el 50,8% tenían compromiso de OA (n = 94). Setenta y dos pacientes (76,6%) presentaron compromiso de artritis periférica, entre ellos, la artritis de cadera (63,9%; n = 46) fue la manifestación más frecuente, seguida de la artritis de rodilla (30,6%; n = 22), hombro (4,2 %; n = 3) y codo (4,2%; n = 3). Un total de 31 pacientes (33,0%) tenían afectación de la articulación sacroilíaca. Siete pacientes (7,4%) tenían brucelosis espinal. El nivel de velocidad de sedimentación globular superior a 20 mm/h al ingreso y la edad fueron predictores independientes de afectación de la OA (respectivamente, razón de posibilidades [OR] = 2,82; intervalo de confianza [IC] del 95 % = 1,41–5,64, OR por año = 1,10; IC del 95 %: 1.01–1.19). El aumento de la edad se asoció a los tipos de compromiso de la OA.

Conclusión: 

La mitad de los casos de brucelosis tenían compromiso de OA. Estos resultados pueden ayudar a los médicos a realizar una identificación y un diagnóstico tempranos de la brucelosis por OA infantil que se presentan con artritis y artralgia para permitir que la enfermedad se trate a tiempo.

La presentación de un neonato con mala alimentación y dificultad respiratoria es un escenario pediátrico común. Si bien la miocarditis aguda es una causa poco común de esta presentación, el reconocimiento rápido y el apoyo de cuidados intensivos brindan a estos bebés la mejor posibilidad de supervivencia. Durante septiembre-diciembre de 2022, ocho bebés ingresaron en unidades de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) en el suroeste de Inglaterra y el sur de Gales con miocarditis neonatal por enterovirus (NEM).

Los ocho recién nacidos se presentaron de forma aguda in extremis con alimentación reducida, taquipnea y shock cardiogénico. Dos inicialmente tenían meningitis enteroviral. Siete tenían características de laboratorio de linfohistiocitosis hemofagocítica (HLH) (tabla 1). Se detectó enterovirus en todos los pacientes. Tenían disfunción ventricular izquierda grave en la ecocardiografía inicial. El electrocardiograma demostró ondas Q generalizadas, ondas R de bajo voltaje y anomalías del segmento ST. Debido a la gravedad de su cuadro, se inició trayectoria clínica y evidencia de inflamación, inmunomodulación y terapia antiviral (cuando fue posible). Se consideró la oxigenación por membrana extracorpórea en cinco pacientes, pero se consideró inapropiada debido al mal pronóstico y muy probablemente al prolongado tiempo de recuperación. 1El uso de un dispositivo de asistencia ventricular no era una opción para los bebés de esta edad/tamaño.

Cuando se presenta un neonato que se alimenta deficientemente en asociación con dificultad respiratoria o shock, es importante considerar las causas cardíacas, especialmente en presencia de taquicardia persistente inapropiada. La presentación de las infecciones enterovirales puede ser bifásica. Los recién nacidos con una enfermedad inicial no relacionada con el corazón (p. ej., meningitis por enterovirus) pueden desarrollar posteriormente síntomas de insuficiencia cardíaca. Hemos alertado a los pediatras de la región de los casos recientes, con el consejo de considerar la miocarditis en los recién nacidos que se presentan en shock. El control de las enzimas cardíacas, la realización de electrocardiografía y ecocardiografía de forma precoz permite la identificación de la disfunción miocárdica, el correcto manejo de líquidos y el inicio de un tratamiento específico. Un conjunto mínimo de muestras para la prueba de enterovirus incluye aspirado nasofaríngeo o frotis de garganta, heces y sangre. Las características clínicas y de laboratorio de HLH deben buscarse activamente en la presentación. En el entorno de la UCIP, la administración temprana de IVIG, inmunomoduladores y agentes antivirales merece una cuidadosa consideración.7 8

Los hemocultivos (BCx) a menudo se obtienen en la evaluación inicial de niños con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores; sin embargo, se desconoce su rendimiento en esta población. Nuestro objetivo es describir la prevalencia de la bacteriemia entre los niños que acuden al servicio de urgencias (SU) con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores e identificar los predictores de bacteriemia.

MÉTODOS

Revisión transversal de niños de 1 a 18 años que acudieron al servicio de urgencias con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores entre 2010 y 2020. Se excluyeron los pacientes con trauma en las 24 horas previas, comorbilidad ortopédica, estado inmunocomprometido o tratamiento previo con antibióticos. Identificamos a nuestra cohorte utilizando un modelo asistido por procesamiento del lenguaje natural con revisión manual y datos clínicos resumidos. Nuestro resultado primario fue un BCx positivo para un patógeno.

RESULTADOS

Examinamos 478 979 notas de urgencias e identificamos a 689 pacientes que cumplían con los criterios de inclusión. La mediana de edad fue de 5,3 años (rango intercuartil 2,7-8,8); El 39,5% eran mujeres. Se obtuvieron BCx del 75,9% (523/689) de los pacientes, de los cuales 510 estaban disponibles para su revisión. Los BCx fueron positivos en 70/510 (13,7 %; IC 95 %, intervalo de confianza [IC], 10,9–17,0) de niños y en 70/689 (10,2 %; IC 95 %, 8,0–12,7 %) de toda la cohorte. Los patógenos más frecuentes fueron Staphylococcus aureus sensible a la meticilina (71,6 %) y Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (15,7 %). Los predictores de bacteriemia incluyen proteína C reactiva ≥3 mg/dl (odds ratio, 4,5; IC 95 %, 2,1–9,6) y hallazgos de exámenes de localización (odds ratio, 3,3; IC 95 %, 1,4–7,9).

CONCLUSIONES

La prevalencia de bacteriemia entre los niños que acuden al servicio de urgencias con fiebre y dolor agudo en las extremidades inferiores es alta. Se debe considerar el BCx de rutina en la evaluación inicial de esta población.

El ensayo Xpert MTB/rifampicina Ultra (Xpert Ultra) mejora el diagnóstico temprano de tuberculosis (TB) activa en niños. La evaluación clínica es primordial para la interpretación de cualquier prueba Xpert Ultra positiva, especialmente aquellas con bajas cantidades de ADN.

Métodos: 

En este estudio, se inscribieron 391 niños con sospecha de TB que fueron evaluados con Xpert Ultra. Las características clínicas y los resultados de Xpert Ultra se analizaron más a fondo.

Resultados: 

La sensibilidad y la especificidad de Xpert Ultra fueron del 45,0 % (149/331) y del 96,7 % (58/60), respectivamente. Los niños con escalas semicuantitativas más altas de Xpert Ultra mostraron porcentajes más altos de cultivo de MTB positivo, tinción de bacilos ácido-resistentes positiva, tipo de enfermedad grave, fiebre, tos y expectoración, mayor recuento de glóbulos blancos y concentraciones más altas de proteína C reactiva (todas p < 0,01). Entre 44 niños con un resultado de rastreo Xpert Ultra , no hubo diferencias en las características clínicas entre los casos confirmados y los casos de TB no confirmados.

Conclusiones: 

La prevalencia de traza es relativamente alta y puede considerarse positiva en niños paucibacilares. Las presentaciones clínicas están asociadas con la carga bacteriana cuantificada por Xpert Ultra. La interpretación de los resultados de Xpert Ultra trace en función de la información clínica es importante para el diagnóstico de la TB.

Esta revisión resume los estudios que evalúan el rendimiento de la prueba de ensayo de liberación de interferón gamma (IGRA) QuantiFERON-TB Gold Plus (QFT-Plus) para la infección por Mycobacterium tuberculosis (Mtb) en niños. La búsqueda de literatura se realizó utilizando PubMed, MEDLINE y Embase (enero de 2017 a diciembre de 2021) y los términos “niños” o “pediátrico” e “IGRA” o “QuantiFERON-TB Gold Plus”. Los estudios seleccionados (N = 14; 4646 sujetos) reclutaron niños con infección por Mtb, enfermedad de tuberculosis (TB) o niños sanos con contactos domésticos de TB. La concordancia entre QFT-Plus y la prueba cutánea de la tuberculina (TST) (valores kappa) osciló entre -0,201 (sin concordancia) y 0,83 (concordancia casi perfecta). La sensibilidad del ensayo de QFT-Plus (frente al estándar de referencia de la enfermedad de TB confirmada microbiológicamente) fue del 54,5 % al 87,3 %, sin diferencia reportada en niños menores de 5 años versus mayores o iguales a 5 años de edad. En individuos menores o iguales a 18 años, la tasa de resultados indeterminados fue de 0%-33,3% (2,6% en menores de 2 años). Los IGRA pueden superar las limitaciones de la TST en niños pequeños vacunados con Bacillus Calmette-Guérin.

Evaluar las características clínicas y radiográficas de las deformidades de la articulación de la cadera en niños con síndrome de Zika congénito (SQC) y la evolución de las deformidades de la articulación de la cadera en los lactantes afectados durante los primeros 3 años de vida.

Diseño del estudio

Este estudio observacional prospectivo evaluó los exámenes clínicos ortopédicos realizados cada 3 meses para evaluar la flexión y extensión de la cadera, la rotación lateral y medial, y la abducción y aducción, así como la longitud y el tono de los músculos de las extremidades inferiores. La radiografía semestral constaba de radiografías panorámicas anteroposteriores de pelvis con los miembros inferiores en extensión. Se utilizó el porcentaje de migración como herramienta de estudio radiográfico para medir y evaluar el desplazamiento lineal de la cadera.

Resultados

Desde noviembre de 2018 hasta marzo de 2020, seguimos a 30 niños con SCZ, de los cuales 15 (50 %) tenían radiografías pélvicas normales al ingreso; 5 (33,3%) desarrollaron desplazamiento de cadera en la segunda radiografía. Durante los exámenes radiográficos de seguimiento, 20 de los 30 niños (66,7%) fueron diagnosticados con desplazamiento y/o luxación de cadera de al menos un lado, y 10 de los 30 (33,3%) permanecieron normales. Entre 30 pacientes afectados, 13 (43,3%) tenían desplazamiento de cadera del lado derecho y 9 (30%) del lado izquierdo. El análisis de regresión logística reveló que la espasticidad ( P  = 0,0033; OR, 15,9) y las anomalías oftalmológicas ( P  = 0,0163; OR, 16,9) se asociaron con la luxación de cadera durante el seguimiento.

Conclusiones

El seguimiento radiográfico pélvico de todos los niños con CZS complementará el examen físico, el diagnóstico y el control de las deformidades de la articulación de la cadera.

• Monkeypox in children and adult women in Europe: Results from a flash VACCELERATE pilot survey. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2023;41:309-11

Al 5 de agosto de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó 26 017 casos de viruela del simio humano en el brote multinacional de 2022 en curso. La mayoría de las personas eran hombres y la mediana de edad era de 37 años. 1 Se reporta un número significativo de casos entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Se supone que el contacto cercano durante las relaciones sexuales puede ser la fuerza impulsora detrás de esta reciente transmisión de persona a persona en países de altos ingresos. 2

Los primeros casos de viruela del simio en humanos se informaron en la década de 1970 en las regiones endémicas de África occidental y central. Ocasionalmente, estos se han autolimitado a infecciones zoonóticas de roedores y primates a humanos. A diferencia del brote actual, se ha descrito un número desproporcionado de casos entre niños. 3 Entre 1980 y 1984, 111 de 214 pacientes (51,9%) con infecciones primarias por el clado centroafricano, de la antigua República del Zaire, actual República Democrática del Congo, tenían menos de 4 años, y 87 (40,7% ) entre los 5 y los 14 años. 4 Los machos varones jóvenes no vacunados probablemente estaban en mayor riesgo debido a su exposición a los mamíferos durante las actividades de caza y juego. 5La transmisión secundaria de persona a persona se observó predominantemente en niños. Más mujeres se vieron afectadas por infecciones secundarias, lo que sugiere una transmisión de niño a madre. 3

A medida que las infecciones de viruela del simio aumentaron en la década de 2000, parece haber una tendencia a que los adultos jóvenes de veinte años se vean afectados. 6 Esta tendencia se ha explicado por varios factores. Es importante señalar que las regiones endémicas de África tienen una población mucho más joven que la mayor parte del mundo. 7 Sin embargo, la razón principal de este cambio de edad podría estar relacionada con la presunta baja cobertura de vacunación con la vacuna contra la viruela, que podría proporcionar cierta protección cruzada contra la viruela del simio. 6 Desde que se declaró erradicado el virus de la viruela en 1980, la vacunación cesó en <30% de la población mundial. 8Si bien la mayoría de los brotes conocidos en el pasado se atribuyeron al clado de África central, el brote multinacional de 2022 es causado por el clado de África occidental menos grave. Este clado se ha convertido recientemente en un problema inesperado de preocupación para las autoridades sanitarias de África occidental, lo que sugiere cambios en la dinámica de la epidemia del virus de la viruela del simio. 6

Si bien la atención se ha centrado en los HSH, se ha escrito poco sobre otras poblaciones en riesgo. Con esta encuesta flash pretendíamos recopilar información valiosa para diseñar adecuadamente futuros estudios específicos sobre poblaciones vulnerables como niños y mujeres y la situación epidemiológica actual en Europa. Sobre todo teniendo en cuenta que los niños están experimentando más complicaciones y una mayor mortalidad. En mujeres embarazadas, la transmisión vertical también se ha asociado con muerte fetal e infección congénita. 9

Entre el 13 de julio y el 3 de agosto de 2022, 88 instituciones de 27 países europeos participaron en nuestra encuesta flash en línea sobre la prevalencia de la viruela del simio en niños y mujeres adultas en Europa (Figura 1 ).

Figura 1

Distribución de las instituciones participantes. Países de origen de las instituciones participantes: España ( n = 18 [20,5 %]), Alemania ( n = 11 [12,5 %]), Portugal ( n = 7 [8,0 %]), Italia ( n = 6 [6,8 %]), Bélgica, Grecia y Turquía ( n = 5 [5,7 %], cada uno), Israel y Suecia ( n = 4 [4,5 %], cada uno), Irlanda ( n = 3 [3,4 %], Hungría, Lituania y el Reino Unido ( n = 2 [2,3 %], cada uno), y Albania, Austria, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Dinamarca, Georgia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, Rumania, Serbia, Eslovaquia y Suiza (1 [1,1 %], cada uno) MPX, viruela del simio.

En esta encuesta en línea bajo el paraguas del Consorcio VACCELERATE ( https://www.clinicalsurveys.net/uc/VACC_MPX_women_and_children/ ), se pidió a 10 instituciones participantes que proporcionaran sus números de personas evaluadas para la viruela símica y para casos confirmados localmente, así como como el número de casos confirmados a nivel nacional. El mayor número de niños evaluados se informó en Bélgica ( n = 47) y el Reino Unido ( n = 20). Sin embargo, España (1,00) y Alemania (0,33) fueron los países con mayores ratios de casos confirmados. España ( n = 226) y Bélgica ( n = 60) tuvo el mayor número de mujeres evaluadas para la viruela del mono. Entre las mujeres evaluadas, la mayor probabilidad de infección se informó en España (0,08) y Portugal (0,06).

Además, se preguntó a todas las instituciones sobre sus opciones y planes de tratamiento actuales para las infecciones de viruela del simio en niños (clasificados como bebés [0–1 año], niños pequeños [1–3 años], niños en edad preescolar [3–5 años], niñez [6–11 años], jóvenes adolescentes [12–14 años] y adolescentes [15–17 años]). De 88 instituciones que participaron en esta encuesta, cinco (5,7%) informaron casos confirmados. Una institución del Reino Unido informó la consideración del uso no indicado en la etiqueta de Imvanex® para la profilaxis posterior a la exposición a cualquier edad y tecovirimat para el tratamiento en lactantes. Dos instituciones de España y una institución de Alemania no informaron haber brindado ningún tratamiento específico y una de España no respondió a esta pregunta.

Con esta encuesta flash, nos gustaría plantear la necesidad de concienciar a poblaciones como los niños y las mujeres adultas, ya que también pueden desarrollar la infección de la viruela del simio.

Objetivo: 

Estudiar las fluctuaciones de la carga de rinosinusitis aguda pediátrica nacional (ARS) antes y durante los primeros 2 años del coronavirus-19 (COVID), caracterizadas por períodos alternos de confinamiento y relajación, la introducción de vacunas COVID y la aparición de variantes no alfa de COVID.

Métodos: 

Este fue un estudio transversal basado en la población que cubrió los 3 años anteriores a la COVID y los primeros 2 años de la COVID de una gran base de datos de la Organización de Mantenimiento de la Salud más grande de Israel. Con fines de comparación, exploramos las tendencias de carga de ARS con las de infección del tracto urinario (ITU), que no está relacionada con enfermedades virales. Identificamos a los niños menores de 15 años que presentaban episodios de IRA y ITU y los categorizamos según su edad y fecha de presentación. Los episodios promedio de ARS y UTI de los 3 años anteriores a COVID se utilizaron para calcular las razones de tasas de incidencia (TIR) ​​de los 2 años de COVID, analizados por separado. Se exploraron las variaciones estacionales.

Resultados: 

Identificamos 44.483 ARS y 121.263 episodios de ITU. Hubo una reducción sustancial en los episodios de ARS durante los años de COVID (IRR 0,36, IC del 95 %: 0,24–0,56, P < 0,001). Aunque las tasas de episodios de ITU también disminuyeron durante la COVID (IRR 0,79, IC del 95 %: 0,72–0,86, P < 0,001), la reducción de la carga de ARS fue 3 veces mayor. El grupo de edad de ARS pediátrico dominante fue entre 5 y 15 años. La mayor disminución en la carga de ARS fue durante el primer año de COVID . La distribución de episodios de ARS mostró una fluctuación estacional, con un pico durante los meses de verano durante los años de COVID.

Conclusiones: 

La carga pediátrica de ARS disminuyó durante los primeros 2 años de COVID. Se observó que la distribución de episodios era durante todo el año .

 

Bibliografía abril 2023

Top ten

Más de un millón de pacientes menores de 15 años desarrollan tuberculosis (TB) anualmente en el mundo, según estimaciones de la OMS. La TB por cepas resistentes a los fármacos de primera línea alcanza al 25% de los nuevos casos en algunas regiones. Aunque España es considerada un país de baja incidencia, varios centenares de niños y adolescentes enferman de TB cada año. La importancia de la TB pediátrica ha sido minimizada durante años por la dificultad en confirmar el diagnóstico microbiológico y la escasa contagiosidad que asocia. Sin embargo, en los últimos 15 años, se han reportado mejoras relevantes en los informes epidemiológicos de la TB en niños y adolescentes, han surgido nuevos test inmunodiagnósticos, se dispone de estudios de biología molecular que permiten un diagnóstico microbiológico y una identificación de mutaciones asociadas a resistencia rápidos, han surgido nuevos fármacos antituberculosos de segunda línea, también en pediatría, y se han publicado ensayos clínicos que validan tratamientos acortados en algunos pacientes. Este documento, realizado por un grupo de expertos de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica y la Sociedad Española de Neumología Pediátrica, actualiza y complementa las recomendaciones previas para el manejo diagnóstico y terapéutico del niño con TB en España, en base a las nuevas evidencias científicas disponibles.

Actualización de los documentos de consenso de OMA (2012) y sinusitis (2013) tras la introducción de las vacunas antineumocócicas en el calendario vacunal, tras los cambios derivados de las variaciones epidemiológicas, colonización por serotipos no vacunales y la aparición de resistencias. Según la mayoría de los estudios, la introducción de la vacuna antineumocócica conjugada tridecavalente (VNC-13) se ha traducido en un descenso de la colonización nasofaríngea por neumococo, con un aumento porcentual de serotipos resistentes no cubiertos. El diagnóstico de la OMA continúa siendo clínico, aunque se proponen criterios más rigurosos, apoyados en la visualización de alteraciones en la membrana timpánica y la otoscopia neumática realizada por personal entrenado. El diagnóstico rutinario de la sinusitis es clínico y la realización de pruebas de imagen está limitada al diagnóstico de complicaciones asociadas. La analgesia con paracetamol o ibuprofeno es la base del tratamiento en la OMA; la conducta expectante o la prescripción antibiótica diferida podrían ser estrategias adecuadas en pacientes seleccionados. El tratamiento antibiótico de elección en niños con OMA y sinusitis aguda con síntomas moderados-graves continúa siendo la amoxicilina a dosis altas o la amoxicilina-clavulánico en casos seleccionados. En cuadros no complicados, sin factores de riesgo y con buena evolución se proponen pautas cortas de 5-7 días. En pacientes alérgicos se debe individualizar especialmente la indicación de tratamiento antibiótico, que dependerá del estado clínico y si existe o no alergia IgE-mediada. En la OMA recurrente, la elección entre un manejo expectante, profilaxis antibiótica o cirugía se debe individualizar según las características del paciente.

En diciembre de 2022, se publicó en el Reino Unido una alerta que informaba de un aumento inusual de estreptococos del grupo A (GAS) no invasivos (principalmente amigdalitis y escarlatina) y enfermedad GAS invasiva (iGAS). Se han reportado varias muertes en niños menores de diez años en un corto período, hasta 24 en el Reino Unido.

Otros países europeos también han informado preocupaciones similares sobre el aumento de las infecciones por GAS.

PedGAS-net es una red multicéntrica española para el estudio de iGAS en pacientes ≤16 años. Hemos analizado la epidemiología, las manifestaciones y los resultados de los niños con iGAS entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de diciembre de 2022 en 24 hospitales de PedGAS-net con el objetivo de describir los cambios en la incidencia y la gravedad (información metodológica adicional en Anexos complementarios S1 –S4 ).

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Se evaluaron 220 niños con iGAS (características en la Tabla complementaria S2 ). La mediana de edad fue de 41,2 meses (RIC: 19,3-81,0). Ochenta y nueve (40,5%) niños requirieron ingreso en cuidados intensivos. Los síndromes más frecuentes fueron neumonía (n = 66, 29,6%; 42/66 complicada con derrame pleural), seguida de infección de piel y tejidos blandos (n = 50, 22,7%), infección osteoarticular (n = 27, 12,3%) y infección primaria del torrente sanguíneo (n = 23, 10,5%). Además, veinticinco (11,4%) y diez (4,5%) niños desarrollaron síndrome de choque shock tóxico estreptocócico y fascitis necrotizante, respectivamente. La tasa de incidencia media anual de iGAS fue de 5,96 episodios/100.000 niños atendidos en urgencias/año, mostrando un descenso considerable durante la pandemia de COVID-19, con su punto más bajo en 2021.

Al comparar los episodios de iGAS en 2019 (anterior a la pandemia de COVID-19) versus 2022 (posterior a la pandemia de COVID-19) ( Tabla complementaria S2 ), encontramos un aumento impresionante de casos entre noviembre y diciembre de 2022, coincidiendo con la alerta informada en otros países . Así, en diciembre de 2022 hubo un aumento de incidencia de casi 4 veces respecto a aquellos meses con mayor número de casos en 2019 ( fig. 1 ). Sorprendentemente, esta mayor incidencia de iGAS coincidió con las semanas con la mayor circulación del virus respiratorio sincitial (VSR). Además, después de comparar varios síndromes, complicaciones y resultados ( Tabla complementaria S2) observamos que los ingresos a cuidados intensivos y los diagnósticos de neumonía fueron más frecuentes en 2022 en comparación con 2019 (48,6 % vs. 30,4 %, p = 0,013, y 36,2 % vs. 22,8 %, p = 0,050, respectivamente). Cuatro pacientes (1,8%) fallecieron dentro del período de estudio; tres de ellos en diciembre de 2022.

Fig. 1 Distribución mensual de la enfermedad estreptocócica invasiva del grupo A en niños entre 2019 y 2022. Las líneas rojas indican cambios notables en las medidas de salud pública para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2. El área sombreada en azul indica epidemias de virus respiratorio sincitial en España.

En resumen, en comparación con el período previo a la pandemia de COVID-19, hemos observado un aumento significativo en la gravedad y el número de casos de iGAS en España en 2022, con una fuerte concentración en los últimos meses. Hemos visto un aumento en los casos de neumonía, lo que puede estar relacionado con la coincidencia temporal con las temporadas altamente intensas de VRS e influenza que hemos experimentado.

Estas epidemias virales respiratorias podrían explicar esta situación junto con la falta de exposición a patógenos que sufren los niños debido a su aislamiento social durante la pandemia.

No obstante, en los próximos meses se realizará un análisis de las cepas de GAS para descartar la circulación de cepas emergentes más invasivas.

Tras un aumento en las infecciones por estreptococos invasivos del grupo A (iGAS) notificables en los Países Bajos, realizamos una encuesta entre 7 hospitales. El número de casos pediátricos de iGAS fue dos veces mayor entre julio de 2021 y junio de 2022 en comparación con antes de COVID-19. Se produjo un fuerte aumento a principios de 2022, más pronunciado en <5 años y para diagnósticos de empiema y fascitis necrosante. Este reciente aumento pediátrico de iGAS amerita investigación y vigilancia.

La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es una enfermedad infecciosa causada por el nuevo coronavirus que emergió a finales de 2019, el SARS-CoV-21. El 29 de octubre de 2021 la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos amplió la autorización para uso de emergencia de la vacuna COVID-19 de ARN mensajero de Pfizer-BioNTech, aprobando su utilización en niños de 5-11años con un esquema de 2dosis (10μg/0,2mL cada una) separadas por 3semanas2. Hasta diciembre de 2021 solo estaba aprobada la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech en niños de 5-17años, y en mayo de 2022 se autorizó una única dosis de refuerzo en niños de 5-11años para esta vacuna. Hay en curso ensayos de las vacunas de Moderna y de Janssen en la edad pediátrica, y los eventos adversos (EA) observados en su contexto o con el uso off-label de estas vacunas pueden haberse registrado en la base de datos del sistema de notificación de eventos adversos asociados a vacunas (Vaccine Adverse Event Reporting System [VAERS]) de Estados Unidos3. El estudio se centra en la seguridad de las vacunas frente a la COVID-19 autorizadas en Estados Unidos para su uso en niños de 5 a 17años en base a los EA notificados al VAERS.

Se llevó a cabo un estudio descriptivo observacional mediante la revisión de los EA asociados a las vacunas COVID-19 de Pfizer-BioNTech, Moderna y Janssen notificados al VAERS desde la fecha de la autorización de las vacunas hasta el 1 de diciembre de 2021. La base de datos del VAERS, disponible en su página web (https://vaers.hhs.gov/data.html), contiene notificaciones voluntarias de pacientes y profesionales de la salud, así como las notificaciones obligatorias de los fabricantes de cualquier EA tras la vacunación. La base de datos del VAERS registra hasta 5 síntomas por notificación empleando los códigos de los términos preferidos (PT) del Medical Dictionary for Regulatory Activities (MedDRA)4. Los PT del MedDRA, que no son diagnósticos médicos confirmados, no son mutuamente excluyentes.

Se creó una distribución de frecuencias, estratificando los PT más comunes por edad y fabricante. También se consideraron las notificaciones que mencionaban PT relacionados con anafilaxis, pericarditis, eventos trombóticos o fallecimiento.

La base de datos del VAERS incluía 687.402 notificaciones de EA que mencionaban alguna de las vacunas COVID-19, de las que el 2,9% hacían referencia a niños de 5 a 17años. De este total, 2.820 tenían de 5 a 11años, 8.382 de 12 a 15años y 8.659 de 16 a 17años. El 52% eran de sexo femenino, y en cuanto al fabricante, el 45,2% (n=8.973) habían recibido la vacuna de Moderna, el 42,7% (n=8.473) la de Pfizer/BioNTech y el 12,1% (n=2.415) la de Janssen. Los EA más frecuentes tanto en niños como en adolescentes fueron los escalofríos, el mareo, la fatiga y la cefalea. Por edad, en el grupo de 5-11años los EA más frecuentes fueron los escalofríos (27,2% de las notificaciones), el mareo (12,3%), la fatiga (10,3%) y la cefalea; en el grupo de 12-15 años, los escalofríos (27,4%), el mareo (17,3%), la fatiga (9,9%) y la cefalea (7,9%), y en el grupo de 16-17años, los escalofríos (35,1%), el mareo (17,1%), la fatiga (11,8%) y la cefalea (7,2%). Se registró anafilaxia en el 0,31% de las notificaciones, miocarditis o pericarditis en el 0,08% y fallecimiento en el 0,14%. La tabla 1 presenta información detallada de los EA para cada vacuna.

Tabla 1.

Efectos adversos (EA) graves y frecuentes estratificados por edad y fabricante

 

5-11 años de edad(n=2.820)a

12-15 años de edad(n=8.382)a

16-17 años de edad(n=8.659)a

 

Janssen 

Moderna 

Pfizer-BioNTech 

Janssen 

Moderna 

Pfizer-BioNTech 

Janssen 

Moderna 

Pfizer-BioNTech 

Total de EA reportados 

215 

1.705 

900 

1.076 

3.447 

3.859 

1.124 

3.821 

3.714 

Muerte 

 

4 (0,1%) 

  

7 (0,1%) 

  

17 (0,2%) 

 

Muerte 

1 (0,5%) 

2 (0,1%) 

1 (0,1%) 

1 (0,1%) 

2 (0,1%) 

4 (0,1%) 

1 (0,1%) 

6 (0,2%) 

10 (0,4%) 

Anafilaxia (reacción/shock) 

 

4 (0,1%) 

  

26 (0,3%) 

  

32 (0,4%) 

 

Reacción anafiláctica 

1 (0,5%) 

2 (0,1%) 

− 

3 (0,3%) 

6 (0,2%) 

16 (0,4%) 

2 (0,2%) 

16 (0,4%) 

13 (0,4%) 

Shock anafiláctico 

1(0,5%) 

− 

− 

− 

− 

1 (0,0%) 

− 

− 

1 (0,0%) 

Escalofríos 

70 (32,6%) 

515 (30,2%) 

182 (20,2%) 

376 (34,9%) 

1.099 (31,9%) 

824 (21,4%) 

586 (52,1%) 

1.408 (36,8%) 

1.042 (28,1%) 

Mareo 

49 (22,8%) 

155 (9,1%) 

142 (15,8%) 

180 (16,7%) 

531 (15,4%) 

736 (19,1%) 

180 (16,0%) 

546 (14,3%) 

752 (28,1%) 

Fatiga 

14 (6,5%) 

193 (11,3%) 

84 (9,3%) 

106 (9,9%) 

344 (10,0%) 

384 (10,0%) 

142 (12,6%) 

482 (12,6%) 

401 (10,8%) 

Cefalea 

19 (8,8%) 

190 (11,1%) 

72 (8,0%) 

116 (10,8%) 

343 (10,0%) 

199 (5,2%) 

114 (10,1%) 

286 (7,5%) 

222 (6,0%) 

Miocarditis 

− 

− 

− 

− 

4 (0,1%) 

2 (0,1%) 

− 

− 

5 (0,1%) 

Dolor (generalizado) 

32 (14,9%) 

13 (0,8%) 

45 (5,0%) 

23 (2,1%) 

37 (1,1%) 

63 (1,6%) 

10 (0,9%) 

51 (1,3%) 

46 (1,2%) 

Pericarditis 

− 

− 

− 

− 

2 (0,1%) 

− 

1 (0,0%) 

1 (0,0%) 

Eritema en el lugar de inyección 

− 

144 (8,4%) 

− 

− 

67 (1,9%) 

9 (0,2%) 

− 

52 (1,4%) 

3 (0,1%) 

Dolor en el lugar de inyección 

− 

22 (1,3%) 

− 

20 (1,9%) 

11 (0,3%) 

31 (0,8%) 

− 

9 (0,2%) 

10 (0,3%) 

a

Total de notificaciones que mencionaban vacunas contra la COVID-19 en el grupo etario.

Estos resultados contribuyen a nuestro conocimiento de los EA asociados a las vacunas COVID-19 en la población pediátrica de 5 a 17años. El uso de la base de datos del VAERS conlleva ciertas limitaciones al tratarse de un sistema de notificación de salud pública pasivo, lo que puede dar lugar a sesgos de notificación, como un aumento en la notificación debido a la atención mediática de que han sido objeto las vacunas contra la COVID-195. Hasta la fecha, la investigación sobre la seguridad de estas vacunas en la población pediátrica ha sido escasa, lo que subraya la necesidad de estudios adicionales6. Aunque nuestro estudio no permitió establecer relaciones de causalidad, los resultados sugieren que las vacunas COVID-19 autorizadas en la actualidad son relativamente seguras en la población pediátrica de 5 a 17años.

Declaración ética

El VAERS cumple con todos los estándares de seguridad y de protección de datos de salud del gobierno de los Estados Unidos. El uso de la base de datos del VAERS no requiere aprobación por un consejo de revisión institucional o consentimiento informado.

La malaria, la enfermedad parasitaria más importante del hombre, se transmite por la picadura de mosquitos Anopheles hembra y es causada por Plasmodium falciparum , P. vivax , P. ovale wallikeri , P. ovale curtisi , P. malariae y el zoonótico P. knowlesi . Aproximadamente la mitad de la población mundial reside en regiones endémicas de malaria. Aproximadamente 241 millones de casos de paludismo y 627 000 muertes ocurrieron en todo el mundo en 2020.1 Más de la mitad de las muertes anuales por paludismo son de niños menores de 5 años, la gran mayoría causada por P. falciparum en el África subsahariana. P falciparum es el parásito de la malaria más prevalente en todas las áreas excepto en las Américas; P. vivax ahora se reconoce como la causa predominante de malaria en niños y lactantes en la región de Asia-Pacífico y las Américas, con una morbilidad y mortalidad significativas. 2 , 3 En áreas no endémicas, la malaria ocurre principalmente en viajeros que regresan, una proporción cada vez mayor de inmigrantes y refugiados, y personas que visitan a amigos y familiares en regiones endémicas. Los niños constituyen del 15% al ​​20% de los casos de paludismo importado en todo el mundo.

Se describen la presentación cínica, manejo terapéutico, prevención y retos futuros.

Introducción: 

A principios de 2022, se informaron grupos de hepatitis pediátrica grave en Europa y Estados Unidos. Hasta la fecha no se ha identificado la causa aunque se ha propuesto el adenovirus humano 41 en una proporción de casos. Examinamos datos de población de >11 años para grupos de hepatitis en Victoria, Australia, y si alguno estaba asociado espaciotemporalmente con la transmisión comunitaria de virus respiratorios comunes .

Métodos: 

Usamos SaTScan para analizar grupos de hepatitis pediátrica y adenovirus respiratorios en Victoria. Se realizó un análisis de regresión binomial negativa para determinar cualquier asociación entre la hepatitis y los virus respiratorios en Victoria entre el 1 de julio de 2011 y el 30 de junio de 2022.

Resultados: 

Se observaron varias asociaciones positivas en Victoria entre los grupos de hepatitis pediátrica y los virus respiratorios en nuestro análisis espaciotemporal. No se encontró asociación positiva con adenovirus respiratorios ni con SARS-CoV-2. Se observó un aumento de los grupos de hepatitis en 2021 y 2022, como se señaló a nivel internacional.

Conclusión: 

El brote actual de hepatitis es nuevo y, aunque los virus respiratorios están ampliamente asociados con la hepatitis , es poco probable que el SARS-CoV-2 y los adenovirus respiratorios estén relacionados.

El síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado temporalmente con COVID-19 (PIMS-TS), también conocido como síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), es una nueva afección hiperinflamatoria que comparte características con la enfermedad de Kawasaki (KD) y el síndrome de shock tóxico (TSS). ). 1–3 La mediana de edad de los niños con PIMS-TS es de aproximadamente 8 años y el sexo masculino, la obesidad y la etnia negra o asiática se asocian con un mayor riesgo. 1 2 Los niños con PIMS-TS suelen tener antecedentes de infección por SARS-CoV-2 en las semanas anteriores a la presentación. 1 2 El fenotipo clínico varía e incluye fiebre, síntomas gastrointestinales, manifestaciones cardíacas, conjuntivitis, erupciones polimorfas e insuficiencia respiratoria. 1–3La figura 1 y la tabla 1 informan los criterios de diagnóstico para PIMS-TS y las características comunes observadas en niños con la enfermedad. Los niños con PIMS-TS a menudo se parecen a los niños con KD/TSS. Muchos parecen muy mal y requieren ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. 1 2 Las investigaciones iniciales demuestran universalmente evidencia de hiperinflamación con niveles de proteína C reactiva generalmente superiores a 100 mg/l, así como una velocidad de sedimentación globular elevada, hiponatremia, hipertrigliceridemia y dímero D y ferritina sérica elevados. 1–3 La linfopenia es común, al igual que los biomarcadores cardíacos anormales, como el péptido natriurético cerebral (BNP) elevado y la troponina. 1–3

Figura 1

Características clínicas de PIMS-TS. PCR, proteína C reactiva; PIMS-TS, síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico asociado temporalmente a COVID-19. Péptido natriurético cerebral (BNP), proteína C reactiva (PCR)

tabla 1

Criterios diagnósticos para PIMS-TS

Los principios del manejo de PIMS-TS incluyen inmunomodulación (típicamente con inmunoglobulinas y esteroides intravenosos), atención de apoyo, manejo de complicaciones cardíacas y tromboprofilaxis. 3 4 Se desconocen los resultados a largo plazo de PIMS-TS. Los informes iniciales sugieren que, si bien la mayoría de las medidas de la función cardíaca se normalizan dentro de los 6 meses, aproximadamente la mitad de los niños tienen fatiga constante y poca tolerancia al ejercicio. 5 Muy pocos niños con infección por COVID-19 desarrollan PIMS-TS, lo que sugiere que PIMS-TS ocurre por una combinación de una predisposición genética y un sistema inmunitario aberrante…

Objetivo Identificar las características clínicas de los pacientes con enfermedad de Kawasaki (EK) recurrente.

Diseño Un estudio de cohorte a nivel nacional, basado en la población, utilizando la base de datos de reclamos del Seguro Nacional de Salud de Corea entre 2013 y 2016.

Pacientes Se incluyeron un total de 19 456 pacientes menores de 5 años que fueron diagnosticados con un episodio inicial de EK. Un período de seguimiento mínimo de 3 años fue obligatorio para su inclusión.

Principales medidas de resultado Los perfiles epidemiológicos y clínicos se compararon entre pacientes con KD con y sin recurrencia.

Resultados La tasa global de recurrencia de la EK fue del 3,84 % (n = 748) y la mediana del intervalo hasta la recurrencia fue de 498 días (IQR: 257–860 días). Aproximadamente el 70% de todas las recurrencias ocurrieron dentro de los 2 años del diagnóstico inicial. Las proporciones anuales de recidiva fueron del 40%, 28%, 18%, 8% y 4% desde el primer al quinto año tras el episodio inicial, respectivamente. Las tasas de recurrencia fueron significativamente más altas en pacientes <1 año que en los de 4 a 5 años (4,65 % frente a 2,22 %) y en los que mostraron resistencia a una dosis inicial de inmunoglobulina intravenosa (IGIV) (10,00 % frente a 3,18 %). Las comorbilidades alérgicas y las complicaciones de las arterias coronarias en el episodio inicial no se asociaron con mayores tasas de recurrencia.

Conclusiones Identificamos claramente las tasas de recurrencia anual y sus intervalos desde el episodio inicial de acuerdo con los diversos factores identificados, incluida la edad joven y la resistencia a la IVIG inicial. Nuestros resultados, basados ​​en una cohorte nacional, pueden usarse como referencia para el manejo de seguimiento en pacientes con KD y en estudios futuros.

Casos clínicos

Mostramos infecciones estreptocócicas graves en este informe que simularon la presentación clínica del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). A principios de diciembre de 2022, los casos ingresaron simultáneamente en nuestro hospital. Nos gustaría compartir nuestro estudio considerando los casos de muerte relacionados con Streptococcus pyogenes que se han informado recientemente en muchas partes de Europa.

Paciente femenina de 8 años de edad que consulta por dolor torácico, cefalea y fiebre desde hace 3 días. Presentaba erupción maculopapular en tronco, lengua de fresa, conjuntivitis bilateral, hiperemia amigdalina y adenopatías cervicales. Los reactantes de fase aguda fueron notablemente mayores y además de la linfopenia del paciente se encontró insuficiencia renal aguda (proteína C reactiva: 503 mg/L, procalcitonina: 49 μg/L, recuento de leucocitos: 14.700 × 10 3 /μL, recuento de linfocitos : 100 × 10 3/μL). El paciente estaba recibiendo tratamiento inotrópico por hipotensión. Se realizó un prediagnóstico de shock séptico y MIS-C, y se controló en la unidad de cuidados críticos. Se iniciaron tratamientos con cefotaxima y clindamicina. Se utilizaron tratamientos con inmunoglobulina intravenosa (IGIV) (1 g/kg/d durante 2 días) y esteroides (2 mg/kg/d) cuando los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 fueron positivos. El ecocardiograma fue normal. Se produjo Streptococcus pyogenes en el hemocultivo del caso durante el seguimiento, lo que confirmó el diagnóstico de síndrome de shock tóxico.

Una paciente de sexo femenino de 10 años se presentó con quejas de fiebre, dolor de cabeza, vómitos y debilidad durante 2 días. El paciente con aspecto de debilidad presentaba amígdalas hiperémicas y conjuntivitis bilateral. En los resultados de laboratorio al ingreso se evidenció linfopenia y aumento del péptido natriurético tipo B. En los reactantes de fase aguda, el nivel de procalcitonina fue de 3,7 μg/L y el nivel de PCR fue de 41 mg/L. El paciente presentaba afectación multiorgánica, que incluía la descripción del caso de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, por lo que se inició tratamiento para MIS-C además de antibioterapia a pesar de que no hubo aumento apreciable de marcadores inflamatorios. El paciente mostró una mejoría clínica a las pocas horas de la reanimación con líquidos y la terapia con antibióticos. Se detectó influenza en el panel viral respiratorio. Tras el aislamiento deStreptococcus pyogenes en el cultivo faríngeo durante el seguimiento, se finalizó el diagnóstico y se suspendió el tratamiento con MIS-C y se continuó con la antibioterapia dirigida.

Este informe se presentó para resaltar las infecciones estreptocócicas graves que simulan MIS-C. Hoy en día, MIS-C, que se caracteriza por fiebre, marcadores inflamatorios elevados y afectación de órganos multisistémicos, se observa en niños después de la infección por SARS-CoV-2. 1MIS-C es un diagnóstico excluyente, se debe considerar cuidadosamente el diagnóstico diferencial. Dado que se superpone con otras enfermedades prevalentes, es un proceso difícil de tratar para el médico. En casos de fiebre, afectación de órganos y marcadores inflamatorios elevados, se debe iniciar una terapia antibiótica empírica para posibles agentes bacterianos. De hecho, si la sospecha clínica es alta, la terapia con antibióticos puede extenderse. Mediante la observación cuidadosa de los resultados del cultivo, la antibioterapia puede interrumpirse antes de tiempo en los casos en que no sea necesaria.

Las infecciones virales, como la influenza, facilitan el desarrollo de la infección por estreptococos del grupo a, y este aumento puede deberse a la epidemia de influenza en el hemisferio norte.

La presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en nuestro caso con síndrome de shock tóxico estreptocócico aumentó la sospecha de MIS-C. Sin embargo, no está claro cómo debe interpretarse la prueba de anticuerpos. Debido a la creciente prevalencia de infecciones en la comunidad, la utilidad de las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 parece ser limitada. 2 Por lo tanto, los casos con sospecha de MIS-C deben evaluarse desde una perspectiva amplia en términos de infecciones bacterianas. La administración tardía de antibióticos puede provocar la muerte.

Los niños corren el riesgo de infectarse después de la exposición a animales en los zoológicos interactivos debido a una higiene de manos deficiente y al contacto frecuente de las manos con la superficie de la mucosa. La vigilancia de la salud pública es limitada y es probable que el riesgo de infección no se reconozca. La mayoría de las infecciones notificadas son entéricas. Aquí, describimos a dos niños con infecciones no entéricas inusuales después de la exposición al zoológico de mascotas.

Paciente de 8 años que consultó por lesión en mejilla derecha de 4 meses de evolución, sin antecedente de picadura. Mantuvo seguimiento telefónico con su pediatra de atención primaria debido a las limitaciones de asistencia presencial por la pandemia de COVID-19. La sospecha diagnóstica inicial fue de foliculitis relacionada con el uso de mascarilla, cuyo neologismo es maskne.

Recibió tratamientos sucesivos con antibioterapia tópica (clindamicina y mupirocina) y oral (cefadroxilo) sin mejoría y con aumento progresivo del tamaño. Presentó placa de unos 3×3cm en región malar, elástica y erosionada en superficie (fig. 1). El raspado lesional con PCR de Leishmania fue negativo. Mediante biopsia se realizó el diagnóstico histológico de desorden linfoproliferativo cutáneo de células T CD4+ de pequeño/mediano tamaño (DLPCPM-CD4+) (fig. 2). Recibió tratamiento tópico con propionato de clobetasol, con mejoría de la lesión al mes de su inicio (fig. 3).

Figura 1.

Placa de 3×3cm en región malar derecha.

(0,09MB).

Figura 2.

Histopatología del desorden linfoproliferativo cutáneo de células T CD4+ de pequeño/mediano tamaño. A) Infiltrado linfocitario denso en dermis superficial y profunda (HE x100). B) A mayor aumento, linfocitos con moderada atipia en área perifolicular (HE x400). El infiltrado linfoide es positivo para los marcadores CD3 (C) y CD4 (D), con una población minoritaria acompañante de linfocitos CD8 (E). (C-E: x400).

(0,36MB).

Figura 3.

Mácula hiperpigmentada con quistes de millium en superficie no infiltrada a la palpación.

(0,06MB).

El desorden linfoproliferativo cutáneo de células T CD4+ de pequeño/mediano tamaño es un linfoma cutáneo primario clasificado de manera provisional como desorden proliferativo para enfatizar su curso benigno y disuadir de tratamientos sistémicos agresivos1. En su diagnóstico diferencial se incluyen otros linfomas cutáneos T y B, procesos linfoproliferativos reactivos, pseudolinfomas y lupus tumidus2. Las opciones de tratamiento incluyen la cirugía, corticoides tópicos o intralesionales y la fototerapia1.

El uso prolongado de mascarillas en la pandemia de COVID-19 se ha relacionado con la aparición y empeoramiento de dermatosis faciales3. Su mayor prevalencia y la generalización del término maskne puede llevar a enmascarar e infradiagnosticar otras enfermedades más complejas3 o infrecuentes. Debe establecerse un adecuado diagnóstico diferencial, ya que no todo es maskne.

La enfermedad exantemática similar al síndrome de shock tóxico (TSS) neonatal se caracteriza por exantema, trombocitopenia y fiebre en recién nacidos infectados con Staphylococcus aureus productor de toxina 1 TSS . Aunque la enfermedad es rara, debe ser conocida por los neonatólogos ya que representa un diagnóstico diferencial en neonatos con exantema y trombocitopenia. Dos recién nacidos presentados con enfermedad exantemática similar a TSS neonatal son casos europeos raros de esta enfermedad neonatal específica.

Para ampliar

Las predicciones para un próximo fin de la pandemia de la Organización Mundial de la Salud deben interpretarse con precaución. La evidencia actual indica que la eficacia de una cuarta dosis de las vacunas clásicas ARNm (BNT162b2 o mRNA-1273) es baja y de corta duración para prevenir la infección de SARS-CoV-2 en su variante predominante (Omicron). No obstante, su eficacia es alta frente a la infección sintomática grave, hospitalización y muerte. Las nuevas vacunas que están siendo introducidas son bivalentes y activas frente a las variantes Omicron. Entre las potenciales nuevas vacunas que se introducirán en el próximo año, se encuentra una vacuna basada en una proteína recombinante que emula el dominio de unión al receptor de la proteína Spike en desarrollo por la compañía española Hipra, así como vacunas de administración nasal u oral. La información disponible apunta a que las vacunas frente al COVID-19 podrán administrarse asociadas a la vacunación antigripal sin particulares complicaciones. Se encuentran en investigación nuevos fármacos frente a COVID-19 tanto antivirales como anti-inflamatorios pero no parece ocurrir lo mismo con los anticuerpos monoclonales. La indicación de utilizar mascarillas en algunas circunstancias se mantendrá el próximo año en vista a la acumulación de datos científicos sobre su eficacia. Finalmente, el síndrome del COVID largo o Post-COVID puede que siga afectando a una proporción muy elevada de los pacientes que sufrieron la enfermedad, requiriendo recursos diagnósticos y terapéuticos combinados.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) se ha asociado con la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo en la población pediátrica atendida en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Nuestro objetivo fue comparar pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda pediátrica (PARDS) con aquellos que también presentan un diagnóstico de MIS-C (PARDS vs. PARDS + MIS-C).

Métodos:

Ciento sesenta y siete niños (0-15 años) ingresados ​​en la sala COVID-19 de la unidad de cuidados intensivos pediátricos de un hospital pediátrico de referencia nacional en Quito, Ecuador, de junio de 2020 a junio de 2021 que desarrollaron PARDS con o sin MIS-C . Para el diagnóstico de PARDS se utilizaron los criterios del Pediatric Acute Lung Injury Consensus Conference Group y para el diagnóstico de MIS-C se utilizaron los criterios de los Centers for Disease Control and Prevention. Además, se utilizó la puntuación PRISM para calcular el riesgo de mortalidad de los pacientes del estudio al ingreso.

Resultados:

De los 167 pacientes con PARDS, ~59% también desarrolló MIS-C. Los pacientes con PARDS + MIS-C tenían mayores riesgos que los pacientes sin MIS-C en lo siguiente: frecuencia de infecciones bacterianas asociadas (81,6 % frente a 55,1 %), riesgo de mortalidad (36,7 % frente a 11,6 %), uso de soporte respiratorio ( ventilación mecánica invasiva: 92% vs 86%), uso de vasopresores/inotropos (90,8% vs 30,4%), complicaciones renales (36,7% vs 8,7%), shock séptico (84,7% vs 20,3%), fallo multiorgánico (39,8% vs 1,4%) y mortalidad al alta (39,8% vs 4,3%). La regresión logística no logró encontrar asociación entre MIS-C y edad, raza, sexo, ≥3 signos/síntomas y ≥2 comorbilidades.

Conclusiones:

Los pacientes con PARDS + MIS-C presentaron un cuadro clínico más grave que los pacientes sin MIS-C. Los hallazgos brindan información útil para mejorar el manejo de pacientes con PARDS con y sin MIS-C en Ecuador.

Abstract

Fondo: 

Los estudios sugieren que los bebés pueden tener un mayor riesgo de enfermedad grave por coronavirus 2019 ( COVID-19 ) en relación con los niños mayores, pero existen pocos datos sobre la incidencia de episodios de COVID-19 y los factores de riesgo asociados. Estimamos las tasas de incidencia y describimos las características asociadas con los episodios de COVID-19 atendidos médicamente entre bebés menores de 6 meses de edad.

Métodos: 

Analizamos datos de registros médicos electrónicos de una cohorte de bebés nacidos del 1 de marzo de 2020 al 28 de febrero de 2021. Los datos de 3 sistemas de atención médica incluyeron características demográficas, diagnósticos de hospitalización y visitas ambulatorias maternas e infantiles y síndrome respiratorio agudo severo síndrome de coronavirus 2 ( Resultados de la prueba SARS-CoV-2 ). Los episodios de COVID-19 atendidos médicamente se definieron por pruebas clínicas positivas de SARS-CoV-2 y/o códigos de diagnóstico de COVID-19 durante las visitas de atención médica. Se calcularon las tasas de incidencia no ajustadas y ajustadas por sitio por mes de edad del lactante, períodos de circulación bajos y altos de SARS-CoV-2 y diagnóstico materno de COVID-19 .

Resultados: 

Entre 18.192 lactantes <6 meses de edad cuyas madres recibieron atención prenatal dentro de los 3 sistemas, 173 (1,0%) habían atendido médicamente episodios de COVID-19 . Las tasas de incidencia fueron más altas entre los bebés menores de 1 mes (2,0 por 1000 semanas-persona) y 1 mes (2,0 por 1000 semanas-persona) en comparación con los bebés mayores . Las tasas de incidencia también fueron más altas para los bebés nacidos de mujeres con COVID-19 posparto en comparación con las mujeres sin COVID-19 conocido y las mujeres diagnosticadas con COVID-19 durante el embarazo.

Conclusiones: 

Los bebés de mujeres con COVID-19 posparto tenían un mayor riesgo de COVID-19 atendido médicamente que los bebés nacidos de madres que fueron diagnosticadas durante el embarazo o nunca diagnosticadas, lo que subraya la importancia de las medidas de prevención de COVID-19 para los miembros del hogar y los cuidadores para prevenir infecciones en infantes.

Abstract

Describimos las características, las características clínicas y los resultados del síndrome inflamatorio multisistémico en niños entre personas indias americanas y nativas de Alaska (AI/AN) en comparación con personas blancas no hispanas. Los pacientes AI/AN con síndrome inflamatorio multisistémico en niños eran más jóvenes, más a menudo obesos y de áreas de mayor vulnerabilidad social. Una mayor proporción de pacientes AI/AN tenían compromiso respiratorio severo y shock.

Los estudios sobre la enfermedad prolongada por coronavirus (COVID) en niños son escasos. Nuestro objetivo fue describir los síntomas persistentes e identificar los factores de riesgo para su desarrollo. En nuestra población de estudio, el 17,6% presentó COVID de larga duración, con síntomas respiratorios más frecuentes en las primeras semanas y síntomas neuropsiquiátricos a lo largo del tiempo. Las condiciones crónicas y la obesidad fueron factores de riesgo, y los adolescentes tenían un mayor riesgo de COVID prolongado. La fatiga persistente es de suma importancia. Se necesitan más estudios para aclarar los síntomas de la COVID prolongada en niños y adolescentes.

El papel de las especies de Aeromonas en la enfermedad gastrointestinal es muy controvertido. El objetivo de este estudio fue conocer la distribución epidemiológica de Aeromonas spp. aislada de heces en nuestra área de salud, determinar la existencia de diarrea como síntoma significativo, la identificación de especies existentes en nuestro entorno y la asociación como copatógeno.

Métodos

Se trata de un estudio descriptivo retrospectivo de aislados de Aeromonas spp. en heces (2016-2020). El protocolo para estos aislamientos incluía coprocultivo, la identificación por MALDI-TOF (VITEK®MS, bioMérieux) y la confirmación por PCR multiplex.

Resultados

Se analizaron un total de 366 aislados de Aeromonas spp., siendo Aeromonas caviae la especie más prevalente (289; 78,7%). Se identificaron un total de 58 (15,8%) coinfecciones, siendo significativamente más frecuentes en edades pediátricas (49; 84,5%) (p=0,01) y asociadas principalmente con Campylobacter spp.

Discusión

Aeromonas spp. resulta ser un patógeno gastrointestinal que se asocia con mayor frecuencia a coinfecciones en la edad pediátrica, evidenciando su aparición especialmente con Campylobacter spp.

Podemos concluir que Aeromonas spp. es un enteropatógeno que aparece con mucha frecuencia en las heces de pacientes con sintomatología digestiva tanto en nuestra área sanitaria como en otras series de casos publicadas. Circunstancia que debe tenerse en cuenta a la hora de decidir el diagnóstico de pacientes con patología gastrointestinal con paneles sindrómicos en los que no se incluya Aeromonas spp.

La aparición de Aeromonas spp. en heces de pacientes a edades tempranas, en muchos casos, se asocia a la aparición de un copatógeno primario clásico, en nuestro caso Campylobacter spp. Este hallazgo podría alertar en la búsqueda activa por técnicas moleculares de patógenos primarios si no se aíslan por coprocultivo, especialmente en aquellos casos que se asocian a diarrea, diarrea sanguinolenta o gastroenteritis aguda.

La respuesta para muchos de ustedes (incluido The Archivist ) podría ser… no mucho. Las cosas a tener en cuenta son: Orientia tsutsugamushi (una probacterium alfa gramnegativa de la familia Rickettsiaceae), el ácaro trombiculido (Chiggers en EE. el área del mundo donde es endémica, incluyendo el norte de Australia y Asia). Está en aumento y, a medida que nos movemos por el mundo con más facilidad, puede aparecer en su departamento de emergencias. Se presenta con síntomas comunes e inespecíficos; una enfermedad febril aguda con dolor de cabeza y tos, dolor muscular y síntomas gastrointestinales, a veces con confusión. Hay una tasa de mortalidad del 70% en los casos graves donde puede haber falla multiorgánica y shock. ¿Qué hacer? Recuerde su historial de viajes, busque la escara en el sitio de la picadura del ácaro. ¿Cómo tratar? Varghese GM et al . ( N Engl J Med2023;388:792–803. doi: 10.1056/NEJMoa2208449) han publicado un ensayo controlado (ECA) multicéntrico, doble ciego, aleatorizado, en 794 pacientes adultos (pero mayores de 15 años) que compara la eficacia de la doxiciclina intravenosa, la azitromicina o una combinación de ambas en el tratamiento del tifus severo de los matorrales. En el ensayo clínico de tratamiento intravenoso para el tifus de los matorrales (INTREST) ​​que reclutó a los pacientes en siete sitios de la India, los pacientes recibieron un ciclo de 7 días de doxiciclina intravenosa, azitromicina o ambas (terapia combinada). Tuvieron un resultado primario compuesto (que se está convirtiendo en una característica más común en los ECA) de muerte por cualquier causa en el día 28, complicaciones persistentes en el día 7 y fiebre persistente en el día 5. Diagnosticaron el tifus de los matorrales en aquellos sujetos que tenían un resultado positivo en un ensayo de flujo lateral de una muestra de sangre completa o una escara.

La terapia combinada fue superior a la monoterapia. Hubo una incidencia más baja del resultado primario compuesto con el tratamiento combinado en comparación con el uso de doxiciclina (33 % y 47 %, respectivamente), para una diferencia de riesgo de −13,3 puntos porcentuales (IC del 95 % (IC), −21,6 a − 5,1; p=0,002). La incidencia con el tratamiento combinado también fue menor que con azitromicina (48 %), con una diferencia de riesgo de −14,8 puntos porcentuales (IC del 95 %, −23,1 a −6,5; p<0,001). En comparación con el grupo de doxiciclina, el tiempo hasta la eliminación del ADN bacteriano de O. tsutsugamushifue más breve tanto en el grupo de combinación (HR, 1,33; IC del 95 %, 1,09 a 1,62) como en el grupo de azitromicina (HR, 1,28; IC del 95 %, 1,05 a 1,57). Obviamente, este es un estudio de adolescentes y adultos, y los niños más pequeños no se incluyeron en el ensayo. A continuación se necesita un estudio que incluya niños. Los lectores sabrán que el uso de doxiciclina ha estado relativamente contraindicado en la primera infancia debido a problemas con la decoloración de los dientes. El consenso reciente sobre esto ha cambiado y el uso en esta situación ahora se considera razonable en niños menores de 8 años, especialmente en el contexto de una enfermedad potencialmente mortal [Gaillard T et al . Malar J 2017;16:148–148.]. Una vez que haya reconocido que su paciente tiene Scrub Typhus, ahora sabe qué hacer.

Hay información limitada sobre las respuestas a la vacuna en niños con infección congénita por citomegalovirus (cCMV). Estudiamos las respuestas a las vacunas contra la difteria, el tétanos, el sarampión, las paperas y la rubéola en niños de 6 años con cCMV y controles. Los niveles de anticuerpos protectores y las concentraciones medias geométricas no difirieron significativamente entre los grupos de estudio. Por lo tanto, las vacunas para niños con cCMV deben administrarse de acuerdo con los calendarios nacionales establecidos.

Hay datos limitados a largo plazo disponibles sobre posibles cambios en la demografía y el manejo de niños hospitalizados con influenza .

Métodos: 

Identificamos a todos los niños ≤15 años hospitalizados con influenza confirmada virológicamente en el Hospital Universitario de Turku, Finlandia, durante el período de 25 años de julio de 1993 a junio de 2018. Los datos sobre variables clínicas, comorbilidades y manejo se recuperaron directamente de los registros médicos. Las tasas de hospitalización basadas en la población se calcularon utilizando las bases de datos anuales oficiales de los niños que viven en el área de captación del hospital.

Resultados: 

Entre 1993–1998 y 2013–2018, la mediana de edad de los niños aumentó de 1,3 años a 3,3 años ( P < 0,0001). La proporción de niños menores de 2 años disminuyó del 65,2 % al 36,8 %, mientras que la proporción de niños de 6 a 15 años aumentó del 13,0 % al 36,2 % ( p < 0,0001 para ambos). Las tasas de hospitalización basadas en la población disminuyeron un 49 % en niños de 1 año de edad (razón de tasas de incidencia, 0,51; intervalo de confianza del 95 %: 0,27–0,92; P = 0,018) y aumentaron un 194 % en niños de 6 a 15 años ( razón de tasas de incidencia, 2,94; intervalo de confianza del 95 %: 1,70–5,32; P< 0,0001). La mediana de la duración de la hospitalización se redujo de 2,0 días (rango intercuartílico [IQR], 1,0–4,0) a 1,0 día (IQR, 1,0–2,0; P < 0,0001).

Conclusiones: 

Durante los 25 años, la mediana de edad de los niños hospitalizados aumentó en 2 años, mientras que la duración de la hospitalización se acortó.

La Fundación de Ciencias de la Salud ha reunido a un grupo multidisciplinar alrededor de una serie de preguntas sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 en la salud mental de la población en general y de grupos específicos de dicha población, particularmente los trabajadores sanitarios.
En la población general, los trastornos mentales más prevalentes han sido la ansiedad, los trastornos del sueño y los trastornos afectivos, fundamentalmente la depresión. Se ha producido un aumento considerable de la conducta suicida, especialmente en mujeres jóvenes y varones mayores de 70 años. Se ha incrementado el abuso de alcohol y los consumos de nicotina, cannabis y cocaína.
Por el contrario, ha disminuido el consumo de los estimulantes sintéticos durante los periodos de confinamiento. Respecto a las adicciones sin sustancia, el juego de apuestas quedó muy limitado, el consumo de pornografía experimentó un incremento notable y hubo un aumento de la compra compulsiva y del uso de videojuegos.
En cuanto a grupos particularmente vulnerables hay que destacar el de los adolescentes y el de los enfermos con trastornos del espectro autista. Los sanitarios han sido un grupo especialmente vulnerable, en particular los que estuvieron expuestos durante las primeras fases de la pandemia. El sexo femenino, el ser enfermera, la proximidad a los pacientes con COVID-19, el ejercicio en un medio rural y padecer enfermedades psiquiátricas u orgánicas previas, fueron algunos de los factores más frecuentemente repetidos en diversos estudios en este grupo de población. Depresión, ansiedad y estrés post-traumático fueron los trastornos más frecuentes.
Los medios de comunicación han mostrado un buen grado de conocimiento sobre estos problemas y los han tratado con frecuencia. Desde el prisma de la ética, las situaciones de crisis, como la vivida, han desencadenado claudicaciones no solo físicas sino también morales.

Bibliografía marzo 2023

Top ten

Identificar la etiología de la eosinofilia periférica en una gran población pediátrica y desarrollar un algoritmo de diagnóstico para ayudar a guiar el diagnóstico y el tratamiento de la eosinofilia periférica en la población pediátrica ambulatoria. 

Diseño del estudio 

Realizamos una revisión retrospectiva de las historias clínicas de los niños que acudieron al Texas Children’s Hospital en Houston con eosinofilia periférica entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2019. La eosinofilia se clasificó como leve (recuento absoluto de eosinófilos [AEC] >500 y <1500 células/μL) , moderada (AEC >1500 y <4500 células/μL), o severa (AEC >4500 células/μL). Se recopiló información demográfica y datos de diagnóstico. 

Resultados 

Se evaluaron un total de 771 pacientes menores de 18 años. La causa más frecuente de eosinofilia fue la alergia (n = 357; 46%), siendo la atopia (n = 296) y la reacción a fármacos (n = 54) las subcausas más frecuentes. Esto fue seguido por etiología desconocida (n = 274; 36%), causas infecciosas (n = 72; 9%) y trastornos eosinofílicos (n = 47; 6%). Muchos pacientes con una causa desconocida (n = 202; 74 %) tuvieron pruebas de seguimiento limitadas o nulas. 

Conclusiones 

Más información sobre la etiología de la eosinofilia pediátrica y los datos del estudio podrían ayudar a identificar las causas. Este estudio proporciona información importante sobre la evaluación de la eosinofilia en la población pediátrica de EE. UU., incluido un algoritmo de diagnóstico para guiar a los pediatras de atención primaria. 

La tuberculosis (TB) es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en niños y adolescentes a nivel mundial. 1 Si bien los niños generalmente experimentan mejores resultados del tratamiento con menos toxicidad relacionada con los medicamentos que los adultos cuando reciben tratamiento para la enfermedad o infección de TB, la duración de los regímenes de tratamiento comunes plantea un desafío para la implementación de una atención de la TB adaptada a los niños. Someterse al tratamiento de la enfermedad de la TB, que anteriormente oscilaba entre 6 meses para la TB sensible a los medicamentos y hasta 2 años para la TB multirresistente (MDR-TB), es un aislamiento social y, a menudo, interrumpe la escolarización de niños y adolescentes. El tratamiento preventivo de la TB más comúnque se ha utilizado durante décadas tiene una duración de 6 meses, lo que contribuye a la baja aceptación y, por lo tanto, a la pérdida de oportunidades para la prevención. Los cambios recientes a los regímenes recomendados tienen el potencial de mejorar aún más los resultados del tratamiento de la enfermedad de TB al tiempo que reducen las consecuencias sociales colaterales, así como también aumentan en gran medida la adopción y finalización de TPT. 2–4

Casos clínicos  

Una niña de 8 años, por lo demás sana, se presentó con antecedentes de erupción cutánea asintomática de 2 semanas de evolución. Una semana antes del inicio presentó fiebre leve, dolor de garganta y coriza por lo que recibió tratamiento sintomático sin secuelas significativas. También se obtuvo un historial de quejas similares en algunos de sus amigos de la escuela. Las lesiones no se asociaron a ninguna diátesis atópica, dermatosis inflamatorias previas, ingesta de fármacos o hallazgo sistémico sugestivo. En el examen cutáneo, se observaron múltiples máculas hipopigmentadas discretas y parches de tamaño variable (0,5-1,5 cm) sin ningún cambio en la superficie, distribuidos simétricamente que afectaban las caras dorsal y ventral de los miembros inferiores bilaterales ( Figura, A y B ). Se observaron algunas lesiones dispersas similares en los brazos y el tronco. Otros sitios mucocutáneos, incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies, no se vieron afectados. El examen de otros sistemas de órganos fue insignificante. 

Para ampliar

Trasfondo y objetivos: 

Se presume que la artritis séptica de la rodilla es la forma más frecuente de infección osteoarticular inducida por Kingella kingae . Este estudio tuvo como objetivo informar sobre el curso clínico, los parámetros biológicos y los resultados de las investigaciones microbiológicas entre los niños con artritis séptica de rodilla inducida por K. kingae . También evaluó la capacidad de los criterios modificados de Kocher-Caird para predecir la artritis séptica de rodilla inducida por K. kingae .

Métodos: 

Se revisaron las historias clínicas de 51 niños menores de 4 años con artritis de rodilla inducida por K. kingae confirmada o altamente probable. Se recopilaron datos sobre las cinco variables en el algoritmo de predicción de Kocher-Caird de uso común (temperatura corporal, negativa a cargar peso, leucocitosis, velocidad de sedimentación de eritrocitos y nivel de proteína C reactiva).

Resultados: 

Los pacientes con artritis de rodilla inducida por K. kingae generalmente presentan un cuadro clínico levemente anormal y niveles séricos normales o casi normales de reactantes de fase aguda. Los datos sobre las cinco variables estaban disponibles para todos los niños : 7 niños tenían cero predictores; 8, 20, 12 y 4 niños tenían 1, 2, 3 y 4 predictores, respectivamente; ningún niño tenía 5 predictores. Esto dio un promedio de 1,96 factores predictivos y una probabilidad posterior de ≤ 62,4 % de artritis infecciosa en esta cohorte pediátrica.

Conclusiones: 

Debido a que las características clínicas de la artritis de rodilla inducida por K. kingae se superponen con muchas otras afecciones que afectan a esta articulación, el algoritmo de predicción de Kocher-Caird no es lo suficientemente sensible para detectar de forma eficaz la artritis séptica de rodilla inducida por K. kingae . Excluir la artritis de rodilla inducida por K. kingae requiere realizar ensayos de amplificación de ácido nucleico en hisopos orofaríngeos y líquido articular de aquellos niños pequeños que presentan derrame de la rodilla , incluso en ausencia de fiebre, leucocitosis o una puntuación alta de Kocher-Caird.

Leí con interés el informe reciente de 7 pacientes pediátricos con osteomielitis de costilla diagnosticada en 2 grandes centros médicos israelíes. 1 Cinco pacientes tenían entre 5 y 14 meses de edad, y los restantes tenían 132 y 153 meses. En el niño mayor de la serie se aisló Staphylococcus aureus del drenaje de un absceso de la pared torácica, mientras que en los otros 6 niños no se pudo determinar el agente causal. Los hemocultivos fueron negativos en los 7 niños, y una muestra de biopsia de costilla y una la aspiración con aguja no produjo organismos. 1 Con excepción del paciente con infección estafilocócica, no fueron necesarios procedimientos quirúrgicos mayores y todos los niños se recuperaron con terapia antibiótica.

Sorprendentemente, la sección de discusión no mencionó la posibilidad de una infección por Kingella kingae no revelada entre los 5 bebés y niños pequeños y, a pesar del extenso estudio de diagnóstico, no se buscó el organismo. Desde principios de la década de 1980, se han detectado infecciones de la pared torácica causadas por K. kingae en más de 20 niños, todos menos uno menor de 2 años. 2–4 La presentación de la enfermedad fue similar a la descrita en la serie de casos 1 de Sorek et al e involucró las costillas, el esternón o las articulaciones esternocostal y esternoclavicular. 2–4

Kingella kingae se transmite de manera asintomática en la orofaringe en 10 a 12 % de los niños pequeños, desde donde ingresa al torrente sanguíneo y se disemina a los tejidos articulares y óseos y al endocardio. 2 El organismo es notoriamente exigente y los cultivos bacteriológicos tradicionales en medios sólidos suelen ser negativos. 2 La detección de Kingella kingae requiere la amplificación por reacción en cadena de la polimerasa del gen universal 16S rRNA o el operón rtx específico de la especie y los genes groEl (también conocido como cpn60 ) o mdh en exudados óseos y articulares y/o muestras orofaríngeas. 2El uso de estos métodos moleculares en los últimos años ha resultado en el reconocimiento de K. kingae como la etiología principal de las infecciones del sistema esquelético en pacientes de 6 a 48 meses de edad. 2 La presentación clínica de las infecciones pediátricas de la pared torácica puede simular afecciones médicas graves, como sarcoma de Ewing o histiocitosis, e infecciones causadas por Mycobacterium tuberculosis, Actinomyces israelii o micosis profundas. 1 Por lo tanto, establecer un diagnóstico sólido es fundamental para el manejo del paciente. Se recomienda encarecidamente el uso de pruebas sensibles de amplificación nucleica para buscar la escurridiza K. kingae en niños pequeños que presentan sospechas de infecciones de la pared torácica.

Objetivo: Analizar las tendencias en la hospitalización por infección del tracto urinario (ITU) en menores de 0-14 años en España en el período 2000-2015.

Métodos: Estudio retrospectivo observacional realizado por medio del conjunto mínimo básico de datos hospitalario con códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9). Se incluyeron todos los ingresos por cistitis, pielonefritis e ITU de localización no especificada en niños menores de 15 años. Se recogieron datos sobre el sexo, edad, tipo de alta, diagnóstico principal, comorbilidades, estancia hospitalaria y coste total. Se calcularon tasas crudas de hospitalización por 1000 habitantes menores de 15 años y se llevó a cabo un análisis de regresión segmentada para identificar tendencias temporales.

Resultados: En el período 2000-2015, hubo 124.696 ingresos en niños menores de 15 años. De este total, el 72,97% tenían de 0 a 1 año y el 60,12% recibió un diagnóstico de ITU no especificada, el 39,27% de pielonefritis, y el 0,52% de cistitis. La tasa bruta de hospitalización por ITU osciló entre 1,24 en 2000 y 0,98 en 2015. La tasa de hospitalización por ITU fue mayor en niñas que en niños. El análisis de regresión segmentada mostró una tendencia decreciente en la tasa de hospitalización por ITU, con un porcentaje de cambio anual medio (PCAM) del −1,5% (IC 95%: −2,4 a −0,6). Los cambios observados fueron mayores en niñas (PCAM −1,8; IC 95%: −2,5 a −1,0) y en el grupo de 7 a 10 años (PCAM −5,9; IC 95%: −6,7 a −5,2).

Conclusiones: La tasa de hospitalización asociada a infección urinaria en pacientes menores de 15 años en España descendió durante el período 2000-2015. Las mayores tasas se dieron en niñas y en menores de 2 años.

Durante la pandemia por el SARS-CoV-2 hubo una disminución de las consultas en los servicios de urgencias de pediatría (SUP) a nivel internacional1. Las medidas de protección adoptadas se acompañaron de una disminución de la incidencia de las infecciones bacterianas invasivas (IBI) transmitidas por vía respiratoria, como las causadas por S. pneumoniaeN. meningitidis y H. influenzae2,3. Otras IBI (por E. coli y S. agalactiae), más propias de niños más pequeños, no mostraron ese descenso3. Para nuestro conocimiento, estas variaciones no han sido analizadas en nuestro entorno ni tampoco se ha analizado si durante la pandemia varió la probabilidad de que un niño atendido en un SUP fuera diagnosticado de una IBI.

El objetivo principal de este estudio es analizar el impacto de la pandemia por el SARS-CoV-2 en la epidemiología de las IBI en SUP y en la probabilidad de que un niño menor de 14 años previamente sano que acude al SUP sea diagnosticado de una IBI.

CONTEXTO Y OBJETIVOS: La etiqueta de alergia a penicilina es la más común de las etiquetas de alergias a medicamentos. El objetivo de este estudio fue describir cualitativamente el etiquetado de alergia a penicilina y su manejo en el contexto de pediatría de atención primaria.

MÉTODOS: Revisión retrospectiva de una base de datos de 18.015 niños nacidos desde el 1 de enero de 2010 hasta el 30 de junio de 2020 seleccionados aleatoriamente de una de una cohorte de pacientes ambulatorios de la red del Texas Children´s Pediatrics y del Children´s Hospital of Philadelphia, de los cuales 500 presentaban la etiqueta de alergia a penicilina. Se determinó la clasificación del riesgo de la alergia a penicilina (“sin alergia”, “bajo riesgo”, “moderado o alto riesgo”, “riesgo severo”, “inclasificable”) basándose en la documentación extraída (1) la pestaña de alergias (2) las notas electrónicas de los programas de atención sanitaria. Los eventos de remisión de la alergia o re-exposición a penicilina fueron registrados.

RESULTADOS: La mitad de las alergias a penicilina fueron “inclasificables” basándose en la documentación extraída de la pestaña de alergias. La información para la clasificación del riesgo fue concordante entre la pestaña de alergias y las notas electrónicas de los programas de atención sanitaria (Cohen’s ĸ = 0.35 ± 0.02). Los médicos de atención primaria derivaron a 84 de los 500 (16.8%) niños a un alergólogo, pero sólo 54 (10.8%) fueron finalmente vistos en una clínica de alergología. Todos los niños que se sometieron a un test cutáneo (25 de 25) lo superaron. La eliminación de la etiqueta de alergia a la penicilina fue poco común (69 de 500, 12.9%) pero ocurrió con más frecuencia después de una cita en alergología (26 de 54, 48%) que sin esta (43 de 446, 9.6%, P < .001). Los niños desetiquetados por sus médicos de atención primaria fueron igual de susceptibles a tolerar después antibióticos de la familia de las penicilinas como aquellos desetiquetados por un alergólogo (94% vs 93%, p= .87).

CONCLUSIONS: La documentación acerca de la alergia a penicilina incluida en la pestaña de alergias no resultó informativa, y los niños fueron derivados a alergólogos con muy poca frecuencia. Estudios cualitativos futuros deberían mejorar la documentación sobre la alergia a penicilina y aumentar el acceso a los servicios de alergología.

Leímos el artículo de Renko y sus colegas con gran interés. 1Este artículo aborda un aspecto importante y relevante de la infección del tracto urinario (ITU) para los pediatras. Los autores de este artículo revisaron y sintetizaron sistemáticamente los datos sobre los factores de riesgo de ITU en niños. Se incluyeron veinticuatro estudios en el metanálisis. Los autores encontraron que la circuncisión y la lactancia materna reducen el riesgo de ITU, y la ingesta deficiente de líquidos, la micción poco frecuente y el sobrepeso u obesidad aumentan el riesgo de recurrencia de ITU en los niños. Más importante aún, los autores también observaron que el estreñimiento y el reflujo vesicoureteral de alto grado no aumentan el riesgo de infecciones urinarias recurrentes. En general, este artículo aborda un tema importante para los médicos, pero encontramos algunos problemas metodológicos que pueden afectar la validez de los hallazgos de este metanálisis.

Por lo general, se recomienda que la búsqueda bibliográfica sea exhaustiva (al menos 2 o 3 bases de datos electrónicas bibliográficas) antes de realizar un metanálisis. Las revisiones sistemáticas de estudios observacionales requieren una búsqueda bibliográfica aún más sólida. 2 , 3Los autores realizaron una búsqueda bibliográfica solo en 1 base de datos (PubMed); por lo tanto, existe la posibilidad probable de que se hayan pasado por alto pocos estudios, lo que pone a esta revisión sistemática en mayor riesgo de sesgo de publicación. En este artículo, los autores no informaron el sesgo de publicación, que no se discutió bajo las limitaciones. Se pasan por alto algunos estudios perdidos (Gondim et al. 2018, Shaikh et al. 2016, Conway et al. 2007 y Cho et al. 2005) que evalúan los factores de riesgo de ITU. El RVU de alto grado y la disfunción vesical-intestinal (BBD, por sus siglas en inglés) son 2 factores de riesgo ampliamente reconocidos e informados para la ITU. Aun así, el presente metanálisis no pudo demostrar estos factores de riesgo de recurrencia de la ITU, ya que la búsqueda bibliográfica no fue extensa y no se realizaron estudios.

En el modelo actual de estratificación del riesgo para la recurrencia de la ITU, la edad, el sexo, la gravedad del RVU, la BBD y el estado de la circuncisión se consideran factores importantes. 4 Sin embargo, los autores de este metanálisis no evaluaron la edad y el sexo como factores de riesgo y no mostraron los otros 2 factores (BBD y RVU) como predictores de riesgo de ITU recurrente en niños. Del mismo modo, también se pasan por alto algunos estudios (Ellison et al. 2018, Dubrovsky et al. 2015, Braga et al. 2015, Alsaywid et al. 2010, Nayir et al. 2001) que evalúan el estado de la circuncisión como factor de riesgo de ITU. 5 Es probable que estos hallazgos se deban a una búsqueda bibliográfica deficiente y a un proceso de selección de estudios inapropiado.

Los autores mencionan una baja heterogeneidad en el texto, pero no se ha informado para la mayoría de los factores de riesgo excepto I 2 -7,5% para el estado de circuncisión. Además, los autores no informan explícitamente lo que se consideró anomalías renales congénitas graves, ya que lo utilizaron como uno de los criterios de exclusión. Aunque incluyeron estudios con RVU de grado IV y V, creemos que estas limitaciones podrían haberse discutido mejor en la sección de limitaciones porque pueden haber tenido un impacto significativo en el hallazgo de este metanálisis.

El objetivo de este estudio fue investigar las diferencias en las características clínicas de la enfermedad de Kawasaki entre niños mayores y menores. 

Diseño del estudio 

Este estudio retrospectivo examinó a 405 niños con la enfermedad de Kawasaki ingresados ​​en el Hospital del Norte de Yokohama de la Universidad de Showa entre 2015 y 2019. 

Resultados 

Los pacientes elegibles se clasificaron en los grupos de mayor edad (≥3,0 años, n = 169) y más joven (<3,0 años, n = 236). Se encontró erupción cutánea en un número significativamente menor de casos (112 [66,3 %] frente a 229 [97,0 %], p  < 0,001 en el grupo más joven). La linfadenopatía cervical fue más frecuente en niños mayores (153 [90,5 %] frente a 165 [69,9 %], p  < 0,001) y en la enfermedad de Kawasaki incompleta (3 o 4 hallazgos) (34 [20,1 %] frente a 25 [10,6 %], p  = 0,0078). El diagnóstico se retrasó más en los niños mayores (mediana: 5,0 días frente a 4,0 días, p  = 0,003) que en el grupo más joven. Además, la fiebre que no respondía a una sola inmunoglobulina intravenosa fue más frecuente y la duración de la fiebre fue significativamente más prolongada en el grupo de mayor edad (48 [28,4 %] frente a 47 [19,9 %], P = .0479). 

Conclusiones 

La enfermedad de Kawasaki debe sospecharse en niños mayores de 3 años con linfadenopatía cervical y fiebre, a pesar de la ausencia de erupción cutánea. Además, la enfermedad de Kawasaki incompleta, la fiebre que no se resuelve con una infusión intravenosa única de inmunoglobulina y la tendencia a retrasar el inicio del tratamiento son más comunes en niños mayores de 3 años. 

Dos intervenciones pragmáticas de bajo coste (cambio en las opciones en el registro de salud electrónico; cambio en el registro de salud electrónico más educación más retroalimentación comparando la prescripción con los pares) para mejorar la prescripción de antibióticos de corta duración concordantes con las guías para niños de 2 años y mayores con otitis media aguda fueron muy eficaces y los resultados se mantuvieron 18 meses después de la interrupción de los componentes activos de las intervenciones.   

Objetivos 

Explorar los desafíos en el diagnóstico de mielitis flácida aguda (AFM) y evaluar las características clínicas y los paradigmas de tratamiento asociados con el bajo reconocimiento. 

Diseño del estudio 

Este fue un estudio multicéntrico retrospectivo de pacientes pediátricos (≤18 años) que fueron diagnosticados con AFM de 2014 a 2018 utilizando la definición de caso de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. 

Resultados 

En el 72% de los casos (126 de 175), la AFM no se consideró en el diagnóstico diferencial inicial (n = 108; 61,7%) y/o el paciente no fue derivado para cuidados agudos (n = 90; 51,4%) en el hospital en el encuentro clínico inicial, y esto no mejoró con el tiempo. Aunque muchas características de la presentación fueron similares en los diagnosticados inicialmente con AFM y en los que no; la enfermedad previa, el estreñimiento y los reflejos diferían significativamente entre los 2 grupos. Los pacientes con un diagnóstico inicial sin AFM requirieron soporte ventilatorio con mayor frecuencia (26,2 % frente a 12,2 %; OR, 0,4; IC del 95 %, 0,2-1,0; P  = 0,05). Estos pacientes recibieron tratamiento inmunomodulador más tarde (3 días frente a 2 días después del inicio de los síntomas neurológicos; IC del 95 %, −2 a 0; P = 0,05), en particular inmunoglobulina intravenosa (5 días frente a 2 días; IC del 95 %, −4 a −2; P < 0,001). 

Conclusiones 

El reconocimiento tardío de AFM es preocupante debido al riesgo de descompensación respiratoria y la necesidad de monitorización en cuidados intensivos. Un diagnóstico inicial sin AFM se asoció con un tratamiento retrasado que podría tener un impacto clínico, particularmente a medida que surgen nuevas opciones de tratamiento. 

Objetivo 

Evaluar las consecuencias del botulismo infantil que resultan de las cepas de Clostridium botulinum que producen 2 serotipos de toxina botulínica, denominados “bivalentes”. 

Diseño del estudio 

Las investigaciones epidemiológicas utilizaron un cuestionario estándar. Las cepas de Clostridium botulinum se aislaron mediante métodos estándar. Los serotipos de neurotoxina botulínica (BoNT) y las cantidades relativas de toxinas producidas se identificaron mediante el bioensayo estándar en ratones. Los subtipos de BoNT y las ubicaciones genómicas se identificaron mediante secuenciación de nucleótidos de ADN. 

Resultados 

Treinta casos bivalentes de botulismo infantil ocurrieron en los 45 años (1976-2020), lo que representa el 2,0 % de todos los casos de botulismo infantil de California, en las 3 regiones geográficas del sur de California, el sur del Valle Central y el centro del norte de California. Las combinaciones de serotipos de toxinas fueron Ba (n = 22), Bf (n = 7) y Ab (n = 1). Más pacientes con enfermedad causada por cepas bivalentes de C botulinum Ba y Bf necesitaron intubación endotraqueal al ingreso hospitalario, 60,0% (18/30), que pacientes con enfermedad causada por cepas monovalentes de BoNT/B, 34,3% (152/443). Las cepas C botulinum Ba y Bf produjeron BoNT/B5 y BoNT/A4 o /F2. La cepa Ab produjo BoNT/A2 y /B1. Todos los grupos de genes de toxinas estaban en plásmidos. 

Conclusiones 

El botulismo infantil causado por cepas bivalentes de C botulinum ocurre esporádicamente y en diversos lugares de California. Los pacientes afectados con cepas bivalentes Ba y Bf carecían de características epidemiológicas distintivas, pero parecían estar más gravemente paralizados al presentarse en el hospital que los pacientes con enfermedad causada únicamente por BoNT/B. Estas cepas bivalentes produjeron los subtipos A2, A4, B1, B5 y F2 de BoNT, y todos los grupos de genes de toxinas estaban en plásmidos. 

Para investigar por qué ciertas personas en riesgo desarrollan la enfermedad celíaca (CD), examinamos la asociación de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), los antagonistas de los receptores de histamina-2 (H2RA) y las recetas de antibióticos en los primeros 6 meses de vida con diagnóstico de EC en la niñez temprana.

Diseño del estudio 

Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo utilizando la base de datos del Sistema de Salud Militar. Se identificaron niños con acta de nacimiento desde el 1 de octubre de 2001 hasta el 30 de septiembre de 2013. Se consultaron los registros de prescripción de pacientes ambulatorios para las prescripciones de antibióticos, PPI y H2RA en los primeros 6 meses de vida. Se utilizó la regresión de riesgos proporcionales de Cox para calcular el cociente de riesgos instantáneos (HR) de desarrollar EC en función de la exposición al medicamento. Los códigos de Modificación Clínica de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena Revisión identificaron a los niños con una visita ambulatoria por EC. 

Resultados 

Hubo 968 524 niños que cumplieron los criterios de inclusión con 1704 casos de EC en este grupo. La mediana de seguimiento de la cohorte fue de aproximadamente 4,5 años. Los IBP (HR, 2,23; IC del 95 %, 1,76-2,83), los H2RA (HR, 1,94; IC del 95 %, 1,67-2,26) y los antibióticos (HR, 1,14; IC del 95 %, 1,02-1,28) se asociaron con una mayor riesgo de EC. 

Conclusiones 

Existe un mayor riesgo de desarrollar EC si se prescriben antibióticos, PPI y H2RA en los primeros 6 meses de vida. Nuestro estudio destaca factores modificables, como la administración de medicamentos, que pueden cambiar el riesgo infantil de EC. 

Antecedentes: el tratamiento de la equinococosis quística (EC) es complicado y depende de las características de los quistes, los factores del huésped y los posibles eventos adversos del tratamiento. Evaluamos las características del tratamiento de EC infantil.

Métodos: Estudio de cohorte retrospectivo, 2005-2021, que presenta nuestra experiencia en el tratamiento de niños con EC. Comparamos el uso de intervenciones terapéuticas en asociación con la ubicación, el tamaño y el número de quistes. Además, evaluamos la tasa de complicaciones después de esas intervenciones.

Resultados: Sesenta y seis niños tenían CE; El 97% eran beduinos. En general, se identificaron 183 quistes en 74 órganos: hígado (n = 47, 64 %), pulmones (n = 23, 31 %), cerebro, paraovario, riñón y peritoneo (otros agrupados, n = 4, 5 % ). La media ± desviación estándar del tamaño del quiste más grande (por paciente) fue de 6,6 ± 3,2 cm. El tratamiento con albendazol se administró al 94% de los EC, mientras que la monoterapia con albendazol se utilizó en el 27% (n = 18, incluidos 4 casos con quistes extrahepáticos). Las intervenciones quirúrgicas incluyeron drenaje/punción, aspiración, inyección y reaspiración (PAIR; n = 20), realizadas principalmente en EC-hepático (40% vs. 4% en EC-pulmonar, y 0% en EC-otro), escisión y drenaje (n = 34) y escisión completa (n = 10), realizada principalmente en otras-EC (50% vs. 26% y 4% en EC-pulmonar y EC-hepática, respectivamente). El tamaño más grande del quiste se asoció con la escisión completa en comparación con la monoterapia con albendazol. El número de quistes no se asoció con la intervención elegida. Se registró fiebre después del 39% de las intervenciones quirúrgicas. Las complicaciones quirúrgicas locales fueron relativamente raras.

Conclusiones: La ubicación y el tamaño de los quistes afectaron la elección del tratamiento entre los pacientes con EC. Los procedimientos con drenaje tuvieron una tasa relativamente más alta de complicaciones, incluida la recurrencia. La monoterapia con albendazol puede ser una opción terapéutica viable en casos seleccionados de EC.

  • Climate Change and Vectorborne DiseasesThe Pediatric Infectious Disease Journal. 42(3):211, March 2023.

  • Climate Change and Vectorborne Diseases. N Engl J Med 2022; 387:1969-1978Los efectos del cambio climático están muy extendidos y se están intensificando rápidamente, y en gran parte son provocados por las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles. 1 Las temperaturas medias globales ya han aumentado 1,1 °C desde 1900, 1 y la mayor parte del cambio se ha producido en los últimos 50 años. La extensión del cambio es más extrema en las regiones montañosas y polares ( Figura 1 ), y las temperaturas en las regiones tropicales se están acercando a los límites térmicos de muchos organismos. Dadas las políticas y acciones actuales, se espera un calentamiento de 2,5 °C a 2,9 °C o más para fines de este siglo. 2

  • Figura 2.Vías entre los combustibles fósiles y el aumento de los gases de efecto invernadero y las enfermedades transmitidas por vectores.

El calentamiento y otras manifestaciones del cambio climático, incluidos los cambios en las precipitaciones, con mayores inundaciones en algunas áreas y sequías en otras, tienen implicaciones importantes para las enfermedades transmitidas por vectores a través de sus efectos sobre los patógenos, vectores y huéspedes, así como sobre nuestra capacidad para prevenir y tratar estas enfermedades

Antecedentes: las infecciones asintomáticas por SARS-CoV-2 han generado preocupación por las políticas de salud pública para el manejo de epidemias. Esta revisión sistemática y metanálisis tuvo como objetivo estimar la proporción específica de edad de personas infectadas por SARS-CoV-2 asintomáticas a nivel mundial por año de edad.

Métodos: Realizamos búsquedas en PubMed, Embase, medRxiv y Google Scholar el 10 de septiembre de 2020 y el 1 de marzo de 2021. Incluimos estudios realizados de enero a diciembre de 2020, antes de la vacunación de rutina contra COVID-19. Debido a que esperábamos que la relación entre la proporción de asintomáticos y la edad no fuera lineal, se utilizó una regresión logística multinivel de efectos mixtos (descomposición QR) con un spline cúbico restringido para modelar las proporciones de asintomáticos en función de la edad.

Resultados: Se incluyeron un total de 38 estudios en el metanálisis. En total, 6556 de 14,850 casos se informaron como asintomáticos. La estimación general de la proporción de personas que se infectaron con el SARS-CoV-2 y permanecieron asintomáticas durante la infección fue del 44,1 % (6556/14 850, IC del 95 %: 43,3 %-45,0 %). La proporción asintomática prevista alcanzó su punto máximo en niños (36,2 %, IC del 95 %: 26,0 %-46,5 %) a los 13,5 años, disminuyó gradualmente con la edad y fue más bajo a los 90,5 años (8,1 %, IC del 95 %: 3,4 %-12,7 %). ).

Conclusiones: dadas las altas tasas de portación asintomática en adolescentes y adultos jóvenes y su papel activo en la transmisión del virus en la comunidad, se necesita una mayor vigilancia y estrategias de salud pública entre estas personas para prevenir la transmisión de enfermedades.

Se sabe que muchos de los medicamentos nuevos y reutilizados que ahora forman la columna vertebral de los regímenes de tratamiento de la tuberculosis resistente a la rifampicina (RR-TB) causan la prolongación del intervalo QT . En muchos entornos con alta carga de TB, el acceso a cardiólogos con experiencia en la interpretación de ECG es limitado. Por lo tanto, los médicos responsables del cuidado de los niños con TB-RR ahora deben tener conocimientos sobre la evaluación y el manejo de este efecto adverso en los niños . Aquí, brindamos una descripción general concisa de la prolongación del intervalo QT relacionada con los medicamentos , el estado actual del conocimiento sobre la prolongación del intervalo QT de los medicamentos actuales contra la TB en niños, los desafíos en entornos de alta carga y una guía práctica para los médicos no cardiólogos que atienden a niños con TB-RR.

Tras leer con atención el trabajo de Salinas-Salvador et al. Estudio retrospectivo sobre la efectividad y seguridad de la pauta antibiótica reducida a 5-7 días en la faringoamigdalitis aguda estreptocócica comparada con la pauta clásica de 10 días1, realizado en 2 cupos de pediatría de un centro de salud en Zaragoza, junio-2016 a abril-2020, valoramos que está en la tendencia actual de plantear una pauta reducida de tratamiento antibiótico de la faringoamigdalitis por estreptococo betahemolítico del grupo A (EBHGA; en inglés GAS).

Recientemente hemos revisado la historia del declive de la fiebre reumática aguda (FRA) en entornos con adecuado sistema de salud pública2. Durante el siglo xx en los países llamados desarrollados su incidencia descendió significativamente hasta virtualmente desaparecer. Pero la FRA continúa siendo un problema importante de salud en países de bajos ingresos y también en zonas marginales de países de medianos y altos ingresos. Puesto que no conocemos exactamente las razones del declive histórico de la FRA, no se pueden anticipar completamente los posibles resultados de cualquier relajación en la política antibiótica. En cualquier caso, esto sería inapropiado para esas poblaciones en las que los riesgos de FRA y cardiopatía reumática continúan elevados.

Un tratamiento de 5-7 días para faringitis estreptocócica evita generalmente las complicaciones supurativas1, pero no erradica la bacteria. Hay que tener esto en cuenta en población de riesgo, o cuando se precisa erradicar EBHGA. Hay que estar vigilantes por si se presentan brotes de enfermedad.

Estamos asistiendo en esta estación de otoño de 2022 a un posible aumento de infecciones estreptocócicas…

Actualidad bibliográfica febrero 2023

Top Ten

La resistencia a antibióticos supone una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Su estrecha relación con el consumo de antibióticos hace necesaria la adopción de medidas para optimizar su uso. Los programas de optimización del uso de antibióticos (PROA) se diseñan para mejorar los resultados clínicos de los pacientes con infecciones, minimizar los efectos adversos asociados a su uso y garantizar la administración de tratamientos costo-eficientes. En la práctica clínica pediátrica el uso inadecuado de antibióticos es una realidad. Es por ello que los PROA deben incluir objetivos y estrategias específicos dirigidos a familias y pediatras. La implementación de estos programas requiere la implicación de instituciones, profesionales y población, adaptándolos a las características de cada ámbito asistencial. La atención primaria (AP) pediátrica presenta unas peculiaridades organizativas y asistenciales (hiperdemanda e inmediatez, escasos recursos profesionales especializados, dificultades en el acceso a la formación continuada y a la retroalimentación informativa) que exigen el diseño de medidas y estrategias propias para conseguir los objetivos fijados, que incluyan medidas estructurales, organizativas, de flujo de información y de formación continuada. Es necesario que estos programas alcancen a todos los profesionales, abordando la formación continuada, las herramientas de apoyo a la prescripción y el acceso a pruebas diagnósticas, con la adecuada coordinación interniveles. Se debe evaluar periódicamente el impacto de las distintas acciones en los objetivos planteados. La información generada debe revertir a los profesionales para que puedan adaptar su práctica clínica a la consecución óptima de los objetivos.

El virus de la gripe ha acompañado al ser humano desde tiempo inmemorial, en forma de epidemias anuales y pandemias ocasionales. Se trata de una infección respiratoria con múltiples repercusiones sobre la vida de las personas a nivel individual y social, así como una importante sobrecarga para el sistema sanitario. El presente documento de consenso surge de la colaboración de diversas sociedades científicas españolas implicadas en la atención de la infección por virus de la gripe. Las conclusiones extraídas se han fundamentado en las evidencias de mayor calidad disponibles en la literatura científica y, en su defecto, en la opinión de los expertos convocados. En el documento de consenso se abordan los aspectos clínicos, microbiológicos, terapéuticos y preventivos (respecto de la prevención de la transmisión y en relación con la vacunación) de la gripe, tanto para población pediátrica como para adultos. Este documento de consenso pretende ayudar a facilitar el abordaje clínico, microbiológico y preventivo de la infección por virus de la gripe y, consecuentemente, a disminuir sus importantes consecuencias sobre la morbimortalidad de la población. 

La fiebre reumática aguda (ARF, por sus siglas en inglés) es una respuesta autoinmune retardada a una infección por estreptococo A que resulta en una enfermedad inflamatoria multisistémica. La afectación cardíaca en la enfermedad aguda puede conducir a la cardiopatía reumática (RHD). El daño crónico de la válvula cardíaca puede predisponer a insuficiencia cardíaca, arritmia, accidente cerebrovascular y muerte prematura. 1 Durante los últimos 50 años, la enfermedad casi ha desaparecido de los países de altos ingresos; sin embargo, esta enfermedad devastadora sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad temprana en los países de ingresos bajos y medianos, impulsada por factores socioeconómicos, incluido el hacinamiento en el hogar. 1 , 2La ARF y sus secuelas a largo plazo RHD afectan a más de 40 millones de personas en todo el mundo y representan más de 300 000 muertes al año, aunque la carga real de la enfermedad probablemente se subestima debido a diagnósticos erróneos y notificación insuficiente. 1 , 2 La IRA afecta más comúnmente a los jóvenes con las tasas más altas en niños de 5 a 14 años, y casi el 80 % de los casos nuevos ocurren en personas menores de 25 años. 2 

Esta breve revisión resume el progreso reciente en el diagnóstico, manejo y prevención de la IRA, con referencia a la necesidad de más investigación para abordar las barreras para el diagnóstico y manejo de la IRA y la RHD en SPI, destacada por un caso ilustrativo de Timor-Leste. 

Desde septiembre de 2015, la vacuna antimeningocócica del serogrupo B (4CMenB; Bexsero) ha estado disponible para compra privada en España. Se realiza estudio para comprobar su efectividad.

MÉTODO

Estudio caso y control a nivel nacional para evaluar la efectividad de 4CMenB en la prevención de la enfermedad meningocócica invasiva en niños. El estudio incluyó todos los casos de enfermedad meningocócica invasiva confirmados por laboratorio en niños menores de 60 meses entre el 5 de octubre de 2015 y el 6 de octubre de 2019 en España. Se comparó el estado de vacunación con 4CMenB de los pacientes de casos y controles con el uso de regresión logística condicional multivariable.

RESULTADOS

Comparamos 306 casos de pacientes (243 [79,4%] con enfermedad del serogrupo B) con 1224 controles. Un total de 35 casos (11,4%) y 298 controles (24,3%) habían recibido al menos una dosis de 4CMenB. La efectividad de la vacunación completa con 4CMenB (definida como la recepción de al menos 2 dosis, administradas de acuerdo con las recomendaciones del fabricante) fue del 76 % (intervalo de confianza [IC] del 95 %, 57 a 87) contra la enfermedad meningocócica invasiva causada por cualquier serogrupo, y la vacunación parcial fue 54% (IC 95%, 18 a 74) efectiva. La vacunación completa resultó en una efectividad del 71 % (95 % CI, 45 a 85) contra la enfermedad meningocócica del serogrupo B. La eficacia de la vacuna con al menos una dosis de 4CMenB fue del 64 % (IC del 95 %, 41 a 78) contra la enfermedad del serogrupo B y del 82 % (IC del 95 %, 21 a 96) contra la enfermedad que no pertenece al serogrupo B. Con el uso del sistema genético de tipificación de antígenos meningocócicos, se detectaron cepas del serogrupo B que se esperaba que estuvieran cubiertas por 4CMenB en 44 casos de pacientes, ninguno de los cuales había sido vacunado.

CONCLUSIONES

La vacunación completa con 4CMenB resultó eficaz en la prevención de la enfermedad invasiva por meningococos del serogrupo B y no B en niños menores de 5 años

Casos clínicos

La eritroblastopenia infantil transitoria (TEC) es la aplasia de glóbulos rojos adquirida más común en la población pediátrica. Afecta a niños pequeños de entre 6 meses y 3 años y se caracteriza por anemia de moderada a grave con reticulocitopenia y disminución de precursores eritroides en la médula ósea. 1 Aunque esta enfermedad afecta principalmente a las células de la estirpe eritroide, se observa neutropenia concomitante en alrededor del 20 % de los casos. 2 TEC se diagnostica retrospectivamente por su curso clínico autolimitado. Prácticamente todos los casos se resuelven espontáneamente dentro de las dos semanas a los 3 meses desde el inicio 1 , mientras que algunos casos graves requieren una transfusión de glóbulos rojos para la recuperación. 

La patogenia de la TEC es heterogénea. Estudios previos indicaron que ciertos mecanismos inmunológicos estaban involucrados en la supresión de la eritropoyesis observada en TEC. 2 Por otro lado, el agrupamiento estacional de TEC sugiere la participación de infecciones virales en su patogénesis. 3 Los posibles agentes causantes de la TEC se han reducido a varios virus, incluido el herpesvirus humano 6 (HHV-6), 1 , 4 , 5 echovirus 11, 6 y citomegalovirus. 7 

Presentamos un caso de TEC en una paciente de 14 meses de edad que desarrolló simultáneamente exantema súbito causado por herpesvirus humano 7 (HHV-7).  

El PIMS o síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico es una entidad patológica recientemente descrita asociada a la enfermedad por COVID-19, que según la Organización Mundial de la Salud se caracteriza por la presencia de fiebre, hipotensión/shock cardíaco, lesión miocárdica, niveles elevados de N-terminal péptido natriurético cerebral prohormonal o troponina, dímeros D elevados, problemas gastrointestinales y evidencia de inflamación sistémica (niveles altos de proteína C reactiva o procalcitonina) y evidencia de exposición reciente al virus SARS-COV-2. Todos estos signos deben aparecer en pacientes menores de 19 años. 1 A continuación presentamos el caso de una lactante de sexo femenino nacida a las 40 semanas de gestación con un peso al nacer de 3100 g. 

Se han descrito manifestaciones mucosas de COVID-19 con diferentes presentaciones tanto en adultos como en niños. 1 , 2 

La erupción mucocutánea infecciosa reactiva (RIME, por sus siglas en inglés) es un término propuesto recientemente para describir los casos de mucositis posinfecciosa, que generalmente es precedida por síntomas similares a los de la gripe. 3 Se considera una entidad distinta de condiciones similares, como el síndrome de Stevens-Johnson, ya que tiene una afectación predominante de las mucosas en lugar de manifestaciones cutáneas, y el curso suele ser más leve. 4 RIME se ha informado más comúnmente con infecciones por Chlamydophila pneumoniae, Metapneumovirus, Parainfluenza, Rhinovirus, Enterovirus e Influenza. Recientemente, también se ha informado que la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) es un desencadenante y, en este caso, las lesiones mucocutáneas pueden ocurrir de 4 días a 12 semanas después de los síntomas de infección por COVID-19. 5 

Para ampliar

Se buscaron ensayos controlados aleatorizados (un tipo de estudio en el que los participantes se asignan al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento) que compararan el tratamiento de la enfermedad de Kawasaki con IgIV con el tratamiento con otro medicamento u otra pauta. Se encontraron 31 estudios con un total de 4609 participantes. Los estudios compararon la IgIV con aspirina, otra pauta de IgIV, infliximab o prednisolona. Todos los estudios informaron sobre anomalías de las arterias coronarias, pero no todos informaron sobre los otros desenlaces de interés de esta revisión: efectos adversos, síndromes coronarios agudos (como un infarto de miocardio), duración de la fiebre, necesidad de tratamiento adicional, duración de la estancia hospitalaria y mortalidad. Cuando fue necesario, se combinaron los datos de los estudios incluidos.

Conclusiones de los autores: 

Los ECA incluidos investigaron varias comparaciones, y el escaso número de eventos observados durante los períodos de estudio limitó la detección de efectos. La certeza de la evidencia varió de moderada a muy baja debido a dudas relacionadas con el riesgo de sesgo, la imprecisión y la inconsistencia. La evidencia disponible indicó que los regímenes de IgIV a dosis alta probablemente se asocien con un menor riesgo de formación de AAC en comparación con los regímenes de AAS o de IgIV a dosis media o baja. No hubo diferencias clínicamente significativas en la incidencia de efectos adversos, lo que sugiere que hay pocas dudas acerca de la seguridad de la IgIV. En comparación con el AAS, las dosis altas de IgIV probablemente redujeron la duración de la fiebre, pero se detectó poca o ninguna diferencia en la necesidad de tratamiento adicional. En comparación con la IgIV a dosis media o baja, se podría reducir la duración de la fiebre y la necesidad de tratamiento adicional. No se pudieron establecer conclusiones con respecto a los síndromes coronarios agudos, la mortalidad o la duración de la estancia hospitalaria, ni sobre la comparación de IgIV versus prednisolona. Los hallazgos de esta revisión concuerdan con las recomendaciones de las guías actuales y con la evidencia de estudios epidemiológicos a largo plazo.

Se incluyeron dos estudios nuevos con 1323 niños, para un total de 45 estudios con 5888 niños de cero a 18 años publicados entre 1964 y 2021. Los tres tipos de glucocorticoides utilizados en los nuevos estudios fueron la budesonida, la dexametasona y la prednisolona. El estudio más reciente comparó la eficacia de la budesonida y la dexametasona. El otro estudio nuevo comparó la eficacia de la dexametasona y la prednisolona, así como una dosis pequeña de dexametasona (0,15 mg/kg) frente a 0,60 mg/kg de dexametasona. Se añadieron los datos del nuevo estudio que comparó las dosis de dexametasona con los estudios incluidos anteriormente que analizaron la misma comparación.

Conclusiones

No ha cambiado la evidencia de que los glucocorticoides reducen los síntomas de la laringotraqueobronquitis a las dos horas, acortan la estancia hospitalaria y reducen la tasa de nuevas visitas a consulta o (re)ingresos en comparación con el placebo (tratamiento falso). Una pequeña dosis de dexametasona de 0,15 mg/kg podría ser tan eficaz como la dosis estándar de 0,60 mg/kg. Se necesitan más estudios para reforzar la evidencia de la efectividad de la dexametasona a dosis bajas de 0,15 mg/kg para tratar la laringotraqueobronquitis. Se concluye que los glucocorticoides son eficaces en el tratamiento de la laringotraqueobronquitis en niños.

Comprender la epidemiología regional y las características clínicas de la neumonía por adenovirus en niños hospitalizados durante el brote de adenovirus respiratorios de 2019 en China. 

 Métodos: 

Analizamos la tendencia epidemiológica del adenovirus en niños hospitalizados por infecciones agudas del tracto respiratorio inferior en Xiamen en 2019. El adenovirus se identificó mediante la detección directa de anticuerpos fluorescentes. Durante las temporadas pico de la epidemia de adenovirus, se obtuvieron 170 muestras positivas para adenovirus para la tipificación molecular y se recopilaron los datos clínicos. 

 Resultados: 

Entre los 9890 niños hospitalizados por infección aguda del tracto respiratorio inferior, 609 (6,2%) dieron positivo para adenovirus. La tasa de detección de adenovirus fue significativamente mayor en niños que en niñas (9,5 % frente a 4,6 %, P <0,05). La actividad de adenovirus aumentó notablemente entre abril y agosto con una prevalencia de 7,3% a 12,4%. Durante la temporada de brotes, el tipo 7 representó el 70,6 %, seguido del tipo 3 (28,8 %) y el tipo 4 (0,6 %). De los 155 casos de neumonía por adenovirus, la mediana de edad fue de 3,0 años (rango: 4 meses a 9 años), 153 (98,7 %) presentaron fiebre con una duración media de la fiebre de 9,04 ± 5,52 días, 28 (16,5 %) presentaron sibilancias, 93 (60%) presentaron consolidación segmentaria o lobular con atelectasia y 13 (8,4%) derrame pleural. Cuarenta y seis (29,6%) casos desarrollaron neumonía grave, 7 (4,1%) requirieron ventilación mecánica y 2 (1,2%) fallecieron. La edad más joven, la duración más prolongada de la fiebre y el pico de fiebre más alto se observaron con mayor frecuencia en los casos graves ( P <0,05). Veinticinco (16,2%) tenían proteína C reactiva ≥ 40 mg/L y 91 (58,7%) tenían procalcitonina ≥ 0,25 mg/L. 

 Conclusiones: 

Los tipos de adenovirus 7 y 3 causaron el brote de neumonía por adenovirus en niños de la comunidad desde finales de la primavera hasta el verano de 2019 en Xiamen. La mayoría de las neumonías por adenovirus se parecen a las neumonías bacterianas. La incidencia de neumonía grave fue alta cuando predominó predominantemente el tipo 7. El adenovirus tipo 7 fue más frecuente en los casos graves que en los no graves. 

Los norovirus (NV) son reconocidos como la principal causa de gastroenteritis aguda esporádica y epidémica en todo el mundo, en todos los grupos de edad. Si bien existe un conocimiento creciente de que las NV son responsables de muchos brotes de gastroenteritis aguda en Argentina, los estudios para estimar la prevalencia en casos esporádicos son escasos. 

 Métodos: 

Se realizó un estudio descriptivo, observacional y transversal en niños menores de 5 años con gastroenteritis aguda que acudieron a la consulta externa del Hospital del Niño “Ricardo Gutiérrez” (RGCH) de la Ciudad de Buenos Aires entre junio de 2017 y junio de 2021. Sociodemográficas, clínicas y epidemiológicas se registraron los datos. Las muestras de heces fueron analizadas y genotipadas para norovirus. Se evaluó la asociación entre la detección de norovirus y variables demográficas y clínicas. 

Resultados: 

Se incluyeron un total de 350 niños con diarrea aguda, de los cuales se recogieron muestras de heces para 332 (94,9%). Se detectó norovirus en 81 casos (24,4%). Los vómitos y la diarrea moderada/grave fueron más frecuentes en los niños positivos para norovirus que en los negativos para norovirus. Sin embargo, la presencia de diarrea acuosa y antecedentes de vacunación contra el rotavirus se asociaron significativamente con la etiología del norovirus. GII y GII.4 fueron los genogrupos y genotipos detectados con mayor frecuencia, respectivamente. 

 Conclusiones: 

Las NV se detectaron con alta frecuencia, principalmente en niños entre 6 meses y 2 años, lo que refuerza la hipótesis de un escenario recientemente actualizado de predominio de norovirus sobre rotavirus. La diarrea acuosa, la vacunación completa contra el rotavirus y los vómitos son 3 parámetros clave que deben hacer sospechar una posible gastroenteritis por norovirus. La vigilancia continua y activa de los norovirus en este grupo de edad es importante porque los niños representan un grupo prioritario para el diseño y desarrollo de vacunas contra los norovirus. 

Con la introducción generalizada de las vacunas conjugadas meningocócicas y neumocócicas, la prevalencia y la etiología de las infecciones bacterianas invasivas han cambiado. Nuestro objetivo fue revisar todos los casos de bacteriemia en un departamento de pediatría de nivel II durante un período de 10 años en la era de la vacuna conjugada posneumocócica. 

Métodos

Revisamos todos los hemocultivos (HC) positivos obtenidos en nuestro departamento entre 2007 y 2016. Los resultados se clasificaron como contaminantes, patógenos potenciales o patógenos confirmados, según la especie, el número de HC positivos en el episodio y la historia clínica de los pacientes. Se recopilaron datos demográficos y clínicos de pacientes con patógenos identificados. 

Resultados

Se identificaron un total de 638 HC positivos (6,6% del total de HC); se consideró que 120 (1,2%) representaban una bacteriemia verdadera. El microorganismo identificado con mayor frecuencia fue Streptococcus pneumoniae (29,2%), con una disminución en el número de casos entre 2008 y 2015. Staphylococcus aureus fue el segundo aislado más común (19,2%); El 21,7% eran resistentes a la meticilina. Escherichia coli fue el aislado más común en niños menores de 3 meses. 

Conclusión

Encontramos una tasa de bacteriemia verdadera similar a la de estudios recientes. Aunque el Streptococcus pneumoniae sigue siendo el microorganismo más común, su prevalencia puede estar disminuyendo. El seguimiento de datos microbiológicos como este tiene implicaciones en la práctica, especialmente en la prescripción local de antibióticos. 

La resistencia a los antimicrobianos y las infecciones emergentes de espectro-β-lactamasa (BLEE) son una preocupación creciente en la salud pública. A pesar de la prevalencia cada vez mayor de infecciones urinarias por E. coli BLEE adquiridas en la comunidad (CA) , hay pocos datos sobre los perfiles de resistencia a los antibióticos de esta cepa bacteriana en la población pediátrica. Revisamos el perfil de resistencia a los antibióticos y la tendencia creciente en la presentación pediátrica de ITU por E. coli BLEE en nuestro hospital pediátrico. 

Métodos: 

Este estudio retrospectivo revisó los datos extraídos de la base de datos de enfermedades infecciosas de nuestro hospital pediátrico para todos los pacientes en cuyo urocultivo creció ESBL- E. coli desde el 01/2015 hasta el 01/2021. Se recopiló información demográfica y resultados de pruebas de susceptibilidad antimicrobiana para ESBL- E. coli aislados de CA-UTI. Se informan los cambios anuales en la resistencia a los agentes antimicrobianos y el cambio porcentual anual promedio en la presentación de IU por E. coli -BLEE durante el período de estudio. 

Resultados: 

Del 01/2015 al 01/2021, 6403 cultivos de orina en nuestro hospital desarrollaron E. coli . De estos, 169 cultivos de orina de 135 niños desarrollaron ESBL- E. coli . La población de estudio fue 57% masculina (77) con una edad media de 6,9​​± 6,2 años y multiétnica. CA-UTI por E. coli productora de ESBL representó el 2,62 % del total de E. coli ITU dentro del período de estudio y aumentó del 0,97 % en 2015 al 3,54 % en 2020 en un promedio de 0,51 % cada año. 

Conclusiones: 

Estos hallazgos demuestran un aumento en las UTI por E. coli CA-ESBL en niños. Observamos que la mayoría de los aislamientos demostraron resistencia a múltiples fármacos. Dado que las infecciones urinarias por E. coli CA-ESBL se asocian con una hospitalización prolongada y una mayor morbilidad, nuestros hallazgos destacan la tendencia creciente en las infecciones urinarias por E. coli CA-ESBL pediátricas . 

Estudiar las fluctuaciones de la carga de otitis media aguda pediátrica (OMA) antes y durante los primeros dos años de COVID, que se caracterizaron por medidas para reducir la propagación de enfermedades transmitidas por el aire. Se utilizó la infección del tracto urinario (ITU) como infección de comparación. 

 Métodos: 

Este fue un estudio transversal que abarcó tres años anteriores a COVID (1 de marzo de 2017 a 29 de febrero de 2020) y los dos primeros años de COVID (1 de marzo de 2020 a 28 de febrero de 2021 y 1 de marzo de 2021 a 28 de febrero de 2022). Los registros se recuperaron de la base de datos de Clalit Health Services, la organización de mantenimiento de atención médica más grande de Israel. Los niños de 0 a 15 años con episodios de OMA y ITU se clasificaron según la edad (1>, 1 a 4, 5 a 15 años). Recopilamos datos demográficos, estacionalidad, complicaciones de OMA, prescripciones de antibióticos e infecciones recientes de COVID-19. Se utilizaron las tasas promedio de OMA/ITU de los tres años anteriores a la COVID en comparación con los dos años de la COVID para calcular los índices de tasas de incidencia (TIR). 

 Resultados: 

Identificamos 1.102.826 OMA y 121.263 episodios de ITU. La mediana de edad en el momento del diagnóstico de OMA fue de 2,0 años (RIC, 1,1–4,1). El predominio masculino, la edad de presentación y el grupo de edad dominante de 1 a 4 años no cambiaron durante los años de COVID. Si bien las tasas de episodios de ITU disminuyeron durante los años de COVID (IRR 0,76, IC 95 %, 0,68–0,84, P < 0,001), la reducción en las tasas de episodios de OMA fue >2 veces (IRR 0,46, IC 95 %, 0,34–0,63, P < 0,001). La mayor disminución se observó entre los niños de 1 a 4 años durante el primer año de COVID (β = −1938 episodios de OMA/100 000 niños, IC del 95 %, −2038 a −1912, P < 0,001). La infección reciente por COVID-19 se asoció con una baja morbilidad por OMA (IRR 0,05, IC del 95 % 0,05–0,05, p < 0,001). 

 Conclusiones: La carga de OMA disminuyó sustancialmente durante el primer año de COVID, pero casi alcanzó los niveles prepandémicos durante el segundo año.

En respuesta al artículo «Estudio retrospectivo sobre la efectividad y seguridad de la pauta antibiótica reducida a 5-7 días en la faringoamigdalitis aguda (FAA) estreptocócica comparada con la pauta clásica de 10 días» publicado ahead of print en la revista Anales de Pediatría en el mes de julio de 2022, por Salinas Salvador B et al.1, nos gustaría comentar que la disminución en la duración del tratamiento antibiótico en la FAA estreptocócica es una estrategia de suma importancia, que debería ser adecuadamente estudiada en nuestro medio debido a la baja incidencia de fiebre reumática —incidencia estimada 1/100.000 habitantes— que existe en los países desarrollados2. Con este objetivo, en el año 2020 diseñamos un ensayo clínico fase III, de no inferioridad, para evaluar la eficacia y seguridad de pautas cortas ambulatorias de amoxicilina en niños con FAA estreptocócica, que fue la ganadora de la beca INVEST-AEP. El proyecto ha sido incluido en el Registro Español de Ensayos Clínicos (REEC) (identificador 2021-004143-24) y tiene un ámbito multicéntrico con 4 hospitales incluidos.

Bibliografía enero 2023

Top ten

Enferm Infecc Microbiol Clin. 2023;41:40-5

El diagnóstico de la borreliosis de Lyme (BL) se basa en la historia epidemiológica, las manifestaciones clínicas y los hallazgos microbiológicos de las etapas temprana diseminada y tardía de la enfermedad. En relación a este hecho, han aparecido recientemente técnicas diagnósticas microbiológicas que, lejos de facilitar el diagnóstico y el manejo clínico-terapéutico de los pacientes con BL, están generando confusión. Por ello, los expertos y representantes de las sociedades científicas españolas [Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Sociedad Española de Neurología (SEN), Sociedad Española de Inmunología (SEI), Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP), Sociedad Española de Reumatología (SER) y Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)] han presentado el documento de síntesis tras revisar la epidemiología, el espectro clínico, las técnicas disponibles para el diagnóstico de la infección por Borrelia burgdorferi, así como las opciones terapéuticas y preventivas de BL. De manera consensuada, se ofrecen recomendaciones para el diagnóstico microbiológico, así como recomendaciones que respaldan el manejo terapéutico y la profilaxis de la infección.

Introducción. La vacunación antigripal está especialmente indicada en población infantil con riesgo de complicaciones o enfermedad grave. El objetivo de este estudio es describir el porcentaje de vacunación frente a la gripe en menores de 15 años con condiciones de riesgo en la Comunidad de Madrid, así como analizar los factores asociados a la adherencia vacunal a lo largo de tres campañas de vacunación.

Material y métodos. Estudio observacional, transversal, de base poblacional de niños/as de seis meses a 14 años y con condiciones de riesgo que tuvieran indicación de vacunación antigripal al inicio de la campaña 2018-2019. Se emplearon registros poblacionales electrónicos. Se describió el porcentaje de vacunados durante tres campañas consecutivas. Se analizó mediante análisis bivariado y multivariado la asociación de la adherencia vacunal con variables demográficas, socioeconómicas y condiciones de riesgo.

Resultados. La cobertura vacunal fue del 15,6% en la campaña 2018-2019. La adherencia a la vacunación fue del 65,9%. Se asociaron a una mayor adherencia edad ≥ 3 años, fundamentalmente de 6-10 años (ORa=1,63; IC 95% [1,43-1,85]) y presentar más de una condición de riesgo, especialmente ≥ 3 (ORa=1,80; IC 95% [1,00-3,26]). La enfermedad más asociada fue diabetes mellitus (ORa=2,15; IC 95% [1,74-2,65]). Las personas extranjeras presentaron menor adherencia (ORa=0,43; IC 95% [0,36-0,51]). No se encontraron diferencias en la adherencia según sexo ni nivel socioeconómico.

Conclusiones. La adherencia y cobertura vacunal se encuentran en niveles subóptimos. La adherencia a la vacunación antigripal se asocia a características demográficas y clínicas. Es necesario establecer estrategias para incrementar la vacunación en población infantil, con mayor implicación de profesionales y formación de progenitores.

La Organización Mundial la Salud, el Consejo Europeo y las recomendaciones del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, contemplan entre otras situaciones, la vacunación anual de la gripe como la forma más eficaz de prevenir la enfermedad y sus consecuencias, sobre todo en aquellos niños que presenten enfermedades crónicas que requieren cuidado médico continuo1,2.

La efectividad vacunal de la vacuna de la gripe puede tener una gran variabilidad cada temporada dependiendo de la concordancia entre las cepas vacunales y las circulantes, por lo que es importante conocerla año tras año. El objetivo de nuestro estudio fue conocer la efectividad de la vacuna de la gripe de la temporada 2017/2018 para la prevención de casos graves de gripe en la población pediátrica en un hospital general de agudos de 385 camas. Se realizó un estudio observacional de casos y controles. Se incluyeron todos/as los/las pacientes ingresados/as en el hospital al menos 24h que tuvieron gripe confirmada por laboratorio, de ambos sexos y comprendidos entre el grupo de edad de 0 a 14 años. Se consideraron casos aquellos que cumplieron los criterios de caso hospitalizado confirmado de gripe, definidos según el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España3:

En conclusión, la efectividad de la vacunación antigripal proporcionó una mayor protección contra la infección en población pediátrica y redujo la gravedad de la gripe en los pacientes hospitalizados. Estos hallazgos deberían tenerse en cuenta para lograr una cobertura de vacunación mayor en los grupos de riesgo, con el objetivo final no solo de disminuir los casos de gripe, sino también la gravedad de la enfermedad.

El archivero sugiere que los médicos consideren estas sólidas recomendaciones basadas en evidencia de alta calidad para un curso corto de antibióticos cuando se trata la NAC, especialmente en niños menores de 5 años. Cuando las guías internacionales actualicen sus recomendaciones, esta revisión sistemática necesita consideración. Para los investigadores, el próximo desafío debe ser organizar un ECA centrado en niños de 5 a 10 años..

Como cada año, el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP) actualiza sus recomendaciones de inmunización en niños, adolescentes y embarazadas residentes en España.

Se mantiene el esquema 2+1 en lactantes (dos, cuatro y 11 meses), incluyendo prematuros, para vacunas hexavalentes (DTPa-VPI-Hib-HB) y neumocócica conjugada 13-valente.

A los seis años de edad, refuerzo con DTPa-VPI a los que recibieron la pauta 2+1 con hexavalentes siendo lactantes, y, en la adolescencia, Tdpa, una dosis. En gestantes, Tdpa en cada embarazo, preferentemente entre las semanas 27 y 32, aunque si hay riesgo de parto pretérmino se puede desde la semana 20 de gestación.

Todos los lactantes deben recibir vacunas contra rotavirus (dos o tres dosis) y meningococo B (2+1).

Todos los niños de entre seis y 59 meses deben ser vacunados anualmente contra la gripe, además de los grupos de riesgo desde los 6 meses.

MenACWY debe administrarse a los 12 meses de edad y a los adolescentes entre 12 y 18 años que no la hayan recibido.

Se mantienen las recomendaciones sobre SRP (12 meses y tres a cuatro años) y varicela (15 meses y tres a cuatro años), procurando en la segunda dosis el uso de la vacuna tetravírica (SRPV).

Las recomendaciones para el uso de las vacunas contra la COVID-19 en la edad pediátrica se actualizarán periódicamente en la web del CAV-AEP.

Vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) indicada para todos los adolescentes, independientemente del género, a los 12 años.

Como novedades, se incluyen la recomendación de uso de nirsevimab sistemático en recién nacidos y lactantes menores de seis meses como inmunización pasiva contra el virus respiratorio sincitial (VRS), y se aglutinan las hexavalentes en un solo apartado.

Casos clínicos

Varón de 15 meses con exantema de varios días de evolución. Antecedente de 1.ª dosis vacunal de varicela 14 días antes. Presentaba excelente estado general, edema palpebral y de pies, y exantema generalizado con 2 tipos de elementos: 1) máculas eritematosas, con aspecto de habón/placa según zonas, con centro violáceo y otras pálido, sin vesícula, ni necrosis central (fig. 1), y 2) petequias diseminadas (fig. 2). El hemograma mostró 30.000 plaquetas/μl; resto de series, reactantes de fase aguda y estudio de virus negativos.

Para ampliar

Esta temporada se están observando aumentos en la infección invasiva por estreptococos del grupo A (iGAS) y muertes asociadas, particularmente en niños, por encima de los niveles estacionalmente esperados (772 notificaciones notificadas en las semanas 37 a 48 en 2022) en toda Inglaterra. Los diagnósticos de infección por iGAS a partir de muestras del tracto respiratorio inferior en niños menores de 15 años aumentaron al 28% en noviembre de 2022. Se ha alertado a los médicos sobre el aumento excepcional de la incidencia, incluido el número inusual de niños que presentan empiema pulmonar.

Hace algunos años, la espondilodiscitis infantil se utilizaba para describir un continuo de infecciones piógenas primarias de la columna vertebral (IPPV), desde la discitis hasta la osteomielitis vertebral, incluyendo la espondilodiscitis con sus ocasionales abscesos de partes blandas asociados. No obstante, la fisiopatología de las IPSP es cada vez más clara y menos controvertida. La teoría que sugería que la espondilodiscitis era una afección inflamatoria autolimitada se considera ahora completamente obsoleta. A mejor comprensión de los procesos fisiopatológicos ha permitido diferenciar las formas de PPSI infantil según la edad de los pacientes, el desarrollo de su sistema inmunitario, un mejor conocimiento de su etiología bacteriana y la vascularización de sus vértebras y discos. Las diferentes formas clínicas formas clínicas de PPSI se han clasificado de diversas formas que los médicos y pediatras deben conocer.

En 2022 se observó en los Países Bajos un aumento de más del doble en el número anual de infecciones por estreptococos invasivos del grupo A (iGAS) notificables en comparación con la media anual en los años previos a la pandemia de COVID-19. Este aumento fue aún mayor en los niños de 0 a 5 años, con 42 notificaciones de iGAS en este grupo de edad en 2022. Describimos aquí la situación epidemiológica de las infecciones por iGAS en 2022 utilizando varias fuentes de datos complementarias.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

En otoño de 2022, Dinamarca fue testigo de la segunda epidemia fuera de temporada del virus respiratorio sincitial (VRS) tras las amplias medidas preventivas sociales aplicadas contra la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) durante 2020 y 2021. Los ingresos alcanzaron el doble del nivel de las temporadas anteriores a la pandemia. Se vieron afectados especialmente los lactantes menores de 6 meses, pero también los adultos mayores de 45 años. La epidemia actual está dominada por el subtipo B del VRS, a diferencia de la gran epidemia estival de VRS de 2021, dominada por el subtipo A del VRS.

comentario, elaborado por el Grupo de Trabajo de Pediatría Social de la Asociación Europea de Pediatría, Unión de Sociedades y Asociaciones Nacionales de Pediatría, informa y analiza brevemente datos de la literatura y el impacto de las medidas preventivas, establecidas en varios países para contener la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), sobre la epidemiología estacional de diversas enfermedades infecciosas pediátricas. El propósito del artículo es dar a conocer este fenómeno epidemiológico antropogénico y enfatizar la importancia de estar adecuadamente capacitados para enfrentar adecuadamente este nuevo desafío en su práctica.

Las medidas preventivas adoptadas para contener la pandemia de COVID-19 han cambiado la propagación de la infección por SARS-CoV-2 y también el patrón estacional predecible de muchas enfermedades virales endémicas en los niños.

Las medidas preventivas han incluido el uso de mascarillas universales, cierre de escuelas, restricciones de viajes, prohibiciones de reuniones masivas y otras medidas de salud pública y de retiro físico para controlar la COVID-19. Antes de 2020, fuera de las áreas tropicales, el RSV y los virus de influenza no pandémicos tenían su pico epidémico en invierno en los hemisferios norte y sur. En climas templados, los enterovirus circulaban de verano a otoño, según patrones cíclicos y epidemiológicos establecidos.

La pandemia de COVID-19 alteró estos patrones y, en muchas regiones del mundo, la circulación habitual de estos virus estuvo ausente durante más de un año solo para reaparecer inesperadamente.

Una baja incidencia sin precedentes de infecciones virales respiratorias se registró en 2020. En particular, no hubo un aumento típico de invierno en las hospitalizaciones pediátricas relacionadas con RSV.

Sin embargo, luego de la reducción de las medidas de COVID-19, se ha observado un aumento no estacional de infecciones virales respiratorias en muchas áreas templadas del mundo, como en Europa y los Estados Unidos, donde los factores climáticos, incluida la temperatura, la humedad y la radiación ultravioleta. , puede desempeñar un papel en la propagación viral.

En muchos países europeos, hubo una ausencia total de casos de RSV durante el otoño/invierno de 2020/21, y se observó un resurgimiento de casos entre estaciones durante mayo-junio de 2021, con picos epidémicos que afectaron a varios grupos de edad, incluidos niños pequeños, en particular los de barrios con nivel socioeconómico más bajo.

Después del colapso de la circulación mundial de influenza a principios de 2020, se produjeron brotes no estacionales de influenza A en la primavera-verano de 2022 en el hemisferio norte, aunque la cepa B permaneció ausente.

La infección por enterovirus D68, sospechosa de causar una enfermedad similar a la poliomielitis llamada mielitis flácida aguda, no ocurrió en 2020; sin embargo, el virus reapareció en el otoño de 2021 en Europa fuera de los ciclos esperados de 2 años.

Los patrones de retorno de estos brotes virales han sido heterogéneos entre ubicaciones, poblaciones y entre diferentes patógenos, lo que dificulta cualquier predicción.

Aunque muchas infecciones, y la morbilidad y mortalidad asociadas, se previnieron con las medidas tomadas para prevenir la infección por COVID-19, esto resultó en una menor exposición a virus endémicos y creó una brecha inmunológica en grupos susceptibles de personas que evitaron la infección y la respuesta posterior para protegerse de la infección futura.

La disminución de la vacunación infantil que se ha producido en algunos entornos puede haber contribuido a esta brecha inmunitaria frente a enfermedades prevenibles mediante vacunación, como la gripe, el sarampión, la varicela y, en algunos países, la poliomielitis.

El efecto acumulativo de nuevas cohortes de nacimiento susceptibles que disminuyen la inmunidad con el tiempo con una exposición reducida a virus endémicos comunes y tasas de vacunación retrasadas en algunos entornos amplían esta brecha de inmunidad y aumentan el potencial de futuros brotes de virus endémicos.

Este estudio tuvo como objetivo determinar la frecuencia de infecciones del torrente sanguíneo y de heridas y sus posibles factores de riesgo en niños hospitalizados con lesiones por quemadura.

Métodos: Realizamos este estudio descriptivo retrospectivo desde 2015 hasta 2021. Los sujetos de estudio fueron todos los pacientes pediátricos hospitalizados en la unidad de quemados, de quienes se aislaron microorganismos ya sea de muestras de hemocultivo o cultivo de heridas.

Resultados: Detectamos un total de 142 microorganismos de 97 muestras de hemocultivo y 45 muestras de cultivo de heridas. De los 115 pacientes, 44 (38,3%) eran mujeres y 71 (61,7%) eran hombres, con una mediana de edad de 21 meses (rango intercuartílico: 14-39 meses). Las bacterias grampositivas fueron los agentes causantes más frecuentes de infecciones del torrente sanguíneo en pacientes con quemaduras (54,6 %), seguidas de las bacterias gramnegativas (32,9 %) y los hongos (12,3 %). Las bacterias gramnegativas fueron el agente causal más común de infecciones de heridas (86,7%). La hospitalización prolongada se correlacionó positivamente con la extensión del área de superficie quemada ( : 0,031), grado de quemadura ( : 0,001), uso de catéter venoso central ( : 0,028), y estancia en unidad de cuidados intensivos ( : 0,044). Los factores de riesgo independientes para la bacteriemia por gramnegativos y las infecciones de heridas por gramnegativos fueron la extensión del área de superficie quemada ( : 0,018), el grado de quemadura ( : 0,024) y la estancia en la unidad de cuidados intensivos ( : 0,023). El factor de riesgo independiente para la fungemia fue la hospitalización prolongada ( : 0,026).

Conclusiones: Para reducir las infecciones, sería beneficioso minimizar los procedimientos invasivos utilizando un enfoque multidisciplinario, especialmente en pacientes que tienen una gran área de superficie quemada y se espera que tengan una estadía prolongada en el hospital.

La infección crónica activa por el virus de Epstein-Barr (CAEBV) es una enfermedad intratable y progresiva. Las células T o las células NK infectadas por EBV pueden proliferar e infiltrarse en múltiples órganos. El CAEBV combinado con afectación gastrointestinal es una enfermedad clínica rara que no ha sido bien descrita y, en ocasiones, puede simular clínicamente una gastroenteritis o una enfermedad inflamatoria intestinal.

Métodos: Este fue un estudio observacional que incluyó a todos los pacientes pediátricos con CAEBV que fueron tratados en el Hospital Infantil de Beijing, Universidad Médica de la Capital, desde junio de 2017 hasta junio de 2021. Los pacientes se dividieron en el grupo de casos y el grupo de control según si estos pacientes tenían afectación GI. Se observaron las manifestaciones clínicas de los niños, exámenes de laboratorio y ultrasonido, tratamiento y pronóstico.

Resultados: Setenta y dos pacientes se inscribieron en este estudio. Quince pacientes tenían afectación gastrointestinal, incluidos 11 hombres y 4 mujeres, lo que representa el 20,8 %, con una mediana de edad de inicio de 3,71 (0,64-14,47) años. La manifestación clínica más frecuente al inicio fue la diarrea (13/15). La ecografía gastrointestinal mostró neumatosis intestinal, hinchazón de leve a moderada del mesenterio y epiplón circundantes y realce en la ecografía. Las características endoscópicas fueron hiperemia, edema y úlceras de características morfológicas variables. El examen anatomopatológico mostró infiltración de linfocitos con ARN pequeño (+) codificado por EBV, y las ubicaciones comunes de afectación fueron el colon (n = 6) y el antro gástrico (n = 3). La mediana de tiempo de seguimiento fue de 13,26 (0,31-51,89) meses. Diez pacientes sobrevivieron, y 5 pacientes fallecieron (incluido 1 que murió por perforación intestinal a causa de enterocolitis necrosante). En comparación con el grupo de control, el grupo de casos tenía niveles más altos de alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa y copias de EBV-DNA en sangre entera ( = 0,038, 0,040 y < 0,001) y menor actividad de células asesinas naturales ( < 0,001). La tasa de supervivencia global a 3 años del grupo de casos fue significativamente menor que la del grupo de control (59,3 % ± 12,9 % frente a 79,4 % ± 4,9 %, = 0,021).

Conclusión: La incidencia de CAEBV con compromiso GI fue baja. La localización más frecuente de afectación fue el colon. CAEBV con afectación GI tuvo un mal pronóstico. Los pacientes con niveles elevados de copias de ADN del EBV en sangre completa al principio de su enfermedad tenían más probabilidades de desarrollar afectación GI.

Analizar las características clínicas, el tratamiento y el pronóstico de la infección crónica activa por el virus de Epstein-Barr (CAEBV) con afectación del sistema nervioso central (SNC) en niños.

Métodos: Los pacientes con CAEBV admitidos en el Beijing Children’s Hospital, Capital Medical University, se inscribieron en este estudio desde enero de 2017 hasta diciembre de 2020. Se dividieron en un grupo del SNC y un grupo sin SNC en función de la presencia de afectación del SNC.

Resultados: Veintidós pacientes desarrollaron enfermedad del SNC, lo que representa el 23,9 % (22/92) de los pacientes con CAEBV en el mismo período. De estos, solo 2 de 22 pacientes presentaron inicialmente síntomas neurológicos en el grupo del SNC y todos mejoraron después del tratamiento. El examen del líquido cefalorraquídeo (LCR) demostró una concentración de proteínas y un número de células normales en todos los pacientes con afectación del SNC. Solo 7 pacientes fueron positivos para ADN-EBV en LCR. Veintiún pacientes tenían anomalías en la neuroimagen, como anomalías en la señal de la sustancia blanca, encefalografía o calcificación. En el grupo del SNC, 7 (31,8%) pacientes fallecieron, incluidos 5 que murieron por linfohistiocitosis hemofagocítica activa, 1 murió por causas no relacionadas y 1 murió por insuficiencia respiratoria causada por la progresión de la enfermedad linfoproliferativa pulmonar después del trasplante. = 0,027). La linfohistiocitosis hemofagocítica (HLH) es un factor de riesgo independiente de afectación del SNC en pacientes con CAEBV (OR = 2,946, IC 95%: 1,042-8,335, = 0,042). En comparación con el grupo sin SNC, las cargas de EBV-DNA en sangre y la proporción de linfocitos T CD4+/CD8+ en el grupo con SNC fueron mayores ( < 0,001), mientras que los niveles de fibrinógeno y la actividad de las células asesinas naturales (NK) fueron menores ( = 0,047). Los niños con CAEBV tenían más probabilidades de desarrollar enfermedades del SNC con baja actividad de las células NK (actividad de las células NK < 14,00 %, = 0,023) o niveles elevados de alanina aminotransferasa (ALT) (niveles de ALT > 40 U/L, = 0,032).

Conclusión: El CAEBV con compromiso del SNC tiene manifestaciones clínicas inespecíficas, datos de laboratorio, neuroimagen pero tiene peor pronóstico. Los niveles de fibrinógeno en sangre y la actividad de las células NK en niños CAEBV con compromiso del SNC son más bajos que en aquellos sin compromiso del SNC. Por el contrario, las cargas de EBV-DNA en sangre y la proporción de linfocitos T CD4+/CD8+ son más altas. Los niños con CAEBV que presentaron HLH, actividad de células NK <14,00 %, ALT sérica >40 U/L y cargas elevadas de ADN-EBV en sangre son propensos a desarrollar enfermedades del SNC.

A pesar de la disponibilidad de vacunas antineumocócicas conjugadas, los niños con condiciones de alto riesgo siguen siendo vulnerables a la enfermedad neumocócica invasiva (ENI). Este estudio buscó describir la prevalencia de la ENI, la vacunación y los resultados entre los niños de alto riesgo.

Métodos: Utilizamos los códigos de alta y microbiología de la Clasificación Internacional de Enfermedades 10 para identificar a los pacientes hospitalizados por ENI en un gran hospital pediátrico desde el 1 de enero de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2018. Los pacientes se consideraron de alto riesgo si tenían: inmunodeficiencia primaria, asplenia, trasplante, malignidad activa, enfermedad de células falciformes, implante coclear, síndrome nefrótico, enfermedad pulmonar crónica, fístula de líquido cefalorraquídeo, VIH o uso de terapia inmunosupresora.

Resultados: En total, 94 pacientes de alto riesgo fueron hospitalizados por ENI. Las condiciones de alto riesgo más comunes incluyeron malignidad (n = 33, 35 %), trasplante de órganos sólidos o de médula ósea (n = 17, 18 %) y enfermedad de células falciformes (n = 14, 15 %). La bacteriemia fue la presentación más frecuente (n = 81, 86 %), seguida de neumonía (n = 23, 25 %) y meningitis (n = 9, 10 %). No se produjeron muertes. De 66 pacientes con estado de vacunación antineumocócica conocido, 15 (23 %) no estaban vacunados y 51 (77 %) recibieron al menos una dosis de una vacuna antineumocócica; 20 recibieron las cuatro dosis recomendadas de vacuna antineumocócica conjugada (PCV). Solo tres niños recibieron PPSV23. De 20 niños con inmunización parcial o nula (<3 dosis), el 70% (14) de los episodios de ENI se debieron a serotipos prevenibles por vacunación. De 66 serotipos de ENI conocidos, el 17% (n = 11) estaban cubiertos por PCV13, el 39% (n = 26) estaban cubiertos por la PPSV23 y el 39% (n = 26) eran serotipos no vacunales.

Conclusiones: A pesar de la disponibilidad de vacunas neumocócicas efectivas, la ENI persiste entre los niños con condiciones de alto riesgo. Mejorar la vacunación contra PCV13 y PPSV23 podría reducir significativamente la ENI; la mayoría de los episodios se debieron a serotipos prevenibles por vacunación en pacientes inmunizados de forma incompleta.

La infección por citomegalovirus (CMV) es la infección congénita más frecuente en los países industrializados. Se estima una prevalencia mundial del 0,67% 1 , aunque estos valores varían dependiendo de los países, siendo del 0,48% en España 2 .

El CMV congénito produce una gran morbimortalidad; un 20% de recién nacidos sintomáticos desarrollan sordera neurosensorial y retraso psicomotor, y un 4% fallecen. Además, un 13% de los recién nacidos asintomáticos desarrollan secuelas a largo plazo 3 .

A pesar de que en España no se recomienda el cribado serológico durante el embarazo, en los últimos años se han producido novedades diagnósticas y terapéuticas que han reabierto este debate45.…

Actualmente se están ensayando nuevas opciones terapéuticas en la gestante para prevenir la infección fetal 8 . Así, un ensayo clínico aleatorizado y controlado con placebo muestra una disminución significativa en las tasas de infección fetal en aquellas gestantes infectadas en el primer trimestre que recibieron tratamiento con valaciclovir (11% vs. 48%; p = 0,020) 5 . Además, diferentes grupos han estudiado el papel de la gammaglobulina hiperinmune y, aunque hay dudas sobre su eficacia, existe un estudio que evidencia un beneficio en la transmisión de la infección al feto empleando dosis altas quincenales (7,5% vs. 35,2% en el grupo de control histórico) 9 .

Sin embargo, cabe destacar que el conocimiento del estatus serológico solamente aporta información útil para detectar y tratar primoinfecciones por CMV en la gestante. Por este motivo resulta esencial invertir esfuerzo en mejorar las técnicas serológicas para el diagnóstico de las reinfecciones/reactivaciones, ya que estas pueden causar también enfermedad grave en el feto 2 .

Además, el cribado serológico en el primer trimestre nos permitiría recordar las recomendaciones de prevención primaria, que deben trasmitirse a todas las gestantes en la primera consulta, independientemente de su status serológico, dada la posibilidad de primoinfecciones y reinfecciones. Por último, permitiría detectar las infecciones congénitas con riesgo de secuelas a largo plazo 10 , garantizando un adecuado seguimiento de los niños infectados.

Se informaron nuevos casos de panencefalitis esclerosante subaguda pediátrica y en adultos entre 1996 y 2020 según un registro establecido en el Reino Unido sin evidencia de subestimación infradeterminación utilizando un sistema de vigilancia pediátrica separado. Después de 15 años sin casos pediátricos adquiridos en el Reino Unido, surgieron 3 casos a partir de 2017 después del aumento del sarampión. El modelo sugirió que esto estaba en línea con las notificaciones de sarampión, la notificación insuficiente de sarampión confirmado por laboratorio o un mayor riesgo de panencefalitis esclerosante subaguda.

La reaparición de la PES es un duro recordatorio de que el sarampión no es una enfermedad leve. Para prevenir nuevos casos de SSPE, es esencial una cobertura vacunal del sarampión oportuna y sostenida ≥ 95%, siendo necesario revertir los recientes descensos en la cobertura.

La infección por Clostridioides difficile (CDI) sigue siendo una enfermedad infecciosa asociada a la asistencia sanitaria que supone una carga significativa tanto para los pacientes pediátricos como para los adultos, especialmente en aquellos con comorbilidades subyacentes. En los últimos años, la evolución de los conocimientos sobre la enfermedad su manejo diagnóstico y terapéutico.

Las últimas directrices de consenso elaboradas que abordan aspectos pediátricos específicos fueron publicadas en 2018 por la Academia Americana de Pediatría, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América y la Sociedad de Epidemiología Sanitaria de América.1

En las actualizaciones para pacientes adultos, las recomendaciones tanto en Estados Unidos como en Europa revisiones relevantes.2,3 Sin embargo, para los niños aún está pendiente la necesaria reevaluación investigación pediátrica específica y muchas sugerencias se extrapolan de estudios en pacientes adultos.1 El siguiente artículo resume la información actualizada y un enfoque práctico para el tratamiento de la infección pediátrica por C. difficile (IDPC).

CONCLUSIÓN

Las infecciones por Clostridioides difficile, especialmente las adquiridas en la comunidad, están aumentando tanto en niños como en adultos y causan una alta carga de enfermedad.

El diagnóstico de la CDI en niños sigue siendo desafiante debido a la alta tasa de colonización asintomática, especialmente en niños pequeños, así como la alta incidencia de coinfecciones. Un enfoque diagnóstico sistemático, basado en la edad del niño así como en los factores de riesgo y las enfermedades preexistentes, deberían facilitar la toma de decisiones sobre cuándo, a quién y cómo realizar las pruebas. Hasta ahora, la vancomicina o el metronidazol han seguido siendo la medicación de primera línea en niños debido a las pruebas científicas, la experiencia clínica y los costes, pero cabe esperar que las directrices para niños se adapten en un futuro próximo. Se necesitan estudios adicionales centrados en pacientes pediátricos para definir un tratamiento médico estándar para niños con CDI, ya que estudios recientes han confirmado la seguridad y eficacia de la vancomicina y la fidaxomicina en niños. Para la IDCp (infección pediátrica por C. difficile) recurrente múltiple, el TFM (trasplante de microbiota fecal) .puede ser una opción de tratamiento alternativa eficaz.

Nos gustaría comentar la publicación “Estado de salud y vacunación de los menores no acompañados tras su llegada a un país fronterizo europeo (UASC): A Cross-sectional Study (2017-2020).1 “El estudio, según Carreras-Abad et al, puso de manifiesto la necesidad de programas de cribado y vacunación para los UASC en Europa, en particular en las naciones fronterizas”.1 La relevancia del cribado en menores asintomáticos se pone de manifiesto por el hecho de que los protocolos deben modificarse en función del origen geográfico y que la ausencia de síntomas no descarta necesariamente la infección. A la luz de la actual pandemia de COVID-19, Carreras-Abad et al. afirmaron que estos programas son prioridades de salud pública y no deben pasarse por alto1.

Hace algunos años, la espondilodiscitis infantil se utilizaba para describir un continuo de infecciones piógenas primarias de la columna vertebral (IPPV), desde la discitis hasta la osteomielitis vertebral, incluyendo la espondilodiscitis con sus ocasionales abscesos de partes blandas asociados. No obstante, la fisiopatología de las IPSP es cada vez más clara y menos controvertida. La teoría que sugería que la espondilodiscitis era una afección inflamatoria autolimitada se considera ahora completamente obsoleta. A mejor comprensión de los procesos fisiopatológicos ha permitido diferenciar las formas de PPSI infantil según la edad de los pacientes, el desarrollo de su sistema inmunitario, un mejor conocimiento de su etiología bacteriana y la vascularización de sus vértebras y discos. Las diferentes formas clínicas formas clínicas de PPSI se han clasificado de diversas formas que los médicos y pediatras deben conocer.

Fondo:

Las infecciones del tracto respiratorio (ITR) en los bebés a menudo son causadas por virus. Aunque el virus respiratorio sincitial (RSV), el virus de la influenza y el metapneumovirus humano (hMPV) pueden considerarse los virus más patógenos en los niños, el rinovirus (RV) también se encuentran a menudo en bebés asintomáticos. Poco se sabe sobre las consecuencias para la salud de la presencia viral, especialmente en las primeras etapas de la vida. Nuestro objetivo fue examinar la dinámica de (a) la presencia viral sintomática y relacionar la detección viral temprana con la susceptibilidad a las ITR en los bebés.

Métodos:

En una cohorte prospectiva de nacimiento de 117 bebés, analizamos 1304 muestras nasofaríngeas obtenidas de 11 momentos de muestreo regulares consecutivos y durante las ITR agudas durante el primer año de vida para 17 virus respiratorios mediante PCR cuantitativa. Las asociaciones entre la presencia viral, el (sub)tipo viral, la carga viral, la co-detección viral y los síntomas se probaron mediante modelos de ecuación de estimación generalizada (GEE).

Resultados:

RV fue el virus más detectado. RV se asoció negativamente [GEE: odds ratio ajustada (aOR) 0,41 (95 % IC 0,18–0,92)], y hMPV, RSV, parainfluenza 2 y 4 y coronavirus humano HKU1 se asociaron positivamente con una ITR aguda. Sin embargo, la infección RV asintomática en los primeros años de vida se asoció con una mayor susceptibilidad y recurrencia de las ITR más adelante en el primer año de vida (análisis de supervivencia de Kaplan-Meier: = 0,022).

Conclusiones:

Los virus respiratorios, incluidos los coronavirus humanos estacionales, a menudo se detectan en bebés y suelen ser asintomáticos. La presencia de RV en la vida temprana está, aunque negativamente asociada con una ITR aguda, asociada con la susceptibilidad futura y la recurrencia de las ITR. Se necesitan más estudios sobre posibles mecanismos ecológicos o inmunológicos para comprender estas observaciones.

Este estudio compara a los niños antes de la COVID-19 con una cohorte nacida durante un período de confinamiento y descubre que el último grupo tiene habilidades de comunicación social menos avanzadas que el primero. La razón puede deberse a una exposición limitada a la experiencia de comunicación social.

La lesión renal aguda ocurre con frecuencia durante la cetoacidosis diabética pediátrica (CAD). Revisamos los análisis de orina de 561 niños con CAD; se detectó piuria en el 19 % en general y en el 40 % de los niños con análisis de orina más completos (≥3 análisis de orina) durante la CAD.

Introducción

El citomegalovirus (CMV) es una de las infecciones congénitas más frecuentes, con una prevalencia del 0,3-2,4%. En España, al no formar parte del cribado gestacional, se realiza screening de los recién nacidos con factores de riesgo y, en muchos centros, de los que presentan bajo peso para la edad gestacional (BPEG). Para ello se realiza, generalmente, determinación de Polymerase Chain Reaction (PCR) del virus en orina y/o ecografía transfontanelar en busca de imágenes compatibles.

El objetivo del estudio es evaluar el rendimiento de la PCR de CMV en orina y ecografía transfontanelar, en recién nacidos >34 semanas asintomáticos, sin factores de riesgo, con BPEG. El objetivo secundario es evaluar el coste-efectividad.

Material y métodos

Estudio observacional, descriptivo y retrospectivo, entre enero y diciembre de 2019, en un hospital de tercer nivel (IIIC). Incluye recién nacidos >34 semanas, sin factores de riesgo con BPEG, con PCR de CMV en orina y/o ecografía transfontanelar realizada.

Resultados

Se incluyeron en el estudio 259 pacientes. Se dividió la muestra en grupo 1 (pacientes con percentil menor de 10 para talla, peso y perímetro cefálico [53 pacientes, 20,5%]) y grupo 2 (percentil menor de 10 para peso [206 pacientes, 79,5%]). En el grupo 1 se objetivó mayor incidencia de prematuridad tardía, embarazo gemelar, ingreso y consumo de drogas ilegales durante el embarazo. Se realizaron 186 PCR de CMV en orina y 223 ecografías transfontanelares, siendo más frecuente la realización de ambas pruebas en el grupo 1 (p=0,002). Se obtuvo un único resultado positivo en orina en el total de la muestra (0,54%) (grupo 2), sin alteraciones en la ecografía y sin sintomatología a lo largo de su evolución. Se encontraron 2 ecografías transfontanelares alteradas con hallazgos no relacionados con infección congénita por CMV. Se realizó un estudio de coste-efectividad, en el cual el coste del total de ecografías transfontanelares y CMV en orina realizadas en nuestra muestra ascendió a 17.000€, para detección de un caso positivo asintomático.

Conclusiones

En nuestra población no parece coste efectivo realizar pruebas de cribado de infección congénita por CMV a recién nacidos a término, y casi a término asintomáticos, cuyo único factor de riesgo es BPEG. Sería necesario ampliar la muestra a otras poblaciones.

Actualidad bibliográfica diciembre 2022

Top ten

La resistencia a antibióticos supone una amenaza para la salud pública a nivel mundial. Su estrecha relación con el consumo de antibióticos hace necesaria la adopción de medidas para optimizar su uso. Los programas de optimización del uso de antibióticos (PROA) se diseñan para mejorar los resultados clínicos de los pacientes con infecciones, minimizar los efectos adversos asociados a su uso y garantizar la administración de tratamientos costo-eficientes. En la práctica clínica pediátrica el uso inadecuado de antibióticos es una realidad. Es por ello que los PROA deben incluir objetivos y estrategias específicos dirigidos a familias y pediatras. La implementación de estos programas requiere la implicación de instituciones, profesionales y población, adaptándolos a las características de cada ámbito asistencial. La atención primaria (AP) pediátrica presenta unas peculiaridades organizativas y asistenciales (hiperdemanda e inmediatez, escasos recursos profesionales especializados, dificultades en el acceso a la formación continuada y a la retroalimentación informativa) que exigen el diseño de medidas y estrategias propias para conseguir los objetivos fijados, que incluyan medidas estructurales, organizativas, de flujo de información y de formación continuada. Es necesario que estos programas alcancen a todos los profesionales, abordando la formación continuada, las herramientas de apoyo a la prescripción y el acceso a pruebas diagnósticas, con la adecuada coordinación interniveles. Se debe evaluar periódicamente el impacto de las distintas acciones en los objetivos planteados. La información generada debe revertir a los profesionales para que puedan adaptar su práctica clínica a la consecución óptima de los objetivos.

Este estudio tuvo como objetivo evaluar las recetas de antibióticos para niños con otitis media (OM) en una gran red nacional de clínicas privadas entre 2014 y 2020. Se prestó especial atención a las recetas de amoxicilina y amoxicilina-ácido clavulánico, que las guías nacionales recomiendan como tratamiento de primera línea. También nos enfocamos en los macrólidos, que comúnmente se prescriben para las infecciones del tracto respiratorio en los niños pero no son apropiados para los casos OM.

Métodos: Los datos se obtuvieron de las historias clínicas electrónicas de unas 250.000 visitas anuales en menores de 18 años. Las variables recolectadas fueron todos los diagnósticos, edad, año de consulta, especialidad del médico y antibióticos prescritos. Se incluyeron niños con OM e infecciones del tracto respiratorio superior, pero se excluyeron aquellos con infecciones del tracto respiratorio inferior.

Resultados: El número de niños con OM fue de 357.390 (55,2% niños). Se prescribieron antibióticos en el 44,8% de los casos, siendo la proporción más baja (44,1%) en niños < 2 años. La tasa de prescripción global disminuyó del 48,3% en 2014 al 41,4% en 2020. Las tasas fueron del 19,3% y 18,1% para amoxicilina y del 12,6% y 13,2% para amoxicilina-ácido clavulánico, respectivamente. Las prescripciones de macrólidos se redujeron del 7,5% al ​​3,5%. Los pediatras prescribieron antibióticos al 38,8%, los médicos generales al 54,0% y los otorrinolaringólogos al 39,8% de los niños con OM.

Conclusión: La selección de antibióticos para la MO, cuando se prescribió, fue según las recomendaciones (amoxicilina o amoxicilina-clavulánico) en el 80,1% de los pediatras, el 67,0% de los médicos generales y el 55,1% de los otorrinolaringólogos.

Objetivos.

El objetivo del estudio fue comparar el fracaso del tratamiento antibiótico y las tasas de recurrencia entre agentes antibióticos (amoxicilina, amoxicilina-clavulanato, cefdinir y azitromicina) para niños con otitis media aguda (OMA) no complicada.

Diseño del estudio. Completamos un estudio de cohortes retrospectivo de niños de 6 meses a 12 años de edad con OMA no complicada identificada en una base de datos de reclamos a nivel nacional. La exposición primaria fue el agente antibiótico y los resultados primarios fueron el fracaso del tratamiento y la recurrencia. Se utilizó la regresión logística para estimar los OR y los análisis se estratificaron por exposición primaria, edad del paciente y duración del antibiótico.

Resultados. Entre los 1 051 007 niños incluidos en el análisis, al 56,6 % se les recetó amoxicilina, al 13,5 % se les recetó amoxicilina-clavulánico, al 20,6 % se les recetó cefdinir y al 9,3 % se les recetó azitromicina. La mayoría de las recetas (93 %) eran para 10 días y el 98 % se surtieron en el plazo de 1 día desde el encuentro médico. El fracaso del tratamiento y la recurrencia ocurrieron en el 2,2 % (IC del 95 %: 2,1, 2,2) y el 3,3 % (3,2, 3,3) de los niños, respectivamente. Las tasas combinadas de fracaso y recurrencia fueron bajas para todos los agentes, incluida la amoxicilina (1,7%; 1,7, 1,8), amoxicilina-clavulánico (11,3%; 11,1, 11,5), cefdinir (10,0%; 9,8, 10,1) y azitromicina (9,8%; 9,6 , 10.0).

Conclusiones. A pesar de los cambios microbiológicos en la etiología de la OMA, el fracaso del tratamiento y la recurrencia fueron poco comunes para todos los agentes antibióticos y fueron menores para la amoxicilina que para otros agentes. Estos hallazgos respaldan el uso continuado de amoxicilina como agente de primera línea para la OMA cuando se prescriben antibióticos.

Objetivo: Determinar la tasa y la adecuación de la prescripción de antibióticos para niños con enfermedades agudas en atención ambulatoria en países de ingresos altos.

Diseño: El 10 de febrero de 2021, buscamos sistemáticamente artículos publicados desde 2000 en MEDLINE, Embase, CENTRAL, Web Of Science y bases de datos de literatura gris. Se incluyeron estudios transversales y longitudinales, análisis de series temporales, ensayos controlados aleatorios y estudios no aleatorios de intervenciones con niños gravemente enfermos hasta los 12 años de edad inclusive en ámbitos de atención ambulatoria en países de ingresos altos. Las tasas agrupadas de prescripción y adecuación de antibióticos se calcularon mediante modelos de efectos aleatorios. Se realizó una metarregresión para describir la relación entre la tasa de prescripción de antibióticos y las covariables a nivel de estudio.

Resultados: Se incluyeron 86 estudios con 11 114 863 niños. Se encontró una tasa combinada de prescripción de antibióticos del 45,4 % (IC del 95 %: 38,2 % a 52,8 %) para todos los niños con enfermedades agudas y del 85,6 % (IC del 95 %: 73,3 % a 92,9 %) para la otitis media aguda, 37,4 % (IC del 95 % 30,9% a 44,3%) para infecciones del tracto respiratorio y 40,4% (IC 95% 29,9% a 51,9%) para otros diagnósticos. La heterogeneidad considerable sólo puede explicarse en parte por las diferencias en los diagnósticos. La tasa general de adecuación combinada es del 68,5 % (IC del 95 %: 55,8 % a 78,9 %, I²=99,8 %; 19 estudios, 119 995 participantes). El 38,3% de todos los antibióticos prescritos fueron aminopenicilinas.

Conclusiones: Las tasas de prescripción de antibióticos para niños con enfermedades agudas en atención ambulatoria en países de altos ingresos siguen siendo altas. Las grandes diferencias en las tasas de prescripción entre los estudios solo pueden explicarse en parte por las diferencias en los diagnósticos. Se necesita un mejor registro y más investigación para investigar los datos a nivel de paciente sobre el diagnóstico y la idoneidad.

Objetivo: Informar la precisión de la prueba diagnóstica del análisis de orina con tira reactiva para la detección de infecciones del tracto urinario (ITU) en lactantes febriles de 90 días o menos que acuden al servicio de urgencias (SU).

Diseño: Estudio de cohorte retrospectivo.

Pacientes: Lactantes febriles de 90 días o menos atendidos entre el 31 de agosto de 2018 y el 1 de septiembre de 2019.

Principales medidas de resultado: La sensibilidad, la especificidad y los valores predictivos del análisis de orina con tira reactiva para detectar infecciones urinarias definidas como un crecimiento de ≥100 000 ufc/mL de un solo organismo y la presencia de piuria (>5 glóbulos blancos por campo de alta potencia gran aumento).

Ámbito: Ocho SU pediátricos en el Reino Unido/Irlanda.

Resultados: Se incluyeron un total de 275 en el análisis final. Hubo 252 (92%) muestras de orina de captura limpia y 23 (8%) fueron muestras de sonda vesical transuretral. La mediana de edad fue de 51 días (IQR 35-68,5, rango 1-90) y hubo 151/275 participantes masculinos (54,9%). En total, 38 (13,8%) participantes tenían una ITU confirmada. La prueba de tira reactiva individual más sensible para ITU fue la presencia de leucocitos. La inclusión de “trazas” como positivo resultó en una sensibilidad de 0,87 (IC del 95%: 0,69 a 0,94) y una especificidad de 0,73 (IC del 95%: 0,67 a 0,79). La prueba de tira reactiva individual más específica para ITU fue la presencia de nitritos. La inclusión de trazas como positivas dio como resultado una especificidad de 0,91 (IC del 95 %: 0,86 a 0,94) y una sensibilidad de 0,42 (IC del 95 %: 0,26 a 0,59).

Conclusión: El análisis de orina en el punto de atención es moderadamente sensible y muy específico para el diagnóstico de ITU en lactantes febriles. El punto de corte óptimo para excluir ITU fue leucocitos (1+), y el punto de corte óptimo para confirmar ITU fue nitritos (trazas).

La viruela del mono es una enfermedad zoonótica que se presenta con fiebre, linfadenopatía y lesiones cutáneas vesiculo-pustulosas, que históricamente rara vez se ha informado fuera de las regiones endémicas de África central y occidental. Anteriormente se pensaba que la transmisión de persona a persona era demasiado baja para sostener la propagación. Durante 2022, el número de casos de viruela símica, causada por el clado II, aumentó rápidamente a nivel mundial, predominantemente entre hombres que tienen sexo con hombres. En brotes anteriores con viruela del simio clado I en áreas endémicas, los niños se vieron desproporcionadamente más afectados con mayor morbilidad y mortalidad. No está claro si los niños corren un riesgo similarmente mayor de viruela del simio clado II. No obstante, los niños y las mujeres embarazadas se consideran grupos de alto riesgo y se debe considerar el tratamiento antiviral para los afectados. Si bien la vacunación contra la viruela ofrece una buena protección contra la viruela del simio, se desconoce la duración de la protección y la infección ocurre en individuos vacunados. En caso de que el brote actual se propague a los niños, las autoridades deben estar preparadas para implementar rápidamente la vacunación de los niños. En esta revisión, resumimos las características epidemiológicas y clínicas, así como la patogenia, el tratamiento y las opciones de prevención de la viruela del simio, centrándonos en las consideraciones para los niños.

El 23 de julio de 2022, la OMS declaró el actual brote global de viruela del simio como una emergencia de salud pública de importancia internacional, su nivel más alto de alerta. La viruela del mono es endémica en África central y occidental, donde se han notificado la mayoría de los casos y muertes debido a la enfermedad de la viruela del mono desde que se identificaron los primeros casos humanos hace más de 50 años. En países no endémicos, los casos y brotes de viruela del simio, hasta hace poco, involucraron a personas que viajaban desde países endémicos, ocasionalmente con la subsiguiente propagación de persona a persona. Estos se han contenido rápidamente con diagnóstico temprano, rastreo de contactos y aislamiento de casos y sus contactos cercanos. Sin embargo, el brote global actual carece de vínculos epidemiológicos con países endémicos. Al 22 de julio de 2022, más de 16 000 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad de la viruela del simio en 74 países.1 que afecta predominantemente a hombres que se identifican como homosexuales, bisexuales u otros hombres que tienen sexo con hombres. 2 Todavía hay poca evidencia de que el brote se haya movido fuera de esta red de alto riesgo. En el Reino Unido, de 2218 casos confirmados el 21 de julio de 2022, solo 15 eran mujeres. 3 Hasta el momento, se sabe que solo un niño ha desarrollado la enfermedad de viruela del simio en el Reino Unido y 72 casos en niños y jóvenes (CYP) menores de 18 años en todo el mundo. Si bien es tranquilizador, el aumento de casos en adultos conducirá inevitablemente a que los niños estén expuestos en el hogar, la escuela u otros entornos similares. Algunos también pueden estar expuestos a través del contacto sexual, mientras que los recién nacidos pueden estar expuestos prenatal o perinatalmente.

La meningitis bacteriana aguda se caracteriza por infección e inflamación dentro del espacio subaracnoideo y causa una morbilidad y mortalidad significativas a nivel mundial, particularmente en los lactantes. 1–3 Su incidencia y prevalencia varían según la región geográfica ya lo largo del tiempo. 4 , 5 El cinturón africano de la meningitis, que abarca la región subsahariana con 26 países y se extiende desde Senegal hasta Etiopía, presenta la mayor incidencia de meningitis, con un estimado de 80 000 casos sospechosos que resultaron en más de 4000 muertes en 2009, por ejemplo. 2

Las revisiones sistemáticas de los estudios sobre la meningitis bacteriana, que incluyeron países de ingresos bajos, medianos y altos, informaron tasas de letalidad variables que oscilaron entre el 5 % y el 30 % de los casos, lo que se atribuyó principalmente a la gran variación en la presentación a los servicios médicos, acceso a la atención médica y los recursos médicos. 6 , 7 Además, los supervivientes de la meningitis bacteriana pueden desarrollar una serie de secuelas, como pérdida de la audición, retraso en el desarrollo y bajo rendimiento escolar, según la edad del paciente y el organismo infeccioso. 6 , 7

Un metanálisis de 61 estudios evaluables publicados entre 2012 y 2017 evaluó la prevalencia de la meningitis bacteriana en varias regiones geográficas y grupos de edad. Mostró que los agentes etiológicos más comunes de la meningitis bacteriana eran Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae con medias ponderadas de frecuencia en regiones geográficas y grupos de edad que oscilaban entre 3,2 % y 47,0 % y entre 9,6 % y 75,2 %, respectivamente. Las medias ponderadas de la frecuencia de Haemophilus influenzae en las regiones geográficas, estratificadas por edad, oscilaron entre el 0,2 % y el 15,5 %. 

Effect of Point-of-Care Testing for Respiratory Pathogens on Antibiotic Use in Children: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open. 2022;5:e2216162.

Pregunta

Entre los niños que acuden al departamento de emergencias (ED) con síntomas respiratorios, ¿cuál es la eficacia clínica de la PCR múltiplex para patógenos respiratorios (RPP) en el punto de atención (POC), en comparación con ninguna prueba, en la prescripción de antibióticos?

Diseño

Ensayo controlado aleatorizado no ciego.

Entorno

El servicio de urgencias pediátricas del Hospital Universitario de Oulu, Finlandia.

Participantes

≤17 años con fiebre y/o signos o síntomas respiratorios.

Intervención

POC RPP frente a la atención habitual en el servicio de urgencias.

Resultados

Prescripción de antibióticos.

Resultados principales

La prueba de RPP múltiplex POC no afectó la prescripción de antibióticos en el DE: cociente de riesgos, 0,96 (IC del 95 %, 0,79-1,16).

Conclusiones

La prueba POC RPP no afectó el comportamiento de decisión de antibióticos.

Comentario

Con la disponibilidad ampliada de diagnósticos moleculares multiplex para patógenos respiratorios, ha habido mucho entusiasmo sobre su potencial para mejorar la administración antimicrobiana. Hasta la fecha, este impacto no se ha establecido definitivamente.

En este ensayo aleatorizado bien diseñado realizado antes de la pandemia del SARS-CoV-2, los autores no encontraron diferencias en las recetas de antibióticos o la utilización de la atención médica entre los participantes que se sometieron a la prueba POC RPP y los que recibieron atención estándar. Las advertencias clave incluyen a) el uso frecuente de proteína C reactiva POC, que puede informar las decisiones de tratamiento con antibióticos según las pautas finlandesas; b) baja tasa inicial de prescripción de antibióticos; y c) uso frecuente de multiplex RPP entre los controles. De todos modos, los hallazgos del estudio son importantes porque sugieren que la implementación POC de pruebas multiplex RPP en el ED no es rentable. Es posible que los resultados de la prueba no brinden ningún beneficio incremental para la toma de decisiones del proveedor cuando ya están respaldados por pruebas rápidas de influenza y RSV (y, más recientemente, SARS-CoV-2). Sin embargo, si bien la prueba POC multiplex RPP no parece beneficiosa cuando se usa en el servicio de urgencias pediátrico, se debe tener cuidado al extrapolar estos hallazgos a otros escenarios clínicos, ya que los ensayos aún pueden ser útiles para la administración de antimicrobianos, el control de infecciones o fines de salud pública.

Watchful Waiting for Acute Otitis Media. Pediatrics. 2022;150:e2021055613.

Pregunta

¿Cuáles son las tasas de prescripción de antibióticos para la otitis media aguda pediátrica (OMA), a la luz de las pautas de diagnóstico y manejo de la OMA de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) de 2013 (revisadas), que recomiendan un enfoque de espera vigilante (WW) en la mayoría de los casos leves a moderados? ?

Diseño

Estudio de cohorte retrospectivo, 2005-2019.

Entorno

Base de datos de seguros privados nacionales de EE. UU.: IBM MarketScan Commercial Claims Research Databases.

Participantes

Niños de 1 a 12 años con OMA no complicada.

Intervención

Adopción de las pautas de tratamiento con antibióticos de AAP AOM.

Resultados

WW vs tratamiento inmediato (dentro de los 3 días del diagnóstico).

Resultados principales

De los 2.176.617 episodios de OMA analizados, el 77,8% requirieron tratamiento inmediato. Los predictores más fuertes para adoptar un enfoque de WW fueron la tendencia a la prescripción (gran volumen, ≥80 % de episodios de OMA tratados con antibióticos frente a bajo volumen, ≤20 % de OMA tratados) y la especialidad del médico. Los prescriptores de bajo volumen tenían más probabilidades de elegir WW, OR 11,61 (IC del 95%, 10,66-12,64). Los otorrinolaringólogos tenían menos probabilidades de recetar antibióticos y más probabilidades de adoptar un enfoque de WW que los pediatras, asignando el 72 % a WW. Solo una pequeña parte del grupo WW obtuvo una receta de antibióticos después de 3 días. El tratamiento con antibióticos demostró estacionalidad: menor durante los meses más cálidos, siendo más probable que los meses de verano provoquen WW.

Conclusiones

Las tasas de prescripción de antibióticos se mantuvieron altas a pesar de las recomendaciones de la AAP.

Comentario

La OMA es una de las razones más comunes para la prescripción de antibióticos en niños. Dado que muchos casos se resuelven espontáneamente, la AAP y la Academia Estadounidense de Médicos de Familia respaldaron un enfoque de WW para casos de OMA no graves en sus pautas profesionales, publicadas por primera vez en 2004 y luego revisadas en 2013.y también por muchas otras pautas nacionales de AOM en todo el mundo. Este enfoque pretende prevenir las reacciones adversas y abordar los problemas de aumento de la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, muchos estudios han demostrado que los antibióticos se recetan hasta en el 85% de los casos. Recientemente informamos que el 73,6 % de los episodios de OMA en Israel también se asociaron con recetas de antibióticos, y no se observaron cambios sustanciales en los patrones de prescripción siguiendo las últimas pautas locales publicadas en 2013.

Smolinski et al. encontraron altas tasas de prescripción de antibióticos para casos de OMA sin complicaciones, a pesar de las pautas que piden reducir los antibióticos innecesarios. La gran mayoría de los episodios de OMA que terminaron con una prescripción de antibióticos fueron comunes entre los médicos que tienden a recetar antibióticos en su práctica. Mirando el panorama general, existe la necesidad de educación, distribución de pautas y orientación para estudiantes, residentes y médicos para reducir aún más el uso innecesario de antibióticos.

CASOS CLÍNICOS

Un bebé varón de 4 semanas de edad se presentó con 5 días de erupción facial con costra de miel ( Figura , A). Fue ingresado en un hospital infantil local para iniciar la terapia. Los intentos iniciales de colocación de una línea vía intravenosa desencadenaron el signo de Nikolsky, con exfoliación de la piel en los sitios de presión lateral en los pies del paciente ( Figura , B). Durante los siguientes 2 días, la descamación de la piel avanzó sobre las piernas y el torso. Un frotis facial arrojó abundante Staphylococcus aureus sensible a la meticilina (MSSA), lo que respalda el diagnóstico de impétigo neonatorum local con síndrome de piel escaldada por estafilococos diseminado, mediado por toxinas (SSSS). La terapia dirigida MSSA se inició con oxacilina. El bebé completó un curso de 10 días de antibióticos con resolución completa de los síntomas.

Este caso ilustra el vínculo entre la infección localizada por Staphylococcus aureus (impétigo) y SSSS, que resulta de los efectos sistémicos de las toxinas exfoliativas A o B. Las lesiones con costra de miel, especialmente las lesiones periorales, son un sello distintivo del impétigo neonatorum, que resulta de la infección localizada y producción de toxinas por S. aureus .

Las toxinas exfoliativas A y B producidas por S. aureus pueden luego viajar a través del torrente sanguíneo a sitios distantes que conducen a la exfoliación de la piel como se ve en SSSS.

Las toxinas estafilocócicas estuvieron implicadas en la fisiopatología de SSSS ya en 1970, cuando se demostró que los estafilococos cumplían con los postulados de Koch en un modelo murino neonatal de SSSS.

Estas toxinas son serina proteasas que escinden la desmogleína-1, una proteína necesaria para la adhesión de queratinocitos a queratinocitos en el estrato granuloso de la piel. La interrupción de la desmogleína-1 da como resultado grandes parches de piel que se desprende y la presencia del signo de Nikolsky, en el que una fuerza de corte provoca la separación de la epidermis y la creación de una erosión.

MSSA está implicado en la mayoría de los casos de SSSS probados por cultivo en los EE. UU., con una pequeña minoría de casos de MRSA.

Un niño de 18 meses visitó nuestro departamento con una erupción cutánea que se extendía desde la parte superior del brazo izquierdo hasta el pulgar. Era un niño inmunocompetente que no tenía antecedentes de varicela ni ningún contacto con ningún paciente de varicela o herpes zoster. Nueve días antes de la aparición de la erupción, había recibido una primera dosis de vacuna viva atenuada contra la varicela (vacuna Oka; vOka) en la parte superior del brazo izquierdo. El examen físico reveló múltiples vesículas con eritema desde la parte superior del brazo izquierdo hasta el pulgar, distribuidas a lo largo del dermatoma C6 ( Figura, A y B ). No había fiebre ni exantema generalizado. La prueba inmunocromatográfica rápida del antígeno del virus de la varicela-zoster (Derma-quick, Maruho) de las ampollas fue positiva. Se diagnosticó erupción cutánea tipo zóster inducida por la vacuna contra la varicela. El aciclovir oral 750 mg/día mejoró rápidamente la erupción cutánea en 4 días.

Una niña de 18 años previamente sana acudió a la consulta ambulatoria de pediatría con antecedentes agudos de erupción cutánea en las extremidades inferiores de las piernas, los tobillos y los pies, con extensión reciente a los brazos. Luego desarrolló dolor abdominal significativo, dolor en las articulaciones y hematuria. Los hallazgos del examen físico mostraron una discreta erupción purpúrica palpable que no palidece en la parte superior bilateral ( Figura 1 ) e inferior ( Figura 2 )) extremidades, con múltiples lesiones vesiculoampollosas hemorrágicas intactas y rotas en piernas y tobillos. Se sospechó vasculitis por inmunoglobulina A (IgAV; anteriormente púrpura de Henoch Schönlein), pero la apariencia ampollosa significativa condujo a confusión clínica. Se obtuvo una biopsia de piel que demostró depósito de IgA capilar, lo que confirmó el diagnóstico. Se inició prednisona 80 mg/día para los síntomas graves y todos los síntomas se resolvieron por completo en 1 mes sin recurrencia ni complicaciones a largo plazo durante los meses siguientes.

IgAV es la vasculitis infantil sistémica más común. Se estima que la incidencia mundial anual es de 10 a 20 casos por cada 100 000 niños. Puede verse a cualquier edad, incluida la edad adulta, pero es más frecuente en la infancia, con una incidencia máxima entre los 4 y los 7 años.

La presentación generalmente es aguda y el diagnóstico debe basarse en el hallazgo de púrpura palpable en presencia de una tríada clásica de dolor abdominal, artritis o artralgia y compromiso renal. La erupción purpúrica palpable no trombocitopénica comienza casi exclusivamente en las extremidades inferiores y las nalgas ( Figura 3 ). En raras ocasiones, la erupción puede progresar hasta afectar las extremidades superiores o evolucionar hacia lesiones ampollosas hemorrágicas.

En pacientes con presentación inusual o incompleta, la biopsia del órgano afectado puede confirmar el depósito histológico de IgA. La mayoría de los casos de IgAV son autolimitados, con un pronóstico excelente dentro del primer mes, pero pueden ocurrir episodios recurrentes en alrededor del 25% de los pacientes.

Puede ser necesario el tratamiento durante la fase aguda de las secuelas graves de vasculitis gastrointestinal o renal. La afectación renal con nefritis por IgAV es la complicación más grave y está relacionada con la morbilidad y la mortalidad a largo plazo, lo que representa ~1%-2% de todas las enfermedades renales infantiles en etapa terminal.

Por lo tanto, todos los pacientes con IgAV deben someterse a un control renal activo durante al menos 6 a 12 meses después del episodio agudo con análisis de orina y controles de presión arterial de rutina.

Es de destacar que la presencia de lesiones ampollosas no parece estar asociada con una enfermedad extracutánea más grave.

El granuloma aséptico facial idiopático (GAIA) se caracteriza por la aparición de un nódulo rojizo indoloro en la región facial y es exclusivo de niños. Por lo general, se encuentra en la mejilla. La resolución de estas lesiones suele ser espontánea en meses y curan sin dejar cicatriz o con mínima cicatrización. Su etiología es desconocida. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, aunque en ocasiones se pueden utilizar pruebas complementarias como la ecografía. Esta patología presenta un curso clínico crónico pero benigno con resolución espontánea, por lo que en estos casos se prefiere un abordaje expectante.

El botulismo del lactante es una enfermedad causada por potentes neurotoxinas proteicas producidas por la bacteria Clostridium botulinum, las cuales interfieren en la liberación presináptica de acetilcolina a nivel de la unión neuromuscular. Es frecuente en lactantes y puede causar dolor abdominal, vómitos, parálisis aguda —incluyendo parálisis respiratoria—, diplopía y visión borrosa. El tratamiento con inmunoglobulina humana específica evita la evolución del cuadro clínico que puede ocasionar el fallecimiento. A continuación, presentamos un caso de botulismo diagnosticado en un centro de salud.

La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica y autolimitada que constituye la causa más frecuente de cardiopatía adquirida en la edad pediátrica. Su diagnóstico se basa en una serie de criterios clínicos que en muchas ocasiones no están presentes o asocian otros más inespecíficos que hacen demorar su diagnóstico.

Se presenta el caso de una paciente de 6 años con enfermedad de Kawasaki que debutó como posible adenitis infecciosa y cuya evolución y reanamnesis dieron la clave del diagnóstico de Kawasaki incompleto.

De ahí, la importancia del diagnóstico precoz de esta enfermedad, recordando que existen otros síntomas más inespecíficos que pueden acompañarla, requiriendo un elevado nivel de sospecha para instaurar su tratamiento precozmente y evitar las lesiones coronarias.

La linfadenitis cervical es la infección por micobacterias no tuberculosas (MNT) más frecuente en niños inmunocompetentes menores de 5 años. La mayoría de los casos a nivel mundial se debe a Mycobacterium avium complex (MAC). Mycobacterium lentiflavum (M. lentiflavum) se ha considerado una causa rara de MNT causante de linfadenitis. Presentamos dos casos de linfadenitis cervical y preauricular atendidos en un centro de salud de Madrid durante los años 2019-2020, que persisten a pesar de tratamiento antibiótico. Se realizaron test sanguíneos, serología, así como radiografía de tórax y prueba de tuberculina. Con la sospecha diagnóstica de MNT, los pacientes fueron derivados a un hospital terciario, donde se aisló M. lentiflavum. Aunque la actual evidencia acerca del tratamiento para la resolución de la linfadenitis es la escisión quirúrgica completa, en este caso fue descartada por la localización de los nódulos y el riesgo de dañar el nervio facial y la glándula parótida. Debido a que M. lentiflavum es resistente a la mayoría de los fármacos antituberculosos, se decidió, de acuerdo con los padres, un tratamiento conservador. Concluimos que M. lentiflavum debe ser considerado un importante patógeno emergente causante de linfadenitis y debe sospecharse en un paciente con una única linfadenitis cervical o preauricular que persiste a pesar de tratamiento antibiótico.

Un niño de 2 años se presenta con una historia de 8 semanas de aumento de tamaño de los ganglios linfáticos cervicales del lado derecho. Está afebril y por lo demás sistémicamente bien. Una biopsia con aguja fina reveló Mycobacterium avium complex (MAC), y el equipo quirúrgico local consideró que el manejo mediante escisión completa no era adecuado. Su linfadenopatía siguió siendo importante durante muchas semanas después de su legrado y cree que los antibióticos pueden tener un papel en el tratamiento de su infección; sin embargo, se pregunta sobre la elección, la dosis y la duración de la terapia.

Pregunta clínica estructurada.

En un niño con linfadenitis por micobacterias no tuberculosas (MNT) en el que no se considera adecuada la cirugía, ¿qué antibióticos son los más efectivos, tolerables y seguros?

Buscar

Dos autores realizaron una búsqueda bibliográfica utilizando las bases de datos Cochrane Library, PubMed y Embase (desde 1974 hasta el presente) con las palabras clave “nontuberculous Mycobacteria” AND “lymphadenitis”. La búsqueda se limitó a niños (desde el nacimiento hasta los 18 años de edad) e incluyó todos los datos relacionados con tratamientos médicos, quirúrgicos o de espera para evitar perder documentos relevantes. Después de eliminar los duplicados, quedaron 299 artículos que ambos autores examinaron de forma independiente. Finalmente, ocho artículos cumplieron con los criterios de inclusión. Se excluyeron los estudios si no estaban disponibles en inglés o en texto completo, no contenían detalles adecuados con respecto a la dosis y la duración del tratamiento antimicrobiano o se referían a infecciones por MNT más allá de la linfadenopatía.

Comentario

La linfadenitis crónica causada por NTM en niños inmunocompetentes es relativamente rara, pero puede causar una enfermedad prolongada y desfigurante que es difícil de tratar. 1 2 La infección se localiza predominantemente en el área cervicofacial y ocurre principalmente en niños pequeños (<5 años de edad), con tasas de incidencia reportadas que van desde.

Teniendo en cuenta los principales brotes de viruela del simio informados en áreas no endémicas, así como la epidemiología cambiante, es necesario resaltar las dificultades para diagnosticar la infección por viruela del simio en niños, dado el bajo índice actual de sospecha.

La viruela del mono es una enfermedad zoonótica descrita en 1970 como endémica en los países de África centro-occidental. 1 Sin embargo, desde mayo de 2022 en adelante, los brotes más altos se han notificado en países no endémicos. Actualmente, España es el país más afectado de Europa. 2

Actualmente existen pocas publicaciones sobre casos pediátricos en países no endémicos, y menos aún sin antecedentes epidemiológicos claros. La alerta de salud actual se enfoca en la transmisión relacionada con el sexo, pero la transmisión puede ocurrir a través de gotitas respiratorias, contacto con fluidos o lesiones no relacionadas con el sexo y a través de fómites. 3 , 4

Se han descrito síntomas prodrómicos, seguidos de lesiones cutáneas características. La afectación parece ser más grave en niños menores de 10 años. La tasa de mortalidad descrita en los países africanos oscila entre el 3% y el 10%. 1 , 3

Esta carta se escribe para describir un caso que supuso un reto diagnóstico en nuestro centro, ya que no refería antecedentes epidemiológicos compatibles. Un niño de 13 meses acudió a urgencias pediátricas por presentar vómitos, diarrea y fiebre de 48 horas de evolución. Presentaba lesión ampollosa purulenta en un dedo de la mano y lesiones costrosas en el cuero cabelludo y en un dedo del pie. Los familiares cercanos no reportaron síntomas ni viajaron al exterior en los últimos meses.

Exponemos el caso de una niña de 3 años de edad que consulta por observación de lesiones cutáneas, sin fiebre, prurito ni otros síntomas. En la exploración física destacan lesiones cutáneas polimorfas localizadas en los glúteos, con elementos papulares, vesiculares y pustulosos umbilicados de 3mm de diámetro máximo (figs. 1 y 2). No hay evidencia de lesiones orales, perianales ni genitales. Tampoco adenopatías significativas ni visceromegalias, siendo el resto de la exploración normal. El padre obtuvo confirmación pocas horas antes de infección por virus de la viruela del mono (MPXV). No tiene antecedentes de viajes ni contacto con animales. Se realiza frotis de líquido vesicular de las lesiones, que resulta positivo para MPXV (técnica PCR en tiempo real). Se indica aislamiento de contacto y secreciones respiratorias (aérea y gotas) en el domicilio hasta la curación completa de las lesiones cutáneas (a los 10 días de evolución). No hubo complicaciones ni nuevas lesiones en el seguimiento a 2 meses. Por otro lado, tampoco se detectaron nuevos casos en contactos del centro escolar.

El ectima gangrenoso (EG) es una lesión cutánea frecuentemente asociada a la infección por Pseudomonas aeruginosa1. Suele afectar a pacientes inmunocomprometidos, aunque es infrecuente su presentación en el momento de diagnóstico de una leucemia linfoblástica aguda (LLA)2. A continuación presentamos 2casos de EG como manifestación inicial de LLA.

En la patogenia del daño hepático agudo relacionado con la infección por SARS-CoV-2 se han realizado varias hipótesis: hepatotoxicidad de los fármacos en el tratamiento de la COVID-19; tormenta de citoquinas e hiperactivación inmune; daño hepático secundario a una situación de shock e hipoperfusión; y efecto citopático directo del virus.

Se presenta el caso de un niño de 10 años, previamente sano, que desarrolló una hepatitis aguda con patrón citolítico (ALT 1823 U/l y AST 1092 U/l), sin asociar aumento de otros parámetros de colestasis, y que, tras el estudio, únicamente se pudo atribuir a la COVID-19, dado que no recibió fármacos que pudiesen lesionar el hígado, ni presentó inestabilidad hemodinámica ni afectación de otros órganos o multiinflamatoria. El diagnóstico se pudo realizar tras exclusión de otras causas microbiológicas y gracias a la detección del virus tanto en el tracto respiratorio como en heces. Se realiza una discusión acerca del posible efecto citotóxico directo del virus y la bibliografía actual que respalda dicha hipótesis, así como de la practicidad de la detección por PCR del SARS-CoV-2 en heces para el diagnóstico de COVID-19 con afectación gastrointestinal o de predominio hepático.

Resumen. La dirofilariasis es una infección rara causada por un nematodo transmitido por vectores que puede transmitirse accidentalmente a los humanos. Presentamos el caso de un niño de 11 años con un quiste escrotal indoloro causado por Dirofilaria repens , inicialmente sospechado por ecografía y posteriormente confirmado por examen histopatológico.

REPORTE DE UN CASO. Un niño caucásico de 11 años fue remitido a nuestra institución en diciembre de 2021 con una historia de 4 meses de masa nodular en el escroto derecho. El nódulo, descubierto por casualidad, era indoloro y no se asociaba a ningún otro síntoma o molestia testicular. El examen clínico reveló una masa en el escroto derecho de aproximadamente 1 cm, la piel por encima y alrededor del nódulo no presentaba signos de inflamación. Un examen urológico fue negativo para hidrocele, varicocele, anomalías testiculares o del epidídimo, linfedema periférico y adenopatía. Su historial médico pasado era normal. No se detectó fiebre ni signos de infección sistémica. Durante las semanas anteriores, el niño no presentaba signos ni síntomas de enfermedades infecciosas ni había tomado ningún medicamento. Además, no se informaron viajes previos a regiones endémicas de filariasis, y no se refirió contacto con animales ni picaduras de garrapatas; no se encontraron parásitos en las heces.

Para ampliar

Objetivos. Evaluar la frecuencia y la gravedad de los nuevos casos de diabetes tipo 2 de inicio en la juventud en los EE. UU. durante el primer año de la pandemia en comparación con la media de los 2 años anteriores.

Diseño del estudioMulticéntrico (n = 24 centros), basado en el hospital, revisión retrospectiva de historias clínicas. Se incluyeron jóvenes de ≤21 años con diagnóstico reciente de diabetes tipo 2 entre marzo de 2018 y febrero de 2021, índice de masa corporal ≥percentil 85 y autoanticuerpos pancreáticos negativos. Los datos demográficos y clínicos, incluidos los números de casos y la frecuencia de descompensación metabólica, se compararon entre los grupos.

Resultados. Se evaluó un total de 3113 jóvenes (media [DE] 14,4 [2,4] años, 50,5 % mujeres, 40,4 % hispanos, 32,7 % negros, 14,5 % blancos no hispanos). Los nuevos casos de diabetes tipo 2 aumentaron un 77,2 % en el año de la pandemia (n = 1463) en comparación con la media de los 2 años anteriores, 2019 (n = 886) y 2018 (n = 765). La probabilidad de presentar descompensación metabólica y cetoacidosis diabética severa también aumentó significativamente durante la pandemia.

Conclusiones. La carga de la diabetes tipo 2 de inicio en la juventud recién diagnosticada aumentó significativamente durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019, lo que resultó en una enorme presión para los proveedores de atención médica, los pacientes y las familias de la diabetes pediátrica. No está claro si el aumento fue causado por la infección por la enfermedad del coronavirus 2019 o simplemente se asoció con cambios ambientales y factores estresantes durante la pandemia. Se necesitan más estudios para determinar si este aumento se limita a los EE. UU. y si persistirá en el tiempo.

Introducción. El tratamiento antibiótico clásico de la faringoamigdalitis aguda estreptocócica es una pauta de 10 días; sin embargo, la aparición de resistencias antibióticas induce a explorar pautas más cortas.

Material y métodos. Seleccionamos a aquellos pacientes diagnosticados de faringoamigdalitis aguda estreptocócica en 2 cupos de pediatría de un centro de salud entre junio de 2016 y abril de 2020. Se compararon los resultados de aquellos que recibieron tratamiento 8-10 días con el de aquellos que lo recibieron 5-7 días.

Resultados. Se analizaron 350 episodios (252 pacientes). El 64% recibieron tratamiento durante 8-10 días (grupo 1) y el 36% durante 5-7 días (grupo 2). No se observaron diferencias significativas en la aparición de faringoamigdalitis aguda estreptocócica o escarlatina los 3 meses posteriores (OR 0,97; IC 95%: 0,46-2,03), con una proporción similar en ambos grupos (9,8 vs. 9,5%). Sin diferenciar el tipo de infección (faringoamigdalitis aguda estreptocócica, escarlatina u otro tipo de infección estreptocócica), se observaron resultados similares (OR 0,81; IC 95%: 0,41-1,59) con el 13,4% en el grupo 1 y el 11,1% en el 2. Respecto a la aparición de reacciones adversas medicamentosas recogidas en la historia clínica, fue de 2,7% en el grupo 1 y 0,8% en el 2 (OR 0,29; IC 95%: 0,04-2,44).

Conclusiones. Según nuestra experiencia, la pauta antibiótica corta (5-7 días) en faringoamigdalitis aguda estreptocócica no es menos efectiva ni más insegura que la clásica pauta de 10 días.

Brote de sarampión en el área sanitaria de Guadalajara (España): dificultad en el diagnóstico microbiológico en la era de su eliminación

Resumen

Introducción

En España, al igual que en otros países donde el sarampión endémico ha sido eliminado, es necesario utilizar de forma rutinaria las herramientas diagnósticas que confirmen los casos para su prevención y control de la diseminación. Se describen los diferentes ensayos microbiológicos utilizados para su diagnóstico durante un brote de sarampión en 2019 en la provincia de Guadalajara (España).

Métodos

Las pruebas serológicas y moleculares se realizaron en el laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario de Guadalajara y en el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (Majadahonda, España). Los datos de los pacientes se obtuvieron del sistema epidemiológico de vigilancia.

Resultados

Se diagnosticaron de sarampión un total de 43 pacientes por métodos microbiológicos: 29 casos por PCR (exudado faríngeo u orina) junto con IgM específica positiva, 11 pacientes solamente por PCR, y 3 pacientes exclusivamente por presencia de IgM. El genotipo D8 fue identificado en 35 pacientes y el genotipo A en 2 casos descartados como postvacunal. La PCR en suero fue positiva en 11 de 14 pacientes con ausencia de IgM en su primera muestra recogida de suero. Once casos confirmados habían recibido una o 2 dosis de la vacuna. Doce adultos fueron ingresados, todos diagnosticados de hepatitis.

Conclusiones

La combinación de pruebas moleculares y la presencia de IgG e IgM específicas son necesarias para un diagnóstico correcto y la clasificación de los pacientes como fallo vacunal (primario o secundario). El genotipado es una herramienta fundamental para la correcta clasificación de los pacientes en el contexto de un programa de eliminación del sarampión.

Rev Esp Quimioter 2022; 35(6): 587-588

Estimado Editor: Actualmente las vacunas autorizadas en España para la vacunación frente a varicela, Varivax®, Varilrix® y Proquad®, se componen del virus atenuado de la varicela cepa Oka con ≥1.350 unidades formadoras de placa (UFP), ≥103,3 UFP y ≥3,99 log10 UFP respectivamente. Además, existen dos vacunas para prevenir el herpes zóster (HZ) y la neuralgia postherpética (NPH): una vacuna atenuada (Zostavax®) compuesta por ≥19.400 UFP de cepa Oka, aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en 2006, que ha estado disponible en España desde entonces, aunque en agosto de 2022 cesó su comercialización en nuestro país; y otra recombinante de subunidades compuesta por la glicoproteína E y el adyuvante AS01B (Hz/su, Shingrix®), aprobada por la EMA en 2018 y disponible en España recientemente. Tanto Shingrix® como Zostavax® han sido autorizadas para la prevención del HZ y NPH en personas de ≥50 años; y Shingrix®, además, en ≥18 años con factores de riesgo de HZ [1]. Sin embargo, ni Zostavax® ni Shingrix® han sido autorizadas para la vacunación frente a varicela. Se describe un caso de un paciente candidato a trasplante renal que, tras completar primovacunación frente a varicela con vacuna atenuada, no generó niveles protectores de IgG anti virus varicela zoster (VVZ). Si bien, posteriormente, tras completar primovacunación con vacuna recombinante frente a HZ alcanzó niveles considerados como protectores.

Resumen

Introducción La amigdalectomía ahora solo está indicada en el Reino Unido cuando se cumplen criterios específicos, según lo establecido por la Red de Pautas Intercolegiales Escocesas (SIGN) y el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (NICE). Como resultado, se realizan menos amigdalectomías. La amigdalectomía es el tratamiento primario para la amigdalitis recurrente; por lo tanto, planteamos la hipótesis de que los ingresos hospitalarios agudos por amigdalitis y complicaciones infecciosas habrán aumentado desde que se introdujeron los criterios. Nuestro objetivo fue evaluar las tasas de ingresos hospitalarios agudos con amigdalitis en niños y los factores asociados con esto.

Métodos Los datos fueron proporcionados por la División de Servicios de Información para todos los menores de 16 años en Escocia entre 1996/1997 y 2016/2017. Los antecedentes socioeconómicos se determinaron a partir de la puntuación del Índice Escocés de Privación Múltiple (SIMD). Se utilizó el análisis de regresión de Poisson para modelar los predictores de cirugía y el análisis de correlación para estudiar la relación entre la amigdalitis y otros factores.

Resultados Se realizaron 60 456 amigdalectomías. El número de amigdalectomías disminuyó significativamente luego de la introducción de las pautas SIGN y las tasas de amigdalitis aumentaron; sin embargo, las admisiones con amigdalitis ya estaban en una trayectoria ascendente. Los niños de las áreas más desfavorecidas tenían un 72,0 % (IC del 95 %: 60 % a 85 %, p<0,001) más propensos a recibir amigdalectomía y también tenían más probabilidades de ser admitidos con amigdalitis que los de las áreas menos desfavorecidas.

Conclusión Las tasas de amigdalectomía y amigdalitis son más altas en los más desfavorecidos; Las razones postuladas incluyen la administración de antibióticos y la dificultad para acceder a la atención primaria. Las pautas actuales sobre amigdalectomía pueden ser desproporcionadamente dañinas en niños de hogares desfavorecidos.

Se han notificado lesiones hepatocelulares con frecuencia en adultos tratados con tuberculosis resistente a rifampicina y resistente a múltiples fármacos (TB-RR/MDR). Sin embargo, hay datos limitados en niños.

Métodos: Se realizaron dos estudios farmacocinéticos de niños (de 0 a 17 años) tratados de forma rutinaria para la TB-RR/MDR en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, entre octubre de 2011 y febrero de 2020. Eventos adversos de lesión hepatocelular (AE; definidos como alanina aminotransferasa [ALT] elevada) fueron documentados en serie. Los datos se analizaron para determinar la incidencia, la etiología, los factores de riesgo, el tratamiento y el resultado de la elevación de la ALT.

Resultados: Se incluyeron un total de 217 niños, con una mediana de edad de 3,6 años (rango intercuartílico, 1,7–7,1 años) en el momento de la inscripción. La mediana del tiempo de seguimiento fue de 14,0 meses (rango intercuartílico, 9,8-17,2 meses). Cincuenta y cinco (25,3%) pacientes desarrollaron un EA ALT. De estos, 43 de 55 (78 %) pacientes tuvieron 54 eventos adversos de ALT atribuidos a su tratamiento de TB-RR/MDR. La tasa de incidencia de AA ALT relacionados con el tratamiento de la TB-RR fue de 22,4 por 100 años-persona. El estado de VIH positivo y tener una ALT elevada en el momento de la inscripción se asociaron con el tiempo hasta la ALT AE atribuidos al tratamiento de la TB-RR/MDR, con valores de P 0,0427 y P < 0,0001, respectivamente. La hepatitis A IgM fue positiva en 11 de 14 (78,6%) casos graves (grado ≥3) de EA de ALT. En 8 de 14 (57 %) AA graves de ALT, los fármacos hepatotóxicos se suspendieron o se interrumpieron temporalmente. Ninguno tuvo un desenlace fatal o no resuelto.

Conclusiones: La lesión hepatocelular en los niños que reciben tratamiento para la TB-RR/MDR es frecuente, aunque suele ser leve; tener ALT elevada al principio del tratamiento y ser seropositivo son posibles factores de riesgo. La hepatitis A fue una etiología común de EA ALT grave en niños tratados por TB-RR/MDR.

La inequidad de las vacunas nunca antes había estado en el ojo público como lo ha estado en los últimos meses. Las profundas desigualdades en el suministro de vacunas contra el COVID-19 que se han permitido desarrollar, impulsadas en gran medida por el interés propio nacional percibido, llegaron al escenario mundial en la reunión del G7 en junio. A pesar de esto, menos del 2 % de la población de muchos países africanos de bajos ingresos se ha vacunado contra la COVID-19, mientras que más de la mitad de las personas que viven en la mayoría de los entornos de ingresos altos han recibido al menos una, y en muchos casos dos dosis. Un número cada vez mayor de países están vacunando ahora a niños a partir de los 12 años, a pesar de que el análisis de riesgo-beneficio es menos seguro, y están acumulando vacunas para vacunas de refuerzo, en ausencia de indicación de que se requerirán de forma generalizada.

Los principales argumentos que se han presentado para abordar estas desigualdades se han centrado en la autoprotección (“Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo”) y en garantizar la recuperación económica mundial. La expectativa de que los condados donen las vacunas ‘excedentes’ también ha reemplazado en gran medida la premisa de la equidad de las vacunas. Aunque puede ser que solo los argumentos que apelan en última instancia al interés propio nacional tengan la tracción necesaria, son en gran medida específicos de la vacunación contra la pandemia de COVID-19, por lo que no sitúan las desigualdades actuales en su contexto más amplio. Dicho contexto es esencial, dado que el objetivo final seguramente debe ser minimizar todas las muertes prevenibles por vacunación en exceso debido a la pandemia, en lugar de solo aquellas muertes directamente atribuibles a la infección por SARS-CoV-2. OK

El objetivo de este estudio de cohorte de un solo centro fue caracterizar la frecuencia, las características clínicas y la epidemiología molecular de la infección pediátrica por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) después de la vacunación. Entre el 15 de mayo de 2021 y el 1 de enero de 2022, 171 niños experimentaron infección por SARS-CoV-2 después de la vacunación, 146 (86 %) después del predominio de la variante Omicron. Los resultados fueron generalmente leves y comparables antes y después del predominio de Omicron.

En resumen, es cada vez más probable que se produzcan casos de COVID-19 tras la finalización de una serie de vacunación primaria contra el SARS-CoV-2, debido a la disminución de la inmunidad y a la aparición de VOC con escape vacunal. No obstante, nuestros datos sugieren que las vacunas son una herramienta eficaz y vital para reducir los reducir los resultados graves, ya que la gran mayoría de los casos de COVID-19 después de la vacunación en nuestro estudio fueron leves. A medida que surjan nuevas VOC, será necesario investigar sus características de evasión de las vacunas para supervisar e identificar rápidamente cuándo deben utilizarse herramientas de mitigación del riesgo no farmacológicas.

Después de la infección aguda inicial con el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), las personas pueden experimentar síntomas posagudos persistentes, que pueden durar muchos meses. 1 Comúnmente conocido como “COVID largo persistente”, los síntomas persistentes después de la infección por SARS-CoV-2 pueden afectar múltiples órganos y sistemas del cuerpo, incluidos el corazón, los pulmones y el sistema inmunitario, y varían en gravedad desde anosmia persistente, dolores de cabeza y fatiga hasta reducción función pulmonar e inflamación del miocardio. 2–4 Se han informado síntomas persistentes en pacientes con infección grave 5–6 y aguda leve por SARS-CoV-2. 7En comparación con los adultos, los niños se han visto mucho menos afectados por la enfermedad COVID-19; en Europa, el 1,7 % de los ingresos hospitalarios por COVID-19 durante 2020 (antes de que se implementaran los programas de vacunación) fueron niños. 8 No está claro en qué medida los niños se ven afectados por síntomas persistentes relacionados con el SARS-CoV-2. 9

 

Las variaciones del SARS-CoV-2, así como la protección inmunológica después de infecciones previas y/o vacunas, pueden haber alterado la incidencia del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Nuestro objetivo fue informar un análisis de serie temporal internacional de la incidencia de MIS-C para determinar si hubo un cambio en las regiones o países incluidos en el estudio.

Métodos: Se trata de un estudio multicéntrico, internacional, transversal. Recolectamos la incidencia de MIS-C de las regiones y países participantes para el período de julio de 2020 a noviembre de 2021. Evaluamos la proporción entre los casos de MIS-C y los casos pediátricos de COVID-19 en niños <18 años diagnosticados 4 semanas antes (tiempo promedio para la asociación temporal observada en esta enfermedad) para el período de estudio. Realizamos un análisis de regresión binomial para 8 sitios participantes [Bogotá (Colombia), Chile, Costa Rica, Lacio (Italia), México DF, Panamá, Países Bajos y Cataluña (España)].

Resultados: Se incluyeron 904 casos de MIS-C, entre una población de referencia de 17.906.432 niños. Estimamos una relación de tendencia de disminución significativa global en casos MIS-C/casos diagnosticados de COVID-19 en el mes anterior ( P < 0,001). Al analizar por separado cada uno de los sitios, Chile y Holanda mantuvieron una tendencia decreciente significativa ( P < 0.001), pero esta relación no fue estadísticamente significativa para el resto de sitios.

Conclusiones: Hasta donde sabemos, este es el primer estudio internacional que describe una reducción global en la tendencia de la incidencia de MIS-C durante la pandemia. La vacunación contra el COVID-19 y otros factores posiblemente relacionados con el virus mismo y/o la transmisión comunitaria pueden haber jugado un papel en la prevención de nuevos casos de MIS-C.

Se desconocen los efectos de las variantes del SARS-CoV-2 sobre el fenotipo de la enfermedad y la gravedad del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Comparamos el fenotipo clínico de MIS-C en 129 niños sudafricanos en cuatro oleadas distintas (tipo ancestral, Beta, Delta y Omicron) impulsadas por variantes y descubrimos que MIS-C sigue siendo una enfermedad grave con una presentación clínica estable, independientemente de variante.

Aunque las secuelas post-agudas de COVID-19 entre los sobrevivientes adultos han ganado una atención significativa, los datos en niños hospitalizados por síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 son limitados. Este estudio de niños estadounidenses asegurados comercialmente muestra que los hospitalizados con COVID-19 o síndrome inflamatorio multisistémico en niños tienen una carga sustancial de secuelas del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo y visitas de atención médica asociadas después del alta.

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y sus bloqueos asociados, el aislamiento social y otras intervenciones llevaron a una gran disminución de las infecciones respiratorias, incluida la enfermedad neumocócica invasiva (IPD). En Inglaterra, los casos de ENI disminuyeron un 30 % después del primer confinamiento en marzo de 2020 y se mantuvieron bajos durante el invierno posterior hasta febrero de 2021, cuando los casos aumentaron un 8 % por encima de la incidencia media previa a la pandemia de 3 años para febrero. Cuando el país finalizó su tercer confinamiento nacional en marzo de 2021, tras la aparición de la variante alfa del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), los casos de ENI comenzaron a aumentar gradualmente. Para junio de 2021, el número de casos seguía siendo un 25 % más bajo que los niveles previos a la pandemia, pero se observó un aumento proporcionalmente mayor en los casos entre niños menores de 15 años. Tendencias de IPD durante julio-diciembre de 2021,

Los casos de ENI durante julio-diciembre de 2021 se compararon con julio-diciembre de 2020 y julio-diciembre en 3 años previos a la pandemia (2017-2019) mediante el uso de datos de vigilancia nacional mejorados para Inglaterra

Se quiso averiguar la eficacia de cada vacuna para reducir la infección por SARS-CoV-2, la enfermedad por covid-19 con síntomas, la covid-19 grave y el número total de muertes (incluyendo cualquier muerte, no solo las relacionadas con la covid-19).

Se quisieron conocer los episodios adversos graves que pudieran requerir hospitalización, poner en peligro la vida o ambas cosas, los episodios de reactogenia sistémica (reacciones inmediatas a corto plazo a las vacunas debidas principalmente a respuestas inmunológicas; p. ej., fiebre, dolor de cabeza, dolores corporales, cansancio) y cualquier episodio adverso (incluyendo episodios adversos no graves).

Se encontraron 41 estudios de todo el mundo, en los que participaron 433 838 personas, que evaluaron 12 vacunas diferentes. Treinta y cinco estudios incluyeron solo a personas sanas que nunca habían tenido covid-19. Treinta y seis estudios incluyeron solo a adultos, dos solo a adolescentes, dos a niños y adolescentes, y uno incluyó a adolescentes y adultos. Tres estudiaron a personas con sistemas inmunitarios debilitados y ninguno a embarazadas.

La mayoría de los casos evaluó los resultados menos de seis meses después de la vacunación primaria. La mayoría recibió cofinanciación de instituciones académicas y compañías farmacéuticas. La mayoría de los estudios comparó la vacuna de la covid-19 con un placebo. Cinco evaluaron añadir una dosis de refuerzo “mixta”.

Conclusiones de los autores: 

En comparación con el placebo, la mayoría de las vacunas reducen, o probablemente reducen, la proporción de participantes con covid-19 sintomática confirmada, y para algunas de ellas, existe evidencia de certeza alta de que reducen la enfermedad grave o crítica. Es probable que haya poca o ninguna diferencia entre la mayoría de las vacunas y el placebo en cuanto a los efectos adversos graves. Más de 300 ECA registrados están evaluando la eficacia de las vacunas de la covid-19, y esta revisión se actualiza periódicamente en la plataforma COVID-NMA (covid-nma.com).

Implicaciones para la práctica

Debido a las exclusiones de los ensayos, estos resultados no pueden extrapolarse a embarazadas, personas con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 ni personas inmunodeprimidas. La mayoría de los ensayos tuvieron un seguimiento corto y se llevaron a cabo antes de la aparición de variantes preocupantes.

Implicaciones para la investigación

Las investigaciones futuras deberían evaluar el efecto a largo plazo de las vacunas, comparar diferentes vacunas y programas de vacunación, evaluar la eficacia y seguridad de las vacunas en poblaciones específicas e incluir desenlaces como la prevención de la covid-19 persistente. También es fundamental mantener una evaluación continua de la eficacia y efectividad de las vacunas frente a las nuevas variantes preocupantes.

Contexto: La no adherencia a tratamientos antibióticos de pauta corta en niños puede conllevar el fracaso terapéutico y el desarrollo de microorganismos multirresistentes. Nuestro objetivo es proporcionar una estimación fiable sobre la adherencia al tratamiento en esta población. 

Métodos: Estudio observacional prospectivo, simple ciego, monitorizado electrónicamente, entre enero de 2018 y octubre de 2021. Se incluyeron pacientes de edad comprendida entre los 2 meses y los 5 años diagnosticados de infección bacteriana aguda que requerían una pauta corta (5-10 días) de antibiótico oral en monoterapia; y se les proporcionó un frasco de medicación monitorizado electrónicamente, que registra cada manipulación de la tapa. Los eventos principales a estudio fueron la adherencia, predefinida como la administración de >75% de las dosis prescritas; y la adecuada temporalidad de la adherencia, definida como la administración de >75% de las dosis prescritas en un +/-20% del periodo de tiempo establecido por la prescripción. 

Resultados: 100 niños (49 varones, edad media 1.87 años [0.2-5.1]) fueron incluidos en el análisis final. Únicamente 11 participantes recibieron todas las dosis recomendadas. La adherencia global fue de un 62%, mientras que la adecuada temporalidad de la adherencia fue 21%. Tras la aplicación de un modelo de regresión logística, el único factor con asociación significativa a la no adherencia fue el ser un padre soltero (odds ratio = 5.7; 95% intervalo de confianza [1.07-30.3]). Los facultativos que prescribieron el tratamiento sobreestimaron la adherencia, declarando que 49 de 62 (77.7%) de los participantes tendrían probablemente una buena adherencia. Los pacientes que predijeron tener una buena adherencia no resultaron tenerla con mayor probabilidad que aquellos que predijeron tener una mala adherencia (31/47 adherencia real en el grupo que predijo tener una buena adherencia vs 6/16, p =0.77).

Conclusiones: La adherencia a las pautas cortas de tratamiento antibiótico en infecciones bacterianas agudas es subóptima. Los médicos que prescribieron el tratamiento no fueron capaces de predecir la adherencia de sus pacientes. Estos datos son importantes a la hora de plantear las recomendaciones de duración de los tratamientos y de desarrollar programas de intervención para aumentar la adherencia. 

Contexto: Se han reportado asociaciones temporales entre la Enfermedad de Kawasaki (EK) y las vacunas en la infancia. Los datos que están disponibles sobre la EK tras las vacunas neumocócica 13-valente conjugada (PCV13) y del rotavirus son limitados. 

Métodos: Llevamos a cabo un estudio con modelo SCRI (Self-Controlled Risk Interval) usando el registro electrónico de datos de Vaccine Safety Datalink para investigar el riesgo de EK tras las vacunas PCV13 y del rotavirus en niños < 2 años nacidos entre los años 2006 y 2017. Los datos de todos los casos de hospitalización por EK, identificados mediante los códigos diagnósticos de la International Classification of Diseases, que presentaron el intervalo de riesgo predefinido (días +1-28 post-vacunación) o el de control (días +29-56 para la 1ª y 2ª dosis, y días +43-70 para la 3ª y 4ª dosis) fueron confirmados manualmente mediante la revisión de las tablas de datos. 

Resultados: Durante el periodo de estudio, se identificaron 655 casos de EK mediante los códigos diagnósticos de la International Classification of Diseases. De estos, se comprobó en las tablas de datos que 97 cumplían el intervalo de riesgo o el de control. En los análisis, el riesgo ajustado por edad de presentar EK tras cualquier dosis de PCV13 fue 0.75 (95% intervalo de confianza, 0.47-1.21). De la misma manera, el riesgo relativo ajustado por edad de presentar EK tras cualquier dosis de vacuna contra rotavirus fue 0.66 (95% IC, 0.40-1.09). Globalmente, no existe evidencia de que haya un riesgo mayor de EK tras una dosis de las vacunas PCV13 o del rotavirus. Además, no se identificó una agrupación de casos de EK estadísticamente significativa durante los días 1 a 70 post-vacunación. 

Conclusiones: La vacunación de PCV13 y rotavirus no se asociaron a un mayor riesgo de padecer EK en niños < 2 años. Nuestros resultados proporcionan evidencia adicional sobre la seguridad de estas vacunas. 

Introducción

La epidemia de bronquiolitis de otoño e invierno prácticamente desapareció durante el primer año de la pandemia de COVID-19.

Nuestros objetivos eran caracterizar la bronquiolitis durante el cuarto trimestre de 2020 y determinar el papel desempeñado por el virus SARS-CoV-2.

Métodos

Estudio multicéntrico prospectivo realizado en Madrid (España) entre los meses de octubre y diciembre de 2020, que incluyó a todos los niños ingresados con bronquiolitis aguda. Se recogieron los datos clínicos y se realizó una PCR múltiple para virus respiratorios.

Resultados

Se hospitalizó a treinta y tres pacientes con bronquiolitis durante el periodo del estudio: 28 correspondieron a rinovirus, 4 a SARS-CoV-2 y uno presentaba ambos tipos de infección. Las bronquiolitis por SAR-CoV-2 fueron comparables a las bronquiolitis por rinovirus, salvo por una estancia hospitalaria más corta. Se detectó una reducción significativa en la tasa de ingresos por bronquiolitis y no se aisló VSR.

Conclusión

Es raro que la infección por SARS-CoV-2 cause bronquiolitis aguda y no se asocia a una evolución clínica grave. Durante la pandemia de COVID-19 se produjo un descenso pronunciado de los casos de bronquiolitis.

Bibliografía Noviembre 2022

TOP Ten

Estimar el riesgo de recurrencia de eventos adversos posteriores a la inmunización (AEFI) tras la revacunación y determinar entre los pacientes con sospecha de alergia a la vacuna si la positividad de la prueba cutánea de alergia se asoció con la recurrencia de AEFI.

Diseño del estudio Este estudio observacional prospectivo incluyó pacientes evaluados en la Red Canadiense de Clínicas Especiales de Inmunización de 2013 a 2019 con AEFI que requirieron revacunación con la vacuna temporalmente asociada con su AEFI. Los participantes se sometieron a una evaluación y recopilación de datos estandarizada. Los médicos de la Clínica Especial de Inmunización utilizaron directrices para informar sus recomendaciones. Se realizó un seguimiento de los participantes después de la revacunación para detectar recidivas de la AEFI. Los datos se transfirieron a una base de datos central para su análisis descriptivo.

Resultados En total, se evaluaron 528 participantes con 627 AEFI; 570 (91%) AEFI se produjeron en niños menores de 18 años. Las IEAF incluyeron hipersensibilidad inmediata (130/627; 21%), reacciones locales importantes (110/627; 18%), erupción cutánea no urticarial (51/627; 8%), convulsiones (26/627; 4%) y trombocitopenia (11/627; 2%). Se recomendó la revacunación a 513 de 588 (87%) participantes. Entre los participantes a los que se recomendó y debía revacunarse durante el periodo de estudio, se revacunó al 63% (299/477). La recurrencia de AEFI fue del 10% (31/299) en general, del 31% (15/49) en el caso de reacciones locales importantes y del 7% (5/66) en el caso de hipersensibilidad inmediata. Ninguna recurrencia fue grave. Entre los 92 participantes con sospecha de alergia a la vacuna que se sometieron a pruebas cutáneas y fueron revacunados, el valor predictivo negativo de las pruebas cutáneas para la recurrencia de IEAF fue del 96% (IC del 95%: 92,5%-99,5%).

Conclusiones La mayoría de las personas con IEAF fueron revacunadas de forma segura. Entre aquellos con sospecha de alergia a la vacuna, las pruebas cutáneas pueden ayudar a determinar la seguridad de la revacunación.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Objetivos: El objetivo del estudio fue comparar el fracaso del tratamiento antibiótico y las tasas de recurrencia entre agentes antibióticos (amoxicilina, amoxicilina-clavulanato, cefdinir y azitromicina) para niños con otitis media aguda (OMA) no complicada.

Diseño del estudio: completamos un estudio de cohorte retrospectivo de niños de 6 meses a 12 años de edad con OMA no complicada identificada en una base de datos de reclamos a nivel nacional. La exposición primaria fue el agente antibiótico y los resultados primarios fueron el fracaso del tratamiento y la recurrencia. Se utilizó la regresión logística para estimar los OR y los análisis se estratificaron por exposición primaria, edad del paciente y duración del antibiótico.

Resultados: De los 1 051 007 niños incluidos en el análisis, al 56,6% se les prescribió amoxicilina, al 13,5% amoxicilina-clavulánico, al 20,6% cefdinir y al 9,3% azitromicina. La mayoría de las recetas (93 %) eran para 10 días y el 98 % se surtieron en el plazo de 1 día desde el encuentro médico. El fracaso del tratamiento y la recurrencia ocurrieron en el 2,2 % (IC del 95 %: 2,1, 2,2) y el 3,3 % (3,2, 3,3) de los niños, respectivamente. Las tasas combinadas de fracaso y recurrencia fueron bajas para todos los agentes, incluida la amoxicilina (1,7%; 1,7, 1,8), amoxicilina-clavulánico (11,3%; 11,1, 11,5), cefdinir (10,0%; 9,8, 10,1) y azitromicina (9,8%; 9,6). , 10.0).

Conclusiones: A pesar de los cambios microbiológicos en la etiología de la OMA, el fracaso del tratamiento y la recurrencia fueron poco comunes para todos los agentes antibióticos y fueron menores para la amoxicilina que para otros agentes. Estos hallazgos respaldan el uso continuado de amoxicilina como agente de primera línea para la OMA cuando se recetan antibióticos.

En conclusión, las POCT pueden integrarse en el diagnóstico rutinario en los SU pediátricos, donde deben tomarse decisiones clínicas rápidas. Sin embargo, debe evitarse la realización de procedimientos diagnósticos que en última instancia no influyen en la toma de decisiones clínicas. Además de su impacto en términos de precisión diagnóstica, tanto las pruebas de patógenos como los biomarcadores tienen el potencial de afectar positivamente a resultados como la duración de la estancia o el tratamiento antibiótico, contribuyendo así a los esfuerzos de uso racional de antimicrobianos. Sigue habiendo una necesidad sustancial de más estudios prospectivos y controlados, especialmente sobre los biomarcadores del huésped y su impacto en los resultados clínicamente relevantes en los SU pediátricos, tanto en entornos de altos como de bajos recursos.

Effect of Point-of-Care Testing for Respiratory Pathogens on Antibiotic Use in Children: A Randomized Clinical Trial. JAMA Netw Open. 2022;5:e2216162.

Pregunta

Entre los niños que acuden al departamento de emergencias (ED) con síntomas respiratorios, ¿cuál es la eficacia clínica de la PCR múltiplex para patógenos respiratorios (RPP) en el punto de atención (POC), en comparación con ninguna prueba, en la prescripción de antibióticos?

Diseño

Ensayo controlado aleatorizado no ciego.

Ajuste

El servicio de urgencias pediátricas del Hospital Universitario de Oulu, Finlandia.

Participantes

≤17 años con fiebre y/o signos o síntomas respiratorios.

Intervención

POC RPP frente a la atención habitual en el servicio de urgencias.

Resultados

Prescripción de antibióticos.

Resultados principales

La prueba de RPP múltiplex POC no afectó la prescripción de antibióticos en el DE: cociente de riesgos, 0,96 (IC del 95 %, 0,79-1,16).

Conclusiones

La prueba POC RPP no afectó el comportamiento de decisión de antibióticos.

Comentario

Con la disponibilidad ampliada de diagnósticos moleculares multiplex para patógenos respiratorios, ha habido mucho entusiasmo sobre su potencial para mejorar la administración antimicrobiana. Hasta la fecha, este impacto no se ha establecido definitivamente.1,2En este ensayo aleatorizado bien diseñado realizado antes de la pandemia del SARS-CoV-2, los autores no encontraron diferencias en las recetas de antibióticos o la utilización de la atención médica entre los participantes que se sometieron a la prueba POC RPP y los que recibieron atención estándar. Las advertencias clave incluyen a) el uso frecuente de proteína C reactiva POC, que puede informar las decisiones de tratamiento con antibióticos según las pautas finlandesas3; b) baja tasa inicial de prescripción de antibióticos; yc) uso frecuente de multiplex RPP entre los controles. De todos modos, los hallazgos del estudio son importantes porque sugieren que la implementación POC de pruebas multiplex RPP en el ED no es rentable. Es posible que los resultados de la prueba no brinden ningún beneficio incremental para la toma de decisiones del proveedor cuando ya están respaldados por pruebas rápidas de influenza y RSV (y, más recientemente, SARS-CoV-2). Sin embargo, si bien la prueba POC multiplex RPP no parece beneficiosa cuando se usa en el servicio de urgencias pediátrico, se debe tener cuidado al extrapolar estos hallazgos a otros escenarios clínicos, ya que los ensayos aún pueden ser útiles para la administración de antimicrobianos, el control de infecciones o fines de salud pública.

La tos ferina es un problema de salud pública mundial. Muchos países han informado sobre una emergencia de enfermedad a pesar de los programas de vacunación bien establecidos. 1 Este aumento de la incidencia se ha atribuido a varios factores como una disminución de la inmunidad a lo largo del tiempo, un aumento de la detección al introducir las pruebas PCR en el diagnóstico, cambios antigénicos en Bordetella pertussis que permitirían escapar de la inmunidad vacunal y un cambio en la vacunación programas desde la vacuna de células enteras hasta la vacuna acelular. 2

En España la vacunación contra la tos ferina se introdujo en la década de 1960. De acuerdo con la epidemiología de la enfermedad y la disponibilidad de vacunas se han ido introduciendo algunos cambios en el calendario a lo largo del tiempo. En 1998, la vacuna acelular comenzó a reemplazar a la vacuna contra la tos ferina de células enteras y en 2005 la vacuna acelular la reemplazó por completo. Desde 2017, el calendario del programa de vacunación contra la tos ferina incluye dos dosis primarias a los 2 y 4 meses de edad, un primer refuerzo a los 11 meses y un segundo refuerzo a los 6 años con vacuna tetravalente (DTPa-IPV). 3

En España, las coberturas de vacunación contra la tos ferina se han mantenido muy altas en las últimas décadas, por encima del 95% para las dosis primarias y entre el 93% y el 95% para el primer refuerzo. 4 Sin embargo, los informes muestran un aumento constante en la incidencia de la tos ferina durante los cuatro períodos epidémicos descritos en los últimos veinte años (2002–2005; 2006–2009; 2010–2013; 2014–2019). Desde la tasa de incidencia más baja jamás registrada (alrededor de 1 caso por 100.000 habitantes) en 2002-2005, la tos ferina experimentó un fuerte aumento, alcanzando 7,3 casos por 100.000 habitantes en el período 2010-2013 y alcanzando hasta 19,9 casos por 100.000 habitantes en 2015 ( período epidémico 2014-2019). 5 , 6

Las hospitalizaciones por tos ferina muestran un patrón epidémico similar al de incidencia pero más estable. Los niños menores de un año, especialmente los menores de 2 meses, tienen las tasas más altas de hospitalización por tos ferina y también han experimentado un aumento constante en las últimas dos décadas. La tasa anual de hospitalizaciones por tos ferina en lactantes menores de 3 meses fue de 615 por 100 000 habitantes en el período epidémico 2010-2013, y alcanzó un máximo de 880 hospitalizaciones por 100 000 habitantes en 2015 (período epidémico 2014-2019). 6

Un estudio en Cataluña y Navarra encontró que el 14,9% de los casos de tos ferina fueron hospitalizados, de los cuales el 91% tenían < 6 meses. 7 En España el 59,5% de las hospitalizaciones por tos ferina, corresponden a menores de 3 meses, y el 91,7% a menores de un año de vida. 6 Los contactos del hogar, especialmente madres y hermanos, fueron la fuente de infección en la mayoría de los casos. 8 Entre 2000 y 2006 el promedio nacional de muerte por tos ferina fue de 1 muerte por año; entre 2007 y 2015 las defunciones ascendieron a 5,1 por año, mientras que en el período 2016-2019 las defunciones anuales por tos ferina descendieron a 2,5, todas ellas en recién nacidos menores de 3 meses. 6 , 9

En respuesta a este aumento de la tos ferina, en 2015, el Consejo del Sistema Nacional de Salud recomendó una dosis única de vacuna contra la tos ferina acelular (dTpa en cada embarazo) en mujeres embarazadas entre 27 y 36 semanas de gestación para proteger a los recién nacidos 10 siguiendo recomendaciones similares en los Estados Unidos y el Reino Unido. 11 regiones españolas comenzaron a implantar la vacunación en el embarazo a lo largo de 2014 y 2015 de manera que a principios de 2016 todas las regiones tenían disponible la vacunación contra la tos ferina en el embarazo. 9 La cobertura nacional de vacunación en el embarazo es alta, oscilando entre 80,1 % y 83,6 % en 2016-2019. 4

La base de esta intervención se basa en la evidencia de la transferencia transplacentaria de anticuerpos maternos. 12 Una dosis de vacuna contra la tos ferina durante el embarazo mejora los niveles de anticuerpos maternos y, por lo tanto, debe ofrecer protección pasiva al recién nacido en las primeras semanas de vida, antes de iniciar el calendario de vacunación primaria infantil a los 2 meses de edad. 12 La estrategia brinda el beneficio adicional de proteger a la madre contra la infección por tos ferina, lo cual es importante ya que las madres pueden ser una fuente de infección para los bebés. 13La recomendación de vacunación durante el embarazo se hizo con evidencia limitada y, aunque algunos estudios sugirieron una alta efectividad de la vacunación contra la tos ferina durante el embarazo, se recomiendan estudios posteriores a la implementación para evaluar la efectividad y el éxito a largo plazo de la estrategia. 14

Estudios recientes en España, incluidos los estudios publicados en este número de EIMC 15 , 16 , muestran un alto impacto de la vacunación materna contra la tos ferina en la tasa de hospitalización por tos ferina en lactantes. El artículo de Botia et al. 15 muestra una importante reducción del riesgo de hospitalización en niños menores de 2 meses y el estudio de Leon-Morillo et al. dieciséissugiere una reducción de los casos y la gravedad de la tos ferina en niños menores de 6 meses. La tasa nacional de hospitalización entre los bebés menores de 3 meses se redujo de manera drástica y constante a lo largo del período posterior a la vacunación (2016-2019): en 2019, la tasa de hospitalización (161 por cada 100 000 habitantes) fue más de cinco veces menor que la tasa de hospitalización ( 880 por 100.000) alcanzado en 2015.6

Otros estudios epidemiológicos habían demostrado una alta eficacia vacunal (VE) de la vacunación materna para reducir el riesgo de tos ferina en los dos primeros meses de vida. Amirthalingam et al. 17 con el método de tamizaje encontraron una VE del 90% en menores de 2 meses. Utilizando un diseño de estudio de casos y controles, Bellido et al. 18 y Godoy et al. 19 encontraron una VE estimada de 90,9%, de 88,0% respectivamente.

Revisiones sistemáticas recientes sobre la seguridad y la eficacia de la vacunación contra la tos ferina acelular durante el embarazo concluyen que la vacunación materna tiene una relación riesgo-beneficio positiva en general. 20 La eficacia en la prevención de la tos ferina en lactantes de <2–3 meses de edad fue consistentemente alta (69–93 %): alrededor del 70–90 % de la enfermedad de tos ferina y hasta el 90,5 % de las hospitalizaciones por tos ferina en lactantes menores de 3 meses de edad pueden evitado 21

En cuanto al momento ideal de la vacunación materna, algunos estudios han reportado una disminución de la VE con el aumento de las semanas de gestación al momento de la vacunación y una mayor concentración de anticuerpos en hijos de madres vacunadas en la primera parte del tercer trimestre. Se han observado concentraciones más altas y mayor avidez de anticuerpos en el suero de cordón de recién nacidos de madres vacunadas entre las 27-30 semanas de gestación en comparación con madres vacunadas después de las 30 semanas de gestación. 22

A la luz de estos hallazgos se adelantó en España el momento de la vacunación en el embarazo; desde 2020 se recomienda administrar una dosis de dTpa a partir de la semana 27 y preferentemente en la semana 27 o 28 3 , 10

El efecto de la vacunación materna en la reducción de la transmisión en el hogar también es consistente con estudios que indican que la transmisión de la tos ferina ocurre principalmente en el hogar 8 y que la madre y los hermanos son una fuente potencial de infección para los recién nacidos. 13 Además, un estudio reciente en España muestra que tener una madre inmigrante y tener un hermano en edad escolar aumenta el riesgo de tos ferina. 19Tener una madre inmigrante puede ser un marcador de riesgo en comunidades con mayor riesgo de tos ferina, debido a la menor cobertura de vacunación en el embarazo y la exposición a casos de tos ferina. Los informes han asociado tener un hermano en edad escolar con la transmisión en el hogar. En un estudio sobre el riesgo de tos ferina en el hogar, los hermanos de los casos de tos ferina fueron identificados como los convivientes con mayor riesgo. 8

Todos estos estudios brindan evidencia sólida para ayudar a las madres embarazadas y a los profesionales de la salud a tomar decisiones informadas sobre la conveniencia de la vacunación durante el embarazo, lo cual es importante porque se ha demostrado que el asesoramiento de los profesionales de la salud sobre la vacunación materna durante el embarazo es el factor más importante para mejorar la vacunación. coberturas 23

Las medidas no farmacológicas tomadas para reducir la transmisión durante la pandemia de COVID-19 pueden haber tenido un impacto significativo en la reducción de infecciones respiratorias por virus y bacterias. En el estudio de Leon-Morillo et al. 16 , no se observaron casos de tos ferina durante el primer año de pandemia y sugiere la potencial utilidad de estas medidas para prevenir casos en el hogar, especialmente si hay recién nacidos con riesgo de desarrollar tos ferina. Este tema alentaría estudios más detallados en el futuro.

En conclusión, la mayoría de los estudios muestran una alta VE de la vacunación materna contra la tos ferina para proteger a los niños menores de 2 meses. Vivir con hermanos en edad escolar es un factor de riesgo para la tos ferina en niños menores de 2 meses. Las vacunas tienen buena aceptación por parte de la población en España, pero todavía hay margen de mejora en la cobertura de la vacunación dTpa durante el embarazo. Las vacunas contra la tos ferina son seguras y protectoras; las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños deben recibir oportunamente las dosis programadas para prevenir la tos ferina grave entre los recién nacidos. Debe promoverse el desarrollo de nuevas vacunas con una protección más duradera.

La recomendación de la vacunación frente a la tosferina en embarazadas se instauró en Cataluña en febrero del 2014. El objetivo del presente estudio fue comparar la tasa de hospitalización por tosferina en niños menores de un año de edad antes y después de la implantación del programa de vacunación.

Métodos. Estudio observacional y retrospectivo de pacientes menores de un año ingresados con diagnóstico de tosferina. Se comparó la tasa de hospitalización del periodo previo al programa de vacunación (2008-2013) con la del periodo con programa de vacunación (2014-2019) en el total de menores de un año y en 2subgrupos: en menores de 3 meses y en lactantes de 3 a 11 meses.

Resultados. La tasa de hospitalización fue significativamente menor en el periodo con programa de vacunación en menores de un año y en menores de 3 meses (2,43 vs. 4,72 por 1.000 personas-año y 6,47 vs. 13,11 por 1.000 personas-año, respectivamente). Las razones de tasas entre períodos fueron: 0,51 (IC del 95%, 0,36-0,73) para los menores de un año; 0,49 (IC del 95%, 0,32-0,75) para los menores de 3 meses y 0,56 (IC del 95%, 0,30-1,03) para los de 3-11 meses. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en la gravedad de los cuadros clínicos de los pacientes entre ambos periodos.

Conclusión. La instauración del programa de vacunación contra la tosferina en embarazadas se ha asociado a una menor tasa de hospitalización por tosferina de forma global en los menores de un año de edad y específicamente en los menores de 3 meses.

La tosferina ha aumentado su incidencia y severidad especialmente en lactantes, por lo que la vacunación de la embarazada se ha introducido como estrategia preventiva. La pandemia de la COVID-19 parece haber disminuido la incidencia de distintas enfermedades respiratorias.

Métodos. Estudio retrospectivo entre 2012-2021, analizando la influencia de la vacunación de la embarazada y del primer año de la pandemia de la COVID-19 en los casos de tosferina.

Resultados. Se incluyeron 960 pacientes de atención primaria y hospitalaria con sospecha de tosferina, con 130 casos diagnosticados (104 niños y 26 adultos). En el periodo posvacunal, se observó una disminución de casos y de severidad de la tosferina en niños menores de 6 meses y de los diagnósticos en mujeres adultas. No se detectó ningún paciente con tosferina durante el periodo de la COVID-19.

Conclusión. Tanto la vacunación de la embarazada como el primer año de la pandemia de la COVID-19 han disminuido significativamente los casos de tosferina.

Durante los últimos años ha habido un aumento en la aparición de resistencias antimicrobianas, lo cual supone un grave problema de salud pública. El mal uso de antimicrobianos es un factor determinante en su desarrollo. La población pediátrica no queda exenta de dicha problemática ya que la prescripción de antibióticos en pediatría es elevada, y en muchas ocasiones inadecuada.

La incorporación de los programas de optimización de uso de antimicrobianos (PROA) ha resultado ser una medida crucial para disminuir el riesgo en la aparición de resistencias antibióticas. A nivel internacional se reconoce la necesidad de crear PROA específicos en pediatría (PROA-P) debido a las diferencias existentes entre pacientes adultos y pediátricos en referencia a las infecciones, así como al abordaje tanto diagnóstico como terapéutico de las mismas. Por esta misma razón, los PROA-P deben ser programas multidisciplinares liderados por especialistas en infecciones pediátricas y trabajar con indicadores específicos pediátricos (DOT, patrones de sensibilidad antibiótica de población pediátrica, indicadores clínicos…), que permitan detectar puntos de mejora y establecer estrategias dirigidas eficaces. Por otro lado, es imprescindible el apoyo y liderazgo por parte de las distintas sociedades científicas implicadas.

El objetivo de este documento es dar a conocer el posicionamiento de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) sobre la implementación de los PROA pediátricos hospitalarios en nuestro territorio, así como aportar herramientas que ayuden en la aplicación de dichos programas en los diferentes hospitales de las distintas regiones sanitarias del país.

Casos clínicos

Un niño sano de 4 años presentó una lesión anular, eritematosa, escamosa y seca en la cara. La lesión estaba bien delimitada, con pústulas superficiales en un borde externo elevado y un centro pálido (Figura 1). Había antecedentes de contacto estrecho con perros y gatos. El niño había sido diagnosticado de eczema y recibía glucocorticoides tópicos, que agravaron la lesión y provocaron la formación de pústulas observadas en la dermatoscopia (figura 2). El examen microscópico directo de los raspados de la cara reveló numerosas hifas septadas endothrix bajo tinción con blanco de calcoflúor (Figura 3). El cultivo de hongos fue positivo para Trichophyton mentagrophyte. Las lesiones se resolvieron completamente tras 4 semanas de tratamiento con terbinafina oral 125 mg/día.

Un lactante varón de 4 semanas de edad presentó 5 días de erupción facial con costras de miel (figura A). Fue ingresado en un hospital infantil local para iniciar tratamiento. Los intentos iniciales de colocación de vías intravenosas desencadenaron el signo de Nikolsky, con exfoliación de la piel en los lugares de presión lateral en los pies del paciente (Figura, B). Durante los 2 días siguientes, la descamación de la piel progresó en las piernas y el torso. En un frotis facial creció abundante Staphylococcus aureus sensible a la meticilina (MSSA), lo que apoyó el diagnóstico de impétigo neonatal local con síndrome de piel escaldada estafilocócica (SSSS) diseminado y mediado por toxinas. Se inició un tratamiento específico del MSSA con oxacilina. El lactante completó un tratamiento antibiótico de 10 días con resolución completa de los síntomas.

Este caso ilustra la relación entre la infección localizada por Staphylococcus aureus (impétigo) y el SSSS, que es consecuencia de los efectos sistémicos de las toxinas exfoliativas A o B. Las lesiones con costras de miel, especialmente las lesiones periorales, son una característica distintiva del impétigo neonatal, que es consecuencia de la infección localizada y la producción de toxinas por S aureus.1 Las toxinas exfoliativas A y B producidas por S. aureus pueden viajar a través del torrente sanguíneo a zonas distantes y provocar la exfoliación de la piel, como se observa en el SSPA.2 Las toxinas estafilocócicas ya se relacionaron con la fisiopatología del síndrome de la piel de naranja en 1970, cuando se demostró que los estafilococos cumplían los postulados de Koch en un modelo murino neonatal de síndrome de la piel de naranja.3 Estas toxinas son proteasas de serina que escinden la desmogleína-1,4 una proteína necesaria para la adhesión entre queratinocitos en el estrato granuloso de la piel.5 La alteración de la desmogleína-1 da lugar a grandes parches de descamación de la piel y a la presencia del signo de Nikolsky, en el que una fuerza de cizallamiento provoca la separación de la epidermis y la creación de una erosión.6 El MSSA está implicado en la mayoría de los casos de SSSS probados mediante cultivo en EE. UU., con una pequeña minoría de casos de MRSA.7,8

Rara vez se ha informado osteomielitis por fiebre Q en niños. Esta infección tiene una fisiopatología poco clara y se desconoce la terapia óptima. Presentamos el caso de una niña de 2 años con osteomielitis multifocal recurrente por Coxiella burnetti : fémur, metatarsiano, cuneiforme y calcáneo. Destacamos el complicado diagnóstico y manejo de este caso y la importancia de considerar fiebre Q en niños con osteomielitis multifocal crónica-recurrente.

La enfermedad de manos, pies y boca (EMPB) es una erupción febril frecuente en la infancia causada por enterovirus (EV): Coxsackie A16 (CA16), EV A71, Coxsackie A6, Coxsackie B y virus Echo.1 Recientes informes de los medios de comunicación del estado indio de Kerala han destacado casos de “gripe del tomate” en niños pequeños, descrita como una enfermedad febril eruptiva con lesiones cutáneas redondas y rojas de aspecto similar a los tomates.2 Aquí describimos un caso de “gripe del tomate”, que nos remitió su médico de familia.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Una niña de 16 meses fue remitida a nuestro hospital con un tumor de la pared torácica que había aumentado de tamaño recientemente. No era vulnerable a la infección y ni ella ni su familia habían tenido contacto con nadie diagnosticado de tuberculosis. Había recibido una vacuna de bacilo de Calmette-Guérin (BCG) (Mycobacterium bovis BCG cepa Tokio-172) administrada percutáneamente en el brazo izquierdo mediante el método de multipunción a la edad de 2 días en Bangkok, Tailandia. En el momento de la presentación, la niña estaba afebril y no presentaba síntomas respiratorios. La exploración física reveló una masa blanda (3×3 cm) con un margen claro y sin decoloración en el esternón derecho. No había linfadenopatías.

Una joven de 18 años de edad, previamente sana, acudió a la consulta externa de pediatría con una historia aguda de erupción cutánea en las extremidades inferiores de piernas, tobillos y pies, con reciente extensión a los brazos. Posteriormente desarrolló dolor abdominal importante, dolor articular y hematuria. Los hallazgos de la exploración física mostraban una discreta erupción purpúrica palpable sin manchas en las extremidades superiores (figura 1) e inferiores (figura 2) bilaterales, con múltiples lesiones vesiculobullosas hemorrágicas intactas y rotas en piernas y tobillos. Se sospechó una vasculitis por inmunoglobulina A (IgAV; anteriormente púrpura de Henoch Schönlein), pero el importante aspecto bulloso llevó a confusión clínica. Se obtuvo una biopsia cutánea, que demostró un depósito capilar de IgA, lo que confirmó el diagnóstico. Se inició el tratamiento con prednisona 80 mg/día para los síntomas graves, y todos los síntomas se resolvieron por completo en el plazo de un mes sin recurrencia ni complicaciones a largo plazo durante los meses siguientes.

La IgAV es la vasculitis sistémica infantil más frecuente. Se calcula que la incidencia mundial anual es de 10-20 casos por cada 100 000 niños. Puede observarse a cualquier edad, incluida la edad adulta, pero es más frecuente en la infancia, con una incidencia máxima entre los 4 y los 7 años de edad.1 La presentación suele ser aguda, y el diagnóstico debe basarse en el hallazgo de púrpura palpable en presencia de una tríada clásica de dolor abdominal, artritis o artralgia y afectación renal. La erupción purpúrica palpable no trombocitopénica comienza casi exclusivamente en las extremidades inferiores y las nalgas (Figura 3). En raras ocasiones, la erupción puede progresar hasta afectar a las extremidades superiores o evolucionar a lesiones ampollosas hemorrágicas.2 En pacientes con una presentación inusual o incompleta, la biopsia del órgano afectado puede confirmar el depósito histológico de IgA. La mayoría de los casos de IgAV son autolimitados, con un pronóstico excelente en el primer mes, pero pueden producirse episodios recurrentes en aproximadamente el 25% de los pacientes.3 Puede ser necesario un tratamiento durante la fase aguda para las secuelas graves de vasculitis gastrointestinal o renal. La afectación renal con nefritis por IgAV es la complicación más grave y está relacionada con la morbilidad y mortalidad a largo plazo, representando ∼1%-2% de todas las enfermedades renales infantiles terminales.4 Por lo tanto, todos los pacientes con IgAV deben someterse a un seguimiento renal activo durante al menos 6-12 meses después del episodio agudo con análisis de orina rutinarios y controles de la presión arterial.5,6 Cabe destacar que la presencia de lesiones bullosas no parece estar asociada con una enfermedad extracutánea más grave.2

Un niño de 18 meses acudió a nuestro servicio con una erupción cutánea que se extendía desde la parte superior del brazo izquierdo hasta el pulgar. Era un niño inmunocompetente que no tenía antecedentes de varicela ni había estado en contacto con ningún paciente con varicela o herpes zóster. Nueve días antes de la aparición de la erupción, había recibido una primera dosis de vacuna viva atenuada contra la varicela (vacuna Oka; vOka) en la parte superior del brazo izquierdo. La exploración física reveló múltiples vesículas con eritema desde la parte superior del brazo izquierdo hasta el pulgar, distribuidas a lo largo del dermatoma C6 (Figura, A y B ). No había fiebre ni erupción generalizada. La prueba inmunocromatográfica rápida del antígeno del virus varicela-zóster (Derma-quick, Maruho) de las ampollas fue positiva. Se diagnosticó una erupción cutánea similar al zóster inducida por la vacuna de la varicela. El aciclovir oral 750 mg/día mejoró rápidamente la erupción cutánea en 4 días.

Para identificar si este virus de la varicela-zóster era del tipo salvaje o de la cepa vOka, recogimos costras del lugar de administración en la parte superior del brazo izquierdo y en la parte distal de la mano. Se extrajo ADN y se analizaron polimorfismos de un solo nucleótido en la región 62 del marco de lectura abierto, demostrando que ambas muestras coincidían con la cepa vOka.

Las cepas vOka raramente causan erupciones cutáneas similares al zóster (también conocidas como herpes zóster) tras la administración de la vacuna viva atenuada contra la varicela. Se ha informado de que la frecuencia de la erupción cutánea es de 0,7-2,1/100 000 dosis de la vacuna contra la varicela.1,2 Aproximadamente la mitad de estos casos presentan erupción cutánea similar al zóster en el lugar de vacunación, lo que implica una infección directa desde el lugar de inoculación a las neuronas periféricas subyacentes como posible mecanismo patogénico. El intervalo medio entre la vacunación y la aparición de la erupción cutánea similar al zóster es de 154-219 días.1, 2, 3 Este caso es extremadamente raro y educativo, ya que la inoculación de la cepa vOka puede causar inmediatamente una erupción cutánea similar al zóster en un receptor inmunocompetente.

 

La miocarditis aguda es una enfermedad inflamatoria del miocardio potencialmente mortal causada principalmente por infecciones virales. En las miocarditis virales el daño puede producirse por toxicidad directa del virus (virus-mediada) o por la respuesta desencadenada por la infección viral (inmunomediado). Los virus Coxsackie suelen producir miocarditis mediada por virus, ya que la replicación viral causa un daño miocárdico directo1.

Existen lagunas de conocimiento críticas en lo referente al diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la miocarditis. El objetivo del presente artículo es describir la presentación clínica de la miocarditis causada por el virus Coxsackie y su evolución.

El virus Coxsackie es uno de los agentes causales de miocarditis más frecuentes en la infancia. En un período de 14 años (de abril de 2007 a septiembre de 2021) se detectaron 5 casos de miocarditis por el virus Coxsackie confirmados por reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en muestras de sangre de un total de 55 casos de miocarditis viral, de manera que el virus Coxsackie fue el segundo agente causal más frecuente en la muestra tras el parvovirus B19.

Los casos se produjeron en 4 neonatos (edad mediana: 16,5 días; rango: 8-24) y un lactante de 10 meses de edad. Las características demográficas y clínicas de la muestra se presentan en la tabla 1.

Para ampliar

Objetivos. Evaluar la frecuencia y gravedad de los nuevos casos de diabetes tipo 2 de inicio juvenil en EE.UU. durante el primer año de la pandemia en comparación con la media de los 2 años anteriores.

Diseño del estudio. Multicéntrico (n = 24 centros), hospitalario, revisión retrospectiva de historias clínicas. Se incluyeron jóvenes de ≤21 años con diabetes tipo 2 recién diagnosticada entre marzo de 2018 y febrero de 2021, índice de masa corporal ≥85 percentil y autoanticuerpos pancreáticos negativos. Se compararon los datos demográficos y clínicos, incluidos los números de casos y la frecuencia de descompensación metabólica, entre los grupos.

Resultados. Se evaluó a un total de 3113 jóvenes (media [DE] 14,4 [2,4] años, 50,5% mujeres, 40,4% hispanos, 32,7% negros, 14,5% blancos no hispanos). Los nuevos casos de diabetes tipo 2 aumentaron un 77,2% en el año durante la pandemia (n = 1463) en comparación con la media de los 2 años anteriores, 2019 (n = 886) y 2018 (n = 765). La probabilidad de presentar descompensación metabólica y cetoacidosis diabética grave también aumentó significativamente durante la pandemia.

Conclusiones. La carga de diabetes tipo 2 de reciente diagnóstico en jóvenes aumentó significativamente durante la pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019, lo que provocó una enorme presión sobre los proveedores de atención médica de diabetes pediátrica, los pacientes y las familias. No está claro si el aumento fue causado por la infección de la enfermedad por coronavirus 2019, o simplemente asociado con los cambios ambientales y los factores de estrés durante la pandemia. Se necesitan más estudios para determinar si este aumento se limita a los EE. UU. y si persistirá en el tiempo.

OBJETIVOS. Los brotes de gastroenteritis aguda (AGE, por sus siglas en inglés) ocurren comúnmente en entornos de congregación, incluidas escuelas y guarderías. Estos brotes interrumpen las instituciones, provocando ausencias y cierres temporales de instalaciones. Este estudio analizó la epidemiología de los brotes de GEA en escuelas y guarderías en los Estados Unidos.

MÉTODOS. Analizamos los brotes de AGE que ocurrieron en escuelas desde jardín de infantes hasta el grado 12 y en guarderías informados a través del Sistema Nacional de Informes de Brotes en los Estados Unidos de 2009 a 2019 y comparamos esta información con los datos de 2020. Las características de los brotes y los casos se compararon mediante la prueba de suma de rangos de Kruskal-Wallis, la prueba de bondad de ajuste de la χ 2 y la prueba exacta de Fisher.

RESULTADOS. De 2009 a 2019, hubo 2623 brotes en escuelas, 1972 en guarderías y 38 en escuelas y guarderías. Los brotes escolares fueron mayores (mediana, 29 casos) que los brotes en guarderías (mediana, 10 casos). Los brotes en guarderías fueron más prolongados (mediana, 15 días) que los brotes escolares (mediana, 9 días). Norovirus (2383 brotes; 110 190 enfermedades) y Shigella spp. (756 brotes; 9123 enfermedades) fueron las etiologías más reportadas. El norovirus fue la principal etiología en las escuelas; norovirus y Shigella spp. fueron etiologías dominantes en las guarderías. La mayoría de los brotes (85,7 %) se propagaron por contacto de persona a persona. En 2020 se notificaron 123 brotes, el 85% en el primer trimestre.

CONCLUSIONES. Las escuelas y los centros de cuidado infantil son escenarios comunes de brotes de AGE en los Estados Unidos. La mayoría de los brotes fueron causados ​​por norovirus y Shigella spp. y propagarse a través de la transmisión de persona a persona. Se informaron menos brotes en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. Los esfuerzos de prevención y control deben centrarse en interrumpir la transmisión, incluida la desinfección ambiental, el lavado de manos adecuado, el cambio de pañales seguro y la exclusión de personas enfermas.

OBJETIVO. Los niños pequeños corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la gripe. Se comparó la seguridad e inmunogenicidad de una vacuna antigripal tetravalente inactivada de base celular (QIVc) con una vacuna autorizada en EE.UU. (QIV) en niños de 6 a 47 meses de edad.

MÉTODOS. Se realizó un estudio multicéntrico de fase 3, aleatorizado, ciego a los observadores y controlado por comparadores durante la temporada de gripe 2019-2020 del hemisferio norte. Los niños fueron aleatorizados 2:1 a QIVc o QIV y recibieron 1 o 2 dosis de la vacuna, dependiendo del historial de vacunación antigripal. Se evaluó la seguridad durante 180 días después de la última vacunación y se recogieron sueros antes y 28 días después de la última vacunación para medir los títulos de anticuerpos en ensayos de inhibición de la hemaglutinación y microneutralización. Los criterios de no inferioridad se cumplieron si los límites superiores del intervalo de confianza (IC) del 95% de dos caras para la relación de títulos media geométrica (QIV:QIVc) no superaban 1,5 y para la diferencia de la tasa de seroconversión (QIV-QIVc) no superaban el 10% para las 4 cepas víricas.

RESULTADOS

La inmunogenicidad se evaluó en 1092 sujetos QIVc y 575 QIV. Se cumplieron los criterios de éxito para todas las cepas vacunales. La media geométrica de los títulos (límite superior, IC del 95%) fue A/H1N1, 0,73 (0,84); A/H3N2, 1,04 (1,16); B/Yamagata, 0,73 (0,81); y B/Victoria, 0,88 (0,97). Las diferencias de seroconversión (límite superior IC 95%) fueron -11,46% (-6,42), 3,13% (7,81), -14,87% (-9,98) y -5,96% (-1,44) para A/H1N1, A/H3N2, B/Yamagata y B/Victoria, respectivamente. Las tasas de acontecimientos adversos fueron similares entre los 2 grupos, sin ningún acontecimiento adverso grave relacionado con la vacunación.

CONCLUSIONES. La vacuna QIVc fue bien tolerada y las respuestas inmunitarias fueron similares a las de la vacuna QIV autorizada en EE.UU. en niños de 6 a 47 meses de edad.

Los resultados de este estudio prospectivo multicéntrico sobre la exactitud de las pruebas diagnósticas indican que las pruebas moleculares de muestras de saliva oral para detectar el SRAS-CoV-2 en niños son una alternativa exacta y menos invasiva a las pruebas moleculares de frotis nasofaríngeos/orofaríngeos.

Objetivos Evaluar el rendimiento de la PCR de transcripción inversa (RT-PCR) con hisopo de saliva oral (OSS) en comparación con la RT-PCR y la prueba de diagnóstico rápido de antígenos (Ag-RDT) en hisopos nasofaríngeos (NPS) para SARS-CoV-2 en niños.

Diseño Estudio diagnóstico transversal multicéntrico.

Estudio de ámbito anidado en una cohorte observacional prospectiva (EPICO-AEP) realizado entre febrero y marzo de 2021 que incluye 10 hospitales de España.

Pacientes Se incluyeron niños de 0 a 18 años con síntomas compatibles con Covid-19 de ≤5 días de duración. Se recogieron dos muestras de NPS (Ag-RDT y RT-PCR) y una muestra de OSS para RT-PCR.

Resultado principal Desempeño de Ag-RDT y RT-PCR en NPS y RT-PCR en muestra de OSS para SARS-CoV-2.

Resultados Se incluyeron 1.174 niños de 3,8 años (RIC 1,7-9,0); 73/1174 (6,2%) pacientes dieron positivo por al menos una de las técnicas. La sensibilidad y la especificidad de OSS RT-PCR fueron del 72,1 % (IC del 95 %: 59,7 a 81,9) y del 99,6 % (IC del 95 %: 99 a 99,9), respectivamente, frente al 61,8 % (IC del 95 %: 49,1 a 73) y del 99,9 % (IC del 95 %: CI 99,4 a 100) para el Ag-RDT. El índice Kappa fue de 0,79 (IC del 95 %: 0,72 a 0,88) para OSS RT-PCR y de 0,74 (IC del 95 %: 0,65 a 0,84) para Ag-RDT versus NPS RT-PCR.

Conclusiones La RT-PCR en la muestra de OSS es una opción precisa para la prueba de SARS-CoV-2 en niños. Una técnica menos intrusiva para los pacientes más jóvenes, que suelen someterse a pruebas con frecuencia, podría aumentar el número de pacientes examinados. 

Antecedentes: Los menores no acompañados y separados (MENA) son un grupo de alto riesgo de contraer enfermedades infecciosas y la información sobre su estado de vacunación es escasa. Se utilizan diferentes enfoques para examinar a los menores recién llegados a Europa. El objetivo de este estudio fue describir el estado de salud y la protección serológica frente a diferentes enfermedades prevenibles mediante vacunación entre los UASC para informar la toma de decisiones de salud pública.

Métodos: Estudio retrospectivo de todos los UASC atendidos en un centro de referencia de salud internacional en Barcelona (España) entre enero de 2017 y febrero de 2020. Los resultados del cribado se analizaron mediante regresión logística binaria con ajuste por síntomas, origen geográfico y tiempo desde la llegada.

Resultados: Se estudiaron 289 UASC (88,9% varones; mediana de edad, 17 años). Se diagnosticó al menos una infección en 136 menores (47,1%). Se observó una elevada prevalencia de parásitos intestinales (22,8%), infección tuberculosa latente (22,5%) y hepatitis B (5,2%), incluso en individuos asintomáticos, y especialmente entre los UASC procedentes del África subsahariana (odds ratio, 2,5; intervalo de confianza del 95%, 1,5-4,0; P &lt; 0,001). No se observó una asociación significativa entre los síntomas clínicos y la presencia de infección ni diferencias en la prevalencia de las distintas infecciones según el número de meses transcurridos desde la llegada. La protección frente al virus de la hepatitis B (36%), el sarampión (80%) y la varicela (83%) fue subóptima.

Conclusiones: Nuestros resultados destacan la importancia de los programas de cribado y vacunación para los UASC que llegan a Europa, especialmente a los países fronterizos. Los protocolos deben ajustarse en función del origen geográfico. La ausencia de síntomas no descarta necesariamente la infección, resaltando la importancia del cribado en menores asintomáticos. Estos programas son una prioridad de salud pública y no deben descuidarse durante la actual pandemia de COVID-19.

Antecedentes: Los norovirus son una de las principales causas de gastroenteritis aguda en todos los grupos de edad en Australia. Se exploró la epidemiología de la infección sintomática y asintomática por norovirus y se evaluaron los factores de riesgo y la carga asistencial relacionada en niños australianos durante sus 2 primeros años de vida.

Métodos: Los participantes en la cohorte de nacimiento Observational Research in Childhood Infectious Diseases proporcionaron hisopos de heces semanales, observaciones diarias de síntomas gastrointestinales (vómitos y heces blandas) y datos de asistencia sanitaria. Los hisopos se sometieron a pruebas por lotes para detectar genogrupos de norovirus (GI y GII) mediante ensayos de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real.

Resultados: En total, 158 niños devolvieron 11.124 hisopos. Hubo 221 episodios de infección, de los cuales 183 (82,8%) fueron GII. La tasa de incidencia fue de 0,90 infecciones por niño-año [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,74-1,09]. La tasa de incidencia de infecciones sintomáticas fue de 0,39 por niño-año (IC 95%: 0,31-0,48), con un pico entre los 6 y los 11 meses de edad [0,58 (IC 95%: 0,41-0,81)]. La incidencia aumentó significativamente con la edad y la asistencia a guarderías. De 209 episodios con datos de diarios de síntomas, 82 (39,2%) fueron sintomáticos; de ellos, 70 (85,4%) se asociaron a vómitos y 29 (35,4%) a diarrea. El 41% de los episodios sintomáticos requirieron asistencia sanitaria, incluidas 4 visitas a urgencias y 1 hospitalización. Los niños con infecciones iniciales tuvieron casi el doble de riesgo de acudir a atención primaria que los que presentaron infecciones posteriores (cociente de riesgos ajustado: 1,92; IC 95%: 1,01-3,65).

Conclusiones: Las infecciones por norovirus, en particular GII, son frecuentes en niños australianos de 6 a 23 meses de edad. Las estimaciones de la incidencia de norovirus, incluidas las infecciones sintomáticas y la utilización de asistencia sanitaria en entornos comunitarios en niños pequeños, son cruciales para planificar programas de vacunación contra norovirus y determinar la eficacia de las vacunas.

OBJETIVOS

Una ruta de atención integrada de bronquiolitis (BICP) demostró ser útil para reducir el uso de medicamentos innecesarios a nivel local. El objetivo de este estudio fue reducir el sobretratamiento ampliando el BICP en nuestro servicio de salud regional en la temporada de bronquiolitis de 2019 y 2020.

MÉTODOS

Llevamos a cabo una iniciativa de mejora de la calidad (MC) en 115 centros de atención primaria (AP) y 7 hospitales en el País Vasco, España, desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020. La medida de resultado primaria fue el porcentaje de niños a los que se les recetó salbutamol comparando la tasa con esa en la temporada anterior de bronquiolitis (octubre de 2018-marzo de 2019). Los resultados secundarios fueron el uso de otros medicamentos. Las medidas de equilibrio fueron la hospitalización y las tasas de retorno no programadas.

RESULTADOS

Incluimos 8153 visitas al PC, 3424 atenciones al departamento de emergencias (ED) y 663 episodios de atención hospitalaria, de los cuales 3817 (46,8%), 1614 (47,1%) y 328 (49,4%) ocurrieron en el período posterior a la intervención, respectivamente. El uso de salbutamol disminuyó del 27,1 % al 4,7 %, del 29,5 % al 3,0 % y del 44,4 % al 3,9 % ( P < 0,001) en los centros de AP, Eds y salas de hospital, respectivamente. En AP, las tasas de prescripción de corticoides y antibióticos cayeron del 10,1% al 1,7% y del 13,7% al 5,1%, respectivamente ( p < 0,001). En los departamentos de urgencias y hospitales, las tasas de uso de epinefrina cayeron del 14,2 % al 4,2 % ( p < 0,001) y del 30,4 % al 19,8 % ( p = 0,001), respectivamente. No se observaron variaciones en las medidas de equilibrio.

CONCLUSIONES

La ampliación del BICP se asoció con disminuciones significativas en el uso de medicamentos para controlar la bronquiolitis en un servicio de salud regional sin consecuencias no deseadas.

 

Bibliografía octubre 2022

TOP TEN

An Pediatr (Barc). 2022;97:262-9

Introducción. La tos ferina es una infección respiratoria causada por bacterias del género Bordetella, principalmente por las especies pertussis y parapertussis. A pesar de las altas coberturas vacunales en países desarrollados, está considerada como una enfermedad reemergente existiendo, además, una infranotificación y un infradiagnóstico especialmente en los pacientes que no precisan derivación hospitalaria.

Material y métodos. Estudio descriptivo, prospectivo y multicéntrico de diagnóstico de casos de tos ferina, así como el estudio de sus contactos en 17 consultas de pediatría de Atención Primaria (AP) mediante la toma de muestras para realización de técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) a lo largo de cuatro años y tras la implantación de la vacunación sistemática de la tos ferina en el embarazo.

Resultados. Se diagnostican un total de 50 pacientes; la tasa de incidencia estimada en estos años fue superior a las publicadas en edad pediátrica. Un 14% de los casos sucedieron en menores de un año. La media de edad fue de 6,7 años. La tos estuvo presente en el 100% de los casos, seguida de los vómitos y rinorrea como síntomas más frecuentes. Sólo un paciente precisó ingreso y ninguno falleció ni presentó complicaciones. Bordetella pertussis (B. pertussis) (BP) fue el agente causal predominante. Sólo un 40% conocía la fuente de contagio. En un 26% de los casos se comprobó mediante PCR tos ferina en sus contactos y en un 46% se sospechó clínicamente, aunque sin confirmación microbiológica.

Conclusiones

El acceso a pruebas diagnósticas (PCR) para tos ferina en AP permite optimizar su diagnóstico y tratamiento, cortar la cadena de transmisión, conocer las tasas de incidencia reales y valorar el impacto de la vacunación sistemática de las embarazadas en esta enfermedad.

La aplicación del distanciamiento social, el uso de mascarillas y otras prácticas de control de infecciones en respuesta a la pandemia de COVID-19 modificó rápidamente la incidencia de otras enfermedades infecciosas, en particular las enfermedades respiratorias. 1-4 El retorno gradual a las actividades prepandémicas, junto con las nuevas variantes de SARS-CoV-2, permitió la aparición de oleadas sucesivas de COVID-19, con mayor frecuencia durante la temporada de enfermedades respiratorias de otoño/invierno. El propósito de este estudio fue evaluar el cambio en la incidencia de infecciones respiratorias comunes de atención primaria durante las 2 primeras temporadas respiratorias de la pandemia con respecto a las 2 temporadas anteriores a la pandemia.

Métodos. Utilizando datos de registros de salud electrónicos de una red de atención primaria pediátrica que atiende a ∼375 000 niños en Massachusetts, calculamos la incidencia de 9 diagnósticos respiratorios comunes por mes en toda la red. Incluimos encuentros en persona y telemedicina para niños de 0 a 17 años desde octubre de 2018 hasta febrero de 2022. Identificamos los diagnósticos de visita utilizando el código de la Clasificación Internacional de Enfermedades, 10ª Revisión, presentado por el clínico y agrupamos los códigos relacionados para formar las categorías de otitis media aguda, bronquiolitis, resfriado común, crup, gripe, faringitis no estreptocócica, neumonía, sinusitis y faringitis estreptocócica. Se utilizó una regresión lineal para modelar la tasa de encuentros para cada diagnóstico en función de la temporada de enfermedad respiratoria teniendo en cuenta la variación mensual, con el promedio ponderado de las temporadas 2018 a 2019 y 2019 a 2020 como referencia. La junta de revisión institucional del Boston Children’s Hospital determinó que este estudio estaba exento de la necesidad de consentimiento individual del paciente.

Resultados. Se analizaron un total de 1 573 838 encuentros médicos de los meses de otoño/invierno de los últimos 4 años, con 375 216 que contenían al menos un diagnóstico relacionado con una infección respiratoria pediátrica común. En la figura 1 se muestran las tasas mensuales de diagnósticos por 100 000 pacientes en los últimos 4 años. Se compararon las tasas de los meses de octubre a febrero (áreas no sombreadas en la Fig 1) para cada uno de los años pandémicos en comparación con la media de los 2 años prepandémicos, con los resultados que se muestran en la Tabla 1. Cada afección estudiada tuvo una incidencia significativamente reducida en la temporada 2020 a 2021 en comparación con la línea de base prepandémica. En la temporada 2021-2022, la incidencia se redujo en todos los casos excepto en el resfriado común y la faringitis no estreptocócica.

Contexto: La incidencia de la infección del tracto urinario (UTI) varía con la edad, pero existe evidencia limitada sobre el papel de otros factores de riesgo.

Objetivo: El objetivo de este metanálisis era investigar los factores de riesgo de las infecciones urinarias en los niños.

Fuentes de datos: PubMed de 1966 a mayo de 2019.

Selección del estudio: Todos los estudios que evalúan al menos 1 posible factor de riesgo para la ocurrencia o recurrencia de la infección urinaria con una definición clara de infección urinaria sintomática en niños. Excluimos los estudios con infecciones urinarias relacionadas con el tratamiento hospitalario o las anormalidades renales congénitas graves.

Extracción de datos: Después de la evaluación de la calidad, extrajimos datos sobre el factor de riesgo dado en los niños con y sin ITU. Los datos se extrajeron por separado para la ocurrencia y la recurrencia de las infecciones urinarias.

Resultados: Incluimos 24 estudios en el metanálisis. La circuncisión disminuyó la aparición de UII con una probabilidad (OR) de 0.1 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0.06-0.17) y amamantamiento con un OR de 0.4 (IC: 0.19-0.86), tanto con baja heterogeneidad. Tener sobrepeso u obesidad aumentó el riesgo de infección urinaria (OR: 2.23; IC: 1.37–3.63). Tanto la ingesta de líquido deficiente (OR: 6.39; IC: 3.07–13.39) como el vacío infrecuente (OR: 3.54; IC: 1.68–7.46) se asociaron con UTI recurrentes.

Limitaciones: El diseño, las poblaciones y las definiciones variaron entre los estudios.

Conclusiones: Tener sobrepeso u obesidad y tener una ingesta de líquido deficiente son factores de riesgo modificables que aumentan el riesgo de infecciones urinarias en los niños. La lactancia materna y la circuncisión están asociadas con una disminución de las infecciones urinarias.

  • Biomarkers as point‐of‐care tests to guide prescription of antibiotics in people with acute respiratory infections in primary care. Cochrane Database of Systematic Reviews 2022, Issue 10. Art. No.: CD010130. DOI: 10.1002/14651858.CD010130.pub3. Accessed 04 December 2022.

Actualización de una revisión publicada por primera vez en el 2014.

Se incluyeron siete ensayos nuevos en esta actualización, con un total de 13 ensayos incluidos. Doce ensayos (10 218 participantes en total, 2335 de los cuales eran niños) evaluaron proteína C reactiva “a pie de cama”, y un ensayo (317 participantes adultos) evaluó procalcitonina. Los estudios se realizaron en Europa, Rusia y Asia.

El uso de la proteína C reactiva en los puntos de atención, probablemente reduce la prescripción de antibióticos en pacientes con síntomas de infección respiratoria aguda en atención primaria. Es probable que el uso de proteína C reactiva en los puntos de atención no afecte a las tasas de recuperación.

Es posible que el uso de proteína C reactiva no aumente la mortalidad dentro de los 28 días de seguimiento, pero hubo muy pocos eventos. Los estudios que registraron muertes e ingresos hospitalarios se realizaron en niños de países de ingresos bajos y medios y en adultos mayores con comorbilidades.

Los estudios futuros deberían centrarse en los niños, los individuos inmunocomprometidos y las personas de 80 años o más con comorbilidades. Se necesitan más estudios que evalúen la procalcitonina y los otros nuevos biomarcadores utilizados en la atención primaria para guiar la prescripción de antibióticos.

Además, se necesitan estudios para validar los algoritmos de decisión de la proteína C reactiva, con un enfoque específico en las posibles diferencias de los grupos de edad. 59

Al inicio de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se pensaba que los niños presentaban un bajo riesgo de infección, enfermedad grave y muerte, mientras que se desconocía el impacto del inmunocompromiso en las manifestaciones de la enfermedad. A medida que aumentaba la prevalencia de la enfermedad, los estudios han informado de fenotipos graves de la enfermedad, como el Síndrome Inflamatorio Multisistémico en Niños (MIS-C) o el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico, la insuficiencia respiratoria y la muerte, y han informado de resultados en cohortes inmunodeprimidas.

Hemos leído con gran interés la carta científica titulada Infección por COVID-19 en el parto y tasas de lactancia materna exclusiva en una maternidad IHAN, publicada recientemente en Anales de Pediatría1. Los autores concluyen que las puérperas con COVID-19 presentaron tasas de lactancia materna exclusiva más bajas que las madres sin infección. Nos gustaría aportar nuestro punto de vista como pediatras de una maternidad de un hospital de primer nivel con acreditación IHAN.

En relación con la carta redactada por Viaño-Nogueira et al.1 en contestación a nuestra publicación2, en la que afirman que la disminución en las tasas de lactancia materna (LM) en madres con infección por COVID-19 se vio más influida por aspectos organizativos que por la propia infección, debemos recalcar que nuestro estudio fue realizado igualmente en un centro acreditado IHAN, en el que se mantuvieron las medidas de apoyo a la LM durante las diversas olas de la pandemia. Es preciso, además, reseñar que la conclusión de los autores se sustenta en un estudio de limitado tamaño muestral. También habría que añadir que no se realiza comparación con un grupo control (recién nacidos de madres sin infección por SARS-CoV-2).

Casos clínicos

Una niña de 15 meses previamente sana sin antecedentes familiares de interés, que asistía a la guardería, recibió diagnóstico de neumonía lobar con respuesta favorable al tratamiento con amoxicilina a una dosis de 90mg/kg/día. Al décimo día de tratamiento, la fiebre recurrió. Se detectó un bulto duro con base eritematosa y un área central necrótica con una lesión bullosa en los genitales (fig. 1). También se observó una lesión pequeña y necrótica de color violáceo en el margen anal. Ambas lesiones empeoraron en 24h. La analítica evidenció neutropenia grave (420/μl) y niveles elevados de enzimas hepáticas (AST/ALT 43/102U/l) y de proteína C-reactiva (244,6mg/l). Se diagnosticó ectima gangrenoso, y se inició antibioterapia con ceftazidima, amikacina y vancomicina. Se aisló Pseudomonas aeruginosa en cultivo de la lesión cutánea, y no hubo crecimiento en el hemocultivo. El tratamiento con ceftazidima y amikacina continuó hasta un total de 21 días. La respuesta clínica fue favorable, con resolución total de la lesión genital y reepitelización del área necrótica. El recuento de neutrófilos se normalizó, y no se ha detectado inmunodeficiencia hasta la fecha (estallido respiratorio e inmunofenotipo normales en linfocitos periféricos).

Los virus de la parainfluenza humana son causas frecuentes de infección de las vías respiratorias superiores e inferiores; sin embargo, las infecciones no respiratorias por virus de la parainfluenza humana son raras, y no hay informes de casos pediátricos de elevación de las enzimas hepáticas. Presentamos 2 pacientes pediátricos que desarrollaron elevación de enzimas hepáticas relacionada con infección por virus de la parainfluenza humana tipo 3.

Describimos la evolución clínica detallada de los aneurismas infecciosos que se agrandan rápidamente durante el tratamiento de la endocarditis y la pericarditis purulenta causadas por Streptococcus pyogenes . Demostramos que los aneurismas por S. pyogenes pueden agrandarse rápidamente en 1-2 días. Además, destacamos el beneficio de transportar a los pacientes a un centro que ofrezca tratamiento multidisciplinar, incluso si los signos vitales se estabilizan al punto.

Una niña de 11 años ingresó en nuestra clínica con fiebre, náuseas, vómitos, diplopía y estrabismo. Se supo que la fiebre, las náuseas y los vómitos habían comenzado una semana antes, y que la visión doble y el desplazamiento hacia dentro de ambos ojos se habían desarrollado en los últimos dos días. La familia de la paciente se dedicaba a la cría de ganado en el pueblo, y no se le conocía exposición a la tuberculosis.

En la exploración estaba febril. Había una limitación bilateral de la mirada hacia fuera, más prominente en la derecha, y los demás movimientos oculares eran normales (Fig. 1). La fundoscopia mostró márgenes del nervio óptico derecho indistintamente normales y focos de retinitis blanca en el polo posterior, y márgenes del nervio óptico izquierdo borrosos pero normales. Se evaluó como papiledema y paresia del nervio abducens. Las demás exploraciones físicas fueron normales.

El síndrome de Fitz-Hugh-Curtis (FHCS) se observa a menudo en asociación con infección abdominal y produce perihepatitis. No está claro si se trata de una propagación directa ascendente, linfogénica o hematógena 1 o de una respuesta inmunitaria. 2 Presentamos un caso de FHCS no causado por clamidia o gonorrea en una niña de 4 años.

Una niña de 4 años se presentó con disuria, dolor de estómago y vómitos en la sala de agudos pediátricos del Hospital Universitario de Hvidovre. Antes del ingreso, el niño tenía una infección de impétigo. Además, 6 meses antes se había sospechado un episodio de infección del tracto urinario que requirió ingreso hospitalario con tratamiento antibiótico intravenoso. En el ingreso actual, el diagnóstico de infección del tracto urinario no se pudo confirmar microbiológicamente y la ecografía renal fue normal. Poco después de la admisión a la sala de agudos pediátricos, el paciente desarrolló una temperatura de 105,44 °F y signos clínicos de peritonitis. La ecografía levantó la sospecha de apendicitis perforada; Se realizó laparoscopia pero no se afectó el apéndice. 

Para ampliar

El conocimiento farmacológico es importante para los pediatras que realizan estudios farmacocinéticos o farmacodinámicos (PK/PD) factibles o aplicando terapias antimicrobianas efectivas en niños. Debido a las dificultades para realizar estudios de PK/PD en niños, los datos de PK/PD antimicrobianos en niños todavía son limitados. Para completar la falta de conocimiento, es importante la promoción del análisis de PK/PD de población, que nos permite manejar datos de muestreo disperso de pacientes individuales, porque se considera una metodología adecuada para realizar estudios de PK/PD en niños con concentración limitada de drogas sanguíneas Datos para el análisis PK/PD. El análisis de PK/PD de población también es útil en el entorno clínico para proporcionar una dosis óptima individualizada para cada paciente con diversas afecciones. Aquí resumimos los aspectos actuales de los estudios pediátricos de PK/PD de antimicrobianos en Japón desde perspectivas clínicas y de investigación, enfocándose específicamente en la importancia del análisis de PK/PD de población.

Un estudio observacional prospectivo de 8 años de septiembre de 2012 a septiembre de 2020 que incluyó 76 episodios por los cuales los recién nacidos fueron admitidos en el Hospital-in-the-Home (HITH) para recibir terapia antimicrobiana parenteral ambulatoria (OPAT), y 405 episodios para bebés mayores evaluaron la uso, la eficacia y los resultados de OPAT en recién nacidos (≤28 días de edad), en comparación con lactantes mayores (1-12 meses de edad). Este estudio demuestra que OPAT es una forma segura y eficaz de proporcionar antibióticos a pacientes neonatales clínicamente estables seleccionados. Si bien el uso apropiado de antibióticos era común, aún se pueden realizar mejoras.

Este estudio tuvo como objetivo determinar la seguridad del cambio temprano de antibióticos intravenosos a orales e identificar los factores de riesgo de bacteriemia con infecciones urinarias. Debe considerarse la administración de antibióticos intravenosos de corta duración durante <48 horas para lactantes pequeños con ITU no bacteriémica, siempre que se haya excluido la meningitis. El fracaso del tratamiento y las complicaciones graves fueron poco frecuentes en los lactantes pequeños con ITU.

OBJETIVO

Determinar la prevalencia de bacteriemia y/o meningitis bacteriana en lactantes febriles ≤60 días de edad con resultados positivos en el análisis de orina (AU).

MÉTODOS

Análisis secundario de un estudio observacional prospectivo de lactantes febriles ≤60 días no críticos entre 2011 y 2019 realizado en los servicios de urgencias de la Pediatric Emergency Care Applied Research Network. Los participantes tenían temperaturas ≥38°C y fueron evaluados con hemocultivos y tenían análisis de orina disponibles para el análisis. Informamos la prevalencia de bacteriemia y meningitis bacteriana en aquellos con y sin resultados positivos de AU.

RESULTADOS

De los 7180 lactantes, 1090 (15,2%) tuvieron resultados positivos en el análisis de orina. El riesgo de bacteriemia fue mayor en los que tuvieron resultados positivos que en los negativos (63/1090 [5,8%] frente a 69/6090 [1,1%], diferencia 4,7% [3,3% a 6,1%]). No hubo diferencias en la prevalencia de meningitis bacteriana en lactantes ≤28 días de edad con resultados de AU positivos frente a negativos (∼1% en ambos grupos). Sin embargo, entre 697 lactantes de 29 a 60 días de edad con resultados positivos de AU, no hubo casos de meningitis bacteriana en comparación con 9 de 4153 con resultados negativos de AU (0,2%, diferencia -0,2% [-0,4% a -0,1%]). Además, no hubo casos de bacteriemia y/o meningitis bacteriana en los 148 lactantes ≤60 días de edad con resultados positivos de AU que tenían los umbrales sanguíneos de bajo riesgo de la Pediatric Emergency Care Applied Research Network de recuento absoluto de neutrófilos <4 × 103 células/mm3 y procalcitonina <0,5 ng/mL.

CONCLUSIONES

Entre los lactantes febriles no críticos ≤60 días de edad con resultados positivos de AU, no hubo casos de meningitis bacteriana en los de 29 a 60 días de edad ni casos de bacteriemia y/o meningitis bacteriana en ningún lactante de bajo riesgo según los umbrales sanguíneos de bajo riesgo en ambos meses de vida. Estos hallazgos pueden orientar el uso de la punción lumbar y otras decisiones clínicas.

Pregunta

Entre los niños con síntomas de las vías respiratorias inferiores, ¿cuál es la precisión diagnóstica del examen físico, en comparación con la radiografía de tórax (CXR), para diagnosticar neumonía adquirida en la comunidad (NAC)?

Diseño

Estudio de cohorte prospectivo.

Ajuste

Departamento de emergencias (ED) del Cincinnati Children’s Hospital Medical Center.

Participantes

Niños de 3 meses a 18 años con posible neumonía.

Intervención

Historia y examen físico.

Resultados

CXR consistente con CAP.

Resultados principales

El 22,2% de 1142 pacientes tenían NAC. El modelo reducido multivariable de arranque retuvo 3 variables: edad, duración de la fiebre y disminución de los sonidos respiratorios. Para el predictor dominante (edad), el 38 % de los pacientes ≥ 4 años tenían NAC, en comparación con el 10 % de los < 4 años. De los niños con riesgos previstos de <4 % y >39 %, el 5,7 % (IC del 95 %, 2,7 % – 8,7 %) y el 61,1 % (IC del 95 %, 54,8 % -67,4 %) tenían NAC radiográfica, respectivamente.

Conclusiones

En extremos de riesgo CAP, este modelo de predicción puede permitir un uso reducido de CXR.

Comentario

Hay muchas razones por las que el diagnóstico de neumonía en niños puede ser un desafío para los médicos. Primero, los hallazgos del examen físico pueden ser sutiles o difíciles de evaluar, particularmente en niños pequeños.

En segundo lugar, existe una superposición sustancial entre los síntomas y los hallazgos del examen físico entre los niños con neumonía y aquellos con otras enfermedades respiratorias, como asma y bronquiolitis. En tercer lugar, la neumonía radiográfica no es sinónimo de neumonía bacteriana, ya que muchos niños con neumonía radiográfica albergan patógenos virales. Este estudio prospectivo de centro único describe el desarrollo de un modelo de predicción de neumonía radiográfica en niños. El modelo simplificado de los autores estima el riesgo de neumonía radiográfica de un niño en función de la edad del paciente, la duración de la fiebre y la presencia de disminución de los ruidos respiratorios. Similar a otra regla de predicción de neumonía publicada recientemente, este modelo identifica a los niños con bajo riesgo de neumonía en los que se pueden evitar con seguridad los antibióticos y la radiografía de tórax, y a los niños con alto riesgo de neumonía que se beneficiarían de la terapia antibiótica empírica sin una radiografía de tórax confirmatoria. Antes de implementar esta o cualquier otra regla de decisión clínica para neumonía pediátrica, se requiere validación. Además, entre aquellos con neumonía radiográfica, se necesitan mejores métodos para identificar a los niños con una fuente bacteriana de infección para limitar la terapia antimicrobiana a los niños que la necesitan.

  • Desarrollo de la nueva puntuación de riesgo de neumonía para predecir la neumonía radiográfica en niños. Pediatr Infect Dis J. 2022; 41 : 24-30

Antecedentes: el diagnóstico de neumonía en niños es un desafío, dada la amplia superposición
de muchos de los síntomas y hallazgos del examen físico con otras enfermedades respiratorias comunes. Intentamos derivar y validar la nueva puntuación de riesgo de neumonía (PRS), una herramienta clínica que utiliza signos y síntomas disponibles para los médicos para determinar el riesgo de neumonía radiográfica de un niño. Métodos: inscribimos prospectivamente a niños de 3 meses a 18 años en quienes se obtuvo una radiografía de tórax (CXR) en el departamento de emergencias para evaluar… la neumonía. Antes de la RXT, se recogió información sobre los síntomas, los hallazgos de la exploración física y la probabilidad estimada por el médico de neumonía radiográfica. Se utilizó regresión logística para predecir la presencia de neumonía radiográfica y se validó la PRS en una cohorte distinta de niños con sospecha de neumonía.

Resultados: De los 1181 niños incluidos en el estudio, 206 (17%) tenían neumonía radiográfica. La PRS incluía la edad en años, la saturación de oxígeno en el triaje, la presencia de fiebre, la presencia de estertores y la presencia de sibilancias. El área bajo la curva (AUC) de la PRS fue de 0,71 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,68-0,75), mientras que el AUC del juicio clínico fue de 0,61 (IC del 95%: 0,56-0,66) (p < 0,001). Entre los 2132 niños incluidos en la cohorte de validación, la PRS demostró un AUC de 0,69 (IC del 95%: 0,65-0,73).

Conclusiones: En niños con sospecha de neumonía, la PRS es superior al juicio clínico para predecir la presencia de neumonía radiográfica. El uso de la PRS puede ayudar a respaldar el uso juicioso de antibióticos y radiografías de tórax en niños con sospecha de neumonía.

Francia se enfrentó a una situación inusual de transmisión del dengue en 2022, con 65 casos autóctonos repartidos en nueve eventos de transmisión hasta el 21 de octubre. Esta cifra superó el número de casos observados durante todo el periodo de 2010 a 2021. Seis de estos eventos ocurrieron en departamentos que nunca habían experimentado transmisión autóctona de dengue. Presentamos una actualización de los datos de vigilancia del dengue en Francia metropolitana en 2022. La multiplicación de los eventos de transmisión exige una adaptación continua de la preparación y la respuesta a los riesgos relacionados con los arbovirus.

Introducción: Es menos probable que los niños adquieran infecciones SARS-CoV-2 que los adultos y, cuando están infectados, generalmente tienen una enfermedad más leve. Sin embargo, las verdaderas tasas de infección y complicaciones son difíciles de determinar. En Islandia, se mantuvo una política estricta de prueba, traza rastreo y aislamiento desde el comienzo de la pandemia y ofrece información más precisa del número de niños verdaderamente infectados en un estudio nacional.

Material y métodos: Todos los niños con PCR positiva para infecciones SARS-CoV-2 del 28 de febrero de 2020 al 31 de agosto de 2021 fueron seguidos a través de consultas telefónicas durante al menos 14 días y sus síntomas se registraron. La gravedad y la duración de los síntomas se clasificaron en función de los grupos de edad y se registró la fuente de infección.

Resultados: Un total de 1749 niños fueron infectados con SARS-CoV-2 en 3 ondas de infecciones. Todas las ondas tenían una gravedad similar de la enfermedad, mientras que la incidencia fue 5 veces mayor en la tercera ola (3.5 frente a 0.73/1000 niños/mes). Ningún niño tenía síntomas graves, 81 (4.6%) tenían síntomas moderados, 1287 (73.9%) tenían leves y 374 (21.5%) eran asintomáticos. Los síntomas de la vía respiratoria parte superior (n = 839, 48%) y el tracto respiratorio inferior (n = 744, 43%) fueron más comunes. La mediana de la duración de los síntomas fue de 5 días y los adolescentes tuvieron un mayor riesgo de duración prolongada [OR: 1.84 (1.39–2.43)]. Diecinueve (1.1%) niños necesitaban atención médica, pero ningún niño fue hospitalizado. La fuente de infección era miembro del hogar en el 65% de los casos.

Discusión: Durante las primeras 3 olas de la pandemia, las infecciones SARS-CoV-2 en niños islandeses fueron leves y ninguna fue hospitalizada. Los síntomas más comunes fueron los síntomas respiratorios seguidos de fiebre, dolor de cabeza y cansancio. Este estudio ayuda a arrojar luz sobre las tasas de complicaciones verdaderas de los niños con una infección confirmada de SARS-CoV-2.

Los datos sobre la protección indirecta de los niños a través de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) de los miembros del hogar son insuficientes, y los análisis para evaluar la eficacia de las vacunas CoVID-19 son limitadas.

Métodos: Recopilamos datos sobre 12,442 pacientes menores de 18 años con respecto al estado de vacunación de los miembros de sus hogares, sus preferencias y dosis de vacuna y su historial anterior de infección CoVID-19 inmediatamente antes de que los pacientes recibieran una cadena de transcriptasa inversa en tiempo real en tiempo real Prueba de reacción (RT-PCR) para el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) entre el 1 de septiembre de 2021 y el 5 de diciembre de 2021.

Resultados: Se vacunaron un total de 18.4% (2289), 91.4% con vacuna BNT162B2MRNA, 8.6% con vacuna contra la COVID-19 inactivada; el 48.7% recibió una dosis única y el 51.3% tenía 2 dosis. Las proporciones de positividad de RT-PCR en tiempo real fueron mucho más altas en los niños mayores (P <0.001) y fueron más altas en niños de 12 años de edad y mayores [Odds Ratio (OR), 1.34; Intervalo de confianza (IC) del 95%: 1.21–1.47] en comparación con otros. La infección SARS-CoV-2 fue significativamente menor en el grupo vacunado (total e incompletamente) (P <0.001). No vacunado (OR, 4.88; IC del 95%: 3.77–6.13) y los niños vacunados incompletamente (OR, 1.83; IC 95%: 1.52–2.12) tenían un mayor riesgo de infección COVID-19 en comparación con pacientes completamente vacunados. No se encontró asociación significativa entre las tasas de positividad de RT-PCR en tiempo real de COVID-19 de los pacientes y el estado de vacunación o las preferencias de vacuna de los miembros del hogar (P> 0.05 cada uno).

Conclusiones: Las tasas de infección SARS-CoV-2 fueron significativamente más bajas en los niños vacunados, especialmente con las vacunas de ARNm. La protección indirecta de los niños no vacunados a través de la vacunación de los miembros del hogar contra Covid-19 parece inadecuada. La vacunación individual de los niños sigue siendo crucial.

La prevalencia de los síntomas a largo plazo de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) en poblaciones pediátricas no hospitalizadas en los Estados Unidos no está bien descrita. El objetivo de este análisis fue examinar la presencia de síntomas de covid persistentes en niños por el estado de anticuerpo de coronavirus 2 (SARS-CoV-2) severo del síndrome agudo.

Métodos: Los datos se recopilaron entre octubre de 2020 y mayo de 2022 de la Encuesta de respuesta de anticuerpos de coronavirus de Texas, una encuesta prospectiva basada en la población en todo el estado entre 5 y 90 años. El estado serológico fue evaluado por el inmunoensayo anti-Sars-CoV-2 de Roche Elecsys para la detección de anticuerpos contra la proteína nucleocapsida SARS-CoV-2. Los resultados de los test de antígeno/reacción en cadena polimerasa COVID-19 autoinformados y el estado de síntomas covid persistente/tipo/duración se recogieron simultáneamente. Las tasas de riesgo para los síntomas de covid persistente se calcularon frente a los adultos y por grupo de edad, estado de anticuerpos, presencia/gravedad de los síntomas, variante, índice de masa corporal y estado de vacunal.

Resultados: Un total de 82 (4.5% de la muestra total [n = 1813], 8.0% antes del-delta, 3.4% delta y más allá) participantes informaron síntomas persistentes covid (n = 27 [1.5%] 4–12 semanas, n = 58 [3.3%]> 12 semanas). En comparación con los adultos, todos los grupos de edad pediátrica tenían un menor riesgo de síntomas persistentes de Covid, independientemente de la duración de los síntomas reportados. El mayor riesgo adicional de síntomas persistentes de Covid> 12 semanas incluyó síntomas graves con la infección inicial, no vacunado y tener un peso no saludable (índice de masa corporal ≥85 percentil para la edad y el sexo).

Conclusiones: Estos hallazgos destacan la existencia de jóvenes no hospitalizados que también pueden experimentar síntomas persistentes de covid. Los niños y los adolescentes tienen menos probabilidades de experimentar síntomas covid persistentes que los adultos y más probabilidades de ser sintomáticos, experimentan síntomas graves y tienen un peso poco saludable en comparación con los niños/adolescentes sin síntomas persistentes de Covid.

  • Antibody tests for identification of current and past infection with SARS‐CoV‐2. Cochrane Database of Systematic Reviews 2022, Issue 11. Art. No.: CD013652. DOI: 10.1002/14651858.CD013652.pub2. Accessed 04 December 2022.

Se buscaron estudios que midieran la exactitud diagnóstica de las pruebas de anticuerpos para detectar la infección actual o pasada por covid‐19 y los compararan con los criterios de la prueba de referencia. Dado que hay muchas pruebas de anticuerpos disponibles, se incluyeron estudios que evaluaran cualquier prueba de anticuerpos en comparación con cualquier prueba de referencia. Las personas podían someterse a la prueba en el hospital o en la comunidad. Las personas analizadas podían tener o no infección por covid‐19 confirmada, o podían tener sospecha de covid‐19. Se encontraron 178 estudios relevantes. Los estudios se realizaron en Europa (94), Asia (45), Norteamérica (35), Australia (2) y Sudamérica (2).

En 78 estudios se incluyó a personas que estaban en el hospital con sospecha o infección confirmada por covid‐19 y en 14 estudios se incluyó a personas en entornos comunitarios. Varios estudios incluyeron a personas de varios contextos (35) o no informaron de dónde se reclutaron los participantes (39).

En 141 estudios se incluyeron casos de infección reciente (principalmente de la semana 1 a la 3 después del inicio de los síntomas), y en muchos también incluyeron a personas analizadas más tarde (a partir del día 21 después de la infección) (117).

En los participantes con covid‐19 y analizados una semana después de la aparición de los síntomas, las pruebas de anticuerpos detectaron solo entre el 27% y el 41% de las infecciones. En la segunda semana después de los primeros síntomas, se detectaron entre el 64% y el 79% de las infecciones, y entre el 78% y el 88% en la tercera semana. Las pruebas que detectaban específicamente los anticuerpos IgG o IgM fueron las más precisas y, al analizar a las personas a partir de los 21 días después de los primeros síntomas, detectaron al 93% de las personas con covid‐19. Las pruebas dieron resultados falsos positivos en el 1% de quienes no tenían covid‐19.

La revisión muestra que las pruebas de anticuerpos podrían desempeñar un papel útil para detectar si alguien ha tenido covid‐19, pero el momento en que se realicen las pruebas es importante. Algunas pruebas de anticuerpos podrían ayudar a confirmar la infección por covid‐19 en personas con síntomas durante más de dos semanas pero que no han podido confirmar su infección mediante otros métodos. Esto es especialmente útil si están experimentando síntomas potencialmente graves que podrían deberse a la covid‐19, ya que podrían requerir un tratamiento específico. Las pruebas de anticuerpos también podrían ser útiles para determinar cuántas personas han tenido una infección previa por covid‐19. No fue posible tener certeza de la eficacia de las pruebas en el caso de personas con una enfermedad más leve o sin síntomas, ni para detectar los anticuerpos resultantes de la vacunación.

Los autores evaluaron el impacto de la pandemia en las admisiones de emergencia. Los autores encontraron una reducción sustancial tanto en las presentaciones como en las admisiones al servicio de urgencias. El impacto diferencial en presentaciones específicas sugiere que esto se debió al impacto del distanciamiento social y la reducción de las relaciones sociales, más que a las desigualdades o las barreras a la asistencia sanitaria.

Este artículo describe los cambios en la atención hospitalaria planificada para adolescentes durante la pandemia, destacando el impacto desproporcionado en quienes reciben servicios de atención social para niños o apoyo para necesidades educativas especiales.

Si bien los niños con enfermedades crónicas, prematuros o nacidos con bajo peso al nacer constituyen una sexta parte de los niños de 0 a 4 años en Inglaterra, representan hasta la mitad de las reducciones relacionadas con la pandemia de COVID-21 en el contacto hospitalario (de enero de 2020 a marzo de 2020). 2021).

A pesar de una reciente disminución en las tasas de infecciones invasivas, la bacteriemia en niños pequeños sigue siendo un desafío importante. Nuestro objetivo fue describir las características del paciente, la etiología microbiana y los resultados de niños bacterianos y bien aparentes de 3 a 36 meses de edad que fueron dados de alta al hogar del Departamento de Emergencias Pediátricas (PED) en su visita índice.

Métodos: Un estudio de cohorte retrospectivo en el PED de un hospital infantil terciario desde el 1 de junio de 2015 hasta el 30 de junio de 2021. Incluimos todos los lactantes inmunocompetentes de 3 a 36 meses de edad evaluados por fiebre y dados de alta del PED después de que se dibujó realizó un cultivo sanguíneo. Extrajimos datos demográficos, clínicos y de laboratorio de los registros médicos electrónicos del paciente para la visita al índice y los encuentros posteriores.

Resultados: Durante el período de estudio, 17.114 niños evaluados por fiebre cumplieron con los criterios de inclusión. Setenta y dos pacientes (0,42%) tenían cultivos positivos para patógenos conocidos. Treinta y seis (50%) eran hombres y 36 (50%) menores de 1 año. Los aislamientos más comunes fueron la S. pneumoniae 26% (n = 19), K. Kingae 25% (n = 18) y Salmonella spp. 13.9% (n = 10). Sesenta pacientes (85.7%) fueron llamados al ED o tenían una cita programada, 10 (14.3%) regresaron espontáneamente y dos fueron seguidos por teléfono. La mediana del tiempo entre las visitas fue de 28.7 horas (IQR 19.1–41.1). Un paciente fue ingresado en cuidados intensivos durante el curso de la hospitalización. No hubo muertes.

Conclusión: La tasa de bacteremia verdadera no detectada en nuestro estudio fue baja y nuestros datos sugieren que es raro un deterioro clínico significativo durante las primeras 24 horas.

CONTEXTO. La bronquiolitis es la principal causa de ingresos hospitalarios pediátricos. El Hospital a Domicilio (HAH) ofrece atención de nivel hospitalario a domicilio, aliviando la presión sobre el sistema hospitalario.

OBJETIVOS. Revisar la viabilidad, aceptabilidad y seguridad del tratamiento domiciliario de la bronquiolitis y evaluar el coste-impacto para los hospitales y la sociedad.

FUENTES DE DATOS. Ovid Medline, Embase, Pubmed, Cochrane Library, CINAHL y Web of Science.

SELECCIÓN DE ESTUDIOS. Estudios (ensayos controlados aleatorizados, auditorías retrospectivas, ensayos observacionales prospectivos) de lactantes con bronquiolitis que reciben HAH (oxígeno, alimentación nasogástrica, monitorización remota). Los estudios se limitaron al idioma inglés desde el año 2000.

EXTRACCIÓN DE DATOS. Se revisaron todos los estudios por duplicado para la inclusión, la extracción de datos y el riesgo de sesgo.

RESULTADOS. Diez estudios cumplieron los criterios de inclusión, todos sobre oxigenoterapia domiciliaria (HOT). Un resumen sobre alimentación nasogástrica no cumplió todos los criterios de inclusión. No se encontraron estudios sobre monitorización remota. La TOH parece factible en términos de aceptación (70%-82%) y finalización con éxito, tanto en altitud como a nivel del mar. En 2 estudios cualitativos se informó de la aceptabilidad por parte de los cuidadores. Se notificaron 7 acontecimientos adversos (0,6%) con 0 mortalidad en 1257 pacientes. Los estudios de costes mostraron evidencias de ahorro, aunque sólo incluyeron los costes para los hospitales.

LIMITACIONES. Número reducido de estudios con diseño y calidad heterogéneos. No hay estudios controlados aleatorizados con poder estadístico adecuado.

CONCLUSIONES. Existen pruebas que apoyan la HOT como factible, aceptable y segura. Las pruebas de rentabilidad siguen siendo limitadas. Se necesita más investigación para comprender el impacto relevante de la HTA frente a intervenciones alternativas para reducir la prescripción de oxígeno. Deben explorarse otros modelos de atención que contemplen el apoyo a la alimentación nasogástrica y la monitorización remota.

Antecedentes. Los datos recientes basados en la población son limitados en lo que respecta a las hospitalizaciones asociadas a la gripe en niños estadounidenses.

Métodos. Se identificaron niños <18 años hospitalizados con influenza confirmada por laboratorio durante las temporadas 2010-2019, a través de la Red de Vigilancia de Hospitalizaciones por Influenza de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Se calcularon las tasas ajustadas de hospitalización y mortalidad intrahospitalaria, y se realizó una regresión logística multivariable para evaluar los factores de riesgo de neumonía, ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), ventilación mecánica y muerte.

Resultados. Durante 9 temporadas, las tasas ajustadas de incidencia de hospitalización asociada a la gripe oscilaron entre 10 y 375 por 100 000 personas cada temporada y fueron más altas entre los lactantes <6 meses de edad. Las tasas disminuyeron al aumentar la edad. Las tasas más altas de mortalidad hospitalaria se observaron en niños <6 meses (0,73 por 100 000 personas). Con el tiempo, el tratamiento antiviral aumentó significativamente, del 56% al 85% (P < 0,001), y las tasas de vacunación antigripal aumentaron del 33% al 44% (P = 0,003). De los 13 235 niños hospitalizados, 2676 (20%) ingresaron en la UCI, 2262 (17%) tuvieron neumonía, 690 (5%) precisaron ventilación mecánica y 72 (0,5%) fallecieron durante la hospitalización. En comparación con los <6 meses de edad, los niños hospitalizados ≥13 años tuvieron mayores probabilidades de neumonía (ajustado odds ratio, 2,7 [intervalo de confianza del 95%, 2,1-3,4], ingreso en UCI (1,6 [1,3-1,9]), ventilación mecánica (1,6 [1,1-2,2]) y muerte (3,3 [1,2-9,3]).

Conclusiones. Las tasas de hospitalización y muerte fueron mayores en los niños más pequeños a nivel poblacional. Sin embargo, entre los niños hospitalizados, los de más edad presentaron un mayor riesgo de resultados graves. Es necesario continuar los esfuerzos para prevenir y atenuar la gripe en los niños.

Bibliografía septiembre 2022

Top ten:

  1. Enfermedad estreptocócica del grupo A– Centers for Diseases Control and Prevention

Etiología, características, diagnóstico, tratamiento, pronóstico, complicaciones y prevención de las infecciones causadas por Streptococcus pyogenes.

  1. Impact of Routine Childhood Immunization in Reducing Vaccine-Preventable Diseases in the United States. Pediatrics. 2022 Sep 1;150(3):e2021056013. 

TRASFONDO Y OBJETIVOS. Las vacunas de rutina actuales para niños ≤10 años en los Estados Unidos en 2019 cubren 14 enfermedades prevenibles por vacunación. Caracterizamos el impacto de la vacunación en la salud pública proporcionando estimaciones actualizadas de la incidencia de la enfermedad con y sin las vacunas pediátricas recomendadas universalmente.

MÉTODOS. La incidencia de la enfermedad previa a la vacuna se obtuvo a partir de datos publicados o se calculó utilizando estimaciones de casos anuales del período anterior a la vacuna y estimaciones de la población de los Estados Unidos durante el mismo período. La incidencia de la era de la vacuna se calculó como la incidencia promedio durante los 5 años más recientes de datos de vigilancia disponibles o se obtuvo a partir de estimaciones publicadas (si los datos de vigilancia no estaban disponibles). Ajustamos por subnotificación y calculamos el porcentaje de reducción en la incidencia general y específica por edad para cada enfermedad. Multiplicamos las tasas de incidencia previas a la vacuna y de la era de la vacuna por las estimaciones de población de los Estados Unidos de 2019 para calcular el número anual de casos evitados por la vacunación.

RESULTADOS. La inmunización de rutina redujo la incidencia de todas las enfermedades específicas, lo que llevó a reducciones en la incidencia que oscilaron entre el 17 % (influenza) y el 100 % (difteria, Haemophilus influenzae tipo b, sarampión, paperas, poliomielitis y rubéola). Para la población estadounidense de 2019 de 328 millones de personas, estas reducciones equivalen a más de 24 millones de casos evitados de enfermedades prevenibles por vacunación. Las estimaciones de la incidencia de la enfermedad en la era de la vacuna siguieron siendo las más altas para la influenza (13 412 por 100 000) y la otitis media aguda relacionada con Streptococcus pneumoniae (2756 por 100 000).

CONCLUSIONES. La inmunización infantil de rutina en los Estados Unidos continúa produciendo reducciones sostenidas considerables en la incidencia en todas las enfermedades específicas. Los esfuerzos para mantener y mejorar las coberturas de vacunación son necesarios para continuar experimentando niveles bajos de incidencia de enfermedades prevenibles por vacunación.

Lo que se sabe sobre este tema:

El programa de vacunación infantil de los Estados Unidos ha reducido drásticamente la morbilidad, la mortalidad y la discapacidad por enfermedades específicas. Se necesitan estimaciones actualizadas de la incidencia de la enfermedad y los casos evitados, que reflejen los cambios en la epidemiología de la enfermedad, la utilización de vacunas y las recomendaciones de vacunas (basadas en el calendario de 2017 a 2021).

Lo que agrega este estudio:

El programa de vacunación infantil redujo la incidencia de todas las enfermedades específicas, con reducciones que van del 17 % (influenza) al 100 % (difteria, Haemophilus influenzae tipo b, sarampión, paperas, poliomielitis y rubéola), y evitó >24 millones de casos de enfermedad para la población de Estados Unidos de 2019.

3.- Mycoplasma pneumoniae: características clínicas diferenciales y dificultades diagnósticas de las neumonías atípicas en niños . Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:273-84.

Introducción: la neumonía por Mycoplasma pneumoniae continúa estando infradiagnosticada en las consultas de Pediatría de Atención Primaria, especialmente en los niños más pequeños.

Material y métodos: estudio prospectivo en 9 cupos pediátricos, sobre niños desde 1 mes a 14 años con neumonía diagnosticada mediante radiografía y clínica compatible. Diagnóstico etiológico mediante serología en la fase aguda. Se analiza la relación de diferentes variables con la etiología atípica y no atípica.

Resultados: de los 92 pacientes incluidos, un 30,4% fueron neumonías atípicas que, a pesar de no ser raras en menores de 2 años (26% del total a esta edad), predominaron en los mayores de 5 años (80,9%). La edad media en meses fue significativamente mayor en atípicas (74,2 ± 42,2), que en las no atípicas (35,9 ± 33,8; p <0,0001). La congestión nasal (42,8%; OR: 1,8; p <0,01) y la taquipnea (64,2%; OR: 2,4; p <0,014) fueron significativamente más frecuentes en las no atípicas. El patrón alveolar se observó en el 53,6% de las neumonías atípicas, sin diferencias con las no atípicas. Solamente un 25% de las neumonías atípicas fueron correctamente tratadas inicialmente con macrólidos en monoterapia sin existir diferencias en cuanto a su evolución con respecto a la elección de un tipo u otro de terapia antibiótica. Las neumonías no atípicas precisaron antibioterapia intravenosa con una mayor frecuencia (15,6%) de forma no estadísticamente significativa.

Conclusión: las neumonías por gérmenes atípicos parecen más prevalentes en niños pequeños de lo previamente descrito, en ocasiones en coexistencia con virus. Su mejor diagnóstico y tratamiento continúan siendo un reto por resolver.

Casos clínicos:

1.-Infección aguda por parvovirus B19 con afectación articular. Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:e327-e330.

La infección por parvovirus B19 es frecuente en la edad pediátrica. El cuadro típico ante infección aguda por parvovirus B19 en la infancia es el eritema infeccioso, también conocido como quinta enfermedad, aunque se han descrito otras alteraciones como la afectación articular. Presentamos dos casos de artralgias y artritis aparecidas en contexto de parvovirus B19, ambas con confirmación serológica y buena evolución posterior con resolución completa de la sintomatología articular.

2.-Absceso frío estafilocócico en un neonato. Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:305-6.

El absceso frío estafilocócico neonatal es una patología infecciosa localizada que ocurre en periodo neonatal con evolución benigna y de la cual hay pocas referencias en la bibliografía. Se presenta un caso para dar a conocer esta patología.

3.-Panadizo herpético en lactante de 20 meses. Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:295-9.

El panadizo herpético es una lesión cutánea producida por el virus herpes simple, en pediatría especialmente el virus herpes tipo 1. Es una lesión que se debe conocer para evitar realizar un diagnóstico incorrecto e instaurar tratamientos innecesarios o incluso perjudiciales.

La presentación clínica habitual es una lesión con vesículas arracimadas, cuya localización típica es en primer o segundo dedo. En los pacientes pediátricos es frecuente que se produzca tras autoinoculación desde una gingivoestomatitis herpética, por lo que ante la sospecha de esta lesión es importante la exploración física completa incluyendo orofaringe.

El curso es autorresolutivo aunque en ocasiones puede ser necesario instaurar tratamiento con aciclovir oral. El drenaje de la lesión está contraindicado porque puede llegar a producir una diseminación del virus herpes con graves consecuencias.

4.-Images in paediatrics: Presternal swelling: remember mumps Archives of Disease in Childhood 2022;107:839

Un niño de 14 años se presentó con una historia de 4 días de empeoramiento de la inflamación facial dolorosa y dolor preesternal. Estaba afebril, tenía agrandamiento parotídeo bilateral altamente sugestivo de paperas, pero con inflamación difusa no eritematosa sobre la parte superior del esternón, exquisitamente sensible a la palpación ( figura 1 ). Había recibido la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) a los 1 y 6 años de edad. Posteriormente desarrolló vómitos y dolor epigástrico, evidencia radiológica de pancreatitis y orquitis izquierda. La hinchazón preesternal remitió en 24 horas y sus síntomas se resolvieron de forma conservadora durante 5 días. Las IgM e IgG antipaperas fueron inicialmente negativas, pero se seroconvirtió el día 9 desde la presentación, lo que confirmó el diagnóstico de paperas. El edema preesternal en las paperas es una característica clínica distintiva, también conocida como signo de Gellis. 1 La causa probable es la obstrucción del drenaje linfático de la pared torácica anterosuperior, por el agrandamiento de las glándulas salivales. Puede ocurrir disfagia, ronquera y sensibilidad al mismo tiempo, pero la mayoría son asintomáticas. Los diferenciales incluyen osteomielitis esternal, malignidad, como el linfoma no Hodgkin y sarcoidosis. 2 El diagnóstico requiere imágenes y puede requerir biopsias para confirmar. El reconocimiento rápido de la inflamación preesternal como una característica clínica distintiva de las paperas es importante para evitar un diagnóstico erróneo.

Tras la vacunación MMR de rutina en niños, las paperas se han vuelto relativamente raras. 3 La disminución de los anticuerpos contra las paperas inducidos por la vacuna se ha relacionado con los brotes de paperas en adolescentes vacunados previamente con dos dosis de la vacuna MMR, lo que lleva a sugerir una tercera dosis para controlar los brotes. 4 5 Es probable que nuestro caso sea secundario al fracaso de la vacuna, pero la posibilidad de una disminución de la inmunidad contra las paperas en la adolescencia es motivo de preocupación.

5.-Eccema facial herpéticoJ Pediatr. 2022 Sep;248:126. doi: 10.1016/j.jpeds.2022.06.015.

Niña de 3 años vacunada al día y con antecedentes de dermatitis atópica en extremidades desde la infancia que acudió a urgencias con lesiones faciales progresivamente pruriginosas, escalofríos y malestar general de 2 días de evolución. Los hallazgos del examen físico mostraron grupos de vesículas faciales difusas derechas mayores que izquierdas en las áreas periocular y perioral ( Figura ). Estaba febril a 38,5 °C y tenía un recuento de glóbulos blancos normal de 8 × 10 9/l No había afectación intraocular ni adenopatías palpables. Un frotis de Tzanck realizado a partir de raspados de vesículas reveló células gigantes multinucleadas que confirman el eccema herpético. Fue ingresada y tratada con aciclovir intravenoso y clindamicina profiláctica. También se pidió a los padres que estén atentos para no permitir que el niño le toque la cara. El paciente demostró una mejoría clínica significativa y fue dado de alta a su hogar con aciclovir oral 3 días después. Se observó una resolución completa de la erupción a las 2 semanas de seguimiento.

El eccema herpético es una infección viral secundaria causada típicamente por el virus del herpes simple en niños con afecciones cutáneas concomitantes, como dermatitis atópica, psoriasis y dermatitis de contacto, entre otras. La erupción se caracteriza por una erupción vesicular cutánea dolorosa y una costra hemorrágica amarilla. Las manifestaciones sistémicas comunes incluyen fiebre, linfadenopatía y malestar general. Las complicaciones potenciales del eccema herpético no tratado incluyen sobreinfección bacteriana de las lesiones, queratoconjuntivitis, meningoencefalitis e infección diseminada que conduce a falla multiorgánica y muerte.

El diagnóstico diferencial incluye impétigo no ampolloso, varicela, eczema coxsackium y enfermedad mano-pie-boca. El impétigo no ampolloso se manifiesta como lesiones con costra de miel no uniformes, por lo general en un niño con buena apariencia y sin síntomas sistémicos. Las lesiones de eccema herpético tienden a coalescer; sin embargo, la presencia de ampollas o costras más separadas en un niño no vacunado debe hacer sospechar de varicela.

La distribución de ampollas en la boca, las palmas de las manos y las plantas de los pies es más indicativa de la enfermedad mano-comida-boca. Los niños comúnmente se presentan con febrícula, malestar general y disminución del apetito.

Una erupción más generalizada de vesículas o ampollas en niños con dermatitis atópica, especialmente si se acompaña de lesiones orales, apunta a eczema coxsackium.

En casos ambiguos, los ensayos de reacción en cadena de la polimerasa pueden ayudar a establecer el diagnóstico.

Este caso destaca la necesidad de diferenciar rápidamente el eccema herpético de estas entidades, que requieren un tratamiento menos agresivo, e iniciar aciclovir sistémico idealmente dentro de las primeras 72 horas del inicio de los síntomas.

6.-Invasive Group B Streptococcal Disease In ChildhoodThe Pediatric Infectious Disease Journal. 41(9):e400-e402, September 2022.

La enfermedad estreptocócica invasiva del grupo B en la infancia es infrecuente y ocupa un nicho clínico único. Presentamos 10 niños, de 1 a 17 años de edad, con enfermedad estreptocócica invasiva del grupo B entre 2010 y 2020. Siete tenían condiciones que predisponían a la infección y 3 no tenían factores de riesgo identificables. Con la consideración adecuada de la patogénesis, el control de la fuente y el tratamiento, todos los niños se recuperaron.

Para profundizar:

– Miositis aguda infantil en urgencias pediátricas. Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:285-9.

Introducción: la miositis aguda benigna de la infancia (MAB) es una enfermedad benigna y autolimitada, considerada en la actualidad como una secuela de enfermedades víricas. Su manifestación clínica típica son las mialgias en las extremidades inferiores acompañadas de rechazo a caminar.

Pacientes y métodos: realizamos una revisión retrospectiva de los casos de MAB atendidos en nuestro servicio de urgencias pediátricas durante un periodo de 25 años. Obtuvimos datos demográficos, clínicos y de laboratorio a través de la revisión sistemática de historias clínicas. Se elaboraron estadísticas descriptivas y se efectuaron comparaciones entre grupos a través del test U de Mann-Whitney. Las correlaciones entre variables cuantitativas se realizaron mediante el análisis de rangos de Spearman.

Resultados: se identificaron 139 casos de MAB (74,8% varones). La mayor incidencia se produjo en los meses de invierno y en niños de 4-8 años. Las mialgias bilaterales en miembros inferiores fueron el principal motivo de consulta. El 86,3% referían fiebre acompañada de síntomas respiratorios (88,5%), confirmándose en urgencias la infección por virus influenza en 37 casos (75,6% del serotipo B). En el momento del diagnóstico, la mediana de creatincinasa (CK) fue 1794 U/l, no existiendo diferencias significativas en función del sexo (p = 0,687). La función renal fue normal en todos los pacientes, ninguno necesitó hospitalización.

Conclusiones: la MAB es una entidad fácilmente reconocible teniendo en cuenta sus manifestaciones clínicas y analíticas. A pesar de las masivas elevaciones de CK, sus complicaciones son excepcionales y la mayoría de los pacientes pueden ser dados de alta con tratamiento conservador.

– Sensibilidad del test de diagnóstico rápido SARS-CoV-2 Panbio en Atención Primaria. Rev Pediatr Aten Primaria. 2022;24:e283-e289.

Introducción y objetivos: los pediatras de Atención Primaria necesitamos técnicas de diagnóstico rápido (TDR) fiables para prevenir la propagación de la enfermedad COVID-19 mediante un cribado temprano y eficaz a la espera de una vacuna. El objetivo de este trabajo fue evaluar como novedad en Atención Primaria, tanto en adultos como niños, sintomáticos y contactos asintomáticos, la sensibilidad (S) de los test de antígeno SARS-CoV-2 Panbio del laboratorio Abbott respecto a la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

Pacientes y métodos: se incluyeron 591 pacientes (222 menores de 14 años) (249 sintomáticos y 342 contactos). Se calculó la sensibilidad (S) y la especificidad (E) junto con sus intervalos de confianza (IC) del 95%. La independencia de los dos resultados ha sido analizada mediante el test de McNemar.

Resultados: la S del test en adultos fue del 81% (IC 95%: 66,16-96,34) y en niños del 80% (IC 95%: 34,94-100) dentro de los 5 primeros días. En contactos se evaluó la S en los cinco primeros días, en adultos (68%; IC 95%: 51,13-86,37), del 5.º al 9.º día (85%) y en niños (66%; IC 95%: 30,31-100). El tipo de contacto más frecuente fue domiciliario en un 52% de los casos. La E fue 100% en todos los casos.

Conclusiones: el test rápido de antígeno SARS-CoV-2 Panbio puede ser útil para diagnóstico de adultos y niños los primeros cinco días de inicio de síntomas, así como entre el 5.º y 9.º día tras el contacto con positivo COVID-19 confirmado, pendiente de interpretar en futuros estudios.

– Oral Versus Intravenous Antibiotics for Pediatric Osteoarticular Infection: When and to Whom?The Pediatric Infectious Disease Journal. 41(9):e351-e357, September 2022.

Las infecciones osteoarticulares (IOA) suelen tratarse inicialmente con antibióticos intravenosos. El objetivo de este estudio fue evaluar si un tratamiento oral exclusivo en niños seleccionados puede ser apropiado.

Métodos: La Red Española de Infecciones Osteoarticulares es un registro multicéntrico de ámbito nacional que comprende 37 hospitales de España. El registro incluye de forma prospectiva las características clínicas y los resultados de los niños con OAI. Uno de los hospitales de RioPed ofrece tratamiento oral a los niños que cumplen ciertos criterios. Los pacientes se clasificaron en 2 grupos. Grupo 1: manejo con terapia antibiótica intravenosa inicial. Grupo 2: pacientes tratados exclusivamente con antibióticos orales. Se realizó una comparación entre los 2 grupos.

Resultados: Se compararon 893 niños que recibieron inicialmente antibióticos intravenosos (grupo 1) con 64 niños que recibieron exclusivamente terapia oral (grupo 2). Los pacientes del grupo 2 eran más jóvenes (33,9 frente a 20,3 meses; P = 0,001), tenían un menor porcentaje de Staphylococcus aureus (23,3% frente a 3,1%; P < 0,001), una mayor proporción de Kingella kingae (12,1% frente a 28,1%; P = 0. 001), una mayor proporción de velocidad de sedimentación globular/proteína reactiva (PCR) (1,4 rango intercuartil 0,6-3,6 vs. 3,3 rango intercuartil 1,7-5,7; P < 0,001) y mostraron una menor tasa de fiebre (63% vs. 48,8%; P = 0,024) que en el grupo 1. No se encontraron complicaciones en el grupo 2.

Conclusiones: Una administración exclusivamente oral podría ser una opción segura en pacientes seleccionados con OAI. Se proponen criterios de bajo riesgo: buen estado general, ausencia de enfermedad subyacente, edad de 6 meses a 3 años, tolerancia oral adecuada, proteína C reactiva <80 mg/L, relación velocidad de sedimentación globular/proteína reactiva ≥0,67, ausencia de lesiones cutáneas, ausencia de cirugía reciente, ausencia de espondilodiscitis cervical y ausencia de complicaciones locales al inicio.

 – Reassessing the Performance of the “Step-By-Step” Approach to Febrile Infants 90 Days of Age and Younger in the Context of the COVID-19 Pandemic: A Multicentric Retrospective StudyThe Pediatric Infectious Disease Journal. 41(9):e365-e368, September 2022.

Antecedentes: Los lactantes con COVID-19 pueden presentar a menudo fiebre sin origen, lo que constituye una situación difícil en los lactantes de menos de 90 días. Se ha propuesto el algoritmo “paso a paso” para identificar a los niños con alto riesgo de infección bacteriana. En el contexto de la pandemia de COVID-19, nos propusimos reevaluar el rendimiento diagnóstico de este algoritmo.

Métodos: Realizamos un estudio retrospectivo multicéntrico en 3 servicios de urgencias pediátricas francesas entre 2018 y 2020. Aplicamos el algoritmo “paso a paso” a 4 entidades clínicas: COVID-19, infecciones febriles del tracto urinario (FUTI), infección bacteriana invasiva (IBI) e infecciones por enterovirus. El resultado principal fue la proporción de lactantes clasificados en alto riesgo (de aspecto enfermizo, ≤21 días de edad, con leucocituria o nivel de procalcitonina ≥0,5 ng/mL).

Resultados: Entre los 199 lactantes incluidos, 40 tenían COVID-19 aislado, 25 tenían IBI, 60 tenían FUTI y 74 tenían infección por enterovirus. Todos los lactantes con infección bacteriana, excepto uno, fueron clasificados como de alto riesgo (96% para IBI y 100% para FUTI), así como el 95% con enterovirus y el 82% con COVID-19. Los lactantes con COVID-19 se clasificaron como de alto riesgo por una apariencia enfermiza (72%), una edad ≤21 días (27%) o leucocituria (19%). Todos estos lactantes tenían valores de procalcitonina <0,5 ng/mL y sólo 1 tenía un nivel de proteína C reactiva >20 mg/L.

Conclusiones: El algoritmo “paso a paso” sigue siendo eficaz para identificar a los lactantes con infección bacteriana, pero clasifica erróneamente a la mayoría de los lactantes con COVID-19 como de alto riesgo de infección bacteriana, lo que conduce a cuidados innecesarios. Puede ser necesario un algoritmo actualizado basado en la adición de pruebas virales para discriminar la fiebre relacionada con la COVID-19 aislada en lactantes de <90 días de edad.

– COVID-19 Hospitalization Among Children <18 Years by Variant Wave in Norway. Pediatrics. 2022 Sep 1;150(3):e2022057564.

OBJETIVOS. Existe evidencia limitada sobre si la gravedad relativa de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en niños y adolescentes difiere para las diferentes variantes del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo. Comparamos el riesgo de hospitalización por COVID-19 agudo o síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) entre personas <18 años no vacunadas con COVID-19 (casos) entre ondas de Alpha, Delta y Omicron (sublinaje BA.1 ) variantes en Noruega.

MÉTODOS. Utilizamos datos vinculados a nivel individual de los registros nacionales para calcular los cocientes de riesgos ajustados (aRR) con un intervalo de confianza (IC) del 95 % mediante una regresión log-binomial multivariable. Ajustamos por onda variante, características demográficas y comorbilidades subyacentes.

RESULTADOS. Incluimos 10 538 Alpha (21 hospitalizados con COVID-19 agudo, 7 MIS-C), 42 362 Delta (28 COVID-19 agudo, 14 MIS-C) y 82 907 casos de onda Omicron (48 COVID-19 agudo, 7 MIS-C). El riesgo de hospitalización con COVID-19 agudo fue menor en la onda Delta (aRR: 0,53, IC 95 %: 0,30–0,93) y Omicron (aRR: 0,40, IC 95 %: 0,24–0,68), en comparación con la onda Alfa. No encontramos diferencias en este riesgo para Omicron en comparación con Delta. El riesgo de MIS-C fue menor para Omicron, en comparación con Alpha (aRR: 0,09, IC del 95 %: 0,03–0,27) y Delta (aRR: 0,26, IC del 95 %: 0,10–0,63).

CONCLUSIONES. No encontramos evidencia clara de que diferentes variantes hayan influido en el riesgo de hospitalización por COVID-19 agudo entre niños y adolescentes no vacunados en Noruega. El menor riesgo de este resultado con Omicron y Delta puede reflejar cambios en otros factores a lo largo del tiempo, como la estrategia de prueba, la vacunación materna y/o los criterios de hospitalización. La aparición de Omicron ha reducido el riesgo de MIS-C.

Lo que se sabe sobre este tema:

Existe evidencia limitada sobre la posible asociación entre el riesgo de hospitalización con COVID-19 agudo entre niños y adolescentes y diferentes variantes de SARS-CoV-2. Los datos preliminares sugieren un menor riesgo de síndrome inflamatorio multisistémico en niños después de la infección con Omicron.

Lo que agrega este estudio:

No encontramos pruebas claras de que las diferentes variantes del SARS-CoV-2 hayan influido en el riesgo de hospitalización por COVID-19 agudo entre niños y adolescentes en Noruega. El riesgo de síndrome inflamatorio multisistémico fue menor en niños y adolescentes infectados con Omicron.

– Prevalence of SARS-CoV-2 positivity in infants with bronchiolitis: a multicentre international study (15 June, 2022) 

Durante la pandemia de SARS-CoV-2, muy pocos lactantes con SARS-CoV-2 tuvieron bronquiolitis y la mayoría presentó un curso clínico leve. En general, hubo una marcada disminución de los casos de bronquiolitis, y de hecho no se produjo la epidemia de invierno del VRS.

Antecedentes: La bronquiolitis es la principal infección aguda de las vías respiratorias en los lactantes durante la temporada de invierno. Desde el inicio de la pandemia de SARS-CoV-2, se ha registrado una reducción del número de diagnósticos de bronquiolitis.

Objetivo: El presente estudio tuvo como objetivo describir la incidencia y las características clínicas de la bronquiolitis durante la temporada de invierno 2020-2021 en una gran cohorte de niños en Europa e Israel, y aclarar el papel del SARS-CoV-2.

Entorno, pacientes, intervenciones: Se realizó un estudio transversal observacional multicéntrico en 23 servicios de urgencias pediátricas de Europa e Israel. Se recogieron datos clínicos y demográficos sobre todos los casos de bebés diagnosticados de bronquiolitis desde el 1 de octubre de 2020 hasta el 30 de abril de 2021. Para cada paciente inscrito, se informaron las pruebas de diagnóstico, los tratamientos y los resultados.

Medidas de resultado principales: El resultado principal fue la prevalencia de bronquiolitis positiva al SARS-CoV-2.

Resultados: Trescientos catorce lactantes recibieron un diagnóstico de bronquiolitis durante el periodo de estudio. De los 535 lactantes que dieron positivo al SARS-CoV-2, 16 (3%) tenían bronquiolitis. La mediana de edad, el predominio del sexo masculino, el peso, los antecedentes de prematuridad y la presencia de comorbilidades no difirieron entre los grupos positivos y negativos al SARS-CoV-2. El rinovirus fue el patógeno implicado más común, mientras que el virus sincitial respiratorio (VSR) se detectó en un caso. La bronquiolitis por SARS-CoV-2 tuvo un curso clínico leve, con un paciente que recibió suplementos de oxígeno y ninguno requirió ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos o neonatales.

Conclusiones: Durante la pandemia de SARS-CoV-2 se observó un marcado descenso en el número de diagnósticos de bronquiolitis y la desaparición de la epidemia invernal de VRS. La bronquiolitis relacionada con el SARS-CoV-2 fue poco frecuente y en su mayoría tuvo un curso clínico leve.

– Gastrointestinal Manifestations in Hospitalized Children With Acute SARS-CoV-2 Infection and Multisystem Inflammatory Condition: An Analysis of the VIRUS COVID-19 RegistryThe Pediatric Infectious Disease Journal. 41(9):751-758, September 2022.

Objetivos: Describir la incidencia y los resultados asociados de las manifestaciones gastrointestinales (GI) de la enfermedad aguda por coronavirus 2019 (COVID-19) y el síndrome inflamatorio multisistémico en niños hospitalizados (MIS-C).

Métodos: Revisión retrospectiva del registro del Estudio Universal de Infecciones Virales y Enfermedades Respiratorias, un estudio de cohortes prospectivo, observacional y multicéntrico internacional de niños hospitalizados con COVID-19 aguda o MIS-C desde marzo de 2020 hasta noviembre de 2020. La medida de resultado primario fue la enfermedad crítica por COVID-19. Se realizaron modelos multivariables para evaluar las asociaciones de la afectación GI con el resultado compuesto primario en toda la cohorte y en una subpoblación de pacientes con MIS-C. Los resultados secundarios incluyeron la duración prolongada de la estancia hospitalaria, definida como >75º percentil y la mortalidad.

Resultados: De los 789 pacientes, la afectación gastrointestinal estaba presente en 500 (63,3%). En 392 (49,6%) se produjo una enfermedad crítica y 18 (2,3%) murieron. Los pacientes con afectación gastrointestinal eran mayores (mediana de edad de 8 años) y el 18,2% tenía una comorbilidad gastrointestinal subyacente. Los síntomas gastrointestinales y las alteraciones hepáticas fueron más frecuentes entre los pacientes con CMI. En los modelos multivariables ajustados, el COVID-19 agudo no se asoció con los resultados primarios o secundarios. Del mismo modo, a pesar de la preponderancia de la afectación GI en los pacientes con CMI, tampoco se asoció con los resultados primarios o secundarios.

Conclusiones: La afectación GI es común en los niños hospitalizados con COVID-19 aguda y MIS-C. La afectación GI no se asocia con la enfermedad crítica, la duración de la estancia hospitalaria ni la mortalidad en la COVID-19 aguda ni en la CMI-C.

– COVID-19 Vaccines in Infants, Children, and Adolescents Pediatrics. 2022

Las vacunas son seguras y eficaces para proteger a las personas y las poblaciones contra las enfermedades infecciosas. Las nuevas vacunas son evaluadas mediante un proceso largo, riguroso y transparente por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Todos los datos de seguridad y eficacia disponibles se revisan antes de la autorización o aprobación de las recomendaciones de política.

Para obtener orientación adicional sobre la administración de las vacunas contra la COVID-19, el almacenamiento y la manipulación, la notificación y la educación del paciente para cada vacuna específica, visite: Recursos clínicos y profesionales para la vacunación contra la COVID-19 | CDC y vacuna COVID-19 para niños (aap.org).

– Vaccine Effectiveness of BNT162b2 Against Delta and Omicron Variants in Adolescents. Pediatrics. 2022. 

Hay datos limitados sobre la efectividad de la vacuna (VE) contra la variante Omicron en adolescentes. En Ontario, Canadá, la mayoría de los adolescentes vacunados completaron su serie primaria de BNT162b2 durante el verano de 2021; la elegibilidad para la tercera dosis (6 meses después de una segunda dosis) se amplió a las personas de 12 a 17 años en febrero de 2022. Estimamos VE de 2 dosis y 3 dosis contra Omicron (BA.1/BA.1.1) y Delta para este grupo de edad.

Realizamos un estudio de diseño de prueba negativa entre personas de 12 a 17 años y SARS-CoV-2 probado (mediante reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa en tiempo real) entre el 22 de noviembre de 2021 (fecha de la primera detección de Omicron) y el 6 de marzo de 2022 usando métodos detallados en otra parte. 1,2  Restringimos nuestros resultados de Delta al 2 de enero de 2022 y antes debido a los números pequeños y la circulación limitada después de esta fecha. Vinculamos y analizamos datos de laboratorio, vacunas, enfermedades de notificación obligatoria y administrativos de salud para toda la población elegible en ICES (anteriormente…

– Microbiome and paediatric gut diseases (29 October, 2021)

En el intestino humano reside una vasta comunidad de microorganismos que desempeñan funciones críticas para el mantenimiento de la homeostasis de todo el organismo. Se cree que los cambios en la composición y función de esta comunidad, denominada microbioma, provocan la aparición de enfermedades, incluidas las no transmisibles. En esta revisión, debatimos las pruebas actuales sobre el papel del microbioma intestinal en la patogénesis, los resultados y el tratamiento de las enfermedades intestinales pediátricas. Llegamos a la conclusión de que, aunque el microbioma intestinal está alterado en la enfermedad intestinal inflamatoria pediátrica, la enfermedad celíaca, la insuficiencia intestinal, la enterocolitis necrotizante y el síndrome del intestino irritable, actualmente hay muy pocas implicaciones para desentrañar la patogénesis de la enfermedad o para orientar la práctica clínica. En el futuro, el microbioma intestinal podría ayudar al diagnóstico diferencial de la enfermedad y a la predicción de los resultados clínicos, y constituir un objetivo para las intervenciones terapéuticas.

– A large multi-country outbreak of monkeypox across 41 countries in the WHO European Region, 7 March to 23 August 2022. Euro Surveill. 2022;27(36):pii=2200620. https://doi.org/10.2807/1560-7917.ES.2022.27.36.2200620.

Tras la notificación de un grupo de casos de viruela del mono no asociados a viajes por parte del Reino Unido en mayo de 2022, 41 países de la Región Europea de la OMS han notificado 21.098 casos y dos muertes hasta el 23 de agosto de 2022. Las previsiones actuales sugieren un estancamiento en las notificaciones de casos. La mayoría de los casos (97%) son HSH, con una presentación atípica de la enfermedad por sarpullido. El contagio se produce principalmente por contacto estrecho durante las actividades sexuales. Se notifican pocos casos entre mujeres y niños. Se necesitan intervenciones dirigidas a los grupos de riesgo para detener la transmisión.

– Infective Endocarditis Among High-risk Individuals Before and After the Cessation of Antibiotic Prophylaxis in Dentistry: A National Cohort Study, Clinical Infectious Diseases, Volume 75, Issue 7, 1 October 2022, Pages 1171–1178, https://doi.org/10.1093/cid/ciac095

Antecedentes

Unos años después de la publicación de las directrices británicas, la Agencia Sueca de Productos Médicos publicó en octubre de 2012 unas recomendaciones nacionales que promovían el cese de la profilaxis antibiótica en odontología para la prevención de la endocarditis infecciosa (EI). El objetivo de este estudio fue evaluar si la incidencia de EI estreptocócica oral aumentó entre los individuos de alto riesgo después de octubre de 2012.

Métodos

Este estudio de cohorte a nivel nacional incluyó a todos los individuos adultos (>17 años) que vivían en Suecia desde enero de 2008 hasta enero de 2018, con un código de diagnóstico o código de procedimiento quirúrgico que indicaba un alto riesgo de EI. Se realizaron modelos de riesgo proporcional de Cox para calcular las ratios ajustadas de EI estreptocócica oral antes y después de octubre de 2012 entre los individuos de alto riesgo y las referencias.

Resultados. Este estudio no encontró una mayor incidencia de EI estreptocócica oral entre los individuos de alto riesgo durante los 5 años posteriores al cese, en comparación con los anteriores. Los cocientes de tasas de riesgo fueron 15,4 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 8,3-28,5) antes y 20,7 (IC del 95%: 10,0-42,7) después de octubre de 2012 para los individuos de alto riesgo prevalentes. Los ratios correspondientes para los individuos de alto riesgo incidentes fueron 66,8 (IC del 95%: 28,7-155,6) y 44,6 (IC del 95%: 22,9-86,9). Las estimaciones puntuales para la interacción con el periodo de tiempo fueron de 1,4 (IC del 95%: 0,6-3,5) y 0,8 (IC del 95%: 0,5-1,3) para los individuos de alto riesgo prevalentes e incidentes, respectivamente.

Conclusión. Los resultados sugieren que la actual recomendación sueca de no administrar profilaxis antibiótica para la prevención de la EI en odontología no ha provocado un aumento de la incidencia de la EI estreptocócica oral entre los individuos de alto riesgo.

– Prenatal Influenza Vaccination or Influenza Infection and Autism Spectrum Disorder in Offspring, Clinical Infectious Diseases, Volume 75, Issue 7, 1 October 2022, Pages 1140–1148, https://doi.org/10.1093/cid/ciac101

Métodos. Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo de parejas de madres e hijos con partos entre el 1 de enero de 2011 y el 31 de diciembre de 2014 en Kaiser Permanente Southern California. Se realizó un seguimiento de los niños de más de un año de edad hasta el 31 de diciembre de 2018. La vacunación materna contra la gripe o la infección durante el embarazo se obtuvo de los registros de salud electrónicos. El TEA se definió por los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Novena o Décima Revisión, Modificación Clínica, después de la edad de 1 año. Los modelos de riesgos proporcionales de Cox estimaron las razones de riesgo (HR) crudas y de probabilidad inversa de tratamiento ponderada (IPTW) para la asociación entre la vacunación o infección materna contra la gripe y el TEA.

Resultados. Se incluyeron 84.739 parejas madre-hijo en la muestra analítica final. De las 46 257 mujeres vacunadas, el 32,4% lo fueron durante el primer trimestre, el 41,8% durante el segundo y el 25,8% durante el tercero. Se diagnosticó TEA en 1930 (2,3%) niños. Los análisis de IPTW no mostraron ninguna asociación entre la vacunación prenatal contra la gripe o la infección y el TEA en la descendencia (HR, 1,04; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,95-1,13; HR, 1,12; IC del 95%, 0,66-1,89, respectivamente).

Conclusiones. La vacunación o infección prenatal contra la gripe no se asoció con el riesgo de TEA en la descendencia. Los resultados apoyan las recomendaciones de vacunar a las mujeres embarazadas para protegerse a sí mismas y a sus bebés, que son vulnerables a la morbilidad grave tras la infección.obios de los pacientes con KD para predecir la respuesta a la terapia con IVIG.

– Autism Risk and Perinatal Antibiotic Use. Pediatrics. 2022 Sep 1;150(3):e2022057346. 

OBJETIVOS. Los antibióticos se administran comúnmente durante el trabajo de parto y el parto, y la investigación ha sugerido que la exposición fetal a los antibióticos puede aumentar el riesgo de trastorno del espectro autista (TEA). Evaluamos si la exposición a antibióticos durante el trabajo de parto y el parto aumentaba el riesgo de TEA en la descendencia.

MÉTODOS. Este estudio de cohorte retrospectivo incluyó a todas las personas que dieron a luz a un bebé nacido a término único en Columbia Británica, Canadá, entre el 1 de abril de 2000 y el 31 de diciembre de 2014. Esta cohorte incluyó 569 953 partos. Para examinar la asociación entre mujeres embarazadas tratadas por la misma indicación, estudiamos una subcohorte de aquellas que dieron positivo para Streptococcus del grupo B. Se utilizaron modelos de riesgos proporcionales de Cox para estimar las proporciones de riesgos ajustadas y no ajustadas en ambas cohortes. Se realizó un análisis de sensibilidad utilizando la duración de la primera etapa del trabajo de parto como una medida sustituta de la dosis para evaluar una relación dosis-respuesta.

RESULTADOS. En este estudio basado en la población, el uso de antibióticos durante el trabajo de parto y el parto no se asoció con un mayor riesgo de ASD en la descendencia. Los cocientes de riesgos instantáneos no ajustados y ajustados fueron 1,29 (intervalo de confianza del 95 %, 1,24–1,35) y 0,99 (0,94–1,04), respectivamente; y 1,07 (0,90–1,27) y 0,88 (0,74–1,05), respectivamente, en la cohorte positiva para Streptococcus del grupo B. No observamos una diferencia sustancial en la asociación entre la exposición a antibióticos y el TEA según la duración de la primera etapa del trabajo de parto.

CONCLUSIONES. Nuestros hallazgos sugieren que la preocupación por los TEA no debe tenerse en cuenta en la decisión clínica de administrar antibióticos durante el trabajo de parto y el parto. Se necesita investigación futura para examinar duraciones más largas de exposición prenatal a antibióticos.

Bibliografía julio- agosto 2022

TOP Ten

Objetivos. En España, las pruebas diagnósticas de COVID-19 en atención primaria estuvieron disponibles desde mayo de 2020. Previamente la mayoría de los estudios describían pacientes hospitalarios: la fiebre y la tos eran los síntomas más frecuentes. Interesaba conocer la expresión clínica de la COVID-19 pediátrica en la comunidad.

Métodos. Estudio descriptivo analítico observacional de casos pediátricos (0-14 años) de 255 pediatras de atención primaria españoles, del 12/5/2020 al 30/4/2021. Los diagnósticos se determinaron por PCR, test rápido de detección de antígeno o serología IgG positiva.

Resultados. Se incluyeron 10.021 niños, 48,4% mujeres, con una edad media de 8,04±4,17 años. Se detectó la infección por búsqueda de contactos (70,9%) o síntomas compatibles (18,8%). El hogar familiar fue la principal fuente de contagio (64,9%), seguido por los colegios (10%) o de origen desconocido (9,9%). No hubo diferencias significativas en la incidencia entre temporadas vacacionales o lectivas. El 43,2% fueron asintomáticos. Los síntomas más frecuentemente encontrados fueron rinorrea en menores de 2 años, fiebre entre 3 y 8 años y cefalea en mayores de 9 años. Se describen exhaustivamente los síntomas y signos observados por edad. Se hospitalizaron a 8 pacientes, uno con un síndrome inflamatorio multisistémico. No hubo fallecimientos.

Conclusiones. La COVID-19 es una enfermedad leve con un gran número de casos asintomáticos, con pocas hospitalizaciones y fallecimientos. El lugar principal de transmisión es el domicilio y el cierre de colegios debería ser el último recurso para controlar la pandemia. No se pudo describir un cuadro clínico característico de la enfermedad.

Introducción. En la población pediátrica, el COVID-19 suele ser asintomático o leve, pero puede haber casos graves y mortales.

Métodos. Se analizaron datos de los casos de COVID-19 registrados en las bases de datos nacional y regional de la Secretaría de Salud Federal de México y la Secretaría de Salud de Ciudad de México para establecer las características clínicas y los factores de riesgo de mortalidad en la población pediátrica. El riesgo de defunción se calculó mediante el método de regresión de riesgos proporcionales de Cox.

Resultados. Las bases de datos nacional y de Ciudad de México, respectivamente, registraban un total de 18.465 (2,8%) y de 5.733 (4,2%) de casos confirmados de COVID-19 en menores de 18 años en septiembre de 2020. La edad mediana al diagnóstico fue de 12 años (rango: 0-17). Las diferencias encontradas en los casos registrados a nivel nacional en comparación con los registrados en la Ciudad de México fueron: 12,5 vs. 8,2% de pacientes hospitalizados; 6 vs. 3,5% con diagnóstico de neumonía; 2,4 vs. 1,9% ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y 1,3 vs. 0,7% fallecidos. Los factores de riesgo independientes asociados a una probabilidad mayor de defunción fueron el diagnóstico de neumonía, la hipertensión, la obesidad, la inmunosupresión y la intubación.

Conclusiones. En México, el 2,8% del total de casos confirmados COVID-19 se dan en pacientes menores de 18 años, con una mediana de edad de 12 años y una mortalidad del 1,3%. Los factores de riesgo de mortalidad identificados fueron el diagnóstico de neumonía, el ingreso en la UCI, la obesidad, la hipertensión, la inmunosupresión, la diabetes, la enfermedad pulmonar crónica y la enfermedad renal.

La resistencia a los antibióticos supone una de las prioridades mundiales en salud ya que la OMS prevé que las infecciones multirresistentes serán la primera causa de muerte en 2050, superando a las enfermedades cardíacas y el cáncer1,2. Una de las medidas prioritarias en nuestro país recogidas en el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN)3 y en la Acción Conjunta Europea sobre las Resistencias Antimicrobianas e Infecciones Asociadas a la Asistencia Sanitaria es el desarrollo de Programas de Optimización de Uso de Antimicrobianos (PROA), tanto en el ámbito comunitario como hospitalario4. La puesta en marcha de estos programas en España fue aprobada por las comunidades autónomas en la reunión del Comité de Coordinación de las comunidades autónomas del PRAN celebrada en la sede de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en el año 20153.

Es conocido que estos fármacos se recetan ampliamente a los niños. Algunos estudios demuestran que aproximadamente el 20% de todas las visitas de pacientes ambulatorios y el 60% de los ingresos resultan en al menos una prescripción de estos medicamentos. A pesar de la abrumadora evidencia que respalda los beneficios de los PROA para optimizar el uso de antibióticos en los hospitales de adultos, los datos en entornos pediátricos son más limitados5.

Con objeto de analizar la adecuación de los tratamientos antibióticos a las guías clínicas en nuestro medio, y los puntos de mejora según los PROA, elegimos como ejemplo una patología frecuente, la adenitis cervical (inflamación de los ganglios linfáticos), que en ocasiones precisa ingreso y manejo intrahospitalario. La causa principal de adenitis cervical aguda infantil es la infección por Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes (80%)6.

Introducción.Staphylococcus aureus (S. aureus) es un germen frecuente en las infecciones bacterianas infantiles. Últimamente la tasa de S. aureus resistente a meticilina (SAMR) está aumentando.

Objetivos. Principal: conocer la tasa de cultivos positivos a SAMR en los servicios de urgencias pediátricos españoles. Secundarios: analizar factores de riesgo de aislamiento de SAMR (procedencia del paciente, antecedentes de hospitalización o cirugía en los 90 días previos, de antibioterapia en los 60 días previos, presencia de comorbilidad, dispositivos invasivos, aislamiento SAMR previo) y la morbilidad de estas infecciones.

Metodología. Estudio retrospectivo multicéntrico (1/07/2017-30/06/2018) con revisión de historias de pacientes con aislamiento de S. aureus en muestras de cualquier origen obtenidas en 8 servicios de urgencias pediátricos del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.

Resultados. Durante dicho periodo se aisló S. aureus en 403 pacientes (edad media 75,8±59,2 meses; 54,8% hombres): 28,8% infecciones relacionadas con el hospital y 71,2% con la comunidad. Tasa global de SAMR: 16,6% (IC95%: 13-20,2%); 18,1% en infecciones relacionadas con el hospital y 16,2% en infecciones relacionadas con la comunidad (p>0,05). Las tasas más altas de SAMR se obtuvieron en abscesos cutáneos (29,3%; IC95%: 21,8-36,8%), pacientes no nacidos en España (52%; IC95%: 32-72%) o con una infección previa por SAMR (90%; IC95% 71,4-100%). Ingresaron 167 pacientes (41%), presentaron complicaciones 12 (3%) y secuelas 4 (1%). No hubo fallecimientos.

ConclusionesLa tasa global de SAMR afectó a una de cada 6 infecciones estafilocócicas. Las tasas más altas de SAMR se han producido en muestras de lesiones supuradas de piel y en niños extranjeros o con antecedentes de infección previa por SAMR. En las lesiones supuradas de piel es principal su drenaje precoz y valorar el cambio a antibiótico con cobertura frente a SAMR si la evolución no es la adecuada.

En este estudio de cohorte retrospectivo basado en la población, el aumento de la cobertura de vacunación contra la gripe se asoció temporalmente con una reducción del uso de antibióticos ambulatorios en los niños. Después de ajustar la eficacia anual de la vacuna, la tasa de prescripción de antibióticos disminuyó en 3/1000 personas-mes por cada aumento del 1% en la cobertura de vacunación contra la influenza entre 2012 y 2017 en Carolina del Sur ( P < 0,001).

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El NTHi fue el patógeno predominante en los cultivos de oído de los episodios de otitis media aguda (OMA) grave en los niños vacunados con la PCV-13, con mayor frecuencia en las niñas. Los episodios de OMA por NTHi se asociaron a más miringotomías debido a una mayor incidencia de fracaso terapéutico. La baja tasa de aislamientos de NTHi con β-lactamasas en los cultivos de líquido del oído medio de los niños vacunados con PCV-13 que presentan OMA refuerza el uso de amoxicilina como antibiótico de primera línea.

Los adenovirus humanos suelen causar infecciones respiratorias, gastrointestinales y conjuntivales autolimitadas en niños sanos.

Se identificó un total de 15 niños con hepatitis aguda: 6 (40 %) que tenían hepatitis con causa identificada y 9 (60%) que tenían hepatitis sin causa conocida. Ocho (89%) de los pacientes con hepatitis de causa desconocida dieron positivo para el adenovirus humano.

Los autores concluyen: La viremia de adenovirus humano se detectó en la mayoría de los niños con hepatitis aguda de causa desconocida ingresados en el Hospital Pediátrico Alabama desde el 1 de octubre de 2021 hasta28 de febrero de 2022, pero aún no está claro si el adenovirus humano fue la causa.

ANTECEDENTES Desde enero de 2022, se ha producido un aumento de las notificaciones de casos de hepatitis aguda de causa desconocida en niños. Aunque se han notificado casos en varios continentes, la mayoría se han notificado en el Reino Unido. Se está investigando para identificar el agente o agentes causantes.

MÉTODOS Realizamos un estudio retrospectivo con niños remitidos a un único centro de trasplante hepático pediátrico del Reino Unido entre el 1 de enero y el 11 de abril de 2022. Estos niños tenían 10 años de edad o menos y presentaban una hepatitis que cumplía con la definición de caso de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido para la hepatitis aguda confirmada que no era de la hepatitis A a la E y no tenía una causa metabólica, hereditaria o genética, congénita o mecánica, en el contexto de un nivel de aminotransferasa sérica superior a 500 UI por litro. Se revisaron las historias clínicas y se documentaron las características demográficas, las características clínicas y los resultados de las pruebas bioquímicas, serológicas y moleculares del hígado para los virus hepatótropos y otros, así como los resultados radiológicos y clínicos. Los resultados se clasificaron como una condición de mejora, trasplante de hígado o muerte.

RESULTADOS. Un total de 44 niños tenían hepatitis que cumplían la definición de caso confirmado, y la mayoría estaban previamente sanos. La edad media era de 4 años (rango, 1 a 7). Las características comunes de presentación fueron ictericia (en el 93% de los niños), vómitos (en el 54%) y diarrea (en el 32%). Entre los 30 pacientes que se sometieron a pruebas moleculares de adenovirus humano, 27 (90%) fueron positivos. Se produjo una insuficiencia hepática fulminante en 6 pacientes (14%), todos los cuales recibieron un trasplante de hígado. Ninguno de los pacientes falleció. Todos los niños, incluidos los 6 que recibieron un trasplante de hígado, fueron dados de alta.

CONCLUSIONES En esta serie de 44 niños pequeños con hepatitis aguda de causa incierta, se aisló el adenovirus humano en la mayoría de los niños, pero no se ha establecido su papel en la patogénesis de esta enfermedad.

La hepatitis aguda en los niños no es ciertamente nueva, y puede ser preocupante. El éxito de las campañas de vacunación en todo el mundo durante las últimas décadas ha dado lugar a mejoras demostrables en la salud pública y el bienestar al reducir la incidencia y las consecuencias de dos causas virales: los virus de la hepatitis A y B. Muchos otros virus, algunos bastante comunes en la infancia, son hepatotrópicos y en una minoría de pacientes pueden causar una enfermedad que puede agravarse. En estos casos, el daño hepático se manifiesta en forma de elevaciones de los niveles séricos de enzimas hepáticas, como la alanina aminotransferasa (ALT) y la aspartato aminotransferasa (AST), que pueden aumentar rápidamente hasta más de 100 veces el límite superior del rango normal. En estos casos graves, las condiciones de los pacientes pueden empeorar rápidamente, lo que lleva a un deterioro sustancial de la función hepática (por ejemplo, coagulopatía, ictericia y encefalopatía) que puede derivar en una insuficiencia hepática. Algunos pacientes no presentan elevaciones tan marcadas de los niveles de aminotransferasa y tienen principalmente alteraciones funcionales. La mayoría de los pacientes se recuperan. Sin embargo, las notables capacidades regenerativas del hígado tienen un límite y, por lo tanto, en los casos progresivos es imperativo que los niños sean remitidos a centros que puedan realizar un trasplante de hígado.

La causa subyacente de la hepatitis aguda suele ser difícil de determinar, incluso con la aplicación de los modernos métodos de diagnóstico rápido basados en genes y antígenos. Normalmente se presume que la causa subyacente son los virus cuando hay un pródromo respiratorio o gastrointestinal típico con fiebre. En una gran serie de niños hospitalizados con insuficiencia hepática entre 1999 y 2004, el diagnóstico más común fue “indeterminado”, en el 49%1 , y esta sigue siendo la situación actual. Dada la corta edad de los pacientes, se buscan fundamentos genéticos y (en raros casos) causas ambientales.2,3 Claramente, es crucial que continuemos la búsqueda de las causas de la hepatitis aguda, especialmente de la hepatitis que conduce a la insuficiencia hepática, para que podamos atender eficazmente a estos niños.

Ahora se han publicado en la revista dos informes oportunos que pretenden llenar este vacío, uno de Birmingham (Reino Unido)4 y otro de Birmingham (Alabama)5 . Desde que los relatos originales de los casos de Alabama dieron lugar a la participación de los medios de comunicación social, las organizaciones de noticias, las sociedades médicas y los consorcios epidemiológicos, se ha hecho hincapié en todo el mundo en el reconocimiento y la notificación de la hepatitis aguda en los niños.3,6-11 A diferencia de los Estados Unidos, el Reino Unido utiliza tres centros de referencia, incluido el de Birmingham, para centralizar la atención de los pacientes que pueden someterse a un trasplante de hígado. Kelgeri et al. informan sobre 44 niños que recibieron tratamiento en el centro hepático de Birmingham y cuyas condiciones coincidían con la definición de caso confirmado de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (por ejemplo, hepatitis aguda no-A-E sin causa metabólica, hereditaria o genética, congénita o mecánica en un niño ≤10 años de edad con un nivel de aminotransferasa sérica [ALT o AST] >500 UI por litro); la edad media de los pacientes de la cohorte era de 4 años. La mayoría de los pacientes presentaban ictericia y síntomas gastrointestinales. Seis de los pacientes sufrieron una progresión hacia la insuficiencia hepática y fueron sometidos a un trasplante de hígado.

En el estudio de Estados Unidos, Gutiérrez Sánchez et al. informan sobre nueve pacientes de varias localidades de Alabama que fueron tratados en un hospital infantil de Birmingham y que presentaban signos y edades similares a los de la cohorte del Reino Unido, aunque los autores estadounidenses utilizaron criterios diferentes para los niveles de aminotransferasa (>250 U por litro para la ALT y >440 U por litro para la AST). Tres de los pacientes sufrieron una progresión hacia la insuficiencia hepática, y dos de ellos fueron sometidos a un trasplante de hígado.

Lo que resulta interesante aquí es el descubrimiento de que los 9 niños de la serie de casos de EE.UU. y 27 de los 30 niños que se sometieron a pruebas moleculares en el estudio del Reino Unido dieron positivo para el adenovirus humano de tipo 41, un hallazgo que coincide con otros informes.6,7 Las cargas virales séricas en los pacientes con progresión a insuficiencia hepática fueron sustancialmente más altas que las de los pacientes que se recuperaron espontáneamente.

Con informes como estos de todo el mundo, ¿hay pruebas suficientes de que el adenovirus humano 41 es una nueva causa de insuficiencia hepática pediátrica? Todavía no hay pruebas totalmente convincentes de una relación causal, ya que, al menos en Estados Unidos, no se ha producido un aumento de los casos notificados de hepatitis adenoviral.8 Además, ninguna de las evaluaciones histológicas ha revelado pruebas de infección adenoviral hepatocelular, como esperábamos los que hemos atendido principalmente a pacientes inmunodeprimidos con hepatitis adenoviral florida. Las infecciones adenovirales son muy frecuentes durante la infancia, y se sabe que el adenovirus humano 41 causa gastroenteritis aguda12 , aunque no se asocia a insuficiencia hepática. Varios de los pacientes recibieron tratamiento con cidofovir, que no se sabe que haya afectado a los resultados. Sin pruebas de daño tisular mediado por el adenovirus, estos estudios aún no son suficientes para declarar que el adenovirus humano 41 es una causa firme de hepatitis aguda que puede provocar insuficiencia hepática. Las alternativas a considerar incluyen que el adenovirus humano 41 sirva potencialmente como activador inmunológico o incluso como un transeúnte inocente y fácilmente detectable. Deben resolverse incógnitas cruciales antes de poder asignar la culpabilidad etiológica o de poder ofrecer una orientación práctica sobre el inicio del tratamiento.

Además, el adenovirus humano se encontró junto con otros virus pediátricos comunes en varios de los casos (por ejemplo, rinovirus, enterovirus y virus de la gripe) y, en la serie del Reino Unido, el SARS-CoV-2. Sin datos epidemiológicos más amplios sobre los virus en los niños que acuden a los pediatras o a los servicios de urgencias por cualquier indicación, esto no parece inesperado y debería minimizar las reflexiones sobre las múltiples causas virales. Del mismo modo, se necesitan estudios y datos adecuados antes de poder apoyar o refutar las especulaciones sobre las alteraciones relacionadas con la pandemia en la reactividad inmunológica a las enfermedades infantiles.

Por último, nadie quiere oír hablar de un nuevo virus potencialmente preocupante en el mundo en estos días. Sin embargo, no está en absoluto claro que esta cepa adenoviral sea nueva, de incidencia creciente o causante de hepatitis aguda e insuficiencia hepática pediátrica, ya que tales datos no se han recogido prospectivamente en niños. Estos dos importantes informes indican a los que están dentro y fuera del campo de la hepatología pediátrica que se necesitan urgentemente registros y estudios clínicos de la hepatitis aguda en niños; estos se están desarrollando actualmente en Europa13 y en Norteamérica.10 Es probable que con una mayor atención a la recopilación de datos sobre casos y bioespecimenes de niños con hepatitis aguda, podamos determinar si este único virus, el adenovirus humano 41, es relevante para esta importante y grave afección en los niños.

Tras la notificación de un exceso de casos pediátricos de hepatitis aguda grave de etiología desconocida por parte del Reino Unido (RU) el 5 de abril de 2022, se notificaron 427 casos procedentes de 20 países de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud al Sistema Europeo de Vigilancia TESSy desde el 1 de enero de 2022 hasta el 16 de junio de 2022. Aquí, analizamos los datos demográficos, epidemiológicos, clínicos y microbiológicos disponibles en TESSy. De los casos notificados, el 77,3% tenía 5 años o menos y el 53,5% tenía una prueba positiva para adenovirus, el 10,4% tenía una RT-PCR positiva para SARS-CoV-2 y el 10,3% estaba coinfectado con ambos patógenos. Los casos con infecciones por adenovirus tenían una probabilidad significativamente mayor de ser ingresados en unidades de cuidados intensivos o de alta dependencia (OR = 2,11; IC del 95%: 1,18-3,74) y de ser trasplantados (OR = 3,36; IC del 95%: 1,19-9,55) que los casos con un resultado negativo en la prueba de adenovirus, pero esto ya no se observó al analizar esta asociación por separado entre el Reino Unido y otros países. Se necesitan estudios etiológicos para determinar si el adenovirus desempeña un papel en esta posible aparición de casos de hepatitis en niños y, si se confirma, los mecanismos que podrían estar implicados.

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Importancia: Se conoce poco sobre los factores de riesgo y el riesgo de desarrollar afecciones post-COVID-19 (PCC) entre los niños.

Objetivos: Estimar la proporción de niños seropositivos al SARS-CoV-2 con CCP 90 días después de un resultado positivo de la prueba, comparar esta proporción con la de niños seropositivos al SARS-CoV-2 y evaluar los factores asociados a las CCP.

Diseño, entorno y participantes: Este estudio de cohorte prospectivo, realizado en 36 departamentos de emergencias (ED) en 8 países entre el 7 de marzo de 2020 y el 20 de enero de 2021, incluyó a 1884 niños positivos al SARS-CoV-2 que completaron el seguimiento de 90 días; 1686 de estos niños fueron emparejados por frecuencia según el estado de hospitalización, el país y la fecha de reclutamiento con 1701 controles negativos al SARS-CoV-2.

Exposición: SARS-CoV-2 detectado mediante pruebas de ácido nucleico.

Resultados y medidas principales: Afecciones posteriores a la prueba COVID-19, definidas como cualquier problema de salud persistente, nuevo o recurrente notificado en la encuesta de seguimiento de 90 días.

Resultados: De los 8.642 niños inscritos, 2.368 (27,4%) fueron positivos al SARS-CoV-2, entre los cuales 2.365 (99,9%) tenían datos disponibles de la visita al servicio de urgencias; entre los 1.884 niños (79,7%) que completaron el seguimiento, la edad media era de 3 años (IQR, 0-10 años) y 994 (52,8%) eran varones. Un total de 110 niños seropositivos al SARS-CoV-2 (5,8%; IC del 95%, 4,8%-7,0%) notificaron CCP, incluidos 44 de 447 niños (9,8%; IC del 95%, 7,4%-13,0%) hospitalizados durante la enfermedad aguda y 66 de 1437 niños (4,6%; IC del 95%, 3,6%-5,8%) no hospitalizados durante la enfermedad aguda (diferencia, 5,3%; IC del 95%, 2,5%-8,5%). Entre los niños seropositivos al SARS-CoV-2, el síntoma más frecuente fue la fatiga o la debilidad (21 [1,1%]). Las características asociadas a la notificación de al menos 1 PCC a los 90 días incluían haber sido hospitalizado 48 horas o más en comparación con no haber sido hospitalizado (odds ratio ajustada [aOR], 2,67 [IC del 95%, 1,63-4. 38]); tener 4 o más síntomas en la visita al servicio de urgencias en comparación con 1 a 3 síntomas (4-6 síntomas: aOR, 2,35 [IC del 95%, 1,28-4,31]; ≥7 síntomas: aOR, 4,59 [IC del 95%, 2,50-8,44]); y tener 14 años o más en comparación con menos de 1 año (aOR, 2,67 [IC del 95%, 1,43-4,99]). Los niños que dieron positivo al SARS-CoV-2 eran más propensos a notificar PCC a los 90 días en comparación con los que dieron negativo, tanto entre los que no fueron hospitalizados (55 de 1295 [4,2%; IC del 95%, 3,2%-5,5%] frente a 35 de 1321 [2. 7%; IC 95%, 1,9%-3,7%]; diferencia, 1,6% [IC 95%, 0,2%-3,0%]) como entre los que fueron hospitalizados (40 de 391 [10,2%; IC 95%, 7,4%-13,7%] frente a 19 de 380 [5,0%; IC 95%, 3,0%-7,7%]; diferencia, 5,2% [IC 95%, 1,5%-9,1%]). Además, la positividad al SARS-CoV-2 se asoció con la notificación de PCCs 90 días después de la visita índice al SU (aOR, 1,63 [IC del 95%, 1,14-2,35]), específicamente problemas de salud sistémicos (por ejemplo, fatiga, debilidad, fiebre; aOR, 2,44 [IC del 95%, 1,19-5,00]).

Conclusiones y relevancia: En este estudio de cohortes, la infección por SARS-CoV-2 se asoció con la notificación de CCP a los 90 días en los niños. La orientación y el seguimiento son especialmente necesarios en los niños hospitalizados que presentan numerosos síntomas agudos y son mayores.

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Las lesiones de la mucosa oral son comunes en la población pediátrica y, además de las etiologías traumáticas y tumorales, pueden ser síntomas de enfermedades virales, bacterianas, fúngicas o parasitarias. Sin embargo, a los pediatras y odontopediatras les resulta difícil llegar a un diagnóstico y brindar la atención adecuada cuando se enfrentan a lesiones de la mucosa masticatoria o de revestimiento, del paladar duro o blando, de la lengua o de las glándulas salivales. Aquí proponemos un árbol de decisión para el diagnóstico de las enfermedades virales, bacterianas y fúngicas más frecuentes a partir de sus lesiones bucales en niños. Centrándose primero en describir la lesión elemental en sí antes de su localización y características, pretende orientar al médico hacia el diagnóstico y los exámenes complementarios necesarios. Para generar esta herramienta, llevamos a cabo una revisión de la literatura de la infancia viral, bacteriana, enfermedades fúngicas y parasitarias con síntomas en la mucosa oral. Para cada uno de los 42 diagnósticos informados, 20 virales, 9 bacterianos, 5 fúngicos y 8 parasitarios, recopilamos el mecanismo y agente (s) de infección, las lesiones orales y su descripción, los signos sistémicos asociados y la incidencia/prevalencia. En fin, nuestro árbol de decisiones indexa las 28 enfermedades para las que se disponía de datos epidemiológicos, principalmente en Europa y Estados Unidos.

La revisión de las enfermedades virales, bacterianas, fúngicas y parasitarias infantiles con signos orales nos permitió crear un árbol de decisión que puede ser utilizado por cualquier pediatra y dentista pediátrico en Europa y Estados Unidos.

Actualmente, España tiene el segundo mayor número de casos de viruela del simio en todo el mundo.1Hasta el 3 de agosto de 2022, se han notificado 4663 casos de viruela del simio confirmados por laboratorio en España, y dos pacientes han muerto por complicaciones asociadas con la encefalitis. Solo 16 (0·3%) pacientes eran menores de 18 años (hombres n=10, mujeres n=6; tabla y apéndice p 1 ), todos ellos con infección confirmada por PCR genérica en tiempo real del virus de la viruela del simio o del ortopoxvirus. Estos 16 pacientes estaban en dos grupos de edad, con diferentes vías de transmisión: cuatro eran niños menores de 4 años (de 7, 10 y 13 meses y 3 años) y 12 eran adolescentes de 13 a 17 años

En tres pacientes del grupo de edad más joven, la ruta de transmisión fue a través del contacto doméstico con sus padres, y en un paciente se desconocía la ruta de transmisión. En el grupo de mayor edad, nueve pacientes se infectaron a través de un brote en un estudio de tatuajes y perforaciones, probablemente por material contaminado, y en tres pacientes, la transmisión fue por contacto sexual cercano. Todos los casos se consideraron autóctonos y se recomendó el aislamiento domiciliario durante el tiempo que duró la enfermedad. Solo uno (6%) de 16 pacientes desarrolló una complicación aguda (sobreinfección bacteriana que requirió drenaje de un absceso), pero ningún paciente requirió ingreso hospitalario y todos fueron seguidos ambulatoriamente (por teléfono o personalmente). Los 16 pacientes sobrevivieron sin secuelas.

…….El diagnóstico de casos pediátricos destaca el riesgo de una transmisión más amplia, afectando a toda la comunidad. Como se describió anteriormente, el contacto doméstico es la vía de transmisión más común en los niños. En países no endémicos, la transmisión en niños pequeños en entornos distintos al hogar es poco común. Una mayor adquisición en otros lugares, como escuelas o jardines de infancia, debería alertar a las autoridades sanitarias.

Al igual que en nuestro conjunto de datos para España, hubo un paciente pediátrico en los Países Bajos para el que no se identificó la ruta de transmisión de la viruela del simio.4Esto refuerza la idea de que podría estar ocurriendo una transmisión comunitaria desconocida (p. ej., a través de pacientes no diagnosticados o portadores asintomáticos), y la magnitud de este brote podría ser incluso mayor que la estimada actualmente. Por lo tanto, los médicos que atienden a los niños deben estar capacitados para identificar las manifestaciones de la viruela del simio y no centrarse solo en los factores de riesgo epidemiológicos o la exposición a pacientes con infección confirmada.

Aunque la gravedad en países no endémicos parece menor que la notificada en países endémicos, durante el brote de 2003 en EE. UU., los dos pacientes con viruela símica grave eran niños (uno complicado con encefalitis y otro con absceso retrofaríngeo).5Hasta que haya más evidencia, los niños, los recién nacidos y las mujeres embarazadas deben ser considerados un grupo de riesgo de complicaciones y mortalidad.6y es necesario mantener un alto nivel de alerta.

Casos clínicos

El diagnóstico diferencial de las neumonías redondas es amplio y engloba enfermedades infecciosas, neoplásicas y congénitas. La paciente que se presenta a continuación fue diagnosticada de una neumonía redonda con una clínica e imagen radiológica compatible. Sin embargo, el diagnóstico definitivo fue una malformación vascular. Este caso permite reflexionar sobre la importancia de valorar distintos diagnósticos ante una condensación redondeada y sobre la necesidad o no de realizar una radiografía de control en estos casos. Además, lo más original del caso radica en el tratamiento que recibió para la malformación vascular, que no estaba descrito previamente: el propranolol, con respuesta favorable.

El vértigo se define como la sensación de inestabilidad con giro de objetos. En pediatría, debido a la dificultad de los pacientes a la hora de expresar sus síntomas (sobre todo en los más pequeños), se debe tener en cuenta el vértigo a la hora de abordar un paciente que consulta por inestabilidad, mareo, vómitos recurrentes o en lactantes con episodios paroxísticos de irritabilidad.

El diagnóstico de vértigo es clínico, por lo que realizar una buena anamnesis y una exploración física completa es fundamental. Es importante clasificar el vértigo en periférico o central, dado que conlleva un manejo diferente y, así mismo, para diferenciar entre episodios agudos únicos y agudos recurrentes. Además, siempre que sea posible, la exploración se completará con un examen neurootológico por parte de un especialista en otorrinolaringología (ORL).

Se presentan a continuación una serie de casos de vértigo periférico diagnosticados en las urgencias de pediatría y, a raíz de estos, se hace un repaso de las principales características y etiologías del vértigo periférico en pediatría.

Aunque la causa más frecuente de los procesos diarreicos infantiles son las infecciones, ante cuadros graves y prolongados en el tiempo en los lactantes hay que descartar causas congénitas como trastornos genéticos o inmunodeficiencias. La colitis por citomegalovirus (CMV) es una causa poco frecuente de diarrea crónica en niños inmunocompetentes. Por lo general, su curso es leve y autolimitado, por lo que debemos pensar la posibilidad de que exista una inmunodeficiencia en los casos con una evolución más grave. Se recomienda realizar un estudio endoscópico en estos pacientes, precisando tratamiento antiviral aquellos con un curso de la enfermedad más grave o en caso de confirmarse situación de inmunodepresión.

Una niña de 7 días, nacida a término tras un embarazo y parto sin complicaciones, acudió a la consulta de dermatología para la evaluación de una erupción ampollosa presente desde el nacimiento. La exploración reveló numerosas vesículas y pústulas eritematosas, algunas con costras asociadas, dispuestas en un patrón Blaschkolinear en las 4 extremidades (Figura 1, Figura 2, Figura 3). La revisión de los sistemas fue negativa en cuanto a fiebre, letargo, irritabilidad o actividad convulsiva. Aunque se sospechaba un diagnóstico de incontinencia pigmenti, fue ingresada para un tratamiento antiviral empírico y un estudio infeccioso completo, dada la importancia potencial de una infección neonatal no tratada. Los cultivos de sangre, orina, lesiones y líquido cefalorraquídeo fueron negativos. La reacción en cadena de la polimerasa del virus del herpes simple (VHS) de la sangre y del hisopo de la superficie lesional fue negativa. La inmunoglobulina M de la varicela zoster fue negativa y la inmunoglobulina G fue positiva, lo que concuerda con la transferencia de anticuerpos maternos. Una biopsia en sacabocados demostró espongiosis eosinofílica con disqueratosis, consistente con la etapa vesicular de la incontinencia pigmenti. Las pruebas genéticas confirmaron una deleción multiexónica en el gen IKBKG. Se obtuvo una evaluación adicional en el hospital por parte de oftalmología y neurología para establecer necesidad de vigilancia especializada y no se hallaron alteraciones en el momento del alta.

Las infecciones por Echinococcus son poco frecuentes en Estados Unidos, pero pueden representar una amenaza creciente para la salud pública. Presentamos el caso de una paciente de 8 años del sur de California a la que se le diagnosticó equinococosis hepática tras el descubrimiento incidental de grandes quistes hepáticos.

Una niña italiana de 3,8 años que presentaba fiebre alta y cefalea desarrolló una disminución del estado de conciencia, apneas y bradicardia, por lo que requirió cuidados intensivos y ventilación mecánica. La fiebre por el virus de Chipre, que hasta ahora no se había descrito en un niño, fuera de una zona endémica, debe incluirse en el diagnóstico diferencial de la encefalopatía aguda que aparentemente no tiene explicación a partir de las pruebas de laboratorio habituales.

El síndrome de Guillain-Barré se ha asociado a la infección por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio grave en niños. Aquí, informamos de un niño de 4 años que desarrolló el síndrome de Guillain-Barré en el curso de un síndrome inflamatorio multisistémico relacionado con COVID-19.

La enfermedad de Chagas (EC) es una enfermedad tropical infradiagnosticada que se observa cada vez más fuera de América Latina. Describimos los dos primeros bebés con enfermedad de Chagas congénita (ECC) en Irlanda. Los clínicos de los países no endémicos deben ser conscientes de la posibilidad de que se produzca la ECC debido a la migración de mujeres de países con alta prevalencia.

Aunque los síntomas más comunes de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en los niños son la fiebre y la tos, en la literatura se han descrito casos de crup asociados al COVID-19, que han aumentado considerablemente con la variante Omicron. Presentamos el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 como agente viral en un lactante que presenta crup.

Presentamos un caso de tumor inflamatorio de Pott en un varón de 21 meses, el paciente más joven del que se ha informado que ha desarrollado esta complicación y el primero que ha desarrollado una recidiva de un dermoide frontonasal infectado. Por lo tanto, al informar de este caso, queremos concienciar sobre la importancia del reconocimiento precoz del tumor inflamatorio de Pott; y sobre la necesidad de evaluar y resecar meticulosamente cualquier dermoide craneofacial que pueda dar lugar a una recidiva y a complicaciones intracraneales si no se reconoce.

La anisakiasis es una zoonosis transmitida por el pescado y causada por la ingestión de alimentos marinos crudos o poco cocinados infectados por Anisakis spp.1 Las manifestaciones clínicas no son específicas2-4 y las limitaciones de las herramientas diagnósticas disponibles pueden contribuir en gran medida al infradiagnóstico.

Un varón de 15 años se presentó con dolor abdominal, vómitos y eosinófilos 2200/μL. Se rechazó el ingreso. Dos días después, también desarrolló diarrea.

Aunque la infección por el virus del papiloma humano (VPH) es considerada esencialmente como una enfermedad de transmisión sexual, los recién nacidos expuestos al virus durante el período perinatal pueden también contraer la infección por mecanismos que aún no se conocen con exactitud. Con la presente investigación pretendemos profundizar en el estudio de la infección orofaríngea neonatal por VPH, tratando de establecer su frecuencia, los mecanismos preponderantes de contagio y la persistencia en los dos primeros años de vida.

Material y métodos. Estudio observacional, descriptivo y prospectivo de una cohorte de recién nacidos por parto vaginal cuyas madres eran portadoras de VPH en el tracto genital inferior en el momento del parto. Se determinó la presencia del virus en líquido amniótico, sangre venosa de cordón y orofaringe neonatal en todos los casos, manteniendo un seguimiento microbiológico de los neonatos colonizados por VPH hasta los dos años de vida.

Resultados. La tasa de colonización orofaríngea por VPH al nacimiento fue del 58,24%. Para el seguimiento realizado de 24 meses las proporciones de aclaramiento y de persistencia viral en la orofaringe neonatal fueron del 94,34 y del 5,66%, respectivamente.

Conclusiones. Los resultados de nuestra serie hacen suponer que, aunque frecuente en el posparto, la colonización orofaríngea neonatal es un proceso generalmente autolimitado, cuyo principal mecanismo infectivo es la transmisión vertical transvaginal e intraparto. Aunque la mayoría de estas colonizaciones son transitorias y asintomáticas, la trascendencia clínica de los casos de persistencia viral sigue siendo un enigma.

Para profundizar

Presentamos el resumen de las principales modificaciones surgidas en la guía de práctica clínica «COVID-19 en Pediatría» entre su versión inicial publicada en el año 2021 y la publicada en el año 2022. El documento se ha elaborado siguiendo los pasos estructurados de la medicina basada en la evidencia e incorporando el sistema GRADE para realizar síntesis de la evidencia, con valoración de su calidad y, cuando se consideró apropiado, emitir recomendaciones jerarquizadas (en función de la calidad de la evidencia, los valores y preferencias, el balance entre beneficios, riesgos y costes, la equidad y la factibilidad). En esta actualización se incluyen también los cambios recomendados por los revisores externos.

Se sintetizan las principales modificaciones en los siguientes apartados: epidemiología, clínica, diagnóstico, prevención, tratamiento y vacunas. En el conjunto del conocimiento alcanzado a lo largo del primer año de pandemia, las publicaciones durante el segundo año añaden nuevos datos, sin que en muchas de las áreas se produzcan modificaciones sustanciales. Los principales cambios acaecen en el campo de investigación de las vacunas. Esta actualización finaliza en diciembre de 2021, coincidiendo con el aumento de la infección por ómicron, por lo que será necesario una futura actualización del documento.

El proceso de vacunación mundial contra la COVID-19ha seguido las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, priorizando en un primer momento al personal de salud, adultos mayores y personas con comorbilidades de salud. En un segundo momento, el proceso se amplió a la población general hasta llegar a los más jóvenes y niños pequeños. Si bien se ha señalado la importancia de garantizar la distribución y el acceso equitativo de las vacunas a nivel mundial, los problemas relativos a la confianza, la seguridad y la eficacia de las vacunas COVID-19 parecen complejizar el adecuado proceso de inmunización global. No solo se registraron importantes dudas y rechazos hacia las vacunas COVID-19 en la población general, sino también en las intenciones de los padres a la hora de vacunar a sus hijos.

Ahora que ha llegado el momento de decidir sobre la vacunación de la población menor a 12 años, las opiniones se encuentran divididas en la sociedad. Frente a estas divergencias de opiniones, diversas sociedades de Pediatría han comenzado a sentar posición frente a la vacunación contra la COVID-19, manifestándose públicamente a través de diversos comunicados. En la tabla 1 se resumen las principales posiciones y recomendaciones sobre el proceso de vacunación pediátrica COVID-19 de 6sociedades científicas. Cabe mencionar que los documentos se difundieron entre diciembre del 2021 y febrero del 2022, de acuerdo con las evidencias disponibles al momento de cada publicación1-6 (tabla 1).

Ha llegado el momento de vacunar a los niños menores de 12 años contra el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2.

Las cuestiones relativas a la fiabilidad, seguridad y eficacia de las vacunas contra el coronavirus 2019 (COVID-19) han complicado el proceso de inmunización de los niños, además de la decisión de los padres de vacunar a sus hijos.

Sin un consenso universal internacional, las sociedades de pediatría de varios países están estableciendo posiciones sobre la vacunación infantil contra el COVID-19.

La Academia Americana de Pediatría, la Asociación de Pediatría de Israel

la Sociedad Canadiense de Pediatría y la Asociación Española de Pediatría han recomendado públicamente la vacunación de los niños a partir de los 5 años. La Academia de Pediatría de la India se ha declarado a favor de la vacunación de los niños de entre 2 y 18 años.

Este creciente consenso debe servir para tranquilizar a la población general y a los padres sobre los lógicos temores acerca de las vacunas pediátricas, sirviendo como una valiosa herramienta para los profesionales de la salud, pero también para los comunicadores sociales, divulgadores científicos, organizaciones sociales, educadores, gestores y políticos encargados de las campañas de vacunación. A su vez, el apoyo de las diferentes sociedades nacionales de pediatría, como opiniones autorizadas, debe servir para mejorar la confianza de la población y orientar las acciones de vacunación infantil COVID-19.

Datos de una cohorte de niños de 5 a 11 años que fueron vacunados a partir del 23 noviembre de 2021, y se los comparó con controles no vacunados para estimar la vacuna efectividad de BNT162b2 entre niños recién vacunados durante la ola omicron ola. Nuestros hallazgos sugieren que a medida que omicron se estaba convirtiendo en la variante dominante, las dos dosis de la vacuna de ARN mensajero BNT162b2 proporcionaron una protección moderada contra la infección documentada por SARS-CoV-2 y el Covid-19 sintomático en niños 5 a 11 años de edad.

RESUMEN La incidencia de COVID en pediatría ha estado infraestimada durante los primeros meses de la pandemia por el carácter oligosintomático de la infección en muchos niños y por la escasez de pruebas diagnósticas aplicadas a esta población. Hoy se admite que los niños se infectan y transmiten la enfermedad igual que los adultos. Por el contrario, los niños tienen cuadros clínicos menos graves y letales lo cuál parece relacionado con una menor madurez del sistema inmune del niño, una menor cantidad de receptores ACE2 y la menor presencia de comorbilidades en este grupo de población.

El desarrollo de un síndrome inflamatorio multisistémico tras la infección por SARS-CoV-2 en niños, pese a su rareza, es un cuadro muy grave que frecuentemente requiere cuidados intensivos. Se han descrito otros cuadros post-COVID en niños, menos graves, pero todavía no muy bien definidos. La COVID-19 ha tenido y tiene un importante impacto psicológico en los propios niños, en sus cuidadores y en la exacerbación de cuadros psiquiátricos pre-existentes. Aplicamos a los niños los principios terapéuticos de los adultos pero con niveles muy bajos de evidencia y la tolerancia de los medicamentos disponibles en este grupo de población es todavía mal conocida. La mortalidad de la COVID en niños es muy baja e incide generalmente en niños con importantes comorbilidades. Hay, en el momento presente, tres vacunas autorizadas para el uso pediátrico y las vacunas frente a SARS-CoV-2 son compatibles con el resto de las vacunas aplicables a niños. En estas circunstancias se ha especulado mucho sobre la indicación de vacunación en la edad pediátrica pero dada su buena tolerancia, existen, en nuestra opinión, razones clínicas y éticas que la justifican.

Objetivo: obtener un mapa de prescripción de antibióticos por edades en procesos infecciosos, en el ámbito de la atención primaria en menores de 14 años.

Material y métodos: estudio observacional, descriptivo, de utilización de medicamentos, realizado sobre la prescripción de antibióticos. La muestra del estudio son todos los niños del área que, durante el periodo del estudio (enero de 2017 a diciembre de 2019), han recibido la prescripción de un antibiótico. Se ha calculado el valor de los indicadores descritos en el programa de optimización de uso de antibióticos.

Resultados: durante el 2017 el número total de antibióticos prescritos fue 28 030, un 12% y 14% más que en 2018 y 2019, respectivamente. En el año 2018 un 31,4% de la población estudiada recibió al menos la prescripción de un antibiótico al año, mientras que en el 2019 este valor fue 35,8%. En el caso de dos prescripciones al año, el valor fue 15,4% en 2018 y 14,4% en 2019. La prescripción del grupo de penicilinas sensibles a betalactamasas ha pasado de 1,7% en 2017 a 7,7% en 2019, mientras que en el grupo de los macrólidos ha sido a la inversa, pasando de 19,6% en 2017 a 14,9% en 2019.

Conclusión: en este estudio se obtienen por primera vez indicadores cuantitativos y cualitativos de uso de antibióticos en edad pediátrica, en patología infecciosa prevalente. Se confirma el elevado consumo de antibióticos, especialmente en el grupo de 0-4 años, así como la mala selección de determinados grupos de antibióticos, como macrólidos y cefalosporinas, en patologías en las que no son de primera elección.

Introducción: la tosferina es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa. En los lactantes menores de tres meses la gravedad de la tosferina y sus complicaciones obliga a la hospitalización en la mayoría de los casos y la tasa de letalidad es elevada. Algunas vacunas están especialmente indicadas en el embarazo, como la vacunación frente a la gripe y la tosferina.

Material y métodos: se trata de un estudio observacional descriptivo. Se considera población de estudio la pareja madre-niño, que se captará a partir de identificar los recién nacidos adscritos al CS Entrevías, entre enero de 2019 y marzo de 2020. Se recogen edad, calendario vacunal de la gestante y episodios registrados de tosferina en los dos primeros meses de vida del niño.

Resultados: la cobertura de vacunación de difteria, tétanos y tosferina (dTpa) en el embarazo fue de 83,5% y de 39,5% de la vacuna de la gripe en las embarazadas. Se registraron 3 casos de tosferina en menores de dos meses en el grupo de madres no vacunadas, falleciendo uno al mes de edad, y ningún caso en el grupo de madres inmunizadas.

Conclusiones: la cobertura de gripe en embarazadas está por debajo de lo recomendado, lo que señala que son necesarias medidas para mejorar la cobertura vacunal en las embarazadas. En el grupo de hijos de madres no vacunadas con dTpa hubo 3 casos de tosferina (7%) y en el grupo de hijos de madres vacunadas no hubo ningún caso.

Conclusiones de los autores del estudio: en relación con la necesidad de retratamiento con antibióticos en niños con neumonía adquirida en la comunidad dados de alta de un servicio de urgencias hospitalarias o de la planta de hospitalización tras ingreso de menos de 48 horas de duración, el uso de dosis bajas de amoxicilina no fue inferior frente a dosis altas, al igual que la duración de 3 días no fue inferior frente a 7 días.

Conclusiones de los revisores: los datos de este estudio invitan a revisar en nuestro entorno las pautas que se utilizan en niños en el tratamiento de neumonía en la comunidad, en cuanto a la menor duración del tratamiento y dosificación que podría conllevar beneficios, pero hay limitaciones de este estudio para que sus conclusiones sean aplicables a nuestro país.

Se encontraron ocho estudios con 1877 participantes, que compararon el uso de corticosteroides con ningún corticosteroide en niños con enfermedad de Kawasaki. La evidencia de certeza moderada muestra que el uso de corticosteroides en la fase aguda de la EK puede asociarse a una reducción de las anomalías de las arterias coronarias, una reducción de los marcadores inflamatorios y una menor duración de la estancia hospitalaria en comparación con la ausencia de corticosteroides. No se informaron eventos adversos graves ni muertes con o sin corticosteroides. La evidencia de certeza baja muestra que el uso de corticosteroides puede reducir la duración de los síntomas clínicos (fiebre y exantema). Ninguno de los estudios incluidos informó sobre la morbilidad coronaria a largo plazo (más de un año después de la aparición la enfermedad). La evidencia presentada en esta revisión sistemática coincide con las actuales guías de práctica clínica sobre el uso de corticosteroides en el tratamiento de primera línea en la EK.

En este articulo de discute el manejo conservador con tratamiento con antibióterapia vs colocación de tubos de drenaje transtimpánico en niños con OMA recurrente.

Existen pocos datos sobre los criterios de examen para diagnosticar la otitis media aguda en los lactantes pequeños. En este estudio retrospectivo de 33 centros con lactantes afebriles de ≤90 días, los médicos suelen documentar el eritema de la membrana timpánica con ≥1 otras anomalías otológicas (64,1%) para diagnosticar la otitis media aguda. Hubo diferencias notables en los hallazgos del examen del oído utilizados para el diagnóstico entre los subgrupos de edad.

Para optimizar las terapias basadas en la permetrina para las infestaciones de sarna en bebés y niños pequeños, se evaluó la eficacia de 3 regímenes diferentes.

Diseño del estudio. El análisis retrospectivo abarcó 85 lactantes y niños de <4 años con sarna. Los niños habían recibido permetrina tópica al 5% en todo el cuerpo los días 1/8, los días 1/8/15, los días 1/8/15 más aplicaciones intermedias restringidas a manos y pies los días 2/3/4//9/10/11, o tratamientos alternativos.

Resultados. El régimen intensificado, consistente en la aplicación de permetrina en todo el cuerpo los días 1/8/15 y en las manos/pies los días 2/3/4//9/10/11, dio lugar a la curación de la sarna en el 73,5% de los casos. Las tasas de curación fueron significativamente mayores en comparación con la permetrina de cuerpo entero administrada los días 1/8, que condujo a la erradicación en el 44%, y fueron mayores en comparación con la eliminación en los niños que habían recibido permetrina de cuerpo entero los días 1/8/15 (53,8%) o tratamientos alternativos (60%). En los pacientes en los que se había aplicado previamente permetrina, el régimen intensificado dio lugar a la erradicación de la sarna en el 71,4% de los casos, en comparación con el 30% y el 55,6% después de la permetrina de cuerpo entero los días 1/8 y 1/8/15, respectivamente.

Conclusiones. La pauta intensificada de permetrina en todo el cuerpo más aplicaciones intermedias en manos/pies, cuyo objetivo es reducir el número de ácaros presentes en las zonas palmoplantar frecuentemente muy infestadas, además de la aplicación estándar en todo el cuerpo, parece eficaz para curar la sarna en niños pequeños.

La enfermedad meningocócica invasiva (EMI) es una infección imprevisible y grave causada por Neisseria meningitidis . Su tasa de letalidad puede variar entre el 9,7% y el 26% y hasta el 36% de los supervivientes pueden sufrir secuelas a largo plazo, lo que representa un reto para la salud pública.

Objetivo: Describir las secuelas al alta hospitalaria causadas por la EMI en niños entre los años 2009-2019.

Métodos: Estudio transversal realizado en 2 hospitales pediátricos. Se incluyeron pacientes con diagnóstico de EMI confirmado microbiológicamente entre 2009 y 2019. Se realizó un análisis bivariante y de regresión logística.

Resultados:

Se revisaron e incluyeron los registros de 61 pacientes. El 67% eran varones, la mediana de edad era de 9 meses (rango intercuartil 4-27), el 72% estaban ingresados en la unidad de cuidados intensivos. Treinta y siete (60,5%) tuvieron al menos 1 secuela (75% y 37% en pacientes con o sin meningitis, respectivamente). Las secuelas más frecuentes fueron neurológicas en un 72%, pérdida de audición en un 32% y osteoarticulares en un 24%. Se encontraron diferencias significativas al comparar los pacientes con y sin secuelas: somnolencia 67,6% frente a 41,7% ( P = 0,04), irritabilidad 67,6% frente a 25% ( P = 0,01), signos meníngeos 62,2% frente a 29,2% ( P = 0,01). En el análisis de regresión logística, el seguimiento tras el alta tuvo una OR de 21,25 (intervalos de confianza [IC] del 95%: 4,93-91,44), la irritabilidad tuvo una OR de 8,53 (IC del 95%: 1,64-44,12), los signos meníngeos tuvieron una OR de 8,21 (IC del 95%: 0,71-94,05), la ventilación mecánica invasiva tuvo una OR de 8 23 (IC 95%: 0,78-85,95), meningitis más meningococemia OR 1,70 (IC 95%: 0,18-15,67) para tener secuelas, mientras que los niños con meningococemia y vómitos tuvieron un OR 0,04 (IC 95%: 0,00-0,36) y OR 0,27 (IC 95%: 0,03-2,14), respectivamente. El serogrupo W de N. meningitidis (MenW) se aisló en el 54,1% (33/61), y el serogrupo B de N. meningitidis (MenB) en el 31,1% (19/61) de los casos. Se encontró una diferencia significativa en las secuelas osteoarticulares ( P = 0,05) entre MenB y MenW. Hubo una disminución de casos tras la implantación de la vacuna conjugada meningocócica frente a los serogrupos A, C, W e Y (2015-2019).

Conclusiones: La EMI sigue siendo un problema de salud pública. En los pacientes pediátricos de nuestra serie se encontró una alta tasa de secuelas, incluso en las manifestaciones clínicas distintas a la meningitis. Las secuelas neurológicas fueron las más prevalentes. Deben establecerse urgentemente protocolos de seguimiento multidisciplinar para reducir el impacto a largo plazo para evaluar a todos los niños con EMI.

Un estudio anterior mostró que la investigación de los niños con enfermedad neumocócica invasiva (EPI) reveló una inmunodeficiencia en hasta el 10% de los casos. A raíz de este informe, pusimos en marcha un protocolo para investigar a los niños con EPI, con el fin de evaluar la proporción con una inmunodeficiencia en nuestro entorno.

Métodos: Identificamos retrospectivamente a los pacientes que presentaron DPI desde enero de 2015 hasta noviembre de 2020 y recogimos datos de las historias clínicas. Las investigaciones inmunológicas incluyeron los niveles de complemento C3 y C4, la función del complemento de la vía clásica y alternativa, los niveles de IgG, IgA e IgM, los niveles de IgG específica (serotipos de H. influenza B, tétanos y neumococo), la película de sangre periférica, los subconjuntos de linfocitos y la liberación de CD62L tras la activación con agonistas del receptor tipo Toll en casos seleccionados.

Resultados: Identificamos un total de 68 niños con EPI, con una mortalidad del 6%. Se realizaron investigaciones inmunológicas en 51 niños. Cuatro niños (8%) presentaron hallazgos anormales que se consideraron de importancia clínica. Dos niños presentaban deficiencias del complemento (deficiencia del factor I y C2), un niño presentaba una deficiencia de anticuerpos específicos, y otro niño tenía un nivel bajo de IgM, un nivel bajo de células NK y una escasa persistencia de las concentraciones de IgG antineumocócicas específicas del serotipo. De los 17 niños con EPI a los que no se les practicaron pruebas de inmunodeficiencia, 4 murieron y cuatro tuvieron una posible explicación de la infección.

Conclusiones: Identificamos hallazgos inmunológicos anormales clínicamente relevantes en 4/51 (8%) de los niños con EPI. Nuestros resultados apoyan la recomendación de realizar investigaciones inmunológicas en los niños con EPI, ya que esto podría revelar inmunodeficiencias subyacentes, lo que permitiría tomar las medidas preventivas necesarias y realizar un seguimiento estrecho.

Se ha planteado la preocupación de que las tasas de inmunización de los niños hayan disminuido durante la pandemia de COVID-19. Este estudio encuentra una caída de <1% en las tasas de inmunización para las vacunas neumocócicas de refuerzo y la 2ª MMR durante las dos primeras oleadas de la pandemia. Este descenso varió según la etnia y el nivel socioeconómico. Durante este tiempo se produjeron muy pocas enfermedades prevenibles por vacunación. Será importante seguir vigilando las tendencias de la cobertura de la vacunación infantil y de las enfermedades prevenibles por vacunación a medida que la pandemia vaya remitiendo.

Los macrólidos se utilizan habitualmente en las enfermedades respiratorias; sin duda tienen un efecto antiinflamatorio, además de su función bacteriostática más conocida. La profilaxis tres veces por semana parece ser el régimen preferido. ¿Existe un papel en la fibrosis quística para reducir la inflamación y, a su vez, reducir el daño pulmonar estructural? Stick SM et al (Lancet Resp Medicine 2022; DOI: https://doi.org/10.1016/S2213-2600(22)00165-5) han planteado la hipótesis de que la azitromicina, administrada tres veces por semana a los lactantes con fibrosis quística desde el diagnóstico hasta los 36 meses de edad, reduciría la extensión de la enfermedad pulmonar estructural captada en los TAC de tórax. Se trata de un estudio de fase tres, aleatorizado,…

Para determinar la epidemiología molecular y las características clínicas de las infecciones por enterovirus D68 (EV-D68), revisamos los casos respiratorios asociados a EV-D68 en un hospital de Barcelona, España, durante 2014-2021. Se recogieron muestras respiratorias de pacientes hospitalizados o ambulatorios con síntomas de infección aguda del tracto respiratorio o sugestivos de infección por enterovirus. La detección de enterovirus se realizó mediante PCR de transcripción inversa multiplex en tiempo real y la caracterización mediante el análisis filogenético de las secuencias parciales de la región codificante de la proteína viral 1. En 184 pacientes con infección por EV-D68, los subclados circulantes fueron B3 (80%), D1 (17%), B2 (1%) y A (<1%); las proporciones de los clados cambiaron con el tiempo. El EV-D68 se detectó sobre todo en niños (86%) y de forma bienal (2016, 2018, 2021). En los pacientes <16 años de edad, el signo/síntoma más común fue la infección del tracto respiratorio inferior, por la cual el 11,8% requirió ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y el 2,3% requirió ventilación mecánica invasiva; se desarrollaron complicaciones neurológicas en 1. El potencial neurotropismo indica que la vigilancia de enterovirus debe ser obligatoria.

  • Measles Experience, Practice, and Knowledge by Pediatricians in the Context of Resurgent US Outbreaks  Journal of Pediatrics, The, 2022-07-01, Volumen 246, Páginas 213-219.e1

Diseño del estudio. Se encuestó a una red representativa a nivel nacional de pediatras por correo electrónico y por correo postal de enero a abril de 2020.

Resultados. La tasa de respuesta fue del 67% (297 de 444). En los 3 años anteriores a la encuesta, el 52% de los encuestados informó de la existencia de casos de sarampión en/cerca de su comunidad. La mayoría pensaba que los informes de los medios de comunicación sobre los recientes brotes de sarampión habían disminuido el retraso/rechazo de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) (el 6% “disminuyó mucho”; el 66% “disminuyó moderadamente”). Más del 60% de los pediatras respondieron correctamente a 6 de los 9 ítems de conocimiento sobre el sarampión de tipo verdadero/falso. Menos del 50% respondió correctamente a 3 ítems de verdadero/falso, incluyendo afirmaciones sobre las recomendaciones de la triple vírica antes de viajar para un preescolar y las precauciones de aislamiento del sarampión. Los recursos más comunes que los pediatras consultarían “a veces” o “a menudo/siempre” para obtener información sobre el sarampión fueron los de la Academia Americana de Pediatría (72%), un departamento de salud pública estatal o local (70%) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (63%). Más del 90% de los pediatras informaron de una práctica clínica correcta para la vacunación de la triple vírica de un niño de 9 meses antes de un viaje internacional. Más de un tercio de los encuestados no tenía un plan para la exposición al sarampión en su clínica. Los pediatras que conocían los casos de sarampión en/cerca de su comunidad en los 3 años anteriores y los que trabajaban en un hospital/clínica o en un entorno de Organización de Mantenimiento de la Salud eran más propensos a tener un plan para las exposiciones al sarampión.

Conclusiones. En esta época de mayor riesgo de brotes de sarampión, existen oportunidades para reforzar el conocimiento y la aplicación de la vacunación previa al viaje contra el sarampión y las recomendaciones de prevención y control de infecciones entre los pediatras.

Dada la atención que se presta actualmente a la COVID-19, pueden resurgir graves infecciones prevenibles mediante vacunación si no se da prioridad a la educación de los proveedores y los padres sobre las inmunizaciones pediátricas. En este volumen de The Journal, Cataldi et al presentan los resultados de una encuesta nacional cuyo objetivo era determinar los conocimientos, la experiencia y la práctica clínica actuales de los pediatras de atención primaria en relación con el diagnóstico y la prevención del sarampión. Las principales lagunas de conocimiento identificadas incluían la vacunación previa al viaje de un preescolar, la presentación de la panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE) y las prácticas de aislamiento.

La panencefalitis esclerosante subaguda es una complicación mortal a largo plazo de la infección por sarampión que provoca una degeneración progresiva del sistema nervioso central. A pesar de su baja prevalencia debido a la vacunación generalizada contra el sarampión, el riesgo de resurgimiento de esta devastadora complicación es una amenaza en el contexto de la disminución de las tasas de inmunización y la falta de una inoculación adecuada antes de viajar. El riesgo de SSPE puede ser tan alto como uno de cada 609 casos de sarampión cuando la infección primaria se produce antes del primer año de vida. Los bebés pequeños y los niños parcialmente inmunizados pueden tener presentaciones más leves de sarampión que pasan desapercibidas, pero eso sigue dejándolos vulnerables a desarrollar SSPE y otras complicaciones. Por lo tanto, los pediatras deben asegurarse de que todos los niños que viajen al extranjero tengan una dosis de la vacuna triple vírica si son mayores de 6 meses, y dos si son mayores de 12 meses.

El manejo de los lactantes febriles ≤60 días de edad varía, y la edad para las investigaciones de rutina y el tratamiento con antibióticos es objeto de debate. El umbral de edad recomendado por la Academia Americana de Pediatría para la punción lumbar (PL) es de 21 días y para el hemocultivo de 60 días. Describimos el tratamiento y los resultados adversos de los lactantes febriles ≤60 días de edad, en Suecia.

Métodos: Estudio transversal retrospectivo de lactantes ≤60 días de edad con fiebre sin origen evaluados en 4 servicios de urgencias pediátricas de la Universidad, entre 2014 y 2017. El resultado adverso se definió como infección bacteriana invasiva de tratamiento tardío (IBI: meningitis o bacteriemia).

Resultados: Se incluyeron 1701 lactantes. En los lactantes ≤21 días de vida, se realizó PL en el 16% (IC 95%: 12-20) y hemocultivo en el 43% (IC 95%: 38-48). Se diagnosticó meningitis en 5 (1,3%; IC 95%: 0,4-3,0) y bacteriemia en 12 (4,5%; IC 95%: 2,6-7,0) lactantes. No se administraron antibióticos de amplio espectro al 66% (IC 95%: 61-71), de los cuales 2 (0,8%; IC 95%: 0,1-2,8) fueron diagnosticados de IBI (1 meningitis y 1 bacteriemia). En el grupo de 29-60 días de edad, se realizaron hemocultivos en el 21% (IC 95%: 19-24), y no se administraron antibióticos de amplio espectro en el 84% (IC 95%: 82-86), sin que se produjera ningún caso de bacteriemia con tratamiento diferido.

Conclusiones: Las tasas de PL, hemocultivo y antibióticos de amplio espectro fueron bajas. A pesar de ello, hubo pocas IBI con tratamiento tardío, pero 2 de los 17 lactantes ≤21 días de edad con IBI no fueron tratados a tiempo, lo que plantea la necesidad de un enfoque más seguro para este grupo de edad. Asimismo, podría cuestionarse la utilidad del hemocultivo rutinario para todos los lactantes febriles de 29 a 60 días de edad.

La presentación clínica de la tuberculosis extrapulmonar (TBPE) en los niños puede ser variable e inespecífica, lo que provoca un retraso en el diagnóstico, la enfermedad y la muerte. Describimos la presentación clínica específica para cada edad e identificamos los factores de riesgo de EPTB entre los niños de Pakistán.

Métodos: En 2015-2016 en 4 centros de Sindh, Pakistán, los niños fueron diagnosticados con TB ya sea a través de la confirmación bacteriológica o criterios clínico-radiológicos. La EPTB comprendía cualquier forma de enfermedad tuberculosa que no afectara a los pulmones. Entre los niños con enfermedad tuberculosa, informamos de los datos demográficos, las características clínicas y los síntomas, los antecedentes médicos familiares y los resultados de las pruebas de diagnóstico de los niños con y sin EPTB. Realizamos análisis de regresión específicos por edad para identificar los factores asociados a un diagnóstico de EPTB entre los niños de 0-4, 5-9 y 10-14 años.

Resultados: Un total de 1163 niños fueron diagnosticados con enfermedad tuberculosa, de los cuales 157 (13,5%) tenían EPTB. De ellos, 46 (29,3%) tenían entre 0 y 4 años, 53 (33,8%) entre 5 y 9 años y 58 (36,9%) entre 10 y 14 años. De los niños con EPTB, las localizaciones más frecuentes fueron los ganglios linfáticos (113, 72,4%) y el abdomen (31, 19,9%). La pérdida de peso se asoció a un mayor riesgo de EPTB en los grupos de 0-4 años (odds ratio ajustada: 2,80; intervalo de confianza del 95%: 1,05-7,47) y de 10-14 años (odds ratio ajustada: 2,79; intervalo de confianza del 95%: 1,28-6,07), y la presencia de tos se asoció a un menor riesgo de EPTB.

Conclusiones: Este estudio proporciona nuevos conocimientos sobre la presentación clínica específica de la edad y los factores de riesgo de la EPTB en los niños de Pakistán. Nuestros resultados pueden ayudar a optimizar los algoritmos clínicos diseñados para lograr un diagnóstico oportuno en los niños con EPTB junto con la mejora de los resultados del tratamiento.

Se prevé que la resistencia a los antimicrobianos (AMR) matará a 10 millones de personas al año en 2050, lo que costará al mundo hasta 100 billones de dólares.1 La AMR amenaza la medicina moderna, ya que intervenciones como la cirugía y la quimioterapia no pueden realizarse con seguridad sin antibióticos eficaces. Aunque la RAM se produce de forma natural, hay factores modificables que contribuyen a su propagación: la selección inadecuada de agentes y la duración y el espectro amplios de las prescripciones de antimicrobianos.2 Existe una gran variación en la prescripción de antibióticos para pacientes pediátricos en el Reino Unido, con discrepancias entre grupos de especialistas, centros terciarios e incluso entre médicos dentro de un mismo hospital.3 Para abordar esta variación en la prescripción, la red UK Paediatric Antimicrobial Stewardship (UK-PAS) se propuso alcanzar un consenso nacional mediante la redacción de un resumen antimicrobiano pediátrico para hospitales basado en el formato del resumen de atención primaria del National Institute for Health and Care Excellence (NICE). La guía está disponible en la sección de Pediatría de la Sociedad Británica de Quimioterapia Antimicrobiana (BSAC; bsac.org.uk/paediatric) y en el sitio web del UK-PAS (https://uk-pas.co.uk/).

El grupo de trabajo de directrices de la red UK-PAS fue convocado a partir de un panel nacional de expertos en enfermedades infecciosas pediátricas, microbiólogos, farmacéuticos y enfermeros especializados. Entre los centros participantes se encontraban las unidades infantiles del Evelina Children’s Hospital, Great Ormond Street Hospital, Brighton, Birmingham, Bristol, Cardiff, Dublín, Edimburgo, Glasgow, Leeds, Newcastle, Southampton y Sheffield. El sumario UK-PAS ofrece recomendaciones antimicrobianas para más de 90 infecciones pediátricas agrupadas por sistemas de órganos (figura 1). El sumario UK-PAS refleja las buenas prácticas actualizadas siguiendo una jerarquía de referencias, dando prioridad a las directrices nacionales (NICE principalmente, luego otras, p. ej., Royal College of Paediatrics and Child Health (RCPCH) o sociedad especializada), seguidas de revisiones sistemáticas o meta-análisis, ensayos controlados aleatorios y, por último, directrices u opiniones locales. Los debates por correo electrónico y teleconferencia entre los miembros de la red y una consulta nacional sobre el documento ayudaron a lograr el consenso. La adaptación al Reino Unido de las categorías AWaRe (Acceso, Vigilancia o Reserva) de la OMS ayudó a orientar las recomendaciones sobre antimicrobianos. Se aconseja a los clínicos que utilicen antibióticos orales en lugar de intravenosos, a menos que esté específicamente indicado, que realicen el cambio de la vía intravenosa a la oral de forma temprana y que limiten la duración, por ejemplo, tal y como recomiendan McMullan et al.4 Se dan recomendaciones empíricas que deben revisarse con los resultados de los cultivos y en el contexto de la gravedad de la infección

Los comentarios, contribuciones y sugerencias se discuten mensualmente después de las reuniones abiertas del UK-PAS y se suben nuevas ediciones cuando se realizan cambios significativos. El resumen puede utilizarse como referencia para actualizar las directrices locales; puede cargarse en los sitios de intranet de los hospitales locales; o utilizarse como enlaces con el BSAC para garantizar que se mantienen actualizados. Esto evita la necesidad de que cada hospital duplique el mismo trabajo en cada centro y proporciona una aportación de expertos nacionales a las directrices locales.

Hemos creado un resumen de prescripción pediátrica de antimicrobianos en el Reino Unido para abordar la variabilidad en la prescripción de antimicrobianos. Invitamos y fomentamos la colaboración en todo el Reino Unido. En el futuro, tenemos la intención de evaluar la adopción del UK-PAS en la práctica antimicrobiana pediátrica y su impacto en la administración de antimicrobianos a nivel nacional.

Las bacterias Gram negativas resistentes a los antibióticos pueden causar infecciones graves en los niños, especialmente en los ámbitos de la hemato-oncología, los trasplantes (de órganos sólidos o de células madre hematopoyéticas), los cuidados intensivos neonatales o pediátricos, la fibrosis quística y la urología. La desactivación de los antibióticos (hidrólisis o modificación), la modificación de las dianas (mutación o protección) y la prevención de la acumulación intracelular (disminución de la captación o aumento del eflujo) representan mecanismos de resistencia que pueden estar presentes de forma individual o simultánea en la misma cepa. En los últimos años, se han estudiado ampliamente nuevas moléculas y muchas de ellas se han introducido en la práctica clínica,1 pero, lamentablemente, sólo unas pocas cuentan con un registro pediátrico por parte de las agencias reguladoras europeas o norteamericanas, mientras que otras están en fase de investigación. La tabla 1 resume los antibióticos actualmente disponibles con su espectro de actividad, con dosis pediátricas registradas o “en estudio”. La mayoría de los nuevos compuestos están representados por la combinación de una cefalosporina o un carbapenem y un inhibidor de la β-lactamasa, pero no son eficaces contra todas las cepas resistentes.

La Pseudomonas aeruginosa resistente al carbapenem (CRPA) está emergiendo rápidamente como una infección nosocomial potencialmente mortal. El estudio tenía como objetivo identificar los factores de riesgo de infección por CRPA en niños, especialmente el uso de antimicrobianos y los procedimientos invasivos.

Métodos: Se realizó un estudio retrospectivo en el Hospital Infantil de la Universidad Médica de Chongqing, que incluyó una cohorte de pacientes con infección por AP desde enero de 2016 hasta diciembre de 2020. Los pacientes fueron asignados a un grupo de AP susceptible al carbapenem o a un grupo de CRPA y emparejados utilizando la coincidencia de puntuación de propensión. Se realizó un análisis univariado y un análisis multivariado para estimar los factores de riesgo de CRPA.

Resultados: Se incluyeron en el estudio mil veinticinco pacientes, pero se analizaron 172 niños. Varios factores se asociaron a la infección por CRPA según el análisis univariante ( P < 0,05), como el tratamiento previo con algunos antimicrobianos y los procedimientos invasivos. Sin embargo, sólo la exposición previa a carbapenems (odds ratio [OR]: 0,102; intervalo de confianza [IC]: 0,033-0,312; P < 0,001) y la broncoscopia (OR: 0,147; IC: 0,032-0,678; P = 0,014) durante el tiempo de riesgo, la terapia invasiva previa en el último año (OR: 0. 353; IC: 0,159-0,780; P = 0,013), y el uso previo de β-lactámicos/inhibidores de la β-lactamasa en los últimos 90 días (OR: 0,327; IC: 0,121-0,884; P = 0,03) fueron considerados factores de riesgo independientes por el análisis multivariante.

Conclusiones: Aquellos que tuvieron una exposición previa a carbapenems y a la broncoscopia fueron una población de alto riesgo para desarrollar una infección por CRPA. La propagación del CRPA podría estar influenciada por la terapia invasiva, por lo que es necesario prestarle atención. Además, debemos tener en cuenta las restricciones en el uso clínico de los carbapenems.

El virus respiratorio sincitial (VRS) es la causa más común de bronquiolitis, y en los climas templados, las epidemias de otoño e invierno de bronquiolitis suelen estar relacionadas con el VRS. En los últimos años en Japón, la epidemia de infección por VRS se ha producido antes, incluso durante la estación cálida. Este estudio tenía como objetivo evaluar la variación estacional de las hospitalizaciones asociadas al VRS durante la última década y la relación entre la estación y la gravedad de la enfermedad.

Métodos: Este fue un estudio retrospectivo de un solo centro. Se estudiaron los niños hospitalizados entre 2011 y 2019. El VRS se detectó mediante pruebas rápidas de detección de antígenos. La información clínica se obtuvo de las historias clínicas, y los pacientes se clasificaron por 4 estaciones de ingreso y se analizaron los cambios a lo largo del tiempo.

Resultados: Entre 3750 niños, 945 (25,2%) fueron positivos al VRS. La proporción estacional de niños hospitalizados que son VRS-positivos mostró un cambio máximo hacia el verano, con un punto de inflexión en 2016. Comparando 2011-2012 y 2018-2019, la incidencia aumentó del 6,8% al 46,3% durante el verano, mientras que durante el otoño disminuyó del 50,0% al 20,7% y disminuyó del 28,4% al 20,7% durante el invierno ( P < 0,05). Se observó una tendencia similar en el número de niños que requirieron oxigenación en el período anterior; sin embargo, después de la transición, no hubo diferencias significativas entre las estaciones.

Conclusiones: Nuestros hallazgos mostraron que la epidemia de VRS pasó a ser máxima durante el verano hasta 2016. Hubo una asociación entre la estacionalidad y la gravedad, de manera que muchos niños más pequeños fueron hospitalizados durante el otoño y el invierno y requirieron más oxígeno; sin embargo, después de 2016, esta diferencia ya no se observó.

La mayoría de los casos de enfermedad por Mtb (tuberculosis) en los EE.UU. se producen entre personas no nacidas en el país, la mayoría de las cuales presentan una reactivación de la infección latente por Mtb. A partir de 2007, en un intento de disminuir la morbilidad y la transmisión de Mtb que se produce con la progresión a la tuberculosis, se exigió que los niños refugiados e inmigrantes de 2 a 14 años de edad que llegaran a los EE.UU. procedentes de países con una incidencia de TB estimada por la OMS de >20 casos/100.000 habitantes se sometieran a la prueba cutánea de la tuberculina (TST) o al ensayo de liberación de interferón-gamma (IGRA) antes de su llegada. La TST está plagada de desafíos por la colocación intradérmica, el retraso en la lectura, la interpretación y la modesta reactividad cruzada con la respuesta a la vacuna M. bovis – BCG. El antígeno utilizado en la prueba de sangre IGRA es específico, es decir, sin reacción cruzada debido a la respuesta a M. bovis – BCG. En 2018, el IGRA se impuso como la prueba previa a la llegada requerida por los Estados Unidos. El estudio reportado por Wang y sus colegas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en este volumen de The Journal aborda tres preguntas importantes en casi 48 000 niños inmigrantes y refugiados que fueron evaluados a su llegada a los EE. UU. debido a la sospecha de infección asintomática / latente de Mtb diagnosticada antes de la llegada por una TST positiva o IGRA. La realización de IGRA en EE.UU. se utilizó como prueba confirmatoria de la infección por Mtb.

El primer objetivo era comparar la positividad de la prueba TST/IGRA antes de la llegada con el resultado de la prueba IGRA en EE.UU. En general, entre los niños con un resultado positivo en la prueba previa a la llegada, el 56% tenía la confirmación de la infección por Mtb mediante el US IGRA posterior a la llegada. Sin embargo, si el diagnóstico previo a la llegada se hizo por medio de la TST, el 73% tuvo un IGRA negativo después de la llegada.

El segundo objetivo era buscar una asociación entre el método de prueba utilizado antes de la llegada (TST frente a IGRA) y el inicio del tratamiento en niños con infección por Mtb confirmada en EE.UU. (todos por positividad de IGRA). De hecho, la prueba previa a la llegada mediante IGRA se asoció con una mayor tasa de tratamiento (78%) y adherencia (58%) en comparación con aquellos cuya primera prueba fue una TST positiva. Los autores especularon que los proveedores de EE.UU. tenían más confianza en los IGRA, y que las familias recibían/tenían el mensaje más claro cuando no se utilizaba la TST potencialmente reactiva.

El tercer objetivo fue evaluar la implementación del cambio de 2018 a un requisito de IGRA antes de la llegada. Después de la implementación, el 95% de los niños tenían un diagnóstico previo a la llegada de la infección por Mtb por IGRA, y el 65% tenía una confirmación a su llegada a los Estados Unidos. Los autores discuten el hallazgo inusual de la aparente reversión de IGRA de positivo (antes de la llegada) a negativo (después de la llegada) en algunos niños.

El lector encontrará otras advertencias y discusiones importantes. Además, los autores advierten a los proveedores que cuando atiendan a estos vulnerables niños inmigrantes y refugiados, un único IGRA negativo en los Estados Unidos no excluye la infección por Mtb. Sin embargo, la principal conclusión de este estudio es que los IGRAs comparados con la TST han mejorado la precisión para diagnosticar la infección por Mtb, reduciendo así el seguimiento intensivo de recursos de los niños que no están infectados por Mtb, y para concentrar los esfuerzos para aumentar aún más la provisión de tratamiento curativo a aquellos que están infectados por Mtb.

Evaluar los resultados de la evaluación posterior a la llegada a EE.UU. de los niños inmigrantes y refugiados recién llegados de entre 2 y 14 años a los que se les diagnosticó una infección tuberculosa latente (ITBL) durante un examen médico obligatorio en el extranjero.

Diseño del estudio. Se compararon los resultados de la prueba de liberación de interferón-γ (IGRA)/prueba cutánea de la tuberculina (TST) en el extranjero y en EE.UU. y el diagnóstico de la ITBL; se evaluó el inicio y la finalización del tratamiento de la ITBL después de la llegada; y se evaluó el impacto del cambio de la TST a la IGRA para detectar la infección por Mycobacterium tuberculosis en el extranjero.

Resultados. En total, 73 014 niños fueron diagnosticados con LTBI en el extranjero y llegaron a los EE.UU. durante 2007-2019. En los EE.UU., 45 939 (62,9%) completaron, y 1985 (2,7%) iniciaron pero no completaron una evaluación posterior a la llegada. Entre estos 47 924 niños, 30 360 (63,4%) volvieron a someterse a la prueba de la infección por M. tuberculosis. Para 17 996 niños con una TST positiva en el extranjero, el 73,8% fueron negativos cuando se les volvió a realizar la prueba IGRA. Para 1.051 niños con una prueba IGRA positiva en el extranjero, el 58,0% fueron negativos cuando se les volvió a realizar la prueba IGRA. En general, entre los niños que completaron una evaluación posterior a la llegada, 18 544 (40,4%) fueron evaluados como sin evidencia de infección tuberculosa, y a 25 919 (56,4%) se les confirmó el diagnóstico de LTBI en el extranjero. Entre estos últimos, 17 229 (66,5%) iniciaron y 9185 (35,4%) completaron el tratamiento de la ITBL.

Conclusiones. Exigir la prueba IGRA en el extranjero podría identificar más eficazmente a los niños que se beneficiarán del tratamiento de la LTBI. Sin embargo, pueden producirse reversiones del IGRA, lo que pone de manifiesto la necesidad de una evaluación individualizada del riesgo de infección, la progresión y los malos resultados a la hora de tomar decisiones de diagnóstico y tratamiento. Se necesitan estrategias para aumentar las proporciones que reciben una evaluación posterior a la llegada y que completan el tratamiento de la LTBI.

Determinar las características y los resultados de la infección postnatal por citomegalovirus (pCMV) en recién nacidos prematuros en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).

Métodos: Un estudio retrospectivo de casos y controles emparejados en una UCIN terciaria. Los bebés nacidos entre enero de 2009 y diciembre de 2019, <32 semanas de edad gestacional (AG) y/o peso al nacer (PC) <1500 g con infección por pCMV fueron emparejados 1:1 con bebés negativos para citomegalovirus (CMV) por año de admisión, sexo, AG y PC. El resultado primario fue la muerte ≤36 semanas de edad postmenstrual o la displasia broncopulmonar (DBP). Los resultados secundarios fueron la duración de la ventilación (LOV), la duración de la estancia (LOS) y el deterioro del neurodesarrollo (NDI) a la edad corregida de 1 y 2 años.

Resultados: Se identificaron 48 lactantes positivos al pCMV (mediana de la EG 25,3 semanas, peso corporal 695 g, edad 58 días) de entre 1659 lactantes (incidencia 2,9%). Los síntomas más comunes de la infección por pCMV fueron distensión abdominal (43,8%), síndrome similar a la sepsis (29,2%), trombocitopenia (60,5%) e hiperbilirrubinemia conjugada (60,9%). En comparación con los controles, no hubo diferencias significativas en el resultado compuesto de muerte o DBP (56,3% frente a 37,5%; p = 0,1) o IDN al año y a los 2 años (51,9% frente a 44%; p = 0,8; 71,4% frente a 50%; p = 0,4). Los lactantes positivos para el pCMV tuvieron una mediana de VL significativamente más larga (23,5 frente a 12 días)* y de PSI (140 frente a 110,5 días)*. Once (22,9%) lactantes recibieron antivirales. Diez mejoraron y uno murió. Dos lactantes no tratados murieron (1 de ellos por infección por PCMV).

Conclusiones: Las infecciones por pCMV clínicamente identificables son significativas y se asocian a un mayor soporte respiratorio y a una estancia hospitalaria prolongada en lactantes vulnerables. Merece la pena considerar el cribado de pCMV y las medidas preventivas contra la transmisión.

Antecedentes. En respuesta a la reciente epidemia de enfermedad meningocócica invasiva del serogrupo W (IMD-W) en los Países Bajos, se sustituyó la vacunación conjugada contra el serogrupo C (MenC) para los niños de 14 meses de edad por la vacunación conjugada MenACWY, y se llevó a cabo una campaña masiva dirigida a personas de 14 a 18 años. Se investigó el impacto de la implementación de la vacunación MenACWY en 2018-2020 sobre las tasas de incidencia y la efectividad de la vacuna estimada (EV).

Métodos. Extrajimos los casos de EMI diagnosticados entre julio de 2014 y diciembre de 2020 del sistema nacional de vigilancia. Calculamos las razones de tasas de incidencia específicas por grupo de edad comparando las tasas de incidencia antes (julio de 2017-marzo de 2018) y después (julio de 2019-marzo de 2020) de la implementación de la vacunación MenACWY. Estimamos la EV en los casos elegibles para la vacuna utilizando el método de cribado.

Resultados. En general, la tasa de incidencia de IMD-W disminuyó en un 61% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 40 a 74). Se redujo en un 82% (IC del 95%, 18 a 96) en el grupo de edad elegible para la vacuna (individuos de 15 a 36 meses y de 14 a 18 años) y en un 57% (IC del 95%, 34 a 72) en los grupos de edad no elegibles para la vacuna. La EV fue del 92% (IC del 95%, -20 a 99,5) en los niños pequeños aptos para ser vacunados (de 15 a 36 meses). No se notificó ningún caso de IMD-W en adolescentes aptos para ser vacunados después de la campaña.

Conclusiones. El programa de vacunación de MenACWY fue eficaz para prevenir la IMD-W en la población objetivo. La reducción de la incidencia de IMD-W en los grupos de edad no elegibles para la vacuna puede deberse a los efectos indirectos del programa de vacunación. Sin embargo, no fue posible separar la fluctuación natural del efecto de la vacuna. Nuestros hallazgos alientan el uso de la vacunación de MenACWY en niños y adolescentes en los programas nacionales de inmunización. Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Recientemente se han descrito tenosinovitis infecciosas (STI) causadas por Kingella kingae en niños pequeños, normalmente con un pronóstico leve y favorable.1,2 Nuestro objetivo fue evidenciar un tratamiento no quirúrgico para las STI por K. kingae.

Se realizó un análisis de datos longitudinal, prospectivo y observacional de los niños con K. kingae observados en un hospital de atención terciaria desde 2013 hasta 2020. El diagnóstico de STI se basó en al menos uno de los signos de Kanavel (sensibilidad a lo largo de la vaina del tendón, hinchazón digital fusiforme, dedo ligeramente flexionado en reposo o dolor con el estiramiento de los tendones afectados).3,4 Los hallazgos clínicos se apoyaron en la ecografía o la resonancia magnética.3,4 Se utilizó una PCR en tiempo real específica para la amplificación de Kingella kingae del gen rtxA.

En nuestra serie, aunque los cursos de antibióticos fueron similares, ningún paciente fue sometido a irrigación o desbridamiento de la vaina del tendón, con resolución en todos los casos. Sugerimos que en las ITS causadas por K. kingae probablemente se pueda evitar la cirugía.4,6

Se esperaba que la proporción de visitas clínicas a distancia aumentara entre los niños durante la pandemia de COVID-19, lo que podría dar lugar a un uso excesivo de antibióticos.

Métodos: En el sur de Israel conviven 2 grupos étnicos, judíos y beduinos. Se examinaron los datos informatizados de las visitas de niños <18 años de las clínicas con ≥50 niños asegurados, activas tanto antes de la COVID-19 como durante la pandemia de la COVID-19. Las visitas se dividieron en presenciales y a distancia. Se calcularon los diagnósticos infecciosos mensuales y las tasas de prescripción de antibióticos dispensados por edad (<5, 5-17 años) y grupos étnicos. Se compararon las tasas medias mensuales de 2 temporadas paralelas (períodos preCOVID-19 y COVID-19).

Resultados: En total se registraron 2.120.253 visitas a clínicas externas. Las tasas de visitas clínicas a distancia (por cada 1.000 niños) aumentaron de 97,04 y 33,86 en el periodo pre-COVID-19 a 179,75 y 50,05 en el periodo COVID-19 en los niños judíos y beduinos, respectivamente ( P < 0,01) junto con una reducción de las tasas de visitas en persona en ambas poblaciones. Comparando los periodos pre-COVID-19 y COVID-19, las tasas de diagnósticos infecciosos globales en las visitas a distancia aumentaron. Sin embargo, las tasas de prescripción de antibióticos dispensados en las visitas remotas (por cada 1000 visitas) se mantuvieron sin cambios (9,84 frente a 8,67, P = 0,70, en la población judía y 14,32 frente a 14,17, P = 1,00, en la población beduina en los períodos pre-COVID-19 y COVID-19, respectivamente) con una distribución similar de las categorías de antibióticos.

Conclusiones: La pandemia COVID-19 dio lugar a una expansión de las visitas remotas de niños <18 años con un aumento de los diagnósticos infecciosos. Sin embargo, las tasas de prescripción de antibióticos a distancia se mantuvieron sin cambios. Esta dinámica fue más acentuada en los niños judíos, caracterizados por unas condiciones socioeconómicas más altas, en comparación con los niños beduinos.

Estamos acostumbrados a obtener pruebas de anticuerpos frente a diversos patógenos para determinar si se ha producido la infección o se han administrado vacunas previamente. Por ejemplo, una prueba positiva de anticuerpos contra el sarampión indica una infección previa o una vacunación, con la salvedad de que los bebés pequeños pueden poseer anticuerpos maternos pasivos de sus madres. La situación del síndrome respiratorio agudo severo (SARS)-2 coronavirus es considerablemente más compleja y un resultado de anticuerpos requiere una comprensión más profunda de la biología de la infección.

A partir de diciembre de 2021, Italia se vio afectada por una nueva oleada pandémica de infección por el SRAS-CoV-2, sostenida principalmente por la variante omicrónica. Hasta la fecha, en Italia, alrededor de 1.168.868, lo que equivale al 9,4% del total de casos de SRAS-CoV-2 notificados, se han detectado en niños de 0 a 9 años de edad1 , pero, debido a que la infección suele ser asintomática en la edad pediátrica, el impacto real de esta infección entre los niños es difícil de estimar.

Nuestro objetivo era estimar la seroprevalencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 entre los niños en febrero de 2022 y comparar los resultados con los comunicados previamente por nuestro grupo en septiembre de 2020 y febrero de 2021.

Existen datos limitados para orientar las recomendaciones de tratamiento para los niños con enfermedad coronavírica aguda y sintomática 2019 (COVID-19). En esta revisión se expone un enfoque de tratamiento propuesto para los niños, basado en las pruebas publicadas hasta la fecha y en la aprobación de los medicamentos por parte de las agencias reguladoras de medicamentos, así como en el perfil de seguridad conocido de los medicamentos recomendados en este grupo de edad.

Antecedentes: Inicialmente, se desconocía el impacto de la infección por SARS-CoV-2 en los niños. El diagnóstico estándar de COVID-19 se confirma mediante qPCR en tiempo real. Los valores del umbral de ciclo (Ct) de la RT-qPCR son inversamente proporcionales a la carga viral y la prueba cuantifica indirectamente el número de copias del ARN viral. El objetivo de este estudio fue determinar la correlación entre la epidemiología, las características clínicas, la gravedad de los casos confirmados de COVID-19 y los valores de Ct.

Métodos: Estudio observacional, analítico y transversal. Se incluyeron todos los niños con COVID-19 menores de 18 años ingresados en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez entre el 1 de marzo de 2020 y el 28 de febrero de 2021. La infección por SARS-CoV-2 se confirmó mediante RT-qPCR.

Resultados: La mediana de edad de los pacientes fue de 7 años. Se estimaron los valores de Ct en 419 casos, la mediana del valor de Ct fue de 23,5 [rango intercuartil (IQR): 18,9-30,9]. Los niveles fueron significativamente más bajos en los pacientes sintomáticos que en los asintomáticos (Ct: 22,1; IQR: 18,4-22,1), en los niños <2 años de edad (Ct: 20,6; IQR: 17,3-27,3) y cuando la recogida de la muestra fue <4 días después del inicio de los síntomas (Ct: 21,1; IQR: 18,1-27,5). En los niños de más de 2 años, los valores de Ct fueron significativamente menores en los pacientes sintomáticos (Ct: 22,6; IQR: 18,7-29,3) que en los asintomáticos (Ct: 31,2; IQR: 24,5-33,3).

Conclusiones: Los niños menores de 2 años con COVID-19 tienen valores más bajos de Ct -como indicador de mayor carga viral- que los niños mayores. Los niños sintomáticos mayores de 2 años tenían valores de Ct más bajos en comparación con los niños asintomáticos.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 41(8):e312-e317, August 2022.

Desde el comienzo de la pandemia del Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2 (SARS-CoV-2), el cierre de las escuelas como medida de mitigación estuvo en el centro de un debate público y profesional. Aunque no se pueden ignorar los efectos negativos del cierre de escuelas, los datos acumulados sugieren que es necesario para reducir la transmisión en la comunidad. Nuestro estudio presenta una estrategia opcional para la apertura segura de escuelas durante una pandemia, implementada en escuelas secundarias israelíes seleccionadas por un grupo de trabajo especial construido por el Centro Médico Sheba (SMC).

Métodos: El estudio tuvo lugar entre noviembre de 2020 y abril de 2021. Se inscribieron tres escuelas de diferentes zonas de Israel. Se pidió a los participantes que se sometieran a pruebas quincenales de diagnóstico rápido del antígeno del SARS-CoV-2 (Ag-RDT). A los que dieron positivo se les pidió que se autoaislen, mientras que a sus contactos escolares se les hizo una prueba diaria de Ag-RDT. Los participantes con una infección por SARS-CoV-2 previamente documentada o que resultaron seropositivos al SARS-CoV-2 en el momento de la inscripción quedaron exentos del cribado.

Resultados: De un total de 361 participantes que se inscribieron en el estudio, el 12,3% resultó seropositivo. Se detectaron 14 casos de SARS-CoV-2 (3,5%), 12 de ellos en una sola escuela situada en una zona endémica de SARS-CoV-2. Los 14 casos dieron lugar a 84 días de ausencia escolar relacionada con el COVID-19, en comparación con los 1.775 días potenciales de ausencia relacionada con el COVID-19 con una estrategia de autoaislamiento en lugar de pruebas.

Conclusiones: La continuación segura de la rutina académica durante la pandemia es posible cuando se utiliza la Ag-RDT rápida como herramienta de cribado, a la vez que se permite la recogida de hisopos por parte de estudiantes y profesores entrenados.

Este subestudio de un estudio prospectivo de transmisión doméstica de casos comprobados investigó a los individuos positivos al síndrome respiratorio agudo severo por reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa sin desarrollo de anticuerpos y los factores asociados a la no seroconversión. Aproximadamente 1 de cada 8 individuos con enfermedad por coronavirus 2019 no se seroconvirtió. Los niños, especialmente los más jóvenes, tenían aproximadamente la mitad de probabilidades de seroconvertirse en comparación con los adultos. Aparte de la ausencia de fiebre/escalofríos, los síntomas individuales no predijeron fuertemente la no seroconversión.

Pregunta. Entre las adolescentes vacunadas contra el virus del papiloma humano (VPH), ¿cuál es la asociación con la mortalidad por cáncer de cuello uterino, en comparación con las no vacunadas?

Diseño. Análisis secundario de las bases de datos Surveillance, Epidemiology, and End Results y National Program of Cancer Registries (incidencia) y National Center for Health Statistics (mortalidad), 2001-2017. 2001-2005 corresponde a la pre-vacunación.

Entorno. Nacional.

Participantes. Niñas y mujeres de 15 a 39 años.

Intervención. Vacuna contra el VPH.

Resultados. Mortalidad por cáncer de cuello de útero.

Resultados principales. El porcentaje de reducción de la incidencia de cáncer entre 2001-2005 y 2010-2017 fue mayor (p < 0,001) entre las personas de 15 a 24 años, -37,70% (IC del 95%, -42,24% a -32,75%) en comparación con las de 25 a 29 años, -16,16% (IC del 95%, -19,45% a -12,69%) y en comparación con las de 30 a 39 años, -8,03% (IC del 95%, -9,90%-6,12%). El porcentaje de reducción de la mortalidad por cáncer entre 2001-2005 y 2010-2017 fue mayor (p < 0,005) entre las personas de 15 a 24 años, -43,35% (IC 95%, -59,38% a -20,5%) en comparación con las de 25 a 29 años, 4,36% (IC 95%, -10,02% a 22,18%) y en comparación con las de 30 a 39 años, -4,71% (IC 95%, -9,84% a 0,80%).

Conclusiones. La introducción de la vacuna contra el VPH se asoció con una disminución de la incidencia y la mortalidad por cáncer de cuello uterino.

Comentario. Desde que se aprobó la primera vacuna contra el VPH hace más de 15 años, los médicos e investigadores han estado esperando ansiosamente pruebas del impacto de la vacuna en los cánceres asociados al VPH en los EE.UU. A pesar de que este estudio está limitado por el diseño ecológico retrospectivo, los resultados son muy alentadores. Tabibi et al hallaron una reducción tanto de la incidencia como de la mortalidad por cáncer de cuello uterino entre el grupo de edad con mayor probabilidad de ser vacunado, así como una reducción del cáncer de cuello uterino entre los individuos de mayor edad. Esta reducción de la enfermedad cervical es aún más notable teniendo en cuenta las tasas de vacunación relativamente bajas durante el periodo de estudio posterior a la vacunación. Entre las mujeres estadounidenses de 13 a 17 años, las tasas de vacunación contra el VPH oscilaron entre el 32% en 2010 y el 53% en 2017, muy por debajo del objetivo de la vacunación universal de todos los adolescentes y por debajo de la tasa típicamente necesaria para la inmunidad colectiva.

Afortunadamente, las tasas de vacunación contra el VPH han seguido aumentando desde 2017 tanto entre las mujeres como entre los hombres, lo que sugiere que las investigaciones futuras podrán medir el impacto total de la vacunación en los cánceres relacionados con el VPH.

Secondary Antibiotic Prophylaxis for Latent Rheumatic Heart Disease. N Engl J ed. 2021. https://doi.org/10.1056/NEJMoa2102074.

Pregunta. Entre los niños con cardiopatía reumática latente (LRHD, definida recientemente como cambios valvulares leves detectados por ecocardiografía que no causan síntomas), ¿cuál es la eficacia terapéutica de la profilaxis con penicilina, en comparación con la no intervención, para prevenir la progresión?

Diseño. Ensayo aleatorio y controlado.

Entorno. Uganda.

Participantes. Niños y adolescentes con LRHD.

Intervención. Penicilina G benzatina intramuscular cada 4 semanas durante 2 años versus ninguna intervención.

Resultados. Progresión ecocardiográfica de la enfermedad a los 2 años.

Resultados principales. El análisis primario incluyó a 799 pacientes que habían sido aleatorizados y que tenían ecocardiogramas a los 2 años (intención de tratar modificada). 3/399, 0,8% (IC del 95%, 0,2%-2,3%) en el grupo de profilaxis y 33/400, 8,2% (IC del 95%, 5,9%-11,4%) en el grupo de control demostraron progresión de la EHRL a los 2 años, reducción del riesgo absoluto 7,5% (IC del 95%, 4,7%-10,3%), número necesario a tratar 13 (IC del 95%, 10-21).

Conclusiones. La profilaxis antibiótica secundaria redujo la progresión de la EHRL a los 2 años.

Comentario. La cardiopatía reumática (CR) está latente en siete de cada ocho niños.

La detección ecocardiográfica de los estadios tempranos de la enfermedad ofrece la oportunidad de iniciar a tiempo la profilaxis antibiótica secundaria para prevenir la progresión. El ensayo GOAL, meticulosamente diseñado y rigurosamente llevado a cabo, demostró la eficacia de la profilaxis secundaria de la EHRL y cambia el paradigma del cribado ecocardiográfico. Un ensayo aleatorio por grupos de 35 escuelas sugirió una reducción de la EHRL con el cribado ecocardiográfico sistemático en combinación con la profilaxis secundaria para los niños que presentaban una EHRL definida.

Por el contrario, el ensayo GOAL incluyó a niños con EHR leve o limítrofe. Las tasas de progresión de la enfermedad fueron más bajas y las tasas de regresión más altas de lo previsto tanto en el brazo experimental como en el de control. El momento óptimo de inicio de la profilaxis secundaria frente a la espera vigilante puede refinarse en futuros estudios. Además, es necesario reforzar los sistemas de salud para ampliar eficazmente los programas de cribado en las regiones endémicas.

La sífilis materna puede aumentar la transmisión vertical del VIH o puede ser un marcador de otros factores de riesgo. En una serie histórica brasileña, el riesgo de transmisión vertical del VIH fue mayor en los recién nacidos expuestos a la coinfección materna por sífilis y VIH que en los recién nacidos expuestos a la infección materna por VIH únicamente. La sífilis materna fue un factor de riesgo de transmisión vertical del VIH independiente de la educación y de las visitas prenatales, pero no independiente de la elevada carga viral del VIH de la madre o del tratamiento antirretroviral inadecuado de la madre.

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 19 (COVID-19) se ha cobrado un número importante de víctimas entre los niños y las familias, y ha agravado la crisis nacional de salud mental infantil y familiar (el término “salud mental” se utiliza en todo el comentario para referirse a la salud mental y al consumo de sustancias). Cuando se utiliza “salud mental” de forma específica, se hace a propósito para no alterar inadvertidamente la presentación de los resultados específicos de la investigación o la intención de los autores y su trabajo).1 Aunque aún no hemos visto el alcance total de los efectos de la pandemia sobre la salud mental, ya hemos sido testigos de los impactos negativos del aislamiento social, el cierre de guarderías y escuelas, el duelo y la pérdida, y la inseguridad económica de las familias.1 , 2 Y aunque los niños de todo el mundo han soportado la angustia de la pandemia, en muchas comunidades, los niños de color han sufrido una carga desproporcionada.

Lamentablemente, los sistemas de atención de la salud del comportamiento existentes eran inadecuados antes de la pandemia, y…

Objetivo: Identificar los subgrupos que probablemente se beneficien del tratamiento con anticuerpos monoclonales y antivirales, evaluando la relación entre las comorbilidades y la hospitalización entre los adolescentes estadounidenses con enfermedad sintomática por coronavirus 2019 (COVID-19).

Diseño del estudio: Se analizó la relación entre la presencia de comorbilidades y la necesidad de hospitalización dentro de los 28 días posteriores al diagnóstico de COVID-19 para los adolescentes de entre 12 y 17 años incluidos en el registro pediátrico de COVID-19 de Estados Unidos, una cohorte retrospectiva multicéntrica de pacientes pediátricos estadounidenses con COVID-19. Las comorbilidades evaluadas fueron la obesidad, la enfermedad renal crónica (ERC), la diabetes, la enfermedad o el tratamiento inmunosupresor, la anemia de células falciformes (ECF), las enfermedades cardíacas, las enfermedades neurológicas/trastornos del neurodesarrollo y las enfermedades pulmonares (excluyendo a los pacientes con asma leve). Se utilizó una regresión logística multivariable para determinar las asociaciones ajustadas por raza/etnia entre las comorbilidades y la hospitalización.

Resultados: Un total de 1877 pacientes cumplieron nuestros criterios de inclusión, de los cuales 284 (15%) fueron hospitalizados dentro de los 28 días de su diagnóstico de COVID-19. En un modelo ajustado por raza/etnia, las siguientes comorbilidades se asociaron de forma independiente con una mayor probabilidad de hospitalización: ECF (aOR, 6,9; IC del 95%, 3,0-15,9), condición de inmunocompromiso (aOR, 6,4; IC del 95%, 3,8-10,8), obesidad (aOR, 3,2; IC del 95%, 2,1-4,9), diabetes (aOR, 3. 0; IC del 95%, 1,4-6,2), enfermedad neurológica (aOR, 2,8; IC del 95%, 1,8-4,3) y enfermedad pulmonar (excluyendo el asma leve) (aOR, 1,9; IC del 95%, 1,2-3,1). La cardiopatía y la ERC no se asociaron de forma independiente con la hospitalización.

Conclusiones: La ECF, las condiciones de inmunocompromiso, la obesidad, la diabetes, la enfermedad neurológica y la enfermedad pulmonar (excluyendo el asma leve) se asociaron con la hospitalización por COVID-19 sintomática. Los adolescentes con COVID-19 aguda y estas comorbilidades deben ser priorizados para considerar una terapia que evite la hospitalización.

La incidencia y la gravedad de las anomalías de la coagulación no se han estudiado ampliamente en las poblaciones pediátricas con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Además, su asociación con un mayor riesgo de eventos tromboembólicos sigue siendo poco clara, y hay una falta de evidencia para el manejo antitrombótico profiláctico óptimo. El objetivo de nuestro estudio fue presentar nuestra experiencia en la evaluación, el manejo y los resultados a largo plazo de las anomalías de la coagulación en pacientes pediátricos hospitalizados con COVID-19.

Métodos: Se realizó un estudio prospectivo en todos los niños hospitalizados por COVID-19 durante un periodo de 6 meses centrado en las anomalías de la coagulación de los pacientes, la normalización del perfil de coagulación con o sin profilaxis anticoagulante y la evolución clínica de la enfermedad.

Resultados: Doscientos veintitrés pacientes (mediana de edad: 11,4 meses) se inscribieron en el estudio. Se detectaron anomalías de la coagulación en el 92,4% de los pacientes, siendo el aumento de los niveles de dímero D la anomalía más común detectada en el 84,3% de los pacientes. Sólo se inició la anticoagulación profiláctica en 7 (3,1%) pacientes seleccionados con COVID-19 grave y al menos 2 factores de riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) y en todos los pacientes con antecedentes de TEV. El perfil de coagulación de seguimiento en 85 pacientes mostró que los cambios a lo largo del tiempo tenían una tendencia a la normalización, independientemente del inicio de la tromboprofilaxis anticoagulante. No se observaron complicaciones trombóticas a los 3 meses del alta.

Conclusiones: Aunque los hallazgos anormales en el perfil de coagulación fueron muy frecuentes, no se asociaron con riesgo de TEV incluso en los casos graves. Se observó una tendencia a la normalización en el curso temprano de la enfermedad, independientemente del uso de tromboprofilaxis anticoagulante.

La mayoría de los síntomas individuales incluidos en esta revisión tienen una escasa exactitud diagnóstica. Ni la ausencia ni la presencia de síntomas son lo suficientemente exactas como para descartar o reconocer la enfermedad. La presencia de anosmia o ageusia podría ser útil como síntoma de alarma para la covid-19. La presencia de tos también apoya la realización de más pruebas. Actualmente no hay evidencia que apoye la realización de pruebas adicionales con PCR en cualquier individuo que presente únicamente síntomas respiratorios superiores como dolor de garganta, coriza o rinorrea.

La combinación de los síntomas con otra información fácilmente disponible, como el historial de contactos o de viajes, o la tasa local de detección de casos recientes, podría resultar más útil y se debería investigar más a fondo en una población no seleccionada que acuda a los centros de atención primaria o a los servicios ambulatorios de un hospital.

La exactitud diagnóstica de los síntomas de covid-19 es de moderada a baja y cualquier estrategia de pruebas que utilice los síntomas como mecanismo de selección dará lugar a un gran número de casos perdidos y a un gran número de personas que requerirán pruebas. El objetivo de las estrategias de las pruebas de covid-19 determina cuál de ellas se minimiza, es decir, controlar la epidemia aislando todos los casos posibles versus identificar los que tienen una enfermedad clínicamente importante para poder vigilarlos o tratarlos para mejorar su pronóstico. El primero requerirá una estrategia de pruebas que utilice muy pocos síntomas como criterio de selección para las pruebas, el segundo podría centrarse en síntomas más específicos como la fiebre y la anosmia.

Se desconoce si una política de asistencia basada en la prueba afecta las tasas de infección por SARS-CoV-2 por PCR positiva (cualquier infección; infección sintomática) en comparación con el autoaislamiento estándar de diez días en el personal de centros escolares y académicos. La política de asistencia basada en la prueba podría dar lugar a una diferencia mínima o nula en los índices de ausentismo en comparación con el autoaislamiento estándar de diez días.

Como una gran parte de la población está expuesta en una pandemia, un efecto relativo aparentemente pequeño que no tendría valor desde la perspectiva individual podría afectar a muchas personas y, por tanto, convertirse en un efecto absoluto importante desde la perspectiva de la empresa o la sociedad.

El estudio incluido no informó sobre los otros desenlaces principales de esta revisión, es decir, mortalidad relacionada con el SARS-CoV-2 y eventos adversos. No se identificaron estudios completados sobre otras intervenciones especificadas en esta revisión, pero hay dos estudios elegibles en curso. Se necesitan más estudios controlados sobre las estrategias de pruebas y aislamiento, y el teletrabajo, ya que tienen importantes implicaciones para las organizaciones laborales.

Resultados: Se presentaron diez declaraciones para de consenso y cinco de ellas cumplían los requisitos del umbral para ser incluidas en la definición de investigación de COVID prolongado entre los CYP. La definición de investigación, alineada con la definición de caso clínico de la OMS, se propone como siguiente: La afección posterior a la COVID-19 se produce en personas jóvenes con antecedentes de infección confirmada por SARS-CoV-2, con al menos un síntoma físico persistente durante un mínimo duración de 12 semanas después de la prueba inicial que no puede explicarse por un diagnóstico alternativo. Los síntomas tienen un impacto en el funcionamiento diario, pueden continuar o desarrollarse después de la infección por COVID, y pueden fluctuar o recaer con el tiempo. La prueba positiva de COVID-19 a la que se hace referencia en esta definición puede ser una prueba de antígeno de flujo lateral, una prueba PCR o una prueba de anticuerpos.

Conclusiones Esta es la primera definición de investigación de Long COVID (condición post-COVID-19) en CYP y complementa la definición de caso clínico en adultos propuesta por la OMS.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Se comparó el rendimiento de la reacción en cadena de la polimerasa de la transcriptasa inversa (RT-PCR) del SARS-CoV-2 en tiempo real con la PCR digital en gotas (ddPCR). El 95% y el 40% de las muestras positivas y negativas de la RT-PCR, respectivamente, fueron positivas en la ddPCR, lo que arrojó sensibilidades del 84% (IC del 95%: 74, 91) y del 97% (IC del 95%: 89, 99), para la RT-PCR y la ddPCR, respectivamente. Hemos descubierto que las pruebas de RT-PCR de SARS-CoV-2 en niños tienen una tasa de falsos negativos preocupante en números de copias del gen de la nucleocápside más bajos.

Después de la fase aguda de la infección por SARS-CoV-2, los niños pueden desarrollar síntomas prolongados de COVID. 

Objetivo: investigar la prevalencia de síntomas de larga duración, la duración e intensidad de los síntomas, la calidad de vida, la cantidad de días de enfermedad y ausencias de la guardería o la escuela, y los resultados psicológicos y sociales en niños de 0 a 14 años que habían sido infectados. con SARS-CoV-2 en relación con los controles sin antecedentes de infección por SARS-CoV-2.

Método: estudio transversal a nivel nacional que incluyó niños con una prueba de PCR positiva para SARS-CoV-2 confirmada (casos) y controles emparejados de los registros nacionales daneses. Se envió una encuesta a las madres (informe de representación) de niños de 0 a 14 años que habían tenido una prueba positiva de SARS-CoV-2 entre el 1 de enero de 2020 y el 12 de julio de 2021, y un grupo de control emparejado (1: 4) por edad y sexo. La encuesta incluyó el Inventario de Calidad de Vida Pediátrica (PedsQL) y el Inventario de Síntomas Somáticos Infantiles-24 (CSSI-24) para capturar la salud y el bienestar generales actuales, y preguntas auxiliares sobre los 23 síntomas prolongados de COVID más comunes. 

Conclusión: los niños que tenían antecedentes de infección por SARS-CoV-2 en todos los grupos de edad de 0 a 14 años informaron una mayor prevalencia de síntomas duraderos en comparación con los controles emparejados por edad y sexo y, entre los encuestados de mayor edad, más las mujeres que los hombres tenían síntomas duraderos. También se encontraron muchos síntomas duraderos en el grupo de control. Hubo una tendencia hacia mejores puntajes de calidad de vida en los casos que en los controles en los grupos de mayor edad. Las diferencias en los resultados emocionales y sociales a favor de los casos entre los grupos de mayor edad fueron clínicamente relevantes. Este hallazgo también es consistente con los hallazgos en adolescentes. Las posibles explicaciones de las puntuaciones más altas en los casos frente a los controles podrían incluir una mayor conciencia sobre la pandemia (lo que podría asustar a los niños que aún no han contraído la infección), la importancia del contacto con los compañeros frente a la familia y las dificultades del encierro y las restricciones sociales en el grupos de mayor edad, lo que podría afectar la calidad de vida de la población en general.

La investigación adicional debe estudiar los diagnósticos posteriores a la COVID-19, los medicamentos recetados y el uso de la atención médica para comprender mejor los grupos de síntomas y las consecuencias a largo plazo de la COVID-19 y la pandemia en los niños. Estos datos serán informados por el estudio LongCOVIDKidsDK.

La última crisis en un mundo agotado por las sorpresas clínicas ha obligado a los pediatras a estar en primera línea. En los últimos meses se han notificado 1010 casos de hepatitis aguda grave de origen desconocido en niños de 35 países. Aunque la hepatitis aguda en niños no es una entidad nueva, suele ser rara. La incidencia en esta escala, y en niños previamente sanos, es diferente a todo lo informado anteriormente. Suele darse como diagnóstico de exclusión y representa 20 a 30% de las hepatitis pediátricas indeterminadas. Los niños presentan síntomas inespecíficos que incluyen diarrea y vómitos, que progresan a ictericia, dolor abdominal, náuseas y malestar, con niveles elevados de aminotransferasa y bilirrubina.

En abril de 2022, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido alertó a la OMS sobre un aumento de la incidencia de hepatitis aguda grave en niños pequeños previamente sanos. Un hospital en Alabama, EE. UU., señaló una preocupación similar a fines de 2021, y una encuesta paneuropea confirmó que las tasas de hepatitis aguda grave en niños aumentaron sustancialmente en 2022 en comparación con años anteriores, lo que sugiere una nueva epidemia.

De los 1010 casos notificados a la OMS hasta el 12 de julio, más de la mitad se encontraban en Europa, predominantemente en Escocia y el Reino Unido, y un tercio en los EE. UU., aunque la notificación insuficiente significa que es probable que se produzcan otros casos en otros lugares. El 75% de los casos son en niños menores de 5 años, sin predisposición según sexo o etnia; 45 (5%) niños han recibido un trasplante de hígado y 22 (2%) han muerto. Dado que los casos aparecen en grupos temporales y geográficos, la infección es el desencadenante más probable, y ahora se han descartado como causa la hepatitis A-E y el SARS-CoV-2. Se ha registrado infección por adenovirus en 52 a 68% de los pacientes, más comúnmente por adenovirus tipo 41. Aunque el adenovirus 41 normalmente desencadena una enfermedad leve y autolimitada, se sabe que produce complicaciones hepáticas en niños inmunocomprometidos. El 25 de julio, dos cohortes más del Reino Unido informaron niveles muy altos de virus adenoasociado 2 (AAV2), un parvovirus, en la sangre y el hígado del 96 % de los pacientes, pero no de los controles, lo que sugiere que la coinfección con AAV2 y un adenovirus es la causa probable de la enfermedad hepática grave en los niños afectados. Se necesita más investigación para establecer los impulsores de esta epidemia, pero sin un aumento de la incidencia en niños mayores o adultos, parece que los más jóvenes son susceptibles debido a su menor exposición a los virus y la ingenuidad inmunológica pospandémica.

Mientras los científicos se apresuran a explicar este fenómeno, los pediatras, hepatólogos, virólogos y expertos en enfermedades infecciosas deben colaborar para adelantarse a cualquier aumento de casos. Aunque la incidencia de niños diagnosticados con insuficiencia hepática aguda se ha ralentizado en las últimas semanas, los expertos pronostican una nueva ola en los próximos meses. Es imperativo que los datos granulares se recopilen sistemáticamente en todos los entornos para registrar síntomas, tratamientos y resultados, de acuerdo con definiciones acordadas, y subclasificar los casos como hepatitis aguda, insuficiencia hepática aguda o insuficiencia hepática crónica. El 24 de junio, la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN) anunció una iniciativa de colaboración para hacer exactamente eso, y el 11 de julio, la OMS lanzó una encuesta mundialregistrar la incidencia de hepatitis aguda grave en niños en 2022, para compararla con años anteriores.

Los enfoques de la ESPGHAN y la OMS son complementarios para comprender el panorama completo de esta epidemia. Históricamente, la enfermedad hepática pediátrica se ha pasado por alto, y su rareza ha resultado en un enfoque en el tratamiento de los síntomas en lugar de identificar las causas. Esta epidemia debería motivar a los investigadores a profundizar más para descubrir los impulsores detrás de esta devastadora enfermedad en los niños. Necesitamos hepatólogos pediátricos y sus centros de excelencia para liderar equipos multidisciplinarios con un plan transparente y colaborativo para responder a estos casos emergentes de hepatitis aguda grave en niños. Sabemos que podemos hacer esto. La respuesta a la nueva enfermedad crítica retrasada pos-COVID (ahora conocida como MIS-C) al comienzo de la pandemia de COVID-19 mostró la resiliencia de nuestra comunidad pediátrica. Ahora los pediatras deben volver a trabajar juntos.

FONDO: Antes de abril de 2022, la infección por el virus de la viruela del simio en humanos rara vez se informaba fuera de las regiones africanas donde es endémica. Actualmente, los casos están ocurriendo en todo el mundo. La transmisión, los factores de riesgo, la presentación clínica y los resultados de la infección no están bien definidos.

MÉTODOS: Grupo de colaboración internacional de médicos que contribuyeron a una serie de casos internacionales para describir la presentación, el curso clínico y los resultados de las infecciones por el virus de la viruela del simio confirmadas por la reacción en cadena de la polimerasa.

RESULTADOS: Se informaron 528 infecciones diagnosticadas entre el 27 de abril y el 24 de junio de 2022, en 43 sitios en 16 países. En general, el 98 % de las personas con infección eran hombres homosexuales o bisexuales, el 75 % eran blancos y el 41 % tenían infección por el virus de la inmunodeficiencia humana; la mediana de edad fue de 38 años. Se sospechó que la transmisión había ocurrido a través de la actividad sexual en el 95% de las personas con infección. En esta serie de casos, el 95 % de las personas presentó una erupción (el 64 % tenía ≤10 lesiones), el 73 % tenía lesiones anogenitales y el 41 % tenía lesiones en las mucosas (54 tenían una sola lesión genital). Las características sistémicas comunes que precedieron a la erupción incluyeron fiebre (62 %), letargo (41 %), mialgia (31 %) y dolor de cabeza (27 %); la linfadenopatía también fue común (informada en el 56%). Se informaron infecciones de transmisión sexual concomitantes en 109 de 377 personas (29 %) que se sometieron a la prueba. Entre las 23 personas con un historial claro de exposición, el período medio de incubación fue de 7 días (rango, 3 a 20). Se detectó ADN del virus de la viruela del mono en 29 de las 32 personas en las que se analizó el líquido seminal. Se administró tratamiento antiviral al 5% del total de personas y 70 (13%) fueron hospitalizadas; los motivos de hospitalización fueron el manejo del dolor, en su mayoría por dolor anorrectal severo (21 personas); sobreinfección de tejidos blandos (18); faringitis que limita la ingesta oral (5); lesiones oculares (2); lesión renal aguda (2); miocarditis (2); y fines de control de infecciones (13). No se reportaron muertes

CONCLUSIONES: En esta serie de casos, la viruela del simio se manifestó con una variedad de hallazgos clínicos dermatológicos y sistémicos. La identificación simultánea de casos fuera de las áreas donde la viruela del simio ha sido tradicionalmente endémica destaca la necesidad de una identificación y diagnóstico rápidos de los casos para contener una mayor propagación comunitaria.

No está claro si otros países deberían seguir el ejemplo de EE. UU.

Estados Unidos se ha unido a un puñado de países que recomiendan que los niños de 6 meses a 5 años reciban las vacunas covid-19, 1 2 pero no está claro si otros países seguirán. ¿Cuál es la evidencia detrás de la recomendación de EE. UU. y en qué se diferencia el caso de vacunar a niños menores de 5 años de ofrecer vacunas covid-19 a niños mayores?

Se han autorizado dos vacunas para menores de 5 años en los EE. UU., según los datos proporcionados por los fabricantes Pfizer y Moderna. 3 4 Los ensayos mostraron que la vacunación indujo anticuerpos contra el SARS-CoV-2 entre niños de 6 meses a 5 años, pero aún no está claro si estos anticuerpos protegerán contra los síntomas de covid-19 como dolor de garganta, fiebre o tos, como hubo muy pocos casos de covid-19 en estos ensayos. En el ensayo de Pfizer, por ejemplo, solo hubo tres casos sintomáticos confirmados por laboratorio entre los niños vacunados y siete entre los niños no vacunados. 2 5 La mayoría de los niños tuvieron efectos secundarios menores después de la vacunación, como fatiga o dolor en el lugar de la inyección, que duraron solo unos pocos díasSin embargo, un niño en el ensayo de Moderna tuvo una convulsión debido a una temperatura alta. 4 En general, el perfil de seguridad de ambas vacunas es tranquilizador para los padres. 5

Los niños tienen más probabilidades que los adultos de experimentar covid-19 asintomático o una enfermedad muy leve, y es mucho menos probable que tengan una enfermedad grave que requiera hospitalización. 6 7 8 Pero aquellos con condiciones de salud subyacentes, como una enfermedad neurológica a largo plazo, tienen más probabilidades de ser hospitalizados con covid-19 que los niños sanos. 9

Durante el primer año de la pandemia, se estima que 25 niños murieron de covid-19 en el Reino Unido (equivalente a dos muertes por millón), 19 de los cuales tenían condiciones de salud subyacentes graves o limitantes de la vida. 7 Datos más recientes del Reino Unido confirman que el riesgo de muerte por covid-19 sigue siendo muy bajo para los jóvenes, en particular los niños menores de 12 años. 10 Tasas del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (una complicación muy rara pero grave de covid-19) 11 también han disminuido en oleadas posteriores. 12

Recientemente se han informado números preocupantemente altos de muertes infantiles por covid-19 en países de ingresos bajos y medios como Brasil. 13 Varios factores contribuyentes podrían explicar estos informes, incluidas las altas tasas de transmisión de infecciones, la mala salud subyacente de los bebés y la falta de acceso a la atención médica. 14

¿Se debe vacunar a los niños menores de 5 años contra el covid-19? En entornos de altos ingresos como el Reino Unido, es probable que el beneficio de la vacunación para niños sanos menores de 5 años sea aún más marginal que para los niños mayores. 15 La mayoría de los menores de 5 años ya habrán estado expuestos al SARS-CoV-2. Por ejemplo, el 75 % de los niños de 0 a 11 años en los EE. UU. tenían anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en febrero de 2022, 16 y esta cifra probablemente haya aumentado. Sigue existiendo incertidumbre sobre cuánta protección adicional ofrece la vacuna contra el covid-19 o cuánto tiempo duran los anticuerpos en comparación con los anticuerpos desarrollados a través de la inmunidad natural. 17

La vacuna contra el covid-19 podría reducir la incidencia de enfermedades graves entre los menores de 5 años considerados de mayor riesgo 15 y podría protegerlos contra el síndrome inflamatorio multisistémico más raro, como se observa en niños mayores de 12 años. 18 Esta complicación también se ha informado después de la vacunación contra covid-19 en niños mayores, pero en tasas más bajas que las que ocurren después de la infección natural. 19 La vacunación ayuda a proteger a los adultos contra síntomas prolongados como la fatiga y la pérdida del olfato, pero las tasas de estos síntomas a largo plazo son bajas en los niños. 20 Pasará algún tiempo antes de que se comprendan por completo los efectos a largo plazo del covid-19 (tanto directos como indirectos) en los menores de 5 años. 21

La política de vacunación de los EE. UU. para menores de 5 años puede estar impulsada por el deseo de proteger a la sociedad en general de más impactos pandémicos. Vacunar a niños menores de 5 años podría reducir la circulación del SARS-CoV-2 en la comunidad y limitar el riesgo de nuevos brotes tanto en personas sanas como en personas vulnerables a la covid-19 grave, como mujeres embarazadas y adultos mayores. Sin embargo, el papel que juegan los niños muy pequeños en la transmisión dentro de los hogares sigue siendo difícil de estimar debido a su alta prevalencia de infección asintomática y la transmisibilidad cambiante de nuevas variantes. 22

Costos de oportunidad

Los programas nacionales de vacunación son una tarea importante para los sistemas de salud. Los formuladores de políticas pueden considerar que los escasos recursos se dirigen mejor a las campañas de recuperación para revertir las caídas en las vacunas infantiles de rutina causadas por la interrupción de la pandemia 23 y garantizar que se cumplan los objetivos globales para la vacunación de adultos contra covid-19. El Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización del Reino Unido comentó en su oferta no urgente a los niños de 5 a 11 años que invertir recursos en los programas de vacunación contra el covid-19 para niños podría afectar potencialmente a otros programas de vacunación infantil de rutina. 24 Promover la recuperación y reducir las desigualdades en la aceptación de vacunas exacerbadas por la pandemia 25 puede ser más beneficioso para los niños que la vacunación contra el covid-19. Los informes de Australia sobre los primeros casos de difteria de este siglo destacan que nunca ha sido más importante mantener la vacunación de rutina. 26

La vacunación contra el covid-19 puede proteger a los niños menores de 5 años con alto riesgo de enfermedad grave. 27 Pero el caso de la vacunación masiva de menores de 5 años saludables parece menos convincente, 15 particularmente en países desarrollados donde el riesgo de mortalidad por covid-19 en este grupo de edad es tan bajo. 28 Sin embargo, el balance de beneficios y riesgos puede cambiar a medida que surgen nuevas variantes. Por lo tanto, es esencial la vigilancia global de covid-19 y los efectos a largo plazo de la vacunación en diferentes poblaciones infantiles. 29 Es importante tener en cuenta las opiniones de los padres en cualquier nueva política relacionada con los niños pequeños, junto con información clara y precisa para los padres que estén considerando vacunar a sus hijos.

El 18 de junio de 2022, los reguladores de EE. UU. votaron para autorizar el lanzamiento de las vacunas covid-19 de Pfizer y Moderna para niños menores de 5 años, lo que significa que las inyecciones ahora estarán disponibles para aproximadamente 20 millones de bebés y niños pequeños. 1 La decisión ve a los EE. UU. unirse a Argentina, Bahrein, Chile, China, Cuba, Hong Kong, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela para ofrecer vacunas covid-19 a la categoría de edad más joven. 2 Se prevé que los reguladores en Europa sigan en las próximas semanas.

Los comisionados de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) dijeron que vacunar a los menores de 5 años proporcionará una protección vital contra los ingresos hospitalarios y la muerte, y Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA, lo describió como “un hito”.

Pero no todos los científicos están convencidos de que vacunar a los menores de 5 años marcará una diferencia significativa en la lucha contra la pandemia……..

Se expone en el artículo un análisis de las diferentes posturas por parte de los expertos y servicios de salud de diferentes países que ponen de manifiesto la controversia en el uso de las vacunas actuales en menores de 5 años.

Actualmente hay una variedad de vacunas nasales contra el covid-19 en desarrollo clínico, incluidas candidatas de AstraZeneca, Bharat Biotech, CanSinoBIO, Lancaster University, National Taiwan University Hospital, Sputnik V y la Université de Tours.

“Desde la introducción de vacunas nasales contra la gripe para niños en edad escolar en el Reino Unido, pudimos lograr el resultado deseado de la inmunización masiva contra la gripe en el Reino Unido”, dice Merchant. “Nuestra experiencia con las vacunas nasales contra la gripe sugiere que una vacuna nasal covid multivariante es una solución probable para prevenir infecciones en niños y bloquear la transmisión comunitaria”.

El NHS ofrecerá una dosis de refuerzo o de recuperación de la vacuna contra la poliomielitis para niños de 1 a 9 años después de que se detectó el poliovirus en las aguas residuales en el norte y el este de Londres.

El poliovirus derivado de la vacuna tipo 2 (PV2) se detectó en los distritos de Barnet, Brent, Camden, Enfield, Hackney, Haringey, Islington y Waltham Forest. El Comité Conjunto de Vacunación e Inmunización ha aconsejado que se dé prioridad a los niños en estas áreas y donde las tasas de vacunación son bajas en el lanzamiento de la vacuna para garantizar un alto nivel de protección contra la parálisis y ayudar a reducir una mayor propagación del virus.

El poliovirus tipo 2 se detectó a principios de este año en la planta de tratamiento de aguas residuales de Beckton en el este de Londres, mientras que la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido y la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido realizaron muestreos adicionales que identificaron 116 aislamientos de PV2 en 19 muestras de aguas residuales recogidas en Londres entre 8 febrero y el 5 de julio de este año, con algunos clasificados como poliovirus derivados de la vacuna.

“Las vacunas ofrecen la mejor defensa para los niños y quienes los rodean, por lo que alentaría a las familias a asegurarse de que estén al día con sus inyecciones de rutina y a presentarse para recibir el refuerzo contra la polio tan pronto como el NHS se comunique con ellas”.

A nivel nacional, el riesgo de poliomielitis paralítica es bajo porque la mayoría de los niños están vacunados, pero las tasas de vacunación entre los niños son más bajas en Londres que en el resto del país.

Jane Clegg, enfermera jefa del NHS en Londres, dijo: “Ya nos estamos comunicando con los padres y cuidadores de niños que no están al día con sus vacunas de rutina, quienes pueden programar una cita para ponerse al día con la cirugía de su médico de cabecera ahora. y cualquiera que no esté seguro del estado de vacunación de su hijo puede consultar su Libro Rojo”.

Clegg agregó: “La UKHSA, en colaboración con la MHRA, ya ha aumentado la vigilancia de las aguas residuales para evaluar el alcance de la propagación del virus, y actualmente están tomando muestras en ocho sitios más en Londres.

“Otros 15 sitios en Londres comenzarán a tomar muestras de aguas residuales a mediados de agosto, y entre 10 y 15 sitios se levantarán a nivel nacional para determinar si el poliovirus se está propagando fuera de Londres”.

Kathleen O’Reilly, profesora asociada de estadísticas de enfermedades infecciosas y experta en erradicación de la poliomielitis en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, dijo: “La vacunación es el mejor curso de acción para prevenir enfermedades, y la decisión de una dosis de refuerzo es grande y no es especialmente diferente a la tomada por otros países de altos ingresos.

“Hasta que todos los poliovirus se detengan a nivel mundial, todos los países están en riesgo, lo que destaca la necesidad de erradicar la poliomielitis y el apoyo mundial continuo para tal esfuerzo”.

El último caso de polio en el Reino Unido fue en 1984, décadas después de que se introdujera la vacunación. 1

La UKHSA y la Organización Mundial de la Salud también están trabajando en estrecha colaboración con las agencias de salud de Nueva York e Israel para investigar los vínculos entre el poliovirus detectado en Londres y los dos países.

Objetivo: Evaluar la farmacocinética y los cambios en los niveles de sodio, además de los eventos adversos (EA) asociados con fosfomicina en recién nacidos con sepsis clínica.

Diseño: Un ensayo controlado aleatorizado abierto de un solo centro. Entorno Hospital del condado de Kilifi, Kenia.

Pacientes: 120 neonatos ≤ 28 días que ingresaron en tratamiento con antibióticos de referencia (SOC) para sepsis: ampicilina y gentamicina entre marzo de 2018 y febrero de 2019.

Intervención: Se asignó aleatoriamente a la mitad de los participantes para recibir fosfomicina intravenosa adicional y luego oral a 100 mg/kg dos veces al día durante un máximo de 7 días (SOC-F) y seguimiento durante 28 días.

Resultado(s) principal(es) y medida(s): Farmacocinética del sodio sérico, los EA y la fosfomicina.

Resultados: 61 y 59 lactantes de 0 a 23 días de edad fueron asignados a SOC-F y SOC, respectivamente. No hubo evidencia del impacto de la fosfomicina sobre el sodio sérico o los efectos secundarios gastrointestinales. Observamos 35 AE entre 25 participantes SOC-F y 50 AE entre 34 participantes SOC durante 1560 y 1565 días de observación, respectivamente (2,2 frente a 3,2 eventos/100 días-bebé; diferencia en la tasa de incidencia −0,95 eventos/100 días-bebé ( IC del 95 % −2,1 a 0,20)). Murieron cuatro participantes del SOC-F y 3 del SOC. A partir de 238 muestras farmacocinéticas, el modelo sugiere que se requiere una dosis intravenosa de 150 mg/kg dos veces al día para lograr el objetivo farmacodinámico en la mayoría de los niños, que se reduce a 100 mg/kg dos veces al día en recién nacidos de <7 días o que pesan <1500 g .

Conclusión y relevancia: Fosfomicina ofrece potencial como un régimen asequible con un esquema de dosificación simple para la sepsis neonatal. Se necesita más investigación sobre su seguridad en cohortes más grandes de recién nacidos hospitalizados, incluidos los recién nacidos muy prematuros o los que están gravemente enfermos. La supresión de la resistencia solo se lograría para los organismos más sensibles, por lo que se recomienda el uso de fosfomicina en combinación con otro antimicrobiano.

Un logro digno de mención en la historia de la vacunación ha sido la introducción de vacunas contra el rotavirus en países de bajos y medianos ingresos con alta mortalidad infantil. Desde que la OMS promovió por primera vez el uso universal de vacunas contra el rotavirus en niños en 2009, 1 Las vacunas contra el rotavirus, a partir de enero de 2022, se han introducido en los programas nacionales de inmunización en el 79 % de los países del África subsahariana, el 60 % de los países de las Américas, el 67 % en la región del Mediterráneo oriental y el 46 % en el sureste de Asia, incluida la mayoría Los países del subcontinente indio (Bangladesh, Bután y Sri Lanka están planeando la introducción de vacunas contra el rotavirus). 2 A pesar de una eficacia más baja reconocida del 66 % contra la enfermedad por rotavirus confirmada por laboratorio en países con alta mortalidad infantil, en comparación con una eficacia del 86 % en países con baja mortalidad infantil, las vacunas contra el rotavirus se han adoptado en varios programas de vacunación en todo el mundo. 3 Actualmente, hay cuatro vacunas precalificadas contra la enfermedad por rotavirus. 1 Sin embargo, hasta ahora no existían comparaciones directas directas de dos vacunas más antiguas contra el rotavirus, Rotarix y RotaTeq, a pesar de ser monovalentes versus pentavalentes y tener diferentes programas de dosificación. 4

Recientemente, Kanungo y sus colegas demostraron que los calendarios de vacunación de Rotavac y Rotasiil, vacunas contra el rotavirus precalificadas por la OMS fabricadas en la India, administradas en un calendario de tres dosis y dosis mixtas, no eran inferiores a tres dosis de cualquiera de las vacunas, individualmente. 6 Rotavac, similar a Rotarix, es una vacuna monovalente, mientras que Rotasiil es pentavalente. 1 En conjunto, estos resultados sugieren que un régimen de tres dosis de las vacunas contra el rotavirus actualmente disponibles, incluso si se administran en un programa combinado, podría ser la mejor opción actualmente para la vacunación contra el rotavirus.

Rotasiil, disponible a un costo de US$1 en países elegibles para GAVI e India, 1 tuvo una eficacia del 67 % (95 % IC 50–78) en un estudio de fase 3 en Níger, 7 pero el 36% (12–49) en ensayos clínicos de fase 3 en India, 8 lo que sugiere que incluso entre países con alta mortalidad infantil, todas las respuestas a las vacunas no son iguales. Es necesario determinar cuánto se puede atribuir a los factores genéticos del huésped. Sin embargo, Velásquez-Portocarrero y colegas 4 mostró que la genética del huésped indudablemente tiene un papel, comparando las respuestas a la vacuna entre secretores y no secretores de antígenos de grupos histo-sanguíneos seleccionados. Estos secretores de antígenos del grupo histo-sanguíneo, que suelen ser más vulnerables al rotavirus, mostraron una mayor respuesta de seroconversión de IgA vacunal, independientemente de la vacuna que recibieron (276 [78 %] de 356 secretores frente a 115 [68 %] de 170 no secretores a las 22 semanas en el brazo de RotaTeq y 213 [56 %] de 382 secretores frente a 59 [38 %] de 156 no secretores a las 22 semanas en el brazo de Rotarix). 4 Además, se ha demostrado que las cuatro vacunas precalificadas solo protegen contra la diarrea grave y la hospitalizaciónpero no contra la diarrea leve a moderada. 13 y podría ofrecer una protección inadecuada contra los brotes de rotavirus. 9 Una advertencia adicional es que RotaTeq ya no es compatible con GAVI*, 1 haciendo que el acceso a esta vacuna sea un desafío financiero para los países de bajos ingresos donde podrían existir argumentos para su uso, incluida la falta de disponibilidad o el desabastecimiento de las otras vacunas precalificadas por la OMS. La evidencia reciente indica que el rotavirus, entre otros virus entéricos, puede replicarse en las glándulas salivales y transmitirse a través de la saliva, 10 lo que tiene implicaciones para las infecciones por rotavirus en bebés mayores, incluidos los de países de altos ingresos, en particular para los niños en entornos comunitarios como centros de atención o guarderías. Las nuevas vacunas contra el rotavirus en desarrollo, incluidas las vacunas inyectables inactivadas, podrían potencialmente estimular las respuestas inmunitarias en niños mayores y sortear el desafío asociado con la vacuna original contra el rotavirus de causar invaginación intestinal. 1

Estos hallazgos respaldan aún más el notable avance en la extensión de la cobertura del rotavirus a más países, con una mejor comprensión de la utilidad de las vacunas, individualmente y en conjunto, para prevenir muertes por diarrea por rotavirus. Sin embargo, a principios de 2022, 12 años después de la precalificación, más del 71 % de los niños (es decir, 59 millones) aún no tienen acceso a ninguna vacuna contra el rotavirus en todo el mundo. 2 incluidos algunos países donde la carga de morbilidad sigue siendo elevada.

*Creada en 2000, Gavi es una organización internacional, una Alianza mundial para las Vacunas , que reúne a los sectores público y privado con el objetivo común de salvar vidas y proteger la salud de las personas aumentando el uso equitativo y sostenible de las vacunas.

Bibliografía junio 2022

Top Ten

Estudio prospectivo de las pruebas rápidas de PCR para detectar patógenos en las heces de los niños con diarrea. En general, los resultados estuvieron disponibles dos días antes que el cultivo estándar. Esto permitió tomar decisiones más racionales sobre el uso de antibióticos en la cuarta parte de los casos.

ANTECEDENTES

En 2019 se registraron aproximadamente 2,2 millones de muertes entre niños y jóvenes en edad escolar, y las enfermedades infecciosas siguen siendo las principales causas de morbilidad y mortalidad, especialmente en los países de ingresos bajos y medios. Nuestro objetivo es sintetizar la evidencia sobre las intervenciones para enfermedades infecciosas de alta carga entre niños y adolescentes de 5 a 19 años.

MÉTODOS

Se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva hasta el 31 de diciembre de 2020. Dos autores de la revisión, de forma independiente, examinaron la pertinencia de los estudios, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo.

RESULTADOS

Se incluyó un total de 31 estudios, con 81 596 participantes. Dieciséis estudios se centraron en la diarrea; seis en la tuberculosis; dos en el virus de la inmunodeficiencia humana; dos en el sarampión; un estudio en las infecciones respiratorias agudas, el paludismo y las infecciones del tracto urinario; y dos estudios se centraron en múltiples enfermedades. No encontramos ningún estudio sobre otras enfermedades infecciosas de alta carga en este grupo de edad. No se pudo realizar un metanálisis para la mayoría de los resultados debido a las variaciones en las intervenciones y los resultados. Los resultados sugieren que para la diarrea, el tratamiento del agua, la filtración del agua y la administración de suplementos de zinc tienen algún efecto protector. Para la tuberculosis, el asesoramiento entre pares, el contrato de contingencia y la formación de los trabajadores sanitarios condujeron a mejoras en la detección de la tuberculosis y la finalización del tratamiento. La continuación del tratamiento con cotrimoxazol redujo el riesgo de tuberculosis y las hospitalizaciones entre los niños infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana y redujo las complicaciones del sarampión y los casos de neumonía entre los niños infectados por el sarampión. La administración de suplementos de zinc condujo a una recuperación más rápida en las infecciones del tracto urinario con un efecto positivo en la reducción de los síntomas.

CONCLUSIONES

Hay escasez de datos sobre la eficacia de las intervenciones para las enfermedades infecciosas de alta carga entre los niños y adolescentes en edad escolar.

Lo que se sabe sobre este tema:

Se registraron aproximadamente 2,2 millones de muertes entre niños y jóvenes de 5 a 24 años, y las enfermedades infecciosas siguen siendo las principales causas de morbilidad y mortalidad, especialmente en los países de ingresos bajos y medios.

Lo que añade este estudio:

Hay escasez de datos sobre la eficacia de las intervenciones para las enfermedades infecciosas de alta carga entre los niños y los adolescentes. Esta revisión resume las limitadas pruebas existentes para la diarrea, la tuberculosis, el virus de la inmunodeficiencia humana, el sarampión, las infecciones respiratorias agudas, el paludismo y las infecciones del tracto urinario en este grupo de edad.

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ANTECEDENTES Y OBJETIVOS

La vacunación está reconocida como una intervención de salud pública factible y rentable para reducir la carga y la mortalidad asociada a muchas enfermedades infecciosas. El propósito de este estudio fue evaluar la eficacia de posibles intervenciones para mejorar la aceptación de las vacunas entre los niños y adolescentes.

MÉTODOS

Se realizó una búsqueda bibliográfica hasta diciembre de 2020. Los estudios elegibles se identificaron mediante el Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials), MEDLINE, PubMed y otras fuentes. Se incluyeron estudios realizados en niños y adolescentes de 5 a 19 años. Se excluyeron los estudios compuestos por niños hospitalizados y con enfermedades comórbidas. Dos autores realizaron el metanálisis de forma independiente.

RESULTADOS

Los resultados de 120 estudios (123 artículos), de los cuales 95 fueron meta-analizados, revelan que la educación en vacunación puede aumentar la cobertura global de vacunación en un 19% (cociente de riesgos [RR], 1,19; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,12-1,26), los recordatorios en un 15% (RR, 1. 15; IC del 95%, 1,11-1,18), las intervenciones para los proveedores en un 13% (RR, 1,13; IC del 95%, 1,07-1,19), los incentivos económicos en un 67% (RR, 1,67; IC del 95%, 1,40-1,99) y las intervenciones multinivel en un 25% (RR, 1,25; IC del 95%, 1,10-1,41). El impacto de las clínicas escolares y de la política y la legislación sobre la cobertura global de vacunación es todavía incierto, y no se encontró ningún impacto de una intervención multicomponente sobre la cobertura global de vacunación.

CONCLUSIONES

Las intervenciones educativas, los recordatorios, las intervenciones dirigidas al proveedor, los incentivos financieros y las intervenciones multinivel pueden mejorar la cobertura de vacunación entre los niños y adolescentes en edad escolar.

Lo que se sabe sobre este tema:

La cobertura de vacunación se ha estancado en la última década. En 2020, 20 millones de niños en todo el mundo estaban desprotegidos, y 10 países representaban el 62% de los niños no vacunados. Las intervenciones existentes pueden mejorar la cobertura de vacunación en niños y adolescentes en edad escolar.

Lo que añade este estudio:

Existen diversas intervenciones para mejorar la cobertura de vacunación entre los niños y adolescentes en edad escolar. Sin embargo, se necesitan más estudios que evalúen la eficacia de las intervenciones en los países de ingresos bajos y medios.

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Introducción La enfermedad neumocócica invasiva (ENI) es la infección bacteriana más relevante en niños pequeños y la introducción de las vacunas antineumocócicas conjugadas (VNC) ha cambiado su presentación clínica. En este estudio se analizaron los cambios en la incidencia, características clínicas y distribución de serotipos en los casos de ENI antes y después de la disponibilidad de la VNC13.

Métodos Se incluyeron prospectivamente pacientes con ENI menores de 60 meses ingresados en 2 hospitales pediátricos terciarios desde enero de 2007 a diciembre de 2009 (período pre-VNC13) y de enero de 2012 a junio de 2016 (período VNC13).

Resultados Se identificaron 493 casos, 319 en el período pre-VNC13 y 174 en el período VNC13. La incidencia de ENI disminuyó de 89,7 a 34,4 casos por 100.000 habitantes (−62%, p<0,001). Esta disminución de la incidencia se dio por igual en todas las presentaciones clínicas de la enfermedad excepto en la neumonía necrotizante (aumentó de 0,8 a 3,7 casos por 100.000 habitantes). Todos los serotipos incluidos en la VNC13 pero no incluidos en la VNC7 disminuyeron significativamente. No se encontraron diferencias significativas en la estancia hospitalaria, muerte y/o secuelas entre ambos períodos, aunque durante el período VNC13, los pacientes requirieron más días en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y de ventilación mecánica (p=0,00). La incidencia del serotipo 3 disminuyó de 10,4 a 6,9 casos por 100.000 habitantes, aunque fue el serotipo más frecuente en los pacientes con un cuadro clínico grave.

Conclusiones Luego de la introducción de la VNC13 se ha producido una disminución significativa de los casos de ENI. El serotipo 3 sigue siendo una causa importante de casos graves de ENI.

Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) son un grupo de enfermedades transmisibles que afectan a las poblaciones más pobres del mundo.

OBJETIVO Evaluar la eficacia de las intervenciones, incluyendo la administración masiva de medicamentos (MDA), el agua, el saneamiento y la higiene (WASH), el control de vectores, la educación sanitaria y la administración de suplementos de micronutrientes, para las ETD entre niños y adolescentes.

MÉTODOS Se realizó una búsqueda bibliográfica en el Registro Cochrane de Ensayos Controlados (Cochrane Controlled Trials Register), Medline y otras bases de datos hasta diciembre de 2020. Se incluyeron ensayos controlados aleatorios y estudios cuasi-experimentales realizados en niños y adolescentes. Dos autores, de forma independiente, revisaron la pertinencia de los estudios. Dos autores extrajeron los datos de forma independiente, evaluaron el riesgo de sesgo, realizaron el metaanálisis y calificaron la calidad de la evidencia mediante la Gradación de Recomendaciones, Valoración, Desarrollo y Evaluación.

RESULTADOS Se incluyeron 155 estudios (231 artículos) con 262 299 participantes. Para la helmintiasis transmitida por el suelo, la MDA puede reducir la prevalencia de Ascaris, Trichuris y anquilostoma en un 58%, 36% y 57%, respectivamente. No se sabe con certeza el efecto de la educación sanitaria, el WASH y la administración de suplementos de hierro sobre la prevalencia de la helmintiasis transmitida por el suelo. En el caso de la esquistosomiasis, la educación sanitaria probablemente reduce la intensidad y la prevalencia de S. mansoni, mientras que la administración de suplementos de micronutrientes puede reducir la prevalencia de la anemia y la intensidad de la infección por S. hematobium en comparación con la ausencia de suplementos. No estamos seguros del efecto de la MDA y el control del vector en los resultados de la esquistosomiasis. En el caso del tracoma, la educación sanitaria probablemente reduce la prevalencia del tracoma activo, mientras que no estamos seguros del efecto de la MDA, el WASH y el control de vectores en los resultados del tracoma. Hay pocos datos sobre la eficacia de las intervenciones para las ETD dirigidas a niños y adolescentes.

CONCLUSIÓN Se necesitan estudios futuros para evaluar la eficacia relativa y la rentabilidad de diversas intervenciones dirigidas específicamente a niños y adolescentes.

Lo que se sabe sobre este tema:

Las enfermedades tropicales desatendidas afectan a millones de niños en todo el mundo, y la Organización Mundial de la Salud recomienda intervenciones como la administración masiva de medicamentos, el suministro de agua potable, el saneamiento y la higiene, el control de vectores y la provisión de una nutrición adecuada.

Lo que añade este estudio:

Analizamos sistemáticamente la eficacia de las intervenciones, como la administración masiva de fármacos, el agua, el saneamiento y la higiene, el control de vectores, la educación sanitaria y la administración de suplementos de micronutrientes, para las enfermedades tropicales desatendidas, específicamente en niños y adolescentes de 0 a 18 años.

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La sarna o escabiosis es una parasitosis contagiosa de la piel, que cursa frecuentemente con intenso prurito generalizado (principalmente nocturno). Afecta a personas de todas las edades y niveles socioeconómicos. En países desarrollados se suelen detectar brotes en instituciones como hospitales, residencias, centros penitenciarios, albergues de personas sin hogar, centros escolares, etc. Es una de las parasitosis de mayor relevancia clínica en nuestro medio. En Euskadi se ha observado un incremento de casos y brotes en los últimos años. A pesar de que no es una enfermedad de declaración obligatoria, los brotes deben notificarse a la Unidad de Vigilancia Epidemiológica del territorio correspondiente. Según los datos del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, el número de personas afectadas en los últimos años ha ido incrementándose (630 en 2018, 1078 en 2019 y 1544 en 2020)3 . Esta tendencia al alza se ha producido también en otras Comunidades Autónomas4 y también se ha observado un incremento de casos relacionados con el confinamiento debido a la pandemia SARS-CoV-25,6. Junto al incremento de casos, en los últimos años se ha descrito un aumento de resistencias a los tratamientos escabicidas1,4,7,8. Teniendo en cuenta, además, que la disponibilidad de los tratamientos varía en función de los países1,9 y que los tratamientos tópicos pueden ser difíciles de realizar en determinadas circunstancias, el manejo óptimo de la sarna es un reto que requiere un enfoque bio-psico-social. El objetivo de este boletín es revisar el manejo de la sarna, incluyendo aspectos como el tratamiento en la población adulta y pediátrica, en embarazadas y en la lactancia.

La sarna es una infestación de la piel muy contagiosa que suele propagarse rápidamente por los hogares antes de que se detecte. La erupción pruriginosa característica, causada por una reacción de hipersensibilidad retardada, puede no desarrollarse hasta semanas después de la infestación inicial. Considere la posibilidad de sarna en cualquier situación en la que varios miembros de la familia miembros del hogar informan de prurito. El tratamiento rápido previene la transmisión en curso y reduce la morbilidad y desarrollo de complicaciones secundarias, como celulitis o fiebre reumática aguda.

En las fichas técnicas de las vacunas del rotavirus (Rotarix y RotaTeq), en el apartado 4.2 de “Posología y forma de administración”, se usan expresiones poco precisas en lo que se refiere a las edades de administración (edad mínima, edad recomendada, edad máxima), que, junto con un uso de las preposiciones “desde” y “hasta” aplicadas a un periodo de tiempo y no a un punto concreto del mismo, resulta confuso, pues pueden admitir diferentes interpretaciones. La consecuencia de todo ello es con gran frecuencia se nos plantean dudas respecto a estas cuestiones a través de las secciones de preguntas de profesionales y familias en esta web. 

Tras revisar las fichas técnicas, se han elaborado la tabla y el esquema adjuntos con el objetivo de aclarar la cuestión, evitar confusiones y reducir la variabilidad de las interpretaciones.

El dengue es la enfermedad causada por uno de los tres virus del dengue (DENV-1-4), distintos pero estrechamente relacionados, que son transmitidos por los mosquitos vectores Aedes spp. Es la enfermedad arboviral más común en todo el mundo, con la mayor carga en las regiones tropicales y subtropicales. A falta de medidas eficaces de prevención y control, se prevé que el dengue aumente tanto su carga de morbilidad como su ámbito geográfico. Dada su creciente importancia como etiología de la fiebre en el viajero que regresa o la posibilidad de transmisión local en regiones de los Estados Unidos con vectores competentes, así como el riesgo de grandes brotes en los territorios estadounidenses endémicos y los estados asociados, los clínicos deben entender su presentación clínica y estar familiarizados con las pruebas adecuadas, el triaje y el manejo de los pacientes con dengue. Los esfuerzos de control y prevención alcanzaron un hito en junio de 2021 cuando el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP) recomendó Dengvaxia para el uso rutinario en niños de 9 a 16 años que viven en áreas endémicas con confirmación de laboratorio de infección previa por el virus del dengue. Dengvaxia es la primera vacuna contra el dengue que se recomienda para su uso en los Estados Unidos y una de las primeras que requiere pruebas de laboratorio de los posibles receptores para ser elegibles para la vacunación. En esta revisión, describimos la patogénesis del dengue, la epidemiología y las características clínicas clave para los médicos de primera línea que evalúan a los pacientes que presentan el dengue. También ofrecemos un resumen de la eficacia, la seguridad y las consideraciones de uso de Dengvaxia, así como una visión general de otras posibles herramientas nuevas para controlar y prevenir la creciente amenaza del dengue.

ANTECEDENTES. La infección por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) proporciona una inmunidad natural contra la reinfección. Estudios recientes han demostrado la disminución de la inmunidad proporcionada por la vacuna BNT162b2. Se desconoce el curso temporal de la inmunidad natural e híbrida.

MÉTODOS. Utilizando la base de datos del Ministerio de Sanidad israelí, se extrajeron los datos correspondientes a agosto y septiembre de 2021, cuando la variante B.1.617.2 (delta) era predominante, de todas las personas que habían sido infectadas previamente con el SARS-CoV-2 o que habían recibido la vacuna contra el coronavirus 2019. Se utilizó una regresión de Poisson con ajuste por factores de confusión para comparar las tasas de infección en función del tiempo transcurrido desde el último evento que confiere inmunidad.

RESULTADOS. El número de casos de infección por SARS-CoV-2 por cada 100.000 personas-día de riesgo (tasa ajustada) aumentó con el tiempo transcurrido desde la vacunación con BNT162b2 o desde la infección previa. Entre las personas no vacunadas que se habían recuperado de la infección, esta tasa aumentó de 10,5 entre los que se habían infectado entre 4 y menos de 6 meses antes a 30,2 entre los que se habían infectado 1 año o más antes. Entre las personas que habían recibido una única dosis de vacuna después de la infección previa, la tasa ajustada fue baja (3,7) entre los que se habían vacunado menos de 2 meses antes, pero aumentó a 11,6 entre los que se habían vacunado al menos 6 meses antes. Entre las personas no infectadas previamente que habían recibido dos dosis de la vacuna, la tasa ajustada aumentó de 21,1 entre los que se habían vacunado menos de 2 meses antes a 88,9 entre los que se habían vacunado al menos 6 meses antes.

CONCLUSIONES. Entre las personas que habían sido infectadas previamente por el SRAS-CoV-2 (independientemente de si habían recibido alguna dosis de vacuna o de si habían recibido una dosis antes o después de la infección), la protección contra la reinfección disminuyó a medida que aumentaba el tiempo transcurrido desde el último evento que confiere inmunidad; sin embargo, esta protección fue mayor que la conferida después de que hubiera transcurrido el mismo tiempo desde la recepción de una segunda dosis de vacuna entre las personas no infectadas previamente. Una única dosis de vacuna después de la infección reforzó la protección contra la reinfección.

Casos clínicos

La sífilis congénita representa un importante reto para la salud pública en los Estados Unidos, y su prevalencia ha aumentado en los últimos 10 años debido a muchos factores. El diagnóstico puede ser difícil dadas sus diversas e inespecíficas manifestaciones clínicas en los recién nacidos, y la posibilidad de obtener resultados falsos negativos durante la atención prenatal. El fenómeno de la prozona, causado por un exceso de anticuerpos, que interfiere con las pruebas de cribado habituales, es una causa de falsos negativos. Esto podría retrasar el diagnóstico y aumentar la morbilidad y la mortalidad en el recién nacido. Presentamos un caso de sífilis congénita en un lactante de 3 meses cuya madre tuvo cuidados prenatales y pruebas de sífilis negativas, lo que contribuyó al diagnóstico tardío. Ante hallazgos clínicos sugestivos de sífilis congénita y pruebas de sífilis maternas negativas, los profesionales sanitarios deben considerar la posibilidad de un falso negativo materno causado por el fenómeno de la prozona.

Hemos leído con gran interés el artículo de Böncüoğlu et al1 que presenta un caso de COVID-19 con sepsis bacteriana causada por Enterobacter cloacae en un lactante de 34 días. Estamos de acuerdo con su conclusión de que los clínicos deben ser conscientes del desarrollo de la sepsis bacteriana durante la infección por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en los lactantes. Sin embargo, los pediatras también deben ser conscientes de las infecciones del tracto urinario (ITU). Aquí presentamos el caso de una lactante de 20 días con COVID-19 e ITU.

 

Durante el último año se evaluaron en nuestro servicio tres pacientes con verrugas en pene. Las figuras 1 y 2 corresponden a pacientes derivados por lesión exofítica en glande, de escasos milímetros, halladas incidentalmente al retirar el prepucio durante evaluación pediátrica de rutina. La figura 3 pertenece a un niño de tres años con lesión verrucosa de 1 cm en el meato uretral, detectada por la madre mientras lo higienizaba.

Varón de 10 años que acude por fiebre y tos de una semana de evolución, sin hallazgos en la exploración física se realiza PCR de COVID-19, que es negativa, y se envía a domicilio. A los 12 días reconsulta y en la exploración presenta hipoventilación en hemitórax derecho. En la analítica sanguínea destaca una PCR 123 mg/L; LDH 327 U/L; coagulación con: TP 58% y dímero D 5.825 ng/mL. Test rápido (ICT) con resultado positivo y PCR negativa. En la radiografía de tórax (fig. 1), se observa opacidad extensa en el hemitórax derecho con derrame pleural ocupando aproximadamente el 50% del mismo. En la ecografía torácica se comprueba derrame pleural de 7,5 cm de grosor en base pulmonar (fig. 2). Ante sospecha de COVID-19 grave, se inicia antibioterapia i.v., dosis de vitamina K y heparinas de bajo peso molecular (HBPM). A las 48 h presenta necesidad de oxígeno y empeoramiento del derrame. Se coloca drenaje pleural. El análisis bioquímico del líquido pleural presentaba leucocitos 588/uL con 93% de linfocitosis, ADA 200, proteínas 5,7 g/dL, LDH 718. Se establece diagnóstico de presunción de tuberculosis. Se realizan pruebas Mantoux (25 mm a las 72 h) (fig. 3) y QuantiFERON, que son positivas. Recibe tratamiento antituberculoso con isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol durante dos meses, seguido de cuatro meses con isoniazida y rifampicina. La evolución del paciente es favorable, se solicita test serológico ELISA, encontrándose IgG e IgM negativas.

Se han descrito en gran medida afecciones no respiratorias relacionadas con las infecciones por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2). Se ha informado de intususcepción ileocólica asociada a la infección por SARS-CoV-2 en 10 niños, lo que plantea la posibilidad de que el virus desempeñe un papel etiopatológico, pero en ninguno de estos casos se documentó una patología tisular que apoyara la inflamación intestinal por SARS-CoV-2. Presentamos dos casos de invaginación intestinal en pacientes con infección por SARS-CoV-2 que fueron tratados en diferentes centros pediátricos de Europa y aportamos pruebas de la presencia del virus en los tejidos mesentéricos e intestinales de los pacientes.

A medida que las infecciones por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) siguen extendiéndose por todo el mundo, los investigadores han informado de muchas manifestaciones no respiratorias de la infección. En la población pediátrica, se desarrolla un síndrome inflamatorio multisistémico en un pequeño porcentaje de niños semanas después de la infección aguda.1 Además, los niños infectados por el SARS-CoV-2 pueden presentar también síntomas gastrointestinales.2

Se ha documentado una asociación entre el adenovirus y la intususcepción.3 Se ha planteado la hipótesis de que la hiperplasia del tejido linfoide asociado al intestino, secundaria a la infección, puede actuar como punto de partida para la intususcepción.4

En la actualidad, se ha notificado una intususcepción ileocólica asociada a la infección por SARS-CoV-2 en 10 niños, lo que plantea la posibilidad de que el virus desempeñe un papel etiopatológico5,6 , pero en ninguno de estos casos se ha documentado una afectación tisular directa.

Presentamos dos casos de invaginación intestinal en pacientes con SARS-CoV-2 tratados en diferentes centros pediátricos de Europa.

Pacientes

Una niña de 1 mes infectada por el SARS-CoV-2 se presentó en el servicio de urgencias tras una historia de 5 días de estreñimiento y varios episodios de emesis lechosa postprandial durante las 24 horas anteriores. En el momento del ingreso, la paciente estaba moderadamente aletargada y deshidratada y desarrolló una hemorragia rectal tras un tacto rectal. Una ecografía abdominal reveló una invaginación ileocecal que se extendía hasta el colon sigmoide en la fosa ilíaca izquierda. Antes de cualquier intervención, una prueba antigénica rápida rino-faríngea para el SARS-CoV-2 dio resultados positivos. Debido a un deterioro del estado clínico que no permitía un intento de reducción hidrostática guiada por fluoroscopia, el bebé fue trasladado al quirófano para un acceso vascular urgente y una laparotomía. La laparotomía confirmó una intususcepción ileocecal que se redujo manualmente. Se observó un gran ganglio linfático de 1,5 cm de diámetro en el mesenterio, cerca de la válvula ileocecal. El ganglio linfático fue extirpado para su evaluación histológica (Fig. 2).

 

Para profundizar

Objetivos. Se describe clínica y epidemiológicamente un brote de infección gastrointestinal por Salmonella enterica ser. (serotipo) Enteritidis, en una escuela infantil urbana, que conllevó elevada morbilidad e importante alarma social. La comunicación inmediata, así como el estudio adecuado del brote, en ambas vertientes, permitieron identificar el patógeno y establecer medidas de control en un plazo razonable de tiempo. Se discuten aspectos controvertidos como la indicación de antibioterapia o el momento de cierre del centro.
Material y métodos. Se recogió retrospectivamente información clínica, analítica y epidemiológica, y se revisó la metodología y resultados del estudio del brote.
Resultados. 57 niños (3-45 meses) de 92 asistentes al centro, fueron afectados y tuvieron confirmación microbiológica. Diarrea y fiebre fueron los principales síntomas. 74% acudieron al hospital, y 37% ingresaron, (estancia media 3,3 días). Fueron factores asociados al ingreso: deshidratación, elevación significativa de reactantes de fase aguda y coagulopatía. 12 recibieron cefotaxima parenteral. Se registraron 2 complicaciones: 1 bacteriemia y 1 reingreso. La sospecha inicial del origen del brote fueron los alimentos, pero el análisis de las muestras testigo fue negativo. 5 trabajadores fueron positivos (2 sintomáticos). Vigilancia Epidemiológica concluyó que el origen probable del brote fue un portador asintomático y la manipulación incorrecta de pañales. El centro permaneció cerrado 8 días. Se realizaron medidas de limpieza y desinfección, instrucción sobre cambio de pañales y seguimiento de portadores.
Conclusiones. La agrupación en tiempo y espacio de casos debe ser notificada inmediatamente para el control precoz del brote. Los niños pueden presentar formas graves de gastroenteritis por Salmonella.

El transporte nasofaríngeo de bacterias patógenas es mayor en entornos de bajo nivel socioeconómico (NSE). Actualmente se desconoce cómo afecta el NSE a las respuestas inmunitarias locales, importantes para controlar la colonización.

Objetivo: Examinar la colonización bacteriana y la respuesta de citoquinas en la mucosa nasal de niños de NSE alto y bajo.

Métodos: Se recogieron muestras de nasosorción en octubre de 2019 de 48 escolares de NSE alto y 50 de NSE bajo, en un estudio transversal en Makassar, Indonesia. Se midieron 25 citoquinas en el líquido nasal. Se realizó la reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa para determinar el transporte y la densidad de Haemophilus influenzae , Streptococcus pneumoniae , Moraxella catarrhalis y Staphylococcus aureus. Los datos se analizaron mediante regresión multivariante.

Resultados: Las densidades de H. influenzae y S. pneumoniae aumentaron en los entornos de NSE bajo en comparación con los de NSE alto ( P = 0,006, P = 0,026), con densidades medias 6 y 67 veces mayores, respectivamente. Las densidades de H. influenzae y S. pneumoniae se asociaron positivamente con los niveles de IL-1beta e IL-6. Una vez corregida la densidad bacteriana, los niveles de IL-6 fueron más elevados en los niños colonizados de NSE alto que en los de NSE bajo para H. influenzae y S. pneumoniae (ambos P = 0,039).

Conclusión: Se observaron mayores densidades de H. influenzae y S. pneumoniae en los niños de NSE bajo, mientras que los niveles de IL-6 asociados a la colonización se redujeron en estos niños, lo que indica que las respuestas inmunitarias a la colonización bacteriana se vieron alteradas por el NSE.

Las infecciones que no se pueden tratar siguen desarrollándose. La rápida propagación de organismos multirresistentes significa que es posible que en un futuro próximo no podamos tratar las infecciones o enfermedades cotidianas con antibióticos. Muchos de los antimicrobianos existentes son cada vez menos eficaces, ya que las bacterias, los virus, los protozoos y los hongos se adaptan y se hacen resistentes a los medicamentos. El uso inadecuado de estos valiosos medicamentos también ha agravado el problema.

Sin antibióticos eficaces, incluso la cirugía menor y las operaciones rutinarias podrían convertirse en procedimientos de alto riesgo si no se pueden tratar las infecciones graves.

A medida que el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) ha ido evolucionando, también lo han hecho sus efectos en la población pediátrica.1 Aunque las primeras variantes solían provocar infecciones de las vías respiratorias inferiores, la variante ο, recientemente identificada, puede mostrar una predilección por las vías respiratorias superiores.2 Se cree que el tracto respiratorio superior relativamente más pequeño de los niños en comparación con el de los adultos los predispone a presentaciones clínicas más graves parecidas a la laringotraqueobronquitis o crup. El crup, causado por la inflamación de las vías respiratorias subglóticas inducida por un virus, se caracteriza clásicamente por la aparición repentina de una “tos perruna”, estridor inspiratorio y dificultad respiratoria. Los coronavirus endémicos se han relacionado con el crup; sin embargo, sólo unos pocos informes de casos han descrito el crup específicamente asociado al SARS-CoV-2, y sigue sin estar claro si los casos de crup constituyen una relación causal o el resultado de una coinfección con otro virus.3-6 Para abordar esta laguna de conocimiento, realizamos un análisis retrospectivo de la incidencia y las características clínicas del crup asociado a la infección por SARS-CoV-2 en un gran hospital infantil independiente.

Métodos. Las características clínicas y demográficas y los datos de las pruebas virales se obtuvieron de los datos de los registros médicos de un hospital infantil independiente en Boston, Massachusetts, entre el 1 de marzo de 2020 y el 15 de enero de 2022. Los criterios de inclusión fueron un diagnóstico de coronavirus 2019 (COVID-19) por reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real con un código de Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión, registrado para laringotraqueitis (J05.0, RO5, RO5.8, J38.7) durante el mismo encuentro hospitalario. Se limitó el análisis a los pacientes tratados en el servicio de urgencias y dados de alta (“servicio de urgencias”) y a los que requirieron hospitalización (“hospitalizados”). Los datos extraídos se corroboraron con la revisión manual de las historias clínicas.

Se utilizaron estadísticas descriptivas para resumir las características de los pacientes y los resultados. Definimos el período ο como el que comenzó el 4 de diciembre de 2021, correspondiente al primer caso documentado de la variante ο en Massachusetts. La mediana de casos semanales durante los períodos omicrón y preomicrón se comparó mediante la prueba de rango de Wilcoxon. Este estudio recibió la aprobación de la junta de revisión institucional.

Resultados. Entre el 1 de marzo de 2020 y el 15 de enero de 2022, un total de 75 niños fueron diagnosticados con crup asociado a COVID-19, el 81% de los cuales se presentaron durante el período omicrón (Fig. 1). Hubo una diferencia significativa en la mediana de casos semanales entre los periodos preomicrón (0 [rango intercuartil (IQR) 0-0]) y omicrón (11 [IQR 2-17]) (P < .001). La mayoría de los pacientes eran varones (72%) y habían sido dados de alta del servicio de urgencias (88%) (Tabla 1). Todos los niños sometidos a pruebas de otras infecciones víricas fueron negativos, excepto uno con rinovirus. Se administró dexametasona al 97% de los pacientes. Mientras que el 100% de los pacientes hospitalizados recibieron epinefrina racémica, ésta sólo se administró al 25% de los pacientes atendidos en urgencias. Entre los pacientes hospitalizados, la mediana de la estancia fue de 1,7 días (IQR 1,3-2,3 días), y la mediana del número de dosis de dexametasona y epinefrina racémica fue de 6 (IQR 4-9) y 8 (IQR 2-10), respectivamente. Cuatro pacientes requirieron cuidados intensivos, y uno de ellos pasó a recibir una mezcla de helio-oxígeno y presión positiva continua en las vías respiratorias. Ningún paciente requirió ventilación invasiva ni falleció.

En Estados Unidos se han producido más de 6 millones de infecciones pediátricas por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), pero los factores de riesgo de infección siguen estando mal definidos. Se buscó evaluar la asociación entre el asma y el riesgo de infección por SARS-CoV-2 entre los niños.

MÉTODOS. Realizamos un estudio de cohorte retrospectivo de niños de 5 a 17 años de edad que recibían atención a través del Sistema de Salud de la Universidad de Duke y que tenían una dirección residencial en el condado de Durham, Carolina del Norte. Se clasificó a los niños como asmáticos utilizando definiciones previamente validadas basadas en la historia clínica electrónica. Las infecciones por SARS-CoV-2 se identificaron en base a pruebas positivas de reacción en cadena de la polimerasa de muestras respiratorias recogidas entre el 1 de marzo de 2020 y el 30 de septiembre de 2021. Se emparejaron los niños con asma 1:1 con los niños sin asma, utilizando puntuaciones de propensión y se utilizó la regresión de Poisson para evaluar la asociación entre el asma y el riesgo de infección por SARS-CoV-2.

RESULTADOS. De 46 900 niños, 6324 (13,5%) cumplían los criterios de asma. Los niños con asma tenían más probabilidades de someterse a la prueba de la infección por SARS-CoV-2 que los niños sin asma (33,0% frente a 20,9%, p < 0,0001). En una cohorte emparejada por puntuación de propensión de 12 648 niños, 706 (5,6%) niños dieron positivo en las pruebas de infección por SARS-CoV-2, incluyendo 350 (2,8%) niños con asma y 356 (2,8%) niños sin asma (cociente de riesgos: 0,98, intervalo de confianza del 95%: 0,85-1,13. No hubo evidencia de modificación del efecto de esta asociación por la prescripción de corticosteroides inhalados, los antecedentes de exacerbación grave o las enfermedades atópicas comórbidas. Sólo 1 niño con asma requirió hospitalización por infección de SARS-CoV-2.

CONCLUSIONES. Después de controlar los factores asociados a la prueba del SARS-CoV-2, encontramos que los niños con asma tienen un riesgo de infección por SARS-CoV-2 similar al de los niños sin asma.

Lo que se sabe sobre este tema:

Los factores de riesgo de infección por SARS-CoV-2 entre los niños siguen estando mal definidos. Las directrices actuales recomiendan que las personas con asma tomen precauciones adicionales para prevenir la infección por el SRAS-CoV-2, pero la relación entre el asma y el riesgo de infección por el SRAS-CoV-2 y su gravedad en los niños no está clara.

Lo que añade este estudio:

Los niños con asma no presentaban un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2 en comparación con los niños sin asma y, en general, presentaban enfermedades leves asociadas al SARS-CoV-2.

 

En este estudio de casos y controles, Thomas et al identifican una asociación significativa entre la traqueomalacia y las bronquiectasias (Odds Ratio ajustada 13) que debería orientar la investigación de los niños con traqueomalacia y tos crónica.

Resumen Objetivo Los niños con traqueomalacia pueden desarrollar una infección crónica de las vías respiratorias inferiores y una inflamación neutrofílica. Es plausible que los niños con traqueomalacia tengan un mayor riesgo de desarrollar bronquiectasias. La hipótesis es que, en comparación con los controles, la traqueomalacia en los niños está asociada a las bronquiectasias.

Diseño Estudio monocéntrico de casos y controles.

Entorno y pacientes: Se seleccionaron aleatoriamente 45 niños de Queensland con bronquiectasias confirmadas por TAC de alta resolución del tórax (c-HRCT) e inscritos en el Registro Australiano de Bronquiectasias, y 90 niños no emparejados sin síntomas respiratorios crónicos ni evidencia radiográfica de bronquiectasias (controles de la enfermedad). A los casos y a los controles se les realizó una broncoscopia flexible por razones clínicas en las 4 semanas siguientes a su c-HRCT.

Intervenciones: Los vídeos de la broncoscopia se revisaron de forma ciega para: (a) cualquier traqueomalacia (cualquier deformación de la forma de la tráquea al final de la espiración) y (b) traqueomalacia definida por la declaración de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS) (>50% de reducción espiratoria en el área luminal transversal).

Principales medidas de resultado y resultados: Los casos eran más jóvenes (mediana de edad = 2,6 años, IQR 1,5-4,1) que los controles (7,8 años, IQR 3,4-12,8), pero estaban bien equilibrados en cuanto al sexo (56% y 52% hombres, respectivamente). Mediante un análisis multivariable (ajustado por la edad), la presencia de cualquier traqueomalacia se asoció significativamente con las bronquiectasias (OR (ORadj)=13,2, IC del 95%: 3,2 a 55), mientras que la traqueomalacia definida por la ERS aumentó aún más este riesgo (ORadj=24,4, IC del 95%: 3,4 a infinito).

Conclusión: La traqueomalacia definida por la broncoscopia está asociada a las bronquiectasias infantiles. Aunque no se puede inferir la causalidad, los niños con traqueomalacia deben ser vigilados para detectar la tos húmeda crónica (>4 semanas), el síntoma más común de las bronquiectasias, que si está presente debe ser tratada y luego investigada si la tos persiste o es recurrente.

 

Los estudios de seroprevalencia frente a SARS-CoV-2 en los trabajadores sanitarios (TS) permiten identificar áreas de riesgo inesperado en los hospitales.

Métodos. Estudio transversal (14-27/04/2020). Se determinó IgG frente a SARS-CoV-2 mediante ELISA en todos los TS, incluidos los externos, de un hospital universitario de Madrid. Se clasificaron por categoría profesional, área de trabajo y riesgo de exposición al SARS-CoV-2.

Resultados. Entre 2.919 TS, se evaluaron 2.590 (88,7%); edad media 43,8años (DE11,1) y 73,9% mujeres. Globalmente, 818 (31,6%) trabajadores tuvieron IgG positiva, sin diferencias por edad, sexo o enfermedades previas. De estos, el 48,5% no comunicaron síntomas previos. La seropositividad fue más frecuente en las áreas de alto (33,1%) y medio (33,8%) que en las de bajo riesgo (25,8%, p=0,007), pero similar en las áreas de hospitalización que atendían a pacientes con y sin COVID-19 (35,5 vs 38,3%, p>0,05). El 90,8% de los TS con PCR previa positiva frente a SARS-CoV-2 tuvieron IgG positiva. Por análisis multivariante, la seropositividad se asoció con ser médico (OR2,37, IC95%: 1,61-3,49), enfermero (OR1,67, IC95%: 1,14-2,46), auxiliar de enfermería (OR1,84, IC95%: 1,24-2,73), trabajar en áreas de hospitalización COVID-19 (OR1,71, IC95%: 1,22-2,40) y no COVID-19 (OR1,88, IC95%: 1,30-2,73) y en Urgencias (OR1,51, IC95%: 1,01-2,27).

Conclusiones. El estudio de seroprevalencia desveló una alta tasa de infección que pasó desapercibida entre los trabajadores sanitarios. Los pacientes sin sospecha clínica de COVID-19 y los trabajadores sanitarios asintomáticos pueden ser una fuente importante de transmisión nosocomial del SARS-CoV-2.

A 30 de abril de 2020, se habían notificado 203.715 infecciones SARS-CoV-2 en España, 54.486 en Madrid, y el 21,4% eran trabajadores de la salud. El objetivo del estudio es determinar la prevalencia serológica de infección SARS-CoV-2 en trabajadores de un hospital monográfico pediátrico.

Método. Del 13 al 30 de abril, 1.523 trabajadores fueron convocados a realizar un test serológico (All Test®) frente a SARS-CoV-2 y respondieron un cuestionario con información demográfica, clínico-epidemiológica y de exposición a COVID-19.

Resultados. Mil doscientos noventa y dos (84,8%) fueron estudiados. La prevalencia serológica (IgM y/o IgG+) a SARS-CoV-2 fue del 17,2% (222/1.292) y del 15,5% (201/1.292) considerando IgG positiva. La edad media fue 44±13 años, el 73% eran mujeres. El 33,8% (75/222) fueron asintomáticos. Tenían rRT-PCR positiva previa 81. El 14% (32/222) contacto familiar.

Conclusión. La prevalencia serológica SARS-CoV-2 en los trabajadores de un hospital pediátrico fue mayor que en la población general. Muchos pasaron una infección inadvertida.

El objetivo del estudio fue evaluar la incidencia de la hospitalización por infección respiratoria aguda (IRA) grave por virus respiratorio sincitial (VRS) en niños con inmunodeficiencia primaria (IDP) y la gravedad de la IRA causada por VRS (IRA-VRS) en estos pacientes.

Métodos. Estudio transversal ambispectivo multicéntrico a nivel nacional realizado en el período 2011-2017. El estudio se llevó a cabo en 15 hospitales españoles e incluyó a niños que requirieron hospitalización por IRA-VRS.

Resultados. De los 439 pacientes con IDP seguidos en los centros participantes, 13 (3%) fueron ingresados por IRA-VRS. La mediana de edad de los pacientes fue de 1,6años (rango intercuartílico: 0,5-2,2), y 7 eran varones. Los tipos de IDP asociados con mayor frecuencia a la hospitalización por IRA-VRS fueron la inmunodeficiencia combinada (IDC; 4/71 [6%]) y la IDC con características sindrómicas (IDCCS; 6/147 [4%]). Dos de los 13 pacientes recibían palivizumab para profilaxis frente al VRS, y 3 recibieron terapias potencialmente activas frente al VRS durante la estancia hospitalaria. Se detectó coinfección viral en 6 pacientes, 5 (39%) desarrollaron complicaciones y 4 (31%) requirieron ingreso en la unidad de cuidados intensivos. No se registraron muertes relacionadas con el VRS.

Conclusiones. Dentro de los pacientes con IDP, la necesidad de hospitalización por infección grave por VRS es más frecuente en los pacientes con IDC y IDCCS, en los que ha de prestarse una atención especial a la prevención de infección por VRS. Se requieren estudios adicionales para confirmar estos resultados.

La bronquiolitis aguda (BA) es la infección del tracto respiratorio inferior más frecuente en los primeros 2 años de vida. Constituye una carga significativa para el sistema sanitario, siendo la razón más frecuente de ingreso hospitalario en lactantes menores de un año1, con un impacto económico y social significativo2. Se ha teorizado que las estrategias de salud pública implementadas en la población general para combatir la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19), como el distanciamiento social, el confinamiento y las medidas de higiene podrían haber reducido también la incidencia de otras infecciones, especialmente en niños. En Nueva Gales del Sur, Australia, durante la primera ola de la pandemia de la COVID-19 se observó una reducción del 94% en la detección de infecciones por el virus respiratorio sincitial y una reducción del 85 al 89% en los ingresos hospitalarios por bronquiolitis en comparación con años anteriores (2015-2019)3. De manera similar, se observó una reducción del 70% en los ingresos por BA de lactantes en Brasil4. En el hemisferio norte, diversos estudios han estimado la reducción en los casos de BA durante la temporada invernal de bronquiolitis del 2020 (hasta el fin de año). En Francia se observaron reducciones en las visitas y los ingresos relacionados con la bronquiolitis del 82,1 y el 82,5%, respectivamente, durante la temporada epidémica del invierno de 20205. En Bélgica, los ingresos por bronquiolitis se redujeron en un 92,5%, y los casos del virus respiratorio sincitial en un 99% durante el pico invernal, en comparación con la temporada epidémica de los 3 años previos6. Todos estos estudios subrayaron que las medidas adoptadas para reducir la transmisión del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, fueron el factor más importante implicado en esta reducción.

La bronquiolitis aguda (BA) es una infección de origen viral que se presenta a modo de brotes epidémicos anualmente, iniciándose en España aproximadamente en octubre de un año para finalizar en marzo-abril del siguiente1. Las intervenciones no farmacológicas implementadas en nuestra población como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 fueron las responsables, al menos en parte, de una disminución en la frecuencia de presentación de las enfermedades infecciosas típicamente pediátricas2 y entre ellas, la BA3,4. El 9 de mayo de 2021 el Gobierno de España decidió dar por finalizado el estado de alarma, lo cual supuso una relajación progresiva de las medidas preventivas que se habían aplicado hasta ese momento. Esto pudo tener como consecuencia el resurgimiento de la circulación de diferentes agentes virales implicados en la génesis de la BA, tal y como se había descrito en otros territorios5.

Se han desarrollado estrategias modernas de estratificación del riesgo para identificar a los lactantes con bajo riesgo de infecciones bacterianas graves (SBI; infecciones del tracto urinario, bacteriemia y meningitis bacteriana) e infecciones bacterianas invasivas (IBI; bacteriemia y meningitis bacteriana).1-3 Estas incorporan diferentes pruebas diagnósticas y puntos de corte de bajo riesgo. La prueba de la procalcitonina ofrece la mejor discriminación de los lactantes de bajo riesgo4 ; sin embargo, esta prueba no está disponible de forma universal.5,6 Las directrices recientes de la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan que, si la procalcitonina no está disponible, se utilice la proteína C reactiva (PCR), el recuento absoluto de neutrófilos (CNA) y la temperatura5 ; sin embargo, estos marcadores inflamatorios nunca se han evaluado juntos en combinación. Este estudio trató de estimar la precisión diagnóstica de la PCR, el CNA y la temperatura en los puntos de corte recomendados por la AAP, dando prioridad a los IBI no perdidos.

Se trata de un análisis secundario de los datos de mejora de la calidad recogidos de forma prospectiva para estandarizar las pruebas diagnósticas de los lactantes febriles ≤60 días de edad en un…

  • El estado actual y futuro de las definiciones de sepsis pediátrica: Una encuesta internacional. Perspectiva internacional sobre una definición de sepsis pediátrica revisada. Pediatrics (2022) 149 (6): e2022056410

La sepsis pediátrica fue definida recientemente por la Conferencia Internacional de Consenso sobre la Sepsis Pediátrica (IPSCC) en 2005 con el fin de estandarizar una definición operativa de la sepsis, principalmente para ayudar a los estudios de investigación y epidemiológicos.1 Sin embargo, esta definición estuvo plagada de desafíos desde su inicio, incluyendo el hecho de estar informada por una comprensión incompleta de la patobiología de la sepsis y la falta de un estándar de oro para la validación. Además, no se tuvo en cuenta la implementación de la definición de sepsis del IPSCC en entornos con recursos limitados, lo que llevó a una aplicación inconsistente de la definición tanto clínica como epidemiológicamente.2

Tras la publicación en 2016 de las Definiciones de Consenso para Adultos para la Sepsis y el Shock Séptico (Sepsis-3),3 la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos organizó el Grupo de Trabajo para la Definición de la Sepsis Pediátrica con el fin de evaluar sistemáticamente las deficiencias de las definiciones actuales de la sepsis pediátrica y desarrollar una definición revisada y basada en datos.4 El Grupo de Trabajo comenzó con una revisión sistemática y un metanálisis para caracterizar las asociaciones demográficas, clínicas, de laboratorio y de gravedad de la enfermedad con la…

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Hasta el 27 de enero de 2022, más de 11,4 millones de niños en Estados Unidos han dado positivo en la prueba de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).1 Los casos de COVID-19 entre los niños estadounidenses han experimentado un aumento exponencial en diciembre de 2021 y enero de 2022, un periodo de tiempo muy corto que supera con creces los picos de infección anteriores.1 Estos datos recientes sugieren que la variante omicrón (B.1.1.529) es más transmisible en comparación con las variantes delta (B.1.617.2) y alfa (B.1.1.7).1 Estos datos son especialmente preocupantes ya que coinciden con la reapertura de los colegios tras las vacaciones de 2021 a 2022 en todo el país. La información sobre la durabilidad de las respuestas inmunitarias naturales específicas del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en los niños es importante para informar sobre la mitigación de la transmisión en la comunidad y las estrategias de vacunación pediátrica, tanto para las variantes actuales como para las posibles futuras. Sin embargo, se desconoce la verdadera incidencia y la presencia longitudinal de la respuesta natural (no inducida por la vacuna) de los anticuerpos a la infección por el SRAS-CoV-2 en la población pediátrica, debido a la elevada proporción de infecciones asintomáticas2 y a la priorización de las pruebas en los adultos y en las personas con enfermedad grave al principio de la pandemia. Se trata de una información importante para el campo, ya que no todos los padres pueden o deciden vacunar a sus hijos.

Métodos. El Texas Coronavirus Antibody REsponse Survey (Texas CARES) es un proyecto prospectivo de seroprevalencia basado en la población diseñado para evaluar el estado de los anticuerpos a lo largo del tiempo entre una población voluntaria en todo el estado. El diseño de Texas CARES se ha descrito anteriormente,2-4 pero brevemente, incluye adultos (de 20 a 80 años) y niños (de 5 a 19 años). La inscripción de Texas CARES comenzó en octubre de 2020. Los participantes de 5 a 19 años de edad fueron reclutados en grandes sistemas de atención médica pediátrica, centros de atención médica calificados por el gobierno federal, consultorios pediátricos y de medicina familiar urbanos y rurales, proveedores de seguros médicos y una campaña en los medios sociales en todo el estado de Texas. A los participantes se les ofreció una serie de 3 pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 a lo largo de 6 a 8 meses, o cada 2 o 3 meses, que incluye el inmunoensayo para la detección de anticuerpos contra la proteína de la nucleocápside del SARS-CoV-2 (Roche N-test). Un valor de ≥1 determinó el estado positivo de anticuerpos según Roche.5,6 La prueba de la nucleocápside utiliza sangre completa y tiene una sensibilidad y especificidad superiores al 97%.5,6 Las características descriptivas y el estado de los síntomas relacionados con la infección COVID-19 se determinaron mediante un cuestionario en el momento de la inscripción y antes de cada extracción de sangre sucesiva. Este análisis incluyó a los participantes de 5 a 19 años de edad que completaron las tres evaluaciones de anticuerpos.

La asociación entre la presencia de anticuerpos contra la proteína nucleocápside del SRAS-CoV-2 en los 3 puntos temporales de la prueba (con un intervalo de ∼3 meses) y los predictores de interés se probó mediante un modelo aditivo generalizado (GAM) con enlace logit, el predictor y el punto temporal (un indicador para los puntos temporales 2 y 3), con un efecto aleatorio específico del participante para acomodar la correlación. El GAM se ajustó utilizando el paquete mgcv en el software estadístico R, que informa de un valor P de tipo Wald para la significación de la asociación.7 Todos los protocolos fueron revisados y aprobados por el Comité para la Protección de Sujetos Humanos del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, pero también se consideraron prácticas de salud pública por la junta de revisión institucional del Departamento Estatal de Servicios de Salud de Texas.

Resultados. De nuestra muestra (n = 218; edad media de 12,8 años, DE 3,6), el 96% de los que tenían evidencia de anticuerpos contra la nucleocápside en la evaluación inicial (34,4% de la muestra) continuaron teniendo anticuerpos >6 meses después (media de 7,2 meses, DE 1,55). Dos niños pasaron de ser positivos a negativos entre su primera y segunda prueba de anticuerpos, y ningún niño pasó de ser positivo a negativo entre su segunda y tercera prueba de anticuerpos. Dieciséis niños pasaron de negativos a positivos entre la primera y la segunda prueba de anticuerpos, y 9 entre la segunda y la tercera, respectivamente. No hubo diferencias en la presencia de anticuerpos según el estado de los síntomas (asintomático frente a sintomático) o la gravedad (leve-moderada frente a grave), el sexo, el grupo de edad o el grupo de IMC (bajo peso, peso saludable, sobrepeso, obesidad) en los 3 momentos de medición de anticuerpos (Tabla 1).

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El informe de Messiah et al1 en este número de Pediatrics proporciona datos útiles sobre la duración de la respuesta de los anticuerpos contra la nucleocápside en los niños tras la infección por el SRAS-CoV-2. Dado que nuestras vacunas actuales contra el SRAS-CoV-2 provocan anticuerpos contra la proteína de la espiga, los anticuerpos contra la nucleocápside representan una infección pasada, más que una respuesta a la vacuna. Los autores descubrieron que, en esta cohorte de 218 niños, ∼45% tenían anticuerpos contra la proteína nucleocápside durante el tiempo en que las variantes circulantes predominantes eran alfa y delta. La frecuencia de detección de anticuerpos contra la nucleocápside no fue diferente según la edad, el hábito corporal o la gravedad de la infección. Más del 95% de los niños que tenían resultados positivos en la prueba de anticuerpos contra la nucleocápside al inicio del estudio seguían teniendo anticuerpos detectables al menos 6 meses después. Este estudio, en el que la inscripción comenzó antes de que las vacunas estuvieran disponibles para los niños y terminó antes de que ο se convirtiera en la variante circulante predominante, proporciona algunos datos tranquilizadores con respecto a la durabilidad de la respuesta.

Sin embargo, todavía hay mucho que desconocemos sobre la respuesta inmunitaria al SARS-CoV-2. En primer lugar, este estudio evaluó cualitativamente la respuesta de anticuerpos contra la nucleocápside. Los resultados cuantitativos, que habrían permitido evaluar la posible degradación de la respuesta de anticuerpos contra la nucleocápside a lo largo del tiempo, no estaban disponibles. Como no sabemos qué niveles de anticuerpos de la nucleocápside se asocian a la inmunidad protectora, es posible que la respuesta cualitativa de anticuerpos de la nucleocápside detectada haya estado por debajo del umbral que confiere inmunidad. Los estudios sobre la…

Describir la etiología y el curso clínico de la parálisis facial periférica (PF) pediátrica de inicio agudo, definir los factores que distinguen la parálisis de Bell de la PF relacionada con enf de Lyme, y determinar si el uso temprano de corticosteroides influye en la recuperación de la fuerza facial en la parálisis de Bell o en la PF.

MÉTODOS. Estudio de cohorte retrospectivo de niños de 1 a 18 años que recibieron atención clínica dentro de nuestra red de atención clínica pediátrica (región endémica de Lyme) entre 2013 y 2018 por FP periférica de inicio agudo.

RESULTADOS. El estudio incluyó a 306 niños; 82 (27%) tenían LRFP, 209 (68%) tenían parálisis de Bell y 15 (5%) tenían PF de diferente etiología. La mayoría de los niños con PFDL se presentaron entre junio y noviembre (93%) y, en comparación con la parálisis de Bell, tenían con más frecuencia un pródromo sistémico precedente, que incluía fiebre, malestar, cefalea, mialgias y/o artralgias (55% frente a 6%, p < 0,001). La neuroimagen y la punción lumbar no añadieron valor diagnóstico en la PF aislada. De los 226 niños con parálisis de Bell o LRFP con seguimiento documentado, la PF se resolvió en todos menos en 1. No hubo asociación entre la evaluación final de los padres/clínicos sobre la recuperación y el uso temprano de corticosteroides.

CONCLUSIONES. La parálisis de Bell y la LRFP fueron causas comunes de PF pediátrica en nuestra región endémica de Lyme. El pródromo sistémico y el mes de calendario pueden ayudar a distinguir la LRFP de la parálisis de Bell al inicio de la PF, guiando el uso de antibióticos. El uso temprano de corticosteroides no afectó a nuestras medidas de recuperación, aunque las anormalidades sutiles pueden no haber sido apreciadas, y el tiempo de recuperación no pudo ser evaluado. Son necesarios futuros estudios prospectivos que utilicen herramientas de evaluación estandarizadas a intervalos regulares de seguimiento.

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La transmisión vertical del coronavirus respiratorio agudo grave-2 (SARS-CoV-2) sigue siendo muy debatida. Aquí, evaluamos la transmisión del SARS-CoV-2 en recién nacidos con condiciones intrauterinas.

Métodos: Se trata de un estudio prospectivo, observacional y multicéntrico en el que participaron 13 hospitales españoles incluidos en la cohorte GEStacional y NEOnatal-COVID. Se incluyeron mujeres embarazadas con infección por SARS-CoV-2 confirmada microbiológicamente durante cualquier trimestre del embarazo o del parto y sus recién nacidos desde marzo hasta noviembre de 2020. También se obtuvieron datos demográficos, clínicos y microbiológicos. Se analizaron las cargas virales en diferentes muestras biológicas maternas y neonatales (placenta, leche materna y sangre materna; orina, meconio y sangre neonatal).

Resultados: Se incluyeron un total de 177 recién nacidos expuestos al SARS-CoV-2. Los recién nacidos fueron sometidos a pruebas de reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa utilizando hisopos nasofaríngeos en las primeras 24-48 horas de vida y a los 14 días de vida. En total, se consideró que el 5,1% tenía una infección por el SRAS-CoV-2 en el periodo neonatal, mientras que el 1,7% se consideraron casos de transmisión intrauterina y el 3,4% de transmisión intraparto o postnatal temprana. No hubo diferencias en las características demográficas y clínicas de las embarazadas ni en la susceptibilidad de los recién nacidos a las infecciones en sus antecedentes perinatales.

Conclusiones: La transmisión intrauterina del SARS-CoV-2 es posible, aunque rara, siendo más frecuente la transmisión postnatal temprana. La mayoría de los recién nacidos infectados permanecieron asintomáticos o presentaron síntomas leves que evolucionaron bien durante el seguimiento. No se encontraron características maternas que predispongan a la infección neonatal. Todas las madres de los recién nacidos infectados presentaban una infección aguda en el momento del parto.

Aunque no hubo presencia de SARS-CoV2 en muestras de sangre del cordón umbilical o de leche materna, se detectó carga viral de SARS-CoV-2 en muestras de orina y meconio de los recién nacidos infectados.

Introducción: La anosmia relacionada con la COVID-19 es un hallazgo notable y específico de la enfermedad. Con este estudio de cohorte multicéntrico, nos propusimos determinar la prevalencia de la anosmia en los casos pediátricos con COVID-19 de Turquía y hacer una evaluación objetiva con un cuestionario de conocimiento del olor.

Material y métodos: Este estudio de cohorte prospectivo multicéntrico se realizó con clínicas de infección pediátrica en 37 centros de 19 ciudades diferentes de Turquía entre octubre de 2020 y marzo de 2021. Se examinaron los síntomas de 10.157 casos de COVID-19 de 10 a 18 años de edad. Se registraron la edad, el sexo, otros síntomas acompañantes y la gravedad clínica de la enfermedad de los casos con anosmia y ageusia incluidos en el estudio. Los casos fueron entrevistados para el cuestionario de conciencia olfativa al ingreso y un mes después de la enfermedad.

Resultados: La anosmia estuvo presente en el 12,5% (1.266/10.157) de los casos de COVID-19 de 10 a 18 años de edad. Se analizaron los registros completos de 1053 pacientes seguidos durante el periodo de estudio. Los síntomas más frecuentes que acompañaron a la anosmia fueron la ageusia en 885 (84%) casos, la fatiga en 534 casos (50,7%) y la tos en 466 casos (44,3%). La anosmia se registró como único síntoma en 84 (8%) de los casos. Un mes después, se determinó que la anosmia persistía en 88 (8,4%) casos. En el cuestionario de conciencia olfativa, la puntuación al ingreso fue mayor que la puntuación un mes después ( P < 0,001).

Discusión: Con este estudio, hemos proporcionado el examen de una gran serie de casos en toda Turquía. La anosmia y la ageusia son síntomas específicos que se observan en los casos de COVID-19. Con la detección de estos síntomas, se debería intentar aislar los casos de COVID-19 en el periodo inicial y reducir la propagación de la infección. Estos estudios son importantes porque la evolución del COVID-19 en los niños difiere de la de los adultos y hay pocos datos sobre la prevalencia de la anosmia.

Las construcciones sociales son factores de riesgo conocidos para el síndrome inflamatorio multisistémico en niños. Una revisión de 206 pacientes demostró que los niños que eran negros no hispanos, mayores de 12 años o que vivían en un barrio desfavorecido se asociaban al síndrome inflamatorio multisistémico grave en niños (ingreso en la unidad de cuidados intensivos, intubación y/o uso de vasopresores).

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Las infecciones complican el 5%-10% de las derivaciones de líquido cefalorraquídeo (LCR). Nuestro objetivo es describir las características y los patógenos contemporáneos de las infecciones de las derivaciones en los niños de Canadá y Estados Unidos.

Métodos: Serie de casos descriptiva en hospitales de atención terciaria en Canadá (N = 8) y Estados Unidos (N = 3) de niños de hasta 18 años de edad con infecciones de derivación de LCR desde el 1 de julio de 2013 hasta el 30 de junio de 2019.

Resultados: Hubo 154 niños (43% mujeres, mediana de edad de 2,7 años, 50% prematuros) con infecciones de derivación de LCR ≥1. La mediana de tiempo entre la colocación de la derivación y la infección fue de 54 días (rango intercuartil, 24 días-2,3 años). Los patógenos comunes fueron estafilococos coagulasa-negativos (N = 42; 28%), Staphylococcus aureus sensible a la meticilina (N = 24; 16%), S. aureus resistente a la meticilina (N = 9; 5,9%), Pseudomonas aeruginosa (N = 9; 5,9%) y otros bacilos Gram-negativos (N = 14; 9,0%). Se observaron diferencias significativas entre los patógenos, incluyendo el momento de la infección ( P = 0,023) y el recuento de leucocitos del LCR ( P = 0,0019); sin embargo, las diferencias no fueron suficientes para predecir de forma fiable el organismo causante basándose en el momento de la infección o para discriminar P. aeruginosa de otros patógenos basándose en las características clínicas. Los regímenes antibióticos empíricos, que incluían vancomicina (71%), cefotaxima o ceftriaxona (29%) y betalactámicos antipseudomonas (33%), fueron discordantes con el patógeno aislado en cinco casos. La distribución de los agentes patógenos y la elección de los antibióticos empíricos fue variable entre los distintos centros. Nueve niños fallecieron; 4 (44%) muertes se atribuyeron a la infección de la derivación.

Conclusiones: Los estafilococos siguen siendo la causa más común de las infecciones de la derivación del LCR, aunque se producen bacilos gramnegativos resistentes a los antibióticos y no se pueden predecir de forma fiable en función de las características clínicas.

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El estreptococo del grupo B (EGB), también conocido como Streptococcus agalactiae, coloniza la vagina o las zonas vaginales/rectales (VR) del 10% al 30% de las mujeres embarazadas. El EGB es una de las principales causas de infecciones neonatales y del lactante, con altas tasas de mortalidad y morbilidad, incluida la enfermedad neonatal de inicio tardío (LOGBS), que se produce entre 7 y 89 días después del nacimiento.1,2 Basándose en los polisacáridos capsulares, se identifican 10 serotipos de EGB (Ia, Ib II-IX). Los serotipos Ia, Ib, II, III, IV y V son los más prevalentes, siendo el serotipo III el que presenta la mayoría de los casos (56%) de LOGBS.3 La incidencia de LOGBS se estima actualmente en 0,28 a 0,31 por cada 1000 bebés en Estados Unidos, sin que se vea afectada por el uso generalizado de la profilaxis antibiótica intraparto (PAI) para prevenir la sepsis de inicio temprano.1,2

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El citomegalovirus (CMV) es la causa más frecuente de infección congénita y ≈20% de todos los neonatos infectados presentan o desarrollarán una pérdida auditiva neurosensorial. Se ha propuesto el cribado congénito del CMV (cCMV) en los recién nacidos que no han superado el cribado auditivo neonatal universal como estrategia para identificar a los neonatos con pérdida de audición e infección por cCMV que podrían beneficiarse del tratamiento antiviral aplicado durante el primer mes de vida.

Objetivos: Evaluar la viabilidad y el rendimiento del cribado selectivo del cCMV en un entorno francés.

Métodos: Se reclutaron neonatos en 5 centros de maternidad del Gran París. Se recogió una muestra de saliva para la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) del CMV en los neonatos que no superaron el cribado auditivo del recién nacido. Se documentaron los resultados, incluyendo el resultado de la PCR del CMV y la confirmación de la pérdida de audición por un especialista en otorrinolaringología.

Resultados: Se incluyeron 230 recién nacidos y se recogió una muestra de saliva en el 98% (231/236) de ellos. El resultado de la PCR del CMV estuvo disponible en una mediana de 9 días (7-10 días) de vida y en el 96% de los casos dentro del primer mes de vida. Dos neonatos estaban infectados por el CMV. El resultado de la evaluación del otorrinolaringólogo estaba disponible en el 75% (178/236) de los casos a una mediana de 16 días (9-26 días). Se confirmó la pérdida de audición en el 2,8% (5/178). Los 2 neonatos infectados tenían pérdida de audición confirmada a los 5 y 8 días de vida y fueron tratados con valganciclovir a los 9 y 16 días, respectivamente.

Conclusiones: El resultado de este estudio confirma que el cribado selectivo del cCMV es factible en estos entornos franceses.

Algunos médicos y padres solicitan medir los anticuerpos IgG en suero contra el sarampión después de la vacunación contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR). A menudo, los padres escépticos a la vacuna quieren saber si su hijo es “inmune” después de la primera dosis para evitar la segunda. En el niño sano habitual, esto debe desaconsejarse por las siguientes razones. Los ensayos de anticuerpos disponibles en el mercado no miden los anticuerpos funcionales (neutralizantes). No pueden medir de forma fiable la inmunidad contra el sarampión y fueron diseñados para medir los anticuerpos adquiridos de forma natural y no los inducidos por la vacunación. Además, la triple vírica también incluye los virus de las paperas y la rubéola, que también requieren 2 dosis para una protección óptima; no existe un correlato serológico fiable de la protección contra las paperas. Por lo tanto, el concepto de inmunización con 2 dosis de la triple vírica es, con mucho, más eficaz, eficiente y fiable que una estrategia de dosis única basada en una prueba anti-sarampión-IgG positiva tras la primera dosis. En consecuencia, los médicos deben resistirse al deseo de medir los anticuerpos IgG antisarampión a menos que exista una indicación clara (por ejemplo, inmunodeficiencia) o una recomendación oficial como parte del programa nacional de inmunización.

Múltiples estudios han mostrado una asociación entre la invaginación intestinal (IS) y la recepción de la vacuna monovalente o pentavalente contra el rotavirus (RV) en los 21 días anteriores. La gravedad de la enfermedad es una consideración importante para las evaluaciones de riesgo-beneficio de la VR, pero ningún estudio ha comparado la gravedad de la IS dentro de los 21 días de la vacunación (asociada a la vacuna, VA) y más tarde (no asociada temporalmente, VNA).

Métodos: Se utilizó la vigilancia activa basada en el hospital en la red australiana de Vigilancia Activa de Enfermedades Mejoradas (PAEDS) (julio de 2007 a febrero de 2018) para identificar a los bebés ≤9 meses de edad que cumplían los criterios de Brighton de nivel 1 para IS. Se utilizaron cinco niveles de gravedad: (1) sin cirugía y duración de la estancia (LOS) ≤1 día, (2) sin cirugía y LOS ≥2 días, (3) cirugía, sin resección intestinal, (4) resección intestinal y (5) ingreso en la UCI.

Resultados: De 323 casos elegibles, 87 (26,9%) eran VA y 236 (73,1%) VNA. Los casos VA-IS (mediana de 21 semanas; 24,1% ≤14 semanas) eran significativamente más jóvenes que los casos VNA-IS (mediana de 28 semanas; 7,2% ≤14 semanas). Los casos de 0-≤14 semanas de edad eran significativamente más propensos que los casos ≥25 semanas a requerir resección intestinal (ratio de riesgo relativo 4,6; IC 95%, 1,48-14,3). Este efecto no se asoció a la VR. Tras ajustar por edad y sexo, el VA-IS no estaba significativamente sobrerrepresentado en los niveles de gravedad 2-5; RRR ajustado de 1,37 (IC 95%: 0,61-3,11) para la resección intestinal en los casos de 0-≤14 semanas de edad.

Conclusiones: La IS fue infrecuente pero significativamente más grave por debajo de las 14 semanas de edad. Tras ajustar por edad y sexo, la gravedad de la IS no estaba relacionada con la VR.

Bibliografía mayo 2022

Top Ten

La neumonía tiene un gran impacto en la salud infantil y en los costes de la atención sanitaria. Este estudio se diseñó para obtener información contemporánea sobre las características clínicas y la etiología de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en niños, tanto en el ámbito hospitalario como en el ambulatorio, en los Estados Unidos.

Métodos: Llevamos a cabo un estudio prospectivo, multicéntrico y observacional de la NAC entre niños previamente sanos de 2 meses a 18 años de edad en 6 hospitales infantiles de Ohio de 2015 a 2018. Para la detección de patógenos, se recogieron hisopos nasofaríngeos de todos los sujetos. Los cultivos de sangre y líquido pleural estaban disponibles según el estándar de atención.

Resultados: Se inscribió una muestra de conveniencia de 441 pacientes: 380 hospitalizados y 61 ambulatorios. La taquipnea y los hallazgos radiológicos de consolidación y derrame pleural fueron más frecuentes entre los pacientes hospitalizados que entre los ambulatorios. Se detectó un patógeno en el 64,6% de los pacientes: virus en el 55,6%, bacterias atípicas en el 8,8% y bacterias piógenas en el 4,3%. En 18 (4,1%) pacientes se detectaron tanto virus como bacterias. El rinovirus/enterovirus (RV; 18,6%) y el virus sincitial respiratorio (VRS; 16,8%) fueron los virus más frecuentemente detectados, y Mycoplasma pneumoniae (8,2%) y Streptococcus pneumoniae (2,3%) fueron las bacterias más comunes. A excepción de S. pneumoniae, que se identificó con mayor frecuencia en los pacientes hospitalizados, no hubo diferencias significativas entre los pacientes hospitalizados y los ambulatorios en las proporciones de niños con patógenos específicos detectados.

Conclusiones: Rinovirus/enterovirus y VRS entre los virus y M. pneumoniae y S. pneumoniae entre las bacterias fueron los patógenos más comunes detectados en los niños con NAC. La taquipnea y las radiografías de tórax con consolidación y/o derrame pleural se asociaron a la hospitalización.

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La aceptación de las vacunas a lo largo de la vida es de importancia para la salud pública mundial, pero millones de niños siguen sin vacunar o no lo hacen y son vulnerables a las enfermedades prevenibles por vacunación. Como se ha puesto de manifiesto en la actual pandemia de COVID-19, muchos adultos muestran dudas sobre las vacunas, aunque esto ha fluctuado en la mayoría de los entornos en respuesta a muchos factores, especialmente a las señales de seguridad de las vacunas1,2. Las personas que trabajan en el sector sanitario también han mostrado dudas sobre las vacunas. Sin embargo, el personal sanitario suele ser más reacio a expresar sus preocupaciones relacionadas con las vacunas debido a las presiones gubernamentales, organizativas y sociales para vacunar, siendo estas preocupaciones ocultas aún más difíciles de abordar3. Los factores causales de las dudas sobre las vacunas son complejos y específicos del contexto y varían según el tiempo, el lugar y las vacunas2, y son distintos de las barreras que limitan el acceso a las vacunas o a los servicios de vacunación. Las dudas sobre las vacunas, o el estado de motivación de estar en conflicto con la vacunación o de oponerse a ella, están influenciadas por la forma en que las personas piensan y sienten sobre las vacunas y los procesos sociales que sustentan la aceptación de las mismas4.

Determinar con precisión el riesgo de COVID a largo plazo es un reto. Los estudios existentes en niños y adolescentes tienen considerables limitaciones y es difícil distinguir los síntomas asociados a la infección por SARS-CoV-2 a largo plazo de los síntomas relacionados con la pandemia. Más de la mitad de los individuos de este grupo de edad, independientemente de la COVID-19, declaran síntomas físicos y psicológicos, lo que pone de manifiesto el impacto de la pandemia. Se necesitan datos más sólidos para fundamentar las decisiones políticas.

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Antecedentes: La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) es muy sensible y, por lo tanto, es el método estándar para diagnosticar la tos ferina. La PCR en tiempo real se utiliza ampliamente debido a su precisión y a la simplicidad del valor del umbral de ciclo (Ct) simultáneo, que representa el número de copias del gen objetivo. Poco se sabe de la asociación del valor Ct con la gravedad de la tos ferina en neonatos y lactantes.

Métodos: Este estudio determinó los valores de Ct en neonatos y lactantes diagnosticados con tos ferina mediante PCR en tiempo real utilizando muestras nasofaríngeas en el Hospital Nacional de Niños de Vietnam en Hanoi en 2017 y 2019. La asociación de la gravedad de la enfermedad y los parámetros clínicos se analizaron mediante análisis univariantes y multivariantes.

Resultados: Se evaluaron 108 pacientes con tos ferina [mediana de edad: 63 días, rango intercuartil (IQR): 41-92 días]. Sólo 6/108 (6%) recibieron al menos una dosis de una vacuna que contenía tos ferina. Entre ellos, 24 (22,2%) tuvieron una enfermedad grave que requirió atención en una unidad de cuidados intensivos pediátricos, 16 (13,8%) necesitaron ventilación mecánica y 3 (2,6%) murieron. La mediana del valor Ct fue menor en los pacientes con enfermedad grave (19,0; IQR: 16,5-22,0; n = 24) que en los que no tenían enfermedad grave (25,5; IQR: 20,0-30,0; n = 84) (P = 0,002). Los análisis de regresión logística demostraron que el valor Ct de la PCR [odds ratio (OR): 1,783, intervalo de confianza (IC) del 95%: 1,013-3,138, P = 0,045], la edad (OR: 3,118, IC del 95%: 1,643-5,920, P = 0,001) y el recuento de glóbulos blancos (OR: 0,446, IC del 95%: 0,261-0,763, P = 0,003) seguían estando significativamente asociados a la enfermedad grave.

Conclusiones: Los valores Ct de la PCR en tiempo real para la tos ferina podrían ser útiles como predictores de la enfermedad grave en neonatos y lactantes.

Los sapovirus, norovirus y rotavirus son las principales causas de gastroenteritis aguda infantil (GEA) en todo el mundo. Las infecciones asintomáticas de estos virus no se han estudiado ampliamente.

Objetivo: Examinar la prevalencia y las variaciones genéticas de sapovirus, norovirus y rotavirus en niños con y sin síntomas de GEA.

Métodos: Se recogieron 999 muestras de heces de niños menores de 16 años desde septiembre de 2009 hasta agosto de 2011 en el Hospital Universitario de Tampere, Finlandia. En total, 442 niños (44%) tenían síntomas de AGE y 557 pacientes (56%) sólo tenían infección aguda del tracto respiratorio (IRA). Se examinaron las muestras para sapovirus, norovirus y rotavirus utilizando la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa y se secuenciaron los amplicones positivos.

Resultados: El 54% y el 14% de los pacientes de los grupos AGE y ARTI, respectivamente, resultaron positivos. Todos los virus se detectaron con mayor frecuencia en los pacientes con AGE que en los pacientes con IRA (norovirus, 25% frente a 7,2%, respectivamente; rotavirus, 24% frente a 6,1%; sapovirus, 5,2% frente a 1,4%). En los pacientes con IRA, los casos se observaron con mayor frecuencia durante los dos primeros años de vida. El norovirus fue el patógeno más detectado en ambos grupos, con el genogrupo GII cubriendo ≥97% de las cepas de norovirus. El sapovirus se detectó mayoritariamente en los niños menores de 18 meses sin predominar el genotipo. El rotavirus se detectó con frecuencia tras la vacunación reciente contra el rotavirus y el 18% y el 88% de las cepas eran derivadas de la vacuna contra el rotavirus en los grupos AGE y ARTI, respectivamente.

Conclusiones: Demostramos que los virus más comunes que causan gastroenteritis en los niños pueden encontrarse en las heces de un portador asintomático que puede funcionar como un reservorio potencial de AGE.

¿Cuál es la incidencia de la Enfermedad Meningocócica Invasiva (EMI) entre los adolescentes que recibieron, en comparación con los que no recibieron, la vacuna meningocócica B (4CMenB)?

Diseño. Análisis observacional de series temporales basado en un ensayo aleatorizado por grupos.

Entorno: Sur de Australia.

Participantes, Años escolares 10-11 (15-16 años).

Intervención. 4CMenB.

Resultados. Casos de EMI del serogrupo B 14 años antes de la administración de la vacuna 4CMenB comparados con 2 años después, entre adolescentes de 16-19 años.

Resultados principales. Durante los 14 años previos a la administración de 4CMenB (2003-2016), los casos de IMB aumentaron un 10% al año (IC 95%, 6%-15%, P <0,001) con un pico de 10 casos en 2015, comparado con los 2 años posteriores a la vacunación con un descenso del 71% (IC 95%, 15%-90%, P =0,02), con 5 casos en 2017-18 y 1 caso en 2018-19.

Conclusiones. Este análisis de series temporales presenta evidencia de efectividad de 4CMenB- entre los adolescentes en el sur de Australia.

Comentario

Este estudio se suma a la creciente evidencia que apoya el uso de la vacuna 4CMenB en programas de vacunación a gran escala. Hasta la fecha, la mayoría de los estudios que informan sobre la eficacia y el impacto de 4CMenB se realizaron en bebés o en poblaciones mixtas de hasta 20 años de edad.

Este es el primer estudio realizado exclusivamente en adolescentes y adultos jóvenes, un grupo de edad en el que los síntomas de la EMI suelen reconocerse tarde, el inicio del tratamiento se retrasa y los resultados graves son más frecuentes. Al igual que otros estudios, este estudio muestra una reducción significativa de la EMI del 71% en esta población de adolescentes y adultos jóvenes, aunque la tasa de vacunación fue baja. Los programas de inmunización con 4CMenB deben centrarse en la protección directa (individual) de los grupos con mayor riesgo de enfermedad meningocócica, ya que en los estudios clínicos no se ha demostrado una reducción significativa de la carga meningocócica tras la vacunación con 4CMenB. Dado que la enfermedad es poco frecuente, se ha cuestionado la rentabilidad de los programas en adolescentes. Sin embargo, existen pruebas de que la 4CMenB puede proporcionar una protección cruzada contra la Neisseria gonorrhea, con una eficacia del 30%-40%. En vista del aumento de las tasas de gonorrea y de la resistencia a los antimicrobianos, esta es una consideración importante para los programas de inmunización de adolescentes con 4CMenB y podría proporcionar un impacto significativo en la salud pública.

Casos

Un niño de 2 años presentó lesiones cutáneas extensas en el cuero cabelludo, el cuello, la espalda y los brazos, que duraban 5 meses. Anteriormente se le había diagnosticado psoriasis y había recibido metotrexato oral, corticosteroides tópicos y fototerapia. Las lesiones tenían altibajos y ocasionalmente empeoraban. En la exploración física, había manchas y placas figuradas, anulares o policíclicas generalizadas con un borde escamoso activo en la cara, el tronco y los brazos (Figura 1, A). En el cuero cabelludo había múltiples manchas de alopecia con escamas y pústulas foliculares (Figura 1, B). El examen dermatoscópico del cuero cabelludo mostró múltiples puntos negros, pelos en sacacorchos, pelos rotos y pelos en forma de coma (Figura 2, A). En un cultivo de hongos de los pelos rotos creció Microsporum canis (Figura 2, B). La familia estuvo criando 3 gatos durante 1 año, y se aisló M canis de sus pelajes, muestreados con un cepillo. También se aisló M canis de las lesiones cutáneas de los brazos de su madre y del cuero cabelludo de su hermana mayor. El diagnóstico final fue de tiña incógnita extensa causada por M canis de gatos infectados, con transmisión intrafamiliar. Se suspendieron todos los medicamentos para la psoriasis, y las lesiones cutáneas se resolvieron gradualmente tras la administración de griseofulvina oral (125 mg/día) durante 1 mes, seguida de terbinafina oral (62,5 mg/día) durante 16 semanas.

Se le pide que revise a un bebé de 7 meses nacido en Australia al que se le administró BCG el día anterior como preparación para viajar a la India. Sus padres han notado una hinchazón de 6 mm de diámetro en el lugar de la inyección. Usted sabe que una respuesta acelerada en el lugar de la inyección de BCG puede estar asociada a una infección subyacente de tuberculosis (TB). Por lo demás, el bebé está completamente bien y su examen es normal. Se pregunta si debe investigar más.

Pregunta clínica estructurada. ¿Una reacción local acelerada tras la vacunación con BCG en un niño es indicativa de tuberculosis subyacente (infección tuberculosa latente (ITBL) o enfermedad tuberculosa activa)?

Estrategia de búsqueda y resultados. Se realizaron búsquedas en las bases de datos Medline (desde 1946 hasta la actualidad), PubMed y Embase en septiembre de 2021 con los términos de búsqueda detallados en la estrategia de búsqueda suplementaria en línea. La búsqueda sistemática identificó 139 artículos. De ellos, 14 cumplían los criterios de inclusión de publicaciones en inglés que abordaban la reacción local acelerada a la BCG intradérmica para el diagnóstico de la tuberculosis en niños menores de 18 años. Todos los estudios informaron de la sensibilidad, pero sólo siete incluyeron controles que permitieron calcular la especificidad.

Conclusión clínica

  • Una reacción acelerada a la BCG en niños sintomáticos tiene una alta sensibilidad y especificidad para la infección de tuberculosis (TB) en un entorno de alta prevalencia de TB y justifica la investigación de la infección tuberculosa latente o de la enfermedad tuberculosa activa. (GRADO B)

  • Una reacción acelerada a la BCG también podría reflejar una exposición micobacterias, incluidas las micobacterias no tuberculosas o al BCG (ya que es más frecuente en los niños revacunados con BCG que en los no vacunados). (GRADO B)

  • Dado que ningún estudio ha abordado las reacciones aceleradas a la BCG en países con baja prevalencia de TB, el enfoque más seguro para los niños en estos entornos es investigar si hay una infección de tuberculosis latente o una enfermedad tuberculosa activa, especialmente si hay factores de riesgo (como viajes a una zona zona endémica o padres procedentes de una zona endémica)

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Una joven de 16 años acudió a la consulta de dermatología con un eritema en la cara dorsal de las manos. Había visitado recientemente Perú durante 3 semanas, donde el eritema comenzó inicialmente. Tomaba doxiciclina, 100 mg dos veces al día, prescrita para el acné, durante todo el viaje como profilaxis de la malaria. Los hallazgos de la exploración física revelaron manchas eritematosas con vesículas sobre la cara dorsal del primer y segundo dígitos de ambas manos (Figura). La historia adicional indicaba que, mientras hacía senderismo en Perú, utilizaba bastones de excursionismo que situaban las zonas afectadas en exposición directa a la luz solar intensa. Una vez completada la profilaxis de la malaria, se suspendió la doxiciclina y se prescribió amoxicilina para el acné, con la consiguiente resolución de la erupción.

Recientemente hemos diagnosticado 2 casos de trombosis de senos venosos cerebrales en niños con reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa positiva para el síndrome respiratorio agudo severo (SARS)-CoV-2 durante la aparición de la variante Omicron en nuestro país.

Amplios estudios han demostrado que la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) puede causar, en casos graves, complicaciones trombóticas en adultos.1 Sin embargo, estas alteraciones hematológicas han sido hasta ahora excepcionales en niños con las últimas variantes del virus predominantes.2,3 Desde el inicio de la pandemia, sólo se han notificado en España 4 casos de trombosis venosa en niños con infección por SARS-CoV-2.2 Dos de estos niños asociaban varios factores de riesgo trombótico significativos, y los otros 2 eran mujeres adolescentes, una de ellas con anticoagulantes lúpicos. Sin embargo, desde la aparición de la variante Omicron, en diciembre de 2021 se registraron en nuestro país 2 nuevos casos de trombosis, en niños sanos de 7 y 11 años.

Un paciente masculino de 5 años de edad se presentó con 3 meses de vómitos, dolor de cabeza, cambio de humor y 3 días de fiebre. Estaba consciente, orientado y cooperativo. Los parámetros bioquímicos y hematológicos basales y los reactantes de fase aguda eran normales. En la resonancia magnética (RM) craneoespinal se identificó un realce leptomeníngeo en la región frontobasal y en las cisternas basales, lo que sugería una meningitis tuberculosa (MT). El examen microscópico del líquido cefalorraquídeo (LCR) reveló linfocitosis (120/mm3), una proteína elevada (152 mg/dL), una glucosa baja (37 mg/dL) y un cloruro normal (124 mmol/L), sin células malignas en el examen citológico. El cultivo del LCR no reveló crecimiento bacteriano. La tinción de Ehrlich-Ziehl-Neelsen y la PCR de Mycobacterium tuberculosis del LCR fueron negativas. En el seguimiento, se observaron movimientos similares a convulsiones en forma de lamido de labios. Se inició una terapia antituberculosa cuádruple y esteroides con el diagnóstico presuntivo de TBM. El cultivo de micobacterias no reveló ningún crecimiento. No se pudo realizar una biopsia debido a la proximidad de las lesiones al área de Wernicke. En el cuarto mes de tratamiento, la paciente presentó una convulsión tónica focal. La resonancia magnética repetida reveló un agravamiento del realce leptomeníngeo en comparación con las imágenes anteriores y la aparición de múltiples nódulos de realce dural-leptomeníngeo a lo largo de la médula espinal. Se realizó una biopsia espinal. El diagnóstico patológico fue de tumor glioneuronal leptomeníngeo difuso (DLGNT).

Turkova A et al (N Engl J Med 2022;386:911-922) han llevado a cabo un ensayo abierto, de acortamiento de tratamiento y de no inferioridad, en el que participaron niños con tuberculosis (TB) no grave, sintomática, presuntamente susceptible a los fármacos y con baciloscopia negativa en Uganda, Zambia, Sudáfrica e India. Los sujetos del estudio fueron asignados aleatoriamente a 4 meses (16 semanas) o 6 meses (24 semanas) de tratamiento antituberculoso estándar de primera línea con combinaciones pediátricas de dosis fijas, tal como recomienda la OMS. Todos los participantes recibieron inicialmente 8 semanas de tratamiento estándar con isoniazida, rifampicina y pirazinamida (formulación combinada de dosis fija), con o sin etambutol según las directrices locales (fase intensiva). A este tratamiento le siguió una terapia estándar …

Dos niñas del centro de Suiza se presentaron en primavera con una historia de cambio de color de la piel localizado e hinchazón de las orejas. La niña de 4 años se quejaba de una hinchazón eritematosa indolora en el lóbulo de la oreja (figura 1A) durante 4 semanas. La niña de 6 años también se quejaba de una hinchazón eritematosa indolora con un aspecto similar en el hélix (figura 1B), pero desde hacía 5 meses. Inicialmente los padres notaron una hinchazón y un leve enrojecimiento que …

En los niños, el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) se presenta comúnmente con fiebre, tos o dificultad respiratoria, o a veces es asintomático.1 Ha habido pocos informes de casos sobre el crup causado por la infección por SARS-CoV-2, que es un síntoma poco frecuente, y sus características o presentaciones clínicas no han sido suficientemente reveladas.2,3 En la actual pandemia que afecta a las variantes de SARS-CoV-2, especialmente Omicron VOC21NOV-01 (B.1.1.529), informamos de tres casos de pacientes japoneses con crup inducido por Omicron en un corto periodo de tiempo.

Para profundizar

Un extenso brote en varios países de infección por Salmonella Typhimurium monofásica resistente a los medicamentos en 10 países con 150 casos notificados, que afectan sobre todo a niños pequeños, se ha relacionado con productos de chocolate producidos por una gran empresa multinacional. Se han llevado a cabo amplias retiradas y recuperaciones de múltiples líneas de productos. Ante la proximidad de la Semana Santa, la amplia distribución de los productos y la vulnerabilidad de la población afectada, el intercambio temprano y eficaz de información microbiológica y epidemiológica en tiempo real ha sido de vital importancia para gestionar eficazmente este grave incidente de origen alimentario.

El amplio aspecto multinacional de este brote, con múltiples productos (algunos comercializados con diferentes nombres) implicados en diferentes países en niños de corta edad, hizo que este brote no sólo fuera único, sino que requiriera una respuesta especialmente urgente y coordinada. Además, la aparición de la contaminación en productos de chocolate en el período previo a la Semana Santa, cuando el consumo de chocolate aumentará considerablemente, especialmente entre los niños, aumentó aún más la urgencia.

La pronta notificación de la detección del brote y de los resultados preliminares de la investigación en el Reino Unido, seguida de la rápida colaboración de varios países en el intercambio de información, coordinada y apoyada por el ECDC, fue esencial para el rápido progreso de las investigaciones del brote.

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El 31 de marzo de 2022, Salud Pública de Escocia fue alertada de cinco niños de 3 a 5 años ingresados en el hospital con hepatitis grave de etiología desconocida. La investigación retrospectiva identificó ocho casos adicionales de 10 años o menos desde el 1 de enero de 2022. Dos pares de casos tienen vínculos epidemiológicos. Se excluyeron las causas comunes de hepatitis viral en aquellos con resultados disponibles. Cinco niños fueron positivos a la PCR para adenovirus. Se han aislado otros virus infantiles, incluido el SARS-CoV-2. Las investigaciones están en curso, y siguen apareciendo nuevos casos.

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El tocilizumab (un anticuerpo monoclonal que inhibe la interleucina 6) se utiliza como tratamiento estándar de la neumonía grave COVID-19. Este tratamiento también se prescribe de forma individualizada durante el embarazo, a pesar de los escasos datos sobre el impacto en la respuesta inmunitaria del bebé.

Los datos sobre el uso regular de anticuerpos monoclonales durante el embarazo son limitados, pero como se transportan activamente a través de la placenta, existe la preocupación de que se produzca una inmunosupresión en la primera infancia. Por lo tanto, las vacunas vivas están actualmente contraindicadas en los bebés hasta los 6 meses de edad en el caso de la exposición prenatal a los anticuerpos monoclonales.1

El impacto de la exposición prenatal a los anticuerpos monoclonales contra el factor de necrosis tumoral (TNF) fue revisado recientemente2 sugiriendo que, aunque probablemente sea segura antes de ese momento, la vacunación con BCG debería retrasarse hasta los 6 meses de vida. Una muerte de un bebé por BCG diseminado después de la exposición prenatal a infliximab apoya esto.3

Recientemente se ha revisado el uso de tocilizumab en el embarazo,4 destacando los limitados datos de seguridad y la mínima información disponible sobre los cambios inmunológicos en el lactante. Es importante destacar que un ensayo controlado aleatorio que investigó las respuestas a la vacuna neumocócica 23-valente en pacientes con artritis reumatoide tratadas con tocilizumab no mostró una alteración significativa en la respuesta a la vacuna.5 El tratamiento de la infección grave por SARS-CoV-2 suele ser una dosis única de tocilizumab y, por lo tanto, puede tener un efecto aún menor en el sistema inmunitario del lactante. Además, el momento del embarazo en el que se administra el tocilizumab es relevante, ya que el transporte transplacentario de anticuerpos monoclonales aumenta a lo largo del embarazo.

Dadas las incertidumbres anteriores, se está debatiendo si las vacunas vivas son seguras para ser administradas desde el nacimiento en esta situación específica. El riesgo de retrasar las vacunas vivas hasta la edad de 6 meses debe sopesarse con estas incertidumbres. En los primeros 6 meses de vida se administran dos vacunas vivas, la BCG y la del rotavirus. Retrasarlas puede poner a los bebés en riesgo de contraer enfermedades. La administración de la vacuna BCG en el Reino Unido ha cambiado recientemente, ya que el cribado de la inmunodeficiencia combinada severa (IDCG) se está llevando a cabo de forma experimental y ahora se realiza de forma selectiva y en la comunidad, y se retrasa de forma importante hasta que los resultados del cribado de la IDCG estén disponibles, en lugar de hacerlo de forma universal en las unidades de maternidad.

Con la pandemia en curso, es urgente investigar el efecto de una dosis única de tocilizumab entre otros monoclonales en distintos momentos del embarazo sobre el sistema inmunitario del bebé.

Mientras tanto, dada la falta de datos de seguridad y el riesgo teórico de inmunosupresión en el lactante, se recomienda retrasar todas las vacunas vivas hasta la edad de 6 meses en los lactantes que estuvieron expuestos al tocilizumab durante el segundo o tercer trimestre del embarazo. Sin embargo, en los grupos de alto riesgo, esto puede discutirse caso por caso. Todas las mujeres embarazadas con COVID-19 grave deben someterse a una prueba de liberación de interferón gamma para determinar el riesgo de tuberculosis antes del tratamiento con anticuerpos monoclonales. Además, los lactantes nacidos tras la exposición al tocilizumab en el primer trimestre deben recibir una revisión y seguimiento clínico, y todos los lactantes expuestos al tratamiento monoclonal deben ser incluidos en los estudios de investigación. Es fundamental realizar un seguimiento estrecho de estos lactantes para garantizar que se pongan al día con las vacunas.

Antecedentes: La epidemiología de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) ha cambiado, influida por las condiciones sociosanitarias y el estado de vacunación. Nuestro objetivo es analizar la epidemiología reciente de la NAC bacteriana en niños hospitalizados en un entorno con alta cobertura de vacunación antineumocócica y describir las características clínicas de la NAC pediátrica por Staphylococcus aureus.

Métodos: Se incluyeron niños <17 años hospitalizados entre 2008 y 2018 con NAC bacteriana en 5 hospitales terciarios de España. Se seleccionaron aleatoriamente los casos con NAC neumocócica como grupo comparativo siguiendo una relación caso-control de 2:1 con NAC por S. aureus.

Resultados: Se diagnosticaron 313 NAC bacterianas: NAC por Streptococcus pneumoniae (n = 236, 75,4%), NAC por Streptococcus pyogenes (n = 43, 13,7%) y NAC por S. aureus (n = 34, 10,9%). A lo largo del periodo de estudio, la prevalencia de S. pyogenes aumentó (cambio porcentual anual: +16,1% [IC 95%: 1,7-32,4], P = 0,031), la de S. pneumoniae disminuyó (cambio porcentual anual: -4,4% [IC 95: -8,8 a 0,2], P = 0,057) y la de S. aureus permaneció estable. Nueve aislamientos de S. aureus (26,5%) eran resistentes a la meticilina. Diecisiete casos (50%) con NAC por S. aureus tuvieron alguna complicación pulmonar y 21 (61,7%) requirieron cuidados intensivos. La NAC por S. pneumoniae mostró una tendencia a una mayor prevalencia de complicaciones pulmonares en comparación con la NAC por S. aureus (69,1% frente a 50,0%, p = 0,060), incluyendo una mayor frecuencia de necrosis pulmonar (32,4% frente a 5,9%, p = 0,003).

Conclusiones: La incidencia de NAC por S. aureus en niños se mantuvo estable, mientras que la prevalencia de NAC por neumococo disminuyó y la de S. pyogenes aumentó. Los pacientes con S. aureus presentaron una alta frecuencia de resultados graves, pero un menor riesgo de complicaciones pulmonares que los pacientes con S. pneumoniae.

La trayectoria tras el ingreso en niños con neumonía adquirida en la comunidad es imprevisible. Este estudio de derivación, basado en 3.000 episodios, proporciona datos para orientar la puntuación de riesgo.

Antecedentes: La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es una de las principales causas de hospitalización infantil. Existen datos limitados sobre los factores que predicen la gravedad de la enfermedad y no existen herramientas de predicción específicas para los niños.

Métodos: Cohorte retrospectiva (2011-2016) de casos de NAC hospitalizados. Se analizaron las variables clínicas recogidas en el momento de la presentación en el hospital frente a los resultados. Los resultados estratificados fueron leves (hospitalización), moderados (procedimiento de drenaje invasivo, cuidados intensivos) o graves (ventilación mecánica, vasopresores, muerte).

Resultados: Se presentan 3.330 casos de NAC, con una mediana de edad de 2,0 años (IQR 1-5 años), con 2.950 (88,5%) resultados leves, 305 (9,2%) moderados y 75 (2,3%) graves. Los resultados moderados-graves se asociaron con la hipoxia (SaO2 <90%; OR 6,6; IC del 95%: 5,1 a 8,5), el aumento del trabajo respiratorio (OR grave frente a normal: 5,8; IC del 95%: 4,2 a 8,0), las comorbilidades (más de 4 comorbilidades frente a ninguna; OR 8,8; IC del 95%: 5,5 a 14) y el ser indígena (OR 4,7; IC del 95%: 2,6 a 8,4). Los niños febriles fueron menos propensos que los afebriles a tener resultados moderados-graves (OR 0,57; IC del 95%: 0,44 a 0,74). El área bajo la curva (AUC) de las características operativas del receptor (ROC) del modelo completo fue de 0,78. Los análisis de sensibilidad mostraron resultados similares con las definiciones de NAC clínicas o radiológicas. Derivamos una herramienta clínica para estratificar la probabilidad baja, intermedia o alta de enfermedad grave (AUC 0,72). Las puntuaciones altas (≥5) tenían casi ocho veces más probabilidades de enfermedad moderada-grave que los que tenían una puntuación baja (≤1) (OR 7,7 IC del 95%: 5,6 a 10,5).

Conclusiones: Se necesita una herramienta de predicción de riesgo clínico para la NAC infantil. Hemos identificado los factores de riesgo y derivado una herramienta clínica sencilla que utiliza variables clínicas en el momento de la presentación en el hospital para determinar el riesgo de un niño de recibir tratamiento invasivo o de cuidados intensivos con una AUC ROC comparable a la de las herramientas para la neumonía en adultos.

Este estudio observacional demostró que en un lugar de la India, la inmunidad a la tos ferina entre las mujeres embarazadas era baja (12%). La inmunización contra la tos ferina al principio del embarazo dio lugar a una mayor proporción (54%) de madres y recién nacidos con anticuerpos contra la tos ferina a un nivel protector. Se discute el momento adecuado para la inmunización materna.

Objetivo Evaluar el estado de anticuerpos contra la tos ferina de las mujeres embarazadas y sus recién nacidos, y el impacto de la inmunización prenatal.

Diseño Estudio observacional.

Entorno Hospitales del oeste urbano de la India.

Participantes Mujeres embarazadas y sus recién nacidos.

Métodos Se determinaron los títulos de anticuerpos contra la tos ferina en las madres y sus recién nacidos. Se comparó a las madres vacunadas y no vacunadas y a sus recién nacidos con respecto a las características de base, los títulos medios geométricos (GMT) y la relación de transferencia placentaria de anticuerpos. Se realizó una regresión logística multivariante para conocer la influencia de los distintos factores en los títulos de anticuerpos protectores.

Resultados De 284 parejas madre-recién nacido, 75 madres y 73 de sus recién nacidos fueron seropositivos a los anticuerpos IgG contra la toxina de la tos ferina (TP). 94 mujeres fueron vacunadas en el embarazo; 51 (54,3%) de estas madres y recién nacidos fueron positivos a la PT IgG, en comparación con 24 (12,3%) de las mujeres (y 22 recién nacidos) no vacunados en el embarazo. Las mujeres vacunadas en el embarazo y sus recién nacidos tenían un GMT más alto (30,88 y 32,54 UI/mL), en comparación con las mujeres no vacunadas (12,63%, 2,24 UI/mL) y sus recién nacidos (11,58%, 2,53 UI/mL). Los coeficientes de transferencia placentaria en los recién nacidos de las madres vacunadas en el embarazo y de las que tenían inmunización infantil o inmunidad natural fueron similares (1,05 y 1,12, respectivamente). Se observaron títulos protectores de anticuerpos al nacer (>20 UI/mL) en el 72,3% frente al 21% de los recién nacidos de mujeres embarazadas vacunadas y no vacunadas, respectivamente; en ello influyó el estado de vacunación de la madre y la seropositividad.

Conclusión La protección frente a la tos ferina es baja en los recién nacidos de madres que sólo se vacunan durante la infancia. La vacunación al principio del embarazo aumenta la inmunidad materna y neonatal.

Las infecciones osteoarticulares (IOA) representan entre el 10% y el 20% de las infecciones extrapulmonares por el complejo Mycobacteria tuberculosis (MTB) en niños y entre el 1% y el 2% de todas las infecciones tuberculosas pediátricas. Los regímenes y la duración del tratamiento suelen reflejar las recomendaciones para otros tipos de MTB extrapulmonar, pero hay variaciones significativas en la práctica, y algunos expertos sugieren un curso de tratamiento de 12 meses o más.

Métodos: Realizamos una revisión retrospectiva de los niños diagnosticados con OAI compleja por MTB y atendidos entre el 31 de diciembre de 1992 y el 31 de diciembre de 2018, en un hospital pediátrico de atención terciaria cerca de la frontera entre Estados Unidos y México.

Resultados: Se identificaron 21 niños con OAI compleja por MTB durante el período de estudio. Se observó enfermedad pulmonar concurrente (9,5%), meningitis (9,5%) y compromiso intraabdominal (14,3%). El complejo MTB se identificó mediante cultivo de muestras operatorias en 15/21 niños (71,4%); 8/15 (53,3%) cultivos fueron positivos para Mycobacterium bovis. La biopsia ósea abierta fue el procedimiento más común para la obtención de una muestra de tejido y tuvo el mayor rendimiento de los cultivos. La duración media del tratamiento antimicrobiano fue de 52 semanas (rango intercuartil, 46-58). Se documentó la finalización satisfactoria del tratamiento en 15 niños (71,4%). Nueve niños (42,9%) experimentaron secuelas a largo plazo relacionadas con su infección.

Conclusiones: Entre los 21 niños con OAI del complejo MTB evaluados, 8 de 15 (53,3%) niños con un cultivo de tejidos positivo tenían M. bovis, lo que representa un porcentaje mayor que en informes anteriores y refleja potencialmente su presencia en productos lácteos no pasteurizados en la región de California-Baja. La biopsia ósea produjo el mayor rendimiento de cultivos en este estudio. Dada la rareza de esta enfermedad, se necesitan estudios colaborativos multicéntricos para mejorar nuestra comprensión de la presentación y el manejo de la OAI pediátrica del complejo MTB.

Antecedentes: Las micobacterias no tuberculosas (MNT) son causas poco frecuentes de infección del torrente sanguíneo (ISC). Este estudio aborda el tratamiento y el pronóstico de las ISB por MNT y las diferencias entre los pacientes adultos y pediátricos.

Métodos: Se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de los pacientes de cualquier edad con ISB por MNT, desde el 1 de enero de 2005 hasta el 30 de junio de 2020. Se recuperaron datos sobre la demografía, las condiciones subyacentes, las manifestaciones clínicas, las especies de MNT, los tratamientos antibióticos y los resultados.

Resultados: Se detectaron hemocultivos positivos para NTM en 43 pacientes, 30 niños y 13 adultos. Mediana de edad: 10,37 años (IQR 6,692-39,864). Treinta y siete (86%) pacientes tenían una enfermedad maligna activa. La fiebre fue el signo principal en 23 (53,5%) pacientes y las manifestaciones pulmonares en 14 (32,6%). Las MNT de crecimiento rápido constituyeron 39 (90,7%) de los aislamientos. Se documentó la presencia de un catéter venoso central (CVC) en 39 (90,7%) casos, 31 (79,5%) de los cuales fueron retirados como parte del tratamiento. Se documentó un tratamiento antibiótico dirigido contra las MNT en 26 (60,5%) pacientes. El CVC se retiró en 7/17 pacientes que no recibieron tratamiento antibiótico. Se produjeron recaídas en 3 casos; no se registró mortalidad a los 30 días. Los niños y los adultos tenían características clínicas similares. Sin embargo, los niños tenían una mayor tasa de CVC en el momento de la bacteriemia y una mayor probabilidad de recibir tratamiento.

Conclusión: La NTM BSI se observó principalmente en pacientes oncológicos con CVC. Los niños y los adultos tuvieron una evolución de la enfermedad y un resultado similares. Las recaídas fueron raras y no se informó de la mortalidad relacionada con NTM.

Presentamos un algoritmo que puede aplicarse en caso de diagnóstico de enfermedad micobacteriana no tuberculosa pediátrica para identificar a los pacientes que pueden requerir una evaluación inmunológica para descubrir un posible defecto subyacente del sistema inmunitario que predisponga a sus infecciones por micobacterias no tuberculosas.

Antecedentes: La investigación de los contactos domésticos (HHC) es una estrategia importante para identificar a los individuos con exposición a la tuberculosis (TB), la infección y la enfermedad, incluidos los que pueden beneficiarse del tratamiento preventivo de la tuberculosis (TPT). Los datos en niños expuestos a la tuberculosis resistente a la rifampicina son limitados.

Métodos: Como preparación y para informar sobre la viabilidad de un ensayo de intervención, se evaluó el HHC de adultos con TB pulmonar resistente a la rifampicina de países con alta carga de TB en un estudio transversal. Utilizando el ensayo de liberación de interferón-gamma y las definiciones específicas del estudio y del consenso internacional de 2015 de la TB intratorácica en niños, se evaluó la prevalencia y los predictores de la infección y la enfermedad de la TB en los HHC de niños (<15 años).

Resultados: De 303 HHC infantiles, con una mediana de edad (rango) de 7 años (0-14), el 57% [intervalo de confianza (IC) del 95%: 50%-64%] tenía un resultado positivo en el ensayo de liberación de interferón-gamma (infectado por TB). La infección por TB se asoció a que el caso índice fumara (p = 0,034), a que fuera el padre o durmiera en la misma habitación (p = 0,002) y a que el niño HHC tuviera una edad ≥5 años y estuviera escolarizado (p = 0,013). Cuatro tenían tuberculosis confirmada definida por el estudio y 9 tenían tuberculosis probable, lo que supone una prevalencia del 4,3% (IC 95%: 2,6%-7,1%). Utilizando las definiciones de consenso internacional, 4 tenían TB confirmada y 49 TB no confirmada, una prevalencia del 17,2% (IC del 95%: 12,9%-22,4%). Veinte (7%) niños habían recibido TPT.

Conclusiones: La prevalencia de infección y enfermedad tuberculosa fue alta en los niños HHC expuestos a tuberculosis resistente a la rifampicina. Pocos niños habían recibido TPT de forma rutinaria. Se necesitan pruebas de alta calidad para fundamentar recomendaciones sólidas sobre la TPT y el acceso a la misma en niños expuestos a la TB resistente a la rifampicina.

La variante Omicron del SARS-CoV-2 (B.1.1.529) sustituyó a otras variantes en España durante la sexta oleada, representando el 79%-94% de las muestras positivas en las dos últimas semanas de 2021.1 La información sobre la gravedad de Omicron en niños es escasa.

Para describir las características de los niños con COVID-19 durante la onda Omicron, se revisaron las historias clínicas de los niños con COVID-19 atendidos en el servicio de urgencias de un centro secundario en España desde el 20 de diciembre de 2021 hasta el 2 de enero de 2022. Las historias clínicas de todos los pacientes se revisaron una semana después del diagnóstico para comprobar las complicaciones.

La detección por reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) utilizó como genes diana ORF1ab y N del genoma del SARS-CoV-2. Todas las muestras con un umbral de ciclo (Ct) <25 se analizaron con una segunda RT-PCR con sondas dirigidas a las mutaciones del gen S consistentes con Omicron. Este estudio forma parte del estudio EPICO-AEP.2

Un total de 1.360 niños fueron atendidos en urgencias durante el periodo de estudio. En total, 94 (6,9%) tenían una RT-PCR positiva para el SARS-CoV-2, con una edad media de 6,5 años (rango intercuartil: 1,3-9,7), y el 82,9% tenía fiebre. De ellos, 15 (16,0%) tenían un Ct <25: 13/15 (86,7%) fueron identificados como Omicron y 2/15 (13,3%) como variante Delta.

Sólo 2 de los 94 (2,1%) pacientes fueron hospitalizados: una niña de 3 años con características de neumonía bacteriana y variante Omicron confirmada, y un lactante de 40 días con tos ferina. Ningún paciente necesitó ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos ni falleció. En un estudio realizado por nuestro grupo durante la tercera oleada, causada predominantemente por la variante Alfa, 3/75 (4,0%) niños con COVID-19 fueron hospitalizados, sin diferencia con la oleada Omicron (P = 0,394), y un niño necesitó ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos.

Hasta septiembre de 2021, se han notificado más de 22 millones de casos de COVID-19 y más de 600 000 muertes relacionadas con el COVID en Brasil. En enero de 2021 se identificó un nuevo linaje del virus SARS-CoV-2 (inicialmente denominado P.1) a partir de la secuenciación genómica de muestras de pacientes con COVID-19 en Manaos, Brasil. Concomitantemente, Brasil experimentó una grave segunda ola de causas relacionadas con la incapacidad de mitigar la propagación de esta variante preocupante. El linaje P.1, o gamma, se caracteriza por la combinación de las sustituciones K417T, E484K y N501Y en la proteína spike y se estima que esta variante es 1,4-2,2 veces más transmisible que las precursoras. La prevalencia media diaria de la variante gamma pasó a ser predominante en Brasil a mediados de febrero de 2021 (https://outbreak.info/location-reports?loc=BRA). Los niños suelen presentar un curso asintomático o leve, con un riesgo mucho menor de COVID-19 grave que cualquier otro grupo de edad. No obstante, una proporción relativamente baja de niños podría estar en riesgo de padecer una enfermedad grave y morir. Anteriormente caracterizamos los primeros 11 613 ingresos hospitalarios pediátricos por COVID-19 en Brasil. En el presente estudio, centramos nuestro análisis en los niños y adolescentes (de edad <20 años) admitidos en la segunda ola, concomitantemente con la expansión y el predominio de la variante gamma, con el objetivo de comparar los resultados clínicos entre los distintos períodos. Además, desarrollamos un modelo de predicción clínica de la muerte relacionada con COVID-19 en la población pediátrica.

Métodos. Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo que incluyó todos los casos pediátricos hospitalizados registrados en el Sistema de Información de Vigilancia Epidemiológica de la Gripe (SIVEP-Gripe). La información detallada sobre esta base de datos, incluido el formulario de notificación y el diccionario de datos, los códigos y todos los datos desidentificados, está disponible públicamente en https://opendatasus.saude.gov.br/dataset/bd-srag-2020. En el Apéndice 1 se ofrece información adicional sobre SIVEP-Gripe y los pasos de la recuperación de datos.

Se incluyeron todos los pacientes registrados consecutivamente de edad <20 años con un resultado positivo en la prueba de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real para el SARS-CoV-2 que habían sido ingresados en el hospital. La información detallada sobre los casos incluidos y excluidos se muestra en diagramas de flujo (Figura 1; disponible en www.jpeds.com). A efectos de análisis, integramos ambos conjuntos de datos en una única base de datos y estratificamos los casos en 2 grupos, WAVE1 (44 semanas epidemiológicas desde el 16 de febrero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2020) y WAVE2 (19 semanas epidemiológicas desde el 1 de enero de 2021 hasta el 29 de mayo de 2021). Además, el 29 de mayo de 2021, se actualizaron los resultados de interés para los pacientes pediátricos admitidos en WAVE1.

Resultados: En comparación con los niños y adolescentes ingresados durante la primera oleada, los ingresados durante la segunda oleada tuvieron significativamente más hipoxemia (52,5% frente a 41,1%; p < 0,0001) e ingresos en la unidad de cuidados intensivos (28,3% frente a 24,9%; p < 0,0001) y necesitaron más apoyo ventilatorio no invasivo (37,3% frente a 31,6%; p < 0,0001). Las muertes intrahospitalarias y las tasas de mortalidad fueron 896 (7,7%) en la primera oleada y 765 (7,6%) en la segunda (P = 0,07). El modelo de predicción de la muerte incluía la edad, la etnia, la región, los síntomas respiratorios y las comorbilidades. En el conjunto de validación (WAVE2), el estadístico C fue de 0,750 (IC 95%, 0,741-0,758; P < 0,0001).

Conclusiones: Este gran estudio nacional encontró un espectro de riesgo más severo para los pacientes pediátricos con COVID-19 causado por la variante gamma. Sin embargo, no hubo diferencias en cuanto a la probabilidad de muerte entre las ondas.

La fiebre tifoidea está causada por Salmonella enterica serotipo Typhi (Tifo) y se transmite por vía fecal-oral. Se calcula que cada año se producen en el mundo 10,9 millones de casos, que causan aproximadamente 117.000 muertes, principalmente entre poblaciones con acceso limitado al agua potable y al saneamiento. Los niños son especialmente susceptibles a la infección, sobre todo en entornos endémicos. A pesar de la importante carga de la enfermedad, con un tratamiento antimicrobiano rápido y adecuado, las tasas de mortalidad han disminuido del 10-20% a menos del 1%. Cada año se notifican a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) unos 300 casos de fiebre tifoidea confirmados por cultivo, aunque se calcula que se producen 5.750 casos. La mayoría de los casos se dan en personas que no han recibido la vacuna contra la fiebre tifoidea y que han viajado al extranjero en los 30 días siguientes al inicio de la enfermedad. Los CDC recomiendan la vacunación contra la fiebre tifoidea a quienes viajen a 167 países o territorios con riesgos de exposición reconocidos.

Antecedentes: La cirugía de otorrinolaringología pediátrica se realiza con frecuencia tras infecciones recurrentes y alergia/atopia. La exposición prenatal a los antibióticos y los partos por cesárea aumentan el riesgo de infección grave y alergia/atopia en la descendencia, pero se desconoce la relación con los resultados quirúrgicos comunes relacionados. Este estudio mide las asociaciones entre el uso prenatal de antibióticos y el modo de nacimiento con la cirugía pediátrica común de otorrinolaringología.

Métodos: Se realizó un análisis de vinculación de datos de todos los niños nacidos vivos y únicos, nacidos entre 2008 y 2018, utilizando los datos del registro nacional de salud de Noruega. Las exposiciones de interés fueron los antibióticos prenatales y el modo de nacimiento. El resultado primario fue la cirugía común de otorrinolaringología antes de los 10 años de edad. Las asociaciones de exposición-resultado se estimaron a través de modelos multivariables de riesgos proporcionales de Cox ajustando por covariables predefinidas. Se exploró la interacción entre las exposiciones.

Resultados: De 539.390 niños, 146.832 (27,2%) tenían madres a las que se les habían recetado antibióticos durante el embarazo, 83.473 (15,5%) dieron a luz por cesárea y 48.565 (9,0%) fueron sometidos a una cirugía otorrinolaringológica durante el período de estudio. La exposición prenatal a los antibióticos [razón de riesgo ajustada (RAP), 1,22; IC del 95%: 1,20-1,24] y la cesárea (RAP, 1,14; IC del 95%: 1,11-1,16) se asociaron a la cirugía otorrinolaringológica tras el ajuste mutuo. Hubo cierta evidencia de una interacción entre las 2 exposiciones (P = 0,03).

Conclusiones: La exposición a los antibióticos durante el embarazo y la cesárea puede afectar negativamente al desarrollo inmunitario temprano y aumentar el riesgo de infecciones recurrentes de las vías respiratorias superiores y de alergia/atopia que pueden requerir cirugía otorrinolaringológica. Se justifica la realización de estudios mecanísticos para explorar las vías genéticas y/o moleculares que explican estos resultados. Esto podría identificar posibles objetivos terapéuticos para reducir la carga de la cirugía otorrinolaringológica.

El estreptococo hemolítico del grupo A (GABHS) es un patógeno de primer orden en todo el mundo y las secuelas postestreptocócicas son una causa importante de morbilidad y mortalidad en los países con recursos limitados. La proteína M (codificada por el gen emm) es un factor de virulencia clave y un componente de las vacunas candidatas contra el GABHS. Dado que los datos sobre el SAM en África Central son escasos, se investigó la resistencia a los antibióticos, la diversidad de la emm y la posible cobertura de la vacuna.

Métodos: En un estudio transversal prospectivo, se examinó a 1014 gaboneses en busca de portadores de estreptococos en la garganta, amigdalofaringitis y pioderma mediante pruebas de frotis de garganta y piel. Se aislaron todos los EHB, se identificaron las especies y se analizó la resistencia a los antibióticos, los tipos de EHB y los grupos de EHB.

Resultados: Se detectaron 165 EHB, de los cuales 76 eran EHBG, 36 estreptococos ß-hemolíticos del grupo C (EHBG) y 53 estreptococos ß-hemolíticos del grupo G (EHBG) en 140 aislamientos de portadores, 9 de amigdalofaringitis y 16 de pioderma. El 80% de los EBHGA, el 78% de los EBHG y el 79% de los EBHG eran resistentes a la tetraciclina. Se identificaron 46 tipos de emm. Los SGAO emm58, emm65 y emm81 fueron los más prevalentes (26%). La diversidad de emm de los GABHS fue la más alta, los GCBHS y los GGBHS fueron menos diversos. Uno de cada dos GABHS, uno de cada tres GCBHS y uno de cada diez GGBHS eran portadores de tipos de emm detectados en aislados de amigdalofaringitis o pioderma.

Conclusiones: La resistencia a la tetraciclina y la diversidad de tipos de emm fue alta entre los portadores de SHBG en Gabón, con una cobertura potencial del 58% por la vacuna 30-valente de SHBG. El solapamiento relevante de los tipos de emm de los portadores con los tipos de emm encontrados en la amigdalofaringitis y la pioderma caracteriza un conjunto compartido de cepas de SHB en circulación.

Antecedentes: Nuestro objetivo es desarrollar modelos farmacocinéticos (PK) poblacionales de ampicilina y sulbactam utilizando el análisis de datos agrupados y optimizar los regímenes de dosificación de ampicilina-sulbactam (proporción de combinación de 2:1) en pacientes pediátricos.

Métodos: Se desarrollaron modelos PK poblacionales de ampicilina y sulbactam por separado ajustando simultáneamente los datos de plasma y orina de pacientes pediátricos en 14 estudios publicados. Sobre la base de estos modelos, se estimó la probabilidad de alcanzar un objetivo farmacodinámico (PD) [50% del tiempo que las concentraciones libres del fármaco están por encima de la concentración inhibitoria mínima, 50% fT > concentración inhibitoria mínima (CIM)] frente a la CIM90 [CIM que bloqueó el crecimiento del 90% de las cepas] de bacterias comunes en la neumonía adquirida en la comunidad.

Resultados: El análisis incluyó 54 pacientes pediátricos (0,083-16,42 años de edad, 4,0-77,0 kg de peso corporal). Se utilizó un total de 284 concentraciones plasmáticas y 90 excreciones urinarias de 0 a 6 horas después de la administración para el modelado PK poblacional. Los datos se describieron adecuadamente mediante modelos de 2 compartimentos para la ampicilina y el sulbactam. La edad no fue una covariable estadísticamente significativa en la PK de ninguno de los dos fármacos. Los puntos de ruptura PK/PD para 45 mg/kg 3 veces al día y 75 mg/kg 4 veces al día (q.i.d.) fueron 0,25 y 1 μg/mL, respectivamente. Para el tratamiento empírico de la neumonía adquirida en la comunidad, debido a que los valores de MIC90 para los principales patógenos objetivo son altos (MIC90 = 2 μg/mL para Streptococcus pneumoniae y MIC90 = 4 μg/mL para Haemophilus influenzae), 75 mg/kg q.i.d. (dosis máxima aprobada por la Food and Drug Administration en Estados Unidos) podría ser mejor que 45 mg/kg 3 veces al día (dentro de la dosis aprobada en Japón) para cubrir muchos patógenos.

Conclusiones: A partir de los resultados de esta aproximación PK/PD, 75 mg/kg q.i.d. (dosis máxima aprobada por la Food and Drug Administration) deberían ser recomendados en la terapia empírica de la neumonía adquirida en la comunidad.

Hay poca evidencia sobre el mejor tratamiento de las mujeres embarazadas con infección por Toxoplasma gondii para prevenir la transmisión vertical al feto.

Métodos: Realizamos un estudio retrospectivo de 28 años con el objetivo de comparar la eficacia de tres regímenes terapéuticos [Espiramicina sola (Spy) vs. Pirimetamina-Sulfadiazina (P/S) vs. Espiramicina con Trimetoprima-Sulfametoxazol (Spy+TMP-SMX)] para la prevención de la transmisión materno-fetal de la infección por T. gondii.

Resultados: Se incluyeron 170 mujeres: 58 (34,1%) tenían toxoplasmosis congénita (TC) segura, 61 (35,9%) una infección probable y 41 (24,1%) una infección posible. En total, 97 madres (57,1%) fueron tratadas con la combinación Spy+TMP-SMX, 64 madres (37,6%) fueron tratadas sólo con Spy y 8 madres (4,7%) con P/S. Los lactantes infectados fueron 20/170 (11,7%). Sin embargo, el 8,2% (8/97) de los lactantes nacidos de madres tratadas con Spy+TMP-SMX estaban infectados, el 20% (11/55) de los lactantes nacidos de mujeres tratadas con Spy y el 12,5% (1/8) de los lactantes nacidos de madres tratadas con P/S estaban infectados. El análisis de regresión logística demostró que el tratamiento de Spy por sí solo se asociaba a un mayor riesgo de TC en comparación con la combinación Spy+TMP-SMX (OR, 2,78; IC del 95%: 1,04-7,41; valor de P: 0,041). No se observaron diferencias cuando se comparó la combinación Spy+TMP-SMX con la combinación P/S (OR 1,59; IC del 95%: 0,17 – 14,58; valor de P 0,682). Los resultados se confirmaron cuando se corrigieron los análisis por trimestre de infección y por tipo de tratamiento materno (OR 7,72; IC 95% 3,40-17,53; valor de P <0,001).

Conclusiones: La combinación de Spy+TMP-SMX puede ser más eficaz para reducir el riesgo de transmisión materno-fetal de la Toxoplasmosis en comparación con Spy sola; además, esta combinación no es inferior a P/S, el actual tratamiento materno estándar internacional para la prevención del TC. Sería necesario un ensayo prospectivo que comparara la combinación Spy+TMP-SMX con P/S para aportar pruebas definitivas sobre el mejor régimen para las mujeres embarazadas con infección por T. gondii.

Actualidad bibliográfica abril 2022

TOP ten

Introducción: durante la pandemia COVID-19 se han publicado multitud de estudios sobre pruebas diagnósticas, orientados a determinar su precisión, el balance entre beneficios, riesgos, costes, equidad y factibilidad. Se presenta un resumen de las recomendaciones sobre las distintas pruebas disponibles y sobre las distintas características analíticas o radiológicas que pueden apoyar el diagnóstico o tener valor pronóstico.

Material y métodos: se formularon preguntas PICO, se realizó una búsqueda sistemática de información, se evaluó y se sintetizó la información obtenida y se clasificó siguiendo la metodología GRADE. Finalmente se elaboraron tablas de evidencia con recomendaciones.

Resultados y discusión: la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa se considera el patrón oro, siendo todas las marcas comerciales eficaces. Las muestras salivares presentan una validez similar a las nasofaríngeas, pudiendo ser una opción en contextos ambulatorios de baja prevalencia. Las pruebas antigénicas presentan menor sensibilidad y especificidad, aunque podrían ser consideradas en pacientes con síntomas de menos de cinco días de duración. Las pruebas serológicas son altamente específicos, ofreciendo mejores resultados tras 14 días del inicio y podrían ser de utilidad en casos de síndrome inflamatorio multisistémico. En casos moderados y graves se recomienda realizar analítica con LDH, proteína C reactiva, ferritina y procalcitonina, por el riesgo de coinfección. En estos pacientes, la ecografía a pie de cama podría ser una alternativa en caso de clínicos entrenados. La calidad de la evidencia es, en general, baja, y la mayoría de las recomendaciones presentan muy bajo grado de evidencia.

El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la eficacia de las opciones de tratamiento para las complicaciones más frecuentemente reportadas de la mastoiditis aguda en la literatura inglesa. Se realizaron búsquedas en PubMed, EMBASE y The Cochrane Library desde el inicio de la base de datos hasta el 29 de marzo de 2019.

Métodos: Dos revisores independientes (M.R.K., K.S.) evaluaron los resultados de la búsqueda para la inclusión de estudios. Se revisaron las referencias citadas en las publicaciones que cumplían los criterios de inclusión. Veintitrés estudios incluidos fueron publicados desde 1998 hasta 2018. La eficacia del tratamiento se determinó comparando el cambio en el número de subtipos de complicaciones en cada subgrupo de tratamiento (médico, conservador o quirúrgico) desde el ingreso hasta el alta (rango: 5-30 días) o el seguimiento posterior al alta (rango: 1-27,5 meses) con un modelo de efectos aleatorios.

Resultados: De los 733 artículos identificados, 23 cumplieron los criterios de inclusión. De los 883 pacientes incluidos, 203 fueron tratados médicamente (23%), 300 de forma conservadora (34%) y 380 quirúrgicamente (43%). Los pacientes conservadores tuvieron más complicaciones extracraneales (ECC, p = 0,04) y complicaciones intratemporales (IT, p = 0,04) durante el seguimiento en comparación con los pacientes médicos. Los pacientes médicos tuvieron más número total de complicaciones (TNC, P = 0,03), ECC (P = 0,02) e IT (P = 0,01) al alta en comparación con los pacientes quirúrgicos. Los pacientes conservadores tuvieron más complicaciones de todo tipo, excepto absceso intracraneal/extracraneal y “otras”, al alta y en el seguimiento, en comparación con los pacientes quirúrgicos.

Conclusiones: Hubo mayores reducciones de TNC, ECC e IT al alta y en el seguimiento entre los pacientes quirúrgicos en comparación con los pacientes médicos y conservadores. Hubo mayores reducciones en la TNC, la ECC, la IT, las complicaciones intracraneales, el absceso subperióstico y la trombosis del seno lateral al alta y durante el seguimiento entre los pacientes quirúrgicos en comparación con los pacientes conservadores.

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Ha habido un esfuerzo extraordinario, tanto técnico como económico, para producir vacunas eficaces. Las vacunas de las que existen datos de eficacia son las que han publicado resultados de la fase 3. Se resumen los datos más relevantes de estos ensayos clínicos agrupados por tipo de vacuna.

Mientras que los datos de eficacia se obtienen en ensayos clínicos, la efectividad ha de medirse en la vida real, teniendo en cuenta que las vacunas se han empezado a implementar en España el 27 de diciembre de 2020. Las vacunas para prevenir la infección por SARS-CoV-2 parecen seguras y eficaces, con una calidad de la evidencia moderada.

En el momento actual se ha vacunado de forma universal a la población adulta (primer grupo en tener evidencias de eficacia y seguridad vacunal) con las vacunas disponibles y según grupos de riesgo establecidos por el Ministerio de Sanidad, posteriormente se han ido incorporando otros grupos como embarazadas y adolescentes, y recientemente se ha incorporado el grupo de escolares entre 5 y 11 años tras la publicación de eficacia y seguridad vacunal en esta franja de edad de una de las vacunas autorizadas en la Unión Europea.

A pesar de las limitaciones que presentan los ensayos clínicos, la situación de pandemia actual con gran amenaza para la salud pública y la gran pérdida de vidas que produce la enfermedad por SARS-CoV-2, hace que el balance riesgo beneficio sea favorable a la vacunación.

En las últimas décadas, la mayoría de los laboratorios europeos de microbiología clínica han adoptado los métodos de pruebas de susceptibilidad y los puntos de ruptura clínicos emitidos por el Comité Europeo de Pruebas de Susceptibilidad a los Antimicrobianos (EUCAST) para informar de si un microorganismo aislado es susceptible o resistente a un agente antimicrobiano determinado.1,2 En 2019, el EUCAST introdujo una nueva definición de las antiguas categorías susceptible, intermedia y resistente, a saber, susceptible, régimen de dosificación estándar, susceptible, exposición aumentada y resistente. Para tener en cuenta la exposición diferencial entre susceptible, régimen de dosificación estándar y susceptible, exposición aumentada, el EUCAST publicó una tabla junto con las tablas de puntos de ruptura anuales (https://www.eucast.org/clinical_breakpoints/), en la que se enumeran las dosis estándar y aumentadas de los agentes antibióticos que dan lugar a niveles mínimos de exposición que están por detrás de los puntos de ruptura del EUCAST. Esto ofrece a los profesionales sanitarios una dosis estándar y una dosis elevada de algunos agentes antibacterianos para el tratamiento de los pacientes.

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La aparición del nuevo coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) a finales de diciembre de 2019, causante de una enfermedad posteriormente denominada COVID-19, marcó el inicio de una pandemia sin precedentes. A principios de 2022, el número de casos confirmados superaba los 265 millones en todo el mundo, con más de 5 millones de muertes.1 La aparición de variantes preocupantes del SARS-CoV-2 más transmisibles, como la alfa, la delta y la omicron, supone riesgos adicionales para la salud pública mundial.2 La gran mayoría de los casos graves y las muertes se producen en adultos mayores y grupos de alto riesgo con condiciones de salud subyacentes, mientras que los niños y jóvenes (CYP) tienen predominantemente un curso de la enfermedad leve, con aproximadamente un tercio de los casos asintomáticos.3,4 Los datos de 10 países de la Unión Europea desde agosto de 2020 hasta octubre de 2021, un momento en el que la variante alfa era dominante en la mayoría de los países europeos, revelaron que en el grupo de edad de 1 a 18 años se requirió hospitalización en <1,2% de todos los casos notificados. Menos del 0,04% de los CYP desarrollaron una enfermedad grave y la tasa global de letalidad fue igual o inferior al 0,01%.3 Por el contrario, los CYP sufrieron ampliamente las medidas de mitigación durante la pandemia, como el distanciamiento social y el cierre de escuelas o guarderías.

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Casos

Describimos 4 casos de leishmaniasis cutánea en niños en Australia. El tratamiento es un reto dada la falta de directrices firmes y el acceso limitado a las modalidades convencionales utilizadas en los países endémicos. La paromomicina tópica o el fluconazol oral fueron tratamientos eficaces de primera línea para pacientes ambulatorios; sin embargo, el uso de la paromomicina tópica se vio limitado por los gastos de importación o de composición local.

Introducción. Recientemente, Kingella kingae (K. kingae) se ha descrito como el principal agente causal de infecciones osteoarticulares entre los 6 meses y 2 años de vida. Más excepcional es su presentación en forma de clúster de infección invasiva por K. kingae. Se describe la investigación del primer brote de 3 casos de artritis séptica causada por K. kingae documentado en España en una guardería de Roses, Girona.

Pacientes y métodos. En diciembre del 2015, se realizó frotis faríngeo a todos los niños de la misma clase de la guardería. La muestra estaba compuesta por 9 lactantes (rango de edad: 16-23 meses), que incluía los 3 casos índice. El estudio microbiológico se realizó mediante cultivo y RT-PCR específicos a K. kingae. Se administró amoxicilina y rifampicina profilácticas a todos los que presentaron colonización por K. kingae. Después de finalizar la profilaxis, se tomó un nuevo frotis faríngeo para confirmar la erradicación.

Resultados. Se detectó K. kingae por RT-PCR en los 3 casos índices y 5/6 compañeros de clase. Los cultivos fueron negativos en todos los casos. Después de recibir profilaxis, 3 lactantes aún presentaban positividad a K. kingae en RT-PCR.

ConclusionesK. kingae puede causar brotes de enfermedad invasiva en comunidades cerradas. Para una adecuada investigación, se requiere un mayor conocimiento de su existencia, así como una mejoría de la sensibilidad de las pruebas diagnósticas. En nuestra experiencia, la administración de profilaxis antibiótica puede erradicar parcialmente la colonización orofaríngea por K. kingae. Después de la profilaxis no se detectaron nuevos casos.

El dolor torácico en Pediatría es un síntoma común que puede suponer ingresos hospitalarios y derivaciones a especialistas. La etiología cardíaca es la responsable en una minoría de los casos, aunque es una de las que más preocupa al paciente y a sus familias. El dolor torácico agudo es un síndrome clínico que puede ser causado por casi cualquier condición que afecte al tórax, al abdomen o a los órganos internos. En ocasiones, este extenso y costoso trabajo de diagnóstico puede ser evitado teniendo en cuenta las causas más comunes y no graves. Se comenta el caso de un niño con la enfermedad de Bornholm secundaria a la infección por enterovirus.

In children, skin rashes are a frequent manifestation of infectious diseases, or they could also be the result of a drug hypersensitivity reaction, especially after antibiotic intake. We report the case of a 5-year-old girl investigated for a suspected post streptococcal vasculitis where differential diagnosis was improved by an allergy work-up and confirmed by lymphocyte transformation test.

El eccema coxsackium es una dermatosis infecciosa caracterizada por lesiones papulovesiculosas, eccematosas e incluso costrosas de predominio en extremidades, nalgas y región perioral. Suele aparecer en pacientes con afectación cutánea previa, como es el caso de la dermatitis atópica de los niños. El germen causante más frecuentemente aislado es el Coxsackie A6. Está considerado como una forma atípica de la enfermedad mano-pie-boca y es importante un correcto diagnóstico diferencial para evitar tratamientos innecesarios.

Se presenta el caso clínico de una niña de 7 años que consulta por impétigo contagioso y tras un abordaje integral biopsicosocial desde la consulta de Pediatría se diagnostica de maltrato por negligencia en relación con un trastorno de acumulación en la progenitora. La atención longitudinal e integral que realizan los pediatras de Atención Primaria sobre la salud del niño y el adolescente monitoreando la dinámica familiar resulta clave en la detección precoz de muchos trastornos mentales de inicio en la edad pediátrica, así como de situaciones de maltrato infantil en todas sus variantes.

Un niño de 6 meses con un desarrollo normal desarrolló estreñimiento, mala alimentación y letargo, y luego caída de los párpados, llanto débil, retraso de la cabeza y debilidad de las extremidades. Los estudios sépticos y metabólicos y de neuroimagen eran normales. Inicialmente se pensó en una miastenia gravis (MG) y en un síndrome miasténico congénito (SMC); la prueba con piridostigmina no mostró ninguna mejoría. La exploración (figura 1, vídeo 1) reveló un niño alerta con pupilas de reacción lenta, oftalmoparesia horizontal, debilidad de las extremidades proximales y reflejos tendinosos conservados. Botulismo infantil …

Un neonato de 22 días de edad se presentó en el servicio de urgencias con una historia de un día de fiebre asociada a un eritema en la mejilla izquierda (Figura 1). El embarazo y el parto vaginal se desarrollaron sin incidentes. En el momento del ingreso, la temperatura corporal era de 38,4°, la frecuencia cardiaca de 77 lpm y la presión arterial de 79/41 mm Hg. Los hallazgos de la exploración física revelaron hinchazón e induración en el ángulo de la mandíbula izquierda y una lesión ligeramente protuberante, de color marrón, con enrojecimiento central en la apertura del conducto de Stensen en la mucosa bucal izquierda (Figura 2). La presión ejercida sobre la glándula parótida izquierda expulsó un exudado purulento del conducto (Figura 2, Vídeo 1)

Un niño de 22 meses se presentó con una historia de 7 días de lesiones maculopapulares eritematosas sobre las falanges distales de su dedo medio y meñique derecho (Figura 1). Una semana antes había sido mordido en las mismas localizaciones por la cabra de la familia, que presentaba llagas en la boca en el momento de la mordedura (Figura 2). En el momento de la presentación, el niño estaba afebril y en buen estado general, con dos lesiones papulonodulares, ligeramente ulcerosas, en las localizaciones mencionadas. Se diagnosticó una infección por el virus orf (también llamado ecthyma contagiosum).

En individuos inmunocompetentes, la infección suele resolverse en un plazo de 3 a 8 semanas sin tratamiento,1,2 como fue el caso de nuestra paciente. Deben utilizarse antisépticos tópicos para minimizar el riesgo de infección bacteriana secundaria.

Streptococcus intermedius es un microorganismo anaerobio, perteneciente al grupo de Streptococcus anginosus. Es una bacteria comensal habitual de la cavidad oral y nasofaringe, conocida por su potencial capacidad de formar abscesos cerebrales por contigüidad o por vía hematógena a partir de infecciones de la esfera otorrinolaringológica. Las infecciones del sistema nervioso central debidas a miembros de este grupo son potencialmente mortales y requieren de un manejo multidisciplinar. La obtención de imágenes mediante tomografía computarizada o resonancia magnética debe realizarse de forma precoz para evaluar las colecciones que requieren drenaje. La intervención quirúrgica y el inicio de terapia antibiótica empírica a tiempo son imprescindibles para asegurar una correcta evolución. Se presentan 3 casos.

La escabiosis es la infestación cutánea por el parásito Sarcoptes scabiei var. hominis. A diferencia de la forma clásica que afecta a niños y adultos, la escabiosis neonatal presenta una serie de características distintivas que dificultan su diagnóstico. Presentamos un caso de escabiosis neonatal cuyo diagnóstico supuso un reto ante la ausencia de antecedentes epidémicos familiares.

La foliculitis pustulosa eosinofílica (FPE) de la infancia es una enfermedad infrecuente, que se presenta en recién nacidos y lactantes, caracterizada por la aparición de brotes de lesiones papulo-pustulosas muy pruriginosas en cuero cabelludo, con una duración de una a cuatro semanas. El tratamiento es sintomático aunque los corticosteroides tópicos parecen ser eficaces para acelerar la resolución de las lesiones. Presentamos un caso clínico de un escolar de diez años al que se le realizó una biopsia en el Servicio de Dermatología y recibió finalmente este diagnóstico.

Una niña de 9 años acudió a la consulta externa de neumología de nuestro hospital con una historia de tos húmeda persistente que había comenzado inmediatamente después del nacimiento. Tres meses antes de su visita, recibió empíricamente antibióticos y antihistamínicos, pero sus síntomas no mejoraron, y fue remitida a nuestra clínica. No tenía antecedentes de traumatismos y su historial médico no presentaba ninguna anomalía. Fue capaz de expectorar el esputo por sí misma y notó que tenía un color amarillo brillante, de calidad serosa (Figura, A ).

Una niña de 5 meses se presentó con una historia de 4 meses de erupción cutánea. Sus antecedentes de nacimiento, crecimiento y familiares no presentaban ninguna anomalía. La exploración física mostraba papulovesículas rosadas diseminadas con superficies umbilicadas o costras hemorrágicas en el tronco, eritema amarillo-costroso o escamoso en las orejas y el cuero cabelludo, y eritema húmedo en las axilas y los pliegues inguinales (figura). El diagnóstico diferencial incluía molusco, varicela, eczema seborreico e intertrigo. No había linfadenopatía ni hepatoesplenomegalia. La biopsia de la piel reveló la infiltración de células mononucleares con tinción inmunohistoquímica positiva para CD1a y CD207 (langerina) en la lesión. Se la había seguido con el diagnóstico de histiocitosis de células de Langerhans (HCL) limitada a la piel. Sin embargo, 3 años después de la primera visita se desarrolló una lesión de HCL en la hipófisis.

Un varón africano de 17 años con anemia falciforme homocigótica fue ingresado con una crisis vaso-oclusiva de los miembros inferiores y la espalda baja, complicada además con un síndrome torácico agudo. Tras 6 días de tratamiento con líquidos intravenosos, analgésicos y antibióticos, desarrolló una cefalea holocraneal, náuseas y fotofobia. Los hallazgos de la exploración física mostraban masas biparietales dolorosas en forma de pantano (Figura 1).

Para profundizar

La tosferina es una infección respiratoria inmunoprevenible altamente contagiosa, con alta morbilidad y mortalidad, y que afecta con especial gravedad a recién nacidos y lactantes menores de 2 meses. Las primeras vacunas comenzaron a emplearse en la década de los 40. Sin embargo, desde 1980 la incidencia de casos ha aumentado a pesar de los amplios programas de vacunación y tratamientos antibióticos adyuvantes disponibles. El cambio del uso de vacunas celulares a vacunas acelulares, y las modificaciones antigénicas de B. pertussis han podido contribuir entre otros factores a la disminución de la inmunidad adquirida tras la vacunación y a la reemergencia de la enfermedad. En la actualidad, todavía existen necesidades no cubiertas por las medidas convencionales de prevención y los tratamientos antibióticos existentes. Esta revisión pretende actualizar los datos disponibles y plantear qué estrategias vacunales pueden contribuir a un mejor control y prevención global de la enfermedad.

Introducción: tras una segunda oleada de la pandemia COVID-19 en Zaragoza, se estudian los contactos estrechos con pacientes con COVID-19, con la finalidad de valorar el riesgo de infección tras exposición en función del paciente índice, adulto o niño, y la renta familiar.

Material y métodos: se realiza un estudio descriptivo de todos los pacientes pediátricos que han tenido contacto con pacientes con COVID-19 en el centro de salud de Delicias Sur de Zaragoza entre los meses de julio y agosto de 2020 y se valora la aparición de síntomas, consultas en servicio de urgencias, realización de pruebas complementarias, contacto estrecho con adulto o con niño y la renta familiar.

Resultados: un total de 292 pacientes fueron contacto estrecho con pacientes con COVID-19, de los cuales 128 fueron positivos para la PCR de SARS-CoV-2. Al analizar el tipo de contacto, se encontró que un 10,94% había mantenido contacto estrecho con un niño y un 89,06% con un adulto. El riesgo de contagio tras sufrir contacto con un niño positivo fue del 34,15%, mientras que, tras contacto con un adulto positivo, el riesgo fue del 45,78%. Asimismo, el riesgo de contagio entre las rentas inferiores a 18 000 € fue de 47,9 frente al 27,6% de aquellos pacientes con rentas superiores a 18 000 €.

Conclusiones: el riesgo de contagio de COVID-19 es mayor cuando el contacto estrecho es con un adulto y cuando el nivel de renta familiar es inferior.

Introducción. Las coinfecciones por gripe y otros virus respiratorios (OVR) durante las epidemias gripales son frecuentes. El objetivo de este estudio es examinar las variables demográficas y virológicas relacionadas con las coinfecciones entre la gripe y OVR.

Materiales y métodos. En este estudio se analizaron muestras respiratorias de 8 epidemias gripales consecutivas (desde la temporada 2011-2012 hasta la temporada 2018-2019), en las que se había detectado un resultado positivo de gripe mediante test en laboratorio. Analizamos los datos objetivándolos frente a diferentes variables: edad, sexo, tipo de paciente (hospitalizado/centinela) y tipo/subtipo de gripe detectada.

Resultados. Las coinfecciones entre gripe y OVR se detectaron en el 17,8% de los casos positivos de gripe. En los niños de entre 0-4 años (OR: 2,7; IC 95%: 2,2-3,4), los niños de entre 5-14 años (OR: 1,6; IC 95%: 1,2-2,1) y los pacientes infectados por el subtipo A(H3N2) (OR: 1,4; IC 95%: 1,14-1,79), se detectó una probabilidad significativamente mayor de detectar estas coinfecciones. Además, observamos que las coinfecciones entre gripe y 2 o más OVR fueron llamativamente más frecuentes en niños de 0-4 años (OR: 0,5; IC 95%: 0,32-0,8), en adultos de entre 40-64 años (OR: 0,5; IC 95%: 0,3-0,9) y en mujeres (OR: 0,7; IC 95%: 0,5-0,9).

Discusión. Estos resultados muestran que las coinfecciones entre gripe y OVR son más frecuentes en niños de 0-4 años y de 5-14 años, y en los casos en los que el subtipo A(H3N2) está implicado. Estos datos pueden ser útiles para enfocar el diagnóstico mediante métodos multiplex en aquellos laboratorios que posean pocos recursos económicos y humanos.

Además de las consecuencias en términos de morbimortalidad (especialmente en pacientes adultos), la pandemia de SARS-CoV-2/COVID-19 ha amenazado con bloquear los circuitos asistenciales habituales. En este sentido, la detección de SARS-CoV-2 en pacientes con necesidad de contacto reiterado con el sistema sanitario ha obligado a establecer estrategias seguras de control clínico y de negativización.

Se analizaron los datos de los pacientes diagnosticados de infección por SARS-CoV-2 mediante PCR en muestra respiratoria entre el 11 de marzo y el 30 de abril de 2020 en un hospital terciario pediátrico de referencia de Barcelona (España), a los que se hubiera practicado posteriormente un nuevo estudio para comprobar la negativización de la PCR en aspirado nasofaríngeo. Dicho estudio se realizó a pacientes con necesidad de asistencia seriada en hospitales de día, procedimientos, hospitalizaciones programadas, etc. Para estos controles clínicos y de negativización, y posterior reintegración a la asistencia habitual, se habilitó un circuito seguro con controles de PCR idealmente semanales pero adaptados a circunstancias logísticas (mediana de días entre controles: 8; rango intercuartílico [RIC]: 6-13días).

Del total de 25 pacientes con infección por SARS-CoV-2 atendidos en nuestro hospital durante este periodo, se recogieron 15 pacientes que cumplían con los criterios de inclusión, con una mediana de edad de 22meses (rango: 1día-15años; RIC: 1-148meses), 60% varones. Doce casos se estudiaron por cuadro clínico compatible con COVID-19 (5 presentaron clínica respiratoria y fiebre; 4, cuadro respiratorio afebril; 2, fiebre sin foco, y uno, cuadro gastrointestinal con fiebre), 2 casos por cribado al ingreso según protocolo y un caso como estudio de hijo de madre con COVID-19. Siete niños (46%) precisaron ser hospitalizados por COVID-19, necesitando ingreso 3 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Todos los pacientes evolucionaron favorablemente. Otros 6 (40%) ingresaron por motivos no relacionados con la COVID-19, y los 2 pacientes restantes no precisaron hospitalización (13%). En cuanto a la patología de base, 6 pacientes (40%) tenían cardiopatías congénitas; 4 (27%), enfermedades oncohematológicas activas; 2 (13%), encefalopatía, además de una paciente trasplantada renal y otro niño con insuficiencia hepática aguda (7% respectivamente). El paciente restante fue un neonato hijo de madre con COVID-19, sin comorbilidades.

Globalmente, la mediana de tiempo hasta la negativización de la PCR fue de 13 días (RIC: 6-31). Ocho pacientes (53%) necesitaron más de una PCR de control hasta dicha negativización, hasta un máximo de 4 en un caso. Se constató una mediana de tiempo significativamente mayor desde la PCR positiva inicial hasta el primer resultado negativo en pacientes inmunodeprimidos respecto a no inmunodeprimidos (21días vs. 13días, p=0,015). La mediana de tiempo desde el inicio de la clínica en casos sintomáticos hasta el resultado negativo fue de 18 días (rango: 13-34; RIC: 15-25), concordante con estudios realizados en adultos1,2, y algo mayor que en trabajos pediátricos recientes en pacientes con COVID-19 no grave y sin especificarse patología de base3. En la tabla 1 se detallan los tiempos de negativización por grupo de pacientes.

La ileítis infecciosa es una causa infrecuente de dolor abdominal en pediatría. Cursa con abdominalgia difusa o localizada en la fosa iliaca derecha (FID) con o sin diarrea; pudiendo simular otras causas de abdomen agudo, como apendicitis, invaginación o patología ovárica.

Su hallazgo ecográfico característico es el engrosamiento mural simétrico del íleon terminal1. Dependiendo del agente etiológico, los cambios inflamatorios de la mucosa pueden extenderse al ciego, apéndice y colon derecho. En los casos de afectación exclusiva del íleon y apéndice, los hallazgos clínicos y analíticos no permiten establecer el diagnóstico diferencial con la apendicitis aguda.

Realizamos un estudio retrospectivo de todos los pacientes diagnosticados con ileítis en urgencias entre 2014 y 2019 (84 casos). Únicamente se incluyeron aquellos en los que se obtuvo muestra de heces para estudio microbiológico (41/84; 48,8%). Las ecografías fueron realizadas por especialistas en radiología pediátrica y revisadas a posteriori por un único radiólogo. Se consideró patológico un grosor ecográfico de pared ileal > 2 mm2. Empleamos los test de X2 y t de Student para los correspondientes contrastes de hipótesis.

En el 51,2% (21/41) el coprocultivo fue patológico, confirmando el diagnóstico de ileítis infecciosa. Campylobacter jejuni fue el enteropatógeno identificado con mayor frecuencia (tabla 1). La fiebre fue más frecuente entre los pacientes con coprocultivo patológico (80,9% vs. 50%, p = 0,037). El resto de las manifestaciones clínicas y analíticas analizadas, no mostraron diferencias significativas (tabla 2).

Introducción: el objetivo principal del estudio es analizar la influencia de la pandemia causada por el SARS-CoV-2 en el porcentaje de vacunación antigripal, comparando la cobertura vacunal del año 2019 con la del año 2020. Para ello, se han utilizado los pacientes vacunados en dos centros de salud (CS) de características similares, con la diferencia de que en uno de ellos se realiza captación activa de pacientes mediante envío de una carta a domicilio.

Material y métodos: estudio observacional realizado a partir de una muestra de 934 pacientes vacunados durante el primer mes de campaña en los años 2019 y 2020 en dos CS. Se ha realizado un análisis descriptivo de la muestra. Posteriormente, se han comparado los porcentajes de vacunación de ambos años y ambos CS mediante el test χ2.

Resultados: el porcentaje de vacunación global al final del primer mes de campaña en el año 2020 fue 33,9% y en 2019 fue 19,9% (p <0,001), obteniéndose también diferencias significativas en función del CS. Se vacunaron mayor porcentaje de pacientes en el CS 1, que realiza captación activa (p <0,001).

Conclusiones: los porcentajes de vacunación son mayores en el año 2020 con respecto a 2019, lo que puede ser explicado por la angustia de la población ante la coexistencia de ambos virus. Para aumentar la cobertura vacunal en pacientes asmáticos son de ayuda estrategias de captación activa.

Introducción: la infección por meningococo del serogrupo B puede provocar enfermedad meningocócica invasiva, con un 20-30% de secuelas y hasta un 10% de mortalidad.

Material y métodos: estudio observacional, descriptivo y retrospectivo de vacunación frente al meningococo del serogrupo B en la población pediátrica del Sector I de Zaragoza desde octubre de 2015 hasta diciembre de 2019. Se estudió: edad de inicio de la vacunación, edad a la fecha de la primera dosis (≤3 meses, 4-11 meses, 12-23 meses, 2-9 años, 10-16 años), sexo, centro de salud (CS) y número de dosis recibidas.

Resultados: se vacunó a 11 776 pacientes, de los cuales un 51,6% fueron varones. Presentaron una edad media de inicio de vacunación a los 5,0 ± 4,4 años y 2,2 ± 0,6 dosis recibidas. La distribución del total de vacunados fue muy variada, con una diferencia del 17,8% entre el CS con más vacunados y el CS con menos vacunados. El 0,7% recibieron primera dosis en 2015, el 23,8% en 2016, el 38% en 2017, el 26,7% en 2018 y el 10,8% en 2019. El 12% tenía ≤3 meses al inicio de la vacunación, el 11,5% tenía 4-11 meses, el 6,7% tenía 12-23 meses, el 50,4% 2-9 años y el 19,5% 10-16 años, existiendo diferencias en relación con la fecha de primera dosis (p = 0,000). El 2017 cuenta con mayor incidencia de vacunación global (12,2%), aunque en lactantes fue superior en 2018 (42,1%) y en los grupos de 2-9 años y adolescentes en 2017: el 15,8 y el 5,4% respectivamente. La incidencia global acumulada fue 32,5%, siendo en lactantes de 133,5%.

Conclusiones: a pesar de las prometedoras cifras de incidencia acumulada, encontramos numerosas diferencias de vacunación entre grupos de edad y CS, por lo que resulta interesante la vacunación sistemática y financiada de meningococo B.

Introducción: el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia, provocada por un nuevo coronavirus SARS-CoV-2. El rápido aumento de transmisiones obligó a gobiernos y autoridades sanitarias a tomar medidas para frenar el avance de la pandemia. Tras la primera ola epidémica y con un descenso documentado en el número de casos, comenzó la desescalada de las medidas implantadas y el desconfinamiento de la población. En este momento epidemiológico quisimos analizar la actividad asistencial pediátrica llevada a cabo, con objeto de conocer el modelo de consulta realizado (presencial/no presencial), los motivos de consulta atendida y el grado de resolución.

Material y métodos: estudio descriptivo, observacional y retrospectivo sobre los pacientes atendidos en las consultas de Pediatría de Atención Primaria en un centro de salud de la ciudad de Madrid, durante el mes de junio de 2020.

Resultados: se atendieron un total de 1321 pacientes, 34% menos que el mismo período del año anterior. La modalidad de consulta realizada fue presencial en un 49% y no presencial en el 51%. La consulta telefónica fue la opción mayoritaria como alternativa a la presencial. Un 20,7% del total de motivos de consulta fueron atendidos vía telemática.

Conclusiones: tras la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 la modalidad de atención no presencial ha adquirido protagonismo y mayor grado de resolución en nuestras consultas pediátricas. Pensamos que debe potenciarse mediante la incorporación de herramientas telemáticas, y así coexistir y complementar al modelo habitual de atención presencial.

Varias organizaciones sanitarias, fundamentalmente de países occidentales, han autorizado recientemente el uso de una dosis de refuerzo de la vacuna frente al COVID-19 para pacientes previamente vacunados con vacunas mRNA, con criterios no siempre coincidentes.
El Comité Científico de COVID, del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha recibido y se ha formulado diversas preguntas sobre esta situación, a la que el grupo ha tratado de dar respuestas, tras deliberación y consenso.
La eficacia de las vacunas administradas hasta el momento está fuera de toda duda y han logrado disminuir, fundamentalmente, las formas graves de enfermedad. La duración de esa protección no se conoce bien, es diferente en distintos individuos y para distintas variantes del virus y no es fácilmente predecible con pruebas de laboratorio.
Los datos sobre el impacto real de una dosis complementaria o “booster” en la literatura científica son escasos por el momento y su aplicación en grandes poblaciones como las del estado de Israel pueden asociarse a una disminución del riesgo de nuevos episodios y episodios graves en el corto periodo de observación disponible.
Carecemos también de datos suficientes sobre la seguridad y potenciales efectos adversos de estas dosis complementarias e ignoramos el momento idóneo de administrarlas en distintas situaciones.
En este estado de cosas, parece prudente administrar dosis complementarias a aquellos expuestos a un mayor riesgo, como pueden ser los individuos inmunodeprimidos y las personas mayores. Por el contrario, consideramos que no es este el momento de acelerar improvisadamente una administración masiva de una tercera dosis a otros grupos de población menos expuesta y de menor riesgo, sin esperar la adecuada información científica, que sin duda irá llegando paulatinamente.
No creemos que esta posición, sea incompatible con las advertencias prácticas y éticas que realiza la Organización Mundial de la Salud a este respecto.

La precocidad y la eficacia de las vacunas desarrolladas hasta ahora frente al COVID-19, ha sido el avance más significativo y salvador frente a la pandemia. El desarrollo vacunal no ha impedido, durante todo el periodo de la pandemia, la búsqueda constante de remedios terapéuticos, tanto entre los medicamentos ya existentes y con indicaciones diversas, como en el desarrollo de nuevos fármacos. Sobre estos nuevos fármacos, sobre las novedades en la inmunoterapia y sobre lo aprendido de los moduladores de la respuesta inmune ya conocidos y que se han mostrado eficaces frente al virus, el Comité Científico del COVID-19 del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid ha querido ofrecer una aproximación precoz, simplificada y critica que pueda ayudar a comprender la situación actual.

Los niños con enfermedad de células falciformes (ECF) corren un mayor riesgo de sufrir infecciones del torrente sanguíneo (ICS), especialmente con bacterias encapsuladas, como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae. Este riesgo de infección está relacionado con el deterioro o la ausencia de la función esplénica, otros defectos inmunitarios y la predisposición anatómica, como ocurre con la osteomielitis. La colocación de un catéter venoso central (CVC) también aumenta el riesgo de ISB. El Cooperative Study of Sickle Cell Disease, que se llevó a cabo en una época anterior a la profilaxis rutinaria con penicilina o a las inmunizaciones antineumocócicas, proporcionó una evaluación longitudinal prospectiva del riesgo de bacteriemia, revelando que las tasas de incidencia eran más elevadas en los pacientes con hemoglobina SS <3 años de edad y disminuían con la edad durante las dos primeras décadas de vida, predominantemente debido a S. pneumoniae y H. influenzae. Estudios retrospectivos posteriores realizados entre 1993 y 2010 demostraron que S. pneumoniae, Salmonella, Escherichia coli y Staphylococcus aureus son las causas de bacteriemia en la ECF.

Se necesitan estudios a gran escala sobre la BSI en niños con ECF en la era actual para comprender el riesgo contemporáneo de infección, orientar el tratamiento antibiótico empírico durante los episodios febriles y guiar las decisiones políticas para los calendarios de vacunación específicos. Los objetivos de este estudio fueron determinar la incidencia anual y las características asociadas de BSI en niños con ECF en un gran sistema de atención médica durante un período de 10 años, desde 2010 hasta 2019, y delinear los microorganismos específicos responsables de BSI en esta era.

Objetivo: Informar sobre el rendimiento de las guías de práctica clínica (GPC) en el diagnóstico de las infecciones bacterianas graves/invasivas (SBI/IBI) en los lactantes que se presentan con fiebre a la atención de urgencia en el Reino Unido e Irlanda. Dos GPC pertenecían a los Institutos Nacionales para la Salud y la Excelencia Asistencial (guías NICE NG51 y NG143) y una era de la Sociedad Británica de Quimioterapia Antimicrobiana (BSAC).

Diseño: Estudio de cohorte multicéntrico retrospectivo.

Pacientes: Lactantes febriles de 90 días o menos que acudieron entre el 31 de agosto de 2018 y el 1 de septiembre de 2019.

Principales medidas de resultado: La sensibilidad, la especificidad y los valores predictivos de las GPC en la identificación de SBI e IBI.

Entorno: Seis servicios de urgencias pediátricas en el Reino Unido/Irlanda.

Resultados: Se incluyeron 555 participantes en el análisis. La edad media fue de 53 días (IQR 32 a 70), 447 (81%) fueron sometidos a análisis de sangre y 421 (76%) recibieron antibióticos parenterales. Hubo cinco participantes con meningitis bacteriana (1%), siete con bacteriemia (1%) y 66 (12%) con infecciones del tracto urinario. La GPC NICE NG51 fue la más sensible: 1,00 (IC del 95%: 0,95 a 1,00). Esta fue significativamente más sensible que la NICE NG143: 0,91 (IC del 95%: 0,82 a 0,96, p=0,0233) y la BSAC: 0,82 (95%: 0,72 a 0,90, p=0,0005). La NICE NG51 fue la menos específica 0,0 (IC del 95%: 0,0 a 0,01), y esto fue significativamente menor que la NICE NG143: 0,09 (IC del 95%: 0,07 a 0,12, p<0,0001) y la BSAC: 0,14 (IC del 95%: 0,1 a 0,17, p<0,0001).

Conclusiones: Ninguna de las GPC estudiadas demostró unas características de funcionamiento ideales. Las GPC deben ser mejoradas para guiar la toma de decisiones clínicas iniciales.

Se aconseja a los hospitales que controlen el uso de antibióticos. Existen varios métodos de aproximación para realizar esta tarea. Las cohortes de adultos pueden controlarse fácilmente mediante el método de la dosis diaria definida, o su adaptación alemana, el método de las dosis diarias recomendadas (RDD), que parece inaplicable en las cohortes pediátricas debido a las variaciones del peso corporal. Las directrices recomiendan el método de los días de terapia (DOT) en pediatría. Sin embargo, es necesario un análisis más detallado sobre el rendimiento de ambos métodos.

Métodos: Basándonos en los datos de 4½ años de nuestro sistema de gestión de datos de atención al paciente totalmente informatizado en una unidad combinada de cuidados intensivos neonatales y pediátricos, comparamos los resultados de DOT y RDD por 100 días de paciente con la medición exacta del consumo de antibióticos (dosis diaria individual por 100 días de paciente) como referencia interna.

Resultados: El método DOT reflejó el consumo de antibióticos en nuestra cohorte a nivel de consumo total, subgrupos y agentes con una precisión casi siempre alta (correlación con la dosis diaria individual entre 0,73 y 1,00). El método RDD mostró una pobre correlación en el nivel de consumo total (r = 0,21) y resultados fluctuantes en niveles más detallados (correlación, 0,01-0,94). Un análisis detallado de la distribución del peso corporal y de los tamaños de envase solicitados de los agentes individuales reveló que el RDD parece funcionar bien cuando sólo se pidió un tamaño de envase del agente en nuestra farmacia.

Conclusión: El método DOT es superior al RDD para controlar el consumo de medicamentos antibióticos en cohortes pediátricas. El RDD parece funcionar satisfactoriamente para agentes antibióticos seleccionados que se administran con poca variación en el tamaño del envase.

Distinguir el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), la enfermedad de Kawasaki (KD) y el síndrome de shock tóxico (TSS) puede ser un reto. Debido a que el manejo clínico de estas condiciones puede variar, el diagnóstico oportuno y preciso es esencial.

Métodos: Se recopilaron datos de pacientes de menos de 21 años hospitalizados con MIS-C, COVID-19, enfermedad de Kawasaki y SST en 4 instituciones sanitarias importantes. Se compararon los datos demográficos de los pacientes y los datos clínicos y de laboratorio entre las 4 afecciones, y se desarrolló una herramienta de puntuación diagnóstica para ayudar al diagnóstico clínico.

Resultados: Se incluyeron en el análisis 233 pacientes con MIS-C, 102 con COVID-19, 101 con KD y 76 con TSS. Los pacientes con CMI tuvieron la mayor prevalencia de disminución de la función cardíaca (38,6%), miocarditis (34,3%), derrame pericárdico (38,2%), regurgitación mitral (31,8%) y derrame pleural (34,8%) en comparación con los pacientes con las otras afecciones. Los pacientes con CMI-C presentaban un aumento de los niveles máximos de proteína C reactiva y una disminución de los recuentos nadir de plaquetas y linfocitos en comparación con los pacientes con COVID-19 y EK y niveles elevados de troponina, péptido natriurético cerebral y péptido pro natriurético cerebral en comparación con COVID-19. Las puntuaciones diagnósticas que utilizan los hallazgos clínicos distinguieron eficazmente la MIS-C de la COVID-19, la KD y la TSS, y la validación interna mostró un área bajo la curva que oscilaba entre 0,87 y 0,97.

Conclusiones: En comparación con COVID-19, KD y TSS, los pacientes con MIS-C tenían una prevalencia significativamente mayor de complicaciones cardíacas, marcadores elevados de inflamación y daño cardíaco, trombocitopenia y linfopenia. Las puntuaciones diagnósticas pueden ser una herramienta útil para distinguir la CMI de la COVID-19, la EK y la SST.

Las vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. 1 (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento2 (EMA), han demostrado ser seguras y eficaces3,4 en la población adulta para prevenir la enfermedad grave causada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en todo el mundo.5,6

El uso de la vacuna COVID-19 en niños de 12 a 17 años ha sido objeto de un amplio debate, ya que la evaluación de los riesgos y beneficios se consideró más compleja que en los adultos.

Se tuvieron en cuenta diferentes circunstancias, como las reacciones comunes, los efectos secundarios graves poco frecuentes, el posible impacto en los programas de inmunización rutinarios, así como el suministro de vacunas y el coste de la vacunación. Sin embargo, las vacunas COVID-19 para individuos de este grupo de edad fueron autorizadas inicialmente para uso de emergencia y posteriormente aprobadas por las estrictas autoridades reguladoras FDA y EMA y desde entonces han sido adoptadas con un uso generalizado en varios países del mundo.

Además, tanto la FDA como la EMA autorizaron en octubre/noviembre de 2021 el uso de las vacunas COVID-19 en niños de 5 a 11 años de edad.

La enfermedad por el virus respiratorio sincitial (VRS) supone una gran carga para los sistemas sanitarios. El reconocimiento precoz de los niños con riesgo de padecer una enfermedad grave por VRS puede ser útil. Este estudio revela que la edad más temprana (<2 meses) y la prematuridad se asocian a una mayor gravedad de la enfermedad por VRS. La asociación entre la codetección del virus de la parainfluenza tipo 3/virus respiratorio sincicial y la gravedad de la enfermedad puede justificar la realización de nuevas investigaciones.

Objetivo: Identificar los factores de riesgo de recurrencia febril de las infecciones del tracto urinario (ITU) en niños con antecedentes de ITU.

Diseño del estudio: Se incluyeron 500 niños de 2 a 72 meses de edad con antecedentes de ITU que fueron seguidos prospectivamente durante aproximadamente 2 años en el contexto de 2 estudios realizados previamente (Randomized Intervention for Children with Vesicoureteral Reflux y Careful Urinary Tract Infection Evaluation). Se identificaron factores de riesgo significativos para las recurrencias febriles entre los niños que no recibían profilaxis antimicrobiana mediante regresión logística univariante y multivariante.

Resultado: En el análisis univariante, la raza no negra, la ITU de índice febril, la disfunción intestino-vejiga, el reflujo vesicoureteral de grado IV, la cicatrización renal en el momento inicial y las anomalías ecográficas renal-vejiga se asociaron a la recurrencia febril. En el análisis multivariante, las siguientes variables aumentaron de forma independiente las probabilidades de recidivas febriles (OR; IC del 95%): raza no negra (7,1; 1,5-127,9), disfunción intestino-vejiga (2,6; 1,1-5. 3), ITU febril (2,5; 1,1-6,9), anomalías en la ecografía renal-vesical (2,6; 1,2-5,6), reflujo vesicoureteral de grado IV (3,9; 1,4-10,5) y cicatrización renal al inicio (4,7; 1,2-19,1).

Conclusiones: La raza no negra y el reflujo vesicoureteral de grado IV aumentaron las probabilidades de recurrencia febril de la ITU. Aunque nuestros hallazgos deberían estimular otros estudios para explorar más a fondo la relación entre la raza y las ITU, dado que la relación entre la raza y la recurrencia de las ITU no está clara, la raza no debería utilizarse para tomar decisiones sobre el tratamiento de los niños con una ITU.

En este estudio de encuesta de instituciones de todo Estados Unidos, se observó una marcada variabilidad en la evaluación, el tratamiento y el seguimiento de adolescentes de 12 a 18 años de edad con miopericarditis asociada a la vacuna contra el coronavirus mRNA 2019 (COVID-19). Solo se informó de un adolescente con complicaciones potencialmente mortales, y no hubo muertes en ninguna de las instituciones participantes.

Las infecciones zoonóticas son difíciles de reconocer en los niños. La distribución por edades y la aparición estacional de estas infecciones varían sustancialmente, incluso entre las transmitidas por los mismos vectores, y su epidemiología puede cambiar con el tiempo. El objetivo era informar de las incidencias y tendencias de las infecciones por Borrelia burgdorferi, el virus Puumala, Francisella tularensis y el virus de la encefalitis transmitida por garrapatas (TBE) en la población pediátrica (de 0 a 19 años) de Finlandia.

Métodos: Se realizó una encuesta a nivel nacional basada en el Registro Nacional de Enfermedades Infecciosas desde 1996 hasta 2019 y se incluyeron todos los casos confirmados por laboratorio. Se calcularon las incidencias estratificadas por edad por cada 100.000 personas-año.

Resultados: Las incidencias acumuladas fueron B. burgdorferi 11,2, TBE 0,4, virus Puumala 6,4 y F. tularensis 2,5 por 100.000 personas-año. Se observó una tendencia al aumento de las incidencias de B. burgdorferi y TBE. Borrelia se expandió geográficamente hacia el norte y el interior. La tularemia sigue un ciclo epidémico de 2-4 años y las tasas son similares en todos los grupos de edad. Las incidencias de puumala son más altas en los niños mayores.

Discusión: Las infecciones por Borrelia aumentaron más rápidamente en los niños de 5 a 9 años de edad y en general se expandieron geográficamente en Finlandia. Los ciclos epidémicos de la tularemia fueron más cortos que los comunicados anteriormente. Estos resultados ayudarán a los clínicos a identificar estas infecciones en diferentes áreas geográficas y grupos de edad en Finlandia.

En 2019, se produjeron 5 casos de Haemophilus influenzae serotipo b (Hib) invasivo en la región de Anchorage, Alaska, durante un período de 16 días. No se había producido ningún caso en Alaska en los 26 meses anteriores.

Métodos: Se analizaron los aislamientos de Hib de Alaska desde 2005 hasta 2019 utilizando la secuenciación del genoma completo (WGS). Las tasas se compararon con los datos de la vigilancia del núcleo bacteriano activo (ABC) de los CDC.

Resultados: Un total de 33 casos de Hib invasivo ocurrieron en Alaska desde 2005 hasta 2019. De los 5 casos asociados con el clúster, 2 (40%) ocurrieron en adultos y todos ocurrieron en la región de Anchorage. Por el contrario, solo el 14% (4/28) de los casos no asociados al clúster ocurrieron en esta región (P < 0,01). Dos casos de cluster estaban relacionados epidemiológicamente y las bacterias eran casi idénticas. Los otros 3 casos de cluster fueron causados por 3 bacterias genéticamente distintas. Cuando se evaluó el período completo, la tasa no ajustada de la enfermedad invasiva por Hib en Alaska fue 15,5 veces mayor en los nativos de Alaska (AN) que en los no AN [1,3/100.000 frente a 0,07/100.000, intervalos de confianza (IC) del 95%: 10,2-22,5). La tasa ajustada por edad de la enfermedad invasiva por Hib en Alaska fue 9,4 veces superior a la de los nativos de Alaska (IC del 95%: 6,3-14,1).

Conclusiones: Aunque agrupados en el tiempo y el espacio, los 5 casos de 2019 no se debieron a una única cepa bacteriana. Las personas AN siguen teniendo tasas elevadas de infección invasiva por Hib en comparación con las personas no AN en Alaska y la población ABCs.

Los virus respiratorios se detectaron mediante la reacción en cadena de la polimerasa multiplex a partir de hisopos orofaríngeos en 114/168 (67,9%) niños con infección respiratoria aguda que se presentaron en 5 consultas pediátricas de Alemania entre noviembre de 2020 y abril de 2021. A diferencia de los rinos (48,8%), adenos (14,3%) y coronavirus endémicos (14,9%), el SARS-CoV-2 y el virus de la gripe sólo se detectaron una vez; no se detectó el virus sincitial respiratorio. Esto demuestra los diferentes impactos de las medidas de control de la infección pandémica en la propagación de los virus respiratorios.

Antecedentes: Se sabe poco sobre la linfohistiocitosis hemofagocítica asociada a virus (HLH) en Omán. Este estudio se realizó para evaluar la epidemiología, las características clínicas y el resultado de la HLH asociada a virus en nuestro entorno.

Métodos: Revisamos retrospectivamente a los niños (0-18 años) tratados por HLH asociado a virus en el Hospital Universitario Sultán Qaboos, Omán, durante un período de 15 años (2006-2020). Se utilizaron las historias clínicas de los pacientes para describir sus características demográficas, clínicas y de laboratorio, el tratamiento y el resultado.

Resultados: Cincuenta y seis niños fueron tratados por HLH en el Hospital Universitario Sultán Qaboos durante los últimos 15 años (2006-2020), de los cuales un tercio (19; 34%) tuvo un desencadenante viral. La mediana de edad en el momento del diagnóstico de HLH asociado a virus fue de 83 (13-96) meses. Fiebre, citopenia, hiperferritinemia y evidencia de hemofagocitosis en la médula ósea fueron los hallazgos más consistentes. La mayoría de estos niños tenían una predisposición genética al HLH (8/19; 42%) o una inmunodeficiencia subyacente secundaria a enfermedades malignas o a quimioterapia/trasplante de células madre hematopoyéticas (6/19; 32%). El virus de Epstein-Barr (9; 47%), seguido del citomegalovirus (6; 31%), fue el desencadenante viral más común en nuestro entorno. El tratamiento incluyó antivirales (8; 42%), protocolo HLH 2004 (4; 21%), rituximab (4; 21%) y trasplante de células madre hematopoyéticas (3; 16%). Catorce niños (74%) se recuperaron completamente.

Conclusiones: En nuestra pequeña cohorte, el HLH asociado a virus fue más frecuente en niños con predisposición genética al HLH o en niños con inmunodeficiencia subyacente. Además, encontramos que el resultado es en general bueno para los niños que no tienen predisposición genética al HLH y los niños con predisposición genética que se sometieron a un trasplante de células madre hematopoyéticas.

Introducción: nuestro sistema sanitario ha sufrido una reorganización sin precedentes priorizando la atención de los pacientes con sintomatología COVID-19. El uso de telemedicina se presenta como una alternativa útil en la era pos-COVID. El objetivo del estudio fue valorar la utilidad del servicio de mensajería de Twitter como herramienta de telemedicina para el cribado de patología urgente.

Material y métodos: estudio descriptivo, retrospectivo y transversal de un programa de telemedicina desarrollado por un equipo de especialistas en Pediatría y sus Áreas Específicas durante el estado de alarma. Se recogieron datos demográficos, número y motivos de consultas según signos, síntomas y su forma de presentación (texto, foto o vídeo). Se analizó el número de consultas resueltas, derivaciones y el grado de satisfacción.

Resultados: se atendió un total de 182 consultas realizadas en su mayoría por mujeres (71%), durante las primeras semanas del confinamiento (70%). El 100% fueron mensajes de texto, acompañados casi en un tercio de los casos de material audiovisual (27,2% fotos, 4,6% vídeos). La edad media de los pacientes atendidos fue de 2,72 ± 2,74 y los principales motivos de consulta: fiebre, exantemas y dificultad respiratoria. El 18,13% tuvo relación con la COVID-19, y solamente el 8,24% fue derivado.

Conclusiones: aunque la telemedicina no puede reemplazar la valoración presencial y todavía existen limitaciones técnicas y legales, nuestros resultados sugieren que podría ser una alternativa prometedora para mejorar el acceso, reducir los tiempos de triaje, coordinar los recursos disponibles, y disminuir el riesgo de contagio y saturación de las instalaciones sanitarias.

Actualidad bibliográfica marzo 2022

TOP TEN

En enero del 2019 la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid publicó una guía acerca del uso de antimicrobianos en niños con tratamiento ambulatorio. El objetivo de este trabajo fue estimar la adecuación de la prescripción de antimicrobianos al alta desde el Servicio de Urgencias Pediátricas (SUP) en pacientes con enfermedades infecciosas, tomando como referencia esta guía regional. Secundariamente, se estudió la variación en la adecuación según el diagnóstico realizado y el facultativo prescriptor, y se valoró la concordancia entre dicha guía y los protocolos del centro.

Material y métodos. Estudio observacional, descriptivo y retrospectivo en el que se incluyó a pacientes de 0-16 años con diagnóstico al alta del SUP incluido en la guía regional, entre marzo del 2018 y febrero del 2019. La prescripción se consideró adecuada cuando lo era la indicación, y en su caso, el fármaco elegido, la posología (dosis, intervalo y duración) y la vía de administración.

Resultados. Se obtuvo una muestra de la que se analizaron 648 procesos infecciosos, siendo tratados con antimicrobianos 165 (25,5%). En 23 procesos no pudo evaluarse la adecuación a la guía por ausencia de algún dato posológico de la prescripción de antimicrobiano. El manejo terapéutico fue adecuado globalmente en 550/625 procesos (88,0%). En los procesos tratados con antimicrobiano, la adecuación fue de 70/142 (49,3%), sin encontrarse diferencias estadísticamente significativas entre facultativo prescriptor. El motivo de inadecuación más frecuente fue el error posológico (26,3%). Infección urinaria, conjuntivitis y otitis media aguda fueron las entidades clínicas con peor adherencia (el 44,4, el 50,0 y el 52,2% respectivamente) y en las que existió una mayor discrepancia entre guía y protocolos (κ=0,308; κ=0,000; κ=0,586).

ConclusionesLa adecuación a las guías de referencia del manejo de procesos infecciosos en el SUP de nuestro centro fue elevada, pero fue inferior al 50% cuando se precisó tratamiento antimicrobiano. El grado de adecuación a los protocolos del centro fue mayor que a la guía de la Comunidad de Madrid, revelando una discrepancia entre ambos que debería ser analizada y corregida de acuerdo con la evidencia científica disponible.

  • Ivermectina en el tratamiento de la sarna CADIME. https://www.cadime.es/noticias/destacados/917-ivermectina-en-el-tratamiento-de-la-sarna.html

La ivermectina es un antiparasitario disponible en España desde el año 2021 (Ivergalen®) para el tratamiento -por vía oral- de la sarna sarcóptica y otras parasitosis (1,2).

La sarna o escabiosis, es una infestación cutánea causada por el artrópodo Sarcoptes scabiei variedad hominis, que presenta una elevada prevalencia a nivel mundial (3-5). Es más frecuente en niños pequeños y suele asociarse a situaciones de hacinamiento, pobreza o falta de higiene; pero puede afectar a personas de todas las edades y de cualquier condición socioeconómica (3,4). En los últimos años se ha incrementado su prevalencia en los países desarrollados, posiblemente por: el aumento de población inmunocomprometida, ancianos que requieren asistencia, migrantes y refugiados, y grupos de riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual (5).

Es muy contagiosa y se transmite principalmente por contacto directo, estrecho y prolongado (diseminación intrafamiliar y transmisión sexual); y, en menor medida, a través de fómites (3-5). La morbimortalidad asociada a la sarna está aumentando, debido a las complicaciones y sobreinfecciones bacterianas por Streptococcus (grupo A) y Staphylococcus aureus, que pueden producir impétigo, celulitis, abscesos, linfadenopatía, glomerulonefritis, fiebre reumática o sepsis (3-5).

La sarna clásica se caracteriza principalmente por una erupción intensamente pruriginosa (sobre todo por la noche) con pequeñas pápulas, a menudo excoriadas, en los dedos, las muñecas, las axilas, las areolas, la cintura, los genitales y las nalgas. La sarna costrosa (también llamada sarna noruega) es una variante clínica menos común, que se presenta generalmente con placas escamosas, costrosas y fisuradas y ocurre principalmente en personas inmunodeprimidas (3,6).

El manejo de la sarna implica: la erradicación de la infestación, el tratamiento del prurito y otros síntomas y de las complicaciones, la identificación de los contactos y la implementación de medidas ambientales para minimizar la transmisión y la recurrencia de la infestación (3,6).

La selección del tratamiento para la erradicación de la infestación debe plantearse individualizadamente, en función de la presentación clínica (sarna clásica o costrosa) y de las características de los pacientes; y teniendo también en cuenta la disponibilidad de los medicamentos (3,6,7). Se recomienda tratar tanto al paciente, como a los contactos cercanos, para prevenir la infestación recurrente (3,6).

Evaluar el aumento de la ecogenicidad renal como factor predictivo del reflujo vesicoureteral (RVU) en niños pequeños con primera infección urinaria febril.

Diseño del estudio. Se realizó un estudio retrospectivo en un solo centro de niños hospitalizados con una primera ITU febril diagnosticada de acuerdo con las directrices de la Academia Americana de Pediatría. A todos los pacientes se les realizó una ecografía de la vejiga renal (KBUS) y una cistouretrografía miccional. Las variables se analizaron mediante la prueba de la χ2 o la prueba de la U de Mann-Whitney, según el caso. Se realizó un análisis de regresión logística multivariable para los hallazgos anormales de la KBUS y se calcularon la OR y el IC del 95%.

Resultados. Nuestra cohorte incluyó 415 niños (830 unidades renales) con una edad media de 5 meses (de 1 mes a 5 años) y el 80% eran mujeres. Ciento treinta y dos (31,8%) pacientes tenían una EBC anormal, incluyendo un aumento de la ecogenicidad en 45 pacientes. En general, el 42,2% de los pacientes con ecogenicidad aumentada tenían RVU frente al 23,3% con ecografía normal (p = 0,013) y el 31,1% de los pacientes con ecogenicidad aumentada tenían RVU de alto grado III-V frente al 8,1% con ecografía normal (p = 0,001). En total, el 24,3% de los riñones con ecogenicidad aumentada tenían RVU frente al 20% con ecografía normal (p = 0,246) y el 20% de los riñones con ecogenicidad aumentada tenían RVU de alto grado III-V frente al 9,9% con ecografía normal (p = 0,005).

Conclusiones. Estos datos apoyan la adición de la ecogenicidad renal aumentada a la lista de otros hallazgos de la EBC que son útiles para la toma de decisiones sobre la necesidad de realizar una cistouretrografía miccional en niños pequeños con una primera ITU febril.

Casos

Paciente de 27 días de vida, derivada desde el centro de salud a nuestra consulta por presentar una tumoración infraorbitaria izquierda de una semana de evolución, móvil, indolora, de 0,5cm de diámetro. Ecografía: lesión subcutánea, redondeada, bien delimitada, de 11×8mm, con flujo periférico pudiendo corresponder a un quiste dermoide.

Al mes de la ecografía y debido a un crecimiento progresivo y a la pérdida de movilidad de la lesión, se solicita una RMN (fig. 1).

Una mujer hispana de 16 años con antecedentes de asma se presentó con un año de placas circulares en expansión en el tronco y las extremidades. Estas placas asintomáticas empeoraban en invierno y mejoraban en verano. Negó cualquier traumatismo, prácticas culturales como las ventosas, el uso de cualquier tratamiento tópico, y cualquier historia familiar de erupción similar. La revisión de los sistemas fue positiva para la pérdida de peso intencional por el ejercicio y un período menstrual recientemente perdido. Negó tener fiebre, escalofríos, diarrea o llagas en la boca. En la exploración destacaban múltiples placas circulares finas de color marrón oscuro bien delimitadas con escamas ictiosiformes superpuestas que formaban un aspecto agrietado en el abdomen, la espalda y las extremidades superiores (figura). Algunas de las placas finas circulares se superponían para formar una apariencia policíclica. Había una leve xerosis. No se observaron excoriaciones, costras ni pústulas. El raspado con hidróxido de potasio fue negativo para elementos fúngicos. Recuento completo de células sanguíneas…

En primer lugar, nos gustaría felicitar a los autores del trabajo «Sífilis congénita precoz sintomática en recién nacido», publicado como Imágenes en pediatría en el último número de su revista, por la iconografía del pénfigo sifilítico que presentan.

Como muy bien nos recuerdan en su artículo, la sífilis no es una enfermedad extinta1 y debemos tenerla aún presente en nuestros días.

Nos gustaría compartir un caso reciente valorado en nuestro centro. Se trata de una recién nacida asintomática hija de una madre de nacionalidad española que refería haberse controlado el embarazo en un centro privado fuera de nuestra comunidad autónoma con todas las exploraciones y controles realizados normales, pero que no aportaba informes. No era consumidora de tóxicos y tenía pareja estable.

Un niño de 9 años de edad, por lo demás sano y totalmente inmunizado, se presentó debido a un malestar sistémico con una laceración infectada en la rodilla 10 días después de caerse sobre el hormigón en el patio de su escuela. En la exploración, sus parámetros de crecimiento eran apropiados para su edad; estaba febril a 39,1℃, con exudado purulento que rezumaba de la rodilla (figura 1). Había evidencia de linfangitis nodular con diseminación linfocutánea (figura 2). Las investigaciones revelaron un recuento de glóbulos blancos de 12,2×109/L con neutrofilia leve (9,37×109/L), proteína C reactiva de 58 mg/L, y su hemocultivo fue negativo. Las imágenes excluyeron una infección ósea subyacente.

Para profundizar

Another indication for voiding cystourography?The Journal of Pediatrics, Volume 242, 1 – 3

Los cistouretrogramas miccionales (VCUG) se suelen tener en cuenta en la evaluación de los lactantes con infección febril del tracto urinario (ITU), pero hay pocas indicaciones claras adicionales para realizarlos fuera de la propia ITU febril recurrente. La hidronefrosis y la cicatrización en la ecografía renal (US) se incluyen en varias directrices de organizaciones de consenso, incluidas las de la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Instituto Nacional para la Excelencia Clínica (NICE) y las Sociedades Italianas de Nefrología Pediátrica e Infectivología Pediátrica. La directriz italiana va más allá al incluir otras anomalías renales/vesicales y el aumento de la ecogenicidad del riñón en la ecografía como justificación adicional para obtener una VCUG. En este volumen de The Journal, Mohammad et al. presentan datos retrospectivos de su centro que parecen respaldar la ecogenicidad anormal en la ecografía como indicación para obtener una GVC. En sus manos, la presencia de un aumento de la ecogenicidad en la ecografía tenía una baja sensibilidad para la detección de cualquier reflujo vesicoureteral (RVU), pero era muy específica. El rendimiento del aumento de la ecogenicidad como prueba de cribado del RVU mejoró si el análisis se limitó a los pacientes con RVU de alto grado (grados 3-5). Asimismo, el valor predictivo positivo global del aumento de la ecogenicidad para el RVU fue bajo (24-44%), pero el valor predictivo negativo fue bueno. (77-80%). Aunque lo ideal es que estos datos se confirmen en un estudio prospectivo y multicéntrico, parecen respaldar un análisis más detallado de los hallazgos ecográficos a la hora de considerar qué lactante con una ITU febril requiere una cistouretrografía miccional.

– Identificar las etiologías de la miocarditis vírica en niños en la época anterior a la enfermedad por coronavirus de 2019.

– Diseño del estudio. Se trata de una revisión retrospectiva de todos los pacientes (edad <18 años) diagnosticados de miocarditis y hospitalizados en el Rady Children’s Hospital San Diego entre 2000 y 2018.

– Resultados. Veintinueve pacientes cumplieron los criterios de inclusión. De 28 (97%) pacientes que se sometieron a pruebas de virus, se utilizó la reacción en cadena de la polimerasa en 24 de 28 (86% de los casos), y 16 de 24 (67%) detectaron un virus. Los patógenos fueron rinovirus (6), gripe A/B (4), virus sincitial respiratorio (VSR) (3), coronavirus (3), parvovirus B19 (2), adenovirus (2), y virus coxsackie B5, enterovirus y virus parainfluenza tipo 2 en un caso cada uno. En seis (21%) pacientes no se detectó ningún patógeno, pero los resultados de las pruebas de imagen y otras pruebas de laboratorio fueron compatibles con una miocarditis. La edad de 0 a 2 años se asoció con el VRS, la gripe A/B, el coronavirus y los enterovirus (p < 0,001). Veintiún pacientes (72%) experimentaron una recuperación clínica completa. Tres pacientes (10%) necesitaron oxigenación por membrana extracorpórea venoarterial (VA-ECMO), y los tres se recuperaron. Otros tres (10%) necesitaron y se sometieron a un trasplante cardíaco sin complicaciones. Dos pacientes (7%) fallecieron 9-10 días después de la hospitalización (1 tenía VRS y 1 tenía gripe A/B). Otros dos pacientes presentaron un bloqueo auriculoventricular completo; 1 caso (rinovirus) se resolvió espontáneamente y 1 (coronavirus) se resolvió tras el apoyo con VA-ECMO. La edad inferior a 2 años, el sexo femenino, la menor fracción de eyección al ingreso y los mayores niveles iniciales y máximos de péptido natriurético cerebral fueron predictores significativos de resultados críticos (uso de VA-ECMO, inclusión en la lista de trasplantes cardíacos y muerte).

– Conclusiones. Las pruebas basadas en ácidos nucleicos virales revelaron un espectro más amplio de virus que podrían estar asociados con la miocarditis en los niños de lo que se había informado anteriormente y de lo que se había previsto tradicionalmente. Se observó una predilección por determinados patógenos en los pacientes muy jóvenes. No está claro si la gama de agentes virales observada refleja una corriente de cambio en la etiología viral o en los métodos de detección viral, pero el espectro más amplio de patógenos virales encontrado subraya la utilidad de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa para explorar las posibles etiologías virales de la miocarditis en los niños.

Se observaron menos infecciones por el virus sincitial respiratorio en 2020-2021 con un resurgimiento interestacional. Los niños eran más propensos a tener una enfermedad grave con menos factores de riesgo conocidos en comparación con los controles de 2018-2019. Las tasas globales de codetección fueron similares, pero con mayores proporciones de parainfluenza, rinovirus/enterovirus y menor de gripe en comparación con las temporadas anteriores.

La infección por Helicobacter pylori (H. pylori) afecta a más del 50% de la población mundial. El aumento en las resistencias antibióticas es la principal causa del fracaso del tratamiento. El objetivo principal fue analizar el éxito erradicador tras la aplicación de las nuevas recomendaciones de tratamiento ESPGHAN e introducción de la PCR como técnica de diagnóstico directo, describir la evolución del patrón local de resistencias antibióticas y valorar el coste-efectividad de la aplicación de la PCR aislada o en conjunto con el cultivo como estrategia diagnóstica.

Pacientes y métodos. Estudio descriptivo retrospectivo del total de aislamientos microbiológicos de H. pylori entre 2013-2019 en nuestro centro, mediante comparación del porcentaje de resistencias y éxito erradicador entre los periodos 2013-2016 y 2017-2019. Estudio de coste-efectividad de las pruebas de diagnóstico directo, comparando 3 opciones distintas: cultivo y PCR, solo cultivo, y solo PCR.

Resultados. Se incluyó a 192 pacientes, 98 fueron detectados por cultivo (2013-2016) y 94 por cultivo o PCR (2017-2019). Se instauró tratamiento antibiótico en 153 pacientes, 90 en el primer periodo (pautas ESPGHAN 2011: porcentaje erradicación 62,2%), 63 en el segundo (pautas ESPGHAN 2017: porcentaje erradicación: 73%). Se observó un aumento en las resistencias a claritromicina, pasando de un 16,3% (n=16) en el primer periodo a un 53,2% (n=48) entre 2017-2019 (98% detectadas por PCR, 60% por cultivo). No hubo diferencias en el resto de resistencias antibióticas. La solicitud aislada de la PCR presentó una ratio de análisis de coste-efectividad (CEAR) de 1,91, en comparación con un 92,16 del cultivo y un 96,35 del cultivo y la PCR de forma conjunta.

Conclusiones. La aplicación de las pautas ESPGHAN 2017 consiguió un mayor éxito de erradicación, aunque menor que lo observado en publicaciones previas, sin llegar al objetivo marcado de al menos un 90%. Se observó un incremento en las resistencias a macrólidos, sin poder discriminar si se trata de un aumento real o de una mayor sensibilidad diagnóstica de las técnicas moleculares, siendo la solicitud aislada de la PCR la estrategia más coste efectiva.

Las vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos1 (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento2 (EMA), han demostrado ser seguras y eficaces3 , 4 en la población adulta para prevenir la enfermedad grave causada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en todo el mundo.5 , 6 El uso de la vacuna COVID-19 en niños de 12 a 17 años ha sido objeto de un amplio debate, ya que la evaluación de los riesgos y los beneficios se consideró más compleja que en los adultos.7 , 8 Se tuvieron en cuenta diferentes circunstancias, como las reacciones comunes, los efectos secundarios graves poco frecuentes, el posible impacto en los programas de inmunización rutinarios, así como el suministro de vacunas y el coste de la vacunación.9 Sin embargo, las vacunas COVID-19 para individuos de este grupo de edad se autorizaron inicialmente para uso de emergencia y posteriormente fueron aprobadas por las estrictas autoridades reguladoras FDA y EMA, y desde entonces se han adoptado con un uso generalizado en varios países del mundo.10 Además, tanto la FDA como la EMA autorizaron en octubre/noviembre de 2021 el uso de las vacunas COVID-19 en niños de 5 a 11 años. Su aprobación siguió a un proceso de evaluación exhaustivo que demostró los mismos altos estándares de calidad, seguridad, inmunogenicidad y eficacia observados en las poblaciones de mayor edad.11 , 12 El seguimiento de los datos de COVID indica que en los Estados Unidos, el 20,1% de la población de 5 a 11 años ha recibido al menos una dosis de la vacuna COVID-19 hasta el 16 de diciembre. El porcentaje de sujetos totalmente vacunados en el grupo de 5 a 11 años es del 11,3%; el 62,3% de los adolescentes en el grupo de 12 a 17 años han recibido al menos 1 dosis de la vacuna COVID-19.4

En Europa, el debate sobre la ampliación del uso de la vacuna COVID-19 en niños <17 años está en curso. Los 27 estados miembros de la Unión Europea (UE) mostraron diferentes puntos de vista y adoptaron políticas divergentes. No está claro si finalmente se adoptará una posición unitaria por parte de los países de la UE y de fuera de ella sobre el uso de la vacuna COVID-19 en individuos <17 años de edad. Mientras tanto, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades informó que en la primera semana de diciembre de 2021, sólo el 20,8% de la población europea de entre 12 y 17 años recibió al menos una dosis de la vacuna, mientras que no se informó de ninguna vacunación en niños de entre 5 y 11 años.13

Este comentario, redactado por la Asociación Europea de Pediatría/Unión de Sociedades y Asociaciones Nacionales de Pediatría de Europa (EPA-UNEPSA), analiza la importancia de implementar la vacunación contra el SARS-CoV-2 en los niños. El objetivo de este artículo es defender y concienciar a los pediatras, legisladores, responsables de salud pública y educadores escolares sobre la importancia de la vacunación contra el COVID-19 en estos 2 grupos de población. La vacunación de los niños y adolescentes los protegerá de los riesgos de la infección por el SRAS-CoV-2 y de sus complicaciones a corto y largo plazo.

La ciencia del siglo XXI respaldó la rápida respuesta mundial al COVID-19, identificando el patógeno causante, secuenciando el genoma del SARS-CoV-2, desarrollando vacunas e iniciando ensayos clínicos, en un plazo de 9 meses desde su aparición. Aunque al abordar las consecuencias inmediatas de la pandemia los países respondieron a la ciencia de diferentes maneras, cada nación se enfrenta ahora a las consecuencias económicas y a la cuestión de dónde centrar la inversión. Aquí sostenemos que los conocimientos de la ciencia del siglo XXI también pueden marcar el camino de la recuperación económica. Éstas indican que hay que centrarse principalmente en poblaciones sanas y resistentes a los desafíos inesperados y que esto depende en gran medida de la salud materna, neonatal e infantil (SMNI). La recuperación de la COVID-19 ofrece una oportunidad única para orientar las inversiones hacia la SMNI.

Introducción. El virus de Epstein-Barr (VEB) está clasificado como carcinógeno del grupo 1. Su principal vía de transmisión es la oral, a través de la saliva. Determinamos la frecuencia de detección del VEB en la cavidad oral en estudiantes de secundaria en Cali (Colombia).

Materiales y métodos. Estudio transversal analítico para estimar la frecuencia de detección del genoma del VEB en la cavidad oral, las razones de prevalencia y su asociación con diversos factores en 1.565 individuos. Las variables analizadas fueron factores sociodemográficos, de higiene y salud oral, comportamiento sexual, consumo de cigarrillos e ingesta de alcohol. La asociación entre la detección y las variables evaluadas se realizó mediante un modelo de regresión lineal generalizado con vínculo logarítmico y distribución de Poisson con varianza robusta.

Resultados. La exposición al VEB en la cavidad oral fue del 38,40% (IC 95%: 36,02-40,84). La frecuencia de presentar exposición al VEB fue un 22% mayor en los varones, y el riesgo se incrementó según el comportamiento sexual. Se encontró asociación inversa con el grado escolar: los participantes de undécimo grado tuvieron un 27% menos frecuencia de exposición al VEB que los de grados inferiores (sexto a octavo). Cuando se utilizó el modelo logístico para estudiar la asociación entre la detección del VEB y las variables independientes, se sobreestimó la asociación. El rango de sobreestimación fue entre el 27-47% según el tipo de variable.

Conclusión. La frecuencia de detección del VEB en la cavidad oral de estudiantes sanos fue similar a la previamente descrita. Factores asociados al comportamiento sexual incrementan el riesgo de oportunidad para la exposición al VEB.

En los primeros meses de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), debido a la falta de tratamientos eficaces y a la no disponibilidad de una vacuna, los gobiernos de todo el mundo desarrollaron diversas medidas de seguridad para controlar la propagación del virus entre sus poblaciones. Las estrategias heterogéneas aplicadas durante el primer año de la pandemia se mantuvieron a menudo después de que las vacunas contra el COVID-19 estuvieran disponibles.

Los estudios anteriores sobre la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave en lactantes han caracterizado de forma incompleta los factores asociados a la enfermedad grave o se han centrado en los lactantes nacidos de madres con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Aquí destacamos los datos demográficos, las características clínicas y los valores de laboratorio que difieren entre los lactantes con y sin COVID-19 agudo grave.

Métodos: La red Overcoming COVID-19 realizó una vigilancia activa para identificar a los niños y adolescentes con enfermedad relacionada con el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 hospitalizados en 62 centros de 31 estados desde el 15 de marzo hasta el 27 de diciembre de 2020. Se analizaron los pacientes de >7 días a <1 año de edad hospitalizados con COVID-19 agudo sintomático.

Resultados: Informamos de 232 bebés de >7 días a <1 año de edad hospitalizados con COVID-19 aguda sintomática de 37 hospitales estadounidenses en nuestra cohorte desde el 15 de marzo hasta el 27 de diciembre de 2020. Entre los 630 casos de COVID-19 grave en pacientes de >7 días a <18 años de edad, 128 (20,3%) eran lactantes. En los lactantes con enfermedad grave de todo el período de estudio, la mediana de edad fue de 2 meses, el 66% pertenecía a grupos raciales y étnicos minoritarios, el 66% estaba previamente sano, el 73% tuvo complicaciones respiratorias, el 13% recibió ventilación mecánica y <1% murió.

Conclusiones: Los lactantes representaron más de una quinta parte de los niños <18 años de edad hospitalizados por COVID-19 aguda grave, que comúnmente se manifiesta con síntomas y complicaciones respiratorias. Aunque la mayoría de los lactantes hospitalizados por COVID-19 no sufrieron complicaciones significativas, los resultados a largo plazo siguen siendo poco claros. En particular, el 75% de los lactantes con enfermedad grave tenían menos de 6 meses de edad en este periodo de estudio de cohorte, que era anterior a la vacunación materna contra la COVID-19, lo que subraya la importancia de la vacunación materna contra la COVID-19 para proteger a la madre y al lactante.

Antecedentes El reconocimiento precoz de los niños con riesgo de padecer una infección grave del tracto respiratorio inferior por el virus respiratorio sincitial (VRS) es importante, ya que informa las decisiones de tratamiento. Nuestro objetivo es evaluar los factores asociados a la enfermedad grave entre los niños pequeños hospitalizados con infección por VRS.

Métodos Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo de todos los niños <2 años de edad hospitalizados por infección del tracto respiratorio inferior por VRS en un único hospital pediátrico terciario durante tres temporadas de VRS (enero de 2017 a diciembre de 2019). Se clasificó a los niños como con enfermedad “moderada” o “grave” en función del nivel de intervención respiratoria y se utilizaron modelos de regresión univariables y multivariables para determinar los factores asociados a la enfermedad grave.

Resultados De los 970 niños hospitalizados, 386 (40%) se clasificaron como “graves” y 584 (60%) como “moderados”. En los análisis multivariables, la edad <2 meses (OR: 2,3; IC del 95%: 1,6 a 3,3; p<0,0001), la prematuridad (OR: 1,6; IC del 95%: 1,1 a 2,4; p=0,02) y la codetección del VRS-parainfluenza tipo 3 (PIV3) (OR: 2,6; IC del 95%: 1,05 a 6,5; p=0,04) se asociaron de forma independiente con la enfermedad grave.

Conclusión La menor edad, la prematuridad y la codetección de PIV3 se asociaron con la enfermedad grave por VRS en niños <2 años de edad hospitalizados con infección por VRS. La asociación entre la PIV3 y la enfermedad grave por VRS es un hallazgo novedoso y justifica la realización de nuevas investigaciones.

La enfermedad de Kikuchi (EK) es una afección rara y generalmente benigna de etiología incierta que se presenta con síntomas inespecíficos como fiebre y linfadenopatía cervical. Las presentaciones clínicas pueden variar. Aquí presentamos un caso atípico de enfermedad de Kikuchi en una niña de 10 años, así como una revisión bibliográfica actualizada de la presentación clínica, las características de laboratorio y el tratamiento de la enfermedad de Kikuchi en niños.

Métodos: Se identificaron estudios (publicados hasta febrero de 2020) mediante búsquedas en PubMed utilizando los siguientes elementos de búsqueda: Enfermedad de Kikuchi-Fujimoto o linfadenitis necrotizante histiocítica o enfermedad de Kikuchi. Nuestra búsqueda primaria dio como resultado 1117 publicaciones. En el análisis final se incluyeron 34 publicaciones con un total de 670 pacientes.

Resultados: Todos los niños presentan linfadenopatía. Casi todos (96,3%) tienen linfadenopatía cervical. Se registra fiebre en la mayoría de los niños (77,1%). El análisis de las características de laboratorio reveló que la mayoría de los niños tienen leucopenia (56,0%) y una velocidad de sedimentación globular elevada (56,0%). Más del 30% tienen una proteína C reactiva elevada y anemia. Otras características como la leucocitosis, la trombocitopenia y la positividad de los anticuerpos antinucleares son menos frecuentes. La EK es en su mayoría autolimitada, pero los esteroides, la hidroxicloroquina y la inmunoglobulina intravenosa se utilizan en cursos prolongados. Su eficacia aún no se ha establecido en los ensayos clínicos.

Conclusiones: La presentación de la EK es variable, y no hay un conjunto específico de síntomas o características de laboratorio que establezcan de forma fiable el diagnóstico. Por lo tanto, la histopatología es crucial. La evaluación definitiva y el establecimiento de tratamientos eficaces requerirán futuros estudios de investigación prospectivos para obtener una descripción más completa de la evolución clínica y los efectos del tratamiento. Dada la rareza de la enfermedad, esto tendrá que realizarse en consorcios de colaboración.

Hace diez años, escribí un editorial para la revista Pediatric Infectious Diseases Journal en el que comentaba la dificultad de demostrar la patogenicidad de los coronavirus humanos del resfriado común (ccHCoV) cuando las infecciones asintomáticas eran tan comunes.1 El artículo concreto al que se referían mis comentarios era de Prill y sus colegas2 en ese número de la revista y describía un estudio realizado en 3 grandes centros del Medio Oeste que incluía a casi 1500 niños hospitalizados con enfermedades respiratorias. Los autores también incluyeron a unos 750 niños de control de las mismas edades muestreados aproximadamente al mismo tiempo y en las mismas zonas. Los resultados del estudio mostraron que no había prácticamente ninguna diferencia en la incidencia de la infección por ccHCoV en los enfermos (7,6%) y en los sanos (7,1%). La conclusión de los autores fue que las infecciones por ccHCoV “no estaban asociadas” a la hospitalización en los niños infectados, con la implicación de que, al menos según estos criterios, probablemente no tenían ningún papel en la producción de las enfermedades respiratorias asociadas.

Mi editorial trazó parte de la historia de los esfuerzos por demostrar que diversos microorganismos causaban las enfermedades en las que se encontraban, empezando por los postulados de Koch e incluyendo estudios de voluntarios, estudios microscópicos y de biopsia microbiológica, así como estudios asociativos similares al realizado por Prill y sus colegas. La conclusión de estas numerosas consideraciones fue que, al menos en el caso de los bebés y los niños pequeños, iba a ser muy difícil “demostrar” que los coronavirus del resfriado común causaban enfermedades respiratorias. Y ello a pesar de que, en la Unidad de Investigación del Resfriado Común de Salisbury (Inglaterra), todos los HCoV conocidos habían sido administrados a voluntarios adultos en los años 60 y principios de los 70 y se había demostrado que causaban resfriados.3

Han pasado diez años, y ahora, en medio de una gran pandemia debida a un coronavirus de indudable patogenicidad humana, vuelvo a abordar el tema: “¿Tienen los ccHCoV patogenicidad para los bebés pequeños?” El artículo publicado en este número de la revista Pediatric Infectious Disease Journal por Heimdal y sus colegas4 se refiere a los ccHCoV y tiene algunos hallazgos que, en mi opinión, pueden contribuir a la consideración de su posible patogenicidad pediátrica.

Curiosamente, el mismo grupo noruego, con la mayoría de los mismos autores, publicó un artículo anterior que también se suma al argumento de la patogenicidad del ccHCoV. Este artículo anterior describía 9 años de un estudio exhaustivo de los virus en niños hospitalizados en Trondheim, Noruega, con enfermedades agudas de las vías respiratorias.5 El estudio contenía un pequeño grupo de control contemporáneo de niños ingresados por cirugía y sin enfermedades respiratorias de ningún tipo. Al igual que en el estudio de Prill y sus colegas citado anteriormente, las tasas de infección por ccHCoV fueron las mismas en los niños enfermos y en los sanos (9,1% y 10,2%, respectivamente). En este artículo, sin embargo, los autores pasaron a cuantificar el ARN viral encontrado en los sujetos enfermos y de control y mostraron que las muestras de los niños con enfermedad respiratoria contenían mayores cantidades de ARN viral (valor umbral del ciclo de reacción en cadena de la polimerasa <28) que las de los niños de control (odds ratio, 3,12 en el análisis ajustado; P = 0,016). En los sujetos menores de 2 años, la odds ratio ajustada fue de 15,32 (P < 0,001).

El artículo de Heimdal en este número del Pediatric Infectious Disease Journal4 contiene el mismo grupo de estudio que en el artículo anterior del Journal of Infectious Disease, además de datos clínicos y muestras respiratorias de 2 años más. Además, este análisis se centró en las coinfecciones por virus. Los autores eligieron las dos coinfecciones por ccHCoV más comunes: las que se producen por el virus sincitial respiratorio, un virus con una elevada “puntuación de gravedad” de la neumonía, y las que se producen por el rinovirus (RV), un virus con una puntuación de gravedad de la neumonía más baja, aproximadamente la misma que la del ccHCoV. Tal vez el hallazgo más intrigante de este estudio fue que, mientras que los niños coinfectados por el virus respiratorio sincitial y el ccHCoV presentaban una enfermedad mucho más grave que los infectados sólo por el ccHCoV, con una puntuación de gravedad casi idéntica a la del virus respiratorio sincitial solo, la puntuación de gravedad de los niños coinfectados por el RV y el ccHCoV era inferior a la de los niños infectados sólo por el RV y significativamente inferior a la de los niños infectados sólo por el ccHCoV.

Los autores señalan que, in vitro, la infección por el RV va acompañada de una vigorosa respuesta celular antiviral mediada por el interferón.6 Además, parece que se produce una supresión similar por parte del VR entre éste y el virus de la gripe tanto in vitro como in vivo7,8 y también, in vitro, entre el VR y el SARS-CoV-2.9 En vista de estos hallazgos, parece muy probable que la pérdida de virulencia fuera una manifestación de la supresión del crecimiento del ccHCoV por parte del VR, lo que indica que, por sí solo, el coronavirus era capaz de causar una enfermedad respiratoria del tracto inferior en estos niños.

Así pues, ahora hay dos pruebas de que los coronavirus del resfriado común pueden causar realmente neumonía en los bebés.

Objetivo. Identificar los factores de riesgo de recurrencia febril de las infecciones del tracto urinario (ITU) en niños con antecedentes de ITU.

Diseño del estudio. Se incluyeron 500 niños de entre 2 y 72 meses de edad con antecedentes de ITU que fueron seguidos prospectivamente durante aproximadamente 2 años en el contexto de 2 estudios realizados previamente (Randomized Intervention for Children with Vesicoureteral Reflux y Careful Urinary Tract Infection Evaluation). Se identificaron factores de riesgo significativos para las recurrencias febriles entre los niños que no recibían profilaxis antimicrobiana mediante regresión logística univariante y multivariante.

Resultado. En el análisis univariante, la raza no negra, la ITU de índice febril, la disfunción intestino-vejiga, el reflujo vesicoureteral de grado IV, la cicatrización renal al inicio y las anomalías ecográficas renal-vesicales se asociaron a la recurrencia febril. En el análisis multivariante, las siguientes variables aumentaron de forma independiente las probabilidades de recidivas febriles (OR; IC del 95%): raza no negra (7,1; 1,5-127,9), disfunción intestino-vejiga (2,6; 1,1-5. 3), ITU de índice febril (2,5; 1,1-6,9), anomalías en la ecografía renal-vesical (2,6; 1,2-5,6), reflujo vesicoureteral de grado IV (3,9; 1,4-10,5) y cicatrización renal al inicio (4,7; 1,2-19,1).

Conclusiones. La raza no negra y el reflujo vesicoureteral de grado IV aumentaron las probabilidades de recurrencia febril de la ITU. Aunque nuestros hallazgos deberían estimular otros estudios para explorar más a fondo la relación entre la raza y la ITU, dado que la relación entre la raza y la recurrencia de la ITU no está clara, la raza no debería utilizarse para tomar decisiones sobre el tratamiento de los niños con una ITU.

En este estudio de encuesta de instituciones de todo Estados Unidos, se observó una marcada variabilidad en la evaluación, el tratamiento y el seguimiento de adolescentes de 12 a 18 años de edad con miopericarditis asociada a la vacuna contra el coronavirus mRNA 2019 (COVID-19). Solo se informó de un adolescente con complicaciones potencialmente mortales, y no hubo muertes en ninguna de las instituciones participantes.

Archives of Disease in Childhood 2022;107:277-281.

Objetivos Determinar la prevalencia de la coexistencia de meningitis bacteriana (BM) y líquido cefalorraquídeo (LCR) estéril con un recuento de glóbulos blancos elevado en relación con la edad (“pleocitosis”) en presencia de una infección del tracto urinario (ITU) por Escherichia coli, con el añadido del análisis de la PCR de E. coli en el LCR.

Diseño Estudio de cohorte retrospectivo en un solo centro.

Entorno Hospital pediátrico terciario.

Participantes Niños de 8 días a 2 años de edad, con un crecimiento puro de E. coli de orina y una muestra de LCR tomada dentro de las 48 horas de un cultivo de orina positivo entre el 1 de enero de 2014 y el 30 de abril de 2019.

Medida de resultado principal Prevalencia de E. coli BM coexistente con ITU, definida como un crecimiento puro de E. coli de la orina y un cultivo de LCR con crecimiento puro de E. coli y/o PCR positiva de E. coli.

Resultados 1903 pacientes tenían una ITU por E. coli, de los cuales 314 (16%) tenían una muestra de LCR tomada en las primeras 48 horas. No se identificó ningún caso de E. coli BM coexistente. Hubo 71 (23%) casos de pleocitosis, de los cuales 57 (80%) tenían análisis de PCR, todos ellos con E. coli no detectado. Los pacientes de 1 a 6 meses de edad representaron el 72% de todas las punciones lumbares (PL).

Conclusión El riesgo de ITU por E. coli y de coexistencia de E. coli BM es bajo. Existe la posibilidad de reducir el número de punciones lumbares rutinarias en lactantes con diagnóstico de ITU por E. coli, con un mayor impacto en los niños de hasta 6 meses de edad. La PCR de E. coli en LCR puede ayudar a reducir aún más la probabilidad de BM después de la prueba en caso de pleocitosis.

Bibliografía febrero 2022

TOP TEN

El antibiograma es una herramienta fundamental para ajustar el tratamiento antibiótico a la bacteria aislada. La concentración mínima inhibitoria (CMI), considerada la concentración más baja de un antimicrobiano capaz de inhibir el crecimiento de un microorganismo, clasificaba tradicionalmente a la bacteria como sensible («S»), resistente («R») o con sensibilidad intermedia al mismo («I»). Este último grupo incluía aquellas CMI en las cuales la actividad del antibiótico, según la evidencia disponible, era incierta1.

El Comité Europeo de Evaluación de la Sensibilidad Antimicrobiana (EUCAST) publica anualmente un documento que revisa y actualiza los puntos de corte que definen cada una de estas categorías. Progresivamente, los laboratorios de microbiología en España han ido implementando esta normativa, siguiendo las recomendaciones del Comité Español del Antibiograma (COESANT).

En el año 2020 EUCAST realizó una actualización importante, cambiando la definición de «I».

El enfoque diagnóstico de la eosinofilia es complejo, dadas las numerosas etiologías notificadas. Los parásitos intestinales (especialmente los helmintos) son motivo de preocupación en los niños procedentes de entornos con una elevada carga. Describimos el enfoque diagnóstico y el tratamiento clínico de la eosinofilia en una cohorte de niños inmigrantes.

Métodos: Llevamos a cabo un estudio observacional retrospectivo que incluyó a niños diagnosticados con eosinofilia en un centro de referencia para enfermedades tropicales pediátricas desde 2014 hasta 2018. Todos los pacientes fueron examinados según un protocolo unificado, incluyendo pruebas microbiológicas y serológicas directas.

Resultados: Un total de 163 niños se presentaron con eosinofilia durante el período de estudio [mediana de edad, 7,7 años (4,1-12,2); 57,1% varones], principalmente de Asia (27,6%) y América del Sur (22,1%). La mayoría eran niños adoptados internacionalmente (43,6%) o inmigrantes (26,4%). Sólo el 34,4% de los niños eran sintomáticos, y la principal etiología de la eosinofilia eran los helmintos (56,4%). Tras un enfoque diagnóstico secuencial, no se encontró ninguna etiología para el 40,5% de los pacientes. Los factores de riesgo independientes para una etiología inexplicable fueron la edad más joven (≤2 años: odds ratio, 3,6; IC 95%, 1,3-10,2; P = 0,015), la ausencia de síntomas (odds ratio, 4,8; IC 95%, 1,8-12,5; P = 0,001) y la eosinofilia leve (<1000/µL: odds ratio, 4,2; IC 95%, 4,5-11,7; P = 0,005). Sólo 6 niños fueron tratados empíricamente. En los niños con una causa identificada y en los tratados empíricamente, la eosinofilia se resolvió en el 52% en una mediana de 7 meses (5-9).

Conclusiones: Los helmintos son la principal causa de eosinofilia en los niños migrantes y deben ser buscados, especialmente en los niños mayores con recuentos de eosinófilos >1000 eosinófilos/µL.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de más de 200 millones de casos de infección por SARS-CoV-2 y de 4 millones de muertes desde la declaración de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.1 Aunque los niños experimentan predominantemente una infección asintomática o leve, y representan una minoría de las hospitalizaciones y muertes, los niños se han visto significativamente afectados por la pandemia de COVID-19. Cada vez es mayor la preocupación por los “daños colaterales de la COVID-19”, ya que los cierres de escuelas y el aislamiento social han contribuido a retrasar la presentación de enfermedades graves, a reducir las tasas de vacunación, a deteriorar la salud mental y a aumentar la preocupación por la seguridad.2 Un efecto adicional de las intervenciones no farmacéuticas (NPI) aplicadas en respuesta a la COVID-19 ha sido una reducción sin precedentes de los niños que presentan enfermedades respiratorias, incluidas las debidas al virus respiratorio sincitial (VRS) y a la gripe. Aquí revisamos cómo COVID-19 ha afectado a la epidemiología de las infecciones respiratorias en los niños.

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Aunque hay muchas hipótesis sobre la diferencia de gravedad de la COVID-19 en función de la edad, las diferencias en la inmunidad innata, adaptativa y heteróloga, junto con las diferencias en la función endotelial y de coagulación, son los mecanismos más probables que subyacen al marcado gradiente de edad. Los niños tienen una respuesta inmunitaria innata más rápida y fuerte al SARS-CoV-2, especialmente en la mucosa nasal, que controla rápidamente el virus. Por el contrario, los adultos pueden tener una respuesta innata hiperactiva, desregulada y menos eficaz que conduce a una producción incontrolada de citoquinas proinflamatorias y a lesiones tisulares. La exposición más reciente a otros virus y las vacunas sistemáticas en los niños podrían asociarse con anticuerpos y células T de reacción cruzada protectores contra el SRAS-CoV-2.

Hay menos pruebas que apoyen otros mecanismos que se han propuesto para explicar la diferencia relacionada con la edad en el resultado tras la infección por el SARS-CoV-2, incluida la inmunidad preexistente por la exposición a coronavirus comunes en circulación, las diferencias en la distribución y expresión de los receptores de entrada ACE2 y TMPRSS2, y la diferencia en la carga viral.

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  • Short- vs Standard-Course Outpatient Antibiotic Therapy for Community-Acquired Pneumonia in Children: The SCOUT-CAP Randomized Clinical Trial. JAMA Pediatr. 2022 Jan 18:e215547. doi: 10.1001/jamapediatrics.2021.5547.

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en pediatría, generalmente, se trata con 10 días de antibióticos. Ciclos más cortos pueden ser efectivos con menos efectos adversos y menor potencial de resistencia a los antibióticos. Es un ensayo clínico aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo en clínica ambulatoria, atención de urgencias o entornos de emergencia en 8 ciudades de EE. UU Se compara una estrategia de tratamiento antibiótico corta (5 días) versus estándar (10 días) para NAC en niños pequeños. Se valora la respuesta al final del tratamiento ajustada por la duración del riesgo de antibióticos (RADAR). Clasifica la respuesta clínica de cada niño, la resolución de los síntomas y los efectos adversos asociados con los antibióticos. El estudio concluye que entre los niños que respondieron al tratamiento inicial para la NAC ambulatoria, una estrategia de antibióticos de 5 días fue superior a una estrategia de 10 días. El ciclo corto dio como resultados una respuesta clínica y efectos adversos similares asociados con los antibióticos, al tiempo que redujo la exposición y la resistencia a los antibióticos.

Nuestro objetivo es comparar las características clínicas y de laboratorio y los métodos de imagen de los pacientes diagnosticados de celulitis preseptal y celulitis orbitaria en el grupo de edad pediátrica.

Métodos: El estudio se diseñó de forma retrospectiva y se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes que fueron hospitalizados con el diagnóstico de celulitis preseptal y celulitis orbitaria. Se compararon los resultados de los grupos de celulitis preseptal y de celulitis orbital. Se analizaron los factores de riesgo para el desarrollo de la afectación orbitaria.

Resultados: Se incluyeron 123 pacientes, 90,2% con celulitis preseptal y 9,8% con celulitis orbitaria. La proporción de hombres fue del 60,2%, y la edad media fue de 72 ± 43 meses. Mientras que todos los pacientes presentaban hinchazón y enrojecimiento de los párpados, el 20,3% tenía fiebre. La afectación ocular fue del 51,2% en el ojo derecho y del 4,9% en ambos ojos. El factor predisponente más frecuente fue la rinosinusitis (56,1%). Se realizaron imágenes radiológicas (tomografía computarizada/resonancia magnética) en el 83,7% de los pacientes. Se detectó un absceso subperiostal en 7 casos (5,6%), de los cuales tres fueron tratados quirúrgicamente y cuatro médicamente. Los niveles de proteína C reactiva fueron significativamente mayores en los pacientes con afectación orbitaria (P = 0,033), pero no hubo diferencias entre la presencia de fiebre, los valores de leucocitos y plaquetas.

Conclusiones: La rinosinusitis fue el factor predisponente más frecuente en el desarrollo de la celulitis preseptal y la celulitis orbitaria. La afectación orbitaria estuvo presente en el 9,8% de los pacientes. Se determinó que el valor elevado de la proteína C reactiva podía utilizarse para predecir la afectación orbital.

D esde el inicio de la pandemia de covid-19, ha habido reducciones importantes en los ingresos hospitalarios por infecciones respiratorias, invasivas graves y prevenibles por vacunación en niños en Inglaterra. Estas reducciones se observaron en todos los subgrupos demográficos, incluidos los niños con comorbilidades preexistentes que tienen más probabilidades de ser hospitalizados con una enfermedad grave, requieren cuidados intensivos prolongados y corren el mayor riesgo de morir por infección.

Durante la pandemia de covid-19, se utilizaron una variedad de cambios de comportamiento (adopción de intervenciones no farmacológicas) y estrategias sociales (cierre de escuelas, encierros y viajes restringidos) para reducir la transmisión del SARS-CoV-2, que también redujo los ingresos por infecciones infantiles comunes y graves.

Antes de la pandemia, la bronquiolitis representaba el 12 % de todos los ingresos en las UCIP y tenía una tasa de letalidad del 1,75 % en menores de 12 meses y del 4,4 % en mayores de 12 meses. La exacerbación del asma causada por infecciones respiratorias agudas también fue una de las razones más comunes de ingreso hospitalario en niños. En este estudio, después del 1 de marzo de 2020, los ingresos por bronquiolitis se redujeron en un 80 %, sibilancias virales 56 %, la neumonía bacteriana en un 60 %, otitis media 74% y amigdalitis 66%. Los niños con neoplasias malignas hematológicas y fibrosis quística, también tuvieron una menor incidencia de ingresos por infecciones respiratorias bacterianas en comparación con años anteriores. También disminuyó el número absoluto de muertes dentro de los 60 días posteriores al ingreso hospitalario por sepsis, meningitis, bronquiolitis, neumonía, sibilancias virales e infecciones del tracto respiratorio superior. Los datos más recientes indican que el crup y las infecciones del tracto respiratorio superior aumentaron a niveles más altos de lo habitual después de mayo de 2021.

Objetivos Determinar el tiempo hasta la negatividad de la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) después de la primera prueba positiva de RT-PCR, los factores asociados con un mayor tiempo hasta la negatividad de la RT-PCR, la proporción de niños que se seroconvierten después de una infección probada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2, y los factores asociados con la falta de seroconversión.

Diseño del studio. El Estudio Epidemiológico de Coronavirus en Niños de la Sociedad Española de Pediatría es un estudio multicéntrico realizado en niños españoles para evaluar las características de la enfermedad por coronavirus 2019. En un subconjunto de pacientes, se realizaron 3 pruebas seriadas de RT-PCR en muestras de hisopo nasofaríngeo después de la primera prueba de RT-PCR, y se realizó la serología de inmunoglobulina G para anticuerpos del síndrome respiratorio agudo grave 2 en la fase aguda y de seguimiento (<14 y ≥14 días después del diagnóstico).

Resultados. En total, se incluyeron 324 pacientes en el estudio. La mediana del tiempo hasta la negatividad de la RT-PCR fue de 17 días (IQR, 8-29 días), y el 35% de los pacientes siguió siendo positivo más de 4 semanas después de la primera prueba de RT-PCR. La probabilidad de negatividad de la RT-PCR no difirió entre los grupos definidos por el sexo, la gravedad de la enfermedad, los fármacos inmunosupresores o el fenotipo clínico. En general, el 24% de los niños no logró la seroconversión tras la infección. La seroconversión se asoció con la hospitalización, la persistencia de la positividad de la RT-PCR y los días de fiebre.

Conclusiones. El tiempo hasta la negatividad de la RT-PCR fue largo, independientemente de la gravedad de los síntomas o de otras características del paciente. Este hallazgo debe tenerse en cuenta a la hora de interpretar los resultados de la RT-PCR en un niño con síntomas, especialmente en aquellos con síntomas leves. Los estudios de seroprevalencia y postinmunización deben tener en cuenta que 1 de cada 4 niños infectados no se seroconvierten.

CASOS

Una niña de 7 años con antecedentes de dermatitis atópica se presentó con quejas de dolor, hinchazón y una decoloración rojiza de la nariz durante los últimos 4 días. Su madre indicó la recurrencia frecuente de síntomas similares durante los 2 años anteriores, predominantemente durante los meses de invierno. La niña tenía el hábito de “hurgarse la nariz”. Negó tener fiebre, escalofríos, malestar general o síntomas sistémicos sugestivos. La exploración cutánea reveló una placa unilateral bien delimitada, eritematosa y edematosa sobre la punta, el ala derecha y el vestíbulo de la nariz (figura).

Una niña de 3 años acudió al servicio de urgencias para evaluar una semana de fiebre, congestión nasal y rinorrea tras una pequeña caída con impacto nasal en el colegio. La niña se sentía incómoda al realizar una exploración intranasal difícil debido al dolor, lo que dificultaba la visualización clara de la inflamación de base medial del tabique que obstruía las fosas nasales (Figura, A ). La anamnesis y la exploración eran sugestivas de hematoma septal con progresión a absceso, aunque también se consideraron la deformidad septal, la neoplasia y los pólipos. La evaluación inicial en la consulta de su pediatra 2 días antes detectó una abrasión de la punta nasal, un examen intranasal limitado y una fiebre persistente que se pensaba que era de naturaleza viral. Los diagnósticos de laboratorio destacaban por un recuento de glóbulos blancos de 20,9.

Un niño de 28 días de edad se presentó en el servicio de urgencias con un exantema generalizado e irritabilidad. La madre refería una historia de 15 días de pápulas eritematosas progresivas, que comenzaban en las extremidades inferiores y se extendían al tronco, los brazos, el cuero cabelludo, la cara, las palmas y las plantas. Presentaba una erupción papulopustulosa generalizada, con descamación, costras hemorrágicas en los miembros inferiores y costras melicéricas en las palmas (figura 1). No tenía fiebre ni peso…

Los neonatos menores de 28 días son una población especialmente vulnerable, y los datos sobre la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en este grupo etario son escasos. El objetivo del estudio es describir la evolución clínica y la probabilidad de enfermedad grave en una serie de neonatos ingresados con infección por SARS-CoV-2 confirmada.

Estudio descriptivo observacional multicéntrico realizado en 5 hospitales secundarios y terciarios españoles realizado entre el 1 de marzo y el 3 de junio de 2020. Se incluyeron neonatos de 28 días de edad o menores con resultado positivo en la prueba de reacción de la polimerasa en cadena en tiempo real (RT-PCR) para la detección del SARS-CoV-2 en muestra nasofaríngea.

Se registraron el sexo, la edad, el peso, los síntomas, el motivo del ingreso, los antecedentes de enfermedad crónica o el tratamiento inmunomodulador, la estancia hospitalaria, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), el tratamiento recibido y los valores analíticos.

La muestra incluyó a 11 pacientes de 12 a 27 días de edad. Solo 2 requirieron ingreso en la UCIN (18%), uno de los cuales padecía una enfermedad cardiovascular crónica. Los datos epidemiológicos y clínicos se muestran en la tabla 1.

Desde diciembre de 2019, un nuevo coronavirus denominado SARS-CoV-2, causante de la infección por coronavirus del año 2019 (COVID-19) ha ocasionado una pandemia mundial.

A fecha de 16 de junio de 2020 la Organización Mundial de la Salud ha comunicado 8.035.583 casos y 436.918 fallecidos en todo el mundo1. La mayoría de las infecciones en niños se caracterizan por leves infecciones de vías respiratorias altas o son asintomáticas2. Por el momento disponemos de escasa información sobre la presentación y evolución de los casos que ocurren en el periodo neonatal3.

Presentamos tres neonatos atendidos en nuestro Servicio de Pediatría afectos de infección por SARS-CoV-2. Los datos clínicos y analíticos de los pacientes quedan reflejados en la tabla 1.

Una niña de 21 meses fue remitida a nuestro servicio por una cojera que aparecía en un contexto febril. No había antecedentes de traumatismo, maltrato físico ni fiebre. En el momento del ingreso, la niña tenía una fiebre de 39,1 °C. El niño se negaba a soportar peso, pero no había ninguna restricción articular a nivel del miembro afectado. Observamos una molestia al realizar una flexión máxima de la rodilla, pero no había ni hinchazón prepatelar ni derrame intraarticular. Su recuento de glóbulos blancos era de 10.200 células/mm3, la proteína C reactiva era de 136 mg/L y la velocidad de sedimentación globular de 25 mm/h. La radiografía simple no reveló ningún resultado patológico. La resonancia magnética (RM) demostró…

La infección congénita por citomegalovirus es la infección congénita más frecuente. Aunque la mayoría de los lactantes con infección congénita por citomegalovirus son asintomáticos al nacer, un subgrupo tendrá manifestaciones clínicas y/o de laboratorio fácilmente aparentes, incluida la hepatitis; la progresión a la insuficiencia hepática no se ha descrito previamente en lactantes a término que iniciaron el tratamiento antiviral poco después del nacimiento. Presentamos dos niños a término con infección congénita por citomegalovirus y hepatitis que evolucionaron hacia la insuficiencia hepática a pesar de la mejora inicial de las pruebas de laboratorio con el tratamiento.

PARA PROFUNDIZAR

Al archivero nunca le ha gustado el término “infección torácica” o incluso “infección del tracto respiratorio inferior” (ITR); estos términos parecen vagos. Little P et al [Lancet 2021; 398: 1417-26. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)01431-8] han reclutado a niños de entre 6 meses y 12 años que se presentaban en atención primaria con una IVRI aguda no complicada, considerada de origen infeccioso, en la que no se sospechaba clínicamente una neumonía, con síntomas durante menos de 21 días. Este grupo de investigación de atención primaria, bien establecido, ha definido la IVR como la presencia de una tos aguda como síntoma predominante y con otros síntomas o signos localizados en el tracto respiratorio inferior …

Este es un informe sobre el perfil de los casos de difteria infantil en el Hospital Cipto Mangunkusumo, Yakarta, desde 2006 hasta 2017. La incidencia fue mayor en el grupo de edad de ≥5 años (67,7%) con predominio masculino (58,8%). El 35,3% de los casos no tenía antecedentes de vacunación y el 38,2% tenía antecedentes de refuerzo incompletos. La seudomembrana se presentó en todos los casos, sobre todo en la faringe (67,6%) y la amígdala (61,8%).

Leí con gran interés la reciente publicación de Gravel et al1 en la que los autores evaluaron la asociación entre la sinovitis transitoria de la cadera (TSH) y la portación orofaríngea de K. kingae entre los niños preescolares. Plantearon la hipótesis de que la HST podría ser una versión sutil de la infección de cadera por K. kingae. Teniendo en cuenta sus resultados, concluyeron que la TSH no estaba causada por K. kingae.

Este estudio es realmente esencial porque trata un tema candente. De hecho, los niños pequeños pueden acudir a la atención médica debido a la cojera, y suponen un reto diagnóstico común y serio. En esta situación, diferenciar entre la artritis séptica de la cadera y la sinovitis transitoria tiene importancia clínica y terapéutica. Además, debido al solapamiento de las características de la artritis de cadera y la sinovitis transitoria en niños menores de 3 años, el algoritmo predictivo de Kocher no es lo suficientemente sensible para diferenciar estas dos afecciones.2

Después de leer detenidamente este interesante estudio, tengo dos objeciones que hacer.

(Persistencia y viabilidad de SARS-CoV-2 en la primoinfección y reinfecciones). Rev Esp Quimioter 2022; 35(1): 1-6

Desde el inicio de la epidemia por SARS-CoV-2, el aislamiento del virus en el paciente infectado era posible solo durante un periodo corto de tiempo y llamaba la atención que esto ocurría de una manera constante y no orientaba sobre la evolución clínica. Este hecho, indujo a confusión sobre la eficacia de algunos de los fármacos utilizados inicialmente que parecían tener una gran eficiencia en el aclarado viral y que resultaron ineficaces para modificar el curso de la enfermedad. La respuesta inmune tampoco se mostraba definitiva para aventurar la evolución aunque la mayoría de los pacientes que tenían una enfermedad muy leve, tenían una débil o nula respuesta de anticuerpos y en los más graves pasaba lo contrario. Con cualquiera que haya sido la respuesta de anticuerpos, pocos casos han vuelto a infectarse tras una primo-infección y generalmente, los que lo han hecho, no han reproducido un espectro de enfermedad similar a la primera infección. Entre los re-infectados, gran parte han sido asintomáticos o con muy pocos síntomas, otros han tenido un cuadro moderado y muy pocos han tenido mala evolución. Pese a esa dinámica de rápido aclaramiento viral, las pruebas de laboratorio podían seguir siendo capaces de generar positivos en la recuperación de secuencias genómicas y esto ocurría en pacientes libres ya de síntomas, en otros que seguían enfermos y en los muy graves. Tampoco había un buen correlato. Por eso y con la perspectiva de este año y medio de pandemia recopilamos lo que nos deja la literatura en estos aspectos adelantando que, como siempre en biología, existen casos que saltan los límites del comportamiento general de la dinámica de la infección en general.

Estudio de cohorte longitudinal para estimar los impactos a largo plazo de las pruebas positivas de SARS-CoV-2 en el uso de la atención médica entre niños y adolescentes. Se utilizaron los registros longitudinales de toda la población de Noruega de 1-19 años (n=706 885) que se hicieron la prueba del SARS-CoV-2 del 1 de agosto de 2020 al 1 de febrero de 2021 (n=10 279 positivos, n=275 859 negativos) o no se hicieron la prueba (n=420747) y no ingresaron en el hospital, por grupos de edad 1-5, 6-15 y 16-19 años. Se calcularon los porcentajes mensuales de atención médica por todas las causas y causas específicas en atención primaria (médico general, sala de emergencias) y atención especializada (pacientes ambulatorios, pacientes hospitalizados) desde seis meses antes hasta aproximadamente seis meses después de la semana de la prueba del SARS-CoV- 2.

Se encontró que el Covid-19 entre niños y adolescentes tiene un impacto limitado en los servicios de atención médica en Noruega. Los niños en edad preescolar pueden tardar más en recuperarse (3 a 6 meses) que los estudiantes de primaria o secundaria (1 a 3 meses), generalmente debido a problemas respiratorios. No se observó un aumento en el uso de atención especializada.

Estudio de cohortes de base poblacional en Dinamarca. Participan 4 931 775 personas de 12 años o más, seguidas desde el 1 de octubre de 2020 al 5 de octubre de 2021.

La vacunación con ARNm-1273 se asoció con un riesgo significativamente mayor de miocarditis o miopericarditis en la población danesa, principalmente debido a un mayor riesgo entre las personas de 12 a 39 años, (razón de riesgo ajustada 3,92 (2,30 a 6,68); tasa absoluta 4,2 por 100 000 personas vacunadas dentro de los 28 días posteriores a la vacunación (2,6 a 6.4)). Mientras que la vacunación con BNT162b2, de 3 482 295 personas vacunadas con BNT162b2 (Pfizer-BioNTech), 48 desarrollaron miocarditis o miopericarditis dentro de los 28 días posteriores a la fecha de vacunación en comparación con las personas no vacunadas (índice de riesgo ajustado 1,34 (intervalo de confianza del 95 %: 0,90 a 2,00); tasa absoluta 1,4 por 100 000 personas vacunadas dentro de los 28 días posteriores a la vacunación (intervalo de confianza del 95 %: 1,0 a 1,8)). Solo se asoció con un riesgo significativamente mayor entre las mujeres.

Sin embargo, la tasa absoluta de miocarditis o miopericarditis después de la vacunación con ARNm del SARS-CoV-2 fue baja: En el grupo más joven las tasas absolutas fueron 1,6 (intervalo de confianza del 95%: 1,0 a 2,6) y 5,7 (3,3 a 9,0). 3) por 100 000 individuos dentro de los 28 días posteriores a la vacunación con BNT162b2 y la vacunación con mRNA-1273, respectivamente. Los beneficios de la vacunación con ARNm del SARS-CoV-2 deben tenerse en cuenta al interpretar estos hallazgos. Se necesitan estudios multinacionales más grandes para investigar más a fondo los riesgos de miocarditis o miopericarditis después de la vacunación en subgrupos más pequeños.

  • Covid-19: Omicron variant is linked to steep rise in hospital admissions of very young children. BMJ 2022;376:o110

El Grupo Consultivo Estratégico de Expertos (SAGE por sus siglas en inglés) evaluaron los ingresos hospitalarios de niños menores de 1 año, observando un aumento considerable, coincidiendo con la transmisión de la variante omicron. En la primera ola los menores de 1 año representaron el 32,9% de los niños ingresados, en la segunda ola el 30,4% y el 30,2% cuando delta fue la variante predominante (mayo 2021 a diciembre de 2021. En ningún caso los niños fueron más vulnerables a estas variantes. Los indicios además demuestran que los ingresados con la variante omicron aún están menos enfermos.

El consumo de oxígeno por parte de los niños menores de 1 año ingresados en las últimas cuatro semanas para los que se dispone de datos fue del 12%, frente al 22,5% de la primera ola de la pandemia. El ingreso a cuidados intensivos fue del 9,9% (v 14%), el uso de ventilación mecánica fue del 2% (v 5,8%), el uso de ventilación no invasiva fue del 2% (v 7,2%) y la duración media de la estancia fue de 1,7 días (v 6,6 días). La mayoría de los ingresados por la variante omicron tenían menos de tres meses y que alrededor de la mitad se ingresaban para observación.

Metaanálisis en el que se incluyeron estudios que informaron de la prevalencia de la infección por H. pylori en niños de 18 años o menos. Se examinaron los registros y se extrajeron los datos mediante un formulario de extracción estandarizado. Se estimó la prevalencia mundial de la infección por H. pylori en niños (resultado principal) mediante una metarregresión multinivel de efectos mixtos y luego se estratificó la prevalencia por método de diagnóstico (serología vs. pruebas de aliento con urea o pruebas de antígenos en heces). Analizamos la importancia de los factores asociados mediante un metanálisis de efectos aleatorios.

Independientemente de la prueba de diagnóstico, la prevalencia de la infección por H. pylori fue significativamente mayor en los países de ingresos bajos y medios que en los países de ingresos altos (43,2 % [36,5–50,2] frente a 21,7 % [16 ·9–27·4]; p<0·0001) y en niños mayores que en niños más pequeños (41,6% [35·6–47·8] en13-18 años vs.33,9 % [28,6–39,7] en niños de 7 a 12 años frente a26,0 % [21,4–31,0] en niños de 0 a 6 años; p<0·0001). La infección pediátrica por H. pylori se asoció significativamente con un nivel económico más bajo (odds ratio [OR] 1,63 [IC 95% 1,46–1,82]), más hermanos o hijos (1,84 [1,44–2,36 ]), compartir habitación (1·89[1·49–2·40]), no tener acceso a un sistema de alcantarillado (1·60[1·22–2·10]), tener una madre infectada con H. pylori (3 ·31 [2·21–4·98]), tener un hermano o hermanos infectados con H. pylori (3·33[1·53–7·26]), beber agua sin hervir o sin tratar (1·52 [1 ·32–1·76]) y mayor edad (OR por año 1·27 [1·15–1·40]).

Introducción. Aunque actualmente se tiende a un abordaje terapéutico menos agresivo, la osteomielitis hematógena aguda (OHA) sigue suponiendo un reto, con una morbilidad significativa a nivel mundial. El objetivo del estudio fue evaluar si se alcanzó una adherencia del 80% con el protocolo vigente, identificar las complicaciones y riesgos asociados y analizar las tendencias en la etiología y el manejo de la OHA en la población pediátrica.

Métodos. Estudio observacional longitudinal unicéntrico en pacientes menores de 18años con OHA ingresados en un hospital pediátrico entre 2008 y 2018 divididos en 2 cohortes (antes y después de 2014). Se analizaron datos demográficos, clínicos y concernientes a la evolución de la enfermedad.

Resultados. El estudio incluyó a 71 niños con OHA, 56% varones, con una edad mediana de 3años (rango intercuartílico, 1-11). Se observó una incidencia 1,8 veces mayor en los últimos 5 años. El agente causal se identificó en el 37% de los casos: SASM (54%), SARM (4%), Streptococcus pyogenes (19%), Kingella kingae (12%), Streptococcus pneumoniae (8%) y Neisseria meningitidis (4%). Se identificaron complicaciones en el 45% y secuelas en 3,6% de los pacientes. En los últimos años aumentó la incidencia de miositis (30% vs. 7%; p=0,02) y de artritis séptica (después de 2015, 68% vs. 37,2%, p=0,012), así como la proporción de pacientes con tratamiento inferior a 4 semanas (37% vs. 3,5%; p=0,012), con tasas de secuelas similares. Los factores de riesgo de complicaciones fueron la edad ≥3años, nivel de PCR≥20mg/l, duración de los síntomas al ingreso de 5 o más días y cultivo positivo, aunque en el análisis multivariado solo se validó el cultivo positivo. La presencia de complicaciones se identificó como factor de riesgo de secuelas a los 6 meses.

Conclusiones. El presente estudio confirma que la OHA puede ser agresiva. La identificación de los factores de riesgo es fundamental para su abordaje.

  • Oral antihistamine-decongestant-analgesic combinations for the common cold. Cochrane Database of Systematic Reviews 2022, Issue 1. Art. No.: CD004976. DOI: 10.1002/14651858.CD004976.pub4.

Actualización de revisión previa.

Se identificaron 30 estudios (6304 participantes) que incluyeron 31 comparaciones de tratamientos. La intervención de control fue placebo en 26 ensayos y una sustancia activa (paracetamol, clorfenindiona + fenilpropanolamina + belladona, difenhidramina) en seis ensayos (dos ensayos tenían grupos de placebo y también de tratamiento activo). Por lo general, la información proporcionada sobre la metodología fue deficiente y hubo grandes diferencias en el diseño de los estudios, los participantes, las intervenciones y los desenlaces. La mayoría de los ensayos incluyeron participantes adultos. Nueve de los ensayos incluyeron niños. Tres ensayos incluyeron niños muy pequeños (de seis meses a cinco años), y cinco ensayos incluyeron niños de 2 a 16 años. Un ensayo incluyó adultos y niños de 12 años o más. Los ensayos se llevaron a cabo en diferentes entornos: clínicas universitarias, servicios de pediatría, servicios de medicina de familia y consultas de medicina general.

Se observó una falta de datos sobre la efectividad de las combinaciones de antihistamínico, analgésico y descongestionante para el resfriado común. Basándose en estos datos escasos, el efecto sobre los síntomas individuales probablemente sea demasiado pequeño para ser clínicamente relevante. La evidencia actual indica que las combinaciones de analgésicos, descongestionantes y antihistamínicos presentan algún beneficio general en los adultos y los niños mayores. Estos beneficios deben sopesarse con el riesgo de efectos adversos. No existe evidencia de efectividad en los niños pequeños. En 2005, la Food and Drug Administration de EE.UU. emitió una advertencia sobre los efectos adversos asociados al uso de preparados nasales de venta sin receta que contienen fenilpropanolamina.

  • Measures implemented in the school setting to contain the COVID-19 pandemic. Cochrane Database of Systematic Reviews 2022, Issue 1. Art. No.: CD015029. DOI: 10.1002/14651858.CD015029.

Objetivos: Evaluar la efectividad de las medidas aplicadas en el ámbito escolar para reabrir de forma segura los centros o mantenerlos abiertos, o ambas cosas, durante la pandemia de covid-19, prestando especial atención a los distintos tipos de medidas aplicadas en contextos escolares y a los desenlaces utilizados para medir sus efectos sobre los desenlaces relacionados con la transmisión, los desenlaces de uso de asistencia sanitaria, otros desenlaces de salud, así como desenlaces sociales, económicos y ecológicos.

Se incluyeron 38 estudios únicos en el análisis; de los cuales 33 fueron estudios de modelización, tres fueron estudios observacionales, uno fue un estudio cuasiexperimental y otro un estudio experimental con componentes de modelización.

Las medidas se dividieron en cuatro grandes categorías: (i) medidas para reducir la posibilidad de contacto; (ii) medidas para que los contactos sean más seguros; (iii) medidas de vigilancia y respuesta; y (iv) medidas multicomponentes. Como comparadores se utilizaron colegios que no implantaron medidas, que implantaron medidas menos intensas, que implantaron medidas de un solo componente versus multicomponentes o que cerraron.

La revisión sugiere que una amplia variedad de medidas aplicadas en el ámbito escolar puede tener efectos positivos en la transmisión del SARS-CoV-2, y en los desenlaces del uso de la atención sanitaria relacionados con el covid-19. La certeza de la evidencia de la mayoría de las combinaciones de intervención y desenlace es muy baja y es probable que exista una diferencia considerable entre los verdaderos efectos de estas medidas y los que se recogen aquí. Las medidas aplicadas en el ámbito escolar podrían limitar el número o la proporción de casos y muertes, y podrían retrasar la progresión de la pandemia. Sin embargo, también podrían conllevar consecuencias negativas involuntarias, como menos días de asistencia a la escuela (más allá de los previstos por la intervención). Además, la mayoría de los estudios evaluaron los efectos de una combinación de intervenciones, que no se pudo desentrañar para estimar los efectos específicos. Los estudios que evaluaron las medidas para reducir los contactos y hacerlos más seguros predijeron de forma coherente efectos positivos sobre la transmisión y el uso de la asistencia sanitaria, pero podrían reducir el número de días que los estudiantes asisten a la escuela. Los estudios que evaluaron las medidas de vigilancia y respuesta predijeron reducciones en las hospitalizaciones y en los días de absentismo escolar por infección o cuarentena; sin embargo, hubo evidencia contradictoria sobre los recursos necesarios para la vigilancia. La evidencia sobre las medidas multicomponentes fue contradictoria, sobre todo debido a los comparadores. La magnitud de los efectos depende de varios factores. Los nuevos estudios publicados desde la fecha de la búsqueda original podrían influir en gran medida en las conclusiones globales y la interpretación de los resultados de esta revisión.

Antecedentes. Nuestro objetivo fue determinar el impacto de la utilización de una prueba rápida de detección múltiple de virus y bacterias atípicas respiratorias (FilmArray® Respiratory Panel [FA RP]) en el diagnóstico etiológico de la infección respiratoria aguda de vías bajas (IRAVB) y en la administración de antimicrobianos en pacientes críticos pediátricos.

Métodos. Estudio de una cohorte prospectiva de pacientes <18 años con diagnóstico clínico de IRAVB que ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) del Hospital Sant Joan de Deu, Barcelona, España, durante diciembre de 2015-febrero de 2017. Los pacientes fueron diagnosticados por FA RP y por un grupo de pruebas microbiológicas de rutina.

Resultados. Las pruebas microbiológicas de rutina confirmaron la etiología viral y bacteriana de la IRAVB en 72 (55,4%) y 15 (11,5%) muestras respiratorias, respectivamente, obtenidas de 130 niños (edad mediana: 3,5 meses; rango intercuartil: 1,1-14,8 meses; 54,6% varones). Comparativamente, el uso de FA RP aumentó la confirmación etiológica de la IRAVB en hasta 123 (94,6%) muestras (p<0,001), pero solo determinó un origen bacteriano en 2 (1,5%). La disponibilidad de resultados diagnósticos antes del alta del paciente de la UCIP aumentó del 38,5 al 65,4% (p<0,001). El uso de la nueva prueba de detección múltiple influyó directamente en la administración de antimicrobianos en 11 (8,4%) episodios, orientando la interrupción de tratamientos antivirales (n=5), la administración de antibióticos dirigidos (n=3), el inicio de terapias antivirales (n=2) y la administración dirigida de antibióticos e interrupción simultánea de tratamiento antiviral (n=1).

Conclusión. FA RP contribuyó a mejorar y agilizar el diagnóstico etiológico de la IRAVB, facilitando un uso más racional de antimicrobianos en pacientes críticos pediátricos. k

Los niños sanos suelen tener una enfermedad leve con el SARS-COV-2; sin embargo, algunas comorbilidades pueden predisponer a la enfermedad grave del COVID-19. Las afecciones neurológicas fueron la comorbilidad predominante de los niños hospitalizados en el Reino Unido con COVID-19 (11%)1 y una proporción mayor (26%) de aquellos con enfermedad grave/fatal.2 Los niños percibidos como de mayor riesgo de COVID-19 fueron protegidos, reduciendo los riesgos de infección y, por lo tanto, están infrarrepresentados en los datos.

Actualmente se dispone de datos sobre la seguridad de la vacunación de BNT162b2 (Pfizer-Bio-N-Tech) en adolescentes sanos de 12 a 15 años. Al igual que en los estudios de adultos, los efectos secundarios más comunes fueron dolor leve-moderado en el lugar de la inyección (86%), fatiga (66%), dolor de cabeza (65%) y fiebre ≥38°C (20%).3

Aunque los efectos secundarios de los estudios en adultos fueron leves, estuvieron relacionados de forma inversa con la edad, es decir, los participantes más jóvenes (<55 años) tuvieron más efectos secundarios.4

El Comité Mixto de Vacunación e Inmunización (JCVI) aconsejó que se ofreciera la vacunación a los niños de 12 años o más con neurodiscapacidades graves que tienden a contraer infecciones respiratorias recurrentes y que pueden pasar un tiempo en una residencia.5 A los niños identificados por los médicos que cumplían estos criterios del “Libro Verde” se les ofreció la vacunación con el consentimiento médico informado tras la discusión con el médico del niño.

Dados los efectos secundarios desconocidos de la vacunación en este complejo grupo, pedimos a los padres que registraran los efectos secundarios para informar del riesgo-beneficio de las siguientes vacunaciones de COVID-19 para cada niño. Esto se registró en un diario, seguido de una llamada telefónica.

Las características de los participantes se resumen en la tabla 1.

El pilar del diagnóstico de la COVID-19 sigue siendo el hisopo de nariz y garganta para la PCR de transcriptasa inversa (RT-PCR).1 La comparación entre los hisopos de nariz y garganta (NTS) y los hisopos nasales anteriores (ANS) ha mostrado una reducción de la sensibilidad de la RT-PCR del 99% a aproximadamente el 80%-90%.2 Los nuevos métodos de pruebas moleculares y de antígenos también han explorado el uso de muestras alternativas del tracto respiratorio. Un estudio piloto intrahospitalario (NCT04629157) de una prueba basada en antígenos tenía como objetivo comparar el dolor asociado a los hisopos de nariz y garganta con el experimentado con los hisopos nasales anteriores en niños.

Los niños que se sometieron a la prueba de rutina para detectar el SARS-CoV-2 dieron su consentimiento y se sometieron a una prueba de antígeno antes de la prueba. Se pidió a los niños y a sus padres que puntuaran el dolor experimentado con cada tipo de hisopo en una escala de Likert de 0 a 10. Los niños utilizaron la Herramienta de Caras de Wong-Baker para ayudarles y se indicó a los padres que 0 era ningún dolor y 10 era el peor dolor.

Ciento diecisiete niños y 159 padres de niños con una edad media de 7,7 años (SD 5,2 años) dieron puntuaciones pareadas para ambos tipos de hisopos. Mediante un análisis de regresión lineal, observamos que los niños y los padres informan de una puntuación de dolor significativamente menor (p<0,0001) para el SNA en comparación con el SNE. Las puntuaciones de dolor comunicadas por los padres se redujeron significativamente con el aumento de la edad con ambos tipos de hisopos (ANS: r2=-0,10, NTS: r2=-0,08, p<0,001), y las puntuaciones de dolor comunicadas por los niños para ANS se redujeron significativamente con la edad (r2=-0,02, p<0,02) pero no se redujeron para NTS (r2=-0,005, p=0,45).

Los niños se someten a pruebas cuando son sintomáticos en la comunidad, cuando ingresan en el hospital como admisión aguda o electiva, y como cribado en las salas de trasplantes y cuidados intensivos. Se sabe que las pruebas tienen un impacto negativo en los niños y pueden crear comportamientos aversivos, especialmente en aquellos que requieren procedimientos repetidos.3

La prevalencia de COVID-19 en los hospitales es muy inferior en los niños en comparación con los adultos,4 aproximadamente la de los niveles comunitarios, y por lo tanto la probabilidad de una prueba positiva (la probabilidad preprueba) es menor. Los cambios en la prevalencia de COVID-19 alteran los valores predictivos positivos y negativos de la prueba, ya que una mayor prevalencia aumenta el valor predictivo positivo y reduce el valor predictivo negativo.5 Al modelar los datos utilizando una prevalencia del 0,5% y una especificidad del 99,7%, vemos que una reducción de la sensibilidad del 100% al 80% da lugar a una reducción del valor predictivo positivo del 62,6% al 57,3% y una reducción del valor predictivo negativo del 100% al 99,9%. Una prevalencia del 2,0% utilizando los mismos parámetros de sensibilidad y especificidad muestra una reducción del valor predictivo positivo del 87,2% al 84,5% y una reducción del valor predictivo negativo del 100% al 99,6%.5 La mínima reducción de los valores predictivos positivo y negativo de la RT-PCR realizada con SNA junto con las puntuaciones de dolor significativamente menores con SNA significa que recomendamos que se considere la SNA para el modo de prueba rutinario utilizado para la RT-PCR en niños.

  • Pertussis Immunization During Pregnancy: Assessment of the Role of Maternal Antibodies on Immune Responses in Term and Preterm-Born InfantsClinical Infectious Diseases, Volume 74, Issue 2, 15 January 2022, Pages 189–198, https://doi.org/10.1093/cid/ciab424

Antecedentes. Existen datos limitados sobre el impacto de la vacunación materna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina acelular (Tdap) en los recién nacidos prematuros. Informamos de su efecto en el nacimiento y en las respuestas inmunitarias mediadas por anticuerpos a una vacuna DTaP-IPV-HB-PRP~T en los recién nacidos prematuros en comparación con los nacidos a término.

Métodos. Las mujeres que dieron a luz a término o prematuramente fueron vacunadas con una vacuna Tdap (Boostrix; GSK) durante el embarazo o no fueron vacunadas en los últimos 5 años. Se recogió sangre del cordón umbilical y de la madre en el momento del parto. Los bebés fueron vacunados con la vacuna DTaP-IPV-HB-PRP~T (Hexyon; Sanofi Pasteur) y la sangre se recogió antes y 1 mes después de la vacuna primaria (8-12-16 semanas) y antes y 1 mes después de la vacunación de refuerzo (13 o 15 meses para los prematuros y a término, respectivamente). Se midieron los anticuerpos de inmunoglobulina G contra todos los antígenos incluidos en la vacuna DTaP-IPV-HB-PRP~T (NCT02511327).

Resultados. Las concentraciones medias geométricas (CMG) en sangre del cordón umbilical de los recién nacidos prematuros de las mujeres vacunadas con Tdap fueron significativamente mayores que en los recién nacidos a término y prematuros de las mujeres no vacunadas. Un mayor intervalo de tiempo entre la vacunación materna y el parto dio lugar a mayores CGM en la sangre del cordón umbilical en los recién nacidos prematuros. Después de la vacunación primaria, se observó la misma GMC en los recién nacidos a término y prematuros de mujeres vacunadas con Tdap. Tras el refuerzo, se observaron CGM significativamente más bajas para la toxina de la tos ferina, la hemaglutinina filamentosa y el toxoide tetánico en los bebés prematuros en comparación con los bebés a término de mujeres vacunadas con Tdap, aunque todavía eran comparables a las CGM de los bebés a término y prematuros de mujeres no vacunadas.

Conclusiones. Los lactantes prematuros se benefician de la vacunación materna con Tdap. La prematuridad no influyó en las respuestas inmunitarias primarias en presencia de anticuerpos maternos, pero se asoció a una menor respuesta inmunitaria de refuerzo.

Antecedentes. El síndrome de Guillain-Barré (SGB) es una enfermedad autoinmune rara que puede seguir a las infecciones víricas y que en algunos casos se ha relacionado con las vacunas. Los ensayos clínicos previos a la autorización no observaron una asociación entre la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) y el SGB, un estudio posterior a la comercialización de 2017 informó de un mayor riesgo relativo.

Objetivo. Se evaluó el riesgo de SGB después de la vacunación contra el VPH a través de una revisión sistemática de la literatura y un meta-análisis.

Métodos. Se realizaron búsquedas en Embase, MEDLINE y Cochrane de estudios que informaran sobre el riesgo de SGB después de la vacunación contra el VPH en individuos de ≥ 9 años, publicados entre el 1 de enero de 2000 y el 4 de abril de 2020, excluyendo los estudios sin un grupo de comparación. Se agruparon siete estudios que informaron de los tamaños del efecto relativo mediante un metanálisis de efectos aleatorios. Se evaluó la calidad de la evidencia mediante el enfoque GRADE. El protocolo del estudio fue registrado (PROSPERO No. #CRD42019123533).

Resultados. De 602 registros identificados, se incluyeron 25 estudios. Sobre la base de más de 10 millones de informes, los casos de SGB fueron poco frecuentes. En 22 estudios no se observó un aumento del riesgo, mientras que en tres estudios se identificó una señal de aumento del riesgo de SGB tras la vacunación contra el VPH. El metanálisis arrojó un cociente de efectos aleatorios agrupados de 1,21 (IC 95%: 0,60-2,43); I2 = 72% (IC 95%: 36-88). Esto se traduce en un número necesario para dañar de un millón de vacunados para generar un caso de SGB. La calidad de la evidencia fue muy baja.

Conclusiones. El riesgo absoluto y relativo de SGB tras la vacunación contra el VPH es muy bajo y carece de significación estadística. Este dato es tranquilizador para los programas de vacunación ya implantados y debería utilizarse en las respectivas actividades de comunicación.

Resumen. Objetivo Evaluar si el diagnóstico clínico y/o de laboratorio de la gripe materna durante el embarazo aumenta el riesgo de convulsiones en la primera infancia.

Diseño Análisis de datos de registro recogidos prospectivamente para niños nacidos entre 2009 y 2013 en tres países de ingresos altos. Se utilizó la regresión de Cox para estimar las HRs ajustadas a nivel de país (aHRs); se utilizaron meta-análisis de efectos fijos para agrupar las estimaciones ajustadas.

Entorno Basado en la población.

Participantes 1 360 629 niños nacidos entre el 1 de enero de 2009 y el 31 de diciembre de 2013 en Noruega, Australia (Nueva Gales del Sur) y Canadá (Ontario).

Exposición Diagnóstico clínico y/o de laboratorio confirmado de infección de gripe materna durante el embarazo.

Medidas de resultado principales Se extrajeron datos sobre el diagnóstico de convulsiones registrado en la atención sanitaria secundaria/especializada entre el nacimiento y hasta los 7 años de edad; se realizaron análisis adicionales para los resultados específicos de convulsiones “epilepsia” y “convulsiones febriles”.

Resultados Entre los 1 360 629 niños de la población del estudio, 14 280 (1,0%) estuvieron expuestos a la gripe materna en el útero. Los niños expuestos tenían un mayor riesgo de sufrir convulsiones (RHa 1,17; IC del 95%: 1,07 a 1,28), y también convulsiones febriles (RHa 1,20; IC del 95%: 1,07 a 1,34). No hubo pruebas sólidas de un mayor riesgo de epilepsia (RCEa 1,07; IC del 95%: 0,81 a 1,41). Las estimaciones de riesgo de convulsiones fueron mayores tras la infección por gripe durante el segundo y tercer trimestre que en el primer trimestre.

Conclusiones En este amplio estudio internacional, la exposición prenatal a la infección por gripe se asoció con un mayor riesgo de convulsiones en la infancia.

Resumen. Antecedentes Las infecciones virales pueden desencadenar la diabetes tipo 1 (T1D), y los informes recientes sugieren un aumento de la incidencia de T1D pediátrica y/o cetoacidosis diabética (CAD) durante la pandemia de COVID-19.

Objetivo Estudiar si el número de niños ingresados en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) por CAD debido a una T1D de nueva aparición aumentó durante la pandemia COVID-19, y si la infección por SARS-CoV-2 desempeña un papel.

Métodos Este estudio de cohorte retrospectivo comprende dos conjuntos de datos: (1) los niños ingresados en la UCIP debido a la T1D de nueva aparición y (2) los niños diagnosticados con T1D de nueva aparición e inscritos en el Registro Finlandés de Diabetes Pediátrica en el Hospital Universitario de Helsinki del 1 de abril al 31 de octubre en 2016-2020. Se comparó la incidencia, el número y las características de los niños con T1D de nuevo inicio entre los períodos prepandémico y pandémico.

Resultados El número de niños ingresados en la UCIP debido a la T1D de nueva aparición aumentó de una media de 6,25 ingresos en 2016-2019 a 20 ingresos en 2020 (ratio de tasa de incidencia [IRR] 3,24 [IC del 95%: 1,80 a 5,83]; p=0,0001). En promedio, se registraron 57,75 niños en el FPDR en 2016-2019, en comparación con 84 en 2020 (TIR 1,45; IC del 95%: 1,13 a 1,86; p=0,004). A 33 de los niños diagnosticados en 2020 se les analizó la presencia de anticuerpos SARS-CoV-2, y todos fueron negativos.

Conclusiones Un mayor número de niños con T1D presentaron CAD grave en el momento del diagnóstico durante la pandemia. Esto no fue una consecuencia de la infección por el SRAS-CoV-2. En cambio, probablemente se deba a los retrasos en el diagnóstico tras los cambios en el comportamiento de los padres y la accesibilidad a la atención sanitaria.

Antecedentes. La epidemiología de la enfermedad meningocócica invasiva (EMI) ha fluctuado en los últimos 25 años y varía según los serogrupos, los grupos de edad y las ubicaciones geográficas.

Objetivo. Este estudio analizó la evolución de la epidemiología europea de la EMI desde 2008 hasta 2017 para identificar tendencias.

Métodos. El número de casos de EMI notificados y la incidencia asociada se extrajeron del Atlas de Vigilancia de Enfermedades Infecciosas del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades para los distintos países europeos. La epidemiología y su evolución se analizaron por serogrupo y grupo de edad.

Resultados. La incidencia global de la EMI disminuyó un 34,4% entre 2008 y 2017. El serogrupo B siguió siendo predominante en 2017; a pesar de una disminución del 56,1% en el período de 10 años, la tasa de disminución ha disminuido en los últimos años y varía según el grupo de edad. El serogrupo C fue el segundo más prevalente hasta 2016. Su incidencia disminuyó entre los individuos de 1 a 24 años, la principal población a la que se dirigen las campañas de vacunación contra el MenC, pero se han producido aumentos en otros grupos de edad. Las incidencias de los serogrupos W e Y eran bajas, pero aumentaron en más de un 500% y más de un 130% (hasta 0,10 y 0,07/100.000) respectivamente, desde 2008 hasta 2017. Considerando todos los serogrupos, se ha producido una marcada modificación de las tendencias de evolución por grupos de edad, con aumentos de incidencia que afectan principalmente a los grupos de mayor edad.

Conclusión. Aunque la incidencia global de la EMI disminuyó en Europa entre 2008 y 2017, se observaron aumentos para los serogrupos W e Y, y en la población de mayor edad al considerar todos los serogrupos. Puede ser necesario adaptar las estrategias de vacunación actuales para reflejar los cambios epidemiológicos y su probable evolución futura.

El punto de vista de las Sociedades Europeas de Pediatría respecto a la “Vacunación contra el Síndrome Respiratorio Agudo Severo-2 en niños menores de 12 años en medio de la vuelta al cole y el aumento de las variantes del virus” presenta un interesante contraste con el camino seguido en Inglaterra y Gales entre junio y septiembre de 2021.

El 4 de junio de 2021, la vacuna de Pfizer/BioNTech fue aprobada para su uso en niños de 12 a 15 años.

El 19 de julio, cuando se relajaron todos los controles sociales relacionados con las precauciones de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en Inglaterra, incluso dentro de las escuelas, se emitieron orientaciones contra la vacunación en niños sanos de 12 a 15 años.

Debido al mayor riesgo de COVID-19 grave, los niños menores de 18 años fueron vacunados si tenían condiciones de salud subyacentes o vivían con un miembro de la familia en riesgo.

El 4 de agosto, se recomendó una primera dosis de la vacuna para todos los jóvenes de 16 a 17 años, tuvieran o no condiciones de salud subyacentes.

Sin embargo, a pesar de la preocupación por el raro efecto secundario de la miocarditis de la vacuna, el 13 de septiembre se ofreció una primera dosis de la vacuna a todos los niños de 12 a 15 años.

A partir del 19 de septiembre, las tasas semanales de casos han aumentado a 495 por 100 000 en niños de 5 a 9 años, y a 1021 por 100 000 en niños de 10 a 14 años.

En el grupo de edad de 15 a 19 años, en la misma semana, los casos han disminuido a 495 por 100 000; se ha producido una rápida aceptación de la vacuna en los jóvenes de 16 y 17 años, con un 65% que ha recibido una primera dosis.

La vacuna aún no ha sido aprobada en los niños de 5 a 11 años.

  • ReplyJ Pediatr. 2022 Feb;241:263-265

Agradecemos a la Dra. Brown su interés por nuestro comentario sobre la vacunación contra el síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en niños menores de 12 años y por compartir los datos epidemiológicos relativos a la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en Inglaterra y Gales. El Dr. Brown informó de un contraste con la trayectoria seguida por Inglaterra y Gales en los últimos meses en comparación con otras zonas europeas.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades, una agencia de la Unión Europea, ha informado del aumento de la transmisibilidad en todos los grupos de edad de las variantes preocupantes del SARS-CoV-2, sobre todo de la variante Delta.

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades también informa de que en las zonas en las que un porcentaje cada vez mayor de adultos está totalmente vacunado contra el COVID-19, pero en las que los niños no están vacunados, se espera una proporción cada vez mayor de casos de SARS-CoV-2 entre los niños en los próximos meses. La pandemia de COVID-19 ha afectado de forma agresiva al continente europeo, aunque afectando a las poblaciones de forma diferente, y las formas de propagación del SARS-CoV-2 siguen siendo en parte poco claras. Comparar la propagación del coronavirus en diferentes países puede ser difícil con los datos epidemiológicos publicados por los gobiernos. Sin embargo, varios países han comunicado recientemente datos alarmantes observados en poblaciones jóvenes. Por ejemplo, los niños de 19 años o menos representaron más del 50% de todos los casos de COVID-19 en Israel durante septiembre de 2021 (54%), en comparación con el 26% en junio de 2020 En los niños de 9 años o menos, los casos de COVID-19 fueron el 31,4% de todos los casos de COVID-19 registrados en Israel durante el mismo período, en comparación con solo el 7,9% de los casos observados en junio de 2020.

Los niños de todas las edades son susceptibles y pueden transmitir el SARS-CoV-2.

Bibliografía enero 2022

Top Ten

La etiología y resistencia antibiótica en la infección del tracto urinario (ITU) ha sido un tema recientemente abordado en Anales de Pediatría con varias cartas al editor desde la publicación del manuscrito de Piñeiro et al., «Recomendaciones sobre el diagnóstico y tratamiento de la infección urinaria» 1. Tras leer las cartas de Oltra et al.2, de Chamorro et al. 3 y la respuesta de los autores 4 , quisiéramos comparar sus datos con nuestra serie. Realizamos un estudio retrospectivo entre enero y diciembre de 2016 en niños de 0 a 14 años con diagnóstico de ITU, atendidos en el servicio de urgencias pediátricas del Hospital Universitario La Paz. Se excluyeron las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS): enfermedades crónicas, portador de catéter o sondaje urinario intermitente, intervención quirúrgica ≤ 2 semanas previas o sondaje urinario ≥ 7 días previos. Se recogieron los antecedentes de ITU recurrente (> 2 episodios previos de ITU confirmada en un año), toma de profilaxis y posibles factores de riesgo para ITU como malformación del tracto urinario (MTU), antibioterapia (excluyendo profilaxis) o ingreso hospitalario durante el mes previo (tabla 1). Se incluyeron un total de 169 muestras de pacientes únicos.

Este artículo se basa principalmente en la experiencia clínica en el manejo de la gingivoestomatitis herpética (GEPH) en un servicio dental pediátrico. Se revisaron directrices nacionales y se realizó una búsqueda bibliográfica en Pubmed con los términos de búsqueda “primary herpetic gingivostomatitis” y “primary oral herpes”.

La GEPH es una enfermedad infecciosa aguda que afecta a la cavidad y está causada clásicamente por el virus del herpes simple tipo 1 (VHS-1). El virus se transmite por contacto directo con una lesión o con fluidos corporales infectados (por ejemplo, la saliva) y suele afectar a niños de 2-5 años en forma de GEPH. La infección antes de los 6 meses es rara, debido a los anticuerpos maternos circulantes que están presentes en el 70-80% de la población. La ausencia de inmunidad pasiva puede dar lugar a una infección precoz del VHS-1, que puede ser una complicación potencialmente grave en un niño pequeño.

La infección primaria por VHS-1 suele ser subclínica, pero aproximadamente el 10% de los niños infectados presentan GEPH y enfermedad febril asociada, malestar general y linfadenopatía cervical. La infección recurrente puede presentarse como una forma intraoral similar o como herpes labial en el borde mucocutáneo de los labios.

El diagnóstico de la GEPH suele ser clínico, basado en la edad característica del paciente, la presentación clínica y los pródromos. Una explicación clara y consejos sobre el alivio de los síntomas pueden ser de gran ayuda para el niño y sus cuidadores, ya que suele ser una enfermedad muy angustiosa para toda la familia. Explicar que es una infección autolimitada sin dejar cicatrices, que el tratamiento en general radica en aliviar los síntomas. El tratamiento antiviral con aciclovir oral se recomienda dentro de los cinco primeros días desde el inicio de los signos y síntomas prodrómicos, cuando se están formando nuevas lesiones o si persisten los síntomas sistémicos. El uso de antivirales en este periodo se ha asociado a una resolución más rápida de los signos y síntomas. Las pruebas de ello son limitadas pero incluye ensayos controlados aleatorios y la opinión de expertos. No se recomienda la prescripción rutinaria de antivirales tópicos.

El artículo además instruye al lector sobre cómo hacer la exploración, cómo informar a las familias y cómo explicarles la realización del tratamiento sintomático.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

La epidemiología del Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y del S. aureus susceptible a la meticilina (MSSA) ha cambiado en los últimos años. El presente artículo pretende establecer las diferencias entre los hallazgos clínicos, de laboratorio e imagenológicos y los resultados de las infecciones por MSSA y MRSA, así como entre los subgrupos de infección como la infección de piel y tejidos blandos, osteoarticular, bacteriemia o neumonía en una población pediátrica de Bogotá, Colombia.

Métodos: Estudio de cohorte retrospectivo utilizando las historias clínicas de los pacientes menores de 18 años atendidos en los centros participantes de Bogotá, Colombia, entre 2014 y 2018. Se estudió el primer cultivo positivo de S. aureus. Se comparó el MSSA y el MRSA. Se calculó la prueba de χ 2, la prueba exacta de Fisher y la prueba de Kruskal-Wallis, y se presentó la significación estadística mediante la diferencia y su IC del 95%.

Resultados: Se incluyeron quinientos cincuenta y un pacientes; 211 (38%) correspondieron a MRSA y 340 (62%) a MSSA para un total de 703 cultivos. Se encontró una probabilidad significativamente mayor de tener una infección por MSSA que por SARM en los pacientes con enfermedad cardíaca previa (3,3% frente a 0,5%), enfermedad neurológica (5,9% frente a 2,5%), cirugías mayores recientes (11% frente a 5%) o que tienen un dispositivo implantado (11% frente a 4%). Por el contrario, en las infecciones graves por SARM (bacteriemia, infecciones osteoarticulares y neumonía) se observó una mayor tasa de complicaciones (ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos, ventilación mecánica y soporte vasoactivo), y en el SARM osteoarticular se observó más de una cirugía por caso (89% frente al 61%). Los resultados de laboratorio y la mortalidad fueron similares.

Conclusiones: El SARM se asoció a un curso más grave en la bacteriemia, las infecciones osteoarticulares y la neumonía. Se observó que algunos factores de riesgo clásicos asociados a las infecciones por SARM estaban relacionados con el SASM. En general, a excepción de la infección de piel y tejidos blandos, hubo un mayor riesgo de ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos y de soporte mecánico e inotrópico con SARM en una población pediátrica.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

El diagnóstico de la neumonía en los niños es un reto, dada la amplia coincidencia de muchos de los síntomas y hallazgos de la exploración física con otras enfermedades respiratorias comunes. El objetivo era obtener y validar la nueva puntuación de riesgo de neumonía (PRS), una herramienta clínica que utiliza los signos y síntomas disponibles para los médicos para determinar el riesgo de neumonía radiográfica de un niño.

Métodos: Se inscribieron prospectivamente niños de 3 meses a 18 años en los que se obtuvo una radiografía de tórax (RX) en el servicio de urgencias para evaluar la neumonía. Antes de la CXR, se recogió información sobre los síntomas, los hallazgos de la exploración física y la probabilidad estimada por el médico de sufrir una neumonía radiográfica. Se utilizó una regresión logística para predecir la presencia de neumonía radiográfica y se validó la PRS en una cohorte distinta de niños con sospecha de neumonía.

Resultados: Entre los 1181 niños incluidos en el estudio, 206 (17%) tenían neumonía radiográfica. La PRS incluía la edad en años, la saturación de oxígeno en el triaje, la presencia de fiebre, la presencia de estertores y la presencia de sibilancias. El área bajo la curva (AUC) de la PRS fue de 0,71 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,68-0,75), mientras que el AUC del juicio del clínico fue de 0,61 (IC del 95%: 0,56-0,66) ( P < 0,001). Entre los 2132 niños incluidos en la cohorte de validación, la PRS demostró un AUC de 0,69 (IC del 95%: 0,65-0,73).

Conclusiones: En niños con sospecha de neumonía, la PRS es superior al juicio del clínico para predecir la presencia de neumonía radiográfica. El uso de la PRS puede contribuir a los esfuerzos para apoyar el uso juicioso de los antibióticos y la radiografía de tórax entre los niños con sospecha de neumonía.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Establecer la etiología de la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en los niños en el momento del ingreso es un reto. La mayoría de los niños ingresados con NAC reciben antibióticos. Nuestro objetivo es construir y validar una herramienta diagnóstica que combine características clínicas, analíticas y radiográficas para diferenciar la NAC viral de la bacteriana, y entre la NAC bacteriana, la típica de la atípica.

Métodos: Se realizó un estudio de cohorte prospectivo, multicéntrico y de diseño en 2 fases. Entorno: 24 hospitales secundarios y terciarios de España. Pacientes: se incluyeron 495 niños consecutivos hospitalizados entre 1 mes y 16 años con NAC. Intervenciones-Se construyó una puntuación con 2 pasos secuenciales (conjunto de entrenamiento, 70% de pacientes, y conjunto de validación 30%). El paso 1 diferencia entre NAC viral y bacteriana y el paso 2 entre NAC bacteriana típica y atípica. Se seleccionaron puntos de corte óptimos para maximizar la especificidad estableciendo una alta sensibilidad (80%). Los pesos de cada variable se calcularon con una regresión logística multivariable. Principales medidas de resultado: etiología viral o bacteriana.

Resultados: En total, 262 (53%) niños (mediana de edad: 2 años, 52,3% varones) tuvieron un diagnóstico etiológico. En el paso 1, las NAC bacterianas se clasificaron con una sensibilidad = 97%, una especificidad = 48% y un área bajo la curva ROC = 0,81. Si un paciente con NAC se clasificaba como bacteriana, se evaluaba con el paso 2. Las bacterias típicas se clasificaron con una sensibilidad = 100%, una especificidad = 64% y un área bajo la curva = 0,90. Implementamos la puntuación en una aplicación móvil llamada Pneumonia Etiology Predictor, disponible gratuitamente en las tiendas de aplicaciones habituales, que proporciona la probabilidad de cada etiología.

Conclusiones: Esta herramienta de 2 pasos puede facilitar la decisión del médico de prescribir antibióticos sin comprometer la seguridad del paciente.

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La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) sigue siendo la principal causa de mortalidad infantil en el mundo, excluyendo el periodo neonatal. Es responsable de más de 750.000 muertes al año. Aunque es un problema mundial, afecta de forma desproporcionada a los países de ingresos bajos y medios (PIBM). Aunque las tasas de mortalidad por NAC han disminuido progresivamente en las últimas décadas, el número actual de muertes atribuibles sigue siendo inaceptablemente alto.1 A pesar de esta enorme carga, la NAC parece estar comparativamente desatendida en comparación con otras enfermedades infecciosas, y recibe mucha menos atención y muchos menos fondos de investigación de los que necesitaría.2

La caracterización y el diagnóstico de la NAC se ven perjudicados por una serie de obstáculos. En primer lugar, la etiología de la NAC es difícil de establecer y a menudo es de naturaleza multifactorial (causas virales, bacterianas o de otro tipo). En segundo lugar, los estándares microbiológicos para la atribución patogénica de la NAC son imperfectos. El muestreo invasivo del pulmón, que podría considerarse el enfoque diagnóstico de referencia, es impracticable en la mayoría de los casos, y las muestras accesibles, como la sangre, el hisopo nasofaríngeo o el esputo, ofrecen un rendimiento muy modesto. Además, la atribución de la causalidad a los patógenos detectados en esas muestras no es sencilla, dado que muchos seres humanos son portadores asintomáticos de una miríada de patógenos causantes de neumonía. Y en tercer lugar, los estudios terapéuticos difieren en cuanto a los criterios de diagnóstico, los escenarios, las dosis o los índices estándar para medir los resultados.3 Esta falta de homogeneidad genera un revuelo de inexactitud en cuanto a la generación de pruebas científicas. En consecuencia, y en un contexto de incertidumbre sobre la diferenciación clara entre las causas bacterianas y otras no bacterianas de la NAC, y de claridad sobre su potencial gravedad, a la mayoría de los niños se les prescriben antibióticos de forma empírica, muchas veces innecesarios para su mejoría clínica4, como han evidenciado diferentes ensayos en niños5,6. Por tanto, la evaluación clínica no es suficiente para discriminar adecuadamente qué niño concreto requiere antibióticos, ya que carecemos de herramientas prácticas que ayuden a los clínicos a tomar su decisión.

En este número de The Pediatric Infectious Diseases Journal, Tagarro et al7 presentan una aplicación accesible basada en el móvil para diferenciar entre las etiologías de la NAC y eventualmente evitar la prescripción de antibióticos innecesarios.

Antecedentes. La prescripción inadecuada de antibióticos se produce a menudo en niños con infecciones autolimitadas de las vías respiratorias, lo que contribuye a la resistencia a los antimicrobianos. Se ha sugerido que las pruebas virales rápidas pueden reducir la prescripción inapropiada de antibióticos. Nuestro objetivo es evaluar la asociación entre las pruebas virales rápidas en el Servicio de Urgencias (SU) y la prescripción de antibióticos en niños febriles.

Métodos. Este estudio forma parte del estudio MOFICHE, que es un estudio observacional multicéntrico que incluye datos rutinarios de niños febriles (0-18 años) que acuden a 12 urgencias europeas. En los niños con síntomas respiratorios que acudieron a 6 urgencias equipadas con pruebas víricas rápidas, se realizó un análisis de regresión logística multivariable en relación con las pruebas víricas rápidas y la prescripción de antibióticos ajustado por las características del paciente, la gravedad de la enfermedad, las pruebas diagnósticas, el foco de infección, el ingreso y el servicio de urgencias.

Resultados. Se realizó una prueba viral rápida en 1061 niños (8%) y no se realizó en 11.463 niños. El uso de la prueba viral rápida no se asoció con la prescripción de antibióticos (aOR 0,9; IC del 95%: 0,8-1,1). Una prueba vírica rápida positiva se asoció con una menor prescripción de antibióticos en comparación con los niños sin prueba realizada (aOR 0,6; IC del 95%: 0,5-0,8), que siguió siendo significativa tras ajustar por la PCR y el resultado de la radiografía de tórax. El 20% de los niños con pruebas positivas recibieron antibióticos. Una prueba viral rápida negativa no se asoció con la prescripción de antibióticos (aOR 1,2; IC del 95%: 1,0-1,4).

Conclusiones. El uso del test viral rápido no redujo la prescripción global de antibióticos, mientras que un test viral rápido positivo sí redujo la prescripción de antibióticos en urgencias. La implementación de las pruebas virales rápidas en la atención rutinaria de urgencias y el cumplimiento del resultado de las pruebas virales rápidas reducirá la prescripción inapropiada de antibióticos en urgencias.

La perspectiva de vacunar a los niños y jóvenes contra el COVID-19 plantea cuestiones que se aplican más ampliamente a la vacunación en los niños. ¿Cuándo pueden los niños o adolescentes dar su consentimiento, por sí mismos, para la vacunación? ¿Qué debe ocurrir si los niños y sus padres no están de acuerdo con la conveniencia de una vacuna? ¿Cuándo se debe proceder a la vacunación, si es que se hace, a pesar del desacuerdo o la aparente negativa del niño? Pueden surgir una serie de dilemas éticos (cuadro 1). En este artículo, abordaremos cuestiones éticas generales relacionadas con el consentimiento para la vacunación, destacando su relevancia para COVID-19. No abordaremos las cuestiones éticas más amplias sobre si los niños deben ser vacunados contra la COVID-19 o cuándo.

Recuadro 1

Dilemas éticos relacionados con el consentimiento para la vacunación de niños y jóvenes

– A. Dos padres no están de acuerdo con la vacunación de un niño pequeño (uno apoya, el otro se opone).

– B. Ambos padres apoyan la vacunación, pero un niño de 3 años llora enérgicamente e intenta escapar cuando se intenta la vacunación.

– C. Un niño de 12 años solicita una vacuna sin el permiso de sus padres (por ejemplo, en un programa de vacunación escolar).

– D. Los padres rechazan la vacunación, pero un adolescente la solicita.

– E. Los padres apoyan la vacunación, pero el adolescente se niega.

En diciembre de 2019 se identificó en Wuhan (China) un nuevo coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) que provocó una pandemia mundial. Inicialmente se pensó que los niños estaban en gran medida a salvo de la enfermedad grave, pero en abril de 2020, surgieron casos de niños con un síndrome inflamatorio grave con algunas características similares a la enfermedad de Kawasaki (KD) y/o shock tóxico como una presunta complicación postinfecciosa de la infección por SARS-CoV-2 desde los epicentros de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en Italia, el Reino Unido y Nueva York. Esta nueva enfermedad pediátrica fue denominada Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico asociado temporalmente al SARS-CoV-2 en el Reino Unido, y Síndrome Inflamatorio Multisistémico Infantil (MIS-C) por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este nuevo síndrome se observó entonces en todo el mundo, aunque parece que hay comparativamente pocos informes de MIS-C o de presentación similar al KD en China y otros países asiáticos, a pesar de ser un “punto caliente” temprano con una alta incidencia de infección por SARS-CoV-2.

Las definiciones de casos de SMI-C de los CDC de EE.UU. y de la OMS exigen la presencia de fiebre en niños con marcadores inflamatorios elevados, afectación de órganos multisistémicos, evidencia de infección o exposición reciente al SARS-CoV-2 y exclusión de diagnósticos alternativos. Las diferencias entre las 2 definiciones incluyen la edad (≤19 años para la OMS frente a <21 años para los CDC), la duración de la fiebre (al menos 3 días para la OMS frente a 1 día para los CDC), la necesidad de hospitalización para los CDC y unos criterios de laboratorio más amplios y específicos para la definición de los CDC.

A finales de agosto de 2021, se notificaron más de 4.400 pacientes con MIS-C a los departamentos estatales de salud pública de los Estados Unidos

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Es raro que el archivero haga sonar su propia trompeta, pero a veces hay que hacerla sonar. Gracias a la colaboración de dos redes de investigación del Reino Unido [General and Adolescent Paediatric Research in the United Kingdom and Ireland (GAPRUKI) y Paediatric Emergency Research in the UK and Ireland (PERUKI)] junto con el Paediatric Infectious Diseases Research Group, St George’s University of London y la Medical Research Council Clinical Trial Unit at University College London, Bielecki JA et al (JAMA 2021;326: 1713-24) se han preguntado, en el caso de los niños con neumonía adquirida en la comunidad dados de alta de un servicio de urgencias, una unidad de observación o una sala de hospitalización (en un plazo de 48 horas), si el tratamiento ambulatorio posterior …

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·Tympanostomy tubes vs medical management for recurrent otitisN Engl J Med 2021;384:1789-99. https://doi.org/10.1056/NEJMoa2027278

Pregunta. Entre los niños pequeños con infecciones frecuentes de otitis media aguda (OMA), ¿cuál es la eficacia terapéutica de la colocación de un tubo de timpanostomía (TT), en comparación con el tratamiento antibiótico episódico de las infecciones de OMA, para reducir el número posterior de OMA?

Diseño: Ensayo controlado aleatorio estratificado por edad.

Lugar: Hospital Infantil de Pittsburgh y consultorios afiliados, Centro Médico Nacional Infantil en Washington, D.C., e Investigación Pediátrica y de Adultos de Kentucky en Bardstown, Kentucky.

Participantes: Doscientos cincuenta niños de 6 a 35 meses de edad con 3 o más episodios de OMA en los últimos 3 meses.

Intervención: Colocación de TT frente a tratamiento médico (tratamiento antibiótico episódico).

Resultados. Resultado primario: Número medio de episodios de OMA por niño-año durante un período de 2 años.

Resultados principales. Los análisis por intención de tratar y por protocolo (se empleó el análisis por protocolo, ya que el 10% de los grupos de colocación de TT y el 45% de los grupos de tratamiento médico se cruzaron) demostraron cocientes de riesgo de la tasa de OMA de 0,97 (IC del 95%, 0,84-1,12) y 0,82 (IC del 95%, 0,69-0,97), respectivamente.

Conclusiones. Dependiendo del tipo de análisis (intención de tratar o por protocolo), la colocación de TT fue no superior o superior al tratamiento médico.

Comentario. Hoberman et al, en un ensayo con criterios de inclusión/exclusión estrictos, compararon la colocación de TT con el manejo médico para el tratamiento de la OMA recurrente. El 10% del grupo de tubos y el 45% del grupo de manejo médico cruzaron los brazos de tratamiento. El análisis por intención de tratar no reveló diferencias significativas en el resultado primario, las tasas de OMA a lo largo de 2 años. Sin embargo, el análisis por protocolo reveló una incidencia de OMA un 15% menor, estadísticamente significativa, en el grupo de TT. El tiempo hasta la primera OMA, los fracasos del tratamiento, los días con síntomas relacionados con la otitis y los días de tratamiento antimicrobiano, pero no los días con otorrea por sonda, favorecieron al grupo TT en el análisis por intención de tratar. No se evaluaron la audición y el habla. Sin embargo, un estudio anterior no encontró diferencias en el desarrollo del habla o del lenguaje entre los niños asignados al azar a la inserción inmediata de la sonda frente a la tardía.  El tratamiento médico continuado como opción para los niños con OMA recurrente debe contrarrestarse con el riesgo de que la OMA frecuente requiera la colocación de una sonda.

CONCLUSIONES

Entre los niños de 6 a 35 meses de edad con otitis media aguda recurrente, la tasa de episodios de otitis media aguda durante un período de 2 años no fue significativamente menor con la colocación de un tubo de timpanostomía que con el tratamiento médico.

Se estimaron los riesgos de resultados graves en 820.404 casos pediátricos sintomáticos de COVID-19 notificados por 10 países de la Unión Europea entre agosto de 2020 y octubre de 2021. Las tasas de casos y de hospitalización aumentaron a medida que aumentaba la transmisión, pero los resultados graves fueron poco frecuentes: 9.611 (1,2%) fueron hospitalizados, 640 (0,08%) requirieron cuidados intensivos y 84 (0,01%) murieron. A pesar del aumento del riesgo individual (odds ratio ajustada de hospitalización: 7,3; intervalo de confianza del 95%: 3,3-16,2; cuidados intensivos: 8,7; 6,2-12,3) en los casos con comorbilidades, la mayoría (83,7%) de los niños hospitalizados no tenían comorbilidad.

Conclusiones. Los ingresos hospitalarios pediátricos por COVID-19 aumentaron a medida que aumentaban las tasas de transmisión globales. Los riesgos individuales de un resultado grave de COVID-19 fueron sustancialmente elevados para aquellos con una comorbilidad en comparación con los niños sanos, pero la mayoría de los niños hospitalizados en este estudio con datos sobre comorbilidades no tenían ninguna comorbilidad reportada. Esto demuestra el impacto aditivo de los altos niveles de transmisión en la comunidad y puede informar la toma de decisiones en torno a la vacunación pediátrica de COVID-19. Las medidas preventivas para reducir la transmisión y los resultados graves en los niños siguen siendo fundamentales, al igual que la presentación de datos de vigilancia oportunos y completos para facilitar la evaluación de la gravedad tras la aparición de nuevas variantes.

Casos clínicos

 La búsqueda retrospectiva mensual de casos de parálisis flácida aguda (PFA) no notificados realizada como componente complementario del sistema español de vigilancia de la PFA identificó un caso de PFA en un niño ingresado en España procedente de Senegal durante agosto de 2021. El poliovirus 2 derivado de la vacuna se identificó en las heces en septiembre de 2021. Se presentan las implicaciones para la salud pública y la respuesta emprendida en el marco del Plan de Acción Nacional para la Erradicación de la Poliomielitis y la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional.

Las infecciones por Kingella kingae suelen responder bien a la mayoría de los antibióticos betalactámicos. Investigamos el fracaso del tratamiento antibiótico en un niño de 3 años con espondilodiscitis L3-4 por K. kingae. Su enfermedad progresó incluso después de 19 días de dosis altas de flucloxacilina intravenosa. El aislado clínico no produjo una betalactamasa y, a pesar de las pruebas fenotípicas y la secuenciación del genoma completo, el mecanismo de resistencia a la flucloxacilina sigue siendo desconocido.

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Presentan un caso de síndrome de rubéola congénita, muy raro en la actualidad en los países desarrollados. Esto pone de relieve la necesidad de “pensar en lo no esperable” (“think outside of the box”) cuando se trata de bebés de madres que provienen de países en los que el programa de vacunación no está bien establecido.

El síndrome de rubéola congénita (SRC) es una afección devastadora asociada a una importante morbilidad. Debido a los programas de vacunación universal, actualmente es una afección poco frecuente, especialmente en los países desarrollados. En este artículo se presenta el caso de un bebé nacido en Israel de una trabajadora extranjera de Filipinas que presentó una erupción equimótica, “blueberry muffin rush” inmediatamente después de nacer. Los exámenes iniciales revelaron anomalías cerebrales por ecografía, pruebas de audición anormales y un conducto arterioso persistente. Posteriormente, el diagnóstico de laboratorio confirmó el SRC. Se detectó el genotipo 1E del virus de la rubéola en el hisopo nasofaríngeo y en las muestras de orina del bebé. Este fue el primer caso de SRC en Israel en 20 años, lo que subraya la necesidad de pensar más allá de lo convencional o esperable en el entorno (“think outside of the box”) cuando se trata de bebés de madres que son trabajadoras extranjeras, refugiadas o visitantes de familiares extranjeros, en los que se desconoce el estado de inmunidad a la rubéola. Además, las autoridades de salud pública deberían considerar la evaluación rutinaria del estado de inmunidad a la rubéola de los trabajadores extranjeros para evitar estas trágicas enfermedades prevenibles.

El Bifidobacterium breve se utiliza ampliamente como probiótico en los lactantes prematuros y en los niños con afecciones quirúrgicas congénitas, sin embargo, recientemente se han informado algunos casos de bacteriemia inducida por probióticos.

Objetivos: Examinar las características clínicas y bacteriológicas de la bacteriemia por Bifidobacterium breve causada por un probiótico (BBG-01) en lactantes a término y prematuros.

Métodos: Se incluyeron 298 pacientes que ingresaron en la unidad de cuidados intensivos neonatales del Hospital Infantil de Miyagi y a los que se les administró BBG-01 como probiótico en el periodo comprendido entre junio de 2014 y febrero de 2019. Experimentamos seis casos de bacteriemia por B . breve y evaluamos sus características retrospectivamente.

Resultados: La tasa de incidencia de bacteriemia por B . breve en nuestro hospital fue del 2% (6/298), superior a la reportada previamente. La mediana de la edad de inicio, la edad corregida y el peso de los pacientes fue de 8 días (rango: 5-27 días), 35 semanas (rango: 26-39 semanas) y 1.940 g (rango: 369-2734 g), respectivamente. Los factores desencadenantes de la bacteriemia fueron perforaciones gastrointestinales en dos casos, síndrome de enterocolitis inducida por proteínas alimentarias en dos casos, íleo adhesivo en un caso, vólvulo ileal en un caso y neumonía por aspiración tras la reparación de atresia esofágica en un caso. B. breve se detectó en los hemocultivos después de una mediana de 5 días y 13 horas (rango: 4 días y 18 horas-9 días y 13 horas). Ningún paciente presentó síntomas graves, como un shock séptico. Todos los pacientes recibieron antibióticos y se recuperaron sin secuelas.

Conclusiones: El íleo y la lesión de la mucosa intestinal, como la enteritis, pueden causar bacteriemia por B . breve. La incidencia de la bacteriemia por B. breve puede ser mayor que la comunicada anteriormente y la detección mediante cultivo puede requerir un tiempo más largo que el habitual para bacterias más comunes. Se asocia a un buen pronóstico.

Presentamos un adolescente previamente sano con meningitis aséptica sin erupción cutánea causada por la vacuna de la varicela derivada de la cepa Oka/Biken; el paciente recibió una dosis única de la vacuna de la varicela al año de edad. Los pediatras deben ser conscientes del potencial de reactivación de la vacuna contra la varicela derivada de la cepa Oka/Biken, que puede causar meningitis aséptica en niños vacunados incluso en ausencia de erupción cutánea.

Una niña de 7 meses de edad, previamente sana, ingresó en nuestro hospital con convulsiones tónico-clónicas generalizadas, 4 días de historia de fiebre (102,9 F) y emesis no biliosa sin sangre. Se diagnosticó meningitis con una punción lumbar que reveló pleocitosis. La resonancia magnética cerebral con y sin contraste mostró colecciones subdurales sobre ambas convexidades. Se aisló el Hemophilus influenzae tipo b en los cultivos de sangre y líquido cefalorraquídeo.

En los días 8 y 26 de hospitalización, el paciente fue sometido a punciones subdurales transfontaneles por la persistencia de las colecciones subdurales. En el día 44, una resonancia magnética (Fig. 1) reveló un empiema subdural loculado con un desplazamiento de la línea media que había empeorado notablemente. El paciente fue sometido a una craneotomía con extracción de la membrana piogénica y drenaje del líquido.

Mira lo que comenta, qué fuerte!!: A recent study suggests a potential 10% increase in mortality from vaccine-preventable diseases due to pandemic-related disruptions to routine immunization.

Una madre que recibe tratamiento para la artritis reumatoide ha sido aconsejada por su reumatólogo de no vacunar a su hijo hasta que tenga más de 6 meses de edad, pero ahora busca una segunda opinión. Informa de que este consejo le fue dado porque estaba recibiendo etanercept antes de la concepción, pero se le cambió a certolizumab antes del segundo trimestre, que se mantuvo hasta el parto. Se alimentó de leche materna durante unos días después del parto.

Pregunta clínica estructurada

En los bebés nacidos de madres que reciben inmunosupresores anti-factor de necrosis tumoral (anti-TNF) alfa durante el embarazo (población), ¿se asocia la administración de vacunas vivas y no vivas antes de los 6 meses de edad (intervención) con un mayor riesgo de eventos adversos relacionados con las vacunas y/o una menor eficacia (resultado) en comparación con los bebés cuyas madres no recibieron terapia anti-TNF (control)?

Un lactante varón de 34 días de edad se presentó con una historia de dos días de tos, mala alimentación y vómitos después de comer. La prueba de reacción en cadena de la polimerasa del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) fue positiva, y fue ingresado en el hospital para hidratación intravenosa. La exploración física no reveló ningún hallazgo específico de coronavirus Enfermedad 2019 (COVID-2019) ni de infecciones bacterianas. Sus parámetros bioquímicos, hematológicos y reactantes de fase aguda al ingreso estaban en el rango de referencia normal. Al tercer día del ingreso, presentó taquicardia y se mostró inquieto e inconsolable. Sus resultados de laboratorio revelaron un nivel elevado de proteína C reactiva [8,75 mg/dl-(0-0,5 mg/dl)]. Se inició un tratamiento antimicrobiano empírico (ampicilina y cefotaxima) después de realizar un estudio de sepsis. Se aisló Enterobacter cloaca en los 2 hemocultivos consecutivos.

Para profundizar

·Increasing Guideline-Concordant Durations of Antibiotic Therapy for Acute Otitis MediaJ Pediatr. 2022 Jan;240:221-227.e9

Comparar la efectividad de 2 intervenciones para mejorar la prescripción de duraciones de tratamiento acordes con las guías para la otitis media aguda (OMA).

Diseño del estudio. Este fue un análisis cuasi-experimental de métodos mixtos que comparó una intervención de mejora de la calidad en paquete que consistía en una auditoría individualizada y retroalimentación, educación y cambios en la historia clínica electrónica (HCE) con una intervención sólo de HCE. El paquete se implementó en 3 clínicas pediátricas de enero a agosto de 2020 y una intervención sólo de HCE se implementó en 6 clínicas de medicina familiar. La medida de resultado primario fue la prescripción de una duración de la terapia de 5 días acorde con las directrices institucionales para niños ≥2 años de edad con OMA no complicada. Se completó el emparejamiento de puntuación de propensión y el análisis de diferencias en diferencias ponderado con la probabilidad inversa de tratamiento. Los resultados de la implementación se evaluaron utilizando el Marco de Alcance, Eficacia, Adopción, Implementación y Mantenimiento. Las medidas de balance incluyeron el fracaso del tratamiento y la recurrencia.

Resultados. En total, se incluyeron 1017 encuentros por OMA desde febrero de 2019 hasta agosto de 2020. La prescripción concordante con las directrices aumentó del 14,4% al 63,8% (diferencia = 49,4%) en las clínicas que recibieron la intervención de solo EHR y del 10,6% al 85,2% (diferencia = 74,6%) en las clínicas que recibieron la intervención agrupada. En el análisis ajustado, la intervención combinada mejoró la duración de la prescripción de acuerdo con las directrices en un 26,4% adicional (p < 0,01) en comparación con la intervención de sólo HCE. Los proveedores identificaron los cambios en el campo de prescripción de la HCE como los componentes más útiles. No hubo diferencias en las tasas de fracaso o recurrencia del tratamiento entre la línea de base y cualquiera de las intervenciones.

Conclusiones. Ambas intervenciones mejoraron la prescripción de antibióticos de acuerdo con las directrices. La intervención combinada mejoró la prescripción más que la intervención de sólo HCE y fue aceptable para los proveedores.

Antecedentes. La introducción de las vacunas neumocócicas conjugadas (VNC) ha reducido la enfermedad causada por los serotipos vacunales en los niños, proporcionando una protección de rebaño a los adultos. Sin embargo, la aparición de serotipos no vacunales es motivo de gran preocupación en todo el mundo.

Métodos. Este estudio incluye datos de laboratorio nacionales de casos de enfermedad neumocócica invasiva (ENI) que afectaron a poblaciones pediátricas y adultas durante 2009-2019. También se analizó el impacto de la implementación de diferentes estrategias vacunales para adultos inmunocompetentes comparando las regiones españolas que utilizaron la PCV 13-valente (PCV13) frente a las regiones que utilizaron la vacuna neumocócica polisacárida 23-valente (PPV23) para 2017-2019.

Resultados. Las reducciones globales de casos de IPD por serotipos de PCV13 en niños y adultos fueron del 88% y 59%, respectivamente, durante 2009-2019, con un aumento constante del serotipo 8 en adultos desde 2015. Los casos de IPD por serotipos adicionales cubiertos por la PPV23 aumentaron del 20% en 2009 al 52% en 2019. En los niños, el serotipo 24F fue el más frecuente en 2019, mientras que los serotipos 3 y 8 representaron el 36% de los casos de IPD en adultos. La introducción de la PCV13 o la PPV23 en el calendario de adultos de algunas regiones españolas redujo los casos de IPD por serotipos de PCV13 hasta un 25% y un 11%, respectivamente, mostrando una disminución del serotipo 3 cuando se utilizó la PCV13.

Conclusiones. El uso de la PCV13 en niños ha afectado a la epidemiología, reduciendo la carga de DPI en niños pero también en adultos por protección de rebaño; sin embargo, el aumento del serotipo 8 en adultos es preocupante. La vacunación con PCV13 en adultos parece controlar los casos de IPD por serotipos de PCV13, incluido el serotipo 3.

Dos años después de que comenzara el brote de covid-19 y un año desde que comenzaron las vacunaciones, muchos gobiernos ahora están reduciendo el tiempo de aislamiento que deben seguir las personas con COVID. Elisabeth Mahase analiza la evidencia detrás de las diferentes estrategias, reflexionando o respondiendo a diferentes cuestiones:

¿Cuáles son las reglas de aislamiento en diferentes países?: En UK 10 días al menos que tengan un test de PCR a los 6-7 días negativo. En EEUU se rebajó a 5 días sin necesidad de pruebas negativas. En Francia y Japón 10 días, en New Zealand 10 días si la persona está correctamente vacunada y 14 en caso contrario. En Alemania, Jordania y Brasil siguen con la recomendación de la OMS, 14 días.  

¿Podría el Reino Unido seguir la regla de cinco días de Estados Unidos? El concepto clave aquí es el retorno seguro. Debemos seguir la ciencia y la evidencia sobre lo que es seguro y lo que no lo es.

¿Es seguro reducir el período de autoaislamiento de 14 días? Es un compromiso entre la ciencia y ser absolutamente perfecto en lo que se hace, para intentar la menor repercusión que posiblemente pueda tener para su economía y su sociedad. “…..Y los gobiernos están luchando por encontrar ese equilibrio”.

¿Omicron ha cambiado algo?  Explican que han observado que la mayor parte de la transmisión de omicron ocurrió uno o dos días antes del inicio de los síntomas y en los dos o tres días posteriores “Pero creo que lo más importante en este momento es que debemos tener cuidado al cambiar tácticas y estrategias de inmediato sobre la base de lo que estamos viendo en los primeros datos”.

¿Deben utilizarse pruebas de flujo lateral para reducir el aislamiento? La ventana dentro de la cual la prueba de antígeno puede detectar el virus es más estrecha que la ventana con la prueba de PCR, que es mucho más sensible. Pero nuevamente, la prueba de antígeno es muy conveniente. Es muy rápido y se puede hacer en casa, se puede hacer en el sitio y hay muchas ventajas prácticas en el mundo real para hacerlo. Así que, de nuevo, compensa.

¿Continua la gente siguiendo las reglas de aislamiento? En los análisis actuales una de cada cuatro personas (25%) refirió haber realizado al menos una actividad durante el autoaislamiento que no cumplían con los requisitos, como salir de casa o recibir visitas por motivos no permitidos por la legislación. Tim Gibbs, jefe de análisis de servicios públicos de la Oficina de Estadísticas Nacionales, dijo: “Seguimos viendo que la mayoría de los que dan positivo por covid-19 siguen los requisitos de autoaislamiento. Aunque existen impactos negativos del autoaislamiento, como en el bienestar y la salud mental, es fundamental que continuemos siguiendo las reglas de autoaislamiento “.

https://www.nejm.org/na101/home/literatum/publisher/mms/journals/content/nejm/0/nejm.ahead-of-print/nejmcp2117115/20220107/images/img_xlarge/nejmcp2117115_t2.jpeg

Antecedentes. Comprender el papel de los niños en la transmisión del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) es fundamental para orientar la toma de decisiones en las escuelas durante la pandemia. Nuestro objetivo es describir la transmisión del SARS-CoV-2 entre los niños y el personal adulto de las escuelas de verano.

Métodos. Durante julio de 2020, reclutamos prospectivamente a niños y personal adulto que asistían a escuelas de verano en Barcelona y que tenían una infección por SARS-CoV-2. Las infecciones primarias por SARS-CoV-2 se identificaron a través de (1) un programa de vigilancia en 22 escuelas de verano de 1905 participantes, que incluía la toma de muestras semanales de saliva para la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) del SARS-CoV-2 durante 2-5 semanas; y (2) los casos identificados a través del Sistema de Vigilancia Sanitaria de Cataluña de niños diagnosticados de infección por SARS-CoV-2 mediante RT-PCR nasofaríngea. Todos los centros siguieron los protocolos de prevención: grupos de burbujas, lavado de manos, mascarillas y realización de actividades principalmente al aire libre. Los contactos de un caso primario dentro de la misma burbuja se evaluaron mediante RT-PCR nasofaríngea. Se calcularon las tasas de ataque secundario y el número de reproducción efectiva en las escuelas de verano (Re*).

Resultados. Entre los más de 2.000 participantes examinados repetidamente, se identificaron 30 niños y 9 adultos como casos primarios. Se estudiaron un total de 253 contactos cercanos de estos casos primarios (mediana, 9 [rango intercuartil, 5-10] por cada caso primario), entre los cuales 12 nuevos casos (4,7%) fueron positivos para el SARS-CoV-2. La Re* fue de 0,3, mientras que la tasa contemporánea en la población general de las mismas zonas de Barcelona fue de 1,9.

Conclusiones. La tasa de transmisión de la infección por SARS-CoV-2 entre los niños que asisten a centros escolares bajo estrictas medidas de prevención fue inferior a la comunicada para la población general. Esto sugiere que, bajo medidas preventivas, las escuelas son amplificadores poco probables de la transmisión del SARS-CoV-2, lo que apoya las recomendaciones actuales de apertura de las escuelas.

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La vacunación ha marcado un punto de inflexión en la pandemia por SARS-CoV-2, demostrando una elevada efectividad en la prevención de formas graves de COVID-19, fundamentalmente reduciendo hospitalización y muerte asociadas a la infección, pero también logrando cierto impacto en la transmisión. La estrategia global de vacunación COVID-19 en un contexto de limitación en el número de dosis disponibles ha priorizado los grupos más vulnerables y esenciales, entre los que no está el niño sano, porque el riesgo de enfermedad es mucho menor que el del adulto1. Esto no quiere decir que el niño no se haya visto afectado por el COVID-19 y hay que añadir además las dramáticas consecuencias no previstas del COVID-19 en la infancia, una autentica «pandemia silenciosa» donde se han vulnerado derechos como la educación o la socialización, y en la que el «COVID-centrismo» ha relegado a los niños a un segundo plano, olvidando en ocasiones que siguen enfermando y sufriendo por todas las demás enfermedades que ya existían, lo que podría empeorar aún más con el descenso universal en las coberturas de los programas vacunales rutinarios2.

China tiene una alta carga de tuberculosis e infección tuberculosa latente (LTBI). El objetivo de este estudio fue estimar la prevalencia de la LTBI entre niños y adolescentes sanos y probar un enfoque de dos pasos para explorar el umbral para el diagnóstico de la infección tuberculosa en Chengdu, China.

Métodos: Los niños sanos en edad preescolar y escolar de Chengdu, provincia de Sichuan, fueron examinados para detectar la LTBI mediante la prueba cutánea de la tuberculina (TST). Los niños en edad preescolar con TST ≥ 5 mm también se sometieron al ensayo de liberación de interferón-γ (IGRA) para explorar el umbral de este enfoque de dos pasos.

Resultados: En total, 5667 niños pequeños y adolescentes sanos completaron la prueba TST entre julio de 2020 y enero de 2021 y fueron incluidos en el presente análisis. La edad de los participantes osciló entre 2,4 y 18 años (mediana de 7,25 ± 4,514 años), de los cuales 2093 (36,9%) eran menores de 5 años. La prevalencia global de la ITBL fue del 6,37% y del 6,64% en los niños menores de 5 años. Catorce de los 341 niños preescolares con TST ≥5 mm fueron positivos al ensayo de liberación de interferón-γ, de los cuales 4 mostraron un resultado de TST de 5-10 mm, y 6 niños preescolares recibieron tratamiento preventivo para la LTBI.

Conclusiones: Los niños pequeños y los adolescentes sanos también deben ser considerados como poblaciones objetivo importantes para el cribado de la LTBI. La TST puede recomendarse para el cribado de primera línea como parte de un enfoque de 2 pasos para el cribado de la LTBI utilizando un umbral positivo de 5 mm.

Se ha demostrado la inmunidad a largo plazo contra la hepatitis B tras la finalización de la serie de vacunación primaria en la infancia. Algunas directrices recomiendan un enfoque dirigido a los anticuerpos de superficie de la hepatitis B (anti-HBs) después de una lesión por pinchazo de aguja adquirida en la comunidad (CANSI) para informar sobre el manejo de la profilaxis postexposición de la hepatitis B (PEP). Se evaluó la utilidad de las pruebas de anticuerpos de superficie anti-HBs después de una lesión por pinchazo de aguja adquirida en la comunidad, así como el coste y el cumplimiento de la PPE en un hospital pediátrico.

Métodos: Los niños que se presentan en un hospital pediátrico terciario australiano post-CANSI (2014-2019) fueron identificados retrospectivamente utilizando los registros médicos y de laboratorio. El estado de inmunización se obtuvo del Registro Australiano de Inmunización.

Resultados: Se identificaron 56 niños con CANSI. De los que tenían registros de inmunización, todos habían completado las vacunas contra la hepatitis B (n = 52). En el momento de la presentación, el 44% (n = 23) tenía anti-HBs <10 UI/L, lo cual era más probable en los niños mayores (≥6 años, 68%) que en los más jóvenes (OR 4,59, P < 0,02). La adherencia a la IGHB y a la vacuna contra la hepatitis B fue del 65% (15/23) y del 78% (18/23), respectivamente. Todos los niños (n = 14) con anti-HBs ≥4 semanas postvacunación ±HBIG, demostraron una respuesta anamnésica. No se detectaron infecciones por hepatitis B. El uso de las inmunizaciones completadas frente a los niveles de anti-HBs como marcador de inmunidad para la PPE directa supuso un ahorro de costes previsto de 4234 dólares australianos.

Conclusión: Los niveles de anti-HBs <10 UI/L, a pesar de las vacunaciones previas, fueron frecuentes en los niños post-CANSI, y muchos demostraron una respuesta anamnésica. La adherencia a la HBIG postexposición y a la vacuna contra la hepatitis B fue subóptima utilizando una aproximación dirigida  por los anti-HBs. Estos datos apoyan la reevaluación de la PEP en la era del registro nacional de vacunación  la vacunación completa contra la hepatitis B como marcador de inmunidad proporciona una aproximación práctica, asegurando una atención optimizada para la CANSI pediátrica.

El derrame paraneumónico/empiema pleural pediátrico (EPP/PE) es una enfermedad infecciosa grave, y su tratamiento debe guiarse por la epidemiología local y la historia clínica del paciente. El objetivo de este estudio es determinar las características clínicas y bacteriológicas del EPP/EMP en Japón.

Métodos: Se realizó una encuesta retrospectiva por cuestionario a nivel nacional, dirigida a 159 centros médicos de formación de especialistas en pediatría para pacientes ingresados ≤18 años de edad que fueron admitidos por PPE/PE entre enero de 2007 y diciembre de 2016.

Resultados: Se obtuvieron respuestas válidas de 122 centros, y se identificaron 96 pacientes de 38 centros. La mediana de edad (rango intercuartil) fue de 2,7 (0,8-7,8) años. En general, 60 (63%) pacientes eran hombres y 49 (51%) tenían comorbilidades. La bacteria causante se identificó en el 59% de los pacientes mediante cultivo, excepto en un caso identificado mediante PCR. Streptococcus pyogenes (16%), Staphylococcus aureus (14%) y Streptococcus pneumoniae (13%) fueron los principales patógenos. Se administraron carbapenems al 34% de los pacientes sin comorbilidades. Se realizó un drenaje con tubo torácico en el 71%, terapia fibrinolítica intrapleural en el 9,4%, cirugía en el 25% y ventilación mecánica en el 29% de los pacientes. Cinco pacientes (5,2%) tuvieron complicaciones y uno (1,1%) tuvo secuelas, pero todos los pacientes (100%) sobrevivieron.

Conclusiones: Este es el primer informe de un estudio a nivel nacional relativo a la EPI/EP pediátrica en Japón. Encontramos que la etiología mostró una tendencia diferente a la reportada en otros países. Es preocupante que los métodos moleculares se utilizaran raramente para el diagnóstico patológico y que los carbapenems se utilizaran en exceso. Por lo tanto, es imperativo establecer directrices clínicas para la PPE/PE en Japón.

La región del norte de Queensland, en Australia, tiene una alta incidencia de empiema torácico pediátrico (ETP). Describimos el tratamiento del empiema en el Hospital Universitario de Townsville, que es el centro regional de referencia para estos niños. También se discute el impacto de una directriz institucional recientemente desarrollada.

Métodos: Esta auditoría retrospectiva incluyó a niños menores de 16 años tratados por empiema entre el 1 de enero de 2007 y el 31 de diciembre de 2018. Las variables demográficas y relacionadas con el manejo se correlacionaron con los resultados. Se introdujo una directriz local a principios de 2017 y se comparan las características de los resultados de los pacientes antes y después de la introducción de esta directriz.

Resultados: Hubo 153 niños con TEP (123 antes y 30 después de la introducción de una directriz local). El manejo no quirúrgico se asoció con una mayor tasa de fracaso del tratamiento. La mediana de la estancia hospitalaria fue de 11,8 (IQR 9,3-16) días. Una mayor estancia hospitalaria se asoció a una edad más joven (r 2 -0,16, p = 0,04), a la ascendencia aborigen y/o del Estrecho de Torres (13,8 frente a 10,5 días, p = 0,002) y a las infecciones virales respiratorias concomitantes (14,4 frente a 10,9 días, p = 0,003). La introducción de la directriz local se asoció a una disminución significativa del uso de TAC torácico empírico (54,4% antes frente a 6,7% después, p < 0,001) y de la duración de los antibióticos intravenosos (14 días antes frente a 10 días después, p = 0,02). No hubo cambios significativos en la estancia hospitalaria (12,1 días antes y 11,7 después, p = 0,8).

Conclusiones: La edad más joven, las infecciones respiratorias virales concomitantes y la ascendencia de ATSI se identificaron como factores de riesgo potenciales para aumentar la LOS. La LOS hospitalaria tras la adopción de una directriz institucional no se modificó. Sin embargo, una directriz de este tipo puede identificar a las poblaciones con riesgo de una evolución desfavorable y evitar tratamientos antibióticos y exposición a la radiación innecesarios.

Se han observado diferencias en la frecuencia de la infección por SARS-CoV-2 y en la presentación clínica entre los niños en comparación con los adultos desde los primeros meses de la pandemia de COVID-19. En las primeras series de casos de infecciones por el SRAS-CoV-2, los niños representaban una minoría de los casos, lo que suscitó dudas sobre si los niños se sometían a pruebas de detección del SRAS-CoV-2 con menos frecuencia que los adultos debido a las diferencias en la presentación clínica, la búsqueda de atención o el acceso a las pruebas; si tenían menos oportunidades de exposición debido a las medidas de prevención; o si, de hecho, eran menos susceptibles a la infección debido a las diferencias en el estado inmunitario de partida. Múltiples estudios han sugerido ahora que los niños son más propensos que los adultos a tener infecciones asintomáticas o atípicas de SARS-CoV-2 que pueden no cumplir las definiciones de caso de COVID-19. Al mismo tiempo, los estudios de seroprevalencia, de hogares, de brotes y de vigilancia han establecido claramente que los niños son susceptibles al SRAS-CoV-2. Sin embargo, los resultados siguen siendo contradictorios en cuanto al riesgo relativo de infección entre los niños en comparación con los adultos.

De los 30.286 pacientes pediátricos hospitalizados y ambulatorios con COVID-19 confirmada por laboratorio atendidos en una de las 40 organizaciones sanitarias de EE.UU., 1.586 (5,2%) eran pacientes hospitalizados. Los tipos de encuentros variaron según la edad y el sexo; la proporción de pacientes hospitalizados negros/afroamericanos fue significativamente mayor que la de los pacientes ambulatorios, y los niños hispanos/latinos representaron casi una cuarta parte de los pacientes.

Antecedentes. La encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC) implica fatiga grave, sueño no reparador y deterioro cognitivo, lo que lleva a dificultades funcionales; los estudios anteriores no han evaluado los factores de riesgo con datos conductuales e inmunológicos recogidos antes de desarrollar EM/SFC. Hasta el 5% de los estudiantes universitarios desarrollan anualmente mononucleosis infecciosa (MI), y entre el 9 y el 12% cumplen los criterios de EM/SFC 6 meses después. Se buscó determinar los predictores de ME/CFS.

Métodos. Inscribimos a estudiantes universitarios al comienzo del año escolar (tiempo 1), identificamos a los que desarrollaron MI (tiempo 2), y los seguimos durante 6 meses (tiempo 3), identificando 3 grupos: los que desarrollaron ME/SFC, ME/SFC grave (que cumplían >1 conjunto de criterios), y los que estaban asintomáticos. Se realizaron 8 encuestas conductuales y psicológicas y se analizaron las citocinas en 3 momentos.

Resultados. 238 de los 4501 estudiantes (5,3%) desarrollaron MI; 6 meses después, 55 de los 238 (23%) cumplían los criterios de ME/SFC y 157 (66%) estaban asintomáticos. 67 de los 157 estudiantes asintomáticos sirvieron de control. Se comparó a los estudiantes con EM/SFC grave con los estudiantes asintomáticos en 3 puntos temporales. El primer grupo no era diferente del segundo en el momento 1 (antes de desarrollar MI) en cuanto a estrés, afrontamiento, ansiedad o depresión, pero eran diferentes en varias medidas de comportamiento y tenían niveles significativamente más bajos de IL-6 e IL-13. En el momento 2 (cuando desarrollaron MI), los dos grupos con EM/SFC tendían a tener más quejas autonómicas y síntomas conductuales, mientras que el grupo con EM/SFC grave tenía niveles más altos de IL-12 y más bajos de IL-13 que el grupo recuperado.

Conclusiones

Al inicio, los que desarrollaron EM/SFC tenían más síntomas físicos e irregularidades inmunológicas, pero no más síntomas psicológicos, que los que se recuperaron.

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Al comparar las cohortes de CMI de la primera y la segunda ola en nuestra institución pediátrica cuaternaria, las de la segunda ola eran de mayor edad, se presentaban con más frecuencia con dificultad respiratoria, tenían un máximo más alto de troponina y BNP N-terminal, y requerían con más frecuencia apoyo respiratorio e inotrópico avanzado. A pesar de la mayor gravedad en la segunda cohorte, ambas cohortes tuvieron tasas similares de anomalías coronarias, disfunción sistólica y duración de la estancia.

En este estudio multicéntrico prospectivo a nivel nacional de Dinamarca, se identificó miopericarditis tras la vacunación con COVID-19 de Pfizer-BioNTech con ARNm en 13 varones y 2 mujeres entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre de 2021, entre 133.477 varones vacunados y 127.857 mujeres vacunadas de 12 a 17 años de edad, lo que equivale a 97 varones y 16 mujeres por millón. En conclusión, la incidencia de miopericarditis después de la vacunación con COVID-19 entre los varones parece ser mayor que los informes de los Estados Unidos.

Se cree que el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (SMI-C) es una respuesta inmunitaria retardada y errática al SARS-CoV-2, más que una imagen clínica mediada por el virus.1 El SMI-C debe sospecharse en los niños que se presentan con fiebre y que tienen al menos 2 de las siguientes afecciones: cardiaca, vascular, respiratoria, neurológica, hematológica o dermatológica con reactante de fase aguda.2 Debido al criterio de diagnóstico inespecífico, debe separarse de enfermedades como las infecciones bacterianas y víricas, la sepsis y el shock tóxico, que son más frecuentes en los niños. Con esta carta, quería llamar la atención sobre el hecho de que no debe haber ninguna otra enfermedad alternativa a la hora de diagnosticar el MIS-C..

Pregunta. Entre los niños y adolescentes con infección asintomática o ligeramente sintomática por el SRAS-CoV-2, ¿cómo se comparan las respuestas específicas de anticuerpos y neutralización con las de los adultos?

Diseño. Estudio de cohorte de dos grupos.

Lugar. Universidad de Duke, Durham, Carolina del Norte.

Participantes. Sesenta y nueve niños y adolescentes (<21 años de edad) con infección aguda leve o asintomática por SARS-CoV-2, comparados con 24 adultos.

Intervención. Sueros recogidos durante la infección aguda y aproximadamente 2 y 4 meses después.

Resultados. Respuestas inmunitarias humorales y neutralizantes específicas del SRAS-CoV-2.

Resultados principales. Tanto la infección aguda como los 2 y 4 meses posteriores provocaron fuertes respuestas de anticuerpos IgM, IgG e IgA contra los antígenos del SARS-CoV-2 y se asociaron a una actividad neutralizadora. Estas respuestas fueron tan buenas o mejores que las provocadas por los sueros de adultos.

Conclusiones. Los niños y adolescentes generan respuestas de anticuerpos fuertes y duraderas a la infección por el SRAS-CoV-2.

Comentario. Este estudio proporciona datos importantes sobre el cambio longitudinal de las respuestas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en niños y adolescentes con infección asintomática o ligeramente sintomática. Al igual que en los adultos, 1

 Las respuestas de IgM, IgG, IgA y de anticuerpos neutralizantes contra el SRAS-CoV-2 persistieron después de 4 meses de la infección aguda. Sería interesante realizar un seguimiento durante un periodo de tiempo más largo, ya que estas pruebas serían valiosas para el tratamiento de los pacientes pediátricos y las estrategias de vacunación. Además de los niveles de anticuerpos, también es importante evaluar la calidad de las respuestas de anticuerpos, como los cambios dinámicos de la avidez de unión de los anticuerpos y las respuestas de las células T en los pacientes pediátricos con COVID-19. Además, este informe demostró que las respuestas de anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2 en niños y adolescentes fueron en general más robustas y duraderas que las de los adultos con infección sintomática leve. Este hallazgo es coherente con un estudio anterior,  que demostró una mayor actividad de los anticuerpos neutralizantes IgG y sustitutos, así como una mayor avidez de unión de los anticuerpos en los niños en comparación con los adultos jóvenes. Sin embargo, las respuestas de los anticuerpos varían notablemente desde los niños pequeños, los adolescentes y los adultos jóvenes, hasta los adultos mayores y los adultos con síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular crónica, que presentan una mayor actividad de IgG.

 La conclusión de los autores se vería reforzada si se pudiera estratificar la cohorte de pacientes en función de rangos de edad y comorbilidades más precisos, tanto en la población pediátrica como en la adulta, utilizando una muestra de mayor tamaño. También se recomienda informar sobre el rendimiento analítico del ensayo (p. ej., punto de corte, rango lineal, precisión, especificidad) para demostrar la fiabilidad del ensayo.

El diagnóstico serológico de las infecciones por los virus de la rubéola y del sarampión se realiza por detección de IgM específica. El objetivo de este estudio fue evaluar comparativamente sistemas comerciales para la detección de IgM frente a ambos virus, incluyendo ensayos de ELISA, tanto con metodologías indirectas como de captura, así como quimioluminiscencia y electroquimioluminiscencia.

Métodos. Se estudiaron 7 ensayos para rubéola y 6 para sarampión. Se emplearon 162 muestras (de 90 casos de rubéola y de 72 de sarampión) que se analizaron en todos los ensayos.

Resultados. Los rangos de sensibilidad, especificidad y concordancia para los ensayos de rubéola fueron 94,8-100%, 52,4-100% y 75,5-98,1%, respectivamente. Los rangos correspondientes para los ensayos de sarampión fueron 87-100%, 53,3-100% y 73-99,4%, respectivamente.

Conclusión. Los mejores ensayos fueron quimioluminiscencia (para IgM frente a rubéola y a sarampión) y electroquimioluminiscencia (para IgM frente a rubéola).

Evaluar las características en casos sospechosos y la tasa de casos confirmados de enfermedad por coronavirus 19 (COVID-19) en una población pediátrica al inicio de la pandemia en Portugal.

Métodos. En este estudio descriptivo-retrospectivo se incluyeron casos pediátricos sospechosos de COVID-19 que se testearon en un hospital portugués entre el 17 de marzo y el 2 de abril de 2020. Los datos fueron analizados bajo parámetros sociodemográficos, características del hogar, condiciones médicas subyacentes y síntomas.

Resultados. Se incluyeron 94 pacientes, todos sintomáticos y tratados sin hospitalización. Los síntomas más frecuentes fueron tos (80%; n=75), rinorrea (72%; n=68) y fiebre (60%; n=56). Solo hubo un caso positivo para SARS-CoV-2, un niño de 5 años con una enfermedad leve, sin vínculo epidemiológico.

Conclusión. Este estudio mostró una baja tasa de casos confirmados de COVID-19 en niños. Las causas de esta baja tasa pueden ser multifactoriales e ilustran cuán diferente se propaga este virus en la población pediátrica.

Bibliografía  diciembre 2021

Top Ten

Esta guía aborda la evaluación y el tratamiento de los lactantes a término, de 8 a 60 días de edad, con fiebre ≥38,0°C. Se señalan las exclusiones. Tras una revisión basada en la evidencia encargada por la Agency for Healthcare Research and Quality, una extensa y continua revisión adicional de la literatura, y datos complementarios de estudios publicados y revisados por pares proporcionados por investigadores activos, se derivaron 21 declaraciones de acción clave. Para cada declaración de acción clave, se evaluó y calificó la calidad de la evidencia y la relación beneficio-daño para determinar la fuerza de las recomendaciones. Cuando sea apropiado, los valores y preferencias de los padres deben ser incorporados como parte de la toma de decisiones compartida. Para las pruebas diagnósticas, el comité ha intentado desarrollar las cifras necesarias para las pruebas, y para la administración de antimicrobianos, el comité proporcionó las cifras necesarias para el tratamiento. Tres algoritmos resumen las recomendaciones para lactantes de 8 a 21 días de edad, de 22 a 28 días de edad y de 29 a 60 días de edad. Las recomendaciones de esta guía no indican un curso de tratamiento exclusivo ni sirven como estándar de atención médica. Pueden ser apropiadas las variaciones, teniendo en cuenta las circunstancias individuales.

A correction has been published: Statement of Correction for Robert H. Pantell, Kenneth B. Roberts, William G. Adams, et al. Clinical Practice Guideline: Evaluation and Management of Well-Appearing Febrile Infants 8 to 60 Days Old. Pediatrics. 2021;148(2):e2021052228

·Viewpoint of the European Pediatric Societies over Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 (SARS-CoV-2) Vaccination in Children Younger Than Age 12 Years Amid Return to School and the Surging Virus Variants

AAP (American Academy of Pediatrics), COVID-19 (Coronavirus disease 2019), ECPCP (European Confederation of Primary Care Paediatricians), EPA-UNEPSA (European Paediatric Association/Union of National European Paediatric Societies and Associations), SARS-CoV-2 (Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2)

Desde su primera aparición en la región china de Wuhan en diciembre de 2019, el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) ha provocado una crisis socioeconómica y de salud pública a nivel mundial.

 Según el tablero de mandos del Coronavirus (COVID-19) de la Organización Mundial de la Salud, hasta septiembre de 2021, se han registrado más de 217 millones de casos confirmados y 4,5 millones de muertes.

 Las campañas de vacunación masiva contra el SARS-CoV-2 están en marcha en todo el mundo. En la actualidad, se han administrado 5.380 millones de dosis en todo el mundo, el 39,9% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna contra el COVID-19, y cada día se administran aproximadamente 40 millones. Sin embargo, sólo el 1,8% de la población de los países de bajos ingresos ha recibido al menos 1 dosis, y es probable que aumente la demanda de los limitados suministros de la vacuna contra el SRAS-CoV-2 en muchas zonas, lo que plantea importantes cuestiones éticas y debates socioeconómicos sobre cómo debe priorizarse la distribución de la vacuna.

Los niños están volviendo a las aulas tras largos cierres por la pandemia. Con el inicio del nuevo curso escolar, los gobiernos locales de los países de renta baja y alta luchan por la vacunación de los profesores y la obligatoriedad de las mascarillas en medio del aumento de las variantes del virus.

 Con la rápida propagación de la variante delta, más contagiosa, y la ausencia de vacunas contra el SRAS-CoV-2 para gran parte de la población mundial en edad escolar, los riesgos para la salud de los niños se han convertido en un problema de salud pública urgente. Se está debatiendo a nivel mundial si la vacuna contra el SRAS-CoV-2 debería estar disponible para los niños menores de 12 años y ser obligatoria para los que asisten a las escuelas.

Conclusiones

Las vacunas contra el SARS-CoV-2 demostraron su eficacia para prevenir la enfermedad grave y la hospitalización en adultos y adolescentes. La EPA-UNEPSA, el ECPCP y sus sociedades pediátricas europeas instan a las autoridades nacionales a trabajar intensamente para la autorización de programas seguros de vacunas contra el SRAS-CoV-2. La vacunación en niños menores de 12 años permitirá que un gran número de niños pueda asistir a la escuela, pasar tiempo con amigos, viajar con sus familias y disfrutar de sus comunidades de forma segura.21-23 Las sociedades pediátricas europeas se unen a las recomendaciones de la AAP en  contra la administración de la vacuna a niños menores de 12 años antes de que se completen los ensayos clínicos de que se completen ensayos clínicos rigurosos, se evalúen cuidadosamente los efectos adversos, no hasta que las vacunas estén autorizadas y la dosis adecuada establecida por las respectivas agencias nacionales. Esto garantiza que las vacunas son seguras y eficaces para este grupo de edad.

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Introducción. Las resistencias antibióticas de Helicobacter pylori (H. pylori) son el principal factor que afecta a la eficacia de los regímenes terapéuticos actuales. El objetivo principal del estudio es describir el patrón de resistencias antibióticas en niños con infección por H. pylori.

Pacientes y métodos. Estudio observacional retrospectivo de 2014 a 2019 en el que se incluyen pacientes entre 5-17 años a los que se realizó gastroscopia, con cultivo de biopsia gástrica positivo para H. pylori y estudio de sensibilidad a antibióticos. Los estudios de sensibilidad antibiótica se realizaron mediante E-test. Los puntos de corte para definir las resistencias fueron los propuestos por el EUCAST. El estudio de erradicación se realizó con test del aliento con urea marcada con C 13 o test monoclonal de antígeno de H. pylori en heces a las 6-8 semanas de finalizar el tratamiento.

Resultados. Ochenta pacientes (63,8% mujeres). Media de edad 11,9 años (±2,7DS). Un 38,8% habían recibido tratamiento previo para H. pylori. Un 10% presentaron en la endoscopia lesiones ulcerosas pépticas. El 67,5% presentaba resistencia al menos a un fármaco. Un 16,3% presentaron doble resistencia. Las resistencias primarias fueron: claritromicina 44,9%, metronidazol 16,3%, levofloxacino 7,9% y amoxicilina 2%. Los pacientes que recibieron tratamiento acorde a las nuevas guías ESPGHAN 2017 presentaron tasas de erradicación significativamente superiores en comparación con los que recibieron tratamiento acorde a las guías previas (80% vs. 55,8% p=0,04).

Conclusiones. La alta tasa de resistencias de H. pylori y, en consecuencia, las bajas tasas de erradicación, siguen siendo una preocupación muy importante. El tratamiento de primera línea, cuando esté indicado debe hacerse guiado por estudios de sensibilidad antibiótica y en los casos en el que no se puedan realizar o no estén disponibles, al menos de acuerdo con las tasas regionales de resistencia. La aplicación correcta de las nuevas guías mejora de forma significativa el nivel de erradicación.

Introducción. El consumo de antibióticos en España es elevado y más del 90% de las prescripciones se realizan en ámbito extrahospitalario. La exposición a antibióticos en la edad infantil es alta. El objetivo de este estudio es describir la evolución del consumo extrahospitalario de antibióticos en la población pediátrica del Principado de Asturias entre 2005 y 2018.

Material y métodos. Estudio descriptivo y retrospectivo del consumo de  antibacterianos de uso sistémico (grupo J01 de la clasificación ATC, Anatomical Therapeutic Chemical Classification) en ámbito extrahospitalario en la población pediátrica (0-13 años) del Principado de Asturias entre 2005 y 2018. Se compara el consumo, medido en número de dosis diarias definidas (DDD) por 1.000 habitantes y día (DHD), en 3 periodos de tiempo.

Resultados. El consumo medio de antibacterianos en la población pediátrica asturiana (2005-2018) fue de 14 DHD (IC95% 13,4-14,6), con un aumento hasta 2009 (15,2 DHD) y descenso a partir de 2015 (11,9 DHD en 2018). A lo largo del estudio se detectó: 1) un aumento del consumo de amoxicilina (p=0,027), que supera al de amoxicilina-clavulánico desde el año 2011; 2) un consumo estable de macrólidos, con un aumento de azitromicina (p<0,001) y un descenso de claritromicina (p=0,001); 3) un descenso del consumo de cefalosporinas (p<0,001); 4) un aumento del consumo de quinolonas (p=0,002).

Conclusiones. El consumo de antibióticos a nivel extrahospitalario en la población pediátrica del Principado de Asturias entre los años 2005 y 2018 ha experimentado un descenso mantenido en los últimos años y una mejora evolutiva del patrón de uso.

Introducción: las infecciones respiratorias constituyen el principal motivo de consulta y de prescripción de antibióticos en Pediatría. La resistencia antibiótica es un problema de salud pública. 

Objetivo: conocer los hábitos de prescripción antibiótica en patología respiratoria pediátrica a nivel nacional.

Material y métodos: encuesta distribuida por correo electrónico a pediatras españoles y análisis estadístico realizado con el programa SPSS 20.0.

Resultados: se obtuvieron 362 encuestas. El 53,1% de los encuestados atiende de 25-35 pacientes al día. La puntuación media de respuestas correctas es de 18,8/23. En otitis media aguda, la indicación de antibioterapia y su duración se realiza según distintos criterios con porcentajes variables, el 98,6% usa amoxicilina, el 97,2% a dosis correctas. En faringoamigdalitis realiza test microbiológico el 79,1%, trata con amoxicilina 50,8% o penicilina 48,6%, durante 10 días el 84%. En patologías respiratorias de etiología vírica (broncoespasmo, catarro y bronquiolitis), más del 90% no indica antibióticos; sin embargo, la presencia de fiebre alta o secreciones verdosas aumenta su prescripción. En neumonía típica, hasta el 59,6% no realiza radiografía, recetan amoxicilina el 94,1%, durante 7 días el 68,3%. En neumonías atípicas el 97,8% prescribe macrólidos. Se observa relación estadísticamente significativa entre: experiencia laboral y puntuación en la encuesta y realización de radiografía; especialidad y calificación del cuestionario, y presión asistencial con realización de test microbiológico en faringoamigdalitis.

Conclusiones: observamos errores en el manejo de antibioterapia en Pediatría. Es necesario diseñar estrategias para la educación de la población y los profesionales sanitarios para realizar un uso juicioso de antibióticos.

Introducción: Los viajeros internacionales han crecido significativamente en los últimos años, así como las enfermedades importadas de zonas tropicales. La información en población pediátrica es escasa. Describimos las características demográficas y clínicas de los niños febriles procedentes de los trópicos.

Métodos: Revisión retrospectiva de los pacientes menores de 18 años, que se presentaron en un hospital terciario y en los centros de atención primaria circundantes entre julio de 2002 y julio de 2018 con una estancia en una región tropical durante el año anterior. Los pacientes fueron seleccionados a partir de las fichas microbiológicas de los frotis de gota gruesa para serologías de malaria o dengue.

Resultados: Se estudiaron 188 pacientes: el 52,7% nacieron en España con una mediana de edad de 3,0 años (IQR 1,5-8,0). Las principales regiones de estancia fueron África subsahariana (54,8%) y América Latina (29,8%), sobre todo para visitar a sus amigos y familiares (56,3%), seguidos de los inmigrantes recién llegados (32,4%). Sólo el 34% de los viajeros acudió a la consulta previa al viaje. Más del 80% de estos niños febriles acudieron directamente a Urgencias. Los diagnósticos más frecuentes fueron síndrome febril sin origen (56,4%), afección respiratoria (15,4%) y diarrea aguda (11,7%). Alrededor de la mitad (52,1%) fueron manejados como pacientes ambulatorios, pero el 46,2% fueron hospitalizados y el 7,4% ingresaron en la Unidad de Cuidados Intensivos. En el 24% de los casos no se llegó a un diagnóstico específico. Sin embargo, el 29,7% fueron diagnosticados de malaria.

Conclusiones: Los niños con fiebre procedentes de zonas tropicales tenían riesgo de padecer enfermedades infecciosas graves. El paludismo se diagnosticó en uno de cada cuatro y el 7% requirió ingreso en la UCIP. Este dato pone de manifiesto la necesidad de reforzar la formación sobre enfermedades tropicales entre los médicos de primera línea.

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·The Effect of COVID-19 Infection During Pregnancy; Evaluating Neonatal Outcomes and the Impact of the B.1.1.7. VariantThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(12):e475-e481, December 2021.

La infección por coronavirus 2019 (COVID-19) durante el embarazo se ha asociado a resultados perinatales adversos. Nuestro objetivo es evaluar los resultados neonatales, incluyendo la incidencia de parto prematuro, el ingreso en la unidad neonatal y la incidencia de anomalías congénitas en esta cohorte. También describiremos estos resultados en el contexto del brote de la variante B.1.1.7., la variante dominante en Irlanda desde enero de 2021, que ha tenido un mayor impacto en las pacientes embarazadas.

Métodos: Se trata de un estudio retrospectivo de los recién nacidos vivos, nacidos entre el 1 de marzo de 2020 y el 1 de marzo de 2021, de mujeres con diagnóstico de síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 durante el embarazo, en un hospital de maternidad terciario (8.500 partos/año). Se recogieron datos clínicos y se realizaron análisis para evaluar el impacto del estado sintomático materno, el tiempo desde el diagnóstico hasta el parto y la variante B.1.1.7. en el resultado neonatal.

Resultados: En total, 133 niños (1,6%) nacieron de mujeres con síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 identificado durante el embarazo. La mediana del peso al nacer fue de 3,45 kg y la edad gestacional al nacer fue de 39,3 semanas. 14 bebés (10,5%) fueron prematuros. 22 bebés (16,5%) requirieron ingreso en la unidad neonatal y 7 (5,3%) eran pequeños para la edad gestacional. No hubo diferencias en el crecimiento, el parto prematuro o el ingreso en la unidad neonatal en función del estado sintomático de la madre o de la infección tras el brote de B.1.1.7. como cepa dominante.

Conclusiones: Tras una infección por COVID-19 en el embarazo, no se produjo un aumento de la incidencia de partos prematuros ni de ingresos en la unidad de cuidados intensivos neonatales en comparación con los datos hospitalarios de 5 años. El estado sintomático materno no influyó en los resultados neonatales. Se necesitan más estudios para evaluar el impacto de COVID-19 en las primeras etapas del embarazo, las variantes que preocupan, en particular la variante emergente Delta y la placentitis por COVID-19.

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·Perinatal COVID-19The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(12):e504-e506, December 2021.

La pandemia del síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) planteó desafíos únicos a la atención perinatal. Los datos poblacionales rápidamente adquiridos sobre la epidemiología, la fisiopatología, las implicaciones clínicas y los resultados de la infección perinatal por SARS-CoV-2 han instado a elaborar directrices internacionales sobre el tratamiento de las madres y los neonatos con infección presunta o confirmada. Casi 18 meses después de la proclamación oficial de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), se revisan las pruebas acumuladas sobre el potencial de transmisión perinatal, el diagnóstico y el tratamiento clínico de la COVID-19 perinatal, así como el desarrollo de estrategias de prevención.

Introducción: la pandemia de COVID-19 ha originado cambios organizativos en los centros de Atención Primaria (AP). El objetivo de este estudio es conocer los cambios producidos en las consultas de Pediatría de AP durante la primera ola de la pandemia por COVID-19.

Material y métodos: estudio observacional, descriptivo, retrospectivo, multicéntrico y de ámbito nacional, a través de una encuesta dirigida a los pediatras de Atención Primaria (PAP) distribuida en junio de 2020. Se recogieron datos desde el 16 de marzo al 10 de mayo de 2020, dividido en cuatro periodos de dos semanas cada uno. Se preguntó sobre la forma de trabajar en los centros durante ese periodo: existencia de sistema de triaje, modalidad de atención, presencial o telefónica, y volumen de consultas atendidas.

Resultados: se consideraron válidas 105 encuestas de las 110 contestadas por PAP. Participaron pediatras de 17 comunidades autónomas (el 72,4% de medio urbano). Cubrían una población de 107 715 pacientes. Realizaron consulta telemática el 90,5% (38,1% antes de la pandemia). En todos los centros se realizó triaje. La media de pacientes atendidos por profesional en cada uno de los periodos considerados fue de 144, 114, 123, 136 (277, 214, 207 y 233 en los mismos periodos del año 2019). En el 88,6% de cupos se realizaron visitas presenciales del programa de salud infantil (PSI). De toda la población atendida, los PAP notificaron ingresos por cualquier motivo de 79 pacientes y en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de siete. No se les notificó ningún fallecimiento.

Conclusiones: durante el periodo inicial de pandemia COVID-19 se registró en las consultas de Pediatría de AP un aumento muy importante de la consulta telemática y, paralelamente, una disminución significativa de la consulta presencial. Se instauraron sistemas de triaje. Se mantuvo una actividad muy alta en el PSI. Hubo un número muy bajo de ingresos y casos graves.

Casos clínicos

Lactante de 16 meses con antecedente de dermatitis atópica valorada por erupción vesículo-ampollosa, con agrupación distal, formando placas con marcado edema (figs. 1 y 2). Destacaba aspecto dianiforme de las placas con vesiculación y costra central, presentando placa eritematosa perioral con datos de impetiginización (fig. 3) y erosiones postinflamatorias en área del pañal. Afebril, con buen estado general. Dada la extensa afectación y sospecha de sobreinfección se decidió ingreso.

El impétigo ampolloso o bulloso es una enfermedad infectocontagiosa de la piel, causada por Staphylococcus aureus y mediada por toxina. Se caracteriza por la aparición de ampollas flácidas sobre lesiones vesiculares iniciales. Es importante el diagnóstico diferencial en estadios iniciales con otras patologías que cursan con lesiones vesiculosas, como la varicela. La elección del tratamiento se basa en la extensión, localización y profundidad de las lesiones, utilizando siempre antibioterapia contra S. aureus y comprobando la sensibilidad antibiótica debido a la creciente prevalencia de S. aureus resistente a la meticilina (SARM).  

Si bien se ha comprobado la existencia de respuesta inmune en pacientes que han padecido COVID-19, se está comunicando con frecuencia creciente la existencia de reinfecciones. Los criterios para el diagnóstico de estas exigen, para evitar la confusión con los casos de infección persistente, un intervalo de tiempo mínimo entre los episodios, así como la realización de pruebas complementarias no accesibles para la mayoría de clínicos. Presentamos dos casos de reinfección en pacientes pediátricas, atendidas en Atención Primaria y con un intervalo corto entre el primer episodio y la reinfección.

La corea de Sydenham es como se denomina el cuadro de origen neurológico consistente en agitación y movimientos anormales que ocurre en contexto de una fiebre reumática, secundariamente a la infección por estreptococo del grupo A. Dado que la incidencia de fiebre reumática ha disminuido significativamente en los últimos años, las complicaciones asociadas pueden considerarse actualmente excepcionales. No obstante, dado que presenta un pronóstico excelente si se instaura precozmente el tratamiento, es muy importante saber reconocer el cuadro clínico.

Presentamos el caso de un neonato de cinco días de vida, sin antecedentes perinatales de interés, que es traído a Urgencias por conjuntivitis unilateral derecha con abundante secreción purulenta. No presenta datos de afectación sistémica. Se había administrado profilaxis ocular con pomada de clortetraciclina tras el parto. Se sospecha inicialmente de infección gonocócica por la seriedad del cuadro, y se inicia antibioterapia sistémica. Finalmente, se aisló en el cultivo conjuntival Escherichia coli.

Los abscesos odontogénicos son un motivo de consulta frecuente en Pediatría, y tienen como causa principal la caries, por deficiente higiene bucal. Sin embargo, en casos de refractariedad al tratamiento antibiótico o empeoramiento de la clínica se deben barajar otras entidades, entre las que se encuentra la miasis oral. Esta patología, aunque es anecdótica en nuestro medio, debe conocerse para poder instaurar de forma precoz el tratamiento, que consiste en la retirada total de las larvas, profilaxis antibiótica de amplio espectro y, en caso de miasis profundas o extensas, ivermectina. Presentamos el caso de una miasis en cavidad bucal por Musca domestica (familia Muscidae).

Mientras revisas a un bebé de 22 días de edad, sano y a término, con ictericia prolongada, observas que el cordón umbilical sigue unido. Su madre está preocupada; ha leído que el retraso en la separación del cordón puede estar asociado a problemas inmunológicos y quiere que usted haga pruebas para detectar estos problemas. ¿Debes investigar y cómo?

·Ecthyma Gangrenosum in an Infant with Interleukin-1 Receptor-Associated Kinase 4 Deficiency. Pediatr. 2021 Dec;239:241-242.

Un niño de 1 año de edad fue trasladado a nuestro hospital debido a un shock séptico grave que provocó una parada cardíaca. El paciente presentaba un shock séptico refractario a los líquidos que requería la administración de catecolaminas. Al ingreso, una erupción cutánea característica cubría todo el cuerpo del paciente (Figura 1). La nalga y el muslo derechos estaban rojizos y morados e hinchados (Figura 2). Se realizó una incisión en el muslo derecho y se diagnosticó al paciente una fascitis necrotizante. Se realizó un desbridamiento quirúrgico en las primeras 5 horas tras su llegada. Los cultivos de la herida y de la sangre revelaron una infección por Pseudomonas aeruginosa. El paciente fue sometido a una terapia de sustitución renal continua con un filtro de adsorción de endotoxinas, a una terapia antimicrobiana empírica (meropenem y ciprofloxacina) y a la escisión del tejido necrótico. Basándose en los resultados de las pruebas de susceptibilidad a los fármacos, el tratamiento del paciente se redujo a monoterapia con piperacilina. El 31º día de hospitalización, el bebé falleció de hemorragia intraabdominal debido a una coagulopatía asociada a la insuficiencia hepática. El cribado rápido mediante análisis de citometría de flujo de la producción intracelular monocítica de factor de necrosis tumoral-α en respuesta al lipopolisacárido sugirió una deficiencia de la vía de señalización del receptor tipo Toll. El análisis de la secuencia postmortem del gen IRAK4 reveló una mutación de desplazamiento de marco homocigótico (c.167_172insA).

Un joven de 16 años se presentó con quejas de dolor abdominal durante 6 meses y erupciones recurrentes en el abdomen durante las últimas 3 semanas. En la exploración se observaban múltiples pápulas liquenoides eritematosas hasta el color de la piel, tanto aisladas como en forma de placas con finas escamas, que se observaban principalmente en la parte lateral del tronco y el abdomen (figura A). Estas lesiones no eran sensibles y no se observaban en ninguna otra parte del cuerpo. La cara, las mucosas y la zona genital no estaban afectadas. No presentaba linfadenopatías significativas. El resto de la exploración sistémica no presentaba ningún signo.

Sra. Editora: La piomiositis es una infección bacteriana del músculo esquelético asociada a la formación de abscesos. Conocida como una patología típica de climas cálidos, ha presentado en los últimos años un aumento en la incidencia en climas templados como el nuestro. El agente causal predominante es el Staphylococcus aureus (S. aureus) y las cepas productoras de la toxina leucocidina de Panton-Valentine (PVL) parecen relacionarse con peor pronóstico1. Su presentación clínica se asemeja a otras infecciones osteoarticulares, incluyendo fiebre, dolor y cojera, lo que hace que pueda retrasarse el diagnóstico. Presentamos 3 casos (tabla 1) con el objetivo de destacar que un adecuado diagnóstico y tratamiento precoz pueden evitar la aparición de complicaciones graves2.

La miopatía necrosante inmunomediada (MNIM) es un subtipo de miopatía inflamatoria idiopática (MII) caracterizada por debilidad muscular subaguda, proximal y simétrica, con evidencia histológica de mionecrosis, escaso infiltrado linfocítico y sin atrofia perifascicular. La detección de autoanticuerpos permite diferenciarla de otras MII y conectivopatías que asocian miositis1, y clasificarla (tabla 1)1,2.

En abril de 2020 se describió un síndrome inflamatorio sistémico en población pediátrica, con rasgos comunes con la enfermedad de Kawasaki, el síndrome de shock tóxico y el síndrome de activación macrofágica1. Este nuevo síndrome se vinculó rápidamente al SARS-CoV-2, ya que la mayoría de pacientes presentaban una serología positiva y/o clínica compatible con haber padecido COVID-19 de 2 a 6 semanas antes.

Uno de los hallazgos clínicos más frecuentes es la presencia de síntomas gastrointestinales (dolor abdominal, vómitos y diarrea), que en ocasiones sugieren un abdomen agudo. En este sentido, se empieza a postular una posible asociación entre SIM-PedS, SARS-CoV-2 y apendicitis aguda2-4.

Exponemos tres casos de niños, sin antecedentes de interés, que presentaron una apendicitis aguda en el transcurso de un SIM-PedS. Las características clínicas y analíticas se resumen en la tabla 1.

Los dermatólogos informaron de un brote de perniosis (dedos de los pies hinchados y dolorosos de color rojo a morado) durante la pandemia de COVID-19. La mayoría de los sujetos carecían de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) positiva del CoV-19 o de anticuerpos o de una enfermedad precedente. Los dermatólogos denominaron a la enfermedad “dedos de los pies COVID”. El pernio suele afectar a los adultos, mientras que los “COVID toes” suelen ser niños. El pernio viene precedido de una clara historia de exposición a la humedad y al frío. Los pacientes con “COVID toes” carecen de estos antecedentes. Además, no es raro que varios miembros de la familia tengan “dedos COVID”. Nuestro informe de caso describe los “dedos COVID” en un joven de 18 años sin enfermedad previa, con una PCR del SARS-CoV-19 negativa y un anticuerpo del SARS-CoV-19 inicialmente negativo, y también sus 2 hermanos desarrollaron también “dedos COVID”. En nuestro caso índice, la repetición de los anticuerpos contra el SARS-CoV-19 fue positiva. La seroconversión se ha notificado raramente en pacientes con “dedos de COVID”. Es un misterio por qué la mayoría de los pacientes con “dedos de COVID” carecen de antecedentes clínicos de COVID-19 y son negativos a la PCR del SARS-CoV-19 y a los anticuerpos.

Una niña de 9 años acudió a la consulta externa de neumología de nuestro hospital con una historia de tos húmeda persistente que había comenzado inmediatamente después del nacimiento. Tres meses antes de su visita, recibió empíricamente antibióticos y antihistamínicos, pero sus síntomas no mejoraron, y fue remitida a nuestra clínica. No tenía antecedentes de traumatismos y su historial médico no presentaba ninguna anomalía. Podía expectorar el esputo por sí misma y notó que tenía un color amarillo brillante, de calidad serosa.

Para profundizar

Antecedentes: La accesibilidad a la radiografía de tórax sigue siendo un reto importante en los países de alta carga y bajos ingresos. Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen que para los contactos infantiles menores de 5 años, un cribado negativo basado en los síntomas es suficiente para excluir la tuberculosis activa (TB), pero en los contactos infantiles mayores de 5 años, se debe considerar la realización de una radiografía de tórax. Se realizó una revisión sistemática y un metanálisis para evaluar el rendimiento del cribado basado en los síntomas en comparación con la radiografía de tórax en los contactos domésticos menores de 15 años en países de ingresos bajos y medios.

Métodos: Los artículos de cribado publicados antes del 1 de octubre de 2020 y la extracción de datos fueron realizados por 2 revisores independientes. El resultado primario fue la concordancia entre el cribado de síntomas y la radiografía de tórax utilizando el coeficiente kappa ajustado por prevalencia y sesgo (PABAK) y la proporción de niños asintomáticos con radiografía de tórax negativa. El análisis se estratificó por grupos de edad.

Resultados: De 639 artículos identificados, se incluyeron 10. La PABAK varió entre 0,09 y 0,97 y entre 0,22 y 0,98, en niños menores de 5 años y de 5 a 14 años, respectivamente. La proporción conjunta de niños con síntomas sugestivos de tuberculosis y hallazgos en la radiografía de tórax fue del 98,7% (96,9-99,8) en niños menores de 5 años y del 98,1% (93,8-100) en niños de 5-14 años.

Conclusiones: A pesar de la baja concordancia entre el cribado basado en los síntomas y la radiografía de tórax, la mayoría de los niños sin síntomas sugestivos de TB no tuvieron hallazgos en la radiografía de tórax sugestivos de TB. Estos resultados sugieren que un cribado sintomático negativo es suficiente para descartar la tuberculosis activa, lo que respalda la recomendación de la OMS de utilizar únicamente el cribado sintomático cuando no se disponga de radiografía de tórax.

·How Common is Long COVID in Children and Adolescents?. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(12):e482-e487, December 2021.

En los niños, el riesgo de que la enfermedad por coronavirus (COVID) sea grave es bajo. Sin embargo, el riesgo de síntomas persistentes tras la infección por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) es incierto en este grupo de edad, y las características de la “COVID larga” están mal caracterizadas. Se revisaron los 14 estudios realizados hasta la fecha que han informado de síntomas persistentes tras la COVID en niños y adolescentes. Casi todos los estudios tienen limitaciones importantes, como la falta de una definición clara de caso, los tiempos de seguimiento variables, la inclusión de niños sin confirmación de la infección por SARS-CoV-2, la dependencia de los síntomas informados por los propios padres o por los padres sin evaluación clínica, la falta de respuesta y otros sesgos, y la ausencia de un grupo de control. De los 5 estudios que incluyeron a niños y adolescentes sin infección por SARS-CoV-2 como controles, 2 no encontraron que los síntomas persistentes fueran más prevalentes en los niños y adolescentes con evidencia de infección por SARS-CoV-2. Esto pone de manifiesto que los síntomas a largo plazo asociados a la infección por el SARS-CoV-2 son difíciles de distinguir de los síntomas asociados a la pandemia.

·Influenza-Associated Neurologic Complications in Hospitalized Children. J Pediatr. 2021 Dec;239:24-31

Objetivos. Definir la incidencia y las características de las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe en una cohorte de niños hospitalizados en un hospital pediátrico de atención terciaria con gripe confirmada por laboratorio e identificar los factores clínicos, epidemiológicos y virológicos asociados.

Diseño del estudio. Este fue un estudio de cohorte histórico de niños de 0,5 a 18,0 años de edad hospitalizados entre 2010 y 2017 con influenza confirmada por laboratorio. Se excluyeron los niños con compromiso inmunológico o una prueba positiva debido a la recepción reciente de la vacuna de virus vivos o la enfermedad recientemente resuelta. Las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe se definieron como signos/síntomas neurológicos de nueva aparición durante la enfermedad gripal aguda sin otra etiología clara.

Resultados. Se identificó al menos una complicación neurológica asociada a la gripe en el 10,8% (IC del 95%: 9,1-12,6%, n = 131 de 1217) de las hospitalizaciones con gripe confirmada por laboratorio. Las convulsiones (n = 97) y la encefalopatía (n = 44) fueron las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe más comúnmente identificadas, aunque otras 20 hospitalizaciones tuvieron otras complicaciones neurológicas asociadas a la gripe. Las hospitalizaciones con complicaciones neurológicas asociadas a la gripe fueron similares en cuanto a la edad y el tipo de gripe (A/B) a las que no se produjeron. Los niños con un diagnóstico neurológico preexistente (n = 326) tuvieron una mayor proporción de complicaciones neurológicas asociadas a la gripe en comparación con los que no tenían (22,7% frente a 6,4%, P < 0,001). La presencia de un diagnóstico neurológico preexistente (aOR 4,6, P < 0,001), la falta de vacunación contra la gripe estacional (aOR 1,6, P = 0,020) y la edad ≤5 años (aOR 1,6, P = 0,017) se asociaron de forma independiente con las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe.

Conclusiones. Las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe son comunes en los niños hospitalizados con gripe, especialmente en aquellos con diagnósticos neurológicos preexistentes. Una mejor comprensión de la epidemiología y de los factores asociados a las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe dirigirá la investigación futura sobre los posibles mecanismos neuropatológicos y las estrategias de mitigación. Se recomienda la vacunación y puede ayudar a prevenir las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe en los niños.

·Prevalence, Risk Factors, and Outcomes of Influenza-Associated Neurologic Complications in Children. J Pediatr. 2021. PMID: 34216629

Objetivo. Determinar la frecuencia de complicaciones neurológicas asociadas a la gripe en niños hospitalizados.

Diseño del estudio. Se realizó un estudio transversal de niños (de 2 meses a 17 años de edad) con gripe dados de alta de 49 hospitales infantiles en el Sistema de Información de Salud Pediátrica durante las temporadas de gripe de 2015-2020. Las complicaciones neurológicas se definieron como encefalopatía, encefalitis, meningitis aséptica, convulsión febril, convulsión no febril, absceso cerebral y meningitis bacteriana, síndrome de Reye e infarto cerebral. Se evaluó la duración de la estancia, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), la estancia en la UCI, los reingresos hospitalarios a los 30 días, las muertes y los costes hospitalarios asociados a estos eventos. Se identificaron los factores de riesgo a nivel de paciente asociados a las complicaciones neurológicas mediante regresión logística multivariable.

Resultados. De 29 676 niños hospitalizados por gripe, 2246 (7,6%) tenían un diagnóstico concurrente de una complicación neurológica; las más frecuentes fueron las convulsiones febriles (5,0%), la encefalopatía (1,7%) y las convulsiones no febriles (1,2%). La estancia en el hospital, el ingreso en la UCI, la estancia en la UCI, las muertes y los costes hospitalarios fueron mayores en los niños con complicaciones neurológicas en comparación con los que no tuvieron complicaciones. Los factores de riesgo asociados a las complicaciones neurológicas incluyeron el sexo masculino (aOR 1,1; IC del 95%: 1,02-1,21), la raza/etnia asiática (aOR 1,7; IC del 95%: 1,4-2,1) (en comparación con los blancos no hispanos) y la presencia de una enfermedad neurológica crónica (aOR 3,7; IC del 95%: 3,1-4,2).

Conclusiones. Las complicaciones neurológicas son comunes en los niños hospitalizados por gripe, especialmente entre aquellos con afecciones neurológicas crónicas, y se asocian con peores resultados en comparación con los niños sin complicaciones neurológicas. Estos resultados enfatizan la importancia estratégica de la inmunización y el tratamiento de la gripe, especialmente en las poblaciones de alto riesgo.

·Influenza-associated Neurologic Complications in Hospitalized Pediatric Patients: A Multicenter Retrospective Study in Republic of Korea. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(12):e466-e471, December 2021.

Las tasas de complicaciones neurológicas asociadas a la gripe son variables entre los estudios, y se ha observado una diferencia entre los países occidentales y los asiáticos. El estudio tiene como objetivo evaluar la frecuencia y las características de las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe.

Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de los casos hospitalizados por infección gripal desde octubre de 2010 hasta abril de 2017 de 3 hospitales de referencia.

Resultados: Se identificaron un total de 1988 casos de gripe. Las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe fueron 161 casos (8,1%); el virus de la gripe A se detectó en 113 (70,2%) casos, el B en 47 (29,2%) casos y ambos A y B en 1 caso (0,6%). Veinticuatro pacientes (15%) tenían enfermedades neurológicas subyacentes. El diagnóstico más frecuente fue una convulsión febril simple (44%), seguida de una convulsión febril compleja (29%), una convulsión provocada por la fiebre bajo una enfermedad neurológica preexistente o una convulsión afebril (14%), una encefalopatía/encefalitis (8%) y una meningitis (5%). La mayoría de los pacientes se recuperaron completamente (96%). Tres pacientes (1,9%) murieron de miocarditis (n = 1), encefalopatía (n = 1) y encefalitis y miocarditis simultáneas (n = 1). La enfermedad neurológica preexistente, los grupos de edad de 6 meses a 6 años y de 6 a 12 años fueron un factor de riesgo de complicaciones neurológicas asociadas a la gripe con una odds ratio ajustada de 5,41 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 3,23-9,06; P < 0,001), 12,99 (IC del 95%: 1,77-95,19; P = 0,01) y 8,54 (IC del 95%: 1,14-64,79; P = 0,04), respectivamente. No hubo asociación entre los eventos adversos neuropsiquiátricos y la prescripción de oseltamivir ( P = 0,17).

Conclusiones: Las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe no son infrecuentes, y la mayoría de los pacientes se recuperaron completamente. La frecuencia de las complicaciones neurológicas asociadas a la gripe en los niños coreanos no fue significativamente diferente de la de los niños de los países occidentales.

Objetivos. Describir las características y la frecuencia de la enfermedad neurológica aguda grave asociada al virus respiratorio sincitial (VRS) en niños.

Diseño del estudio. Se realizó una revisión sistemática de la literatura para identificar informes de complicaciones neurológicas agudas graves asociadas a la infección aguda por VRS en niños de <15 años (Registro PROSPERO CRD42019125722). Los resultados principales incluyeron las características neurológicas, clínicas y demográficas de los casos y la frecuencia de la enfermedad. Se agregaron los datos de casos disponibles de la literatura publicada y del estudio australiano de encefalitis infantil aguda (ACE).

Resultados Se identificaron 87 estudios únicos de 26 países que describen un espectro de síndromes neurológicos agudos graves asociados al VRS, incluyendo encefalitis probada, encefalopatía aguda, convulsiones complejas, convulsiones hiponatrémicas y trastornos inmunomediados. La frecuencia de la infección por VRS en la encefalitis/encefalopatía infantil aguda fue del 1,2% al 6,5%. Se agregaron los datos de 155 casos individuales con complicaciones neurológicas agudas graves asociadas al VRS; la edad media fue de 11,0 meses (IQR 2,0-21,5), la mayoría estaban previamente sanos (71/104, 68%). Las convulsiones fueron la característica neurológica más frecuente (127/150, 85%). Se detectó el VRS en el sistema nervioso central en 12 casos. La mayoría de los niños se recuperaron (81/122, 66%); sin embargo, algunos informes describieron una recuperación parcial (33/122, 27%) y la muerte (8/122, 7%).

Conclusiones. Las complicaciones neurológicas asociadas al VRS han sido ampliamente comunicadas, pero existe una importante heterogeneidad en el diseño y la calidad de los estudios existentes. Los resultados de nuestro estudio tienen implicaciones para la investigación, el tratamiento y la prevención de las complicaciones neurológicas asociadas al VRS. Además, esta revisión sistemática puede informar sobre el diseño de futuros estudios destinados a cuantificar la carga de la enfermedad neurológica asociada al VRS en la infancia.

Antecedentes: Algunos estudios han observado un aumento de la incidencia de la neumonía necrotizante (NP) en los últimos años. Esto podría estar relacionado con la aparición de serotipos de S. pneumoniae no vacunales tras la introducción de la PCV7, aunque se sugiere que los factores evolutivos pueden haber modificado la virulencia y las interacciones de los neumococos. El objetivo de este estudio fue definir clínica y microbiológicamente la PN en la población atendida por los tres principales hospitales pediátricos de Barcelona (Cataluña, España).

Métodos: Se realizó un estudio observacional prospectivo en pacientes <18 años hospitalizados por enfermedad neumocócica invasiva (enero 2012-junio 2016). Se recogieron los datos de los casos confirmados de PN neumocócica (diagnosticados por cultivo o detección de ADN y serotipados). La PCV13 no se administró de forma sistemática en Cataluña durante el periodo de estudio, pero estaba disponible en el mercado privado por lo que la cobertura de vacunación en niños pasó del 48,2% al 74,5%.

Resultados: Se identificaron 35 casos de PN. El 77,1% de los casos se asociaron a empiema. En los primeros 4 años se observó una tendencia a la disminución de la incidencia de PN (p=0,021), especialmente en niños <5 años (p=0,006). El serotipo 3 fue responsable del 48,6% de los casos de PN. Cinco pacientes con PN debida al serotipo 3 estaban totalmente vacunados para su edad con PCV13.

Conclusiones: El serotipo 3 tiene un papel preeminente en la PN neumocócica y se asoció a todos los fallos vacunales con PCV13. Aunque en nuestra serie la incidencia no parece aumentar, la evolución de las tasas de PN neumocócica debe ser vigilada tras la inclusión de la PCV13 en el calendario sistemático.

Objetivo La tuberculosis infantil es difícil de diagnosticar y tratar y es una causa de morbilidad y mortalidad poco reconocida. Los datos notificados de Canadá no se centran en la tuberculosis infantil ni recogen detalles epidemiológicos, clínicos y microbiológicos clave. El propósito de este estudio fue evaluar la demografía, la presentación y las características clínicas de la tuberculosis infantil en Canadá.

Métodos Se realizó una vigilancia prospectiva de 2013 a 2016 de más de 2700 pediatras más programas verticales de tuberculosis para la enfermedad tuberculosa incidente en niños menores de 15 años en Canadá utilizando el Programa de Vigilancia Pediátrica Canadiense (CPSP).

Resultados En total, se incluyen 200 casos en este estudio. La tuberculosis fue intratorácica en 183 pacientes, de los cuales el 86% tenía una afectación exclusivamente intratorácica. La tuberculosis del sistema nervioso central se produjo en 16 casos (8%). El 51% de los casos fueron hospitalizados y 11 (5,5%) ingresaron en una unidad de cuidados intensivos. Se notificaron reacciones adversas a los medicamentos en el 9% de los casos. El caso de origen, en la mayoría de los casos un familiar de primer grado, era conocido en el 73% de los casos. El 58% de los casos notificados eran niños indígenas nacidos en Canadá. Las tasas del estudio estimadas de los casos notificados (por cada 100 000 niños al año) fueron de 1,2 en general, 8,6 para todos los niños indígenas y 54,3 para los niños inuit.

Conclusión La tuberculosis infantil puede causar una importante morbilidad y utilización de recursos. Las tasas de incidencia son muy elevadas en zonas y grupos clave. La eliminación de la tuberculosis infantil en Canadá requerirá esfuerzos basados en la comunidad con buenos recursos que se centren en estos grupos de mayor riesgo.

Objetivo Analizar el impacto de las pruebas de PCR de enterovirus y parechovirus humanos (ev-PCR) en sangre en lactantes pequeños con fiebre sin foco (FWS).

Diseño Estudio observacional, subanálisis de un registro prospectivo.

Entorno Servicio de urgencias pediátricas.

Pacientes Lactantes ≤90 días de edad con FWS atendidos entre septiembre de 2015 y agosto de 2019 con ev-PCR en sangre, hemocultivos y urocultivos y prueba de tira reactiva en orina.

Medidas de resultado principales Prevalencia de infección bacteriana invasiva (IBI: patógeno bacteriano en sangre o líquido cefalorraquídeo) en los lactantes con resultados positivos o negativos de la prueba ev-PCR. De forma secundaria, también se comparó la duración de la estancia y el tratamiento antibiótico en los lactantes hospitalizados.

Resultados De 703 lactantes, 174 (24,7%) tuvieron una ev-PCR en sangre positiva y ninguno de ellos fue diagnosticado de IBI frente al 2,6% (IC del 95%: 1,3% a 4,0%) de los que tuvieron un resultado negativo, p=0,02). La prevalencia de infecciones no relacionadas con la IBI (principalmente infecciones del tracto urinario) también fue menor entre los lactantes con una ev-PCR en sangre positiva 2,3% (IC del 95%: 0,1% a 4,5%) frente a 17,6% (IC del 95%: 14,3% a 20,8%), p<0,01).

En total, 258 lactantes fueron hospitalizados (36,6%) y 193 (74,8%) de ellos recibieron antibióticos. La duración de la estancia hospitalaria y el tratamiento antibiótico fueron más cortos en los que tenían una ev-PCR en sangre positiva (mediana: 3 días frente a 5 días y 1 día frente a 5 días, respectivamente; p<0,01). Las diferencias siguieron siendo estadísticamente significativas entre los lactantes de más de 21 días de edad con prueba de orina normal.

Conclusión La ev-PCR en sangre identifica un grupo de lactantes menores de 90 días de edad con SPW con muy bajo riesgo de IBI. Esta prueba puede ayudar a orientar la toma de decisiones clínicas en lactantes febriles jóvenes.

  • Infección por Listeria en lactantes pequeños: resultados de un estudio nacional de vigilancia en el Reino Unido e Irlanda . Archives of Disease in Childhood 2021;106:1207-1210

Objetivos Describir la epidemiología, la edad de la infección, las características clínicas y el resultado de la infección por listeria en lactantes pequeños para informar el manejo y la elección de antibióticos empíricos en lactantes pequeños.

Diseño Vigilancia prospectiva de 2 años de la infección por Listeria monocytogenes en lactantes pequeños detectada a través del sistema de “tarjeta naranja” de la Unidad de Vigilancia Pediátrica Británica y triangulada con los laboratorios de salud pública.

Entorno Estudio poblacional nacional (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda)

Pacientes Todos los lactantes menores de 90 días con listeriosis invasiva probada o probable

Principales medidas de resultado Incidencia, mortalidad, edad de la infección, características clínicas y resultado

Resultados Durante un período de 2 años (2017-2019), se notificaron 27 casos de listeriosis en lactantes <90 días de edad. La incidencia de listeriosis en este estudio fue de 1,8 por cada 100 000 nacidos vivos con una mortalidad del 7% (2/27). Casi todos los casos se presentaron dentro de las primeras 24 horas de vida (26/27). La mayoría (20/27, 74%) nacieron prematuros y 16/24 (67%) fueron hijos de mujeres de minorías étnicas.

Conclusiones La listeriosis invasiva en lactantes pequeños en el Reino Unido e Irlanda es poco frecuente y se presenta en una fase temprana del periodo neonatal. Deberían modificarse las directrices nacionales que recomiendan el uso de amoxicilina como parte de los regímenes empíricos para la sepsis y la meningitis en lactantes de más de 1 mes de edad.

·Kawasaki Disease and Pediatric Infectious Diseases During the Coronavirus Disease 2019 Pandemic. J Pediatr. 2021. PMID: 34324881

Evaluar la asociación epidemiológica entre la enfermedad de Kawasaki y las enfermedades infecciosas pediátricas (EPI) comunes identificadas durante el periodo de pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) para confirmar si la teoría de la infección desencadenada es una hipótesis plausible para la patogénesis de la enfermedad de Kawasaki.

Diseño del estudio. Se realizó un estudio epidemiológico retrospectivo utilizando conjuntos de datos obtenidos de la vigilancia basada en la web de la enfermedad de Kawasaki y las IDP en Japón. Se comparó el número semanal de pacientes que desarrollaron la enfermedad de Kawasaki y las IDP específicas entre 2020 y 2017-2019 y se evaluó la asociación entre la reducción porcentual del número de pacientes con estas enfermedades.

Resultados. Un total de 868 pacientes desarrollaron la enfermedad de Kawasaki en 2020. Durante el período de distanciamiento social en 2020, el número de pacientes con enfermedad de Kawasaki fue aproximadamente un 35% menor que en 2017-2019. El tiempo desde el inicio de la enfermedad de Kawasaki hasta la primera visita al hospital no difirió significativamente entre los años examinados. La proporción de niños mayores con enfermedad de Kawasaki disminuyó más que la de bebés con enfermedad de Kawasaki (edad <1 año), lo que dio lugar a una diferencia significativa en la proporción de pacientes infantiles entre 2020 y 2017-2019 (24% frente a 19%; P <0,01). El número de pacientes con enfermedad de Kawasaki incompleta no varió con respecto a los años anteriores. La reducción porcentual semanal en el número de pacientes fue diferente entre la enfermedad de Kawasaki y las IDP durante 2020, sin una fuerte correlación entre las 2 enfermedades.

Conclusiones. Nuestros datos indican que los padres de los pacientes con enfermedad de Kawasaki no evitaron las visitas al hospital durante el periodo de la pandemia COVID-19. Los hallazgos indican la posibilidad de que el desencadenamiento de la enfermedad de Kawasaki pueda estar asociado a patógenos respiratorios actualmente no identificados que podrían ser adquiridos tanto dentro como fuera del hogar.

En el contexto del aumento de la resistencia a antimicrobianos, la vigilancia de la sensibilidad in vitro es crucial. En la continua monitorización de estos datos, disponer de puntos de corte clínicos o epidemiológicos constituye una herramienta imprescindible. Por otra parte, aunque las infecciones no complicadas por Salmonella enterica no tifoidea (SNT) no suelen precisar antibioterapia, ciertos pacientes con inmunodeficiencia o de edades extremas, entre otras circunstancias, pueden beneficiarse de la administración de fluoroquinolonas o cefalosporinas de espectro extendido para reducir la posibilidad de bacteriemia e infecciones extraintestinales. Sin embargo, su uso excesivo en veterinaria e infecciones humanas ha conducido al incremento de aislados resistentes. En este punto, la azitromicina se erige como alternativa1,2. No obstante, ninguno de los comités del antibiograma (CLSI y EUCAST) ha definido a día de hoy puntos de corte clínicos para este antibiótico en SNT.

 Sra. Editora: En diciembre de 2019, en Wuhan (China) tuvo lugar el inicio de la pandemia COVID-19. El virus del SARS-CoV-2 rápidamente se extendió por todos los países del mundo, afectando por primera vez a un recién nacido (RN) en España, en marzo de 20201.

En las unidades neonatales, la práctica del método canguro (MC) se vio afectada durante los primeros meses de la pandemia ante la falta de evidencia sólida sobre la transmisión del virus y su posible afectación en los RN2. Por ejemplo, en el Hospital de Padova (Italia), para garantizar la seguridad, se implantó un cribado universal a todos los RN, padres y profesionales de las unidades neonatales dando buenos resultados incluso en los momentos de mayor incidencia3.

El objetivo de este estudio fue determinar el impacto de la pandemia por SARS-CoV-2 sobre el MC en las unidades neonatales españolas y establecer posibles áreas de mejora durante la misma.

Se realizó un estudio transversal, observacional, descriptivo. Se elaboró un cuestionario, ad hoc, el cual fue enviado a través de las redes sociales a los profesionales de las unidades neonatales españolas. El estudio se centró en evaluar el impacto de la pandemia sobre el MC y en conocer sus opiniones y percepciones sobre la situación.

Un total de 263 profesionales sanitarios, representantes de todas las comunidades autónomas españolas respondieron a la encuesta, cuyos resultados quedan resumidos en la tabla 1.

Sra. Editora: El abordaje de la enfermedad causada por el SARS-COV-2 (COVID-19) ha ido variando desde el inicio de la pandemia producida por dicho virus.

El desconocimiento inicial sobre los mecanismos de actuación del virus, la ausencia de bibliografía disponible y la gravedad del cuadro en pacientes adultos derivaron en pautas de tratamiento durante la primera ola que han ido cambiando posteriormente a medida que aumentaba el conocimiento de la enfermedad1. En este estudio descriptivo retrospectivo realizado en Urgencias Pediátricas del Hospital Universitario La Paz de Madrid analizamos y comparamos las características de los pacientes y su manejo entre la primera ola (31/03/2020-26/06/2020) y la segunda ola (20/07/2020-30/11/2020).

En la primera ola fueron identificados 74 pacientes positivos para SARS-CoV-22,3 y en la segunda se diagnosticaron 180 pacientes. Los principales datos se exponen en la tabla 1.

·Screen Time in the Coronavirus 2019 Era: International Trends of Increasing Use Among 3- to 7-Year-Old Children. J Pediatr . 2021 Dec;239:59-66.e1

Objetivo. Evaluar los cambios en el uso de medios electrónicos basados en pantallas en niños de 3 a 7 años de edad en 6 países como resultado de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).

Diseño del estudio. Entre abril y julio de 2020, los padres de 2.516 niños completaron las medidas de la encuesta en línea informando sobre el uso actual (“ahora”) y retrospectivo (“antes de la pandemia”) de los medios basados en la pantalla con fines de entretenimiento, uso de aplicaciones educativas y socialización con la familia y los amigos. Los padres también informaron sobre las características socioeconómicas de la familia y el impacto de la pandemia en su bienestar físico (por ejemplo, si un miembro de la familia o un amigo había sido diagnosticado con COVID-19) y la perturbación social (por ejemplo, si la familia experimentó una pérdida de ingresos o de empleo debido a la pandemia).

Resultados. Por término medio, los niños utilizaron las pantallas más de 50 minutos durante la pandemia que antes. Esto se debió en gran medida al aumento del uso de pantallas con fines de entretenimiento (casi 40 minutos) y del uso de aplicaciones educativas (más de 20 minutos). No hubo ningún cambio general en el uso de pantallas para socializar con la familia y los amigos. Los niños de hogares de menor nivel socioeconómico aumentaron el uso de la pantalla tanto para el entretenimiento como para el uso de aplicaciones educativas en mayor medida que los niños de hogares de mayor nivel socioeconómico.

Conclusiones. La pandemia mundial causada por el COVID-19 ha aumentado el uso general de los medios electrónicos basados en la pantalla. A medida que las vidas se vuelven cada vez más digitales por necesidad, se necesitan más investigaciones para comprender mejor las consecuencias positivas y negativas del uso de los medios electrónicos basados en la pantalla.

·Early Impact of Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 on Pediatric Clinical Research: A Pan-European and Canadian Snapshot in Time. J Pediatr. 2021 Dec;239:67-73.e3.

Objetivo. Captar los primeros efectos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en la investigación clínica pediátrica.

Diseño del estudio. Las redes de investigación clínica pediátrica de 20 países y 50 de sus centros de investigación afiliados completaron dos encuestas durante un mes, desde principios de mayo hasta principios de junio de 2020. Las redes se pusieron en contacto con sus centros afiliados y contribuyeron a la interpretación de los resultados mediante discusiones de grupo paneuropeas. Basándose en las fechas de primera detección del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), los países formaron un grupo de detección temprana y otro de detección tardía. Se comprobó la hipótesis de que esta agrupación influía en la investigación clínica.

Resultados. Los centros de investigación se vieron afectados por primera vez por la pandemia a mediados de marzo de 2020 (16 de marzo ± 10 días, la misma fecha que el inicio del bloqueo; P = 0,99). Desde el primer impacto hasta principios de junio, los procesos de iniciación y análisis de viabilidad de los centros se vieron afectados para más del 50% de los centros. El personal fue redirigido a la investigación de COVID-19 para el 44% de los centros, y el 75,5% de los centros estaban involucrados en la investigación pediátrica de COVID-19 (sólo el 6,3% informó de casos de COVID-19 en sus otros ensayos pediátricos). Las estrategias de mitigación se utilizaron de forma diferente entre los grupos de países de detección temprana y tardía y entre los países con y sin un grupo de trabajo de investigación sobre COVID-19 pediátrico. Los efectos positivos incluyen el desarrollo de capacidades de teletrabajo.

Conclusiones. A través de este esfuerzo de colaboración de las redes de investigación pediátrica, descubrimos que los ensayos pediátricos se vieron afectados y se llevaron a cabo con una serie de mitigaciones aplicadas de forma desigual entre los países durante la pandemia. El impacto global podría ser mayor de lo que se percibe. En un contexto en el que la investigación clínica es cada vez más multinacional, este informe revela la importancia de la colaboración entre redes nacionales.

·Screening Students and Staff for Asymptomatic Coronavirus Disease 2019 in Chicago Schools. J Pediatr . 2021 Dec;239:74-80.e1

Objetivos. Evaluar las tasas de positividad al coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo-2 (SARS-CoV-2) asintomático en las escuelas K-8 con procedimientos de mitigación de riesgos en vigor, y evaluar la transmisión del SARS-CoV-2 en los contactos escolares y domésticos de estos individuos positivos.

Diseño del estudio. En este estudio observacional prospectivo, se realizaron pruebas de cribado para el SARS-CoV-2 mediante hisopado orofaríngeo y análisis de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en estudiantes y personal de escuelas privadas K-8 en códigos postales de alto riesgo de Chicago. Se consultaron los nuevos diagnósticos o síntomas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) entre los participantes, los contactos del hogar y los no participantes en cada escuela.

Resultados. Entre 11 escuelas privadas K-8 en 8 códigos postales de Chicago, 468 participantes (346 estudiantes, 122 miembros del personal) se sometieron a pruebas de detección. En la primera escuela, 17 participantes (36%) dieron positivo, pero la investigación epidemiológica sugirió que no había transmisión en la escuela. Sólo 5 participantes de las 10 escuelas siguientes dieron positivo, lo que supone una tasa global de positividad del 4,7% (1,2% excluyendo la escuela 1). Todas las pruebas positivas entre los estudiantes presenciales, excepto una, tenían valores de umbral de ciclo de PCR elevados, lo que sugiere cargas virales de SARS-CoV-2 muy bajas. En todas las escuelas, ningún otro estudiante, personal o contacto familiar informó de nuevos diagnósticos o síntomas de COVID-19 durante las dos semanas siguientes a las pruebas de detección.

Conclusiones. Identificamos COVID-19 asintomático infrecuente en las escuelas de las comunidades de alto riesgo de Chicago y no identificamos la transmisión entre el personal de la escuela, los estudiantes o sus contactos domésticos. Estos datos sugieren que los procedimientos de mitigación de COVID-19, incluyendo el uso de mascarillas y el distanciamiento físico, son eficaces para prevenir la transmisión de COVID-19 en las escuelas. Estos resultados pueden servir de base para futuras estrategias de pruebas de cribado en las escuelas K-8.

·Pediatricians’ Knowledge and Practices Related to Mumps Diagnosis and Prevention. J Pediatr. 2021 Dec;239:81-88.e2.

Objetivos. Evaluar los conocimientos y las prácticas de pruebas de paperas de los pediatras, identificar las características de los médicos y los consultorios asociadas con las prácticas de pruebas de paperas, y evaluar los conocimientos y las prácticas de notificación y respuesta a los brotes.

Diseño del estudio. Entre enero y abril de 2020, se encuestó a una red nacional representativa de pediatras. Se generaron estadísticas descriptivas para todos los ítems. Se utilizó la prueba χ2, las pruebas t y la regresión de Poisson para comparar las características de los médicos y las prácticas entre los encuestados que rara vez o nunca frente a algunas veces o a menudo/siempre harían pruebas de paperas en un niño de 17 años vacunado frente a parotiditis en un entorno sin brotes.

Resultados. La tasa de respuesta fue del 67% (297 de 444). En cuanto a los conocimientos, más de la mitad de los pediatras respondieron de forma incorrecta o “no saben” a 6 de las 9 afirmaciones verdaderas/falsas sobre la epidemiología, el diagnóstico y la prevención de las paperas, y más de la mitad dijeron necesitar orientación adicional sobre la prueba de las paperas con hisopo bucal. En cuanto a las prácticas de pruebas, el 59% de los encuestados informó que a veces (35%) o a menudo/siempre (24%) haría pruebas de paperas en un joven de 17 años vacunado con parotiditis en un entorno sin brotes; los médicos de mayor edad, los médicos rurales y los médicos del noreste o del medio oeste eran más propensos a hacer pruebas de paperas. El 36% de los pediatras informaron de que a menudo/siempre informarían a las autoridades de salud pública de un paciente con sospecha de paperas.

Conclusiones. Los pediatras señalan lagunas de conocimiento sobre las paperas y prácticas que no se ajustan a las recomendaciones de salud pública. Estas lagunas pueden conducir a un subdiagnóstico y a una infradeclaración de los casos de paperas, lo que retrasa las medidas de respuesta de salud pública y contribuye a la transmisión continua de la enfermedad.

La infección por Escherichia coli productora de toxina Shiga (STEC) puede provocar una simple diarrea, pero también un síndrome hemolítico y urémico (SHU) potencialmente mortal en los lactantes. El diagnóstico se basa en la amplificación de los genes que codifican la toxina Shiga (stx) en las heces.1 La creciente capacidad de detección de STEC gracias a la disponibilidad de la PCR multiplex plantea dudas sobre la interpretación por parte de los clínicos de una PCR positiva en pacientes con diarrea aguda. Por lo tanto, es necesario conocer la tasa de portación asintomática entre los lactantes pequeños. Hemos evaluado la tasa de portación de STEC en una gran cohorte de niños menores de 2 años, con riesgo de padecer SHU en Francia, independientemente de su modalidad de atención.

Este trabajo es un estudio auxiliar de una encuesta longitudinal sobre la resistencia a los antimicrobianos de las Enterobacterias fecales realizada en niños de 6 a 24 años …

Objetivos Los pacientes de grupos étnicos minoritarios y los trabajadores clave están sobrerrepresentados entre los adultos hospitalizados o que mueren por COVID-19. En esta cohorte retrospectiva basada en la población, describimos la asociación de la etnia, la situación socioeconómica y el estatus de trabajador clave de la familia con la incidencia y la gravedad del Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico Asociado Temporalmente al SARS-CoV-2 (PIMS-TS).

Entorno Evelina London Children’s Hospital (ELCH), el hospital pediátrico terciario de la región del Servicio de Recuperación del Támesis Sur (STRS).

Participantes 70 niños con PIMS-TS ingresados del 14 de febrero al 2 de junio de 2020.

Medidas de resultado Se presenta la incidencia y las OR crudas, comparando el origen étnico y el estatus socioeconómico de nuestra cohorte y la población de captación, utilizando los datos del censo y el Índice de Privación Múltiple (IMD). Se utiliza la regresión para estimar la asociación de la etnia y el IMD con la duración del ingreso y la necesidad de cuidados intensivos, inótropos y ventilación.

Resultados La incidencia fue significativamente mayor en los niños de los grupos étnicos negro (25,0 casos por cada 100 000 habitantes), asiático (6,4/100 000) y otros (17,8/100 000), en comparación con 1,6/100 000 en los grupos étnicos blanco (ORs 15,7, 4,0 y 11,2, respectivamente). La incidencia fue mayor en los tres quintiles más desfavorecidos en comparación con el quintil menos desfavorecido (por ejemplo, 8,1/100 000 en el quintil 1 frente a 1,6/100 000 en el quintil 5, OR 5,2). Las proporciones de familias con trabajadores clave (50%) superaron las proporciones de captación. La duración de la estancia al ingreso fue un 38% más larga en los niños de etnia negra que en los blancos (IC del 95%: 4% a 82%; mediana de 8 días frente a 6 días). 9/10 niños que requerían ventilación eran de grupos étnicos negros.

Conclusiones Los niños de grupos étnicos minoritarios, que viven en zonas más desfavorecidas y en familias con trabajadores clave están sobrerrepresentados. Los niños de grupos étnicos negros tuvieron ingresos más prolongados; el origen étnico puede estar asociado con la necesidad de ventilación.

Objetivo Los niños están relativamente protegidos de COVID-19, debido a una serie de posibles mecanismos. Se investigó si el contacto con los niños también ofrece a los adultos cierto grado de protección frente al COVID-19.

Diseño Estudio de cohorte basado en datos administrativos vinculados.

Entorno Escocia.

Población del estudio Todos los trabajadores sanitarios del Servicio Nacional de Salud de Escocia y sus contactos domésticos en marzo de 2020.

Exposición principal Número de niños pequeños (0-11 años) que viven en el hogar del participante.

Resultados principales COVID-19 que requieren hospitalización, y cualquier COVID-19 (cualquier prueba positiva para el SARS-CoV-2) en adultos de ≥18 años entre el 1 de marzo y el 12 de octubre de 2020.

Resultados 241 266, 41 198, 23 783 y 3850 adultos compartían un hogar con 0, 1, 2 y 3 o más niños pequeños, respectivamente. Durante el período de estudio, el riesgo de COVID-19 que requirió hospitalización se redujo progresivamente con el aumento del número de niños en el hogar – HR totalmente ajustado (aHR) 0,93 por niño (IC del 95%: 0,79 a 1,10). El riesgo de cualquier COVID-19 se redujo de forma similar, siendo la asociación estadísticamente significativa (RHa por niño 0,93; IC del 95%: 0,88 a 0,98). Tras la reapertura de las escuelas a todos los niños en agosto de 2020, no se observó ninguna asociación entre la exposición a los niños pequeños y el riesgo de cualquier COVID-19 (aHR por niño 1,03; IC del 95%: 0,92 a 1,14).

Conclusión Entre marzo y octubre de 2020, vivir con niños pequeños se asoció con un riesgo atenuado de cualquier COVID-19 y COVID-19 que requiera hospitalización entre los adultos que viven en hogares de trabajadores sanitarios. No hubo pruebas de que vivir con niños pequeños aumentara el riesgo de COVID-19 de los adultos, incluso durante el período posterior a la reapertura de las escuelas.

La reciente autorización de las vacunas contra el nuevo coronavirus, el SARS-CoV-2, plantea importantes cuestiones sobre la priorización de la vacuna para quienes tienen más probabilidades de beneficiarse de la protección. A diferencia de las vacunas contra la gripe, actualmente no se sabe si alguna de las vacunas contra el SRAS-CoV-2 puede interrumpir la transmisión ulterior a otras personas. Por lo tanto, la decisión de vacunar debe basarse en la protección directa que ofrece la vacuna a los vacunados. La mayor carga de enfermedad grave, hospitalización y muerte corresponde a los adultos mayores, lo que plantea la cuestión de si los niños y los jóvenes deben ser vacunados durante el despliegue temprano de cualquier programa nacional de inmunización.

Las autoridades sanitarias de todo el mundo han adoptado medidas de distanciamiento social y restricciones de movimiento, además de otras medidas de salud pública para reducir la exposición y suprimir la transmisión interhumana del SRAS-CoV-2. En Italia, se introdujo un bloqueo nacional con cierre de escuelas de marzo a mayo de 2020. A partir de noviembre de 2020, Italia se ha dividido en zonas según los datos epidemiológicos regionales, con la reapertura de las escuelas primarias, asociada al uso obligatorio de mascarillas y a diferentes niveles de medidas de distanciamiento social. En el caso de los niños con síntomas sugestivos de COVID-19, el mecanismo de vigilancia para el control de la infección por SARS-CoV-2 se basa en la realización de una PCR en tiempo real en un hisopo nasofaríngeo. Se ha introducido una prueba de diagnóstico en el hospital universitario de nivel terciario, el Instituto de Salud Materno-Infantil, IRCCS “Burlo Garofolo” de Trieste, que consiste en un ensayo de amplificación múltiple de ácidos nucleicos para 13 patógenos respiratorios comunes en un hisopo nasofaríngeo (Ensayo de Chip de Flujo Respiratorio (Vitro, Sevilla, España), incluyendo SARS-CoV-2, gripe A y B, adenovirus, otros coronavirus, virus de la parainfluenza 1-4, enterovirus, bocavirus, metapneumovirus, virus sincitial respiratorio (RSV), rinovirus, Bordetella pertussis, Bordetella parapertussis y Mycoplasma pneumoniae. Antes de la utilización rutinaria, se utilizaron muestras de control de calidad estándar internacional para cada patógeno para la validación de la prueba, y no se encontró ninguna detección cruzada entre los diferentes patógenos. Los criterios de remisión de las pruebas no cambiaron durante el periodo de estudio. La variabilidad semanal del número de pruebas totales realizadas se debió a las variaciones normales de la enfermedad aguda. Durante la última temporada de invierno, desde septiembre de 2020 (semana 39) hasta febrero de 2021 (semana 7), se analizaron 1138 hisopos nasofaríngeos de pacientes menores de 17 años (figura 1). Durante este periodo no se detectó la gripe A o B ni el VRS. El patógeno más común fue el rinovirus (n=505), seguido de los adenovirus (n=131), otros coronavirus (n=101) y el SARS-CoV-2 (n=57). Nuestros datos muestran que la circulación de los patógenos comunes de invierno cambió, y el virus de la gripe y el VRS no produjeron una epidemia estacional en la temporada de invierno 2020-2021…

El síndrome de fiebre periódica, estomatitis aftosa, faringitis y adenitis (PFAPA) se caracteriza por episodios de fiebre de unos pocos días de duración que presentan clásicamente una periodicidad de reloj. Desde la descripción inicial del síndrome PFAPA por Gary Marshall en 1987, se ha reconocido que la estomatitis, la faringitis y la adenitis se presentan de forma variable.1 Su fenotipo es consistente con una condición autoinflamatoria de etiología genética desconocida que posiblemente implique un desencadenante infeccioso/ambiental, dado que los antecedentes familiares están presentes en aproximadamente el 27% de los casos.2 La historia natural es la aparición antes de los 6 años, seguida de una resolución espontánea a los 15 años. El tratamiento con colchicina puede reducir la frecuencia de los episodios y la amigdalectomía suele ser curativa.3

El diagnóstico del síndrome PFAPA es clínico, pero puede ser difícil porque afecta predominantemente a niños pequeños que suelen sufrir frecuentes infecciones víricas febriles. Nuestra hipótesis es que la reducción de la transmisión de los virus debido a las medidas de control de la salud pública puede dar lugar a un mayor reconocimiento del síndrome PFAPA. Realizamos un análisis descriptivo retrospectivo de los datos clínicos recogidos de forma rutinaria en nuestras clínicas ambulatorias de inmunología y reumatología pediátrica terciarias en el Bristol Royal Hospital for Children, Reino Unido, entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de marzo de 2021.

Durante el período de estudio, 77/957 (8%) derivaciones fueron diagnosticadas con PFAPA. El número de niños diagnosticados con síndrome PFAPA aumentó significativamente durante la pandemia de COVID-19 (razón de tasas de incidencia 2,54; IC del 95%: 1,56 a 4,02) y sus características fueron similares a las de los niños diagnosticados en la época prepandémica (figura 1 y tabla 1). En comparación, hubo un modesto aumento global de las derivaciones al servicio (razón de tasas de incidencia 1,71; IC del 95%: 1,46 a 2,00). Durante la pandemia, 16/26 (62%) niños con síndrome PFAPA se sometieron a una mediana de 5 (rango 1-15) pruebas de infección por SARS-CoV-2 mediante PCR, y en 2/16 (13%) al menos una prueba fue positiva. Se realizó una prueba de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 en 4/26 (15%) niños y en 1/4 (25%) fue positiva. 

Introducción: la epidemia de la enfermedad por coronavirus 2019 ha obligado a implementar diferentes medidas para mitigar el impacto de un aumento inevitable de casos de COVID-19, como fue el cierre de los colegios. A su reapertura, dado que la actividad deportiva en la infancia y adolescencia es clave para su óptimo desarrollo, nos planteamos: ¿son seguras las actividades extraescolares deportivas en tiempos de COVID?

Material y métodos: estudio observacional descriptivo longitudinal. Se siguió a 717 escolares deportistas y monitores de una asociación deportiva municipal que participaron en alguna de las actividades deportivas ofrecidas durante el periodo de septiembre a diciembre del año 2020. Ante un caso positivo, se contactó con la familia, cumplimentando la hoja de recogida de datos y realizando seguimiento de los menores. 

Resultados: de los 679 escolares deportistas y 38 adultos monitores estudiados, únicamente se registró un caso de infección por virus SARS-CoV-2. El caso fue un jugador de baloncesto de 13 años por un contacto familiar, la sintomatología fue leve y tanto él como su grupo de convivencia estable mantuvieron 10 días de cuarentena sin aparición de nuevos casos positivos. 

Conclusiones: nuestros resultados indican que si la práctica deportiva se realiza en grupos controlados, en medios optimizados y respetando las normas sanitarias, pueden ser espacios seguros para nuestra población pediátrica, con una baja tasa de transmisión del virus SARS-CoV-2. No hemos observado ningún brote en nuestra muestra habiendo implantado las medidas preventivas oportunas y siendo los niños excelentes cumplidores de las mismas. No obstante, es importante disponer de un registro preciso del alumnado existente para el rastreo de contactos e incidir tanto en las medidas generales de prevención como en las específicas para actividades deportivas para minimizar los riesgos. 

Los principales laboratorios públicos y privados han entrado en una carrera para encontrar una vacuna eficaz contra la COVID-19. Cuando esa vacuna llegue, los gobiernos tendrán que implementar los programas de vacunación que permitan alcanzar los niveles de inmunización necesarios para evitar la transmisión de la enfermedad. En este contexto, se planteará el dilema ético de la vacunación obligatoria vs. vacunación voluntaria. En el fondo de este dilema subyace el problema de los modelos éticos en los que se basan las decisiones políticas de los gobiernos en materias de salud. El artículo propone y argumenta la necesidad de fundamentar dichas políticas en un modelo ético de «primera persona», basado en la responsabilidad, que permita pasar de una ética normativa a una ética del comportamiento responsable. Este cambio de modelo ético, junto con determinadas propuestas de acción de tipo político, ayudará a recuperar la confianza institucional para que se puedan alcanzar los niveles necesarios de inmunidad colectiva frente a la COVID-19 a través de la vacunación voluntaria de los ciudadanos.

Hemos leído con interés la carta de Marco et al.1 en referencia a la baja sensibilidad de los test rápidos antigénicos (TRA) para cribar la infección por SARS-CoV-2.

Los autores reportan un brote de SARS-CoV-2 ocurrido en un módulo penitenciario, tras diagnosticar tres casos por TRA, realizan un cribado a un total de 81 reclusos, con una incidencia (por TRA) de infección por SARS-CoV-2 del 11% (9/81). Entre tres y cinco días más tarde un nuevo cribado por PCR en tiempo real (rt-PCR) a los 72 casos inicialmente negativos reporta una positividad del 37% (27/72). Los autores identifican los resultados previos de TRA como falsos negativos, concluyen que dada la baja sensibilidad de los TRA para el cribado del SARS-CoV-2, debería usarse la rt-PCR como técnica preferente.

Es vital comprender algunos puntos importantes de las estrategias de cribado con TRA, como la correcta interpretación del resultado, el momento adecuado para realizarlos y las ventajas de estos test sobre la rt-PCR.

Los TRA tienen una alta sensibilidad para detectar a las personas con elevada carga viral y potencial de transmisión del virus (sintomáticos y asintomáticos)2. Esta capacidad está relacionada con la carga viral del paciente, que podría relacionarse con el «cycle threshold» (Ct) de las rt-PCR, un marcador indirecto de la carga viral en un sujeto infectado. Los TRA son eficaces para diagnosticar infectados con Cts < 25, que se correlacionan con virus que crecen en cultivos celulares y son transmisibles3, 4, en estos casos los TRA han demostrado sensibilidades cercanas al 100%2. Los TRA por tanto podrían ser frecuentemente negativos a partir del 5° día de clínica (o 10° día de exposición) y universalmente en sujetos con baja carga viral.

El control con rt-PCR realizada entre tres y cinco días posteriores al cribado inicial reporta una tasa de positividad del 37% en sujetos con TRA negativo previo. La amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) de SARS-CoV-2 con rt-PCR o TMA (transcription-mediated amplification) detecta resultados positivos hasta varios días o semanas, respectivamente, tras la resolución clínica, cuando los sujetos ya no tienen capacidad de generar transmisión.

Por tanto, TRA y rt-PCR capturan escenarios distintos de la enfermedad. Los TRA ofrecen resultados positivos durante un período menor de tiempo, con relación a la fase aguda de la infección.

Si analizamos la cinética viral del SARS-CoV-2 (fig. 1 ), observamos que las estrategias de cribado frecuente con test de antígenos son igual de eficaces para detectar a las personas contagiosas del virus, que una más espaciada basada en una rt-PCR5. La diferencia se debe a las características de cada test, los TRA con test «versátiles» que pueden ser utilizados en cualquier entorno, tienen un coste bajo y tienen la ventaja de dar un resultado en 15 minutos, al contrario de la rt-PCR. Aplicar una estrategia de cribado con TRA podría identificar el mismo número de personas trasmisoras del virus comparada con rt-PCR.

Se evaluaron los resultados serológicos de los episodios de rickettsiosis clínicamente sospechados en el ámbito hospitalario. En total, 322 de 963 (33%) casos fueron positivos a la serología. Entre ellos, las tasas de sarpullido fueron bajas (30%), el tifus murino (MT) predominó sobre la fiebre manchada y la tasa de positividad de IgM fue mayor en el MT. Estos resultados sugieren que durante la rickettsiosis aguda, la serología puede identificar de forma fiable la infección por MT, pero puede subdiagnosticar la fiebre manchada.

La tuberculosis (TB) y los cánceres infantiles tienen presentaciones que se superponen y las neoplasias pueden ser diagnosticadas erróneamente como TB en entornos con alta carga de TB.

Métodos: Este estudio retrospectivo investigó el diagnóstico de TB en niños con cáncer registrados en el Registro de Tumores Infantiles del Hospital Tygerberg desde 2008 hasta 2018. Estudiamos a los niños que estaban en tratamiento antituberculoso (TAT) al momento del diagnóstico de cáncer o que fueron diagnosticados con TB dentro de 1 mes del diagnóstico de cáncer. Describimos las circunstancias y el alcance de este diagnóstico erróneo, cuantificamos el retraso en la terapia y documentamos los resultados de estos niños.

Resultados: Veintisiete de los 539 (5%) niños del registro iniciaron el TAT antes del diagnóstico de cáncer. Tanto la tuberculosis pulmonar como la extrapulmonar complicaron el diagnóstico de cáncer. De los 27 pacientes que estaban en TCA en el momento del diagnóstico de cáncer, 22 (81%) habían tenido contacto con un caso de TB y en 6 de 12 niños (50%) la prueba cutánea de la tuberculina fue positiva. En el momento del diagnóstico de cáncer, 16/27 (59%) niños presentaban cambios en la radiografía de tórax interpretados como tuberculosis, y 11/27 (41%) se consideraron sugestivos de tuberculosis en la revisión de expertos. La mediana del retraso diagnóstico entre el diagnóstico de tuberculosis y el de cáncer fue de 25 días (rango intercuartil 3,5-58). De 539 niños con cáncer, 204 (38%) murieron de cáncer, incluyendo 18/30 (60%) niños con TCA en el momento del diagnóstico de cáncer o diagnosticados de TB en el plazo de 1 mes desde el diagnóstico de cáncer (odds ratio 2,6; intervalo de confianza del 95%: 1,2-5,4; p = 0,012).

Conclusiones: El solapamiento clínico y radiológico de la TB y el cáncer provoca confusión diagnóstica en un número significativo de niños con cáncer y puede contribuir a aumentar la mortalidad.

·Cytomegalovirus Colitis in Immunocompetent and Immunocompromised Children: A 2-Center StudyThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(12):1101-1107, December 2021.

Los datos sobre la colitis por citomegalovirus (CMV) en niños son escasos. Nuestro objetivo es describir las características de la colitis por CMV en la infancia en términos de factores de riesgo, síntomas clínicos, diagnóstico, enfoques terapéuticos y resultados.

Métodos: Se estudiaron pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y no EII con colitis por CMV diagnosticada por histología y PCR de CMV tisular en 2 centros terciarios entre enero de 2017 y noviembre de 2019. Los datos clínicos y de laboratorio se recuperaron de las historias clínicas. Se describieron las condiciones subyacentes, el estado inmunitario, la respuesta a la terapia y los resultados, y se realizó un seguimiento hasta 6 meses después del diagnóstico.

Resultados: Se incluyeron un total de 16 niños (8 sin EBI, 7 con colitis ulcerosa y 1 con enfermedad de Crohn) con colitis por CMV. Todos los pacientes tenían diarrea persistente (con sangre en 13 casos). Hubo una diferencia de edad significativa entre los niños con EII y los que no la padecían ( P < 0,05). El diagnóstico final en 1 paciente fue de inmunodeficiencia con una mutación en el gen JAK1. Tres niños se clasificaron como aparentemente inmunocomprometidos y 4 como aparentemente inmunocompetentes. La úlcera no era visible en 2 niños del grupo de no-IBD. El nivel medio de calprotectina fecal de los niños con EII fue significativamente mayor que el de los niños sin EII (376,12 ± 231,21 µg/g frente a 160,96 ± 69,94 µg/g, P < 0,05). Tras el seguimiento, 1 paciente falleció por otro motivo. Se utilizó ganciclovir en 14 de 16 niños durante 3 semanas y se continuó el tratamiento con valganciclovir en 6 niños seleccionados.

Conclusiones: La colitis por CMV es una causa rara pero ignorada de diarrea prolongada en niños inmunocompetentes e inmunocomprometidos. La colitis por CMV puede presentarse sin formación de úlceras en la colonoscopia en los lactantes.

Antecedentes: El síndrome de rubéola congénita (SRC) es una enfermedad mortal que causa graves defectos congénitos. Indonesia tuvo el mayor número de casos de SRC en el mundo en 2016 con el compromiso de lograr la eliminación de la enfermedad de la rubéola para 2020, a través de la campaña y la introducción del programa nacional de vacunación contra el sarampión y la rubéola (MR) en 2017 y 2018. Este estudio tuvo como objetivo describir el impacto de la campaña nacional de vacunación mediante la realización de la vigilancia de los casos de SRC y la comparación de la incidencia de nuevos casos de SRC antes y después de la campaña de vacunación MR.

Métodos: Desde julio de 2015 hasta julio de 2020, llevamos a cabo la vigilancia del SRC en Yogyakarta. Los pacientes sospechosos fueron sometidos a exámenes clínicos completos. Se analizó la serología para detectar la presencia de anticuerpos IgM e IgG contra la rubéola. Se utilizó un análisis descriptivo para caracterizar las características demográficas y clínicas de los casos antes y después de la campaña de vacunación contra la RM.

Resultados: En el estudio participaron 229 lactantes con sospecha de SRC. Se encontraron casos confirmados por laboratorio en 47 de ellos (20,86%). La mayoría de los casos confirmados por laboratorio (55,3%) se registraron en lactantes de 1 a 5 meses de edad. Las características clínicas comunes entre los casos confirmados por laboratorio incluían defectos cardíacos estructurales en 43 (91,4%). Se produjo un descenso significativo (60,9%) de la incidencia del SRC, que pasó de 0,39 por cada 1.000 nacidos vivos en la época de la precampaña a 0,08 en la época de la poscampaña ( P = 0,00).

Conclusiones: Se ha producido un descenso significativo del número de casos de SRC según la precampaña y la poscampaña de vacunación contra el SRM en Yogyakarta, Indonesia. Un sistema de vigilancia eficaz ayudará a controlar el número de casos de SRC.

Se carece de datos sistemáticos sobre la COVID larga pediátrica. Este estudio evaluó prospectivamente a 90 niños con síntomas persistentes que acudieron a una clínica multidisciplinar designada para la COVID larga. En casi el 60%, los síntomas se asociaron a un deterioro funcional entre 1 y 7 meses después del inicio de la infección. Una evaluación estructurada exhaustiva reveló hallazgos anormales leves en aproximadamente la mitad de los pacientes, principalmente en el aspecto respiratorio.

Informamos de los primeros resultados de un estudio prospectivo de vigilancia de la bronquiolitis en atención primaria en Francia, en el que se detectó una epidemia retrasada de 10 semanas entre febrero y marzo de 2021. Entre 225 niños menores de 2 años con pruebas de hisopo para un primer episodio de bronquiolitis, el 55% tuvo una prueba positiva para el VRS, 0 para la gripe y 1 para el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2.

Actualidad bibliográfica noviembre 2021

TOP TEN

Se muestran las notificaciones de miocarditis y pericarditis tras la vacunación de la COVID

To characterize the clinical course and outcomes of children 12-18 years of age who developed probable myopericarditis after vaccination with the Pfizer-BioNTech (BNT162b2) coronavirus disease 2019 (COVID-19) messenger RNA (mRNA) vaccine.

Study design: A cross-sectional study of 25 children, aged 12-18 years, diagnosed with probable myopericarditis after COVID-19 mRNA vaccination as per the Centers for Disease Control and Prevention criteria for myopericarditis at 8 US centers between May 10, 2021, and June 20, 2021. We retrospectively collected the following data: demographics, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 virus detection or serologic testing, clinical manifestations, laboratory test results, imaging study results, treatment, and time to resolutions of symptoms.

Results: Most (88%) cases followed the second dose of vaccine, and chest pain (100%) was the most common presenting symptom. Patients came to medical attention a median of 2 days (range, <1-20 days) after receipt of Pfizer mRNA COVID-19 vaccination. All adolescents had an elevated plasma troponin concentration. Echocardiographic abnormalities were infrequent, and 92% showed normal cardiac function at presentation. However, cardiac magnetic resonance imaging, obtained in 16 patients (64%), revealed that 15 (94%) had late gadolinium enhancement consistent with myopericarditis. Most were treated with ibuprofen or an equivalent nonsteroidal anti-inflammatory drug for symptomatic relief. One patient was given a corticosteroid orally after the initial administration of ibuprofen or an nonsteroidal anti-inflammatory drug; 2 patients also received intravenous immune globulin. Symptom resolution was observed within 7 days in all patients.

Conclusions. Our data suggest that symptoms owing to myopericarditis after the mRNA COVID-19 vaccination tend to be mild and transient. Approximately two-thirds of patients underwent cardiac magnetic resonance imaging, which revealed evidence of myocardial inflammation despite a lack of echocardiographic abnormalities.

Objetivos: Caracterizar la evolución clínica y los resultados de los niños de 12 a 18 años de edad que desarrollaron una probable miopericarditis después de la vacunación con la vacuna de ARN mensajero (ARNm) contra la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) de Pfizer-BioNTech (BNT162b2).

Diseño del estudio: Un estudio transversal de 25 niños, de entre 12 y 18 años, diagnosticados de probable miopericarditis tras la vacunación con ARNm COVID-19 según los criterios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para la miopericarditis en 8 centros de Estados Unidos entre el 10 de mayo de 2021 y el 20 de junio de 2021. Se recopilaron retrospectivamente los siguientes datos: datos demográficos, detección del virus del síndrome respiratorio agudo severo 2 o pruebas serológicas, manifestaciones clínicas, resultados de pruebas de laboratorio, resultados de estudios de imagen, tratamiento y tiempo hasta la resolución de los síntomas.

Resultados: La mayoría de los casos (88%) se produjeron después de la segunda dosis de la vacuna, y el dolor torácico (100%) fue el síntoma de presentación más común. Los pacientes acudieron a la atención médica una mediana de 2 días (rango, <1-20 días) después de recibir la vacuna COVID-19 de Pfizer mRNA. Todos los adolescentes tenían una concentración de troponina plasmática elevada. Las anomalías ecocardiográficas eran infrecuentes, y el 92% mostraba una función cardíaca normal en el momento de la presentación. Sin embargo, las imágenes de resonancia magnética cardíaca, obtenidas en 16 pacientes (64%), revelaron que 15 (94%) tenían realce tardío de gadolinio compatible con miopericarditis. La mayoría fueron tratados con ibuprofeno o un antiinflamatorio no esteroideo equivalente para el alivio sintomático. A un paciente se le administró un corticosteroide por vía oral después de la administración inicial de ibuprofeno o un antiinflamatorio no esteroideo; 2 pacientes también recibieron inmunoglobulina intravenosa. En todos los pacientes se observó una resolución de los síntomas en un plazo de 7 días.

Conclusiones. Nuestros datos sugieren que los síntomas debidos a la miopericarditis tras la vacunación con ARNm COVID-19 tienden a ser leves y transitorios. Aproximadamente dos tercios de los pacientes fueron sometidos a una resonancia magnética cardíaca, que reveló evidencias de inflamación miocárdica a pesar de la ausencia de anomalías ecocardiográficas.

Study design

A cross-sectional study of 25 children, aged 12-18 years, diagnosed with probable myopericarditis after COVID-19 mRNA vaccination as per the Centers for Disease Control and Prevention criteria for myopericarditis at 8 US centers between May 10, 2021, and June 20, 2021. We retrospectively collected the following data: demographics, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 virus detection or serologic testing, clinical manifestations, laboratory test results, imaging study results, treatment, and time to resolutions of symptoms.

Results

Most (88%) cases followed the second dose of vaccine, and chest pain (100%) was the most common presenting symptom. Patients came to medical attention a median of 2 days (range, <1-20 days) after receipt of Pfizer mRNA COVID-19 vaccination. All adolescents had an elevated plasma troponin concentration. Echocardiographic abnormalities were infrequent, and 92% showed normal cardiac function at presentation. However, cardiac magnetic resonance imaging, obtained in 16 patients (64%), revealed that 15 (94%) had late gadolinium enhancement consistent with myopericarditis. Most were treated with ibuprofen or an equivalent nonsteroidal anti-inflammatory drug for symptomatic relief. One patient was given a corticosteroid orally after the initial administration of ibuprofen or an nonsteroidal anti-inflammatory drug; 2 patients also received intravenous immune globulin. Symptom resolution was observed within 7 days in all patients.

Conclusions

Our data suggest that symptoms owing to myopericarditis after the mRNA COVID-19 vaccination tend to be mild and transient. Approximately two-thirds of patients underwent cardiac magnetic resonance imaging, which revealed evidence of myocardial inflammation despite a lack of echocardiographic abnormalities.

Keywords: mRNA COVID-19 vaccine, myocarditis, pericarditis

Abbreviations: CDC, Centers for Disease Control and Prevention; CMR, Cardiac magnetic resonance imaging; COVID-19, Coronavirus disease 2019; IgG, Immunoglobulin G; mRNA, Messenger RNA; NSAID, Nonsteroidal anti-inflammatory drug; SARS-CoV-2, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2

To characterize the clinical course and outcomes of children 12-18 years of age who developed probable myopericarditis after vaccination with the Pfizer-BioNTech (BNT162b2) coronavirus disease 2019 (COVID-19) messenger RNA (mRNA) vaccine.

Study design

A cross-sectional study of 25 children, aged 12-18 years, diagnosed with probable myopericarditis after COVID-19 mRNA vaccination as per the Centers for Disease Control and Prevention criteria for myopericarditis at 8 US centers between May 10, 2021, and June 20, 2021. We retrospectively collected the following data: demographics, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 virus detection or serologic testing, clinical manifestations, laboratory test results, imaging study results, treatment, and time to resolutions of symptoms.

Results

Most (88%) cases followed the second dose of vaccine, and chest pain (100%) was the most common presenting symptom. Patients came to medical attention a median of 2 days (range, <1-20 days) after receipt of Pfizer mRNA COVID-19 vaccination. All adolescents had an elevated plasma troponin concentration. Echocardiographic abnormalities were infrequent, and 92% showed normal cardiac function at presentation. However, cardiac magnetic resonance imaging, obtained in 16 patients (64%), revealed that 15 (94%) had late gadolinium enhancement consistent with myopericarditis. Most were treated with ibuprofen or an equivalent nonsteroidal anti-inflammatory drug for symptomatic relief. One patient was given a corticosteroid orally after the initial administration of ibuprofen or an nonsteroidal anti-inflammatory drug; 2 patients also received intravenous immune globulin. Symptom resolution was observed within 7 days in all patients.

Conclusions

Our data suggest that symptoms owing to myopericarditis after the mRNA COVID-19 vaccination tend to be mild and transient. Approximately two-thirds of patients underwent cardiac magnetic resonance imaging, which revealed evidence of myocardial inflammation despite a lack of echocardiographic abnormalities.

Keywords: mRNA COVID-19 vaccine, myocarditis, pericarditis

Abbreviations: CDC, Centers for Disease Control and Prevention; CMR, Cardiac magnetic resonance imaging; COVID-19, Coronavirus disease 2019; IgG, Immunoglobulin G; mRNA, Messenger RNA; NSAID, Nonsteroidal anti-inflammatory drug; SARS-CoV-2, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2

Reports have emerged of myocarditis and pericarditis predominantly after the second dose of the coronavirus disease messenger ribonucleic acid vaccine. We describe 13 patients aged 12-17 years who presented with chest pain within 1 week after their second dose of the Pfizer vaccine and were found to have elevated serum troponin levels and evidence of myopericarditis.

La celulitis preseptal y la orbital son dos tipos de infección que rodean el tabique orbitario con resultados potenciales muy diferentes. Nuestro objetivo es describir las principales características diferenciales de ambas afecciones, haciendo especial hincapié en las herramientas diagnósticas y terapéuticas.

Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de los pacientes ingresados en un hospital terciario durante un período de 15 años (enero de 2004-octubre de 2019). Se incluyeron 198 pacientes con celulitis preseptal y 45 con celulitis orbitaria. Se realizó estadística descriptiva para examinar la información disponible.

Resultados: Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los pacientes con celulitis preseptal y orbital en cuanto a la edad (3,9 ± 2,14 vs. 7,5 ± 4,24 años), la presencia de fiebre (51,5% vs. 82,2%) y la sinusitis preexistente (2% vs. 77,8%) (todos P < 0,001). La diplopía, la oftalmoplejía y la proptosis sólo estaban presentes en la celulitis orbital ( P < 0,001). Los valores medios de la proteína C reactiva fueron significativamente mayores entre los niños con afectación orbitaria [136,35 mg/L (IQR 74,08-168,98) frente a 17,85 (IQR 6,33-50,10), P < 0,0001]. Se obtuvo un punto de corte de PCR>120 mg/L para la celulitis orbital. En el 75,6% de los casos de sospecha de celulitis orbitaria se realizó un TAC precoz que ayudó a detectar las complicaciones en una fase temprana. Se revelaron abscesos en el 70,6% de los casos, especialmente abscesos subperiósticos mediales (58,8%). Todos los pacientes recibieron antibióticos intravenosos, mientras que se prefirieron los corticosteroides en los pacientes con implicación orbital (8,6% frente a 73,3%, P < 0,001). Sólo el 26,7% de los pacientes requirió cirugía adicional.

Conclusiones: La presentación clínica y la PCR son extremadamente sensibles para el diagnóstico diferencial de la celulitis preseptal y orbitaria. El inicio rápido de los antibióticos intravenosos es obligatorio y puede evitar procedimientos quirúrgicos incluso en casos con abscesos incipientes.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator.

Objetivo Evaluar el impacto de la introducción del enfoque Paso a Paso en la calidad de la atención en lactantes febriles pequeños.

Diseño Estudio observacional que incluyó a lactantes ≤90 días de edad con fiebre sin origen atendidos en un servicio de urgencias pediátricas 5 años antes (n=1222) y después (n=1151) de su introducción. Se evaluó la calidad de la atención en términos de adherencia a las recomendaciones, uso de recursos y seguridad.

Resultados Adherencia: aumentaron los porcentajes de lactantes sometidos a análisis de orina y sangre y de lactantes de menos de 15 días que recibieron una evaluación completa de la sepsis (84,7% frente a 91,0% y 23,9% frente a 63,3%, respectivamente; p<0,01). Uso de recursos: las tasas de punción lumbar e ingreso disminuyeron (24,1% frente a 18,7% y 43,6% frente a 38,3%, respectivamente; p<0,01), mientras que la tasa de antibioterapia aumentó (30,2% frente a 43,2%; p<0,01). Seguridad: la tasa de infección bacteriana invasiva entre los lactantes tratados como pacientes externos no cambió (0,7% frente a 0,3%; p=0,24).

Conclusión La introducción del Paso a Paso aumentó la calidad de la atención prestada a los lactantes febriles pequeños.

Identificar a los niños con infección bacteriana grave (SBI) puede ser un reto. Para ayudar a los médicos en el Reino Unido e Irlanda, el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia en la Atención (NICE) proporciona orientación sobre los niños con mayor riesgo a través de la directriz NICE (NG51) Sepsis: reconocimiento, diagnóstico y manejo temprano. Uno de esos grupos de “alto riesgo” son los lactantes menores de 3 meses que presentan fiebre o antecedentes de fiebre superior a 38°C. Para este grupo de alto riesgo, la NG51 del NICE recomienda una investigación exhaustiva y la administración de antibióticos de amplio espectro a todos ellos en el plazo de una hora.1 Sin embargo, a nivel internacional, los enfoques difieren. En EE.UU. y Europa se han desarrollado herramientas de decisión clínica validadas.2 3 Estas herramientas permiten un enfoque personalizado que reduce la necesidad de intervenciones dolorosas como la punción lumbar, mejora la administración de antimicrobianos y reduce la necesidad de ingreso hospitalario.2 3

Aunque los enfoques de la evaluación y la gestión varían a nivel internacional, hay algunas áreas en las que estamos de acuerdo. Las tasas de infecciones bacterianas graves son similares en el Reino Unido, Europa y EE.UU.: entre el 10% y el 20% de los lactantes febriles tienen una infección bacteriana grave2-4, la mayoría de las cuales (9%-17%) serán infecciones del tracto urinario y (1%-3%) serán infecciones bacterianas invasivas, como la meningitis y la sepsis bacteriana2-4. Todos estamos de acuerdo en que los lactantes más pequeños de menos de 28 días de edad tienen un mayor riesgo de padecer infecciones bacterianas graves y, por último, todos estamos de acuerdo en que no se puede utilizar ningún patrón de características clínicas o hallazgos en los exámenes para…

Desde que en marzo de 2020 se declarara la pandemia COVID-19 hemos aprendido muchas cosas del coronavirus SARS-CoV-2, y de su papel en la enfermedad pediátrica.

Los niños se infectan en un porcentaje bastante similar a los adultos, si bien en la mayoría de las ocasiones sufren cuadros leves o asintomáticos. Alrededor de un 1% de infectados precisan hospitalización, menos de un 0,02% precisan cuidados intensivos, y la mortalidad es muy baja y generalmente en niños con comorbilidades. Los cuadros clínicos más habituales son infecciones respiratorias de vías altas o bajas, cuadros gastrointestinales y con mayor gravedad el síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C). La mayoría de los episodios no precisan tratamiento, salvo el MIS-C. El remdesivir se ha empleado generalmente como tratamiento compasivo y aún está por definir su papel.

El recién nacido puede infectarse, si bien la transmisión vertical es muy baja (<1%), y se ha demostrado que el bebé puede cohabitar de manera segura con su madre y recibir lactancia materna. En general las infecciones neonatales han sido leves.

La atención primaria ha soportado una parte muy importante del manejo de la pandemia en pediatría. Se han producido numerosos daños colaterales derivados de la dificultad de acceso a la asistencia y del aislamiento que han sufrido los niños. La salud mental de la población pediátrica se ha visto seriamente afectada. A pesar de que se ha demostrado que la escolarización no ha supuesto un incremento de los contagios, sino más bien todo lo contrario. Es fundamental seguir manteniendo las medidas de seguridad que permitan hacer de las escuelas un lugar seguro, tan necesario no solo para la educación infantil, sino para su salud en general.

El manejo de la infección por Helicobacter pylori en los niños es un dilema permanente en la práctica clínica. A lo largo de los años se han ido creando multitud de interrogantes respecto a los síntomas ligados a la infección, los métodos diagnósticos y los modos de tratamiento, siendo la más controvertida la indicación diagnóstica.

En los últimos 10 años el colectivo pediátrico ha dispuesto de una guía elaborada por expertos de las Sociedades de Gastroenterología Pediátrica de Europa (ESPGHAN) y Estados Unidos (NASPGHAN) publicada en 2011 y actualizada en 2017 que nos ha orientado en el manejo de la infección por H.pylori en la edad pediátrica.

El presente documento pretende unificar los criterios de indicación de estudio así como las pautas de diagnóstico y tratamiento de la infección por H.pylori en los niños y adolescentes para que puedan ser utilizadas tanto en atención primaria como en la clínica hospitalaria.

La emergencia sanitaria global causada por la actual pandemia de COVID-19 está suponiendo un enorme desafío a todos los niveles. El uso de la mascarilla puede reducir la propagación de la infección al minimizar la excreción de las gotitas de Flügge. Así, el objetivo de este trabajo es realizar una recopilación de la evidencia disponible sobre el uso de mascarillas en relación con las infecciones respiratorias.

Metodología: Se realizó una revisión de revisiones sistemáticas (umbrella review). Dos revisores realizaron de forma independiente el proceso de cribado, la extracción y el análisis de datos. Las discrepancias fueron solventadas con un tercer revisor, y la evaluación del riesgo de sesgo de los trabajos se realizó mediante la herramienta AMSTAR-2. Para el proceso de cribado se utilizó el programa Rayyan QCRI.

Resultados: Se incluyeron un total de 8 revisiones sistemáticas. Los estudios analizaron el uso en población general, en centros de cuidados de larga duración, centros hospitalarios, eventos masivos y compararon la efectividad para evitar las infecciones. Los resultados de esta revisión ponen de manifiesto que el uso de las mascarillas se asocia a un efecto protector frente a las infecciones respiratorias, tanto en los centros sanitarios como en los centros de cuidados de larga duración y en los eventos masivos.

Conclusiones: A la luz de los resultados parece razonable recomendar el uso de las mascarillas a la población general, pero este uso debe venir acompañado de un plan de formación para mejorar el cumplimiento, ya que su uso inadecuado puede favorecer la infección.

Analizamos los contagios de la enfermedad por coronavirus 2019 dentro de grupos de burbujas escolares en Cataluña, España, en presencia de fuertes intervenciones no farmacéuticas desde septiembre hasta diciembre de 2020. Más de 1 millón de estudiantes fueron organizados en grupos burbuja y monitoreados y analizados por los departamentos de Salud y Educación.

Métodos:  Tuvimos acceso a 2 fuentes de datos, y ambas fueron empleadas para el análisis, una es el sistema de vigilancia escolar catalán y la otra del departamento educativo. En cuanto se detecta un caso índice positivo por parte del sistema sanitario, se exige el aislamiento de todos los miembros del grupo burbuja, además de un cribado sistemático proactivo obligatorio de cada individuo. Se notifican todos los casos infectados. Esto permite calcular el número medio de reproducción (R*), que corresponde al número medio de individuos infectados por caso índice.

Resultados: Encontramos que la propagación dentro del grupo de la burbuja era pequeña. Entre el 75% de los casos índice, no hubo transmisión a otros miembros en el aula, con un R* medio en todas las edades dentro de la burbuja de R* = 0,4. Encontramos una tendencia significativa a la edad en las tasas de ataque secundarias, con un R* que va de 0,2 en preescolar a 0,6 en jóvenes de secundaria.

Conclusiones: La tasa de ataques secundarios depende del nivel escolar y, por tanto, de la edad. Los eventos de superdifusión (brotes de 5 casos o más) en la infancia fueron raros, y sólo se produjeron en el 2,5% de todas las infecciones desencadenadas a partir de un caso índice pediátrico.

Casos clínicos

Escenario. Un niño de 10 semanas fue llevado a Urgencias por una mala alimentación. En la evaluación, estaba contento y alerta y permanecía asintomático tras un periodo de observación, amamantándose bien. Sin embargo, se obtuvo una muestra de orina limpia de rutina que reveló células blancas en el microscopio, lo que se confirmó al repetir el análisis. Por lo tanto, se le sondó y se le empezó a administrar antibióticos parenterales de acuerdo con las directrices nacionales y de la fundación. Sin embargo, ¿podría mejorarse la experiencia del paciente y su familia iniciando antibióticos orales de primera línea?

– Pregunta clínica estructurada. En lactantes asintomáticos de entre 60 y 90 días de edad (paciente), ¿son equivalentes los antibióticos orales (intervención) con los antibióticos parenterales (comparación) (resultado) para el tratamiento inicial de la infección del tracto urinario (ITU)?

-Escenario clínico

Un niño de 2 meses llega al servicio de urgencias con una historia de 24 horas de fiebre (≥38°C) y malestar inespecífico. Su aspecto es bueno en la exploración. La microscopía de orina revela organismos y glóbulos blancos, y un hemograma completo muestra un recuento de glóbulos blancos de 16×109/L. Las directrices del National Institute for Health and Care Excellence (NICE)1 recomiendan actualmente que se realice una punción lumbar como parte de su evaluación, pero usted se pregunta si este procedimiento invasivo adicional es lo mejor para la paciente.

Pregunta clínica

En un niño de 1 a 3 meses con fiebre, microscopía de orina positiva y sin características clínicas de meningitis (población), ¿cuál es la probabilidad de diagnosticar meningitis (resultado) tras la punción lumbar (intervención)?

Criterios de búsqueda

Se realizaron búsquedas en PubMed y Cochrane utilizando “Paediatric+Urinary tract infection+Meningitis” y se encontraron 85 resultados, de los cuales 7 fueron relevantes.

Comentario

¿Cuál es el problema?

Como pediatra, no es infrecuente valorar a un lactante de 1 a 3 meses en el servicio de urgencias, donde en base a la exploración clínica, los análisis de sangre y la microscopía de orina existe un alto índice de sospecha de infección urinaria (ITU). Para no pasar por alto una meningitis oculta, las directrices suelen sugerir la realización de un cribado completo de sepsis con punción lumbar, un mensaje reforzado por la última guía del NICE.1

Si la concurrencia de una ITU y una meningitis bacteriana (BM) es frecuente, debería ser una práctica rutinaria realizar ambas en un lactante de 1 a 3 meses de edad con buen aspecto y evidencia de una ITU y un recuento de glóbulos blancos elevado o bajo. Sin embargo, si esta concurrencia es infrecuente, la realización rutinaria de una punción lumbar supone la realización de un procedimiento invasivo innecesario, con los consiguientes riesgos que conlleva.

De los siete estudios pertinentes [tabla 1], las tasas globales de cultivos de líquido cefalorraquídeo (LCR) y de orina concomitantes positivos en lactantes <3 meses a los que se les realizó una punción lumbar oscilaron entre el 0% y el 2,1%.2-8.

·More than a Bump on the HeadJ Pediatr. 2021 Jun 25;S0022-3476(21)00634-X. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.06.052

Un niño de 9 años se presentó con una historia de 2 semanas de fiebre y cefalea frontal, seguida de una inflamación frontal 3 días antes del ingreso. No tenía síntomas visuales ni neurológicos y negaba haber tenido síntomas respiratorios o traumatismos previos. Se observó una hinchazón bien circunscrita, sensible, firme y globular de 3 × 3 cm sobre la frente (Figura 1). Los hallazgos de los exámenes neurológicos y oftalmológicos no fueron notables. Los diagnósticos diferenciales fueron el tumor hinchado de Pott, el tumor óseo y el hematoma infectado. Las imágenes radiológicas demostraron una osteomielitis del hueso frontal con colección subperióstica y sinusitis frontal (Figura 2). Se hizo un diagnóstico de tumor hinchado de Pott basado en la constelación de signos y características radiológicas. El niño fue tratado con terapia antibiótica intravenosa de amplio espectro durante un total de 8 semanas y mostró una recuperación completa

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator.

Un niño de 5 años ingresó en nuestro hospital debido a una insuficiencia respiratoria rápidamente progresiva. Un día antes del ingreso, acudió a su médico de cabecera con síntomas de fiebre, rinorrea y tos. Se diagnosticó neumonía a partir de una radiografía de tórax que mostraba una sombra infiltrativa en el campo pulmonar inferior izquierdo (Figura 1). Se prescribió un antibiótico oral. Sin embargo, el paciente regresó al día siguiente por dificultad respiratoria y dolor torácico. En la exploración física destacaba una temperatura de 39,2 °C, una frecuencia respiratoria de 30 respiraciones/min, una saturación de oxígeno del 90% con aire ambiente y una disminución de los ruidos respiratorios en el pulmón izquierdo. La radiografía de tórax reveló atelectasia de todo el pulmón izquierdo y desviación traqueal hacia la izquierda.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

La COVID-19 puede causar intususcepción en los bebés. Informamos de un caso de intususcepción ileocólica grave en un lactante con COVID-19 que requirió una resección ileocólica. Una revisión de la literatura reveló otros 9 casos con COVID-19 e intususcepción. En este artículo, discutiremos el manejo y el tratamiento del primer caso reportado de intususcepción asociada a COVID-19 en Italia.

·Rat Bite Fever: Variability in Clinical Presentation and Management in Children. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):e439-e442, November 2021.

La fiebre por mordedura de rata es una enfermedad sistémica causada con mayor frecuencia por el Streptobacillus moniliformis que se caracteriza clásicamente por fiebre, erupción cutánea y poliartritis migratoria. Aquí, destacamos las presentaciones clínicas altamente variables de la fiebre por mordedura de rata en los niños y la importancia de mantener un alto grado de sospecha para que se pueda iniciar rápidamente el tratamiento adecuado.

Examinamos 17 lactantes menores de 1 año con linfadenitis bacteriana inguinal; 8 tenían un episodio previo de onfalitis o un procedimiento umbilical, y un tercio estaban afebriles y recibieron inicialmente el diagnóstico erróneo de hernia encarcelada. Nuestros hallazgos sugieren una posible asociación entre la linfadenitis bacteriana inguinal en lactantes y los problemas umbilicales.

·Recurrence of Acute Myocarditis Temporally Associated with Receipt of the mRNA Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Vaccine in a Male AdolescentJ Pediatr. 2021 Nov; 238: 321–323.

We report a case of a 17-year-old male adolescent with a recurrence of acute myocarditis 4 months after an initial episode of acute myocarditis negative for severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 and 48 hours after receiving his second dose of the Pfizer-BioNTech coronavirus disease 2019 messenger ribonucleic acid vaccine.

The Pfizer-BioNTech coronavirus disease 2019 (COVID-19) messenger ribonucleic acid (mRNA) vaccine has an efficacy of 95% at preventing severe COVID-19, with a low reported incidence of serious adverse events during phase 2/3 global clinical trials.1 On December 11, 2020, the US Food and Drug Administration (FDA) issued an Emergency Use Authorization for the Pfizer-BioNTech vaccine for the prevention of COVID-19 in persons 16 years of age and older. On May 10, 2021, the FDA issued an Emergency Use Authorization for the Pfizer-BioNTech vaccine for persons 12-16 years of age.2 We describe a case of an adolescent male patient who had recurrence of acute myocarditis temporally associated with receipt of a second dose of the Pfizer-BioNTech mRNA COVID-19 vaccine.

·Second Episode of Multisystem Inflammatory Syndrome in Children: Relapse, Rebound, or Recurrence?. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):e452, November 2021.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (SMI-C), que se produce pocas semanas después de la infección por el síndrome respiratorio agudo severo – coronavirus 2 (sintomático o asintomático), se teoriza como un fenómeno postinfeccioso mediado por autoanticuerpos, y comparte algunas características clínicas e inmunofisiológicas con la enfermedad de Kawasaki.1 Se sabe que la enfermedad de Kawasaki tiene recidivas,2 pero no se ha informado de tales recidivas con el SMI-C. Describimos a un adolescente que tuvo un segundo episodio de CMI después de 4 semanas del primer episodio.

La infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 inicialmente identificada en 2019 en Wuhan (China), causante de la denominada enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), es actualmente causa de una pandemia global con importantes repercusiones en España.

La transmisión vertical de SARS-CoV-2 continúa siendo una incógnita sin resolver hasta la fecha. Diferentes autores han sugerido la posibilidad de transmisión intraútero, pero no está claro si esta ocurre vía transplacentaria, a través del canal del parto o en el periodo posnatal inmediato1. Se han publicado casos aislados, series de casos2,3 y recomendaciones de expertos de las distintas sociedades científicas4,5, con resultados muy heterogéneos en cuanto a la definición de transmisión vertical, muestras biológicas estudiadas y manifestaciones clínicas en el neonato.

Presentamos el caso de un recién nacido pretérmino, hijo de madre COVID-19+que acude a Urgencias por trabajo de parto a las 29+6 semanas. Test antigénico positivo en muestra respiratoria hace 9 días, realizado por contacto con conviviente (pareja). PCR nasofaríngea positiva antes del parto. Asintomática. Embarazo controlado de curso normal, controles ecográficos y serológicos normales. Se inicia tocólisis y maduración pulmonar con imposibilidad para frenar el parto.

Nace recién nacido varón a las 29+6 semanas (1.455g). Parto vaginal. Amniorrexis intraparto. Apgar 6/8. Precisa intubación al nacimiento por esfuerzo respiratorio ineficaz, ventilación mecánica convencional y administración de surfactante en la primera hora de vida. Radiografía de tórax con patrón retículo-intersticial bilateral indicativo de síndrome de distrés respiratorio del prematuro. Ingresa en habitación individual de la UCIN, en aislamiento de contacto y por gotas en incubadora, según las recomendaciones actuales4,5. Al nacimiento y al tercer día se extraen muestras respiratorias con PCR positiva y Ct bajos (tabla 1). Analítica de sangre normal, no linfopenia ni elevación de marcadores de inflamación (tabla 2). Se extuba al segundo día con buena evolución, sin otra clínica salvo apneas de la prematuridad. PCR nasofaríngea a los 7, 12 y 15 días persistentemente positivas. Se amplía estudio analítico a los 7 días, sin objetivarse elevación de marcadores de inflamación sistémica (tabla 2), salvo dímero-D 4.788,00 ng/ml. A los 10 días, PCR en sangre negativa; a pesar de no demostrarse viremia, se objetiva eliminación del virus en orina y heces. Serologías del recién nacido (IgM e IgG) persistentemente negativas a los 1, 12 y 15 días. Se obtiene la primera PCR nasofaríngea negativa a los 21 días, permitiendo retirar las medidas de aislamiento. No se objetiva seroconversión a las 4 semanas de vida (tabla 1).

Para profundizar

A pesar del impacto demostrado de la aplicación de la vacuna antineumocócica (VNC) sobre la otitis media (OM), no se ha demostrado la eficacia específica del serotipo de las VNC de 7 y 13 componentes (VNC7 y VNC13) en la vida real debido a la escasez de casos con cultivo positivo. Además, no se ha estudiado la eficacia de la PCV13 contra la OM antes de la licencia.

Métodos. El estudio se realizó desde octubre de 2009 hasta julio de 2013. Los pacientes caso fueron niños de 5 a 35 meses con OM (en su mayoría OM compleja [recurrente/no responde, drenaje espontáneo, crónica con derrame]) de los que se obtuvo un cultivo de líquido del oído medio; los controles fueron niños contemporáneos con gastroenteritis rotavirus negativa en una vigilancia prospectiva de rotavirus basada en la población, del mismo grupo de edad con distribución étnica y ubicación geográfica similares. La eficacia de la vacuna (EV) se estimó como 1 menos la odds ratio mediante una regresión logística incondicional, ajustando por el tiempo transcurrido desde la implantación de la PCV, la edad y el origen étnico.

Resultados. Se estudiaron un total de 223 pacientes de casos y 1370 controles. Los serotipos 19F y 19A causaron conjuntamente el 56,1% de todas las OM de tipo vacunal (VT). Se demostró la VE de ≥2 dosis de PCV en niños de 5 a 35 meses de edad: PCV7 contra la OM debida a los serotipos PCV7, 57,2% (intervalo de confianza del 95%, 6,0%-80,5%); PCV13 contra la OM debida a los serotipos PCV13, 77,4% (53,3%-92. 1%); PCV13 contra la OM debida a los 6 serotipos adicionales no PCV7, 67,4% (17,6%-87,1%); PCV13 contra la OM debida al serotipo 19F, 91,3% (1,4%-99,2%); y PCV13 contra la OM debida al serotipo 3, 85,2% (23,9%-98,4%). La VE de PCV7 y PCV13 frente a la MO debida al serotipo 19A en niños de 12 a 35 meses fue del 72,4% (intervalo de confianza del 95%, 6,2%-91,9%) y del 94,6% (33,9%-99,6%), respectivamente.

Conclusiones.  La PCV7 y la PCV13 fueron eficaces contra la OM compleja causada por los serotipos seleccionados.

La gastroenteritis aguda (GEA) causa una carga sustancial en los Estados Unidos, pero su etiología a menudo permanece indeterminada. Se utilizó la vigilancia activa dentro de un sistema integrado de prestación de servicios de salud para estimar la prevalencia y la incidencia de norovirus, rotavirus, sapovirus y astrovirus atendidos médicamente.

Métodos. La vigilancia activa se llevó a cabo entre todos los miembros inscritos de Kaiser Permanente Northwest durante julio de 2014 a junio de 2016. Se reclutó una muestra representativa y estratificada por edad de los encuentros médicos asociados a AGE para proporcionar una muestra de heces para ser analizada para norovirus, rotavirus, sapovirus y astrovirus. Los encuentros de AGE asistidos médicamente (MAAGE) de un paciente que ocurrieron en un plazo de 30 días se agruparon en un episodio, y se calculó la incidencia de MAAGE por todas las causas. Se calcularon las estimaciones de incidencia específicas de cada patógeno y del entorno sanitario mediante bootstrapping estratificado por edad.

Resultados. La incidencia global de MAAGE fue de 40,6 episodios por 1000 personas-año (PY), y la mayoría de los episodios no requirieron más que atención ambulatoria. El norovirus fue el patógeno más frecuentemente detectado, con una incidencia de 5,5 episodios atendidos por 1000 PY. La incidencia de norovirus MAAGE fue mayor entre los niños de < 5 años (20,4 episodios por 1000 PY), seguidos de los adultos de ≥ 65 años (4,5 episodios por 1000 PY). Otros patógenos del estudio mostraron patrones similares por edad, pero una menor incidencia global (sapovirus: 2,4 por 1000 PY; astrovirus: 1,3 por 1000 PY; rotavirus: 0,5 por 1000 PY).

Conclusiones. Los enteropatógenos víricos, en particular el norovirus, contribuyen de forma importante a la MAAGE, especialmente entre los niños menores de 5 años. Los presentes resultados subrayan la importancia del uso juicioso de antibióticos para la EAG pediátrica y sugieren que una vacuna eficaz contra el norovirus podría reducir sustancialmente la EAG.

Background. La enfermedad meningocócica invasiva (EMI), causada por Neisseria meningitidis, provoca una morbilidad y mortalidad significativas en todo el mundo. El objetivo de esta revisión es establecer la eficacia de las vacunas meningocócicas en la prevención de la EMI y de la portación faríngea de N. meningitidis.

Métodos. Se realizó una búsqueda en PubMed, Embase, Scopus y en estudios no publicados hasta el 1 de febrero de 2020.

Resultados. Después de eliminar los duplicados, se examinaron 8565 estudios y se incluyeron 27 estudios. Las vacunas meningocócicas C proporcionaron protección contra la EMI del grupo C (odds ratio [OR], 0,13 [intervalo de confianza del 95% {CI}, 0,07- 0,23]), las vacunas de vesícula de membrana externa (OMV) contra la EMI del grupo B (OR, 0,35 [IC del 95%, 0,25- 0,48]) y las vacunas meningocócicas A, C, W, Y (MenACWY) contra la EMI del grupo ACWY (OR, 0,31 [IC del 95%, 0,20- 0,49]). Un único análisis de series temporales encontró una reducción tras un programa de 4CMenB infantil (razón de tasas de incidencia, 0,25 [IC del 95%, 0,19- 0,36]). Las vacunas multivalentes MenACWY no redujeron la portación (riesgo relativo [RR], 0,88 [IC del 95%, 0,66-1,18]), a diferencia de las vacunas monovalentes C (RR, 0,50 [IC del 95%, 0,26- 0,97]). La vacuna 4CMenB no tuvo ningún efecto sobre el porte del grupo B (RR, 1,12 [IC 95%, 0,90-1,40]). Tampoco se redujo el porte del grupo B tras la vacunación MenB-FHbp (RR, 0,98 [IC del 95%, 0,53-1,79]).

Conclusiones.Las vacunas meningocócicas conjugadas C, ACWY y OMV son eficaces para reducir la EMI. Un pequeño número de estudios demuestra que las vacunas conjugadas monovalentes C reducen la portación faríngea de N. meningitidis. No hay pruebas de que las vacunas multivalentes MenACWY, OMV o MenB recombinante reduzcan la portación, lo que tiene implicaciones para las estrategias de inmunización.

Se ha aprendido mucho sobre la epidemiología del SRAS-CoV-2 desde diciembre de 2019. Los niños no son superdifusores del SRAS-CoV-2.1 Parecen tener tasas de infección y de transmisión mucho más bajas en comparación con los adultos, especialmente los niños pequeños menores de 10-14 años.2-4 Sin embargo, muchos de estos datos deben interpretarse con precaución porque se recogieron al principio de la pandemia, cuando los niños tenían una exposición limitada al SRAS-CoV-2 debido a la introducción de los cierres nacionales y el cierre de las escuelas. Resulta alentador que los datos más recientes recogidos tras la reapertura de las escuelas en septiembre sugieran que las tasas de SARS-CoV-2 en los niños siguen siendo bajas en comparación con las de los adultos, incluso en zonas con una prevalencia cada vez más alta…

Conclusión: La aplicación de las recomendaciones basadas en la evidencia para la escuela primaria es una prioridad para todos los gobiernos a fin de evitar que los niños pequeños pierdan innecesariamente cantidades significativas de escolarización este invierno, junto con un efecto en cadena para sus familias. La gran variedad de recomendaciones en Europa sugiere que esta homogeneidad de enfoque está lejos. Los padres y los profesores deben comprender que las nuevas pruebas y los índices de transmisión se revisarán continuamente y que las recomendaciones cambiarán si es necesario. Sólo con este nivel de transparencia seremos capaces de mantener las escuelas abiertas este invierno al tiempo que mantenemos la confianza de los padres y de toda la sociedad a medida que las tasas aumentan en toda Europa.

En esta revisión sistemática y metanálisis, los autores encontraron que los corticosteroides adyuvantes pueden prevenir la cicatrización renal al tratamiento con antibióticos en la IU febril. Debido a las pruebas de calidad moderada, se necesitan más ensayos aleatorios multicéntricos con un tamaño de muestra adecuado.

Antecedentes La pielonefritis aguda en los niños puede dar lugar a una cicatrización renal permanente que es causada principalmente por la inflamación durante la infección aguda. El tratamiento con antibióticos por sí solo no es suficiente para reducir significativamente la cicatrización renal, y el tratamiento adyuvante con corticosteroides ha mostrado una reducción significativa de las citoquinas inflamatorias en la orina, lo que ha motivado su evaluación en ensayos controlados aleatorios. Unos pocos ensayos clínicos mostraron una tendencia a la reducción de la cicatrización renal, pero no tenían un tamaño de muestra adecuado para mostrar un efecto significativo. Por lo tanto, se planeó sintetizar las pruebas disponibles sobre el papel de los corticosteroides como tratamiento adyuvante en la reducción de la cicatrización renal.

Objetivo Evaluar la eficacia y la seguridad del tratamiento adyuvante con corticosteroides para la prevención de las cicatrices renales en niños con pielonefritis aguda.

Diseño Revisión sistemática y metanálisis.

Entorno Infecciones urinarias febriles adquiridas en la comunidad.

Pacientes Niños (menores de 18 años) con pielonefritis aguda.

Intervención Tratamiento adyuvante con corticoides (junto con el tratamiento antibiótico).

Medidas de resultado principales Primario: eficacia en la prevención de la cicatrización renal; secundario: eventos adversos graves asociados al tratamiento con corticosteroides.

Resultados Se incluyeron tres ensayos aleatorios (529 niños). Los corticosteroides son eficaces para disminuir el riesgo de cicatrización renal en comparación con el placebo (cociente de riesgos [CR]: 0,57; IC del 95%: 0,36 a 0,90). No se observó un aumento significativo del riesgo de bacteriemia (RR: 1,38; IC del 95%: 0,23 a 8,23) y de hospitalización (RR: 0,87; IC del 95%: 0,3 a 2,55) en el grupo de corticosteroides.

Conclusión Las pruebas de calidad moderada indican que el “tratamiento adyuvante con corticosteroides” de corta duración junto con el tratamiento antibiótico habitual en la infección urinaria febril aguda reduce significativamente el riesgo de cicatrización renal sin efectos adversos significativos.

Después de leer con interés la comunicación de Oltra-Benavent et al.1 del Hospital Universitari i Politécnic La Fe (HUPLF), «Selección del tratamiento antibiótico empírico en pielonefritis según el perfil del paciente», publicado en la revista Anales de Pediatría, nos gustaría compararlo con los datos de los pacientes con patología nefrourológica (PNU) diagnosticados de infección del tracto urinario (ITU) febril en el Servicio de Urgencias Pediátricas (SUP) del Hospital Universitario La Paz (HULP) entre enero de 2015 y diciembre de 2019.

Nuestra cohorte de pacientes con PNU e ITU febril fue similar (HULP 193 vs. HUPLF 188). La edad media fue 4,8±cinco años y el 56% fueron mujeres.

El 77,2% de los casos presentaban una única PNU, 14% dos y 8,8% tres. En el 77,2% de los casos se trataba de patología sobre la vía urinaria, 29% patología renal, 13% vesical, 10,4% urogenital y 2,1% anorrectal.

A diferencia de lo observado por el grupo del HUPLF, E. coli fue claramente el uropatógeno responsable de ITU febril en el niño con uropatía conocida (HULP 67,3% vs. HUPLF 53,2%), a gran distancia de otros gramnegativos (K. pneumoniae 7,8%, P. mirabilis 4,1%, E. cloacae 3,6% y P. aeruginosa 2,6%). Este resultado puede explicar que nuestros porcentajes de resistencias antimicrobianas fueran más bajos que en la serie del HUPLF (tabla 1). Por tanto, y de acuerdo con lo reflejado en el documento de consenso de Piñeiro Pérez et al.2, en la selección de la antibioterapia empírica inicial resulta fundamental conocer el patrón local de patógenos y su susceptibilidad antimicrobiana.

 

Se quería conocer la eficacia de las vacunas MMR, MMR+V y MMRV contra el sarampión, paperas, rubeola y varicela en niños (hasta 15 años). También se quería saber si las vacunas causan efectos no deseados.

Esta es una actualización del 2019 de una revisión publicada por primera vez en el 2005 y actualizada anteriormente en el 2012. Se publica de nuevo en noviembre de 2021.

Se encontraron 138 estudios con más de 23 millones de niños. Cincuenta y un estudios (10 millones de niños) evaluaron la eficacia de las vacunas para prevenir las enfermedades, y 87 estudios (13 millones de niños) evaluaron los efectos no deseados. En esta actualización de 2020 se han incluido 74 nuevos estudios publicados desde 2012.

Sarampión: los resultados de siete estudios (12 000 niños) mostraron que una dosis de la vacuna fue efectiva en un 95% para la prevención del sarampión. El 7% de los niños no vacunados se contagió de sarampión. Esta cifra descendió a menos del 0,5% en los niños que recibieron una dosis de la vacuna.

Paperas: los resultados de seis estudios (9915 niños) mostraron que una dosis de la vacuna fue efectiva en un 72% para la prevención de las paperas. Este porcentaje aumentó al 86% con dos dosis, (tres estudios, 7792 niños). En niños no vacunados, el 7,4% se contagió de paperas. Esta cifra disminuiría al 1% si los niños recibieran dos dosis de la vacuna.

Los resultados en el caso de la rubeola (un estudio, 1621 niños) y la varicela (un estudio, 2279 niños) también mostraron que las vacunas son efectivas. Una dosis de la vacuna fue efectiva en un 89% para la prevención de la rubeola, con una vacuna con la cepa BRD2 que solo se utiliza en China, y la vacuna MMRV fue efectiva en un 95% para la prevención de la varicela tras 10 años.

Efectos no deseados
En general, los estudios encontraron que las vacunas MMR, MMRV y MMR+V no causaron autismo (dos estudios 1 194 764 niños), encefalitis (dos estudios 1 071 088 niños) ni cualquier otra sospecha de efecto no deseado.

Los análisis mostraron riesgos muy bajos de convulsiones por temperatura elevada o fiebre (convulsiones febriles) alrededor de dos semanas después de la vacunación, y de un trastorno en el que la sangre no coagula de forma normal (púrpura trombocitopénica idiopática) en los niños vacunados.

En esta revisión, se incluyeron ensayos controlados aleatorizados en lactantes y niños pequeños que evaluaron la vacunación contra el rotavirus con Rotarix (GlaxoSmithKline) o RotaTeq (Merck). Estas vacunas han sido evaluadas en varios ensayos a gran escala y su uso está autorizado en muchos países. También se incluyeron ensayos que evaluaron Rotavac (Bharat Biotech Ltd.) y Rotasiil (Serum Institute of India Ltd.), vacunas contra el rotavirus que actualmente sólo se utilizan en la India. Las vacunas contra el rotavirus se compararon con un placebo o con ninguna vacuna. Los estudios incluidos no permitieron comparar entre sí las diferentes vacunas contra el rotavirus.

Se encontraron 60 estudios relevantes con un total de 228 233 participantes. Los ensayos se realizaron en varios lugares del mundo. Las vacunas analizadas fueron Rotarix (36 ensayos con 119 114 participantes), RotaTeq (15 ensayos con 88 934 participantes), Rotasiil (cinco ensayos con 11 753 participantes) y Rotavac (cuatro ensayos con 8432 participantes). Cincuenta y seis estudios fueron financiados o cofinanciados por los fabricantes de vacunas, mientras que cuatro fueron independientes de la financiación de los fabricantes.

En los dos primeros años de vida, se comprobó que las vacunas contra el rotavirus previenen más del 90% de los casos graves de diarrea por rotavirus en los países con tasas bajas de mortalidad infantil, más del 75% en los países con tasas medias de mortalidad infantil y entre el 35% y el 58% en los países con tasas altas de mortalidad infantil.

Las vacunas contra el rotavirus probablemente previenen más del 50% de los casos graves de diarrea por todas las causas (cualquier infección vírica, bacteriana o parasitaria) en los países con tasas bajas de mortalidad infantil, entre el 26% y el 36% en los países con tasas medias de mortalidad infantil, y entre ninguno y el 27% en los países con tasas altas de mortalidad infantil.

Las evidencias para los países con tasas bajas y medias de mortalidad infantil proceden de los estudios de las vacunas Rotarix y RotaTeq; estas dos vacunas han sido evaluadas en todos los contextos. Las vacunas Rotasiil y Rotavac sólo se han evaluado en países con tasas altas de mortalidad infantil.

Se encontró poca o ninguna diferencia en el número de episodios adversos graves entre los que recibieron las vacunas contra el rotavirus en comparación con el placebo o con ninguna vacuna.

Las vacunas contra el rotavirus podrían suponer una diferencia mínima o nula en el número de muertes o en los casos de invaginación intestinal, en comparación con el placebo o la ausencia de vacuna, pero la certeza de las evidencias fue limitada para estos desenlaces poco frecuentes.

Se incluyeron cinco estudios con 3343 participantes. Todos los estudios incluyeron un número reducido de participantes, entre los que se encontraban niños con un alto riesgo de desenlaces adversos si se infectaban con el VRS debido a problemas de salud subyacentes, como un nacimiento prematuro o problemas cardíacos o pulmonares.

La evidencia disponible indica que la profilaxis con palivizumab reduce la hospitalización debida a la infección por el VRS y produce poca o ninguna diferencia en la mortalidad o los eventos adversos. Además, el palivizumab da lugar a una ligera reducción de las hospitalizaciones por enfermedades relacionadas con las vías respiratorias y podría dar lugar a una gran reducción de las infecciones por el VRS. El palivizumab también reduce el número de días de sibilancias. Estos resultados podrían ser aplicables a los niños con un alto riesgo de infección por VRS debido a comorbilidades.

Se necesitan más investigaciones para establecer el efecto del palivizumab en niños con otras comorbilidades conocidas como factores de riesgo de la enfermedad grave por VRS (p. ej.: inmunodeficiencias) y otros determinantes sociales de la enfermedad, incluidos los niños que viven en países de ingresos bajos y medios, en regiones tropicales, los niños que carecen de lactancia materna, que viven en la pobreza o los miembros de familias en situación de hacinamiento.

·Epidemiology of Invasive Haemophilus influenzae Serotype a Disease—United States, 2008–2017.The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):1028, November 2021.

Tras la introducción de las vacunas contra el Haemophilus influenzae serotipo b (Hib) en la década de 1980-1990, la incidencia de la enfermedad invasiva por H. influenzae entre los niños <5 años de edad disminuyó en más del 99% en los Estados Unidos. Tras esta drástica reducción, la distribución del serotipo de los casos de H. influenzae invasiva cambió. Aunque el H. influenzae no tipificable y el H. influenzae serotipo f causan ahora la mayor parte de la enfermedad invasiva en los Estados Unidos, el H. influenzae serotipo a (Hia) es especialmente preocupante porque la incidencia aumentó en un promedio del 13% anual, de 0,02 por 100.000 en 2002 a 0,14 por 100.000 en 2015, y se ha informado de una incidencia elevada entre los niños y las poblaciones indígenas en los Estados Unidos y Canadá. En Alaska, la epidemiología de la Hia es distinta a la del resto de los Estados Unidos, y se han producido múltiples brotes de enfermedad invasiva por Hia. El Hia puede causar una enfermedad de presentación clínica y gravedad similar a la del Hib, y las vacunas contra el Hib no ofrecen protección cruzada contra el Hia. Se informan los datos de la vigilancia activa, basada en la población y en el laboratorio, durante 2008-2017 para describir la epidemiología actual de la enfermedad invasiva por Hia en los Estados Unidos y Alaska.

Tos húmeda crónica o tos seca en los niños: una diferencia importante en la elaboración de su historial. La bronquitis bacteriana prolongada es una de las principales causas de tos húmeda crónica en los niños. El tratamiento estándar actual es de 2 semanas de antibióticos, pero se desconoce la duración óptima de la terapia. Ruffles TJC et al (Lancet Respir Med 2021;9:1121-29) han descrito el primer ensayo controlado aleatorio para evaluar la duración del tratamiento con antibióticos en niños con tos húmeda crónica y sospecha de PBB. El editorial de Gilchrist y Carroll [The Lancet Respiratory Medicine 2021;9:1078-1079) ofrece una interesante …

Antecedentes: La bronquitis bacteriana prolongada (BPP) es una de las principales causas de tos húmeda crónica en los niños. El tratamiento estándar actual en las directrices europeas y americanas es de 2 semanas de antibióticos, pero se desconoce la duración óptima del tratamiento. Se describe el primer ensayo controlado aleatorio para evaluar la duración del tratamiento antibiótico en niños con tos húmeda crónica y sospecha de PBB. La hipótesis es que 4 semanas de amoxicilina-clavulánico es superior a 2 semanas para mejorar los resultados clínicos.

Métodos: Nuestro ensayo paralelo, doble ciego, controlado con placebo y aleatorizado se completó en cuatro hospitales australianos. Los niños de entre 2 meses y 19 años con tos húmeda crónica (>4 semanas de duración) y sospecha de PBB fueron asignados aleatoriamente (1:1) mediante una aleatorización en bloque permutada (estratificada por edad y lugar) a 4 semanas de amoxicilina-clavulánico (25-35 mg/kg de suspensión oral dos veces al día; grupo de 4 semanas) o a 2 semanas de amoxicilina-clavulánico seguidas de 2 semanas de placebo (grupo de 2 semanas). Los niños, los cuidadores, todos los coordinadores del estudio y los investigadores estaban enmascarados respecto a la asignación del tratamiento hasta que se completó el análisis de los datos. El resultado primario fue la curación clínica (resolución de la tos) en el día 28. Las medidas de resultado secundarias fueron la recurrencia de la PBB a los 6 meses, el tiempo hasta la siguiente exacerbación, el cambio en la puntuación de la calidad de vida específica de la tos de los padres (PC-QoL) desde el inicio hasta el día 28 y desde el día 28 hasta los 7 meses, los acontecimientos adversos, la bacteriología del hisopo nasal y la resistencia a los antimicrobianos. Los análisis siguieron el principio de intención de tratar. Este ensayo está completo y registrado en el Registro Australiano/Nueva Zelanda, ACTRN12616001725459.

Resultados: Entre el 8 de marzo de 2017 y el 30 de septiembre de 2019, se asignaron aleatoriamente 106 niños (52 en el grupo de 4 semanas, mediana de edad de 2-2 años [IQR 1-3-4-1]; 54 en el grupo de 2 semanas, mediana de edad de 1-7 años [1-2-3-8]) con 90 niños que completaron el tratamiento de 4 semanas. En el día 28, el criterio de valoración primario de curación clínica en el grupo de 4 semanas (32 [62%] de 52 pacientes) no fue significativamente diferente al del grupo de 2 semanas (38 [70%] de 54 pacientes; riesgo relativo ajustado 0-87 [IC del 95%: 0-60 a 1-28]; p=0-49). El tiempo hasta la siguiente exacerbación de la tos húmeda fue significativamente mayor en el grupo de 4 semanas que en el de 2 semanas (mediana de 150 días [IQR 38-181] frente a 36 días [15-181]; cociente de riesgos ajustado 0-47 [0-25 a 0-90]; p=0-02). La tasa de recurrencia de la PBB a los 6 meses fue de 17 (53%) de 32 pacientes en el grupo de 4 semanas frente a 28 (74%) de 38 pacientes en el grupo de 2 semanas, pero la diferencia entre los grupos no fue significativa (odds ratio ajustada 0-39 [0-14 a 1-04]; p=0-07). La PC-QoL mejoró significativamente desde el inicio hasta el día 28 en ambos grupos, pero no hubo diferencias significativas entre ellos (diferencia media de cambio -0-2 [IC del 95%: -1-0 a 0-6]; p=0-64). Desde el día 28 hasta los 7 meses, la mediana de la PC-QoL se mantuvo estable en ambos grupos, sin diferencias de cambio entre ellos. Los datos sobre patógenos respiratorios y resistencia a los antimicrobianos (hisopos emparejados disponibles para 48 niños) fueron similares entre los grupos. Se produjeron acontecimientos adversos en 13 (25%) niños del grupo de 2 semanas y en 10 (19%) del grupo de 4 semanas (p=0-57).

Interpretación: Un ciclo de 4 semanas de amoxicilina-clavulánico para el tratamiento de niños con tos húmeda crónica y sospecha de PBB confiere poca ventaja en comparación con un ciclo de 2 semanas para lograr la curación clínica a los 28 días. Sin embargo, dado que la duración de 4 semanas condujo a un periodo más largo sin tos, es prioritario identificar a los niños que se beneficiarían de un curso antibiótico más largo.

Se realizaron búsquedas de estudios sobre adultos o niños con asma que recibieron un macrólido o placebo durante al menos cuatro semanas para observar si sus síntomas mejoraban y daban lugar a menos probabilidades de que presentaran una crisis asmática, a menudo denominada “exacerbación”.

Se encontraron 25 estudios, incluyendo 2 nuevos que habían sido publicados desde la última búsqueda realizada en 2015. En general, poco más de 2000 pacientes recibieron un macrólido o placebo. Hubo muchos problemas en la forma en que se describieron los estudios y en la manera en que informaron los datos, lo que dio lugar a que las pruebas se consideraran de muy baja calidad y a que se redujera la confianza en la mayoría de los resultados. Los estudios fueron muy diferentes entre sí, por ejemplo, en cuanto a la gravedad del asma de los pacientes, el tipo de macrólido administrado y la duración del período de tratamiento.

Esta revisión mostró que los macrólidos fueron mejores que el placebo en la reducción de las exacerbaciones y pueden tener beneficios para algunas personas en la mejora de los síntomas del asma, el control del asma, la calidad de vida del asma y algunas medidas de la función pulmonar, pero no se sabe con certeza cuánto beneficio y para quién. Según un estudio bien realizado, el macrólido azitromicina puede tener algún beneficio para las personas con asma grave, pero en general los resultados de esta revisión no apoyan el uso de macrólidos para el asma de cualquier grado o gravedad. No hubo informes de efectos secundarios graves de los macrólidos, pero 16 estudios no informaron si ocurrieron.

Las infecciones del tracto respiratorio inferior (ITR) son responsables de más de 800.000 muertes al año en niños menores de 5 años en todo el mundo.1). Los métodos para diagnosticar la etiología de las IVR son limitados. La imagen radiológica se utiliza tradicionalmente como patrón de oro, pero carece de precisión.2 La obtención de muestras de esputo para el cultivo microbiano supone un reto en la población pediátrica; la inducción del esputo puede ser desagradable y el lavado broncoalveolar es un método invasivo. El hemocultivo carece de sensibilidad y, en general, el cultivo microbiano puede tardar varios días en dar resultados.2 La detección de patógenos virales por reacción en cadena de la polimerasa en muestras del tracto respiratorio superior no distingue las infecciones virales sintomáticas de las asintomáticas. El análisis metabolómico de los compuestos orgánicos volátiles (COV) en el aliento exhalado es una prometedora alternativa no invasiva a los métodos actuales para diagnosticar la IVR.3 Su principio se asemeja al de las pruebas de aliento utilizadas por la policía para detectar a los conductores ebrios. En la IVR, los diferentes patógenos causantes y las interacciones entre el huésped y el patógeno pueden cambiar la composición de los COV encontrados en el aliento exhalado, lo que proporciona un objetivo potencial para el diagnóstico.4

Esta revisión, dirigida al clínico, resume las diferentes técnicas de análisis del aliento disponibles, las diferentes infecciones del tracto respiratorio en las que se ha estudiado el aliento exhalado y los retos que conlleva la investigación del aliento en los niños.

·Changing Epidemiology of Bacterial Meningitis Since Introduction of Conjugate Vaccines: 3 Decades of National Meningitis Surveillance in The NetherlandsClinical Infectious Diseases, Volume 73, Issue 5, 1 September 2021, Pages e1099–e1107, https://doi.org/10.1093/cid/ciaa1774

La epidemiología de la meningitis bacteriana aguda ha cambiado sustancialmente desde la introducción de las vacunas conjugadas.

Métodos. Se analizaron los datos de vigilancia a nivel nacional de todos los aislamientos de líquido cefalorraquídeo recibidos por el Laboratorio de Referencia para la Meningitis Bacteriana de los Países Bajos. Se evaluó el impacto de las vacunas conjugadas en la incidencia (definida como episodios por cada 100.000 habitantes al año) y para los diferentes grupos de edad utilizando las tasas de incidencia (IRR), comparando la incidencia antes y después de la introducción de la vacuna conjugada.

Resultados. Se analizaron 17.393 episodios, de los cuales 5.960 (34%) se produjeron en niños en edad preescolar (de 3 meses a 4 años). En general, la incidencia de meningitis bacteriana disminuyó de 6,37 a 1,58 entre 1989-1993 y 2014-2019 (TIR, 0,25 [intervalo de confianza del 95% {CI}, 0,23- 0,26]; P < 0,001). Este descenso fue más pronunciado en los niños en edad preescolar y escolar (5-15 años); TIR, 0,10 [IC 95%, 0,09- 0,12] y 0,08 [IC 95%, 0,06- 0,10]; ambos P < 0,001. La incidencia fue mayor en los lactantes pequeños (<90 días) debido a la elevada incidencia de meningitis por estreptococos del grupo B y Escherichia coli (42,48 y 19,49, respectivamente). Las vacunas conjugadas redujeron eficazmente la incidencia de Haemophilus influenzae tipo b, Neisseria meningitidis serogrupo C y 10 serotipos de neumococo (TIR, 0,02- 0,04; P < 0,001). Al final del periodo observado, Streptococcus pneumoniae causó la mayoría de los casos de meningitis (829/1616 [51%]), sobre todo en adultos mayores (de 45 a 64 años) y en adultos de edad avanzada (de ≥65 años; incidencia de 1,06 y 1,54, respectivamente).

Conclusiones. Las vacunas conjugadas redujeron la carga de meningitis bacteriana, especialmente en los niños. Los esfuerzos para adoptar nuevas medidas de prevención de la meningitis bacteriana deben centrarse en los neonatos y los ancianos, ya que la tasa residual de la enfermedad sigue siendo elevada en estos grupos de edad.

Se han notificado complicaciones cardiovasculares con miocarditis en el síndrome inflamatorio multisistémico infantil (SMI-C) asociado a la infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2, pero la estrategia terapéutica óptima sigue siendo desconocida.

Métodos: En un estudio de cohorte retrospectivo se incluyeron 19 pacientes con disfunción sistólica aguda del ventrículo izquierdo asociada a MIS-C, con una media de edad de 13,2 ± 3,8 años, tratados entre abril de 2020 y abril de 2021.

Resultados: Se observó fracaso del tratamiento (FT) en 8 pacientes (en el grupo de inmunoglobulina intravenosa [IGIV] 7/10; en el grupo de corticosteroides [CS] 1/9). El factor de riesgo independiente para la FT fue el tratamiento con IGIV (odds ratio [OR] 18,6; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,6-222,93; p = 0,02). Los pacientes tratados inicialmente con CS se pusieron afebriles durante el primer día de hospitalización (1,5; rango intercuartil [IQR] 1-2), mientras que los pacientes tratados con IGIV se pusieron afebriles el cuarto día de hospitalización (IQR 2-4,25), después de añadir el CS. La proteína C reactiva (PCR) disminuyó significativamente en los pacientes tratados con CS el día 2 (p = 0,01), mientras que en el grupo de IGIV, la PCR disminuyó significativamente el cuarto día (p = 0,04). Los niveles de sodio y albúmina fueron más altos en el tercer día de hospitalización en el grupo de CS que en el grupo de IGIV (P = 0,015, P = 0,03). Sólo se observó una mejora significativa y una normalización de la fracción de eyección (FE) durante los tres primeros días en el grupo CS (P = 0,005). Las estancias en la UCI fueron más cortas en el grupo CS (4, IQR 2-5,5) que en el grupo IVIG (grupo IVIG 7, IQR 6-8,5) (P = 0,002).

Conclusiones: Entre los niños con MIS-C con afectación cardiovascular, el tratamiento con CS se asoció con una normalización más rápida de la FE del VI, fiebre, análisis de laboratorio y una UCI más corta que los pacientes tratados con IGIV.

Los supervivientes de la meningitis bacteriana (BM) a menudo sufren un deterioro de la calidad de vida derivado de las secuelas incapacitantes. Los autores se propusieron estimar la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) y la influencia de las secuelas neurológicas y audiológicas entre los supervivientes de meningitis bacteriana pediátrica.

Métodos: Los supervivientes de 2 ensayos de tratamiento de BM en el Hospital Infantil de Luanda, Angola, fueron evaluados en cuanto a la gravedad de la discapacidad mediante la escala de resultados de Glasgow modificada, que tiene en cuenta las secuelas neurológicas y audiológicas. Los niños que recibieron vacunas en el hospital durante el tiempo del estudio (1-2, 2017) y los hermanos de los supervivientes sirvieron como controles. La herramienta Pediatric Quality of Life Inventory (PedsQL) permitió identificar las disparidades de CVRS entre los casos y los controles.

Resultados:  En total, participaron 68 supervivientes del BM (mediana de tiempo desde el BM: 28 meses) y 35 controles. Los supervivientes obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas que los controles según los informes del PedsQL de los padres, lo que indica una menor CVRS (salud física: 82,5 frente a 100, P = 0,001; salud psicosocial: 80 frente a 90, P = 0,005; y puntuación total: 82,61 frente a 93, P = 0,004), mientras que no hubo diferencias entre los casos y los controles en el autoinforme del niño del PedsQL. En todas las clases de la Escala de Resultados de Glasgow, los casos difirieron significativamente de los controles en los términos del informe PedsQL de los padres, con puntuaciones totales de 84,21 (discapacidad leve/sin discapacidad), 43,54 (discapacidad moderada) y 55,56 (discapacidad grave), mientras que los controles puntuaron 91,3 (P = 0,04, P = 0,02 y P < 0,001, respectivamente).

Conclusiones:  Independientemente de la posible discapacidad, la CVRS de los supervivientes del BM está deteriorada, según la percepción de los padres. Es necesario facilitar el seguimiento de todos los supervivientes del BM, para permitir una rehabilitación oportuna cuando sea necesario.

Objetivo: Analizar las características clínicas, los factores pronósticos y los factores de riesgo de la infección crónica activa por el virus de Epstein-Barr en niños.

Diseño del estudio: Análisis observacional de los datos basales y de los datos de la evaluación de seguimiento de los niños con infección crónica activa por el virus de Epstein-Barr en nuestro centro entre el 1 de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2019; fueron seguidos hasta el 30 de junio de 2020.

Resultados: Hubo 96 niños con infección crónica activa por el virus de Epstein-Barr (50 niños y 46 niñas), con una mediana de edad de 6,7 años (rango de 0,6 a 17,6 años) en el momento del diagnóstico. La mediana del tiempo de seguimiento fue de 16,5 meses. Las tres manifestaciones clínicas más frecuentes fueron fiebre, aumento de los ganglios linfáticos y hepatomegalia o esplenomegalia. Treinta y tres pacientes (36,3%) tenían también un diagnóstico de linfohistiocitosis hemofagocítica (HLH). El virus de Epstein-Barr infectó sólo a los linfocitos T, a las células asesinas naturales o a ambos tipos de células T y asesinas naturales en 15 (33,3%), 17 (37,8%) y 13 (28,9%), respectivamente. Al final del seguimiento, 26 niños habían muerto, 60 sobrevivieron y 10 se perdieron en el seguimiento. En general, la supervivencia sin progresión fue del 69,8% ± 2,4%. El nivel de interleucina (IL)-6 e IL-10 y la combinación de una edad más joven y un grado patológico más bajo en el momento del diagnóstico fueron factores pronósticos independientes mediante el análisis de regresión de Cox (P = 0,009 y 0,018, respectivamente).

Conclusiones: Los niños con niveles más bajos de IL-6 e IL-10, o con una edad más joven y grados patológicos más bajos, tuvieron en general resultados favorables en el punto final del seguimiento, lo que indica mejores signos pronósticos.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·Racial and Ethnic Disparities in Multisystem Inflammatory Syndrome in Children in the United States, March 2020 to February 2021. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):e400-e406, November 2021.

La incidencia del síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) varía según la raza y el origen étnico. Este estudio evaluó si las disparidades en MIS-C en los Estados Unidos por raza y etnia superan las disparidades conocidas en la incidencia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).

Métodos: Se comparó la distribución de la raza y el origen étnico entre los pacientes con MIS-C (<21 años de edad, denominados niños) con inicio en marzo de 2020 a febrero de 2021 con la de los niños con COVID-19 y en la población general. El análisis se restringió a 369 condados con un alto grado de exhaustividad en la notificación de la raza y el origen étnico para MIS-C y COVID-19. Para cada grupo racial y étnico, se comparó el número observado de pacientes con MIS-C con el número esperado (proporción observada/esperada) en niños con COVID-19 y en la población general dentro de estos condados.

Resultados: En comparación con los niños de la población general, el SMI-C fue más frecuente entre los niños hispanos (139% de lo esperado) y negros no hispanos (183%) y menos frecuente entre los niños blancos no hispanos (64%) y asiáticos no hispanos (48%). En comparación con los niños con COVID-19, el MIS-C fue más frecuente en los niños negros no hispanos (207% de lo esperado) y menos frecuente en los niños blancos no hispanos (68%); sin embargo, la frecuencia no fue diferente entre los niños hispanos (102%) y asiáticos no hispanos (74%).

Conclusiones: Existen disparidades en MIS-C por raza y etnia, incluso después de controlar las disparidades de COVID-19 y las variaciones geográficas. La alta proporción de MIS-C entre los niños hispanos y la baja proporción entre los niños asiáticos no hispanos coinciden con las tasas de COVID-19, mientras que la alta proporción entre los niños negros no hispanos y la baja proporción entre los niños blancos no hispanos no se explican por las tasas de COVID-19.

La enfermedad de Kawasaki (EK) es una vasculitis aguda de los niños pequeños. Todavía no se ha informado de una comparación de las tasas de hospitalización en EE.UU. y las características epidemiológicas de la EK en 2020 con las de los años de la enfermedad precoronavírica.

Métodos: Utilizando una gran base de datos de pacientes hospitalizados, realizamos un estudio de cohorte retrospectivo y analizamos los datos de los pacientes con (1) codificación de diagnóstico de EK, (2) tratamiento de inmunoglobulina IV administrado durante la hospitalización y (3) fecha de alta entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de diciembre de 2020. Los casos graves se definieron como aquellos que requirieron terapia adyuvante o terapia resistente a la inmunoglobulina IV.

Resultados: El número anual de hospitalizaciones por EK se mantuvo estable de 2016 a 2019 (n = 1652, 1796, 1748, 1692, respectivamente), pero disminuyó en 2020 (n = 1383). Las hospitalizaciones de KD demostraron una variación estacional con un pico anual entre diciembre y abril. Se observó un segundo pico de ingresos por EK en mayo de 2020. La proporción de casos de EK clasificados como graves aumentó al 40% en 2020 desde el 33% durante los años 2016-2019 (P < 0,01). La mediana de edad en años aumentó de 2,9 en los sujetos hospitalizados de 2016 a 2019 a 3,2 en 2020 (P = 0,002).

Conclusiones: En comparación con los 4 años anteriores, el número anual de admisiones de EK pediátrica disminuyó, y los niños dados de alta con códigos de diagnóstico de EK en 2020 fueron generalmente mayores y más propensos a tener una morbilidad grave que posiblemente refleje el síndrome inflamatorio multisistémico mal diagnosticado en los niños. Los clínicos deben estar atentos a un posible aumento de las tasas de EK en la era posterior a la enfermedad del coronavirus 2019, a medida que se levantan las políticas de distanciamiento social y regresan otros virus asociados a la EK.

La dinámica viral y el papel de los niños en la propagación del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) no se conocen del todo. Nuestro objetivo fue evaluar los valores del umbral de ciclo (Ct) de la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR) entre los niños con SARS-CoV-2 confirmado en comparación con los sujetos adultos.

Métodos: Los pacientes (de 2 meses a ≤18 años de edad y adultos) con signos y síntomas de infección aguda por SARS-CoV-2 durante menos de 7 días se inscribieron prospectivamente en el estudio de mayo a noviembre de 2020. Todos los participantes realizaron un ensayo de RT-PCR para la detección del SARS-CoV-2; los valores Ct de las dianas de los genes ORF1ab , N y S y la media de las 3 sondas se utilizaron como sustitutos de la carga viral.

Resultados: Hubo 21 lactantes (de 2 meses a <2 años), 40 niños (≥2 a <12 años), 22 adolescentes (≥12 a <18 años) y 293 adultos de 376 participantes con infecciones confirmadas por SARS-CoV-2. Los valores Ct de la RT-PCR de todos los participantes menores de 18 años, así como de todos los subgrupos infantiles, no fueron significativamente diferentes a los de los adultos, comparando ORF1ab , N , S y todas las dianas génicas juntas ( P = 0,453).

Conclusiones: Los valores de Ct de los niños fueron comparables a los de los adultos. Aunque la carga viral no es el único factor determinante de la transmisión del SRAS-CoV-2, los niños pueden desempeñar un papel en la propagación de la enfermedad por coronavirus 2019 en la comunidad.

El cierre de escuelas es un tema de debate durante la actual pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19). Dado que los niños no son el principal impulsor de la transmisión de COVID-19 en la comunidad, debe darse prioridad a la educación escolar junto con las medidas adecuadas de prevención y control de la infección, según lo determine la incidencia local de COVID-19. Métodos: Investigamos las causas y las vías de transmisión de un grupo de escuelas primarias de COVID-19 que se produjo durante noviembre y diciembre de 2020 en Niigata, Japón.

Resultados: En el clúster, el virus se propagó entre los profesores, luego de los profesores a los estudiantes, y luego a sus familiares. Este clúster de la escuela primaria comprendía 26 pacientes infectados e incluía profesores (13/33, 39%), estudiantes (9/211, 4%) y familiares (4/65, 6%). La tasa de ataque secundario de los 3 profesores índice a los 30 profesores restantes fue del 33%; sin embargo, la tasa a los alumnos fue sólo del 4%. Entre los factores que contribuyeron a la formación de grupos se encuentran el hecho de que 2 de los profesores índice siguieron trabajando mientras estaban sintomáticos y que el entorno y las medidas de prevención de la infección en la sala de profesores eran inadecuados.

Conclusiones: Para abrir las escuelas de forma segura y sin interrupciones, se debe hacer hincapié en las medidas adecuadas para prevenir la infección por COVID-19 en las escuelas, no sólo para los niños, sino también para los profesores y su entorno.

·Low Prevalence of Severe Underlying Pathology in Children With Recurrent Respiratory Tract Infections. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):e424-e426, November 2021.

No se pudo detectar ninguna patología subyacente en el 64% de los 208 niños que presentaban infecciones recurrentes de las vías respiratorias en la práctica pediátrica general. Se diagnosticaron con frecuencia asma/sibilancias preescolares e hipertrofia adenoidea. Ninguno de los niños tenía una inmunodeficiencia primaria grave o una enfermedad pulmonar severa como la fibrosis quística. Nuestros hallazgos pueden orientar a los pediatras en su enfoque diagnóstico de los niños con infecciones del tracto respiratorio.

La otitis media aguda recurrente en los primeros años de vida puede explicarse por una disfunción inmunitaria. En consecuencia, cabría esperar que los niños propensos a la otitis (OP) fueran más susceptibles a otras enfermedades infecciosas, especialmente a las infecciones respiratorias, ya que un componente del problema inmunitario implica la inmunidad innata nasofaríngea.

Diseño: Estudio de cohortes con identificación prospectiva de todas las consultas por enfermedades respiratorias diagnosticadas por médicos y atendidas por médicos en niños de 6 meses a 5 años de edad para determinar la incidencia de neumonía, sinusitis aguda, gripe y otras infecciones bacterianas y virales entre los niños con OP en comparación con los niños sin OP (NOP). Timpanocentesis para confirmar microbiológicamente la enfermedad de otitis media aguda.

Resultados: Se estudiaron 285 niños. Treinta y nueve cumplían la definición estándar de OP estrictamente definida (sOP) determinada por timpanocentesis y 246 eran NOP. Los niños sOP presentaban una mayor frecuencia de presuntas infecciones respiratorias, neumonía (6 veces mayor, P < 0,001), sinusitis (2,1 veces mayor, P = 0,026) e influenza (2,9 veces mayor, P = 0,002), en comparación con los niños NOP. La diferencia de pliegues ajustada por covariables demográficas y de factores de riesgo entre los niños sOP y NOP para todas las visitas por enfermedad de infección respiratoria fue 2,4 veces ( P < 0,00001) a los 6-18 meses de edad, 2,2 veces ( P < 0,00001) a los 18-30 meses de edad y a la edad y 2,4 veces ( P = 0,035) mayor a los 30 a 42 meses. Tanto para los niños sOP como para los NOP, una mayor frecuencia de visitas por enfermedad de infección respiratoria atendidas médicamente entre los 6 y los 18 meses de edad predijo una mayor frecuencia de visitas experimentadas entre los 18 y los 60 meses de edad.

Conclusiones: Los clínicos deben ser conscientes de una mayor probabilidad significativa de propensión a las infecciones respiratorias bacterianas y virales entre los niños sOP.

·Is an Antenatal Screening for Chlamydia trachomatis Necessary in the Current Society?. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(11):1034-1036, November 2021.

Se realizó un cribado de la infección por Chlamydia trachomatis en mujeres jóvenes embarazadas (≤25 años) y sus recién nacidos. Se analizaron 136 mujeres con muestras de orina en el periodo postparto inmediato. La prevalencia fue del 18,4% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 11,9-24,9%) (25/136) y la tasa de transmisión perinatal fue del 35% (7/20). Estos resultados apoyan la necesidad de programas de cribado prenatal en mujeres de alto riesgo en Madrid (España).

La neumonía necrotizante (NN) es una complicación grave de la neumonía adquirida en la comunidad caracterizada por la destrucción del parénquima pulmonar normal. Ningún estudio ha evaluado las consecuencias de este daño pulmonar en los años posteriores al episodio. El objetivo es investigar el impacto a largo plazo sobre la función pulmonar y los síntomas respiratorios en niños ingresados por NN.

Métodos: Seguimiento de niños diagnosticados de NN desde enero-2003 hasta abril-2016. Se seleccionó a los mayores de 4años, capaces de realizar una función pulmonar, y un seguimiento durante más de 2años. Los pacientes recibieron un cuestionario respiratorio y completaron una prueba de función pulmonar.

Resultados: Se incluyeron 24 pacientes (12 hombres). La edad mediana en el momento del diagnóstico fue de 26 meses, 15 días de hospitalización y 18 pacientes necesitaron drenaje pleural. Los pacientes fueron seguidos durante un promedio de 8,75años después de la NN. Durante la evaluación, ningún paciente tuvo asma, tos o sintomatología inducida por el ejercicio. Tres niños sufrieron una segunda neumonía, que no requirió hospitalización. Los resultados de la espirometría fueron (media±desviación estándar): Z-score FEV1 −0,47 ±0,65, Z-score FVC −0,56±0,73, Z-score FEV1/FVC 0,19±0,98. No hubo evidencia de enfermedad pulmonar obstructiva o patrones restrictivos.

Conclusiones: Los resultados a largo plazo de la NN pediátrica son buenos. Sin embargo, los pacientes tienen una función pulmonar ligeramente disminuida varios años después del episodio. Es aconsejable hacer un seguimiento de estos pacientes debido a la posible disminución de la función pulmonar en edad adulta.

 Las intervenciones no farmacológicas puestas en marcha en territorios del hemisferio sur tras la declaración de la pandemia por COVID-19 en marzo de 2020, han puesto de manifiesto toda una serie de cambios inesperados en la propagación de otros virus. Dentro del proyecto Estudio Colaborativo Español para la Atención de Lactantes Hospitalizados por Bronquiolitis Aguda (ECEALHBA) presentamos este estudio cuyo objetivo ha sido constatar las repercusiones de la pandemia sobre la temporada epidémica de bronquiolitis de 2020 a 2021 en el centro y este de España.

Material y métodos: Estudio multicéntrico, observacional, descriptivo y ambispectivo de una muestra de lactantes ingresados por bronquiolitis aguda en alguno de los 16 hospitales españoles participantes en la investigación. Se compararon desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo las cinco temporadas epidémicas previas a la pandemia, de 2015 a 2020, con la última de 2020 a 2021.

Resultados: Un total de 4.643 lactantes ingresaron en alguno de los hospitales participantes durante el periodo de estudio. Se describe un descenso porcentual de ingresos del 94,1% entre el periodo previo y la temporada epidémica coincidente con la pandemia. Septiembre pasó a ser el mes pico de ingresos en lugar de diciembre y enero como era habitual, con un descenso progresivo de los ingresos a partir de ese momento hasta el final del seguimiento en abril de 2021. El rinovirus, de forma atípica, ha sido el agente responsable de la mayoría de las bronquiolitis en esta última temporada de 2020 a 2021.

Conclusiones: Las intervenciones no farmacológicas puestas en marcha como consecuencia de la COVID-19 han hecho desaparecer de su ubicación cronológica habitual la temporada epidémica de bronquiolitis aguda de 2020 a 2021. Cabe plantearse investigaciones específicas para dilucidar el lugar que ocupan estas medidas junto a las vacunas y fármacos antivirales para el control de las infecciones respiratorias de etiología viral en la población pediátrica.

Introducción: El objetivo de este proyecto fue evaluar el impacto psicopatológico del confinamiento domiciliario y cierre escolar entre marzo y septiembre 2020 en la población pediátrica catalana.

Métodos: Estudio PEDSAME: primer corte transversal (inicio de curso escolar) y datos retrospectivos (periodo de confinamiento), realizado a través de la red de pediatras de atención primaria en población catalana entre 5 y 14 años (incluidos) del 14/09/2020 al 30/10/2020 en una muestra aleatoria. Los datos fueron recogidos con una encuesta on line a través de la plataforma RedCap al inicio del curso. La variable principal fue el resultado del cuestionario Strengths and Difficulties Questionnaire contestado por los progenitores para evaluar el riesgo de psicopatología, además de otras variables relacionadas.

Resultados: Los resultados obtenidos al inicio del curso escolar mostraron que el 9,8% de los pacientes eran casos probables de psicopatología. La franja más afectada fue la de los 5 a 8 años. La percepción del nivel de preocupación de los niños por su salud y la de su familia fue un factor de riesgo de presentar psicopatología, mientras que el buen ambiente familiar resultó protector. Durante el confinamiento se detectaron con mayor frecuencia síntomas emocionales, de conducta, trastornos del sueño y uso problemático de pantallas respecto al inicio del curso escolar.

Conclusiones: El confinamiento y la ausencia de escolarización durante 6 meses supusieron un impacto negativo en la salud mental de la población infantojuvenil, con peores indicadores que el curso anterior.

Esta revisión sistemática evalúa la literatura para las estimaciones de la efectividad de la vacuna contra la influenza (IVE) contra la hospitalización asociada a la influenza confirmada por laboratorio en niños. Se incluyeron estudios de cualquier diseño hasta el 8 de junio de 2020, si el resultado era la hospitalización, los participantes tenían 17 años o menos y la infección por gripe estaba confirmada por laboratorio. Un metanálisis de efectos aleatorios de 37 estudios que utilizaron un diseño de prueba negativa dio una IVE estacional combinada contra la hospitalización del 53,3% (47,2-58,8) para cualquier gripe. La IVE fue mayor contra la gripe A/H1N1pdm09 (68,7%, 56,9-77,2) y menor contra la gripe A/H3N2 (35,8%, 23,4-46,3). Las estimaciones por tipo de vacuna oscilaron entre el 44,3% (30,1-55,7) para las vacunas antigripales vivas atenuadas y el 68,9% (53,6-79,2) para las vacunas inactivadas. Las estimaciones de IVE fueron más altas en las temporadas en las que las cepas de gripe circulantes coincidían antigénicamente con las cepas vacunales (59,3%, 48,3-68,0). La vacunación antigripal ofrece una protección general moderada contra la hospitalización asociada a la gripe en niños que apoyan la vacunación anual. La IVE varía según el subtipo de gripe y el tipo de vacuna.

Presentamos una visión general en toda la Unión Europea/Espacio Económico Europeo de los cambios en el consumo de antibacterianos para uso sistémico (ATC J01) en la comunidad entre 2019 y 2020, según lo informado a la Red Europea de Vigilancia del Consumo de Antimicrobianos. El consumo global de antibióticos disminuyó un 18,3% entre 2019 y 2020, la mayor disminución anual en las dos décadas de historia de la red. Observamos una fuerte asociación entre el nivel de consumo de antibióticos de la comunidad en 2019 y el tamaño de la disminución entre 2019 y 2020.

Se incluyeron 27 estudios en los análisis. Los estudios se realizaron en África, el continente americano, el Sudeste Asiático, Europa y en el Pacífico occidental, e incluyeron entornos rurales y urbanos, así como contextos de ingresos altos, medios y bajos.

Se halló que muchos factores complejos influyen en las opiniones y prácticas de los padres acerca de la vacunación y se dividieron en cuatro temas.

En primer lugar, las ideas y prácticas parentales acerca de la vacunación podrían estar influidas por sus ideas y prácticas más amplias en torno a la salud y la enfermedad en general, y en concreto con respecto a sus hijos, y por sus percepciones del papel de la vacunación en este contexto. En segundo lugar, muchas ideas y prácticas parentales con respecto a la vacunación estaban influidas por las ideas y prácticas con respecto a la vacunación de las personas con las que se relacionaban socialmente. Al mismo tiempo, las ideas y prácticas compartidas con respecto a la vacunación ayudaron a algunos padres a establecer relaciones sociales, lo que a su vez reforzó sus opiniones y prácticas en torno a la vacunación. En tercer lugar, las ideas y prácticas parentales sobre la vacunación podrían estar influidas por cuestiones y preocupaciones políticas más amplias y, en concreto, por su confianza (o desconfianza) en las partes asociadas con los programas de vacunación. Por último, dichas ideas y prácticas podrían estar influidas por su acceso a los servicios de vacunación y al personal sanitario de primera línea y sus experiencias con estos.

Se desarrollaron dos conceptos para comprender las posibles vías de reducción de la aceptación de la vacunación infantil.

El primer concepto, la “lógica neoliberal”, sugiere que muchos padres, sobre todo de países de ingresos altos, percibían las decisiones sobre salud y atención sanitaria como una cuestión de riesgo, elección y responsabilidad individuales. Algunos padres consideraban que esta interpretación chocaba con los programas de vacunación, que destacan el riesgo generalizado y la salud de la población. La percepción de este conflicto llevó a algunos padres a aceptar menos la vacunación de sus hijos.

El segundo concepto, “exclusión social”, sugiere que algunos padres, especialmente de países de ingresos bajos y medios, aceptaron menos la vacunación infantil debido a sus experiencias de exclusión social. La exclusión social podría perjudicar las relaciones de confianza entre la administración y los ciudadanos, generar sentimientos de aislamiento y resentimiento, y aumentar la desmotivación ante unos servicios públicos de baja calidad y difícil acceso. Estos factores, a su vez, llevaron a algunos padres socialmente excluidos a desconfiar de la vacunación, a rechazarla como forma de resistencia o de provocar un cambio, o a evitarla debido al tiempo, los costes y las molestias que supone.

La pandemia por COVID-19 ha supuesto una revolución en la relación médico-paciente en todo el mundo. El diagnóstico, tratamiento, control y prevención de esta infección ha pasado a ocupar el primer lugar en la prioridad para el personal sanitario y la población general.

Siguiendo los protocolos del Ministerio de Sanidad del Gobierno de España1, la atención sanitaria debe ser prioritariamente no presencial, para evitar posibles contagios en el centro sanitario. Esto ha supuesto un gran cambio en la metodología de trabajo de los sanitarios y un acceso más restringido de los pacientes a los servicios de salud. Las consultas presenciales se han sustituido parcialmente por telemedicina.

En la pandemia los niños han sido confinados en sus domicilios, desde el 15 de marzo al 26 de abril del 2020. Las consultas presenciales en los centros de salud deben ser pactadas entre sanitario y paciente, decidiendo si la atención es presencial o telemática.

La mayoría de los pacientes de COVID-19 pueden controlarse de forma no presencial2, pero gran parte del resto de las patologías siguen precisando de valoración presencial.

Actualidad bibliográfica octubre 2021

En diciembre de 2019, comenzó en Wuhan, China, una pandemia cuya repercusión a nivel mundial aún está por determinar.

Al tratarse de un proceso infeccioso que afecta fundamentalmente a las vías respiratorias se propusieron en primera instancia dos vías de transmisión, fómites y gotas. La evolución de la enfermedad ha revelado el papel de los aerosoles en su propagación descubriendo así nuevas medidas para evitar la expansión del virus.

A diferencia de otras infecciones respiratorias, los pacientes con asma no han visto agravada su enfermedad, evaluándose en algunos estudios el posible efecto protector de los corticoides inhalados.

Tras analizar los factores de riesgo asociados a esta enfermedad, la contaminación ambiental vuelve a estar en el punto de mira como en brotes previos originados por el SARS-CoV-1. Algunos autores relacionan los niveles de contaminación y el aumento de la morbimortalidad por COVID-19, aunque reconocen que hacen falta otro tipo de estudios para demostrar causalidad ya que son múltiples los factores de confusión implicados.

Las medidas de: distanciamiento social, uso de mascarillas, equipos de protección individual, desinfección de superficies… han resultado eficaces en la protección frente al virus. La significativa reducción de los desplazamientos y la actividad industrial durante la pandemia ha demostrado la influencia del ser humano sobre la calidad del aire y nos conduce a reflexionar sobre la necesidad de seguir implementando medidas para mejorar el entorno ambiental.

…En cuanto a la COVID-19 persistente pediátrica, hay muy poca información. La Office for National Statistics del Reino Unido3 estima que el 9,8% de los niños de entre 2 y 11 años y el 13% de los que tienen entre 12 y 16 años presentan síntomas 5 semanas después de la infección. El estudio también muestra que el 7,4% de los niños de entre 2 y 11 años y el 8,2% de los que tienen entre 12 y 16 años todavía presentan síntomas 12 semanas después de la infección…

Antecedentes: Analizamos los contagios de la enfermedad por coronavirus 2019 dentro de los grupos burbuja escolares en Cataluña, España, en presencia de fuertes intervenciones no farmacéuticas desde septiembre hasta diciembre de 2020. Más de 1 millón de estudiantes fueron organizados en grupos burbuja y monitoreados y analizados por los departamentos de Salud y Educación.

Métodos: Tuvimos acceso a 2 fuentes de datos, y ambas fueron empleadas para el análisis, una es el sistema de vigilancia escolar catalán y la otra del departamento educativo. En cuanto se detecta un caso índice positivo por parte del sistema sanitario, se exige el aislamiento de todos los miembros del grupo burbuja, además de un cribado sistemático proactivo obligatorio de cada individuo. Se notifican todos los casos infectados. Esto permite calcular el número medio de reproducción (R*), que corresponde al número medio de individuos infectados por caso índice.

Resultados: Encontramos que la propagación dentro del grupo de la burbuja era pequeña. Entre el 75% de los casos índice, no hubo transmisión a otros miembros en el aula, con un R* medio en todas las edades dentro de la burbuja de R* = 0,4. Encontramos una tendencia significativa a la edad en las tasas de ataque secundarias, con un R* que va de 0,2 en preescolar a 0,6 en jóvenes de secundaria.

Conclusiones: La tasa de ataques secundarios depende del nivel escolar y, por tanto, de la edad. Los eventos de superdifusión (brotes de 5 casos o más) en la infancia fueron raros, y sólo se produjeron en el 2,5% de todas las infecciones desencadenadas a partir de un caso índice pediátrico.

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The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(10):e379-e381, October 2021.

Este breve informe presenta las tasas de transmisión de un estudio prospectivo de 15 hogares con casos índice pediátricos de coronavirus respiratorio agudo grave-2 en el condado de Los Ángeles desde diciembre de 2020 hasta febrero de 2021. Nuestros hallazgos apoyan la evidencia actual de que la transmisión de los casos índice pediátricos a los contactos del hogar es frecuente, pero puede mitigarse con la práctica de medidas de control bien documentadas en el hogar, incluyendo el aislamiento, el enmascaramiento y una buena higiene de las manos.

Objetivo: Evaluar el papel de las guarderías en la transmisión del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo tipo 2 (SARS-CoV-2) en un estudio longitudinal para conocer mejor la prevalencia, transmisión y propagación del SARS-CoV-2 entre los niños preescolares, sus padres y sus cuidadores.

Diseño del estudio: Se invitó a niños de 1 a 6 años, a sus padres y a sus cuidadores en 14 guarderías de Dresde, Sajonia/Alemania, a participar en el estudio KiTaCoviDD19 entre julio de 2020 y enero de 2021. Se evaluó la seroprevalencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 hasta 4 veces durante el periodo de estudio en todos los adultos participantes, y se obtuvieron características demográficas, así como información epidemiológica sobre los antecedentes personales de SARS-CoV-2. En todos los niños participantes se analizaron muestras de excrementos del virus del SRAS-CoV-2 mediante la reacción en cadena de la polimerasa cada 2-4 semanas.

Resultados: En total, se inscribieron 318 niños, 299 padres y 233 cuidadores de niños. En enero de 2021, el 11% de los adultos participantes eran seropositivos, mientras que el porcentaje de niños que excretaban el SARS-CoV-2 era del 6,8%. En general, se detectaron 17 niños con excreción del virus del SRAS-CoV-2 en 8 guarderías diferentes. En 4 instalaciones, hubo un máximo de 3 casos conectados en niños. Aproximadamente el 50% de las infecciones por SARS-CoV-2 en los niños no pudieron relacionarse con un caso secundario en nuestra población de estudio.

Conclusiones: Este estudio no aporta pruebas de una propagación asintomática (“silenciosa”) relevante del SARS-CoV-2 en las guarderías, tanto en entornos de baja como de alta prevalencia. Nuestros hallazgos se suman a la evidencia de que las guarderías y los centros educativos no tienen un papel crucial en el impulso de la pandemia de SARS-CoV-2.

Existe la preocupación de que la escolarización en persona durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) facilite la transmisión de la enfermedad. Mediante la vigilancia asintomática y el rastreo de contactos para el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), encontramos bajas tasas de infección asintomática por SARS-CoV-2 y poca transmisión en la escuela de COVID-19 cuando se aplicaron estrategias de distanciamiento físico y enmascaramiento a pesar de una alta prevalencia comunitaria de COVID-19.

El grupo catalán COPEDI-CAT, compuesto por 120 pediatras e investigadores de 71 centros de Atención Primaria, de hospitales públicos y privados de Cataluña, se creó en marzo 2020 con el fin de investigar sobre la infección por SARS-CoV-2 en Pediatría. Entre julio y octubre de 2020 llevaron a cabo un estudio prospectivo y multicéntrico para analizar la epidemiología, clínica y dinámica de transmisión de la COVID-19 en menores de 16 años. Es, de hecho, el estudio más amplio sobre COVID pediátrica realizado en nuestro país, hasta el punto de influir positivamente en la decisión gubernamental de apertura de las escuelas para el curso escolar 2020-2021.

Se realizó en el ámbito de la Atención Primaria, lo que permitió un seguimiento muy estrecho y fiable de las dinámicas de los casos. En las encuestas se tuvo en cuenta la clínica de la infección, su gravedad, secuelas y comorbilidades, además de otros datos sobre la convivencia: superficie de la vivienda, número de convivientes y tabaquismo. Se estudió la cronología del contagio y el grado de transmisión, tanto en el colegio como en el domicilio.

Reclutaron un total de 1040 menores de 16 años y objetivaron que cerca de la mitad (47,2%) de los casos no tuvo síntomas, especialmente durante el periodo escolar. Los síntomas fueron mayoritariamente leves (fiebre, tos, cefalea y malestar). Solo un 2,6% necesitó ingreso (por clínica o por riesgo de gravedad). No se reportó ningún fallecimiento.

Casi las tres cuartas parte de los casos pediátricos (72,7%) fueron secundarios al de un adulto, pero únicamente el 7,7% de los niños fueron caso índice de contagio en el hogar. Además, su tasa de ataque secundario fue significativamente menor que la que presentaron los adultos y, curiosamente, más baja durante la escolarización que durante el verano. Los autores concluyen que los niños no son el motor de la pandemia, que los centros educativos son lugares seguros y que los menores no tienen un papel importante en la transmisión del SARS-CoV-2, de modo que se espera que cualquier intervención sobre ellos no tenga apenas impacto en la reducción de la transmisión del SARS-CoV-2.

Comentario de la autora de la reseña: el estudio plasma lo que estamos observando en nuestras consultas de Pediatría desde el inicio de la pandemia. En base a ello, quizá deberíamos plantearnos dejar a los niños al margen de estrategias de control epidemiológico y evitar acciones sobre ellos, como uso de mascarillas, distanciamiento social, tomas de muestras nasofaríngeas repetidas e, incluso, replantear su vacunación contra el SARS-CoV-2, tal y como insiste la Organización Mundial de la Salud, por su bajo riesgo frente a la COVID-19 y por solidaridad con los países en vías de desarrollo. Son necesarios más debates serios sobre esta cuestión para analizar el problema desde diferentes perspectivas y acercarnos así un poco más a la realidad.

En conclusión, a pesar de la baja prevalencia encontrada en el cribado universal, nos permitió aplicar medidas preventivas y de control para los nuevos casos diagnosticados. Estos resultados deben interpretarse con cautela, ya que los datos se recogieron justo después del final de las medidas de confinamiento, y la situación epidemiológica cambia con el tiempo. Sin embargo, como los niños están volviendo a la nueva “normalidad”, el cribado de los casos asintomáticos infectados por el SARS-CoV-2 entre esta población parece razonable para controlar la prevalencia del COVID-19 en los niños.

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La pandemia del SARS-CoV-2 nos plantea muchas reflexiones y un futuro incierto. Pero, también ha sido una oportunidad para abrir nuevos retos en la investigación pediátrica. En Cataluña se constituyó un grupo de investigación multidisciplinario (COPEDI-CAT) formado por pediatras de hospital y de Atención Primaria y físicos de la unidad de Biología Computacional y Sistemas Complejos (BIOCOM-SC) de la Universidad Politécnica de Cataluña para dar respuesta a algunas de las incógnitas que nos generaba la enfermedad por SARS-CoV-2 en la edad pediátrica.

En un primer estudio, al inicio de pandemia, demostramos que los niños y adolescentes no eran los motores de la propagación del virus: el 70% de los casos positivos se contagiaron de algún adulto conviviente y solamente el 7,7% fueron los casos índice dentro del núcleo familiar. En otro estudio realizado para conocer la transmisión del virus en los grupos burbuja de las escuelas, se observó que el 75% de los casos positivos no contagiaron a ningún compañero del grupo. También constatamos que la mayor parte de los niños y adolescentes eran asintomáticos o padecían la COVID-19 de forma leve y evolucionaban favorablemente. Las hospitalizaciones y las complicaciones están descritas, pero son muy poco frecuentes. En la quinta ola, la variante delta del SARS-CoV-2 ha afectado mucho más a los niños (20%) que en las anteriores olas. Gracias al esfuerzo y a la inversión realizada, la investigación ha dado sus frutos y ya disponemos de vacunas eficaces y seguras. Las vacunas nos han situado en un escenario mucho más optimista, pero con toda la información científica disponible y con la variante delta predominante, es inevitable plantearse si la vacunación en los menores de 12 años podría ofrecerles ventajas, a ellos y a la población general. De momento, no disponemos de resultados de eficacia, seguridad e inmunidad en esta franja de edad y, ni por supuesto, de la autorización de las organizaciones sanitarias internacionales como la Organización Mundial de la Salud, la Agencia Europea de Medicamentos y la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU.

Por ahora deberíamos insistir en la responsabilidad de los adultos para que se vacunen en su totalidad antes de tomar decisiones de estrategias vacunales en los más pequeños. Parece razonable demorar y ser prudentes con la vacunación en la población por debajo de los 12 años.

La emergencia y dispersión de las nuevas variantes de SARS-CoV-2 ha suscitado un enorme interés derivado de su posible implicación en la mayor transmisibilidad del virus, sus consecuencias en la evolución individual de la infección, así como en el posible escape a la inmunidad generada por las actuales vacunas. Las variantes que mayor atención deparan son las denominadas de preocupación o con importancia en Salud Publica, entre ellas la B.1.1.7 (británica), la P.1 (brasileña) y la B.1.351 (sudafricana). Esta lista se amplía con las variantes de interés que emergen y se encuentran en expansión en países determinados pero que se encuentran de forma esporádica en otros, como la B.1.427 y B.1.429 (californianas) o B.1.617 (India). La secuenciación del genoma completo o estrategias dirigidas específicamente hacia el gen de la espícula se utilizan en los laboratorios de microbiología para su caracterización y detección. El número de individuos infectados, la situación sanitaria de cada país, las medidas epidemiológicas y las estrategias de vacunación influyen en su dispersión siendo esperable que surjan nuevas variantes. Esta emergencia solo podrá evitarse hoy con el aumento de la población vacunada en todos los países y la no relajación de las medidas epidemiológicas de contención. No se descarta que en el futuro sea necesaria la revacunación frente a las nuevas variantes.

Antecedentes: Se necesitan urgentemente vacunas seguras y eficaces contra la enfermedad por coronavirus 2019 (Covid-19) en niños menores de 12 años.

Métodos: Se está llevando a cabo un estudio de fase 1, de búsqueda de dosis, y un ensayo aleatorio de fase 2-3 en curso para investigar la seguridad, inmunogenicidad y eficacia de dos dosis de la vacuna BNT162b2 administradas con 21 días de diferencia en niños de 6 meses a 11 años de edad. Presentamos los resultados de los niños de 5 a 11 años. En el ensayo de fase 2-3, los participantes fueron asignados aleatoriamente en una proporción de 2:1 para recibir dos dosis de la vacuna BNT162b2 en el nivel de dosis identificado durante el estudio de fase 1 abierto o placebo. Las respuestas inmunológicas 1 mes después de la segunda dosis de BNT162b2 se compararon inmunológicamente con las de los jóvenes de 16 a 25 años del ensayo pivotal de dos dosis de 30-μg de BNT162b2. Se evaluó la eficacia de la vacuna contra Covid-19 a los 7 días o más de la segunda dosis.

Resultados: Durante el estudio de fase 1, un total de 48 niños de 5 a 11 años de edad recibieron 10 μg, 20 μg o 30 μg de la vacuna BNT162b2 (16 niños en cada nivel de dosis). Sobre la base de la reactogenicidad y la inmunogenicidad, se seleccionó un nivel de dosis de 10 μg para su estudio posterior. En el ensayo de fase 2-3, un total de 2.268 niños fueron asignados al azar para recibir la vacuna BNT162b2 (1.517 niños) o placebo (751 niños). En el momento del corte de los datos, la mediana de seguimiento era de 2,3 meses. En los niños de 5 a 11 años, al igual que en otros grupos de edad, la vacuna BNT162b2 tuvo un perfil de seguridad favorable. No se observaron acontecimientos adversos graves relacionados con la vacuna. Un mes después de la segunda dosis, la media geométrica de los títulos neutralizantes del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en los niños de 5 a 11 años con respecto a los de 16 a 25 años fue de 1,04 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,93 a 1,18), una relación que cumple el criterio de éxito de inmunogenicidad preespecificado (límite inferior del IC del 95% de dos lados, >0,67; estimación puntual de la media geométrica de la relación, ≥0,8). Se notificó Covid-19 con aparición 7 días o más después de la segunda dosis en tres receptores de la vacuna BNT162b2 y en 16 receptores de placebo (eficacia de la vacuna, 90,7%; IC del 95%, 67,7 a 98,3).

Conclusiones: Una pauta de vacunación Covid-19 consistente en dos dosis de 10-μg de BNT162b2 administradas con 21 días de diferencia resultó ser segura, inmunógena y eficaz en niños de 5 a 11 años de edad. (Financiado por BioNTech y Pfizer; número de ClinicalTrials.gov, NCT04816643).

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Durante la pandemia de COVID-19 hemos vivido en todo el planeta una situación sin precedentes que nos ha exigido tomar decisiones urgentes basadas más en el sentido común que en las evidencias.

Lo urgente nos hizo olvidar lo importante, pero, después de la experiencia de año y medio, es momento de analizar con calma lo que hemos aprendido para poder aplicar medidas sanitarias con prudencia y evitar los daños no deseados.

No debemos olvidar que somos científicos, porque somos médicos. La ciencia consiste en cuestionar y buscar evidencias firmes donde apoyar decisiones complejas que ofrezcan las mejores opciones a nuestros pacientes. La Bioética debe guiarnos en esta misión, valorando todas las aportaciones y enfoques, sin buscar una verdad absoluta, haciendo un ejercicio de prudencia, reflexión, responsabilidad y auténtica deliberación.

En este marco, como pediatras, debemos preguntarnos seriamente si es pertinente la vacunación de los adolescentes y niños, a la vista objetiva de los datos que tenemos.

Tras el comienzo de la vacunación frente a SARS-CoV-2, se está acumulando ya suficiente experiencia clínica, en el mundo real y fuera de los ensayos clínicos, para resolver algunas de las cuestiones que siguen pendientes sobre este problema. El Comité Científico sobre COVID-19 del Colegio de Médicos de Madrid ha discutido y revisado algunos de estos temas con una aproximación multidisciplinar. El documento que sigue es un intento de responder a algunas de dichas cuestiones con la información disponible hasta el momento. Este documento se ha estructurado en preguntas sobre distintos aspectos de las indicaciones, eficacia y tolerancia de la vacunación antiCOVID-19.

CONCLUSIONES

1.- En las personas que han tenido un episodio de COVID-19 sigue estando indicada la vacunación aunque se discute cuál es el momento idóneo tras la enfermedad para llevarla a cabo.

2.- Hay cierta controversia sobre si las personas previamente infectadas por SARS-CoV-2 deben recibir una vacunación plena o sólo la dosis inicial. Este Comité, hasta que no se produzca una información científica más sólida, es partidario de la vacunación plena.

3.- La vacunación puede llevarse a cabo en coincidencia con otras enfermedades agudas, siempre que los pacientes estén en situación estable y que los efectos adversos de la vacunación no puedan interferir con el seguimiento o el tratamiento de la enfermedad de base.

4.- El Comité suscribe la recomendación de no excluir de la vacunación a la mayoría de las personas con historia de alergia o anafilaxia previas.

5.- La aparición de adenopatías en los territorios ganglionares próximos al punto de vacunación (axila y supraclaviculares) puede interferir con la evaluación de neoplasias mamarias y de su seguimiento. En personas en esa situación se recomienda la vacunación en el deltoides contralateral.

6.- Con las vacunas actuales, la producción post-vacunal de anticuerpos es específica frente a antígenos de la espícula (S). La presencia de anticuerpos frente a antígenos N indica que existe inmunidad natural y contacto previo con el virus.

7.- La vacuna AZD1222 (AstraZéneca) ha demostrado una protección frente a la COVID-19 indudable en ensayos clínicos. Estudios posteriores confirman una disminución de la necesidad de ingreso hospitalario por COVID-19 de más del 90% incluyendo a la población de mayor edad. Los muy infrecuentes casos de trombosis y trombocitopenia en venas craneales y esplácnicas, predominantemente en mujeres de mediana edad y con elevada mortalidad, no debieran justificar una retirada del mercado de estas vacunas mientras no haya una alternativa más segura ampliamente disponible.

8.- Poco después de ser aprobada la vacuna Ad26.COV2.S, comercializada por Janssen, tanto por la agencia reguladora de EE.UU. como por la Europea, su uso se ha visto interrumpido para investigar episodios de trombosis trombocitopénica que parecen semejantes a los causados por la vacuna de AstraZeneca. Este Comité expresa sobre esta vacuna las mismas consideraciones que en el punto anterior.

9.- Sabemos con seguridad que las vacunas existentes disminuyen el riesgo de enfermedad COVID-19 grave y que precisa hospitalización. Datos recientes también sugieren que las vacunas ARNm disminuyen sustancialmente la infección asintomática y el riesgo de transmisión del virus.

10.- Un certificado o “pasaporte” de inmunidad puede ser un instrumento útil para facilitar la movilidad internacional con beneficios tanto para los individuos como para la recuperación económica. Su implantación debe hacerse de forma técnicamente sólida y no discriminatoria.

Se han notificado raros casos de inflamación cardíaca tras la vacunación contra el SARS-CoV-2.1-4 Revisamos los registros clínicos de los receptores de la vacuna para identificar casos de miocarditis o pericarditis postvacunación.

Métodos. Se incluyeron cuarenta hospitales de Washington, Oregón, Montana y el condado de Los Ángeles, California, que formaban parte del sistema de salud de Providence y utilizaban el mismo registro médico electrónico (EMR). Se identificaron todos los pacientes con vacunas COVID-19 documentadas y administradas dentro sistema o registradas en los registros estatales en cualquier momento hasta el 25 de mayo de 2021. Los pacientes vacunados que posteriormente tuvieron encuentros de urgencias o de hospitalización con diagnóstico de miocarditis, miopericarditis o pericarditis se recogieron de los registros médicos electrónicos (véanse las exclusiones y definiciones en las Tablas 1 y 2 del Suplemento)

Discusión | Tras la vacunación con COVID-19 se observaron dos síndromes autolimitados distintos, miocarditis y pericarditis.

La miocarditis se desarrolló precozmente en los pacientes más jóvenes, sobre todo después de la segunda vacunación. La pericarditis afectó más tardíamente a los pacientes de más edad, después de la primera o la segunda dosis.

Algunas vacunas se asocian a la miocarditis5 , incluidas las vacunas de ARNm1-4 , y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades informaron recientemente de una posible asociación entre la vacuna COVID-19 de ARNm y la miocarditis, principalmente en varones jóvenes, unos días después de la segunda vacunación, con una incidencia de unos 4,8 casos por cada millón.6

Este estudio muestra un patrón similar, aunque con una incidencia más alta, lo que sugiere una infradeclaración de los efectos adversos de las vacunas. Además, la pericarditis puede ser más común que la miocarditis entre los pacientes de mayor edad.

Las limitaciones del estudio incluyen los casos perdidos en entornos asistenciales externos y los diagnósticos perdidos de miocarditis o pericarditis (lo que subestimaría la incidencia), así como la inexactitud de la información sobre la vacunación en el RME. La asociación temporal no prueba la causalidad, aunque el breve lapso entre la vacunación y la aparición de la miocarditis y la elevada incidencia de miocarditis y pericarditis en los hospitales del estudio apoyan una posible relación.

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Las vacunas son primordiales en el esfuerzo por acabar con la epidemia mundial de la enfermedad por coronavirus 2019. La BNT162b2 está aprobada para la vacunación de adolescentes mayores de 16 años. Los eventos adversos sistémicos fueron escasos, aunque la cohorte preanalizada de este grupo de edad fue relativamente pequeña. El objetivo del presente estudio es concienciar sobre las posibles reacciones adversas.

Métodos:  Se trata de una serie de casos de pacientes diagnosticados de perimiocarditis tras la vacunación. Se recopilaron pacientes de 3 centros médicos pediátricos de Israel a través de una red de pediatras y se recogieron datos relativos a esos casos. Además, se comparó la incidencia de perimiocarditis durante el periodo de vacunación con la de años anteriores.

Resultados: Todos los pacientes eran varones de 16 a 18 años, de ascendencia judía, que presentaron dolor torácico que comenzó entre 1 y 3 días después de la vacunación (media, 2,1 días). En 6 de los 7 pacientes, los síntomas comenzaron tras la 2ª dosis y en 1 paciente tras la 1ª dosis. Todos los casos fueron leves y ninguno requirió asistencia cardiovascular o respiratoria. La incidencia de perimiocarditis durante el periodo de vacunación fue elevada en comparación con años anteriores.

Conclusiones:  Esta serie de casos describe una asociación temporal entre la vacuna contra el coronavirus 2019 y la perimiocarditis en adolescentes. Todos los casos fueron leves, aunque sólo el seguimiento a largo plazo puede revelar el verdadero impacto de esta lesión cardíaca. Aunque parece que la incidencia de perimiocarditis durante el periodo de la campaña de vacunación está aumentada, debería realizarse una recogida de datos más exhaustiva y a mayor escala. Esperamos que este informe sirva de recordatorio para notificar los eventos y permita analizar las posibles reacciones adversas.

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·Effects of Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) on Family Functioning. J Pediatr. 2021 Oct;237:322-323.

Más de un año y medio después de que se notificaran las primeras manifestaciones clínicas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en Wuhan, China, la magnitud de la pandemia en todo el mundo y sus efectos clínicos y sociales relacionados siguen sin estar claros.

 La pandemia ha afectado a vidas y ha provocado preocupaciones en todos los ámbitos, desde la salud hasta la seguridad laboral. En los países con un elevado Producto Interior Bruto (PIB), a pesar de los billones de ayuda por parte de los gobiernos para la lucha contra el coronavirus, muchas familias siguen teniendo dificultades para pagar necesidades básicas como la comida y el alquiler, y estas dificultades se han agravado durante la pandemia.

 La incertidumbre social general causada por la pandemia parece haber afectado también a la resiliencia de las familias, debilitando la capacidad de los individuos para afrontar los retos, sobrevivir a las dificultades y prosperar en las adversidades como grupo.

Para reducir la propagación del virus en la comunidad, muchos países adoptaron medidas de confinamiento sin precedentes, como la restricción de la población en sus hogares y la reducción de los contactos interpersonales. El confinamiento, las medidas de cuarentena para los casos sospechosos de COVID-19 y el distanciamiento social se prolongaron, y su eficacia se debatió a nivel social, científico y político. Sin embargo, aunque su valor preventivo para limitar la propagación del virus es generalmente reconocido, también está ampliamente aceptado que las medidas de aislamiento social han trastornado la vida de las familias.

En particular, han afectado al funcionamiento familiar y a la crianza de los hijos, que están significativamente asociados al funcionamiento físico y psicosocial de los niños y adolescentes.

Este comentario, elaborado por el Grupo de Trabajo de Pediatría Social de la Asociación Europea de Pediatría/Unión de Sociedades y Asociaciones Nacionales de Pediatría Europeas, analiza brevemente los efectos de las medidas de confinamiento adoptadas para combatir la pandemia de COVID-19 en el funcionamiento familiar. Nuestro objetivo es sensibilizar a los pediatras, a los profesionales del trabajo social y a los responsables políticos, ya que el conocimiento de los efectos de las restricciones sociales en el funcionamiento familiar puede contribuir a los esfuerzos de los sistemas nacionales de salud para estar efectivamente preparados para manejar los efectos sociales de futuras crisis de salud pública. La adopción de un enfoque más consciente y coordinado puede ayudar a superar las divergencias entre países, sobre todo en lo que respecta a las complejas realidades sociopolíticas.

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Introducción: la neumonía continúa siendo una de las principales causas de morbimortalidad infantil. En Atención Primaria pediátrica su abordaje sigue en revisión.

Material y métodos: estudio prospectivo en nueve cupos pediátricos, sobre niños desde un mes a 14 años con neumonía. Diagnóstico etiológico mediante serología y aspirado a virus respiratorios. Se analiza la relación de diferentes variables con la etiología (vírica, bacteriana atípica y bacteriana típica).

Resultados: se incluyeron 92 episodios. La edad media (47,5 meses) fue significativamente mayor en atípicas (74,2 ± 42,2), que víricas (36,1 ± 44,5; p <0,0001) y de sospecha neumocócicas (32,6 ± 21,1; p <0,0001). El 33,7% (intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 24,9 a 43,8%) fueron de sospecha neumocócica, 30,4% (IC 95: 22,0 a 40,5) atípicas y 21,7% (IC 95: 14,5 a 31,2) víricas. Las atípicas no fueron raras en menores de 5 años (17,1%). Fiebre (89,1%) y tos (68,4%) fueron los síntomas principales. El patrón radiológico alveolar fue el más constatado (53,8%), sin diferencias entre grupos. La proteína C reactiva (PCR) fue significativamente mayor en víricas (7,6 ± 9,5 mg/dl) que en las de sospecha neumocócica (4,9 ± 10,1) (diferencias de medias [DM]: -2,7; p = 0,0490), y atípicas (1,7 ± 1,7) (DM: -5,8; p = 0,0111). Amoxicilina fue el fármaco más utilizado (66,3%), con buena evolución en todos los casos. Ingresaron más las víricas (50%) que las atípicas (7,4%; p = 0,0023) o de sospecha neumocócica (12,9%; p = 0,0100).

Conclusión: las tendencias epidemiológicas de la neumonía adquirida en la comunidad en Pediatría parecen cambiantes, especialmente en gérmenes atípicos y virus. Su diagnóstico preciso y el consiguiente abordaje terapéutico continúan siendo un reto por resolver.

Casos clínicos

El síndrome de Kartagener (SK) equivale al 50% de las discinesias ciliares primarias, con una incidencia en la población general de 1:15 000 casos. La tríada clásica del SK consiste en sinusitis crónica, bronquiectasias y situs inversus. Se reporta el caso de un lactante de 23 meses que ingresó a la unidad de cuidados intensivos neonatales con diagnóstico de bronconeumonía, insuficiencia cardiaca congestiva y situs inversus. Se diagnosticó dextrocardia mediante electrocardiograma y estudios de imagen. El antecedente de los procesos respiratorios infecciosos altos y bajos desde la etapa neonatal, observando la dextrocardia y la acentuación de la trama broncovascular bibasal, el engrosamiento manifiesto de la mucosa de los senos maxilares de forma bilateral que se observa en la radiografía de senos paranasales, y el antecedente de tener un familiar directo con la misma patología, nos planteó el diagnóstico de discinesia ciliar primaria y dentro de estas el síndrome de Siewert- Kartagener.

El eccema herpeticum es una infección cutánea causada por el virus del herpes simple que se presenta en pacientes con antecedentes de dermatitis atópica. Cursa con erupción vesiculosa localizada o generalizada y su curso suele ser leve, aunque puede presentar complicaciones graves. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y el inicio precoz de aciclovir reduce la duración de la enfermedad y previene posibles complicaciones. Se presenta el caso clínico de un paciente con esta entidad, que no precisó ingreso.

Mycoplasma pneumoniae es un patógeno implicado en la etiología de procesos respiratorios, pero también en otras entidades extrapulmonares, entre ellas la “mucositis y exantema inducido por Mycoplasma pneumoniae”, descrita por primera vez en 2015. Se presentan dos casos clínicos de una niña de cinco años y un niño de seis ingresados en nuestro hospital con esta entidad. Al tratarse de un diagnóstico de reciente descripción y poco frecuente, es necesario su conocimiento por pediatras, oftalmólogos y dermatólogos para un manejo adecuado.

Una niña de 5 años presenta múltiples lesiones puntiformes en la parte posterior del cuello. Una de las lesiones presentaba una hemorragia como síntoma centinela. Inicialmente se observó una lesión puntiforme solitaria, con 7 nuevas lesiones que surgieron en una semana. Las lesiones eran pruriginosas; la niña procedió a excoriar las lesiones (figura 1).

Las crisis parainfecciosas ocurren asociadas a procesos infecciosos banales y tienen en la mayoría de las ocasiones un pronóstico favorable, existen pocas series de casos descritas en la literatura. Recogemos las características de una serie de ocho pacientes de nuestro hospital.

Niña de 5 años de edad que acude a urgencias por fiebre de 48 h de evolución y lesión cutánea en el muslo izquierdo con crecimiento centrífugo. A la exploración presentaba una placa eritematosa indurada con una escara necrótica central (fig. 1). Su madre refería haber encontrado una araña entre las sábanas de la paciente, aportando con su teléfono móvil iconografía de la misma (fig. 2). Se realizaron un estudio analítico urgente que mostró leucocitosis con neutrofilia y un hemocultivo que resultó negativo, decidiéndose el ingreso de la paciente con diagnóstico de celulitis tras picadura de araña reclusa. Fue tratada con antibióticos orales empíricamente, antiinflamatorios y cuidados locales de la herida. Tras el inicio del tratamiento antibiótico desapareció la fiebre, resolviéndose los días siguientes la lesión cutánea, sin dejar cicatriz.

Para profundizar

  • Acquired Syphilis by Nonsexual Contact in Childhood. Moscatelli, Guillermo; Moroni, Samanta; García Bournissen, Facundo; Falk, Nicolás; Destito, Alejandra; González, Nicolás; Ballering, Griselda; D’Amico, Indira; García, Luciana; Altcheh, Jaime Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(10):892-898, October 2021.

Los niños pueden adquirir la sífilis por contacto no sexual como consecuencia del contacto estrecho y repetitivo con lesiones de la mucosa o de la piel de personas con sífilis activa.

Métodos: Estudio de cohorte prospectivo de pacientes pediátricos con sífilis adquirida por contacto no sexual. Se recogieron datos demográficos, clínicos, desarrollo de serología post-tratamiento y datos generales de laboratorio. Se descartó la transmisión sexual tras una cuidadosa evaluación médica y psicosocial del paciente y su familia.

Resultados: Veinticuatro pacientes fueron incluidos en el estudio. La edad media en el momento del diagnóstico fue de 4,2 años. Todos ellos procedían de hogares con hacinamiento y malas condiciones higiénicas. El motivo de consulta más frecuente fueron las lesiones cutáneas secundarias de la sífilis (79,2%). La evaluación psicosocial de los niños y sus familias no reveló signos de abuso sexual en ninguno de los casos. Se evaluaron 78 familias y sus convivientes, 23 (29,5%) resultaron positivos a la reagina plasmática rápida y a la prueba treponémica de hemaglutinación; el 60,9% de los casos eran asintomáticos. Los familiares sintomáticos presentaban lesiones de sífilis secundaria. Se observó un descenso sostenido del título de anticuerpos no treponémicos (reagina plasmática rápida) tras el tratamiento, llegando a ser negativo en 6/24 (25%) casos en los 12 meses posteriores al tratamiento.

Discusión: Tras la evaluación, se consideró que el abuso sexual era poco probable. Sin embargo, si el examen y la evaluación psicosocial no lo apoyan, hay que considerar otras vías de transmisión. El hacinamiento y las malas condiciones del hogar aumentan los riesgos de transmisión no sexual del treponema. Un miembro infectado de la familia o un cuidador son un riesgo especial para el lactante debido a prácticas comunes como el uso de saliva para humedecer las tetinas de goma de los biberones o probar la temperatura de los alimentos con los labios antes de alimentar a los niños.

Entre los años 2015 y 2017 llegaron a Europa entre 200 000 y 400 000 niños al año en busca de asilo. Por ello, se han recogido y comparado las recomendaciones publicadas en la bibliografía y en las guías de las diferentes sociedades científicas pediátricas de 31 países de Europa en relación con la atención pediátrica inicial y su seguimiento.

Se ha elaborado un documento que incluye recomendaciones generales, así como recomendaciones para la prevención, la detección precoz y el seguimiento enfermedades transmisibles y no transmisibles. Las recomendaciones abordan el aspecto administrativo (el niño siempre debe consultar acompañado, consiguiendo una comunicación adecuada), así como recoger la historia personal y familiar, de crecimiento y desarrollo, haciendo hincapié en las anomalías congénitas, déficits sensoriales (piel, visión y audición), en la inmunización, así como en la detección precoz de infecciones o enfermedades prevalentes dependiendo del origen de la familia. Se recomienda programar visitas de seguimiento para continuar con la puesta al día de vacunas, así como para valorar la salud mental y otros factores de riesgo individuales, y ofrecer a las familias la documentación que les asegure el acceso a la atención médica.

Estas recomendaciones pueden servir para asegurar el derecho fundamental de los niños migrantes en Europa, para recibir un trato adecuado, integral y centrado en el paciente en la atención médica.

Las sibilancias agudas son una de las presentaciones hospitalarias más comunes en los niños pequeños. Los virus respiratorios sincitiales (VRS) y los rinovirus (RV) de las especies A, B y la especie C, recientemente descrita, están implicados en la mayoría de estas presentaciones. Sin embargo, la importancia relativa y las especificidades de edad de estos virus no se han definido. Por lo tanto, este estudio pretendía establecer estas relaciones en una gran cohorte de niños hospitalizados reclutados prospectivamente.

Métodos: La cohorte de estudio fue de 390 niños de 0 a 16 años que acudieron con sibilancias agudas a un servicio de urgencias infantil, siendo el 96,4% de ellos ingresados. También se reclutó una población de control sin sibilancias de 190. Se analizaron muestras nasales en busca de virus.

Resultados: Durante los primeros 6 meses de vida, el VRS fue el virus dominante asociado a las sibilancias (P < 0,001). De los 6 meses a los 2 años, el VRS, el RV-A y el RV-C fueron comunes pero no predominó ninguno. De 2 a 6 años, RV-C fue el virus dominante detectado (50-60% de los casos), 2-3 veces más común que RV-A y RSV, RSV disminuyendo hasta estar ausente de 4 a 7 años. El RV-B era poco frecuente a todas las edades. El RV-C dejó de ser dominante en los niños de más de 10 años. En general, el RV-C se asoció con una saturación media de oxígeno inferior a la de cualquier otro virus (P < 0,001). Los controles no presentaban una distribución clara de los virus por edades.

Conclusión: Este estudio establece un claro perfil de especificidad por edad de las infecciones víricas causantes de sibilancias moderadas a graves en niños: El VRS como causa dominante en los primeros 6 meses y el RV-C en los niños de edad preescolar.

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Conclusiones de los autores del estudio: en comparación con el manejo según recomendaciones de las guías actuales, el tratamiento de lactantes con bronquiolitis aguda utilizando la estrategia de terapia broncodilatadora guiada por fenotipos es una estrategia más rentable. Implica una menor probabilidad de ingreso hospitalario a costos totales más bajos. Se deben realizar ensayos controlados aleatorizados utilizando biomarcadores para estratificar a los pacientes con más probabilidades de responder a los broncodilatadores.

Comentario de los revisores: la información disponible no parece suficiente para realizar cambios en las recomendaciones actuales en el manejo de la bronquiolitis aguda. Seguimos necesitando un modelo predictivo que permita identificar a los potenciales respondedores a broncodilatadores, así como un ensayo clínico con suficiente tamaño muestral que estime la eficacia de la estrategia de su uso selectivo.

  • Parents’ Perspective of Antibiotic Usage in Children: A Nationwide Survey in Italy. Pierantoni, Luca; Lo Vecchio, Andrea; Lenzi, Jacopo; Corsi, Vincenza; Campana, Lara; Luca Trobia, Gian; Amendolea, Antonella; Di Felice, Benedetta; Alighieri, Giovanni; Fabrizio, Giovanna Carmela; Bisceglia, Massimo; Peia, Francesco; Chiale, Federica; Bartolomei, Beatrice; Siciliano, Chiara; Di Battista, Caterina; Passone, Eva; di Giovanni, Chiara; Piergentili, Edward; Donà, Daniele; Buonsenso, Danilo; on behalf of the Surveys in Pediatric Infectious Diseases study group???? Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(10):906-911, October 2021.

Los antibióticos son los fármacos más recetados en los niños de todo el mundo, tanto en el ámbito hospitalario como en el comunitario. Se necesita un enfoque integral para comprender las razones y los determinantes de la prescripción de antibióticos en la edad pediátrica. Este estudio tenía como objetivo evaluar las actitudes y perspectivas de los padres sobre el uso de antibióticos.

Métodos: Se realizó un estudio observacional prospectivo en todas las regiones italianas entre el 1 de febrero y el 30 de abril de 2020, utilizando un cuestionario estandarizado.

Resultados: Seis mil seiscientos veinticinco padres de todas las regiones italianas completaron la encuesta. El 76% de los padres sabía que sólo las bacterias son el objetivo de los antibióticos, pero el 92,9% sabía que el antibiótico no tiene ningún efecto directo sobre la fiebre. La autoprescripción de antibióticos (10,4%) o la consulta a distancia mediante llamada telefónica (19,9%) o mensaje (9,6%) eran relativamente frecuentes. El 93% de los padres era consciente de que el uso excesivo de antibióticos podía seleccionar bacterias resistentes y el 84,7% de ellos sabía que podía luchar activamente contra la resistencia a los antibióticos. Aproximadamente dos tercios de los participantes (66,1%) recibieron información sobre la resistencia a los antibióticos de su pediatra de cabecera. Los padres no nacidos en Italia o los de menores ingresos tenían una mayor probabilidad de tener menos información de los pediatras o conocimientos sobre el uso adecuado de los antibióticos.

Discusión: Nuestro estudio sugiere que el conocimiento y las actitudes de los padres hacia el uso y la prescripción de antibióticos están mejorando en comparación con estudios anteriores, mientras que todavía hay una brecha en relación con la resistencia a los antibióticos, en particular sobre las prácticas que pueden reducir su carga. El hallazgo negativo de nuestro estudio es que las familias procedentes de entornos de bajos ingresos o nacidas en el extranjero tienen un número significativamente mayor de conceptos erróneos sobre prácticas importantes en materia de antibióticos.

El desarrollo y el uso generalizado de las vacunas neumocócicas conjugadas (PCV) redujeron sustancialmente la carga mundial de la enfermedad neumocócica. La ampliación de los serotipos cubiertos por las PCV puede reducir aún más la carga de la enfermedad. Se ha desarrollado una PCV 20 (PCV20) para añadir la cobertura de 7 serotipos adicionales (8, 10A, 11A, 12F, 15B, 22F y 33F) a los de la actual PCV 13 (PCV13). Este estudio de fase 2 evaluó la seguridad, tolerabilidad e inmunogenicidad de la PCV20 en lactantes sanos de EE.UU.

Métodos: En este estudio aleatorio, controlado y doble ciego, 460 lactantes fueron asignados al azar 1:1 para recibir una serie de 4 dosis de PCV20 o PCV13 a los 2, 4, 6 y 12 meses de edad. Se registraron las reacciones locales solicitadas y los eventos sistémicos, los eventos adversos (EA) y los EA graves. La inmunogenicidad se evaluó midiendo las concentraciones de IgG específicas del serotipo y los títulos de actividad opsonofagocítica un mes después de la dosis 3, antes de la dosis 4 y un mes después de la dosis 4.

Resultados: De 460 lactantes, el 82,8% completó la visita de 1 mes después de la Dosis 4. Las reacciones locales y los eventos sistémicos fueron en su mayoría de gravedad leve a moderada y similares entre los grupos de PCV20 y PCV13. Los EA relacionados con el tratamiento fueron infrecuentes y no se notificaron EA graves o muertes relacionadas. Las respuestas de IgG y de actividad opsonofagocítica provocadas por la PCV20 fueron sólidas y demostraron una respuesta de refuerzo después de la dosis 4.

Conclusiones: La administración de la PCV20 en lactantes de EE.UU. fue bien tolerada, con un perfil de seguridad similar al de la PCV13, e indujo sólidas respuestas inmunitarias específicas del serotipo. Estos resultados apoyan la continuación del desarrollo de la PCV20 en la población pediátrica.

Las encuestas de prevalencia puntual (PPS) son potencialmente útiles para medir el uso de antimicrobianos entre instituciones. Los objetivos del estudio fueron describir y comparar el uso de antimicrobianos entre los hospitales pediátricos de Canadá.

Métodos: Quince hospitales pediátricos, todos con servicio de enfermedades infecciosas pediátricas, participaron en 2 PPS de un día en 2018/19. Se incluyeron niños <18 años de edad que eran pacientes hospitalizados. Se recogió la edad, el servicio, el diagnóstico clínico, así como el nombre, la vía y la fecha de inicio de cada antimicrobiano. Los antibióticos se agruparon según la clasificación AWaRe de la Organización Mundial de la Salud.

Resultados: Se encuestaron 3.924 pacientes-días de hospitalización que representaban a 2.729 niños y 1.195 lactantes en unidades de cuidados intensivos neonatales (UCIN). Entre los pacientes no ingresados en la UCIN, 1.210 (44,3%) recibieron 1.830 antimicrobianos, de los cuales el 73,9% fueron para terapia empírica o dirigida al patógeno y el 25,6% para profilaxis. La proporción media de antibióticos del grupo de acceso y de vigilancia fue del 45,8% y del 63,5%, respectivamente, sin que hubiera diferencias en las medias entre los centros de atención terciaria y cuaternaria. De los 1195 lactantes ingresados en la UCIN, el 19,7% recibió 410 antimicrobianos, de los cuales el 17,1% eran para profilaxis y una media del 45,4% eran antibióticos del grupo Watch. De los pacientes ingresados por neumonía adquirida en la comunidad, el 32,7% recibió sólo penicilina o aminopenicilinas, con variabilidad entre centros.

Conclusiones: El PPS del uso de antimicrobianos en los hospitales pediátricos canadienses reveló una alta proporción de antibióticos del grupo Watch (de más amplio espectro), incluso entre los niños con neumonía adquirida en la comunidad. Este estudio demuestra la viabilidad del PPS para documentar el uso de antimicrobianos y, potencialmente, para utilizar estos datos para establecer objetivos de disminución de los antibióticos generales y del grupo Watch.

El virus de la hepatitis B (VHB) se encuentra entre las 10 principales enfermedades infecciosas que asolan a la humanidad, con una cifra estimada de 250 millones de portadores de VHB crónica (CHB) en todo el mundo.

La infección por el VHB es una de las principales causas mundiales de cirrosis hepática terminal y de cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular [CHC]). El VHB fue identificado por primera vez en 1967 por Baruch S. Blumberg, basándose en sus estudios del suero de un aborigen australiano. Su trabajo condujo finalmente al desarrollo de una prueba de diagnóstico del VHB y a la vacuna contra el VHB que está salvando millones de vidas, por lo que recibió el premio Nobel de Medicina en 1976.

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Objetivo: Determinar los resultados de la infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) en una gran cohorte de niños estudiada de forma prospectiva en Estados Unidos y Canadá.

Diseño del estudio: Estudio observacional prospectivo de niños con VHB crónica inscritos en 7 centros clínicos y evaluados al inicio, en las semanas 24 y 48, y anualmente a partir de entonces, con análisis de datos demográficos, clínicos, de examen físico y de análisis de sangre.

Resultados: Entre los 362 niños seguidos durante una mediana de 4,2 años, los niveles elevados de alanina aminotransferasa (ALT) (>1 ULN) estaban presentes en el 72% en la última evaluación, incluyendo en el 60% de los niños con pérdida de HBeAg durante el seguimiento y en el 70% de los que eran HBeAg negativos al inicio. Se produjeron brotes significativos de ALT (varones ≥400 U/L, mujeres ≥350 U/L) en 13 niños. De los 129 niños que cumplían los criterios de tratamiento de la AASLD durante el seguimiento, sólo se inició el tratamiento contra el VHB en 25 de ellos. Un niño murió (sin relación con la enfermedad hepática), 1 desarrolló cirrosis, pero no se observaron episodios de descompensación cirrótica o carcinoma hepatocelular. El descenso del recuento de plaquetas se asoció de forma inversa a las elevaciones de ALT.

Conclusiones: En una cohorte de niños con infección crónica por el VHB en los Estados Unidos y Canadá, muchos niños permanecieron en riesgo de enfermedad hepática progresiva debido a la hepatitis activa, pero los resultados clínicos importantes como la cirrosis, el cáncer y la muerte fueron raros. Muchos de los niños que cumplían los criterios para recibir tratamiento no lo recibieron.

Objetivo: Evaluar las características demográficas, clínicas y de biomarcadores que distinguen a los pacientes con síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C); comparar los subfenotipos del MIS-C; identificar las biosignaturas de las citoquinas; y caracterizar las secuencias del genoma viral.

Diseño del estudio: Realizamos un estudio de cohorte observacional prospectivo de 124 niños hospitalizados y tratados según el protocolo institucional del Grupo de Trabajo MIS-C entre marzo y septiembre de 2020 en el Children’s National, un hospital infantil cuaternario independiente de Washington, DC. De esta cohorte, 63 de los pacientes tenían el diagnóstico de MIS-C (39 confirmados, 24 probables) y 61 eran de la misma cohorte de pacientes ingresados que posteriormente tenían un diagnóstico alternativo (controles).

Resultados: La mediana de edad y el sexo fueron similares entre los MIS-C y los controles. Los niños negros (46%) y latinos (35%) estaban sobrerrepresentados en la cohorte de MIS-C, siendo los niños negros los que presentaban mayor riesgo (OR 4,62; IC del 95%: 1,151-14,10; P = 0,007). Las complicaciones cardíacas fueron más frecuentes en los pacientes críticos con CMI-C (55% frente al 28%; p = 0,04), incluyendo la disfunción miocárdica sistólica (39% frente al 3%; p = 0,001) y la regurgitación valvular (33% frente al 7%; p = 0,01). La mediana del umbral de ciclo fue de 31,8 (27,95-35,1 IQR) en los casos de MIS-C, significativamente mayor (lo que indica una menor carga viral) que en la infección primaria por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave 2. Las citocinas receptor soluble de interleucina 2, interleucina [IL]-10 e IL-6 fueron mayores en los pacientes con SMI-C en comparación con los controles. El análisis de citoquinas reveló diferencias de subfenotipo entre enfermos críticos y no críticos (IL-2, receptor soluble de interleucina 2, IL-10, IL-6); reacción en cadena de la polimerasa positiva frente a negativa (factor de necrosis tumoral-α, IL-10, IL-6); y presencia frente a ausencia de anomalías cardíacas (IL-17). El análisis filogenético de las secuencias del genoma viral reveló el predominio del clado GH originario de Europa, sin que hubiera diferencias entre los pacientes con MIS-C y los pacientes con enfermedad primaria por coronavirus 19. El tratamiento fue bien tolerado y ningún niño falleció.

Conclusiones: Este estudio establece una gran cohorte bien caracterizada de MIS-C evaluada y tratada siguiendo un protocolo estandarizado e identifica características clave clínicas, de biomarcadores, citoquinas, carga viral y secuenciación. El seguimiento a largo plazo ofrecerá la oportunidad de obtener conocimientos futuros sobre la CIM y sus secuelas.

Los niños son la mayor fuente de transmisión y el principal reservorio del virus de la gripe. Se estima que el control del virus es peor en la población pediátrica, y que por lo tanto el período de eliminación del virus es mayor en este grupo en comparación con otras edades1. El objeto del presente estudio fue analizar la cinética y aclaramiento del virus de la gripe A (H1N1)pdm09 en niños hospitalizados y establecer su asociación con distintas variables clínicas.

Estudio prospectivo observacional realizado en los servicios de pediatría y microbiología de dos hospitales en Valladolid y el Centro Nacional de Gripe de Valladolid. El período de estudio fue desde la semana 40 del 2015 a la semana 20 del 2016, correspondiente a la temporada gripal 2015-2016. Se incluyeron pacientes hospitalizados menores de 14 años con infección por virus de la gripe A(H1N1)pdm09 confirmada por laboratorio. Para dicho diagnóstico, se obtuvieron muestras de frotis faríngeo en pacientes mayores de dos años y muestras de lavado nasofaríngeo en pacientes menores…

… En conclusión, nuestros datos muestran que la mitad de los pacientes pediátricos con infección por virus de la gripe A(H1N1)pdm09 confirmada por laboratorio son ELP, y que la mayoría de los que requirieren cuidados intensivos o con coinfección bacteriana también son ELP. La monitorización de los cambios en la CAV en pacientes pediátricos hospitalizados podría utilizarse para predecir la gravedad de la enfermedad e identificar casos en los que es necesario realizar pruebas microbiológicas adicionales.

Se evaluaron las complicaciones neurológicas tras la infección no congénita por el virus del Zika en 11 niños que presentaron signos del sistema nervioso central. Se detectó el ARN del virus del Zika mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa en tiempo real en el líquido cefalorraquídeo. Aproximadamente una cuarta parte de los pacientes requirieron medicación antiepiléptica en el seguimiento, y 2 niños progresaron a dificultades de aprendizaje o retraso en el desarrollo.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(10):e374-e378, October 2021.

La Salmonella Paratyphi B (paratifoidea B) es una infección rara y una enfermedad de declaración obligatoria en Inglaterra. La enfermedad suele ser leve, y en los países endémicos se ha descrito la transmisión crónica en niños. Casi todos los casos en Inglaterra son importados, y se han registrado muy pocos casos de transmisión comunitaria.

Métodos: El objetivo de este trabajo fue describir un grupo inusual de casos de paratifoidea B transmitidos dentro de Inglaterra, examinando los datos clínicos, epidemiológicos y microbiológicos. Se presenta un análisis filogenético detallado para corroborar los vínculos epidemiológicos de salud pública entre los casos.

Resultados: Un niño había regresado recientemente de una zona endémica y presentaba síntomas gastrointestinales leves. Un año más tarde, otros dos niños sin antecedentes de viaje desarrollaron una enfermedad invasiva que requirió hospitalización. Los vínculos epidemiológicos confirmaron el contagio de persona a persona entre estos tres casos. Todos los aislados de S. Paratyphi B (n = 93) recibidos por la Unidad de Referencia de Bacterias Gastrointestinales entre 2014 y 2019 fueron tipificados mediante la secuenciación del genoma completo. Se identificaron tres casos de paratifoidea B en la misma ubicación geográfica durante un período de 2 años. Las cepas de S. Paratyphi B aisladas de las heces y la sangre de los tres casos estaban estrechamente relacionadas (0-5 polimorfismos de un solo nucleótido) utilizando la secuenciación del genoma completo.

Conclusiones: Esta serie de casos pone de manifiesto los riesgos potenciales para la salud pública de la paratifoidea B y la gama de complicaciones pediátricas asociadas a esta enfermedad, especialmente en los niños más pequeños. Aunque es poco frecuente, el transporte crónico de la paratifoidea B puede dar lugar a la transmisión en zonas no endémicas y debe considerarse en todos los niños que presentan signos de fiebre entérica, incluso cuando no hay antecedentes de viajes al extranjero.

Actualidad bibliográfica septiembre 2021

Top Ten

Recomendaciones

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda lo siguiente en relación con la vacuna contra el coronavirus 2019 (COVID-19) en niños y adolescentes:

  • La AAP recomienda la vacunación contra el COVID-19 para todos los niños y adolescentes de 12 años o más que no tengan contraindicaciones para usar una vacuna contra el COVID-19 autorizada para su edad.
  • Cualquier vacuna COVID-19 autorizada a través de la Autorización de Uso de Emergencia por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, recomendada por los CDC, y apropiada según la edad y el estado de salud puede ser utilizada para la vacunación contra la COVID-19 en niños y adolescentes.
  • Dada la importancia de la vacunación rutinaria y la necesidad de una rápida asimilación de las vacunas COVID-19, la AAP apoya la coadministración de las vacunas rutinarias para niños y adolescentes con las vacunas COVID-19 (o la vacunación en los días anteriores o posteriores) para los niños y adolescentes que están atrasados en las vacunas o que deben ser vacunados (según el calendario de vacunación para niños y adolescentes recomendado por los CDC y la AAP) y/o que corren un mayor riesgo de contraer enfermedades prevenibles con vacunas.

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Antecedentes: El objetivo de este estudio fue determinar la prevalencia, la proporción de cepas encapsuladas y la susceptibilidad a los antibióticos de Haemophilus influenzae aislados de niños pequeños.

Métodos: Los niños, de 6 meses a 30 meses de edad, se inscribieron prospectivamente desde septiembre de 2019 hasta septiembre de 2020 en las clínicas pediátricas de Rochester, NY. Los aislados de H. influenzae de la nasofaringe (NP) en las visitas sanas y los aislados de la enfermedad de la NP y el líquido del oído medio (MEF) en el inicio de la otitis media aguda (OMA) se caracterizaron por la tipificación capsular, la producción de β-lactamasas y la susceptibilidad a los antibióticos.

Resultados: Se recogieron muestras de 565 visitas sanas y 130 visitas con OMA. Se detectó H. influenzae en un 5,9% y un 27% en el PN de las visitas sanas y de OMA, respectivamente. En el MEF, H. influenzae se aisló en el 43% de las muestras. El 8% de los aislados de H. influenzae estaban encapsulados, el 88% de tipo f . En general, el 39,7% de los aislados eran productores de β-lactamasas; el 43% para los aislados del MEF. En más del 25% de los aislados se detectó la no susceptibilidad a la ampicilina, al trimetoprim/sulfametoxazol, a la eritromicina y a la claritromicina. Ninguno de los aislados de H. influenzae encapsulados fue positivo para la producción de β-lactamasas ni para la no susceptibilidad a la ampicilina. El 9,2% de los aislados fueron β-lactamasas negativas, resistentes a la ampicilina (β-lactamasas negativas, resistentes a la ampicilina + β-lactamasas negativas, intermedias a la ampicilina).

Conclusiones: La prevalencia de H. influenzae en la PN de los niños pequeños es muy baja en los momentos de salud, pero H. influenzae es altamente prevalente en el MEF al inicio de la OMA. El H. influenzae no tipificable representa más del 90% de todos los aislamientos de H. influenzae. El tipo f predomina entre las cepas encapsuladas. La producción de β-lactamasas y la no-susceptibilidad a los antibióticos entre las cepas de H. influenzae aisladas del PN y del MEF son comunes.

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Antecedentes La celulitis preseptal puede ser difícil de distinguir de la celulitis orbital en los niños. La mayoría de los pacientes con infecciones periorbitales son ingresados para recibir antibióticos intravenosos. El objetivo de este estudio es investigar el riesgo de omitir la celulitis orbital y los resultados de los pacientes omitidos.

Métodos Estudio de cohorte prospectivo de niños de 3 meses a 18 años diagnosticados de celulitis preseptal durante 5 años. Se recogieron datos de forma prospectiva, incluyendo datos demográficos, características clínicas y resultados.

Resultados Hubo 216 niños diagnosticados de celulitis preseptal. 75 (35%) fueron tratados con antibióticos orales y 141 (65%) con antibióticos intravenosos. En 5 (2%) niños hospitalizados se determinó posteriormente que tenían celulitis orbital. Los 5 niños eran bebés pequeños con dificultades para la exploración ocular, o tenían cefalea o vómitos.

Conclusión El riesgo de no detectar una celulitis orbitaria es bajo. Los lactantes pequeños con una exploración ocular difícil o la presencia de cefalea o vómitos deben aumentar la sospecha de celulitis orbitaria.

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Escenario

Una niña de 5 años, previamente sana, es remitida al servicio de urgencias con una infección del tracto urinario (ITU) por Escherichia coli productora de betalactamasas de espectro extendido (BLEE). Una muestra de orina tomada por su médico de cabecera mostraba nitritos, un recuento de leucocitos de >100×106/L y había cultivado >100×106 unidades formadoras de colonias/L de E. coli resistente a las cefalosporinas y a la amoxicilina-ácido clavulánico, sólo sensible a la amikacina y a la fosfomicina. El niño está afebril y hemodinámicamente estable, sin signos clínicos de pielonefritis. Usted se pregunta si la fosfomicina sería una opción de tratamiento oral adecuada para evitar el ingreso de antibióticos intravenosos.

Pregunta clínica estructurada

En un niño con una ITU debida a una bacteria Gram-negativa (paciente), ¿es la fosfomicina oral (intervención) (1) segura y eficaz, y si es así (2) qué dosis debe utilizarse (resultado)?

Buscar en

Se realizaron búsquedas en las bases de datos MEDLINE (desde 1946 hasta la actualidad), PubMed y Cochrane en julio de 2020 con las palabras clave fosfomicina, pediátrico/pediatric y urinary tract infection/UTI/urinary-pathogen. Los resultados se limitaron a seres humanos menores de 18 años. Se incluyeron los estudios de niños que informaron sobre el uso de fosfomicina oral para el tratamiento de las ITU. En las tres bases de datos, se identificaron 203 manuscritos y, de ellos, ocho fueron relevantes. Se revisaron las referencias de estas publicaciones y no se identificaron más estudios relevantes.

Comentario

Las infecciones debidas a bacterias multirresistentes (MDR) están aumentando en todo el mundo, y en los niños, el tratamiento es particularmente difícil dada la falta de datos pediátricos específicos sobre los nuevos antimicrobianos. La prevalencia de las ITU Gram-negativas MDR en niños oscila entre el 5% y el 90%, dependiendo de la región geográfica.1 En los niños con estas infecciones, el acceso a los antibióticos orales es importante para evitar el ingreso hospitalario innecesario para la terapia intravenosa. Recientemente, se ha informado del “reciclaje” de antibióticos antiguos como estrategia para ampliar nuestro arsenal terapéutico contra las infecciones MDR.

La fosfomicina es un derivado del ácido fosfónico con actividad contra las bacterias …

Presentamos el resumen de un documento de valoración crítica de la evidencia disponible sobre la COVID-19, elaborado con formato de guía de práctica clínica siguiendo la metodología GRADE. El documento trata de dar respuestas a una serie de preguntas clínicas estructuradas, con definición explícita de la población, intervención/exposición, comparación y resultado, y una jerarquización de la importancia clínica de las medidas de efecto valoradas. Realizamos revisiones sistemáticas de la literatura para responder a las preguntas, agrupadas en 6 capítulos: epidemiología, clínica, diagnóstico, tratamiento, prevención y vacunas. Valoramos el riesgo de sesgo de los estudios seleccionados con instrumentos estándar (RoB-2, ROBINS-I, QUADAS y Newcastle-Ottawa). Elaboramos tablas de evidencia y, cuando fue necesario y posible, metaanálisis de las principales medidas de efecto. Seguimos el sistema GRADE para realizar síntesis de la evidencia, con valoración de su calidad y, cuando se consideró apropiado, emitir recomendaciones jerarquizadas en función de la calidad de la evidencia, los valores y preferencias, el balance entre beneficios, riesgos y costes, la equidad y la factibilidad.

Casos clínicos

Un niño de 11 años con antecedentes de dermatitis atópica desarrolló una erupción progresiva y pruriginosa en la cara y las extremidades durante 2 semanas. Se localizaron placas rojas bullosas y costrosas erosionadas superficialmente en todas las extremidades superiores e inferiores bilaterales (figura). Se trató empíricamente con cefadroxil 500 mg dos veces al día durante 1 semana junto con una pomada tópica de mupirocina. El cultivo bacteriano mostró un fuerte crecimiento de Staphylococcus aureus sensible a la meticilina, confirmando el diagnóstico de impétigo bulloso. La prueba de reacción en cadena de la polimerasa de las erosiones faciales fue negativa para el virus del herpes simple. A las dos semanas de seguimiento, el examen sólo reveló eritema postinflamatorio e hipopigmentación.

Un niño de 12 años se presentó con una historia de 1 año de inflamación dolorosa del tobillo izquierdo. El dolor era recurrente, exacerbado por la carga mecánica, ocasionalmente nocturno, y respondía a los antiinflamatorios no esteroideos. La paciente estaba afebril. La exploración física reveló una inflamación sensible y no fluctuante de la tibia distal izquierda, sin brote ni eritema; la amplitud de movimiento estaba dolorosamente limitada. Los marcadores inflamatorios y el recuento sanguíneo completo eran normales. La prueba cutánea de la tuberculina resultó negativa. Las radiografías simples mostraron una lesión lítica longitudinal que se extendía a través del cartílago de crecimiento de la metáfisis tibial distal izquierda, altamente sugestiva de absceso de Brodie (Figura). Las imágenes de resonancia magnética confirmaron el hallazgo. La paciente fue sometida a un legrado quirúrgico y recibió 10 días de oxacilina intravenosa más clindamicina, seguidos de un tratamiento de 3 semanas de amoxicilina-clavulánico oral. En los cultivos se aisló Staphylococcus aureus sensible a la meticilina. La histología confirmó el diagnóstico de osteomielitis crónica.

 doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.043.

Un niño de 5 meses de edad, por lo demás sano, acudió a nuestra clínica de dermatología pediátrica con una historia de una semana de erupción vesicular en la zona del pañal, la axila izquierda y la espalda, así como un empeoramiento de la urticaria (Figuras 1 y 2). Su pediatra había realizado una reacción en cadena de la polimerasa para el virus del herpes simple y un cultivo de la herida antes de la presentación y fueron negativos. En la exploración, el niño estaba alerta y tenía buen aspecto. El examen de la piel mostraba pequeñas vesículas agrupadas en la parte superior de la espalda derecha y en la axila izquierda, sobre todo en la piel con textura de piel de naranja. Había algunas erosiones superficiales en el pliegue inguinal derecho. Las membranas mucosas, las palmas de las manos y las plantas de los pies estaban intactas. No presentaba organomegalias ni linfadenopatías palpables. Las biopsias de piel mostraron un infiltrado denso y difuso de mastocitos en la dermis superior que destacaba con CD117. La inmunofluorescencia directa no presentaba ningún signo. El recuento sanguíneo completo y el panel metabólico completo estaban dentro de los límites normales. La triptasa sérica estaba elevada en 51,2 μg/L (normal 1-11,4 μg/L). Estos hallazgos eran consistentes con el diagnóstico de mastocitosis cutánea difusa.

Para profundizar

Aunque la vacunación ha reducido la incidencia de Haemophilus influenzae tipo b, el H. influenzae no tipificable y otros tipos encapsulados siguen siendo una amenaza para la salud. Se sabe poco sobre la epidemiología molecular contemporánea de estos organismos. Hemos llevado a cabo la tipificación de secuencias multilocus de H. influenzae invasiva durante un periodo de aumento de la incidencia.

de Koff, Emma M.; Euser, Sjoerd M.; Badoux, Paul; Sluiter-Post, Judith; Eggink, Dirk; Sanders, Elisabeth A. M.; van Houten, Marlies A. Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(9):e351-e353, September 2021.

Se comparó la detección de patógenos entre saliva, hisopos nasofaríngeos y orofaríngeos en niños con síntomas respiratorios. La sensibilidad en los hisopos nasofaríngeos fue del 93% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 78%-98%), en los hisopos orofaríngeos del 79% (IC del 95%: 60%-90%), en la saliva en general del 76% (IC del 95%: 58%-88%) y en 18 muestras de saliva recogidas con babas o esponjas, del 94% (IC del 95%: 74%-99%). La saliva podría ser una alternativa de muestra relevante.

Pregunta. Entre los niños con neumonía adquirida en la comunidad (NAC), ¿cuál es la eficacia clínica de 5 días de antibióticos, en comparación con 10 días de antibióticos, para lograr la resolución clínica?

Diseño. Ensayo aleatorio y controlado de no inferioridad.

Entorno. Dos servicios de urgencias en Canadá.

Participantes. De seis meses a 10 años de edad con NAC confirmada por radiografía de tórax, que no requiere hospitalización.

Intervención. Cinco días (+ 5 días de placebo) frente a 10 días de dosis altas de amoxicilina.

Resultados. Curación clínica a los 14 o 21 días.

Resultados principales. Veintinueve de 281 pacientes aleatorizados (10,3%) se perdieron durante el seguimiento. La no inferioridad se fijó en el 7,5% (poder del 80%). En el análisis por protocolo, 101 de 114 niños (88,6%) en el grupo de amoxicilina de 5 días y en 99 de 109 (90,8%) en el grupo de amoxicilina de 10 días demostraron curación clínica, diferencia de riesgo, 0,016 (límite inferior del IC del 97,5%, -0,087). En el análisis por intención de tratar, 108 de 126 (85,7%) en el grupo de amoxicilina de 5 días y en 106 de 126 (84,1%) en el grupo de 10 días demostraron curación clínica, diferencia de riesgo 0,023 (límite inferior del IC del 97,5%, -0,061).

Conclusiones. La no inferioridad se alcanzó mediante el análisis por intención de tratar, no mediante el análisis por protocolo (el análisis primario).

Comentario. Pernica et al. realizaron un estudio prospectivo aleatorizado en el que se compararon las tasas de curación clínica de 5 frente a 10 días de tratamiento con altas dosis de amoxicilina oral. No se observaron diferencias significativas en las tasas de curación (89% en el grupo de 5 días frente al 91% en el grupo de 10 días). Los autores concluyeron que el tratamiento de corta duración tiene una eficacia comparable a la del tratamiento antibiótico de larga duración para resolver la NAC pediátrica. Una limitación metodológica es la inclusión de casi un 30% con diagnóstico radiográfico de neumonía en la NAC discrepante entre el médico de urgencias y el radiólogo. Además, en un estudio que compara la eficacia de los antibióticos en la resolución de la NAC, es difícil distinguir la etiología infecciosa viral de la bacteriana (la mitad de los pacientes del estudio tenían aislamiento viral por secreción nasofaríngea). No se especificó el carácter del infiltrado, que a veces puede indicar una probable etiología infecciosa (patrón intersticial frente a lobar). Estas limitaciones en la distinción de la etiología de la NAC pueden confundir a la hora de determinar si la duración del tratamiento antibiótico afectó realmente al resultado clínico.

El objetivo fue examinar el estado de salud y las enfermedades infecciosas en una cohorte de menores inmigrantes no acompañados (MENA) procedentes de África en España, y detectar si existen diferencias según la zona geográfica de origen.

Métodos. Estudio transversal en 622 MENAs africanos en el momento de su ingreso en un centro residencial en Aragón (España) durante 2005-2019. Se realizó un examen físico, nutricional y de laboratorio siguiendo las pautas sanitarias.

Resultados. La edad media de los UIM africanos fue de 16,1 años (DE 1,7; rango 13-17). El 88,9% procedían del Magreb (edad media de 15,9 años; DE 1,5) y el 14,1% del África Subsahariana Occidental (edad media de 16,8 años; DE 1). Encontramos que la prevalencia de caries, deficiencia de hierro y problemas dermatológicos fue significativamente mayor (p<.05) entre los magrebíes, y la prevalencia de infección pasada y presente por el virus de la hepatitis B (VHB), parasitosis intestinal, eosinofilia (p<.00001) y tuberculosis latente (p=.0034) fue significativamente mayor en los de origen subsahariano.

Conclusiones. El hallazgo más relevante fue la elevada prevalencia de infección actual por VHB (14,8%) entre los adolescentes subsaharianos. Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de recomendar el cribado selectivo, los programas de vacunación preventiva y la integración en los sistemas sanitarios locales que permitan el tratamiento y el seguimiento a largo plazo como forma de prevenir la transmisión de la infección por VHB.

Los virus del género Phlebovirus, transmitidos por dípteros de la familia Psychodidae, son una causa de síndrome febril autolimitado durante el verano-otoño en los países mediterráneos. En el caso del virus Toscana, pueden ser causa de meningitis y meningoencefalitis. En España se ha detectado la presencia de los virus Toscana, Granada, Nápoles, Sicilia, Arbia y Arrabida-like. La presencia casi generalizada de vectores del género Phlebotomus, especialmente de Phlebotomus perniciosus, en los que se han detectado varios de estos virus, hace muy probable que aparezcan de manera regular infecciones en humanos en nuestro país, siendo este riesgo moderado para el virus Toscana y bajo para el resto, en las zonas con mayor actividad del vector. La mayor parte de las enfermedades pasarían inadvertidas y solo el virus Toscana puede tener un mayor impacto por la aparición de casos graves.

OBJETIVOS Caracterizar los datos demográficos, las comorbilidades, los síntomas, los tratamientos intrahospitalarios y los resultados de salud entre los niños y adolescentes diagnosticados u hospitalizados con la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y compararlos en análisis secundarios con los pacientes diagnosticados con gripe estacional previa en 2017-2018.

MÉTODOS Cohorte de red internacional utilizando datos del mundo real de los registros de atención primaria europeos (Francia, Alemania y España), reclamaciones de Corea del Sur y reclamaciones de Estados Unidos, y bases de datos hospitalarias. Se incluyeron niños y adolescentes diagnosticados y/u hospitalizados con COVID-19 a la edad de <18 años entre enero y junio de 2020. Se describieron los datos demográficos de referencia, las comorbilidades, los síntomas, los tratamientos intrahospitalarios a los 30 días y los resultados, incluyendo la hospitalización, la neumonía, el síndrome de dificultad respiratoria aguda, el síndrome inflamatorio multisistémico en niños y la muerte.

RESULTADOS Se estudiaron un total de 242 158 niños y adolescentes diagnosticados y 9769 hospitalizados con COVID-19 y 2 084 180 diagnosticados con gripe. Las comorbilidades, incluidos los trastornos del neurodesarrollo, las enfermedades cardíacas y el cáncer, fueron más frecuentes entre los hospitalizados con COVID-19 que entre los diagnosticados. La disnea, la bronquiolitis, la anosmia y los síntomas gastrointestinales fueron más frecuentes en la COVID-19 que en la gripe. Los tratamientos intrahospitalarios prevalentes para la COVID-19 incluyeron medicamentos reutilizados (<10%) y terapias complementarias: corticosteroides sistémicos (6,8%-7,6%), famotidina (9,0%-28,1%) y antitrombóticos como aspirina (2,0%-21,4%), heparina (2,2%-18,1%) y enoxaparina (2,8%-14,8%). Se observó una hospitalización en el 0,3% al 1,3% de la cohorte diagnosticada de COVID-19, con una letalidad a 30 días indetectable (n < 5 por base de datos). Los resultados a los 30 días, como la neumonía y la hipoxemia, fueron más frecuentes en la COVID-19 que en la gripe.

CONCLUSIONES A pesar de la escasa letalidad, las complicaciones, como la hospitalización, la hipoxemia y la neumonía, fueron más frecuentes en los niños y adolescentes con COVID-19 que con la gripe. La disnea, la anosmia y los síntomas gastrointestinales podrían ayudar a diferenciar los diagnósticos. Se utilizó una amplia gama de medicamentos para el tratamiento hospitalario de la COVID-19 pediátrica.

Lo que se sabe sobre este tema:

La mayoría de los estudios sobre la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) estaban dirigidos a los adultos, y los datos relativos a los niños y adolescentes son limitados. Las manifestaciones clínicas de COVID-19 son generalmente más leves en la población pediátrica en comparación con los adultos, y la hospitalización por COVID-19 afecta principalmente a los niños con comorbilidades preexistentes.

Lo que añade este estudio:

Las complicaciones, incluyendo la hospitalización, la hipoxemia y la neumonía, fueron más frecuentes en los niños y adolescentes con COVID-19 que con la gripe. La disnea, la anosmia y los síntomas gastrointestinales podrían ayudar al diagnóstico diferencial. Se utilizó una amplia gama de medicamentos para el tratamiento hospitalario de la COVID-19 pediátrica.

ANTECEDENTES En la primavera de 2020 se describió un nuevo proceso hiperinflamatorio asociado al síndrome inflamatorio multisistémico del síndrome respiratorio agudo severo 2 en niños (MIS-C). El impacto a largo plazo sigue siendo desconocido. Informamos de los resultados longitudinales de un programa de seguimiento interdisciplinario de Nueva York.

MÉTODOS Se incluyeron todos los niños <21 años de edad, ingresados en el NewYork-Presbyterian con MIS-C en 2020. Los niños fueron seguidos de 1 a 4 semanas, de 1 a 4 meses y de 4 a 9 meses después del alta.

RESULTADOS En total, 45 niños fueron ingresados con CMI. La mediana del tiempo hasta el último seguimiento fue de 5,8 meses (rango intercuartil 1,3-6,7). De los ingresados, el 76% requirió cuidados intensivos y el 64% necesitó vasopresores y/o inotrópicos. Al ingreso, los pacientes presentaban una inflamación inespecífica significativa, linfopenia generalizada y trombocitopenia. Las interleucinas (IL) solubles IL-2R, IL-6, IL-10, IL-17, IL-18 y el ligando de quimioquinas C-X-C estaban elevadas. El 80% (n = 36) tenían al menos anomalías ecocardiográficas leves y el 44% (n = 20) tenían anomalías moderadas-graves, incluidas las coronarias (el 9% tenía una puntuación z de 2-2,5; el 7% tenía una puntuación z > 2,5). Mientras que la mayoría de los marcadores inflamatorios se normalizaron al cabo de 1 a 4 semanas, el 32% (n = 11 de 34) presentó una linfocitosis persistente, con un aumento de las células T doblemente negativas en el 96% de los pacientes evaluados (n = 23 de 24). De 1 a 4 semanas, sólo el 18% (n = 7 de 39) presentaba hallazgos ecocardiográficos leves; todos tenían coronarias normales. De 1 a 4 meses, la proporción de células T doblemente negativas seguía siendo elevada en el 92% (mediana del 9%). Entre los 4 y los 9 meses, sólo un niño tenía una disfunción cardiaca leve persistente. Uno presentaba una regurgitación mitral y/o tricuspídea leve.

CONCLUSIONES Aunque la mayoría de los niños con CMI se presentan en estado crítico, la mayoría de las manifestaciones inflamatorias y cardíacas en nuestra cohorte se resolvieron rápidamente.

La pandemia de COVID-19 ha venido acompañada por la incertidumbre. La necesidad de test para su diagnóstico en tiempo real ha propiciado el desarrollo de pruebas en tiempo récord sin la validación que se hubiera exigido en otras circunstancias.

Las técnicas basadas en detección de proteínas ofrecen ventajas teóricas sobre las basadas en la amplificación del ARN (más costosas, lentas y requieren equipamiento sofisticado)1 y fueron incluidas en los protocolos diagnósticos de la COVID-192.

A principios de abril dispusimos de la determinación de antígeno (Ag) para SARS-CoV-2 (2019-nCoV Ag Test Fluorescence IC Assay® Shenzhen Bioeasy Biotechnology CO LTD, China, lectura con Bioeasy Immunofluorescence Analyzer mod EASY-11 Ref YRLE1105) que detecta proteína de la nucleocápside. Según el fabricante, la muestra debía ser transportada en un medio específico y procesada preferentemente dentro de los 30min de su obtención, aunque según ficha técnica se permite realizar dentro de las 24h y describe una sensibilidad (S) y una especificidad (E) del 92 y del 100%, respectivamente.

El grupo de trabajo COVID-19 de nuestro centro decidió incluir dicha determinación en pacientes con síntomas respiratorios de menos de 7días de evolución siguiendo recomendaciones de expertos3. Se recogieron muestras nasales que se procesaron en un tiempo máximo de 30min. En caso de resultado negativo, se realizó PCR. Tras una semana de utilización del Ag surgieron dudas sobre su exactitud (resultados positivos en pacientes asintomáticos a los que se había solicitado el Ag a pesar de no estar incluidos en las indicaciones del protocolo). Por ello se procedió a confirmar a posteriori por PCR todos los resultados.

Entre el 6 y el 17 de abril se realizó detección de Ag en 193 pacientes (44 asintomáticos no previstos en el protocolo). En 172 se dispuso de muestra para PCR (tabla 1).

Si consideramos como referencia la PCR, la S, la E, el VPP y el VPN del Ag en pacientes sintomáticos fueron del 76%, del 88,33%, del 61,3% y del 93,8%, respectivamente. La concordancia en pacientes asintomáticos fue mucho menor.

Se analizaron los casos con resultados discordantes valorando clínica/radiología, resultados PCR previos/posteriores y datos serológicos si estaban disponibles. De los 21 pacientes con Ag positivo/PCR negativa, 13 se consideraron falsos positivos (FP) del Ag (9 asintomáticos y 4 sintomáticos con serología posterior negativa). En los 8 restantes el cuadro clínico-epidemiológico fue compatible con el diagnóstico de COVID-19, no se realizaron otras pruebas microbiológicas y se consideraron falsos negativos (FN) de la PCR.

De los 7 pacientes con Ag negativo/PCR positiva, un caso estaba asintomático y en el resto la duración de los síntomas osciló de 1 a 18días (mediana 4días). En 4 pacientes se dispuso de serología posterior positiva. Todos se consideraron FN del Ag.

Si consideramos criterios clínico-radiológicos, serológicos y PCR previas/posteriores para definir los casos COVID, la S, la E, el VPP y el VPN del Ag en pacientes sintomáticos fueron del 79,4%, del 95,7%, del 87,1% y del 92,8%.

Las discrepancias en los resultados podrían ser debidas a que las determinaciones Ag/PCR se realizaron en muestras diferentes (aunque obtenidas el mismo día) y a que ninguna de las dos técnicas tiene una S y una E del 100%, siendo, según el metaanálisis de Börger, la S para la PCR del 73,3% (IC95%: 68,1-78,0)4.

En nuestro centro se retiró la determinación de Ag ante los resultados discordantes con la PCR, las dificultades que suponía el tiempo limitado para su procesado y la necesidad de medio de transporte distinto al de la PCR que obligaba a tomar dos muestras. Estos inconvenientes tendrían que reconsiderarse tras estudios recientes: Porte et al.5 mantuvieron las muestras refrigeradas hasta 48h con resultados excelentes, con lo que la limitación del tiempo quedaría superada, y en otros estudios utilizaron medio de transporte universal para virus5,6 en vez del propuesto por el fabricante, con el consiguiente ahorro de material, tiempo e incomodidades para el paciente al no tener que obtener una segunda muestra para PCR.

Actualmente la WHO recomienda la PCR como técnica de elección para el diagnóstico de COVID-197, pero conocer el rendimiento, las ventajas y las limitaciones de pruebas aplicadas en diferentes momentos/muestras/entornos de la pandemia puede ayudar a desarrollar estrategias adaptadas a situaciones futuras. A tenor de nuestros resultados y de las últimas publicaciones, la determinación de Ag podría ser útil en pacientes sintomáticos.

Abbott BinaxNOW (un inmunoensayo de flujo lateral a pie de cama destinado a la detección cualitativa del antígeno de la proteína de la nucleocápside) está ampliamente disponible bajo la autorización de uso de emergencia de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. para la detección del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en pacientes sintomáticos dentro de los 7 días del inicio de los síntomas.

La prueba no parece especialmente útil en niños de 7 a 20 años debido a su combinación subóptima de sensibilidad y especificidad. En los niños <7 años

aunque la especificidad de la prueba era subóptima, su alta sensibilidad podría

ser útil para descartar el COVID-19. Si nuestros hallazgos son confirmados por otros,

los niños <7 años con un resultado negativo de resultado negativo de BinaxNOW podrían volver a la guardería o al preescolar. Sin embargo, los resultados positivos tendrían que confirmarse con una prueba de PCR, dada la la alta tasa de falsos positivos de la prueba.

Las diferencias entre los resultados (con otros estudios en los que los test ag salen mejor parados) pueden ser debido a las diferencias en la interpretación de la prueba en los estudios anteriores (interpretaron la prueba de forma retrospectiva utilizando imágenes escaneadas, utilizaron 2 o más lectores, no se tuvieron en cuenta las bandas parciales). El diferente espectro de pacientes también podría haber influido en la precisión.

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ANTECEDENTES Pruebas recientes sugieren que los anticuerpos neutralizantes (nAbs) contra el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 pueden persistir en el tiempo; sin embargo, los conocimientos relativos a los sujetos pediátricos son limitados.

MÉTODOS Se llevó a cabo un estudio observacional prospectivo en un solo centro sobre 57 grupos familiares de la enfermedad por coronavirus 2019, que incluía a niños en edad neonatal y pediátrica que acudían al Hospital Universitario de Padua (Italia). Para cada paciente, se recogieron muestras de sangre tanto para la cuantificación de nAbs mediante una prueba de neutralización por reducción de placas como para la detección de inmunoglobulina G y/o inmunoglobulina M de la proteína antinucleocápside.

RESULTADOS Se analizaron 283 muestras de sangre recogidas de 152 casos confirmados de enfermedad por coronavirus 2019 (82 padres y 70 hijos o hermanos mayores de una edad media de 8 años, rango intercuartil 4-13), que se presentaban asintomáticos o con enfermedad levemente sintomática. A pesar de la disminución de la inmunoglobulina G a lo largo del tiempo, se encontró que los nAbs persisten hasta los 7 u 8 meses en los niños, mientras que los adultos registraron una modesta tendencia a la disminución. Resulta interesante que los niños de <6 años y, en particular, los de <3 años, desarrollaron mayores niveles de nAbs de larga duración en comparación con los hermanos mayores y/o los adultos.

CONCLUSIONES Las infecciones leves y asintomáticas por coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 en grupos familiares provocaron mayores nAbs entre los niños.

Pregunta. ¿Cuál es el momento de la respuesta de los anticuerpos maternos y su paso al bebé (sangre del cordón umbilical)?

Diseño. Serie de casos.

Lugar. New York-Presbyterian Hospital/Weill Cornell Medical Center, Nueva York.

Participantes. 122 mujeres embarazadas con sangre del cordón umbilical disponible en el momento del nacimiento que declararon haber recibido una o ambas vacunas COVID-19 basadas en ARNm y dieron a luz a un neonato único.

Intervención. Se realizaron pruebas semicuantitativas de anticuerpos contra el dominio de unión al receptor S en sueros clínicos sobrantes de la sangre periférica materna para identificar los anticuerpos montados contra la vacuna, pero que resultaron negativos para los anticuerpos contra el antígeno de la proteína de la nucleocápside (encontrados tras la infección por COVID-19).

Resultados. Anticuerpos pasivos contra COVID-19.

Resultados principales. En el momento del parto, 55 mujeres embarazadas habían recibido una dosis de la vacuna de ARNm y 67 habían recibido las dos dosis de la vacuna. Todas las mujeres (que habían recibido al menos 4 semanas después de la dosis de vacuna 1) y las muestras de sangre del cordón umbilical, excepto 1, tenían anticuerpos IgG detectables. El 54% y el 99% de las muestras de sangre del cordón umbilical tenían IgG detectables en las mujeres que recibieron sólo una dosis de la vacuna frente a las dos dosis, respectivamente. La detección más temprana de IgG en la madre y en la sangre del cordón umbilical fue 5 días y 16 días después de la primera dosis, respectivamente, y aumentó a lo largo de las siguientes semanas.

Conclusiones. Estos resultados arrojan luz sobre posibles estrategias de vacunación para las mujeres embarazadas.

Comentarios. Cuando las vacunas COVID-19 de ARNm recibieron la autorización de uso de emergencia, no se habían realizado estudios en el embarazo. Este importante estudio de Prabhu et al fue uno de los primeros en delinear los efectos del momento de la vacuna en los niveles de IgG materna y neonatal del SARS-CoV-2. Aunque las IgG maternas y neonatales pueden detectarse tan pronto como 1-2 semanas después de la dosis de la vacuna 1, más de la mitad de los neonatos no tienen IgG detectables hasta después de la dosis de la vacuna materna 2 y los títulos siguen aumentando con el tiempo desde la vacunación materna. Por lo tanto, para optimizar la protección inmunitaria neonatal, las dos dosis de la vacuna deben administrarse durante el embarazo antes del parto. Dado que todas las participantes en el estudio estaban en el tercer trimestre en el momento de la vacunación, se necesitan más datos para comprender los efectos de la administración de la vacuna en una fase más temprana del embarazo sobre la transferencia de IgG mediada por la placenta al neonato. En conjunto con otros trabajos recientes sobre la vacunación con COVID-19 en el embarazo,

Soler-Garcia, Aleix; Gamell, Anna; Santiago, Begoña; Monsonís, Manuel; Cobo-Vázquez, Elvira; Bustillo-Alonso, Matilde; Tagarro, Alfredo; Pérez-Gorricho, Beatriz; Espiau, María; Piqueras, Ana Isabel; Korta-Murua, José Javier; Rodríguez-Molino, Paula; Lobato, Zulema; Pérez-Porcuna, Tomàs; Tebruegge, Marc; Noguera-Julian, Antoni; for the QFT-Plus Study Group of the Spanish Pediatric TB Research Network (pTBred)‡‡‡‡ Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(9):e348-e351, September 2021.

En este estudio transversal de 284 niños y adolescentes con sospecha clínica o radiológica de tuberculosis en un país de baja endemia, la especificidad, sensibilidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo del ensayo QuantiFERON-TB Gold Plus fueron del 91,5%, 87,3%, 86,4% y 91,2%, respectivamente. La especificidad fue mayor que la observada en las pruebas cutáneas de tuberculina realizadas simultáneamente, pero similar a la de los ensayos de liberación de interferón-gamma de la generación anterior

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 Objetivos: Evaluar el rendimiento de los ensayos de liberación de interferón-gamma (IGRA) en el diagnóstico diferencial entre Mycobacterium avium complex (MAC) y tuberculosis (TB) en niños afectados de linfadenitis submandibular/cervical subaguda/crónica.

Diseño del estudio: Estudio observacional multicéntrico en el que se comparan niños con linfadenitis por MAC confirmada microbiológicamente del estudio European NontuberculouS MycoBacterial Lymphadenitis in childrEn con niños con linfadenitis por TB de la base de datos de la Red Española para el Estudio de la TB Pediátrica.

Resultados: En total, se incluyeron 78 pacientes con MAC y 34 con linfadenitis tuberculosa. Entre los casos de MAC, 44 de 74 (59,5%) tuvieron resultados positivos en la prueba cutánea de la tuberculina (TST) en el punto de corte de 5 mm, en comparación con 32 de 33 (97%) casos de TB (p < 0,001); en el punto de corte de 10 mm los resultados de la TST fueron positivos en 23 de 74 (31,1%) frente a 26 de 31 (83,9%), respectivamente (p < 0,001). Los resultados de IGRA fueron positivos en sólo 1 de 32 (3,1%) pacientes con MAC que se habían sometido a la prueba IGRA, en comparación con 21 de 23 (91,3%) casos de TB (P < 0,001). La concordancia entre los resultados de la TST y el IGRA fue pobre en el MAC (23,3%; κ = 0,017), pero buena en los casos de TB (95,6%; κ = 0,646). Los IGRA tuvieron una especificidad del 96,9% (IC del 95%: 84,3%-99,8%), un valor predictivo positivo del 95,4% (IC del 95%: 78,2%-99,8%) y un valor predictivo negativo del 93,9% (IC del 95%: 80,4%-98,9%) para la linfadenitis tuberculosa.

Conclusiones: A diferencia de la TST, los IGRA tienen una alta especificidad, valor predictivo negativo y valor predictivo positivo para la linfadenitis tuberculosa en niños con linfadenopatía subaguda/crónica y, en consecuencia, pueden ayudar a discriminar entre la tuberculosis y la enfermedad MAC. Por lo tanto, los IGRA son herramientas útiles en el diagnóstico de los niños con linfadenopatía, en particular cuando los resultados del cultivo y la reacción en cadena de la polimerasa son negativos.· 

·Ocular Manifestations of Multisystem Inflammatory Syndrome in Children with COVID-19Arkan, Imran; Demir, Semra Tiryaki; Livan, Elif Hazal; Elçioglu, Mustafa Nuri Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(9):e356-e358, September 2021.

Examinar las creencias de los padres y los desafíos logísticos para la finalización de la vacunación en la primera infancia, así como las oportunidades para apoyar una mejor aceptación de la vacuna entre las familias que experimentan la falta de hogar.

Diseño del estudio. Se realizó una encuesta transversal entre febrero de 2018 y octubre de 2019 con padres de niños de 19 a 35 meses de edad que experimentan la falta de hogar. Los participantes fueron reclutados en 10 lugares que atienden a familias que experimentan la falta de hogar en Washington, DC y por referencia de otros participantes. Los registros de vacunación se obtuvieron de los proveedores de atención médica para determinar el estado actualizado (UTD) del niño con una serie combinada de 7 vacunas.

Resultados. De los 135 niños de los participantes, sólo 69 (51,1%) estaban al día. La mayoría de los participantes tenían al menos 1 preocupación sobre las vacunas infantiles y al menos 1 barrera logística para completar la vacunación (57% y 85,9%, respectivamente). Las barreras más frecuentes fueron conseguir una hora de cita conveniente (46,3%), recordar las citas (44,8%) y desplazarse a las citas (44,4%). Aunque sólo el 53,3% de los hijos de las participantes asistían a una guardería autorizada y sólo el 43,7% recibían prestaciones del Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Bebés y Niños (WIC), el uso de cualquiera de estos programas que evalúan rutinariamente el estado de vacunación se asoció con una probabilidad ajustada más de 3 veces mayor de ser UTD (aOR 3,4, IC 95% 1,6-7,3, y aOR 3,1, IC 95% 1,4-6,5, respectivamente).

Conclusiones. Las barreras logísticas para acceder a los servicios de atención primaria son comunes entre los niños que experimentan la falta de hogar, lo que subraya la importancia de que los proveedores de atención médica ofrezcan vacunas en cada oportunidad. Los programas regulados por el gobierno son útiles para promover la vacunación, y debe fomentarse la inscripción porque muchos niños que experimentan la falta de hogar no pueden acceder a ellos.

Al editor:

Yi et al informaron de que el Staphylococcus aureus era la etiología más común de las infecciones articulares y óseas pediátricas en 2 grandes hospitales estadounidenses.

Kingella kingae es una bacteria notoriamente fastidiosa, y los métodos de cultivo tradicionales empleados en el estudio son insensibles para detectar su presencia en los exudados articulares y óseos.3

Aunque este concepto fue ampliamente aceptado en el pasado, el creciente uso de pruebas sensibles de amplificación de ácidos nucleicos ha demostrado que Kingella kingae es el principal agente de las infecciones del sistema óseo en la población de 6 a 48 meses, causando entre el 30% y el 93% de los casos en este grupo de edad.

 Objetivos: Conocer la epidemiología de la osteomielitis hematógena aguda y la artritis séptica, incluyendo las características clínicas y demográficas, la microbiología, los enfoques de tratamiento, las complicaciones asociadas al tratamiento y los resultados.

Diseño del estudio: Estudio de cohorte retrospectivo de 453 niños con osteomielitis hematógena aguda y/o artritis séptica de 2009 a 2015.

Resultados: Entre los 453 pacientes, 218 (48%) tenían osteomielitis hematógena aguda, 132 (29%) tenían artritis séptica y 103 (23%) tenían osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes. El fracaso del tratamiento/la infección recurrente se produjo en 41 pacientes (9%). Los pacientes con osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes tuvieron estancias hospitalarias más prolongadas, una mayor duración de la terapia antibiótica y fueron más propensos a tener una bacteriemia prolongada y a requerir cuidados intensivos. Se identificó Staphylococcus aureus en 228 (51%) pacientes, de los cuales 114 (50%) eran S aureus resistentes a la meticilina. En comparación con la artritis séptica, la osteomielitis hematógena aguda y la osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes se asociaron con mayores probabilidades de fracaso del tratamiento (OR, 8,19; IC del 95%, 2,02-33,21 [p = 0,003]; y OR, 14,43; IC del 95%, 3,39-61,37 [p < 0,001], respectivamente). La necesidad de más de un procedimiento quirúrgico también se asoció con mayores probabilidades de fracaso del tratamiento (OR, 2,98; IC del 95%, 1,18-7,52; P = 0,021). El cambio temprano a la terapia antibiótica oral no se asoció con el fracaso del tratamiento (OR, 0,64; IC del 95%, 0,24-1,74; P = 0,386). La mayoría (73%) de las complicaciones del tratamiento atendidas médicamente se produjeron durante el tratamiento parenteral.

Conclusiones: Las infecciones musculoesqueléticas son infecciones pediátricas desafiantes. El S. aureus sigue siendo el patógeno más común, y el S. aureus resistente a la meticilina representa el 25% de todos los casos. La osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrente se asocia con una enfermedad más grave y peores resultados. Se produjeron menos complicaciones relacionadas con el tratamiento durante la terapia oral. La transición temprana a la terapia oral no se asoció con el fracaso del tratamiento.

Objetivo Investigar si la exposición a los antibióticos durante el embarazo estaba asociada con el asma infantil y si esta relación estaba condicionada por el momento de la exposición y el modo de parto.

Diseño Un estudio de cohortes que utilizó modelos de regresión logística multivariable ajustados por factores de confusión definidos a priori. Las mujeres embarazadas fueron reclutadas entre 1996 y 2002.

Entorno La cohorte nacional danesa de nacimientos.

Pacientes De los 96 832 niños de la cohorte, 32 651 niños fueron incluidos en la población del estudio.

Medida de resultado principal Asma infantil declarada por los padres a los 11 años.

Resultados Un total de 5.522 (17%) niños nacieron de madres expuestas a antibióticos durante el embarazo. En los análisis ajustados, los niños nacidos de madres expuestas tenían mayores probabilidades de padecer asma (OR 1,14; IC del 95%: 1,05 a 1,24). No hubo asociación con la exposición a antibióticos en el primer trimestre (OR 1,02; IC del 95%: 0,83 a 1,26), pero se observaron mayores probabilidades para la exposición a antibióticos en el segundo y tercer trimestre (OR 1,17; IC del 95%: 1,06 a 1,28), en comparación con los niños no expuestos. La asociación general entre los antibióticos durante el embarazo y el asma infantil sólo se observó en los niños nacidos por vía vaginal (OR 1,17; IC del 95%: 1,07 a 1,28), pero no en los niños nacidos por cesárea (cesárea programada: OR 0,95, IC del 95%: 0,66 a 1,37; cesárea de urgencia: OR 0,96, IC del 95%: 0,73 a 1,28). En los niños nacidos por vía vaginal expuestos, la probabilidad de que el asma infantil requiriera tratamiento durante el año anterior fue un 34% mayor (OR 1,34; IC del 95%: 1,21 a 1,49), en comparación con los niños nacidos por vía vaginal no expuestos.

Conclusiones La exposición a los antibióticos a mediados y finales del embarazo se asocia con una mayor probabilidad de asma infantil en los niños nacidos por vía vaginal. El modo de parto puede modificar la asociación.

Estimar la prevalencia de anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 en el personal sanitario (PSA) de un departamento de salud (DH).

Método. Estudio de prevalencia. Se determinó la presencia de anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 en el personal sanitario del departamento de salud. Se utilizaron pruebas de inmunoabsorción enzimática (ELISA). El trabajo de campo tuvo lugar del 24 de abril al 8 de mayo de 2020. Se recogió la edad, el sexo, la ocupación (médico, enfermera, etc.) y el área de trabajo (Atención Primaria, Urgencias, etc.). A continuación se calculó la prevalencia de anticuerpos IgG con su intervalo de confianza del 95% (IC95%). Para estudiar la asociación entre las características del HCP y la presencia de IgG se utilizó el test de Chi Cuadrado, y para estudiar la magnitud de la asociación se calculó la Odds Ratio (IC 95%).

Resultados. De los 4813 HCP en la HD, participaron 4179 (87,1%). De ellos, el 73,3% (3065) eran mujeres y el 26,7% (1114) hombres. La prevalencia global de anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2 fue del 6,6% (IC 95%: 5,8-7,3). Hubo diferencias estadísticamente significativas en función de la ocupación, desde el 8,7% (IC 95%: 6,9-10,6) en los médicos hasta el 3,2% (IC 95%: 1,0-8,0) en el personal no sanitario. Las demás características no se asociaron significativamente a la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

Conclusión. La frecuencia de infección por SARS-CoV-2 en el personal sanitario es similar a la estimada en la población general para las grandes ciudades españolas. Esto pone de manifiesto la eficacia del programa de control y prevención de la infección en este departamento sanitario dirigido al personal sanitario.

OBJETIVOS Con este estudio, nuestro objetivo fue cuantificar el riesgo relativo (RR) de cetoacidosis diabética en el momento del diagnóstico de la diabetes de tipo 1 durante el año 2020 y evaluar si se asociaba con la incidencia regional de casos y muertes por coronavirus 2019 (COVID-19).

MÉTODOS Estudio de cohorte multicéntrico basado en datos del Registro de Seguimiento Prospectivo de la Diabetes de Alemania. El RR mensual de cetoacidosis en 2020 se estimó a partir de las tasas observadas y esperadas en 3238 niños con diabetes tipo 1 de nueva aparición. Las tasas esperadas se derivaron de los datos de 2000 a 2019 mediante un modelo de regresión logística multivariable de tendencia. La asociación entre la incidencia regional de COVID-19 y la tasa de cetoacidosis se investigó aplicando un modelo log-binomial de efectos mixtos a los datos semanales con Alemania dividida en 5 regiones.

RESULTADOS La frecuencia observada frente a la esperada de cetoacidosis diabética fue significativamente mayor de abril a septiembre y en diciembre (RRs medios ajustados, 1,48-1,96). Durante el primer semestre de 2020, cada aumento de la incidencia semanal regional de COVID-19 en 50 casos o 1 muerte por cada 100 000 habitantes se asoció con un aumento del RR de cetoacidosis diabética de 1,40 (intervalo de confianza del 95%, 1,10-1,77; P = 0,006) y 1,23 (1,14-1,32; P < 0,001), respectivamente. Esta asociación dejó de ser evidente durante el segundo semestre de 2020.

CONCLUSIONES Estos hallazgos sugieren que la gravedad local de la pandemia, más que las medidas de política sanitaria, parecen ser la principal razón del aumento de la cetoacidosis diabética y, por tanto, del retraso en el uso de la asistencia sanitaria durante la pandemia.

Pediatrics, Sep 2021, 148 (3) e2021050052

OBJETIVOS Identificar predictores independientes y derivar una puntuación de riesgo para la infección invasiva por el virus del herpes simple (VHS).

MÉTODOS En este estudio anidado de casos y controles de 23 centros, emparejamos a 149 lactantes con VHS con 1.340 controles; todos tenían ≤60 días de edad y el líquido cefalorraquídeo se obtuvo dentro de las 24 horas de la presentación o se les detectó el VHS. Los resultados primarios y secundarios fueron la infección invasiva (diseminada o del sistema nervioso central) o cualquier infección por VHS, respectivamente.

RESULTADOS De todos los lactantes incluidos, 90 (60,4%) tenían enfermedad invasiva y 59 (39,6%) tenían enfermedad de piel, ojos y boca. Los predictores asociados de forma independiente con el VHS invasivo incluían la edad más temprana (odds ratio ajustada [aOR]: 9,1 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 3,4-24,5] <14 y 6,4 [IC del 95%: 2,3 a 17,8] 14-28 días, respectivamente, en comparación con >28 días), la prematuridad (aOR: 2,3, IC del 95%: 1,1 a 5,1), las convulsiones en casa (aOR: 6. 1, IC 95%: 2,3 a 16,4), aspecto enfermizo (aOR: 4,2, IC 95%: 2,0 a 8,4), temperatura de triaje anormal (aOR: 2,9, IC 95%: 1,6 a 5,3), erupción vesicular (aOR: 54. 8, IC del 95%: 16,6 a 180,9), trombocitopenia (aOR: 4,4, IC del 95%: 1,6 a 12,4) y pleocitosis del líquido cefalorraquídeo (aOR: 3,5, IC del 95%: 1,2 a 10,0). Estas variables se transformaron para obtener la puntuación de riesgo del VHS (rango de puntos 0-17). Los lactantes con VHS invasivo tenían una puntuación media más alta (6, rango intercuartil: 4-8) que los que no tenían VHS invasivo (3, rango intercuartil: 1,5-4), con un área bajo la curva para la enfermedad por VHS invasivo de 0,85 (IC del 95%: 0,80-0,91). Cuando se utilizó un punto de corte de ≥3, la puntuación de riesgo del VHS tuvo una sensibilidad del 95,6% (IC del 95%: 84,9% a 99,5%), una especificidad del 40,1% (IC del 95%: 36,8% a 43,6%), y una razón de probabilidad positiva de 1,60 (IC del 95%: 1,5 a 1,7) y una razón de probabilidad negativa de 0,11 (IC del 95%: 0,03 a 0,43).

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS Durante 2014-2018, los casos de sífilis congénita (SC) reportados en los Estados Unidos aumentaron 183%, de 462 a 1306 casos. Revisamos los bebés diagnosticados con CS más allá del período neonatal (>28 días) durante este tiempo.

MÉTODOS Revisamos los datos de informes de casos de vigilancia para los bebés con CS entregados durante 2014-2018 e identificamos aquellos diagnosticados más allá del período neonatal con signos o síntomas informados. Describimos a estos lactantes e identificamos posibles oportunidades perdidas para realizar diagnósticos más tempranos.

RESULTADOS De los 3834 casos reportados de CS entregados durante 2014-2018, identificamos 67 bebés sintomáticos diagnosticados más allá del período neonatal. Entre aquellos con hallazgos reportados, el 67% tenía hallazgos de examen físico de CS, el 69% tenía radiografías anormales de huesos largos consistentes con CS, y el 36% tenía pruebas de sífilis reactiva en el líquido cefalorraquídeo. La mediana del título no treponémico en suero fue de 1:256 (rango: 1:1-1:2048). La mediana de edad en el momento del diagnóstico fue de 67 días (rango: 29-249 días). Entre las 66 madres incluidas, el 83% tuvo atención prenatal, el 26% tuvo un diagnóstico de sífilis durante el embarazo o en el parto, y el 42% no fue diagnosticado de sífilis hasta después del parto. Además, el 24% tenía un resultado inicial negativo y se seroconvirtió durante el embarazo.

CONCLUSIONES Los bebés con SC siguen sin ser diagnosticados al nacer y presentan síntomas después de la edad de 1 mes. Los pediatras pueden diagnosticar y tratar precozmente a los lactantes con SC siguiendo las directrices, revisando los registros maternos y confirmando el estado de sífilis de la madre, abogando por las pruebas maternas en el momento del parto y considerando el diagnóstico de SC, independientemente de los antecedentes maternos.

Pediatrics, Sep 2021, 148 (3) e2020049561

ANTECEDENTES El estreptococo del grupo B (EGB) es uno de los principales responsables de la sepsis neonatal en todo el mundo. La enfermedad por estreptococos del grupo B de aparición tardía (LOGBS) y sus factores de riesgo siguen siendo poco conocidos. Se ha descrito el aislamiento de EGB en la leche materna en casos de LOGBS. Esta posible asociación ha suscitado la preocupación de las madres y los médicos en cuanto a la seguridad de la lactancia materna. En este estudio, nos propusimos investigar si la exposición a la leche materna se asocia con un mayor riesgo de LOGBS.

MÉTODOS Se realizó un estudio de casos y controles de LOGBS a través de 4 redes de hospitales en Victoria, Australia, incluyendo los 2 principales centros pediátricos terciarios del estado, para evaluar 11 años de datos (2007-2017). Los casos se capturaron inicialmente de las bases de datos de microbiología y se recapturaron con la codificación de alta de la Clasificación Internacional de Enfermedades. Cada paciente de caso fue emparejado con 4 controles para evaluar el estado de alimentación. Los pacientes fueron emparejados por edad cronológica, gestación, estado de alta, sitio de reclutamiento y año calendario.

RESULTADOS Se identificaron 92 casos de LOGBS: 73 casos en la captura inicial y 76 casos en el análisis de recaptura. Los pacientes de los casos fueron emparejados con 368 controles: 4 controles por cada paciente. Setenta y dos pacientes estuvieron expuestos a la leche materna en el momento de la LOGBS (78,3%), en comparación con 274 controles (74,5%; odds ratio 1,2 [intervalo de confianza del 95%: 0,7-2,3]).

CONCLUSIONES La lactancia materna no se asoció con un mayor riesgo de LOGBS. La leche materna no debe analizarse para detectar el SGB durante un primer episodio de LOGBS.

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS Las enfermedades de la gripe y la tos ferina en los lactantes causan una considerable morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Examinamos la eficacia de las vacunas maternas contra la gripe y la tos ferina para prevenir estas enfermedades en los bebés.

MÉTODOS Este estudio de cohorte inicial incluyó a mujeres cuyos embarazos terminaron entre el 1 de septiembre de 2015 y el 31 de diciembre de 2017, en Victoria, Australia. El estado de vacunación materna se obtuvo de la Colección de Datos Perinatales de Victoria y se vinculó a 5 conjuntos de datos para determinar los resultados de los bebés y la vacunación. El resultado primario de interés fue la enfermedad de influenza o tos ferina confirmada por laboratorio en bebés de <2 meses, de 2 a <6 meses y de <6 meses combinados. Los resultados secundarios incluyeron la hospitalización de los lactantes (presentación de emergencia o ingreso) y la muerte. Los cocientes de riesgo y los intervalos de confianza (IC) del 95% se estimaron mediante regresión de Poisson. La efectividad de la vacuna (EV) se estimó como (1 menos la razón de riesgo) x 100%.

RESULTADOS Entre las 186 962 mujeres embarazadas, 85 830 (45,9%) y 128 060 (68,5%) fueron vacunadas contra la gripe y la tos ferina, respectivamente. Hubo 175 y 51 lactantes con enfermedad de gripe y tos ferina confirmada por laboratorio, respectivamente. La EV de la gripe fue del 56,1% (IC 95%, 23,3% a 74,9%) para los lactantes de <2 meses y del 35,7% (2,2% a 57,7%) para los lactantes de 2 a <6 meses. La EV de la tos ferina fue del 80,1% (IC del 95%, 37,1% a 93,7%) para los lactantes de <2 meses y del 31,8% (IC del 95%, -39,1% a 66,6%) para los lactantes de 2 a <6 meses.

CONCLUSIONES Nuestro estudio proporciona pruebas de la eficacia directa de la vacunación materna contra la gripe y la tos ferina en la prevención de estas enfermedades en los lactantes de <2 meses. Los resultados refuerzan la importancia de la vacunación materna para prevenir estas enfermedades en los lactantes.

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS La bronquiolitis es una de las principales causas de hospitalización pediátrica en los Estados Unidos, lo que da lugar a una morbilidad significativa y al uso de recursos sanitarios. A pesar de las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría de no obtener radiografías de tórax (CXR) para la bronquiolitis, la variación en la atención continúa. Históricamente, las guías de práctica clínica y las campañas educativas han tenido un éxito desigual en la reducción del uso innecesario de la RXC. Nuestro objetivo era reducir el uso de la RX en los niños <2 años con un diagnóstico primario de bronquiolitis, independientemente de la disposición del servicio de urgencias (ED) o las condiciones preexistentes, del 42,1% a <15% de los encuentros para marzo de 2020.

MÉTODOS En 2012 se creó un equipo multidisciplinar en nuestra institución para estandarizar la atención a la bronquiolitis. Dado el éxito de las intervenciones de mayor fiabilidad en el asma, posteriormente se llevaron a cabo intervenciones similares que afectaban al flujo de trabajo con la bronquiolitis, a partir de 2017, mediante el uso de métodos científicos de mejora de la calidad. El resultado primario fue el porcentaje de encuentros de bronquiolitis con una CXR. La medida de equilibrio fue las visitas de retorno en un plazo de 72 horas al servicio de urgencias. Se utilizaron gráficos de control de procesos estadísticos para supervisar y analizar los datos obtenidos de un tablero de control creado internamente.

RESULTADOS De 2012 a 2020, nuestro hospital tuvo 12 120 encuentros de bronquiolitis. La línea de base previa a la implementación reveló una media de 42,1% para el uso de CXR. Las intervenciones de baja fiabilidad, como las campañas educativas, dieron lugar a efectos no sostenidos en el uso de CXR. Las intervenciones de mayor fiabilidad se asociaron con reducciones sostenidas hasta el 23,3% y el 18,9% en los últimos 4 años. No hubo cambios en las visitas de retorno a urgencias.

CONCLUSIONES El rediseño del flujo de trabajo de alta fiabilidad fue más eficaz para traducir las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría en una práctica sostenida que las campañas educativas.

Los puntos de referencia de la atención (ABC) proporcionan un objetivo para las iniciativas de desimplementación al definir un rendimiento alcanzable. Los ABC se han definido previamente para la bronquiolitis.1 No está claro, sin embargo, si estos ABC previamente definidos tienen una fecha de caducidad. ¿Son los ABC un punto de referencia estático o requieren modificaciones con el tiempo?

La bronquiolitis es un objetivo ideal para las iniciativas de desimplementación para reducir el uso de pruebas y tratamientos de bajo valor porque ninguna intervención mejora su curso.2,3 En este número de Pediatrics, Ralston et al4 examinan la evolución del ABC para la bronquiolitis a lo largo del tiempo utilizando datos del Sistema de Información de Salud Pediátrica (PHIS). Ralston et al4 calcularon tanto el ABC como las brechas de rendimiento para 6 pruebas y tratamientos no recomendados para 2 cohortes de pacientes diagnosticados con bronquiolitis: los evaluados en y dados de alta del departamento de emergencias (ED) y los admitidos como pacientes hospitalizados o en estado de observación. Se incluyeron niños evaluados entre 2006 y 2019 y se dividieron en 2 periodos de tiempo separados por la guía actualizada de bronquiolitis de la Academia Americana de Pediatría de 2014. En la cohorte de urgencias, encontraron mejoras en el ABC para la radiografía de tórax y el uso de broncodilatadores, mientras que, en la cohorte admitida, encontraron mejoras en el ABC para la radiografía de tórax, las pruebas virales y el uso de antibióticos. Los autores también descubrieron que las diferencias de rendimiento, definidas como la diferencia entre el punto de referencia y la mediana de rendimiento, eran mayores para las pruebas víricas y el uso de broncodilatadores en ambas cohortes. Las grandes diferencias de rendimiento demuestran que gran parte de la cohorte está muy por debajo de los resultados óptimos en estas dos medidas.

En octubre de 1939, el mundo estaba en llamas. La Alemania nazi había invadido Polonia el 1 de septiembre, y dos días más tarde Gran Bretaña y Francia declararon la guerra a Alemania. La guerra en el frente occidental estaba candente, pero, al menos al principio, todo estaba tranquilo en el frente oriental. Durante esos tumultuosos primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, no estaba clara la participación de Rusia. El 1 de octubre de 1939, el primer ministro británico Winston Churchill pronunció una de sus citas más famosas durante una emisión de radio en la BBC: “No puedo pronosticarles la acción de Rusia. Es un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma”. Aunque obviamente es muy diferente de la guerra mundial, el virus del herpes simple (VHS) también es un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma. El virus puede ser devastadoramente brutal para el cuerpo de un neonato que adquiere el virus en el momento del parto, pero también es excesivamente raro, ya que sólo se produce en 1 de cada 2 partos aproximadamente.1 Disponemos de potentes herramientas de pruebas moleculares que pueden identificar cantidades diminutas de ADN del VHS, tecnologías que han revolucionado nuestras capacidades de diagnóstico del VHS neonatal2 , pero que también pueden ser propensas a obtener resultados falsos positivos, dado lo comúnmente que el VHS-1 se desprende en la cavidad oral (incluso entre las personas que trabajan en …

Pediatrics, Sep 2021, 148 (3) e2021052644

En el número de este mes de Pediatrics, Marshall et al informan de una serie de casos que describen a siete varones de 14 a 19 años que desarrollaron una miocarditis sintomática tras la segunda dosis de la vacuna contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) de Pfizer-BioNTech.1 Los autores informan de que los síntomas comenzaron entre 2 y 4 días después de la segunda dosis y que los 7 pacientes experimentaron una rápida resolución de los síntomas. Esta serie de casos se publica en el contexto de otras notificaciones en los medios de comunicación de miocarditis en adultos jóvenes, en su mayoría varones, procedentes del ejército estadounidense y de Israel2, así como de un reciente aumento de las notificaciones de miocarditis tras vacunas contra el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y al Sistema de Notificación de Efectos Adversos por Vacunas (VAERS) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). 3 Como tal, esta serie de casos ofrece información preliminar útil sobre los detalles clínicos y terapéuticos relativos a la miocarditis entre los adolescentes.

Pediatrics, Sep 2021, 148 (3) e2021052089

Un resultado positivo inesperado de la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019 ha sido el marcado descenso de la enfermedad asociada a otros virus respiratorios, probablemente debido al uso generalizado de mascarillas y al distanciamiento social. El virus respiratorio sincitial (VRS) es un virus estacional que suele alcanzar su punto máximo en otoño y disminuir a principios de la primavera. En los Estados Unidos, el VRS es responsable de 57 000 hospitalizaciones y 500 000 visitas a los servicios de urgencias cada año entre los niños menores de 5 años.1 Los informes de todo el mundo han revelado una reducción de hasta el 98% en los casos de VRS durante la pandemia.2,3 Los estudios iniciales procedían de los países del hemisferio sur que estaban al comienzo de su temporada de otoño en marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia.3 No estaba claro si la temporada de VRS de 2020-2021 seguiría reduciéndose notablemente o simplemente se retrasaría.

En un estudio reciente de Australia, los investigadores describieron un aumento del VRS cuando se relajaron las restricciones de distanciamiento físico. El número de casos de VRS comenzó a aumentar durante los meses de primavera y alcanzó su punto máximo en verano, en lugar de los típicos meses de otoño e invierno. Sus datos también revelan un pico y una infección mayores de lo esperado en niños de más edad.

Los ensayos de vacunación contra el coronavirus 2019 (COVID-19) incluyeron un número limitado de niños, por lo que es posible que no hayan detectado acontecimientos adversos raros pero importantes en esta población. Informamos de 7 casos de miocarditis aguda o miopericarditis en adolescentes varones sanos que presentaron dolor torácico, todos ellos en los 4 días siguientes a la segunda dosis de la vacunación con COVID-19 de Pfizer-BioNTech. Cinco pacientes tenían fiebre en el momento de la presentación. El COVID-19 agudo se descartó en los 7 casos sobre la base de los resultados negativos de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa del síndrome respiratorio agudo grave 2 en tiempo real de las muestras obtenidas mediante hisopos nasofaríngeos. Ninguno de los pacientes cumplía los criterios del síndrome inflamatorio multisistémico infantil. Seis de los 7 pacientes tenían resultados negativos en la prueba de anticuerpos contra la nucleocápside del síndrome respiratorio agudo severo 2, lo que sugiere que no había infección previa. Todos los pacientes tenían una troponina elevada. La resonancia magnética cardíaca reveló un realce tardío del gadolinio característico de la miocarditis. Los 7 pacientes resolvieron sus síntomas rápidamente. Tres pacientes fueron tratados únicamente con antiinflamatorios no esteroideos y 4 recibieron inmunoglobulina intravenosa y corticosteroides. En este informe, proporcionamos un resumen de la evolución clínica y la evaluación de cada adolescente. No se ha establecido ninguna relación causal entre la administración de la vacuna y la miocarditis. Se recomienda encarecidamente continuar con el seguimiento y la notificación al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos.

Pediatrics, Jul 2021, 148 (1) e2021051322

OBJETIVOS Describir la presentación clínica, la prevalencia y los resultados de la infección bacteriana grave (SBI) concurrente entre los bebés con mastitis.

MÉTODOS Dentro del Comité de Investigación Colaborativa de Medicina de Emergencia Pediátrica, 28 centros revisaron los registros de los lactantes de ≤90 días de edad con mastitis que fueron atendidos en el servicio de urgencias entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2017. Se resumieron los datos demográficos, clínicos, de laboratorio, de tratamiento y de resultados.

RESULTADOS Entre los 657 lactantes (mediana de edad de 21 días), 641 (98%) tenían buen aspecto, 138 (21%) tenían historia de fiebre en casa o en el servicio de urgencias, y 63 (10%) habían informado de inquietud o mala alimentación. Se recogieron cultivos de sangre, orina y líquido cefalorraquídeo en 581 (88%), 274 (42%) y 216 (33%) lactantes, respectivamente. Los patógenos crecieron en el 0,3% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,04-1,2) de la sangre, el 1,1% (IC del 95%: 0,2-3,2) de la orina y el 0,4% (IC del 95%: 0,01-2,5) de los cultivos de líquido cefalorraquídeo. Se obtuvieron cultivos del lugar de la infección en 335 (51%) lactantes, y en el 77% (IC del 95%: 72-81) creció un patógeno, más comúnmente Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (54%), seguido de S aureus sensible a la meticilina (29%) y S aureus no especificado (8%). Un total de 591 (90%) lactantes fueron ingresados en el hospital, y 22 (3,7%) en una UCI. En total, 10 (1,5% [IC 95%: 0,7-2,8]) tenían sepsis o shock, y 2 (0,3% [IC 95%: 0,04-1,1]) tenían celulitis grave o infección necrosante de tejidos blandos. Ninguno recibió vasopresores o intubación endotraqueal. No hubo ninguna muerte.

CONCLUSIONES En esta cohorte multicéntrica, la enfermedad localizada leve fue típica de la mastitis neonatal. El SBI y los resultados adversos fueron raros. Es probable que la evaluación de la LME no sea necesaria en la mayoría de los lactantes afebriles y de buen aspecto con mastitis.

OBJETIVOS Las intervenciones no farmacéuticas contra la enfermedad por coronavirus 2019 probablemente tengan un papel en la disminución de las enfermedades respiratorias agudas (ERA) virales. Nuestro objetivo es evaluar la frecuencia de las IRA por el virus respiratorio sincitial (VRS) y la gripe antes y durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019.

MÉTODOS Este estudio fue una vigilancia prospectiva, multicéntrica y basada en la población de las IRA, que incluyó a los niños atendidos en los servicios de urgencias y en los entornos de hospitalización en 7 ciudades de EE.UU. por IRA. Se recogieron muestras respiratorias y se evaluaron mediante pruebas moleculares. Se utilizaron modelos lineales generalizados de efectos mixtos para evaluar la asociación entre la mitigación en la comunidad y el número de casos elegibles y la proporción de casos de VRS e influenza.

RESULTADOS En general, 45 759 niños fueron elegibles; 25 415 se inscribieron y se sometieron a pruebas; el 25% y el 14% fueron positivos para el VRS y la gripe, respectivamente. En 2020, observamos una disminución de los sujetos elegibles e inscritos en la IRA después de que se introdujeron las medidas de mitigación de la comunidad, con ninguna detección de VRS o gripe desde el 5 de abril de 2020 hasta el 30 de abril de 2020. En comparación con el período 2016-2019, hubo un promedio de 10,6 casos menos de ARI elegibles por semana por sitio y un 63,9% y un 45,8% menos de probabilidades de que los pacientes dieran positivo para el VRS y la influenza, respectivamente, durante el período de mitigación comunitaria de 2020. En todos los sitios, excepto en Seattle, las proporciones de pruebas positivas para el VRS y la gripe en el período de mitigación de la comunidad de 2020 fueron inferiores a las previstas.

CONCLUSIONES Entre marzo y abril de 2020, se observó un rápido descenso de los casos de IRA y de las proporciones de VRS e influenza en niños en 7 ciudades de EE.UU., que podría ser atribuible a las medidas de mitigación comunitaria contra el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2.

Lo que se sabe sobre este tema:

Aunque se han descrito disminuciones de las enfermedades respiratorias agudas (IRA) durante los periodos de mitigación comunitaria de la enfermedad por coronavirus 2019, se desconoce si dichas estrategias han disminuido los casos de IRA graves que requieren tratamiento en los servicios de urgencias y en el ámbito hospitalario.

Lo que añade este estudio:

En >25 000 niños inscritos prospectivamente de 7 ciudades estadounidenses geográficamente diversas, este estudio reveló menos casos de IRA y menores probabilidades de que los pacientes den positivo para el virus sincitial respiratorio y la gripe durante el período de mitigación de la enfermedad por coronavirus 2019 en comparación con 2016-2019.

Esta guía aborda la evaluación y el tratamiento de los lactantes a término, de 8 a 60 días de edad, con fiebre ≥38,0°C. Se señalan las exclusiones. Tras una revisión basada en la evidencia encargada por la Agency for Healthcare Research and Quality, una extensa y continua revisión adicional de la literatura, y datos complementarios de estudios publicados y revisados por pares proporcionados por investigadores activos, se derivaron 21 declaraciones de acción clave. Para cada declaración de acción clave, se evaluó la calidad de la evidencia y la relación beneficio-daño y se calificó para determinar la fuerza de las recomendaciones. Cuando sea apropiado, los valores y preferencias de los padres deben ser incorporados como parte de la toma de decisiones compartida. Para las pruebas diagnósticas, el comité ha intentado desarrollar las cifras necesarias para las pruebas, y para la administración de antimicrobianos, el comité proporcionó las cifras necesarias para el tratamiento. Tres algoritmos resumen las recomendaciones para lactantes de 8 a 21 días de edad, de 22 a 28 días de edad y de 29 a 60 días de edad. Las recomendaciones de esta guía no indican un curso de tratamiento exclusivo ni sirven como estándar de atención médica. Pueden ser apropiadas las variaciones, teniendo en cuenta las circunstancias individuales.

OBJETIVOS Optimizar el momento y la administración de antibióticos profilácticos en todas las cirugías realizadas en un único gran centro de atención terciaria pediátrica.

MÉTODOS Un equipo multidisciplinar de calidad quirúrgica llevó a cabo una iniciativa de mejora de la calidad desde julio de 2015 hasta diciembre de 2019 utilizando el método de resolución de problemas A3 para identificar y evaluar las intervenciones para la administración adecuada de antibióticos. La medida de resultado primaria fue el porcentaje de encuentros quirúrgicos para pacientes pediátricos con un tiempo apropiado de administración de antibióticos antes de la incisión quirúrgica. Las tasas de infección del sitio quirúrgico fueron el resultado secundario. La eficacia de la intervención se evaluó mediante el control estadístico del proceso.

RESULTADOS Durante el periodo del estudio se completaron un total de 32 192 casos quirúrgicos elegibles para pacientes pediátricos. Las barreras identificadas para la administración oportuna de antibióticos perioperatorios incluyeron la falta de pedido de antibióticos antes de la fecha de la cirugía y la falta de disponibilidad de antibióticos en el quirófano en el momento de la administración. Las intervenciones secuenciales resultantes incluyeron la actualización de las directrices institucionales para reflejar las opciones de antibióticos específicas del procedimiento y aclarar el momento de la administración para optimizar la farmacocinética, la creación de una orden de antibióticos de parada obligatoria dentro de las solicitudes de casos de la historia clínica electrónica, la optimización del flujo de trabajo de farmacia y enfermería, y la implementación de un temporizador automático de profilaxis antibiótica en la sala de operaciones. La administración de antibióticos profilácticos durante la ventana de tiempo recomendada antes de la incisión mejoró significativamente; el momento correcto se registró en el 38,6% de los casos antes de la intervención frente al 94,0% al final de la implantación de las intervenciones secuenciales (p < 0,001). Las tasas de infección del sitio quirúrgico se mantuvieron estables.

CONCLUSIONES Aquí demostramos la utilidad del esquema de resolución de problemas A3 para optimizar con éxito el tiempo y la administración de antibióticos profilácticos en el entorno quirúrgico para pacientes pediátricos mediante la implementación de intervenciones basadas en sistemas.

ANTECEDENTES Los niños, los cuidadores y los médicos suelen preferir la técnica de captación limpia del chorro medio al sondaje uretral para obtener cultivos de orina. Sin embargo, la contaminación es frecuente, lo que puede dar lugar a intervenciones médicas y costes innecesarios. Con esta iniciativa dirigida por los residentes, nos propusimos reducir la contaminación de los urocultivos pediátricos a medio chorro durante 6 meses.

MÉTODOS Se implementó una intervención agrupada en el servicio de urgencias, las unidades de hospitalización y las clínicas ambulatorias de nuestra institución. Las tasas de contaminación de referencia se recogieron de abril de 2016 a septiembre de 2017; la intervención se introdujo de octubre de 2017 a marzo de 2018 y se evaluó de abril de 2018 a septiembre de 2018. La sostenibilidad se midió de octubre de 2018 a septiembre de 2020. Las medidas de equilibrio incluyeron las tasas de repetición de cultivos de orina, cultivos positivos y cultivos contaminados por cateterismo uretral.

RESULTADOS Las tasas de contaminación de cultivos de orina de captura limpia a mitad de camino fueron del 45,3% antes de la intervención y del 30,9% después de la intervención, una disminución absoluta del 14,7% (intervalo de confianza del 95%: 8,0% a 21,5%). Antes y después de la intervención, las niñas y los pacientes de 16 a 17 años presentaron las tasas más elevadas de contaminación por capturas limpias en el flujo medio. Seis meses después de la intervención, la tasa de repetición de cultivos de orina disminuyó del 4,9% al 0,9%, sin que se produjeran cambios en los resultados positivos de los cultivos o en los cultivos contaminados por sondaje uretral. En los dos años siguientes, el impacto de la intervención disminuyó (tasa de contaminación en los 30 meses posteriores a la intervención: 38,4%, una disminución absoluta del 7,3% [intervalo de confianza del 95%: 2,9% a 11,6%]; tasa de repetición de cultivos de orina: 3.2%).

CONCLUSIONES Una intervención para mejorar la recogida de cultivos de orina de captura limpia a mitad de camino se asoció con una disminución clínicamente significativa de la contaminación. El impacto de la intervención dirigida por los residentes disminuyó con el tiempo.

Actualidad bibliográfica verano 2021

TOP ten

Antecedentes: De los niños con otitis media aguda (OMA), entre el 15% y el 20% presentan una secreción auricular de inicio agudo debido a una perforación espontánea de la membrana timpánica (OMAd). El objetivo de esta revisión es cuantificar la prevalencia y el estado de la resistencia antimicrobiana (RAM) de las bacterias en los niños con OMAd en la era de la vacuna neumocócica conjugada (VPC).

Métodos: Se realizaron búsquedas sistemáticas en PubMed, EMBASE y Cochrane Library desde el inicio hasta el 7 de junio de 2019. Dos revisores extrajeron los datos relevantes y evaluaron el riesgo de sesgo de forma independiente. Se incluyeron todos los estudios ingleses que informaron sobre cualquier dato de prevalencia y/o AMR de aislados bacterianos del oído medio de niños con OMAd. El riesgo de sesgo se evaluó mediante la lista de verificación de evaluación crítica del Instituto Joanna Briggs.

Resultados: De 4088 registros únicos recuperados, se incluyeron 19 estudios (10.560 niños). La calidad general se consideró buena. Streptococcus pneumoniae (mediana 26,1%, rango 9,1%-47,9%), Haemophilus influenzae (mediana 18,8%, rango 3,9%-55,3%), Staphylococcus aureus (mediana 12,3%, rango 2,3%-34,9%) y Streptococcus pyogenes (mediana 11,8%, rango 1,0%-30,9%) fueron las bacterias más prevalentes. En el 76,0% (mediana, rango 48,7%-100,0%, 19 estudios, 1.429 niños) se identificó alguna bacteria. Los datos sobre RAM fueron escasos y se limitaron principalmente a S. pneumoniae . No se encontraron pruebas de un cambio claro en la prevalencia de las bacterias y la RAM a lo largo del tiempo.

Conclusiones: En los niños con OMA, S. pneumoniae y H. influenzae son las 2 bacterias predominantes, seguidas de S. aureus y S. pyogenes en la era post-VPC. Los datos sobre AMR son escasos y no se observan cambios claros a lo largo del tiempo. La vigilancia continua del perfil microbiológico de los niños con OMA está justificada para orientar la selección de antibióticos y evaluar el impacto del estado de la VCP de los niños.

Objetivo: evaluar si una intervención farmacéutica formativa permite mejorar la utilización de antibióticos en las faringoamigdalitis agudas (FAA) pediátricas.

Material y métodos: estudio de intervención antes-después. Se analizaron las prescripciones de antibióticos (J01) asociadas a los códigos CIAP faringitis-amigdalitis estreptocócica (FAE) (R72), faringitis aguda (R74) y amigdalitis aguda (R76) antes y después de una intervención farmacéutica formativa sobre pediatras de Atención Primaria (AP). Se calculó el porcentaje de prescripciones de antibióticos de primera elección (penicilina V, penicilina G o amoxicilina) asociadas al código CIAP R72 y CIAP R74-R76. La intervención farmacéutica consistió en un taller formativo y sesiones clínicas.

Resultados: la prescripción de antibióticos sistémicos disminuyó de forma significativa en el periodo posintervención respecto al preintervención (44,1% frente a 46,2% (p = 0,014)). Se observó un aumento significativo del porcentaje de prescripciones de antibióticos de primera elección asociadas al código CIAP R72 (84,3% frente a 57,6%; p <0,001) y una disminución de las prescripciones de amoxicilina/clavulánico (13,6% frente a 22,9%; p <0,001) y de azitromicina (1,0% frente a 11,3%; p <0,001) asociadas al código CIAP R72.

Conclusiones: las prescripciones de antibióticos de los pediatras de AP disminuyeron, optimizándose el uso de antibióticos de primera elección en las FAE.

·      Letter: Phenoxymethylpenicillin or amoxicillin for paediatric tonsillopharyngitis: a case of head versus heart. Archives of Disease in Childhood 2021;106:830-831.

Existe un debate sobre la elección de los antibióticos y la justificación del tratamiento en la faringoamigdalitis bacteriana pediátrica. Para prevenir las posibles complicaciones de la infección por estreptococos del grupo A (GAS), que son poco frecuentes en los entornos desarrollados, el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Asistencial (NICE) del Reino Unido recomienda tratar las presuntas infecciones por GAS con fenoximetilpenicilina (pen-V) durante 5-10 días, utilizando los criterios de FeverPAIN o Centor para identificar la etiología bacteriana.1

Mientras se actualizaban las directrices locales, nos pusimos en contacto con 153 de los 180 (85%) servicios de urgencias ingleses para establecer la práctica nacional. Aunque 137 (90%) unidades utilizan pen-V de primera línea, existen variaciones en el esquema de dosificación y en la indicación (tabla 1). Once unidades (7%) utilizan amoxicilina y cuatro (3%) ofrecen ambos. Para la racionalización de los antibióticos, el 50% de las unidades utilizó herramientas de decisión clínica (FeverPain/Centor), el 46% no utilizó ningún sistema y el 4% informó de que utilizaba pruebas rápidas de GAS.

·      Short- Versus Prolonged-Duration Antibiotics for Outpatient Pneumonia in Children. J Pediatr. 2021 Jul;234:205-211.e1.doi: 10.1016/j.jpeds.2021.03.017.

Objetivo. Identificar patrones de práctica en la duración de los antibióticos prescritos para el tratamiento de niños ambulatorios con neumonía adquirida en la comunidad (NAC) y comparar la frecuencia de resultados clínicos adversos entre los niños a los que se les prescriben antibióticos de corta duración frente a los de duración prolongada.

Diseño del estudio. Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo de 2010 a 2016 utilizando la base de datos de IBM Watson MarketScan Medicaid, una base de datos de reclamaciones de pacientes con seguro público de 11 estados. Incluimos a niños de 1 a 18 años con NAC ambulatoria que surtieron una prescripción de antibióticos orales (n = 121 846 encuentros). Se utilizó una regresión logística multivariable para determinar las asociaciones entre la duración de los antibióticos prescritos (5-9 días frente a 10-14 días) y las hospitalizaciones posteriores, las nuevas prescripciones de antibióticos y las visitas de cuidados intensivos. Los resultados se midieron durante los 14 días siguientes a la finalización del curso de antibióticos dispensado.

Resultados. La duración más frecuente de los antibióticos prescritos fue de 10 días (82,8% de las prescripciones), y el 10,5% de los pacientes recibió un tratamiento de corta duración. Durante el período de seguimiento, el 0,2% de los pacientes fueron hospitalizados, el 6,2% recibió una nueva prescripción de antibióticos y el 5,1% tuvo una visita de cuidados intensivos. En comparación con el grupo de duración prolongada, las ORa de hospitalización, nuevas prescripciones de antibióticos y visitas de cuidados agudos en el grupo de duración corta fueron 1,16 (IC del 95%: 0,80-1,66), 0,93 (IC del 95%: 0,85-1,01) y 1,06 (IC del 95%: 0,98-1,15), respectivamente.

Conclusiones. A la mayoría de los niños tratados por NAC como pacientes externos se les prescribe al menos 10 días de terapia antibiótica. Entre los pacientes pediátricos ambulatorios con NAC, no se encontraron diferencias significativas en las tasas de resultados clínicos adversos entre los pacientes a los que se les prescribieron antibióticos de corta y larga duración.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

Casos clínicos

·       Primary Pyomyositis in Children is No More a Rare Condition: Presentation of 2 Clinical Cases. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):e276-e278, July 2021.

La piomiositis primaria es una infección muscular bacteriana que puede dar lugar a la formación de abscesos y a complicaciones graves. Aunque esta afección se ha considerado durante mucho tiempo “tropical” y rara, afectando sobre todo a pacientes inmunodeprimidos, los casos de piomiositis han aumentado recientemente de forma significativa entre los niños sanos de climas templados. Con estos 2 casos destacamos la importancia de un reconocimiento temprano de esta afección, que permita un tratamiento inmediato y reduzca las complicaciones.

·        . Archives of Disease in Childhood 2021;106:630.

Un adolescente varón previamente sano se presentó con una historia de 2 semanas de hinchazón sensible en la ingle derecha, que no respondía a 7 días de amoxicilina-clavulanato. No había antecedentes de actividad sexual reciente. No recordaba ningún traumatismo, ni picaduras de insectos o garrapatas durante la práctica frecuente del ciclismo de montaña en un bosque local de Suiza. La exploración reveló una linfadenopatía inguinal unilateral dolorosa (figura 1), correspondiente a un ganglio linfático hiperecoico en la ecografía (3×2×6 cm). El examen genital no presentaba ninguna novedad, pero el examen cutáneo exhaustivo reveló una pequeña lesión eritematosa indolente en el pie derecho (figura 2). Se detectó Francisella tularensis por PCR a partir del exudado de la úlcera y de las IgM (140 U/mL, normal <10 U/mL) e IgG (116 U/mL, normal <10 U/mL) específicas del suero (Virion\Serion, Würzburg, Alemania). Se diagnosticó una tularemia ulceroglandular. La paciente se recuperó tras un tratamiento de 14 días con doxiciclina.

·       When Pneumonia Is Not Resolved with Antibiotics: The Incomplete Border Sign. J Pediatr. 2021 Jul;234:283-285. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.01.042.

Un niño de 12 años ingresó en el servicio de urgencias con una historia de 2 semanas de dolor de espalda torácica derecha que empeoraba con la respiración y se acompañaba de fiebre baja (37,4 °C). No se observaron otros síntomas. No se informó de ningún traumatismo. Sus antecedentes y su historia familiar no eran destacables. La exploración física reveló una disminución de los ruidos respiratorios en el lóbulo inferior derecho. No había decoloración de la piel ni hinchazón del pecho. Los glóbulos blancos y el recuento de neutrófilos estaban ligeramente elevados. Los reactantes de fase aguda y la prueba bioquímica eran normales. La radiografía de tórax reveló una opacidad pulmonar nodular inferior derecha con atenuación de tejidos blandos y sin broncograma aéreo ni cavitación. No se observaba el signo de Silhoutte con estructuras mediastínicas y pulmonares, lo que sugería que la lesión se localizaba en la parte posterior (Figura 1).

·      . Archives of Disease in Childhood 2021;106:652.

Un niño de 8 años, previamente sano y totalmente inmunizado, ingresó en un hospital pediátrico de tercer nivel con una historia de 5 días de fiebre, erupción papular y artralgia migratoria que afectaba a la muñeca izquierda, el hombro derecho y ambos tobillos. Al sexto día de la enfermedad, se observó una erupción petequial con vesículas grises planas dispersas en las manos y los pies, incluidas las palmas y las plantas, sin afectación de las mucosas (figura 1). En los análisis de sangre iniciales, presentaba una trombocitopenia (plaquetas 62×109/L), proteína C reactiva elevada (274 mg/L) y velocidad de sedimentación globular (45 mm/hora). Un hemocultivo dio positivo para un bacilo Gram-negativo en 24 horas, confirmado posteriormente como Streptobacillus moniliformis. Se utilizó ceftriaxona intravenosa (50 mg/kg una vez al día) y doxiciclina oral (50 mg dos veces al día) para tratar la infección. Dos semanas antes de la aparición de los síntomas, el niño había comprado una nueva rata como mascota. No había antecedentes de mordedura de rata; sin embargo, el paciente y su familia reconocieron que dejaba que se arrastrara sobre él como forma de juego.

·      Unilateral Facial Paralysis.  J Pediatr. 2021 Aug;235:293-295. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.032. 

Un niño de 4 años, previamente sano, acudió al servicio de urgencias con una historia de 5 días de caída facial progresiva del lado derecho. En la exploración física se observaba una paresia flácida completa del lado derecho en todas las distribuciones del nervio facial (Figura 1). En la otoscopia se observó que la paciente tenía estenosis del conducto auditivo externo derecho con tejido de aspecto papilomatoso de color carne que ocultaba la membrana timpánica. Una tomografía computarizada con contraste reveló una lesión destructiva de tejidos blandos que afectaba al conducto auditivo externo, al espacio del oído medio y a la trompa de Eustaquio proximal, con una erosión parcial del canal carotídeo. La exploración bajo anestesia mostró que la masa estaba erosionando la membrana timpánica y la biopsia confirmó el diagnóstico de rabdomiosarcoma embrionario (Figura 2).

·       Neonatal Rash. J Pediatr. 2021 Aug;235:296-297. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.017

Un niño varón nacido a término a las 40 semanas de gestación por parto vaginal espontáneo normal presentó al nacer una erupción cutánea generalizada, principalmente en la cara y que afectaba a las manos y los pies; se caracterizaba por bullas erosionadas y manchas con costras sobre un fondo eritematoso (Figura 1, Figura 2, Figura 3). La mucosa estaba limpia y el resto de la exploración física era normal. No se detectaron anomalías de laboratorio relevantes y los hemocultivos fueron negativos. El embarazo fue normal, salvo que durante el tercer trimestre la madre desarrolló una erupción cutánea pruriginosa recurrente. Dado que la madre tenía antecedentes familiares de lupus, sospechamos que se trataba de un lupus eritematoso neonatal. Este diagnóstico se excluyó debido a los resultados negativos de los anticuerpos antinucleares específicos en el recién nacido y la madre. Durante la hospitalización, el bebé no recibió tratamiento específico, la erupción remitió progresivamente y no desarrolló nuevas lesiones. Tras el parto, la madre fue diagnosticada de penfigoide gestacional. A los dos meses de seguimiento, la erupción cutánea del bebé desapareció por completo sin dejar secuelas.

·      Secondary Syphilis Associated Nephrotic SyndromeJ Pediatr. 2021 Aug;235:297-298. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.009.

Un joven de 17 años, previamente sano, presentó un malestar progresivo y un edema generalizado que había estado presente durante 2 semanas. El examen físico reveló erupciones violáceas difusas, no pruriginosas, de entre 3 y 7 mm de diámetro, que se extendían por el tronco y las extremidades, pero eran especialmente notables en las palmas de las manos y las plantas de los pies (Figura, A y B ). No había hepatoesplenomegalia ni ulceración oral, pero se observaba una linfadenopatía generalizada. La evaluación inicial de laboratorio reveló un recuento sanguíneo normal, nitrógeno ureico en sangre de 20 mg/dL (rango normal, 8-20 mg/dL), creatinina de 1,5 mg/dL (rango normal, 0,4-1,2 mg/dL), albúmina de 1,6 g/dL (rango normal, 3,5-5,0 g/dL) y colesterol de 300 mg/dL (rango normal, 130-200 mg/dL). La proteinuria intensa se confirmó por una pérdida diaria de proteínas de 4,5 g. La presentación indicaba un síndrome nefrótico con afectación sistémica; por lo tanto, se realizó una biopsia renal, y los hallazgos fueron consistentes con una nefropatía membranosa (Figura, C). Los estudios serológicos adicionales mostraron una prueba de reagina plasmática rápida positiva y una prueba de hemaglutinación del treponema pallidum con un título de 1:128 y 1:40 960, respectivamente.

·      Kerion-Like Scalp Mycosis Caused by Candida kefyrJ Pediatr. 2021 Aug;235:298-300. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.018. 

Un niño sano de 3 años fue evaluado en nuestro servicio de urgencias por una placa asintomática en crecimiento en el cuero cabelludo que había aparecido 30 días antes. Los padres informaron de un traumatismo en la zona afectada y de la posterior aplicación tópica de kéfir casero con fines antiinflamatorios en la lesión excoriada del cuero cabelludo. La historia clínica anterior no era destacable. La exploración física reveló una placa alopécica redondeada, eritematosa, descamada y con costras, con un anillo periférico pardo en el cuero cabelludo (Figura 1, A), con aumento de tamaño de los ganglios linfáticos regionales. La evaluación dermatoscópica (Figura 1, B) reveló eritema, escamas, costras y vasos punteados, sin anomalías significativas en el tallo del pelo (puntos negros, pelo en sacacorchos, en zig-zag, en forma de código de barras o en forma de coma). Se inició un tratamiento empírico con griseofulvina (10 mg/kg/día), que se cambió a fluconazol (6 mg/kg/día) después de 5 días, basándose en el cultivo, que reveló numerosas colonias de …

Para profundizar

·      Giardiasis Outbreaks—United States, 2012–2017. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):662, July 2021.

New Approach to the Surveillance of Pediatric Infectious Diseases From Ambulatory Pediatricians in the Digital EraThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):674-680, July 2021.

Antecedentes: Muchas redes ambulatorias de varios países han establecido sistemas de vigilancia sindrómica para detectar brotes de diferentes enfermedades. Aquí describimos una nueva red de Investigación Pediátrica y Ambulatoria en Enfermedades Infecciosas que combinó la extracción automática de datos de los ordenadores de los pediatras de atención primaria.

Métodos: Los pediatras que utilizaron el mismo software, AxiSanté 5-Infansoft para las historias clínicas electrónicas, recibieron una formación especial en enfermedades infecciosas, y se les animó a cumplir con las recomendaciones de los tratamientos franceses, el uso de las pruebas en los puntos de atención y las pautas de vacunación. Los diagnósticos de enfermedades infecciosas en niños <16 años en los registros activaron la extracción automática de datos de los registros completos. Se desarrolló un proceso de control de calidad y validación externa.

Resultados: Desde septiembre de 2017 hasta febrero de 2020, 107 pediatras inscribieron a 57.806 niños (edad media de 2,9 ± 2,6 años en el momento del diagnóstico) con al menos un diagnóstico de enfermedad infecciosa entre los seguidos por la red. Entre los 118.193 diagnósticos, los más frecuentes fueron otitis media aguda (n = 44.924, 38,0%), faringoamigdalitis (n = 13.334, 11,3%), gastroenteritis (n = 12.367, 10,5%), gripe (n = 11.062, 9,4%), bronquiolitis (n = 10.531, 8,9%), infecciones enterovirales (n = 8474, 7,2%) y varicela (n = 6857, 5,8%). Se realizó una prueba de diagnóstico rápido en el 84,7% de los casos de faringoamigdalitis y fue positiva en el 44%. Se siguieron estrictamente las recomendaciones antibióticas de las guías francesas: la amoxicilina fue el antibiótico más prescrito y se trataron menos del 10% de las presuntas infecciones víricas.

Conclusiones: Esta red “a medida” creada con controles de calidad y validación externa representa un nuevo enfoque para la vigilancia de las enfermedades infecciosas pediátricas en la era digital y podría optimizar en gran medida las prácticas pediátricas.

·       Invasive Group A Streptococcus Infection in Children in Central Israel in 2012–2019. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):612-616, July 2021

Antecedentes:  El estreptococo del grupo A puede causar una enfermedad grave y a veces mortal en los niños. En los últimos años se ha producido un aumento de la infección invasiva por estreptococos del grupo A (iGASi) por razones poco claras. Este estudio intentó describir la epidemiología, las características clínicas y demográficas y los resultados asociados a la iGASi en niños hospitalizados en el centro de Israel.

Métodos: Analizamos retrospectivamente los registros médicos de niños <18 años dados de alta con un diagnóstico de iGASi entre enero de 2012 y diciembre de 2019. Se recuperaron los datos clínicos, de laboratorio y microbiológicos, y el estado de inmunización. Los pacientes se dividieron en grupos graves y no graves en función de su presentación clínica. El tipo de emm se determinó en el centro nacional de referencia.

Resultados: Se identificaron 167 pacientes con 206 cultivos positivos para el estreptococo del grupo A. Las hospitalizaciones por iGASi aumentaron de 701 a 958 por cada 100.000 ingresos entre 2012-2015 y 2016-2019, respectivamente, lo que representa un aumento del 37%. La mayoría de los aislamientos provenían del sistema otorrinolaringológico, seguido de la sangre, los tejidos blandos profundos y los sitios respiratorios. La mastoiditis no complicada fue el diagnóstico más común, seguido de la bacteriemia. La neumonía fue el principal diagnóstico en el grupo grave (39,4%).

Conclusiones: Los ingresos por iGASi en niños <18 años han aumentado en los últimos 8 años. Deberían realizarse sistemas de vigilancia y estudios prospectivos para ampliar nuestro conocimiento de la epidemiología de la iGASi en niños, evaluar mejor la patogénesis y los factores de riesgo específicos y controlar los cambios en la distribución de los tipos de emm.

Kingella kingae Displaced S. aureus as the Most Common Cause of Acute Septic Arthritis in Children of All Ages.The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):623-627, July 2021.

Antecedentes: La artritis séptica aguda (AS) sigue siendo un reto con una importante morbilidad a nivel mundial. En los últimos años ha aparecido Kingella kingae y los regímenes de tratamiento se han acortado. Nuestro objetivo es analizar las tendencias en la etiología y el tratamiento de la AS e identificar los factores de riesgo de las complicaciones.

Métodos: Estudio longitudinal observacional, en un solo centro, de niños (<18 años) con SA ingresados en un hospital pediátrico de atención terciaria, desde 2003 hasta 2018, en 2 cohortes, antes y después de la implementación de los ensayos de amplificación de ácidos nucleicos (2014). Se obtuvieron datos clínicos, de tratamiento y de progresión de la enfermedad.

Resultados: Se identificaron 247 niños, con una incidencia media anual de 24,9/100.000, 57,9% varones con una mediana de edad de 2 (1-6) años. En los últimos 5 años, se observó un aumento de 1,7 veces en la incidencia anual, una edad mediana más baja en el momento del diagnóstico y un mejor rendimiento microbiológico (49%). K. kingae se convirtió en la bacteria más frecuente (51,9%), seguida de MSSA (19,2%) y S. pyogenes (9,6%). Los niños fueron tratados con mayor frecuencia durante menos días por vía intravenosa (10,7 frente a 13,2 días, p = 0,01) pero tuvieron más complicaciones (20,6% frente a 11,4%, p = 0,049) con una tasa de secuelas similar (3,7%). Los factores de riesgo para las complicaciones fueron la proteína C reactiva ≥80 mg/L y la infección por Staphylococcus aureus, y para las secuelas a los 6 meses, la edad ≥4 años y la PCR ≥ 80 mg/L.

Conclusiones: El presente estudio confirma que K. kingae fue el organismo causante más frecuente de la AS aguda. Hubo una tendencia, aunque pequeña, a la disminución de la duración de los antibióticos. Los niños mayores con parámetros inflamatorios elevados podrían tener mayor riesgo de secuelas

·       Clinical Epidemiology and Outcomes of Pediatric Musculoskeletal Infections. J Pediatr. 2021 Jul;234:236-244.e2.doi: 10.1016/j.jpeds.2021.03.028. 

Objetivos. Conocer la epidemiología de la osteomielitis hematógena aguda y la artritis séptica, incluyendo las características clínicas y demográficas, la microbiología, los enfoques de tratamiento, las complicaciones asociadas al tratamiento y los resultados.

Diseño del estudio. Estudio de cohorte retrospectivo de 453 niños con osteomielitis hematógena aguda y/o artritis séptica de 2009 a 2015.

Resultados. Entre los 453 pacientes, 218 (48%) tenían osteomielitis hematógena aguda, 132 (29%) tenían artritis séptica y 103 (23%) tenían osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes. El fracaso del tratamiento/la infección recurrente se produjo en 41 pacientes (9%). Los pacientes con osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes tuvieron estancias hospitalarias más prolongadas, una mayor duración de la terapia antibiótica y fueron más propensos a tener una bacteriemia prolongada y a requerir cuidados intensivos. Se identificó Staphylococcus aureus en 228 (51%) pacientes, de los cuales 114 (50%) eran S aureus resistentes a la meticilina. En comparación con la artritis séptica, la osteomielitis hematógena aguda y la osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrentes se asociaron con mayores probabilidades de fracaso del tratamiento (OR, 8,19; IC del 95%, 2,02-33,21 [p = 0,003]; y OR, 14,43; IC del 95%, 3,39-61,37 [p < 0,001], respectivamente). La necesidad de más de un procedimiento quirúrgico también se asoció con mayores probabilidades de fracaso del tratamiento (OR, 2,98; IC del 95%, 1,18-7,52; P = 0,021). El cambio temprano a la terapia antibiótica oral no se asoció con el fracaso del tratamiento (OR, 0,64; IC del 95%, 0,24-1,74; P = 0,386). La mayoría (73%) de las complicaciones del tratamiento atendidas médicamente se produjeron durante la terapia parenteral.

Conclusiones. Las infecciones musculoesqueléticas son infecciones pediátricas difíciles. El S. aureus sigue siendo el patógeno más común, y el S. aureus resistente a la meticilina representa el 25% de todos los casos. La osteomielitis hematógena aguda/artritis séptica concurrente se asocia con una enfermedad más grave y peores resultados. Se produjeron menos complicaciones relacionadas con el tratamiento durante la terapia oral. La transición temprana a la terapia oral no se asoció con el fracaso del tratamiento.

Examinamos las prácticas de tratamiento de la tiña de la cabeza en 2 centros académicos estadounidenses. La mayoría de los proveedores trataron la tinea capitis con el agente antifúngico oral griseofulvina y no obtuvieron un cultivo fúngico. Recomendamos tratamientos antifúngicos más recientes, como la terbinafina y el fluconazol, y la obtención de un cultivo fúngico para un tratamiento eficaz.

·       High Rates of Antibiotic Nonsusceptibility in Gram-negative Urinary Tract Infection in Children With Risk Factors Occurring in the Preceding Month: Considerations for Choosing Empiric Treatment. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):639-644, July 2021.

Antecedentes: La elección de un tratamiento empírico para las infecciones del tracto urinario (ITU) requiere datos epidemiológicos sobre las tasas de no susceptibilidad a los antibióticos (ANS) y los factores de riesgo de ITU y ANS en el paciente individual. Se evaluó la SNA en la ITU adquirida en la comunidad, y su asociación con la exposición a factores de riesgo (tratamiento antibiótico previo, ITU y visita al hospital) <1 mes o 1-11 meses antes del actual episodio de ITU.

Métodos: Se trata de un estudio retrospectivo de cohortes. Se incluyeron niños <2 años con visitas al hospital y un urocultivo positivo obtenido <48 horas después del ingreso hospitalario cuyo cultivo arrojó bacterias Gram negativas durante los años 2015-2016.

Resultados: De los 744 episodios globales, el 80% fueron de Escherichia coli . Las tasas globales de SNA fueron del 66% para la ampicilina; del 27% al 29% para la amoxicilina/ácido clavulánico, las cefalosporinas (que indican betalactamasas de espectro extendido) y el trimetoprim-sulfametoxazol; el 14% para la nitrofurantoína; del 5% al 6% para la gentamicina, la ciprofloxacina y la piperacilina/tazobactam; y <1% para el meropenem y la amikacina. Las mayores tasas de SNA se asociaron a la etnia beduina (frente a la judía), a la exposición a factores de riesgo <1 mes y, en menor medida, durante los 1-11 meses anteriores al episodio de ITU estudiado. En los episodios con factores de riesgo <1 mes, las tasas de SNA fueron del 81% para la ampicilina; del 47% al 58% para la amoxicilina/ácido clavulánico, las cefalosporinas y el trimetoprim-sulfametoxazol; del 19% para la nitrofurantoína; del 12% al 23% para la gentamicina, la ciprofloxacina y la piperacilina/tazobactam; y del 2% para el meropenem y la amikacina.

Conclusiones: El tratamiento antibiótico previo, el ingreso hospitalario y la ITU, especialmente <1 mes antes del episodio actual, y la etnia beduina, se asociaron con altas tasas de SNA. Estos resultados son importantes y pueden ayudar al médico tratante a elegir un tratamiento empírico adecuado para la ITU.

·       Febrile young infants with abnormal urine dipstick at low risk of invasive bacterial infectionArchives of Disease in Childhood 2021;106:758-763.

Objetivos Desarrollar y validar una regla de predicción para identificar a los lactantes febriles de ≤90 días de edad con una tira reactiva de orina anormal con bajo riesgo de infecciones bacterianas invasivas (IBI, bacteriemia o meningitis bacteriana).

Diseño Estudio ambispectivo y multicéntrico.

Entorno El conjunto de derivación en un único servicio de urgencias pediátricas (SU) entre 2003 y 2017. El conjunto de validación en 21 urgencias europeas entre diciembre de 2017 y noviembre de 2019.

Pacientes Dos conjuntos de lactantes febriles de buena apariencia de edad ≤90 días con un dipstick de orina anormal (ya sea esterasa leucocitaria y/o prueba de nitrito positiva).

Resultado principal Prevalencia de IBI en lactantes de bajo riesgo según la puntuación RISeuP.

Resultados Se incluyeron 662 lactantes en el conjunto de derivación (tasa de IBI: 5,2%). Tras una regresión logística, desarrollamos una puntuación (puntuación RISeuP) que incluía la edad (≤15 días de vida), la procalcitonina sérica (≥0,6 ng/mL) y la proteína C reactiva (≥20 mg/L) como factores de riesgo. La ausencia de cualquier factor de riesgo tuvo una sensibilidad del 96,0% (IC del 95%: 80,5% a 99,3%), un valor predictivo negativo del 99,4% (IC del 95%: 96,4% a 99,9%) y una especificidad del 32,9% (IC del 95%: 28,8% a 37,3%) para descartar una IBI. Al aplicarla en los 449 lactantes del conjunto de validación (tasa de IBI del 4,9%), la sensibilidad, el valor predictivo negativo y la especificidad fueron del 100% (IC del 95%: 87,1% a 100%), del 100% (IC del 95%: 97,3% a 100%) y del 29,7% (IC del 95%: 25,8% a 33,8%), respectivamente.

Conclusión Esta regla de predicción identificó con precisión a los lactantes febriles de ≤90 días de edad con una tira reactiva de orina anormal con bajo riesgo de IBI. Esta puntuación puede utilizarse para guiar la toma de decisiones clínicas iniciales en estos pacientes, seleccionando a los lactantes adecuados para un tratamiento ambulatorio.

·       . Archives of Disease in Childhood 2021;106:686

Te enfrentas a un lactante febril y enfermo (mayor de 29 días y menor de 60), y has identificado indicios fundados de que tiene una infección urinaria basándote en el análisis de orina y la microscopía de una muestra suprapúbica de orina. ¿Debería completar el análisis de la infección con una punción lumbar (PL) para descartar una meningitis bacteriana coexistente? Si no están bien, la mayoría de los clínicos completarán con la PL antes de iniciar los antibióticos. ¿Qué ocurre con los lactantes de buen aspecto con fiebre y evidencia de una infección del tracto urinario, deben someterse a una PL para descartar una meningitis? Burstein B et al [JAMA Network Open 2021;4:e214544. doi:10.1001/jamanetworkopen.2021.4544] han examinado las pruebas más recientes en una revisión sistemática y un metaanálisis. La mayoría de las guías publicadas para lactantes jóvenes febriles recomiendan la punción lumbar y el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) sobre la base de un resultado positivo del análisis de orina para excluir la meningitis bacteriana como causa. El riesgo es bajo, ya que la prevalencia global de la meningitis bacteriana en este grupo de edad es de aproximadamente el 0,4%. Así que su pregunta era sencilla. En su revisión sistemática y meta-análisis examinaron 17 conjuntos de datos internacionales que incluían 25.374 niños. Examinaron MEDLINE y Embase se buscaron artículos publicados desde el 1 de enero de 2000 hasta el 25 de julio de 2018, con una limitación deliberada a los estudios recientes y luego una comprobación final en octubre de 2019. Se incluyeron los estudios que informaron sobre bebés febriles sanos, a término y con buena apariencia, de 29 a 60 días de edad, para los cuales se pudieron determinar los datos a nivel de paciente para los resultados del análisis de orina y el estado de la meningitis. El resultado primario fue la prevalencia de meningitis bacteriana probada por cultivo entre los lactantes con resultados positivos en los análisis de orina. El resultado secundario fue la prevalencia de meningitis bacteriana, definida por las pruebas de LCR o por los antecedentes sugestivos en el seguimiento clínico.

La prevalencia de meningitis probada por cultivo fue del 0,44% (IC del 95%, 0,25% a 0,78%) entre 2703 lactantes con resultados positivos de análisis de orina en comparación con el 0,50% (IC del 95%, 0,33% a 0,76%) entre 10 032 lactantes con resultados negativos de análisis de orina (OR, 0,74; IC del 95%, 0,39 a 1,38). La prevalencia de meningitis bacteriana fue del 0,25% (IC del 95%, 0,14% a 0,45%) entre 4.737 lactantes con estado de meningitis determinado por pruebas de LCR o seguimiento clínico y del 0,28% (IC del 95%, 0,21% a 0,36%) entre 20.637 lactantes con resultados de análisis de orina positivos y negativos (OR, 0,89; IC del 95%, 0,48 a 1,68).

La prevalencia conjunta de la meningitis bacteriana entre los lactantes con resultados de análisis de orina positivos osciló entre el 0,25% (por cultivos de líquido cefalorraquídeo (LCR) o definición clínica) y el 0,44% (sólo por cultivos de LCR). Las estimaciones de prevalencia no fueron más altas en comparación con los lactantes con resultados de análisis de orina negativos (0,28% por cultivos de LCR o definición clínica y 0,50% sólo por cultivos de LCR). Por lo tanto, la realización de pruebas invasivas de LCR en lactantes febriles de buen aspecto en el segundo mes de vida, basadas únicamente en un resultado positivo del análisis de orina, no está respaldada por ratios de riesgo diferenciales. Estos resultados sugieren que, en el caso de estos lactantes, la decisión de utilizar la PL no debe guiarse únicamente por los resultados del análisis de orina..

Pregunta. Entre los niños que acuden al servicio de urgencias (SU), ¿cuál es la precisión diagnóstica relativa del cribado de sepsis automatizado frente al manual, cada uno de ellos comparado con un patrón de referencia definido por las definiciones estándar de sepsis, el ingreso directo en la UCIP, el uso del conjunto de órdenes de sepsis del SU, o la muerte dentro de las 72 horas siguientes a la disposición del SU?

Sensibilidad de la herramienta de cribado de sepsis entre el momento de la llegada al SU y 24 horas después de la disposición del SU.

Resultados principales. Año 1, 14% de los ingresos en urgencias fueron cribados manualmente: sensibilidad, 64,6% (IC 95%, 54,2%-74,1%), ratio de probabilidad positiva, 7,2 (IC 95%, 6,2-8,5), ratio de probabilidad negativa 0,4 (IC 95%, 0,3-0,5). En el año 2, el 100% de los ingresos en urgencias se automatizaron: sensibilidad 84,6% (IC 95%, 77,4%-90,2%), cociente de probabilidad positivo 17,1 (IC 95%, 15,8-18,5), cociente de probabilidad negativo 0,2 (IC 95%, 0,1-0,2).

Conclusiones. El cribado automatizado de la sepsis, comparado con el manual, demostró una mayor sensibilidad.

Objetivo. Determinar el efecto de una herramienta automatizada de cribado de sepsis sobre el tratamiento y los resultados de la sepsis grave en un servicio de urgencias pediátrico (SU).

Diseño del estudio. Estudio de cohorte retrospectivo de encuentros de pacientes con sepsis grave en un servicio de urgencias pediátrico con un alto volumen de casos de sepsis pediátrica durante un período de 2 años. El algoritmo de cribado de sepsis automatizado sustituyó a un cribado manual al cabo de 1 año del estudio. El resultado primario fue la proporción de pacientes tratados por sepsis durante su estancia en el servicio de urgencias. Los resultados secundarios fueron el tiempo transcurrido desde la llegada al servicio de urgencias hasta el primer antibiótico intravenoso y el primer bolo de fluido intravenoso, el volumen de fluido administrado en el servicio de urgencias, la mortalidad a 30 días, los días sin unidad de cuidados intensivos y los días sin hospitalización.

Resultados. En el año 1 del estudio, 8910 de 61 026 (14,6%) de los encuentros tuvieron un cribado manual de sepsis; 137 pacientes cumplieron los criterios de sepsis grave. En el año 2, el 100% de los 61 195 encuentros tenían un cribado automático de sepsis y hubo 136 casos de sepsis grave. Hubo una mayor proporción de pacientes con sepsis grave que tenían una neoplasia activa y un catéter venoso central permanente en el año 2. No hubo diferencias en la proporción de pacientes tratados por sepsis en el servicio de urgencias, en el tiempo hasta el primer antibiótico intravenoso o el primer bolo de fluido intravenoso, en el volumen de fluido administrado en el servicio de urgencias, en los días libres de hospitalización, en los días libres de unidad de cuidados intensivos o en la mortalidad a los 30 días tras la implementación del algoritmo de cribado automatizado.

Conclusiones. Un algoritmo de cribado automatizado de la sepsis introducido en un servicio de urgencias pediátrico académico con un alto volumen de casos de sepsis no condujo a mejoras en el tratamiento o los resultados de la sepsis grave en este estudio.

·       Características clínico-epidemiológicas de la neumonía por Pneumocystis jirovecii en un hospital de tercer nivel en España. An Pediatr (Barc). 2021;95:4-10

La infección por VIH era el principal factor de riesgo para presentar neumonía por Pneumocystis jirovecii (NPJ). En la actualidad, las características clínico-epidemiológicas de la NPJ en niños han cambiado, existiendo pocos estudios en este sentido.

Métodos. Realizamos un estudio observacional retrospectivo en pacientes pediátricos diagnosticados de NPJ durante 17 años en un hospital de tercer nivel en España.

Resultados. Se recogió a 23 pacientes, de los que 11/23 (47,8%) presentaban enfermedad hematológica, 5/23 (21,7%) inmunodeficiencia primaria y 4/23 (17,4%) infección por VIH. Recibían profilaxis con trimetoprima-sulfametoxazol (TMP-SMX) 11/23 pacientes (47,8%). Todos recibieron tratamiento con TMP-SMX y 18/23 (78,3%), glucocorticoides sistémicos. Fallecieron 6/23 pacientes (26,1%), de los que 1/6 (16,7%) presentaba infección por VIH. En los pacientes no VIH con mayor leucocitosis, mayor retención de CO2 y mayor frecuencia cardíaca al inicio, se evidenció mayor mortalidad, diferencias no objetivadas en pacientes con VIH. No se encontraron diferencias en mortalidad en relación con el factor predisponente, empleo de TMP-SMX ni tratamiento con glucocorticoides.

Conclusiones. En la actualidad, los pacientes pediátricos con neoplasias hematológicas constituyen el principal grupo de riesgo de desarrollar NPJ en este grupo etario. No hemos encontrado diferencias de mortalidad entre pacientes con o sin infección por VIH como factor predisponente. Entre los pacientes no VIH la mortalidad fue mayor en aquellos que presentaron mayor leucocitosis, mayor retención de CO2 y mayor frecuencia cardíaca al inicio. No se objetivó mejor pronóstico en pacientes que recibían profilaxis con TMP-SMX previamente al desarrollo de la NPJ ni en los que recibieron glucocorticoides sistémicos como parte del tratamiento.

·      Pneumococcal Conjugated Vaccines Decreased Acute Otitis Media Burden: A Population-Based Study in Israel. J Pediatr. 2021 Aug;235:233-238.e3. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.025

Objetivo. Estudiar las tendencias temporales de la carga de otitis media aguda (OMA) por todas las causas mediante el cálculo de las tasas de incidencia de episodios de OMA y de casos de otitis media aguda recurrente (OMAr) en la población pediátrica altamente inmunizada durante los años anteriores y posteriores a la vacuna antineumocócica conjugada (VPC).

Diseño del estudio. En este estudio basado en la población, se identificaron los episodios de OMA y los casos de OMAr en los niños israelíes de 0 a 10 años asegurados por Clalit Health Services entre 2005 y 2018 mediante el uso de una plataforma de intercambio de datos. Debido a que una implementación casi consecutiva de PCV-7/PCV-13 ocurrió en un período de 1 año (2009/2010), comparamos las visitas de OMA antes (2005-julio de 2009) y después (agosto de 2009-2018) de la introducción de las PCV. Nos centramos en los niños menores de 2 años, que son la población objetivo de las PCV y están en la edad pico de la OMA.

Resultados. Se identificaron 805 389 episodios de OMA aportados por 270 137 niños. La mediana del número de episodios de OMA fue de 2 (IQR 1-4). Se observó una tendencia a la baja de las tasas de incidencia de episodios de OMA durante los años posteriores a la VPC en los niños menores de 9 años (P < 0,001). El mayor descenso (21%) se observó en los niños menores de 1 año, pasando de 807/1000 niños durante los años pre-PCV a 640/1000 durante los años post-PCV (P < 0,001). Se calculó una disminución media anual de ∼14/1000 episodios de OMA en los niños menores de 1 año (β = -13,39; IC del 95%: -16,25 a -10,53; P < 0,001). De los casos de OMAr, documentados en 84 237 (31,2%) niños, el 74% fueron en niños menores de 2 años, y el 55% en varones. El riesgo de desarrollar OMAr disminuyó significativamente durante los años posteriores a la VPC en los niños menores de 2 años (cociente de riesgo 0,893; IC del 95%: 0,878-0,908; p < 0,001).

Conclusiones. La carga de OMA disminuyó significativamente tras la introducción de las PCV en los niños altamente inmunizados.

·       Stable Incidence of Invasive Pneumococcal Disease in Children in Northern France From 2014 Through 2018. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):688-693, July 2021

Antecedentes: La vacuna neumocócica conjugada 13 (PCV13) se recomienda en Francia desde junio de 2010. El objetivo de este estudio fue evaluar las tendencias en la incidencia de la enfermedad neumocócica invasiva (ENI) que resulta en la hospitalización de niños menores de 18 años, identificar el estado de vacunación de estos pacientes y analizar la evolución serotipica de los neumococos implicados en los distintos tipos de ENI.

Métodos: Este estudio retrospectivo multicéntrico revisó todos los ingresos de niños menores de 18 años por IPD desde 2014 hasta 2018 en todos los hospitales con una unidad pediátrica o neonatal en el norte de Francia. La integridad de los datos se obtuvo mediante el cotejo de 3 bases de datos independientes. Se calculó la incidencia de IPD que resultó en hospitalización por grupo de edad. El curso clínico y los tipos de vacunas y no vacunas se describieron en general y por el tipo de IPD.

Resultados: Se identificaron 130 casos de DPI: 51 con bacteriemia, 45 con meningitis, 28 con neumonía o pleuroneumonía y 6 con artritis. La incidencia de DPI osciló entre 2,4 y 3,0/100.000 en niños menores de 18 años (intervalos de confianza del 95%, 1,4-3,3 y 1,9-4,1, respectivamente), y entre 9,5 y 15,9/100.000 en niños menores de 2 años, sin diferencias significativas a lo largo del tiempo. Predominaron los tipos no vacunales (81%), principalmente el 24F, el 23B y el 10A. El serotipo 3 de la vacuna estuvo implicado en 10 casos de DPI, 2 de los cuales fueron en niños correctamente vacunados. Dos casos de DPI podrían haberse evitado con la vacunación. Las secuelas neurológicas afectaron al 26% de estos niños (62% de los que presentaron meningitis). Seis niños murieron a causa de la DPI (5%).

Conclusión: La incidencia de DPI con resultado de hospitalización se mantuvo estable en el norte de Francia durante el periodo de estudio, sin que se produjera un aumento significativo de los tipos no vacunales. Es necesario seguir vigilando para ajustar la estrategia de vacunación si es necesario.

Enterovirus-A71 Rhombencephalitis Outbreak in Catalonia: Characteristics, Management and OutcomeThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):628-633, July 2021.

Antecedentes: Entre abril y junio de 2016, se detectó en Cataluña, España, un brote de rombencefalitis (RE) causado por el enterovirus (EV) A71, el primero documentado en Europa Occidental. Las características clínicas y el resultado de los pacientes con esta afección difieren de los reportados en los brotes ocurridos en el sudeste asiático.

Métodos: Estudio observacional y multicéntrico que analiza las características, el tratamiento y la evolución de los pacientes con rombencefalitis por EV-A71 diagnosticados en 6 hospitales de financiación pública del Instituto Catalán de la Salud. Se realizó una revisión de las características clínicas, el diagnóstico, el tratamiento y la evolución de estos pacientes.

Resultados: Sesenta y cuatro pacientes cumplían los criterios clínicos y virológicos de la rombencefalitis causada por EV-A71. Todos los pacientes presentaban síntomas sugestivos de enfermedad viral, principalmente fiebre, letargia, ataxia y temblor, con un 30% de enfermedad mano-pie-boca. Se administró inmunoglobulina intravenosa a 44/64 (69%) pacientes y metilprednisolona a 27/64 (42%). Seis pacientes (9%) requirieron ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Tres pacientes presentaron parálisis flácida aguda de una extremidad y otro tuvo una disfunción del sistema nervioso autónomo (SNA) con parada cardiorrespiratoria. La evolución de todos los pacientes (excepto el paciente con encefalopatía hipóxico-isquémica) fue buena, con resolución completa de los síntomas.

Conclusiones: Durante el brote de 2016, la rombencefalitis sin síntomas de SNA fue la forma de presentación predominante y la mayoría de los pacientes no mostraron enfermedad mano-pie-boca. Estos hallazgos contrastan con los de otras series de pacientes que informan de disfunción del SNA asociada (10%-15%) y enfermedad mano-pie-boca (60%-80%). La recuperación completa se produjo en casi todos los casos. A la luz del resultado favorable en los casos leves no tratados, las terapias para esta afección deberían reservarse para los pacientes con infección moderada-grave. La principal relevancia de este estudio es proporcionar información útil para establecer prioridades, enfoques de gestión y un uso adecuado de los recursos en futuros brotes de rombencefalitis asociados al EV-A71.

Retapamulin Activity Against Pediatric Strains of Mupirocin-resistant Methicillin-resistant Staphylococcus aureus. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):637-638, July 2021.

Se evaluó la actividad de la retapamulina contra 53 cepas obtenidas de un grupo de enfermedades pediátricas de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina adquirida en la comunidad mediante microdilución en caldo. Todas las cepas fueron susceptibles a la retapamulina con concentraciones inhibitorias mínimas ≤ 0,5 μg/mL. El análisis de la secuencia de ADN de rplC y cfr identificó una variante de la cepa rplC que no demostró una susceptibilidad fenotípica reducida a la retapamulina. Estos resultados demuestran que la retapamulina puede ser una terapia alternativa útil para el S. aureus resistente a la meticilina adquirido en la comunidad, especialmente en brotes de enfermedad.

Tetanus, Diphtheria, Acellular Pertussis Vaccination During Pregnancy and Risk of Pertussis in the Newborn in Publicly and Privately Insured Mother-infant Pairs in the United States, The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):681-687, July 2021.

Antecedentes: En los Estados Unidos, la circulación de la tos ferina persiste e infecta principalmente a bebés y niños, a pesar de las vacunaciones rutinarias. Para minimizar la morbilidad y mortalidad infantil de la enfermedad antes de la primera dosis de DTPa, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización recomienda la vacunación materna con Tdap en las semanas 27-36 del embarazo.

Métodos: Se analizaron cohortes de parejas madre-bebé en las bases de datos Medicaid Analytic eXtract (MAX) (2010-2014) e IBM MarketScan (2011-2015) para estimar la eficacia de la vacunación prenatal de Tdap en comparación con la no vacunación para prevenir la tos ferina infantil en los primeros 6 meses. Los cocientes de riesgos se estimaron con modelos de riesgos proporcionales de Cox y se ajustaron por posibles factores de confusión mediante pesos de probabilidad inversa. Se analizó el impacto del parto prematuro en el riesgo de tos ferina. Se agruparon los resultados de las dos bases de datos.

Resultados: En MarketScan, las mujeres recibieron la vacuna Tdap antes del parto en 114.067 (25,6%) de 445.638 embarazos y en MAX, 33.286 (4,8%) de 695.262 embarazos. Entre los embarazos con parto prematuro, sólo el 21,2% y el 3,8% en MarketScan y MAX habían sido vacunados. El riesgo de tos ferina en los recién nacidos a término no vacunados fue de 3,5 (MarketScan) y 17 (MAX) por cada 10.000; y en los prematuros, de 8,4 (MarketScan) y 19,8 (MAX) por cada 10.000. El cociente de riesgos combinado para la vacunación Tdap en cualquier momento antes del parto frente a la no vacunación fue de 0,64 [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,41-1,00]. El cociente de riesgos fue de 0,11 (IC del 95%: 0,03-0,36) para los prematuros y de 0,78 (IC del 95%: 0,48-1,29) para los niños a término vacunados antes de las 37 semanas. La incidencia de tos ferina fue mayor y el cociente de riesgos de protección más fuerte durante los brotes de tos ferina.

Conclusiones: La vacunación prenatal con Tdap reduce en un 36% el riesgo de infecciones por tos ferina en los primeros 6 meses de vida del bebé. La vacunación poco después de las 27 semanas de embarazo, antes de que comenzaran los partos, garantiza que la vacunación incluya a los nacidos prematuros, que son los que tienen mayor riesgo de tos ferina y se benefician especialmente de esta vacunación.

·      Asociación entre variables indicadoras del nivel socioeconómico del lugar de residencia en Sevilla y la incidencia y frecuentación hospitalaria pediátrica por tosferina. Rev Pediatr Aten Primaria. 2021;23:e81-e92.

Introducción: el objetivo de este estudio es analizar la asociación entre nivel socioeconómico del lugar de residencia y la incidencia y frecuentación hospitalaria infantil por tosferina.

Material y método: estudio observacional, transversal, con dos unidades de observación de menores de 15 años residentes en Sevilla: 1) hospitalizaciones en los dos hospitales públicos de la ciudad por cualquier motivo (2013-2015): n = 7315; y 2) casos declarados confirmados de tosferina (2013-2017): n = 102. Las variables independientes fueron edad, sexo y residencia en zonas con necesidad de transformación social (ZNTS), en riesgo de pobreza (ZRP) y con educación insuficiente (EIZR). Las variables dependientes fueron hospitalizaciones y casos declarados confirmados de tosferina. Se realizaron análisis univariantes, bivariantes y multivariantes en la unidad Hospitalizaciones, mediante test χ2 y modelos de regresión logística, con el programa R. Se calcularon tasa y razón de incidencia por subdistritos en la unidad casos declarados.

Resultados: el 1,12% de las hospitalizaciones fue por tosferina (n = 82). Entre el 2,0 y el 2,4% de las hospitalizaciones por tosferina procedieron de los subdistritos más desfavorecidos, en comparación con el 0,8 y 0,9% del resto de la ciudad (p <0,001). Las odds ratios, ajustadas por edad y sexo, y sus intervalos de confianza del 95%, fueron: ZNTS = 2,76 (1,74-4,32), ZRP = 2,48 (1,47-4,04) y EIZR = 2,17 (1,38-3,39). La razón de incidencia también fue superior en las zonas más desfavorecidas (2,50, 1,99 y 2,01, respectivamente).

Conclusiones: el menor nivel socioeconómico de las áreas residenciales de Sevilla se asocia a la mayor frecuentación hospitalaria e incidencia de tosferina infantil.

·      La Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el asunto Vavřička contra Chequia: el valor jurídico de las vacunasRev Pediatr Aten Primaria. 2021;23:e99-e104.

La Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el asunto Vavřička y otros contra la República Checa de 8 de abril de 2021 constituye el aval definitivo a la implementación de medidas de protección poblacionales frente a los riesgos de debilitamiento de la estrategia de inmunidad de grupo. Tales medidas pueden suponer, incluso, una injerencia en la integridad física y, por lo tanto, afectar el derecho al respeto de la vida privada de quienes se opongan a la vacunación de menores establecida en los correspondientes planes estatales. Son legítimos los objetivos de protección de la salud y los derechos de los demás, entre los que se incluyen los de quienes no pueden ser vacunados por motivos médicos. La vacunación cuenta con un respaldo muy consistente de las autoridades médicas pertinentes y representa la respuesta a la urgente necesidad social de proteger la salud pública e individual. La sentencia enfatiza que el interés superior de los menores debe primar en todas las decisiones que les afecten.

·       Changes in Strength of Recommendation and Perceived Barriers to Human Papillomavirus Vaccination: Longitudinal Analysis of Primary Care Physicians, 2008-2018. J Pediatr. 2021 Jul;234:149-157.e3.doi: 10.1016/j.jpeds.2021.03.002

Objetivos. Evaluar entre los pediatras y los médicos de familia las prácticas de recomendación de la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) para los jóvenes de 11 a 12 años de edad; informar sobre la negativa/el rechazo de los padres a la vacunación contra el VPH; e informar sobre los obstáculos a la vacunación contra el VPH que han cambiado con el tiempo.

Diseño del estudio. Se encuestaron redes representativas a nivel nacional de pediatras y médicos de familia en 2008, 2010, 2013-2014 y 2018. Las preguntas sobre la vacunación masculina no se hicieron en 2008; las preguntas sobre las barreras y el rechazo de la vacuna por parte de los padres no se hicieron en 2010.

Resultados. Las tasas de respuesta fueron del 80% en 2008 (680/848), del 72% en 2010 (609/842), del 70% en 2013-2014 (582/829) y del 65% en 2018 (588/908). La proporción de médicos que recomiendan encarecidamente la vacunación contra el VPH a los pacientes de 11 a 12 años de edad aumentó del 53% en 2008 al 79% en 2018 para las pacientes femeninas y del 48% en 2014 al 76% en 2018 para los pacientes masculinos (ambos P < 0,0001). La proporción de médicos que indicaron que ≥50% de los padres se negaron/ aplazaron la vacunación contra el VPH se mantuvo estable para los pacientes femeninos (24% en 2008 vs 22% en 2018, P = .40) y disminuyó para los pacientes masculinos (42% en 2014 vs 28% en 2018, P < .001). Las barreras de los médicos para proporcionar la vacunación contra el VPH fueron raras y disminuyeron con el tiempo. Un número creciente de médicos informó de las barreras percibidas por los padres de las preocupaciones de seguridad de la vacuna (5% “barrera importante” en 2008 vs 35% en 2018, P < .0001) y las preocupaciones morales / religiosas (5% en 2008 vs 25% en 2018, P < .0001).

Conclusiones. Entre 2008 y 2018, más médicos de atención primaria informaron que recomendaban la vacunación contra el VPH para adolescentes, menos barreras informadas y más médicos informaron que los padres tenían preocupaciones de seguridad de la vacuna o morales/religiosas.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·       Respiratory Virus Surveillance in Infants across Different Clinical Settings. J Pediatr. 2021 Jul;234:164-171.e2.doi: 10.1016/j.jpeds.2021.03.036.

Objetivos. El objetivo era evaluar la distribución, las presentaciones clínicas y la gravedad de los virus de las infecciones respiratorias agudas (IRA) comunes en los lactantes en 3 entornos clínicos.

Diseño del estudio. En un estudio prospectivo de vigilancia de virus, se inscribieron bebés menores de 1 año con fiebre y/o síntomas respiratorios de pacientes ambulatorios, departamentos de emergencia y entornos de hospitalización desde el 16 de diciembre de 2019 hasta el 30 de abril de 2020. Las características demográficas y clínicas se recopilaron a través de entrevistas con los padres/tutores, resúmenes de historias clínicas y encuestas de seguimiento. Se recogieron hisopos nasales y se analizaron en busca de virus utilizando la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa cuantitativa.

Resultados. Se inscribieron 366 lactantes y se analizaron los hisopos nasales de 360 (98%); la edad media era de 6,3 meses, y el 50% eran varones. A 295 (82%) se les detectó al menos un virus; los más frecuentes fueron el rinovirus/enterovirus (RV/EV; 42%), el virus respiratorio sincitial (RSV; 34%) y la gripe (15%). El VRS fue el virus más frecuentemente detectado en los entornos de hospitalización (63%) y del servicio de urgencias (37%), y el VR/EV fue el virus más frecuentemente detectado en el entorno ambulatorio (54%). Los lactantes positivos para el VRS tenían una media de edad más baja (4,9 meses) y eran más propensos a tener problemas respiratorios, y los lactantes positivos para el VR/VE eran menos propensos a tener problemas respiratorios. Los lactantes positivos a la gripe tenían una mediana de edad más alta (8 meses) y eran más propensos a presentar síntomas sistémicos. La infección por VRS y la menor edad se asociaron con mayores probabilidades de hospitalización en la regresión logística multivariable.

Conclusiones. En 3 entornos clínicos, y combinando la información virológica, del paciente y del sistema sanitario, nuestros resultados ponen de manifiesto la carga de las IRA virales entre los lactantes. En general, se detectaron con mayor frecuencia el VRS, el RV/EV y la gripe, siendo el VRS el de mayor gravedad.

The Magnitude of Interferon Gamma Release Assay Responses in Children With Household Tuberculosis Contact Is Associated With Tuberculosis Exposure and Disease StatusThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):763-770, August 2021.

Antecedentes: Se desconoce la utilidad clínica de la magnitud del interferón gamma (IFNγ) en respuesta a antígenos micobacterianos. Se evaluó la asociación entre la respuesta cuantitativa de IFNγ y el grado de exposición a Mycobacterium tuberculosis, la infección y el estado de la enfermedad tuberculosa (TB) en niños.

Métodos: Completamos un análisis transversal de niños (≤15 años) expuestos a un adulto con TB confirmada bacteriológicamente, 2007-2012 en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Los valores de IFNγ se informaron como concentraciones y unidades formadoras de puntos para el QuantiFERON-TB Gold In-Tube (QFT-GIT) y T-SPOT.TB, respectivamente. Se utilizó una regresión lineal de efectos aleatorios para investigar la relación entre la puntuación de contacto con M. tuberculosis, el fenotipo clínico (enfermo de tuberculosis, infectado, no infectado) y la respuesta al IFNγ▪ como resultado, ajustado por las covariables pertinentes.

Resultados: Se analizaron los datos de 669 niños (edad media, 63 meses; rango intercuartil, 33-108 meses). Un aumento de 1 unidad en la puntuación de contacto con M. tuberculosis se asoció con un aumento de IFNγ de 0,60 unidades internacionales/mL (intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,44-0,76 unidades internacionales/mL), y con recuentos de unidades formadoras de manchas de IFNγ de 2 (IC del 95%, 1-3). La respuesta de IFNγ fue significativamente menor entre los niños con infección por M. tuberculosis en comparación con los niños con enfermedad tuberculosa (β = -1,42; IC del 95%, -2,80 a -0,03) para el QFT-GIT, pero no para el T-SPOT.TB. Esta asociación fue más fuerte entre los niños de 2 a 5 años (β = -2,35 años; IC del 95%, -4,28 a -0,42 años) y ausente si son <2 años.

Conclusiones: La magnitud de la respuesta al IFNγ se correlacionó con el grado de exposición reciente a M. tuberculosis, medido mediante el QFT-GIT y el T-SPOT.TB, y se correlacionó con los fenotipos de tuberculosis clínicamente relevantes mediante el QFT-GIT. Los valores de IFNγ no sólo son útiles para estimar el riesgo de infección por M. tuberculosis, sino que también pueden apoyar el diagnóstico de la enfermedad tuberculosa en los niños.

Objetivo: Determinar la exactitud de las pruebas de detección de la tuberculosis pulmonar activa en niños de grupos de alto riesgo, como los niños con VIH y los contactos cercanos de personas con tuberculosis.

Diecinueve estudios evaluaron las siguientes pruebas de detección: un síntoma (15 estudios, 10 097 participantes); más de un síntoma (12 estudios, 29 889 participantes); radiografía de tórax (diez estudios, 7146 participantes); y Xpert MTB/RIF (prueba rápida para el diagnóstico simultáneo de la tuberculosis y la resistencia a la rifampicina )(dos estudios, 787 participantes)

Se encontró que en los niños que están en contacto con la tuberculosis o con infección por el VIH, las pruebas de detección con el uso de los síntomas o la radiografía de tórax podrían ser útiles, pero esta revisión está limitada por problemas con el diseño de la prueba índice y el sesgo de incorporación en la prueba de referencia.

En el caso de la Xpert MTB/RIF, no se encontró evidencia suficiente sobre la exactitud del cribado.

Las evaluaciones prospectivas de las pruebas de detección de la tuberculosis en los niños ayudarán a aclarar su uso. Mientras tanto, las estrategias de cribado deben ser pragmáticas para abordar las persistentes lagunas en la prevención y la detección de los casos que existen en contextos con recursos limitados.

Se encontraron cinco estudios con 7452 personas hospitalizadas con covid-19. De ellos, 3886 personas recibieron remdesivir. La media de edad de los pacientes fue 59 años. Los estudios se realizaron en todo el mundo, principalmente en países de ingresos altos y medios.

Según la evidencia actualmente disponible, el remdesivir probablemente tiene poco o ningún efecto sobre la mortalidad por todas las causas hasta los 28 días en los adultos hospitalizados con infección por SRAS-CoV-2. No hay certeza acerca de los efectos del remdesivir en la mejoría y el empeoramiento clínico. No se dispuso de datos suficientes para examinar el efecto del remdesivir sobre la mortalidad en los subgrupos definidos por la asistencia respiratoria al inicio.

Los estudios futuros deben proporcionar datos adicionales sobre la eficacia y la seguridad del remdesivir para los desenlaces básicos definidos en la investigación de covid-19, especialmente en diferentes subgrupos poblacionales. Esto podría permitir establecer conclusiones más fiables sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales potenciales del remdesivir en futuras actualizaciones de esta revisión. Debido al enfoque continuo de este trabajo, la revisión se actualizará periódicamente. OK

La evidencia disponible sobre la eficacia y los efectos perjudiciales de los tratamientos para la disfunción olfativa persistente tras la infección por covid-19 es muy limitada. Sin embargo, se han identificado otros ensayos en curso sobre este tema. Puesto que esta es una revisión sistemática continua, se actualizarán los datos de manera regular a medida que se disponga de nuevos resultados.

Para esta (primera) versión de la revisión continua solo se identificó un estudio con un tamaño muestral pequeño, que evaluó los corticosteroides sistémicos y la irrigación nasal (corticosteroide/mucolítico/descongestivo intranasal). Sin embargo, existe mucha incertidumbre sobre los efectos beneficiosos y perjudiciales de esta intervención para tratar la disfunción olfativa persistente después de la covid-19.

Healthcare-associated Infections—Can We Do Better?.The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):e305-e309, August 2021.

·      . Archives of Disease in Childhood 2021;106:641-647.

Objetivos Desarrollar y validar de forma cruzada un modelo de predicción clínica multivariable para identificar infecciones bacterianas invasivas (IBI) e identificar grupos de pacientes que podrían beneficiarse de nuevos biomarcadores.

Diseño. Estudio observacional prospectivo.

Entorno. 12 departamentos de urgencias (ED) en 8 países europeos.

Pacientes Niños febriles de 0-18 años.

Principales medidas de resultado IBI, definidas como bacteriemia, meningitis e infección ósea/articular. Se derivó y se validó un modelo de IBI utilizando variables de la herramienta Feverkidstool (síntomas clínicos, proteína C reactiva), signos neurológicos, erupción cutánea no blanqueada y comorbilidad. Se evaluó la discriminación (área bajo la curva operativa del receptor) y el rendimiento diagnóstico en diferentes umbrales de riesgo para IBI: sensibilidad, especificidad, cocientes de probabilidad (LR) negativos y positivos.

Resultados De 16.268 pacientes, 135 (0,8%) tenían un IBI. La capacidad de discriminación del modelo fue de 0,84 (IC del 95%: 0,81 a 0,88) y de 0,78 (IC del 95%: 0,74 a 0,82) en las validaciones cruzadas conjuntas. El modelo funcionó bien para el umbral de exclusión del 0,1% (sensibilidad 0,97 (IC del 95%: 0,93 a 0,99), LR negativo 0,1 (IC del 95%: 0,0 a 0,2) y para el umbral de inclusión del 2,0% (especificidad 0,94 (IC del 95%: 0,94 a 0,95), LR positivo 8,4 (IC del 95%: 6,9 a 10,0)). Los umbrales intermedios del 0,1% al 2,0% tuvieron un rendimiento pobre (rangos: sensibilidad 0,59-0,93, LR negativo 0,14-0,57, especificidad 0,52-0,88, LR positivo 1,9-4,8) y comprendieron 9784 pacientes (60%).

Conclusiones El umbral de exclusión de este modelo tiene potencial para reducir el tratamiento antibiótico, mientras que el umbral de inclusión podría utilizarse para dirigir el tratamiento en los niños febriles en el servicio de urgencias. En más de la mitad de los pacientes de riesgo intermedio, los biomarcadores sensibles podrían mejorar la identificación de la IBI y reducir potencialmente las prescripciones innecesarias de antibióticos.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·      Infective Endocarditis in Children in Queensland, Australia: Epidemiology, Clinical Features and Outcome. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):617-622, July 2021.

Antecedentes: La endocarditis infecciosa (EI) es una entidad poco frecuente en los niños, asociada a una morbilidad y mortalidad significativas. Para optimizar el tratamiento, es importante conocer la epidemiología local, los factores de riesgo, las características clínicas y los resultados. Estos aspectos se investigan en este estudio retrospectivo de 10 años de endocarditis en niños en Queensland.

Métodos: Los niños <18 años con EI fueron identificados desde el centro de cardiología pediátrica de todo el estado (Mater Children’s Hospital, 2009-2014; Queensland Children’s Hospital, 2014-2018) a través de los códigos de la Clasificación Internacional de Enfermedades y la base de datos local de cardiología. Los registros clínicos fueron evaluados por un clínico y los ecocardiogramas por un cardiólogo. La incidencia se calculó utilizando los datos de la Oficina Australiana de Estadísticas de la Población Residente Estimada de Queensland, 2019.

Resultados: Se identificaron 51 niños, con una incidencia global estimada de 0,84 por 100.000 al año; 0,69 por 100.000 en 2009-2013 y 0,99 por 100.000 en 2014-2018, respectivamente. Veinticuatro (47,1%) niños eran varones y 10 (19,6%) fueron identificados como pueblos aborígenes o isleños del Estrecho de Torres. Las condiciones cardíacas subyacentes estaban presentes en 29 (56,9%): 25 cardiopatías congénitas, 3 cardiopatías reumáticas y 1 miocardiopatía. Se identificó un patógeno causante en 46 (90,2%) niños, siendo Staphylococcus aureus el más común. Treinta y seis (70,6%) cumplían los criterios de “EI definitiva” según los criterios de Duke modificados, y el resto “EI posible”. Se requirió cirugía en 26 (51%). La mediana de la duración de los antibióticos fue de 42 (rango intercuartil = 32-51) días y la hospitalización de 49 (rango intercuartil = 34-75) días. Un niño murió a causa de la EI.

Conclusiones: La incidencia de la EI en los niños de Queensland está aumentando y es más alta que la registrada en Nueva Zelanda y Estados Unidos. La cardiopatía congénita es el factor de riesgo más común y S. aureus es el organismo responsable más frecuente. Los niños aborígenes o isleños del Estrecho de Torres están sobrerrepresentados. La mortalidad sigue siendo baja.

Las pruebas de laboratorio que utilizan la plataforma RT-PCR para detectar la infección por VIH están limitadas por el deficiente acceso, apoyo logístico y por los retrasos en la transmisión de los resultados de las pruebas y el inicio del tratamiento en los entornos de bajos recursos. El uso de pruebas de diagnóstico rápido en el lugar de atención (LDA), o cerca de este, puede aumentar el acceso al diagnóstico temprano de la infección por VIH en lactantes y niños menores de 18 meses y el inicio oportuno del tratamiento antirretroviral (TAR).

Se identificaron un total de 12 estudios (15 evaluaciones, 15 120 participantes). Todos los estudios se realizaron en el África subsahariana.

La sensibilidad y especificidad agrupadas de la NAT LDA (intervalo de confianza [IC] del 95%) frente a las pruebas de referencia de laboratorio fueron del 98,6% (96,1 a 99,5) (15 evaluaciones, 1728 participantes) y del 99,9% (99,7 a 99,9) (15 evaluaciones, 13 392 participantes) en lactantes y niños ≤ 18 meses.

·      HACEK Infective Endocarditis at a Tertiary Children’s HospitalJ Pediatr. 2021 Aug;235:284-287.

Los organismos HACEK (especies Haemophilus, Aggregatibacter, Cardiobacterium, Eikenella y Kingella) son causas poco frecuentes de endocarditis. Los organismos HACEK son fastidiosos y pueden escapar a la detección mediante técnicas de cultivo, pero el uso de estudios moleculares puede ayudar al diagnóstico. Una revisión de 10 años de casos de endocarditis HACEK pediátrica en el Texas Children’s Hospital identificó 10 pacientes, con 2 casos reconocidos por la secuenciación de próxima generación, lo que destaca los beneficios potenciales de estos ensayos 

·      CONservative TReatment of Appendicitis in Children: a randomised controlled feasibility Trial (CONTRACT) (13 January, 2021) Archives of Disease in Childhood 2021;106:764-773.

Objetivo Establecer la viabilidad de un ensayo controlado aleatorio multicéntrico para evaluar la eficacia y la rentabilidad de una vía de tratamiento no quirúrgico en comparación con la apendicectomía en niños con apendicitis aguda no complicada.

Diseño Ensayo controlado aleatorio de viabilidad con estudio cualitativo incorporado para informar sobre la formación de los reclutadores para optimizar el reclutamiento y el diseño de un futuro ensayo definitivo.

Entorno Tres centros de cirugía pediátrica especializados en el Reino Unido.

Pacientes Niños (de 4 a 15 años) con un diagnóstico clínico de apendicitis aguda no complicada.

Intervenciones Apendicectomía o una vía de tratamiento no operativo (que comprende antibióticos de amplio espectro y observación activa).

Medidas de resultado principales La medida de resultado primaria fue la proporción de pacientes elegibles reclutados. Las medidas de resultado secundarias evaluaron el cumplimiento de las intervenciones, la recopilación de datos durante el seguimiento, la seguridad de las vías de tratamiento y la evolución clínica.

Resultados El 50% de los participantes elegibles (IC del 95%: 40 a 59) a los que se les habló del ensayo aceptaron participar y fueron asignados al azar. La formación repetida de los reclutadores a medida se asoció con un aumento de la tasa de reclutamiento durante el transcurso del ensayo del 38% al 72%. Hubo una gran aceptación de la aleatorización, un buen cumplimiento de los procedimientos del ensayo por parte de los pacientes y los cirujanos y una finalización satisfactoria del seguimiento. Aunque hubo más participantes con apendicitis perforada de lo que se había previsto, las vías de tratamiento resultaron seguras y los perfiles de eventos adversos aceptables.

Conclusión El reclutamiento para un ensayo controlado aleatorio que examine la efectividad y la rentabilidad de una vía de tratamiento no operatoria comparada con la apendicectomía para el tratamiento de la apendicitis aguda no complicada en niños es factible.

Objetivo: averiguar si la inhalación de heliox es segura y útil para tratar a los niños con crup en comparación con el tratamiento falso (placebo) u otros tratamientos como el oxígeno humidificado al 30%, o el oxígeno al 100% con adrenalina. revisión actualizada de las versiones publicadas en 2010, 2013 y 2018.

Se incluyeron tres ensayos controlados aleatorizados (estudios en los que los participantes se asignan a uno de dos o más grupos de tratamiento mediante un método aleatorio) con un total de 91 niños con crup de entre seis meses y cuatro años de edad. Todos los estudios se realizaron en servicios de urgencias. Los estudios tuvieron una duración de entre siete y 16 meses; dos estudios se realizaron en EE.UU. y uno en España. En un estudio, los niños con crup leve recibieron heliox u oxígeno al 30%; en otro estudio, los niños con crup moderado recibieron dexametasona oral (un tipo de corticosteroide) y heliox o ningún tratamiento; y en el tercer estudio, los niños con crup moderado a grave recibieron dexametasona inyectada y heliox u oxígeno al 100% con adrenalina.

Debido a la escasa evidencia disponible, sigue existiendo incertidumbre en cuanto a la efectividad y la seguridad del heliox. Es posible que el heliox no sea más eficaz que el oxígeno humidificado al 30% en los niños con crup leve, pero podría ser beneficioso a corto plazo para los niños con crup moderado a grave tratados con dexametasona. El efecto del heliox podría ser similar al del oxígeno al 100% administrado con una o dos dosis de adrenalina. No se informaron los eventos adversos, y no está claro si estos fueron controlados en los estudios incluidos. Se necesitan ECA con una potencia estadística suficiente que comparen el heliox con los tratamientos estándares para evaluar más la función del heliox en el tratamiento de los niños con crup moderado a grave.

COVID: actualidad bibliográfica (COVID) julio-agosto 2021

COVID: de la clínica a la vacuna pasando  por el diagnóstico a alguna repercusión

·      COVID-19 in children: clinical and epidemiological spectrum in the communityEur J Pediatr (2021). https://doi.org/10.1007/s00431-021-04235-4

La mayoría de las publicaciones sobre COVID-19 pediátrico en España se realizaron al principio de la pandemia, cuando algunas herramientas de diagnóstico no estaban ampliamente disponibles. Este estudio pretende mostrar el espectro real de la infección basándose en una amplia detección de casos por síntomas y rastreo de contactos. Se realizó un estudio observacional descriptivo y analítico incluyendo casos pediátricos (0 a 14 años) de la región de Aragón entre el 12 de mayo y el 31 de octubre de 2020. El diagnóstico fue por detección de ARN viral por PCR, prueba rápida de detección de antígeno o serología IgG positiva. Se incluyeron 5933 niños positivos. De ellos, el 49,03% eran mujeres. La edad media era de 7,53 ± 4,28 años. La fuente de infección no pudo determinarse en el 17,8% de los casos. En cuanto al resto, se determinó que estaba dentro del entorno familiar en el 67,8%. El porcentaje de pacientes asintomáticos fue del 50,3%. Entre los pacientes sintomáticos, la fiebre (58,1%) y la tos (46,7%) fueron los síntomas más frecuentes. Se requirió hospitalización en el 0,52% de los infectados, el ingreso en la unidad de cuidados intensivos se produjo en el 0,05%, y hubo una muerte (0,02%). Los menores de un año presentaron algunos síntomas con mayor frecuencia (71,6% vs 48,5%; OR 2,68; IC 95% 2,08 a 3,45; p < 0,001) y requirieron más hospitalizaciones (3,9% vs 0,34%; OR 11,52; IC 95% 5,65 a 23,52; p < 0,001).

Conclusiones: En nuestro medio, la infección por SARS-CoV-2 es como otras infecciones virales respiratorias leves en la población menor de 15 años. El contagio se produce principalmente en el entorno familiar, el número de asintomáticos es elevado, siendo los síntomas leves y las complicaciones muy infrecuentes.

Lo que se sabe:

– La infección pediátrica producida por el SARS-CoV-2 se ha manifestado como una enfermedad leve en relación con la edad adulta, aunque con mayor afectación en las edades más tempranas.

– Casi todos los estudios sobre la epidemiología y el espectro clínico de la enfermedad se realizaron con pacientes diagnosticados al principio de la pandemia. Para entonces, las herramientas de diagnóstico sólo estaban disponibles en los hospitales y en las unidades de emergencia.

Lo nuevo:

– Una vez que los medios de diagnóstico estuvieron disponibles en la medicina de atención primaria y se utilizaron no sólo para el diagnóstico de los síntomas clínicos del paciente, sino para el rastreo de los contactos del caso, se permitió un enfoque mucho más preciso de la epidemiología y las manifestaciones clínicas de la enfermedad, como se describe en este estudio. 

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·       Systematic review of reviews of symptoms and signs of COVID-19 in children and adolescents Archives of Disease in Childhood 2021;106: 802-807.

Objetivo Realizar una revisión sistemática de las revisiones sobre la prevalencia de síntomas y signos de COVID-19 en menores de 20 años.

Diseño Revisión sistemática narrativa de revisiones. Se realizaron búsquedas en PubMed, medRxiv, Europe PMC y COVID-19 Living Evidence Database el 9 de octubre de 2020.

Ámbito Todos los ámbitos, incluidos los ámbitos hospitalarios y comunitarios.

Pacientes Niños y jóvenes (CYP) menores de 20 años con COVID-19 probada en laboratorio.

Revisión de los estudios, extracción de datos y calidad Los artículos potencialmente elegibles fueron revisados en cuanto al título y al resumen por un revisor. La calidad se evaluó mediante los criterios AMSTARS modificados y dos revisores extrajeron los datos de los estudios incluidos.

Medidas de resultado principales Prevalencia de síntomas y signos de COVID-19.

Resultados Se identificaron 1325 estudios y se incluyeron 18 revisiones. Ocho eran de alta calidad, 7 de calidad media y 3 de calidad baja. En todas las revisiones predominaron los estudios de niños hospitalizados. La proporción de CYP asintomáticos varió del 14,6% al 42%. La fiebre y la tos fueron los síntomas más comunes; las proporciones con fiebre variaron del 46% al 64,2% y con tos del 32% al 55,9%. Todos los demás síntomas o signos, como la rinorrea, el dolor de garganta, la cefalea, la fatiga/mialgia y los síntomas gastrointestinales, como la diarrea y los vómitos, fueron poco frecuentes y se presentaron en menos del 10% al 20%.

Conclusiones La fiebre y la tos son los síntomas más comunes en la CYP con COVID-19, siendo infrecuentes otros síntomas. Es necesario realizar más investigaciones sobre los síntomas en muestras de la comunidad para informar sobre los programas pragmáticos de identificación y pruebas para CYP.

Revisión de los estudios, extracción de datos y calidad Un revisor revisó los artículos potencialmente elegibles en base al título y al resumen. La calidad se evaluó mediante los criterios modificados de AMSTARS y dos revisores extrajeron los datos de los estudios incluidos. 

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·      Multisystem Inflammatory Syndrome in Infants <12 months of Age, United States, May 2020–January 2021. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):601-605, July 2021.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), asociado temporalmente al síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), se ha identificado en lactantes <12 meses de edad. Las características clínicas y los datos de seguimiento del MISSMI-C en lactantes no están bien descritos. Nuestro objetivo es describir la evolución clínica, los resultados de laboratorio, la terapéutica y los resultados de los lactantes diagnosticados de MIS-SMI-C.

Métodos: Los lactantes de edad <12 meses con CMI MIS-C fueron identificados mediante informes al sistema nacional de vigilancia de CMI MIS-C de los CDC. Se obtuvieron datos sobre los signos y síntomas clínicos, las complicaciones, el tratamiento, los hallazgos de laboratorio e imagen y las pruebas de diagnóstico del SARS-CoV-2. Se contactó con las jurisdicciones que informaron  notificaron 2 o más bebés para que participaran en la evaluación de los resultados del SMI-C.  MIS-C

Resultados: Se identificaron 85 lactantes con SMI-C y 83 (97,6%) resultaron positivos para la infección por SARS-CoV-2; la edad media fue de 7,7 meses. Los signos y síntomas más frecuentes fueron erupción cutánea (62,4%), diarrea (55,3%) y vómitos (55,3%). Otros hallazgos clínicos fueron hipotensión (21,2%), neumonía (21,2%) y dilatación o aneurisma de la arteria coronaria (13,9%). Las anomalías de laboratorio incluían la elevación de la proteína C reactiva, la ferritina, el dímero d y el fibrinógeno. Veintitrés lactantes tenían datos de seguimiento; 3 de los 14 pacientes que recibieron a los que se realizó un ecocardiograma de seguimiento tenían anomalías cardíacas durante o después de la hospitalización. Nueve lactantes tuvieron marcadores inflamatorios elevados hasta 98 días después del alta. Un lactante (1,2%) falleció tras sufrir un fallo orgánico multisistémico secundario a la CMI.  MIS-C

Conclusiones: Los lactantes parecen tener un curso más leve de CMI MIS-C que los niños mayores con resolución de su enfermedad tras el alta hospitalaria. El cuadro clínico completo de la CIM MIS-C en todo el espectro de edad pediátrica está evolucionando. OK

·      The Electrocardiogram in Multisystem Inflammatory Syndrome in Children: Mind Your Ps and Qs. J Pediatr. 2021. PMID: 33545194 

Since its first description in Wuhan province in December 2019, coronavirus disease 2019, caused by severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2), has disrupted the health and economic welfare of millions of people around the world. Children were initially thought to be spared from severe disease.

 However, in spring 2020, initial reports from Italy and the UK described a new multisystem inflammatory syndrome in children (MIS-C), with features of cardiovascular involvement and Kawasaki syndrome.

Whereas acute cardiovascular involvement is frequent, its causes and long-term sequelae remain active areas of investigation. Potential pathophysiologic mechanisms include dysregulated inflammation, direct viral cardiomyocyte toxicity, and microvascular dysfunction, which in turn may cause not only shock and myocardial dysfunction, but also abnormalities of the cardiac electrical conduction (including bradyarrhythmias, tachyarrhythmias, and electrocardiogram [ECG] changes).

In this volume of The Journal, Regan et al describe a review of ECGs obtained during hospital admission and follow-up of patients with MIS-C.

They found ECG abnormalities during the illness in the majority of patients (n = 42 [67%]). Findings included interval prolongations, decreased amplitude, and T-wave inversion. Most of those abnormalities were seen during hospital admission, improved before hospital discharge, and normalized at outpatient follow-up. All intervals, including PR, QRS, and QTc, were prolonged in patients with MIS-C during hospitalization. Depending upon the interval type (ie, PR, QRS, or QTc), 6%-11% of patients had conduction or repolarization delays for age at time of admission, 7%-17% during hospitalization, 2%-12% at time of discharge, and 2%-3% at the time of follow-up. PR prolongation was the most frequently encountered conduction delay (n = 16 [25%]) and the last one to normalize, with first-degree atrioventricular block (AVB) in 12% of patients at time of discharge (vs 2%-3 % with QRS or QTc prolongation at discharge). The authors also described an abnormal PR:heart rate slope, defined as a paradoxical lengthening of the PR interval at increasing heart rates in patients with a ≥5 bpm difference in heart rate on ≥2 ECGs. This finding supports conduction system involvement, beyond the expected PR prolongation due solely to changes in autonomic states.

Two pediatric series have reported conduction abnormalities in 19%-20% of patients with MIS-C…

Desde su primera descripción en la provincia de Wuhan en diciembre de 2019, la enfermedad por coronavirus 2019, causada por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), ha perturbado la salud y el bienestar económico de millones de personas en todo el mundo. En un principio se pensó que los niños se habían librado de la enfermedad grave.

 Sin embargo, en la primavera de 2020, los primeros informes de Italia y el Reino Unido describieron un nuevo síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), con características de afectación cardiovascular y síndrome de Kawasaki.

Mientras que la afectación cardiovascular aguda es frecuente, sus causas y secuelas a largo plazo siguen siendo áreas activas de investigación. Entre los posibles mecanismos fisiopatológicos se encuentran la inflamación disregulada, la toxicidad viral directa de los cardiomiocitos y la disfunción microvascular, que a su vez pueden causar no sólo shock y disfunción miocárdica, sino también anomalías de la conducción eléctrica cardíaca (incluyendo bradiarritmias, taquiarritmias y cambios en el electrocardiograma [ECG]).

En este volumen de The Journal, Regan et al describen una revisión de los ECG obtenidos durante el ingreso hospitalario y el seguimiento de pacientes con MIS-C.

Encontraron anomalías en el ECG durante la enfermedad en la mayoría de los pacientes (n = 42 [67%]). Los hallazgos incluían prolongaciones de intervalo, amplitud disminuida y ondas T invertidas. La mayoría de estas anomalías se observaron durante el ingreso hospitalario, mejoraron antes del alta hospitalaria y se normalizaron en el seguimiento ambulatorio. Todos los intervalos, incluidos el PR, el QRS y el QTc, se prolongaron en los pacientes con MIS-C durante la hospitalización. Dependiendo del tipo de intervalo (es decir, PR, QRS o QTc), entre el 6% y el 11% de los pacientes presentaban retrasos de conducción o repolarización para la edad en el momento del ingreso, entre el 7% y el 17% durante la hospitalización, entre el 2% y el 12% en el momento del alta y entre el 2% y el 3% en el momento del seguimiento. La prolongación del PR fue el retraso de conducción más frecuente (n = 16 [25%]) y el último en normalizarse, con bloqueo auriculoventricular de primer grado (BAV) en el 12% de los pacientes en el momento del alta (frente al 2%-3% con prolongación del QRS o QTc en el momento del alta). Los autores también describieron una pendiente anormal PR: frecuencia cardíaca, definida como un alargamiento paradójico del intervalo PR al aumentar la frecuencia cardíaca en pacientes con una diferencia de ≥5 lpm en la frecuencia cardíaca en ≥2 ECGs. Este hallazgo apoya la implicación del sistema de conducción, más allá de la esperada prolongación del PR debida únicamente a cambios en los estados autonómicos.

Dos series pediátricas han informado de anomalías de la conducción en el 19%-20% de los pacientes con MIS-C…

Electrocardiographic Changes in Children with Multisystem Inflammation Associated with COVID-19J Pediatr. 2021 Jul;234:27-32.e2. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.12.033Objetivo. Analizar los hallazgos y las tendencias de los electrocardiogramas (ECG) seriados en el síndrome inflamatorio multisistémico infantil (MIS-C) asociado a la enfermedad por coronavirus  tomados  realizados durante el curso de la enfermedad y en el seguimiento.

Diseño del estudio. Se incluyeron todos los niños que se presentaron con SMI-C MIS-C en un único centro y a los que se les realizaron 3 o más ECG durante el curso de su enfermedad. Se midieron los intervalos del ECG (PR, QRSd y QTc) y las amplitudes (ondas R, S y T) en cada ECG y se documentaron las arritmias y los cambios del segmento ST.

Resultados. La mayoría de los niños (n = 42, 67%) mostraron cambios en el ECG. Los hallazgos más comunes fueron las amplitudes bajas del QRS y la inversión transitoria de la onda T. Los cambios en el ST fueron infrecuentes e incluyeron una elevación del segmento ST compatible con pericarditis en 1 niño y una isquemia coronaria aguda en 1 niño. Se observaron arritmias en 13 niños (21%), pero fueron benignas, con la excepción de 1 niño que sufrió una taquicardia auricular que requirió apoyo con oxigenación por membrana extracorpórea. No se encontró ningún niño con bloqueo auriculoventricular de alto grado.

Conclusiones. La CMI MIS-C se asocia a cambios electrocardiográficos a lo largo de la enfermedad, con ECG de baja amplitud en el momento de la presentación, seguidos de inversión transitoria de la onda T, especialmente en las derivaciones precordiales. Hubo una baja prevalencia de cambios en el segmento ST y taquiarritmias. 

·       A Bayesian Model to Predict COVID-19 Severity in Children. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):e287-e293, August 2021.

Antecedentes: Nuestro objetivo es identificar los factores de riesgo que causan la enfermedad crítica en los niños hospitalizados con COVID-19 y construir un modelo predictivo para anticipar la probabilidad de necesitar cuidados críticos.

Métodos: Realizamos un estudio multicéntrico y prospectivo de niños con infección por SARS-CoV-2 en 52 hospitales españoles. El resultado primario fue la necesidad de cuidados críticos. Se utilizó un modelo bayesiano multivariable para estimar la probabilidad de necesitar cuidados críticos.

Resultados: El estudio incluyó a 350 niños desde el 12 de marzo de 2020 hasta el 1 de julio de 2020: 292 (83,4%) y 214 (73,7%) se consideraron con COVID-19 relevante, de los cuales el 24,2% requirió cuidados críticos. Se identificaron cuatro síndromes clínicos principales de gravedad decreciente: síndrome multiinflamatorio (SMI-C) (17,3%), broncopulmonar (51,4%), gastrointestinal (11,6%) y síndrome leve (19,6%). Los principales factores de riesgo fueron la proteína C reactiva y la concentración de creatinina elevadas, la linfopenia, las plaquetas bajas, la anemia, la taquicardia, la edad, la neutrofilia, la leucocitosis y la saturación de oxígeno baja. Estos factores de riesgo aumentaban el riesgo de enfermedad crítica en función del síndrome: cuanto más grave era el síndrome, más riesgo conferían los factores. Basándonos en nuestros hallazgos, desarrollamos una herramienta de predicción de riesgo online ( https://rserver.h12o.es/pediatria/EPICOAPP/ , nombre de usuario: user, contraseña: 0000).

Conclusiones: Los factores de riesgo de COVID-19 grave incluyen la inflamación, la citopenia, la edad, las comorbilidades y la disfunción de órganos. Cuanto más grave es el síndrome, más aumenta el factor de riesgo de enfermedad crítica. El riesgo de enfermedad grave puede predecirse con un modelo bayesiano. 

·      Infectious Diseases Society of America Guidelines on the Diagnosis of COVID-19: Molecular Diagnostic Testing. Clin Infect Dis. 2021 Jan 22;ciab048. doi: 10.1093/cid/ciab048

Antecedentes: Para confirmar el diagnóstico de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) son necesarias pruebas de diagnóstico molecular precisas. La detección directa de los ácidos nucleicos del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) en las muestras del tracto respiratorio sirve de base para la toma de decisiones de los pacientes, las instituciones sanitarias y la salud pública. El número de pruebas de detección de ácidos nucleicos del SARS-CoV-2 disponibles está aumentando rápidamente, al igual que la literatura de diagnóstico del COVID-19. Por lo tanto, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA) reconoció una necesidad significativa de revisiones sistemáticas de la literatura actualizadas con frecuencia para informar sobre la orientación de las mejores prácticas basadas en la evidencia.

Objetivo: El objetivo de la IDSA era desarrollar una guía de diagnóstico basada en la evidencia para ayudar a los médicos, a los laboratoristas analistas clínicos, a los pacientes y a los responsables políticos en las decisiones relacionadas con el uso óptimo de las pruebas de amplificación del ácido nucleico del SARS-CoV-2. Además, proporcionamos un marco conceptual para entender el rendimiento de las pruebas de diagnóstico molecular, discutimos el matiz de la interpretación de los resultados de las pruebas en una variedad de entornos de práctica y destacamos importantes necesidades de investigación no satisfechas en el espacio de las pruebas de diagnóstico de COVID-19.

Métodos: La IDSA convocó a un panel multidisciplinario de médicos de enfermedades infecciosas, microbiólogos clínicos y expertos en la revisión sistemática de la literatura para identificar y priorizar las preguntas clínicas y los resultados relacionados con el uso del diagnóstico molecular del SARS-CoV-2. Se utilizó la metodología de Evaluación, Desarrollo y Valoración de Recomendaciones (GRADE) para evaluar la certeza de la evidencia y hacer recomendaciones de pruebas.

Resultados: El panel acordó 17 recomendaciones de diagnóstico.

Recommendation 1: The IDSA panel recommends a SARS-CoV-2 NAAT in symptomatic individuals in the community suspected of having COVID-19, even when the clinical suspicion for COVID-19 is low (strong recommendation, very low certainty of evidence). • Remarks: o The panel considered symptomatic patients to have at least one of the most common symptoms compatible with COVID-19 (Table 1). o Clinical assessment alone is not accurate in predicting COVID-19 diagnosis. o The panel considered timeliness of SARS-CoV-2 NAAT results essential to impact individual care, healthcare institution, and public health decisions. In the outpatient setting, results within 48 hours of collection is preferable.

Recomendación 1: El panel de la IDSA recomienda la realización de una prueba NAAT para el SARS-CoV-2 en individuos sintomáticos de la comunidad de los que se sospecha que tienen COVID-19, incluso cuando la sospecha clínica de COVID-19 es baja (recomendación fuerte, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: o El panel consideró que los pacientes sintomáticos debían tener al menos uno de los síntomas más comunes compatibles con el COVID-19 (Tabla 1). o La evaluación clínica por sí sola no es precisa para predecir el diagnóstico de COVID-19. o El panel consideró que la puntualidad de los resultados de la prueba NAAT para el SARS-CoV-2 es esencial para influir en la atención individual, la institución sanitaria y las decisiones de salud pública. En el ámbito ambulatorio, es preferible obtener los resultados dentro de las 48 horas siguientes a su obtención.

Recommendation 2: The IDSA panel suggests collecting a nasopharyngeal swab, mid-turbinate swab, anterior nasal swab, saliva or a combined anterior nasal/oropharyngeal swab rather than an oropharyngeal swab alone for SARS-CoV-2 RNA testing in symptomatic individuals suspected of having COVID-19 (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remark: The panel considered symptomatic patients to have at least one of the most common symptoms compatible with COVID-19 (Table 1)

Recomendación 2: El panel de la IDSA sugiere recoger un hisopo nasofaríngeo, un hisopo de los cornetes medios, un hisopo nasal anterior, de saliva o un hisopo combinado nasal anterior/orofaríngeo en lugar de un hisopo orofaríngeo solo para las pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos sintomáticos sospechosos de tener COVID-19 (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observación: El panel consideró que los pacientes sintomáticos tenían al menos uno de los síntomas más comunes compatibles con el COVID-19 (Tabla 1)

Recommendation 3: The IDSA panel suggests that anterior nasal and mid-turbinate (MT) swab specimens may be collected for SARS-CoV-2 RNA testing by either patients or healthcare providers, in symptomatic individuals with upper respiratory tract infection (URTI) or influenza-like illness suspected of having COVID-19 (conditional recommendation, low certainty of evidence).

Remarks: o Appropriate specimen collection and transport to the laboratory is critical. General instructions for swab-based SARS-CoV-2 testing are shown in Table 3. Additional resources are available on the IDSA website. o A clear, step-by-step protocol needs to be presented to patients attempting self-collection. This could be in the form of a short video or printed pamphlet with illustrations. o The majority of self-collection studies were performed in the presence of a healthcare worker. o The available evidence for nasal and MT swabs as alternatives to healthcare personnel collection is based on assessment of symptomatic patients. Data on self-collection in asymptomatic individuals is currently unavailable. o The panel considered symptomatic patients to have at least one of the most common symptoms compatible with COVID-19 (Table 1).

Recomendación 3: El grupo de expertos de la IDSA sugiere que se tomen muestras de hisopos nasales anteriores y de los cornetes medios (MT) para realizar pruebas de ARN del SARS-CoV-2, ya sea por parte de los pacientes o de los proveedores de atención médica, en individuos sintomáticos con infección del tracto respiratorio superior (URTI) o con enfermedad similar a la gripe que se sospeche que tienen COVID-19 (recomendación condicional, certeza de evidencia baja).

Observaciones: o Es fundamental la recogida y el transporte adecuados de las muestras al laboratorio. Las instrucciones generales para las pruebas de SARS-CoV-2 con hisopo se muestran en la Tabla 3. Es necesario presentar un protocolo claro, paso a paso, a los pacientes que intenten la auto-recogida. Esto podría ser en forma de un vídeo corto o un folleto impreso con ilustraciones. o La mayoría de los estudios de autorecogida se realizaron en presencia de un trabajador sanitario. o Las pruebas disponibles para los hisopos nasales y MT como alternativas a la recogida por parte del personal sanitario se basan en la evaluación de pacientes sintomáticos. Actualmente no se dispone de datos sobre la autorecogida en individuos asintomáticos. o El panel consideró que los pacientes sintomáticos tenían al menos uno de los síntomas más comunes compatibles con COVID-19 (Tabla 1).

Recommendation 4: The IDSA panel suggests a strategy of initially obtaining an upper respiratory tract sample (e.g., nasopharyngeal swab) rather than a lower respiratory sample for SARS-CoV-2 RNA testing in hospitalized patients with suspected COVID-19 lower respiratory tract infection. If the initial upper respiratory sample result is negative, and the suspicion for disease remains high, the IDSA panel suggests collecting a lower respiratory tract sample (e.g., sputum, bronchoalveolar lavage fluid, tracheal aspirate) rather than collecting another upper respiratory sample (conditional recommendations, very low certainty of evidence).

Remark: The panel considered timeliness of SARS-CoV-2 NAAT results essential to impact individual care and isolation decisions. In the hospital setting, results within 24 hours of collection is preferable.

Recomendación 4: El grupo de expertos de la IDSA sugiere una estrategia para obtener inicialmente una muestra del tracto respiratorio superior (por ejemplo, un hisopo nasofaríngeo) en lugar de una muestra del tracto respiratorio inferior para analizar el ARN del SARS-CoV-2 en pacientes hospitalizados con sospecha de infección del tracto respiratorio inferior por COVID-19. Si el resultado de la muestra inicial de las vías respiratorias superiores es negativo y la sospecha de enfermedad sigue siendo alta, el panel de la IDSA sugiere recoger una muestra de las vías respiratorias inferiores (por ejemplo, esputo, líquido de lavado broncoalveolar, aspirado traqueal) en lugar de recoger otra muestra de las vías respiratorias superiores (recomendaciones condicionales, certeza de evidencia muy baja).

Observación: El panel consideró que la puntualidad de los resultados de la prueba NAAT del SARS-CoV-2 es esencial para influir en las decisiones de atención y aislamiento individuales. En el ámbito hospitalario, es preferible obtener los resultados dentro de las 24 horas siguientes a su obtención.

Recommendation 5: The IDSA panel suggests performing a single viral RNA test and not repeating testing in symptomatic individuals with a low clinical suspicion of COVID-19 (conditional recommendation, low certainty of evidence).

Remarks: o A low clinical suspicion should be informed by epidemiological information available for the region coupled with clinical judgment. o The panel considered symptomatic patients to have at least one of the most common symptoms compatible with COVID-19 (Table 1).

Recomendación 5: El panel de la IDSA sugiere realizar una única prueba de ARN viral y no repetir las pruebas en individuos sintomáticos con una baja sospecha clínica de COVID-19 (recomendación condicional, baja certeza de evidencia).

Observaciones: o La sospecha clínica baja debe basarse en la información epidemiológica disponible para la región, junto con el juicio clínico. o El panel consideró que los pacientes sintomáticos deben tener al menos uno de los síntomas más comunes compatibles con la COVID-19 (Tabla 1).

Recommendation 6: The IDSA panel suggests repeating viral RNA testing when the initial test is negative (versus performing a single test) in symptomatic individuals with an intermediate or high clinical suspicion of COVID-19 (conditional recommendation, low certainty of evidence).

• Remarks: o Intermediate/high clinical suspicion typically applies to the hospital setting and is based on the severity, numbers and timing of compatible clinical signs/symptoms. o Repeat testing should generally occur 24-48 hours after initial testing and once the initial NAAT result has returned as negative. o Another specimen type, preferably a lower respiratory tract specimen if the patient has signs/symptoms of LRTI, should be considered for repeat testing o The panel considered symptomatic patients to have at least one of the most common symptoms compatible with COVID-19 (Table 1).

Recomendación 6: El panel de la IDSA sugiere repetir las pruebas de ARN viral cuando la prueba inicial es negativa (frente a la realización de una única prueba) en individuos sintomáticos con una sospecha clínica intermedia o alta de COVID-19 (recomendación condicional, certeza de evidencia baja).

– Observaciones: o La sospecha clínica intermedia/alta se aplica típicamente al entorno hospitalario y se basa en la gravedad, el número y el momento de los signos/síntomas clínicos compatibles. o La repetición de la prueba debe producirse generalmente 24-48 horas después de la prueba inicial y una vez que el resultado de la NAAT inicial haya sido negativo. o Debe considerarse la posibilidad de repetir la prueba con otro tipo de muestra, preferiblemente una muestra del tracto respiratorio inferior si el paciente tiene signos/síntomas de LRTI. o El panel consideró que los pacientes sintomáticos debían tener al menos uno de los síntomas más comunes compatibles con COVID-19 (Tabla 1).

Recommendation 7: The IDSA panel suggests using either rapid RT-PCR or standard laboratory-based NAATs over rapid isothermal NAATs in symptomatic individuals suspected of having COVID-19 (conditional recommendation, low certainty of evidence). • Remarks: o Rapid NAAT was defined as assays generating results in approximately one hour or less of instrument run time (inclusive of nucleic acid extraction). o This recommendation only applies to the tests evaluated in the included studies (Table s4f). o Standard laboratory-based NAAT methods evaluated included RT-PCR and transcription mediated amplification (TMA). o Studies of rapid isothermal NAAT primarily used the Abbott ID NOW test o Rapid isothermal NAAT is an acceptable testing option when rapid RT-PCR or standard laboratory-based NAAT is not readily available. o A negative rapid isothermal test result from an individual with a high clinical suspicion for SARS-CoV-2 infection, or anyone in a moderate (10%) or high prevalence (40%) population, should be confirmed by standard NAAT or a rapid RT-PCR test when testing is available and the results will affect patient management.

Recomendación 7: El panel de la IDSA sugiere el uso de la RT-PCR rápida o de las pruebas NAAT estándar basadas en el laboratorio en lugar de las pruebas NAAT rápidas e isotérmicas en individuos sintomáticos sospechosos de tener COVID-19 (recomendación condicional, baja certeza de evidencia).

 Observaciones: o Las pruebas NAAT rápidas se definieron como ensayos que generan resultados en aproximadamente una hora o menos de tiempo de ejecución del instrumento (incluida la extracción del ácido nucleico). o Esta recomendación sólo se aplica a las pruebas evaluadas en los estudios incluidos (Tabla s4f). o Los métodos NAAT estándar basados en el laboratorio evaluados incluyeron la RT-PCR y la amplificación mediada por transcripción (TMA). o Los estudios de NAAT isotérmica rápida utilizaron principalmente la prueba Abbott ID NOW o La NAAT isotérmica rápida es una opción de prueba aceptable cuando no se dispone de RT-PCR rápida o NAAT estándar basada en el laboratorio. o Un resultado negativo de la prueba isotérmica rápida de un individuo con una alta sospecha clínica de infección por SARS-CoV-2, o cualquier persona en una población de prevalencia moderada (10%) o alta (40%), debe confirmarse mediante NAAT estándar o una prueba RT-PCR rápida cuando la prueba esté disponible y los resultados afecten al tratamiento del paciente.

Recommendation 8: The IDSA panel suggests SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals who are either known or suspected to have been exposed to COVID-19 (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remarks: o Known exposure was defined as direct contact with a laboratory confirmed case of COVID-19. Suspected exposure was defined as working or residing in a congregate setting (e.g., long-term care, correctional facility, cruise ship, factory, among others) experiencing a COVID-19 outbreak. o The risk of contracting SARS-CoV-2 may vary under different exposure conditions. o This recommendation assumes the exposed individual was not wearing appropriate PPE. o The decision to test asymptomatic patients will be dependent on the availability of testing resources.

Recomendación 8: El panel de la IDSA sugiere la realización de pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos asintomáticos que se sabe o se sospecha que han estado expuestos al COVID-19 (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: o La exposición conocida se definió como el contacto directo con un caso de COVID-19 confirmado por el laboratorio. La exposición sospechosa se definió como el hecho de trabajar o residir en un entorno de congregación (por ejemplo, atención a largo plazo, centro penitenciario, crucero, fábrica, entre otros) que experimenta un brote de COVID-19. o El riesgo de contraer SARS-CoV-2 puede variar bajo diferentes condiciones de exposición. o Esta recomendación asume que el individuo expuesto no llevaba el EPP adecuado. o La decisión de realizar pruebas a los pacientes asintomáticos dependerá de la disponibilidad de recursos para las pruebas.

Recommendation 9: The IDSA panel suggests against SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals with no known contact with COVID-19 who are being hospitalized in areas with a low prevalence of COVID-19 in the community (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remarks: o Asymptomatic individuals are defined as those with no symptoms or signs of COVID-19. o A low prevalence of COVID-19 in the community was considered communities with a prevalence of <2%. o This recommendation does not apply to immunocompromised individuals. o This recommendation does not apply to individuals undergoing time-sensitive major surgery or aerosol generating procedures.

Recomendación 9: El panel de la IDSA sugiere que no se realicen pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos asintomáticos sin contacto conocido con el COVID-19 que estén siendo hospitalizados en áreas con una baja prevalencia de COVID-19 en la comunidad (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: o Los individuos asintomáticos se definen como aquellos sin síntomas o signos de COVID-19. o Se consideró una baja prevalencia de COVID-19 en la comunidad a las comunidades con una prevalencia de <2%. o Esta recomendación no se aplica a los individuos inmunocomprometidos. o Esta recomendación no se aplica a los individuos que se someten a una cirugía mayor sensible al tiempo o a procedimientos que generan aerosoles.

Recommendation 10: The IDSA panel suggests direct SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals with no known contact with COVID-19 who are being hospitalized in areas with a high prevalence of COVID-19 in the community (i.e., hotspots) (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remarks: Asymptomatic individuals are defined as those with no symptoms or signs of COVID-19. o A high prevalence of COVID-19 in the community was considered communities with a prevalence of ³10%. o The decision to test asymptomatic patients (including when the prevalence is between 2 and 9%) will be dependent on the availability of testing resources.

Recomendación 10: El panel de la IDSA sugiere la realización de pruebas directas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos asintomáticos sin contacto conocido con el COVID-19 que estén siendo hospitalizados en áreas con una alta prevalencia de COVID-19 en la comunidad (es decir, puntos calientes) (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: Los individuos asintomáticos se definen como aquellos que no tienen síntomas o signos de COVID-19. o Se consideró una alta prevalencia de COVID-19 en la comunidad a las comunidades con una prevalencia de ³10%. o La decisión de realizar pruebas a los pacientes asintomáticos (incluso cuando la prevalencia está entre el 2 y el 9%) dependerá de la disponibilidad de recursos para realizar las pruebas.

Recommendation 11: The IDSA panel recommends for SARS-CoV-2 RNA testing in immunocompromised asymptomatic individuals who are being admitted to the hospital regardless of exposure to COVID-19 (strong recommendation, very low certainty of evidence).

Remark: This recommendation defines immunosuppressive procedures as cytotoxic chemotherapy, solid organ or stem cell transplantation, biologic therapy, cellular immunotherapy, or high-dose corticosteroids.

Recomendación 11: El panel de la IDSA recomienda la realización de pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos inmunocomprometidos y asintomáticos que vayan a ser ingresados en el hospital, independientemente de la exposición a COVID-19 (recomendación fuerte, certeza de evidencia muy baja).

Observación: Esta recomendación define los procedimientos inmunosupresores como la quimioterapia citotóxica, el trasplante de órganos sólidos o células madre, la terapia biológica, la inmunoterapia celular o los corticosteroides a dosis altas.

Recommendation 12: The IDSA panel recommends SARS-CoV-2 RNA testing (versus no testing) in asymptomatic individuals before hematopoietic stem cell (HSCT) or solid organ transplantation (SOT) regardless of a known exposure to COVID-19 (strong recommendation, very low certainty of evidence).

Remark: Testing should ideally be performed as close to the planned treatment/procedure as possible (e.g., within 48-72 hours).

Recomendación 12: El panel de la IDSA recomienda la realización de la prueba del ARN del SARS-CoV-2 (frente a la no realización de la prueba) en individuos asintomáticos antes del trasplante de células madre hematopoyéticas (HSCT) o del trasplante de órganos sólidos (SOT), independientemente de una exposición conocida al COVID-19 (recomendación fuerte, certeza de evidencia muy baja).

Observación: Las pruebas deben realizarse idealmente lo más cerca posible del tratamiento/procedimiento planificado (por ejemplo, dentro de las 48-72 horas).

Recommendation 13: The IDSA panel makes no recommendations for or against SARS-CoV-2 RNA testing before initiating immunosuppressive therapy in asymptomatic individuals with cancer (evidence gap).

Remarks: o The decision to pursue testing should be individualized. Factors to consider include the type of cancer, the need for induction versus maintenance immunosuppressivetherapy, the type of immunosuppressive therapy, patient comorbidities and the availability of testing. o This recommendation does not apply to hematopoietic stem cell transplant candidates or recipients.

Recomendación 13: El panel de la IDSA no hace recomendaciones a favor o en contra de la prueba del ARN del SARS-CoV-2 antes de iniciar la terapia inmunosupresora en individuos asintomáticos con cáncer (falta de evidencia).

Observaciones: o La decisión de realizar la prueba debe ser individualizada. Los factores a tener en cuenta son el tipo de cáncer, la necesidad de terapia inmunosupresora de inducción frente a la de mantenimiento, el tipo de terapia inmunosupresora, las comorbilidades del paciente y la disponibilidad de las pruebas. o Esta recomendación no se aplica a los candidatos o receptores de trasplantes de células madre hematopoyéticas.

Recommendation 14: The IDSA panel makes no recommendations for or against SARS-CoV-2 RNA testing before the initiation of immunosuppressive therapy in asymptomatic individuals with autoimmune disease (evidence gap).

Remark: The decision to pursue testing should be individualized. Factors that may affect the decision to test include the type and severity of autoimmune disease, the type of immunosuppressive therapy, the need for induction versus maintenance immunosuppressive therapy, patient comorbidities and the feasibility of testing.

Recomendación 14: El panel de la IDSA no hace recomendaciones a favor o en contra de las pruebas de ARN del SARS-CoV-2 antes de iniciar la terapia inmunosupresora en individuos asintomáticos con enfermedad autoinmune (falta de evidencia).

Observación: La decisión de realizar la prueba debe ser individualizada. Los factores que pueden afectar a la decisión de realizar la prueba son el tipo y la gravedad de la enfermedad autoinmune, el tipo de tratamiento inmunosupresor, la necesidad de un tratamiento inmunosupresor de inducción o de mantenimiento, las comorbilidades del paciente y la viabilidad de la prueba.

Recommendation 15: The IDSA panel suggests SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals (without known exposure to COVID-19) who are undergoing major time-sensitive surgeries (conditional recommendation, very low certainty of evidence). •

Remarks: o The panel defined time-sensitive surgery as medically necessary surgeries that need to be done within three monthso Testing should ideally be performed as close to the planned surgery as possible (e.g., within 48-72 hours). o To limit potential poor outcomes, deferring non-emergent surgeries should be considered for patients testing positive for SARS-CoV-2. o Decisions about PPE use for the aerosol generating portions of these procedures may be dependent on test results when there is limited availability of PPE. However, there is a risk for false negative test results, so caution should be exercised by those who will be in close contact with/exposed to the upper respiratory tract (e.g., anesthesia personnel, ENT procedures).

The decision to test asymptomatic patients will be dependent on the availability of testing resources. o This recommendation does not address the need for repeat testing if patients are required to undergo multiple surgeries over time.

Recomendación 15: El panel de la IDSA sugiere la realización de pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos asintomáticos (sin exposición conocida al COVID-19) que se sometan a cirugías importantes sensibles al tiempo (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja). –

Observaciones: o El panel definió las cirugías sensibles al tiempo como cirugías médicamente necesarias que deben realizarse en un plazo de tres meses. o Las pruebas deberían realizarse idealmente lo más cerca posible de la cirugía planificada (por ejemplo, en un plazo de 48-72 horas). o Para limitar los posibles malos resultados, debería considerarse el aplazamiento de las cirugías no urgentes en el caso de los pacientes con resultados positivos para el SARS-CoV-2. o Las decisiones sobre el uso de EPI para las partes de estos procedimientos que generan aerosoles pueden depender de los resultados de las pruebas cuando hay una disponibilidad limitada de EPI. Sin embargo, existe el riesgo de que los resultados de las pruebas sean falsos negativos, por lo que las personas que estén en estrecho contacto con el tracto respiratorio superior o expuestas a él (por ejemplo, el personal de anestesia, los procedimientos de ORL) deben tener precaución.

La decisión de realizar pruebas a pacientes asintomáticos dependerá de la disponibilidad de recursos para realizarlas. o Esta recomendación no aborda la necesidad de repetir las pruebas si los pacientes deben someterse a múltiples cirugías a lo largo del tiempo.

Recommendation 16: The IDSA panel suggests against SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals without a known exposure to COVID-19 who are undergoing a time-sensitive aerosol generating procedure (e.g., bronchoscopy) when PPE is available (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remarks: o The panel defined time-sensitive procedures as medically necessary procedures that need to be done within three monthso Procedures considered to be aerosol-generating are listed in Table 11.

Recomendación 16: El panel de la IDSA sugiere que no se realicen pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en personas asintomáticas sin una exposición conocida al COVID-19 que se sometan a un procedimiento que genere aerosoles sensibles al tiempo (por ejemplo, una broncoscopia) cuando se disponga de EPI (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: o El panel definió los procedimientos sensibles al tiempo como procedimientos médicamente necesarios que deben realizarse en un plazo de tres meses. o Los procedimientos que se consideran generadores de aerosoles se enumeran en la Tabla 11.

Recommendation 17: The IDSA panel suggests SARS-CoV-2 RNA testing in asymptomatic individuals without a known exposure to COVID-19 who are undergoing a time-sensitive aerosol generating procedure (e.g., bronchoscopy) when PPE is limited, and testing is available (conditional recommendation, very low certainty of evidence).

Remarks: o The panel defined time-sensitive procedures as medically necessary procedures that need to be done within three monthso Testing should be performed as close to the planned procedure as possible (e.g., within 48-72 hours). o Decisions about PPE will be dependent on test results because of limited availability of PPE. However, there is a risk for false negative test results, so caution should be exercised for those who will be in close contact with/exposed to the patient’s airways. o Procedures considered to be aerosol-generating are listed in Table 11.

The decision to test asymptomatic patients will be dependent on the availability of testing resources. o This recommendation does not address the need for repeat testing if patients are required to undergo multiple procedures over time

Recomendación 17: El panel de la IDSA sugiere la realización de pruebas de ARN del SARS-CoV-2 en individuos asintomáticos sin una exposición conocida al COVID-19 que se someten a un procedimiento sensible al tiempo que genera aerosoles (por ejemplo, broncoscopia) cuando el EPP es limitado, y las pruebas están disponibles (recomendación condicional, certeza de evidencia muy baja).

Observaciones: o El panel definió los procedimientos sensibles al tiempo como procedimientos médicamente necesarios que deben realizarse en un plazo de tres meses. o Las pruebas deben realizarse lo más cerca posible del procedimiento planificado (por ejemplo, en un plazo de 48-72 horas). o Las decisiones sobre las EPI dependerán de los resultados de las pruebas debido a la disponibilidad limitada de EPI. Sin embargo, existe el riesgo de que los resultados de las pruebas sean falsos negativos, por lo que se debe tener precaución con las personas que estarán en estrecho contacto con las vías respiratorias del paciente o expuestas a ellas. o Los procedimientos que se consideran generadores de aerosoles se enumeran en la Tabla 11.

La decisión de someter a los pacientes asintomáticos a pruebas dependerá de la disponibilidad de recursos para realizarlas. o Esta recomendación no aborda la necesidad de repetir las pruebas si los pacientes deben someterse a múltiples procedimientos a lo largo del tiempo

Conclusiones: El acceso universal a pruebas precisas de ácido nucleico del SARS-CoV-2 es fundamental para la atención de los pacientes, la prevención de infecciones hospitalarias y la respuesta pública a la pandemia de COVID-19. La información sobre el rendimiento clínico de las pruebas disponibles está surgiendo rápidamente, pero la calidad de la evidencia de la literatura actual se considera de moderada a muy baja. Reconociendo estas limitaciones, el panel de la IDSA sopesó la evidencia diagnóstica disponible y recomienda la realización de pruebas de ácido nucleico para todos los individuos sintomáticos sospechosos de tener COVID-19. Además, se recomiendan las pruebas para las personas asintomáticas con contacto conocido o presunto con un caso de COVID-19. Se sugiere realizar las pruebas a las personas asintomáticas sin exposición conocida cuando los resultados influyan en las decisiones sobre el uso de aislamiento/cuarentena/equipo de protección personal (EPP), dicten la elegibilidad para la cirugía o informen sobre el momento del trasplante de órganos sólidos o células madre hematopoyéticas. En última instancia, la priorización de las pruebas dependerá de los recursos específicos de la institución y de las necesidades de las diferentes poblaciones de pacientes. 

·      Performance of RT-PCR on Saliva Specimens Compared With Nasopharyngeal Swabs for the Detection of SARS-CoV-2 in Children: A Prospective Comparative Clinical Trial.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):e300-e304, August 2021.

Antecedentes: La reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) en saliva es una alternativa atractiva para la detección del síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 en adultos, siendo menos conocida en niños.

Métodos: Los niños con síntomas de enfermedad por coronavirus 2019 se inscribieron prospectivamente en un ensayo clínico comparativo de 1 mes de RT-PCR en saliva y nasofaríngea (NP). Se compararon las tasas de detección y las sensibilidades de la RT-PCR en saliva y PN, así como los resultados discordantes de la RT-PCR en saliva y PN, incluyendo las cargas virales (CV).

Resultados: De los 405 pacientes inscritos, a 397 se les realizaron dos pruebas. La edad media fue de 12,7 años (rango, 1,2-17,9). La sensibilidad de la saliva fue del 85,2% (intervalo de confianza del 95%: 78,2%-92,1%) cuando se utilizó la PN como estándar; la sensibilidad de la PN fue del 94,5% (89,8%-99,2%) cuando se consideró la saliva como estándar. Para un umbral de VL por RT-PCR de NP de ≥10 3 y ≥10 4 copias/mL, la sensibilidad de la saliva aumenta al 88,7% y al 95,2%, respectivamente. La sensibilidad de los hisopos de saliva y PN fue, respectivamente, del 89,5% y 95,3% en los pacientes con síntomas de menos de 4 días ( P = 0,249) y del 70,0% y 95,0% en los que tenían síntomas ≥4-7 días ( P = 0,096). Los 15 pacientes que tuvieron una RT-PCR de PN aislada positiva eran más jóvenes ( P = 0,034), tenían un VL de PN más bajo (mediana de 5,6 × 10 3 frente a 3,9 × 10 7 , P < 0,001) y no podían babear saliva al final de la toma de muestras ( P = 0,002). Las CV fueron menores con la saliva que con la RT-PCR de PN (mediana de 8,7 cp/mL × 10 4 ; rango intercuartil 1,2 × 10 4 -5,2 × 10 5 ; frente a la mediana de 4,0 × 10 7 cp/mL; rango intercuartil, 8,6 × 10 5 -1 × 10 8 ; P < 0,001).

Conclusiones: Aunque la prueba RT-PCR en la saliva tuvo un rendimiento más pobre en los niños más pequeños y probablemente después de una mayor duración de los síntomas, la saliva sigue siendo una alternativa atractiva a los hisopos de PN en los niños. OK

·      Longitudinal Follow-up of Antibody Responses in Pediatric Patients With COVID-19 up to 9 Months After Infection. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):e294-e299, August 2021.

Introducción: Se ha demostrado que la respuesta de anticuerpos desarrollada en las 2-3 semanas posteriores a la exposición al síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) disminuye con el tiempo; sin embargo, hay pocos datos sobre los niveles de anticuerpos a los 6 meses o más después de la infección, especialmente en niños.

Material y método: Se realizó un estudio prospectivo multicéntrico con 315 muestras de 74 casos pediátricos confirmados y 10 probables de enfermedad por coronavirus 2019. Alrededor del 20% de estos casos se clasificaron como asintomáticos, el 74% como leves/moderados y el 6% como graves/críticos. Los pacientes se incluyeron si se disponía de al menos 2 muestras. La respuesta de anticuerpos se clasificó como de período temprano o tardío (14 días-3 meses y después de 6 meses, respectivamente) para la respuesta IgG, mientras que la respuesta IgA se analizó en varios intervalos de tiempo, incluyendo desde 4 días hasta 3 meses. Para la detección de anticuerpos se utilizaron los kits Euroimmun Anti-SARS-CoV-2 IgG e IgA y Genscript SARS-CoV-2 Surrogate Virus Neutralization Kits.

Resultados: No hubo diferencias entre la positividad de IgG del período temprano y del período tardío ( P = 0,1). Sin embargo, la mediana de los niveles de IgG fue de 11,98 en los períodos tempranos y de 4,05 en los tardíos, con una significación de P < 0,001. Aunque el descenso de los niveles de IgG fue significativo en los casos asintomáticos y leves/moderados ( P < 0,008 y P < 0,001, respectivamente), el descenso en los casos graves/críticos fue moderado ( P = 0,285). La sensibilidad de la IgG a los 15 días fue superior al 94%, y la de la IgA fue del 88% a los 8-15 días.

Conclusión: Los niveles de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 disminuyeron después de 6 meses. La disminución fue moderada en los casos graves/críticos. En general, el 95,8% de los pacientes siguió siendo positivo hasta 9 meses después de la infección. Aunque la respuesta IgA puede ser útil al principio, la respuesta IgG es útil después de 14 días. 

·      Seroprevalence of SARS-CoV-2 antibodies in children: a prospective multicentre cohort study Archives of Disease in Childhood 2021;106:680-686.

Antecedentes: Los estudios basados en pruebas moleculares de hisopos orales/nasales subestiman la infección por SARS-CoV-2 debido a problemas con la sensibilidad de la prueba, el momento de la prueba y el sesgo de selección. El objetivo de este estudio era informar de la presencia de anticuerpos contra el SRAS-CoV-2, consistentes con una infección previa.

Diseño: Este estudio de cohorte observacional multicéntrico, realizado entre el 16 de abril y el 3 de julio de 2020 en 5 centros del Reino Unido, reclutó a hijos de trabajadores sanitarios, de entre 2 y 15 años. Los participantes proporcionaron muestras de sangre para las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y se recopilaron datos sobre los contactos y los síntomas de malestar.

Resultados: Se inscribieron 1007 participantes y se incluyeron 992 en el análisis final. La edad media de los participantes era de 10-1 años. Hubo 68 (6,9%) participantes con pruebas de anticuerpos del SRAS-CoV-2 positivas que indicaban una infección previa por el SRAS-CoV-2. De ellos, 34/68 (50%) no informaron de ningún síntoma antes de las pruebas. La presencia de anticuerpos y el título medio de anticuerpos no estaban influidos por la edad. Tras el análisis multivariable se identificaron cuatro variables independientes que se asociaron significativamente con la seropositividad al SRAS-CoV-2: contacto familiar infectado conocido OR=10,9 (IC del 95%: 6,1 a 19,6); fatiga OR=16,8 (IC del 95%: 5,5 a 51,9); síntomas gastrointestinales OR=6,6 (IC del 95%: 3,0 a 13,8); y cambios en el sentido del olfato o del gusto OR=10,0 (IC del 95%: 2,4 a 11,4).

Discusión: Los niños demostraron títulos de anticuerpos similares en respuesta al SARS-CoV-2 independientemente de la edad. La fatiga, los síntomas gastrointestinales y los cambios en el sentido del olfato o del gusto fueron los síntomas más fuertemente asociados con la positividad de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2. 

·      Role of children in household transmission of COVID-19Archives of Disease in Childhood 2021;106:709-711.

Objetivo: La transmisibilidad de COVID-19 por los niños en el hogar no está clara. En este caso, describimos el papel de los niños en la transmisión doméstica de COVID-19.

Diseño y entorno: Se revisaron todos los casos índice pediátricos de COVID-19 y los miembros de su hogar notificados del 20 de enero al 6 de abril de 2020 en Corea del Sur. Se calculó la tasa de ataque secundario (SAR) del caso índice infantil al caso secundario doméstico. Se evaluaron los hallazgos epidemiológicos y clínicos de la pareja de casos índice infantiles y casos secundarios domésticos.

Resultados: Se identificaron un total de 107 casos pediátricos índice de COVID-19 y 248 de los miembros de su hogar. Se identificó una pareja de caso pediátrico índice-caso secundario del hogar, lo que supuso una RAS del hogar del 0,5% (IC del 95%: 0,0% a 2,6%). El caso índice se autocuidó en casa después de un viaje internacional, permaneció en su habitación, pero compartió mesa con el caso secundario.

Conclusión: La RAS de los niños a los miembros del hogar fue baja en el contexto del distanciamiento social, lo que subraya la importancia de un rastreo riguroso de los contactos y del aislamiento temprano para limitar la transmisión dentro de los hogares. 

·      The Indirect Impact of the SARS-CoV-2 Pandemic on Invasive Group a StreptococcusStreptococcus Pneumoniae and Staphylococcus Aureus Infections in Houston Area Children.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(8):e313-e316, August 2021.

Se ha adoptado el enmascaramiento y el distanciamiento social para mitigar la pandemia del síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2. Se evaluó el impacto indirecto de las estrategias de prevención del síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 sobre el Staphylococcus aureus invasivo, el Streptococcus pneumoniae (neumococo) y el estreptococo del grupo A en los niños del área de Houston. Se observó una disminución de la enfermedad neumocócica invasiva y del estreptococo del grupo A invasivo asociada temporalmente al distanciamiento social/enmascaramiento/cierre de escuelas. 

·      Evaluation of the safety profile of COVID-19 vaccines: a rapid reviewBMC Med. 2021. PMID: 34315454

Antecedentes. El rápido proceso de investigación y desarrollo y la falta de tiempo de seguimiento tras la vacunación despertaron una gran preocupación pública sobre el perfil de seguridad de las vacunas candidatas COVID-19. Proporcionar una visión general del perfil de seguridad de las vacunas COVID-19 utilizando la técnica del meta-análisis.

Métodos. Se buscaron artículos en inglés y resultados publicados en PubMed, Embase, Web of Science, PMC, sitios web oficiales de regulación y datos de vigilancia de seguridad posteriores a la autorización hasta el 12 de junio de 2021. Se incluyeron las publicaciones que divulgaban datos de seguridad de las vacunas candidatas COVID-19 en humanos. Se realizó un meta-análisis de proporciones para estimar la incidencia conjunta y la razón de tasas (RR) conjunta de los resultados de seguridad de las vacunas COVID-19 utilizando diferentes plataformas.

Resultados. Se incluyeron un total de 87 publicaciones con datos de seguridad de ensayos clínicos y estudios posteriores a la autorización de 19 vacunas COVID-19 en 6 plataformas diferentes. Las tasas agrupadas de reacciones locales y sistémicas fueron significativamente menores entre las vacunas inactivadas (23,7%, 21,0%), las vacunas de subunidades proteicas (33,0%, 22,3%) y las vacunas de ADN (39,5%, 29,3%), en comparación con las vacunas de ARN (89,4%, 83,3%), las vacunas de vectores no replicantes (55,9%, 66,3%) y las vacunas de partículas similares a virus (100,0%, 78,9%). El dolor solicitado en el lugar de la inyección fue la reacción local más común, y la fatiga y el dolor de cabeza fueron las reacciones sistémicas más comunes. La frecuencia de acontecimientos adversos graves relacionados con la vacuna fue baja (< 0,1%) y equilibrada entre los grupos de tratamiento. Las plataformas de las vacunas y los grupos de edad de los receptores de las mismas explicaron gran parte de la heterogeneidad de los perfiles de seguridad entre las vacunas COVID-19. Las tasas de notificación de acontecimientos adversos de los estudios observacionales posteriores a la autorización fueron similares a los resultados de los ensayos clínicos. Las tasas brutas de notificación de acontecimientos adversos de la supervisión de la seguridad posterior a la autorización (vigilancia pasiva) fueron inferiores a las de los ensayos clínicos y variaron entre los países.

Conclusiones. Las pruebas disponibles indican que las vacunas COVID-19 elegibles tienen un perfil de seguridad aceptable a corto plazo. Se recomienda encarecidamente la realización de estudios adicionales y la vigilancia a largo plazo a nivel de la población para definir mejor el perfil de seguridad de las vacunas COVID-19. 

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL

·      Interim public health considerations for COVID-19 vaccination of adolescents in the EU/EEAEuropean Centre for Disease Prevention and Control. Interim public health considerations for COVID-19 vaccination of adolescents in the EU/EEA. 1 June 2021. Stockholm: ECDC; 2021.

o La vacunación de los adolescentes contra la COVID-19 debe considerarse en el contexto más amplio de la estrategia de vacunación contra la COVID-19 para toda la población, incluidos sus objetivos generales, el estado de aplicación y sus prioridades.

o La vacunación de los adolescentes con alto riesgo de padecer COVID-19 grave debe considerarse prioritaria, al igual que la de otros grupos de edad.

o Los beneficios directos generales de la vacunación de los adolescentes dependerán principalmente de la incidencia de la infección por el SRAS-CoV-2 y de la prevalencia de las afecciones subyacentes que aumentan el riesgo de COVID-19 grave en este grupo de edad.

o Se espera que los beneficios directos individuales de la vacunación contra el COVID-19 en los adolescentes sean limitados en comparación con los grupos de mayor edad.

o El beneficio global para la población general de la vacunación de los adolescentes será proporcional a la transmisión del SARS-CoV-2 dentro y desde este grupo de edad.

o Teniendo en cuenta la reducida relación beneficio-riesgo individual que se prevé obtener de la vacunación contra el COVID-19 en los adolescentes en comparación con los grupos de mayor edad, antes de dirigirse a este grupo de edad se debe considerar cuidadosamente la situación epidemiológica y la aceptación de la vacuna en los grupos de mayor edad.

o Es importante seguir vigilando la propagación de las variantes preocupantes entre los individuos más jóvenes y seguir evaluando la carga real de COVID-19 en los grupos de edad más jóvenes también en relación con las secuelas de COVID-19 (por ejemplo, la “COVID larga”).

o Las cuestiones de equidad relativas a la disponibilidad y el acceso a la vacuna deben considerarse cuidadosamente cuando se decida la ampliación de la vacunación contra la COVID-19 a los grupos con menor riesgo individual de enfermedad grave. 

·      COVID-19 Vaccine Safety in Adolescents Aged 12–17 Years — United States, December 14, 2020–July 16, 2021MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2021;70:1053-1058. DOI: http://dx.doi.org/10.15585/mmwr.mm7031e1

¿Qué se sabe ya sobre este tema?

En los ensayos previos a la autorización de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech, los adolescentes de 12 a 17 años notificaron reacciones locales y sistémicas leves y moderadas. Se ha observado miocarditis tras la vacunación con vacunas de ARNm en el seguimiento posterior a la autorización.

¿Qué añade este informe?

Las reacciones locales y sistémicas después de la vacunación con la vacuna de Pfizer-BioNTech fueron notificadas con frecuencia por adolescentes de 12 a 17 años a los sistemas de vigilancia de la seguridad de las vacunas de EE.UU., especialmente después de la dosis 2. Una pequeña proporción de estas reacciones son compatibles con la miocarditis.

¿Cuáles son las implicaciones para la práctica de la salud pública?

Las reacciones locales y sistémicas leves son comunes entre los adolescentes después de la vacuna de Pfizer-BioNTech, y los eventos adversos graves son raros. El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización realizó una evaluación de riesgos y beneficios y sigue recomendando la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech para todas las personas de ≥12 años. 

·       Safety and Antibody Kinetics of COVID-19 Convalescent Plasma for the Treatment of Moderate to Severe Cases of SARS-CoV-2 Infection in Pediatric Patients. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(7):606-611, July 2021.

Se han evaluado las terapias contra el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus-2 (SARS-CoV-2) y su infección respiratoria mortal coronavirus disease 2019 (COVID-19), incluyendo el plasma convaleciente de COVID-19 (CCP). Existen múltiples informes amplios sobre el tratamiento con CCP en adultos. Los datos pediátricos sobre la seguridad y eficacia del CCP son limitados.

Métodos: Ensayo abierto y prospectivo de un solo centro que analiza la seguridad, la cinética de los anticuerpos y los resultados del tratamiento con CCP (10 mL/kg, máximo 1 unidad) para COVID-19 en pacientes pediátricos hospitalizados con enfermedad moderada a grave o con alto riesgo de enfermedad grave.

Resultados: Se inscribieron trece pacientes. No se produjeron acontecimientos adversos relacionados con la infusión. No se observaron efectos adversos hematológicos o metabólicos durante la hospitalización ni a las 3 semanas. Diez pacientes presentaron una mejora clínica al séptimo día (escala de gravedad ordinal de ocho categorías de la OMS para COVID-19). Tras la PCC, la IgG antinucleocápside del SARS-CoV-2 aumentó significativamente a las 24 horas y los niveles altos se mantuvieron a los 7 y 21 días. Se observó una respuesta transitoria de IgM. Doce pacientes (92,3%) fueron dados de alta a casa, 9 (75%) al séptimo día después de la PCC. Uno permaneció con soporte ventilatorio invasivo 42 días después de la PCC y fue finalmente dado de alta a un centro de cuidados intermedios. Se confirmó retrospectivamente que el único paciente fallecido había tenido muerte cerebral antes de la PCC.

Conclusiones: La PCC fue bien tolerada en los pacientes pediátricos, dio lugar a un rápido aumento de anticuerpos y no pareció interferir con las respuestas inmunitarias medidas a los 21 días. Se necesitan más datos pediátricos para establecer la eficacia de la PCC, pero nuestros datos sugieren un beneficio en la COVID-19 de moderada a grave cuando se utiliza de forma temprana. Pueden añadirse otras intervenciones inmunológicas o antivirales según los datos que vayan surgiendo. Igual no, que hay mucho. Como veas… a mí me gusta

·       COVID-19: children on the front line. Archives of Disease in Childhood 2021;106:e28.

El cobro de los servicios del NHS a las personas con estatus migratorio incierto se introdujo como parte del “entorno hostil” de Theresa May. El impago de las facturas puede dar lugar a que se denuncie al Ministerio del Interior y se utilice como motivo para no conceder el estatus de asentado. Este sistema sigue vigente durante la pandemia de COVID-19, desalentando activamente la búsqueda de asistencia sanitaria mediante la amenaza de la aplicación de la ley de inmigración. De las aproximadamente 618.000 personas que viven en el Reino Unido pero no tienen la documentación necesaria para demostrar un estatus migratorio regular, se calcula que 144.000 son niños1 , y la mitad han nacido aquí. La legislación sobre el cobro introducida por el gobierno con el espurio pretexto de atacar el “turismo sanitario” representó una desviación sin precedentes de los principios fundadores del NHS y, entre otros efectos adversos, tiene un impacto negativo en la salud infantil2.

A escala mundial, el número de personas desplazadas por la fuerza de sus hogares a causa de los conflictos, la persecución, los desastres naturales y la hambruna alcanzó los 68,5 millones a finales de 2017 y sigue aumentando. Los niños constituyen más de la mitad de los refugiados del mundo y, al igual que otros solicitantes de asilo y migrantes indocumentados, están expuestos a múltiples factores de riesgo de mala salud física y mental a lo largo de su experiencia migratoria.3 Las normas de cobro del NHS socavan los compromisos declarados del gobierno con la salud infantil, así como las obligaciones con los niños en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (artículo 24). En él se establece que los gobiernos reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud y, además, que se esforzarán por garantizar que ningún niño se vea privado de su derecho de acceso a dichos servicios sanitarios. El cobro también contradice las recomendaciones señaladas en el Pacto Mundial para la Migración de la ONU, firmado por el Reino Unido en 2018.2 

·       Double-edged sword of limiting healthcare provision for children in times of COVID-19: the hidden price we pay. Archives of Disease in Childhood 2021;106:e29.

En la primera semana del cierre del Reino Unido, un niño de 2 años fue remitido para ser evaluado por una enfermedad inflamatoria intestinal (EII) de inicio muy temprano en el Departamento de Gastroenterología Pediátrica de un hospital de atención terciaria del Reino Unido. Al mismo tiempo, preparándose para la pandemia de COVID-19, el NHS estaba en proceso de dirigirse hacia una vía de provisión de atención sanitaria nacional de “sólo tratamientos esenciales”. Para optimizar la capacidad en previsión de la esperada ola de emergencias de Sars-Cov-2, se pidió a los médicos que pospusieran todas las actividades clínicas no urgentes, incluidas las visitas ambulatorias presenciales, los procedimientos de diagnóstico y las terapias hospitalarias.

Esta estrategia se ha convertido rápidamente en una realidad: sólo en la primera semana de abril de 2020, dos niños de nuestra institución han recibido el diagnóstico clínico/presuntivo de la enfermedad de Crohn y, posteriormente, han comenzado el tratamiento sin la certeza diagnóstica de la endoscopia o la resonancia magnética.

El niño de 2 años fue discutido en una reunión virtual del equipo multidisciplinar, donde -como excepción- se tomó la decisión de incluir al niño en la lista de endoscopia gastrointestinal diagnóstica de la única lista de urgencias pediátricas. Sorprendentemente, la esofagogastroduodenoscopia y la colonoscopia revelaron un único pólipo rectal juvenil que fue extirpado endoscópicamente. El resto del procedimiento fue normal y el niño fue dado de alta sin más tratamiento médico.

¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos instado a incluir al niño en una de las pocas listas de emergencia? Un “diagnóstico clínico” erróneo de EII habría conllevado importantes secuelas, incluida la inmunosupresión farmacológica con los posibles efectos secundarios y el sangrado continuado del pólipo aún no diagnosticado. 

·         Children Witnessing Domestic and Family Violence: A Widespread Occurrence during the Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Pandemic. J Pediatr2021 Aug;235:305-306.e2.doi: 10.1016/j.jpeds.2021.04.071.  

En todo el mundo, los niños y adolescentes están expuestos diariamente a niveles tóxicos de comportamientos violentos, incluida la violencia doméstica y familiar. La violencia ha penetrado cada vez más y ha afectado profundamente a la vida de los niños, que son los miembros más vulnerables de la sociedad.  

Las sociedades pediátricas de Europa y América del Norte han manifestado una gran preocupación por el efecto que las experiencias abusivas tendrán en las generaciones presentes y futuras.  

La propagación mundial de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) durante el año pasado ha empeorado drásticamente la situación, contribuyendo a un nuevo aumento de la violencia y la agresión en los hogares. Los informes sobre el abuso doméstico y la violencia familiar han aumentado en todo el mundo con el aislamiento social y las medidas de cuarentena, y los sistemas nacionales de salud y atención social en todo el mundo se han enfrentado a graves desafíos planteados por las crecientes tasas de abuso doméstico y familiar.  

Los niños suelen ser las principales víctimas de la violencia familiar; sin embargo, los niños que viven en hogares en los que se producen malos tratos por parte de la pareja se describen como víctimas secundarias.  

Los menores son cada vez más testigos de diversas formas de maltrato doméstico emocional y físico sin precedentes, que a menudo desembocan en el feminicidio, y están expuestos a los efectos emocionales, conductuales, físicos, sociales y cognitivos. 

Actualidad bibliográfica junio 2021

Top Ten

Desde principios del siglo XX, sólo se sabía que las especies de Bartonella causaban enfermedades humanas derivadas de influencias geográficas (bartonelosis) o ambientales muy restringidas (“fiebre de las trincheras”). En los años 90, y de forma paralela, la enfermedad por arañazo de gato y la angiomatosis bacilar se vincularon definitivamente a las especies de Bartonella. Posteriormente, el uso generalizado de métodos de diagnóstico modernos reveló el amplio nicho ecológico de este organismo y amplió enormemente nuestros conocimientos sobre la epidemiología y las presentaciones clínicas asociadas a este género. Se ha identificado un gran número de reservorios y vectores implicados en la propagación y transmisión de Bartonella al ser humano; los gatos y varios artrópodos siguen siendo los más estudiados hasta la fecha. Aunque no se entiende del todo, parece que las interacciones inmunomoduladas específicas entre las especies infectantes y los factores relacionados con el huésped desempeñan un papel importante en la amplitud observada de los síndromes clínicos humanos asociados a las Bartonellas, las grandes diferencias en las características inmunopatológicas de las muestras de tejido entre los distintos síndromes y, potencialmente, las variadas respuestas a la terapia antimicrobiana. Además, el tratamiento clínico de la enfermedad por arañazo de gato, en particular, es bastante variable entre los médicos, lo que refleja una base de evidencia pobre. No se han desarrollado medidas preventivas más allá de las sugerencias de evitar comportamientos de riesgo con vectores conocidos.

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La infección neonatal por el virus del herpes simple (VHS) conlleva una importante morbilidad y mortalidad. A diferencia de la exposición perinatal, no existen directrices claras para el tratamiento de la exposición postnatal al VHS. Esta revisión se centra en el riesgo de infección por VHS tras la exposición postnatal y sugiere un enfoque para el tratamiento. Aunque muchos lactantes están protegidos por los anticuerpos maternos anti-VHS transferidos por vía transplacentaria, los lactantes de madres seronegativas con una exposición postnatal significativa al VHS pueden estar en riesgo de padecer una enfermedad grave. En los recién nacidos expuestos postnatalmente, incluso si son asintomáticos, debe considerarse la evaluación individual del riesgo, las investigaciones apropiadas y el tratamiento empírico con aciclovir. En todos los casos, está indicado un estrecho seguimiento clínico, así como la educación de las familias sobre los síntomas de la enfermedad neonatal por VHS. Por último, deben considerarse medidas para reducir el riesgo de infección postnatal por VHS, como disuadir a las personas, especialmente a las que tienen antecedentes de herpes labial recurrente, de besar a los recién nacidos.

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Hasta el 10% de los pacientes hospitalizados tienen una etiqueta de alergia a los antibióticos en su expediente médico, con mayor frecuencia en relación con las penicilinas. Sin embargo, la gran mayoría de las alergias a los antibióticos notificadas no representan una “verdadera” alergia, sino que se deben a una intolerancia al fármaco, a reacciones idiosincrásicas o a síntomas de la enfermedad infecciosa concurrente. Dado que las etiquetas de alergia a los antibióticos dan lugar a la desviación de la terapia antimicrobiana de primera elección, abordar el problema del etiquetado incorrecto de la alergia a los antibióticos, ya a una edad temprana, es un elemento central de la administración de antibióticos. En este artículo, describimos el enfoque estructurado del paciente con una presunta alergia a los antibióticos, haciendo hincapié en los elementos clave de la anamnesis específica de la alergia y el riesgo limitado de reacciones alérgicas cruzadas entre las subclases de betalactámicos.

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El periodo neonatal y la primera infancia son épocas de mayor vulnerabilidad a las infecciones. El sistema inmunitario de los lactantes experimenta rápidos cambios y hay una serie de factores que pueden influir en la maduración y la función del sistema inmunitario de los primeros años de vida, entre los que se encuentran las infecciones y la inmunidad maternas. Los lactantes expuestos al VIH, pero no infectados, muestran importantes alteraciones inmunitarias, que probablemente estén relacionadas con el aumento de la morbilidad y la mortalidad observado en estos lactantes. Los anticuerpos de origen materno son cruciales en los primeros años de vida para proteger a los lactantes de las infecciones durante la época en que su propio sistema inmunitario está adquiriendo mayor experiencia y madurez. Sin embargo, los anticuerpos maternos también pueden interferir con las respuestas de los anticuerpos propios del lactante a la vacunación primaria. Los bebés prematuros son especialmente vulnerables a la infección, ya que no han tenido la oportunidad de beneficiarse de la transferencia transplacentaria de anticuerpos maternos al final del embarazo. Además, se han observado otras diferencias en el sistema inmunitario innato y adaptativo entre los bebés prematuros y los nacidos a término. Aquí nos centramos en las influencias maternas sobre el sistema inmunitario del lactante, utilizando el VIH y la vacunación materna como ejemplos y terminamos considerando cómo la prematuridad afecta a las respuestas inmunitarias del lactante a la vacunación.

Casos clínicos

Estimado Editor: la infección del tracto urinario (ITU) cons­tituye una de las infecciones bacterianas más frecuentes en pediatría. Las ITUs de vías altas engloban diferentes entidades como pielonefritis aguda (PNA), nefronía lobar aguda, absce­so renal o pionefrosis [1]. El diagnóstico diferencial de estas entidades con diferente manejo es muy importante. Presenta­mos un niño de 8 años sin antecedentes de interés que acude a urgencias pediátricas por fiebre, vómitos y dolor abdominal de 24 horas de evolución. En la exploración destaca dolor en hemiabdomen derecho sin peritonismo. Entre las pruebas com­plementarias se realiza sistemático de orina normal, analítica sanguínea con leucocitosis y neutrofilia (22.730/mm3, 85%), PCR 92.7 mg/l, PCT 19.72 ng/ml, hemocultivo y urocultivo ne­gativos y ecografía abdominal normal. Persiste febril y…

Varón de 12 años que acude a consulta de Atención Primaria refiriendo desde hace dos meses, coincidiendo con el confinamiento derivado de la pandemia por COVID-19, deposiciones líquidas, en número de 3-4 al día, amarillentas, sin productos patológicos; refiere dolor leve intermitente previo a la emisión, sin náuseas, vómitos ni fiebre acompañante.

Kingella kingae es la principal causa de infecciones osteoarticulares entre los 6 y los 48 meses, una causa bien conocida de bacteriemia y endocarditis pediátricas y se ha asociado raramente a la meningitis. Presentamos un caso de un niño sano de 10 años con meningitis por Kingella kingae que se presentó con una historia de cefalea intensa, vómitos y postración.

Un niño de 8 años se presentó con fatiga, debilidad y alteración del estado mental que requirió intubación. La resonancia magnética (RM) cerebral con contraste reveló un realce perivascular multifocal en la sustancia blanca yuxtacortical supratentorial (figura 1A) y un realce leptomeníngeo cerebeloso difuso (figura 1B), sugestivo de vasculitis del sistema nervioso central (SNC) frente a infección o encefalomielitis aguda diseminada (EDA). La evaluación de la encefalitis infecciosa y autoinmune no fue significativa. Se inició la administración de metilprednisolona (20 mg/kg/día) para la presunta ADEM. La biopsia cerebral, obtenida debido al continuo deterioro del estado mental, reveló una meningoencefalitis extensa (figura 2A …

Un niño de 12 años diagnosticado de leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras desarrolló tos y coriza el día 8 de la inducción. El hisopo faríngeo posterior reveló una infección por el virus respiratorio sincitial. Se mantuvo bien y se procedió a la punción lumbar prevista y a la administración de metotrexato intratecal bajo anestesia general. Presentó una aparición súbita de dolor torácico y lumbar intenso que se irradiaba al cuello con rigidez nucal asociada. Su tos había persistido y de forma intermitente …

Para profundizar

Las especies de Ureaplasma son cada vez más reconocidas como patógenos relevantes en la morbilidad prenatal, perinatal y postnatal. Suelen encontrarse como comensales en las membranas mucosas del tracto urogenital inferior de las mujeres embarazadas, pero cuando ascienden, pueden causar vaginosis bacteriana, corioamnionitis, partos prematuros y morbilidades postnatales como la displasia broncopulmonar, y sepsis neonatal de inicio temprano y meningitis. La detección de las especies de Ureaplasma es un reto y no está cubierta por los diagnósticos de rutina, y el tratamiento antibiótico empírico actual en neonatos con sospecha de infección no está dirigido contra las especies de Ureaplasma. El objetivo de esta revisión es discutir la fisiopatología de las infecciones por Ureaplasma, las consecuencias clínicas y las dificultades actuales en el diagnóstico y el tratamiento, proporcionando una visión general de la literatura actual.

La enfermedad de Lyme es una enfermedad multisistémica causada por la infección por Borrelia burgdorferi y presenta manifestaciones bien definidas, que aparecen en una fase temprana o tardía. Una terapia antibiótica adecuada suele conducir a un resultado favorable. Sin embargo, algunos pacientes informan de la persistencia de síntomas inespecíficos, como fatiga, mialgia, artralgia o disfunción cognitiva, meses o años después del tratamiento adecuado. Su mecanismo fisiopatológico subyacente no está claro. Sin embargo, no hay pruebas de la persistencia microbiológica en estos casos y los intentos de resolver los síntomas mediante un tratamiento antibiótico repetido o prolongado no han tenido un éxito convincente, sino que más bien pueden ser perjudiciales. Para acotar la controvertida entidad del síndrome de la enfermedad de Lyme post-tratamiento (PTLDS) y evitar el sobrediagnóstico y el sobre-tratamiento, se han propuesto definiciones de casos, reconociendo el PTLDS como un complejo de síntomas subjetivos e inespecíficos, que no son causados por una infección en curso ni por ninguna otra enfermedad identificable. El SDPT es principalmente un diagnóstico de exclusión y requiere una evaluación cuidadosa del diagnóstico diferencial, seguida de un asesoramiento sobre el tratamiento óptimo a la luz de las opciones terapéuticas específicas que faltan.

Introducción. La tuberculosis (TB) continúa siendo un reto en la edad pediátrica. Las dificultades en su diagnóstico y la escasa experiencia en su tratamiento en la infancia y adolescencia son algunas de las razones para considerar la necesidad de centros especializados en tuberculosis pediátrica y priorizar a la población pediátrica en los programas de control de tuberculosis, especialmente en países de baja incidencia. Descripción de casos de tuberculosis pediátrica tratados en un centro ambulatorio especializado en TB.

Pacientes y métodos. Análisis retrospectivo de datos epidemiológicos y clínicos de casos de TB en pacientes menores de 18 años en el período de enero de 2007 a junio de 2017.

Resultados. Se identificaron 46 casos de TB, con una edad media de 5 años (RIC: 1,75-13,25). Treinta casos (65,2%) se identificaron en contexto de cribado por exposición conocida a la TB. En 36 pacientes (78%), la duración mediana de los síntomas fue de 2 semanas, y los síntomas más frecuentes fueron tos (54%) y fiebre (48%). La radiografía de tórax fue anormal en el 73,9% de los pacientes, y se realizó TC en el 82,2%, cuyos hallazgos proporcionaron claves importantes para la decisión de tratar en el 85,3%. A pesar de recogerse distintas muestras microbiológicas, solo se confirmó el diagnóstico en 12 casos (26,1%). Las pruebas de cultivo y/o de amplificación de ácidos nucleicos fueron positivas en el 33,3% de las muestras de esputo, el 28,1% de las de lavado broncoalveolar y el 12,9% de las de aspirado gástrico. La TB pulmonar fue el diagnóstico más frecuente (n=31), seguida de la TB pleural (n=6), la linfadenitis tuberculosa (n=3), la uveítis (n=2), la TB ósea, la TB diseminada, la TB cerebelar y el eritema nudoso (cada uno, n=1).

Conclusiones. La TB en la edad pediátrica es un marcador epidemiológico de transmisión reciente de Mycobacterium tuberculosis en la comunidad. Debe hacerse todo lo posible para recoger muestras microbiológicas antes de iniciar el tratamiento. Un equipo pediátrico especializado permite la realización de un diagnóstico preciso incluso en ausencia de confirmación microbiológica.

En conclusión, nuestros resultados sugieren el uso de la calprotectina como como biomarcador de la diarrea crónica de etiología bacteriana en pacientes pediátricos. Sin embargo, el valor discriminatorio de la calprotectina puede verse en otras situaciones como la hematoquecia, la enfermedad intestinal inflamatoria, la enfermedad celíaca o la inclusión de niños menores de 1 año de edad. Por lo tanto, sus valores deben interpretarse junto con los síntomas clínicos y otras pruebas de laboratorio.

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Antecedentes: La gravedad de las enfermedades respiratorias víricas puede aumentar con la coinfección bacteriana y puede variar según el sexo, pero se desconoce la influencia de la coinfección y el sexo en las especies de coronavirus (CoV) endémicas humanas, que generalmente causan enfermedades respiratorias de leves a moderadas. Se evaluó la codetección de CoV y neumococo por sexo en la neumonía infantil.

Métodos: En el estudio Pneumonia Etiology Research for Child Health 2011-2014, se recogieron hisopos nasofaríngeos y orofaríngeos (NP/OP) y otras muestras de 3981 niños <5 años hospitalizados con neumonía grave o muy grave en 7 países. Se evaluó la gravedad según el estado de detección en NP/OP del CoV (NL63, 229E, OC43 o HKU1) y del neumococo de alta densidad (≥6,9 log 10 copias/mL) por reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, según el sexo, utilizando una regresión logística ajustada por edad y lugar.

Resultados: Hubo 43 (1,1%) casos de CoV+/HDSpn+, 247 de CoV+/HDSpn-, 449 de CoV-/HDSpn+ y 3149 de CoV-/HDSpn-, sin diferencias significativas en la frecuencia de codetección por sexo (rango 51,2%-64,0% hombres, p = 0,06). Hubo más casos de neumonía CoV+/HDSpn+ muy graves en comparación con otros grupos, tanto en los varones (13/22, 59,1% frente al rango 29,1%-34,7%, P = 0,04) como en las mujeres (10/21, 47,6% frente al 32,5%-43,5%, P = 0. 009), pero sólo los varones con CoV+/HDSpn+ requirieron oxígeno suplementario con mayor frecuencia (45,0% frente a 20,6%-28,6%, P < 0,001) y tuvieron una mayor mortalidad (35,0% frente a 5,3%-7,1%, P = 0,004) que otros grupos. Para las mujeres con CoV+/HDSpn+, el oxígeno suplementario fue del 25,0% frente al 24,8%-33,3% ( P = 0,58) y la mortalidad fue del 10,0% frente al 9,2%-12,9% ( P = 0,69).

Conclusiones: La codetección de CoV endémico y HDSpn fue poco frecuente en los niños hospitalizados con neumonía, pero se asoció con una mayor gravedad y mortalidad en los varones. Los hallazgos pueden justificar la investigación de las diferencias de gravedad por sexo con la codetección de HDSpn y SARS-CoV-2.

Antecedentes: La encefalitis infecciosa representa una condición clínica rara pero potencialmente grave. Sin embargo, los datos internacionales disponibles en la edad pediátrica son limitados.

Métodos: Realizamos un estudio retrospectivo para revisar (a) la presentación clínica; (b) los hallazgos de laboratorio, radiología y neurofisiología; (c) las correlaciones entre estos exámenes y la evolución; y (d) la terapia realizada.

Resultados: Se incluyeron 56 pacientes [22 mujeres (39,6%), edad media 4,7 años, IQR 0,7-8,7 años], el 19,6% presentaba secuelas neurológicas. El VHS fue el patógeno más frecuentemente aislado (19,6%), aunque en la mayoría de los casos la etiología quedó sin definir. El 41,1% de los niños presentaron pródromos antes del desarrollo de los signos neurológicos. La fiebre fue el síntoma constitucional más frecuente (83,9% de los casos). El líquido cefalorraquídeo fue normal en el 48,5% de los casos y la electroencefalografía en el 24,5%. La tomografía computarizada cerebral fue normal en 33 (91,7%) casos, mientras que la resonancia magnética (RM) cerebral mostró hallazgos patológicos en el 62,5% de los casos. La RM fue el único parámetro asociado a las secuelas neurológicas [ P = 0,01; OR, 8,1 (IC 95%: 1,52-42,84)].

Conclusiones: La encefalitis pediátrica es una entidad heterogénea con hallazgos clínicos y de laboratorio inespecíficos, con etiologías indefinidas en la mayoría de las ocasiones. La resonancia magnética puede desempeñar un papel primordial, tanto desde el punto de vista diagnóstico como pronóstico, y su papel debe implementarse y hacerse más accesible. Se necesitan más estudios para definir el papel exacto y el momento de los esteroides.

Antecedentes: Aunque la mayoría de los casos de osteomielitis pediátrica son de naturaleza aguda, un subgrupo importante presenta síntomas prolongados que a menudo se asocian con una morbilidad sustancial. Existen pocos datos para orientar a los médicos en el tratamiento de estas infecciones. Nuestro objetivo es describir la epidemiología, las características clínicas y el tratamiento de la osteomielitis crónica (OC) en niños.

Métodos: Revisamos los ingresos hospitalarios por OC desde 2011 hasta 2018 en el Texas Children’s Hospital. Los casos se incluyeron si los síntomas duraron ≥28 días en la presentación. Los casos se clasificaron como aquellos asociados a: (1) un foco de infección contiguo; (2) un traumatismo penetrante; (3) hardware ortopédico; (4) CO postaguda (PACO, las que ocurren después de ≥28 días de terapia para la osteomielitis aguda); y (5) CO hematógena primaria.

Resultados: Ciento catorce casos cumplieron los criterios de inclusión. La mediana de edad de los pacientes fue de 11,8 años y el 35,9% tenía comorbilidades. El 70,2% de los pacientes fueron sometidos a ≥1 procedimiento quirúrgico. Se identificó una etiología microbiológica en el 72,8% de los casos y el Staphylococcus aureus fue el más común (39,4%). El foco de infección contiguo se asoció con mayor frecuencia a la enfermedad polimicrobiana con o sin Pseudomonas . La OC postaguda fue causada por S. aureus en el 95%. La duración media del tratamiento total fue de 210 días. El 26,3% de los pacientes experimentaron un fracaso del tratamiento, de los cuales el 46% tuvieron que repetir el ingreso hospitalario/la cirugía. No hubo asociación entre la duración de la terapia intravenosa para la OC y el fracaso del tratamiento.

Conclusiones: Los niños con CO representan un grupo diverso tanto en términos de patogénesis como de microbiología. La patogénesis y la presentación clínica pueden proporcionar pistas sobre la etiología microbiológica. El tratamiento intravenoso prolongado no parece mejorar los resultados en la OC.

Antecedentes: La leishmaniosis visceral (LV) es una enfermedad endémica en el sur de Europa. Sin embargo, los detalles sobre la carga de la enfermedad, las presentaciones clínicas, los marcadores de laboratorio, el tratamiento y los resultados en los niños son escasos.

Métodos: Se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de los niños (<14 años) ingresados con LV en 10 unidades pediátricas de Andalucía (2004-2019). El diagnóstico de LV se basó en la presentación clínica, la serología, la microscopía y los métodos moleculares. El diagnóstico de linfohistiocitosis hemofagocítica secundaria (LSH) se estableció mediante los criterios de linfohistiocitosis hemofagocítica-2004.

Resultados: Se identificaron un total de 127 pacientes. La mediana de edad fue de 14,5 meses; las principales presentaciones clínicas fueron fiebre y esplenomegalia (95,3% cada una). Las citopenias fueron las anomalías de laboratorio más frecuentes. Tanto el diagnóstico como los regímenes de tratamiento variaron en función del tiempo y de los centros participantes. La anfotericina B liposomal se prescribió en el 97,6%; rara vez se observaron recaídas ni acontecimientos adversos (3,1% cada uno). Treinta y siete pacientes, diagnosticados de sHLH requirieron un ingreso hospitalario más prolongado ( P = 0,001), un mayor número de transfusiones de plaquetas ( P < 0,006) y glóbulos rojos ( P = 0,0001) y el ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos ( P = 0,007). La monocitopenia ( P = 0,011) y los niveles elevados de proteína C reactiva ( P = 0,031), variables no incluidas en los criterios de linfohistiocitosis hemofagocítica-2004, se asociaron con la sHLH. Un paciente falleció en el contexto de la infección por Leishmania.

Conclusiones: Informamos de los datos de la mayor cohorte pediátrica de LV de Europa, comúnmente asociada a sHLH. Los niveles elevados de proteína C reactiva y la monocitopenia parecen estar asociados con el sHLH. Esto último puede ayudar a identificar a estos pacientes y a orientar las decisiones sobre la necesidad de cuidados clínicos de apoyo adicionales y de terapias inmunomoduladoras. La alta tasa de heterogeneidad observada en términos de diagnóstico y tratamiento justifica el establecimiento de directrices adecuadas.

Antecedentes: El derrame pleural paraneumónico y el empiema pleural (EPP/PE) son complicaciones de la neumonía adquirida en la comunidad. El objetivo de este estudio fue analizar la terapia antibiótica prehospitalaria (PH-ABT) de los niños con EPP/EMP e investigar sus efectos sobre el resultado clínico y la detección de patógenos.

Métodos: Vigilancia activa prospectiva a nivel nacional en Alemania entre octubre de 2010 y junio de 2018. Se incluyeron niños y adolescentes <18 años de edad con EP asociada a neumonía o EPP que requirieron drenaje o con persistencia de EPP/PE >7 días.

Resultados: Se reportaron 1724 niños con EPP/PE, de los cuales 556 niños (32,3% de 1719 con datos disponibles) recibieron PH-ABT. Los niños con PH-ABT tuvieron una mediana de estancia hospitalaria más corta (15 frente a 18 días, p < 0,001), un mayor tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el alta hospitalaria (25 frente a 23 días, p = 0,002), una menor tasa de ingreso en la unidad de cuidados intensivos (58,3% frente a 64,4%, p = 0,015) y menos complicaciones infecciosas (5,9% frente a 10,0%; p = 0,005). Se detectaron patógenos bacterianos en los cultivos de sangre o líquido pleural en 597 (34,5%) de 1513 niños. Los resultados positivos de los cultivos fueron menos frecuentes en los niños con que sin PH-ABT (81/466 [17,4%] frente a 299/1005 [29,8%]; P < 0,001), mientras que las tasas de detección en muestras de líquido pleural por reacción en cadena de la polimerasa fueron similares (91/181 [50,3%] frente a 220/398 [55,3%]; P = 0,263).

Conclusiones: En los niños con EPI/PE, la PH-ABT redujo significativamente la tasa global de detección de patógenos bacterianos por cultivo, pero no por reacción en cadena de la polimerasa. La PH-ABT se asoció a una menor tasa de complicaciones infecciosas, pero no afectó a la duración global de la enfermedad. Por lo tanto, especulamos que la duración de la PPE/PE es principalmente una consecuencia de un proceso inflamatorio inducido por la infección, que sólo puede ser influenciado parcialmente por el tratamiento antibiótico.

Una de las principales características de la meningitis bacteriana es la pleocitosis. Sin embargo, cuando los niños con meningitis se presentan a las pocas horas del inicio de los síntomas, existe la posibilidad de que las meninges aún no estén lo suficientemente inflamadas como para provocar un recuento elevado de glóbulos blancos en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Se realizó una búsqueda sistemática para identificar estudios publicados que informaran sobre niños con meningitis bacteriana probada por cultivo o reacción en cadena de la polimerasa en ausencia de pleocitosis. Se identificaron 26 estudios que describían a 62 niños (18 neonatos). En aquellos en los que se especificó la duración de la fiebre, 32 (80%) de 40 tuvieron fiebre durante menos o igual a 24 horas antes de la punción lumbar (PL). En aquellos en los que se informó del nivel de glucosa, éste fue normal en 14 (82%) de 17 neonatos y en 33 (80%) de 41 lactantes y niños mayores. El nivel de proteínas fue normal en 8 (44%) de 17 neonatos y en 32 (80%) de 40 lactantes y niños mayores. En 12 de los 62 niños se realizó una tinción de Gram del LCR, que fue positiva en 2 (17%). Los hemocultivos simultáneos fueron positivos en 5 (28%) de los 18 neonatos y en 21 (68%) de los 31 lactantes y niños mayores. No hubo asociación entre la ausencia de pleocitosis y una bacteria concreta. Todos los 10 niños que tuvieron una segunda PL tenían un LCR anormal que incluía pleocitosis. Estos resultados indican que la ausencia de pleocitosis no excluye la meningitis bacteriana de forma fiable y debe interpretarse en el contexto de la duración de la enfermedad. Las muestras de LCR, especialmente las de casos con una duración relativamente corta de los síntomas, deben cultivarse incluso cuando el recuento celular y la bioquímica sean normales. Una segunda punción puede ser útil cuando se sospecha una meningitis bacteriana a pesar de un LCR inicial normal.

Informamos de un estudio retrospectivo sobre los resultados de 14 recién nacidos que recibieron 62,5 veces la dosis recomendada de Bacille Calmette-Guérin para la inmunización. A continuación, todos los bebés recibieron altas dosis de isoniazida y rifampicina (20 mg/kg/día cada una) como terapia preventiva durante 6 meses. Todos tuvieron reacciones adversas locales leves, un tercio de las cuales se resolvió en 16 semanas y todos en 6 meses.

Antecedentes: Las pruebas sobre la eficacia de las vacunas (EV) pueden fomentar la vacunación y ayudar a combatir la reaparición del sarampión y la parotiditis en Europa. Sin embargo, existen pocos datos sobre la eficacia en la vida real de las vacunas individuales contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR). Este estudio evaluó la EV de la vacuna triple vírica de GSK (“Priorix”) contra el sarampión y la parotiditis.

Métodos: Este estudio retrospectivo de casos y controles utilizó datos del Reino Unido del Clinical Practice Research Datalink GOLD vinculados a la base de datos Hospital Episode Statistics para identificar a los niños de 1 a 13 años diagnosticados con sarampión o paperas desde enero de 2006 hasta diciembre de 2018. Los casos se emparejaron con los controles según el mes/año de nacimiento y la región de práctica. Los casos se identificaron utilizando códigos clínicos (sin confirmación de laboratorio). La exposición “Priorix” se identificó utilizando identificadores de lotes de vacunas. Se excluyeron los niños expuestos a otras vacunas SPR. La EV ajustada se estimó para ≥1 dosis de vacuna en todos los niños, y para 1 dosis y ≥2 dosis en niños ≥4 años en el momento del diagnóstico.

Resultados: En general, se consideraron 299 casos de sarampión emparejados con 1196 controles (87,6% <4 años), y 243 casos de parotiditis emparejados con 970 controles (74,2% <4 años). La EV para la dosis ≥1 en todos los niños fue del 78,0% (intervalo de confianza del 97,5%: 67,2%-85,3%) para el sarampión y del 66,7% (48,1%-78,6%) para las paperas. En los niños ≥4 años, la EV tras una dosis fue del 74,6% (-21,7% a 94,7%) para el sarampión y del 82,3% (32,7%-95,3%) para las paperas, y la EV tras ≥2 dosis fue del 94,4% (79,7%-98,5%) para el sarampión y del 86,5% (64,0%-94,9%) para las paperas.

Conclusiones: “Priorix” es eficaz en la prevención del sarampión y la parotiditis en entornos reales.

En Inglaterra, la flexibilización del cierre nacional en respuesta a la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019 incluyó la reapertura de algunos cursos de primaria el 1 de junio de 2020. La vigilancia nacional no identificó ningún aumento en los grupos de años que asisten a la escuela. La mayoría de los niños tenían un contacto familiar positivo al síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2. Las hospitalizaciones por enfermedad por coronavirus 2019 fueron escasas, pero el 2,7% (7/259) tuvieron síntomas persistentes un mes después.

Este es un breve informe sobre la etiología de las enfermedades infecciosas en un servicio de urgencias pediátrico. Nuestro estudio de cohorte de 4.647 niños demostró que el rinovirus es la etiología más común en un servicio de urgencias pediátricas (23%) y de cuidados intensivos (48%). La incidencia poblacional de visitas relacionadas con rinovirus fue de 1796/100.000/año en niños <5 años. El patógeno bacteriano más común fue Escherichia coli (5%).

·Delayed Administration of Antibiotics Beyond the First Hour of Recognition Is Associated with Increased Mortality Rates in Children with Sepsis/Severe Sepsis and Septic Shock J Pediatr. 2021 Jun;233:183-190.e3. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.12.035. Epub 2021 Jan 26. PMID: 33359300.

Objetivo: Comparar el riesgo de mortalidad y otros resultados clínicos en niños con sepsis, sepsis grave o shock séptico que recibieron antibióticos en la primera hora de reconocimiento (grupo de antibióticos tempranos) con los que recibieron antibióticos después de la primera hora (grupo de antibióticos tardíos).

Diseño del estudio: En este estudio de cohorte prospectivo, se inscribieron niños <17 años de edad que se presentaron a la emergencia pediátrica y fueron diagnosticados con sepsis o shock séptico sin terapia antibiótica previa. El resultado primario fue la mortalidad y los resultados secundarios fueron la puntuación de disfunción orgánica logística pediátrica del primer día, los días sin respirador y los días sin hospitalización. Estos resultados se compararon entre los grupos de antibióticos tempranos y tardíos. El punto de referencia para definir los grupos de antibióticos tempranos y tardíos fue el tiempo 0, que se midió desde el momento en que se diagnosticó que el paciente tenía sepsis, sepsis grave o shock séptico hasta el momento de la administración de la primera dosis de antibióticos.

Resultados: Alrededor de tres cuartas partes (77%) de los 441 niños inscritos presentaban un shock séptico. Un total de 241 (55%) y 200 (45%) niños se encontraban en los grupos de antibióticos retardados y tempranos, respectivamente. Los niños del grupo tardío tenían una probabilidad de mortalidad significativamente mayor que los del grupo temprano (29% frente a 20%; aOR 1,83; IC del 95%, 1,14-2,92; p = 0,01). El tiempo hasta la reversión del shock fue significativamente más corto, y los días sin respirador y sin hospitalización fueron significativamente mayores, en el grupo de antibióticos tempranos. No hubo diferencias entre los grupos con respecto a ninguno de los otros resultados clínicos.

Conclusiones: El retraso en la administración de antibióticos más allá de 1 hora del reconocimiento se asoció con mayores tasas de mortalidad en niños con sepsis, sepsis grave y shock séptico. Los antibióticos deben administrarse en la primera hora, junto con otras medidas de reanimación, en estos niños.

Antecedentes y objetivos Los antibióticos profilácticos a largo plazo se utilizan a menudo para prevenir las infecciones bacterianas. Sin embargo, las pruebas que lo respaldan no siempre son sólidas. Incluir a los padres en las decisiones relacionadas con la medicación es clave para la optimización de los medicamentos. La preocupación de los padres por la medicación es un factor determinante de la mala adherencia. Este estudio explora las experiencias de los padres cuando se les prescriben antibióticos profilácticos a sus hijos y cómo esto afecta a su conducta de uso de antibióticos.

Métodos Se llevó a cabo un estudio cualitativo, exploratorio, prospectivo y monocéntrico en el Hospital Infantil de Sheffield. A través de 15 entrevistas, en las que participaron 18 personas, se exploraron las “experiencias vividas” y las actitudes de los padres hacia la profilaxis con azitromicina prescrita para diversas afecciones respiratorias. Se realizó un análisis temático.

Resultados El factor principal que influye en las decisiones de los padres sobre la toma de profilaxis antibiótica es el deseo de que su hijo esté bien ahora. La principal preocupación expresada por los padres es la de la resistencia a los antibióticos, dado que sus hijos son grandes consumidores de antibióticos. Sin embargo, esto se considera un problema para el futuro, no para el presente. Preparar adecuadamente a las familias ayuda a prevenir las dificultades prácticas relacionadas con la medicación. Facilitar la “normalización” de la profilaxis a través de las rutinas diarias y minimizar las interrupciones en el entorno familiar puede reducir la ansiedad de los padres, promover la adherencia y facilitar las posibles restricciones a las actividades diarias del niño.

Conclusión Basándonos en nuestro profundo conocimiento, proponemos un modelo de comportamiento que describe las fases por las que pasan los padres cuando tienen un hijo en tratamiento profiláctico con antibióticos. El tiempo invertido en abordar de forma holística la experiencia de los padres y ser conscientes de los posibles problemas a los que se enfrentan, puede facilitar la adherencia a la medicación, reducir la ansiedad y mejorar las relaciones entre el médico y los padres.

Objetivo: evaluar la asociación de la altura de la fiebre con la infección bacteriana invasiva (IBI) entre los lactantes febriles <=60 días de edad.

Métodos En un análisis secundario de un estudio multicéntrico de casos y controles de lactantes febriles sin apariencia de enfermedad <=60 días de edad, se comparó la temperatura máxima (en casa o en el servicio de urgencias) de los lactantes con y sin IBI. A continuación, se calcularon los cocientes de probabilidad de intervalo (iLR) para el diagnóstico de IBI en cada intervalo de medio grado centígrado.

Resultados La temperatura media fue mayor en los lactantes con IBI (38,8°C; IQR 38,4-39,2) en comparación con los que no tenían IBI (38,4°C; IQR 38,2-38,9) (p<0,001). Las temperaturas de 39°C-39,4°C y 39,5°C-39,9°C se asociaron con una mayor probabilidad de IBI (iLR 2,49 y 3,40, respectivamente), aunque el 30,4% de los lactantes febriles con IBI tenían temperaturas máximas <38,5°C.

Conclusiones Aunque la IBI es más probable con temperaturas más altas, la altura de la fiebre por sí sola no debe utilizarse para la estratificación del riesgo de los lactantes febriles.

Actualidad bibliográfica mayo 2021

Top Ten

Desde el Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica sobre Programas de Optimización de Uso de Antimicrobianos (PROA-SEIP), en colaboración con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), se ha revisado la bibliografía existente y se ha elaborado una tabla que incluye las dosis de los antibióticos de uso más frecuente. Esta tabla se actualizará periódicamente según la evidencia disponible.

·Think of the Children: Evaluation of SARS-CoV-2 Rapid Antigen Test in Pediatric Population. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):385-388, May 2021.

La reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa con transcripción inversa en tiempo real (RT-qPCR) es el método de laboratorio de referencia para diagnosticar la infección por el SARS-CoV-2, pero requiere equipo y requiere mucho tiempo. Existe una demanda crucial de técnicas rápidas como la prueba de detección de antígenos. Teniendo en cuenta la diferente precisión diagnóstica de las pruebas con otros virus respiratorios en adultos y niños, la prueba de detección de antígenos del SARS-CoV-2 debe evaluarse específicamente en niños.

Métodos: El propósito de este estudio fue evaluar el rendimiento del dispositivo de prueba rápida Panbio COVID-19 Ag (Abbott) como prueba en el punto de atención para el diagnóstico del SARS-CoV-2 en comparación con la RT-qPCR en una población pediátrica.

Resultados: Se analizaron 440 hisopos nasofaríngeos. Entre las 18 muestras positivas a la RT-qPCR, 14 fueron detectadas por la prueba rápida de antígenos, lo que supuso una sensibilidad global del 77,7%. Todas las muestras detectadas como positivas con la prueba rápida de antígeno lo fueron también con la RT-qPCR.

Conclusión: La sensibilidad del test rápido Panbio COVID-19 Ag es menor en niños que en adultos. No obstante, teniendo en cuenta los buenos valores de especificidad, valores predictivos negativos y positivos, esta prueba podría utilizarse como prueba de primera línea para obtener resultados rápidos, aunque los valores negativos con COVID-19 de alta sospecha clínica deberían confirmarse mediante RT-qPCR.

Realizamos un estudio multicéntrico de validez clínica de la prueba rápida de antígeno de la enfermedad por coronavirus 2019 de Panbio de muestras nasofaríngeas en pacientes pediátricos con síntomas compatibles con la enfermedad por coronavirus 2019 de ≤5 días de evolución. Nuestro estudio mostró una precisión limitada en la prueba de antígeno nasofaríngeo: la sensibilidad general fue del 45,4%, y el 99,8% de la especificidad, el valor predictivo positivo fue del 92,5%.

Ante la posible coexistencia de la infección por el virus SARS-CoV-2 con otras infecciones estacionales, se pretende identificar síntomas diferenciales. Se ha estudiado el papel de los niños en el contagio intrafamiliar y la sensibilidad de la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) en un área con baja transmisión comunitaria.

Material y métodos. Estudio observacional transversal. Pacientes entre 0-15 años estudiados por técnica RT-PCR por sospecha clínica de infección por virus SARS-CoV-2 en los meses de marzo-mayo del 2020. Encuesta sobre síntomas y contactos. Determinación de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 al menos 21 días después del test RT- PCR.

Resultados. Se incluyó a 126 pacientes, 33 con infección confirmada y edad media 8,4 años (IC del 95%, 6,8-10,0), edad superior a los no infectados. La fiebre fue el síntoma más común y con mayor sensibilidad. Las diferencias encontradas fueron una mayor frecuencia de anosmia (p=0,029) y cefalea (p=0,009) entre los niños infectados con una especificidad del 96,7 y el 81,5% respectivamente. No hubo diferencias en la duración de los síntomas.

Un 81,8% de los infectados fue probablemente contagiado en el núcleo familiar, en un 85,2% por un progenitor que trabajaba fuera del hogar. La sensibilidad de RT-PCR fue 70,9% y su valor predictivo negativo 91,1%.

Conclusiones. El cuadro clínico es inespecífico y los síntomas más específicos difíciles de detectar en niños más pequeños. Los niños tuvieron un papel reducido en la transmisión intrafamiliar. La sensibilidad de la RT-PCR podría estar relacionada con una menor contagiosidad infantil tras una semana de infección.

El año 2021 marca el 15º aniversario del Reglamento Pediátrico (1901/2006/CE) en Europa. El objetivo principal del estudio fue realizar una comparación pre-post sobre las tasas anuales de prescripción fuera de indicación en la población menor de 18 años en España y evaluar la posible influencia de la adopción del Reglamento Pediátrico. Se realizó un estudio observacional en la población pediátrica. Se compararon cuatro períodos anuales transversales, uno antes y los tres últimos después de la adopción del Reglamento. Las prescripciones en el ámbito de la atención primaria de salud se clasificaron por grupos de edad y se determinó el estado del medicamento y de la indicación no autorizada. El número de prescripciones fuera de indicación emitidas por los pediatras superaba los dos millones al año. Antes de la adopción del Reglamento Pediátrico, la tasa de prescripción fuera de indicación se estimaba en un 7% del total de prescripciones. Aunque el aumento de la tasa de prescripciones fuera de indicación durante los períodos de estudio fue leve, fue estadísticamente significativo (OR: 1,045; IC 95%: 1,043-1,046; p < 0,05). Uno de los grupos de población más vulnerables fue el de los neonatos y lactantes de hasta 1 año, en el que las tasas de prescripción fuera de indicación mostraron el mayor aumento durante el período posterior al seguimiento, que fue estadísticamente significativo (OR: 4,270; IC del 95%: 4,253-4,287; p < 0,05). Los hallazgos pueden ayudar a concienciar y abogar por el desarrollo y la autorización de medicamentos para niños en el ámbito de la atención primaria.

La giardiosis es una parasitosis gastrointestinal de impacto en salud pública.

Pacientes y métodos. Estudio observacional de los casos, en menores de 15 años, atendidos durante el periodo 2012-2019 en el Departamento 3 de Salud de la Provincia de Castellón (España).

Resultados. Se registraron 190 casos en menores de 15 años. El número de casos varió significativamente según grupo etario (55% en el grupo de 0-4 años) y momento del año (mayoría en agosto-noviembre). El índice de masculinidad resultó de 115. Los síntomas más frecuentes fueron diarrea y dolor abdominal. El tratamiento más empleado fue metronidazol en pauta estándar (80% de los pacientes). El 13% de los casos presentaron coinfección y el 36% comorbilidades, principalmente dermatitis atópica e intolerancia a la lactosa/fructosa. Se registró un 8% de recidivas/reinfecciones. Todos los casos se diagnosticaron por tests coproparasitológicos convencionales y algunos, además, con inmunocromatografía (63 casos). Treinta y cinco muestras fueron confirmadas para Giardia duodenalis por qPCR, descartándose sesgo diagnóstico. Se detectó un sesgo de notificación a escala nacional para el periodo 2012-2016. El coste sanitario directo por paciente resultó de 117€.

Conclusiones. La giardiosis es una enfermedad vigente en nuestra región que debe ser considerada (en el diagnóstico diferencial) como diagnóstico probable de patología gastrointestinal ante un niño menor de cuatro años con diarrea y dolor abdominal. Su correcto manejo clínico disminuiría la posibilidad de empeoramiento del paciente y evitaría la hospitalización, reduciendo el impacto económico de la patología en términos de costes directos sanitarios.

Casos clínicos

Presentamos el caso de una recién nacida (RN) a término, con bajo peso al nacimiento (2.050 g), que presenta lesiones cutáneas vesículoampollosas anulares, violáceo-grisáceas, no induradas, generalizadas, de predominio en espalda y los 4 miembros, con descamación de palmas y plantas (figs. 1-3). Muestra aspecto séptico y discreta hepatomegalia, irritabilidad y tremulaciones. Al ingreso se realiza una analítica sanguínea con elevación de reactantes de fase aguda, siendo la bioquímica del líquido cefalorraquídeo normal y el cultivo negativo.

A 9-year-old girl presented with a 4-day history of fever, coryza, sore neck and throat. She was tachycardic, normotensive and had sore bilateral enlarged cervical lymphadenopathy with halitosis. A diagnosis of glandular fever was made, and she was admitted for observation and intravenous fluids.

Blood tests showed an elevated C reactive protein of 73 and monocyte count (2.22×109/L) and a positive monospot. Epstein-Barr virus (EBV) serology …

A 3-year-old boy presented with a 48-hour history of severe wheeze and increased work of breathing. He had a background of mild wheeze and an antenatal history of pericardial fluid drained at 35 weeks’ gestation, without long-term follow-up. Examination revealed subcostal and intercostal recession and bilateral wheeze, worse when lying flat. Blood tests revealed a haemoglobin level of 91 g/L and normal inflammatory markers. Chest radiograph …

Para profundizar

Introducción. Dentro de los factores ambientales que favorecen la respuesta patológica al gluten en la enfermedad celiaca (EC), se proponen aquellos que modulan el tipo de respuesta inmune, como las infecciones y el uso de antibioterapia. El objetivo de este estudio es determinar la relación entre las infecciones en los primeros meses de vida y el riesgo de EC.

Pacientes y métodos. Estudio de casos y controles retrospectivo que incluye pacientes menores de 16 años con diagnóstico de EC entre los años 2014-2018. Se registran las infecciones documentadas en los primeros seis meses de vida clasificadas según el tipo de infección (respiratoria, gastrointestinal, urinaria, otras), microorganismo implicado y antibioterapia utilizada.

Resultados. Se analizaron 93 pacientes celiacos frente a 93 controles con 237 episodios infecciosos que afectaron al 67,7% de los pacientes celiacos y al 50,5% de controles (p = 0,017), con una media de 1,49 ± 1,53 episodios en los celiacos y 1,05 ± 1,5 en los controles (p = 0,016). La presencia de infección documentada en los primeros seis meses de vida duplica el riesgo de desarrollar EC (OR 2,05; IC95% 1,13-3,73), siendo este riesgo mayor para las infecciones respiratorias, que multiplican por 2,3 el riesgo (OR 2,30; IC95% 1,28-4,14). Además, tener tres o más infecciones respiratorias en los primeros seis meses de vida multiplica por 2,8 el riesgo (OR 2,79; IC95% 1,03-7,54). No se han encontrado diferencias significativas entre ambos grupos respecto al tipo de microorganismo implicado, ni al uso de antibioterapia.

Conclusiones. La presencia de infecciones en los primeros seis meses de vida aumenta el riesgo de desarrollar EC, siendo este riesgo superior para las infecciones respiratorias y, en mayor medida si se producen tres o más episodios. No se ha demostrado que el uso de antibioterapia en dicho periodo se asocie a un aumento del riesgo de EC.

·Isolated neutropenia appears unlikely to require intervention. J Pediatr

2021 May;232:307-310. doi: 10.1016/j.jpeds.2021.02.056.

Comentario

La neutropenia aislada puede ser un hallazgo de laboratorio alarmante y determinar su etiología puede ser un reto dado el amplio diagnóstico diferencial y la falta de pruebas sensibles y específicas para las causas habituales.1 En esta cohorte, al 54% de los pacientes no se les confirmó un diagnóstico específico a pesar del acceso a la atención subespecializada. El significado clínico de la neutropenia, o su ausencia, puede ser aún más difícil de dilucidar. Por lo tanto, los resultados comunicados de los niños remitidos por neutropenia leve son de especial interés. Ninguno de estos pacientes evolucionó a una neutropenia grave ni tuvo complicaciones infecciosas importantes. Incluso los pacientes con neutropenia muy grave que recibieron tratamiento con factor estimulante de colonias de granulocitos lo hicieron en el marco de una enfermedad aguda, obviando la necesidad de intervenciones en niños que, por lo demás, estaban bien. En realidad, la influencia de las enfermedades típicas de la infancia, la genética y las variaciones fisiológicas normales que dan lugar a una neutropenia leve pueden dar lugar a la realización de pruebas repetidas o invasivas y a la derivación a especialistas que probablemente no beneficien al niño. Como concluyen los autores, la neutropenia leve-moderada aislada rara vez es un presagio de enfermedad o infección grave. Más bien, la mayoría de los niños evolucionan bien y la neutropenia se resuelve con el tiempo.

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Resultados principales

De 281 pacientes, el 51%/25%/25% tenían enfermedad respiratoria/MIS-C/otras manifestaciones (incluyendo enfermedad gastrointestinal o fiebre). En los análisis multivariantes, la obesidad (OR 3,4; IC del 95%: 1,3-9,1) y la hipoxia al ingreso (OR 4,01; IC del 95%: 1,1-14,2) se asociaron con la enfermedad grave; un menor recuento absoluto de linfocitos (OR 8,33 por unidad de disminución de 109 células/L; IC del 95%: 2,3-33,3) y una mayor proteína C reactiva (OR 1,06 por unidad de aumento de mg/dL; IC del 95%: 1,0-1,1) se asociaron con el MIS-C. La raza no se asoció con la enfermedad grave.

OBJETIVOS: Evaluar las tasas de infección antes y después del alta en recién nacidos alimentados con leche materna y con madres positivas al síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2) que fueron separados de sus madres después del parto y dadas de alta del hospital. También se pretende evaluar las tasas de lactancia materna antes y después del alta.

MÉTODOS: Se obtuvieron hisopos nasofaríngeos para SARS-CoV-2 de mujeres sintomáticas y de alto riesgo en la sala de partos. Las madres con resultados positivos a la prueba del SARS-CoV-2 se separaron de los recién nacidos. Los recién nacidos fueron sometidos a cribado en las 48 horas siguientes al parto, y se impartieron directrices antiinfecciosas a las madres antes del alta. El nuevo cribado tuvo lugar ≥14 días después del alta. Los datos relativos a los miembros de la familia con SARS-CoV-2 y a la lactancia materna se obtuvieron mediante llamadas telefónicas de seguimiento.

RESULTADOS: Un total de 73 recién nacidos de madres positivas al SARS-CoV-2 nacieron en Israel durante el período de ∼3 meses estudiado. En total, 55 participaron en este estudio. Todos los neonatos dieron negativo en las pruebas de detección del virus después del parto. El 74,5% de los neonatos fueron alimentados con leche materna extraída no pasteurizada durante la separación posparto hasta el alta. El 89% de los neonatos fueron dados de alta después de que sus madres fueran instruidas en las medidas antiinfecciosas. En el 40% de los hogares había residentes adicionales positivos al SARS-CoV-2. El 85% de los recién nacidos fueron amamantados después del alta. Los resultados de todos el 60% de los recién nacidos sometidos a nuevas pruebas de detección del SRAS-CoV-2 después del alta fueron negativos.

CONCLUSIONES: No se identificó ninguna infección vírica en los neonatos nacidos y separados de sus madres seropositivas al SRAS-CoV-2 al nacer y alimentados posteriormente con leche materna no pasteurizada. Todos los lactantes amamantados en casa siguieron siendo negativos al SARS-CoV-2. Estos resultados pueden aportar información sobre la redundancia de la separación posparto de la madre y el recién nacido en las mujeres seropositivas al SRAS-CoV-2 y, suponiendo que se respeten las precauciones, apoyan la seguridad de la leche materna.

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ANTECEDENTES: La pandemia de la nueva enfermedad por coronavirus (COVID-19) de 2019 llevó a muchas jurisdicciones a cerrar la enseñanza en las escuelas.

MÉTODOS: Recopilamos datos sobre los casos de COVID-19 asociados a las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York (NYC) a partir de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa realizadas en cada escuela en una muestra de estudiantes y personal asintomáticos y de los informes de rutina. Se comparó la prevalencia de las pruebas realizadas en las escuelas con las estimaciones de prevalencia en la comunidad a partir de modelos estadísticos. Se comparó la incidencia acumulada de los casos asociados a la escuela con todos los casos notificados a la ciudad. Se realizó un seguimiento de los contactos escolares para estimar la tasa de ataques secundarios y la posible dirección de la transmisión.

RESULTADOS: Para evaluar la prevalencia, analizamos los datos de 234 132 personas sometidas a pruebas de infección por el síndrome respiratorio agudo severo 2 en 1594 escuelas públicas de la ciudad de Nueva York entre el 9 de octubre y el 18 de diciembre de 2020; 986 (0,4%) dieron positivo. La prevalencia de COVID-19 en las escuelas fue similar o menor que las estimaciones de prevalencia en la comunidad para todas las semanas. Para evaluar la incidencia acumulada, se analizaron los datos de 2231 casos de COVID-19 que se produjeron en los estudiantes y el personal en comparación con las 86 576 personas en la ciudad de Nueva York diagnosticadas con COVID-19 durante el mismo período; la incidencia general fue menor para las personas en las escuelas públicas en comparación con la comunidad en general. De 36.423 contactos cercanos en la escuela, 191 (0,5%) dieron posteriormente un resultado positivo para COVID-19; el caso índice probable fue un adulto para el 78,0% de los casos secundarios.

CONCLUSIONES: Encontramos que el aprendizaje  presencial en las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York no se asoció con una mayor prevalencia o incidencia general de la infección por COVID-19 en comparación con la comunidad general.

Pediatrics, May 2021, 147 (5) e2020037812

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS: En los niños con infección por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), las características virológicas y la correlación con la gravedad de la enfermedad no se han estudiado ampliamente. El objetivo principal de este estudio es determinar la correlación entre la carga viral (CV) del SARS-CoV-2 en niños infectados con la edad, la gravedad de la enfermedad y las comorbilidades subyacentes.

MÉTODOS: En este estudio se incluyeron niños <21 años, sometidos a cribado para detectar el SARS-CoV-2 en el momento de la hospitalización, que dieron positivo por reacción en cadena de la polimerasa. Se determinó la CV en diferentes lugares y se comparó entre grupos.

RESULTADOS: De los 102 niños incluidos en este estudio, el 44% de la cohorte tenía infección asintomática, y los niños con >1 comorbilidad eran los que corrían más riesgo de padecer enfermedad grave. La CV en los niños con infección sintomática fue significativamente mayor que en los niños con infección asintomática (3,0 × 105 frente a 7,2 × 103 copias por mL; P = 0,001). La CV en el tracto respiratorio fue significativamente mayor en los niños <1 año, en comparación con los niños mayores (3,3 × 107 frente a 1,3 × 104 copias por mL, respectivamente; P < 0,0001), a pesar de que la mayoría de los lactantes presentaban una enfermedad más leve. Además del tracto respiratorio, el ARN del SARS-CoV-2 también se detectó en muestras del tracto gastrointestinal (saliva y recto) y en la sangre. En 13 niños de los que se disponía de datos sobre la duración de la positividad de la reacción en cadena de la polimerasa, 12 de los 13 dieron positivo 2 semanas después del diagnóstico inicial, y 6 de los 13 siguieron dando positivo 4 semanas después del diagnóstico inicial.

CONCLUSIONES: En los niños hospitalizados con SARS-CoV-2, los que tenían más de una afección comórbida presentaban una enfermedad grave. La CV del SRAS-CoV-2 en las vías respiratorias es significativamente mayor en los niños con enfermedad sintomática y en los niños de menos de un año de edad.

A diferencia de otros virus respiratorios, los niños presentan síntomas menos graves cuando se infectan con el nuevo coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2). En esta revisión, se analizan las hipótesis propuestas para explicar la diferencia de gravedad de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) relacionada con la edad.

– Los factores propuestos para explicar la diferencia en la gravedad de la COVID-19 en niños y adultos incluyen los que ponen a los adultos en mayor riesgo y los que protegen a los niños. Los primeros incluyen: (1) el aumento del daño endotelial relacionado con la edad y los cambios en la función de coagulación; (2) la mayor densidad, la mayor afinidad y la diferente distribución de los receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2 y de la serina proteasa transmembrana 2 (3) anticuerpos preexistentes contra el coronavirus (incluida la potenciación dependiente de anticuerpos) y células T; (4) inmunosenescencia e inflamación, incluidos los efectos de la infección crónica por citomegalovirus; (5) mayor prevalencia de comorbilidades asociadas a la COVID-19 grave y (6) menores niveles de vitamina D. Los factores que podrían proteger a los niños incluyen: (1) diferencias en la inmunidad innata y adaptativa; (2) infecciones recurrentes y concurrentes más frecuentes; (3) inmunidad preexistente a los coronavirus; (4) diferencias en la microbiota; (5) mayores niveles de melatonina; (6) efectos protectores fuera del objetivo de las vacunas vivas y (7) menor intensidad de la exposición al SARS-CoV-2.

Objetivo Comparar las características, el tratamiento y los resultados de la enfermedad pediátrica COVID-19 según el nivel de ingresos del país del Banco Mundial y la gravedad de la enfermedad.

Diseño Revisión sistemática y metanálisis.

Marco Entre el 1 de diciembre de 2019 y el 8 de enero de 2021, se identificaron 3350 artículos. Dos revisores realizaron el cribado de los estudios, la extracción de datos y la evaluación de la calidad de forma independiente y por duplicado. Se consideraron para su inclusión los estudios observacionales que describían la COVID-19 pediátrica (0-19 años) confirmada por laboratorio.

Resultados y medidas principales Se compararon las proporciones agrupadas de los hallazgos clínicos, el tratamiento y los resultados según el nivel de ingresos del país del Banco Mundial y la gravedad de la enfermedad notificada.

Resultados Se incluyeron 129 estudios de 31 países con 10 251 niños, de los cuales el 57,4% fueron hospitalizados. La edad media fue de 7,0 años (DE 3,6), y el 27,1% tenía una comorbilidad. La fiebre (63,3%) y la tos (33,7%) eran frecuentes. De los 3.670 casos, el 44,1% presentaba anomalías radiográficas. La mayoría de los casos se recuperaron (88,9%); sin embargo, 96 niños hospitalizados murieron. En comparación con los países de ingresos altos, en los países de ingresos bajos y medios, una menor proporción de casos ingresó en unidades de cuidados intensivos (UCI) (9,9% frente a 26,0%), aunque la proporción conjunta de muertes entre los niños hospitalizados fue mayor (riesgo relativo 2,14; IC del 95%: 1,43 a 3,20). Los niños con enfermedad grave recibieron antimicrobianos, inotrópicos y antiinflamatorios con más frecuencia que los que no tenían enfermedad grave. Los análisis de subgrupos mostraron que una mayor proporción de niños con síndrome inflamatorio multisistémico (SMI-C) fueron ingresados en la UCI (47,1% frente al 22,9%) y una mayor proporción de niños hospitalizados con SMI-C murieron (4,8% frente al 3,6%) en comparación con la muestra global.

Conclusión La COVID-19 pediátrica tiene un pronóstico favorable. Se necesita una mayor caracterización de la enfermedad grave en los niños a nivel global.

– ANTECEDENTES Y OBJETIVOS: La inmunización materna con la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina acelular (Tdap) se recomienda de forma rutinaria en muchos países como estrategia para proteger a los bebés pequeños contra la infección grave por tos ferina; pocos estudios han evaluado si la exposición prenatal a la vacuna se asocia con algún efecto adverso a largo plazo para la salud de los niños. Se evaluó la seguridad a largo plazo de la exposición a la vacuna Tdap durante el embarazo.

MÉTODOS: Estudio de cohorte retrospectivo basado en la población realizado en Ontario, Canadá, utilizando múltiples bases de datos administrativas de salud vinculadas en toda la provincia. Se incluyeron todos los nacidos vivos entre abril de 2012 y marzo de 2017, y los niños fueron seguidos hasta 6 años para determinar los resultados del estudio. Los niños expuestos a la Tdap prenatal fueron emparejados por puntuación de propensión con niños no expuestos en una proporción de 1:5. La vacunación con Tdap durante el embarazo se determinó mediante el uso de códigos de tarifas específicos de la vacuna. Se evaluaron los resultados relacionados con la inmunidad (enfermedades infecciosas, asma) y no relacionados con la inmunidad (neoplasias, trastornos sensoriales) y un resultado de morbilidad no específico (uso de servicios de salud urgentes o de hospitalización) desde el nacimiento hasta el final del seguimiento.

RESULTADOS: De 625 643 nacidos vivos, 12 045 (1,9%) estuvieron expuestos al Tdap in utero. No hubo un aumento significativo del riesgo de resultados adversos en la infancia y la exposición prenatal al Tdap; sin embargo, se observaron asociaciones inversas (razón de tasas de incidencia ajustada [intervalo de confianza del 95%]) con las infecciones de las vías respiratorias superiores (0,94 [0,90-0,99]), las infecciones gastrointestinales (0,85 [0,79-0,91]) y el uso de servicios sanitarios urgentes y hospitalarios (0,93 [0,91-0,96]).

CONCLUSIONES: La exposición a la vacunación Tdap en el embarazo no se asoció con un mayor riesgo de resultados adversos para la salud en la primera infancia, apoyando la seguridad a largo plazo de la administración de Tdap en el embarazo.

Lo que se sabe sobre este tema: La inmunización materna con la vacuna contra el tétanos, la difteria y la tos ferina acelular (Tdap) proporciona a los bebés una inmunidad pasiva contra la tos ferina durante sus primeros meses de vida; sin embargo, pocos investigadores han evaluado los resultados de salud a más largo plazo en los niños pequeños.

Lo que añade este estudio: La exposición a la Tdap durante el embarazo no se asoció con un mayor riesgo de resultados adversos para la salud o el uso de servicios de salud urgentes y de hospitalización en la primera infancia, lo que apoya la seguridad a largo plazo de la administración de Tdap en el embarazo.

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha causado dificultades económicas, cierres de escuelas, paros, actividades físicas limitadas y un aumento de la inseguridad alimentaria para muchas familias. En diciembre de 2020, la Academia Americana de Pediatría publicó una guía provisional sobre cómo los pediatras pueden ayudar a los niños y a las familias a abordar estilos de vida saludables y el manejo de la obesidad durante la pandemia.1 Para apoyar mejor los esfuerzos de prevención y manejo de la obesidad del sistema de salud pediátrico, se necesita una mejor comprensión de las disparidades emergentes para identificar las poblaciones en riesgo y desarrollar intervenciones enfocadas.2 A través de una gran red de atención primaria pediátrica, evaluamos las tasas cambiantes de obesidad para los pacientes que asisten a las visitas y exploramos las disparidades basadas en la edad, la raza y el origen étnico, el seguro y los ingresos.

·Epidemiology and Antimicrobial Susceptibility of Invasive Bacterial Infections in Children—A Population-Based Study From Norway. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):403-410, May 2021.

Objetivo: Describir la epidemiología y los datos de las pruebas de susceptibilidad antimicrobiana (AST) de las bacterias causantes de infecciones invasivas en niños noruegos (0-18 años).

Métodos: Estudio observacional basado en la población utilizando datos de AST recogidos prospectivamente del Sistema Noruego de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana desde 2013 hasta 2017. Se incluyeron todos los aislamientos bacterianos clínicamente relevantes (sangre y líquido cefalorraquídeo), y se comparó la incidencia de infecciones invasivas y los datos de AST en los aislamientos de niños y adultos.

Resultados: Se incluyeron 1173 aislamientos de niños y 44.561 aislamientos de adultos. Staphylococcus aureus representó 220/477 (46,2%, IC del 95%: 41,6-50,7) de todos los aislamientos en niños en edad escolar (6-18 años). En comparación con los aislados de neumonía por Streptococcus pneumoniae procedentes de adultos (N = 2674), se observaron mayores tasas de no susceptibilidad a la penicilina en los aislados de niños (N = 151), 11,9% frente a 5. 8%, P < 0,01; también mayores tasas de resistencia a la eritromicina (11,3% frente a 4,9%, P < 0,01), a la clindamicina (9,3% frente a 3,6%, P < 0,001) y al trimetoprim/sulfametoxazol (17,9% frente a 6,4%, P < 0,001). En comparación con los aislamientos de Escherichia coli en adultos (N = 9073), encontramos tasas más bajas de BLEE en los aislamientos de niños (N = 212), 2,4% frente a 6,4%, P < 0,05.

Conclusión: El estudio indica la importancia de las estrategias de vigilancia microbiológica en niños y pone de manifiesto la necesidad de datos de BSA pediátricos. Las elevadas tasas de no susceptibilidad a los antibióticos comúnmente utilizados entre los S. pneumoniae en los niños y la elevada carga de infecciones invasivas por S. aureus en los escolares exigen la modificación de las directrices noruegas.

·Repeated Emergency Department Visits Among Children with Invasive Bacterial Infections. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):e205-e207, May 2021.

Se realizó un estudio de cohorte retrospectivo de 271 niños menores de 14 años, previamente sanos, diagnosticados de infección bacteriana invasiva en un servicio de urgencias. De ellos, 72 (26,6%) habían visitado previamente el servicio de urgencias. No identificar a los niños con una infección bacteriana invasiva y no administrarles antibióticos en la primera visita se asoció con un resultado grave.

Objetivo. Desarrollar un nuevo modelo predictivo que utilice principalmente factores de la historia clínica y comparar su rendimiento con el modelo de bajo riesgo de Rochester (RLR), ampliamente utilizado.

Diseño del estudio. En este estudio transversal, identificamos a los bebés llevados a un departamento de emergencias pediátricas desde enero de 2014 hasta diciembre de 2016. Se incluyeron lactantes de 0 a 90 días de edad, con temperatura ≥38°C, y con edad gestacional y duración de la enfermedad documentadas. El resultado principal fue la infección bacteriana. Se utilizaron 10 predictores para desarrollar modelos de aprendizaje automático de regresión y conjunto, que se entrenaron y probaron utilizando una validación cruzada de 10 veces. Se compararon las áreas bajo la curva (AUC), las sensibilidades y las especificidades de los modelos de RLR, regresión y conjunto.

Resultados. De 877 lactantes, 67 tenían una infección bacteriana (7,6%). Las AUC de los modelos RLR, de regresión y de conjunto fueron de 0,776 (IC del 95%: 0,746, 0,807), 0,945 (0,913, 0,977) y 0,956 (0,935, 0,975), respectivamente. Utilizando un umbral de riesgo de infección bacteriana de 0,01, la sensibilidad y especificidad del modelo de regresión fue del 94,6% (87,4%, 100%) y del 74,5% (62,4%, 85,4%), en comparación con el 95,5% (87,5%, 99,1%) y el 59,6% (56,2%, 63,0%) utilizando el modelo RLR.

Conclusiones. En comparación con el modelo RLR, las sensibilidades de los nuevos modelos predictivos fueron similares, mientras que las AUC y las especificidades fueron significativamente mayores. Si se validan externamente, estos modelos, al producir una estimación individualizada del riesgo de infección bacteriana, pueden ofrecer un enfoque dirigido a los lactantes febriles jóvenes que no es invasivo y es barato.

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Objetivo. Determinar la asociación entre la bacteriemia y el estado de vacunación en niños de 2-36 meses que acuden a un servicio de urgencias pediátricas.

Diseño del estudio. Estudio de cohorte retrospectivo de niños de 2-36 meses con hemocultivos obtenidos en el servicio de urgencias pediátricas entre enero de 2013 y diciembre de 2017. La exposición de interés fue el estado de inmunización, definido como el número de vacunas contra Haemophilus influenzae tipo B (Hib) y Streptococcus pneumoniae, y el resultado principal cultivo de sangre positivo. Se excluyeron los sujetos con condiciones médicas de alto riesgo.

Resultados. De 5534 encuentros, 4742 cumplieron los criterios de inclusión. La incidencia de bacteriemia fue del 1,5% y la de hemocultivos contaminados del 5,0%. El riesgo relativo de bacteriemia fue de 0,79 (IC del 95%: 0,39-1,59) para los niños no vacunados y de 1,20 (IC del 95%: 0,52-2,75) para los niños subvacunados, en comparación con los que habían recibido las vacunas adecuadas para su edad. Se encontró que cinco niños tenían bacteriemia por S pneumoniae y 1 niño tenía bacteriemia por Hib; todos estos sujetos tenían al menos 3 series de vacunas. No se aislaron patógenos prevenibles por vacunación en los hemocultivos de los niños no vacunados. No se encontró S pneumoniae ni Hib en los niños de 2 a 6 meses de edad que no estaban totalmente vacunados debido a la edad (IC del 95%: 0-0,13%) y la tasa de contaminación en este grupo fue alta en comparación con los niños de 7 a 36 meses (6,6% frente a 3,7%).

Conclusiones. La bacteriemia en niños pequeños es un acontecimiento poco frecuente. Los hemocultivos contaminados fueron más frecuentes que los patógenos. La bacteriemia por S pneumoniae o Hib es infrecuente y, en esta cohorte, fue independiente del estado vacunal.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·Septic Arthritis of Facet Joint in Children: A Systematic Review and a 10-year Consecutive Case Series. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):411-417, May 2021.

Debido a la baja resolución de las tecnologías de imagen históricas, las descripciones de la artritis séptica de la articulación facetaria (SAFJ) en niños son escasas, aunque se conocen casos graves. En primer lugar, nos propusimos estimar la tasa de incidencia de la AFS en los niños; además, nos propusimos especificar los hallazgos clínicos, de imagen y de laboratorio de la AFS, e identificar las vías para un tratamiento adecuado.

Métodos: Una serie de casos consecutivos de SAFJ durante 10 años utilizando la base de datos de nuestro centro de imagen combinada con una revisión sistemática de casos de la literatura durante 50 años.

Resultados: La incidencia media ± DE del SAFJ pediátrico fue de 0,23 ± 0,4/100.000 niños-año. Los síntomas clave fueron el rechazo al orinal (en los niños pequeños) o el dolor al sentarse (78%) y los signos lateralizados (sensibilidad y/o hinchazón paravertebral, 88%). El diagnóstico y la extensión del SAFJ se obtuvieron mediante resonancia magnética (RM) (94%), y se encontró una extensión epidural en 8/16 casos. La duración media del tratamiento antibiótico fue de 5,1 semanas. El cumplimiento de las directrices fue del 79% para los tratamientos antibióticos empíricos y del 62% para los dirigidos.

Conclusiones: La incidencia de SAFJ en niños es mucho mayor de lo esperado por la literatura. La mitad de los casos se complicaron con una infección epidural. Los síntomas clínicos simples detectados desde la cabecera permiten una fuerte sospecha de SAFJ, lo que justifica el uso de una RMN de primera línea para confirmar el diagnóstico y describir con precisión la extensión. Centrarse en los signos clínicos simples es clave para justificar el traslado de un niño o el acortamiento de la demora para obtener una RMN. Sin embargo, a medida que aumenta la disponibilidad de la RMN en la mayoría de los países occidentales y la capacidad de diagnóstico, debe difundirse el conocimiento de la SAFJ para evitar que se pierdan casos.

Antecedentes: El diagnóstico específico del serotipo de la neumonía neumocócica adquirida en la comunidad en niños menores de 5 años supondría un gran avance para entender la epidemiología del neumococo y apoyar la toma de decisiones sobre la vacuna.

Métodos: Se desarrolló un ensayo de diagnóstico de detección de antígenos urinarios múltiplex basado en la tecnología Luminex y posteriormente se validó en adultos, pero se desconoce su aplicabilidad en niños. El objetivo de este estudio es establecer los puntos de corte apropiados para el uso del UAD en una población pediátrica sana y aplicar estos puntos de corte en niños con neumonía en el África subsahariana. Los puntos de corte se determinaron evaluando 379 orinas obtenidas de niños sanos menores de 5 años de la zona de Bobo-Dioulasso para los serotipos incluidos en la vacuna neumocócica conjugada 13-valente (UAD-1) y los otros 11 serotipos exclusivos de la vacuna neumocócica polisacárida 23-valente (UAD-2).

Resultados: Según los valores de corte asignados, entre 108 niños que cumplían los criterios de consolidación de la Organización Mundial de la Salud, la UAD-1 y la UAD-2 fueron positivas en el 23,3% y el 8,3%, respectivamente; entre 364 niños con sospecha clínica de neumonía que no cumplían los criterios de la Organización Mundial de la Salud, la UAD-1 y la UAD-2 fueron positivas en el 6,6% y el 3,6%, respectivamente. La prevalencia de portadores de neumococo fue similar entre los casos de neumonía (30%) frente a los controles (35%), al igual que la densidad de portadores semicuantitativa.

Conclusiones: La UAD-1 y la UAD-2 fueron capaces de distinguir los controles de la comunidad de los niños con neumonía, en particular la neumonía con consolidación. Se necesitan estudios futuros para confirmar estos resultados y evaluar más a fondo la contribución del transporte neumocócico y la infección viral concurrente.

·High Rates of SARS-CoV-2 Family Transmission in Children of Healthcare Workers During the First Pandemic Wave in Madrid, Spain: Serologic Study. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):e185-e188, May 2021.

Los datos sobre la transmisión del SRAS-CoV-2 entre los niños que conviven con los trabajadores sanitarios son escasos.

Métodos: Se realizó un estudio transversal en un Hospital terciario de Madrid, que incluyó a los hijos de trabajadores sanitarios que sufrieron la infección por SARS-CoV-2 entre marzo y mayo de 2020. A los niños se les realizó un estudio serológico inmunoenzimático para la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2: Ensayo VIRCELL IgG.

Resultados:  Se reclutaron ciento trece niños de 69 HCW con infección confirmada por SARS-CoV-2: 47 niños tenían IgG positivas (41,6%). La tasa de ataque secundario de los niños fue del 43,7% (25% si ambos padres habían tenido una infección asintomática; 39,5% si uno de los padres era sintomático; y 47% cuando ambos padres tenían síntomas). Tener un hermano positivo se asoció con un resultado positivo de IgG (odds ratio = 12,2; intervalo de confianza del 95%: 4,4-33,7, P < 0,001). La mediana de edad fue mayor en los niños con IgG positiva (p = 0,022). Los niños que refirieron anosmia presentaron títulos de IgG más altos (P < 0,04).

Conclusiones: Observamos una transmisión muy elevada de SARS-CoV-2 en hijos de TCH durante la primera ola pandémica, especialmente cuando ambos padres eran sintomáticos. Tener un hermano positivo se asoció con la seroconversión, lo que apoya el importante papel de los grupos familiares en la transmisión del SARS-CoV-2.

Los conocimientos sobre la trombosis en niños con SRAS-CoV-2 son escasos. En esta cohorte nacional multicéntrica de niños con SARS-CoV-2 en la que participaron 49 hospitales, 4 pacientes de 537 niños infectados desarrollaron una complicación trombótica (prevalencia del 0,7% (IC del 95%: 0,2% a 1,9%) de la cohorte global y del 1,1% (IC del 95%: 0,3% a 2,8%) de los pacientes hospitalizados). Describimos sus características y revisamos otros casos pediátricos publicados. Tres de los cuatro pacientes eran niñas adolescentes, y sólo dos casos tenían factores de riesgo trombótico significativos. En esta cohorte pediátrica, el valor del dímero D no fue lo suficientemente específico para predecir las complicaciones trombóticas. La adolescencia y los factores de riesgo trombótico previos pueden tenerse en cuenta a la hora de iniciar la profilaxis anticoagulante en niños con enfermedad por SARS-CoV-2 (COVID-19).

·Coronavirus Disease 2019 in Pregnancy and Outcomes Among Pregnant Women and Neonates: A Literature Review. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):473-478, May 2021.

Se dispone de datos limitados sobre los resultados de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) durante el embarazo y el riesgo de transmisión vertical en los neonatos expuestos. Se revisaron los estudios publicados desde el 1 de febrero de 2020 hasta el 15 de agosto de 2020 sobre los resultados en mujeres embarazadas con COVID-19 y neonatos con exposición perinatal. Entre las mujeres embarazadas con COVID-19, 181 (11%) requirieron ingreso en la unidad de cuidados intensivos y 123 (8%) requirieron ventilación mecánica. Hubo 22 muertes maternas. La mayoría de las infecciones se produjeron en el tercer trimestre. Entre las mujeres que dieron a luz, el 28% tuvo un parto prematuro y al 57% se le practicó una cesárea. Sesenta y uno (4%) de los 1222 neonatos con pruebas notificadas tenían al menos una prueba de reacción en cadena de la polimerasa del síndrome respiratorio agudo severo 2 positiva. El síntoma más común entre los neonatos fue la dificultad respiratoria (n = 126; 21%). Hubo 14 muertes neonatales, una de las cuales ocurrió en un neonato con pruebas positivas. Para optimizar la atención materna y neonatal, es esencial seguir estudiando el COVID-19 en las mujeres embarazadas y los neonatos, incluyendo la notificación estandarizada de los resultados, las pruebas y los protocolos de tratamiento.

·Commentary: Perinatal Coronavirus Disease 2019 and Maternal Vaccination: What More Do We Need to Know?. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(5):e193, May 2021.

Actualidad bibliográfica abril 2021

Top ten

Antecedentes: cinco años después de la introducción de la vacuna antineumocócica conjugada 13-valente (PCV13) se llevó a cabo un estudio epidemiológico de transporte nasofaríngeo de Streptococcus pneumoniae en niños sanos. Objetivos: Estudiar el impacto de la vacunación pediátrica con PCV13 y otros factores epidemiológicos asociados sobre el estado de portador nasofaríngeo, los serotipos neumocócicos circulantes y la susceptibilidad antibiótica a los antibióticos de uso más frecuente. Métodos: se realizó un estudio multicéntrico en Atención Primaria de Salud, que incluyó a 1.821 niños sanos de 1 a 4 años. Todos los aislamientos se enviaron al Laboratorio Español de Referencia de Neumococos para la serotipificación y las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos. Resultados: El 71,9% de los niños había recibido al menos una dosis de PCV13 y la prevalencia de portadores de neumococos fue del 19,7%. La proporción de serotipos de PCV13 fue baja (14,4%), con predominio observado de serotipos no vacunales, siendo 23B, 11A, 10A, 35B / F y 23A los cinco más frecuentes. Se encontró una alta tasa de resistencia a penicilina, eritromicina y trimetoprima sulfametoxazol. Conclusiones: Se detectó una baja proporción de serotipos de PCV13, lo que confirma el impacto de la vacunación pediátrica en la reducción del transporte de serotipos vacunales. Se observaron altas tasas de resistencia a antibióticos clínicamente importantes.

Introducción: el objetivo fue analizar el aumento de incidencia de leishmaniasis observado en el Departamento Xàtiva-Ontinyent de la Comunidad Valenciana, España, y establecer un patrón clínico, valorando la forma de presentación, diagnóstico y respuesta al tratamiento.

Métodos: estudio epidemiológico retrospectivo en niños menores de 15 años, con diagnóstico de leishmaniasis visceral y cutánea, en el hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva, desde enero de 2009 a diciembre de 2018.

Resultados: se recogieron 37 casos de leishmaniasis, 15 viscerales y 22 cutáneos. La mediana de edad fue de 17 meses para viscerales y de 2 años y 8 meses para cutáneos. En el momento del diagnóstico de leishmaniasis visceral, todos presentaron fiebre, anemia y esplenomegalia. En la leishmaniasis cutánea se presentaron en forma de placa o pápula eritematosa. Su confirmación diagnóstica se realizó en el 68% de los casos por visualización directa en la biopsia de la lesión de amastigotes, y en el 32% mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de frotis o biopsia de piel. En las leishmaniasis viscerales, el aspirado de médula ósea fue positivo en el 25% de los casos y en la PCR en sangre periférica en el 100%. Todas las leishmaniasis viscerales fueron tratadas con anfotericina B liposomal, con desaparición de la fiebre a las 72 horas. El 91% de las leishmaniasis cutáneas fueron tratadas con antimoniato de meglumina, y todas evolucionaron favorablemente.

Conclusiones: se confirma el aumento de incidencia de leishmaniasis en los años recogidos y se analiza el perfil clínico de estos pacientes de edad pediátrica, que es diferente al del adulto, y presentan una buena respuesta al tratamiento.

Objetivos: Evaluar la efectividad y la seguridad de la prescripción de antibióticos diferida (DAP) en comparación con la prescripción de antibióticos inmediata (IAP) y sin prescripción de antibióticos (NAP) en niños con infecciones respiratorias no complicadas.

MÉTODOS: Ensayo clínico aleatorizado que compara 3 estrategias de prescripción de antibióticos. Los participantes fueron niños con infecciones respiratorias agudas no complicadas atendidos en 39 centros de atención primaria. Los niños fueron asignados al azar a los brazos de prescripción de la siguiente manera: (1) DAP, (2) IAP o (3) NAP. Los resultados primarios fueron la duración y la gravedad de los síntomas. Los resultados secundarios fueron el uso de antibióticos, la satisfacción de los padres, las creencias de los padres, las visitas adicionales de atención primaria y las complicaciones a los 30 días.

RESULTADOS: En total, 436 niños fueron incluidos en el análisis. La duración media (DE) de los síntomas graves fue de 10,1 (6,3) para IAP, 10,9 (8,5) para NAP y 12,4 (8,4) para DAP (p = 0,539), aunque las diferencias no fueron estadísticamente significativas. La mediana (rango intercuartílico) de la mayor gravedad para cualquier síntoma fue similar para los 3 brazos (puntuación mediana [rango intercuartílico] de 3 [2-4]; p = 0,619). El uso de antibióticos fue significativamente mayor para IAP (n = 142 [96%]) en comparación con DAP (n = 37 [25,3%]) y NAP (n = 17 [12,0%]) (P <0,001). Las complicaciones, las visitas adicionales a la atención primaria y la satisfacción fueron similares para todas las estrategias. Los efectos adversos gastrointestinales fueron mayores para la IAP.

CONCLUSIONES: No hubo diferencias estadísticamente significativas en la duración o gravedad de los síntomas en los niños con infecciones respiratorias no complicadas que recibieron DAP en comparación con las estrategias NAP o IAP; sin embargo, DAP redujo el uso de antibióticos y los efectos adversos gastrointestinales.

Introducción. Más del 90% de las prescripciones de antibióticos en España se realizan en ámbito extrahospitalario, con una alta variabilidad entre regiones sanitarias. El objetivo de este estudio es describir la variabilidad entre áreas sanitarias del consumo extrahospitalario de antibióticos en la población pediátrica asturiana entre 2005 y 2018.
Material y métodos. Análisis comparativo y retrospectivo del consumo de antibacterianos de uso sistémico (grupo J01 de la clasificación ATC, Anatomical Therapeutic Chemical Classification) en ámbito extrahospitalario en la población pediátrica de las ocho áreas sanitarias del Principado de Asturias entre 2005 y 2018, expresado en número de dosis diarias definida (DDD) por mil habitantes y día (DHD).
Resultados. El consumo medio de antibacterianos en la población pediátrica asturiana (2005-2018) fue de 14 DHD (IC95% 13,4 – 14,6), con un aumento hasta 2009 (15,2 DHD) y descenso a partir de 2015 (11,9 DHD en 2018) y predominio del grupo β-lactámicos penicilinas (10,7 DHD). El consumo medio experimentó diferencias estadísticamente significativas entre las áreas de mayor y menor consumo (Avilés, 19 DHD; Oviedo, 11,5 DHD). Se observó una amplia variabilidad entre áreas en el análisis temporal (diferencia de 11,8 DHD en 2011) y de grupos terapéuticos. El consumo de macrólidos en el área de Langreo y de quinolonas en el área de Jarrio fue 2,3 y 4,1 veces superior, respectivamente, que dichos consumos en el área de Gijón.
Conclusiones. Existe una amplia variabilidad cuantitativa y cualitativa en el consumo extrahospitalario de antibióticos en la población pediátrica de las diferentes áreas sanitarias de Asturias.

El seguimiento de las reacciones adversas después de la inmunización es fundamental, especialmente para las nuevas vacunas, como las vacunas contra COVID-19. Describimos 20 casos de inicio agudo de una única linfadenopatía supraclavicular que se manifiestan entre 24 h y 9 días después de la administración intramuscular ipsolateral de una vacuna COVID-19 basada en ARNm, remitidos a nuestro Centro Colaborador de la OMS para la Seguridad de las Vacunas. Nuestros resultados indican que la inflamación de los ganglios linfáticos supraclaviculares después de la vacunación puede constituir una condición benigna y autolimitada, relacionada con un lugar de inyección más alto que el recomendado.

Introducción. En pacientes menores de 3 meses con sospecha de tosferina se recomienda ingreso y tratamiento con azitromicina debido a su mayor morbimortalidad, por lo que muchos pacientes con tos sin otros signos de alarma ingresan con antibioterapia hasta obtener el resultado de la PCR de Bordetella. La realización de esta técnica de forma urgente proporciona el diagnóstico en pocas horas. Nuestro objetivo fue determinar si su introducción en los servicios de Urgencias mejoraba el manejo de estos pacientes.

Métodos. Estudio de cohortes histórico de pacientes menores de 3 meses a los que se realizó en Urgencias la PCR de Bordetella de secreciones respiratorias desde marzo de 2011 hasta diciembre de 2017. A partir de diciembre de 2015 era procesada de forma urgente.

Resultados. Se realizaron 158 PCR, 16 (10%) de las cuales resultaron positivas para B. pertussis. Los resultados negativos (142; 90%) se dividen en 2 grupos de estudio: PCR-convencional, con 74 casos, y PCR-urgente, con 68 casos. Los 2 grupos son homogéneos en cuanto a características clínicas y analíticas. En el grupo PCR-urgente se realizaron un 18% menos de radiografías de tórax (p=0,008) e ingresaron 33 pacientes (48,5%), frente a 49 (66,2%) en el grupo PCR-convencional (p=0,042). Recibió tratamiento antibiótico el 32% en el grupo PCR-urgente frente al 67% en el PCR-convencional (p=0,000047), sin aumento significativo de las reconsultas en Urgencias ni peor evolución.

ConclusionesLa PCR urgente de Bordetella es una herramienta útil en los servicios de Urgencias para el manejo de los lactantes menores de 3 meses con sospecha de tosferina, ya que puede evitar ingresos, pruebas y tratamientos antibióticos innecesarios.

Casos clínicos

La escabiosis o sarna es la infestación cutánea por el ácaro Sarcoptes scabiei var. hominis, cuyo diagnóstico generalmente es clínico, pudiendo confirmarse mediante el test de Müller o, de forma sencilla y fiable, mediante estudio dermatoscópico. Se presenta un caso representativo de escabiosis en lactante y los hallazgos dermatoscópicos patognomónicos en un lactante de 6 meses de edad. Con la sospecha de escabiosis se realizó estudio con dermatoscopia de luz polarizada, confirmando el diagnóstico al visualizar surcos acarinos y lesiones en ala delta. Además, se realizó el test de Müller, observando el ácaro en el examen directo al microscopio óptico tras raspado de piel lesionada. Con este caso se pretende recordar la clínica típica con las características distintivas de la escabiosis en lactantes, y los principales métodos que permiten confirmar el diagnóstico, con especial relevancia de la dermatoscópica como técnica sencilla e inocua.

El síndrome inflamatorio multisistémico en niños después de una infección por SARS-CoV-2 se caracteriza por fiebre, marcadores inflamatorios elevados y afectación de varios órganos. Las presentaciones son variables, pero a menudo incluyen síntomas gastrointestinales. Describimos 5 niños con fiebre y síntomas gastrointestinales en los que inicialmente se sospechó el síndrome inflamatorio multisistémico que finalmente fueron diagnosticados de enteritis bacteriana, destacando los desafíos diagnósticos presentados por la pandemia del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo.

Para profundizar

  • Risk Factors for Severe COVID-19 in Children The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(4):e137-e145, April 2021Graff, Kelly; Smith, Christiana; Silveira, Lori; Jung, Sarah; Curran-Hays, Shane; Jarjour, Jane; Carpenter, Lauren; Pickard, Kasey; Mattiucci, Michael; Fresia, JoEllen; McFarland, Elizabeth J.; Dominguez, Samuel R.; Abuogi, Lisa Less

Antecedentes: hay datos pediátricos limitados con respecto a la enfermedad COVID-19 grave. Nuestro estudio tiene como objetivo describir la epidemiología e identificar los factores de riesgo de la enfermedad grave COVID-19 en los niños.

Métodos: Este es un estudio de cohorte retrospectivo entre niños con PCR positiva para el SARS-CoV-2 de marzo a julio de 2020 en el Children’s Hospital Colorado. Los factores de riesgo de enfermedad grave se analizaron según la definición de ingreso hospitalario, asistencia respiratoria o cuidados intensivos. Se realizaron análisis univariables y multivariables.

Resultados: Entre los 454 pacientes identificados con SARS-CoV-2, 191 (42,1%) eran mujeres, con una mediana de edad de 11 años. El cincuenta y cinco por ciento de todos los pacientes identificados como hispanos en comparación con el 29% entre todas las visitas al hospital en 2019 (P <0.0001). En análisis multivariables, edad de 0 a 3 meses o> 20 años [razón de posibilidades ajustada (ORa), 7,85; P <0,0001 y aOR, 5,1; P = 0,03, respectivamente], antecedentes de nacimiento prematuro (ORa, 3,7; P = 0,03), comorbilidades [incluida la inmunodepresión (ORa, 3,5; P = 0,004), afección gastrointestinal (ORa, 2,7; P = 0,009), diabetes (ORa, 6,6; P = 0,04), asma (ORa, 2,2; P = 0,04)] y síntomas específicos en el momento de la presentación fueron predictores de ingreso. La edad de 0 a 3 meses o> 20 años, el asma, la afección gastrointestinal y síntomas similares en el momento de la presentación también fueron predictores de asistencia respiratoria. La proteína C reactiva elevada se asoció con la necesidad de cuidados intensivos con una mediana de 17,7 mg / dL (IQR, 5,3-22,9) versus 1,95 mg / dL (IQR, 0,7-5,5) entre los pacientes que requieren cuidados críticos versus no críticos (OR, 1,2; P = 0,02).

Conclusiones: Los extremos de edad, las condiciones comórbidas y la PCR elevada son predictores de enfermedad grave en los niños. Los hallazgos de este estudio pueden informar a los proveedores pediátricos y a los funcionarios de salud pública para adaptar el manejo clínico, la planificación de una pandemia y la asignación de recursos.

Introducción: desde el inicio de la epidemia de COVID-19, se han publicado numerosos estudios, pero la información sobre el impacto de la infección por SARS-CoV-2 en población pediátrica es todavía limitada. La incidencia y características en población pediátrica siguen siendo inciertas, por lo que se necesitan más estudios para entender el COVID-19 pediátrico.

Material y métodos: estudio multicéntrico retrospectivo en el que se describen la incidencia y características clínicas de los niños con COVID-19 confirmada en Navarra (España) durante la primera ola epidémica (28 de febrero-31 de mayo de 2020).

Resultados: la incidencia acumulada de COVID-19 pediátrico en Navarra en tres meses fue de tres casos por 1000 niños. De los 309 casos confirmados, el 85,7% tenían contacto domiciliario positivo; el 32,1% fueron asintomáticos; los síntomas fueron variados y solo el 15,8% tenían presentación “típica” de fiebre y síntomas respiratorios; 49% recibió atención telefónica y solo 11,6% requirió estudio complementario. Trece pacientes ingresaron en hospital (4,2%), dos fueron casos moderados (un cuadro respiratorio que requirió oxigenoterapia y un cuadro convulsivo tratado con antiepilépticos) y uno grave con el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2 que ingresó en la unidad de cuidados intensivos (UCIP). Evolución favorable en todos los casos sin secuelas. Un 45,2% no necesitó tratamiento, el resto tratados con analgésicos, inhaladores o antibióticos en caso de sobreinfección; 2,3% recibió hidroxicloroquina.

Conclusiones: los reportes epidemiológicos son importantes para mejorar el conocimiento sobre COVID-19 en niños, ayudando a los pediatras a reconocer y tratar mejor la enfermedad.

Introducción: desde la aparición del SARS-CoV-2 se está observando que los niños de todo el mundo no parecen vulnerables a la infección, pero casi todos los datos se recogieron durante periodos de cierre escolar y medidas de distancia social. El temor a un colapso de los sistemas sanitarios lleva a los Gobiernos a mantener políticas restrictivas globales que pueden causar más daño que beneficio, especialmente en los niños y sus familias. Por ello, es necesario confirmar el papel epidemiológico de los menores en esta pandemia, en condiciones de vida cotidiana, tras la reapertura de los colegios, que conlleva un aumento de sus contactos físicos y sociales.

Pacientes y métodos: se presenta el análisis de 45 casos consecutivos diagnosticados de COVID-19 entre las semanas 34 y 44 de 2020 –que incluyen los primeros dos meses del reinicio escolar– recogidos entre los 5250 niños adscritos a los cuatro cupos de Pediatría de un centro de salud urbano de la Comunidad de Madrid. Se constata que los niños presentan una clínica leve e inespecífica y apenas transmiten la infección en el entorno familiar, al igual que han mostrado otros estudios publicados desde el inicio de 2020.

Conclusión: son necesarios y urgentes amplios estudios poblacionales para crear una base sólida que permita relajar las medidas restrictivas sobre los niños y sus familias. Atención Primaria es una plataforma privilegiada para llevarlos a cabo, pues permite observar de cerca y en condiciones reales el papel que juegan los niños en la dinámica de la infección.

Se reclutan 91 pacientes hospitalizados consecutivos con COVID-19 en 6 hospitales de Toronto, Canadá, y se analizamos muestras pareadas de hisopado nasofaríngeo / saliva de cada paciente mediante RT-PCR en tiempo real para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo. La sensibilidad fue del 89% para los hisopados nasofaríngeos y 72% para los de saliva (p = 0,02). La diferencia en la sensibilidad fue mayor para los pares de muestras recolectados más tarde en la enfermedad.

Conclusión: Según la evaluación serológica la infección previa por coronavirus estacionales, no interfiere con la infección por SARS-CoV-2 y el MIS relacionado en niños.

El parechovirus A tipo 3 (PeV-A3) está asociado con la infección del sistema nervioso central en lactantes pequeños. Hay datos limitados con respecto a los resultados a largo plazo, en su mayoría informados en poblaciones de Australia y Europa. El objetivo de este estudio fue evaluar la frecuencia de deterioro del desarrollo neurológico (NDI) después de la infección por PeV-A3 en nuestra cohorte de EE. UU.

Métodos: Los bebés hospitalizados durante el brote de 2014 con infección por PeV-A3 confirmada por laboratorio fueron evaluados con historia clínica, examen neurológico, respuestas de los padres al Cuestionario de Edades y Etapas y evaluación del desarrollo utilizando los cocientes cognitivos, motores y del idioma de las Escalas de Bayley de Desarrollo de Lactantes y Niños, tercera edición. La determinación del NDI se basó en criterios publicados. La relación de la gravedad de la enfermedad por PeV con las medidas de resultado se determinó utilizando la prueba exacta de Fisher, χ2 y la prueba U de Mann-Whitney, según fuera apropiado.

Resultados: Diecinueve niños, nacidos a término, fueron evaluados a los ~3 años de edad; La enfermedad por PeV-A3 fue no complicada para 6 (32%), compleja, no neurológica para 9 (47%) y con encefalitis / convulsiones para 4 (21%). No se observaron diferencias en los cocientes medios de las Escalas de desarrollo para Lactantes y niños de, tercera edición, entre bebés según la presentación clínica. Los cocientes para todos estaban dentro de 1 desviación estándar de las normas poblacionales. Dos (11%) niños tenían NDI leve; 1 con parálisis cerebral leve. Los resultados del Cuestionario de Edades y Etapas incluyeron un 11% a nivel de derivación y un 37% de sospecha de preocupación. Los padres de 6 (32%) notaron problemas de comportamiento. Estos hallazgos no estaban relacionados con la gravedad de la enfermedad por PeV-A3.

Conclusiones: Se identificaron con frecuencia preocupaciones de los padres tras la enfermedad PeV-A3 de los lactantes. El once por ciento tenía deterioro del desarrollo neurológico a los 3 años de edad. La gravedad en la presentación no se correlacionó con los resultados adversos de la niñez. Está justificada la monitorización longitudinal del desarrollo después de la enfermedad infantil PeV-A3.

A principios de 2020, el cierre de escuelas (SC) fue una de las primeras intervenciones no farmacéuticas adoptadas en todo el mundo como estrategia de contención de la enfermedad COVID-19. Con la excepción de Asia oriental, que comenzó SC en enero-febrero, a finales de marzo SC afectó la rutina académica normal de 1.500 millones de estudiantes (84% del total mundial) en 169 países. La justificación de la utilidad de SC se pudo encontrar en diferentes estudios de modelización que sugirieron aplicar esta medida de salud pública para las pandemias de virus de influenza, con la Organización Mundial de la Salud recomendando SC con la pandemia H1N1 en 2009. Estas consideraciones parecían justificar los daños evidentes relacionados con SC a corto a medio plazo.

Evaluar el impacto de la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus 2019 (COVID-19) en la prestación y la satisfacción de los padres con los servicios de terapia para niños con discapacidades en entornos de atención temprana, escolares y ambulatorios.

Diseño del estudio: 207 padres de niños con discapacidades completaron una encuesta en línea sobre el acceso de sus hijos a los servicios de terapia y su satisfacción con ellos durante el la COVID-19. Los padres también completaron la Escala de Asociación Familia-Proveedor y la Escala de Satisfacción de Telesalud. Se comparó la satisfacción entre las familias que recibieron terapias en la escuela, atención temprana, pacientes ambulatorios y múltiples entornos.

Resultados El cuarenta y cuatro por ciento de los padres informaron una baja satisfacción con los servicios de terapia de sus hijos durante la pandemia. El acceso a telesalud predijo positivamente la satisfacción general y la satisfacción con la asociación familia-proveedor, mientras que recibir terapias basadas en la escuela predijo negativamente la satisfacción general y la satisfacción con la asociación familia-proveedor.

Conclusiones: Las terapias basadas en la escuela son obligatorias por ley para los estudiantes que cumplen los requisitos, gratuitas para las familias, integradas en el entorno académico y menos gravosas para los padres que otros servicios. Por lo tanto, dada la disparidad en la satisfacción de los padres con respecto a la prestación de servicios basados ​​en la escuela, abordar la prestación de terapia en entornos escolares durante la duración del COVID-19 es fundamental para prevenir el aumento de las disparidades y satisfacer de manera más eficaz las necesidades de los niños. La telesalud parece ser una opción prometedora para continuar con los servicios de alta calidad durante la duración de la pandemia de COVID-19 y para las familias que se enfrentan a las barreras de acceso a los servicios en general. Se justifican la realización de futuros estudios con muestras más amplias y diversas, así como estudios longitudinales que monitoreen el acceso a los servicios y la satisfacción de los padres durante el resto de la pandemia.

La pandemia actual de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha causado más de 1000000 de muertes en todo el mundo y más de 200000 muertes en los EE. UU. Hasta la fecha la mayoría, pero no todas, las muertes y las consecuencias más graves del COVID-19 se encuentran entre personas mayores. Sin embargo, además de las cifras directas de morbilidad y mortalidad, ha habido enormes trastornos en la vida de personas de todas las edades, con las consiguientes tensiones emocionales, económicas y sociales sobre lo que se conoce como intervenciones no farmacéuticas (NPI), como el distanciamiento social, el uso de máscaras, el lavado de manos y las pruebas y el rastreo de contactos. Estos enfoques pueden ser efectivos para mitigar el daño causado por COVID-19, pero solo si son ampliamente aceptados e implementados, lo que generalmente no ha sido el caso en los EE. UU. Las NPI a menudo se caracterizan como medidas provisionales, “hasta que se disponga de una vacuna o cura”. De hecho, se han realizado esfuerzos sin precedentes para desarrollar vacunas para prevenir la infección debido al síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), el virus que causa el COVID-19. En el momento de redactar este informe (octubre de 2020), había 44 vacunas candidatas en ensayos clínicos en humanos, con 11 en ensayos de fase 3.5 Como resultado, existe una gran expectativa de que pronto estará disponible una vacuna. Sin embargo, la vacunación, al igual que las NPI, no será eficaz sin políticas de salud pública bien diseñadas, una comunicación clara de salud pública y una aceptación generalizada entre la población. Además, todavía no sabemos qué eficacia tendrá una vacuna o cuánto tiempo durará la inmunidad inducida por la vacuna o si la vacunación deberá ser estacional, como la vacunación contra la influenza. Además, es esencial que exista un plan para la asignación equitativa de cualquier vacuna que esté disponible, incluso para niños y adolescentes, para garantizar que todos estén protegidos y que las disparidades de salud existentes por COVID-19 no empeoren…

Conclusiones

Existe una sólida justificación para incluir a niños y adolescentes en los ensayos clínicos de la vacuna contra el SARS-CoV-2 y para incluir a los menores como objetivos importantes de la vacunación, principalmente para proteger a los adultos mayores con los que interactúan y para lograr una posible protección comunitaria. Al mismo tiempo, es esencial que moderemos las expectativas de que la disponibilidad de una o más vacunas contra el SARS-CoV-2 permitirá a los niños, adolescentes y adultos retomar una vida normal anterior al COVID-19. Las muchas incertidumbres sobre COVID-19, sobre la eficacia y seguridad de las vacunas candidatas y sobre la duración de la inmunidad inducida por vacunas hacen que sea particularmente importante que seamos lo más claros posible en nuestras comunicaciones sobre COVID-19, posibles vacunas y la situación casi segura de que las NPI seguirán siendo necesarias durante algún tiempo. Esta claridad de comunicación a nivel nacional y comunitario también ayudará a mantener la confianza en otras vacunas para niños y adolescentes. El desarrollo y la disponibilidad de las vacunas contra el SARS-CoV-2 representarán pasos importantes en el manejo de la pandemia COVID-19, pero probablemente sean un elemento en un conjunto multifacético de estrategias que necesitaremos emplear.

Las vacunas actuales frente al Covid están autorizadas para ser administradas en personas a partir de los 16 (o 18) años de edad, según el tipo de vacuna. Pero la investigación en adolescentes de 12-17 años está muy avanzada11 y posiblemente puedan estar disponibles si cumplen con los exigentes e imprescindibles estándares de seguridad y eficacia, en el otoño próximo (las vacunas para niños menores de 12 años tardarán unos meses más). La vacunación infantil es posible.

De modo que la vacunación infantil frente al COVID es una necesidad práctica, será factible en los próximos meses, y es, finalmente y por todo ello, una obligación ética. Una vez asegurada la vacunación de la población más vulnerable (los mayores de 60 años y las personas de cualquier edad con comorbilidades de riesgo) y la de la población adulta en general, la vacunación infantil, también escalonada en función de la disponibilidad de vacunas, debe ser el siguiente paso. Es el momento de hacer los preparativos necesarios para ello12.

La frecuencia del rechazo de la vacuna, que se asocia con muchos factores, está aumentando en todo el mundo. El objetivo de este estudio fue predecir la frecuencia de rechazo de la vacuna contra las vacunas COVID-19 nacionales y extranjeras e identificar los factores subyacentes al rechazo.

Métodos: Se realizó una encuesta que constaba de 16 preguntas sobre la vacunación COVID-19, ya sea en persona o en línea, con 428 padres que aceptaron participar en el estudio. Los padres tenían hijos hospitalizados o ambulatorios en el Hospital Infantil del Hospital de la ciudad de Ankara. En la encuesta, se preguntó a los padres sobre las características sociodemográficas de la familia, las opiniones sobre las vacunas COVID-19 nacionales y extranjeras y los motivos del rechazo de la vacuna.

Resultados: Si bien el 66,1% de los padres se mostró reacio a recibir vacunas COVID-19 extranjeras, solo el 37,4% se mostró reacio a recibir vacunas COVID-19 nacionales. La preferencia de los participantes por la vacuna nacional fue significativamente mayor para ellos y sus hijos (P <0.05). Las mujeres tenían menos probabilidades de estar dispuestas a recibir vacunas extranjeras que los hombres (P <0,05). A medida que aumentó el nivel de educación, menos padres prefirieron la vacuna doméstica para ellos (P = 0,046) y sus hijos (P = 0,005). La aceptabilidad de la vacuna tanto nacional como extranjera para los padres y sus hijos fue mayor entre los padres con altos niveles de ansiedad con respecto a la infección por COVID-19 (P <0,05). Las razones más comunes para el rechazo fueron la ansiedad por los efectos secundarios de las vacunas, la falta de conocimiento sobre la efectividad de las vacunas y la desconfianza en las vacunas fabricadas en el extranjero.

Conclusión: La mayoría de los participantes dudaban sobre las vacunas COVID-19. Este estudio demuestra que la aceptación de la vacuna se puede incrementar considerando la mayor preferencia por las vacunas nacionales.

La evaluación y el tratamiento del lactante febril se realiza habitualmente de forma ambulatoria. El subconjunto de los menores de 8 semanas de edad se ha distinguido tradicionalmente de los niños febriles relativamente mayores por una variedad de factores clínicos únicos que afectan el riesgo de infección bacteriana grave (IBG). Estos incluyen: desarrollo inadecuado de las defensas del huésped, dificultad para clasificar con precisión la apariencia clínica del paciente debido a la inmadurez neurológica y un perfil único de patógenos bacterianos potenciales que causan IBG para los cuales carecemos de vacunas preventivas.

El consenso sobre la gestión adecuada ha evolucionado con el tiempo. Inicialmente, era habitual realizar una evaluación completa de la sepsis y hospitalizar a todos los lactantes febriles de 0 a 8 semanas para recibir antibióticos parenterales empíricos en espera de los resultados del cultivo. Después de determinar que la tasa de IBG se reduce aproximadamente a la mitad en los niños de 4 a 8 semanas frente a los <4

semanas de edad, varios estudios ambulatorios probaron los protocolos de criterios de IBG de bajo riesgo para estratificar con precisión el riesgo de infección para los bebés febriles relativamente mayores. Los criterios utilizados fueron similares en cada estudio, incluida una combinación de: antecedente de nacimiento a término, sin afecciones médicas subyacentes, apariencia de estar bien sin un foco de infección bacteriana en el examen físico y una evaluación negativa de sepsis. Varios estudios incluyeron los criterios de análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) normal; otros no. Era común una presentación de perfil de bajo riesgo, que representa aproximadamente el 30% de todos los lactantes febriles de 4 a 8 semanas. La utilización eficaz de estos criterios promovió importantes ahorros en los costos de atención médica y evitó la hospitalización innecesaria para la terapia con antibióticos parenterales, sin sacrificar la sensibilidad por el resultado de la IBG. Este enfoque parece haber sido ampliamente adoptado para el tratamiento ambulatorio de lactantes febriles de 4 a 8 semanas, aunque un informe de 2016 indicó que las desviaciones del tratamiento son comunes y solo el 59% de los lactantes febriles de 0 a 4 semanas se presentan a una gran organización de mantenimiento de la salud de California recibe una evaluación completa de la sepsis.1

Los protocolos adicionales excluyeron la realización de una punción lumbar (PL) / análisis de LCR, basándose exclusivamente en el análisis de la apariencia clínica del paciente, el análisis de orina y los resultados de los análisis de sangre (incluidos los marcadores inflamatorios séricos) para distinguir el riesgo de IBG. Uno de estos estudios de la Red de investigación aplicada de atención de emergencia pediátrica informó un valor predictivo negativo del 99,6% para sus criterios de bajo riesgo para el resultado de IBG; incluyeron lactantes febriles de 0 a 4 semanas; y analizó solo 10 casos de meningitis bacteriana. Para resaltar la dificultad de aplicar con precisión tal enfoque, un estudio posterior al probar estos mismos criterios, se encontró que el 10,2% de los pacientes con IBG fueron clasificados erróneamente como de “bajo riesgo”, incluido el 13% de los bebés con infecciones bacterianas invasivas (4 con bacteriemia y 2 con meningitis bacteriana). Los 5 pacientes clasificados erróneamente tenían un buen aspecto clínico y valores “normales” del recuento sanguíneo completo, el recuento absoluto de neutrófilos y la concentración sérica de procalcitonina.

Objetivo: comparar los costos médicos asociados con los criterios de estratificación de riesgo utilizados para evaluar a lactantes febriles de 29 a 90 días de edad.

Diseño del estudio: se realizó un estudio de análisis de costos que evaluó los criterios de Boston, Rochester, Filadelfia, paso a paso y PECARN. El porcentaje de lactantes considerados de bajo riesgo y las tasas de infecciones pasadas por alto se obtuvieron de la literatura publicada. Los costos del departamento de emergencias se estimaron a partir de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. Las bases de datos del Proyecto de Utilización y Costo de la Atención Médica se utilizaron para estimar el número de bebés de entre 29 y 90 días que presentan fiebre anualmente y los costos de las admisiones relacionadas con infecciones no detectadas. Se usó un modelo probabilístico de Markov con uno previo de Dirichlet para estimar las distribuciones de probabilidad de transición para cada resultado, y se usó una distribución gamma para modelar los costos. Una simulación de Markov estimó la distribución de los costos anuales esperados por bebé y los costos anuales totales.

Resultados: Para los bebés de bajo riesgo, el costo promedio por bebé para los criterios fue Rochester: $ 1050 (IQR $ 1004- $ 1092), Filadelfia: $ 1416 (IQR, $ 1365- $ 1465), Boston: $ 1460 (IQR, $ 1411- $ 1506), paso a paso $ 942 (IQR, $ 899- $ 981) y PECARN $ 1004 (IQR, $ 956- $ 1050). Se estima que 18 522 bebés febriles de 1 a 3 meses de edad se presentan anualmente y los costos medios totales estimados para su atención por criterios fueron: Rochester, $ 127,3 millones (IQR, $ 126,1- $ 128,5); Filadelfia, $ 129,9 millones (IQR, $ 128,7- $ 131,1); Boston, $ 128,7 millones (IQR, $ 127,5- $ 129,9); Paso a paso, $ 126,6 millones (IQR, $ 125,4- $ 127,8); y PECARN, $ 125,8 millones (IQR, $ 124,6- $ 127).

Conclusiones: Los criterios de Rochester, Paso a paso y PECARN son los menos costosos cuando se evalúa a bebés de 29 a 90 días con fiebre.

Los ensayos clínicos de tratamientos farmacológicos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se están diseñando e implementando rápidamente en adultos. A menudo, no se tiene en cuenta a los niños durante el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades infecciosas hasta muy tarde. Aunque los niños parecen tener un riesgo menor en comparación con los adultos de enfermedad grave por COVID-19, una cantidad sustancial de niños en todo el mundo se beneficiará de los tratamientos farmacológicos. Será razonable extrapolar la eficacia de la mayoría de los tratamientos de los ensayos en adultos a los niños. Los ensayos pediátricos deben centrarse en caracterizar la farmacocinética, la dosis óptima y la seguridad de un tratamiento en todo el espectro de edades. Estos ensayos deben utilizar un diseño adaptativo para agregar o eliminar brazos de manera eficiente en lo que será un panorama de tratamiento en rápida evolución, y deben involucrar a una gran cantidad de sitios en todo el mundo en un esfuerzo colaborativo para facilitar una implementación eficiente. Todas las partes interesadas deben comprometerse a un acceso equitativo a cualquier tratamiento eficaz y seguro para los niños en todas partes.

En Dinamarca, se evaluaron los anticuerpos del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo en un estudio transversal entre 1033 niños que visitaron departamentos de pediatría y 750 donantes de sangre en junio de 2020, utilizando una prueba en el lugar de atención. Se detectaron anticuerpos en 17 niños (1,6%) y 15 donantes de sangre (2,0%) (P = 0,58). En conclusión, los niños y los adultos se infectaron en un grado similar bajo.

Comentario: datos a interpretar teniendo en cuenta la baja sensibilidad de los test POC de anticuerpos…En https://www.finddx.org/sarscov2-eval-antibody/ le da una sensibilidad del 66,6%

En marzo de 2020, cuando se aplicaron estrictas medidas de distanciamiento y cierres de escuelas para contrarrestar la pandemia (el resumen de todas las medidas anteriores y actuales figura en línea3), el número de admisiones disminuyó considerablemente. Basándose en la observación del año anterior, se habría esperado un aumento de las admisiones para octubre de 2020. Sin embargo, debido al aumento del número de casos de la enfermedad por coronavirus en 2019,3 el gobierno federal suizo reintrodujo restricciones más estrictas a mediados y finales de octubre de 2020 de forma gradual, incluyendo la recomendación de trabajar desde casa y el cambio de la educación superior a la educación a distancia. Es importante destacar que las escuelas y las guarderías no cerraron. Aunque la mediana de las cifras de admisiones en el PAC desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre no difirió entre 2019 y 2020 (Fig. 1B, prueba t emparejada P = 0,299), observamos que aún no se ha producido el esperado aumento estacional de las admisiones y, por el contrario, las cifras han mostrado incluso cierto descenso. Por lo tanto, las cifras actuales de admisiones de 2020 son significativamente más bajas (por sitio y semana en aproximadamente un 67% en promedio) que en el período respectivo de 2019 (Fig. 1B, prueba t emparejada P < 0,001).

FIGURA 1.

Número de ingresos semanales por NAC. A: Total de ingresos en todos los centros del estudio por semana natural. Las barras gris claro y gris oscuro representan las semanas comparadas en (B). B: Admisiones de NAC por semana y centro de ensayo en las 4 semanas de mediados de septiembre a mediados de octubre (recuadros gris claro) y en las 6 semanas de mediados de octubre a finales de noviembre (recuadros gris oscuro), octubre de 2019 a noviembre de 2019 en promedio 2,06 admisiones de NAC por semana y centro, 2020 0,67 por semana y centro, diferencia media 1,40 (intervalo de confianza del 95%: 0,76-2,03, P < 0,001).

Introducción: este trabajo expone la experiencia del uso del correo electrónico en consulta de un centro de salud de Aragón (España) durante cinco años. Se valora el impacto económico, la satisfacción del usuario y su utilización durante la pandemia de COVID-19.

Métodos: en la primera consulta con los padres se ofrece el uso del correo electrónico para consultas no urgentes con pediatra y enfermera. Se entregan instrucciones. Trascurridos dos años se valora el uso del servicio realizando encuestas de satisfacción del usuario. Tras tres años se analiza el número de consultas realizadas y el ahorro de tiempo y recursos que supone. Finalmente, valoramos su uso durante el tiempo de confinamiento de la pandemia de 2020.

Resultados: el uso del correo electrónico aumenta los primeros meses y posteriormente se mantiene constante. Durante la pandemia el uso ha sido masivo. Los padres demuestran estar muy satisfechos con su uso, incluso solicitan que se aplique a otras consultas del centro. Respecto al impacto económico, calculamos un ahorro de 37 271,5 € anuales, por el menor tiempo que requiere al pediatra la respuesta por correo respecto a la presencial. Pero al estimar el número de consultas que se hubieran atendido sin correo, se observa que no revierte en disminución de consultas presenciales, quizás por la mayor accesibilidad que reporta. Pero en la pandemia su uso ha sido clave para mantener el aislamiento.

Conclusiones: la consulta por correo electrónico en Pediatría está muy bien valorada, y el ahorro económico es significativo. Durante la pandemia de COVID-19 ha resultado muy útil.

Actualidad bibliográfica marzo 2021

TOP TEN

·Tuberculosis in Children Hospitalized in a Low-burden Country: Description and Risk Factors of Severe Disease. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(3):199-204, March 2021.

En los países de ingresos altos, son pocos los estudios pediátricos que han descrito la expresión clínica de la tuberculosis (TB) según la edad, y sus resultados son discordantes. Normalmente se considera que los pacientes de menos de 2 años tienen más riesgo de padecer una enfermedad grave que los niños de más edad. Nuestro objetivo fue describir mejor la gravedad de la enfermedad tuberculosa pediátrica en un país de baja incidencia.

Métodos:  Se incluyeron todos los niños (<18 años de edad) admitidos con enfermedad tuberculosa en el Hospital Universitario Robert Debré, París, entre 1992 y 2015. Los pacientes se clasificaron según la gravedad de la enfermedad tuberculosa basándose en la clasificación original de Wiseman et al. Se analizaron los factores de riesgo asociados a la gravedad.

Resultados: Se incluyeron 304 pacientes con una mediana de edad de 9,9 años (rango intercuartil 3,3-13,3) y una proporción de hombres a mujeres de 1,04. En general, se clasificaron 280/304 (92%): 168/304 (55%) se clasificaron como tuberculosis grave y 112/304 (37%) como tuberculosis no grave. La enfermedad del sistema nervioso central fue más frecuente entre los pacientes de <2 años de edad que entre los de 2-17 años (5/54; 9% frente a 5/229; 2% P = 0,024). Una edad de ≥10 años (P = 0,001) y haber nacido en el extranjero (P = 0,011) se asociaron a la gravedad de la enfermedad en el análisis univariante. En el análisis multivariante, el diagnóstico mediante cribado basado en los síntomas se asoció de forma independiente con la gravedad (odds ratio 7,1; intervalo de confianza del 95%: 3,9-12,9; P < 0,0001).

Conclusiones: Esta descripción del espectro clínico de la tuberculosis pediátrica en un entorno de baja carga demuestra que los adolescentes son el grupo con mayor riesgo de padecer tuberculosis grave.

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·Pneumonia in Hospitalized Children During SARS-CoV-2 Pandemic. Is it All COVID-19? Comparison Between COVID and Non-COVID Pneumonia. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(3):e111-e113, March 2021.

En nuestro estudio se describen más de 100 niños hospitalizados con neumonía durante el confinamiento de la primera oleada pandémica, siendo atribuibles al SARS-CoV-2 sólo el 20%. El estudio serológico durante el seguimiento sólo permitió detectar el 4%. Otras etiologías fueron comunes. La mayor edad, la presencia de cefalea, los vómitos, la linfopenia y la trombopenia se asociaron a la neumonía por COVID-19.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

La repercusión de la infección materna por SARS-CoV-2 y su riesgo de transmisión vertical es aún poco conocido. Las recomendaciones de las sociedades científicas buscan proporcionar seguridad para el recién nacido sin comprometer los beneficios del contacto precoz. El objetivo del estudio es describir las características y la evolución de recién nacidos de madres infectadas por SARS-CoV-2, así como las medidas implementadas siguiendo las recomendaciones de la Sociedad Española de Neonatología.

Material y métodos: Estudio observacional, prospectivo y unicentro de cohortes. Se diseñó un circuito específico para madres con infección por SARS-CoV-2 y sus hijos. Se recogieron datos epidemiológicos y clínicos de las madres y sus recién nacidos. Se realizó PCR al nacer y a los 14 días.

Resultados: Se incluyeron 73 madres y 75 neonatos. El 95,9% de infecciones maternas fueron diagnosticadas durante el tercer trimestre, el 43,8% fueron asintomáticas. La mediana de edad gestacional fue de 38 semanas (RIC: 37-40), el 25,9% de los neonatos requirió ingreso. En el 68% se realizó contacto piel con piel en paritorio y el 80% recibieron lactancia materna o donada exclusiva durante su estancia. No se objetivaron resultados positivos de PCR en la primera muestra obtenida nada más nacer, se objetivó un caso de PCR positiva en un neonato asintomático a los 14 días.

Conclusiones: El riesgo de transmisión de la infección por SARS-CoV-2 es bajo cumpliendo los protocolos de la Sociedad Española de Neonatología, permitiendo el alojamiento conjunto de madre e hijo, el contacto precoz y el establecimiento eficaz de la lactancia materna.

·Respiratory Tract Infection Management and Antibiotic Prescription in Children: A Unique Study Comparing Three Levels of Healthcare in The Netherlands. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(3):e100-e105, March 2021.

Las infecciones del tracto respiratorio (ITR) son frecuentes en los niños con enfermedades febriles que acuden al médico de cabecera o al servicio de urgencias. Se estudió el tratamiento de los niños con fiebre e ITR en 3 niveles diferentes de atención sanitaria en los Países Bajos, centrándose en la prescripción de antibióticos.

Métodos: Este estudio observacional prospectivo forma parte del estudio Management and Outcome of Febrile children in Europe. Se utilizaron datos de consultas presenciales de niños con enfermedades febriles en tres entornos sanitarios en Nijmegen, Países Bajos, durante 2017. Estos entornos eran de atención primaria (GP), secundaria (hospital general) y terciaria (hospital universitario).

Resultados: De 892 casos con ITR sin comorbilidades complejas, las tasas globales de prescripción de antibióticos fueron del 29% sin diferencias entre los 3 niveles de atención sanitaria, lo que llevó a un número absoluto de 5031 prescripciones por cada 100.000 niños al año en la atención primaria en comparación con 146 en la atención secundaria y terciaria combinadas. La tasa de prescripción en la otitis media fue similar en todos los niveles: 60%. En los casos con ITR inferior que recibieron nebulizaciones las tasas de prescripción variaron entre el 19% y el 55%.

Conclusiones: Las tasas de prescripción de antibióticos para las ITR en niños fueron comparables entre los 3 niveles asistenciales, lo que lleva a que la mayoría de los antibióticos se prescriban en atención primaria. Se encontraron tasas de prescripción relativamente altas para todos los focos de ITR, lo que no concuerda con las directrices nacionales. La administración de antibióticos debe mejorar en los tres niveles de atención sanitaria. Las directrices para la prescripción de antibióticos de pequeño espectro estrecho para las ITR deben aplicarse mejor en los entornos de atención hospitalaria.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·Understanding Primary Ciliary Dyskinesia and Other Ciliopathies. J Pediatr. 2021 Mar;230:15-22.e1. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.11.040. 

Las ciliopatías son un conjunto de trastornos relacionados con la disfunción de los cilios. Los cilios son orgánulos especializados que se proyectan desde la superficie de la mayoría de las células. Los cilios móviles y primarios (sensoriales) son estructuras esenciales y tienen una amplia gama de funciones. Nuestro conocimiento de la genética, la fisiopatología y las manifestaciones clínicas de las ciliopatías móviles, incluida la discinesia ciliar primaria (DCP), ha avanzado rápidamente desde que la enfermedad se relacionó con defectos ultraestructurales de los cilios hace casi 5 décadas. Proporcionaremos una visión general de los diferentes tipos de cilios, su papel en la salud y la enfermedad del niño, centrándonos en las ciliopatías móviles, y describiremos los avances recientes que han permitido mejorar el diagnóstico y que pueden dar lugar a objetivos terapéuticos para restaurar la estructura y la función ciliar.

·Impact of Coronavirus Disease 2019 (COVID-19) Pandemic on Pediatric Infectious Disease ResearchJ Pediatr. 2021 Mar;230:279-281.e2. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.11.052. Epub 2020 Nov 30. PMID: 33271191; PMCID: PMC7834229.

Desde marzo de 2020, todos los continentes se han visto afectados por la pandemia del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), que ha provocado una considerable crisis sanitaria.

La magnitud de los retos planteados por la pandemia superó las expectativas de la comunidad científica y de las autoridades públicas, que desarrollaron rápidamente estrategias para gestionar adecuadamente la enfermedad.

Sin embargo, las medidas adoptadas para hacer frente a la pandemia difieren entre los países europeos, incluyendo el tipo de confinamiento, el cierre de fronteras, el cierre de escuelas, el uso de mascarillas faciales, la protección de los accesorios, el uso de la reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa del SARS-CoV-2 y las pruebas de diagnóstico en los puntos de atención para la detección rápida de antígenos.

En este contexto, muchas unidades de investigación pediátrica de toda Europa y particularmente aquellas involucradas en enfermedades infecciosas y epidemiología han dedicado sus fondos y recursos humanos a la investigación del COVID-19. Esta situación elevó la preocupación de las sociedades europeas de pediatría, que están preocupadas por el futuro de la investigación en el área de las enfermedades infecciosas pediátricas. El objetivo de este comentario es dar una breve descripción general del impacto de la pandemia COVID-19 sobre la investigación de enfermedades infecciosas pediátricas e informar en la experiencia francesa.

Antecedentes: Se realizó un estudio epidemiológico de la portación nasofaríngea de Streptococcus pneumoniae en niños sanos cinco años después de la introducción de la vacuna neumocócica conjugada 13-valente (PCV13).

Objetivos: Estudiar el impacto de la vacunación pediátrica con PCV13, y otros factores epidemiológicos asociados sobre el estado de la portación nasofaríngea, los serotipos neumocócicos circulantes y la susceptibilidad antibiótica a los antibióticos más frecuentemente utilizados.

Métodos: Se realizó un estudio multicéntrico en Atención Primaria, que incluyó a 1821 niños sanos de 1 a 4 años de edad. Todas las muestras aisladas se enviaron al Laboratorio Español de Referencia de Neumococo para la serotipificación y la prueba de susceptibilidad antimicrobiana.

Resultados: El 71,9% de los niños había recibido al menos una dosis de PCV13 y la prevalencia de la portación de neumococo fue del 19,7%. La proporción de serotipos de PCV13 fue baja (14,4%), observándose un predominio de los serotipos no vacunales, siendo 23B, 11A, 10A, 35B/F y 23A los cinco más frecuentes. Se encontró una alta tasa de resistencia a la penicilina, la eritromicina y el trimetoprim sulfametoxazol.

Conclusiones: Se detectó una baja proporción de serotipos de PCV13, lo que confirma el impacto de la vacunación pediátrica para reducir la portación de serotipos vacunales. Se observaron altas tasas de resistencia a antibióticos de importancia clínica.

El objetivo fue evaluar los patrones de las pruebas de enfermedad por coronavirus pediátrico 2019 en un gran sistema de salud a lo largo de la pandemia, antes y después de la reapertura de las escuelas.

Métodos:  Este fue un estudio transversal de series de tiempo de los resultados de virología clínica de los niños sometidos a pruebas de coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 en el sur de Connecticut y áreas de Nueva York y Rhode Island. Los datos recogidos incluyen datos demográficos, ingresos hospitalarios, cambios en el porcentaje de pruebas positivas a lo largo del tiempo, intervalos de detección en niños persistentemente positivos y valores de umbral de ciclo. El escenario fue el Sistema de Salud de Yale New Haven, que cuenta con 6 hospitales en 4 localidades de Connecticut, 1 hospital en Rhode Island y localidades ambulatorias en Connecticut, Rhode Island y Nueva York. Los participantes incluyeron veintitrés mil ciento treinta y siete niños ≤ 18 años de edad, sometidos a pruebas de la enfermedad por coronavirus 2019 en un sitio de pruebas ambulatorias, el departamento de emergencias o en una unidad de hospitalización dentro del Sistema de Salud de Yale New Haven.

Resultados: Entre todas las pruebas, el 3,2% fueron positivas. Los niños mayores constituyeron sistemáticamente la mayor parte de los casos pediátricos positivos, independientemente de la prevalencia en la comunidad. El aumento de los casos pediátricos más tarde en la pandemia, cuando la prevalencia en los adultos era relativamente baja, se correlaciona con un mayor número de pruebas realizadas en los niños y no con una mayor tasa de positividad. No se detectaron cambios significativos en las tendencias de positividad tras la reapertura de las escuelas. Los niños sintomáticos y asintomáticos tuvieron valores de umbral de ciclo similares, independientemente de la edad, y un subconjunto de niños demostró una detección viral persistente, algunos durante hasta 6 semanas.

Conclusión: El aumento de los casos pediátricos documentados a finales del verano se debió predominantemente a un mayor acceso de los niños a las pruebas. El porcentaje de positividad en los niños no cambió en las primeras 3 semanas tras la apertura del colegio. Un subconjunto de niños tiene ARN detectable del síndrome respiratorio agudo severo 2 en el tracto respiratorio superior durante semanas después de la infección inicial.

Casos clínicos

Una neonata de 20 días, nacida de padres sanos primogénitos de Pakistán, se presentó en nuestro servicio de urgencias pediátricas con eritrodermia y descamación (Figura 1). Presentaba un correcto aumento de peso adecuado y estaba afebril. La exploración física mostraba eritrodermia con descamación de la piel y alopecia en parches, sin linfadenopatías ni hepatoesplenomegalia. Los análisis de sangre mostraron…

Un niño de 8 años de edad se presentó con múltiples lesiones cutáneas inflamatorias en ambas manos que habían evolucionado durante 4 semanas. Al inicio, el niño recibió un tratamiento de 10 días de amoxicilina/ácido clavulánico sin que mejorara. La exploración física reveló múltiples abscesos en ambas manos (figura 1) y una adenopatía supurativa en el brazo derecho (figura 2). El niño no tenía antecedentes de fiebre y gozaba de buena salud. No presentaba otros síntomas ni signos clínicos. No se detectaron anomalías de laboratorio. El examen bacteriológico convencional de una biopsia de piel de la mano reveló…

. 2021 Mar 1;40(3):e117-e119.  doi: 10.1097/INF.0000000000002996.

El diagnóstico de la enfermedad por arañazo de gato sistémica puede ser difícil. Aquí describimos un caso de una niña inmunocompetente que presentaba fiebre y abscesos hepatoesplénicos multifocales. Las pruebas de diagnóstico de la infección por Bartonella henselae (inmunoensayo enzimático y reacción en cadena de la polimerasa) fueron constantemente negativas y el diagnóstico, sospechado en base a los criterios de Margilet, se confirmó finalmente mediante anticuerpos inmunofluorescentes indirectos.

Una niña sana de 6 años se presentó con erupciones cutáneas pruriginosas. La niña estaba en el sexto día de aislamiento, y su madre padecía una forma leve de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) con ageusia y un único episodio febril.

Al día siguiente, la niña presentó fiebre y faringodinia…

Un niño de 12 años, según sus abuelos cuidadores, presenta lesiones orales asintomáticas desde hace 2 meses, precedidas de dolor de garganta. No se encontraron antecedentes de erupción cutánea asociada o precedente. Inicialmente se diagnosticó como liquen plano oral y su pediatra lo trató con corticoides tópicos. Sin embargo, las lesiones siguieron empeorando. El examen local reveló múltiples placas blanco-grisáceas, lisas, de aspecto empapado y bien definidas, desprovistas de papilas y estrías de encaje, sobre el dorso de la lengua con numerosas pápulas eritematosas que predominaban en su parte anterior …

Es un caso clínico de una niña con fiebre y exantema pero no os puedo enviar foto porque no está en abierto pero muy interesante por su rareza hoy en día, pero que sigue presente y no debemos olvidar.

Para profundizar

Determinar las características demográficas y clínicas de los síndromes pediátricos de síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) e identificar las variables de ingreso que predicen la gravedad de la enfermedad.

Diseño del estudio: Se realizó un estudio multicéntrico, retrospectivo y prospectivo de pacientes pediátricos hospitalizados con infecciones agudas por SARS-CoV-2 y síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C) en 8 centros de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut.

Resultados: Se identificaron 281 pacientes hospitalizados con infecciones por SARS-CoV-2 y se dividieron en 3 grupos en función de las características clínicas. En general, 143 (51%) tenían enfermedad respiratoria, 69 (25%) tenían SMI-C y 69 (25%) tenían otras manifestaciones, como enfermedad gastrointestinal o fiebre. Los pacientes con SMI-C tenían más probabilidades de identificarse como negros no hispanos en comparación con los pacientes con enfermedad respiratoria (35% frente a 18%, P = 0,02). Siete pacientes (2%) murieron y 114 (41%) fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos. En los análisis multivariables, la obesidad (OR 3,39; IC del 95%: 1,26-9,10; P = 0,02) y la hipoxia al ingreso (OR 4,01; IC del 95%: 1,14-14,15; P = 0,03) fueron predictores de enfermedad respiratoria grave. Un menor recuento absoluto de linfocitos (OR 8,33 por unidad de disminución de 109 células/L, IC del 95%: 2,32-33,33; P = 0,001) y una mayor proteína C reactiva (OR 1,06 por unidad de aumento de mg/dL, IC del 95%: 1,01-1,12; P = 0,017) fueron predictores de CMI grave. La raza/etnia o el nivel socioeconómico no fueron predictivos de la gravedad de la enfermedad.

Conclusiones: Se identificaron variables en el momento de la hospitalización que pueden ayudar a predecir el desarrollo de manifestaciones graves de la enfermedad por SARS-CoV-2 en niños y jóvenes. Estas variables pueden tener implicaciones para futuras herramientas de pronóstico que informen sobre el ingreso hospitalario y el manejo clínico.

La sinovitis transitoria de la cadera afecta sobre todo a los niños en edad preescolar, y su etiología es desconocida. Recientemente se ha identificado a Kingella kingae como un agente etiológico común de las infecciones osteoarticulares (OAI) en niños pequeños y podría estar potencialmente asociado a la sinovitis transitoria de cadera. El objetivo principal de este estudio fue evaluar la asociación entre la sinovitis transitoria de la cadera y el transporte orofaríngeo de K. kingae entre los niños preescolares.

Métodos: Se trata de un estudio prospectivo de casos y controles realizado en un servicio de urgencias pediátricas de atención terciaria. Los casos fueron niños de entre 6 y 71 meses de edad con diagnóstico de sinovitis transitoria de cadera. Para cada caso de sinovitis transitoria, se reclutó un grupo de control de la misma edad entre los niños que presentaban un traumatismo. Un segundo grupo de control incluía niños con cualquier OAI. La variable independiente fue la presencia de K. kingae orofaríngeo identificado mediante un ensayo específico de reacción en cadena de la polimerasa. El análisis primario fue la asociación entre la presencia de K. kingae orofaríngeo y el diagnóstico final

Resultados: Un total de 73 niños fueron incluidos en el estudio. Entre ellos, 25 tenían una sinovitis transitoria, 16 una OAI y 22 controles. Los datos demográficos iniciales fueron similares entre los grupos. No hubo diferencias en la portación orofaríngea de K. kingae en los niños con sinovitis transitoria (5/25; 0,20) en comparación con los controles (3/22; 0,14), mientras que fue mayor en los niños con OAI (10/16; 0,63).

Conclusiones: No existe una asociación entre K. kingae orofaríngeo y la sinovitis transitoria de cadera entre los niños preescolares.

·Ten Years of National Seasonal Surveillance for Severe Complications of Influenza in Australian Children. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(3):191-198, March 2021.

Las complicaciones graves de la gripe en los niños son infrecuentes, pero pueden provocar el ingreso en el hospital o en una unidad de cuidados intensivos (UCI) y la muerte.

Métodos: Vigilancia prospectiva activa utilizando la Unidad de Vigilancia Pediátrica Australiana con la notificación mensual por parte de los pediatras de los datos demográficos y clínicos nacionales de los niños con <15 años de edad hospitalizados con complicaciones graves de la gripe confirmada por laboratorio durante diez temporadas de gripe 2008-2017.

Resultados: De 722 niños notificados, 613 tenían gripe confirmada por laboratorio y al menos una complicación grave. La mayoría (60%) tenía menos de 5 años de edad; el 10% tenía menos de 6 meses, por lo que no era elegible para la vacunación. Casi la mitad de los casos fueron ingresados en la UCI y 30 murieron. La mayoría de los niños estaban previamente sanos: El 40,3% tenía al menos una enfermedad subyacente. Se notificaron sesenta y cinco complicaciones graves diferentes; la neumonía fue la más común, pues se produjo en más de la mitad de los casos. La gripe A representó el 68,6% de las hospitalizaciones; sin embargo, la gripe B se asoció con mayor frecuencia a la insuficiencia renal aguda (P = 0,014), la rabdomiólisis (P = 0,019), la miocarditis (P = 0,015), la pericarditis (P = 0,013) y la miocardiopatía (P = 0,035). Los niños que murieron tenían más probabilidades de ser mayores (5-14 años), tener enfermedades subyacentes, estar ingresados en la UCI y tener encefalitis, insuficiencia renal aguda o miocarditis. Sólo el 36,1% de todos los niños notificados recibió medicación antiviral, y el 8,5% se sabía que estaba vacunado contra la gripe estacional.

Conclusiones: Las complicaciones graves de la gripe causan morbilidad y mortalidad en los niños, que pueden aumentar si la coinfección con COVID-19 se produce en la temporada 2020 y más allá. Es necesario aumentar las tasas de vacunación, incluso en niños sanos, el diagnóstico precoz y el tratamiento antiviral oportuno para reducir las complicaciones graves y la mortalidad.

Yeoh et al. informaron del dramático impacto de las medidas de salud pública introducidas durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en las detecciones de gripe y virus sincitial respiratorio (VSR) en los niños de Australia Occidental (WA) [1]. Aquí presentamos datos de la vigilancia prospectiva local en curso. Tras el final del invierno, ha habido una ausencia persistente de transmisión comunitaria del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 y no ha aumentado la detección de la gripe. Se han mantenido las medidas limitadas de distanciamiento físico, sin apenas restricciones en el tamaño de las reuniones y sin la obligación de llevar mascarilla [2]. Las escuelas han permanecido abiertas. Se ha mantenido la cuarentena estricta para las llegadas del extranjero, con una persistente y marcada disminución del número de visitantes en comparación con las cifras anteriores [3]. Las restricciones fronterizas para los viajeros procedentes de otros estados dentro de Australia se han reducido a partir del 14 de noviembre de 2020, no siendo necesaria la cuarentena para los viajeros procedentes de estados sin transmisión comunitaria del síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 [4].

Al igual que en el informe anterior, los datos de laboratorio recogidos prospectivamente como parte de la vigilancia rutinaria de la salud pública regional se cotejaron por semana desde enero de 2012 hasta el 13 de diciembre de 2020. Los casos se definieron como detecciones de VRS mediante pruebas validadas de amplificación de ácidos nucleicos o kits de detección de antígenos en niños (<16 años de edad) en el área metropolitana. Los resultados de laboratorio fueron proporcionados por PathWest Laboratory Medicine, el único proveedor público de patología del estado. Las muestras se extrajeron de todos los hospitales públicos y departamentos de emergencia. Se calcularon las curvas epidémicas promedio para el período 2012 a 2019 utilizando un método descrito por la Organización Mundial de la Salud [5]. La mediana de edad se comparó mediante la prueba de Wilcoxon de 2 muestras.

Como se muestra en la Figura 1, la actividad del VRS aumentó a partir de finales de septiembre, en el marco de la relajación de las recomendaciones de distanciamiento físico, antes de la apertura de las fronteras interestatales. El número de casos ha aumentado aún más, superando la mediana del pico estacional de 2012 a 2019. Esto se ha observado sin ningún cambio significativo en las prácticas de pruebas. La mediana de edad de los pacientes este año fue de 18,4 meses, significativamente mayor que el rango superior entre 2012 y 2019 (7,3-12,5 meses) (P <0,001).

En España, el uso de las vacunas conjugadas neumocócicas (VCN) ha significado una disminución en la incidencia de los serotipos vacunales causantes de enfermedades invasivas y no invasivas, tanto en niños vacunados como en no vacunados y en adultos. Además, al estar la mayoría de los serotipos con resistencia antibiótica cubiertos por las vacunas, su uso se ha visto acompañado de una disminución global de la resistencia.

Como efecto no deseable se ha constatado un aumento de los serotipos no vacunales causantes de infección, especialmente de los serotipos 1, 7F y 19A después de la comercialización de la VCN7 y del serotipo 8 después de la autorización de VCN13, lo que ha hecho que el efecto beneficioso de la vacunación fuera menos aparente.

La inclusión de las VCN en los programas de vacunación infantil, su autorización para su uso en adultos sanos y el creciente número de serotipos cubiertos por las vacunas en desarrollo son estrategias importantes en la lucha contra la enfermedad neumocócica. Sin embargo, aún se debe vigilar la epidemiología de las infecciones por Streptococcus pneumoniae para detectar nuevos cambios como consecuencia de la alta capacidad de recombinación y adaptabilidad de este siempre sorprendente microorganismo.

  • COVID-19 Diagnostic Test Accuracy Group. Signs and symptoms to determine if a patient presenting in primary care or hospital outpatient settings has COVID-19. Cochrane Database of Systematic Reviews 2021, Issue 2. Art. No.: CD013665. DOI: 10.1002/14651858.CD013665.pub2.

Esta es una actualización de la revisión, la primera versión se publicó en julio de 2020.

Se identificaron 44 estudios con 26 884 participantes en total. La prevalencia de la covid-19 varió del 3 % al 71 %, con una mediana de 21 %. Tres estudios provienen de ámbitos de atención primaria (1824 participantes), nueve estudios de centros ambulatorios de pruebas para la covid-19 (10 717 participantes), 12 estudios se realizaron en servicios ambulatorios hospitalarios (5061 participantes), siete estudios en pacientes hospitalizados (1048 participantes), diez estudios en servicios de urgencias (3173 participantes) y tres estudios no especificaron el contexto (5061 participantes). Los estudios no distinguieron claramente la covid-19 leve de la grave, por lo que se presentan juntos los resultados para todos los grados de gravedad de la enfermedad.

La mayoría de los signos y síntomas individuales incluidos en esta revisión parecen tener una exactitud diagnóstica muy deficiente, aunque esto debe interpretarse en el contexto del sesgo de selección y la heterogeneidad entre los estudios. Sobre la base de los datos disponibles actualmente, ni la ausencia ni la presencia de signos o síntomas son lo suficientemente exactas como para confirmar o descartar la covid-19. La presencia de anosmia o ageusia podría ser útil como síntoma de alarma para la covid-19, ya que por sí solas tienen especificidad > 90%. La presencia de fiebre o tos, dadas sus altas sensibilidades, también podría ser útil para identificar a las personas para realizarles más pruebas. Solo dos estudios evaluaron combinaciones de diferentes signos y síntomas, principalmente combinando la tos y la fiebre con otros síntomas. Estas combinaciones tenían una especificidad superior al 80%, pero a costa de una sensibilidad muy baja (<30%).

Todavía se necesitan urgentemente estudios prospectivos en una población no seleccionada que acuda a los centros de atención primaria o a los servicios ambulatorios hospitalarios, que examinen combinaciones de signos y síntomas para evaluar el cuadro sindrómico inicial de la covid-19. Los resultados de esos estudios podrían servir de base para posteriores decisiones de gestión.

  • Chloroquine or hydroxychloroquine for COVID-19. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 4. Art. No.: CD013587. DOI: 10.1002/14651858.CD013587

Se incluyeron 12 ensayos en los que participaron 8569 personas, todas ellas adultas. Los estudios procedían de China (cuatro); Brasil, Egipto, España, Irán, Reino Unido, Taiwán y Norteamérica (un estudio cada uno); y un estudio global en 30 países (un estudio). Nueve fueron en pacientes hospitalizados y tres en la atención ambulatoria. La gravedad de la enfermedad, la prevalencia de comorbilidades y el uso de cointervenciones variaron considerablemente entre los ensayos. Se encontraron posibles riesgos de sesgo en todos los dominios en varios ensayos.

La HCQ en las personas infectadas con covid-19 tiene poco o ningún efecto sobre el riesgo de muerte y probablemente no tenga efectos sobre la progresión a la ventilación mecánica. Los eventos adversos se triplican en comparación con el placebo, pero se encontraron muy pocos eventos adversos graves. No se deberían realizar más ensayos de la cloroquina ni la hidroxicloroquina para el tratamiento de la covid-19.

Estos resultados hacen menos probable que el fármaco sea eficaz para proteger a las personas de la infección, aunque no se excluye por completo. Es probable que sea sensato completar los ensayos que examinan la prevención de la infección, y asegurarse de que se realizan con un alto nivel de calidad para proporcionar resultados inequívocos.

  • Antibiotic therapy versus no antibiotic therapy for children aged 2 to 59 months with WHO-defined non-severe pneumonia and wheeze. Cochrane Database of Systematic Reviews 2021, Issue 1. Art. No.: CD009576. DOI: 10.1002/14651858.CD009576.pub3.

**Revisión en mi opinión, muy discutible. En primer lugar, por el criterio diagnóstico utilizado para definir los casos (bien podrían tratarse de bronquiolitis aguda); en segundo lugar, el ciclo utilizado de antibiótico son tres días de amoxicilina (pauta no utilizada en ninguna de nuestra guías actuales de tratamiento).

Se trató de identificar si había una diferencia en los desenlaces de los niños de dos a 59 meses de vida con neumonía no grave y sibilancias, tratados con o sin antibióticos.

En esta revisión se utilizó la definición de la OMS de neumonía no grave de 2014: un episodio agudo de tos o de dificultad para respirar, combinado con respiración rápida y hundimiento del pecho.

Se incluyeron tres ensayos (3256 niños). Estos ensayos se realizaron en cuatro hospitales de tres ciudades de Pakistán (Islamabad, Lahore y Rawalpindi) y en departamentos de pacientes ambulatorios de hospitales de la India y Malawi. Los niños fueron tratados con un ciclo de tres días de amoxicilina (antibiótico) o placebo, y se les hizo un seguimiento durante dos semanas. Un ensayo está a la espera de clasificación.

Actualmente no hay evidencia suficiente que apoye o cuestione el uso continuado de antibióticos para el tratamiento de la neumonía no grave. Es evidente la necesidad de que los ECA aborden esta cuestión en los niños de dos a 59 meses con neumonía no grave definida por la OMS en 2014 y sibilancias.

  • Tuberculosis preventive therapy for children and adolescents: an emergency response to the COVID-19 pandemic. The Lancet Child & Adolescent Health Vol 5 March 2021  2021; 5:159-161https://doi.org/10.1016/S2352-4642(21)00003-1

COVID-19, el síndrome clínico causado por el SARS-CoV-2, ha causado una gran carga de morbilidad y mortalidad global. Se prevé que la COVID-19 tenga un impacto devastador en otras infecciones mundiales, sobre todo la tuberculosis. Se teme que la importante disminución de los diagnósticos de tuberculosis pueda conducir a un exceso de enfermedad, hasta 6 millones de enfermos por tuberculosis en los próximos 5 años, y a 400.000 muertes adicionales relacionadas con la tuberculosis solo en 2020. Las medidas tomadas para controlar la propagación de COVID-19 podrían haber contribuido a la transmisión de la tuberculosis en los hogares por los confinamientos prolongados en domicilios, al mismo tiempo que las medidas de control de infecciones más efectivas (es decir, diagnóstico rápido de tuberculosis e inicio rápido de la terapia) se vieron obstaculizadas.

 Los niños y adolescentes son una población vulnerable que se ha pasado por alto en las cuestiones sobre el COVID-19 y la tuberculosis en todo el mundo. En estos grupos de edad la biología de la tuberculosis y las dificultades, bien documentadas, para su diagnóstico en la edad pediátrica, el efecto del COVID-19 sobre la transmisión de la tuberculosis y los servicios de atención médica para niños y adolescentes puede ser especialmente importante.

Este artículo es un resumen de un estudio en curso en el Reino Unido de más de un millón de personas (estudio React-1), que implica realizar pruebas con hisopos en más de 150 000 personas seleccionadas al azar en Inglaterra cada mes. Encontraron: -Los síntomas variaban con la edad, de forma que los niños de 5 a 17 años tenían más probabilidades de sufrir dolores de cabeza, mientras que las mialgias y la pérdida del apetito eran más comunes en las personas de 18 a 54 años. -Los escalofríos se relacionaron con las pruebas positivas en todas las edades. -Alrededor del 60% de las personas infectadas no informaron ningún síntoma en la semana previa a su prueba positiva. -Una de cada cuatro personas con evidencia de infección previa por covid-19 eran completamente asintomáticas. -El 40% no tenía uno de los tres síntomas clásicos utilizados para determinar si alguien necesita pruebas: fiebre, tos seca persistente o pérdida del sentido del gusto o del olfato. -La nueva variante más transmisible (B.1.1.7) se convirtió en la cepa dominante en enero de 2021 y era responsable de más del 80% de las infecciones en ese momento en comparación con el 16% a mediados de noviembre de 2020. Los infectados con esta variante tenían menos probabilidades de informar pérdida o cambio del gusto u olfato, pero más probabilidades de informar tos. Los autores de la preimpresión concluyeron que se podrían detectar más casos de covid-19 en la comunidad si se agregaran síntomas adicionales como escalofríos, dolor de cabeza, pérdida de apetito y dolores musculares a los criterios de prueba del Reino Unido.

Actualidad bibliográfica  Febrero 2021

TOP ten

En los procesos infecciosos la realización de pruebas complementarias puede aumentar la precisión diagnóstica, la adecuación de los tratamientos, así como dar a conocer la epidemiología y patrón de resistencias bacterianas de la comunidad. El Grupo de Patología Infecciosa de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (GPI-AEPap) diseñó este estudio para conocer la accesibilidad a pruebas complementarias (PC) y sus resultados que tienen los pediatras que trabajan en atención primaria en el ámbito de la salud pública.

Material y métodos Estudio observacional transversal descriptivo de ámbito nacional, a través de una encuesta de cumplimentación voluntaria, distribuida on line a todos los socios de AEPap y a los suscriptores de la lista de distribución PEDIAP entre los meses de abril y mayo de 2017.

Resultados Se obtienen 517 respuestas. Se analizan datos del entorno profesional, así como los referidos a la solicitud de pruebas complementarias básicas (hemograma, bioquímica, sistemático de orina), utilización de Test Rápido Detección de Antígeno para Streptococo grupo A (TRDA), sobre cultivos bacterianos, serologías, pruebas diagnósticas de tosferina y tuberculosis (Mantoux) y pruebas de imagen.

Conclusiones Hay variabilidad entre CCAA y áreas asistenciales. Se detectan claras áreas de mejora en la accesibilidad a diferentes PC, tiempo de recogida y envío de muestras, demora en la recepción, en los resultados y en tiempos de espera para pruebas de imagen no urgentes. Esto interfiere en la capacidad de intervención y resolución del pediatra de atención primaria.

·Epidemiology of COVID-19 infection in young children under five years: A systematic review and meta-analysis Vaccine . 2021 Jan 22;39(4):667-677.  doi: 10.1016/j.vaccine.2020.11.078.

Introducción: Las nuevas evidencias sugieren que los niños pequeños tienen un mayor riesgo de infección por COVID-19 de lo que se preveía inicialmente. Sin embargo, sigue sin estar claro el conocimiento exhaustivo de la epidemiología de la infección por COVID-19 en los niños pequeños menores de cinco años, el grupo de edad de mayor riesgo para las infecciones respiratorias. Se realizó una revisión sistemática y un meta-análisis de las características epidemiológicas y clínicas de la infección por COVID-19 en niños menores de cinco años.

Método: Siguiendo los Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-analyses , se realizaron búsquedas en varias bases de datos electrónicas (Pubmed, EMBASE, Web of Science y Scopus) sin restricción de idioma de estudios epidemiológicos publicados y de informes de casos que informaran de la infección por COVID-19 confirmada por laboratorio en niños menores de cinco años hasta el 4 de junio de 2020. Se evaluó la prevalencia agrupada para las características demográficas y clínicas clave mediante el modelo de efectos aleatorios de doble arcoseno de Freeman-Tukey para los estudios, excepto los informes de casos. Se evaluó el riesgo de sesgo por separado para los informes de casos y otros estudios.

Resultados: Se identificaron 1.964 artículos, de los cuales, 65 artículos fueron elegibles para la revisión sistemática que representaban a 1.214 niños menores de cinco años con infección por COVID-19 confirmada por laboratorio. Las estimaciones agrupadas mostraron que el 50% de los casos de COVID-19 jóvenes eran lactantes (IC del 95%: 36% – 63%, 27 estudios); el 53% eran varones (IC del 95%: 41% – 65%, 24 estudios); el 43% eran asintomáticos (IC del 95%: 15% – 73%, 9 estudios) y el 7% (IC del 95%: 0% – 30%, 5 estudios) tenían una enfermedad grave que requería el ingreso en una unidad de cuidados intensivos. De 139 recién nacidos de madres infectadas por COVID-19, cinco (3,6%) fueron positivos a COVID-19. Sólo se registró una muerte.

Discusión: Esta revisión sistemática informa del mayor número de niños menores de cinco años con infección por COVID-19 hasta la fecha. Nuestro meta-análisis muestra que casi la mitad de los casos de niños pequeños con COVID-19 eran asintomáticos y la mitad eran lactantes, lo que pone de relieve la necesidad de una vigilancia continua para comprender mejor la epidemiología, el patrón clínico y la transmisión de COVID-19 para desarrollar estrategias preventivas eficaces contra la enfermedad de COVID-19 en la población pediátrica de esta edad.

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Las enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas más frecuentes en España son la fiebre botonosa mediterránea, la enfermedad de Lyme y TIBOLA. Su interés en España es creciente desde que se diagnosticara en agosto de 2016 el primer caso autóctono de fiebre hemorrágica por el virus de Crimea-Congo. Sin embargo, la mordedura de garrapata no deja de ser un motivo infrecuente de consulta en urgencias, motivo por el cual el pediatra general no suele estar familiarizado con su manejo. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar si la instauración de un protocolo de extracción, la consulta telefónica inmediata con el experto, el análisis microbiológico de la garrapata y el seguimiento al alta en todos los casos suponían una mejora significativa en el manejo de esta entidad.

Casos clínicos

Se presenta el caso de una niña de 7 años, sin antecedentes de interés, que acudió al servicio de urgencias con una escara negra en la región occipital aparecida 3 semanas antes tras sufrir una picadura de garrapata en un monte en el sur de España. La paciente presentó  febrícula y astenia de 4 días de evolución, pero sin exantema, artralgia o mialgia. En el examen físico se observó una escara de 1×1cm, rodeada de piel con eritema y dolorosa a la palpación. La palpación también reveló inflamación de múltiples ganglios linfáticos cervicales laterales y posteriores. Los análisis de sangre mostraron conteos normales y una velocidad de sedimentación globular (VSG) de 14 mm. La madre había extraído la garrapata del cuero cabelludo y la entregó dentro de una cajita (figs. 1 y 2).

·Unilateral Laterothoracic ExanthemaJ Pediatr. 2021 Feb;229:306-307. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.09.033. Epub 2020 Sep 18.PMID: 32956697

Un niño caucásico de 10 años fue remitido para la evaluación de una erupción aguda que se había desarrollado durante los últimos 8 días. La erupción comenzó en el hueco poplíteo derecho, y luego se unió y se extendió a lo largo del lado derecho de su cuerpo. Tres días antes de la aparición de las lesiones cutáneas, el paciente presentó aba fiebre de hasta 38ºC y dolores articulares. La exploración física mostró máculas y pápulas eritematosas y edematosas en el hemicuerpo derecho (figura). El hemicuerpo izquierdo no presentaba lesiones cutáneas. Las pruebas de laboratorio mostraron positividad de IgM para parvovirus B19….

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

·Disseminated Tuberculosis Complicated With Pneumatoceles in 2 Infants The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(2):e94-e97, February 2021.

Los neumatoceles son complicaciones poco frecuentes de la tuberculosis pulmonar en los niños. Presentamos 2 casos en lactantes de tuberculosis diseminada complicada con neumatoceles con diferente evolución. Esta complicación debe considerarse si se produce un empeoramiento de los síntomas respiratorios tras iniciar el tratamiento antituberculoso. El tratamiento de los neumatoceles suele ser conservador y el tratamiento quirúrgico debe utilizarse en los pacientes con quistes gigantes que provocan dificultad respiratoria.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator.

·Purpurona: A Novel Report of COVID-19-Related Henoch-Schonlein Purpura in a Child The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(2):e93-e94, February 2021.

La pandemia mundial de la enfermedad por coronavirus 2019 está reconfigurando nuestra comprensión de la medicina, incluido el enfoque diagnóstico de las presentaciones médicas comunes. Describimos  el caso de un varón de 3 años con un diagnóstico clínico de vasculitis Henoch-Schonlein Purpura con infección concurrente por SARS-CoV-2. Este caso destaca una presentación potencialmente nueva de la infección por coronavirus 2019.

Para profundizar

·Antibiotic Choice and Clinical Outcomes in Ambulatory Children with Community-Acquired Pneumonia. J Pediatr. 2021 Feb;229:207-215.e1. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.10.005. 

Objetivos. Describir los patrones de prescripción de antibióticos en niños ambulatorios con neumonía adquirida en la comunidad y evaluar la relación entre la selección de antibióticos y los resultados clínicos.

Diseño del estudio. Este fue un estudio de cohorte retrospectivo de niños ambulatorios inscritos en Medicaid de 0 a 18 años de edad diagnosticados con neumonía adquirida en la comunidad desde 2010 hasta 2016. La exposición fue la clase de antibiótico: de espectro estrecho (aminopenicilinas), de amplio espectro (amoxicilina/clavulanato y cefalosporinas), monoterapia con macrólidos, macrólidos con antibióticos de espectro estrecho o macrólidos con antibióticos de amplio espectro. Se evaluaron las asociaciones entre la selección de antibióticos y los resultados de la hospitalización posterior y el desarrollo de neumonía grave (procedimiento de drenaje torácico, ingreso en cuidados intensivos, ventilación mecánica), controlando las medidas de gravedad de la enfermedad.

Resultados. En 252 177 consultas externas por neumonía, se utilizó monoterapia con macrólidos en el 43,2%, antibióticos de espectro estrecho en el 26,1% y antibióticos de amplio espectro en el 24,7%. Un total de 1.488 niños (0,59%) fueron hospitalizados posteriormente y 117 (0,05%) desarrollaron una neumonía grave. En comparación con los niños que recibieron antibióticos de espectro estrecho, las probabilidades de hospitalización posterior fueron mayores en los niños que recibieron antibióticos de amplio espectro (aOR, 1,34; IC del 95%, 1,17-1,52) y menores en los niños que recibieron monoterapia con macrólidos (aOR, 0,64; IC del 95%, 0,55-0,73) y macrólidos con antibióticos de espectro estrecho (aOR, 0,62; IC del 95%, 0,39-0,97). Los niños que recibieron monoterapia con macrólidos tuvieron menos probabilidades de desarrollar neumonía grave que los niños que recibieron antibióticos de espectro estrecho (aOR, 0,56; IC del 95%, 0,33-0,93). Sin embargo, la diferencia de riesgo absoluto fue <0,5% en todos los análisis.

Conclusiones. Los macrólidos son el antibiótico más prescrito para los niños ambulatorios con neumonía adquirida en la comunidad. La hospitalización posterior y la neumonía grave son poco frecuentes. Los esfuerzos futuros deben centrarse en reducir la prescripción de antibióticos de amplio espectro y macrólidos.

·Antibiotic Prescriptions for Children With Community-acquired Pneumonia: Findings From Italy. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(2):130-136, February 2021.

La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es uno de los motivos más comunes de prescripción de antibióticos en niños, a menudo con un uso excesivo de antibióticos de amplio espectro. El objetivo de este estudio es describir las prescripciones de antibióticos para los niños italianos con NAC, en el ámbito de la atención primaria.

Diseño del estudio: Estudio de cohorte retrospectivo realizado entre niños de 3 meses a 14 años de edad con NAC, inscritos en Pedianet (http://www.pedianet.it) desde el 1 de enero de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2018. El tratamiento antibiótico se definió como de espectro estrecho (NS-ABT) si era amoxicilina y de amplio espectro (BS-ABT) si era amoxicilina/ácido clavulánico, cefalosporinas o cualquier combinación. Se realizaron regresiones logísticas crudas y ajustadas para las probabilidades de recibir NS-ABT (todos los episodios de NAC y por paciente). Un valor P <0,05 se consideró estadísticamente significativo.

Resultados: Entre 9691 NAC, se analizaron 7260 episodios de 6409 niños seguidos por 147 pediatras. El 16,7% de las NAC [1216/7260, intervalo de confianza (IC) del 95%: 15,9%-17,6%] recibieron un NS-ABT mientras que el 53,3% (3863/7260, IC del 95%: 52%-54,4%) recibieron BS-ABT y el 30% (2181/7260, IC del 95%: 28,9%-31,1%) macrólidos. En un plazo de 10 años, se observó una ligera pero creciente tendencia a la prescripción de NS-ABT (P < 0,001). Los factores asociados de forma independiente con la reducción de las probabilidades de recibir una NS-ABT en comparación con la BS-ABT que incluía macrólidos fueron tener más de 5 años [odds ratio (OR) 0,45, IC 95%: 0,39-0,52], vivir en el centro/sur de Italia (OR 0,13, IC 95%: 0,10-0,16) y estar expuesto a la ABT 3 meses antes (OR 0,61, IC 95%: 0,53-0,70). Estos resultados se confirmaron al comparar NS-ABT frente a BS-ABT excluyendo los macrólidos (n = 5079) y cuando el análisis se limitó a la NAC índice.

Conclusión: Nuestros resultados informan de una prescripción muy limitada de antibióticos de espectro estrecho para los niños italianos con NAC.

OBJETIVOS: La precisión de la piuria para la infección del tracto urinario (ITU) varía con la concentración de la orina. El objetivo de este estudio fue determinar el punto de corte óptimo de leucocitos (WBC) para la ITU en niños pequeños con diferentes concentraciones de orina, medidas por la gravedad específica de la orina.

MÉTODOS: Estudio transversal retrospectivo de niños <24 meses de edad evaluados en el servicio de urgencias por sospecha de ITU con  urianálisis y urocultivo emparejados durante un período de 6 años. El resultado primario fue el resultado positivo del urocultivo descrito en los umbrales de cultivo de la guía de práctica clínica de la Academia Americana de Pediatría. Se calcularon las características de la prueba para los puntos de corte de la piuria microscópica y la esterasa leucocitaria (LE) positiva en 3 grupos de gravedad específica de la orina: baja <1,011, moderada 1,011 a 1,020 y alta >1,020.

CONCLUSIONES: El punto de corte óptimo de la piuria en la predicción de resultados positivos del urocultivo cambia con la concentración de la orina en los niños pequeños. Los umbrales de piuria de 3 WBC por HPF en concentraciones de orina bajas mientras que 8 WBC por HPF en concentraciones de orina altas tienen un valor predictivo óptimo para la ITU. LE positivo es un fuerte predictor de ITU independientemente de la concentración de orina.

Pediatrics, Feb 2021, 147 (2) e2020012138

La infección del tracto urinario (ITU) es común en los niños, y las niñas tienen un riesgo significativamente mayor, en comparación con los niños, excepto en la primera infancia. La mayoría de los casos están causados por Escherichia coli. La recogida de una muestra de orina no contaminada es esencial para un diagnóstico preciso. La terapia antibiótica oral durante 7 a 10 días es adecuada para los casos no complicados que responden bien al tratamiento. Se aconseja una ecografía renal en todos los niños pequeños con una primera ITU febril y en los niños mayores con ITU recurrente. La mayoría de los niños con una primera ITU febril no necesitan una cistouretrografía miccional; puede considerarse después de la primera ITU en niños con un examen ecográfico renal y vesical anormal o una ITU causada por un patógeno atípico, un curso clínico complejo o una cicatrización renal conocida. La profilaxis antibiótica a largo plazo se utiliza de forma selectiva en pacientes de alto riesgo. Pocos pacientes diagnosticados de reflujo vesicoureteral tras una ITU necesitan corrección quirúrgica. La complicación a largo plazo más importante de la pielonefritis aguda es la cicatrización renal, que puede aumentar el riesgo de hipertensión o enfermedad renal crónica en etapas posteriores de la vida. El tratamiento de la pielonefritis aguda con un antibiótico adecuado en las 48 horas siguientes a la aparición de la fiebre y la prevención de la ITU recurrente reducen el riesgo de cicatrización renal. Los patógenos causantes de la ITU son cada vez más resistentes a los antibióticos de uso común, por lo que debe desaconsejarse su uso indiscriminado en casos dudosos de ITU.

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS: El citomegalovirus congénito (cCMV) es la principal causa no genética de pérdida auditiva neurosensorial y de discapacidades del desarrollo. Dado que los datos de los estudios sobre la afectación vestibular en grupos seleccionados de niños con cCMV son limitados, es probable que se subestime la verdadera frecuencia de los trastornos vestibulares en el cCMV. Nuestro objetivo para este estudio es determinar la prevalencia de los trastornos vestibulares, de la mirada y del equilibrio en una cohorte de niños con cCMV asintomático.

MÉTODOS: Se llevaron a cabo evaluaciones exhaustivas de la vestibularidad, la mirada y el equilibrio en 40 niños con cCMV asintomático. La función de los canales semicirculares del oído interno y del tracto vestíbulo-visual se evaluó midiendo el reflejo vestíbulo-ocular en una silla giratoria motorizada impulsada por ordenador; la función sacular del oído interno se evaluó utilizando el potencial miogénico evocado vestibular cervical; la estabilidad de la mirada durante el movimiento de la cabeza se evaluó utilizando la agudeza visual dinámica clínica, y el equilibrio se evaluó utilizando la prueba de organización sensorial y la prueba de competencia motora de Bruininks-Oseretsky, segunda edición. Los resultados de las pruebas para cada variable se compararon con los de un grupo de control sin cCMV y/o se compararon con los datos normativos publicados de la misma edad.

RESULTADOS: Los trastornos vestibulares fueron evidentes en el 45% de la cohorte sobre la base de las pruebas de potencial miogénico evocado vestibular cervical y de silla giratoria, lo que sugiere anormalidades en los canales semicirculares, el utrículo y el sáculo del oído interno, y los tractos vestíbulo-visuales. Además, el 46% de la cohorte tenía dificultades para mantener la mirada durante el movimiento de la cabeza, y entre un tercio y la mitad de la cohorte tenía dificultades para mantener el equilibrio.

CONCLUSIONES: Los trastornos vestibulares, de la mirada y del equilibrio son altamente prevalentes en los niños con cCMV asintomático. El cribado sistemático de los trastornos vestibulares se utilizará para determinar el impacto clínico completo para el desarrollo de intervenciones eficaces.

Pediatrics, Feb 2021, 147 (2) e2020043778

En un estudio publicado en este número de Pediatrics, Pinninti et al1 informan de que los trastornos vestibulares, del equilibrio y de la mirada se producen hasta en el 45% de los niños nacidos con infección congénita por citomegalovirus (cCMV) asintomática. Este estudio se basó en la evaluación de 40 niños de entre los 449 recién nacidos diagnosticados con cCMV a través del estudio CMV & Hearing Multicenter Screening (CHIMES), que examinó a más de 100.000 recién nacidos de 7 centros médicos de Estados Unidos entre 2007 y 2012.2 Los sujetos de este estudio representan una muestra de un único centro del estudio CMV & Hearing Multicenter Screening.

Este estudio representa la mayor cohorte identificada y probada sistemáticamente para los trastornos vestibulares y del equilibrio en niños con cCMV asintomático. Estudios anteriores más pequeños, que incluían …

Pediatrics, Feb 2021, 147 (2) e2020035238

En Italia, el 15,8% de los residentes son niños menores de 18 años: concretamente, el 1,4% de 0 a 1 año, el 4,1% de 2 a 6 años, el 5,6% de 7 a 12 años y el 4,8% de 13 a 17 años. Se han notificado menos casos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en niños de hasta 18 años que en adultos.1 Sin embargo, los datos recientes indican que el número y la tasa de casos pediátricos están aumentando constantemente. Durante la fase de confinamiento, la incidencia de COVID-19 se subestimó en los niños debido a la falta de pruebas generalizadas y a la prioridad de las pruebas otorgada a los adultos y a los pacientes con enfermedad grave, mientras que, ahora, las pruebas de los casos leves y asintomáticos están conduciendo a un aumento de los casos confirmados. El objetivo del presente estudio es evaluar, antes del inicio de las clases, el impacto de la fase de transición (la reapertura progresiva de todas las actividades a partir del 4 de mayo hasta el 13 de septiembre) de la epidemia en los casos pediátricos.

·Stop, think SCORTCH: rethinking the traditional ‘TORCH’ screen in an era of re-emerging syphilis. Archives of Disease in Childhood 2021;106:117-124.

Antecedentes La epidemiología de las infecciones congénitas está en constante cambio, con un reciente resurgimiento de las tasas de infección por sífilis en el Reino Unido. La identificación de la infección congénita a menudo se retrasa; es importante el reconocimiento y el tratamiento tempranos de las infecciones congénitas. Las modalidades de prueba y las investigaciones son a menudo limitadas, lo que hace que se pierdan oportunidades de diagnóstico.

Métodos El acrónimo SCORTCH (sífilis, citomegalovirus (CMV), “otros”, rubéola, toxoplasmosis, varicela, virus del herpes simple (HSV) y virus transmitidos por la sangre) aumenta la concienciación de los clínicos sobre el mayor riesgo de sífilis congénita, al tiempo que considera otras etiologías infecciosas, incluyendo: zika, malaria, enfermedad de chagas, parvovirus, enterovirus, VIH, hepatitis B y C, y virus linfotrópico T humano 1, además de las infecciones congénitas clásicas reconocidas en el “cribado TORCH” (toxoplasmosis, “otros”, rubéola, CMV, HSV). El enfoque diagnóstico de SCORTCH describe los signos comunes presentes en los bebés con infección congénita, detalla las pruebas serológicas para la madre y el bebé y los diagnósticos directos importantes del bebé. Las investigaciones de diagnóstico directo incluyen: radiología, oftalmología, audiología, pruebas microbiológicas y de PCR tanto para el bebé como para el tejido de la placenta, este último también justifica la histopatología.

Conclusión El tradicional “cribado TORCH” se centra en las investigaciones específicas de la serología, a menudo omite importantes pruebas de diagnóstico directo del lactante y no tiene en cuenta las infecciones congénitas emergentes y reemergentes. Reconociendo que la sífilis es un patógeno reemergente y que las presentaciones clínicas de varias etiologías infecciosas se solapan, abogamos por una perspectiva más amplia utilizando el enfoque diagnóstico SCORTCH.

·Age-dependent Interactions Among Clinical Characteristics, Viral Loads and Disease Severity in Young Children With Respiratory Syncytial Virus Infection. The Pediatric Infectious Disease Journal. 40(2):116-122, February 2021.

Antecedentes: Las diferencias dependientes de la edad en la presentación clínica y las cargas virales en lactantes y niños pequeños con infección por el virus respiratorio sincitial (VRS), y su correlación con la gravedad de la enfermedad, están mal definidas.

Métodos: Se inscribieron niños previamente sanos <2 años de edad con infección leve (pacientes ambulatorios) y grave (pacientes hospitalizados) por VRS y se midieron las cargas virales mediante reacción en cadena de la polimerasa en hisopos nasofaríngeos. Los pacientes fueron estratificados por edad en 0-<3, 3-6 y >6-24 meses, y se realizaron análisis multivariablesntes para identificar los factores clínicos y virales asociados a la enfermedad grave.

Resultados: De 2014 a 2018, se inscribieron 534 niños con infección por VRS, 130 pacientes ambulatorios con infección leve por VRS y 404 pacientes hospitalizados con enfermedad grave por VRS. La mediana de la duración de la enfermedad fue de 4 días para ambos grupos, sin embargo, las cargas virales fueron mayores en los pacientes ambulatorios que en los hospitalizados (P < 0,001). En los análisis bivariados, las sibilancias fueron más frecuentes en los pacientes externos de mayor edad (>3 meses) que en los pacientes internos (P < 0,01), mientras que la fiebre fue más común en los pacientes internos que en los externos (P < 0,01) y su frecuencia aumentó con la edad. Los análisis ajustados confirmaron que el aumento del trabajo respiratorio y la fiebre se asociaron sistemáticamente con la hospitalización, independientemente de la edad, mientras que las sibilancias en los lactantes >3 meses y la mayor carga de VRS en los niños >6-24 meses se asociaron de forma independiente con una menor gravedad de la enfermedad.

Conclusiones: La edad tuvo un impacto significativo en la definición de las interacciones entre las cargas virales, las manifestaciones clínicas específicas y la gravedad de la enfermedad en los niños con infección por VRS. Estas observaciones ponen de manifiesto la importancia de la estratificación de los pacientes a la hora de evaluar las intervenciones contra el VRS.

Introducción: Haemophilus influenzae (Hi) causa infecciones leves e invasivas graves, especialmente en niños  menores de 5 años.  El serotipo b (Hib) era muy frecuente antes de la introducción de la vacuna, que en Paraguay se introdujo en 2004.

Métodos: Se estudiaron por métodos microbiológicos convencionales y técnicas moleculares 523 aislados de H. influenzae obtenidos desde 1999 a 2017 y remitidos al Laboratorio Nacional de Referencia de Paraguay.

Resultados: El serotipo más frecuente fue el no-tipable (HiNT), en un 51,8% (271/523), seguido de Hib (43%; 225/523), Hia e Hif (1,5%; 8/523, respectivamente), Hic (1%; 5/523), Hie (0,8%; 4/523) y Hid (0,4%; 2/523). El 48,4% de las infecciones invasivas estaban causadas por HiNT y el 46,1% por Hib. El 88,6% de las cepas procedían de casos de meningitis, el 70,8% de sepsis y el 50,9% de neumonías en niños menores de 5 años.  El 84% (181/217) de las cepas correspondían a enfermedades invasivas causadas por Hib en menores de 5 años,  registrándose la mayor proporción entre 2001-2003. Los biotipos más prevalentes fueron el biotipo I (29%), biotipo II (12%), biotipo III (24%) y biotipo IV (13%). El 13% (68/523) de los aislados fueron resistentes a la ampicilina.

Conclusión: Tras de la introducción de la vacuna frente a Hib en Paraguay, los casos de enfermedad invasiva por Hib disminuyeron en niños  menores de 5 años  y hubo un aumento de HiNT en los mayores de 5 años.  Es necesaria una vigilancia continua para monitorizar la eficacia de la vacuna y desarrollar intervenciones preventivas.

Introducción: En Europa, el H. influenzae no tipificable (NTHi) es la principal causa de enfermedad invasiva por H. influenzae en adultos y se asocia a una elevada mortalidad. El objetivo de este estudio fue determinar si los tratamientos antimicrobianos actuales para la infección por H. influenzae en España son adecuados en función de su probabilidad de alcanzar los objetivos farmacocinéticos/farmacodinámicos (PK/PD).

Métodos: Se obtuvieron de la literatura los parámetros farmacocinéticos de los antibióticos estudiados (amoxicilina, amoxicilina/ácido clavulánico, ampicilina, cefotaxima, ceftriaxona, imipenem y ciprofloxacino) y los datos de susceptibilidad de H. influenzae. Se utilizó una simulación de Monte Carlo para estimar la probabilidad de alcanzar el objetivo (PTA), definida como la probabilidad de que se alcance al menos un valor específico de un índice PK/PD a una determinada CIM, y la fracción acumulativa de respuesta (CFR), definida como la PTA poblacional esperada para una dosis específica del fármaco y una población específica de microorganismos.

Resultados: Independientemente del régimen de dosificación, todos los antibióticos arrojaron valores de CFR del 100% o casi del 100% para todas las cepas, incluyendo BL+, BL- y BLNAR, excepto la amoxicilina y la ampicilina para BL+. Así, si una infección está causada por cepas BL+, el tratamiento con amoxicilina y ampicilina tiene una alta probabilidad de fracaso (CFR≤8%). Para las dosis estándar de amoxicilina, amoxicilina/ácido clavulánico e imipenem, los puntos de ruptura PK/PD fueron coherentes con los puntos de ruptura clínicos del EUCAST. Para los demás antimicrobianos, los puntos de ruptura PK/PD fueron superiores a los puntos de ruptura clínicos del EUCAST.

Conclusiones: Nuestro estudio confirma mediante el análisis PK/PD que, con los antimicrobianos utilizados como tratamiento empírico de la enfermedad invasiva por H. influenzae, cabe esperar una alta probabilidad de éxito terapéutico.

·Year-Round, Routine Testing of Multiple Body Site Specimens for Human Parechovirus in Young Febrile Infants J Pediatr . 2021 Feb;229:216-222.e2.  doi: 10.1016/j.jpeds.2020.10.004

Poner a prueba nuestra hipótesis de que el análisis rutinario durante todo el año de muestras procedentes de múltiples lugares del cuerpo y el genotipado del virus detectado describiría los cambios estacionales, aumentaría el rendimiento diagnóstico y proporcionaría una mejor definición de las manifestaciones clínicas de las infecciones por parechovirus humano (PeV-A) en los lactantes febriles pequeños.

Diseño del estudio El análisis de la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) del PeV-A se incorporó a la evaluación rutinaria de los lactantes de ≤60 días de edad hospitalizados en el Nationwide Children’s Hospital por fiebre y/o sospecha de síndrome similar a la sepsis a partir de julio de 2013. Se revisaron las historias clínicas electrónicas de los lactantes que dieron positivo a PeV-A entre julio de 2013 y septiembre de 2016. El genotipado se realizó con RT-PCR específica de tipo 3 y secuenciación.

Resultados De 1475 lactantes evaluados, 130 (9%) dieron positivo para PeV-A en 1 o más sitios: 100 (77%) en sangre, 84 (65%) en un sitio no estéril y 53 (41%) en líquido cefalorraquídeo (LCR). Cinco bebés (4%) fueron positivos sólo en LCR, 31 (24%) fueron positivos sólo en sangre y 20 (15%) fueron positivos sólo en sitios no estériles. El PeV-A3 fue el tipo más común (85%) y el único tipo detectado en el LCR. Aunque la mayoría (79%) de las infecciones se diagnosticaron entre julio y diciembre, el PeV-A se detectó durante todo el año. La edad media de detección fue de 29 días. Fueron frecuentes la fiebre (96%), la inquietud (75%) y la linfopenia (56%). Entre los lactantes con LCR positivo al PeV-A, el 77% no tenía pleocitosis en el LCR. La duración media de la hospitalización fue de 41 horas. Cuatro lactantes tenían coinfecciones bacterianas diagnosticadas en las 24 horas siguientes al ingreso; 40 lactantes tenían coinfecciones víricas.

Conclusiones Aunque son más frecuentes en verano y otoño, las infecciones por VPE-A se produjeron en todos los meses naturales del período de estudio de 3 años. En más de la mitad de los pacientes se detectó el VPE-A en más de un lugar del cuerpo. Las coinfecciones fueron frecuentes. El PeV-A3 fue el tipo más común identificado y el único tipo detectado en el LCR.

Los enterovirus (EV) constituyen el principal grupo causante de infecciones en los humanos. En EE. UU. se calcula que cada año se producen entre 10-15 millones de infecciones, afectando preferentemente a la población infantil y dentro de ella a los menores de un año. Estas infecciones muestran un predominio estacional (primavera/verano) y pueden presentarse como casos aislados o brotes epidémicos1.

En el período neonatal las infecciones por EV pueden adquirirse de forma antenatal (congénita o intrauterina), intraparto (vía ascendente) o posnatal (familiar o ambiental). Estas infecciones se producen alrededor del 12% en el primer mes de vida, y de ellas el 79% serían asintomáticas y el 4% precisarían de ingreso hospitalario1. Según algunos estudios la detección de EV en los primeros 5-10 días de vida del neonato puede considerarse indicativo de infección congénita2,3.

Antecedentes: Las vacunas neumocócicas conjugadas (VCP) provocan una menor respuesta inmunitaria frente a los serotipos portados antes o en el momento de la vacunación (hiporrespuesta) en los lactantes. Los limitados estudios realizados hasta la fecha no permitían obtener una visión completa de este fenómeno. Este estudio, el mayor realizado hasta la fecha con criterios de valoración tanto de la portación como serológicos, trató de aportar información sobre la hiporrespuesta específica del serotipo en relación con el número de dosis de VCP administradas antes de la portación.

Métodos: En un ensayo clínico aleatorio a doble ciego (n = 1754 lactantes), se administró la PCV 7-valente o 13-valente a los 2, 4, 6 y 12 meses de edad. La nueva adquisición se definió sobre la base de hisopos nasofaríngeos a las edades de 2, 4, 6, 7 y 12 meses. Los niveles de inmunoglobulina G específicos del serotipo se obtuvieron 1 mes después de la serie en lactantes y 1 mes después de la dosis para niños pequeños.

Resultados: Se observó sistemáticamente una menor respuesta inmunitaria después de la serie para lactantes y la dosis para niños pequeños en los portadores de los serotipos 6A, 6B, 18C y 19F en puntos temporales predefinidos, con una tendencia similar en los portadores del serotipo 23F. En cambio, la portación de los serotipos 9V, 14 y 19A no afectó en general a las respuestas inmunitarias. En el caso de algunos serotipos, pero no de todos, la hiporrespuesta disminuyó al aumentar el número de dosis de vacuna recibidas antes de la adquisición. Se observó una compleja interrelación entre la portación y la respuesta inmunitaria entre los serotipos de reacción cruzada.

Conclusiones: La hiporrespuesta inducida por el portador a las PCV es común, difiere entre los serotipos y depende del momento de la adquisición del portador y del número de dosis de PCV administradas previamente.

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La proporción de prescripciones innecesarias de antibióticos prescritas en las consultas médicas y los servicios de urgencias de Estados Unidos disminuyó ligeramente, del 30% en 2010-2011 al 28% en 2014-2015. Sin embargo, se produjo un mayor descenso en los niños: 32% en 2010-2011 a 19% en 2014-2015. La prescripción innecesaria en adultos no cambió durante este período.

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Introducción

PERTINENT es un sistema piloto de vigilancia activa de lactantes hospitalizados con tos ferina en seis países de la Unión Europea/Espacio Económico Europeo (37 hospitales, siete centros).

Objetivo: Este estudio observacional tuvo como objetivo estimar la incidencia anual de tos ferina de 2016 a 2018 y las respectivas tendencias entre 2017 y 2018. Se describieron los casos de tos ferina, incluida su gravedad.

Métodos: Se desarrolló un protocolo genérico y directrices de laboratorio para armonizar las prácticas entre los sitios. Los casos fueron bebés hospitalizados que dieron positivo a Bordetella pertussis por PCR o cultivo. Los centros recopilaron datos demográficos, clínicos, de laboratorio, estado de vacunación y factores de riesgo/protección. Se estimaron las incidencias anuales de los centros dividiendo el número de casos por las poblaciones de captación.

Resultados: Desde diciembre de 2015 hasta diciembre de 2018, identificamos 469 casos (247 varones; 53%). La mediana de edad, el peso al nacer y la edad gestacional fueron de 2,5 meses (rango: 0-11,6; rango intercuartil (IQR): 2,5), 3.280 g (rango: 700-4.925; IQR: 720) y 39 semanas (rango: 25-42; IQR: 2), respectivamente. Treinta casos (6%) tuvieron una presentación atípica, ya sea con tos o cianosis solamente o con ausencia de síntomas similares a los de la tos ferina. De los 330 casos con información, 83 (25%) fueron ingresados en unidades de cuidados intensivos, incluyendo cinco lactantes fallecidos demasiado jóvenes para ser vacunados. Las razones de tasas de incidencia entre 2018 y 2017 fueron 1,43 en República Checa (p = 0,468), 0,25 en Cataluña (p = 0,002), 0,71 en Francia (p = 0,034), 0,14 en Irlanda (p = 0,002), 0,63 en Italia (p = 0,053), 0,21 en Navarra (p = 0,148) y cero en Noruega.

Conclusiones: La incidencia pareció disminuir entre 2017 y 2018 en todos los sitios menos uno. Una mayor vigilancia de la tos ferina hospitalizada en Europa es esencial para monitorizar la epidemiología de la tos ferina y la carga de la enfermedad.

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Artículo que se hace eco de la incertidumbre que se cierne sobre el ibuprofeno en relación a los efectos adversos que puede ocasionar en el curso clínico de las infecciones, sobre todo respiratorias y cutáneas y cuyos gérmenes implicados son SGA, S. pneumoniae y S. aureus.

En las infecciones respiratorias víricas/neumonía y varicela, concluyen, que si se puede hacer una advertencia sobre el riesgo que puede suponer el uso del ibuprofeno en el deterioro del curso clínico de estas infecciones y desarrollo de complicaciones.

Una relación menos clara se produce en las infecciones bacterianas sistémicas no permitiendo definir los riesgos y beneficios sobre su curso y evolución. En esta misma línea se expresan en relación a la COVID-19.

Actualidad bibliográfica enero 2021

TOP TEN

Introducción: según los estudios disponibles, el consumo de antibióticos en niños es elevado en España. No obstante, puede haber grandes diferencias territoriales incluso entre áreas geográficas pequeñas. El objetivo del estudio es conocer la prescripción de antibióticos en la edad pediátrica y describir sus características en el área administrativa de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Barrualde-Galdakao del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza.

Material y métodos: se han estudiado retrospectivamente las prescripciones antibióticas realizadas a niños de 0 a 13 años a lo largo de los años 2015, 2016 y 2017. Los datos han sido extraídos de la base de datos Presbide del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza. Se han determinado tasas de episodios tratados con antibiótico y su prevalencia, así como tipos de antibióticos utilizados.

Resultados: se han analizado 56 974 prescripciones de antibiótico dispensado a 40 824 niños a lo largo de tres años. El número de episodios tratados con antibiótico por 1000 niños/año fue de 465,20. El porcentaje de niños que recibió al menos una dispensación antibiótica/año fue de 30,72. La máxima incidencia de prescripción se dio en niños de uno y dos años (826 y 827 episodios tratados/1000 niños/año respectivamente). El 64,61% de las dispensaciones fueron de amoxicilina.

Conclusión: nuestras cifras de prescripción de antibióticos en niños son elevadas en comparación con los países poco prescriptores del norte de Europa y sensiblemente inferiores a los datos disponibles de estudios hechos en España y de otros países del área mediterránea.

Casos clínicos

La bronquitis bacteriana persistente (BBP) se define como tos húmeda de más de tres semanas de evolución, aislamiento de patógeno en cultivo de una muestra de líquido broncoalveolar y desaparición de la tos con tratamiento con amoxicilina y ácido clavulánico durante al menos dos semanas. Si bien han aumentado el número de casos descritos desde su descripción en 2006, sigue siendo una enfermedad infradiagnosticada a pesar de que el diagnóstico y tratamiento precoz previenen la progresión a formas más graves, que pueden llegar a ser irreversibles. En la literatura se describen múltiples agentes etiológicos, siendo los más frecuentes Haemophilus influenzae no tipable, Streptococcus pneumoniae y Moraxella catarrhalis. No obstante, no hay ningún caso descrito de Alloiococcus otitidis como agente causal de BBP. Este microorganismo se ha aislado principalmente en patología del oído medio. Se describe un caso de preescolar varón de 30 meses, que tras exploraciones se cataloga como BBP por Alloiococcus otitidis. Se inicia antibioterapia con amoxicilina durante dos semanas y fisioterapia respiratoria. La evolución posterior es favorable.

La trombosis venosa cerebral es una enfermedad poco frecuente y de carácter excepcional. Se trata de una patología probablemente infradiagnosticada y debería incluirse siempre en el diagnóstico diferencial de la hipertensión intracraneal con focalidad neurológica o convulsiones, sobre todo si existen factores de riesgo conocidos. Las imágenes radiológicas son imprescindibles para su diagnóstico. Presentamos el caso de un paciente de 5 años con estrabismo convergente del ojo derecho de 3 días de evolución, en el contexto de otitis medias repetidas del oído derecho parcialmente tratadas con antibioterapia. Exploración patológica donde destacaba paresia del VI par derecho y un tímpano homolateral hiperémico en la otoscopia. Los exámenes complementarios fueron normales, salvo aumento del dímero-D. Las imágenes radiológicas obtenidas con resonancia magnética cerebral en fase venosa confirmaron la sospecha diagnóstica, pautándose anticoagulación, con evolución favorable. 

Una niña japonesa de 9 meses de edad se presentó con un historial de una semana de fiebre, irritabilidad, conjuntivitis bilateral no exudativa, labios eritematosos y un sarpullido en su brazo izquierdo (Figura). Tras la evaluación de laboratorio, se le diagnosticó la enfermedad de Kawasaki incompleta y fue tratada con éxito con inmunoglobulina intravenosa y aspirina. El sarpullido se resolvió posteriormente en un período de varias semanas.

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Un niño de 3 años, previamente sano y bien nutrido, presentó fiebre, dolor abdominal, estreñimiento y distensión abdominal de 15 días de duración. El examen mostró palidez, ausencia de linfadenopatía periférica y una masa firme en las zonas periumbilical y lumbar izquierda. La investigación de laboratorio reveló anemia (hemoglobina 7,8 g/dL) y eosinofilia (recuento absoluto de eosinófilos 3300). Una tomografía computarizada reveló una masa necrótica de conglomerado heterogénea que cubría el yeyuno, el íleon terminal, el colon ascendente y el colon transverso (Figura, A ). La colonoscopia identificó un crecimiento ulceroproliferativo en el colon ascendente y el ciego con estrechamiento luminal (Figura, B). Una muestra de biopsia percutánea guiada por ultrasonografía, obtenida de la masa y las muestras de biopsia endoscópica de la mucosa, mostró tejido de granulación y eosinofilia.

Un niño de 6 años fue admitido en un hospital pediátrico terciario con un historial de dos semanas de fiebre, sudores nocturnos, dolor abdominal bajo y disuria. Los marcadores inflamatorios iniciales eran elevados, pero el urocultivo dio negativo para infección urinaria. El ultrasonido abdominal reveló una compleja lesión de masa hipoecóica que surgía de la pared abdominal anterior, extendiéndose desde el ombligo hasta la pelvis y comprimiendo la vejiga, lo que inicialmente era preocupante por una posible malignidad de los tejidos blandos (Figura 1). Una resonancia magnética urgente mostró una gran (35 × 78 × 44 mm) lesión T1 hipointensa de paredes gruesas, T2 hiperintensa con marcada difusión restringida y ávido realce del borde, consistente en un quiste uracal infectado (Figura 2). Inicialmente fue tratado con antibióticos intravenosos pero se deterioró y finalmente requirió una laparotomía exploratoria y un desbridamiento quirúrgico. Se recuperó completamente con más terapia de antibióticos y permaneció bien en revisión a las 3 semanas.

La invaginación idiopática es una causa común de obstrucción intestinal en los bebés, que se presenta como dolor o masa abdominal refractaria, vómitos, letargo y heces de gelatina de grosella. La enfermedad por coronavirus 2019 no está bien caracterizada en los niños, especialmente en los bebés, pero los síntomas en los niños han incluido náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. De enero a julio de 2020, se informó de la intususcepción en 5 lactantes de 4 a 10 meses de edad que tenían una infección por SARS-CoV-2 confirmada por el laboratorio. Los 5 infantes presentaron heces de gelatina de grosella y al menos otro síntoma abdominal, y ninguno presentó síntomas respiratorios. Cuatro bebés se recuperaron, pero el quinto bebé progresó hasta una enfermedad crítica y la muerte. Aunque no se ha establecido una asociación entre la infección por SARS-CoV-2 y la intususcepción, los lactantes con síntomas consistentes con la intususcepción pueden justificar la realización de pruebas para detectar patógenos virales, incluido el SARS-CoV-2, especialmente si se presentan a la atención médica con antecedentes de exposición al SARS-CoV-2 o con signos y síntomas de COVID-19. Es necesario investigar más para determinar si la intususcepción forma parte del espectro clínico de COVID-19 en los lactantes o es un hallazgo coincidente entre los lactantes con infección por SARS-CoV-2

Para profundizar  

La vigilancia de la incidencia y la gravedad de la tos ferina es clave para controlar el éxito y las deficiencias de los programas de vacunación, seguido de adaptaciones de las recomendaciones si es necesario. En Suiza, la notificación de las hospitalizaciones por tos ferina en niños tiene una larga tradición y se reanudó en 2013 para evaluar los efectos de la inmunización contra la tos ferina en el embarazo introducida en 2013.

Métodos: Desde 2013, se ha informado a la Dependencia de Vigilancia Pediátrica de Suiza de todos los pacientes de menos de 16 años de edad hospitalizados con tos ferina presunta o comprobada. Los datos de los pacientes, que comprenden las características clínicas y epidemiológicas y la confirmación de laboratorio, se evaluaron de manera normalizada y se aplicaron definiciones de casos a todos los casos notificados hasta el final de 2019.

Resultados: Doscientos trece de 294 casos fueron casos válidos de tos ferina. De ellos, 168 (79%) ocurrieron en bebés de menos de 6 meses. La duración media de la hospitalización fue de 8 días (mediana 5, rango 2-47) en general y la más alta en los recién nacidos (14,2 días); el 85% de todos los pacientes tuvieron ≥1 complicación, más comúnmente cianosis y disnea, especialmente en los bebés. En general, la tasa de letalidad fue del 1,4% (8,7% en los recién nacidos). Sólo 4 (2%) de 168 madres de bebés <6 meses habían sido vacunadas durante el embarazo; 14 (12%) de 112 pacientes con registros precisos de inmunización habían completado su serie primaria y estaban al día en cuanto a la edad.

Conclusiones:

A pesar de la disminución de los casos asociados con la introducción de la inmunización contra la tos ferina en el embarazo, el control de la enfermedad sigue siendo difícil, principalmente debido a la falta de vacunación y no al fracaso de la vacuna.  

Introducción: se analizan las características clínicas, pruebas complementarias y tratamientos recibidos por los pacientes con diagnóstico de tosferina que son valorados en Urgencias de Pediatría.

Material y métodos: estudio descriptivo retrospectivo de los casos de tosferina que consultaron en Urgencias de Pediatría de un hospital de tercer nivel entre marzo de 2014 y octubre de 2017.

Resultados: se analizaron 89 casos (55% mujeres) con edad media de 1,67 ± 2,9 años. El 98,9% presentó tos, el 33% gallo inspiratorio y el 34,8% apneas. En el 64% de los casos había entorno epidémico de tos o tosferina. La media de visitas en urgencias durante el mismo proceso fue 1,4. Diagnósticos más frecuentes en la primera visita a urgencias: tos (36%), sospecha de tosferina (22,5%), infección respiratoria de vías altas (19,1%) y bronquiolitis (9%). Ingresaron 56 pacientes (62,9%), con una edad media de 0,38 ± 1,2 años. Se realizó cultivo para Bordetella en 88 casos (positivo para B. pertussis en 38 y B. parapertussis en tres) y reacción en cadena de la polimerasa en 73 (positivo para B. pertussis en 70 y B. parapertussis en tres).

Conclusiones: el diagnóstico de tosferina habitualmente es difícil, ya que la sintomatología inicialmente es inespecífica. El diagnóstico precoz es fundamental para iniciar un tratamiento inmediato y realizar una adecuada profilaxis de contactos.

Antecedentes

Se han notificado pocos casos pediátricos de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y sabemos poco sobre la epidemiología en niños, aunque se sabe más sobre otros coronavirus. Nuestro objetivo es conocer la tasa de infección, la presentación clínica, los resultados clínicos y la dinámica de transmisión del coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), con el fin de informar sobre las medidas clínicas y de salud pública.

Métodos

Se realizó una revisión sistemática rápida y una síntesis narrativa de toda la literatura relacionada con el SARS-CoV-2 en poblaciones pediátricas. Los términos de búsqueda también incluyeron SARS-CoV y MERS-CoV. Se realizaron búsquedas en 3 bases de datos y en los centros de recursos COVID-19 de 11 revistas y editoriales importantes. Se incluyeron los resúmenes en inglés de los artículos en chino. Se extrajeron los datos y se realizaron síntesis narrativas.

Resultados

Se incluyeron en la revisión 24 estudios relacionados con la COVID-19. Los niños parecen estar menos afectados por la COVID-19 que los adultos por la tasa de casos observada en los grandes estudios epidemiológicos. Los datos limitados sobre la tasa de ataques indican que los niños son igual de susceptibles a la infección. Los datos sobre los resultados clínicos son escasos, pero incluyen varios informes de infección asintomática y un curso más leve de la enfermedad en los niños pequeños, aunque se observan anomalías radiológicas. Los casos graves no se comunican con detalle y hay pocos datos relativos a la transmisión.

Conclusiones

Los niños parecen tener una baja tasa de casos observados de COVID-19 pero pueden tener tasas similares a las de los adultos de infección por SARS-CoV-2. Esta discrepancia puede deberse a que los niños son asintomáticos o tienen una infección demasiado leve como para llamar la atención médica y ser examinados y contabilizados en los casos observados de COVID-19.

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La pandemia de la enfermedad por coronavirus se declaró en marzo de 2020, al acercarse el invierno del hemisferio sur. Australia esperaba la co-circulación del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2, la gripe y otros virus respiratorios estacionales. Sin embargo, las notificaciones de gripe fueron 7.029 (marzo-septiembre) en comparación con un promedio de 149.832 para el mismo período en 2015-2109, a pesar de las pruebas sustanciales. Las restricciones a la circulación dentro y hacia Australia pueden haber eliminado temporalmente la gripe. Otros patógenos respiratorios también mostraron una actividad notablemente cambiada en 2020

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Introducción La enfermedad neumocócica invasora (ENI) puede requerir ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP). El objetivo de este trabajo es analizar las características epidemiológicas, clínicas y microbiológicas asociadas a la ENI que predisponen el ingreso en la UCIP.

Material y métodos Estudio prospectivo de casos diagnosticados con ENI en tres hospitales pediátricos de Barcelona entre enero de 2012 y junio de 2016. Se analizaron las asociaciones entre el ingreso en la UCIP y las variables epidemiológicas, clínicas y microbiológicas.

Resultados Se incluyeron 263 casos con ENI. El 19% (n = 50) requirió ingreso en la UCIP. El 100% (7) de los pacientes con shock séptico, 84,2% (16) con meningitis y 15,2% (23) con neumonía complicada ingresaron en la UCIP. Las complicaciones más frecuentes fueron pulmonares (35,2%) y neurológicas (39,5%). La razón entre ingreso y no ingreso en la UCIP fue 4,17 veces mayor en los sujetos con enfermedad de base. Los serotipos asociados al ingreso en la UCIP fueron el 19A (23% del total de este serotipo), el 14 (20%), el 3 (17%) y el serotipo 1 (12,5%).

Conclusiones La ENI requiere ingreso en la UCIP en caso de shock séptico y meningitis, no así, de entrada, la neumonía complicada. El porcentaje de ingresos es mayor en los niños con enfermedad de base. El ingreso en la UCIP conlleva una estancia más prolongada, así como complicaciones durante la fase aguda y secuelas, sobre todo, neurológicas. Los serotipos de los pacientes que ingresaron en la UCIP fueron, predominantemente, serotipos vacunales.

Hasta ahora, los datos recogidos en los casos de procesos clínicos provocados por el coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) en niños sugieren que son cuadros leves en comparación con las infecciones en pacientes adultos; no obstante, se ha informado de casos graves, como el síndrome inflamatorio multisistémico (SIM), que precisa de valoración y actuación de emergencia.

En el contexto de la consulta del pediatra de Atención Primaria y coincidiendo con el inicio del curso escolar, en una época en la que habitualmente aumenta la incidencia de procesos como la gripe, infección por el virus respiratorio sincitial (VRS) y otros cuadros respiratorios, es habitual la demanda por síntomas que pueden hacer sospechar cualquiera de estas infecciones. En este sentido, es importante llegar a un diagnóstico que permita el manejo más adecuado del paciente. Epidemiológicamente, de manera que se pueda disminuir la transmisión comunitaria tomando las medidas adecuadas y clínicamente para así poder ponderar el nivel de gravedad y poner en marcha las actuaciones más adecuadas.

Dado que no existen escalas válidas que ofrezcan un puntaje para valorar cuál es la actuación más adecuada ante la sospecha de una infección COVID-19, planteamos los beneficios de un algoritmo de decisión clínica que tiene en cuenta las connotaciones epidemiológicas, basado en la gravedad clínica, para ofrecer la atención clínica más adecuada a los pacientes                                                                                                                                                                                                                               

Antecedentes: La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) representa una de las principales causas de hospitalización, especialmente entre los niños pequeños. En los países del tercer mundo, la información sobre la etiología de la NAC es escasa. Por lo tanto, los métodos de diagnóstico rápidos y altamente sensibles son cruciales para determinar los agentes etiológicos.

Métodos: Entre marzo de 2016 y marzo de 2017, hemos estudiado prospectivamente los aspectos clínicos, radiológicos, de laboratorio y moleculares de los pacientes con NAC en 2 hospitales de nivel terciario en Santa Cruz de la Sierra, utilizando una reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR) multiplexada.

Los resultados: Se evaluó a un total de 274 niños, con una edad media de 13 meses. Se identificó un agente etiológico en 187 pacientes (68,2%): el 54% (n = 148) eran virus y el 14,2% (n = 39) eran bacterias. La prevalencia de NAC fue mayor entre los niños menores de 2 años (71%; 195/274); el virus sincitial respiratorio (VRS) fue la causa más frecuente en el 22% (60/274), especialmente entre los lactantes, seguido de la gripe (14,5%; 40/274). El Streptococcus pneumoniae representó el 7% del total (19/274), seguido del Staphylococcus aureus (3%;8/274) y del Haemophilus influenzae (1,4%;4/274). En conjunto, estos casos representaron el 79,5% (31/39) de toda la CAP bacteriana. El derrame pleural (PE) complicó la CAP en un 13,8% (38/274), de los cuales 29 eran de etiología bacteriana. La RT-PCR aumentó la tasa de detección de neumococo en un 47%. La coinfección se produjo en 28 pacientes (10%); 26 (9,5%) requirieron cuidados intensivos y 9 pacientes (3%) murieron.

Conclusiones: La RT-PCR aportó un valor diagnóstico adicional a los métodos convencionales, clínicos y de laboratorio. La mayor prevalencia del VSR, la gripe y el Streptococcus pneumoniae revela la necesidad de adoptar medidas preventivas con una mejor absorción de la vacuna y de realizar investigaciones futuras sobre las vacunas contra el VSR.

La presentación clínica de las infecciones por coronavirus humano (HCoV) en los niños varía mucho. Mostramos que los niños con una infección del tracto respiratorio inferior asociada al HCoV tenían con mayor frecuencia un virus respiratorio sincitial codetectado y una mayor concentración de Haemophilus influenzae/haemolyticus que los portadores asintomáticos de HCoV, así como los niños con una infección del tracto respiratorio inferior no asociada al HCoV. La coincidencia viral y bacteriana puede favorecer la sintomatología de las infecciones asociadas con el HCoV, incluida la enfermedad coronavírica de 2019

  •  COVID-19 and Multisystem Inflammatory Syndrome in Latin American Children: A Multinational StudyThe Pediatric Infectious Disease Journal. 40(1):e1-e6, January 2021.

Antecedentes: Hasta la fecha, no hay datos completos sobre el COVID-19 pediátrico de América Latina. El presente estudio tiene por objeto evaluar el COVID-19 y el Síndrome de Inflamación Multisistémica (SMI-C) en los niños de América Latina, a fin de planificar y asignar adecuadamente los recursos para hacer frente a la pandemia a nivel local e internacional.

Métodos:  Estudio de cohorte multicéntrico y ambispectivo de 5 países de América Latina. Se incluyeron niños de 18 años o menos con infección por el SARS-CoV-2 confirmada microbiológicamente o que cumplían la definición del SMI-C.

Hallazgos: Se incluyeron 409 niños, con una edad mediana de 3.0 años (rango intercuartil 0.6-9.0). De ellos, 95 (23,2%) fueron diagnosticados con SMI-C. Ciento noventa y un (46,7%) niños fueron admitidos en el hospital y 52 (12,7%) requirieron admisión en una unidad de cuidados intensivos pediátricos. Noventa y dos (22,5%) pacientes requirieron apoyo de oxígeno: 8 (2%) fueron iniciados con presión positiva continua en las vías respiratorias y 29 (7%) con ventilación mecánica. Treinta y cinco (8,5%) pacientes requirieron apoyo inotrópico. Los siguientes factores se asociaron con el ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos: condición médica preexistente (P < 0,0001), inmunodeficiencia (P = 0,01), infección del tracto respiratorio inferior (P < 0,0001), síntomas gastrointestinales (P = 0,006), cambios radiológicos que sugieren neumonía y síndrome de dificultad respiratoria aguda (P < 0,0001) y condiciones socioeconómicas bajas (P = 0,009).

Conclusiones: Este estudio muestra una forma generalmente más grave de COVID-19 y un alto número de MIS-C en niños latinoamericanos, en comparación con los estudios de China, Europa y Norteamérica, y respalda la evidencia actual de una enfermedad más grave en niños latinos/hispanos o en personas de menor nivel socioeconómico. Las conclusiones ponen de relieve la urgente necesidad de contar con más datos sobre COVID-19 en América Latina.

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Antecedentes: La otitis media aguda recurrente (RAOM) es común en los niños, y puede dar lugar a la perforación espontánea de la membrana timpánica (STMP), cuyo tratamiento suele ser difícil. En las vías respiratorias superiores (URT), los microorganismos residentes desempeñan un papel fundamental en la patogénesis y la prevención de la otitis media, ya que son capaces de inhibir el proceso de colonización y el crecimiento de los otopatógenos. En particular, el Dolosigranulum spp. y el Corynebacterium spp. se han asociado con la salud respiratoria en varios estudios. Este estudio tiene como objetivo comparar tanto la microbiota nasofaríngea de los niños con RAOM frente a los controles emparejados y la microbiota nasofaríngea de los niños con antecedentes de RAOM con STMP.

Método: Se recogieron hisopos nasofaríngeos de 132 niños, con una edad media de 3,51 (2,13-4,72), incluidos 36 niños sanos, 50 con RAOM sin STMP y 46 con RAOM con STMP. Posteriormente se extrajo ADN bacteriano y se amplificaron y secuenciaron las regiones del gen V3-V4 del ARNr 16S de la polimerasa en cadena mediante la tecnología MiSeq de Illumina.

Resultados: Se detectó una mayor abundancia relativa de los géneros Dolosigranulum y Corynebacterium en la nasofaringe de los niños sanos (16,5% y 9,3%, respectivamente) en comparación con la RAOM sin STMP (8,9% y 4,3%, respectivamente) y la RAOM con STMP (5,2% y 2,8%, respectivamente). Se detectó un patrón de disminución de la abundancia relativa de estos 2 géneros fundamentales a través de la gravedad de la enfermedad. En todos los grupos, los géneros más abundantes fueron Moraxella, Streptococcus y Haemophilus, seguidos por Dolosigranulum y Corynebacterium.

Conclusiones: Nuestro estudio proporciona una caracterización de la microbiota URT en niños propensos a las otitis con y sin historia de STMP recurrente, sugiriendo que el papel del Dolosigranulum y el Corynebacterium en la regulación de la microbiota URT saludable debe ser estudiado más a fondo.

·Broad and nonspecific clinical manifestations of SARS-CoV-2 infection in young infants . J Pediatr. 2021; 228, P1-3

El examen sistemático realizado por Mark y otros de los casos publicados de las manifestaciones clínicas de la infección por el SARS-CoV-2 en lactantes menores de 3 meses de edad proporciona un adelanto, una instantánea del conocimiento en este momento. Los datos clínicos de los 63 pacientes incluidos se reunieron predominantemente a partir de informes de casos individuales, con todo el sesgo esperado hacia la publicación de casos inusuales, es decir, que a los médicos que los atendieron les parecieron inesperados según la conversación médica del momento, y a los revisores y editores les parecieron suficientemente novedosos y bien documentados para justificar su publicación. No se puede ni siquiera adivinar si las manifestaciones representadas por sólo 63 casos se encontrarán, con el consiguiente estudio imparcial, como comunes o poco comunes, típicas o atípicas, únicas de este grupo de edad o sin edad. ¿Por qué entonces cotejar? ¿Por qué publicar?

La compilación de casos corrige los errores en las conversaciones médicas y profanas sobre la infección del SARS-CoV-2 en los niños. En primer lugar, la mera recopilación de los casos en niños muy pequeños documenta que este grupo no siempre es asintomático o sólo ligeramente afectado cuando se infecta con el SARS-CoV-2. En segundo lugar, el amplio espectro de manifestaciones clínicas y disfunciones de múltiples sistemas orgánicos descubiertos por sólo 63 pacientes son prueba de lo que “puede suceder” cuando los lactantes pequeños están infectados, y proporcionan un marco de investigación para los médicos que evalúan cualquier enfermedad aguda en este grupo de edad.

·Community-Onset Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 Infection in Young Infants: A Systematic Review. J Pediatr. 2021;228:94-100.e3. doi:10.1016/j.jpeds.2020.09.008

Resumir y evaluar los informes actuales sobre la infección por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) en lactantes de corta edad, iniciada en la comunidad.

Diseño del estudio

Realizamos una revisión sistemática para identificar los informes publicados desde el 1 de noviembre de 2019 hasta el 15 de junio de 2020, sobre la infección por SARS-CoV-2 confirmada por laboratorio en la comunidad en bebés menores de 3 meses de edad. Excluimos los estudios que informaban de la exposición y el diagnóstico de los recién nacidos con la enfermedad coronavirus perinatal 2019 (COVID-19) antes del alta hospitalaria y de la enfermedad de inicio en el hospital, así como los casos diagnosticados clínicamente sin confirmación. Dos revisores independientes realizaron la selección de estudios, la abstracción de datos y la evaluación del riesgo de sesgo. Las variables de interés incluyeron la edad del paciente, la exposición a COVID-19, el historial médico, los síntomas clínicos, las pruebas de SARS-CoV-2, los hallazgos de laboratorio, el curso clínico y la disposición.

Resultados

En total, 38 publicaciones cumplieron los criterios de inclusión, entre ellas 23 informes de casos individuales, 14 series de casos y un estudio de cohortes, en los que se describían 63 lactantes menores de 3 meses de edad con infección por el virus del SARS-CoV-2 confirmada en el laboratorio. La mayoría de los casos fueron de leves a moderados. Se comunicaron hallazgos de fiebre, respiratorios, gastrointestinales, cardíacos y neurológicos. Las anomalías de laboratorio incluían neutropenia, linfopenia y niveles séricos elevados de marcadores inflamatorios y aminotransferasas. Se hospitalizó a 58 (92%) niños, 13 (21%) fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos y 2 (3%) requirieron ventilación mecánica. No se comunicó ninguna muerte.

Conclusiones

Entre los lactantes pequeños con infección por SARS-CoV-2 confirmada en el laboratorio, la mayoría de los casos fueron de leves a moderados y mejoraron con los cuidados de apoyo. Nuestros resultados demuestran la necesidad de un alto índice de sospecha de infección por SARS-CoV-2 en los lactantes pequeños que presentan síntomas generalizados como fiebre o disminución de la alimentación, incluso en ausencia de síntomas respiratorios.

·You say potato, I say tomato: Reassessing severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 viral loads in children . J Pediatr. 2021;228:316-317. doi:10.1016/j.jpeds.2020.09.048

Yonker y otros concluyen que la carga viral nasofaríngea del síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) en niños en los dos primeros días de síntomas fue significativamente mayor que en los adultos hospitalizados con enfermedad grave1 ,  3, 4 La carga viral del SARS-CoV-2 es mayor al comienzo de la enfermedad y disminuye con el tiempo, independientemente de la edad o la gravedad de la enfermedad, como sostienen los propios autores (véase la figura 2, C).3,4 Aunque los autores afirman que las cargas virales en los niños eran altas, no superaban los niveles notificados por otros en adultos o niños en puntos temporales similares después del comienzo de los síntomas.5, 6, 7 Inferir cualquier cosa sobre la infecciosidad de los niños positivos para la enfermedad coronavírica de 2019 (COVID-19) es especulativo. Sin embargo, como se considera que una carga viral >5,4 log10 de copias de ARN/mL es necesaria para tener una probabilidad del 5% de recuperar el virus infeccioso, sólo aproximadamente un tercio de los niños con datos cuantitativos de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) eran probablemente infecciosos en el momento de la prueba de PCR8 . Aunque los autores informan de que el 18% de los niños que dieron positivo al COVID-19 no tenían ningún contacto doméstico infectado conocido, los autores no llevaron a cabo un rastreo de contactos y, por lo tanto, no pueden vincular los datos de carga viral con la exposición escolar ni con las tasas de ataques secundarios. Los datos de carga viral del SARS-CoV-2 confirman que los niños tienen la mayor cantidad del genoma del SARS-CoV-2 en sus vías respiratorias superiores al comienzo de la enfermedad y que, al igual que en los adultos, la carga viral en los niños disminuye con el tiempo.

Reply

·Comment regarding pediatric severe acute respiratory syndrome coronavirus 2: clinical presentation, infectivity, and immune responsesJ Pediatr. 2021;228:319-320. doi:10.1016/j.jpeds.2020.09.034

En el informe de Yonker y otros, a pesar de haber sometido a prueba a 11 niños asintomáticos con 3 positivos, no hay detalles sobre esta selección de grupos y no hay información sobre la carga viral en este grupo1 . En un estudio se observó una carga viral más elevada en los adultos durante la primera semana de síntomas con una disminución progresiva a lo largo del tiempo, como se observa en el presente estudio en los niños, lo que refuerza el hecho de que la comparación de la carga viral en diferentes etapas de la enfermedad puede ser inadecuada2 . Sin embargo, los estudios muestran que el síndrome inflamatorio multisistémico en los niños es una complicación posterior, con una baja incidencia y mortalidad3,4 .

Los datos sugieren que la mayoría de los casos pediátricos son leves o asintomáticos.5,6 Por lo tanto, debemos ponderar el impacto de la cuarentena en la infancia. Hay cargas psicológicas y físicas impuestas a los niños con el confinamiento en casa y el cierre de la escuela: la falta de interacción niño-niño y los patrones de alimentación inadecuados generan angustia, obesidad/malnutrición, depresión y muchos otros trastornos del comportamiento y del neurodesarrollo. Además, los niños vulnerables, como los expuestos a la violencia y el abuso en el hogar, no tienen un lugar donde refugiarse7,8 . Además, en los países de bajos ingresos, la disparidad socioeducativa puede aumentar, porque no hay un acceso universal a los sistemas audiovisuales o al acceso a Internet; además, algunos niños reciben una asistencia nutricional vital en las escuelas que se ha detenido desde que comenzó la pandemia7.

Para mitigar el impacto psicosocial puede ser necesario estratificar los riesgos de los niños, los maestros y sus contactos en el hogar y localizar a todos los individuos sintomáticos para hacer posible el aislamiento.

Diseño

Estudio prospectivo de observación.

Configuración

Clínica ambulatoria de alergias en España.

Participantes

Pacientes de hasta 14 años con sospecha de alergia a los betalactámicos.

Intervención

Evaluación de la alergia.

Resultados

Costos directos e indirectos de atención médica y no médica.

Principales resultados

El costo total fue de 12 324,25, 308,11 por paciente.

Conclusión

La evaluación electiva de la alergia por sospecha de alergia a los betalactámicos no es costosa y puede reducir los gastos futuros de los antibióticos alternativos, a menudo más caros.

Comentario

Hasta el 10% de los niños están etiquetados como alérgicos a los betalactámicos, pero la gran mayoría de estos niños son capaces de tolerar los antibióticos betalactámicos después de una evaluación de la alergia.

Catalogar de forma incorrecta de alergia a los betalactámicos a los niños va asociado con a varias consecuencias adversas, incluyendo el riesgo de resistencia a los antibióticos.

Como resultado, ha habido un número creciente de iniciativas de salud y políticas para evitar catalogar a los niños de posible alergia a los betalactámicos. Este estudio se suma al conjunto de publicaciones que apoyan esas iniciativas, demostrando que la eliminación de la etiqueta es eficaz en función de los costes cuando se examina el coste de manera sólida (incluidos los costes directos e indirectos de atención de la salud y los costes no relacionados con la atención de la salud), y que reduce los posibles gastos futuros. Es interesante observar que dentro de este estudio, las pruebas cutáneas y las pruebas específicas de IgE contribuyeron a cerca del 10% del costo total. Existe un movimiento reflejado en la literatura pediátrica para apoyar evitar etiquetar a los niños de este tipo de alergia y realizar el estudiomediante una provocación oral progresiva en ausencia de pruebas cutáneas, dada la escasa sensibilidad y la alta tasa de falsos positivos en niños con síntomas cutáneos asociados al tratamiento con amoxicilina.

Antecedentes

Desde 2006, la Nueva Red de Vigilancia de Vacunas ha llevado a cabo una vigilancia activa, basada en la población, de las hospitalizaciones por gastroenteritis aguda (GEA) y las visitas al departamento de emergencias (ED) en 3 condados de los Estados Unidos. Se examinaron las tendencias en la epidemiología y la carga de enfermedad de las hospitalizaciones por rotavirus y las visitas a urgencias desde 2006 hasta 2016.

Métodos

Los niños < 3 años de edad hospitalizados o que visitaron el ED con AGE se inscribieron desde enero de 2006 hasta junio de 2016. Se recogieron muestras de heces a granel y se analizaron en busca de rotavirus. Se calcularon anualmente las tasas de hospitalización y de visitas al servicio de urgencias asociadas al rotavirus, definiendo 2006-2007 como el periodo prevacunal y 2008-2016 como el periodo postvacunal. Se compararon las tendencias del genotipo del rotavirus a lo largo del tiempo.

Resultados

A lo largo de 11 temporadas, se inscribieron 6954 niños con AGE que presentaron una muestra de heces (2187 hospitalizados y 4767 en urgencias). Comparando los periodos anterior y posterior a la vacuna, la proporción de niños con rotavirus disminuyó drásticamente en las hospitalizaciones (49% frente al 10%) y en las visitas a urgencias (49% frente al 8%). En la era postvacuna, se observó un patrón bienal de las tasas de rotavirus, con una tendencia hacia una edad media mayor. G1P[8] (63%) fue el genotipo predominante en el periodo prevacunal, con una proporción significativamente menor (7%) en el periodo postvacunal (P < 0,001). El G2P[4] se mantuvo estable (8% a 14%) en ambos periodos, mientras que el G3P[8] y el G12P[8] aumentaron en proporción de los periodos prevacunal y postvacunal (1% a 25% y 17% a 40%), respectivamente.

Conclusiones

La epidemiología y la carga de enfermedad del rotavirus se han visto alteradas por la vacunación contra el rotavirus, con un patrón de enfermedad bienal, tasas bajas sostenidas de rotavirus en niños < 3 años de edad y un cambio en los genotipos residuales de G1P[8] a otros genotipos.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator

¿Se están evaluando las medidas tomadas en los centros educativos para evitar la transmisión del COVID-19 en los mismo? ¿Qué tipos de medidas se han tomado en los distintos países? Intentar responder a estas preguntas es el objetivo de esta revisión, aunque sólo es una base para poder sacar conclusiones en futuras revisiones.

Se incluyeron 42 estudios que evaluaron medidas aplicadas en el ámbito escolar. En la mayoría de los estudios se utilizaron diseños de modelización matemática (n = 31), mientras que en nueve estudios se utilizaron diseños observacionales y en dos se utilizaron diseños experimentales o cuasiexperimentales. Los estudios realizados en contextos reales o utilizando datos reales se centraron en la región de Europa de la OMS (EUR; n = 20), la región de las Américas de la OMS (AMR; n = 13), la región del Pacífico occidental de la OMS (WPR; n = 6) y la región del Mediterráneo oriental de la OMS (EMR; n = 1). En un estudio se realizó una evaluación a nivel mundial y en otro no se informó de datos procedentes de un país concreto o que fueran aplicables a él.

De los estudios incluidos surgieron tres categorías generales de intervención: medidas organizativas para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 (n = 36), medidas estructurales/ambientales para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 (n = 11), y medidas de vigilancia y respuesta para detectar infecciones por SARS-CoV-2 (n = 19). La mayoría de los estudios evaluaron los desenlaces relacionados con la transmisión del SARS-CoV-2 (n = 29), mientras que otros evaluaron el uso de la asistencia sanitaria (n = 8), otros desenlaces de salud (n = 3) y desenlaces sociales, económicos y ecológicos (n = 5). Los estudios evaluaron desenlaces perjudiciales y beneficiosos en todas las categorías de desenlaces.

Se identificó una base de evidencia heterogénea y compleja de medidas aplicadas en el ámbito escolar. Esta revisión es un primer paso importante para conocer la evidencia disponible y servirá de base para la elaboración de revisiones rápidas sobre este tema.

¿Los probióticos consiguen reducir el tiempo de duración de la diarrea aguda? Por el momento esto no está demostrado, pero la heterogeneidad de los estudios analizados impide sacar conclusiones definitivas.

Se encontraron 82 estudios en 12 127 personas (en su mayoría niños) con diarrea aguda. Solo 26 estudios se realizaron en países con un alto número de muertes (de cualquier causa) entre adultos y niños.

Estos estudios compararon los efectos de diferentes tipos de probióticos con ningún tratamiento adicional o con un tratamiento placebo (simulado). El interés se centró en determinar:

– cuántas personas presentaron diarrea durante más de 48 horas; y
– cuánto tiempo, como promedio, duraron los síntomas de la diarrea.

Hubo muchas diferencias en la forma en la que estos estudios se diseñaron y realizaron. En los estudios se utilizaron diferentes definiciones de “diarrea aguda” y “finalización de los síntomas de la diarrea”, y se probaron muchos probióticos diferentes. Por lo tanto, no fue posible incluir los resultados de todos los estudios en el análisis.

No se detectó una diferencia entre la administración de un probiótico y la administración de un placebo o ningún tratamiento adicional en el número de niños que presentaron diarrea por más de 48 horas (dos estudios en países de ingresos altos; 1770 niños). No se sabe con certeza si la administración de probióticos afecta al tiempo de duración de los síntomas de la diarrea (seis estudios; 3058 personas). Estos hallazgos no se vieron afectados por la edad, la situación nutricional y socioeconómica, la región o la infección por rotavirus de los participantes, ni por el hecho de que estuvieran tomando medicamentos antibióticos o suplementos de zinc.

Actualidad bibliográfica diciembre 2020

TOP TEN

  1. Helicobacter pylori infection in children. BMJ Paediatr Open. 2020; 4(1): e000679. doi: 10.1136/bmjpo-2020-000679. PMID: 32818155

Esta revisión de la infección por H pylori se centra en algunas consideraciones actuales sobre epidemiología, diagnóstico y tratamiento de la infección infantil. Las diferencias entre la infección en adultos y población pediátrica es considerable y conlleva una serie de premisas, intervenciones y decisiones de tratamiento también muy diferentes. Aunque la prevalencia de la infección es alta en niños, hay que considerar que la mayoría son asintomáticos. En la revisión se expone claramente que la enfermedad, y no la infección, está relacionada con la virulencia de la cepa, la predisposición genética, la respuesta inmune del huésped, el tiempo de exposición y factores ambientales. La decisión de investigar y tratar la infección por H. pylori en niños debe basarse en conseguir verdaderos beneficios, teniendo en cuenta la baja frecuencia de complicaciones en esta etapa, la recurrencia de la infección, las probables relaciones inversas con enfermedades alérgicas e inmunológicas (enfermedades inflamatorias intestinales), la resistencia a los antimicrobianos, así como las pocas alternativas de tratamiento disponibles para tratar la infección en niños.

  1. Tularemia in Children and Adolescents. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e435-e438, December 2020.

Tularemia colloquially also referred to as “rabbit fever,” “wild hare disease,” or “deerfly fever” is a rare zoonotic disease caused by the Gram-negative bacterium Francisella tularensis. The wide spectrum of clinical presentations depending on the mode of acquisition and the responsible subspecies constitutes a major challenge for clinicians. This review aims to provide a summary of the current knowledge on tularemia epidemiology, clinical presentation, diagnostics, therapy, treatment, and prophylaxis in children and adolescents.

Comentario: Revisión de una patología no frecuente  pero con brotes recurrentes  en nuestro país (Especialmente dedicado  a los pediatras de Castilla y León.)

Casos clínicos

  1. Peritonsillar Abscess in an Infant. J Pediatr. 2020 Dec;227:320-321. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.08.053

Comentario: interesante por la rareza a esta edad y por subrayar la necesidad de una exploración física cuidadosa en los lactantes con fiebre.

  1. Bronquitis bacteriana persistente, una entidad a considerar en pediatría. An Pediatr (Barc). 2020;93:413-5

.Tres casos clínicos, con la incertidumbre del diagnóstico de estos cuadros en AP.

  1. ¿Fiebre botonosa mediterránea o DEBONEL?An Pediatr (Barc). 2020;93:429

Comentario: Es una carta al director, pero ofrece una discusión interesante.

  1. Maculopapular eruptions and vesicles on the limbs and buttocksBMJ 2020;371:m4349. http://dx.doi.org/10.1136/bmj.m4349

Comentario: La infección por  M pneumoniae se puede asociar a distintos erupciones exantemáticas, en este caso en el mismo paciente (máculopapular, vesicular y eritema multiforme).

Para profundizar

  1. Presentation, Diagnostic Evaluation, Management, and Rates of Serious Bacterial Infection in Infants With Acute Dacryocystitis Presenting to the Emergency Department. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):1065-1068, December 2020.

Dacryocystitis is considered benign, yet infants represent a population at risk of complications. The presentation, management, and rates of serious bacterial infection in infants with dacryocystitis have not been described.

Methods: We conducted a retrospective study of infants (12 months or younger) presenting to a single urban tertiary care pediatric emergency department between January 1995 and March 2014 with concern for dacryocystitis. Exclusion criteria included immune compromise or craniofacial anomalies. Cases were identified using text search software, followed by manual chart review.

Results: We identified 333 subjects, and median age was 38 days (interquartile range, 12; 106). Fifty-three percent were female. Most were afebrile (81%, T < 38°C) at triage while 6% had fever of ≥39°C. Two of 135 blood cultures sent were positive (both Streptococcus pneumoniae). Lumbar punctures were performed on 40 patients (12%), and no cerebrospinal fluid (CSF) cultures were positive. Eye cultures were positive in 47% (N = 58) of infants cultured (N = 123); the most common pathogens were Haemophilus species (N = 17), Staphylococcus aureus (N = 13), Gram-negative rods (N = 7), and Moraxella species (N = 4). Imaging was obtained in 11 subjects (3.3%) with 3 demonstrating cellulitis and 1 a hemangioma. Ophthalmology was consulted for 21%, and an intervention/probe performed in 6%. Topical antibiotics were used in 147 subjects (44%), oral antibiotics in 100 (33%), and parenteral antibiotics in 87 (26%).

Conclusion: Infants with dacryocystitis have a variable presentation and management ranges from observation to aggressive management. The rates of serious bacterial infection were low in this sample and not associated with any presenting risk factors.

Comentario: Estudio retrospectivo  de 333 casos de dacriocistitis en menores de 12 meses  recogiendo la etiología, las complicaciones y el tratamiento realizado.

  1. Children and Adolescents With SARS-CoV-2 Infection: Epidemiology, Clinical Course and Viral Loads. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e388-e392, December 2020.

Background: There is limited information on severe acute respiratory syndrome virus 2 (SARS-CoV-2) infection in children.

Methods: We retrieved data from the national database on SARS-CoV-2 infections. We studied in-family transmission. The level of viral load was categorized as high, moderate, or low based on the cycle threshold values.

Results: We studied 203 SARS-CoV-2-infected children (median age: 11 years; range: 6 days to 18.4 years); 111 (54.7%) had an asymptomatic infection. Among the 92 children (45.3%) with coronavirus disease 2019 (COVID-19), 24 (26.1%) were hospitalized. Infants <1 year were more likely to develop COVID-19 (19.5% of all COVID-19 cases) (P-value = 0.001). There was no significant difference between viral load and age, sex, underlying condition, fever and hospitalization, as well as between type of SARS-CoV-2 infection and age, sex, underlying condition and viral load. Transmission from a household member accounted for 132 of 178 (74.2%) children for whom the source of infection was identified. An adult member with COVID-19 was the first case in 125 (66.8%) family clusters. Child-to-adult transmission was found in one occasion only.

Conclusions: SARS-CoV-2 infection is mainly asymptomatic or mild during childhood. Adults appear to play a key role in spread of the virus in families. Most children have moderate or high viral loads regardless of age, symptoms or severity of infection. Further studies are needed to elucidate the role of children in the ongoing pandemic and particularly in light of schools reopening and the need to prioritize groups for vaccination, when COVID-19 vaccines will be available.

Comentario: A partir  de 203 casos  de infección COVID en niños, los  autores concluyen que la mayoría de los niños tienen cargas virales moderadas o elevadas independientemente de la edad, los síntomas o la severidad de la infección. No hubo diferencia significativa entre la carga viral, evaluada según los valores del umbral de ciclo, y la edad, sexo, afección subyacente, fiebre y hospitalización, así como entre el tipo de infección por SARS-CoV-2 y la edad, sexo, afección subyacente y carga viral. La transmisión ocurrió a partir de un miembro de la familia en el 74% de los casos en los que se identificó la fuente del contacto. En el 66,8% de los grupos familiares el primer caso  fue un adulto de la familia con COVID19. La transmisión niño-adulto fue excepcional, solo en un caso.

  1. Maternal, Perinatal and Neonatal Outcomes With COVID-19: A Multicenter Study of 242 Pregnancies and Their 248 Infant Newborns During Their First Month of Life. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e393-e397, December 2020.

Background: Our aim was to describe the clinical features of mothers with coronavirus disease 2019 (COVID-19) infection during gestation or delivery, and the potential vertical transmission. We also wish to evaluate the possible horizontal transmission after hospital discharge, by means of a follow-up of all the newborns included at 1 month of age.

Methods: This multicenter descriptive study involved 16 Spanish hospitals. We reviewed the medical records of 242 pregnant women diagnosed with COVID-19 from March 13 to May 31, 2020, when they were in their third trimester of pregnancy. They and their 248 newborn infants were monitored until the infant was 1 month old.

Results: Caesarean sections (C-sections) were performed on 63 (26%) women. The initial clinical symptoms were coughing (33%) and fever (29.7%). Mothers hospitalized due to COVID-19 pathology had a higher risk of ending their pregnancy via C-section (P = 0.027). Newborns whose mothers had been admitted due to their COVID-19 infection had a higher risk of premature delivery (P = 0.006). We admitted 115 (46.3%) newborn infants to the neonatal unit, of those, 87 (75.6%) were only admitted due to organizational circumstances. No infants died and no vertical or horizontal transmission was detected. Regarding type of feeding, 41.7% of the newborns received exclusive breast-feeding at discharge and 40.4% at 1 month.

Conclusions: We did not detect COVID-19 transmission during delivery or throughout the first month of life in the newborns included in our study. Exclusive breast-feeding rates at discharge and at 1 month of age were lower than expected.

Comentario: Estudio español que recoge 242 casos de madres diagnosticadas de COVID-19 en su tercer trimester de embarazo.  Nacen 248 niños. No detecta transmision en los  RN y observa una menor tasa de lactancia maternal al alta de la maternidad y  un mes después. Se realizó  cesárea  en 26%. Riesgo más elevado de prematuridad.

  1. Prospective Evaluation of Childhood Encephalitis: Predisposing Factors, Prevention and Outcome. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e417-e422, December 2020.

Acute encephalitis in childhood is a serious condition. The severity varies between studies, partly reflecting differences in study design where only severe cases from referral centers often are reported. The aim of this study was to prospectively study the clinical picture and etiology of acute encephalitis in childhood at a primary and tertiary pediatric hospital in Sweden.

Methods: 

All children with acute encephalitis were prospectively included from 2011 to 2016. Laboratory tests, investigations and follow-up were performed according to standardized study protocols.

Results: Eighty-nine children were included (46 female and 43 male) with a median age of 53 months. An etiology was established in 61/89. Tick-borne encephalitis virus, enterovirus and rotavirus dominated and 34% were caused by a virus preventable by vaccination. Immune-mediated encephalitis was seen in 7 children. An abnormal electroencephalography picture was seen in 77/86, pathologic findings on neuroimaging in 13/49, and 38/89 children had seizures. Sequelae were reported by 49%. A high prevalence of previous contact with child and adolescent psychiatry was seen and, although not statistically significant, the need for extra support at school before encephalitis and the presence of central nervous system disease in the family seemed to predispose for a longer hospital stay.

Conclusion: Encephalitis is a condition with long-term consequences. Most children need admission to hospital, and many need surveillance in the intensive care unit. The etiology can be determined in a majority of cases, and 1/3 could have been prevented by vaccination. This study corroborates electroencephalography as a cornerstone in diagnosis.

Comentario: estudio sueco que recoge 89 casos de encefalitis registrados durante 5  años. Se logra filiar su etiología en 61 casos (69%). El 34% hubieran sido prevenibles por vacunación.

  1. Treatment and Outcomes of Children With Febrile Urinary Tract Infection Due to Extended Spectrum Beta-lactamase-producing Bacteria in Europe: TOO CUTE Study. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):1081-1087, December 2020.

The prevalence of extended-spectrum beta-lactamase producing Εnterobacteriaceae (ESBL-PE) is increasing globally. ESBL-PE are an important cause of urinary tract infections (UTIs) in children. We aimed to characterize the clinical presentation, treatment and outcomes of childhood UTI caused by ESBL-PE in Europe.

Methods: Multicenter retrospective cohort study. Children 0 to 18 years of age with fever, positive urinalysis and positive urine culture for an ESBL-PE uropathogen, seen in a participating hospital from January 2016 to July 2017, were included.

Main Outcome Measures: Primary outcome measure: day of defervescence was compared between (1) initial microbiologically effective treatment (IET) versus initial microbiologically ineffective treatment (IIT) and (2) single initial antibiotic treatment versus combined initial antibiotic treatment. Secondary outcome measures: Clinical and microbiologic failure of initial treatment.

Results: We included 142 children from 14 hospitals in 8 countries. Sixty-one children had IET and 77 IIT. There was no statistical difference in time to defervescence for effective/ineffective groups ( = 0.722) and single/combination therapy groups ( = 0.574). Two of 59 (3.4%) and 4/66 (6.1%) patients exhibited clinical failure during treatment ( = 0.683) when receiving IET or IIT, respectively. Eight of 51 (15.7%) receiving IET and 6/58 (10.3%) receiving IIT patients ( = 0.568) had recurring symptoms/signs suggestive of a UTI. Recurrence of a UTI occurred 15.5 days (interquartile range, 9.0–19.0) after the end of treatment.

Conclusions: Time to defervescence and clinical failure did not differ between IET/IIT groups. Non-carbapenem beta-lactam antibiotics may be used for the empiric treatment of ESBL febrile UTIs, until susceptibility testing results become available.

Comentario:  En episodios de ITU febriles producidas por bacterias con BLEE, no hubo diferencias significativas en cuanto a los signos/síntomas de ITU recurrente entre los que recibieron tratamiento microbiológicamente efectivo inicial o los que lo recibieron microbiológicamente inefectivo inicial. Tampoco hubo diferencia en el tiempo de defervescencia. Por ello concluyen que se pueden usar antibióticos beta lactámicos no carbapenémicos para el tratamiento empírico de ITUs febriles por BLEE hasta el resultado del antibiograma.  

  1. Associations of Intussusception With Adenovirus, Rotavirus, and Other Pathogens: A Review of the Literature .The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):1127-1130, December 2020.

Intussusception is the leading cause of acute intestinal obstruction in infants. Intussusception is mostly idiopathic, but infectious pathogens are sometimes implicated. In addition, live oral rotavirus vaccines have been associated with intussusception.

Methods: We searched the literature published between January 1, 1990, and March 16, 2020, to describe the association between intussusception among infants and young children and various pathogens, particularly adenovirus and wild rotavirus. We tallied the number of evaluations reporting a statistically significant positive association, no association and a protective association by pathogen, using any statistical method. We also calculated the median reported odds ratios (OR) of intussusception with adenovirus and rotavirus.

Results: We identified 3793 records on intussusception from the literature; 17 evaluations from 15 countries that evaluated 52 pathogens were included in the analysis. All 14 evaluations of adenovirus reported a statistically significant positive association with intussusception; the median OR from 9 evaluations was 3.7 (interquartile range, 3.3, 8.2). Nine of 12 evaluations assessing rotavirus found no statistically significant association, 1 found a positive association and 2 reported a protective effect; the median OR from 12 evaluations was 0.9 (interquartile range, 0.2, 1.8). No consistent relationship was observed between any other pathogens and intussusception.

Conclusions: We documented a consistent association of intussusception with adenovirus, but no relationship between wild-type rotavirus and intussusception. Future research should focus on better understanding the mechanisms of intussusception with infectious pathogens, including following a rotavirus vaccination.

Comentario: A partir de 3793 registros de invaginación recogidos de la literature se documenta una asociación entre invaginación  y adenovirus. No se observa con cualquier otro patógeno.

  1. Impact of COVID-19 Quarantine and School Cancelation on Other Common Infectious Diseases. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e449-e452, December 2020.

Coronavirus disease 2019 lead to wide-spread quarantines and cancelations. The impact of these measures on other, noncoronavirus disease 2019, infectious diseases was analyzed within Dane County, Wisconsin. The incidence of streptococcal pharyngitis and acute otitis media decreased during quarantine while gonorrhea increased. Quarantine had the expected result for infections spread via the respiratory route but a different effect from those transmitted through sexual activity.

Comentario: Artículo  de interés porque  analiza la  evolución en frecuencia  de distintas enfermedades infecciosas  en relación con la pandemia COVID. Considera datos de edad.

  1. Effect of Social Distancing Due to the COVID-19 Pandemic on the Incidence of Viral Respiratory Tract Infections in Children in Finland During Early 2020. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(12):e423-e427, December 2020.

Social distancing measures are used to reduce the spreading of infection. Our aim was to assess the immediate effects of national lockdown orders due to coronavirus disease 2019 (COVID-19) on pediatric emergency room (ER) visits and respiratory tract infections in hospitals and nationwide in Finland.

Methods: This register-based study used hospital patient information systems and the Finnish national infectious disease register. The participants were all patients visiting pediatric ER in 2 Finnish hospitals (Kuopio University Hospital, Mikkeli Central Hospital) covering 1/5th of the Finnish children population, 4 weeks before and 4 weeks after the start of the nationwide lockdown on March 16, 2020. Nationwide weekly numbers of influenza (A + B) and respiratory syncytial virus (RSV) in children were assessed from the infectious disease register from 2015 to 2020.

Results: A major decrease in the rate of daily median pediatric ER visits was detected in both hospitals in the study during the nationwide lockdown compared with the study period before the lockdown (Mikkeli, 19 vs. 7, P < 0.001; Kuopio, 9 vs. 2,5, P < 0.001). The influenza season was shorter (8 weeks from peak to no cases), and the weekly rate of new cases decreased faster compared with the previous 4 influenza seasons (previously 15–20 weeks from peak to no cases). A similar decrease was also seen in RSV cases. No pediatric cases of COVID-19 were found in participating hospitals during the study period.

Conclusion: These results strongly suggest that social distancing and other lockdown strategies are effective to slow down the spreading of common respiratory viral diseases and decreasing the need for hospitalization among children.

       Comentario: Estudio finlandés que muestra disminución de casos de infecciones respiratorias durante la época de confinamiento por COVID.

  1. Thoracic imaging tests for the diagnosis of COVID-19. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 11. Art. No.: CD013639. DOI: 10.1002/14651858.CD013639.pub3.

Se buscaron los estudios que evaluaron la precisión de las imágenes de tórax (obtenidas mediante TC, radiografía o ecografía torácica) para diagnosticar covid-19 en personas con sospecha de presentar esta enfermedad. Los estudios podían tener cualquier diseño y haberse realizado en cualquier lugar.

Los resultados agrupados mostraron que la TC de tórax diagnosticó correctamente la covid-19 en el 89,9% de las personas que presentaban covid-19. Sin embargo, identificó incorrectamente la covid-19 en el 38% de las personas que no la tenían.

El diagnóstico correcto de covid-19 con radiografías de tórax varió entre el 57% y el 89%. Sin embargo, el diagnóstico incorrecto de covid-19 en personas que no presentaban covid-19 varió entre el 11% y el 89%.

La ecografía de pulmón diagnosticó correctamente la covid-19 en el 96% de las personas con la enfermedad. Sin embargo, diagnosticó incorrectamente la covid-19 en el 38% de las personas que no presentaban covid-19.

Conclusiones de los autores:

Los hallazgos indican que la TC de tórax es sensible y moderadamente específica para el diagnóstico de covid-19 en pacientes con sospecha de la enfermedad, lo que significa que la TC puede tener una capacidad limitada para diferenciar la infección por SARS-CoV-2 de otras causas de enfermedades respiratorias. Sin embargo, la confianza en estos resultados es limitada debido a la calidad deficiente de los estudios y a la heterogeneidad de los estudios incluidos. Debido a la limitación de los datos, las estimaciones de la exactitud de la radiografía de tórax y la ecografía de pulmón para el diagnóstico de covid-19 se deben interpretar con cuidado.

  1. Delayed antibiotic prescriptions for respiratory infections. Cochrane Database of Systematic Reviews 2017, Issue 9. Art. No.: CD004417. DOI: 10.1002/14651858.CD004417.pub5.

Se investigó el efecto de la prescripción diferida de antibióticos en comparación con la prescripción inmediata o el tratamiento sin antibióticos en pacientes con infecciones respiratorias que incluyen el dolor de garganta, la infección del oído medio, la tos (bronquitis) y el resfriado común. Se incluyeron todas las IRA independientemente de si se indicaron o no antibióticos. También se evaluó el uso de los antibióticos, la satisfacción de los pacientes, la resistencia a los antibióticos, las tasas de nueva consulta y el uso de terapias suplementarias. Ésta es una actualización de una revisión publicada en 2007, 2010 y 2013.

La administración diferida de antibióticos redujo el uso de antibióticos en comparación con la administración inmediata de antibióticos, pero no mostraron ser diferentes al tratamiento sin antibióticos en cuanto al control de los síntomas ni las complicaciones de la enfermedad.

No hubo diferencias significativas en las tasas de complicaciones. Diferir la prescripción no dio lugar a niveles significativamente diferentes de satisfacción de los pacientes en comparación con la administración inmediata de los antibióticos

Es una ‘version history’ o historial de versiones donde explica lo nuevo de cada actualización. En esta, se añade un nuevo estudio de 405 pacientes.

  1. Antibiotics versus topical antiseptics for chronic suppurative otitis media. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 1. Art. No.: CD013056. DOI: 10.1002/14651858.CD013056.pub2.

El tratamiento de la OMSC con antibióticos tópicos (quinolonas) probablemente resulte en una mejor resolución de la secreción del oído en comparación con el ácido bórico a las dos semanas. Hubo evidencia limitada de la eficacia de otros antibióticos tópicos o antisépticos tópicos, por lo que no es posible establecer conclusiones. Los eventos adversos no se informaron de manera adecuada.

  1. Using antibiotics wisely for respiratory tract infection in the era of covid-19. BMJ 2020;371:m4125. doi: https://doi.org/10.1136/bmj.m4125 (Published 13 November 2020)

Comentario: en este artículo, a partir de un caso clínico de una  mujer adulta se hace una llamada a no sobreprescribir antibióticos y da algunas pautas.   

  1. Pediatric Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 (SARS-CoV-2): Clinical Presentation, Infectivity, and Immune ResponsesJ Pediatr. 2020;227:45-52.e5. doi:10.1016/j.jpeds.2020.08.037

As schools plan for re-opening, understanding the potential role children play in the coronavirus infectious disease 2019 (COVID-19) pandemic and the factors that drive severe illness in children is critical.

Study design, Children ages 0-22 years with suspected severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection presenting to urgent care clinics or being hospitalized for confirmed/suspected SARS-CoV-2 infection or multisystem inflammatory syndrome in children (MIS-C) at Massachusetts General Hospital were offered enrollment in the Massachusetts General Hospital Pediatric COVID-19 Biorepository. Enrolled children provided nasopharyngeal, oropharyngeal, and/or blood specimens. SARS-CoV-2 viral load, ACE2 RNA levels, and serology for SARS-CoV-2 were quantified.

Results A total of 192 children (mean age, 10.2 ± 7.0 years) were enrolled. Forty-nine children (26%) were diagnosed with acute SARS-CoV-2 infection; an additional 18 children (9%) met the criteria for MIS-C. Only 25 children (51%) with acute SARS-CoV-2 infection presented with fever; symptoms of SARS-CoV-2 infection, if present, were nonspecific. Nasopharyngeal viral load was highest in children in the first 2 days of symptoms, significantly higher than hospitalized adults with severe disease (P = .002). Age did not impact viral load, but younger children had lower angiotensin-converting enzyme 2 expression (P = .004). Immunoglobulin M (IgM) and Immunoglobulin G (IgG) to the receptor binding domain of the SARS-CoV-2 spike protein were increased in severe MIS-C (P < .001), with dysregulated humoral responses observed.

Conclusions, This study reveals that children may be a potential source of contagion in the SARS-CoV-2 pandemic despite having milder disease or a lack of symptoms; immune dysregulation is implicated in severe postinfectious MIS-C.

Comentario: otro artículo que refiere más alta carga viral en niños que en adultos. Tiene interés un cuadro con la presencia/frecuencia de síntomas en distintas situaciones clínicas.

  1. Enfermedad meningocócica invasiva por serogrupo C en la era posvacunal y fallos vacunales An Pediatr (Barc). 2020;93:396-402

La incidencia de la enfermedad meningocócica invasiva (EMI) por serogrupo C ha disminuido desde la introducción de la vacunación sistemática el año 2000. El objetivo de este estudio es determinar los casos de EMI diagnosticados desde entonces y los fallos vacunales en los casos por serogrupo C.

Pacientes y métodos, Análisis retrospectivo de pacientes diagnosticados de EMI confirmada por cultivo o reacción en cadena de la polimerasa, en un hospital infantil de tercer nivel de Barcelona, entre 2001 y 2018. Se analizó el número de dosis de vacuna recibidas y la edad, recogidos de la historia clínica y del carnet de vacunaciones.

ResultadosSe confirmaron 128 casos de EMI (7,1 casos/año; 70,3% en <5 años). Se estudió el serogrupo en 125 casos (97,6%): 103 fueron B (82,4%), 10 fueron C (8%), uno fue 29E (0,8%) y uno fue Y (0,8%); solo 10 (8%) no fueron serogrupables. De los 10 pacientes con serogrupo C, 4 no estaban vacunados y en 3 la pauta fue incompleta en cuanto a número de dosis; 3 de ellos recibieron la pauta completa según la edad y el calendario vacunal vigente, por lo que se consideran fallos vacunales. Fallecieron 6 pacientes (tasa de letalidad: 4,7%): 5 por serogrupo B (letalidad: 4,8%) y uno por serogrupo C (letalidad: 10%).

Conclusiones, El serogrupo C representó solo el 8% de los casos de EMI en el periodo de estudio y los fallos vacunales de este serogrupo fueron del 30%.

Actualidad bibliográfica noviembre 2020

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Enferm Infecc Microbiol Clin. 2020;38:438-43 DOI: 10.1016/j.eimc.2020.07.001 Las inmunodeficiencias primarias (IDP) son unas enfermedades raras, frecuentemente infradiagnosticadas y potencialmente fatales. Las manifestaciones clínicas de las IDP pueden ser muy graves y ocasionar secuelas que empeoran la calidad de vida de los pacientes. Tradicionalmente, el tratamiento de las IDP ha sido fundamentalmente de soporte, con excepción del trasplante de progenitores hematopoyéticos y, más recientemente, la terapia génica. El descubrimiento de nuevos mecanismos patogénicos, el desarrollo de nuevas moléculas y fármacos biológicos y los avances en el conocimiento de las bases moleculares de estas enfermedades han abierto oportunidades para el tratamiento de esta afección. El objetivo de este documento es revisar el conocimiento actual y aportar recomendaciones para el diagnóstico y el tratamiento clínico de los pacientes adultos y pediátricos con IDP basado en la evidencia científica disponible y teniendo en cuenta la actual práctica y los retos futuros. Se realizó una revisión sistemática, que justifica los niveles de evidencia para cada recomendación. En el documento se responden a las siguientes cuestiones:

1-¿cuándo debería sospecharse una IDP en un niño o adultos ( habiendo descartado causas adquiridas de inmunodeficiencia?

2- ¿ Qué pruebas diagnósticas deberían realizarse si se sospecha una IDP?

3-¿ Qué otros estudios deberían realizarse en niños/adultos con IDP al diagnóstico y durante el seguimiento?

4- ¿Cómo debería hacerse el screening en neonatos?

5- ¿ Cuándo y qué tipo de profilaxis antibiótica debe ofrecerse

6- ¿Qué tipos de vacunas deben ofrecerse?

7- ¿Cuándo se recomienda el tto sustitutivo con inmunoglobulinas (Igs)? ¿Qué vía se recomienda? ¿Cómo se debe llevar a cabo la monitorización durante el seguimiento? 8- ¿ cuándo considerar un trasplante de progenitores hematopoyéticos en un niño con IDP?

9- ¿ cuándo considerar un trasplante de progenitores hematopoyéticos en un ADULTO con IDP?

10- ¿ Qué otro tto inmunomodiladores y curativos pueden emplearse?

11- ¿qué consejo genético es necesario?

To develop a more comprehensive description of multisystem inflammatory syndrome in children (MIS-C), a novel syndrome linked to severe acute respiratory syndrome coronavirus 2, by conducting a systematic analysis of studies from different settings that used various inclusion criteria.

MIS-C studies were identified by searching PubMed and Embase as well as preprint repositories and article references to identify studies of MIS-C cases published from April 25, 2020, through June 29, 2020. MIS-C study metadata were assessed and information on case demographics, clinical symptoms, laboratory measurements, treatments, and outcomes were summarized and contrasted between studies.

Eight studies were identified representing a total of 440 MIS-C cases. Inclusion criteria varied by study: 3 studies selected patients diagnosed with Kawasaki disease, 2 required cardiovascular involvement, and 3 had broader multisystem inclusion criteria. Median age of patients by study ranged from 7.3 to 10 years, and 59% of patients were male. Across all studies, the proportion of patients with positive results for severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 reverse transcriptase-polymerase chain reaction tests ranged from 13% to 69% and for serology, from 75% to 100%. Patients with MIS-C had high prevalence of gastrointestinal (87%), dermatologic/mucocutaneous (73%), and cardiovascular (71%) symptoms. Prevalence of cardiovascular, neurologic, and respiratory system involvement significantly differed by study inclusion criteria. All studies reported elevated C-reactive protein, interleukin-6, and fibrinogen levels for at least 75% of patients in each study.

This systematic review of MIS-C studies assists with understanding this newly identified syndrome and may be useful in developing a refined, universal case definition of MIS-C.

Recently, severe manifestations associated with coronavirus disease 2019 (COVID-19) called multisystem inflammatory syndrome in children (MIS-C) have been recognized. Analysis of studies for this novel syndrome is needed for a better understanding of effective management among affected children.

An extensive search strategy was conducted by combining the terms multisystem inflammatory syndrome in children and coronavirus infection or using the term multisystem inflammatory syndrome in children in bibliographic electronic databases (PubMed, EMBASE, and CINAHL) and in preprint servers (BioRxiv.org and MedRxiv.org) following the Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Metaanalyses guidelines to retrieve all articles published from January 1, 2020, to July 31, 2020. Observational cross-sectional, cohort, case series, and case reports were included.

A total of 328 articles were identified. Sixteen studies with 655 participants (3 months–20 years of age) were included in the final analysis. Most of the children in reported studies presented with fever, gastrointestinal symptoms, and Kawasaki Disease-like symptoms. Sixty-eight percent of the patients required critical care; 40% needed inotropes; 34% received anticoagulation; and 15% required mechanical ventilation. More than two-thirds of the patients received intravenous immunoglobulin and 49% received corticosteroids. Remdesivir and convalescent plasma were the least commonly utilized therapies. Left ventricular dysfunction was reported in 32% of patients. Among patients presenting with KD-like symptoms, 23% developed coronary abnormalities and 26% had circulatory shock. The majority recovered; 11 (1.7%) children died.

This systematic review delineates and summarizes clinical features, management, and outcomes of MIS-C associated with SARS-CoV-2 infection. Although most children required intensive care and immunomodulatory therapies, favorable outcomes were reported in the majority with low-mortality rates.

·Clinical Manifestations and Outcomes of Critically Ill Children and Adolescents with Coronavirus Disease 2019 in New York CityJ Pediatr. 2020;226:55-63.e2. doi:10.1016/j.jpeds.2020.07.039

To describe the clinical manifestations and outcomes of critically ill children with coronavirus disease-19 (COVID-19) in New York City.

Retrospective observational study of children 1 month to 21 years admitted March 14 to May 2, 2020, to 9 New York City pediatric intensive care units (PICUs) with severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection.

Of 70 children admitted to PICUs, median age was 15 (IQR 9, 19) years; 61.4% male; 38.6% Hispanic; 32.9% black; and 74.3% with comorbidities. Fever (72.9%) and cough (71.4%) were the common presenting symptoms. Twelve patients (17%) met severe sepsis criteria; 14 (20%) required vasopressor support; 21 (30%) developed acute respiratory distress syndrome (ARDS); 9 (12.9%) met acute kidney injury criteria; 1 (1.4%) required renal-replacement therapy, and 2 (2.8%) had cardiac arrest. For treatment, 27 (38.6%) patients received hydroxychloroquine; 13 (18.6%) remdesivir; 23 (32.9%) corticosteroids; 3 (4.3%) tocilizumab; and 1 (1.4%) anakinra; no patient was given immunoglobulin or convalescent plasma. Forty-nine (70%) patients required respiratory support: 14 (20.0%) noninvasive mechanical ventilation, 20 (28.6%) invasive mechanical ventilation (IMV), 7 (10%) prone position, 2 (2.8%) inhaled nitric oxide, and 1 (1.4%) extracorporeal membrane oxygenation. Nine (45%) of the 20 patients requiring IMV were extubated by day 14 with median IMV duration of 218 (IQR 79, 310.4) hours. Presence of ARDS was significantly associated with duration of PICU and hospital stay, and lower probability of PICU and hospital discharge at hospital day 14 (P < .05 for all).

Critically ill children with COVID-19 predominantly are adolescents, have comorbidities, and require some form of respiratory support. The presence of ARDS is significantly associated with prolonged PICU and hospital stay.

Casos clínicos

An otherwise healthy 11-year-old Japanese boy presented with a 3-week history of a right neck mass. Except for mild fatigue, he did not display any associated general symptoms, including fever, night sweats, or weight loss. Physical examination demonstrated a prominent tender cervical lymphadenopathy in the posterior cervical triangle (Figure 1). Blood tests reported leukopenia and mildly elevated lactate dehydrogenase and aminotransferase levels. Over the following 2 weeks, his lymph nodes enlarged and his fatigue worsened; thus, we performed a cervical lymph-node excisional biopsy that revealed increased CD 68+ histiocytes, lymphocytes, and immunoblasts in the cortices with abundant karyorrhectic debris (Figure 2); these findings were compatible with Kikuchi-Fujimoto disease (KFD). At the 1-month follow-up, the patient’s symptoms had improved without any intervention.

A 12-year-old girl with severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection presented as phlegmasia cerulea dolens with venous gangrene. Emergent mechanical thrombectomy was complicated by a massive pulmonary embolism and cardiac arrest, for which extracorporeal cardiopulmonary resuscitation and therapeutic hypothermia were used. Staged ultrasound-assisted catheter-directed thrombolysis was used for treatment of bilateral pulmonary emboli and the extensive lower extremity deep vein thrombosis while the patient received extracorporeal membrane oxygenation support. We highlight the need for heightened suspicion for occult severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection among children presenting with unusual thrombotic complications.

Phlegmasia cerulea dolens (PCD) is characterized by extensive venous thrombosis and severe venous outflow obstruction presents with painful limb swelling, cyanosis, and gangrene in extreme cases. Occurrence of PCD in healthy pediatric patients is rare.

Potential protective mechanisms cited include a decreased capacity for thrombin generation, increased alpha-2 macroglobulin inhibition of thrombin, and the antithrombotic potential of the vessel wall.

 Among adult and pediatric patients, malignancy, sepsis, surgery, hypercoagulable state, and vascular injury (indwelling central lines) predispose to PCD.

· Presentation of Severe Acute Respiratory Syndrome-Coronavirus 2 Infection as Cholestatic Jaundice in Two Healthy Adolescents J Pediatr. 2020;226:278-280. doi:10.1016/j.jpeds.2020.07.054

Liver abnormalities in severe acute respiratory syndrome-coronavirus 2 infection, including hepatitis and cholestasis, have been observed in adults and are associated with worse outcomes. We describe 2 adolescents with cholestasis and hepatitis with mild presentation of severe acute respiratory syndrome-coronavirus 2 lacking typical symptoms. Our intention is to raise index of suspicion for testing and protective equipment use. 

·Acute Meningoencephalitis as Initial Presentation of SARS-CoV-2 Infection in PediatricsThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(11):e386-e387, November 2020.

Para profundizar

  • Evaluación del impacto del Documento de Consenso español sobre el abordaje de las infecciones osteoarticulares en nuestro medio a través de la Red de Infecciones Osteoarticulares Pediátricas (RIOPed) An Pediatr (Barc). 2020;93:289-96. DOI: 10.1016/j.anpedi.2019.11.008 Introducción En 2014 se publicó el Documento de Consenso desarrollado por SEIP-SERPE-SEOP para el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones osteoarticulares (IOA). En 2015 se constituyó RIOPed como red nacional multidisciplinar para la investigación en IOA. El objetivo del estudio ha sido valorar el grado de adecuación a las recomendaciones establecidas en el consenso durante un año de seguimiento. Material y métodosEstudio prospectivo multicéntrico nacional realizado entre septiembre de 2015 y septiembre de 2016 en 37 hospitales con inclusión de pacientes menores de16años diagnosticados de IOA, confirmada mediante aislamiento microbiológico, o probable: artritis séptica (AS) con >40.000 leucocitos en líquido sinovial u osteomielitis (OM)/osteoartritis (OA)/espondilodiscitis (ED) con prueba de imagen compatible. Los resultados se compararon con los obtenidos en el estudio retrospectivo realizado entre 2008 y 2012. Resultados Se incluyeron 255 casos: 131 OM, 79 AS, 30 OA y 15 ED. Respecto a las pruebas complementarias que el consenso consideró de obligada realización, la radiografía se llevó a cabo en el 87,8% de los casos, el hemocultivo en el 91,6% y el cultivo de líquido sinovial en el 99% de AS. Se realizó RM en el 71% de las OM. La elección del tratamiento antibiótico intravenoso empírico se adecuó a las recomendaciones en el 65,1% de los casos, y en el 62,3% para el tratamiento oral. Se llevó a cabo cirugía en el 36,8% de las AS (85,7% artrotomía), con un descenso significativo respecto al estudio retrospectivo (p=0,014). Solo el 58,5% de casos se ajustaron a las recomendaciones de duración del tratamiento; sin embargo, se comprobó una menor duración del tratamiento intravenoso. Conclusiones En general, el grado de adecuación a las recomendaciones que marcaron el grupo de expertos es bueno para las pruebas complementarias y aceptable respecto a la elección del tratamiento antibiótico, aun detectándose casi un 40% de inadecuación. Se ha conseguido un descenso de la estancia hospitalaria
  •  Paediatric inflammatory multisystem syndrome temporally associated with SARS-CoV-2 (PIMS-TS): the Evelina Experience. Archives of Disease in Childhood 2020;105:1025-1027.

Introduction

In the midst of lockdown, just as patient acuity and bed pressures eased, a number of teenagers were transferred to the paediatric intensive care unit (PICU) at Evelina London Children’s Hospital for inotropic support in the absence of respiratory involvement or any features of acute Severe acute respiratory syndrome related coronavirus 2 (SARS CoV-2) infection.1 All patients had features of toxic shock syndrome (TSS) but no pathogens were identified despite extensive microbiological investigation. Several new patients presented over the next few days; febrile with high inflammatory markers and multisystem involvement. The unusually high number of cases raised concerns, which were discussed with Public Health England regarding a possible infectious disease cluster with pathogen unknown.

Following several discussions with National Health Service England (NHSE) and pan-London tertiary paediatric services who had also seen cases, a consensus was reached that a new clinical phenomenon was being seen across London. It was sufficiently concerning to send out an NHSE alert at the end of April which triggered international discussion.2 Numerous teleconferences later, the emerging condition had a name; paediatric inflammatory multisystem syndrome temporally associated with SARS-CoV-2 (PIMS-TS).3 Since the alert other countries have reported similar cases (figure 1).

 Introducción En este momento existen todavía grandes interrogantes acerca de las características de enfermedad causada por el nuevo coronavirus (COVID-19) en los niños, así como acerca de los factores asociados al desarrollo de formas graves de la enfermedad. Métodos Estudio retrospectivo que incluye pacientes menores de 18 años ingresados debido a infección por SARS-CoV-2. La infección fue confirmada por la reacción en cadena de la transcriptasa inversa-polimerasa (RT-PCR) en tiempo real o por serología. Describimos los datos epidemiológicos y clínicos, los hallazgos de laboratorio y de imágenes, así como el tratamiento y la evolución de estos pacientes. Los pacientes se clasificaron en dos grupos de gravedad y luego se compararon. Resultados Se incluyeron 39 niños, con una mediana de edad de nueve años (rango 12 días-16 años); 23 eran varones. Los casos con evolución no complicada (24) se presentaron en su mayoría con fiebre y/o síntomas respiratorios sin alteraciones significativas en los hallazgos de laboratorio. De los 15 niños con enfermedad complicada, 12 desarrollaron shock. Además de la fiebre, frecuentemente presentaban alteraciones de la apariencia, taquicardia extrema, dolor abdominal, vómitos, diarrea, erupción cutánea y/o hiperemia conjuntival. También mostraron mayor linfopenia (p = 0,001), elevación de la proporción neutrófilos/linfocitos (p = 0,001), proteína C reactiva (p < 0,001), procalcitonina (p = 0,001), dímero D (p < 0,001) y ferritina (p < 0,001). Conclusiones La infección por SARS-CoV-2 en niños ingresados se presenta con una gran variabilidad clínica. Cuando se les proporciona tratamiento de soporte, los pacientes con síntomas respiratorios que no tienen alteración de las pruebas de laboratorio, generalmente tienen una enfermedad no complicada. Los pacientes con enfermedad complicada se presentan principalmente con fiebre y síntomas abdominales y/o mucocutáneos, la mayoría desarrollan un shock. La elevación de los…

Introducción SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), fue detectado por primera vez en España el 31 de enero de 2020. El 14 de marzo fue declarado el estado de alarma con el objetivo de controlar la pandemia. El objetivo de este estudio es analizar las consecuencias de esta crisis sanitaria sobre el patrón de demanda asistencial, así como el manejo y las características de los pacientes con sospecha de COVID-19 en el Servicio de Urgencias Pediátricas. Pacientes y métodos Estudio retrospectivo observacional en niños y adolescentes menores de 18 años, atendidos en nuestro Servicio de Urgencias Pe diátricas durante el periodo comprendido desde el 14 de marzo hasta el 17 de abril de 2020. Resultados Durante el periodo de estudio se atendieron 1.666 pacientes, un 65,4% menos que en el mismo periodo de 2019. La edad media fue de 5,4 años y el 51,2% eran varones. El 39,9% fueron clasificados con niveles de alta prioridad, un 6,5% más que en 2019. Los principales motivos de consulta fueron fiebre (26,5%), síntomas respiratorios (16,1%) y traumatismos (15,2%). Un total de 218 pacientes (13%) fueron diagnosticados de posible COVID-19, confirmándose la infección en el 18,4%. El 44% (96/218) fueron diagnosticados de infección respiratoria inferior y el 33,9% (74/218), superior. El 23,8% (52/218) fueron hospitalizados. Conclusiones Durante el brote epidémico SARS-CoV-2 disminuyó la demanda de asistencia pediátrica urgente, aumentando la proporción de casos con niveles de triaje de alta prioridad. La mayoría de los pacientes con sospecha o confirmación microbiológica de COVID-19 cursaron con clínica respiratoria leve

To assess the impact of separation of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) polymerase chain reaction (PCR)-positive mother–newborn dyads on breastfeeding outcomes.

This observational longitudinal cohort study of mothers with SARS-CoV-2 PCR-and their infants at 3 NYU Langone Health hospitals was conducted between March 25, 2020, and May 30, 2020. Mothers were surveyed by telephone regarding predelivery feeding plans, in-hospital feeding, and home feeding of their neonates. Any change prompted an additional question to determine whether this change was due to coronavirus disease-2019 (COVID-19).

Of the 160 mother–newborn dyads, 103 mothers were reached by telephone, and 85 consented to participate. There was no significant difference in the predelivery feeding plan between the separated and unseparated dyads (P = .268). Higher rates of breastfeeding were observed in the unseparated dyads compared with the separated dyads both in the hospital (P < .001) and at home (P = .012). Only 2 mothers in each group reported expressed breast milk as the hospital feeding source (5.6% of unseparated vs 4.1% of separated). COVID-19 was more commonly cited as the reason for change in the separated group (49.0% vs 16.7%; P < .001). When the dyads were further stratified by symptom status into 4 groups—asymptomatic separated, asymptomatic unseparated, symptomatic separated, and symptomatic unseparated—the results remained unchanged.

In the setting of COVID-19, separation of mother–newborn dyads impacts breastfeeding outcomes, with lower rates of breastfeeding both during hospitalization and at home following discharge compared with unseparated mothers and infants. No evidence of vertical transmission was observed; 1 case of postnatal transmission occurred from an unmasked symptomatic mother who held her infant at birth.

 Objective To compare cause-specific UK mortality in children and young people (CYP) with EU15+ countries (European Union countries pre-2004, Australia, Canada and Norway).

Design Mortality estimates were coded from the WHO World Mortality Database. Causes of death were mapped using the Global Burden of Disease mortality hierarchy to 22 cause groups. We compared UK mortality by cause, age group and sex with EU15+ countries in 2015 (or latest available) using Poisson regression models. We then ranked the UK compared with the EU15+ for each cause.

Setting The UK and EU15+ countries.

Participants CYP aged 1–19.

Main outcome measure Mortality rate per 100 000 and number of deaths.

Results UK mortality in 2015 was significantly higher than the EU15+ for common infections (both sexes aged 1–9, boys aged 10–14 and girls aged 15–19); chronic respiratory conditions (both sexes aged 5–14); and digestive, neurological and diabetes/urological/blood/endocrine conditions (girls aged 15–19). UK mortality was significantly lower for transport injuries (boys aged 15–19). The UK had the worst to third worst mortality rank for common infections in both sexes and all age groups, and in five out of eight non-communicable disease (NCD) causes in both sexes in at least one age group. UK mortality rank for injuries in 2015 was in the top half of countries for most causes.

Conclusions UK CYP mortality is higher than a group of comparable countries for common infections and multiple NCD causes. Excess UK CYP mortality may be amenable to health system strengthening.

Protracted bacterial bronchitis (PBB) is the leading cause of chronic wet cough in young children from developed countries. Despite its high prevalence there is a paucity of evidence to inform the optimal duration of treatment leading to variation in practice. Relapse of chronic cough is common and recurrent PBB (>3 episodes in 12 months) is associated with a future diagnosis of bronchiectasis. We investigated the factors associated with any relapse (≥1 episode in 12 months) and recurrent PBB in 66 children. No factor was significantly associated with any relapse. Duration of initial antibiotic treatment was the only factor significantly associated with recurrent PBB. Those who received antibiotics for 6 weeks antibiotics were less likely to develop recurrent PBB than those who received for 2 weeks (p=0.046). This is the first study to show an association between duration of initial antibiotic course and therefore future bronchiectasis. Prospective studies are needed to investigate this association.

Optimal dosing of antibiotics maximises efficacy while minimising toxicity and the selection of resistance. Dosing regimens of older off-patent antibiotics are long established clinically but the origins of these doses are often unclear. In 2011, we noted that dosing of the penicillins in paediatrics had remained unchanged for over 50 years and was no longer optimal due to changes in children’s weights.1 The aim of this paper is to explore further the very early origins of the dosing of oral phenoxymethylpenicillin (penicillin V), as the first oral penicillin used in children.

History of oral penicillin V use in children

Being able to administer penicillin orally was always a clear goal for children where the original doses given as high-volume intramuscular injections were particularly painful. As far as we have been able to determine, the first reported use of oral penicillin in a child was from 1940 in a 6-month-old boy with a Staphylococcus aureus urinary tract infection.2 Further studies in babies and young infants of oral benzylpenicillin (penicillin G) demonstrated good oral absorption, but that children over the age of 6–12 months rapidly degraded the drug because of high gastric acidity.3 The development of penicillin V in 1948, capable of withstanding gastric acid, was a clear step forward for paediatric use. The first large series of penicillin V being administered to children, that we can identify, was from Germany in 1953 in 106 children. The dose was based on the weight of the child (<15 kg=15 mg given four hourly, 15–30 kg=30 mg four hourly, >30 kg=30 mg three hourly).4 One of the first recorded uses of oral penicillin V in children from the UK was reported …

Enferm Infecc Microbiol Clin. 2020;38:371-4

Introducción.Se describe la distribución de serotipos de Streptococcus  neumoniae aislados en líquido cefalorraquídeo (LCR) entre los años 2007-2018 en la Comunidad de Madrid (CM) identificando aquellos con mayor tropismo meníngeo.

Métodos. Se estudiaron las cepas de episodios de enfermedad neumocócica invasora enviadas al Laboratorio Regional de Salud Pública por los servicios de microbiología de hospitales públicos y privados de la CM. La frecuencia de serotipos procedentes de LCR se comparó con la observada en otras muestras.

Resultados. Se procesaron 6.115 cepas. El 5% (n=304) se aislaron en LCR. Siete serotipos (11A, 19F, 23B, 10A, 24F, 23A y 35F) mostraron una frecuencia en LCR significativamente mayor que en otras muestras habitualmente estériles. Los serotipos 24F, 11A y 23B mostraron alta resistencia a la penicilina.

Conclusión. La frecuencia y la resistencia de determinados serotipos de neumococo con elevado tropismo meníngeo podría comprometer el tratamiento de las infecciones del sistema nervioso central.

Aim: This study was designed to assess the efficacy and safety of Saccharomyces cerevisiae variant boulardii CNCM I-3799 ( boulardii CNCM I-3799) in the management of acute diarrhea in children.

Methods: A total of 100 infants and children 3–36 months of age with acute diarrhea received medical care according to the World Health Organization guidelines on the management of acute diarrhea in children and were randomly allocated to the probiotic group ( S. boulardii CNCM I-3799 at a daily dose of 5 billion CFU twice daily) or to the placebo group. Infants and children were treated for 5 days and an extended follow-up was planned 1 and 2 months after the end of the treatment period. Primary endpoint was the time of recovery from diarrhea defined as the duration of diarrhea. Other parameters, such as frequency and consistency of stools, associated with the severity of diarrhea episodes were defined as secondary endpoints.

Results: The administration of S. boulardii CNCM I-3799 was associated with beneficial effects on duration and severity of diarrhea. The time of recovery from diarrhea was significantly shorter in the probiotic group compared with the placebo group (65.8 ± 12 hours vs. 95.3 ± 17.6 hours, = 0.0001). Faster remission in the probiotic group was also demonstrated by a shorter time before the first episode of semisolid stool [−23.5 hours, diff (95% CI): −7.99 (−31.49 to −15.51), = 0.0001] and the faster normalization of stool consistency. S. boulardii CNCM I-3799 was well tolerated.

Conclusion: S. boulardii CNCM I-3799 supplementation in children with acute diarrhea was shown effective in reducing the duration and severity of diarrhea in infants and children.

Antecedentes Para estudiar el perfil neurocognitivo de jóvenes infectados perinatalmente por VIH (PVIH+) es importante valorar tanto los factores asociados al virus como los no relacionados. El objetivo de nuestro estudio fue evaluar la cognición y la calidad de vida de una cohorte de jóvenes PVIH+ y compararlas con las de un grupo control. Métodos Treinta jóvenes PVIH+ y 30 sujetos sanos VIH− pareados por edad, sexo y nivel socioeconómico completaron un protocolo que incluía pruebas neurocognitivas, entrevista psicosocial semiestructurada y cuestionario de calidad de vida PedsQL. Se calculó el Z-score global (NPZ-5) y específico para cada dominio neurocognitivo. Adicionalmente, se consideró la categoría SIDA (PVIH+/C, PVIH+/noC). Se realizó análisis univariante y multivariante. Resultados De los 60 pacientes incluidos, el 67% eran mujeres; edad media (IQR) 19años (18-21). Respecto al grupo PVIH+, el 27% tenían categoría CDCC (ninguna encefalopatía), el 93% tomaban antirretrovirales y el 77% tenían carga viral indetectable. No hubo diferencias en cuanto a ocupación, aunque el grupo VIH− repitió menos cursos académicos (p=0,028) y tuvo mayor nivel educativo (p=0,021). No hubo diferencias entre los grupos PVIH+/noC y VIH−. El grupo PVIH+/C tuvo un rendimiento inferior al de PVIH+/noC (NPZ-5, p=0,037) y VIH− (inteligencia cristalizada, p=0,025; cociente de inteligencia, p=0,016). Mayor nadir de célulasT CD4+ se relacionó con mejor Z-score en Memoria (p=0,007) y NPZ-5 (p=0,025). La exposición temprana y prolongada a la terapia antirretroviral favoreció un mejor rendimiento en Memoria (p=0,004) y en Funciones Ejecutivas (p=0,015), respectivamente. Conclusiones No hubo diferencias significativas en el perfil neurocognitivo ni en calidad de vida entre los adolescentes PVIH+/noC y VIH−; sin embargo, los participantes PVIH+/C obtuvieron puntuaciones más bajas. La exposición temprana y prolongada a la terapia antirretroviral parece tener un efecto beneficioso.

Background: Bartonella henselae serology is commonly used to diagnose cat-scratch disease (CSD). Titers above a threshold for positivity suggest either a recent or remote infection. Recent infection can be confirmed by a 4-fold rise in the convalescent titer in some cases. Many atypical presentations attributed to CSD utilize a low threshold for positivity without supportive evidence from convalescent sera or supplemental testing, raising a concern for the overdiagnosis of CSD.

Methods: We conducted a retrospective chart review of immunocompetent pediatric patients at the Hospital for Sick Children, Toronto, spanning an 11-year period. A total of 154 cases were included with serologic titers ≥1:128. These were divided into 3 groups: group 1 = 1:128, group 2 = 1:256, and group 3 ≥ 1:512. Cases within groups were evaluated with respect to cat contact, clinical presentation, further testing, and final diagnosis.

Results:One-third of patients with a titer of 1:128 had an alternative diagnosis. Most cases with a titer of 1:128 or 1:256 did not have convalescent serologic testing performed. Within these 2 groups, only 1 case had a 4-fold rise in the convalescent titer. A trend of decreasing number of cases with alternative diagnoses ( P = 0.03) and increasing number of cases presenting with regional lymphadenopathy ( P = 0.07) was associated with higher titers in group 3 compared with group 1.

Conclusion: Concerns about the serologic diagnosis of CSD include the use of low titers for positivity, incomplete diagnostic evaluation, and the lack of convalescent serologic testing. We propose a clinical guide to assist in managing suspected cases of CSD.

Background: Acute rheumatic fever (ARF) predominantly affects indigenous Māori schoolchildren in Bay of Plenty region, and more so male Māori students, especially when socioeconomically deprived. We evaluated the effectiveness of strategies for reducing ARF with group A streptococcal pharyngitis treatment in 2011–18.

Methods: We retrospectively assessed outcomes of 3 open cohorts of Māori schoolchildren receiving different interventions: Eastern Bay rural Cohort 1, mean deprivation decile 9.80, received school-based sore-throat programs with nurse and general practice (GP) support; Eastern Whakatane township/surrounds Cohort 2, mean deprivation 7.25, GP management; Western Bay Cohort 3, mean deprivation 5.98, received predominantly GP care, but 3 highest-risk schools received school-based programs. Cases were identified from ICD10 ARF-coded hospital discharges, notifications to Ministry of Health, and a secondary-prevention penicillin database. Primary outcomes were first-presentation ARF cohorts’ incidence preintervention (2000–10) and postintervention (2011–18) with cases over annual school rolls’ Māori students-year denominators.

Results: Overall, ARF in Maori schoolchildren declined in the cohorts with school-based programs. Cohort 1 saw a postintervention (2011–18) decline of 60%, 148 to 59/100,000/year, rate ratio (RR) = 0.40(CI 0.22–0.73) P = 0.002. Males’ incidence declined 190 to 78 × 100,000/year RR = 0.41(CI 0.19–0.85) P = 0.013 and females too, narrowing gender disparities. Cohort 3 ARF incidence decreased 48%, 50 to 26/100,000/year RR = 0.52(CI 0.27–0.99) P = 0.044. In contrast, ARF doubled in Cohort 2 students with GP-only care without school-based programs increasing 30 to 69/100,000/year RR = 2.28(CI 0.99–5.27) P = 0.047, especially for males 39/100,000/year to 107/100,000/year RR = 2.71(CI 1.00–7.33) P = 0.0405.

Conclusions: School-based programs with indigenous Māori health workers’ sore-throat swabbing and GP/Nurse support reduced first-presentation ARF incidence in Māori students in highest-risk settings.

Background: In Western Europe, most pediatric tuberculosis (TB) cases occur among immigrants; however, data are rarely stratified by first/second-generation immigrants and many cases may be preventable.

Methods: This was a nationwide study of children <18 years with TB from 2009 to 2014 in Denmark. Demographic, clinical, microbiologic and treatment outcome data were obtained from registers and medical records.

Results: We identified 145 cases; 99 were immigrants (68%) of which 54 (55%) were second-generation immigrants. Most first-generation immigrants (73%) were diagnosed by passive case finding as was half the second-generation immigrants (52%), in contrast to Danish children who were mostly diagnosed by active case finding (70%). Symptoms were often nonspecific, and one-third of the children had normal blood tests at time of diagnosis. First-generation immigrants were most often infected abroad (84%) as opposed to Danish children (9%) and second-generation immigrants (30%). Approximately one-third of the children represented cases of TB disease that could possibly have been prevented by screening or rigorous contact tracing. The overall treatment success rate was 97%, and cases of unsuccessful treatment were restricted to immigrant adolescents.

Conclusions: The majority of pediatric TB in Denmark occurred among immigrant children with symptomatic TB, whereas more Danish children were diagnosed at earlier disease stages. Almost one-third of TB cases may represent missed opportunities to prevent TB disease. Improvements include enhanced adult case detection with comprehensive contact investigation among children, tailored screening and vaccination of immigrant children, and raised awareness of diagnosing and treating latent TB infection in children.

Background: Italy is classified as a low tuberculosis (TB) incidence country (rate 6.5/100,000 inhabitants). However, the Campania Region Pediatric Reference Centre (CRRC) observed an increase in TB, contemporarily with a rise in migration.

Our aim was to investigate trends in TB notification rates, association with migration, and changes in clinical outcomes of children living in Campania.

Methods: We conducted a prospective cohort study (January 1, 2009–December 31, 2018), including children <18 years who received diagnosis of TB at the CRRC. Yearly crude TB incidence rates and relative confidence interval (95% CI) were calculated. Two main outcome measures were considered: loss to follow-up and poor clinical outcome, including prolonged or second-line treatment, sequelae, or death.

Results: Overall 146 children (52.1% male; median age, 50 months; interquartile range, 96.33) received a diagnosis of TB. TB incidence rates increased from 0.44 cases (95% CI: 0.16–0.97) per 100,000 inhabitants <18 years of age in 2009 to 1.84 cases (95% CI: 1.15–2.79) in 2018 ( P < 0.05) and linearly correlated with the rate of migrants (R 2 = 0.9272; P < 0.0001). Ziehl-Neelsen-positive children had an increased likelihood of poor clinical outcomes (odds ratio, 4.83; 95% CI: 1.28–18.2; P = 0.020). Compared with Italians, foreign children showed a lower likelihood of cure without sequelae (49.3% versus 67.9%; P < 0.001; odds ratio, 0.45; 95% CI: 0.23–0.89; P = 0.02). They accounted for all fatal cases and loss to follow-up.

Conclusion: Pediatric TB rate in Campania increased in the last 10 years in association with the increase in migration. Emphasizing national TB rates may disregard important differences in local infection trends and limit medical awareness about TB. Foreign children may need tailored management programs.

Background: Children with fever and respiratory symptoms represent a large patient group at the emergency department (ED). A decision rule-based treatment strategy improved targeting of antibiotics in these children in a recent clinical trial. This study aims to evaluate the impact of the decision rule on healthcare and societal costs, and to describe costs of children with suspected lower respiratory tract infections (RTIs) in the ED in general.

Methods: In a stepped-wedge, cluster randomized trial, we collected cost data of children 1 month to 5 years of age with fever and cough/dyspnea in 8 EDs in The Netherlands (2016–2018). We calculated medical costs and societal costs per patient, during usual care (n = 597), and when antibiotic prescription was guided by the decision rule (n = 402). We calculated cost-of-illness of this patient group and estimated their annual costs at national level.

Results: The cost-of-illness of children under 5 years with suspected lower RTIs in the ED was on average €2130 per patient. At population level this is €15 million per year in The Netherlands (€1.7 million/100,000 children under 5). Mean costs per patient in usual care (€2300) were reduced to €1870 in the intervention phase ( P = 0.01). Main cost drivers were hospitalization and lost parental workdays.

Conclusions: Implementation of a decision rule-based treatment strategy in children with suspected lower RTI was cost-saving, due to a reduction in hospitalization and parental absenteeism. Given the high frequency of this disease in children, the decision rule has the potential to result in a considerable cost reduction at population level.

Background: Misuse, overuse of antimicrobials and increasing rates of antimicrobial resistance are well-recognized problems throughout Europe. The aim of this survey was to describe the current pediatric antibiotic stewardship (PAS) landscape across Europe and identify gaps, in terms of national programs, networks and guidelines.

Methods: A survey of 17 questions was circulated in July 2019 among 24 European pediatric infectious disease researchers and clinicians, professors and heads of department on the existence of PAS programs, national networks and meetings, established competencies, metrics and guidelines.

Results: We received responses from 23 countries. National guidelines on the management of children with common infections treated in hospital settings exist in 15 of 23 (70%); only 8 of 15 (53%) had been updated within the previous 4 years. Most provide guidance on antibiotic initiation and duration (14 of 15, 93%), but few on when to transition from intravenous to oral antibiotics (7 of 15, 47%). National PAS competencies have only been developed in 4 countries; only 1 addressed both community and hospital prescribing. Organized national PAS networks are only established in the United Kingdom and Germany; 21 of 23, 91% countries had no agreed metric for antibiotic prescribing in children; 2 of 23 were based on daily defined doses.

Conclusions: Fragmented implementation of PAS programs, no agreed metrics, lack of established PAS competencies and national PAS networks along with inexistent funding is alarming in view of existing high rates of antimicrobial resistance in Europe.

Background: Cytomegalovirus (CMV) is the leading cause of congenital infection worldwide. Up to 15%–20% of infected newborns will develop long-term sequelae such as hearing loss and neurologic abnormalities. The aim of this study was to investigate the prevalence of congenital CMV infection (cCMV) and associated clinical abnormalities in Spain.

Methods: A prospective screening for cCMV by viral load in saliva was performed. Saliva samples were obtained within the first 72 hours of life in a maternity ward in Madrid (Spain), during a 1-year period. All positive screening tests were confirmed with viral load in urine. Clinical, laboratory, auditory, visual and cerebral imaging assessments were performed in all children with cCMV.

Results: Of the 4097 neonates born during the study period, 3190 (78%) were included. CMV viral load in saliva was detectable in 24/3190 (0.75%) children, and congenital infection was confirmed in 15/3190 (0.47%, CI 95%: 0.29%–0.77%). Positive predictive value was 62.5% (CI 95%: 46.5%–76.1%). Two infants presented symptoms at birth. Eight (53.3%) children showed abnormalities in magnetic resonance imaging; most of them isolated white matter abnormalities. Newborns with abnormalities in magnetic resonance imaging showed higher viral loads in blood and saliva ( P = 0.04).

Conclusions: One in 200 neonates born in our hospital presented a cCMV infection. CMV viral load in saliva has been shown to be a simple and highly accepted screening method but should be confirmed by CMV detection in urine. In spite of the fact that half of infected children had abnormalities in cerebral imaging, diagnosis during the neonatal period would have been impossible without a screening program in most cases.

The clinical course of SARS-CoV-2 infection in young infants is not well understood. In this prospective cohort study, we compared the presence and duration of symptoms in febrile infants ≤60 days with (n = 7) and without (n = 16) SARS-CoV-2 infection. Overall, we observed overlapping symptoms and duration of illness, with longer length of cough and nasal congestion among the SARS-CoV-2-positive infants.

Among 439 infants presenting with symptoms of upper respiratory tract infection and temperature ≥39°C, 19 (4.3% [95% confidence interval, 2.8–6.7]) received a diagnosis of urinary tract infection (abnormal urine dipstick from a sterile urine sample and positive urine culture). Regardless of respiratory presentation, all infants presenting with a temperature of 39°C should be screened for urinary tract infection.

We conducted a descriptive time-series study of pediatric emergency healthcare use during the onset of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 pandemic after a state-wide stay-at-home order. Our study demonstrated decreased volume, increased acuity, and generally consistent chief complaints compared with the prior 3 years (2017 through 2019). Ingestions became a significantly more common chief complaint in 2020.

As the world waits patiently for the development of the COVID-19 vaccine, it seems to be a fertile environment for those members of society who are the anti vaccine naysayers, breeding suspicion and indeed violence and using social media to propagate their ill informed and dangerous opinions. There is growing evidence of vaccine delays or refusals due to a lack of trust in the importance, safety, or effectiveness of vaccines, alongside persisting access issues. de Figueiredo A et al [Lancet 2020;396 (10255):898–908. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)31558-0] have mapped vaccine confidence across 149 countries between 2015 and 2019. Their Vaccine Confidence Project (VCP) was established in 2010 with an aim to develop …

·Macrolide and Nonmacrolide Resistance with Mass Azithromycin Distribution. N Engl J Med 2020; 383:1941-1950
DOI: 10.1056/NEJMoa2002606

BACKGROUND: Mass distribution of azithromycin to preschool children twice yearly for 2 years has been shown to reduce childhood mortality in sub-Saharan Africa but at the cost of amplifying macrolide resistance. The effects on the gut resistome, a reservoir of antimicrobial resistance genes in the body, of twice-yearly administration of azithromycin for a longer period are unclear.

METHODS: We investigated the gut resistome of children after they received twice-yearly distributions of azithromycin for 4 years. In the Niger site of the MORDOR trial, we enrolled 30 villages in a concurrent trial in which they were randomly assigned to receive mass distribution of either azithromycin or placebo, offered to all children 1 to 59 months of age every 6 months for 4 years. Rectal swabs were collected at baseline, 36 months, and 48 months for analysis of the participants’ gut resistome.

The primary outcome was the ratio of macrolide-resistance determinants in the azithromycin group to those in the placebo group at 48 months.

RESULTS: Over the entire 48-month period, the mean (+SD) coverage was 86.6+12% in the villages that received placebo and 83.2+16.4% in the villages that received azithromycin. A total of 3232 samples were collected during the entire trial period; of the samples obtained at the 48-month monitoring visit, 546 samples from 15 villages that received placebo and 504 from 14 villages that received azithromycin were

analyzed. Determinants of macrolide resistance were higher in the azithromycin group than in the placebo group: 7.4 times as high (95% confidence interval [CI], 4.0 to 16.7) at 36 months and 7.5 times as high (95% CI, 3.8 to 23.1) at 48 months. Continued mass azithromycin distributions also selected for determinants of nonmacrolide resistance, including resistance to beta-lactam antibiotics, an antibiotic class prescribed frequently in this region of Africa.

CONCLUSIONS: Among villages assigned to receive mass distributions of azithromycin or placebo twice yearly for 4 years, antibiotic resistance was more common in the villages that received azithromycin than in those that received placebo. This trial showed that mass azithromycin distributions may propagate antibiotic resistance. (Funded by the Bill and Melinda Gates Foundation and others; ClinicalTrials.gov number, NCT02047981.)

Actualidad bibliográfica octubre 2020

Top ten

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha elaborado un documento con propuestas para la organización de las consultas de Atención Primaria en la próxima temporada invernal, y así poder garantizar la atención a los pacientes pediátricos, con y sin sospecha de infección por SARS-CoV-2.

En dicho documento se insiste en la importancia de que la primera valoración del paciente sea telefónica para orientar a las familias sobre la idoneidad de una visita telemática o de una visita presencial y, en caso de ser así, recibir indicaciones sobre la zona del centro de salud y horario de atención en función de los síntomas, para mantener las medidas de protección y seguridad, tanto del paciente como del personal sanitario.

AEPap y SEPEAP proponen que en los centros de salud se organicen dos circuitos, uno para atender pacientes con sospecha de infección por SARS-CoV-2 y otro circuito para valorar el resto de las patologías y llevar a cabo el Programa de Salud Infantil (PSI).

Para ello, también insta a las Administraciones públicas a mejorar las herramientas de la telemedicina para garantizar el intercambio seguro de información y así poder realizar consultas no presenciales para evitar contagios en el centro sanitario, dotar a los centros de salud de personal sanitario, administrativo y de limpieza suficiente.

También es muy importante que los profesionales sanitarios dispongan de técnicas diagnósticas para descartar las infecciones pediátricas más frecuente en época invernal (rinovirus, virus respiratorio sincitial, gripe, rotavirus) y agilizar el resultado de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para COVID-19 y así evitar aislamientos innecesarios.

  • Covid-19: UK studies find gastrointestinal symptoms are common in children BMJ 2020;370:m3484

Los síntomas gastrointestinales son comunes en los niños infectados con SARS-CoV-2 y deberían desencadenar la petición de pruebas para detección del virus.

Un estudio prospectivo de 992 niños sanos (edad media de 10,1 años), hijos de trabajadores de la salud de todo el Reino Unido encontró que 68 (6,9%) dieron positivo en anticuerpos contra el SARS-CoV-2.

La mitad de los niños que dieron positivo no habían informado síntomas, pero entre los que sí lo hicieron, los más comunes fueron fiebre (21 de 68, 31%); síntomas gastrointestinales, que incluyen diarrea, vómitos y calambres abdominales (13 de 68, 19%); y dolor de cabeza (12 de 68,18%).

Los últimos hallazgos de la aplicación Covid-19 Symptom Study,que se lanzó a fines de marzo para rastrear los síntomas de las personas, también muestran que los síntomas gastrointestinales ocurren con frecuencia en niños con pruebas de frotis positivas.

Los hallazgos del estudio respaldan que los síntomas gastrointestinales (diarrea y vómitos) deben agregarse a la lista actual (temperatura alta, tos y pérdida o cambio en el sentido del olfato o el gusto) que desencadenan pruebas de coronavirus.

Tim Spector, líder del estudio y profesor de epidemiología genética en el King’s College de Londres, concluye que con los datos de 250 000 niños, aquellos con una prueba de frotis positiva tienen una gama de síntomas diferente a la de los adultos. La tos y la dificultad para respirar son mucho menos frecuentes y los problemas gastrointestinales, especialmente la pérdida de apetito, más frecuentes. La fiebre sigue siendo una característica, como en los adultos. El estudio confirmó la necesidad de agregar una gama más amplia de síntomas a los enumerados para el covid-19, ya que alrededor del 50% de los niños no presentaban los tres principales síntomas del adulto (temperatura alta, tos y pérdida o cambio del sentido del olfato o del gusto) y pueden presentar una amplia gama de síntomas no específicos, como malestar, pérdida de apetito, y erupción cutánea que afectó a uno de cada seis”. “La clave es que los padres mantengan a los niños en casa con estos signos inespecíficos hasta que se sientan mejor, hasta que las pruebas sean más rápidas y accesibles”.

Public health measures during the COVID-19 pandemic have potential to impact transmission of other respiratory viruses. We found 98.0% and 99.4% reductions in RSV and influenza detections respectively in Western Australian children through winter 2020; despite reopening of schools. Border closures have likely been important in limiting introductions from abroad.

We searched for studies that assessed the accuracy of chest imaging to diagnose COVID-19 disease. Studies could include people with either suspected or confirmed COVID-19, based on the results of an RT-PCR or other test. Studies could be of any design and take place anywhere.

We found 84 studies with 8279 people. Studies included either only people with confirmed COVID-19 diagnosis (71 studies, involving 6331 people) or both suspected and confirmed COVID-19 (13 studies, involving 1948 people). Infection was mainly confirmed using RT-PCR.

The majority of studies evaluated chest CT. We found studies from all over the world; 78 studies took place in Asia.

Accuracy of chest imaging for diagnosing COVID-19 in people with confirmed infection

On average, chest CT correctly identified infection in 93% of people with confirmed COVID-19 (65 studies, 5759 people). Chest X-ray correctly identified infection in 82% of people with confirmed COVID-19 (nine studies, 682 people). Lung ultrasound correctly identified infection in 100% of people with confirmed COVID-19 (2 studies, 32 people).

Accuracy of chest imaging for diagnosing COVID-19 in people with suspected or confirmed infection

On average, chest CT correctly identified infection in 86% of people who were infected with COVID-19 (13 studies, 2346 people). However, it incorrectly identified infection in 82% of people who were not infected with COVID-19. We did not find any studies that reported data on lung ultrasound.

The uncertainty resulting from the poor study quality and the heterogeneity of included studies limit our ability to confidently draw conclusions based on our results. Our findings indicate that chest CT is sensitive but not specific for the diagnosis of COVID-19 in suspected patients, meaning that CT may not be capable of differentiating SARS-CoV-2 infection from other causes of respiratory illness. This low specificity could also be the result of the poor sensitivity of the reference standard (RT-PCR), as CT could potentially be more sensitive than RT-PCR in some cases. Because of limited data, accuracy estimates of chest X-ray and ultrasound of the lungs for the diagnosis of COVID-19 should be carefully interpreted.

Future diagnostic accuracy studies should avoid cases-only studies and pre-define positive imaging findings. Planned updates of this review will aim to: increase precision around the accuracy estimates for CT (ideally with low risk of bias studies); obtain further data to inform accuracy of chest X rays and ultrasound; and continue to search for studies that fulfil secondary objectives to inform the utility of imaging along different diagnostic pathways.

Evidence is current to 25th May 2017. We included 11 trials with a total of 3555 participants evaluating prescribing strategies for people with respiratory tract infections. Ten of these studies compared strategies of delaying antibiotics with immediate antibiotics. Four studies compared delayed antibiotics with no antibiotics. Of the 11 studies, five included only children (1173 participants), two included only adults (594 participants), and four included children and adults (1761 participants). The studies investigated a variety of respiratory tract infections. One study involving 405 participants was new for this update

For many clinical outcomes, there were no differences between prescribing strategies. Symptoms for acute otitis media and sore throat were modestly improved by immediate antibiotics compared with delayed antibiotics. There were no differences in complication rates. Delaying prescribing did not result in significantly different levels of patient satisfaction compared with immediate provision of antibiotics (86% versus 91%) (moderate quality evidence). However, delay was favoured over no antibiotics (87% versus 82%). Delayed antibiotics achieved lower rates of antibiotic use compared to immediate antibiotics (31% versus 93%) (moderate quality evidence). The strategy of no antibiotics further reduced antibiotic use compared to delaying prescription for antibiotics (14% versus 28%).

Delayed antibiotics for people with acute respiratory infection reduced antibiotic use compared to immediate antibiotics, but was not shown to be different to no antibiotics in terms of symptom control and disease complications. Where clinicians feel it is safe not to prescribe antibiotics immediately for people with respiratory infections, no antibiotics with advice to return if symptoms do not resolve is likely to result in the least antibiotic use while maintaining similar patient satisfaction and clinical outcomes to delaying prescription of antibiotics. Where clinicians are not confident in using a no antibiotic strategy, a delayed antibiotics strategy may be an acceptable compromise in place of immediate prescribing to significantly reduce unnecessary antibiotic use for RTIs, and thereby reduce antibiotic resistance, while maintaining patient safety and satisfaction levels.

Introduction Invasive meningococcal disease (IMD) is a rare condition with a high case fatality rate. While most patients suffer from one single episode in life, there is anecdotal evidence for recurrent infection.

Aim, The German National Reference Laboratory for Meningococci and Haemophilus influenzae (NRZMHi) analysed IMD cases from 2002 to 2018 to retrospectively quantify the risk of recurrent infection.

Methods. Recurrent IMD was defined as detection of Neisseria meningitidis in a sample of the same patient more than 30 days after the first episode of IMD.

Results Among 5,854 patients with a median observation period of 9.4 years, 14 suffered a second IMD episode and one patient a third one. The risk of a recurrent IMD was 29.4 per 100,000 person-years for survivors of the first episode. Rare serogroups (Y, W, E and Z) were more common in patients with recurrent IMD (p < 0.0001).

Discussion Patients surviving IMD were at least at a 50-fold risk of another IMD episode compared with the general population. The study most likely underestimated the risk of recurrent infection. Increased risk may be due to undiagnosed complement deficiencies. The high risk of re-infection argues for vaccination of patients who have survived IMD.

Congenital cytomegalovirus (cCMV) infection is the most common congenital viral infection and is the leading non-genetic cause of sensorineural hearing loss (SNLH) and an important cause of neurodevelopmental disabilities. The risk of intrauterine transmission is highest when primary infection occurs during pregnancy, with a higher rate of vertical transmission in mothers with older gestational age at infection, while the risk of adverse fetal effects significantly increases if fetal infection occurs during the first half of pregnancy. Despite its prevalence and morbidity among the neonatal population, there is not yet a standardized diagnostic test and therapeutic approach for cCMV infection. This narrative review aims to explore the latest developments in the diagnosis and treatment of cCMV infection. Literature analysis shows that preventive interventions other than behavioral measures during pregnancy are still lacking, although many clinical trials are currently ongoing to formulate a vaccination for women before pregnancy. Currently, we recommend using a PCR assay in blood, urine, and saliva in neonates with suspected cCMV infection. At present, there is no evidence of the benefit of antiviral therapy in asymptomatic infants. In the case of symptomatic cCMV, we actually recommend treatment with oral valganciclovir for a duration of 12 months. The effectiveness and tolerability of this therapy option have proven effective for hearing and neurodevelopmental long-term outcomes. Valganciclovir is reserved for congenitally-infected neonates with the symptomatic disease at birth, such as microcephaly, intracranial calcifications, abnormal cerebrospinal fluid index, chorioretinitis, or sensorineural hearing loss. Treatment with antiviral drugs is not routinely recommended for neonates with the mildly symptomatic disease at birth, for neonates under 32 weeks of gestational age, or for infants more than 30 days old because of insufficient evidence from studies. However, since these populations represent the vast majority of neonates and infants with cCMV infection and they are at risk of developing late-onset sequelae, a biomarker able to predict long-term sequelae should also be found to justify starting treatment and reducing the burden of CMV-related complications.

The coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic has significantly impacted the well-being of children as a result of the widespread closure of schools. Throughout the summer, states have allowed the reopening of many businesses including restaurants, bars, retail locations, and amusement parks, including in locations experiencing surges in cases. Meanwhile, many school districts across the country began the fall semester in a partially or completely virtual fashion.

A growing body of evidence suggests a return to in-person learning can be accomplished safely, particularly for young children. Throughout the pandemic, childcare centers serving school-age children have successfully operated without significant outbreaks,1 even in high prevalence areas.2 In other countries where school has been in session, reports of cases of SARS-CoV-2 infection in schools generally show little to no secondary spread.3 Initial evidence suggests that the school environment does not contribute to community transmission of the novel coronavirus in the same way that it does for other respiratory viruses such as influenza.4 When outbreaks have occurred among school-age children, these have generally reflected a lack of adherence to recommended mitigation strategies.5

National organizations have issued guidance on how to safely return to school in the fall of 2020. Key recommended elements include daily symptom screening, physical distancing, cohorting, masking for students and staff, enhanced hand hygiene, directed environmental cleaning, increased ventilation, and careful tracking of student locations and contacts to enable contact identification when an infectious case is identified. The ability of individual schools to implement these strategies is likely to vary based on school size, age of students, financial resources, community support, and access to consultation with health experts.

To provide support to our local school community, a group of pediatric infectious diseases experts and pediatric healthcare providers (MD/DO and nurse practitioners) collaborated to develop a series of algorithms addressing aspects of COVID-19 and schools (Figure and http://wupaarc.wustl.edu/COVID-19-and-Children/Algorithms-for-Clinicians-and-Schools). Included in the algorithms are a symptom decision tree for parents, students, and administrators, an algorithm for school nurses, protocols to assist in school contact tracing, and detailed algorithms for healthcare providers on how to approach students with SARS-CoV-2 symptoms or exposure. The goal of these algorithms is to provide practical guidance for children experiencing symptoms and the algorithms represent a balancing act between excluding potentially infectious students from the school environment and the educational disruption experienced by students who are kept out of the classroom.

We found 22 studies; 17 assessed people (cohort studies) and five were computer-generated models (modelling studies). Studies took place in USA, Europe, and Asia

The evidence base for the effectiveness of screening comes from two mathematical modelling studies and is limited by their assumptions. Low-certainty evidence suggests that screening at travel hubs may slightly slow the importation of infected cases. This review highlights the uncertainty and variation in accuracy of screening strategies. A high proportion of infected individuals may be missed and go on to infect others, and some healthy individuals may be falsely identified as positive, requiring confirmatory testing and potentially leading to the unnecessary isolation of these individuals. Further studies need to evaluate the utility of rapid laboratory tests, combined screening, and repeated screening. More research is also needed on reference standards with greater accuracy than RT-PCR.

Given the poor sensitivity of existing approaches, our findings point to the need for greater emphasis on other ways that may prevent transmission such as face coverings, physical distancing, quarantine, and adequate personal protective equipment for frontline workers.

We examined the usefulness of three widely available blood tests (procalcitonin, C-reactive protein, erythrocyte sedimentation rate) in differentiating upper from lower urinary tract disease. We found 34 relevant studies of which 24 provided data for our primary outcome. Twelve studies (1000 children) provided data for the procalcitonin test; 16 studies (1895 children) provided data for the C-reactive protein test, and 8 studies (1910 children) provided data for the erythrocyte sedimentation rate test.

We found all three tests to be sensitive (summary sensitivity values ranged from 81% to 93%), but not very specific (summary specificity values ranged from 37% to 76%).

Conclusions

None of the tests were accurate enough to allow clinicians to confidently differentiate upper from lower urinary tract disease.

The ESR test does not appear to be sufficiently accurate to be helpful in differentiating children with cystitis from children with pyelonephritis. A low CRP value (< 20 mg/L) appears to be somewhat useful in ruling out pyelonephritis (decreasing the probability of pyelonephritis to < 20%), but unexplained heterogeneity in the data prevents us from making recommendations at this time. The procalcitonin test seems better suited for ruling in pyelonephritis, but the limited number of studies and the marked heterogeneity between studies prevents us from reaching definitive conclusions. Thus, at present, we do not find any compelling evidence to recommend the routine use of any of these tests in clinical practice.

Introducción: el estudio de la relación entre las parasitosis intestinales y las enfermedades atópicas, como el asma o la rinoconjuntivitis, ha arrojado resultados contradictorios. El objetivo de este estudio fue evaluar la relación existente entre la parasitosis intestinal y la prevalencia de las enfermedades atópicas.

Material y métodos: se realizó un estudio observacional, transversal de campo, en niños mayores de 2 años, cuyos padres contestaron los cuestionarios para investigación de prevalencia de enfermedades atópicas. A todos los niños seleccionados les fueron realizados exámenes seriados de heces y pruebas alérgicas cutáneas. El análisis estadístico se realizó por medio de la prueba de χ2, asimismo se calcularon las razones de riesgo (odds ratio [OR]) y los intervalos de confianza del 95% (IC 95). Se consideró de significancia estadística cuando p <0,05.

Resultados: fueron evaluados 185 niños, la edad fue 6,82 ± 2,69 años, el 52% fueron masculinos, el 94% se ubicaron entre los estratos sociales III/IV. La prevalencia de cualquier enfermedad atópica fue del 41% y la reactividad en piel del 43%, la detección de cualquier parásito se hizo en el 47% de todos los niños. Se encontró relación con significación entre el cuestionario ISAAC y la prueba cutánea (p = 0,000). No se encontró asociación entre prueba cutánea y parasitosis intestinal (p = 1,29), así como tampoco entre los resultados de ISAAC y parasitosis (p = 0,447).

Conclusión: el estudio permitió considerar que la condición alérgica no guarda relación con el diagnóstico de la parasitosis.

Casos clínicos

La fascitis necrotizante (FN) es un cuadro muy grave, causado por una infección bacteriana de la piel y tejidos blandos subcutáneos, cuya evolución es hacia la destrucción y necrosis de los tejidos en un corto espacio de tiempo. Hasta en un tercio de los casos llega a ocasionar un shock séptico con fallo multiorgánico, que eleva la mortalidad de este cuadro hasta el 25%. Dependiendo del agente causante la FN se clasifica en polimicrobiana (tipo I) y estreptocócica (tipo II). Los principales microorganismos implicados son Streptococcus beta-hemolítico del grupo A, y con menor frecuencia Staphylococcus aureus [1]. Presentamos el caso de un paciente de 12 años de edad…

·Peripheral Facial Nerve Palsy in Children With Enterovirus Infection Papan, Cihan; Keeren, Kathrin; Schroten, Horst; Tenenbaum, Tobias Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):e326-e329, October 2020.

Enteroviruses are one of the leading causes of central nervous system infections, but their causative role in peripheral facial nerve palsy is unresolved. We used data from a large national Enterovirus Surveillance Database to identify cases of facial nerve palsy, showing a rate of 3.8% of patients with facial nerve palsy to have enterovirus infection.

Clinical bottom lines

  • Otherwise well, healthy children with palpable cervical lymph nodes do not require investigation with neck ultrasound (Grade B).
  • Ultrasound should not be used as a screening tool to ‘exclude malignancy’ (Grade B).
  • Children with palpable cervical lymph nodes greater than 2 cm persisting for more than 6 weeks, or supraclavicular nodes, warrant referral for specialist assessment. An ultrasound at this stage may help direct further investigation and management (Grade B).

Clinical scenario

You are the speciality registrar seeing a 6-year-old girl in clinic who was referred by her general practitioner (GP) with a 4-week history of ‘persistent lymphadenopathy’. She is otherwise well with no fever, recent history of illness or infection. There is no medical history of note. There are palpable cervical lymph nodes on examination. There is no hepatosplenomegaly. The GP has also referred the patient for an urgent neck ultrasound in which the request states ‘persistent lymphadenopathy, otherwise well, exclude malignancy’.

Structured clinical question

Do otherwise well, healthy children (patient) with palpable cervical lymph nodes (comparison) require investigation with neck ultrasound (investigation)?

A 6-year-old girl was seen for a persistent facial rash. The rash spontaneously erupted above her upper lip as a cluster of papules and pustules that spread to the nasolabial folds and bilateral lower eyelids over the course of 3 weeks. She was systemically well and presumed to have impetigo. However, she did not improve with oral cephalexin or clindamycin. When seen by us, the clinical characteristics of the rash led us to a diagnosis of periorificial dermatitis.

This acneiform eruption is more often seen in adults but is not uncommon in young children, with a mean age of presentation of 6.6 years.1 The incidence is unknown. There is a slight female preponderance (58%).2 The diagnosis is made clinically based on the presence of erythematous to flesh-coloured papules and sometimes pustules around the mouth, nose and eyes. In general, the vermillion border of the lips is spared,1–3 but it may become involved in severe cases (figure 1).4 Comedones are also absent.1 3 The rash is often misdiagnosed as impetigo, acne vulgaris, contact dermatitis, atopic dermatitis, seborrheic dermatitis, dermatophyte infection or angiofibromas.3 Swabs and skin scrapings may help exclude bacterial and fungal infection.3 Use of corticosteroids prior to onset, whether topical, nasal or inhaled, has been associated with 58%–72% of paediatric periorificial dermatitis.1 2 While topical corticosteroids can initially improve the rash, discontinuation frequently leads to a rebound eruption. Standard treatment is with topical metronidazole and/or oral macrolides.1–3 5 Resolution may take 4–8 weeks.5

El virus del herpes simple (VHS) produce una encefalitis necrotizante aguda, afectando típicamente al lóbulo temporal. La existencia de un fármaco antiviral específico, así como el uso de medicación adyuvante como la corticoterapia, han mejorado el pronóstico de las infecciones graves. El retraso en el inicio del tratamiento con aciclovir es un factor claramente relacionado con mala evolución, así como las pautas cortas de tratamiento que se han asociado con mayor riesgo de recidivas. Se presenta el caso de una lactante de 13 meses, diagnosticada de encefalitis herpética tras un cuadro de fiebre prolongada.

·SARS-CoV-2 Encephalitis in a 20-year old Healthy Female. Babar, Aneeqa; Lewandowski, Ula; Capin, Ivana; Khariton, Megan; Venkataraman, Akila; Okolo, Nwanneka; Sharma, Dolly Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):e320-e321, October 2020.

We report a 20-year-old female with SARS-CoV-2 encephalitis who presented with 4 days of upper respiratory symptoms, fevers and sudden acute altered mental status. An extensive work up led to the most likely cause for the neurologic decompensation to be viewed as SARS-CoV-2 symptomology.

·Multisystem Inflammatory Syndrome Associated With COVID-19 With Neurologic Manifestations in a Child: A Brief Report. De Paulis, Milena; Oliveira, Danielle Bruna Leal; Vieira, Rodolfo P.; Pinto, Isabella Coutinho; Machado, Rafael Rahal Guaragna; Cavalcanti, Mariana Pauferro; Soares, Camila Pereira; de Araujo, Ananda Medeiros Pereira; Araujo, Danielle Bastos; Bachi, Andre Luis Lacerda; Leal, Fabyano Bruno; Dorlass, Erick Gustavo; Gilio, Alfredo Elias; Durigon, Edison Luiz; Barreira, Eliane Roseli Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):e321-e324, October 2020

Although first considered a benign infection, recent studies have disclosed severe and potentially lethal inflammatory manifestations of COVID-19 in children. We report the case of a 4-year-old child with a post-infectious multisystem inflammatory syndrome associated with COVID-19, with a Kawasaki-like shock and prominent neurologic features, for whom a cytokine storm and reduced brain-derived neurotrophic factor were well documented.

We report dengue virus (DENV) infection in two Dutch tourists who visited Département Var, southern France, in July and August 2020. As some autochthonous dengue cases have occurred in Europe in recent years, awareness among physicians and public health experts about possible intermittent presence of DENV in southern Europe is important to minimise delay in diagnosis and treatment. Quick diagnosis can lead to timely action to contain the spread of vector-borne diseases and minimise transmission.

El episodio hipotonía-hiporrespuesta (EHH) es un tipo muy inusual de efecto adverso después de la vacunación. Se ha observado con mayor frecuencia tras las vacunas de células enteras contra la tosferina. El EHH se caracteriza por el inicio repentino de hipotonía, hiporrespuesta y el cambio de color de la piel (palidez o cianosis) en las primeras 48 horas después de la administración de una vacuna en niños. Se ha descrito que los episodios pueden durar entre 6 y 30 minutos. Se desconoce la patogénesis. Aunque se ha clasificado dentro de las reacciones adversas graves, no se han demostrado efectos a largo plazo y no se contraindica la administración de una nueva dosis de la vacuna, si así está indicado para completar el calendario de vacunación del niño. Presentamos el caso de una lactante de 5 meses de edad que presentó un EHH tres horas después de la administración de una segunda dosis de la vacuna antimeningocócica B 4CMenB (Bexsero).

La hematuria es un motivo de consulta frecuente. Una adecuada historia clínica y exploración física permiten una aproximación diagnóstica inicial en la mayoría de los casos. Lo primero es reconocer y confirmar la hematuria, descartando otras circunstancias que pueden teñir falsamente la orina. El análisis del aspecto macroscópico de la orina es clave para determinar el origen glomerular o extraglomerular de la hematuria. Presentamos el caso de una niña con falsa hematuria por agente externo (lejía), efectuándose el diagnóstico a través de una exhaustiva historia clínica.

Un nuevo coronavirus llamado coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2), causante de una pandemia global, afecta a la población pediátrica con unas características clínicas diferentes a las de los adultos. Las lesiones dermatológicas acroisquémicas que se pueden asociar, se manifiestan más en pacientes jóvenes sin cuadro respiratorio. Se presentan tres casos clínicos con estudios analíticos, que incluyen determinación de anticuerpos neutralizantes por inmunocromatografía. En ninguno de los casos se ha podido demostrar la participación del SARS-CoV-2 como agente implicado. El término de “acroisquemia aguda en el niño en tiempos de COVID-19” parece ser el término más adecuado hasta tener un mayor conocimiento del cuadro.

El fallo hepático agudo es un cuadro grave y poco frecuente en Pediatría. Precisa un manejo multidisplinar. Aunque en la mitad de los casos no se llega a un diagnóstico etiológico definitivo, conviene conocer sus causas según los grupos de edad, debido a su implicación pronostica y terapéutica. Se reconocen principalmente causas infecciosas, tóxicas, metabólicas y autoinmunes. Dentro de las causas infecciosas, destacan los virus de la familia herpes y los virus hepatotropos; sin embargo, también se ha relacionado con virus respiratorios y en concreto con el virus de la gripe, en cuyo caso, el pronóstico es bueno. Presentamos el caso de una niña de cuatro años que debutó con cuadro de fallo hepático agudo secundario a infección por virus influenza A con una evolución muy favorable.

La artritis séptica presenta una incidencia anual de 4 casos/100 000 niños. Es más frecuente en los miembros inferiores y suele estar provocada por Staphylococcus aureus vía hemática, por lo que la cobertura antibiótica inicial está dirigida a cubrir al menos este patógeno. Sin embargo, en algunas situaciones, como tras la manipulación periodontal o enfermedad dentaria, debemos pensar en microorganimos procedentes de la flora microbiana orofaríngea, como es Fusobacterium nucleatum, ya que el 50% de las cepas es resistente a penicilina y a algunas cefalosporinas, fármacos que forman parte del tratamiento antibiótico empírico de las infecciones osteoarticulares en la población pediátrica.

Para profundizar

OBJETIVO Revisar la evidencia disponible acerca de los riesgos infecciosos relacionados con los fármacos biológicos utilizados en las enfermedades inflamatorias de origen inmune. MATERIAL Y MÉTODOS Se seleccionaron los fármacos biológicos con indicación en enfermedades inflamatorias de origen inmune, que se dispensen desde las Unidades de Farmacia de Pacientes Externos del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea. Se consultaron las fichas técnicas de los medicamentos y se realizó una búsqueda en Pubmed revisando los artículos y guías más relevantes. RESULTADOS Y CONCLUSIONES El riesgo asociado a las terapias inmunosupresoras se deduce en muchas ocasiones de su mecanismo de acción y establecer una relación causal a veces es complicado. Realizar el cribado de tuberculosis se ha asociado a la reducción del riesgo de reactivación de la tuberculosis latente de hasta 7 veces y, por el momento, se recomienda mantener las recomendaciones basadas para las terapias anti-TNF-a para el resto de terapias biológicas. Aunque el herpes zoster es uno de los efectos adversos más frecuentes con las terapias anti-TNF-a, existe controversia respecto a la causalidad debido a que los pacientes con enfermedades inflamatorias autoinmunes presentan un mayor riesgo del mismo. Se recomienda realizar cribado de VHB y VHC. En pacientes con HBsAg negativo es recomendable administrar la vacuna previamente al inicio de la terapia biológica y los pacientes con HBsAg positivo deben recibir profilaxis. Las vacunas con microorganismos atenuados están contraindicadas durante el tratamiento biológico y se recomienda vacunar frente a la gripe y el neumococo a todos los pacientes que reciban estas terapias. Antes del inicio de la terapia se recomienda realizar cribado de VIH, descartar embarazo, y valorar otras patologías como insuficiencia cardíaca, citopenias, enfermedad pulmonar intersticial, enfermedad desmielinizante o enfermedad tumoral. PALABRAS CLAVE Fármacos biológicos, enfermedades inflamatorias, tuberculosis, riesgos infecciosos, vacunación.

  • Infant Respiratory Syncytial Virus Bronchiolitis and Subsequent Risk of Pneumonia, Otitis Media, and Antibiotic UtilizationClinical Infectious Diseases, Volume 71, Issue 1, 1 July 2020, Pages 211–214, https://doi.org/10.1093/cid/ciz1033

Infant respiratory syncytial virus (RSV) bronchiolitis in the first 6 months of life was associated with increased odds of pneumonia, otitis media, and antibiotic prescription fills in the second 6 months of life. These data suggest a potential value of future RSV vaccination programs on subsequent respiratory health.

Coronavirus disease 2019 (COVID-19) primarily affects adults and spares children, whereas very little is known about neonates. We tried to define the clinical characteristics, risk factors, laboratory, and imagining results of neonates with community-acquired COVID-19.

Methods: This prospective multicentered cohort study included 24 neonatal intensive care units around Turkey, wherein outpatient neonates with COVID-19 were registered in an online national database. Full-term and premature neonates diagnosed with COVID-19 were included in the study, whether hospitalized or followed up as ambulatory patients. Neonates without severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 (SARS-CoV-2) via reverse transcriptase-polymerase chain reaction testing or whose mothers had been diagnosed with COVID-19 during pregnancy were excluded.

Results: Thirty-seven symptomatic neonates were included. The most frequent findings were fever, hypoxemia, and cough (49%, 41%, 27%, respectively). Oxygen administration (41%) and noninvasive ventilation (16%) were frequently required; however, mechanical ventilation (3%) was rarely needed. Median hospitalization was 11 days (1–35 days). One patient with Down syndrome and congenital cardiovascular disorders died in the study period. C-reactive protein (CRP) and prothrombin time (PT) levels were found to be higher in patients who needed supplemental oxygen (0.9 [0.1–8.6] vs. 5.8 [0.3–69.2] = 0.002, 11.9 [10.1–17.2] vs. 15.2 [11.7–18.0] = 0.01, respectively) or who were severe/critical (1.0 [0.01–8.6] vs. 4.5 [0.1–69.2] = 0.01, 11.7 [10.1–13.9] vs. 15.0 [11.7–18.0] = 0.001, respectively).

Conclusions: Symptomatic neonates with COVID-19 had high rates of respiratory support requirements. High CRP levels or a greater PT should alert the physician to more severe disease.

RESULTADOS: Hubo un total de 149 madres con infección por SARS-CoV-2 y 149 recién nacidos analizados (3 pares de gemelos; 3 mortinatos). El cuarenta por ciento de estas madres estaban asintomáticas. Aproximadamente el 15% de las madres sintomáticas requirió algún tipo de soporte respiratorio y el 8% requirió intubación. Se ingresaron en la UCI 18 recién nacidos (12%). Quince (10%) nacieron prematuros y 5 (3%) requirieron ventilación mecánica. Las madres sintomáticas tuvieron más partos prematuros (16% vs 3%, p = 0,02) y sus recién nacidos tenían más probabilidades de requerir cuidados intensivos (19% vs 2%, p = 0,001) que las madres asintomáticas. Un recién nacido dio positivo por SARS-CoV-2, que se consideró un caso de transmisión posnatal horizontal

CONCLUSIONES: Aunque no hubo evidencia clara de transmisión vertical de madres con SARS-CoV-2 a sus recién nacidos, sí observamos morbilidades perinatales tanto en madres como en recién nacidos. Las madres sintomáticas eran más propensas a experimentar un parto prematuro y sus recién nacidos a requerir cuidados intensivos.

The long-term prognosis of brain abscess is unclear.

Methods: Using nationwide, population-based medical registries, we included all individuals <20 years of age hospitalized with first-time diagnosis of brain abscess in Denmark from 1982 to 2016. A comparison cohort individually matched for age, sex and residence was identified, as were siblings of all study participants. Next, cumulative incidence curves of mortality and new-onset epilepsy were constructed, and Cox regression was used for analyses of hazard rate ratios (HRRs) with 95% confidence intervals.

Results: We identified 155 brain abscess patients and 1,550 population controls with median follow-up times of 15 years (interquartile range, 6–25) and 16 years (interquartile range, 11–26). Ear–nose–throat infections (22%) and congenital heart disease (13%) were the most common predisposing conditions for brain abscess. Overall mortality was 21/155 (14%) in brain abscess patients versus 20/1,550 (1%) in population controls. The corresponding HRRs were 150 (95% confidence interval: 19.8–1,116) after 1 year of observation, 24.6 (4.78–127) after 2–5 years and 0.66 (0.09–4.98) after 6–30 years. New-onset epilepsy occurred in 28% of 30-day brain abscess survivors versus 1% in population controls yielding a HRR of 29.6 (14.4–60.8) adjusted for previous head trauma, stroke and cancer. Analyses of sibling cohorts showed that family-related factors did not explain the observed increased risks of death or epilepsy among brain abscess patients.

Conclusions: Brain abscess is associated with increased risk of mortality for up to 5 years. New-onset epilepsy occurred in 28% of survivors and remained a risk for several years after infection.

The purpose of this study was to report the epidemiology, etiology, microbiologic profile and management of pediatric microbial keratitis in a quaternary and 3 tertiary ophthalmic referral centers across Sydney, New South Wales, Australia.

Methods: This is a retrospective cohort study of patients ≤ 18 years of age with a clinical diagnosis of microbial keratitis presenting between 1 January 2010 and 31 December 2016 identified from hospital coding and pathology databases. Data were extracted from the medical records. Epidemiology, predisposing factors, referral patterns, microbial profile and treatment outcomes were analyzed.

Results: Eighty eyes from 80 pediatric patients with microbial keratitis were included in the study (10% had bilateral disease). The mean age was 11 ± 5.3 years (range 0–18 years), and 44 were male (55%). Thirty-six percent of patients had ocular and 13.5% systemic comorbidities. The most common risk factor overall was contact lens wear in 26%, trauma (24%), and external lid and eye disease (20%). Overall, 74 organisms were identified, and of those, the most common isolates were Gram-positive organism. Antimicrobial resistance to common antibiotics was low across all isolates. Visual acuity following treatment was worse than 6/60 for 7 patients (11.3%%), 6/15–6/60 for 15 patients (24.2%) and better than 6/12 for 40 patients (64.5%). Preexisting corneal disease and delay of presentation were associated with worse visual prognosis. Serious complications were noted in 16 (21.3%) of patients.

Conclusions: Contact lens wear, trauma and existing ocular disease remain the most significant risk factors in the pediatric population. Preexisting corneal disease and delay in presentation were associated with poor visual acuity. The majority of patients have a good visual outcome although serious complications are not uncommon and may cause lifelong visual disability.

Bartonella henselae is the etiologic agent of cat-scratch disease, which affects the entire world population. Due to how poorly characterized the child population is, the objective was to describe the clinical behavior of this disease in children younger than 16 years of age.

Methods: This was a descriptive study with prospective follow-up of all children younger than 16 years with clinical and serologic diagnoses between 2013 and 2018.

Results: There were 142 patients; of these, 55.6% had localized disease, 34.5% disseminated with hepatosplenic involvement and 9.8% had atypical disease. The cases of atypical disease were prolonged febrile illness, Parinaud syndrome, subacute bacterial endocarditis/glomerulonephritis and aseptic meningitis. Cervical lymphadenopathy was the most frequent, followed by inguinal adenopathy. There were no differences between the type of manifestation and laboratory values except for a higher erythrocyte sedimentation rate tendency in patients with disseminated and/or atypical disease. The serologic titers throughout were distributed as follows: titer of 1/1024, 71.7%; titer of 1/512, 10.4% and titer of 1/256, 17.9%.

Conclusions: This is, to our knowledge, the largest series of cat-scratch disease published. We demonstrate that in our environment, the inguinal location is suggestive of this disease, the disseminated presentation, frequent, and that the titers are probably much higher than in other populations, which perhaps indicates the need to re-examine the cut-off point for positivity.

 Kawasaki disease (KD) is an uncommon condition occasionally reported after childhood vaccination. Admissions with a KD-compatible diagnosis identified from a national database in England were linked to immunisation records to investigate the risk after pneumococcal conjugate (PCV) or meningococcal B (MenB) vaccines. Both are given at 2/4/12 months of age but were introduced sequentially, allowing their effects to be separately assessed. A total of 553 linked admissions in 512 individuals were validated as KD. The relative incidence (RI) within 28 days of PCV doses 1 or 2 measured by the self-controlled case-series method was 0.62 (95% confidence interval (CI) 0.38–1.00) with a significantly decreased risk after dose 3 (RI 0.30 (95% CI 0.11–0.77)). For MenB vaccine, the RI after doses 1 or 2 was 1.03 (95% CI 0.51–2.05) and 0.64 (95% CI 0.08–5.26) after dose 3. This study shows no evidence of an increased risk of KD after either vaccine.

Sartoris, Giulia; Seddon, James A.; Rabie, Helena; Nel, Etienne D.; Losurdo, Giuseppe; Schaaf, H. Simon Less. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):914-919, October 2020.

Abdominal tuberculosis (TB) in children is poorly described and often poses a diagnostic challenge. We evaluated abdominal involvement in children presenting with bacteriologically confirmed TB.

Methods: We undertook a retrospective study at Tygerberg Hospital, Cape Town, from January 1, 2014, through December 31, 2018, of all children (<13 years) diagnosed with bacteriologically confirmed TB, in whom abdominal involvement was found. Demographic and clinical data were collected through folder review, laboratory records and imaging reports.

Results: Of 966 children with bacteriologically confirmed TB, 111 (11.5%) had abdominal involvement; 16 (14.4%) were excluded from further analysis because of lack of clinical data. The median age of the remaining 95 children was 43 months (interquartile range 20–94); 26 (27%) were HIV positive. The main gastrointestinal symptoms/signs were weight loss (84.2%), abdominal distention (54.7%), hepatomegaly (60.0%) and abdominal pain (26.3%). The main pathologic types were intra-abdominal lymph nodes (68.4%), solid organ involvement (54.7%), peritoneal type (23.2%) and intestinal type (10.5%). Splenic abscesses and solid organ involvement on ultrasonography were more common in HIV-positive children ( < 0.001 and = 0.008, respectively). Liver abscesses were associated with age less than 5 years ( = 0.03), while abdominal lymphadenopathy on ultrasonography was more common in children older than 5 years ( = 0.038). Abdominal specimens were collected in an attempt to identify Mycobacterium tuberculosis in 15 of 95 (15.8%) patients and were positive in 13 of 15 (86.7%).

Conclusions: Over 10% of children with confirmed TB had abdominal involvement. Abdominal TB should be considered in any pediatric TB case with abdominal symptoms, and ultrasonography should be the radiologic study of choice.

RESULTADOS: Se identificaron un total de 3371 niños menores de 5 años; la mayoría nació en países con alta incidencia de TB (> 150 casos por 100 000). La mitad recibió IGRA (n = 1878; 56%), una cuarta parte recibió TST (n = 811; 24%); El 1,4% de los niños fueron positivos para IGRA (n = 26) y el 13% fueron positivos para TST (n = 106). Veintidós resultados de IGRA fueron indeterminados (1,2%). Dieciséis niños tuvieron ambas pruebas; 9 fueron discrepantes (PT positiva con IGRA negativa). No se identificaron casos de tuberculosis durante 10 797 años-persona de seguimiento.

CONCLUSIONES: La positividad de IGRA fue menor que la de TST en niños menores de 5 años de alto riesgo. A pesar de menos diagnósticos de ITBL en la población sometida a prueba IGRA, no se identificaron casos de enfermedad de TB entre los niños que dieron negativo en la prueba, lo que sugiere que IGRA es una herramienta valiosa para identificar ITBL en esta población.

·Ebola Leggiadro, Robert J. Less . The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):882, October 2020.

Background, Prescribing of systemic antibiotics in general and of cephalosporins in particular in German paediatric outpatients has previously been reported to be higher than in other European countries.

Aim Our objective was to assess recent trends in antibiotic prescribing in German children.

Methods, This study was conducted as consecutive annual cross-sectional analyses and included all children aged 0–14 years (n = 9,389,183 in 2018) covered by statutory health insurance in Germany. Annual antibiotic prescription rates from 2010 to 2018 were calculated for the age groups 0–1, 2–5, 6–9 and 10–14 years. Poisson regression was used to estimate trends of prescription rates by age group and antibiotic subgroup.

Results, Overall, the age-standardised antibiotic prescription rate decreased significantly by 43% from 746 prescriptions per 1,000 persons in 2010 to 428 per 1,000 in 2018 (p < 0.001). Reductions were most pronounced in the age groups 0–1 year (−50%) and 2–5 years (−44%). The age group 2–5 years exhibited the highest prescription rate with 683 per 1,000 in 2018 (0–1 year: 320/1,000; 6–9 years: 417/1,000; 10–14 years: 273/1,000). Cephalosporins (second and third generation) accounted for 32% of prescribed antibiotics.

Conclusions, Marked reductions in antibiotic prescribing during the last decade indicate a change towards more judicious paediatric prescribing habits. Compared with other European countries, however, prescribing of second- and third-generation cephalosporins remains high in Germany, suggesting frequent first-line use of these substances for common respiratory infections. Considerable regional variations underline the need for regionally targeted interventions.

·Impacts of Primary Care Physician System on Healthcare Utilization and Antibiotic Prescription: Difference-in-Differences and Causal Mediation Analyses. Okubo, Yusuke; Michihata, Nobuaki; Uda, Kazuhiro; Kinoshita, Noriko; Horikoshi, Yuho; Miyairi, Isao Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):937-942, October 2020.

The overutilization of healthcare and overuse/misuse of antibiotics in Japan are responsible for the increase in healthcare expenditure and the development of antimicrobial resistance. The Japanese government started paying incentives to medical facilities for primary care physician registrations, but the impact of this new policy is still unclear.

Methods: We conducted a retrospective cohort study for all pediatric outpatients from April 2015 to December 2016 in Japan, targeting 1.4 million children under 2 years of age. We investigated the effects of primary care physician registration on physician visits, total antibiotic use and admission rates using difference-in-differences (DID) and causal mediation analyses.

Results: DID analyses showed that primary care registration policy contributed to increases in total physician visits, total and broad-spectrum antibiotic use and radiologic study utilization, but reduced out-of-hour visits and did not affect hospitalization rates. Similar results were obtained when we adjusted for and matched on potential confounders. Causal mediation analyses found that the greatest pathway was controlled by direct effects of 53.2 DOTs per 1000 person-months (95% CI: 29.1–77.2), indicating that the effect of new health policy that did not mediate increased outpatient visits mostly contributed to the excess use of antibiotics.

Conclusions: The health policy further increased antibiotic use. On April 2018, a new health policy of paying incentives for not prescribing antibiotics to children with respiratory infection or gastroenteritis was initiated. Further studies are needed whether this new health policy can mitigate the overutilization of healthcare and antibiotic use.

Pregunta clínica: ¿Cuál es el papel de las intervenciones farmacológicas en el tratamiento y la prevención del covid-19?:

Esta guía fue desarrollada por la OMS y la Fundación de Ecosistemas de Evidencia MAGIC (MAGIC), con el apoyo de The BMJ . Está impulsado por una necesidad urgente de colaboración global para brindar una guía confiable y viva, informando rápidamente de las políticas y prácticas en todo el mundo durante un brote de una enfermedad infecciosa emergente, como esta pandemia de covid-19. La OMS se ha asociado con MAGIC por su apoyo metodológico en el desarrollo y difusión de guías de vida para los tratamientos farmacológicos del covid-19, en forma de recomendaciones rápidas para proporcionar a los pacientes, médicos y responsables de la formulación de políticas información actualizada, basada en evidencia y orientación fácil de usar.

Esta es una pauta viva, por lo que las recomendaciones incluidas aquí se actualizarán y se agregarán nuevas recomendaciones sobre otras terapias para covid-19. La infografía proporciona un resumen de las recomendaciones y la evidencia de apoyo e incluye enlaces a MAGIC app para obtener más detalles sobre la evidencia y el fundamento de la recomendación, así como ayudas para la toma de decisiones del paciente. 

El panel hizo una recomendación fuerte para el uso de corticosteroides en covid-19 grave y crítico porque existe un menor riesgo de muerte entre las personas tratadas con corticosteroides sistémicos (evidencia de certeza moderada), y creen que todos o casi todos los pacientes con covid-19 grave y crítico plenamente informados elegirían este tratamiento. Por el contrario, el panel concluyó que los pacientes con covid-19 no grave rechazarían este tratamiento porque es poco probable que se beneficien y puedan resultar perjudicados. Además, teniendo en cuenta tanto la salud pública como la perspectiva del paciente, el panel advirtió que el uso indiscriminado de cualquier terapia para el covid-19 podría agotar rápidamente los recursos globales y privar a los pacientes que podrían beneficiarse más de ella como una terapia que podría salvar vidas.

·Epidemiology of Hand, Foot, and Mouth Disease Before and After the Introduction of Enterovirus 71 Vaccines in Chengdu, China, 2009–2018Han, Yutong; Chen, Zhenhua; Zheng, Ke; Li, Xianzhi; Kong, Jinwang; Duan, Xiaoxia; Xiao, Xiong; Guo, Bing; Luan, Rongsheng; Long, Lu Less . The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):969-978, October 2020.

Hand, foot, and mouth disease (HFMD) has posed a serious threat to children’s health. Three inactivated monovalent enterovirus 71 (EV71) vaccines are proved to be highly efficacious in phase III clinical trials and are now available in China.

Methods: We analyzed the citywide surveillance data on HFMD cases in Chengdu during 2009–2018, and estimated cumulative first-dose EV71 vaccination coverage among children eligible to EV71 vaccination after August 2016 in Chengdu. Time series susceptible-infected-recovered model was developed to analyze basic reproduction number and herd immunity threshold of HFMD. Overall and serotype-specific HFMD incidences and severity risks were compared before and after the EV71 vaccination.

Results: Among 3 laboratory-identified serotype categories, i.e. EV71, coxsackievirus A16 (CV-A16), and other enteroviruses, the major serotype attributed to HFMD has been changing across years. The cumulative first-dose EV71 vaccination coverage rate was estimated as 60.8% during the study period in Chengdu. By contrast, herd immunity threshold for EV71-related HFMD was 94.0%. After introduction of EV71 vaccines, the overall incidence of HFMD increased 60.8%, mainly driven by 173.7% and 11.8% increased in HFMD caused by other enteroviruses and CV-A16, respectively, which offset a significant reduction in the incidence of HFMD caused by EV71. The overall case-severity risk decreased from 1.4% to 0.3%, with significantly declined presented in all serotype categories.

Conclusions: The incidence and severity of EV71-related HFMD decreased following implementation of EV71 vaccination. Developing multivalent vaccines and strengthening laboratory-based surveillance could further decline burden of HFMD.

Background: Rotavirus is a major cause of severe gastroenteritis in children worldwide. The disease burden has been substantially reduced in countries where rotavirus vaccines are used. Given the risk of vaccine-induced intussusception, the benefit–risk balance of rotavirus vaccination has been assessed in several countries, however mostly without considering indirect protection effects.

Aim: We performed a benefit–risk analysis of rotavirus vaccination accounting for indirect protection in France among the 2018 population of children under the age of 5 years.

Methods: To incorporate indirect protection effects in the benefit formula, we adopted a pseudo-vaccine approach involving mathematical approximation and used a simulation design to provide uncertainty intervals. We derived background incidence distributions from quasi-exhaustive health claim data. We examined different coverage levels and assumptions regarding the waning effects and intussusception case fatality rate.

Results: With the current vaccination coverage of < 10%, the indirect effectiveness was estimated at 6.4% (+/− 0.4). For each hospitalisation for intussusception, 277.0 (95% uncertainty interval: (165.0–462.1)) hospitalisations for rotavirus gastroenteritis were prevented. Should 90% of infants be vaccinated, indirect effectiveness would reach 57.9% (+/− 3.7) and the benefit–risk ratio would be 192.4 (95% uncertainty interval: 116.4–321.3). At a coverage level of 50%, indirect protection accounted for 27% of the prevented rotavirus gastroenteritis cases. The balance remained in favour of the vaccine even in a scenario with a high assumption for intussusception case fatality.

Conclusions: These findings contribute to a better assessment of the rotavirus vaccine benefit–risk balance

Human cases of West Nile virus (WNV) infection are recorded since 2010 in Greece, with seasonal outbreaks occurring almost annually. Enhanced surveillance has been implemented since 2010, to promptly characterise cases’ temporal and geographical distribution and inform authorities for implementation of appropriate measures (mosquito control, health education, blood safety).

Aim, We describe the epidemiology of WNV human infections in Greece focusing on the 2018 season.

Methods, The National Public Health Organization advised physicians to test all suspect WNV infection cases and refer samples to reference laboratories. Laboratories notified diagnosed cases on a daily basis. Treating physicians, patients, and infected blood donors were interviewed within 48 hours after diagnosis and the probable infection location was identified. Hospitalised cases were followed up until discharge.

Results, A total of 317 autochthonous WNV infection cases were diagnosed in 2018. Among them, 243 cases had neuroinvasive disease (WNND), representing a 23% increase of WNND cases compared with 2010, the previous most intense season. There were 51 deaths. Cases started occurring from week 22, earlier than usual. Both rural and urban areas were affected, with 86 (26% of the total) municipalities belonging to seven (54% of the total) regions recording cases. Two major epicentres were identified in Attica and Central Macedonia regions.

Conclusions, The largest number of human cases of WNV infection ever recorded in Greece occurred in 2018, with a wide geographical distribution, suggesting intense virus circulation. Enhanced surveillance is vital for the early detection of human cases and the prompt implementation of response measures.

Introducción: durante la pandemia de COVID-19, el uso de equipos y dispositivos de protección por parte de los profesionales es fundamental para evitar la transmisión de la infección en el colectivo de sanitarios.

Material y métodos: el Grupo Laboral-Profesional de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha realizado una encuesta a los vocales autonómicos de la AEPap para conocer la disponibilidad que han tenido los pediatras de Atención Primaria (PAP) de sistemas de protección frente a la enfermedad, y las pruebas diagnósticas realizadas para el diagnóstico de los contagios de los PAP.

Resultados: en marzo de 2020, solo en el 32% de las comunidades autónomas (CC. AA.), los pediatras tenían sistemas de protección adecuados. En abril ascendió al 70%. En todas las CC. AA. se han registrado casos de PAP enfermos, aunque es difícil cuantificar el número de afectados. De las que tenemos datos, sumando el número de pediatras enfermos conocido, más test de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) positivo, los que han estado en aislamiento y los ingresados, la cifra asciende al 7,65% de la cifra total de PAP. Los test rápidos serológicos o PCR o ambos se han realizado en seis comunidades los últimos días de abril y en otras seis los primeros días de mayo. Entre las CC. AA. de las que hay información, Aragón es la única comunidad en la que no se ha realizado test. Se ha correlacionado la disponibilidad de los sistemas de protección y el gasto sanitario.

Conclusiones: los sistemas de protección han sido insuficientes. Las CC. AA. con mayor gasto sanitario han contado más precozmente con sistemas de protección adecuados. Han resultado infectados PAP en todas las comunidades autónomas, especialmente en Madrid, Castilla y León y Comunidad Valenciana. La detección de profesionales afectos por la infección ha sido tardía.

CONCLUSIONES:  Entre los niños que están hospitalizados por COVID-19, la mayoría son menores de 60 días o mayores de 12 años. Los niños pueden tener una infección grave que requiera cuidados intensivos. El curso clínico de los pacientes inmunodeprimidos no fue más grave que el de otros niños. El recuento elevado de glóbulos blancos y el nivel de proteína C reactiva se asocian con una mayor gravedad de la enfermedad.

Resumen: Esta declaración actualiza las recomendaciones de la Academia Estadounidense de Pediatría para el uso rutinario de la vacuna contra la influenza y los medicamentos antivirales en la prevención y el tratamiento de la influenza en niños durante la temporada 2020-2021.

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda la vacunación rutinaria contra la influenza de todos los niños sin contraindicaciones médicas, a partir de los 6 meses de edad. La vacunación contra la influenza es una intervención importante para proteger a las poblaciones vulnerables y reducir la carga de enfermedades respiratorias durante la pandemia del síndrome respiratorio agudo severo-coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Se puede administrar cualquier vacuna autorizada, recomendada y apropiada para la edad, sin preferencia por un producto o formulación sobre otro.

Se recomienda el tratamiento antiviral de la influenza con cualquier medicamento antiviral contra la influenza autorizado, recomendado y apropiado para la edad para los niños con influenza presunta o confirmada que están hospitalizados, tienen una enfermedad grave o progresiva o padecen afecciones subyacentes que aumentan el riesgo de complicaciones de la influenza. Se puede considerar el tratamiento antiviral para cualquier paciente ambulatorio sintomático previamente sano que no tenga un alto riesgo de complicaciones de la influenza en el que se confirme o sospeche un diagnóstico de influenza, si el tratamiento puede iniciarse dentro de las 48 horas posteriores al inicio de la enfermedad, y para los niños cuyos hermanos o contactos familiares son menores de 6 meses o tienen una condición de alto riesgo que los predispone a las complicaciones de la influenza.

Objective To characterise the clinical features of children and young people admitted to hospital with laboratory confirmed severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection in the UK and explore factors associated with admission to critical care, mortality, and development of multisystem inflammatory syndrome in children and adolescents temporarily related to coronavirus disease 2019 (covid-19) (MIS-C).

Design Prospective observational cohort study with rapid data gathering and near real time analysis.

Setting 260 hospitals in England, Wales, and Scotland between 17 January and 3 July 2020, with a minimum follow-up time of two weeks (to 17 July 2020).

Participants 651 children and young people aged less than 19 years admitted to 138 hospitals and enrolled into the International Severe Acute Respiratory and emergency Infections Consortium (ISARIC) WHO Clinical Characterisation Protocol UK study with laboratory confirmed SARS-CoV-2.

Main outcome measures Admission to critical care (high dependency or intensive care), in-hospital mortality, or meeting the WHO preliminary case definition for MIS-C.

Results Median age was 4.6 (interquartile range 0.3-13.7) years, 35% (225/651) were under 12 months old, and 56% (367/650) were male. 57% (330/576) were white, 12% (67/576) South Asian, and 10% (56/576) black. 42% (276/651) had at least one recorded comorbidity. A systemic mucocutaneous-enteric cluster of symptoms was identified, which encompassed the symptoms for the WHO MIS-C criteria. 18% (116/632) of children were admitted to critical care. On multivariable analysis, this was associated with age under 1 month (odds ratio 3.21, 95% confidence interval 1.36 to 7.66; P=0.008), age 10-14 years (3.23, 1.55 to 6.99; P=0.002), and black ethnicity (2.82, 1.41 to 5.57; P=0.003). Six (1%) of 627 patients died in hospital, all of whom had profound comorbidity. 11% (52/456) met the WHO MIS-C criteria, with the first patient developing symptoms in mid-March. Children meeting MIS-C criteria were older (median age 10.7 (8.3-14.1) v 1.6 (0.2-12.9) years; P<0.001) and more likely to be of non-white ethnicity (64% (29/45) v 42% (148/355); P=0.004). Children with MIS-C were five times more likely to be admitted to critical care (73% (38/52) v 15% (62/404); P<0.001). In addition to the WHO criteria, children with MIS-C were more likely to present with fatigue (51% (24/47) v 28% (86/302); P=0.004), headache (34% (16/47) v 10% (26/263); P<0.001), myalgia (34% (15/44) v 8% (21/270); P<0.001), sore throat (30% (14/47) v (12% (34/284); P=0.003), and lymphadenopathy (20% (9/46) v 3% (10/318); P<0.001) and to have a platelet count of less than 150 × 109/L (32% (16/50) v 11% (38/348); P<0.001) than children who did not have MIS-C. No deaths occurred in the MIS-C group.

Conclusions Children and young people have less severe acute covid-19 than adults. A systemic mucocutaneous-enteric symptom cluster was also identified in acute cases that shares features with MIS-C. This study provides additional evidence for refining the WHO MIS-C preliminary case definition. Children meeting the MIS-C criteria have different demographic and clinical features depending on whether they have acute SARS-CoV-2 infection (polymerase chain reaction positive) or are post-acute (antibody positive)

·Gastrointestinal Symptoms in Severe COVID-19 Children. Giacomet, Vania; Barcellini, Lucia; Stracuzzi, Marta; Longoni, Emma; Folgori, Laura; Leone, Alessandro; Zuccotti, Gian Vincenzo; on behalf of COVID-19 Pediatric network Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):e317-e320, October 2020.

There are growing evidence of clinical manifestations other than acute respiratory syndrome in severe acute respiratory syndrome associated with coronavirus 2-infected children. In our multicenter retrospective analysis, we observed among 127 severe acute respiratory syndrome associated with coronavirus 2 positive children that the presence of gastrointestinal symptoms was more frequently associated with severe and critical phenotype ( = 0.029). Moreover, having gastrointestinal symptoms was more frequently reported in patients who developed cardiac impairment.

Frymoyer et al report the second, sustainability phase of a quality improvement initiative that was begun 5 years earlier at the Lucile Packard Children’s Hospital at Stanford. The initiative replaces the approach of screening laboratory tests and empiric antibiotic treatment for infants at perceived risk for early onset sepsis (EOS) with a solely clinical approach. Managing >20 000 neonates born at >35 weeks’ gestation over the intervention and sustainability phases, laboratory testing and ampicillin use declined substantially in phase 1, was sustained in phase 2, and the approach was safe. With the current extremely low incidence of EOS of 0.34 cases per 1000 live births at >35 weeks’ gestation (7 cases in the 5-year study period) it would be difficult to imagine re-instating the imperfect laboratory screening/empiric therapy approach. Weighing the downsides of screening tests and empiric therapy, the equally safe clinical approach should be considered superior.

Objectives To assess the impact of a 90-second animated video on parents’ interest in receiving an antibiotic for their child.

Study design This pre-post test study enrolled English and Spanish speaking parents (n = 1051) of children ages 1-5 years presenting with acute respiratory tract infection symptoms. Before meeting with their provider, parents rated their interest in receiving an antibiotic for their child, answered 6 true/false antibiotic knowledge questions, viewed the video, and then rated their antibiotic interest again. Parents rated their interest in receiving an antibiotic using a visual analogue scale ranging from 0 to 100, with 0 being “I definitely do not want an antibiotic,” 50 “Neutral,” and 100 “I absolutely want an antibiotic.”

Results. Parents were 84% female, with a mean age of 32 ± 6.0, 26.0% had a high school education or less, 15% were black, and 19% were Hispanic. After watching the video, parents’ average antibiotic interest ratings decreased by 10 points (mean, 57.0 ± 20 to M ± 21; P < .0001). Among parents with the highest initial antibiotic interest ratings (≥60), even greater decreases were observed (83.0 ± 12.0 to 63.4 ± 22; P < .0001) with more than one-half (52%) rating their interest in the low or neutral ranges after watching the video.

Conclusions A 90-second video can decrease parents’ interest in receiving antibiotics, especially among those with higher baseline interest. This scalable intervention could be used in a variety of settings to reduce parents’ interest in receiving antibiotics.

Objectives: To evaluate the results of the first 24 months of a postprescription review with feedback-based antimicrobial stewardship program in a European referral children’s hospital. Study design. We performed a pre-post study comparing antimicrobial use between the control (2015-2016) and the intervention periods (2017-2018) expressed in days of therapy/100 days present. Quality of prescriptions was evaluated by quarterly cross-sectional point-prevalence surveys. Length of stay, readmission rates, in-hospital mortality rates, cost of systemic antimicrobial agents, and antimicrobial resistance rates were included as complementary outcomes.

Results. Total antimicrobial use and antibacterial use significantly decreased during the intervention period ( P = .002 and P = .001 respectively), and total antifungal use remained stable. A significant decline in parenteral antimicrobial use was also observed ( P < .001). In 8 quarterly point-prevalence surveys (938 prescriptions evaluated), the mean prevalence of use of any antimicrobial among inpatients was 39%. An increasing trend in the rate of optimal prescriptions was observed after the first point-prevalence survey ( P = .0898). Nonoptimal prescriptions were more common in surgical than in medical departments, in antibacterial prescriptions with prophylactic intention, and in empirical more than in targeted treatments. No significant differences were observed in terms of mortality or readmission rates. Only minor changes in antimicrobial resistance rates were noted.

Conclusions. Our antimicrobial stewardship program safely decreased antimicrobial use and expenditure, and a trend toward improvement in quality of prescription was also observed.

The early care and education of young children, more commonly known as child care, is a ubiquitous experience in the US across geographies and socioeconomic levels. Nationally, more than 12 million children—or nearly two-thirds of children under 5 years of age—regularly participate in out-of-home care, making early care and education a $47.2 billion industry with a workforce of more than 1.5 million child care providers. Early care and education involves children from birth through kindergarten entry, a time when organized, group care, including child care centers, family child care homes, preschool, and Head Start programs represent the majority of child care arrangements.

Unlike other major Western countries, the US lacks a national child care system with a comprehensive centralized mechanism for policymaking or coordinated funding.

Therefore, early care and education in the US is fragmented, leading to substantial variability in the availability, cost, and quality of child care.

This piecemeal system has been severely challenged by the global pandemic associated with the severe acute respiratory syndrome coronavirus 2019 (SARS-CoV-2), owing to both preexisting structural and financial problems of the early care and education system, as well as the unique epidemiology of coronavirus disease 2019 (COVID-19) disease in children.

Preexisting shortcomings of the US early care and education system worsened during the pandemic, presenting novel challenges for early care and education programs related to the COVID-19 pandemic. We offer recommendations for improving health in early care and education programs at this time.

  • Rammya Mathew:: “Back to school” must be backed by a functioning covid-19 testing programme BMJ 2020;370:m3614

En este artículo de opinión acerca de la vuelta al colegio de los niños se tratan temas que son un reflejo de lo que ocurre en nuestro medio en relación a la incertidumbre sobre las consecuencias del inicio del curso escolar presencial. Estamos viendo ya, como en Inglaterra y Gales, el aumento de casos de enfermedades virales (rinovirus, parainfluenza) y la aparición de sintomatología leve respiratoria y gastrointestinal.

Se tratan tres puntos importantes: 1) Más del 50% de los niños con un test positivo presenta los síntomas clásicos que normalmente se observan en los adultos y su solapamiento de los síntomas COVID-19 con los de las enfermedades virales típicas del otoño invierno. 2) La confusión de los padres sobre si su hijo cumple los criterios de autoaislamiento y la realización de las pruebas de COVID. 3) Las escuelas a menudo tienen sus propias políticas sobre cuándo un niño puede o no puede asistir, y los foros de las redes sociales están plagados de “rumores” sobre lo que es y no es COVID.

Si los padres no pueden hacerse una prueba dentro de los primeros cinco días de la enfermedad de su hijo, toda la familia debe aislarse por sí misma durante dos semanas. No se puede subestimar la presión que esto ejerce sobre las familias. Esta presión es aún más aguda en los hogares de bajos ingresos, cuyos salarios a menudo no están protegidos si tienen que aislarse.

Cada vez que un niño da positivo, toda su burbuja (los grupos estables de convivencia en nuestro medio) debe aislarse durante dos semanas desde el inicio de los síntomas del caso índice.

Si no se reciben y asimilan nuestros mensajes de salud pública correctamente, y no se tiene la capacidad de realizar las pruebas para respaldar lo que se le pide a los padres, se verá muy rápidamente que esta situación se sale de control, con los padres forzados a enviar a sus hijos a la escuela sin estas pruebas.

RESULTADOS: Desde marzo de 2020, el 27% de los padres informaron un empeoramiento de su salud mental y el 14% informaron un empeoramiento de la salud conductual de sus hijos. La proporción de familias con inseguridad alimentaria moderada o severa aumentó del 6% antes de marzo de 2020 al 8% después de que la cobertura de seguro infantil patrocinada por el empleador disminuyó del 63% al 60%, y el 24% de los padres informaron una pérdida del cuidado infantil regular. El empeoramiento de la salud mental de los padres se produjo junto con el empeoramiento de la salud del comportamiento de los niños en casi 1 de cada 10 familias, entre las cuales el 48% informó pérdida del cuidado infantil regular, el 16% informó cambios en el estado del seguro y el 11% informó un empeoramiento de la seguridad alimentaria.

CONCLUSIONES:  La pandemia de la enfermedad del coronavirus ha tenido un impacto en tándem sustancial en padres e hijos en los Estados Unidos. A medida que los formuladores de políticas consideren medidas adicionales para mitigar los efectos económicos y de salud de la pandemia, deben considerar las necesidades únicas de las familias con niños.

  • COVID-19 and Parent-Child Psychological Well-being Pediatrics October 2020, 146 (4) e2020007294; DOI: https://doi.org/10.1542/peds.2020-007294

CONCLUSIONES:  De acuerdo con nuestras hipótesis, en familias que han experimentado múltiples dificultades relacionadas con la crisis de la enfermedad del coronavirus de 2019, la salud mental tanto de los padres como de los niños es peor. A medida que la crisis continúa desarrollándose, los pediatras deben evaluar la salud mental, con especial atención a los niños cuyas familias son especialmente vulnerables a los aspectos económicos y de enfermedad de la crisis.

Knowledge of transmission dynamics of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 from adults to children in household settings is limited. We found an attack rate among 213 children in 137 households to be 6.1% in households with confirmed adult 2019 novel coronavirus disease index case(s). Transmission from adult to child occurred in only 5.2% of households. Young children <5 years old were at lowest risk of infection (1.3%). Children were most likely to be infected if the household index case was the mother.

Parecía una verdad universalmente reconocida que la población no tenía inmunidad preexistente al SARS-CoV-2, pero ¿es realmente así? Peter Doshi explora las investigaciones emergentes sobre las respuestas inmunológicas.

Incluso en las áreas locales que han experimentado algunos de los mayores aumentos en el exceso de muertes durante la pandemia de covid-19, las encuestas serológicas desde el pico indican que, como máximo, solo alrededor de una quinta parte de las personas tienen anticuerpos contra el SARS-CoV-2: 23% en Nueva York, 18% en Londres, 11% en Madrid. Entre la población general, las cifras son sustancialmente más bajas, y muchas encuestas nacionales informan de un solo dígito.

Dado que las respuestas de salud pública en todo el mundo se basan en la suposición de que el virus llegó a la población sin inmunidad preexistente antes de la pandemia, los datos de encuestas serológicas llevan a muchos, como Mike Ryan, jefe de emergencias de la OMS, a concluir que el virus, tiene “un largo camino por quemar”.

Sin embargo, una serie de estudios que han documentado células T reactivas al SARS-CoV-2 en personas sin exposición al virus, están planteando preguntas sobre cuán nuevo es realmente el virus pandémico, con las muchas implicaciones que esto conllevaría.

  • Covid-19: RECOVERY trial will evaluate “antiviral antibody cocktail”

BMJ 2020;370:m3584

El ensayo RECOVERY, que descubrió que la dexametasona muestra beneficios en pacientes gravemente enfermos con covid-19, investigará el impacto de un “cóctel de anticuerpos antivirales” diseñado específicamente para covid-19, conocido como REGN-COV2.

El ensayo de fase III en la Universidad de Oxford ha estado evaluando diferentes candidatos de tratamiento para el virus desde el comienzo de la pandemia. Sus investigadores han anunciado ahora que evaluarán los efectos de agregar REGN-COV2 al estándar de atención habitual, en comparación con la atención estándar sola, sobre la mortalidad por todas las causas 28 días después de la aleatorización.

La investigación, que tendrá como objetivo tener al menos 2000 pacientes asignados al azar para recibir REGN-COV2, también analizará el impacto en la estancia hospitalaria y la necesidad de ventilación.

REGN-COV2 comprende dos anticuerpos monoclonales que se unen al dominio crítico de unión al receptor de la proteína de pico del virus, disminuyendo la “capacidad de los virus mutantes para escapar del tratamiento y protegiendo contra las variantes de pico que han surgido en la población humana”.

A medida que se desarrolló la pandemia de covid-19, aumentó el interés en las pruebas de anticuerpos como una forma de medir qué tan lejos se ha propagado la infección e identificar a las personas que pueden ser inmunes. 1 Las pruebas también tienen un papel clínico, dados los diferentes síntomas de covid-19 y los resultados falsos negativos de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa (RT-PCR), particularmente cuando las muestras se realizan con más de cinco días después del inicio de los síntomas y la sensibilidad de las pruebas RT-PCR comienzan a disminuir.  En este artículo se ofrece un enfoque para las pruebas de anticuerpos en personas con y sin síntomas que sugieran una infección por SARS-CoV-2 actual o pasada.

La interpretación de los resultados de la prueba depende no solo de la precisión de la prueba en sí, sino también de la probabilidad de infección previa a la prueba. Esto variará ampliamente dependiendo de la indicación de la prueba: cuando se evalúan individuos asintomáticos, la probabilidad previa a la prueba será relativamente baja, para aquellos con síntomas sugestivos es probable que sea mucho mayor.

 La calculadora interactiva en BMJ.com (https://sandpit.bmj.com/graphics/2020/c19testA/) permite a los médicos explorar el impacto de cambiar la probabilidad, la sensibilidad y la especificidad previas a la prueba en los resultados de la prueba. Las medidas para reducir la transmisión, como el distanciamiento social, deben mantenerse independientemente del resultado de la prueba y no recomendamos la prueba de anticuerpos para este propósito en la actualidad.

-La mayoría de los estudios sobre pruebas de anticuerpos son de pacientes hospitalizados. No sabemos qué tan bien funcionan las pruebas en pacientes con enfermedad leve que no ingresaron al hospital o en personas asintomáticas.

-Faltan datos sobre la precisión de las pruebas más allá de los 35 días; no sabemos qué tan bien funcionarán estas pruebas para las infecciones que ocurrieron hace más de cinco semanas

-La evidencia es insuficiente para saber si la presencia de anticuerpos confiere inmunidad duradera para proteger contra una futura infección por covid-19

CONCLUSIONES: En esta gran cohorte de niños a los que se les hizo la prueba del SARS-CoV-2 a través de un sitio de pruebas basado en la comunidad, las minorías raciales y / o étnicas y los niños en desventaja socioeconómica tienen la mayor carga de infección. Es necesario comprender y abordar las causas de estas diferencias para mitigar las disparidades y limitar la propagación de la infección.

CONCLUSIONES: Los datos sugieren que los casos pediátricos de COVID-19 son menos graves que los adultos; sin embargo, la edad ≤ 1 año y la presencia de condiciones subyacentes representan factores de riesgo de gravedad. Una mejor comprensión de la infección en los niños puede brindar información importante sobre la patogénesis de la enfermedad, las prácticas de atención médica y las políticas de salud pública.

Resumen Conclusiones de los autores del estudio: las dosis altas de metilprednisolona son eficaces para el tratamiento de neumonía grave por Mycoplasma pneumoniae y no aumentan la incidencia de reacciones adversas. Comentario de los revisores: las limitaciones metodológicas de los ensayos clínicos incluidos en esta revisión, su ámbito epidemiológico y la escasa información sobre las características de los pacientes hacen que los resultados de esta revisión deban ser interpretados con cautela. Aunque el uso de corticoides en pacientes con mala evolución sería razonable, es necesario un ensayo clínico multicéntrico de calidad, para comprobar el efecto, antes de incorporarlo a nuestros protocolos clínicos.

·Follow-up Study of Long-time Positive RT-PCR in Stool Specimens From Asymptomatic Children Infected With SARS-CoV-2. Xie, Jun; Long, Xiaoru; Ren, Chongsong; He, Ronghui; Yan, Xiaofeng; Li, Weiguo; Luo, Zhengxiu; Li, Qiu; Xu, Hongmei; Liu, Enmei Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(10):e315-e317, October 2020.

In the current study, we report on 4 children with confirmed SARS-CoV-2 infection, of which 3 of them were asymptomatic. These patients had both pharyngeal swabs and anal swabs testing during hospital or after discharge. All the 4 children showed long-time positive viral RNA in the stool specimens after pharyngeal swabs turned negative during the follow-up stage, especially in the asymptomatic children. The positive RNA in stool specimens of asymptomatic children last for more than 54 days after admission or 30 days after discharge.

Actualidad bibliográfica agosto-septiembre 2020

Top Ten

El consumo total de antibióticos en el ámbito de la salud humana en España registró una bajada del 5,4 % (1,4 DHD o Dosis Diarias Definidas por cada 1.000 habitantes y día) en 2019, mientras que las ventas de antibióticos veterinarios se redujeron un 13,6 % en el mismo período. La incorporación de los datos correspondientes a 2019 al análisis desarrollado en el marco del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) del Ministerio de Sanidad confirma la tendencia decreciente registrada en ambas tasas en los últimos años.

El cálculo global del consumo en salud humana incluye los antibióticos del grupo J01 de la clasificación ATC utilizados en hospitales y ámbito comunitario. En el sector comunitario (receta oficial del Sistema Nacional de Salud, receta privada y mutuas), España ha registrado una bajada del consumo de antibióticos del 5,4 % (1,31 DHD, 2 millones de envases menos) en 2019. Los antibióticos más consumidos en este ámbito son amoxicilina/clavulánico, amoxicilina y azitromicina. Por otra parte, el consumo en hospitales bajó un 4,8 % (0,08 DHD, 2 millones de unidosis menos), con amoxicilina/clavulánico, levofloxacino y ceftriaxona como antibióticos más utilizados en esta área.

Con los últimos datos incorporados a la estadística, el consumo nacional de antibióticos en salud humana refleja una bajada del 11,8 % entre 2015 y 2019. Así, la media española de consumo total en esta área ha pasado de las 28,1 DHD de 2015 a las 24,9 DHD registradas en 2019 (1,6 DHD en hospitales y 23,3 DHD en ámbito comunitario). La media total española en humana continúa colocándose en cualquier caso por encima de la europea (20,1 DHD en 2018), aunque cabe destacar una variabilidad entre comunidades autónomas que va de 19,3 a 27,3 DHD.

En el ámbito de la sanidad animal, la reducción del 13,6 % registrada en las ventas de antibióticos veterinarios en 2019 (27,2 mg/PCU o miligramos de principio activo por Unidad de Correción de Población) engloba datos proporcionados por todos los actores involucrados en la cadena de comercialización, ya que en 2017 la recogida de datos de laboratorios farmacéuticos se amplió con los de entidades minoristas y farmacias. Con las últimas cifras añadidas a la estadística, las ventas totales de antibióticos de uso veterinario muestran una reducción del 58,8 % entre 2014 y 2019. España pasa así de los 418,8 mg/PCU contabilizados en 2014 a los 172,4 mg/PCU de 2019, más cerca de la media europea en esta área (107 mg/PCU en 2018).

There are many questions and concerns about the coronavirus disease 2019 (COVID-19), including its implications for breastfeeding.

 This commentary draws on a statement and recommendations recently issued by the Regional Office for Europe of the World Health Organization with the contribution of the European Pediatric Association-Union of National European Pediatric Societies and Associations and other main European pediatric organizations.

 Our aim is to provide pediatricians with further guidance on breastfeeding and related safety measures during COVID-19, particularly in instances where a mother has or may have COVID-19.

Children with coronavirus disease 2019 (COVID-19) are more likely to have mild or no symptoms compared with adults and may represent important vectors for transmitting the virus. Little is known about the duration of respiratory and gastrointestinal viral shedding in children with COVID-19.

Objective: To determine the average shedding times of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) via the respiratory and gastrointestinal tracts in children.

Methods: We performed a systematic search of Ovid MEDLINE, Embase and Cochrane CENTRAL databases for studies reporting real-time reverse transcriptase polymerase chain reaction (rt-PCR) results in children with COVID-19, then extracted and synthesized data on duration of viral shedding from symptom onset in respiratory and gastrointestinal samples.

Results: Based on data compiled from 69 pediatric cases, the duration of viral shedding through the respiratory tract is up to 24 days from symptom onset with a mean of 11.1 ± 5.8 days. Of the children who underwent testing with stool PCR, rectal swab or anal swab, 86% returned a positive result. The mean duration of viral shedding via the gastrointestinal tract was 23.6 ± 8.8 days from symptom onset. In 89% of cases, viral shedding via the gastrointestinal tract persisted after nasopharyngeal or throat swabs became negative, for as long as 4 weeks.

Conclusions: To our knowledge, this is the first attempt to systematically review the duration of respiratory and gastrointestinal viral shedding of SARS-CoV-2 in pediatric patients. These findings may have important implications for infection control strategies during the COVID-19 pandemic.

We looked for studies that measured the accuracy of rapid point-of-care tests compared with RT-PCR tests to detect current COVID-19 infection. We were interested in two types of rapid point-of-care tests, antigen and molecular tests. Antigen tests identify proteins on the virus, often using disposable devices. Molecular tests detect the virus’s genetic material, using small portable or table-top devices. Both test the same nose or throat samples as RT-PCR tests Studies could assess any rapid antigen or molecular point-of-care test, compared with a reference standard test. The reference standard is the best available method for diagnosing the infection; we considered RT-PCR test results and clinically defined COVID-19 as reference tests. People could be tested in hospital or the community. Studies could test people with or without symptoms.

We found 18 relevant studies. Ten studies took place in North America, four in Europe, two in South America, one in China and one in multiple countries.

Nine studies deliberately included a high percentage of people with confirmed COVID-19 or included only people with COVID-19. Fourteen studies did not provide any information about the people providing the samples for testing and 12 did not provide any information about where people were tested.

None of the studies reported included samples from people without symptoms.

Main results

Five studies reported eight evaluations of five different antigen tests. Overall, there was considerable variation between the results of the antigen tests in how well they detected COVID-19 infection. Tests gave false positive results in less than 1% of samples.

Thirteen evaluations of four different molecular tests correctly detected an average of 95% of samples with COVID-19 infection. Around 1% of samples gave false positive results.

If 1000 people had molecular tests, and 100 (10%) of them really had COVID-19:

– 105 people would test positive for COVID-19. Of these, 10 people (10%) would not have COVID-19 (false positive result).

– 895 people would test negative for COVID-19. Of these, 5 people (1%) would actually have COVID-19 (false negative result).

We noted a large difference in COVID-19 detection between the two most commonly evaluated molecular tests.

How reliable were the results of the studies?

Our confidence in the evidence is limited.

What are the implications of this review?

Studies provided little information about their participants, so it is not possible to tell if the results can be applied to people with no symptoms, mild symptoms, or who were hospitalised with COVID-19. Accurate rapid tests would have the potential to select people for RT-PCR testing or to be used where RT-PCR is not available. However, the evidence currently is not strong enough and more studies are urgently needed to be able to say if these tests are good enough to be used in practice.

The individual signs and symptoms included in this review appear to have very poor diagnostic properties, although this should be interpreted in the context of selection bias and heterogeneity between studies. Based on currently available data, neither absence nor presence of signs or symptoms are accurate enough to rule in or rule out disease. Prospective studies in an unselected population presenting to primary care or hospital outpatient settings, examining combinations of signs and symptoms to evaluate the syndromic presentation of COVID-19 disease, are urgently needed. Results from such studies could inform subsequent management decisions such as self-isolation or selecting patients for further diagnostic testing. We also need data on potentially more specific symptoms such as loss of sense of smell. Studies in older adults are especially important.

  • Antibody tests for identification of current and past infection with SARS-CoV-2. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 6. Art. No.: CD013652. DOI: 10.1002/1465

The sensitivity of antibody tests is too low in the first week since symptom onset to have a primary role for the diagnosis of COVID-19, but they may still have a role complementing other testing in individuals presenting later, when RT-PCR tests are negative, or are not done. Antibody tests are likely to have a useful role for detecting previous SARS-CoV-2 infection if used 15 or more days after the onset of symptoms. However, the duration of antibody rises is currently unknown, and we found very little data beyond 35 days post-symptom onset. We are therefore uncertain about the utility of these tests for seroprevalence surveys for public health management purposes. Concerns about high risk of bias and applicability make it likely that the accuracy of tests when used in clinical care will be lower than reported in the included studies. Sensitivity has mainly been evaluated in hospitalised patients, so it is unclear whether the tests are able to detect lower antibody levels likely seen with milder and asymptomatic COVID-19 disease.

The design, execution and reporting of studies of the accuracy of COVID-19 tests requires considerable improvement. Studies must report data on sensitivity disaggregated by time since onset of symptoms. COVID-19-positive cases who are RT-PCR-negative should be included as well as those confirmed RT-PCR, in accordance with the World Health Organization (WHO) and China National Health Commission of the People’s Republic of China (CDC) case definitions. We were only able to obtain data from a small proportion of available tests, and action is needed to ensure that all results of test evaluations are available in the public domain to prevent selective reporting. This is a fast-moving field and we plan ongoing updates of this living systematic review.

For many clinical outcomes, there were no differences between prescribing strategies. Symptoms for acute otitis media and sore throat were modestly improved by immediate antibiotics compared with delayed antibiotics. There were no differences in complication rates. Delaying prescribing did not result in significantly different levels of patient satisfaction compared with immediate provision of antibiotics (86% versus 91%) (moderate quality evidence). However, delay was favoured over no antibiotics (87% versus 82%). Delayed antibiotics achieved lower rates of antibiotic use compared to immediate antibiotics (31% versus 93%) (moderate quality evidence). The strategy of no antibiotics further reduced antibiotic use compared to delaying prescription for antibiotics (14% versus 28%).

Delayed antibiotics for people with acute respiratory infection reduced antibiotic use compared to immediate antibiotics, but was not shown to be different to no antibiotics in terms of symptom control and disease complications. Where clinicians feel it is safe not to prescribe antibiotics immediately for people with respiratory infections, no antibiotics with advice to return if symptoms do not resolve is likely to result in the least antibiotic use while maintaining similar patient satisfaction and clinical outcomes to delaying prescription of antibiotics. Where clinicians are not confident in using a no antibiotic strategy, a delayed antibiotics strategy may be an acceptable compromise in place of immediate prescribing to significantly reduce unnecessary antibiotic use for RTIs, and thereby reduce antibiotic resistance, while maintaining patient safety and satisfaction levels.

We found 138 studies with more than 23 million children. Fifty-one studies (10 million children) assessed how effective the vaccines were at preventing the diseases, and 87 studies (13 million children) assessed unwanted effects. In this 2020 update we have included 74 new studies published since 2012.

Conclusions:

Our review shows that MMR, MMRV and MMR+V vaccines are effective in preventing the infection of children by measles, mumps, rubella and chickenpox, with no evidence of an increased risk of autism or encephalitis and a small risk of febrile seizure. 

Background: Human coronaviruses (HCoVs) have been recognized as causative agents of respiratory tract infections.

Our aim was to describe HCoV infections in hospitalized children in a prospective surveillance study for 14 years and compare them with other respiratory viruses.

Methods: As a part of an ongoing prospective study to identify the etiology of viral respiratory infections in Spain, we performed the analysis of HCoV infections in children hospitalized in a secondary hospital in Madrid, between October 2005 and June 2018. Clinical data of HCoV patients were compared with those infected by rhinovirus, respiratory syncytial virus and influenza.

Results: The study population consisted of 5131 hospitalizations for respiratory causes in children. A total of 3901 cases (75.9%) had a positive viral identification and 205 cases (4.1%) were positive for HCoV. Only 41 cases (20%) of HCoV infection were detected as single infections. Episodes of recurrent wheezing were the most common diagnosis, and 112 children (54%) had hypoxia. Clinical data in HCoV cases were similar to those associated with rhinovirus; however, patients with HCoV were younger. Other viruses were associated with hypoxia more frequently than cases with HCoV; high fever was more common in influenza infections and bronchiolitis in respiratory syncytial virus group. Although a slight peak of circulation appears mostly in winter, HCoV has been detected throughout the year as well.

Conclusions: HCoV infections represent a small fraction of respiratory infections that require hospitalization in children and their characteristics do not differ greatly from other respiratory viral infections.

Acute rheumatic fever (ARF) is a postinfectious immune-mediated syndrome predominantly affecting children, adolescents and young adults following infection with the group A Streptococcus (Streptococcus pyogenes (Strep A). Its clinical presentation is varied, with symptoms, signs and laboratory abnormalities reflecting systemic inflammation (fever, elevated C reactive protein and erythrocyte sedimentation rate) and focal inflammation of the heart (carditis, most frequently manifest as valvulitis), joints (arthritis and arthralgia), skin (subcutaneous nodules, erythema marginatum) and brain (chorea).

Severe acute rheumatic carditis may be fatal, but mortality and morbidity due to the chronic valve lesions of rheumatic heart disease (RHD) are much greater, attributable largely to heart failure and stroke. The lesions of RHD are thought to be caused by recurrent episodes of ARF due to repeated group A streptococcal infections. In the second half of the 20th century, the global burden of ARF shifted dramatically, virtually disappearing from high-income countries to become concentrated in low- and middle-income countries and historically dispossessed and disadvantaged groups in some high-income countries, including indigenous Australians and New Zealand Māori. This epidemiological shift out of sight of wealthy populations has left ARF and RHD neglected by researchers and funders despite the persistent global burden of more than 300, 000 incident cases of ARF and more than 30 million prevalent cases of RHD.1

Prevention and control efforts for ARF and RHD are focused on primary prevention (treatment of group A streptococcal infection to prevent …

Background: Nontuberculous mycobacteria (NTM) are ubiquitous in the environment and a well-known cause of lymphadenitis, skin and soft tissue infections. The aim of this study was to evaluate the epidemiology of extrapulmonary pediatric NTM infections occurring from 2000 to 2017 in Queensland, Australia.

Methods: All cases of NTM and TB are notifiable under the Queensland Public Health Act (2005) and associated regulations (2005). Data from 2000 to 2017 inclusive was collected from the Notifiable Conditions Database, a laboratory based notification system that covers private and public laboratory systems. Pediatric population demographic data were obtained from the Australian Bureau of Statistics by researching the number of children 0–14 years of age in Queensland from 2000 to 2017; both annual and averaged population was determined. The statistical software SPSS and Tableau was used for analysis.

Results: The mean age of diagnosis was 2.5 years with a majority of the cohort being women. Mycobacterium avium was the most commonly diagnosed pathogen. Geographic regions with the highest numbers of cases were predominantly tropical and coastal areas. M. haemophilum emerged as a more common pathogen from 2011 following a period of major flooding.

Conclusion: Characteristics of the cohort of children susceptible to NTM disease appears consistent with previous reports. However, changes in the epidemiology of NTM infection (such as incidence, species, and geographic distribution) in children may be linked to environmental and weather factors.,

The reports of Chao et al and DeBiasi et al from the Children’s Hospital at Montefiore in New York City (NYC) and Children’s National Hospital in Washington, DC (DC) provide their SARS-CoV-2 experience over 4- and 6-week periods, respectively, beginning on March 15, 2020. Although SARS-CoV-2 generally has been said to be a mild infection in the pediatric age group, a picture of severe COVID-19 in US children and youth emerges through these reports. Together, 91 hospitalized patients with 22 critically ill are reported, with demographic and other patient characteristics compared between groups. Hospitalized patients were representative of the Bronx, NYC, and DC communities served, with high proportion of Hispanic/Latinos in NCY and Hispanic/Latinos and African Americans in DC. Obesity (BMI >30kg/m2) was present in 26% of Bronx patients and 2% of DC patients. Although underlying medical conditions were common in hospitalized patients, 37% of hospitalized and 22% of critically ill patients in DC had no underlying condition. Of the combined studies’ 22 critically ill patients, 63% were male and 82% were >10 years of age. PICU admission predominantly was due to respiratory compromise and was associated with briskly elevated inflammatory markers, lung opacities on chest radiograph, and systemic inflammatory response syndrome (SIRS). Both reports show that approximately 20% of COVID-19 hospitalizations were comprised of patients with asthma, but neither shows an excess of asthmatics among the critically ill. Because substantial SAR-CoV-2 testing of symptomatic outpatients was occurring in DC (1804 tests over 6 weeks), we also know that 21% of infected outpatients had asthma. Taken together, there likely is a signal that SARS-CoV-2 may exacerbate asthma but itself is not a major risk factor for the severe COVID-19 pulmonary syndrome. Additionally, from the DC study, we see that although children <1 year and >15 years of age were over-represented among hospitalized patients with COVID-19, only those >15 years were overrepresented among the critically ill (Figure).

Two studies totaling 66 previously unreported cases of MIS-C associated with SARS-CoV-2 infection in the US put meat on the bones of news reports and individual case notes. Several aspects of the studies make them clean and comparable, and their messages clear. Each reports 33 pediatric patients with confirmed SARS-CoV-2 infection (predominantly by antibody testing), over the same 4-week period from mid-March through mid-April, 2020 (ie, weeks following the peaks of community.

Study design Children with MIS-C admitted to pediatric intensive care units in New York City between April 23 and May 23, 2020, were included. Demographic and clinical data were collected.

Results Of 33 children with MIS-C, the median age was 10 years; 61% were male; 45% were Hispanic/Latino; and 39% were black. Comorbidities were present in 45%. Fever (93%) and vomiting (69%) were the most common presenting symptoms. Depressed left ventricular ejection fraction was found in 63% of patients with median ejection fraction of 46.6% (IQR, 39.5-52.8). C-reactive protein, procalcitonin, d-dimer, and pro-B-type natriuretic peptide levels were elevated in all patients. For treatment, intravenous immunoglobulin was used in 18 (54%), corticosteroids in 17 (51%), tocilizumab in 12 (36%), remdesivir in 7 (21%), vasopressors in 17 (51%), mechanical ventilation in 5 (15%), extracorporeal membrane oxygenation in 1 (3%), and intra-aortic balloon pump in 1 (3%). The left ventricular ejection fraction normalized in 95% of those with a depressed ejection fraction. All patients were discharged home with median duration of pediatric intensive care unit stay of 4.7 days (IQR, 4-8 days) and a hospital stay of 7.8 days (IQR, 6.0-10.1 days). One patient (3%) died after withdrawal of care secondary to stroke while on extracorporeal membrane oxygenation.

Conclusions Critically ill children with coronavirus disease-2019-associated MIS-C have a spectrum of severity broader than described previously but still require careful supportive intensive care. Rapid, complete clinical and myocardial recovery was almost universal.OK

In late April 2020, alarming news emerged from Europe that a group of children with evidence of recent severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection had developed a severe illness, manifesting fever, hypotension requiring inotropic support, severe abdominal pain, and myocardial dysfunction with marked elevation in cardiac damage markers. This syndrome has been named pediatric multisystem inflammatory syndrome in Europe, and multisystem inflammatory syndrome in children.

Among children with Kawasaki-like disease, what is the demographic and disease-related parameters in the COVID-19 era, compared with children diagnosed with Kawasaki disease in the pre-COVID-19 era?

Children with Kawasaki disease in the COVID-19 era, 80% of whom were antibody positive, were older and demonstrated more severe disease compared with those with Kawasaki disease prior to the COVID-19 era.

A thirty-fold increased incidence of so-called Kawasaki-like disease was reported from Italy during the SARS-CoV-2 epidemic in 2020. Eight of the 10 patients with Kawasaki disease tested positive for COVID-19 with a high incidence (6/10) of cardiac involvement. News from New York, France, and England also showed an increased incidence and severity of Kawasaki disease. Prior to COVID-19, coronavirus had been previously isolated in 7.1% of patients with Kawasaki disease.

The incidence of Kawasaki disease is not increasing in Japan, Taiwan, Korea, Hong-Kong, or China, suggesting the importance of genetic issues in the relationship between Kawasaki disease and COVID-19. In this study, the Kobayashi score, which identifies patients at high risk of IVIG resistance,revealed that of the 10 patients with Kawasaki disease, none were younger than 12 months and all had platelet counts less than 300 × 10⁹/L. Results from this study suggest that COVID-19 may be one of the triggers of Kawasaki disease. Kawasaki disease in older patients with COVID-19 is associated with an increased incidence of cardiac involvement, lower platelet counts, MAS, and Kawasaki disease shock syndrome. Early adjunctive steroid treatment to prevent coronary artery lesions should be considered in these patients with COVID-19 Kawasaki disease.

There has been a rise in the number of critically ill patients presenting with an unusual clinical picture; all have in common features of Kawasaki disease and a confirmed or suspected coronavirus disease 2019 (COVID-19) infection. According to Harahsheh et al, the diagnosis/treatment of Kawasaki disease was missed or delayed owing to the forced lockdown and doctors being focused on treating patients with COVID-19.

A similar concern was shared by adult cardiologists…

We thank Bassareo et al for their comments and agree that our community needs to come together to improve timely diagnosis and treatment of children with Kawasaki disease and Kawasaki disease-like illnesses during the 2019 novel coronavirus disease (COVID-19) pandemic to prevent the development of coronary artery aneurysms.

We would like to use this opportunity to provide context for writing our original letter and what we have learned in the interim. Between January 1, 2020, and April 1, 2020, we noted a decrease in the number of children presenting to large academic centers with Kawasaki disease.

We read with interest the article by Jiao et al discussing the behavioral and emotional impact on children and adolescents imposed by the 2019 novel coronavirus disease (COVID-19) pandemic.1 Here we intend to share our personal observations regarding the difficulties and challenges faced by the children whose parents are frontline “warriors” against COVID-19.

Apart from the effects of protracted school closure, sudden changes in their daily routine, and a sedentary lifestyle, similar to other children, children of frontline COVID-19 workers are going through unique experiences. The concept of nuclear families in recent decades already threatens the mental well-being of children, where parental duties in hospitals and subsequent quarantine of their parents make them feel deserted. Although doctors know that children are probably the least physically affected group, a fear of transmitting the virus to their children is lurking in their minds, which may prevent them from interacting with their children.2 Children less than 3 years of age who are dependent on their mothers for breast milk and other activities of daily living pass their lives in torment. Although, as a positive effect of lockdown, most children are getting more time to mingle with their parents, the story of the children of frontline COVID-19 warriors is different.3 Young children may not understand why their parents are not returning. Older children and adolescents with more mature thinking may offer respect toward their parents for being involved in the fight against the deadly COVID-19. Incidences of eviction from homes or discrimination against their medical professional parents4 creates a sense of insecurity, fear, and vulnerability among children—this may lead to long-term consequences of anger, aggressiveness, and disrespect toward society at large.

Experts have recommended strategies to combat the psychological toll of COVID-19 among children in general.5, 6, 7 In addition, we hope that government and society will be…

Dubey et al bring attention to the emotional and other difficulties of family members of the medical staff, especially those serving in the front line of the coronavirus disease-2019 battle. This demonstrates that these difficulties, if left untreated, may bring about significant stress and emotional difficulties to both medical employees and their families.

A recent survey among physicians working in coronavirus…

The first pediatric study demonstrating significantly higher positivity rate of nasal (mid-turbinate) swab testing over oropharyngeal swab testing in detecting SARS-CoV-2 (Fisher exact test 0.046, Cohen K 0.43, confidence interval 95%, 0.014–0.855). Benefits might include lower collection-related hazard for healthcare workers. We recommend it as preferred choice for swab-based SARS-CoV-2 testing in children.

Pyogenic sacroilitis is an infrequent osteoarticular infection, and its diagnosis is a challenge in young children. A series of 20 cases is described. The median age was 15 months, 75% of them being under 2 years old. Fourteen (70%) reported fever. Refusal to sit was the main reason for consultation. Final diagnosis was confirmed by bone scintigraphy. All patients achieved a complete resolution without sequelae.

Casos clínicos

A 7-year-old right-handed previously healthy boy presented with progressive clumsiness, abnormal movements of the right arm, and gait and speech abnormalities. Two weeks before his presentation, his father noted involuntary, nonrhythmic, nonsuppressible movements of his right arm that progressively developed into constant, writhing movements that did not occur during sleep. The movements had not changed in character but had progressively increased in intensity. He had decreasing dexterity at school and home and occasionally slurred words at the ends of sentences. He had no recent illnesses and no recent history of sore throat.

A 5-year-old girl presented to the dermatology clinic for evaluation of pruritic papules and blisters on the hands and forearms for three months. She was seen by her pediatrician, diagnosed with dyshidrotic eczema, and prescribed topical triamcinolone with no improvement. She reported itching everywhere, but her parents noted she most frequently scratched her hands and forearms. The itching was worse at night. No close contacts experienced pruritus. She had no history of inflammatory dermatoses or other medical problems.

A 10-month-old, fully vaccinated, infant boy was admitted to our hospital in rural Laos with respiratory distress that ultimately was diagnosed as due to beriberi.

At the time of admission, a firm mass was noted in the right axilla (Figure 1) during routine physical examination. His parents reported that the mass was first palpable at about 4 months of age, had progressively increased in size until about a month before admission, and had since stabilized. A chest radiograph demonstrated a calcified right axillary mass with the typical appearance of lymph nodes (Figure 2, arrow). A re-review of a chest radiograph obtained during a previous hospital visit at 2 months of age confirmed that this calcification was not visible at that time (Figure 3).

An 8-month-old child under tuberculosis treatment presented with multiple ecchymotic lesions. A severe coagulopathy was evidenced compatible with vitamin K deficiency [II (3%), VII (2%), IX (3%) and X (1%)]. It was reversed with vitamin K and plasma administration. Rifampicin-induced vitamin K deficiency is very rare, reported only once before, possibly related to an inhibition of vitamin K cycle.

We describe 3 cases of adolescent varicella-zoster virus reactivation, complicated by aseptic meningitis, presenting to our institution in a 3-year period. These cases highlight varicella-zoster virus reactivation as an important cause of aseptic meningitis in the differential diagnosis of healthy adolescents, even in the absence of a characteristic exanthem. Evidence-based management recommendations are needed.

We present a case of a 22-month-old girl who had 2 episodes of cutaneous larva migrans 2 months apart after returning from a tropical area, despite a single exposure period.

Since the emergence of a cluster of viral pneumonia cases in Wuhan, Hubei Province, People’s Republic of China, at the end of December 2019, caused by severe acute respiratory syndrome coronavirus (SARS-CoV-2), a novel coronavirus also known as “coronavirus disease 2019 (COVID-19),” as of 7 April 2020, more than 1,214,466 cases of COVID-19 have been reported in more than 200 countries and territories, resulting in more than 67,767 deaths. The disease was recognized by World Health Organization (WHO) as a pandemic on 11 March 2020. Published reports of adult patients with COVID-19 infection described symptoms including fever, cough, fatigue, sputum production, headache, dyspnea and diarrhea. Children usually showed milder respiratory symptoms or were asymptomatic, while loss of taste or sensation of smell were seldom reported. In this paper, we report three cases of pediatric patients with COVID-19 infection who presented with anosmia and/or ageusia.

To date, although neonatal infections with severe acute respiratory syndrome coronovirus 2 (SARS-CoV-2) have been described, none of these have been proven to be the result of vertical transmission of SARS-CoV-2.

Methods: We describe the probable vertical transmission of SARS-CoV-2 in a neonate born to a mother with coronavirus disease 2019 (COVID-19).

Results: Following cesarean section, the neonate was kept in strict isolation. Molecular tests for SARS-CoV-2 on respiratory samples, blood, and meconium were initially negative, but positive on a nasopharyngeal aspirate on the third day of life. On day 5, the neonate developed fever and coryza, which spontaneously resolved. Viral genomic analysis from the mother and neonate showed identical sequences except for 1 nucleotide.

Conclusion: This report has important implications for infection control and clinical management of pregnant women with COVID-19 and their newborns.

Coronavirus disease 2019 outbreak has a growing impact on global health; vertical transmission of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection is still controversial. In this article, we describe a case of vertical transmission of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 in a newborn with respiratory and gastrointestinal symptoms.

Para profundizar

Nonspecific symptoms in children suspected of Lyme borreliosis (LB) are challenging for clinicians. We assessed whether nonspecific symptoms are more prevalent among children with positive immunoglobulin G (IgG) serology or a history of clinical LB.

Methods: We included children (<18 years) suspected of LB who visited the Lyme Center Apeldoorn of Gelre Hospital between 2008 and 2017. Serum samples were taken, and questionnaires on nonspecific symptoms completed. Clinical data were collected from patients’ medical records. The prevalence of nonspecific symptoms was compared between patients with positive versus negative IgG serology and between patients with versus without previous LB with the χ 2 and Fisher exact tests with Bonferroni correction. A history of LB was anamnestically determined. Patients with active Lyme manifestations were excluded.

Results: Included were 149 children (66% female; median age 13 years); 29 (19%) had positive IgG serology; 36 (24%) had previous LB; 12 (8%) had both. Common nonspecific symptoms were sleep disturbances (58%), severe fatigue (57%) and headache (42%). The prevalence of nonspecific symptoms was similar in children with positive versus negative IgG serology. None of the nonspecific symptoms occurred more frequently in children with previous LB compared with children without. More prevalent in children without previous LB were sleep disturbances (40 vs. 66%; P = 0.002) and tingling (6 vs. 34%; P < 0.001).

Conclusions: Nonspecific symptoms were not more prevalent in children with positive IgG serology nor in children with previous LB, where some were significantly less prevalent. Hence, questionnaires on nonspecific symptoms cannot be used to identify children for serologic testing in Lyme centers.

Epidemiology, Clinical and Microbiologic Profile and Risk Factors for Inpatient Mortality in Pediatric Severe Sepsis in the United States From 2003 to 2014: A Large Population Analysis The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(9):781-788, September 2020.

To evaluate the national trends in pediatric severe sepsis in the United States from 2003 to 2014.

Study design: For this study, we included nonoverlapping years of Kids Inpatient database and National Inpatient Sample database while including hospitalizations of children between 1 and 20 years of age from more than 4200 hospitals across the United States. We identified patient hospitalizations with severe sepsis using specific ICD codes and modified Angus Criteria. Trend analysis of various factors associated with severe sepsis was calculated using the Cochrane–Armitage test. Associated foci of infection and comorbid conditions were identified using specific ICD codes, and a multivariate regression analysis with death as outcome variable was done to evaluate for in hospital predictors of mortality.

Results: Totally, 109,026 episodes of severe sepsis were identified during the study period between 2003 and 2014. Incidence of severe sepsis hospitalizations increased by 2.5 times (0.64–1.57 per 10,000 population) over the study period with notable concurrent significant decrease in mortality by more than 50%. Lower age, African American, Hispanic ethnicity, complex neurologic conditions, infective endocarditis, immunodeficient states including primary immunodeficiency disorder, HIV, burns, malignancy and transplant status are associated with mortality. There is a significant increase in use of healthcare resources ( P < 0.001) with mean charges of 94,966$ despite a notable decrease in mean length of stay (22 vs. 16 days, P < 0.001) over the study period.

Conclusion: Incidence of pediatric severe sepsis is high leading to a significant use of healthcare resources. This study provides a detailed analysis of associated inpatient factors and comorbidities associated with mortality. OK

Acute otitis media (AOM) is the most common reason for antimicrobial use, and tympanostomy tube placement (TTP) is the most common reason for surgery requiring general anesthesia in children. Ten-valent pneumococcal conjugate vaccine (PCV10) was introduced in Finland in 2010 for infants. We evaluated the indirect impact of PCV10 on these surrogate otitis outcomes in unvaccinated children.

Methods: Using before-after design, unvaccinated children ineligible for National Vaccination Program (born January 2006 to May 2010) were followed-up during 2012–2016 (target cohort, age 1.5–7 years). The target cohort was compared with an age- and season-matched unvaccinated reference cohort (born January 2000 to May 2004) during 2006–2010. Antimicrobial purchase data were obtained from the Social Insurance Institution of Finland benefits register. We assessed the relative reduction by generalized Cox regression for outpatient purchases of antibiotics recommended for treatment of AOM in the Finnish guidelines. Data on all TTP procedures were obtained from national hospital discharge register and Social Insurance Institution benefits register.

Results: The rate of outpatient purchases of antimicrobials recommended for AOM was 51 in the unvaccinated reference cohort and 44/100 person-years in the unvaccinated target cohort; relative rate reduction was 14.7% [95% confidence interval: 14.0–15.3] and absolute rate reduction 7/100 person-years. The rates of TTP in the reference and target cohorts were 1.66/100 and 1.61/100 person-years, respectively. The relative rate reduction was 3.6% (0.7–6.5).

Conclusions: Antimicrobial use and TTP procedures reduced in unvaccinated children after PCV10 introduction in infants. These indirect effects contribute to the savings in health care resource use for otitis and may also help in combating antimicrobial resistance.

Acute flaccid myelitis, defined by acute flaccid limb weakness in the setting of grey matter lesions of the spinal cord, became increasingly recognised in 2014 following outbreaks in Colorado and California, temporally associated with an outbreak of enterovirus D68 respiratory disease. Since then, there have been biennial increases in late summer/early fall. A viral infectious aetiology, most likely enteroviral, is strongly suspected, but a definitive connection has yet to be established. Patients typically present with asymmetric weakness, maximal proximally, in the setting of a febrile illness. MRI demonstrates T2/FLAIR abnormalities in the central grey matter of the spinal cord, and cerebrospinal fluid typically shows a lymphocytic pleocytosis with variable elevation in protein. The weakness may be progressive over several days and involve respiratory muscles, making early recognition and close monitoring essential. Other complications in the acute period may include autonomic instability and bowel/bladder involvement. There is no clear recommended treatment at this time, although intravenous immunoglobulin, steroids and plasma exchange have been used. Intensive therapies and rehab services have shown benefit in maximising function, and surgical interventions may be considered in cases without optimal response to therapies. Close attention should also be paid to psychosocial factors. Prognosis is generally guarded, and additional factors that predict final outcome, including host factors and treatment effects, have yet to be elucidated. Multicentre collaborative efforts will be required to provide answers about this rare but serious disorder.

Influenza infection is a common cause of respiratory disease and hospitalization in children. Neurologic manifestations of the infection have been increasingly reported and may have an impact on the severity of the disease. The aim of this study is to describe neurologic events in pediatric patients hospitalized with influenza and identify associated risk factors.

Methods: Retrospective cohort study which included all hospitalized patients with microbiologic confirmation of influenza disease over 4 epidemic seasons, focusing on neurologic complications. Demographic, laboratory and clinical data, as well as past history, were recorded. Descriptive and analytic statistical study was performed using SPSS and R statistical software.

Results: Two hundred forty-five patients were included. Median age was 21 months (interquartile range, 6–57) and 47.8% had a previous underlying condition. Oseltamivir was administered to 86% of patients, median hospitalization was 4 days (interquartile range, 3–6), and pediatric intensive care unit admission rate 8.9%. Twenty-nine patients (11.8%) developed neurologic events, febrile seizures being the most frequent, followed by nonfebrile seizures and encephalopathy. Status epilepticus occurred in 4 children, and 69.6% of seizures recurred. Patients with a previous underlying condition were at greater risk of developing a neurologic complication [odds ratio (OR), 4.55; confidence interval (CI), 95% 1.23–16.81). Male sex (OR, 3.21; CI 95%, 1.22–8.33), influenza B virus (OR, 2.82; CI 95%, 1.14–7.14) and neurologic events (OR, 3.34; CI 95%, 1.10–10.19) were found to be risk factors for pediatric intensive care unit admission.

Conclusions: A significant proportion of influenza-related hospitalized patients develop neurologic complications, especially seizures which may be prolonged or recurrent. Previous underlying conditions pose the greatest risk to neurologic events, which increase disease severity.

Streptococcus pneumoniae is the most common cause of complicated pneumonia in children, but its incidence is decreasing since the introduction of the antipneumococcal conjugated vaccines. Streptococcus pyogenes is an uncommon cause of community-acquired pleuropneumonia/empyema in children, but its relative incidence is rising.

Methods: The medical records of all children 0–18 years of age from 2004 to 2019, with discharge diagnoses of pleuropneumonia or empyema, and a positive blood and/or pleural effusion culture for group A streptococcus (GAS) ( S. pyogenes ), or S. pneumonia (SP) were reviewed. A comparison of clinical and laboratory characteristics for the 2 etiologies was performed.

Results: Ninety cases of community-acquired pleuropneumonia/empyema caused by these organisms were included: 20 GAS and 70 SP. Compared with children with SP, those with GAS were more likely to have larger pleural effusion requiring drainage and longer hospitalization, and less likely to have a positive blood culture. The relative portion of GAS empyema increased over the study period.

Conclusions: Compared with patients with SP empyema, GAS appears to cause more morbidity and a longer hospital stay. This organism is more frequently recovered from pleural fluid without bacteremia, and thus necessitates pleural fluid tap for accurate diagnosis.

A total of 714 pediatric cases of Staphylococcus aureus bacteremia were identified from 2008 to 2015 in Denmark; 98% were methicillin-susceptible S. aureus (MSSA). Fifteen isolates (2,1%) were Panton-Valentine leucocidin positive (0.17/100,000 children/year) and 87% MSSA. Eight cases (53%) were severe, including all pneumonia cases. Panton-Valentine leucocidin positive Staphylococcus aureus bacteremia is rare in our setting with high MSSA-prevalence. Half of the cases were uncomplicated.

  • The Nasopharyngeal and Gut Microbiota in Children in a Pediatric Otolaryngology Practice The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(9):e226-e233, September 2020.

The human microbiome evolves rapidly in early life with contributions from various factors such as diet, delivery mode, medical history, antibiotics exposure, genetics, immunomodulators and the environment. A high use of antibiotics in pediatric outpatient settings has been well documented, and improvement in antibiotic selection is required to reduce the risks of antibiotic resistance and disruption of the microbiome.

Methods: We performed an exploratory study using 16S rRNA gene-based sequencing to characterize the gut and nasopharyngeal microbiome of children (n = 50) age 1–6 years of age in a pediatric otolaryngology practice.

Results: Relative abundance of Haemophilus and Moraxella were higher in nasopharyngeal swabs, while Prevotella, Bacteroides, Porphyromonas and Faecalibacterium were highly abundant in rectal swabs. The gut microbiome composition in children <2 years old was different compared with children ≥2 years age. Gut bacterial diversity increased with an increase in age of the children. Children taking probiotics had a notable increase in abundance of potentially beneficial gut bacteria such as Bacteroides and Akkermansia . The nasopharyngeal microbiome differed between children who received antibiotics in the 3 months before sample collection compared with those that did not. Haemophilus spp. was highly abundant in children who received antibiotics 3 months before sampling.

Conclusions: The pediatric nasopharyngeal and rectal microbiomes differ in bacterial composition and diversity. The increased abundance of Haemophilus spp. in the nasopharyngeal microbiome of children who received antibiotics during the 3 months before sampling suggests a potential impact of antibiotics in colonization with the otopathogen and may be relevant to clinical practice.

The outbreak of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 or coronavirus 2019 (COVID-19)1 in the city of Wuhan, China, in December 2019 has rapidly emerged into a pandemic affecting national communities throughout the world.2 As of May 17, 2020, more than 4.5 million people have been infected globally at a pace of 100 000/d, and 307 395 have died.3 We will briefly discuss the effects of COVID-19 on routine pediatric practice that have surfaced during the months after the onset of the pandemic and the implications for children’s health. Our aim is to raise awareness about the likely need to remodel routine pediatric practice, both in hospital and ambulatory services, in light of COVID-19, and in the event of future similar infectious emergencies.

We report on the presentation and course of 33 children with multisystem inflammatory syndrome in children and confirmed severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection. Hemodynamic instability and cardiac dysfunction were prominent findings, with most patients exhibiting rapid resolution following anti-inflammatory therapy.

Objective To describe the clinical profiles and risk factors for critical illness in hospitalized children and adolescents with coronavirus disease 2019 (COVID-19).

Study design Children 1 month to 21 years of age with COVID-19 from a single tertiary care children’s hospital between March 15 and April 13, 2020 were included. Demographic and clinical data were collected.

Results In total, 67 children tested positive for COVID-19; 21 (31.3%) were managed as outpatients. Of 46 admitted patients, 33 (72%) were admitted to the general pediatric medical unit and 13 (28%) to the pediatric intensive care unit (PICU). Obesity and asthma were highly prevalent but not significantly associated with PICU admission (P = .99). Admission to the PICU was significantly associated with higher C-reactive protein, procalcitonin, and pro-B type natriuretic peptide levels and platelet counts (P < .05 for all). Patients in the PICU were more likely to require high-flow nasal cannula (P = .0001) and were more likely to have received Remdesivir through compassionate release (P < .05). Severe sepsis and septic shock syndromes were observed in 7 (53.8%) patients in the PICU. Acute respiratory distress syndrome was observed in 10 (77%) PICU patients, 6 of whom (46.2%) required invasive mechanical ventilation for a median of 9 days. Of the 13 patients in the PICU, 8 (61.5%) were discharged home, and 4 (30.7%) patients remain hospitalized on ventilatory support at day 14. One patient died after withdrawal of life-sustaining therapy because of metastatic cancer.

Conclusions We describe a higher than previously recognized rate of severe disease requiring PICU admission in pediatric patients admitted to the hospital with COVID-19.

Despite worldwide spread of severe acute respiratory syndrome coronavirus-2, few publications have reported the potential for severe disease in the pediatric population. We report 177 infected children and young adults, including 44 hospitalized and 9 critically ill patients, with a comparison of patient characteristics between infected hospitalized and nonhospitalized cohorts, as well as critically ill and noncritically ill cohorts. Children <1 year and adolescents and young adults >15 years of age were over-represented among hospitalized patients (P = .07). Adolescents and young adults were over-represented among the critically ill cohort (P = .02).

Objectives To compare the clinical and laboratory features of severe acute respiratory syndrome 2003 (SARS) and coronavirus disease 2019 (COVID-19) in 2 Chinese pediatric cohorts, given that the causative pathogens and are biologically similar.

Study design This is a cross-sectional study reviewing pediatric patients with SARS (n = 43) and COVID-19 (n = 244) who were admitted to the Princess Margaret Hospital in Hong Kong and Wuhan Children’s Hospital in Wuhan, respectively. Demographics, hospital length of stay, and clinical and laboratory features were compared.

Results Overall, 97.7% of patients with SARS and 85.2% of patients with COVID-19 had epidemiologic associations with known cases. Significantly more patients with SARS developed fever, chills, myalgia, malaise, coryza, sore throat, sputum production, nausea, headache, and dizziness than patients with COVID-19. No patients with SARS were asymptomatic at the time of admission, whereas 29.1% and 20.9% of patients with COVID-19 were asymptomatic on admission and throughout their hospital stay, respectively. More patients with SARS required oxygen supplementation than patients with COVID-19 (18.6 vs 4.7%; P = .004). Only 1.6% of patients with COVID-19 and 2.3% of patients with SARS required mechanical ventilation. Leukopenia (37.2% vs 18.6%; P = .008), lymphopenia (95.4% vs 32.6%; P < .01), and thrombocytopenia (41.9% vs 3.8%; P < .001) were significantly more common in patients with SARS than in patients with COVID-19. The duration between positive and negative nasopharyngeal aspirate and the length in hospital stay were similar in patients with COVID-19, regardless of whether they were asymptomatic or symptomatic, suggesting a similar duration of viral shedding.

Conclusions Children with COVID-19 were less symptomatic and had more favorable hematologic findings than children with SARS.

Suspected antibiotic hypersensitivity in children is a frequent reason for consultation. Skin test performance and drug provocation test (DPT) duration are controversial issues. The objective of this study was to assess the effectiveness of diagnostic tests used in the study of antibiotic hypersensitivity and to estimate an optimal duration for DPT.

Methods: Sixty-two children with a suspected hypersensitivity reaction to antibiotics were studied. Skin tests were performed on all patients. In the case of negative results, DPTs were performed for a duration similar to the time elapsed from the start of treatment until the onset of the reaction.

Results: The frequency of antibiotic hypersensitivity in the study population was 8.1% (5 of 62). Only 1 patient showed positive skin tests. The other allergic patients were diagnosed by DPT, which reproduced the reaction within the first 6 hours in all but one of them.

Conclusions: Shortening DPT duration may decrease the sensitivity of the test for the diagnosis of non–IgE-mediated hypersensitivity; however, it should be considered as an opportunity to reduce the resulting microbial resistances.

Objective To evaluate the costs associated with evaluation of β-lactam allergy in children labeled as allergic.

Study design We performed a prospective year-long real life observational study designed to evaluate all pediatric patients with suspected β-lactam allergy who consulted for allergy evaluation. Direct and indirect costs were systematically recorded. Direct healthcare costs were calculated by taking into account the number of visits and all complementary and diagnostic tests performed. Direct nonhealthcare costs were calculated by considering the number of visits and the kilometers from their homes to the clinic. Finally, indirect costs were evaluated by considering the absenteeism of parents or other companions who took the children to the clinic.

Results A total of 40 children with suspected allergy to β-lactams were evaluated in our outpatient clinic from June 1, 2017 to May 31, 2018. Total direct healthcare costs were $5038.03, with an average cost per patient of $125.95. Direct nonhealthcare costs reached $901.87 ($22.55 per patient) and indirect nonhealthcare costs reached $6384.35 ($159.61 per patient). The total cost was $12 324.25, a cost of $308.11 per patient.

Conclusions- Elective evaluation of β-lactam allergy and delabeling children who are not allergic is not expensive. In addition, it could save future expenses because of an unnecessary lifelong use of alternative antibiotics that are usually more expensive, less effective, and more frequently associated with antimicrobial resistance and different side effects.

We used the FilmArray meningitis/encephalitis panel for evaluation of sepsis in febrile neonates. We detected human herpesvirus 6, a virus we did not routinely test for previously, in the cerebrospinal fluid of 7 neonates. In all 7 cases, detection of the virus did not warrant antiviral treatment.

In 2016, a new interferon-gamma release assay, QuantiFERON-TB Gold Plus, was introduced. We conducted a cross-sectional multicenter study, involving 158 children and adolescents with tuberculosis disease. The overall sensitivity of the assay was 82.9% (IQR 77.0%-88.8%), indicating that in children this test does not have higher sensitivity than previous generation interferon-gamma release assays.

Authors’ conclusions: 

We found Xpert MTB/RIF sensitivity to vary by specimen type, with gastric aspirate specimens having the highest sensitivity followed by sputum and stool, and nasopharyngeal specimens the lowest; specificity in all specimens was > 98%. Compared with Xpert MTB/RIF, Xpert Ultra sensitivity in sputum was higher and specificity slightly lower. Xpert MTB/RIF was accurate for detection of rifampicin resistance. Xpert MTB/RIF was sensitive for diagnosing lymph node tuberculosis. For children with presumed tuberculous meningitis, treatment decisions should be based on the entirety of clinical information and treatment should not be withheld based solely on an Xpert MTB/RIF result. The small numbers of studies and participants, particularly for Xpert Ultra, limits our confidence in the precision of these estimates.

We are uncertain about the effectiveness of topical antibiotics with steroids in improving the resolution of ear discharge in patients with CSOM because of the limited amount of low-certainty evidence available. Amongst this uncertainty, we found no evidence that the addition of steroids to topical antibiotics affects the resolution of ear discharge. There is also low-certainty evidence that some types of topical antibiotics (without steroids) may be better than topical antibiotic/steroid combinations in improving resolution of discharge. There is also uncertainty about the relative effectiveness of different types of antibiotics; it is not possible to determine with any certainty whether or not quinolones are better or worse than aminoglycosides. These two groups of compounds have different adverse effect profiles, but there is insufficient evidence from the included studies to make any comment about these. In general, adverse effects were poorly reported.

After a thorough search, no RCTs which assessed the effectiveness of cranberry juice for the treatment of UTIs were found. Therefore, at the present time, there is no good quality evidence to suggest that it is effective for the treatment of UTIs. Well-designed parallel group, double blind studies comparing cranberry juice and other cranberry products versus placebo to assess the effectiveness of cranberry juice in treating UTIs are needed. Outcomes should include reduction in symptoms, sterilisation of the urine, side effects and adherence to therapy. Dosage (amount and concentration) and duration of therapy should also be assessed. Consumers and clinicians will welcome the evidence from these studies.

Objectives To determine the prevalence of vaccine hesitancy and refusal among parents of children with Down syndrome and to determine how well the Parent Attitudes about Childhood Vaccines Survey (PACV) is associated with vaccine receipt among children with Down syndrome.

Study design We mailed the PACV to parents of children with Down syndrome who attend the Down Syndrome Clinic at Akron Children’s Hospital and examined associations between PACV scores and immunization status at 19 months of age.

Results Of 120 surveys sent, 63 parents completed the PACV (52% response rate) of which 60 were linked to vaccination records. Of these 60 respondents, 55 children were ≥19 months old. PACV scores were significantly correlated with days of underimmunization at 19 months of age. All parents who refused all vaccines had PACV scores of ≥50. Only 58% of children were up to date for the combined 7 vaccine series at 19 months of age.

Conclusions The PACV may be a valuable tool to identify vaccine hesitancy among parents of young children with Down syndrome. Special emphasis is needed to increase adherence with on-time vaccine recommendations for children with Down syndrome to optimize their health and to potentially avoid hospitalizations.

Vaccine refusal and hesitancy have clear adverse effects on the nonvaccinated individual as well as on the community. Related research has been performed largely in the general pediatric population. Two studies have focused their lenses on subtle forms of vaccine hesitancy, in special groups—children with Down syndrome and the general adolescent population. In this volume of The Journal Langkamp et al administered the Parental Attitudes about Childhood Vaccines Survey (PACV) (a validated tool for the general pediatric population) to 55 parents of children ≤8 years of age attending the Down Syndrome Clinic at Akron Children’s Hospital and matched results with their child’s immunization record to assess association with up-to-date status for standard vaccines at 19 months of age. In all, 7% of parents refused all vaccines, and 18% considered themselves as vaccine hesitant, but almost one-half reported that they were concerned that their child would have a serious side effect, thought it better to have fewer vaccines at the same time, and had decided not to have their child receive an injection for reasons other than illness or allergy. Not surprisingly at 19 months, only 58% of children with Down syndrome were up to date for all 8 vaccines and only 31% also had had no delays. The percentage of children up to date declined with higher PACV scores.

The commentary in this volume of The Journal by Williams et al validates, through evidence, the trusted role that pediatricians play in advising parents regarding administration of recommended vaccines, especially when parents are hesitant. They also provide a roadmap for forging mutually rewarding, therapeutic relationships with parents who might initially refuse vaccination. They posit proven methods of interaction based on truth, partnership, and persistence that build trust. They hope that this approach will curb the growing trend for dismissals of vaccine-hesitant families from practices, and lead to immunized, safer children and their communities.

The SARS-CoV-2 pandemic may provide a unique “teachable moment” as the tens of thousands of deaths in the US from a rampant infectious disease are an experiential reality rather than a theoretical risk. Only the development…

To evaluate a Kaiser Permanente Northern California physician training tool entitled “Effective Communication without Confrontation” aimed at improving communication with vaccine-hesitant parents, building trust, and alleviating physician stress surrounding vaccination visits.

Vaccine hesitancy is a growing public health threat. Recent data suggest that only one-half of children in the US are up-to-date for all recommended vaccines by 19-35 months, and more than one-third of children are on alternative or shot-limiting vaccine schedules.1 Measles infected 1282 Americans in 2019—the most cases since 1992—and the US nearly lost its measles elimination status.2 One in 40 kindergartners attends school with a nonmedical vaccine exemption, and many more kindergartners attend school underimmunized without plans to catch up.3 Antivaccination groups spread doubt about vaccines through film and social media outlets.4 From 2011 to 2017, elected officials introduced antivaccination bills into state legislatures more often than provaccination bills.5 Even a few physicians promote nonrecommended vaccination schedules and exempt children from vaccines without medical cause.6

In response, provaccination advocates…

The emergence of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) in China and its rapid spread throughout the world, inflicting enormous morbidity and mortality, clearly highlights the need for safe and effective vaccines.

Many countries and pharmaceutical companies are moving rapidly to design and test such vaccines; the World Health Organization has listed more than 120 candidates in various stages of development.

 As we quickly embark on the pursuit of vaccines to prevent coronavirus disease 2019 (COVID-19), many are concerned that the rapidity with which these studies are being conducted will mean that vaccine safety will be sacrificed. However, over the past several decades…

The lower than expected rates of children affected by coronavirus disease-2019 does not mean that there was no impact on children’s health. Using data on pediatric healthcare visits before and after the breakout of coronavirus disease-2019 and historical data, we identified pediatric conditions that were most affected by the pandemic and epidemic control measures during the pandemic.

This is a single-center US case series of 18 infants <90 days old who tested positive for severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2). These infants had a mild febrile illness without significant pulmonary disease. One-half of the infants were hospitalized; 1 had bacterial urinary tract co-infection. Nasopharyngeal viral loads were notably high. Latinx ethnicity was overrepresented.

Background: We investigated the association between age, duration of clinical symptoms and viral shedding in outpatient children infected with respiratory syncytial virus (RSV) in Japan.

Methods: Outpatients younger than 2 years of age, with suspected RSV infection between 2014 and 2018, were enrolled in the study. Following informed consent, nasal samples were collected at first and second clinic visits (with 0–9 days gap). RSV-A or -B infection and viral load were determined by real-time polymerase chain reaction. Clinical symptoms were recorded at first clinic visit, and fever and symptoms were recorded at home for up to 8 days. Association between clinical symptoms and patient characteristics, such as age, sex and birth weight, were analyzed using ordered logistic regression analysis. The association between viral reduction and estimated shedding period was examined using linear regression analysis.

Results: Among the 205 cases enrolled in the study, no difference was found in patient characteristics between RSV-A and -B infection. Duration of fever was prolonged with increased age. Duration of rhinorrhea and cough was shorter in females than in males and in groups with birth weight ≥3 kg than in those with <2.5 kg. Daily viral reduction increased and estimated viral elimination period decreased with age.

Conclusions: Fever duration was found to increase while viral shedding decreased with patient age.

Acute lower respiratory tract infections (ALRIs) are the most common disease for hospitalized children in Japan. The aim of this study was to identify viruses in children hospitalized for ALRIs and to demonstrate epidemiologic and clinical characteristics in Japan.

Methods: During a 2-year period from February 2013 to January 2015, we collected nasopharyngeal swab specimens from almost all hospitalized children with ALRIs in Nagasaki, a regional city of Japan, and its environs. Viruses were detected by multiplex polymerase chain reaction from these samples.

Results: We detected one or more viruses from 259 (69%) of 374 patients, 227 of whom were infected with a single virus, 30 with 2, and 2 with 3 viruses. Detected viruses in this study were rhinovirus (46.4%), respiratory syncytial virus (29.7%), human metapneumovirus (6.8%), parainfluenza virus (5.5%), enterovirus D68 (3.4%), influenza virus (2.7%), adenovirus (2.4%), bocavirus (2.0%) and Coxsackie virus (1.0%). We detected a seasonal shift in respiratory syncytial virus outbreaks from the 2013–2014 to the 2014–2015 seasons. There was no significant difference in clinical course and severity among those viruses. Patients with a history of asthma or underlying diseases were older and more frequently required oxygen therapy than previously healthy patients.

Conclusions: Viral etiology in hospitalized children with ALRIs in Nagasaki, Japan, was similar to that in many other countries. Enterovirus D68, which was recently recognized as a causative agent of severe ALRIs, was also identified in this study area. Severity of ALRIs may depend on underlying disease rather than type of etiologic virus.

Background: Estimates of the contribution of respiratory viruses to emergency department (ED) utilization remain limited.

Methods: We conducted surveillance of infants with acute respiratory infection (ARI) associated ED visits, which then resulted in either hospital admission or discharge home. Seasonal rates of specific viruses stratified by age, ethnicity, and socioeconomic status were estimated for both visits discharged directly from ED and hospitalizations using rates of positivity for each virus.

Results: During the 2014–2016 winter seasons, 3585 (66%) of the 5412 ARI ED visits were discharged home directly and 1827 (34%) were admitted to hospital. Among visits tested for all respiratory viruses, 601/1111 (54.1%) of ED-only and 639/870 (73.4%) of the hospital-admission groups were positive for at least one respiratory virus. Overall, respiratory virus-associated ED visit rates were almost twice as high as hospitalizations. Respiratory syncytial virus was associated with the highest ED (34.4 per 1000) and hospitalization rates (24.6 per 1000) among infants. ED visit and hospitalization rates varied significantly by age and virus. Māori and Pacific children had significantly higher ED visit and hospitalization rates for all viruses compared with children of other ethnicities.

Conclusions: Many infants with acute respiratory virus infections are managed in the ED rather than admitted to the hospital. Higher rates of ED-only versus admitted acute respiratory virus infections occur among infants living in lower socioeconomic households, older infants and infants of Māori or Pacific versus European ethnicity. Respiratory virus infections resulting in ED visits should be included in measurements of ARI disease burden.

Our objectives were to determine the prevalence of and to identify risk factors for coexisting bacterial meningitis (BM) in neonates with urinary tract infection (UTI).

Methods: A cross-sectional study was conducted at pediatric emergency department of a tertiary teaching hospital from 2001 to 2017. Infants <29 days of age with UTI (≥10,000 colony-forming units/mL of a single pathogen from a catheterized specimen in association with positive urinalysis) were included. Definite BM was defined as growth of a single bacterial pathogen from a cerebrospinal fluid (CSF) sample and probable BM as (1) positive blood culture with CSF pleocytosis and treatment consistent with BM or (2) antibiotic pretreatment before lumbar puncture, CSF pleocytosis and treatment consistent with BM. Univariate testing was used to identify possible risk factors associated with BM. Receiver operating characteristics curves were constructed for the laboratory markers associated with BM.

Results: Three hundred seventy-one infants were included. Five [1.3%; 95% confidence interval (CI): 0.6%–3.1%] had BM: 4 definite BM and 1 probable BM. Risk factors detected for BM were classified as not being well-appearing and a procalcitonin value ≥0.35 ng/mL [sensitivity of 100% (95% CI: 56.6%–100%) and negative predictive value of 100% (95% CI: 96.1%–100%)].

Conclusions: Coexisting BM occurs uncommonly in neonates with UTI. Well-appearing neonates with UTI and procalcitonin value <0.35 ng/mL were at very low risk for BM; avoiding routine lumbar puncture in these patients should be considered.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(8):755, August 2020.

We describe 5 children with severe SARS-CoV-2 infection, hemodynamic instability and suspected acute abdomen. This form of the disease has not been previously documented. Four of the cases were confirmed SARS-CoV-2 infection and 1 probable. All of them were previously healthy and needed a pediatric critical care unit admission. The respiratory symptoms were not dominant or were absent. Also, fever was observed. Laboratory testing revealed lymphopenia and high levels of C-reactive protein and procalcitonin with d -dimer, ferritin and interleukin-6 usually elevated. Respiratory support and inotropic support were almost always necessary. In all of them, deterioration occurred on the day of admission.

We examined the dynamics of coronavirus 2019 (COVID-19) transmission within families. Our investigation demonstrated significantly lower rates of COVID-19 positivity in children compared with adults residing in the same household. Children of 5–17 years of age were 61% and children of 0–4 years of age were 47% less likely to have positive polymerase chain reaction results compared with adults residing in the same household.

In the US, 40% of families have school-aged children and in more than 90% of these households, at least 1 parent is employed outside the home. Schools play an important role in these working families.

Yet, schools have been closed for approximately 2 months in an effort to curb the coronavirus 2019 (COVID-19) pandemic, and closing has had a profound influence on family health and well-being. When and how should they reopen? We approach these questions with limited data, and past epidemics provide little guidance for COVID-19.

However, we know this: schools will reopen. Their closure is too burdensome on parents, communities, and the economy. Simply put, we cannot fully reopen society without reopening schools. This requires that children will be part of the first wave to re-emerge from shelter-in-place policies. With fast-approaching preparations required for a new school year, a collaborative team of clinicians, scientists, and educators developed this commentary to begin to highlight issues that must be considered to ensure a safe and strategically planned reopening of schools. The American Academy of Pediatrics also has recently posted considerations important to the reopening of schools.

In the US, in an urgent attempt to curb spread of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 and save lives, the nationwide closure of K-12 schools occurred rapidly. Planning for school reopenings must be more deliberate, delineating precisely how, when, under what conditions, and base the reopening on available data. School reopening can mitigate risks to children, families, and school personnel only if it is sensitive to community needs. Models such as the Center for Disease Control and Prevention’s Whole School, Whole Community, Whole Child and the School Health Index can provide a helpful framework.

Systematic review of the early Chinese experience reveals that patients younger than 19 years accounted for only 2.2% of 44 672 confirmed cases. Although severe COVID-19 is uncommon in children, a picture of critically ill children in the US is emerging, with up to 22% having no underlying medical condition and the medical conditions of others seemingly varying by communities served.

Furthermore, without more community-based data, we don’t know whether most children actually evade infection or, if infected, largely are asymptomatic. This uncertainty is dangerous. In children, who frequently require hands-on care, asymptomatic infection may pose a greater risk to susceptible individuals than might exposure to an asymptomatic adult.

In addition, current data indicate that children and adults have different infection outcomes. Possible mechanisms include changes in innate and adaptive immune responses with maturation, pediatric vaccinations or common infections that stimulate protective innate responses in children or, conversely, previous infections with common upper respiratory infection coronaviruses that stimulate deleterious acquired responses in adults, and differences in virus binding and infectivity of host epithelial cells.

Although severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 community surveillance testing has yet to be standardized, large-scale viral nucleic acid and serologic testing in children is needed to guide safe school reopening. This testing approach will require activation of nontraditional testing sites, such as homes and schools, and “child-friendly” self-collection methods. Testing capability is only the first step. The second is understanding the test results in the appropriate context. As large-scale testing is implemented, care must be taken to ensure that these test results are interpreted and communicated appropriately so as to inform, empower, and protect families, school personnel, and communities.

I n just a matter of weeks, the coronavirus disease-2019 (COVID-19) pandemic has led to huge societal public health and economic challenges worldwide. The clinical effects of COVID-19 on young children are uncertain when compared with older age groups, with lower morbidity and mortality rates and no conclusive evidence supporting transmission during pregnancy; however, there is emerging evidence of increasing rates of child hyperinflammatory shock.1-3 Research on the effects of prior pandemics and disasters clearly indicates that there will be both immediate and long-term adverse consequences for many children, with particular risks faced during early childhood, when brain architecture is still rapidly developing and highly sensitive to environmental adversity.4 Estimates predict an increase in maternal and child mortality in low- and middle-income countries as health services for non-COVID-related issues become scarce. For example, a conservative scenario of 15% decrease in coverage of life-saving essential health interventions for 6 months in low- and middle-income countries is associated with a 9.8% increase in mortality among children less than 5 years of age and an 8.3% increase in maternal mortality.5 Before the pandemic, 43% of all children less than 5 years of age in the world were estimated to be at risk of not achieving their developmental potential.

Coronavirus diease-2019 has disrupted pediatric healthcare. Observation of public health principles are vital. However, coronavirus diease-2019 has had unintended consequences on standard pediatric care. We describe cases of delayed diagnosis of diabetes leading to severe diabetic ketoacidosis; our aim is to highlight the need to apply basic pediatric principles for optimal care.

Raba, Ali Ahmed; Abobaker, Anis Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(8):e213, August 2020.

Drug-induced liver injury (DILI) is a rare but known adverse event associated with trimethoprim-sulfamethoxazole (TMP-SMX) in adults. No studies to date have looked at the risk of this association in children. We systematically reviewed the evidence for a potential association between TMP-SMX and DILI in the pediatric population.

Methods: PubMed, Medline, Embase, Cochrane Database of Systematic Reviews, Scopus and Web of Science was searched using a combination of terms to identify reports of TMP-SMX exposure, liver injury and pediatrics (≤18 years old). We included any studies with hepatic adverse events occurring after exposure to TMP-SMX. Bibliographies were reviewed for additional relevant references. The Narajno scale was used to assess causality in case studies.

Results: A total of 22 studies were identified: 3 randomized trials, 1 prospective observational study, 8 retrospective observational studies and 10 case reports. Among the randomized trials and prospective studies, only mild, transient hepatic function abnormalities were reported. Retrospective observational studies reported 1 fatal DILI and statistically significant increased odds of DILI with TMP-SMX use compared with nonuse. Among the 10 case reports, severe liver outcomes and mild hepatic function abnormalities were both reported. Naranjo scores suggested reported hepatic adverse events were probably because of exposure in 5, possible in 4, and doubtful in 1 case report.

Conclusions: Evidence regarding DILI associated with TMP-SMX exposure in pediatrics is limited. Observational population studies show mild hepatic abnormalities. Case reports suggest more severe manifestations of DILI. Additional studies may reveal the association between TMP-SMX and DILI in pediatrics.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(8):e215-e216, August 2020.

Cohen, Robert; Madhi, Fouad; Levy, Corinne; Bonacorsi, Stéphane Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(8):e216-e217, August 2020.

Ozkaya-Parlakay, Aslinur; Polat, Meltem Less

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(8):e218-e219, August 2020.

Diabetes Care 2020;43:991-9.

Estudio restrospectivo de cohortes en niños de 2-12 meses. Miden indicación de los tests y tratamiento antibiótico

Conclusiones: La tasa de uso de antibióticos en la bronquiolitis fue baja en todas las redes y se asoció con CXR, fiebre y apnea. Las pruebas no indicadas eran comunes fuera del Reino Unido e Irlanda y variaban a través de las redes, independientemente de las características del paciente. (Ponen en resultados que en España y Portugal se realizaron pruebas no indicadas en alrededor del 50% de los niños testados)

Se valora el efecto que la ITU durante la infancia puede tener en complicaciones renales posteriores durante el embarazo

Conclusiones: las infecciones urinarias infantiles no aumentaron el riesgo de complicaciones relacionadas con el embarazo en este estudio poblacional controlado. Por tanto, las infecciones urinarias en la infancia sin anomalías graves del tracto urinario parecen tener un efecto mínimo sobre la salud renal en la edad adulta temprana.

Artículo comentario:

Casi 6 meses después de la pandemia, la evidencia acumulada y la experiencia colectiva argumentan que los niños, particularmente los niños en edad escolar, son impulsores de la transmisión del SARS-CoV-2 mucho menos importantes que los adultos. Por lo tanto, se debe considerar seriamente las estrategias que permiten que las escuelas permanezcan abiertas, incluso durante los períodos de propagación de COVID-19. Al hacerlo, podríamos minimizar los costos sociales, de desarrollo y de salud potencialmente profundos y adversos que nuestros hijos seguirán sufriendo hasta que se pueda desarrollar y distribuir un tratamiento o vacuna eficaz o, en su defecto, hasta que alcancemos la inmunidad colectiva.

While the FilmArray Respiratory Panel EZ has been proven to reduce inappropriate antibiotic use in the outpatient pediatric setting, it is unclear whether its implementation will also reduce downstream health costs such as provider visits and telephone calls. This analysis will help pediatricians make more informed decisions on the implementation and judicious use of the Respiratory Panel EZ in their clinical practice.

Actualidad bibliográfica julio 2020

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·The Role of Human Coronavirus Infection in Pediatric Acute Gastroenteritis The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):645-649, July 2020.

Since human coronavirus (HCoV)–like particles were detected in the stool specimens of acute gastroenteritis and necrotizing enterocolitis children with electron microscopy, the relationship between HCoV and the pediatric gastrointestinal illness had been recognized. In recent years, the overall detection rates have been low and have varied by region. HCoVs have not been considered as the major pathogens in pediatric acute gastroenteritis. HCoVs detected in children with acute gastroenteritis have included 229E, OC43, HKU1, NL63, and severe acute respiratory syndrome coronavirus, Middle East Respiratory Syndrome Coronavirus and severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 have also been associated with gastrointestinal symptoms in children. Although digestive tract has been recognized as an infection route, it has not been possible to fully investigate the association between HCoVs infection and the gastrointestinal symptoms because of the limited number of pediatric cases. Furthermore, pathologic features have not been clear. Till now, our knowledge of severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 is limited. However, diarrhea and vomiting have been seen in pediatric cases, particularly in newborns and infants. It has been necessary to pay more attention on gastrointestinal transmission to identify the infected children early and avoid the children without apparent or mild symptoms becoming the sources of infection.

  • Prevalence of Gastrointestinal Symptoms and Fecal Viral Shedding in Patients With Coronavirus Disease 2019: A Systematic Review and Meta-analysisJAMA Netw Open. 2020;3(6):e2011335. doi:10.1001/jamanetworkopen.2020.11335

Importance:  Coronavirus disease 2019 (COVID-19) is a global pandemic and can involve the gastrointestinal (GI) tract, including symptoms like diarrhea and shedding of the severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) in feces.

Objective:  To provide a pooled estimate of GI symptoms, liver enzyme levels outside reference ranges, and fecal tests positive for SARS-CoV-2 among patients with COVID-19.

Data Sources:  An electronic literature search was performed for published (using MEDLINE/PubMed and Embase) and preprint (using bioRxiv and medRxiv) studies of interest conducted from November 1, 2019, to March 30, 2020. Search terms included “COVID-19,” “SARS-Cov-2,” and/or “novel coronavirus.”

Study Selection:  Eligible studies were those including patients with SARS-CoV-2 infection who reported GI symptoms.

Data Extraction and Synthesis:  Data on patients with GI symptoms (ie, diarrhea, nausea, or vomiting), liver enzyme level changes, and fecal shedding of virus were extracted. Quality of studies was examined using methodological index for nonrandomized studies. Pooled estimates (%) were reported with 95% CIs with level of heterogeneity (I2).

Main Outcomes and Measures:  Study and patient characteristics with pooled detection rates for diarrhea, nausea or vomiting, liver enzyme levels outside reference ranges, and SARS-CoV-2 positivity in feces tests were analyzed.

Results:  Of 1484 records reviewed, 23 published and 6 preprint studies were included in the analysis, with a total of 4805 patients (mean [SD] age, 52.2 [14.8] years; 1598 [33.2%] women) with COVID-19. The pooled rates were 7.4% (95% CI, 4.3%-12.2%) of patients reporting diarrhea and 4.6% (95% CI, 2.6%-8.0%) of patients reporting nausea or vomiting. The pooled rate for aspartate aminotransferase levels outside reference ranges was 20% (95% CI, 15.3%-25.6%) of patients, and the pooled rate for alanine aminotransferase levels outside reference ranges was 14.6% (95% CI, 12.8%-16.6%) of patients. Fecal tests that were positive for SARS-CoV-2 were reported in 8 studies, and viral RNA shedding was detected in feces in 40.5% (95% CI, 27.4%-55.1%) of patients. There was high level of heterogeneity (I2 = 94%), but no statistically significant publication bias noted.

Conclusions and Relevance:  These findings suggest that 12% of patients with COVID-19 will manifest GI symptoms; however, SAR-CoV-2 shedding was observed in 40.5% of patients with confirmed SARS-CoV-2 infection. This highlights the need to better understand what measures are needed to prevent further spread of this highly contagious pathogen.

Desde la aparición de los primeros casos en diciembre de 2019 hasta el momento actual, más de tres millones de personas se han infectado por SARS-CoV-2 en el mundo. Los síntomas más frecuentes son fiebre, tos, mialgias y dificultad respiratoria. No obstante, al progresar la pandemia, se ha prestado una atención creciente a los síntomas gastrointestinales. Entre ellos, destacan hiporexia, náuseas, vómitos y diarrea. También puede haber hipertransaminasemia. Desde el punto de vista digestivo, cabe tener en cuenta que ciertas patologías crónicas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden beneficiarse de ciertas modificaciones en cuanto a tratamiento se refiere. Por último, cabe reflejar que ha de extremarse la precaución durante la realización de endoscopias. En esta revisión se ahonda en todos estos aspectos.

Inmunidad innata frente a SARS-CoV-2. La activación de la vía del IFN limita la replicación viral e induce la posterior respuesta inmune adaptativa.  El SARS-CoV y el SARS-CoV-2 parecen compartir como receptor la ACE2, que se expresa principalmente en las células alveolares tipo 2 del pulmón  y  también se encuentran en monocitos, macrófagos o células endoteliales habiéndose descrito también neurotropismo . Los macrófagos, tras verse infectados, realizan presentación de antígenos a las células T. Este proceso, en el que se añade la presencia de PAMP (patrones moleculares asociados a patógenos) derivados de viru ( y que reconocen las células de la inmunidad innata) , conduce a la activación y diferenciación de células T, incluida la producción de citocinas asociadas con los diferentes subconjuntos de células T-

Se especuló que en la infección por SARS-CoV o MERS-CoV, el retraso en la respuesta IFN tipo 1 comprometía el control de la replicación viral. Esto provocaba la citada afluencia de neutrófilos y monocitos-macrófagos9. El aumento y activación persistente de estas células derivaría en daño pulmonar, incluida la neumonía o el síndrome de dificultad respiratoria aguda. En la infección por SARS-CoV-2, sería esperable un escenario similar.

Papel de linfocitos T en la inflamación por coronavirus

En la respuesta inmune a coronavirus, el papel de los linfocitos T es predominante. En el caso de MERS CoV  los linfocitos CD4+ eran más susceptibles a la infección y su daño condicionaba una peor evolución. Dicha susceptibilidad se observó también en el caso de SARS-CoV9. En este caso la depleción de CD4+ se traducía en un menor reclutamiento de linfocitos en territorio pulmonar, lo que condicionaba una importante neumonitis intersticial con un menor aclaramiento del viru. A consecuencia de esta disregulación, los linfocitos T CD4+ presentes generaban un aumento de citocinas que se traducía en un cúmulo de monocitos y neutrófilos que activaban a su vez otras cascadas inflamatorias mediante la síntesis de citocinas (IL-1, LL-6, IL-8, IL-21, TNF-β y MCP-1).

Mecanismos de evasión inmunitaria

Los coronavirus están particularmente adaptados para evadir la detección inmune en el reconocimiento de interferón, el cross-talking intercelular y la señalización intracelular suponen los 3 modos fundamentales para lograr evadir la actividad inmunitaria.

 Los coronavirus infectan de forma primaria a macrófagos. Estos presentan los antígenos sobre las células T, lo que provoca su activación y la producción de citocinas asociadas a los diferentes subtipos de estos (destacando Th17). Posteriormente estas citocinas amplificarán la respuesta inmune9.

La producción de IFN tipo 1 es de gran importancia c para optimizar la liberación de proteínas antivirales, promover la fagocitosis por macrófagos y facilitar la protección de células no infectadas. Las proteínas accesorias de los coronavirus pueden interferir la señalización vía PAMP de los receptores de tipo toll (toll-like receptors o TLR) durante la replicación para evitar así la activación. Con ello, Por un lado, se facilita la persistencia viral. Por otro, se genera un efecto negativo en células natural killer (NK) o macrófagos y se altera la activación de las células T CD8+.

 Ambos fenómenos se pueden acompañar de una producción inadecuada de citocinas ( IL-1, IL-6, IL-8, IL-21, factor de necrosis tumoral beta (TNF-β) y proteína quimioatrayente de monocitos 1 (MCP-1)  que provoca el reclutamiento de linfocitos y leucocitos en el lugar de infección

Patrón de respuesta inmune a coronavirus SARS-CoV-2

La mayoría de pacientes con COVID-19 y necesidad de ingreso hospitalario mostraron linfopenia. Esto se justificaría, como se ha explicado, por la migración a territorio pulmonar de linfocitos T, que se apreciaría como . neumonías bilaterales con imágenes en vidrio esmerilado constituirían   ( en RxT y Tc Tórax). 

En relación con las poblaciones leucocitarias, y dada la linfopenia, se ha propuesto el ratio neutrófilo-linfocito como un posible marcador de evolución. El descenso relativo de linfocitos sería un marcador indirecto de la inflamación pulmonar subyacente.

En pacientes COVID-19 hospitalizados con mala evolución, se han descrito niveles de citocinas aumentados (IL-2, IL-7, IL-10, G-CSF, IP-10, MCP-1, MIP-1A y TNFα28)

 También se ha descrito un aumento de dímero D, troponina I, IL-6 en suero y de proteína C reactiva3. En relación con la IL-6, esta es producida por macrófagos, células T, células endoteliales y fibroblastos y su expresión exacerbada no solo condiciona un estado proinflamatorio , sino también fenómenos de activación macrofágica

Tratamientos

Lopinavir/ritonavir: El uso de ambos antivirales se plantea en COVID-19 como resultado de su anterior utilidad frente a SARS-CoV y MERS-CoV. No existe evidencia actual que sustente su uso y los primeros trabajos realizados indican que puede no tener influencia sobre la mortalidad de estos pacientes.

Remdesivir: posee actividad antiviral frente a un número amplio de virus ARN. Su efecto y utilidad frente a SARS-CoV-2 se encuentra en estudio.

Hidroxicloroquina: alcaliniza el medio dificultando la acción del fagolisosoma viral y, por lo tanto, enlentece o dificulta la replicación de coronavirus. Recientemente se ha demostrado su utilidad in vitro contra el SARS-CoV-2. Dicha utilidad aún no dispone de evidencia clínica siendo por lo tanto su uso empírico. Se debe prestar atención a los posibles efectos secundarios.

Macrólidos: Se atribuye a este grupo de antibióticos cierto perfil inmunomodulador (sobre la acción de neutrófilos o la liberación de citocinas como IL-8) . No existe aún evidencia que confirme que su uso individual o en combinación con HQ permita una mejor evolución35.

Interferón alfa y beta: objetivo mitigar la posible disrupción que en esta vía de respuesta innata produce el virus. En  anteriores epidemias por coronavirus ofreció resultados controvertidos.

Corticoides: su  uso en COVID-19 resulta discutido. Por un lado,  tiene  efecto inmunosupresor que ante una disregulación inmune proinflamatoria pudiera ser útil. Por otro lado, incrementan y perpetúan la linfopenia pudiendo interferir en una respuesta dirigida a aclarar la presencia viral. Las recomendaciones realizadas por los clínicos que atendieron COVID-19 en Wuhan pivotan sobre 5 claves: (1) Se debe valorar cuidadosamente el beneficio/riesgo de su uso. (2) Se deben considerar sobre todo en pacientes críticos. (3) En pacientes con hipoxemia debida a enfermedades subyacentes o con tratamiento con corticoides de forma regular debe considerarse su uso. (4) Las dosis deben ser bajas o moderadas (≤0,5-1mg/kg por día de metilprednisolona o equivalente), y (5) la duración debe ser corta (≤7días)37.

Tocilizumab: anticuerpo monoclonal humanizado dirigido contra el receptor de la IL-6. Su uso podría frenar la activación inmunitaria subyacente siendo por lo tanto una opción terapéutica en pacientes con crítica o mala evolución. En el caso de no disponer de la determinación de esta molécula, se puede utilizar como biomarcador la ferritina.

Suero de convaleciente: Planteado su uso en epidemias previas por SARS-CoV y MERS-CoV, en el momento actual existen pocos datos acerca de su beneficio. Solo un trabajo sobre 5 pacientes parece ofrecer resultados. Debe ser valorado su uso con precaución .

Schistosomiasis, also known as Bilharzia, is a waterborne parasitic disease that affects over 230 million people worldwide, accounting for 1.44 million disability-adjusted life years lost.1,2 It is caused by trematode parasites of the genus Schistosoma, (S.) which have intricate life cycles requiring human freshwater contact and the presence of a suitable snail vector. Transmission occurs during freshwater contact, as cercariae penetrate human skin and migrate via major blood vessels to final venous plexuses. The lifespan of a schistosome ranges between 3 and 10 years but can live up to 40 years

https://jamanetwork.com/journals/jamapediatrics/fullarticle/2763176

https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/2767634

·Symptomatic Infection is Associated with Prolonged Duration of Viral Shedding in Mild Coronavirus Disease 2019: A Retrospective Study of 110 Children in Wuhan The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e95-e99, July 2020.

Information regarding viral shedding in children with coronavirus disease 2019 (COVID-19) was limited. This study aims to investigate the clinical and laboratory characteristics associated with viral shedding in children with mild COVID-19.

Methods: The clinical and laboratory information of 110 children with COVID-19 at Wuhan Children’s Hospital, Wuhan, China, from January 30 to March 10, 2020, were analyzed retrospectively.

Results: The median age was 6 years old. The median period of viral shedding of COVID-19 was 15 days (interquartile range [IQR], 11–20 days) as measured from illness onset to discharge. This period was shorter in asymptomatic patients (26.4%) compared with symptomatic patients (73.6%) (11 days vs. 17 days). Multivariable regression analysis showed increased odds of symptomatic infection was associated with age <6 years (odds ratio [OR] 8.94, 95% confidence interval [CI]: 2.55–31.35; P = 0.001), hypersensitive C-reactive protein >3.0 mg/L (OR 4.89; 95% CI: 1.10–21.75; P = 0.037) and presenting pneumonia in chest radiologic findings (OR 8.45; 95% CI: 2.69–26.61; P < 0.001). Kaplan-Meier analysis displayed symptomatic infection ( P < 0.001), fever ( P = 0.006), pneumonia ( P = 0.003) and lymphocyte counts <2.0 × 10 9 /L ( P = 0.008) in children with COVID-19 were associated with prolonged duration of viral shedding in children with COVID-19.

Conclusion: Prolonged duration of viral shedding in children with COVID-19 was associated with symptomatic infection, fever, pneumonia and lymphocyte count less than 2.0 × 10 9 /L. Monitoring of symptoms could help to know the viral shedding in children with COVID-19.

·Mycoplasma pneumoniae in Children With and Without Community-acquired Pneumonia. What do PCR and Serology Say? The Pediatric Infectious Disease Journal: July 2020 – Volume 39 – Issue 7 – p e104-e108 doi: 10.1097/INF.0000000000002636

Background: IgM titers of Mycoplasma pneumoniae can remain high for months or years, and specific DNA can be detected in asymptomatic people.

Methods: We compared the performance of serology and PCR in children with and without community-acquired pneumonia (CAP) for the diagnosis of M. pneumoniae.

Results: In children with CAP, a positive test by M. pneumoniae (PCR and/or paired serology or both) were found in 13.9%. Of these, 10.3% were positive by multiplex PCR (Seeplex-Seegen), and 6.7% exhibited quadrupled titers (22 for IgG, 6 for IgM and 5 for both). Both tests were positive in 2.8% of cases. In the group without CAP, 3.3% were positive by PCR. Thirty-two percent of children with CAP and 38.3% of healthy children had IgM titers >11 in the acute phase.

Conclusions: The detection of IgM is not useful for diagnosing acute M. pneumoniae infection, and a positive PCR result can be due to colonization and not infection. New and better diagnostic techniques are required.

The clinical spectrum of Mycoplasma pneumoniae pneumonia is widely variable. This study evaluated the clinical manifestations of M. pneumoniae pneumonia in children of different age groups and by the presence of co-detected respiratory virus.

Methods: This study included children hospitalized with M. pneumoniae pneumonia between 2010 and 2015. At the time of pneumonia diagnosis, a nasopharyngeal aspirate was analyzed for respiratory viruses by reverse transcription-polymerase chain reaction (RT-PCR). The clinical manifestations and laboratory findings were reviewed from medical records.

Results: Of the 286 children with M. pneumoniae pneumonia, 84 (29.4%) had a co-detected respiratory virus, with the highest co-detection rate in young children (51.9% of children <2 years; P = 0.002). In children <2 years, with and without co-detected virus, wheezing occurred in 35.7% and 15.4%, respectively. Among the 202 children without any virus detected, only 6.4% were <2 years. These young children showed fewer median days of fever than the children ≥2 years (8 vs. 11 days; P = 0.022). Children ≥2 years tended to have accompanying skin rashes (21.7% vs.7.7%; P = 0.310) and elevated liver enzymes (21.7% vs. 0%; P = 0.075) more frequently than children <2 years. Only 53.8% of the patients <2 years were treated with macrolide compared with 94.1% of the patients ≥2 years (P < 0.001).

Conclusions: The clinical manifestations of M. pneumoniae pneumonia in young children are milder than those in older children. A high prevalence of co-detected respiratory virus in young children suggests that virus might play a role in making pneumonia clinically apparent in this age group.

Objetivos: analizar el empleo de los test de detección rápida de antígeno estreptocócico en Pediatría de Atención Primaria (AP), su impacto en la prescripción de antibióticos y la reducción de costes del tratamiento antibiótico. Material y métodos: estudio descriptivo transversal, en menores de 15 años atendidos en AP, en 24 centros de salud, desde abril de 2017 hasta febrero de 2018. Se elaboró un protocolo de utilización del test de detección rápida de antígeno estreptocócico (TDRS). Se incluyeron pacientes con escala Centor mayor o igual a 2 puntos. Se extrajeron del sistema de facturación de recetas datos del número de dosis diaria definida (DDD) e importe de antibióticos en dicha temporada, comparándose con el gasto en los 12 meses previos. Resultados: se realizaron 819 TDRS. Resultaron positivos 250 (30,5%), negativos 557 (68%) y 12 no valorables (1,5%). Se prescribió antibiótico al 33% de los pacientes (todos los positivos, 18 negativos, 3 no valorables). En 539 pacientes (97%) con resultado negativo no se instauró antibiótico. El número de DDD total disminuyó en 21 960 (12%), de las cuales 19 023 (86,6%) corresponden a los antibióticos más utilizados (penicilinas, amoxicilina, amoxicilina-clavulánico y azitromicina). La reducción económica fue de 11 320 € (12,5%) y el gasto en TDRS fue de 991 €, lo que supone un ahorro de 10 329€. Conclusiones: la introducción del TDRS en consultas de Pediatría de AP ha permitido que se eviten un elevado número de tratamientos antibióticos. Su utilización ha demostrado ser eficiente en la optimización del consumo de antibióticos, consiguiendo reducir su utilización, evitar efectos adversos y reducir el gasto farmacéutico innecesario.

Casos clínicos

An otherwise healthy 8-year-old girl presented with a 2-month history of mildly pruritic, area of alopecia on her scalp. Examination revealed a well-circumscribed, annular (4 × 3 cm), slight scaly, noninflammed, grayish-white patch of hair loss (Figure, A ). Marked hair fragility was elicited on hair pull; no cervical lymphadenopathy was noted. Other mucocutaneous sites were uninvolved. Dermoscopic (Dermlite, DL4, polarized/contact mode, 10×, San Juan Capistrano, California) evaluation of the alopecic patch showed multiple black dots, comma hair, and corkscrew hair along with peripilar scales (Figure, B). Wet mount with 10% potassium hydroxide of skin scraping and pulled hair revealed branched, septate hyphae and spores within the hair shaft. Based on the clinicodermoscopic and microbiologic findings, a diagnosis of tinea capitis was established. The lesion healed with a 4-week course of systemic and topical antifungals without any residual scarring.

A 2-year-old girl is admitted to the paediatric critical care unit following a traumatic pneumothorax as a result of a road traffic collision. After a few days, the chest drain is removed, and she is transferred to the ward for further observation. You clerk the patient on admission to the paediatric ward and are pleased to note that she is well, with no signs of respiratory distress and all observations within normal limits for her age. A senior colleague requests that you arrange a chest X-ray (CXR) to ensure that the pneumothorax has resolved. You question the importance of this investigation in an asymptomatic child.

Structured clinical question

Following chest drain removal in children (patient), does routine chest radiography (intervention) assist in monitoring or change the management of asymptomatic patients (outcome)?

Search

In December 2019, we searched Embase (1946–present) and MEDLINE (1946–present) databases using the OVID search interface. Our search terms included: (chest x-ray OR chest radiograph) AND (chest drain OR chest tube OR thoracostomy tube) AND (removal OR withdrawal) AND (children OR paediatrics OR adolescents OR infants). We identified 98 articles, written in English language, which were reviewed further; case reports and conference abstracts were excluded. A further search of the Cochrane Library was performed using the same search terms, which identified 14 clinical trials; however, none of these trials were appropriate for our clinical question. A total of 6 relevant studies were identified as described in table 1. The level of evidence was classified according to Oxford Centre for Evidence-Based Medicine 2009.1

A 6-month-old infant and her family presented with a 5-month relapsing scabies at a post-therapy visit. Topical 5% permethrin treatment was administered to all members, and repeated five times at a once every week regimen.

The examination was negative for active skin burrows, though an elongated, scaling lesion around the infant’s second right fingernail lateral folds and an analogous lesion on the elder brother’s hallux nail folds were detected. Dermoscopy showed intact burrows and subsequent scraping confirmed the presence of Sarcoptes mites (figure 1). Topical treatment with 5% permethrin under occlusion led to the definitive resolution of the scabies. …

·Mycobacterium abscessus Soft Tissue Infection: Review of Published Cases and Challenges in Treatment. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e130-e132, July 2020

We report the first case of Mycobacterium abscessus soft tissue infection following a firearm injury. We summarize previous published cases of M. abscessus soft tissue infection and review the current evidence on management.

 la sintomatología gastrointestinal está presente de forma relevante, según un metaanálisis, con una incidencia acumulada del 17,6% y en el subgrupo de población pediátrica del 24,8%. Posible fisiopatogenia : elevada expresión del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 en las células intestinales, el cual modula la inflamación gastrointestinal.

Niño de 11 años, sin antecedentes , con dolor abdominal en FII, fiebre, vómitos y diarrea de 5 días, sin otra sintomatología y sin ambiente epidémico familiar.EF: REG, sin aspecto séptico, normotenso, sin signos de distrés, auscultación cardiopulmonar normal, abdomen distendido, blando, depresible con dolor a la palpación en hemiabdomen izquierdo y defensa abdominal. PPCC: hemograma con linfopenia (590/mcl). Bioquímica normal excepto ferritina 463ng/ml e IL-6 65,9pg/ml. Coagulación: AP 61%, dímero D 1.062μg/l, fibrinógeno >500s. Proteína C reactiva (PCR) 416,4mg/l y procalcitonina (PCT) 1,34ng/ml; hemocultivos, coprocultivo y toxina de Clostridium difficile negativos; test de detección de anticuerpos para SARS-CoV-2 y PCR-SARS-CoV-2 nasofaríngea positivos. Rx Tórax normal y ecografía abdominal con engrosamiento parietal difuso de colon descendente e hiperecogenicidad de la grasa adyacente. Con diagnóstico de infección por SARS-CoV-2 con afectación gastrointestinal se inicia tto con hidroxicloroquina, lopinavir/ritonavir y metilprednisolona intravenosa. Ante la sospecha de sobreinfección bacteriana abdominal, por elevación PCR y PCT, se asocia amoxicilina-clavulánico iv.Tras 24 h, mejoría clínica y descenso de los marcadores inflamatorios hasta su normalización al alta, completando 7 días de tto, momento en el que se repite PCR-SARS-CoV-2 nasofaríngea siendo negativa.

Se ha descrito la posibilidad de su transmisión por la excreción fecal, por la detección del ARN viral en las heces de pacientes infectados, incluso varias semanas tras su negativización en muestras respiratorias

·Erupción purpúrica petequial, ni en guantes, ni en calcetines. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:e55-e59.

El parvovirus B19 generalmente infecta a niños y adultos jóvenes, presentando cuadros exantemáticos característicos, como el eritema infeccioso. Dentro de las manifestaciones hemorrágicas con erupción purpúrica-petequial, está el síndrome papular-purpúrico en guantes y calcetines. En ocasiones, distribuciones atípicas con erupciones petequiales asimétricas podrían complicar el diagnóstico, llevando a plantear diagnósticos diferenciales y a realizar pruebas de laboratorio. Se describe un caso inusual de parvovirus B19 con erupción petequial atípica, y se hace una revisión de la literatura médica reciente.

·Tumoración cervical como única manifestación de fístula de seno piriforme. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:169-73.

Las adenopatías son la tumoración cervical benigna más frecuente en los niños, pero se deben sospechar otras patologías en caso de localización atípica, crecimiento rápido, consistencia pétrea, signos inflamatorios o supuración espontánea. La fístula del seno piriforme es una malformación congénita infrecuente de los arcos branquiales. Tras una infección, da lugar a una pseudotumoración que normalmente cursa con signos inflamatorios locales, fiebre y odinofagia, por lo que el tratamiento del proceso agudo es la antibioterapia sistémica de amplio espectro asociada en ocasiones a drenaje. El estudio de toda masa cervical debe iniciarse con una ecografía, a completar con una tomografía computarizada con contraste en caso de hallazgos sugestivos de absceso adyacente al tiroides o inflamación del mismo, que pueden orientar hacia fístula del seno piriforme. El método diagnóstico de confirmación es el examen endoscópico en el quirófano bajo anestesia general, que permite además realizar el tratamiento quirúrgico definitivo. Presentamos el caso clínico de una paciente que acude remitida desde Atención Primaria tras detectársele una tumoración indurada a nivel paramedial izquierda como única manifestación, consecuencia de una fístula de seno piriforme. 

·Rigidez de nuca, ¿siempre neurológico? Pensemos algo más. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:175-80.

Las complicaciones supurativas de la faringoamigdalitis aguda no tratada o inadecuadamente tratada son infrecuentes. Destacan, por su potencial gravedad, el absceso retrofaríngeo y parafaríngeo. Por su presentación clínica como limitación de movilidad cervical o rigidez de nuca en contexto infeccioso, pueden plantear la sospecha inicial de meningitis aguda. Por ello, es necesario que los profesionales sanitarios conozcan las características clínicas y la evolución de estas complicaciones, para así actuar de manera correcta, precoz y eficaz, debido a su potencial gravedad. A continuación, se presentan dos casos de complicaciones supurativas del área otorrinolaringológica que debutaron con clínica cervical: rigidez de nuca o limitación de la movilidad, y que suponen un reto diagnóstico

La infección por el nuevo coronavirus (Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 [SARS-CoV-2]), identificado en 2019 en Wuhan (China), es el causante de la denominada enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)1. Actualmente se ha extendido provocando una pandemia mundial que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de un millón y medio de personas en el mundo2. Al inicio del brote de COVID-19, la afectación en pacientes pediátricos fue descrita solo excepcionalmente, pero con la extensión progresiva del brote, cada vez se han comunicado más casos en niños, siendo la mayor parte de ellos leves o asintomáticos3.

Las manifestaciones clínicas comunes incluyen fiebre, tos seca, odinofagia, cefalea, astenia, mialgias y dificultad respiratoria. Hasta el momento, las manifestaciones cutáneas relacionadas con la COVID-19 han sido descritas solamente en la población adulta3,4. Dada la escasa información sobre esta clínica en pediatría se presentan 2 casos de pacientes pediátricos con infección por SARS-CoV-2 y afectación cutánea.

El primer caso es el de…

Desde la descripción de lesiones acroisquémicas asociadas a COVID-19 en la población pediátrica1 y su extensa difusión a través de medios de comunicación y redes sociales, son numerosas las asistencias diarias en consultas de pediatría y dermatología por estas lesiones.

La paciente 1…

·The Treatment of Acute Rheumatic Fever: Novel Use of Hydroxychloroquine The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e120-e122, July 2020.

Hydroxychloroquine (HCQ) suppresses an interleukin-1β-granulocyte-macrophage colony-stimulating factor cytokine axis, reported to be dysregulated in peripheral blood mononuclear cells of acute rheumatic fever patients ex vivo . We describe HCQ treatment for 2 patients with rheumatic carditis and a protracted inflammatory course. HCQ was associated with control of inflammatory markers, control of pericarditis in first patient and stabilization of progressive carditis in the second patient

Para profundizar

·The Association of Antibiotic Duration With Successful Treatment of Community-Acquired Pneumonia in ChildrenJournal of the Pediatric Infectious Diseases Society, piaa055, https://doi.org/10.1093/jpids/piaa055

National guidelines recommend 10 days of antibiotics for children with community-acquired pneumonia (CAP), acknowledging that the outcomes of children hospitalized with CAP who receive shorter durations of therapy have not been evaluated.

Methods

We conducted a comparative effectiveness study of children aged ≥6 months hospitalized at The Johns Hopkins Hospital who received short-course (5–7 days) vs prolonged-course (8–14 days) antibiotic therapy for uncomplicated CAP between 2012 and 2018 using an inverse probability of treatment weighted propensity score analysis. Inclusion was limited to children with clinical and radiographic criteria consistent with CAP, as adjudicated by 2 infectious diseases physicians. Children with tracheostomies; healthcare-associated, hospital-acquired, or ventilator-associated pneumonia; loculated or moderate to large pleural effusion or pulmonary abscess; intensive care unit stay >48 hours; cystic fibrosis/bronchiectasis; severe immunosuppression; or unusual pathogens were excluded. The primary outcome was treatment failure, a composite of unanticipated emergency department visits, outpatient visits, hospital readmissions, or death (all determined to be likely attributable to bacterial pneumonia) within 30 days after completing antibiotic therapy.

Results

Four hundred and thirty-nine patients met eligibility criteria; 168 (38%) patients received short-course therapy (median, 6 days) and 271 (62%) received prolonged-course therapy (median, 10 days). Four percent of children experienced treatment failure, with no differences observed between patients who received short-course vs prolonged-course antibiotic therapy (odds ratio, 0.48; 95% confidence interval, .18–1.30).

Conclusions

A short course of antibiotic therapy (approximately 5 days) does not increase the odds of 30-day treatment failure compared with longer courses for hospitalized children with uncomplicated CAP.

Starting from 2 pediatric cases of COVID-19, with confirmation at nasopharyngeal and rectal swabs, we considered the lesson learnt from previous Coronavirus epidemics and reviewed evidence on the current outbreak. Surveillance with rectal swabs might be extended to infants and children, for the implications for household contacts and isolation timing.

·Children’s Healthcare During Corona Virus Disease 19 Pandemic: the Italian ExperienceThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e137-e140, July 2020.

The unexpected outbreak of Corona Virus Disease 19 had several consequences worldwide and on the Italian Health System. We report our experience in the reorganization of our Pediatric Department to prevent the risk of infection for both children and staff. We strongly believe that the need to face an unpredictable emergency situation should not affect the quality of the assistance to the non–Corona Virus Disease patients.

La pandemia de COVID-19 ha planteado a nivel epidemiológico, clínico y preventivo incógnitas aún no resueltas por la comunidad científica. El impacto directo de la infección en los niños es muy bajo en comparación con el que ha supuesto en población adulta. A fecha de 31 de mayo de 2020, los menores de 14 años suponen el 0,6% de los pacientes totales confirmados en España, la afectación que han presentado ha sido más leve y mejor el pronóstico de la enfermedad, registrándose hasta la fecha tres fallecimientos1.

Sabemos que, durante el momento más duro de la pandemia, muchos pediatras, tanto de hospital como de Atención Primaria, colaboraron activamente en la atención a adultos enfermos de COVID-19, pero a continuación voy a referirme exclusivamente a las condiciones de atención a los pacientes pediátricos y a los condicionantes que, derivados de esta situación, pueden influir en la salud de los niños.

·Unique Features of Hospitalized Children with Alveolar Pneumonia Suggest Frequent Viral-Bacterial Coinfections The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):586-590, July 2020.

The World Health Organization Pneumonia Expert Group (WHO-PEG) defined a standardized radiologic endpoint for childhood community-acquired alveolar pneumonia (RD-CAAP), as the most likely to be pneumococcal, not ruling out other bacteria or coinfecting viruses. We aimed to determine the characteristics associated with hospitalization among children <5 years old presenting to the pediatric emergency room (PER) with RD-CAAP.

Methods: This study was a part of an ongoing prospective population-based surveillance on hospital visits for RD-CAAP. RD-CAAP was determined according to the WHO-PEG. The study was conducted in the prepneumococcal conjugate vaccine era (2004–2008).

Results: Of 24,432 episodes with chest radiographs, 3871)15.8%) were RD-CAAP: 2319 required hospitalization and 1552 were discharged (outpatients). Compared with outpatients, hospitalized children had lower temperature, peripheral white cell and absolute neutrophil counts and C reactive protein serum levels, but higher rates of hypoxemia, rhinorrhea, cough and respiratory virus detection. PER visits during the respiratory virus season presented a 1.83 times higher risk of hospitalization than visits during nonrespiratory season.

Conclusions: Although RD-CAAP is most often a bacterial infection, the unique characteristics of those visiting the PER and subsequently hospitalized suggest a frequent involvement of respiratory viruses, potentially as viral-bacterial coinfections, compared with outpatients.

Question: In the era of the pneumococcal vaccine, what is the evidence for adjusting high-dose beta-lactam antibiotic recommendations for acute otitis media (AOM)?

Relative presence of nasopharyngeal-cultured respiratory bacterial organisms.

There has been an increase in recovery of Haemophilus influenzae and a decrease in recovery of penicillin-resistant Streptococcus pneumoniae from nasopharyngeal specimens.

Conclusions: Recent microbiologic data suggest a treatment recommendation of regular dose amoxicillin-clavulanate.

Commentary: Pneumococcal conjugate vaccination has impacted the proportion of AOM infections, and presumably acute bacterial sinusitis infections caused by pneumococci. Based on our publication in 2017  and other sources, I agree that use of amoxicillin-clavulantate in preference to amoxicillin would be appropriate because about 50% of Haemophilus influenzae and all Moraxella catarrhalis isolated from middle ear fluid are resistant to amoxicillin.

 However, as the paper by Wald and DeMuri point out the situation is dynamic. Since publication of our paper, we have observed a dramatic increase in pneumococcal AOM,  returning to an incidence similar to pre-pneumococcal vaccine (PCV)13 (Kaur et al, manuscript submitted) and rising. In particular, we found that serotypes 35B and 35F are increasing in frequency and these strains are penicillin and multi-antibiotic resistant.

 Neither serotype will be included in forthcoming PCVs from Merck (PCV15) or Pfizer (PCV20). Also, we and others have found that H. influenzae is the most important pathogen causing recurrent AOM, chronic AOM, otitis media with effusion, and otitis media-associated hearing loss. The bacteria often form biofilms in the nasopharynx and middle ear, leading to the false impression of a “spontaneous cure” rate, often quoted to be 50%. Thirdly, disturbance of the resident, commensal microbiome in the nasopharynx and gut by antibiotic use can be harmful, with adverse effects on innate and adaptive immunity, autoimmunity, etc. Broader spectrum antibiotics, especially those that have activity against anaerobes such as amoxicillin-clavulanate, disturb the microbiome more than narrow spectrum antibiotics such as amoxicillin. Therefore, antibiotic treatment decisions are complicated by the need to weigh benefits and risks. My treatment of choice in today’s practices would be high-dose amoxicillin-clavulanate for a shortened 5-days treatment to optimize cure and reduce microbiome-disturbing adverse effects.

Question, Among children treated with antibiotics for acute otitis media (AOM), what is the incidence of common antibiotic-attributable adverse events (AEs)?

Design, Systematic review, meta-analysis.

Setting, Presumably outpatient and presumably in developed countries.

Participants: Children, 0-19 years old, treated with antibiotics for otitis media.

Intervention: Antibiotic (amoxicillin, amoxicillin/clavulanate, azithromycin, and cefdinir) treatment of AOM.

Outcomes: Incidences of diarrhea, generalized rash, diaper rash, and candidal diaper dermatitis.

Main Results: The meta-analysis included 82 articles. The incidences were of diarrhea: azithromycin (2.2%), placebo (6.9%), low-dose amoxicillin (8.7%), cefdinir (13.0%), high-dose amoxicillin (13.8%), and high-dose amoxicillin/clavulanate (18.9%); of generalized rash: azithromycin (1.4%), placebo (2.3%), low-dose amoxicillin (2.9%), high-dose amoxicillin/clavulanate (4.9%), and high-dose amoxicillin (6.5%); of diaper rash: placebo (4.6%), low-dose amoxicillin (6.4%), cefdinir (10.1%), and high-dose amoxicillin/clavulanate (14.8%); of candidal diaper rash: high-dose amoxicillin/clavulanate (3.3%), low-dose amoxicillin (5.8%).

Conclusions: The incidence of common AEs varied widely among commonly employed antibiotics.

Commentary: Antibiotics are the most commonly prescribed drug class for children,  as well as the leading cause of emergency department visits for adverse drug events in children.

 Knowledge of antibiotic AEs is therefore important for pediatric providers. The results of this meta-analysis should be interpreted with some caution, due to significant heterogeneity of included studies and a high risk of bias related to AE reporting. Still, the pooled AE rates provide useful insight into the frequency of common AEs observed with antibiotic therapy for AOM. The authors suggest that these AE rates may be helpful to clinicians when selecting antibiotics for AOM. Indeed, the highest rate of diarrhea (18.9%) occurred with high-dose amoxicillin/clavulanate, the recommended second-line agent for AOM.

 This underscores limiting its use to children who recently received amoxicillin, have otitis-conjunctivitis syndrome, or are failing high-dose amoxicillin. However, high-dose amoxicillin, the recommended first-line agent, had the second-highest rate of diarrhea (13.8%) and the highest rate of generalized rash (6.5%). Does this mean we should abandon high-dose amoxicillin in favor of other agents? High-dose amoxicillin has the highest activity of the commonly prescribed oral agents against the most common bacterial AOM pathogen, Streptococcus pneumoniae, and it retains activity against more than half of Haemophilus influenzae strains. It is also the most narrow-spectrum drug of these agents and is well tolerated. Thus, for children who truly need antibiotics, high-dose amoxicillin is still the best choice. A better question, then, may be whether antibiotics are warranted at all. Observation is a guideline-recommended option for select groups of children with AOM, and it is also the best way to avoid antibiotic AEs. This study is an important reminder that even the “best” antibiotics carry risk, and the need for judicious antibiotic prescribing is paramount.

Introducción y objetivos: analizar las características clínico-epidemiológicas de la dermatitis perianal por estreptococo betahemolítico del grupo A (SBHGA). Material y métodos: serie de casos con recogida prospectiva de datos durante un periodo de ocho años en una consulta de Pediatría. Resultados: se diagnosticaron 95 episodios (1/298 consultas) en 76 niños (varones/mujeres: 1,6/1). Edad media 4,5 años. Padecieron más de un episodio 13 pacientes con un total de 19 episodios sucesivos: 10 de ellos en un periodo inferior a 6 meses respecto al anterior (11% del total de episodios). Los motivos de consulta más frecuentes fueron: prurito, sangrado, dolor, estreñimiento y eritema perianal. El tratamiento se realizó por vía tópica en el 70% de los primeros episodios y combinado (tópico y sistémico) en el 68% de los sucesivos. Se constató un fracaso terapéutico inicial en tres episodios. La distribución estacional fue similar a la de faringoamigdalitis y escarlatinas por SBHGA diagnosticadas en el mismo periodo. Conclusiones: cinco motivos de consulta (prurito, sangrado, dolor, estreñimiento y eritema perianal), solos o combinados, estuvieron presentes en el 92% de los episodios. En solo el 17% de los primeros episodios el eritema perianal fue motivo de consulta. Puede ser tenue, sus bordes no siempre son nítidos y en ocasiones asocia lesiones satélites.

Streptococcus pyogenes (S. pyogenes) es un importante patógeno humano responsable de una gran diversidad de infecciones, algunas de las cuales presentan un carácter severo con elevada morbimortalidad asociada. La proteína M es un determinante de virulencia crítico de este microorganismo. Diferentes estudios comunican un incremento de enfermedad invasora por S. pyogenes (EISP) relacionado con un aumento de serotipos M1 y M3, de reconocida virulencia. El objetivo del trabajo es confirmar el incremento observado de las enfermedades invasoras por S. pyogenes durante 2011-2018, y conocer qué serotipos pudieran estar implicados.

Material y métodos: La identificación de los aislados se realizó mediante pruebas fenotípicas convencionales: morfología de las colonias, β-hemólisis, pruebas bioquímicas y detección de antígeno A de Lancefield (DiaMondiaL Strep Kit, DiaMondiaL, Langenhagen, Alemania). La sensibilidad antibiótica se determinó mediante microdilución (Vitek®2 Compact, bioMeriéux, Inc., Durham, NC). La caracterización genotípica incluyó el gen emm y el perfil de superantígenos.

Resultados: Entre 2011-2018 se recuperaron 29 S. pyogenes invasores de sangre (16), líquido pleural (9), líquido sinovial (3) y líquido cefalorraquídeo (1). Entre 2011 y 2013, se cuantificó una cepa por año. Entre 2014 y 2018 se aislaron 2, 5, 4, 6 y 9 cepas, respectivamente. Las entidades clínicas más frecuentes fueron bacteriemia y neumonía (10 y 9 casos). Los serotipos mayoritarios fueron M1 (11) y M3 (3), asociados predominantemente a neumonía (6/7 casos) e infección profunda de partes blandas (3/3 casos).

Conclusiones: Se constata un incremento de las enfermedad invasora por S. pyogenes en el periodo estudiado resultando mayoritarios, conforme a la bibliografía, los serotipos M1 y M3, los cuales se asocian con neumonía e infección profunda de partes blandas.

·Asymptomatic bacteriuria prevalence Prevalence of Asymptomatic Bacteriuria in Children: A Meta-Analysis. J Pediatr 2020;217:110-7.e4.

Question: Among well children, what is the prevalence of asymptomatic bacteriuria (AB)?

Design: Systematic review and meta-analysis of studies measuring prevalence of AB.

Setting: International.

Participants: Asymptomatic children, 0-19 years of age.

Intervention: Bladder catheterization, suprapubic aspiration, or 3 consecutive clean catch urine samples.

Outcomes: >1 organism with 100 000 colony forming units per milliliter (CFU/mL) for samples obtained by catheterization and 10 000 CFU/mL for samples obtained using suprapubic aspiration, with and without pyuria.

Main Results: 14 studies (49 806 children) demonstrated an overall AB prevalence of 0.37% (95% CI, 0.09-0.82) and 0.47% (95% CI, 0.36-0.59), and and AB prevalence without pyuria of 0.18% (95% CI, 0.02-0.51) and 0.38% (95% CI, 0.22-0.58), in boys and girls, respectively. Median AB duration from one study was 1.5 – 2 months.

Conclusions: AB prevalence is notably lower than that of urinary tract infection (UTI) in most subgroups, and therefore, a negative urinalysis (UA) with growth on urine culture should not be assumed to exclude a UTI.

Commentary: Historically, many clinicians have treated a positive urine culture with a negative UA as a true UTI, though these findings could also represent a false positive urine culture from either contamination or AB. Shaikh et al conclude that the prevalence of AB is too low to use it as an explanation for positive urine cultures without pyuria. However, although the absolute prevalence of AB may be low, the proportion of positive urine cultures caused by AB is still relatively high. For example, if 3.1% of patients with bronchiolitis have positive urine cultures,  and the prevalence of AB is 0.4-0.5%, then AB would account for over 10% of these cultures: [(0.4-0.5%)/3.1% >10%]. Additionally, in 13/14 studies in the meta-analysis by Shaikh et al, the method of collection was either suprapubic aspirate or “‘clean catch” (with 3 successive positive cultures required to be considered AB). As such, the pooled prevalence in their study does not factor in contamination, an important cause of false positive urine cultures in the real world. Shaikh et al suggest reconsidering the AAP guideline  recommendation to incorporate pyuria in the definition of UTI. We worry that treating all positive urine cultures without pyuria as true UTI will drive excessive antibiotic use, hospitalization, and imaging.

This study reports on the prevalence, intensity, and timing of an altered sense of smell or taste in patients with SARSCoV2 infections….

Importance:  An altered sense of smell and taste has been reported to be associated with coronavirus disease 2019 (COVID-19). To understand the evolution of these symptoms during the course of the disease is important to identify patients with persistent loss of smell or taste and estimate the impact of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection on the burden of olfactory and gustative dysfunctions.

Objective:  To evaluate the evolution of the loss of sense of smell and taste in a case series of mildly symptomatic patients with SARS-CoV-2 infection.

Design, Setting, and Participants:  This cross-sectional survey-based study included 202 mildly symptomatic adults (≥18 years) consecutively assessed at Treviso Regional Hospital, Italy, between March 19 and March 22, 2020, who tested positive for SARS-CoV-2 RNA by polymerase chain reaction on nasopharyngeal and throat swabs.

Main Outcomes and Measures:  Prevalence of altered sense of smell and taste at follow-up and their variation from baseline.

Results:  Of 202 patients completing the survey at baseline, 187 (92.6%) also completed the follow-up survey (103 [55.1%] women; median age, 56 years). The evaluation of the evolution of altered sense of smell or taste in the 113 patients reporting sudden onset of these symptoms at baseline showed that 55 patients (48.7%; 95% CI, 39.2-58.3) reported complete resolution of smell or taste impairment, 46 (40.7%; 95% CI, 31.6-50.4) reported an improvement in the severity, and only 12 (10.6%; 95% CI, 5.6-17.8) reported the symptom was unchanged or worse. Persistent loss of smell or taste was not associated with persistent SARS-CoV-2 infection.

Conclusions and Relevance:  At 4 weeks from the onset, 89% of the SARS-CoV-2–positive mildly symptomatic patients who had had a sudden onset of altered sense of smell or taste experienced a complete resolution or improvement of these symptoms. Persistent loss of smell or taste was not associated with persistent SARS-CoV-2 infection.

Importance: The epidemiologic and clinical characteristics of pediatric patients with coronavirus disease 2019 (COVID-19) have been reported, but information on immune features associated with disease severity is scarce.

Objective:  To delineate and compare the immunologic features of mild and moderate COVID-19 in pediatric patients.

Design, Setting, and Participants:  This single-center case series included 157 pediatric patients admitted to Wuhan Children’s Hospital with laboratory-confirmed severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Data were collected from January 25 to April 18, 2020.

Exposures:  Documented SARS-CoV-2 infection.

Main Outcomes and Measures:  Clinical and immunologic characteristics were collected and analyzed. Outcomes were observed until April 18, 2020.

Results:  Of the 157 pediatric patients with COVID-19, 60 (38.2%) had mild clinical type with pneumonia, 88 (56.1%) had moderate cases, 6 (3.8%) had severe cases, and 3 (1.9%) were critically ill. The 148 children with mild or moderate disease had a median (interquartile range [IQR]) age of 84 (18-123) months, and 88 (59.5%) were girls. The most common laboratory abnormalities were increased levels of alanine aminotransferase (ALT) (median [IQR], 16.0 [12.0-26.0] U/L), aspartate aminotransferase (AST) (median [IQR], 30.0 [23.0-41.8] U/L), creatine kinase MB (CK-MB) activity (median [IQR], 24.0 [18.0-34.0] U/L), and lactate dehydrogenase (LDH) (median [IQR], 243.0 [203.0-297.0] U/L), which are associated with liver and myocardial injury. Compared with mild cases, levels of inflammatory cytokines including interleukin 6, tumor necrosis factor α, and interferon γ were unchanged, whereas the level of immune suppressive interleukin 10 was markedly increased in moderate cases compared with mild cases (median [IQR], 3.96 [3.34-5.29] pg/mL vs 3.58 [3.10-4.36] pg/mL; P = .048). There was no statistically significant difference in absolute number of lymphocytes (including T cells and B cells) between mild and moderate cases, but moderate cases were associated with a decrease in neutrophil levels compared with mild cases (median [IQR], 2310/μL [1680/μL-3510/μL] vs 3120/μL [2040/μL-4170/μL]; P = .01). Immunoglobin G and the neutrophil to lymphocyte ratio were negatively associated with biochemical indices related to liver and myocardial injury (immunoglobulin G, ALT: r, −0.3579; AST: r, −0.5280; CK-MB activity: r, −0.4786; LDH: r, −0.4984; and neutrophil to lymphocyte ratio, ALT: r, −0.1893; AST: r, −0.3912; CK-MB activity: r, −0.3428; LDH: r, −0.3234), while counts of lymphocytes, CD4+ T cells, and interleukin 10 showed positive associations (lymphocytes, ALT: r, 0.2055; AST: r, 0.3615; CK-MB activity: r, 0.338; LDH: r, 0.3309; CD4+ T cells, AST: r, 0.4701; CK-MB activity: r, 0.4151; LDH: r, 0.4418; interleukin 10, ALT: r, 0.2595; AST: r, 0.3386; CK-MB activity: r, 0.3948; LDH: r, 0.3794).

Conclusions and Relevance:  In this case series, systemic inflammation rarely occurred in pediatric patients with COVID-19, in contrast with the lymphopenia and aggravated inflammatory responses frequently observed in adults with COVID-19. Gaining a deeper understanding of the role of neutrophils, CD4+ T cells, and B cells in the pathogenesis of SARS-CoV-2 infection could be important for the clinical management of COVID-19.

Hemos leído con atención el artículo de Rey Galán et al. expresando la necesidad de comunicar experiencias clínicas con respecto a la población pediátrica en relación al virus SARS-CoV-2 (COVID-19)1. El actual estado de urgencia sanitaria y social, entre otros aspectos, ha desembocado en un aumento de la investigación sobre el virus. En este contexto se han ido reportando nuevas manifestaciones clínicas ligadas al COVID-19, algunas como la anosmia, parecen ser distintivas, permitiendo el diagnóstico aun en individuos asintomáticos2. Entre ellas se han descrito lesiones cutáneas

Hemos leído con interés el artículo «Abscesos cervicales profundos infantiles: experiencia de una unidad de ORL infantil de referencia durante 15 años», publicado recientemente en su revista1.

Los autores refieren que el 88,9% de los niños (64/72) requirieron cirugía como parte del tratamiento. Los únicos casos que no precisaron tratamiento quirúrgico fueron las adenopatías abscesificadas menores de 1,5cm. El artículo concluye que la realización de cirugía precoz en abscesos grandes o profundos disminuye el número de complicaciones graves y recidivas. Un dato muy llamativo en la serie mencionada es que la totalidad de los niños con abscesos periamigdalinos y para/retrofaríngeos se intervinieron1, situación que dista mucho de nuestra práctica habitual.

Routine rotavirus (RV)-vaccination is recommended in Germany since August 2013. Five years later, we evaluated the recommendation by examining vaccine uptake and the impact on RV-gastroenteritis (RVGE) burden in all age groups and on intussusceptions in infants.

Methods: We estimated RV-vaccine uptake in the 2014–2018 birth cohorts using statutory health insurance prescription data. For impact assessment, we analyzed RVGE-surveillance data of the German infectious diseases notification system. We compared age-specific RVGE-incidences of different severity between pre-vaccination (2005/06–2007/08) and routine vaccination period (2013/14–2017/18) calculating incidence rate ratios (IRR) using Poisson regression. To determine the effect on intussusception, we used hospital discharge data (2006–2017) and compared incidences between pre-vaccination and routine vaccination period using Poisson regression.

Results: Vaccination coverage increased from 59% (2014) to 80% (2018). Incidences of RVGE-outpatient cases, RVGE-hospitalization and nosocomial RVGE among <5-year-olds decreased by 74% (IRR = 0.26; 95% CI: 0.26–0.27), 70% (IRR = 0.30; 95% CI: 0.30–0.31) and 70% (IRR = 0.30; 95% CI: 0.30–0.31), respectively. Incidence of RVGE-outpatient cases in age groups ineligible for RV-vaccination decreased by 38% (IRR 0.62; 95% CI: 0.61–0.63). Compared with the pre-vaccination period, incidence of intussusception in the first year of life decreased by 28% (IRR = 0.73; 95% CI: 0.68–0.79) while at age of the first vaccine-dose (7th–12th week of age) increase in incidence of intussusception was non-significant (IRR = 1.29; 95% CI: 0.93–1.78).

Conclusions: Routine RV-vaccination is well accepted in Germany. Since implementation of routine RV-vaccination, RVGE significantly decreased in <5-year-olds and in non-vaccinated older age groups through herd protection. The decline of intussusceptions in the first life year suggests a potential vaccination-associated protection against gastrointestinal infections that might trigger intussusceptions. These encouraging results should be communicated to doctors and parents for further improvement of vaccine uptake and protection of more infants.

·Mandatory vaccine policies associated with increased vaccination rates and decreased measles incidence. Mandatory Vaccination in Europe. Pediatrics 2020;145: pii e20190620.

Question: Among children living in Europe, what is the association between mandatory vaccination and vaccine-preventable disease reduction?

Design: Data analysis from the data banks of the European Centre for Disease Prevention and Control and the World Health Organization.

Setting: 29 European countries.

Participants: Children vaccinated.

Intervention: Vaccination rates from 2006 to 2015 for measles, 2006 to 2016 for pertussis, and mandatory vaccination policies.

Outcomes: Measles and pertussis vaccine coverage and the annual incidence of these diseases.

Main Results: Mandatory vaccine policies were associated with higher vaccination prevalence, 3.71% (95% CI, 1.68 – 5.74) and 2.14% (95% CI, 0.13 to 4.15) for measles and pertussis, respectively. Some countries imposed a monetary penalty for non-compliance. Every €500 increase in the maximum penalty demonstrated an increase of 0.8% and 1.1% for measles pertussis vaccination prevalence, respectively (P < .0001 for both). Only countries without non-medical exemptions demonstrated an association with a lower measles rate compared with countries without a mandatory vaccine policy, adjusted incidence rate ratio, 0.14 (95% CI, 0.05 to 0.36). Pertussis rates were not statistically different.

Conclusions: Mandatory vaccination policies were associated with higher vaccination rates and a decreased measles incidence.

Commentary: High rates of vaccination coverage are important in preventing infectious diseases. Strategies adopted by European Union countries to achieve and maintain high immunization rates in target populations include compulsory and recommended vaccinations, free of charge and co-payment.

In Europe, mandatory vaccination policies vary not only in the presence or absence of a mandate but also in the implementation and enforcement of the mandates as well as in the consequences faced by individuals who fail to comply with their country’s policy. This study found that mandatory vaccination against both measles and pertussis was associated with a higher prevalence of vaccination when compared with countries that did not have mandatory vaccination. Moreover, the magnitude of fines (in those European countries which imposed them) was associated with higher vaccination coverage. Currently, within the scientific community, there is an ongoing debate concerning compulsory vaccination.

2The findings from Vaz et al suggest mandatory immunization programs increase measles and pertussis coverage. Health care policy makers may find these results useful in identifying effective immunization rate-enhancing strategies.

·COVID-19 in Neonates and Infants: Progression and Recovery. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e140-e142, July 2020.

Between March 10, 2020 and April 17, 2020, of 8/70 (11.4%) SARS-CoV-2 positive infants that presented, 5/8 (63%) developed fever, 4/8 (50%) had lower respiratory tract involvement, 2/8 (25%) had neutropenia and thrombocytosis, and 4/8 infants (50%) were treated for suspected sepsis with broad-spectrum antibiotics. Only 1/8 (13%) required pediatric intensive care. All patients were eventually discharged home well.

As many countries begin to lift some of the restrictions to contain COVID-19 spread, lack of evidence of transmission in the school setting remains. We examined Irish notifications of SARS-CoV2 in the school setting before school closures on 12 March 2020 and identified no paediatric transmission. This adds to current evidence that children do not appear to be drivers of transmission, and we argue that reopening schools should be considered safe accompanied by certain measures.

·Three Hypotheses About Children COVID19. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e157, July 2020.

·Comparison of the Clinical Features of SARS-CoV-2, Other Coronavirus and Influenza Infections in Infants Less Than 1-Year-Old. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e157-e158, July 2020.

·COVID-19 in the Pediatric Population Admitted to a Tertiary Referral Hospital in Northern Italy: Preliminary Clinical Data. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):e160, July 2020.

·False-positive Results of Quantiferon-Tb-Gold Assay in Children. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(7):620-623, July 2020.

We present a pediatric case series describing false-positive QuantiFERON-TB Gold In-tube (QFT-GIT) assay (QIAGEN, Germany) results observed in a tertiary hospital in Spain (2013–2018). During the study period, 7 of 737 test results were considered false-positives: 4 children with chronic medical conditions, 1 Mycobacterium lentiflavum lymphadenitis, 1 infant born to a mother with pulmonary tuberculosis, and 1 child exposed to a noninfectious tuberculosis patient. Data regarding interferon-gamma release assays false-positive results in children are scarce, and more studies are necessary to determine the rates of false-positive results in low-prevalence settings.

·Probiotic Use and Safety in the Neonatal Intensive Care Unit: A Matched Cohort Study.  J Pediatr. 2020;222:59-64.e1. doi:10.1016/j.jpeds.2020.03.051.

To determine the prevalence of probiotic administration in infants born preterm over time, as well as the association between probiotic administration and select adverse outcomes.

Study design We performed a multicenter cohort study of infants 23-29 weeks of gestational age admitted to 289 neonatal intensive care units from 1997 to 2016. We evaluated the type of probiotics given and prevalence of exposure to probiotics over time and by site. We matched infants exposed to probiotics by several factors to unexposed infants receiving enteral feeds on the same postnatal day. We performed conditional logistic regression to evaluate the association between probiotics exposure and adverse outcomes, including necrotizing enterocolitis (NEC), bloodstream infections, meningitis, and death.

Results Of 78 076 infants, 3626 (4.6%) received probiotics. Probiotic use increased over the study period and varied among neonatal intensive care units. We matched 2178 infants exposed to probiotics to 33 807 without exposure. Probiotic administration was associated with a decrease in NEC (OR 0.62, 95% CI 0.48-0.80) and death (OR 0.52, 95% CI 0.39-0.70), an increase in Candida infection (OR 2.23, 95% CI 1.29-3.85), but no increase in bloodstream infection (OR 0.86, 95% CI 0.70-1.05) or meningitis (OR 1.18, 95% CI 0.40-3.46).

Conclusions Probiotic use increased over time and was associated with decreased odds of NEC and death. Prospective, randomized-controlled studies of specific probiotic products are needed to further investigate the safety and efficacy of probiotics in preterm infants.

·Etiology of Microcephaly and Central Nervous System Defects during the Zika Epidemic in Colombia.  J Pediatr. 2020;222:112-119.e3. doi:10.1016/j.jpeds.2020.02.023

To estimate the prevalence of microcephaly and central nervous system (CNS) defects during the Zika virus (ZIKV) epidemic in Colombia and proportion attributable to congenital ZIKV infection.

Study design

Clinical and laboratory data for cases of microcephaly and/or CNS defects reported to national surveillance between 2015 and 2017 were reviewed and classified by a panel of clinical subject matter experts. Maternal and fetal/infant biologic specimens were tested for congenital infection and chromosomal abnormalities. Infants/fetuses with microcephaly and/or CNS defects (cases) were classified into broad etiologic categories (teratogenic, genetic, multifactorial, and unknown). Cases classified as potentially attributable to congenital ZIKV infection were stratified by strength of evidence for ZIKV etiology (strong, moderate, or limited) using a novel strategy considering birth defects unique or specific to ZIKV or other infections and laboratory evidence.

Results Among 858 reported cases with sufficient information supporting a diagnosis of microcephaly or CNS defects, 503 were classified as potentially attributable to congenital ZIKV infection. Of these, the strength of evidence was considered strong in 124 (24.7%) cases; moderate in 232 (46.1%) cases; and limited in 147 (29.2%). Of the remaining, 355 (41.4%) were attributed to etiologies other than ZIKV infection (syphilis, toxoplasmosis, rubella, cytomegalovirus, herpes 1 and herpes 2 viruses only, n = 32 [3.7%]; genetic, n = 16 [1.9%]; multifactorial, n = 42 [4.9%]; unknown, n = 265 [30.9%]).

Conclusions Fifty-eight percent of cases of microcephaly and/or CNS defects were potentially attributable to congenital ZIKV infection; however, the strength of evidence varied considerably. This surveillance protocol might serve as a model approach for investigation and etiologic classification of complex congenital conditions.

Parechovirus A Infections in Healthy Australian Children During the First 2 Years of Life: A Community-based Longitudinal Birth Cohort StudyClinical Infectious Diseases, Volume 71, Issue 1, 1 July 2020, Pages 116–127, https://doi.org/10.1093/cid/ciz761

Background

Hospital-based studies identify parechovirus (PeV), primarily PeV-A3, as an important cause of severe infections in young children. However, few community-based studies have been published and the true PeV infection burden is unknown. We investigated PeV epidemiology in healthy children participating in a community-based, longitudinal birth cohort study.

Methods

Australian children (n = 158) enrolled in the Observational Research in Childhood Infectious Diseases (ORChID) study were followed from birth until their second birthday. Weekly stool and nasal swabs and daily symptom diaries were collected. Swabs were tested for PeV by reverse-transcription polymerase chain reaction and genotypes determined by subgenomic sequencing. Incidence rate, infection characteristics, clinical associations, and virus codetections were investigated.

Results

PeV was detected in 1423 of 11 124 (12.8%) and 17 of 8100 (0.2%) stool and nasal swabs, respectively. Major genotypes among the 306 infection episodes identified were PeV-A1 (47.9%), PeV-A6 (20.1%), and PeV-A3 (18.3%). The incidence rate was 144 episodes (95% confidence interval, 128–160) per 100 child-years. First infections appeared at a median age of 8 (interquartile range, 6.0–11.7) months. Annual seasonal peaks changing from PeV-A1 to PeV-A3 were observed. Infection was positively associated with age ≥6 months, summer season, nonexclusive breastfeeding at age <3 months, and formal childcare attendance before age 12 months. Sole PeV infections were either asymptomatic (38.4%) or mild (32.7%), while codetection with other viruses in stool swabs was common (64.4%).

Conclusions

In contrast with hospital-based studies, this study showed that diverse and dynamically changing PeV genotypes circulate in the community causing mild or subclinical infections in children.

Parechovirus can cause severe illnesses in children. However, studies focus mainly on hospitalized populations. True disease burden in the community remains largely unknown. From our community-based cohort, we found diverse parechovirus genotypes in the community, causing mild or subclinical infections in children.

El molusco contagioso (MC) es una enfermedad cutánea común con una prevalencia que oscila entre el 5,1 y el 11,5% en niños de 0 a 6 años de edad. Los niños con enfermedades cutáneas crónicas, como la dermatitis atópica, son más propensos a desarrollarlo.

Serie de 5 casos en niños de 4 a 10 años de edad, 3 de ellos diagnosticados previamente de dermatitis atópica. Acudieron S, Urgencias con lesiones inflamatorias muy pruriginosas en los codos y las rodillas de inicio abrupto en las últimas 48-72 h. No tenían fiebre ni otros síntomas generales, y no habían tomado medicación con anterioridad a la aparición de las lesiones. Todos habían consultado previamente a su médico por motivo de MC (2 no recibieron tto, 2 fueron tratados con hidróxido de potasio al 10% y uno con cantaridina. EF  pápulas edematosas de color rojizo/rosáceo localizadas en los aspectos extensores de las extremidades, en 3 casos restringidos a las rodillas y los codos. La erupción apareció al inflamarse el MC, lo que sugería una posible asociación.  TTO: corticoterapia tópica u oral, dependiendo de la extensión y el grado de inflamación de las lesiones. Las lesiones desaparecieron entre los días 7 y 15 del tratamiento, al igual que el MC.

Las reacciones inflamatorias secundarias a MC no están bien estudiadas, pero son comunes y causa frecuente de dolor y prurito. En muchos casos hay inflamación local que puede malinterpretarse como sobreinfección bacteriana. En pacientes con dermatitis atópica, las lesiones de MC tienden a aparecer en zonas de dermatitis eccematosa. Con menor frecuencia, los pacientes afectados desarrollan una reacción inflamatoria grave consistente en un exantema papular pruriginoso en los codos y las rodillas conocido como reacción al síndrome de Gianotti-Crosti-like (RSGC-L).  Un estudio retrospectivo reciente en 696 pacientes con MC encontró RSGC-L en 35 pacientes (4,9% de los casos): en 23 (67,6%) localizadas exclusivamente en los aspectos extensores de las extremidades, y en los 12 restantes (35,3%) restringidas a las rodillas y/o los codos.

Las RSGC-L se caracterizan por pápulas liquenoides alrededor de los codos, las rodillas y las nalgas. La aparición de estas reacciones no está relacionada con el número de lesiones de MC.Esta reacción puede estar presente en la visita inicial (50%) o desarrollarse uno o 2 meses después de iniciarse el tratamiento de MC (38%), independientemente del tratamiento recibido. En niños, las RSGC suelen asociarse a infecciones virales (virus de Epstein-Barr o hepatitis), en las que el desarrollo de lesiones cutáneas asintomáticas suele ir precedido de febrícula, dolor de garganta o malestar general. Estos pacientes sufren una respuesta inflamatoria seria y muy pruriginosa al MC, con desarrollo de estas lesiones típicas y en la mayoría de los casos con resolución espontánea del MC en pocos días o semanas.

·Managing Asthma during Coronavirus Disease-2019: An Example for Other Chronic Conditions in Children and AdolescentsJ Pediatr. 2020;222:221-226. doi:10.1016/j.jpeds.2020.04.049

CDC (Centers for Disease Control and Prevention), COVID-19 (Novel coronavirus disease-2019), OCS (Oral corticosteroids), SARS-CoV-2 (Severe acute respiratory syndrome corona virus)

The novel coronavirus disease-2019 (COVID-19), caused by the pathogen severe acute respiratory syndrome corona virus (SARS-CoV-2), has now spread around the globe with more than 1.8 million individuals affected and more than 110 000 deaths internationally.1,  2,  3,  4 As of April 12, 2020, there are 530 830 cases in the US with more than 20 000 deaths.2,3 The Institute for Health Metrics and Evaluation has predicted that this pandemic could exceed current healthcare capacity in the US with a total of 81 114 deaths (95% CI, 38 242-162 106) through August 2020.5

Asthma is one of the most common chronic diseases of childhood in the US. Data from the US Department of Health and Human Services notes that asthma prevalence increased between 2001 and 2010 and is now at its highest prevalence ever (overall 8.4% in 2010).6 In the US, approximately 7 million children have asthma.6 The morbidity of asthma in the US is high, and is higher in children than adults. Children missed 10.5 million school days owing to asthma in 2008; there were 6.7 million primary care visits related to asthma and 600 000 asthma-related emergency department visits for children in 2007.7

Multiple guidelines have emerged from international societies on the management of medical care during the COVID-19 pandemic, which include a section on pediatric asthma, including a North American guideline on contingency planning for allergy and immunology clinics during a pandemic and a Canadian Pediatric Society statement on asthma management during the COVID-19 pandemic.8,9 Owing to the high prevalence of asthma in the US, which is at the current epicenter of a global pandemic, the goal of this commentary is to provide an overview of what is known, and what is yet to be learned, about COVID-19 and pediatric asthma.

Differentiating Asthma from COVID-19

Symptoms of COVID-19 can be similar to those of worsening asthma, or an asthma exacerbation. Dry cough and shortness of breath, commonly seen in asthma, are among the most common presenting symptoms of COVID-19 in case series of children admitted to the hospital in China, as well as in available data from the Centers for Disease Control and Prevention (CDC) in the US.10,  11,  12

Fever, a common presenting symptom of COVID-19, may help to differentiate COVID-19 from an asthma exacerbation, although fever can be present in other virus-triggered asthma exacerbations as well.3,10,  11,

Importance:  Children of all ages appear susceptible to severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 infection. To support pediatric clinical studies for investigational treatments of coronavirus disease 2019 (COVID-19), pediatric-specific dosing is required.

Objective:  To define pediatric-specific dosing regimens for hydroxychloroquine and remdesivir for COVID-19 treatment.

Design, Setting, and Participants:  Pharmacokinetic modeling and simulation were used to extrapolate investigated adult dosages toward children (March 2020-April 2020). Physiologically based pharmacokinetic modeling was used to inform pediatric dosing for hydroxychloroquine. For remdesivir, pediatric dosages were derived using allometric-scaling with age-dependent exponents. Dosing simulations were conducted using simulated pediatric and adult participants based on the demographics of a white US population.

Interventions:  Simulated drug exposures following a 5-day course of hydroxychloroquine (400 mg every 12 hours × 2 doses followed by 200 mg every 12 hours × 8 doses) and a single 200-mg intravenous dose of remdesivir were computed for simulated adult participants. A simulation-based dose-ranging study was conducted in simulated children exploring different absolute and weight-normalized dosing strategies.

Main Outcomes and Measures:  The primary outcome for hydroxychloroquine was average unbound plasma concentrations for 5 treatment days. Additionally, unbound interstitial lung concentrations were simulated. For remdesivir, the primary outcome was plasma exposure (area under the curve, 0 to infinity) following single-dose administration.

Results:  For hydroxychloroquine, the physiologically based pharmacokinetic model analysis included 500 and 600 simulated white adult and pediatric participants, respectively, and supported weight-normalized dosing for children weighing less than 50 kg. Geometric mean-simulated average unbound plasma concentration values among children within different developmental age groups (32-35 ng/mL) were congruent to adults (32 ng/mL). Simulated unbound hydroxychloroquine concentrations in lung interstitial fluid mirrored those in unbound plasma and were notably lower than in vitro concentrations needed to mediate antiviral activity. For remdesivir, the analysis included 1000 and 6000 simulated adult and pediatric participants, respectively. The proposed pediatric dosing strategy supported weight-normalized dosing for participants weighing less than 60 kg. Geometric mean-simulated plasma area under the time curve 0 to infinity values among children within different developmental age-groups (4315-5027 ng × h/mL) were similar to adults (4398 ng × h/mL).

Conclusions and Relevance:  This analysis provides pediatric-specific dosing suggestions for hydroxychloroquine and remdesivir and raises concerns regarding hydroxychloroquine use for COVID-19 treatment because concentrations were less than those needed to mediate an antiviral effect.

Actualidad bibliográfica junio 2020

TOP TEN

The novel severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) pandemic has spread rapidly across the globe. In contrast to initial reports, recent studies suggest that children are just as likely as adults to become infected with the virus but have fewer symptoms and less severe disease. In this review, we summarize the epidemiologic and clinical features of children infected with SARS-CoV-2 reported in pediatric case series to date. We also summarize the perinatal outcomes of neonates born to women infected with SARS-CoV-2 in pregnancy. We found 11 case series including a total of 333 infants and children. Overall, 83% of the children had a positive contact history, mostly with family members. The incubation period varied between 2 and 25 days with a mean of 7 days. The virus could be isolated from nasopharyngeal secretions for up to 22 days and from stool for more than 30 days. Co-infections were reported in up to 79% of children (mainly mycoplasma and influenza). Up to 35% of children were asymptomatic. The most common symptoms were cough (48%; range 19%–100%), fever (42%; 11%–100%) and pharyngitis (30%; 11%–100%). Further symptoms were nasal congestion, rhinorrhea, tachypnoea, wheezing, diarrhea, vomiting, headache and fatigue. Laboratory test parameters were only minimally altered. Radiologic findings were unspecific and included unilateral or bilateral infiltrates with, in some cases, ground-glass opacities or consolidation with a surrounding halo sign. Children rarely needed admission to intensive care units (3%), and to date, only a small number of deaths have been reported in children globally. Nine case series and 2 case reports described outcomes of maternal SARS-CoV-2 infection during pregnancy in 65 women and 67 neonates. Two mothers (3%) were admitted to intensive care unit. Fetal distress was reported in 30% of pregnancies. Thirty-seven percent of women delivered preterm. Neonatal complications included respiratory distress or pneumonia (18%), disseminated intravascular coagulation (3%), asphyxia (2%) and 2 perinatal deaths. Four neonates (3 with pneumonia) have been reported to be SARS-CoV-2 positive despite strict infection control and prevention procedures during delivery and separation of mother and neonates, meaning vertical transmission could not be excluded.

https://www.ecdc.europa.eu/sites/default/files/documents/covid-19-risk-assessment-paediatric-inflammatory-multisystem-syndrome-15-May-2020.pdf

Yellow fever vaccine contains ovalbumin, and guidelines for vaccination of egg allergic patients vary widely. We present our experience of administering yellow fever vaccine to 11 egg-allergic children, including 3 with anaphylaxis to egg, in 2 Australian tertiary pediatric hospitals. There was variation in the vaccination protocols used; however, all patients were successfully vaccinated and no serious adverse events were reported.

We included five trials (2891 children and adult participants in total; 2545 participants after adjusting for clustering). Management in the intervention group was as follows: in three trials rapid tests were used in combination with a clinical scoring system; in one trial, some physicians were asked to use rapid tests alone, while others were asked to use rapid tests in combination with a clinical scoring system; in one trial, rapid tests were used alone

Participants in the rapid test group were less likely to be prescribed antibiotics than participants managed based on clinical grounds (481/1197 versus 865/1348). A 25% reduction (i.e., a decrease of 25 percentage points) in antibiotic prescription rates is likely to be achieved by using rapid testing in people with sore throat in primary care. However, there may be little or no reduction between groups in dispensed antibiotic treatments. Antibiotic prescriptions refer to medicines prescribed by healthcare providers. Antibiotic dispensing refers to medicines accessed in pharmacies. In some cases, patients may not present to the pharmacy to get their prescription filled. Four trials reported data on the number of participants with a complication attributed to the initial infection (e.g., tonsil abscess): complications were rare (0 to 3 per trial), and there may be little or no difference between people managed on clinical grounds alone and those managed with rapid testing but the evidence is very uncertain.

Among children with pharyngitis who test positive for group A Streptococcus (GAS), 10%–25% are GAS carriers. Current laboratory methods cannot distinguish acute infection from colonization.

Methods: We examined 2 separate longitudinal studies of children with symptomatic pharyngitis associated with a positive GAS throat culture (illness culture). In cohort 1, children presented with pharyngitis symptoms to a clinician, then had follow-up cultures at regular intervals. In cohort 2, throat cultures were performed at regular intervals and with pharyngitis symptoms. Illness cultures were categorized as acute infection or carrier based on follow-up culture results. In cohort 2, carriers were further categorized as a GAS carrier with a new emm-type or a GAS carrier with a previous emm-type based on typing data from prior culture results. For each cohort, symptoms were compared at the time of illness culture between carriers and those with acute infection.

Results: Cohort 1 (N = 75 illness cultures): 87% of the children were classified as acutely infected versus 13% carriers. Carriers were more likely to have upper respiratory (URI) symptoms [odds ratio (OR): 5.5; 95% confidence interval (CI): 1.4–22.1], headache (OR: 6.0; 95% CI: 1.2–40.5) or vomiting (OR: 5.5; 95% CI: 1.2–24.5). Cohort 2 (N = 122 illness cultures): 79% were acutely infected and 21% were carriers. Children determined to be carriers with a previous detected emm-type were more likely to have URI symptoms compared with those with acquisition of a new emm-type.

Conclusions: Children with symptomatic pharyngitis and GAS on throat culture identified as carriers were more likely to present with URI and atypical symptoms than children who were acutely infected.

1. What serological methods are available and how accurate are they in the diagnosis of CE? Re

• conventional and rapid diagnostic tests have a low sensitivity in the case of inactive cysts (A-I).
• Classical techniques are being replaced with purified, recombinant antigens and/or peptides (derived mostly from E. granulosus Ag5 and AgB ) (A-I).
• Most recombinant antigen and purified antigen techniques are highly specific. However, they can show cross-reactivity with alveolar echinococcosis and cysticercosis. They are usually more sensitive in multiple CE (A-I).

2. Are molecular methods useful in the diagnosis of CE? Do the new parasitological tools help in the diagnosis?
Molecular techniques may be helpful in the future for the diagnosis ofCE, but they are still in the process of optimisation
3. What is the best follow-up schedule for CE?
The optimal follow-up schedule for CE has not yet been established (C-III). Theoretically, follow-up should be long: at least 3–5 years,
4. Surgical indications in hepatic CE: when and how?
Surgical is generally the treatment of choice and should be assessed on an individual basis (A-II). Open surgery is the most accepted procedure for the treatment of hepatic CE, especially in complicated cases (B-II
• The relative contraindications for surgery are (i) patients who are unsuitable for surgery due to their general status or associated comorbidities, (ii) multiple cysts, (iii) very small, difficult-to-access cysts that are partially or completely calcified (B-II).
5. What are the best and most frequently used techniques in hepatic CE? Are classical surgical techniques still the techniques of choice? What is the preferred strategy in hepatic CE: radical surgery or conservative treatment?
Wherever possible, radical techniques are preferable to conservative techniques (B-II). • Anatomical liver resection, total cystopericystectomy and open or partial cystectomy with or without omentoplasty are the most frequently used surgical techniques (B-II). • The ideal approach should be simple, with complete resection of the cyst without rupture. All efforts should be made to protect the peritoneal cavity and avoid intraoperative cyst leakage (B-II). • Conservative procedures: risk of morbidity and recurrence may be higher (B-II).
6. In hepatic CE, how effective ar e surgical techniques and what are their complications? Does laparoscopic surgery have any benefit over traditional surgical techniques? Are there any differences between urgent surgery and elective surgery in terms of complications or recurrence rate?). • Laparoscopic surgery can be used in selected cases of hepatic CE (C-III). • Patients with deep cysts, cysts in posterior lobes, near the vena cava, multiple (>3) cysts or calcified cysts may not be candidates for laparoscopic surgery (C-III).
7. What are the most frequently used surgical techniques in pulmonary CE? Cystopericystectomy is the surgical technique of choice in pulmonary CE (C-II). the minimum pulmonary resection necessary should be performed (C-II). • Surgical approaches via thoracotomy and VATS have comparable outcomes, although VATS has a lower morbidity, and is therefore the recommended technique (B-II). • Percutaneous techniques are not recommended in pulmonary CE due to the high risk of cyst rupture and secondary dissemination (B-II).
8. In pulmonary CE, how effective are surgical techniques and what are the possible complications? s • Surgery is one of the best treatment options for pulmonary CE. It has a low rate of associated morbidity and mortality (C-II). • Patients who undergo surgery for complicated cysts have a higher incidence of postoperative complications (C-II).

9. What is the best approach for difficult-to-access hepatic and pulmonary sites?
• Most cases of cardiac CE are treated surgically via a midline sternotomy and using extracorporeal circulation (C-III).
10. What is the management of patients with multi-organ CE?
Patients with hepatic CE should have a simple chest X-ray or a chest CT, and patients with pulmonary CE should have an abdominal ultrasound or CT (B-II).
• A standardised medical treatment regimen has not yet fully established. When medical treatment is the only option, it should be prolonged, or even indefinite (avoiding stopping treatment) (B-III).).
• In patients with multiple bilateral cysts, a sequential bilateral approach or a midline sternotomy may be used (D-III).
• If the upper hepatic segments and right pulmonary lobes are affected, the surgical team may consider thoracophrenolaparotomy, or a sequential independent approach via thoracotomy or VATS and laparotomy or laparoscopy (C-II). OK

11. How should patients with atypical location CE be managed? Recommendations
• All patients with suspicion of extrahepatic CE should have a CT of the chest and abdomen (A-III).
• Wherever surgical techniques allow it, the treatment of choice for atypical location CE is surgery (B-I).
• In splenic CE, conservative surgery is preferable; splenectomy should be reserved for patients with large cysts in the centre or close to the splenic hilum (A-II).
• Anthelminthic treatment must be given for at least 2 weeks before and for up to 3 months after surgery (B-III).
• In renal CE, laparoscopic surgery can be a safe and effective option (B-III). • If nephrectomy is performed, the largest possible amount of parenchyma should be preserved; total nephrectomy should be reserved for cysts on non-functioning kidneys, large cysts (occupying the entire parenchyma) or those with signs of infection (B-II).
• Echocardiography is the technique of choice for the diagnosis of cardiac CE, (B-II). In cardiac CE, antiparasitic treatment prior to surgery can increase the risk of damage to the cyst wall and of cyst rupture (B-I).
• The treatment of choice in cerebral CE is excision of the cyst intact, using the Dowling technique (B-I).
• In CE of the bone, surgery should remove the affected bone and at least 1–2 cm of surrounding healthy bone; intraoperative irrigation should be performed with a scolicidal solution of hypertonic saline (B-I).
12. What type of image-guided interventional techniques are currently used?
• PAIR is a safe and effective technique in selected patients (CE1 and CE3a) (B-II).
13. What is the usual procedure for image-guided interventional techniques? Recommendations • To avoid complications, communication between the cysts and the biliary, renal, or bronchial tree must be excluded (CIII).
14. What is the best scolicidal solution?
• Currently there is no perfect scolicidal agent. Ethanol (95%) and hypertonic saline solution (minimum 20% concentration) are the scolicidal agents of choiceTheir use is limited by their side effects such as chemical sclerosing cholangitis and anaphylactic reactions (B-III). • Before using,the presence of cysto-biliary fistulas must be ruled out (B-III).
15. What are the indications for each of the image-guided interventional techniques? How effective is percutaneous interventional treatment?
• PAIR is indicated for cysts between 5 and 10 cm that are stage CL, CE1 or CE3a, and for accessible multiple cysts, infected cysts, postsurgical recurrence or after failed medical treatment (B-III).). • Percutaneous techniques can be used in pregnant women and in children older than 3 years (B-III).

16. What factors influence the choice of antiparasitic treatment? Which, when, how and for how long?
• Pharmacological treatment is recommended for inoperable or multi-organ CE and as an adjunct to percutaneous treatment or surgery (B-II).
• Benzimidazoles are useful drugs in CE, albendazole being the drug of choice (A-I). • Better results are achieved when surgery or PAIR are combined with anthelminthics given before and/or after the procedure (A-I).
• Recommendations on duration of treatment prior to intervention range from 1 day to 3 months, and for after the intervention, from 1 to 3 months (B-II).
. 17. Is combined anthelminthic treatment with albendazole and praziquantel better than treatment with albendazole alone?
Combined treatment with albendazole and praziquantel before an interventional procedure reduces the viability of the cysts. The sterilising effect of the combination may be superior to that of monotherapy (C-II). • A longer duration of combined treatment appears to be associated with a greater reduction in the viability of the cysts (C-II). • Treatment dose and duration are not well defined, but it is recommended to give atleast 4 weeks of combined treatment prior to intervention (C-II).
• The use of combined medical treatment may have some benefit in patients with (i) disseminated disease, (ii) previous treatment failure, (iii) poor disease control on monotherapy, or (iv) whensurgery is contraindicated. Thedose andduration of combination therapy are not well established (C-II).
18. Are there any other safe and effective anthelminthic treatments?
• Drugs such as nitazoxanide and thiabendazole may have some efficacy in CE (B-III).

19. In which patients is a watch and wait strategy recommended?
• The W&W strategy is suggested for the management of patients with asymptomatic uncomplicated hepatic cysts in stages CE4 and CE5 (B-III). • The follow-up of these patients is important and should be long-term, for at least 3–5 years (C-III).

20. What follow-up is needed after a therapeutic procedure: which patients, how, and for how long? What are the most useful tools? • Initial follow-up should assess early complications of surgery or percutaneous intervention; late complications and recurrence should be assessed at a later date (B-II).. It should last at least 3 years, although in certain patients is may be extended indefinitely (B-II).
• In hepatic CE, follow-up should routinely involve ultrasound (B-II). In other locations, CT and/or MR may be used depending on availability (B-II).

21. Is serology useful in post-treatment follow-up?

. Occasionally, a reduction in the titres can be associated with cure, and an increase can be associated with a recurrence (B-III). • In patients who have undergone intervention, complete antigen detection techniques are not useful for follow-up (C-II).
• In patients with stage CE1–CE3a cysts who have undergone intervention with curative intent, detection of antibodies against AgB2t and Ag2B2t can be useful for follow-up, as it can differentiate active infection from cure (B-II).

22. Are radiological methods useful in post-treatment follow-up?

• Ultrasound is the technique of choice for the follow-up of disease in the liver, abdomen, soft-tissues, and lungs with cysts in contact with the pleura, and any location that is accessible with ultrasound (B-II). If there are limitations to ultrasound, CT and MR can be used for follow-up, (CIII).
• When it is difficultto determine the activity ofthe cyst, imaging techniques should be complemented with blood tests (C-III).

23. What measures can be taken to prevent CE?
• Interventions aimed atthe definitive host are essential, as the main risk factors in acquiring CE are linked to dogs, which represent the most common primary source of infection in humans (A-III).

En los últimos años, la resistencia a los antibióticos se ha intensificado, y se ha convertido en una amenaza para la salud pública.

El consumo de antibióticos está directamente relacionado con el desarrollo de resistencias.

La presión selectiva de los antibióticos sobre las bacterias se incrementa a medida que se alarga la duración del tratamiento.

La duración de los tratamientos es uno de los aspectos que hay que tener en cuenta en la valoración de la idoneidad de la antibioticoterapia.

La disminución de la duración del tratamiento antibiótico es una de las estrategias clave de los programas de optimización del uso de antibióticos.

Los tratamientos cortos han demostrado ser eficaces, con menos efectos adversos y riesgo de selección de resistencias, además de ser más económicos y favorecer la adherencia al tratamiento.

El elevado consumo de antibióticos y el importante porcentaje de tratamientos inapropiados en la atención primaria ofrece una gran oportunidad para su optimización.

Gran parte de las infecciones atendidas a nivel de la atención primaria pueden ser tratadas con cursos de tratamientos antibióticos iguales o inferiores a 7 días.

Es necesario promover el cambio hacia la optimización de las duraciones de los tratamientos antibióticos lo más cortas posible, según la evidencia disponible.

Actualmente, no hay evidencia para indicar tratamientos cortos en pacientes con inmunosupresión, infecciones graves, infecciones quirúrgicas con mal control del foco o infecciones protésicas.

Background Most effective strategies designed to improve antimicrobial prescribing have multiple approaches. We assessed the impact of the implementation of a rigorous antimicrobial guide and subsequent multifaceted interventions aimed at improving antimicrobial use in Primary Care.

Methods A quasi-experimental study was designed. Interventions aimed at achieving a good implementation of the guide consisted of the development of electronic decision support tools, local training meetings, regional workshops, conferences, targets for rates of antibiotic prescribing linked to financial incentives, feedback on antibiotic prescribing, and the implementation of a structured educational antimicrobial stewardship program. Interventions started in 2011, and continued until 2018.

Outcomes: rates of antibiotics use, calculated into defined daily doses per 1,000 inhabitants-day (DID). An interrupted time-series analysis was conducted. The study ran from January 2004 until December 2018.

Results Overall annual antibiotic prescribing rates showed increasing trends in the pre-intervention period. Interventions were followed by significant changes on trends with a decline over time in antibiotic prescribing. Overall antibiotic rates dropped by 28% in the Aljarafe Area and 22% in Andalusia between 2011 and 2018, at rates of -0.90 DID per year (95%CI:-1.05 to -0.75) in Aljarafe, and -0.78 DID (95%CI:-0.95 to -0.60) in Andalusia. Reductions occurred at the expense of the strong decline of penicillins use (33% in Aljarafe, 25% in Andalusia), and more precisely, amoxicillin clavulanate, whose prescription plummeted by around 50%. Quinolones rates decreased before interventions, and continued to decline following interventions with more pronounced downward trends. Decreasing cephalosporins trends continued to decline, at a lesser extent, following interventions in Andalusia. Trends of macrolides rates went from a downward trend to an upward trend from 2011 to 2018.

Conclusions Multifaceted interventions following the delivering of a rigorous antimicrobial guide, maintained in long-term, with strong institutional support, could led to sustained reductions in antibiotic prescribing in Primary Care.

In the late 1970s and early 1980s, an epidemic of silent, post-transfusion hepatitis directly led to the discovery of a novel, hepatotropic agent of the flavivirus family aptly named the hepatitis C virus (HCV, formerly known as the non-A, non-B hepatitis virus). Less than 30 years later, through advancements in viral sequencing and 3-dimensional determination of the nonstructural proteins that direct RNA polymerases required for HCV replication, a new class of medications, known as direct-acting antivirals (DAAs), were introduced to treat HCV. DAAs have demonstrated virologic response rates exceeding 95% across all genotypes after short durations of oral administration. These highly effective antiviral agents are now approved for use in children as young as 3 years of age. No virus to date has been globally eradicated without the development of a prophylactic vaccine; however, the efficacy and safety profile of DAAs enable a unique prospect—offering pediatric primary and subspecialty care providers an opportunity to cure hepatitis C.

To analyze host and pathogen factors related to disease severity of community-acquired bone and joint infections in children, a cohort of pediatric patients was prospectively recruited from 13 centers in 7 European countries. A total of 85 children were included, 11 (13%) had a severe infection. Panton-Valentine leukocidin–positive isolates were 17%, and 6% of the isolates were methicillin-resistant Staphylococcus aureus. Multivariate analysis identified Panton-Valentine leukocidin presence (adjusted odds ratio, 12.6; P = 0.01) as the only factor independently associated with severe outcome, regardless of methicillin resistance.

Casos clínicos

A 6-year-old boy living in a farming household presented to dermatology clinic for evaluation of worsening rash on the right eyelid. He had developed an erythematous plaque with a peripheral scale on the right lower eyelid 2 months prior (Figure 1, A ). He was initially diagnosed with eyelid eczema and treated with hydrocortisone and moisturizer. The rash worsened and he was subsequently treated with topical erythromycin and systemic cephalexin, amoxicillin-clavulanic acid, clindamycin, and valacyclovir without improvement. At presentation, physical examination was significant for an erythematous plaque with numerous superficial pustules involving the right upper and lower eyelids and loss of eyelashes (Figure 1, B). The constellation of physical examination findings and prior failed therapies was suggestive of a tinea faciei. Fungal cultures were collected which subsequently grew Trichophyton verrucosum. The patient was treated with a 2-month course of itraconazole 5 mg/kg/day, which resulted in resolution of the eruption (Figure 2). OK

Niña angolana 16 años, remitida a Portugal con hinchazón progresiva de la cadera derecha y pérdida de 30kg de peso en 18 meses. No síntomas respiratorios. Al ingreso presentó con delgadez extrema y deshidratación; estaba febril, con múltiples úlceras de decúbito y una masa ilíaca dura de 30cm que se extendía al abdomen. La auscultación pulmonar fue anodina. Las pruebas de sangre revelaron anemia grave (6g/dl) y un índice de parasitemia (Plasmodium falciparum) del 0,5%. El cribado del VIH fue negativo. La tomografía computarizada (TC) abdominal reveló una masa ilíaca de 30cm con fragmentación cortical (fig. 1) invadiendo la aorta, la vena cava, el colon y la vejiga. El examen histológico de una muestra obtenida por biopsia identificó un condrosarcoma de grado 1. Por añadidura, la TC torácica reveló cavitación extensa apical en ambos pulmones adyacente a los bronquios de drenaje (signo de la raqueta de tenis [fig. 2]). El examen microscópico de un frotis teñido de aspirado gástrico objetivó una alta concentración de bacilos ácido-alcohol resistentes, aislándose Mycobacterium tuberculosis en cultivo. La paciente desarrolló vómitos fecaloideos. Al ser imposible la cura, se iniciaron cuidados paliativos y la paciente murió el octavo día.

SARS-CoV-2, the RNA coronavirus etiologic agent of pneumonias that appeared in December 2019 was sequenced and confirmed in January 2020 by the Chinese Center for Disease Control and Prevention.1 The World Health Organization on March 11 officially designated COVID-19 a pandemic as it spread rapidly to 196 countries with over 54,000 confirmed cases in the United States alone.2

While reports about the virus have focused on the adult population, the largest study on children to date has been reported from China by Dong et al. Their clinical severity analysis, which included both COVID-19-positive patients and those with a high index of suspicion, revealed that severe (ie, respiratory distress) and critical (ie, ARDS or shock) occurred in 5.9% of children compared with 18.5% in adults, with infants below age one comprising the highest proportion.3

We report a previously healthy, fully vaccinated, late preterm, 58-day-old male who presented with fever. On the day of admission, he was sleeping longer than normal, had watery eye discharge with periorbital erythema and a rectal temperature of 101.2F. Stools were softer and greener for the past 2 days. There was no respiratory distress, cough, decreased intake, decreased frequency of wet diapers, sick contacts, or travel.

Since December 2019, novel coronavirus-infected pneumonia (coronavirus disease 19) occurred in Wuhan and rapidly spread throughout China and beyond. During this period, increasing of reports found that several recovered patients from different hospitals showed positive results of nucleic acid test again soon after discharge. However, little attention has been paid to recovered children. Herein, we reported a case of 8-year-old recovered child, who was rehospitalized again because of unexplained fever.

Para profundizar

Importance: The longitudinal association among persistent Staphylococcus aureus colonization, household environmental contamination, and recurrent skin and soft tissue infection (SSTI) is largely unexplored to date.

Objectives: To identify factors associated with persistent S aureus colonization and recurrent SSTI in households with children with community-associated methicillin-resistant S aureus (MRSA) SSTI.

Design, Setting, and Participants: This 12-month prospective cohort study included 150 children with community-associated MRSA SSTI, 542 household contacts, and 154 pets enrolled from January 3, 2012, through October 20, 2015. A total of 5 quarterly home visits were made to 150 households in the St Louis, Missouri, region. Statistical analysis was performed from September 18, 2018, to January 7, 2020.

Exposures: Covariates used in S aureus strain persistence and interval SSTI models included S aureus colonization and contamination measures, personal hygiene and sharing habits, health history, activities external to the home, and household characteristics (eg, cleanliness, crowding, home ownership, and pets). Serial samples to detect S aureus were collected from household members at 3 anatomic sites, from pets at 2 anatomic sites, and from environmental surfaces at 21 sites.

Main Outcomes and Measures: Molecular epidemiologic findings of S aureus isolates were assessed via repetitive-sequence polymerase chain reaction. Individual persistent colonization was defined as colonization by an identical strain for 2 consecutive samplings. Longitudinal, multivariable generalized mixed-effects logistic regression models were used to assess factors associated with persistent S aureus personal colonization, environmental contamination, and interval SSTI.

Results: Among 692 household members in 150 households, 326 (47%) were male and 366 (53%) were female, with a median age of 14.82 years (range, 0.05-82.25 years). Of 540 participants completing all 5 samplings, 213 (39%) were persistently colonized with S aureus, most often in the nares and with the strain infecting the index patient at enrollment. Nine pets (8%) were persistently colonized with S aureus. Participants reporting interval intranasal mupirocin application were less likely to experience persistent colonization (odds ratio [OR], 0.44; 95% credible interval [CrI], 0.30-0.66), whereas increasing strain-specific environmental contamination pressure was associated with increased individual persistent colonization (OR, 1.17; 95% CrI, 1.06-1.30). Strains with higher colonization pressure (OR, 1.47; 95% CrI, 1.25-1.71) and MRSA strains (OR, 1.57; 95% CrI, 1.16-2.19) were more likely to persist. Seventy-six index patients (53%) and 101 household contacts (19%) reported interval SSTIs. Individuals persistently colonized with MRSA (OR, 1.56; 95% CrI, 1.17-2.11), those with a history of SSTI (OR, 2.55; 95% CrI, 1.88-3.47), and index patients (OR, 1.54; 95% CrI, 1.07-2.23) were more likely to report an interval SSTI.

Conclusions and Relevance: The study findings suggest that recurrent SSTI is associated with persistent MRSA colonization of household members and contamination of environmental surfaces. Future studies may elucidate the effectiveness of specific combinations of personal decolonization and environmental decontamination efforts in eradicating persistent strains and mitigating recurrent SSTIs.

ScenarioA healthy 8-year-old boy presents with recurrent staphylococcal skin infections, frequently requiring surgical drainage. Decolonisation of the patient and whole family with nasal mupirocin and chlorhexidine washes has been suggested. His parents ask how effective this or other interventions are likely to be (or not to be).

Structured clinical questionIn an otherwise healthy child with recurrent community-acquired staphylococcal skin and soft tissue infections (SSTI) (patient), are decolonisation measures (intervention) over and above standard hygiene measures (comparator) effective in preventing recurrences (outcome)?

Importance:  Descriptions of the coronavirus disease 2019 (COVID-19) experience in pediatrics will help inform clinical practices and infection prevention and control for pediatric facilities.

Objective:  To describe the epidemiology, clinical, and laboratory features of patients with COVID-19 hospitalized at a children’s hospital and to compare these parameters between patients hospitalized with and without severe disease.

Design, Setting, and Participants  This retrospective review of electronic medical records from a tertiary care academically affiliated children’s hospital in New York City, New York, included hospitalized children and adolescents (≤21 years) who were tested based on suspicion for COVID-19 between March 1 to April 15, 2020, and had positive results for severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2).

Exposures  Detection of SARS-CoV-2 from a nasopharyngeal specimen using a reverse transcription–polymerase chain reaction assay.

Main Outcomes and Measures:  Severe disease as defined by the requirement for mechanical ventilation.

Results:  Among 50 patients, 27 (54%) were boys and 25 (50%) were Hispanic. The median days from onset of symptoms to admission was 2 days (interquartile range, 1-5 days). Most patients (40 [80%]) had fever or respiratory symptoms (32 [64%]), but 3 patients (6%) with only gastrointestinal tract presentations were identified. Obesity (11 [22%]) was the most prevalent comorbidity. Respiratory support was required for 16 patients (32%), including 9 patients (18%) who required mechanical ventilation. One patient (2%) died. None of 14 infants and 1 of 8 immunocompromised patients had severe disease. Obesity was significantly associated with mechanical ventilation in children 2 years or older (6 of 9 [67%] vs 5 of 25 [20%]; P = .03). Lymphopenia was commonly observed at admission (36 [72%]) but did not differ significantly between those with and without severe disease. Those with severe disease had significantly higher C-reactive protein (median, 8.978 mg/dL [to convert to milligrams per liter, multiply by 10] vs 0.64 mg/dL) and procalcitonin levels (median, 0.31 ng/mL vs 0.17 ng/mL) at admission (P < .001), as well as elevated peak interleukin 6, ferritin, and D-dimer levels during hospitalization. Hydroxychloroquine was administered to 15 patients (30%) but could not be completed for 3. Prolonged test positivity (maximum of 27 days) was observed in 4 patients (8%).

Conclusions and Relevance:  In this case series study of children and adolescents hospitalized with COVID-19, the disease had diverse manifestations. Infants and immunocompromised patients were not at increased risk of severe disease. Obesity was significantly associated with disease severity. Elevated inflammatory markers were seen in those with severe disease.

Resultados: Hubo 728 (34,1%) casos confirmados por laboratorio y 1407 (65,9%) casos sospechosos. La mediana de edad de todos los pacientes fue de 7 años (rango intercuartil: 2-13 años), y 1208 pacientes de casos (56,6%) eran niños. Más del 90% de todos los pacientes eran casos asintomáticos, leves o moderados. La mediana del tiempo desde el inicio de la enfermedad hasta el diagnóstico fue de 2 días (rango: 0-42 días). Hubo un rápido aumento de la enfermedad en la etapa temprana de la epidemia, y luego hubo una disminución gradual y constante. La enfermedad se propagó rápidamente de la provincia de Hubei a las provincias  circundantes con el tiempo. Se infectaron más niños en la provincia de Hubei que en cualquier otra provincia. 

CONCLUSIONES: Los niños de todas las edades fueron susceptibles a COVID-19, y no hubo diferencias significativas de sexo. Aunque las manifestaciones clínicas de los casos de COVID-19 de los niños fueron generalmente menos graves que las de los pacientes adultos, los niños pequeños, especialmente los lactantes, fueron vulnerables a la infección. La distribución de los casos de COVID-19 de los niños varió con el tiempo y el espacio, y la mayoría de los casos se concentraron en la provincia de Hubei y sus alrededores. Además, este estudio proporciona una fuerte evidencia de transmisión de persona a persona.

Pediatrics June 2020, 145 (6) e20200834; DOI: https://doi.org/10.1542/peds.2020-0834

COMENTARIO FINAL: Aunque el foco de las pandemias a menudo está en el impacto en las personas que usan los recursos más altos o en los grupos de edad económicamente favorecidos, habrá que ser rigurosos en medir el impacto de COVID-19 en los niños para modelar/evaluar con precisión la pandemia y asegurar que los recursos apropiados son asignados a niños que requieren determinados cuidados. Muchas enfermedades infecciosas afectan a los niños de manera diferente a los adultos, y comprender estas diferencias puede proporcionar información importante sobre la patogénesis de la enfermedad, el manejo y el desarrollo de la terapéutica. Esto probablemente será cierto para COVID-19, tal como lo fue para las enfermedades infecciosas más antiguas.

Importance: The recent and ongoing coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic has taken an unprecedented toll on adults critically ill with COVID-19 infection. While there is evidence that the burden of COVID-19 infection in hospitalized children is lesser than in their adult counterparts, to date, there are only limited reports describing COVID-19 in pediatric intensive care units (PICUs).

Objective: To provide an early description and characterization of COVID-19 infection in North American PICUs, focusing on mode of presentation, presence of comorbidities, severity of disease, therapeutic interventions, clinical trajectory, and early outcomes.

Design, Setting, and Participants:  This cross-sectional study included children positive for COVID-19 admitted to 46 North American PICUs between March 14 and April 3, 2020. with follow-up to April 10, 2020.

Main Outcomes and Measures: Prehospital characteristics, clinical trajectory, and hospital outcomes of children admitted to PICUs with confirmed COVID-19 infection.

Results:  Of the 48 children with COVID-19 admitted to participating PICUs, 25 (52%) were male, and the median (range) age was 13 (4.2-16.6) years. Forty patients (83%) had significant preexisting comorbidities; 35 (73%) presented with respiratory symptoms and 18 (38%) required invasive ventilation. Eleven patients (23%) had failure of 2 or more organ systems. Extracorporeal membrane oxygenation was required for 1 patient (2%). Targeted therapies were used in 28 patients (61%), with hydroxychloroquine being the most commonly used agent either alone (11 patients) or in combination (10 patients). At the completion of the follow-up period, 2 patients (4%) had died and 15 (31%) were still hospitalized, with 3 still requiring ventilatory support and 1 receiving extracorporeal membrane oxygenation. The median (range) PICU and hospital lengths of stay for those who had been discharged were 5 (3-9) days and 7 (4-13) days, respectively.

Conclusions and Relevance:  This early report describes the burden of COVID-19 infection in North American PICUs and confirms that severe illness in children is significant but far less frequent than in adults. Prehospital comorbidities appear to be an important factor in children. These preliminary observations provide an important platform for larger and more extensive studies of children with COVID-19 infection.

We studied 1217 specimens tested for SARS-CoV-2 and other respiratory pathogens, from 1206 unique patients; 116 of the 1217 specimens (9.5%) were positive for SARS-CoV-2 and 318 (26.1%) were positive for 1 or more non–SARS-CoV-2 pathogens. Table 1 reports patient demographics and location of testing, stratified by presence of SARS-CoV-2 and non–SARS-CoV-2 pathogens.

Of the 116 specimens positive for SARS-CoV-2, 24 (20.7%) were positive for 1 or more additional pathogens, compared with 294 of the 1101 specimens (26.7%) negative for SARS-CoV-2 (Table 1) (difference, 6.0% [95% CI, –2.3% to 14.3%]). The most common co-infections were rhinovirus/enterovirus (6.9%), respiratory syncytial virus (5.2%), and non–SARS-CoV-2 Coronaviridae (4.3%) (Table 2). None of the differences in rates of non–SARS-CoV-2 pathogens between specimens positive and negative for SARS-CoV-2 were statistically significant at P < .05.

Of 318 specimens positive for 1 or more non–SARS-CoV-2 pathogens, 24 (7.5%) were also positive for SARS-CoV-2. Among 899 specimens negative for other pathogens, 92 (10.2%) were positive for SARS-CoV-2 (difference, 2.7% [95% CI, –1.0% to 6.4%]).

Results were not substantially changed by restricting the analysis to 1 specimen per patient (defaulting to the second specimen when results conflicted): of 115 patients positive for SARS-CoV-2, 23 (20.0%) were positive for other pathogens, compared with 292 of 1091 patients (26.8%) negative for SARS-CoV-2 (difference, 6.8% [95% CI, –1.5% to 15.0%]). Of 315 patients positive for other pathogens, 23 (7.3%) were positive for SARS-CoV-2, compared with 92 of 891 patients (10.3%) negative for other pathogens (difference, 3.0% [95% CI, –0.7% to 6.7%]).

Patients with co-infections did not differ significantly in age (mean, 46.9 years) from those infected with SARS-CoV-2 only (mean, 51.1 years) (difference, 4.2 [95% CI, –4.8 to 13.2] years).

Discussion: These results suggest higher rates of co-infection between SARS-CoV-2 and other respiratory pathogens than previously reported, with no significant difference in rates of SARS-CoV-2 infection in patients with and without other pathogens. The presence of a non–SARS-CoV-2 pathogen may not provide reassurance that a patient does not also have SARS-CoV-2.

The study is limited to a single region. Given limited sample size, restriction to multiply tested specimens, and spatiotemporal variation in viral epidemiology, the analysis is limited in the detection of specific co-infection patterns potentially predictive of SARS-CoV-2. Nonetheless, these results suggest that routine testing for non–SARS-CoV-2 respiratory pathogens during the COVID-19 pandemic is unlikely to provide clinical benefit unless a positive result would change disease management (eg, neuraminidase inhibitors for influenza in appropriate patients).

Results

There were 1070 specimens collected from 205 patients with COVID-19 who were a mean age of 44 years (range, 5-67 years) and 68% male. Most of the patients presented with fever, dry cough, and fatigue; 19% of patients had severe illness. Bronchoalveolar lavage fluid specimens showed the highest positive rates (14 of 15; 93%), followed by sputum (72 of 104; 72%), nasal swabs (5 of 8; 63%), fibrobronchoscope brush biopsy (6 of 13; 46%), pharyngeal swabs (126 of 398; 32%), feces (44 of 153; 29%), and blood (3 of 307; 1%). None of the 72 urine specimens tested positive (Table).

The mean cycle threshold values of all specimen types were more than 30 (<2.6 × 104 copies/mL) except for nasal swabs with a mean cycle threshold value of 24.3 (1.4 × 106 copies/mL), indicating higher viral loads (Table).

Twenty patients had 2 to 6 specimens collected simultaneously (Figure). Viral RNA was detected in single specimens from 6 patients (respiratory specimens, feces, or blood), while 7 patients excreted virus in respiratory tract specimens and in feces (n = 5) or blood (n = 2). Live SARS-CoV-2 was observed in the stool sample from 2 patients who did not have diarrhea.

Discussion

In this study, SARS-CoV-2 was detected in specimens from multiple sites of 205 patients with COVID-19, with lower respiratory tract samples most often testing positive for the virus. Importantly, the live virus was detected in feces, implying that SARS-CoV-2 may be transmitted by the fecal route. A small percentage of blood samples had positive PCR test results, suggesting that infection sometimes may be systemic. Transmission of the virus by respiratory and extrarespiratory routes may help explain the rapid spread of disease. In addition, testing of specimens from multiple sites may improve the sensitivity and reduce false-negative test results. Two smaller studies reported the presence of SARS-CoV-2 in anal or oral swabs and blood from 16 patients in Hubei Province,3 and viral load in throat swabs and sputum from 17 confirmed cases.4

The limitations of this study include that some patients did not have detailed clinical information available, so the data could not be correlated with symptoms or disease course and that the number of some types of samples was small. Further investigation of patients with detailed temporal and symptom data and consecutively collected specimens from different sites is warranted.

To the Editor:

Fabi et al present 98 consecutive cases of acute rheumatic fever (ARF) observed in a single hospital in the Emilia-Romagna Region of Italy.1 They concluded that 49% of the patients developed ARF despite having received antibiotic treatment for pharyngitis and that a 10-day course of antibiotics is needed to prevent ARF.

The design of the study, a case series, does not allow an inference to be drawn about the association between the duration of antibiotic treatment and the development of ARF. The number of patients treated for pharyngitis who have not developed ARF is unknown in this type of study. In addition, the study design does not allow an evaluation of whether the observed cases of ARF are above the expected number or the direction of the temporal trend. There is a lack of description of the review methods for data extraction from medical records and there is a risk of misclassification, because the presence of symptoms related to pharyngitis is known only for 71 patients whereas antibiotic treatment is reported for all 98 cases without specifying the timing of antibiotic treatment: patients may have been treated for other causes and/or at other times and may have been incorrectly classified as being treated for pharyngitis.

To the Editor:

Di Mario et al raised concerns about our finding showing that acute rheumatic fever (ARF) develops in 49% of patients despite the antibiotic treatment and debate 1 potential explanation of these results. Because we documented that the mean duration of antibiotic treatment for primary prophylaxis was 5.9 ± 3.1 days, we speculated that the duration could partially explain the fact that ARF develops despite antibiotic treatment and, considering the incidence of ARF in our area, we suggested 10 days of antibiotic treatment, according to American Academy of Pediatrics1 and Infectious Disease Society of America.2 We underlined that the duration of treatment can depend on several factors, such as child’s and parental adherence.

Pneumonia. Pediatrics June 2020, 145 (6) e20193728; DOI: https://doi.org/10.1542/peds.2019-3728

Los biomarcadores del huésped predicen la gravedad de la enfermedad en adultos con neumonía adquirida en la comunidad (NAC). Evaluamos la asociación del recuento de glóbulos blancos (WBC), el recuento absoluto de neutrófilos (NT)), la proteína C reactiva (PCR) y la procalcitonina con el desarrollo de resultados graves en niños con NAC.

CONCLUSIONES: El recuento de leucocitos, NT, PCR y procalcitonina generalmente no son útiles para discriminar la enfermedad severa y no severa en niños con NAC, aunque la PCR y la procalcitonina podrían tener alguna utilidad para predecir los resultados más severos.

Resultados. Evaluamos a 231 pacientes que cumplían con la definición de caso de encefalitis, entre los cuales el 42% no tenía una etiología reconocida. Entre aquellos con una etiología identificada, los más comunes fueron infecciosos (73; 31%), incluyendo virales (n = 51; 22%), siendo los más frecuentes el virus del Nilo Occidental (VNO; n = 12) y bacterianos (n = 19; 8%), siendo los más frecuentes Bartonella henselae (n = 7). Entre los casos de encefalitis autoinmune (n = 60; 26%), la causa más frecuente fue la encefalitis anti-N-metil-D-aspartato (NMDAR) (n = 31). Las causas autoinmunes se observaron con mayor frecuencia en pacientes de sexo femenino (P &lt;.01). Las pruebas para detectar el virus del herpes simple y el enterovirus fueron casi universales; las pruebas de encefalitis anti-NMDAR, VNO y Bartonella fueron menos comunes.

CONCLUSIONES: El VNO fue la causa infecciosa más común de encefalitis en nuestra población pediátrica a pesar de la menor frecuencia de pruebas de VNO que el virus del herpes simple o el enterovirus. El aumento de las pruebas de encefalitis anti- NMDAR resultó en la identificación frecuente de casos de este tipo autoinmune. El aumento de la sensibilización a esta causa y las pruebas para detectar el VNO y Bartonella probablemente resulten en un aumento de causas identificadas de encefalitis pediátrica. El diagnóstico etiológico más precoz de encefalitis puede conducir a mejorar los resultados clínicos.

Coronavirus disease 2019 (CoVID-19) is a new infectious disease caused by severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2), which originated from Wuhan in China and has now spread globally. However, despite the concern focused on SARS-CoV-2, influenza virus continues to circulate and cause disease. Here we report a mixed infection. Physicians should be alert that a positive test for influenza does not rule out the possibility of COVID-19 disease.

The number of subjects infected with SARS-Cov-2 is dramatically increasing in Lombardy, Northern Italy, since February 21, 2020, leading to an infection chain that represents the largest coronavirus disease 2019 (CoVID-19) outbreak in Europe to date. Nowadays, few SARS-Cov-2–positive children have been admitted to pediatric departments. In winter season, a huge number of children with acute respiratory failure needs to be hospitalized in pediatric ward/pediatric intensive care units if ventilated. This setting could be very difficult to have clinical criteria aiming to isolate suspected SARS-CoVID-2 children to avoid spreading of infection among health care professionals, other patients and visitors. The aim of this report is to document our experience in facing pediatric CoVID-19 emergency in Milan.

We performed a cohort study to investigate whether children hospitalized with measles (cases) between 2000 and 2015 in Switzerland would have a higher frequency of hospital admissions due to other infectious diseases thereafter than children who did not have measles (controls). Cases were identified by ICD-10 discharge diagnoses for measles and/or keyword search and matched to 2 controls by time of hospitalization, age and sex. All hospitalizations ≤3 years after original admission, infectious or noninfectious in origin, were identified in cases and controls.

Results: One hundred thirteen cases (56% males), mean age 9.0 years (range 2 weeks–17.8 years), and 196 controls were identified. Twelve rehospitalizations due to an infectious disease occurred in 11 cases and 6 in 6 controls (episode rates 0.106 versus 0.031 per person; ratio 3.47; 95% CI: 1.20–11.3; P = 0.012) in 3 years of follow-up. Of these, 9 and 3 occurred in cases and controls, respectively, during year 1 [ratio 5.20 (95% CI: 1.30–29.88; P = 0.012)]. Infectious diseases following measles affected various organ systems, were neither particularly severe nor fatal and revealed no specific pattern.

Conclusions: The increased risk for nonspecific infectious disease hospitalizations supports the concept of immunologic amnesia after measles. Universal immunization against measles provides additional benefit beyond protection against measles itself.

Influenza A viruses are conventionally thought to cause more severe illnesses than B viruses, but few studies with long observation periods have compared the clinical severity of A and B infections in hospitalized children.

Methods: We analyzed the clinical presentation, outcomes and management of all children <16 years of age admitted to Turku University Hospital, Finland, with virologically confirmed influenza A or B infection during the 14-year period of 1 July 2004 to 30 June 2018. All comparisons between influenza A and B were performed both within predefined age groups (0–2, 3–9 and 10–15 years) and in all age groups combined.

Results: Among 391 children hospitalized with influenza A or B infection, influenza A was diagnosed in 279 (71.4%) and influenza B in 112 (28.6%) children. Overall, there were no significant differences in any clinical features or outcomes, management, treatment at intensive care unit or length of stay between children with influenza A and B, whether analyzed by age group or among all children. As indicators of the most severe clinical presentations, blood cultures were obtained from 101 (36.2%) children with influenza A and 39 (34.8%) with influenza B (P = 0.80), and lumbar puncture was performed to 16 (5.7%) children with influenza A and 11 (9.8%) children with influenza B (P = 0.15).

Conclusions: The clinical severity of influenza A and B infections is similar in children. For optimal protection against severe influenza illnesses, the use of quadrivalent vaccines containing both lineages of B viruses seems warranted in children. OK

When faced with an infant between the ages of 29 and 60 days presenting with a fever, there are various prediction rules or risk assessment tools that can be used to identify those at low risk of serious bacterial infection (SBI). The Boston and Philadelphia criteria were developed over twenty years ago to identify young, febrile infants at low risk for SBI who may be safely discharged from emergency departments and children’s assessment units. The Archivist continues to see these criteria included in some hospital guidelines. The epidemiology of SBI has changed since the development of conjugate vaccines. How useful are these criteria … OK

  • C difficile 2020. J Pediatrics 2020; 221: 1-3. The study by Miranda-Katz et al from Kaiser Permanente Northern California approximates the true incidence of community-associated Clostridioides difficile diarrheal disease—13.7 cases per 100 000 per year for the population aged 1 to 17 years.

Compared with previous studies, this study has several strengths of broad geographic range, large number of subjects, and optimal testing methods for C difficile and toxin. Equally important, the investigators used rigorous methods to minimize inclusion of colonized but unaffected patients: 1) limiting cases to ages 1 year and older and to those with diarrhea and 2) excluding patients with hospital-acquired infection and those in whom another pathogen also is detected in stool specimen. Using a case-control study format, they also identified the usual risk factors for C difficile as healthcare visits in the preceding year and receipt of certain antimicrobial agents in the preceding three months. This said, the highest case incidence (70 cases/100 000/year) occurred in children in the community between 1 and 2 years of age without remarkable healthcare-related risk factors. This epidemiology has not been widely recognized previously or definitively shown.

Here is an alert to the up-to-date consumer of the medical literature. The gurus of medical microbiology have decided that the genus Clostridioides should replace the genus Clostridium for the species difficile. Thankfully, the designation as C difficile or “C diff” still works.

To assess which risk factors are associated with community-associated Clostridioides difficile infection (CDI) in children.

Study design. This case control study was a retrospective review of all children 1-17 years of age with stool specimens sent for C difficile testing from January 1, 2012, to December 31, 2016. Cases and controls were children who had C difficile testing performed in the community or first 48 hours of hospital admission and >12 weeks after hospital discharge, with no prior positive C difficile testing in last 8 weeks, without other identified causes of diarrhea, and with clinical symptoms. Cases had positive confirmatory testing for C difficile. Controls had negative testing for C difficile and were matched to cases 1:1 by age and year of specimen collection.

Results. The overall incidence rate of community-acquired CDI in this cohort was 13.7 per 100 000 children per year. There was a substantial increase in community-acquired CDI from 9.6 per 100 000 children per year in 2012 to a peak of 16.9 per 100 000 children per year in 2015 (Cochran-Armitage test for trend P = .002). The risk factors for community-acquired CDI included non-Hispanic ethnicity; amoxicillin-clavulanate, cephalosporin, and clindamycin use within the previous 12 weeks; a previous positive C difficile test within 6 months; and increased health care visits in the last year.

Conclusions. As rates of community-acquired CDI are increasing, enhanced antibiotic stewardship and recognition of health care disparities may ease the burden of community-acquired CDI.

Chagas disease has become a global health problem, with the pediatric population being especially vulnerable. Our aim was to describe the clinical-epidemiologic aspects of disease in this population, as well as tolerance and adherence to treatment and the subsequent evolution of the disease.

Methods: A prospective study involving 949 children 0–14 years of age screened from 2007 to 2018. Diagnosis was performed by polymerase chain reaction and/or microhematocrit in <1-year-old children or serology in those ≥1 year of age. After diagnosis, children were examined for the clinical manifestation of Chagas disease and were treated with benznidazole. Treatment response was monitored by polymerase chain reaction and serology.

Results: Forty children were infected (4.2% of the population screened). Twelve children were diagnosed during the acute phase (≤1-year-old), 3 of whom were symptomatic, and 28 (4- to 14-year-olds) were in the chronic phase: 18 in the indeterminate phase and 10 presented cardiac and/or digestive involvement. Regarding treatment, 10 (25.6%) children had side effects (6 mild, 2 moderate and 2 severe reactions), leading to treatment interruption in 3 of them. No side effects were detected in ≤1-year-old children (P < 0.05). Cure was confirmed in 29.4% of the children during follow-up, and the age of the children at treatment (≤1 year) was clearly associated with the effectiveness of treatment (P < 0.05).

Conclusions: Effectiveness and safety of treatment were optimum in ≤1-year-old children. Increased side effects, cardiac and/or digestive disorder incidence and lower treatment effectiveness were detected in older children, highlighting the need for early screening.

Cephalexin is used for the treatment of methicillin-susceptible Staphylococcus aureus (MSSA) infections in children. Although 4 times daily dosing is recommended, less frequent dosing regimens are often prescribed to improve treatment acceptability and adherence. We developed a population pharmacokinetic model of cephalexin in children to determine a twice-daily (BID) and thrice-daily (TID) cephalexin dosing regimen for MSSA infections.

Methods: A population pharmacokinetic model was developed using a nonlinear mixed effects modeling approach. The dataset used was from a prospective open-label pharmacokinetic study of orally administered cephalexin in 12 children 1–16 years of age with bone and joint infections. Simulations were performed to determine a BID and TID dosing regimen so that ≥90% of children in this age group would achieve the pharmacodynamic target for MSSA (ie, time that the free drug concentration exceeds the minimum inhibitory concentration of the bacteria for at least 40% of the dosing interval).

Results: The final model was 1 compartment with a transit compartment model to account for delay in oral absorption. For BID dosing, doses of 22–45 and 80 mg/kg were required for MSSA with minimum inhibitory concentrations of 1–2 and 4 mg/L, respectively. For TID dosing, the respective required doses were 15–25 and 45 mg/kg.

Conclusions: Our study proposes a BID and TID cephalexin dosing regimen that can be prospectively evaluated. Through reducing the dose frequency of this widely prescribed antibiotic, we can reduce the medication burden for children and improve treatment compliance for MSSA infections.

Osteoarticular infections are one of the more common invasive bacterial infections encountered in children. There exist significant practice variations in both the diagnosis and treatment of such infections. However, the practice of transitioning from parenteral therapy to oral antibiotics has been well validated by several studies. For methicillin-sensitive Staphylococcus aureus (MSSA), cephalexin is often recommended. Prospective, controlled data regarding optimal dosing of cephalexin in pediatric osteomyelitis are not available. We sought to review our retrospective, uncontrolled data on four times daily (QID) versus three times daily (TID) dosing of cephalexin for pediatric osteoarticular infections. Children ≥1 month to <18 years of age admitted to Rady Children’s Hospital-San Diego with a diagnosis of osteomyelitis or septic arthritis between January 1, 2002, and November 30, 2007, were identified and previously reported. Only patients with culture-positive MSSA infections are included in this report. Demographic and clinical data were manually extracted from the electronic medical record. Fifty-nine patients were treated with cephalexin and had records available for review through our electronic medical record. Thirty-eight patients (64.4%) were treated QID, and 21 patients (35.6%) were treated TID. Clinical cure was achieved in all patients with only one adverse event occurring in the QID group. In this retrospective chart review of children with osteoarticular infections caused by MSSA treated with cephalexin, similar clinical outcomes were found with QID versus TID dosing.

Several evidence-based guidelines for the management of children with febrile neutropenia (FN) have been published, with special focus in bacterial and fungal infections. However, the role of acute respiratory infections caused by respiratory viruses (RV) has not been clearly established. The aim of this study was to evaluate the epidemiology, clinical presentation and outcome of acute respiratory infections in children with FN.

Methods: Patients, <18 years of age admitted to the Pediatric Oncology-Hematology Unit after developing FN between November 2010 and December 2013, were prospectively included in the study. Children were evaluated by clinical examination and laboratory tests. Nasopharyngeal sample was obtained for detection of RV.

Results: There was a total of 112 episodes of FN in 73 children admitted to the hospital during a 32-month period. According to disease severity, 33% of the episodes were considered moderate or severe. Rhinovirus was the most frequently detected RV (66.6%; 24/36), followed by parainfluenza. On regard to clinical outcome, RV-infected children developed fewer episodes of moderate or severe FN compared with non-RV infected children (16.7% vs. 33.3%; P = 0.08).

Conclusions: A great proportion of children with FN admitted to a tertiary hospital had a RV isolation. The rate of this RV isolation was significantly higher when a rapid molecular test was used compared with conventional microbiologic methods. Rhinovirus was the most frequently isolated, although its role as an active agent of acute infection was not clear. Children with FN and a RV isolate had a lower rate of severe disease.

Objective To describe infants with acute gastroenteritis symptoms in primary and secondary care who have the Rotarix vaccine-derived G1P[8] rotavirus strain identified in their stools.

Design This is a prospective national surveillance conducted by Public Health England (PHE). Rotavirus-positive samples from vaccine-eligible children are routinely submitted to PHE for confirmation, and general practitioners are requested to complete a surveillance questionnaire for all cases. The modified Vesikari Score was used to assess severity of gastroenteritis.

Setting England, July 2013–September 2016.

Results 2637 rotavirus strains were genotyped and 215 (8%) identified as the Rotarix vaccine-derived G1P[8] strain. There were no Rotarix vaccine-derived G1P[8] strains detected in unimmunised infants. Rotarix vaccine-derived G1P[8] strains clustered around the time of rotavirus vaccination and were responsible for 82% (107 of 130) of rotavirus-positive samples in 2-month-old infants and 68% (36 of 53) in 3-month-old infants. However, 13 samples were obtained more than 7 weeks after the last vaccination date; 10 of these specimens were from six children who were subsequently diagnosed with severe combined immunodeficiency (SCID). Diarrhoea was the single most common presenting symptom (83.0%) in infants with Rotarix vaccine-derived G1P[8] strains, who were less likely to present with fever, vomiting, dehydration or severe gastroenteritis than infants with wild-type rotavirus infection.

Conclusions Rotavirus identified in stools of infants around the time of their routine immunisations is most likely the Rotarix vaccine-derived G1P[8] strain. Infants with undiagnosed SCID at the time of rotavirus immunisation may experience prolonged gastroenteritis symptoms. Most infants with vaccine strains in their stools more than 7 weeks after immunisation had SCID.

Objective. To evaluate the hypothesis that early-onset sepsis increases risk of death or neurodevelopmental impairment (NDI) among preterm infants; and that among infants without early-onset sepsis, prolonged early antibiotics alters risk of death/NDI.

Study design. Retrospective cohort study of infants born at the Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development Neonatal Research Network centers (2006-2014) at 22-26 weeks of gestation and birth weight 401-1000 g. Early-onset sepsis defined as growth of a pathogen from blood or cerebrospinal fluid culture ≤72 hours after birth. Prolonged early antibiotics was defined as antibiotics initiated ≤72 hours and continued ≥5 days without culture-confirmed infection, necrotizing enterocolitis, or spontaneous perforation. Primary outcome was death before follow-up or NDI assessed at 18-26 months corrected age. Poisson regression was used to estimate adjusted relative risk (aRR) and CI for early-onset sepsis outcomes. A propensity score for receiving prolonged antibiotics was derived from early clinical factors and used to match infants (1:1) with and without prolonged antibiotic exposure. Log binomial models were used to estimate aRR for outcomes in matched infants.

Results. Among 6565 infants, those with early-onset sepsis had higher aRR (95% CI) for death/NDI compared with infants managed with prolonged antibiotics (1.18 [1.06-1.32]) and to infants without prolonged antibiotics (1.23 [1.10-1.37]). Propensity score matching was achieved for 4362 infants. No significant difference in death/NDI (1.04 [0.98-1.11]) was observed with or without prolonged antibiotics among the matched cohort.

Conclusions. Early-onset sepsis was associated with increased risk of death/NDI among extremely preterm infants. Among matched infants without culture-confirmed infection, prolonged early antibiotic administration was not associated with death/NDI. 

To evaluate the effect of different modalities of centralized reminder/recall (autodialer, text, mailed reminders) on increasing childhood influenza vaccination.

Study design. Two simultaneous randomized clinical trials conducted from October 2017 to April 1, 2018, in New York State and Colorado. There were 61 931 children in New York (136 practices) and 23 845 children in Colorado (42 practices) who were randomized to different centralized reminder/recall modalities—4 arms in New York (autodialer, text, mailed, and no reminder control) and 3 arms in Colorado (autodialer, mailed, and no reminder control). The message content was similar across modalities. Up to 3 reminders were sent for intervention arms. The main outcome measure was receipt of ≥1 influenza vaccine.

Results. In New York, compared with the control arm (26.6%), postintervention influenza vaccination rates in the autodialer arm (28.0%) were 1.4 percentage points higher (adjusted risk ratio, 1.06; 95% CI, 1.02-1.10), but the rates for text (27.6%) and mail (26.8%) arms were not different from controls. In Colorado, compared with the control arm (29.9%), postintervention influenza vaccination rates for the autodialer (32.9%) and mail (31.5%) arms were 3.0 percentage points (adjusted risk ratio, 1.08; 95% CI, 1.03-1.12) and 1.6 percentage points (adjusted risk ratio, 1.06; 95% CI, 1.02-1.10) higher, respectively. Compared with the control arm, the incremental cost per additional vaccine delivered was $20 (New York) and $16 (Colorado) for autodialer messages.

Conclusions. Centralized reminder/recall for childhood influenza vaccine was most effective via autodialer, less effective via mail, and not effective via text messages. The impact of each modality was modest. Compared with no reminders, the incremental cost per additional vaccine delivered was also modest for autodialer messages.

We conducted a secondary analysis of a prospective study of infants ≤60 days of age who were febrile to assess the diagnostic accuracy of automated vs manual immature neutrophils for invasive bacterial infections. Although manual counts were superior compared with automated counts, bands had suboptimal accuracy overall and had significant variability in test characteristics based on methodology.

Congenital toxoplasmosis (CT) can cause significant neurologic manifestations and other untoward sequelae. Neither the current epidemiology nor the disease severity of CT in Israel is known.

Methods: Records of CT were collected from the National Toxoplasmosis Reference Laboratory and from 15 medical centers across Israel between 2001 and 2017. Eligible case-patients were fetuses or infants <12 months of age at the time of diagnosis.

Results: Of the 43 CT cases identified, 24 (55%) were in Jews and the remaining 19 cases were in patients of Arab (non-Bedouin) origin. The overall annual estimated rate of symptomatic CT was calculated as 0.55 per 100,000 live births. One or more severe clinical manifestations were reported in 12 (46%) of the 28 live-born infants and included cerebral calcifications (7 cases), chorioretinitis (4 cases), hydrocephalus (2 cases) and 1 case of death. Sensitivities of blood polymerase chain reaction (PCR), cerebrospinal fluid PCR and IgM antibody tests were 50% each. However, analyzing PCR samples from both sites, together with IgM testing, increased the sensitivity to 93%.

Conclusions: The relative rate of severe manifestations was higher than in previous European reports. It is possible that the greater disease severity observed in Israel is in part due to the lack of systematic antenatal treatment and screening. Arab (non-Bedouin) infants are at higher risk for contracting CT. Performing serologic and PCR tests simultaneously is essential to improve CT diagnosis. This study demonstrates a need for an educational program to target high-risk populations.

Serratia can cause serious bloodstream infections (BSIs). This retrospective cohort study identified 5,312 pediatric inpatient encounters with BSIs from 2009 to 2016, of which 82 (0.01%) had Serratia BSIs. The rate among hospitalized patients increased significantly from 0.4 in 2009 to 1.0 in 2016 per 10,000 admissions. Risk factors differed and outcomes were worse for Serratia BSIs compared with non-Serratia BSIs.

Results

The cohort of 305 individuals aged 4 to 60 years was balanced with regard to sex (48.9% male). Because the cohort had been recruited to study biomarkers of asthma, 49.8% had asthma.

We found age-dependent ACE2 gene expression in nasal epithelium (Figure). ACE2 gene expression was lowest (mean log2 counts per million, 2.40; 95% CI, 2.07-2.72) in younger children (n = 45) and increased with age, with mean log2 counts per million of 2.77 (95% CI, 2.64-2.90) for older children (n = 185), 3.02 (95% CI, 2.78-3.26) for young adults (n = 46), and 3.09 (95% CI, 2.83-3.35) for adults (n = 29).

Linear regression with ACE2 gene expression as the dependent variable and age group as the independent variable showed that compared with younger children, ACE2 gene expression was significantly higher in older children (P = .01), young adults (P < .001), and adults (P = .001) (Figure). As the distributions of sex and asthma varied among the age groups, a linear regression model adjusted for sex and asthma was built that also showed significant adjusted associations (P ≤ .05) between ACE2 expression and age group. Regression (β) coefficients for age groups from the unadjusted and adjusted models are shown in the Table. These regression coefficients indicate the difference in ACE2 expression (in log2 counts per million) between a given age group and the group of children younger than 10 years. Tests for trend using polynomial orthogonal contrasts indicated a significant linear trend for change in ACE2 expression with advancing age group (P ≤ .05).

Discussion

The results from this study show age-dependent expression of ACE2 in nasal epithelium, the first point of contact for SARS-CoV-2 and the human body. Covariate-adjusted models showed that the positive association between ACE2 gene expression and age was independent of sex and asthma. Lower ACE2 expression in children relative to adults may help explain why COVID-19 is less prevalent in children.3 A limitation of this study is that the sample did not include individuals older than 60 years.

Few studies have examined the relationship between ACE2 in the airway and age. A study of bronchoalveolar lavage fluid from 92 patients with acute respiratory distress syndrome reported no association between ACE2 protein activity and age,5 but epithelial gene expression was not examined, and ACE2 protein may be variably shed into bronchoalveolar lavage fluid. Furthermore, the lung and nasal environments are distinct, with known differences in gene expression.6 This study provides novel results on ACE2 gene expression in nasal epithelium and its relationship with age.

We identified eight studies (seven case-series and one prospectively planned single-arm intervention study) with a total of 32 participants (range 1 to 10). Most studies assessed the risks of the intervention; reporting two adverse events (potentially grade 3 or 4), one of which was a serious adverse event. We are very uncertain whether convalescent plasma is effective for people admitted to hospital with COVID-19 as studies reported results inconsistently, making it difficult to compare results and to draw conclusions. We identified very low-certainty evidence on the effectiveness and safety of convalescent plasma therapy for people with COVID-19; all studies were at high risk of bias and reporting quality was low.

No RCTs or controlled non-randomised studies evaluating benefits and harms of convalescent plasma have been completed. There are 47 ongoing studies evaluating convalescent plasma, of which 22 are RCTs, and one trial evaluating hyperimmune immunoglobulin. We will update this review as a living systematic review, based on monthly searches in the above mentioned databases and registries. These updates are likely to show different results to those reported here.

Introducción Evaluamos la presencia de inmunoglobulina secretoria A (sIgA) frente a proteínas secretadas por E. coli (Esp) relacionadas con el sistema de secreción tipo III (T3SS) en saliva, y su concentración semicuantitativa en niños menores de 2 años (no lactantes) colonizados o infectados previamente con E. coli enteropatógena (EPEC).

Métodos. Analizamos la presencia de sIgA en 40 niños con cultivos positivos previos para EPEC asociados (n=17) o no (n=23) con diarrea, mediante la técnica de Western-blot frente a las proteínas secretadas por E. coli (EspABCD), realizando mediciones semicuantitativas de la reacción de cada proteína mediante sus picos de densidad (OD).

Resultados. Ambos grupos presentaron sIgA frente a las proteínas EspABCD, aunque los pacientes enfermos presentaron mayores concentraciones de estos anticuerpos que los colonizados

Actualidad bibliográfica mayo 2020

Top ten

Importance The current rapid worldwide spread of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) infection justifies the global effort to identify effective preventive strategies and optimal medical management. While data are available for adult patients with coronavirus disease 2019 (COVID-19), limited reports have analyzed pediatric patients infected with SARS-CoV-2.

Objective To evaluate currently reported pediatric cases of SARS-CoV-2 infection.

Evidence Review An extensive search strategy was designed to retrieve all articles published from December 1, 2019, to March 3, 2020, by combining the terms coronavirus and coronavirus infection in several electronic databases (PubMed, Cochrane Library, and CINAHL), and following the Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-analyses guidelines. Retrospective cross-sectional and case-control studies, case series and case reports, bulletins, and national reports about the pediatric SARS-CoV-2 infection were included. The risk of bias for eligible observational studies was assessed according to the Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology reporting guideline.

Findings A total of 815 articles were identified. Eighteen studies with 1065 participants (444 patients were younger than 10 years, and 553 were aged 10 to 19 years) with confirmed SARS-CoV-2 infection were included in the final analysis. All articles reflected research performed in China, except for 1 clinical case in Singapore. Children at any age were mostly reported to have mild respiratory symptoms, namely fever, dry cough, and fatigue, or were asymptomatic. Bronchial thickening and ground-glass opacities were the main radiologic features, and these findings were also reported in asymptomatic patients. Among the included articles, there was only 1 case of severe COVID-19 infection, which occurred in a 13-month-old infant. No deaths were reported in children aged 0 to 9 years. Available data about therapies were limited.

Conclusions and Relevance  To our knowledge, this is the first systematic review that assesses and summarizes clinical features and management of children with SARS-CoV-2 infection. The rapid spread of COVID-19 across the globe and the lack of European and US data on pediatric patients require further epidemiologic and clinical studies to identify possible preventive and therapeutic strategies.

A fecha 10 de marzo de 2020, el nuevo coronavirus 2019 (SARS-CoV-2) ha sido responsable de más de 110,000 infecciones y 4000 muertes en todo el mundo. Hasta el momento, los datos sobre epidemiologia y clínica de los niños infectados son limitados. Una revisión reciente de 72,314 casos realizada por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades mostró que menos del 1% de los casos correspondía a niños menores de 10 años. Para determinar el espectro de la enfermedad en niños, este artículo evalúa características de la infección  niños tratados en el Hospital de Infantil de Wuhan.

Data on features of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) in children and adolescents are scarce. We report preliminary results of an Italian multicentre study comprising 168 laboratory-confirmed paediatric cases (median: 2.3 years, range: 1 day–17.7 years, 55.9% males), of which 67.9% were hospitalised and 19.6% had comorbidities. Fever was the most common symptom, gastrointestinal manifestations were frequent; two children required intensive care, five had seizures, 49 received experimental treatments and all recovered. 

·Risk Factors for Carriage of Antibiotic-resistant Bacteria in Healthy Children in the Community: A Systematic Review. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):397-405, May 2020.

Background: In addition to health care settings, antibiotic resistance has also been increasing in the community. Healthy children represent an important potential reservoir of antibiotic-resistant (AR) bacteria. However, strategies to reduce the spread of AR bacteria often fail to specifically address the factors that promote the carriage of AR bacteria in this population.

The objective of this review was to Identify risk factors for carriage of AR bacteria by healthy children.

Methods: We did a systematic search of MEDLINE, Embase and PubMed for studies in developed (OECD) countries that assessed risk factors for carriage of AR bacteria in healthy children in the community. We excluded studies done before 1998 and studies of AR Streptococcus pneumoniae carriage in the absence of pneumococcal conjugate vaccination.

Results: Of 1234 studies identified, 30 were eligible for inclusion. These studies assessed the impact of 49 risk factors on AR strains of S. pneumoniae, Haemophilus influenzae, Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes and Escherichia coli. The majority of these risk factors were assessed in 2 or fewer studies per bacteria. Recent antibiotic consumption was associated with carriage of resistant respiratory bacteria (S. pneumoniae, H. influenzae); however, it was not consistently associated with carriage of AR bacteria in skin or stool (S. aureus and E. coli). For AR S. aureus, transmission within households appeared to have a greater impact than individual antibiotic use.

Conclusions: The factors that promote carriage of AR bacteria by healthy children differed between bacterial species. To reduce reservoirs of AR bacteria in the community, it is essential for intervention strategies to target the specific risk factors for different bacteria.

Background. An increase in invasive meningococcal disease (IMD) serogroup W (IMD-W) cases caused by sequence type-11 clonal complex (cc11) was observed from October 2015 in the Netherlands. We compared the clinical picture and disease outcome of IMD-W cases with other serogroups, adjusting for host characteristics.

Methods. We included IMD cases reported from January 2015 to June 2018 in the Netherlands and assessed clinical manifestation and symptoms at disease onset and calculated case fatality rates (CFRs). We used logistic regression to compare clinical manifestations and mortality of IMD-W with IMD caused by meningococci serogroup B, Y, or C, adjusting for age, gender, and comorbidities.

Results. A total of 565 IMD cases were reported, of which 204 were IMD-W, 270 IMD-B, 63 IMD-Y, and 26 IMD-C. Most IMD-W isolates belonged to cc11 (93%; 175/188). Compared with other serogroups, IMD-W patients were diagnosed more often with septicemia (46%) or pneumonia (12%) and less often with meningitis (17%, P < .001). IMD-W cases presented more often with respiratory symptoms (45%, P < .001); 16% of IMD-W patients presented with diarrhea without IMD-specific symptoms (P = .061). The CFR for IMD-W was 16% (32/199, P < .001). The differences between IMD-W and other serogroups remained after adjusting for age, gender, and comorbidities.

Conclusions. The atypical presentation and severe outcome among IMD-W cases could not be explained by age, gender, and comorbidities. Almost all our IMD-W cases were caused by cc11. More research is needed to identify the bacterial factors involved in clinical presentation and severity of IMD-W cc11.

We wanted to find out how effectively MMR, MMR+V and MMRV vaccines stop children (up to 15 years old) from catching measles, mumps, rubella and chickenpox. We also wanted to know if the vaccines cause unwanted effects

We found 138 studies with more than 23 million children. Fifty-one studies (10 million children) assessed how effective the vaccines were at preventing the diseases, and 87 studies (13 million children) assessed unwanted effects. In this 2020 update we have included 74 new studies published since 2012. Measles: results from seven studies (12,000 children) showed that one dose of vaccine was 95% effective in preventing measles. Seven per cent of unvaccinated children would catch measles and this number would fall to less than 0.5% of children who receive one dose of vaccine. Mumps: results from six studies (9915 children) showed that one dose of vaccine was 72% effective in preventing mumps. This rose to 86% after two doses, (3 studies, 7792 children). In unvaccinated children, 7.4% would catch mumps and this would fall to 1% if children were vaccinated with two doses. The results for rubella (1 study, 1621 children) and chickenpox (one study, 2279 children) also showed that vaccines are effective. After one dose, vaccination was 89% effective in preventing rubella, and after 10 years the MMRV vaccine was 95% effective at preventing chickenpox infection. Unwanted effects Overall, the studies found that MMR, MMRV and MMR+V vaccines did not cause autism (2 studies 1,194,764 children), encephalitis (2 studies 1,071,088 children) or any other suspected unwanted effect. Our analyses showed very small risks of fits due to high temperature or fever (febrile seizures) around two weeks after vaccination, and of a condition where blood does not clot normally (idiopathic thrombocytopenic purpura) in vaccinated children.

Existing evidence on the safety and effectiveness of MMR/MMRV vaccines support their use for mass immunisation. Campaigns aimed at global eradication should assess epidemiological and socioeconomic situations of the countries as well as the capacity to achieve high vaccination coverage. More evidence is needed to assess whether the protective effect of MMR/MMRV could wane with time since immunisation.

 El vínculo epidemiológico más importante en este momento es el contacto con personas con infección confirmada sin menospreciar la importancia de haber viajado a una zona considerada de alto riesgo como es en este momento el norte de Italia,

Se han publicado varias series pediátricas en China confirmándose que los casos pediátricos oscilan entre el 0,8 y el 2% de los contabilizados. Los cuadros clínicos son leves en la mayoría de los niños, incluso en lactantes, con fiebre de corta duración y síntomas catarrales3–6. No se refiere en los artículos publicados que se asocie a sibilancia.s La analítica de los niños es generalmente anodina y en la tomografía computarizada (TC) se observan infiltrados parcheados (no siempre en la radiografía de tórax). Se ha documentado que los niños, aun siendo casos leves, pueden ser una importante fuente de transmisión del virus con una tasa de infección entre sus contactos de un 7,4% en los niños menores de 10 años, similar a la media de la población adulta con un 7,9%. Se ha detectado, además, que pueden excretar virus fundamentalmente en heces durante un tiempo prolongado, incluso un mes, y que los niños pueden tener altas cargas virales en secreciones respiratorias. No se ha descrito mortalidad en menores de 10 años, y la recuperación es la norma entre 14 y 30 días. No hay datos de la infección en niños inmunodeprimidos.

Respecto al tratamiento, algunos de los pacientes publicados han sido tratados con lopinavir/ritonavir a pesar de tener cuadros leves. Se esperan los resultados de un ensayo clínico con este fármaco que arrojará luz a la posibilidad de emplear este antirretroviral como tratamiento, pues actualmente hay dudas de su posible eficacia. Numerosos estudios en adultos están comparando tratamientos combinados con los antipalúdicos cloroquina e hidroxicloroquina, junto a otros antivirales, si bien no hay ningún dato en niños. Remdesivir, el antiviral análogo de nucleótido desarrollado para el virus del Ebola, continúa siendo en el momento actual el fármaco que se posiciona con mayores posibilidades de eficacia, teniendo dosis pediátricas establecidas. Su uso para esta indicación es compasivo, a través de (AEMPS).

En el momento de redactar esta carta se han detectado 6 casos de infección COVID-19 en niños, 2 en la Comunidad de Castilla-La Mancha y 5 en la Comunidad de Madrid, de un total de más de 500 casos, lo que supone alrededor de un 1%

A fecha de 7 de marzo de 2020, menos de 10 días después de que se hiciera público el primer caso de COVID-19 en Madrid, se ha realizado reacción en cadena de polimerasa (PCR) de SARS-CoV-2 al menos a 63 pacientes menores de 14 años (54% varones). La media de edad ha sido de 4,5 años, y 10 de ellos (16%) tenían enfermedad previa. De los 63 pacientes a los que conocemos que se ha hecho el análisis, 13 (20%) eran contactos de casos confirmados de COVID-19, 15 (28%) eran pacientes con síntomas compatibles y datos de riesgo (viaje a zona de riesgo o contacto estrecho con adultos con clínica compatible y viaje a zona de riesgo) y 35 (63%) eran pacientes ingresados con un cuadro respiratorio grave sin datos epidemiológicos de riesgo. El cuadro clínico más frecuente entre estos pacientes fue la neumonía (n=32/35, 91%), con o sin sibilancias asociadas (tabla 1). Se ha confirmado presencia de SARS-CoV-2 en el aspirado nasofaríngeo en 5 pacientes (8%). De ellos, 2 eran contactos de casos confirmados, 2 pacientes eran familiar en primer grado de un contacto de caso confirmado, y en un caso no había un contacto epidemiológico.

Se confirma por el momento con estos resultados que alrededor de un 1% de los casos de infección COVID-19 son niños, tal y como se describe en otros países. Sin embargo, las cifras deben ser interpretadas con precaución, dado que la incidencia varía en función del número de casos analizados, y por ahora se ha realizado cribado en un pequeño porcentaje de pacientes pediátricos. Esto podría enmascarar un porcentaje superior de casos que pueden pasar desapercibidos por ser cuadros leves, con el consiguiente riesgo de transmisión comunitaria.

Pneumonia is considered as the single largest cause of death in children under the age of five years, causing more than 800,000 deaths every year worldwide. In Spain, the incidence rates of community-acquired pneumonia (CAP) hospitalizations decreased among children from 2001 to 2014, mainly in those younger than 2 years old. Overall crude in-hospital mortality fell from 4.1‰ to 2.8‰. Once again, improvement in PCV vaccination coverage seems to have an effect on hospitalizations and outcomes for CAP in children.

The PERCH study was an impressive effort of collaboration that enrolled more than 1700 children with severe or very severe pneumonia according to WHO classification with a positive chest-X-ray in seven countries of Africa and Asia from 2011 to 2014. Viruses caused most of the severe pneumonia cases (61%), and RSV was the leading pathogen (31%) at all sites. Streptococcus pneumoniae represented 6.7% of all cases globally.4 The EPIC study was a multicenter, prospective, population-based study of community-acquired pneumonia requiring hospitalization among children in the United States of America from 2010 to 2012. Among 2222 children with radiographic evidence of pneumonia, a viral or bacterial pathogen was detected in 1802 (81%), one or more viruses in 1472 (66%), bacteria in 175 (8%), and both bacterial and viral pathogens in 155 (7%). The most commonly detected pathogen was RSV (in 28% of the children). S. pneumoniae, S. aureus, and S. pyogenes were detected in 4%,1% and 1% respectively.5 The main result of these studies is that respiratory viruses, mainly RSV, are currently the most common causes of pneumonia in any child who requires admission to a hospital worldwide.

The rapid identification of respiratory viruses in children with pneumonia presenting for hospital care may result in favorable interventions, such as a prescription of an early and appropriate antiviral, -when indicated-, aiding on decisions on hospital admissions, but also optimizing infection-control practices. Rapid antigen-based tests are not adequately accurate. However, there are also commercially multiplex molecular diagnostics for respiratory viruses with rapid turn-around time . These rapid diagnostic testing (RDT) provide accurate results for respiratory viruses when compared to the best available reference standard. Although most respiratory infections are caused by viruses, antibiotics are frequently overprescribed in this setting. The most common antibiotic prescribed in children with a respiratory infection is a β lactam antibiotic. Nasrint et al. observed in a prospective cohort of 461 children that the carriage of penicillin-resistant pneumococci was significantly associated with the use of β lactam antibiotics in the previous two months.

Several studies have given insights into the use of RDT to achieve stewardship principles in children. A Cochrane review published in 2014 and based on four studies involving 759 previously healthy children coming to the Emergency Department with fever and respiratory symptoms, observed that the use of rapid viral tests showed fewer antibiotic prescriptions trend, but this finding was not statistically significant.9 More recently, a controlled clinical trial in 583 children admitted to hospital with suspected acute respiratory infections (mainly RSV) in the Netherlands, could not show either a benefit in antibiotic use when RDT results were rapidly communicated to the clinicians. However, other observational studies have reported significant reductions on the use of antibiotic and finally, there are also favorable international recommendations for the use of RDT; the guidelines of the Infectious Diseases Society of America for the management of CAP in children stated that testing for respiratory viruses can modify clinical decision making including the prescription of antibacterial therapy.

In this issue of Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, Aguilera Alonso et al.13 described the experience of early identification of respiratory viruses in 100 children (median age of 21 months) with 105 episodes of CAP in a tertiary hospital in Madrid. This was an observational, retrospective study of children admitted to care management from 2014 to 2018. In a step-by-step approach, a rapid antigen-based test, for RSV and influenza A and B, and a multiplex molecular diagnostics respiratory viruses were used. All children included had x-ray findings of pneumonia. S. pneumoniae was isolated in blood culture of one child. There was an identification of a respiratory virus in 93 (88%) cases, mainly RSV in 37 (35%) cases, and influenza in 21 (20%) cases. Patients with RSV detection had a lower onset of empirical antibiotic therapy (35.1% vs 55.9%, p = 0.042). The duration of antibiotic therapy in cases with no viral identification was higher than in those with RSV or influenza identification (68.8% received antibiotics more than 2 days vs 45.6%, respectively, p = 0.017).

Prescriptions of antibiotics to children in Spain remains also high and antibiotics for respiratory infections are of the most prescribed.  Aguilera Alonso et al reported that empiric antibiotics were used in 51 cases (48.6%). Interestingly, viral tests were done in the first 48 h after admission and the testing TAT had a maximum time of 24 h. Shorter TATs have been related to decreased antibiotic use, early antibiotic discontinuations, decreased length of stay, and also decreased costs in randomized controlled trials in adults.16, 17

In addition, about 15% of the cases with RSV or influenza identification were admitted without antibiotic therapy but started on antibiotics later. This result may illustrate the concerns of clinicians about a possible bacterial-viral co-infection in a patient with a severe respiratory infection. Viral co-detection was observed in half of the patients with bacterial pneumonia in EPIC study, and specifically, in 82% of the cases of pneumococcal pneumonia a virus was also identified.

The main limitation of etiologic pneumonia studies is that it is very hard to identify the final cause of pneumonia in children. Only in a minority of cases, we can isolate or identify the pathogen in the lung, lower respiratory tract or blood. The detection of pathogens in nasopharyngeal or oropharyngeal swabs with the use of a molecular method could represent infection limited to the upper respiratory tract or convalescent-phase shedding, and thus detection may not denote causation. No current diagnostic test is adequately sensitive to exclude bacterial–viral coinfection when a virus is detected. In clinical practice, biomarkers such as procalcitonin or C-reactive protein may help in ruling out bacterial infection when the levels are low.

 It is also important to consider that the impact of influenza vaccination in disease prevention may be higher with the administration of inactivated quadrivalent influenza vaccine IIV4 provides a broader protection against influenza. In a phase III, observer-blind trial, including more than 12,000 children from 6 to 35 months of age, IIV4 was related to the reduction of antibiotic use associated with influenza illness by 71% in the group of European children. The impact of PCV in pneumonia, previously commented, maybe notorious in Spain with the recent inclusion of PCV13 in the National Immunization Program. There are also an urgent need and an important pipeline of development with RSV vaccine candidates that are been evaluated in children but also in pregnant women, which could lead to safeguarding their infants in the first few vulnerable months of life.

Introducción. Los virus son una de las causas más frecuentes de neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en niños. La identificación precoz de virus respiratorios podría suponer una disminución en el consumo de antibióticos.
Métodos. Estudio observacional, retrospectivo, desde enero del 2014 hasta junio del 2018, que incluyó a los pacientes pediátricos ingresados en un hospital terciario con diagnóstico de NAC, a los que se realizó test antigénico o PCR viral en muestra respiratoria.
Resultados. Se incluyeron 105 episodios de NAC, identificándose algún virus respiratorio en 93 (88,6%) casos. Los pacientes con detección de virus respiratorio sincitial (VRS) presentaron menor inicio de antibioterapia empírica (35,1% vs. 55,9%, p valor: 0,042). Además, los casos con identificación de VRS o influenza precisaron menor duración de antibioterapia (recibiendo el 45,6% ≥ 2 días frente al 68,8% de los que no se identificó, p = 0,017).
Conclusión El uso de técnicas diagnósticas de virus respiratorios en nuestro medio puede optimizar el consumo de antibióticos en niños ingresados con NAC.

Casos clínicos

·Slowly Progressive Elbow SwellingJ Pediatr. 2020 May;220:262-263. doi: 10.1016/j.jpeds.2019.12.043.

A 9-year-old boy was brought to us with the complaint of a lump over the lateral side of the right elbow for the past 1 month. The swelling was slowly progressive and tender to touch, accompanied by a low-grade fever. There was no history of trauma, weight loss, cough, or dyspnea. Contact history with tuberculosis was negative. Examination revealed a 9 × 8 × 8 cm swelling over the proximal and lateral aspect of the right forearm without any obvious joint involvement, slightly tender on palpation with no other signs of inflammation. A clinical possibility of extrapulmonary tuberculosis or chronic bacterial infection was considered. His routine blood investigations were normal. Tuberculin skin test was positive and HIV serology was negative. An anteroposterior and lateral radiograph of the right elbow showed a large osteolytic lesion of the proximal end of the ulna (Figure 1). 

  • Manifestaciones cutáneas en contexto del brote actual de enfermedad por coronavirus 2019

DOI: 10.1016/j.anpedi.2020.04.013

CASO 1:  niño de 6 años ingresado para estudio de una hepatopatía colestásica no filiada. A las 2 semanas de su ingreso, en contexto de febrícula y un empeoramiento de los marcadores hepáticos de colestasis y citolisis, se le realizó estudio de SARS-CoV-2 que resultó positivo. A las 48h, inició un exantema maculopapular eritematoso, confluente y no pruriginoso, en el tronco y el cuello, que progresivamente se extendió a mejillas y extremidades superiores e inferiores, con afectación palmar . La duración total de la clínica cutánea fue de 5 días, y se resolvió sin otras complicaciones y sin necesidad de tratamiento específico. Se acompañó de mejoría analítica (bilirrubina, transaminasas y parámetros de coagulación). Dado el empeoramiento de la afectación hepática coincidiendo con la obtención del resultado positivo de la PCR para SARS-CoV-2 en aspirado nasofaríngeo, se realizó PCR al virus en el tejido hepático obtenido por biopsia en el estudio inicial del paciente, que resultó negativa. Durante su evolución no presentó otra clínica asociada a la infección por coronavirus

CASO 2: lactante de 2 meses que acudió a urgencias por febrícula y un cuadro de urticaria aguda, aparentemente pruriginoso, de 4 días de evolución. Inicialmente afectaba la cara y las extremidades superiores, extendiéndose en pocas horas al tronco y las extremidades inferiores. No había afectación palmoplantar. Estas manifestaciones no se acompañaban de angioedema acral, labial ni lingual.

La paciente convivía con 2 personas con COVID-19 demostrada, por lo que se realizó PCR a SARS-CoV-2 en aspirado nasofaríngeo, que fue positiva. Se pautó tratamiento sintomático vía oral con buena respuesta. La duración de la mayoría de las lesiones fue inferior a 24h, resolviéndose la clínica cutánea en 5 días, sin otras manifestaciones asociadas.

Según lo descrito en la literatura, hasta el momento, las manifestaciones cutáneas del nuevo coronavirus son similares a las producidas por otras infecciones virales comunes. No se ha observado relación entre la magnitud de la clínica cutánea y la gravedad de la enfermedad. Debemos tener presente que, además de los exantemas propios de la fase aguda de la infección descritos en este artículo, recientemente se han descrito lesiones acrales y/o perniosiformes en niños y jóvenes, por lo demás asintomáticos, que podrían ser una manifestación tardía reflejo de fenómenos inflamatorios o microtrombóticos en la fase de respuesta inmunológica.

A diferencia de nuestros casos, todos los pacientes adultos descritos desarrollaron sintomatología respiratoria durante la evolución de su enfermedad y podrían haber recibido tratamiento para la misma. En este contexto, hay que valorar también la posibilidad de manifestaciones cutáneas por reacción adversa a fármacos.

  • Primer caso de infección neonatal por SARS-CoV-2 en España
    Madre de 41años , cesárea urgente por preeclampsia grave a la semana 38+4.  Gestación por FIV e hipotiridismo en tto.

Rn bajo peso (2.500g) y APGAR 7/9requiriendo una reanimación con aspiración de secreciones en orofaringe. Fue trasladada a la unidad neonatal por dificultad respiratoria inmediata con un dispositivo de presión continua nasal (CPAP). La asistencia respiratoria se retiró a las 2horas de vida, siendo la exploración física a las 9horas normal. Este cuadro se interpretó como un distrés de adaptación a la vida extrauterina, trasladándose posteriormente a las plantas de maternidad con su madre.

Al tercer día del ingreso, la madre comenzó con febrícula descartándose complicaciones obstétricas. Dos días después presentó picos febriles y clínica respiratoria, objetivándose en la radiografía de tórax una neumonía bilateral grave. NO refería viajes a zonas de riesgo de Coronavirus ni contacto con personas infectadas, aunque su pareja presentaba desde el día de la cesárea un cuadro febril con gastroenteritis asociada. Tras descartarse infecciones víricas habituales se solicitó RT-PCR COVID-19 que fue positiva. El test de su pareja también fue positivo posteriormente.

Hasta ese momento la niña permaneció asintomática con su madre en las plantas de maternidad alimentada con lactancia mixta. Debido a la situación clínica de la madre, que requirió asistencia en una unidad especial, se procedió a la separación y se realizó a la recién nacida una RT-PCR COVID-19 de una muestra extraída por aspirado nasofaríngeo que fue negativa (6.o día de vida).

A pesar de la negatividad del test de la niña, se mantuvo en aislamiento en planta de maternidad bajo los cuidados del personal sanitario hasta la obtención de una segunda muestra a las 36horas (mediante exudado nasofaríngeo) que resultó positiva (8.o día de vida). En ese momento se trasladó a la unidad neonatal sin realizarse pruebas complementarias por permanecer asintomática. Se mantuvo una vigilancia estrecha y al noveno día de vida se observó polipnea intermitente con leve tiraje intercostal y 2 desaturaciones de oxígeno autolimitadas con el sueño profundo y durante la alimentación. Se realizó una gasometría capilar con leve acidosis transitoria (pH 7,27, pCO2 49, bicarbonato 22, EB −4, láctico normal), una radiografía de tórax con tenue opacidad en vidrio deslustrado de predominio perihiliar derecho y una proteína C reactiva negativa (0,06mg/dl). Transcurridas 24horas la clínica desapareció manteniéndose asintomática hasta el momento actual (día 13 de vida) en el que se ha repetido la RT-PCR COVID-19 que sigue positiva. La madre está en cuidados intensivos con ventilación mecánica.

En este caso sospechamos que la transmisión ha sido horizontal, ya que el primer test realizado fue negativo.

Para profundizar

Según el último informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica4, la tasa de incidencia total de tuberculosis en España en 2016 fue de 10,38 casos/100.000 habitantes (4,10 en menores de 15 años de edad). La tasa de incidencia en menores de 15 años en España de los años 2013, 2014 y 2015 fue de 5,33; 4,35 y 5,05 casos/100.000 habitantes, respectivamente. A pesar de que la tendencia de la tasa de incidencia total nacional de tuberculosis es descendente en los últimos años, su ritmo de descenso es inferior al 11% anual (objetivo marcado por la OMS).

Con el objetivo de analizar la distribución de los casos de tuberculosis de la población menor de 15 años residente en la ciudad de Sevilla en función del NSE de las áreas de residencia, se calcularon las tasas de incidencia anuales de los casos de tuberculosis en niñas y niños declarados al Servicio de Epidemiología del Distrito Sevilla del Servicio Andaluz de Salud durante los años 2013, 2014 y 2015 – Las tasas de incidencia anuales de tuberculosis de la población menor de 15 años de la ciudad de Sevilla para los 3 años estudiados superan la media nacional para este grupo de edad: 6,61 casos por 100.000 habitantes menores de 15 años en el 2013, 14,71 en el 2014 y 8,54 en el 2015 . Las diferencias máximas en el cálculo de tasa de incidencia por subdistritos del año 2014 tomando la población por subdistritos del año 2013 y la del 2015 fueron de+/− 3 casos por 100.000 habitantes, sin cambios en las tasas de incidencia por subdistritos con y sin ZNTS (Zonas de Necesidad de Transformación Social)  de ese año. Las RI(razón incidencia) anuales entre los subdistritos de Sevilla con zonas estructurales de pobreza y los que no las contienen muestra diferencias importantes de hasta casi 9 veces superior en las zonas más desfavorecidas (RI-2013=8,73; RI-2014=3,13; RI-2015=4,47)

Objective To determine the frequency that non-first-line antibiotics, safety-net antibiotic prescriptions (SNAPS), and longer than recommended durations of antibiotics were prescribed for children ≥2 years of age with acute otitis media and examine patient and system level factors that contributed to these outcomes.Study design. Children age ≥2 years with acute otitis media seen at Denver Health Medical Center outpatient locations from January to December 2018 were included. The percentages of patients who received first-line antibiotics, SNAPs, and recommended durations of antibiotics were determined. Factors associated with non-first-line and longer than recommended antibiotic durations were evaluated using multivariate logistic regression modeling.

Results. Of the 1025 visits evaluated, 98.0% were prescribed an antibiotic; only 4.5% of antibiotics were SNAPs. Non-first-line antibiotics were prescribed to 18.8% of patients. Most antibiotic durations (94.1%) were longer than the institution recommended 5 days and 54.3% were ≥10 days. Private insurance was associated with non-first-line antibiotics (aOR, 1.89; 95% CI, 1; 14-3.14, P = .01). Patients who were younger (2-5 years; aOR 2.01; 95% CI, 1.32-3.05; P < .001) or seen in emergency/urgent care sites (aOR, 1.73; 95% CI, 1.26-2.38; P < .001) were more likely to receive ≥10 days of antibiotic compared with those in pediatric clinics.

Conclusions: Antibiotic stewardship interventions that emphasize the duration of antibiotic therapy as well as the use of SNAPs or observation may be higher yield than those focusing on first-line therapy alone. Numerous system and patient level factors are associated with off-guideline prescribing.

·Clinical Characteristics of Pediatric Pyelonephritis Without Pyuria or Bacteriuria. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):385-388, May 2020.

Background: The gold standard for the diagnosis of acute pyelonephritis (APN) in children is the finding of both pyuria (P) and bacteriuria (B); however, some APN patients have neither of these findings [APN(P(−);B(−))].

Methods: In this study, we investigated APN patients who visited our hospital over 14 years to identify specific clinical characteristics of APN(P(−);B(−)).

Results: A total of 171 APN patients were included in the study, and of these 29 were APN(P(−);B(−)). Of the APN(P(−);B(−)) patients, 25.9% had vesicoureteral reflux (VUR), the same percentage as the APN(P(+);B(+)) patients, and 69.0% of APN(P(−);B(−)) patients had already taken antibiotics before diagnosis. APN(P(−);B(−)) patients were older and had a longer duration between onset of fever and diagnosis than the patients with pyuria and/or bacteriuria. In addition, they showed higher C-reactive protein levels. APN(P(−);B(−)) patients had high levels of urinary α-1 microglobulin and urinary β-2 microglobulin.

Conclusions: APN is difficult to diagnose in febrile patients who display neither pyuria nor bacteriuria, but as these patients have the same risk for VUR as APN patients with pyuria and bacteriuria, a detailed history establishing the clinical course as well as urinary chemistry investigations, may assist in diagnosis.

·Identifying Patients at Lowest Risk for Streptococcal Pharyngitis: A National Validation StudyJ Pediatr. 2020 May;220:132-138.e2. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.01.030

OBJECTIVES: To determine the prevalence of features of viral illness in a national sample of visits involving children tested for group A Streptococcus pharyngitis. Additionally, we sought to derive a decision rule to identify patients with features of viral illness who were at low risk of having group A Streptococcus and for whom laboratory testing might be avoided.

STUDY DESIGN: Retrospective validation study using data from electronic health records of patients 3-21 years old evaluated for sore throat in a national network of retail health clinics (n = 67 127). We determined the prevalence of features of viral illness in patients tested for group A Streptococcus and developed a decision tree algorithm to identify patients with features of viral illness at low risk (<15%) of having group A Streptococcus.

RESULTS: Overall, 54% of patients had features of viral illness. Among patients with features of viral illness, those without tonsillar exudates who were 11 years or older and either lacked cervical adenopathy or had cervical adenopathy and lacked fever were identified as at low risk for group A Streptococcus according to the decision rule. This group comprised 34% of patients with features of viral illness, or 19% of all patients tested for group A Streptococcus infection.

CONCLUSIONS: Our findings provide an objective way to identify patients with features of viral illness who are at low risk of having group A Streptococcus. Improved identification such patients at low risk of group A Streptococcus could improve appropriate testing and antibiotic prescribing for pharyngitis.

·Clinical Description and Outcomes of Australian Children With Invasive Group A Streptococcal Disease. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):379-384, May 2020

Background: Invasive group A streptococcal disease is a severe infection with a high case fatality rate, estimated to cause more than 150,000 deaths per year worldwide. The clinical presentation of this infection is variable, and early diagnosis can be challenging. There are few data on its short- and longer-term outcomes, especially in children. The aim of this study was to assess the clinical presentation, management and short- and longer-term outcomes of invasive group A streptococcal disease in children in Australia.

Methods: We undertook a prospective surveillance study of children with laboratory-confirmed invasive group A streptococcus disease admitted to 7 sentinel tertiary and quaternary pediatric hospitals in Australia between July 2016 and June 2018. We collected demographic and clinical data and contacted patients 6 months after discharge to assess longer-term outcomes.

Results: We enrolled 181 children, 7 days to 16 years of age. The principal site of invasive infection was blood (126 children, 69.6%), and the most frequent clinical presentation was pneumonia in 46 children (25.4%). Twenty-six children developed streptococcal toxic shock syndrome (14.4%), and 74 had severe disease (40.9%), including 71 admitted to the intensive care unit. Five children died (2.8%). At discharge and 6 months, 29.3% and 15.2% of the children had persisting health problems, respectively.

Conclusions: Invasive group A streptococcal infection in Australian children is frequently severe and has a high long-term morbidity burden, highlighting the need for strengthened clinical care pathways, epidemiologic surveillance and prevention strategies.

·User-friendly smartphone detection of middle ear fluidSci Transl Med 2019;11: pii: eaav1102.

Question: Among children with middle ear fluid, what is the diagnostic accuracy of a smartphone-based, machine-learning-trained fluid detector, compared with surgical and tympanometry findings, in diagnosing middle ear  18 months to 17 years old undergoing ear, nose, and throat surgery for those with and without middle-ear-related diagnoses. The smartphone system was also tested on a smaller cohort of children <18 months of age.

Smartphone-based middle ear fluid detection using smartphone-based speakers and microphones compared with surgery findings and/or tympanometry.

Main Results: The smartphone-based-fluid-detector demonstrated sensitivity and specificity of 84.6% (95%CI, 65.1% – 95.6%) and 81.9% (95% CI, 71.1% – 90.0%), respectively. Area under the curve (AUC) was 0.898 for middle ear fluid. This compares favorably with an AUC of 0.776 for commercial acoustic reflectometry (EarCheck Middle Ear Monitor, Innovia Medical). Parents demonstrated similar results as researchers with the smartphone detector.

Conclusions : A smartphone-based middle ear fluid detector may be an effective screening tool.

Commentary : Acute otitis media (AOM) is one of the leading causes of urgent care visits and the most common reason for administration of antibiotics in children.1 Detecting middle ear fluid is critical for accurately diagnosing acute otitis media, persistent middle ear effusion, and other ear conditions in children.2 Visual assessment is the current standard diagnostic method, but it is more accurate when pneumatic otoscopy is used to assess mobility and it is observer dependent. Diagnosis of otitis media with effusion or AOM currently requires detecting middle ear fluid using either pneumatic otoscopy (which can be extremely painful in children with AOM) or tympanometry, which is more accurate but technically difficult, and not as accurate in infants less than 6 months of age.3 In this report, researchers evaluated a new technology that will permit both physicians and parents to detect and monitor middle ear fluid in children with nothing more than a smartphone and a piece of paper. Their results are encouraging and demonstrate the potential for standard smartphones (using standard speakers and microphones) to be an effective tool for detecting the presence of middle ear fluid. Further testing, especially in infants less than 1 year of age, is necessary to confirm the sensitivity and specificity as it is most challenging to make the diagnosis at this age.

April 30,2020 N Engl J Med 2020; 382:e40 DOI: 10.1056/NEJMp2005638

Carta al editor. Resultados de un ensayo clinico: La vacuna tetravalente contra el dengue (TAK-003, Takeda) en el ensayo de Biswal et al. (Número del 21 de noviembre) 1 parece prometedor y tiene una mejor eficacia general que CYD-TDV (Dengvaxia, Sanofi Pasteur) .2 Dos mejoras importantes en este ensayo son que todos los participantes se sometieron a pruebas serológicas antes de la aleatorización y no hubo necesidad de hacer un Análisis post hoc según grupos de edad. Sin embargo, es demasiado pronto para concluir que TAK-003 será mejor que CYD-TDV.

·Oseltamivir provides up to 3 days earlier time to recovery over usual careOseltamivir plus usual care versus usual care for influenza-like illness in primary care: an open-label, pragmatic, randomised controlled trial. Lancet 2020;395:42-52.

Question: Among patients with influenza, what is the therapeutic efficacy of oseltamivir, compared with usual care, in time to recovery?

Compared with usual care, the time to recovery with oseltamivir was 0·70 days earlier (95% Bayesian Credible Interval, 0.30–1.20) in patients younger than 12 years and/or with milder illness to 3.20 days (95% BCrI 1·00–5·50) in patients aged 65 years or older and/or with more severe illness.

Oseltamivir provided an overall time to recovery benefit of 1 day, with older/sicker patients deriving more benefit.

Commentary: Prompt antiviral treatment of influenza is recommended for all hospitalized patients and outpatients at increased risk of complications, including children <2 years.1 Early oseltamivir treatment of previously healthy children with uncomplicated influenza is supported by randomized trials. A meta-analysis of randomized placebo-controlled trials reported that oseltamivir treatment within 48 hours of symptom onset significantly reduced duration of influenza illness in children by about one day and lowered risk of otitis media by a third.2 A meta-analysis of observational data reported that neuraminidase inhibitor antiviral treatment reduced the likelihood of hospital admission by 75% in children <16 years.3 The trial by Butler et al showed benefit of oseltamivir treatment compared with usual care in a “real-world” primary care setting, in adults and children (14% [448] were children <12 years). It utilized patient-reported time to recovery as the primary outcome, a composite of return to usual activities and symptom resolution, which differs from trials that have generally used one or the other. Unexpectedly, benefit from oseltamivir was similar in participants with and without RT-PCR-confirmed influenza, which has not been shown previously. However, this study lacked a placebo group, raising questions about a placebo effect and other unknown factors that require further study. New or worsening nausea or vomiting was increased slightly in oseltamivir recipients (21% vs 16% in usual care group); few serious adverse events were reported (similar to previous findings2). Although the pediatric population was small, this study provides additional evidence of the clinical benefit of oseltamivir treatment for uncomplicated influenza.

The conclusions in this commentary are those of the authors and do not necessarily represent the official position of the Centers for Disease Control and Prevention.

Background: Viral acute respiratory tract infections (vARTI) are a frequent source of inappropriate antibiotic prescribing. We describe the prevalence of antibiotic prescribing for vARTI in the pediatric emergency department (ED) and urgent care (UC) within a health system, and identify factors associated with overall and broad-spectrum antibiotic prescribing.

Methods: Retrospective chart review within a single pediatric referral health system. Visits of patients, 3 months– 17 years old, with a discharge diagnosis of a vARTI from 2010 to 2015. Data collected included specific vARTI diagnosis, site type (ED or UC), provider type [pediatric emergency medicine subspecialist or physicians, nurse practitioners, physician assistants (non-PEM)] and discharge antibiotics. Odds ratios and 95% confidence intervals (CI) were calculated where appropriate.

Results: There were 132,458 eligible visits, mean age 4.1 ± 4.3 years. Fifty-three percent were treated in an ED. Advanced practice providers, a term encompassing nurse practitioners and physician assistants, were the most common provider type (47.7%); 16.5% of patients were treated by a pediatric emergency medicine subspecialist. Antibiotics were prescribed for 3.8% (95% CI: 3.72–3.92) of children with vARTI; 25.4% (95% CI: 24.2–26.6) of these were broad-spectrum, most commonly first-generation cephalosporins (11%; 95% CI 10.2–11.9). Patients treated in an ED or by a non-PEM and those receiving chest radiograph (CXR) received antibiotics most frequently. Prescribing rates varied by specific vARTI diagnosis.

Conclusions: Patients discharged from the pediatric ED or UC with vARTI receive inappropriate antibiotics at a lower rate than reported in other community settings; however, they frequently receive broad-spectrum agents.

·Pediatric Antibiotic Prescribing in China According to the 2019 World Health Organization Access, Watch, and Reserve (AWaRe) Antibiotic CategoriesJ Pediatr. 2020 May;220:125-131.e5. doi: 10.1016/j.jpeds.2020.01.044

Objectives To assess clinical indication-specific antibiotic prescribing in pediatric practice in China based on the World Health Organization (WHO) Access, Watch, and Reserve (AWaRe) metrics and to detect potential problem areas.

Study design Pediatric prescription records on the 16th of each month during 2018 were sampled for all encounters at outpatient and emergency departments of 16 tertiary care hospitals via hospital information systems. Antibiotic prescribing patterns were analyzed across and within diagnostic conditions according to WHO AWaRe metrics and Anatomical Therapeutic Chemical (ATC) classification.

Results A total of 260 001 pediatric encounters were assessed, and antibiotics were prescribed in 94 453 (36.3%). In 35 167 encounters (37.2%), at least 1 intravenous antibiotic was administered. WHO Watch group antibiotics accounted for 82.2% (n = 84 176) of all antibiotic therapies. Azithromycin (n = 15 791; 15.4%) was the most commonly prescribed antibiotic, and third-generation cephalosporins (n = 44 387; 43.3%) were the most commonly prescribed antibiotic class. In at least 66 098 encounters (70.0%), antibiotics were prescribed for respiratory tract conditions, mainly for bronchitis/bronchiolitis (n = 25 815; 27.3%), upper respiratory tract infection (n = 25 184; 26.7%), and pneumonia (n = 13 392; 14.2%).

Conclusions Overuse and misuse of WHO Watch group antibiotics for respiratory tract conditions and viral infectious diseases is common in pediatric outpatients in China. Pediatric antimicrobial stewardship should be strengthened using WHO AWaRe metrics. 

Importance  The pandemic of coronavirus disease 2019 (COVID-19) caused by the novel severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2) presents an unprecedented challenge to identify effective drugs for prevention and treatment. Given the rapid pace of scientific discovery and clinical data generated by the large number of people rapidly infected by SARS-CoV-2, clinicians need accurate evidence regarding effective medical treatments for this infection.

Observations  No proven effective therapies for this virus currently exist. The rapidly expanding knowledge regarding SARS-CoV-2 virology provides a significant number of potential drug targets. The most promising therapy is remdesivir. Remdesivir has potent in vitro activity against SARS-CoV-2, but it is not US Food and Drug Administration approved and currently is being tested in ongoing randomized trials. Oseltamivir has not been shown to have efficacy, and corticosteroids are currently not recommended. Current clinical evidence does not support stopping angiotensin-converting enzyme inhibitors or angiotensin receptor blockers in patients with COVID-19.

Conclusions and Relevance  The COVID-19 pandemic represents the greatest global public health crisis of this generation and, potentially, since the pandemic influenza outbreak of 1918. The speed and volume of clinical trials launched to investigate potential therapies for COVID-19 highlight both the need and capability to produce high-quality evidence even in the middle of a pandemic. No therapies have been shown effective to date.

Lifecycle and Potential Drug Targets. Schematic represents virus-induced host immune system response and viral processing within target cells. Proposed targets of select repurposed and investigational products are noted. ACE2, angiotensin-converting enzyme 2; S protein, spike protein; and TMPRSS2, type 2 transmembrane serine protease.

Since December 8, 2019, an epidemic of coronavirus disease 2019 (COVID-19) has spread rapidly.1 As of February 6, 2020, China reported 31 211 confirmed cases of COVID-19 and 637 fatalities.

Previous studies suggest that COVID-19 is more likely to infect older adult men, particularly those with chronic comorbidities.2-4 Few infections in children have been reported. We identified all infected infants in China and described demographic, epidemiologic, and clinical features.

Methods

For this retrospective study, we identified all hospitalized infants diagnosed with COVID-19 infection between December 8, 2019, and February 6, 2020, in China. The summary number and geographic location of new COVID-19 infections, released daily by the central government, were screened to identify infants (aged 28 days to 1 year). Demographic information, including age, sex, and geographic location, released anonymously by local health departments, were then retrieved and local hospitals and the Centers for Disease Control and Prevention were contacted for demographic data, family clustering (≥1 infected family member residing with the infant), linkage to Wuhan (residing in or visiting Wuhan or contact with visitors from Wuhan ≤2 weeks before the onset of infection), clinical features (symptoms at admission, dates of admission and diagnosis), treatment (intensive care unit or mechanical ventilation), prognosis (any severe complications, including death), and discharge date. Efforts were made to reach families of patients to confirm the information.

Nasopharyngeal swabs were collected during hospitalization. Real-time polymerase chain reaction testing was used to detect COVID-19 according to the recommended protocol. Infection was defined as at least 2 positive test results.

This study was approved by the institutional review board of Wuhan University School of Health Sciences. Informed consent was waived as part of a public health outbreak investigation.

Results: Nine infected infants were identified between December 8, 2019, and February 6, 2020 (Table). All patients were hospitalized. Seven patients were female. The youngest was aged 1 month and the oldest was 11 months. There were 2 patients from Beijing, 2 from Hainan, and 1 each from Guangdong, Anhui, Shanghai, Zhejiang, and Guizhou.

Four patients were reported to have fever, 2 had mild upper respiratory tract symptoms, 1 had no symptoms but tested positive for COVID-19 in a designated screening because of exposure to infected family members, and 2 had no information on symptoms available. The time between admission and diagnosis was 1 to 3 days.

Families of all 9 infants had at least 1 infected family member, with the infant’s infection occurring after the family members’ infection. Seven infants were reported to be either living in Wuhan or having family members who visited Wuhan, 1 had no direct linkage to Wuhan, and 1 had no information available. None of the 9 infants required intensive care or mechanical ventilation or had any severe complications.

Discussion: Based on the sources of data used in this study, 9 infants were infected with COVID-19 and were hospitalized in China between December 2019 and February 6, 2020. Given the number of infections reported, the number of infected infants identified was small. This may be due to a lower risk of exposure or incomplete identification due to mild or asymptomatic disease, rather than resistance to infection.1,5 However, this study showed that infants can be infected by COVID-19; the earlier stage of the COVID-19 epidemic primarily involved adults older than 15 years.2-4

Family clustering occurred for all infected infants. Infants who have infected family members should be monitored or evaluated and family clustering should be reported to ensure a timely diagnosis.

Seven of the 9 infant patients were female. Previous studies found higher percentages of infection in men than women.2-4 Whether female infants may be more susceptible to COVID-19 infection than male infants requires further study.

The study was limited by small sample size, inclusion only of infants who were hospitalized, and lack of inclusion of asymptomatic patients. Although a systematic and comprehensive search was made for relevant infections in infants, the epidemic is spreading rapidly and incomplete identification of cases is possible.

Because infants younger than 1 year cannot wear masks, they require specific protective measures. Adult caretakers should wear masks, wash hands before close contact with infants, and sterilize the infants’ toys and tableware regularly.

Methods: One hospitalized patient and 3 patients (all medical personnel) quarantined at home with COVID-19 were treated at Zhongnan Hospital of Wuhan University, Wuhan, China, from January 1, 2020, to February 15, 2020, and evaluated with real-time reverse transcriptase-polymerase chain reaction (RT-PCR) tests for COVID-19 nucleic acid to determine if they could return to work. All the following criteria had to be met for hospital discharge or discontinuation of quarantine: (1) normal temperature lasting longer than 3 days, (2) resolved respiratory symptoms, (3) substantially improved acute exudative lesions on chest computed tomography (CT) images, and (4) 2 consecutively negative RT-PCR test results separated by at least 1 day.

The RT-PCR tests were performed on throat swabs following a previously described method. The RT-PCR test kits (BioGerm) were recommended by the Chinese Center for Disease Control and Prevention. The same technician and brand of test kit was used for all RT-PCR testing reported; both internal controls and negative controls were routinely performed with each batch of tests.

Demographic information, laboratory findings, and radiological features were collected from electronic medical records. After recovery, patients and their families were contacted directly, and patients were asked to visit the hospital to collect throat swabs for the RT-PCR tests.

This study was approved by the Zhongnan Hospital of Wuhan University institutional review board and the need for informed consent was waived.

Results

All 4 patients were exposed to the novel 2019 coronavirus through work as medical professionals. Two were male and the age range was 30 to 36 years. Among 3 of the patients, fever, cough, or both occurred at onset. One patient was initially asymptomatic and underwent thin-section CT due to exposure to infected patients. All patients had positive RT-PCR test results and CT imaging showed ground-glass opacification or mixed ground-glass opacification and consolidation. The severity of disease was mild to moderate.

Antiviral treatment (75 mg of oseltamivir taken orally every 12 hours) was provided for the 4 patients. For 3 of the patients, all clinical symptoms and CT imaging abnormalities had resolved. The CT imaging for the fourth patient showed delicate patches of ground-glass opacity. All 4 patients had 2 consecutive negative RT-PCR test results. The time from symptom onset to recovery ranged from 12 to 32 days.

After hospital discharge or discontinuation of quarantine, the patients were asked to continue the quarantine protocol at home for 5 days. The RT-PCR tests were repeated 5 to 13 days later and all were positive. All patients had 3 repeat RT-PCR tests performed over the next 4 to 5 days and all were positive. An additional RT-PCR test was performed using a kit from a different manufacturer and the results were also positive for all patients. The patients continued to be asymptomatic by clinician examination and chest CT findings showed no change from previous images. They did not report contact with any person with respiratory symptoms. No family member was infected.

Discussion

Four patients with COVID-19 who met criteria for hospital discharge or discontinuation of quarantine in China (absence of clinical symptoms and radiological abnormalities and 2 negative RT-PCR test results) had positive RT-PCR test results 5 to 13 days later. These findings suggest that at least a proportion of recovered patients still may be virus carriers. Although no family members were infected, all reported patients were medical professionals and took special care during home quarantine. Current criteria for hospital discharge or discontinuation of quarantine and continued patient management may need to be reevaluated. Although false-negative RT-PCR test results could have occurred as suggested by a previous study, 2 consecutively negative RT-PCR test results plus evidence from clinical characteristics and chest CT findings suggested that the 4 patients qualified for hospital discharge or discontinuation of quarantine.

The study was limited to a small number of patients with mild or moderate infection. Further studies should follow up patients who are not health care professionals and who have more severe infection after hospital discharge or discontinuation of quarantine. Longitudinal studies on a larger cohort would help to understand the prognosis of the disease.

Más información COVID-19 en JAMA: Coronavirus (COVID19)

 Una revisión sistemática reciente confirma la asociación entre la exposición a contaminantes atmosféricos (partículas en suspensión <2,5μ [PM2,5] y <10μ [PM10], dióxido de nitrógeno [NO2] y dióxido de sulfuro [SO2]), y el riesgo de ingreso por bronquiolitis2. Un estudio realizado en centros de atención primaria en Madrid concluyó que los niveles de NO2 (especialmente aquellos mayores de 40μg/m3) se asociaban a un aumento en la incidencia de problemas respiratorios en (valoren sustituir la edad pediátrica por niños, el texto quedaría…respiratorios en, probable errata) niños3. Hasta donde nosotros sabemos, no se han llevado a cabo estudios similares en Barcelona.

A modo de estudio piloto, se examinó a 391 pacientes del área metropolitana de Barcelona ingresados con bronquiolitis en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Sant Joan de Déu (Esplugues de Llobregat, Barcelona), desde 2011 hasta 2016. El código postal de cada paciente nos permitió añadir promedios mensuales de temperatura y humedad a la base de datos. También se registró el valor del índice catalán de calidad del aire (Índex Català de Qualitat de l’Aire [ICQA]) 10 días antes de la fecha del ingreso del paciente

Ni la temperatura ni los contaminantes parecen haber influenciado la incidencia de bronquiolitis en el área metropolitana de Barcelona entre 2011 y 2016. Aunque no se detectaron diferencias en la distribución de los principales contaminantes entre los días en los que hubo casos de bronquiolitis y el resto del mes, cabe resaltar que el NO2 es el principal contaminante presente durante todo el año en el área metropolitana de Barcelona. 

Introduction: Septic arthritis (SA) and osteomyelitis (OM) can present as medical emergencies in children. Typically, antimicrobial treatment for bone and joint infections is between 1 and 2 weeks of intravenous treatment followed by an oral antibiotic course of 2–4 weeks.1 2 However, recent data from a large randomised controlled trial in adults3 show that oral therapy is non-inferior to intravenous therapy. Short intravenous courses reduce length of hospital stay, support antimicrobial stewardship and improve patient quality of life. We describe the epidemiology of bone and joint infections at the John Radcliffe Hospital, Oxford, over the last decade in order to inform improved management.

Methods_We identified cases of SA and OM from September 2009 to February 2019 using hospital discharge clinical coding data. Inclusion criteria were (1) children <16 years of age (2) with clinical or radiological features typical of SA or OM …

·Osteoarticular Infections of the Chest Wall Due to Kingella Kingae: A Series of 8 CasesThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):e54-e56, May 2020.

Osteoarticular infections of the chest wall are relatively uncommon in pediatric patients and affect primarily infants and toddlers. Clinical presentation is often vague and nonspecific. Laboratory findings may be unremarkable in osteoarticular chest wall infections and not suggestive of an osteoarticular infection. Causative microbes are frequently identified if specific nucleic acid amplification assays are carried out. In the young pediatric population, there is evidence that Kingella kingae is 1 of the main the main causative pathogens of osteoarticular infections of the chest wall.

·Should We Investigate Osteoarticular Infections for Kingella kingae in Older-than-expected Immunocompetent Children? The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):e57-e58, May 202

Since the 1980s, the reported number of cases of osteoarticular infections due to Kingella kingae has increased markedly owing to the widespread use of nucleic acid amplification assays. These advances have resulted in the recognition of K. kingae as the predominant germ of hematogenous infections of bones, joints, intervertebral discs and tendon sheaths in children 6–48 months of age, indicating that its role in osteoarticular infection has probably been underestimated in the past.1 Current evidence indicates that nearly all invasive K. kingae infections occur in children <4 years of age, corresponding to the period of maximal oropharyngeal colonization. In fact, the main risk factor for invasive infections due to K. kingae is close, intimate contact among infants and preschool-age children as it is found in settings such as group childcare.2 In addition, the maternal immunity that is conveyed to the fetus during pregnancy diminishes gradually between 6 and 24 months. Longitudinal investigations have revealed that the average IgG levels against K. kingae are high at birth and slowly decrease thereafter reaching the lowest point at 6–7 months postnatally.3 However, the IgG persists at low levels until the age of 18–24 months, at which point a progressive increase of the serum levels of the immunoglobulin has been reported.3 Therefore, in the period between 6 and 48 months, a child is more susceptible to invasive infections.

We read with interest the case report by Fremlin and colleagues1 on non-sexually acquired genital ulceration (NSAGU), also termed Lipschütz ulcers. NSAGU is characterised by acute painful genital ulcerations in girls and young women and has been associated with a large spectrum of acute infections, for example, Epstein-Barr virus (EBV), cytomegalovirus (CMV) and parvovirus.2 3 We would like to draw attention to the possibility of another important cause of this condition. …

Methods: Data for January 2006 through December 2017 were analyzed from the IBM MarketScan Commercial Database (formerly known as the Truven Health MarketScan Commercial Claims and Encounters database), which contains deidentified data from more than 20 million individuals in employer-sponsored commercial health insurance plans. Because all data were fully deidentified and no interaction occurred with humans, this analysis was deemed exempt from review and informed consent by the US Centers for Disease Control and Prevention institutional review board.

Children were included if they were age eligible to receive rotavirus vaccine (with a birthdate of January 1, 2006, or later) and continuously enrolled in their insurance plan from birth. Current Procedural Terminology codes (90680 [for RotaTeq vaccine (Merck Sharp & Dohme Corporation)] and 90681 [for Rotarix vaccine (GlaxoSmithKline)]) were used to determine rotavirus vaccination status and age at each dose, as previously described. To increase specificity, T1D was defined as 2 or more separate claims listing International Classification of Diseases, Ninth Revision, Clinical Modification (ICD-9-CM) codes 250.X1 or 250.X3 or International Statistical Classification of Diseases, Tenth Revision, Clinical Modification codes E10.X in any care setting. Children with a single T1D claim were excluded, as were those diagnosed those diagnosed before 27 weeks of age (survival curve) or before 12 months of age (measures of association).

For the survival curve, follow-up began at 27 weeks of age. For measures of association, follow-up began at 12 months of age. Crude rate ratios were calculated using person-time accumulated in each stratum of rotavirus vaccination status. Extended Cox regression models with age in weeks as the time scale included rotavirus vaccination status as the time-varying exposure and were controlled for birth year. To mitigate exposure misclassification from missing vaccination claims and control for confounding by medical conditions possibly associated with missed vaccinations and risk of T1D, only children who received at least 1 dose of diphtheria-tetanus-pertussis-containing vaccine were included. This restriction was lifted in a sensitivity analysis. In a second sensitivity analysis, children in states with universal vaccine purchase programs were excluded, since they could have been vaccinated without a vaccination-associated insurance claim. Results were stratified by birth year, since loss to follow-up increased with increasing age. Data were censored at the end of continuous enrollment, the end of the study period (December 31, 2017), or diagnosis of T1D, whichever came first.

Analyses used SAS version 9.4 (SAS Institute) and R version 3.4.2 (the R Foundation for Statistical Computing). Data analysis occurred from January 2019 to April 2019; [alpha] was set to .05.

Results

Overall, 843 of 2 854 571 eligible children were diagnosed with T1D; the 10-year cumulative incidence was 0.25% (95% CI, 0.22%-0.28%). Among 1 563 540 children followed up until age 12 months or older, 1 035 198 (66.2%) were fully vaccinated (2 doses of Rotarix or 3 doses of RotaTeq), 210 057 (13.4%) were partially vaccinated, and 318 285 (20.4%) were unvaccinated against rotavirus.

Unadjusted T1D-free survival curves were stratified by rotavirus vaccination status (Figure). Adjusted hazard ratios comparing fully and partially vaccinated children with unvaccinated children were nonsignificant in primary and sensitivity analyses (Table).

Discussion: We found no association between rotavirus vaccination and T1D among US children with commercial insurance who were followed up until a maximum of 12 years of age. This is consistent with results from 2 Finnish cohorts. 

Importance  Chikungunya virus (CHIKV) is a mosquito-borne Alphavirus prevalent worldwide. There are currently no licensed vaccines or therapies.

Objective  To evaluate the safety and tolerability of an investigational CHIKV virus–like particle (VLP) vaccine in endemic regions.

Design, Setting, and Participants  This was a randomized, placebo-controlled, double-blind, phase 2 clinical trial to assess the vaccine VRC-CHKVLP059-00-VP (CHIKV VLP). The trial was conducted at 6 outpatient clinical research sites located in Haiti, Dominican Republic, Martinique, Guadeloupe, and Puerto Rico. A total of 400 healthy adults aged 18 through 60 years were enrolled after meeting eligibility criteria. The first study enrollment occurred on November 18, 2015; the final study visit, March 6, 2018.

Interventions  Participants were randomized 1:1 to receive 2 intramuscular injections 28 days apart (20 µg, n = 201) or placebo (n = 199) and were followed up for 72 weeks.

Main Outcomes and Measures  The primary outcome was the safety (laboratory parameters, adverse events, and CHIKV infection) and tolerability (local and systemic reactogenicity) of the vaccine, and the secondary outcome was immune response by neutralization assay 4 weeks after second vaccination.

Results  Of the 400 randomized participants (mean age, 35 years; 199 [50%] women), 393 (98%) completed the primary safety analysis. All injections were well tolerated. Of the 16 serious adverse events unrelated to the study drugs, 4 (25%) occurred among 4 patients in the vaccine group and 12 (75%) occurred among 11 patients in the placebo group. Of the 16 mild to moderate unsolicited adverse events that were potentially related to the drug, 12 (75%) occurred among 8 patients in the vaccine group and 4 (25%) occurred among 3 patients in the placebo group. All potentially related adverse events resolved without clinical sequelae. At baseline, there was no significant difference between the effective concentration (EC50)—which is the dilution of sera that inhibits 50% infection in viral neutralization assay—geometric mean titers (GMTs) of neutralizing antibodies of the vaccine group (46; 95% CI, 34-63) and the placebo group (43; 95% CI, 32-57). Eight weeks following the first administration, the EC50 GMT in the vaccine group was 2005 (95% CI, 1680-2392) vs 43 (95% CI, 32-58; P < .001) in the placebo group. Durability of the immune response was demonstrated through 72 weeks after vaccination.

Conclusions and Relevance  Among healthy adults in a chikungunya endemic population, a virus-like particle vaccine compared with placebo demonstrated safety and tolerability. Phase 3 trials are needed to assess clinical efficacy.

Trial Registration  ClinicalTrials.gov Identifier: NCT02562482

·Description of Eschar-associated Rickettsial Diseases Using Passive Surveillance Data—United States, 2010–2016The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(5):405, May 2020.

What is already known about this topic? Eschars are a clinical sign used to differentiate less severe rickettsioses from potentially deadly Rocky Mountain spotted fever.

What is added by this report? Eschars are infrequently reported in tickborne rickettsial disease (TBRD) surveillance data and represent an underutilized resource to aid in distinguishing the various spotted fever group Rickettsia. Although 1% of total TBRD case reports during 2010–2016 documented the presence of an eschar, 81% of cases lacked information on eschars altogether.

What are the implications for public health practice? Systematic reporting of the presence or absence of eschars on the TBRD case report form can improve the quality of surveillance data and enhance understanding of the impact of spotted fever rickettsioses in the United States. OK

Background: In children with epilepsy, fever and illness are known triggers for seizure; therefore, clinicians and parents could be concerned that immunization-induced inflammation and fever could also trigger seizures. We sought to estimate the risk of emergency department (ED) visit or hospitalization for epilepsy/seizure and all causes after immunization in children younger than 7 years of age with epilepsy.

Methods: We conducted a self-controlled case series of children diagnosed with epilepsy before their 7th birthday and immunized from 2005 to 2015 in Ontario (population 14.2 million) and Manitoba (population 1.3 million), Canada, using administrative healthcare data. We estimated the age- and season-adjusted relative incidence (aRI) of epilepsy/seizure-related and all-cause ED visits/hospitalizations during various risk periods 0–28 days after inactivated and live immunizations versus a control period 35–83 days postimmunization. Estimates from each province were analyzed separately and then combined in a random-effects meta-analysis.

Results: The combined risk of epilepsy/seizure-related hospitalization/ED visit was increased 0–2 days after inactivated vaccines (aRI = 1.5, 95% confidence interval: 1.1–1.9) and 7–10 days after live vaccines (aRI = 1.9, 1.4–2.7). For all-cause ED visit/hospitalization, the combined aRI estimate was 0.9 (0.8–1.2) 0–2 days after inactivated vaccines and 1.3 (1.1–1.5) 7–10 days after live vaccines.

Conclusions: The risk of epilepsy/seizure-related ED visit/hospitalization was modestly increased among children with epilepsy during peak periods of fever and inflammation following inactivated and live vaccines. These risks must be balanced against the risk of complications from vaccine-preventable diseases. OK

Background and objective The Zika virus outbreak has drawn attention to microcephaly, whose definition is based on head circumference measuring below a percentile or number of SDs below the mean. The objective of this analysis was to assess how differences in measurement precision might affect prevalence and trends of microcephaly.

Methods Data from all births in Uruguay during 2010–2015 were obtained from the Perinatal Information System. The prevalence of births with microcephaly was calculated based on head circumference measurement at birth applying the INTERGROWTH-21st standards for sex and gestational age, and compared by method of ascertaining gestational age.

Results Rounding and digit preference was observed: 74% of head circumference measurements were reported as a whole centimetre value. The prevalence of births varied substantially by the criterion used to define microcephaly (<3 SD, <2 SD, <3rd percentile for gestational age) and could be halved or doubled based on adding or subtracting a half-centimetre from all reported head circumference measurements. If 4 days were added to gestational age calculations, rather than using completed gestational weeks (without days) for gestational age reporting, the prevalence was 1.7–2 times higher.

Discussion Rounding in measurement of head circumference and reporting preferences of gestational age may have contributed to a lower prevalence of microcephaly than expected in this population. Differences in head circumference measurement protocols and gestational age dating have the potential to affect the prevalence of babies reported with microcephaly, and this limitation should be acknowledged when interpreting head circumference data collected for surveillance.OK

We included nine studies, of which two were classified as ongoing studies. The seven included studies involved a total of 2774 participants and were conducted in high-income countries (UK, USA and Chile) and lower-middle-income countries (Bangladesh and Pakistan). Four studies were conducted in hospital settings, two in schools, and one at a military training centre. Three studies included children under five years of age, two school-aged children, one adult participants, and one older participants aged 60 to 90 years. Two studies assessed the effect of vitamin C supplementation for pneumonia prevention; four studies assessed the effect of vitamin C supplementation in pneumonia treatment; and one study assessed the role of vitamin C for both prevention and treatment of pneumonia. The doses of vitamin C supplementation used were 125 mg, 200 mg, 500 mg, and 2 g

We assessed the rate of pneumonia (incidence), how common pneumonia is (prevalence), numbers of deaths from pneumonia (mortality), and unintended and harmful outcomes (adverse effects) associated with vitamin C for preventing pneumonia. Only two studies (736 people) reported incidence, and one study reported one adverse effect (hives) associated with vitamin C for preventing pneumonia. No study reported on prevalence or mortality. Evidence was insufficient to determine the effect of vitamin C for preventing pneumonia.

We also assessed how long people were ill (duration of illness), how many people were cured, mortality, and adverse effects associated with the use of vitamin C as a treatment for pneumonia. Although two studies reported duration of illness, results could not be combined for analysis. One study reported mortality. No studies reported cure rates or adverse effects. Evidence was insufficient to determine the effect of vitamin C for treating pneumonia.

Quality of the evidence

We judged the included studies to be at overall high or unclear risk of bias. We rated the quality of the evidence as very low due to study limitations, variations amongst the studies, small sample sizes and uncertainty of estimates.

Authors’ conclusions:

Due to the small number of included studies and very low quality of the existing evidence, we are uncertain of the effect of vitamin C supplementation for the prevention and treatment of pneumonia. Further good-quality studies are required to assess the role of vitamin C supplementation in the prevention and treatment of pneumonia.

We found 24 relevant studies with 2278 participants that evaluated types of PPE, modified PPE, procedures for putting on and removing PPE, and types of training. Eighteen of the studies did not assess healthcare workers who were treating infected patients but simulated the effect of exposure to infection using fluorescent markers or harmless viruses or bacteria. Most of the studies were small, and only one or two studies addressed each of our questions.

We found low- to very low-certainty evidence that covering more parts of the body leads to better protection but usually comes at the cost of more difficult donning or doffing and less user comfort, and may therefore even lead to more contamination. More breathable types of PPE may lead to similar contamination but may have greater user satisfaction. Modifications to PPE design, such as tabs to grab, may decrease the risk of contamination. For donning and doffing procedures, following CDC doffing guidance, a one-step glove and gown removal, double-gloving, spoken instructions during doffing, and using glove disinfection may reduce contamination and increase compliance. Face-to-face training in PPE use may reduce errors more than folder-based training.

We still need RCTs of training with long-term follow-up. We need simulation studies with more participants to find out which combinations of PPE and which doffing procedure protects best. Consensus on simulation of exposure and assessment of outcome is urgently needed. We also need more real-life evidence. Therefore, the use of PPE of HCW exposed to highly infectious diseases should be registered and the HCW should be prospectively followed for their risk of infection.

Objective To understand the impact of the National Institute for Health and Care Excellence (NICE) bronchiolitis guidelines on the management of children referred to paediatric intensive care unit (PICU) with bronchiolitis.

Design and setting Data were collected on all children referred to a regional PICU transport service with the clinical diagnosis of bronchiolitis during the winter prior to the NICE consultation period (2011–2012) and during the winter after publication (2015–2016). Management initiated by the referring hospital was assessed.

Results There were 165 infants referred with bronchiolitis in epoch 1 and 187 in epoch 2. Nebuliser use increased from 28% in epoch 1 to 53% in epoch 2. Increased use of high-flow nasal cannula oxygen and reduction in continuous positive airway pressure use were observed. The use of antibiotics did not change between epochs.

Conclusion The use of nebulised therapies has increased in the management of severe bronchiolitis despite national guidance to the contrary.

Actualidad bibliográfica abril 2020

Top Ten

COVID-19 is a pandemic with a rapidly increasing incidence of infections and deaths. Many pharmacologic therapies are being used or considered for treatment. Given the rapidity of emerging literature, IDSA identified the need to develop living, frequently updated evidencebased guidelines to support patients, clinicians and other health-care professionals in their decisions about treatment and management of patients with COVID-19.

This article has been accepted for publication and undergone full peer review but has not been through the copyediting, typesetting, pagination and proofreading process, which may lead to differences between this version and the Version of Record. Please cite this article as doi: 10.1111/APA.15270

AIM: The coronavirus disease 2019 (COVID-19) pandemic has affected hundreds of thousands of people. Data on symptoms and prognosis in children are rare.

METHODS: A systematic literature review was carried out to identify papers on COVID-19, which is caused by the severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2), using the MEDLINE and Embase databases between January 1 and March 18, 2020.

RESULTS: The search identified 45 relevant scientific papers and letters. The review showed that children have so far accounted for 1%-5% of diagnosed COVID-19 cases, they often have milder disease than adults and deaths have been extremely rare. Diagnostic findings have been similar to adults, with fever and respiratory symptoms being prevalent, but fewer children seem to have developed severe pneumonia. Elevated inflammatory markers were less common in children, and lymphocytopenia seemed rare. Newborn infants have developed symptomatic COVID-19, but evidence of vertical intrauterine transmission was scarce. Suggested treatment included providing oxygen, inhalations, nutritional support and maintaining fluids and electrolyte balances.

CONCLUSIONS: The coronavirus disease 2019 has occurred in children, but they seemed to have a milder disease course and better prognosis than adults. Deaths were extremely rare.

Objetivos. En 1998 la Región de Europa de la Organización Mundial de la Salud fijó el objetivo de eliminar el sarampión. En este estudio se analizó la prevalencia de la inmunidad frente al virus del sarampión en la población del área sanitaria de Santiago de Compostela a partir de los datos obtenidos entre 2008-2018.
Pacientes y métodos. Se estudiaron 7.150 pacientes diferentes que se dividieron en grupos según su año de nacimiento: 2010-2017, 2000-2009, 1990-1999, 1980-1989, 1953-1979 y <1953. La determinación en suero de IgG frente al virus del sarampión se realizó mediante un inmunoensayo quimioluminiscente comercializado.
Resultados. Se observó un mínimo (76%) para las tasas de protección frente al virus del sarampión en los nacidos entre 1990-1999. Por grupo de edad se vio que en todos los grupos las mujeres presentaron un porcentaje superior de anticuerpos frente al sarampión. En un modelo de regresión logística con año de nacimiento y sexo se obtuvo una odds ratio para el año de nacimiento (p<0,001) de 1,06 y para el sexo (p=0,0013) de 0,82.
Conclusiones. Se observaron seroprevalencias inferiores a partir de la implantación de la vacuna, un cambio más acusado durante el periodo de implantación y desde el plan de vacunación para el sarampión del año 2000 en Galicia, las tasas de protección frente al virus del sarampión han ido aumentado en nuestra área. Aunque se observó una mayor proporción de mujeres protegidas frente a la de hombres, estas diferencias fueron escasas.

Polysaccharide conjugate vaccines (PCVs) target the pneumococcal capsular types that most commonly cause fatal pneumonia and sepsis. Because these types were eliminated by the vaccines, it became apparent that in immunized populations, most invasive pneumococcal diseases, including bacteremia, sepsis and complicated pneumonia, were greatly reduced. However, the protective effects of PCVs against another invasive disease, meningitis, has shown much less or no decrease in disease incidence.

Methods:

References were identified through searches of PubMed for articles published from January 1930 to the present by use of specific search terms. Relevant articles were also identified through searches in Google and Google Scholar. Relevant references cited in those articles were also reviewed.

Results:

Even in the presence of the PCVs, meningitis rates in children have been reported globally to be as high as 13 per 100,000 annually. Widespread use of vaccines resulted in the emergence of a broad diversity of replacement non-PCV type strains. These strains generally failed to cause sepsis, but caused meningitis of comparable severity and levels similar to, or in excess of, prior pneumococcal meningitis rates. This is probably because these non-PCV type strains do not survive well in the blood, therefore possibly entering the brain through nonhematogenous routes.

Conclusions:

Because virtually all cases of pneumococcal meningitis lead to either permanent neurologic sequelae or death, it would be well worth the effort to develop a new vaccine capable of preventing pneumococcal meningitis regardless of capsular type. Such a vaccine would need to protect against colonization with most, if not all, pneumococci.

Introducción: la neumonía adquirida en la comunidad (NAC) sigue siendo una enfermedad frecuente en la edad pediátrica, encontrándose entre las primeras causas de mortalidad. El objetivo del estudio fue conocer la incidencia de las neumonías ingresadas y describir sus características.

Material y métodos: estudio descriptivo y retrospectivo que incluyó a los pacientes ingresados en el Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza (España), con el diagnóstico de NAC durante dos años para describir sus características clínicas, radiológicas, analíticas, demográficas y complicaciones.

Resultados: se registraron 248 casos de neumonía, con una media de edad de 37,60 ± 2,20 meses, siendo significativamente mayor en neumonías bacterianas típicas (41,98 ± 37,46) y atípicas (73,43 ± 41,28) frente a las víricas (23,30 ± 19,07) (p <0,0001 y p = 0,0004 respectivamente). La neumonía más frecuente fue la de probable origen neumocócico (47,6%; intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 41,84 a 54,18) mientras que el agente identificado con más frecuencia el virus respiratorio sincitial (34,65%; IC 95: 26,93 a 43,26). La odds ratio de presentar patrón radiológico alveolar en neumonías bacterianas frente a víricas fue de 2,98 (IC 95: 1,50 a 5,91; p = 0,0013). El antibiótico más utilizado fue ampicilina intravenosa (62,87%), siendo la duración mayor en las neumonías típicas bacterianas.

Conclusión: la NAC que precisa ingreso hospitalario es más prevalente en niños menores de cuatro años; con una incidencia y complicaciones similares a las descritas en otras series. El diagnóstico etiológico y el consiguiente tratamiento antibiótico continúa siendo un reto difícil de alcanzar.

Resumen: revisión sistemática y metaanálisis, que investiga el desarrollo de la tuberculosis en niños con contacto estrecho con enfermos de tuberculosis. 137 647 niños expuestos a tuberculosis fueron evaluados al inicio del estudio y 130 512 niños fueron seguidos durante 429 538 años-persona, durante los cuales se diagnosticaron 1299 casos de tuberculosis prevalentes y 999 incidentes. Los niños que no recibieron terapia preventiva con un resultado positivo para la infección de tuberculosis tuvieron una incidencia de tuberculosis acumulativa a 2 años significativamente más alta que los niños con un resultado negativo para la infección de tuberculosis, y esta incidencia fue mayor entre los niños menores de 5 años. La efectividad de la profilaxis con isoniacida fue del 63% entre todos los niños expuestos, y del 91% entre aquellos con un resultado positivo para la infección tuberculosa. Entre todos los niños <5 años que desarrollaron tuberculosis, el 83% fueron diagnosticados dentro de los 90 días de la visita inicial. El riesgo de desarrollar tuberculosis entre los bebés expuestos y los niños pequeños es muy alto. La mayoría de los casos ocurrieron dentro de las semanas posteriores al inicio de la investigación de contacto y podrían no prevenirse mediante profilaxis. Esto sugiere que se necesitan estrategias alternativas para la prevención, como el inicio temprano de la terapia preventiva a través del diagnóstico rápido de casos de adultos con búsqueda activa en la comunidad.

Objetivo. Los patógenos se pueden transmitir a los billetes debido a los hábitos antihigiénicos personales. El objetivo del estudio fue buscar los posibles patógenos en los billetes que circulan en el mercado y también observar su resistencia antibacteriana así como sus diversos factores de virulencia utilizando métodos genotípicos y fenotípicos. Material y métodos. Se recogieron al azar un total de 150 muestras de billetes entre agosto de 2017 y marzo de 2018. Se utilizaron los sistemas VITEK para la identificación y las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos, respectivamente. Los genes de resistencia a los antimicrobianos (mecA, van, betalactamasas de espectro ampliado [BLEA] y carbapenemasas) y los genes de virulencia estafilocócica (SE, pvl y tsst -1) se determinaron mediante PCR a tiempo real. Resultados. Se detectó la presencia de cepas de Staphylococcus aureus, Staphylococcus coagulasa negativos (SCN), Enterococcus spp, bacterias gramnegativas, bacterias gramnegativas no fermentativas y Candida spp en un 48%, 54,7%, 56%, 21,3%, 18,7% y 4% de los billetes, respectivamente. Se observó la presencia de S. aureus resistente a meticilina, Enterococcus resistentes a vancomicina y gramnegativos productores de BLEA en un 46,8%, 1,3% y 28,7%, respectivamente. Los genes Pvl, tsst-1 y SE se encontraron en un 2,8/4,9%; 1,4/1,2% y 100/87,8% de las cepas de S. aureus/SCN, respectivamente. El gen sea fue el gen enterotoxigénico más frecuente. Los genes blaTEM, blaSHV, blaCTX-M-2, blaCTX-M-1, blaKPC, y blaOXA-48 se encontraron 55,8%, 46,5%, 41,2%, 18,6%, 18,6%, y 18,6%, respectivamente en cepas gramnegativas. Conclusión. Estos resultados son muy importantes para resaltar el estado higiénico de los billetes. De este modo, los billetes pueden contribuir a la propagación de patógenos y de la resistencia a los antimicrobianos. Por lo tanto, es posible que debamos comenzar a utilizar productos alternativos a los billetes.

Streptococcus pyogenes (SGA) es el agente bacteriano más común de faringoamigdalitis agudas (FAA) en niños (30-40% entre los 3-13 años) y susceptible de tratamiento antibiótico. El tratamiento precoz reduce la severidad y duración de los síntomas, disminuye la transmisión y previene las complicaciones supurativas y no supurativas como la fiebre reumática y las infecciones invasivas [1]. El cultivo es el gold-standard para el diagnóstico de SGA pero la obtención de un resultado requiere un mínimo de 18- 24 horas. Los test de detección de antígeno (TRDA) aportan rapidez al resultado y aunque no existe un criterio unánime se han incluido en diversas guías de práctica clínica por su utilidad para guiar las decisiones terapéuticas en las FAA [1-3]. Entre los TRDA destacan los inmunocromatográficos que por sus características pueden usarse como “pruebas en el punto de atención al paciente” [4]. El objetivo del estudio fue evaluar en nuestro medio el test AlereTMTestPack+Plus with OBC Strep A (Alere-StrepA) para detección de SGA en niños con sospecha de FAA. El cultivo fue el método de referencia.

Because of the limited number of subjects in prelicensure studies, autoimmune diseases and other rare adverse effects of vaccines may go undetected. Since 2006, millions of human papillomavirus (HPV) vaccine doses have been distributed and a considerable amount of postlicensure safety data has been generated. The objective of this study was to review available HPV postlicensure safety studies and to summarize risk estimates of autoimmune and other rare diseases.

Methods: For this systematic review and meta-analysis, we searched literature databases to identify any postlicensure safety studies related to HPV vaccination and autoimmune adverse events from inception to April 16, 2019. Pooled risk estimates were computed using fixed- or random-effects models if at least 2 estimates per disease and per HPV vaccine were available.

Results: Twenty-two studies met our inclusion criteria. The studies applied various methodologies and used different types of data sources and outcome definitions. Quadrivalent HPV vaccine (4vHPV) was most commonly assessed. Type 1 diabetes mellitus, immune thrombocytopenia purpura and thyroiditis diseases were most frequently reported. The meta-analysis was conducted on 35 diseases corresponding to 48 pooled risk estimates. Majority of the pooled estimates showed no significant effect (n = 43). Three negative (paralysis, immune thrombocytopenia purpura and chronic fatigue syndrome) and 2 positive (Hashimoto and Raynaud diseases) associations were detected.

Background: Universal childhood vaccination against varicella began in the United States as a 1-dose schedule in 1996, changing to a 2-dose schedule in 2006. The exogenous boosting hypothesis, which postulates that reexposure to circulating wild-type varicella delays the onset of herpes zoster, predicts a transient increase in the incidence of herpes zoster, peaking in adults 15–35 years after the start of varicella vaccination.

Methods: This was a retrospective study of administrative claims data from the MarketScan Commercial and Medicare databases between 1991–2016. Outcome measures were the incidences of herpes zoster per 100 000 person-years, by calendar year and age category, and the annual rates of change in herpes zoster by age category, in an interrupted time series regression analysis, for the periods of 1991–1995 (prevaccine), 1996–2006 (1-dose vaccination period), and 2007–2016 (2-dose vaccination period).

Results: The annual incidences of herpes zoster increased throughout the period of 1991–2012 in all adult age categories, with a plateau in 2013–2016 that was most evident in the ≥65 age group. In 1991–1995, the herpes zoster incidences increased at annual rates of 4–6% in age categories 18–34, 35–44, 45–54, and 55–64 years. In the same age categories during 1996–2006 and 2007–2016, the herpes zoster incidences increased at annual rates of 1–5%.

Conclusions: Although the annual incidence of herpes zoster in adults has continued to increase, the rates of change decreased during both the 1- and 2-dose vaccination periods. The hypothesized increase in herpes zoster predicted from modelling of the exogenous boosting hypothesis was not observed.

·Dose, Timing, and Type of Infant Antibiotic Use and the Risk of Childhood Asthma, Clinical Infectious Diseases, , ciz448, https://doi.org/10.1093/cid/ciz448

Aspects of infant antibiotic exposure and its association with asthma development have been variably explored. We aimed to evaluate comprehensively and simultaneously the impact of dose, timing, and type of infant antibiotic use on the risk of childhood asthma.

Methods: Singleton, term-birth, non–low-birth-weight, and otherwise healthy children enrolled in the Tennessee Medicaid Program were included. Infant antibiotic use and childhood asthma diagnosis were ascertained from prescription fills and healthcare encounter claims. We examined the association using multivariable logistic regression models.

Results: Among 152 622 children, 79% had at least 1 antibiotic prescription fill during infancy. Infant antibiotic use was associated with increased odds of childhood asthma in a dose-dependent manner, with a 20% increase in odds (adjusted odds ratio [aOR], 1.20 [95% confidence interval {CI}, 1.19–1.20]) for each additional antibiotic prescription filled. This significant dose-dependent relationship persisted after additionally controlling for timing and type of the antibiotics. Infants who had broad-spectrum-only antibiotic fills had increased odds of developing asthma compared with infants who had narrow-spectrum-only fills (aOR, 1.10 [95% CI, 1.05–1.19]). There was no significant association between timing, formulation, anaerobic coverage, and class of antibiotics and childhood asthma.

Conclusions: We found a consistent dose-dependent association between antibiotic prescription fills during infancy and subsequent development of childhood asthma. Our study adds important insights into specific aspects of infant antibiotic exposure. Clinical decision making regarding antibiotic stewardship and prevention of adverse effects should be critically assessed prior to use during infancy.

https://services.aap.org/en/pages/2019-novel-coronavirus-covid-19-infections/

Casos clínicos

You are the paediatric registrar on night shift in a busy district general hospital. Earlier in the day, a 2-year-old boy with symptoms and signs of lower respiratory tract infection (LRTI) was admitted to the ward. He is now febrile, and the nurse in charge contacts you to ask if she can give him a dose of ibuprofen to control his temperature. You recall a teaching session in the hospital about the association between non-steroidal anti-inflammatory drug (NSAID) use and invasive bacterial infection. You wonder if giving ibuprofen in the context of LRTI is not without risk.

Structured clinical question

In children with symptoms and signs of LRTI (population), does exposure to ibuprofen (intervention) compared with no exposure to ibuprofen (control) have any association with complicated respiratory disease (outcome)?

En los últimos 25 años se ha producido un aumento global de casos de leishmaniasis. Se postula que el cambio climático, el aumento global de la temperatura, las migraciones masivas del campo a la ciudad y los proyectos agroindustriales (creación de pantanos, sistemas de riego, formación de pozos…) potencian la aparición de reservorios de mosquitos flebotomos, que son los vectores de esta enfermedad. Cabe destacar que en la Comunidad Valenciana, zona endémica, la tasa de incidencia ha sufrido un aumento considerable en los últimos años. Describimos a un paciente de dos años que presenta cuadro clínico y analítico compatible con leishmaniasis visceral (fiebre, esplenomegalia y pancitopenia) con el antecedente, varios meses antes, de leishmaniasis cutánea. Existen pocos casos en la literatura médica que describan una afectación cutánea y visceral concomitante, hecho que otorga importancia a nuestro caso. La inmadurez de la respuesta inmune celular a esa edad podría ser la causa de esta forma de presentación atípica.

El exantema periflexural asimétrico de la infancia es una entidad benigna y autolimitada que se manifiesta típicamente en lactantes y preescolares con predominio del sexo femenino. La etiología es desconocida, aunque se ha relacionado con infecciones virales principalmente, y también bacterianas. El diagnóstico es clínico y el tratamiento sintomático. A pesar de ser una enfermedad común, es infradiagnosticada debido en parte al desconocimiento de esta. Nuestro objetivo es contribuir para mejorar el conocimiento de este trastorno. Se presenta el caso clínico de una paciente diagnosticada de exantema periflexural asimétrico con el antecedente de pielonefritis aguda la semana anterior a la aparición de las lesiones cutáneas.

El síndrome de shock tóxico estreptocócico (SSTS) es un cuadro grave e infrecuente en Pediatría. Sin embargo, en las últimas décadas está aumentando la incidencia de infecciones invasivas por Streptococcus pyogenes o estreptococo del grupo A. Aparece más frecuentemente en niños preescolares, ya que el diagnóstico de enfermedad estreptocócica es más complicado a esta edad. Es fundamental el diagnóstico y tratamiento precoz debido a su potencial gravedad, precisando en algunas ocasiones medidas intensivas de soporte vital y prevención del fallo multiorgánico.

Para ampliar

Atopic dermatitis (AD) predisposes to viral skin infections, such as eczema herpeticum (EH), and to bacterial skin infections, such as those caused by Staphylococcus aureus (SA) and group A streptococcus (GAS). This study evaluated clinical features of EH and its frequency of codetection with SA or GAS in children hospitalized for presumed AD skin infection.

Methods: We retrospectively reviewed clinical data for children ≤18 years of age admitted to a large hospital system for AD with presumed skin infection from January 2004 to December 2018. Those with an alternate primary diagnosis or missing microbiologic data were excluded. Encounters with herpes simplex virus testing were identified as AD with EH (ADEH+) or without (ADEH−). Encounters with bacterial skin culture growth were identified as SA or GAS.

Results: Among 180 AD encounters with suspected skin infection, 133 (74%) were tested for herpes simplex virus. Clinical findings associated with ADEH+ status (n = 61) included fever on admission (59% vs. 32% in ADEH−; P = 0.002), rash on the neck (30% vs. 13%; P = 0.015) and vesicular rash (70% vs. 49%; P = 0.011). Encounters in the ADEH+ group had a longer hospital length of stay compared with encounters in the ADEH− group [median 4 days (interquartile range 3–5 days) vs. 3 days (interquartile range 2–3 days); P < 0.001]. GAS was identified in only 1 ADEH+ encounter (2%) versus 15 ADEH− encounters (26%), P < 0.001.

Conclusions: Providers should maintain a high index of suspicion for EH in children admitted for presumed AD skin infection. GAS was more commonly associated with ADEH− encounters.

  • Quarantine alone or in combination with other public health measures to control COVID-19: a rapid review. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 4. Art. No.: CD013574. DOI: 10.1002/14651858.CD013574

COVID-19 is spreading rapidly, so we needed to answer this question as quickly as possible. This meant we shortened some steps of the normal Cochrane Review process. Nevertheless, we are confident that these changes do not affect our overall conclusions.

We looked for studies that assessed the effect of any type of quarantine, anywhere, on the spread and severity of COVID-19. We also looked for studies that assessed quarantine alongside other measures, such as isolation, social distancing, school closures and hand hygiene. COVID-19 is a new disease, so, to find as much evidence as possible, we also looked for studies on similar viruses, such as SARS (severe acute respiratory syndrome) and MERS (Middle East respiratory syndrome).

Studies measured the number of COVID-19, SARS or MERS cases, how many people were infected, how quickly the virus spread, how many people died, and the costs of quarantine.

Key results: We included 29 studies. Ten studies focused on COVID-19, 15 on SARS, two on SARS plus other viruses, and two on MERS. Most of the studies combined existing data to create a model (a simulation) for predicting how events might occur over time, for people in different situations (called modelling studies). The COVID-19 studies simulated outbreaks in China, UK, South Korea, and on the cruise ship Diamond Princess. Four studies looked back on the effect of quarantine on 178,122 people involved in SARS and MERS outbreaks (called ‘cohort’ studies). The remaining studies modelled SARS and MERS outbreaks.

The modelling studies all found that simulated quarantine measures reduce the number of people with the disease by 44% to 81%, and the number of deaths by 31% to 63%. Combining quarantine with other measures, such as closing schools or social distancing, is more effective at reducing the spread of COVID-19 than quarantine alone. The SARS and MERS studies agreed with the studies on COVID-19.

Two SARS modelling studies assessed costs. They found that the costs were lower when quarantine measures started earlier.

We cannot be completely certain about the evidence we found for several reasons. The COVID-19 studies based their models on limited data and made different assumptions about the virus (e.g. how quickly it would spread). The other studies investigated SARS and MERS so we could not assume the results would be the same for COVID-19.

Conclusion: Despite limited evidence, all the studies found quarantine to be important in reducing the number of people infected and the number of deaths. Results showed that quarantine was most effective, and cost less, when it was started earlier. Combining quarantine with other prevention and control measures had a greater effect than quarantine alone.

This review includes evidence published up to 12 March 2020.

·Letter: Cellulitis: oral versus intravenous and home versus hospital—what makes clinicians decide? Arch Dis Child. 2020 Apr;105(4):413-415

There is a lack of evidence-based guidance for management of cellulitis and use of outpatient parenteral antimicrobial therapy (OPAT) in children. The only published guidelines for skin infections are for adults.1 Lack of standardised guidelines for children can result in variation in paediatricians’ practice, with implications on care and resources.2 Our aim was to understand hospital paediatricians’ opinions about cellulitis management, important in reducing variation in care, regarding: (1) indications for using intravenous antibiotics, (2) indications for hospitalisation and (3) barriers to OPAT.

This web-based anonymous survey was undertaken over 4 weeks at The Royal Children’s Hospital in Melbourne. Acute care paediatricians who diagnose and manage cellulitis were surveyed. Questions related to a clinical scenario (box 1), and none were mandatory.

Resumen: estudia exhaustivamente la dinámica de transmisión en domicilio de S.aureus resitente a meticilina en niños con infección de piel y partes blandas. El entorno doméstico desempeña un papel clave en la transmisión. Las futuras intervenciones deberían centrarse en los miembros del hogar y el ambiente domiciliario, enfocándose en las estrategias de mejora en la higiene de las manos y los comportamientos higiénicos en los convivientes.

·Syphilis screening in pregnant women: Discordant results require careful confirmationJ Pediatr. 2020 Apr;219:1-3

In the past 15 years, many high volume clinical laboratories implemented reverse sequence syphilis screening. Reverse sequence screening uses an automated treponemal immunoassay as the initial screening step, instead of the traditional rapid plasma reagin. Reverse sequence screening is economical for high volume laboratories but has led to diagnostic difficulties when the testing algorithm yields discordant results, particularly for pregnant women. In this volume of The Journal, Williams et al evaluated 35 108 reverse sequence syphilis screening events among pregnant women in Ohio from 2011-2018. Overall, 127 women had discordant screening results, of which 85 (65%) were ultimately found to have a false positive treponemal immunoassay. These results suggest that for pregnant women in this cohort, discordant screening results were often secondary to false positive screening and were not indicative of syphilis infection.

Interpretation of reverse sequence syphilis screening results is challenging in pregnant women, as the stakes are high for early diagnosis and treatment to prevent congenital syphilis. From 2013-2017, the CDC reported that the national rate of reported primary and secondary syphilis in women rose by 156%. In 2016, 628 cases of congenital syphilis were reported by CDC, with 41 cases of syphilis-related stillbirth. Congenital syphilis cases were concentrated in 9 regions across the US (Ohio was one of these areas), and the rise in syphilis in women has been linked to the amphetamine and opioid epidemics. Thus, the results reported by Williams et al require careful interpretation in the context of local epidemiology. Nevertheless, this study highlights the challenges of interpreting screening assays that may offer convenience over specificity and underscores the need to perform confirmatory testing for pregnant women with discordant syphilis screening results.

Rhinovirus is the most common virus causing respiratory tract illnesses in children. Rhinoviruses are classified into species A, B and C. We examined the associations between different rhinovirus species and respiratory illness severity.

Methods: This is a retrospective observational cohort study on confirmed rhinovirus infections in 134 children 3–23 months of age, who were enrolled in 2 prospective studies on bronchiolitis and acute otitis media, respectively, conducted simultaneously in Turku University Hospital, Turku, Finland, between September 2007 and December 2008.

Results: Rhinovirus C is the most prevalent species in our study, and it was associated with severe wheezing and febrile illness. We also noted that history of atopic eczema was associated with wheezing.

Conclusions: Our understanding of rhinovirus C as the most pathogenic rhinovirus species was fortified. Existing research supports the idea that atopic characteristics are associated with the severity of the rhinovirus C-induced illness.

Resumen: los tres modelos de predicción fueron consistentes y sugieren que la alta cobertura de vacunación contra el VPH de las niñas puede conducir a la eliminación del cáncer de cuello uterino en la mayoría de los países en vías de desarrollo para fines de siglo. El mantenimiento del cribado de cáncer de cuello a amplios secotres de la población femenina acelerará las reducciones y será necesario para eliminar el cáncer de cuello uterino en los países con mayor carga de la enfermedad.

Conclusion: Our study demonstrated an absence of clear association between HPV vaccines and autoimmune and other rare diseases. The review also highlights the need for more systematic collaborations to monitor rare safety adverse events.

La terapia con antibióticos a menudo se prescribe para la sospecha de neumonía adquirida en la comunidad (NAC) en niños a pesar de la falta de conocimiento del patógeno causante. Nuestro objetivo en este estudio fue investigar la asociación entre la prescripción de antibióticos y el fracaso del tratamiento en niños con sospecha de NAC que son dados de alta del servicio de urgencias (DE) del hospital.

Conclusiones: Entre los niños con sospecha de NAC, los resultados no fueron estadísticamente diferentes entre los que recibieron y no recibieron una receta de antibióticos.

Invasive pneumococcal disease (IPD) causes life-threatening illnesses including meningitis and bloodstream infection. Here, we report the impact of 7- and 13-valent pneumococcal conjugate vaccines (PCV7/PCV13) after introduction into the Irish pediatric immunization schedule in 2008 and 2010, respectively, and the clinical details surrounding suspected PCV vaccine failures.

Methods: Serotyping and antimicrobial susceptibility testing of all culture-confirmed cases referred from children <16 years of age from July 2007 to June 2018 were assessed. Surveillance data were assessed to identify any potential vaccine failures.

Results: The number of IPD cases has decreased by >50% since the introduction of PCVs. The most significant decline PCV serotypes in children <2 years of age, with a 97% decline in PCV7 serotypes, incidence rate ratio (IRR) 0.03, 95% confidence interval (CI): 0.00–0.21; and a 78% decline PCV13-only (PCV13-7) serotypes, IRR 0.22, 95% CI: 0.05–1.04, respectively. However, there has been an increase in non-PCV13 serotypes in children <2 years during the same period (IRR: 2.82, 95% CI: 1.02–7.84; P = 0.0463), with similar serotype trends observed for those 2–4 and 5–15 years of age. There were no clear vaccine replacement serotypes, instead a number of different serotypes emerged. Sixteen vaccine failures were identified, 10 of which were postbooster vaccine failures. Most failures were serotype 19A and resistant to antimicrobials.

Conclusions: Further reducing the incidence of IPD is more challenging as the number of non-PCV13 serotypes has expanded and is now less susceptible to antimicrobials. Consequently, higher valency or broader target vaccines are now required to further prevent IPD in children.

Determinar la efectividad de la vacuna (VE) de PCV-13 y PCV-10 en la prevención de la enfermedad neumocócica invasiva (IPD) y la otitis media aguda (OMA) en niños <5 años.

Resultados: Se informó una eficacia significativa contra la ENI según el  tipo de vacuna en niños ≤5 años para ≥1 dosis de PCV-13 en el esquema 3 + 1 (86% –96%) y 2 + 1 (67.2% –86%) y para PCV- 10 para los programas 3 + 1 (72.8% –100%) y 2 + 1 (92% –97%). En niños <12 meses de edad, la eficacia vacunal PCV-13 VE contra la serie post-primaria del serotipo 19A fue significativa para el esquema 3 + 1 pero no para el esquema 2 + 1. La protección cruzada de PCV-10 contra 19A fue significativa en niños ≤5 años con ≥1 dosis (82.2% y 71%). Ninguno de los PCV resultó efectivo contra el serotipo 3. PCV-13 fue efectivo contra la OMA (86%; intervalo de confianza [IC] del 95%: 61 a 94). PCV-10 fue eficaz contra la OMA clínicamente definida (26.9%; IC 95%: 5.9 a 43.3) y OMA bacteriológicamente confirmada (43.3%; IC 95%: 1.7 a 67.3).

Conclusiones: Ambas vacunas PCV ofrecen protección contra infecciones neumocócicas, con PCV-10 protegiendo contra 19A IPD, pero esta eficacia vacunal no se ha verificado en los grupos de edad más jóvenes.

·Invasive Haemophilus influenzae Type b Disease in the Post Hexavalent Era: Ten Years of Molecular Surveillance in Tuscany The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(4):294-297, April 2020.

The epidemiologic characteristics of invasive Haemophilus influenzae type b disease (HIBD) have markedly changed since the introduction of the Haemophilus influenzae type b (Hib) conjugate vaccine worldwide. The immunization schedule against Haemophilus influenzae type b differs in Europe.

Methods: This is a retrospective observational study which evaluates all the data included in the molecular surveillance register for invasive infectious diseases at the Laboratory of Molecular Diagnosis at Meyer Children’s University Hospital from December 2008 to December 2018 with a diagnosis of invasive HIBD in children <5 years of age.

Results: We identified 4 cases of HIBD: all the cases presented signs or symptoms of invasive infection and the H. influenzae type b was identified in cerebrospinal fluid, or blood or bronchoalveolar lavage by molecular test. The crude incidence for Hib invasive disease in Tuscany is 0.26/100,000 p-y in children younger than 5 years, significantly different from the incidence rate before the introduction of the Hib vaccination. Vaccination effectiveness can be estimated at 97.9% and the impact of hexavalent (2p+1) vaccine at 99.6%.

Conclusions: This work confirms the high impact of the hexavalent vaccine 2p+1 schedule for HIBD in children <5 years, emphasizing the role of molecular test for HIBD diagnosis and surveillance.

Resumen: la mortalidad por diarrea ha disminuido sustancialmente desde 1990, aunque hay variaciones según el país. Las mejoras en los indicadores sociodemográficos podrían explicar algunas de estas tendencias, pero los cambios en la exposición a los factores de riesgo, particularmente mal saneamiento, el fallo de medro infantil y el bajo uso de la solución de rehidratación oral, parecen estar relacionados con las tasas relativas y absolutas de menor disminución de la mortalidad por diarrea. Aunque las intervenciones más efectivas pueden variar según el país o la región, identificar y ampliar las intervenciones destinadas a prevenir y proteger contra la diarrea que ya han mostrado reducir la mortalidad por diarrea, podrían evitar aún más miles de muertes debido a esta enfermedad.

Resumen: nuestros resultados muestran que ha habido disminuciones sustanciales pero desiguales en la mortalidad por infecciones respiratorias bajas entre los países entre 1990 y 2017. Aunque las mejoras en los indicadores de desarrollo sociodemográfico podrían explicar algunas de estas tendencias, los cambios en la exposición a factores de riesgo modificables (por ejemplo vacunaciones) están relacionados con las tasas de disminución en esta mortalidad. Ninguna intervención individual aceleraría universalmente las reducciones en la pérdida de salud asociada con estas infecciones en todos los entornos, pero enfatizar los factores de riesgo más dominantes, particularmente en países con alta letalidad, puede contribuir a la reducción de muertes prevenibles.

Resumen: Los pacientes de atención primaria con síndrome gripal (n=1629, la mitad confirmados con PCR como positivos a influenza) tratados con oseltamivir, se recuperaron en promedio un día antes (HR: 1.02 días; ICrB 95%: 0,74 a 1,31) que los manejados solo con atención habitual. Los pacientes más mayores, con comorbilidades y una mayor duración de estas se recuperaron 2-3 días antes. En menores de 12 años el efecto fue menor (HR: 0,70 días, ICrB 95%: 0,30 a 1,20).

En el contexto generalizado de recursos limitados para financiar las intervenciones sanitarias disponibles para una población, se requieren criterios explícitos que permitan seleccionar el conjunto de prestaciones que aporten el mayor beneficio en salud posible con los recursos existentes. La evaluación económica de intervenciones sanitarias es una herramienta de análisis que compara los costes y los resultados en salud de programas sanitarios alternativos con el fin de informar sobre su eficiencia. El marco tradicional de la evaluación económica presenta algunas limitaciones para la evaluación específica de intervenciones de salud pública, como son los programas de vacunación, especialmente los destinados a la población pediátrica. Entre ellos se destacan los desafíos que presenta evaluar intervenciones donde los efectos en salud ocurren en el largo plazo, sobre poblaciones diferentes a las que se aplica la intervención, con posibles efectos adversos en población sana, con efectos intangibles considerables, con implicaciones relevantes sobre la desigualdad, y que requieren de la medición de resultados en salud en niños y niñas, así como en sus entornos. Entre las principales vías de avance para que las evaluaciones económicas sean capaces de abordar las problemáticas inherentes a los programas de vacunación en población pediátrica destacamos la posibilidad de emplear medidas de resultados capaces de captar beneficios de bienestar social más allá de las mejoras en salud individuales, así como la aplicación de los métodos que caractericen los efectos dinámicos y los altos niveles de incertidumbre cuando estos sean necesarios.

El artículo “Evaluación económica de la inclusión en el calendario vacunal de 4CMenB (Bexsero) en España”1 concluye que, con la información disponible y el precio de la vacuna actual, un programa de vacunación universal en lactantes con la vacuna 4CMenB no es una medida coste-efectiva para el Sistema Nacional de Salud (SNS). Estos resultados están en línea con la amplia mayoría de evaluaciones internacionales realizadas en otros países. En la actualidad, la vacuna no se incluye en el calendario común de vacunación establecido por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) de España y su uso se limita a grupos de riesgo establecidos. Sin embargo, algunas comunidades autónomas (CC. AA.) han aprobado y administran de forma sistemática la vacuna en la población infantil.

He leído con interés el artículo publicado recientemente en Gaceta Sanitaria “Evaluación económica de la inclusión en el calendario vacunal de 4CMenB (Bexsero) en España”, firmado por los autores Rafael Ruiz-Montero et al.1, donde hacen un excelente análisis de coste-utilidad, siguiendo procedimientos clásicos y modelos estandarizados en el campo de la farmacoeconomía aplicada a vacunas2, pero al que, a mi juicio, cabe hacer algunos comentarios.

OBJECTIVES: To determine if a multicomponent intervention was associated with increased use of first-line antibiotics (cephalexin or sulfamethoxazole and trimethoprim) among children with uncomplicated urinary tract infections (UTIs) in outpatient settings.

METHODS: The study was conducted at Kaiser Permanente Colorado, a large health care organization with ∼127 000 members <18 years of age. After conducting a gap analysis, an intervention was developed to target key drivers of antibiotic prescribing for pediatric UTIs. Intervention activities included development of new local clinical guidelines, a live case-based educational session, pre- and postsession e-mailed knowledge assessments, and a new UTI-specific order set within the electronic health record. Most activities were implemented on April 26, 2017. The study design was an interrupted time series comparing antibiotic prescribing for UTIs before versus after the implementation date. Infants <60 days old and children with complex urologic or neurologic conditions were excluded.

RESULTS: During January 2014 to September 2018, 2142 incident outpatient UTIs were identified (1636 preintervention and 506 postintervention). Pyelonephritis was diagnosed for 7.6% of cases. Adjusted for clustering of UTIs within clinicians, the proportion of UTIs treated with first-line antibiotics increased from 43.4% preintervention to 62.4% postintervention (P < .0001). The use of cephalexin (first-line, narrow spectrum) increased from 28.9% preintervention to 53.0% postintervention (P < .0001). The use of cefixime (second-line, broad spectrum) decreased from 17.3% preintervention to 2.6% postintervention (P < .0001). Changes in prescribing practices persisted through the end of the study period.

CONCLUSIONS: A multicomponent intervention with educational and process-improvement elements was associated with a sustained change in antibiotic prescribing for uncomplicated pediatric UTIs.

BACKGROUND AND OBJECTIVES: Antibiotic therapy is often prescribed for suspected community-acquired pneumonia (CAP) in children despite a lack of knowledge of causative pathogen. Our objective in this study was to investigate the association between antibiotic prescription and treatment failure in children with suspected CAP who are discharged from the hospital emergency department (ED).

METHODS: We performed a prospective cohort study of children (ages 3 months–18 years) who were discharged from the ED with suspected CAP. The primary exposure was antibiotic receipt or prescription. The primary outcome was treatment failure (ie, hospitalization after being discharged from the ED, return visit with antibiotic initiation or change, or antibiotic change within 7–15 days from the ED visit). The secondary outcomes included parent-reported quality-of-life measures. Propensity score matching was used to limit potential bias attributable to treatment selection between children who did and did not receive an antibiotic prescription.

RESULTS: Of 337 eligible children, 294 were matched on the basis of propensity score. There was no statistical difference in treatment failure between children who received antibiotics and those who did not (odds ratio 1.0; 95% confidence interval 0.45–2.2). There was no difference in the proportion of children with return visits with hospitalization (3.4% with antibiotics versus 3.4% without), initiation and/or change of antibiotics (4.8% vs 6.1%), or parent-reported quality-of-life measures.

CONCLUSIONS: Among children with suspected CAP, the outcomes were not statistically different between those who did and did not receive an antibiotic prescription.

BACKGROUND: The ability of the decades-old Boston and Philadelphia criteria to accurately identify infants at low risk for serious bacterial infections has not been recently reevaluated.

METHODS: We assembled a multicenter cohort of infants 29 to 60 days of age who had cerebrospinal fluid (CSF) and blood cultures obtained. We report the performance of the modified Boston criteria (peripheral white blood cell count [WBC] ≥20 000 cells per mm3, CSF WBC ≥10 cells per mm3, and urinalysis with >10 WBC per high-power field or positive urine dip result) and modified Philadelphia criteria (peripheral WBC ≥15 000 cells per mm3, CSF WBC ≥8 cells per mm3, positive CSF Gram-stain result, and urinalysis with >10 WBC per high-power field or positive urine dip result) for the identification of invasive bacterial infections (IBIs). We defined IBI as bacterial meningitis (growth of pathogenic bacteria from CSF culture) or bacteremia (growth from blood culture).

RESULTS: We applied the modified Boston criteria to 8344 infants and the modified Philadelphia criteria to 8131 infants. The modified Boston criteria identified 133 of the 212 infants with IBI (sensitivity 62.7% [95% confidence interval (CI) 55.9% to 69.3%] and specificity 59.2% [95% CI 58.1% to 60.2%]), and the modified Philadelphia criteria identified 157 of the 219 infants with IBI (sensitivity 71.7% [95% CI 65.2% to 77.6%] and specificity 46.1% [95% CI 45.0% to 47.2%]). The modified Boston and Philadelphia criteria misclassified 17 of 53 (32.1%) and 13 of 56 (23.3%) infants with bacterial meningitis, respectively.

CONCLUSIONS: The modified Boston and Philadelphia criteria misclassified a substantial number of infants 29 to 60 days old with IBI, including those with bacterial meningitis.

Background: Limited data are available on childhood encephalitis. Our study aimed to increase insight on clinical presentation, etiology, and clinical outcome of children with severe encephalitis in the Netherlands.

Methods: We identified patients through the Dutch Pediatric Intensive Care Evaluation database and included children diagnosed with encephalitis <18 years of age admitted to 1 of the 8 pediatric intensive care units (PICU) in the Netherlands between January 2003 and December 2013. We analyzed demographic characteristics, clinical symptoms, neurologic imaging, etiology, treatment and mortality.

Results: We included 121 children with a median age of 4.6 years (IQR 1.3–9.8). The most frequently described clinical features were headache (82.1%), decreased consciousness (79.8%) and seizures (69.8%). In 44.6% of the children, no causative agent was identified. Viral- and immune-mediated encephalitis were diagnosed in 33.1% and 10.7% of the patients. A herpes simplex virus infection (13.2%) was mainly seen in children <5 years of age, median age, 1.73 years (IQR 0.77–5.01), while immune-mediated encephalitis mostly affected older children, median age of 10.4 years (IQR, 3.72–14.18). An age of ≥ 5 years at initial presentation was associated with a lower mortality (OR 0.2 [CI 0.08–0.78]). The detection of a bacterial (OR 9.4 [CI 2.18–40.46]) or viral (OR 3.7 [CI 1.16–11.73]) pathogen was associated with a higher mortality.

Conclusions: In almost half of the Dutch children presenting with severe encephalitis, a causative pathogen could not be identified, underlining the need for enhancement of microbiologic diagnostics. The detection of a bacterial or viral pathogen was associated with a higher mortality.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(4):273-276, April 2020.

Background: Sensorineural hearing loss (SNHL) is well described in children with congenital cytomegalovirus (CMV) infection, but limited data are available on middle ear effusion (MEE) occurrence in this population. We assessed the prevalence of MEE and the degree of transient hearing change associated with MEE among children with congenital CMV infection.

Methods: Children with congenital CMV infection enrolled in a longitudinal study received hearing and tympanometric testing during scheduled follow-up visits annually up to 6 years of age. We used a generalized linear mixed-effect logistic regression model to compare the odds of MEE, defined as type B tympanogram (normal ear canal volume with little tympanic membrane movement) among patients categorized as symptomatic or asymptomatic based on the presence of congenital CMV-associated signs in the newborn period.

Results: Forty-four (61%) of 72 symptomatic and 24 (28%) of 87 asymptomatic patients had ≥1 visit with MEE. After controlling for the number of visits, symptomatic patients had significantly higher odds of MEE (odds ratio: 2.09; 95% confidence interval: 1.39–3.14) than asymptomatic patients. Transient hearing decrease associated with a type B tympanogram ranged from 10 to 40 dB, as measured by audiometric air-bone gap in 11 patients.

Conclusions: Among children with congenital CMV, MEE can result in transient hearing decrease, which can reduce the efficacy of a hearing aid in those with SNHL. It is warranted that children with congenital CMV infection and SNHL receive routine audiologic and tympanometric testing to better manage hearing aid amplification levels.

Background: Congenital cytomegalovirus (CCMV) accounts for high rates of infant morbidity and mortality. Neutropenia is a common finding in CCMV infection, of which the age of presentation overlaps with autoimmune neutropenia (AIN). AIN represents one of the most common forms of chronic neutropenia in childhood.

Methods: A literature search exploring biologic associations between CCMV and AIN was conducted: PubMed (MEDLINE), Ovid and Web of Science. We further describe 2 cases of concurrent CCMV and AIN. Both cases were confirmed with the indirect granulocyte immunofluorescence test and alternative etiologies for neutropenia excluded.

Results: Our 2 patients represent confirmed cases of AIN in infants with CCMV. One patient demonstrated neutropenia while undergoing treatment with Valganciclovir, while the other was never treated. With interruption of Valganciclovir in infant A, neutrophil counts (ANC) did not improve and upon resumption of treatment ANC remained static.

Conclusions: Further studies examining a possible biologic link between CCMV and AIN are advocated for. We encourage clinicians to actively consider AIN in the differential diagnosis of all infants with CCMV presenting with neutropenia.

·Early Life Parechovirus Infection Neurodevelopmental Outcomes at 3 Years: A Cohort Study J Pediatr. 2020 Apr;219:111-117.e1.

Objective To investigate the long-term developmental and behavioral outcomes in an established cohort of children hospitalized as infants with human parechovirus (HPeV) infection and sepsis-like illness.

Study designThe HPeV cohort was composed of children 3 years of age after HPeV infection and hospitalization in early infancy that occurred during a well-documented HPeV genotype 3 outbreak in Australia. We assessed neurodevelopmental and behavioral outcomes using the Bayley Scales of Infant and Toddler Development-III and the Child Behavior Checklist. We compared their outcomes with a subsample of healthy control infants drawn from the independently sampled Triple B Pregnancy Cohort Study.

Results Fifty children, with a mean age of 41 months, were followed for 3 years after hospital admission with HPeV infection. There were 47 children whose original illness was fever without source or sepsis-like illness and 3 who had encephalitis. All children in the HPeV cohort showed age-specific development within the population normal range on the Bayley Scales of Infant and Toddler Development-III. There was no difference in developmental attainment compared with 107 healthy control infants after adjusting for measured confounders. The HPeV cohort showed higher average scores on the Child Behavior Checklist and a higher frequency of clinical range scores compared with healthy controls.

Conclusions Although HPeV sepsis-like illness did not result in neurodevelopmental delay at 3 years of age, it was associated with increased behavioral problems compared with healthy controls. The behavioral problems reached a clinical threshold in a minority of children. Results inform clinical management and planning for children after severe HPeV infection in infancy.

Resumen: 74 niños atendidos en el Children’s Hospital de Colorado con enfermedad neurológica por enterovirus. EV-A71 fue identificado en 43 (58%) de estos niños. La mediana de edad de los niños con enfermedad neurológica EV-A71 fue de 22,7 meses (RIQ: 4,0-31,9), y la mayoría de estos niños eran varones (79%). 93% de niños con enfermedad neurológica por EV-A71 tenían hallazgos sugestivos de meningitis, 72% mostraron evidencia de encefalitis y 23% de niños cumplieron con la definición de caso de mielitis flácida aguda. Todos los niños con la enfermedad EV-A71 tenían fiebre y el 42% tenían lesiones en manos, pies o boca al inicio neurológico o antes. Los niños con enfermedad EV-A71 se diferenciaron mejor de aquellos con otros enterovirus (n = 31) por los hallazgos neurológicos de mioclonus, ataxia, debilidad e inestabilidad. De las muestras recolectadas de niños con EV-A71, este enterovirus se detectó en el 94% de las muestras rectales, el 79% de las orofaríngeas, el 56% de las nasofaríngeas y el 20% de las muestras de líquido cefalorraquídeo.  El 93% de niños con enfermedad neurológica EV-A71 que pudieron ser seguidos mostraron una recuperación completa en 1-2 meses. En comparación con los niños con mielitis flácida aguda asociada con EV-D68, los niños con mielitis flácida aguda asociada con EV-A71 eran más jóvenes, mostraban un inicio neurológico antes del inicio de los síntomas prodrómicos, tenían una debilidad más leve, mostraban una mejoría más rápida y eran más propensos a la recuperación completa.

Resumen: analizan 556 casos de Zika confirmados por laboratorio y 548 casos no relacionados con zika. La definición de caso de la OMS hubiera detectado 176 casos confirmados de zika, y la definición de la OPS 109, la mayoría de los cuales presentaron un perfil clínico similar al dengue. Los dos tercios restantes de los casos de zika, caracterizados por fiebre indiferenciada o erupción cutánea afebril, se hubieran quedado sin diagnóstico. Entre los casos de zika, la erupción cutánea (n = 440), especialmente la erupción eritematosa generalizada (n = 334), la fiebre (n = 333), la leucopenia (n = 217) y el dolor de cabeza (n = 203) fueron más comunes y alcanzaron su punto máximo a los 3 días de inicio de enfermedad. La presentación más común de zika durante la primera semana de enfermedad fue solo erupción (n = 80). Además, el zika se manifestó de manera diferente en la edad pediátrica: los niños más mayores con zika se presentaron con un perfil clínico similar al dengue, mientras que los casos más jóvenes de zika se presentaron con fiebre indiferenciada o erupción cutánea afebril. La mayoría de los casos pediátricos de zika no se detectan según las definiciones de casos de la OMS y la OPS, lo que sugiere que las normas actuales para la determinación de casos de zika deben de ser revisadas.

Actualidad bibliográfica marzo 2020

Top Ten

Abstract: Coronaviruses (CoVs) are a large family of enveloped, singlestranded, zoonotic RNA viruses. Four CoVs commonly circulate among humans: HCoV2-229E, -HKU1, -NL63 and -OC43. However, CoVs can rapidly mutate and recombine leading to novel CoVs that can spread from animals to humans. The novel CoVs severe acute respiratory syndrome coronavirus (SARS-CoV) emerged in 2002 and Middle East respiratory syndrome coronavirus (MERS-CoV) in 2012. The 2019 novel coronavirus (SARS-CoV-2) is currently causing a severe outbreak of disease (termed COVID-19) in China and multiple other countries, threatening to cause a global pandemic. In humans, CoVs mostly cause respiratory and gastrointestinal symptoms. Clinical manifestations range from a common cold to more severe disease such as bronchitis, pneumonia, severe acute respiratory distress syndrome, multiorgan failure and even death. SARS-CoV, MERS-CoV and SARS-CoV-2 seem to less commonly affect children and to cause fewer symptoms and less severe disease in this age group compared with adults, and are associated with much lower case-fatality rates. Preliminary evidence suggests children are just as likely as adults to become infected with SARS-CoV-2 but are less likely to be symptomatic or develop severe symptoms. However, the importance of children in transmitting the virus remains uncertain. Children more often have gastrointestinal symptoms compared with adults. Most children with SARSCoV present with fever, but this is not the case for the other novel CoVs. Many children affected by MERS-CoV are asymptomatic. The majority of children infected by novel CoVs have a documented household contact, often showing symptoms before them. In contrast, adults more often have a nosocomial exposure. In this review, we summarize epidemiologic, clinical and diagnostic findings, as well as treatment and prevention options for common circulating and novel CoVs infections in humans with a focus on infections in children.

·A Case Series of children with 2019 novel coronavirus infection.  Clin Infect Dis. 2020 Feb 28. pii: ciaa198.  https://doi.org/10.1093/ cid/ciaa198

We first described the 2019 novel coronavirus infection in 10 children occurring in areas other than Wuhan. The coronavirus diseases in children are usually mild and epidemiological exposure is a key clue to recognize pediatric case. Prolonged virus shedding is observed in respiratory tract and feces at the convalescent stage.

A small number of cases of coronavirus disease 2019 (Covid-19) have been described in children,1,2 and our understanding of the spectrum of illness is limited.3 We conducted a retrospective analysis involving hospitalized children in Wuhan, China. From January 7 to January 15, 2020, a total of 366 hospitalized children (≤16 years of age) were enrolled in a retrospective study of respiratory infections at three branches of…

Since early January 2020, after the outbreak of 2019 novel coronavirus infection in Wuhan, China, ≈365 confirmed cases have been reported in Shenzhen, China. The mode of community and intrafamily transmission is threatening residents in Shenzhen. Strategies to strengthen prevention and interruption of these transmissions should be urgently addressed.

Based on the sources of data used in this study, 9 infants were infected with COVID-19 and were hospitalized in China between December 2019 and February 6, 2020. Given the number of infections reported, the number of infected infants identified was small. This may be due to a lower risk of exposure or incomplete identification due to mild or asymptomatic disease, rather than resistance to infection.1,5 However, this study showed that infants can be infected by COVID-19; the earlier stage of the COVID-19 epidemic primarily involved adults older than 15 years.24Family clustering occurred for all infected infants. Infants who have infected family members should be monitored or evaluated and family clustering should be reported to ensure a timely diagnosis. Seven of the 9 infant patients were female. Previous studies found higher percentages of infection in men than women.24 Whether female infants may be more susceptible to COVID-19 infection than male infants requires further study. The study was limited by small sample size, inclusion only of infants who were hospitalized, and lack of inclusion of asymptomatic patients. Although a systematic and comprehensive search was made for relevant infections in infants, the epidemic is spreading rapidly and incomplete identification of cases is possible. Because infants younger than 1 year cannot wear masks, they require specific protective measures. Adult caretakers should wear masks, wash hands before close contact with infants, and sterilize the infants’ toys and tableware regularly

To determine the epidemiology of 2019 novel coronavirus disease (COVID-19) in a remote region of China, far from Wuhan, we analyzed the epidemiology of COVID-19 in Gansu Province. From January 23 through February 3, 2020, a total of 35 (64.8%) of 54 reported cases were imported from COVID-19–epidemic areas. Characteristics that differed significantly during the first and second waves of illness in Gansu Province were mean patient age, occupation, having visited epidemic areas, and mode of transportation. Time from infection to illness onset for family clusters was shorter in Gansu Province than in Wuhan, consistent with shortened durations from onset to first medical visit or hospitalization. Spatial distribution pattern analysis indicated hot spots and spatial outliers in Gansu Province. As a result of adequate interventions, transmission of the COVID-19 virus in Gansu Province is decreasing.

We report an asymptomatic child who was positive for a 2019 novel coronavirus by reverse transcription PCR in a stool specimen 17 days after the last virus exposure. The child was virus positive in stool specimens for at least an additional 9 days. Respiratory tract specimens were negative by reverse transcription PCR.

To determine possible modes of virus transmission, we investigated a cluster of COVID-19 cases associated with a shopping mall in Wenzhou, China. Data indicated that indirect transmission of the causative virus occurred, perhaps resulting from virus contamination of common objects, virus aerosolization in a confined space, or spread from asymptomatic infected persons.

Human coronaviruses (HCoVs) have long been considered inconsequential pathogens, causing the “common cold” in otherwise healthy people. However, in the 21st century, 2 highly pathogenic HCoVs—severe acute respiratory syndrome coronavirus (SARS-CoV) and Middle East respiratory syndrome coronavirus (MERS-CoV)—emerged from animal reservoirs to cause global epidemics with alarming morbidity and mortality. In December 2019, yet another pathogenic HCoV, 2019 novel coronavirus (2019-nCoV), was recognized in Wuhan, China, and has caused serious illness and death. The ultimate scope and effect of this outbreak is unclear at present as the situation is rapidly evolving. 

Background Neonates with congenital urinary tract dilatation (UTD) may have an increased risk of urinary tract infections (UTI). At present, the management of these patients is controversial and the utility of continuous antibiotic prophylaxis (CAP) remains uncertain as the literature presents contradicting evidence. The aim of this observational study was to assess UTI occurrence in children with prenatal diagnosis of urinary collecting system dilatation without antibiotic prophylaxis.

Methods Between June 2012 and August 2016, we evaluated the incidence of UTI and the clinical and ultrasonography evolution in 407 children with a prenatally diagnosed UTD. All subjects underwent two prenatal ultrasounds scans (USs) at 20 weeks and 30 weeks of gestation and within 1 month of birth. Patients with a confirmed diagnosis of UTD underwent US follow-up at 6, 12 and 24 months of life. According to the UTD classification system stratify risk, after birth UTD were classified into three groups: UTD-P1 (low risk group), UTD-P2 (intermediate risk group), and UTD-P3 (high risk group). Voiding cystourethrogram was performed in all patients who presented a UTI and in those with UTD-P3. No patient underwent CAP.

Results Postnatal US confirmed UTD in 278 out of 428 patients with the following rates: UTD-P1 (126), UTD-P2 (95) and UTD-P3 (57). During postnatal follow-up, 6.83% patients presented a UTI (19 out of 278). Eleven out of 19 had vesicoureteral reflux (VUR), and other four were diagnosed with obstructive uropathy and underwent surgical correction. Five patients presented a UTI reinfection.

Conclusion The occurrence of UTI in patients with urinary collecting system dilatation was low. The recent literature reports an increased selection of multirestistant germs in patients with VUR exposed to CAP. This study constitutes a strong hint that routine continuous antibiotic prophylaxis could be avoided in patients with UTD.

Casos clínicos

·Strongyloides stercoralis Hyperinfection and Intractable Pulmonary Hemorrhage. J Pediatr. 2020 Mar;218:258

A 10-year-old previously healthy boy, hailing from an Indian village had a history of hematuria, proteinuria, and generalized swelling for 3 months. This was diagnosed as crescentic glomerulonephritis on renal biopsy, and the patient was started on steroids. He presented with hypotensive shock and respiratory distress after a massive episode of hemoptysis following recurrent episodes of hemoptysis of small amounts for a month prior to this episode. Evaluation for causes of recurrent hemoptysis such as tuberculosis and pulmonary vasculitis were inconclusive. Computed tomography of the chest revealed diffuse infiltrates suggestive of recurrent pulmonary hemorrhage (Figure) for which he underwent plasmapheresis and pulse steroid therapy. There was no improvement in his symptoms, and he showed progressive worsening with involvement of kidneys, brain, and refractory shock requiring supportive care and peritoneal dialysis. The peritoneal fluid sent for microscopy incidentally revealed freely moving larvae of Strongyloides stercoralis (Video; available at www.jpeds.com). Samples of bronchoalveolar lavage and gastric aspirate confirmed Strongyloides hyperinfection. He was treated with oral albendazole 400 mg once a day and oral ivermectin (200 mcg/kg/day) initially for 4 days followed by subcutaneous Ivermectin 5 mg subcutaneously because of nonresponse to oral treatment. Despite clearing of the parasites in the peritoneal fluid within 3 days of subcutaneous Ivermectin, the child succumbed to multiorgan failure.

·Successful Resolution of Recurrent Vaginal Pinworm Infection With Intermittent Albendazole Administration The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(3):254-255, March 2020.

We describe the case of a 7-year-old girl with repeated vaginal Enterobius vermicularis infection, never detected as a digestive tract infection. Two-dose pyrantel pamoate or 2-dose albendazole could not suppress recurrence. Finally, 3-dose albendazole after 2-week intervals was successful in preventing relapse.

A 6-year-old boy presented with a 2-year history of recurrent episodes of painful, haemorrhagic vesicles and erythema affecting the face, ears and neck, 2 hours after sun exposure (figures 1 and 2). He had severe ulceration and crusting affecting the helix of his ear (figure 3). Healing was accompanied by residual varioliform, atrophic scarring (figure 4). His rash occurred during spring and summer months and only affected sun-exposed sites.

·Noma Neonatorum: A Unique Presentation of Sepsis in Neonates The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(3):260, March 2020.

A 14-day-old female infant presented to the hospital with cough for 4 days, black discoloration of her lips and tongue, lethargy, decreased feeding for 1 day and 1 episode of blood-tinged emesis. She was born full term via normal vaginal delivery with a birth weight of 2.5 kg. Antenatal period was uneventful, and there was no maternal history of antibiotic use during pregnancy or of prolonged vaginal leakage. She was exclusively breast-fed, and there was no history of local trauma. On examination, the baby was toxic appearing with a temperature of 38.9°C, heart rate of 180 beats/min, respiratory rate of 68 breaths/min, oxygen saturation of 94% in ambient air and capillary refill time of <3 seconds. The baby had respiratory distress with subcostal and intercostal retractions, and on chest auscultation, bilateral crackles were heard.

El artesunato iv se recomienda actualmente como fármaco de elección en casos de malaria grave, con una disminución de mortalidad del 23% en ninos ˜ comparado con quinina. SE ha descrito la posibilidad de anemia hemolítica asociada a su uso.

Los  tres pacientes habían nacido en España,  sin antecedentes personales de malaria previa. Dos hermanas de 6 y 4 anos ˜ fueron diagnosticadas en nuestro centro de malaria grave por P. falciparum. Estancia reciente en Senegal sin profilaxis. Recibieron artesunato iv (2,4 mg/kg/dosis, cada 12 horas las dos primeras dosis, y cada 24 horas con posterioridad), con un número acumulado de 5 dosis la hermana mayor y 4 dosis en la menor, seguidos de piperaquina-artenimol durante 3 días. Ambas quedaron afebriles y con desaparición de la parasitemia en las primeras 48 horas. En controles analíticos, se objetivaron parámetros compatibles con anemia hemolítica a los 10 días del inicio del tto: descenso de hemoglobina hasta 7,4 mg/dl  en la hermana mayor y 6,3 mg/dl (en control de 5 días previos, hemoglobina 8,8 g/dL) en la menor, incremento de LDH hasta 751 U/L  y 1831U/L  respectivamente, niveles de haptoglobina indetectables y  Coombs negativo en los 2. Ante la sospecha de anemia hemolítica secundaria a artemisininas, y una vez descartadas hemoglobinopatías, se inició  prednisolona a 1 mg/kg/día durante 3 días con buena evolución

10-year-old previously healthy female admitted to our PICU due to an acute kidney injury (AKI) (creatinine clearance < 30 ml/min/1.73 m2), anemia (7.9 g/dl) with schistocytosis of 3.5% and thrombocytopenia (29,000/mm3). She was conscious and did not require respiratory or hemodynamical support (SpO2 100%, blood pressure 107/68 mmHg and heart rate (HR) 110 bpm). She was diagnosed as hemolytic-uremic syndrome (HUS), and supportive treatment with intravenous fluid therapy, bloodproducts, omeprazole and acetaminophen was started. The patient presented flu-like symptoms from the previous 48 h, and  H1N1 Influenza A  was detectedas the trigger agent.

 Treatment with oral Oseltamivir 30 mg od. (adjusted for AKI) was initiated. Twelve hours after the first dose we noticed a severe bradycardia on the cardiacmonitor, with a normal blood pressure …..

La ingesta de cuerpos extraños es un accidente frecuente en niños, representando el 70% de todos los casos de perforación, siendo el esófago la localización más frecuente 1. Las complicaciones derivadas de la perforación son raras. La perforación con migración del cuerpo extraño asociada, es aún más rara, pudiendo ocasionar complicaciones cervicales2.

Niña de 3 años que acude a urgencias por fiebre, sialorrea y lateralización del cuello. Antecedente de ingesta de pescado, seguido de dolor retroesternal y salivación. De forma urgente se realiza fibrobroncoscopia y gastroscopia, objetivando edema epiglótico, sin lograr identificar ningún cuerpo extraño.

Dada la persistencia de la clínica se completa el estudio con ecografía (fig. 1) y TC cervical (fig. 2) donde se observa flemón retrotraqueal y retrofaríngeo con formación de absceso tiroideo derecho secundario a perforación esofágica por espina de pescado migrada. Se realiza cervicotomía exploradora y faringoscopia rígida donde se identifica la espina de pescado a nivel cervical y perforación de la pared esofágica posterior, a la altura del esfínter esofágico superior.

La no detección del cuerpo extraño en la endoscopia, no descarta su presencia, por lo que, ante una clínica persistente es necesario llevar a cabo pruebas diagnósticas de imagen, para valorar su posible migración3.

Para profundizar

Importance  Studies suggest that postnatal cytomegalovirus (CMV) infection can lead to long-term morbidity in infants with very low birth weight (VLBW; <1500 g), including bronchopulmonary dysplasia (BPD), necrotizing enterocolitis (NEC), and neurodevelopmental impairment. However, to date, the association of postnatal CMV with hearing, growth, and length of stay among VLBW infants is unknown. Objectives  To determine the risk for failed hearing screen, increased postnatal age at discharge, or decreased growth at discharge in VLBW infants with postnatal CMV infection compared with CMV-uninfected infants and to compare the risk for other major outcomes of prematurity, including BPD and NEC, in infants with and without postnatal CMV infection. Participants  This multicenter retrospective cohort study included VLBW infants from 302 neonatal intensive care units managed by the Pediatrix Medical Group from January 1, 2002, through December 31, 2016. Infants hospitalized on postnatal day 21 with a diagnosis of postnatal CMV and hearing screen results after a postmenstrual age of 34 weeks were included in the study population. Data were analyzed from December 11, 2017, to June 14, 2019. Main Outcomes and Measures  Infants with and without postnatal CMV infection were matched using propensity scores. Poisson and linear regression were used to examine the association between postnatal CMV and the risk of failed hearing screen, postnatal age at discharge, growth, BPD, and NEC. Results  A total of 304 infants with postnatal CMV were identified, and 273 of these infants (89.8%; 155 boys [56.8%]) were matched with 273 infants without postnatal CMV (148 boys [54.2%]). Hearing screen failure occurred in 45 of 273 infants (16.5%) with postnatal CMV compared with 25 of 273 infants (9.2%) without postnatal CMV (risk ratio [RR], 1.80; 95% CI, 1.14 to 2.85; P = .01). Postnatal CMV was also associated with an increased postnatal age at discharge of 11.89 days (95% CI, 6.72 to 17.06 days; P < .001) and lower weight-for-age z score (−0.23; 95% CI, −0.39 to −0.07; P = .005). Analysis confirmed an increased risk of BPD (RR, 1.30; 95% CI, 1.17 to 1.44; P < .001), previously reported on infants from this cohort from 1997 to 2012, but not an increased risk of NEC after postnatal day 21 (RR, 2.00; 95% CI, 0.18 to 22.06; P = .57). Conclusions and Relevance  These data suggest that postnatal CMV infection is associated with lasting sequelae in the hearing and growth status of VLBW infants and with prolonged hospitalization. Prospective studies are needed to determine the full effects of postnatal CMV infection and whether antiviral treatment reduces the associated morbidity.

Infection with human cytomegalovirus (CMV) is ubiquitous, with a global seroprevalence of approximately 85%.1 In all human history, most CMV infections have probably been acquired from breastfeeding. Hayes et al2 in 1972 demonstrated that CMV could be cultured in breast milk, and breastfeeding was proposed as a mechanism by which the virus could be transmitted to the neonate. Subsequent work showed that such postnatal infections are generally innocuous in full-term infants,3 in contrast to the potentially devastating neurodevelopmental and audiological consequences of CMV infections acquired in utero.

·Meta-analysis of the Clinical Efficacy and Safety of High- and Low-dose Methylprednisolone in the Treatment of Children With Severe Mycoplasma Pneumoniae Pneumonia. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(3):177-183, March 2020.

Mycoplasma pneumoniae pneumonia is generally a self-limiting disease, but it can develop into severe Mycoplasma pneumoniae pneumonia (SMPP). Immunologic mechanisms are thought to play an important role in the pathogenesis of SMPP. Therefore, the use of systemic glucocorticoids may have beneficial effects. However, to date, the use of glucocorticoid therapy in SMPP is limited to small case series, and the glucocorticoid dosage for children with SMPP has not been established.

Methods: Here, we used a meta-analysis method to collect data from randomized control trials of different doses of methylprednisolone in SMPP to assess the safety and efficacy of treatment with low- versus high-dose methylprednisolone in children with SMPP.

Results: We included 13 Chinese randomized control trials that included 1049 children. The high- and low-dose groups were comprised of 524 and 525 children, respectively. The high-dose group was significantly more effective than the low-dose group in clinical efficacy [risk ratio = 1.30, 95% confidence interval (CI) (1.23, 1.38), P < 0.05]. In addition, compared with low-dose methylprednisolone, high-dose methylprednisolone significantly shortened hospital stays and antipyretic therapy, pulmonary rales disappearance, cough disappearance and pulmonary shadow absorption times. There was no significant difference in adverse events between the high- and low-dose groups: risk ratio= 0.85, 95% CI (0.53, 1.36), P > 0.05.

Conclusions: We conclude that high-dose methylprednisolone is effective in the treatment of SMPP without increasing the incidence of adverse reactions.

Introducción  La neumonía por Pneumocystis jirovecii (PJP) es una enfermedad potencialmente letal en niños inmunocomprometidos. Nuestro objetivo es analizar las características epidemiológicas y clínicas de la PJP, describiendo el pronóstico y los factores de riesgo.

Métodos  Estudio retrospectivo (enero 1989-diciembre 2016) de pacientes pediátricos (≤18 años) con PJP. Definición de caso: paciente con neumonitis aguda y detección de P. jirovecii en lavado broncolaveolar o aspirado traqueal usando tinción con plata-metenamina o inmunofluorescencia directa, o reacción en cadena de polimerasa en tiempo real.

Resultados. Se identificaron veinticinco casos (0,9 casos/año); edad mediana: 2,2 años (rango intercuartílico: 0,5-12,3), 64% de sexo masculino, y 12% bajo profilaxis anti-PJP. La coinfección por citomegalovirus se demostró en el 26%. Las enfermedades subyacentes más frecuentes fueron las inmunodeficiencias primarias (36%) y el 16% estaban infectados por el VIH. Dieciocho ingresaron en Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) y la mortalidad global a los 30 días fue del 20% (31,25% en VIH- vs 0% VIH+; OR: 0,33 95%CI 0,02-7,24 p=0,55). El pronóstico fue peor en niñas y en aquellos que recibieron tratamiento adyuvante con corticoides. Se identificaron como factores de riesgo para ingreso en UCIP la ausencia de infección por VIH, valores iniciales elevados de LDH, menor edad y un período más corto entre el diagnóstico de PJP y la enfermedad subyacente (p=0,05, p=0,026, p=0,04 y p=0,001, respectivamente).

Conclusiones.  Tras la aplicación generalizada de la terapia antirretroviral, la PJP se diagnostica casi exclusivamente en niños no infectados por el VIH en los que, además, se identificó una mayor morbilidad.

Background Urinary tract infection (UTI) is a common childhood infection. Many febrile children require a urine sample to diagnose or exclude UTI. Collecting urine from young children can be time-consuming, unsuccessful or contaminated. Cost-effectiveness of each collection method in the emergency department is unknown.

Objective To determine the cost-effectiveness of urine collection methods for precontinent children.

Methods A cost-effectiveness analysis was conducted comparing non-invasive (urine bag, clean catch and 5 min voiding stimulation for clean catch) and invasive (catheterisation and suprapubic aspirate (SPA)) collection methods, for children aged 0–24 months in the emergency department. Costs included equipment, staff time and hospital bed occupancy. If initial collection attempts were unsuccessful subsequent collection using catheterisation was assumed. The final outcome was a definitive sample incorporating progressive dipstick, culture and contamination results. Average costs and outcomes were calculated for initial collection attempts and obtaining a definitive sample. One-way and probabilistic sensitivity analyses were performed.

Results For initial collection attempts, catheterisation had the lowest cost per successful collection (GBP£25.98) compared with SPA (£37.80), voiding stimulation (£41.32), clean catch (£52.84) and urine bag (£92.60). For definitive collection, catheterisation had the lowest cost per definitive sample (£49.39) compared with SPA (£51.84), voiding stimulation (£52.25), clean catch (£64.82) and urine bag (£112.28). Time occupying a hospital bed was the most significant determinant of cost.

Conclusion Catheterisation is the most cost-effective urine collection method, and voiding stimulation is the most cost-effective non-invasive method. Urine bags are the most expensive method. Although clinical factors influence choice of method, considering cost-effectiveness for this common procedure has potential for significant aggregate savings.

Background Neonates with congenital urinary tract dilatation (UTD) may have an increased risk of urinary tract infections (UTI). At present, the management of these patients is controversial and the utility of continuous antibiotic prophylaxis (CAP) remains uncertain as the literature presents contradicting evidence. The aim of this observational study was to assess UTI occurrence in children with prenatal diagnosis of urinary collecting system dilatation without antibiotic prophylaxis.

Methods Between June 2012 and August 2016, we evaluated the incidence of UTI and the clinical and ultrasonography evolution in 407 children with a prenatally diagnosed UTD. All subjects underwent two prenatal ultrasounds scans (USs) at 20 weeks and 30 weeks of gestation and within 1 month of birth. Patients with a confirmed diagnosis of UTD underwent US follow-up at 6, 12 and 24 months of life. According to the UTD classification system stratify risk, after birth UTD were classified into three groups: UTD-P1 (low risk group), UTD-P2 (intermediate risk group), and UTD-P3 (high risk group). Voiding cystourethrogram was performed in all patients who presented a UTI and in those with UTD-P3. No patient underwent CAP.

Results Postnatal US confirmed UTD in 278 out of 428 patients with the following rates: UTD-P1 (126), UTD-P2 (95) and UTD-P3 (57). During postnatal follow-up, 6.83% patients presented a UTI (19 out of 278). Eleven out of 19 had vesicoureteral reflux (VUR), and other four were diagnosed with obstructive uropathy and underwent surgical correction. Five patients presented a UTI reinfection.

Conclusion The occurrence of UTI in patients with urinary collecting system dilatation was low. The recent literature reports an increased selection of multirestistant germs in patients with VUR exposed to CAP. This study constitutes a strong hint that routine continuous antibiotic prophylaxis could be avoided in patients with UTD.

Urinary tract infections (UTI) are the most common bacterial infections among infants and young children with fever without a source. Extended-spectrum β-lactamases (ESBLs) have emerged as emerging cause of UTI globally; however, data about risk factors and clinical features of children with ESBL-UTI have been scarce.

Objective: To describe the predisposing risk factors, clinical and microbiologic features associated with pediatric UTIs caused by ESBL-producing bacteria (ESBL-PB).

Methods: Our nested case-control study ran from January 1, 2012 to December 31, 2016. Pediatric patients with ESBL-PB UTI were compared with patients with non-ESBL-PB UTI matched for age and year of diagnosis.

Results: A total of 720 children were enrolled (240 cases and 480 controls). Patients with ESBL-PB UTI were more likely to have a history of prior intensive care unit (ICU) admission (22.5% vs. 12.3%, P < 0.001), at least one underlying comorbidity (19.2% vs. 5.8%, P < 0.001), prior hospitalization (47.1% vs. 32.9%, P < 0.001), exposure to a cephalosporin antibiotic within 30 days before culture (7.5% vs. 4.2%, P = 0.035), and to have cystostomy (7.9% vs. 1.5%, P < 0.001) compared with those with non-ESBL-PB UTI. Patients with ESBL-PB UTI were more likely to present with hypothermia (48.8% vs. 38.5%, P = 0.009); had significantly longer average hospital stays {8.7 days [95% confidence interval (CI): 3.2–14.3] vs. 4.0 days (95% CI: 2.5–5.5)} and were more likely to be admitted to the ICU [odds ratio (OR) 1.8; 95% CI: 1.1-2.9). Multivariate analysis determined that only having cystostomy (OR 3.7; 95% CI: 1.4–9.4] and at least one underlying comorbidity (OR 2.4; 95% CI: 1.3–4.3) were the independent risk factors for ESBL-PB UTI. All ESBL-PB isolates tested against meropenem were susceptible, majority were resistant to multiple non-beta-lactam antibiotics.

Conclusions: Children with underlying comorbidities and cystostomy are at higher risk for ESBL-PB UTI, but majority of ESBL cases were patients without any known risk factors. Clinical signs/symptoms and commonly used biochemical markers were unreliable to differentiate cases caused by ESBL-PB from those caused by non-ESBL-PB. Further research is needed to elucidate the conditions most associated with ESBL-PB UTIs among children to properly guide empirical therapy in patients at-risk for these infections, to improve the outcomes, and finally, to determine strategies for rational antimicrobial use.

  • Selección del tratamiento antibiótico empírico en pielonefritis según el perfil del paciente. An Pediatr (Barc). 2020;92:181-2
     En nuestra opinión, existe una diferencia significativa en cuanto a microorganismos aislados y resistencias entre los lactantes con su primera ITU alta, y aquellos que la presentan teniendo antecedentes de uropatía conocida, ya estén intervenidos o instrumentalizados en el entorno sanitario, con o sin profilaxis previa, siendo un porcentaje importante de los episodios, de repetición.
    Presentamos nuestra experiencia de microorganismos aislados en pielonefritis entre 2013-2017 .Se observa una diferencia claramente significativa en los aislamientos microbiológicos de ambos grupos . Un análisis bayesiano tipos (WISCA)2–4sobre la sensibilidad a los distintos antibióticos generalmente indicados empíricamente, así como a combinaciones de biterapia, muestra como en el grupo de primera infección urinaria febril sin antecedentes conocidos de uropatía se mantiene una aceptable sensibilidad a amoxicilina-clavulánico (87%) en nuestro medio, lo que nos permite su uso empírico con seguridad, tanto oral como intravenosa. En cambio, en el grupo con uropatía conocida, las resistencias en monoterapia de amoxicilina-clavulánico, cefotaxima, ceftazidima y gentamicina superan el umbral de seguridad (38,5, 38,8, 25 y 18%, respectivamente) probablemente con relación a que aproximadamente la mitad de los aislamientos se trataba de enterobacterias no coliPseudomonas aeruginosa y Enterococcus, añadido a un porcentaje del 17% de productores de betalactamasas de espectro extendido. A la vista de los resultados, nosotros optamos por una terapia empírica con amoxicilina-clavulánico tanto oral sin ingreso hospitalario, como intravenosa con ingreso, en el primer grupo, con buenos resultados validados en el último año y que obviaría los problemas de desabastecimiento temporales de cefalosporinas (cefuroxima axetilo y cefixima). En cuanto al segundo grupo, la biterapia con ampicilina o amoxicilina-clavulánico en combinación con gentamicina o amikacina alcanza sensibilidades de hasta el 99% permitiendo el ahorro de otras opciones empíricas de mayor espectro e inducción de resistencias, como cefalosporinas de tercera generación, quinolonas y carbapenémicos. Su empleo estaría, no obstante, condicionado a un filtrado glomerular normal, monitorización de niveles y sustitución por alternativa según antibiograma cuanto antes.
     Nuestra propuesta es que se distingan, al menos, estos 2 grupos diferenciados en los futuros estudios epidemiológicos de resistencias, tratamientos empíricos y recomendaciones de consenso.
  • Ecografía clínica en la infección del trato urinario. An Pediatr (Barc). 2020;92:182-3
     Igual que se proponen una serie de signos y síntomas clínicos compatibles con la infección urinaria, creemos que deberían considerarse también los criterios ecográficos característicos de la misma.

En el caso de infección urinaria baja las características ecográficas de la vejiga pueden ser determinantes para su diagnóstico topográfico. La pared vesical engrosada en vejiga distendida (>3mm), su espesor disuniforme a modo de «mamelones» y/o la presencia de contenido hiperecogénico y móvil, en un contexto clínico compatible, son muy sugerentes de cistitis infecciosa.

Si bien es cierto que ante una pielonefritis aguda no complicada podemos tener una ecografía del aparato excretor normal, hay signos característicos de un mayor grado de afectación como son el aumento del tamaño renal (global o focal), alteraciones de ecogenicidad (aumentada o disminuida) con respecto al resto del parénquima renal, pérdida de diferenciación córtico-medular y engrosamiento de las paredes de la pelvis renal o de los uréteres.

Es admitido que la ecografía es la prueba diagnóstica de elección para el estudio inicial del tracto urinario en pediatría (tabla 1).

  • Respuesta a las recomendaciones sobre el diagnóstico y tratamiento de la infección urinaria. An Pediatr (Barc). 2020;92:183-4

    Las recientes recomendaciones publicadas por Piñeiro et al.1 consideran, si se realiza sondaje vesical, bacteriuria significativa>10.000UFC/ml. Sin embargo, en la Guía de práctica clínica de infección del tracto urinario de la Academia Americana de Pediatría (AAP), publicada en 20112 y revisada en 2016, se define infección del tracto urinario (ITU) en los pacientes de 2 a 24 meses como la presencia de piuria y>50.000UFC/ml de un único patógeno.    Las guías europeas publicadas recientemente. Wolf et al.4 y otros autores definen ITU como la presencia de piuria y>10.000UFC/ml o>50.000UFC/ml de un único patógeno de orina obtenida por sondaje vesical. La bibliografía publicada hace pensar que el diagnóstico de ITU podría definirse como la presencia de>50.000UFC/ml de un único patógeno, o 10.000-50.000UFC y piuria asociada.
           En cuanto al tratamiento ambulatorio recomiendan cefixima con En la bibliografía médica reciente no existen estudios en los que se compare la pauta vía oral de cefixima de doble dosis el primer día con la dosis estándar. Tanto en la Guía de práctica clínica de infección del tracto urinario de la AAP publicada en 20112, como en el protocolo de infección urinaria de la Asociación Española de Pediatría6, se indica la pauta de cefixima 8mg/kg/día.El hecho de que no existan estudios comparativos de ambas posologías vía oral, el que haya discrepancias en cuanto a la pauta más adecuada para el tratamiento de la ITU en diversas publicaciones y que el pautar doble dosis el primer día sea una pauta diferente a la establecida en la ficha técnica, pudiendo inducir errores en la dosificación del fármaco, hace pensar que la pauta más adecuada para el tratamiento ambulatorio sea cefixima 8mg/kg/día.

  • «Recomendaciones sobre el diagnóstico y tratamiento de la infección urinaria», respuesta de los autores. An Pediatr (Barc). 2020;92:184-6
    Con respecto a la réplica de Lorente y Vázquez2, aunque la American Academy of Pediatrics mantiene el punto de corte en ≥ 50.000UFC/ml para considerar bacteriuria significativa en orinas recogidas mediante sondaje vesical, existen otros estudios3 que recomiendan bajar el límite a ≥ 10.000UFC/ml. Igualmente, hay publicaciones4 que consideran que el diagnóstico de ITU. puede establecerse si hay fiebre, piuria y un recuento ≥ 10.000UFC/ml, sin afectar la especificidad y aumentando la sensibilidad. Recientemente, una amplia revisión5 concluye que establecer el diagnóstico con ≥ 10.000UFC/ml aumenta la sensibilidad sin disminuir la especificidad, por lo que ayudaría a evitar el infradiagnóstico. Sin embargo, un metaanálisis6 publicado también en 2019 resume que el punto de corte más idóneo sea ≥ 100.000UFC/ml, con independencia del método de recogida . Es decir, la evidencia es insuficiente en la actualidad. En el documento de recomendaciones1 se ha optado por la opción con mayor sensibilidad.
                 En relación con la dosificación doble de cefixima el primer día de tratamiento, la recomendación se basa en el clásico estudio de Hoberman et al.7, si bien debería ajustarse a los menores de 2 años tal y como se detalla en el artículo  y en el Pediamécum8.
             Con respecto a la réplica de Oltra-Benavent et al.9, en el documento de recomendaciones se realizan propuestas basadas en los patrones de susceptibilidad descritos en la literatura revisada1. De forma paralela al desarrollo de dicho documento, el Grupo de Trabajo coordinó un estudio nacional de susceptibilidad en 1.200 ITU pediátricas. El microrganismo predominante fue Escherichia coli (E. coli) (> 80%). Un 19% de los niños presentaron malformación urinaria, un 6,7% recibía profilaxis antibiótica y un 8,5% había recibido antibióticos el mes anterior. En la tabla 1 se muestra un extracto de la sensibilidad frente a diferentes antimicrobianos. Mediante análisis de regresión logística, el único factor de riesgo asociado con la presencia de bacterias productoras de betalactamasas de espectro extendido (BLEE) fue la profilaxis antimicrobiana11.
  • Timing of voiding cystourethrography after febrile urinary tract infection in children: a systematic review Arch Dis Child. 2020 Mar;105(3):264-269

Background Despite a trend towards early voiding cystourethrography (VCUG) after febrile urinary tract infection (fUTI) in children, clinical guidelines do not comment on the optimal timing and current practice varies considerably.

Objective To assess whether the detection rate of vesicoureteric reflux (VUR) in children depends on the time period of VCUG procedure after onset of antibiotic therapy.

Methods MEDLINE, EMBASE and Cochrane Controlled Trials Register electronic databases were searched for eligible studies without language or time restriction (19 November 2018). Inclusion criteria were (1) patients <18 years of age; (2) VCUG performed in patients with fUTI after onset of antibiotic therapy either in the same patient population or in two or more different patient populations within one study at different time periods; and (3) with reported detection rate of VUR. The systematic review was carried out following the recommendations of the Cochrane Collaboration and the Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses.

Results Of 4175 records, nine studies were included (number of patients, n=1745) for the main outcome prevalence of VUR by VCUG <8 days compared with VCUG ≥8 days after onset of antibiotic therapy. Pooled overall prevalence of VUR was not significantly different between the early and the late VCUG groups (risk ratio 0.98, 95% CI 0.81 to 1.19). Prevalence of VUR stratified by grade was not significantly different between the two groups.

Conclusion Early VCUG within 8 days after onset of antibiotic therapy does not affect the prevalence of VUR.

·A Pharmacoepidemiologic Study of the Safety and Effectiveness of Clindamycin in Infants. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(3):204-210, March 2020.

Despite the absence of adequate safety or efficacy data, clindamycin is widely prescribed in the neonatal intensive care unit. We evaluated the association between clindamycin exposure and adverse events, as well as antibiotic effectiveness in infants.

Methods: This was a retrospective cohort study of infants receiving clindamycin before postnatal day 121 who were discharged from a Pediatrix Medical Group neonatal intensive care unit (1997–2015). Using a previously developed pharmacokinetic model, we performed simulations to predict clindamycin exposure based on available dosing data. We used multivariable logistic regression to evaluate the association between clindamycin exposure and safety outcomes during and after clindamycin therapy. We reported the proportion of infants with methicillin-resistant Staphylococcus aureus (MRSA) bacteremia and clearance of MRSA bacteremia.

Results: A total of 4089 infants received clindamycin at a median (25th–75th percentile) dose of 15 mg/kg/d (12–16). Clearance increased with older gestational age. Infants with the highest total clindamycin exposure had marginally increased odds of necrotizing enterocolitis within 7 days (adjusted odds ratio = 1.95 [1.04–3.63]), but exposure was not associated with death, sepsis, seizures, intestinal perforation or intestinal strictures. Of 25 infants who had MRSA bacteremia, 19 (76%) cleared the infection by the end of the clindamycin course.

Conclusions: Higher clindamycin exposure was not associated with increased odds of death or nonlaboratory adverse events. The use of pharmacokinetic models combined with available electronic health record data offers a valuable, cost-effective approach to analyzing the safety and effectiveness of drugs in infants when large-scale trials are not feasible.

An 8-year-old boy with poorly controlled asthma presents to respiratory clinic. Two months ago, he had an asthma exacerbation while outside the UK and was prescribed azithromycin. His mother has continued giving it to him, as she feels it improves his respiratory symptoms.

Structured clinical question In children with asthma (population), is adjunctive macrolide therapy (intervention) beneficial in treating exacerbations and/or persistent uncontrolled symptoms (outcomes)?

As the technology has arrived to test newborns’ urine or saliva samples by polymerase chain reaction (PCR) for congenital infection due to cytomegalovirus (cCMV), the “who” of screening is as yet unsettled. The “why” of screening would be to detect infants with extant or risk to develop hearing loss as a sequelae of cCMV infection. Should screening be universal, ie, to include all healthy newborns and all potential infections? Or should it be targeted, eg, to infants who fail the newborn screening test for hearing (NBHS), which would miss some infected infants who could lose hearing over time? With the additional lack of understanding of the “what to do” with a positive PCR test result, or knowledge of potential unintended consequences of labeling for parents their infants as cCMV-infected, 11 state legislatures (starting with Utah in 2013) have enacted laws to mandate targeted screening for cCMV of infants failing NBHS, or educational programs about cCMV, or both.

Objectives To understand caregiver knowledge of and attitudes toward congenital cytomegalovirus (cCMV) testing in Utah.

Study design We surveyed 365 caregivers whose children were being seen in an otolaryngology clinic at a tertiary pediatric hospital about their knowledge of and attitudes toward cCMV and cCMV screening. Descriptive statistics and cluster analysis were used to examine their responses.

Results The majority of caregivers were unsure how cCMV was spread, the symptoms of cCMV, and why cCMV screening of infants was important. Most caregivers did not know that cCMV screening was required by law in Utah if an infant is referred after newborn hearing screening. A majority wanted to know if their child had cCMV even if asymptomatic and were willing to pay $20 for cCMV screening. Caregivers of children who had been tested for cCMV were significantly more likely to be strongly in favor of cCMV screening than expected by chance. Caregivers in the highly knowledgeable cluster were more likely to be strongly in favor of cCMV screening.

Conclusions Caregivers frequently were unaware of cCMV and its implications. Attitudes toward cCMV screening generally were positive. Education on epidemiology and impact of cCMV may benefit both prevention of infection and attitudes toward screening.

Two months after the emergence of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 (SARS-CoV-2), the possibility of established and widespread community transmission in the European Union and European Economic Area (EU/EEA) is becoming more likely. We provide scenarios for use in preparedness for a possible widespread epidemic. The EU/EEA is moving towards the ‘limited sustained transmission’ phase. We propose actions to prepare for potential mitigation phases and coordinate efforts to protect the health of citizens.

The centrally coordinated response that controlled the polio epidemics of the 1950s through immunisation led to the development of a national immunisation strategy in the UK and the formation of the Joint Committee on Vaccination and Immunisation (JCVI) in 1963, which oversees the immunisation programme and advises the UK Department of Health on new vaccine introductions. As a result of technological advances in vaccine development and scientific advances in immunology and microbiology over the 56 years since then, and the formation of a comprehensive public health surveillance system for vaccine-preventable disease, the National Health Service immunisation programme now covers 18 serious diseases of childhood, with an astonishing impact on child health. Here we consider the formation of the JCVI and the development of the national immunisation programme and review the introduction of vaccines over the past half century to defend public health.

·The Importance of Echocardiogram during the Second Week of Illness in Children with Kawasaki DiseaseJ Pediatr. 2020 Mar;218:72-77.e1.

Objective To determine the timing of peak coronary artery dilation and the characteristics of patients who present with new-onset coronary artery dilation during the acute phase of Kawasaki disease with an initial normal echocardiogram.

Study design This retrospective study analyzed 231 children hospitalized for Kawasaki disease in Hawai’i over a period of 7 years. Clinical and echocardiographic data were collected to calculate the timing of peak z score, and study subjects were compared based on the timing of coronary dilation.

Results Peak coronary artery dilation was observed on average at 11.5 days from the onset of fever (median 8, IQR 7-13 days). Among study subjects with normal z scores in both coronary arteries during the initial encounter and echocardiogram (n = 164), 16 (10%) developed coronary artery dilation or aneurysm at the second echocardiogram, and 5 (3%) continued to have coronary artery dilation or aneurysm at the convalescent phase.

Conclusions A repeat echocardiogram during the second week of illness (day 7-14 from fever onset) in patients with normal initial echocardiogram could identify new-onset coronary artery dilation or aneurysm and could be useful in the timely adjustment of antithrombotic or anti-inflammatory therapies.

Among unimmunized children who contract measles, what is the subsequent effect on the humoral immune system?

·Sepsis prediction model derived from hospital-arrival clinical dataJ Pediatr. 2020 Mar;218:259-262

Among children presenting to emergency departments (EDs) or urgent care sites, what is the diagnostic accuracy of clinical criteria at the time of arrival, compared with a septic shock definition, in detecting septic shock within the first 24 hours?

The Archivist has seen the impact of Sepsis six and now, Sepsis three with concern about the over use of antibiotics and antimicrobial resistance. Rudd KE et al (Lancet 2020;395(10219):200–211 https://doi.org/10.1016/S0140-6736(19)32989-7] gives us an important reminder about the worldwide seriousness and impact of this devastating disease. The Global Burden of Disease (GBD) is a group of more than 3600 researchers examining health issues from around the world. GBD 2017 reports on 282 underlying causes of death in 195 countries. This group has estimated the global, regional, and national incidence …

Introducción. Las infecciones son una causa importante de morbimortalidad en los pacientes con cáncer (mortalidad estimada en 3%). La neutropenia febril conlleva con frecuencia el ingreso hospitalario de los pacientes oncológicos, incrementando el riesgo de infección nosocomial así como los costes sanitarios por ingresos.

Métodos. Estudio observacional ambispectivo (01/07/2015 – 31/12/2018) de los episodios de neutropenia febril posquimioterapia en población pediátrica. Se recogieron edad, sexo, percentil de peso (OMS), estancia hospitalaria (días), temperatura (oC), aislamiento de germen, foco infeccioso, profilaxis o no antibiótica y antifúngica, cifras de hemoglobina (g/dl), plaquetas (/mm3), neutrófilos (/mm3), linfocitos (/mm3), monocitos (/mm3), proteína C reactiva (PCR) (mg/L) y procalcitonina (PCT) (ng/ml) al ingreso y días con neutropenia<500/mm3. El análisis estadístico se realizó con el programa SPSSv.23.

Resultados. De 69 pacientes, se registraron 101 episodios. La estancia media fue de 7,43 días (mediana 6 días). Se aisló germen en un 44,6% de los episodios, no identificándose foco infeccioso en un 36% de los mismos. Se halló correlación inversa entre hemoglobina, plaquetas y linfocitos al ingreso con la estancia hospitalaria (-0,356 (p 0,001); -0,216 (p 0,042) y -0,216 (p 0,042) respectivamente). La estancia media fue mayor si al ingreso presentaron PCR>90mg/L (10,94 vs. 6,66 días p 0,017), si PCT>1ng/ml (16,50 vs. 6,77 días p 0,0002), si ≤100 neutrófilos (8,27 vs. 5,04 días p 0,039) y si hubo aislamiento microbiológico (9,54 vs. 5,78 días p 0,006).

Conclusión La relación entre hemoglobina, plaquetas y linfocitos al ingreso con la estancia media es inversamente proporcional. Además, aquellos pacientes con ≤100 neutrófilos al ingreso, PCR>90mg/L y PCT>1ng/ml presentaron mayor estancia media. Estos factores podrían ser importantes en el manejo de la neutropenia febril en el paciente con cáncer infantil.

·COVID-19 in 2 Persons with Mild Upper Respiratory Tract Symptoms on a Cruise Ship, Japan. CDC Volume 26, Number 6—June 2020

  • A case of 2019 Novel Coronavirus in a pregnant woman with preterm delivery, Clinical Infectious Diseases, , ciaa200, https://doi.org/10.1093/cid/ciaa200

We presented a case of a 30-week pregnant woman with COVID-19 delivering a healthy baby with no evidence of COVID-19. 


·Co-infection with SARS-CoV-2 and Influenza A Virus in Patient with Pneumonia, China CDC  Volume 26, Number 6—June 2020

·Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2 from Patient with 2019 Novel Coronavirus Disease, United States. CDC Volume 26, Number 6—June 2020

TOP TEN:

Novel Coronavirus Infection in Hospitalized Infants Under 1 Year of Age in ChinaJAMA. Published online February 14, 2020. doi:10.1001/jama.2020.2131

Based on the sources of data used in this study, 9 infants were infected with COVID-19 and were hospitalized in China between December 2019 and February 6, 2020. Given the number of infections reported, the number of infected infants identified was small. This may be due to a lower risk of exposure or incomplete identification due to mild or asymptomatic disease, rather than resistance to infection.1,5 However, this study showed that infants can be infected by COVID-19; the earlier stage of the COVID-19 epidemic primarily involved adults older than 15 years.24Family clustering occurred for all infected infants. Infants who have infected family members should be monitored or evaluated and family clustering should be reported to ensure a timely diagnosis. Seven of the 9 infant patients were female. Previous studies found higher percentages of infection in men than women.24 Whether female infants may be more susceptible to COVID-19 infection than male infants requires further study. The study was limited by small sample size, inclusion only of infants who were hospitalized, and lack of inclusion of asymptomatic patients. Although a systematic and comprehensive search was made for relevant infections in infants, the epidemic is spreading rapidly and incomplete identification of cases is possible. Because infants younger than 1 year cannot wear masks, they require specific protective measures. Adult caretakers should wear masks, wash hands before close contact with infants, and sterilize the infants’ toys and tableware regularly.

PARA PROFUNDIZAR

Coronavirus Infections—More Than Just the Common ColdJAMA. 2020;323(8):707–708. doi:10.1001/jama.2020.0757

Human coronaviruses (HCoVs) have long been considered inconsequential pathogens, causing the “common cold” in otherwise healthy people. However, in the 21st century, 2 highly pathogenic HCoVs—severe acute respiratory syndrome coronavirus (SARS-CoV) and Middle East respiratory syndrome coronavirus (MERS-CoV)—emerged from animal reservoirs to cause global epidemics with alarming morbidity and mortality. In December 2019, yet another pathogenic HCoV, 2019 novel coronavirus (2019-nCoV), was recognized in Wuhan, China, and has caused serious illness and death. The ultimate scope and effect of this outbreak is unclear at present as the situation is rapidly evolving. 

Association of Adverse Hearing, Growth, and Discharge Age Outcomes With Postnatal Cytomegalovirus Infection in Infants With Very Low Birth Weight. JAMA Pediatr. 2020;174(2):133–140. doi:10.1001/jamapediatrics.2019.4532

Importance  Studies suggest that postnatal cytomegalovirus (CMV) infection can lead to long-term morbidity in infants with very low birth weight (VLBW; <1500 g), including bronchopulmonary dysplasia (BPD), necrotizing enterocolitis (NEC), and neurodevelopmental impairment. However, to date, the association of postnatal CMV with hearing, growth, and length of stay among VLBW infants is unknown. Objectives  To determine the risk for failed hearing screen, increased postnatal age at discharge, or decreased growth at discharge in VLBW infants with postnatal CMV infection compared with CMV-uninfected infants and to compare the risk for other major outcomes of prematurity, including BPD and NEC, in infants with and without postnatal CMV infection. Participants  This multicenter retrospective cohort study included VLBW infants from 302 neonatal intensive care units managed by the Pediatrix Medical Group from January 1, 2002, through December 31, 2016. Infants hospitalized on postnatal day 21 with a diagnosis of postnatal CMV and hearing screen results after a postmenstrual age of 34 weeks were included in the study population. Data were analyzed from December 11, 2017, to June 14, 2019. Main Outcomes and Measures  Infants with and without postnatal CMV infection were matched using propensity scores. Poisson and linear regression were used to examine the association between postnatal CMV and the risk of failed hearing screen, postnatal age at discharge, growth, BPD, and NEC. Results  A total of 304 infants with postnatal CMV were identified, and 273 of these infants (89.8%; 155 boys [56.8%]) were matched with 273 infants without postnatal CMV (148 boys [54.2%]). Hearing screen failure occurred in 45 of 273 infants (16.5%) with postnatal CMV compared with 25 of 273 infants (9.2%) without postnatal CMV (risk ratio [RR], 1.80; 95% CI, 1.14 to 2.85; P = .01). Postnatal CMV was also associated with an increased postnatal age at discharge of 11.89 days (95% CI, 6.72 to 17.06 days; P < .001) and lower weight-for-age z score (−0.23; 95% CI, −0.39 to −0.07; P = .005). Analysis confirmed an increased risk of BPD (RR, 1.30; 95% CI, 1.17 to 1.44; P < .001), previously reported on infants from this cohort from 1997 to 2012, but not an increased risk of NEC after postnatal day 21 (RR, 2.00; 95% CI, 0.18 to 22.06; P = .57). Conclusions and Relevance  These data suggest that postnatal CMV infection is associated with lasting sequelae in the hearing and growth status of VLBW infants and with prolonged hospitalization. Prospective studies are needed to determine the full effects of postnatal CMV infection and whether antiviral treatment reduces the associated morbidity.

También dedican una editorial a ello: Breast Milk–Acquired Cytomegalovirus in Premature Infants: Uncertain Consequences and Unsolved Biological Questions. JAMA Pediatr. 2020;174(2):121–123. doi:10.1001/jamapediatrics.2019.4538

Bibliografía febrero 2020

TOP TEN

·         Prevalence of Asymptomatic Bacteriuria in Children: A Meta-AnalysisJ Pediatr. 2019 Nov 28. pii: S0022-3476(19)31343-5

To determine the point prevalence of bacteriuria and bacteriuria without pyuria in asymptomatic children by a systematic review of the literature.

We searched MEDLINE and EMBASE for English-, French-, German-, Italian-, and Spanish-language articles. We included articles reporting data on bacteriuria in asymptomatic children up to 19 years of age who had urine collected by suprapubic bladder aspiration, bladder catheterization, or by 3 consecutive clean catch samples. Two independent reviewers assessed studies for inclusion and abstracted data.

Fourteen studies (49 806 children) were included. The prevalence of asymptomatic bacteriuria was 0.37% (95% CI, 0.09-0.82) in boys and 0.47% (95% CI, 0.36-0.59) in girls. The corresponding values for asymptomatic bacteriuria without pyuria were 0.18% (95% CI, 0.02-0.51) and 0.38% (95% CI, 0.22-0.58), respectively. The subgroups with the highest prevalence of asymptomatic bacteriuria were uncircumcised males <1 year of age and females >2 years of age. In males, the prevalence of asymptomatic bacteriuria after infancy was 0.08% (95% CI, 0.01-0.37). The median duration of asymptomatic bacteriuria in untreated boys and girls, from the one study reporting this outcome, was 1.5 and 2 months, respectively.

Some clinicians are concerned that when a preverbal child with asymptomatic bacteriuria develops a nonlocalizing febrile illness and presents for evaluation, they may be mistakenly diagnosed as having a urinary tract infection (UTI). Given that the prevalence of asymptomatic bacteriuria is considerably lower than the prevalence of UTI in most subgroups examined, this will occur extremely rarely. These data suggest that the current definition of UTI should be revisited.

·         Tratamiento del acné: actualización, CADIME

El acné es una dermatosis crónica de presentación clínica variable y con frecuencia mixta, que requiere tratamiento farmacológico hasta en un 30% de los casos. – La selección del tratamiento debe ser individualizada, en función de la gravedad, la presentación clínica, las posibles secuelas psicológicas y la afectación de la calidad de vida. – En general se recomienda un tratamiento escalonado y progresivo, siendo la primera opción -para los casos leves- el tratamiento tópico (en monoterapia o asociación), en segundo lugar, la asociación de fármacos tópicos con antibióticos orales y finalmente los retinoides sistémicos (isotretinoína oral) o los anticonceptivos orales (en mujeres). – Para reducir el riesgo de resistencias, se recomienda que los antibióticos no se utilicen nunca como tratamiento de primera línea, de mantenimiento, ni en monoterapia, limitar su administración (≤ 3-4 meses) y no asociar antibióticos tópicos y orales. – El tratamiento debe evaluarse a los 2-3 meses (1-2 meses los antibióticos) y si la respuesta es inadecuada, antes de pasar al siguiente escalón, probar todas las opciones posibles y descartar otras posibles causas de ineficacia. – Los retinoides (tópicos y sistémicos) están contraindicados en embarazadas; y las mujeres tratadas con isotretinoína oral con capacidad de gestación, deben seguir el “Plan de prevención de embarazos”. – Los pacientes que precisen tratamiento con isotretinoína oral requieren un seguimiento especial y deben derivarse a dermatología. También deben derivarse: los pacientes con acné cicatrizante; efectos adversos graves; intolerancia a los tratamientos habituales; recidiva tras tratamiento sistémico; o, alteraciones endocrinas. – Tras finalizar un tratamiento de choque, se recomienda tratamiento de mantenimiento tópico para prevenir las recaídas en todos los pacientes, excepto en los tratados con isotretinoína oral. – Independientemente del tratamiento farmacológico, todos los pacientes con acné deberían seguir las medidas complementarias, pero no parece necesario modificar la dieta.

·         Acute Otitis MediaJAMA Pediatr. Published online January 27, 2020. doi:10.1001/jamapediatrics.2019.5664

 

·         Periorbital and Orbital Cellulitis. JAMA. 2020;323(2):196. doi:10.1001/jama.2019.18211. https://bit.ly/2UadMnv

·         Cryptosporidiosis. JAMA. 2020;323(3):288. doi:10.1001/jama.2019.18691. https://bit.ly/37NhK9I

·         Bacterial Reservoirs in the Middle Ear of Otitis-prone Children Are Associated With Repeat Ventilation Tube Insertion The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):91-96, February 2020.

Repeat ventilation tube insertion (VTI) is common in children with recurrent acute otitis media (rAOM). Identifying risk factors associated with repeat surgery will improve clinical management and prevent repeat VTI.

Surgical records were assessed at 8 years following VTI surgery for rAOM in children 6–36 months of age. Children were grouped according to detection of bacterial otopathogen in their middle ear effusion (MEE) at the time of VTI, and outcomes for future otorhinolaryngology surgery compared.

Age, gender, pneumococcal vaccination status, antibiotic usage, day-care attendance, number of siblings and number of AOM episodes were similar between groups. Of the 63 children who had PCR +ve MEE, 58.7% required repeat VTI compared with 31.4% of the 51 children with no otopathogen detected in their MEE (odds ratio = 3.1, 95% confidence interval [1.4–6.8]; P = 0.004). Nontypeable Haemophilus influenzae (NTHi) was the predominant otopathogen in MEE (79% of all PCR +ve MEE). Respiratory virus detection was not associated with repeat VTI.

Presence of bacterial otopathogen, specifically nontypeable H. influenzae, in the middle ear during VTI was a predictor of children at-risk of repeat VTI. Here, we identify a modifiable microbiologic factor for repeat VTI that can be targeted to improve clinical management of rAOM.

·         Changes in Otitis Media Episodes and Pressure Equalization Tube Insertions Among Young Children Following Introduction of the 13-Valent Pneumococcal Conjugate Vaccine: A Birth Cohort–based Study, Clinical Infectious Diseases, Volume 69, Issue 12, 15 December 2019, Pages 2162–2169, https://doi.org/10.1093/cid/ciz142

Background. The impact of 13-valent pneumococcal conjugate vaccine (PCV13) introduction on the occurrence of first and subsequent otitis media (OM) episodes in early childhood is unclear. We compared the risk of OM episodes among children age <2 years before and after PCV13 introduction, accounting for the dependence between OM episodes.

Methods. We identified consecutive annual (July–June) cohorts of Tennessee Medicaid–enrolled children (2006–2014) from birth through age 2 years. We identified OM episodes using coded diagnoses (we classified diagnoses <21 days apart as the same episode). We modeled adjusted hazard ratios (aHRs) for OM comparing 7-valent pneumococcal conjugate vaccine (PCV7)–era (2006–2010) and PCV13-era (2011–2014) birth cohorts, accounting for risk factors and dependence between first and subsequent episodes. Secondary analyses examined pressure equalization tube (PET) insertions and compared the risk of recurrent OM (≥3 episodes in 6 months or ≥4 episodes in 12 months) between PCV7- and PCV13-era birth cohorts.

Results. We observed 618 968 OM episodes and 24 875 PET insertions among 368 063 children. OM and PET insertion rates increased during the PCV7 years and declined after PCV13 introduction. OM and PET insertion risks were lower in the 2013–2014 cohort compared with the 2009–2010 cohort (aHRs [95% confidence interval], 0.92 [.91–.93] and 0.76 [.72–.80], respectively). PCV13 introduction was associated with declines in the risk of first, subsequent, and recurrent OM.

Conclusions. The transition from PCV7 to PCV13 was associated with a decline of OM among children aged <2 years due to a reduction in the risk of both the first and subsequent OM episodes.

·         Studies Support HPV Safety. JAMA. 2020;323(4):302. doi:10.1001/jama.2019.21289. https://bit.ly/2S8VRLr

With more than 28 million doses administered since 2014, the CDC hasn’t identified any new or unexpected safety concerns with the human papillomavirus vaccine, according to a pair of CDC studies published in Pediatrics.

The first study mined data from 7244 reports of adverse events after administration of the 9-valent human papillomavirus vaccine (9vHPV) submitted to the Vaccine Adverse Event Reporting System (VAERS) between December 2014 and December 2017. About 97% of the reports weren’t serious. The most commonly reported adverse events were dizziness, syncope, headache, and injection site reactions. The authors reported 2 verified deaths after use of the vaccine but found no evidence that the vaccine caused the deaths. The overall rate of adverse event reports was 259 per million doses of 9vHPV and 7 serious adverse event reports per million doses.

“No new or unexpected safety concerns or reporting patterns of 9vHPV with clinically important [adverse events] were detected,” the authors concluded. They note that their data were consistent with prelicensure safety data and with safety data from the previous quadrivalent HPV vaccine.

The second study provided near real-time surveillance of 9vHPV-associated adverse events using electronic records from Vaccine Safety Datalink sites from October 2015 to October 2017. During the 105 weeks of surveillance, 838 991 doses of the vaccine were given. Unexpected signals for a statistical relationship between vaccination and appendicitis among boys aged 9 to 17 years after the third dose, pancreatitis among men aged 18 to 26 years, and allergic reactions in girls and women after the second dose were identified. However, further analysis didn’t confirm any safety signals for those events.

“With this large observational study, we contribute reassuring postlicensure data that will help bolster the safety profile of 9vHPV,” the second study’s authors wrote.

·         Tonsillectomy for periodic fever, aphthous stomatitis, pharyngitis and cervical adenitis syndrome (PFAPA). Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 12. Art. No.: CD008669. DOI: 10.1002/14651858.CD008669.pub3

The evidence for the effectiveness of tonsillectomy in children with PFAPA syndrome is derived from two small randomised controlled trials. These trials reported significant beneficial effects of surgery compared to no surgery on immediate and complete symptom resolution (NNTB = 2) and a substantial reduction in the frequency and severity (length of episode) of any further symptoms experienced. However, the evidence is of moderate certainty (further research is likely to have an important impact on our confidence in the estimate of effect and may change the estimate) due to the relatively small sample sizes of the studies and some concerns about the applicability of the results. Therefore, the parents and carers of children with PFAPA syndrome must weigh the risks and consequences of surgery against the alternative of using medications. It is well established that children with PFAPA syndrome recover spontaneously and medication can be administered to try and reduce the severity of individual episodes. It is uncertain whether adenoidectomy combined with tonsillectomy adds any additional benefit to tonsillectomy alone.

·         Racecadotril for acute diarrhoea in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 12. Art. No.: CD009359. DOI: 10.1002/14651858.CD009359.pub2

The review authors searched for available trials and included seven trials. The trials were conducted in a total of 1140 children aged from 3 months to 5 years. Children who were given racecadotril were compared to a control group (children who, instead of racecadotril, received a placebo (a dummy drug that contains no racecadotril) or no drug). The review shows that when children with diarrhoea were given racecadotril, compared to placebo or no drug:

• racecadotril may reduce the risk of rehydration failure (low-certainty evidence); • we are uncertain whether or not racecadotril shortens duration of diarrhoea (very low-certainty evidence); • we are uncertain whether racecadotril influences the number of stools (very low-certainty evidence); • racecadotril may reduce weight of stool output (low-certainty evidence); • racecadotril may make little or no difference to length of hospital stay for inpatients (low-certainty evidence); • racecadotril may make little or no difference to rates of side-effect events (low-certainty evidence)

·         Sequential inactivated (IPV) and live oral (OPV) poliovirus vaccines for preventing poliomyelitis. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 12. Art. No.: CD011260. DOI: 10.1002/14651858.CD011260.pub2

IPV-OPV compared to OPV may reduce VAPPs (vaccine-associated paralytic polio) without affecting vaccination coverage, safety or humoral response, except P2 with sequential schemes without P2 components, but increase poliovirus faecal excretion after OPV challenge for some polio serotypes. Compared to IPV-only schedules, IPV-OPV may have little or no difference on SAEs (serious adverse events), probably has little or no effect on persons with protective humoral response, may increase neutralising antibodies, and probably reduces faecal excretion after OPV challenge of certain polio serotypes.

Using three IPV doses as part of a IPV-OPV schedule does not appear to be better than two IPV doses for protective humoral response.

Sequential schedules during the transition from OPV to IPV-only immunisation schedules seems a reasonable option aligned with current WHO recommendations. Findings could help decision-makers to optimise polio vaccination policies, reducing inequities between countries.

CASOS CLÍNICOS

·         Episodio de hipotonía e hiporrespuesta en el lactante. Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:379-81.

Se conoce como episodio de hipotonía-hiporrespuesta a un evento adverso de baja frecuencia de la vacunación infantil predominantemente del componente antitosferina. Es caracterizado por una pérdida súbita del tono muscular asociada a hiporreactividad a estímulos y a cambios en la coloración de la piel (palidez cutánea o cianosis). Debido a que es una entidad poco conocida, secundaria a mecanismos fisiopatológicos desconocidos y con diagnóstico por exclusión, adquiere una mayor importancia el conocimiento por el profesional sanitario de este evento, para elaborar un adecuado diagnóstico diferencial de episodios colapsiformes, evitar pruebas o medidas innecesarias y prevenir el miedo poblacional a las vacunas. Se presenta el caso de un lactante de 2 meses que acude a su centro de salud para iniciar el calendario vacunal sistemático. Aproximadamente un minuto tras la administración de las vacunas correspondientes a su edad (vacuna hexavalente [difteria, tétanos y tosferina acelular, Haemophilus influenzae tipo b, vacuna antipolio inactivada, hepatitis B] y vacuna antineumocócica conjugada de 13 valencias) presenta un episodio brusco de palidez cutánea, hipotonía e hiporreactividad, manteniendo respiración espontánea y conexión con el presented with a newly developed, nontender subtle medio, de apariencia colapsiforme, con recuperación espontánea y progresiva en los siguientes dos minutos.

·         A 6-Year-Old Boy with a Frontal Mass: Pott Puffy TumorJ Pediatr. 2019 Oct 31. pii: S0022-3476(19)31213-2.

A 6-year-old boy was treated with sultamicillin for 6 days for frontal sinusitis. Upon clinical improvement, he was discharged with oral antibiotics to be continued for another week. Within 24 hours, he frontal swelling. His general condition was not compromised, and there were no signs of local inflammation or a history of recent trauma.

A cranial computed tomography scan demonstrated osteomyelitis of the right frontal bone with subdural abscess formation (Figure, C and D); magnetic resonance imaging revealed perifocal edema (Figure, B). The patient underwent immediate surgery with abscess drainage (Video; available at www.jpeds.com). Microbiological cultures grew Streptococcus intermedius, and the antibiotic treatment was switched to cefotaxime and clindamycin for 14 days. The patient was discharged home in good condition without neurologic sequelae.

·         Acute Periorbital RashJ Pediatr. 2019 Nov 1. pii: S0022-3476(19)31318-6.

A 7-year-old girl presented with a sudden onset, asymptomatic rash around the eyes for the past 3 days. She was receiving treatment for an upper respiratory tract infection, characterized by severe paroxysms of nonproductive cough. The lesions had appeared spontaneously and was not associated with any prior trauma. Physical examination revealed bilaterally symmetrical, erythematous, nonblanchable macules distributed over both the upper and lower eyelids (Figure). There were no similar lesions and the systemic examination was unremarkable. Facial localization of purpuric lesions in the presence of severe bouts of coughing suggested cough purpura.

·         Infección del tracto urinario por Pantoea agglomerans: ¿un patógeno de pacientes inmunodeprimidos? Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:e201-e203.

La infección por Pantoea agglomerans es muy rara de forma global y particularmente en Pediatría. La mayoría de las infecciones que causa son nosocomiales en pacientes inmunodeprimidos. Se han descrito infecciones articulares tras punción con espinas vegetales dando lugar a artritis, sinovitis u osteítis; meningitis o septicemia neonatal tras la contaminación de la nutrición parenteral o transfusiones de hematíes; infecciones de orina o respiratorias y peritonitis. En inmunocompetentes las infecciones son excepcionales, por lo que se aconseja realizar estudio de inmunidad, como en nuestro caso. El germen es muy resistente a antibióticos betalactámicos y para erradicarlo suele ser necesario tratar según antibiograma.

·         Edema agudo hemorrágico del lactanteRev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:397-9.

El edema agudo hemorrágico del lactante (EAHL) es una vasculitis de pequeño vaso que afecta característicamente a los lactantes, con predominio en varones. Su etiología es desconocida pero con frecuencia se asocia a infecciones o fármacos. Las lesiones cutáneas que provoca son purpúricas y asocian edema y febrícula. Su evolución es favorable y sin secuelas, se resuelve en pocas semanas y el tratamiento es sintomático. El caso clínico que presentamos trata de un lactante varón de 15 meses atendido en nuestro centro de salud con episodio de otitis media aguda y posterior aparición de edema agudo hemorrágico.

·         Urticaria multiforme, una entidad infradiagnosticadaRev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:401-3.

La urticaria multiforme es un trastorno cutáneo, propio de lactantes y niños pequeños, caracterizado por lesiones habonosas de centro violáceo y morfología anular. Presenta similitud con el eritema multiforme, pero a diferencia de este, tiene un carácter benigno y autolimitado. Su etiología es desconocida y el tratamiento, sintomático. Su conocimiento y diagnóstico diferencial es importante para evitar pruebas diagnósticas innecesarias, realizar un manejo correcto y proporcionar información adecuada a los padres. Caso clínico de lactante de 4 meses con urticaria multiforme.

·         Disseminated Cysticercosis—A Tropical CurseJ Pediatr. 2019 Oct 24. pii: S0022-3476(19)31155-2

A 7-year-old boy from rural northern India presented with complaints of fever, headache, and vomiting for the last 4 months. His headache was moderate to severe in intensity and associated with nonprojectile vomiting. There was no history of seizures, altered sensorium, or blurring of vision. Examination revealed pallor, bilateral proptosis, normal fundoscopy, and multiple palpable, nontender, pinhead-sized, subcutaneous nodules over extremities. There were no signs of meningeal irritation. The remainder of the systemic examination was unremarkable.

The child was investigated for disseminated tuberculosis, cysticercosis, Langerhans cell histiocytosis, and malignancy. Whole-body magnetic resonance imaging (MRI) including MRI of the brain supported the diagnosis of cysticercosis (Figure). Serology for cysticercus was also positive (IgG titers 1:1600). Hence, a diagnosis of disseminated cysticercosis was made.

·         Vaccine-Strain Herpes Zoster Ophthalmicus in a 14-month-old Boy Prompting an Immunodeficiency Workup: Case Report and Review of Vaccine-strain Herpes ZosterThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):e25-e27, February 2020.

We present a case of herpes zoster ophthalmicus in an otherwise healthy 14-month-old male associated with vaccine-strain varicella-zoster virus 11 weeks after monovalent varicella vaccine administration. Herpes zoster ophthalmicus, especially in the setting of familial immunoglobulin A deficiency, prompted further immunologic workup. A high index of suspicion is necessary for timely diagnosis and treatment of vaccine-strain herpes zoster.

PARA AMPLIAR

·         Predicting septic shock upon arrival to the emergency department

Sepsis continues to kill children around the world. The death of a child with sepsis in New York State resulted in a state-wide mandate for sepsis care in 2013 (JAMA 2018;320:358-67). This mandate was later found to be associated with lower risk of mortality from pediatric sepsis. Since then, other states have promulgated similar mandates.

Survival from sepsis depends on early diagnosis and timely intervention, preferably before septic shock occurs. Yet, clinicians often fail to recognize sepsis in time to prevent deterioration to septic shock. In this volume of The Journal, Scott et al derived and validated the first prediction model for pediatric septic shock. They used variables that are easily available from the electronic health records and are known upon arrival to the emergency department, including the initial vital signs. The model, which was developed using a modern predictive algorithm, strongly discriminated the risk of septic shock and added predictive value to initial clinician suspicion of sepsis. The model can be incorporated in the electronic health records to automate the stratification of the risk of pediatric shock.

Stratification of the risk of pediatric shock will allow for timely intervention before deterioration occurs. It is a critical step toward the prevention of death from pediatric sepsis. The prediction model by Scott et al is a positive step toward this direction.

·         Every Minute Counts: The Urgency of Identifying Infants with Sepsis

The need for immediate recognition and treatment of sepsis has been a major focus of quality improvement efforts in medicine over the past decade, exemplified by national efforts to raise awareness and identify and implement process improvement measures to increase survival, as in the Surviving Sepsis Campaign.1 Multiple studies in adults and mixed adult/pediatric populations have demonstrated that delayed time to administration of antibiotics adversely affects outcome in the setting of sepsis. However, to date there have not been published studies focusing solely on infants less than 1 year of age, with inclusion of both preterm and term gestational age infants.

In this volume of The Journal, Schmatz et al demonstrate that among preterm and term gestational age infants less than 1 year of age (median 35 days, IQR 18-114 days) hospitalized in a neonatal intensive care unit, prolonged time to antibiotic administration was associated with increased rates of mortality at 14 and 30 days, with fewer inotrope-free days.2 In this single-center prospective observational study at a large academic referral center, the authors defined suspected sepsis as any clinical concern prompting blood culture sampling and initiation of intravenous antibiotics. 

·         Impact of Baseline Tuberculin Skin Test and Isoniazid Chemoprophylaxis on Subsequent Quantiferon-TB Gold In-Tube Performance in Young Children Assessed After Tuberculosis Contact in Catalonia. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):e22-e25, February 2020.

We investigated the impact of baseline tuberculin skin tests (TSTs) and preventive isoniazid chemoprophylaxis on subsequent QuantiFERON-TB Gold In-Tube (QFT-GIT) assays performed after a 10- to 12-week window period in 114 children <5 years of age. Previous TSTs and chemoprophylaxis had no impact on the magnitude of subsequent antigen-induced responses in QFT-GIT. Furthermore, previous TSTs did not induce conversion from a negative to a positive QFT-GIT result.

·         Surviving Sepsis in a Referral Neonatal Intensive Care Unit: Association between Time to Antibiotic Administration and In-Hospital OutcomesJ Pediatr. 2019 Oct 8. pii: S0022-3476(19)31081-9

To determine if time to antibiotic administration is associated with mortality and in-hospital outcomes in a neonatal intensive care unit (NICU) population.

We conducted a prospective evaluation of infants with suspected sepsis between September 2014 and February 2018; sepsis was defined as clinical concern prompting blood culture collection and antibiotic administration. Time to antibiotic administration was calculated from time of sepsis identification, defined as the order time of either blood culture or an antibiotic, to time of first antibiotic administration. We used linear models with generalized estimating equations to determine the association between time to antibiotic administration and mortality, ventilator-free and inotrope-free days, and NICU length of stay in patients with culture-proven sepsis.

Among 1946 sepsis evaluations, we identified 128 episodes of culture-proven sepsis in 113 infants. Among them, prolonged time to antibiotic administration was associated with significantly increased risk of mortality at 14 days (OR, 1.47; 95% CI, 1.15-1.87) and 30 days (OR, 1.47; 95% CI, 1.11-1.94) as well as fewer inotrope-free days (incidence rate ratio, 0.91; 95% CI, 0.84-0.98). No significant associations with ventilator-free days or NICU length of stay were demonstrated.

Among infants with sepsis, delayed time to antibiotic administration was an independent risk factor for death and prolonged cardiovascular dysfunction. Further study is needed to define optimal timing of antimicrobial administration in high-risk NICU populations.

·         Análisis de la cobertura vacunal frente a tétanos en adolescentes: evolución y situación actual en Extremadura (España). Rev Pediatr Aten Primaria. 2019;21:e193-e200.

Introducción: el tétanos es una enfermedad aguda grave cuyo tratamiento es difícil y, por tanto, es fundamental su prevención. La administración de cinco dosis de vacuna antitetánica es suficiente para conferir una protección a largo plazo. En los últimos años se ha observado cierta disminución en las coberturas, lo que supone la existencia de población no suficientemente inmunizada. El objetivo de este estudio es analizar la cobertura vacunal de la dosis de recuerdo frente al tétanos en adolescentes en la localidad de Santa Amalia, provincia de Badajoz (España), durante los últimos 20 años (1996-2016).

Material y métodos: estudio observacional transversal. Se revisaron las tarjetas de vacunación y los registros de las dosis administradas en los documentos manuscritos y registro informático en el entorno JARA Atención Sanitaria (JARA-AS). Entre 1996 y 2001, la vacunación se hacía en el centro escolar, con registro manual. Desde 2002, se administró la vacuna en el centro de salud, con registro manual (2002-2007) e informático (2008-2016).

Resultados: analizada la cobertura de forma agrupada, los peores resultados de vacunación se apreciaron en centro de salud utilizando registro manual (35,6%), mientras que las mejores cifras de vacunación se encontraron en centro de salud con registro informático (100%), seguido por el grupo de centro escolar (83,0%).

Conclusiones: este estudio pone de manifiesto una alta cobertura de vacunación frente a tétanos en la dosis de recuerdo en adolescentes de 14 años en Santa Amalia, similar a la cobertura nacional, a diferencia de la baja cobertura existente en el resto de resExtremadura.

·         Mandatory Vaccination in Europe. Pediatrics February 2020, 145 (2) e20190620; DOI: https://doi.org/10.1542/peds.2019-0620

CONCLUSIONES: La vacunación obligatoria y la magnitud de las multas se asociaron con una mayor cobertura de vacunación. Además, la vacunación obligatoria se asoció con una menor incidencia de sarampión en los países con vacunación obligatoria sin exenciones no médicas. Estos hallazgos pueden informar las políticas legislativas destinadas a aumentar la cobertura de vacunación.

·         Outcomes of Empirical Antimicrobial Therapy for Pediatric Community-onset Febrile Urinary Tract Infection in the Era of Increasing Antimicrobial ResistanceThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):121-126, February 2020.

Urinary tract infection (UTI) is a common cause of fever in children. Despite the increasing numbers of extended-spectrum beta-lactamase-producing organisms in the community, the empirical therapy of choice is still third-generation cephalosporins. This study was performed to investigate whether inappropriate empirical therapy (IAT) of community-onset UTI results in adverse clinical outcomes.

Methods: We retrospectively studied a cohort of pediatric patients with first-episode community-onset UTI caused by Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae and Proteus spp. at Ramathibodi Hospital from 2011 to 2017. The patients were classified into IAT and appropriate empirical therapy (AT) groups. Medical records were reviewed to assess clinical outcomes.

Results: One hundred fifty-one eligible patients were enrolled in this study. The most common causative organism was E. coli (88.8% and 96.2% in the AT and IAT groups, respectively). Among the causative organisms, 19.8% were extended-spectrum beta-lactamase-producing organisms. There was no significant difference in clinical failure, microbiologic failure, relapse or time to defervescence between the 2 groups. No patients in either group developed sepsis after receiving empirical therapy. However, the length of hospital stay was significantly longer in the IAT than AT group [4.00 (4.50–6.00) vs. 7.00 (5.00–11.25) days, respectively; P = 0.000].

Conclusions: No significant difference in treatment outcomes was found between pediatric patients receiving AT and IAT for the treatment of UTI. In the era of increasing antimicrobial resistance, third-generation cephalosporins may still be a good choice as an empirical antimicrobial for children diagnosed with community-onset UTI.

·         The Novel Coronavirus Originating in Wuhan, China: Challenges for Global Health Governance. JAMA. Published online January 30, 2020. doi:10.1001/jama.2020.1097. 

On December 31, 2019, China reported to the World Health Organization (WHO) cases of pneumonia in Wuhan, Hubei Province, China, caused by a novel coronavirus, currently designated 2019-nCoV. Mounting cases and deaths pose major public health and governance challenges. China’s imposition of an unprecedented cordon sanitaire (a guarded area preventing anyone from leaving) in Hubei Province has also sparked controversy concerning its implementation and effectiveness. Cases have now spread to at least 4 continents. As of January 28, there are more than 4500 confirmed cases (98% in China) and more than 100 deaths.1 In this Viewpoint, we describe the current status of 2019-nCoV, assess the response, and offer proposals for strategies to bring the outbreak under control.

·         Another Decade, Another Coronavirus N Engl J Med. 2020 Jan 24. doi: 10.1056/NEJMe2001126

For the third time in as many decades, a zoonotic coronavirus has crossed species to infect human populations. This virus, provisionally called 2019-nCoV, was first identified in Wuhan, China, in persons exposed to a seafood or wet market. The rapid response of the Chinese public health, clinical, and scientific communities facilitated recognition of the clinical disease and initial understanding of the epidemiology of the infection. First reports indicated that human-to-human transmission was limited or nonexistent, but we now know that such transmission occurs, although to what extent remains unknown. Like outbreaks caused by two other pathogenic human respiratory coronaviruses (severe acute respiratory syndrome coronavirus [SARS-CoV] and Middle East respiratory syndrome coronavirus [MERS-CoV]), 2019-nCoV causes respiratory disease that is often severe.1 As of January 24, 2020, there were more than 800 reported cases, with a mortality rate of 3% (https://promedmail.org/. opens in new tab).

·         A Novel Coronavirus from Patients with Pneumonia in China, 2019 N Engl J Med. 2020 Jan 24. doi: 10.1056/NEJMoa2001017

 https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2001017?

In December 2019, a cluster of patients with pneumonia of unknown cause was linked to a seafood wholesale market in Wuhan, China. A previously unknown betacoronavirus was discovered through the use of unbiased sequencing in samples from patients with pneumonia. Human airway epithelial cells were used to isolate a novel coronavirus, named 2019-nCoV, which formed another clade within the subgenus sarbecovirus, Orthocoronavirinae subfamily. Different from both MERS-CoV and SARS-CoV, 2019-nCoV is the seventh member of the family of coronaviruses that infect humans. Enhanced surveillance and further investigation are ongoing. (Funded by the National Key Research and Development Program of China and the National Major Project for Control and Prevention of Infectious Disease in China.).

·         First Case of 2019 Novel Coronavirus in the United StatesN Engl J Med. 2020 Jan 31. doi: 10.1056/NEJMoa2001191

An outbreak of novel coronavirus (2019-nCoV) that began in Wuhan, China, has spread rapidly, with cases now confirmed in multiple countries. We report the first case of 2019-nCoV infection confirmed in the United States and describe the identification, diagnosis, clinical course, and management of the case, including the patient’s initial mild symptoms at presentation with progression to pneumonia on day 9 of illness. This case highlights the importance of close coordination between clinicians and public health authorities at the local, state, and federal levels, as well as the need for rapid dissemination of clinical information related to the care of patients with this emerging infection.

·         Transmission of 2019-nCoV Infection from an Asymptomatic Contact in GermanyN Engl J Med. 2020 Jan 30. doi: 10.1056/NEJMc2001468

·         Complications of Otitis Media and Sinusitis Caused by Streptococcus anginosus Group Organisms in ChildrenThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):108-113, February 2020

The Streptococcus anginosus group (SAG, S. anginosus , S. intermedius and S. constellatus ) are often associated with severe disease and abscess formation. In our institution, we observed an apparent increase in frequency of intraorbital and intracranial infections resulting from SAG at Texas Children’s Hospital. We undertook a retrospective review to describe the frequency and clinical features of these infections.

Methods: We reviewed the database of the microbiology laboratory at Texas Children’s Hospital from 2011 to 2018 for SAG-positive cultures. Cases included were those associated with (1) either otitis media or sinusitis and (2) Pott’s puffy tumor, orbital abscesses, mastoiditis, epidural abscesses, subdural empyema, brain parenchymal abscesses or dural enhancement by imaging. The number of overall diagnoses were determined using diagnostic codes and used to estimate the proportion of disease caused by SAG.

Results: Ninety-five cases were identified meeting inclusion criteria. The median age of patients was 11.4 years, and 75.8% were previously healthy. S. intermedius was most commonly isolated (80%) followed by S. constellatus (12.6%) and S. anginosus (7.4%); 50.5% of cases were polymicrobial. Among polymicrobial cases, Staphylococcus aureus was most frequently isolated. All patients underwent surgical intervention. 8.4% of patients experienced persistent neurologic deficits. We observed a significant increase in disease incidence during the study period; in addition, the overall proportion of all intracranial infections caused by SAG increased.

Conclusions: Complications of otitis media and sinusitis caused by SAG are associated with substantial morbidity. These infections are becoming increasingly common at our center although the precise reason for this temporal trend is unclear.

·         Changes in US Outpatient Antibiotic Prescriptions From 2011–2016, Clinical Infectious Diseases, Volume 70, Issue 3, 1 February 2020, Pages 370–377, https://doi.org/10.1093/cid/ciz225

While antibiotics are life-saving drugs, their use is not without risk, including adverse events and antibiotic resistance. The majority of US antibiotic prescriptions are prescribed in outpatient settings, making outpatient antibiotic prescribing an important antibiotic stewardship target. The primary objective of this study was to describe trends in US outpatient oral antibiotic prescriptions from 2011–2016.

Methods. We estimated annual oral antibiotic prescription rates using national prescription dispensing count data from IQVIA Xponent, divided by census estimates for 2011–2016. We calculated the ratio of broad- to narrow-spectrum prescriptions by dividing broad-spectrum prescription

rates by narrow-spectrum prescription rates. We used Poisson models to estimate prevalence rate ratios, comparing 2011 and 2016 antibiotic prescription rates, and linear models to evaluate temporal trends throughout the study period.

Results. Oral antibiotic prescription rates decreased 5%, from 877 prescriptions per 1000 persons in 2011 to 836 per 1000 persons in 2016. During this period, rates of prescriptions dispensed to children decreased 13%, while adult rates increased 2%. The ratio of broad- to narrow-spectrum antibiotics decreased from 1.62 in 2011 to 1.49 in 2016, driven by decreases in macrolides and fluoroquinolones. The proportion of prescriptions written by nurse practitioners and physician assistants increased during the study period; in 2016, these providers prescribed over one-quarter of all antibiotic prescriptions.

Conclusions. Outpatient antibiotic prescription rates, especially of broad-spectrum agents, have decreased in recent years. Clinicians who prescribe to adults, including nurse practitioners and physician assistants, are important targets for antibiotic stewardship.

·         Enterovirus, parechovirus, adenovirus and herpes virus type 6 viraemia in fever without source. Archives of Disease in Childhood 2020;105:180-186.

Objectives To evaluate the potential associations between fever without a source (FWS) in children and detection of human enterovirus (HEV), human parechovirus (HPeV), adenovirus (AdV) and human herpesvirus type 6 (HHV-6) in the plasma; and to assess whether the detection of viruses in the plasma is associated with a reduced risk of serious bacterial infection (SBI) and antibiotic use.

Design and setting Between November 2015 and December 2017, this prospective, single-centre, diagnostic study tested the plasma of children <3 years old with FWS. Real-time (reverse-transcription) PCR for HEV, HPeV, AdV and HHV-6 was used in addition to the standardised institutional work-up. A control cohort was also tested for the presence of viruses in their blood.

Results HEV, HPeV, AdV and HHV-6 were tested for in the plasma of 135 patients of median age 2.4 months old. At least one virus was detected in 47 of 135 (34.8%): HEV in 14.1%, HHV-6 in 11.1%, HPeV in 5.9% and AdV in 5.2%. There was no difference in antibiotic use between patients with or without virus detected, despite a relative risk of 0.2 for an SBI among patients with viraemia. Controls were less frequently viraemic than children with FWS (6.0% vs 34.8%; p<0.001).

Conclusions HEV, HPeV, AdV and HHV-6 are frequently detected in the plasma of children with FWS. Antibiotic use was similar between viraemic and non-viraemic patients despite a lower risk of SBI among patients with viraemia. Point-of-care viral PCR testing of plasma might reduce antibiotic use and possibly investigations and admission rates in patients with FWS.

·         Zika Virus Infection—After the PandemicThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):136, February 2020.

·         Provider Experience Recommending HPV Vaccination Before Age 11 YearsJ Pediatr. 2019 Nov 19. pii: S0022-3476(19)31354-X

Objectives. To describe health care providers’ experiences recommending human papillomavirus (HPV) vaccination before age 11 years as part of a multisession intervention to improve HPV vaccination coverage.

Study design. Between 2016 and 2018, we conducted 30-minute qualitative interviews with intervention participants approximately 1 month after intervention completion. Interviews explored participants’ experiences with new strategies, including changing the age of routine recommendation. Thematic analysis of interview transcripts involved both deductive and inductive approaches.

Results Twenty-six participants at 5 clinical sites were interviewed. Most were female (88%) primary care providers (46%), and worked 1.5-3.0 clinical days weekly. Many providers described initial skepticism about recommending vaccination before age 11 years, fearing that removing the HPV vaccine from the adolescent bundle with tetanus and meningitis vaccines would decrease parental acceptance. However, providers uniformly reported high parental acceptance owing to reduced stigma relating to sexual activity and the opportunity to administer fewer shots at each visit. Providers also noted that initiating vaccination earlier increased opportunities to complete the series and decreased the need for resource-intensive vaccine recall programs.

Conclusions. Providers had positive experiences recommending HPV vaccination before age 11 years. Routine recommendation before age 11 years may offer advantages related to fewer shots per visit, fewer missed opportunities, and reduction of parental concerns related to sexual activity.

·         Maternal Vaccination in Argentina: Tetanus, Diphtheria, and Acellular Pertussis Vaccine Effectiveness During Pregnancy in Preventing Pertussis in Infants <2 Months of Age. Clin Infect Dis. 2020 Jan 16;70(3):380-387. doi: 10.1093/cid/ciz217.

BACKGROUND: In 2011, Argentina experienced its highest pertussis incidence and mortality rates of the last decade; 60% of deaths were among infants aged <2 months. In response, a dose of tetanus toxoid, reduced diphtheria toxoid, and acellular pertussis (Tdap) vaccine was recommended for all pregnant women at ≥20 weeks of gestation. Although recent studies suggest that maternal Tdap vaccination is effective at preventing infant disease, no data have come from low- or middle-income countries, nor from ones using whole-cell pertussis vaccines for primary immunization.

METHODS: We conducted a matched case-control evaluation to assess the effectiveness of maternal Tdap vaccination in preventing pertussis among infants aged <2 months in Argentina. Pertussis case patients identified from September 2012 to March 2016 at 6 hospital sites and confirmed by polymerase chain reaction testing were included. Five randomly selected controls were matched to each case patient by hospital site and mother’s health district. We used multivariable conditional logistic regression to calculate odds ratios (ORs). Vaccine effectiveness (VE) was estimated as (1 – OR) × 100%.

RESULTS: Seventy-one case patients and 300 controls were included in the analysis. Forty-nine percent of case patients and 78% of controls had mothers who were vaccinated during pregnancy. Overall Tdap VE was estimated at 80.7% (95% confidence interval, 52.1%-92.2%). We found similar VE whether Tdap was administered during the second or third trimester.

CONCLUSIONS: Tdap vaccination during pregnancy is effective in preventing pertussis in infants aged <2 months in Argentina, with similar effectiveness whether administered during the second or third trimester of pregnancy.

·         Clinical Response to Discordant Therapy in Third-Generation Cephalosporin-Resistant UTIs. Pediatrics February 2020, 145 (2) e20191608; DOI: https://doi.org/10.1542/peds.2019-1608

CONCLUSIONES: La mayoría de los niños con infecciones urinarias resistentes a  cefalosporinas de tercera generación que comenzaron con antibióticos discordantes experimentaron una mejoría clínica inicial y pocos requirieron una intensificación de la atención. Nuestros hallazgos sugieren que la terapia empírica de espectro bajo es apropiada mientras se esperan los resultados finales del cultivo de orina.

·         What Matters to Parents Regarding Immunization of Their Children: Systematic Analysis of Expert Advice to Parents in an Internet ForumThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):157-163, February 2020.

World Health Organization announced vaccine hesitancy among the top 10 threats to global health in 2019. While the number of persons looking for information on health topics on the internet is increasing, information regarding immunization on the internet is often inaccurate and misleading. We aimed to determine the kind of information parents seek on the internet for decision-making regarding immunizations for their children.

Methods:  We investigated threads of an internet vaccine forum, where parents can get personalized advice from a vaccine expert, with regard to the types of vaccines and content of the questions. One thousand six hundred twenty consultations (4896 questions) between September 2001 and December 2018 were examined. Of these, 1386, including 4000 questions, were related to immunizations of the user’s child. Date of consultation, user gender and country of residence, age of the child; kind of vaccine(s), and topic of the question according to the following categories were analyzed: Vaccination schedule, safety, effectiveness, necessity, vaccine application, serology, exchangeability of different vaccine types and brands, maternally acquired immunity, reimbursement, and vaccine product related.

Results: Most questions concerned infants (47.7%) and regarded measles-component (28.9%) and diphtheria-tetanus-pertussis combination vaccines (25.3%). Parents were mainly interested in vaccination schedule (33.8%), safety (26.6%), and effectiveness (17.8%) of vaccines. Over time, safety-related questions decreased, and effectiveness related questions increased. Disease outbreaks or newly introduced vaccines and vaccinations temporarily raised interest. From 2011 onwards, most questions regarded measles-component vaccines.

Conclusions: Our findings will assist health care professionals and policy makers in preparing targeted information campaigns to address questions and counteract vaccine hesitancy.

·         Archivist: Simple strategies for methicillin resistant Staphlococcus aureus (MRSA) infection Archives of Disease in Childhood 2020;105:186.

The Archivist is currently working in an environment where there is a high prevalence of methicillin resistant Staphlococcus aureus (MRSA) skin and soft tissue infections. Management of this remains a major challenge to the paediatric and adult antibiotic stewardship world. When we identify this infection what should we do? If we are to target the approaches to prevent these infections, we need to understand the factors predisposing to acquisition. Mark RL et al [Lancet Infectious Disease 2019 https://doi.org/10.1016/S1473-3099(19)30570-5] have comprehensively defined household longitudinal, strain-level S aureus transmission dynamics in households of children …

·         Dengue Vaccine Protects Youth. JAMA. 2020;323(3):209. doi:10.1001/jama.2019.21234. https://bit.ly/36JEUwe

Researchers have reported that a new vaccine against the dengue virus protected children and adolescents in a phase 3 trial conducted in Asia and Latin America.

The most recent trial results of the new vaccine candidate, TAK-003, in about 20 000 young study participants suggest that its overall efficacy against infection is about 80%. Twelve months after the second dose, the vaccine was 95.4% effective against dengue infection requiring hospitalization. Among those who tested seronegative for a previous dengue infection, the vaccine’s efficacy was 74.9%.

At the American Society of Tropical Medicine and Hygiene’s recent annual meeting, researchers reported that the vaccine’s overall efficacy was 73.3% at 18 months.

·         Rapid point of care test for detecting urogenital infection in nonpregnant women and men at reproductive age. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 1. Art. No.: CD011708. DOI: 10.1002/14651858.CD011708.pub2

Based on the results of this systematic review, the POC test based on antigen detection has suboptimal sensitivity but good specificity. Performance of this test translates, on average, to a 52% chance of mistakenly indicating absence of infection and a 2% chance of mistakenly pointing to the presence of this condition. Because of its deleterious consequences for reproductive health, and considering the current availability of safe and effective interventions to treat C trachomatis infection, the POC screening strategy should not be based on a rapid diagnostic test for antigen detection. Research in this topic should focus on different technologies.

·         Topical antiseptics for chronic suppurative otitis media. Cochrane Database of Systematic Reviews 2020, Issue 1. Art. No.: CD013055. DOI: 10.1002/14651858.CD013055.pub2

We found five studies but it was not possible to tell how many participants were included as two studies only reported how many ears were treated. Different types of antiseptics were used: some used ear drops and some used powders.

Topical antiseptic (boric acid) versus no treatment (with a background treatment of ear cleaning)

One study (254 children) compared using boric acid in alcohol ear drops with no topical antiseptic treatment. All children had their ears cleaned daily using cotton wool sticks (dry mopping). The very low certainty of the evidence means that it is unclear whether or not treatment with an antiseptic leads to an increase in resolution of ear discharge at four weeks or at three to four months compared with the group who did not receive any topical

antiseptic. The study reported that there was no difference between the two treatment groups in hearing or suspected ototoxicity. There was no information for any of the other outcomes.

Comparison of topical antiseptic agents: One study (93 participants) compared a single dose of boric acid powder with daily acetic acid ear drops. The very low certainty of the evidence means that it is unclear if boric acid leads to an increase in resolution of ear discharge compared to daily acetic acid drops at four weeks. It was uncertain if one group had more ear discomfort than the other group. There was no information for any of the other outcomes.

Authors’ conclusions: Due to paucity of the evidence and the very low certainty of that which is available the effectiveness and safety profile of antiseptics in the treatment of CSOM is uncertain.

·         Equivalent schedules of intradermal fractional dose versus intramuscular full dose of inactivated polio vaccine for prevention of poliomyelitis. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 12. Art. No.: CD011780. DOI: 10.1002/14651858.CD011780.pub2

There is low- and very low-certainty evidence that intramuscular full-dose IPV may result in a slight increase in seroconversion rates for all three types of wild poliovirus, compared with intradermal fractional-dose IPV. We are uncertain whether intradermal fractional-dose (one-fifth) IPV has better protective effects and causes fewer adverse events in children than intramuscular full-dose IPV.

·         Original research: Gelatin tannate for acute diarrhoea and gastroenteritis in children: a systematic review and meta-analysis. Archives of Disease in Childhood 2020;105:141-146.

Objective To determine the effectiveness and safety of gelatin tannate (GT) for reducing the duration of the acute diarrhoea and gastroenteritis (ADG) in children.

Design Systematic review and meta-analysis.

Data sources MEDLINE, Embase, CINAHL, Cochrane Central Register of Controlled Trials, LILACS and grey literature, published from inception to October 2018. No language restrictions.

Eligibility criteria for selecting studies Randomised controlled trials in children with ADG, comparing GT with placebo.

Results Of 797 titles identified, we included three studies (276 children). We performed a random effects model meta-analysis for the main outcome (diarrhoea duration). We did not find significant differences between GT and placebo for diarrhoea duration (mean difference (MD)=−15.85 hours; 95% CI −42.24 to 14.82, I2=92%; three studies), stool frequency at day 2 (MD=0.11 stools/day; 95% CI −0.39 to 0.62: I2=26%; two studies), diarrhoea at day 3 (risk ratio [RR]=0.46; 95% CI 0.06 to 3.47: I2=73%; two studies), vomiting (RR=1.31; 95% CI 0.95 to 1.80: I2=0%; two studies) or adverse events (RR=0.86; 95% CI 0.27 to 2.66: I2=0%; two studies). Most common adverse events included abdominal pain and nausea.

Conclusion The effect of GT was no different to placebo for mean diarrhoea duration (low certainty on the evidence) and stool frequency at day 2 (high certainty) and for the presence of diarrhoea at day 3 (very low certainty) of vomiting (moderate certainty) and of adverse events (low certainty).

·         El nuevo escenario de las inmunodeficiencias primarias y el rol del inmunólogo clínico en la consulta especializada. An Pediatr (Barc). 2020;92:117-8

En segundo lugar, como mencionan Millán-Longo et al.1, cada vez es más conocida la base genética de muchas IDP, gracias a los avances en técnicas de secuenciación masiva disponibles en muchos centros que permiten un diagnóstico preciso con un mayor conocimiento de la historia natural de la enfermedad, una oportunidad de manejo más específico, así como consejo genético.

·         ¿Es la transmisión vertical de Chlamydia trachomatis un problema en nuestro país? An Pediatr (Barc). 2020;92:119

Hemos leído con interés el artículo publicado por Piñeiro et al. «¿Es la transmisión vertical de Chlamydia trachomatis un problema poco reconocido en España?»1, publicado en el número de junio.

En el citado trabajo, los autores hacen referencia a la transmisión perinatal de la infección por Chlamydia trachomatis, y estiman una transmisión al recién nacido del 10,7% partiendo de una muestra de 103 mujeres infectadas en el puerperio. Los recién nacidos fueron analizados entre 7 y 10 días después del parto mediante exudado faríngeo y conjuntival, este último en la parte final del estudio y en los casos que presentaron conjuntivitis.

·         App Enables Sharing Off-label Treatments for Infectious DiseasesJAMA. 2020;323(3):210. doi:10.1001/jama.2019.21735. https://bit.ly/2OeUVnv

A new app will allow health professionals to share how they’ve used FDA-approved drugs for off-label indications with patients who have difficult-to-treat infectious diseases. The internet-based repository, called CURE ID, is a collaboration between the FDA and the National Center for Advancing Translational Sciences, which is part of the National Institutes of Health (NIH).

In addition, the app will offer a treatment discussion forum for clinicians to discuss treatments with other health professionals around the world. The FDA and NIH will remove posts that users flag as suspicious, inappropriate, or offensive. Nearly 1500 initial cases from clinicians and the published literature as well as 18 000 clinical trials were added in a recent update. The app is available at https://cure.ncats.io or from the App Store or Google Play.

·         Immunization Against Hepatitis A in Migrant Children: Three Vaccination Strategies, A Retrospective StudyThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(2):164-169

Hepatitis A is endemic in many countries. Swiss guidelines recommend vaccinating patients native from endemic areas. In Geneva’s Children’s hospital, migrant children are screened and vaccinated if seronegative. Because hepatitis A’s prevalence is decreasing worldwide, more children are seronegative at arrival, highlighting the need for immunization in medical centers and refugee camps and questioning the benefits of systematic serology. Other Swiss hospitals vaccinate regardless of serostatus. This study’s aim is to assess migrant children’s immunity according to origin and age, and the cost-effectiveness of different immunization strategies.

We retrospectively analyzed 329 children’s serostatus (1–16 years of age) between 2012 and 2015, using enzyme-linked fluorescent assay method. Serology and vaccine costs were based on local prices. Groups were compared with χ 2 test and the age-seropositivity relationship was studied with linear regression.

The predominant regions were the Eastern Mediterranean and European Regions with mostly negative serologies (71% and 83%) and the African Region with mostly positive serologies (79%). Immunity varied depending on birth country. Regardless of region, seropositivity increased with age ( P < 0.001). The most cost-effective vaccination strategy was an individualized approach based on age and origin, reducing costs by 2% compared with serology-guided immunization and by 17% compared with systematic vaccination.

Many migrant children >5 years old are seronegative and at risk of clinical infection. They need to be immunized. New guidelines according to age and origin should be defined to reduce immunization costs. We recommend systematic vaccination for patients <5 years old or native from low endemicity areas (≤25.7% of seropositivity). For the others, we propose serology-based vaccination.

Actualidad bibliográfica enero 2020

Top ten

El CAV-AEP publica anualmente el calendario de vacunaciones que estima idóneo para los niños residentes en España, teniendo en cuenta la evidencia científica disponible.

Se mantiene el esquema 2+1 (2, 4 y 11 meses) con vacunas hexavalentes (DTPa-VPI-Hib-HB) y con antineumocócica conjugada 13-valente.

Se aconseja un refuerzo a los 6 años, preferentemente con DTPa (si está disponible), junto a una dosis de polio para aquellos que recibieron esquemas 2+1, así como vacunación con Tdpa en adolescentes y en cada embarazo, preferentemente entre las 27 y las 32 semanas.

La vacuna del rotavirus debería ser sistemática para todos los lactantes.

Se sigue proponiendo la incorporación en el calendario de la vacuna antimeningocócica B, con esquema 2+1 en lactantes.

Además de la inclusión de la vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente (MenACWY) a los 12 años con rescate hasta los 18 años, inclusive, el CAV recomienda que esta vacuna sea introducida también a los 12 meses de edad, sustituyendo a MenC. Igualmente, se recomienda en los mayores de 6 semanas de edad con factores de riesgo o que viajen a países de elevada incidencia de estos serogrupos.

Se emplearán esquemas de 2dosis para triple vírica (12 meses y 3-4 años) y varicela (15 meses y 3-4 años). La segunda dosis se podría aplicar como vacuna tetravírica.

Se recomienda la vacunación sistemática universal frente al VPH, tanto a chicas como a chicos, preferentemente a los 12 años, debiendo realizar un mayor esfuerzo para mejorar las coberturas. La de 9 genotipos amplía la cobertura para ambos sexos.

Controversy has arisen during the past decade or so regarding the medical and public health management of acute group A streptococcal pharyngitis (GAS) in children and adolescents. In particular, as the incidence of acute rheumatic fever (ARF) in many developed countries has declined, the need for testing throat swabs for GAS as an essential part of the routine evaluation of acute pharyngitis in childhood has been called into question.1 In a recent “Perspective” published in Circulation, Berkley argued that the currently recommended approach in the US of “extensive throat swabbing and antibiotic administration” for streptococcal pharyngitis to reduce the risk of ARF “can hardly be justified.”2 Berkley presented 5 arguments to support his contention: (1) the decline of ARF in developed countries preceded the widespread use of antibiotics and is likely related to changes in the prevalence of GAS M protein types historically associated with ARF; (2) the military-based treatment studies have never been replicated and did not demonstrate 100% efficacy in preventing ARF, GAS is still endemic in developed countries despite widespread use of antibiotics, and there has not been a resurgence of ARF in developed countries that advocate withholding antibiotics; (3) the outbreak of ARF in Utah in the 1980s occurred due to the presence of a GAS M type (M18) previously associated with ARF, and some patients with ARF did not have a history of sore throat; (4) ARF is so rare in the US that “any possible benefit [of antibiotic treatment of GAS pharyngitis] is likely dwarfed by the potential for harm, including drug-related reactions, increased antibiotic resistance, medicalization of a simple illness, and the huge burden on medical resources”; and (5) ARF is rarely a severe disease and only infrequently progresses to rheumatic heart disease (RHD).

American guidelines for the management of pharyngitis advocate extensive throat swabbing and antibiotic administration when group A streptococcus (GAS) is identified, with the stated aim of preventing acute rheumatic fever (ARF).1 Conversely, guidelines from Australia and several European countries, claiming a lack of evidence that antibiotic treatment is beneficial in ARF prevention, recommend the general avoidance of throat swabs and antibiotics in low-risk populations.2

In the evaluation of the relative merits of these 2 conflicting approaches, the following points should be considered:

Conclusions

Prednisone treated croup equally effectively compared with dexamethasone.

OBJECTIVES:The use of either prednisolone or low-dose dexamethasone in the treatment of childhood croup lacks a rigorous evidence base despite widespread use. In this study, we compare dexamethasone at 0.6 mg/kg with both low-dose dexamethasone at 0.15 mg/kg and prednisolone at 1 mg/kg.

METHODS:Prospective, double-blind, noninferiority randomized controlled trial based in 1 tertiary pediatric emergency department and 1 urban district emergency department in Perth, Western Australia. Inclusions were age >6 months, maximum weight 20 kg, contactable by telephone, and English-speaking caregivers. Exclusion criteria were known prednisolone or dexamethasone allergy, immunosuppressive disease or treatment, steroid therapy or enrollment in the study within the previous 14 days, and a high clinical suspicion of an alternative diagnosis. A total of 1252 participants were enrolled and randomly assigned to receive dexamethasone (0.6 mg/kg; n = 410), low-dose dexamethasone (0.15 mg/kg; n = 410), or prednisolone (1 mg/kg; n = 411). Primary outcome measures included Westley Croup Score 1-hour after treatment and unscheduled medical re-attendance during the 7 days after treatment.

RESULTS: Mean Westley Croup Score at baseline was 1.4 for dexamethasone, 1.5 for low-dose dexamethasone, and 1.5 for prednisolone. Adjusted difference in scores at 1 hour, compared with dexamethasone, was 0.03 (95% confidence interval -0.09 to 0.15) for low-dose dexamethasone and 0.05 (95% confidence interval -0.07 to 0.17) for prednisolone. Re-attendance rates were 17.8% for dexamethasone, 19.5% for low-dose dexamethasone, and 21.7% for prednisolone (not significant [P = .59 and .19]).

CONCLUSIONS: Noninferiority was demonstrated for both low-dose dexamethasone and prednisolone. The type of oral steroid seems to have no clinically significant impact on efficacy, both acutely and during the week after treatment.

Global public health authorities have celebrated the eradication of wild poliovirus type 3, the second wild poliovirus strain to have been eliminated. The last type 3 case was detected in Nigeria in 2012. Now only a single strain remains: wild poliovirus type 1.

In 2015, wild poliovirus type 2 was the first strain to be declared eradicated. Although vaccine-derived strains remain a concern in the countries with endemic polio, the latest victory suggests worldwide polio eradication is within reach.

“Global wild poliovirus type 3 eradication is a tremendous achievement and is an important milestone on the road to eradicate all poliovirus strains,” Tedros Ghebreyesus, PhD, MSc, director-general of the World Health Organization (WHO) and chair of the Global Polio Eradication Initiative Polio Oversight Board, said in a statement. “This shows us that the tactics are working, as individual family lines of the virus are being successfully knocked out. But the job is not finished until ALL strains of poliovirus are fully eradicated—and stay eradicated.”

Wild poliovirus type 1 continues to circulate in Afghanistan and Pakistan, according to the WHO. No wild type viruses have been detected on the African continent since 2016, David Salisbury, CB, chair of the independent Global Commission for the Certification of Poliomyelitis Eradication, said at the WHO celebration. However, Salisbury noted that vaccine–derived poliovirus strains continue to circulate in Africa. Ghebreyesus said that vaccines now in development might help reduce the risk of infections linked to vaccine-derived strains.

Las recomendaciones NO HACER son todas aquellas que no han demostrado eficacia, tienen escasa o dudosa efectividad, o no son coste-efectivas. Esta iniciativa parte de la National Physicians Alliance de Estados Unidos con el proyecto “Choosing Wisely” (Elegir con Prudencia), elaborando en cada sociedad científica un listado de cinco recomendaciones dirigidas a promover la mejora en la calidad de la atención sanitaria. De forma simultánea, la National Institute for Health and Care Excellence (NICE) ha venido elaborando las recomendaciones “Do not do” para las prácticas clínicas que no aportan beneficio o en las que la relación entre riesgos y beneficios no es razonable o bien no existe suficiente evidencia para aconsejar su uso sistemático.

La Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) propuso a cada uno de sus grupos de trabajo la elaboración de 5 recomendaciones NO HACER, centradas en la optimización del uso de antimicrobianos, en abandonar prácticas establecidas pero no respaldadas por la evidencia científica, en la utilización racional de las pruebas diagnósticas y, en definitiva, en mejorar la calidad de la asistencia sanitaria en la patología infecciosa de la infancia.

Acute otitis media (AOM) is one of the most common diseases in children: at least 60% of children under the age of 3 years have experienced at least one AOM episode and approximately 24% display 3 or more episodes.1,2 Moreover, AOM is one of the most frequent reasons for antibiotic prescription in children, accounting for up to 25% of the total number. Therefore, the appropriateness of antibiotic therapy in children with AOM is an extremely relevant problem. In some countries guidelines have been issued and, in some instances, their implementation has contributed to reduce the unnecessary prescription of antibiotics by up to 12% with a 58% increase in antibiotics correctly prescribed in terms of the molecule and dose used.3 Italian guidelines were published in 2010,4 but in recent years there have been advances in terms of the diagnosis, therapy and prevention of this disease. 

In recent years, new progress has been made regarding the diagnosis, treatment and prevention of acute otitis media (AOM). The Italian Pediatric Society therefore decided to issue an update to the previous guidelines published in 2010.

Methods: Literature searches were conducted on MEDLINE by Pubmed, including studies in children, in English or Italian, published between January 1, 2010, and December 31, 2018. The quality of the included studies was assessed using the grading of recommendations, assessment, development and evaluations (GRADE) methodology. In particular, the quality of the systematic reviews was evaluated using the AMSTAR 2 appraisal tool. The guidelines were formulated using the GRADE methodology by a multidisciplinary panel of experts.

Results: The diagnosis of AOM is based on acute clinical symptoms and otoscopic evidence; alternatively, the presence of otorrhea associated with spontaneous tympanic membrane perforation allows the AOM diagnosis. The diagnosis of AOM must be certain and the use of a pneumatic otoscope is of fundamental importance. As an alternative to the pneumatic otoscope, pediatricians can use a static otoscope and a tympanometer. To objectively establish the severity of the episode for the formulation of a correct treatment program, an AOM severity scoring system taking into account clinical signs and otoscopic findings was developed.

Conclusions: The diagnosis of AOM is clinical and requires the introduction of specific medical training programs. The use of pneumatic otoscopes must be promoted, as they are not sufficiently commonly used in routine practice in Italy.

New insights into the diagnosis, treatment and prevention of acute otitis media (AOM) have been gained in recent years. For this reason, the Italian Paediatric Society has updated its 2010 guidelines.

Methods: A literature search was carried out on PubMed. Only pediatric studies published between January 1, 2010 and December 31, 2018 in English or Italian were included. Each included study was assessed according to the GRADE methodology. The quality of the systematic reviews was assessed using AMSTAR 2. The recommendations were formulated by a multidisciplinary panel of experts.

Results: Prompt antibiotic treatment is recommended for children with otorrhea, intracranial complications and/or a history of recurrence and for children under the age of 6 months. For children 6 months to 2 years of age, prompt antibiotic treatment is recommended for all forms of unilateral and bilateral AOM, whether mild or severe. Prompt antibiotic treatment is also recommended for children over 2 years with severe bilateral AOM. A watchful-waiting approach can be applied to children over 2 years with mild or severe unilateral AOM or mild bilateral AOM. High doses of amoxicillin, or amoxicillin-clavulanic acid for patients with a high risk of infection by Beta-lactamase producing strains, remain the first-line antibiotics.

Conclusions: AOM should be managed on a case-by-case basis that takes account of the child’s age, the severity of the episode and whether it is unilateral or bilateral. In patients under 2 years, prompt antibiotic treatment is always recommended.

In recent years, new information has been acquired regarding the diagnosis, treatment and prevention of acute otitis media (AOM). The Italian Pediatric Society, therefore, decided to issue an update to the Italian Pediatric Society guidelines published in 2010.

Methods: The search was conducted on Pubmed, and only those studies regarding the pediatric age alone, in English or Italian, published between January 1, 2010 and December 31, 2018, were included. Each study included in the review was assessed using the Grading of Recommendations, Assessment, Development and Evaluations (GRADE) methodology. The quality of the systematic reviews was evaluated using the A MeaSurement Tool to Assess systematic Reviews (AMSTAR) 2 appraisal tool. The guidelines were formulated using the GRADE methodology by a multidisciplinary panel of experts.

Results: The importance of eliminating risk factors (passive smoking, environmental pollution, use of pacifier, obesity, limitation of day-care center attendance) and the promotion of breastfeeding and hygiene practices (nasal lavages) was confirmed. The importance of pneumococcal vaccination in the prevention of AOM was reiterated with regard to the prevention of both the first episode of AOM and recurrences. Grommets can be inserted in selected cases of recurrent AOM that did not respond to all other prevention strategies. Antibiotic prophylaxis is not recommended for the prevention of recurrent AOM, except in certain carefully selected cases. The use of complementary therapies, probiotics, xylitol and vitamin D is not recommended.

Conclusions: The prevention of episodes of AOM requires the elimination of risk factors and pneumococcal and influenza vaccination. The use of other products such as probiotics and vitamin D is not supported by adequate evidence.

Kawasaki disease (KD), a systemic vasculitis, is the leading cause of acquired heart disease in industrialised countries. Despite decades of research, the aetiology and pathogenesis remain unclear. Prompt diagnosis and management of KD are essential to reduce the risk of coronary artery damage that may cause significant morbidity, including risk of myocardial ischaemia or infarction, and occasional mortality. In practice, this is often difficult due to a lack of a diagnostic test and relies on the recognition of a constellation of clinical features.

Since the American Heart Association (AHA) guideline in 2004,1 there have been over 2000 scientific and clinical publications on KD. The recently published 2017 AHA guideline, a scientific statement, provides detailed updated recommendations on the diagnosis, management and treatment of KD.2 Here we highlight and summarise the key updates of particular relevance to paediatricians and discuss other recent advances.

Key points from the 2017 AHA Kawasaki disease guideline

Diagnosis

La infección por el virus de la hepatitis E (VHE) es una de las principales causas de hepatitis aguda tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, situándose como una enfermedad infecciosa de alta prevalencia e incidencia en Europa. La infección por el VHE tiene mayor impacto clínico en poblaciones especialmente vulnerables, como pacientes inmunodeprimidos, mujeres embarazadas y pacientes con hepatopatía base. Por todo ello, desde el Grupo de Estudio de las Hepatitis Víricas (GeHEP) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) se considera de gran relevancia la elaboración de un Documento de Consenso que sirva de ayuda en la toma de decisiones sobre el diagnóstico, manejo clínico-terapéutico y la prevención de la infección por el VHE.

Casos clínicos

El flujo vaginal es uno de los motivos de consulta ginecológica más frecuentes en niñas prepuberales, y a menudo se debe a la presencia de vulvovaginitis1,2. La mayoría de los casos son de etiología inespecífica y se resuelven con medidas higiénicas1,2. No obstante, cuando los síntomas persisten o recurren han de considerarse otras posibles causas, tales como procesos infecciosos, anomalías congénitas, trauma, reacciones alérgicas, entidades dermatológicas o la presencia de cuerpos extraños1,2. Presentamos el caso de una niña de 5 años sana…

Los senos dérmicos congénitos corresponden a una pequeña proporción de defectos de línea media con una indicencia de 1-2.500/3.000 recién nacidos vivos. Normalmente se acompañan de estigmas cutáneos en línea media, especialmente en región lumbosacra, y pueden asociar espina bífida oculta, siendo las infecciones y el déficit neurológico frecuentes1. Las lesiones cutáneas paramediales son extremadamente raras con tan solo 7 casos publicados2,3. Niña de 8 años con absceso glúteo derecho recurrente con celulitis local y drenaje purulento

resistente a tto local y antibioterapia iv . No alteraciones neurológicas. Estudio de EII negativo. Como antecedente personal destaca la presencia de un orificio en la misma localización desde época neonatal. Radiológicamente se muestra un trayecto fistuloso glúteo que termina en fondo de saco por encima de la fosa isquiorrectal, sin comunicación con el recto ni intraespinal , una malformación sacrocoxígea compleja con adelgazamiento del elevador del ano derecho y del músculo isquiocoxígeo, y una estructura osificada anómala localizada entre los músculos glúteos y la fascia endopélvica , con ausencia de alteraciones del sistema nervioso central y cono medular. Se realizó exéresis completa del trayecto fistuloso cuya histología correspondió a seno dérmico. Tras 2 años de seguimiento, la paciente se encuentra asintomática.

 

  • Pneumococcal Pneumonia Resembling Acute Myocardial Infarction in an Adolescent MaleThe Pediatric Infectious Disease Journal. 39(1):81-84, January 2020.

Myocarditis is commonly associated with viruses. However, we present a novel case of a teenager with pneumococcal pneumonia and bacteremia complicated by myocarditis and rhabdomyolysis, presenting with features of acute ST-elevation myocardial infarction and cardiogenic shock. Physicians should be aware that Streptococcus pneumonia e infection, like Group A Streptococcus , can mimic acute myocardial infarction in young males without cardiovascular risk factors.

  • Concurrent Bacteremia Due to Non-vaccine Serotype 24F Pneumococcus in Twins: A Rapid Increase in Serotype 24F-invasive Pneumococcal Disease and its High Invasive Potential. The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(1):85-87, January 2020.

Although concurrent bacteremia in siblings is rare, serotype 24F Streptococcus pneumoniae was isolated from the blood of twin 1-year-old girls within a 3-day interval, supporting the high invasive potential of this serotype. As the prevalence of childhood serotype 24F-invasive pneumococcal diseases increases in Europe and the Western Pacific Region, investigation and surveillance of this serotype are necessary.

La infección por Pantoea agglomerans es muy rara de forma global y particularmente en Pediatría. La mayoría de las infecciones que causa son nosocomiales en pacientes inmunodeprimidos. Se han descrito infecciones articulares tras punción con espinas vegetales dando lugar a artritis, sinovitis u osteítis; meningitis o septicemia neonatal tras la contaminación de la nutrición parenteral o transfusiones de hematíes; infecciones de orina o respiratorias y peritonitis. En inmunocompetentes las infecciones son excepcionales, por lo que se aconseja realizar estudio de inmunidad, como en nuestro caso. El germen es muy resistente a antibióticos betalactámicos y para erradicarlo suele ser necesario tratar según antibiograma.

Niño de 2 años ingresado de urgencia con fiebre, adenopatía cervical y crisis generalizadas tónico-clónicas. Examen neurológico y analítica anodinos. Se dio de alta al paciente con diagnóstico de crisis febril simple secundaria a infección respiratoria viral. Al día siguiente, el paciente reingresó con estado epiléptico febril. Los hallazgos de la TC cerebral fueron normales y el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR) mostró pleocitosis (74 células/mm3) y niveles normales de proteínas y glucosa. El paciente presentaba adenopatía cervical y hepatoesplenomegalia. Se hizo un diagnóstico presuntivo de encefalitis…

Para profundizar

Introducción

La malaria es considerada la cuarta causa de mortalidad infantil después de la neumonía, las complicaciones por parto prematuro y la asfixia perinatal.

Material y métodos

Estudio retrospectivo y descriptivo de los casos de paludismo confirmados y tratados en la Unidad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (edad inferior a 15 años) del Hospital La Fe (Valencia) en el período comprendido entre 1993 y 2015.

Resultados

Durante el período 1993-2015 se diagnosticaron 54 casos de malaria infantil, el 51,8% en varones. El 46,2% eran menores de 5 años. La mayoría de los niños procedían de Guinea Ecuatorial (68,5%). Solo en el 5,6% de los pacientes se pudo constatar que recibieran profilaxis antimalárica. Se evidenció que Plasmodium falciparum fue la especie causal del 81,4% de los episodios. Siete casos (13%) presentaron malaria complicada. El tratamiento más empleado fue la quinina, sola o en combinación con otros fármacos: atovacuona-proguanil fue empleada a partir del año 2010 y estuvo indicada en el 20,3% de los pacientes. A partir del año 2013 se inició la utilización de: artesunato, piperaquina y dihidroartemisina. No hubo mortalidad ni efectos adversos relevantes, siendo la respuesta clínica favorable en el 100% de los niños.

Conclusiones

La malaria sigue siendo una enfermedad vigente en nuestra población, consecuencia de la inmigración y del turismo a países endémicos. Debe ser considerada como diagnóstico probable ante un niño febril que procede o ha viajado a un área endémica en el último año.

DOI: 10.1016/j.anpedi.2019.01.027

Introducción: No existen datos actuales de prevalencia de (ITU) en niños menores de 2 años con fiebre elevada en nuestro medio.

Método: Estudio prospectivo, multicéntrico, observacional incluyendo niños con fiebre a los que se realizó análisis de orina para descartar ITU en un periodo de un año en siete servicios de urgencia pediátricos españoles. Se incluyeron niños menores de un año y niñas menores de 2 años con fiebre sin focalidad > 39°C y sin antibioterapia previa. El diagnóstico de ITU se basó en la presencia de leucocituria y urocultivo positivo.

Resultados: Un total de 1675 pacientes fueron incluidos. Doscientos sesenta niños (15,5%, 95% IC 13,8-17,3) fueron diagnosticados de ITU. La prevalencia puntual de ITU fue 32,9% (95% IC 26,6-39,9) en lactantes febriles menores de 6 meses y 19,3% (95% IC 16,1-22,9) en lactantes febriles menores de 12 meses. La prevalencia puntual de ITU fue 13% (95% IC 10,8-15,6) en niños menores de 2 años con fiebre de menos de 24 horas de evolución versus 17,5% (95% IC 15,2-20,1) en aquellos con más horas de evolución de fiebre (p = 0,014).

Conclusiones: La prevalencia puntual de ITU en niños con fiebre sin focalidad > 39°C en nuestro medio es superior a la referida previamente, especialmente en lactantes varones <6 meses y lactantes mujeres <12 meses. Nuestros resultados sugieren que los pediatras deben buscar de forma estrecha ITU en niños menores de 2 años con fiebre sin causa >39°C

Pertussis infection can cause serious complications, particularly among infants younger than 2 months, who are too young to be vaccinated.1 To reduce pertussis morbidity and mortality among young infants, the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) issued a series of recommendation changes regarding antenatal administration of the tetanus toxoid, reduced diphtheria toxoid, and acellular pertussis (Tdap) vaccine, the most recent of which was issued in 2012 and recommends administration in every pregnant woman, regardless of prior receipt.2 Pertussis incidence among US infants younger than 1 year decreased after 20123; however, data on trends in young infants are scarce. We examined trends in pertussis hospitalizations among infants younger than 2 months before and after the changes to the ACIP recommendations in 2012.

Invasive pneumococcal disease (IPD) is associated with significant morbidity and mortality in children. Universal pneumococcal conjugate vaccination has changed the epidemiology of IPD. In vaccinated children, IPD can be a marker of an underlying immunodeficiency.

Methods: This is a retrospective audit of children younger than 18 years with IPD admitted to 2 tertiary pediatric hospitals in Australia between 2011 and 2017. Data on predisposing conditions, immunologic evaluation, pneumococcal serotype, antibiotic susceptibility and treatment were collected.

Results: During the 7-year period, there were 131 presentations with IPD in 127 children; 3 children had recurrent IPD. Patients presented with sepsis (41%), empyema (29%), meningitis (18%), mastoiditis (12%), pneumonia (10%) and septic arthritis (4%). In 19 (15%) presentations, risk factors for IPD were present, including malignancy, hematologic disorder, chronic liver disease, chronic kidney disease and cochlear implant. Pneumococcal serotypes were determined in 78/131 (60%) of presentations: the most frequent serotypes were 19A (19%), 3 (13%), 7F (10%) and 19F (8%) and non-vaccine serotypes 22F (8%), 35B (6%), 15A (4%) and 38 (4%). Overall, 11% of isolates were non-susceptible to ceftriaxone. Only 36 patients (32%) had an immunologic evaluation, and 4 patients had proven or probable immunodeficiency.

Conclusion: Although pneumococcal conjugate vaccine serotypes 19A, 3, 19F and 7F remain frequent causes of IPD, non-vaccine serotypes are emerging. Our data support vancomycin treatment for children with pneumococcal meningitis given 11% of our isolates were not susceptible to ceftriaxone. It is important to consider underlying conditions predisposing to IPD in a population with high rates of pneumococcal vaccination.

  • Birth Season and Infection Risk Among Children Under 5 Years Old: A Study of Hospital Admissions and Short Message Service-reported Symptoms at Home The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(1):23-29, January 2020.

Background: The season in which a child is born may affect the immune system development and thereby influence the risk of infections. In this study, we examined the associations between birth season and the risk of hospital admission or symptoms associated with a wide range of infections.

Methods: This study is a prospective cohort study of 2434 children with an average follow-up of 3.5 years. Admission data were obtained from the Danish National Patient Registry. Via short message service (SMS) questionnaires, 1279 families reported symptoms of infections in a 1-year period.

Results: Of the 2434 children, 639 (26.3%) were admitted to the hospital, and the children experienced on average 64.4 days with symptoms of infection within 1 year. There was no association between birth season and hospital admissions due to all infectious causes [incidence rate ratio (IRR) = 0.89; 95% confidence interval (CI), 0.65–1.22; P = 0.471]. However, children born in the fall had a higher IRR for admission due to all infectious causes when excluding admissions within the first year of life. Winter- and spring-born children had lower IRRs for admission due to gastrointestinal infections than summer-born children, but this association was alone present when admissions within the first year of life were included. The short message service-survey showed significantly lower IRRs for any symptom of infection among winter-born (IRR = 0.85; 95% CI, 0.75–0.96; P = 0.009) and fall-born children (IRR = 0.88; 95% CI, 0.78–0.99; P = 0.033) in comparison with summer-born children.

Conclusions: Birth season was not associated with hospital admission due to all infectious causes within the first 5 years of age; however, fall-birth was associated with a higher IRR for admissions due to all infectious causes after the first year of life. The association between birth season and admissions due to gastrointestinal infections was only seen when including children admitted under the age of one. Being born in fall or winter was associated with a decreased IRR for number of days with any symptom of infection registered at home.

Objective: To test whether updated clinical practice guidelines for managing upper respiratory tract infections released in France in November 2011 were associated with changes in national outpatient pediatric antibiotic use.

Study design: We performed an interrupted time–series analysis using national antibiotic dispensation data in French children from January 2009 to December 2017 (IQVIA Suivi de la Dispensation Médicale database). We described the overall evolution of antibiotic prescription rates and modeled the changes in the proportion of amoxicillin and the proportion of broad-spectrum antibiotics following the guidelines in 2 age groups (0-5 and 6-14 years old).

Results: We analyzed 123 million pediatric antibiotic prescriptions. The most commonly prescribed individual antibiotic agent was amoxicillin (37.7%). Over the study period, the annual antibiotic prescription rate decreased by 33.1% (from 1387 to 928 per 1000 pediatric inhabitants per year), consistently across age groups and major antibiotic agents except for amoxicillin (+14.4%). After the release of the guidelines, we observed a gradual increase in the proportion of amoxicillin (relative change 5 years postintervention of +64.3% [95% CI 51.6-80.1] and +28.4% [21.1-36.2] for children 0-5 and 6-14 years, respectively) concomitantly with a gradual decrease in the proportion of broad-spectrum antibiotics (relative change 5 years postintervention of −26.1% [–29.3, −23.7] and −19.8% [–22.1, −16.0] for children 0-5 and 6-14 years old, respectively).

Conclusions: The 2011 guidelines for upper respiratory tract infections preceded changes in outpatient pediatric antibiotic use at the national level, with a replacement of broad-spectrum antibiotics by amoxicillin.

Yellow fever is an endemic disease in tropical areas in America and Africa. We report a case where the wild-type yellow fever virus was detected in a breast milk sample of a 33-year-old woman, from a rural area in the municipality of São Paulo, thus highlighting a potential risk for transmission of yellow fever virus through breast-feeding.

OBJECTIVE: To estimate the cost-effectiveness of routine, screening renal bladder ultrasound (RBUS) for children age 2-24 months after a first febrile urinary tract infection (UTI), as recommended by the American Academy of Pediatrics.

STUDY DESIGN: We developed a decision analytic model that simulates a population of children after a first febrile UTI. The model incorporates the diagnostic utility of RBUS to detect vesicoureteral reflux and genitourinary anomalies. We adopted a health-system perspective, 5-year horizon, and included 1-way and 2-way sensitivity analyses. Costs were inflated to 2018 US dollars, and our model incorporated a 3% discounting rate. We compared routine RBUS after first, febrile UTI compared with routine RBUS after second UTI (ie, control arm). Our main outcomes were recurrent UTI rate and incremental cost per quality-adjusted life-year (QALY).

RESULTS: Among children 2-24 months after a first febrile UTI, RBUS had an overall accuracy (true positives + true negatives) of 64.4%. The recurrent UTI rate in the intervention arm was 19.9% compared with 21.0% in the control arm. Thus, 91 patients would need to be screened with RBUS to prevent 1 recurrent UTI. RBUS increases QALYs by +0.0002 per patient screened, corresponding to an incremental cost-effectiveness ratio of $803 000/QALY gained. In the RBUS arm, 20.6% of children would receive unnecessary voiding cystourethrograms compared with 12.2% of children in the control group.

CONCLUSIONS: Screening RBUS after a first, febrile UTI in children age 2-24 months does not meet cost-effectiveness guidelines. Our findings support deferred screening until a second UTI.

The problems of antimicrobial resistance (AMR) are global and enormous. Like other global, enormous problems it is often difficult to know where to start—and it is easy to doubt that individual efforts will have meaningful impact. With all such problems, accurate data are important but are hard to come by. Li et al 1 from 39 hospitals in 12 countries provide revealing insights into the extent of AMR and antibiotic prescribing practices in neonatal units through a Neonatal AMR network (NeoAMR) of tertiary units in Asia, Africa and South America. The study proves that global-scale AMR surveillance networks can be established and yield useful information for clinicians and policy makers.

In this study, AMR in neonatal infections (both early and late onset) was widespread. More than 50% of enteric Gram-negative bacilli isolated from blood cultures were resistant to third-generation cephalosporins in 8 of the 10 countries where hospitals reported this. Further, carbapenem resistance was a significant problem in Gram-negative isolates from at least half the countries. Resistance among Gram-positive bacteria was less common, but vancomycin-resistant enterococci were emerging as a problem in two countries (Nigeria and India). There are limitations in this early report from the NeoAMR in their method and in the data reported. The results do not tell us about population-based prevalence of AMR in newborn sepsis, nor about AMR in health facilities outside tertiary hospitals. No attempt is made to distinguish community-acquired from hospital-acquired infections, and aminoglycoside resistance rates are not reported.

AMR drives poor prescribing, and poor prescribing drives AMR: it is a vicious cycle. The study is most revealing in the reported first-line antibiotic therapies for neonatal infections. Only 16 of 39 (41%) hospitals used antibiotic therapy for early-onset neonatal sepsis (EOS) that is consistent with that recommended by the WHO: ampicillin (or benzylpenicillin) plus …

Objective: Data from rigorous evaluations of the impact of interventions on improving surgical antibiotic prophylaxis (SAP) compliance in pediatrics are lacking. Our objective was to assess the impact of a multifaceted intervention on improving pediatric SAP compliance in a hospital without an ongoing antimicrobial stewardship program.

Study Design: A multidisciplinary team at the Montreal Children’s Hospital performed a series of interventions designed to improve pediatric SAP compliance in June 2015. A retrospective, quasi-experimental study was performed to assess SAP compliance before and following the interventions. Our study included patients under 18 years old undergoing surgery between April and September in 2013 (preintervention) and in 2016 (postintervention). A 10-week washout period was included to rigorously assess the persistence of compliance without ongoing interventions. SAP, when indicated, was qualified as noncompliant, partially compliant (adequate agent and timing) or totally compliant (adequate agent, dose, timing, readministration, duration).

Results: A total of 982 surgical cases requiring SAP were included in our primary analysis. The composite partial and total compliance increased from 51.4% to 55.8% [adjusted odds ratio 1.3; 95% confidence interval: 1.0–1.8; P = 0.06]. Although improvements in correct dose and readministration were significant, there was no significant improvement in correct timing, agent selection or duration.

Conclusion: Our study demonstrated that overall SAP compliance did not significantly improve following a washout period, illustrating the importance of ongoing surveillance and feedback from an antimicrobial stewardship program. Our strict approach in evaluating the timing criterion may also explain the lack of a significant impact on SAP compliance.

Background: Following the introduction of the 4CMenB (Bexsero, GlaxoSmithKline, Rixensart, Belgium) vaccine against Meningococcal B into the UK vaccination schedule, Public Health England advised paracetamol to be given prophylactically with the vaccine. This was based on observations of increased postvaccination febrile reactions in term infants. Evidence in preterm infants was lacking. We aimed to evaluate whether (i) 4CmenB is associated with an increase in adverse events (AEs) in the 48 hours after vaccination in preterm infants and (ii) the impact of prophylactic paracetamol on AEs.

Methods: Retrospective case-note review of preterm infants, within a UK level 3 neonatal unit, receiving first or second 4CMenB vaccination, within 3 periods; (i) period 1 (pre-4CMenB): September 2014–September 2015; (ii) period 2 (4CMenB without prophylactic paracetamol): September 2015–March 2016 and (iii) period 3 (4CMenB with prophylactic paracetamol): June 2016–May 2018. Data were collected on a predefined list of postvaccination AEs within 48 hours of vaccination: (i) number (%) of infants with temperature >37.5°C; (ii) highest temperature (°C); (iii) number (%) of infants receiving evaluation for sepsis and (iv) number (%) of infants receiving intravenous antibiotics.

Results: Ninety-five vaccination episodes were included. Compared with the pre-4CMenB (period 1), more infants developed temperature >37.5°C, needed partial septic screens and had intravenous antibiotics when 4CMenB was introduced without paracetamol prophylaxis (period 2). Paracetamol prophylaxis (period 3) with 4CMenB resulted in fewer infants experiencing postvaccination fever and antibiotic administration comparable to period 1.

Conclusions: 4CMenB is associated with AEs in hospitalized preterm infants. Prophylactic paracetamol administration attenuates this.

Conclusions Positive urinalysis in young (especially 31 to 60 days old), febrile, well-appearing infants may not require routine CSF testing.

To estimate birth prevalence of congenital cytomegalovirus (cCMV) in HIV-exposed uninfected children born in the current era of combination antiretroviral therapy and describe cCMV-related neurodevelopmental and hearing outcomes.

STUDY DESIGN: The Surveillance Monitoring for ART Toxicities cohort study follows HIV-exposed uninfected children at 22 sites in the US and Puerto Rico. Birth cCMV prevalence was estimated in a subset of participants who had blood pellets collected within three weeks of birth and underwent ≥1 of 6 assessments evaluating cognitive and language development including an audiologic examination between 1 and 5 years of age. Detection of CMV DNA by polymerase chain reaction testing of peripheral blood mononuclear cells was used to diagnose cCMV. Proportions of suboptimal assessment scores were compared by cCMV status using Fisher exact test.

RESULTS: Mothers of 895 eligible HIV-exposed uninfected children delivered between 2007 and 2015. Most (90%) were on combination antiretroviral therapy, 88% had an HIV viral load of ≤400 copies/mL, and 93% had CD4 cell counts of ≥200 cells/μL. Eight infants were diagnosed with cCMV, yielding an estimated prevalence of 0.89% (95% CI, 0.39%-1.75%). After adjusting for a sensitivity of 70%-75% for the testing method, projected prevalence was 1.2%-1.3%. No differences were observed in cognitive, language and hearing assessments by cCMV status.

CONCLUSIONS: Although birth cCMV prevalence in HIV-exposed uninfected children born to women with well-controlled HIV is trending down compared with earlier combination antiretroviral therapy-era estimates, it is above the 0.4% reported for the general US population. HIV-exposed uninfected children remain at increased risk for cCMV

La exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la neumonía adquirida en la comunidad son las infecciones del tracto respiratorio inferior más frecuentes en la práctica clínica diaria. La selección del antibiótico es un componente crucial en su tratamiento y, en la mayoría de las ocasiones, se realiza de forma empírica. Las sociedades científicas elaboran recomendaciones terapéuticas basadas en la evidencia científica y/o recomendaciones de expertos que son de gran ayuda para los clínicos. Los betalactámicos, las fluoroquinolonas y los macrólidos son los fármacos más utilizados por vía oral. Desde un punto de vista práctico, existen tres claves para la adecuada elección del tratamiento antibiótico oral, que son la efectividad, la seguridad y el impacto ecológico en la microbiota del paciente, incluyendo el desarrollo de resistencias, que van a ser valoradas en profundidad en esta revisión. 

El Virus Linfotrópico Humano T tipo 1 (HTLV-1) afecta hasta a 10 millones de personas en todo el mundo. Está directamente asociado a una de las neoplasias malignas de células T más agresivas: Leucemia-Linfoma de células T del Adulto (LLTA) y a un trastorno neurológico progresivo: Paraparesia Espástica Tropical / Mielopatía Asociada a HTLV-1 (PET/MAH). Además, los pacientes infectados tienden a tener formas más graves de enfermedades infecciosas como la Estrongiloidiasis y Tuberculosis. El HTLV se propaga a través de las siguientes vías: parenteral, sexual y vertical. La transmisión viral efectiva se produce principalmente por el mecanismo de contacto directo de célula a célula, a diferencia de otros retrovirus como el VIH, que generalmente se propaga infectando a las células mediante partículas virales libres. El HTLV-1 tiene una distribución peculiar, con grupos de alta endemicidad en áreas cercanas de muy baja prevalencia o ausencia del virus. Esto podría explicarse por factores que incluyen un posible efecto fundador, el predominio de la transmisión vertical (leche materna) y los mecanismos de transmisión por contacto célula a célula. Hoy en día se necesitan más datos epidemiológicos para desarrollar estrategias en áreas endémicas, destinadas a reducir la diseminación viral. En esta revisión, se analiza la patogénesis, la epidemiología, el diagnóstico, las enfermedades asociadas, las estrategias preventivas y los tratamientos del HTLV-1, con énfasis en el riesgo emergente para Europa y particularmente España, centrándonos en los métodos de prevención para evitar la transmisión viral y las enfermedades asociadas.

Actualidad bibliográfica diciembre 2019

Top ten

  • Comprehensive Detection of Respiratory Bacterial and Viral Pathogens in the Middle Ear Fluid and Nasopharynx of Pediatric Patients With Acute Otitis MediaSawada, Shoichi; Okutani, Fumino; Kobayashi, Taisuke Less The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):1199-1203, December 2019

Background: Acute otitis media (AOM) is a common ear infection caused by respiratory viruses and bacteria of the nasopharynx. The present study aimed to detect various respiratory viruses and bacteria in middle ear fluid (MEF) and nasopharyngeal aspirates (NPA) using polymerase chain reaction (PCR).

Methods: We collected MEF and NPA samples from 122 pediatric patients with AOM. Real-time PCR detected 11 types of respiratory viruses (respiratory syncytial virus A/B, parainfluenza virus 1/2/3, human metapneumovirus, influenza virus A/B, adenovirus, human bocavirus and rhino virus) and 7 types of bacteria (Streptococcus pneumoniaeHaemophilus influenzaeMycoplasma pneumoniaeChlamydia pneumoniaeStreptococcus pyogenesLegionella pneumophila and Moraxella catarrhalis). MEF specimens were also examined using bacterial culture.

Results: At least 1 respiratory viral or bacterial pathogen was detected in MEF of 120 cases (98%) by viral and bacterial PCR and of 93 cases (76%) by viral PCR and bacterial culture. Respiratory viruses were detected in NPA of 84 cases (69%) and MEF of 67 cases (55%). The most common virus detected in MEF was respiratory syncytial virus (21%), followed by parainfluenza virus (15%). All the viruses present in MEF were also detected in NPA specimens. Bacteria were detected by PCR in MEF of 109 cases (89%); H. influenzae was the most frequently detected (65%).

Conclusions: In many cases, pediatric AOM was found to constitute a respiratory polymicrobial infection. Multiplex PCR was useful to detect multiple respiratory viruses and bacteria in AOM. To understand intractable AOM, further studies regarding the clinical features of each viral and bacterial coinfection are required.

  • Enfermedad invasiva por Streptococcus pyogenes: cambios en la incidencia y factorespronósticos. An Pediatr (Barc). 2019;91:286-95
    IntroducciónLa enfermedad invasiva por Streptococcus del grupo A (EISGA) es una infección grave en niños, habiéndose comunicado un aumento de incidencia en los últimos años.
    Objetivo; Evaluar las características y evolución de la EISGA en niños y determinar cambios en la incidencia o gravedad.
    Material y métodos
    Estudio retrospectivo de niños≤16 años evaluados en un hospital terciario de Madrid y diagnosticados de EISGA (junio 2005-julio 2013). Se analizó la epidemiología, clínica, microbiología y tratamiento, evaluándose cambios a lo largo del periodo estudiado y parámetros asociados a gravedad.
    Resultados
    Se incluyeron 55 niños con EISGA; 33 (60%) mujeres, con una mediana de 48,5 (20,5-88,9) meses. Los síndromes clínicos más frecuentes fueron celulitis/absceso subcutáneo (21,8%), absceso ORL (20%), neumonía (16,4%), infección osteoarticular (16,4%) y mastoiditis (12,7%). La incidencia de EISGA (casos/105 urgencias/año) aumentó de 5,6 (4,2-7,2) entre junio 2005-mayo 2009 a 18,9 (15,1-26) entre junio 2009-mayo 2013; p=0,057. El 63,6% (n=35) y el 18,2% (n=10) de los pacientes precisaron cirugía e ingreso en UCIP, respectivamente. Los niños en UCIP fueron más pequeños (26,5 vs. 52,6 meses; p=0,116), presentaron proteína C reactiva más elevada (24,5 vs. 10,7mg/dl; p<0,001) y mayor frecuencia de neumonía (60 vs. 7%; p<0,001). En el análisis multivariante solo la proteína C reactiva fue factor de riesgo de ingreso en UCIP (OR: 1,14 [1,004-1,286]; p=0,04). No hubo secuelas.
    Conclusiones
    Se objetivó un aumento de la incidencia de EISGA en niños en nuestro medio, siendo la menor edad, la presencia de neumonía y la proteína C reactiva elevada los parámetros asociados a gravedad en esta serie.

  • Infecciones invasivas por estreptococo del grupo A y por meningococo: incertidumbres y certezas. An Pediatr (Barc). 2019;91:283-5.

  • Documento de posicionamiento de la Asociación Española de Pediatría-Sociedad Española de Infectología Pediátrica (AEP-SEIP) sobre el tratamiento de las infecciones por bacterias multirresistentes An Pediatr (Barc). 2019;91:351.e1-351.e13

En los últimos años se ha evidenciado un incremento en la incidencia de infecciones por bacterias multirresistentes. Las principales amenazas son los bacilos gramnegativos productores de β-lactamasas de espectro extendido, AmpC o carbapenemasas, Staphylococcus aureus resistente a meticilina y Enterococcus faecium resistente a vancomicina. Para hacer frente a este problema, es fundamental establecer programas de optimización en el uso de antimicrobianos específicos para pediatría, realizar una vigilancia epidemiológica activa y desarrollar una adecuada política de control de infecciones. Su abordaje terapéutico es, a menudo, complejo y multidisciplinar, y precisa frecuentemente del uso de antibióticos menos empleados. En este documento de posicionamiento, elaborado por la Asociación Española de Pediatría y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica, se revisa la epidemiología y el tratamiento de estas infecciones siguiendo la mejor evidencia disponible.

A few years ago we were all confronted by an increase in cases of scarlet fever and a number of cases of more invasive and severe Streptococcal infections. It was interesting to read that due to a very well established global surveillance system, this raise in Streptococcal pyogenes (S pyogenes) infections has been described in detail by Lynsky NN et al . [Lancet Infect Dis 2019; 19: 1209–18 http://dx.doi.org/10.1016/S1473-3099(19)30446-3] First, this is a great paper on scarlet fever and is a very interesting historical review. Up until the beginning of the 20th century it was associated a significant mortality. Long before the use of antibiotics, the incidence and severity of scarlet fever started to fall, the reason for this remains unexplained. Scarlet fever notifications in England in the period 2014–18 have been the highest seen since 1960. It is possible that the streptococcal bacteria causing the disease might have undergone a pathogenetic change and this led to a reduction in the invasive and more severe sequelae of the illness.

The Archivist discovered that S pyogenes can be serotyped or genotyped on the basis of the M antigen, which is encoded by the emm gene. Changes in disease incidence can be characterised by expansion of specific emm genotypes. This study provided a molecular explanation for the association between increased incidence of scarlet fever and increased incidence of invasive S pyogenes infections. The team identified an emergent lineage of M1T1 S pyogenes (M1UK) that expanded rapidly to become the largest single contributor to both non-invasive and invasive infections in 2016. When you review the historical epidemics, it is interesting to speculate that this molecular explanation was the cause of the epidemic waves . Variations in strain pathogenicity as well as the general population susceptibility both have an influence. I found it valuable to realise that genomic analysis confirmed that the strains that cause scarlet fever are no different to those that cause streptococcal pharyngitis and rarer invasive infections. The data highlight that group A streptococcal lineages can differ in pathogenicity.

This group analysed changes in S pyogenes emm genotypes, and notifications of scarlet fever and invasive disease in 2014–16 using regional and national data. Genomes of 135 non-invasive and 552 invasive emm1 isolates from 2009 to 2016 were analysed and compared with 2800 global emm1 sequences. Coincident with national increases in scarlet fever and invasive disease notifications, emmS pyogenes upper respiratory tract isolates increased significantly. Sequences of emm1 isolates from 2009 to 2016 showed emergence of a new emm1 lineage (designated M1UK)—with overlap of pharyngitis, scarlet fever, and invasive M1UK strains—which could be genotypically distinguished from pandemic emm1 isolates (M1global) by 27 single-nucleotide polymorphisms. Phylogenetic analysis of published datasets identified single M1UK isolates in Denmark and the USA. The expanded reservoir of M1UK and recognised invasive potential of emmS pyogenes provide plausible explanation for the increased incidence of invasive disease, and rationale for global surveillance.

Many more patients are labeled as penicillin-allergic than actually are allergic. The label should be analyzed with skin testing and test exposure. Patients with true penicillin allergy can be desensitized with a slow-escalation protocol under physician observation.

Review question(s)

How effective or harmful are different HPV vaccine schedules (i.e. number and timing of doses) and different HPV vaccines in females and males?

Main results

These results are based on research evidence to 27 September 2018. We analysed 20 studies involving 31,940 people.

Studies comparing two doses of HPV vaccine to three doses, or comparing the time interval between doses, focus on immune system responses rather than infection or disease outcomes. Two doses of HPV vaccine result in similar immune system responses to three doses, and a longer interval (up to 12 months) between doses gives a stronger immune system response than a shorter interval. There is insufficient evidence to determine whether there was a difference between the vaccine schedules for serious adverse events and death.

In 16- to 26-year-old men, one study showed evidence of moderate certainty that a quadrivalent HPV vaccine provides better protection against external genital lesions and genital warts than a dummy treatment (control). In 16- to 26-year-old women, one study showed that the nonavalent and quadrivalent vaccines provide the same levels of protection against cervical, vaginal, and vulval precancer lesions and cancer (high-certainty evidence).

There was evidence that the quadrivalent vaccine resulted in more local adverse events (such as pain, swelling, and redness at the injection site) than a control treatment in males, and that the nonavalent vaccine resulted in more local adverse events than the quadrivalent vaccine in males and females. Evidence about serious adverse events and deaths from studies comparing different HPV vaccine types or dose schedules was of low or very low-certainty.

In people living with HIV, HPV vaccines result in reasonable levels of immune system response, but evidence about their effects on persistent HPV infection or HPV-related disease outcomes and harms is limited.

Resumen: revisión sistemática que incluye datos de 8 años de seguimiento y más de 80 millones de personas vacunadas frente al VPH. Los resultados muestran una evidencia contundente del impacto de la vacunación en la infección genital por VPH, en las lesiones CIN2 en mujeres y en la verruga genital en hombres y mujeres. Además, los programas con más amplia cobertura vacunal tienen mayor efecto directo en la prevención, así como mejor inmunidad de grupo.

Review question

We reviewed the evidence about the effect of treatments aimed at reducing S. aureus on the skin in people with atopic eczema. Eligible comparisons were similar treatments without anti-S. aureus actions. We included 41 studies involving 1753 participants (evidence is current to October 2018).

Study characteristics

Included studies assessed a range of treatments, which they compared with placebos (an identical but inactive treatment), no treatment, other treatment, vehicle (inactive ingredient(s) which help deliver an active treatment), or textile without the anti-S.aureus component.

Studies were conducted worldwide, and included males and females. Twelve studies recruited children; four, adults; 19, both; and six were unclear; where reported, the average participant age ranged from 1.1 to 34.6 years. Eczema severity varied from mild to severe. Treatment durations ranged from 10 minutes to 3 months; total study durations, from 15 weeks to 27 months.

Key results

Outcomes were measured from treatment start. We classed outcomes as short-term when treatment duration was less than four weeks, and long-term when treatment was given for more than four weeks.

People may be more likely to experience slightly increased short-term improvement with topical steroid/antibiotic combinations than with steroid only (low-quality evidence, one study of infected eczema and two studies with unspecified infection). There is probably little or no difference between the combination group and the steroid only groups in short-term impact on quality of life (QoL) (moderate-quality evidence, one study of infected children). Antibiotic resistance was similar between groups in the long term, but we are uncertain of this result due to very low-quality evidence (one study of infected children).

When compared to placebo, oral antibiotics may make no difference to short-term improvement (low-quality evidence, two studies: one in uninfected infants and children; the other in mainly infected infants and children). For short-term QoL, there is probably little or no difference between the groups (moderate-quality evidence, one study of infected infants and children). Short-term antibiotic resistance was similar in both groups, but we are uncertain if there is a true difference as the quality of evidence was very low (two studies of infants and children, infected in one study and uninfected in the other).

Bleach baths may make no difference to short-term improvement when compared to placebo (low-quality evidence, one study of uninfected participants). There is also probably little or no difference in short-term QoL in children of unspecified infective status (one study; moderate-quality evidence); based on the same study, we are uncertain if short-term antibiotic resistance was different between groups (very low-quality evidence).

Side effects bad enough to stop treatment were rare in all studies; however, evidence was very low quality in all three comparisons, so we are uncertain whether there is a difference between groups. Assessment ranged from six days to two months, participants included children and adults with mixed infective status, and causes of withdrawal included worsening of eczema or itch and loose stools.

Participants in the topical steroid/antibiotic combination group experienced fewer minor side effects than those given steroids alone. Comparing oral antibiotics to placebo, participants experienced equally low numbers of minor side effects. However, we are uncertain if their are true differences between groups due to very low-quality evidence. Based on short-term assessment of mixed participants (children and adults, with mixed infective status), reported side effects included sickness, diarrhoea, stomach/joint pains, and itching. For bleach baths versus placebo, some long-term minor side effects (burning/stinging, dry skin) were reported in both groups, so there may be no difference between treatment groups (low-quality evidence, uninfected participants (2 to 30 years).

In this review we included randomized controlled trials in infants and young children that evaluated a monovalent rotavirus vaccine (RV1; Rotarix, GlaxoSmithKline) or a pentavalent rotavirus vaccine (RV5; RotaTeq, Merck).

We found 55 relevant studies with 216,480 participants. The trials took place in several locations worldwide. These studies compared a rotavirus vaccine versus placebo or versus no vaccine for infants and young children. The vaccines tested were RV1 (36 trials with 119,114 participants), RV5 (15 trials with 88,934 participants), and Rotavac (four trials with 8432 participants). Fifty-one studies were funded or co-funded by vaccine manufacturers, while four were independent of manufacturer funding.

In the first two years of life, RV1:

●prevents more than 80% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with low death rates (high-certainty evidence) ●prevents 35% to 63% of severe rotavirus diarrhoea in countries with high death rates (high-certainty evidence) ●probably prevents 37% to 41% of severe cases of diarrhoea from all causes (such as any viral infection, bacterial infection, or parasitic infection) in countries with low death rates (moderate-certainty evidence) ●probably prevents 18% to 27% of severe cases of diarrhoea from all causes in countries with high death rates (moderate- to high-certainty evidence).

In the first two years of life, RV5:

●probably prevents 82% to 92% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with low death rates (moderate-certainty evidence) ●prevents 41% to 57% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with high death rates (high-certainty evidence) ●probably prevents 15% of severe cases of diarrhoea from all causes in countries with high death rates (moderate- to high-certainty evidence); we did not identify any studies that reported on diarrhoea from all causes in countries with low death rates.

In the first two years of life, Rotavac:

●probably prevents more than 50% of severe cases of rotavirus diarrhoea in India, a country with high death rates (moderate-certainty evidence) ●probably prevents 18% of severe cases of diarrhoea from all causes in India (moderate-certainty evidence).

Rotavac has not been evaluated in a randomized controlled trial in a country with low death rates.

We found little or no difference in the number of serious adverse events (moderate- to high-certainty evidence), or intussusception cases (low- to very low-certainty evidence), between those receiving RV1, RV5, or Rotavac compared with placebo or no intervention. OK

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):e332-e335, December 2019.

Urinary tract infections (UTIs) are usually caused by Gram-negative Enterobacteriaceae, the most common pathogens being Escherichia coli and Klebsiella pneumoniae.1,2 Antimicrobial resistance is increasing among uropathogens and the production of β-lactamases is a major resistance mechanism.3 Extended spectrum β lactamases (ESBLs) producing pathogens exhibit resistance not only to newer β-lactams, including third generation cephalosporins and monobactams, but also to other classes of antibiotics.3,4 ESBL resistance genes are located on plasmids which are transferrable to other strains, thus posing considerable infection control issues.3,4 UTIs caused by ESBL-producing E. coli and K. pneumoniae are the most common ESBL infections in childhood.5 Herein, we summarize available data on these pathogens with a focus on treatment choices.

Casos clínicos

  • Rhabdomyolysis Associated With Primary Human Herpesvirus-6 InfectionMurakami, Ryunosuke; Adachi, Shunichi; Koga, Hiroshi Less . The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):e341, December 2019.

  • Congenital Syphilis N Engl J Med 2019; 381:2157 DOI: 10.1056/NEJMicm1904420

A 6-month-old girl whose parents had recently received a diagnosis of syphilis was referred for evaluation after testing suggested that she also had syphilis. Physical examination revealed frontal bossing and a soft-tissue perirectal mass. A biopsy specimen was positive for spirochetes on immunostaining.

We were interested to read the report by So et al 1 describing an infant who was unwell prior to receiving their first set of primary immunisations (including the four-component meningococcal B vaccine 4CMenB; Bexsero; GSK Biologicals) and was subsequently diagnosed with meningococcal group W meningitis shortly after vaccination. The authors highlight factors that would not have been consistent with an adverse event following immunisation (AEFI), namely the onset of fever prior to immunisation and the presentation with focal seizures, which is rare following 4CMenB vaccination, even when administered concurrently with routine immunisations.2 Such a severe clinical presentation should warrant additional investigations and the very high blood C reactive protein (CRP) level and very abnormal cerebrospinal fluid (CSF) findings (1000 white blood cells (WBC), protein 1750 mg/dL and glucose <0.3 mmol/L) would also have been inconsistent with an AEFI.

We would however, like to report our experience of three cases of aseptic meningitis following primary immunisation (including 4CMenB) in infants. All three presented with fever and irritability within 24 hours of vaccination, had a full septic screen including lumbar puncture and received empiric intravenous antibiotics (table 1). Subsequent bacterial cultures were all negative as was PCR testing of CSF for meningococcus, pneumococcus and common viral causes of meningitis (enterovirus, parechovirus, herpes simplex and varicella zoster). Antibiotics were stopped after 36–48 hours, when bacterial cultures were reported negative.

Para profundizar

To characterize the incidence of adverse events (AEs) associated with antibiotics used to treat acute otitis media in children.

We searched MEDLINE for studies conducted between January 1, 1966, and August 25, 2018. Two authors independently assessed potential studies and extracted the data. We included published randomized controlled trials, cross-sectional studies, and cohort studies that evaluated the incidence of diarrhea, generalized rash, diaper rash, and candidal diaper dermatitis associated with the use of amoxicillin, amoxicillin/clavulanate, azithromycin, cefdinir, and placebo in children with acute otitis media.

RESULTS: We included 82 studies in the meta-analysis. The incidence of diarrhea, listed from lowest to highest, was azithromycin (2.2%), placebo (6.9%), low-dose amoxicillin (8.7%), cefdinir (13.0%), high-dose amoxicillin (13.8%), and high-dose amoxicillin/clavulanate (18.9%). The incidence of generalized rash, listed from lowest to highest, was azithromycin (1.4%), placebo (2.3%), low-dose amoxicillin (2.9%), high-dose amoxicillin/clavulanate (4.9%), and high-dose amoxicillin (6.5%). In studies of low-dose amoxicillin, we found a higher incidence of diarrhea in studies that used daily diaries to collect information about diarrhea and a lower incidence of generalized rash in studies that reported only rashes judged to be secondary to antibiotic use.

CONCLUSIONS: The incidence of AEs varies widely depending on which antibiotic is used and how the information on AEs was collected or reported. The AEs rates reported here may be helpful to clinicians when choosing an antibiotic to treat acute otitis media.

De los 196 niño/as de <12 meses estudiados: en el primer mes, el 20% (5 de 25) de los bebés tenían anticuerpos por debajo del umbral de protección, que aumentó al 92% (22 de 24) en 3 meses. A los 6 meses, todos los bebés tenían títulos por debajo del umbral de protección. En un análisis multivariable, la edad del lactante fue el predictor más fuerte de susceptibilidad (odds ratio = 2.13 por cada aumento adicional de mes; intervalo de confianza del 95%: 1.52-2.97).

CONCLUSIONES: La mayoría de los lactantes eran susceptibles al sarampión a los 3 meses de edad en este entorno. Nuestros hallazgos informan sobre la importancia del debate de política vacunal relacionada con el momento ideal de la primera dosis de la vacuna de sarampión y las recomendaciones de profilaxis posexposición infantil.

Las recomendaciones actuales del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización permiten la vacunación contra el sarampión a los 6 meses para los bebés que planean viajar internacionalmente, los bebés con riesgo continuo de exposición durante los brotes de sarampión y como profilaxis postexposición.

Resumen: revisión sistemática y metanálisis de estudios que incluyen vacunas que contienen virus atenuado del sarampión y su eficacia. Obtienen 56 estudios de cuyo análisis concluyen que la administración de vacuna de virus atenuado del sarampión por debajo de los 9 meses, induce una buena respuesta inmunitaria, si bien, la seroconversión es más probable a más meses tenga el niño. Además la vacuna se muestra segura. Plantea que se cambie la recomendación de vacunar solo por encima de esa edad y proponen que se recomiende la vacunación, independientemente de la edad, en situaciones de alto riesgo.

Resumen: A partir de 13 estudios recuperados en una revisión sistemática analizan la respuesta serológica al sarampión tras la vacuna triple vírica (2 dosis) en pacientes que habían recibido una dosis de vacuna frente antes de los 9 meses de edad. Los resultados muestran alta seropositividad, alta efectividad vacunal y alta respuesta de células T, independientemente de la edad a la que se puso la vacuna anterior a los 9 meses. No obstante, en uno de los estudios la media geométrica de los títulos de anticuerpos fue significativamente más baja en los que habían recibido una dosis previa a los 9 meses de edad. Pero para los autores (y es un estudio financiado por la OMS) los resultados refuerzan la recomendación de utilizar la vacuna frente al sarampión en menores de 9 meses en situaciones de riesgo.

Se analizan las reacciones adversas del VAERS (Vaccine Adverse Event Reporting System) de 7244 reports

CONCLUSIONES:

No se detectaron problemas de seguridad nuevos o inesperados o patrones de notificación de 9vHPV con efectos adversos clínicamente importantes. El perfil de seguridad de 9vHPV es consistente con los datos de los ensayos previos a la licencia y de los datos de seguridad posteriores a la comercialización de su predecesor, la vacuna contra el virus del papiloma humano tetravalente.

Human papillomavirus (HPV) vaccination coverage (48.6% in 2017) in the United States remains far below the Healthy People 2020 goal of 80%, and a 10% difference in coverage between boys (44.3%) and girls (53.1%) has been reported.1 Knowledge of HPV among vaccine-eligible individuals and their parents is critical to vaccine uptake. Furthermore, the recommendation to receive an HPV vaccine from health care professionals can help parents in their decision-making to vaccinate children.2 Therefore, we evaluated the national-level estimates of (1) HPV knowledge and (2) receipt of HPV vaccine recommendation from a health care professional.

Resumen: La eficacia de la vacuna contra el rotavirus es menor y disminuye más rápidamente en entornos de alta mortalidad que en entornos de baja mortalidad, pero la edad más precoz de las formas graves de la enfermedad en entornos de alta mortalidad significa que las vacunas vivas contra el rotavirus oral aún pueden proporcionar beneficios sustanciales.

Introducción
Objetivo principal: describir las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes con EMI. Objetivos secundarios: describir las diferencias entre niños y adultos, factores pronósticos y cambios epidemiológicos en los últimos 14 años.

Métodos: Estudio retrospectivo realizado en un hospital terciario. Se incluyeron los pacientes diagnosticados de EMI entre 2004 y 2017, recogiéndose datos epidemiológicos, clínicos y microbiológicos.

ResultadosFueron diagnosticados 84 pacientes con EMI, 50 (59,5%) niños. Edad mediana en niños 2 años (RIC: 0,7-7,5) y adultos 41,2 años (RIC: 26,4-69,3). Bacteriemia en 47 casos (56%), meningitis en 24 (28,6%) y ambas en 13 (15,5%). Predominio del serogrupo B (MenB), en el 40,5%, seguido del serogrupo C (MenC), en el 15,5%, con mayor proporción de MenC en adultos (26,5 vs. 8%; p=0,022). Disminución en la incidencia de 2004-2010 a 2011-2017, pasando de 3,14 a 1,33 casos/100.000 urgencias en el centro de estudio (p<0,001). El 84% de los niños había recibido≥1 dosis de vacuna frente a MenC, ninguno frente a MenB. Mayor proporción de ingreso en UCI en niños (78 vs. 44,1%; p=0,001). Tendencia a mayor letalidad en adultos (11,8 vs. 2%; p=0,153). La intubación y la trombocitopenia fueron factores de riesgo independientes de desenlace adverso, y la leucopenia y el exantema purpúrico de gravedad.

Conclusiones Se objetivó un descenso en la incidencia de EMI, siendo MenB el mayoritario. El mayor porcentaje de MenC en adultos probablemente esté relacionado con una menor cobertura vacunal. La trombocitopenia, la leucopenia y el exantema purpúrico fueron factores de riesgo relacionados con peor pronóstico.

Kingella kingae fue el patógeno aislado con mayor frecuencia, responsable del 51% de las infecciones osteoarticulares (IOA), mientras que otros patógenos clásicos fueron responsables del 39,7% de los casos en la cohorte molecular. Se observó un aumento estadísticamente significativo en la incidencia media de IOA, así como una disminución en la edad media en el momento del diagnóstico después de 2007.

  • The Volume of Pediatric Blood CultureKusama, Yoshiki; Shime, Nobuaki; Ito, Kenta; Ito, Yusuke; Kasai, Masashi Less . The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):e340-e341, December 2019.

Background

Bloodstream infections (BSIs) are a major cause of morbidity and mortality in paediatric patients. For fast and accurate diagnosis, blood culture (BC) is the reference standard. However, the procedure for blood sampling in paediatric patients, particularly the optimal blood volume, is the subject of controversy stemming from a lack of knowledge of the bacterial load and because of several obstacles such as low intravascular volume and the risk of causing anaemia.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):1163-1167

BACKGROUND: The objective is to compare the prevalence of serious bacterial infection (SBI) and invasive bacterial infection (IBI) in febrile infants <60 days of age and in those between 61 and 90 days.

METHODS: Prospective registry-based cohort study including all the infants ≤90 days with fever without a source evaluated in a pediatric emergency department between 2003 and 2017. We compared the prevalence of SBI and IBI in febrile infants <60 days of age and those between 61 and 90 days.

RESULTS: We included 3,301 infants. Overall, 605 (18.3%) had a SBI (mainly urinary tract infection), of these 81 (2.5%) had an IBI (bacteremia 60, meningitis 12, sepsis 9). The prevalence of SBI in infants >60 days old was 18.5% (95% CI: 16.4-20.7) versus 16.6% (95% CI: 14.7-18.7; n.s.) in those between 29 and 60 days and versus 21.5% (95% CI: 18.6-24.7; n.s.) in those <28 days of age. The prevalence of IBI among infants >60 days old was 1.1% (95% CI: 0.6-2.2) versus 2.3% (95% CI: 1.6-3.3; P < 0.05) in those between 29 and 60 days and 5.1% (95% CI: 3.7-7.0; P < 0.05) in those <28 days of age. The prevalence of IBI in well appearing >60 days was 1.0% (versus 4.5% in those <28 days old, P < 0.01; and 2.0% in those between 29 and 60 days, P = 0.06). All bacterial meningitis, except one, were diagnosed in infants <28 days.

CONCLUSIONS: The prevalence of IBI in febrile infants between 61 and 90 days of age is high enough to support the recommendation for obtaining urine and blood tests in this population.

IMPORTANCE: The neonatal early-onset sepsis (EOS) calculator is a clinical risk stratification tool increasingly used to guide the use of empirical antibiotics for newborns. Evidence on the effectiveness and safety of the EOS calculator is essential to inform clinicians considering implementation.

OBJECTIVE: To assess the association between management of neonatal EOS guided by the neonatal EOS calculator (compared with conventional management strategies) and reduction in antibiotic therapy for newborns.

DATA SOURCES: Electronic searches in MEDLINE, Embase, Web of Science, and Google Scholar were conducted from 2011 (introduction of the EOS calculator model) through January 31, 2019.

STUDY SELECTION: All studies with original data that compared management guided by the EOS calculator with conventional management strategies for allocating antibiotic therapy to newborns suspected to have EOS were included.

DATA EXTRACTION AND SYNTHESIS: Following PRISMA-P guidelines, relevant data were extracted from full-text articles and supplements. CHARMS (Checklist for Critical Appraisal and Data Extraction for Systematic Reviews of Prediction Modeling Studies) and GRADE (Grades of Recommendation, Assessment, Development and Evaluation) tools were used to assess the risk of bias and quality of evidence. Meta-analysis using a random-effects model was conducted for studies with separate cohorts for EOS calculator and conventional management strategies.

MAIN OUTCOMES AND MEASURES: The difference in percentage of newborns treated with empirical antibiotics for suspected or proven EOS between management guided by the EOS calculator and conventional management strategies. Safety-related outcomes involved missed cases of EOS, readmissions, treatment delay, morbidity, and mortality.

RESULTS: Thirteen relevant studies analyzing a total of 175 752 newborns were included. All studies found a substantially lower relative risk (range, 3%-60%) for empirical antibiotic therapy, favoring the EOS calculator. Meta-analysis revealed a relative risk of antibiotic use of 56% (95% CI, 53%-59%) in before-after studies including newborns regardless of exposure to chorioamnionitis. Evidence on safety was limited, but proportions of missed cases of EOS were comparable between management guided by the EOS calculator (5 of 18 [28%]) and conventional management strategies (8 of 28 [29%]) (pooled odds ratio, 0.96; 95% CI, 0.26-3.52; P = .95).

CONCLUSIONS AND RELEVANCE: Use of the neonatal EOS calculator is associated with a substantial reduction in the use of empirical antibiotics for suspected EOS. Available evidence regarding safety of the use of the EOS calculator is limited, but shows no indication of inferiority compared with conventional management strategies.

It has been almost 20 years since the first conjugated pneumococcal vaccine (PCV) was introduced into childhood immunization schedules in the United States. Dramatic reductions in invasive pneumococcal disease (IPD) burden have been reported not only among children targeted for vaccination but also among unvaccinated children and adults in all settings following widespread use of the vaccine. These reductions are associated with reductions in nasopharyngeal colonization by vaccine serotypes and reduced transmission from vaccinated children.1 However, disease is not evenly distributed, and children with underlying clinical conditions are disproportionately represented among cases of IPD, especially among children older than 5 years.

Este articulo muestra los resultados de un Ensayo clínico en Fase III de la vacuna tetravalente contra el dengue ( TAK-003) realizado en regiones de Asia y Sudamérica donde la enfermedad es endémica. Concluye que la vacuna se ha mostrado eficaz en esas circunstancias.

Las infecciones fúngicas invasoras (IFI) constituyen un problema creciente en adultos y niños inmunodeprimidos, acompañándose de una elevada morbimortalidad. El número de niños inmunodeprimidos va en aumento. Los grupos de riesgo de IFI en pediatría incluyen a los grandes prematuros, que se benefician de profilaxis con fluconazol, pacientes hemato-oncológicos sometidos a quimioterapia o trasplante de precursores hematopoyéticos con neutropenias prolongadas, en quienes la profilaxis frente a hongos filamentosos suele recomendarse en situaciones de alto riesgo. En niños sometidos a trasplante de órgano sólido, la profilaxis depende del tipo de trasplante y factores de riesgo asociados. En pacientes con inmunodeficiencias primarias o adquiridas como la infección VIH o tratamiento inmunosupresor prolongado, la profilaxis antifúngica dependerá del tipo de inmunodeficiencia primaria y del grado de inmunosupresión. La enfermedad granulomatosa crónica tiene riesgo particularmente elevado de IFI y requiere siempre profilaxis frente a hongos filamentosos. En cambio, en niños con ingresos prolongados en cuidados intensivos la profilaxis frente a IFI habitualmente no está indicada. El tipo de profilaxis está limitado por la diferente aprobación de antifúngicos a distintas edades. Este documento pretende revisar la información actual disponible respecto a profilaxis antifúngica en niños, con propuesta para la estrategia más apropiada en cada tipo de paciente.

Question What is the frequency of primary immunodeficiency in children with invasive pneumococcal disease since the availability of pneumococcal vaccine?

Findings In this systematic review of 17 studies that included 6022 unique patients with primary invasive pneumococcal disease, children older than 2 years without a known predisposing condition presenting with their first episode of Streptococcus pneumoniae meningitis or pneumonia or recurrent invasive pneumococcal disease had rates of primary immunodeficiency as high as 26%.

Meaning This study’s findings suggest that immune evaluation may need to be considered in all children older than 2 years presenting with invasive pneumococcal disease, including assessment for immunoglobulin deficiency, specific antibody deficiency, complement disorders, and asplenia.

Abstract Importance Despite increasing access to vaccination, invasive pneumococcal disease (IPD) is responsible for approximately 826 000 deaths worldwide in children younger than 5 years each year. To allow early identification and prevention, an improved understanding of risk factors for IPD is needed.

Objectives To review the literature on the prevalence of primary immunodeficiency (PID) in children younger than 18 years presenting with IPD without another predisposing condition and to inform guidelines for immunologic evaluation after the first episode of IPD based on published evidence.

Findings In 6022 unique children with primary IPD, 5 of 393 (1.3%) to 17 of 162 (10.5%) of all children and 14 of 53 (26.4%) of those older than 2 years had a PID identified. Higher rates of PID, up to 10 of 15 (66.7%), were found in children with recurrent IPD. Antibody deficiency was the most common immunodeficiency, followed by complement deficiency, asplenia, and rarer defects in T-cell signaling. The site of infection was a key indicator for the risk of underlying PID, with the greatest risk of PID in children with meningitis or complicated pneumonia.

Conclusions and Relevance Results of this study suggest that invasive pneumococcal disease, and particularly recurrent IPD, is an important marker of underlying PID in children without other risk factors. The findings also suggest that children older than 2 years with pneumococcal meningitis or complicated pneumonia and all children with recurrent IPD should be referred for an immune evaluation.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):1168-1172, December 2019.

OBJECTIVES: To perform a comprehensive description of the epidemiology of Streptococcus pyogenes invasive disease in the pediatric population in 2 regions of Spain (Catalonia and Gipuzkoa) through 12 years.

METHODS: All S. pyogenes isolates causing invasive disease in pediatric patients between 2005 and 2016 were included. The emm-type and the presence of 13 exotoxin genes (speA, speB, speC, speF, speG, speH, speI, speJ, speK, speL, speM, smeZ, ssa and slo) were determined in all 93 available isolates and the Multi Locus Sequece Typing in 10% of isolates of each different emm-type.

RESULTS: Overall, 103 cases of S. pyogenes invasive infections were detected: 77 in Catalonia and 26 in Gipuzkoa, being 50.5% females. The incidence rate per 100,000 children was 2.5 for Gipuzkoa and 2.6 for Catalonia, with no significant temporal trends. The median age was 30 months. The most frequent clinical presentations were: pneumonia (26.2%), bacteremia/sepsis (23.3%), septic arthritis/osteomyelitis (22.3%), cellulitis/mastoiditis (12.6%) and meningitis (6.8%). Eight children developed streptococcal toxic shock syndrome. Nine cases were preceded by varicella infection. The associated mortality rate was 3.9%. Three isolates were resistant to erythromycin, being one of them also resistant to clindamycin and 4 isolates were resistant to levofloxacine. Forteen different emm-types were detected being emm1/ST28 (40.9%) the most frequent clone in both regions followed by emm12/ST36-ST242, emm6/ST382, emm3/ST15, emm75/ST150 and emm4/ST38-39. speA gene was only detected in emm1 and emm3 isolates. Eight exotoxins were enough to assign an emm-type with a very high degree of accuracy (95%). The 30-valent vaccine would include 96.8% of isolates.

To describe the rate and risk factors of deep neck space involvement of Kawasaki disease. Study design We performed a retrospective analysis using the Kids’ Inpatient Database from 2006, 2009, 2012, and 2016. Kawasaki disease and deep neck space involvement cases were identified using International Classification of Diseases codes among children aged <12 years. Demographic and outcome data of Kawasaki disease cases with and without deep neck space involvement were compared.

Results Of 20 787 patients with Kawasaki disease, 0.6% (130 cases) had deep neck space involvement. On multivariable analysis, children aged ≥4 years (OR 8.41; 95% CI 3.79-18.7 in those aged 6-11 years), Asian or Pacific Islanders (OR 3.72; 95% CI 1.90-7.27), non-Hispanic black children (OR 2.39; 95% CI 1.34-4.28), and Northeast hospital region (OR 2.32; 95% CI 1.21-4.46) were associated with deep neck space involvement. Surgical drainage was performed in 21.7% of patients with deep neck space involvement. Deep neck space involvement was associated with longer hospital stay and greater costs.

Conclusions. Approximately 0.6% of patients with Kawasaki disease present with deep neck space involvement in the US. Deep neck space involvement of Kawasaki disease occurs primarily in older (≥4 years old), non-white, non-Hispanic children. Deep neck space involvement is associated with operative procedures for presumed abscess, longer hospital stay, and greater costs. In caring for children with suspected deep neck space abscess, particularly when they are not responding to antibiotics, clinicians should evaluate them for the possibility of Kawasaki disease.

Resumen: la introducción en calendario de la vacuna decavalente neumocócica conjugada en Kenia, acompañada de una campaña de recuperación, dio como resultado una sustancial reducción de enfermedad neumocócica invasiva en niños y adultos sin que se haya detectado remplazamiento significativo de otros neumococos productores de enfermedad invasiva.

Resumen: la disminución rápida de la inmunidad durante los primeros años después de la vacunación por encima de los 9 meses de edad da soporte a una revisión de la recomendación de dosis única para esta población objetivo en países endémicos. La corta duración de la inmunidad en muchos vacunados sugiere que la vacuna de refuerzo es necesaria para alcanzar el umbral de inmunidad de la población del 80% para la prevención de brotes de fiebre amarilla.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):e320-e325, December 2019.

BACKGROUND: The impact of universal 13-valent pneumococcal conjugate vaccine immunization on pediatric empyema rates and pathogens in Australia is not known. We aimed to describe empyema epidemiology, clinical characteristics and treatment during an 8-year period.

METHODS: A retrospective study between 2011 and 2018 of empyema cases admitted to a large pediatric referral hospital, for management with either pleural drainage and fibrinolytics or surgical intervention.

RESULTS: There were 195 cases in 8 years. Empyema incidence and ICU admission rates significantly increased during the study with a peak incidence of 7.1/1000 medical admissions in 2016 (χ for trend of incidence 37.8, P < 0.001 and for ICU admissions 15.3, P < 0.001). S. pneumoniae was the most common pathogen (75/195, 39%) with serotype 3 the most detected (27/75: 27%). S. pyogenes compared with S. pneumoniae had significantly fewer days of fever before admission (3.9 vs. 6.4, mean difference 2.4, 95% CI: 0.84-4.08, P = 0.003) and higher proportion requiring direct ICU admission (6/75; 8% vs. 7/15; 47%, P < 0.001). Compared with S. pneumoniae, cases with no pathogen detected by culture or PCR had fewer days of fever post intervention (4.4 vs. 7.4 days, mean difference 2.7 days, P = 0.002). S. aureus occurred more commonly in infants (10/25; 40% vs. 1/75; 1%, P < 0.001) and children of indigenous background (5/25; 20% vs. 1/75; 1%, P < 0.001) compared with S. pneumoniae.

CONCLUSIONS: We report increasing rates of pediatric empyema with higher proportions requiring ICU treatment. The most common pathogens detected were S. pneumoniae, S. aureus and S. pyogenes. Despite high 13-valent pneumococcal conjugate vaccine coverage, serotype 3 was the most common S. pneumoniae serotype identified.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(12):1208-1213, Abstract

BACKGROUND: Several studies have shown an increasing trend in pediatric Clostridium difficile infection (CDI). However, the Public Health Agency in Sweden reports a decreasing incidence of CDI in the Swedish population since 2007. The main aim of this study is to analyze the epidemiology of CDI in children.

METHODS: Retrospective chart-review of patients 1 to <19 years old, positive for Clostridium difficile toxin B, tested at Karolinska University Hospital Units, over the time period from July 1, 2010 to June 30, 2018. Episodes were classified as recurrences (≥2 weeks, ≤8 weeks from previous episode) or new episodes (>8 weeks from previous episode). New episodes were classified as hospital- (HA-CDI) or community-associated (CA-CDI). Annual infection rates/100,000 children in the catchment area were calculated.

RESULTS: Three hundred twenty-eight positive tests in 206 patients were included of which 259 (79.0%) tests were new episodes and 69 (21.0%) recurrences. In 63/206 (30.6%) children, >1 episode of CDI was recorded. The mean infection rate was 8.5/100,000 children. There was an overall increasing trend in CDI-rate July 2010-June 2018, however not statistically significant (P = 0.061) nor for the incidence in HA-CDI (P = 0.720) or CA-CDI (P = 0.179). Underlying medical conditions were present in 226/259 (87.3%) new episodes of which the most common was malignancy. Of the new episodes, 188/259 (72.6%) were HA-CDI and 46/259 (17.8%) were CA-CDI.

CONCLUSIONS: There was an increasing trend in CDI in children in Sweden from 2010 to 2018, although not statistically significant. CDI was associated with comorbid conditions and repeated episodes were common.

Actualidad bibliográfica octubre 2019

TOP TEN

Streptococcus pneumoniae is the leading cause of bacterial infections in children, including meningitis, bacteremia, bacteremic pneumonia, empyema, and mucosal infections such as otitis media and non-bacteremic pneumonia. After the implementation of pneumococcal conjugate vaccines (PCVs), worldwide, the burden of invasive pneumococcal diseases (IPDs) and non-invasive pneumococcal diseases due to vaccine serotypes (VTs) greatly decreased in children.1 However, since 2015, several European countries have reported an increased incidence of IPDs due to non-vaccine serotypes (NVTs), which seemed variable across countries in terms of magnitude, serotypes involved, and clinical entities.1, 2, 3, 4 This led to questions regarding the long-term benefit of PCVs.

This commentary presents an overview of serotype replacement in pneumococcal carriage and diseases in Europe, with a focus on IPDs. The aim is to raise awareness among pediatricians and healthcare professionals of the potential factors involved in the phenomenon of serotype replacement diversity after PCV implementation. In addition, we analyze the potential factors involved in this phenomenon. We selected European observational studies assessing the impact of PCV10 and PCV13 beyond 5 years after their implementation at the population level in children. We reviewed the literature in MEDLINE via PubMed, with no time or language restriction (last search June 30, 2019). The search algorithm was based on a combination of terms related to “13-or 10-valent PCV,” “pneumococcal diseases or pneumococcal carriage,” and “impact/effect/change.” We completed this search by screening the reference lists of the selected articles.

In the 2017 annual report of the European Centre for Disease Prevention and Control,8 based on data from 29 European countries, when summarizing serotypes implicated in IPD in children <5 years old, serotype 24F ranked first (10.6% of cases), followed by serotypes 3 (8.5%), 12F (7.8%), 19A (7.2%), and 10A (6.9%).8

The frequency of pneumonia greatly decreased but not that of meningitis or bacteremia without source.9 Finally, the incidence of noninvasive pneumonia and otitis media seems not affected by the serotype replacement.19,20

Estudio aleatorizado controlado de no inferioridad, en 17 centros de atención primaria de salud en Suecia, entre septiembre de 2015 y febrero de 2018. Participaban pacientes de 6 o más años con faringoamigdalitis causada por SBHGA (cumplían tres o cuatro criterios de Centor y una prueba rápida de detección de antígeno positiva para el estreptococo del grupo A.). El objetivo era determinar si la exposición total a la penicilina V puede reducirse mientras se mantiene una eficacia clínica adecuada.

Intervenciones: Penicilina V 800 mg cuatro veces al día durante cinco días (total 16 g) en comparación con la dosis actual recomendada de 1000 mg tres veces al día durante 10 días (total 30 g).

Principales medidas de resultado: El resultado principal fue la curación clínica de cinco a siete días después del final del tratamiento con antibióticos. Los resultados secundarios fueron la erradicación bacteriológica, el tiempo de alivio de los síntomas, la frecuencia de recaídas un mes después del primer diagnóstico, la frecuencia de complicaciones y de faringoamigdalitis nuevas durante el período de estudio.

Conclusiones: La penicilina V cuatro veces al día durante cinco días no fue inferior en el resultado clínico a la penicilina V tres veces al día durante 10 días en pacientes con faringoamigdalitis causada por SBHGA. El número de recaídas y complicaciones no fue diferente entre los dos grupos de intervención. El tratamiento de cinco días con penicilina V cuatro veces al día podría ser una alternativa al régimen de 10 días actualmente recomendado. OK, aunque el tratamiento recomendado no son 1000 mg 3 veces al día, si no una vez al día… Me parecen dosis altísimas, tanto la que se estudia como con la que se compara… Me llama la atención que la tasa de algunos efectos secundarios, los más frecuentes, sea más baja con la tasa de 5 días. Aunque no pone si las diferencias son significativas.

CASOS CLÍNICOS

Niña de 9 años con fiebre leve durante cuatro días y erupción cutánea durante dos días. Presenta disminución de los recuentos de glóbulos blancos, plaquetas y reticulocitos. En la reacción en cadena de la polimerasa cuantitativa en suero para el ADN del parvovirus B19 mostró 10 6 copias / ml (rango de referencia: <100).

La erupción petequial localizada, como por ej. distribución en traje de baño (figura) o el síndrome purpúrico-papular en guante y calcetín, puede ocurrir durante la fase inicial de la viremia, pero es inusual.

Es prioritario descartar la enfermedad meningocócica.

La manifestación más típica del parvovirus B19 (erupción en forma de “mejilla abofeteada”) generalmente aparece después de la fase inicial de viremia.

A 4-year-old previously healthy boy presented to the emergency department for evaluation of 5 days of fever and 6 days of diffuse pustular rash. Three days prior, he had been evaluated by his pediatrician and started on azithromycin for streptococcal infection, diagnosed by positive rapid streptococcal testing. Dermatology was consulted to evaluate for possible acute generalized exanthematous pustulosis (AGEP).

On examination, the patient was febrile (temperature 40.1°C). He had pustules diffusely distributed on his trunk and extremities, with confluence of lesions in the groin (Figure 1, A and B). His hands and feet were edematous, and palms and soles were erythematous. He had dry fissured lips, red strawberry tongue (Figure 2; available at www.jpeds.com), limbal-sparing nonexudative conjunctival injection, and cervical and inguinal lymphadenopathy. Laboratory results demonstrated sterile pyuria, normocytic anemia, hyponatremia, and elevated inflammatory markers. Based on the clinical and laboratory findings, Kawasaki disease was diagnosed. Echocardiogram revealed no structural abnormalities and normal coronary arteries. He was treated with intravenous immunoglobulin 2 g per kg and aspirin. Within 1 day of receiving intravenous immunoglobulin, his conjunctivitis resolved, and his rash improved with subsequent desquamation of involved areas. His fevers resolved over 48 hours, inflammatory markers trended downward, and he was discharged on hospital day 3. His rash had completely resolved at a 10-day follow-up visit. Repeat echocardiograms 10 days and 6 weeks later remained normal.

A 3-year-old boy presented to the emergency department with a 5-day history of a progressive painful swelling to his scalp. He had recently returned to Australia following a 3-month vacation in East Africa. He was systemically well, with no previous medical history of note. Just before presentation, apparent movement had been noted at the punctum of the lesion, and a single larva had been expressed and removed by the patient’s mother.

Examination revealed a 10-mm-wide, nonfluctuant furuncular swelling overlying the occiput with a 5-mm-wide crusted punctum (Figure 1). There were no other cutaneous lesions, and the remainder of the examination was unremarkable. The larva (Figure 2), brought in by the patient’s mother, was 18 mm long and still motile (Video; available at www.jpeds.com).

The larva was identified as that of the Tumbu fly (Cordylobia anthropophaga. C. anthropophaga is a common cause of furuncular myiasis in sub-Saharan Africa.1 .

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(10):e277-e278

We read the article by Gordon et al1 regarding the clinical presentation of Pediatric Mycoplasma pneumoniae infections. In their article, the authors stated that fever accompanied 33.4% of patients, and duration of symptoms was between 3 and 9 days. Different than these findings herein 4 cases of M. pneumoniae with community-associated pneumonia presenting with fever without a focus are presented.

Four cases of mycoplasma, between 4 and 17 years of age were admitted with prolonged fever and rash to our centers. The duration of fever was 8–28 days before onset of pneumonia. Signs of pneumonia (like dyspnea or retraction, rales on physical examination) and pneumonic infiltration on chest radiograph were not present at admission and all occurred after prolonged fever.

Nasopharyngeal viral multiplex polymerase chain reaction was negative but mycoplasma polymerase chain reaction was positive for all 4 patients and they all responded well to macrolide therapy. Fever was the first resolving symptom and dropped off in 24 hours of treatment.

Gordon et al also reported that children older than 6 years were more likely to have chest radiograph–confirmed pneumonia, while younger children were more likely to have other respiratory manifestations. But it should be kept in mind that radiologic or physical findings might be absent and prolonged fever could be the only symptom at admission likewise in our patients.

Signs and symptoms of M. pneumoniae infections are not unique,

From July 2009 to July 2015, Staphylococcus aureus isolated from pediatric sterile sites were selected from inpatients at the Santa Casa São Paulo Hospital, in Brazil. Polymerase chain reaction was used to detect mecA and lukS-PV/lukF-PV genes. The rate of methicillin-resistant Staphylococcus aureus was 37.7%. Ten isolates had the lukS-PV/lukF-PV genes, 2 of which were methicillin-resistant Staphylococcus aureus. Skin and soft tissues infections were significantly associated with lukS-PV/lukF-PV positive isolates, P = 0.008.

Niña, 2 años, consulta por tumoración preauricular derecha. Correctamente vacunada y sin antecedentes de interés. Los progenitores son procedentes de Ecuador; el padre tuvo tuberculosis pulmonar tratada correctamente hace 10 anos. EF :masa a nivel de parótida de 0,5 cm, blanda, dolorosa y picos febriles al inicio del cuadro. Se orienta como parotiditis vírica. Serologías negativas. Se prescriben antiinflamatorios durante una semana. Presenta empeoramiento tras 20 días de su inicio. Ecografía imagen polilobulada de 25 mm en la parótida derecha y adenopatías laterocervicales y mastoideas sugestivas de proceso inflamatorio abscesificado. Se inicia amoxicilina clavulánico sin respuesta a los 7 días ampliándose estudio. El Mantoux fue positivo (12 mm). Se realiza Quantiferon que resulta negativo. Se practica PAAF con cultivo positivo para Mycobacterium malmoense. Se inicia isoniacida, rifampicina, etambutol y claritromicina. La lesión se confirma por resonancia magnética y . Se drena. Tras 9 meses de tratamiento la lesión se mantiene estable, realizándose exéresis quirúrgica . En ninos, la adenitis cervical es la afectación más frecuente de la infección por micobacterias no tuberculosas (MNT) y afecta a menores de 5 anos sin comorbilidad. El compromiso de la glándula parótida es infrecuente. Mycobacterium avium-intracellulare complex es el patógeno más prevalente. En el norte de Europa M. malmoense es una de las MNT de mayor incidencia. El mecanismo de transmisión por MNT es aún incierto. Suelen ser lesiones unilaterales, indoloras, con evolución subaguda, tendencia a la cronicidad, aumento progresivo de tamaño y formación de fístulas, aunque pueden resolverse espontáneamente1-3,8. DX diferencial: adenitis bacteriana, tuberculosa, y en menor frecuencia con tumores parotídeos. La confirmación diagnóstica se obtiene mediante aislamiento microbiológico a partir de muestras de PAAF o exéresis quirúrgica. La ecografía es la prueba de elección; la TAC y la RMN están indicadas previas a la cirugía.m

EL Mantoux es positivo en 30 -60% de ninos, siendo poco útil para establecer el diagnóstico diferencial con Mycobacterium tuberculosis. Sin embargo, las pruebas de mediciónde interferón gamma inducido (IGRA) son típicamente negativas, La identificación de MNT mediante técnicas de diagnóstico molecular permite el aislamiento rápido del patógeno, con una sensibilidad de hasta ≥ 90%. El tratamiento es controvertido. Se recomienda farmacoterapia combinada para evitar resistencias, incluyendo un macrólido asociado a rifabutina, fluoroquinolonas o etambutol, durante un mínimo de 6 meses. La intervención quirúrgica, en algunos estudios considerada de elección, no está exenta de complicaciones: sobreinfecciones de la herida quirúrgica y lesiones neurovasculares, como parálisis del nervio facial.

Niño de 2 meses , prematuro 26 + 5 semanas (35 semanas corregidas) y 757 g. Presentaba distrés respiratorio y posible hemorragia intraventricular derecha junto con un ductus arterioso persistente, cerrado mediante cirugía. Ante un empeoramiento de su estado clínico, se enviaron al servicio de microbiología muestras de piel de pericatéter y 2 hemocultivos seriados. Los datos analíticos más importantes fueron: PCR 24,9 mg/l, Hb 8,7 g/dl, neutrófilos 9,22 × 103/l, hematocrito 29,5%, plaquetas 75 × 103/l. El primer hemocultivo extraído a través de la vena periférica fue positivo a las 23 h de incubación y el segundo a las 17 h. El microorganismo fue identificado como Herbaspirillum huttiense mediante espectrometría de masas. El aislado resultó resistente a colistina y amikacina, pero sensible a trimetoprim-sulfametoxazol , meropenem , ceftazidima, levofloxacina y minociclina.. Tras el informe se decidió cambiar el tratamiento de ceftriaxona a cefotaxima y posteriormente a meropenem. Tanto los hemocultivos de control y el cultivo de posteriores fueron estériles.

Mycoplasma pneumoniae pneumonia is prevalent in children and can be followed by upper airway carriage for months. Treatment of M pneumoniae pneumonia with macrolides is widespread and can lead to the development of macrolide resistance. The clinical consequences of chronic M pneumoniae carriage are unknown. In this article, we describe a child with acute lymphoblastic leukemia who developed macrolide-susceptible M pneumoniae pneumonia confirmed by nasopharyngeal secretions polymerase chain reaction and culture with good response to azithromycin. Five months later, the patient developed another M pneumoniae pneumonia that was diagnosed with positive macrolide-resistant M pneumoniae polymerase chain reaction and culture from the bronchoalveolar lavage.

Congenital syphilis (CS) is a preventable infection, yet the incidence has surged to the highest rates in 20 years. Because 50% of live-born infants with CS are asymptomatic at birth, there is an increasing likelihood that pediatric providers will encounter older infants whose diagnoses were missed at birth, emphasizing the importance of timely prenatal screening and treatment. We present one such case of an infant admitted twice at 3 and 4 months of age with long bone fractures and suspected nonaccidental trauma. On her second presentation, several additional symptoms prompted evaluation for and eventual diagnosis of CS. In this case, it is demonstrated that an isolated long bone fracture can be a first presentation of CS, with other classic findings possibly appearing later. Pediatric providers should be familiar with the varied presentations of CS in older children, including the radiographic findings that we describe. The rising rates of CS reveal deficiencies in our current strategy to prevent CS and, thus, we recommend reconsideration of universal syphilis screening in the third trimester and at delivery, with timely treatment to prevent CS during pregnancy.

PARA AMPLI​AR

Describir las características epidemiológicas de un importante brote de tuberculosis en el ámbito universitario y los principales factores de riesgo asociados.

Método

Se realizó un análisis descriptivo de los datos recogidos de las personas enfermas y de los contactos. Para el estudio de contactos se siguieron las pautas establecidas en el Programa de Tuberculosis de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Seis de las cepas del brote fueron enviadas al Centro Nacional de Microbiología para su tipado molecular.

Resultados

El número total de casos del brote fue de 11. La tasa de infección tuberculosa en el aula del caso índice, incluidas las personas enfermas, fue del 88,1% (59 infectados y solo 8 no infectados). La demora diagnóstica del caso índice fue de 260 días, y en los otros 8 casos sintomáticos osciló entre 10 y 70 días. El patrón obtenido por las 2técnicas de genotipado fue idéntico en las 6 cepas estudiadas.

Conclusiones

La gran demora diagnóstica del caso índice auténtico, que se diagnosticó en el estudio de contactos, y las malas condiciones de ventilación del aula determinaron el alto número de casos secundarios asociados a este brote.

El propósito de este estudio fue evaluar las características demográficas y clínicas de los niños con neumonía adquirida en la comunidad (NAC) por Mycoplasma pneumoniae (Mp) como única bacteria (Mp mono-detección) y Mp en co-detección (virus, bacterias: Streptococcus pneumoniae, Hemophilus influenzae, Staphylococcus aureus)

Los resultados fueron: En el 38.18% presentaban una co-detección con al menos otro patógeno. La detección conjunta fue más común entre los niños de ≤3 años. No se encontraron diferencias significativas en la mayoría de los síntomas clínicos, complicaciones, afecciones subyacentes y parámetros de gravedad de la enfermedad entre los grupos etiológicos, con las siguientes excepciones. Primero, la duración prolongada de la fiebre, la falta de apetito y el goteo nasal fueron más frecuentes entre los niños con NAC y la detección conjunta de metaneumovirus. En segundo lugar, los pacientes con co-detección con virus (excluyendo rinovirus) tenían más probabilidades de presentar fiebre prolongada. En tercer lugar, los

pacientes con co-detección de MP-bacterias tenían más probabilidades de tener alteración de los gases sanguíneos. Además, los niños con NAC y co-detección Mp-rinovirus tenían significativamente más probabilidades de presentar secreción nasal severa en comparación con aquellos con monodetección por Mp

Conclusión: La detección conjunta de Mp con patógenos virales y / o bacterianos es común en la práctica clínica. Sin embargo, no hay diferencias aparentes entre la monodetección de Mp y las codetecciones de Mp en términos de características clínicas y gravedad de la enfermedad.

. Actualmente, en niños hospitalizados con neumonía adquirida en la comunidad (NAC), Staphylococcus aureus es el agente etiológico del 1% de los casos y del 15% de las NAC típicas bacterianas. Además, se ha evidenciado un incremento progresivo en la proporción de cepas de S. aureus resistentes a meticilina (SARM). Estos aislamientos se caracterizan por tener una alta virulencia, al producir con más frecuencia leucocidina de Panton-Valentine (LPV) siendo las neumonías por SARM más frecuentes en niños de menor edad, especialmente en lactantes. Se ha realizado una revisión retrospectiva de los niños menores de 2 años ingresados en nuestro hospital por NAC por SARM en los últimos 5 años (2013-2017). Se identificaron 3 casos, todos menores de 6 meses y nacidos en España de familias inmigrantes. Los 3 desarrollaron neumonías graves, asociadas a derrame pleural y necrosis parenquimatosa con empeoramiento clínico con el tratamiento antibiótico habitual. Todos los aislamientos fueron sensibles in vitro a clindamicina y trimetoprim-sulfametoxazol. Tras conocer el resultado del cultivo, se modificó la pauta antibiótica a linezolid en 2 casos, manteniendo vancomicina en el otro, pero que se tuvo que sustituir después por linezolid por mala evolución.

La resistencia a meticilina en S. aureus adquirido en la comunidad en niños suponen entre un 5 y un 10% de los aislamientos de S. aureus comunitarios en niños 5. La mayoría de los casos comunicados son infecciones de piel y partes blandas5. Las NAC por S. aureus destacan por presentar alta mortalidad (1-5%)6 y mayor riesgo de necrosis pulmonar y desarrollo de abscesos. Las neumonías por SARM presentan con frecuencia consolidación unilateral, neumatoceles y derrame pleural, y son más frecuentes en lactantes pequeños. El estado de portador de SARM incrementa hasta 6 veces el riesgo de neumonía por esta cepa3, siendo la transmisión intrafamiliar muy alta. La colonización en España es más frecuente en la población inmigrante, especialmente procedente de Sudamérica. Existe actualmente un amplio debate sobre la necesidad de descolonización en niños y sus convivientes. Parece prudente llevarlo a cabo en niños que presenten factores de riesgo, como grandes prematuros, inmunodeprimidos o pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos, así como en sus familiares. La Academia Americana de Pediatría recomienda el uso de vancomicina o clindamicina en el caso de neumonías con sospecha de SARM. Linezolid es una excelente alternativa, aunque el uso de linezolid en pediatría es off-label.

En conclusión, debe sospecharse SARM como agente causal de las NAC con empeoramiento clínico y radiológico progresivo (necrosis y derrame pleural) a pesar del tratamiento antibiótico empírico convencional, especialmente en lactantes hijos de familias inmigrantes. Linezolid constituye una buena alternativa a vancomicina en estos pacientes.

Background: The use of bacterial multiplex polymerase chain reaction (PCR) in children with suspected pertussis sometimes yields unexpected positive results for Mycoplasma pneumoniae. We aimed to evaluate the clinical significance of positive M. pneumoniae results in this population.

Methods: Retrospective cohort of consecutive patients with suspected pertussis tested with a bacterial multiplex PCR (including Bordetella pertussis and M. pneumoniae) between June 2015 and March 2017. Medical records were reviewed to compare demographics, clinical presentations and outcomes of patients positive for M. pneumoniae with those positive for B. pertussis and those with negative results, using multivariable logistic regression.

Results: A total of 1244 patients were included as follows: 56 (4.5%) with M. pneumoniae, 116 (9.3%) with B. pertussis and 1029 (82.7%) with negative results. Mean age was respectively 4.8 years, 6.5 years and 2.8 years (P < 0.05). Children with M. pneumoniae were less likely to present with cardinal symptoms of pertussis such as paroxysmal cough [adjusted odds ratio (OR): 0.19, 95% confidence interval (CI): 0.08–0.40) but were more likely to have fever (adjusted OR: 10.53, 95% CI: 3.54–39.49) and other nonspecific respiratory symptoms compared with children with B. pertussis. Children with M. pneumoniae had very similar clinical presentations to those with a negative PCR, but were more likely to have radiologically confirmed pneumonia (adjusted OR: 5.48, 95% CI: 2.96–9.99) and were less likely to be diagnosed with a concomitant viral infection (adjusted OR: 0.32, 95% CI: 0.07–0.99).

Conclusions: In children with suspected pertussis, the detection of M. pneumoniae is clinically relevant. However, the impact of this finding on patients’ outcome is still unclear.

Background: Intestinal parasitic infections (IPIs) represent one of the leading causes of morbidity in the world. Children involved in international adoptions constitute a special group of subjects with specific problems and specific healthcare needs. Nevertheless, in current literature there are insufficient data on IPI in this subset of children. This study aims to evaluate the prevalence of IPI in a cohort of internationally adopted children and to investigate epidemiologic factors and clinical features related to IPIs.

Methods: A retrospective study involving internationally adopted children <18 years old for which results from 3 fecal parasitologic tests were available, evaluated between September 1, 2008 and April 31, 2018 at a tertiary level university hospital in Rome. Univariate and multivariate logistic regression analyses were carried out to identify demographic factors and clinical features associated with IPIs. Two comparisons were performed, the first one according to the positivity of the parasitologic examination of the feces and the second one according to the pathogenicity of the identified strains.

Results: Of 584 children evaluated, 346 (59.3%) had a positive parasitologic examination (143 pathogenic parasites and 203 nonpathogenic parasites) and 238 (40.8%) had a negative parasitologic examination. About 28.9% of children were positive for 2 or more parasites. A statistically significant positive association was found between IPIs and age, macroarea of origin (Africa and Latin America), living in institutions before adoption and vitamin D deficiency (P < 0.05).

Conclusions: Intestinal parasites represent a widespread infection among internationally adopted children, especially in school-age children and those from Latin America and Africa. Importantly, the parasites found in adopted children were not pathogenic in most cases and did not cause significant alterations in growth, major micronutrient deficits or malnutrition.

The aim of this Cochrane Review was to assess the impact of improved disposal of child faeces on diarrhoea and soil-transmitted helminth (STH) infection. We collected and analysed all relevant studies and found 63 studies covering over 222,800 participants.

Evidence suggests that the safe disposal of child faeces may be effective in preventing diarrhoea. However, the evidence is limited and of low certainty. The limited research on STH infections provides only low and very-low certainty evidence around effects, which means there is currently no reliable evidence that interventions to improve safe disposal of child faeces are effective in preventing such STH infections.

While child faeces may represent a source of exposure to young children, interventions generally only address it as part of a broader sanitation initiative. There is a need for RCTs and other rigorous studies to assess the effectiveness and sustainability of different hardware and software interventions to improve the safe disposal of faeces of children of different age groups.

Public health programmes to regularly treat all children with deworming drugs do not appear to improve height, haemoglobin, cognition, school performance, or mortality. We do not know if there is an effect on school attendance, since the evidence is inconsistent and at risk of bias, and there is insufficient data on physical fitness. Studies conducted in two settings over 20 years ago showed large effects on weight gain, but this is not a finding in more recent, larger studies. We would caution against selecting only the evidence from these older studies as a rationale for contemporary mass treatment programmes as this ignores the recent studies that have not shown benefit.

The conclusions of the 2015 edition have not changed in this update.

BACKGROUND: Although pharyngitis is common, group A Streptococcus is an uncommon etiology, and sequelae are rare in patients <3 years old. Inappropriate testing leads to increased cost of health care and unnecessary exposure to antibiotics. Rapid streptococcal tests (RSTs) for group A Streptococcus pharyngitis are not routinely indicated in this age group. At our urban, tertiary pediatric emergency department (ED), on average, 20 RSTs were performed each month for patients <3 years of age. Our objective was to reduce RSTs in the ED in patients aged <3 years by 50% in 18 months.

METHODS: We initiated this project in October 2016 at an urban, tertiary pediatric ED. We surveyed pertinent multidisciplinary stakeholders to identify factors leading to RSTs in children <3 years of age. We conducted multiple interventions and collected weekly data on the number of RSTs in children aged <3 years (outcome measure) and the number of family complaints and return visits for complications of pharyngitis (balancing measure). We used statistical process control for analysis.

RESULTS: The mean number of RSTs ordered per month in patients aged <3 years declined by 52% in 10 months. The majority of tests during the study phase were ordered by nurse practitioners (62%) for patients aged 25 to 36 months (66%). There has been 1 family grievance and no patient complications attributable to the project.

CONCLUSIONS: Our interventions led to a successful and sustained reduction of RSTs in patients aged <3 years. A local clinical practice guideline was developed, and the project was expanded to other acute care settings.

El incremento en las infecciones de transmisión sexual por Chlamydia trachomatis, incluyendo el linfogranuloma venéreo, y Mycoplasma genitalium registrado en la última década plantea nuevos retos para mejorar su control y reforzar su prevención. El diagnóstico clínico habitual (uretritis/cervicitis) debe completarse con una búsqueda activa de la infección en varones con disuria o proctitis, mujeres con enfermedad inflamatoria pélvica y contactos asintomáticos. El diagnóstico microbiológico debe basarse en técnicas moleculares, capaces de detectar Chlamydia trachomatis (diferenciando el genotipo L para linfogranuloma venéreo) y Mycoplasma genitalium (incluyendo idealmente la detección de cepas resistentes a macrólidos). Un diagnóstico más rápido y específico permitirá un tratamiento dirigido con la pauta antibiótica idónea. El manejo de estas infecciones de transmisión sexual debe incluir un estudio de los contactos sexuales y en ocasiones un test de cura. Finalmente, deben ser valorados los cribados de infección en grupos de población con mayor prevalencia.

A bronchiectasis exacerbation is defined by the British Thoracic Society (BTS) guidelines as an acute deterioration in the nature of the cough with increased sputum volume, purulence and viscosity. There may be breathlessness, wheeze and systemic symptoms.1 It is felt important to treat exacerbations due to concerns they may contribute to overall lung function decline which is related to overall prognosis.2 In the absence of culture results broad-spectrum antibiotics are used, with amoxicillin as first-line antibiotic for bronchiectasis exacerbations.1 The National Institute for Health and Care Excellence (NICE) guidelines also suggest amoxicillin, clarithromycin and doxycycline as first-line antibiotics for treatment of an acute exacerbation, with co-amoxiclav suggested as an alternative and ciprofloxacin only on specialist …

Pediatrics, Oct 2019, 144 (4) e20190543

BACKGROUND: Children with neurologic impairment (NI) face high risk of recurrent severe pneumonia, with prevention strategies of unknown effectiveness. We evaluated the comparative effectiveness of secondary prevention strategies for severe pneumonia in children with NI.

METHODS: We included children enrolled in California Children’s Services between July 1, 2009, and June 30, 2014, with NI and 1 pneumonia hospitalization. We examined associations between subsequent pneumonia hospitalization and expert-recommended prevention strategies: dental care, oral secretion management, gastric acid suppression, gastrostomy tube placement, chest physiotherapy, outpatient antibiotics before index hospitalization, and clinic visit before or after index hospitalization. We used a 1:2 propensity score matched model to adjust for covariates, including sociodemographics, medical complexity, and severity of index hospitalization.

RESULTS: Among 3632 children with NI and index pneumonia hospitalization, 1362 (37.5%) had subsequent pneumonia hospitalization. Only dental care was associated with decreased risk of subsequent pneumonia hospitalization (adjusted odds ratio [aOR]: 0.64; 95% confidence interval [CI]: 0.49–0.85). Exposures associated with increased risk included gastrostomy tube placement (aOR: 2.15; 95% CI: 1.63–2.85), chest physiotherapy (aOR: 2.03; 95% CI: 1.29–3.20), outpatient antibiotics before hospitalization (aOR: 1.42; 95% CI: 1.06–1.92), clinic visit before (aOR: 1.30; 95% CI: 1.11–1.52), and after index hospitalization (aOR: 1.72; 95% CI: 1.35–2.20).

CONCLUSIONS: Dental care was associated with decreased recurrence of severe pneumonia. Several strategies, including gastrostomy tube placement, were associated with increased recurrence, possibly due to unresolved confounding by indication. Our results support a clinical trial of dental care to prevent severe pneumonia in children with NI.

Pediatrics, Oct 2019, 144 (4) e20190348

OBJECTIVES: We assessed racial differences in sepsis recognition in a pediatric emergency department (ED) with an established electronic sepsis alert system.

METHODS: Quality-improvement data from June 1, 2016 to May 31, 2017 was used in this retrospective cohort study. All ED visits were included for non-Hispanic black (NHB) and non-Hispanic white (NHW) patients. The sepsis pathway was activated through the alert, 2 stages and a huddle, or outside of the alert using clinician judgment alone. We evaluated racial differences in the frequency of alerts and sepsis pathway activation within and outside of the alert. Multivariable regression adjusted for high-risk condition, sex, age, and insurance.

RESULTS: There were 97 338 ED visits: 56 863 (58.4%) and 23 008 (23.6%) from NHBs and NHWs, respectively. NHWs were more likely than NHBs to have a positive second alert (adjusted odds ratio [aOR] 2.4; 95% confidence interval [CI] 2.1–2.8). NHWs were more likely than NHBs to have the sepsis pathway activated (aOR 1.4; 95% CI 1.02–2.1). Of those treated within the alert, there was no difference in pathway activation (aOR 0.93; 95% CI 0.62–1.4). Of those recognized by clinicians when the alert did not fire, NHWs were more likely than NHBs to be treated (aOR 3.4; 95% CI 1.8–6.4).

CONCLUSIONS: NHWs were more likely than NHBs to be treated for sepsis, although this difference was specifically identified in the subset of patients treated for sepsis outside of the alert. This suggests that an electronic alert reduces racial differences compared with clinician judgment alone.

Las enfermedades exantemáticas suelen tener un patrón definido típico que facilita el diagnóstico clínico, aunque ocasionalmente surgen dudas por similitud de patologías y es preciso conocer el agente etiológico. La enfermedad boca mano pie siempre ha sido una de las patologías sencillas de reconocer por su clásica afectación cutánea y mucosa; sin embargo, en los últimos años se ha visto un viraje en la distribución, extensión y morfología de las lesiones, que le otorgan gran capacidad de simulación. En los casos donde la clínica es atípica, y un erróneo etiquetado diagnóstico puede privar a un paciente de la vacunación frente a la varicela, la serología puede ser de utilidad. Presentamos un caso de enfermedad boca-mano-pie atípico en un paciente sin dermopatía previa con lesiones de gran extensión (patrón en cielo estrellado), lo que generó dudas acerca del diagnóstico.

Las infecciones por adenovirus humano se producen especialmente en niños menores de cinco años, se propagan fácilmente y, en algunos casos, son muy contagiosas. La mayoría de las infecciones son autolimitadas, de tipo respiratorio y gastrointestinal, y muchas veces son difíciles de diferenciar de las ocasionadas por otros virus. Excepcionalmente se confunden clínicamente con otros procesos graves, tal como ocurrió en los dos casos que presentamos. En los últimos años, la PCR se ha convertido en el método diagnóstico de elección, debido a su rapidez y alta sensibilidad y especificidad para la detección de AdvH Sería deseable optimizar los métodos diagnósticos para abordar con más precisión estas infecciones y que nos permitan alejarnos de la incertidumbre.

El síndrome de Lemierre es una patología poco frecuente y potencialmente letal, que se origina como complicación de una infección localizada a nivel de cabeza y cuello que se extiende al espacio carotídeo. Se asocia a tromboflebitis séptica de la vena yugular interna y con frecuencia produce embolias sépticas a distancia. Se presenta generalmente como un cuadro de fiebre y odinofagia de varios días de evolución tras el antecedente de una infección orofaríngea aparentemente resuelta. Otros focos infecciosos menos frecuentes pueden corresponder a mastoiditis, sinusitis u otitis media aguda. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y apoyado en las pruebas de imagen, como la ecografía Doppler y la tomografía computarizada cervical con contraste. El tratamiento consiste en antibioterapia prolongada con adecuada cobertura para anaerobios, especialmente Fusobacterium necrophorum, el patógeno más frecuente. El papel de la anticoagulación en el síndrome de Lemierre es controvertido. Se presenta un caso de síndrome de Lemierre secundario a una otitis media aguda.

Archivist was reminded of acute flaccid myelitis (AFM) when he was involved with a few cases following an enterovirus D68 mini outbreak a few years ago. It is a rare diagnosis in UK. Part of the role of the general paediatrician is to be aware of these rarities and diagnose promptly. In a small case series, reported by Matesanz S et al . [J Pediatr 2019 Aug 8. pii: S0022-3476(19)30849-2. doi: 10.1016/j.jpeds.2019.07.015] the diagnostic features were highlighted. Acute flaccid myelitis (AFM) is defined as the acute onset of focal limb weakness with corresponding spinal cord grey matter-specific …

Globally, it is estimated that respiratory syncytial virus (RSV) causes 33 million new episodes of acute lower respiratory tract infection (LRTI) in children <5 years of age and ≈120,000 deaths annually. In infants, RSV represents the leading cause of hospitalization worldwide and the second commonest cause of mortality in low- and middle-income countries.1,2 RSV also causes significant disease in immunocompromised hosts and the elderly and has been associated with the development of asthma.3 The increasingly recognized burden of RSV disease has made the development of a vaccine(s) a global health priority. The World Health Organization recently released a roadmap to facilitate the development and implementation of vaccines and monoclonal antibodies (mAbs) and estimated that RSV vaccination will be available in the next 5–10 years.4 This review summarizes the strategies and challenges associated with RSV vaccine development and the vaccine candidates undergoing clinical evaluation, with a focus on those geared toward the pediatric population.

Objective: To assess the efficacy of Lactobacillus reuteri DSM 17938 (L. reuteri) for the treatment of acute gastroenteritis in children.

Study design: Children younger than 5 years with acute diarrhea, defined as a change in stool consistency to a loose or liquid form and/or an increase in the frequency of evacuations (≥3 in 24 hours), lasting for no longer than 5 days, were eligible for inclusion. Participants (n = 100) were recruited from the pediatrics department of a Polish hospital and randomly assigned to receive L. reuteri in a dose 2 × 108 colony-forming units or placebo, for 5 days, in addition to standard rehydration therapy. The primary outcome measure was duration of diarrhea.

Results: Ninety-one of the 100 children randomized were included in the intention-to-treat analysis (L. reuteri n = 44; placebo n = 47). The duration of diarrhea after randomization in both groups was similar (P = 0.6). The groups were also similar with respect to all secondary outcome measures, with one exception. Compared with the placebo group, patients in the L. reuteri group had a shorter duration of hospitalization (P = 0.048). Adverse events were similar in both groups.

Conclusions: Among children with acute gastroenteritis who were younger than 5 years of age, L. reuteri compared with placebo, as an adjunct to rehydration therapy, did not reduce the duration of diarrhea; however, it reduced the duration of hospitalization.

Objective: This cohort study, based on the design of a prior study in the United States, was conducted to elucidate the clinical features of primary human herpesvirus-6B (HHV-6B) infection.

Methods: Between June 2014 and May 2016, febrile children younger than 5 years who visited the emergency room (ER) and underwent blood examination were enrolled in this study.

Results: Fifty-nine (12%) of the 491 patients were diagnosed with primary HHV-6B infection. The rates of both simple and complex febrile seizure were significantly higher in patients with primary HHV-6B infection than in those without (P < 0.001 and P = 0.008, respectively). The median age at primary HHV-6B infection was 15 months. Forty-seven (79.7%) of the 59 patients with primary HHV-6B infection were younger than 2-year-old. Clinical features were compared between HHV-6B–infected patients older and younger than 2 years. The frequency of apparent infection (exanthema subitum) was significantly higher in the younger patients (P = 0.01). The median leukocyte (P = 0.01) and lymphocyte (P < 0.001) counts in the patients older than 2 years were significantly lower than those in the younger patients.

Conclusions: Primary HHV-6B infection accounted for 12% of ER visits. Secondary febrile seizures, in particular the complex type, were considered to be a major contributor to the disease burden of primary HHV-6B infection. The timing of primary HHV-6B infection occurred at older ages than in past reports, and the frequency of inapparent infection was higher in older patients.

Background: Kingella kingae has emerged as a significant cause of osteoarticular infections in young children. Pharyngeal colonization is considered a prerequisite for invasive K. kingae infection. We conducted a prospective study to estimate the prevalence of pharyngeal carriage of K. kingae among healthy young children in Vancouver.

Methods: From March 2016 to May 2017, children between 6 and 48 months of age visiting British Columbia Children’s Hospital outpatient clinics for noninfectious causes were included in the study. Another set of participants was enrolled from a day-care center located at British Columbia Children’s Hospital. A single-throat swab was collected after obtaining consent from parent/guardian. The samples were stored at −70°C and tested using an in-house developed real-time polymerase chain reaction assay. Epidemiologic characteristics and risk factors for K. kingae colonization were collected via a study questionnaire.

Results: A total of 179 children were enrolled in the study, but only 174 samples were eligible for testing. Of the 174 samples, 5 had indeterminate results and the remaining 169 samples were negative by K. kingae polymerase chain reaction. The median age of participants was 23 months. About 36% of children were attending day care and had another sibling <5 years of age. Previous history of cold symptoms and antibiotic use was reported in 42% and 12%, respectively.

Conclusions: The results of our study showed no prevalence of asymptomatic pharyngeal carriage of K. kingae in young children in Vancouver. Additional multicenter studies may help to understand the differences in pharyngeal carriage rate among healthy children.

Background: The major clinical dilemma managing acute rhinosinusitis (ARS) in pediatric population is distinguishing uncomplicated rhinosinusitis from a complicated bacterial ARS and orbital complications, the latter requiring antimicrobials and surgical intervention. However, factors associated with severe orbital complications and the optimum management strategy remains controversial. The objectives of this study were to characterize the clinical outcomes of children with orbital complications of ARS and to identify risk factors associated with disease severity.

Methods: This retrospective cohort analysis evaluated the clinical outcomes of 61 children admitted for orbital complications between January 1, 2002 and December 31, 2017. Descriptive statistics were performed to examine the demographics and clinical findings. We compared groups using Mann-Whitney U test for continuous variables and χ 2 for categorical variables.

Results: Although two-thirds of children had received prehospital antibiotics, half of the cohort presented with post-septal orbital complications. While 83% of isolates obtained from the same patients were susceptible to the prehospital antibiotics given, the majority of those who received prehospital antibiotics nevertheless required surgical intervention. We observed significant association between the age of presentation and disease severity. Children >5 years of age presented with more severe orbital complications despite prehospital antibiotics and were more likely to require surgical intervention (P < 0.001).

Conclusions: In this study, stage II/III orbital complications at presentation and older age were the most important determinants of medical treatment failure. Early referral to eye, nose and throat (ENT) should be considered for children >5 years with ARS due to worse orbital complications despite prehospital antibiotics.

To evaluate the relationship between detection of DNA viruses, ferritin, and outcomes in children with severe sepsis.

Study design We enrolled 75 pediatric patients with severe sepsis admitted to a tertiary care children’s hospital. Plasma ferritin was measured within 48 hours of diagnosis and subsequently twice weekly. Herpes simplex type 1, human herpesvirus 6, Epstein−Barr virus, cytomegalovirus, and adenovirus DNAemia were assessed by polymerase chain reaction.

Results The incidence of DNAemia was increased significantly in patients with ferritin ≥1000 ng/mL (78% vs 28%; P < .05). Patients with ferritin ≥1000 ng/mL were more likely to have multiple DNA viruses detected in plasma (39% vs 4%; P < .001). The number of viruses detected in plasma directly correlated with the degree of hyperferritinemia and development of combined hepatobiliary and hematologic dysfunction after we controlled for bacterial and fungal coinfections (P < .05) as well as increased mortality after we controlled for severity of illness and cancer diagnosis (OR 2.6, 95% CI 1.1-6.3, P < .05).

Conclusions Viral DNAemia was associated with hyperferritinemia and adverse outcome in pediatric severe sepsis. Prospective studies are needed to determine whether hyperferritinemia may be used to identify patients at risk of occult DNAemia.

Objective The Petechiae in Children (PiC) study assesses the utility of presenting features and rapid diagnostic tests in the diagnosis of serious bacterial infection in feverish children with non-blanching rashes. An embedded qualitative study explored parents’ and clinicians’ views on the acceptability of the PiC study, including the use of research without prior consent (RWPC) in studies of diagnostic test accuracy.

Design Semistructured qualitative interviews. Analysis was thematic and broadly interpretive, informed by the constant comparative approach.

Participants Fifteen parents were interviewed 55 (median) days since their child’s hospital attendance (range 13–95). Five clinicians involved in recruitment, and consent were interviewed.

Results Parents and clinicians supported RWPC for the PiC study and future emergency paediatric diagnostic test accuracy studies as long as there is no harm to the child and emergency care is not delayed. Parents and clinicians made recommendations around the timing and conduct of a consent discussion, which were in line with RWPC guidance. Parents enrolled in the PiC study preferred a design that included consent discussions with the research team over the alternative of ‘opt-out’ consent only.

Conclusions This embedded qualitative study demonstrates that RWPC is appropriate for use in paediatric emergency studies of diagnostic test accuracy and that the approach used in PiC was appropriate. Future diagnostic studies involving additional invasive procedures or an opt-out only approach to consent would benefit from exploring parent and clinician views on acceptability at the pretrial stage.

Conclusiones:

Rotarix es altamente efectivo para prevenir el rotavirus confirmado por laboratorio en Australia, especialmente en bebés de 6 a 11 meses. La EV (eficacia vacunal) reducida en los grupos de mayor edad y con el tiempo sugiere una protección menguante, posiblemente relacionada con la ausencia de estimulación inmunológica subclínica por virus en circulación continua. Los genotipos G8 no han sido comunes en Australia, y su aparición, junto con el G3P similar a virus equino [8], puede estar relacionado con la presión selectiva inducida por la vacuna; sin embargo, se necesitan más estudios de EV específicos de la cepa.

RESULTADOS:

La tasa de respuesta fue del 65% (302 pediatras y 228 PF incluidos). Los pediatras que recomendaron encarecidamente la vacuna contra el VPH oscilaron entre el 99% para pacientes ≥15 años (mujeres) y el 83% para los de 11 a 12 años (hombres); Los PF oscilaron entre 90% para pacientes ≥15 años (mujeres) a 66% para aquellos de 11 a 12 años (hombres) (P <.0001 entre especialidades). El sesenta y cinco por ciento de los pediatras y el 42% de los PF siempre o casi siempre usaban un estilo presuntivo cuando discutían la vacuna contra el VPH (P <.0001). En general, el 40% usaba órdenes permanentes y el 42% tenía alertas electrónicas. Entre los pediatras, la proporción que informó una tasa de rechazo o aplazamiento ≥50% fue del 19% para pacientes femeninos y del 23% para pacientes masculinos de 11 a 12 años; Los FP informaron 27% y 36%, respectivamente. En la regresión multivariable (ambos sexos), el rechazo o el aplazamiento se asociaron con médicos que no recomendaron la vacuna contra el VPH a pacientes de 11 a 12 años de edad, no usaron un estilo presuntivo y percibieron menos resistencia al introducir la vacuna contra el VPH a 13 de un año de edad versus un paciente de 11 o 12 años, y anticipando una conversación incómoda al recomendar la vacuna contra el VPH a un paciente de 11 o 12 años. El ochenta y nueve por ciento de los pediatras y el 79% de los FP informaron que más adolescentes <15 años están completando la serie del VPH ahora que solo se recomiendan 2 dosis.

CONCLUSIONES: Aunque la mayoría de los médicos recomiendan encarecidamente la vacuna contra el VPH a pacientes de 11 a 12 años, nuestros datos revelan áreas para mejorar las recomendaciones los métodos de entrega. La mayoría de los médicos perciben que el programa de 2 dosis está resultando en un VPH más alto

Actualidad bibliográfica agosto-septiembre 2019

Top ten

Antimicrobial resistance is of global concern, and preserving the ability of many antimicrobials to kill disease-causing bacteria is likely to become more challenging over time. However, we are speeding up this process dramatically by using antibiotics too much or in the wrong way. Respecting simple key principles of optimal antibiotic prescribing together with commitment to further research in this area from the pediatric community is essential to extend the lifeline of antibiotics for the most vulnerable patients without limiting access to antibiotics for those children who require treatment.

Influenza is often misdiagnosed in children because of the low sensitivity of clinical diagnosis because of nonspecific signs and symptoms. This can be overcome by using digital immunoassays or rapid molecular diagnostic tests with adequate sensitivity and specificity. When using these tests at the patient care site, antibiotic consumption and number of healthcare consultations were reduced.

Rickettsiae are globally encountered pathogens with foci of endemicity and epidemic exacerbations under circumstances of crowding and decline of sanitation. Diagnosis is often missed due to misconceptions about epidemiology, confusing terminology and nonspecific clinical presentation. Rickettsioses should be considered in children with febrile illnesses exceeding the usual duration of a viral infection, in particular in children with rash, lymphadenopathy and nearly normal first-line laboratory tests, who reside in or return from endemic areas, recall a compatible contact history, have a constellation of symptoms starting after an arthropod bite, live under troubled social circumstances, or are part of a cluster of similar cases.

El rotavirus (RV) es la causa principal de diarrea infantil grave en todo el mundo e infecta prácticamente a todos los niños en los primeros 5años de vida, sobre todo en los primeros 2años. Existen dos vacunas atenuadas de administración oral frente al RV disponibles en nuestro medio que han demostrado ser seguras y eficaces frente a la enfermedad.

El objetivo principal de estas vacunas ha sido reproducir la historia natural de la infección y proteger frente a la enfermedad grave en los primeros meses de vida. Los recién nacidos prematuros son especialmente vulnerables a la enfermedad por RV, no solo por tener más riesgo de adquirir la infección, sino también por sus complicaciones.

La vacunación frente al RV en niños prematuros ha mostrado resultados de eficacia y seguridad similares a los comunicados en niños a término, y los datos existentes sugieren un riesgo bajo de diseminación e infección nosocomial cuando la vacunación se realiza durante la hospitalización.

Dado que un porcentaje estimable de recién nacidos prematuros permanecen ingresados en las unidades neonatales más allá de las 12semanas de vida, se considera que estos, siempre que su condición clínica lo permita, deben recibir la vacunación frente al RV sin retrasos, incluso durante la hospitalización si así fuese necesario.

The continuous increase in our knowledge of HIV medicine and antiretroviral treatment has led us to draft specific consensus documents focused on topics other than antiretroviral therapy, such as treatment of opportunistic diseases, pre- and post-exposure prophylaxis, metabolic abnormalities, treatment of HBV or HCV coinfection, treatment of patients coinfected with tuberculosis, osteoporosis, kidney disorders, and cardiovascular risk. Accordingly, the AIDS Study Group (GeSIDA) of the Spanish Society of Infectious Diseases and Clinical Microbiology has promoted the drafting of this consensus document on the control and monitoring of adult patients infected with HIV. The document provides recommendations on the initial evaluation and subsequent monitoring of HIV-infected patients that will prove useful for all professionals involved in the management of this infection.

Respiratory viral infections are associated with significant morbidity and mortality in children < 5 years of age worldwide. Among all respiratory viruses, respiratory syncytial virus (RSV) is the world’s leading cause of bronchiolitis and pneumonia in young children. There are known populations at risk for severe disease but the majority of children who require hospitalization for RSV infection are previously healthy. Viral and host factors have been associated with the pathogenesis of RSV disease; however, the mechanisms that explain the wide variability in the clinical presentation are not completely understood. Recent studies suggest that the complex interaction between the respiratory microbiome, the host’s immune response and the virus may have an impact on the pathogenesis and severity of RSV infection. In this review, we summarize the current evidence regarding the epidemiologic link, the mechanisms of viral–bacterial interactions, and the associations between the upper respiratory tract microbiome and RSV disease severity.

Rapid group A Streptococcus point-of-care testing is not currently used in the United Kingdom in the management of acute tonsillitis. This prospective, observational study describes a strong association between a molecular-based point-of-care testing result and outpatient antibiotic prescribing (odds ratio = 48; P < 0.001) in 339 children seen at our center. It highlights challenges in implementing new rapid diagnostics.

Human stool contains a myriad of microorganisms, of which the vast majority are nonpathogenic and represent an important component of the healthy microbiome. The increasing use of molecular techniques has allowed the rapid identification of bacteria, viruses and parasites in human stool. This review focuses on the 3 main classes of parasite responsible for human disease, helminths, protozoa and ectoparasites, and highlights the importance of differentiating between pathogenic and nonpathogenic parasites.

Los casos mundiales de sarampión son los más altos desde 2006, con casi el triple de casos reportados hasta la fecha en 2019 que en el mismo momento del año pasado, según el último informe preliminar de la Organización Mundial de la Salud.

Los brotes más grandes se han visto en países con baja cobertura de vacunación contra el sarampión, ya sea actualmente o en el pasado. También se producen brotes en países con altas tasas nacionales de vacunación, pero en grupos de personas no vacunadas, lo que normalmente ocurre en un área geográfica, comunidad o entre un grupo de edad.

Las razones por las cuales las personas no se vacunan varían significativamente entre comunidades y países y van desde la falta de acceso a la atención médica o las vacunas, hasta conflictos y desplazamientos, y la información errónea sobre las vacunas.

El informe comparó el período actual de 2019 con el mismo período en 2018 y descubrió que:

-La región africana de la OMS: aumento del 900% en los casos, con 177 542 en lo que va del año, muy por encima de 55 394 en todo 2018.

-La región del Pacífico occidental: aumento del 230%, con 43 175 casos, más que el número total de casos del año pasado (30 531)

-La región europea de la OMS: aumento del 120%, con cerca de 90 000 casos notificados a fecha, que supera las registradas para todo 2018 (84 462).

-La región del Mediterráneo Oriental: aumento del 50% en los casos hasta ahora (15 917 en 2019), pero aún no ha alcanzado el número total de casos en 2018 (57 960).

-La región del sudeste asiático: 35 778 casos hasta la fecha en 2019, 83 647 en todo 2018.

-La región de las Américas: 2387 casos hasta la fecha en 2019, 55 394 en todo 2018 Ambas vieron una disminución del 15% en los casos reportados, aunque los Estados Unidos están reportando su mayor recuento de casos de sarampión en 25 años.

El mayor número de casos este año provino de la República Democrática del Congo, Madagascar y Ucrania, y también se produjeron brotes importantes en Angola, Camerún, Chad, Kazajstán, Nigeria, Filipinas, Sudán del Sur, Sudán y Tailandia.

Sin embargo, el informe destacó el impacto positivo de la campaña nacional de vacuna contra el sarampión de emergencia en Madagascar, que ha visto disminuir los casos en los últimos meses.

A principios de este año, Unicef informó que alrededor de 169 millones de niños en todo el mundo no habían recibido su primera dosis de la vacuna contra el sarampión entre 2010 y 2017.

Investigadores de salud global han dicho que una barrera clave para la vacunación es ahora “incredulidad y hostilidad” en los países ricos hacia los médicos y gobiernos que promueven la importancia de la vacunación, exacerbada por la sospecha de expertos propagados por los partidos políticos populistas.

Casos clínicos

A 9-year-old girl presented to the emergency department with bilateral hip pain. Eight days before onset, she had fever and sore throat that recovered spontaneously. On physical examination, tenderness of both hip joints was observed but no heart murmur. Body temperature was 36.8°C. Blood tests showed elevated C-reactive protein (4.4 mg/dL) and antistreptolysin O titer (4540 IU/mL). Throat culture revealed Streptococcus pyogenes (M3 serotype [emm3.95 genotype] was isolated). A 12-lead standard electrocardiogram revealed a longer PR interval than that before onset (Figure 1, A and B). No significant manifestations of carditis were observed on transthoracic echocardiogram. Acute rheumatic fever (ARF) was diagnosed according to the revised Jones criteria1; amoxicillin and ibuprofen were administered. On day 11 after onset, erythema marginatum was observed on her trunk and proximal lower extremities 

A 4-month-old girl presented with a 2-week history of patchy hair loss on her scalp; parents reported that her scalp hair began shedding while bathing. The patient had received intermittent treatment with topical glucocorticoids following a clinical diagnosis of neonatal occipital alopecia, but the hair loss did not improve. Physical examination revealed patchy, irregular, “moth-eaten” patches of alopecia over the entire scalp (Figure, A ). No erythematous macules with subtle scales were present on her truck, extremities, palms, or soles.

We describe the first 2 cases from the United States, of human parechovirus infection in infants manifesting a distinct rash of the hands and feet. We propose the term “Mittens and Booties Syndrome” and provide a review of the literature of all published cases.

A previously healthy 10-year-old girl became acutely unwell with headache, nausea and vomiting, all exacerbated by movement. She also had an episode of altered consciousness with subsequent retrograde amnesia and was incontinent of urine. She presented to her local hospital and was found to be afebrile with no focal neurological signs. She was discharged with a diagnosis of first-episode absence seizure.

An immunocompetent toddler came to medication attention with gastroenteritis, complicated by encephalopathy and hepatitis. Multiplexed testing using a polymerase chain reaction meningitis panel was positive for human herpesvirus 6 (HHV-6). Clinical correlation, quantitative HHV-6 polymerase chain reaction, and metagenomic next-generation sequencing supported a likely diagnosis of primary HHV-6B infection.

A 6-year-old girl had a 3-year history of systemic juvenile idiopathic arthritis that was treated with prednisone and methotrexate. She presented with painful blisters, erosions, ulcerations with surface exudation, and crusts around mouth, oral mucosa, tongue, umbilicus, and right index finger (Figure); these had been present for 40 days. Tzanck smear revealed mutinucleated giant cells. Skin biopsy taken from umbilicus revealed numerous multinucleate giant cells and ballooning degeneration of keratinocytes. Herpes simplex virus (HSV) subtype 1 was identified using polymerase chain reaction assay. Treatment of oral acyclovir 200 mg 5 times a day was initiated, and the lesions began to improve after 3 days. Unfortunately, the patient died 8 days later because of macrophage activation syndrome and multiple infections.

Seasonal influenza infection is associated with secondary bacterial complications involving the upper and lower respiratory tract. However, the association of influenza infection with secondary severe or complicated head and neck infections is not appreciated. We report 6 cases of head and neck infections following influenza infection in pediatric patients.

Presentamos un caso de gastroenteropatía pierde proteínas (GEPP) en el curso de una infección por Mycoplasma cuyo interés radica tanto en lo inusual de dicha enfermedad en la infancia como en el hecho de no haber casos descritos en la literatura producidos por dicho agente etiológico.

Niña de 3 años acude a urgencias por vómitos repetidos desde hace 5 días, deposiciones blandas y decaimiento los últimos 3 días. Refiere pico febril (38°C) el día previo al ingreso y diuresis adecuada.

Antecedentes: perinatales sin interés clínico. Lactancia artificial. Beikost sin intolerancias. Inmunización correcta (no rotavirus). Padre con talasemia minor.

Exploración al ingreso: peso: 14,3kg, T.ª: 36,8°C. Regular estado general, algo decaída. Nutrición e hidratación adecuada. No exantemas ni petequias. Orofaringe normal. Tonos cardíacos rítmicos, sin soplos. Buena ventilación pulmonar con tos escasa. Abdomen blando, no doloroso, sin masas ni megalias. Consciente y orientada, no signos meníngeos ni focalidad neurológica…

Para profundizar

Some healthcare providers hold or delay vaccination because of false vaccine contraindications. This study suggests that in 21.4% of scenarios (877/4096) physicians would postpone or contraindicate the vaccination, and 24.2% (237/978) of scenarios would be vaccinated despite the existence of a true contraindication or reason for delay. Addressing false contraindications may result in increasing vaccination uptake in Europe.

Introducción En España, las vacunas frente a rotavirus (RV) están disponibles desde 2006 pero no están ni recomendadas ni financiadas por el Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, a través de las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría se han alcanzado coberturas de vacunación intermedias.

Material y métodos. Se ha realizado una revisión sistemática de la literatura sobre los estudios realizados en España en los últimos 12 años (2006-2018) en relación con la infección y las vacunas frente a RV.

Resultados. Se identifican 43 estudios que cumplían los criterios de selección. La carga de enfermedad en población <5 años en atención primaria oscila entre 15 y 19 casos por 1.000 niños y en hospitalaria entre 120 y 480 casos por 100.000, lo que supone una importante repercusión económica y social. Las vacunas frente a RV han mostrado en España una efectividad de entre el 83 y el 96% y un impacto de hasta un 70% de reducción de hospitalizaciones, que es dependiente de la cobertura de vacunación alcanzada. Se identifican además nuevas líneas de investigación relacionadas con el papel de la vacuna del RV y la protección frente a convulsiones, o el papel del microbiota, entre otros.

Conclusiones. La información actualmente disponible refrenda la importante carga de enfermedad por RV en España y la elevada efectividad de las vacunas disponibles. Estas evidencias permiten una reevaluación de las recomendaciones nacionales sobre vacunación frente a RV.

Epidemiología descriptiva de la infección por Yersinia enterocolitica en un área de Castellón (España) entre 2006 y 2013 a partir de las cepas de Yersinia enterocolitica aisladas en el área y confirmadas por el laboratorio de referencia nacional.

Total 144 casos. La incidencia estimada fue de 9,7 casos 105 persona-año. El grupo de edad más afectado fue el de 0-4 años (tasa 110,3 por 105 persona-año), con una máximo en lactantes de 6 a 11 meses de edad (190,4 por 105 persona-año). La duración media de la enfermedad fue de 15,5 días. El 7% de los pacientes fueron hospitalizados. Solo se detectaron 2 brotes, de carácter familiar relacionados con el consumo de carne de cerdo. La evolución temporal refleja mayor incidencia en invierno (enero). El factor de exposición más frecuente entre los casos fue el consumo de longaniza seca de cerdo (el 50% de los casos entrevistados). Las 58 cepas tipadas fueron todas del biotipo 4, serotipo O:3, excepto una O:9. Se distinguieron 21 pulsotipos agrupados en 8 clusters con similitud del 97%. A lo largo de algunos años se observó una sustitución de unos pulsotipos por otros.

La yersiniosis tiene una incidencia alta en nuestra área, con una estacionalidad clara de predominio invernal. Afecta sobre todo a niños muy pequeños. Las cepas son del mismo serotipo, pero la variedad de pulsotipos cambió a lo largo del tiempo. Como factor de exposición para ulteriores estudios analíticos se propone el consumo de algunos productos del cerdo, sin descartar otros factores.

Biomarkers have become an integral part of the clinical decision-making process of clinicians dealing with febrile children. C-reactive protein, procalcitonin and white blood cell count are probably the most studied ones. Crucial to using biomarkers is the understanding of how a test result will alter post-test probabilities and then impact on clinical decision making. Improved analytical and computational platforms have enabled the next generation of advanced biomarker discovery studies. Promising combinations of candidate biomarkers for a diverse spectrum of febrile illnesses, such as viral and bacterial infections, have been identified using proteomics, RNA gene expression and metabolomics.

Our objective was to retrospectively describe measles hospitalizations in 52 US children’s hospitals. We identified 136 patients hospitalized for measles in 2004–2018; 17% (23/136) had complex chronic conditions, 2 of whom died or were in hospice. Among noncomplex patients only 39% received vitamin A, median length of stay was 3 days and median adjusted estimated costs were $5896.

We described nosocomially clustered cases of measles secondary to a nonvaccinated index case occurring in a teenage psychiatric unit despite optimum vaccine coverage. Surveillance of this fully vaccinated closed cohort showed a 7% attack rate. Vaccination limited the risk of complicated measles and the onset of a large outbreak.

Timely, accurate diagnosis of group A streptococci (GAS) pharyngitis prevents acute rheumatic fever and limits antibiotic overuse. The illumigene group A Streptococcus assay (Meridian Bioscience, Cincinnati, OH) is a molecular test for GAS pharyngitis with high sensitivity and specificity. We sought to determine whether the illumigene test is more likely than throat culture to be positive in patients without pharyngeal symptoms and explore the limits of detection of the test.

Methods: Patients 3–17 years of age were eligible if they had no history of pharyngitis or use of antibiotics within the previous 2 weeks; there were no upper respiratory infection symptoms, sore throat or fever and no signs of infection. Culture and illumigene were performed on duplicate throat swabs. Excess lysate from a subset of illumigene tests was evaluated by real-time polymerase chain reaction. Institutional Review Board approval was obtained.

Results: We enrolled 385 patients from February 2016 to October 2017; mean age was 10 yr; 51% were male. Most visits were for health supervision (69%). Significantly more illumigene tests (78/385, 20.3%) than throat cultures (48/385, 12.5%) were positive (χ 2 ; P =0.0035). Illumigene was “indeterminate” for 3 patients, leaving 382 pairs of swabs for analysis. Results were discordant for 32 of 382 pairs (8.4%); 31 of 32 (97%) were illumigene-positive/culture-negative (McNemar test; P < 0.000001). Real-time polymerase chain reaction was negative in 4 of 13 (31%) tested illumigene-positive lysates; the paired culture had been negative in all four. The limit of detection for the illumigene test was 55 colony forming units/mL.

Conclusions: The illumigene test is significantly more likely than throat culture to yield positive results in patients without GAS pharyngitis. Failure to appropriately select patients for testing may negatively impact antimicrobial stewardship efforts without benefit to patients.

A 13-year-old girl presents with recurrent herpes labialis (HL) on her face. She gives a history of painful episodes occurring approximately monthly since the age of 9 years. Since becoming a teenager, she has missed a lot of school due to her worry about the cosmetic appearance of recurrences. Her parents ask whether long-term antiviral medication will prevent recurrences.

Oral long-term suppressive therapy with acyclovir or valacyclovir reduces the frequency, severity and duration of episodes in adults with recurrent herpes labialis (RHL) (grade A) but has not been the subject of a trial in children.

Oral valacyclovir reduces the frequency of episodes and increases quality of life in teenagers with RHL (grade C).

The optimal indication to start, choice of antiviral, as well as dosage and duration of long-term antiviral therapy is unknown.

Maria is a 1.5-month-old healthy baby born at 39 weeks, mainly breastfed, although she has been fed artificial formula on a few occasions. In the last 2 weeks, she has been brought to the clinic with episodes of intense crying which last from 3 to 5 hours/day and occur 4–5 times a week. Her parents are finding it hard to soothe and calm her during these episodes, and find it very distressing. She undergoes a normal clinical examination and there do not seem to be any other associated conditions. As such, infantile colic seems to be the most probable cause of her current distress. Her parents have read that certain probiotics might help her, but you are very uncertain and want to know more.

Lactobacillus reuteri (DSM 17938) decreased the average crying time in predominantly breasted babies with infantile colic (grade A).

The magnitude of clinical benefit is uncertain as based on only small studies, and might be influenced by the dosage as well as the length of administration (grade D).

Maternal vaccination provides a method for protecting the pregnant woman, fetus and neonate during a period when there is increased susceptibility to infectious diseases. A dynamic state of immune tolerance during pregnancy and the need to develop adaptive memory to a new foreign antigen-rich environment lead to windows of vulnerability to infection for the mother and neonate, respectively. Passive transfer of humoral immunity through the placenta and breast milk from the mother can bridge the gap in immunity for the neonate. Studies on boosting this natural process of antibody transfer have led to the recommendation for administering inactivated influenza, diphtheria, tetanus toxoid and acellular pertussis vaccines during pregnancy. Several new maternal vaccine candidates are on the horizon.

Background: In febrile children given empiric parenteral antibiotics, guidelines advise provisional reporting of negative blood cultures and antibiotic review after 36 hours incubation for neonates and 48 hours for older children. Following improvements in culture processing and childhood vaccination, we revisited this important clinical topic, assessing time to exclude clinically significant bacteremia in well-appearing febrile children with no comorbidities or features of sepsis.

Methods: We analyzed the results of all 53,276 pediatric blood cultures taken during an 8-year period at a UK hospital.

Results: 1308 (2.5%) cultures were positive, of which 333 (25.5%) grew pathogens typically associated with clinically significant bacteremia. The remaining 975 (74.5%) grew organisms associated with contaminated culture, or with opportunistic infection only in children with relevant risk factors. Time to positivity (TTP) from incubation was significantly shorter for the 333 definite pathogens than the 975 contaminating/opportunistic organisms, with 92% of definite pathogens identified by 24 hours incubation. Only 3 of all definite pathogens were identified after 24 hours in children otherwise eligible for discharge at 24 hours. There was no significant difference in TTP for definite pathogens between neonates and older children. Median time from specimen collection to incubation was 3 hours.

Conclusions: Clinically significant bacteremia can be excluded by 24 hours incubation in well-appearing febrile children with no comorbidities or features of sepsis. This is the largest dataset of its kind, and the second to compare neonates and older children. Our findings may inform future guidelines, facilitating earlier antibiotic review and discharge.

Bacteria compete with each other for local supremacy in biologic and environmental niches. In humans, who host an array of commensal bacteria, the presence of one species or strain can sometimes prevent colonization by another, a phenomenon known as “bacterial interference.” We describe how, in the 1960s, infants (and later adults) were actively inoculated with a relatively benign strain of Staphylococcus aureus, 502A, to prevent colonization with an epidemic S. aureus strain, 80/81. This introduced bacterial interference as a clinical approach to disease prevention, but little was known about the mechanisms of interference at that time. Since then, much has been learned about how bacteria interact with each other and the host to establish carriage, compete for niches and shift from harmless commensal to invasive pathogen. We provide an overview of these findings and summarize recent studies in which the genome and function of 502A were compared with those of the current epidemic strain, USA300, providing insight into differences in their invasiveness and immunogenicity. Although staphylococcal vaccines have been developed, none has yet been approved for clinical use. Further studies of staphylococcal strains and the molecular characteristics that lead to exclusion of specific bacteria from some niches may provide an alternative path to disease prevention.

Background: The British Thoracic Society (BTS) guideline for pediatric community-acquired pneumonia (CAP) outlines severity criteria to guide clinical decision-making. Our objective was to examine the predictive performance of the criteria on the need for hospitalization (NFH) and disposition.

Methods: This was a retrospective cohort study of children 3 months–18 years of age diagnosed with CAP in an urban, pediatric emergency department (ED) in the United States from September 2014 to August 2015. Children with chronic medical conditions, recent ED visits, and ED transfers were excluded. The main outcomes were interventions or diagnoses that necessitate hospitalization (ie, NFH) and disposition (eg, admit vs. discharge). Test characteristics, stratified by age, were calculated for each outcome.

Results: Of 518 eligible children, 56.6% (n = 293) were discharged from the ED with 372 children meeting at least 1 BTS criterion. Overall BTS criteria were specific but not sensitive for NFH nor for disposition. For children <1 year of age sensitive criteria included not feeding and temperature for NFH and tachycardia, cyanosis and not feeding for disposition. For children ≥1 year of age, tachycardia had a sensitivity of >0.60 for both outcomes. The areas under the receiver operator characteristic curves for predicting any BTS criteria was 0.57 for NFH and 0.84 for disposition.

Conclusions: The BTS CAP severity criteria had fair to excellent ability to predict NFH and disposition, respectively. Although specific, the low sensitivity and poor discriminatory ability for NFH of these criteria suggest a need for improved prognostic tools for children with CAP.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(8):e178-e180, August 2019.

Probiotics are increasingly used for diarrhea, but studies under the Food and Drug Administration and Investigational New Drug program are few. We conducted a phase-one placebo-controlled study of Lactobacillus reuteri DSM 17938 under Investigational New Drug program in 60 children 2–5 years of age (41 L. reuteri , 19 placebos) in a resource-constrained community in Peru. No differences in objective data on adverse events were noted, although some differences based on subjective parental reports for fever and diarrhea were seen.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(6S):S39-S42

Introduction of conjugate vaccines against Haemophilus influenzae type b, Streptococcus pneumoniae , and Neisseria meningitidis has led to a substantial reduction in cases of acute bacterial meningitis in countries with high routine childhood immunization coverage. The majority of children hospitalized with meningitis in high-income countries have viral or aseptic meningitis and do not require antibiotic treatment. Cerebrospinal fluid analysis is irreplaceable in appropriately diagnosing and treating bacterial meningitis and avoiding unnecessary antibiotics and prolonged hospitalizations in children with viral meningitis. New diagnostic tests have improved detection of bacterial and viral pathogens in cerebrospinal fluid, underscoring the importance of promptly performing lumbar puncture when meningitis is suspected. This article provides an overview of acute bacterial and viral meningitis in children, focusing on the changing epidemiology, the advantages and limitations of conventional and newer diagnostic methods, and considerations for clinical practice.

The endemic mycoses are a group of infections caused by fungi with a distinct geographic distribution, defined by climatic and environmental conditions. The systemic endemic mycoses, namely histoplasmosis, blastomycosis, talaromycosis, coccidioidomycosis and paracoccidioidomycosis, occur after the inhalation of fungal spores. The cutaneous endemic mycoses, including sporotrichosis, mycetoma, entomophthoramycosis and chromoblastomycosis, enter the host via traumatic inoculation of the skin. Clinical presentation varies between these relatively heterogeneous infections, as does the susceptibility of immunosuppressed patients to disease. An understanding of the geographic range, typical manifestations, diagnostic methods, and treatment of the endemic mycoses is key in assessing patients presenting with atypical infections who may have traveled to endemic areas.

(Bacterias resistentes en las manos de trabajadores sanitarios y en el área del paciente: un estudio ambiental en un hospital del sur de Italia). Rev Esp Quimioter 2019; 32(4): 303-310.

Introducción. La OMS reconoce la resistencia a los antimicrobianos como una creciente amenaza para la salud mundial con una amplia variabilidad en toda Europa: en Italia estas tasas son más altas que en otros países. El objetivo de nuestro estudio fue detectar la resistencia a los antimicrobianos en las manos de trabajadores sanitarios y en las superficies alrededor del paciente así como evaluar la variabilidad entre los niveles de contaminación bacteriana en estas superficies y los resultados obtenidos hace seis años.
Material y métodos. El estudio se realizó entre junio de 2017 y mayo de 2018 utilizando dispositivos de contacto para superficies y muestreo activo de aire. Se empleó métodos bioquímicos automatizados para identificar microorganismos y la sensibilidad antimicrobiana fue realizada de acuerdo con las normas del EUCAST.
Resultados. Se analizaron 3.760 muestras, de las cuales el 16,17% fueron positivas y el 34% de ellas fueron resistentes a antibióticos. Al analizar los estafilococos, el 39% fueron multirresistentes y el 5% extremadamente resistentes. Un 30% de las cepas de Enterococcus faecalis fueron resistentes a gentamicina y vancomicina. Se aislaron cepas de Klebsiella pneumoniae resistentes a ceftrixona, cefoxitina, mecillinam e imipenem. Un 7% de las cepas de Acinetobacter baumannii y un 8% de las cepas de Pseudomonas aeruginosa fueron resistentes a gentamicina, imipenem y ceftazidima.
Conclusiones. Estos hallazgos están en línea con los estudios publicados en otros países, lo que confirma que la resistencia a los antibióticos también está creciendo constantemente en Italia con tasas variadas para los diferentes patógenos.

Nonpolio enterovirus (NPEV) infections are often present with herpangina (HA) and hand, foot and mouth disease (HFMD). Most countries sample NPEVs in HFMD cases, targeting enterovirus A71 (EV-A71) and coxsackievirus A16 (CV-A16) that are associated with outbreaks and severe complications. HA is also monitored in Taiwan and several other countries, but its viral characteristics are underreported.

Methods: Through Taiwan’s National Virologic Surveillance, information regarding ~100,000 child respiratory samples (2002–2015) was linked to concurrent (0–6 days before the sampling date) outpatient records from the National Health Insurance databases, including ~15,000 HA-related and ~7000 HFMD-related samples. We assessed sample representation and NPEV positive rates, and estimated total numbers of EV-A71 and CV-A16.

Results: There were more HA events (4.0 millions) than HFMD events (1.2 millions) in Taiwan. In every 1000 events with HFMD and HA, 6.0 and 4.1, respectively, respiratory samples were collected. The NPEV positive rate in HFMD-related samples was 48%, consistent across most sampling seasons, and predominantly EV-A71 or CV-A16 (74%). By comparison, the HA-related samples had a lower positive rate overall (43%), occasionally EV-A71 or CV-A16 (13%), and the positive rate depended strongly on HA incidence ( P < 10 –12 ). Compared with sampling HFMD alone, inclusion of HA-related information predicted an earlier onset of EV-A71 outbreak in 2011, and predicted 30% more EV-A71 cases.

Conclusions: This is the first representative report on viral characteristics of HA. Our findings confirm that HFMD monitoring is a reliable strategy, but there is a measurable additional benefit when HA is also monitored.

Congenital cytomegalovirus infections are among the most common of the newborn in the developed world. These infections are the most common cause of sensorineural hearing loss. Studies utilizing ganciclovir and valganciclovir demonstrate improved hearing and Bailey Developmental scores. Because of the ease of administration, valganciclovir is the recommended treatment of choice for 6 months. Therapy should be reserved for those babies with symptomatic disease; no data are available regarding the impact of treatment on those babies with asymptomatic disease.

Incidence of hearing loss in children with cCMV infection is discussed, and risk indicators for hearing loss are described.

Saffold virus (SAFV) is a novel human cardiovirus that was identified in 2007. Recently, SAFV has been isolated from nasal and stool specimens of infants presenting with respiratory and gastrointestinal symptoms and from cerebrospinal fluid (CSF) specimens of children with central nervous system infection. However, little is known regarding clinical characteristics of SAFV in children.

Methods: We reviewed 5412 specimens from the database of the infectious agents surveillance system in Niigata prefecture, Japan, between January 2006 and December 2013, and identified SAFV-infected patients. Subsequently, we retrospectively reviewed their medical records and evaluated their clinical characteristics.

Results: We identified 9 SAFV-infected patients (median age: 5 years; range: 2–16 years). Seven patients were diagnosed with pharyngitis, one with meningitis and one with fever of unknown origin. Dominant symptoms were high fever, appetite loss and headache. The median duration of the fevers was 2 days in patients with pharyngitis; however, the patient with meningitis remained febrile for 5 days. All blood tests available in this case series revealed leukocytosis with a predominance of neutrophils. CSF profiles showed mild lymphocytic pleocytosis. All patients recovered fully without complications.

Conclusions: A few clinical characteristics of SAFV infection were clarified, including high fever of short duration in patients with pharyngitis, and neutrophil-dominant leukocytosis. The clinical course and CSF profiles of a case of meningitis were similar to those of other aseptic meningitis. SAFV needs to be included in the differential diagnosis of pharyngitis or meningitis when commonly identified viruses are not identified in such patients.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(9):900-905

Background: Universal vaccination with Haemophilus influenzae type b conjugate vaccines has significantly changed the epidemiology of invasive H. influenzae disease in the United States. We reviewed the epidemiology, clinical features, and outcomes in 61 patients with invasive H. influenzae disease evaluated at Texas Children’s Hospital (TCH).

Methods Cases of invasive H. influenzae disease, defined as isolation of the organism from cerebrospinal fluid, blood, synovial fluid or pleural fluid, during 2011 to 2018 among children cared for at TCH in Houston, TX, were included.

Results: We identified 61 cases of invasive H. influenzae disease in children ≤18 years of age. The overall hospitalization rate due to invasive H. influenzae disease increased between 2011 and 2018 (0 vs. 0.64/1000 hospitalizations; P = 0.019). The majority (80%) of infections occurred in children <5 years of age. Of the 61 H. influenzae infections, 24 (39.3%) infections were caused by nontypeable H. influenzae strains, 18 (29.5%) infections were caused by H. influenzae type a, 12 (19.7%) infections were caused by H. influenzae type f, 3 (4.9%) infections were caused by H. influenzae type e and 4 (6.6%) isolates were not typed. A total of 78.7% of the isolates were β-lactamase negative. The most common clinical presentations were bacteremia without a source, pneumonia and meningitis.

Conclusions: The hospitalization rate for H. influenzae invasive disease increased over an 8-year period at TCH. The overall trend was mainly driven by an increasing number of invasive infections caused by nontypeable H. influenzae and H. influenzae type a. Morbidity was substantial, especially in meningitis cases.

Broad-range polymerase chain reaction (BR-PCR) detects infectious pathogens from clinical specimens using targets for bacteria (16S rRNA), fungi (28S rDNA), and mycobacteria (fluorescence resonance energy transfer and heat shock protein 65 gene) with reported diagnostic sensitivity and specificity ranging from 43% to 100% and 100%, respectively. We describe our experience when applying BR-PCR to clinical samples submitted for conventional infectious disease testing [conventional testing (CT)] from pediatric patients with concern for infection.

Methods: Retrospective analysis of clinical samples obtained from Nationwide Children’s Hospital microbiology laboratory from January 2011 to December 2014 and sent for BR-PCR. Medical record review collected data on patient characteristics, clinical manifestations, laboratory results and antimicrobials prescribed, and a determination of clinical value of BR-PCR was assigned.

Results: There were 247 clinical samples from 163 patients identified; 71 (44%) patients were immunocompromised and 192 (78%) samples reflected pretreatment with antimicrobials. A clinically significant putative organism was identified for 59 samples (24%) between all diagnostic modalities. Conventional testing identified organisms in 41 (17%) samples, 17 of which were corroborated by BR-PCR. Broad-range polymerase chain reaction identified an organism in an additional 18 samples with negative CT results and was considered to provide additional important clinical information. Broad-range polymerase chain reaction detected a bacterial or fungal organism more frequently from tissue samples than from bronchoalveolar lavage or other fluid samples ( P = 0.0096, χ 2 ).

Conclusions: In our cohort, BR-PCR was an important adjunctive diagnostic in identifying bacteria and fungi in complex clinical situations. Additional data are needed to define the optimal clinical circumstances and specimen type in which BR-PCR can provide the highest diagnostic yield.

Background: Pneumococcal meningitis (PM) is a serious disease that can rarely recur at a later time after the initial episode.

Methods: A retrospective multicenter case–control study was conducted with data for children 18 years of age or younger obtained from the National Observatory of Bacterial Meningitis in Children between January 2001 and September 2015. Cases were all patients with RPM. Each case was matched with 2 randomized controls with a single PM episode in the year of the first episode of PM in the case and born the same year. Case and control data were compared.

Results: Among the 1634 PM episodes in children 18 years of age or younger, 24 (1.5%) children had RPM. RPM cases were significantly less frequent than single PM cases in winter (27% vs. 48%; P =0.03) and showed significantly less concomitant ear, nose and throat infections when considering the first episode (30% vs. 56%, P = 0.04) and all episodes (28% vs. 56%, P < 0.01). Cerebrospinal fluid leakage was frequent in RPM cases versus controls (83% vs. 10%, P < 0.01), including 25% discovered after the third PM episode. Immune deficiency was absent in cases and present in 15% of controls. Cases and controls did not differ in death rate or neurologic outcome.

Conclusions: RPM is rare in children. Cerebrospinal fluid leakage must be considered.

Management of suspected serious bacterial infections (SBIs) in infants less than 3 months old is challenging. Understanding the epidemiology of SBI is necessary to inform management decisions. Recent publications have challenged the previously accepted distribution of infections by specimen source and pathogen. We sought to describe the burden of SBIs in previously healthy infants less than 90 days old.

Methods: We conducted a retrospective analysis of the Military Health System database to identify SBI cases among term infants less than 90 days of age from 2005 to 2015. We defined an SBI case as any previously healthy infant with positive cultures for a likely pathogen from blood, urine or cerebrospinal fluid.

Results: Of 467,462 live births between January 2005 and September 2015, 3421 infants had positive cultures. After excluding 1781 episodes with isolates considered nonpathogenic or ICD-9 codes for chronic conditions, the overall incidence of SBI was 3.1 cases/1000 live births. The SBI rate dropped from 5.0 cases/1000 live births in 2005 to 2.0 cases/1000 live births in 2015 ( P < 0.001 for trend). The most common pathogen was Escherichia coli (51.3%).

Conclusions: In this retrospective review of 467,462 live births, the incidence of SBI decreased from 5.0/1000 to 2.0/1000 live births over time. We identified no cases of Listeria monocytogenes . These data can help inform decisions related to treatment and management of infants with suspected bacterial infections. OK

After the initial identification of the H1N1 pandemic influenza strain in Mexico in April 2009 and its subsequent global spread, several monovalent influenza vaccines were developed as part of the pandemic response. Three of these vaccines, Pandemrix, Arepanrix and Focetria were adjuvanted. One of these, the AS03-adjuvanted Pandemrix vaccine, was primarily used in Europe. Following widespread Pandemrix vaccine administration in Scandinavia, an increased risk of narcolepsy was noted in observational studies. Subsequently, this increased risk was also reported in other European countries as well. In contrast, studies from Canada of a similar AS03-adjuvanted vaccine, Arepanrix, did not demonstrate a similar increased risk of narcolepsy. No studies have identified an increased risk of narcolepsy following the MF59-adjuvanted Focetria vaccine. For many potential pandemic influenza strains, adjuvants might be required to solicit a protective immune response. Thus, it is critical that we understand the nature of the association between adjuvanted vaccine receipt and narcolepsy. Here, we present a potential hypothesis for narcolepsy seen during the 2009 H1N1 pandemic in AS03-adjuvanted influenza vaccine recipients.

We included seven randomised controlled trials (studies in which participants are assigned to one of two or more treatment groups using a random method) that compared the effects of immunoglobulins with placebo in 486 young children hospitalised with RSV lung infections. All trials were conducted at sites in the USA; three trials included some children from South American countries (Chile and Panama); and one trial also included children from New Zealand and Australia. The trials were published between 1987 and 2014.

We found insufficient evidence of a difference between immunoglobulins and placebo for any review outcomes. We assessed the evidence for the effects of immunoglobulins when used as a treatment for RSV lower respiratory tract infection in hospitalised infants and young children as of low or very low certainty due to risk of bias and imprecision. We are uncertain of the effects of immunoglobulins on these outcomes, and the true effect may be substantially different from the effects reported in this review. All trials were conducted in high-income countries, and data from populations in which the rate of death from RSV infection is higher are lacking.

Kawasaki disease (KD) is an acute inflammation of the blood vessels that mainly affects children between six months and five years of age. Standard medical management of KD includes intravenous immunoglobulin (IVIG) with aspirin. This standard treatment is usually effective, but doesn’t work for approximately 15% to 20% of children. When treatment is not effective, children may suffer from serious heart disease. Recently, researchers found that tumor necrosis factor-alpha (TNF-α) blockers may be effective for children with Kawasaki disease that has not been cured by standard treatment. However, we are still unclear about the benefits and risks of TNF-α blockers for the treatment of KD, and the potential for improved efficacy and safety is ambiguous. This review therefore assessed the benefits and harms of TNF-α blockers for the treatment of KD.

We included trials that used TNF-α blockers as a treatment for children with KD and measured treatment resistance, cardiovascular events and side effects, such as infusion reactions and infections, or other symptoms. We found five completed studies with a total of 494 participants (most recent search for studies September 2018). Four studies used TNF-α blockers as the additional treatment after IVIG treatment and one used TNF-α blockers as the first treatment for children with KD.

We found a limited number of RCTs examining the effect of TNF-α blockers for KD. In summary, low-certainty evidence indicates that TNF-α blockers have beneficial effects on treatment resistance and the adverse effect ‘infusion reaction’ after treatment initiation for KD when compared with no treatment or additional treatment with IVIG. Further research will add to the evidence base. Due to the small number of underpowered trials contributing to the analyses, the results presented should be

treated with caution. Further large high quality trials with timing and type of TNF-α blockers used are needed to determine the effects of TNF-α blockers for KD. OK

La nueva guía de NICE (NICE. Impetigo: antimicrobial prescribing. 2019. www.nice.org.uk/guidance/gid-ng10134/documents/draft-guideline. Google Scholar) afirma que se debe ofrecer un antiséptico tópico a las personas con impétigo localizado, no ampolloso, siempre y cuando no presente afectación sistémica o corran el riesgo de desarrollar complicaciones.

En algunas situaciones, los antibióticos seguirán siendo adecuados, por ejemplo ante un paciente con impétigo no ampolloso generalizado.

Un antibiótico oral (flucloxacilina) debe ser el tratamiento de primera línea si una persona tiene impétigo ampolloso o si presenta afectación sistémica o tiene riesgo de desarrollar complicaciones, y también es una opción para las personas con impétigo no ampolloso generalizado.

No se debe usar un tratamiento combinado con un antibiótico tópico y oral, ya que no es más efectivo que usar un solo tratamiento tópico.

El virus sincitial respiratorio humano (VSR) pertenece a la familia Pneumoviridae, género Orthopneumovirus. Es un virus ARN monocatenario de sentido negativo que produce epidemias de infecciones respiratorias que, típicamente, alcanzan su punto máximo en el invierno en climas templados y durante la temporada de lluvias en climas tropicales. En general, uno de los dos genotipos (A y B) predomina en una sola estación, alternando anualmente, aunque se producen variaciones regionales. El VSR es una causa de enfermedad y muerte en niños, personas mayores y pacientes inmunocomprometidos, y su efecto clínico en adultos ingresados, se detecta con el uso ampliado de ensayos moleculares multiplex. Entre los adultos, el VSR produce una amplia gama de síntomas clínicos que incluyen infecciones del tracto respiratorio superior, infecciones graves del tracto respiratorio inferior y exacerbaciones de la enfermedad subyacente. En este artículo se discute la evidencia más reciente sobre la carga de la enfermedad relacionada con el VSR en adultos, especialmente en aquellos con inmunocompromiso u otras comorbilidades. Revisamos las opciones terapéuticas y de prevención actuales, así como las que están en desarrollo.

Actualidad bibliográfica julio 2019

Top Ten

Desde la Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE) y la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) queremos comunicar nuestra preocupación por el diagnóstico erróneo de la enfermedad de Lyme que se está llevando a cabo en niños con artritis idiopática juvenil. En los últimos años se han comercializado pruebas diagnósticas no validadas científicamente, que están condicionando que niños con artritis de etiología no infecciosa estén recibiendo antibióticos durante tiempo prolongado. Esta tendencia puede condicionar la aparición de secuelas a nivel articular, y más grave si cabe, a nivel ocular por el desarrollo de uveítis crónica, que limitarán la vida futura de estos niños.

 Introducción y Objetivo: describir las características clínicas y epidemiológicas, tratamiento y evolución de los pacientes con NAC por MP (NACM) en un hospital terciario de Valencia.
Material y métodos: Se revisaron retrospectivamente las historias clínicas de los niños<14 años con NACM entre enero de 2010 y diciembre de 2015. Los pacientes con evidencia radiológica de neumonía y confirmación microbiológica de MP (PCR de exudado nasofaríngeo y/o anticuerpos IgM específicos frente a MP) se consideraron NACM.
Resultados. Un total de 162 pacientes se diagnosticaron de NACM; mediana de edad de 6 años (rango intercuartílico: 4-9 años). La proporción de pruebas positivas para MP en pacientes con NAC, así como el uso empírico de macrólidos, aumentó progresivamente con la edad. Hubo un pico de casos en 2011 y en 2015, con un máximo de casos en julio, agosto, noviembre y diciembre. El patrón radiológico más frecuente fue el infiltrado segmentario (62,3%), mientras que 22 (13,6%) presentaron derrame pleural. Los niños con NACM desarrollaron una clínica leve, con poca elevación de parámetros inflamatorios. Se inició tratamiento empírico con un macrólido en el 68,5% de los casos. La necesidad de ingreso hospitalario fue inversamente proporcional a la edad del paciente.

Conclusiones: los niños con NAC de mayor edad tuvieron la mayor proporción de infección por MP, siendo poco sintomáticos y con escasa elevación de parámetros inflamatorios, pudiéndose beneficiar del tratamiento empírico con macrólidos.

Background: Mycoplasma pneumoniae (MP) is a major cause of community-acquired upper and lower respiratory infections in school-age children; however, there is increasing recognition that younger children are also affected. Clinical manifestations vary from asymptomatic, to severe complicated pneumonia sometimes with extrapulmonary manifestations.

Methods: We reviewed the medical records of all MP positive pediatric patients admitted to the Hadassah-Hebrew University Medical Center. MP positive case was defined if MP polymerase chain reaction was positive from an oropharyngeal swab sent from 2007 to 2017.

Results: During the study period, we identified 353 MP positive pediatric cases, of which 51.3% (181 of 353) were younger than 6 years old. Full clinical data were available for 332 of 353 (94%). The median age was 5.7 years (range, 3 weeks to 18 years). Disease presentation differed between younger and older children. Children older than 6 years were more likely to have chest radiograph confirmed pneumonia (66% vs. 52%; P = 0.009), while younger children were more likely to have other respiratory manifestations (37% vs. 25%; P = 0.017). The duration of hospitalization and pediatric intensive care unit admission rate, however, did not differ between age groups. The rate of extrapulmonary manifestations were also similar.

Conclusions: MP-associated infection is a significant cause of hospitalization in the pediatric population including younger children (<6 years old). However, the clinical presentation in younger age is less typical than is thought. These findings should prompt clinicians to consider MP infections also in children younger than 6 admitted with fever even without pneumonia.

To date, the actual incidence of drug allergy in the pediatric population is not well known. Epidemiologic studies report that drug allergy affects more than 10% of children and adolescents; although when these children are fully investigated <10% are confirmed to be truly allergic to the suspected drug. Until a few years ago, penicillin allergy was the most frequently reported drug allergy with a prevalence rate of 5%–10% in adults and children. Today amoxicillin allergy is more prevalent than penicillin allergy in children. Non-β-lactam allergy is rare in children and estimated to affect 1%–3% of this population following β-lactams and nonsteroidal anti-inflammatory drugs. As regards the most frequently reported reactions to non-β-lactam drugs, sulphonamides and macrolides are among the most commonly implicated antibiotics.1

These so-called allergic reactions are rather common in children, most likely because of the frequency of rashes that occur during antibiotic treatment for a viral infection and reluctance to test to confirm allergy.

Nowadays, it is mandatory to rigorously confirm or exclude a diagnosis of antibiotic allergy to improve patient safety by using the most appropriate antibiotic depending on the infection to be treated and avoid alternative often more expensive, favoring antibiotic resistance.

Pediatric Autoimmune Neuropsychiatric Disorders Associated with Streptococcal Infection (PANDAS) as a clinical entity was advanced by investigators at the National Institute of Mental Health with 5 elements constituting diagnostic criteria: (1) presence of obsessive compulsive disorder (OCD) and/or tic disorder; (2) prepubertal onset of symptoms; (3) episodic course characterized by acute, severe onset and dramatic symptom exacerbations; (4) temporal relationship between group A beta-hemolytic streptococcal (GAS) infections and symptom onset and exacerbations and (5) association with neurologic abnormalities (eg, choreiform movements, motor hyperactivity, tics).1 In the original description of 50 patients with PANDAS approximately 40% of all presentations and exacerbations were able to be related to preceding or concurrent GAS infections and each patient had at least 1 episode in which the relationship to GAS was established.1 Pediatric Acute-onset Neuropsychiatric Syndrome (PANS) is a diagnostic entity advanced more than a decade later to broaden the scope of these disorders and allow for other instigator events besides GAS. The criteria for PANS include abrupt, dramatic overnight onset of OCD or severely restricted food intake; concurrent abrupt onset of additional severe neuropsychiatric symptoms from at least 2 of the following 7 categories: (1) anxiety; (2) emotional lability and/or depression; (3) irritability, aggression and/or severe oppositional behaviors; (4) developmental regression; (5) deterioration in school performance; (6) sensory or motor abnormalities, including heightened sensitivity to sensory stimuli, hallucinations, dysgraphia, complex motor and/or vocal tics and (7) somatic signs and symptoms, including sleep disturbances, enuresis or urinary frequency and the requirement that symptoms are not better explained by a known neurologic or medical disorder.2

In 2013, a PANS Consensus Conference was… 

Objetivo: describir la tuberculosis infantil de 2005 a 2015 en Navarra, con datos demográficos, clínicos, radiológicos, microbiológicos, tratamiento y evolución. Material y métodos: estudio descriptivo retrospectivo a partir de datos de historia clínica de los pacientes atendidos entre 2005 y 2015. Resultados: 52 pacientes, 57,7% varones, 42,3% mujeres, mediana de edad cuatro años, 38,5% inmigrantes, 61,5% hijos de inmigrantes. Distribución homogénea en los diez años, excepto un brote en 2011. Sintomáticos el 69,2%. En el 63,5% de los pacientes el caso índice es conocido. La forma clínica más frecuente es la pulmonar (82,7%). La radiología fue patológica en el 86,5%, se realizó tomografía computarizada pulmonar en el 82,7% (95,3% patológicos). El 71,2% de los cultivos fueron positivos para Mycobacterium tuberculosis (sensibles 92,3%). Tratamiento con cuatro fármacos y posteriormente dos de 6 a 12 meses. Evolución: 84,6% curación, 13,5% secuelas y un exitus. Conclusiones: la tuberculosis es un problema de salud infantil cuya forma más frecuente es pulmonar. Evoluciona favorablemente, pero presenta morbimortalidad. Es imprescindible tenerla en cuenta para diagnóstico y tratamiento precoz.

Casos clínicos

La infección por el virus de Epstein-Barr (VEB) es habitual y generalmente ocurre en la infancia o en la adultez temprana. El VEB es la etiología de la mononucleosis infecciosa, generalmente asociada con fiebre, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello y en ocasiones esplenomegalia. El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas (SAPM) o síndrome de Todd es una afección rara, que principalmente afecta la integración visual y somatoestética. El SAPM sigue siendo un síndrome poco conocido y probablemente mal diagnosticado, puede ocurrir a cualquier edad, pero sobre todo en los niños en los que se asocia principalmente con la migraña y la infección por VEB. Presentamos a una paciente de diez años que acudió al servicio de urgencias con distorsión visual de la forma corporal y comportamiento extraño, sospechado inicialmente como una patología psiquiátrica pero posteriormente diagnosticado con mononucleosis infecciosa e infección por VEB confirmada serológicamente. Este caso refleja la importancia de reconocer este síndrome por parte de los médicos de urgencias y evitar derivaciones inadecuadas al servicio psiquiátrico.

La dificultad respiratoria en el periodo neonatal tardío constituye un reto pediátrico no solo diagnóstico, sino de tratamiento, ya que a las múltiples causas del cuadro se deben sumar los factores inherentes a la propia vulnerabilidad del niño. En la práctica habitual, la principal causa de estos cuadros son las infecciones (fundamentalmente víricas), aunque se deben tener en cuenta otras etiologías como cardiológicas, digestivas, metabólicas o anatómicas. Presentamos un caso clínico de tos, dificultad respiratoria e hipoxemia en un neonato de 17 días de vida en el que los datos de la anamnesis, la exploración y el cuadro clínico condujeron a la realización de pruebas complementarias específicas que llevaron al diagnóstico de neumonía por Chlamydia. Realizaremos asimismo una revisión sobre el estado actual de la cuestión basándonos en el cuadro clínico que presentaba el recién nacido.

Muchos niños manifiestan linfadenopatías en algún momento de su infancia, debidas sobre todo a enfermedades infecciosas. Es precisa una buena historia clínica, exploración física y pruebas complementarias que permitan su diagnóstico diferencial. Se describen los casos de dos niños que presentaban un cuadro clínico similar de linfadenopatías regionales, sin fiebre ni exantemas. Ambos tenían como antecedente la picadura de garrapata en el cuero cabelludo. El cuadro clínico y la serología positiva a rickettsias nos llevaron al diagnóstico de linfoadenopatía transmitida por garrapatas, TIBOLA, DEBONEL o SENLAT. El diagnóstico serológico en nuestros casos se encuentra limitado por la existencia de reacciones cruzadas con las distintas especies de rickettsias, en concreto con R. conorii (que es la habitualmente detectada en nuestro medio) e incluso con otras bacterias. La evolución de ambos casos fue favorable con tratamiento de azitromicina durante cinco días. Pese a la dificultad que supone la interpretación de los resultados serológicos, el diagnóstico de esta rickettsiosis se puede hacer a la luz de los datos clínicos y epidemiológicos. Debe plantearse la utilización simultánea de otras técnicas para aumentar la sensibilidad diagnóstica como pueden ser en la actualidad las técnicas de reacción en cadena de la polimerasa en biopsia cutánea que nos darán el diagnóstico etiológico de la infección

A 2-year-old boy was referred to our hospital with a 4-week widespread itchy skin eruption that had started 6 days after receiving measles–mumps–rubella vaccine. The rash first appeared on his face, and then spread to the arms, hands and feet. Skin examination revealed monomorphic erythematous 3–5 mm papules, some covered with crusts, in a symmetrical acral distribution over the face, hands, buttocks, feet, upper and lower limbs …

Para profundizar

Compared with children fully DTaP vaccinated, unvaccinated and undervaccinated children were at a greater risk of pertussis. However, most pertussis cases occurred among age-appropriately vaccinated children.

In this issue of Pediatrics, the vaccine research group at Kaiser Permanente Northern California (KPNC) contributed another important article outlining the challenges of pertussis control in a highly vaccinated population.1 Nearly one-half million children born between 1999 and 2016 and managed at KPNC from 2006 to 2017 were evaluated. Of those immunized children, all had received only diphtheria-tetanus-acellular pertussis (DTaP) vaccine. In total, 738 polymerase chain reaction–confirmed pertussis cases were diagnosed. Pertussis risk was 13 times higher among unvaccinated and nearly 2 times higher among undervaccinated children when compared with those who were fully vaccinated. However, >80% of the total pertussis cases were seen in children who had received all their recommended DTaP vaccine doses. Pertussis risk increased with increasing time since vaccination, clearly demonstrating waning immunity, which the KPNC group and others had previously reported

Pediatrics Jul 2019, 144 (1) e20191375

Clinicians caring for young febrile infants have struggled with risk stratification algorithms for invasive bacterial infections (IBIs) (bacteremia and/or bacterial meningitis) for decades15 because of the tension between not wanting to miss infants with IBIs yet not wanting to over-test and over-treat these vulnerable infants.6,7 Risk stratification algorithms using compete blood counts (CBCs) with or without cerebrospinal fluid (CSF) data, developed in the 1980s and 1990s, have several limitations: (1) laboratory thresholds were not derived by statistical methods, resulting in suboptimal test accuracies; (2) algorithm precision was limited by the relatively few infants with IBIs; (3) the epidemiology of IBIs has changed in the past decades810 with an increase in Escherichia coli and a decrease in group B Streptococcus infections due to perinatal screening; (4) algorithm specificity has been insufficient to limit the use of lumbar punctures, empirical antibiotics, and hospitalizations; and (5) newer biomarkers, including C-reactive protein (CRP) and particularly procalcitonin (PCT), are substantially more sensitive than the CBC for detecting infants with these infections.7,11,12

In a well-conducted retrospective case-control analysis from 11 emergency departments (EDs) between 2011 …

In this multicenter case-control study, we derive and internally validate a highly sensitive score that identifies non–ill-appearing febrile infants at low probability of bacteremia and/or bacterial meningitis.

Using systematic, prospective blood culture collection in children admitted with CAP, this study identifies risk factors and characterizes outcomes associated with bacteremia. .

CONCLUSIONS Blood culture results identified a causative pathogen in only 2.2% of children hospitalized with CAP, and culture results were more often positive in those with parapneumonic effusions on chest radiograph and those with severe disease requiring ICU care. Penicillin-susceptible S pneumoniae was the most common cause of bacteremic CAP in our study, supporting the existing recommendation for empirical use of narrow-spectrum aminopenicillins for most children hospitalized with suspected bacterial CAP. In an era with widespread pneumococcal vaccination and low prevalence of bacteremia in the United States, children admitted with CAP that have pleural effusion or require ICU admission may represent a high-yield population for identifying bacteremia.

IntroducciónLa sacroileítis piógena (SIP) es una entidad infrecuente que representa del 1 al 2% del total de las infecciones articulares en la edad pediátrica. Su diagnóstico a menudo se complica y retrasa debido a la inespecificidad de sus síntomas, signos y exploración física. Además, la identificación microbiológica puede resultar difícil debido a la alta proporción de hemocultivos negativos y los riesgos implicados en la aspiración de líquido articular en esta localización.

Pacientes y métodosRevisión retrospectiva de las historias clínicas de todos los pacientes menores de 18 años ingresados en un hospital infantil terciario con SIP en el período 2008-2016.

Resultados: Se identificaron 6 casos de SIP en niños. Los hemocultivos fueron negativos, y la identificación del agente etiológico requirió aspiración de líquido sinovial en un paciente con infección por Aggregatibacter aphrophilus y pruebas específicas para la detección de agentes menos frecuentes en los pacientes restantes: Kingella kingae (n=2), Brucella melitensis (n=1) y Bartonella henselae (n=1). Los pacientes recibieron regímenes de antibioterapia específica, y todos presentaron una evolución favorable y libre de secuelas.

Conclusiones: A pesar del reducido tamaño muestral, nuestro estudio puso de relieve la baja efectividad del hemocultivo en el diagnóstico de la SIP pediátrica. También evidenció la necesidad de mantener un elevado índice de sospecha de los agentes atípicos y de emplear precozmente métodos diagnósticos apropiados, como las pruebas de imagen y la  (PCR) en muestras de sangre, así como la prescripción de antibioterapia efectiva.

Background: Pediatric sacroiliitis (SI) is an uncommon entity of infectious or inflammatory etiology. Recent data regarding pediatric SI are scarce. The study objective was to describe and compare the clinical features of pediatric infectious and noninfectious SI.

Methods: We reviewed files of children ≤18 years of age, admitted with SI in 2004–2017. Patients were grouped by etiology, infectious versus noninfectious. Clinical and laboratory indices, imaging, treatment protocols and outcome were compared.

Results: Study population included 40 patients with infectious SI (range: 3–192 months, median age: 15 months, 45% female) and 13 patients with noninfectious SI (range: 30–216 months, median age: 168 months, 62% females). Duration of symptoms before admission averaged 5.9 ± 7.5 days in the infectious group and 54.2 ± 96 days in the noninfectious group (P = 0.003). Symptoms observed solely in the infectious group included refusal to stand (n = 27, 77%); walk or crawl (n = 24, 65%); irritability (n = 20, 50%) and recent constipation event (n = 8, 20%). No significant differences in laboratory results were found. Infectious SI patients had uneventful medical history, rapid response to antibiotics and a higher rate of complete resolution of symptoms without recurrences.

Conclusions: An acute unilateral presentation in young patients ≤2 years of age, without chronic medical conditions, suggests an infectious etiology of SI anticipated to completely resolve with antibiotic treatment, not necessitating further workup for noninfectious etiologies.

 Introducción: El objetivo del estudio es revisar nuestra experiencia en el manejo diagnóstico y terapéutico de los abscesos cervicales profundos infantiles, y compararla con la literatura publicada.

Material y métodos: Estudio retrospectivo de todos los pacientes diagnosticados y tratados de abscesos cervicales profundos infantiles durante 15 años (2002-2016), analizando las características demográficas, clínicas, diagnósticas y terapéuticas.
Resultados: Setenta y dos casos fueron diagnosticados. Se aprecia un incremento de su incidencia en los últimos años. La localización más frecuente han sido los abscesos periamigdalinos (30,6%), seguido de las adenopatías abscesificadas (18,1%), los abscesos parafaríngeos (16,7%) y los retrofaríngeos (16,7%). Las menos frecuentes han sido los abscesos submandibulares (12,5%) y parotídeos (5,6%). La distribución fue diferente según edad (p<0,001). El síntoma clínico más frecuente ha sido la fiebre (70,8%), seguido de la odinofagia (55,56%). Las pruebas de imagen más utilizadas han sido la TAC (50,7%) y la ecografía (28,2%). El tratamiento empleado fue farmacológico en el 11,1%, todos ellos adenopatías abscesificadas menores de 1,5cm de tamaño máximo. El otro 88,9% fue intervenido quirúrgicamente. Hubo recidiva en el 12,5% de los casos.
Conclusiones; La realización de amigdalectomía y/o cervicotomía precoz en abscesos mayores de 2cm o lesiones de localización profunda disminuye el número de complicaciones graves y no presenta recidivas. Al utilizar cirugía más conservadora, se han encontrado un 12,5% de recidivas.

Objective Kawasaki disease (KD) is an increasingly common vasculitis with risk of coronary artery aneurysms (CAAs). The last UK survey was in 1990, whereas current epidemiology, treatment patterns and complication rates are unknown. The aim of this study was to address this knowledge gap.

Methods A British Paediatric Surveillance Unit survey in the UK and Ireland from 1 January 2013 to 28 February 2015 ascertained demographics, ethnicity, seasonal incidence, treatment and complication rates.

Results 553 cases were notified: 389 had complete KD, 46 had atypical KD and 116 had incomplete KD; 2 were diagnosed at postmortem with an incidence of 4.55/100 000 children under 5 years, with a male to female ratio of 1.5:1 and a median age of 2.7 years (2.5 months–15 years). Presentation was highest in January and in rural areas. Most were white (64%), and Chinese and Japanese Asians were over-represented as were black African or African mixed-race children. 94% received intravenous immunoglobulin (IVIG). The overall CAA rate was 19%, and all-cardiac complications affected 28%. Those with CAA received IVIG later than in those without (median 10 days vs 7 days). Those under 1 year had fewer symptoms, but the highest CAA rate (39%). Overall 8 of 512 cases (1.6%) had giant CAA, and 4 of 86 cases (5%) under 1 year of age developed giant CAA. Mortality from KD was 0.36%.

Conclusions The UK and Ireland incidence of KD has increased and is more frequently seen in winter and rural areas. Delayed IVIG treatment is associated with CAA, suggesting earlier and adjunctive primary treatment might reduce complications to prevent CAA, particularly in the very young.

Objective Epidemics of Kawasaki disease (KD) are well known; however, the seasonal variation in the clinical course of KD is uncertain. The aim of this study was to investigate the seasonality in the clinical course of KD.

Methods This study included 744 patients who were admitted to six hospitals in Kitakyushu City for KD from 2010 to 2014. We divided the patients into two groups according to the average monthly temperature (warm and cold periods) and compared the clinical courses of KD.

Results The clinical courses of 715 patients who were initially treated with intravenous immunoglobulin (IVIG) were investigated. The proportion of patients with resistance to the initial IVIG therapy was significantly higher during the warm period than during the cold period (p=0.016). There was no seasonality in the proportion of patients with coronary artery abnormalities.

Conclusion Seasonality was observed in the response to IVIG therapy of patients with KD.

I read with interest the article by Vadoothker et al.1 The authors present an interesting review in the pathogenesis and management of herpes simplex virus (HSV) keratitis in the pediatric population. Although the authors highlight the fact that the treatment of HSV keratitis in children is challenging, however, some comments can be added to the management section of this article. Epithelial keratitis can be treated with topical antivirals at discretion of the treating physician, with good results in most of the cases without the need of systemic medication, using either 3% acyclovir ointment when available (in Europe or Latin-American), trifluridine or more recently ganciclovir ointment.

Background Diagnosis of intrathoracic tuberculosis (ITB) is limited in children partly by their difficulty to produce sputum specimen.

Objective To systematically review the detection yields of mycobacterial culture and Xpert MTB/RIF from induced sputum (IS), nasopharyngeal aspirate (NPA) and gastric aspirate (GA) in children with presumptive ITB.

Design Pubmed, Embase and Biosis databases and grey literature were searched. Randomised controlled trials, cohort, cross-sectional or case control studies using IS, GA and NPA for diagnosis of ITB published between January 1990 and January 2018 were included. Data were extracted on study design, case definition of presumptive ITB, sample collection methods, outcome measures and results.

Results 30 studies were selected, including 11 554 children. Detection yields for culture ranged between 1% and 30% for IS, 1% and 45% for GA and 4% and 24% for NPA. For Xpert MTB/RIF, it was between 2% and 17% for IS, 5% and 51% for GA and 3% and 8% for NPA. There was a tendency of better yields with IS when the pretest probability of ITB was low to moderate and with GA when it was high. Sampling a second specimen contributed for 6%–33% of the cumulative yield and combination of different methods significantly increase the detection yields.

Conclusions Despite the important study heterogeneity, any of the specimen collection methods offers good potential to confirm childhood ITB. However, their operational challenges were poorly evaluated. In the absence of a sensitive non-sputum based test, only a minority of children with ITB can be confirmed.

La enfermedad meningocócica invasiva (EMI), causada por la bacteria Neisseria meningitidis, supone una mortalidad y morbilidad significativas. La incidencia de la enfermedad alcanza el máximo entre lactantes <1 año y niños pequeños en todo el mundo. En Europa, el serogrupo B de N. meningitidis es responsable de más del 50 % de todos los casos de EMI, mientras que en Latinoamérica la mayoría de los casos de EMI se deben a los serogrupos B o C. El desarrollo de una vacuna efectiva frente al serogrupo B ha supuesto un reto para los investigadores a lo largo de más de medio siglo. Los polisacáridos capsulares del serogrupo B no eran antígenos vacunales apropiados, y el éxito de las vacunas de vesículas de la membrana externa (OMV) se limitaba a las cepas bacterianas homólogas. La vacunología inversa permitió desarrollar una vacuna meningocócica de 4 componentes que incluía tres antígenos novedosos y las OMVs (4CMenB). Cada componente de la vacuna posee una diana distinta. La vacuna 4CMenB ha sido autorizada basándose en datos de inmunogenicidad y seguridad, debido a que la baja incidencia de la enfermedad impide la realización de estudios de eficacia clínica. El análisis de anticuerpos bactericidas en suero con complemento humano (hSBA) mide los anticuerpos funcionales del suero de los sujetos vacunados (es decir, la inmunogenicidad vacunal) y constituye un correlato de protección aceptado. La cobertura de cepas vacunales se ha evaluado tanto mediante el análisis de la hSBA, como mediante otro método más conservador denominado Sistema de Tipificación de Antígenos Meningocócicos (MATS). Desde 2013, se han recogido datos de efectividad en vida real de 4CMenB. La vacuna resultó efectiva en el control de brotes de Norteamérica y los datos recientes de introducción de la vacuna en el programa nacional de vacunación de lactantes del Reino Unido, han revelado una efectividad vacunal del 82,9 % tras las dos primeras dosis, junto a un perfil de seguridad aceptable.

  • Sífilis. Enferm Infecc Microbiol Clin.2019;37:398-404

La sífilis está causada por la espiroqueta Treponema pallidum subsp. Pallidum, que se transmite por vía sexual o vertical durante la gestación. Su incidencia se ha incrementado en los últimos años, especialmente entre los hombres que tienen sexo con hombres. Sin tratamiento, la infección progresa en distintas fases que terminan en complicaciones irreversibles neurológicas y cardiovasculares. Para su clasificación diferenciamos entre sífilis precoz (primaria, secundaria y latente de menos de un año), que es infecciosa, de la sífilis tardía (latente de más de un año y terciaria), en la que el paciente no es contagioso. El diagnóstico y el tratamiento no es sencillo debido a la gran variedad de manifestaciones clínicas y a la dificultad en la interpretación de las pruebas serológicas. El tratamiento de la sífilis se basa en la administración de penicilina o de doxiciclina en casos de alergia. Con azitromicina se han descrito fracasos terapéuticos y se han encontrado resistencias. Los pacientes que hayan sido diagnosticados y tratados deben de ser seguidos para evaluar la respuesta al tratamiento y diagnosticar posibles reinfecciones.

Introducción: las infecciones por adenovirus tienen una presentación clínica variable y son una importante causa de morbilidad en la infancia. Frecuentemente reciben tratamiento antibiótico de forma innecesaria. Este estudio busca analizar las características de los pacientes con infección por adenovirus y ver si difieren de aquellos con infección bacteriana. Pacientes y métodos: se estudiaron 174 pacientes ingresados en un hospital terciario desde enero de 2009 hasta agosto de 2017 a los que se les detectó adenovirus. Se analizaron las variables clínicas y analíticas y se compararon con las de una muestra de pacientes diagnosticados de infección bacteriana confirmada en el mismo centro en 2016.Resultados: la tasa de pacientes con infección por adenovirus fue de 1,58/100 ingresos. El 64% eran varones, siendo la edad media de 17 meses. Los que solo presentaban síntomas gastrointestinales tenían una menor edad y resultados analíticos más favorables que los que solo mostraban síntomas respiratorios. Un 24,5% presentaban coinfección por otro virus, observándose en este grupo una mayor estancia hospitalaria (7,93 frente a 6,17 días, p = 0,006). Los criterios analíticos de infección bacteriana grave no mostraron diferencias significativas al comparar entre los pacientes infectados por adenovirus y los que tenían una infección bacteriana confirmada, excepto una diferencia mínima, aunque estadísticamente significativa, al comparar las cifras de proteína C reactiva. Conclusiones: las variables analíticas y clínicas estudiadas no son suficientes para discriminar entre infección bacteriana y por adenovirus. Sería adecuado descartar infección por adenovirus sistemáticamente antes de instaurar tratamiento antibiótico.

Introducción: a pesar de los numerosos estudios publicados hasta la fecha sobre el tratamiento hospitalario de la bronquiolitis y de la prometedora eficacia del suero salino hipertónico, lo cierto es que existe controversia al respecto. Material y métodos: estudio observacional prospectivo que evalúa la eficacia del suero hipertónico al 3% frente al suero fisiológico en el tratamiento hospitalario de la bronquiolitis, en términos de reducción de estancia y de puntuación de escala clínica de gravedad; en una segunda fase se analizan factores de riesgo asociados al reingreso por broncoespasmo de los mismos pacientes. Resultados: se analizan 67 de los 73 pacientes ingresados por bronquiolitis, de los cuales 9 recibieron fisiológico y 58 hipertónico, con o sin broncodilatador asociado. La estancia hospitalaria fue de 6,07 ± 3,12 días para el grupo fisiológico, y de 6,67 ± 4,36 días para el grupo con hipertónico. La media de la puntuación (Wood-Downes modificado por Ferrés) para el grupo con fisiológico fue de 3,67 ± 1,1 y de 3,16 ± 1,1 para los que recibieron hipertónico. Para la segunda fase se obtiene una tasa de reingresos del 8,2%. Conclusiones: no encontramos diferencias significativas entre ambos grupos en tiempo de hospitalización ni en mejoría de escala clínica y días de oxigenoterapia. Pese al reducido tamaño muestral no observamos ninguna tendencia a favor de diferencias significativas en nuestra muestra. Los factores más relacionados con el reingreso han sido la edad menor a 6 meses, el sexo masculino, el tener hermanos mayores y el tabaquismo familiar.

Background: Enterovirus (EV) D68 is mainly associated with acute respiratory infection (ARI). Since 2014, when outbreaks in different countries were observed, this emerging virus was considered a potential threat to public health.

Methods: During 2015–2017, the presence of enterovirus RNA was investigated in all respiratory samples of children younger than 15 years of age with ARI, obtained for virologic studies in the Pediatric Emergency Care Units and wards of 2 hospitals in Gipuzkoa (Spain), using a commercial multiplex real-time polymerase chain reaction. When enterovirus was detected, a polymerase chain reaction to amplify a specific viral polyprotein (VP1) gene region of EV-D68 was performed.

Results: In 2016, EV-D68 circulation was associated to ARI, with the highest incidence in the spring months. EV-D68 was detected in 44 children, mean age 30.1 ± 31.7 months old, 23 (52.3%) of them females and 17 (38.6%) with underlying respiratory medical conditions. Thirty-two patients (72%) required hospital admission, receiving the discharge diagnosis of recurrent wheezing (37.5%), asthmatic crisis (37.5%) or bronchiolitis (12.5%). Seven children (15.9%) needed the support of the pediatric intensive care unit. When coinfections were excluded, children with EV-D68 infection presented with increased work of breathing, recurrent wheezing or asthmatic crisis, more frequently than those with ARI associated with EV non-D68. Moreover, clinical outcomes (hospitalization, respiratory support) were more severe. All 44 EV-D68 strains detected belonged to lineage B3.

Conclusions: EV-D68 circulated widely in Gipuzkoa during 2016 and was associated with severe ARI. In children with severe ARI of unknown etiology, the presence of EV-D68 should be considered.

Conclusiones de los autores del estudio: la profilaxis antibiótica no está indicada para la prevención de cicatrices renales tras la primera o segunda infección urinaria febril en niños sanos.

Comentario de los revisores: la incidencia de cicatrices renales tras una infección urinaria febril en niños sanos es baja, en torno al 6%. No hay diferencias entre el grupo tratado profilácticamente con antibióticos y el grupo control, por lo que la administración de profilaxis antibiótica no está justificada.

  • Long‐term antibiotics for preventing recurrent urinary tract infection in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 4. Art. No.: CD001534. DOI: 10.1002/14651858.CD001534.pub4.

Debido a la enfermedad aguda causada por la infección de orina (IU) y al riesgo de daño renal permanente tras sufrir una pielonefritis, a muchos niños se les administran antibióticos a largo plazo destinados a prevenir la recurrencia. Esta es la tercera actualización de una revisión publicada por primera vez en 2001 y actualizada en 2006 y 2011.

El objetivo es evaluar si la profilaxis antibiótica a largo plazo fue más efectiva que el placebo / ningún tratamiento para prevenir la recurrencia de la IU en niños, y si es así, qué antibiótico fue el más efectivo. También evaluamos los daños del tratamiento antibiótico a largo plazo.

La conclusión a la que llegan los autores es que los antibióticos a largo plazo pueden reducir el riesgo de que se repita una IU sintomática en niños que han tenido una o más IU previamente, pero el beneficio puede ser pequeño y debe considerarse junto con el mayor riesgo de resistencia microbiana.

Background: Hepatitis C virus (HCV) is the most commonly encountered blood transmittable hepatitis among cancer patients. Several studies have reported clustering of HCV infections in families or household contacts of infected cases. Data about the epidemiologic aspects of intrafamilial transmission from pediatric cancer patients are scarce and still debated. We aimed to identify the magnitude of horizontal intrafamilial transmission of HCV from infected pediatric oncology patients; its prevalence, risk factors and possible routes of transmission.

Methods: One hundred fifty-seven (86 HCV positive, 71 HCV negative) pediatric oncology patients who received treatment and follow-up at Zagazig university Hospital-Egypt and their household family contacts (751) were enrolled in this cross-sectional case-control study. Blood samples were collected from 450 relatives of HCV infected cases (group 1) and 301 household contacts of HCV-negative cases (group 2) for analysis of HCV antibodies and HCV RNA to confirm positivity. Family contacts of HCV-infected cases were interviewed, and close-ended questionnaire was completed for each participant to determine risk factors and possible routes of HCV intrafamilial transmission.

Results: Significantly higher HCV prevalence and chronicity rates were documented among relatives of HCV-infected cases as compared with contacts of HCV-negative cases (12.6% and 10.6% for group 1 vs. 7% and 5.3% for group 2, respectively). Risk factors of infection were calculated by univariate and logistic regression analysis among contacts of HCV-infected cases. Female caregivers, particularly mother (OR 5.1, 95% CI: 2–13.5), contact with index cases blood, either directly without using personal protective equipment (OR 7.8, 95% CI: 2.9–23.8) or indirectly through common use of sharps (razors, scissors) (OR 8.9, 95% CI: 3.5–20.5) and nail clippers (OR 2.1, 95% CI: 1.1–5.4) and giving care to infected cases (OR 2.9, 95% CI: 1.3–16.6) represented the real predictors of intrafamilial HCV infection.

Conclusions: Intrafamilial transmission of HCV from infected children to their relatives does occur. Parenteral route is the only documented way of transmission either directly or indirectly.

  • Measles: Public Health England urges all parents to get their children vaccinated as cases spike. BMJ 2019;365:l2335.

  • David Oliver: Vaccination sceptics are immune to debate. BMJ 2019;365:l2244

Dos artículos que analizan el aumento de casos de sarampión en Inglaterra, hecho patente en muchos otros países de nuestro entorno, así como la incredulidad y hostilidad frente a la vacuna que han contribuido a la disminución de las tasas de vacunación de la triple vírica

Salud pública inglesa revela que los casos recientes de sarampión se produjeron principalmente en comunidades no vacunadas y estaban relacionados con viajes a países con grandes brotes actuales. Aunque las coberturas vacunales son elevadas con la primera dosis, (94.9% de los de 5 años), descienden a un 87,4% en las 2ª dosis, muy por debajo del 95% recomendado por la Organización Mundial de la Salud para garantizar una inmunidad efectiva para el conseguir el efecto rebaño.

El mes pasado, un informe de Unicef ​​mostró que alrededor de 169 millones de niños en todo el mundo no habían recibido su primera dosis de la vacuna contra el sarampión entre 2010 y 2017, y la Organización Mundial de la Salud descubrió que los casos de sarampión habían aumentado en un 300% en todo el mundo entre enero y abril de 2019. , en comparación con el mismo período en 2018.

Esta disminución de las tasas de vacunación se ha atribuido a la vacilación frente a la vacunación de médicos y gobiernos, agravada por la difusión de supuestos efectos adversos no probados, propagados por grupos “pseudocientíficos” en las redes sociales. Los argumentos se centran en la libertad individual y el derecho de los padres a tomar decisiones por sus propios hijos.

La OMS ha publicado directrices sobre cómo responder en público a quienes rechazan las vacunas. Tal vez sea mejor enfocarse en métodos efectivos para elevar las tasas de vacunación y aceptar que algunos debates no se pueden ganar o si se ganan solo serán para quedar mal.

Las infecciones neumocócicas son las principales causas de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Utilizamos datos de ingreso hospitalarios de rutina y análisis de modelos de series de tiempo para estimar el impacto de las vacunas conjugadas antineumocócicas siete y trece valentes (PCV7 y PCV13) en los ingresos hospitalarios debido a la enfermedad neumocócica en Inglaterra.

Se redujeron sustancialmente los ingresos hospitalarios por bacteriemia, meningitis y neumonía en Inglaterra después de la introducción de la vacunación infantil.

El diagnóstico rápido y preciso de la tuberculosis (TB) infantil es difícil porque los niños a menudo no pueden producir la muestra de esputo necesaria para las pruebas convencionales. Las heces son un tipo de muestra alternativa que es fácil de recoger en los niños. Los estudios que investigan el uso de heces para la detección molecular de Mycobacterium tuberculosis (Mtb) han dado resultados prometedores. El objetivo fue evaluar las heces como una muestra alternativa al esputo para la detección de Mtb en niños.

Las muestras de heces analizadas con el método TruTip y la amplificación IS6110 produjeron estimaciones de sensibilidad y especificidad comparables a otras pruebas como el Xpert.

Due to its innately intriguing nature and recent genomic technological advances, gut microbiome research has been at the epicentre of medical research for over a decade now. Despite the degree of publicisation, a comprehensive understanding and, therefore, acceptance of the area as a whole may be somewhat lacking within the broader medical community. This paper summarises the main analytical techniques and tools currently applied to compositional microbiome research. In addition, we outline five major lessons learnt from a decade of infant microbiome research, along with the current research gaps. Finally, we aim to provide an introduction and general guidelines relating to infant gut microbiome research for the practising paediatrician.

We searched and identified 17 randomised controlled trials (studies in which participants are assigned to one of two or more treatment groups using a random method), published before October 2018. All were conducted in Europe, and collectively included 3488 children. Twelve trials included children who were not prone to acute middle ear infections, whilst five trials included children who were prone to such infections.

Key results

One-third fewer children not prone to acute middle ear infection who took probiotics experienced acute middle ear infections compared to children not taking probiotics. However, probiotics may not benefit children prone to acute middle ear infection. Taking probiotics did not impact on the number of days of school that children missed. None of the studies reported on the impact of probiotics on the severity of acute middle ear infection. There was no difference between the group taking probiotics and the group not taking probiotics in the number of children experiencing adverse events (harms).

Quality of the evidence

The quality (or certainty) of the evidence was generally moderate (meaning that further research may change our estimates) or high (further research is unlikely to change our estimates). However, the trials differed in terms of types of probiotics evaluated, how often and for how long they were taken, and how the trial results were reported.

Actualidad bibliográfica junio 2019

Top Ten

El objetivo de este estudio es conocer las características epidemiológicas, clínicas y analíticas de la primoinfección por el virus de Epstein-Barr (VEB) en niños sin diagnóstico previo de ninguna enfermedad inmune y su relación con la forma de presentación clínica.

Estudio retrospectivo de pacientes entre 0 y 15 años con IgM sérica frente a la cápside viral del VEB positiva o indeterminada, durante un período de 22 meses. Se analizaron datos epidemiológicos, clínicos y de laboratorio y se compararon según tuvieran una clínica típica (síndrome mononucleósico) o no típica.

Se incluyeron 103 niños. La mediana de la edad fue de 7 años (3-12,5 años). El 63% de los pacientes presentaron clínica típica o síndrome mononucleósico y el 37% una clínica no típica. La edad fue significativamente menor en el grupo de clínica no típica (p=0,03) y recibieron menos tratamiento antibiótico (p=0,015). En los parámetros analíticos no hubo diferencias estadísticamente significativas excepto en la PCR, discretamente más elevada en el grupo de clínica típica (p=0,04). El 33% de los pacientes tuvieron anticuerpos heterófilos positivos. El 20% tuvieron una IgM frente a la cápside viral indeterminada, la mayoría con clínica oligosintomática o atípica. El 21% tuvieron IgM positivas para otros virus y 3 de ellos fueron posibles falsos positivos para el VEB.

En nuestra población, la primoinfección por VEB es frecuente en niños de menor edad, y en ellos predominan las formas oligosintomáticas. El porcentaje de anticuerpos heterófilos positivos ha sido muy bajo en nuestra muestra. Los casos con IgM frente a la cápside viral indeterminada son más frecuentes en el grupo de clínica no típica. Es común detectar coinfección con otros virus.

  • Oseltamivir para el tratamiento de la gripe en niños y adolescentes. An Pediatr (Barc). 2019;90(5):317.e1—317.e8.

Métodos: El Grupo de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica llevó a cabo una revisión de la bibliografía. Los hallazgos se analizaron mediante la metodología GRADE, y se elaboraron unas recomendaciones. Resultados: No se recomienda el uso sistemático de pruebas diagnósticas para la gripe en el ámbito ambulatorio y en urgencias hospitalarias en pacientes inmunocompetentes con un cuadro clínico compatible. No se recomienda el uso de antivirales a la gran mayoría de los pacientes sanos y asmáticos con gripe o sospecha de gripe estacional, si el objetivo es prevenir eventos graves. No se recomienda el uso de oseltamivir de forma sistemática en pacientes hospitalizados con gripe. Se recomienda tratar con oseltamivir a los pacientes con gripe y neumonía o enfermedad grave o a los pacientes críticos, especialmente durante las primeras 48 h de enfermedad. Se recomienda el tratamiento de los pacientes con factores de riesgo, teniendo en cuenta su enfermedad de base. La vacunación antigripal, junto a las medidas básicas de evitación, continúan siendo la principal herramienta en la prevención de la gripe.

Conclusión: En algunas situaciones hay datos suficientes para emitir recomendaciones claras. En otras situaciones los datos son incompletos y solo permiten hacer recomendaciones débiles.

La infección del tracto urinario se define como el crecimiento de microorganismos en orina recogida de forma estéril, en un paciente con síntomas clínicos compatibles. En ausencia de sintomatología el aislamiento de bacterias en urocultivo se denomina bacteriuria asintomática y no precisa tratamiento.  

La infección por Chlamydia trachomatis es un importante problema de salud pública mundial y la principal causa bacteriana de infecciones de transmisión sexual. La infección puede transmitirse a través del canal del parto, pudiendo ocasionar nasofaringitis y/o conjuntivitis neonatal (habitualmente 5-12 días tras el parto), así como neumonía en los 3 primeros meses de vida1,2. El diagnóstico etiológico de estas infecciones es importante, porque la sintomatología no se diferencia de la causada por otros microorganismos y los tratamientos que no incluyan un macrólido pueden no ser eficaces frente a C. trachomatis. El objetivo del presente trabajo fue investigar la tasa de transmisión perinatal de la infección por C. trachomatis.

Entre octubre/2010 y septiembre/2015 se estudió prospectivamente, mediante una técnica de amplificación de ácidos nucleicos (TAAN) en tiempo real (Cobas® 4800 CT/NG, Roche), la presencia de C. trachomatis en 103 hijos de madres infectadas,…

detectadas en un cribado puerperal realizado en el Hospital Universitario Donostia (HUD) 3 . Este estudio de investigación fue aprobado por el Comité de Ética del HUD (acta 9/2010). Los niños, como todos los recién nacidos en el HUD, recibieron profilaxis ocular neonatal con pomada oftálmica de tobramicina hasta octubre de 2013 o hidrocloruro de clortetraciclina con posterioridad. La transmisión vertical en el neonato se evaluó 7-10 días tras el parto mediante una exploración física y la obtención de exudado faríngeo, suplementado con exudado conjuntival en el último año del estudio y en los casos con sospecha de conjuntivitis. Los neonatos infectados fueron tratados por vía oral con eritromicina 14 días mientras estuvo la formulación disponible en el hospital o con posterioridad azitromicina 3 días. Se realizó seguimiento clínico durante 3 meses (instrucción a los padres para acudir a la consulta en caso de aparición de síntomas de conjuntivitis, neumonía o nasofaringitis, y confirmación de la ausencia de síntomas telefónicamente al finalizar el periodo).

Se constató transmisión vertical en 11 (10,7%) niños (5 varones, 6 mujeres), distribuidos uniformemente en el período de estudio. El porcentaje ascendió al 15,5% (11/71) excluyendo los nacidos por cesárea y/o de madres que recibieron tratamiento antibiótico en las 48 h preparto ( tabla 1 ). C. trachomatis se detectó en el 8,7% de las muestras faríngeas (9/103) y el 17,6% (6/34) de las conjuntivales (p = 0,15). Siete niños infectados estaban asintomáticos y 4 (3,9% del total de vigilados) presentaban conjuntivitis, en un caso asociada a cuadro catarral. Todos los casos recibieron tratamiento antibiótico (7 eritromicina, 4 azitromicina), resolviéndose la infección tempranamente en 7/8 que acudieron al control microbiológico a los 15 días; en otro caso, la detección de C. trachomatis y la sintomatología (conjuntivitis) persistió durante 2 meses, por inadecuada dispensación del tratamiento por los padres. 

Casos clínicos

La enfermedad por arañazo de gato (EAG) es una enfermedad benigna y autolimitada causada por Bartonella henselae. Clásicamente se presenta con linfadenopatía regional, pero en un 5-15% de casos se puede presentar de forma sistémica1 considerándose parte del diagnóstico diferencial de la fiebre de origen desconocido (FOD). Presentamos los casos de 2 pacientes con EAG diseminado atendidos en el hospital NCH, Columbus, Ohio, EE.UU.

Niño de 14 años sano, con fiebre de 16 días,…

A healthy 2-year-old child was referred to the paediatric emergency department for febrile torticollis with 1 cm painful cervical lymph nodes. Blood tests showed 20.8 mg/L C reactive protein and an acute Epstein-Barr virus infection. The persistence of torticollis despite a regular intake of both paracetamol and ibuprofen for 2 weeks suggested another aetiology. A CT scan associated with MRI showed an inflammatory process at the C1–C2 vertebrae (figure 1), and Kingella kingae-specific PCR was positive on biopsy. Cefamandole (150 mg/kg/day) was given intravenously for 7 days, followed by oral amoxicillin …

A 7-year-old girl developed severe neck stiffness and trismus while on treatment for a presumed throat infection. Examination findings included a fixed torticollis with restricted neck movements in all directions (figure 1); erythematous tonsils and cervical lymphadenopathy. Group A strep was cultured from her throat swab. She coincidentally had diabetes mellitus. CT neck with contrast revealed subluxation of C1/C2 (figure 2, left); and bilateral retropharyngeal, deep …

An 11-year-old girl with trisomy 21 and severe atopic dermatitis was admitted for fever of 4 days and nonitchy diffuse thick crusted scaly rash of unknown duration. Prior to the onset of the rash, she had been maintained on topical triamcinolone 1% as treatment for atopic dermatitis. Physical examination revealed elevated temperature (38.7°C), tachycardia (127 beats per minute), diffuse dry hyperkeratotic crusts (Figure, A and B), and areas of skin tenderness and erythema (Figure, B [arrow]). The rest of the examination was unremarkable. Laboratory evaluation showed leukocytosis and neutrophilia. Direct microscopy of skin scrapings revealed live scabies mites and eggs, confirming the diagnosis of Norwegian scabies. She was treated with topical permethrin 5% for 2 weeks, 7 daily doses of oral ivermectin, 200 μg/kg each (days 1, 2, 8, 9, 15, 22, and 29), and a 7-day course of clindamycin for possible superimposed bacterial infection. The rash improved within 1 week (Figure, C and D). She had negative HIV testing, normal lymphocytic subset, and B cell panel. Immunoglobulin levels showed elevated IgG and IgE and normal IgM.

A 27-month-old boy was referred to pediatric dermatology for the evaluation of crusts on his eyelashes; they had been present for 2 months and were increasing in number. The crusts had appeared after a trip to Bulgaria, where his family had been sleeping in several different hotels and places. Physical examination showed crusts on both eyelashes and a few crusts on the front part of his scalp. He had slight conjunctivitis and palpebral pruritis. The child was in good health and the physical examination was otherwise normal. His weight was 13.5 kg.

Findings of a dermoscopy examination revealed that the crusts actually consisted of agglomerates of nits on the proximal side of the eyelashes, and several parasites were visible (Figure). There were a few parasites on the front part of his scalp hair also. The hair on his father’s chest had several nits. Parasitology examination revealed that the parasites were Phtirus pubis. The child and his parents were given oral ivermectin 400 μg/kg (day 1 and day 7) and topical ophthalmologic rifamycin ointment once a day for 7 days, along with manual removal of the nits and parasites. Complete remission was obtained after 3 weeks of treatment. After interrogation, we concluded that phthiriasis had been transmitted from the father’s chest to the child, who used to sleep on the chest of his parents.

Para profundizar

To determine whether treatment for urinary tract infections in children could be individualized using biomarkers for acute pyelonephritis.

Study design

We enrolled 61 children with febrile urinary tract infections, collected blood and urine samples, and performed a renal scan within 2 weeks of diagnosis to identify those with pyelonephritis. Renal scans were interpreted centrally by 2 experts. We measured inflammatory proteins in blood and urine using LUMINEX or an enzyme-linked immunosorbent assay. We evaluated serum RNA expression using RNA sequencing in a subset of children. Finally, for children with Escherichia coli isolated from urine cultures, we performed a polymerase chain reaction for 4 previously identified virulence genes.

Results

Urinary markers that best differentiated pyelonephritis from cystitis included chemokine (C-X-C motif) ligand (CXCL)1, CXCL9, CXCL12, C-C motif chemokine ligand 2, INF γ, and IL-15. Serum procalcitonin was the best serum marker for pyelonephritis. Genes in the interferon-γ pathway were upregulated in serum of children with pyelonephritis. The presence of E coli virulence genes did not correlate with pyelonephritis.

Conclusions

Immune response to pyelonephritis and cystitis differs quantitatively and qualitatively; this may be useful in differentiating these 2 conditions.

Acute otitis media (AOM) is one of the most common childhood infections, generally thought to be caused by ascension of bacteria from the nasopharynx (NP) to the middle ear. Using 16S ribosomal RNA-based sequencing, we evaluated the relationship between the NP and middle ear fluid (MEF) microbiota in children with AOM with tympanostomy tubes (AOMT) as a proxy for AOM and explored whether microbiota profiling predicts natural disease course.

Microbiota profiles of paired NP and MEF samples of 94 children below 5 years of age with uncomplicated AOMT were determined.

Local diversity (P < 0.001) and overall microbiota composition (P < 0.001) of NP and MEF samples differed significantly, although paired NP and MEF samples were much more similar than unpaired samples (P < 0.001). High qualitative agreement between the presence of individual bacteria in both niches was observed. Abundances of Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes, Turicella otitidis, Klebsiella pneumoniae and Haemophilus spp. were strongly correlated between the 2 niches. Additionally, P. aeruginosa, S. aureus, T. otitidis and Streptococcus pneumoniae abundance in NP were predictive of the presence of a range of oral types of bacteria in MEF. Interestingly, there was no association between Moraxella catarrhalis in NP and MEF samples, which was highly present in NP but virtually absent in MEF. Finally, the NP microbiota composition could predict duration of AOMT, even better than MEF microbiota.

We observed substantial correlations between paired NP and MEF microbiota in children with AOMT. Our data also suggest that NP microbiota profiling deserves further exploration as tool for future treatment decisions.

The Mantoux tuberculin test (TST) is likely the oldest widely used test in contemporary diagnostics. In the past, when its obvious weaknesses were considered, it always “received a pass” because of the lack of an alternative test. However, with the advent and improvement of interferon γ release assays (IGRAs), we feel it is past time to reconsider the widespread use of TSTs.

Existen datos limitados acerca de los abscesos perianales (AP), con respecto a su etiología y tratamiento. Este estudio retrospectivo tiene como objetivo definir las características de los niños con AP, detallar nuestra experiencia en el campo de las enfermedades infecciosas pediátricas y determinar los factores que influyen en los resultados clínicos.

Entre enero de 2005 y julio de 2015 se llevó a cabo una revisión retrospectiva de niños con AP sin enfermedad subyacente en un hospital de referencia de nivel terciario. La información incluyó características demográficas, síntomas, tamaño y localización del absceso, recurrencias de los abscesos, hallazgos de laboratorio y microbiológicos, modalidades de tratamiento, diagnóstico de enfermedades sistémicas al finalizar las investigaciones etiológicas y pronóstico.

Resultados

En el estudio se incluyeron 47 pacientes, con predominio masculino (93,6 frente a 6,4%, p<0,001). La mediana de edad fue de 7,7 meses (rango intercuartílico 1,8 a 13,7 meses) y 40 de los niños (85,1%) tenían menos de 2 años de edad. Cuatro AP drenaron espontáneamente y 7 curaron sin necesidad de drenaje (23,4%). Se aplicó drenaje mediante incisión simple a 36 pacientes (76,5%) y 6 AP requirieron de fistulotomía (12,7%). Se observaron abscesos recurrentes en 25 pacientes (53,1%). Tres pacientes con AP recurrentes fueron diagnosticados de enfermedad inflamatoria intestinal al finalizar las investigaciones.

Conclusiones

De acuerdo con los hallazgos del presente estudio, la determinación de la cifra de leucocitos, así como de los reactantes de fase aguda, parece ser útil en la primera evaluación de los niños con AP. En cuanto a las altas tasas de recurrencia en pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos, resulta razonable el uso de enfoques conservadores para pacientes menores de 2 años.

To develop a scale for the severity of mononucleosis.

One to 5 percent of college students develop infectious mononucleosis annually, and about 10% meet criteria for chronic fatigue syndrome (CFS) 6 months following infectious mononucleosis. We developed a severity of mononucleosis scale based on a review of the literature. College students were enrolled, generally when they were healthy. When the students developed infectious mononucleosis, an assessment was made as to the severity of their infectious mononucleosis independently by 2 physicians using the severity of mononucleosis scale. This scale was correlated with corticosteroid use and hospitalization. Six months following infectious mononucleosis, an assessment is made for recovery from infectious mononucleosis or meeting 1 or more case definitions of CFS.

In total, 126 severity of mononucleosis scales were analyzed. The concordance between the 2 physician reviewers was 95%. All 3 hospitalized subjects had severity of mononucleosis scores ≥2. Subjects with severity of mononucleosis scores of ≥1 were 1.83 times as likely to be given corticosteroids. Students with severity of mononucleosis scores of 0 or 1 were less likely to meet more than 1 case definition of CFS 6 months following infectious mononucleosis.

The severity of mononucleosis scale has interobserver, concurrent and predictive validity for hospitalization, corticosteroid use, and meeting criteria for CFS 6 months following infectious mononucleosis.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(6):547-552

BACKGROUND:

There are no recent descriptions of measles hospitalizations and complications in US children despite outbreaks within the past decade-including 2 in Minnesota (2011 and 2017). The objective of our study was to describe complications, hospital management and resource utilization for children hospitalized for measles at a US children’s hospital.

METHODS:

Retrospective case series of children (0-18 years of age) hospitalized for measles (observation/inpatient diagnosis code for measles) at Children’s Minnesota, January 1, 2011, to September 1, 2017. Descriptive statistics were performed.

RESULTS:

Thirty-three patients were included (7 from 2011 and 21 from 2017 outbreaks). Median age was 27 months (range, 6-95 months), 94% were Black or African American (73% Somali ethnicity), 88% had medical assistance and 91% were unvaccinated to measles. Poor feeding was a primary reason for admission (97%); additional complications included otitis media (42%), pneumonia (30%), tracheitis (6%) and keratitis (3%). Additional testing was common [chest radiographs (70%), blood cultures (64%), nonmeasles viral testing (42%)]. Seventy-three percent received antibiotics, 30% required oxygen and 21% received vitamin A. Median length of stay was 3.7 days (range, 1.1-26.2 days); 1 patient was readmitted. Median direct cost in 2017 was $5291 (interquartile range : $3907-$7519), and estimated total cost to the hospital for the 2017 outbreak was $1.3 million.

CONCLUSIONS:

Clinicians should be aware of measles complications and treatment. Public and private health efforts should continue to focus on immunization, given significant implications of measles infections for patients and healthcare systems. Future studies may assess complications of measles across the United States as individual outbreaks often occur in specific populations, making generalization of results challenging.

BACKGROUND:

Pertussis continues to be a significant public health problem despite high levels of vaccination. Although hospitalizations and deaths among children greater than 12 months of age are much less frequent than among infants less than 6 months of age, only limited information is available for this age group on other measures of morbidity.

METHODS:

A cross-sectional study with a 6-week follow-up component was conducted in New South Wales, Australia in 2017 to measure morbidity among children 12-59 months of age notified to health authorities. Measures used included cough duration, cough severity, constitutional symptoms and impacts on the family. Associations between these outcomes and age group, vaccination status, asthma, treatment and family structure were explored.

RESULTS:

Three hundred and five of 472 (65%) notified cases were interviewed at baseline with approximately 20% having a severe cough with no trend in prevalence across age groups. Forty-eight percent of cases had experienced 3 or more constitutional symptoms with rates significantly higher among younger children. Children who had received an 18-month booster vaccination were significantly less likely to experience 3 or more constitutional symptoms (odds ratio: 0.46, 95% confidence interval: 0.22-0.97). Fifty-one percent of cases were still coughing at 6 weeks. One-third of carers initially reported having disrupted sleep 4 or more nights per week with substantial disruption to carers’ sleep still recorded at 6 weeks.

CONCLUSIONS:

Substantial morbidity was observed in this age group with some evidence that the reintroduction of an 18-month acellular pertussis booster lessened disease severity.

Clinical scenario

A 3-year-old boy is brought into the accident and emergency department by his mother in visible respiratory distress. His mother explained that it started a few days ago with a fever and a bit of a cough and she thought that he had what all children got around this time of year. Since then, however, he has not got any better, and this morning when he woke up she noticed that he was breathing extremely quickly and making strange noises that sounded like grunts. The doctors diagnosed him with a severe community-acquired pneumonia and explained that he would have to be admitted for intravenous antibiotics and close observation. The next morning on the ward round the consultant was very worried about him as he was showing many of the features of very severe pneumonia. You have read that zinc could be useful in severe pneumonia in children and ask if it could help.

Clinical question

As an adjunct to standard treatment, does zinc (intervention) reduce mortality and/or accelerate recovery (outcome) in children under 5 years with severe pneumonia (patient)? …

Current BTS guidelines2 do not recommend zinc supplementation for children with severe pneumonia. This may reflect a presumption that their dietary intake is sufficient which may not be true in other parts of the world. Studies from low/middle-income countries have shown that while zinc does not accelerate recovery, it may reduce mortality. This effect should be assessed in children from high-income countries, and if effective, a correct dose is determined. OK, para casos clínicos

Objectives To determine the performance of procalcitonin (PCT), C reactive protein (CRP) and absolute neutrophil count (ANC) in identifying invasive bacterial infection (IBI) among well-appearing infants ≤21 days old with fever without source and no leukocyturia. To compare this performance with that in those 22–90 days old.

Design Substudy of a prospective single-centre registry performed between September 2008 and August 2017.

Setting Paediatric emergency department of a tertiary teaching hospital.

Patients 196 infants ≤21 days old and 1331 infants 22–90 days old.

Main outcome measures Sensitivity and negative likelihood ratio of blood tests for ruling out IBI (positive blood or cerebrospinal fluid culture). Abnormal blood test results: PCT ≥0.5 ng/mL, CRP >20 mg/L and ANC >10 000/µL.

Results Prevalence of IBI in infants ≤21 days old with normal or any abnormal blood test result was 3.6% and 6.8%, respectively (OR 0.52 (95% CI 0.13 to 2.01)), compared with 0.2% and 4.5% in older infants (OR 0.03 (95% CI 0 to 0.17)). Sensitivity and negative likelihood ratio of the blood tests for ruling out IBI in infants ≤21 days were 44.4% (95% CI 18.9% to 73.3%) and 0.79 (95% CI 0.43 to 1.44), respectively (vs 84.6% (95% CI 57.8% to 95.7%)%) and 0.19 (95% CI 0.05 to 0.67) in older infants). The values improved in infants with fever ≥6 hours aged 22–90 days, but not in those ≤21 days.

Conclusions PCT, CRP and ANC are not useful for ruling out IBI in febrile infants ≤21 days old. It is still recommended that these patients are admitted and given empirical antibiotic therapy, regardless of their general appearance or blood test results.

Objectives This study aimed to prospectively collect detailed clinical information for all enterovirus (EV) and human parechovirus (HPeV) meningitis cases in infants aged <90 days in the UK and Ireland.

Participants, design and setting Prospective, active national surveillance during July 2014 to July 2015 through the British Paediatric Surveillance Unit. Reporting paediatricians completed questionnaires requesting information on clinical presentation, investigations, management and outcomes at hospital discharge and after 12 months.

Main outcome measures To describe the clinical burden of EV and HPeV meningitis in infants aged <90 days.

Results During the 13-month surveillance period, 703 cases (668 EV, incidence0.79/1,000 live- births; 35 HPeV, 0.04/1,000 live-births) were identified. The most common clinical presentations were fever (EV: 570/668(85%); HPeV: 28/35(80%)), irritability (EV: 441/668(66%); HPeV: 23/35(66%)) and reduced feeding (EV: 363/668(54%); HPeV 23/35(66%)). Features of circulatory shock were present in 27% (182/668) of EV and 43% (15/35) of HPeV cases. Overall, 11% (76/668) of EV and 23% (8/35) of HPeV cases required intensive care support. Nearly all cases (678/703, 96%) were confirmed by cerebrospinal fluid (CSF) PCR, with 52% (309/600) having normal CSF white cell count for age. Two infants with EV meningitis died (2/668, 0.3%) and four survivors (4/666, 0.6%) had long-term complications at 12 months’ follow-up. Infants with HPeV meningitis survived without sequelae. Overall 189 infants had a formal hearing test and none had sensorineural hearing loss.

Conclusion The incidence of laboratory-confirmed EV/HPeV meningitis in young infants is more than twice that for bacterial meningitis. Less than 1% will develop severe neurological complications or die of their infection. Further studies are required to formally assess long-term neurodevelopmental sequelae.

  • Pneumococcal conjugate vaccines for preventing acute otitis media in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 5. Art. No.: CD001480. DOI: 10.1002/14651858.CD001480.pub5

The evidence is current up to 29 March 2019. We included 11 trials of PCVs versus control vaccines (meningococcus type C conjugate vaccine in three trials, and hepatitis A or B vaccine in eight trials) involving a total of 60,733 children. The PCVs used in the trials contained 7 to 11 different types of pneumococcus. None of the trials used the newer PCV containing 13 different types. Most trials were funded by pharmaceutical companies. Overall, risk of bias was low. In seven trials (59,415 children), children received PCVs in early infancy, and four trials included 1318 children aged one year and over who were either healthy or who had previous respiratory illness or frequent acute middle ear infections.

Administration of the licenced CRM197-PCV7 and PHiD-CV10 during early infancy is associated with large relative risk reductions in pneumococcal AOM. However, the effects of these vaccines on all-cause AOM is far more uncertain. We found no evidence of a beneficial effect on all-cause AOM of administering PCVs in high-risk infants, after early infancy (i.e. in children one year and above), and in older children with a history of respiratory illness. Compared to control vaccines, PCVs were associated with an increase in mild local reactions (redness, swelling), fever, and pain and/or tenderness. We found no evidence of a difference in more severe local reactions, fever, or serious adverse events judged causally related to vaccination.  

  • La importancia de la vigilancia epidemiológica de los enterovirus emergentes. An Pediatr (Barc). 2019;90(5):326-327

Con relación a la reciente publicación titulada «Patología neurológica aguda por enterovirus: revisión de casos clínicos en un hospital andaluz de tercer nivel tras brote epidémico de Cataluña»1 y dada la importancia y trascendencia del tema que trata desde el punto de vista neuropediátrico, nos gustaría realizar algunas reflexiones y aportar algunos comentarios.

Actualidad bibliográfica mayo 2019

Top ten

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(5):e107-e109

Bordetella pertussis is prevalent among infants, but its diagnosis is complicated by the fact that its signs and symptoms overlap with respiratory viruses. Indeed, when evaluating the etiology of infants less than 1 year of age suspected of having pertussis, we found that respiratory viruses frequently mimic B. pertussis and are more likely to be the causative agent.

Background: Detection of cytomegalovirus (CMV) DNA by real-time polymerase chain reaction (rt-PCR) in dried blood spots (DBSs) collected for newborn screening has been assessed for retrospective diagnosis of congenital CMV (cCMV) infection, with variable results (sensitivities ranging from 34% to 100%). We aimed to assess the accuracy of this technique in Spain in a large patient series.

Methods: Ambispective, multicenter study including patients with confirmed cCMV from the Spanish Registry of cCMV patients. cCMV was established on the presence of CMV DNA in any body fluid, by positive culture findings or by molecular techniques during the first 2 weeks of life. Children in whom cCMV had been excluded were used as negative controls. Neonatal DBS samples were collected from both groups. The presence of CMV DNA was assessed by rt-PCR (RealStar CMV, Altona, Germany) in a central laboratory.

Results: One-hundred three patients and 81 controls from 10 hospitals were included. The performance of CMV DNA determination in DBS for the diagnosis of cCMV was as follows (95% confidence interval): sensitivity 0.56 (0.47–0.65), specificity 0.98 (0.91–0.99), positive likelihood ratio 22.81 (5.74–90.58) and negative likelihood ratio 0.45 (0.36–0.56). Sensitivity increased with the birth viral load (bVL) log category. In cCMV patients, lower bVL was the single variable associated with a negative DBS rt-PCR result (P = 0.017).

Conclusions: The sensitivity of CMV rt-PCR in DBS in our series was low and correlated with the bVL. Thus, a negative DBS result would not rule out cCMV infection, especially in patients with a low viremia level at birth.

Background: Infective endocarditis (IE) remains a diagnostic and therapeutic challenge associated with high morbidity and mortality. We evaluated the microbial profile and clinical manifestation of IE in children.

Methods: A retrospective study examining pediatric IE cases treated between 2000 and 2017 at the Department of Pediatric Cardiology, KU Leuven, was conducted. Clinical presentation, treatment, complications, outcome of IE, underlying microorganisms and congenital heart defects were reviewed.

Results: Fifty-three patients were diagnosed with IE. Overall, 19 patients (36%) required cardiac surgery. Seven patients (13%) died. Eighty-seven percent of patients had an underlying congenital cardiac defect. Eighteen (34%) children presented with prosthetic graft IE. A causative organism was found in 49 (92%) cases: viridans group streptococci were identified in 17 (32%), Staphylococcus aureus in 13 (25%) and coagulase-negative staphylococci in 11 (20%) children. Community-acquired (CA) IE increased significantly from 8 (33%) cases in 2000–2007 to 20 (74%) cases in 2008–2017 (P < 0.01). Even with viridans streptococci being significantly more prevalent in the CA group (P < 0.01), we did not observe an increase of streptococcal IE from 2008 to 2017. Seventeen (32%) patients presented with hospital-acquired IE during the first year of life with 14 (82%) children after surgery and a prevalence of coagulase-negative staphylococci (53%).

Conclusions: The incidence of pediatric IE was similar over the investigated time period with a shift toward CA IE. Streptococci and staphylococci accounted for the majority of cases in both periods. Awareness of IE and its prevention is crucial in patients after implantation of prosthetic grafts.

Objective To assess the effect of the duration of fever after the initiation of treatment (FAT) of febrile urinary tract infections (UTI) on the development of permanent renal lesions based on dimercaptosuccinic acid (DMSA) scintigraphy findings. To evaluate the FAT contribution to permanent renal lesion formation in relation to fever before treatment initiation (FBT), the presence of vesicourinary reflux (VUR), age and severity of infection.

Methods The inpatient records of 148 children (median age: 2.4 months (11 days to 24 months)) with a first episode of UTI during a 3-year period were analysed. DMSA findings, and clinical and laboratory parameters were evaluated.

Results Among the study population, 34/148 (22.97%) children had permanent renal lesions on the DMSA scan 6 months after a single episode of UTI. Twenty-three children (15.5%) had mild, 10 (6.7%) had moderate and 1 (0.6%) child had severe lesions on the DMSA. FAT prolongation >/48 hours was associated with older age (p=0.01) and increased absolute neutrophil count (p=0.042). The likelihood of lesions was significantly increased when FAT was ≥48 hours (R2=0.043, p=0.021). On multiple regression analysis, with the addition of FBT>/72 hours (0.022), the presence of VUR (p<0.001), C-reactive protein (p=0.027) and age (p=0.031), the effect of FAT on lesion development disappeared (p=0.15).

Conclusions Prolongation of FAT≥48 hours of febrile UTI in children <2 years significantly contributes to the development of permanent renal lesions. However, delay in treatment initiation >/72 hours, the presence of VUR, older age and infection severity seem to be more significant predictors of the development of renal lesions.

El Erythrovirus B19 (anteriormente denominado parvovirus B19) es el agente etiológico del eritema infeccioso que afecta mayoritariamente durante la infancia y la adolescencia, pero también está relacionado con artropatías, crisis aplásicas y abortos en adultos. El propósito de esta revisión es estudiar las características de las infecciones causadas por Erythrovirus B19 diagnosticadas en nuestro hospital en los últimos 6 años y las diferencias entre la población adulta y la pediátrica.

Estudio retrospectivo de los casos diagnosticados de Erythrovirus B19 mediante serología, entre enero de 2010 y diciembre de 2015.

Fueron diagnosticados 56 casos, 34 adultos (32 mujeres y 2 varones) y 22 menores de 18 años (12 niñas y 10 niños). El 75% de los casos se dieron entre primavera y verano. Seis fueron en gestantes y en 2 hubo complicaciones graves que conllevaron la muerte fetal. En la población pediátrica los síntomas más frecuentes fueron fiebre (64%), exantema (50%) y anemia (55%). En adultos las artralgias (59%) y menos frecuentemente la anemia (41%), la fiebre (32%) y el exantema (29%).

En pediatría la clínica más frecuente es el exantema y la fiebre, y en adultos las artralgias. También es frecuente la anemia, los casos más graves en presencia de enfermedad hematológica previa. Hay que destacar la grave afectación que pueden sufrir los fetos en las gestantes.

Introducción

La gripe es una enfermedad generalmente benigna, pero en ocasiones puede ocasionar complicaciones graves. Existe controversia sobre los beneficios del tratamiento con antivirales.

Proporcionar unas recomendaciones sobre el tratamiento con oseltamivir en pacientes pediátricos con gripe, basadas en los mejores datos disponibles y válidas en nuestro medio.

El Grupo de Infecciones Respiratorias de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica llevó a cabo una revisión de la bibliografía. Los hallazgos se analizaron mediante la metodología GRADE, y se elaboraron unas recomendaciones.

No se recomienda el uso sistemático de pruebas diagnósticas para la gripe en el ámbito ambulatorio y en urgencias hospitalarias en pacientes inmunocompetentes con un cuadro clínico compatible. No se recomienda el uso de antivirales a la gran mayoría de los pacientes sanos y asmáticos con gripe o sospecha de gripe estacional, si el objetivo es prevenir eventos graves. No se recomienda el uso de oseltamivir de forma sistemática en pacientes hospitalizados con gripe. Se recomienda tratar con oseltamivir a los pacientes con gripe y neumonía o enfermedad grave o a los pacientes críticos, especialmente durante las primeras 48h de enfermedad. Se recomienda el tratamiento de los pacientes con factores de riesgo, teniendo en cuenta su enfermedad de base. La vacunación antigripal, junto a las medidas básicas de evitación, continúan siendo la principal herramienta en la prevención de la gripe.

En algunas situaciones hay datos suficientes para emitir recomendaciones claras. En otras situaciones los datos son incompletos y solo permiten hacer recomendaciones débiles.

There is a great variability in the management of the young febrile infant.1 25-30% of young infants with a history of fever are afebrile on arrival to the ED.2 Uncertainty over the prevalence of SBI in infants presenting afebrile to the ED may contribute to management variability. In the study conducted by Ramgopal et al, the prevalence of SBI was lower among infants afebrile on ED presentation compared with those who were febrile. Nevertheless, the rate of SBI remained substantial and the rate of invasive bacterial infection (bacteremia and meningitis) did not show significant differences among the infants who did and did not have fever documented in the ED. This suggests that clinical and laboratory evaluation in the ED should not be altered based solely on the infant’s temperature at ED presentation.

  • Maternal pertussis vaccination and its effects on the immune response of infants aged up to 12 months in the Netherlands: an open-label, parallel, randomised controlled trialLancet Infect Dis. 2019 Apr;19(4):392-401.

Resumen: los hijos de madres vacunadas contra tos ferina en el tercer trimestre de embarazo tardan más en desarrollar anticuerpos propios frente a la enfermedad en caso de haber sido vacunada su madre durante el embarazo. Las consecuencias clínicas de este dato están por establecer. No obstante, el nivel de antivcuerpos pasivos maternos en niños vacunados, soportaría perfectamente un retraso en el inicio de la vacunación a los 3 meses de edad. Queda claro la interferencia de los anticuerpos maternos sobre la respuesta inmunitaria a la vacuna puesta al niño. Las consecuencias clínicas de esta interferencia quedan por establecerse.

Thirty-three studies were reviewed and provide the best available evidence. The studies tested 6352 children (3 days to 17 years of age) who were receiving probiotics co-administered with antibiotics to prevent AAD. The participants received probiotics (Lactobacilli spp., Bifidobacterium spp., Streptococcus spp., or Saccharomyces boulardii alone or in combination), placebo (pills not including probiotics), other treatments thought to prevent AAD (i.e. diosmectite or infant formula) or no treatment. The studies were short-term, ranging in length from 5 days to 12 weeks. Analyses showed that probiotics are effective for preventing AAD. The incidence of AAD in the probiotic group was 8% (259/3232) compared to 19% (598/3120) in the control group, demonstrating a moderate reduction (11% fewer will suffer diarrhea). For every 9 children treated, probiotics will prevent one case of diarrhea. Further, evidence suggests that higher dose probiotics (≥ 5 billion CFUs per day) reduce the incidence of AAD in the probiotic group by 8% (162/2029) compared to 23% (462/2009) in the control group, demonstrating a moderate to large reduction (15% fewer suffer diarrhea). Probiotics were generally well tolerated, and minor side effects (e.g. rash, nausea, gas, flatulence, abdominal bloating, constipation) occurred infrequently. . Evidence suggested that probiotics are effective for a moderate reduction in duration of diarrhea (almost one day). Among the various probiotics evaluated, Lactobacillus rhamnosus or Saccharomyces boulardii at 5 to 40 billion colony forming units/day appear most appropriate for preventing AAD in children receiving antibiotics. It is premature to draw conclusions about the effectiveness and safety of ‘other’ probiotic agents for preventing AAD. Although no serious probiotic-related side effects were observed among the mostly otherwise healthy children who participated in the studies, serious side effects have been reported in observational studies not included in this review, including severely debilitated or immuno-compromised children with underlying risk factors including central venous catheter (a flexible tube used to give medicines) use and disorders associated with bacterial or fungal translocation (the passage of bacteria from the gut to other areas of the body).

In this update sixteen studies (2036 children randomised, 1977 analysed) were included. Seven studies (612 children) compared two or more types of antibiotics, six (1088 children) compared antibiotics with placebo or no treatment, one four-armed study compared circumcision with and without antibiotic treatment, one study compared dose of antibiotic, and one three-armed study compared two different antibiotics as well as no treatment. Of the sixteen included studies only one study was judged to be at low risk of bias for all domains, with the majority judged to be at unclear risk of bias due to very poorly reported methodology.

Long-term antibiotics may reduce the risk of repeat symptomatic UTI in children who have had one or more previous UTIs but the benefit may be small and must be considered together with the increased risk of microbial resistance.

·Risk Factors for Complications in Children with Staphylococcus aureus Bacteremia J Pediatr. 2019 May;208:214-220.e2

Objectives: To determine risk factors for complications in children with Staphylococcus aureus (S aureus) bacteremia, including methicillin resistance.

Study design: Single center, retrospective cohort study of children ≤18 years of age hospitalized with S aureus bacteremia. We compared clinical characteristics and outcomes between those with methicillin-sensitive S aureus (MSSA) and methicillin-resistant S aureus (MRSA) bacteremia. Multivariate regression models identified risk factors associated with developing complications and with longer duration of bacteremia.

Results: We identified 394 episodes of S aureus bacteremia, 279 (70.8%) with MSSA, and 115 (29.2%) with MRSA. Primary site of infection was catheter-related in 34%, musculoskeletal in 30%, skin/soft tissue in 10.2%, pneumonia in 6.4%, and endovascular in 6.6%. Eight children (2.0%) died within 30 days because of S aureus bacteremia, 15 (3.5%) had recurrence within 30 days, and 38 (9.6%) had complications including septic emboli or a metastatic focus of infection. Methicillin resistance was associated with development of a complication (aOR 3.31; 95% CI 1.60-6.85), and catheter-related infections were less likely to be associated with a complication (aOR 0.40; 95% CI 0.15-1.03). In a Poisson regression analysis on duration of bacteremia, methicillin resistance, musculoskeletal infection, endovascular infection, black race, and delayed intervention for source control were significantly associated with longer duration of bacteremia.

Conclusions: In this cohort of children with S aureus bacteremia, MRSA infections ere associated with longer duration of bacteremia and a higher likelihood of complications.

Casos clínicos

Para profundizar

Background: Staphylococcus aureus (SA) is a major cause of bacteremia in children. Methicillin-resistant SA (MRSA) is considered a public health threat; however, the differences in the prognosis of children with methicillin-susceptible SA (MSSA) versus MRSA bacteremia are not well defined.

Methods: Data from all SA bacteremia events in children (0–16 years) from 2002 to 2016 in a single Israeli tertiary center were collected. Positive cultures within 48 hours of hospitalization were considered community associated (CA). Those obtained afterward or from children hospitalized within the previous year were considered health-care associated (HA).

Results: We recorded 427 events, 284 (66%) were HA, 64 (15%) were MRSA and 9 (2%) were CA-MRSA. There was no increase in MRSA during the study period. In-hospital, 30-day and 1-year mortality were 3% (12 cases), 3.5% (16 cases), and 12% (50 cases), respectively. A multivariable analysis controlling for demographics, admitting department and prior morbidity showed an increased 1-year mortality in children with HA bacteremia (hazard ratio [HR] 4.1; 95% confidence interval [CI]: 1.3–12) and prior chronic disease (HR 3.4; 95% CI 1.2 to 9.0). MRSA was not independently associated with increased one-year mortality compared with MSSA: HR (95% CI: 1.4 [0.6–3.1]).

Conclusions: Short-term pediatric mortality after SA bacteremia is low. HA-SA bacteremia has an increased long-term risk for mortality, particularly in children with chronic diseases. Our data suggest mortality was not increased for MRSA compared with MSSA bacteremia. The very low rate of CA-MRSA bacteremia justifies the current practice not to include glycopeptides in the empiric treatment of CA bacteremia in Israel.

Resumen: análisis de la frecuencia y calidad de prescripción antibiótica en urgencias pediátricas hospitalarias de 28 paises de la unión europea. Hay gran variabilidad en la prescripción entre todos los hospitales y países analizados. El 32% de los paciente recibe prescripción antibiótica, pero varía entre los diferentes hospitales de los diferentes paises analizados desde un 19 a un 64%. La prescripción fue muy variable y con excesivo uso de antibióticos de segunda línea

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(5):464-469

Background: Candidemia is the most frequent pediatric fungal infection, but incompletely elucidated in population-based settings. We performed a nationwide cohort study including all pediatric patients with candidemia in Denmark from 2004 to 2014 to determine age, incidence, species distribution, underlying diseases, patient management and outcomes.

Methods: All candidemia episodes were identified through the active nationwide fungemia surveillance program. Susceptibility testing followed the EUCAST E.Def 7 (European Committee on Antifungal Susceptibility Testing, Edition Definitive) reference method. χ2 test, Fisher exact test and Venn diagrams were used for statistical analyses.

Results: One hundred fifty-three pediatric patients (≤ 15 years) with 158 candidemia episodes were identified. The overall annual incidence rate was 1.3/100,000 population, higher for neonates (5.7/100,000 live births) and low birth weight neonates (103.8/100,000 live births). From 2004 to 2009 to 2010 to 2014, the proportion of Candida albicans decreased from 74.4% to 64.7%, whereas fluconazole resistance increased from 7.8% to 17.7%. Virtually all patients had at least 1 underlying disease (98.6%) and multimorbidity was common (43.5%, ≥2 underlying diseases). Underlying diseases differed by age with heart malformations and gastrointestinal disease prevalent in children younger than 3 years. The overall 30-days mortality was 10.2% and highest for neonates (17.1%). Mortality increased from 2004 to 2010 to 2014, driven by an increase among older children.

Conclusion: This first nationwide epidemiologic study of pediatric candidemia confirmed a high incidence among neonates and a substantial burden of comorbidities. Moreover, an increasing proportion of fluconazole resistant nonalbicans species was observed. Our findings underline the importance of choosing correct treatment and continuous surveillance of pediatric candidemia.

Introducción: La dosis diaria definida (DDD), tiene limitaciones para la medición del consumo antimicrobiano en pediatría. Se propone un diseño aplicable en niños.

Métodos: Se incluyeron niños (<16 años) de 10 hospitales españoles durante un periodo de 12 meses. A partir de la mediana de edad de la cohorte, utilizando tablas estandarizadas de la OMS, se obtuvo el peso correspondiente al percentil P50 de esa edad. Se calculó la DDD (gr) multiplicando el peso obtenido por la dosis recomendada (mg/kg) de cada antimicrobiano para su indicación más común.

Resultados: Un total de 40575 niños fueron incluidos. La mediana de edad fue 4,17 (RIQ: 1,36–8,98) y 4,81 (RIQ: 1,42–9,60) años para niños y niñas, respectivamente. Peso medio para la edad: 17,08kg. DDD estandarizadas fueron calculadas para antimicrobianos representativos.

Conclusiones: Se ha propuesto un método útil para monitorizar consumo antimicrobiano en pediatría utilizando DDD adaptadas, que deberá validarse en futuros estudios.

·Lactobacillus administration does not affect acute gastroenteritisJ Pediatr. 2019; 208: 294–297

The lack of efficacy in the Schnadower et al study conflicts with several trials showing a reduction of diarrhea severity and duration in different settings. The use of a modified Vesikari score, onset of therapy, rotavirus immunization, and previous antibiotic courses, differ among trials. The Schnadower et al study sample size and subgroup analysis resolve most reproducibility issues. Also, it is unlikely that the North American microbiome, gastroenteritis etiology, or medical approach differ significantly from other developed parts of the world. In the same issue of the NEJM, another published negative RCT, with the same design and some authors in common, used a probiotic combination for which comparative data are not available.1 Studies like these mark a novel trend in evidence-based medicine. Large, rigorous, RCTs challenge meta-analyses and dozens of heterogeneous studies of various quality that have previously provided the basis for acute gastroenteritis guidelines. Current guidelines recommend Lactobacillus GG as an adjunct to oral rehydration.2 If the “no treat” option is applied widely, millions of children will be left without an active therapy while their parents request an effective intervention.3

Background: The epidemiology of tuberculosis (TB) is changing in the United Kingdom and globally. Childhood TB is a key indicator of recent transmission and provides a marker of wider TB control. We describe the recent epidemiology of childhood TB in the United Kingdom, how this compares to TB in adults, and document changes with time.

Methods: TB cases notified in the United Kingdom between 2000 and 2015 were categorized as children (<15 years of age) or adults (≥15 years of age). Descriptive analyses were carried out on demographic, clinical and microbiologic data. We carried out logistic regressions to identify risk factors associated with children having no microbiologic confirmation.

Results: In the study period, 6293 TB cases (5%) in the United Kingdom were notified in children. Childhood TB incidence declined from 487 cases in 2000 (3.4 per 100,000) to 232 cases (2.0 per 100,000) in 2015. The majority (68%) of children with TB were UK born, with a high proportion of Pakistani (24%) and Black-African (22%) ethnicity. Sixty-four percent of children had pulmonary disease. Culture confirmation was low (24%). Children who were younger, UK born and those with extrapulmonary disease were less likely to have microbiologically confirmed TB. A high proportion (87%) of children completed treatment at last-recorded outcome, with few deaths (39 cases; 0.7%).

Conclusions: The incidence of TB in children in the United Kingdom has decreased in the past 16 years, with the majority of children completing TB treatment. Ongoing monitoring of childhood TB will provide a measure of the effectiveness of the national TB program.

As the global epidemic of obesity and type two diabetes in children and adults continues to be a major challenge to public health, an intriguing possible ‘off-target’ effect of the rotavirus vaccine and association with a reduction in the incidence of Type 1 diabetes, has been reported in JAMA Paediatrics. An Australian study from a team in Melbourne, JAMA Pediatr 2019;173(3):280-282. doi: 10.1001/jamapediatrics.2018.4578) and is the first report of epidemiological evidence of this possible and fascinating association.

Rotavirus (RV) infection has been proposed to trigger type 1 diabetes mellitus (DM1) and celiac disease (CD) by molecular mimicry in genetically susceptible children. If so, a live attenuated oral RV vaccine could also trigger these autoimmune diseases, or else, prevent the effect of wild-type RV infection.

Methods: In Rotavirus Efficacy and Safety Trial, conducted between 2001 and 2003, the participant children received RotaTeq (Kenilworth, NJ) vaccine or placebo in 1:1 ratio. The surveillance was extended as Finnish Extension Study. A questionnaire was sent in 2015 to the parents of 19,133 Finnish Extension Study participants and 5764 (30%) returned the questionnaire. Diagnosis of DM1, biopsy-proven CD and other autoimmune disease over the 11–14 year period were inquired.

Results: At the time of questionnaire, the prevalence of DM1 was similar in both groups, 0.97% (25 of 2580 children) in the placebo group and 1.04% (33 of 3184 children) in the vaccine group (P = 0.810). The prevalence of CD was significantly higher in placebo recipients (1.11%; confidence interval: 0.78%–1.6%) than in vaccine recipients (0.60%; confidence interval: 0.38%–0.93%) (P = 0.027).

Conclusions: RV vaccination using RotaTeq did not alter the occurrence of DM1 but decreased the prevalence of CD in childhood and adolescence. We propose that wild-type RV may trigger CD and the triggering effect can be prevented or reduced by RV vaccination.

Background: Bell’s palsy is a peripheral paralysis of the seventh cranial nerve, whose etiology is unknown. Using polymerase chain reaction technology, it is possible to sample accessible body fluids and identify possible viral factors. The purpose of this research is to investigate its connection to the herpes virus family by testing for the presence of the virus in the saliva and tear fluid of Bell’s palsy patients.

Methods: Saliva and tears were collected from 42 children and adolescents suffering from idiopathic facial nerve paralysis. Polymerase chain reaction was used to test for the presence of the viruses Epstein-Barr virus, cytomegalovirus, herpes simplex virus 1 and 2, varicella zoster virus and human herpes virus 6 (HHV-6). Samples were also taken from a control group without paralysis. A second specimen was taken from patients who tested positive for HHV-6 several months after their recovery.

Results: Of the 42 patients in the study group, 71% (30 patients) tested positive for HHV-6, compared with only 37% of the control group (P = 0.001). The prevalence of the other 5 viruses tested was low—herpes simplex virus 1: 9.5%, Epstein-Barr virus: 9.5%, cytomegalovirus: 4.8%, varicella zoster virus: 2.3% and herpes simplex virus 2: 0%. Twenty-four of the 30 patients who were HHV-6-positive during their illness were reexamined following recovery. Only 13 patients (54.2%) excreted the virus after recovery from the paralysis.

Conclusions: Herpes 6 virus appears to play some role in the etiology of facial nerve paralysis. The virus was detected in the saliva of children during acute illness and decreased with resolution. Our research opens new insights linking HHV-6 to the etiology of Bell’s palsy in children.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(5):533-538

Background: This longitudinal study describes the associations between respiratory viral infections, rhinitis and the prevalence and density of the common nasopharyngeal bacterial colonizers, Streptococcus pneumoniae (Sp), Moraxella catarrhalis (Mc), Haemophilus influenzae (Hi) and Staphylococcus aureus.

Methods: In an observational cohort study, 161 children attending day care centers in Bristol, United Kingdom, were recruited. Monthly nasopharyngeal swabs were taken and stored frozen in Skim-milk, tryptone, glucose and glycerin broth (STGG) broth. Quantitative polymerase chain reaction was used for detection of respiratory viruses and 4 bacterial species. t tests and logistic regression models were used for analysis.

Results: The frequent colonisers, Sp, Mc and Hi were more frequently found at high density in contrast to Staphylococcus aureus although temporally, high-density carriage was short lived. Respiratory viral infections and symptoms of rhinitis were both independently and consistently associated with higher bacterial density with an observed 2-fold increase in density for Sp, Mc and Hi (P = 0.004–0.017).

Conclusions: For Sp and Hi, the association between young age and higher bacterial DNA density was explained by more frequent viral infection and increased nasal discharge, while the associations between some viral specie’s and some bacterial species’ density appear to be stronger than others. Increased colonization density and rhinitis may promote transmission of these commonly carried organism

  • Protection against varicella with two doses of combined measles-mumps-rubella-varicella vaccine or one dose of monovalent varicella vaccine: 10-year follow-up of a phase 3 multicentre, observer-blind, randomised, controlled trial. Lancet Infect Dis. 2019;19:287-97

Resumen: se trata de una ensayo clínico controlado de fase tres, tras 10 años, en el que se compara la eficacia vacunal frente a varicela de la pauta de dos dosis de tetravírica en comparación con una dosis de triple vírica y una dosis de antivaricela con un grupo control que recibia dos dosis de triple vírica. La eficacia vacunal fue del 95,4% en el primer grupo, y del 67,2% en el segundo grupo que administra una dosis solamente. Los efectos secundarios fueron similares. Parece claro que la efectividad a10 ños vista es superior con dos dosis de varicela que con una.

Resumen: a través de un estudio de comparación de casos y controles entre más de 15.000 niños captados, se ha comprobado que la relación monocitos/linfocitos activados CD4 y un marcador sérico de RNA, podría relacionarse con una mayor predisposición a desarrollar la enfermedad tuberculosa.

Tuberculosis causes more deaths than any other infectious disease globally. Bacillus Calmette-Guérin (BCG) is the only available vaccine, but protection is incomplete and variable. The modified Vaccinia Ankara virus expressing antigen 85A (MVA85A) is a viral vector vaccine produced to prevent tuberculosis.

The search identified six studies relating to four Phase 2 randomized controlled trials enrolling 3838 participants. Funding was by government bodies, charities, and philanthropic donors. Five studies included infants, one of them infants born to HIV-positive mothers. One study included adults living with HIV. All trials included authors from Oxford University who led the laboratory development of the vaccine. Participants received intradermal MVA85A after BCG in some studies, and before selective deferred BCG in HIV-exposed infants.

MVA85A added to BCG compared to BCG alone probably has no effect on the risk of developing microbiologically confirmed tuberculosis (RR 0.97, 95% CI 0.58 to 1.62; 3439 participants, 2 trials; moderate-certainty evidence), or the risk of starting on tuberculosis treatment (RR 1.10, 95% CI 0.92 to 1.33; 3687 participants, 3 trials; moderate-certainty evidence). MVA85A probably has no effect on the risk of developing latent tuberculosis (RR 1.01, 95% CI 0.85 to 1.21; 3831 participants, 4 trials; moderate-certainty evidence). Vaccinating people with MVA85A in addition to BCG did not cause life-threatening serious adverse effects (RD 0.00, 95% CI –0.00 to 0.00; 3692 participants, 3 trials; high-certainty evidence). Vaccination with MVA85A is probably associated with an increased risk of local skin adverse effects (3187 participants, 3 trials; moderate-certainty evidence), but not systemic adverse effect related to vaccination (144 participants, 1 trial; low-certainty evidence). This safety profile is consistent with Phase 1 studies which outlined a transient, superficial reaction local to the injection site and mild short-lived symptoms such as malaise and fever.

Our searches of the medical literature revealed one relevant study, which was in infant botulism. The treatment was a single dose of a medicine made from human immune proteins (human-derived botulinum immune globulin intravenous, or BIG-IV). Fifty-nine infants received BIG-IV, and 63 infants received a placebo (inactive treatment). Each study participant was followed up for the duration of their hospitalization. This study was sponsored by the California Department of Health Services.

We found low- and moderate-certainty evidence supporting the use of BIG-IV in infant intestinal botulism. A single RCT demonstrated that BIG-IV probably decreases the duration of hospitalization; may decrease the duration of mechanical ventilation; and probably decreases the duration of tube or parenteral feeding. Adverse events were probably no more frequent with immune globulin than with placebo. Our search did not reveal any evidence examining the use of other medical treatments including serum trivalent botulism antitoxin.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(5):e82-e86

Background: Infectious disease (ID) pandemics pose a considerable global threat and can disproportionately affect vulnerable populations including children. Pediatric clinical research in pandemics is essential to improve children’s healthcare and minimize risks of harm by interventions that lack an adequate evidence base for this population. The unique features of ID pandemics require consideration of special processes to facilitate clinical research. We aimed to obtain consensus on pediatric clinician-researchers’ perceptions of the priorities to feasibly conduct clinical pediatric pandemic research in Europe.

Methods: Mixed method study in 2 stages, recruiting pediatric clinician-researchers with experience of conducting pediatric ID research in clinical settings in Europe. Stage 1 was an expert stakeholder workshop and interviews. Discussions focused on participant’s experience of conducting pediatric ID research and processes to facilitate pandemic research. Information informed stage 2, an online consensus survey to identify pediatric inician-researchers priorities to enable ID pandemic research.

Results: Twenty-three pediatric clinician-researchers attended the workshop and 39 completed the survey. Priorities were primarily focused on structural and operational requirements of research design and regulation: (1) clarity within the European Clinical Trials Directive for pediatric pandemic research; (2) simplified regulatory processes for research involving clinical samples and data; and (3) improved relationships between regulatory bodies and researchers.

Conclusions: Results suggest that changes need to be made to the current regulatory environment to facilitate and improve pediatric research in the pandemic context. These findings can provide expert evidence to research policy decision-makers and regulators and to develop a strategy to lobby for change.

El uso de la telemedicina comercial directa al consumidor (DTC) fuera del hogar médico pediátrico está aumentando entre los niños, y las infecciones respiratorias agudas (IRA) son la afección más comúnmente diagnosticada en las visitas de telemedicina de DTC. Nuestro objetivo fue comparar la calidad de la prescripción de antibióticos para las IRA entre los niños en 3 entornos: telemedicina DTC, atención en urgencias y la consulta de atención primaria (PCP).

En las visitas de telemedicina (DTC), los niños con IRA tenían más probabilidades de recibir antibióticos y menos probabilidades de recibir tratamiento  antibiótico de acuerdo con las guías clínicas en comparación con los niños que van a la consulta de atención Primaria y o acuden a urgencias.

Previous studies have shown the strongest predictor of a “5-star” rating after a DTC telemedicine encounter for an ARTI is receipt of an antibiotic prescription,5 and adults with ARTIs receive more unnecessary antibiotic prescriptions at DTC telemedicine encounters than at primary care office visits. But what about children? The American Academy of Pediatrics discourages the use of DTC telemedicine outside of the medical home, and the American Telemedicine Association suggests that DTC telemedicine should not be used for children ,2 years old.

But for pediatric ARTIs, the DTC version seems to be at best a low-quality encounter and at worst a vehicle for antibiotic overuse.

Pediatrics May 2019, 143 (5) e20184064; DOI: 10.1542/peds.2018-4064

En esta revisión sistemática, se investiga el coste-eficacia de la profilaxis con palivizumab para el VRS estratificado por el marco de utilización y los subgrupos de población infantil relevantes para la toma de decisiones sobre políticas de salud.

Palivizumab prophylaxis is used as passive immunization for respiratory syncytial virus (RSV). However, because of its high cost, the value of this intervention is unclear.

To systematically review the cost-effectiveness of palivizumab prophylaxis compared with no prophylaxis in infants <24 months of age.

Medline, Embase, and Cochrane Library up to August 2018.

Two reviewers independently screened results to include economic evaluations conducted between 2000 and 2018 from Organization for Economic Cooperation and Development countries.

Two reviewers independently extracted outcomes. Quality appraisal was completed by using the Joanna Briggs Institute checklist. Costs were adjusted to 2017 US dollars.

We identified 28 economic evaluations (20 cost-utility analyses and 8 cost-effectiveness analyses); most were from the United States (n = 6) and Canada (n = 5). Study quality was high; 23 studies met >80% of the Joanna Briggs Institute criteria. Palivizumabprophylaxis ranged from a dominant strategy to having an incremental cost-effectiveness ratio of $2 526 203 per quality-adjusted life-year (QALY) depending on study perspective and targeted population. From the payer perspective, the incremental cost-effectiveness ratio for preterm infants (29-35 weeks’ gestational age) was between $5188 and $791 265 per QALY, with 90% of estimates <$50 000 per QALY. Influential parameters were RSV hospitalization reduction rates, palivizumab cost, and discount rate.

Model design heterogeneity, model parameters, and study settings were barriers to definitive conclusions on palivizumab’s economic value.

Palivizumab as RSV prophylaxis was considered cost-effective in prematurely born infants, infants with lung complications, and infants from remote communities

Bibliografía  abril 2019

Top ten

Diversos autores cuestionan la realización sistemática de una ecografía renal en los lactantes con una primera infección del tracto urinario (ITU), dada la alta sensibilidad de las ecografías prenatales para la detección de malformaciones mayores y la baja prevalencia de hallazgos clínicamente significativos. Los objetivos de este trabajo son valorar el rendimiento diagnóstico de la ecografía renal realizada después de la primera ITU en pacientes menores de 2 años y analizar posibles factores de riesgo (FR) de presentar una ecografía renal alterada.

Estudio retrospectivo. Se incluyen los pacientes menores de 2 años diagnosticados de ITU en Urgencias entre julio de 2013 y diciembre de 2014. Se excluyen aquellos con enfermedad nefrourológica, ITU previas y sin ecografía renal prenatal o postinfección. Se considera ecografía renal alterada la presencia de dilatación de las vías urinarias y/o anomalías estructurales. Los posibles FR evaluados son: sexo masculino, edad inferior a 3 meses, fiebre y microorganismo distinto a Escherichia coli. Se realiza estudio univariante y por regresión logística multivariante.

Se incluyen 306 pacientes. Presentan ecografía renal alterada 35 (11,4%; IC 95% 8,3-15,5): 24 (68,6%) dilatación de las vías urinarias y 11 (31%) alteraciones estructurales. De las ecografías alteradas, el 68,6% corresponden a varones, el 51,4% a una edad inferior a 3 meses, el 74,3% a ITU febriles y el 31,4% por microorganismo distinto a E. coli, respecto al 45% (p=0,009), el 31,7% (p=0,021), el 78,2% (p=0,597) y el 10% (p=0,001) de las ecografías normales. En el análisis multivariante se mantienen como FR la edad inferior a 3 meses (OR 2,1; IC 95% 1,0-4,3; p=0,05) y un microorganismo distinto a E. coli (OR 3,8; IC 95% 1,7-8,7; p=0,002).

El rendimiento de la ecografía renal después de la primera ITU es bajo. Se debería individualizar su indicación según la presencia de FR: edad inferior a 3 meses y microorganismo distinto a E. coli.

Casos clínicos

A 3-year-old boy presented to the emergency department for evaluation of 4 days of rash associated with fever and cough. A, Pink papules with scant yellow crusts on the cutaneous lips and oral commissures. B, Dark red targetoid papules and plaques with central vesicles on the right forearm, with sharp borders at the site of a cast. C, Targetoid morphology on the left hand.

A 1-year-old boy presented with a 2-day history of fever and vomiting. His vaccination status was up to date, including 4 doses of the 13-valent pneumococcal conjugate vaccines and Hemophilus influenza type b vaccines. At presentation, there were no physical signs suggesting respiratory or circulatory compromise. His heart rate and respiratory rate were 150 beats per minute and 44 times per minute, respectively. His body temperature was 39.6°C…

An 11-year-old girl presented with abdominal pain and lethargy. Chest X-ray revealed a well-defined opacity in the right lower zone, projected over the medial aspect of the right hemidiaphragm (figure 1). She was treated with two courses of antibiotics but remained symptomatic with a cough. Repeat X-rays demonstrated no change in the opacity.

A 12-year-old farmer’s boy presented with 4 weeks of left flank pain. On examination, a palpable mass below the right costal margin was noted. Investigations, including full blood count, C-reactive protein, and kidney and liver tests, were normal, except for mild eosinophilia (0.53×109/L). Immunological work-up was normal including immunoglobulins, lymphocyte subsets and serology for HIV. Ultrasonography and abdominal CT revealed an extensive lesion originating from segment V/VI to segment VIII with encasement and stenosis of the portal vein (figure 1). The boy reported contact with animals on the family’s farm, such as dogs

En los últimos años ha aumentado el número de niños que viajan con sus familias, ya sea por turismo o por regreso a su país de origen. Este hecho supone un incremento de las consultas de este tipo de pacientes en los servicios de urgencias, lo que abre el abanico de posibilidades diagnósticas. La incidencia de la glomerulonefritis posinfecciosa ha disminuido considerablemente en las últimas décadas. En nuestro medio, la faringoamigdalitis estreptocócica continúa siendo la principal causa; sin embargo, en niños procedentes de países menos desarrollados, se debe tener en cuenta que las infecciones cutáneas también representan un origen frecuente de esta patología. Se presenta el caso de un niño de 11 años que acudió al servicio de urgencias por lesiones cutáneas y hematuria.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica, sistémica y recidivante de la piel, caracterizada por pápulas y placas eritemato-escamosas, con características clínicas variables. La forma de presentación más frecuente en los niños es la denominada en placas; existen otras formas más raras, pero con mejor pronóstico, como la psoriasis guttata. La patogénesis de la enfermedad es desconocida, el factor desencadenante más frecuente en los niños es la infección por estreptococo β-hemolítico del grupo A. Presentamos el caso de una niña con dermatitis perianal estreptocócica como principal desencadenante de psoriasis guttata.

La linfangitis aguda es la inflamación de los conductos linfáticos, y la etiología infecciosa es la más frecuente en la edad pediátrica. Se presentan dos casos clínicos de linfangitis tubular aguda, ambos con una lesión inicial por la picadura de un insecto.

La varicela es una enfermedad de distribución universal. La vacunación universal ha disminuido la incidencia de varicela en los últimos años. El herpes zóster en los vacunados es posible, pero su incidencia es entre 4 y 12 veces menor que entre los no vacunados. En la infancia, el herpes zóster suele ser leve, autolimitado, bien tolerado y habitualmente solo requiere tratamiento sintomático. Se presenta un caso de herpes zóster en una niña vacunada cinco meses antes, con buena evolución.

La acrodermatitis papulosa infantil se considera una dermatosis paraviral secundaria a diversas infecciones y antígenos vacunales. El diagnóstico es clínico y el tratamiento sintomático, con pronóstico excelente, ya que el cuadro es autolimitado y se resuelve sin lesiones residuales. Presentamos el caso de un niño que desarrolló una acrodermatitis papulosa infantil tras una infección por el virus de Epstein-Barr.

La parotiditis recurrente juvenil puede tener multitud de causas, es importante tener en cuenta, dentro de la etiología, el estudio de las subpoblaciones linfocitarias, ya que puede haber una relación patogénica con la deficiencia de células natural killer. Se presenta el caso clínico de una paciente de diez años con parotiditis recurrente secundaria a dicho proceso.

La neumonía adquirida en la comunidad es una causa importante de morbilidad y mortalidad en Pediatría. La gran mayoría de las neumonías se resuelven de forma ambulatoria, sin necesidad de realizar un diagnóstico etiológico. La edad es el parámetro que mejor se correlaciona con el agente causal, sin embargo, hasta un 20-30% de los casos se debe a una infección mixta por diferentes gérmenes. Lo más frecuentemente descrito son coinfecciones por virus y bacterias, especialmente virus respiratorio sincitial con Streptococcus pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae. La asociación de tres o más patógenos es excepcional. El papel de la coinfección es desconocido en cuanto a pronóstico y evolución, ni se puede precisar si los agentes son concomitantes en el tiempo o agravantes evolutivos. Presentamos el caso de una niña con una neumonía por Mycoplasma pneumoniae que presenta clínica y radiografía compatible con Streptococcus pneumoniae y además serología positiva IgM para virus de Epstein-Barr y parvovirus B19.

Lactante 20 meses de edad que ingresa en el servicio de urgencias por cuadro de 6 horas de evolución, consistente en: aparición de lesiones ampollosas y esfacelación de la piel que inicia en región genital, posteriormente en axilas, región perioral y cuello asociado a irritabilidad, sin picos febriles. La superficie final comprometida fue del 40% de la superficie corporal total, por lo que requirió manejo en unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP).

Como antecedente de importancia, fue diagnosticado de otitis media aguda y tratado con amoxicilina durante 7 días.

Al examen físico inicial se encuentra irritable, con lesiones ampollosas que corresponden al 3% de la superficie corporal total, signo de Nicolsky positivo. Afebril

Exploraciones complementarias: Hemograma muestra leucocitosis con neutrofilia, Prueba rápida de estreptococo beta hemolítico grupo A negativo. Cultivo faríngeo positivo para SAMS sensible a clindamicina.

Tratamiento y evolución: Se inició manejo antibiótico con ampicilina/sulbactam. A los tres días de estancia hospitalaria las lesiones progresan en cara, tórax, espalda y extremidades, sin compromiso de palmas, plantas o mucosas por lo que se modifica tratamiento por oxacilina y clindamicina. Se trasladó a la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) dado compromiso del 40% de la superficie corporal total. No precisó soporte vasopresor ni ventilatorio durante los seis días. Posteriormente evolución favorable con mejoría de lesiones en piel (figura 3) y egreso a los 14 días de hospitalización.

Para profundizar

The human microbiome—the collection of microorganisms that inhabit our bodies—has been suggested to play a role in a vast number of diseases, as well as in the maintenance of normal health. There has been an exponential rise in such reports, in part because of new rapid and affordable sequencing technologies. However, developing our understanding from qualitative description to quantitative modeling is essential for incorporation into routine clinical care. Here, we cover the basics of microbiome research and discuss some important examples relevant for pediatric infectious diseases.

To develop a parent-reported Pediatric Rhinosinusitis Symptom Scale (PRSS) that could be used to monitor symptoms of young children with acute sinusitis in response to therapy.

We developed an 8-item symptom severity scale and evaluated its internal reliability, construct validity, and responsiveness in children 2-12 years of age with acute sinusitis. Parents of 258 children with acute sinusitis completed the PRSS at the time of diagnosis, as a diary at home, and at the follow-up visit at days 10-12. Based on psychometric results and additional parent feedback, we revised the scale. We evaluated the revised version in 185 children with acute sinusitis.

Correlations between the scale and reference measures on the day of enrollment were in the expected direction and of the expected magnitude. PRSS scores at the time of presentation correlated with radiographic findings (P < .001), functional status (P < .001), and parental assessment of overall symptom severity (P < .001). Responsiveness (standardized response mean) and test–retest reliability of the revised scale were good (2.17 and 0.75, respectively).

We have developed an outcome measure to track the symptoms of acute sinusitis. Data presented here support the use of the PRSS as a measure of change in symptom burden in clinical trials of children with acute sinusitis.

La enfermedad de Kawasaki (EK) es una vasculitis multisistémica asociada a lesiones en las arterias coronarias. Las infecciones podrían ser un desencadenante de la inflamación. Nuestro objetivo fue describir la presencia de infecciones en los niños con EK y analizar las características clínicas y la presencia de alteraciones coronarias en estos casos.

Análisis retrospectivo de los pacientes incluidos en la red KAWA-RACE entre 2011 y 2016. Se estudió tanto a los pacientes que tuvieron una identificación microbiológica confirmada (IMC) en el periodo agudo como a los que presentaron antecedente de infección previa reciente (IPR) las 4 semanas anteriores.

Se incluyó a un total de 621 niños, de los cuales 101 (16,3%) tuvieron una IMC y 107 (17,2%) una IPR. Encontramos una significativa menor afectación ecocardiográfica en el grupo de IPR respecto a los niños sin infección previa (23 vs. 35%; p 0,01), con menor proporción no significativa de las alteraciones coronarias globales (16 vs. 25%; p 0,054). Sin embargo, no se detectaron diferencias en la proporción de aneurismas en ninguno de los 2grupos (IMC o IPR) respecto al resto de los pacientes sin infecciones asociadas.

En nuestro estudio no encontramos diferencias en la incidencia de aneurismas coronarios en niños con y sin IMC o IPR, por lo que ante la sospecha de EK debe iniciarse siempre tratamiento, aunque se tenga infección confirmada microbiológicamente.

Integrated antibiotic resistance (AR) surveillance is one of the objectives of the World Health Organization global action plan on antimicrobial resistance. Urban wastewater treatment plants (UWTPs) are among the most important receptors and sources of environmental AR. On the basis of the consistent observation of an increasing north-to-south clinical AR prevalence in Europe, this study compared the influent and final effluent of 12 UWTPs located in seven countries (Portugal, Spain, Ireland, Cyprus, Germany, Finland, and Norway). Using highly parallel quantitative polymerase chain reaction, we analyzed 229 resistance genes and 25 mobile genetic elements. This first trans-Europe surveillance showed that UWTP AR profiles mirror the AR gradient observed in clinics. Antibiotic use, environmental temperature, and UWTP size were important factors related with resistance persistence and spread in the environment. These results highlight the need to implement regular surveillance and control measures, which may need to be appropriate for the geographic regions.

In this secondary analysis of the Randomized Intervention for Children with Vesicoureteral Reflux cohort, we found that daily prophylaxis with trimethoprim-sulfamethoxazole was not associated with an increased or decreased risk of skin and soft tissue infections, pharyngitis or sinopulmonary infections in otherwise healthy children 2–71 months of age.

La incidencia de cicatrices renales tras una infección urinaria febril en niños sanos es baja, en torno al 6%. No hay diferencias entre el grupo tratado profilácticamente con antibióticos y el grupo control Los resultados de este estudio permiten concluir que no está indicada la profilaxis antibiótica generalizada

tras una ITU en términos de prevención de nuevas cicatrices renales. Habría que valorar la eficacia en pacientes con anomalías congénitas del riñón y el tracto urinario.

El objetivo del estudio era determinar si el tratamiento para las infecciones del tracto urinario en niños se podría individualizar utilizando biomarcadores que diferenciaran la pielonefritis aguda de la cistitis.

Los marcadores urinarios que mejor diferenciaron la pielonefritis de la cistitis incluían el ligando de quimiocina (C-X-C motif) ligando (CXCL)1, CXCL9, CXCL12, C-C motif quimiocina ligando 2, INF γ e IL-15 . La procalcitonina sérica fue el mejor marcador sérico para la pielonefritis. Los genes en la vía del interferón-γ se regulan al alza en el suero de niños con pielonefritis. La presencia de genes de virulencia de E. coli no se correlacionó con la pielonefritis.

La respuesta inmune a la pielonefritis y la cistitis difiere cuantitativa y cualitativamente; Esto puede ser útil para diferenciar estas 2 condiciones.

While adverse events following immunization (AEFI) are frequent, there are limited data on the safety of reimmunizing patients who had a prior AEFI. Our objective was to estimate the rate and severity of AEFI recurrences.

We analyzed data from the AEFI passive surveillance system in Quebec, Canada, that collects information on reimmunization of patients who had a prior AEFI. Patients with an initial AEFI reported to the surveillance system between 1998 and 2016 were included. Rate of AEFI recurrence was calculated as number of patients with recurrence/total number of patients reimmunized.

Overall, 1350 patients were reimmunized, of which 59% were 2 years of age or younger. The AEFI recurred in 16% (215/1350) of patients, of whom 18% (42/215) rated the recurrence as more severe than the initial AEFI. Large local reactions extending beyond the nearest joint and lasting 4 days or more had the highest recurrence rate (67%, 6/9). Patients with hypotonic hyporesponsive episodes had the lowest rate of recurrence (2%, 1/50). Allergic-like events recurred in 12% (76/659) of patients, but none developed anaphylaxis. Of 33 patients with seizures following measles mumps rubella with/without varicella vaccine, none had a recurrence. Compared with patients with nonserious AEFIs, those with serious AEFIs were less often reimmunized (60% versus 80%; rate ratio: 0.8; 95% confidence interval: 0.66–0.86).

Most patients with a history of mild or moderate AEFI can be safely reimmunized. Additional studies are needed in patients with serious AEFIs who are less likely to be reimmunized.

  • We found 55 relevant studies with 216,480 participants. The trials took place in several locations worldwide. These studies compared a rotavirus vaccine versus placebo or versus no vaccine for infants and young children. The vaccines tested were RV1 (36 trials with 119,114 participants), RV5 (15 trials with 88,934 participants), and Rotavac (four trials with 8432 participants). Fifty-one studies were funded or co-funded by vaccine manufacturers, while four were independent of manufacturer funding.

  • In the first two years of life, RV1:

  • ●prevents more than 80% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with low death rates (high-certainty evidence)
    ●prevents 35% to 63% of severe rotavirus diarrhoea in countries with high death rates (high-certainty evidence)
    ●probably prevents 37% to 41% of severe cases of diarrhoea from all causes (such as any viral infection, bacterial infection, or parasitic infection) in countries with low death rates (moderate-certainty evidence)
    ●probably prevents 18% to 27% of severe cases of diarrhoea from all causes in countries with high death rates (moderate- to high-certainty evidence).

  • In the first two years of life, RV5:

  • ●probably prevents 82% to 92% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with low death rates (moderate-certainty evidence)
    ●prevents 41% to 57% of severe cases of rotavirus diarrhoea in countries with high death rates (high-certainty evidence)
    ●probably prevents 15% of severe cases of diarrhoea from all causes in countries with high death rates (moderate- to high-certainty evidence); we did not identify any studies that reported on diarrhoea from all causes in countries with low death rates.

  • In the first two years of life, Rotavac:

  • ●probably prevents more than 50% of severe cases of rotavirus diarrhoea in India, a country with high death rates (moderate-certainty evidence)
    ●probably prevents 18% of severe cases of diarrhoea from all causes in India (moderate-certainty evidence). Rotavac has not been evaluated in a randomized controlled trial in a country with low death rates.

  • We found little or no difference in the number of serious adverse events (moderate- to high-certainty evidence), or intussusception cases (low- to very low-certainty evidence), between those receiving RV1, RV5, or Rotavac compared with placebo or no intervention

To monitor parental vaccine attitudes, a survey was conducted in 2008 and in 2016. In both years (90%–89%) reported full immunization of their children, and a stable majority (71%–66%) supported documentation of vaccination before entering kindergarten. However, a declining confidence in official recommendations from 87% to 72% (P < 0.0001) in 2008 and 2016, respectively, was documented, requiring effort to rebuild it.

We included five studies (162 participants); three were conducted in hospital dermatology departments. Participants were 12 to 77 years old (100 males; 62 females). One study was funded by a pharmaceutical company. The severity of the condition ranged from mild to severe. Streptococcus bacteria were found in the throats of 14% of people.

We found only five trials (N = 162), which assessed the effects of five comparisons (systemic antibiotic treatment (penicillin, azithromycin) or tonsillectomy). Two comparisons (erythromycin compared to no treatment, and rifampicin compared to placebo) did not measure any of the outcomes of interest. There was very low-quality evidence for the outcomes that were measured, Therefore, we are uncertain of both the efficacy and safety of antistreptococcal interventions for guttate and chronic plaque psoriasis.

The included trials were at unclear or high risk of bias and involved only a small number of unrepresentative participants, with limited measurement of our outcomes of interest. The studies did not allow investigation into the influence of Streptococcal infection, and a key intervention (amoxicillin) was not assessed.

Further trials assessing the efficacy and tolerance of penicillin V or amoxicillin are needed in children and young adults with guttate psoriasis.

During 2000 to 2018, 1831 children were screened as part of tuberculosis contact investigation at the Stockholm Northern Clinic. The risk of a child having a positive tuberculin skin test was 33% and positive interferon-gamma release assay 12%. The risk of tuberculosis disease was 6.1% (tuberculin skin test) and 13% (interferon-gamma release assay) in positive-testing children.

Molecular diagnostic methods enhance the sensitivity and broaden the spectrum of detectable respiratory viruses in febrile infants ≤90 days of life. We describe the occurrence of respiratory viruses in this population, as well as the rates of serious bacterial infection (SBI) and respiratory viral coinfection with regard to viral characteristics.

This was a prospective observational cohort study performed in the emergency department that included previously healthy febrile infants ≤90 days of life. Clinical and historical characteristics were documented, and a respiratory nasal wash specimen was obtained from each patient. This sample was tested for 17 common respiratory pathogens, and a chart review was conducted to ascertain whether the infant was diagnosed with an SBI.

In a 12-month period, 67% of the 104 recruited febrile infants were positive for a respiratory virus. The most commonly detected viruses were rhinovirus, respiratory syncytial virus, enterovirus and influenza. The rate of respiratory viral and SBI coinfection was 9% overall, and infants with either a systemic respiratory virus or negative viral testing were 3 times more likely to have an SBI than those with viruses typically restricted to the respiratory mucosa (95% confidence interval: 1.1, 9.7).

Respiratory viruses are readily detectable via nasopharyngeal wash in febrile infants ≤90 days of life. With the enhanced sensitivity of molecular respiratory diagnostics, rates of coinfection of respiratory viruses and SBI may be higher than previously thought. Further investigation utilizing molecular diagnostics is needed to guide usage in febrile infants ≤90 days.

La detección de enterovirus debería formar parte de las guías de práctica clínica sobre la fiebre sin foco en niños de 2 años o menos. Esta prueba podría disminuir la duración de la estancia hospitalaria y reducir la exposición a antibióticos para pacientes de bajo riesgo ingresados desde el Servicio de Urgencias con enfermedad febril.

Respiratory illnesses are a major contributor to pediatric hospitalizations, with influenza and respiratory syncytial virus (RSV) causing substantial morbidity and cost each season. We compared the characteristics and outcomes of children 0–59 months of age who were hospitalized with laboratory-confirmed influenza or RSV between 2009 and 2014 in Ontario, Canada.

We included hospitalized children who were tested for influenza A, influenza B and RSV and were positive for a single virus. We characterized individuals by their demographics and healthcare utilization patterns and compared their hospital outcomes, in-hospital cost and postdischarge healthcare use by virus type and by presence of underlying comorbidities.

We identified and analyzed 7659 hospitalizations during which a specimen tested positive for influenza or RSV. Children with RSV were the youngest whereas children with influenza B were the oldest [median ages 6 months (interquartile range: 2–17 months) and 25 months (interquartile range: 10–45 months), respectively]. Complex chronic conditions were more prevalent among children with all influenza (sub)types than RSV (31%–34% versus 20%). In-hospital outcomes were similar by virus type, but in children with comorbidities, postdischarge outcomes varied. We observed no differences in in-hospital cost between viruses or by presence of comorbidities [overall median cost: $4150 Canadian dollars (interquartile range: $3710–$4948)].

Influenza and RSV account for large numbers of pediatric hospitalizations. RSV and influenza were similar in terms of severity and cost in hospitalized children. Influenza vaccination should be promoted in pregnant women and young children, and a vaccine against RSV would mitigate the high burden of RSV.

La gripe es una enfermedad común de las vías respiratorias, que afecta a todas las edades. Los lactantes son población de alto riesgo, en la que no está autorizado el uso de antivirales. La utilización de vitamina D está muy extendida con diversas pautas y a diferentes edades. En este estudio que analizamos se evalúa la efectividad y seguridad de altas dosis de vitamina D en lactantes. La vitamina D se muestra eficaz y segura en la prevención de la gripe a dosis de 1200 unidades día, pero estos datos son poco confiables por las deficiencias metodológicas del estudio analizado.

Although maternal tetanus immunisation has been effectively implemented for many years in the developing world,1 there has been a renewed global interest in maternal immunisation programmes over the past several years.2–5 This has been driven partly by the severity of the 2009 H1N1 influenza pandemic in pregnant women and the safety provided by the widespread maternal immunisation programme implemented in response to the pandemic.6 7 It has also been increasingly appreciated that maternal immunisations are an excellent way to provide protection to young infants before their own primary immunisation series would begin. There are several reasons that immunising pregnant women is an attractive vaccination strategy. First, by immunising the pregnant woman there is the potential to prevent the targeted infection in both the pregnant woman and her infant. This approach is often referred to as a ‘two-fer’ with protection for two individuals with the administration of only one vaccine. Second, there is a particular window of susceptibility in infants before the onset of infant immunisation that maternal immunisation could help to bridge. Third, during gestation, pregnant women are often more accessible to medical care than in other times of their lives, making vaccine implementation during this time more efficient. Finally, pregnant women should not be excluded from potentially beneficial vaccines based solely on their pregnancy status. They should ethically reap the benefits of effective vaccines.

The goal of this report is to focus on four specific vaccines that are targeted for maternal immunisation. Two of the vaccines, influenza and pertussis, are already being administered to pregnant women as part of recommended national immunisation programmes. Two additional vaccines, group B Streptococcus (GBS) and respiratory syncytial virus (RSV) vaccines, are in clinical trials in pregnant women and it is anticipated that one or both would be available for routine use in the …

Passive transplacental immunity against respiratory syncytial virus (RSV) appears to mediate in the protection of the infant for the first 6 months of life. Lower environmental exposure in pregnant women to RSV epidemic may influence the susceptibility of these infants to infection by lowering the levels of antibodies that are transferred to the fetus.

To contrast the risk of severe disease progression in infants with acute bronchiolitis by RSV, according to the mother’s level of exposure to epidemic.

Retrospective cohort study of previously healthy infants with RSV-acute bronchiolitis during 5 epidemics was made. We compared the severity of the infection in those born during the period of risk (when is less likely the mother’s exposure to epidemic and the transfer of antibodies to the fetus: October 15th–December 15th in our latitude) with the rest of acute bronchiolitis. Bivariate analysis was performed regarding birth in period of risk and the rest of variables, using the Chi-square test. Multivariate logistic regression analysis was performed to study possible classical confounding factors.

695 infants were included in the study. 356 infants were born during the period of risk. Of the 56 patients requiring admission to PICU, 40 of them (71.4%) were born in this period (p=0.002). In the multivariate analysis, the birth in the period of risk showed a 6.5 OR (95% CI: 2.13–19.7) independently of the rest of variables.

The worst clinical disease progression of the acute bronchiolitis by the RSV in less than 6 months age is related to lower exposure of the pregnant woman to the RSV epidemic.

To evaluate the clinical manifestations, management, and outcomes of Mycobacterium bovis Bacillus Calmette-Guérin (BCG) osteitis/osteomyelitis.

We reviewed 71 cases of BCG osteitis/osteomyelitis registered in Taiwan’s vaccine injury compensation program (VICP) in 1998-2014. Demographic, clinical, laboratory, treatment, and outcome data were compared according to site(s) of infection.

Involvement of a long bone of the lower extremity was present in 36.6% of the children, followed by foot bone (23.9%), rib or sternum (15.5%), upper extremity long bone (9.9%), hand bone (7%), multiple bones (4.2%), and vertebrae (2.8%). Children with lower extremity long bone involvement had a longer interval from receipt of BCG vaccine to presentation (median, 16.0 months; P = .02), and those with foot bone infection had higher rates of swelling (94.1%; P = .02) and local tenderness (76.5%; P = .004). Surgical intervention was performed in 70 children, with no significant difference in the number of procedures by site (median, 1.0 procedure per patient). Among the 70 children who received antimicrobial therapy, those with vertebral and multifocal infections had a longer duration of treatment (P < .001) and/or second-line antituberculosis medications (P = .002). Three children with vertebral and multifocal infections had major sequelae with kyphosis or leg length discrepancy. Outcomes were good for children with involvement of the ribs, sternum, and peripheral bones without multifocal involvement. The average time for functional recovery was 6.2 ± 3.9 months.

Children with BCG osteitis/osteomyelitis in different bones had distinct presentations and outcomes. Pediatricians should consider BCG bone infection in young vaccinated children with insidious onset of signs and symptoms, and consider affected site(s) in the management plan.

Los datos de este estudio son aplicables a nuestro medio. Los resultados de este aconsejan mantener la recomendación de la amoxicilina-clavulánico como tratamiento de primera elección en niños con bronquiectasias y exacerbación leve o moderada (sin fibrosis quística ni infección por Pseudomonas aeruginosa) hasta disponer de más estudios que confirmen estos resultados. La azitromicina podría ser una alternativa en casos de resistencia a β-lactámicos, alergias a amoxicilina, efectos adversos o riesgo de falta de cumplimiento del tratamiento.

Al hilo de la obligatoriedad de las vacunas para entrar en las escuelas infantiles de la red pública en Galicia me pareció interesante este artículo:

Ante un brote de sarampión de seis meses, el Condado de Rockland en Nueva York declaró el estado de emergencia y prohibió que los niños menores de 18 años no vacunados ingresaran en escuelas, tiendas, restaurantes y lugares de culto. No se incluyen espacios al aire libre como parques infantiles. “La multa por violar la orden es de hasta seis meses de cárcel o una multa de $ 500 (£ 379; € 444) o ambas”.

El objetivo era conseguir que los padres vacunen a sus hijos. La tasa de vacunación para el Condado de Rockland es de 72.9%, por debajo de la tasa estatal.

“Es una oportunidad para que todos en nuestra comunidad hagan lo correcto. “Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para poner fin a este brote y proteger la salud de quienes no pueden ser vacunados por razones médicas y de los niños que son demasiado pequeños para ser vacunados”.

La rubéola es una enfermedad contagiosa prevenible por vacunación que causa que aproximadamente 100,000 niños nazcan con el síndrome de rubéola congénita cada año en todo el mundo. Destacar estos brotes para evidenciar que estas enfermedades inmunoprevenibles siguen teniendo una incidencia y prevalencia muy importante en un mundo globalizado.

En Etiopía se produjeron 18 brotes de rubéola cada año. El 8 de febrero de 2018, la oficina de manejo de emergencias de salud pública de Yeka sub-city woreda reportó dos casos sospechosos de sarampión. Al investigar el brote para identificar su etiología, describirlo e implementar medidas de control, se confirmó que el brote era de rubeola

En Etiopía, actualmente, la vacuna contra la rubéola no se ha incluido en los programas de inmunización rutinarios infantiles.

Tras el estudio del brote se recomienda establecer un sistema de vigilancia de rubéola, realizar un estudio de seroprevalencia de rubéola en mujeres en edad fértil y establecer una vigilancia del síndrome de rubeola congénita para proporcionar información basada en la evidencia para la introducción de la vacuna de la rubeola.

A 22-day-old baby presents at your emergency department with a 3-hour history of poor feeding and fever. Blood and cerebrospinal fluid cultures reveal late-onset group B streptococcal (LOGBS) meningitis and bacteraemia. This child has a dizygotic twin who is asymptomatic. You wonder if it is necessary to test, hospitalise and give antibiotics to the asymptomatic twin?

In an asymptomatic child whose twin has an LOGBS infection (patient), is it necessary to do immediate evaluation, discontinue breast feeding and prescribe antibiotics (intervention) to avoid serious complications of group B streptococcal (GBS) disease (outcome)?

The global resurgence of pertussis in countries with high vaccination coverage has been a concern of public health.

Nasopharyngeal swabs were collected for Bordetella pertussis culture from children with suspected pertussis. Clinical and vaccination information were reviewed through electronic medical chart and immunization record. Antibiotics susceptibility was evaluated using E-test for erythromycin, azithromycin, clarithromycin and sulfamethoxazole/trimethoprim. The MLST genotypes and 7 antigenic genes (ptxP, ptxA, ptxC, Prn, fim3, fim2 and tcfA) of Bordetella pertussis were identified by polymerase chain reaction amplification and sequencing.

During January 2016 to September 2017, a total of 141 children 1–48 months of age were culture-confirmed with pertussis, of whom 98 (69.5%) were younger than 6 months, 25 (17.7%) had completed at least 3 doses of DTaP and 75 (53.2%) had a clear exposure to household members with persistent cough. Fully vaccinated cases manifested milder disease than unvaccinated and not-fully vaccinated cases. All strains were MLST2. High-virulent strains characteristic of ptxP3/prn2/ptxC2 constituted 41.1% (58/141) and were all susceptible to macrolides while low-virulent strains characteristic of ptxP1/prn1/ptxC1 constituted 58.9% (83/141) and 97.6% (81/83), respectively, were highly resistant to macrolides.

Pertussis is resurging among infants and young children in Shanghai, and household transmission is the main exposure pathway. The high-virulent strains harboring ptxP3/prn2/ptxC2 and the macrolide-resistant Bordetella pertussis strains are quite prevalent. These issues impose a public health concern in Shanghai. Our findings are important to modify the DTaP vaccination strategy and the management guideline of pertussis in China.

Background: Childhood tuberculosis (TB) is acquired after exposure to an infectious TB case, often within the household. We prospectively screened children 6–59 months of age, exposed and unexposed to an infectious TB case within the same household, for latent tuberculosis infection (LTBI), in Dar es Salaam, Tanzania.

We collected medical data and clinical specimens (to evaluate for helminths, TB and HIV coinfections) and performed physical examinations at enrollment and at 3-month and 6-month follow-up surveys. LTBI was assessed using QuantiFERON-TB Gold (QFT) at enrollment and at 3 months.

In total, 301 children had complete data records (186 with TB exposure and 115 without known TB exposure). The median age of children was 26 months (range: 6–58); 52% were females, and 4 were HIV positive. Eight children (3%) developed TB during the 6-month follow-up. We found equal proportions of children with LTBI among those with and without exposure: 20% (38/186) versus 20% (23/115) QFT-positive, and 2% (4/186) versus 4% (5/115) indeterminate QFT. QFT conversion rate was 7% (22 children) and reversion 8% (25 children). Of the TB-exposed children, 72% initiated isoniazid preventive therapy, but 61% of parents/caregivers of children with unknown TB exposure and positive QFT refused isoniazid preventive therapy.

In this high burden TB setting, TB exposure from sources other than the household was equally important as household exposure. Nearly one third of eligible children did not receive isoniazid preventive therapy. Evaluation for LTBI in children remains an important strategy for controlling TB but should not be limited to children with documented TB exposure.

Tuberculosis (TB) remains a major public health issue among children worldwide. Data on TB transmission in children living in low-incidence countries is limited.

We studied TB transmission in ethnic Danish children younger than 15 years of age between 2000 and 2013. Identification of children with TB disease and information on demographics and TB contacts were retrieved from the national TB surveillance register and the International Reference Laboratory of Mycobacteriology.

In total, 88 children with TB disease were identified in the study period, corresponding to a mean annual incidence of 6.9 per 1,000,000 children younger than 15 years of age. The male to female ratio was 1.3. Median age was 5 years (interquartile range, 3–8.5). Seventy-three (83%) children had a known TB contact of which 60% was among household contacts with recent TB, predominantly parents. Sixty-six (75%) children were classified as part of epidemiologic clusters. Thirty-five (40%) children had culture verified TB of which information on genotypes was available for 34 (97%). Of these, 35% belonged to cluster C2/1112–15, the most prevalent cluster among adult Danes.

We found on-going TB transmission in Danish children within the households of a low TB incidence population. These findings emphasize the need for early diagnosis of TB in children, thorough contact tracing and increased focus on risk groups.

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(4):384-389, April 2019.

Antimicrobial resistance is low in Norway, but to prevent an increase, the Norwegian Government has launched a National Strategy including a 30% reduction of broad-spectrum antibiotics (BSA) in hospitals within 2020. BSA are defined as second- and third-generation cephalosporins, carbapenems, piperacillin/tazobactam and quinolones. There are no recent studies of antibiotic use in Norwegian hospitalized children. The aim of this study was to describe the use of antibiotics with emphasis on BSA in Norwegian hospitalized children and neonates to detect possibilities for optimization.

Data were extracted from 8 national point prevalence surveys of systemic antibiotic prescriptions in Norwegian hospitals between 2015 and 2017. The choices of antibiotics were compared with the empirical recommendations given in available Norwegian guidelines. In total, 1323 prescriptions were issued for 937 patients.

Twenty-four percent of pediatric inpatients were given antibiotics. Adherence to guidelines was 48%, and 30% (95% confidence interval: 27%–33%) of all patients on antibiotics received BSA. We identified only small variations in use of BSA between hospitals. One-third of the patients on antibiotic therapy received prophylaxis whereof 13% were given BSA. In 30% of prescriptions with BSA, no microbiologic sample was obtained before treatment.

This study reveals an excess of prescriptions with BSA in relation to the low resistance rate in Norway. Our findings reveal areas for improvement that can be useful in the forthcoming antibiotic stewardship programs in Norwegian pediatric departments.

Bibliografía  marzo 2019

TOP TEN

·Pertussis (whooping cough) BMJ 2019;364:l401

Es un artículo que hace una revisión exhaustiva del manejo de la tosferina y presentan evidencia y orientación recientes sobre la prevención a través de la vacunación, haciendo un amplio repaso de la literatura. Se hace eco de la facilidad para la pérdida diagnóstica o el retraso ya que la tosferina imita la presentación de una infección viral del tracto respiratorio superior y, en ocasiones, puede presentarse de forma atípica.

Este artículo tiene un interés añadido al finalizar desde la perspectiva del paciente: La aportación de un padre sobre el caso clínico de su hija afectada por la tosferina, reflexionando sobre las secuelas a largo plazo de la tos ferina y el tratamiento de la tos asociada a esta enfermedad infecciosa.

·Beta-Hemolytic Nongroup A Streptococcal Pharyngitis in ChildrenJ Pediatr. 2018 Dec 6. pii: S0022-3476(18)31555-5

To evaluate the epidemiology, clinical features, and antibiotic prescribing patterns for nongroup A streptococci (NGAS) in children.

Study design

Throat cultures obtained for pharyngitis were assessed at a large community-based health system over 10 years. Epidemiologic and clinical features of children with NGAS were compared with children with group A Streptococcus (GAS) and negative cultures. Antibiotic prescribing patterns were evaluated.

Results

A total of 224 328 rapid streptococcal antigen tests and 116 578 throat cultures were performed. Clinical analysis was completed for 602 GAS-positive patients, 535 NGAS-positive patients, and 480 patients with negative cultures. Incidence of NGAS did not vary annually or by season but increased with age from 2% at ≤5 years to 7% at 18 years of age. Patients with NGAS were more likely than those with negative cultures to have tonsillar exudate (20.3% vs 13.1%, P = .003) and enlarged tonsils (28.6% vs 19.3%, P < .001). Modified Centor scores did not differ between groups (score ≥2, P = 1.0; score ≥3, P = .50). Patients with GAS were more likely than those with NGAS to have fever (32.6% vs 24.5%, P = .003), palatal petechiae (14.0% vs 3.1%, P < .001), and modified Centor score ≥2 (47.8% vs 27.1%; P < .001). Of patients with NGAS, 65% were prescribed antibiotics.

Conclusions

NGAS likely exist in both carriage and infectious states and incidence increases with age. Infections associated with NGAS are milder than with GAS, and complications are rare. Laboratory reporting of NGAS results in high antibiotic use, despite current recommendations against treatment.

·Future Research in the Immune System of Human MilkJ Pediatr. 2018 Dec 6. pii: S0022-3476(18)31670-6

Apart from a few discoveries in the 19th and early 20th centuries, little was known about the complex immune system in human milk and its many benefits to the recipient infant. Research during the latter part of the 20th century and this century demonstrated that the human milk immune system is significantly different from that produced by other mammals and that breastfeeding protects against many common infections, reduces inflammation, and lessens the likelihood of certain chronic diseases in later life.

Osteoarticular infection frequently remains microbiologically unconfirmed in the pediatric age. Kingella kingae has emerged as a major etiological agent of osteomyelitis and septic arthritis in children aged less than 4 years. Recently, the implementation of molecular detection assays (MDA) has established the real role of this microorganism in osteoarticular infections.
We conducted a retrospective study in a cohort of pediatric patients. Only 40% strains of K. kingae were identified by one of the culture methods used  but 100%of them tested positive by real-time PCR. In patients aged over 4 years (54.8% with septic arthritis) S. aureus was the most frequent pathogen and was found in 54.8% out of 31 cases. Most S. aureus isolates (15 out of 18) grew both in BCB and routine culture, while the other 3 were only isolated in BC. Etiological diagnosis was exclusively attributable to real-time PCR in 17 out of 49 cases (34.7%). Overall, patients with arthritis were younger (1.5 vs 6.5 years) and more often diagnosed with K. kingae infections (34.3% vs 9.5%) than those affected with osteomyelitis. This study shows that the bacterial etiology of osteoarticular infections in children is closely related to the age of patient, and clearly outlines three different periods. During the first months of life osteoarticular infection is an infrequent event but usually caused by group B streptococci, as in late-onset neonatal sepsis . K. kingae almost exclusively affects infants and toddlers, in fact, in 22 out of 25 (88%) K. kingae cases, patients were aged between six months and two years. Because K. kingae osteoarticular infections usually associate negative gram stain (100% in this study), mild clinical symptoms and mild alteration of plasmatic inflammation markers, differential diagnosis with noninfectious causes of arthritis (i.e. transient synovitis of the hip) is difficult. In these cases, culture in SBCB is important to isolate the microorganism, but MDA are critical for proper diagnosis and early treatment. That is why, specific K. kingae MDA should be available as a routine test in hospitals with pediatric patients. MDA also improve the detection of S. pneumoniae and N. meningitidis. In patients aged >4 years, S. aureus remains the main cause of both arthritis and osteomyelitis,5 in our study 94.4% cases. Due to the efficiency of routine cultures for S. aureus, inoculation of samples in BCB does not improve the isolation rate. Moreover, previous studies have shown that S. aureus-specific PCR assays offer no advantages over classical cultures.

Casos clínicos

·Recurrent Vulvar Ulcers and “Cradle Cap” in a 2-Year-OldJ Pediatr. 2018 Oct 12. pii: S0022-3476(18)31373-8

A 2-year-old white female with recurrent methicillin-resistant Staphylococcus aureus otitis media and persistent “cradle cap” was referred for dermatologic evaluation of recurrent, painful vaginal ulcers present for 10 months. The symptoms began with severe vaginal pain during urination and diaper changes. She subsequently developed painful, solitary, bilateral ulcers on the labia majora that responded minimally to topical menthol-zinc oxide and clobetasol. Observation without treatment led to resolution of the ulcers within 3 weeks; the ulcers reoccurred 2 months later.

Niña de 7 años, que estando previamente bien, presenta acceso de tos intensa con un vómito posterior. Tras el mismo, aprecian dificultad respiratoria grave. A su llegada a urgencias tras estabilización se realiza radiografía de tórax donde se aprecia una gran lesión quística derecha con nivel hidroaéreo e imágenes ondulantes, «signo del nenúfar» sugestivas de quiste hidatídico pulmonar (QHP) complicado.
Se amplía estudio con TC  y, ante la mala situación clínica, se decide exéresis quirúrgica urgente . Los estudios microbiológicos y anatomopatológicos confirman la etiología hidatídica del quiste.
La hidatidosis es una zoonosis producida por Echinococcus granulosus. España es un área de alta endemicidad2. En niños la afectación pulmonar es más frecuente ya que las características elásticas del pulmón permiten un crecimiento más rápido3. Pueden ser asintomáticos y diagnosticarse de forma casual o presentar un cuadro clínico grave al romperse hacia el árbol bronquial o pleura. La cirugía del QHP, asociada al tratamiento con albendazol, es el manejo terapéutico habitual.

La cerebelitis aguda (CA) es una disfunción cerebelosa aguda (ataxia, nistagmo o dismetría) asociada a menudo a fiebre, cefalea, náuseas y alteración del nivel de consciencia1,2. Suele ocurrir como trastorno infeccioso, postinfeccioso o posvacunación, aunque hay casos en los que no se evidencia ningún desencadenante3-5.
Se  denomina ataxia cerebelosa aguda a aquellos casos en los que no hay traducción en la neuroimagen, y CA a aquellos casos en que sí encontramos .  La RM cerebral la prueba diagnóstica de elección. La TC craneal en el momento agudo es útil para descartar otra etiología.
La inflamación del cerebelo puede comprimir el tallo cerebral e inducir alteraciones del nivel de consciencia, que pueden enmascarar la etapa inicial de signos cerebelosos, pudiendo presentarse incluso como coma y disfunción autonómica. Esta entidad, en la que predominan los síntomas de hipertensión intracraneal (HTIC) sobre los cerebelosos, y que se asocia a importante componente inflamatorio, se conoce como cerebelitis aguda fulminante1 y es una entidad a tener en cuenta en los casos de HTIC de aparición brusca1.
En los casos leves sin progresión de la clínica, ni imágenes radiológicas propias de los casos fulminantes, una actitud conservadora con monitorización estrecha suele ser suficiente. En casos moderados y graves, los corticoides son la primera línea de tratamiento  e incluso puede ser necesario un drenaje ventricular externo (DVE) frente a la hidrocefalia.
Se presentan 3 pacientes diagnosticados de CA, con edades comprendidas entre los 7 y 12 años, sin antecedentes de interés.
El primer paciente consultó por vómitos y decaimiento, presentando a su llegada un cuadro vagal con disminución de la consciencia, hipotonía y deterioro neurológico. En TC craneal se apreció hipodensidad subcortical en el hemisferio cerebeloso izquierdo . Ingresó en UCI-P, donde se solicitó una RM cerebral planteándose el diagnóstico diferencial entre un proceso isquémico de fosa posterior, encefalitis y CA, por lo que se monitorizó y se inició tratamiento antiagregante, aciclovir y corticoides. A las 12h de su ingreso presentó un aumento de la presión intracraneal y anisocoria, por lo que se realizó TC cranea y tras los hallazgos se decidió craniectomía descompresiva con colocación de un DVE, con estabilidad posterior. Se inició rehabilitación, presentando tendencia a la mejoría neurológica pero con secuelas presentes en el control a los 4 meses (también secuelas en RM  de control) .
Tanto el segundo como el tercer paciente consultaron por cefalea de aprox 1  semana que se había intensificado, limitando las actividades diarias e impidiendo el sueño junto con vómitos. Tanto la exploración física como la TC craneal fueron normales, por lo que ingresaron para analgesia. Dada la ausencia de mejoría se decidió realizar RM cerebral, tras la cual fueron diagnosticados de CA y fueron monitorizados y tratados con corticoides. Evolucionaron favorablemente ( también RM).

Para profundizar

Objectives

We aimed to describe the knowledge, attitudes and beliefs primary care professionals involved in administration of childhood vaccines in Barcelona have about vaccines and vaccination.

Methods

In 2016/17, surveys were administered in person to every public primary care centre (PCC) with a paediatrics department (n = 41). Paediatricians and paediatric nurses responded to questions about disease susceptibility, severity, vaccine effectiveness, vaccine safety, confidence in organisations, key immunisation beliefs, and how they vaccinate or would vaccinate their own children. We used standard descriptive analysis to examine the distribution of key outcome and predictor variables and performed bivariate and multivariate analysis.

Results

Completed surveys were returned by 277 (81%) of 342 eligible participants. A quarter of the respondents reported doubts about at least one vaccine in the recommended childhood vaccination calendar. Those with vaccine doubts chose the response option ‘vaccine-hesitant’ for every single key vaccine belief, knowledge and social norm. Specific vaccine knowledge was lacking in up to 40% of respondents and responses regarding the human papilloma virus vaccine were associated with the highest degree of doubt. Being a nurse a risk factor for having vaccine doubts (adjusted odds ratio (ORa) = 2.0; 95% confidence interval (95% CI): 1.1–3.7) and having children was a predictor of lower risk (ORa = 0.5; 95% CI: 0.2–0.9).

To the Editor:

Ambroggio et al1 report on lung ultrasonography as a viable alternative to chest radiography to detect pneumonia in children.2 They emphasize both the higher specificity of chest radiography for many findings compared with lung ultrasonography and the operator’s skill in the diagnostic process.

In a large, well-conducted meta-analysis on the role of imaging for the diagnosis of pediatric pneumonia, Balk et al3 analyzed data from 12 studies including 1510 patients and calculated the sensitivity, specificity, positive predictive value (PPV), and negative predictive value (NPV) of chest radiography and lung ultrasonography. Despite a significantly better sensitivity of lung ultrasonography (95.5% vs 86.8%), values for specificity (95.3% vs 98.2%), PPV (99.0% vs 99.6%), and NPV (63.1% vs 43.6%) were comparable between lung ultrasonography and chest radiography. The authors point out the limitation in measuring PPV and NPV in their meta-analysis, because the included studies were reflective not of the general population, but rather of a population of patients with high clinical suspicion for community-acquired pneumonia. PPV and NPV are dependent on the disease incidence, which thus influences validation of data. Furthermore, most studies included chest radiography in the diagnostic criteria for pneumonia in addition to clinical presentation, thereby skewing chest radiography results to higher specificity and inflating the intrinsic value itself. Performing studies that do not include chest radiography as part of diagnostic standard may overcome this problem.

There is a growing evidence of the accuracy of lung ultrasonography over chest radiography in the diagnosis of pneumonia. However, the real impact in the clinical practice of substituting chest radiography with lung ultrasonography has not been adequately studied. Until this step is completed, lung ultrasonography may be particularly useful in the detection of pneumonia in clinical settings were chest radiography is not readily available.

Ambroggio, L., Shah, S.S., and Coley, B.D. Reply. J Pediatr. 2018; 196: 329–330

Background: To examine whether inappropriate antibiotic treatment for an initial bout of acute bronchitis in childhood affects patterns of future healthcare utilization and antibiotic prescribing.

Methods: We conducted a retrospective analysis of children with at least 1 acute bronchitis episode, defined as the 14-day period after an acute bronchitis visit, born in 2008 and followed through 2015 in a nationally representative commercial claims database. We predicted the likelihood of returning for a subsequent acute bronchitis episode, and being prescribed an antibiotic as part of that episode, as a function of whether or not the child was prescribed an antibiotic as part of the first acute bronchitis episode controlling for patient, provider and practice characteristics.

Results: Children prescribed an antibiotic as part of their initial acute bronchitis episode were more likely both to have a subsequent acute bronchitis episode (hazard ratio = 1.23; 95% confidence interval: 1.17–1.30) and to be prescribed an antibiotic as part of that second episode (hazard ratio = 2.13; 95% confidence interval: 1.99–2.28) compared with children who were not prescribed as part of their first episode. Children diagnosed with asthma were more likely to experience a second visit for acute bronchitis, but less likely to receive an antibiotic as part of that second episode.

Conclusions: Inappropriate antibiotic prescribing for a child’s initial acute bronchitis episode of care predicted likelihood of subsequent acute bronchitis episodes and antibiotic prescriptions. Providers should consider the downstream effect of inappropriate antibiotic prescribing for acute bronchitis in childhood.

Setenta personas, la mayoría de ellas niños, han muerto de sarampión en Filipinas desde comienzos de 2019, el 79% de los muertos este año no estaban vacunados. Ahora se extiende por la capital densamente poblada de Manila, así como en otras cuatro regiones, y el gobierno insta a los padres a que vacunen a sus hijos de forma gratuita.

La mayor brecha en Europa ha sido en Ucrania, donde el estallido de la guerra en 2014 interrumpió gravemente los programas de inmunización. Ucrania es líder mundial en casos de sarampión, con 53 218 casos en 2018, o 121 por cada 100 000 personas. En la última semana se registraron unos 3142 casos en Ucrania. Pero el paciente promedio es mayor que en Filipinas, y ha habido menos muertes, 16 desde que comenzó el 2019.

En este mismo artículo se menciona que la Academia Americana de Pediatría ha pedido a Facebook que haga más para eliminar toda la información engañosa sobre las vacunas de su sitio web. Facebook ha aceptado ingresos por publicidad de grupos como Vax Truther, Anti-Vaxxer y Vaccines Revealed. El periódico británico The Guardian obtuvo acceso a grupos cerrados en Facebook donde los miembros reciben información falsa contra las vacunas, a menudo por personas con un claro interés financiero en desacreditar las vacunas. Uno de estos grupos, llamado Vitamina C y Medicina Ortomolecular para una Salud Óptima, le dice a sus 49000 miembros que “no es un grupo anti-vax”, pero su administrador escribió en un mensaje: “Hasta que se vuelvan seguras y no se guíen por el dinero, evitaría todas las vacunas “. Katie Gironda, que dirige otro grupo de Facebook llamado Vitamina C contra el daño de las vacunas figura en LinkedIn como directora ejecutiva de un negocio en línea llamado Revitalize Wellness, que vende dosis altas de vitamina C. Las advertencias sobre las vacunas se intercalan con las instrucciones para “comprar ahora” para la vitamina C.

La efectividad directa de la vacunación contra el rotavirus infantil implementada en 2006 en los Estados Unidos se ha evaluado ampliamente, sin embargo, la comprensión de la efectividad de la vacuna a nivel de la población aún es incompleta.

Se ha visto que los beneficios de la vacuna se extendieron a individuos no vacunados en todos los grupos de edad, lo que sugiere que los bebés son importantes impulsores de la transmisión de la enfermedad en toda la población y por lo tanto también la vacunación protege a toda la población.

La evidencia reciente sugiere que las infecciones virales están involucradas en un modelo animal de enfermedad celíaca. Estudios prospectivos han mostrado una mayor prevalencia de infecciones en niños antes del diagnóstico de enfermedad celíaca. Los estudios previos de adenovirus y enterovirus se han limitado a diseños transversales, y la causalidad inversa es una posible explicación para estas observaciones.

En este estudio longitudinal, encuentran que una mayor frecuencia de infecciones por enterovirus se asoció con un mayor riesgo de enfermedad celíaca. En conjunto, sus resultados son compatibles con un mecanismo por el cual las infecciones virales pueden romper la barrera de la mucosa con un aumento de la translocación de los péptidos de gluten a la mucosa como el evento inicial en la pérdida de tolerancia. Especulan que los enterovirus pueden proporcionar una señal de peligro que activa las células dendríticas que actúan como células presentadoras de antígenos para las células T reactivas al gluten CD4 en presencia de péptidos de gluten modificados con transglutaminasa.

Dado el número limitado de casos, se necesitan estudios similares y, preferiblemente, estudios de intervención para llegar a conclusiones sobre la causalidad. La identificación de virus específicos como desencadenantes de la enfermedad celíaca puede tener implicaciones para las estrategias preventivas y justificar estudios futuros para aclarar los mecanismos

At present, the evidence on the effectiveness and safety of antibiotic treatment for newborns with confirmed, highly probable or possible congenital syphilis is sparse, implying that we are uncertain about the estimated effect. One trial compared benzathine penicillin with no intervention for infants with possible congenital syphilis. Low-quality evidence suggested penicillin administration possibly reduce the proportion of neonates with clinical manifestations of congenital syphilis, penicillin administration increased the serological cure at the third month. These findings support the clinical use of penicillin in neonates with confirmed, highly probable or possible congenital syphilis. High- and moderate-quality evidence suggests that there are probably no differences between benzathine penicillin and procaine benzylpenicillin administration for the outcomes of absence of clinical manifestations of syphilis or serological cure.

El estreptococo del grupo B ( Streptococcus agalactiae, GBS) es la causa más común de sepsis neonatal y meningitis en muchos países desarrollados. En el Reino Unido, el GBS causa una enfermedad invasiva en los primeros seis días de vida en aproximadamente uno de cada 2000 nacidos vivos. Para prevenir la enfermedad de inicio temprano, el tratamiento recomendado a nivel internacional es la profilaxis antibiótica intraparto, generalmente penicilina intravenosa. El Reino Unido recomienda una estrategia basada en el riesgo, en la cual a las mujeres embarazadas que presentan factores de riesgo para una infección por GBS de inicio temprano se les ofrece profilaxis antibiótica durante el parto.

Los defensores del cribado universal apuntan a los países de Europa y América del Norte donde se recomienda el cribado y donde se han observado reducciones en la infección por EGB de inicio temprano. Pero la evidencia muestra que la efectividad del cribado, es incierto y que la detección tiene daños potenciales. En el artículo explican por qué el Comité Nacional de Detección del Reino Unido decidió no introducir la detección de rutina: tratamiento excesivo, peligros potenciales desconocidos de la detección y tratamiento profiláctico con antibióticos durante el parto, y beneficio incierto.

El enfoque actual llevaría a que el 99.8% de las mujeres con resultado positivo en la prueba de detección y sus bebés reciban una profilaxis innecesaria con antibióticos durante el parto. La falta de evidencia de alta calidad sobre los resultados clínicos hace que sea imposible cuantificar si la prueba de detección de GBS universal tendría algún beneficio y evaluar si la profilaxis con antibióticos intraparto a gran escala es segura. Ellos concluyen que actualmente no se puede recomendar un programa universal de detección de cultivos prenatales.

 Introducción. El objetivo del estudio fue evaluar la seguridad y la eficacia de la combinación de ledipasvir/sofosbuvir en la infección crónica por el genotipo 1 y 4 del virus de la hepatitis C (VHC) en pacientes pediátricos. Métodos. Se incluyó a pacientes de entre 6 y 18 años. La duración y la dosis de los fármacos antivirales se administraron según la edad del paciente, el estadio de fibrosis y los tratamientos previos con interferón pegilado y ribavirina. La variable principal de eficacia fue el porcentaje de pacientes con una respuesta virológica sostenida 12 semanas (RVS12) después del tratamiento. Resultados Nueve pacientes con una mediana de edad de 14,8 años fueron tratados con combinación de ledipasvir/sofosbuvir. Cinco pacientes habían recibido previamente tratamiento con interferón pegilado+ribavirina. Ocho pacientes tenían algún grado de fibrosis. La mediana de la carga viral previa al tratamiento fue de 6,2 log con negativización del ARN del VHC 6 semanas después de comenzar el tratamiento en el 100% de los pacientes. Todos los pacientes mantuvieron una respuesta viral sostenida a las 12 semanas. Tres pacientes (33,3%) tuvieron algún tipo de efecto adverso (2 dolores de cabeza y un afta oral). La mediana de seguimiento posterior al tratamiento fue de 24 semanas.

Conclusiones. El tratamiento con ledipasvir/sofosbuvir en pacientes pediátricos con infección crónica por VHC de genotipo 1 y 4 es seguro y efectivo con RVS12, similar a lo reportado en adultos.

Euro Surveill. 2019 Feb;24(7). doi: 10.2807/1560-7917.ES.2019.24.7.1700857

Worldwide, under-fives mortality has halved since 1990 from 93 to 41 deaths per 1000 live births in 2016. However, progress has been very uneven. Child mortality is still highest in Africa (76 per 1000 live births) (figure 1) and neonatal mortality has declined at a slower rate so is now approaching 50% of all under-fives mortality.1 Research and programmatic efforts are focussed on reducing child mortality in the highest burden areas. An intriguing and controversial idea to reduce mortality has arisen from mass antimicrobial distribution programmes for the prevention of blindness caused by trachoma.

A 6-year-old boy presents to Accident and Emergency with fever, lethargy and a spreading purpuric rash. Despite fluid resuscitation with 40 mL/kg he remains clinically shocked with tachycardia, cool peripheries, prolonged capillary refill time and lactic acidosis. Anaesthetics arrive to intubate and you as the paediatric registrar are asked to prescribe a peripheral vasoactive drug infusion. You remember that the advanced paediatric life support course you recently attended advised starting either dopamine or epinephrine in the setting of cold shock but wonder if there is evidence to support one over the other.

Structured clinical question

In children with septic shock unresponsive to 40 mL/kg fluid resuscitation (population) does initial peripheral venous administration of epinephrine (intervention) compared with dopamine (comparison) improve mortality (outcome)?

The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(3):e54-e56

Hemophagocytic lymphohistiocytosis (HLH) is not one condition but descriptive of a life-threatening, hyper-inflammatory syndrome with multiorgan involvement with a variety of triggers, both genetic and environmental. It is described as primary HLH (familial HLH) and secondary HLH (acquired following malignancy, rheumatologic disorders, primary immune deficiencies or infection alone). Infections commonly precipitate HLH in those with primary HLH, in combination with an underlying disease (malignancy, rheumatologic or primary immune deficiency) or may be the sole trigger.1 Many people with “secondary” HLH may also have potentially pathogenic polymorphisms in an HLH- associated gene.2 Rapid diagnosis of HLH and initiation of appropriate treatment is essential to reduce mortality from this condition

Los anticuerpos monoclonales contra el virus sincitial respiratorio (VRS; palivizumab) se recomiendan para la profilaxis de los bebés de alto riesgo durante las temporadas de bronquiolitis, pero no para el tratamiento de la bronquiolitis por VRS. Nuestro objetivo fue determinar si palivizumab sería útil en niños pequeños con bronquiolitis aguda por VRS.

Se incluyeron 420 niños en el estudio, de los cuales completaron 413.

CONCLUSIONES: El palivizumab intravenoso no parece ayudar o dañar a los bebés pequeños con bronquiolitis aguda por VRS positiva.

·Cerebrospinal Fluid Shunt Infection: Emerging Paradigms in Pathogenesis that Affect Prevention and TreatmentJ Pediatr. 2018 Dec 6. pii: S0022-3476(18)31673-1

In this medical progress report, we outline the epidemiology and healthcare utilization associated with cerebrospinal fluid (CSF) shunt-associated infections in the US, the clinical features of CSF shunt infection, and our evolving understanding of the prevention and treatment of CSF shunt infection. We describe an emerging paradigm in CSF shunt infection under active investigation.

  • Trends and Predictors of Clostridium difficile Infection among Children: A Canadian Population-Based Study. J Pediatr. 2018 Nov 15. pii: S0022-3476(18)31548-8

To assess time trends in Clostridium difficile infection (CDI) rates, and predictors of CDIs, including recurrent CDIs, in children.

Study design

Data were extracted from Manitoba Health Provider Claims, and other population registry datasets from 2005 to 2015. CDI was identified from the Manitoba Health Public Health Branch Epidemiology and Surveillance population-based laboratory-confirmed CDI dataset. Children aged 2-17 years with CDI were matched by age, sex, area of residence, and duration of residence in Manitoba with children without CDI. The rates and time trends of CDIs using previously recommended definitions were determined. Predictors of CDI subtypes were determined using multivariable logistic regression models. Cox regression analysis was used to assess for the potential predictors of recurrent CDI.

Results

Children with and without CDI were followed for 828 and 2753 persons-years, respectively. The overall CDI rate during the study period was 7.8 per 100 000 person-years. There was no significant change in CDI rates over the observation period. Comorbid conditions, more prevalent among children with CDI than matched controls, included Hirschsprung disease (P < .001) and inflammatory bowel disease (P < .0001). Recurrent CDIs (>2 occurrences) were responsible for 10% of CDI episodes (range, 2-6 infections). Predictors of recurrence included malignancy (hazard ratio, 3.0, 95% CI, 1.1-8.8), diabetes (hazard ratio, 4.8; 95% CI, 1.1-21.4), and neurodegenerative diseases (hazard ratio, 8.4; 95% CI, 1.9-37.5).

Conclusions

The incidence of CDI is stable among children in Manitoba. Children with Hirschsprung disease and inflammatory bowel disease are more susceptible to CDI, and those with malignancy, diabetes. and neurodegenerative disorders are more likely to develop recurrent CDI.

Background: Fluoroquinolone (FQ) prescription rates have increased over the last 10 years despite recent warnings of serious adverse effects such as peripheral neuropathy and tendinopathy. Currently, there are no published data on the extent or appropriateness of FQ prescribing in children.

Methods: Drug prescription data from the PharMetrics Plus health claims database (United States) were analyzed to examine dispensing of ciprofloxacin, levofloxacin, moxifloxacin, ofloxacin, or gemifloxacin to children from 2006 to 2015. Based on American Academy of Pediatrics recommendations, an algorithm was created to quantify inappropriate FQ prescriptions, which was further stratified by age and FQ type.

Results: Among a cohort of 2,754,431 children, 372,357 prescriptions for an oral FQ were dispensed between 2006 and 2015. An increase was observed in FQ prescriptions from 2006 to 2013, with numbers coming down in 2014 and 2015. Ciprofloxacin was the most frequently prescribed FQ (334,268 prescriptions) followed by levofloxacin (19,386), moxifloxacin (18,434) and combined ofloxacin/gemifloxacin prescriptions (369). Of the FQ prescriptions in children, 48% were prescribed to those 10 years of age or younger, and 22% were deemed inappropriate.

Conclusions: Our study suggests an increase in the prescribing of FQs, mostly ciprofloxacin, over a 10-year period, although numbers have decreased slightly in 2014 and 2015. At least 1 in 5 prescriptions were deemed unnecessary. In light of recent FQ safety warnings and lack of long-term safety data with FQ use in children and potential risk of increasing antibiotic resistance, clinicians are advised to refrain from using FQs for uncomplicated community-acquired infections.

Actualidad bibliográfica febrero 2019

Top ten

·Guía de uso de antimicrobianos en niños con tratamiento ambulatorioServicio madrileño de Salud. Consejería de Sanidad e la Comunidad de Madrid. Disponible en http://www.comunidad.madrid/publicacion/ref/20261

·Scabies: New Opportunities for Management and Population ControlThe Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):211-213

Scabies is a skin condition caused by infestation with the microscopic mite Sarcoptes scabiei var hominis. Common scabies causes severe itch, mite burrows and secondary skin lesions. Scabies has a strong causal relationship with impetigo1 which can lead to more severe skin and soft tissue infections, invasive bacterial infections and post-streptococcal sequelae.2 Crusted scabies is a rare form, usually affecting people with immunosuppression and characterized by hyperkeratotic skin containing thousands to millions of mites.

The World Health Organization (WHO) adopted scabies as a neglected tropical disease (NTD) in 2017.3 This recognition has led to increasing global awareness and efforts toward scabies control and even elimination as a public health problem. The 2018 meeting of the WHO NTD Strategic Technical Advisory Group Working Group on Monitoring and Evaluation noted “strong initial evidence for ivermectin-based mass drug administration (MDA) for control of scabies in endemic populations and that simplified clinical case definitions for field surveys are available; however, there is currently no global strategy for scabies control.”4 With an increasing global focus on scabies, it is timely to review recent advances in the understanding of scabies epidemiology, diagnosis, treatment and public health control.

·Antibiotic Recommendations for Acute Otitis Media and Acute Bacterial Sinusitis: Conundrum No MorePediatr Infect Dis J. 2018 Dec;37(12):1255-1257

There has been a substantial change in the prevalence and microbiologic characteristics of cases of acute otitis media secondary to the widespread use of pneumococcal conjugate vaccines. Current trends in nasopharyngeal colonization and the microbiology of acute otitis media support a change in the recommendation for antibiotic management of acute otitis media and acute bacterial sinusitis in children.

·Antibiotic Recommendations for Acute Otitis Media and Acute Bacterial Sinusitis. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):217

·Streptococcal Infections and Exacerbations in PANDAS: A Systematic Review and Meta-analysis. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):189-194

Background: The pediatric autoimmune neuropsychiatric disorders associated with streptococcal infection (PANDAS) hypothesis suggests an association between group A beta-hemolytic streptococcus (GABHS) infections and subsequent onset or exacerbation of neuropsychiatric symptoms, such as obsessive-compulsive disorder or tic disorders.

Methods: We performed a systematic review and meta-analysis including longitudinal, prospective studies on exacerbations of neuropsychiatric symptoms associated with GABHS infections in children with PANDAS. We searched PubMed and EMBASE through August 14, 2017. Two independent reviewers extracted data and we used random-effects analysis to calculate rate ratios (RR).

Results: Three studies were included with a total of 82 PANDAS cases and 127 control children with obsessive-compulsive disorder or chronic tic disorder. PANDAS cases had a nonsignificantly increased RR of 2.33 [95% confidence interval [CI]: 0.63–8.70, P = 0.21, I 2 = 28.3%] for exacerbations of neuropsychiatric symptoms in temporal proximity to a GABHS infection and no increased risk of GABHS infections (RR = 0.99, 95% CI: 0.56–1.73, P = 0.97, I 2 = 45%) compared with the control children. However, PANDAS cases had an increased risk of neuropsychiatric exacerbations in general with a RR of 1.54 (95% CI: 1.12–2.11, P = 0.008, I 2 = 0%) compared with the control children. The studies had methodologic heterogeneity, high risk of selection bias and differed concerning case definition and infection measures.

Conclusions: Our findings did not show significant evidence concerning higher rates of temporally associated GABHS infections and exacerbations of neuropsychiatric symptoms in children with PANDAS. The included studies were small and limited by low GABHS rates and exacerbations. Future studies with large population sizes and routine evaluations are needed to thoroughly examine the PANDAS hypothesis.

Más de 80 000 personas en 47 de los 53 países europeos contrajeron el sarampión en 2018, con un 61% hospitalizados y 72 muertes Según la OMS.

El número total de personas infectadas con el virus en 2018 fue el más alto de esta década: tres veces el total informado en 2017 (23 927 casos) y 15 veces el mínimo histórico registrado en 2016 (5273 casos).

A pesar de que en la región europea haya más niños vacunados contra la enfermedad que nunca, el progreso en la vacunación es desigual entre los países y dentro de ellos. Esto deja a los grupos de personas susceptibles desprotegidas, particularmente en los países de ingresos medios

El Plan Europeo de Acción de Vacunas 2015-2020 (EVAP) establece una estrategia respaldada por los 53 estados miembros para eliminar el sarampión y la rubéola. Al menos el 95% de cada población debe ser inmune, a través de dos dosis de vacunación o exposición previa al virus, para garantizar la protección de la comunidad para todos, incluidos los bebés demasiado pequeños para ser vacunados y otros que no pueden ser inmunizados debido a enfermedades existentes y enfermedades médicas.

Background: Implementing matrix-assisted laser desorption ionization–time of flight and multiplex polymerase chain reaction has been associated with decreased mortality and hospital length of stay in adults, but the impact in pediatrics is less understood.

Methods: This pre–post quasi-experimental study compared antibiotic prescribing for positive blood cultures in patients ≤21 years of age collected in 2012 (preintervention) and in 2015 (after matrix-assisted laser desorption ionization–time of flight/multiplex polymerase chain reaction). Time to effective and optimal antimicrobial therapy was evaluated using Cox proportional hazards regression. Time to ideal optimal therapy was estimated as the earliest potential initiation of optimal therapy. Antibiotic use and clinical outcomes were measured.

Results: There were 242 and 192 positive monomicrobial blood cultures in 2012 and 2015, respectively. Postintervention, time to optimal therapy (73.8 vs. 48.8 hours; P < 0.001) and organism identification (55.6 vs. 29.5 hours; P < 0.001) were reduced, and patients were more likely to receive optimal therapy by 7 days (hazard ratio, 1.85; P < 0.001). In the ideal scenario in 2015, there was an 8.8-hour delay in initiating optimal therapy based on the time that sufficient microbiologic data were available. Postintervention, time to effective therapy (2.8 vs. 2.7 hours; P = 0.782) and clinical outcomes did not differ. Unnecessary antibiotic duration for probable contaminants (skin flora) (43.1 vs. 29.7 hours; P = 0.027), vancomycin for methicillin-sensitive Staphylococcus aureus (54.0 vs. 41.3 hours; P = 0.008) and nonpenicillin/ampicillin antibiotics for group A Streptococcus, group B Streptococcus and Enterococcus faecalis (87.2 vs. 33.4 hours; P < 0.001) were reduced postintervention.

Conclusions: Rapid diagnostics reduced time to optimal antimicrobial therapy and unnecessary antibiotic use without worse clinical outcomes.

Introducción: La información existente sobre el impacto de la gripe en la población infantil española es escasa. El trabajo pretende estudiar la incidencia de hospitalización, clínica, comorbilidades y el estado vacunal en los niños hospitalizados.

Métodos: Estudio retrospectivo, observacional, por revisión de historias clínicas, en menores de 15 años hospitalizados por gripe adquirida en la comunidad, confirmada microbiológicamente, durante 2temporadas gripales (2014-2015 y 2015-2016). El estudio se realizó en 10 hospitales de 6 ciudades, que atienden aproximadamente al 12% de la población infantil española.

Resultados: Fueron hospitalizados 907 niños con gripe (447<2 años), con una tasa media anual de incidencia de hospitalización de 0,51 casos/1.000 niños (IC del 95% 0,48-0,55). El 45% presentó enfermedades subyacentes consideradas factores de riesgo para gripe grave, y la mayor parte de ellos (74%) no habían sido vacunados. El porcentaje con enfermedades subyacentes aumentó con la edad, desde el 26% en menores de 6 meses al 74% en mayores de 10 años. El 10% de los casos (n=92) precisaron cuidados intensivos pediátricos por fallo respiratorio agudo.

Conclusión: La gripe es causa importante de hospitalización en la población infantil española. Los menores de 6 meses de edad y los niños con enfermedades subyacentes constituyen una parte mayoritaria (> 50%) de los casos. Una gran parte de las formas graves de gripe en población infantil podrían ser evitada si se cumplieran las indicaciones de vacunación.

Casos clínicos

Neonato de de 2 semanas de vida. Consultan por secreción purulenta de ambo. Recien nacido a término, parto vaginal espontáneo. No había recibido profilaxis ocular después del parto, y la madre no se había sometido a pruebas prenatales para detectar la infección por clamidia o gonorrea. Una muestra de secreción ocular obtenida del bebé y un hisopo endocervical obtenido de la madre dieron positivo para el ADN de Chlamydia trachomatis y negativo para el ADN de Neisseria gonorrhoeae por reacción en cadena de la polimerasa. La transmisión perinatal de C. trachomatis o N. gonorrhoeae puede causar conjuntivitis neonatal, conocida como oftalmia neonatorum. El paciente recibió 2 semanas de eritromicina oral, y además se una dosis única de azitromicina oral a sus padres. Los síntomas del se resolvieron dentro de los 5 días posteriores al inicio del tratamiento. 

Staphylococcus aureus y estreptococos del grupo viridans son los organismos causantes más comunes, mientras que el estreptococo del grupo A (SGA) es menos frecuente.

1er caso: niña de 14 años previamente sana, presenta tres días de fiebre, fatiga y cambios en el estado mental y un día de cojera.

Signos vitales: Tª 39,8ºC; FC 130 lpm; TA 100/71 mmHg; FR 18 rpm y SatO2 98%.

Exploración: Estaba orientada pero extrañamente charlatana y grosera. La úvula y la faringe posterior estaban cubiertas de hemorragias petequiales que sugerían faringitis estreptocócica. No se auscultaron soplos cardíacos. El segundo y el quinto dedos del pie izquierdo presentaban coloración negruzca, tenía petequias en la palma de la mano derecha y plantas de pies y el dorso del pie izquierdo estaba eritematoso, cálido e hinchado

Laboratorio: Signos de coagulación intravascular diseminada (CID) con un recuento elevado de glóbulos blancos y una proteína C reactiva elevada

En dos de los tres cultivos de sangre creció Streptococcus pyogenes (T6 M6, emm 6.104).

Se estableció el diagnóstico de celulitis y esta infección de la piel y los tejidos blandos del dedo del pie y del pie causaban bacteriemia y CID.

Se sospechó que la SGA era el microorganismo causante y se inició tratamiento con ampicilina / sulbactam intravenosa (IV) y clindamicina.

Sobre la base de los resultados del antibiograma, la ampicilina / sulbactam se cambió por ampicilina y se continuó con clindamicina

Su estado mental casi se había normalizado al final del primer día de hospitalización y estaba completamente despierta y alerta el día 3.

Al tercer día se escuchó un soplo sistólico de eyección y la ecocardiografía mostró regurgitación mitral con vegetación de la válvula mitral.

También tuvo hallazgos de infartos en la corteza temporal izquierda profunda, el bazo y el riñón.

Dos semanas después, desarrolló una erupción eritematosa en todo el cuerpo. Se sospechó una erupción por drogas y se cambió de ampicilina y clindamicina a cefotaxima.

Debido a la gravedad resultante de la regurgitación mitral, se sometió a una reparación de la válvula mitral después de 10 semanas de tratamiento con antibióticos.

2º caso: Un niño de 17 meses se presentó en un hospital municipal por fiebre. Tenía antecedentes de cierre espontáneo de un defecto del tabique ventricular (CIV) a los 5 meses de edad con insuficiencia mitral leve residual. Presentaba un historial de 2 días de fiebre y de irritabilidad de 1 día. Fue remitido a nuestro hospital debido a un recuento elevado de glóbulos blancos y una proteína C reactiva elevada.

Los signos vitales iniciales fueron: Tª 40.6 ° C, TAS 100 mmHg, FC 157 latidos / min, FR 60 respiraciones / min y Sat. 97%. No tenía petequias conjuntivales, ni hemorragias en astillas de las uñas, ni erupción. No se auscultaban soplos.

La evaluación inicial de laboratorio mostraba un recuento de glóbulos blancos de 14.300 células / ml y un nivel de proteína C reactiva de 30.89 mg / dL. Se extrajeron hemocultivos tanto en el hospital municipal como en nuestro hospital con 12 horas de diferencia, y se inició tratamiento empírico con ampicilina IV y cefotaxima por una posible bacteriemia.

En dos cultivos de sangre crecieron S. pyogenes (T4 M4, emm 4.0).

En el día 5 de ingreso, la ecocardiografía mostró una vegetación en un aneurisma septal membranoso del lado derecho y se le diagnosticó de endocarditis infecciosa. Sobre la base de los resultados de las pruebas de susceptibilidad, se retiró la cefotaxima y solo se continuó con ampicilina. Mientras recibía terapia con antibióticos, no desarrolló ninguna complicación, como hipertensión pulmonar o embolia pulmonar. La ampicilina IV se continuó durante 4 semanas adicionales después de que se determinó que los hemocultivos de seguimiento eran negativos y finalmente fue dado de alta. El paciente no ha mostrado signos de insuficiencia cardíaca durante el período de seguimiento de 2 años

Conclusión: El SGA es un organismo etiológico raro de la EI, y hay pocos informes de endocarditis por SGA con información específica sobre los tipos de serotipos (de la proteína M) / emm (genes que codifican la proteína M). En general, la mayoría de los tipos de serotipos/emm asociados con SGA generalmente causan solo una infección leve, pero como muestra este informe, también puede asociarse con una enfermedad invasiva grave como la EI.

En relación al segundo caso destacar que las directrices de profilaxis antibiótica de la Academia Americana del Corazón de 2007 para la prevención de la EI, ya no consideran que las lesiones cardíacas congénitas no reparadas tengán un riesgo alto o moderado de EI. Sin embargo Knirsch et a.l sostienen que deben considerarse un riesgo de por vida las cardiopatías congénitas no operadas, reparadas o solucionadas espontaneamente, incluyendo la CIV

An 18-year-old was admitted to our hospital in December 2017 after 2 days of fever, caugh and dyspnea. NO clinical relevant history, no recent travel and a completed vaccination calendar. The patient accomplished sepsis clinical criteria, and examination revealed no neurologic findings or skins lesions. Laboratory findings were leucopenia, coagulopathy and elevation of acute phase reagents. Torax X-ray showed a bilateral infiltrate. The patient evolved to acute respiratory failure, which required admission to our Intensive Care Unit for respiratory support. Empirical antimicrobial treatment with meropenem, levofloxacin and oseltamivir was started after collection of blood and urine cultures and nasopharyngeal exudate for PCR testing for Influenza viruses. Urine and nasopharyngeal samples were negative.In blood culture, the isolate was Neisseria meningitidis serogroup C/W. The strain was susceptible to Cefotaxime (MIC ≤ 0.016 g/mL). Clinicians were informed and the patient underwent targeted therapy with Cefotaxime at a dose of 2 g/8 h for 7 days, with favorable outcome (any clinical consequence of the infection) . The isolate was identified as N. meningitidis serogroup W, genosubtype P1.5,2 (PorA VR1:5, VR2:2). The disease is seasonal, being more frequent in the winter months. In Spain we have attended a similar scenario tan in the restnof Europe: on the one hand a decrease on the incidence of IMD by serogroup C and B. On the other hand, the number of IMD due to non-frequent serogroups (W and Y) has also increased (8.2% of W and 5.2% of Y in 2015–2016 season).These serogroups are nowadays considered as emerging and they should be considered in patients with clinical suspicion of meningococcal infection. The possibility of quadrivalent conjugate vaccine implementation in Spain should be evaluated. This case report illustrates the emerging importance of these local-acquired non-B/C meningococcal infections which have to be considered as a differential diagnosis in patients with either sepsis of respiratory origin with or without neurological or skin findings.

Neonato de 9 días que consulta por fiebre de 38 ◦C de 2 h, irritabilidad y rechazo de apoyo sobre el lado izdo. No otra sintomatología. Antecedentes perinatales : SGB positivo, con profilaxis antibiótica incompleta, sin clínica de infección neonatal en maternidad. Hermano de 6 anos normovacunado y sin clínica infecciosa. EF: zona eritematosa e indurada en región malar izquierda, caliente y dolorosa, que engloba el ángulo submandibular. No se observan puertas de entrada superficiales ni en mucosa oral. Leve oclusión ocular izquierda, sin lateralización de la comisura bucal. Resto normal. En la analítica destacan leucocitosis con neutrofilia con series roja y plaquetaria normales. Ionograma, perfiles renal y hepático y amilasa normales. PCR 11 mg/l y PCT 0,11 ng/ml. Las citoquímicas de orina y LCR fueron normales. EN ecografía de partes blandas, se aprecia un aumento de tamaño de la parótida izda, hipervascularizada, y con ganglios intra y extra parotídeos, de aspecto reactivo, sin colecciones que sugieran abscesos ni dilataciones ductales Ingresa con sospecha de parotiditis neonatal con tto iv empírico con ampicilina y cefotaxima. A las 12 h comienza con secreción a través del conducto de Stenon; se recoge muestra del exudado y se sustituye la antibioterapia por cloxacilina y cefotaxima. Tanto en el cultivo de este exudado, como en el hemocultivo se identifican SARM, Staphylococcus mitis y Staplylococcus salivaris, por lo que se completa tratamiento con cloxacilina intravenosa durante 10 días. Los cultivos de orina y LCR resultan negativos. P ermanece afebril desde las 48 h del ingreso, con mejoría progresiva de la induración y del eritema mandibular, desapareciendo la secreción purulenta por el conducto de Stenon hasta el 4.◦ día de ingreso. El hemocultivo de control y la serología IgM de parotiditis resultan negativos.

La parotiditis bacteriana es excepcional en neonatos y lactantes debido a los anticuerpos maternos. La infección puede producirse por flujo bacteriano retrógrado a través del conducto de Stenon, y con menor frecuencia por siembra hematógena . El S. aureus es el microorganismo aislado más común. En segundo lugar, y con mayor asociación con clínica generalizada y meningitis, se encuentra la infección por SGB. También se han descrito infecciones por otros bacilos gramnegativos, anaerobios y estreptococos. El diagnóstico es clínico. La afectación unilateral es la más frecuente. La fiebre se encuentra en menos de la mitad de los casos, habitualmente asociada a bacteriemia. El nivel sérico de amilasa se eleva en pocas ocasiones, debido a la inmadurez de esta actividad de la isoenzima salival en recién nacidos. El cultivo positivo del exudado purulento del conducto ipsilateral de Stenon o de la aspiración de la glándula afectada es patognomónico. Cuando este resulta negativo, el crecimiento bacteriano del hemocultivo en este contexto clínico sugiere altamente el diagnóstico. La prematuridad, el sexo masculino, la necesidad de sonda nasogástrica y la deshidratación son factores de riesgo. El pronóstico es bueno. Algunos autores consideran la cloxacilina como tto de elección dada la alta frecuencia de S. aureus como agente causal, no obstante, cuando exista la posibilidad de infección por SGB, el tto empírico debe ser una C3G hasta resultado de cultivos. Complicaciones: septicemia y meningitis, fístulas salivales y abscesos, parálisis facial y mediastinitis, que pueden llegar a precisar cirugía

Para profundizar

Probiotics, usually in the form of live Lactobacillus species, have become popular as both a treatment and a preventative agent for a wide variety of childhood conditions. For example, there is evidence that they work in antibiotic-related diarrhoea, necrotising enterocolitis and possibly infantile colic. So if the diarrhoea that occurs in straightforward viral gastroenteritis is partly due to an altered intestinal microbiome, would you expect them to help this as well? You might, but two robust new studies suggest that they don’t. The NEJM published two large randomised double-blind placebo-controlled …

La producción de biopelículas por Haemophilus influenzae y Streptococcus pneumoniae se ha relacionado con la patogénesis de la otitis media, principalmente en casos crónicos y recurrentes. Se estudió “in vitro” la producción de biopelículas por estas 2 especies aisladas en solitario o juntas de la nasofaringe de niños con otitis media aguda. En general, 89/94 (94.6%) de los casos con aislamiento combinado de S. pneumoniae o H. influenzae mostraron producción de biopelículas. Este estudio enfatiza la alta proporción de producción de biopelículas por cepas de H. influenzae y S. pneumoniae aisladas de la nasofaringe de niños con otitis media aguda, lo que refuerza los resultados de estudios que sugieren la importancia de las biopelículas en la patogénesis de la otitis media aguda.

Resumen: Las infecciones respiratorias agudas (IRA) representan una causa importante de morbilidad y mortalidad en los niños, y siguen siendo un importante problema de salud pública, y afectan especialmente a los niños menores de 5 años de países de bajos ingresos. Se realizó un análisis de datos secundarios de un estudio transversal previo realizado en niños con un diagnóstico probable de tos ferina desde enero de 2010 hasta julio de 2012. Todas las muestras se analizaron mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para las siguientes etiologías: Influenza-A, Influenza -B, RSV-A, RSV-B, Adenovirus, virus Parainfluenza 1, virus Parainfluenza 2, virus Parainfluenza 3, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae En un total de 288 pacientes el patógeno aislado más común fue el adenovirus (49%), seguido de Bordetella pertussis (41%), neumonía por Mycoplasma (26%) y la Influenza B (19,8%). Las coinfecciones se informaron en el 58% de las muestras y la asociación más común se encontró entre B. pertussis y Adenovirus (12.2%).

Hubo una alta prevalencia de adenovirus, Mycoplasma pneumoniae y otras etiologías en pacientes con un diagnóstico probable de tos ferina. A pesar de la presencia de tos persistente que dura por lo menos dos semanas y otras características clínicas altamente sospechosas de tos ferina, se deben considerar las etiologías secundarias en niños menores de 5 años para brindar un tratamiento adecuado.

Objective Traveller’s diarrhoea (TD) is one of the most frequent illnesses affecting children returning from tropical countries. The purpose of this study was to assess the distribution of pathogens associated with TD in children using a multiplex PCR assay on stool samples.

Design All the children admitted for TD in two university hospitals from 1 August to 15October during 2014 and 2015 were included in a prospective study. Stool samples were tested by a multiplex PCR FilmArray GI panel detecting 22 pathogens. Performances for the detection of major enteropathogenic bacteria (Salmonella, Shigella and Campylobacter spp) by multiplex PCR and conventional culture methods were compared. The prevalence of extended spectrum beta-lactamase (ESBL)-producing Enterobacteriaceae was also determined.

Results Fifty-nine children were included. In 58 cases (98%), at least one pathogen was identified, including 9 different enteropathogenic bacteria, 5 viruses and 2 parasites. Multiplex PCR enhanced the enteropathogenic bacteria detection by 25%. The most frequent pathogens were enteroaggregative Escherichia coli (n=32), enteropathogenic E. coli (n=26), enterotoxigenic E. coli (n=19), Salmonella enterica, enteroinvasive E. coli/Shigella (n=16 each), Cryptosporidium, sapovirus (n=11 each), Campylobacter jejuni, norovirus (n=10 each), rotavirus (n=9), Giardia (n=8) and Shiga-toxin-producing E. coli (n=4). Fifty-two coinfections were observed, notably including bacteria and viruses (n=21), multiple bacteria (n=14), or bacteria and parasites (n=10). ESBL were detected in 28 cases. Multiplex PCR could optimise the number of treated patients by 27% compared with stool cultures.

Conclusion Multiplex PCR on stools revealed a high prevalence of diverse enteric pathogens and coinfections in children with TD. Major enteropathogenic bacteria were more frequently detected by multiplex PCR compared with conventional culture. Finally, this technique allows the start of appropriate and early antibiotic treatment and seems to optimise the number of correctly treated patients.

Background: Outpatient parenteral antimicrobial therapy offers the option of treating children requiring intravenous antibiotics for acute urinary tract infection (UTI)/pyelonephritis at home. We aimed to determine the outcomes of treating patients with UTI/pyelonephritis using outpatient parenteral antimicrobial therapy directly from the emergency department (ED) without admission to hospital.

Methods: This was a retrospective study (August 2012–July 2016) of children with UTI/pyelonephritis treated with parenteral antibiotics via a peripheral cannula directly from ED to home under a hospital-in-the home (HITH) program. Data collection included demographics, clinical features, length of stay, complications, and readmissions to hospital.

Results: There were 62 patient episodes of UTI/pyelonephritis transferred directly from ED to HITH. Fifty-eight (94%) had systemic features including fever, vomiting and/or tachycardia. Eighteen (29%) patients had an underlying condition. Nine (15%) received intravenous fluids and 8 (13%) antiemetics in ED. The outpatient parenteral antimicrobial therapy course was successfully completed in 56 (90%) patients. Of 6 (10%) patients who were readmitted, 2 were discharged within 24 hours, and none were severely unwell. Two (3%) had a blocked cannula, with no antibiotic complications. HITH patients were treated for a combined total of 142 days at home resulting in a cost saving of Australian dollar 108,914 (US dollar 82,775). However, only 8% of children deemed to require a course of intravenous antibiotics were transferred directly home from ED. Compared with patients concurrently admitted to hospital, fewer on HITH were less than 1 year of age (13% vs. 33%; odds ratio: 0.3; P < 0.01).

Conclusions: Selected patients presenting to ED with UTI/pyelonephritis may be treated directly via HITH, including some with underlying conditions and/or systemic features.

·Risk Factors for Delayed Antimicrobial Treatment in Febrile Children with Urinary Tract InfectionsJ Pediatr. 2019 Feb;205:126-129.

To identify factors associated with delayed antimicrobial treatment in febrile children with urinary tract infection (UTI).

We reviewed data from 802 children with UTI enrolled in 2 previously conducted prospective studies (Randomized Intervention for Children with Vesicoureteral Reflux and Careful Urinary Tract Infection Evaluation) and extracted data on possible predictors of delayed treatment including age, sex, history of UTI, ethnicity, race, primary caregiver’s education level, insurance, and income. We used univariate and multivariable analyses to investigate the relationship between these predictors and treatment delay.

We included 660 febrile patients with a mean age of 17.0 months old. Older age and commercial insurance were associated with delayed treatment on univariate analysis. Compared with younger children, treatment was delayed by an average of 26.2 hours in children ≥12 months of age. This relationship remained significant on multivariable analysis. Treatment also was delayed by an average of 12.6 hours in patients with commercial insurance. Race, ethnicity, primary caregiver’s education level, and income were not associated with delayed treatment.

Conclusions

Older age was a consistent predictor of delayed antimicrobial treatment. Delays in the initiation of antimicrobial therapy for UTI has previously been associated with renal scarring. Educating parents with older children regarding the management of fever as well as providers regarding prompt evaluation and management may help to reduce renal scarring.

Resumen: en una revisión sistemática sobre 565 estudios en relación a resistencias antibióticas y factores relacionados, encuentran que los factores principalmente relacionados son la exposición previa a antibióticos, padecer alguna enfermedad subyacente y haber sido sometido a procedimientos invasivos. LA transmisión a través de alimentos de origen animal y la transmisión a través de aguas no limpias, estuvieron también con frecuencia implicadas.

Resumen: Análsisi de ventas de antibiótico de 70 países para niños, en función de la calificación de la OMS en grupos (AWaRe: Access, Watch y Reserve). LA prescripción en España sale muy bien parada comparativamente con el resto de paises, ya que presecribimos gran cantidad de antibióticos del grupo access, siendo el 4º pais (Tras Eslovenia, Hoanda y Brasil) en mejor adecuación de la prescripción a la propuesta de la OMS de los grupos AWaRe

Background: The Antibiotic Resistance Monitoring in Ocular Microorganisms (ARMOR) study is a nationwide longitudinal antibiotic resistance surveillance program specific to bacterial pathogens commonly encountered in ocular infections. We evaluated in vitro resistance rates and trends among isolates obtained from pediatric patients (≤17 years of age).

Methods: Clinical centers across the United States were invited to submit ocular isolates of Staphylococcus aureus, coagulase-negative staphylococci (CoNS), Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae and Pseudomonas aeruginosa to a central laboratory. Minimum inhibitory concentrations for various antibiotic classes were determined by broth microdilution per Clinical and Laboratory Standards Institute guidelines and interpreted as susceptible, intermediate or resistant based on available breakpoints. Longitudinal trends were analyzed using a Cochran-Armitage test for linear trends in a proportion.

Results: Of 4829 isolates collected from January 2009 to December 2016, 995 isolates, sourced primarily from hospitals and referral centers, were obtained from pediatric patients (n = 286 H. influenzae, n = 284 S. aureus, n = 213 CoNS, n = 150 S. pneumoniae and n = 62 P. aeruginosa). With few exceptions, P. aeruginosa and H. influenzae were generally susceptible to the antibiotics tested. Of S. aureus and CoNS isolates, respectively, 56% and 72% were resistant to azithromycin and 24% and 47% were methicillin-resistant (MR); concurrent resistance to other drug classes and multidrug resistance (≥3 drug classes) were prevalent among MR staphylococci. Of S. pneumoniae isolates, 38% and 35% demonstrated resistance to azithromycin and penicillin, respectively. Besifloxacin had the lowest minimum inhibitory concentration against the Gram-positive isolates.

Conclusions: These in vitro data suggest antibiotic resistance is common among staphylococcal and pneumococcal isolates collected from pediatric patients with ocular infections. Methicillin resistance was prevalent among staphylococci with many strains demonstrating multidrug resistance. These findings may not be representative of resistance trends in community-based practices.

CONCLUSIONES: En este estudio, en el que se muestran las tendencias del VPH en una comunidad de EE. UU.> 10 años después de la introducción de la vacuna 4-valente contra el VPH y después de la introducción de la vacuna 9-valente, se encontró evidencia de la efectividad de la vacuna y  protección de rebaño. Se necesita más investigación para evaluar las tendencias en la vacuna VPH 9-valente después de alcanzarse mayores tasas de vacunación de esta última.

CONCLUSIONES: A partir de este análisis de datos individuales agrupados a nivel de pacientes, encontramos una reducción de efectividad de LAIV4 contra la influenza A / H1N1pdm09 en comparación con la vacuna inactivada, que es consistente con los resultados publicados de los estudios individuales incluidos.

·Is primary meningococcal arthritis in children more frequent than we expect? Two pediatric case reports revealed by molecular test. BMC Enfermedades Infecciosas 2018 18 : 703

La presentación clínica de los dos niños (6 y 9 años) se caracterizó por signos de artritis. Por reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR), identificamos el serogrupo Y de N. meningitidis en el líquido articular en ambos casos. Después del tratamiento antimicrobiano específico, las condiciones clínicas de los dos pacientes mejoraron rápidamente durante la hospitalización. Conclusiones. Creemos que la incidencia de la artritis meningocócica se puede subestimar en los entornos donde el uso de la RT-PCR es limitado

La artritis meningocócica primaria es una enfermedad infecciosa rara que ocurre en menos del 3% de las infecciones meningocócicas y se caracteriza por artritis sin meningitis, fiebre, erupción o inestabilidad hemodinámica. Es una forma infrecuente de enfermedad meningocócica que se presenta como artritis séptica aislada sin ningún otro signo de enfermedad meningocócica invasiva (EMI). Es clínicamente imposible diferenciar la AMP de otros tipos de artritis séptica. El cultivo de líquido sinovial y las pruebas moleculares son fundamentales para la confirmación de la AMP. Se discuten dos casos de AMP diagnosticados por reacción en cadena de polimerasa en tiempo real (RT-PCR) luego del ingreso de dos niños en enero y marzo de 2017.

·Chest physiotherapy for pneumonia in children. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 1. Art. No.: CD010277. DOI: 10.1002/14651858.CD010277.pub3

We included three new RCTs for this update, for a total of six included RCTsinvolving 559 children aged from 29 days to 12 years with pneumonia who were treated as inpatients. Pneumonia severity was described as moderate in one trial, severe in two trials, and was not stated in three trials. The studies assessed five different interventions: effects of conventional chest physiotherapy (3 studies, 211 children), positive expiratory pressure (1 study, 72 children), continuous positive airway pressure (CPAP) (1 study, 94 children), bubble CPAP (bCPAP) (1 study, 225 children), and assisted autogenic drainage (1 studies, 29 children). The included studies were conducted in Bangladesh, Brazil, China, Egypt, and South Africa. The studies were overall at low risk of bias. Blinding of participants was not possible in most studies, but we considered that the outcomes were unlikely to be influenced by the lack of blinding.

We could draw no reliable conclusions concerning the use of chest physiotherapy for children with pneumonia due to the small number of included trials with differing study characteristics and statistical presentation of data. Future studies should consider the following key points: appropriate sample size with adequate power to detect expected differences, standardisation of chest physiotherapy techniques, appropriate outcomes (such as duration of leukocytosis, and airway clearance), and adverse effects.

·Adverse events in people taking macrolide antibiotics versus placebo for any indication. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 1. Art. No.: CD011825. DOI: 10.1002/14651858.CD011825.pub2

People treated with a macrolide antibiotic experienced gastrointestinal adverse events such as nausea, vomiting, abdominal pain, and diarrhoea more often than those treated with placebo.

Taste disturbances were reported more often by people taking macrolides than those taking a placebo. However, as very few studies reported on these adverse events, these results should be interpreted with caution.

Hearing loss was reported more often by people taking macrolide antibiotics, however only four studies reported this outcome.

Macrolides caused less cough and fewer respiratory tract infections than placebo.

We did not find any evidence that macrolides caused more cardiac disorders, liver disorders, blood infections, skin and soft tissue infections, changes in liver enzymes, appetite loss, dizziness, headache, respiratory symptoms, itching, or rashes than placebo.

We did not find more deaths in people treated with macrolides than in those treated with placebo.

Very limited information was available to assess if people treated with a macrolide antibiotic were at greater risk of developing resistant bacteria than those treated with placebo. However, bacteria that did not respond to macrolide antibiotics were more commonly identified immediately after treatment in people taking a macrolide than in those taking a placebo, but differences in resistance thereafter were inconsistent.

·Antiamoebic drugs for treating amoebic colitis. Cochrane Database of Systematic Reviews 2019, Issue 1. Art. No.: CD006085. DOI: 10.1002/14651858.CD006085.pub3

This review included 41 studies, most of which were conducted in countries considered to be highly endemic for amoebiasis. Most trials were old: 30 were conducted before 1998. Trials varied in the inclusion criteria used to enrol participants and in the definition and timing of measured outcomes. Stool microscopy with direct wet saline smear was the method used most often to detect the presence of E histolytica in stools. Study participants ranged in age from seven months to 80 years. Included trials reported a variety of comparisons and involved 25 individual drugs, two herbal products, and 15 different combinations.

The review shows that in individuals with amoebic colitis, tinidazole may be better for reducing clinical symptoms (low-certainty evidence) and probably results in fewer adverse events when compared with metronidazole (moderate-certainty evidence). However, we do not know whether it is more effective for eradicating amoebae from the stools. Combination drug therapy may be more effective than metronidazole alone for eradicating amoebae (low-certainty evidence), but we are uncertain which drug combination is most effective, and if combination treatment will lead to more rapid resolution of clinical symptoms or in more adverse events (very low-certainty evidence). Evidence is insufficient to allow conclusions regarding efficacy of the other antiamoebic drugs.

·Adenovirus-Associated Central Nervous System Disease in Children. J Pediatr. 2019 Feb;205:130-137

To characterize the spectrum and salient clinical features of adenovirus-associated neurologic disease in immunocompetent children.

Study design

Previously healthy children (aged 1 month-18 years) with central nervous system (CNS) disease associated with adenovirus infection were identified via the Encephalitis Registry (1996-2016) and Microbiology Database (2000-2016) at The Hospital for Sick Children, Toronto, and by systematic review of the literature. The data were pooled and analyzed to identify the spectrum of illness, clinical outcome, and risk factors for death or neurologic impairment.

Results

Neurologic complications associated with adenovirus infection in our institution included febrile seizures, encephalitis, acute disseminated encephalomyelitis, and aseptic meningitis. A total of 48 immunocompetent children with adenovirus-associated CNS disease were included in the pooled analysis—38 from the literature and 10 from our institution. In 85% of cases, the virus was detected in the respiratory or gastrointestinal tract, but not the cerebrospinal fluid. Eighteen of the 48 (38%) patients either died or suffered permanent neurologic sequelae. Predictors of adverse outcome included younger age, coagulopathy, the absence of meningismus, serotype 2 virus, and the presence of seizures. After multivariable adjustment, only seizures remained a significant risk factor.

Conclusion

Adenovirus is a rare cause of CNS disease in immunocompetent children. Disease spectrum is variable, ranging from mild aspetic meningitis and fully reversible encephalopathy to severe, potentially fatal, acute necrotizing encephalopathy.

Resumen: las infeciones por paraecovirus son la segunda causas más probable de meningitis viral en niños, principalmente en menores de 90 días. Esta revisión pretende ofrecer una propuesta sobre el conocimiento de la infección, sus manifestaciones clínicas y los procedimientos diagnósticos, para favorecer su abordaje basado en la evidencia y desvelar las principales prioridades en investigación. Las manifestaciones clínicas incluyen encefalitis, meningitis, miocarditis y septicemia que pueden determinar importantes secuelas neurológicas en lactantes pequeños. EL diagnóstico se puede hacer mediante PCR para detectar trazas de ácido nucléico del virus.

·Longitudinal Association Between Human Parechovirus Central Nervous System Infection and Gross-Motor Neurodevelopment in Young Children. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):110-114

Background: A paucity of studies investigated the association between human parechovirus (HPeV) central nervous system (CNS) infection and motor and neurocognitive development of children. This study describes the gross-motor function (GMF) in young children during 24 months after HPeV-CNS infection compared with children in whom no pathogen was detected.

Methods: GMF of children was assessed with Alberta Infant Motor Scale, Bayley Scales of Infant and Toddler Development or Movement Assessment Battery for Children. We conducted multivariate analyses and adjusted for age at onset, maternal education and time from infection.

Results: Of 91 included children, at onset <24 months of age, 11 had HPeV-CNS infection and in 47 no pathogen was detected. Nineteen children were excluded because of the presence of other infection, preterm birth or genetic disorder, and in 14 children, parents refused to consent for participation. We found no longitudinal association between HPeV-CNS infection and GMF (β = −0.53; 95% confidence interval: −1.18 to 0.07; P = 0.11). At 6 months, children with HPeV-CNS infection had suspect GMF delay compared with the nonpathogen group (mean difference = 1.12; 95% confidence interval: −1.96 to −0.30; P = 0.03). This difference disappeared during 24-month follow-up and, after adjustment for age at onset, both groups scored within the normal range for age. Maternal education and time from infection did not have any meaningful influence.

Conclusions: We found no longitudinal association between HPeV-CNS infection and GMF during the first 24-month follow-up. Children with HPeV-CNS infection showed a suspect GMF delay at 6-month follow-up. This normalized during 24-month follow-up.

Los parechovirus humanos (HPeV) son unos virus sin envoltura y altamente resistes a las condiciones ambientales que presentan un genoma ARN y pertenecen a la familia Picornaviridae. Se han descrito 16 tipos distintos aunque los HPeV-1, 2 y 3 parecen ser los que presentan un mayor tropismo por el ser humano. La mayoría de infecciones causadas por estos virus son leves (síndromes febriles, cuadros respiratorios) aunque pueden llegar a determinar procesos sépticos y afectaciones del sistema nervioso central. Afectan preferentemente a la población infantil con una edad inferior a los 2 meses [1,2]. Existe en nuestro país todavía pocos estudios

·Comparing the Clinical Severity of Disease Caused by Enteroviruses and Human Parechoviruses in Neonates and Infants. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):e36-e38

Enteroviruses (EVs) are well-known causes of sepsis in neonates and infants. In recent years, the extent to which parechoviruses may be contributing to neonatal and infant morbidity and mortality has begun to emerge.1–3

EVs and human parechoviruses (HPeVs) are nonenveloped, single-stranded, positive-sense RNA viruses and members of the Picornavirus family. They are common causes of neonatal and infant sepsis, worldwide.

EVs exist as multiple serotypes, subdivided into various genus, including echoviruses, Coxsackie A and B viruses and the numbered EVs. HPeVs exist in at least 17 genotypes, of which genotypes 1–6 are most commonly found in humans, with genotype 3 being most commonly responsible for sepsis in neonates and infants.

Whereas most episodes of EV and HPeV neonatal and infant sepsis are self-limiting, more severe illness can occur, and there are current concerns regarding longer term sequelae, particularly in HPeV infections, where there is more significant neurologic involvement. Previous studies have found that the clinical presentation of the 2 viruses are often indistinguishable.1 , 3

Our diagnostic virology laboratory has only recently (since mid 2014) introduced routine testing for parechoviruses as part of our neonatal and infant sepsis workup. We examined the demographics, laboratory results and clinical notes for pediatric patients admitted with sepsis with laboratory-confirmed human EV or HPeV infections of the cerebrospinal fluid (CSF), during February 2014 to August 2017.

·Implementing Universal Varicella Vaccination in Europe: The Path Forward. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):181-188

Varicella is a common vaccine-preventable disease that usually presents as a mild disorder but can lead to severe complications. Before the implementation of universal varicella vaccination (UVV) in some European countries, the burden of varicella disease was broadly similar across the region. Despite this, countries adopted heterogeneous varicella vaccination strategies. UVV is currently recommended in 12 European countries. Known barriers to UVV implementation in Europe include (1) a perceived low disease burden and low public health priority; (2) cost-effectiveness and funding availability; (3) concerns related to a shift in varicella disease and incidence of herpes zoster and (4) safety concerns related to measles, mumps, rubella and varicella–associated febrile seizures after the first dose. Countries that implemented UVV experienced decreases in varicella incidence, hospitalizations and complications, showing overall beneficial impact. Alternative strategies targeting susceptible individuals at higher risk of complications have been less effective. This article discusses ways to overcome the barriers to move varicella forward as a truly vaccine preventable disease.

Existe una controversia sobre el efecto potencial de la vacunación infantil contra la varicela en la incidencia de Herpes Zoster (HZ). El objetivo de este estudio es explorar el efecto de varias suposiciones sobre el aumento de la inmunidad VZV exógena y endógena en la incidencia de HZ en la población general después de la introducción de la vacunación rutinaria contra la varicela infantil. Una posible razón de la disparidad entre los modelos matemáticos y los datos epidemiológicos puede deberse al papel del refuerzo endógeno, resultante de la reactivación asintomática del VZV [ 17 , 34 ], desde el modelo inicial de Brisson et al. y modelos posteriores, enfocados solo en el refuerzo exógeno. Por lo tanto, el refuerzo endógeno podría explicar en parte la divergencia entre la evidencia del mundo real sobre la carga de HZ en los países que utilizan la vacunación contra la varicela infantil y las proyecciones de modelos basadas en supuestos de aumento exógeno.

Las infecciones respiratorias agudas (IRA) de etiología viral son una entidad que predomina en la edad pediátrica. Aunque las causadas por el VRS y los virus gripales son las prevalentes en la época invernal, las técnicas de amplificación molecular ha permitido comprobar que el 20-40% son coinfecciones1,2.

Durante el período 2014-2017 se ha estudiado la presencia de virus respiratorios en todos los pacientes < 2 años con sospecha de IRA, tanto de vías altas como bajas, que acudían a urgencias. La detección de los virus respiratorios se realizó mediant RT-PCR múltiple (Anyplex™ RV16, Seegen, Corea) que detecta de forma simultánea y diferencial 16 virus distintos.

A lo largo del estudio se han detectado 803 casos de gripe: gripe A 64,1% y gripe B 25,9%; así mismo se han detectado 992 casos de infección por el VRS: VRS-A 59,2% y VRS-B 40,8%.

Los casos de coinfección entre los virus gripales y el VRS han sido 48. Los 48 casos han representado el 5,9% de todos los virus gripales detectados (89,5% tipo A). Los casos de coinfección por el VRS representaron el 4,8% de todos los VRS ( 62,5% VRS-B).

El 58,3% de los casos se presentaron en menores de un año. El 43,7% de los casos se presentaron en diciembre, el 25% en enero, el 14,5% en febrero, el 12,5% en noviembre y el 4,1% en marzo.

Las IRA en estos pacientes fueron: síndrome gripal (41,6%), bronquiolitis (31,3%), bronquitis (18,7%) y neumonía (8,3%). Precisaron ingreso hospitalario 11 casos y ninguno falleció.

EN las últimas temporadas hemos observado una elevada incidencia del VRS-B representando cerca del 58%. Esta tendencia explicaría el mayor número de coinfecciones observado entre los virus gripales y el VRS-B (62,5%).

El virus gripal B, a pesar de que afectan preferentemente a la población infantil, es el que ha mostrado un menor número de coinfecciones (10,5%); este dato podría deberse a que este virus se presenta a partir de edades superiores a las del VRS4.

Parece pues que la asociación entre los virus gripales y el VRS es una entidad que se presenta con una incidencia muy baja y que es difícil de interpretar desde el punto de la implicación patogénica directa en las IRA en los menores de un año.

Introducción. La bronquiolitis aguda (BA) es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes en los lactantes. Sin embargo, los criterios utilizados para su diagnóstico son heterogéneos. Métodos: Estudio de metodología Delphi con expertos españoles en BA, buscando los puntos de consenso sobre el diagnóstico de BA. Posteriormente se realizó un estudio transversal mediante encuesta on-line dirigida a todos los pediatras españoles, contactados a través de correo electrónico enviados por nueve sociedades científicas pediátricas. Se hizo análisis descriptivo y factorial de los resultados de la encuesta, buscando si los criterios diagnósticos empleados se relacionaban con variables demográficas, geográficas o con la subespecialidad pediátrica. Resultados: Los 40 expertos participantes alcanzaron un consenso en muchos aspectos (primer episodio de dificultad respiratoria y aumento de la frecuencia respiratoria, diagnóstico en cualquier estación del año, y utilidad de la identificación de virus para el diagnóstico), pero manteniendo opiniones enfrentadas en cuestiones importantes como la edad máxima aceptable para el diagnóstico. A la encuesta on-line respondieron 1297 pediatras. Los criterios diagnósticos que aplican son heterogéneos y están fuertemente asociados con la subespecialidad pediátrica. Su acuerdo con el consenso de expertos y con estándares internacionales es muy bajo. Conclusiones.Los criterios usados en España para el diagnóstico de BA son heterogéneos. Esas diferencias pueden causar variabilidad en la práctica clínica.

·BCG Vaccination and All-Cause Neonatal Mortality. The Pediatric Infectious Disease Journal. 38(2):195-197

Introducción. Helicobacter pylori constituye un problema de salud mundial principalmente por el elevado porcentaje de infección y la ineficacia en los tratamientos. Para prevenir la infección resulta clave conocer la edad de adquisición.

Pacientes. Participaron 67 madres y sus respectivos hijos. Para evaluar la presencia de H. pylori, las deposiciones de la madre y de su hijo fueron analizadas mediante el test HpSA.

Resultados. El 71,6% (48/67) de las embarazadas a término fueron H. pylori positivas. En los recién nacidos, el 8,96% (6/67) de ellos presentaron colonización/infección persistente para H. pylori. Durante el primer mes de vida se observó una prevalencia e incidencia de infección del 23,9 y 13%, respectivamente.

Conclusión. Los resultados, en conjunto, sugieren que durante el primer mes de vida existe un alto riesgo de infección por H. pylori, pudiendo ser esta incluso de tipo persistente.

Background: Coccidioidomycosis is not as well described in the pediatric population as it is in the adult population. We describe clinical findings, diagnosis and management of coccidioidomycosis in 108 pediatric patients seen in an outpatient clinic in the California Central Valley, an area endemic for coccidioidomycosis.

Methods: We reviewed medical records of a convenience sample of pediatric patients (≤17 years of age) diagnosed with coccidioidomycosis who visited an infectious diseases clinic in Madera, CA, during January 1 to October 1, 2012. We described demographic characteristics, symptoms, diagnostic testing, extent of infection (acute/pulmonary or disseminated), treatment and management.

Results: Of 108 patients, 90 (83%) had acute/pulmonary coccidioidomycosis and 18 (17%) had disseminated disease. The median age at diagnosis was 9 years (range, 5 months to 17 years). Only 3 (3%) patients were immunocompromised. Before coccidioidomycosis diagnosis, 72 (82%) patients received antibiotics, and 31 (29%) had at least 1 negative coccidioidomycosis serology at the time of or before diagnosis. Coccidioidomycosis was diagnosed significantly later after symptom onset among patients with disseminated (median, 57 days) than with acute/pulmonary (median, 16 days) disease (p < 0.01). A total of 104 (96%) patients received antifungal therapy, 51 (47%) visited an emergency room and 59 (55%) were hospitalized with a median stay of 44 days (range, 1–272 days).

Conclusions: Substantial acute/pulmonary and disseminated coccidioidomycosis was seen among pediatric patients at this infectious disease clinic in California. In endemic areas, increased coccidioidomycosis awareness and vigilance among families and providers is necessary to facilitate early diagnosis and appropriate management.

Objective To describe the risk of death and hospitalisation until adolescence of children after group B streptococcus (GBS) infection during infancy.

Design Population-based cohort study.

Setting New South Wales, Australia.

Patients All registered live births from 2000 to 2011.

Interventions Comparison of long-term outcomes in children with the International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems-10th Revision discharge codes corresponding to GBS infections and those without.

Main outcome measures Death and hospitalisation.

Results A total of 1206 (0.1%) children (936 (77.6%)≥37 weeks’ gestation) were diagnosed with GBS infection. Over the study period, infection rates decreased from 2.1 (95% CI 1.8 to 2.4) to 0.7 (95% CI 0.5 to 0.9) per 1000 live births. Infants with GBS infection were born at lower gestation (mean 37.6 vs 39.0 weeks), were more likely very low birth weight (<1500 g, OR 9.1(95% CI 7.4 to 11.3)), born premature (OR 3.9(95% CI 3.4 to 4.5)) and have 5 min Apgar scores ≤5 (OR 6.7(95% CI 5.1 to 8.8)). Children with GBS had three times the adjusted odds of death (adjusted OR (AOR) 3.0(95% CI 2.1 to 4.3)) or rehospitalisations (AOR 3.1(95% CI 2.7 to 3.5)). Thirty-six (3.0%) with GBS died, with >50% of deaths occurring <28 days. Children with GBS were hospitalised more frequently (median 2 vs 1), for longer duration (mean 3.7 vs 2.2 days) and were at higher risk for problems with genitourinary (OR 3.1(95% CI 2.8 to 3.5)) and nervous (OR 2.0 (95% CI1.7 to 2.3)) systems.

Conclusions Despite decreasing GBS rates, the risk of poor health outcomes for GBS-infected children remains elevated, especially during the first 5 years. Survivors continue to be at increased risk of death and chronic conditions requiring hospitalisations, such as cerebral palsy and epilepsy.

The fetal repercussions of Zika virus (ZIKV) infection during pregnancy is of interest for maternal and child health.1 Studies on the psychomotor and neurodevelopment of children exposed in utero to arboviruses, especially non-microcephalic children, are lacking. At a maternity university hospital in Brazil, we started following the development of children, without microcephaly, born to mothers infected with ZIKV during pregnancy, searching for early warning signs of abnormalities. A normal head circumference for term newborns was defined, according to the 2016 WHO recommendation, as higher than 31.9 cm for boys and higher than 31.5 cm for girls.2 We used the Alberta Infant Motor Scale for the evaluation of motor development, and the Denver II test for tracking development in personal/social, fine motor/adaptive, language …

Short individualised treatment of paediatric bone and joint infections, based on clinical and laboratory response, has the potential to reduce the duration of antibiotic therapy, but only few data exist on this treatment.1–4 In Denmark, short individualised treatment was recommended from 2012.

This is a retrospective study of all children aged 3 months to 16 years with bone and joint infections treated between 2012 and 2016 at two paediatric departments in Copenhagen. Children with osteomyelitis (OM) were included if the diagnosis was confirmed by MRI, positron emission tomography-CT, technetium bone scintigraphy or X-ray. Children with septic arthritis (SA) …

·Screening and Serial Neutrophil Counts Do Not Contribute to the Recognition or Diagnosis of Late-Onset Neonatal Sepsis. J Pediatr. 2019 Feb;205:105-111

Objective

To determine the validity of screening and serial neutrophil counts in predicting the absence/presence of late-onset sepsis (LOS) in infants with central venous catheters.

Study design

Retrospective study of infants admitted to the neonatal intensive care unit (2009-2013) at Parkland Hospital with a central venous catheter and ≥1 LOS evaluations. Infants were categorized as proven or suspect LOS or uninfected based on results of blood cultures, clinical illness, and duration of antibiotics. Receiver operating curves (ROCs) were constructed to predict the absence or presence of LOS using Manroe reference ranges for total and immature neutrophils and the immature to total neutrophil ratio at 0, 12, and 24 hours after blood culture and the neutrophil value score, which assesses serial values.

Results

Of the 497 infants with a central venous catheter, 179 underwent ≥1 LOS evaluations, and 140 of 179 (78%) had ≥1 complete evaluations (2 blood cultures and neutrophil values at 0, 12, and 24 hours), resulting in 188 complete LOS evaluations. The gestational age was 28 ± 4 weeks and LOS evaluation occurred at 29 ± 34 days (SD; 4-197 days). Sixty-one (35%) infants had proven LOS, 48 (23%) were suspect, and 71 (38%) were noninfected. ROC comparing proven vs noninfected was ≤0.56 for total neutrophils, immature neutrophils, and immature to total neutrophil ratio at 0, 12, and 24 hours and similar for proven + suspect vs noninfected. ROC for neutrophil value scores and absence of LOS was 0.56.

Conclusions

Screening neutrophil values are poor predictors of LOS in neonates with a central venous catheter, as are serial neutrophils and the neutrophil value score. Alternative biomarkers are needed.

·Maternal Education Is Inversely Related to Vaccination Delay among Infants and Toddlers. J Pediatr. 2019 Feb;205:120-125

Objective

To determine the association between parents’ level of education and delay in vaccination among infants and toddlers.

Study design

A case–control study done in 2015-2016. Charts of 2- to 4-year-old children vaccinated in 5 neighborhood Maternal-Child Health Centers (MCHCs) in southern Israel were examined for demographic variables. Five vaccination opportunities between age 7 months and 18 months were selected to test for delays. In each MCHC, children vaccinated at the longest time-period after planned vaccination dose (fifth quintile) were compared with those vaccinated during the middle quintile. Using this relative delay approach rather than absolute delay approach permitted us to adjust the findings to the prevailing environmental and to cultural and programmatic variations between the various neighborhoods. Each of the planned vaccination visits and overall, demographic and health behavior-related variables that were significantly associated to delays by univariate analysis were tested by multivariate analysis and further adjusted by using stepwise logistic regression, using goodness of fit measures.

Results

Data for 2072 subjects were collected (398-426 per MCHC). Fathers’ education was not associated with delays. In contrast, mothers’ education was inversely associated with the probability of vaccination delay by 4%-9% (depending on the vaccination visit) for each year of schooling beyond 10 years.

Conclusion

Using the relative delay approach, we demonstrated that maternal education, measured by schooling years, was independently inversely associated with risk of vaccination delay. This suggests that education can be regarded as an important positive component of the overall disease prevention planning at national and global levels.

We included three studies with a total of 122 children (62/60 in intervention/control arms) aged up to 12 months that investigated nasal CPAP compared with supportive (or “standard”) therapy. We included one new trial (72 children) that contributed data to the assessment of respiratory rate and need for mechanical ventilation for this update. The included studies were single-centre trials conducted in France, the UK, and India. Two studies were parallel-group RCTs and one was a cross-over RCT. The evidence provided by the included studies was low quality; we assessed high risk of bias for blinding, incomplete outcome data, and selective reporting, and confidence intervals were wide.

The effect of CPAP on the need for mechanical ventilation in children with acute bronchiolitis was uncertain due to imprecision around the effect estimate (3 RCTs, 122 children; risk ratio (RR) 0.69, 95% confidence interval(CI) 0.14 to 3.36; low-quality evidence). None of the trials measured time to recovery. Limited, low-quality evidence indicated that CPAP decreased respiratory rate (2 RCTs, 91 children; mean difference (MD) -3.81, 95% CI-5.78 to -1.84). Only one trial measured change in arterial oxygen saturation, and the results were imprecise (19 children; MD -1.70%, 95% CI -3.76 to 0.36). The effect of CPAP on change in arterial partial carbon dioxide pressure (pCO₂) was imprecise (2 RCTs, 50 children; MD -2.62 mmHg, 95% CI-5.29 to 0.05; low-quality evidence). Duration of hospital stay was similar in both CPAP and supportive care groups (2 RCTs, 50 children; MD 0.07 days, 95% CI -0.36 to 0.50; low-quality evidence). Two studies did not report about pneumothorax, but pneumothorax did not occur in one study. No studies reported occurrences of deaths. Several outcomes (change in partial oxygen pressure, hospital admission rate (from emergency department to hospital), duration of emergency department stay, and need for intensive care unit admission) were not reported in the included studies.

Actualidad bibliográfica enero 2019

Top ten

En cuanto a las vacunas financiadas, se recomienda emplear el esquema 2+1 (2, 4 y 11 meses) con vacunas hexavalentes (DTPa-VPI-Hib-HB) y con antineumocócica conjugada13-valente. Se emplearán esquemas de 2 dosis para triple vírica (12 meses y 3-4 años) y varicela (15 meses y 3-4 años). La segunda dosis se podría aplicar como vacuna tetravírica.

Se recomienda vacunación sistemática universal frente al VPH, tanto a chicas como a chicos, preferentemente a los 12 años, debiéndose realizar un mayor esfuerzo para mejorar las coberturas. La nueva vacuna de 9 genotipos amplía la cobertura para ambos sexos.

Se recomienda que la vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente (MenACWY) se introduzca en el calendario financiado a los 12 meses y a los 12-14 años, aconsejándose un rescate hasta los 19 años. Igualmente, se recomienda en los mayores de 6 semanas de edad con factores de riesgo o que viajen a países de elevada incidencia de estos serogrupos

Respecto a las vacunas no financiadas, se recomienda la antimeningocócica B, con esquema 2+1, solicitando su entrada en el calendario. Es recomendable vacunar a todos los lactantes frente al rotavirus.

A primeros del mes de diciembre del recién acabado 2018, los medios de comunicación informaron de un brote de una enfermedad exantemática entre trabajadores de un matadero en la localidad de Zuera (Zaragoza). Al final del mes, los servicios de salud pública de Aragón confirmaron que se trataba de rubeola y que el brote había afectado hasta ese momento a 12 personas. Son los primeros casos de rubeola en Aragón desde 2012, año en el que se registraron 28 casos en varias localidades de la región.

Lo destacable del caso es que este brote trunca la tendencia mostrada por la rubeola en España en los últimos años, con un total de 14 casos en el quinquenio 2013-2017, y 15 casos en 2018 (esta cifra es aún provisional).

Casos clínicos

Es un hongo dermatofito zoonótico ( pertenece a Trichophyton mentagrophytes complex). Su principal reservorio son pequeños roedores, en especial cobayas. También se ha aislado en perros y gatos. Puede causar tiña corporis, tiña faciei , querion de Celso y Excepcionalmente onicomicosis2. Se caracteriza por producir lesiones muy inflamatorias, sobre todo en niños. Además de en niños, su aislamiento es frecuente entre adolescentes e inmunodeprimidos. Al inicio de la infección, las lesiones cutáneas pueden ser confundidas con impétigo.

Niña de 3 años con lesión inflamatoria con secreción en la cabeza de 2 meses diagnosticada como querion de Celso. Inicialmente aparecieron lesiones en boca y nariz tratadas con antibiótico tóp. (sospecha de impétigo). Más tarde surgieron nuevas placas eritematosas con costra melicérica en zona parieto-occipital tratadas con mupirocina tóp. y amoxicilina-clavulánico vo. Se derivó a dermatología diagnosticándose de tiña capitis, con tto tópico: terbinafina crema y sertaconazol nitrato en gel. Antecedentes : tiña corporis del padre, poseían una cobaya, con lesiones dérmicas. Dos semanas después las lesiones abscesificaron . Se realizó drenaje c/ 48h, enviándose muestra de exudado y pelos al laboratorio. Nuevo tto itraconazol vo (62,5mg/día) + crema de miconazol/hidrocortisona durante 3 semanas.

Niña de 8 años con placa de alopecia en cuero cabelludo de más de un mes de evolución (las lesiones comenzaron en la mama izda. y se extendieron hasta el cuero cabelludo). Sus cobayas habían presentado alopecia. Se recogió muestra para cultivo y se pautó tratamiento con terbinafina 125mg/24h durante 1 mes y terbinafina crema por las mañanas más furoato de mometasona/ácido salicílico en crema por las noches.

En ambos casos, se identificó Arthroderma benhamiae .

Éste causa habitualmente afecciones leves que responden al tto tópico con ciclopirox, imidazoles o terbinafina. En los casos de afectación más extensa y tiña capitis se requiere tto v.o. En la mayoría de los casos se han usado terbinafina, griseofulvina, itraconazol o fluconazol durante un mínimo de 4-6 semanas4.

PVL genes are consistently associated with skin and soft-tissue infections2 in immunocompetent young patients .PVL toxin can be produced by both (MSSA) and MRSA strains and is associated with more severe infections, regardless of methicillin resistance.3 Case of 12-years old, healthy girl born in Venezuela with low socioeconomic status. She had been living in Spain for the last seven months. The patient started with progressive worsening flu-like symptoms, high fever and cough that progressed to haemoptysis in less than 24 h presenting sudden death at her home while sleeping. The autopsyestablished multiple organ failure after bilateral abscessed pneumonia as a cause of death. MRSA resistant to clindamycin and erythromycin, . Typing of MRSA strains was performed and detection of PVL genes by PCR: positive PVL and mecA genes.

The status of colonization of the patient’s cohabitants was studied ( family members and 2 roommates from Ecuador) : swab of any suspicious lesion, nose, throat, perineum and inguinal area. Contacts underwent a five-day decolonization treatment: intranasal mupirocin ointment three times a day, gargle with an antiseptic solution and chlorhexidine 4% as liquid soap in place of body wash and shampoo. A sister of the deceased was found to be carrying MRSA in mucous, which was negative for the PVL gene. Additional measures: regular vacuuming, dusting, cleaning hard surfaces and soft furnishings with soap and water and/or 1:10 diluted bleach.

The emergence of PVL-MRSA is more recent in Spain (mainly from South America immigrants) than in the rest of Europe.1 One of the most important life-threatening conditions due to PVL-Staphylococcus aureus (PVL-SA) is hemorrhagic necrotizing pneumonia with a high mortality rate. A PVL-SA infection should be suspected if a patient with influenza-like illness associate haemoptysis, hypotension, high fever, leukopenia and/or multilobal lung infiltrates, which can be cavitated,9 especially in epidemic flu period.

Varón de 10 anos, sin antecedentes con lesión en la rodilla derecha de 4 meses sin clínica extracutáneas, tras una caída con abrasión cutánea. EF: una placa ovalada eritematosa de 6 cm, de color rojo-violáceo, con múltiples pápulas queratocostrosas de aspecto granulomatoso y sin exudación ni drenaje purulento . Inicialmente se diagnosticó como reacción a cuerpo extrano, ˜ pautándose corticoides tópicos de potencia muy alta sin objetivarse mejoría clínica. Tenía una tortuga en su domicilio con la que se había estado banando. SE tomó biopsia con punch y creció Mycobacterium marinum . Se inició tto con claritromicina (500 mg/12 h), consiguiendo la curación a los 3 meses y que se mantuvo 2 meses más. Su reservorio principal es el agua de mar y el agua estancada, siendo los principales factores de riesgo las actividades relacionadas con peces, así como el contacto con agua contaminada de acuarios, tanques de agua o piscinas= «granuloma de las piscinas o acuarios». Requiere puerta de entrada. Los cuadros diseminados o con afectación extracutánea son excepcionales, aunque localmente puede producir sinovitis u osteomielitis. El tto de elección es la antibioterapia sistémica empírica ( antibiograma si fracaso terapéutico). En aquellos casos con lesiones únicas, la exéresis quirúrgica puede ser una opción . Los fármacos más empleados son minociclina, doxiciclina, claritromicina, etambutol, rifampicina y cotrimoxazol (claritromicina = primera elección). La duración recomendada del tratamiento es de 6 meses o al menos hasta 2 meses tras curación . En los casos con afectación osteotendinosa se recomienda combinación de mín. 2 fármacos,: claritromicina junto con rifampicina o etambutol, precisando muchas veces el desbridamiento y mayor duración.

Cat-scratch disease (CSD) is a zoonotic infection caused by Bartonella henselae that usually results in lymphadenopathy.1 Although uncommon, CSD can also present as bone lesions.2

A 2-year-old girl was hospitalised for a fever of an unknown cause for >10 days. Physical examination revealed non-tender bilateral cervical lymphadenopathy. Tosufloxacin was administered. On the 12th day of hospitalisation, her fever resolved, but her mother noticed the child’s unusual gait. MRI revealed multiple small …

Para profundizar

Hemos leído con interés el artículo de Cano-Portero et al.1 sobre la epidemiología de la tuberculosis (TB) en Espana˜ en el ano˜ 2015. Según los autores, se declararon 335 casos de TB en menores de 15 anos ˜ en Espana. ˜ Sus datos difieren del Informe del ECDC del mismo año (270 casos pediátricos). Esta discrepancia senala ˜ la necesidad de mejorar la coordinación institucional para determinar con precisión el alcance de la TB pediátrica en nuestro país.

Espana˜ es un país de baja prevalencia de TB, con una incidencia de 10,5/100.000 habitantes en 2015, y un 7% de casos pediátricos. La TB infantil todavía es un problema significativo en nuestro medio, siendo Espana˜ el país de Europa Occidental con más casos pediátricos. Los niños ˜ son especialmente vulnerables a la TB, con mayor riesgo de desarrollar formas graves, especialmente los menores de 2 anos, ˜ donde la tasa de progresión alcanza el 50%3. En la cohorte pTBred (Red Espanola ˜ de TB Pediátrica (pTBred)4, 2014, integrada en la Red Europea pTBnet) hemos profundizado en el origen de los casos: país de nacimiento del 98,4% de los ninos ˜ (81,1% espanoles) ˜ y del 98,2% de sus progenitores (55,9% extranjeros). En nuestro registro, la tasa de confirmación es del 36,9%, coincidiendo con la literatura7. Un 11,2% de los ninos ˜ presentaron algún tipo de resistencia, siendo el 5,6% resistentes a isoniazida, y el 1% MDR. De forma destacada, el último informe anual del ECDC2 tampoco dispone de datos sobre TB resistente en Espana, ˜ a diferencia de otros países europeos, a pesar de ser Espana˜ uno de los países con mayor inmigración procedente de Europa del Este, donde la TB MDR es un problema de gran magnitud.

The epidemiology of Mycoplasma pneumoniae (Mp) among US children (<18 years) hospitalized with community-acquired pneumonia (CAP) is poorly understood.

Methods

In the Etiology of Pneumonia in the Community study, we prospectively enrolled 2254 children hospitalized with radiographically confirmed pneumonia from January 2010–June 2012 and tested nasopharyngeal/oropharyngeal swabs for Mp using real-time polymerase chain reaction (PCR). Clinical and epidemiological features of Mp PCR–positive and –negative children were compared using logistic regression. Macrolide susceptibility was assessed by genotyping isolates.

Results

One hundred and eighty two (8%) children were Mp PCR–positive (median age, 7 years); 12% required intensive care and 26% had pleural effusion. No in-hospital deaths occurred. Macrolide resistance was found in 4% (6/169) isolates. Of 178 (98%) Mp PCR–positive children tested for copathogens, 50 (28%) had ≥1 copathogen detected. Variables significantly associated with higher odds of Mp detection included age (10–17 years: adjusted odds ratio [aOR], 10.7 [95% confidence interval {CI}, 5.4–21.1] and 5–9 years: aOR, 6.4 [95% CI, 3.4–12.1] vs 2–4 years), outpatient antibiotics ≤5 days preadmission (aOR, 2.3 [95% CI, 1.5–3.5]), and copathogen detection (aOR, 2.1 [95% CI, 1.3–3.3]). Clinical characteristics were non-specific.

Conclusions

Usually considered as a mild respiratory infection, Mp was the most commonly detected bacteria among children aged ≥5 years hospitalized with CAP, one-quarter of whom had codetections. Although associated with clinically nonspecific symptoms, there was a need for intensive care in some cases. Mycoplasma pneumoniae should be included in the differential diagnosis for school-aged children hospitalized with CAP.

El neumomediastino espontáneo se define como la presencia de aire dentro del mediastino. Se origina generalmente por una fuga de aire por aumento de presión en el alveolo. La incidencia en la edad pediátrica se encuentra entre 1/8000 y 1/15 000, con dos picos de edad: menores de cuatro años y de entre 13 a 17 años. En el primer grupo suele asociarse a una infección del tracto respiratorio, una crisis asmática o por aspiración de cuerpo extraño, mientras que en el segundo suele originarse tras actividad física intensa. Se ha descrito la implicación de virus como influenza o bocavirus en la fisiopatología de esta entidad, pero hasta el momento muy pocos casos se han descrito en relación con el virus respiratorio sincitial. La clínica más frecuente es dolor torácico junto con disnea y enfisema subcutáneo como signo característico. El diagnóstico en casi todos los casos lo dará la radiografía de tórax. El manejo dependerá del grado de afectación y su repercusión, por lo que variará desde observación hasta ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos. El tratamiento será de soporte y el de las complicaciones asociadas, no se suelen dar recurrencias y el pronóstico suele ser bueno en la mayor parte de los casos.

In 1999, the United Kingdom (UK) was the first country to introduce meningococcal group C (MenC) conjugate vaccination. This vaccination programme has evolved with further understanding, new vaccines and changing disease epidemiology.

Aim

To characterise MenC disease and population protection against MenC disease in England.

Methods

Between 1998/99–2015/16, surveillance data from England for laboratory-confirmed MenC cases were collated; using the screening method, we updated vaccine effectiveness (VE) estimates. Typing data and genomes were obtained from the Meningitis Research Foundation Meningococcus Genome Library and PubMLST Neisseria database. Phylogenetic network analysis of MenC cc11 isolates was undertaken. We compared bactericidal antibody assay results using anonymised sera from 2014 to similar data from 1996–1999, 2000–2004 and 2009.

Results

MenC cases fell from 883 in 1998/99 (1.81/100,000 population) to 42 cases (0.08/100,000 population) in 2015/16. Lower VE over time since vaccination was observed after infant immunisation (p = 0.009) and a single dose at 1–4 years (p = 0.03). After vaccination at 5–18 years, high VE was sustained for ≥ 8 years; 95.0% (95% CI: 76.0– 99.5%). Only 25% (75/299) children aged 1–14 years were seroprotected against MenC disease in 2014. Recent case isolates mostly represented two cc11 strains.

Conclusion

High quality surveillance has furthered understanding of MenC vaccines and improved schedules, maximising population benefit. The UK programme provides high direct and indirect protection despite low levels of seroprotection in some age groups. High-resolution characterisation supports ongoing surveillance of distinct MenC cc11 lineages.

La carga de enfermedad derivada de las infecciones de transmisión sexual (ITS) compromete la salud sexual, reproductiva y del recién nacido. La presencia de unas ITS facilita la transmisión de otras, como el VIH, y provoca cambios celulares que preceden algunos tipos de cáncer. Todo ello hace de las ITS un problema de salud pública de primer orden no controlado. En España, la infección gonocócica sigue creciendo desde el inicio de la década del 2000, mientras que la sífilis se mantiene estable en unos niveles altos desde el 2011. Ambas son más frecuentes en varones. Chlamydia trachomatis es la ITS más prevalente, afectando principalmente a mujeres de 20-24 años.

Las unidades de ITS son el instrumento fundamental para abordar este problema. Tratan con poblaciones especialmente vulnerables a estas infecciones y son esenciales para su control mediante intervenciones que disminuyen la eficiencia de su transmisión y la duración de la infectividad. Además, son la principal fuente del conocimiento epidemiológico de las mismas.

Fosfomicina tiene un efecto sinérgico o, como mínimo, aditivo en combinación con casi todos los antimicrobianos ensayados merced a su elevada difusión y a su mecanismo de acción único. En la actualidad, la guía de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica de tratamiento de la infección persistente o complicada por SARM recomienda la combinación de fosfomicina y daptomicina 17 . Esta recomendación presumiblemente se verá reforzada cuando se publiquen los resultados de un ensayo en marcha que compara la actividad combinada de fosfomicina y daptomicina frente a daptomicina en monoterapia en el tratamiento de la infección por SARM 18 .

Por otra parte, la combinación de fosfomicina con otros antimicrobianos también ha demostrado sinergia in vitrofrente a microorganismos gramnegativos multirresistentes 19 y existe experiencia clínica publicada sobre su empleo a altas dosis y de forma combinada en el tratamiento de las enterobacterias productoras de carbapenemasas 202122 y de Pseudomonas spp. extensamente resistentes 23 .

Fosfomicina se considera como un antimicrobiano bastante seguro y bien tolerado. Una molécula que, siendo antigua, está aún por definir su total posicionamiento y que cuanto más conocemos de ella, más beneficios potenciales se encuentran

As one of the most frequent and serious adverse reactions during tuberculosis (TB) treatment, antituberculosis drug-induced liver injury (ATLI) in children has been studied insufficiently compared with adults. We aimed to determine the incidence and risk factors of ATLI in children during the first 2 months of TB therapy.

A total of 41 children with TB and treated with first-line anti-TB drugs were prospectively followed-up for the development of ATLI. Liver function tests were performed at baseline and after 2 weeks of therapy. Subsequent tests were conducted at 4, 6 and 8 weeks if the initial 2-week measurement was abnormal or if symptoms of hepatotoxicity were reported.

ATLI was detected in 11 (27%) patients within 14 to 42 days from the start of therapy, with most of them (54%) occurred after 2 weeks. TB treatment was stopped immediately in 6 of 11 patients who developed ATLI, and no recurrent hepatotoxicity after drug reintroductions in these patients. Univariate analysis showed that ATLI was significantly associated with TB meningitis ( P < 0.01), hypoalbuminemia ( P < 0.05) and hepatotoxic comedications ( P < 0.01). Age, sex, nutritional status, HIV status and baseline liver function abnormalities were not associated with ATLI. Multivariate analysis identified hypoalbuminemia and hepatotoxic comedications (both P < 0.1) tend to be independently associated with ATLI.

Children with hypoalbuminemia and use of hepatotoxic comedications are suggested to be monitored closely for the development of ATLI

Breve artículo sobre la epidemiología de los enterovirus relacionados con los brotes de parálisis flácida en el sudeste asiático y actualmente en EEUU. Se analiza la importancia de su reconocimiento y diagnóstico etiológico, así como las respuestas individuales de los huéspedes y las posibilidades terapéuticas frente a los enterovirus no polio, principalmente D68 y A71

Lung ultrasonography for the diagnosis of pneumonia has been around since as early as 1970,1 although it is only in recent years with the growing interest in point-of-care ultrasound that more studies have been published with regard to its use in children. Even though pneumonia is one of the most common and potentially serious illnesses that affects children throughout the world, studies of pneumonia are often difficult to interpret in context with each other because of the variability in definitions used, as well as the lack of an easy gold standard. Many organisations, such as the World Health Organization (WHO) and British Thoracic Society, define pneumonia solely based on clinical findings, which can largely over-represent true cases of pneumonia (eg, children with bronchiolitis or viral-induced wheezing will often meet the case definition of pneumonia). Attempts to refine the definition of pneumonia by adding radiographic criteria (eg, parenchymal infiltrates on chest radiography) to the clinical criteria are also problematic given the variable test characteristics of chest radiography for pneumonia,2 variabilities in interpretation even among radiologists,3 problems with ionising radiation exposure and cost, and given that many clinical guidelines do not require the use of chest radiography for the management of suspected community-acquired pneumonia.

Further complicating this issue is the fact that the causative pathogen of …

The numbers in this study are small and it is hard to draw firm conclusions, but it nonetheless raises the question of whether every child with a sonographic consolidation should receive an antibiotic course of treatment, and if not, what that threshold should be.

Of 97 included patients, CR was positive for pneumonia in 44/97 (45%) and lung ultrasound was positive in 57/97 (59%). Ultrasound sensitivity was 91% (95% CI 78% to 98%) and specificity was 68% (95% CI 54% to 80%). Ultrasound results displayed greater consistency with CR and patient outcomes when sonographic consolidation exceeded 1 cm. Thirteen of 57 patients with sonographic consolidation improved without antibiotics.

Conclusion Lung ultrasound may have a role as first-line imaging in patients with possible pneumonia, with higher specificity for consolidations exceeding 1 cm.

Conclusions Viral infection in febrile infants <60 days of age is associated with a decreased, but not negligible (30% relative) SBI risk, compared with non-viral-infected febrile infants.

A 4-month-old boy with Down syndrome (DS) attended the general paediatric clinic for routine follow-up. With winter approaching the registrar asked, as children with DS are at increased risk of respiratory tract infections (RTIs), should this baby receive palivizumab prophylaxis, even if there is no congenital heart disease (CHD)?

Should children with DS without CHD or prematurity (population) receive palivizumab prophylaxis (intervention) to improve outcome (outcome)?

Conclusion Although many of the studies above are either retrospective9 10 12 13 or prospective observational9 18 20 22–24 studies, and a well-designed randomised controlled trial would be desirable, a recent meta-analysis examining DS and the risk of severe RSV concluded that children with DS without additional risk factors were at significantly greater risk of worse clinical outcomes.25 Therefore, the available evidence supports that children with DS are at increased risk of hospitalisation from RSV-related RTI and have more severe disease, necessitating longer hospital stays and more often requiring ventilatory support.11–13 24 Importantly, this appears to be independent of cardiac history,7 9–12 24 25 and therefore we would advocate that every child with DS be offered prophylaxis to reduce morbidity and improve outcomes. Several studies completed show that palivizumab is efficacious in reducing the incidence of hospitalisation due to RSV in children with DS with and without CHD.21–23 Lastly, it has been suggested that RSV-related disease occurs for longer, in the second year of life and beyond in children with DS,10 12 so should these children receive the vaccine for a second bronchiolitis season as indicated?

As our understanding of b-lactam allergy evolves, the importance of avoiding nondiscriminantly labeling children as allergic as well as delabeling children who are not allergic becomes more important. Most children with recorded b-lactam allergy are not in fact allergic, and there are significant unintended health consequences of use of alternative antibiotics. An allergy evaluation for children with a history of allergy benefits both the child, the population and the health care system.

Between 2000 and 2012, the national estimated incidence rate of pediatric mastoiditis, a rare but serious complication of acute otitis media, was highest in 2006 (2.7/100,000 population) and lowest in 2012 (1.8/100,000 population). This measure provides a baseline for public health surveillance in the pneumococcal conjugate vaccine era as stewardship efforts target antibiotic use in acute otitis media

Large epidemiologic studies evaluating the etiologies, management decisions and outcomes of infants and children with meningitis and encephalitis in the United States are lacking.

Children 0–17 years of age with meningitis or encephalitis as assessed by International Classification of Diseases, Ninth Revision, codes available in the Premier Healthcare Database during 2011–2014 were analyzed.

Six thousand six hundred sixty-five patients with meningitis or encephalitis were identified; 3030 (45.5%) were younger than 1 year of age, 295 (4.4%) were 1–2 years of age, 1460 (21.9%) were 3–9 years of age, and 1880 (28.2%) were 10–17 years of age. Etiologies included enterovirus (58.4%), unknown (23.7%), bacterial (13.0%), noninfectious (3.1%), herpes simplex virus (1.5%), other viruses (0.7%), arboviruses (0.5%) and fungal (0.04%). The majority of patients were male [3847 (57.7%)] and healthy [6094 (91.4%)] with no reported underlying conditions. Most underwent a lumbar puncture in the emergency department [5363 (80%)] and were admitted to the hospital [5363 (83.1%)]. Antibiotic therapy was frequent (92.2%) with children younger than 1 year of age with the highest rates (97.7%). Antiviral therapy was less common (31.1%). Only 539 (8.1%) of 6665 of patients received steroids. Early administration of adjunctive steroids was not associated with a reduction in mortality ( P = 0.266). The overall median length of stay was 2 days. Overall mortality rate (0.5%) and readmission rates (<1%) was low for both groups.

Meningitis and encephalitis in infants and children in the United States are more commonly caused by viruses and are treated empirically with antibiotic therapy and antiviral therapy in a significant proportion of cases. Adjunctive steroids are used infrequently and are not associated with a benefit in mortality.

Globally, there is wide variation in streptococcal titer upper limits of normal (ULN) for antistreptolysin O (ASO) and anti-deoxyribonuclease B (ADB) used as an evidence of recent group A streptococcal infection to diagnose acute rheumatic fever (ARF).

We audited ASO and ADB titers among individuals with ARF in New Zealand (NZ) and in Australia’s Northern Territory. We summarized streptococcal titers by different ARF clinical manifestations, assessed application of locally recommended serology guidelines where NZ uses high ULN cut-offs and calculated the proportion of cases fulfilling alternative serologic diagnostic criteria.

From January 2013 to December 2015, group A streptococcal serology results were available for 350 patients diagnosed with ARF in NZ and 182 patients in Northern Territory. Median peak streptococcal titers were similar in both settings. Among NZ cases, 267/350 (76.3%) met NZ serologic diagnostic criteria, whereas 329/350 (94.0%) met Australian criteria. By applying Australian ULN titer cut-off criteria to NZ cases, excluding chorea, ARF definite cases would increase by 17.6% representing 47 cases.

ASO and ADB values were similar in these settings. Use of high ULN cut-offs potentially undercounts definite and probable ARF diagnoses. We recommend NZ and other high-burden settings to use globally accepted, age-specific, lower serologic cut-offs to avoid misclassification of ARF.

Enterovirus-D68 (EV-D68) is a respiratory virus within the genus Enterovirus and the family of Picornaviridae . Genetically, it is closely related to rhinovirus that replicates in the respiratory tract and causes respiratory disease. Since 2014, EV-D68 has been associated with the neurologic syndrome of acute flaccid myelitis (AFM).

In October 2016, questionnaires were sent out to a European network including 66 virologists and clinicians, to develop an inventory of EV-D68–associated AFM cases in Europe. Clinical and virologic information of case patients was requested. In addition, epidemiologic information on EV testing was collected for the period between March and October 2016.

Twenty-nine cases of EV-D68–associated AFM were identified, from 12 different European countries. Five originated from France, 5 from Scotland and 3 each from Sweden, Norway and Spain. Twenty-six were children (median age 3.8 years), 3 were adults. EV-D68 was detected in respiratory materials (n = 27), feces (n = 8) and/or cerebrospinal fluid (n = 2). Common clinical features were asymmetric flaccid limb weakness, cranial nerve deficits and bulbar symptoms. On magnetic resonance imaging, typical findings were hyperintensity of the central cord and/or brainstem; low motor amplitudes with normal conduction velocities were seen on electromyography. Full clinical recovery was rare (n = 3), and 2 patients died. The epidemiologic data from 16 European laboratories showed that of all EV-D68–positive samples, 99% was detected in a respiratory specimen.

For 2016, 29 EV-D68–related AFM cases were identified in mostly Western Europe. This is likely an underestimation, because case identification is dependent on awareness among clinicians, adequate viral diagnostics on respiratory samples and the capability of laboratories to type EVs

F. necrophorum was identified in 13% (19/149) of mastoiditis cases with an identifiable agent. Its incidence increased 7-fold from 2.8% in 2012 to 20.4% in 2015 ( P = 0.02). F. necrophorum infection had unique clinical, laboratory and prognostic features. The vast majority had complications and underwent surgical intervention. The predictive model used 4 parameters to define high-risk patients for F. necrophorum infection at admission: females, winter/spring season, prior antibiotic treatment and a C-reactive protein value >20 mg/dL (area under receiver operating characteristic curve 0.929).

Clinicians should be aware of the increasing incidence of F. necrophorum mastoiditis and consider anaerobic cultures and specific anaerobic coverage in high-risk patients

RESULTADOS: Observamos disminuciones dramáticas en la administración de antibióticos durante los 14 años de estudio. A pesar de la evidencia previa de una meseta en las tasas, hubo disminuciones adicionales sustanciales entre 2010 y 2014. Si bien las tasas de uso de antibióticos disminuyeron en general, la fracción de prescripción asociada con los diagnósticos individuales fue relativamente estable. La prescripción de diagnósticos para los cuales los antibióticos no están claramente indicados parece haber disminuido.

CONCLUSIONES: Estos datos revelaron otro período de marcado declive de 2010 a 2014 después de una meseta relativa durante varios años para la mayoría de los grupos de edad. Los esfuerzos para disminuir la prescripción innecesaria continúan teniendo un impacto en el uso de antibióticos en la práctica ambulatoria.

This is the largest cohort of HPeV3 cases with clinical data and pediatrician-assessed neurodevelopmental follow-up to date. Developmental concerns were identified in 11 children at early follow-up. Abnormal magnetic resonance imaging during acute infection did not specifically predict poor neurodevelopmental in short-term follow-up. Continued follow-up of infants and further imaging correlation is needed to explore predictors of long-term morbidity.

In this systematic review and meta-analyses, serious infections were uncommon and not significantly increased among patients with JIA receiving biologic agents compared with controls. However, the analyses were underpowered and study periods were relatively short. Ongoing careful monitoring for serious infections remains necessary for all patients with JIA, and particularly those receiving biologic agents.

 RESULTADOS: Se observaron un total de 1596 adolescentes elegibles durante el ensayo de 7 meses. Un tercio de los adolescentes visitó una clínica de intervención. Los adolescentes que asistieron a una clínica de intervención tenían más probabilidades de ser más jóvenes (11 a 12 años) que aquellos que asistieron a una clínica de control (72.4% vs 49.8%; P <.001). No se observaron diferencias en raza o sexo. La proporción de adolescentes con un cambio observado en el estado de la vacuna fue mayor para los que acudieron a una clínica de intervención (64,8%) en comparación con la clínica de control (50,1%; odds ratio, 1,82; intervalo de confianza del 95%, 1,47–2,25; p <0,001). Los adolescentes cuyos padres vieron el video tenían una probabilidad 3 veces mayor de recibir una dosis de la vacuna contra el VPH (78.0%; odds ratio, 3.07; intervalo de confianza del 95%, 1.47–6.42; P = .003).

CONCLUSIONES: Las intervenciones educativas realizadas en un entorno clínico prometen mejorar los comportamientos de vacunación.

Objective To improve the prediction of pediatric pneumonia by developing a series of models based on clinically distinct subgroups. We hypothesized that these subgroup models would provide superior estimates of pneumonia risk compared with a single pediatric model. Study design We conducted a secondary analysis of a prospective cohort being evaluated for radiographic pneumonia in an urban pediatric emergency department (ED). Using multivariate modeling, we created 4 models across subgroups stratified by age and presence of wheezing to predict the risk of pneumonia. Results A total of 2351 patients were included in the study. In this series, the prevalence of pneumonia was 8.5%, and 21.6% were hospitalized. The highest prevalence of pneumonia was in children aged >2 years without wheezing (13.3%). Children aged <2 years with wheezing had the lowest prevalence of pneumonia (4.0%). The most

accurate model was for children aged <2 years with wheezing (area under the curve [AUC], 0.80), and the poorest performing model was for those aged <2 years without wheezing (AUC, 0.64). The AUC of a combination of the 4 subgroup models was 0.76 (95% CI, 0.72-0.80). The precision of the models’ estimates (expected vs observed) was + 3.7%.

Conclusions Using 4 complementary prediction models for pediatric pneumonia, an accurate risk of pneumonia can be calculated. These models can provide the basis for clinical decision making support to guide the use of chest radiographs and promote antibiotic stewardship.

The prevalence of serious bacterial infection is lower in infants aged ≤60 days with a history of fever compared with those who are febrile on arrival to the ED. The small risk reduction in this group is unlikely to alter decision making.

Among febrile infants ≤60 days old with IBI, prematurity, ill appearance, and bacterial meningitis (vs bacteremia without meningitis) were associated with adverse outcomes. These factors can inform clinical decision-making for febrile young infants with IBI.

Las biopelículas bacterianas se han relacionado con infecciones del tracto respiratorio superior y resistencia a los antibióticos, lo que genera serias preocupaciones con respecto al tratamiento de dichas infecciones. Varios estudios en niños propensos a la otitis demostraron que la administración intranasal de Streptococcus salivarius 24 SMB y Streptococcus oralisson 89a es segura y bien tolerada y puede reducir el riesgo de otitis media aguda. El objetivo de esta investigación es evaluar su capacidad de interferir con la biopelícula de los patógenos típicos del tracto respiratorio superior. El estudio concluye que ambos actúan como probióticos para el tratamiento y prevención de las vías respiratorias superiores.

RESULTADOS: De 2014 a 2016, se registraron 166 casos de enfermedad meningocócica en personas de 18 a 24 años, con una incidencia anual promedio de 0,17 casos por 100 000 habitantes. Se identificaron seis brotes de serogrupo B en los campus universitarios, lo que representa el 31.7% de los casos del serogrupo B en estudiantes universitarios durante este período. El RR de la enfermedad meningocócica (MenB) del serogrupo B en estudiantes universitarios versus estudiantes no colegiados fue de 3.54 (95% intervalo de confianza: 2.21-5.41), y el RR de los serogrupos C, W e Y combinados fue 0.56 (95% intervalo de confianza: 0.27 –1.14). Los complejos clonales de serogrupo B más comunes identificados fueron CC32 / ET-5 y CC41 / 44 linaje 3.

CONCLUSIONES: Aunque la incidencia es baja, entre los jóvenes de 18 a 24 años, los estudiantes universitarios tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad de MenB esporádica y asociada a brotes. Los proveedores, estudiantes universitarios y padres deben estar conscientes de la disponibilidad de vacunas MenB. 

Aunque los factores anteriores deben considerarse al hacer recomendaciones de salud pública, a nivel individual, la decisión de vacunar a un adolescente con la vacuna MenB es mucho más sencilla. Las infecciones meningocócicas son potencialmente mortales. Tenemos evidencia de otros países de que las vacunas MenB son efectivas. Las vacunas de MenB están cubiertas por las compañías de seguros y el Programa de vacunas para niños, incluso bajo la recomendación de la Categoría B. Y ahora podemos decir que los estudiantes universitarios tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad de MenB. Los pediatras y los proveedores de atención primaria tienen una razón más convincente para recomendar la vacuna MenB para sus pacientes que anticipan asistir a la universidad. Como mínimo, los pediatras deben educar a los estudiantes y las familias sobre el mayor riesgo de infecciones de MenB en estudiantes universitarios en los Estados Unidos e informarles que hay 2 vacunas disponibles que pueden proteger a los estudiantes universitarios de esta infección. Los efectos secundarios relacionados con la vacunación con MenB son relativamente mínimos. Los estudiantes y los padres pueden tomar una decisión informada acerca de recibir MenB.

Absceso

Aciclovir

Adenitis (ver Temas A-Z y Micobacterias)

Amigdalitis (ver faringoamigdalitis)

Antibiograma

Antibióticos (Ver Temas A-Z y apartado específico)

Antibióticos alergia (Ver Temas A-Z)

Antibióticos (consumo y adecuación)

Antibióticos dispensación

Antibióticos (duración tratamientos)

Antibióticos educación

Antibióticos (mejorando la prescripción)

Antibióticos preventivos

Antibióticos resistencia: el problema

Antibióticos resistencia: factores de riesgo

Antibióticos: resistencias microbianas y uso racional (ver además apartado específico)

Antibióticos (uso no humano y medio ambiente)

Apendicitis

Arañazo de gato

Artritis (Ver Temas A-Z)

Asma

Azitromicina

Babesiosis

Bacteriemia (ver también fiebre sin foco)

Bacteriuria asintomática (Ver Temas A-Z)

Balanitis

Bell (parálisis de)

Biofilms (Ver Temas A-Z)

Blastocystis

Boca-mano-pie Síndrome

Botulismo

Bronquiectasias (ver también Temas A-Z)

Bronquiolitis (ver también Temas A-Z)

Bronquitis

Bronquitis bacteriana prolongada (Ver Temas A-Z)

Brucella

Campylobacter

Candida(ver también Temas A-Z)

Carbapenemasas (ver también Temas A-Z)

Catarro  (ver también Temas A-Z)

Catéter

Ceftarolina

Celulitis

Cerebelitis

Chagas enfermedad de (ver también Temas A-Z)

Chikungunya (ver también Temas A-Z)

Chlamydia

Chlorhexidina

Cisticercosis

Citomegalovirus (ver también Temas A-Z)

Citomegalovirus congénito (ver también Temas A-Z)

Clostridium difficile

Coccidium

Coinfección (ver Temas A-Z)

Conjuntivitis

Contagio (ver higiene y prevención en Temas A-Z)

Coronavirus

COVID

General

Epidemiología

Transmisión

Escolarización

Clínica

Síndrome multinflamatorio y cuadros graves

Gastrointestinal

Neonatos, madres, lactancia materna

Casos

Coinfección

Diagnóstico

Inmunidad

Tratamiento

Efectos colaterales

Salud mental

Obesidad

COVID (otras infecciones en tiempos de)

Y consumo de antb

Consultas alternativas

COVID persistente

COVID (vacunas)

AAP (American Academy of Pediatrics), COVID-19 (Coronavirus disease 2019), ECPCP (European Confederation of Primary Care Paediatricians), EPA-UNEPSA (European Paediatric Association/Union of National European Paediatric Societies and Associations), SARS-CoV-2 (Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2)

Cryptosporidium

CVA (ver catarro y Temas A-Z)

Dengue (ver también Temas A-Z)

Dengue congénito(ver también Temas A-Z)

Derivación ventrículo peritoneal (ver también Temas A-Z)

Dermatitis periorificial

Dermatitis perianal estreptocócica (ver Infecciones cutáneas en Temas A-Z)

Diarrea (ver Temas A-Z)

Difteria (Ver Temas A-Z)

Drepanocitosis (ver también Temas A-Z)

Ébola (ver también Temas A-Z)

Empiema

 Encefalitis

Enterobacterias multirresistentes

Endocarditis (ver también Temas A-Z)

Enfermedad invasiva bacteriana

Enfermedad granulomatosa crónica

Enterovirus (ver Temas A-Z)

Eosinofilia (ver Temas A-Z)

Epstein Barr

Eritema migrans (ver Temas A-Z)

Escarlatina (Ver Temas A-Z)

E Coli

Estafilococos (ver también en Temas A-Z infecciones cutáneas)

Estafilococo MR

Estreptococo (Ver Temas A-Z)

Estreptococo agalactiae

Estrongyloides

Exantema (ver Temas A-Z)

Faringoamigdalitis (ver también Temas A-Z)

Fascitis necrotizante

 Fibrosis quísica (ver también Temas A-Z)

Fiebre (ver también Temas A-Z)

Fiebre amarilla

Fiebre del Nilo

Fiebre después de viaje internacional 

Fiebre origen desconocido

Fiebre Q

Fiebre recurrente

Fiebre reumática

Fiebre sin foco (ver Temas A-Z)

Fiebre tifoidea

Fiebre tras vacunación

Flora

Fosfomicina

Garrapatas (enfermedades trasmitidas por) (Ver Temas A-Z y entidades concretas)

GEA (Ver Temas A-Z y diarrea)

Giardia (Ver Temas A-Z)

Gripe (ver también Temas A-Z)

Gripe vacunas (ver también Temas A-Z)

Guarderías

Guillén-Barre

Gianotti-Crosti

Haemophillus (ver Temas A-Z)

 Helicobacter (ver también Temas A-Z)

Hemocultivo

Hepatitis (ver también Temas A-Z)

Hepatitis A (ver Temas A-Z)

Hepatitis A vacuna (ver Temas A-Z)

Hepatitis B (ver también Temas A-Z)

Hepatitis B vacuna (ver también Temas A-Z)

Hepatitis C (ver también Temas A-Z)

Hepatitis D (ver Temas A-Z)

Hepatitis E (ver Temas A-Z)

Hepatitis crónica

 Herpes (Ver Temas A-Z)

Herpes tipo 6

Herpes 7

Herpes Zoster (Ver varicela y Temas A-Z)

Herpes zoster vacuna (Ver Temas A-Z)

Hidatidosis

Homeopatía

Ibuprofeno

Impétigo

Infecciones

Infecciones bacterianas/virales (ver Marcadores y fiebre sin foco)

Infecciones congénitas (ver Temas A-Z y cada entidad)

Infección cutánea (ver también Temas A-Z)

Infecciones respiratorias (Ver Temas A-Z)

Infecciones tracto urinario (ver también Temas A-Z)

Diagnóstico

Clínica

Resistencia

Tratamiento

Profilaxis

 Estudios de imagen

ITU y otros focos

Infecciones trasmisión sexual (ver Temas A-Z)

Inmigrante (Ver Temas A-Z)

Inmunodeficiencias (Ver Temas A-Z)

Inmunodeficiencia combinada severa

Interferencias bacterianas

Invaginación (Ver Temas A-Z)

Ivermectina

Kawasaki (Ver Temas A-Z)

Kingella (Ver Temas A-Z)

Lactancia materna

Laringitis (Ver Temas A-Z)

Larva

Legionella (Ver Temas A-Z)

 Leishmania cutánea

Leishmania cutáneo-visceral

Leishmania visceral

Linfangitis

Listeria(ver también Temas A-Z)

Loiasis

Lyme enfermedad de (ver también Temas A-Z)

Macrólidos

Malaria (ver también Temas A-Z)

Malaria vacuna

Marcadores inf viral/bacteriana

Mastitis (ver Temas A-Z)

Mastoiditis

Meningitis

Meningitis C

Meningitis neumocócica

Meningitis W

Meningococo (ver también Temas A-Z)

Meningococo vacuna

Meningococo A vacuna

Meningococo B (ver también Temas A-Z)

Meningococo C

Meningococo C vacuna (Ver Temas A-Z)

Meningococo vacuna ACWY

Metapneumovirus

Miasis

Micobacterias (ver también Temas A-Z)

Micosis cutánea (ver también tiña y Temas A-Z)

Micosis invasiva

Micosis ungueal (ver Temas A-Z)

Microbioma (ver Temas A-Z)

  • Trasplante de microbiota fecal en niño con enfermedad inflamatoria intestinal de inicio muy precoz. AnPediatr (Barc) 2018;89:184-6

  • The Nasopharyngeal and Gut Microbiota in Children in a Pediatric Otolaryngology Practice The Pediatric Infectious Disease Journal. 39(9):e226-e233, September 2020.

Mielitis

Miocarditis

Molluscum

Mononucleosis (ver también Temas A-Z)

Mordeduras (ver Infecciones cutáneas en Temas A-Z)

Mordedura de rata

Mosquitos (Ver Temas A-Z)

Mucormicosis(ver también Temas A-Z)

Muerte súbita

Mycoplasma (ver también Temas A-Z)

Neumococo (ver también Temas A-Z)

Neumococo vacuna (ver también Temas A-Z)

Neumonias (ver también Temas A-Z)

Neumonía necrotizante

Neutropenia

Norovirus (ver Temas A-Z)

Orquiepididimitis (ver Temas A-Z)

Osteoarticular

 Osteomielitis (ver también Temas A-Z)

Otitis externa (ver TemasA-Z)

Otitis media aguda etiología(ver también Temas A-Z)

Otitis media aguda tratamiento(ver también Temas A-Z)

Otitis media crónica

Otitis serosa (ver TemasA-Z)

PANDAS (ver TemasA-Z)

Parálisis facial

Parásitos (ver entidades individuales y Temas A-Z)

Parechovirus

Parotiditis (Ver Temas A-Z)

Parvovirus (ver también Eritrovirus y Temas A-Z)

PCR (ver Marcadores)

Petequias

  • The “Petechiae in children” (PiC) study: evaluating potential clinical decision rules for the management of feverish children with non-,including the role of point of care testing for Procalcitonin&Neisseria meningitidis DNA – a study protocol. BMC Pediatrics2018;18:246

PFAPA (ver también Temas A-Z)

Picadura

Pielonefritis (ver también ITU en Temas A-Z)

Piojos (ver también Temas A-Z)

Piomiositis

Pitiriasis versicolor

Polio (Ver Temas A-Z)

Polio vacuna

Prescripción

Probióticos (ver también Temas A-Z)

Procalcitonina

Profilaxis antibiótica

Psoriasis guttata

Queratitis

Queratolisis punctata

Quinolonas

Quiste hidatídico(ver Hidatidosis)

Rabia (ver también Temas A-Z)

Refugiados (ver también Temas A-Z)

Resistencias bacterianas

Ricketsiosis

Rinovirus

Rotavirus

Rotavirus vacuna (ver también Temas A-Z)

Rubeola (ver también Temas A-Z)

Rubeola congénita (ver también Temas A-Z)

Sacroileitis (ver también Temas A-Z)

Salmonella

Sarampión (ver también Temas A-Z)

Sarna (Ver Temas A-Z)

Sepsis (ver también Temas A-Z)

Sífilis

Shigella

Sibilancias

Sífilis

Sinusitis (ver también Temas A-Z)

Stevens-Johnson S

STX-TMP

Sweet S

 Termitas

Test rápidos (ver también Temas A-Z)

Tétanos vacuna

Tetraciclinas

Tiña (ver Temas A-Z y micosis)

Tos

Tos crónica

Tosferina (ver también Temas A-Z) 

Tosferina vacuna (ver también Temas A-Z)

Toxoplasmosis congénita (ver también Temas A-Z)

Traqueitis

Tuberculosis (ver también Temas A-Z)

Tuberculosis congénita (ver también Temas A-Z)

Tuberculosis vacuna (ver también Temas A-Z)

Úlcera

Vacunas (ver en cada patógeno y en Vacunas apartado específico)

Vacunas, efectos indirectos

Vacunas (embarazo)

Vacunación internacional (ver Vacunas apartado específico)

  • Formación médica continuada: salud internacional y atención al viajero: 

Vacunas rechazo

Vacunas seguridad

Vacunas situaciones especiales

Varicela (Ver Temas A-Z)

Varicela vacuna (ver también Temas A-Z)

Viajero (ver también Temas A-Z)

VIH (ver también Temas A-Z)

Virus  sincitial respiratorio

Vitamina D

VPH (Ver Temas A-Z)

VPH vacuna (ver también Temas A-Z)

Virus respiratorio sincitial (ver también Temas A-Z)

Vulvovaginitis

 Yersinia

Zika (Ver Temas A-Z)

Zoonosis

Uso racional de antibióticos y resistencias bacterianas

Guías de uso de antibióticos

Prescripción diferida

  • Antibiotics for acute otitis media in children. Venekamp et al. Cochrane Database of Systematics Review 2013. Issue 1. Art NO CD000219 DOI 10.002/14651858.CD000219.pub3 Actualizada: 8 noviembre 2012
  • Delayed antibiotics for respiratory infection. Spurling et al Cochrane Database of Systematic Reviews 2013,Issue 4.Art.No:CD004417. DOI: 10.1002/14651858.CD004417.pub4.
  • Delayed versus immediate antimicrobial treatment for acute otitis media. Tähtinen PA et al.  Pediatric Infect Dis J.2012 Dec;31(12):1227-32 
  • Comparision of two approaches to observation therapy for acute otitis media in Emergency Department.Chao et al. PEDIATRICS Volumen  121,Number 5 , May 2008 e1352-e1356  http://www.pediatrics.org/cgi/content/full/121/5/e1352
  •  A placebo controlled trial of antimicrobial treatment for acute otitis media .Tähtinen PA et al.N Engl J Med 2011;364 (2):116-126  

Vacunas

2021

2020

  • Semana mundial de la inmunización. OMS

  • European Immunization Week, 2020 ECDC

2019

2018

2017

2016

2015

Información a Familias

Viajes internacionales

Alertas epidemiológicas

Docencia

Uso prudente de antibióticos, ¿de qué estamos hablando? Uso prudente de antibióticos a través de casos clínicosVer presentación en pdf

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