La mutilación genital femenina (MGF), también conocida como “incisión genital femenina” o “circuncisión femenina”, es una forma de violencia de género que comprende todos los procedimientos que implican la eliminación parcial o total de los genitales externos de la mujer u otras lesiones a los órganos genitales femeninos por razones no médicas (OMS, 2008). Esta práctica tiene repercusiones físicas (sobre todo en la esfera sexual) y psíquicas para las mujeres que la han sufrido.
La MGF se realiza en múltiples zonas del planeta: África subsahariana, península arábiga, Indonesia, zonas del Paquistán, Iraq…..
Nuestro país es receptor de mujeres y niñas procedentes de estos países. La prevención de la MGF y la atención integral de las mujeres y de las niñas víctimas de la MGF es un reto para los profesionales de salud.
Es imprescindible atender estas mujeres y niñas desde el conocimiento de los motivos de esta práctica y de las consecuencias para su salud. La formación es necesaria pero la actitud del profesional es clave.
Des de hace 4 años tenemos un protocolo nacional de obligación cumplimiento en todas las autonomías y que involucra a todo el personal sanitario, y muy especialmente a los profesionales de pediatría y de ginecología.
Los pediatras tenemos un papel clave en la prevención. Acercarnos a las familias y hablar con ellas antes de ocurra nada, explicarles en qué consiste la MGF, conocer su posicionamiento, recurrir a los mediadores cuando no somos capaces de transmitir la necesidad de proteger a las niñas, hacer seguimiento cuando la familia viaja al país de origen de los padres, ser transmisores de buenas prácticas…. Debemos ser capaces de prevenir que se mutile a las niñas que atendemos en nuestras consultas y saber acompañar a la madre que ya ha sido víctima de una MGF.
Aun tenemos un largo recorrido por hacer, pero el objetivo final es la erradicación de esta práctica que atenta a los derechos fundamentales de estas mujeres y niñas. NO A LA MGF.